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15.11.06 ST APZ III (55-15) MALVERSACION DPZ.DOC
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AUD. PROVINCIAL SECCION N. 3 ZARAGOZA
CALLE GALO PONTE S/N
TFNO.: 976208376-77-79-81 FAX: 976208383
530650 SENTENCIA. TRIBUNAL DEL JURADO. ART. 70 L.O.T.J.
N.I.G: 50297 43 2 2012 0203718
ROLLO: TJ TRIBUNAL DEL JURADO 0000001/2015
ÓRGANO PROCEDENCIA: JDO. INSTRUCCION N. 10 DE ZARAGOZA
PROC. ORIGEN: TRIBUNAL DEL JURADO 0000001/2014
ACUSACIÓN: DIPUTACION PROVINCIAL DE ZARAGOZA, MINISTERIO FISCAL
PROCURADOR/A: EMILIA BOSCH IRIBARREN,
LETRADO/A: RAFAEL ALCAZAR CREVILLEN,
CONTRA: ALFREDO R. S., MARIA TERESA RAFAELA C. S.
PROCURADOR/A: MARIA PILAR AMADOR GUALLAR, MARIA PILAR AMADOR GUALLAR
LETRADO/A: ENRIQUE TREBOLLE LAFUENTE, CARMEN CIFUENTES CORTES
SENTENCIA NÚM. 55/15
EN NOMBRE DE S. M. EL REY
ILUSTRÍSIMO SEÑOR MAGISTRADO-PRESIDENTE D. MAURICIO MURILLO Y GARCÍA-ATANCE
EN LA CIUDAD DE ZARAGOZA, A CUATRO DE NOVIEMBRE DE DOS MIL QUINCE.
Vista la presente causa, seguida por los trámites del procedimiento de la Ley del
Jurado, número 1/2014, Rollo de Sala 1/2015, procedente del Juzgado de
Instrucción Número Diez de Zaragoza, por delitos de Malversación de Caudales
Públicos y Blanqueo de Capitales, contra el acusado ALFREDO R. S., nacido en
1954, natural de Molina de Aragón (Guadalajara) y vecino de Zaragoza, de
estado casado, de profesión empleado público, con instrucción, sin antecedentes
penales, de solvencia no acreditada y en libertad por esta causa, representado
por la Procuradora de los Tribunales Doña María Pilar Amador Guallar y
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defendido por el Letrado Don Enrique Trebolle Lafuente. Son partes acusadoras
el Ministerio Fiscal, que ejerce la Acusación Pública, y la Diputación
Provincial de Zaragoza, como Acusación Particular, representada por la
Procuradora Doña Emilia Bosch Iribarren y defendida por el Letrado Asesor
Don Rafael Alcázar Crevillén.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- En virtud de denuncia se instruyó por el Juzgado de Instrucción
Diez de Zaragoza, la presente causa, en la que se acordó seguir el trámite
establecido por el procedimiento de la Ley del Tribunal del Jurado, habida
cuenta del delito perseguido.
SEGUNDO.- Formulados escritos de acusación provisional por el Ministerio
Fiscal y la Acusación Particular por delitos de Malversación de Caudales
Públicos y de Blanqueo de Capitales contra Alfredo R. S., éste presentó el
correspondiente escrito provisional de Defensa en donde solicitó su libre
absolución.
TERCERO.- Cumplidos los trámites legales se elevaron a la sección Tercera de la
Audiencia Provincial los testimonios correspondientes, formándose el oportuno
Rollo, al que correspondió el número 1/2015, y se nombró Magistrado
Presidente al Ilmo. Sr. D. Mauricio Murillo y García-Atance, cumpliéndose los
trámites legales.
CUARTO.- El Ministerio Fiscal, en sus conclusiones definitivas, ha calificado los
hechos de autos como constitutivos de un delito continuado de Malversación de
Caudales Públicos, previsto y penado en los artículos 432.2 y 74 del Código
Penal, y de un delito continuado de Blanqueo de Capitales, previsto y penado en
los artículos 301.1 y 74 del Código Penal, estimando como responsable de los
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mismos en concepto de autor a Alfredo R. S., sin concurrir circunstancias
modificativas de responsabilidad criminal, y pidió se le impusiera la pena, por el
delito de Malversación de Caudales Públicos, de CINCO AÑOS de prisión, con la
accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante
el tiempo de condena, e inhabilitación absoluta por tiempo de nueve años y, por
el delito de Blanqueo de Capitales, la pena de CINCO AÑOS de prisión, con la
accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante
el tiempo de condena y multa de CIEN MIL EUROS, con responsabilidad
personal de seis meses en caso de impago. Y pago de costas.
En cuanto a responsabilidad civil deberá indemnizar a la Diputación Provincial
de Zaragoza en la cantidad de 37.975 euros, más intereses legales.
QUINTO.- La Acusación Particular, en igual trámite, se mostró conforme con la
calificación definitiva del Ministerio Fiscal, si bien en cuanto al delito de
Blanqueo de Capitales no se aprecia la continuidad delictiva y en cuanto a penas
solicitó se le impusiera, por el delito de Malversación de Caudales Públicos, la de
CUATRO AÑOS, SEIS MESES y UN DÍA e inhabilitación absoluta por tiempo de
ocho años, y por el delito de Blanqueo de Capitales, la de SEIS MESES de prisión
y multa del tanto al valor de los bienes más la inhabilitación especial para
empleo o cargo público de tres años. En cuanto a circunstancias modificativas
de responsabilidad criminal, en caso de veredicto inculpatorio, se solicita se
valore la aplicación de lo dispuesto en el artículo 434 del Código Penal.
En cuanto a responsabilidad civil se solicitó la cantidad de 41.093’28 euros más
intereses legales.
SEXTO.- La Defensa en igual trámite, solicitó la libre absolución de su
representado con todos los pronunciamientos favorables.
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SÉPTIMO.- Concluido el juicio oral, por el Magistrado-Presidente, tras la
preceptiva audiencia de las partes, el día veintiocho de Octubre de 2015 se
sometió al Jurado el objeto del veredicto, con entrega del escrito
correspondiente y, tras las oportunas instrucciones, el Jurado se retiró a
deliberar, emitiendo su veredicto el mismo día veintiocho de Octubre de 2015 a
las 21 horas.
OCTAVO.- Emitido veredicto, se dio lectura del mismo en audiencia pública, y se
declaró por unanimidad al acusado Alfredo R. S. CULPABLE de un delito
continuado de Malversación de Caudales Públicos y de un delito de Blanqueo de
Capitales por los que venía siendo acusado por el Ministerio Fiscal y la
Acusación Particular, quedando las actuaciones vistas para sentencia.
NOVENO.- Emitido veredicto de culpabilidad por el Tribunal del Jurado, se dio
traslado al Ministerio Fiscal y demás partes personadas, al amparo de lo
dispuesto en el artículo 68 de la Ley Orgánica 5/1995, solicitando el Ministerio
Fiscal que por el delito de Malversación de Caudales Públicos del artículo 432.2
del Código Penal, y por aplicación de lo dispuesto en el artículo 434 del mismo
cuerpo legal, se impusiera al acusado la pena de DOS AÑOS de prisión y CINCO
AÑOS de inhabilitación, y por el delito de Blanqueo de Capitales la pena de UN
AÑO y SEIS MESES de prisión accesoria correspondiente, y multa de 50.000
euros con la responsabilidad personal subsidiaria de SEIS MESES. Sin
responsabilidad civil.
La Acusación Particular, por el delito de Malversación de Caudales Públicos,
solicitó la pena de UN AÑOS y UN DÍA de prisión y CUATRO AÑOS y UN DÍA de
inhabilitación, y por el delito de Blanqueo de Capitales, la pena de SEIS MESES
de prisión y multa de 97.975 euros, accesoria correspondiente, y en cuanto a
responsabilidad civil que indemnice a la Diputación Provincial de Zaragoza en la
cantidad de 37.975 euros.
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La Defensa en igual trámite, sin perjuicio de su disconformidad y del recurso
que interpondrá contra la sentencia que se dicte, solicitó que las penas se
impusieran en dos grados menos y en su menor extensión.
HECHOS PROBADOS
De conformidad con el objeto del veredicto emitido por el JURADO en la
presente causa han quedado probados los siguientes hechos:
Alfredo R. S., nacido en 1954 y sin antecedentes penales, es empleado público de
la Diputación Provincial de Zaragoza por oposición desde 1986 (hecho A1), y es
asimismo Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Desde
1986 es Técnico del Área de Cultura y Director de Exposiciones del Palacio de
Sástago de la Diputación de Zaragoza. Miembro de la Asociación Española de
Críticos de Arte y la Asociación Internacional de Críticos de Arte desde 1981.
Socio de Honor de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza y miembro de la
Sociedad de Historia de la Real Sociedad de Historia de la Fotografía Española.
Chevalier de l’Odre des Arts et des Lettres, Republique Française y Académico
de número de la Real Academia de Nobles Y Bellas Artes de San Luís de
Zaragoza, en la Sección de Artes de la Imagen, como erudito en fotografía,
habiendo publicado varios libros y artículos (B1).
Alfredo R. ostentaba el cargo de Director del Área de Cultura y Patrimonio de la
misma desde el 16 de julio de 2003 hasta el 23 de junio de 2011 (A2), siendo
que en el año 1.984 el Servicio de Cultura de la Diputación Provincial de
Zaragoza comenzó a realizar exposiciones en el Palacio de Sástago (B2) y desde
finales de 2005 hasta el cese de R. S. en 2011, se organizaron en el Palacio de
Sástago de Zaragoza por dicha Área de Cultura y Patrimonio un total de 33
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exposiciones, en las que se editó el correspondiente catálogo o folleto, con
tiradas entre los 1.000 y 3.000 ejemplares (A3).
En todas las exposiciones referidas, excepto en tres, se pusieron a la venta en el
propio vestíbulo del Palacio parte de los citados catálogos, en un número
concreto que se desconoce (A4), siendo que toda la actividad relativa a la
confección, manejo, distribución y venta de catálogos de tales exposiciones era
competencia de dicho Servicio de Cultura (B3).
Esta actividad, en todo su desarrollo, desde la confección de los catálogos hasta
su venta al público, fue conocida, en todo momento, por el personal del Servicio
de Cultura de la DPZ, así como por todos aquellos Departamentos relacionados
con el aspecto económico de la actividad de venta de catálogos de exposiciones
que se llevaban a cabo en el Palacio de Sástago, de Zaragoza (B4) pues en las
Exposiciones organizadas en éste se vendían los catálogos referentes a la
Exposición que en aquel momento se llevaba a cabo (B5) siendo editados, en
ocasiones, por la Diputación Provincial de Zaragoza, en cuyo caso toda la
actividad desde la confección de catálogos hasta su venta al público era
competencia del Servicio de Cultura y en otras, eran editados por organizadores
privados de las exposiciones, encargándose éstos de este proceso (B6).
Así, los catálogos de la mayoría de las exposiciones eran editados y financiados
en su integridad por la Diputación Provincial de Zaragoza, concretamente en 24
(si bien una se desdobló en dos) de las referidas exposiciones (A5), y desde el
año 2.006, se organizaron 38 exposiciones en el Palacio de Sástago sin que en
diez de las mismas conste el número de catálogos que se editaron (B7).
Una vez se recibía el catálogo de la exposición, un número elevado e
indeterminado se distribuía entre cargos de la Diputación Provincial de
Zaragoza, a la Red de Bibliotecas de la Provincia de Zaragoza, a otras bibliotecas,
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centros e instituciones, al protocolo institucional de la Diputación Provincial de
Zaragoza y a la cesión de ejemplares al prestador de las obras, comisarios y
colaboradores del catálogo, amén de los que podían regalarse a algunos
visitantes de las exposiciones (B8) y en definitiva, no consta, en ningún
momento, el número de catálogos que, tras la distribución antes dicha, se
ponían a la venta al público (B9).
Desde el inicio de la actividad expresada y hasta el año 2.012, no ha existido
nunca normativa legal de ningún tipo que regulase la confección, manejo,
distribución y venta de los catálogos (B10) afectando ello a la recaudación,
custodia, uso y destino del dinero obtenido de la venta de catálogos de las
Exposiciones realizadas en el Palacio de Sástago (B11). Será a partir del año
2.012 cuando se aprobó una normativa legal reguladora del Precio público por
la venta de publicaciones del Área de cultura y Patrimonio de la Diputación
Provincial de Zaragoza que, hasta ese momento, se fijaba verbalmente (B12),
siendo que desde el año 1.984, hubo otros Directores del Área de Cultura que,
cronológicamente, precedieron en el tiempo a Alfredo R. S. (B13).
En cada exposición realizada por la DPZ en el Palacio de Sástago eran las
azafatas-guías contratadas para cada exposición las encargadas de la venta de
los catálogos (B14 y A6), realizaban la recaudación del dinero obtenido (B15), y
guardaban cada día la recaudación producto de la misma en unos sobres que a
su vez al finalizar la jornada se guardaban en una caja de seguridad allí existente
(A7) a cargo de los miembros del servicio de seguridad de la DPZ (B15).
Las azafatas anotaban de forma manuscrita en el anverso de cada sobre, el
nombre de la exposición, la fecha, el número y precio de los catálogos vendidos
y el importe total recaudado ese día (A8), y al término de cada exposición, se
hacía entrega al servicio de seguridad por parte del servicio de azafatas de un
cuadro-resumen, también manuscrito, en el que se hacía constar el total de
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catálogos vendidos y dinero recaudado durante toda la exposición (A9). Los
miembros del Servicio de seguridad eran quienes custodiaban dichos fondos en
la sede del Palacio de Sástago en una caja de seguridad existente al efecto y de la
que tenían llave de acceso (B16).
En todas las exposiciones en que se vendieron catálogos editados por la
Diputación, excepto en Exposición de Tierra y Libertad, en el vestíbulo del
Palacio y transcurridos unos días del término de cada una de ellas, el acusado,
Alfredo R., se personaba en el propio Palacio donde procedía, en presencia del
servicio de seguridad, a la apertura de la caja comprobando que su contenido en
metálico se correspondía con el que constaba en las anotaciones de las azafatas
(A10). El acusado, Alfredo R., a continuación, recogía el dinero llevándoselo
consigo (A11) y lejos de ingresar el citado dinero en la Tesorería de la
Diputación Provincial, lo hizo suyo pero en todas las ocasiones, detrayendo su
importe de las arcas provinciales e incorporándolo a su patrimonio (A12).
Siguiendo las instrucciones del acusado, Alfredo R., el personal de seguridad
hizo desaparecer la mayoría de los sobres y cuadros en los que constaban las
correspondientes anotaciones de las azafatas (A13).
No obstante, algunos de los cuadros no resultaron finalmente destruidos y
consiguieron recuperarse los relativos a 11 exposiciones, concretamente (A14):
-de la exposición titulada “XX Premio de Arte Santa Isabel de Aragón, reina de
Portugal. Pintura” –celebrada del 6-7-06 al 17-9-06- consiguió recuperarse
documentación que refleja la venta en el mostrador del Palacio de 38 catálogos
a un precio de 10 euros la unidad, constando acreditada una recaudación de 380
euros, cantidad de la que se apropió el acusado, Alfredo R. (A15).
-de la exposición titulada “1932-2007. Los años magníficos. 75 Aniversario del
Real Zaragoza”-celebrada del 9- 10-07 al 9-12-07- consiguió recuperarse la
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documentación, si bien como los catálogos fueron directamente editados por el
Real Zaragoza, la recaudación por ventas en el vestíbulo del Palacio fue
entregada a los representante del club de fútbol (A16).
-de la exposición titulada “Sergio Abraín (1978-1988). Pata Gallo y Caligrama” –
celebrada del 22-2-08 al 6-4-08- consiguió recuperarse parte de la
documentación (falta la relativa a 42 días) que refleja la venta en el mostrador
del Palacio de 2 catálogos a un precio de 30 euros la unidad, constando
acreditada una recaudación de 60 euros, cantidad de la que se apropió el
acusado, Alfredo R. (A17).
-de la exposición titulada “Los curiosos impertinentes. Pintores románticos
ingleses en la España del siglo XIX”– celebrada del 18-12-09 al 21-2-10-
consiguió recuperarse documentación que refleja la venta en el mostrador del
Palacio de 91 catálogos a un precio de 25 euros la unidad, constando acreditada
una recaudación de 2.275 euros, cantidad de la que se apropió el acusado,
Alfredo R. (A18).
-de la exposición titulada “Gabinete artístico. Colección los Bragales” –celebrada
del 9-3-10 al 2-5-10- consiguió recuperarse parte de la documentación (falta la
relativa a 45 días) que refleja la venta en el mostrador del Palacio de 11
catálogos a un precio de 20 euros la unidad, constando acreditada una
recaudación de 220 euros, cantidad de la que se apropió el acusado, Alfredo R.
(A19).
-de la exposición titulada “José María Martínez Tendero. Espacios para un sueño
(1971-2010)” –celebrada del 13-5-10 al 18-7-10- consiguió recuperarse
documentación que refleja la venta en el mostrador del Palacio de 61 catálogos
a un precio de 20 euros la unidad, constando acreditada una recaudación de
1.220 euros, cantidad de la que se apropió el acusado, Alfredo R. (A20).
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-de la exposición titulada “Jean Dieuzaide. Por tierras de Aragón” –celebrada del
29-7-10 al 19-9-10- consiguió recuperarse documentación que refleja la venta
en el mostrador del Palacio de 87 catálogos a un precio de 30 euros la unidad,
constando acreditada una recaudación de 2.610 euros, cantidad de la que se
apropió el acusado, Alfredo R. (A21).
-de la exposición titulada “Fotografías de la Guerra Civil en Zaragoza. Los
talleres Mercier, fábrica de municiones” – celebrada del 29-7-10 al 19-9-10-
consiguió recuperarse documentación que refleja la venta en el mostrador del
Palacio de 47 catálogos a un precio de 25 euros la unidad, constando acreditada
una recaudación de 1.175 euros, cantidad de la que se apropió el acusado,
Alfredo R. (A22).
-de la exposición titulada “Tierra y Libertad. Cien años de anarquismo en
España” –celebrada del 6-10-10 al 8-12-10- consiguió recuperarse
documentación que refleja la venta en el mostrados del Palacio de 92 guías de la
exposición a un precio de 15 euros la unidad, y 1.510 folletos de mano, a un
precio de 1 euros la unidad, constando acreditada una recaudación de 1.380
euros por las guías de la exposición y 1.510 euros por los folletos de mano,
cantidades de las que se apropió el acusado, Alfredo R. (A23). En esta exposición
también se vendieron en el vestíbulo del Palacio 239 CDs con el título “Cantos
literarios” a 20 euros la unidad (4.780 euros) y 166 libros-folleto a 29,90 euros
la unidad (4.963,40 euros) si bien estas dos cantidades fueron entregadas, en el
momento de efectuar el recuento al término de la recaudación, a la Secretaria
del Área para su pago, respectivamente, a la Librería París, editora de libros-
folleto y a la editorial PRAMES, editora de los CDs (A24).
-de la exposición titulada “Ángel Maturén. Pintura como materia de vida (1949-
2005) –celebrada del 23-12-10 al 13-2- 11- consiguió recuperarse
documentación que refleja la venta en el mostrador del Palacio de 84 catálogos
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a un precio de 20 euros la unidad, constando acreditada una recaudación de
1.680 euros, cantidad de la que se apropió el acusado, Alfredo R. (A25).
-de la exposición titulada “Joyas de un Patrimonio IV” – celebrada del 3-3-11 al
22-5-11- consiguió recuperarse documentación que refleja la venta en el
mostrador del Palacio de 400 guías didácticas a un precio de 1 euro la unidad, y
144 catálogos, a un precio de 20 euros la unidad, constando acreditada una
recaudación de 400 euros por las guías y 2.280 euros por los catálogos,
cantidades de las que se apropió el acusado (A26).
El dinero total apropiado por el acusado en diez exposiciones con catálogo
público fue de 15.190 euros, lo que supone una media de 1.519 euros por
exposición (A27) y se calcula que el dinero total recaudado en las 24
exposiciones, una de ellas doble, en las que se vendieron catálogos de la
Diputación en el vestíbulo del Palacio, asciende a 37.975 euros, dinero que fue
recaudado en su totalidad por el acusado, Alfredo R. S., que no lo ingresó ni
entregó de ningún modo a la Diputación Provincial, habiéndose apropiado de él
pero no en su totalidad porque algunos pagos pudieron ser para imprevistos
(A28), así el dinero obtenido de la venta de catálogos de las Exposiciones que se
realizaban se utilizaba, no en su integridad, en sufragar los gastos propios de las
exposiciones y directamente relacionados con las mismas: aquellos que exigían
un pago anticipado o al contado por materiales fungibles; los derivados de la
compra de imágenes fotográficas y los derechos de reproducción y/o
exhibición; los producidos por cualquier imprevisto; los derivados de los
montajes y desmontajes de cada exposición; los de alquileres de obras de arte y
objetos de coleccionistas (B22).
De las 4 exposiciones que se llevaron a cabo en el Palacio tras el cese del
acusado, Alfredo R. S., en junio de 2011 y en las que también se vendieron
catálogos editados por la Diputación en el vestíbulo, consta la documentación
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completa, habiendo sido hallado posteriormente el importe total de su
recaudación en la caja de seguridad, al no haber podido ser recogido por el
acusado tras su cese (A30).
No existía ningún documento oficial de la Diputación Provincial de Zaragoza en
el que se determinara el número de catálogos que se ponían a la venta al
público, ni al inicio de la Exposición, ni cada día que tenía lugar la misma (B17),
ni ningún documento oficial de la DPZ en el que se especificase el número de
catálogos que se vendían, ni cada día de la Exposición ni en el conjunto de la
misma (B18), ni ningún documento oficial en donde se estableciera la
recaudación diaria o global del dinero obtenido de la venta de los catálogos
(B19), pues dicha recaudación se llevaba a cabo sin ningún criterio de forma o
temporalidad previamente establecido (B20), y no existía control, regulación ni
criterios definidos y previamente establecidos sobre la recogida del dinero que
se depositaba en la caja de seguridad (B21).
Esta situación se dio y se mantuvo desde 1.984, con cada Director de Área de
Cultura, sin que por parte de ningún Departamento de la DPZ se mostrase
disconformidad de ningún tipo con esta forma de proceder (B23) y tampoco se
recibió instrucción de ninguna clase por parte de la DPZ en relación con el
destino del dinero obtenido de la venta de catálogos o que prohibiese que con
ese dinero se abonasen los gastos que generaban las exposiciones (B24).
El acusado, Alfredo R., tenía a su disposición unos anticipos mensuales de caja
fijos, hasta el año 2007, que se asignan a fin de cubrir pequeños gastos,
atenciones e imprevistos surgidos a lo largo de las exposiciones (A32).
Pese a que el patrimonio de Alfredo R. S. y su familia procede de los ingresos de
los respectivos trabajos de Alfredo R., como funcionario de la DPZ, y de María
Teresa C., como funcionaria del SALUD y de su consulta privada de psicóloga
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(B26), asimismo de financiación bancaria que se concreta en préstamos
hipotecarios y personales (B27) y también tiene su origen en préstamos
realizados por familiares directos y amigos (B28), con el dinero así obtenido (de
las exposiciones) el acusado, Alfredo R., procedió durante 2005 a 2011, con
ánimo de ocultar su procedencia ilícita y de incorporarlo a su patrimonio con
apariencia de legalidad, a realizar diversos y continuos ingresos en efectivo en
cuentas bancarias titularizadas a su nombre y el su esposa María Teresa C. S.
(A33).
Alfredo R. era titular de la cuenta en BANKIA, en donde constan realizados,
entre enero de 2005 y agosto de 2011, cinco ingresos en efectivo entre enero de
2005 y noviembre de 2006, en cantidades que oscilan entre los 4.500 euros el
más pequeño a 12.000 euros el mayor procedentes de la recaudación de la venta
de los catálogos (A34), y en la citada cuenta, constan siete ingresos en efectivo,
entre febrero de 2009 y agosto de 2011, de 3.000 euros cada uno procedentes
de la recaudación de la venta de los catálogos (A35).
En Cuenta en BANTIERRA, titularizada a nombre del acusado, Alfredo R., consta
un ingreso en efectivo realizado en marzo de 2006 por importe de 44.700 euros
de los que 23.700 euros no están justificados (A36).
En Cuenta en el BANCO DE SABADELL constan realizados dos ingresos en
efectivo, en febrero de 2006 y septiembre de 2006 por importe de 4.500 euros y
5.000 euros procedentes de la recaudación de la venta de catálogos (A37), y
dieciocho ingresos más, entre noviembre de 2008 y mayo de 2012, por importe
de entre 5.000 y 1.000 euros, realizados en la cuenta del Banco Sabadell, son
procedentes de la recaudación de la venta de catálogos (A38).
El préstamo de BANTIERRA de ningún modo puede justificar los ingresos en
efectivo realizados en otras cuentas (A39) y la nómina de Alfredo R., junto a la
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de su esposa, se ingresaban en cuentas diferentes a las antes aludidas, con las
que se cubrían los gastos familiares ordinarios y de las que en ningún caso se
extrajeron cantidades que justifiquen los ingresos antes mencionados (A40).
De todo lo anterior se concluye sin género de dudas que al menos una parte de
los referidos ingresos en efectivo realizados en las cuentas del acusado
provenían del dinero obtenido de la venta en el vestíbulo de catálogos de la
Diputación en las diversas exposiciones celebradas en el Palacio de Sástago,
dinero que una vez ingresado en dichas cuentas servía para pagar gastos,
deudas o cuotas de préstamos concedidos al acusado, Alfredo R., y su esposa,
con cuyo importe habían adquirido el piso familiar o reformaron la casa de
Fuendetodos, transformando así lo ilícitamente obtenido en ingresos
aparentemente justificados (A41).
Por todo ello Alfredo R. S. se apropió del dinero procedente de varias
exposiciones organizadas y realizadas por la Diputación Provincial de Zaragoza
en el Palacio de Sástago por importe de 37.975 euros (C1a), y actuó con ánimo
de lucro beneficiándose en la cantidad de (C2a) 37.975 euros (C2a’’) y 15.190
euros (C2a’’’ y A27 y A28).
Alfredo R. S. aplicó la cantidad apropiada en sufragar los gastos de compra y
rehabilitación de una casa adquirida junto con su esposa María Teresa C. S. en la
zaragozana localidad de Fuendetodos (C3)
En fecha 23 de Octubre de 2015, el acusado Alfredo R. S. ingresa en la Cuenta de
Consignaciones de la Audiencia Provincial de Zaragoza la cantidad de 38.000
euros (C4) por los que ha procedido a reparar o disminuir el daño ocasionado a
la DPZ (C2 (5) a).
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FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El artículo 70.2 de la Ley Orgánica 5/1995 del Tribunal del Jurado
establece que si el veredicto fuese de culpabilidad la sentencia concretará la
existencia de prueba de cargo exigida por la garantía constitucional de
presunción de inocencia.
En tal sentido los miembros del Jurado, al amparo de lo dispuesto en el artículo
54 de la citada Ley Orgánica 5/1995, fueron instruidos del contenido de los
artículos 432.2 del Código Penal, y del artículo 301.1 del mismo cuerpo legal en
relación con los delitos de Malversación de Caudales Públicos y de Blanqueo de
Capitales.
En cuanto al primero se explicó que consistía en la apropiación de dinero de
carácter público o generado en una administración pública por funcionario o
empleado público para su propio beneficio o para un tercero, pero que si ese
dinero apropiado revertía a la propia administración pública, no nos
encontraríamos ante un delito de Malversación de Caudales Públicos sino ante
otra cosa distinta por la que no existía acusación, ya que la finalidad de la
apropiación en beneficio propio no existiría.
Y en cuanto al delito de Blanqueo de Capitales se explicó que consistía en dar
cobertura de licitud y legalidad a un dinero obtenido ilegal e ilícitamente, y en el
caso presente debía ser necesario apreciar con carácter previo la existencia de
un delito de Malversación de Caudales Públicos para entender la posibilidad de
la comisión de un delito de Blanqueo de Capitales a tenor del contenido de las
acusaciones planteadas.
La continuidad delictiva se explicó como la reiteración de actos de idéntica
naturaleza respondiendo a una idea o plan preconcebido.
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En cuanto a la prueba que se practica se les explica someramente la diferencia
entre prueba directa de indirecta o indiciaria y su suficiencia para que pueda
considerarse superado el derecho a la presunción de inocencia que ampara a
toda persona, y en este caso, la necesidad de la propia Defensa de probar sus
propios asertos.
Sobre estos mimbres el Tribunal del Jurado consideró que los hechos sometidos
a objeto de veredicto, con las mayorías exigidas legalmente tal y como constan
en el acta levantada al efecto, eran constitutivos de un delito continuado de
Malversación de Caudales Públicos, previsto y penado en los artículos 432.2 y
74 del Código Penal, y de un delito de Blanqueo de Capitales, previsto y penado
en el artículo 301.1 del Código Penal, si bien en este caso sin continuidad
delictiva, de los que es responsable en concepto de autor, ex artículos 27 y 28
del Código Penal el acusado Alfredo R. S.
SEGUNDO.- Los hechos probados que se han relatado, concatenando en una
secuencia lógica los aportados por las Acusaciones y la Defensa al objeto de
constatar su concordancia y congruencia, son indicativos del resultado de la
prueba practicada en el Plenario, llegando los señores miembros del Jurado a la
conclusión condenatoria expuesta pues el acusado indicaba las cantidades que
debían de cobrarse por los catálogos de cada exposición para hacerse cargo al
cabo de las mismas de la recaudación, apropiándose de ellas pues ante este
hecho no ha justificado destino de esas cantidades a la propia Diputación
Provincial o a otras exposiciones realizadas en su seno.
Considera el Jurado probado que se ha cometido un delito de Malversación de
Caudales Públicos en base a la prueba practicada. En concreto y en primer lugar
por las testificales practicadas, en concreto por parte del personal de seguridad
(testigos señores L. C., F. C. y L. A.), ya que de las mismas se desprende, y así se
valora de lo manifestado, que Alfredo R. era el único que podía ordenar la
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apertura de la caja fuerte donde se encontraban los sobres con el dinero y el
único que tenía el control sobre el mismo.
El segundo argumento que se expone, y partiendo del anterior, es que no existía
constancia en Tesorería, ni en Intervención, de la Diputación Provincial de
Zaragoza de que hubiera ingresos derivados de la venta de catálogos durante las
exposiciones y en el interior del Palacio de Sástago, donde se celebraban,
aceptándose como tal el testimonio del tesorero y de la interventora que
también deponen en el Plenario.
Ello viene a corroborarse con el tercer razonamiento expuesto por los señores
del Jurado, y es que consideran probado, lo que no es discutido, que no existía
contabilidad de la cantidad que se recaudaba de la venta de los catálogos de
todas las exposiciones, pues el personal de seguridad es claro al afirmar que los
sobres y los cuadrantes manuscritos de las azafatas se destruían, salvo los
encontrados en la caja de seguridad y en los archivos, una vez cesado Alfredo R.,
una vez contabilizado, o recogido, el dinero por éste.
Existen finalmente dos argumentos más, que servirán tanto para el delito de
Malversación como para el delito de Blanqueo de Capitales. En cuanto a la
Malversación de Caudales Públicos el cuarto razonamiento consiste en apreciar
que existen pequeñas cantidades que el acusado venía ingresando en diferentes
cuentas bancarias de su titularidad pequeñas cantidades ya que no queda
claramente justificada entradas de grandes cantidades de dinero en efectivo
conforme a la pericia practicada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía,
pericia que es la tomada en cuenta y como base para concluir la culpabilidad del
acusado, no así la practicada a instancias de la Defensa que no es tomada en
cuenta.
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Y por último el Jurado considera que lo manifestado por Alfredo R. entra en
contradicción con lo manifestado por miembros de su equipo, miembros del
servicio de seguridad, responsable de las azafatas y del propio equipo del
acusado.
En tal sentido Alfredo R. manifiesta que cualquier persona del servicio de
Cultura tenía acceso al dinero depositado, y el personal de seguridad como ya se
expuesto manifiesta que era Alfredo R. quien lo retiraba, y la responsable de las
azafatas, señora R. D., que la dinámica de cobro y control se la indicaba el
personal de seguridad si bien el previo del catálogo de cada exposición se lo
comunicaban el funcionario señor C. que no depone en el Plenario, y la
funcionaria señora O. quien sí depone en el Plenario y manifiesta que los precios
de los catálogos los fijaba Alfredo R. que era quien planteaba las exposiciones
que se realizaban.
TERCERO.- En lo que hace referencia al delito de Blanqueo de Capitales, Alfredo
R. padeció un siniestro en su vivienda de Zaragoza, al sufrir una explosión que
obligó a su rehabilitación, y adquirió posteriormente una vivienda en la
localidad zaragozana de Fuendetodos que necesitó también rehabilitar, todo
ello dentro del periodo por el que es acusado, 2006 a 2011. Las acusaciones
consideran que, si bien Alfredo R. tuvo ingresos procedentes de sus nóminas, de
su esposa, de prestamos bancarios y familiares, empleó el dinero recaudado por
la venta de catálogos y folletos con ocasión de exposiciones en el Palacio de
Sástago y que han dado lugar a considerar que se comete un delito de
Malversación de Caudales Públicos, en la rehabilitación de ambas viviendas.
A tal efecto el Jurado tiene dos argumentos. El primero de ellos es que al no
quedar claramente justificada las entradas de grandes cantidades de dinero en
efectivo, en base únicamente a la pericial realizada por el Cuerpo Nacional de
Policía, y que es tomada como base para ello, implica que las cantidades que se
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ingresan en efectivo en las cuentas son pequeñas y compatibles con ingresos de
dinero procedentes de las exposiciones.
En segundo lugar, existe contradicción entre lo manifestado por Alfredo R. y las
personas que intervienen en la rehabilitación de la casa de Fuendetodos, ya que
los mismos manifiestan que el acusado les pagaba en mano, en concreto 65.000
euros, en diferentes momentos al señor T., albañil, y unos 28.000 euros al señor
A., fontanero.
Con la dinámica expuesta en cuanto al delito de Malversación de Caudales
Públicos, el Tribunal del Jurado considera que se comete asimismo el delito de
Blanqueo de Capitales concluyendo un veredicto inculpatorio que implica que el
Magistrado Presidente adopte un fallo condenatorio conforme a los
predicamentos del Jurado.
CUARTO.- En cuanto a la penalidad que debe imponerse, ante el ingreso
efectuado previamente por el acusado (hecho C4 del Objeto del Veredicto), y la
consideración de que Alfredo R. ha procedido a reparar o disminuir el daño
ocasionado a la Diputación Provincial de Zaragoza, puesto todo ello en
consonancia con la consideración contemplada en el hecho E1 que es el de
conceder a Alfredo R. S., por unanimidad los beneficios de remisión condicional
de la pena y la suspensión de la misma, debe de imponerse una penalidad que
permita el acogimiento de tal.
En tal sentido concurre la circunstancia modificativa de responsabilidad
criminal de reparación del daño causado del artículo 21.5ª del Código Penal por
el que es circunstancia atenuante la de haber procedido el culpable a reparar el
daño ocasionado a la víctima, o disminuir sus efectos, en cualquier momento del
procedimiento y con anterioridad a la celebración del juicio oral, circunstancia
que se concreta en cuanto al delito de Malversación de Caudales Públicos con la
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aplicación del artículo 434 del Código penal, y en cuanto al delito de Blanqueo
de Capitales con la aplicación de la atenuante indicada.
La pena prevista para el delito de Malversación de Caudales Públicos, en el
artículo 432.2 del Código Penal, en de dos a seis años de prisión, y de seis a diez
años el de inhabilitación especial previsto, y al ser el delito cometido con
continuidad, la pena que debería imponerse oscila, en virtud de lo establecido
en el artículo 74 del Código Penal, de los cuatro a los ocho años, y de ocho a
quince años para la de inhabilitación especial. Y la del delito de Blanqueo de
Capitales, en el artículo 301 del Código Penal, de seis meses a tres años de
prisión y multa del tanto al triplo del valor de los bienes.
Como quiera que el Jurado considera que el acusado repara o disminuye los
efectos del delito, y es condición sine qua non que la pena privativa de libertad
que se imponga, o la suma de ellas, no supere los dos años (artículo 80.2.2ª del
Código Penal), y teniendo en cuenta por otro lado que el Jurado no ha tenido en
cuenta la pericial realizada por el perito señor C. E. en cuanto al delito de
Blanqueo de Capitales, que la apropiación indebida de capitales públicos ya es
un hecho penado en sí mismo y que el blanqueo del mismo entra dentro del
concepto de apropiación, y que el propio Tribunal de Cuentas considera que los
hechos no tienen relevancia (aunque ello esté recurrido expresamente), implica
que proceda la imposición de una pena inferior en dos grados en ambos delitos,
por lo que para el delito de Malversación de Caudales Públicos, la pena quedaría
reducida a un año de prisión, con la dimensión de dos años para las accesorias
previstas de inhabilitación especial para el empleo de cargo o empleo público y
para el derecho de sufragio pasivo, y de un mes y quince días de prisión con la
accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo, y multa
de diez mil euros, con tres meses de arresto en caso de impago (cantidad
aproximada de sueldo bruto cuando se cometen los hechos por el acusado en el
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mismo periodo), todo ello en aplicación de lo dispuesto en el artículo 66 del
Código Penal.
QUINTO.- Todo responsable criminalmente de un delito lo es también
civilmente, artículos 116 y siguientes del Código Penal, y en el caso presente el
Jurado considera, por la documentación referida a diez exposiciones en concreto
(hechos A15, A16, A17, A18, A19, A20, A21, A22, A25 y A26), y que hace
referencia una cantidad apropiada o malversada de 15190 euros (hecho A27),
es plenamente extrapolable al conjunto de 24 exposiciones celebradas con la
misma dinámica en el Palacio de Sástago y organizadas por el propio Alfredo R.,
lo que hace una cantidad malversada en total de 37.975 euros que es la que
debe de ser objeto de indemnización.
Al haber sido ingresada la cantidad de 38.000 euros en la cuenta de
Consignaciones de la Audiencia Provincial y existir un fallo condenatorio, la
cantidad debe de ser aplicada al pago de la responsabilidad civil decretada, más
los intereses legales que puedan derivarse.
SEXTO.- Conforme a los establecido en el artículo 123 del Código Penal, las
costas se impondrán a los criminalmente responsables de todo delito o falta, por
lo que procede imponer las mismas al acusado, no incluyéndose las de la
Acusación Particular por no haberse solicitado.
VISTAS las disposiciones legales y los artículos pertinentes de la Ley Orgánica
del Tribunal del Jurado, del Código Penal, y de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal.
El Magistrado Presidente, por la autoridad que le confiere la ley, emite el
siguiente:
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FALLO
Conforme al veredicto emitido por el tribunal del jurado de la presente causa,
CONDENO a ALFREDO R. S., cuyos demás datos personales ya constan en el
encabezamiento de esta resolución, y en quien concurre la circunstancia
atenuante muy cualificada de reparación del daño del artículo 21.5ª del Código
Penal, como autor responsable de un delito de Malversación de Caudales
Públicos, ya definido, a la pena de UN AÑO de prisión, más DOS AÑOS de
inhabilitación especial para empleo o cargo público y derecho de sufragio
pasivo, y como autor responsable de un delito de Blanqueo de Capitales, ya
definido, a la pena de UN MES y QUINCE DÍAS de prisión, con la accesoria de
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo, y multa de DIEZ MIL
EUROS, con la responsabilidad personal subsidiaria de TRES MESES en caso de
impago. Pago de costas y en cuanto a responsabilidad civil deberá indemnizar a
la Diputación Provincial de Zaragoza en la cantidad de 37.975 euros, más los
intereses legales correspondientes desde la fecha de esta sentencia.
Así por esta Sentencia, contra la que puede interponerse recurso de apelación
ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón en el
plazo de diez días, y de la que se unirá certificación al Rollo, lo pronuncio,
mando y firmo.
PUBLICACIÓN: En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución
por el Ilmo. Sr. Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe.