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Ana la de Álamos Ventosos Serie Ana de las Tejas Verdes, 4 Por Lucy Maud Montgomery

Ana la de Álamos Ventosos

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Page 1: Ana la de Álamos Ventosos

AnaladeÁlamosVentososSerieAnadelasTejasVerdes,4

Por

LucyMaudMontgomery

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ELPRIMERAÑO

1

(Carta de Ana Shirley, bachiller en Artes, directora de la EscuelaSecundaria de Summerside, a Gilbert Blythe, estudiante de medicina deRedmondCollege,enKingsport).

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma,

Summerside

Lunes12deseptiembre

Queridomío:

¿Qué te parece mi dirección? ¿Alguna vez oíste algo más delicioso?ÁlamosVentososeselnombredeminuevohogar,ymeencanta.Tambiénmegusta laCalledelFantasma,quenoexiste legalmente.En realidad, se llamaCalleTrent,peronadieusaesenombre,exceptoelperiódicoWeeklyCourier,laspocasvecesquelamenciona;cuandosucedelaspersonassemiranentresíydicen:«¿Dóndeestá?».EslaCalledelFantasma…aunquenopodríadecirtepor quémotivo.Ya se lo he preguntado aRebeccaDew, pero lo único quesabe decirme es que siempre se ha llamado Calle del Fantasma y que secontaba una historia, hace años, acerca de que estaba embrujada. Pero ellanuncahavistonadararoallí,salvoasímisma.

Peronodeboadelantarmecon lahistoria.TodavíanoconocesaRebeccaDew. Pero la conocerás, claro que sí. Intuyo que Rebecca Dew figuraráampliamenteenmicorrespondenciafutura.

Es la hora del crepúsculo, queridomío. (A propósito, ¿no es preciosa lapalabra«crepúsculo»?Megustamásqueatardecer.Suena tanaterciopelada,llenadesombrasy…y…crepuscular).Dedíapertenezcoalmundo…porlanoche,alsueñoyalaeternidad.Peroalahoradelcrepúsculo,estoylibredeambosymepertenezcosóloamímisma…yati.Demodoquereservaréestahorasagradaparaescribirte.Aunqueéstanovaaserunacartadeamor.Tengouna pluma cuya punta salpica y no puedo escribir cartas de amor con unaplumaasí…niconunaplumadepuntaafilada…nidepuntaroma.Asíquesólo recibirás esa clase de cartas cuando tenga la pluma adecuada.Mientrastanto, tehablaréacercademinuevodomicilioy sushabitantes.Gilbert, sontanencantadores…

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Vine ayer en busca de un lugar donde hospedarme. La señora RachelLyndeme acompañó, en teoría para hacer compras, pero en realidad, lo sé,paraelegirmeunsitiodondevivir.Apesardemitítulodelicenciada,laseñoraLyndesiguepensandoquesoyunacosilla inexpertaquenecesitaserguiada,dirigidaysupervisada.

Vinimosentreny,oh,Gilbert,tuveunaaventuradelomásgraciosa.Hasvistoquelasaventurassiemprevienenamí,sinquelasbusque.Pareceríaquelasatraigo.

Sucedió justo cuando el tren entraba en la estación. Me levanté y, alinclinarme para recoger la maleta de la señora Lynde (planeaba pasar eldomingo con una amiga en Summerside), apoyé los nudillos pesadamentesobreloquemeparecióelbrillantebrazodeunasiento.Unsegundodespués,recibíunviolentogolpequecasimehizochillar.Gilbert,loquecreíqueeraelbrazodelasientoera lacabezacalvadeunhombre.Meestabamirandoconfuriayeraevidentequeacababadedespertarse.Medisculpésumisamenteybajé del tren lo más pronto que pude. Lo último que vi fue su miradafuribunda.¡LaseñoraLyndeestabahorrorizadayamítodavíameduelenlosnudillos!

Noesperaba tenerdificultadesparaencontraralojamiento,pues laesposade un tal Tom Pringle ha estado alojando a las distintas directoras de laEscuela Secundaria durante los últimos quince años. Pero por alguna razóndesconocida,sehabíacansadode«lasmolestias»ynoquisoadmitirme.Varioslugaresadecuadosdieronexcusasamables.Otrosnoeranadecuados.Vagamosporelpueblotodalatarde,hastaquedaracaloradas,cansadas,desalentadasycon dolor de cabeza… al menos, yo quedé así. Ya estaba por darme porvencida…¡yentonces,apareciólaCalledelFantasma!

Habíamos ido a ver a la señoraBraddock (una vieja amiga de la señoraLynde),yelladijoquecreíaque«lasviudas»podríanalojarme.

«He oído que buscan una pensionista para poder pagar el sueldo deRebeccaDew.Yanopuedendarseel lujode tenerla, sinoentraunpocodedineroextra.YsisevaRebecca,¿quiénvaaordeñaresaviejavacarojiza?»,laseñoraBraddockmedirigióunamiradafulminante,comosipensaraqueyodebíaordeñarlavacarojiza,peronomehubiesecreídonibajojuramentosiyohubieradichoquesabíahacerlo.

«¿Dequéviudasestáshablando?»,quisosaberlaseñoraLynde.

«De la tía Kate y la tía Chatty, por supuesto», respondió la señoraBraddock, como si todo el mundo, incluso una ignorante licenciada enFilosofía y Letras, tuviera que saberlo. «La tíaKate es la señora deAmasaMacComber, bueno, es la viuda del capitán, y la tía Chatty es la viuda de

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LincolnMacLean. Pero todo elmundo les dice "tías".Viven al fondo de laCalledelFantasma».

¡Calle del Fantasma!Eso lo decidió.Comprendí que sencillamente teníaquealojarmeconlasviudas.

«Vayamosaverlasdeinmediato»,supliquéalaseñoraLynde.Meparecíaquesiperdíamosunminuto,laCalledelFantasmaseesfumaríaenelmundodelashadas.

«Puedes verlas, pero será Rebecca Dew la que realmente decidirá si tequedasono.EsRebeccaDewlaquetienelasarténporelmangoenÁlamosVentosos,teloaseguro».

ÁlamosVentosos.Nopodíasercierto…no,nopodíasercierto.Teníaqueestarsoñando.Yenaquelmomento,laseñoraLyndeestabadiciendoqueeraunnombremuyraroparaunafinca.

«Oh,selopusoelcapitánMacComber.Erasucasa,¿sabes?Plantótodoslosálamosque la rodeanyestabamuyorgulloso,aunqueveníamuypocoynunca se quedaba mucho tiempo. La tía Kate solía decir que eso era pococonveniente,peronuncapudimossabersisereferíaaqueestabapocotiempooaquevolvía.Bien,señoritaShirley,esperoque tealojen.RebeccaDewesbuenacocinerayungenioconlaspatatas.Silecaesengracia,tendráslavidasolucionada. Si no… bueno, no. Tengo entendido que en el pueblo hay unbanquero nuevoque está buscando alojamiento y quizás lo prefiera a él.Escurioso que la señora de Tom Pringle no te haya alojado. Summerside estállenodePringleymedioPringle.Lesdicen "laFamiliaReal"y tendrásquellevarte bien con ellos, señorita Shirley, o no durarás mucho en la escuelasecundaria.Siemprehansidolosmandamasesporestoslares…Hayunacalleque lleva el nombre del viejo capitánAbrahamPringle. Son toda una tribu,perolasdosancianasdeMaplehurstcomandanelclan.Oídecirquetetienenrabia».

«¿Peroporqué?»,exclamé.«Sinisiquierameconocen».

«Bueno, una prima tercera suya había solicitado el cargo de directora, ytodosellosopinanquetendríaquehaberloobtenido.Cuandotenombraronati,todalajauríaechólacabezahaciaatrásyaullódelolindo.Bueno,lagentees así. Hay que tomarla como viene, lo sabes. Serán suaves como la sedacontigo,pero teharán lavida imposible.Noquierodesalentarte, peromujerprecavidavalepordos.Esperoquetevayabienaunquesóloseaparataparleslaboca.Silasviudasteaceptan,tendrásquecomerconRebeccaDew;noteimportará¿verdad?Noessólounacriada.Esunaprimalejanadelcapitán.Nocomeenlamesacuandohayinvitados…entoncesseponeensusitio…perositealojarasallí,noteconsideraríaunainvitada,porsupuesto».

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Le aseguré a la ansiosa señora Braddock que me encantaría comer conRebecca Dew, y arrastré a la señora Lynde hacia la puerta. Tenía queadelantarmealbanquero.

LaseñoraBraddocknossiguióhastalapuerta.

«Ynohieras los sentimientosde la tíaChatty, ¿quieres?Es tan sensible,pobrecilla.Seofendepornada.Verás,notienetantodinerocomolatíaKate…aunque ésta tampoco tiene demasiado. Y la tía Kate quería a sumarido deverdad… a su propiomarido, quiero decir… pero la tía Chatty no… no loquería,al suyo,seentiende.Ynoesdeextrañarse.LincolnMacLeaneraunviejomalhumorado…peroellapiensaquelagenteseloechaencara.Tienessuerte de que sea sábado. Si hubiera sido viernes, la tía Chatty ni siquieraconsideraríalaposibilidaddealojarte.SediríaquelasupersticiosaseríalatíaKate,¿no?Losmarinossonasí.PeroeslatíaChatty…aunquesumaridoeracarpintero.Eramuybonitaensujuventud,pobrecilla».

Le aseguré a la señora Braddock que los sentimientos de la tía Chattyseríansagradosparamí;nossiguióporelsendero.

«Kate y Chatty no hurgarán tus pertenencias cuando salgas. Son muyescrupulosas.PuedequeRebeccaDewlohaga,peronoiráconcuentossobreti.Ysiestuvieraentulugar,noiríaporlapuertaprincipal.Solamentelausanpara acontecimientos realmente importantes. No creo que haya sido abiertadesdeelfuneraldeAmasa.Pruebaporlalateral.Guardanlallavedebajodelmaceterodelaventana,demodoquesinohaynadie,abreypasaaesperar.Yporloquemásquieras,noseteocurraalabaralgato;RebeccaDewloodia».

Prometí que no alabaría al gato y logramos escapar. Pronto nosencontramosenlaCalledelFantasma.Esunacallelateralmuycortaquedaacampoabierto,enlontananza,unacolinaazulleproporcionaunhermosotelóndefondo.Aunlado,nohaycasasylatierracaesuavementehaciaelpuerto.Alotrohaysolamentetres.Laprimeraesunacasa,nadamás.Lasegundaesuna mansión imponente, sombría, de ladrillos rojos, con una buhardillaplagada de ventanitas, una baranda de hierro alrededor de la parte plana dearribay tantospinosy abedules alrededor, que apenas sepuedever la casa.Debedeser terriblementeoscura.Y la tercerayúltimaesÁlamosVentosos,justo en la esquina, con la calle delante y un verdadero sendero campestre,sombreadodeárboles,alotrolado.

Me enamoré de ella de inmediato. Has visto que hay casas que teimpresionan desde un primer momento, por alguna razón que no puedesdefinir.ÁlamosVentososesjustamenteasí.Podríadescribírtelacomounacasademaderablanca…muyblanca…conpersianasverdes…muyverdes…una«torre»enunaesquinayunabuhardillaacadalado,unmurobajodepiedraque la separade la calle, con álamosplantados a intervalos a lo largo,yun

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gran jardín en la parte posterior, donde crecen flores y verduras en undesorden encantador… pero todo esto no te transmitiría su encanto. Enresumen,esunacasaconunapersonalidaddeliciosayconundejodelsabordeTejasVerdes.

«Esteesellugarparamí…estabapredestinado»,suspiré,extasiada.

LaseñoraLyndeparecíanocreermuchoenlapredestinación.

«Seráunacaminatamuylargahastalaescuela»,comentó,vacilante.

«Nomeimporta.Seráunbuenejercicio.Oh,mireesehermosobosquecillodeabedulesyarcesdelotroladodelcamino».

LaseñoraLyndelomiró,perosolamentedijo:

«Esperoquenotecomanlosmosquitos».

Yo también lo esperaba. Detesto los mosquitos. Un mosquito puedemantenermedespiertamásquelosremordimientosdeconciencia.

Me alegré de no tener que usar la puerta principal. Se la veía tansolemne…unagranpuertademadera,dedoshojas,flanqueadaporpanelesdevidriorojocondibujosdeflores.Noparecíapertenecerenabsolutoalacasa.Lapequeñapuertaverdelateral(alaquellegamosporunpreciososenderodebaldosas enterradas parcialmente en la hierba) era mucho más amistosa yatrayente.Elsenderoestababordeadoportirasdehierbaybancalesdelirios,azucenas, margaritas y buganvillas. Por supuesto, las plantas no estaban enflorenestaépoca,peroseveíaquehabíanflorecido,ybien.Habíauncanteroderosalesenunrincón,entreÁlamosVentososylacasasombría,cercadeunapared de ladrillos cubierta por enredaderas; por encima de una despintadapuertaverde,habíaunenrejadoarqueado.Ramasdehiedracruzabanlapuerta,asíqueeraevidentequenohabíasidoabiertaenmuchotiempo.Enrealidad,eraunamediapuerta,porquelamitadsuperiorerasolamenteunóvaloabierto,atravésdelcualpudimosatisbareltupidojardíndelotrolado.

Justo cuando entrábamos por el portón del jardín de Álamos Ventosos,divisé una mata de trébol al lado del sendero. Un impulso me llevó ainclinarme y observarla. ¿Puedes creerlo, Gilbert? ¡Había tres tréboles decuatro hojas! ¡Hablando de supersticiones! Ni siquiera los Pringleprevalecerán contra eso. Sentí que el banquero no tenía la más remotaposibilidad.

Lapuertalateralestabaabierta;eraevidentequehabíaalguienenlacasa,así que no fue necesario buscar debajo de lamaceta. Llamamos y RebeccaDew se acercó a la puerta. Supimosque eraRebeccaDewporquenopodíahabersidoningunaotrapersonaenelmundoynopodíahabersellamadodeotraforma.RebeccaDewtieneunoscuarentaaños,ysiauntomatelecreciera

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elpelonegrohaciaatrásdesdelafrente,tuvierachispeantesojillosnegros,unanarizdiminutaconpuntaredondeada,yunabocaenformaderanura,tendríael mismo aspecto que ella. Todo en Rebecca es un poquitín corto: brazos,piernas,cuelloynariz;todo,menoslasonrisa.Eslargacomoparallegarledeorejaaoreja.Peronolevimoslasonrisaenaquelmomento.SuexpresióneratorvacuandopreguntésipodíaveralaseñoraMacComber.

«¿Serefierea laseñoradelcapitánMacComber?»,replicóseria,comosihubieraporlomenosunadocenadeseñorasMacComberenlacasa.

«Sí»,asentí,sumisa.

Yde inmediatonoshizopasar a la salita ynosdejó allí.Eraunabonitahabitación, un poco abarrotada de cubiertas tejidas en sofás y sillones, peroconunaatmósferaserena,amistosa,quemegustó.Cadamuebleteníasusitioparticular,quehabíaocupadoduranteaños.¡Cómorelucíanaquellosmuebles!Nohayabrillantadorqueproduzcaesebrillodeespejo.SupusequesedeberíaalosbrazosvigorososdeRebeccaDew.Sobrelarepisadelhogar,habíaunabotellaconunnavíoconvelamencompletodentroquedespertóelinterésdelaseñoraLynde.Nopodía imaginarcómohabría idoapararallí,peroopinóqueledabaalahabitación«unairenáutico».

Entraron «las viudas». Me gustaron de inmediato. La tía Kate era alta,delgadaygris,unpocoaustera(deltipoexactodeMarilla),ylatíaChatty,encambio,erabaja,delgadaygris,unpocomelancólica.Talvezhayasidomuyguapa alguna vez, pero no queda nada de su belleza salvo los ojos. Sonpreciosos:suaves,grandesyoscuros.

Expliquémisituaciónylasviudassemiraronentresí.

«DebemosconsultaraRebeccaDew»,dijolatíaChatty.

«Sinduda»,acotólatíaKate.

LlamaronaRebeccaDewyvinodesdelacocina.Elgatoentróconella,unpeludo gato maltés, con el pecho y el cuello blancos. Me hubiera gustadoacariciarlo,perorecordélaadvertenciadelaseñoraBraddockymeabstuve.

Rebeccamemirósinunatisbodesonrisa.

«Rebecca», dijo la tía Kate, que, según he descubierto, no malgastapalabras, «la señorita Shirley desea alojarse aquí. Creo que no podemosadmitirla».

«¿Porqué?»,preguntóRebeccaDew.

«Seríademasiadotrabajoparati».

«Estoyacostumbradaaltrabajo»,respondióRebecaDew.

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Gilbert, no se pueden separar esos nombres. Es imposible, aunque lasviudaslohacen.LallamanRebeccacuandolehablan.Nosécómolologran.

«Estamos un poco viejas para el ajetreo de la juventud», insistió la tíaChatty.

«Nogeneralice»,replicóRebeccaDew.«Sólotengocuarentaycincoañosy todavía estoy bien lúcida. Y mi opinión es que estaría bien tener a unapersonajovendurmiendoenlacasa.Unachicaseríamejorqueunvarón,sinduda.Unvarón fumaríadíaynocheynospegaría fuegoa lacasa.Sivanacogerunpensionista,miconsejoesqueseaella.Peroporsupuesto,lacasaessuya».

Habló y desapareció, como le gustaba decir a Homero. Comprendí queestabatodoresuelto,perolatíaChattydijoquedebíasubiryversiencontrabaadecuadalahabitación.

«Ledaremoseldormitoriodelatorre,querida.Noestangrandecomolahabitaciónqueestálibre,perotieneunhuecoparaeltubodeunaestufa,parael invierno,yunavistamuchomásbonita.Sepuedeverelviejocementeriodesdeallí».

Supeenesemomentoquemeencantaríalahabitación.Elnombremismo,«dormitoriodelatorre»,mesubyugaba.Mesentíacomosivivieraenesaviejacanciónquesolíamoscantaren laescueladeAvonlea,acercade ladoncella«que moraba en una alta torre junto al gris del mar». Resultó ser un sitioprecioso. Subimos por una escalera curva que ascendía hacia allí desde eldescansillo.Eraalgopequeña,peronotantocomoelespantosodormitorioquedaba al pasillo, que me tocó en mi primer año de Redmond. Tenía dosventanastipobuhardilla:unaquemirabaaloeste,yunamásgrandequedabaalnorte;enlaesquinaformadaporlatorrehabíaotraventanadetreshojasquese abrían hacia afuera y estantes debajo, para mis libros. El piso estabacubiertoconalfombrasredondasylagrancamateníadoselyunedredón.Selaveíatanlisaquemeparecíaunalástimatenerquedesordenarladurmiendo.Y,Gilbert,estanalta,queparasubirmeaelladeboutilizarunaescalerillaqueduranteeldíaseguardadebajodelacama.Alparecer,elcapitánMacCombercompróelartefactoenalgúnlugar«extranjero»ylotrajoacasa.

Enunodelosrinconeshabíaunbonitoarmarioconestantesadornadosconpapel blanco festoneado y ramilletes de flores pintados en la puerta. Unalmohadón azul redondo descansaba sobre el asiento bajo la ventana; unalmohadónconunbotónhundidoenelcentro,loqueledabaelaspectodeunagruesa rosquilla azul. Y había un lavabo con dos estantes; en el más altocabíanapenasunajarrayunajofainaazulesyenelmásbajo,unajabonerayunajarraparaaguacaliente.Teníauncajoncitocontiradordebronce,llenodetoallas;encimadelcajóndescansabaunapequeñadamadeporcelanablanca,

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conzapatitos rosados,moñodoradoyuna rosadeporcelana rojaensupelorubio.

Lahabitaciónenteraestababañadaporlaluzdoradaqueentrabaporentrelascortinascolormaízylasparedesencaladaslucíanuntapizextraordinariodondecaíanlassombrasdelosálamosdefuera:untapizviviente,trémuloycambiante.Meparecióunahabitaciónmuyalegre.Mesentílamuchachamásricadelmundo.

«Estarásseguraaquí,esosí»,afirmólaseñoraLyndecuandonosíbamos.

«Supongo que algunas cosasme resultarán algo opresivas después de lalibertaddePatty'sPlace»,dijeenbroma.

«¡Libertad!», resopló la señora Lynde. «¡Libertad! No hables como unayanqui,Ana».

Mehemudadohoy,conmisbolsosytodomiequipaje.Porsupuestoquefue muy triste abandonar Tejas Verdes. Por más lejos que esté de allí, encuantolleganunasvacaciones,vuelvoaserpartedeeselugarcomosinuncame hubiera ido y mi corazón se desgarra cuando me voy. Pero sé que megustaráestaraquí.Yalacasalecaigobien.Siemprehepodidodarmecuentasilecaigobienaunacasa,ono.

Lasvistasdesdemisventanassonpreciosas;hastaladelviejocementerio,queestárodeadoporunahileradepinososcurosyalquesellegaporunacallesinuosa,bordeadaporcanalesdedesagüe.Desde laventanaquedaaloeste,veotodoelpuerto,ymásallá,lascostaslejanasybrumosas,conlosbonitosveleros que tanto me gustan, y los buques que parten «hacia desconocidospuertos»…¡quéfrase!¡Haytantolugarparalaimaginaciónenella!Desdelaventanadelladonorteveoelbosquecillodeabedulesyarcesqueestáalotrolado de la calle. Sabes que siempre he sido devota de los árboles. Cuandoestudiábamos a Tennyson en nuestro curso de inglés, enRedmond, siempremeidentificabaconlapobreEnone,quepenabaporsuspinosdestrozados.

Más allá del bosque y el cementerio, hay un valle encantador con uncaminoquelorecorrecomounacintarojabrillanteycasitasblancasdetantoen tanto.Algunos valles son adorables…no podría decirte por qué.El solohecho demirarlos causa placer. Y al fondo de todo, estámi cerro azul. Lollamaré Rey de las Tormentas… por eso de la pasión gobernante, etcétera.Puedo estar tan sola aquí, cuando quiero.Me gusta estar sola de cuando encuando.Elvientoserámiamigo.Gemirá,suspiraráycantaráalrededordemitorre…losvientosblancosdelinvierno…losvientosverdesdeprimavera…losvientosazulesdelverano…losvientoscarmesídelotoño…ylosvientossalvajesdetodaslasestaciones;«vientodetormentaquecumplesupromesa».Siempremeencantóesafrasebíblica,comosicadavientotuvieraunmensaje

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paramí.Envidio almuchacho que voló con el viento norte en ese preciosocuento de George MacDonald. Alguna de estas noches, Gilbert, abriré laventanadelatorreytreparéalosbrazosdelviento…yRebeccaDewnuncasabráporquémicamaquedóintactaesanoche.

Amormío,esperoquecuandoencontremosnuestra«casadelossueños»,haya vientos alrededor de ella. Me pregunto dónde estará esa casadesconocida.¿Megustarámásalaluzdelalunaoalamadrugada?Esehogardel futuro donde tendremos amor, amistad y trabajo… y algunas aventurasgraciosas para hacernos reír en la vejez. ¡La vejez! ¿Seremos viejos algunavez,Gilbert?Mepareceimposible.

Desdelaventanaizquierdadelatorreveolostejadosdelaciudad…estelugardondeviviréporlomenosduranteunaño.Enesascasasvivenpersonasqueseránmisamigas,aunquetodavíanolasconozco.Yquizámisenemigas.Puesgentedemalavoluntadhay en todaspartes, condiferentesnombres, ypor lo que tengo entendido, los Pringle son huesos duros de roer. Mañanacomienzanlasclases.¡Tendréqueenseñargeometría!Sinduda,nopuedeserpeorqueaprenderla.RuegoalcieloquenohayageniosmatemáticosentrelosPringle.

Hace solamente medio día que estoy aquí, pero siento como si hubieraconocidoalasviudasyaRebeccaDewtodalavida.Yamehanpedidoquelasllame«tía»,yyoleshepedidoquemellamenAna.ARebeccaDewlallamé«señoritaDew»unasolavez.

«¿Señorita,qué?»,exclamó.

«Dew»,repetí,sumisa—.«¿Nosellamaasí?».

«Bueno,sí,peronomehanllamadoseñoritaDewentantotiempoquemepeguéunbuen susto.Serámejor queno lo vuelva a hacer, señoritaShirley,puesnoestoyacostumbrada».

«Lo recordaré, Rebecca… Dew», respondí. Traté de no incluir el Dew,peronolologré,porsupuesto.

LaseñoraBraddockteníarazónaldecirquelatíaChattyerasensible.Lodescubrí a la hora de la cena. La tía Kate había dicho algo acerca del«cumpleañosnúmerosesentayseisdeChatty».Porcasualidad,miréaChattyy vi que… bueno, no había estallado en llanto (ésa sería una expresióndemasiadofuerteparasuactitud).Sencillamentesedesbordó.Laslágrimasseleformaronenlosgrandesojososcurosycayeronsinesfuerzoyensilencio.

«¿Y ahora qué pasa, Chatty?», preguntó la tía Kate, con un dejo deaspereza.

«Es…esquesólocumplísesentaycinco»,respondiólatíaChatty.

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«Perdóname,Charlotte»,sedisculpólatíaKate…yelsolvolvióasalir.

Elgatoesunpreciosoanimalconojosdorados,unelegantepelajemaltéseirreprochablelinaje.LastíasKateyChattylollamanDustyMiller,puestoqueéseessunombre,yRebeccaDewlollama«esegato»porqueletieneenconoynolegustatenerquedarlecincocentímetroscuadradosdehígadotodaslasmañanasy todas lasnoches,niquitar lospelosdelsillónde lasalitaconunviejo cepillo cada vez que él se sube allí, ni ir a buscarlo por las noches,cuandoelgatosevadejuerga.

«ARebeccaDewnuncalegustaronlosgatos»,mecontólatíaChatty,«ydetestaaDusty.ElperrodelaviejaseñoraCampbell,teníaunperroenaquelentonceslotrajoenlaboca,hacedosaños.SupongoquepensóquenoteníasentidollevárseloalaseñoraCampbell.Pobregatito,estabamojadoymuertodefrío,conloshuesecillosasomándolepordebajodelapiel.Niuncorazóndepiedra le hubiera negado un refugio.Así queKate y yo lo adoptamos, peroRebeccaDewnuncanosloperdonó.Noestuvimosnadadiplomáticasaquellavez.Tendríamos que habernos negadode inmediato a alojarlo.No sé si hasnotado…»,agrególatíaChatty,yechóunamiradacautelosaendirecciónalapuertaqueseparabaelcomedordelacocina,«laformaenquemanejamosaRebeccaDew».

Yosí lahabíanotado,yeraalgodignodeverse.SummersideyRebeccaDewpuedencreerqueellatienelasarténporelmango,perolasviudassabencuáleslaverdad.

«No queríamos tomar al banquero. Un hombre joven hubiera sido muycomplicado; y habríamos tenido que preocuparnos si no iba a la iglesia conregularidad. Pero fingimos que sí queríamos y Rebecca Dew se negó a oírhablardelasunto.Mealegratantotenerte,querida.Estoyseguradequeseráunplacercocinarparati.Esperoquetodasnosotrastecaigamosbien.RebeccaDew tiene muy buenas cualidades. No era tan limpia como ahora cuandollegó,hacequinceaños.UnavezKatetuvoqueescribirsunombre"RebeccaDew"enelespejodelasalaparaqueellavieraquehabíapolvo.Peronuncatuvoquevolverahacerlo.RebeccaDewsabecaptarlasinsinuaciones.Esperoquetuhabitación teresultecómoda,querida.Puedesabrir laventanapor lasnoches.Katenoapruebaelairenocturno,perocomprendequelospensionistasdeben tener privilegios. Ella y yo dormimos juntas y nos hemos puesto deacuerdoenqueunanochedejamoslaventanacerrada,porella,yalanochesiguiente,laabrimos,pormí.Siempresepuedenarreglarlosproblemasdeesetipo,¿nocrees?Sihaybuenavoluntad,siempreseencuentransoluciones.NoteasustessioyesaRebeccarecorriendolacasadenoche.Oyeruidostodoeltiempoyselevantaainvestigar.Creoqueporesonoqueríaquealojáramosalbanquero.Teníamiedodetoparseconélencamisón.Esperoquenotemolesteque la tíaKatehable tanpoco.Essu formadeser.Yesoquedebede tener

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muchas cosas para contar; anduvo por todo el mundo en su juventud, conAmasaMacComber.Ojaláyotuvieratantostemasdeconversacióncomoella,perojamássalídelaislaPríncipeEduardo.Muchasvecesmehepreguntadoporquéhabrásidoasí.Amímegustahablarynotengonadaparacontar,yaellanolegustaabrirlabocaypodríahablardecualquiercosa.PerosupongoquelaProvidenciasabequéeslomejor».

SibienlatíaChattyesconversadora,deesonohayduda,nodijotodoestosin parar. Interpuse comentarios adecuados en los momentos debidos, peroerancosassinimportancia.

Tienenunavacaquepastaen lapropiedaddelseñorJamesHamilton,unpocomás arriba, yRebeccaDewva hasta allí a ordeñarla.Hay cantidad decremay tengo entendidoque todas lasmañanas y todas las tardes,RebeccaDewlepasaunvasodelechefrescaporlaaberturadelportónala«mujer»dela señora Campbell. Es para «la pequeña Elizabeth», que debe beberla porordendelmédico.Quiénessonla«mujer»y«lapequeñaElizabeth»soncosasque todavíame quedan por descubrir. La señoraCampbell es la ocupante ypropietariadelafortalezadealladoquesellama«Siempreverde».

Creoquenodormiréestanoche;nuncaduermo laprimeranocheenunacamadesconocida,yéstaeslacamamásraraquehevistoenmivida.Peronome importará. Siempre me encantó la noche y no me importará quedarmetendidadespierta,pensandoen todo lopasado,presentey futuro.Sobre todoenelfuturo.

Éstaesunacartadespiadada,Gilbert.Novolveréacastigarteconunatanlarga. Pero quería contarte todo, para que pudieras imaginar mi nuevoambiente. Llega a su fin, ahora, pues lejos,más allá del puerto, la luna «sehunde en el reino de las sombras». Todavía me falta escribirle una carta aMarilla.LacartallegaráaTejasVerdespasadomañana,yDavylallevaráalacasadesdeelcorreo,yDorayélseapretujaránalrededordeMarillamientrasellalaabre,ylaseñoraLyndeabrirálasorejas…¡Ayyyyyy!Estomehahechosentir nostalgia. Buenas noches, mi amor, te desea alguien que es y serásiempre,tuya,contodocariño,

AnaShirley

2

(Extractosdevariascartasdelamismaremitentealmismodestinatario).

26deseptiembre

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¿Sabes adónde voy a leer tus cartas? Al otro lado de la calle, albosquecillo.Hayunahondonadadondeelsolmotealoshelechos.Unarroyolacruza; hay un tronco mohoso y retorcido sobre el cual me siento y unapreciosa hilera de jóvenes abedules. De ahora en adelante cuando tenga unsueño especial… un sueño verde y dorado, surcado de rojo… un sueño desueños…imaginaréqueprovinodemihondonadasecretadeabedulesyquenació de unamística unión entre el abedulmás esbelto y ligero y el arroyosusurrante.Meencantasentarmeallíyescucharelsilenciodelbosque.¿Hasnotado cuántos silencios diferentes existen, Gilbert? El silencio de losbosques… el de la costa… el de las praderas… el de la noche… el de lastardesdeverano.Todosdistintos,porquelostonosquesubyacenenellossontambién diferentes. Estoy segura de que si fuera completamente ciega einsensible al calor y al frío, podría notar fácilmente dónde estaría, por lacalidaddelsilencioquemerodea.

Hace dos semanas que empezaron las clases y tengo todo bastante bienorganizadoen la escuela.Pero la señoraBraddock tenía razón:miproblemasonlosPringle.Ytodavíanoveobiencómolovoyaresolver,apesardemistréboles de la suerte. Como dice la señora Braddock, son suaves como laseda…eigualderesbaladizos.

Los Pringle son una especie de clan en el que todos se controlanmutuamentey sepelean,pero frente aun extraño,hacen frentehombro conhombro. He llegado a la conclusión de que hay solamente dos clases depersonasenSummerside:losquesonPringleylosquenoloson.MiaulaestállenadePringles,ymuchosotrosalumnosque tienenotrosapellidos sondesangrePringle,también.LajefadelgrupopareceserJenPringle,unachicuelade ojos verdes que es igual a lo que debe de haber sidoBeckySharp a loscatorceaños.Creoqueestáorganizandounasutilcampañadeinsubordinacióne irrespetuosidadcon laquenomevaa ser fácil lidiar.Tiene facilidadparahacermuecas irresistiblemente cómicasy cuandooigo risas ahogadasdetrásdemisespaldasenlaclase,séperfectamentequélashaprovocado,perohastaahora,nohepodidoatraparlaenelinstantejusto.Perotienecerebro,también,¡la muy perversa! Escribe composiciones que son primas cuartas de laliteratura,yesbrillanteenmatemáticas…¡pordesgraciaparamí!Todoloquediceohacetieneunaciertachispayposeeunsentidodelhumorqueseríaunlazodeuniónentre lasdossinohubieracomenzadoporodiarme.Talcomoestánlascosas,temoquepasarámuchotiempoantesdequeJenyyopodamosreírjuntasdealgunacosa.

MyraPringle, laprimadeJen,es labellezade laescuela…yalparecer,carecedecerebro.Dicealgunasburradasdivertidas,noobstante,comocuandohoy,enlaclasedehistoria,dijoquelosindígenascreíanqueChamplainysushombreserandioseso«algunacosainhumana».Socialmente,losPringleson

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lo queRebeccaDew llama«la elite» deSummerside.Yahe sido invitada acenaradoshogaresPringle…porqueinvitaraunamaestranuevaacenaresloquesedebehacerylosPringlenovanaomitirlosgestosrequeridos.Anochefui a casa de James Pringle, el padre de Jen. Tiene aspecto de profesoruniversitario,peroenrealidadesestúpidoeignorante.Hablómuchosobrela«disciplina»,golpeandoelmantelconundedocuyauñanoestabaimpecable,y masacrando la gramática de vez en cuando. La Escuela Secundaria deSummerside siempre había requerido una mano firme… un docenteexperimentadoy,aserposible,varón.Temíaqueyofueraunpocodemasiadojoven:«undefectoqueeltiemporemediaráconprontitud»,dijoconpesar.Yonorespondí,porquesihubieradichoalgo,quizáshubiesedichodemasiado.Demanera que me mostré tan suave y sedosa como cualquier Pringle, y meconformé con mirarlo con candidez y pensar para mis adentros: «¡Viejocascarrabiasllenodeprejuicios!».

Jendebedehaberheredadolainteligenciadelamadre,quemecayóbien.Jen, en presencia de los padres, fue unmodelo de decoro. Pero si bien suspalabras eran corteses, el tono era insolente. Cada vez que decía «señoritaShirley»,lograbaqueparecieseuninsulto.Ycadavezquememirabaelpelo,yo sentía que era color zanahoria. Ningún Pringle, estoy segura, admitiríajamásqueescastañorojizo.

MegustómáslafamiliadeMortonPringle,apesardequeMortonPringlenunca escucha nada de lo que dices. Te dice algo y luego, mientras lecontestas,yaestápensandoenelsiguientecomentario.

La señoradeStephenPringle, laviudaPringle (enSummerside abundanlasviudas),meescribióunacartaayer;unacartaamable,cortésyvenenosa.Millie tienedemasiadosdeberes;Millieesunacriaturadelicadaquenodebecansarse.ElseñorBellnuncaledabadeberes.Esunachicasensiblealaquehayquecomprender.¡ElseñorBelllacomprendíatanbien!LaseñoraPringlenodudadequeyotambiénloharé,¡simeesmero!

Estoy segura de que la señora de Stephen Pringle piensa que yo hicesangrarlanarizdeAdamPringlehoyenclase,razónporlacualelniñotuvoquevolversea sucasa.Yanochemedespertéynopudevolveradormirmeporquerecordéquenolehabíapuestoelpuntoalaideunapalabraqueescribíenelpizarrón.SeguroqueJenPringlelonotóyunsusurrorecorrerátodoelclan.

RebeccaDewdiceque todos losPringlemeinvitaránacenar(menos lasancianasdeMaplehurst)yluegomeignoraránparasiempre.Comoellosson«la elite», esto puede significar que quede socialmente excluida enSummerside. Bien, veremos. La batalla no ha sido ganada ni perdida. Noobstante, todoelasuntomedaunpocodetristeza.Nosepuederazonarcon

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losprejuicios.Sigosiendoigualquecuandoeraniña;nosoportoquelagentenomequiera.Noesagradablepensarque los familiaresde lamitaddemisalumnosmeodian.Ypor algo que no es culpamía.Loquemeduele es lainjusticia. ¡Ahí van unas negritas! Pero unas cuantas palabras en negritaalivianlossentimientos.

Apartede losPringle,megustanmisalumnos.Algunos son inteligentes,ambiciosos y trabajadores, y realmente están interesados en aprender.LewisAllenpagasuhospedajehaciendolastareasdomésticasdelapensióndondesealoja, y no se avergüenza de ello.Y Sophy Sinclair cabalga a pelo la viejayeguadesupadre,todoslosdías,diezkilómetrosdeidaydiezdevuelta.¡Ahítienesunachicatenaz!Sipuedoayudaraalguiencomoella,¿quéimportanciapuedentenerlosPringle?

ElproblemaesquesinopuedoganarmealosPringle,notendrémuchasposibilidadesdeayudaranadie.

PeromeencantaÁlamosVentosos.Noesunapensión…¡esunhogar!Ylescaigobienatodos…hastaaDustyMiller,aunqueavecesmecensuraylodemuestra sentándosedeliberadamentede espaldas amíydirigiéndomeunaocasionalmiradaporencimadelhombroparavercómoloestoytomando.Nolo acaricio mucho cuando Rebecca Dew está cerca, porque realmente lefastidia. De día es un animal tranquilo, hogareño, meditabundo… pero esdecididamenteunacriaturaextrañadenoche.Rebeccaopinaquesedebeaquenunca se le permite quedarse fuera una vez que ha oscurecido. Ella detestasaliral jardína llamarlo.Dicequelosvecinossereirándeella.Lollamaentonos tan feroces y estentóreos, que en verdad deben de oírla por toda laciudadenlasnochesserenascuandogrita:«Michi»,«Michi».¡Michi!…Alasviudas les daría un berrinche si Dusty no estuviera dentro cuando se van adormir.

«Nadie sabe lo que he pasado por culpa de "ese gato"… nadie»,me haaseguradoRebecca.

Conlasviudasnovoyatenerproblemas.Cadadíalasquieromás.LatíaKate no aprueba la lectura de novelas, perome ha informado que no tieneintenciónde censurarmimaterial de lectura.A la tíaChatty le encantan lasnovelas.Tieneun«escondite»dondelasguarda(lastraedecontrabandodelabiblioteca pública) junto con un mazo de naipes para hacer solitarios ycualquierotracosaquenodeseaqueKatevea.Elesconditeestáenelasientode una silla, que sólo ella sabe que no es meramente un asiento. Hacompartidoelsecretoconmigoporquesospechoquequierequelaayudeconelmencionado contrabando.En realidad, no tendría que haber necesidad deescondites enÁlamosVentosos,pues jamásviunacasa con tantos armariosmisteriosos. Aunque desde luego, Rebecca Dew no les permite ser

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misteriosos.Siempreestávaciándolos.«Unacasanose limpiasola», replicacuandoalgunadelasviudasprotesta.Estoyseguradequenoseandaríaconrodeossiencontraranovelasounmazodenaipes.Ambascosassonunhorrorparasualmaortodoxa.Opinaquelosnaipessonloslibrosdeldemonio,ylasnovelas, algo peor todavía. Lo único que lee Rebecca Dew, aparte de suBiblia,son lascolumnassocialesdelGuardiándeMontreal.Adoraenterarsedeloreferenteamuebles,casasyactividadesdelosmillonarios.

«Imagineloqueseráremojarseenunabañeradeoro,señoritaShirley»,mecomentóunavez,conmelancolía.

Pero en realidad es un encanto. Hizo aparecer de algún lado un sillóncómodotapizadoenbrocadodescolorido,queseamoldajustoamicuerpo,ydijo:

«Esteessusillón.Seloguardaremos».

YnodejaqueDustyMillerduermaallí,portemoraquequedenpelosenlafaldaqueusoparalaescuela,yquelosPringletenganalgodequéhablar.Lastresestánmuyinteresadasenmianillodeperlas…yenloquesignifica.LatíaKatemeenseñósuanillodecompromiso(no lopuedeusarporque lequedapequeño),conturquesasengarzadas.PerolapobretíaChattymeconfesóconlágrimas en los ojos que nunca tuvo anillo de compromiso… su marido loconsideraba «un gasto innecesario». Ella estaba en mi habitación en aquelmomento, humedeciéndose la cara con suero de leche. Lo hace todas lasnochesparaprotegerseelcutis,ymehahechojurarqueguardaréelsecreto,puesnoquierequeseenterelatíaKate.

«Pensaríaqueesvanidosoyabsurdoparaunamujerdemiedad.YestoyseguradequeRebeccaDewpiensaqueningunamujercristianadeberíatratardeserhermosa.Solíabajara lacocinaahacerlo,unavezqueKatesehabíadormido,perosiempreteníamiedodequetambiénbajaraRebeccaDew.Tieneoídosdegatoinclusocuandoduerme.Sipudierasubiraquíahacerlotodaslasnoches…¿Sí?Gracias,querida».

HicealgunasaveriguacionesacercadenuestrasvecinasdeSiempreverde.LaseñoraCampbell(¡queeraunaPringle!)tieneochentaaños.Nolahevisto,perotengoentendidoqueesunaancianamuysevera.Tieneunacriada,MarthaMonkman,casitanancianayseveracomoella,aquientodosserefierencomo«la mujer de la señora Campbell». Y la bisnieta, la pequeña ElizabethGrayson,viveconella.Elizabeth (aquien jamáshevistoen losquincedíasquellevoaquí)tieneochoañosyvaalaescuelapública«poratrás»,unatajoporlosjardines,demodoquenuncamelaencuentro,nialaidanialavuelta.Sumadre,quehamuerto,eranietadelaseñoraCampbell,quetambiénlacrio,puessuspadreshabíanmuerto.SecasóconuntalPierceGrayson,unyanqui,como diría la señora Lynde. Ella murió al nacer Elizabeth y como Pierce

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Graysontuvoquepartirde inmediatodeAméricaparahacersecargodeunaramadesuempresaenParís,enviarona laniñaacasade laancianaseñoraCampbell. Según dicen, él no podía soportar ver a la niña, pues le habíacostado la vida a la madre, y nunca le ha prestado atención. Por supuesto,éstospuedensersolamentechismes; laseñoraCampbelly la«mujer» jamáshablandeél.

RebeccaDewopinaquesondemasiadoseverasconlapequeñaElizabeth,quenolopasademasiadobienconellas.

«No es como las otras niñas; es demasiadomadura para sus ocho años.¡Dicecadacosa,aveces!"Rebecca",medijoundía,"supónquejustocuandoestás apuntodemeterte en la cama sientesque temuerdenel tobillo".Conrazóntienemiedodeirseadormirenlaoscuridad.Ylaobliganahacerlo.LaseñoraCampbelldicequenohabrácobardesensucasa.Lavigilancomodosgatosaunratónysepasaneldíadándoleórdenes.Sihaceelmenorruidito,les da un ataque.Chsss,Chsss, están todo el día. Le aseguro que con tanto"chsss,chsss"lavanamatar,pobrechica.¿Yquésepuedehaceralrespecto?¿Qué,realmente?».

Megustaríaverla.Meresultaunpocopatética.La tíaKatedicequeestábiencuidadadesdeelpuntodevistafísico.LoquedijorealmentelatíaKatefue:«Laalimentanylavistenbien»,perounacriaturanopuedevivirsólodepan. Nunca olvido lo que fue mi propia vida antes de mi llegada a TejasVerdes.

ElviernesquevienevoyaAvonlea,apasardosdíasmaravillosos.ElúnicoinconvenienteesquetodoslosqueveamepreguntaránsimegustaenseñarenSummerside.

Pero piensa en Tejas Verdes ahora, Gilbert… el Lago de las AguasRefulgentescubiertoporunamantadebrumaazul… losarcesdelotro ladodelarroyocomenzandoaponerserojos…loshelechosdoradosenelBosqueEncantado…ylassombrasdelatardecerenlaSendadelosEnamorados,eselugar adorable.Descubro enmi corazón que desearía estar allí ahora con…con… ¿adivinas con quién? ¿Sabes, Gilbert, que hay momentos en quesospechoqueteamo?

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma,

Summerside

10deoctubre.

Honradoyrespetadoseñor:

Así comenzaba una carta de amor de la abuela de la tía Chatty. ¿No es

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delicioso? ¡Qué sensación de superioridad debía de darle al abuelo! ¿No lopreferiríasa«QueridísimoGilbert,etcétera»?Peropensándolobien,mealegrodequenoseaselabuelo…¡niunabuelo!

Es maravilloso pensar que somos jóvenes y tenemos toda la vida pordelante…juntos…¿no?

(Seomitenvariaspáginas,pueslaplumadeAnaevidentementenoeranipuntiaguda,niroma,niestabaoxidada).

Estoy sentada en el asiento de debajo de la ventana de la torre,contemplando los árboles que se agitan contra un cielo color ámbar, ymásallá,elpuerto.Anochediunhermosopaseoconmigomisma.Realmenteteníaque ir a alguna parte, pues el ambiente estaba un poco sombrío enÁlamosVentosos.LatíaChattyllorabaenlasalaporquesussentimientoshabíansidoheridos, la tíaKate lloraba en su dormitorio porque era el aniversario de lamuerte del capitán Amasa y Rebecca Dew lloraba en la cocina por algúnmotivoquenopudedescubrir.Jamáslahabíavistollorarantes.Perocuandotraté,conmuchotacto,deaveriguarquépasaba,quisosabersiunapersonanopodía echarse a llorar cuando tenía deseos de hacerlo. De manera quedesmontelatiendayabandonéelcampamento,yladejéconsullanto.

Salíymeencaminéhaciaelpuerto.Habíaundeliciosoaromaaoctubreenelaire,mezcladoconelolorde loscamposreciénarados.Anduveyanduvehastaqueelatardecerseconvirtióenunanocheotoñaliluminadaporlaluna.Estaba sola pero no me sentía sola. Mantuve una serie de conversacionesimaginarias con camaradas imaginarlos y pensé tantos epigramas, que mesorprendí a mí misma. No pude evitar divertirme a pesar de mispreocupacionesporlosPringle.

ElespíritumemueveaproferirgemidosconrespectoalosPringle.Odioadmitirlo, pero las cosas no van demasiado bien en la Secundaria deSummerside.Nohaydudadequesehaorganizadounamaquinaciónencontrademí.

Paraempezar,ningunodelosPringlenidelosmedioPringlehacejamáslosdeberes.Yesenvanoapelaralospadres.Semuestransuaves,amablesyevasivos.Séque todos losalumnosquenosonPringlemeaprecian,peroelvirus Pringle de desobediencia estáminando lamoral de toda la clase.Unamañanaencontréelescritoriopatasarribaycontodofuera.Nadiesabíaquiénlohabíahecho,porsupuesto.Ynadiepudoniquisodecirquién,otrodía,dejósobre el mismo escritorio una caja de la cual salió una serpiente artificialcuandolaabrí.PerotodoslosPringledelaescuelasoltaronunacarcajadaalvermiexpresión.Supongoquepusecaradesusto.

Jen Pringle llega tarde a la escuela la mitad de las veces, siempre con

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alguna excusa a prueba de balas, pronunciada con tono cortés y sonrisitainsolente. Pasa notas en clase, bajomis narices.Hoy, al ponerme el abrigo,encontréunacebollapeladaenelbolsillo.Meencantaríaencerraraesachicaapanyaguahastaqueaprendieraacomportarse.

Lopeor,hastalafecha,fuemicaricatura,queencontréunamañanaenlapizarra hecha con tiza blanca y con pelo carmesí. Todos negaron haberlahecho,peroyosabíaqueJeneralaúnicaalumnadelaulaquesabíadibujartanbien.Mi nariz (que como sabrás, siempre ha sidomi único orgullo) estabacurvadahaciaabajo,ymibocaera ladeunasolteronaavinagradaquehabíaestadoenseñandoenunaescuela llenadeniñosPringledurante treintaaños.Peroerayo.Esanochemedespertéalastresdelamadrugadaretorciéndomeante el recuerdo. ¿No es curioso que todas las cosas por las que nosretorcemos de noche casi nunca son malas? Sólo son humillantes. Hacencorrertodotipoderumores.SemeacusadeponerlemalanotaalexamendeHattie Pringle nada más que porque es una Pringle. Se dice que «me ríocuandoloschicosseequivocan».(Bueno,mereícuandoFredPringledefinióa un centurión como «un hombre que había vivido cien años». No pudeevitarlo).

James Pringle va diciendo por ahí que «no hay disciplina en el colegio,ninguna disciplina».Y circula un informe acerca de que soy una «huérfanaabandonada».

ComienzoatoparmeconelantagonismoPringleenotraspartes.Tantoenlavidasocialcomoenlaeducativa,Summersidepareceestarbajoeldominiode los Pringle. Con razón los llaman «la Familia Real». No fui invitada alpaseoorganizadoporAlicePringleelviernespasado.YcuandolaseñoradeFrank Pringle organizó un té para colaborar con un proyecto de la iglesia(RebeccaDewmeinformóquelasdamasvana«construir»lanuevatorre),fuila única chica de la iglesia presbiteriana que no fue invitada a ocupar unamesa. Tengo entendido que la esposa del ministro, que es nueva enSummerside,sugirióquemepidieranquecantaraenelcoro,yseleinformóquetodoslosPringledesertarían,silohacía.Esodejaríaungrupotanmagro,queelcoronopodríaseguirfuncionando.

Por supuesto, no soy la única que tiene problemas con los alumnos.Cuando los otros maestros me envían a los suyos para que los «castigue»(¡cómoodioesapalabra!),lamitadsonPringle.Peronuncahayquejassobreellos.

Hace dos días, retuve a Jen después de clase para que completara untrabajo que había dejado sin hacer. Diez minutos más tarde, el carruaje deMaplehurstsedetuvodelantedelaescuelay laseñoritaEllenaparecióenlapuerta:unaancianaelegantementevestida,perfumada,sonriente,conguantes

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deencajenegroyunadelgadanarizaguileña.Parecíareciénsalidadeunacajadesombrerosde1840.Lolamentabamuchísimo,pero¿podíallevarseaJen?Iba a visitar a unos amigos en Lowvale y les había prometido llevarla. Jenpartió, triunfante, y yo volví a tomar conciencia de las fuerzas desplegadascontramí.

Cuandomiestadodeánimoespesimista,piensoque losPringlesonunamezcla de los Sloane y los Pye. Pero sé que no es así. Siento que podríaapreciarlos,sinofueranmisenemigos.Son,ensumayoría,ungrupofranco,alegre y leal. Hasta podría apreciar a la señorita Ellen. No conozco a laseñoritaSarah.Alparecer,hacediezañosquenosaledeMaplehurst.

«Demasiado delicada… o almenos, eso piensa ella» diceRebeccaDewcon desdén. «Pero a su orgullo no le pasa nada. Todos los Pringle sonorgullosos, pero esas dos viejitas no tienen parangón. Debería oírlas hablarsobre sus antepasados.Bueno, su padre, el capitánAbrahamPringle, era unviejo refinado. Su hermano Myrom no lo era tanto, pero no se oye a losPringlehablardeél.Ay, temoquevayaapasarlomuymalacausadeellos.Cuandotomanunadecisiónrespectodealgoodealguien,nuncalacambian.Peromantengaerguidalacabeza,señoritaShirley…¡Arribaesabarbilla!».

«OjalápudieraconseguirlarecetadelatortaquehacelaseñoritaEllen»,suspirólatíaChatty.«Melahaprometidomuchasveces,peronuncallega.Esunaantiguarecetainglesadelafamilia.Sontanexclusivoscuandosetratadesusrecetas…».

En alocados sueños fantásticos, me veo obligando a la señorita Ellen aentregarlelarecetaalatíaChatty,derodillas,ydominandoalarebeldeJen.Loquemásmefastidiaesqueestopodríahacerloperfectamente,sinofueraporquetodoelclanlarespaldaensustravesuras.

(Seomitendospáginas).

Suobedienteservidora,

ANASHIRLEY

Posdata:AsífirmabasuscartasdeamorlaabueladelatíaChatty.

15deoctubre.

Hoynosenteramosdequeanochehubounroboenelotroextremodelaciudad.Entraronenunacasay robarondineroyunadocenadecucharasdeplata.DemaneraqueRebeccaDewhaidoacasadelseñorHamiltonparaversipuedeconseguirquelepresteunperro.¡Loataráenlagaleríatraseraymeaconsejaguardarbajollavemianillodecompromiso!

Apropósito,averigüéporquéllorabaRebeccaDew.Alparecer,hubounaconvulsión doméstica. Dusty Miller «se había portado mal» otra vez, y

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RebeccaDewledijoalatíaKatequetendríaquehaceralgocon«esegato».Lateníamásquecansada.Eralaterceravezenelañoque«seportabamal»,yellasabíaquelohacíaadrede.YlatíaKaterespondióquesiRebeccaDewlosoltaracadavezquemaullaba,nohabríapeligrodeque«seportaramal».

«Bueno,esosíquees lagotaquecolmaelvaso»,dijoRebeccaDew.Enconsecuencia,¡lágrimas!

La situacióncon losPringle se tornaunpoquitomás tensacada semana.AyerencontréescritaunaimpertinenciaenunodemislibrosyHomerPringlesalió por el pasillo dando vueltas de carnero a la hora del regreso a casa.Además, recibí una carta anónima hace poco, llena de mezquinasinsinuaciones.Noséporqué,peronoculpoaJenniporlodellibroniporlacarta.Traviesacomoes,haycosasquenoserebajaríaahacer.RebeccaDewestá furiosa y me estremezco al pensar lo que haría con los Pringle si lostuvieraensupoder.LosinstintosdeNerónnosonnadacomparadosconlossuyos. En realidad, no la culpo, puesto que hay ocasiones en que con todaalegríadaríaalosPringleunfiltroenvenenado,enelmejorestiloBorgia.

Creoquenotehecontadomuchoacercadelosotrosmaestros.Haydos,sabes, la vicedirectora, Katherine Brooke, del Aula Intermedia y GeorgeMacKay,delaPreparatoria.DeGeorgetengopocoquedecir.Esunmuchachotímidoyamabledeveinteaños,conundeliciosoyleveacentodelastierrasaltas,quesugierepasturasondulanteseislasbrumosas(suabueloeradelaisladeSkye),yesmuycapazparaenseñarenlaPreparatoria.Loaprecio,aunquelo conozco muy poco. Pero temo que me va a costar apreciar a KatherineBrooke.

Katherineesunajovendeunosveintiochoaños,aunqueparecedetreintaycinco. Me han dicho que albergaba esperanzas de obtener la promoción alcargo de directora y supongo que debe de guardarme rencor por haberloconseguidoyo,sobretodoconsiderandoquesoybastantemenorqueella.Esuna buenamaestra (un poco sargento) pero nadie la quiere. ¡Y a ella no leimporta en absoluto!Noparece tener amigosniparientes, y se aloja enunacasadeaspectosombríoqueestáenladeslucidacalleTemple.Sevistemuymal,nuncasaley, segúndicen,es«mala».Esmuysarcásticaysusalumnostemenserelblancodesuscomentariosácidos.Mehancontadoquelaformaenquearquealasgruesascejasnegrasyarrastralaspalabrascuandosedirigeaelloslosdejareducidosagelatina.OjaláyopudierahacerlomismoconlosPringle.Peroenrealidad,nomegustaríagobernarpormediodelmiedo,comohaceella.Deseoquemisalumnosmequieran.

A pesar del hecho de que, aparentemente, no tiene problemas enmantenerlosaraya,todoeltiempomelosmanda…sobretodoalosPringle.Séquelohacecondeliberaciónytengolatristecertezadequesealegraante

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misdificultadesyquelegustaríavermehumillada.

RebeccaDewopinaquenadiepuedeentablaramistadconella.Lasviudasla han invitado varias veces a cenar los domingos (las queridas ancianassiempre hacen eso con la gente solitaria y siempre preparan una deliciosaensalada de pollo) pero ella nunca venía. Así que se dieron por vencidasporque,comodicelatíaKate,«todotienesulímite».

Corren rumores de que es muy inteligente y que sabe cantar y recitar,«declamar»esel términousadoporRebeccaDew,peronuncahaceningunade las dos cosas. La tíaChatty una vez le pidió que recitara en una cena abeneficiodelaiglesia.

«Nosparecióquesenegódemuymalosmodos»,afirmólatíaKate.

«Gruñó,directamente»,acotóRebeccaDew.

Katherinetieneunavozprofundaygrave,casimasculina,yrealmentesuvozsepareceaungruñidocuandonoestádebuenhumor.

No es guapa, pero podría sacar más provecho de su físico. Es de tezmorena,conunmagníficopelonegrosiemprepeinadohaciaatrásyrecogidoenun rodete en la nuca.Los ojos novan con el pelo, pues sonde un clarocolorámbarqueresaltabajolascejasnegras.Tieneorejasquenodeberíadarlevergüenzamostrar y lasmanosmás hermosas que he visto. Tiene una bocabien delineada, también. Pero se viste pésimamente. Parece tener el don deelegir los colores y estilos que no debería usar. Verdes apagados y grisestristes,cuandoesdemasiadooscuraparaesostonosyrayasquehacenquesucuerpoaltoydelgadoloparezcamás todavía.Ysiempreparecequehubieradormidoconlaropapuesta.

Suactitudesrepelente,comodiríaRebeccaDew,siempreandabuscandopelea.Cadavezqueme lacruzopor lasescaleras, sientoqueestápensandocosas horribles sobre mí. Cuando le hablo, me hace sentir que dije algoinadecuado.Noobstante,medamuchalástima…aunqueséqueseenfureceríaal saberlo.Nopuedohacernadapara ayudarla, puestoquenoquiereque laayuden. Es realmente odiosa conmigo. Un día, cuando los tres maestrosestábamos en el salón de profesores hice algo que, al parecer, transgredíaalgunadelasreglasnoescritasdelaescuela,yKatherinedijo,cortante:«Talvezustedpiensequeestáporencimadelasreglas,señoritaShirley».Enotromomento,cuandoyosugeríunoscambiosquemeparecíaqueredundaríanenbeneficiodelaescuela,dijo,conunasonrisadesdeñosa:

«Nomeinteresanloscuentosdehadas».

Enunaoportunidad, cuandohice algunos comentariospositivos sobre sutrabajoysusmétodos,replicó:

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«¿Yquépíldorahaydebajodetantapalabreríadorada?».

Pero loquemásmefastidió fue…bueno,undía,porcasualidadcogíunlibrosuyoenelsalóndeprofesores,echéunvistazoalacubiertaydije:

«Qué suerte que escribe su nombre con K. Katherine es mucho másatractivoqueCatherine…LaKesunaletramuchomásgitanaquelaprosaicaC».

¡No respondió, pero la siguiente nota que me envió estaba firmada«CatherineBrooke»!Estornudétodoelcaminoderegresoacasa.Realmenteabandonaría mis intentos de entablar amistad con ella, si no fuera porqueintuyo, inexplicablemente, que por debajo de tanta aspereza y frialdad estáhambrientadecompañía.

Enfin,entreelantagonismodeKatherineylaactituddelosPringle,noséqué haría si no fuera por la querida Rebecca Dew y tus cartas… y por lapequeñaElizabeth.

Porque he conocido a la pequeña Elizabeth y es un encanto. Hace tresnoches, llevé el vaso de leche al hueco en la pared y la pequeña Elizabethestaba allí, esperando para recibirlo, en lugar de la «mujer». La cabeza leasomabaapenasporencimadelportónysucaritaquedabaenmarcadaporlaenredadera. Los ojos que me miraban a la luz del crepúsculo otoñal erangrandesydeuncolorcastañodorado.Elpelorubioplateadoestabapeinadoconrayaalmedioylecaíaenondassobreloshombros.Llevabaunvestiditoceleste de guinga y su expresión era la de una princesa del País de losDuendes. Tenía lo queRebeccaDew llama «un aire delicado», yme dio laimpresión de una criatura más omenos desnutrida… no en cuerpo sino enalma.Másparecidaaunrayodelunaqueaunrayodesol.

«¿YtúeresElizabeth?»,pregunté.

«Estanoche,no»,respondió,seria.«HoysoyBettyporquehoymeencantatodoloquehayenelmundo.AnochefuiElizabethymañanaporlanocheesprobablequeseaBeth.Tododependedecómomesienta».

Unalmagemela,comoverás.Merecorrióunestremecimientodeemoción.

«Es bonito tener un nombre que puedes cambiar con tanta facilidad yseguirsintiendoqueestuyo».

LapequeñaElizabethasintió.

«Puedoconstruirmuchosnombresconél.Elsie,Betty,Bess,Elisa,LisbethyBeth…peronoLizzie.NuncamesientocomoLizzie».

«¿Quiénpodría?»,dijeyo.

«¿Lepareceunatonteríademiparte,señoritaShirley?Abuelayla"mujer"

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opinanqueloes».

«Noesunatontería…esmuyinteligenteyencantador»,respondí.

LapequeñaElizabethmemiróconojoscomoplatosporencimadelbordedelvaso.Sentíquemeestabapesandoenalgunabalanzaespiritualsecretaypoco después comprendí, agradecida, que mi peso no había resultadoinsuficiente. Pues la pequeña Elizabethme pidió un favor… y ella no pidefavoresalagentequenolegusta.

«¿Le molestaría levantar al gato y permitirme acariciarlo?», preguntótímidamente.

Dusty Miller se estaba restregando contra mis piernas. Lo levanté y lapequeñaElizabethextendióunamanitayleacariciólacabeza,encantada.

«Me gustan más los gatitos que los bebés», afirmó, mirándome con uncuriosoairedesafiante,comosisupiesequemeescandalizaríaperoleresultaranecesariodecirlaverdad,apesardetodo.

«Supongoquenuncahas tenidomuchoquever conbebés, y por esonosabeslodulcesqueson»,dije,sonriendo.«¿Tienesungatito?».

Elizabethsacudiólacabeza.

«No,no.Amiabuelanolegustanlosgatos.Yla"mujer"losdetesta.Hoyellahasalido,poresopudevenirabuscarlaleche.Meencantavenir,porqueRebeccaDewesunapersonamuyagradable».

«¿Lamentas que no haya venido esta noche?», le pregunté, sonriendo.Sacudiólacabeza.

«No. Usted también es muy agradable. Tenía ganas de conocerla perotemíaquenofueraasucederantesdequellegaraMañana».

Nos quedamos allí, hablando,mientras Elizabeth bebía delicadamente laleche;mecontó todosobreMañana.La«mujer» lehabíadichoqueMañananuncallega,peroElizabethsabequenoesasí.Síquellegará.Algúnhermosoamanecer sencillamente se despertará y descubrirá que esMañana.NoHoy,sinoMañana.Yentoncessucederáncosas…cosasmaravillosas.Talvezhastatenga un día para hacer todo lo que se le antoje, sin que nadie la vigile…aunque pienso que Elizabeth siente que eso es demasiado bueno hasta parasucederMañanayquizádescubraloquehayalfinaldelcaminodelpuerto…esecaminosinuosocomounabonitavíborarojaquelleva,segúnElizabeth,alfindelmundo.TalvezallíestélaIsladelaFelicidad.ElizabethestáseguradequeenalgunaparteexistelaIsladelaFelicidad,dondeestánancladostodoslosbuquesquenuncavuelvenylaencontrarácuandollegueMañana.

«YcuandollegueMañana»,dijoElizabeth,«tendréunmillóndeperrosy

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cuarentaycincogatos.Selodijealaabuelacuandonoquisopermitirmetenerungatito,señoritaShirley,yseenfadóyrespondió:"Noestoyacostumbradaaquemehablendeesemodo,señoritaImpertinencia".Meenviaronalacamasin cenar… pero no fue mi intención ser impertinente. Y no pude dormir,señoritaShirley,porquela"mujer"medijoquehabíaoídodecirqueunachicahabíamuertomientrasdormíadespuésdehabersidoimpertinente».

CuandoElizabeth terminó la leche, se oyeron unos golpecitos fuertes enuna ventana invisible detrás de los pinos. Pienso que nos habían estadoobservandotodoeltiempo.Miduendecitohuyó;sucabecitadoradabrillóporeloscuropasadizodepinoshastaquedesapareció.

«Es una criatura fantasiosa», dijo Rebecca Dew cuando le conté miaventura.(Deverdad,Gilbert,tuvoalgodeaventura,noséporqué).Yagregó:«Undíamedijo:"¿Lestienesmiedoalosleones,RebeccaDew?"."Nuncaviuno, así que no podría decírtelo", respondí. "EnMañana habrá cantidad deleones", dijo ella, "pero serán leones bonitos y amistosos". "Chiquilla, teconvertirásenunpardeojossimirasasí",ledije.Mirabaatravésdemí,comosiestuvieraviendoalgoeneseMañanasuyo."Estoypensandopensamientosprofundos,RebeccaDew",medice.Elproblemadeesacriaturaesquenoríelosuficiente».

Recordé queElizabeth no había reído ni una vez durante nuestra charla.Meda la impresióndequenosabe.Esacasonaes tan silenciosa, solitariaycarentederisas.Selaveapagadaytristeaunahora,cuandoelmundoesunalboroto de colores otoñales. La pequeña Elizabeth escucha demasiadossusurrosperdidos.

CreoqueunademismisionesenSummersideseráladeenseñarleareír.

Sumástiernayfielamiga,

ANASHIRLEY

Posdata:¡OtrajoyadelaabueladelatíaChatty!

3

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma,

Summerside

25deoctubre

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QueridoGilbert:

¿Quéteparece?¡EstuvecenandoenMaplehurst!

La señorita Ellen en persona escribió la invitación.RebeccaDew estabaentusiasmadísima… no creía que fueran a prestarme atención. Y estabaabsolutamenteseguradequenomehabíaninvitadoporamabilidad.

«¡Tienenalgúnmotivosiniestro,nolodudo!»,exclamó.

Yotambiénpensabaalgoparecido.

«Noolvideponerselomejorquetenga»,meordenóRebeccaDew.

De modo que me puse el bonito vestido color crema con florecillasvioletas,ymehiceelnuevopeinado,conelmechónen la frente.Mesientamuy bien. Las damas de Maplehurst son decididamente encantadoras a sumodo,Gilbert.Lasadoraría,simelopermitieran.Maplehurstesunamansiónorgullosa y exclusiva que cierra su cortina de árboles y no entabla relaciónalguna con casas comunes. Tiene en el huerto una enorme figura demujer,talladaenmadera,provenientedelfamosonavíodelcapitánAbraham,elVeyPregúntaselo;alrededordelosescalonesdelfrentehaycascadasdeabrótano,traídodeInglaterrahacemásdecienañosporelprimerPringlequeemigró.TienenotroantepasadoqueluchóenlabatalladeMinden,ysuespadacuelgaen la pared de la salita, junto al retrato del capitán Abraham. El capitánAbrahameraelpadredelasancianas,yesevidentequeestánmuyorgullosasde él.Tienen elegantes espejos encimade las antiguas repisas negras de loshogares,unavitrinaconfloresdecera,cuadrosdenavíosantiguos,unacoronatejida con cabellos de todos los Pringle conocidos, enormes caracolas y unedredón sobre la cama del dormitorio de huéspedes, con una labor deacolchadoqueformaabanicosdiminutos.

Nos sentamos en la salita, en sillones Sheraton de caoba. Las paredesestabancubiertasconunempapeladoconrayasplateadas.Pesadascortinasdebrocadocolgabanenlasventanas.Habíamesascontablerodemármol;sobreunadeellas seveíaunhermosomodelodeunnavíoconcasco rojoyvelasblancas,elVeyPregúntaselo.Unaenormearañadecristalcolgabadeltecho.Había un espejo redondo con un reloj en el centro, traído por el capitánAbraham de «puertos lejanos». Era estupendo. Me gustaría algo así paranuestracasadelossueños.

Hasta las sombras eran elocuentes y tradicionales. La señorita Ellenmemostró millones de fotografías de parientes Pringle; muchas erandaguerrotipos en estuches de cuero. Un gran gato con pelaje del color delcaparazón de una tortuga entró y saltó sobremis rodillas.De inmediato, loecharon y la señoritaEllen lo llevo a la cocina, luego se disculpó conmigo.Perocreoqueantessehabíadisculpadoconelgato,enlacocina.

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La señorita Ellen fue la que más habló. La señorita Sarah (una cosillaínfima,triste,preciosa,suave,convestidonegrodeseda,enaguaalmidonada,cabelloblancocomolanieveyojosnegroscomoelvestido,manosdelgadasyvenosasapoyadassobrelasrodillasentrefinospuñosdeencaje)parecíacasidemasiado frágil para poder hablar. Y no obstante, me dio la impresión,Gilbert,dequetodoslosPringledelclan,hastalapropiaseñoritaEllen,bailanalsondesugaita.

Lacenaestuvodeliciosa.Elaguaestabahelada,lamanteleríaerapreciosa,los platos y la cristalería, elegantes. Nos sirvió una criada tan reservada yaristocrática como ellas. Pero la señorita Sarah fingía ser un poquito sordacadavezqueyolehablaba,yyoteníalasensacióndequemeatragantaríaconcadabocado.Elvalorsemeescurriódelcuerpocomoagua.Mesentíacomounapobremoscaatrapadaenpapelengomado.Gilbert,jamáspodréconquistaralaFamiliaRealniganármela.MeveorenunciandoenAñoNuevo.Notengoposibilidadalgunacontraunclancomoéste.

Pesea todo,nopudeevitarsentirundejodecompasiónpor lasancianascuandoechéunamiradaalacasa.Enuntiempo,lacasahabíavivido…habíahabido nacimientos, muertes, alegrías… sus habitantes habían conocido elsueño, ladesesperación,elmiedo,elgozo, laesperanza,elodio.Yahoranotienenada, salvo los recuerdospor loscuales ellasviven…yelorgulloquesientenporellos.

La tía Chatty está muy afligida porque hoy, cuando desdobló sábanaslimpias para mi cama, encontró una arruga con forma de diamante en elcentro. Está segura de que anuncia unamuerte en la casa. La tíaKate estádisgustadísimacon tanta superstición.Pero creoque amímegusta lagentesupersticiosa. Le da color a la vida. ¿No sería aburrido el mundo, si todosfueransabios,sensatosybuenos?¿Dequéhablaríamos?

Hace dos noches tuvimos una catástrofe. Dusty Miller pasó la nocheafuera, a pesar de los enérgicos gritos de Rebecca en el jardín de atrás. Ycuandoaparecióporlamañana…¡ay,quéaspecto!Unojoestabacerradoporcompletoyhabíaunahinchazóngrandecomounhuevosobresumandíbula.Tenía el pelo duro de barro y unmordisco en la pata. ¡Pero qué expresióntriunfante y nada arrepentida se le veía en el ojo sano! Las viudas sehorrorizaron,peroRebeccaDewexclamó,jubilosa:

«"Esegato"nuncahabíatenidounabuenapeleaensuvida.¡Apuestoaqueelotrogatoquedópeor!».

Está entrando niebla desde el puerto, y difumina el camino rojo que lapequeñaElizabethquiereexplorar.En todos los jardinesdelpueblo seestánquemandomalezasyhojasylacombinacióndehumoynieblaconviertealaCalle del Fantasma en un sitio misterioso, fascinante, mágico. Se está

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haciendo tarde y mi cama me dice: «Tengo sueños para ti». Me heacostumbradoa trepar losescaloneshasta lacamaybajarlospor lamañana.Ay,Gilbert, no le he contado esto a nadie, pero es demasiadograciosoparaseguir manteniéndolo en secreto. La primera mañana en Álamos Ventososolvidé los escalones y bajé de la cama con un alegre salto.Me vine abajocomouna tonelada de ladrillos, comodiríaRebeccaDew.Por suerte nomerompíningúnhueso,perotuvemagulladurasquemeduraronunasemana.Lapequeña Elizabeth y yo ya somos buenas amigas. Viene todas las noches abuscarlalecheporquela«mujer»estápostradaporloqueRebeccaDewllama«bronquitis».Siempreme la encuentro en el portón, esperándome, llenosdeluzsusojazos.Conversamosporencimadelportón,quenohasidoabiertoenaños.Elizabethbebelalechelomáslentamenteposible,parapoderextenderla charla. Siempre, cuando termina la última gota, se oyen los golpes en laventana.

HedescubiertoqueunadelascosasquesucederáMañanaesquerecibiráunacartadesupadre.Nuncaharecibidoninguna,hastaahora.Mepreguntoenquépuedeestarpensandoesehombre.

«SeñoritaShirley,loquepasaesquenopodíasoportarverme»,mecontó.«Perotalveznoleimporteescribirme».

«¿Quiéntedijoquenopodíasoportarverte?»,quisesaber,indignada.

«La"mujer"».

SiemprequeElizabethdicela«mujer»,laveocomounagrancensuradora,llenadeángulosypuntas.

«Ydebe de ser cierto, de lo contrario vendría a verme alguna vez».EraBeth esa noche… solamente cuando es Beth habla de su padre. Cuando esBettyhacemuecasdetrásdelasespaldasdesuabuelaydela«mujer»;perocuando se convierte enElsie, se arrepiente y piensa que debería confesarlo,perotienemiedo.MuyrarasvecesesElizabeth,yenesosmomentos,tienelaexpresióndealguienqueoyemúsicadelashadasysabequésesusurranlasrosasylostréboles.Esencantadora,Gilbert…sensiblecomounadelashojasdelosálamosventosos,ylaadoro.Meenfurecesaberqueesasdosespantosasancianaslahacenirseadormiraoscuras.

«La"mujer"dijoqueyateníaedadparadormirsinluz.Peromesientotanpequeña, señoritaShirley,porque lanochees tangrandey terrible.Yenmicuartohayuncuervoembalsamadoquemedamiedo.La"mujer"medijoquemesacaríalosojos,si lloraba.Nolacreí,desdeluego,señoritaShirley,peroigual tengomiedo.Todo susurra tanto de noche. Pero enMañana no tendrémiedodenada…¡nisiquieradequemerapten!».

«Peronohaypeligroalgunodequeterapten,Elizabeth».

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«La"mujer"dijoque sí, si iba a algún lado solaohablabaconpersonasdesconocidas.Peroustednoesunadesconocida,¿verdad,señoritaShirley?».

«No,tesoro.NosconocemosdesdesiempreenMañana»,ledije.

4

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma,

Summerside

10denoviembre

Queridísimo:

No había persona que más odiara en el mundo que aquella que mearruinaba la plumilla. Pero no puedo odiar a Rebecca Dew, a pesar de sucostumbredeusarmiplumaparacopiarrecetascuandoestoyenlaescuela.Loha estado haciendo de nuevo, y en consecuencia, esta vez no recibirás unacartadeamorniunacartamuylarga.(Amormío).

Losgrilloshancantadosuúltimacanción.Lastardessontanfríasahora,quetengounapequeña,regordetayovaladaestufadeleñaenmihabitación.RebeccaDewmela trajo…leperdonolodelaplumaporeso.Nohaynadaqueesamujernopuedahacer;ysiemprelatieneencendidacuandollegodelaescuela.Esunaestufadiminuta…podríalevantarlaenmismanos.Pareceunavispado perrito negro sobre sus patitas arqueadas de hierro negro. Perocuandolallenasconpequeñostroncosdemaderadura,floreceencolorrojoyarroja un delicioso calor. No imaginas lo acogedora que es. Estoy sentadadelantedeellaahora,conlospiesfrentealfuego,escribiéndoteconelpapelsobrelasrodillas.

TodoelrestodeSummerside,másomenos,estáenelbaileofrecidoporlafamilia de Hardy Pringle. A mí no me invitaron. Y Rebecca Dew está tanfuriosaalrespecto,quenomegustaríaserDustyMiller.PerocuandopiensoenlahijadeHardy,Myra,bellaycarentedecerebro,tratandodedemostrarensuhoja de examenque los ángulos de la basedeun triángulo isósceles soniguales,perdonoatodoelclanPringle.¡Ylasemanapasadaincluyó,contodaseriedad,al«árbolgenealógico»enunalistadeárboles!Peroparaserjusta,notodosloshorroresseoriginanenlosPringle.BlakeFentondefinióhacepocoauncaimáncomo«unaespeciedeinsectogrande».¡Éstossonejemplosdelosmomentosdemayoremociónenlavidadeunamaestra!

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Estanochetengolasensacióndequenevará.Megustanlasnochesasí.Elviento sopla «en torres y árboles» y mi habitación me resulta todavía másacogedora.Laúltimahojadoradacaerádelosálamosestanoche.

Creo que a esta altura, ya he sido invitada a cenar a todas partes…merefieroalascasasdemisalumnos,tantoenlaciudadcomoenelcampo.¡Ay,Gilbert,querido,estoyhartademelocotónenalmíbar!Nunca,nuncatengamosunfrascodemelocotónenalmíbarennuestracasadelossueños.Encasitodaslas casas dondehe ido a cenar en este últimomes, he comidoM. enA.Laprimeravezmeencantó,estabatandorado,quemeparecíaestarcomiendosolenalmíbar,einocentementecantésusloas.CorriólavozdequeelM.enA.me gustaba mucho y comenzaron a servirlo especialmente en mi honor.Anocheestaba invitadaacenarencasadel señorHamilton,yRebeccaDewmeaseguróqueallínohabríaM.enA.porqueaningunodelosHamiltonlesgustaba.Perocuandomesentéacenar,allí,enelaparador,estabaelinevitablefrascodecristalconM.enA.

«No tenía melocotón en almíbar en casa», explicó la señora Hamilton,mientrasmeservíaunagenerosaporción,«peromeenterédequeausted legustabamuchísimo,demodoquecuandofuiaveramiprimaenLowvale,eldomingopasado, ledije:"Viene laseñoritaShirleyacenarestasemanay legustamuchísimoelmelocotónenalmíbar.¿Podríasdarmeunfrascoparaella?Ymelodio,aquíestá,ypuedellevarseasucasaloquequeda».

¡DeberíashabervistolacaradeRebeccaDewcuandolleguéacasaconunfrascocasillenodeM.enA.!Anadielegustaaquí,asíque,enlaoscuridaddelanoche,loenterramoseneljardín.

«¿No pondrá esto en una historia, verdad?»,me preguntóRebeccaDew,nerviosa.

Desdequedescubrióquedetantoentantoescriboalgodeficciónparalasrevistas, vive con el temor (o la esperanza, no sé) de que volcaré en unahistoriatodoloquesucedeenÁlamosVentosos.Quiereque«escribasobrelosPringleylosaniquile».Pero,ay,sonlosPringlelosquemeaniquilan,yentreellos y mi trabajo en la escuela, es poco el tiempo que tengo para escribirficción.

Sólo quedan hojas marchitas y tallos escarchados en el jardín, ahora.RebeccaDewhaprotegidolosrosalesconpajaybolsasdepapas,ya la luzdel crepúsculo, parecen un grupo de ancianos encorvados apoyados sobrebastones.

RecibíhoyunapostaldeDavycondiezbesosrepresentadosporcruces,yuna carta de Priscilla, escrita sobre un papel que le envió «un amigo desdeJapón».Elpapelessedoso,fino,confloresdecerezo,etéreascomofantasmas.

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Comienzoasospechardeeseamigo.Perotucartafueelregalodeldía.Laleícuatro veces para gozarmejor de su sabor… ¡como un perro relamiendo elplato!Ésasíquenoesunacomparaciónromántica,peroeslaprimeraquesemehaocurrido.Detodosmodos,lascartas,aunlasmejores,nomesatisfacen.Quierovertea ti.Mealegrodeque faltensolamentecincosemanaspara lasvacacionesdeNavidad.

5

Ana, sentada ante la ventana de la torre un atardecer de fines denoviembre, con la pluma en la boca y sueños en los ojos, contemplaba elmundoenpenumbra.Depronto,sintiódeseosdedarunpaseohastaelviejocementerio. Todavía no lo había visitado, pues prefería el bosquecillo deabedulesyarcesoelcaminohaciaelpuertoparasuspaseosdelatarde.Peroennoviembrehayuntiempo,despuésdequesehancaídolashojas,enelquesentíaqueeracasiindecentemeterseenelbosque…pueséstehabíaperdidosugloriaterrenal,ylagloriacelestialdeespíritu,purezayblancuratodavíanohabía caído sobre él. De manera que Ana se encaminó al cementerio. Suestadodeánimoeratanpesimistaycarentedeesperanzas,quepensóqueuncementerio le resultaríaagradable, encomparación.Además,estaba llenodePringle,segúnhabíadichoRebeccaDew.Sehabíanhechoenterrarallídurantegeneraciones, prefiriéndolo al nuevo cementerio hasta «que ya no podíanapretujarse más». A Ana le pareció que sería decididamente alentador vercuántosPringlehabíaallí,dondeyanopodíanfastidiaranadie.

ConrespectoalosPringle,Anasentíaqueyahabíanllegadoallímitedelotolerable.Lasituaciónseparecíacadavezaunapesadilla.Lasutilcampañadeinsubordinación e irrespetuosidad organizada por Jen Pringle había acabadoporexplotar.Undíade la semanaanterior,Anahabíapedidoa susalumnosqueescribieranunacomposiciónsobre«Elacontecimientomásimportantedela semana». Jen Pringle había escrito un texto brillante, la chiquilla erainteligente,sinningunaduda,yhabíainsertadoenélunamordazofensaasumaestra, tan evidente, que era imposible pasarla por alto.Ana la envió a sucasayledijoquetendríaquedisculparseantesdepoderregresar.AhorasíquequedabadeclaradalaguerraentreellaylosPringle.YlapobreAnanodudabasobre qué estandarte se posaría la victoria. La junta escolar apoyaría a losPringle, y a ella le harían elegir entre dejar volver a Jen o presentar surenuncia. Sentía mucha amargura. Había dado lo mejor de sí y sabía quepodría haber logrado un buen resultado, si hubiera tenido, por lomenos, laposibilidaddeluchar.

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«No esmi culpa», pensó con tristeza. «¿Quién podría tener éxito contrasemejantefalangeysemejantestácticas?».

¡Pero volver a Tejas Verdes derrotada! ¡Soportar la indignación de laseñoraLyndeyeljúbilodelosPye!Aunlacompasióndelosamigosresultaríaangustiosa. Y con el fracaso de Summerside en su haber, nunca podríaconseguirotrocargoenunaescuela.

Peroalmenosnosehabíansalidoconlasuyaenelasuntodelaobradeteatro.Anarioconalgodemaliciaylosojosselellenarondegozotraviesoalrecordarlo.

HabíaorganizadounClubdeArteDramáticoenlaescuelasecundariaylohabíadirigidoenunaobramontada rápidamenteparaconseguir fondosparaunodesusplanes:comprarbuenosgrabadosparalasaulas.SehabíaobligadoapedirleayudaaKatherineBrooke,puestoqueéstasiempreparecíadejadadelado. Lo lamentó muchas veces, ya que Katherine se mostró más áspera ysarcástica que nunca. Casi no dejaba pasar un ensayo sin hacer algúncomentariocorrosivoyarqueabalascejassincesar.LopeorfuequeKatherineinsistióendarleelpapeldeMaría,ReinadeEscocia,aJenPringle.

—No hay nadie más en la escuela que pueda representarlo —decretóKatherineconimpaciencia—.Nadietienelapersonalidadnecesaria.

Ananoestabatansegura.LeparecíaqueSophySinclair,queeraalta,deojoscoloravellanayhermosopelocastañorojizo,seríaunamejorMaríaqueJen.PeroSophynisiquieraeramiembrodelclubyjamáshabíatomadoparteenunaobra.

—Noqueremosnovatasenesto.Novoyamezclarmeconnadaquenoseaunéxito—habíadichoKatherinemalhumoradayAnahabíacedido.

No se podía negar que Jen era muy buena para el papel. Tenía talentonatural para la actuación y aparentemente se esmeraba mucho. Ensayabancuatro tardes por semana, y aparentemente, todo iba bien. Jen parecía taninteresadaensupapel,quesuconductaeraadecuadaentodoloreferentealaobra.Ananosemetíaconella,sinoqueladejabaenmanosdeKatherine.Detantoen tanto, leparecíaverunaexpresiónfurtivade triunfoenel rostrodeJen,yesoladesconcertaba.Nopodíaadivinarquésignificaba.

Unatarde,pocodespuésdelcomienzodelensayo,AnaencontróaSophySinclair llorando en un rincón del guardarropa de las niñas. Al principio,Sophyparpadeóconfuerzaynegóqueestuvierallorando,peroluegoelllantolavenció.

—Yo…teníatantosdeseosdeactuar…deserlareinaMaría—sollozó—.No he tenido ninguna oportunidad. Papá nome dejó unirme al club porque

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habíaquepagaryencasacuentacadacentavo…Ynotengoexperiencia.Esque… siempre me encantó la reina María… solamente su nombre meestremecehastaloshuesos.Nocreo…jamáscreeréquehayatenidoalgoqueverconel asesinatodeDarnley. ¡Hubiera sidohermoso imaginarmequeeraellaporunrato!

Mástarde,Anallegóalaconclusióndequefuesuángelguardiánelquelesoplólarespuesta.

—Te escribiré una copia del papel, Sophy, y te enseñaré a representarlo.Será un buen entrenamiento para ti. Y puesto que planeamos representar laobra en otros lugares, si todo va bien aquí, no nos vendrá mal tener unasuplente,porsiJennopuedeirsiempre.Peronolecontaremosnadaanadie.

Sophymemorizóelpapelparaeldíasiguiente.Todaslas tardes,volvíaaÁlamos Ventosos con Ana después de clase y ensayaba en la torre. Sedivertíanmucho juntas,puesSophyposeíaunaserenavivacidad.Laobra serepresentaríaelúltimoviernesdenoviembre;sehizomuchapropagandaylaslocalidadesnumeradassevendieronensutotalidad.AnayKatherinepasarondos noches decorando el salón, se contrató a una banda y una conocidasoprano vendría de Charlottetown para cantar en los entreactos. El ensayogeneralfueunéxito.Jenestuvosoberbiayelrestodelelencotambiénselució.Elviernesporlamañana,Jennofuealaescuela;porlatarde,sumadreenvióuna nota para informar que Jen estaba enferma de la garganta; temían quefueraamigdalitis.Todoslolamentabanmucho,perodeningunamanerapodríatomarparteenlaobraesanoche.

KatherineyAnasemiraron;porunavez,elhorrorcompartidolasunía.

—Tendremos que aplazarlo —dijo Katherine—. Y eso es sinónimo defracaso.Endiciembrehaytantascosas…Bien,desdeelprincipiomeparecióunatonteríaquererrepresentarunaobraenestaépocadelaño.

—No vamos a aplazarlo —afirmó Ana, con los ojos de un verde másintensoquelosdelapropiaJen.

NoseloibaacomentaraKatherineBrooke,peroteníalacertezaabsolutade que Jen Pringle corría tan poco peligro de tener amigdalitis como ella.Estuvieran los Pringle al tanto o no, se trataba de una treta para arruinar laobraporqueella,AnaShirley,lahabíapatrocinado.

—¡Bueno,si lodicedeesemodo…!—sequejóKatherine,encogiéndosedehombros—.¿Peroquépiensahacer?¿Buscaraalguienparaqueestudieelpapel?Seríaundesastre…Maríaestodalaobra.

—SophySinclairsabeelpapeltanbiencomoJen.Eltrajeleirábieny,porfortuna,lotieneustedynoJen.

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La obra se representó esa noche ante un público numeroso. Una SophygozosarepresentóaMaría…fueMaría,comoJenPringlenolohubierasidonunca…Separecíaalareina,conlostrajesdeterciopelo,loscuellosaltosylas joyas. Los alumnos de la Secundaria de Summerside, que nunca habíanvisto a Sophy enfundada en algo que no fueran sus sencillos y oscurosvestidos sin forma, sus abrigos desaliñados y sus sombreros raídos, sequedaronboquiabiertos,mirándola.SedecidióenelmomentoqueSophy seconvirtiera en miembro permanente del Club de Arte Dramático (la propiaAnapagólacuotadeingresó),yapartirdeentonces,fueunadelasalumnasque «contaban» en la escuela. Pero nadie sabía ni soñaba, y menos aún lapropiaSophy,queesanochehabíadadoelprimerpasoenuncaminoquelallevaría al estrellato.Veinte añosmás tarde, SophySinclair sería una de lasprincipales actrices de América. Pero es probable que ningún aplauso hayasido nunca tan dulce para sus oídos como el que resonó esa noche en elPalacioMunicipaldeSummersidecuandocayóeltelón.

La señora de James Pringle volvió a su casa con un relato que hubierapuestoverdeslosojosdeJen,sinohubieransidoyadeesecolor.Porunavez,como dijo RebeccaDew con sentimiento, Jen se había cocido en su propiasalsa.Y el resultado final había sido el insulto en la composición sobre «Elacontecimientomásimportantedelasemana».

Anaseencaminóalcementerioporuncaminoprofundamentetalladoentrealtos y mohosos canales de desagüe de piedra, tachonados de helechosescarchados. De tanto en tanto, crecían delgados álamos que todavíaconservaban algunas hojas a pesar de los vientos de noviembre y sedestacaban contra el color amatista de las colinas lejanas; pero el viejocementerio,conlamitaddelaslápidasinclinadasenángulosextraños,estabarodeado por una hilera de sombríos y altos pinos. Ana no había pensadoencontraranadieallí,ysesobresaltóalver, justoenelportón,a laseñoritaValentineCourtaloe,consunarizlargaydelicada,subocadelgadaydelicada,sushombroscaídosydelicadosysuairedeinvenciblefemineidad.Conocíaala señorita Valentine, por supuesto, como todos en Summerside. Era «la»modistalocalyloquenosabíaellasobrepersonasvivasomuertasnovalíalapenadesertomadoenconsideración.Anahabríaqueridodeambularsolaporel cementerio, leer los viejos epitafios y descifrar los nombres de olvidadosamantes bajo los líquenes que crecían sobre ellos. Pero no pudo escaparcuandolaseñoritaValentineentrelazósubrazoconelsuyoyprocedióahacerlos honores del cementerio, donde era evidente que yacían tantosCourtaloecomoPringle.LaseñoritaValentinenoteníaunagotadesangrePringleenlasvenasyunodelosalumnospreferidosdeAnaerasobrinosuyo.Demodoquenofueunesfuerzomostrarseamableconella; loúnicoquehabíaquecuidarera no insinuar jamás que «se ganaba la vida cosiendo». Se decía que laseñoritaValentineeramuysusceptiblealrespecto.

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—Mealegrodehaberestadoaquíestatarde—ledijoaAna—.Lepuedocontar todo sobre los que están sepultados aquí. Siempre digo que hay quesaber los detalles de los difuntos para poder disfrutar deun cementerio.Megusta más caminar por éste que por el nuevo. Aquí están las familiasverdaderamenteantiguas.Enelnuevo,encambio,entierranacualquierhijodevecino.LosCourtaloeestánenestaesquina.Hemos tenidograncantidaddefuneralesenlafamilia.

—Supongo que les sucede lo mismo a todas las familias antiguas —comentóAna,puestoqueeraevidentequelaseñoritaValentineesperabaquedijeraalgo.

—No, ninguna familia ha tenido tantos como nosotros —aseguró laseñorita Valentine, celosa—. Somos de saludmuy delicada.Muchos de losnuestroshanmuertoacausadelatos.ÉstaeslatumbademitíaBessie.Erauna santa. Pero no hay duda de que su hermana, la tía Cecilia, era unainterlocutora más interesante. La última vez que la vi me dijo: «Siéntate,querida,siéntate.Estanochemoriré,alasonceydiez,peroésenoesmotivopara que no tengamos un último intercambio de chismes». Lo curioso es,señoritaShirley,quemurióesanochealasonceydiez.¿Puededecirmeustedcómolosupo?

Ananopudo.

—MitatarabueloCourtaloeestásepultadoaquí.Llegóen1760yseganabala vida fabricando ruecas. He oído que en el curso de su vida hizo milcuatrocientas ruecas. Cuandomurió, el ministro dio un sermón a partir deltexto«Susobraslossiguen»,yelviejoMyromPringledijoque,enesecaso,elcaminoalcielo,detrásdemitatarabuelo,estaríaabarrotadoderuecas.¿Leparecequefueuncomentariodebuengusto,señoritaShirley?

DehabersidohechoporalguienquenohubiesesidounPringle,Ananohubierarespondidocontantavehemencia:

—Enabsoluto.

Enesemomentocontemplabaunalápidaadornadaconuncráneoyhuesoscruzadosytambiénsepreguntabaacercadesubuengusto.

—Mi prima Dora está enterrada aquí. Tuvo tres maridos, pero todosmurieronmuy pronto. La pobreDora no parecía tener suerte para elegir unhombre saludable. El último de susmaridos fueBenjaminBanning, que noestá sepultado aquí; yace en Lowvale, junto a su primeramujer. No estabareconciliadoconlamuerte.Doraledecíaqueiríaaunmundomejor.«Puedeser,puedeser»,sequejabaelpobreBen,«peroestoymedioacostumbradoalasimperfeccionesdeéste».Tomósesentayunmedicamentosdiferentes,peroa pesar de eso, duró bastante. Toda la familia del tío David Courtaloe está

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aquí.Hayunrosalalpiedecadatumba,¡ycómoflorecen!Vengoaquítodoslosveranosyjuntounramoderosasparamiflorero.Seríaunapenadejarlasmarchitar,¿nocree?

—Sí…,creoquesí.

—Mi pobre hermana menor, Harriet, está aquí —suspiró la señoritaValentine—.Teníaunamagníficacabellera…decolorparecidoalasuya…notanroja,quizá.Lellegabaalasrodillas.Estabacomprometidacuandomurió.Mehandichoqueustedestácomprometida.Nuncatuvedemasiadosdeseosdecasarme, pero me hubiera gustado estar comprometida. Sí, claro, he tenidooportunidades…talvezfuidemasiadoquisquillosa…perounaCourtaloenopodíacasarseconcualquiera,¿no?

Alparecer,no.

—FrankDigby… allí en ese rincón bajo los zumaques… quería casarseconmigo. Me arrepentí un poco por haberlo rechazado… ¡pero un Digby,querida!SecasóconGeorginaTroop.Ellasiemprellegabaunpocotardealaiglesia, para lucir su ropa. Cómo le gustaba la ropa. La sepultaron con unpreciosovestidoazul.Yoselohiceparaunaboda,peroalfinallousóparasupropio funeral. Tenía tres hijitos encantadores. Acostumbraban sentarsedelantedemíen la iglesiayyosiempre lesdabacaramelos.¿Leparecemaldarlescaramelosalosniñosenlaiglesia,señoritaShirley?Losdementano…ésos resultarían adecuados… hay algo religioso en los caramelos dementa,¿noleparece?Peroalosniñosnolesgustan,pobrecillos.

UnavezagotadaslastumbasdelosCourtaloe,losrecuerdosdelaseñoritaValentine se tornaron más jugosos. No importaba tanto si no se era unCourtaloe.

—Aquí está la anciana señora de Russel Pringle. Con frecuencia mepreguntosiestaráenelcieloono.

—¿Peroporqué?—exclamóunaescandalizadaAna.

—Bueno,siempredetestóasuhermana,MaryAnn,quemurióunosmesesantesqueella.«SiMaryAnnestáenelcielo,nomequedaréallí»,decía.Yeraunamujerquesiemprecumplíasupalabra…enelestiloPringle.EraPringledesolteraysecasóconsuprimoRussel.EstaeslaseñoradeDanPringle…JanettaBird.Murióalossetentaaños.Lagentedicequelehubieraparecidomalmorirconmásdesetentaaños,pueséseesellímitequedalaBiblia.Lagentedicecosas tangraciosas,¿nocree?Heoídocomentarquemorirfueloúnicoqueseatrevióahacersinconsultaralmarido.¿Sabe,querida,quéhizoelmaridounavezqueellasecompróunsombreroqueaélnolegustaba?

—Nopuedoimaginarlo.

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—Se lo comió—declaró la señoritaValentine, solemne—.Desde luego,era un sombrerito pequeño… encaje y flores… nada de plumas. De todosmodos, seguro que debió haber sido difícil de digerir. Tengo entendido quetuvodoloresdeestómagodurantebastante tiempo.Porsupuesto,yonolovicomérselo, pero siempre me han dicho que la historia es cierta. ¿Lo creeposible?

—CreeríacualquiercosadeunPringle—respondióAnaconamargura.

LaseñoritaValentineleapretóelbrazo,compasiva.

—Lacompadezco…deveras.Esterriblelaformaenquelaestántratando.PeroSummersidenoestodoPringle,señoritaShirley.

—Avecesmeparecequesí—dijoAnaconunasonrisalastimosa.

—No, nada de eso. Y haymuchas personas a las que les gustaría verladerrotarlos.Noceda,haganloquehaganellos.EsnadamásqueSatanás,quesehaapoderadodeellos.Peroestánmuyunidos…ylaseñoritaSarahqueríaquesuprimaobtuvieraelcargoenlaescuela.

»AquíestánlosfamiliaresdeNathanPringle.Nathansiemprecreíaquesumujertratabadeenvenenarlo,peronuncaparecióimportarle.Decíaquevolvíamásemocionantelavida.Unavezsospechóqueellalehabíapuestoarsénicoenelpotaje.Salióyselodioauncerdo.Elcerdomuriótressemanasdespués.Peroéldijoquequizánohabíasidomásqueunacoincidenciayque,detodosmodos, no estaba seguro de que fuera elmismo cerdo.Al final, ellamurióantesqueelmarido,yéldijoquehabíasidounabuenaesposa,conexcepciónde ese detalle. Pienso que sería caritativo creer que estaba equivocado alrespecto.

—«En recuerdo de la señorita Kinsey»—leyóAna, asombrada—. ¡Quéinscripcióntanextraña!¿Noteníaotronombre?

—Silotenía,nadielosabía—respondiólaseñoritaValentine—.VinodeNuevaEscocia y trabajó para la familia deGeorgePringle durante cuarentaaños.EllasepresentabacomolaseñoritaKinseyytodoelmundolallamabaasí.Murióde forma repentinayentonces sedescubrióquenadieconocía sunombredepilayquenoteníaparientes.Demaneraqueescribieronesosobrelalápida…LafamiliadeGeorgePringlelahizosepultarmuybienypagólalápida.Eraunamujerlealytrabajadora,perosiustedlahubieravistoalgunavez,habríapensadoquehabíanacidollamándoseseñoritaKinsey.AquíestánJames Morley y su esposa. Estuve en sus bodas de plata. Qué alboroto…regalos,discursosyflores…todosloshijosenlacasa…yellossonriendoysaludando,cuandoenverdadseodiabanamuerte.

—¿Seodiaban?

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—Venenosamente, querida. Todo el mundo lo sabía. Hacía años que seodiaban…casidesdequesecasaron.Sepelearonalsalirdelaiglesia,despuésdelaboda.Avecesmepreguntocómologranyaceraquí,unoalladodelotro,tanpacíficamente.

Anaseestremeció.¡Quéterrible!Sentarseunofrentealotroa lamesa…acostarseunoalladodelotroporlasnoches…iralaiglesiaabautizaralosbebés…odiándose.Debierondeamarseenunprincipio. ¿Acasoeraposibleque ella y Gilbert pudieran alguna vez…? ¡Qué tontería! Los Pringle leestabanalterandolosnervios.

—Aquí yace el buenmozo de JohnMacTabb. Siempre se sospechó queAnettaKennedyseahogóporél.LosMacTabberantodosapuestos,peronosepodíacreerunapalabradeloquedecían.Enuntiempo,aquíhabíaunalápidade su tío Samuel, supuestamente ahogado en altamar hace cincuenta años.Cuandoaparecióconvida,lafamiliaquitólalápida.Elhombreaquienselahabían compradonoquiso aceptar ladevolución,demodoque la esposadeSamuel la utilizaba como tabla para amasar. La lápida era ideal para eso,segúnella.Los chicosMacTabb siempre llevabana la escuelagalletitas conletras y números…marcas del epitafio.Convidaban a todos, pero yo nuncapudecomerlas.Soyquisquillosaeneseaspecto.

»AquíestáHarleyPringle.Unavez,tuvoquellevaraPeterMacTabbporlacalleprincipalenunacarretilla,acausadeunaapuestasobrelaselecciones.YPeter llevaba puesto un bonete. Todo el pueblo salió a la calle amirar…menoslosPringle,porsupuesto.Elloscasimurierondevergüenza.AquíestáMilliePringle.Erabonitayesbeltacomounhada.Avecespienso,miquerida,que en noches como ésta debe de salir de su tumba y danzar como solíahacerlo.Perounamujercristiananotendríaquepensaresascosas.

»ÉstaeslatumbadeHerbPringle.EraunodelosPringlejocosos.Siemprehacíareír.Unavezriomuyfuerteenla iglesia,cuandounratoncitocayódeentrelasfloresdelsombrerodeMetaPringle,cuandoellaseinclinóparaorar.Amínomedierontantasganasdereír.Nosabíaadóndehabíaidoelratón.Melevantélasfaldashastalostobillosylassostuveasíhastaquesalimos,peroelsermón quedó arruinado para mí. Herb estaba detrás de mí y profirió unacarcajada fortísima. La gente que no pudo ver el ratón creyó que se habíavuelto loco. Paramí, su risa no podíamorir. Si él viviera, se pondría de suparte,señoritaShirley,conSarahosinella.

»Éste,porsupuesto,eselmonumentodelcapitánAbrahamPringle.

Dominaba todo el cementerio. Cuatro plataformas retraídas de piedraformaban un pedestal cuadrado sobre el cual se erigía un enorme pilar demármolrematadoporunaabsurdaurnadrapeada;debajodeésta,unquerubínregordetetocabaunatrompeta.

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—¡Eshorrible!—comentóAnaconcandidez.

—¿Le parece? —La señorita Valentine parecía escandalizada—. Fueconsiderado muy imponente cuando se erigió. Se supone que ése es elarcángelGabrieltocandolatrompeta.Creoqueledauntoquedeeleganciaalcementerio.Costónovecientosdólares.ElcapitánAbrahamerauncaballero.Esuna lástimaquehayamuerto.Siviviera,no laperseguiríandeesemodo.NomesorprendequeSarahyEllenesténtanorgullosasdeél,aunqueenmiopinión,exageranunpoco.

Alllegaralportón,Anasevolvióymiróhaciaatrás.Unsilencioextraño,pacífico, cubría la tierra sin viento.Los largosdedosde luna comenzaban aperforar los pinos oscuros, tocando una lápida aquí, otra allá y formandosombrasentreellas.Peroelcementerionoeraunlugartriste,despuésdetodo.LosqueestabanallíparecíanhabercobradovidaconlosrelatosdelaseñoritaValentine.

—He oído decir que escribe —dijo la señorita Valentine, nerviosa,mientrasbajabanporelcamino—.Nopondráensusrelatoslascosasquelehecontado,¿verdad?

—Puedeestarseguradequenoloharé—prometióAna.

—¿Creequeestámal…oqueespeligroso…hablarmaldelosmuertos?—susurrólaancianaconvozansiosa.

—Creoquenoesexactamenteningunadelasdoscosas—respondióAna—.Sólomeparece…unpocoinjusto,comogolpearaalguienquenopuededefenderse.Peronodijonadahorribledenadie,señoritaCourtaloe.

—Le conté que Nathan Pringle creía que su mujer trataba deenvenenarlo…

—Peroaellaledioelbeneficiodeladuda…

YlaseñoritaValentinesiguiósucamino,yamástranquila.

6

Esta tarde dirigí mi rumbo al cementerio —le escribió Ana a Gilbertdespuésdevolveracasa—.Meencanta laexpresión«dirigirelrumbo»ylapongocadavezqueencuentroocasión.Suenaextrañodecirquedisfrutédemipaseo en el cementerio, pero es así. Las anécdotas de la señorita Courtaloeeran tan graciosas… La comedia y la tragedia se entremezclan en la vida,Gilbert. Lo único que me persigue todavía es la historia de los dos que

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vivieronjuntoscincuentaaños,odiándose.Nopuedocreerquehayasidoasí.Alguien ha dicho que «el odio es solamente el amor que no encontró elcamino».Estoyseguradequedebajodelodio,enrealidadseamaban(comoteamabayotodosesosañosenlosquecreíodiarte)yquelamuerteselohabrádemostrado.Yomealegrodehaberlodescubierto envida.YhedescubiertoquehayPringlehonestos…aunqueestánmuertos.

Anoche bajé a beber agua y encontré a la tía Kate en la despensa,poniéndosesuerodelecheenlacara.MepidióquenoselocontaraaChatty…lacreeríatantonta.Leprometíquenodiríanada.

Elizabethsigueviniendoabuscarlaleche,aunquela«mujer»yaserepusodelabronquitis.Meextrañaqueselopermitan,sobretodoconsiderandoquelaancianaseñoraCampbellesunaPringle.Elsábadopasado,Elizabeth(creoque era Betty esa tarde) entró corriendo y cantando después de habermedejado y oí con claridad que la «mujer» le decía, en la puerta: «Estamosdemasiadocercadeldomingoparaquecantesesacanción».

¡Estoy segura de que «esamujer» le impediría cantarla cualquier día, sipudiera!

Elizabeth llevabapuestounvestidonuevo, color carmesí (la vistenbien,esosí),ycomentóconmelancolía:

«Meparecióqueestabamuyguapacuandomelopuse,señoritaShirley,ydeseéquemipadrepudieraverme.Desdeluego,meveráenMañana,peroaveces parece que falta tanto para que llegue…Ojalá pudiéramos apurar unpocoeltiempo,señoritaShirley».

Ahora, Gilbert querido, tengo que ir a resolver unos ejercicios degeometría. Estos ejercicios han reemplazado lo que Rebecca llama mis«esfuerzosliterarios».Elespectroquemepersigueahoraeselmiedodequeaparezcaenclaseunejercicioquenoseparesolver.Yquédirían losPringleentonces…¡quédirían!

Mientrastanto,simeamasamíyalaespeciegatuna,ruegaporunpobregatomaltratadoytriste.UnratónpasóporencimadelpiedeRebeccaDewenladespensa,elotrodía,ydesdeentoncesestáqueechahumo.

«Lo único que hace "ese gato" es comer, dormir y dejar que los ratonesinvadantodo.Éstasíqueeslagotaquecolmaelvaso».

De manera que lo corre de un lado a otro, lo echa de su almohadónpreferidoy, losé,porquelahevisto, loayudaconunpuntapiéasalirpor lapuerta.

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7

Un viernes por la tarde, al terminar un día templado y soleado dediciembre,AnafueaLowvale;prepararíanpavoparalacena.WilfredBrycevivíaallíconsustíos,ylahabíainvitadotímidamenteairconéldespuésdelaescuela a cenar en la iglesia y pasar el sábado en su casa. Ana aceptó,esperando poder ejercer su influencia sobre el tío para que permitiera aWilfred seguir asistiendo a la escuela secundaria. Wilfred temía no podervolverdespuésdeAñoNuevo.Eraunchicointeligenteyambicioso,yAnaseinteresabaporél.

No podía decirse que disfrutara enormemente de la visita, salvo por elplacer que causaba aWilfred.Sus tíos eranunapareja extrañay rústica.Lamañanadelsábadoamanecióventosayoscura,conlluviasynevisca;Anasepreguntó cómo pasaría el día. Se sentía cansada y con sueño, pues la cenahabía terminado a altas horas;Wilfred tenía que ayudar con el trabajo y nohabíani siquieraun libroa lavista.EntoncespensóeneldesvencijadobaúlmarineroquehabíavistoalfondodelcorredordelpisodearribayrecordólapeticióndelaseñoraStanton.LaseñoraStantonestabaescribiendolahistoriadeldistritoylehabíapreguntadoaAnasiteníaconocimientodelaexistenciadeviejosdiariosodocumentosquepudieranservirle,osisabíaquiénpudieratenerlos.

—LosPringle,desde luego, tienenmuchomaterialqueme resultaríaútil—lehabíacomentado—.Peronopuedopedírselo.LosPringleylosStantonnuncasellevaronbien.

—Yotampocopuedopedírselo—lehabíadichoAna.

—Oh,nopretendoque lohaga.Sólo le pidoquemantengaojosyoídosabiertos cuandoestádevisita enotras casas, y si encuentramapasodiariosviejos u oye hablar de ellos, trate de conseguírmelos prestados.No sabe lascosasinteresantesqueheencontradoendiariosviejos…trocitosdevidarealque resucita a los pioneros. Quiero cosas así para mi libro, además deestadísticasyárbolesgenealógicos.

Ana lepreguntóa la señoraBryce si tenía algodeeso.La señoraBrycenegóconlacabeza.

—Que yo sepa, no.—Su rostro se iluminó—.Ah, pero está el baúl delviejo tío Andy, arriba. Quizás haya algo allí. Navegaba con el capitánAbrahamPringle.IréapreguntarleaDuncansipuederevisarelbaúl.

Duncan mandó decir que podía revisar el baúl y que si encontrabadocumentos, podía quedárselos. Tenía pensado quemar todo el contenido yusarelbaúlcomocajadeherramientas.Analorevisómeticulosamente,pero

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loúnicoqueencontrófueunviejoyamarillentodiarioocuadernodebitácora,escrito,alparecer,porAndyBrycedurantesusañosenelmar.Anaamenizólatarde tormentosa leyéndolo, interesada y divertida. Andy era un marinoavezadoyhabíahechovariosviajesconelcapitánAbrahamPringleaquien,resultabaevidente,admirabamuchísimo.Conmuchoserroresgramaticalesyde ortografía, en las páginas del diario rendía tributo a la valentía einteligenciadelcapitán,sobretodoenunalocahazañaporelCabodeHornos.Pero su admiración, al parecer, no se extendía a Myrom, el hermano deAbraham,quetambiéneracapitán,perodeotronavío.

«HoyfuimosacasadeMyromPringle.Suesposalohizoenfureceryéllearrojóunvasodeaguaenlacara».

«Myromestádevuelta.Sunavíosequemóytuvieron,quebajarlosbotes.Casi semueren de hambre. Terminaron comiéndose a Jonas Selkirk, que sehabíapegadountiro.VivierondeJonashastaqueelMaryG.losrecogió.ElpropioMyrommelocontó.Leparecíaunabuenabroma».

Ana se estremeció ante esa última anotación, que parecíamás horrorosatodavía por el descuido con queAndy narraba los hechos.Luego se puso apensar.NohabíanadaeneldiarioquesirviesealaseñoraStantonpero¿nolesresultaríadeinterésalasseñoritasSarahyEllen,puestoquehablabatantodesuadoradopadre?¿Ysiseloenviaba?DuncanBrycehabíadichoquepodíahacerloquedesearaconél.

No, no lo haría. ¿Por qué iba a tratar de complacerlas o de alimentar suabsurdo orgullo, que ya era bastante sin añadirle combustible? Se les habíametido en la cabeza echarla de la escuela y lo estaban logrando. El clan lahabíaderrotado.

Wilfred la llevó de regreso aÁlamosVentosos esa tarde; ambos estabancontentos.AnahabíaconvencidoaDuncanBrycedequepermitieraaWilfredterminarelañoenlaescuelasecundaria.

—DespuésmelasarreglaréparairaQueen'sunañoyasípodréaprenderyeducarme—dijoWilfred—.¿Cómopodréagradecérselo,señoritaShirley?Mitío no hubiera escuchado a ninguna otra persona, pero usted le cae bien.Cuandoestábamosenelgranero,medijo:«Laspelirrojassiemprehicieronloquequisieronconmigo».Peronocreoquehayasidosupelo,señoritaShirley,aunqueesrealmentehermoso.Fue…fueusted.

Alasdosde lamañana,AnadespertóydecidióqueenviaríaeldiariodeAndyBryceaMaplehurst.Apesardetodo,lasancianaslegustaban.Yteníantanpocodequedisfrutarenlavida…sóloelorgulloporsupadre.Alastresdespertódenuevoydecidióquenoloharía.¡LaseñoritaSarahsehabíahechola sorda! A las cuatro estaba otra vez en la encrucijada. Al final decidió

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enviarlo.Noseríatanmezquina.Lehorrorizabasermezquina…comolosPye.

Habiendo decidido enviárselo, Ana se durmió en paz, pensando en lohermosoqueeradespertarporlanocheyoírlaprimeratormentadenievedelinviernoalrededordelatorre,yluegoacurrucarsebajolasfrazadasyvolveradormirse.

Ellunesporlamañana,envolvióelviejodiarioconcuidadoyseloenvióalaseñoritaSarahconunanotita:

EstimadaseñoritaPringle:

¿Le podría interesar este viejo diario? El señor Bryceme lo dio para laseñoraStanton,queestáescribiendolahistoriadeldistrito,peronomeparecióquevayaaservirle.Penséqueaustedpodríagustarletenerlo.Atentamente,

ANASHIRLEY

«Esunanotademasiadoseca»,pensóAna,«peronologroescribirlesconnaturalidad.Ynomesorprenderíaquemelaenviasendevuelta».

Eneldiáfanoazuldeunatardedecomienzosdelinvierno,RebeccaDewsellevóelsustodesuvida.ElcarruajedeMaplehurstavanzabaporlaCalledelFantasma,sobrelanieveenpolvo,ysedeteníajuntoalportónprincipal.BajólaseñoritaEllenyluego…anteelasombrodetodos…laseñoritaSarah,quenohabíasalidodeMaplehurstendiezaños.

—Vienenhacialapuertaprincipal—jadeóRebeccaDew,presadelpánico.

—¿YporquéotrolugarentraríaunPringle?—replicólatíaKate.

—Sí,claro…claro…peroseatasca—recordóRebeccaconairetrágico—.Esa puerta se atasca, lo sabe muy bien. Y no la hemos abierto desde quehicimos la limpieza general la primavera pasada.Ésta sí que es la gota quecolmaelvaso.

La puerta se atascó, pero Rebecca Dew logró abrirla con un tirón dedesesperada violencia e hizo pasar a las damas de Maplehurst a la salita.«GraciasaDiosencendimosquehabíamosencendidoel fuego»,pensó.«Loúnicoqueesperoesque"esegato"nohayallenadodepeloselsofá.SiSarahPringleseensuciaraelvestidoconpelosennuestrasalita…».

Rebecca Dew no se atrevía a imaginar las consecuencias. Llamó a Ana(que se hallaba en su habitación en la torre), pues la señorita Sarah habíapreguntado si estaba, y luego se fue a la cocina, enloquecida de curiosidad.¿QuépodríatraeralasancianasaveralaseñoritaShirley?

—Si hay más persecución en el aire… —dijo Rebecca Dew con tonosombrío.Anahabíabajadobastantenerviosa.¿Habríanvenidoadevolvereldiarioconheladodesdén?

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Fue la diminuta, arrugada e inflexible señoritaSarah la que se levantóyhablósinpreámbuloscuandoAnaentróenlasala.

—Hemosvenidoacapitular—declaróconamargura—.Nopodemoshacerotracosa.Ustedlosupo,porsupuesto,cuandoencontróeseescandalosorelatosobreelpobre tíoMyrom.No fuecierto…nopodría sercierto.TíoMyromestabahaciendounabromaaAndyBryce,Andyeratancrédulo…Perotodoel mundo, fuera de la familia, lo creerá con gusto. Usted sabía que nosconvertiríaenunhazmerreír…oalgopeor.Oh,sí,esustedmuy inteligente.Eso lo admitimos. Jen se disculpará y de ahora en adelante se comportarácomo corresponde… Se lo aseguro yo, Sarah Pringle. Si nos promete nocontárselo a la señoraStanton…no contárselo a nadie…haremos cualquiercosa…cualquiercosa.

La señoritaSarah estrujaba el finopañuelode encaje entre suspequeñasmanosvenosas.Estabatemblando.

Ana se quedómirándola, desconcertada y horrorizada. ¡Pobres ancianas!¡Creíanquelashabíaestadoamenazando!

—Ay,peroesunterriblemalentendido—exclamó,tomandolasmanosdela señorita Sarah—. Yo… nunca pensé que creerían que… Fue solamenteporqueme pareció que les gustaría conocer todos esos detalles interesantessobresumagníficopadre.Jamáspenséenmostrarocontareseotroasuntoanadie.Nomeparecióenabsolutoimportante.Yjamáshablarédeél.

Se produjo un silencio. Luego la señorita Sarah liberó sus manos consuavidad, se llevó el pañuelo a los ojos y se sentó; en su cara delicada ysurcadadearrugashabíaunleverubor.

—Sí… la hemosmalentendido, querida. Y… nos hemos comportado enformaabominableconusted.¿Puedeperdonarnos?

Media hora más tarde (una media hora que casi causó la muerte deRebeccaDew)lasseñoritasPringlesefueron.HabíasidounamediahoradeconversaciónamistosasobrelospuntosnoexplosivosdeldiariodeAndy.Enla puerta principal, la señorita Sarah (que no había tenido problemas deaudicióndurantetodalavisita)sevolvióporuninstanteysacódesucarterauntrozodepapelcubiertoporprolijaescritura.

—Casi lo había olvidado… Hace un tiempo le prometimos a la señoraMacLeanlarecetadenuestratorta.¿Leimportaríaentregársela?Ydígalequeesmuyimportanteelprocesodesecado…indispensable,enrealidad.Ellen,tusombreroestácaídosobreunaoreja.Serámejorqueteloenderecesantesdesalir.

AnalescontóalasviudasyaRebeccaDewqueleshabíadadoeldiariode

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Andy Bryce a las ancianas y que ellas habían venido a darle las gracias.Tuvieron que conformarse con esa explicación, aunqueRebeccaDew intuíaquehabíaalgomásdetrásdelasunto…muchomás.ElagradecimientoporunviejodiariomanchadodetabaconoalcanzabaparatraeraSarahPringlealapuertadeÁlamosVentosos.¡LaseñoritaShirleyeraastuta…muyastuta!

—Despuésdeesto,voyaabriresapuertaunavezaldía—juróRebecca—.Nadamásqueparamantenerlaenuso.Casimecaigodeespaldascuandoseabrió. Bien, tenemos la receta de la torta, de todos modos. ¡Treinta y seishuevos!Sisedeshicierande«esegato»ymepermitierancriargallinas,quizápodríamospermitírnoslaunavezporaño.

Dicho esto,RebeccaDew semarchó a la cocina y se vengó del destinodándolelechea«esegato»,cuandosabíaqueloqueélqueríaerahígado.ElconflictoShirley-Pringlellegóasufin.Nadie,fueradelafamiliaPringle,supopor qué, pero la gente de Summerside comprendió que la señorita Shirley,sola,habíaderrotadodealgúnmodomisteriosoatodoslosmiembrosdelclan,que desde ese día fueronmansos como una oveja con ella. Jen volvió a laescuelaaldíasiguienteysedisculpósumisamenteanteAna,delantedetodalaclase.ApartirdeentoncesfueunaalumnaejemplaryelrestodelosPringlesiguió su ejemplo. En cuanto a los adultos de la familia Pringle, suantagonismodesapareciócomonieblabajoelsol.Yanohuboquejassobreladisciplinani las tareas.Yanohuboafrentas sutiles.Sepisabanunos aotrostratandodeseramablesconAna.Ningúnbaileni fiestadepatinajequedabacompleto sin Ana. Porque si bien el fatal diario había sido arrojado a lasllamas por la mismísima señorita Sarah, la memoria era la memoria y laseñoritaShirleyteníaalgoparacontar,siseleantojabahacerlo.¡DeningunamanerasepodíapermitirqueesachismosadelaseñoraStantonseenteraradequeelcapitánMyromPringlehabíasidocaníbal!

8

(ExtractodeunacartaaGilbert).

EstoyenlatorreyRebeccaDewestáenlacocina,cantandoSiyopudieratrepar.¡Esomerecuerdaquelaesposadelministromehapedidoquecanteenelcoro!Porsupuesto,selohandicholosPringle.QuizálohagalosdomingosquenopaseenTejasVerdes.LosPringlehanextendido lamanodeamistadconvenganza…¡mehanaceptadohastalasúltimasconsecuencias!¡Quéclan!

Heasistidoa tres fiestasPringle.Noquiero sermaliciosa,perocreoquetodas las chicas Pringle están copiando mi modo de peinarme. Bueno, «la

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imitación es la adulaciónmás sincera». Y, Gilbert, de verdad los aprecio…como siempre supe que sucedería, si me daban la oportunidad. Hastacomienzoa sospecharque tardeo temprano sentiré afectopor Jen.Sabe serencantadoracuandoquiere,yesmuyevidentequequiereserlo.

Ayer, al atardecer, fui hasta la cueva del león… en otras palabras, subíaudazmente los escalones de la entrada de Siempreverde hasta el pórticocuadradoconlascuatrournasblanqueadasenlasesquinasytoquéeltimbre.CuandovinolaseñoritaMonkmanalapuerta,lepreguntésipodíallevarmeaElizabethparairadarunpaseo.Esperabaunanegativa,perodespuésdeentraraconferenciarconlaseñoraCampbell,«lamujer»volvióydijoentonoagrioqueElizabethpodíair,peroqueporfavornolatrajeratarde.MepreguntosihastalaseñoraCampbellhabrárecibidoórdenesdelaseñoritaSarah.

Elizabethbajóbailandolaescaleraoscura;parecíaunduendeconelabrigorojoyelsombreritoverde;eljúbilocasilahabíahechoenmudecer.

«Estoy tan nerviosa y emocionada, señorita Shirley», susurró en cuantonosalejamos.«SoyBetty…siempresoyBettycuandomesientoasí».

Bajamos por «el camino que lleva al fin del mundo» todo lo que nosatrevimos y luego emprendimos el regreso. Esa tarde, el puerto, bajo unatardecer carmesí, parecía lleno de insinuaciones de tierras mágicas e islasmisteriosasenmaresdesconocidos.Meemocionéytambiénlohizoelduendequeseaferrabaamimano.

«Sicorriéramosatodavelocidad,señoritaShirley,¿podríamosmeternosenelocaso?»,quisosaber.

RecordéaPaulysusfantasíassobre«latierradelocaso».

«TendremosqueesperaraMañanaparapoderhacerlo», respondí.«Mira,Elizabeth, esa isla dorada de nubes, justo encima de la boca del puerto.ImaginemosqueestuIsladelaFelicidad».

«Hayuna islaporallí,enalgunaparte»dijoElizabethconvozsoñadora.«SellamaNubeVoladora.¿Noesunnombreprecioso?¿UnnombresalidodeMañana?Laveodesdelasventanitasdelabuhardilla.PerteneceauncaballerodeBostonquetieneunacasaveraniegaallí.Peroyomeimaginoqueesmía».

En la puerta,me incliné y besé lamejilla deElizabeth antes de que ellaentrara. Jamás olvidaré la expresión de sus ojos. Gilbert, esa niña necesitacariño.

Hoy, cuando vino a buscar la leche, me di cuenta de que había estadollorando.

«Hicieron que… me lavara su beso, señorita Shirley», sollozó. «Yo noquería volver a lavarme la cara nuncamás. Juré queno lo haría.Es queno

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queríaquitarme subeso.Estamañana logré irmea la escuela sin lavármela,peroahora la "mujer"meha llevadoalbañoymehapasado laesponjaportodalacara».

Memantuveseria.

«Nopodríasirporlavidasinlavartelacaradevezencuando,tesoro.Perono te preocupes por el beso. Te besaré todas las noches cuando vengas abuscar la leche y entonces no tendrá importancia que te laves la cara a lamañanasiguiente».

«Usted es la única persona en elmundo queme quiere», dijoElizabeth.«Cuandomehabla,hueloavioletas».

¿Recibióalguienalgunavezuncumplidotanhermoso?Peronopudedejarpasarlaprimerafrase.

«Tuabuelatequiere,Elizabeth».

«No…Ellameodia».

«Eres un poco tonta, mi vida. Tu abuela y la señorita Monkman sonancianas,ylosancianossepreocupanyseafligenconfacilidad.Porcierto,aveces lashacesenfadar.Ydesde luego,cuandoellaseran jóvenes, losniñoseran criados con mucha más severidad que ahora. Se aferran a las viejascostumbres».

Pero me pareció que no lograba convencerla. Después de todo, no laquieren y ella se da cuenta.Miró hacia la casa para ver si la puerta estabacerrada,yluegodijo,condeliberación:

«Abuelay la "mujer" sondos tiranasycuando llegueMañanamevoyaescaparparasiempre.Nomeveránmás».

Creoqueesperabaqueyomemoriríadehorror.Realmentepiensoquelodijoparaescandalizarme.Reíylediunbeso.EsperoqueMarthaMonkmanlohayavistodesdelaventanadelacocina.

Veo Summerside desde la ventana izquierda de la torre. Ahora es unamistosoamontonamientode techosblancos…amistoso,por fin,puestoquelosPringle sonmis amigos.Aquí y allá brillan luces en las ventanas de lasbuhardillas. Aquí y allá hay una sombra de humo gris. Pesadas estrellascuelgan sobre el pueblo. Es un pueblo que sueña. ¿No te parece bonita esafrase?¿Recuerdas?«Porentrelospueblosquesoñaban,Galahadpasó».

Me siento tan feliz, Gilbert. No tendré que volver a Tejas Verdes enNavidad, derrotada y desacreditada.La vida es bella… ¡deliciosa!Deliciosaes, también, la torta de la señorita Sarah. Rebecca Dew la hizo y la dejó«secar» según las indicaciones… lo que significa, sencillamente, que la

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envolvióenvariascapasdepapelmarrónytoallasyladejóasítresdías.Telarecomiendo.

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Trix Taylor estaba acurrucada en un sillón de la torre, una noche defebrero,mientrasremolinosdenievesilbabancontralasventanas,yesaestufaabsurdamentepequeña,alrojovivo,ronroneabacomoungatonegro.TrixleestabacontandosusproblemasaAna.Anacomenzabaadescubrirsereceptoradetodaclasedeconfidencias.Sesabíaqueestabacomprometida,demodoquelasmuchachas de Summerside no la consideraban una posible rival; y Anateníaalgoquelashacíasentirquesussecretosestaríanasalvoconella.

Trix había venido a invitar a Ana a cenar la noche siguiente. Era unacriatura menuda, alegre, regordeta, con chispeantes ojos oscuros y mejillasrosadas, ynoparecíaque la vida cayera conpesadez sobre susveinte años.Peroalparecer,teníasusproblemas.

—Mañanapor lanochevendrá a cenar el doctorLennoxCarter.Por esoqueremosinvitarte.EselnuevojefedelDepartamentodeLenguasModernasdeRedmond,unhombre inteligentísimo,asíquequeremosquehayaalguiencon cerebroparahablar con él.Sabesqueyono tengodemasiadoyPringletampoco.EncuantoaEsme…bueno,tediré,Ana,Esmeesdulcísimaymuyinteligente,peroes tantímidayvergonzosa,quenisiquierapuedehacerusodelcerebroquetienecuandoeldoctorCarterestácerca.Estátanterriblementeenamorada de él…Es penoso.Yo le tengomucho cariño a Johnny… ¡perojamásmederretiríadeesemodoporél!

—¿EsmeyeldoctorCarterestáncomprometidos?

—Todavía no… Pero, ay, Ana, ella espera que esta vez se le declare.¿Vendría hasta la isla a visitar a su primo en medio de la temporada deestudios, si no tuviera esa intención? Espero que sea así, por Esme, porquesencillamentemorirá,siélnolohace.Peroentrenosotras,nomemueroportenerlodecuñado.Es terriblementequisquilloso,diceEsme,yella temequeno nos dé su aprobación. Si no aprueba a la familia, Esme cree que no lepropondrámatrimonio.Asíquepuedes imaginar loansiosaqueestáporquetodosalgabienmañanaporlanoche.Ynoveoporquétendríaquesaliralgomal.Mamáesunacocineramaravillosa…tenemosunacriadamuybuenayhesobornadoaPringleconlamitaddeloquemedancadasemanaparaquesecomportecomoesdebido.Aél tampoco le caebieneldoctorCarter…dicequeesmuyengreído…peroquieremuchoaEsme.¡Esperoquepapánotenga

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unodesusataquesdemalhumor!

—¿Tienes motivos para temerlo? —preguntó Ana. Todo el mundo enSummersidehabíaoídohablardelosataquesdemalhumordeCyrusTaylor.

—Nunca se sabe cuándo le darán —se quejó Trix—. Hoy estabaalteradísimoporquenopodíaencontrarsunuevocamisóndefranela.Esmelohabíaguardadoenelcajónequivocado.Talvezparamañanaalanocheselehayapasadoelmalhumor,o talvez,no.Enesecaso,nosharáquedarmalatodos,yeldoctorCarterllegaráalaconclusióndequenopuederelacionarseconsemejantefamilia.Almenos,esoesloquediceEsme,ytemoquepuedaestarenlocierto.YocreoqueLennoxCarterquieremuchoaEsme…creequesería una«esposamuy adecuada»para él…peronoquiere dar ningúnpasoapresurado ni desperdiciar sumaravillosa persona.He oído que le dijo a suprimoqueunhombredebe tenermuchísimocuidadocon laclasede familiacon laque se relacionaal casarse.Está justoenelpuntodondeuna tonteríapodría inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos lados. Y para sertefranca, uno de los ataques de malhumor de papá no es precisamente unatontería.

—¿NolecaebieneldoctorCarter?

—Oh,sí.OpinaqueseríaunexcelentecandidatoparaEsme.Perocuandopapátieneunodesusarrebatos,nadapuedeejercerinfluenciaalgunasobreél.Ahí tienesel carácterPringle,Ana.LaabuelaTayloreraunaPringle, sabes.No puedes imaginar lo que hemos pasado en nuestra familia. Papá no seenfurece,comoeltíoGeorge.AlafamiliadeltíoGeorgenoleimportansusaccesos de ira. Cuando se enfurece, estalla (puedes oírlo rugir desde tresmanzanasmás allá) y luego quedamanso como un cordero y les compra atodosunaprendanuevacomoofrendadepaz.Peropapárefunfuñayponecaratorvayavecesnohablaconnadieentodalacomida.Esmediceque,despuésde todo,esmejoresoque loquehaceelprimoRichardTaylor,quesiempreformula comentarios sarcásticos en lamesayofende a su esposa; peroparamí,nadapodríaserpeorqueesosterriblessilenciosdepapá.Nosponenmuymalytenemosterrordeabrirlaboca.

»Noseríatangravesisólofueraasícuandoestamosasolas.Peroparaél,quehayagenteonoes lomismo.Esmeyyoestamoscansadasde tratardeexplicarlossilenciosofensivosdepapá.Aellaledapavorquepapánohayasuperadolodelcamisónparamañanaporlanoche…¿QuépensaríaLennox?Yellaquierequetepongastuvestidoazul.Suvestidonuevotambiénesazul,porque aLennox le gusta ese color. Pero papá lo detesta. Tu vestido puedereconciliarapapáconeldeella.

—¿Noseríamejorquesepusieraotracosa?

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—No tiene ningún otro vestido adecuado para una cena con invitados,salvoelverdedepopelínquepapáleregalóparaNavidad.Elvestidoensíesbonito…apapálegustaregalarnosvestidoslindos…peronopuedesimaginarnadamáshorriblequeEsmevestidadeverde.Pringledicequelahaceparecertuberculosa.Y el primo deLennoxCarter le contó aEsme que él nunca secasaría con una persona delicada. Me alegra tanto que Johnny no sea tanquisquilloso…

—¿Le has contado a tu padre que estás comprometida con Johnny?—preguntóAna,queestabaaltantodelromancedeTrix.

—No—selamentólapobreTrix—.Nopuedoreunirsuficientevalor.Ana,séqueharáunescándaloterrible.PapánuncatuvobuenaopinióndeJohnnyporqueespobre.OlvidaqueéleramáspobrequeJohnnycuandoempezóconel negocio de herramientas. Por cierto, tendré que contárselo pronto… peroquieroesperaraqueestéarregladoelasuntodeEsme.Séquepapánohablarácon ninguno de nosotros durante semanas después de que se lo anuncie, ymamá se preocupará tanto… no soporta los ataques de malhumor de papá.Somostodostancobardesdelantedeél…

»Por supuesto, mamá y Esme son por naturaleza tímidas con todo elmundo, pero Pringle y yo tenemos bastante audacia. El único que nosamedrenta es papá. A veces pienso que si tuviéramos alguien que nosapoyara…peronoesasí, y laverdadesquenosquedamosparalizados.Noimaginas,Ana,querida,loqueesunacenaconinvitadosencasacuandopapáestádemalhumor.Perosicomportabienmañana,leperdonarécualquierotracosa. Es muy agradable cuando quiere… papá es como esa niñita deLongfellow: «Cuando es buena, es muy, muy buena, y cuando es mala, esmalvada».Enocasiones,hasidolaatraccióndelavelada.

—Estuvomuyamablelavezquecenéconustedeselmespasado.

—Esquelecaesbien,comotehedicho.Éseesunodelosmotivosporlosquequeremostantoquevengas.Talvezseasunabuenainfluenciaparaél.Noestamosdejandonadadeladoquepuedaagradarle,perocuandoestáconunode esos arrebatos, nada ni nadie le viene bien. De todos modos, tenemosplaneada una cena de primera, con un elegante postre de crema de naranja.Mamáqueríahaceruna tarta,puesdicequea todos loshombresdelmundo,menosapapá,lesgustanlastartascomopostre,másquecualquierotracosa…hastaalosprofesoresdelenguasmodernas.Peroapapáno,asíquenotendríasentido correr el riesgo mañana por la noche, cuando hay tantas cosas enjuego. El postre de crema de naranja es el preferido de papá. En cuanto alpobreJohnny,calculoquetendréquefugarmealgúndíaconél,ypapánuncameloperdonará.

—Pienso que si reunieras valor suficiente para decírselo y aguantar sus

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arrebatosdemalhumor,descubriríasqueseacostumbraríaperfectamentealaideayteahorraríasmesesdeangustia.

—Noconocesapapá—afirmóTrixenvozsombría.

—Talvezloconozcamejorquetú.Hasperdidolaperspectiva.

—¿Queperdí,qué?Anaquerida,recuerdaquenosoylicenciada.Sólohiceelbachillerato.Mehubieraencantadoiralauniversidad,peropapánocreeenlaeducaciónsuperiordelasmujeres.

—Sóloquisedecirqueestásdemasiadocercadeélparacomprenderlo.Undesconocidopodríaverloconmásclaridad…entenderlomejor.

—Loqueyoentiendoesquenadapuedeconvencerapapádehablarsihatomadoladecisióndenohacerlo…nada.Seenorgullecedeeso.

—¿Yentonces,porquénohabláiscomosinosucedieranada?

—No podemos. Te he dicho que nos paraliza. Lo verás con tus propiosojosmañana, si no se le ha pasado elmalhumor por lo del camisón.No sécómo lo hace, pero es así. Pienso que no nos importaría lo que dijera, sisolamentedijeraalgo.Loquenosdestrozaeselsilencio.Jamásperdonaréapapásinocolaboramañana,cuandohaytantascosasenjuego.

—Crucemoslosdedos,entonces,querida.

—Es lo que estoy haciendo. Y sé que si estás allí, será todomás fácil.MamápensóquetambiéndeberíamosinvitaraKatherineBrooke,peromedicuentaenseguidadequenotendríabuenefectosobrepapá.Ladetesta.Noloculpo,deboadmitirlo.Amítampocomecaebien.Noentiendocómopuedessertanamableconella.

—Medapena,Trix.

—¡Pena!Pero si es culpa suyaquenadie la quiera.Oh, bueno, hay todaclasedegenteenelmundo…peroSummersideselasarreglaríamuybiensinKatherineBrooke.¡Brujaamargada!

—Esunaexcelentemaestra,Trix…

—¡Si lo sabré yo! Estuve en su clase. Sí, me metió a martillazosconocimientosenlacabeza,perotambiénmearrancólapieldeloshuesosconsusarcasmo.¡Ylaformaenqueseviste!Papánosoportaverunamujermalvestida.DicequenolastolerayqueestásegurodequeDiostampoco.Mamásehorrorizaríasisupieraquetehecontadoesto,Ana.Disculpaapapáporqueeshombre.¡Sisólotuviéramosquedisculparleeso!YelpobreJohnnyyacasini se atreve a venir a casa porque papá esmuy grosero con él. Las nochesclaras,meescapoypaseamosalrededordelaplaza,mediomuertosdefrío.

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AnadejóescaparunsuspirodealiviocuandoTrixsefue;bajóparatratardeconvencer,aRebeccaDewdequeleprepararaalgúnbocadillo.

—¿DemodoquevaairacenaracasadelosTaylor,eh?PuesesperoqueelviejoCyrussecomporte.Sisufamilianoletuvieratantomiedocuandoestácon sus ataques de malhumor, no los tendría con tanta frecuencia, estoysegura. Juraría, señorita Shirley, que disfruta de su malhumor. Y ahorasupongoquedebocalentarlelalechea«esegato».¡Quéanimaltanmimado!

10

CuandoAna llegóa lacasadeCyrusTaylor lanoche siguiente, sintióelfrío de la atmósfera en cuanto traspuso la puerta.Una limpia criada la guiohastalahabitacióndehuéspedes,peromientrasAnasubíalaescalera,atisbóalaseñoradeCyrusTaylorcorriendodelcomedoralacocina;ladueñadecasase estaba secando las lágrimas del rostro pálido y preocupado, pero todavíabonito.ResultabaevidentequeCyrustodavíanosehabíarepuestodelasuntodelcamisón.

Se loconfirmóunaatribuladaTrix,queentróen lahabitacióny susurró,nerviosa:

—Oh,Ana, estádepésimohumor.Estamañanaparecíamuy tranquiloynoshicimos ilusiones.PeroHughPringle leganóunapartidadedamasestatarde y papá no soporta perder a las damas. Y tenía que suceder hoy, porsupuesto. Encontró a Esme «admirándose en el espejo», como dijo él, y laechódelcuartoycerrólapuerta.Lapobrecriaturasóloestabapreguntándosesi estaría lo suficientemente guapa para agradar a LennoxCarter, doctor enFilosofía.Nisiquierasepudoponersucollardeperlas.Ymírameamí:nomeatreví a rizarme el pelo, pues a papá no le gustan los rizos que no sonnaturales,yestoyespantosa.Noesquetengaimportancia,peroyaves.Papátiró las flores quemamáhabía puesto en el florero del comedor, y a ella ledoliómuchísimo…sehabíatomadotantotrabajoconlasflores.Ypapánoladejóponersesusarosdegranate.NohatenidounarrebatoasídesdequellegódeunviajealOestelaprimaverapasada,ydescubrióquemamáhabíapuestocortinasrojasen lasala,cuandoél laspreferíamoradas.Oh,Ana,porfavor,hablatodoloquepuedasdurantelacena,siélnolohace.Delocontrario…seráhorrible.

—Haré todo lo que pueda—prometió Ana, que por cierto nunca habíatenido problemas para encontrar algo que decir. Pero claro, jamás se habíaenfrentado a una situación como la que le salió al encuentro poco después.

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Estaban todos reunidos alrededor de la mesa; una mesa muy bien puesta apesardelasfloresdesaparecidas.LatímidaseñoraTaylor,conunvestidodesedagris,estabadelmismocolorquelaprenda.Esme,labellezadelafamilia,una belleza muy pálida, con pelo dorado pálido, labios rosados pálidos ypálidosojoscelestes,estabamáspálidaquedecostumbre,tanto,queparecíaapuntodedesmayarse.Pringle,habitualmenteunregordeteyalegremuchachitodecatorceaños,conojosredondos,lentesypelodeunrubiocasiblanco,teníaaspectodeperroatado,yTrixestabaaterradacomounacolegiala.

El doctorCarter, apuesto y distinguido, con su cabello oscuro, brillantesojos castaños y lentes de borde plateado (Ana lo recordaba de sus días deprofesor asistente enRedmond comoun tantopomposoy aburrido), parecíamuy incómodo. Resultaba evidente que se daba cuenta de que había algúnproblema… una conclusiónmuy lógica cuando el anfitrión avanza hasta lacabeceradelamesaysedejacaerenlasillasincruzarunapalabraniconlosinvitadosnicon la familia.Cyrusnoabría labocani siquierapara rezar.LaseñoraTaylor,sonrojándosehastalasorejas,murmuróenvozapenasaudible:

—Porloquevamosarecibir,Señor,tedamosgracias.

Lacenatuvounmalcomienzo,pueslanerviosaEsmedejócaereltenedoral suelo. Todos, salvo Cyrus, se sobresaltaron, pues estaban nerviosísimos.Cyrus fulminó a Esme con una mirada de sus saltones ojos azules. Luegofulminóatodoslosdemásylosdejóparalizadosymudos.Mirósombríamenteasuesposacuandosé sirvió salsa,yellayanopudocomer…apesarde lomuchoque legustaba.TampocoEsmepudoprobarbocado;ellay sumadrejugueteaban con la comida en el plato. La cena prosiguió en un espantososilencio,sólointerrumpidoporespasmódicoscomentariosdeTrixyAnasobreeltiempo.Consumirada,TrixsuplicabaaAnaquehablara,peroAna,porunavezenlavida,nopodíaencontrarnadaquedecir.Sabíaquedebíahablar,peroloúnicoqueleveníaalacabezaeranideasdelomástontas,cosasqueseríaimposiblecomentarenvozalta.¿Acasoestabantodoshechizados?Eracuriosoel efecto que ese hombremalhumorado y obstinado tenía sobre los demás.Ananolohubieracreídoposible.Ynocabíadudadequerealmentedisfrutabaalsaberqueponía terriblemente incómodosa todos loscomensales.¿Qué lepasabaporlamente?¿Saltaríasialguienlopincharaconunalfiler?Anasentíadeseosdeabofetearlo,pegarleenlamano,ponerloenelrincón,tratarlocomolacriaturamalcriadaquerealmenteera,apesardesuhirsutacabelleragrisysusbigotestruculentos.

Peromásquenada,queríahacerlohablar.Intuíaquenadaenelmundolocastigaríamásqueverse forzadoahablarcuandohabíadecididonohacerlo.¿Y si ella se pusiera de pie y destrozara deliberadamente el enorme yespantoso florero que había sobre la mesa del rincón? Era un florero muyelaborado, cubierto de coronas, rosas y hojas, de las cuales eramuy difícil

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quitarelpolvo,peroquedebíandeestarinmaculadamentelimpias.Anasabíaquetodalafamilialoodiaba,peroqueCyrusTaylornoqueríasabernadademandarloaldesvánporquehabíapertenecidoa sumadre.Anapensóque loharía sinmiedo, si tuviera la certezadeque con esoprovocaría un estallidoverbaldefuria.

¿Por qué no hablaba Lennox Carter? Si lo hiciera, ella, Ana, tambiénhablaría,yquizáTrixyPringleescaparíandelhechizóquelosteníamudosysería posible entablar una conversación. Pero se quedaba sentado allí,comiendo.Quizápensabaqueeralomejorquesepodíahacer…talvezteníamiedodedeciralgoquepudieraexacerbartodavíamásalencolerizadopadredesuamada.

—¿Quiere, por favor, comenzar con los entremeses, señorita Shirley?—murmurólaseñoraTaylor.

AlgoperversodespertódentrodeAna.Comenzócon losentremeses…yconalgomás.Sinpermitirsepensar, se inclinóhacia adelante, conunbrilloclaroensusgrandesojosgrisáceos,ydijo,convozsuave:

—¿Tal vez se sorprendería, doctor Carter, al enterarse de que el señorTaylorquedósordodeformarepentinalasemanapasada?

Anaseechóhaciaatrásenlasillaunavezquehubodejadocaerlabomba.Nopodíadecirconexactitudquéesperabaquesucediera.SieldoctorCartercreía que su anfitrión estaba sordo en lugar de ser presa de un arrebato desilenciosomalhumor, quizá se le soltara la lengua. No había mentido… nohabía dicho que Cyrus Taylor era sordo. En cuanto a Cyrus Taylor, si Anahabíaesperadohacerlohablar,nolohabíalogrado.Selimitóafulminarlaconlamirada,ensilencio.

PeroelcomentariodeAnatuvounefectoinesperadosobreTrixyPringle.Trixtambiénhervíadefuriasilenciosa.JustoantesdequeAnahablara,habíavisto a Esme secándose una lágrima que había escapado de uno de susatribulados ojos celestes.Ya no había esperanzas…LennoxCarter jamás lepropondríamatrimonioahora,yanoimportabaloquesedijeraohiciera.Trixsintió de pronto un ardiente deseo de vengarse de su brutal padre. Elcomentario de Ana le proporcionó una extraña inspiración, y Pringle, unvolcán de picardía reprimida, parpadeó un par de veces con sus blancaspestañasydeinmediatosiguiósuejemplo.Nunca,entodalavida,niAnaniEsmenilaseñoraCyrusolvidaríanelterriblecuartodehoraquesiguió.

—Esunaaflicciónterribleparaelpobrepapá—dijoTrix,dirigiéndosealdoctorCarterdesdeelotroladodelamesa—.Yesoquesólotienesesentayochoaños.

Dos hendiduras blancas aparecieron alrededor de las fosas nasales de

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Cyrus Taylor cuando oyó que habían agregado seis años a su edad. Peropermanecióensilencio.

—Esuninmensoplacercomeralgodecente—dijoPringleenvozclarayaudible—.¿Quépensaríausted,doctorCarter,deunhombrequeobligaasufamiliaavivirdefrutayhuevos,nadamásquefrutayhuevos,porqueaélseleantoja?

—¿Supadre…?—comenzóadecireldoctorCarter,desconcertado.

—¿Qué pensaría de unmarido quemordió a sumujer cuando ella pusocortinasqueaélnolegustaban…quelamordiódeliberadamente?—preguntóTrix.

—Hastahacerlesangre—añadióPringle,solemne.

—¿Meestádiciendoquesupadre…?

—¿Quépensaríadeunhombrequerasgaunvestidodesedadesuesposanadamásqueporquenolegustalahechura?—dijoTrix.

—¿Yquépensaríadeunhombrequenopermiteasumujertenerunperro?—añadióPringle.

—Cuandoesloqueaellamáslegustaría—suspiróTrix.

Pringlecomenzabaadivertirsecomonunca.

—¿Y qué pensaría de un hombre que le regala a su esposa un par dechanclosparaNavidad…nadamásqueunpardechanclos?

—Loschanclosnocalientanelcorazón,precisamente—admitióeldoctorCarter.

SumiradaseencontróconladeAna,ysonrió.Anasediocuentadequenunca lohabíavisto sonreír.Su rostromejoraba inmensamente.¿QuéestabadiciendoTrix?¿Quiénhubierapensadoquepodíasertandiabólica?

—¿Algunavezsehapreguntado,doctorCarter,loterriblequedebedeservivir con un hombre al que no le parece mal coger la carne, si no estáperfectamentecocida,yarrojárselaalacriada?

El doctorCarter echó unamirada temerosa en dirección aCyrusTaylor,como si creyera que pudiera arrojarle a alguien los huesos del pollo.Luegopareciórecordar,reconfortado,queelanfitriónerasordo.

—¿Quépensaríadeunhombreque creeque laTierra esplana?—quisosaberPringle.

AnacreyóqueCyrushablaría.Untemblorlerecorrióelrostrorubicundo,perodesubocanobrotaronpalabras.Noobstante,losbigotesleparecieronun

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pocomenosdesafiantes.

—¿Quépensaríadeunhombrequedejaquesutía…suúnicatía…vayaapararalasiloparaindigentes?—preguntóTrix.

—¿Y que hace pastar a su vaca en el cementerio?—agregó Pringle—.Summersidetodavíanoserepusodeeseespectáculo.

—¿Quépensaríadeunhombrequeescribeensudiario,todoslosdías,loquecomeenlacena?—dijoTrix.

—ElgranPepyslohacía—respondióeldoctorCarter,conotrasonrisa.

Elsonidodesuvozindicabaqueardíaendeseosdereír.Quizá,despuésdetodo,noerapomposo,pensóAna;sólojoven,tímidoydemasiadoserio.Peroellaestabahorrorizadadeltodo.Jamáshabíaqueridoquelascosasllegaranaestepunto.Sedabacuentaahoradequeesmuchomásfácilempezaralgoqueterminarlo. Trix y Pringle eran muy hábiles: no habían dicho que su padrehicieraniunasoladetodasesascosas.AnaimaginabaaPringlediciendo,conaire de inocencia y los redondos ojos muy abiertos: «Yo sólo le hacía laspreguntasaldoctorCarterparasaber».

—¿Qué pensaría de un hombre que abre y lee las cartas dirigidas a suesposa?—continuóTrix.

—¿Yquevaaunfuneral…alfuneraldesupadre…enbata?—preguntóPringle.

¿Qué inventarían ahora?La señoraTaylor lloraba abiertamente.Esme semostrabaserenaensudesesperación.Yanadaimportaba.SevolvióymiródellenoaldoctorCarter,aquienhabíaperdidoparasiempre.Porunavezensuvida,unimpulsolallevóadeciralgorealmenteinteligente.

—¿Yquépensaríadeunhombrequepasatodoundíabuscandolosgatitosde una pobre gata a la que habían matado de un disparo, porque no podíasoportarlaideadequemuriesendehambre?—preguntóenvozbaja.

Unextrañosilenciodescendiósobrelahabitación.TrixyPringleparecíanavergonzados de sí mismos. De pronto, la señora Taylor añadió su cuota,sintiendoqueerasudeberdeesposarespaldarlainesperadadefensadeEsme.

—Ytejetanbien…Elañopasadohizounahermosaalfombraparalamesadelasalita,cuandoestabainmovilizadoporellumbago.

Todostienenunpuntolímiteensucapacidaddetolerancia,yCyrusTaylorhabía llegadoalsuyo.Dioa lasillaunempujónhaciaatrás tanviolentoquesaliódisparadasobrepulidosueloygolpeólamesasobrelaquedescansabaelflorero.Lamesacayóyelflorerosehizoañicos.Cyrus,conlashirsutascejasblancaserizadasdefuria,estalló,porfin:

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—¡No sé tejer, mujer! ¿Acaso una mísera alfombrilla acabará con mireputaciónpara siempre?Me tenía tanmal ese lumbago,queyano sabía loquehacía.Yconquesoysordo,señoritaShirley,¿eh?Soysordo,¿eh?

—Nodijo que lo fueras, papá—exclamóTrix, que no temía a su padrecuandosufuriaeraverbal.

—Oh, no, no lo dijo. ¡Nadie ha dicho nada! Tú no dijiste que yo teníasesentayochoaños,cuandoapenastengosesentaydos,¿eh?Túnodijistequenolepermitíaatumadretenerunperro.PorDios,mujer,sabesperfectamentebienquepuedes tenercuarentamilperros, siquieres.¿Cuándo tehenegadoalgoquequisieras…?¿Cuándo?

—Nunca, papá, nunca —sollozó, afligida, la señora Taylor—. Y nuncaquisetenerunperro.Nisiquierapenséenquerertenerunperro,papá.

—¿Cuándo te he abierto tus cartas? ¿Cuándo he tenido un diario? ¡Undiario, por favor! ¿Cuándo fui en bata al funeral de alguien? ¿Cuándo hicepastar a una vaca en el cementerio? ¿Cuál demis tías está en el asilo paraindigentes? ¿Alguna vez le arrojé la carne a alguien? ¿Alguna vez los hicevivirdefrutayhuevos?

—Nunca,papá,nunca—llorólaseñoraTaylor—.Siemprefuistegenerosoconnosotros,siempre.

—¿NomedijistequequeríaschancloslaNavidadpasada?

—Sí, sí, claro que sí, papá.Ymis pies han estado tan calentitos todo elinvierno…

—¡Entonces!

Cyruslanzóunamiradatriunfantealrededordelahabitación.SusojosseencontraronconlosdeAna.Depronto,sucedióloinesperado:Cyrusrio.Ensus mejillas aparecieron hoyuelos que obraron milagros en su expresión.Acercólasillaalamesaysesentó.

—Tengo lamala costumbre de dejarme vencer por elmalhumor, doctorCarter.Todostenemosmaloshábitosyéseeselmío.Elúnico.Vamos,vamos,mamá,dejadellorar.Admitoquemerecíatodoloquerecibí,salvoesabromatuyaacercadelaalfombra.Esme,hija,noolvidaréquefuistelaúnicaquemedefendió.DileaMaggiequevengaa limpiaresedesastre…Séque todossealegrandequesehayahechopedazosesemalditoflorero…Ytraedelpostre.

Ana nunca hubiera creído que una velada que comenzó tanmal pudieseterminar en forma tan agradable. Nadie podría haber sido más cordial nientretenidoqueCyrus, y fue evidente quenohubo represalias, pues cuandoTrix fueavisitar aAna,unosdíasdespués, fueparacontarlequepor fin sehabíaatrevidoahablarledeJohnnyasupadre.

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—¿Seenfadómucho,Trix?

—No… no se enfadó en absoluto —admitió ella, avergonzada—.SolamentebufóydijoqueyaerahoradequeJohnnyllegaraaalgodespuésdeperseguirmedurantedosañosynodejaracercarseanadiemás.Creoquesedio cuenta de que no podía caer en otro ataque de malhumor tan prontodespués del otro. Y sabes, Ana, cuando está bien, papá es realmente unencanto.

—Ycreoqueesmuchomejorpadrecontigodeloquemereces—afirmóAna,muya lamaneradeRebeccaDew—.Loquehicisteaquellanoche fuerealmenteescandaloso,Trix.

—Bueno,fuiste tú laqueempezó—sedefendióTrix—.YPringleayudóunpoco.Bueno,todohaterminadobienyesoesloimportante.Ah,ygraciasaDios,nuncamástendréquevolveralimpiareseflorero.

11

(ExtractodeunacartaaGilbert,escritadossemanasmástarde).

El compromiso de Esme Taylor con el doctor Lennox Carter ha sidoanunciado. Por lo que pude saber a través de chismes locales, creo que éldecidióaquelviernesfatalquequeríaprotegerlaysalvarladesupadreydesufamilia…¡yquizáshastadesusamigas!Susituación,alparecer,despertósusentido de la caballerosidad. Trix insiste en pensar que fui yo la quedesencadenó todo; es posible quehaya aportadomigranode arena, sí, perojamás volveré a intentar un experimento así. Es como tomar un rayo por lacola.

Realmentenoséquémepasó,Gilbert.Debedehabersidoalgúnresabiodemi antiguo rencor por todo lo que es el pringleísmo. Yme parece antiguo,ahora,sí.Yacasiloheolvidado.Perohaygentequetodavíasepreguntaquéhabrá sucedido. He oído decir que la señorita Courtaloe afirma que no lasorprendeenabsolutoquemehayaganadoalosPringle,pues«tengounnoséqué».Ylaesposadelministrocreequeesunarespuestaasuplegaria.¿Quiénsabe,no?

Jen Pringle y yo caminamos juntas parte del trayecto a casa, ayer, yhablamosdetemassuperficiales…decasitodomenosdegeometría.Evitamosesetema.Jensabequeyonosoyexpertaenlamateria,peromioscurosecretosobreelcapitánMyromcontrarrestaesehecho.

LeprestémiLibrode losmártires,deFoxe.Detestoprestarun libroque

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amo(nuncamepareceigualcuandomelodevuelven),peroallibrodeFoxeloquierosolamenteporquelaseñoraAllanmelodiocomopremioenlaescueladominical,hacemuchosaños.Nomegustaleersobremártiresporquesiempremehacensentirmezquinayavergonzadaporadmitirquedetesto levantarmede la cama en lasmañanas frías y que tiemblo ante la idea de una visita aldentista.

Bien, me alegra que Esme y Trix estén felices. Puesto que mi propioromancevavientoenpopa,meinteresomástodavíaenlosdeotraspersonas.Esunagradable interés, sabes…Noescuriosidadnimalicia sinosolamentealegríaporquehaytantafelicidadrepartida.

Todavía estamos en febrero y «sobre el techo del convento la nieveresplandecehacialaluna»…conladiferenciadequenoesunconvento,essóloeltechodelgranerodelseñorHamilton.Perocomienzoapensar:faltansolamenteunassemanasparalaprimavera…yunasmásparaelverano…lasvacaciones…TejasVerdes…elsoldoradosobrelospradosdeAvonlea…elgolfo plateado al amanecer, azul como un zafiro al mediodía y rojo alatardecer…ytú.

LapequeñaElizabethyyotenemosinfinidaddeplanesparalaprimavera.Somosmuybuenasamigas.Le llevo la leche todas las tardes,yde tantoentanto, le permiten salir a dar un paseo conmigo. Hemos descubierto quecumplimosañoselmismodíayElizabethsesonrojódeplaceralenterarse.Estandulcecuandosesonroja.Porlogeneral,estádemasiadopálidaysucolornomejoraapesardelalechefresca.Sólocuandovolvemosdenuestrospaseosalatardecer,bajolasbrisasquetraenlanoche,tieneunpreciosocolorrosadoenlasmejillas.Unavezmepreguntó,muyseria:

«¿Tendréunpreciosocutiscremosocomoelsuyo,cuandocrezca,señoritaShirley,simepongosuerodelechetodaslasnoches?».

El suero de leche parece ser el cosméticomás utilizado en la Calle delFantasma.HedescubiertoqueRebeccaDewtambiénlousa.Mehapedidoqueno diga nada a las viudas pues lo considerarían demasiado frívolo para suedad.LacantidaddesecretosquetengoqueguardarenÁlamosVentososmeestáhaciendoenvejecerantesdetiempo.Mepreguntosiunpocodesuerodelechesobre lanarizmeharíadesaparecer lassietepecas.Apropósito,señor,¿seleocurrióalgunavezqueyotenía«unpreciosocutiscremoso»?Sifueasí,jamásmelodijiste.¿Yhastomadoconcienciadequesoy«comparativamentehermosa»?Porquehedescubiertoquelosoy.

—¿Qué se siente al ser hermosa, señorita Shirley? — me preguntóRebeccaDewelotrodía…cuandoteníapuestominuevovestidocolorbeige.

—Confrecuenciamelohepreguntado—respondí.

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—Peroustedeshermosa—dijoRebeccaDew.

—Nuncapenséquepodríassersarcástica,Rebecca—lereproché.

—Nofuemiintenciónsersarcástica,señoritaShirley.Ustedeshermosa…comparativamente.

—¡Ah!Comparativamente—dijeyo.

—Mireenelespejodelaparador—dijoRebecca,señalandohaciaallí—.Comparadaconmigo,eshermosa.

¡Yloera!

Peronohabía terminadoconElizabeth.Una tarde tormentosa, cuandoelvientoaullabaporlaCalledelFantasma,nopudimossalirdepaseo,demodoque subimos a mi habitación y dibujamos un mapa del País de las Hadas.Elizabethsesentósobremialmohadónazulenformaderosquilla,paraestarmás alta, parecía un pequeño gnomo muy serio, inclinada sobre el mapa.Nuestromapa todavíanoestá terminado…todos losdíassenosocurrealgomásparaañadir.AnochesituamoslacasadelaBrujadelaNieveydibujamosunacolinatriple,cubiertatotalmenteporcerezossilvestresenflor,pordetrás.(Ah,Gilbert,megustaríatenercerezossilvestrescercadenuestracasadelossueños).Desdeluego, tenemosunMañanaenelmapa…alestedeHoyyaloeste deAyer… y tenemos infinitos «tiempos» en el País de las Hadas. Eltiempodeprimavera,eltiempolargo,elcorto,eltiempodelalunanueva,eltiempodelasbuenasnoches,eltiempodelapróximavez,peronodelaúltimavez,porqueése esdemasiado tristepara elPaísde lasHadas; tiempoviejo,tiempo nuevo, porque si hay un tiempo viejo, tiene que haber uno nuevo…tiempodemontañas(puestieneunsonidotanfascinante),tiemponocturnoytiempo de día… pero no tiempo de ir a la cama ni a la escuela; tiempo deNavidad; tiempo perdido (pues es tan lindo encontrarlo), tiempo de algunavez,tiempobueno,tiemporápido,tiempolento,tiempodedarseunbeso,devolveracasay tiempoinmemorial…queesunade lasfrasesmáshermosasdel mundo. Y tenemos flechas rojas por todas partes, que apuntan a losdiferentes tiempos. Sé que Rebecca Dew me cree muy infantil. Pero, ay,Gilbert,no seamosnuncademasiadoadultosycircunspectosparaelPaísdelasHadas.EstoyseguradequeRebeccaDewnoestáconvencidadequeyoseaunabuenainfluenciaenlavidadeElizabeth.Piensaquelaalientoensus«fantasías». Una tarde en que yo no estaba, Rebecca le llevó la leche y laencontróenelportón,contemplandoelcielocontantaconcentración,quenooyólospasos(cualquiercosamenosetéreos)deRebecca.

«Estabaescuchando,Rebecca»,explicólaniña.

«Puesescuchasdemasiado»,lareprendióRebecca.

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Elizabethsonrióconexpresióndistante,austera. (Rebeccanoutilizóesaspalabras,peroséexactamentecómosonrióElizabeth).

«Tesorprenderías,Rebecca,sisupierasloqueoigoaveces».

Elmodoenque lodijohizoque aRebecca se le erizaran lospelos…almenos,asíloafirmó.

Pero Elizabeth siempre está llena de magia, y ¿qué puede hacerse alrespecto?

TUANAMÁSANA.

Posdata1:Nunca,nuncaolvidarélaexpresióndeCyrusTaylorcuandosumujer lo acusó de tejer. Pero siempre le tendré cariño por recoger a esosgatitos. Y a Esme, por defender a su padre bajo la supuesta destrucción detodassusesperanzas.

Posdata2:Lehepuestoplumillanuevaalapluma.Ytequieropornoserpomposo como el doctor Carter… y te quiero porque no tienes orejas desoplillo, como Johnny. ¡Y lo más importante de todo… te quiero por sersolamenteGilbert!

12

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma

30demayo

Queridoymásquequerido:

¡Esprimavera!

Talveztú,metidohastalascejasenunmardeexámenesenKingsport,notehayasdadocuenta.Peroyosí,desdelacabezahastalapuntadelosdedosdelospies.Summersidesehadadocuenta,también.Hastalascallesmásfeasse ven transfiguradas por brazos de flores que se extienden por encima deviejas cercasdemaderayporuna cintadedientes de león en la hierbaqueadorna las aceras. Hasta la dama de porcelana de mi estante sabe que esprimavera;séquesimedespertaraderepenteenlanochelapillaríabailandoconsuszapatitosrosadosdetaconesdorados.

Todo alrededor anuncia la primavera… los risueños arroyos, las brumasazulessobreelReyde lasTormentas, losarcesdelbosquecillodondevoyaleer tus cartas, los cerezos blancos a lo largo de la Calle del Fantasma, los

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esbeltosyaudacespetirrojosquedesafíanaDustyMillersaltandoeneljardín,la enredadera que cuelga por encima de la media puerta a la que viene lapequeñaElizabeth en busca de la leche, los pinos, orgullosos de sus agujasnuevas,alrededordelviejocementerio…hastaelcementerioensí,dondetodaclase de flores plantadas alrededor de las tumbas se abren comopara decir:«Aun aquí, la vida triunfa sobre la muerte». La otra noche di un paseorealmente agradable por el cementerio. (Estoy segura de que Rebecca Dewpiensaquemigustoporlascaminatasesterriblementemorboso.«Noentiendocómo puede gustarle tanto andar por un lugar tan tenebroso», me dice).Merodeé por el cementerio en la penumbra perfumada yme pregunté si laesposadeNathanPringle realmentehabía tratadode envenenarlo.Su tumbateníaunairetaninocente,conelcéspednuevoylosliriosdejunio,quelleguéalaconclusióndequehabíasidocalumniada.

¡Dentro de un mes estaré en casa para las vacaciones! Todo el tiempopienso en el viejo huerto de Tejas Verdes, con los árboles florecidos denieve…elpuentesobreelLagodelasAguasRefulgentes…elmurmullodelmaren losoídos…una tardedeveranoen laSendade losEnamorados…y¡tú!

Tengolaplumaadecuada,estanoche,Gilbert,asíque…

(Seomitendospáginas).

EstatardeheidodevisitaacasadelosGibson.Marillamepidióhaceuntiempo que los buscara, pues los conoció cuando vivían en White Sands.Obedientemente, los busqué y desde entonces he ido a verles todas lassemanasporquePaulineparecedisfrutardemisvisitas;medamuchapena.Esunaesclavadesumadre…queesunaancianainsoportable.

La señora deAdoniramGibson tieneochenta años y se pasa los días enunasilladeruedas.SemudaronaSummersidehacequinceaños.Pauline,quetienecuarentaycincoaños,eslamásjovendelafamilia;todossushermanosestán casados y decididos a no tener a la madre en sus respectivas casas.Paulineseocupadelacasayatiendeasumadrecomosifueraunacriada.Esunamujercita pálida, de ojos castaños y pelo castaño doradoy brillante. Susituación económica es bastante buena; si no fuera por la madre, Paulinepodríadisfrutardeunavidacómoda.Leencantael trabajode la iglesiayseconformaría encargándose de la Sociedad de Ayuda de las Damas y de laSociedad Misionera, planeando cenas para la iglesia y acontecimientossociales, y gozando triunfalmente de ser la poseedora de las plantas másbonitasdelpueblo.Perocasinuncapuedeescapardelacasa,nisiquieraparairalaiglesialosdomingos.Noveoningunasalidaparaella,pueslaancianaseñoraGibsonsindudaviviráhastaloscienaños.Ysibiennopuedeusarlaspiernas,sulenguagozadeexcelentesalud.Siempremellenadeindignacióne

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impotenciaestarallísentadaviendocomoutilizaaPaulinedeblancoparasusarcasmo.Noobstante,Paulinemehadichoquesumadre«piensamuybien»demíyquesemuestramuchomásamableconellacuandoestoydevisita.Siesasí,meestremezcoalpensarloquedebedesercuandonoestoy.

Paulinenoseatreveahacernadasinpreguntárseloalamadre.Nisiquierase compra ropa… ni un par de medias. Todo tiene que ser sometido a laaprobacióndelaseñoraGibson;todotienequeserusadohastahaberlodadovueltadosveces.HacecuatroañosquePaulineusaelmismosombrero.

La señora Gibson no soporta ruidos en la casa, ni una corriente de airefresco.Sedicequenuncahasonreído…Yojamáslahevistohacerlo,entodocaso, y cuando lamiro,me pregunto qué le sucedería a su cara si sonriera.Pauline ni siquiera puede dormir en un cuarto sola. Tiene que compartir lahabitaciónconlamadreysepasacasitodalanochelevantada,masajeandolaespaldadelaseñoraGibsonodándolealgunapastillaopreparándolelabolsade agua caliente (¡caliente, no tibia!) o cambiándole las almohadas oinvestigandoquéeseseruidomisteriosoeneljardíntrasero.LaseñoraGibsonduermeporlastardesypasalasnochesinventandotareasparaPauline.

Sin embargo, Pauline no es en absoluto amargada. Es dulce, generosa ypaciente;mealegradeverasquetengaunperroaquienquerer.Laúnicavezquesesalióconlasuyafueconrespectoaconservarelperro,yesosolamenteporquehubounroboenalgunapartedelpuebloylaseñoraGibsonpensóqueelperroserviríadeprotección.Paulinenoseatreveadejarquesumadreveacuánto loquiere.Laanciana loodiaysequejadeque traehuesosa lacasa,peronuncallegaadecirquetienequeirse,porsupropiomotivoegoísta.

PeroporfintengolaoportunidaddedarlealgoaPauline,yvoyahacerlo.Levoyaregalarundía,aunqueesosignificarárenunciaramipróximofindesemanaenTejasVerdes.

Estatarde,cuandofui,medicuentadequePaulinehabíaestadollorando.LaseñoraGibsonnotardóencontarmeelporqué.

«Paulinequiere irseydejarme, señoritaShirley»,medijo.«Quéhija tanbuenayagradecidatengo,¿noescierto?».

«Sóloporundía,mamá»,explicóPauline,tragandounsollozoytratandodesonreír.

«¡Sóloporundía,dice!Ustedsabecómosonmisdías,señoritaShirley…todo elmundo lo sabe.Pero todavía no sabe, señoritaShirley, y esperoquenuncalosepa,cuánlargopuedeserundíacuandosesufre».

YosabíaqueahoralaseñoraGibsonnosufríaparanada,demodoquenointentémostrarmecompasiva.

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«Conseguiría a alguien para que se quedara contigo, por supuesto», dijoPauline.«Verá»,meexplicóamí,«miprimaLouisacelebrasusbodasdeplataenWhite Sands, el sábado próximo, y quiere que vaya. Fui dama de honorcuando se casó con Maurice Hilton. Me gustaría tanto ir, si mamá me lopermitiera».

«Sidebomorirsola,loharé»,declarólaseñoraGibson.«Lodejoacargodetuconciencia,Pauline».

SupequelabatalladePaulineestabaperdidanobienlaseñoraGibsonlopuso a cargo de su conciencia. La anciana se ha salido con la suya toda suvida,dejandolascosasacargodelasconcienciasdelosdemás.Heoídodecirque hace años un hombre quiso casarse con Pauline, y la señoraGibson loimpidiódejándoloacargodesuconciencia.

Pauline se secó los ojos, esbozó una sonrisa lastimera y cogió la prendaqueestabacosiendo;eraunvestidodeunhorribleescocésverdeynegro.

«Vamos,norefunfuñes,Pauline»,ordenólaseñoraGibson.«Nosoportoalagentequerefunfuña.Yasegúratedeponerleuncuelloaesevestido.¿Puedecreer,señoritaShirley,quequisohacerelvestidosincuello?Estachicausaríaunvestidoescotado,siyoselopermitiera».

MiréaPauline,consucuellopequeñoyesbelto(quesiguesiendobonitoyrelleno)enfundadoenuncuelloaltoytieso.

«Losvestidossincuelloestándemoda»,dije.

«Losvestidossincuellosonindecentes»,declarólaseñoraGibson.

(Nota:yollevabaunvestidosincuello).

«Además»,siguiódiciendolaanciana,comosifueratodounamismacosa,«nuncamegustóMauriceHilton.SumadreeraunaCrockett.Élnunca tuvosentidodeldecoro…¡siemprebesabaasuesposaenlugaresindecorosos!».

(¿Estássegurodequemebesasenlugaresdebidos,Gilbert?TemoquelaseñoraGibson consideraría la nuca, por ejemplo, como un lugar por demásindecoroso).

«Pero,mamá,sabesqueesofueeldíaenqueellasesalvóporlospelosdequelapisaraelcaballodeHarveyWither,quesehabíadisparadoporeljardíndelaiglesia.EranaturalqueMauriceestuvieraalgoemocionado».

«Pauline,por favor,nomecontradigas.Sigopensandoque losescalonesde la iglesia eran un lugar indecoroso para besar a alguien. Pero claro,misopinionesyanointeresananadie.Porsupuesto, todosdeseanvermemuerta.Bien,habrásitioparamíen la tumba.Séquécargasoypara ti.Bienpodríamorir,enrealidad.Nadiemequiere».

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«Nodigaseso,mamá»,suplicóPauline.

«Sí,lodiré.Aquíestás,decididaairteaesasbodasdeplataaunquesabesquenoloapruebo».

«Querida mamá, no iré. No se me ocurriría ir sin tu aprobación. No tepongasnerviosa…».

«Ah, ya ni siquiera puedo ponerme un poco nerviosa para alegrarme lavida,¿eh?¿Sevatanpronto,señoritaShirley?».

Sentíquesimequedabamástiempo,mevolveríalocaoabofetearíalacaradecascanuecesdelaseñoraGibson.Demaneraquedijequeteníaexámenesquecorregir.

«Oh,bueno,supongoquedosancianascomonosotrasnosomoscompañíaentretenida para una joven», suspiró la señora Gibson. «Pauline no esmuyalegre…¿noesverdad,Pauline?Noeresmuyalegre.Nomeextrañaque laseñoritaShirleyquierairse».

Paulinesalióalporcheconmigo.Lalunabrillabasobresupequeñojardínyresplandecía sobre el puerto.Una brisa suave, deliciosa, conversaba con unmanzano blanco. Era primavera… primavera… ¡primavera! Ni siquiera laseñoraGibsonpuedeimpedirqueflorezcanlosciruelos.YlosojosgrisáceosdePaulineestabanbañadosenlágrimas.

«Me gustaría tanto ir a la fiesta de Louie»,murmuró con un suspiro deresignación.

«Puesirá»,dije.

«No,querida,nopuedo.Lapobremamánuncadarásuconsentimiento.Melo quitaré de la cabeza, sencillamente. ¿No es hermosa la luz de la luna?»,añadióconvozfuerteyalegre.

«Nunca oí que surgiera nada bueno de mirar la luna», gritó la señoraGibson desde la sala. «Deja de conversar, Pauline, y ven a traerme laspantuflasconbordedepiel.Estoszapatosmeestántorturandolospies.Peroclaro,anadieleimportamisufrimiento».

Amí,laverdad,nomeimportaba.¡PobrePauline!Perotendrásudíalibreysufiestadebodasdeplata.Yo,AnaShirley,lohedecidido.

Les conté todo a Rebecca Dew y a las viudas cuando volví y nosdivertimos muchísimo pensando en las cosas ofensivas que podría haberledichoalaseñoraGibson.LatíaKateopinaquenolograréquepermitairseaPauline,peroRebeccaDewtieneconfianzaenmí.

«Decualquiermodo,siustednopuedehacerlo,nadiepodrá»,dijo.Estuvecenando hace poco con la señora de Tom Pringle, la mujer que no quiso

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aceptarmecomopensionista.(Rebeccadicequesoylamejorpensionistaqueexisteporquecenofueracasitodoslosdías).Mealegromuchodequenomealojara.Esagradableysuaveycocinamaravillosamente,perosucasanoesÁlamosVentososynoviveenlaCalledelFantasmaynoeslatíaKatenilatíaChattyniRebeccaDew.Lasquieroalastresyvoyaalojarmeaquíelañopróximoy el siguiente.Mi sillón siempre recibe el título de«el sillónde laseñoritaShirley»,ylatíaChattymecontóquecuandonoestoy,RebeccaDewponemicubiertoenlamesa«paraquenoparezcatansolitario».Aveces,lossentimientosdelatíaChattyhancomplicadounpocolascosas,peroelladicequeahoramecomprendeysabequejamáslaheriríaenformaintencionada.

La pequeña Elizabeth y yo salimos de paseo dos veces por semana. Laseñora Campbell ha dado su consentimiento, pero no debe ser con másfrecuenciaynuncalosdomingos.LascosasmejoranparalapequeñaElizabethen laprimavera.Entraunpocode solenesaviejacasa sombríaypor fuerahastaparecehermosapor lassombrasdanzantesde lascopasde losárboles.De todas formas, a Elizabeth le gusta escapar cuando puede. De vez encuando,vamoshastaelpuebloparaquepuedaverlosescaparatesiluminados.Pero casi siempre tomamos por el «camino que lleva al fin del mundo» ydoblamos las curvas con aire aventurero y expectante, como si fuéramos aencontrarnosconelMañana;en ladistancia, lascolinasverdes seacurrucanjuntasenelcrepúsculo.UnadelascosasqueElizabethvaahacerenMañanaes«iraFiladelfiaaverelángelenlaiglesia».Nolehedicho(niledirénunca)quelaFiladelfiasobrelaqueescribíaSanJuannoeralaFiladelfiadelestadode Pennsylvania. Ya perdemos las ilusiones bastante pronto. Y de todasmaneras, si pudiéramos meternos en el Mañana, ¿quién sabe quéencontraríamos?Ángelesportodaspartes,talvez.

Avecescontemplamoslosbuquesqueentranenelpuertoadelantándosealviento, sobre un camino de agua reluciente, por el aire transparente de laprimavera y Elizabeth se pregunta si su padre estará a bordo de alguno deellos.Seaferraalaesperanzadequepuedaregresaralgúndía.Noimaginoporquénolohace.Estoyseguradequevendríasisupieraquétieneunahijatanadorable aquí, esperándolo.Supongoqueno seda cuentadequeya es todauna señorita…Debe de recordarla todavía como la pequeña que le costó lavidaasuesposa.

Pronto habré terminado mi primer año en la escuela Secundaria deSummerside. El primer cuatrimestre fue una pesadilla, pero los dos últimoshansidomuyagradables.LosPringlesonpersonasencantadoras.¿Cómopudealguna vez compararlos con los Pye? Sid Pringleme ha traído un ramo deflores, hoy. Jen va a ser líder de su clase yme han contado que la señoritaEllendijoquesoylaúnicamaestraquehasabidocomprenderalamuchacha.El único pinche en mi lecho de rosas es Katherine Brooke, que sigue

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mostrándoseantipáticaydistante.Yanointentarémássersuamiga.Alfinyalcabo,comodiceRebeccaDew,todotienesulímite.

Ah,casimeolvidodecontarte…SallyNelsonmehapedidoqueseaunade sus damas de honor. Se casará a fines de junio en Bonnyview, la casaveraniega del doctor Nelson, en la costa. Se casa con Gordon Hill. NoraNelsonserálaúnicasolteradelasseishijasdeldoctor.JimWilcoxsalehaceaños con ella («intermitentemente», como dice Rebecca Dew), pero nuncallegananadayyanadiepiensaqueloharán.LetengomuchocariñoaSally,peroconozcomuypocoaNora.Esbastantemayorqueyo,muyreservadayaltanera. Perome gustaría hacerme amiga suya.No es bonita ni brillante niencantadora,perotienealgo.Medalaimpresióndequevaldríalapena.

Hablando de casamientos, el mes pasado Esme Taylor se casó con sudoctorenFilosofía.Comofueunmiércolesporlatarde,nopudeiralaiglesiaa verla, pero todos dicen que estaba bellísima y feliz y que Lennox teníaaspectodesaberquehabíahecholocorrectoygozabadelaaprobacióndesuconciencia.CyrusTayloryyosomosgrandesamigos.Confrecuenciahabladelacena,alaqueahoraconsideraunagigantescabroma.

«Desde entonces, no me he atrevido a ponerme de malhumor», meconfesó.«Mamápodríaacusarmedecoseredredoneslapróximavez».

Yluegomeencargaqueleenvíesaludosa«lasviudas».Gilbert,lagenteesdeliciosa,lavidaesdeliciosayyosoy,porsiempre

¡Tuya!

Posdata:Nuestraviejavaca rojiza,queestáen lodel señorHamilton,hatenido un terneromanchado.Hace tresmeses que le compramos la leche aLewHunt.Rebeccadicequeahoratendremoscremaotravez…yquesiempreoyó decir que el pozo de los Hunt era inagotable… y que ahora lo cree.Rebeccanoqueríaquenacierael ternero.La tíaKate tuvoquehacerqueelseñorHamiltonledijeraquelavacaerademasiadoviejaparatenerunternero,paraqueelladierasuconsentimiento.

13

—Ah, cuando sea vieja e inválida comoyo, tendrámás compasión—sequejólaseñoraGibson.

—Por favor, no piense que carezco de compasión, señoraGibson—dijoAna, que después de media hora de esfuerzos vanos sentía deseos deestrangular a la anciana. Nada, excepto los ojos suplicantes de la pobre

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Pauline,enelextremodelahabitación,leimpedíadarseporvencidayvolveracasa—.Leaseguroquenosesentirásolaniabandonada.Mequedarétodoeldíaaquíymeencargarédequenolefaltenada.

—Sí, ya sé que ya no sirvo para nada —afirmó la señora Gibson, apropósitodenada—.Nonecesitaechármeloencara,señoritaShirley.Yaestoylistaparairme…encualquiermomento.Paulinepodrápasearportodaspartes,entonces.Yanoestaréaquíparasentirmemaltratada.La juventuddehoyendíanotieneningúnsentidocomún.Sontodosalocados…alocados.

Ana no sabía sí la joven alocada y sin sentido era ella o Pauline, perointentóunúltimodisparo.

—Esque,señoraGibson,ustedsabecómohablará lagentesiPaulinenovaalasbodasdeplatadesuprima.

—¡Hablar!—exclamólaanciana—.¿Ydequévanahablar?

—Estimada señora Gibson… —«Que me perdonen el adjetivo», pensóAna—.SeñoraGibson,ensu largavidahabráaprendido,no lodudo, loquepuedendecirlaslenguasociosas.

—Noesnecesarioquemeecheencaramiedad—replicóconasperezalaseñora Gibson—. Y no tiene por qué decirme que éste es un mundo decensura.Demasiado bien lo sé ya.Y tampoco necesito queme informe queeste pueblo está lleno de chismosas. Lo que nome gusta es que hablen demí…Sinduda,diránquesoyunaviejatirana.PeroyonoimpidoiraPauline.¿Acasonolodejéacargodesuconciencia?

—Es que tan poca gente creerá eso —dijo Ana, con fingido pesar. Laseñora Gibson chupó con ferocidad un caramelo de menta durante unosinstantesyluegodijo:

—TengoentendidoquehaypaperasenWhiteSands.

—Queridamamá,yatuvepaperas,losabes.

—Hay personas que las cogen dos veces. Seguro que te contagiarás,Pauline.Siemprepescabastodaslasenfermedadesqueandabandandovueltasporallí.¡Lasnochesquepasédespiertaporti,creyendoquemoriríasantesdelamanecer! Ah, pero los sacrificios de una madre se olvidan enseguida.Además,¿cómollegaríashastaallí?Notehassubidoauntrenenaños.Ynohayningúntrenquevuelvaelsábadoporlanoche.

—Podríaireneltrendelsábadoporlamañana—sugirióAna—.YestoyseguradequeelseñorJamesGregorlatraerádevuelta.

—NuncamecayóbienJimGregor.SumadreeraunaTarbush.

—Iráconsucabrioléelviernes,de locontrario también la llevaría.Pero

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Pauline no correrá peligro alguno en el tren, señora Gibson. Se sube enSummersideybajaenWhiteSands…Nohayquehacertrasbordo.

—Hay algo detrás de todo esto —masculló la señora Gibson con airesuspicaz—.¿PorquéestátanempeñadaenquePaulinevaya,señoritaShirley?Dígamelo.

Analesonrió.

—PorquepiensoquePaulineesmuybuenahijaconusted,señoraGibson,ynecesitaundíalibredevezencuando,igualquetodoelmundo.

AlamayoríadelagentelecostabaresistirsealasonrisadeAna.Fueeso,oeltemoraloschismes,loquevencióalaseñoraGibson.

—Supongoqueanadieseleocurrequeamímegustaríatenerundíalibredeestasilladeruedas,sifueraposiblelograrlo.Perono…sencillamentetengoquesoportarmienfermedadconpaciencia.Bien,sitienequeir,irá.Siempreha sabido salirse con la suya. Si cae enferma de paperas o la envenenanmosquitos extraños, no me echen la culpa a mí. Tendré que arreglármelascomopueda.Sí,supongoqueustedestaráaquí,peronoestáacostumbradaamishábitos,comoloestáPauline.Calculoquepodrésoportarloporundía.Sinopuedo…bueno,hacetiempoqueestoyviviendodeprestadoasíque,¿quédiferenciahay?

Noestabadandosuconsentimientoconeleganciaygenerosidad,peroeraun consentimiento al fin. Ana, agradecida y aliviada, hizo algo que jamáshubieraimaginadoquepodríahacer:seinclinóybesólamejillacurtidadelaseñoraGibson.

—Gracias—dijo.

—Nomevengaconsusartimañas—replicólaseñoraGibson—.Cómaseuncaramelodementa.

—¿Cómopodréagradecérselo, señoritaShirley?—dijoPauline,mientrasacompañabaaAnaunosmetrosporlacalle.

—YendoaWhiteSandsconelcorazónligeroydisfrutandodecadaminutodeldía.

—Oh,sí, loharé.Nosabe loquesignificaestoparamí,señoritaShirley.NoessolamenteaLouisaaquienquierover.LaviejacasadelosLuckley,quelindaconsucasa,sevendeyqueríaverlaporúltimavezantesdequepasaraamanos de desconocidos.Mary Luckley (es la señora deHoward Flemming,ahora,yvivemáshaciaeloeste)eramimejoramigacuandoéramosjóvenes.Éramoscomohermanas.Yopasabamucho tiempoen sucasayadorabaeselugar. Muchas veces soñé que volvía. Mamá dice que ya soy demasiadograndeparasoñar.¿Locreeasí,señoritaShirley?

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—Nadieesdemasiadograndeparasoñar.Ylossueñosnuncaenvejecen.

—Mealegratantooírladecireso.Ay,señoritaShirley,pensarquevolveréaverelgolfo.Hacequinceañosquenoloveo.Elpuertoeshermoso,peronoeselgolfo.Mepareceestarcaminandosobrenubes.Ytodoselodeboausted.Mamámedejó irnadamásqueporqueusted legusta.Mehahecho feliz…usted siempre hace feliz a la gente. Cada vez que usted entra en unahabitación,señoritaShirley,losqueestánallísesientenmáscontentos.

—Éseeselcumplidomásbonitoquemehanhecho,Pauline.

—Hayunproblema,señoritaShirley…Loúnicoquetengoparaponermeesmiviejovestidonegrode tafetán.Esdemasiado sombríopara una fiesta,¿verdad?Ycomoheperdidopeso,mequedamuygrande.Haceseisañosquelocompré,sabe.

—Hayquetratardeconvencerasumadreparaqueledejecomprarseunonuevo—propusoAna,llenadeesperanzas.

Peroresultóuna tareasuperiorasuspoderes.LaseñoraGibsonnoquisosabernadaal respecto.Elvestidonegrode tafetánestabamuybienpara lasbodasdeplatadeLouisaHilton.

—Paguédosdólareselmetrohaceseisañosy tresmásaJaneSharpporconfeccionarlo.Janeeraunabuenamodista.SumadreeraunaSmiley.¡Miraquequereralgo«claro»,PaulineGibson! Iríavestidaderojo,de lacabezaalospies,estahijamía,siselopermitiera,señoritaShirley.Estáesperandoquemueraparahacerlo.Pronto te liberarásde todos losproblemasque tecauso,Pauline. Entonces podrás vestirte con todos los colores ymodelos alocadosquedesees,peromientrasyoviva,tevestirásdecentemente.¿Ytusombrero?Yaeshoradequeusessombrerotodoeltiempo.

LapobrePaulinesehorrorizabaantelaideadeusarsombreroconcintas,comolasancianas.Sepondríaelsombreroviejoelrestodesuvidaantesdecaereneso.

—Mealegrarépordentroyolvidarélaropaquellevopuesta—dijoaAna,cuandosalieronaljardínarecogerunramodeazucenasparalasviudas.

—Tengo un plan—susurróAna, echando unamirada cautelosa hacia lacasa,paraasegurarsedequelaseñoraGibsonnopudieraoírla,apesardequevigilabaporlaventanadelasala—.¿Recuerdaesevestidomíodepopelín?Seloprestaréparalasbodasdeplata.

Pauline dejó caer la cesta de flores por la agitación; una alfombra dedulzurarosadayblancaseformóalospiesdeAna.

—Ay,queridamía,nopodría…Mamánomelopermitiría.

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—Noseenterará.Escuche.Elsábadoporlamañana,selopondrádebajodelvestidonegro.Séquelequedarábien.Esunpocolargo,peroloacortaréunpoco.Notienecuelloy tienemangashastaelcodo,demaneraquenadiesospechará nada. En cuanto llegue a Gull Cove, quítese el vestido negro.Cuando termine el día, podrá dejar el vestido gris enGull Cove y yo iré abuscarloelfindesemanaqueviene,cuandovayaacasa.

—¿Peronoserádemasiadojuvenilparamí?

—¡Enabsoluto!Elgrissientabienacualquieredad.

—¿Creequeseríacorrecto…engañaramamá?—vacilóPauline.

—Eneste caso, sí—declaróAnadescaradamente—.¿Sabe,Pauline?Nosería correcto ir vestida de negro a unas bodas de plata. Podría traer malasuertealanovia.

—Oh,noharíaesopornadadelmundo.Ymamánoseenterarádenada.Espero que pueda pasar bien el sábado. Temo que no quiera comer nadamientrasnoestoy…Laúltimaveznoprobóbocado,cuandofuialfuneraldelaprimaMatilda.La señoritaProutymecontóquenoquiso comernada; laseñoritaProutysequedóconella.EstabatanindignadaconlaprimaMatildaporhabersemuerto…merefieroamamá,desdeluego.

—Comerá…yomeencargarédequeasísea.

—Sé que sabe manejarla muy bien—admitió Pauline—. Y no olvidarádarle lamedicinaa intervalos regulares, ¿no,querida?Oh,quizánodeba ir,despuésdetodo.

—Hasestadoallífueralosuficientepararecogercuarentaramos—gritólaseñoraGibson, fastidiada—.Noséparaquéquieren tus flores lasviudas.Sitienentodaslasquepuedanhacerlesfalta.Yopasaríamuchotiemposinflores,siesperaraqueRebeccaDewmeenviaraalgunas.Memueroporuntragodeagua.Peroclaro,yonosoyimportanteparanadie.

Elviernesporlanoche,PaulinetelefoneóaAnaconunaterribleagitación.Tenía dolor de garganta, y ¿creía la señorita Shirley que pudiera tratarse depaperas?Anafuehastaallídeinmediatoparatranquilizarlayllevóconsigoelvestidogris,envueltoenpapelmarrón.Loocultóenelarbustodelilas,yesanoche, tarde, Pauline, bañada en sudor frío, logró llevarlo arriba, al cuartitodonde guardaba su ropa y se vestía, aunque nunca le permitían dormir allí.Pauline no estabamuy tranquila con respecto al vestido.Quizás el dolor degargantafuerauncastigoporelengaño.PeronopodíairalasbodasdeplatadeLouisaconeseespantosovestidonegrodetafetán…no,nopodía.

El sábado por la mañana, Ana llegó a casa de la señora Gibson muytemprano.Anasiempreestabaespléndidaenlasbrillantesmañanasdeverano.

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Parecía relucir y semovía por el aire dorado comouna esbelta figura sobreunavasijagriega.Lahabitaciónmássombríabrillabacuandoellaentraba.

—Caminacomosi fueradueñade laTierra—comentó la señoraGibsonconsarcasmo.

—Yesasí—respondióAna,alegremente.

—Ah,esustedmuyjoven—pontificólaanciana.

—«No cierromi corazón a ninguna alegría»—recitóAna—.Lo dice laBiblia,señoraGibson.

—«Elhombrenaceparalosproblemasdelmismomodoenquelaschispasseelevanenelaire».EsotambiénestáenlaBiblia—replicólaseñoraGibson.El hecho de haber respondido con tanta rapidez a la señorita Shirley,licenciada en Filosofía, la puso de relativo buen humor—. Nunca fuiaduladora, señorita Shirley, pero el sombrero que lleva, con la flor azul, lequedamuybien.Supelonoparecetanrojo,medalaimpresión.¿Noadmirasaunajoventanfrescacomoella,Pauline?¿Notegustaríaserunajovenfresca,Pauline?

Paulineestabademasiadofelizyentusiasmadaparadesearserotrapersonaenaquelmomento.Anasubióalcuartitoconellaparaayudarlaavestirse.

—Es hermoso pensar en todas las cosas que sucederán hoy, señoritaShirley.Lagargantayanomedueleymamáestádemuybuenhumor.Quizásaustednoleparezcaqueesasí,peroyomedoycuentaporquehabla,aunquelo haga con sarcasmo. Si estuviera enfadada o cansada, refunfuñaría y sequedaría callada.He pelado las patatas y el filete está en el refrigerador; elpostredemamáestáabajo,enelsótano.Haypolloenlatadoparalacenayunatorta en la despensa. Tengo tanto miedo de que mamá cambie de idea. Nosoportaría que eso sucediera. Ay, señorita Shirley, ¿le parece que deboponermeelvestidogris…deveras?

—Póngaselo,ya—dijoAna,consumejorvozdemaestra.

Pauline obedeció y… se transformó. El vestido gris le sentaba a laperfección.Noteníacuelloylasmangashastaelcodoestabanadornadasconvolantes de encaje. Una vez que Ana la hubo peinado, Pauline casi no sereconoció.

—Mehorrorizatenerquetaparloconeseespantosovestidonegro,señoritaShirley.

Pero era necesario hacerlo. El vestido de tafetán lo cubría ampliamente.Pauline se puso el viejo sombrero (que también sería descartado en cuantollegara a casa de Louisa) y un par de zapatos nuevos. La señoraGibson lehabía permitido comprarse un par, aunque opinó que los tacones eran

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«escandalosamentealtos».

—Causarésensacióntomandoel trensola.Esperoque lagentenopiensequesetratadeunamuerte.NomegustaríaquelasbodasdeplatadeLouisafueranrelacionadasdeningunaformaconlaideadelamuerte.¡Oh,señoritaShirley,perfume!¡Flordemanzano!¡Quédelicia!Apenasuntoque…siempreme pareció tan femenino. Mamá no me permite comprarlo. Ah, señoritaShirley,noolvidarádarledecomeramíperro,¿verdad?Ledejéloshuesosenladespensa,enunplatocubierto.—Paulinebajólavozaunsusurro—.Sóloespero…queno…seportemal…dentrodelacasamientrasustedestáaquí.

Pauline tuvo que pasar la inspección de su madre antes de partir. Laemociónporelpaseoylaculpaporelvestidoocultohacíanquesusmejillastuvieran un tono rosado muy poco habitual. La señora Gibson la miró,disconforme.

—¡Vaya,vaya!¿ALondresaveralaReina,eh?Tienesdemasiadocolor.Lagentecreeráquevaspintada.Notehabráspintado,¿verdad?

—Oh,no,mamá,no—exclamóPauline,escandalizada.

—Compórtatecomoesdebido,yalsentarte,cruzalostobilloscondecoro.Notesientesenlascorrientesdeairenihablesdemasiado.

—No, mamá—prometió Pauline con vehemencia, echando una miradanerviosaalreloj.

—Le envío a Louisa una botella de mi vino de zarzaparrilla para quebrinden.NuncamehagustadoLouisa,perosumadreeraunaTackaberry.Noolvides traerme labotellaynodejesque te regaleungatito.Louisasiempreregalagatitosalaspersonas.

—No,mamá.

—¿Estásseguradequenodejasteeljabónenelagua?

—Sí,mamá—respondióPauline,conotramiradaangustiadaalreloj.

—¿Tienesloscordonesatados?

—Sí,mamá.

—Tienesunolormuypocorespetable…Estásempapadaenperfume.

—Oh,no,mamáquerida,apenasunasgotas…

—Dijeempapada,yestásempapada.Notienesdescosidoelvestidodebajodelamanga,¿verdad?

—No,mamá.

—Déjamever—dijo,inexorable.

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Paulinetemblaba.¿Ysiseveíalafaldadelvestidogriscuandolevantabaelbrazo?

—Bien, ve, entonces. —Un largo suspiro—. Si no estoy aquí cuandovuelvas, recuerda que quiero que me sepulten con el chal de encaje y loszapatosderasonegros.Yasegúratedequetengaelpelorizado.

—¿Tesientespeor,mamá?—ElvestidodepopelínhabíasensibilizadolaconcienciadePauline—.Sinoestásbien…noiré…

—¿Qué?¿Ytiraralabasuraeldinerodeloszapatos?¡Claroqueirás!Ynoseteocurradeslizarteporlabarandadelaescalera.

Paulineserebeló.

—¡Mamá!¿Creesqueharíaunacosaasí?

—LohicisteenlabodadeNancyParker.

—¡Hacetreintaycincoaños!¿Creesqueloharíaahora?

—Ya es hora de que te vayas. ¿Para qué te quedas aquí conversando?¿Quieresperdereltren?

Paulinepartió a todaprisa, yAna suspiró, aliviada.Había temidoque laanciana señora Gibson, en el último momento, hubiera cedido al perversoimpulsoderetrasaraPaulinehastaqueeltrenhubierapartido.

—Bien,ahoraunpocodepaz—dijolaseñoraGibson—.Eldesordendeestacasaesvergonzoso,señoritaShirley.Esperoquesedécuentadequenosiempreesasí.Paulinenohasabidoquiéneraenestosúltimosdías.¿Puedecorrereseflorerouncentímetroalaizquierda?No,póngalodondeestaba.Esapantallaestátorcida.Sí,ahoraestáunpocomásderecha.Perolapersianaestáuncentímetromásbajaquelaotra.Hágameelfavordeemparejarlas.

Anadioundesafortunadotirónalapersianayéstaescapódesusdedosyseenrollóhaciaarriba.

—Ah,yave—dijolaseñoraGibson.

Ananoveía,peroarreglómeticulosamentelapersiana.

—¿Y ahora no le gustaría que le preparara una rica taza de té, señoraGibson?

—Necesito algo, es cierto… Estoy agotada con tanto aspaviento yagitación. Mi estómago parece estar cayéndose del cuerpo —se quejó laanciana—.¿Sabeprepararuntédecente?Avecespreferiríabeberbarroynoeltéquepreparanalgunaspersonas.

—MarillaCuthbertme enseñó a preparar el té.Yaverá.Peroprimero la

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llevaréalporcheparaquepuedadisfrutardelsol.

—Haceañosquenosalgoalporche—objetólaseñoraGibson.

—Sí,perohoyestá tanbonito,quenada le sucederá.Quieroquevea losárbolesenflor.Noselosve,sinosesale.Yelvientosopladesdeelsur,demodoquetraeráelaromaatréboldelcampodeNormanJohnson.Lellevaréel té y lo beberemos juntas. Luego traeré mi labor y nos quedaremos allísentadas,criticandoatodoslosquepasan.

—No me gusta criticar a la gente —declaró la señora Gibson en tonovirtuoso—.Noescristiano.¿Lemolestaríadecirmesitodoesepeloessuyo?

—Hastaelúltimomechón—rioAna.

—Quélástimaquesearojo.Aunqueúltimamenteelpelorojopareceestarponiéndosedemoda.Megustasurisa.EsarisitanerviosadePaulinesiempreme pone los pelos de punta. Bien, si tengo que salir, supongo que no hayremedio.Esprobablequemeresfríeymemuera,pero la responsabilidadessuya, señoritaShirley.Recuerdeque tengoochentaaños…niundíamenos,aunque he oído que el viejo Davy Ackham anda diciendo por todoSummersidequesólotengosetentaynueve.SumadreeraunaWatt.LosWattsiemprefueronenvidiosos.

Ana sacó la silla de ruedas con destreza y demostró que tenía habilidadparaacomodarlosalmohadones.Enseguidallevóel téylaseñoraGibsonsedignóaprobarlo.

—Sí,sedejabeber,señoritaShirley.Ah,pobredemí,duranteunañotuveque vivir puramente de líquidos. Nunca creyeron que fuera a sobrevivir.Muchas veces pienso que hubiera sido mejor haber muerto. ¿Ésos son losárbolesdelosquehablaba?

—Sí…¿Nosonpreciosos,tanblancoscontraelcieloazul?

—Nomeparecepoético—fueelúnicocomentariodelaseñoraGibson.

Pero se ablandó bastante después de dos tazas de té y la mañana fuepasandohastaquellegóelmomentodepensarenelalmuerzo.

—Iréapreparárseloyselotraeréaquí,enunabandeja.

—No,señorita,nadadelocurasnidemonerías.Alagentelepareceríadelo más extraño vernos comer en público. No niego que está bastante bienaquí…aunqueeloloratrébolsiempremeprovocamalestar…ylamañanahapasado más rápido que de costumbre, pero no voy a almorzar fuera, deninguna manera. No soy una gitana. Acuérdese de lavarse bien las manosantesdeprepararelalmuerzo.Vaya,laseñoraStoreydebedeestaresperandomásvisitas.Tienetodalaropadecamadelcuartodehuéspedesaireándoseen

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lacuerda.Noeshospitalidad…sólodeseodecausarsensación.SumadreeraunaCarey.

ElalmuerzopreparadoporAnacomplacióhastalaseñoraGibson.

—Nocreíaquealguienqueescribieraparalosperiódicossupieracocinar.Peroclaro,MarillaCuthbert,lacrio.SumadreeraunaJohnson.SupongoquePaulinecomeráhastaenfermarseenlasbodasdeplata.Nosabedecirbasta…igual que su padre.Lo he visto atiborrarse de fresas sabiendo que una horamástardesedoblaríaendosporeldolor.¿Leheenseñadosuretrato,señoritaShirley?Subaalcuartodehuéspedesytráigalo,¿quiere?Loencontrarádebajode lacama.Nosepongaa revisar loscajonesmientrasestáallí arriba, ¿eh?Perofíjesesihaypelusadebajodelescritorio.NoconfíoenPauline…Ah,sí,esél.SumadreeraunaWalker.Yanoquedanhombresasí.Éstaesunaeradedegeneración,señoritaShirley.

—HomerodijolomismoochocientosañosantesdeCristo—sonrióAna.

—AlgunosdeesosescritoresdelAntiguoTestamentonohacíanmásquequejarse. Seguro que la escandaliza escucharme, señorita Shirley, pero mimarido tenía una mentalidad muy abierta. Tengo entendido que estácomprometida…conunestudiantedemedicina.Losestudiantesdemedicinabeben,heoídodecir.Parapodersoportarelauladedisección,meparece.Nose case con un hombre que bebe, señorita Shirley.Ni con uno que no sepaganarseelpan.Depanycebollanosevive,seloaseguro.

»Lavebienelfregaderoyenjuaguelasbayetas,porfavor.Nosoportolasbayetas grasientas. Supongo que tendrá que darle de comer al perro. Estádemasiadogordo,peroPaulinenohacemásquecebarlo.Avecespiensoquedeberíadeshacermedeél.

—Oh, yo no haría una cosa así, señora Gibson. Siempre hay asaltos,sabe…ysucasaestátanapartada,aquí.Realmentenecesitaprotección.

—Bueno, como quiera. Prefiero cualquier cosa antes que discutir con lagente, sobre todo cuando siento esas palpitaciones en la nuca. Sin dudasignificanqueestoyapuntodetenerunataque.

—Lo que necesita es su siesta. Una vez que haya dormido, se sentirámejor.Laarroparébienylereclinarélasilla.¿Legustaríadormirlasiestaenelporche?

—¡Dormirenpúblico!Esoespeorquecomer.Ustedtieneideasdelomásextrañas.Póngameaquíen la sala,baje laspersianasycierre lapuerta,paraquenoentrenmoscas.Nodudodequedebededesearunpocodetranquilidadustedtambién.Haestadohablandosinparar.

LaseñoraGibsondurmióunasiestalarga,perosedespertódemalhumor.

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NoquisoqueAnalallevaraalporche.

—Quierequememueraenelairenocturno,nolodudo—gruñó,aunqueeransolamentelascinco.

Nadaleveníabien.LabebidaqueAnaletrajoestabademasiadofría…lasiguientenoestaba lo suficientemente fresca…por supuesto, a ella le traíancualquiercosa.¿Dóndeestabaelperro?Haciendosusnecesidadesportodalacasa, sin duda. Le dolía la espalda… le dolían las rodillas… le dolía lacabeza… ledolía el pecho.Nadie se compadecíade ella, nadie sabíapor loquepasaba.La silla estaba demasiado alta… la silla estaba demasiadobaja.Quería un chal para cubrirse los hombros, unamanta para las rodillas y unalmohadónparalospies.¿YsepodíafijarlaseñoritaShirleydedóndeveníaesaespantosacorrientedeaire?Levendríabienunatazadeté,peronoqueríacausar molestias y pronto estaría descansando en su tumba. Quizá laapreciarancuandoyanoestuviera.

«Seacortoolargoeldía,llegaráporfinelatardecer».Habíamomentosenque Ana creía que no llegaría nunca, pero llegó. Al caer el sol, la señoraGibsoncomenzóapreguntarseporquénollegabaPauline.Oscureció…ynirastrodePauline.SaliólalunaailuminarlanocheyPaulinenoaparecía.

—Losabía—mascullólaseñoraGibson.

—EsimposiblequevuelvahastaqueelseñorGregornodecidamarcharse,ypor logeneral,eselúltimoenhacerlo—la tranquilizóAna—.¿Noquiereque laacueste, señoraGibson?Estácansada…Séqueuna seponenerviosacuando tieneaunadesconocidaal lado,en lugarde lapersonaa laqueestáacostumbrada.

LasarrugasalrededordelabocadelaseñoraGibsonseprofundizaronenungestodeobstinación.

—Novoyaacostarmehastaqueesachica llegueacasa.Perosiestá tanansiosaporirse,váyase.Puedoquedarmesola…omorirsola.

Alasnuevedelanoche,laseñoraGibsonllegóalaconclusióndequeJimGregornovolveríahastaellunes.

—Nunca se pudo contar con que Jim Gregor no cambiara de idea enveinticuatrohoras.Además,leparecemalviajarendomingo,aunquesetratedevolverasucasa.Estáenlajuntadesuescuela,¿noesasí?¿Quépiensadeélydesusopinionessobrelaeducación?

Anacedióalapicardía.Despuésdetodo,esedíahabíasoportadomucho,graciasalaseñoraGibson.

—Pienso que es un anacronismo psicológico —declaró, muy seria. LaseñoraGibsonnoparpadeó.

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—Estoydeacuerdoconusted—dijo.

Perodespuésdeeso,fingióquedarsedormida.

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Paulinellegó,porfin,alasdiezdelanoche…unaPaulinesonrosada,conojosbrillantes,diezañosmásjoven,apesardelvestidodetafetánnegroyelviejo sombrero. Traía un hermoso ramillete que de inmediato entregó a labelicosaanciana.

—Lanovia te envió su ramo,mamá. ¿Noeshermoso?Veinticinco rosasblancas.

—¡Qué disparate! No sé por qué a nadie se le ocurrió enviarme algunamiga de la tarta de bodas. Hoy en día nadie parece tener respeto por losparientes.Quéva,enmistiempos…

—Pues sí, mamá, tengo un trozo grande aquí en el bolso. Y todospreguntaronportiyteenvíanrecuerdos.

—¿Lopasóbien?—preguntóAna.

Pauline se sentó sobre una silla dura porque sabía que su madre seenfadaríasisesentabaenunamullida.

—Muybien—respondió,cautelosa—.Lacenadebodasfueextraordinariay el señor Freeman, elministro deGull Cove, casó de nuevo a Louisa y aMaurice…

—Esoessacrilegio,enmiopinión.

—Ydespuéselfotógrafonoshizounafotografíaa todos.Lasfloreseransencillamentemaravillosas.Lasalaestaballenaderamos…

—Comounfuneral,nodudo…

—Y,mamá,MaryLuckleyvinodelOeste…AhoraeslaseñoraFleming,¿sabes?¿Recuerdasquébuenasamigaséramos?Solíamos llamarnosPollyyMolly…

—Quénombresmástontos…

—Y fue tan bonito verla de nuevoy conversar sobre los viejos tiempos.EstabasuhermanaEm,también,conunbebédelicioso.

—Hablascomosisetrataradealgoparacomer—gruñólaseñoraGibson—.Losbebéssonvulgaresycorrientes.

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—Oh, no, los bebés no son nunca vulgares—dijoAna.Había traído unrecipienteconaguaparalasrosasdelaseñoraGibson.

—Cadaunoesunmilagro.

—Bueno,yotuvediezynuncalesvinadademilagroso.Pauline,hazmeelfavordequedartequieta.Meponesnerviosa.Veoquenopreguntascómomefueamí.Peroclaro,notengoporquépretenderquelohagas.

—Medoycuentadecómotefuesinnecesidaddepreguntártelo,mamá…Setevevivazyalegre.—Paulineestabatodavíatanentusiasmadaporeldíaque había pasado, que pudo permitirse una leve ironía con sumadre—.NodudodequetúylaseñoritaShirleylohabéispasadomuybienjuntas.

—Bueno, no tan mal. La dejé hacer lo que quería. Admito que es laprimeravezenañosqueoigounaconversacióninteresante.Noestoytancercade la tumbacomodicenalgunos.Por suertenomequedésordanimevolvíinfantil.Bueno,yahorasupongoqueencualquiermomentoteirásalaluna.Ymivinodezarzaparrillanolesgustó,¿no?

—Oh,sí.Lespareciódelicioso.

—Pues has tardado bastante en decírmelo. ¿Trajiste la botella o esdemasiadopedirquetehayasacordadodehacerlo?

—La…labotellaserompió—vacilóPauline—.Alguienlahizocaerdelestante de la despensa. PeroLouisame dio otra igual,mamá, así que no tepreocupes.

—Hetenidoesabotelladesdequecomencéaocuparmedelacasa.LadeLouisa no puede ser igual.Ya no hacen botellas así.Quiero queme traigasotrochal.Estoyestornudando…seguroquemeheresfriado.Ningunade lasdos parece recordar que no debo respirar el aire frío de la noche.Con todaseguridad,volveréatenerneuritis.

Unaviejavecina llegódevisita en esemomentoyPauline aprovechó laoportunidadparaacompañaraAnahastalacalle.

—Adiós,señoritaShirley—dijolaseñoraGibsonconrelativaamabilidad—.Leestoymuyagradecida.Sihubieramásgentecomoustedenestepueblo,seríamejorparatodos.—EsbozóunasonrisadesdentadayatrajoaAnahaciaella—.Nomeimportaloquedigalagente—susurró—.Amímeparecequeustedesverdaderamenteguapa.

PaulineyAnacaminaronporlacalleenlanochefrescayverde,yPaulineseatrevióasoltarse,comonohabíapodidohacerdelantedesumadre.

—Ay, señorita Shirley, fue maravilloso. ¿Cómo podré agradecérselo?Nunca pasé un día tan hermoso. Viviré del recuerdo durante años. Fue tan

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divertidovolvera serdamadehonor.Yelcapitán IsaacKenterael testigo.Él…bueno,eraunpretendiente…bueno,notanto,creoqueenrealidadnuncatuvointencionesserias,peropaseábamosjuntos.Mehizodoscumplidos.Dijo:«RecuerdolobonitaqueestabasenlabodadeLouisa,conesevestidocolorgranate». ¿No esmaravilloso quehaya recordado el vestido?Y tambiénmedijo: «Tu pelo está tan brillante y suave como siempre». No tiene nada demaloquemehayadichoeso,¿verdad,señoritaShirley?

—Nadaenabsoluto.

—Lou,Molly y yo cenamos juntas después de que todos se fueron. Yotenía tanto apetito… creo que hace años que no estaba tan hambrienta. Fuemuyagradablepodercomerloquequería,sinquenadiemeadvirtieraquetalo cual cosa nome caería bien al estómago.Después de la cena,Mary y yofuimos a su antigua casa y paseamos por el jardín, hablando de los viejostiempos.Vimoslosarbustosdelilasqueplantamoshaceaños.Pasamosunoshermososveranoscuandoéramoschicas.Después,alanochecer, fuimosa lacostaynossentamosensilenciosobreunaroca.Abajo,enelpuerto,sonabaunacampana;fuehermosovolverasentirelvientodelmarenlacarayverlasestrellastemblandoenelagua.Habíaolvidadolohermosasquepodíanserlasnochesenelgolfo.Cuandooscureció,volvimosyelseñorGregoryaestabalistoparapartir…yasí,«laancianavolvióasucasaesanoche»—concluyóPauline,riendo.

—Megustaría…desearíaquenolopasaratanmalensucasa,Pauline…

—Pero querida señorita Shirley, ahora nome importará—se apresuró adecir Pauline—.Después de todo, la pobremamáme necesita.Y es bonitosentirsenecesitada,querida.

Sí,eralindosentirsenecesitada.Anapensóenesoensuhabitacióndelatorre;DustyMillerhabíaescapadodelasviudasydeRebeccaDewysehabíaacurrucadosobresucama.AnapensóenPauline,trotandodenuevohaciasuscadenas,peroanimadapor«elespírituinmortaldeundíafeliz».

—Esperoquealguiensiempremenecesite—dijoAnaaDustyMiller—.Yes hermoso, DustyMiller, poder darle alegría a alguien. Me ha llenado dealegríapoder regalarleestedíaaPauline.Pero, ay,DustyMiller, ¿creesquealgún día seré como la señora Gibson, si llego a los ochenta? ¿Lo crees,Dusty?

DustyMiller,conronroneosprofundosyaterciopelados,leaseguróquenolocreía.

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AnafueaBonnyviewlanochedelviernes,antesdelaboda.LosNelsondabanunacenaparaalgunosamigose invitadosque llegabanporbarco.Laamplia casa, residencia veraniega del doctorNelson, estaba construida entrepinos sobre un largo entrante, con la bahía a ambos lados, y detrás, unaextensión de dunas doradas que sabían todo lo que había que saber sobrevientos.

AAnalegustóencuantolavio.Unaantiguacasadepiedrasiempretieneaspectososegadoydigno.Notemelosembatesdelalluvianidelvientonidelpasodel tiempo.Yaquella tardede junio,bullíadevidayemoción,con lasrisas de las chicas, los saludos de amigos, carruajes que entraban y salían,niñosquecorrían.Acadamomentollegabanregalos;todosestabanatrapadosenlavertiginosaalegríadeunaboda.LosdosgatosnegrosdeldoctorNelson,que ostentaban los nombres de Barnabas y Saul, estaban sentados sobre labarandadelagaleríaycontemplabantodocomodosimperturbablesesfingespeludas.

SallyseapartódeungrupoyllevóaAnaarriba.

—Te hemos guardado la habitación que da al norte. Tendrás quecompartirla con otras tres chicas, desde luego. Esto es un caos. Papá estáhaciendo levantar una carpa para los chicos, entre los pinos, y más tardepondremos catres en la galería cerrada de atrás. Y podremos poner a lamayoría de los niños en el granero, desde luego. Ay, Ana, estoy tanentusiasmada.Casarseesrealmentedelomásdivertido.MivestidohallegadohoydeMontreal.Esunsueño…desedacolorcrema,conencajeybordadosdeperlas.Yhemosrecibidoregalospreciosos.Éstaestucama.LasotrassonparaMamieGray,DotFraserySisPalmer.MamáqueríaponeraquíaAmyStewart, pero no se lo permití.Amy te odia porque ella quería ser damadehonor. Pero ¿cómo iba a poner a una joven tan gorda y desaliñada, no teparece?Además,elcolorverdeNilolahaceparecerenferma.Ay,Ana,vinolatíaSabueso.Llegóhaceunosminutosyestamosaterrados.Huboqueinvitarla,porsupuesto,perocreímosquenollegaríahastamañana.

—¿QuiéneslatíaSabueso?

—Latíadepapá,laseñoradeJamesKennedy.Enrealidad,eslatíaGrace,peroTommylaapodótíaSabuesoporquesiempremetelasnaricesentodoyaveriguacosasquenoqueremosquesepa.Nohayformadeescaparsedeella.Hastaselevantatempranoporlamañanaparanoperdersenada,ydenoche,esla última en acostarse. Pero eso no es lo peor. Si hay algo inadecuado paradecir,contodacertezalodiráynoaprendequehaypreguntasquenosedebenhacer.Papállamaasusdiscursoslas«deliciasdelatíaSabueso».Estoyseguradequearruinarálacena.Uy,aquíviene.

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Se abrió la puerta y entró la tía Sabueso… una mujercita regordeta,castaña, de ojos saltones, que se movía en una atmósfera de naftalina ymostrabaunaexpresióndepreocupacióncrónica.Denoserporlaexpresión,separecíabastanteaunsabueso.

—AsíqueustedeslaseñoritaShirley,delaquetantoheoídohablar.NoseparecenadaaunaseñoritaShirleyqueconocí.Ellateníaunosojospreciosos.Bien,Sally,asíqueporfintecasas.PobreNora,eslaúnicaquequeda.Bueno,tumadretienesuerteporhabersequitadodeencimaacincohijas.Haceochoaños le dije: «Jane, ¿crees que alguna vez vas a lograr casar a todas esaschicas?».Bueno,loshombresnotraenotracosaqueproblemas,amientender,yde todas lascosas inseguras,elmatrimonioes lamenossegura,¿peroquéotracosahayparaunamujerenestemundo?EsloqueacabodedecirlealapobreNora.«Prestaatención,Nora», ledije,«noesnadadivertidoquedarsesolterona.¿EnquéestápensandoeseJimWilcox?»,ledije.

—Ay,tíaGrace,JimyNorasepelearonenenero,ydesdeentoncesélnohavueltoporaquí.

—Yocreoquesedebedecirloquesepiensa.Lascosashayquedecirlas.Meenterédeesapelea.Poresolepreguntéporél.«Tienesquesaber»,ledije,«quesaleapasearconEleanorPringle».Sesonrojó,sepusofuriosa,ysaliócorriendo.¿QuéhaceVeraJohnsonaquí?Noesdelafamilia.

—Vera siempre fue muy amiga mía, tía Grace. Va a tocar la marchanupcial.

—¿Ah,sí?Bueno,loúnicoqueesperoesquenoseequivoqueytoquelamarchafúnebre,comohizolaseñoradeTomScottenlabodadeDoraBest.Quémalpresagio.Nosédóndevanaponeradormiratodalagentequehayaquí. Algunos tendremos que dormir colgados de la cuerda de la ropa,supongo.

—Buscaremossitioparatodos,tíaGrace.

—Bueno,esperoquenocambiesde ideaaúltimomomento,Sally,comohizo Helen Summers. Se arma tanto alboroto. Tu padre está muyentusiasmado.Nuncamegustóbuscarproblemas,peroloúnicoqueesperoesquenolevayaadarunataque.Lohevistosuceder.

—Papáestámuybien,tíaGrace.Sólounpocoemocionado.

—Ah,eresdemasiadojoven,Sally,parasabertodoloquepuedesuceder.Tumadremecontóque laceremoniaserámañanaalmediodía.Lamodaencuantoabodasestácambiando,comotodolodemás,ynoparamejor.Yomecasé por la tarde. Ah, cielos, ya no es como antes. ¿Qué le pasa a MercyDaniels?Melaencontréenlaescalerayviqueselehapuestolatezbarrosa.

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—«Lamisericordianosefuerza»—rioSally,mientrasseponíaelvestidoparalacena.

—NociteslaBibliacontantafrivolidad—replicólatíaSabueso—.Debedisculparla, señorita Shirley. Sencillamente no está acostumbrada a casarse.Bueno, espero que el novio no tenga una expresión espantada, como suelesuceder.Supongoquese sientenaterrados,perono tienenporquémostrarlotan claramente. Y espero que no se olvide los anillos, como Upton Hardy.Florayél tuvieronquecasarseconunaargollade las cortinas.Bueno, iré aechar otro vistazo a los regalos.Tienesmuchas cosas bonitas, Sally.Esperoquenoteseamuydifícilmantenerbrillantestodaslascucharas.

Aquellanoche,lacenaenlaampliagaleríacerradafuemuyalegre.Habíafaroleschinoscolgadosportodaspartes;lasuaveluzcoloridaquearrojabanseposaba sobre los bonitos vestidos, el pelo brillante y las frentes lisas de lasmuchachas.BarnabasySaul,sentadossobre losanchosbrazosdelsillóndeldoctor,parecíanestatuasdeébano;éllosalimentabaconmigajas.

—CasipeorqueParkerPringle—afirmólatíaSabueso—.Élhacesentaralperroalamesa,consillayservilletapropias.Bueno,tardeotemprano,seharájusticia.

Habíaunanutridaconcurrencia,puesestabantodaslaschicasNelsonconsus maridos, además de los testigos y las damas de honor; hubo muchaalgarabía,apesardelas«deliciasdelatíaSabueso»oquizásacausadeellas.Nadie la tomaba demasiado en serio. Era evidente que la juventud laconsiderabaunabroma.CuandoalpresentarleGordonHilldijo:«Vaya,vaya,noeresloqueimaginaba.CreíqueSallyelegiríaaunhombrealtoyapuesto»,seoyeron risas ahogadaspor todoelporche.GordonHill,queeramásbienbajoysolamente«deaspectoagradable»,segúnsusmejoresamigos,supoqueharíanbromasal respectohastael finalde susdías.Después, la tíaSabuesodijoaDotFraser:«Cielos,cadavezqueteveotienesunvestidonuevo.Esperoqueelpresupuestodetupadreresistatodavíaalgunosaños».Dotpudohaberhervido de furia, pero algunas de las otras chicas encontraron graciosas laspalabras de la anciana.Y cuando la tía Sabuesomurmuró en tono sombrío:«Sóloesperoque todos reciban lascucharitasde recuerdo.EnelcasamientodeGertiePaulfaltaroncinco.Nuncaaparecieron»,laseñoraNelson,quehabíapedidoprestadastresdocenas,adoptóunaexpresiónangustiada,igualquesuscuñadas, a las que se las había pedido. Pero el doctor Nelson lanzó unacarcajada.

—Haremosquetodosdenvueltasusbolsillosantesdeirse,tíaGrace.

—Sí,ríesiquieres,Samuel,peronoesningunabromaquepaseunacosaasí en la familia.Alguien debe de tener esas cucharitas. Siempre que voy aalgúnladomefijoaversiestán.Lasreconoceríaencualquierparte,apesarde

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quehanpasadoveintiochoaños.LapobreNoraeraunbebéenaquelentonces.¿Recuerdas,Jane,quelateníasconunvestiditoblanco?¡Veintiochoaños!Ah,Nora,cómopasaeltiempo.Aunqueconestaluz,nodemuestrastuedad.

Noranoparticipódelarisotadageneral.Parecíaapuntodeecharrayosporlosojos.Apesardelvestidoamarilloylasperlasenelpelooscuro,aAnalahacíapensarenunamariposanocturna.EncontrastedirectoconSally,queerarubiaypálida,NoraNelsonteníaunpreciosopelonegro,ojososcuros,cejasnegrasyaterciopeladasmejillasrosadas; lanarizeraunpocoaguileña.Noranunca había sido considerada guapa, pero Ana sentía una curiosa atracciónhaciaella,apesardesuexpresióntorvayfuribunda.Intuíaque,comoamiga,preferiríaaNoraantesquealarisueñaSally.

Despuésdelacenahubobaile;delasventanasbajasdelaantiguacasadepiedra brotaron risas y música. A las diez, Nora había desaparecido. Anaestabaalgocansadadelruidoylaalgarabía.Salióporelvestíbuloaunapuertaposteriorquedabaalabahíaybajóporunaescaleradepeldañosrocososhastalacosta,atravesandounbosquecillodepinos.¡Quéhermosoeraelfrescoairesaladodespuésdelcalordelatarde!¡Cuánexquisitoslosdibujostrazadosporlalunasobrelabahía!¡Quémagiateníalaembarcaciónquehabíazarpadoalanochecer y ahora se acercaba al puerto!Era una noche en la que resultabaposibletoparseconunbailedesirenas.

Noraestabasentadaalasombradeunaroca,juntoalagua,conexpresiónmástormentosaquenunca.

—¿Puedo sentarme contigo unos minutos?—preguntó Ana—. Estoy unpoco cansadadebailar ynoquieroperdermeestanochemaravillosa.Cómoenvidioestabahíaquetenéiscomojardín.

—¿Cómotesentiríasenunmomentoasí,sinotuvierasnovio?—preguntóNoradepronto,conaspereza—.¿Niposibilidadesdetenerlo?

—Creoqueesculpatuya,sinolotienes—respondióAna,ysesentóasulado.

NorasedescubriócontándolesusproblemasaAna.Habíaalgoenellaquehacíaquelagenteleconfiarásusproblemas.

—Lodicesporcortesía,desdeluego.Noesnecesario.Sabestanbiencomoyoquenosoyunachicadelaqueseenamoranloshombres…soy«lafeúchade lasNelson».La verdad es que no esmi culpa que no tenga a nadie.Nosoportaba estar más tiempo allí dentro. Sentí necesidad de venir aquí ypermitirme sentirme desdichada. Estoy cansada de sonreír y mostrarmeagradablecontodosyfingirquenomeimportacuandomehacenbromasporsersoltera.Yanovoyafingirmás.Meimporta,ymucho…muchísimo.Soylaúnica que queda. Cinco de mis hermanas están casadas, o lo estarán para

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mañana. Has oído a la tía Sabueso echarme en cara mi edad cuandocenábamos.Ylaoídecirleamamáantesdelacenaqueyo«habíaenvejecido»bastantedesdeelveranopasado.Claroqueheenvejecido.Tengoveintiochoaños. Dentro de doce años, tendré cuarenta. ¿Cómo soportaré la vida a loscuarenta,Ana,sinotengoraícespropiasaesaaltura?

—Yonomepreocuparíaporlastonteríasdeunaanciana.

—Ah, ¿no? Pues no tienes una nariz como lamía, dentro de diez años,parecerá un pico de ave, como la de papá. Y supongo que tampoco teimportaría haber esperado años a que un hombre se te declarara… y no lohicieranunca.

—Ay,sí,esosímeimportaría.

—Bueno,ésaesprecisamentemisituación.Sí,séquehasoídohablardeJimWilcox.Esunahistoriamuyantigua.Haestadodetrásdemíduranteaños,peronuncadijonadadecasarnos.

—¿Lequieres?

—Claroqueloquiero.Siemprefingíquenoloamaba,perocomotedije,estoyhartadefingir.Ynosemeacercadesdeenero.Nospeleamos…bueno,hemostenidocientosdepeleas.Antessiemprevolvía…peroestavezno.Yanoquierevolver.Mira,aquéllaessucasa,alotro ladodelabahía,brillandobajo la luna. Debe de estar allí… y yo aquí… con todo el puerto entrenosotros.Asíserá,siempre.Es…¡esterrible!Ynohaynadaquepuedahacer.

—Silollamaras,¿novendría?

—¡Llamarlo!¿Creesqueharíaeso?Antespreferiríamorir.Siquierevenir,nohaynadaqueseloimpida.Sinoquiere,yonoquieroquevenga.Sí…¡sí,quiero!Loamo…yquierocasarmeconél.Quierotenerunhogarpropioyserla«señora»dealguienycerrarle labocaa la tíaSabueso.¡OjalápudieraserBarnabas o Saul por unos momentos nada más que para dedicarle unoscuantosinsultos!Simevuelveallamar«lapobreNora»,learrojaréunaolla.Perobueno,alfinyalcabo,dicesolamenteloquetodospiensan.Mamáyahaperdidolasesperanzasdequemecase,asíquemedejatranquila,peroelrestome tortura.Odio a Sally… sé que soy una arpía… pero la odio. Tendrá unbuenmaridoyunacasapreciosa.Noesjustoqueella tengatodoyyonada.Noesmejornimásinteligentenimuchomásguapaqueyo…sólotienemássuerte.Supongoquemecreeshorrorosa…aunqueenrealidadnomeimportaloquepienses.

—Creo que estás muy, muy cansada luego de tantas semanas depreparativos y tensión. Las cosas que siempre fueron difíciles, de pronto sehanvueltoimposiblesdetolerar.

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—Me comprendes… sí, me comprendes. Siempre pensé que lo harías.Teníaganasdeseramigatuya,AnaShirley.Megustaturisa.Siempredeseépoder reír así.No soy tan sombría como parezco… son las cejas.De veraspienso que son lo que ahuyenta a los hombres. Nunca tuve una verdaderaamiga. Pero siempre tuve a Jim. Hemos sido… amigos… desde niños. Yosolíaponerunfarolenlaventanitadeldesváncuandoqueríaquevinieraporalgún motivo, y él venía navegando de inmediato. Íbamos juntos a todaspartes.Ningúnotro chico tuvoposibilidadesde acercarse amí…aunquenocreoqueningunohayaqueridohacerlo,tampoco.Yahoratodohaterminado.Secansódemíysealegródeencontrarlaexcusadelapeleaparaquedarlibre.¡Ay,cómovoyaodiartemañanaporquetehecontadoestascosas!

—¿Porqué?

—Siempreseodiaa laspersonasquenosarrancan los secretos, supongo—respondióNora, tristemente—.Perohayalgoenlasbodasqueteremuevetodo…ynome importa.Nadame importa.Ay,AnaShirley, ¡me siento tantriste!Préstametuhombroparallorarunbuenrato.Mañanatendréquesonreírymostrarmefeliz todoeldía.Sallycreequenoquisesersudamadehonorporsuperstición:traemalasuerteserdamadehonortresveces,¿sabes?,peronofueporeso.Nohubierasoportadoestarasuladoyescucharladecir:«Sí,quiero»,sabiendoqueyonuncapodríadecírseloaJim.Mehubierapuestoaaullarcomoun lobo.Quierovestirmedenoviay tenerunajuar, ropablancaconmonogramasyhermososregalos.HastaelplatitodemantecadeplatadelatíaSabueso.Siempreregalalomismoatodaslasnovias…unamantequeraespantosa con tapa parecida a la cúpula de San Pedro. Podríamos haberlapuestosobre lamesadeldesayunonadamásparaqueJimseriera.Ay,Ana,creoquemeestoyvolviendoloca.

Elbailehabíaterminadocuandolaschicasvolvieronalacasa,cogidasdela mano. Los invitados se repartían en las diferentes habitaciones. TommyNelsonseestaballevandoalosgatosalgranero.LatíaSabuesoseguíasentadaenelsofá,pensandoentodaslascosashorrorosasqueesperabanosucedieranaldíasiguiente.

—Espero que nadie se levante y dé un motivo por el cual no deberíancasarse.EsosucedióenelcasamientodeTillieHatfield.

—Gordonnovaatenertanbuenasuerte—dijoeltestigodelnovio.

LatíaSabuesoledirigióunamiradapétrea.

—Jovencito,elmatrimonionoesunabroma.

—Claroqueno—replicóél,sinamilanarse—.Hola,Nora,¿cuándovamosatenerlaoportunidaddebailarentuboda?

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Nora no respondió con palabras. Se acercó al muchacho y lo abofeteó,primeroenunamejillayluegoenlaotra.Después,subiósinmiraratrás.

—Esa chica —declaró la tía Sabueso— está al borde de una crisisnerviosa.

16

La mañana del sábado transcurrió en un torbellino de preparativos deúltimomomento.Ana,envueltaenunodelosdelantalesdelaseñoraNelson,lapasóenlacocina,ayudandoaNoraconlasensaladas.Noraestabairritable;era evidente que se arrepentía, como había dicho, de sus confidencias de lanocheanterior.

—Quedaremos agotados para un mes —se quejó—. Además, papá nopuedepermitirserealmentetodoestedespilfarro.PeroSallyestabadecididaatenerloquellama«unalindaboda»ypapácedió.Siemprelahamalcriado.

—Estás celosa —dijo la tía Sabueso, asomando la cabeza desde ladespensa, donde estaba enloqueciendo a la señora Nelson con sus malospresagios.

—Tiene razón—confesóNora aAna, amargamente—.Es verdad.Estoycelosayavinagrada…odioveralagentefeliz.Peronomearrepientodehaberabofeteado a Jud Taylor anoche. Lamento no haberle pellizcado la nariz,también. Bien, las ensaladas están terminadas. Han quedadomuy bien.Meencanta arreglar las cosas cuando estoy bien. En realidad, espero que todosalgabienyqueSallyseafeliz.Enelfondo,laquieromucho,aunqueenestemomentome parece que odio a todo el mundo y a JimWilcoxmás que anadie.

—Esperoqueelnovionodesaparezcajustoantesdelaceremonia.—Laspalabras llegaron flotando desde la despensa en el tono lúgubre de la tíaSabueso—.AustinCreedlohizo.Seolvidóquesecasabaesedía.LosCreedsiemprefueronolvidadizos,peroesoyaesdemasiado.

Lasdosmuchachassemiraronylanzaronunacarcajada.LacaradeNorase transformópor larisa:cobró luz,colorybrillo.Enesemomento,alguienentróparadecirlequeBarnabashabíavomitadoen laescalera…demasiadoshígadosdepollo,sinduda.Noracorrióa reparar losdaños,y la tíaSabuesosalió de la despensa diciendo que esperaba que no desapareciera la tarta debodas,comohabíasucedidoenlabodadeAlmaClark,hacíadiezaños.

Almediodía,todoestuvoinmaculadamentelisto:lamesapuesta,lascamas

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adornadasconprimor,cestosconfloresentodaspartesyenlagranhabitaciónquedabaalnorte,Sallyysustresdamasdehonor,temblorosasyespléndidas.Ana, con su vestido verdeNilo y sombrero a juego, semiró en el espejo ydeseóqueGilbertpudieraverla.

—Estásguapísima—dijoNora,conundejodeenvidia.

—Tútambién,Nora.Esevestidoazulyesesombrerodanmuchobrilloatucabelloyhacenresaltarelcolordetusojos.

—Anadieleimportasiestoybienono—sequejóNoraconamargura—.Bien,Ana,miramisonrisa.Novoyaserunaaguafiestas.Tengoquetocarlamarcha nupcial, después de todo. Vera tiene una jaqueca terrible. Casipreferiríatocarlamarchafúnebre,comodijolatíaSabueso.

Laanciana,quehabíamerodeadoporlacasatodalamañana,interfiriendoentodo,enfundadaenunviejoquimononodemasiadolimpioyunmarchitosombrerito, apareció resplandeciente enunvestidooscuro e informóaSallyqueunade lasmangasno lequedababienyqueesperabaqueanadie se levieran las enaguas debajo del vestido, como había sucedido en la boda deAnnieCrewson.LaseñoraNelsonentróenlahabitaciónylloróalveraSallytanbonitaconsuvestidodenovia.

—Vamos, vamos, no te pongas sentimental, Jane—la tranquilizó la tíaSabueso—.Todavíatequedaunahija…yesprobablequeteacompañehastala vejez. Las lágrimas traenmala suerte en las bodas. Bueno, lo único queespero es que nadie caiga muerto de repente, como le pasó al viejo tíoCromwellenlabodadeRobertaPringle,enplenaceremonia.Lanoviapasódossemanasencama,porelsusto.

Despuésdeestasoptimistaspalabras,elgrupobajólaescaleraalsondelamarchanupcial tocadaporNora,ySallyyGordon secasaron sinquenadiecayeramuertoniolvidaralosanillos.ElgrupoerarealmentebonitoyhastalatíaSabuesodejódepreocuparseporeluniversoporunosinstantes.

—Despuésdetodo—ledijoaSallymástarde—aunquenoseasmuyfelizentumatrimonio,peortesentiríassoltera.

Nora tenía una mirada sombría desde su lugar frente al piano, pero seacercóaSallyylediounfuerteabrazo.

—Bien, hemos terminado —dijo Nora, cansada, cuando el almuerzoconcluyó y los novios y la mayoría de los invitados se fueron. Echó unamiradaa lahabitación,que teníaelaspecto tristeydesordenadodel finaldeuna fiesta: un ramillete pisoteado yacía en el suelo, las sillas estaban porcualquierparte,untrocitodeencajeroto,dospañuelos,migasdesparramadasporlosniños,unamanchaeneltecho,dondesehabíafiltradoelaguadeuna

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jarravolcadaporlatíaSabuesoenunadelashabitaciones.

—Tengo que limpiar esto—añadióNora con vehemencia—.Muchos delosjóvenesesperanelbarcoyotrossequedaránhastaeldomingo.Terminaránconunafogataen laplayayunbailea la luzde la luna.Imaginas lasganasquetengodebailarbajolaluna.Meiríaalacamaallorar.

—Despuésdeunaboda,lacasaparecetriste,esverdad—dijoAna—.Peroteayudaréalimpiaryluegotomaremosunté.

—AnaShirley,¿creesqueeltéesremedioparatodo?Erestúlaquetendríaquesersolterona,noyo.Noimporta.Noquierosermala,perosupongoqueesmi naturaleza. Detesto la idea del baile en la playa más que la boda. Jimsiempre venía a nuestros bailes en la playa.Ana, he tomado la decisión deestudiarparaenfermera.Séqueloodiaré(yqueelcieloayudeamisfuturospacientes)peronomequedaréenSummersidesoportandolasburlasdetodos.Bien, ataquemos estemontón de platos sucios e imaginemos que nos gustalavarlos.

—Amímegusta…siempremegustólavarplatos.Esdivertidovercómolascosassuciasvuelvenaquedarresplandecientes.

—Ay,deberíasestarenunmuseo—leespetóNora.

Cuando salió la luna, todo estaba listo para el baile en la playa. Losmuchachos habían encendido una gran fogata en la punta y las aguas delpuertorelucíanbajolaluna.Anaesperabadivertirsealogrande,peroalverlaexpresióndeNora,cuandolamuchachabajóconunacestadebocadillos,sepusoapensar.«Quéinfelizsesiente.Sipudierahaceralgoporella…».

UnaideaseformóenlamentedeAna.Siemprehabíasidounacriaturadeimpulsos.Corriócomouna flechaa lacocina,cogióun farolencendidoquehabíasobreunamesaysubióatodavelocidadporlaescaleraposterioryluegootravezhastaeldesván.Pusoelfarolen laventanaquedabaalpuerto.Losárboleslaocultabandelosbailarines.

«Es posible que la vea y venga. Supongo que Nora se, pondrá furiosaconmigo,peroesonotendráimportancia,siélviene.Yahora,aenvolverunpocodetartadebodasparaRebeccaDew».JimWilcoxnofue.Anadejódebuscarlo después de un rato y lo olvidó en la algarabía de la velada. NorahabíadesaparecidoylatíaSabueso,porsuerte,sehabíaidoadormir.Eranlasonce cuando terminó el jolgorio y los cansados bailarines subieron,bostezando. Ana estaba tan cansada, que olvidó por completo la luz en laventanadel desván.Pero a las dos de lamañana, la tíaSabueso entró en eldormitorioyacercóunavelaalascarasdelasmuchachas.

—PorDios,¿quépasa?—exclamóDotFraser,sentándoseenlacama.

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—Chsss…—advirtió la tía Sabueso, con ojos desorbitados—. Creo quehayalguienenlacasa…estoysegura.¿Quéeseseruido?

—Pareceelmaullidodeungatooelladridodeunperro—respondióDot,presadeunataquederisa.

—Nadade eso—replicó la tía Sabueso con severidad—.Sé que hay unperroladrandoenelgranero,peronofueesoloquemedespertó.Hasidoungolpe…ungolpefuerte,claro.

—Señor líbranos de fantasmas, monstruos, bestias de piernas largas ycosasquegolpeanenlanoche—murmuróAna.

—Señorita Shirley, no es una broma. Hay ladrones en la casa. Voy adespertaraSamuel.

LatíaSabuesodesaparecióylaschicassemiraronentresí.

—¿Acasocreen…?Todoslosregalosestánabajo,enlabiblioteca…—dijoAna.

—Yo me levanto —dijo Mamie—. Ana, ¿has visto alguna vez algoparecido al rostro de la tía Sabueso cuando bajó la vela y quedómedio ensombras, con losmechones de pelo alrededor de la vela? ¡Estaba igual a labrujadeEndor!

Cuatromuchachasenbatasalieronalpasillo.LatíaSabuesoseacercaba,seguidaporeldoctorNelson,conbataypantuflas.LaseñoraNelson,quenoencontrabasubata,asomabaunrostroaterradoporlapuerta.

—Ay,Samuel,nocorrasriesgos…Sisonladrones,podríandisparar.

—¡Tonterías!Estoysegurodequenohaynada—replicóeldoctor.

—Teestoydiciendoqueoíungolpe—insistiólatíaSabueso.

Unpardemuchachosseunióalgrupo.Bajaronsigilosamentelaescaleracon el doctor delante y la tía Sabueso, vela enmano y atizador en la otra,cerrandolaretaguardia.

Era indudable que de la biblioteca provenían ruidos. El doctor abrió lapuertayentró.

Barnabas, que se las había arreglado para esconderse en la bibliotecacuandosehabíanllevadoaSaulalgranero,estabasentadoenelrespaldodelsofáChesterfield,parpadeando,divertido.Norayunjovenestabandepieenmediodelahabitación,iluminadaapenasporunavelaparpadeante.EljovenrodeabaelcuerpodeNoraconunbrazoyleapoyabaungranpañueloblancoenlacara.

—¡Le está aplicando cloroformo!—chilló la tía Sabueso, y dejó caer el

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atizadorcongranestruendo.

Eljovensevolvióydejócaerelpañuelo,abochornado.Eraunmuchachode aspecto agradable, con chispeantes ojos oscuros, pelo castaño rojizo,ondulado,yunmentónqueanunciabaaloscuatrovientosqueeraunmentón.

Noralevantóelpañueloyselollevóalrostro.

—Jim Wilcox, ¿qué significa esto? —preguntó el doctor, en tonoexcesivamentesevero.

—Yonolosé,seloaseguro—aseguróJim,contonosombrío—.LoúnicoqueséesqueNorameenviólaseñal.Novilaluzhastaquevolvíacasa,alauna.HabíaidoaunbanquetemasónicoenSummerside.Deinmediatomevinenavegando.

—Yonoteenviélaseñal—replicóNora,ofuscada—.PorDios,papá,nopongasesacara.Noestabadurmiendo…Estabasentadafrenteamiventana,todavíanomehabíadesvestido…yviaunhombrequesubíadesdelacosta.Cuando se acercó a la casa, me di cuenta de que era Jim, así que bajécorriendoy…choquécontralapuertadelabiblioteca,loquemehizosangrarlanariz.Jimhaestadotratandodedetenerlasangre.

—Entréporlaventanaytiréesebanco…

—Lesdijequehabíaoídoungolpe—dijolatíaSabueso.

—YahoraNoradicequenomeenviólaseñal,demaneraqueloslibrarédemimolestapresencia,condisculpashaciatodoslosinvolucrados.

—Es realmente una pena que te hayasmolestado en cruzar la bahía pornada—dijoNoraentonogélido,mientrastratabadeencontraruntrozolimpiodepañuelo.

—Sí,esunalástima—dijoeldoctor,mirandofijamenteasuhija.

—Pruebapasándoteunallaveporlaespalda—sugiriólatíaSabueso.

—Fuiyolaquepusoelfarolenlaventana—confesóAna,avergonzada—.Ydespuésloolvidéporcompleto.

—¡Tú!—exclamóNora—.¡Noteloperdonarénunca!

—¿Sehanvueltotodoslocos?—quisosabereldoctor,fastidiado—.¿Quées todo este asunto, de todos modos? Por el amor de Dios, Jim, cierra esaventana…Soplaunvientofríoquecalahastaloshuesos.Nora,echalacabezahaciaatrásylanarizdejarádesangrar.

Nora derramaba lágrimas de furia y vergüenza.Mezcladas con la sangrequelemanchabalacara,leconferíanunaspectoaterrador.JimWilcoxparecíaestardeseandoqueseabrieraelpisoylodejaracaeralsótano.

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—Bien —declaró la tía Sabueso en tono beligerante—, lo único quepuedeshacerahoraescasarteconella,JimWilcox.Jamásconseguirámarido,sisecorreelrumordequefuehalladaaquícontigoalasdosdelamañana.

—¡Casarme con ella!—exclamó Jim con impaciencia—. ¡Pero si no hedeseadootracosaenmividaquecasarmeconella!

—¿Yporquénolohasdichoantes?—preguntóNora,volviéndosehaciaél.

—¿Decírtelo?Me has tenido a distancia y te has burlado demí duranteaños.Nuncadejabasdedemostrarmecuántomedespreciabas.Meparecíaquenoteníasentidoquetelopidiera.Yeneneropasado,dijiste…

—¡Meobligasteadecir…!

—¡Yoteobligué!¡Ja!¡Éstasiqueesbuena!Buscastepeleanadamásqueparadeshacertedemí…

—No…Yo…

—Ynoobstante,fuitantontocomoparavenirnavegandoenmediodelanocheporquepenséquehabíaspuesto lavieja señal en laventana,puesmenecesitabas. ¡Pedirte que te cases conmigo! Bien, te lo pediré ahora y mequitaré el asunto de encima. Así podrás divertirte rechazándome delante detodaestagente.NoraEdithNelson,¿quierescasarteconmigo?

—¡Claro! ¡Claro que sí!—exclamó Nora, tan desvergonzadamente, quehastaBarnabassesonrojóporella.

Jimledirigióunamiradaincrédula…yseabalanzóhaciaella.Talvezlanarizhubieradejadodesangrar,talvezno.Detodosmodos,noimportaba.

—Meparecequehanolvidadoqueeslamañanadeldomingo—dijolatíaSabueso, que acababa de recordarlo—. Me vendría bien una taza de té, sialguienquisieraprepararla.Noestoyacostumbradaademostracionesdeestanaturaleza.LoúnicoqueesperoesquelapobreNoralohayaatrapado,porfin.Porlomenos,tienetestigos.

Sedirigieronalacocina,ylaseñoraNelsonsedispusoapreparartéparatodos… menos para Jim y Nora, que permanecieron encerrados en labiblioteca vigilados por Barnabas. Ana no volvió a ver a Nora hasta bienentrada lamañana…unaNoradiferente,diez añosmás joven, sonrosadadefelicidad.

—Todo te lo debo a ti, Ana. Si no hubieras puesto la luz… ¡aunqueanoche,durantedosminutosymedio,tehubieracomidolasorejas!

—Y pensar que no me desperté y me perdí todo—se lamentó TommyNelson,desconsolado.

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PerolaúltimapalabralatuvolatíaSabueso.

—Bien,esperoquenoseauncasodebodaapresuradayarrepentimientolento.

17

(ExtractodeunacartaaGilbert).

Hoy han terminado las clases. ¡Dos meses de Tejas Verdes, helechoshúmedos y aromáticos junto al arroyo y perezosas sombrasmoteadas en laSendade losEnamorados, fresas silvestres en la pastura del señorBell y lahermosapenumbradelospinosenelBosqueEncantado!mialmatienealas.

Jen Pringle me trajo un ramo de lirios del valle y me deseó felicesvacaciones.Vendráapasarunfindesemanaconmigoenalgúnmomento.¡Esosíqueesunmilagro!

Pero la pequeña Elizabeth está desconsolada. Quise que viniera avisitarme,también,perolaseñoraCampbell«noloconsiderórecomendable».Por suerte, yo todavía no le había dicho nada a Elizabeth, demodo que nosufrióladecepción.

«Creoque seréLizziedurante todoel tiempoqueustednoesté, señoritaShirley»,meinformó.«MesentiréLizzie,porlomenos».

«Peropiensaencómonosdivertiremoscuandovuelva»,ledije.«Claroqueno serás Lizzie. No existe una Lizzie dentro de ti. Y te escribiré todas lassemanas,pequeñaElizabeth».

«¡Ay,señoritaShirley!¿Deveras?Jamásrecibíunacartaenmivida.¡Quédivertido será!Yyo le escribiré, simedanun sello.Sinoes así, sabráqueestoypensandoenusted,detodosmodos.HebautizadoShirleyalaardilladeljardín…enhonorausted.Noleimporta,¿verdad?AlprincipiopenséllamarlaAnaShirley,peromeparecióquesonabairrespetuosoyademásAnanoesunbuennombreparaunaardilla.Talvezseaunaardillamasculina,entodocaso.Quépreciosassonlasardillas,¿verdad?Perola"mujer"dicequesecomenlasraícesdelosrosales».

«¡Muycaracterísticodeella!»,respondí.

LepreguntéaKatherineBrookedóndepasaríaelveranoymerespondiósecamente:«Aquí.¿Adóndecreíaqueiría?».

Sentí que tendría que haberla invitado aTejasVerdes, pero no pude.Detodos modos, no creo que hubiese venido. Y es tan aguafiestas. Arruinaría

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todo.Perocuandopiensoenella, solaenesapensiónpocoatractiva todoelverano,laconcienciamedadesagradablestirones.

DustyMillertrajounavíboraviva,elotrodía,yladejócaerenelsuelodelacocina.SiRebeccaDewhubierapodidoponersepálida,1ohubierahecho.«¡Estosíqueeslagotaquecolmaelvaso!»,exclamó.EsqueRebeccanoestádemuy buen humor estos días porque tiene que pasar todo el tiempo librequitando los insectos de los rosales y arrojándolos dentro de una latita conqueroseno.Opinaquehaydemasiadosinsectosenelmundo.«Sencillamente,undíadeéstosselotragarán»,prediceentonosombrío.

Nora Nelson se casará con Jim Wilcox en septiembre. Una boda muyíntima,sinalborotoniinvitadosnidamasdehonor.Noramedijoqueésaeralaúnicaformadesalvarsedela tíaSabueso,yseniegaaquela tíaSabuesoesté presente en su boda. Estoy invitada, sin embargo, en forma no oficial.Nora dice que Jimno hubiera vuelto, si yo no hubiera puesto el farol en laventana.IbaavenderlatiendaymarcharsealOeste.Bien,cuandopiensoentodosloscasamientosquemeadjudicanhaberarreglado…

Sallyaseguraque sepelearán todoel tiempo,peroque seránmás felicespeleandoentreellosquemostrándosedeacuerdoconcualquierotrapersona.Pero no creo que peleen… tanto. Creo que la causa de la mayoría de losproblemasdelmundosonlosmalentendidos.Túyyo,ahora,contantotiempoparanosotros…

Buenas noches, queridísimo. Tus sueños serán dulces, si ejercen algunainfluencialosdeseosde

«tuamada».

Posdata:LaúltimafraseescitatextualdeunacartadelaabueladelatíaChatty.

****

ELSEGUNDOAÑO

1

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma

14deseptiembre

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Nopuedoreconciliarmeconla ideadequenuestroshermososdosmeseshanpasado.Hansidohermosos,¿verdad,miamor?Yahorafaltansolamentedosañospara…

(Seomitenvariospárrafos).

Peromeha dadoungranplacer volver aÁlamosVentosos…ami torreprivada, ami sillón, ami cama alta…y aDustyMiller, reposando sobre elalféizardelaventanadelacocina.LasviudassealegraronalvermeyRebeccaDewdijoconfranqueza:«Esbuenotenerladevuelta».LapequeñaElizabethsintiólomismo.Tuvimosunemocionantereencuentroenelportónverde.

«TemíquehubiesellegadoalMañanaantesqueyo»,medijo.

«¿Noesunatardepreciosa?»comenté.

«Dondeestáustedsiempreesunatardepreciosa,señoritaShirley»,dijolapequeñaElizabeth.

¡Vayacumplido!

«¿Cómopasasteelverano,tesoro?»,lepregunté.

«Pensando en todas las cosas bonitas que sucederán en elMañana»,merespondióconvozsuave.

Después subimos a la torrey leímosun cuentode elefantes.LapequeñaElizabethestámuyinteresadaenloselefantesúltimamente.

«Hayalgomágicoenlapalabraelefante,¿nocree?»preguntó,muyseria,sosteniéndoselabarbillaconlasmanitasenungestocaracterísticosuyo.«Sinduda,conocerémuchoselefantesenMañana».

PusimosunparquedeelefantesennuestromapadelPaísdelasHadas.Nopongascaradesdeñosaysuperior,Gilbert,comoséquepondráscuandoleasesto. No sirve de nada. En el mundo siempre habrá hadas. No puedearreglárselassinellas.Yalguientienequeproveerlas.

Mealegrahabervueltoalaescuela,también.KatherineBrookenoestánimásamistosanimásamable,peromisalumnossealegrarondeverme,yJenPringlemepidióquelaayudeahacerlasaureolasdelatónparalascabezasdelosángelesdeunconciertodelaescueladominical.

Creoquelosestudiosdeesteañoseránmuchomásinteresantesquelosdelañopasado.LaHistoriadeCanadáhasidoincluidaenelprograma.MañanatengoquedarunapequeñacharlasobrelaGuerrade1812.Parecetanextrañoreleer las historias de esas viejas guerras… cosas que no pueden volver asucedernunca.Creoqueningunodenosotrostendráalgomásqueuninterésacadémico por las «batallas de tiempos lejanos». Es imposible pensar enCanadáinvolucradonuevamenteenunaguerra.Mealegrodequeesaetapade

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lahistoriahayapasado.

VamosareorganizarelClubdeArteDramáticoypedirunasuscripciónatodas las familias relacionadas con la escuela. Lewis Allen y yo vamos arecorrerelcaminoaDawlishelsábadoquevieneporlatarde.Lewistratarádematardospájarosdeuntiro,puestoquecompiteporunpremioofrecidoporCountryHomesalamejorfotografíadeunagranja.Elpremiosonveinticincodólares,conlosqueLewissecompraráuntrajeyunabrigonuevos,cosaquenecesita mucho. Trabajó en una granja todo el verano y este año hace lastareasdelacasaysirvelamesaenlapensióndondesealoja.Debedeodiaresetrabajo,peronuncaseleescuchaunaqueja.MegustamuchoLewis,estanvaliente y ambicioso, y en lugar de sonrisa, tiene una mueca traviesa yencantadora. No es un muchacho muy robusto; el año pasado temí que sevinieraabajo.Peroelveranoenelcampoparecehaberlofortalecido.ÉsteessuúltimoañoenlaescuelayluegoesperapoderasistirunañoaQueen's.Lasviudasvanainvitarloacenarlosdomingosporlanocheesteinvierno,siempreque puedan. La tía Kate y yo tuvimos una conversación sobre temaseconómicos y logré convencerla de queme dejara colaborar con los gastosadicionales. Por supuesto, no tratamos de convencer a Rebecca Dew.Sencillamente le pregunté a la tíaKate, delante deRebecca, sime permitíainvitaraLewisAllenlosdomingosporlanoche,almenosdosvecesalmes.La tía Kate respondió con frialdad que temía que no podrían permitírselo,ademásdelamuchachasolitariaqueveníahabitualmente.

RebeccaDewemitióunaexclamaciónangustiada.

«Esto sí que es la gota que colma el vaso. ¡Pobres como para no poderdarle un poco de comida a un muchacho humilde y trabajador que estátratandodeeducarse!Máscarosaleelhígadode"esegato",queencimaestárechoncho hasta casi estallar. Bien, quítenme un dólar de mi salario einvítenlo».

ElEvangeliosegúnRebeccaDewfueaceptado.LewisAllenvendráynielhígadodeDustyMillernielsalariodeRebeccaDewsufriránmodificaciones.¡LaqueridaRebeccaDew!

La tíaChattyvinosigilosamenteamihabitaciónanocheymecontóquequeríacomprarseunacapaconaplicacionesdecuentas,peroque la tíaKatepensabaqueerademasiadoancianaparaeso;sesentíamuyherida.

«¿Locreeasí,señoritaShirley?Noquieroperderladignidad,perosiempredeseétantotenerunacapaconcuentas.Siempremeparecieronelegantes…yahoraestándemodaotravez».

«¡Demasiado anciana! Claro que no, querida», le aseguré. «Nadie esdemasiado anciano para usar lo que desea. Si fuera demasiado anciana, no

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tendríadeseosdeusarla».

«MelacompraréydesafiaréaKate»,declarólatíaChatty,enuntonoqueeracualquiercosamenosdesafiante.

Perocreoque loharáyyosécómoreconciliara la tíaKatecon la idea.Estoy sola en la torre. Afuera la noche está silenciosa y aterciopelada. Nisiquiera losálamossemueven.Acabodeasomarmepor laventanayarrojarun beso en dirección a alguien que está a menos de ciento cincuentakilómetrosdeKingsport.

2

El camino Dawlish era un camino sinuoso y la tarde estaba hecha paracaminantes… o almenos eso pensabanAna y Lewismientras lo recorrían,deteniéndosedevezencuandoparadisfrutardeunrepentinoatisboazuldelestrecho entre los árboles, o tomar una fotografía de un panoramaparticularmentebonitoounacasitapintorescaenunahondonada.TalveznofueratanagradablevisitarlascasasypedirsuscripcionesabeneficiodelClubde Arte Dramático, pero Ana y Lewis se turnaban para hablar… él seencargabadelasmujeresyAnaconvencíaaloshombres.

—Encárguesedeloshombressivaairconesevestidoyesesombrero—le había aconsejadoRebeccaDew—.He tenidomucha experiencia en pedirdineroenmistiempos,ysiemprequedódemostradoquecuantomejorvestidase está y mejor aspecto se tiene, más dinero, o promesas de dinero, seconsiguen, si se ataca a los hombres. Pero si se trata de mujeres, hay queponerselomásviejoyfeoquesetiene.

—¿Noesinteresanteunsendero,Lewis?—preguntóAnaentonosoñador—.No un camino recto, sino uno con curvas y desvíos que pueden ocultartodaclasede sorpresasycosasbellas.Siempremeencantaron lascurvasenloscaminos.

—¿Adónde lleva este camino Dawlish? —preguntó Lewis con sentidopráctico, aunque en esemismomomento pensaba que la voz de la señoritaShirleysiemprelehacíapensarenlaprimavera.

—Podríaserunahorriblemaestraciruela,Lewis,ydecirtequenollevaaningúnlado…quesequedaaquímismo.Peronoloharé.¿Aquiénleimportaadóndellevaohaciadóndeva?Alfindelmundoyvuelta,talvez.RecuerdaloquediceEmerson:«Ay,quédebohacerconeltiempo».Eseseránuestrolemadehoy.Supongoqueeluniversoseguirásucurso,silodejamosenpazporunrato.Miraesassombrasdenubes…yesatranquilidaddevallesverdes…yesa

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casa con unmanzano en cada una de las esquinas. Imagínala en primavera.Ésteesunodelosdíasenquelaspersonassesientenvivasycadavientodelmundo es un hermano.Me alegra que haya tantos helechos aromáticos a lolargodelcamino,conbrillantestelarañasencima.Merecuerdalosdíascuandofingía… o creía… realmente pienso que lo creía… que las telarañasrelucienteseranlosmantelesdelashadas.

Encontraronunmanantialalaveradelcamino,enunahondonadadorada,y se sentaron sobre un musgo que parecía hecho de diminutos helechos, abeberdeuntazónqueLewishizoconcortezadeabedul.

—Noseconocelaverdaderaemocióndebeberhastaqueseestámuertodesedyseencuentraagua.AquelveranoquetrabajéenelOeste,enlasvíasdeferrocarrilqueestabanconstruyendo,meperdíenelcampoundíademuchocaloryvaguédurantehoras.Creíquemoriríadesedydepronto lleguéa lachoza de un colono y encontré un manantial como éste entre unos sauces.¡Cómobebí!Desdeentonces,mehasidomásfácilcomprenderlaBibliaysuamorporlasaguasbuenas.

—Vamosarecibiraguadeotrolado—dijoAna,nerviosa—.Estáporcaerunchaparróny…Lewis,meencantanloschaparrones,perotengopuestomimejorsombreroymisegundomejorvestido.Ynohayunacasaamenosdeunkilómetrodedistancia.

—Hayunaviejafraguadeherreroabandonada,porallí—respondióLewis—,perotendremosquecorrer.

Corrieron y desde el refugio disfrutaron del chaparrón como habíandisfrutado de todo lo demás en aquella tarde gitana y despreocupada. Unsilencioveladohabíacaídosobreelmundo.Lasbrisasquehabíansusurradoyrevoloteado con tantos aires de importancia por el camino Dawlish, habíanplegado sus alas y se habían quedado calladas e inmóviles. Ni una hoja semovía, ni una sombra se agitaba. Las hojas de los arces, en la curva delcamino, mostraban el lado del revés, haciendo que los árboles parecieranpálidosdemiedo.Unaenormesombrafrescaparecíatragárseloscomounaolaverde… la nube los había alcanzado. Llegó la lluvia, con un remolino deviento.Elchaparrónrepiqueteósobrelashojas,bailóporelhumeantecaminorojoygolpeóalegrementeeltechodelaviejafragua.

—Siduramucho…—dijoLewis.

Pero no duró. Así como llegó, pasó, y el sol brilló otra vez sobre losárboles mojados, relucientes. Aparecieron resplandecientes trozos de cieloazul entre las desgarradas nubes blancas. En la lontananza podían ver unacolinatodavíaborrosadelluvia,perodebajodeellos,lahondonadadelvalleparecía rebosar de niebla color melocotón. Los bosques de los alrededores

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tenían un brillo primaveral; un pájaro comenzó a cantar sobre el gran arcecercanoalafragua,comosirealmentecreyeraqueeraprimavera,tanfrescoydulceparecíaelmundodepronto.

—Exploremosesto—dijoAna,cuandoreanudaronlacaminata.

Se detuvieron ante una senda secundaria que corría entre dos antiguascercastapadasporarbustos.

—No creo que viva nadie por allí —vaciló Lewis—. Debe de sersolamenteunasendaquellevaalpuerto.

—No importa. Recorrámosla. Siempre tuve debilidad por los caminossecundarios… algo que se desvía del recorrido habitual, perdido, verde ysolitario.Huele lahierbamojada,Lewis.Además,mishuesosmedicenquehayunacasaporallí,unacasaespecial…ymuy«fotogénica».

LoshuesosdeAnanolaengañaban.Prontollegaronaunacasa…dignadeserfotografiada,además.Eraunacasapintoresca,antigua,dealerosbajos,conventanas cuadradas de vidrios pequeños. Grandes sauces extendían brazospatriarcalessobreella,yunaaparenteselvadearbustosyplantasperennesseapretujabaasualrededor.Estabaoscurecidaporeltiempoydestartalada,perolos grandes graneros que había detrás estaban arreglados y tenían aspectopróspero,modernosentodoslosaspectos.

—Heoídodecir, señoritaShirley,quecuando los establosdeunhombresonmejoresque sucasa, es signodeque las entradas superan losgastos—comentóLewis,mientrasavanzabanporelsenderollenoderaícesycubiertodehierba.

—Diríaqueesseñaldequepiensamásensuscaballosqueensufamilia—rioAna—.Nocreoqueconsigamosuna suscripciónaquí,peroes la casaquemáspuedeacercarsealpremio.El tonogrisáceonoquedarámalenunafotografía.

—Estecaminonopareceserrecorridopormuchagente—comentóLewis—.Esevidentequelagentequeviveaquínoesmuysociable.TemoquenisiquierasabránloqueesunClubdeArteDramático.Enfin,measegurarélafotografíaantesdequedespertemosaestaspersonasdesumadriguera.

Lacasaparecíadesierta,perounavezquehubierontomadolafotografía,abrieron un portón blanco, cruzaron el jardín y golpearon a una descoloridapuerta posterior azul; era evidente que la principal era como la de ÁlamosVentosos,másparaadornoqueparaotracosa,sipodíadecirsequeunapuertaocultaporlahiedrapudieraserdeadorno.Esperabanalmenoslacortesíaconla que se habían encontrado hasta ahora, estuviera o no respaldada por lagenerosidad.Enconsecuencia,quedaronmuysorprendidoscuandoseabrióla

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puertayenelumbralapareció,nolasonrienteesposadelgranjeroolahijaalasquehabíanesperadover,sinounhombrealto,fornido,deunoscincuentaaños,conpelorizadoycejashirsutas,quelespreguntósinrodeos:

—¿Quéquieren?

—Vinimos a ver si podíamos interesarlo en nuestro Club de ArteDramático de la Escuela Secundaria… —comenzó a decir Ana en tonovacilante.

Peroelhombreleahorróposterioresesfuerzos.

—Nuncaloheoídonombrar.Niquierotenernadaqueverconél—fuelainterrupciónlisayllana,ylapuertaselescerróenlasnarices.

—Medala impresióndequenoshanrechazado—bromeóAnamientrassealejaban.

—Un caballero agradable y amistoso, sin duda—sonrióLewis—.Pobreesposa,siesquelatiene.

—No creo que la tenga, pues lo hubiera civilizado un poco—dijoAna,tratandode recuperar la compostura—.Ojalá tuvieraque lidiar conRebeccaDew.Perosacamoslafotografíaypresientoqueobtendráelpremio.¡Diantre!Meentróunapiedrecitaenelzapato;voyasentarmeeneldiquedepiedradenuestrocaballero,consupermisoosinél,paraquitármela.

—Porsuerteestamosfueradevistadelacasa—dijoLewis.

Ana acababa de volverse a atar el cordón cuando oyeron un ruido en lajungladearbustosaladerecha.Aparecióunniñitodeunosochoaños,quesequedó observándolos con timidez; entre susmanos regordetas, sostenía confuerza un pastel de manzana. Era un niño muy guapo, con brillantes rizososcuros, grandes y confiados ojos castaños y facciones delicadamentemodeladas.Teníaun aire refinado, a pesar del hechodeque tenía la cabezadescubierta y vestía una gastada camisa de algodón azul y un par dedeshilachadospantaloneshastalasrodillas.Parecíaunprincipitodisfrazado.

Detrás de él, había un gran perro negro de Newfoundland, cuya cabezallegabacasialhombrodelmuchachito.

—Hola,hijito—losaludóLewis—.¿Dedóndehassalido?

Elniñoseacercó,sonriendo,yextendiólamanoconelpastel.

—Estoesparaustedes—dijo tímidamente—.Papá lohizoparamí,peroprefierodárseloaustedes.Tengoalimentosdesobra.

Lewis,sindemasiadotino,sedisponíaarechazarelpasteldelniño,cuandorecibióuncodazodeAna.Captandolainsinuación,loaceptósolemnementey

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seloentregóaAna,queconlamismasolemnidad,lopartióendosylediolamitad.Sabíanquedebíancomerloydudabandelashabilidadesculinariasde«papá»,peroelprimerbocadolostranquilizó.Papápodíanosermuyamable,perosabíahacerpasteles.

—Estádelicioso—dijoAna—.¿Cómotellamas,tesoro?

—Teddy Armstrong —respondió el pequeño benefactor—. Pero papásiempremellamaMuchachito.Soyloúnicoquetiene,saben.Papámequieremucho y yo le quiero mucho a él. Sé que piensan que mi papá es muydescortésporquelesdioconlapuertaenlasnarices,peronofuesuintenciónofenderlos.Oíquepedíanalgoparacomer.

«No,peronoimporta»,pensóAna.

—Estaba en el jardín, detrás de las plantas, así que pensé en traerlesmipastel porque siempre siento mucha pena por los pobres que no tienensuficiente comida.Mi papá es un excelente cocinero. Tendrían que ver losbudinesdearrozqueprepara.

—¿Conpasasdeuva?—preguntóLewis,conojoschispeantes.

—Muchísimas.Mipapánoesmalo.

—¿Notienesmamá,tesoro?—preguntóAna.

—No.Mimamámurió.LaseñoraMerrillunavezmedijoquesehabíaidoalcielo,peromipapádicequeeselugarnoexiste,yélentiendedeesascosas.Mi papá es muy sabio. Ha leído miles de libros. Cuando sea grande, seréexactamenteigualaél…peroledarécomidaalagentecuandomepidan.Amipapánolegustademasiadolagente,saben,peroesmuybuenoconmigo.

—¿Vasalaescuela?—quisosaberLewis.

—No.Mipapámeda leccionesencasa.Pero losdelConsejoEscolar ledijeronqueelpróximoaño tendréque ir.Megustaría ira laescuelay jugarcon otros niños. Claro, tengo a Carlo, y papá es estupendo para los juegoscuandotiene tiempo.Mipapáesunhombremuyocupado,saben.Tienequellevar la granja y mantener limpia la casa. Por eso no le gusta que vengagente… Cuando sea grande, podré ayudarlo mucho y entonces tendrá mástiempoparaseramableconlaspersonas.

—Ese pastel estaba delicioso, Muchachito —le dijo Lewis, tragando laúltimamiga.

LosojosdelMuchachitobrillaron.

—Mealegrotantodequeleshayagustado—dijo.

—¿Te gustaría que te tomásemos una fotografía? —preguntó Ana,

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sintiendo que no sería correcto ofrecer dinero a ese corazón generoso—. Siquieres,Lewispuedehacértela.

—¡Puesclaro!—exclamóelniño,encantado—.¿ConCarlo,también?

—Desdeluego,conCarlotambién.

Ana los hizo posar delante de unos arbustos; el niño tenía un brazoalrededordelcuellodesupeludocompañero;ambosparecíanmuycontentos.Lewistomólafotografíaconlaúltimaplaca.

—Si sale bien, te la enviaré por correo —prometió—. ¿Qué direccióntendréqueponer?

—Teddy Armstrong, a cuidado del señor James Armstrong, GlencoveRoad—dijoelMuchachito—.¡Quédivertidoserárecibiralgoporelcorreo!Me siento muy orgulloso. No le diré nada a papá y le daré una estupendasorpresa.

—De acuerdo.Recibirás el paquete dentro de dos o tres semanas—dijoLewis,mientrassedespedían.

Anaseinclinódeprontoybesólacaritabronceada.Habíaalgoenélqueletironeaba el corazón. Era tan dulce, tan valiente… ¡tan desamparado sin sumadre!

Sevolvieronparamirarloantesdetomarunacurvaylovierondepiesobreel dique, junto al perro, saludándolos con la mano. Como era de esperar,RebeccaDewestabaenteradadetodoloreferentealosArmstrong.

—James Armstrong nunca se recuperó de la muerte de su esposa, hacecincoaños—lecontóaAna—.Noeratanhoscoantesdeeso,aunquesíalgoermitaño.Es su naturaleza.Vivía dedicado a su esposa; ella era veinte añosmenorqueél.Sumuertefueungolpeterrible,alparecer.Seconvirtióenunhombre amargado y malhumorado. No quiso ni siquiera buscar un ama dellaves…cuidabaélsolodelacasaydelniño.Viviósoloduranteañosantesdecasarse,demaneraqueteníaexperiencia.

—Peronoesvidaparaelniño—acotólatíaChatty—.Elpadrenuncalollevaalaiglesianianingunaparteparaqueveagente.

—Adoraalchico,segúndicen—dijolatíaKate.

—«No antepondrás ningún otro dios a mí» —citó Rebecca Dewrepentinamente.

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Pasaron casi tres semanas antes queLewis tuviera tiempo de revelar lasfotografías.ElprimerdomingoquefueacenaraÁlamosVentosos, lasllevóconsigo.TantolacasacomoelMuchachitohabíansalidoespléndidamente.ElMuchachitosonreíadesdelafotografía«tanrealcomolavida»segúnRebeccaDew.

—¡Peromira,separecemuchoati,Lewis!—exclamóAna.

—Sí,escierto—asintióRebeccaDew,escudriñandolafotografíaconairejuicioso—.En cuanto la vi,me hizo pensar en alguien, pero no podía decirquién.

—Los ojos… la frente… la expresión… son los tuyos, Lewis—declaróAna.

—Cuesta creer que haya sido un niño tan bonito —dijo Lewis,encogiéndose de hombros—. Tengo una fotografía mía en alguna parte,tomada cuando tenía ocho años. La buscaré y las compararé. Le daría risaverla, señoritaShirley.Estoymuyserio, con rizos largosycuellodeencaje,tiesocomounavara.Supongoquedebodetenerlacabezaapretadadentrodeuno de esos aparatos con tres garras que solían usar. Si el niño de estafotografía se parece a mí, debe de ser solamente una coincidencia. ElMuchachitonopuedeserparientemío.NotengoparientesenlaIsla…ahora.

—¿Dóndenaciste?—quisosaberlatíaKate.

—EnNewBrunswick.Mipadreymimadremurieroncuando teníadiezaños,yvineaquíavivirconunaprimademimadre…yolallamabatíaIda.Murió,también,hacecosadetresaños.

—JimArmstrongvinodeNewBrunswick—dijoRebeccaDew—.Noesunverdaderoisleño…deserlo,notendríaesecaráctertanespantoso.Tenemosnuestraspeculiaridades,perosomoscivilizados.

—No sé si me gustaría descubrir un parentesco con el amable señorArmstrong—rio Lewis, mientras atacaba las tostadas con canela de la tíaChatty—.De todosmodos, creoquecuando tenga la fotografía terminadaymontadalallevaréyomismoaGlencoveRoadeinvestigaréunpoco.Talvezseaunprimo lejano,o algoasí.En realidad,no sénadade la familiademimadre,siesquetieneparientesconvida.Siempretuvelaimpresióndequenotenía.Demipadre,estoysegurodequenoquedanfamiliares.

—Sillevaslafotografíatúmismo,¿nosedesilusionaráelMuchachitopornotenerlaemociónderecibirlaporcorreo?—dijoAna.

—Locompensaréenviándolealgunaotracosa.

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La tarde del sábado siguiente, Lewis apareció por laCalle del Fantasmaconduciendouncarroanticuado,tiradoporunayeguatodavíamásañeja.

—Voy aGlencove a llevarle la fotografía al pequeño TeddyArmstrong,señoritaShirley.Simielegantecarruajeno leprovocaunparocardíaco,megustaríaqueviniera,también.Creoquenoperderemosningunarueda.

—¿Dedóndesacasteesareliquia,Lewis?—quisosaberRebeccaDew.

—No se burle de mi gallardo corcel, señorita Dew. Tenga un poco derespeto por la edad. El señor Bender me prestó carro y caballo con lacondición de que le hiciera una diligencia por el camino Dawlish. Hoy noteníatiempodecaminarhastaGlencoveyvolver.

—¡Tiempo!—exclamóRebeccaDew—.¡Podríasllegarallíyvolvermásrápidoqueesayegua!

—¿Y traerle una bolsa de patatas al señor Bender? ¡Qué maravilla demujer!

LasmejillasrubicundasdeRebeccaDewsesonrojaronaúnmás.

—No está bien burlarse de los mayores —replicó, altanera. Luego, seablandó—:¿Tevendríanbienunasrosquillas,antesdesalir?

La yegua tordilla, sin embargo, desarrolló sorprendentes poderes delocomocióncuandoenfilaronelcamino.AnareíaparasusadentrosmientrastrotabanhaciaGlencove.¿QuédiríanlaseñoraGardinerolatíaJamesinasilavieran ahora?No le importaba.Era unmagníficodía para unpaseopor esatierra que celebraba el ritual del otoño, yLewis era un buen compañero.Elmuchachoalcanzaríasusobjetivos.Ningúnotroconocidosuyo,pensóAna,seatrevería a invitarla a pasear en el carro de Bender detrás de la yegua deBender.PeroaLewisenningúnmomentoseleocurrióquepodíateneralgodeparticular. ¿Qué diferencia había en elmodo de viajar siempre y cuando sellegara a destino? Cualquiera fuera el vehículo utilizado, las colinas nodejabandeserazules,loscaminos,rojos,ylosarces,bellísimos.Lewiseraunfilósofo y se preocupaba tan poco por lo que pudiera decir la gente, comocuandoalgunosdelosalumnosdelasecundarialedecían«mujercita»porquehacía las tareas domésticas de la pensión.Algún día, la risa estaría del otrolado.Susbolsillospodíanestarvacíos,perosucabezano,porcierto.Mientrastanto, la tarde era preciosa y verían otra vez alMuchachito. Le contaron alcuñado del señor Bender adónde se dirigían, cuando éste cargó la bolsa depatatasenlaparteposteriordelcarro.

—¿Estás diciéndome que tienes una fotografía del pequeño TeddyArmstrong?—exclamóelseñorMerrill.

—Sí, ymuy buena, además.—Lewis la desenvolvió y se lamostró con

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orgullo—.Niunfotógrafoprofesionalhubierapodidotomarunamejor.

ElseñorMerrillsepalmeóunapiernaconfuerza.

—Vaya,esincreíble.ElpequeñoTeddyArmstronghamuerto…

—¡Muerto!—exclamóAna, horrorizada—.Ay, señorMerrill…no…nomedigaeso…unniñotanadorable…

—Losiento,señorita,peroesunhecho.Ysupadreestáenloquecidoysesiente todavía peor porque no tiene ninguna fotografía ni retrato de él. ¡Yahoraaparecenustedesconuna!Vaya…

—Pareceimposible…—dijoAna,conlosojosllenosdelágrimas.Estabaviendoalapequeñafigurasaludandodesdeeldique.

—Lamentodecirqueesverdad.Murióhacecasitressemanas.Neumonía.Sufriómucho,perodicenquesemostrópacienteyvalerosocomoelquemás.Noséqué seráde JimArmstrong,ahora.Tengoentendidoqueparecehaberperdidolarazón…andadeunladoaotro,murmurandoparasí.«SialmenostuvieraunafotografíademiMuchachito»,noparadedecir.

—Ese hombreme da pena—dijo la señoraMerrill de pronto.No habíahablado hasta el momento; estaba de pie junto a su marido, una mujerdemacrada, fornida, conundelantalporencimadelviejovestido—.Estáenbuenasituacióneconómicaysiempremeparecióquenosmirabacondesdénporqueéramospobres.Pero tenemosanuestrohijo…yno importa lopobrequesees,siempreycuandosetengaalguienaquienamar.

Ana lamiró con nuevo respeto. La señoraMerrill no era atractiva, perocuando sus hundidos ojos grises se toparon con los de Ana, ambasreconocieronciertaafinidadentreellas.Ananuncalahabíavistoantes,ni lavolvería a ver, pero siempre la recordaría como una mujer que habíadescubierto el secreto último de la vida. Nunca se era pobre mientras setuvieraalguienaquienamar.

EldíadoradoquedóarruinadoparaAna.Dealgúnmodo,elMuchachitolehabía conquistado el corazón en aquel breve encuentro. Lewis y ella sedirigieronensilencioaGlencoveRoadyluegorecorrieronelsenderocubiertodehierba.Carloestabatendidosobrelaspiedras,delantedelapuertaazul.Selevantóy seacercóa ellosmientrasdescendíandel carro; lamió lamanodeAnaylamiróconojostristes,comopidiéndolenoticiasdesucompañeritodejuegos. La puerta estaba abierta; en la habitación en penumbra, vieron a unhombreconlacabezainclinadasobrelamesa.

Cuando Ana llamó, el hombre se levantó y fue hacia la puerta. Ella sehorrorizó al ver lo cambiadoque estaba.Tenía lasmejillas hundidas, estabamacilentoysinafeitar;losojoshundidosardíanconunfuegoenfermizo.

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Anaesperabaquelosrechazara,peroélparecióreconocerla,puesdijo,envozapagada:

—Havuelto,¿eh?ElMuchachitomecontóquelehablóylobesó.Ustedlecayóbien.Lamentéhaberlosrecibidotanmalaqueldía.¿Quédesean?

—Queremosenseñarlealgo—dijoAnaconsuavidad.

—¿Quierenpasarysentarse?—preguntó,sombrío.

Sin decir una palabra, Lewis sacó la fotografía del Muchachito de suenvoltorio y se la alcanzó. Él se la arrebató de la mano, la devoró con lamiradayluegosedejócaerenlasillayestallóenllantoysollozos.Ananuncahabía visto llorar así a un hombre. Lewis y ella permanecieron en piadososilenciohastaqueélrecuperólacompostura.

—Nosabenloquesignificaestoparamí—pudodecirporfin—.Noteníafotografíasdeél.Ynosoycomootraspersonas…norecuerdolascaras…nopuedoverlascarasenlamente,comootragente.HasidoterribleparamínopoderrecordarelaspectodelMuchachito.Yahoramehantraídoesto,despuésquefuitangroseroconustedes.Siéntense…siéntense.Ojalápudieraexpresarmigratituddealgunaforma.Creoquemehansalvado larazón…yhasta lavida. Ay, señorita, ¿no está igual a como era? Si hasta parece que fuera ahablar. ¡Mi Muchachito querido! ¿Cómo podré vivir sin él? Ya no tengomotivosparavivir.Primerosumadre…ahoraél.

—Eraunniñoadorable—dijoAnaconternura.

—Sí,loera.ElpequeñoTeddy…Theodore,lollamósumadre…dijoqueerasu«regalodeDios».Ytuvotantapaciencia,enningúnmomentosequejó.Enunaoportunidad,mesonrióydijo:«Papi,creoque tehasequivocadoenalgo…solamenteenunacosa.¿Hayuncielo,noesasí,papi?».Yledijequesí,queelcieloexistía.QueDiosmeperdoneporhaber tratadodeenseñarleotracosa.Mesonriódenuevo,contento,ydijo:«Papi,iréallíyestaránmamáy Dios, de manera que me las arreglaré muy bien. Pero me preocupas tú.Estarástansolosinmí.Perohazlomejorquepuedasyséamableconlagente,yconeltiempotereunirásconnosotros».Mehizoprometerquelointentaría,pero cuando se fue no pude soportarlo. Me hubiera vuelto loco, si no mehubiesentraídoesto.Ahorayanoserátanduro.

Habló de suMuchachito durante un tiempo, como si encontrara alivio yplaceralhacerlo.Parecíahabersedeshechodesureservayfrialdadcomodeunaprenda.Finalmente,Lewisextrajolapequeñaydescoloridafotografíadesímismo,yselamostró.

—¿Leresultaparecidoaalguien,señorArmstrong?—preguntóAna.

ElseñorArmstronglaescudriñó,desconcertado.

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—AlMuchachito,portodosloscielos—dijoporfin—.¿Quiénpodríaser?

—Yo,cuandoteníasieteaños—dijoLewis—.FueporelcuriosoparecidoconTeddy por lo que la señorita Shirleyme hizo traerla paramostrársela austed. Pensé que tal vez usted y yo, o elMuchachito y yo pudiéramos serparientes lejanos.Mi…nombreesLewisAllen;mipadreeraGeorgeAllen.NacíenNewBrunswick.

JamesArmstrongsacudiólacabeza.Luegodijo:

—¿Cómosellamabatumadre?

—MaryGardiner.

JamesArmstrongsequedómirándoloensilencio.

—Era mi medio hermana —dijo, por fin—. Casi no la conocí… la visolamenteunavez.Mecrieen lacasadeun tíodespuésde lamuertedemipadre.Mimadrevolvióacasarseysefuelejos.Unavezvinoavermeytrajoasu hijita. Ella murió poco tiempo después y nunca volví a ver a mihermanastra.Cuandovineaviviralaisla,leperdíelrastroporcompleto.EresmisobrinoyprimodelMuchachito.

Éstaeraunanoticiasorprendenteparaunjovenquesehabíacreídosoloenel mundo. Lewis y Ana pasaron toda la tarde con el señor Armstrong ydescubrieron que era un hombre inteligente y culto. A ambos les resultabaagradable. La frialdad con que los había recibido la primera vez quedóolvidada, y ahorapudieronver el verdaderovalor de la personalidadque seocultababajoelcaparazónderudeza.

—ElMuchachitonolohabríaqueridotanto,sinohubiesesidoasí—dijoAnaaLewiscuandovolvíanaÁlamosVentososalanochecer.

A la semana siguiente, cuandoLewisAllen fue a visitar a su tío, éste ledijo:

—Muchacho,venavivirconmigo.Eresmisobrinoypuedoocuparmedeti…comolohabríahechoconelMuchachito.Estássoloenelmundo,comoyo.Tenecesito.Volveréaponermeresentidoyagrio,simequedoaquísolo.QuieroquemeayudesacumplirlapromesaquelehiceamiMuchachito.Sulugarhaquedadovacío.Venyllénalo.

—Gracias,tío.Lointentaré—dijoLewis,estrechándolelamano.

—Y trae a esa maestra tuya de tanto en tanto. Me gusta esa chica. AlMuchachito le agradaba. «Papi»,me dijo, «siempre creí que nomegustaríaquenadiemebese,salvotú,peromegustóqueellalohiciera.Habíaalgoensusojos,papi».

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4

—Elviejotermómetrodelporchemarcacero,yelnuevoqueestájuntoala puerta lateral marca diez sobre cero—comentó Ana, una fría noche dediciembre—.Asíquenosésillevaronoelmanguito.

—Mejor guíese por el termómetro viejo —sugirió Rebecca Dew concautela—.Debedeestarmásacostumbradoanuestroclima.¿Adóndepiensairconestefrío,detodosmodos?

—ATempleStreet,ainvitaraKatherineBrookeapasarlasvacacionesdeNavidadconmigo,enTejasVerdes.

—Se arruinará las vacaciones, entonces—declaróRebeccaDewen tonosolemne—.Ésasíquetrataríamalhastaalosángeles…esdecir,sisedignaraaentrarenelcielo.Y lopeoresqueestáorgullosadesusmalosmodales…¡creequedemuestransufortalezademente,sinduda!

—Micerebroestátotalmentedeacuerdoconusted,peromicorazón,no—dijoAna—.Sientoque,apesardetodo,KatherineBrookenoesmásqueunamuchacha tímida y triste debajo de ese caparazón desagradable.No llego anadaconellaenSummerside,perosipuedohacerlairaTejasVerdes,creoqueelhielosederretirá.

—No lo logrará.Ella no irá—predijoRebeccaDew—.Es probable queconsidere ofensiva la invitación… creerá que le ofrece caridad. Nosotras lainvitamos aquí una vez a la cena de Navidad… el año antes de que ustedllegara… ¿recuerda, señoraMacComber? Fue el año que nos regalaron dospavos y no sabíamos cómohacer para comerlos…, y lo único que dijo fue:«No,gracias.Sihayalgoquedetesto,eslapalabraNavidad».

—¡Peroesoesterrible!¡OdiarlaNavidad!¡Hayquehaceralgo,RebeccaDew!Voyainvitarla,yalgomedicequeaceptará.

—No séporqué—declaróRebeccaDewdemalagana—, cuandousteddice que algo sucederá, una cree que así será. ¿No es vidente, verdad? Lamadre del capitán MacComber tenía el don de la videncia. Me dabaescalofríos.

—Nocreoquetenganadaquepuedadarleescalofríos.Essóloque…hacetiempoquetengolasensacióndequeKatherineBrookeestácasienloquecidade soledadbajo esa capa externade amargura, ymi invitación llegará en elmomentopsicológicojusto,RebeccaDew.

—No soy Licenciada en Filosofía y Letras —dijo Rebecca conimpresionantehumildad—ynoleniegoelderechodeutilizarpalabrasqueno

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siempreentiendo.Tampoconiegoquehace loquequierecon lagente.MirecómoconquistóalosPringle.Perosídigoquelacompadezco,sisellevaaesamezcladetémpanoyralladorasucasaparaNavidad.

Mientras caminaba hacia Temple Street, Ana no sentía tanta confianzacomo fingía. Katherine Brooke realmente había estado insoportableúltimamente.Unayotravez,Ana,desairada,habíadichoconfuria,comoelcuervo de Poe: «Nuncamás».El día anterior,Katherine, en una reunión demaestros,habíaestadodecididamenteofensiva.Peroenunmomentoenquebajó la guardia, Ana había visto algo en los ojos de la muchacha… algointenso, desesperado, algo de criatura enjaulada enloquecida dedisconformidad.Anapasólaprimeramitaddelanochetratandodedecidirsidebíaono invitaraKatherineBrookeaTejasVerdes.Terminópordormirseconladecisióntomadademodoirrevocable.

LacaseradeKatherinehizopasaraAnaalasalitayencogióloshombroscarnososcuandoellapreguntóporlaseñoritaBrooke.

—Lediréqueestáaquí,peronosésibajará.Estádemalhumor.Ledijedurante lacenaque la señoraRawlinsdicequeesunescándalo la formaenqueseviste,comomaestradelaescuelasecundaria.Lotomómuymal,comodecostumbre.

—Pienso que no debería haberle dicho eso a la señorita Brooke —lareprochóAna.

—Puesmeparecióquedeberíasaberlo—replicólaseñoraDennisconundejodemalicia.

—¿Tambiénleparecióquedeberíasaberqueelinspectordijoqueeraunadelasmejoresmaestrasdeldistrito?—preguntóAna—.¿Oacasonolosabía?

—Sí,looí.Peroyaeslobastanteorgullosacomoparaempeorarla.Conlapalabra«orgullosa»noalcanza,aunquedequéestáorgullosa,nosé.Además,yasehabíaenfadadocuandoledijequenopodíatenerunperro.Selemetiólaideaenlacabezadequequeríaunperro.Dijoquelepagaríalacomidayseencargaríadequenomolestara.¿Peroquéharíayoconelperro,mientrasellaestáenlaescuela?Mepusefirme.«Noaceptoperrosenlapensión»,dije.

—Ay, señora Dennis, ¿por qué no le permite tenerlo? No sería tantamolestiaparausted.Podríaponerlo en el sótanomientras ellanoestá.Yunperroleserviríadeprotecciónparalanoche.Dígalequesí,señoraDennis,porfavor.

SiemprehabíaalgoenlosojosdeAnaShirley,cuandodecía«porfavor»,quealagenteleresultabadifícilderesistir.LaseñoraDennis,apesardeloshombrosregordetesylalenguamaliciosa,noeramala,enelfondo.Katherine

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Brookelasacabadequicio,aveces,consusmodalesaltaneros.

—Noséporquétendríaquepreocuparletantoaustedquetengaonounperro.Nosabíaquefuesentanamigas.Ellanotieneamigos.Nuncatuveunapensionistatanpocosociable.

—Creoqueporesoquiereunperro,señoraDennis.Ningunodenosotrospuedevivirsincompañía.

—Pues es el primer rasgo humano que le he notado—afirmó la señoraDennis—.Nosési tengoobjeciones terriblesencuantoaunperro,peromefastidió la forma en queme lo preguntó: «Supongo que diría que no, si lepidiera permiso para tener un perro, señora Dennis», me dijo, muy altiva.¡Ajá!«Puessuponemuybien»,lerespondí,tanaltivacomoella.Nomegustaecharmeatrás,comoanadie,perosiquiere,dígalequepuedetenerunperro,simegarantizaquenoharásusnecesidadesenlasala.

Anapensóquelasalanodesmejoraríademasiadosielperroensuciabaallí.Echóunamiradaalassuciascortinasdeencajeyalashorriblesrosasvioletasdelaalfombra,yseestremeció.

«Compadezco a cualquiera que tenga que pasarNavidad en una pensióncomoésta»,pensó.«NomeextrañaqueKatherinedetestelapalabraNavidad.Me gustaría ventilar bien este lugar… huele a cientos de cenas. ¿Por quéKatherinesiguehospedándoseaquí,sitieneunbuensueldo?».

—Dice que puede subir—fue el mensaje que trajo de vuelta la señoraDennis,pueslaseñoritaBrookehabíasidofielasímisma.

Laescaleraempinadayestrechaera repelente.Rechazabaa laspersonas.Nadielasubiría,sinofueseabsolutamentenecesario.Ellinóleodelcorredorestabagastadoyroto.Eldiminutodormitoriodeatrás,dondeAnaseencontróalcabodeunosminutos,eraaúnmás lúgubreque la sala.Estaba iluminadoporunaúnicalámparadegas,sinpantalla.Habíaunacamadehierrohundidaenelmedioyunaventanitaestrecha,concortinasmezquinasquedabaaunjardíntraserosembradodelatas.Peromásallá,seveíauncielomaravillosoyunahileradeálamosdelineadoscontralascolinasdistantes,violetas.

—Ay,señoritaBrooke,mireesapuestadesol—exclamóAna,extasiada,desde la desvencijada mecedora sin almohadón donde Katherine le habíadichoquesesentara.

—He visto muchas puestas de sol —dijo esta última con frialdad, sinmoversedesulugar.

«Haciéndoselacondescendienteconmigo»,pensóamargamente.

—Pero no ha visto ésta. No hay dos que sean iguales. Siéntese aquí ydejemosquenospenetreelalma—dijoAna,mientraspensaba:«¿Algunavez

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diráalgoagradable?».

—Nosearidícula,porfavor.

¡Nada más ofensivo! Y dicho en tono de desdén, además. Ana dejó decontemplarlapuestadesolymiróaKatherine;sentíadeseosdelevantarseeirse.Perohabíaalgoraroen losojosdeKatherine.¿Habríaestadollorando?Imposible.NosepodíaimaginaraKatherineBrookellorando.

—Nomehacesentirmuybienvenida—dijoAna,despacio.

—Noséfingir…notengosunotabledondehacerselareinaydeciracadaunolapalabraadecuada.Noesbienvenida.¿Cómosepuededarlabienvenidaaalguienenunahabitacióncomoésta?

Katherinehizoungestodedesprecioqueabarcabalasdespintadasparedes,lassillasviejasylacómodadestartaladaconlacarpetademuselinaarrugada.

—Noesunahabitaciónbonitapero¿porquésequedaaquísinolegusta?

—¿Porqué?Ustednoloentendería.Notieneimportancia.Nomeimportaloquepuedapensar.¿Quélatrajoporaquí?Supongoquenohabrávenidoacontemplarelcrepúsculo.

—Vine a invitarla a pasar las vacaciones de Navidad en Tejas Verdes,conmigo.

«Ahora»,pensóAna,«otrabocanadadesarcasmo.¿Porquénosesienta,almenos?Sequedadepie,comoesperandoaquemevaya».

Perohubosilencioduranteunmomento.Luego,Katherinedijolentamente:

—¿Porquémeinvita?Noesporqueyoleagrade;nisiquieraustedpodríafingireso.

—PorquenopuedosoportarlaideadequeunserhumanopaselaNavidadenunsitiocomoéste—respondióAnaconfranqueza.

Entoncesllegóelsarcasmo.

—Ah,comprendo.Unarrebatodecaridadnavideña.Nosoycandidataparaesotodavía,señoritaShirley.

Ana se levantó. Había perdido la paciencia con esta criatura extraña ydistante.AtravesólahabitaciónymiróaKatherinealosojos.

—KatherineBrooke, no sé si lo sabe, pero lo que usted necesita es unabuenapaliza.

Sequedaronmirándoseuninstante.

—Debedehabersidounalivioparausteddecirmeeso—dijoKatherine.

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Peroyanohabíasarcasmoensuvoz.Hastaunatisbodesonrisalecurvabalaboca.

—Loes—declaróAna—.Hacetiempoquequeríadecírselo.NolainvitéaTejasVerdesporcaridad…losabeperfectamentebien.Ledijemiverdaderomotivo. Nadie tendría que pasar la Navidad aquí… la sola idea resultaindecente.

—Meinvitanadamásqueporquemetienelástima.

—Sí, le tengo lástima.Porquehadejado fuera laviday ahora lavida laestádejandofueraausted.Basta,Katherine.Abrasuspuertasalavida…ylavidaentrará.

—LaversiónAnaShirleydeltrilladodicho:«Siacercasunacarasonrienteal espejo, encontrarás una sonrisa» —dijo Katherine, encogiéndose dehombros.

—Comotodoslosdichostrillados,esabsolutamentecierto.Bien,¿vieneaTejasVerdesono?

—¿Quédiríasiaceptase…parasusadentros,noenvozalta?

—Diría que muestra el primer atisbo de sentido común desde que laconozco—replicóAna.

Ante la sorpresadeAna,Katherine rio.Caminóhasta laventana,dirigióunamiradatorvaalrayocarmesíqueeraloúnicoquequedabadeladesairadapuestadesol,yluegosevolvió.

—Muy bien… iré. Ahora puede decirme que está encantada y que nosdivertiremosmucho.

—Estoyencantada,sí.Peronosésiustedsedivertiráono.Dependerádeusted,señoritaBrooke.

—Mecomportarécomoesdebido,notema.Sesorprenderá.Podrénoseruna invitada alegre, pero prometo no comer con el cuchillo ni ofender a lagentecuandomediganqueesundíaprecioso.Seréfrancaconusted:elúnicomotivopor el quevoy es porqueni siquiera yo soporto la idea de pasar lasfiestasaquí, sola.LaseñoraDennis se iráaCharlottetownapasarlasconsuhija.Me aburre pensar en prepararme la comida. Soy una pésima cocinera.Ahítieneeltriunfodelamateriasobrelamente.Pero¿medarásupalabradehonor de que no me deseará una feliz Navidad? Sencillamente, no quierosentirmefelizenNavidad.

—Noloharé.Peronopuedoofrecergarantíasporlosmellizos.

—Novoyapedirlequesesienteaquí…secongelaría,peroveoquehayunabonitalunaenlugardesupuestadesol.Laacompañaréhastasucasayla

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ayudaréaadmirarla,siquiere.

—Sí, quiero —respondió Ana—, pero permítame dejar grabado en sumentequetenemoslunasmuchomejoresenAvonlea.

—¿Demodoqueirá,eh?—dijoRebeccaDewmientrasllenabalabotelladeaguacalientedeAna—.Bien, señoritaShirley,esperoquenunca tratedeconvencerme de que me convierta en mahometana… porque temo que lolograría. ¿Dónde está «ese gato»? De juerga por Summerside, con latemperaturaacero.

—No,silecreemosaltermómetronuevo.YDustyMillerestáacurrucadosobrelamecedorajuntoalaestufa,enmicuarto,roncando,feliz.

—Ah,bien,entonces—dijoRebeccaDew.Seestremecióycerrólapuertadelacocina.

—Ojalá todos en el mundo estuvieran tan abrigados y protegidos comonosotras,estanoche.

5

Anano sabía queunamelancólicaElizabeth observabadesdeunade lasbuhardillas deSiempreverdemientras ella se alejaba deÁlamosVentosos…unaElizabethconlágrimasenlosojos,quesentíaquetodoloquehacíaquelavida valiera la pena de ser vivida se alejaba de ella por un tiempo,convirtiéndola en la más Lizzie de las Lizzies. Pero cuando el trineodesapareciódesuvistaporlaesquinadelaCalledelFantasma,Elizabethfueaarrodillarsejuntoasucama.

—Querido Dios —susurró—. Sé que no tiene sentido pedirte una felizNavidadparamí,porqueabuelayla«mujer»noparecenmuyfelicespero,porfavor,hazquemiqueridaseñoritaShirleytengaunamuy,muyfelizNavidad,ytráemeladevueltasanaysalvacuandohayanterminadolasvacaciones.

»Bien—dijo,altiempoqueselevantaba—.Hehechotodoloqueestabaamialcance.

Anayaestabasaboreandolaalegríanavideña.Resplandecíacuandoeltrenpartió de la estación. Las feas calles iban quedando atrás… iba camino acasa… a Tejas Verdes. Fuera, en el campo, el mundo era blanco dorado yvioleta claro, entretejido aquí y allá con lamagia oscura de los abetos y ladesnudadelicadezadelosabedules.Elsol,bajodetrásdelosbosquespelados,parecíacorrerentrelosárbolescomoundiosespléndido,amedidaqueeltrenavanzaba.Katherineestabaensilencio,peronoparecíaofuscada.

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—Noesperequemepongaaconversar—lehabíaadvertidosecamenteaAna.

—No.Esperoquenopiensequesoyunadeesashorriblespersonasquelehacen sentir que hay que hablarles todo el tiempo. Hablaremos cuandotengamosganas.Admitoqueesprobablequetengaganasdehablargranpartedeltiempo,peronotieneobligacióndeprestarmeatenciónalguna.

Davy las esperaba en Bright River con un gran trineo de dos asientoscargadodemantasdepiel…yunfuerteabrazoparaAna.Lasdosmuchachasse apretujaron en el asiento trasero. El viaje desde la estación hasta TejasVerdessiemprehabíasidounapartemuyagradabledelosfinesdesemanaqueAna pasaba en casa. Siempre recordaba su primer viaje desdeBrightRiver,conMatthew.Habíasidoenprimavera,yahoraeradiciembre,peroalolargodelcamino,todoparecíadecirle:«¿Recuerdas?¿Recuerdas?».Lanievecrujíabajoeltrineo;lamúsicadelascampanillastintineabaporentrelashilerasdepinos puntiagudos, cargados de nieve. La Vía Láctea de Alegría estabafestoneadadeestrellasenredadasenlosárboles.Ydesdelapenúltimacolina,vieronelgrangolfo,blancoymísticobajolaluna,perotodavíasinhielo.

—Hayunpuntodelcaminodondesiempresientoquehellegadoacasa—dijoAna—.Esenlacimadelapróximacolina,desdedondeveremoslaslucesde Tejas Verdes. Estoy pensando en la cena que tendrá lista Marilla paranosotras.Yameparecequepuedoolerla.Ay,¡québonitoesestarencasaotravez!

En Tejas Verdes, cada uno de los árboles del jardín parecía darle labienvenida… todas las ventanas iluminadas la llamaban. ¡Y qué aromadelicioso había en la cocina de Marilla cuando abrieron la puerta! Huboabrazos,exclamacionesyrisas.HastaKatherineparecía,nounadesconocida,sino unmiembro de la familia. La señora Rachel Lynde había colocado supreciada lámpara sobre la mesa y la había encendido. En realidad, era unartefacto horrendo, con un espantoso globo rojo, pero ¡qué agradable luzrosadaarrojaba!¡Cuánacogedorasyamistosaseranlassombras!¡QuébonitaseestabaponiendoDora!YDavyparecíacasiunhombre.

Había novedades que contar. Diana tenía una hijita… Josie Pye teníanovio… y Charlie Sloane, al parecer, estaba comprometido. Todo era tanemocionantecomosifuerannoticiasdelimperio.LanuevacolchaderetazosdelaseñoraLynde,reciénterminada,hechaconcincomilpedazos,estabaenexhibiciónyrecibiólasdebidasalabanzas.

—Cuandovuelvesacasa,Ana—dijoDavy—,todoparececobrarvida.

—Ah,asídeberíaserlavida—ronroneóelgatitodeDora.

—Nuncapuderesistirmealaseduccióndeunanochedeluna—dijoAna

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después de la cena—. ¿Qué le parecería un paseo con zapatos para nieve,señoritaBrooke?Creohaberoídoquesabeusarlos.

—Sí…esloúnicoqueséhacer…perohaceseisañosquenolohago—dijoKatherine,encogiéndosedehombros.

AnabuscósuszapatoseneldesványDavycorrióaOrchardSlopeapedirprestado un viejo par perteneciente a Diana, para Katherine. Tiraron por elsenderodelosEnamorados,llenodehermosassombrasdeárbolesycruzaronpraderasdondepequeñospinosbordeaban lascercas; luegoseadentraronenbosquesqueparecíanapuntodesusurrarsussecretos,peronuncalohacían,yatravesaronclaroscomoestanquesdeplata.

Nohablabannisentíannecesidaddehacerlo.Eracomositemieranhablarportemoraarruinaralgohermoso.PeroAnanuncasehabíasentidotancercade Katherine Brooke. Por algunamagia propia, la noche invernal las habíaunido…casi,nodeltodo.

Cuando salieron al camino principal y un trineo pasó como un rayo,haciendo sonar campanillas y risas, las dos muchachas dejaron escapar unsuspiro involuntario. Ambas tenían la impresión de que dejaban atrás unmundo que no tenía nada en común con aquel al cual volvían…unmundodonde el tiempono existía, unmundo con juventud eterna, donde las almasestabanencomuniónmutuaenunmedioquenonecesitabapalabras.

—Hasidomaravilloso—dijoKatherine, envoz tanbaja,queAnano seatrevióaresponder.

Bajaron por el camino y subieron por el sendero de Tejas Verdes, perojustoantesdellegaralportón,sedetuvieron,movidasporunmismoimpulso,ysequedaronensilencio,apoyadascontralacercamohosa,contemplandolacasonamaternalqueseveíaatravésdelvelodeárboles.¡Quéhermosaeraenunanocheinvernal!

Másabajo,elLagodelasAguasRefulgentesestabaatrapadobajoelhielo,con sombras en las orillas. Por todos lados había silencio, quebrado por elruido de un caballo sobre el puente. Ana sonrió al recordar con cuántafrecuenciahabíaoídoeseruido,tendidaensucamadelpisoalto,imaginandoqueeraelgalopedecaballospertenecientesahadas.

Depronto,otroruidoquebróelsilencio.

—¡Katherine!Noestarás…¡nomedigasqueestásllorando!

EraimposiblepensarenKatherinellorando.Perolloraba.Ysuslágrimaslavolvíanhumana.Anayanosesintióamedrentada.

—Katherine…Katherine,querida…¿quésucede?¿Puedoayudarte?

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—Ay… ¡es que no puedes entender! —sollozó Katherine—. Las cosassiemprehansidofácilesparati.Parecesvivirenuncírculomágicodebellezay romance. «Me pregunto qué encantador descubrimiento haré hoy». Ésaparece ser tu actitud hacia la vida,Ana.En cuanto amí, he olvidado cómovivir…no,nuncasupevivir.Soy…soycomounacriaturaatrapada.Nopuedosalir…yescomosialguiensiempreestuvieraatizándomeconpalosporentrelasrejas.Ytú…tútienesmásfelicidaddelaquepuedesnecesitar…amigospor todas partes… ¡un novio! Yo odio a los hombres, pero si muriera estanoche,nadiemeecharíademenos.¿Cómotesentiríassinningúnamigoenelmundo?—LavozdeKatherinesequebróenotrosollozo.

—Katherine,dicesquetegustalafranqueza,demaneraqueseréfranca.Sicarecesdeamigos,comodices,esporculpatuya.Hequeridoseramigatuya,peroerascomounerizo.

—Losé…losé.¡Cómoteodiécuandollegaste!Presumiendodetuanillodeperlas…

—¡Katherine!¡Nuncapresumídemianillo!

—No,creoqueno.Esmiresentimiento.Bueno,peroparecíapresumirelsolo… aunque en realidad, no te envidiaba el novio; nunca he queridocasarme. Ya tuve bastante con mis padres. Detestaba que estuvieras porencima de mí, siendo menor que yo. Me alegraba cuando los Pringle tecausaban problemas. Parecías tener todo lo que yo no tenía… encanto,amistades, juventud. ¡Juventud! Yo tuve una juventud de necesidades… nopuedes imaginarlo. No sabes lo que es no tener nadie en el mundo que tequiera.¡Nadie!

—¡Cómoquenolosé!—exclamóAna.

Enunaspocasfrasespunzantes, ledescribiósu infanciaantesde llegaraTejasVerdes.

—Me hubiera gustado saberlo —dijo Katherine—. Hubiera significadomuchoparamí.Meparecíasunamuchachamimadaporlasuerte.Laenvidiamehaestadocarcomiendolasentrañas.Teníaselpuestoqueyoquería…Sí,séquetienesmejoresaptitudesqueyo,pero,bueno,ahíestá.Eresguapa…almenos, haces que la gente crea que eres guapa. Mi primer recuerdo es dealguienquedecía:«¡Quéniñamás fea!».Entrasenunahabitacióndemodoencantador… Sí, recuerdo cómo entraste en la escuela aquella primeramañana.Perocreoqueelverdaderomotivoporelque teheodiado tantoesque siempre parecías tener una alegría secreta, como si cada día de la vidafueraunaaventura.Apesardemiodio,habíavecesenqueteníaqueadmitirqueparecíassalidadeotroplaneta.

—Porfavor,Katherine,mequitaselalientocontantasalabanzas.Peroya

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nomeodias,¿verdad?Ahorapodemosseramigas.

—Nolosé…Nuncatuveamigas,muchomenosdeedadsimilaralamía.Nopertenezcoaningúnsitio.Creoquenoséseramigadenadie.No,yanoteodio.Noséquésientoporti…debedesertufamosoencanto,quecomienzaaejercerefectosobremí.Sóloséquesientoquemegustaríacontartecómohasidomivida.Nunca lo hubiera hecho si nomehubieras habladode tu vidaantesdellegaraTejasVerdes.Quieroquecomprendasloquemehahechosercomosoy.Noséporquéquieroqueloentiendas,peromepareceimportante.

—Cuéntame,Katherine,querida.Realmentequierocomprenderte.

—Túsabesloqueesnoserquerida,loadmito,peronoloqueessaberquetuspadresnotequieren.Losmíosmeodiarondesdeelmomentoenquenacíoantes… y se odiaban entre ellos. Sí, es cierto. Peleaban sin cesar; peleastontas,mezquinas,maliciosas.Miinfanciafueunapesadilla.Murieroncuandoyoteníasieteaños,yfuiavivirconlafamiliademitíoHenry.Ellostampocome querían.Me despreciaban porque «vivía de su caridad». Recuerdo cadaunodesusdesaires.Norecuerdoniunasolapalabraamable.Teníaqueusarlaropaquedescartabanmisprimas.Recuerdounvestidoenparticular;mehacíaparecerunhongo.Yellasseburlabancadavezquemeloponía.Undíameloarranquédeencimayloarrojéalfuego.Teníaqueusarunagorrahorribleparairamisaduranteelinvierno.Nuncatuvenisiquieraunperro…ylodeseabatanto.

»Era estudiosa y deseaba el título de Licenciada, pero, claro, era comodesear la luna. No obstante, el tío Henry accedió a permitirme estudiar enQueen's, si yo le devolvía el dinero en cuanto consiguieraunpuesto enunaescuela.Mepagóalojamientoenunamiserablepensiónde terceracategoría,dondemedieronuncuartuchosobrelacocina,queeraheladoeninviernoyunhorno en verano; siempre olía a comida. ¡Y la ropa que tenía que usar enQueen's! Pero conseguí la licenciatura de maestra y la segunda aula de laSecundariadeSummerside;fuelaúnicavezquetuvesuerte.Desdeentonces,he estado juntando centavo sobre centavo para devolverle lo gastado al tíoHenry…nosóloloquelecostaronmisestudiossinotambiénmialojamientoen su casa durante todos los años que viví con ellos. Estaba decidida a nodeberleuncentavo.PoresomealojabaconlaseñoraDennisymevestíaconropatanfea.Yacabodeterminardepagarle.Porprimeravezenlavida,mesientolibre.

»Peromientras tanto, he desarrollado una personalidad desagradable. Séque no soy sociable; nunca se me ocurre el comentario adecuado para unasituación.Ytengoplenaconcienciadequeesmiculpaquesiempremepasenpor alto en los acontecimientos sociales. He convertido en un arte el serdesagradable. Sé que soy sarcástica y quemis alumnosme consideran una

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tirana;meconstaquemeodian.¿Creesquenomeduelesaberlo?Siemprememiranconmiedo…odioalagentequememiracomosimetuvieramiedo.Ay,Ana…elodiomeconsumecomounaenfermedad.Quierosercomolasotraspersonas…yahoranuncapodré.Esoesloquemevuelvetanamarga.

—¡Perosíquepuedes!—exclamóAna,pasandounbrazoporloshombrosdeKatherine—.Puedesdesterrarelodiodetumente…curartedeél.Lavidaestácomenzandoparati,ahora,puestoqueporfinereslibreeindependiente.Ynuncasesabeloquepuedehaberdetrásdelapróximacurvaenelcamino.

—Te he escuchado decirlo antes… y me he reído de tu «curva en elcamino». Pero el problema es que no hay curvas en mi camino. Lo veoextendersedelantedemíhasta elhorizonte, en interminablemonotonía. ¿Teasusta la vida alguna vez,Ana, por su aburrimiento, sumar de gente fría yegoísta?No, claroqueno.Túno tienesque seguir enseñandoel restode tuvida.Yparecesencontrarinteresantesatodos,hastaaeseserredondoyrojizoalquellamasRebeccaDew.

»Laverdadesqueodioenseñar…yesloúnicoqueséhacer.Unamaestraessencillamenteesclavadeltiempo.Sí,séqueatiteencanta…noteentiendo.Ana,quieroviajar.Esloúnicoquehedeseadohacerenlavida.Recuerdoelúnico cuadro que había en mi habitación, en el desván de la casa del tíoHenry… un viejo grabado desteñido que habían sacado de alguna otrahabitacióncondesdén.Mostrabaunaspalmerasalrededordéunoasis,conunahilera de camellos en la distancia. Me resultaba absolutamente fascinante.Siemprequiseviajaryencontrarlo…ver laCruzdelSur,elTajMahaly lascolumnas de Karnak. Quiero saber, no solamente creer que el mundo esredondo.Yjamáspodréhacerloconunsueldodemaestra.Tendréqueseguirhablando toda la vida de las esposas de Enrique VIII y de los recursosinagotablesdelImperio.

Ana rio. Ahora podía reír, pues la voz de Katherine había perdido suamargura.Sonabasolamentemelancólicaeimpaciente.

—Detodosmodos,seremosamigas…ypasaremosdiezalegresdíasaquípara comenzar con nuestra amistad. ¡Siempre quise hacerme amiga tuya,KatherineconK!Desdeelprincipiointuíquedebajodetantasespinashabríaalgoqueharíaqueseramigatuyavalieselapena.

—¿Realmentepensabasesodemí?Confrecuenciame lohepreguntado.Bien,elleopardotendráqueintentarsacarselasmanchas,siesposible.Quizálosea.EnestaTejasVerdestuya,puedocreercasicualquiercosa.Eselprimerlugar que visito donde me siento como en casa. Me gustaría ser de otraforma…siesquetodavíahaytiempo.Hastaensayareunabonitasonrisaparaese Gilbert tuyo cuando llegue mañana por la noche. He olvidado cómoconversarconhombres,porsupuesto,siesquealgunavezlosupe.Sinduda,

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mecreeráunasolteronatonta.Mepreguntosicuandomeacuesteestanoche,me sentiré furiosa conmigomisma por haberme quitado lamáscara y haberdejadoqueatisbesdentrodemialmamarchita.

—No,nadadeeso.Pensarás:«Mealegrodequehayadescubiertoquesoyhumana». Nos acurrucaremos bajo las frazadas suaves y calentitas,probablemente con dos bolsas de agua caliente, pues sin dudaMarilla y laseñoraLyndepondránunacadauna,por temoraque laotra loolvide.Y tesentirásdeliciosamentesoñolientadespuésdeestacaminataporlanievebajola luna,y cuandoquierasdarte cuenta, será lamañanay te sentirás comosifueras la primera personaquedescubre que el cielo es azul.Y aprenderás ahacer tartade ciruelas, porquemeayudarás aprepararunapara elmartes…unabiengrandeyesponjosa.

El aspecto de Katherine asombró a Ana cuando entraron. Tenía la pielradiantedespuésdelpaseoporlanieveyelcolorenlasmejillaslacambiabaporcompleto.

«Sería muy llamativa, si usara los sombreros y vestidos adecuados»,reflexionó, tratando de imaginar aKatherine con un sombrero de terciopelorojooscuro sobre supelonegro, recogido sobre losojoscolorámbar.Habíavistoun sombreroasí enuna tiendadeSummerside.«Tengoqueverqué sepuedehaceralrespecto».

6

El sábadoy el lunes fuerondíasde alegre actividad enTejasVerdes.Latarta de ciruelas quedó lista y trajeron el árbol deNavidad.Katherine,Ana,DavyyDorafueronabuscarloalbosque…unpinopreciosoqueAnaaccedióacortarnadamásqueporqueestabaenunclarodelseñorHarrison,queibaaseraradoenlaprimavera.

Pasearon,recogieronramasyhojasparacoronasyhastaalgunoshelechosque se mantenían verdes durante todo el invierno, que crecían en unahondonadadelbosque.Eldíaseconvirtióenlatardesobrelascolinasblancas,yvolvierontriunfalmenteaTejasVerdes…paraencontrarseconunjovenalto,deojoscastañosyunasombradebigotesquelohacíanparecertanadulto,queporunmomentoAnadudódequefueraGilbert.

Katherine,conunasonrisaqueintentósersarcásticasinlograrlo,losdejóenlasalayjugóconlosmellizosenlacocina.Asombrada,descubrióquesedivertía.YquéagradablefuebajaralsótanoconDavyydescubrirquetodavíaquedaban en elmundo cosas comomanzanas almibaradas.Katherine nunca

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habíaestadoantesenunsótanodecasadecampoynosabíaquépodíaserunlugar encantador y fantasmagórico. La vida ya le parecía más cálida. Porprimeravez,tomóconcienciadequepodíaserhermosa,aunparaella.

DavyhizosuficienteruidocomoparadespertaralosSieteDurmientes,lamañana de Navidad, haciendo sonar un viejo cencerro por las escaleras.Marilla se horrorizó de que hubiera hecho una cosa así cuando había unhuéspedenlacasa,peroKatherinebajóriendo.UnacuriosacamaraderíahabíanacidoentreellayDavy.ComoledijoaAnaconfranqueza,nosimpatizabademasiadoconlaimpecableDora,peroDavyeramásafínconella.

Abrieronlasalaydistribuyeronlosregalosantesdeldesayuno,puestoquedeotromodo,losmellizosnohubieranpodidoprobarbocado.Katherine,queno había esperado recibir nada, salvo, quizá, un regalo de compromiso departedeAna,seencontrórecibiendopresentesdetodos.Unabufandatejida,delaseñoraLynde;unabolsitaderaízdelirioperfumada,departedeDora;un abrecartas, de Davy; una cesta llena de frascos de dulce y jalea, deMarilla… y hasta un pisapapeles de bronce, en forma de gato, de parte deGilbert.

Y, atado debajo del árbol, acurrucado sobre una mantita de lana, unprecioso cachorrito de ojos castaños, con orejas sedosas y alertas y colasimpática.Enunatarjetitaquelecolgabadelcollar,leyó:«ParaKatherine,deAna,que,despuésdetodo,seatreveadesearlefelizNavidad».

Katherine cogió el cuerpecito movedizo en brazos y habló con voztemblorosa.

—Ana…¡eshermoso!PerolaseñoraDennisnomepermitirátenerlo.Lepreguntésipodíatenerunperro,ymedijoqueno.

—Ya arreglé todo con la señora Dennis. Ya verás como no pondráobjeciones. Y en cualquier caso, Katherine, no estarás allí mucho tiempo.Tienesquebuscarteunsitiodecentedondevivir,ahoraquehasterminadodepagarloqueconsiderabastusobligaciones.Miralapreciosacajadepapelparaescribir cartas que me envió Diana. ¿No es fascinante mirar las hojas enblancoypreguntarsequéseescribirásobreellas?

La señora Lynde se sentía agradecida de que fuera unaNavidad blanca,peroparaKatherinelaNavidadfuevioleta,rojaydorada.Ylasemanaquelesiguiófueigualmentehermosa.Confrecuencia,Katherinesehabíapreguntadoamargamente lo que significaría ser feliz, y ahora lo había descubierto.Floreciódeunmodoasombroso.Anaseencontródisfrutandodesucompañía.«¡Ypensarquetemíaquemearruinaralasvacaciones!»,pensó,maravillada.

«Ypensar»,sedijoKatherine,«queestuveapuntodenovenircuandoAnameinvitó».

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Dieronlargospaseos…porelsenderodelosEnamoradosyporelBosqueEmbrujado, donde hasta el mismo silencio resultaba amistoso… por lascolinas,dondelanieveligerarevoloteabaenmágicosbailesinvernales…porlosviejoshuertosbañadosensombrasvioláceas…porlagloriadelosbosquesal atardecer. No había trinos de aves ni susurro de arroyos ni chismes deardillas.Peroelviento tocabaunamúsicaocasionalquesuplíaencalidad loquelefaltabaencantidad.

—Siempreseencuentraalgobonitoparamiraroescuchar—dijoAna.

Hablabandetodo,secontabansueñoseilusionesyvolvíanacasaconunapetitoqueponíanapruebainclusoladespensadeTejasVerdes.Huboundíadetormentaenelquenopudieronsalir.Elvientodelestegolpeabaalrededorde las vigas y el golfo gris rugía. Pero hasta una tormenta tenía encantoespecial en Tejas Verdes. Resultaba acogedor sentarse junto a la estufa ycontemplar con ensueño la luz del fuego bailar en el techo, disfrutando dedeliciosasmanzanasydulces.¡Quéalegreeralacenaconlatormentaaullandoafuera!

Unanoche,GilbertlasllevóavisitaraDianayasubebé.

—Nunca había cogido a un bebé en mi vida —dijo Katherine cuandoregresaban—.Porunlado,nuncatuvedeseosdehacerlo,yademás,temíaquepudieradesintegrarseentremismanos.Nopuedenimaginarcómomesentí…tangrandeytorpeconesacosilladiminutaydeliciosaenlosbrazos.SéquelaseñoraWright pensaba que se me caería en cualquier momento. Vi que seesforzabaheroicamenteporocultarsuterror.Perosignificóalgoparamí…elbebé,digo.Todavíanohepodidodecidirqué.

—Los bebés son criaturas tan fascinantes —comentó Ana, soñadora—.Como oí decir a alguien en Redmond, son «magníficos manojos deposibilidades». Piénsalo, Katherine…Hornero debió de haber sido bebé enalgúnmomento…unbebéconhoyuelosygrandesojos luminosos.Noseríaciegoenaquelentonces,desdeluego.

—Qué pena que su madre no hubiera sabido que él sería Homero —reflexionóKatherine.

—Perocreoquemealegraque lamadrede JudasnohayasabidoqueélseríaJudas—murmuróAna—.Esperoquenuncasehayaenterado.

Hubounconciertoenelsalón,unanoche,conunafiestaencasadeAbnerSloanedespués,yAnaconvencióaKatherinedequeasistieraaambos.

—Me gustaría que nos leyeras algo, Katherine. He oído decir que leesestupendamente.

—Solíarecitar…megustabahacerlo.Perohacedosveranosrecitéenun

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conciertoorganizadoporungrupodeveraneantes…yluegolosoíriéndosedemí.

—¿Cómosabesquesereíandeti?

—¿Dequién,sino?Nohabíaningunaotracosaquecausararisa.

Anadisimulóunasonrisaysiguióinsistiendoconlalectura.

—Podrías recitar Ginebra. Me han dicho que te sale de maravilla. LaseñoradeStephenPringlemecontóquenopegóunojolanochedespuésdehaberteescuchado.

—No.Ginebranuncamegustó.Estáenelprogramadelaescuela,asíqueen ocasiones trato demostrarle a la clase cómo leerlo. Realmente no tengopaciencia con Ginebra. ¿Por qué no gritó cuando descubrió que estabaencerrada?Siestabantodosbuscándola,alguienlahubieraoído,sinduda.

Katherineporfinaccedióalalectura,perosemostróindecisaencuantoalafiesta.

—Iré,desdeluego.Peronadiemeinvitaráabailarymesentirésarcástica,malhumorada y avergonzada. Siempreme sientomal en las fiestas…en laspocasalasqueheido,quierodecir.Nadieparecepensarquepodríagustarmebailar… y has visto que bailo bastante bien, Ana. Aprendí en casa del tíoHenry,porqueunapobrecriadaqueteníanhabíaqueridoaprender,también,ylasdosbailábamosjuntasenlacocinaporlasnoches,alsondelamúsicadelasala.Creoquemegustaríabailar…conuncompañeroadecuado,porsupuesto.

—Nolopasarásmalenestafiesta,Katherine.Noestarásdelladodefuera,mirando hacia dentro. Ahí está toda la diferencia, sabes: entre estar dentromirando hacia fuera, y estar fuera mirando hacia dentro… Tienes un peloprecioso,Katherine.¿Temolestaríaqueintentarahacerteunpeinadonuevo?

Katherineseencogiódehombros.

—No, hazlo. Sé quemi peinado es horroroso, pero no tengo tiempo deestarrizándomeelpelotodoel tiempo.Notengovestidodefiesta.¿Podré irconelverdedetafetán?

—Tendrá que ser ése, aunque el verde es justamente el color que nodeberíasusar,queridaKatherine.Perotepondrásuncuellorojodegasaquetehehecho.Sí,loharás.Tendríasquetenerunvestidorojo,Katherine.

—Siempre detesté el rojo. Cuando fui a vivir con el tío Henry, la tíaGertrudeme hacía usar delantales color rojo intenso. Los otros niños de laescuela gritaban «¡Fuego!», cuando yo entraba con uno de esos delantales.Además,notengopacienciaparalaropa.

—¡QueDiosmedépacienciaamí!Laropaesmuyimportante—dijoAna

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entonosevero,mientrastrenzabayrecogíaelcabellodeKatherine.Observósu trabajo y vio que era bueno. Pasó un brazo alrededor de los hombros deKatheriney lahizovolversehaciael espejo—.¿No tepareceque somosunpar de muchachas bonitas? —rio—. ¿No es lindo pensar que la genteencontrará algo de placer al mirarnos? Hay tanta gente desabrida querealmentecambiaríamuchísimosihicieraunesfuerzo…

»Hace tres domingos, en la iglesia… ¿Recuerdas el día en que el pobreseñorMilvaindioelsermónyestabatanresfriado,quenoseleentendiónada?Bien,paséeltiempoembelleciendoalaspersonasquemerodeaban.LepusealaseñoraBrentunanariznueva, ricéelpelodeMaryAddison,yaldeJaneMarsdenlediunenjuagueconlimón.VestíaEmmaDilldeazulenlugardemarrón, aCharlotteBlair la vestí con rayas en lugar de cuadros, quité unoscuantos lunares y afeité los bigotes caídos de Thomas Anderson. No loshubierasreconocidocuandoterminéconellos.Ysalvoloreferentealanarizde la señora Brent, ellos mismos podrían haber hecho lo que hice yo.Katherine, tus ojos son color té… té ambarino. Bien, esta noche tienes queestartanresplandeciente,clarayalegrecomounarroyo.

—Todoloqueyonosoy.

—Todo lo que has sido esta última semana. Así que puedes ser de esemodo.

—Eso es solamente la magia de Tejas Verdes. Cuando vuelva aSummerside,habrántocadolasdoceparaCenicienta.

—Te llevarás la magia contigo. Mírate. Así tendrías que estar todo eltiempo.

Katherine contempló su imagen en el espejo, como si dudara de suidentidad.

—Esverdadqueparezcomuchomásjoven—admitió—.Teníasrazón…laropaayudamucho.Séqueparecíamayorde loqueeraynome importaba.¿Por qué iba a importarme?A nadie le importaba.Y no soy como tú,Ana.Aparentemente naciste sabiendo cómo vivir. Yo de eso no sé nada… nisiquieraelabecedario.Mepreguntosiserádemasiadotardeparaaprender.Hesidosarcásticatantotiempoquenosésipuedodejardeserlo.Elsarcasmomeparecía laúnicaformadeimpresionara lagente.Ymeparece, también,quesiempre tuvemiedo, cuando estaba en compañía de otras personas, de deciralgunatonteríaodequeseburlarandemí.

—KatherineBrooke,mírateeneseespejoyllévatecontigoesaimagen…unamagníficacabelleraenmarcando tucara,en lugardeestarpeinadahaciaatrás,ojosbrillantescomoestrellasoscuras,mejillaslevementesonrosadasdeentusiasmo.Nosentirásmiedo.Vamos,llegaremostarde,peroporsuertetodos

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losqueactúantienenasientos«preservados»,comooídeciraDora.

Gilbert las llevó al salón. Cuán similar a los viejos tiempos… sólo queahoraKatherineestabaconella,enlugardeDiana.Anasuspiró.Dianateníatantos otros intereses, ahora. Las fiestas y conciertos habían terminado paraella.

¡Quévelada!¡Cuánplateadosysedososparecíanloscaminosconuncieloverde pálido en el oeste después de una ligera nevada!Orión se abría pasomajestuosopor loscielos,y lascolinas, loscamposy losbosquesyacíanenperladosilencio.

LalecturadeKatherinecapturóalpúblicodesdeelprimerrenglón,yenlafiestanolealcanzaronlaspiezasparatodoslosquequeríanbailarconella.Deprontoseencontróriendosinamarguranisarcasmo.Luego,otravezaTejasVerdes, a calentarse los pies junto al fuego de la sala, a la luz de dos velasamistosassobrelarepisa.LaseñoraLyndeentróeneldormitorio,apesardelahora tardía, para preguntarles si querían otra frazada y asegurar aKatherinequesuperritoestabaabrigadodentrodeunacesta,enlacocina.

«Miro la vida con nuevos ojos», pensóKatherine, soñolienta. «No sabíaquehabíapersonascomoéstas».

—Venavisitarnosdenuevo—dijoMarilla cuando llegó elmomentodepartir.

Marillajamásselodecíaanadie,amenosquerealmentelodeseara.

—Claro que volverá —dijo Ana—. Los fines de semana… y variassemanas durante el verano. Encenderemos fogatas y trabajaremos en eljardín…recogeremosmanzanaseiremosabuscarlasvacas.Remaremosenelestanqueynosperderemosenelbosque.QuieroenseñarteeljardíndeHesterGray,Katherine,ylaCabañadelEcoyelPradodeVioletascuandoestéllenodevioletas.

7

ÁlamosVentosos,

5deenero.

Lacalledondecaminan(odeberíancaminar)losfantasmas

Miestimadoamigo:

Eso no es nada que haya escrito la abuela de la tíaChatty. Es algo que

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hubieraescrito,siselehubieseocurrido.

Mi propósito del Año Nuevo ha sido escribir cartas de amor sensatas.¿Creesquealgoasíseaposible?

He dejado la querida Tejas Verdes, pero he vuelto a la querida ÁlamosVentosos. Rebecca Dew había encendido la estufa de la torre y me habíacalentadolacamaconunabolsadeaguacaliente.

Mealegra tantoquemegusteÁlamosVentosos.Seríaespantosovivirenunsitioquenomegustara,quenomeresultaraamistoso,quenomedijera:«Mealegrodequehayasvuelto».Álamosventososme lodice.Esunpocoanticuadaymojigata,peromequiere.

Ymealegrédevera las tíasKateyChattyyaRebeccaDew.Nopuedodejar de ver sus aspectos graciosos, pero con todo, las quieromucho.Ayer,RebeccaDewmedijoalgomuylindo.

«LaCalledelFantasmahasidounlugardiferentedesdequeusted llegó,señoritaShirley».

Me alegra que te haya caído bien Katherine, Gilbert. Estuvosorprendentementeamablecontigo.Esasombrosoloagradablequepuedesercuandoseesfuerza.Ycreoqueellaestátansorprendidacomocualquiera.Noteníaideadequepudiesesertanfácil.

Va a ser tan diferente en la escuela tener una vicedirectora con la querealmentesepuedetrabajar.Semudarádepensiónyyalaheconvencidodeque se compre ese sombrero de terciopelo; no he perdido las esperanzas deconvencerladequecanteenelcoro.AyervinoelperrodelseñorHamiltonypersiguióaDustyMiller.

«Estosíqueeselcolmo»,declaróRebeccaDew.

Yconlasmejillasmásrojasquenuncaylaespaldaregordetasacudiéndosedefuria,tanapuradaquesepusoelsombreroalrevés,avanzócallearribaylecantócuatrofrescasalseñorHamilton.Puedoimaginarperfectamentebiensucarabonachona,tonta,mientrasescuchabaaRebecca.

«Noaprecioa"esegato"»,medijoella,«peroesnuestroyningúnperroHamiltonvaaveniraquíafaltarleelrespetoensupropiojardín».

«Perosólolocorrióparadivertirse»,explicóJabezHamilton.

«Pues la forma de divertirse de los Hamilton es distinta de la de losMacComber,deladelosMacLeano,siesporeso,deladelosDew»,rebatióella.

«Vamos, vamos, debe de haber comido coles para el almuerzo, señoritaDew»,dijoél.

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«No»,replicóRebecca,«peropodríahaberlohecho.LaseñoradelcapitánMacCombernovendiótodassuscoleselotoñopasadoynodejósinningunaasu familia porque el precio está alto. Aunque hay algunas personas que nopuedenoírnadaacausadeltintineoensusbolsillos».

Ylodejómasticandoeso.

«Pero¿quésepuedeesperardeunHamilton?»,mepreguntó.«¡Gentuzadelapeorcalaña!».

Hay una estrella roja colgando sobre el Rey de las Tormentas. Ojaláestuvierasaquíparacontemplarlaconmigo.Siestuvieras,creoqueseríamásqueunmomentodeestimayamistad.

12deenero

La pequeña Elizabeth vino dos noches atrás para ver si podía explicarlequéclasedecosaeranlasbulaspapalesyparacontarme,conlágrimasenlosojos,quesumaestra lehabíapedidoquecantaraenunconciertoorganizadoporlaescuela,peroquelaseñoraCampbelldijoquenoynoquisooírhablarmásdelasunto.CuandoElizabethintentóinsistir,laseñoraCampbelldijo:

«Hazmeelfavordenocontestarme,Elizabeth».

La pequeña Elizabeth lloró lágrimas amargas en la torre esa noche yaseguróquequedaríaconvertidaenLizzieparasiempre.Yanuncapodríaserningúnotrodesusnombres.

«LasemanapasadaamabaaDios,estasemana,no»,dijo,desafiante.

Toda su clase iba a participar en el programa y ella se sentía como un«leopardo».Creoquelapobrecillaquisodecirun«leproso»,yesoeshorrible.LapreciosaElizabethnodebesentirseasí.Demaneraquelatardesiguiente,me inventé algo que hacer en Siempreverde. La «mujer», que realmenteparece antediluviana, me miró con frialdad y me hizo pasar a la salita,mientras iba en busca de la señora Campbell para informarle que yo habíapreguntadoporella.

Creo que ni ha entrado sol en esa sala desde que construyeron la casa.Había un piano, pero estoy segura de que nunca ha sido tocado. Contra lapared había sillas duras, tapizadas en brocado de seda… todos losmueblesestaban contra la pared, salvo unamesa demármol que ocupaba el centro;ningunadelaspiezasparecíaconoceralasdemás.

Entró la señora Campbell. Nunca la había visto antes. Tiene una cararefinada,comoesculpida,quepodríahabersidodehombre,conojosnegrosycejashirsutasbajounpelomuyblanco.Noharenunciadoatodoslosadornoscorporales,puestoquellevabagrandesarosdeónixquelellegabanhastaloshombros.Semostrópenosamentecortésconmigoyyoimplacablementecortés

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con ella. Intercambiamos trivialidades acerca del tiempo por unos minutos,ambas,comodijoTácitohaceunosmilesdeaños,«conexpresionesajustadasa la ocasión». Le dije que había ido a ver sime prestaba lasMemorias delreverendoJamesWallaceCampbellporuntiempo,puestoqueteníaentendidoque había bastante información sobre la historia de la isla, que yo queríautilizarenlaescuela.

LaseñoraCampbellseablandónotablementeyllamóaElizabethparaquesubiera a su cuarto y trajera las Memorias. Pude ver que Elizabeth habíaestadollorandoylaseñoraCampbellmeexplicóquesedebíaaquelamaestrade laniñahabía enviadootranota en laque le suplicabaque lepermitierancantar en el concierto, y que ella, la señora Campbell, había escrito unarespuestatajantequelapequeñaElizabethtendríaquellevaralamaestraalamañanasiguiente.

«No estoy de acuerdo con que niñas de la edad de Elizabeth canten enpúblico»,dijolaanciana.«Sevuelvendescaradasyatrevidas».

¡Como si hubiera algo que pudiese volver descarada y atrevida a lapequeñaElizabeth!

«Pienso que quizá tenga razón, señora Campbell», dije en mi tono máscondescendiente.«Encualquiercaso,cantaráMabelPhillips,ymehandichoquetieneunavoztanmaravillosa,queopacaráatodoslosdemás.Sinduda,esmuchomejorqueElizabethnocompitaconella».

LaexpresióndelaseñoraCampbellerauncuadro.PuedeserCampbellporafuera,peropordentroesPringlehastalamédula.Nodijonada,sinembargo,y yo reconocí el momento psicológico y callé. Le di las gracias por lasMemoriasymefui.

La tarde siguiente, cuando la pequeña Elizabeth vino hasta el portón abuscar la leche, su carita pálida resplandecía. Me contó que la señoraCampbelllehabíadichoquepodríacantar,despuésdetodo,sisecuidababiendenovolversevanidosa.

¡Sucede que Rebecca Dew me había contado que los clanes Phillips yCampbell siempre han rivalizado en cuanto a quienes tienen las mejoresvoces!

LeregaléaElizabethuncuadritoparaNavidad,paraquelocolgarasobresucama…unsenderoenelbosque,moteadoporel sol,queconducecolinaarriba hacia una pintoresca casita entre unos árboles. La pequeña Elizabethdicequeahorayanotienetantomiedodeirseadormiraoscuras,porqueencuantoseacuesta,imaginaqueestácaminandoporelsenderohacialacasa,yquecuandoentra,estátodailuminadaysupadrelaesperaallí.

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¡Pobretesoro!¡Nopuedoevitardetestaraesepadresuyo!

19deenero

Anoche hubo un baile en casa de Carry Pringle. Katherine fue con unvestidodesedacolorrojooscuro,confruncesaloscostadosyelpelopeinadopor un peluquero. ¿Puedes creer que cuando entró, personas que la hanconocidodesdequevinoaenseñarenSummesidesepreguntabanmutuamentequién era? Pero enmi opinión, no era tanto el vestido ni el pelo lo que lavolvíadiferente,sinouncambioenellamisma.

Antes,cuandoestabacongente,suactitudparecíaser:«Estaspersonasmeaburren.Yodebodeaburrirlostambién.Mejorasí».Peroanochefuecomosihubieraencendidovelasentodaslasventanasdelacasadesuvida.

Me ha costadomucho ganarme la amistad de Katherine. Pero nada quevalgalapenaseconsigueconfacilidad,ysiemprepenséqueseramigadeellavaldríalapena.

LatíaChattyhaestadoencamapordosdías,concatarroyfiebre,ypiensaque lo mejor será que venga a verla el médico mañana, por si acaso se leconvierte en una neumonía. De modo que Rebecca Dew, con la cabezaenvueltaenunatoalla,haestadolimpiandolacasafrenéticamentetodoeldía,paratenerlaenperfectoordenantesdelaposiblevisitadeldoctor.Ahoraestáen la cocina, planchando el camisón blanco con canesú de croché de la tíaChatty,afindequeestélistoparaqueselopongaporencimadeldefranela.Estaba inmaculadamente limpio antes, peroRebeccaDew consideró que noteníabuencolorporhaberestadoguardadoenelcajóndelacómoda.

28deenero

Hastaahora,enerohasidounmesdefríosdíasgrises,conalgunaqueotratormenta entrando desde el puerto y golpeando la Calle del Fantasma convientoynieve.Peroanochehuboundeshieloplateadoyestamañanasalióelsol.Mibosquecillodearceseraunsitiodeesplendoresinimaginables.Hastalosdetallesmáscomunes sehabíanvueltopreciosos.Las cercasde alambreeran una maravilla de encaje cristalino. Esta tarde, Rebecca Dew estuvohojeandounademisrevistas,enlaquehabíaunartículosobre«Distintostiposdemujeresbellas»,ilustradoporfotografías.

«¿No sería maravilloso, señorita Shirley, si alguien pudiera agitar unavaritamágicayvolverhermosoatodoelmundo?»,preguntóconmelancolía.«¡Imagine mis sentimientos, señorita Shirley, si de pronto me descubrierahermosa! Pero, por otra parte…», dijo, con un suspiro, «si todas fuéramosbellas,¿quiénharíaeltrabajo?».

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8

—Estoy tan cansada…—se quejó la prima Ernestina Bugle, dejándosecaerensusilla,frentealamesadeÁlamosVentosos,dondeestabaservidalacena—.Avecesnoquierosentarmeportemoranopodervolveralevantarmenuncamás.

LaprimaErnestina, prima terceradel difunto capitánMacComber (pero,como decía la tía Kate, demasiado cercana), había venido de visita desdeLowvaleesatarde.Nopuededecirsequeningunadelasviudaslehayadadouna calurosa bienvenida, a pesar de los sagrados lazos de sangre. La primaErnestinanoeraunapersonaalegre;eraunodeesosseresdesafortunadosquese preocupan constantemente no sólo por sus asuntos sino por los de losdemás, y no se dan descanso ni se lo dan a los demás. Bastaba con verla,declaróRebeccaDew,parasentirquelavidaeraunvalledelágrimas.

LaprimaErnestinanoerabella,porcierto,yresultabadudosoquehubierapodido serlo en su juventud. Tenía una carita seca, fruncida, y descoloridosojoscelestes;varioslunaresmalubicadosyunavozquejumbrosa.LlevabaunviejovestidonegroyundecrépitocuelloestiloHudsonquenoqueríaquitarseniparacenar,portemoralascorrientesdeaire.

Rebecca Dew podría haberse sentado a la mesa con ellas de haberlodeseado, puesto que las viudas no consideraban a la prima Ernestina como«visita».PeroRebeccasiempredecíaquenopodía«saborearsusvituallas»encompañíadeesaviejaamargada.Preferíacomerenlacocina.Peroesonoleimpedíameterseenlaconversaciónmientrasservíalamesa.

—Debe de ser la primavera que se le está metiendo en los huesos —comentó,sincompasiónalguna.

—Ay,esperoquenoseamásqueeso,señoritaDew.PerotemosercomolapobreseñoradeOliverGage.Comióhongoselveranopasado,perodebedehaberhabidoalgúnejemplarextrañoentreellos,puesnuncavolvióasentirsecomoantes.

—Peronopuedeshaberestadocomiendohongosenépocatantemprana—objetólatíaChatty.

—No, pero por desgracia, he comido otra cosa. No trates de alegrarme,Charlotte. Tienes buenas intenciones, pero no sirve de nada.He pasado pordemasiadas cosas. ¿Estás segura de que no hay una araña en esa jarra decrema,Kate?Creohabervistounacuandomeserviste.

—Jamás hay arañas en nuestras jarras—declaró Rebecca Dew en tonoominoso,ycerróconestrépitolapuertadelacocina.

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—Tal vez haya sido sólo una sombra —se corrigió la prima Ernestinasumisamente—.Misojosnosonloqueeran.Temoqueprontoquedaréciega.Esomerecuerda…paséaveraMarthaMacKayestatardeysesentíamalyestaba cubierta de una especie de sarpullido. «Me parece que tienessarampión», le dije. «Es probable que quedes prácticamente ciega. Toda tufamilia tiene mala vista».Me pareció que debía estar preparada. Su madretampocoestábien.Elmédicodicequeesindigestión,peroyotemoqueseaunbulto. «Y si vas a operarte con cloroformo, temo que no saldrás de laoperación. Recuerda que eres una Hillis, y los Hillis siempre tuvieroncorazonesdébiles.Tupadremuriódeunataquecardíaco,sabes».

—¡Sí, a los ochenta y siete años!—resopló Rebecca Dew, mientras sellevabaunplato.

—Ytresveintenasmásdiezesel límitequeponelaBiblia—comentólatíaChattyalegremente.

LaprimaErnestinasesirvióunaterceracucharadadeazúcaryrevolvióeltésombríamente.

—Así dijo el rey David, Charlotte, pero me temo que no era un buenhombreenalgunosaspectos.

AnacaptólamiradadelatíaChattyyrioantesdepodercontenerse.

LaprimaErnestinalamirócondesaprobación.

—Habíaoídoqueustederaunachicadelomásrisueña.Bien,esperoqueledure,perotemoquenoseráasí.Temoquedescubrirádemasiadoprontoquelavidaesunasuntomelancólico.Bueno,yotambiénfuijovenunavez.

—¿De veras? —preguntó Rebecca Dew en tono sarcástico. Traía unafuente de bollos—. Me parece que siempre debe de haberle temido a lajuventud.Lajuventudrequierevalor,seloaseguro,señoritaBugle.

—RebeccaDewtieneunaformatancuriosadedecirlascosas—sequejólaprimaErnestina—.Noesquememoleste,desdeluego.Yestámuybienreírmientrassepuedehacerlo,señoritaShirley,perotemoqueestá tentandoa laprovidenciamostrándosetanalegre.Separecemuchoalatíadelaesposadenuestro último presbítero… estaba siempre riendo y murió de un ataqueparalítico.Elterceroesfatal.MuchometemoquenuestronuevopresbíteroenLowvaletengainclinacionesfrívolas.Encuantolovi,ledijeaLouisy:«Temoqueunhombreconpiernascomoésasseaadictoalbaile».Supongoquehabrárenunciado a hacerlo desde que se convirtió en ministro, perolamentablemente,latendenciavolveráaaparecerensufamilia.Suesposaesmuy joven y dicen que está escandalosamente enamorada de él. No puedoreconciliarmeconlaideadequealguiensecaseconunministroporamor.Me

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temoqueesterriblementeirreverente.Sushomilíassonbastantebuenas,peroporloquedijosobreElíaseldomingopasado,temoqueseademasiadoliberalensusinterpretacionesdelaBiblia.

—VienlosperiódicosquePeterEllisyFannyBuglesecasaronlasemanapasada—comentólatíaChatty.

—Ah,sí.Temoqueseráuncasodematrimoniorápidoyarrepentimientolento.Seconocieronhacesolamentetresaños.TemoquePeterdescubriráqueaunque lamona se vista de seda,mona queda. Lamentablemente, Fanny esmuyperezosa.Plancha las servilletas solamentedel ladodelderecho.No separece en nada a la santa de su madre. Ésa sí que era una mujer hecha yderecha.Cuandoestabadeluto,usabacamisonesnegros.Decíaquesesentíatanmaldenochecomodedía.EstuveencasadeAndyBugle,ayudándoloscon la cocina, y cuando bajé, la mañana de la boda… allí estaba Fanny,comiendo un huevo para el desayuno… ¡e iba a casarse ese mismo día!Supongoquenomecreerán…yonolocreería,sinolohubieravistoconmispropiosojos.Midifuntahermana,pobrecilla,nocomiónadadurantetresdías,antesdesuboda.Ydespuésquesumaridomurió,temimosquenovolvieraaprobar bocado.Hay veces en que siento que ya no puedo comprender a losBugle.Enotrostiempos,unasabíaqueestabaconsusparientes,peroyanoesasí.

—¿EsciertoqueJeanYoungsevolveráacasar?—preguntólatíaKate.

—Metemoquesí.FredYounghasidodadopormuerto,desdeluego,perotemomuchísimoqueaparezcaencualquiermomento.Nuncasepudoconfiaren ese hombre. Ella se casará con Ira Roberts. Me temo que él se casasolamenteparahacerlafeliz.SutíoPhilip,enunaoportunidad,quisocasarseconmigo,peroledije:«BuglenacíyBuglemoriré.Elmatrimonioesunsaltoalvacío»,ledije,«ynomeobligaránadarlo».Hahabidounsinfíndebodasen Lowvale este invierno. Temo que habrá funerales todo el verano, paracompensar.AnnieEdwards yChrisHunter se casaron elmes pasado.Temoque dentro de unos años, no se querrán como se quieren ahora. Ella quedóembobadaconsusmodalesgalantes.SutíoHiramestabaloco…secreyóunperroduranteaños.

—Si lo que hacía era ladrar, nadie tendría que haberle arruinado sudiversión—dijoRebeccaDew,quehabíatraídoconfituradeperasytarta.

—Nuncaoíqueladrara—objetólaprimaErnestina—.Sólomordíahuesosylosenterrabacuandonadielomiraba.Suesposaseponíamuymal.

—¿Dónde está la señora Lily Hunter este invierno? —preguntó la tíaChatty.

—Lohaestadopasandocon suhijo, enSanFrancisco,y temoquehaya

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otro terremoto antes que pueda salir de allí. De todos modos, seguro queintentará traermercaderíade contrabandoy tendráproblemas en la frontera.Cuandoseviaja,sinoesunacosaes laotra.Perolagenteseenloqueceporviajar.MiprimoJimBuglepasóelinviernoenFlorida.Metemoqueseestávolviendoricoyfrívolo.Ledijeantesdequepartiera,ledije…recuerdoquefue lanocheantesdequemurieraelperrode losColeman…¿ono?Sí, fueentonces. «El orgullo va delante de la destrucción, y un espíritu altanero,delantedeunacaída»,ledije.SuhijaenseñaenlaescueladelCaminoBugleyno puede decidir a qué pretendiente aceptar. «Hay una cosa que te puedoasegurar, Mary Anatta», le dije, «y es que nunca conseguirás al que másquieres. De modo que te conviene aceptar al que te quiera, si tienes laseguridaddequetequiere».EsperoqueelijamejorqueJessieChipman.Metemo que se casará con Oscar Green porque es gordo. «¿Eso es lo queelegiste?»,lepregunté.Suhermanomuriódetuberculosis.«Ynotecasesenmayo»,leadvertí,«puesesunmesquetraemalasuerte».

—¡Qué alentadora! —exclamó Rebecca Dew. Había traído un plato depastelillos.

La prima Ernestina pasó por alto el comentario de Rebecca Dew, y sesirvióunasegundaporcióndeperas.

—¿Pueden decirme si una calceolaria es una flor o una enfermedad?—preguntó.

—Unaflor—dijolatíaChatty.

LaprimaErnestinapareciódecepcionada.

—Bueno, sea lo que fuere, la viuda de Sandy Bugle la tiene. La oícontándolea suhermana, eldomingopasadoenmisa,quepor fin teníaunacalceolaria. Tus geranios están muy pelados, Charlotte. Temo que no losfertilizaslosuficiente.LaseñoradeSandyhadejadoellutoasólocuatroañosdelamuertedelpobreSandy.Hoyendíaseolvidaenseguidaalosmuertos.Mihermanallevólutoporsuesposoduranteveinticuatroaños.

—¿Sabía que tiene abierta la parte superior de la falda? —preguntóRebeccaDew,mientrasdejabaunatartadecocodelantedelatíaKate.

—No tengo tiempo de estar mirándome en el espejo todo el tiempo—replicó laprimaErnestinaen tonoácido—.¿Yquépasa si la tengoabierta?Llevopuestastresenaguas,paraquesepan.Medicenquehoyendíalaschicasusan solamente una.Me temo que elmundo se está poniendo terriblementeaudazyfrívolo.Mepreguntosialgunavezpiensaneneldíadeljuicio.

—¿Cree que el día del juicio nos preguntarán cuántas enaguas tenemospuestas?—preguntóRebeccaDew, y escapó a la cocina antes de que nadie

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pudiera adoptar una expresión de horror. Hasta la tía Chatty pensaba queRebeccaDewsehabíasobrepasado.

—SupongoquehabránvistoenelperiódicoquelasemanapasadamurióelviejoAlexCrowdy—suspirólaprimaErnestina—.Suesposamurióhacedosaños,literalmentellevadaalatumbaporsusamarguras,pobrecilla.Dicenqueél seha sentidomuysolodesde lamuertedeella,perome temoqueesoesdemasiadobelloparasercierto.Ytemoquelosproblemasnohanterminadopara él, aun a pesar de que está muerto. Al parecer, no quiso redactar untestamento y temo que habrá terribles disputas por la herencia. Dicen queAnnabelCrowdysevaacasarconunaprendizdetodoyoficialdenada.Elprimer marido de su madre también lo era, así que quizá sea hereditario.Annabel ha tenidounavidadura, perome temoquepasarádeGuatemala aGuatepeor,aunsinoresultaqueélyatieneotraesposa.

—¿QuéesdelavidadeJaneGoldwin?—quisosaberlatíaKate—.Nohavenidoalpuebloenmuchísimotiempo.

—Ah,pobreJane.Seestáconsumiendomisteriosamente.Nosabenquées.Temoqueresultealgoespantoso.¿DequéseestáriendoRebeccaDewenlacocina,comounahiena?Metemoque terminaránocupándosedeella.En lafamiliaDewhaymuchosproblemasmentales.

—MeenterédequeThyraCoopertuvounbebé—comentólatíaChatty.

—Ah,sí,pobrecita.Unosolo,porfortuna.Temíaquefueranmellizos.LosCoopertienentantosantecedentesdemellizos…

—ThyrayNedsonunaparejatanagradable—afirmólatíaKate,decididaarescataralgodelcolapsodeluniverso.

PerolaprimaErnestinanoestabadispuestaaadmitirquehabíaalgobuenoenGilead,muchomenosenLowvale.

—Ah,pero tuvo suertede atraparlo, finalmente.Huboun tiempoenquetemíaqueélnoregresaradelOeste.Seloadvertí.«Puedesestarseguradequete decepcionará», le dije. «Siempre decepciona a todo el mundo. Todosesperabanquemurieraantesdecumplirunaño,perocomoverás,siguevivo».CuandoélcomprólacasadelosHolly,levolvíaadvertir:«Metemoqueesepozoestállenodetifus»,ledije.«ElempleadodelosHollymurióallídetifushacecincoaños».Nopodránculparmeamísisucedealgo.JosephHollytieneun problema en la espalda. Lo llama lumbago, pero me temo que es elcomienzodeunameningitisespinal.

—ElancianotíoJosephHollyesunodelosmejoreshombresdelmundo—dijoRebeccaDew,trayendolateterallena,porsegundavez.

—Sí, es bueno —declaró la prima Ernestina en tono lúgubre—.

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¡Demasiadobueno!Metemoquesushijosseecharánaperder.Sucedeasíconmucha frecuencia.Parecería comoquehayque establecerunpromedio.No,gracias,Kate,nobeberémásté…Bueno,unpastelillo,quizá.Nosonpesadosparaelestómago,perotemoquehecomidodemasiado.

»Deboirpartiendo,porquemetemoqueoscureceráantesdequellegueacasa.Noquieromojarme lospies; le tengomuchomiedoa laneumonía.Hetenido algo que me baja desde el brazo hasta las piernas todo el invierno.Nochetrasnochemehequedadodespiertaacausadeeso.Ah,nadiesabeporlo que he pasado, pero no soy una de esas personas que se queja. Estabadecidida a venir a verlas, pues puede que la próxima primavera ya no meencuentre aquí. Pero ustedes dos están muy avejentadas, de modo que esposiblequesevayanantesqueyo.Bueno,esmejorirsecuandotodavíaquedaalguiendelafamiliaparasepultarnos.

»¡Cielos, qué viento se ha levantado! Temo que si se convierte entemporal,senosvolaráeltechodelgranero.Hemostenidomuchovientoestaprimavera;metemoqueeltiempoestácambiando.Gracias,señoritaShirley…—dijoaAna,que la ayudabaaponerseel abrigo—.Cuídese.Tieneaspectomuydescolorido.Metemoquelospelirrojosnuncatienenbuenasalud.

—Misaludestámuybien—sonrióAna,yleentregóalaprimaErnestinaunindescriptiblesombreroconunadeshilachadaplumadeavestruzcolgandode lapartedeatrás—.Medueleunpoco lagarganta, estanoche,nadamás,señoritaBugle.

—¡Ah!—LaprimaErnestinatuvootrodesusoscurospresentimientos—.Tengacuidadoconeldolordegarganta.Lossíntomasdedifteriayamigdalitisson iguales hasta el tercer día. Pero hay un consuelo… si muere joven, seahorraráunmontóndesufrimientos.

9

HabitacióndelaTorre,

ÁlamosVentosos.

20deabril

MipobrequeridoGilbert:

Hedichodelarisa,eslocura,ydelaalegría,¿quélogra?Temoquetendrécanasdemuyjoven…temoqueterminaréenelasiloparapobres…temoqueninguno de mis alumnos pasará los exámenes finales. El perro del señorHamilton me ladró el sábado por la noche, y temo que enfermaré de

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hidrofobia…temoquemiparaguassedoblarácuandovayaaveraKatherineestanoche…MellevotanbienconKatherineahora,quetemoqueenelfuturonospelearemos…metemoquedespuésdetodo,mipelonoescastaño…temoquetendréunlunarenlapuntadelanarizcuantotengacincuentaaños.Temoquelaescuelaseincendie…temoencontrarunratónenlacamaestanoche…muchometemoquetecomprometisteconmigonadamásqueporquemeveíastodoeltiempo…

No, amor mío, no estoy loca… todavía no. Es que la prima ErnestinaBuglecontagia.

AhoraséporquéRebeccaDewsiemprelallamó«laseñoritaMucho-me-temo». La pobre ha tomado prestados tantos problemas, que debe de estarterriblementeendeudadaconeldestino.

Hay tantosBugle en elmundo, no todos tan sumidos en su «buglismo»como la prima Ernestina, quizá, pero hay tantos aguafiestas que temendisfrutardelhoyporloquepuedatraerelmañana.

Gilbert,mivida,notengamosnuncamiedodelascosas.Esunaesclavitudtanterrible.Seamososados,aventurerosyexpectantes.Salgamosbailandoalencuentrodelavidaydeloquenospuedatraer,aunquenostraigamontañasdeproblemas,tifus¡ymellizos!

Hoyfueundíasalidodejunioycaídoenabril.Lanievehadesaparecidoylospradosylascolinasdoradascantanlaprimavera.ElReydelasTormentasestabaembanderadoconuna ligerísimabrumavioleta.Hemos tenidomuchalluviaúltimamenteydisfrutémuchosentadaenlatorredurantelassilenciosashorasmojadasdelosatardeceres.Peroestanocheesunanocheapresurada…hasta las nubes que corren por el cielo tienen prisa, y la luz de la luna queasomaentreellasestáapuradaporinundaralmundo.

Supongamos,Gilbert,queestanocheestuviéramoscaminando,tomadosdelamano,porunodeloslargoscaminosdeAvonlea…

Gilbert, me temo que estoy escandalosamente enamorada cíe ti. ¿No tepareceirreverente,verdad?Pero,bueno,noeresunministrodelaIglesia.

10

—Soytandistinta—suspiróHazel.

Era realmente terrible ser tan distinta de los demás… y sin embargo,maravillosoalavez,comosiunofueraunserdeotroplaneta.Hazelpornadadelmundohubierapreferidoserunadelmontón…apesardecómosufríapor

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serdiferente.

—Todossomosdistintos—dijoAna,divertida.

—Estásonriendo.—Hazelentrelazóunpardemanosmuyblancasyconhoyuelos,ymiróaAnaconadoración.Remarcabaporlomenosunapalabrade cada frase que pronunciaba—. Tiene una sonrisa tan fascinante… tanmágica.Encuantolavi,medicuentadequecomprenderíatodo.Estamosenel mismo plano. A veces creo que debo de ser adivina, señorita Shirley.Siempreséenformataninstintiva,cuandoconozcoaalguien,simecaerábieno no. Sentí de inmediato que usted comprendería. Es tan dulce sentirsecomprendida.Nadiemecomprende,señoritaShirley…nadie.Perocuandolavi, una voz interna me susurró: «Ella entenderá… con ella puedes ser túmisma».Ay, señoritaShirley, seamosverdaderamente comosomos.SeñoritaShirley,¿mequiereunpoquito,unapizca,aunquemásnosea?

—Creo que eres un encanto—respondióAna, riendo y despeinando losrizosdoradosdeHazelconsusdedosdelgados.EramuyfácilsentircariñoporHazel.

Hazel había estado desnudando su alma anteAna en la habitación de latorre,desdedondepodíanveruna luna jovencolgando sobreelpuerto,yelcrepúsculodemayollenandolascopasrojasdelostulipanesbajolasventanas.

—Noencendamoslaslucestodavía—habíasuplicadoHazel,yAnahabíaestadodeacuerdo.

—Es hermoso cuando la oscuridad es tu amiga, ¿no crees? Cuandoenciendes la luz, la oscuridad se vuelve tu enemiga… y te mira conresentimiento.

—Puedopensarcosascomoésas,peronuncapuedoexpresarlasdemaneratan bella —se quejó Hazel, extasiada—. Habla el idioma de las violetas,señoritaShirley.

Hazel no podría haber explicado a qué se refería con eso, pero no teníaimportancia.Sonabatanpoético.

Lahabitaciónde la torreeraelúnico lugar tranquiloen lacasa.RebeccaDewhabíadichoesamañana,conexpresiónagobiada:

—HayqueempapelarlasalayeldormitoriolibreantesdelareunióndelaSociedaddeDamas.—Yhabíaprocedidoasacartodoslosmueblesdeambashabitacionesparadejarlugaralempapelador,queluegosenegóavenirhastael día siguiente. Álamos Ventosos era una selva de confusión, con un soloclarodequietudenlatorre.

HazelMarr teníaunnotorioenamoramiento juvenilhaciaAna.LosMarreran nuevos en Summerside; se habían mudado allí desde Charlottetown

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durante el invierno. Hazel era una «rubia de octubre», como le gustabadescribirse,conpelocolorbronceyojoscastaños.SegúnRebeccaDew,yanohabía servido para nada desde que había descubierto que era guapa. PeroHazel gozaba de mucha popularidad, sobre todo entre los muchachos, queencontraban irresistible la combinación de su pelo y sus ojos. A Ana leresultabasimpática.Mástempranoesatarde,sehabíasentidocansadayalgopesimista, vencida por las actividades de la escuela, pero ahora se sentíadescansada, aunque no podría haber dicho si se debía a la brisa de mayo,cargadadeperfumedefloresdemanzanoyqueentrabaporlaventana,oalacharladeHazel.Talvezaambascosas.Dealgúnmodo,Hazellerecordabasupropiajuventudtemprana,contodossuséxtasis,idealesyvisionesrománticas.

Hazel tomó lamano de Ana y presionó los labios sobre ella, con gestoreverente.

—Odio a las personas a quienes quiso antes que a mí, señorita Shirley.Odio a las personas a quienes quiere ahora.Quiero que sea exclusivamentemía.

—¿No te parece poco razonable, tesoro? Tú quieres a otros, además dequerermeamí.¿QuéhaydeTerry,porejemplo?

—¡Ay, señorita Shirley! De eso quiero hablarle. Ya no puedo seguirsoportándolo en silencio… no puedo. Tengo que hablar con alguien, conalguienquecomprenda.Antenochesalíydivueltasyvueltasalestanquetodala noche… bueno, casi… hasta las doce, de todos modos. He sufrido loindecible.

Hazeladoptótodoelaspectotrágicoquelepermitíanunacaritaredonda,rosada,ojosdelargaspestañasyunaaureoladerizos.

—PeroHazel, querida, creí queTerry y tú eraismuy felices…que todoestabaarreglado.

No se podía culpar a Ana por pensar de ese modo. Durante las tressemanas anteriores,Hazel había derramado en sus oídos palabras extasiadassobreTerryGarland,puesparaHazel,¿quésentidoteníatenerunpretendiente,sinosepodíahablarconalguiendeél?

—Todospiensaneso—replicóHazelentonocargadodeamargura—.Ay,señoritaShirley,lavidaestátanllenadeproblemasdesconcertantes.Avecessientodeseosdeacostarmeenalgunaparte…encualquierparte…cruzarlasmanosynuncavolverapensar.

—¿Peroquéhasucedido,querida?

—Nada… y todo. Ay, señorita Shirley, ¿puedo hablarle de ello? ¿Puedocontarletodo?

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—Claroquesí,chiquilla.

—Notengoantequiéndesnudarmialma—declaróHazelconairepatético—.Salvoenmidiario,porsupuesto.¿Mepermitirámostrarlemidiarioalgúndía, señorita Shirley? Es una autorrevelación. Y sin embargo, no puedoescribirloquemequemaelalma.Me…¡meahoga!

Hazelseaferróelcuelloteatralmente.

—Claroquemegustaríaverlo,sies loquequieres.Pero¿quéhapasadoentreTerryytú?

—¡Terry!Ay,señoritaShirley,¿mecreerásiledigoqueTerryescomoundesconocidoparamí?¿Alguienaquiennuncaviantes?—agregó,comoparaquenoquedarandudas.

—Pero,Hazel…creíqueloamabas…dijiste…

—Sí,losé.Yotambiéncreíaamarlo.Peroahoraséquefuetodounterribleerror.Ay, señorita Shirley, no puede imaginar lo difícil que esmi vida… loimposible…

—Sí, te entiendo —dijo Ana, compasivamente, recordando a RoyGardiner.

—Ay,señoritaShirley,estoyseguradequeno loamolosuficientecomoparacasarmeconél.Ahoralocomprendo…ahoraqueesdemasiadotarde.Medejéencandilarhastacreerqueloamaba.Denohabersidoporlaluna,estoyseguradequelehubierapedidotiempoparapensarlo.Peromedejéllevar…ahora lo veo muy bien. ¡Ay, tendré que escapar… tendré que hacer algodesesperado!

—Pero Hazel, querida, si sientes que te has equivocado, por qué nodecírselo…

—¡Ay, señorita Shirley, no podría! Lomataría.Me adora, sencillamente.No hay escapatoria. Y Terry está comenzando a hablar de casamiento.Piénselo…unachiquillacomoyo…apenastengodiecisieteaños.Todasmisamigasalasqueleshecontadoelsecretodemicompromisomefelicitaron…yestodounafarsa.CreenqueTerryesungranpartidoporqueheredarádiezmildólarescuandocumplaveinticincoaños.Selosdejósuabuela.¡Comosimeimportaraalgotansórdidocomoeldinero!Ay,señoritaShirley,¿porquéesésteunmundotanmercenario?¿Porqué?

—Supongo que es mercenario en algunos aspectos, pero no en todos,Hazel.YsitesientesasírespectodeTerry…bueno,todosnosequivocamos.Avecesesmuydifícilreconocerloquequeremos…

—Sí,¿noescierto?Sabíaquemecomprendería.Yocreíaamarlo,señorita

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Shirley.Laprimeravezque lovi,mequedésentadacontemplándolo toda latarde. Cuando sus ojos se topaban con los míos, me golpeaban oleadas desensaciones.Era tanapuesto…aunqueaúnentoncesmeparecióque teníaelpelodemasiadorizadoylaspestañasdemasiadorubias.Esodeberíahabermeservidodeadvertencia.Perosiemprepongoelalmaen todo, sabe…soy tanintensa.Meestremecíade éxtasis cadavezque seme acercaba.Yahoranosientonada…¡nada!Ay,heenvejecidoenestas semanas, señoritaShirley…¡heenvejecido!Nohecomidocasinadadesdequenoscomprometimos.Mimadrepodría contárselo.Estoy seguradequeno lo amo lo suficiente comoparacasarmeconél.Puedotenerdudassobremuchasotrascosas,peroesoloséconabsolutacerteza.

—Entoncesnodeberías…

—Aunenaquellanochedeluna,cuandomepropusocasamiento,yoestabapensando en qué vestido usaría para la fiesta de disfraces de Joan Pringle.Pensaba que sería bonito ir comoReina deMayo, en verde pálido, con unafajaenverdemásoscuro,yunacoronaderosascolorrosadopálidoenelpelo.Y una caña decorada con rosas y cintas verdes y rosadas. ¿No hubiera sidoencantador?YdespuéseltíodeJoantuvoquemorirseyJoannopudodarlafiesta, después de todo, así quede nada sirvió. Pero lo importante es que…realmente no puedo haberlo amado, si mis pensamientos vagaban de esaforma,¿nocree?

—Nolosé…aveceslospensamientosnosjueganmalaspasadas.

—Realmentecreoquenoquierocasarmeenabsoluto,señoritaShirley.Porcasualidad, ¿tiene un palillo de naranjo a mano? Gracias. Tengo las uñasdesparejas. Bien puedo limármelas mientras hablo. ¿No es agradable estarintercambiandoconfidenciasdeestemodo?Son tanpocas lasoportunidadesque tenemos…elmundoseentromete tanto…Bien,¿enquéestaba?Ah,sí,Terry… ¿Qué voy a hacer, señorita Shirley?Quiero queme dé un consejo.¡Ay,mesientocomounacriaturaatrapada!

—PeroHazel,estansencillo…

—No,noesnadasencillo,señoritaShirley.Es terriblementecomplicado.Mamá está escandalosamente complacida, pero la tía Jean, no. Terry no legustaytodosdicenqueellaesunamujerdebuenjuicio.Noquierocasarmecon nadie. Soy ambiciosa… quiero una carrera. A veces pienso que megustaría sermonja. ¿No seríamaravilloso ser la novia delCielo?La IglesiaCatólicaestanpintoresca,¿nocree?Peroclaro,nosoycatólica…ydetodosmodos,nosepodríallamarlounacarrera.Siemprepenséquemegustaríaserenfermera. Es una profesión tan romántica, ¿no le parece?Acariciar frentesafiebradasytodoeso…¡yunpacientemillonarioqueseenamorademíymelleva a pasar la luna de miel en una casa veraniega en la costa del

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Mediterráneo,bajoelsoldelamañana!Mehevistoasí.Sueñostontos,quizá,peroay,tandulces…NopuedorenunciaraellosporlaprosaicarealidaddelmatrimonioconTerryGarlandyunavidaenSummerside.

Hazelseestremecióantelaideayseexaminóunauñaconojoscríticos.

—Supongoque…—comenzóadecirAna.

—Notenemosnadaencomún,sabe,señoritaShirley.Élesindiferentealapoesíayelromance,yparamísonlavida.AvecespiensoquedebodeserunareencarnacióndeCleopatra…¿oseríaHelenadeTroya…?Enfin,unadeesasmujeres lánguidas y seductoras. Tengo pensamientos y sensaciones tanmaravillosos…Nosédedóndemevienen,siésanoeslaexplicación.YTerryes tan pragmático… no puede ser la reencarnación de nadie. Lo que dijocuandolecontésobrelaplumadeescribirdeVeraFrylodemuestra,¿nocree?

—EsquenuncaoíhablardelaplumadeescribirdeVeraFry—dijoAna,conpaciencia.

—¿Deveras?Creíqueselohabíacontado.Lehecontadotantascosas…El novio deVera le regaló una pluma de escribir que había hecho con unaplumacaídadeunaladecuervo,queencontróenelsuelo.Élledijo:«Quetuespírituseelevealcieloconellacadavezquelausas,comoelpájaroqueunavez la llevó». ¿No fue absolutamente maravilloso? Pero Terry dijo que laplumasegastaríamuypronto,sobretodosiVeraescribíatantocomohablaba,y en cualquier caso, no le parecía que los cuervos se elevaran al cielo.Sencillamente,nocaptóelsignificadoenabsoluto…laesencia.

—¿Ycuáleraelsignificado?

—Bueno…bueno…elevarse,entiende,alejarsedelasbajezasdelaTierra.¿Se fijó en el anillo deVera?Un zafiro.Los zafirosmeparecen demasiadooscurosparaanillosdecompromiso.Megustamuchomássurománticoanillodeperlas.Terryqueríadarmeelanillodeinmediato,peroledijequetodavíano… Iba a ser como un grillete… tan irrevocable, comprende. No hubierasentidoesosiloamara,¿nocree?

—No,creoqueno…

—Hasido tanmaravillosohablarconalguiende loquerealmentesiento.Ay, señorita Shirley, si sólo pudiera encontrarme libre otra vez… libre parabuscar el significadomásprofundode la vida.Terryno sabríadequé estoyhablando,siledijeraeso.Yséquetienemalcarácter,comotodoslosGarland.Ay, señorita Shirley, si usted pudiera hablarle… decirle lo que siento… Éltieneunaopinióninmejorabledeusted…sedejaríaguiarporsuspalabras.

—Hazel,miqueridaniña,¿cómovoyahaceralgoasí?

—Noveoporquéno.—Hazelterminóconlaúltimauñaydejóelpalillo

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conairetrágico—.Siustednopuede,nopodréobtenerayudadeningúnlado.Peronunca,nunca,nuncapodrécasarmeconTerryGarland.

—SinoamasaTerry,tendríasqueirydecírselo,pormásqueélsesientamal al principio. Algún día conocerás a alguien a quien amarás de verdad,Hazel, querida… entonces, ya no tendrás dudas… lo sabrás con absolutacerteza.

—Nuncamásamaréanadie—aseguróHazel,concalmapétrea—.Elamornotraemásquesufrimiento.Apesardemijuventud,esoloheaprendidobien.Ésta sería unamagnífica trama para una de sus historias, ¿no cree, señoritaShirley? Tengo que irme. No tenía idea de que fuera tan tarde. Me sientomuchomejordespuésdehaberlecontadotodo…«tocadotualmaenlatierradelassombras»,comodiceShakespeare.

—CreoqueeraPaulineJohnson—lacorrigióAnasuavemente.

—Bueno,sabíaqueeraalguien…alguienquehabíavivido.Creoqueestanochedormiré, señoritaShirley.CasinohedormidodesdequemeencontrécomprometidaconTerry,sinsabercómohabíasucedido.

Hazelsepasólamanoporelcabello,parainflarseelpeinado,ysepusoelsombreroconalaforradaenrosadoyfloresrosadasalrededor.LequedabatanbonitoqueAna,siguiendounimpulso,lebesólamejilla.

—Erespreciosa,querida—dijoconadmiración.

Hazelpermanecióinmóvil.

Luego levantó lamirada y contempló el techo de la habitación, como sipudieraver,másallá,lasestrellas.

—Nunca, nunca olvidaré estemomentomaravilloso, señorita Shirley—murmuró,extasiada—.Sientoquemibelleza…siesque la tengo…hasidoconsagrada.Ay,señoritaShirley,nosabelo terriblequees tenerfamadeserhermosaysiempretemerquecuandolagentelaconoceauna,piensequenoera tan bonita como decían. Es una tortura. A veces me siento morir demortificaciónporquemepareceverquesesientendefraudados.Quizásóloseamiimaginación…soytanimaginativa,demasiadoparamipropiobien,temo.Imaginé que estaba enamorada de Terry, ¿comprende? Ay, señorita Shirley,¿puedeolerelaromadelasfloresdemanzano?

Comoteníanariz,Anapodíaolerlo.

—¿Noesabsolutamentedivino?Esperoqueelcielosea todoflores.Unapodríaserbuenasivivieraenunlirio,¿nocree?

—Metemoquenohabríademasiadolugar—respondióAnaconundejodemalicia.

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—Ay,señoritaShirley,no…noseasarcásticaconalguienquelaidolatra.Elsarcasmomedejamarchitacomounahoja.

—Veoquenolehablóhastamatarla—comentóRebeccaDewcuandoAnavolviódespuésdeacompañaraHazelhastaelfinaldelacalle—.Noentiendocómolasoporta.

—Meresultasimpática,Rebecca,deveras.Yoeraterriblementecharlatanacuando era niña. Me pregunto si a la gente que tenía que escucharme lepareceríatantontacomoHazel,aveces.

—Nolaconocícuandoeraniña,peroestoyseguradequenoeraasí—dijoRebecca—. Porque lo dijera como lo dijera, hablaría con franqueza eintención,cosaqueHazelMarrnohace.Noesmásquelechegordafingiendosercrema.

—Sí,claro,atodoledaunairedramático,comolamayoríadelaschicas,perocreoquealgunascosaslasdiceenserio—replicóAna.

PensabaenTerry.TalvezcreíaqueHazelhablabaconsinceridadrespectoaél,porqueellanoteníalamejordelasopinionessobreelmencionadoTerry.Ana opinaba que Hazel «se desperdiciaría» con él, a pesar de los diez mildólaresqueheredaría.ConsiderabaaTerryunmuchachoapuesto,algodébil,queseenamoraríadelaprimerachicaquelehicieraunacaídadeojos,yconla misma facilidad, pasaría a enamorarse de la siguiente, si la primera lorechazabaolodejabasolodemasiadotiempo.

AnahabíavistobastanteaTerryesaprimavera,puesHazelhabíainsistidoen que los acompañara en varias oportunidades, y estaba destinada a seguirviéndoloporqueHazelibaavisitaraunosamigosenKingsport,ydurantesuausencia,TerrysepegóaAna;lallevabaapasearylaacompañabaasucasadespuésde las fiestaso reuniones.Se llamaban«Ana»y«Terry»,pues eranaproximadamentede lamismaedad,aunqueAnasesentíabastantematernalrespectodeél.Terryestabaencantadodeque«lainteligenteseñoritaShirley»disfrutara de su compañía, y la noche de la fiesta deMay Connelly, en unjardíniluminadoporlaluna,sobreelcualbailabanlassombrasdelasacacias,sepusotansentimental,queAna,divertida,lerecordóalaausenteHazel.

—Bah,Hazel…—dijoTerry—.Esachiquilla…

—Estás comprometido con«esa chiquilla», ¿no es cierto?—replicóAnaconseveridad.

—Enrealidad,no…fuerontonterías.Creoquemedejéllevarporlaluna.

Anapensórápidamente.SiaTerryrealmenteleimportabatanpocoHazel,eramejor librar a la jovende él.Tal vez ésta fuera una oportunidad doradaparasalvarlosaambosdeltontoenredoenelquesehabíanmetidoydelque

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ningunodelosdosparecíapodersalir.

—Por supuesto—continuóTerry, que habíamalentendido su silencio—,estoyenunlío,loadmito.CreoqueHazelmehatomadomuyenserioynosécómohacerleversuerror.

Ana,impulsivacomosiempre,adoptósuairemásmaternal.

—Terry,ambossonunpardeniñosjugandoalosadultos.Hazelsientetanpocoporticomotúporella.Aparentemente, lalunaosafectóaambos.Ellaquierequedar libre,perotemedecírteloyherir tussentimientos.Essólounachiquillarománticayconfundida,ytúeresunmuchachoenamoradodelamor.Algúndía,ambosreiréisacarcajadasrecordándolo.

«Creoquemesaliómuybien»,pensóAna,complacida.

Terrydejóescaparunsuspiro.

—Me has quitado un peso de encima, Ana. Hazel es una dulzura, porsupuesto,ypornadadelmundoqueríaherirla,perohacevariassemanasquehetomadoconcienciademí…denuestro…error.Cuandounoconoceaunamujer…a lamujer…¿Novasa irte todavía,verdad,Ana?¿Acasovamosadesperdiciarestahermosaluna?Parecesunarosablancabajolaluna…Ana…

PeroAnahabíahuido.

11

Ana,queseencontrabacorrigiendoexámenesenlahabitacióndelatorre,unatardecitademediadosdejunio,hizounapausaparasonarselanariz.Selahabíasonadotantasvecesesatarde,quelateníaenrojecidayalgodolorida.Adecirverdad,eravíctimadeunmuyseveroypocorománticocatarro.No lepermitía disfrutar del suave cielo verdoso detrás de los árboles deSiempreverde,nide la lunaplateadaquecolgabaporencimadelReyde lasTormentas,nidelperfumedelaslilasbajosuventananideldelosliriosenelflorerodelamesa.Oscurecíasupasadoyleensombrecíaelfuturo.

—Un catarro en junio es algo inmoral—le informó aDustyMiller, quemeditabasobreelalféizardelaventana—.Perodentrodedossemanas,estaréen mi querida Tejas Verdes, en lugar de estar cocinándome aquí con estosexámenes llenos de errores y sonándome la gastada nariz. Piensa en ello,DustyMiller.

Al parecer, Dusty Miller lo pensó. Quizá también haya pensado que ladamisela que avanzaba a pasos rápidos por la Calle del Fantasma y luego

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subíaporelsenderoteníaaspectofurioso,alteradoymuypocoacordeconelmesde junio.EraHazelBarr,quehabíavueltoeldíaanteriordeKingsport;resultabaevidentequeestabamuyperturbada.Minutosdespués, entró comouna tromba en el dormitorio deAna, sin aguardar respuesta a su golpe a lapuerta.

—Vaya,Hazel, querida… (¡Achís!). ¿Yahas vuelto deKingsport?No teesperabahastalasemanaqueviene.

—No, supongo que no —replicó Hazel con sarcasmo—. Sí, señoritaShirley, estoy de vuelta. ¿Y con qué me encuentro? Con que ha estadohaciendotodoloposibleparaquitarmeaTerry…¡ycasilohalogrado!

—¡Hazel!(¡Aaachiiís).

—Sí,búrlesedemí…búrlesedetodo.Peronotratedenegarlo.Lohizo…yenformadeliberada.

—Claroquesí.Túmelopediste.

—¡Queyoselopedí!

—Aquí, en esta misma habitación. Me dijiste que no lo amabas y quenuncapodríascasarteconél.

—Habréestadodeprimida,supongo.Nuncasoñéquemetomaríaenserio.Penséqueustedcomprenderíaeltemperamentoartístico.Esmuchísimomayorqueyo,peroni siquieraustedpudohaberolvidado la formaalocadaenquehablan lasmuchachas jóvenes… la formaenque sienten. ¡Usted,que fingíasermiamiga!

«Estodebedeserunapesadilla»,pensólapobreAna,secándoselanariz.

—Siéntate,Hazel…porfavor.

—¡Sentarme!—Hazelibadeunladoaotro,alteradísima—.¿Cómopuedosentarme…cómopuedealguiensentarsecuandosuvidaestáenruinas?Siesoes loquehace lavejez…volvernos celososde la felicidadde los jóvenesydecididosadestruirla…rezaréparanoenvejecernunca.

Ana tuvo un primitivo e intenso deseo de dar un buen tirón de orejas aHazel.Loreprimiótanpronto,quedespuésnuncacreyóhaberlotenido.Perodecidióqueseimponíauncastigosuaveygentil.

—Sinopuedessentarteyhablarconsensatez,Hazel,prefieroquetevayas.—Anaestornudóconviolencia—.Tengoquetrabajar.

—Nomeiréhastadecirleexactamenteloquepiensodeusted.Sí,séquelaculpaessolamentemía,debídarmecuenta…dehecho, losabía.Laprimeravez que la vi, intuí que era peligrosa. ¡Ese cabello rojo y esos ojos verdes!

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Pero nunca soñé que llegaría al punto de crear problemas entre Terry y yo.Penséqueporlomenos,eracristiana.Nuncaoídenadiequehicieraunacosaasí.Meharotoelcorazón,siesoleproducesatisfacción.

—Pero,tontita…

—¡Noquiero hablarle!Terry y yo éramos tan felices antes de que ustedarruinara todo. Yo era tan feliz… la primera del grupo en comprometerme.Hastateníalabodaplaneadaendetalle…cuatrodamasdehonorvestidasdesedacelesteconcintasdeterciopelonegroenlosvolantes.¡Tanelegante!¡Ay,no sé si lo que más siento por usted es odio o compasión! ¡Cómo pudotratarmedeestemodo…yolaqueríatanto…confiabatantoenusted…creíaenusted!

A Hazel se le quebró la voz y los ojos se le llenaron de lágrimas. Lamuchachasedejócaersobreunamecedora.

«Nodebendequedartemuchossignosdeexclamación»,pensóAna,«peronohaydudadequetuprovisióndeénfasisesinagotable».

—Mamá morirá de disgusto —sollozó Hazel—. Estaba tan contenta…todosestabantancontentos…paratodoseraelmatrimonioideal.Ay,¿algunavezvolverátodoasercomoantes?

—Espera hasta la próxima noche de luna y prueba —dijo Ana consuavidad.

—Ah,sí,ríase,señoritaShirley.Ríasedemisufrimiento.Estoyseguradequetodoleresultamuydivertido…¡muydivertido!Nosabeloquesignificasufrir.Esterrible…¡terrible!

Anaechóunamiradaalrelojyestornudó.

—Entoncesnosufras—leaconsejódespiadadamente.

—Síquesufriré.Missentimientossonmuyprofundos.Desde luego,unapersona insensible no sufriría. Pero doy gracias porque puedo ser muchascosas, pero no insensible. ¿Tiene alguna idea de lo que significa estarenamorada, señorita Shirley? ¿Verdadera, terrible, profunda ymaravillosamente enamorada? ¿Y luego confiar en alguien y ser engañada?MefuiaKingsporttanfeliz…¡enamoradadelavidaydelmundo!LepedíaTerryquefuerabuenoconustedmientrasyonoestaba,quenopermitieraquesesintierasola.Yanochevolvítancontenta.Entoncesélmedijoqueyanomeamaba…queeratodounerror…¡unerror!¡Yqueustedlehabíadichoqueyoyanoloqueríayquedeseabavermelibre!

—Mis intenciones fueron honorables —objetó Ana, riendo. Su pícarosentidodelhumorhabíaacudidoasurescateyreíadesímismatantocomodeHazel.

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—¡Nosécómohiceparapasarlanoche!—exclamóHazel,desesperada—.La pasé caminando. Y no sabe… ni siquiera imagina lo que he tenido quepasarhoy.Tuvequequedarmesentadaescuchando…escuchando…alagentehablar de cómo Terry se enamoró de usted. ¡Sí, la gente los ha estadoobservando!Saben loqueyonopuedo comprender.Usted tenía sunovio…¿porquénopudodejarmeamíelmío?¿Quéteníaencontrademí?¿Porqué?¿Porqué?Nolopuedoentender.¿Quélehiceyoausted?

—Pienso—dijoAna, perdiendo la paciencia—que tanto Terry como túnecesitanunabuenapaliza.Sinoestuvierasdemasiadoofuscadaparaescucharlasrazones…

—¡Noestoyenfadada,señoritaShirley!Sóloherida…terriblementeherida—dijoHazelenvoznubladadelágrimas—.Sientoquehesidotraicionadaentodo…tantoenlaamistadcomoenelamor.Bien,dicenqueunavezquesenosharotoelcorazón,nosufrimosmás.Esperoqueseacierto,perometemoquenoserámicaso.

—¿Yquépasócontuambición,Hazel?¿YconelpacientemillonarioylalunademielenunamansiónsobreelMediterráneo?

—No sé de qué está hablando, señorita Shirley. No soy en absolutoambiciosacomoesasespantosasmujeresmodernas.Miambiciónprincipaleraser una esposa feliz y formar un hogar feliz con mi marido. ¡Era… era!¡Pensar que debo usar el pasado! Bien, no se puede confiar en nadie. Almenos,aprendíeso.¡Quéleccióntanamarga!

Hazel se secó losojosyAna lanariz.DustyMiller fulminóa la estrellavespertinaconunamiradademisántropo.

—Creoqueserámejorquetevayas,Hazel.Estoyrealmentemuyocupadaynoveoquesevayaaganarnadaprolongandoestaconversación.

HazelfuehastalapuertaconairesdeMaría,ReinadeEscocia,avanzandohaciaelcadalso,yallísevolvióconmovimientosteatrales.

—Adiós,señoritaShirley.Ladejoconsuconciencia.

Ana, a solas con su conciencia, dejó la pluma, estornudó tresvecesy sededicóaelaborarundiscurso.

—PuedesserLicenciadaenFilosofíayLetras,AnaShirley,perotodavíatequedan varias cosas por aprender… cosas que hasta Rebecca Dew podríahaberte dicho… es más, te las dijo. Sé sincera contigo misma, querida, ytrágatelamedicinacomounadamavalerosa.Admitequetedejastellevarporlasponderaciones.AdmitequetegustabalaadoraciónqueteprofesabaHazel.Admite que te resultaba agradable ser idolatrada. Admite que te gustaba laideadeserunaespeciededeusexmachina…ysalvardesupropiatonteríaa

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personasquenodeseabansersalvadasenabsoluto.Yhabiendoadmitidotodoestoysintiéndotemássabia,mástristeyunospocosmilesdeañosmásvieja,toma laplumayprocedeacorregir losexámenes,dejandosentado,alpasar,queMyraPringlepiensaqueunserafínes«unanimalqueabundaenÁfrica».

12

Unasemanamástarde,Anarecibióunacarta,escritaenpapelcelesteconbordeplateado.

EstimadaseñoritaShirley:

LeescriboparadecirlequetodoslosmalentendidosentreTerryyyosehanaclarado y que somos tan profunda, intensa ymaravillosamente felices, quehemos decidido que podemos perdonarla. Terry dice que la luna lo hizoponerse romántico con usted, pero que su corazón nunca dejó realmente desermefiel.Measeguraquelegustanlaschicasdulces,sencillas(comoatodosloshombres)yquenoquieresabernadaconmujeresintrigantesyastutas.Nopodemosentenderporquésecomportóconnosotrosde lamaneraenque lohizo… jamás lo entenderemos.Tal vez buscabamaterial para unahistoria ycreyó que podría encontrarlo entrometiéndose con el primer amor dulce ytrémulodeunajovencita.Peroledamoslasgraciasporhaberlogradoquenosreveláramos ante nosotros mismos. Terry dice que antes nunca habíacomprendido el sentido más profundo de la vida. De manera que todo haterminado bien. Somos tan afines que podemos sentir los pensamientos delotro. Nadie comprende a Terry, salvo yo, y quiero ser una fuente deinspiración eterna para él. No soy inteligente como usted, pero siento quepuedoserlainspiración,puestoquesomosalmasgemelasynoshemosjuradoverdad y constancia eternas, a pesar de toda la gente celosa y todas lasamistadesfalsasquequierancausarproblemasentrenosotros.

Nos casaremos en cuanto tenga listo mi ajuar. Viajaré a Boston acomprarlo.EnSummersidenohaynada.Mivestidoserádemoaréblancoyeltrajedeviaje, gris, con sombrero,guantesyblusa celestes.Séque soymuyjoven, por supuesto, pero quiero casarme joven, antes de que mi vida semarchite.

Terryestodoloquepudeimaginarenmissueñosmásfantasiososycadalatidodemicorazónesparaél.Séquevamosaserfelicísimos.Enuntiempocreíquetodosmisamigossealegraríanconmigopormifelicidad,perodesdeentonces he aprendido una amarga lección y ya no soy tan ingenua.Atentamente,

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HAZELMARK

Posdata 1: Usted me dijo que Terry tenía muy mal carácter. Pero suhermanamehaaseguradoqueesuncordero.

Posdata 2: Dicen que el jugo de limón blanquea las pecas. Podríaaplicárselosobrelanariz.

H.M.

—CitandoaRebeccaDew—comentóAnaaDustyMiller—, la segundaposdataesrealmentelagotaquecolmaelvaso.

13

Anaregresóasucasaparapasarsussegundasvacacionesconsentimientosencontrados.GilbertnoestaríaenAvonleaeseverano.SehabíaidoalOeste,atrabajarenunferrocarrilqueseestabaconstruyendo.PeroTejasVerdesseguíasiendoTejasVerdes,yAvonleaseguíasiendoAvonlea.ElLagodelasAguasRefulgentes resplandecía como en los viejos tiempos. Los helechos crecíanespesoscomosiempre,yelpuentedetroncos,aunquecadaañoestabaunpocomásendebleycubiertodemusgo,seguíallevandoalassombras,lossilenciosylascancionesdelvientodelBosqueEncantado.

Ana había logrado que la señora Campbell permitiera a la pequeñaElizabeth ir conella apasardos semanas,nadamás.PeroElizabeth, ante laideadepasardossemanasenterasconlaseñoritaShirley,nopedíanadamásalavida.

—Hoyme siento como la «señoritaElizabeth»—informó aAna con unsuspiro de deliciosa emoción mientras se alejaban de Álamos Ventosos—.¿Quiere, por favor, presentarme como la señoritaElizabeth a sus amigos deTejasVerdes?Meharíasentirtanadulta…

—Lo haré —respondió Ana, muy seria, recordando a una damiselapelirrojaqueunavezhabíapedidoquelallamaranCordelia.

El viaje desde Blight River hasta Tejas Verdes, por un camino comosolamente la isla Príncipe Eduardo en verano puede mostrar, fue paraElizabethalgocasitanfabulosocomohabíasidoparaAnaaquellamemorabletarde de primavera tantos años atrás. El mundo era hermoso, con praderasondeadas por el viento a cada lado, y sorpresas a la vuelta de cada curva.Estaba con suquerida señoritaShirley; severía librede la «mujer»por dossemanas enteras; tenía un vestido nuevo rosado a cuadritos, y un par depreciosasbotitasmarrones.EracasicomosielMañanahubierallegado…con

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catorce Mañanas siguiéndolo. Los ojos de Elizabeth brillaban de sueñoscuandotomaronporelsenderodeentradadeTejasVerdes,dondecrecíanlasrosassilvestres.

ParaElizabeth,lascosasparecieroncambiarmágicamenteencuantollegóaTejasVerdes.Durantedossemanas,vivióenunmundoderomance.Nosepodíasalirdelapuertasinmetersedentrodealgoromántico.EnAvonlea,lascosassucedían…sinoerahoy,entoncesmañana.Elizabethsabíaquetodavíanohabíaentradodel todoenelMañana,peroeraconscientedequeestabaaunospasosdeél.

TodoenTejasVerdesparecíaconocerla.Hastaeljuegodetéconflorecitasrosadas de Marilla le parecía un viejo amigo. Las habitaciones la mirabancomosiellasiemprelashubieraconocidoyquerido;hastalahierbaeramásverdequeencualquierotraparte,y laspersonasquevivíanenTejasVerdeseranlaclasedegentequehabíaenelMañana.Ellalesbrindabasucariñoyselodevolvíanconcreces.DavyyDoralaadorabanylamimaban;MarillaylaseñoraLynde lamiraban con aprobación.Elizabeth era ordenada, femenina,cortés con losmayores. Ellos estaban al tanto de queAna no aprobaba losmétodos de la señora Campbell, pero era evidente que la anciana habíaeducadocorrectamenteasunieta.

—Ay, señorita Shirley, no quiero dormir —susurró Elizabeth cuandoestabanacostadasenlabuhardilla,despuésdehaberpasadounabonitavelada—.Noquierodormirniunminutodeestasmaravillosasdossemanas.Ojalápudieraarreglármelassindormirmientrasestoyaquí.

Sequedódespiertalargorato.Eraunplacerestarallítendida,escuchandoelmagníficoybajoruidodetrueno,quelaseñoritaShirleylehabíaexplicadoeraelmar.AElizabethleencantaba,aligualqueelsuspirodelvientoentrelasvigas.Elizabeth siemprehabía tenido«miedoa lanoche».¿Quiénsabíaquécosas extrañas podían abalanzarse sobre nosotros desde las sombras? Peroahora ya no la temía. Por primera vez en la vida, la noche le resultaba unaamiga.

Iríana laplayaaldíasiguiente,habíaprometido laseñoritaShirley,ysedaríanunremojónenesasolasdebordeplateadoquehabíanvistorompermásalládelasdunasverdesdeAvonlea,cuandosubíanlaúltimacolina.Elizabethlas miraba llegar, una detrás de la otra. Una era una gran ola oscura desueño… rompía sobre ella…Elizabeth se ahogó en la ola con un deliciososuspirodeentrega.

«Aquí… es… tan… fácil… amar… a… Dios…», fue su últimopensamientoconsciente.

Pero permanecía despierta un rato, pensando, todas las noches, en Tejas

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Verdes, después de que la señorita Shirley se dormía. ¿Por qué la vida enSiempreverdenopodíasercomoenTejasVerdes?

Elizabethnuncahabíavividoenunsitiodondesepodíahacerruido,silodeseaba.EnSiempreverde,todosteníanquemoversedespacio,hablarenvozbaja, hasta pensar en voz baja, sentíaElizabeth.Había ocasiones en las queElizabethdeseaba,perversamente,gritarcontodassusfuerzas.

—Puedeshacertodoelruidoquequieras,aquí—lehabíadichoAna.

Perolocuriosoeraqueyanodeseabagritar,ahoraquenadaseloimpedía.Le gustaba moverse en silencio, andar con cuidado entre todas las cosasbonitasque la rodeaban.PeroElizabethaprendióa reírdurante suestadaenTejas Verdes. Y cuando volvió a Summerside, llevó consigo hermososrecuerdos,ydejó, también,recuerdosmuygratosdeella.ParaloshabitantesdeTejasVerdes,durantemeses, lacasaylosalrededoressiguieronllenosderecuerdos de la pequeña Elizabeth. Porque para ellos, era «la pequeñaElizabeth», apesardequeAna lahabíapresentado solemnementecomo«laseñoritaElizabeth».Eratanmenuda,tandorada,tanparecidaaunduende,quesólo podían pensar en ella como en «la pequeña Elizabeth»…La pequeñaElizabeth, bailando al anochecer en el jardín entre los lirios de junio…enroscadasobreunaramadelgranmanzano,leyendocuentosdehadas…LapequeñaElizabeth,hundidaenunapraderallenadeflores,dondesucabecitaera solamente una flormás…persiguiendomariposas por el Sendero de losEnamorados…escuchandozumbaralosabejorrosentrelasflores…comiendofresasconcremaconDora,enladespensa,ogrosellas,eneljardín.

—Lasgrosellassonhermosas,¿noteparece,Dora?Escomocomerjoyas,¿no?

LapequeñaElizabeth, cantandopor lobajo enelmágicoatardecer entrelos pinos…condedos perfumados luegode juntar rosas…contemplando lalunasobreelvalledelarroyo…

—Lalunatieneojospreocupados,¿nocree,señoraLynde?

La pequeña Elizabeth, llorando amargamente porque un capítulo de lahistoriaporentregasdelarevistadeDavydejabaalhéroeenuntristetrance…

—¡Ay,señoritaShirley,creoquenosaldrádeésta!

LapequeñaElizabeth,acurrucada,rosadaydulcecomounarosasilvestre,durmiendo la siesta en el sofá de la cocina, con los gatitos de Dora a sualrededor… chillando de alegría al ver al viento despeinar las colas de lasgallinas,deaspecto tandigno…(¿eraposibleque lapequeñaElizabethrierade esemodo?)…ayudando aAna a adornar una tarta, a la señoraLynde acortarlostrozosdetelaparaunnuevocobertorde«cadenairlandesadoble»,a

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Doraafrotarloscandelabrosdebroncehastaquesereflejabansusrostrosenellos…cortandodiminutasgalletasconundedal,bajolatuteladeMarilla.LoshabitantesdeTejasVerdescasinopodíanmirarhacianingúnladosinrecordaralapequeñaElizabeth.

«Mepreguntosialgunavezvolveréapasarquincedíastanfelices»,pensóElizabethmientrassealejabadeTejasVerdes.Elcaminoalaestaciónseguíatanhermosocomodossemanasatrás,peroellaestabacegadaporlaslágrimas.

—Nohubieracreídoquesepudieraextrañartantoaunacriatura—suspirólaseñoraLynde.

DespuésdehaberseidoElizabeth,KatherineBrookeysuperrovinieronapasarelrestodelverano.Katherinehabíarenunciadoasupuestoenlaescuelaal finalizarelaño,y teníapensado iraRedmondenelotoñoparaseguiruncurso de secretariado en la Universidad de Redmond. Ana se lo habíaaconsejado.

—Sé que te gustará…El trabajo demaestra nunca te ha gustado—dijoAna una tarde, cuando sentadas entre unos helechos en un rincón de lapradera,contemplabanlasgloriasdelcrepúsculo.

—La vidame debe algomás que lo queme ha pagado, yme lo voy acobrar—aseguróKatherineentonodecidido—.Mesientomuchomásjovenqueaestasalturasdelañopasado…—añadió,riendo.

—Estoy segura de que es lomejor para ti, pero nome gusta pensar enSummersideyenlaescuelasinti.¿Cómoserálahabitacióndelatorreelañoque viene, sin nuestras conversaciones nocturnas, nuestras discusiones ynuestras horas de tonterías, cuando convertíamos todo y a todos en unabroma?

****

ELTERCERAÑO

1

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma

8deseptiembre

Queridísimo:

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Ha terminado el verano… el verano en que te vi solamente ese fin desemanademayo.YestoydevueltaaquíenÁlamosVentosos,paramiterceryúltimoañoenlaEscuelaSecundariadeSummerside.KatherineyyopasamosdíasdeliciososenTejasVerdes,ylaextrañarémuchísimoesteaño.Lamaestranuevaesunamujeralegreypequeña,regordeta,rosada,yamistosacomouncachorro…perodealgúnmodo,nohaynadamásenella.Tienebrillantesyvacíosojoscelestessinningúnpensamientodetrás.Meagrada…siempremeagradará, nimás nimenos, pero no hay nada para descubrir en ella. Habíatanto para descubrir en Katherine, una vez que lograbas hacerle bajar laguardia.

NohaycambiosenÁlamosVentosos…sí,loshay.Laviejavacarojizahapasado a mejor vida, me informó Rebecca Dew con tristeza cuando bajé acenar lanochedel lunes.Lasviudashandecididoahorrarse lasmolestiasdetener otra, y comprarle leche y crema al señorCherry.Esto significa que lapequeñaElizabethyanovendráhastaelportónabuscarlalechefresca.Perola señoraCampbell parece haberse reconciliado con la idea de dejarla veniraquícuandolodesea,asíquelalechenoseráunproblema.

Yhayotrocambioenpuerta.LatíaKatemecontó,muyamipesar,quehandecididoregalaraDustyMillerencuantoencuentrenunhogaradecuadoparaél.Antemisprotestas,dijoquequeríanpaz,yqueRebeccaDewsehabíaestado quejando de él todo el verano. No parece haber otra forma desatisfacerla.PobreDustyMiller…¡yesungatotanronroneante!

Mañana,sábado,iréacuidaralosmellizosdelaseñoraRaymondmientrasellavaaCharlottetownalfuneraldeunpariente.LaseñoraRaymondesunaviuda que vino al pueblo el invierno pasado. RebeccaDew y las viudas deÁlamosVentosos…laverdadesqueSummersideesunsitioestupendoparaviudas…A la señoraRaymond la consideran«unpocodemasiadoestirada»paraSummerside,pero fueunaenormeayudaparaKatherineyparamíconnuestrasactividadesdelClubdeArteDramático.Unfavormereceotro.

GeraldyGeraldinetienenochoañosysonunpardecriaturasdeaspectoangelical, pero Rebecca Dew «puso trompa», para usar una de sus propiasexpresiones,cuandolecontéloqueibaahacer.

«Peromeencantanlosniños,Rebecca».

«Losniñossí,peroésossonlapeste,señoritaShirley.LaseñoraRaymondno es partidaria de castigar a los niños, hagan lo que hagan. Dice que estádecididaaquellevenunavida"natural".Engañanalagenteconeseaspectoangelical,peroheoídoloscuentosdelosvecinos.Laesposadelministrofuedevisitauna tarde…bien, laseñoraRaymondfueunalmíbarconella,perocuandoseiba,cayóunalluviadecebollasporlaescalerayunalederribóelsombrero. "Los niños siempre se portan mal cuando una quiere que sean

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buenos", fue lo único que dijo la señora Raymond… como si se sintieraorgullosa de ellos por ser tan indomables. Son norteamericanos,¿comprende?».

Como si eso explicara todo. Rebecca Dew tiene tanto aprecio por los«yanquis»comolaseñoraLynde.

2

Amediamañanadelsábado,Anasedirigióalabonitacasaantiguasobreunacallequeterminabaenelcampo,dondevivíanlaseñoraRaymondysusfamososmellizos.LaseñoraRaymondestaba listaparapartir…vestidaalgoalegremente,quizá,paraunfuneral,conunsombrerollenodefloressobreelondeadocabellocastaño,peromuyhermosa.Losmellizosdeochoaños,quehabían heredado su belleza, estaban sentados en la escalera, con aspecto dequerubines.Teníanpielrosada,grandesojoscelestesyesponjosocabellorubiopálido.

SonrieronconencantadoradulzuracuandosumadrelespresentóaAnayles dijo que la querida señorita Shirley había sido tan buena al venir acuidarlos mientras mamá iba al funeral de la querida tía Ella, y que porsupuestoseibanaportarbienynoleibanadarnadadetrabajo,¿noeraasí,tesoros? Los tesoros asintieron solemnemente y lograron parecer másangelicalesquenunca.

LaseñoraRaymondhizoqueAnalaacompañarahastaelportón.

—Sonloúnicoquetengo,ahora—declaróentonopatético—.Esposiblequeloshayamalcriadounpoco…séquelagentelopiensa…lagentesiempreparece saber mejor que una cómo criar a los hijos, ¿lo ha notado, señoritaShirley?Peroyoopinoqueesmejorquererlosquecastigarlos,¿sabe,señoritaShirley?Estoyseguradequeustednotendráproblemasconellos.Losniñossiempresedancuentaconquiénpuedenhacertravesurasyconquiénno.Lapobre señora Prouty, que vive aquí cerca, vino a quedarse con ellos un día,perolospobrecitosnolapudieronsoportar.Demodoquelehicieronbastantesbromas,porsupuesto…yasabecómosonloschicos.Sehavengadocontandolashistoriasmásabsurdasportodoelpueblo.Peroustedlesencantaráyséqueseportaráncomounosángeles.Tienenmuchavivacidad,porsupuesto…perolos niños tienen que ser así, ¿no cree?Es tan penoso ver niños con aspectoasustado,¿no?Megustaqueseannaturales,¿yausted?Losniñosdemasiadobuenosnoparecennaturales,¿noescierto?Nolespermitahacernavegarsusbarcosenlabañeranimeterseenelestanque,porfavor.Tengoterrordequese

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resfríen…supadremuriódeneumonía.

Losojosde la señoraRaymondparecían apuntodedesbordar, pero ellaparpadeóvalientementeycontuvolaslágrimas.

—Nosepreocupesisepeleanunpoco…losniñossiemprelohacen,¿noescierto?Perosialgunodefueralosataca…¡cielos!Seadoran,sabe.Podríahaber llevado a uno al funeral, pero sencillamente no quisieron saber nada.Nunca han estado separados un solo día. Y no iba a poder cuidar a mismellizosenunfuneral,¿noleparece?

—No se preocupe, señora Raymond—dijo Ana con gentileza—. EstoyseguradequeGerald,Geraldineyyopasaremosunbuendía.Losniñosmeencantan.

—Losé.Encuantolavi,medicuentadequelegustabanlosniños.Unasiempre se da cuenta, ¿no es cierto? Las personas que quieren a los chicostienenalgo.LapobreancianaseñoraProutylosdetesta.Buscalopeorenlosniños, y por supuesto, lo encuentra.No imagina el consuelo que es paramípensarquemistesorosestánbajoelcuidadodealguienqueamaalosniñosyloscomprende.Estoyseguradequedisfrutaréeldía.

—Podrías llevarnosal funeral—chillóGerald,asomando repentinamentelacabezaporunadelasventanasdelprimerpiso—.Nuncavamosa lugaresdivertidoscomoése.

—¡Ay,estánenelbaño!—exclamólaseñoraRaymondconairetrágico—.QueridaseñoritaShirley,porfavor,vayaasacarlos.Gerald,tesoro,sabesquemamánopuedellevarosalfuneral.Ay,señoritaShirley,tieneesaalfombradepiel de coyote del saloncito atada alrededor del cuello por las patas. Laarruinará.Por favor,hagaque se laquitede inmediato.Deboapresurarmeoperderéeltren.

LaseñoraRaymondsealejóconandareleganteyAnacorrióarribaparaencontrarquelaangelicalGeraldinehabíatomadoasuhermanodelaspiernasyaparentementetratabadearrojarloporlaventana.

—SeñoritaShirley,dígaleaGeraldquedejedesacarmelalengua—exigióconferocidad.

—¿Teduele?—quisosaberAna,sonriendo.

—Muy bien, a mí no va a sacarme la lengua —declaró Geraldine,dirigiendounafulminantemiradaasuhermano,queseladevolvió,interesado.

—Lalenguaesmíaynopuedesimpedirquelasaquecuandoquiera,¿noescierto,señoritaShirley?

Anapasóporaltolapregunta.

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—Misqueridosmellizos, falta justo una hora para el almuerzo. ¿Qué osparece si vamos a sentarnos al jardín a jugar y contar cuentos? Y Gerald,¿quieresporfavorllevaresaalfombradecoyoteotravezalasala?

—Peroesquequierojugarallobo—objetóGerald.

—Quiere jugar al lobo—exclamóGeraldine, aliándosedeprontocon suhermano.

—Queremosjugarallobo—dijeronalunísono.

EltimbredelapuertacortóelnudodeldilemadeAna.

—Vamosaverquiénes—dijoGeraldine.

Volaron hasta la escalera y, deslizándose por la barandilla, llegaron a lapuertamuchomásrápidoqueAna.Lapieldecoyotesesoltóyquedóolvidadaporelcamino.

—Nocompramosnadaaningúnvendedor—informóGeraldaladamaqueestabaenelumbral.

—¿Puedoveratumadre?—preguntólamujer.

—No,nopuede.MamásefuealfuneraldelatíaElla.LaseñoritaShirleynosestácuidando.Aquíviene.Ahorasíquetendráqueesfumarse.

Ana realmente sintió deseos de que lamujer se esfumara cuando vio dequiénse trataba.LaseñoritaPame laDrakenoeraunavisitaquegozaradepopularidadenSummerside.Siempreestabavendiendoalgunacosayeracasiimposibledeshacersedeellaamenosqueunoselacomprara,puestoqueeratotalmente impermeableadesaires e insinuaciones,yalparecer,disponíadetodoeltiempodelmundo.

Esta vez estaba «vendía» una enciclopedia… algo de lo que ningunamaestra podía prescindir. En vano protestó Ana que no necesitaba unaenciclopedia…laescuelayateníaunamuycompleta.

—Dediezañosdeantigüedad—decretólaseñoritaPamelaconfirmeza—.Nossentaremosaquí,sobreestebancorústico,señoritaShirley,yleenseñarémifolleto.

—Lolamento,perono tengo tiempo,señoritaDrake.Tengoquecuidaralosniños.

—Sólo me llevará unos minutos. Tenía pensado pasar a verla, señoritaShirley, y es una suerte paramí haberla encontrado aquí. Id a jugar, niños,mientraslaseñoritaShirleyyyomiramosestehermosofolleto.

—Mamá contrató a la señorita Shirley para que nos cuide —objetóGeraldine,sacudiendosusrizosrubios.PeroGeraldlatironeóhaciaatrásyla

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puertasecerró.

—Verá, señorita Shirley, lo que esta enciclopedia significa. Mire quéhermosopapel…tóquelo,veaquémaravillososlosgrabados…Ningunaotraenciclopedia en el mercado tiene tantos grabados…Mire qué impresión…hasta un ciego podría leerla… y todo por ochenta dólares: ocho dólares deanticipoyochodólarespormeshastaquequedepagada.Nuncamás tendráuna oportunidad así… Esta es la presentación, por eso damos tantasfacilidades.Elañoquevienecostarácientoveinte.

—Es que no quiero una enciclopedia, señorita Drake —dijo Ana,desesperada.

—Claro que quiere una enciclopedia. Todo el mundo quiere unaenciclopedia…unaenciclopediaNacional.Nosécómovivíhastaqueconocíla enciclopedia Nacional. ¡Vivir! No vivía, solamente existía. Observe elgrabadodelavestruz,señoritaShirley.¿Algunavezhabíavistounavestruz?

—Pero,señoritaDrake,yo…

—Si los términos le parecen demasiado onerosos, estoy segura de quepodremosllegaraunarreglo,puestoqueesmaestra…seisdólarespormes,enlugardeocho.Francamente,nopuederechazarunaofertacomoésta,señoritaShirley.

Ana ya sentía que no podía. ¿Acaso no valdría seis dólares por mesdeshacersede esta espantosamujerque evidentementeyahabíadecididonoirse hasta conseguir un pedido? Además… ¿qué estarían haciendo losmellizos? El silencio era alarmante. ¿Y si estuvieran haciendo navegar susbarcosenlabañera?¿Ysiseestuvieranbañandoenelestanque?

Hizounúltimoypenosointentodeescapar.

—Lopensaré,señoritaDrake,yleharésaber…

—No hay tiempo como el presente—dijo la señoritaDrake, sacando laestilográficaconrapidez—.Sabemuybienquevaa llevarse laNacional,demodoqueleconvienefirmarahorayterminarconelasunto.Nosegananadapostergandolascosas.Encualquiermomentopuedesubirelprecioyentoncestendríaquepagarcientoveintedólares.Firmeaquí,señoritaShirley.

Anasintióqueleempujabanlaplumadentrodelamano…unossegundosmásy…Depronto,laseñoritaDrakeprofirióungritoespeluznante;Anadejócaerlaplumabajolasfloresquerodeabanelbanco,ycontemplóconasombroyhorrorasucompañera.

¿ÉsaeralaseñoritaDrake…?¿Eseobjetoindescriptible,sinsombrero,sinlentes, casi sin pelo? Sombrero, lentes y peluquín flotaban en el aire porencima de su cabeza, a mitad de camino hacia la ventana del baño, desde

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dondeasomabandoscabezasdoradas.Geraldsosteníaunacañadepescardelaquecolgabandoshilosconanzuelos.Graciasaquémagiahabíalogradountriple enganche, sólo él lo sabía. Sin duda, se debía a un golpe fabuloso desuerte.

Anavolóescalerasarriba.Paracuandollegóalbaño, losmellizoshabíanhuido.Geraldhabíaabandonadolacañadepescar,yalespiarporlaventana,Ana vio a una furiosa señorita Drake recuperando sus pertenencias, plumaincluida, y dirigiéndose luego hacia el portón. Por una vez en su vida, laseñoritaPamelaDrakehabíatenidoqueirsesinelpedido.

Anadescubrióalosmellizoscomiendomanzanasconaireangelicalenlagalería trasera.Era difícil saber qué hacer.Nopodía dejarse pasar travesurasemejante sinun reproche…peroGerald lahabía rescatadodeunaposicióndifícil,y la señoritaDrakeeraunodiososerquenecesitabauna lección.Noobstante…

—¡Te has comido un gusano enorme! —chilló Gerald—. ¡Lo videsaparecerportugarganta!

Geraldine dejó lamanzana y de inmediato vomitó. Ana estuvo ocupadadurante un buen rato. Y cuando Geraldine estuvo mejor, era la hora delalmuerzo, y Ana decidió dejar pasar el asunto con una leve admonición.Despuésde todo,nohabíancausadodañospermanentesa la señoritaDrake,queprobablementemantendríalabocacerradaporsupropiobien.

—¿Teparece,Gerald,quetecomportastecomouncaballero?—preguntóconsuavidad.

—No —respondió Gerald—. Pero fue divertidísimo. ¡Ja! Soy un buenpescador,¿nocree?

El almuerzo estuvo excelente. La señora Raymond lo había preparadoantes de partir, y fueran cuales fueren sus carencias disciplinarias, era unaexcelente cocinera. Gerald y Geraldine, ocupados en masticar y tragar convoracidad,nopelearonnimostraronmodalespeoresquecualquierotroniño.Despuésdelalmuerzo,AnalavólosplatosylogróqueGeraldinelaayudaraasecarlosyqueGeraldlosguardaraconcuidadoenelarmario.Lohicieronconpericia,yAnareflexionó,complacida,queloúnicoquelosniñosnecesitabaneraunpocodedisciplinayfirmeza.

3

A las dos de la tarde, llegó el señor James Grand. El señor Grand era

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presidentedelajuntadelaEscuelaSecundaria; teníaasuntosimportantesdelos cuales hablar, y deseaba hacerlo antes de irse el lunes a asistir a unaconferenciaeducacionalenKingsport.AnalepreguntósipodríairaÁlamosVentososporlatarde.Lamentablemente,noleeraposible.

El señor Grand era un buen hombre a su manera, pero Ana habíadescubiertohacíatiempoquehabíaquetratarloconguantes.Además,estabaansiosa por ponérselo de su parte para la batalla pormaterial nuevo, que seavecinaba.Salióenbuscadelosmellizos.

—Queridos, ¿podéis jugar tranquilos en el jardín mientras hablo unosminutosconelseñorGrand?Notardarémucho…yluegoharemosunpicnicaorillas del estanque… y os enseñaré a soplar burbujas de jabón teñidas derojo…¡unabelleza!

—¿Nos dará veinticinco centavos a cada uno, si nos portamos bien?—quisosaberGerald.

—No, querido Gerald —respondió Ana con firmeza—. No voy asobornarte.Séquevasaportartebiensolamenteporquetelopido,comoharíauncaballero.

—Nos portaremos bien, señorita Shirley —prometió Gerald en tonosolemne.

—Comosantos—acotóGeraldine,conigualsolemnidad.

Esposiblequehubieranmantenidosupromesa,sinohubiesellegadoIvyTrentencuantoAnaseencerróconelseñorGrandenlasala.PeroIvyTrentllegó, y los mellizos Raymond detestaban a Ivy Trent… la impecable IvyTrent,quenuncahacíanadamalysiempreparecíareciénsalidadeunacajadesombreros.

Esatardeenparticular,nohabíadudasdequeIvyTrenthabíavenidoparaostentarsuspreciosasbotasmarronesnuevas,sucinturónysuslazosrojos.Laseñora Raymond, a pesar de sus carencias en otros aspectos, tenía ideasbastante sensatas sobre la vestimenta infantil. Sus caritativos vecinos decíanquegastabatantaplataenellamismaquenolequedabanadaparalosniños…yGeraldinenuncateníaoportunidaddedesfilarporlacalleenelestilodeIvyTrent, que tenía un vestido para cada tarde de la semana. La señora Trentsiempre lavestíade«blanco inmaculado».Almenos, Ivyestaba inmaculadacuandosalíadecasa.Sinovolvíaenelmismoestado,eraculpadelosniños«envidiosos»queabundabanenelvecindario.

Geraldine sentía envidia, sí.Ansiaba poseer un cinturón rojo y lazos delmismo color y vestidos blancos bordados. ¿Qué no hubiera dado por botasabotonadascomoésas?

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—¿Os gustan mi cinturón y mis lazos nuevos? —preguntó Ivy, muyorgullosa.

—¿Os gustan mi cinturón y mis lazos nuevos? —la imitó Geraldine,provocadora.

—Perotúnotieneslazos—objetóIvy.

—Perotúnotieneslazos—repitióGeraldine.

Ivylamiró,perpleja.

—Síquetengo.¿Nolosves?

—Sí que tengo. ¿No los ves? —se burló Geraldine, encantada con labrillanteideaderepetirentonosarcásticotodoloquedecíaIvy.

—Noestánpagados—dijoGerald.

IvyTrenterairascible.Surostrosepusorojocomoloslazos.

—Síqueloestán.Mimamásiemprepagalascuentas.

—Mimamásiemprepagalascuentas—canturreóGeraldine.

Ivyestabaincómoda.Nosabíacómomanejarlasituación.DemodoquesevolvióhaciaGerald,queera,sinduda,elchicomásapuestodelacalle.Ivysehabíadecididoporél.

—Vine a decirte que aceptaré que seas mi pretendiente —declaró,mirándolo elocuentemente con un par de ojos castaños que, aun a los sieteaños,habíadescubierto Ivy, teníanunefectodevastadorsobre lamayoríadelosmuchachitosqueconocía.

Geraldenrojecióintensamente.

—Noquierosertupretendiente—dijo.

—Perotienesqueserlo—dijoIvyconserenidad.

—Pero tienes que serlo —la imitó Geraldine, sacudiendo la cabeza endirecciónasuhermano.

—¡Nipensarlo!—chillóGerald, furioso—.Ydejadedecir tonterías, IvyTrent.

—Tienesqueserlo—insistióIvy,obstinada.

—Tienesqueserlo—acotóGeraldine.

Ivyledirigióunamiradafulminante.

—¡Cállatedeunavez,GeraldineRaymond!

—Esmijardínypuedohablartodoloquequiera—afirmóGeraldine.

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—Claroquesí—laapoyóGerald—.Ysinotecallas, IvyTrent, iréa tucasaylearrancarélosojosatumuñeca.

—Mimamátedaráunapaliza,silohaces—exclamóIvy.

—¿Ah, sí? ¿Y sabes lo que le hará mi mamá a la tuya? Le dará unpuñetazoenlanariz.

—Bueno, de todos modos, tienes que ser mi pretendiente —dijo Ivy,volviendoaltemafundamental.

—Te… te… hundiré la cabeza en el barril de agua de lluvia —gritóGerald,perdiendolosestribos—.Teapretarélacaracontraunhormiguero…¡Tearrancaréloslazosyelcinturón!

Estoúltimofuedichoentonotriunfante,puesalmenoserafactible.

—Hagámoslo—propusoGeraldine.

Se abalanzaron sobre la desafortunada Ivy, que pateó y gritó y trató demorder, pero nada pudo hacer contra ellos dos. Juntos la arrastraron por eljardínhastaelcobertizodondeguardabanlaleñaydesdedondenoseoiríansusgritos.

—Rápido—jadeóGeraldine—,antesdequesalgalaseñoritaShirley.

Nohabíatiempoqueperder.GeraldsujetólaspiernasdeIvymientrasconunamano,Geraldine le aferraba lasmuñecas y con la otra le arrancaba loslazosdelpeloydelvestidoyelcinturón.

—Pintémoslelaspiernas—gritóGerald.Sumiradasetopóconunpardelatasdepinturadejadasallíporobreroslasemanaanterior—.Yolasujeto;tú,píntala.

Ivychillaba,desesperada.Lebajaronlasmediasyunosinstantesdespués,suspiernaslucíananchasrayasdepinturarojayverde.Elvestidosemanchóconpintura,aligualquelasbotas.Comotoquefinal,lellenaronlosrizosdeserrín. Ivydaba lástimacuandopor fin la soltaron.Losmellizosaullaronderisaalcontemplarla.LargassemanasdeairesycondescendenciasporpartedeIvyhabíansidovengadas.

—Ahoravetea tucasa—leordenóGerald—.Asíaprenderásano irporahídiciéndolesaloshombresquetienenquesertuspretendientes.

—¡Selocontaréamimamá!—lloróIvy—.¡Irédirectamenteacontárselo!¡Eresodioso,maloyfeo!

—Noledigasfeoamihermano,niñitavanidosa—leespetóGeraldine—.¡Túytuslazos!Toma,llévatelos.Nolosqueremosennuestraleñera.

Ivy,perseguidapor los lazosqueGeraldine learrojaba,corriósollozando

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poreljardínyhuyócalleabajo.

—¡Rápido!¡SubamosporlaescaleradeatrásalimpiarnosantesdequelaseñoritaShirleynosvea!—exclamóGeraldine.

4

El señor Grand había dicho todo lo que tenía que decir y se habíadespedido con una inclinación. Ana se quedó un instante en la puerta,preguntándosedóndeestarían losmellizos.Subiendo lacalleendirecciónalportón, venía una dama furibunda, trayendo a rastras a un desdichado ysollozanteátomodehumanidad.

—Señorita Shirley, ¿dónde está la señora Raymond? —quiso saber laseñoraTrent.

—Sefuea…

—InsistoenveralaseñoraRaymond.Veráconsuspropiosojosloquesushijos le han hecho a la pobre Ivy, inocente e indefensa. ¡Mírela, señoritaShirley,mírela!

—Ay, señora Trent… ¡cuánto lo siento! Es todo culpa mía. La señoraRaymond no está… y le prometí que cuidaría a los mellizos. Pero vino elseñorGrand…

—No,noesculpasuya,señoritaShirley.Nolaculpoausted.Nadiepuedecon esos niños diabólicos. Todo el vecindario sabe cómo son. Si la señoraRaymondnoestá,no tiene sentidoquemequede.Llevaréa lapobreniñaacasa.Pero la señoraRaymondseenterarádeesto…se loaseguro. ¡Escucheeso,señoritaShirley!¿Acasoseestándescuartizandomutuamente?

Eso era un coro de gritos, aullidos y chillidos que resonaba desde laescalera.Anacorrióarriba.Enelcorredor,seencontróconunamasaqueseretorcía,seenroscaba,mordíayarrancaba.Separóalosenfurecidosmellizoscon dificultad y sujetando a cada uno de un hombro, les preguntó quésignificabaesecomportamiento.

—ElladicequetengoqueserelpretendientedeIvyTrent—rugióGerald.

—Ytienequeserlo—chillóGeraldine.

—¡Nipensarlo!

—¡Tienesqueserlo!

—¡Niños!

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AlgoeneltonodeAnaloshizocallar.LamiraronyvieronaunaseñoritaShirley desconocida. Por primera vez en la vida, sintieron la fuerza de laautoridad.

—Tú,Geraldine—dijoAnaenvozbaja—,irásaacostartepordoshoras.Y tú,Gerald,pasaráselmismo tiempodentrodelguardarropadelvestíbulo.No quiero oír una palabra. Os habéis comportado de forma abominable ydebéisaceptarelcastigo.Vuestramadreoshadejadoamicargoymevaisaobedecer.

—Entoncescastíguenosjuntos—dijoGeraldine,echándoseallorar.

—Sí… no tiene derecho de separarnos… nunca nos han separado —mascullóGerald.

—Pueséstaserálaprimeravez.

Anaseguíahablandoenvozbaja.Geraldinesedesvistiósumisamenteysemetió en la cama. Gerald, también sumisamente, se metió dentro delguardarropa.Eragrandeyaireado,conunaventanayunasilla,ynadiepodríahaberdichoqueelcastigoerademasiadosevero.Anaechóllavealapuertaysesentóconunlibrojuntoalaventanadelcorredor.Porlomenos,tendríadoshorasdepaz.

Cuando fue a espiar a Geraldine, unos minutos más tarde, la encontróprofundamentedormida,conairetanangelical,queAnacasisearrepintiódesuseveridad.Bien,unasiestanoleharíamal.Cuandodespertara,lepermitiríasalir,aunquenohubierantranscurridolasdoshoras.

Una hora después,Geraldine seguía durmiendo.Gerard había estado tancallado, queAna decidió que había aceptado el castigo como un hombre ypodíaserperdonado.Despuésdetodo,IvyTrenteraunavanidosaysindudalohabríahechoenfurecer.

Girólallaveenlacerradurayabriólapuerta.

Geraldnoestabaadentro.Laventanaestabaabierta.Justodebajodeella,seveíaeltechodelagaleríalateral.Anaapretóloslabios.Bajólasescalerasysalió al jardín.Ni rastro deGerald. Exploró la leñera ymiró hacia la calle.Nada.

Atravesócorriendoel jardínycruzóelportónquedabaaunbosquecilloquellegabahastaelestanquedelcampodelseñorRobertCreedmore.Geraldse estaba empujando alegremente con un palo en el botecito del señorCreedmore.JustocuandoAnasaliódeentrelosárboles,elpalo,quesehabíahundidobastanteenelbarro,salióconfacilidadaltercertirónyGeraldsaliódisparadoalagua.

Ana dejó escapar un grito de horror, aunque no había motivos para

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alarmarse.El aguadel estanque, en supartemásprofunda,no llegaría a loshombrosdeGerald,yallídondehabíacaído,apenaslellegabaalacintura.Elniñohabía logradoenderezarseyestabaallídepie, conelpeloempapadoypegadoa lacabeza.ElgritodeAnahizoecoasusespaldasyGeraldine,encamisón, apareció corriendo entre los árboles hasta el borde de la pequeñaplataformademaderadondeestabasiempreamarradoelbote.

Algritodesesperadode«¡Gerald!»,saltóysearrojóalagua,yendoacaerjuntoasuhermano,quecasiperdióelequilibrionuevamente.

—Gerald, ¿te has ahogado? —chilló Geraldine—. ¿Te has ahogado,Gerald,querido?

—No…no…hermanita—leaseguróGerald,castañeteandolosdientes.

Seabrazaronconfuerza.

—Niños,venidaquídeinmediato—dijoAna.

Caminaron hasta la orilla. La tarde de septiembre se había puesto fría yventosa. Temblaban horriblemente… tenían las caras azules. Ana, sin unapalabradecensura,losllevóatodaprisaalacasa,losdesvistióylosmetióenla cama de la señora Raymond, con bolsas de agua caliente en los pies.Seguíantiritando.¿Sehabríanresfriado?¿Ysienfermabandeneumonía?

—Debió cuidarnos mejor, señorita Shirley —dijo Gerald, que seguíacastañeteandolosdientes.

—Claroquesí—acotóGeraldine.

Ana, desesperada, fue abajo y llamó al médico. Para cuando llegó, losmellizoshabíanentradoencalor,yelmédicoaseguróaAnaquenocorríanpeligro.Sisequedabanenlacamahastaeldíasiguiente,estaríanmuybien.

El médico se encontró con la señora Raymond, que venía desde laestación,yfueunadamapálidayalbordedelahisterialaqueentróalcabodeunosminutos.

—Ay, señorita Shirley, ¿cómo pudo dejar que mis ángeles corrieransemejantepeligro?

—Esloqueledijimos,mamá—acotaronlosmellizos.

—Confiéenusted…ledijeque…

—Noveoquehayasidoculpamía,señoraRaymond—dijoAna,conojosfríoscomounanieblagris—.Sedarácuentadeesto,creo,cuandorecuperelacalma. Los niños están muy bien. Llamé al médico nada más que comomedidadeprecaución.SiGeraldyGeraldinemehubieranobedecido,estonohabríasucedido.

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—Penséqueunamaestratendríaunpocodeautoridadsobrelosniños—dijolaseñoraRaymondconamargura.

«Sobrelosniñosquizá,peronosobrelosdemonios»,pensóAna.Perodijosolamente:

—Puestoqueestáaquí,señoraRaymond,creoquemeiréacasa.Nocreoquepuedaayudarlaytengotrabajospendientesdelaescuela.

Conunsolomovimiento,losmellizossearrojarondelacamayleecharonlosbrazosalcuello.

—Espero que haya un funeral todas las semanas —exclamó Gerald—.Porqueustedmegusta,señoritaShirley,yesperoquevengaacuidarnoscadavezquemamásalga.

—Yotambién—acotóGeraldine.

—MegustamuchomásquelaseñoritaProuty.

—Sí,muchísimomás—asintióGeraldine.

—¿Nospondráenunodesuscuentos?—quisosaberGerald.

—Sí,hágalo—suplicóGeraldine.

—Nodudodequetuvobuenasintenciones—dijolaseñoraRaymondenvoztrémula.

—Gracias—dijoAnaconvozgélida,tratandodeliberarsedelosbrazosdelosmellizos.

—Ay, nonos peleemos—suplicó la señoraRaymond conojos llenos delágrimas—.Nosoportopelearmeconnadie.

—Claroqueno.—Anahabíaadoptadounairedealtaneradignidad—.Nocreoquehayanecesidadalgunadepelear.PiensoqueGeraldyGeraldinesedivirtieronmucho,aunquenocreoqueésehayasidoelcasodelapequeñaIvyTrent.

Anaregresóasucasasintiéndoseañosmásvieja.

«PensarqueDavymeparecíatravieso»,reflexionó.

EncontróaRebeccaDeweneljardín,recogiendoflorestardías.

—RebeccaDew,solíapensarqueeldicho«Alosniñoshayqueverlosynooírlos»erademasiadosevero.Peroahoracomprendosulógica.

—Mipobrecriatura…Leprepararéunabuenacena—dijoRebeccaDew.

Ynoañadió:«Seloadvertí».

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5

(ExtractodeunacartaaGilbert).

LaseñoraRaymondvinohastaaquíanochey,conlágrimasenlosojos,mesuplicó que la perdonara por su «conducta apresurada». «Si conociera elcorazóndeunamadre,señoritaShirley,noleresultaríadifícilperdonar».

No me resultó difícil perdonar, de todos modos. Hay algo en la señoraRaymondquemegusta,apesardemímisma,yfuerealmentebuenísimaconelClubdeArteDramático.Detodosmodos,noledije:«Cualquiersábadoquequiera salir, le cuidaré los niños». Una aprende por experiencia… aun unapersonaincorregiblementeoptimistayconfiadacomoyo.

Hedescubiertoqueundeterminadosectorde lasociedaddeSummersideestámuyrevolucionadoporlosamoríosdeJarvisMorrowyDovieWestcott…quecomodiceRebeccaDew,hanestadocomprometidosmásdeunañoy«nollegananada».LatíaKate,queestíalejanadeDovie(paraserexacta,creoquees tíadeunaprimasegundadeDovie,porpartede lamadre),estámuyinteresadaenelasuntoporquepiensaqueJarvisesunpartidoexcelenteparaDovie…ytambién,creo,porqueodiaaFranklinWestcottylegustaríaverlovencidoportodoslosflancos.NoesquelatíaKatevayaaadmitirque«odia»anadie,perolaseñoradeFranklinWestcotteraunaamigamuyqueridaylatíaKateafirmasolemnementequeéllaasesinó.

Yyoestoyinteresadaenelasunto,enparteporquequieromuchoaJarvisymoderadamenteaDovie,ytambiénporquecomienzoasospecharquesoyunaincurableentrometidaen losasuntosde losdemás…siempreconexcelentesintenciones,porsupuesto.

La situación, en resumen, es ésta: Franklin Westcott es un comerciantealto, sombrío y duro, cerrado y poco sociable. Vive en una casona antiguallamada Elmcroft, justo en las afueras del pueblo, en el camino que va alpuerto. Lo he visto una o dos veces, pero realmente sémuy poco sobre él,salvoquetienelaextrañacostumbrededeciralgoyluegosacudirseconrisasilenciosa. No ha pisado la iglesia desde que se han comenzado a cantarhimnos e insiste en tener las ventanas abiertas aun cuando hay tormenta eninvierno.Confiesoqueenestoúltimoestoydesulado,aunquedebodeserlaúnica persona en Summerside que piensa así. Se ha convertido en unciudadanoimportanteyelmunicipionohacenadasinsuaprobación.

Su esposa murió. Se dice que era una esclava, que no podía declararsedueñanidesupropiaalma.Alparecer;Franklinledijo,cuandolatrajoasucasa,queélseríaelamo.

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Dovie,cuyoverdaderonombreesSibyl,essuúnicahija:unachicabonita,regordetayamable,dediecinueveaños,conunabocarojaquesiempredejaentreverlospequeñosdientesblancos,brillocastañoenelpelo,atractivosojosazulesypestañasnegras tan largas, queuna sepregunta si serán reales. JenPringledicequeJarvisestáenamoradodesusojos.Jenyyohemoshabladodelasunto.Jarvisessuprimopreferido.(Apropósito,nocreeríascuántonosapreciamosJenyyo.Esrealmenteunachiquilladeliciosa).

FranklinWestcott nunca permitió a Dovie tener pretendientes y cuandoJarvisMorrowcomenzóa«prestarleatención»,leprohibióacercarseasucasayordenóaDoviedejarsede«andarporahíconeseindividuo».Peroeratarde:DovieyJarvisyaestabanmuyenamorados.

Todo el pueblo se compadece de los novios. Franklin Westcott esrealmenteterco.Jarvisesunabogadodeéxito,debuenafamilia,conbuenasperspectivas;esunmuchachomuybuenoysano.

«Nadiepodríasermásadecuado»,aseguraRebeccaDew.«JarvisMorrowpodría conseguir a cualquier chica de Summerside. Franklin Westcott estádecididoaqueDovieseconviertaenunasolterona.QuiereasegurarseunamadellavesparacuandomueralatíaMaggie».

«¿Nohaynadiequetengainfluenciasobreél?»,pregunté.

«Nadie puede discutir con Franklin Westcott. Es tan sarcástico. Y sialguienloponeendesventaja,tieneunasrabietasterribles.Nuncalohevistopresadeunarabieta,peroheoídoalaseñoraProutydescribirlaformaenquese comportó una vez que ella estaba allí cosiendo. Se enfureció por algo…nadiesabeporqué.Sencillamentearrojóporlaventanatodoloqueestabaasualcance. Los poemas de Milton salieron volando por encima de la cerca ycayeron al estanque deGeorgeClarke. Siempre ha sido un resentido con lavida.LaseñoraProutydicequesumadrelecontóquecuandoFranklinnació,sullantoeraalgodignodeoírse.SupongoqueDios tienealgúnmotivoparacrearhombresasí,perounano losentiende.No,noveoqueDoviey Jarvistenganposibilidades,amenosqueseescapen.Esunabajezahacerlo,aunquese han dicho muchas tonterías románticas acerca de los que huyen paracasarse.Peroésteesuncasoenquecualquieralodisculparía».

Noséquéhacer,perodebohaceralgo.Sencillamentenopuedoquedarmesentada mientras las personas se arruinan la vida delante de mis propiasnarices,pormásrabietasquepuedatenerFranklinWestcott.JarvisMorrownoesperaráparasiempre…CorrenrumoresdequeyaestáperdiendolapacienciaylohanvistotachandoconviolenciaelnombredeDoviedeunárbolsobreelquelohabíatallado.HayunabonitachicaPalmerque,alparecer,selearrojaalospies,y suhermanahadichoquesumadrehadichoquesuhijono tienenecesidaddeperseguirduranteañosaunamuchacha.

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Realmente,Gilbert,esteasuntometieneamaltraer.

Hay luna esta noche, amormío, luz de luna sobre los álamosdel jardín,brillodelunasobreelpuerto,dondeunanavefantasmasealeja…luzdelunasobre el viejo cementerio, sobre mi valle privado, sobre el Rey de lasTormentas.Ydebedehaber luzde lunaenelSenderode losEnamoradosysobreelLagodelasAguasRefulgentesyenelviejoBosqueEmbrujadoyenelValledelasVioletas.Seguramentehabrábailedehadasenlascolinas.PeroGilbertquerido,laluzdelunasinnadieconquiencompartirlanoesluz…espenumbra.

Ojalá pudiera llevar a la pequeña Elizabeth a dar un paseo. Le encantapasearalaluzdelaluna.DimosunospaseosencantadorescuandoestabaenTejasVerdes.Peroaquí,Elizabethsólovelalunadesdelaventana.

Estoy comenzando a preocuparme por ella, también. Va a cumplir diezañosyesasdosancianasnotienenlamenorideadeloquenecesita,espiritualy emocionalmente. Mientras tenga buena comida y buena ropa, no se lesocurre que pueda necesitar otra cosa. Y cada año será peor. ¿Qué clase deadolescenciatendrálapobreniña?

6

JarvisMorrowvolviócaminandoconAnadeunareuniónenlaescuela,ylecontósusproblemas.

—Tendrás que escaparte con ella, Jarvis. Todo el mundo lo dice. Engeneral, no apruebo los casamientos clandestinos, pero hay excepciones atodaslasreglas.

«Lodijecomounamaestraconcuarentaañosdeexperiencia»,pensóAna,disimulandounasonrisa.

—Senecesitandosparallegaraunacuerdo,Ana.Nopuedoescaparsolo.Dovie le tiene tanto miedo a su padre, que no puedo lograr que me dé suconsentimiento.Ynoseríauncasamientoclandestino.Tendríaquevenirhastacasa de mi hermana Julia, la señora Stevens, sabes, alguna noche. Yo yatendría alministro allí, y podríamos casarnos en forma respetable para quetodosqueden contentos, e irnosde lunademiel a casademi tíaBertha, enKingsport.Estansencillocomoeso.PeronopuedohacerqueDovieseatreva.La pobrecilla ha sido víctima de los caprichos de su padre durante tantotiempo,queyanotienefuerzadevoluntad.

—Puestendrásqueobligarlaahacerlo,Jarvis.

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—Santo Cielo, ¿crees que no lo he intentado, Ana? Se lo he suplicadohastaquedarronco.Cuandoestáconmigo,casillegaaprometérmelo,peroencuantovuelveasucasa,memandadecirquenopuede.Pareceextraño,Ana,perolapobrecillaquiererealmentealpadreynosoportalaideadequeélnovayaaperdonarla.

—Debesdecirlequetienequeelegirentresupadreytú.

—¿Ysiloeligeaél?

—Creoquenohaypeligrodequeesosuceda.

—Nunca se sabe —se quejó Jarvis con aire sombrío—. Pero prontotendremosque tomarunadecisión.Nopuedo seguir asípara siempre.EstoylocoporDovie…todoSummersidelosabe.Escomounarosaqueestáapenasfuerademialcance…Tengoquealcanzarla,Ana.

—Lapoesíaesmuybuenacosa,Jarvis,perocreoquedenadateserviráenesta instancia —dijo Ana con tranquilidad—. Parece un comentario deRebecca Dew, pero es verdad. Lo que necesitas es sentido común. Dile aDoviequeestáscansadodedarvueltasyquetienequetomarteodejarte.Sinotequierelosuficientecomoparadejarasupadreporti,esmejorquelosepasdeunavez.

Jarvisgimió.

—Nohasestadobajo labotadeFranklinWestcott toda tuvida,Ana.Nosabes cómo es. Bien, haré un último intento. Como dices tú, si Dovierealmentemequiere,vendráamí…ysinomequiere,esmejorquemeenteredelopeor.Comienzoapensarquehehechounpapelridículo.

«Siestáscomenzandoapensareso,serámejorqueDoviesecuide»,pensóAna.

La propia Dovie acudió a Álamos Ventosos unas noches después, paraconsultarconAna.

—¿Qué voy a hacer, Ana? ¿Qué puedo hacer? Jarvis quiere que noscasemos clandestinamente. Papá se irá a Charlottetown una noche de lasemanaqueviene,aunbanquetemasónico;ésaseríaunabuenaoportunidad.LatíaMaggienosospecharíanada.JarvisquierequevayaacasadelaseñoraStevensyquenoscasemosallí.

—¿Yporquénolohaces,Dovie?

—Ay, Ana, ¿realmente te parece que debería hacerlo? —Dovie levantóhaciaellaunrostrodulce,persuasivo—.Porfavor,porfavor,ayúdameatomarunadecisión.Meestoyvolviendoloca.—LavozdeDoviesequebró—.Ay,Ana,nosabescómoespapá.DetestaaJarvis…nopuedoimaginarporqué…

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¿y tú? ¿Cómo puede alguien odiar a Jarvis? Cuando vino a visitarme porprimeravez,papáleprohibiólaentradaenlacasayledijoqueleecharíaelperroencimasivolvía…nuestrobulldog.Hasvistoqueunavezquemuerden,nosueltanlapresa.Yjamásmeperdonará,simefugoconJarvis.

—Debesoptarporunodelosdos,Dovie.

—Es justamente lo que dijo Jarvis —lloró Dovie—. Ay, estaba tansevero…nuncaantesloviasí.Ynopuedo…nopuedovivirsinél,Ana.

—Entoncesviveconél,miqueridamuchacha.Ynolollamesunafuga.ElveniraSummersideycasartedelantede todossusamigosnoesunafuganiunabodaclandestina.

—Papádiráquesí—vaticinóDovie,tragandounsollozo—.Peroseguirétu consejo, Ana. Estoy segura de que tú nome recomendarías dar un pasoequivocado.LediréaJarvisqueconsigalalicenciaeiréacasadesuhermanalanochequepapáestéenCharlottetown.

Jarvis,triunfante,contóaAnaqueDoviehabíaaccedido,porfin,acasarseconél.

—Tengoque encontrarme con ella al final de la calle el próximomartesporlanoche…NoquierequevayahastalacasaportemoraquelatíaMaggiemevea…IremosacasadeJuliaynoscasaremosenunabrirycerrardeojos.Toda mi familia estará allí, de modo que la pobrecilla se sentirá cómoda.Franklin Westcott dijo que nunca conseguiría a su hija. Pues bien, ledemostraréqueestabaequivocado.

7

El martes fue un día sombrío de fines de noviembre. Chaparronesocasionales llegaban desde las colinas. El mundo parecía un sitio gris ycansado,vistoatravésdelalloviznaopaca.

«AlapobreDovienolehatocadoundíamuybonitoparalaboda»",pensóAna.«Ysi…ysi…».Seestremeció.«Ysilascosasnosalieranbien,despuésdetodo,serámiculpa.Dovienuncahubieraaccedidoahacerlo,siyonoselohubiera aconsejado. ¿Y si Franklin Westcott no la perdona nunca? AnaShirley,déjatedetonterías.Tuproblemaeseltiempo».

Alcaerlanoche,lalluviahabíacesado,peroelaireestabafríoyáspero,yel cielo, tormentoso. Ana estaba en la habitación de la torre, corrigiendoevaluaciones, con Dusty Miller acurrucado debajo de la estufa. Se oyó unatronadorgolpeenlapuertaprincipal.

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Ana bajó corriendo. Rebecca Dew asomó la cabeza por la puerta de sudormitorio.Analehizoseñasparaquenosaliera.

—¡Hayalguienenlapuertaprincipal!—exclamóRebecca,alterada.

—No pasa nada, Rebecca, querida. Es decir, sí, pasa de todo,me temo,pero es solamente Jarvis Morrow. Lo vi desde la ventana y sé que quierehablarconmigo.

—¡JarvisMorrow!—Rebecca semetió en sucuartoy cerró lapuerta—.¡Estosíqueeselcolmo!

—Jarvis,¿quésucede?

—Dovienohavenido—dijoJarvis,enloquecido—.Estuvimosesperandohoras… el ministro está allí… mis amigos… Julia tiene lista la cena… yDovienohavenido.Laesperéalfinaldelacallehastaperderlarazón.Nomeatrevía a ir a la casa porque no sabía qué había sucedido.Quizás ese viejomalvado de Franklin Westcott ha vuelto. Quizá la tía Maggie la hayaencerrado. Pero tengo que saber qué sucedió. Ana, debes ir a Elmcroft aaveriguarporquénovino.

—¿Yo?—exclamóAnaconincredulidad.

—Sí, tú. No confío en nadie más… en nadie más que esté enterado detodo.Oh,Ana,nomefallesahora.Nosapoyastedesdeelprincipio.Doviedicequeereslaúnicaamigaverdaderaquetiene.Noestarde…sonsolamentelasnueve.Ve,porfavor.

—¿Paraquemecomaelbulldog?—preguntóAnaentonosarcástico.

—¡Ese perro viejo!—semofó Jarvis—.No asustaría ni a un pato. ¿Nocreerás que le tenía miedo al perro, verdad? Además, por las noches loencierran. Sencillamente no quiero causarle problemas a Dovie, si nos handescubierto.¡Porfavor,Ana!

—Supongoquenohaysalida—dijoAna,encogiéndosedehombros.

JarvislacondujohastalacallequellevabaaElmcroft,peroellanoquisoqueélpasaradeallí.

—Como dices tú, si el padre deDovie ha vuelto, podrías complicar lascosas.

Ana caminó rápidamente por la calle bordeada de árboles. De tanto entanto,salíalalunaporentrelasnubescargadasdeviento,perolamayorpartedeltiempolaoscuridaderatotal,ypensarenelperrolainquietabaaúnmás.

ParecíahabersolamenteunaluzencendidaenElmcroft…ybrillabadesdelaventanadelacocina.LatíaMaggieabriólapuertacuandoAnagolpeó.La

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tía Maggie era una anciana hermana de Franklin Westcott, una mujerencorvaday arrugadaquenuncahabía tenidomuchas luces, aunqueeraunaexcelenteamadecasa.

—TíaMaggie,¿estáDovie?

—Dovieestáenlacama—respondiólatíaMaggiecondecisión.

—¿Enlacama?¿Estáenferma?

—Queyosepa,no.Estuvonerviosatodoeldía.Despuésdelacena,dijoqueestabacansadaysefuealacama.

—Deboverla un instante, tíaMaggie. Sólo…sólo quiero averiguar algoimportante.

—Entoncessubeasucuarto.Eseldeladerecha.

LatíaMaggiehizoungestohacialaescalerayregresóalacocina.

DovieseincorporóenlacamacuandoAnaentró,sinceremonias, trasdellamar a la puerta. La luz de una pequeña vela reveló que Dovie estaballorando,perosuslágrimashicieronperderlapacienciaaAna.

—¡DovieWestcott,hasolvidadoqueprometistecasarteconJarvisMorrowestanoche…!¡Estanoche!

—No…no…—gimióDovie—.Ay,Ana,soy tan infeliz…hepasadoundíaatroz.Nosabes,nopuedessaber,loquehasidoestedíaparamí.

—SéloquehasidoparaelpobreJarvis,queteestuvoesperandodoshorasenlacalle,bajolallovizna—replicóAna,implacable.

—¿Está…estámuyenfadado,Ana?

—Puededecirsequeunpoco,sí.—Lodijoconsarcasmo.

—Ay, Ana, me asusté. Anoche no pegué ojo. No podía hacerlo… nopodía…Hayalgorealmentefeoencasarseclandestinamente,Ana.Ynadiemehará regalos… bueno, ningún regalo bueno. Siempre quise casarme… en…en…laiglesia…adornadaconflores…yveloblancoyvestido…yzapatitosplateados…

—DovieWestcott, levántatede esa cama…¡ahoramismo!Vísteteyvenconmigo.

Ana…yaesdemasiadotarde.

—Noesdemasiadotarde.Yesahoraonunca…tienesquedartecuentadeeso,Dovie,sitienesunapizcadesentidocomún.Tienesquedartecuentadeque Jarvis jamás volverá a dirigirte la palabra, si lo haces quedar como untontodeestamanera.

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—Ay,Ana,meperdonarácuandoseentere…

—No.Conozcoa JarvisMorrow.Novaadejarque jueguescon suvidaindefinidamente.Dovie,¿quieresquetesaqueaempujonesdelacama?

Dovieseestremecióysuspiró.

—Notengoningúnvestidoadecuado…

—Tienesmediadocenadevestidosbonitos.Ponteeldetafetán.

—Ynotengoajuar.LosMorrowsiempremeloecharánencara…

—Tecomprarásunodespués.Dovie, ¿nopusiste todo esto en la balanzaantes?

—No… no… Ése es el problema. Sólo empecé a pensar en esas cosasanoche.Ypapá…noconocesapapá,Ana…

—¡Dovie…tedoydiezminutosparaquetevistas!

Dovieestuvolistaantesdequeexpiraraeltiempo.

—Estevestido…esmuyajustado—sollozómientrasAnaseloabrochaba—.Siengordo, Jarvisnomequerrámás. ¡Ojalá fueradelgada,altaypálidacomotú,Ana!Ay,Ana,¿ysilatíaMaggienosoye?

—Nonosoirá.Está encerrada en la cocina, y sabesmuybienque esunpoco sorda. Aquí tienes el sombrero y el abrigo. Puse unas cuantas cosasdentrodeestamaleta.

—Ay,elcorazónmelateatodogalope.¿Cómoestoy,Ana?¿Espantosa?

—Estáspreciosa—respondióAnaconsinceridad.

LapielsatinadadeDovieestabarosadaycremosa,yelllantonolehabíaestropeadolosojos.PeroJarvisnopodíaverle losojosenlaoscuridad,ysemostróalgofastidiadoconsuamadaduranteeltrayectohastaelpueblo.

—PorDios,Dovie, no pongas esa cara de espanto por tener que casarteconmigo—dijocon impacienciacuandoellabajó lasescalerasde lacasadelos Stevens—. Y no llores. Se te hinchará la nariz. Ya son casi las diez ytenemosquetomareltrendelasonce.

Dovie recobró la compostura en cuanto se descubrió unidairrevocablemente a Jarvis.Ya tenía aspecto de luna demiel, como le contóAnaaGilbertenunacarta,conundejodemalicia.

Ana, querida, te lo debemos todo a ti. Jamás lo olvidaremos, ¿verdad,Jarvis?Yay,Ana,querida,¿podríashacermeunúltimofavor?Porfavor,dalela noticia a papá.Llegará a casamañana por la tarde…y alguien tiene quedecírselo.Sialguienpuedeaplacarlo,erestú.Porfavor,tratadelograrqueme

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perdone.

Ana sintió quenecesitabaque la aplacaran a ella, pero como también seconsiderabaresponsableporlaboda,prometióqueloharía.

—Desde luego… se pondrámuymal… se volverá loco,Ana…pero nopuedematarte—le decíaDovie para consolarla—.Ay,Ana, no sabes… noimaginasloseguraquemesientoconJarvis.

CuandoAnavolvióacasa,RebeccaDewhabíallegadoalpuntoenqueosatisfacía su curiosidad o perdía la razón. Siguió a Ana hasta la torre, encamisónyconunpañuelodefranelaalrededordelacabezayescuchótodalahistoria.

—Bien,supongoqueestoesloquepuedellamarse«vida»—comentóconsarcasmo—.PeromealegraqueFranklinWestcotthayarecibidosumerecido,por fin. La señora del capitánMacComber también se alegrará. Pero no leenvidio la tareadedarle lanoticia.Seenfureceráydirácosasespantosas.Siestuvieraensulugar,señoritaShirley,nopegaríaojoestanoche.

—Sí,piensoquenovaaserunaexperienciaagradable—asintióAnaconpesar.

8

AnafueaElmcroftlatardesiguiente,caminandoporelpaisajeoníricodeuna bruma de noviembre, con pasos apesadumbrados. No era precisamenteuna tareaencantadora laque leesperaba.ComohabíadichoDovie,FranklinWestcott no podía matarla, por cierto. Ana no temía la violencia física…aunquesi todo loquesecontabadeéleracierto,quizá learrojaraalgo.¿Seenfureceríahastaelpuntodedecircosassinsentido?Ananuncahabíavistoaunhombrepresadeunafuriaciega,eimaginóquedebíadeserunespectáculonada agradable. Pero era probable que sacara a relucir su famoso sarcasmoferoz, y al sarcasmo sí queAna le temía, ya fuera en un hombre o en unamujer.Eraunarmaquesiemprelahería…lesacabaampollasenelalma,queledolíandurantemeses.«LatíaJamesinasolíadecir:"Nuncaseasportadorademalasnoticias"», reflexionóAna.«Era sabia en eso, comoen todo.Puesbien,aquíestoy».

Elmcrofteraunacasaantigua,contorresencadaesquinayunacúpulaenformadebulbo.Enelescalónsuperiordelaentrada,estabaelperro.

«Simuerdenlapresa,nolasueltan»,recordóAna.¿Acasodeberíatratardeentrarporlapuertalateral?Entonces,laideadequeFranklinWestcottpudiera

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estar observándola por la ventana le dio coraje. Jamás le otorgaría lasatisfaccióndeverqueleteníamiedoasuperro.Conairedecididoylacabezaerguida,subiólosescalones,pasójuntoalperroehizosonarlacampanilla.Elperronosehabíamovido.Analeechóunamiradaporencimadelhombro,yvioqueparecíadormido.

Franklin Westcott no había llegado, pero debía hacerlo en cualquiermomento,pueseltrendeCharlottetownestabaporarribar.LatíaMaggiehizopasaraAnaa labiblioteca,y ladejóallí.Elperrosehabíadespertadoy lashabíaseguido;entróyseechóalospiesdeAna.

AAnalegustólabiblioteca.Eraunahabitaciónalegre,desordenada,conunagradablefuegoenelhogaryalfombritasdepieldeososobrelagastadaalfombrarojaquecubríaelpiso.ResultabaevidentequeFranklinWestcottsetratababienenloquesereferíaalibrosypipas.

Minutos después, lo oyó entrar. Colgó el sombrero y el abrigo en elvestíbuloyaparecióenlapuertadelabibliotecaconexpresióndecididamenteceñuda.Ana recordó que la primera impresión que había tenido de él habíasidoladeunpirataalgocaballeresco,yahoralevolviólaimagenalamente.

—Ah,esusted,¿eh?—dijoconaspereza—.Bien,¿quédesea?

Ni siquierahabíaqueridoestrecharle lamano.«De losdos»,pensóAna,«elperrotienemejoresmodales».

—SeñorWestcott,porfavor,escúchemeconpacienciaantes…

—Soypaciente…muypaciente.¡Proceda!

AnaconsideróquenoteníasentidoirseporlasramasconunhombrecomoFranklinWestcott.

—VineadecirlequeDoviesehacasadoconJarvisMorrow—leinformóconserenidad.

Y esperó el terremoto. No llegó. Ni un músculo se movió en el rostroenjutoymorenodeFranklinWestcott.Entróysesentóenelsillón, frenteaAna.

—¿Cuándo?—preguntó.

—Anoche…enlacasadelahermanadeJarvis—respondióAna.

Él la miró largamente con los ojos de un marrón amarillento hundidosdebajodecejashirsutas.Anasepreguntócómohabríasidodebebé.Entonces,Franklin Westcott echó la cabeza hacia atrás y sucumbió a uno de susespasmosderisasilenciosa.

—No debe culpar a Dovie, señorWestcott—dijo Ana con vehemencia,

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recuperandoelhabla,ahoraquelaterriblerevelaciónhabíasidohecha—.Nofuesuculpa…

—Apuestoaqueno—replicóFranklinWestcott.

¿Estabatratandodesersarcástico?

—No, fue todo culpamía—confesóAna con sencillez y valentía—.Leaconsejéquesefug…quesecasara…laobliguéahacerlo.Asíque,porfavor,señorWestcott,perdónela.

FranklinWestcotttomóunapipaycomenzóallenarla,sininmutarse.

—Si logró que Sibyl se fugue con Jarvis Morrow, señorita Shirley, halogradomásdeloquecreíposible.Comenzabaatemerqueellanuncatuvieraelcorajesuficientedehacerlo.Yentonceshubieratenidoqueretractarme…¡ynosotros, los Westcott, detestamos retractarnos! Me ha salvado el honor,señoritaShirley,yleestoyprofundamenteagradecido.

Sehizounlargosilencio,mientrasFranklinWestcottaplastabaeltabacoymirabaaAnaconairedivertido.Anaestabatananonadada,quenosabíaquédecir.

—Supongo —observó él— que vino aquí temiendo darme la terriblenoticia.

—Sí—asintióAna.

FranklinWestcottrioensilencio.

—Noeranecesarioasustarse.Nopodríahabermedadounanoticiamejor.Pero si yomismo elegí a JarvisMorrow para Sibyl, cuando eran niños. Encuantolosotrosmuchachoscomenzaronafijarseenella,losespanté.EsohizomorderelanzueloaJarvis. ¡Él ibaadarleuna lecciónalviejo!Peroera tanpopularconlaschicas,quenopudecreerlasuertequetuvecuandorealmentese enamoró de ella. Entonces tracé mi plan de campaña. Conozco a losMorrow como a la palma de mi mano. Son buenos, pero los hombres noquierenlascosasqueconsiguenconfacilidad.Yseobstinanenconseguiralgocuando se les dice que no podrán. Son muy tercos. El padre de Jarvis ledestrozóelcorazónatreschicasporquelasfamiliasdeellasloqueríanatrapar.Yo sabía lo que sucedería con Jarvis. Sibyl se enamoraría perdidamente deél…yélsecansaríaenseguida.Estabasegurodequenolaseguiríaqueriendo,siellaleresultabademasiadofácildeconseguir.AsíqueleprohibíacercarsealacasayleprohibíaSibyldirigirlelapalabrayrepresentéelpapeldeogroala perfección. Todo salió a pedir de boca, pero encontré un obstáculo en lafaltadecorajedeSibyl.Esunacriaturaencantadora,perocarecedeagallas.Creíquenuncaseatreveríaacontrariarmeycasarseconél.Ahora,querida,siharecuperadoelaliento,cuéntemetodalahistoria.

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El sentido del humor de Ana había acudido otra vez al rescate. Nuncadejaba pasar la oportunidad de una buena carcajada, aunque riera de ellamisma.YdeprontosintióqueconocíaaFranklinWestcottdesdehacíamuchotiempo.

El escuchó el relato, disfrutando del humode la pipa.Una vez queAnahuboterminado,asintióconlacabeza.

—Veo que estoy más en deuda con usted de lo que creía. Ella nuncahubiera tenido el coraje de hacerlo, si no hubiera sido por usted. Y JarvisMorrownosehubieradejadotomarportontodosveces…conozcomuybiena los de su raza. ¡Cielos, cómome salvé!Seré su esclavopara siempre.Hasidoustedmuybuenaalveniraquí,apesarde todos loschismesque lehancontado.Ylehancontadobastantes,¿noesasí?

Anaasintió.Elperrohabíaapoyadolacabezasobresuregazoyroncaba,feliz.

—Todos estaban de acuerdo en que usted tenía muy malhumor —respondióconcandidez.

—Ysupongoquelecontaronqueerauntiranoyquelearruinélavidaamiesposayquemanejabaamifamiliaconellátigo.

—Sí,peroenrealidadesolotoméconpinzas,señorWestcott.SentíaqueDovienopodíaquererlotantocomoloquiere,siustedfueratanterriblecomolepintabanloschismes.

—¡Quéchica sensata!Mi esposa eraunamujer feliz, señoritaShirley.Ycuando la señora del capitán MacComber le diga que mis malos tratos lecausaron lamuerte,hágalacallardemiparte.Disculpemismodales.Mollieera bonita…más bonita que Sibyl. Una piel tan rosada y blanca… el pelocastañodorado…¡losojosazulesyhúmedoscomo rocío!Era lamujermásbonitadeSummerside.Teníaqueserlo.Nohubierasoportadoqueunhombrehubieraentradoenlaiglesiaconunaesposamásguapaquelamía.Manejabaamifamiliacomounhombre,peronoerauntirano.Porcierto,teníaarrebatosde ira de tanto en tanto, pero a Mollie no le molestaban, una vez que seacostumbróaellos.Unhombretienederechoapelearunpococonsumujerdevez en cuando, ¿o no? Las mujeres se cansan de los maridos monótonos.Además, siempre le regalaba un anillo o un collar o algo así cuando mecalmaba. ¡Ninguna mujer de Summerside tenía joyas tan bonitas! DebobuscarlasydárselasaSibyl.

Ananopudoresistirseaunpícaroimpulso.

—¿YquémedicedelospoemasdeMilton?

—¿LospoemasdeMilton?¡Ah,eso!NoeranlospoemasdeMilton…eran

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losdeTennyson.Siento reverenciaporMilton,peronosoportoaAlfred.Esdemasiadoempalagoso.EsosdosúltimosversosdeEnochArdenmepusierontanfuriosounanoche,querealmentearrojéellibroporlaventana.Peroaldíasiguiente lo recogí, pormérito de Bugle Song. Por un poema así, se puedeperdonarcualquiercosa…NofueapararalestanquedeGeorgeClarke;esofueelbordadodelaviejaProuty.¿Yaseva?Quédeseacenarconunancianosolitarioquesehaquedadosinsucría.

—Realmente lo lamento, pero no puedo, señor Westcott. Tengo unareunióndemaestrosestanoche.

—Bien,laverécuandoregreseSibyl.Tendréquedarunafiesta,sinduda.Caray,quéaliviohasidoestoparamí.Nosabecómohabríadetestado tenerque retractarmeydecir:«Llévatela».Ahora loúnicoque tengoquehaceresfingir que estoy resignado y con el corazón destrozado y perdonarlatristementeporcausadesupobremadre.Loharéalaperfección…Jarvisnodebesospecharnada.Novayaadelatarme.

—Noloharé—prometióAna.

FranklinWestcottlaacompañóhastalapuerta.Elperrosesentóyaullósupérdida.

FranklinWestcottsesacólapipadelabocacuandollegaronalapuerta,ylepalmeóelhombroconella.

—Recuerde siempre —le dijo con solemnidad— que hay más de unaformadepelarungato.Sepuedehacerdemaneratalqueelanimalnuncasepaque ha perdido el cuero. Dele mis saludos a Rebecca Dew. Una gata muybuena,sinoselaacariciaacontrapelo.YGracias…gracias.

Ana volvió a casa, disfrutando de la noche serena. La niebla se habíalevantado, el viento había cambiado y el cielo verde pálido presagiaba laescarcha.

«Todos decían que no conocía aFranklinWestcott», reflexionóAna. «Yteníanrazón.Noloconocía.Nadieloconocía».

—¿Ycómolo tomó?—quisosaberRebeccaDew.HabíaestadonerviosadurantelaausenciadeAna.

—No tanmal,despuésde todo—respondióAnaen tonoconfidencial—.CreoqueconeltiempoperdonaráaDovie.

—Nuncahevistoanadiecomoustedparaconvencera lagente,señoritaShirley—afirmóRebeccaDew,admirada—.Ustedsíquesabeserpersuasiva.

—«Algo intentado, algo logrado, unanochede reposo sehaganado»—recitó Ana, cansada, mientras trepaba los tres escalones hasta su cama—.

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¡Peroyaveráncuandoalguienvuelvaapedirmemiopiniónsobrelasfugasyloscasamientosclandestinos!

9

(ExtractodeunacartaaGilbert).

He sido invitada a cenar, mañana por la noche, con una dama deSummerside.Séquenomecreerás,Gilbert,cuandotecuentequesuapellidoesTomgallon…laseñoritaMinervaTomgallon.DirásqueheestadoleyendodemasiadoaDickens.

Miamor,¿notealegrasdellamarteBlythe?Estoyseguradequenopodríacasarmecontigo,situapellidofueraTomgallon.Imagina…¡AnaTomgallon!No,esimposibledeimaginar.

EselmáximohonorqueSummersidetieneparaofrecer…unainvitaciónala Casa Tomgallon. No tiene otro nombre. Nada de Robles ni Arces niCastañosparalosTomgallon.

Tengo entendido que eran la «Familia Real» en los viejos tiempos. LosPringle son hongos comparados con ellos. Y ahora sólo queda la señoritaMinerva,únicasobrevivientedeseisgeneracionesdeTomgallon.Vivesolaenuna enorme casa sobre la calle Queen… una casa con grandes chimeneas,persianasverdesylaúnicaventanaconvitralesquehayenunacasaparticularenSummerside.Enellapodríanvivircuatrofamilias,ylaocupansolamentelaseñoritaMinerva,unacocinerayunacriada.Estámuybienmantenida,peronoséporqué,cadavezquepasoporallítengolasensacióndequeesunsitioquelavidahaolvidado.

LaseñoritaMinervasalemuypoco,solamentevaalaiglesiaanglicana;laconocí la semana pasada, cuando vino a una reunión demaestros y tutorespara donar la valiosa biblioteca de su padre a la escuela. Tiene el aspectoexactoqueseesperaríadeunaMinervaTomgallon:altaydelgada,concaralarga,angostaypálida,narizlargaydelgadaybocalargaydelgada.Estonosuenamuyatractivo;sinembargo,laseñoritaMinervaesmuyagradableenunestilo digno y aristocrático, y siempre está vestida con ropa sumamenteelegante,aunquealgoanticuada.Eraunabellezacuandoerajoven,mecuentaRebecca Dew, y sus grandes ojos negros todavía tienen fuego y brillo. Nosufredetimidezparahablarycreoquenuncahevistoanadiedisfrutartantoalhacerundiscursodepresentación.LaseñoritaMinervasemostrómuyamableconmigo,yayerrecibíunanotaformalenlaquemeinvitabaacenarconella.Cuando se lo conté a Rebecca Dew, abrió los ojos como si hubiera sido

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invitadaalPalaciodeBuckingham.

«Es un gran honor ser invitado a la Casa Tomgallon», observó,impresionada. «Nunca oí que la señoritaMinerva invitara a ninguno de losdirectores anteriores. Desde luego, eran todos hombres, así que no hubierasidoadecuado.Bien, esperoqueno lehablehastacansarla, señoritaShirley.Los Tomgallon siempre fueron de lengua ágil. Y les gustaba estar en todo.AlgunospiensanqueelmotivoporelquelaseñoritaMinervavivetanaisladaesquecomoahorayanopuede liderar todocomosolíahacer,noquiere sersegundonadenadie.¿Quésevaaponer,señoritaShirley?Megustaríaverlaconelvestidodesedacolorcrema,conloslazosdeterciopelonegros.Estanelegante».

«Me temo que sería demasiado formal para una cena tranquila», lecontesté.

«A la señoritaMinerva le agradaría, creo. A los Tomgallon siempre lesgustó que los invitados estuvieran bien vestidos. Dicen que el abuelo de laseñoritaMinervaunavez cerró la puerta en la cara deunamujer quehabíasido invitadaaunbaile,porquevinocon su segundomejorvestido.LedijoquesumejorvestidoerapocoparalosTomgallon».

«Noobstante,creoquemepondréelvestidodegasaverde,ylosfantasmasdelosTomgallontendránquearreglárselas».

Tengo que confesarte algo que hice la semana pasada,Gilbert. Supongoquepensarásqueotravezmeestoymetiendoenlosasuntosajenos.Peroteníaquehaceralgo.NoestaréenSummersideelañoquevieneynosoportolaideade dejar a la pequeña Elizabeth a merced de esas dos mujeres que no lebrindancariñoyqueseestánvolviendocadavezmásamargadasyllenasdeprejuicios.¿Quéclasedeadolescenciatendráenesacasonadeprimente?

«Me pregunto», me dijo con aire melancólico no hace mucho tiempo,«cómoseríatenerunaabuelaalaquenosetienemiedo».

Loquehicefueesto:leescribíasupadre.ViveenParísyyonosabíaladirección,peroRebeccaDewhabíaoídoelnombredelafirmacuyasucursalmaneja,ypudorecordarlo,demodoquemearriesguéyleenviélacartaalaempresa. Escribí en la forma más diplomática que pude, pero le dijeclaramentequedeberíallevarseaElizabeth.LecontécómosueñaellaconélyquelaseñoraCampbellerarealmentedemasiadoseverayestrictaconella.Talveznosalganadadeesto,perosinolehubieraescrito,mehubieraquedadosiempreconlaconviccióndequedeberíahaberlohecho.

LoquemehizopensarenescribirlefuequeElizabethmedijo,muyseria,undía,quelehabía«escritounacartaaDios»parapedirlequeleenviaraasupadreyquehicieraqueéllaquisiera.Mecontóquesedetuvoalavueltadela

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escuela enmedio de un terreno vacío y la leyó,mirando hacia el cielo.Yosabíaquehabíahechoalgoraro,porquelaseñoritaProutylavioymelocontóaldíasiguiente,cuandovinoacoserparalasviudas.LeparecíaqueElizabeth«seestabavolviendorara…hablandoconelcielodeesaforma».

LepreguntéaElizabethquéhabíasucedidoymelocontó.

Antesdeterminar,debocontarteacercadeDustyMiller.Haceuntiempo,la tíaKatemedijoquecreíaquedebíabuscarleotrohogarporqueRebeccaDewsequejabatodoeltiempodeél,yalparecer,yanopodíasoportarlo.Unatardedelasemanapasada,cuandovolvíacasadesdelaescuela,DustyMillernoestaba.LatíaChattydijoqueselohabíandadoalaseñoraEdmonds,quevive del otro lado de Summerside. Sentí pena, puesDustyMiller y yo noshabíamoshechomuybuenosamigos.«Peroalmenos»,pensé,«RebeccaDewsesentiráfeliz».

Rebeccasehabíaidoporeldíaaayudaraunaparientaahaceralfombras.Al anochecer, cuando volvió, nadie tocó el tema; antes de ir a acostarse,RebeccasepusoallamaraDustyMillerdesdelagaleríatrasera.LatíaKateaprovechóparadecirleenvozbaja:

«NonecesitasllamaraDustyMiller,Rebecca.Yanoestá.Leencontramosotrohogar.Yanoteocasionarámásmolestias».

SiRebeccaDewhubierapodidoponersepálida,lohabríahecho.

«¿Noestáaquí?¿Leencontraronotrohogar?¡Santocielo!¿Noeséstesuhogar?».

«SeloregalamosalaseñoraEdmonds.Haestadomuysoladesdequesecasólahija,ypensóqueunlindogatoleharíabuenacompañía».

RebeccaDewentróycerrólapuerta.Selaveíamuyalterada.

«Estoeslagotaquedesbordaelvaso»,afirmó.

Y parecía que realmente lo fuese.Nunca he visto aRebeccaDew echarchispasporlosojosdeesemodo.

«Meiréafindemes,señoraMacComber,yantestambién,siustedpuedearreglárselas».

«Pero Rebecca», exclamó la tía Kate, desconcertada. «No comprendo.SiempreletuvisteantipatíaaDustyMiller.Lasemanapasadadijiste…».

«Esoes»,replicóRebeccaconamargura.«¡Échemelascosasencara!¡Notengaconsideraciónalgunapormissentimientos!¡Esepobregatoquerido!Loheatendidoymimadoymehelevantadodenocheparadejarloentrar.Yahoralohacendesaparecerdetrásdemiespaldasinsiquieradeciraguava.¡YselodanaSarahEdmonds,quenolecompraríauntrozodehígadonisielpobre

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animalseestuvieramuriendo!¡Laúnicacompañíaqueyoteníaenlacocina!».

«PeroRebecca,siemprete…».

«Sí,siga,siga.Nomedejeintercalarunapalabra,señoraMacComber.Crieaesegatodesdequeeragatito…cuidésusaludysueducación…¿yparaqué?ParaqueJaneEdmondstuvieraungatobienentrenadocomocompañía.Bien,esperoquesequedefueraen laescarchapor lasnoches,comohehechoyo,llamando al pobre gato durante horas antes que dejarlo fuera para que secongele, pero dudo de que lo haga. Lo dudo mucho. Muy bien, señoraMacComber,sóloesperoquesuconciencianoleremuerdalapróximavezquehaya diez grados bajo cero. Yo no pegaré un ojo cuando eso suceda, peroclaro,esoyanoesimportanteparanadie».

«Rebecca,sisolamentequisieras…».

«SeñoraMacComber,nosoyunalombrizniunfelpudo.Bien,estohasidounalecciónparamí.¡Nuncamáspermitiréquemisafectosseenredenconunanimaldecualquiertipoodescripción!Ysilohubieranhechoabiertamente…peroamisespaldas…¡aprovecharsedemídeesemodo!Jamásoíalgomásmalvado. ¡Peroquién soyyo,desde luego,parapretenderque seconsiderenmissentimientos!».

«Rebecca»suplicó la tíaKate,desesperada,«siquieresqueDustyMillervuelva,podemosirabuscarlo».

«¿Ypor quénome lodijo antes, entonces?», quiso saberRebeccaDew.«Además, lo dudo. Jane Edmonds ya le debe de haber clavado las garras.¿Acasoesprobablequenoslodevuelva?».

«Creoquelohará»,dijolatíaKate,quealparecer,sehabíaconvertidoengelatina.«Ysivuelve,¿nonosdejarás,verdad,Rebecca?».

«Talvezloreconsidere»,replicóRebeccaconlaexpresióndequienhaceunatremendaconcesión.

Aldía siguiente, la tíaChatty trajo aDustyMiller a casa, dentrodeunacestacubierta.CaptélamiradaqueintercambióconlatíaKatedespuésdequeRebecca se llevó al gato a la cocina y cerró la puerta. ¡Me siento muyintrigada! ¿Acaso todo habrá sido una trama urdida por las viudas, con laayudadeJaneEdmonds?

Rebeccanuncamásvolvió a emitirunapalabradeprotesta contraDustyMiller,ycuandolollama,porlasnoches,hayensuvozunverdaderotañidode victoria. ¡Parece que quisiera que todo Summerside se enterara de queDustyMillerestánuevamentedondelecorrespondeestaryque,unavezmás,ellahatriunfadosobrelasviudas!

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Enunanocheceroscuroyventosodemarzo,cuandohasta lasnubesquedisparabanporelcieloparecíanestarapresuradas,Anasubióligeramentelosescalonesanchosybajos,flanqueadosporurnasdepiedrayleonestambiéndepiedra,quellevabanalaimponentepuertaprincipaldelaCasaTomgallon.Porlogeneral, cuandohabíapasadopor allí despuésde la caídadel sol, la casaestabasombríaysevera,conuntenuebrillodeluzenunaodosventanas.Peroahora resplandecía en todo su esplendor; hasta las alas laterales estabaniluminadas,comosilaseñoritaMinervafueraarecibiratodoelpueblo.TantailuminaciónensuhonorabrumóaAna.Casideseóhabersepuestoelvestidodesedacolorcrema.

Noobstante,selaveíamuybonitaconelvestidoverdedegasa,ytalvez,la señoritaMinerva, al recibirla en el vestíbulo, también lo pensó, pues surostro y su voz irradiaban cordialidad. La anciana lucía majestuosa con suvestidodeterciopelonegro,unapeinetacondiamantesenelpelogrisáceo,yungrancamafeorodeadoporunatrenzadepelodealgúnTomgallondifunto.Todasuvestimentaeraanticuada,perolallevabacontantamajestuosidad,quelahacíaparecereternacomolaropadelarealeza.

—BienvenidaalaCasaTomgallon,querida—dijo,extendiendohaciaAnaunamano huesuda, salpicada también de brillantes—.Me alegromucho detenerteaquícomomiinvitada.

—Yyo…

—LaCasaTomgallonsiemprefueunreductodebellezayjuventudenlosviejostiempos.Solíamosdarmuchasfiestasyagasajaratodaslascelebridadesque venían de visita—prosiguió la señoritaMinerva, guiando aAna por lagastada alfombra roja hacia la gran escalinata—. Pero ahora todo hacambiado.Recibomuypoco.SoylaúltimadelosTomgallon.Quizáseamejorasí.Nuestrafamilia,querida,estábajounamaldición.

LaseñoritaMinervainfundióunanotatanmacabrademisterioyhorrorasu voz, que Ana contuvo un estremecimiento. ¡La Maldición de losTomgallon!¡Quétítuloparauncuento!

—ÉstaeslaescaleraporlaquecayómibisabueloTomgallon.Serompióel cuello, la noche de la fiesta que daba para inaugurar su nueva casa. Estacasa fue consagradapor sangrehumana.Cayó allí…—La señoritaMinervaapuntóconundedolargoypálidohaciaunaalfombradepieldetigre.Lohizocon tanto dramatismo, que Ana casi pudo ver al difunto Tomgallonmuriéndosesobreella.Nosabíaquédecir,demaneraqueatinóaexclamar:

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—¡Oh!

La señorita Minerva la llevó por un vestíbulo, lleno de retratos yfotografíasdedescoloridabelleza,conlafamosaventanaconvitralesalfinal.Entraron en un gran dormitorio de huéspedes, de altos techos y muchadignidad.La alta camademaderadenogal, con la enorme cabecera, estabacubierta por un cobertor de seda tan fabuloso, que a Ana le pareció unaprofanaciónapoyarelabrigoyelsombrerosobreél.

—Tienesun cabello hermoso, querida—comentó la señoritaMinerva—.Siempremegustóelpelorojizo.

Mi tía Lydia era pelirroja… la única pelirroja de los Tomgallon. Unanoche,cuandose loestabacepillandoen lahabitaciónquedaalnorte, se leprendió fuegocon lavelay ella corriógritandopor el corredor, envuelta enllamas.Todopartedelamaldición,querida…todopartedelamaldición.

—¿Yella…?

—No,nomurióquemada,peroperdió toda subelleza.Eramuyguapayvanidosa. Desde aquel día, nunca salió de la casa hasta que murió, y dejóindicacionesparaqueelataúdestuvieracerrado,demaneraquenadiepudieraversucarallenadecicatrices.¿Noquieressentarteparaquitartelasbotasdegoma,querida?Estesillónesmuycómodo.Mihermanamuriódeunataquecardíaco,sentadaenél.Eraviudayvolvióaquíavivirdespuésdelamuertedesumarido.Suhijita sevolcó encimaunaolla de aguahirviendo, ennuestracocina.¿Notepareceunaformatrágicademorir,paraunacriatura?

—¿Pero¿cómo…?

—Pero al menos sabemos cómo murió. Mi medio tía Eliza… es decir,hubiera sido mi medio tía si hubiera vivido… sencillamente desapareciócuandoteníaseisaños.Nadiesuponuncaquéfuedeella.

—Perosinduda…

—La buscaron por todas partes, pero nunca se supo nada.Dicen que sumadre…miabuelastra…habíasidomuycruelconunasobrinademiabuelo,unahuérfanaquesecriabaaquí.Laencerróenelarmario,enelrellanodelaescalera,undíacalurosodeverano,paracastigarla,ycuandofueasacarla,laencontró…muerta.Algunas personas dijeron que en castigo, su propia hijadesapareció.Peroyopiensoquefuetodopornuestramaldición.

—¿Quiénpuso…?

—Qué empeine alto tienes, querida. El mío también provocabaadmiración. Se decía que un chorro de agua podía correrle por debajo… lapruebadeunaaristócrata.

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LaseñoritaMinervaasomóconmodestiaunzapatitopordebajodelafaldadeterciopeloyrevelóloque,sindudaalguna,eraunpiemuyelegante.

—Porcierto…

—¿Tegustaríarecorrerlacasa,querida,antesdecenar?SolíaserelorgullodeSummerside.Supongoque tododebede resultar terriblemente anticuado,ahora,perotalvezhayaalgunascosasdeinterés.Esaespadaquecuelgaenelrellanodelaescalerapertenecióamitatarabuelo,quefueoficialdelEjércitoBritánico y recibió tierras en la isla PríncipeEduardo por sus servicios.Nollegó a vivir en esta casa, peromi tatarabuela sí, durante algunas semanas.Muriómuypocodespuésdelatrágicamuertedesuhijo.

LaseñoritaMinervaguioimplacablementeaAnaportodalaenormecasa,llena de gigantescas habitaciones cuadradas: salón de baile, sala demúsica,saladebillar,tressaloncitos,saladedesayuno,unsinnúmerodedormitoriosyunamplísimoaltillo.Todaseranmagníficasysombrías.

—Ésos eran mis tíos Ronald y Reuben —explicó la señorita Minerva,señalandoadoscaballerosqueparecíanfulminarsemutuamenteconlamiradadesdelosladosopuestosdeunhogar—.Eranmellizosysedetestarondesdelacuna.La casa retumbabacon suspeleas.Arruinaron lavidade sumadre.Ydurante su última pelea, en estamisma habitación, durante una tormenta, aReuben lo mató un rayo. Ronald nunca se repuso. Desde ese día, fue unhombreacosado.Suesposa—añadiólaseñoritaMinervaentonoreminiscente—setragóelanillodebodas.

—Quécosamás…

—ARonaldleparecióungrandescuidoynoquisoquesehicieranada.Unrápidoeméticohubierapodido…peronosevolvióasaberdeél.Learruinólavida.Siempresesintiótandescasadasinelanillo.

—Quéhermosa…

—Ah, sí, ésa era mi tía Emilia… bueno, no mi tía, en realidad, sinosolamente lamujerdemi tíoAlexander.Era famosapor suaspectoetéreoyespiritual,peroenvenenóa sumaridoconunguisodehongos…venenosos,claroestá.Siemprefingimosquefueunaccidente,puestoqueunasesinatoesalgo tanengorrosoparaunafamilia,pero todossabíamoscuálera laverdad.Porcierto, ella secasócontra suvoluntad.Erauna jovencita alegreyél erademasiado viejo para ella.Diciembre ymayo, querida.No obstante, eso nojustificabaloshongosvenenosos.Pocodespués,elladesmejorómucho.EstánsepultadosjuntosenCharlottetown…todoslosTomgallontienensepulturaenCharlottetown.ÉstaeramitíaLouise.Bebióláudano.Elmédicoseloextrajoconunlavajeylasalvó,perodesdeentonces,todossentimosquenopodíamosconfiar en ella. Realmente fue un alivio cuando murió de una respetable

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neumonía.Desdeluego,algunosdenosotrosnolaculpábamos.Verás,querida,elmaridolehabíapegadounapaliza.

—Pegado…

—Exacto. Realmente hay cosas que ningún caballero debería hacer,querida,yunadeellasesdarleunapalizaalaesposa.Derribarla,quizá…perodarle una paliza, ¡nunca! Me gustaría —dijo la señorita Minerva, en tonomajestuoso—veralhombrequeseatrevieseadarmeunapalizaamí.

Ana sentía que también le gustaría verlo. Comprendía que había límitespara la imaginación, después de todo. Ni aun estirando la suya almáximo,podía imaginar a un marido propinándole una paliza a la señoritaMinervaTomgallon.

—Ésteeselsalóndebaile.Porsupuesto,yanuncaseusa.Perohahabidounsinnúmerodebailesaquí.LosbailesdelosTomgalloneranfamosos.LosinvitadosveníandesdetodalaIsla.Esaarañalecostóquinientosdólaresamipadre.MitíaabuelaPatiencecayómuertamientrasbailabaaquíunanoche…justo allí en ese rincón. Se afligía mucho por un hombre que la habíadefraudado.No puedo imaginar a una chica permitiendo que su corazón serompa por un hombre. Los hombres (declaró la señorita Minerva,contemplandounafotografíadesupadre,uncaballeroconhirsutaspatillasynarizaguileña)siempremehanparecidotantriviales.

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El comedor concordaba con el resto de la casa.Había otra gigantesca yelaboradaaraña,uneleganteespejotrabajadosobrelarepisadelhogaryunamesamuy bien puesta con plata, cristalería y vajilla de porcelana. La cena,servidaporunasombríayancianacriada,eraabundanteydeliciosa,yeljoveny saludable apetito de Ana le hizo justicia. La señorita Minerva guardósilencioporunratoyAnanoseatrevióadecirnadaportemoradarcomienzoaunanuevaavalanchadetragedias.Enundeterminadomomento,unelegantegatonegroentróenlahabitaciónysesentójuntoalaseñoritaMinervaconunfuertemaullido.Ellallenóunplatitoconcremaylopusoenelsuelodelantede él. Después de eso, aAna le pareciómuchomás humana y perdió granpartedesutemorantelaúltimadelosTomgallon.

—Sírvete un poco más de melocotón, querida. No has comido nada…absolutamentenada.

—Ay,señoritaTomgallon,hedisfrutado…

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—Los Tomgallon siempre sirvieron una buena mesa —le aseguró laseñoritaMinerva,complacida—.MitíaSophiahacíalamejortortaesponjosaqueheprobadoenmivida.Creoquelaúnicapersonaalaquemipadreodiabaver entrar en nuestra casa era su hermanaMary, porque tenía poco apetito.Apenasprobababocado.Éllotomabacomounaofensapersonal.Mipadreeraun hombre inflexible.Nunca perdonó ami hermanoRichard por casarse encontradesuvoluntad.Loechódelacasaynuncalepermitióvolverapisarla.Papá siempre rezaba el padrenuestro durante las plegarias familiares por lamañana,perodespuésdequeRichardlodesafió,siempreomitía laparte:«yperdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestrosdeudores».Puedoverlo—prosiguió la señoritaMinervaconaire soñador—,arrodilladoallí,omitiendoesafrase.

Después de cenar, fueron almás pequeño de los tres saloncitos, que, detodosmodos,eragrandeysombrío,ypasaronlaveladadelantedeunenormefuego,agradableyamistoso.AnatejíaylaseñoritaMinervahacíapuntocondosagujas,manteniendoloqueeraprácticamenteunmonólogo,compuestoengranparteporcoloridasymacabrasanécdotassobrelosTomgallon.

—Éstaesunacasaderecuerdostrágicos,querida.

—SeñoritaTomgallon,¿nadaagradablesucedióenestacasa?—preguntóAna. Logró terminar la frase por un pelo, pues la señorita Minerva habíatenidoquedejardehablareltiemposuficienteparasonarselanariz.

—Sí,supongoquesí—respondiólaanciana,comosidetestaratenerqueadmitirlo—. Sí, desde luego, lo pasábamos de maravillas cuando yo erapequeña.Tengo entendido que estás escribiendo un libro sobre todos los deSummerside,querida.

—Enabsoluto…nohayunapalabradeverdad…

—Ah, bueno. —La señorita Minerva parecía decepcionada—. Bien, sialgunavezlohaces,puedesusarcualquieradenuestrasanécdotas,quizáconlosnombrescambiados.¿Yquétepareceahoraunapartidadeparchís?

—Creoqueyaeshoradeirme…

—Ay,querida, nopuedesvolverte a tu casa esta noche.Está lloviendo acántaros…yescuchael aullidodelviento.Yano tengocarruaje…no tengooportunidad de usarlo… y no puedes caminar medio kilómetro bajo esediluvio.Debeshospedarteaquíhastamañana.

AnanoestabaseguradequererpasarlanocheenlacasaTomgallon.Perotampoco quería caminar hasta Álamos Ventosos bajo una tempestadprimaveral.Demodoquejugaronalparchís;laseñoritaMinervaseconcentrótanto en el juego, que olvidó narrar más horrores. Luego comieron un

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tentempié: tostadas con canela, acompañadas por chocolate servido enhermosastazasdeporcelana.

Por fin, la señoritaMinerva llevó aAna a una habitación de huéspedes.AnanotóconalivioquenoeraeldormitoriodondehabíamuertolahermanadelaseñoritaMinervadeunataquecardíaco.

—Éste es el cuarto de mi tía Anabella —explicó la señorita Minerva.Encendió las velas en los candelabros de plata, sobre una bonita cómodaverde, y apagó luego el gas.Matthew Tomgallon había soplado el gas unanoche…laúltimadeMatthewTomgallon.

—Era la más guapa de las Tomgallon. Allí está su retrato, encima delespejo.¿Hasvistoquébocaorgullosatiene?Fueellalaquehizoeseedredóntanextrañoqueestásobrelacama.Esperoqueestéscómoda,querida.Maryha aireado la cama y ha puesto dos ladrillos calientes, y ha aireado estecamisónparati.—Señalóunaampliaprendadefranelaquecolgabasobreunasillayolíaanaftalina—.Esperoquetequedebien.Laúltimapersonaquelousófuemimadre,eldíadesumuerte.Ah,casiolvidodecirte…—LaseñoritaMinerva sevolvióal llegara lapuerta—.Éstaes lahabitacióndondeOscarTomgallonvolvióalavidadespuésdehabersidoconsideradomuertopordosdías. Pero nadie quería que viviese, sabes, ésa fue la tragedia. Espero queduermasbien,querida.

Ananosabíasipodríadormirono.Depronto, leparecíaquehabíaalgoextraño en la habitación… algo hostil. Pero ¿acaso no hay algo extraño encualquierhabitaciónquehasidoocupadadurantegeneraciones?Lamuertehamerodeado por ella… el amor ha florecido en ella… se han producidonacimientos… han arreciado las pasiones, ha cobijado la esperanza. Y estállenaderencores.

Pero ésta era realmente una casa terrible, llena de fantasmas de odiosmuertos y corazones rotos, atestada de hechos oscuros que jamás habíanconocido la luz y seguían fermentando en sus rincones y escondrijos.Demasiadasmujeres debían de haber llorado allí. El viento gemía entre losabetosjuntoalaventana.Duranteunosinstantes,Anasintiódeseosdeecharacorrer,apesardelatormenta.

Enseguida se controló y sacó a relucir su sentido común. Si habíansucedido cosas terribles y trágicas allí, hacía muchísimos años oscuros, sindudatambiéndebíandehabersucedidocosasdivertidasyalegres.Muchachasvivaces y traviesas habían bailado allí y habían intercambiado secretosencantadores; bebés rosados habían nacido allí; había habido bailes, bodas,músicayrisas.Ladamadelatartaesponjosadebiódehabersidounaseñorahogareña,yelimperdonableRichard,unamantegallardo.

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«Pensaréenestascosasymeiréadormir.¡Quéedredónmásextraño!Mepregunto si estaré loca como él por la mañana. ¡Y éste es un cuarto dehuéspedes!Nunca he olvidado lo emocionante queme parecía dormir en lahabitacióndehuéspedesdecualquiercasa».

AnasesoltóelpeloyselocepillóbajolasnaricesdeAnabellaTomgallon,cuyosojoslacontemplabandesdeunacaraenlaquehabíaorgulloyvanidadyalgodelainsolenciadelagranbelleza.Anasintióalgoextrañoalmirarseenelespejo.¿Quiénpodíasaberquérostrospodíanestarobservándoladesdeelotrolado?Todaslasdamastrágicasyperseguidasquesehabíancontempladoenél,quizás.Abrióconvalentíalapuertadelguardarropa,esperandoamediasquecayeranvariosesqueletos,ycolgóelvestido.Sesentóconserenidadsobreunasillarígida(queparecíaconsiderarunaofensaquesesentaransobreella)ysequitóloszapatos.Luegosepusoelcamisóndefranela,apagólasvelasyse acostó en la cama que, gracias a los ladrillos de Mary, estabaagradablemente tibia. Durante unos minutos, el ruido de la lluvia contra laventanayelaullidodelvientoentrelasvigasleimpidieronconciliarelsueño.Luego olvidó todas las tragedias de los Tomgallon en un pesado sueño queduró hasta que se descubrió contemplando las oscuras ramas de los pinoscontraunamanecerrojo.

—Ha sido un gran placer tenerte aquí, querida —dijo la señoritaTomgalloncuandoAnasedisponíaamarcharse,despuésdeldesayuno—.Hasidounavisita realmentealegre,¿no teparece?Aunquehevividosola tantotiempoquecasiheolvidadocómosehabla.Ynoesnecesarioquetedigaloencantadorquemeresultaconoceraunamuchachaencantadorayrefinadaenesta era tan frívola. Ayer no te lo dije, pero erami cumpleaños y fuemuyagradable tener un poco de juventud en la casa. Ya no queda nadie pararecordarmicumpleaños…—LaseñoritaMinervadejóescaparunsuspiro—.Yenuntiempoerantantos…

—Bien,supongoquehabráescuchadounacrónicahorrorosa—comentólatíaChattyesanoche.

—Todas esas cosas que me contó la señorita Minerva, ¿realmentesucedieron,tíaChatty?

—Lo curioso es que sí—respondió la tíaChatty—.Es extraño, señoritaShirley,peroalosTomgallonleshansucedidomuchascosasterribles.

—Nocreoquehayansidomásquelasquelesucedenacualquierfamiliagrandeeneltranscursodeseisgeneraciones—observólatíaKate.

—Yo creo que sí. En verdad, parecían estar bajo una maldición. Hubotantosquemurierondemuerterepentinaoviolenta.Desdeluego,hayunavetade locura en la familia… todos los saben. Eso ya era bastantemaldición…

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peroheoídounaviejahistoria…nopuedorecordarlosdetalles…algoacercade que el carpintero que hizo la casa la maldijo. Fue a causa de algo delcontrato… el viejo Paul Tomgallon lo hizo atenerse a él y lo arruinó, puescostómuchomásdeloquehabíacalculado.

—LaseñoritaMinervaparececasiorgullosadelamaldición—dijoAna.

—Pobrecilla,esloúnicoquelequeda—comentóRebeccaDew.

Ana sonrió al pensar en la digna señorita Minerva considerada una«pobrecilla».PerofuealahabitacióndelatorreyleescribióaGilbert.

Creía que la Casa Tomgallon era una casona añeja y soñolienta dondenuncasucedíanada.Bueno,quizásahoranosucedancosas,peroesevidenteque han sucedido. La pequeña Elizabeth está todo el tiempo hablando delMañana, pero la Casa Tomgallon es el Ayer. Me alegro de no vivir en elAyer…dequeelMañanasigasiendounamigo.

Desde luego,piensoque la señoritaMinervadisfruta siendoel centrodeatención,yobtienemuchasatisfaccióndesus tragedias.Sonparaella loqueun marido y niños son para otras mujeres. Pero, ay, Gilbert, aunque nospongamosmuyviejosconlosaños,nuncaveamoslavidacomounatragedia,y disfrutemos de ella. Creo que detestaría una casa de ciento veinte años.Espero que cuando consigamos nuestra casa de los sueños, sea nueva, sinfantasmas ni tradiciones, y si eso no es posible, que al menos haya sidoocupadaporpersonasrazonablementefelices.JamásolvidaréminocheenlaCasaTomgallon.Yporunavezenlavida,metopéconalguienquehablabamásqueyo.

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La pequeña Elizabeth Grayson había nacido esperando que sucedierancosas.Elhechodequenuncasucedieranbajolaatentavigilanciadesuabuelay la«mujer»enabsoluto truncó susexpectativas.Enalgúnmomento ibanasucedercosas…sinoerahoy,seríamañana.

CuandolaseñoritaShirleyvinoaviviraÁlamosVentosos,ElizabethsintióqueMañanadebíadeestarmuycerca,ysuvisitaaTejasVerdesfuecomounanticipo.Peroahora,enjuniodelterceryúltimoañodelaseñoritaShirleyenSummerside, el corazón de la pequeñaElizabeth había descendido hasta lasbonitasbotasabotonadasquelaabuelasiemprelecompraba.Muchosniñosdela escuela a la que asistía Elizabeth le envidiaban esas preciosas botas decuero.Peroa lapequeñaElizabethno le importabannada,puesconellasnopodíairporlasendadelalibertad.YahorasuadoradaseñoritaShirleyseiría

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parasiempre.Afinesdejunio,semarcharíadeSummersideyregresaríaalahermosa Tejas Verdes. La pequeña Elizabeth sencillamente no soportaba laidea. De nada servía que la señorita Shirley prometiera que la recibiría enTejasVerdes el verano antes de casarse. La pequeñaElizabeth sabía que suabuelanolepermitiríavolverair.SuabuelanuncahabíaaprobadodeltodosuestrechaamistadconlaseñoritaShirley.

—Seráelfinaldetodo,señoritaShirley—sollozó.

—Tesoro, esperemos que sea solamente un nuevo comienzo—dijo Anaalegremente.

Pero hasta ella se sentía oprimida. No había sabido nada del padre deElizabeth.Sucartanolehabíallegadonunca,oaélnoleimportabanadadelaniña.Ysiéseeraelcaso,¿quéseríadeElizabeth?Bastantemalahabíasidosuniñezpero¿quépodíaesperarsedelosañosvenideros?

—Esas dos ancianas la tratarán siempre conmucho rigor—había dichoRebeccaDew.

Anasentíaquehabíamuchaverdadenelcomentario.

Elizabethsabíaquela«mandaban».Ylafastidiabamuchoquela«mujer»latrataraenformadespótica.Nolegustabaquelohicieralaabuela,porcierto,pero se podía admitir que quizás una abuela tuviera algún derecho demandarnos. ¿Pero qué derecho tenía la «mujer»? Elizabeth siempre habíaquerido preguntárselo directamente. Algún día lo haría… cuando llegaraMañana. ¡Y cómodisfrutaría al ver la cara de la «mujer»!La abuela nuncapermitíaaElizabethsaliracaminarsola…portemor,decía,aquelaraptaranlos gitanos.Hacía cuarenta años, eso le había sucedido a una niña.Ya casinunca venían gitanos a la Isla, y a la pequeña Elizabeth le parecía que erasolamenteunaexcusa.¿Porquéibaaimportarlealaabuelaquelaraptaran?Elizabethsedabacuentadequenisuabuelani«lamujer»laquerían.Sicasinunca la llamaban por su nombre; siempre era «la niña». ¡Cómo detestabaElizabethquelallamaran«laniña»,comopodríanhabersereferidoal«perro»oal«gato»,sihubierantenidouno!PerocuandoElizabethsehabíaatrevidoaprotestar,elrostrodelaabuelasehabíaensombrecidodefuria,ylapequeñaElizabethhabíasidocastigadaporimpertinente,bajolasatisfechamiradadela«mujer». La pequeña Elizabeth con frecuencia se preguntaba por qué laodiaría la «mujer». ¿Por qué alguien tenía que odiarla, si era tan pequeña?¿Acaso se hacía odiar? La pequeña Elizabeth no sabía que su madre (quehabía muerto al nacer ella) había sido la niña mimada de esa ancianaamargada,ysi lohubierasabido,nohubierapodidocomprenderqué formasperversaspuedetomarelcariñocontrariado.

LapequeñaElizabethodiaba la sombríaymagnífica casona, donde todo

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parecía resultarle desconocido, aunque había vivido allí toda la vida. Perodespués de la llegada de la señorita Shirley aÁlamosVentosos, todo habíacambiado en forma mágica. La pequeña Elizabeth vivía en un mundo deromancedesde la llegadade la señoritaShirley.Habíabellezapor donde semirara. Por fortuna, abuela y la «mujer» no podían impedirlemirar, aunqueElizabethnodudabadeque loharían, sipudiesen.Losbrevespaseospor lamagia rojadelcaminoalpuerto,que tanpocasveces lepermitíancompartirconlaseñoritaShirley,eranelfocodeluzensuvidaopaca.Leencantabatodoloqueveía…elfarodistante,pintadoconextrañosanillosrojosyblancos…laslejanasyborrosascostas…lasolasplateadas…laslucesqueseveíanenlosatardeceresvioláceos…todo leproducía tantoplacer,que ledolía. ¡Yelpuerto, con sus islas brumosas y sus ocasos resplandecientes! Elizabethsiempresubíahastaunaventanadeldesvánparacontemplarlosporencimadelosárboles…Ylosnavíosquezarpabanalsalirlaluna,navesquevolvían…oquenovolvíannunca.Elizabethdeseabapartirenunadeellas…enunviajealaIsladelaFelicidad.Losnavíosquenuncavolvíansequedabanallí,dondeerasiempreMañana.

Ese misterioso camino rojizo seguía y seguía y sus pies ardían porrecorrerlo.¿Adóndellevaba?Aveces,Elizabethpensabaqueestallaría,sinolo averiguaba.Cuando llegara realmenteMañana, tomaría por ese camino yquizás encontraríauna islapara ella sola, dondepodríavivir con la señoritaShirley,lejosdeabuelayla«mujer».Lasdosodiabanelaguaypornadadelmundopisaríanunbarco.LapequeñaElizabethdisfrutabaimaginándosesobresuislayburlándosedeellas,quepermanecerían,furiosas,entierrafirme.

—EstoesMañana—lesdiría,provocativa—.Yanopodéisatraparme.OshabéisquedadoenHoy.

¡Quédivertidosería!¡Cómodisfrutaríaalverlaexpresióndela«mujer»!

Luego, una tarde de fines de junio, sucedió algo asombroso.La señoritaShirley le había dicho a la señoraCampbell que debía hacer algo en la islaNubeVoladora(iraveraunatalseñoraThompson,queestabaacargodelacomitiva de refrigerios de las Damas de Caridad) y le pidió permiso parallevar a Elizabeth con ella. La abuela accedió con su habitual acidez…Elizabethnuncaentendíaporquédecíaquesí,yaquedesconocíaelhorrorquesentía cualquier Pringle ante cierta información que poseía la señoritaShirley…Perolehabíadadopermiso.

—Iremos directamente a la boca del puerto—susurróAna, una vez quehayaterminadomidiligenciaenNubeVoladora.

LapequeñaElizabethsefuealacamapresadetantaemoción,quecreyóquenopegaríaojo.Por fin ibaa respondera laatraccióndelcaminoque lallamabadesdehacíatantotiempo.Apesardesuentusiasmo,seesmeróenel

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ritocotidianoqueprecedíaalacostarse.Doblólaropa,selavólosdientesysecepillóelpelodorado.Supeloleparecíabastantebonito,aunquedesdeluegonoeratanhermosocomoeldelaseñoritaShirley,rojizoyondulado,conesosrizos preciosos que se le formaban sobre las orejas. La pequeña ElizabethhubieradadocualquiercosaparatenerpelocomoeldelaseñoritaShirley.

Antesdeacostarse,lapequeñaElizabethabrióunodeloscajonesdelaaltaylustrosacómodaysacóunafotografíamuybienocultadebajodeunapiladepañuelos… una fotografía de la señorita Shirley, recortada de una ediciónespecial del Weekly Courier, que había reproducido una fotografía delpersonaldelaEscuelaSecundaria.

—Buenasnoches,miqueridísimaseñoritaShirley.

Besó la fotografíayvolvióaguardarlaensuescondite.Luego trepóa lacamay seacurrucóbajo las sábanas,pues lanochede junioestaba frescaysoplaba brisa delmar.De hecho, eramás que una brisa. El viento soplaba,aullaba, sacudía y golpeaba, y Elizabeth sabía que el puerto sería unaturbulentaextensióndeolasbajolaluna.¡Quédivertidoseríaverlodenoche!Pero esas cosas se hacían solamente en Mañana. ¿Dónde quedaba NubeVoladora?¡Quénombre!SacadodelMañana.EraenloquecedorestartancercadeMañanaynopodermeterseenél.¿Ysialdíasiguientellovía?Elizabethsabíaquenolepermitiríaniraningúnladoconlluvia.

Seincorporóenlacamayentrelazólasmanos.

—Diosquerido—dijo—,nomegustameterme,pero¿podríasencargartedequemañanafueraunbonitodía?Porfavor,queridoDios.

Latardesiguientefueunagloria.LapequeñaElizabethsintióquesehabíalibradodeunascadenasinvisiblescuandoellaylaseñoritaShirleysealejarondeesacasasombría.Tragóunagranbocanadade libertad,apesardeque la«mujer» lasmiraba con furia por el vidrio rojo de la gran puerta principal.¡QuéhermosoeracaminarporelmundoconlaseñoritaShirley!Erasiempretan lindoestarsolaconella.¿Quéharíacuando laseñoritaShirleyse fuera?PerolapequeñaElizabethalejóesaideadesucabeza.Noarruinaríala tardepensando en eso. Tal vez… un gran tal vez… ella y la señorita Shirleypudieran entrar enMañana esa misma tarde y no separarse nunca más. Lapequeña Elizabeth deseaba solamente seguir caminando hacia esa extensiónazul al final delmundo, absorbiendo la belleza que la rodeaba. Cada curvaocultabaunanuevahermosura…yelcaminoserpenteabainterminablemente,siguiendoelcursodeunríodiminutoqueparecíahaberaparecidodelanada.

Aambosladoshabíacamposconfloressilvestressobrelasquezumbabanlasabejas.Detantoentanto,cruzabanporunavíalácteademargaritas.Enlalontananza,elestrechoreíaconolasplateadas.Elpuertoparecíasedamojada.

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AElizabethlegustabamásasíquecuandoparecíarasoceleste.Absorbieronelviento. Era una brisa suave. Ronroneaba alrededor de ellas y parecíaimpulsarlashaciaadelante.

—¿No es fantástico caminar así con el viento? —preguntó la pequeñaElizabeth.

—Un viento amistoso y perfumado—dijoAna,más para sí misma quepara Elizabeth—. Así creía yo que era el mistral. Mistral suena así. ¡Quédesilusióncuandomeenterédequeeraunvientofuerteydesagradable!

Elizabeth no comprendía del todo (jamás había oído hablar del mistral)perolamúsicadelavozdesuamadaseñoritaShirleylebastaba.Hastaelcieloestaba alegre. Un marinero con aretes de oro (el tipo de persona que unaconocería en Mañana) sonrió al pasar junto a ellas. Elizabeth pensó en unverso de una poesía que había aprendido en la escuela dominical: «Laspequeñas colinas se alegran en cada ladera». ¿Acaso el hombre que habíaescritoesohabíavistocolinascomo lasque seelevaban, azules, encimadelpuerto?

—Creo que este camino lleva directamente a Dios —comentó conexpresiónsoñadora.

—Tal vez—respondióAna—.Tal vez todos los caminos lleven aDios,pequeñaElizabeth.Aquínosdesviamos.Debemoscruzaraesaisla.SellamaNubeVoladora.

Nube Voladora era un islote largo y estrecho que estaba a unoscuatrocientos metros de la costa. Había árboles y una casa. La pequeñaElizabethsiemprehabíadeseadotenerunaislapropia,conunabahíadearenaplateada.

—¿Ycómollegaremoshastaallí?

—Remandoenestebote—respondiólaseñoritaShirley,ycogiólosremosdeunboteatadoaunárbol.

La señorita Shirley sabía remar. (¿Existía algo que no supiera hacer?).Cuandollegaronalaisla,resultóserunlugarfascinantedondepodíasucedercualquier cosa. Por supuesto, quedaba en Mañana. Las islas como ésa noaparecían,salvoenMañana.NoteníancabidaenelmonótonoHoy.

LacriadaquelesabriólapuertadelacasainformóaAnaqueencontraríaalaseñoraThompsonenelextremodelaisla,recogiendofresassilvestres.¡Unaisladondecrecíanfresassilvestres!

Ana fue en busca de la señora Thompson, pero primero preguntó si lapequeña Elizabeth podía esperar en la sala. Le parecía que Elizabeth teníaaspecto de estar cansada luego de la larga caminata, y que necesitaba un

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descanso.Elizabethnoopinabalomismo,peroelmenordeseodelaseñoritaShirleyeraley.

Era una preciosa habitación, con flores por todas partes y brisa delmar,queentrabaporlasventanas.AElizabethlegustaronelespejosobrelarepisadelachimenea,dondesereflejabalasala,ylavistadelpuerto,lascolinasyelestrecho.

Súbitamente, entró un hombre en la sala. Elizabeth sintió un instante depánicoyhorror.¿Seríaungitano?Noseasemejabaalaideaqueteníaelladelos gitanos, pero desde luego, nunca había visto uno. Podría serlo… Conrepentina intuición, Elizabeth decidió que no le importaba si la raptaba. Legustabansusojoscastañosconarruguitasalrededor,elonduladopelooscuro,elmentóncuadradoylasonrisa.Porqueestabasonriendo.

—Vaya…¿quiéneres?—preguntó.

—Soy…soyyo—respondióElizabeth,algoagitada.

—Sí, desde luego… tú.Saliste delmar, supongo…ode las dunas…sinnombreconocidoentrelosmortales.

Elizabeth sintió que se estaba burlando un poquito de ella. Pero no leimportaba.Esmás,legustaba.Respondiódecorosamente:

—MellamoElizabethGrayson.

Hubounsilencio…unsilenciomuyextraño.Elhombrelamiróduranteuninstante,sindecirnada.Luegolainvitóamablementeasentarse.

—EstoyesperandoalaseñoritaShirley—explicóElizabeth—.Fueaverala señoraThompson por algo de la cena de lasDamas deCaridad.Cuandoregrese,iremosalfindelmundo.

«¡Toma,porsitienesintencionesderaptarme,señorHombre!».

—Por supuesto. Pero mientras tanto, podrías ponerte cómoda. Y debohacerloshonores.¿Quétegustaríatomarocomer?EsprobablequeelgatodelaseñoraThompsonhayatraídoalgo.

Elizabethsesentó.Sesentíaextrañamentecontentaycómoda.

—¿Puedopedirloquequiera?

—Porsupuesto.

—Entonces—dijo Elizabeth en tono triunfal—,me gustaría un poco deheladocondulcedefresasencima.

Elhombrehizosonarunacampanillaypidióelrefrigerio.Sí,estodebíadeserMañana…nohabíadudas.Elheladocondulcede fresasnoaparecíade

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estemodomágicoenHoy,congatososinellos.

—DejaremosunaporciónparatuseñoritaShirley—sugirióelhombre.

Se hicieron buenos amigos de inmediato. El hombre no hablabamucho,peromirabaconatenciónaElizabeth.Habíaternuraensurostro…unaternuraqueellanuncahabíavistoantes…nisiquieraenlacaradelaseñoritaShirley.Sintióqueelhombrelaveíaconagrado.Yaella,éllegustabamucho.

Porfin,élmiróporlaventanaysepusodepie.

—Creoquedeboirme—dijo—.VeoatuseñoritaShirleysubiendoporelcamino,asíqueyanoestarássola.

—¿No quiere esperar y conocer a la señorita Shirley? —preguntóElizabeth,lamiendolacucharaparadisfrutardelosúltimosvestigiosdedulce.Laabuelayla«mujer»hubieranmuertodehorror,silahubieranvisto.

—Ahorano—dijoelhombre.

Elizabethcomprendióquenoteníalamenorintenciónderaptarlaysintióunainexplicabledecepción.

—Adiós y gracias—dijo, cortésmente—. Es muy bonito estar aquí, enMañana.

—¿Mañana?

—Esto es Mañana —explicó Elizabeth—. Siempre quise entrar en elMañanayahorayaestoyaquí.

—Ah, comprendo. Bueno, lamento decir que no me vuelve loco elMañana.AmímegustaríavolveralAyer.

La pequeñaElizabeth sintió pena por él. ¿Pero cómo era posible que nofuera feliz? ¿Cómoera posible que alguienqueviviera enMañanano fuerafeliz?ElizabethcontemplóconmelancolíalaislaNubeVoladora,mientrassealejabanremando.Después,justocuandosalíanhaciaelcaminoporentrelosabetos que ocultaban la orilla, se volvió para echar una última mirada dedespedida. Un carro tirado por caballos que galopaban a toda velocidadaparecióporlacurva,evidentementementefueradecontrol.

ElizabethoyógritaralaseñoritaShirley…

13

La habitación se movía en forma extraña. Los muebles se sacudían. La

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cama… ¿por qué estaba en la cama? Una persona con gorro blanco estabasaliendo por la puerta. ¿Qué puerta? ¡Qué extraña sentía la cabeza! Habíavoces en alguna parte… voces bajas. No podía ver quién hablaba, pero dealgúnmodoadivinóqueeranlaseñoritaShirleyyelhombre.

¿Qué estaban diciendo? Elizabeth oía frases sueltas, que asomaban porentreunaconfusióndemurmullos.

—¿De verdad es…? —La voz de la señorita Shirley sonaba tanemocionada.

—Sí…sucarta…Quiseveniraverpormímismo…antesdeenfrentarmeconlaseñoraCampbell…NubeVoladoraeslaresidenciaveraniegadenuestrogerentegeneral…

¡Siporlomenoslahabitaciónsequedaraquieta!Realmente,lascosassecomportabandemodomuyextrañoenMañana.Sialmenospudieravolverlacabezaymiraralosquehablaban…Elizabethdejóescaparunlargosuspiro.

Entonces se acercaron a su cama… la señorita Shirley y el hombre. LaseñoritaShirley,altaypálida,comoun lirio,conexpresióndehaberpasadoporunaexperienciaterrible,peroconunaespeciedebrillointerior…unbrilloque parecía parte de la luz dorada del atardecer que de pronto inundaba lahabitación.Elhombrelesonreía.Elizabethsintióquelaqueríamuchoyquehabíaunsecretotiernoyvalioso,entreambos,delqueseenteraríaencuantoaprendieraahablarelidiomadeMañana.

—¿Tesientesmejor,tesoro?—preguntólaseñoritaShirley.

—¿Estoyenferma?

—Unoscaballosdescontroladosquetirabandeuncarrotederribaronenelcamino —explicó la señorita Shirley—. Yo… no me moví con suficienterapidez.Creíquehabíasmuerto.Tetrajedirectamenteaquíenelboteytu…yestecaballerollamóaunmédicoyaunaenfermera.

—¿Mevoyamorir?—preguntólapequeñaElizabeth.

—No,tesoro,enabsoluto.Solamentequedasteaturdidayestarásbienmuypronto.Elizabeth,querida,ésteestupadre.

—PapáestáenFrancia.¿YotambiénestoyenFrancia?

Elizabeth no se había sorprendido en absoluto. ¿Acaso no era esto elMañana?Además,todavíatodoleresultabaalgoconfuso.

—Papá está aquí, contigo, cariño. —Tenía una voz tan encantadora…habíaquequererlaporsuvoz.Élseinclinóylabesó.

—Hevenidoabuscarte.Nuncamásnossepararemos.

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La mujer de gorro blanco estaba entrando otra vez. De algún modo,Elizabethcomprendióqueloquetuvieraparadecir,debíadecirloahora,antesdequeellaentraradeltodo.

—¿Viviremosjuntos?

—Siempre—respondiópapá.

—¿Yabuelayla«mujer»viviránconnosotros?

—No—respondiópapá.

Elatardecerdoradoseapagabaylaenfermeramirabaconairereprobador.PeroaElizabethnoleimportaba.

—EncontréelMañana—dijo,enelmomentoenquelaenfermeraechabaapapáyalaseñoritaShirley.

—Encontré un tesoro que no sabía que poseía —dijo papá, cuando laenfermeracerrólapuerta—.Ynuncapodréterminardedarlelasgraciasporesacarta,señoritaShirley.

Yasí—escribióAnaaGilbert esanoche—,el caminodemisteriode lapequeñaElizabethlallevóalafelicidadyalfindesuantiguomundo.

14

ÁlamosVentosos,

CalledelFantasma,

(Porúltimavez),

27dejunio.

Queridísimo:

He llegadoaotra curvaenel camino.Teheescritomuchascartasdesdeestaviejahabitacióndelatorre,enestostresúltimosaños.Supongoqueéstaserá la últimaque te escribiré enmucho,mucho tiempo.Porquedespuésdeésta, no habrá necesidad de cartas. Dentro de unas pocas semanas, nosperteneceremos el uno al otro para siempre… estaremos juntos. Piensa enello…estarjuntos…hablar,caminar,comer,soñar,planearjuntoscómohacerun hogar de nuestra casa de los sueños.Nuestra casa ¿No suena «místico ymaravilloso»,Gilbert?Heestadoconstruyendocasasdeensueñotodamividay ahora una de ellas se hará realidad. En cuanto a con quién quierocompartirla…bien,telodiréalascuatrodelañopróximo.

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Tresañosparecíaneternosalprincipio,Gilbert.Yahorahanpasadocomoun buque en la noche. Han sido años muy felices… excepto por aquellosprimerosmesesconlosPringle.Despuésdeeso,lavidapareciófluircomounagradable sueño dorado. Y mi antiguo conflicto con los Pringle parece unsueño.Ahoramequierenporloquesoy…hanolvidadoquemeodiaban.CoraPringle(delafamiliadelasviudasPringle)metrajoayerunramoderosas,yenroscado alrededor de los tallos, había un papelito que decía: «Para lamaestramásdulcedelmundo».¡DemasiadoparasalirdeunaPringle!

Jen estámuy triste porqueme voy.Observaré su carrera con interés. Esbrillante y tempestuosa. Una cosa es segura: no llevará una existenciaaburrida.NopornadaseparecetantoaBeckySharp.

Lewis Allen irá a McGill. Sophy Sinclair irá a Queen's. Luego piensaenseñar hasta haber ahorrado lo necesario para ir a la Escuela de ArteDramático de Kingsport. Myra Pringle «se presentará en sociedad» en elotoño. Es tan bonita, que a nadie le importará que no pueda reconocer unpasadopluscuamperfectonisiquierasiseloencuentraporlacalle.

Yyanotengounavecinitadelotroladodelportón.LapequeñaElizabethsehaidoparasiempredeesacasasombría…sehaidoasuMañana.Situvieraque quedarme en Summerside, se me partiría el corazón de tanto que laecharíademenos.Perotalcomoestánlascosas,mealegro.PierceGraysonselallevóconél.NovolveráaParís,sinoqueviviránenBoston.Elizabethlloróamargamente cuando nos separamos, pero está tan feliz con su padre, queestoyseguradequesuslágrimassesecaránmuypronto.LaseñoraCampbellyla «mujer» semostraronmuy agrias yme echan toda la culpa… culpa queaceptoconalegríaysinremordimientos.

«Ha tenido un buen hogar aquí», dijo la señora Campbell en tonomajestuoso.

«Enelquejamásoyóunapalabradeafecto»,pensé,peronolodije.

«CreoqueseréBettytodoeltiempo,ahora,miadoradaseñoritaShirley»,fueron las últimas palabras de Elizabeth. «Excepto cuando la extrañe, yentoncesseréLizzie».

«NoteatrevasaserLizzienunca,paseloquepase»,lerespondí.

Nos arrojamos besos por el aire hasta que ya no pudimos vernos y subíluego a mi torre con lágrimas en los ojos. Ha sido tan dulce, esa preciosacosilla dorada. Siempre me pareció que era un arpa de Eolo, sensible a lamenorbrisadeafectoquesoplabaensudirección.Hasidounaventurasersuamiga.EsperoquePierceGraysonvalorelahijaquetiene,ycreoquelohace.Semostrómuyagradecidoyarrepentido.

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«Nomehabíadadocuentadequeyanoeraunbebé»,dijo,«nidelopococálidoqueeraelambienteenquevivía.Graciasmilvecesportodoloquehizoporella».

HiceenmarcarelmapadelPaísdelasHadasyselodiaElizabethcomoregalodedespedida.

Lamento irmedeÁlamosVentosos. Por supuesto, estoy algo cansada devivirsola,perohedisfrutadoestandoaquí…hedisfrutadodelashorasfrescasdelamañanajuntoalaventana…demicamaalta,alaqueliteralmentetuveque trepar todas las noches…demi almohadón azul…de todos los vientosquesoplaron.Temoquenuncamásvolveréasentirmetancompañerade losvientoscomoaquí.¿Yvolveréatenerunahabitacióndesdelaquepuedaverelamaneceryelatardecer?

He terminado conÁlamosVentosos y con los años ligados a ella.Y hecumplido.NoreveléelesconditedelatíaChattyalatíaKatenilossecretostratamientosconsuerodelechequeseocultabanentresí.

Creoquelamentanvermepartir…ymealegro.Seríaterriblepensarquesealegrandequemevaya…oquenome extrañaránnada cuandoyano esté.Rebecca Dew ha estado preparando mis platos preferidos desde hace unasemana;hastagastódiezhuevosparaunatartadosveces,yhaestadousandolaporcelana«paravisitas».YlosojossuavesdelatíaChattydesbordancadavezquehablodemipartida.HastaDustyMillerparecemirarmeconairedereproche,sentadosobresuspequeñasposaderas.

La semana pasada recibí una larga carta de Katherine. Tiene don paraescribir cartas. Consiguió empleo como secretaria de un miembro delParlamento,untrotamundos.¡Quéfascinanteeslapalabratrotamundos!Unapersonaquediría:«VayamosaEgipto»,con lamismafacilidadconqueunasugeriría:«VayamosaCharlottetown…»,yloharía.EsavidaseráidealparaKatherine.

Insisteenresponsabilizarmeporelcambioensuformadeverlavidayensus perspectivas. «Ojalá pudiera decirte lo que has traído a mi vida», meescribió.Supongoqueayudéunpoco,sí.Ynofuefácilalprincipio.Ellacasinuncadecíanadaquenotuvieravenenoyescuchabacualquiersugerenciaqueyopudierahacer respectode laescuela,conelairedesdeñosoconquese lesiguelacorrienteaunlunático.Perodealgúnmodo,loheolvidadotodo.Erasolamenteproductodesusecretaamarguracontralavida.

Todoelmundohaestadoinvitándomeacenar…hastaPaulineGibson.Laanciana señora Gibson murió hace unos meses, de manera que Pauline seatrevió a hacerlo. Y estuve en la Casa Tomgallon, cenando otra vez con laseñoritaMinervaysoportéotromonólogo.Peromedivertímucho,comiendo

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cosas deliciosas y escuchando unas cuantas tragedias más. Ella no podíaocultarelhechodequesentíapenaportodoaquelquenofueraunTomgallon,peromehizovarioscumplidosagradablesymeregalóunpreciosoanilloconunaaguamarina(unahermosamezcladeazulyverde)quesupadrelehabíaregalado en ocasión de su decimoctavo cumpleaños… «cuando era joven ybonita,querida,muybonita».Supongoquepuedodecirloahora.Mealegrédequehubierasidode laseñoritaMinervaynodelaesposadel tíoAlexander.Estoyseguradequenohubierapodidousarlo,silehubierapertenecidoaella.Esmuybonito.Lasjoyasdelmartienenunencantomisterioso.

LaCasaTomgallonesciertamentemagnífica,sobretodoahora,cuandoeljardín está florecido. Pero no cambiaría mi casa de los sueños por la CasaTomgallon,niporeljardínylosfantasmasqueallíhabitan.

Aunque en realidad, un fantasma sería un toque aristocrático, ¿no? MiúnicaquejacontralaCalledelFantasmaesquenohayninguno.

Ayerfuialviejocementerio,adarunúltimopaseo…LorecorrítodoymepreguntésiHerbertPringle,algunavez,reiríaparasusadentrosenlatumba.Yesta nocheme despido del Rey de las Tormentas, con el atardecer sobre lacima,ydemipequeñovalleensombras.

Estoy un poco cansada después de un mes de exámenes, despedidas y«cosas de última hora». Durante una semana, después de volver a TejasVerdes, sucumbiré a la pereza.Noharénada, salvo correr libremente por elverdemundo de belleza estival. Soñaré junto al arroyo al atardecer, vagarésobre el Lago de las Aguas Refulgentes en una barcaza hecha de rayos deluna…o en el bote del señorBarry, si las barcazas de rayos de luna no seconsiguen.Juntaré floresenelBosqueEncantado.Recogeréfresassilvestresenelpradodel señorHarrison.Meuniréa ladanzade las luciérnagasenelSenderode losEnamoradosyvisitaréelolvidadojardíndeHesterGray…yme quedaré sentada en el escalón de la puerta trasera bajo las estrellas,escuchandoelsusurrodelmaradormilado.

Y cuando haya pasado la semana, tú habrás vuelto… y ya no desearéningunaotracosa.

CuandoaldíasiguientellegóelmomentodequeAnasedespidieradelasmujeres deÁlamosVentosos,RebeccaDewbrillaba por su ausencia.La tíaKateentregósolemnementeaAnaunacarta.

Querida señoritaShirley—escribíaRebeccaDew—, le escribo estoparadespedirme,porquenoconfíoenmímismaparahacerloenpersona.Durantetresañoshahabitadobajonuestrotecho.Afortunadaposeedoradeunespírituvivazyungustonaturalporlasalegríasdelajuventud,nuncasucumbióalosplaceresvanosdelamuchedumbrefrívolayvertiginosa.Sehaconducido,en

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todaocasióny ante todos, sobre todo antequien escribe estas líneas, con lamás refinada delicadeza. Siempre ha sido muy considerada con missentimientos, y descubro una gran pesadez sobremi ánimo al pensar en supartida.Peronodebemosafligirnos ante loquehaordenado laProvidencia.(SamuelI,29y18).

SerárecordadaportodosloshabitantesdeSummersidequehayantenidoelprivilegio de conocerla, y el homenaje de un corazón fiel, aunque humilde,serásiempresuyo,ymiplegariapedirásiempresufelicidadybienestarenestemundoysugozoeternoenaquelquevendrá.

Algomesusurraquenoserála«señoritaShirley»pormuchomástiempo,pero que celebrará una unión de almas con la elección de su corazón, que,según tengo entendido, es un joven excepcional. La que suscribe, dueña depocos encantos personales y que comienza a sentir su edad (aunque todavíasirve para unos cuantos años más), jamás se permitió albergar aspiracionesmatrimoniales.Peronoseniegaelplacerdeinteresarseenlasnupciasdesusamigosy¿puedoexpresarunfervientedeseodequesuvidamatrimonialseadecontinuaeininterrumpidafelicidad?(aunquenodebeesperardemasiadodeunhombre).

Miestimay,permítamedecir,miafectoporustedjamásdisminuirá,ydetantoentanto,cuandonotenganadamejorquehacer,recuerdequeexisteunapersonaquees

Suobedienteservidora,

REBECCADEW

Posdata:QueDioslabendiga.

LosojosdeAnaestabanhúmedoscuandovolvióadoblarlacarta.AunquesospechabaqueRebeccaDewhabíasacadolamayoríadelasfrasesdesuobrapreferida, el Libro de comportamiento y etiqueta, eso no las volvía menossinceras,ylaposdataveníadirectamentedesucorazónafectuoso.

—DíganleamiqueridaRebeccaDewquenuncalaolvidaréyquevolveréavisitarlastodoslosveranos.

—Tenemosrecuerdossuyosquenadapuedeborrar—sollozólatíaChatty.

—Nada—asintiólatíaKateconénfasis.

Pero al alejarse deÁlamosVentosos, el últimomensaje queAna recibiófue el de una gran toalla blanca que flameaba desde la ventana de la torre.RebeccaDewlaagitaba.

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