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Anuario 2014 - Haciendo Camino

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Publicación anual propiedad de la Asociación Civil Haciendo Camino. Año 5.

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CPCh-Aviso Haciendo Camino_7-2014-Ok.pdf 1 7/17/14 10:20 AM

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Indu s t r ia s Eve re s t b r inda su apoyoa l a Fundac ión Hac i endo Camino

en su ta rea po r l o g ra run fu turo me jo r

Somos una empresa Argentina dedicada a la fabricación y comercialización de Insumos Grá�cos para Registros de Información y especializada

en la conversión e Impresión de papeles para diversas aplicaciones, con más de 45 años de reconocida trayectoria en el mercado.

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• desarrollo de productos especiales

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¡Bienvenidos!

Hola a todos, nos volvemos a encontrar en un año en el que Haciendo Camino creció a pasos agigantados. Porque cada vez somos más los que apostamos a este proyecto, porque la gente empieza a reconocer y a valorar lo que hacemos, porque cada vez tenemos más voluntarios comprometidos y trabajando activamente, más padrinos que nos acompañan y más profesionales que deciden dejar sus comodidades para instalarse en Santiago y acompañar a las familias. Gracias a este compromiso, pudimos aumentar el número de beneficiarios, formarnos más y profesionalizar nuestro trabajo.

La realidad de la provincia sigue siendo muy dura y todavía queda muchísimo por conocer, por compartir y por aprender. Seguimos lamentando con profunda tristeza la muerte evitable de nuestros niños, siendo testigos de la miseria y de la desesperanza con la que viven muchas familias, y contemplando la desigualdad de nuestro querido país.

Soñamos con ser innecesarios en Santiago del Estero, con ver una provincia de pie, donde todos puedan soñar y cumplir sus sueños. Donde crezcan niños felices, que se vayan a dormir con la panza llena y que se levanten todas las mañanas para ir a la escuela con la seguridad de que su maestra va a estar para recibirlos, y vuelvan a sus casas para almorzar con su familia. Y que cuando crezcan, tengan acceso a un trabajo digno que les permita crear un futuro diferente para sus hijos.

Soñamos con un país que nos enorgullezca, donde todos busquemos el bien de todos, donde nadie sea indiferente al dolor ajeno; donde no veamos lo que no hacen los demás, sino lo que podríamos hacer nosotros; donde la queja se transforme en acción y juntos protagonicemos el cambio, y construyamos una realidad diferente. Un país en el que podamos ir a dormir con la conciencia tranquila y el corazón contento, sabiendo que estamos comprometidos con el bien de todos y no sólo con el nuestro.

Con mucho orgullo puedo decir que en Haciendo Camino tenemos un equipo de profesionales admirables, comprometidos y generosos, que todos los días entregan su vida apostando a estos sueños que, sin duda, cada vez están más cerca.

A nuestros voluntarios, padrinos, donantes y amigos:

¡Gracias por soñar junto a nosotros!

Catalina HornosPresidente

Haciendo Camino | Anuario 2014

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HACIENDO CAMINO | ANUARIO 2014

Diseño: Misca Design | Fotografía: Santiago Calderón | Edición y Redacción: Sebastián HerreraIlustraciones: Julio Molina Muscara | Corrección: Catalina Hornos, Mariana Isenberg de HornosColaboración: Carolina Randle, Mercedes Rizzardi

Haciendo Camino Anuario 2014, Año 5, N°5.Publicación anual propiedad de la Asociación Civil Haciendo Camino.*Las imágenes publicadas en este anuario cuentan con su el consentimiento expreso de las personas que aparecen en ellas. Asimismo, las fotografías de menores de edad que se presentan están autorizadas legalmente por sus respectivos padres o tutores legales.

Sumario

ProgramasPágina 48

Nuestros NúmerosPágina 52

AñatuyaPágina 54

Santiago del EsteroPágina 62

Monte QuemadoPágina 68

Colonia DoraPágina 74

HerreraPágina 80

Suncho CorralPágina 84

Haciendo Camino | Anuario 2014

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Somos una Asociación Civil sin fines de lucro que desde 2006 trabaja para mejorar la calidad de vida de niños y familias en situación de vulnerabilidad en el Norte argentino.

Nuestros ejes de trabajo son: la prevención de la desnutrición infantil, la promoción humana y la educación integral, para que las familias beneficiarias puedan enfrentar el presente y el futuro con mejores oportunidades.

¿QuiénesSomos?

MisiónMejorar la calidad de vida De niños y familias en situación de vulnerabilidad.

VisiónUn país en el que todas las familias tengan herramientas suficientesPara mejorar su calidad de vida a través de su propio esfuerzo.

ValoresConocimiento de la realidad y compromiso social,Trabajo en equipo,Gestión transparente,Profesionalismo y mejora continua.

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¿DóndeTrabajamos?

Haciendo Camino | Anuario 201447

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ProgramasUtilizando la metodología CONIN, que propone un abordaje integral de la problemática social que da origen a la desnutrición, acompañamos el tratamiento de recuperación nutricional y de estimulación temprana de niños de 0 a 5 años. Formamos a sus mamás por medio de charlas de educación para la salud y talleres de capacitación en oficios, y les damos la contención y motivación necesarias para que cambien la realidad de sus hijos. También, realizamos relevamientos de control nutricional de niños en jardines de infantes y parajes rurales de los alrededores.

Con el objetivo de proteger y recuperar la salud a través de la detección precoz de enfermedades, el tratamiento oportuno y la promoción de hábitos saludables, un grupo de médicos realiza viajes periódicos a nuestros Centros. Distintos especialistas en medicina clínica, ginecología, dermatología, traumatología, odontología y oftalmología ofrecen asistencia médica y docencia.

Acompañamos a comunidades rurales, y trabajamos en la formación de las madres como agentes de salud de sus hijos, controlamos nutricionalmente a los niños, tratamos a aquéllos que estén desnutridos. Además, formamos a los agentes sanitarios locales en el cuidado de la primera infancia, a fin de dejar capacidad instalada en cada paraje.

Programa Nutrición Las cantidades de benificiarios corresponden al total desde el comienzo de cada programa.

Programa Salud

Proyecto Atención Rural

7046 NIÑOSse diagnosticaron nutricionalmente

931 NIÑOS se controlaron y

1260 se diagnosticaron, desde 2013

Los médicos atendieron 6132 CONSULTAS

2234 NIÑOSrecibieron tratamiento

y sus 1692 MADRES recibieroneducación para la salud y capacitación en oficios

y 705 MADRES participaron de charlas educativas

(Comenzó en 2009)

(Comenzó en 2013)

(Comenzó en 2011)

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Está dirigido a mujeres embarazadas en situación de riesgo social. A través de este Programa, promovemos los cuidados durante el embarazo y el desarrollo del vínculo madre-hijo desde el periodo de gestación. Las mamás asisten a los Centros para ser controladas y participan de charlas que las preparan para la maternidad. Se organizan talleres prácticos en los que las madres confeccionan ropa o juguetes para sus futuros bebés.

Respaldamos económicamente a dos hogares de niños en Añatuya. El Hogar Santa Catalina alberga y garantiza el acceso a la educación a chicos de 4 a 13 años provenientes de núcleos familiares que no pueden responder a sus necesidades básicas. Además, se realiza un seguimiento personalizado de cada niño y su familia, con el fin de lograr una reinserción en su núcleo de origen. El Refugio es un hogar de tránsito que aloja a niños judicializados de entre 0 y 13 años que se encuentran en diversas situaciones de riesgo social. En ambos hogares se cubren las necesidades de alimentación, vestimenta, vivienda, educación, salud, juego y recreación de los niños. Brindamos clases de apoyo escolar, organizamos talleres de recreación, viajes y propuestas pedagógicas, para que los pequeños puedan desplegar sus talentos naturales.

Brindamos capacitación en oficios (manualidades, costura, telar, tejido, gastronomía, entre otras) a las madres de familias vulnerables de la comunidad, con el fin de empoderarlas. Promovemos la integración social, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y fortalecer su capacidad de autosustento. Brindamos charlas de promoción humana y ofrecemos apoyo en la educación de los hijos y controles nutricionales periódicos de los menores de 5 años.

Programa Embarazadas

Programa Niños

Programa Oficios

76 NIÑOS pasaron por el Hogar Santa Catalina desde 2006

96 NIÑOS pasaron por el Refugio desde 2011

456 EMBARAZADAS asistieron al Programa

398 MADRES aprendieron un oficio

(Comenzó en 2010)

(Comenzó en 2006)

(Comenzó en 2007)

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Nuestra Realidad

874.006 personas vivenen la provincia

31,6 % de la poblacióntiene entre 0 y 14 años

El 17,8 %no tiene heladera

El 76,6 %no tiene computadora

El 73,9 %no tiene teléfono

60,7 % de la poblacióntiene entre 15 y 64 años

7,7 % de la población tienemás de 65 años

El 22,7 % de la población tiene necesidades básicas insatisfechas (promedio nacional: 12,5 %). una persona tiene nbi si en su hogar se cumple alguna de las siguientes características: viven más de 3 personas por cuarto, habitan en una vivienda de tipo inconveniente (pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo), no tiene ningún tipo de retrete o hay chicos en edad escolar que no asisten a la escuela.

El 35,6 % de los hogares no tiene servicio regular de recolección de residuos

43,9 % de los hogares no cuenta con acceso al transporte público

El 50,9 % de los hogares no cuentacon al menos una cuadra pavimentada en el segmento

72,8 % de los hogaresno tienen al menos un desagüe pluvial en el segmento

El 56 % de los hogares no tieneobra social, prepaga ni plan estatal

El 69, 8 % de la población no utiliza computadora

El 4 % de la población de más de 10 AÑOS es analfabeta

(promedio nacional: 1,9 %)

El 13,3 % de los hogares no cuenta con alumbrado público en el segmento

La Provincia De Santiago Del Estero En Números1

Los Hogares1

La Población1

Infraestructura Provincial1

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Haciendo Camino | Anuario 201451

El 18,3 % de las casas tiene pisode tierra o ladrillo suelto

El 14,4 % son de chapa sin cielorraso

El 78,8 % no tiene gas de red(promedio nacional: 48,3 %)

El 24,2 % no tiene agua de red(promedio nacional: 16,1 %)

El 47,62 % de los alumnos son mayores de lo que deberían según la edad esperada para el

grado en el que están matriculados (promedio nacional: 21,37 %)

8,84 % es la tasa de repitencia (promedio nacional: 4,69 %)

El 11,16% de los alumnos no se matriculan para el año siguiente (promedio nacional: 6,13 %)

Santiago del Estero tiene el 20,8 % de la pobreza del país

455.908 personas son pobres, representan el 50,2 % de la provincia

224.673 de ellos son niños

189.337 personas son indigentes, representan el 20,8 % de la provincia

106.691 de ellos son niños

El cerebro humano es el órgano que más rápido crecelos primeros 2 años de vida son claves para el desarrollo de una persona

El peso del cerebro

al nacer: 6 monedas de $1

al caminar: 150 monedas de $1

adultos: 200 monedas de $1

El 41,3 % no tiene agua dentro dela vivienda

El 78,1 % no tiene cloacas (promedionacional: 46,9 %)

El 39,7 % no tiene baños con descarga de agua

El 9,4 % no tiene retrete

El 8,35 % no tiene electricidad

El 21,2 % de las familiascocina con gas natural

El 58 %con garrafa

El 19,2 %con leña o carbón

1,6 %otros

REFERENCIAS1 Según el Censo Nacional de Hogares, Población y Viviendas 2010, INDEC.2 Según la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DINIECE) del Ministerio de Educación (2009). 3 Según El Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (abril 2014).

Educación2

Pobreza e Indigencia3

En base a la cantidad de habitantes en 2013

La Desnutrición En Números

Infraestructura En Los Hogares1

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Nuestros NúmerosHaciendo Camino | Anuario 2014

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Crecimiento de Beneficiarios por Año

Crecimiento de Beneficiarios Directos por Centro de Prevención de Desnutrición Infantil y Promoción Humana

Cant

idad

de

Bene

fici

ario

s Total beneficiarios indirectosen nuestros CentrosTotal beneficiarios tratadosTotal beneficiarios diagnosticados

22.500

20.000

17.500

15.000

12.500

10.000

7.7500

5.000

2.500

7.000

6.000

5.000

4.000

3.000

2.000

1.000

2006

2006

43%

21%

14%

11%

8%3%

19.82721.200

15.163

7.939

5.542

2.12036717669

2007

2007

2008

2008

2009

2009

2010

2010

2011

2011

2012

2012

2013

2013

2014*

2014*

Suncho CorralHerreraColonia DoraCharataMonte QuemadoSantiago del EsteroAñatuya

Programa NutriciónInstitucionalesHogar Santa CatalinaEl RefugioPrograma OficiosPrograma Embarazadas

1371 PADRINOSdonan mensualmente

171,5% + que en 2013

1.6941.804

1.212

466

362365

276261

2.3481.945

1.123566784224

286242

679

461384

1.530

1.771

196

862

1.069

2.550

290

790

371

*

*Los beneficiarios del 2014 no son números totales. corresponden al período enero - agosto.

*Los beneficiarios del 2014 no son números totales. corresponden al período enero - agosto.

*A agosto 2014.

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Reporte Financiero 2014

Haciendo Camino | Anuario 201453

Los datos corresponden al ejercicio 2013 - 2014, cerrado al 30-06-2014, que se encuentra en proceso de auditoría.

¿CómoObtenemosNuestrosRecursos?

¿CómoAplicamosNuestrosRecursos?

¿A QuiénAplicamosNuestrosRecursos?

¿A DóndeDestinamosNuestrosRecursos?

Ingresos por fuente de financiamiento

Egresos por concepto

Egresos por Programa

Egresos por Centro de Prevención de Desnutrición Infantil y Promoción Humana

Padrinos ParticularesPadrinos InstitucionalesPadrinos EstratégicosEventos y Campañas a beneficioDonaciones en especie

Total Ingresos

Sueldos y Honorarios de profesionalesInsumosViáticosManutención y AlojamientoOtros ServiciosConstrucción y EquipamientoEventos y Campañas a beneficio

Total Egresos

NutriciónNiñosOficios Proyecto Atención RuralPrograma Salud Programa Embarazadas

Total Egresos

Centro AñatuyaCentro Monte QuemadoCentro Santiago del Estero capitalCentro HerreraCentro Colonia DoraCentro Suncho Corral

Total Egresos

$ 1.869.246 $ 1.606.301

$ 782.133$ 790.911$ 120.397

$ 5.168.988

$ 2.484.536 $ 629.737$ 353.981

$ 314.478 $ 277.236

$ 201.566 $ 241.488

$ 4.503.022

$ 3.179.296 $ 628.403 $ 443.087 $ 160.982 $ 48.470 $ 42.784

$ 4.503.022

$ 2.165.178 $ 1.328.873 $ 669.651 $ 240.695

$ 89.358 $ 9.267

$ 4.503.022

36%31%15%15%3%

55%14%8%7%6%5%5%

71%14%10%

3%1%1%

48%30%15%5%2%0%

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AñatuyaZulma Aranda Directora del Centro de Añatuya

Programa

Niños (Comenzó en 2006) 85 NIÑOS vivieron en nuestroshogares este año

172 desde el comienzo

Programa

Embarazadas (Comenzó en 2010)

24 EMBARAZADAS se controlaron y

prepararon para la maternidad este año.

135 desde el comienzo

Programa

Nutrición (Comenzó en 2009)

201 NIÑOS se trataron este año

Desde el comienzo se trataron 746 y se

diagnosticaron 2776. 158 MADRES recibieron

educación para la salud y se capacitaron en oficios.

479 desde el comienzo

Programa

Salud (Comenzó en 2011)

se atendieron 780 CONSULTAS este año

2761 desde el comienzo

Programa

Oficios (Comenzó en 2007) 57 MUJERES se capacitaron este año

191 desde el comienzo

Atención

Rural (Comenzó en 2013)

Se controlaron 87 NIÑOS y se formó a sus 63 MADRESen educación para la salud este año

276 NIÑOS y 193 MADRES desde el comienzo

Se diagnosticaron 402 NIÑOS desde el comienzo

Programas que Funcionan

Su voz es suave y pausada. Zulma es maestra y tiene 37 años. Está casada y es mamá de una niña de siete y de un bebé de dos años, y sabe que su vocación es satisfacer la necesidad del otro. Es una de las integrantes más antiguas de Haciendo Camino: trabaja desde 2007.

Su familia era muy humilde, pero su abuela y su mamá siempre ayudaron a los demás. Zulma trabajó desde chica, pero aun así pudo cursar el magisterio.

A los 15 años ya colaboraba con un comedor de Cáritas; allí fue donde, tiempo después, conoció a Catalina.

Haciendo Camino | Anuario 201454

Page 55: Anuario 2014 - Haciendo Camino

Añatuya es una ciudad grande, tanto que caben en ella dos mundos completamente diferentes y extremos. No hay que caminar mucho para conocer los distintos matices de la localidad. A pie, se descubre un boulevard, una plaza pintoresca; se pasa frente a la puerta de un casino o de una casa de dos pisos; y a pie, también, se puede llegar a algún rancho.

En Añatuya hay ocho escuelas, un hospital, farmacias, dos bancos y muchos comercios. El hospital es zonal, aunque parte de su equipamiento nuevo no funcione o no alcancen los profesionales médicos para atender a todos los que hacen fila por las noches para conseguir un turno a la mañana.

Haciendo Camino trabaja en los barrios periféricos y más humildes. En aquéllos donde las calles de tierra son intransitables los días de lluvia y en donde la pobreza dibuja el paisaje, delineando una arquitectura muy original, que abarca desde antiguos ranchos que hoy perduran, hasta módulos habitacionales construidos por el Estado, que intentan revertir la pobreza estructural del lugar… sin alcanzar a hacerlo. Durante los días de intenso calor, con temperaturas que pueden llegar hasta los 50 grados, es cuando más falta el agua.

Matrimonios, hijos e hijos de los propios hijos comparten un mismo terreno y muchas veces una misma habitación. La promiscuidad y el hacinamiento son, frecuentemente, causa de los embarazos precoces y de los abusos infantiles. La violencia de género tiene casi asistencia perfecta, y la falta de demanda laboral no ayuda a revertir la situación económica de los barrios más humildes, así como la situación económica no ayuda a revertir la social.

Desde hace más de 25 años, Añatuya es puerto de desembarque de muchos grupos misioneros, fundaciones, colegios y grupos religiosos que, junto al obispado, buscan mejorar la realidad de la diócesis, con foco en la promoción humana y en el acompañamiento espiritual. Entre ellos, hace ocho años surgió Haciendo Camino, partiendo de un humilde proyecto de acompañamiento al Hogar de Niños Santa Catalina y transformándose en un espacio de acompañamiento semanal para centenares de familias.

Haciendo Camino | Anuario 201455

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Crecer de GolpeLa maternidad adolescente y la desnutrición infantil van de la mano y son moneda corriente en esta zona. El Programa Nutrición trabaja con las madres y les enseña a alimentar bien a sus hijos desde el comienzo, para darles la posibilidad de un futuro mejor.

Estela tenía 13 años cuando se quedó embarazada de su novio de 16. Se acuerda de que era muy flaquita y fue engordando a medida que avanzaba el embarazo. Lucas nació sietemesino, su mamá lo tuvo en la capital provincial porque en el hospital de Añatuya no había incubadora y sus pulmones todavía tenían que madurar.

La mamá de Estela se enteró de que había una fundación en la que ayudaban a los chicos con la leche. “Andá, seguro a vos te van a ayudar”, le recomendó. Y fue así como Estela ingresó con su hijo al Programa Nutrición.

Cuando cuenta su historia se le llenan los ojos de lágrimas y pierde la mirada en el suelo. Después de que sus papás se separaran, ella vivió un tiempo con su padre y más tarde con un abuelo. Su familia nunca quiso a su novio, ni la apoyó con su embarazo. Decían que era muy chica para tener un bebé. La que la contuvo en ese momento fue su suegra. Cuando su chiquito fue dado de alta del Programa, Estela se anotó en el Programa Oficios y comenzó a trabajar en el Centro tres veces por semana. Con eso se gana el dinero que necesita para mantener a su hijo.

¿Qué aprendiste en el Programa Nutrición? Aprendí cómo cuidarlo, alimentarlo, cómo tenía que bañarlo y todo.

Y en el taller de manualidades, ¿qué te enseñaron? A hacer cosas para vender. Es lindo y divertido, paso tiempo con otras mujeres, con señoras grandes, y aprendo de ellas. Las mujeres me aconsejan, lo mismo me pasó en Nutrición, me

Catalina participó de TEDxCórdoba 2013 y brindó la charla “El país que nos contaron” (se puede ver en youtube.com/haciendocaminoorgar). Además, recibió el premio Ernst & Young a la Emprendedora Social del Año 2014.

enseñaban qué hacer, era como una hija, me daban confianza.

¿Tu vida cambió cuando llegaste a Haciendo Camino?Sí –silencio-, en todo. Aquí siento que he madurado y es lindo eso.

¿Por qué formás parte de Haciendo Camino? Porque lo que tiene aquí es que ayudan a las madres, aquí vengo a aprender.

¿Cuál es tu sueño, Estela?Tener algo para mi hijo para mí. Una casa, porque no la tengo. Una casa para estar bien con él y tener lo mío.

¿Ese sueño siempre fue el mismo sueño, o cambió?Antes quería estudiar y todavía lo quiero. Fui al colegio hasta cuarto grado. Con la separación de mis papás, todo ha cambiado, yo era la segunda mamá para mi hermana mientras nuestra mamá salía a la casa de los amigos. Tengo ganas de seguir estudiando.

¿Tenés ganas de volver a ser mamá? Yo hasta que no tenga un techo para que mi hijo y yo esté bien no voy a quedar embarazada.

Es la vida de una joven con cara de mujer grande, que aún conserva la humildad de sus 18 años.

Haciendo Camino | Anuario 201456

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Gaby, con G de GiganteEs una de las mamás del Programa Nutrición y del Refugio. Tiene dos hijos, una madre muy enferma y sus hermanos a cargo.

Gaby tiene 16 años y la fortaleza de un ombú de más de cien. Entró en El Refugio de Añatuya con su hija de un año y su hermano Nicolás, de ocho.

El ingreso de esta familia fue provisorio, porque no tenían con quien quedarse mientras su mamá Rafaela viajaba a Santiago del Estero capital para hacer sus sesiones de quimioterapia, porque hace más de cinco años que lucha con-tra un cáncer de útero. Hubo un momento en el que pareció que iba a curarse, pero la situación empeoró y, aunque los médicos dicen que ahora no hay mucho por hacer, Rafaela sigue luchando en el ring de la vida.

Todavía no es la hora: Rafaela tiene muchas cosas por resolver. Uno de sus siete hijos, el de 18 años, está preso por vender drogas. Brian siempre fue violento con su mamá y sus hermanos, pero el amor de una mamá es así… tan grande que todo lo perdona, y tan grande que le da las fuerzas a Rafaela para aguantar y poder sacarlo de la cárcel.

Rafaela todavía se preocupa por Matías, su otro hijo de 14, que dejó la escuela para trabajar en las ladrilleras, pero no consiguió el trabajo y pasa más horas en la calle que en su casa.

Su hija Gaby es su pilar. Entró al Refugio embarazada. Ahora ya nació su segundo hijo. Cuando Rafaela se va a la capital, Gaby toma a sus hijos y a su hermano del brazo y parte

Con el apoyo del Canal El Gourmet y la Panificadora Palau, el chef Ohno Takehiro viajó un fin de semana a Santiago del Estero para enseñar a las madres del Programa Oficios a preparar budines navideños, una receta que aprendió de su madre. Hicimos casi 300 budines que vendimos en Buenos Aires para fin de año.

para el Refugio. Cuando la mamá vuelve, eligen quedarse con ella en la casa, aunque todos los mediodías almuerzan en el hogar, porque los remedios y los pasajes a la capital se llevan el poco dinero que ingresa.

En estas circunstancias difíciles, Gaby, de apenas 16 años, se ocupa de todo. Mientras cría a sus hijos, contiene a su mamá. Ambas pelean juntas.

Gaby entró al Programa Embarazadas en el Centro, y después de tener a su chiquito continuó en Nutrición. En el Centro se entretiene y se relaciona con otras mamás. Con la asignación que le dieron por el embarazo compró un roperito, allí guarda impecable la ropa de sus hijos y, a pesar de que el piso sea de tierra y los recursos no alcancen, los chicos siempre están bañados y les sobra cariño.

Gaby se ocupa de los chiquitos. Gaby se ocupa de su mamá. Gaby cocina. Gaby limpia. Gaby lava la ropa. Gaby es chica y tiene demasiadas responsabilidades.

Gaby tiene la fortaleza de un ombú de cien años.

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Solidaridad que se ContagiaCuatro madres egresadas del Programa Nutrición abrieron un comedor en un barrio marginal. Dos sueños cumplidos: el nuestro de generar conciencia en las mamás y el de ellas…

En Villa Abregu, el barrio más alejado que tiene Añatuya, desde junio funciona un comedor que sirve el almuerzo tres veces a la semana a ochenta y cinco niños.

Las autoras de esta obra son Lorena, Marisa, Analía y María, cuatro egresadas del Programa Nutrición del Centro de Añatuya. Un día, tres años después de que sus chicos hubieran sido dados de alta, regresaron para hablar de un proyecto…

En su barrio había muchas familias a las que el dinero no les alcanzaba; sumado a eso, un montón de chicos se paseaban por el barrio mendigando. ¿Qué podían hacer ellas, sino empezar a soñar con un comedor infantil? El espacio ya lo tenían, lo había prestado una vecina.

Después de la charla que escucharon en Haciendo Camino, se fueron llenas de ideas. Las ideas se transformaron en donantes, en padrinos y en un relevamiento nutricional, realizado desde el Centro de Añatuya, que presentaron en la Municipalidad. Pasaron dos meses, de por medio hubo eventos que organizaron a beneficio, y llegó el comedor…

Otro día volvieron a aparecer. En el barrio había muchas embarazadas que no podían acercarse hasta el Centro por la gran distancia que las

Tuvimos la 3er Parrillada a Beneficio en Tupé Parrilla Urbana y participamos de una Feria de Navidad en donde vendimos más de 60 productos de las madres.

separaba del lugar. “¿Pueden venir ustedes para acá?”, preguntaron, y a nosotros se nos hinchó el corazón de orgullo y, con una sonrisa, dijimos que sí.

Dimos charlas, continuamos asesorándolas y las pusimos en contacto con otra ONG que se instaló en el lugar para atender a las embarazadas.

Lo más lindo de esta historia es que quienes recibieron la ayuda inicialmente se convirtieron después en las que la brindaban.

Desde Haciendo Camino guardamos el recuerdo de haber regalado la conciencia de una correcta nutrición, de los cuidados necesarios para que una mamá tenga un embarazo digno… y de ayudar a los que más lo necesitan.

Lorena, Marisa, Analía y María no se quedan quietas, ahora quieren contagiar a otras mamás; y nosotros, orgullosos de que la solidaridad sea contagiosa, esperamos que jamás se encuentre la vacuna.

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Santiago delEsteroJulio Sabagh Director del Centro Santa Rosa de Lima

Programa

Embarazadas(Comenzó en 2010)

63 EMBARAZADAS asisten

174 pasaron por el programa

Programa

Nutrición (Comenzó en 2010)

183 NIÑOS se trataron este año

Desde el comienzo se trataron 500 y se

diagnosticaron 1372. 164 MADRES recibieron

educación para la salud y se capacitaron en

oficios. 415 desde el comienzo

Programa

Salud (Comenzó en 2012)

Se atendieron 903 CONSULTAS desde

el comienzo

Programa

Oficios (Comenzó en 2012) 35 MUJERES se capacitaron este año

118 desde el comienzo

Atención

Rural (Comenzó en 2013) Se controlaron 117 NIÑOS y se formó

a sus 101 MADRES en educación para la salud este año. 225 NIÑOS y 186 MADRES desde el comienzo. Se diagnosticaron 341 NIÑOS desde el comienzo

Programas que Funcionan

Julio llegó a Haciendo Camino hace poco más de un año. En la búsqueda de empleo se encontró con una asociación que compartía sus sueños y buscaba construir un mundo con igualdad de oportunidades para todos, empezando por los niños.

Llegó en un momento en el que hacía falta contener a un equipo de trabajo que había perdido a quienes los habían guiado en sus primeros tiempos, un matrimonio de italianos que dio todo por Santiago hasta que decidió dejar la ciudad para regresar a su país natal. Julio supo integrar a todos y sostener el trabajo de uno de los Centros más grandes que tiene Haciendo Camino.

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En el Centro de Santiago del Estero trabajamos en muchos barrios. Los más antiguos son el Barrio La Católica y el 8 de abril. El Centro Santa Rosa de Lima funciona desde 2010 con la mayoría de los Programas, abiertos a la comunidad más necesitada.

Los barrios en los que trabajamos son muy humildes, algunos con muchos años de historia y otros más nuevos. La mayoría se construyó por iniciativa de su gente, y eso se nota en la ausencia de planeamiento. Sus casas son humildes. Madera, plástico y chapas se agolpan y hacen las veces de rancho. No existen títulos por las tierras, y los servicios públicos son muy precarios. Entre largas calles de barro hay escuelas y Unidades Primarias de Salud.

El plan Nacer y la Ayuda Universal por Hijo son indispensables para la vida de la gente. Se lucha dignamente todos los días por el pan y, muchas

veces, la falta de oportunidades dibuja el paisaje. Algunos chicos no alcanzan a tener lo mínimo que necesitan para vivir.

Haciendo Camino se hace presente tratando de ayudar a las madres, para que encuentren o recuperen las herramientas que necesitan para cuidar de la mejor manera a sus hijos, y puedan ellas mismas estar de pie en su vida.

Si tuviéramos que contar qué diferencia a esta capital provincial de otros lugares, sin duda, diríamos que son los años de olvido y la esperanza de su gente de salir adelante.

De a pasos, se van dando progresos que antes parecían inimaginables. El compromiso cotidiano hace que lo mucho que queda por hacer parezca más facil de alcanzarse.

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Esta es una historia de voluntad, esperanza y constancia. Un cuento con final feliz para María Belén, una mamá de nuestro Centro, y para Kevin, su hijo.

Kevin tiene un poco más de un año, pasea entre sus manos un camión de juguete. Está sentado en el regazo de María Belén, su mamá, y de vez en cuando nos mira, como si escuchara atentamente nuestra conversación, pero vuelve a su juego. Al verlo, nadie creería que ese es el mismo Kevin que nació con tantos problemas: no sólo hijo de una madre sola, sino con hidrocefalia y mielomeningocele. La hidrocefalia es una acumulación de líquido dentro del cráneo, que provoca hinchazón del cerebro. La mielomeningocele se produce cuando la columna vertebral y el conducto raquídeo no se cierran antes del nacimiento. Pero Kevin contaba con la ventaja más poderosa: su mamá. Ella jamás se rindió, jamás se dejó abatir. A golpes de esfuerzo y esperanza lo sacó adelante. ¡Y cómo! Hoy su bebé gatea, balbucea, se mantiene sentado sin que nadie lo sostenga, sonríe e interactúa con quien le hable. María Belén conoció el Centro Santa Rosa de Lima por una vecina. Entró al Programa Nutrición y, ya embarazada de Kevin, ingresó al Programa Embarazadas para sentirse acompañada, porque una mamá soltera necesita más apoyo que ninguna. Al quinto mes de embarazo, se enteró de la enfermedad de su bebé. El equipo del Centro comenzó a trabajar coordinadamente a partir de ese momento para contenerla a ella y a sus otros hijos, a los que por entonces tratábamos. Cuando Kevin nació tuvo que atravesar dos operaciones complejas, y aunque el pesimismo de los médicos no ayudaba, María Belén encontró en su corazón de madre la fuerza de voluntad para seguir adelante.

¿Qué pasó con Kevin?Está empezando a gatear y sonreír. Es el primer

En la primavera de 2013, vinimos con los chicos del Refugio de vacaciones a Buenos Aires. Más tarde los llevamos a Córdoba, con el apoyo de Fundación Plaza. Y el último invierno conocieron la nieve en Mendoza.

mielo que gatea. La especialista me ha dicho que es el primer chiquito de mielo que gatea. La mirada de María Belén se pierde por momentos en su hijo, baja la cabeza y sonríe como si recordar que lo tiene en brazos la hiciera aún más feliz. No sólo se recuperó Kevin, sino que es uno de los pocos chiquitos con mielomeningocele que logró gatear. Me ha agarrado una alegría cuando me dice así, insiste esta mamá que se muestra orgullosa.

María Belén concurre semanalmente al espacio de estimulación temprana del Hospital de Niños de Santiago del Estero y al del Centro, donde también se le sugiere cómo ayudar a su hijo en casa. Los logros vinieron después de muchos meses de dedicación y como consecuencia del esfuerzo de los profesionales y del más importante, el de María Belén.

Y vos, ¿por qué formás parte de Haciendo Camino? Desde que empezó el embarazo ha sido rebién el trato, a veces me tenía que quedar internada por el problema de él pero en el Centro siempre estaban.

¿Qué cambió desde que entraste al Centro? Noté cambios muy muchos, me decían que él no iba a mover los bracitos y ahora los mueve mucho mejor, explica, y cuenta que Kevin camina como si quisiera correr, que cada vez que lo sostiene parece que quisiera escapársele de las manos.

¿Cuál es tu sueño, María Belén? Que Kevin camine bien y que juegue con todos los chicos, dice, y sonríe. Quizás sonríe porque ya se dio cuenta de que su sueño está casi cumplido. Kevin camina y continúa entreteniéndose con el camión de juguete en su regazo.

Confiar en los HijosHaciendo Camino | Anuario 2014

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Una historia con aroma a pasta frola y alfajores de maicena recién horneados. Una mujer que decidió transformar su realidad usando las manos.

Hay un silencio que hace ruido a silencio y, mientras Santiago del Estero se sume en su momento de descanso: su famosa “siesta santiagueña”, una mano enciende el horno y repasa las asaderas de la cocina. Entre risas y bromas de sus hijos y sobrinos, Silvia se alista para comenzar la labor diaria. Recuerda de memoria la receta de los alfajores de maicena. Desde que se la enseñaron en el Centro, jamás la olvidó. Mamá de cuatro hijos, una de ellas con capacidades especiales, decidió convertirse en emprendedora y comenzó a cocinar para vender y así sostener a su familia. Durante los últimos tres años, Silvia pasó por casi todos los talleres del Programa Oficios. Fue a carpintería, costura, tejido y cocina; se ve que este último fue el que más le gustó. Pasta frola, galletitas y alfajores recién horneados inundan al barrio 8 de Abril. De casa en casa se vende el fruto de los sueños de una mujer que, además de llevar un sustento a su familia, emprendió un desafío que significó su realización personal, y amasó con sus propias manos un presente distinto.

La historia de Silvia es una, detrás hay muchas más mujeres que abandonan sus proyectos personales para dar vida y cuidado a sus hijos y buscan creer en sí mismas. Esas Silvias necesitan que las apoyemos para ser capaces de transformar su destino y desarrollar su potencial, ese que todos llevamos dentro. Mañana, mientras en Santiago duerman la siesta, Silvia va a volver a sacar la asadera para hornear deliciosos alfajores de maicena.

En el último año organizamos 7 viajes de voluntarios a Añatuya, con el apoyo de Fundación Flechabus. Quienes estén interesados pueden escribir a [email protected].

Amasando un Futuro Mejor

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Hace un año, nos dimos cuenta de que nuestro trabajo en las instalaciones del Centro Santa Rosa de Lima no era suficiente, de modo que decidimos salir para ampliar nuestra atención a los barrios Mosconi y Santa Rosa. Quisimos salir al encuentro de decenas de familias que no podían llegar. Llevamos el equipo y las ganas de trabajar. Atendemos de la misma manera que lo hacemos en el Centro, brindando charlas de educación para la salud, cuidando a las embarazadas, pesando a los chicos… dándoles su bolsita de leche para que se lleven a casa. Decidimos turnarnos y visitar ambos barrios, uno cada semana. Hoy, cada quince días atendemos en el barrio Mosconi. La Roca es nuestro centro de operaciones, una pequeña casa que se hunde en sus cimientos, con paredes rajadas y techo agrietado. Con la ayuda de muchos pudimos reciclar la casa y comenzar a atender.

Mosconi es un barrio marginal al oeste de la capital provincial. En el lugar funciona el comedor de una agrupación evangélica. Lo lideran Carolina y Martín, un matrimonio joven y comprometido. Allí se acercan las madres con sus hijos.

En el barrio Santa Rosa, Doña Coqui nos presta su casa y la sombra de un añoso algarrobo donde recibimos a los changuitos que las madres traen para que los controlemos nutricionalmente y para llevarse leche en polvo. El barrio es un caserío donde las casas no tienen agua corriente ni cloacas, donde los ladrillos de arcilla sostienen chapas y plástico que tienen que soportar la lluvia de tierra y sal que trae el viento norte.

Aquí el amor se hace pasión y el deber se hace servicio. Había que hacerlo, y pudimos hacerlo. Y nos hace muy felices saber que podemos ayudarlos, lentamente, a cambiar sus vidas.

Sumamos un nuevo depósito en la Mutual Ameport. Las donaciones que siempre necesitamos son leche en polvo y pañales.

El Corazón Profundo

Atendemos

Atendemos

40

18

7

4

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Monte QuemadoDiego Bustamante Director del Centro de Monte Quemado

Programa

Embarazadas (Comenzó en 2011)

59 EMBARAZADAS se controlaron y

prepararon para la maternidad este año 127 desde el comienzo

Programa

Nutrición (Comenzó en 2010)

302 NIÑOS se trataron este año

Desde el comienzo se trataron 541 y se

diagnosticaron 1085 218 MADRES recibieron educación para la

salud y se capacitaron en oficios 444 desde el comienzo

Programa

Salud (Comenzó en 2013)

Se atendieron 656 CONSULTAS este año

1315 desde el comienzo

Programa

Oficios (Comenzó en 2013) 78 MUJERES se capacitaron este año

89 desde el comienzo

Atención

Rural (Comenzó en 2013) Se controlaron 343 NIÑOS y se formó a sus 243 MADRES en educación para la salud este año.

430 NIÑOS y 326 MADRES desde el comienzo. Se diagnosticaron

517 NIÑOS desde el comienzo

Programas que Funcionan

Dicen que los viajes siempre marcan un punto de inflexiónen nuestro camino, y ese click se le dio a Diego en 2005, en México. Volvió a Buenos Aires y empezó a compartir su tiempo para estar con quienes más lo necesitaban. Primero comenzó visitando un hogar de niños, luego a gente en situación de calle en Plaza Once y, mientras, viajaba dos veces al año con frailes franciscanos a comunidades aborígenes asentadas en el norte de Salta. Ya mudado a Gualeguay (Entre Ríos), lo invadieron las ganas de comenzar un proyecto para acompañar a las familias más humildes. Dio catequesis, apoyo escolar, juntó ropa para donar, visitó presos en la cárcel…

Uno de los tantos ómnibus que tomó lo llevó a Añatuya. Participó de un viaje de voluntarios de Haciendo Camino y se reencontró con Catalina, antigua conocida. La propuesta no se hizo esperar, al poco tiempo estaría tomando una decisión que lo llevaría a mudarse a Monte Quemado y a hacerse cargo del Centro de esa ciudad, un nuevo desafío…

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Page 69: Anuario 2014 - Haciendo Camino

Es ciudad, pero parece pueblo, de esos en los que la gente es buena y la vida se comparte en familia. Con alrededor de 25 mil habitantes, surgen muchos y diferentes barrios y parajes. Llamativamente, hay cuadras enteras donde se encuentran familias de iguales apellidos. Familias transformadas en grandes clanes. Ciudad de ricas empanadas y comidas, de viviendas de barro, pisos de tierra y algunas casas de material construidas en tiempo de política, muchas sin un baño instalado.

Monte Quemado es tierra de pobreza estructural, marginal y radical, donde también existe un sector de riqueza y abundancia económica, que hace sorpresivo el andar de camionetas 4x4 que poco tienen que ver con la realidad que vive la mayoría de la gente.

Ciudad del queso copeño, de los festivales y de las fiestas patronales. De las familias ensambladas, donde hay tíos y sobrinos conviviendo entre hermanos y abuelos, y muchos niños que llenan de alegría las casas, escuelas y canchitas de fútbol. Por largas y anchas calles de tierra se llega a los barrios más alejados, que hablan de historias con olor a leña, a carbón y a horno de barro. A veces a ocho o hasta a diez personas les toca compartir un mismo ambiente. Muchos viven sin agua y sin luz. La lluvia o algún camión municipal llenan tanques de agua al aire libre. Muchos de ellos, sin los filtros adecuados, son ciudades de bichos y bacterias.

La tierra se impregna en la piel, hay perros flacos y gallinas que desfilan sin rumbo, chanchos y burros que también andan libres por las calles.La falta de trabajo se hace sentir. Familias enteras esperan una buena oportunidad que pocas veces llega. Los que tienen más suerte son

comerciantes, otros van al monte a trabajar con la madera y el carbón, y algún afortunado es peón de un hacendado.

Hay muchos jóvenes ahogados en el sin sentido, Monte es una ciudad de alto índice de suicidios juveniles. Otros están abarrotados en algún profesorado, que no siempre tiene que ver con sus deseos más profundos, pero que es la herramienta, agradecida y necesaria, para salir adelante y estudiar. Hay un gran hospital que, carente de profesionales y de equipamiento, obliga a quienes quieran hacer uso de su derecho a la salud a viajar más de 300 kilómetros para atenderse. Muchas vidas quedan en el camino, muchos niños no llegan a nacer y muchas enfermedades simples se hacen complejas.

Grandes filas diarias esperan en la Municipalidad por un trabajo, materiales o alimentos. El único banco es centro de reuniones los primeros días de cada mes, época de cobrar los salarios, los subsidios, o las pensiones, asistencias que, muchas veces, son condición necesaria para poder comer, cargar el celular o pagar la cuota de la moto o de algún mueble para la casa.

Suelo de pocas posibilidades, estéril de grandes propuestas y seco de agua, Monte Quemado es cómplice del desinterés de muchos.

Allí, hace ya cuatro años, está Haciendo Camino, acompañando a muchas familias que quieren salir adelante con la certeza de que Monte Quemado tiene mucho para dar y mucho por descubrir y por hacer.

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Page 70: Anuario 2014 - Haciendo Camino

El Proyecto de Atención Rural acompaña a comunidades rurales como la de Ana María, trabajando en la formación de las madres y de los agentes sanitarios locales.

La pared está abarrotada de afiches: hay de los que dan consejos para prevenir enfermedades o cómo curarlas, hay un almanaque, la imagen de una Virgen, un cartel escrito a mano… Y, delante de todo eso, está Ana María, la encargada de acompañar al paraje en los temas de salud. Desde hace 28 años es la agente sanitaria de la comunidad de Los Tigres. Conserva la entereza de una mujer sola que se hace cargo de todo. “El trabajo que se hace aquí es lo que uno más pueda, porque siempre estamos solos. Aquí no tengo visitas médicas. Hay gente que viene por curaciones, para inyecciones; esas cositas le hago siempre con receta médica. O vienen porque están enfermitos los niños. Ahora, desde que empezaron a venir ustedes estoy más contenta, porque me siento un poco más acompañada ¿vio? Me han ayudado a pesar y medir a todos los chicos, y saber cómo están. A mejorar como lo venía haciendo yo. Me hace bien, me favorece mucho, tengo que agradecer todo lo que aprendí”.

Los Tigres es una comunidad de cuatrocientas personas, cerca de cien familias dependen de la posta sanitaria de Ana María para atender sus necesidades básicas. “Gracias a Dios estamos aquí cerca de la ruta, tenemos a 27 kilómetros el hospital de Monte Quemado, y en caso de urgencia, llamamos a la ambulancia. Por suerte ahora contamos con celulares”.

En esa porción de tierra también hay una escuela y un jardín de infantes. En la escuela los niños comen, madres voluntarias les cocinan. “Pero no

Durante el Mundial de Fútbol, organizamos campañas conjuntas con la Mutual Ameport, en donde se vendió comida a beneficio y productos de las madres hechos especialmente para la Copa del Mundo.

es suficiente, la que tiene la responsabilidad es su mamá, en la casa. Por eso están muy buenas las charlas y capacitaciones que las mamás tienen con ustedes”.

¿Cómo ves a tu comunidad? Ahora por suerte la veo mejorcita, se ha hecho una placita para los chicos. En esta zona no hay trabajo para que la gente dependa. Siempre está trabajando aquí en el obraje, por lo que es entendible que hay chicos de bajo peso. No hay otra cosa que hacer por acá.

¿Cómo viven las familias?Prácticamente bien, por lo menos, digo, están acostumbrados a vivir así, es un hábito de vida, aquí, y todo alrededor. Pero podrían estar mejor, algunas ya tienen sus casillas pero otras viven aún en ranchos. El agua no es buena, eso es preocupante.

¿En qué cambió la comunidad con la visita del Proyecto de Atención Rural?Las mamás están muy contentas porque han aprendido a darles de comer bien a sus hijos, porque aquí la mayor parte de las mamás no sabían esas cosas. Aquí han aprendido un montón de cosas para darles de comer a los niños y a es-timularlos un poco.

¿Y se van contentas?Sí, y con ganas de volver. Ahora son como quince mamás que vienen, esperando mejorar y seguir contentas con el programa.

Y en cuanto a vos, ¿cambió algo nuestra llegada? Me favoreció a mí también para aprender, he

Una Flor de Esperanza en la Aridez

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mejorado mucho lo poco que sabía. Como siempre digo, estoy aquí sola, y esto es un acompañamiento que me ha venido muy bien a mí. He aprendido mucho y me ha favorecido. Ahora sé cuándo los chicos están en bajo peso, qué necesitan, cómo alimentarlos para que recuperen el peso. Ya tenemos algunos que están de alta. Son como cinco o seis recuperados. Las mamás, ¡recontentas!

Cada quince días, una camioneta busca a muchas de las mamás de Los Tigres para que visiten el Centro de Monte Quemado y participen de talleres. “Algunas chicas no sabían hacer nada, y yendo al Centro aprenden algo. A otras cuesta mucho moverlas, pero para esto se van nomás, me sorprendí”.

Ana María conoce la comunidad como la palma de su mano. Por eso, la sonrisa que nos regala al despedirnos, representa la esperanza de un centenar de familias.

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Page 72: Anuario 2014 - Haciendo Camino

Los Libros de JosefaSueña con un proyecto que va a beneficiar a todo el barrio. A pesar de vivir en un rancho, sus ganas están concentradas en construir una biblioteca comunitaria con muchos libros, más de los que jamás logró tener.

La historia de Josefa comienza con un sueño, uno de esos que se terminan haciendo realidad. Josefa vive con su familia en una casa de una pieza y una cocina-comedor.

Desde chica siempre quiso tener libros. Por no saber leer, su madrastra le pegó con un libro grande que jamás volvió a tocar después de aquella tarde. “No tener libros me hizo sentir como si no tuviera nada en mi vida y me puse una meta a mí misma: tener una biblioteca para el barrio”. Los libros ya están esperando. Con la ayuda de una fundación que colabora con bibliotecas rurales y de Haciendo Camino, Josefa recibió muchos. “Ahora mi meta es construir un lugar donde poder ponerlos a todos los libros”, explica y corre la mirada hacia un piletón gigante que ocupa gran parte de su terreno. Lo señala: “ahí quiero armar la biblioteca, tirar eso y edificar ahí”.

¿Qué significa este proyecto para vos?Toda mi vida, desde niña, no sé lo que es tener libros. Quiero un lugar en donde se puedan escuchar las risas de los chicos, donde me puedan preguntar y aprender las cosas de otro lado, porque si uno lee un libro puede aprender muchas cosas. Voy a conseguir también para que aprendan a dibujar, mi cuñada les puede dar clases porque sabe de pintura. Quiero poner computadoras para que también puedan aprender eso, espero poder. Pero lo esencial que va a tener mi biblioteca es un jardín de flores para ponerle vida y amor, soy una amante de las rosas.

¿Por qué es tan importante que haya una biblioteca en el barrio? Para que los chicos no anden vagando, para

Abrimos un Centro nuevo: Suncho Corral. ¡¡¡Y vamos por más!!!

que vean que estudiar no es sólo aprender sino independizarse por sí mismos, y que la droga y los vicios de tomar no traen nada bueno. La mayoría de la gente es de bajos recursos y no pueden acceder a comprar o alquilar un libro. La única biblioteca de la ciudad está a casi 5 kilómetros de mi barrio.

¿Es importante leer? Muy importante. El otro día le enseñaba a mi sobrina y le explicaba sobre las relaciones sexuales, hay muchos padres que no les gusta hablar de eso. Los libros ayudan a cuidarte, porque me enseñaron a mí. Están para informar, para aprender lo que es bueno y lo que es malo.

Josefa conoció a Haciendo Camino gracias a su cuñada, que le contó que en el Centro la habían ayudado a recuperar a sus hijos desnutridos. Josefa decidió entonces llevar a Matías, que por aquel tiempo, tenía bajo peso. Después se sumó a los talleres de costura y tejido. “Ya hice de todo: hice una bailarina, un futbolista, una rata y un perrito, y hago carteritas, además de todas las tortugas que aprendí a hacer acá, con la ayuda de doña Dalí”.

¿En qué cambió tu vida desde que entraste a Haciendo Camino? En todo, porque de no saber nada ahora sé hacer muchas cosas, como fuera que me independicé como mujer. Aprendí cómo cuidarme como mujer, aprendí a cómo cuidar a mi hijo, qué cosas tengo que darle y qué es bueno para él. También me enseñaron cómo traer recursos a mi casa, trabajos sencillos pero que puedes hacer y venderlos.

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¿Qué te motiva a formar parte de Haciendo Camino? Que son mis amigos, me siento como en familia, una familia más que se hizo un día. Y también ayudar a mi hijo, que es lo fundamental.

Josefa conserva la misma sonrisa que tiene durante los talleres. Es la que anima a las mamás a leer y a tener un sueño en la vida. Porque si lo tienen, dice Josefa, van a poder luchar por lo que quieren.

“Porque la fe no se apaga nunca”.

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Colonia DoraAdriana Sneidenit Directora del Centro de Colonia Dora

Programa

Nutrición (Comenzó en 2012)

55 NIÑOS se trataron este año

Desde el comienzo se trataron 127 y

se diagnosticaron 35452 MADRES recibieron educación para la

salud y se capacitaron en oficios 105 desde el comienzo

Programas que Funcionan

Adriana estaba en la farmacia, su lugar de trabajo, cuando Patricio Caruso, nuestro gerente de programas, le propuso hacerse cargo de la dirección del Centro de Colonia Dora. El Centro, que en un principio dependía del de Añatuya, estaba creciendo y necesitaba autonomía.

Adriana no dudó en decir que sí, y cuando regresó a su casa, su marido le dijo algo que seguramente le quedará grabado: “¡Cuán cierto es que hay que tener cuidado con lo que soñamos, porque puede hacerse realidad!”. Es que, unos diez días antes, ellos habían hablado de involucrarse en una fundación o comedor comunitario.

Agustín, el hijo mayor del matrimonio, se había independizado para estudiar en Córdoba, y la idea de que los más chiquitos también lo harían comenzaba a esbozar una sensación de vacío en el corazón…

Programa

Salud (Comenzó en 2012)

Se atendieron 87 CONSULTAS este año

133 desde el comienzo

Page 75: Anuario 2014 - Haciendo Camino

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Colonia Dora es, como tantos otros de Santiago del Estero, un puebo donde hay grandes patios y asados, con guitarreada y chacarera incluida, en el que no puede faltar la sombra de algún algarrobo para hacerle frente a un sol que no perdona.

Las familias de aquí son numerosas. Los hombres hacen “changas” y las mujeres se dedican al cuidado de la casa y de los niños. En esta porción de tierra todavía se ve a los changuitos, como se les dice con cariño a los niños, correteando descalzos, jugando a la pelota o a las bolitas, o a las muñecas, en el caso de las niñas. Los juegos los hacen felices, a pesar de que muchas veces las condiciones en las que viven no son las mejores.

Hay dos escuelas primarias, un colegio secundario y un instituto de formación docente. Desde hace algunos años, los chicos tienen la suerte de acceder a actividades como el fútbol, folclore, gimnasia rítmica, patín o danzas árabes.

Colonia Dora no es la excepción a la regla de Santiago: aquí tampoco hay agua potable. La mayoría de las familias la consigue en algún aljibe o depósito donde se recolecta la de lluvia. Hacer un pozo con una bomba sería muy caro,

la tierra es seca, la sal no deja crecer plantas y requeriría demasiada inversión para llegar a las napas más profundas.

La gente del campo atraviesa sus calles de tierra en sulkys tirados por burros, y así llegan al pueblo para hacer las compras del mes.

La gente de Colonia Dora, sencilla, humilde y sumamente cálida, hace de esta tierra un lugar donde lo poco que se tiene se comparte. La tranquilidad es casi un privilegio: aún se anda en bicicleta, se juega en la calle y se corre por el barrio. El paisaje, aunque agreste, tiene verdadero encanto.

El poblador local es tradicionalista y, aunque muchas veces no tengan suficientes ingresos para comer, aún beben la caña con ruda cada 1° de agosto, salen en Pascuas a pedir alguna golosina o la bendición, y creen en la Almumula o la Llorona.

En esta ciudad que se fundó hacia el 1900, y fue la primera colonia agrícola santiagueña, funciona el quinto centro de Haciendo Camino que, en articulación con el municipio, busca formar a las mamás y acompañar el crecimiento de los niños más humildes.

Page 76: Anuario 2014 - Haciendo Camino

Juana es de Colonia Dora. Ama de casa y mamá de siete hijos, cambió su manera de ser después de conocer Haciendo Camino. Vive lejos, pero llega, porque ir al Centro es “estar en casa”.

Juana llega al Centro en sulky, una carreta de madera en la que muchas veces trae a otras mamás que levanta en el camino. Es que Bracho Laguna, el paraje donde vive, está alejado de Colonia Dora, y ella ahora no quiere perderse ninguna visita a Haciendo Camino. Cuando se sube al sulky, lo hace sabiendo que es para ir a su casa. Hace más de un año y medio que Juana es una de nuestras mamás. Se crió en un campo alejado, de sus abuelos, que ahora le pertenece y es allí donde cría a sus siete hijos. La mujer que presentamos en esta nota no fue siempre así. En un primer momento no había consejo que aceptara, decía que no los necesitaba porque ya había criado a seis hijos sola. Su hijo Mario Agustín había ingresado al Programa Nutrición para recibir tratamiento, y el correr de las semanas ayudó a ablandar a su mamá…

¿Cómo conociste Haciendo Camino? Cuando mi hijo tenía un mes, ahora cumplió dos años.

¿Hubo un tiempo en que dejaste de ir? Sí, dejé de ir un tiempo.

¿Por qué, Juana? Cambié yo. Primero era como que vos tenías miedo, después es como que vas a ir y te metés ahí. Antes, estaba parada y tenía miedo. Ahora, cuando voy al Centro hago de cuenta que me voy a mi casa. Salgo más tranquila.

¿Te sentís bien yendo? Sí, me siento más acompañada y voy a seguir yendo.

¿Qué es lo que más te gusta del Centro? Es muy lindo porque vas medio día y es como que vas eterno. Aprendés, estamos con amigas, hacemos taller de costura y manualidades.

¿Qué aprendiste? Mami traé el payasito para mostrar, le dice a una de sus hijas. Cuando lo tiene en sus manos lo muestra y lo abraza orgullosa para seguir hablando con el muñeco tejido entre sus brazos. En Nutrición aprendí a hacerles la papilla a los chicos, eso les gusta. Me enseñaron a que se tienen que lavar las manos, que hay que lavar la verdura con dos gotitas de lavandina, la fruta… voy aprendiendo mucho. Gracias a Dios se aprende.

¿Y tu vida cambió en algo desde que entraste? Sí, mucho. Me gusta ir al Centro. Cuando vuelvo traigo la leche y la papilla. Le preparo la olla y ella se la hace sola porque le gusta cocinarla, explica Juana y señala con el dedo una gran olla que está sobre la mesa afuera de la casa. Ahí es donde una de sus hijas cocina la papilla.

De aquella mamá reacia a recibir consejos, Juana se convirtió en una madre comprometida que comenzó a participar activamente en los talleres de oficios y en las charlas de educación para la salud. Llevó a la práctica los consejos de los diferentes profesionales. Así, la salud de Mario mejoró, e incluso su conducta y la manera de socializar con sus pares.

Juana, antes de irnos, ¿me contás tu sueño? Que mis hijos sean felices y que yo pueda conocer a mis nietos. Que ellos puedan conseguir una mujer, porque entre todos hay cuatro varones –cuenta con un tono que explica que es difícil casar a cuatro varones- y mi sueño es disfrutar y vivir con mis nietos.

Implementamos un nuevo software en la oficina (CRM) y profesionalizamos la comunicación externa. Además, estamos implementando uno de gestión de salud en nuestros Centros.

El Sueño que Viaja en Sulky

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Una pareja de adolescentes entendió que la única manera de darle un futuro mejor a su hija era terminar el secundario. Para eso no sólo acuden al Centro para atender a su beba, sino que estudian para preparar su futuro.

Mariana y Juan son papás de Keila, una beba de meses. Viven en el paraje El Bracho, a 5 kilómetros de Colonia Dora. No son una pareja común: siguen cursando el secundario. Los dos son jóvenes y, además de haber entendido la importancia de llevar a Keila al Centro, se dieron cuenta de lo importante que es, también, terminar sus estudios. En ocasiones, hasta asisten a Haciendo Camino acompañados por otra persona para poder realizar las actividades extracurriculares del colegio.

¿Cómo fue tener una beba tan chicos? Nos cambió mucho la vida. Al principio, me preocupaba cuando tuve que dejarla para ir a la escuela. Por suerte pude hacerlo, y mi mamá o mi suegra se quedaban con mi hija, y cuando llegaba de la escuela estaba todo bien, cuenta Mariana.

¿Por qué decidieron continuar estudiando? Para poder darle un mejor futuro a nuestra bebé, responden ambos.

¿Cómo hacen para atender a Keila y no descuidar el colegio? Nos repartimos con Juan las tareas, él va una quincena al colegio y otra no. Ahí aprovecho para estudiar, después me toca a mí hacerme cargo de ella.

Todos los días Mariana se levanta y despierta a su gorda, desayunan, y después es hora de limpiar y preparar algo para comer antes de ir al colegio. Mientras cocina, estudia, porque no quiere perder el ritmo y es una buena manera de llevar las materias al día.

¿Qué aprendieron en Haciendo Camino? Cómo cuidar a nuestra bebé para que no se enferme.

¿Con qué sueñan? Soñamos con ser profesores o maestros, que nuestra hija tenga la mejor comodidad y pueda estudiar tranquila. En unos años nos vemos en nuestra propia casa, con nuestra hija, siendo sólo nosotros tres.

Por ahora Mariana, Juan y Keila viven con los padres de Mariana y ya sueñan con independizarse y tener su propia casa.

El Consejo Profesional de Relaciones Públicas auditó el área de Comunicación. Recibimos muchos elogios y ayuda para seguir creciendo.

Una Pequeña con un Gran Sueño bajo el Brazo

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HerreraDarío Gonzalez Director del Centro Herrera

Programa

Embarazadas(Comenzó en 2012)

20 EMBARAZADAS se

controlaron y prepararon

para la maternidad este año

Programa

Nutrición (Comenzó en 2012)

201 NIÑOS se trataron este año

Desde el comienzo se trataron 746 y se

diagnosticaron 2776 158 MADRES recibieron educación para la

salud y se capacitaron en oficios

479 desde el comienzo

Programa

Salud (Comenzó en 2013)

Se atendieron 333 CONSULTAS este año

883 desde el comienzo

Programas que Funcionan

Empezó trabajando como voluntario en el Centro de Añatuya, después de un tiempo se fue a vivir a Herrera y estuvo a cargo de un puesto sanitario. Allí detectó niños de bajo peso y en estado de desnutrición, una situación que se repetía en el pueblo.

Regresó a Añatuya para pedirnos que hiciéramos un relevamiento en Herrera, y así sucedió en abril de 2012.

Gracias a ese relevamiento se decidió poner a funcionar un Centro en el lugar.

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En Herrera hay cerca de 4000 habitantes. Cuatro calles de asfalto, algunas de ripio y muchas de tierra. Las casas son de ladrillo y barro. No todas las casas tienen electricidad y el agua es corriente pero no potable. En muchos hogares se cocina a leña porque no hay gas natural.

El clima es seco y caluroso. Hay algunas escuelas primarias, secundarias y un instituto de formación docente. No hay supermercados, la gente compra en negocios, kioscos, carnicerías y verdulerías.

Las familias son numerosas, y en muchas de ellas son las mujeres las jefas del hogar. La humildad no permite que todos los chicos sonrían.

En los parajes rurales la postal es aún más difícil de asimilar. Las casas son de adobe, horcones, barro y piso de tierra. Se alumbran con mecheros a querosene, y el agua que se consume es de río, de canal o de lluvia. El vinal, el algarrobo y el quebracho esbozan un paisaje difícil de vivir.

Hay veces que el verano hiere con historias como la de una mamá a la que le daban ganas de llorar cuando su hijo le pedía agua fresca y

ella no tenía de dónde darle. En los parajes hay escuelas, pero a kilómetros de distancia. No hay negocios cerca, y hay quienes tienen que hacer 25 kilómetros para llegar al pueblo y aprovisionarse. La gente es sencilla, buena, los niños visten lo que pueden conseguir y muchos no tienen un par de zapatillas. Algunos las comparten, turnándose para ir al colegio.

En el Centro se controla nutricionalmente a los que asisten. Toman la merienda y, al finalizar la jornada, se llevan a casa su bolsita. Fuimos creciendo paso a paso, al principio atendíamos en un salón comunitario prestado. Comenzamos con charlas y clases de estimulación temprana.

Hoy, el Centro trabaja dos días a la semana con el Programa Nutrición y otro con el Programa Embarazadas y, además, hay talleres de costura, clases de alfabetización y apoyo escolar

Soñamos con ir de a poco generando sonrisas en los niños de Herrera y sus familias.

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Natalia Maldonado tiene 30 años y asistencia perfecta: nunca falta al Centro de Herrera. Sube a Yuliana, su hija de tres años, y a Pablo, su bebé de uno, a la bicicleta y pedalea con una sonrisa de esas difíciles de encontrar. Sus dos hijos son de distintos padres y no recibe ayuda de ninguno. Se las arregla con los subsidios que cobra, y comparte gastos con sus papás, que le dieron una pieza en el fondo de su casa para que viva con sus dos chiquitos. Conoció Haciendo Camino hace un año, después de un relevamiento que hicieron en su posta sanitaria. Cuando Yuliana ingresó al Programa Nutrición lo hizo con bajo peso y, después de un tiempo, evolucionó de manera increíble. Su hermano entró al Centro un mes después.

¿Qué aprendiste en el Centro Natalia?Aprendí de las charlas higiene, cómo lavarse las manos y cómo lavar los alimentos. También de las charlas sobre violencia a las mujeres.

En Haciendo Camino le enseñaron a preparar la comida adecuadamente para sus dos hijos y participó de talleres de costura donde aprendió a coser. Ahora, hace unos almohadones y cortinas dignos de admirar.

¿Estás contenta con Haciendo Camino?Sí, gracias a ustedes subió de peso mi nena. Aprendí con muchas charlas, me decían cómo tenía que hacer para que ella coma.

Se lo preguntamos a todos y queremos saber el tuyo, ¿cuál es tu sueño? Que mis hijos crezcan bien.

La empresa Lartirigoyen organizó una campaña de leche en polvo entre sus empleados.

La Sonrisa de NataliaHaciendo Camino | Anuario 2014

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Elda vive muy lejos del Centro de Herrera, pero eso no importa porque se sube a su moto y atraviesa el campo para llegar y asistir al Programa Nutrición. Conoció Haciendo Camino por el agente sanitario de su posta rural. “Él nos contó, es el único que anda por acá cuando se enferman los chicos”, explica Héctor, su marido. Son una familia grande, viven once en la misma habitación con piso de tierra, no hay camas para todos y por eso las mantas hacen las veces de colchón. Le contamos a Elda que la cucheta que necesitaban ya estaba en el Centro y que en cualquier momento se la íbamos a acercar. Sonrió. Héctor “hace changuitas” para sostener la economía familiar. Hace algunos meses trabaja haciendo ladrillos, le pagan 120 pesos por día después de ocho horas de trabajo, “A veces me quedo más tiempo ayudando al jefe”. Cuando no tenía moto, Elda gastaba en un remís más de la mitad de lo que cobra su marido, para llegar al Centro. Otras veces, algún vecino la acercaba en moto…Una de las hijas de Elda, Maricel, está embarazada.

¿Cuántos años tenés?16… ¿Y esa panza, de cuánto estás? Casi de nueve meses. Cuando lo tenga se va a llamar Marcos Josué.

Elda, ¿Estás contenta con Haciendo Camino?Sí, en el Programa por los menos nos dan la leche, que la leche está carísima, y él si no tiene leche se enoja. Elda señala a uno de sus hijos. Es una ayuda, porque a veces no alcanza porque tengo que comprarles zapatillas a todos y no me alcanza… A veces viajo a Santiago y le compro una vez a uno y otra vez a otro.

Pero además de la leche… ¿aprendiste algo?Sí, las charlas que es una cosa que te enseñan. Aprendí a cuidarlos mejor. El chiquito recuperó el peso pero no la talla. La nutricionista me ha dicho que le deje de dar tanto de comer porque si no va a ser gordo y petisito, sonríe Elda.

¿Hace mucho están juntos?, les preguntamos a Elda y Héctor. Sí, yo tengo 35 -responde Héctor- y mi señora 34. Hace catorce años que nos juntamos.

¿Algún sueño que compartan? Soñamos muchas cosas pero no llegan…

¿Y con que sueñan? Con tener una casa. Ojalá se les cumpla el sueño…

La empresa Adecoagro donó leche en polvo. Los empleados nos siguen acompañando voluntariamente.

Sueño CompartidoHaciendo Camino | Anuario 2014

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Suncho CorralFlavia Díaz Directora del Centro de Suncho Corral

Programa

Nutrición (Comenzó en 2014)

60 NIÑOS se trataron este año y se diagnosticaron 382 desde el comienzo

53 MADRES recibieron educación para la salud y se

capacitaron en oficios este año

Programa

Salud(Comenzó en 2014)

Se atendieron 137 CONSULTAS

este año

Programas que Funcionan

La directora del joven Centro de Suncho Corral marca todo un récord, es la única asistente social de Suncho. Luego de trabajar algún tiempo en el área de Desarrollo Social de la provincia de Santiago del Estero, se enteró de la búsqueda de Haciendo Camino.

El Centro había empezado con profesionales de Monte Quemado y, poco a poco, debía independizarse.

Hija de una familia que trabajó duro toda su vida, Flavia ingresó a Haciendo Camino motivada por ayudar a los niños de su pueblo.

Siempre supo que el esfuerzo y el estudio eran la base para vivir dignamente; hoy lo transmite a cargo de este Centro al que aún le queda mucho por crecer.

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Page 85: Anuario 2014 - Haciendo Camino

A 70 kilómetros de la ciudad de Añatuya por camino de ripio, y a 20 km de la Ruta Nacional 34, se llega a Suncho Corral. Una ciudad pintoresca que, escondida del turismo y de los grandes mercaderes, es visitada por varios trabajadores del campo, de paso para descansar y seguir camino.

Ciudad de apenas diez mil habitantes, con un centro pequeño, su Municipalidad e Iglesia, es un lugar humilde rodeado de barrios marginales y de muchas familias necesitadas. Algunos pies descalzos y varios perros sueltos invitan a recorrer las calles plagadas de niños.

Al ser tan chico el lugar, se hace más visible el peso y la presión que ejerce la política y las tensiones escondidas entre las instituciones.

Hay salitas de primeros auxilios y un hospital que, desde hace meses, no tiene director. Los agentes sanitarios recorren las casas intentando acompañar a las familias. Hay dos sacerdotes y una residencia donde estudian chicos provenientes del campo. Dos o tres escuelas y varios jardines de infantes que completan el

panorama. Más allá, tierra de abundancia para la agricultura y el ganado. Innumerables hectáreas fueron compradas por turcos, hace varias décadas, y no generan ninguna oportunidad para un pueblo pobre.

El hombre que trabaja lo hace en el monte o en su comercio. Para todos los demás hay planes sociales y subsidios, que alimentan pero que no alcanzan para pensar en un futuro mejor.

Suncho Corral nos conmovió con la pérdida de Alicia, una niña de seis meses que, muy pocas semanas después de que empezáramos a trabajar en el lugar, se encontró con la muerte a causa de la desnutrición y el abandono. Fue espejo de la desidia de su propia familia, acercándonos al abismo de lo que significa la pobreza marginal.

Por la calidad de la gente y por su concreta necesidad, Suncho Corral es una comunidad a la que queremos acompañar y con la que queremos construir un futuro distinto.

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Cualquiera que busque el significado de soñar en el diccionario podría encontrarse con: “Imaginar, generalmente con placer, una cosa que es improbable que suceda, que difiere notablemente de la realidad existente o que sólo existe en la mente, pero que pese a ello se persigue o se anhela”.

Nuestros Sueños

En Haciendo Camino no nos conformamos, decidimos que los sueños de nuestra gente pueden hacerse realidad, que se puede lograr un futuro diferente, en el que se comprometen y logran el cambio por medio de su propio esfuerzo.

Sueña una mamá que comprende que la única que puede cambiar la realidad de su hijo es ella misma, y encuentra la contención y motivación necesarias en algún Centro, pero sabe que ese cambio lo va a lograr con su amor, paciencia y dedicación.

Sueña una mujer que se enteró de que va a tener un hijo, y lo recibe con alegría y esperanza, comprometiéndose para hacer de ese chico una persona de bien para el día de mañana.

Sueña un grupo de madres que se capacita en oficios por creer en sí mismas y estar convencidas de que pueden sacar adelante a sus familias.

Sueña una mujer que vuelve a creer en un médico, y siente que es digna de recibir la atención que necesita.

Sueña el agente sanitario de una comunidad rural, con la certeza de que las familias que tiene a cargo pueden mejorar, de que su comunidad puede volver a sonreír.

Sueñan que la realidad puede cambiar y que serán capaces de escribir una nueva historia que les permitirá ser felices.

Nos encanta soñar y por eso preparamos una selección de sueños de los chicos que viven en el Hogar Santa Catalina y creen que pueden convertirse en personas diferentes a costa de su propio esfuerzo y esperanza. Porque… ¿qué son, en

definitiva, los sueños sino el motor para alcanzar nuestras metas?

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Page 87: Anuario 2014 - Haciendo Camino

JESSICA PALOMO

Un Color: ROSAUn Número: nueveUna Comida: pizza y milanesasUna Película: lluvia de hamburguesasUn Deporte: fútbol

Un Lugar por Conocer: mendozaUn Sueño: ser cantante

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Page 88: Anuario 2014 - Haciendo Camino

FáTIMA ACOSTA

Un Color: Rojo

Un Número: once

Una Comida: pizza

Una Película: lAs princesas

Un Deporte: correr

Un Lugar por Conocer: santiago capital

Un Sueño: ser maestra

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Page 89: Anuario 2014 - Haciendo Camino

CECILIA CARABAJAL

JOSE RÍOS

Un Color: LilaUn Número: sieteUna Comida: milanesas con papas fritasUna Película: chucky, la huérfana

Un Deporte: jugarUn Lugar por Conocer: córdobaUn Sueño: ser veterinaria

Un Color: RojoUn Número: cienUna Comida: polenta con milanesaUna Película: el hombre arañaUn Deporte: fútbolUn Lugar por Conocer: barcelona y chileUn Sueño: ser policía

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Page 90: Anuario 2014 - Haciendo Camino

GABRIEL PALOMO

Un Color: verde

Un Número: tres

Una Comida: pizza

Una Película: la era del hielo

Un Deporte: jugar

Un Lugar por Conocer: todos los países

Un Sueño: ser policía

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Page 91: Anuario 2014 - Haciendo Camino

JULIANA GÓMEZ

Un Color: lilaUn Número: ventinueveUna Comida: empanadas con fideosUna Película: lluvia de hamburguesasUn Deporte: vóley

Un Lugar por Conocer: formosaUn Sueño: profesora de vóley

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Page 92: Anuario 2014 - Haciendo Camino

LUISANA PALOMO

Un Color: amarillo

Un Número: doce

Una Comida: tarta

Una Película: la princesa sofía

Un Deporte: gimnasia

Un Lugar por Conocer: buenos aires

Un Sueño: ser policía

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Page 93: Anuario 2014 - Haciendo Camino

VALENTÍN GONZÁLEZ

JOSE LUIS MIRANDA

Un Color: rojoUn Número: ciento cincuentaUna Comida: milanesas con puréUna Película: harry potterUn Deporte: fútbol y basquetUn Lugar por Conocer: brasilUn Sueño: ser futbolista

Un Color: RojoUn Número: diezUna Comida: polloUna Película: frozenUn Deporte: fútbolUn Lugar por Conocer: mar del plataUn Sueño: ser policía

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Page 94: Anuario 2014 - Haciendo Camino

BELÉN CARABAJAL

Un Color: azul

Un Número: seis

Una Comida: fideos con pollo

Una Película: frozen

Un Deporte: correr

Un Lugar por Conocer: la nieve

Un Sueño: ser veterinaria

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Page 95: Anuario 2014 - Haciendo Camino

PATRICIA RÍOS

CARMEN RÍOS

Un Color: violeta

Un Número: doce

Una Comida: hamburguesas con papas fritas

Una Película: frozen

Un Deporte: ninguno

Un Lugar por Conocer: mar del plata

Un Sueño: ser cantante profesional

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Page 96: Anuario 2014 - Haciendo Camino

DALIA PALAVECINO

CELESTE ACOSTA

Un Color: violeta

Un Número: ocho

Una Comida: pollo con arroz

Una Película: frozen

Un Deporte: hacer la vertical

Un Lugar por Conocer: tucumán

Un Sueño: ser cantante

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Page 97: Anuario 2014 - Haciendo Camino

CLARISA PALOMO

DOMINGA PALOMO

Un Color: verde flúoUn Número: nueveUna Comida: milanesas con ensaladasUna Película: mi villano favoritoUn Deporte: ningunoUn Lugar por Conocer: barilocheUn Sueño: ser veterinaria

Un Color: violetaUn Número: unoUna Comida: pollo con papasUna Película: las princesasUn Deporte: saltarUn Lugar por Conocer: las montañasUn Sueño: ser princesa

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Page 98: Anuario 2014 - Haciendo Camino

MICAELA GÓMEZ

MILENA BARRAZA

Un Color: rojoUn Número: veinticincoUna Comida: milanesas con puréUna Película: frozenUn Deporte: fútbolUn Lugar por Conocer: los ángelesUn Sueño: ser abogada

Un Color: rojo

Un Número: cinco

Una Comida: milanesas con puré

Una Película: la princesa sofía

Un Deporte: gimnasia

Un Sueño: ser dibujante

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Page 99: Anuario 2014 - Haciendo Camino

GUANDA LOTO

ABIGAIL LOTO

Un Color: rosaUn Número: ochoUna Comida: papas fritasUna Película: la princesa sofíaUn Deporte: andar en biciUn Lugar por Conocer: disneyUn Sueño: doctora y policía

Un Color: AmarilloUn Número: dosUna Comida: fideos con salsaUn Deporte: la mancha

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Page 100: Anuario 2014 - Haciendo Camino

FáTIMA CARABAJAL

CELESTE PEnALOZA

Un Color: violetaUn Número: seisUna Comida: pizzaUna Película: frozenUn Deporte: vóleyUn Lugar por Conocer: barilocheUn Sueño: maestra jardinera

Un Color: violeta

Un Número: cuatro

Una Comida: milanesas con pollo

Una Película: frozen

Un Deporte: vóley

Un Lugar por Conocer: cataratas del iguazú

Un Sueño: ser gendarme

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Page 101: Anuario 2014 - Haciendo Camino

BELÉN MANSILLA

MARIANO BARRAZA

Un Color: rojoUn Número: tresUna Película: las crónicas de narniaUn Deporte: fútbolUn Lugar por Conocer: tucumanUn Sueño: ser policía

Un Color: rojo

Un Número: Diez

Una Comida: sandwich de milanesa

Una Película: frozen

Un Deporte: vóley

Un Lugar por Conocer: buenos aires

Un Sueño: ser peluquera

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Celina y sus hermanos fueron los primeros que inauguraron El Refugio de Añatuya como hogar de niños en tránsito. Perdieron a su mamá de muy chicos y más tarde no tuvieron dónde quedarse.

Lo anticipa el título: esta historia tiene un comienzo triste, pero un final feliz. Celina perdió a su mamá cuando tenía seis años. Ella y sus tres hermanos se quedaron al cuidado de su papá en el campo. El padre de Celina terminó preso por maltratar a sus hijos, y los chicos se mudaron a la casa de un abuelo, donde también vivían sus dos hermanos mayores. Allí también fueron matratados. Sufrieron golpes, abusos, agresiones verbales y pasaron hambre. Si bien tenían tres hermanas mayores, ninguna de ellas quería hacerse cargo de sus hermanos. Por ese entonces El Refugio de Añatuya funcionaba como un hogar para mujeres víctimas de violencia de género. Pero todo cambió con un llamado de la defensoría de menores: cuatro hermanos necesitaban un lugar para vivir y esperaban en una comisaría que alguien los fuera a buscar.

¿Cómo llegaste al Refugio, Celina? Estábamos en la comisaria con la abogada por problemas de mi familia y ella nos ha presentado a Catalina.

¿Qué había pasado?Nosotros vivíamos en la casa de mi abuelo con mis hermanos, después mi abuelo se ha enfermado y lo internaron en el hospital hasta que falleció. Nos quedamos con otros hermanos que nos podían cuidar y ahí Catalina nos ayudó y nos llevó al Refugio.

¿Qué encontraste en el Refugio?Me gustó mucho el lugar. Antes no teníamos cama y después tuvimos una para cada uno. Nos

Este año, El Bosque de la Leche también recaudó leche en polvo, como lo viene haciendo desde hace tres años.

dieron muchas cosas que no teníamos, como agua caliente, un baño, ropa y calzado. En mi casa me sentía muy incómoda porque estábamos con varones no más. En el Refugio era mejor porque había personas que nos cuidaban y estábamos más tranquilos.

Hoy Celina tiene 15 años y cursa el segundo año de la secundaria en un colegio estatal. Vive en una residencia para mujeres del Obispado de Añatuya. Sus hermanos más chicos están en el Hogar Santa Catalina, uno de los que, junto con el Refugio, Haciendo Camino respalda en la ciudad.

¿Cómo es ahora?Ahora estoy en una residencia, mis hermanos en el hogar. Me va bien en el colegio y tenemos maestras de matemática e inglés que nos dan clases de apoyo. Creo que me gusta más historia y ciencias naturales, igual.

Antes, ¿trabajabas?Trabajé desde muy chica, desde los 13. Cuando estaba en la casa de mi abuelo, empecé a trabajar en la casa de una señora. Cuidaba a una niña en una casa de familia.

¿Tenés buenos recuerdos de eso?Sí, me traban bien. La señora y su esposo eran muy buenos.

¿Y hay algo que te gustaría olvidar? Todo lo que he vivido en el pasado, cuando nos ha maltratado mi papá no lo quiero recordar. Quiero olvidar eso…

De un Comienzo Triste a un Presente Feliz

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¿Y qué es lo que más te gusta de tu presente? Me siento bien, llegué a la residencia cuando empecé primero y me he acostumbrado rápido. Me gusta estar con mis compañeras, estudiar y que mis hermanos estén bien.

¿Cambió la vida de tus hermanos, también? Los veo más contentos, los veo mejor. Yo estoy más tranquila que antes, los chicos de Haciendo Camino siempre me vienen a visitar y me ayudan si necesito algo.

¿Tenés algún sueño? Creo que sí… quiero ser psicóloga. Me gustan los niños y quiero ser psicóloga de niños para hablar con ellos y enseñarles muchas cosas.

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Abierto de 9 a 18:

En un edificio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay un pedacito de tierra de Santiago del Estero. De lunes a viernes, allí la oficina de Haciendo Camino funciona para y por la gente del Interior, al igual que nuestros Centros.

Desde Buenos Aires se organizan las reuniones con diferentes empresas, se realizan eventos de recaudación de fondos, se administran las donaciones, se organizan los papeles, se planifican diferentes campañas…

Hay siete personas que, sumadas a diferentes voluntarios que ya son amigos, trabajan en distintas áreas como la de administración, comunicación, desarrollo institucional y gerencia ejecutiva…

Hubo quienes llegaron por la búsqueda laboral, otros después de pasar por un voluntariado; pero todos, sin duda, unidos en el mismo proyecto. Se nos ocurrió preguntarnos, entonces, qué nos motivaba a trabajar todos los días en ese pedacito de Santiago en Buenos Aires:

“El saber que yo trabajo para que distintas personas puedan tener una mejor calidad de vida me motiva a comprometerme más. En otra oficina no sería lo mismo”.

“Priorizo la satisfacción de trabajar dentro de un equipo de gente con los mismos intereses y objetivos. Me motiva saber que es por el bien de los demás”.

“Quiero estar en Haciendo Camino por el amor que compartimos por el trabajo, porque estamos apasionados por lo que hacemos, porque compartimos el orgullo de ser parte, porque el crecimiento es infinito y porque todo está por hacerse. Aquí se trabaja profesionalmente sin dejar la diversión o el entusiasmo de lado”.

“Sé que estoy dando mis estudios y mi tiempo para que una excelente obra se lleve a cabo en otra parte del país. Disfruto que mis horas de trabajo no sean una simple obligación, estoy haciendo algo por los demás”.

Y, ya que estábamos indagando, quisimos refrescar nuestros sueños:

“Sueño con el crecimiento, que seamos más Centros ayudando a más niños y familias a salir adelante y tener una vida mejor”.

“Dar todo de mí por los demás. Que donde esté, haga la diferencia. Que Haciendo Camino siga creciendo, que lleguemos a más gente, que más familias se sientan queridas y más felices gracias a nuestro paso, que más gente se sume a ayudar también. Que el cambio sea verdadero, que la ayuda sea genuina”.

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un pedacito de Santiago en Buenos Aires

Un equipo de jóvenes profesionales decide desarrollarse en el marco de una organización social. Es posible ayudar de 9 a 18 y no sólo en las horas libres o después del trabajo.

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“Sueño con que la gente se comprometa con los que necesitan una mano, romper el mito del ´no se puede cambiar la realidad´ generado por la indiferencia y la desesperanza, o tal vez es solo una excusa para no meter la mano en bolsillo”.

“Me gustaría que todo esto siga en este buen camino, que nueva gente se una a esta gran idea y que podamos así ayudar a más niños y familias en todo el país”.

Si hay algo que hace especial a esta oficina, es que acá la gente viene contenta a trabajar… No bien comienza el día, la pava hierve para hacer el mate… La sonrisa clavada en el rostro es moneda corriente.

Todos saben qué tienen que hacer y ponen lo mejor de sí, porque en Haciendo Camino no hay corporaciones que exigen resultados, hay familias que nos necesitan… Y quedarse un par de horas más fuera de horario o trabajar el doble en ocasiones, porque somos muy pocos, no se siente.

Porque a mil kilómetros de distancia nos necesitan y si esas dos horas más de trabajo extra o esa semana sin dormir para poder terminar una campaña o algún proyecto generó al menos una sonrisa allá, el trabajo acá valió la pena.

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Page 106: Anuario 2014 - Haciendo Camino

Una más inspiradora que la otra, presentamos historias que conmueven y dan las fuerzas que necesitamos para seguir trabajando. Pequeños relatos que nos hacen seguir soñando…

La experiencia y un par de manos

Horacio Wuille-Bille y Teresa Baiocchi llegaron a la oficina de Buenos Aires para ayudar con tareas de administración. Los dos tienen profesiones diferentes pero comparten la voluntad de continuar soñando que todavía se puede hacer algo por los demás. Horacio fue escribano durante 50 años, y entre las tantas cosas que hizo como ser profesor de universidad, director de una radio o abogado… llegó para ser voluntario de Haciendo Camino. Se enteró de nosotros viendo a Catalina en una entrevista de televisión, se interesó, investigó en la web y “allí terminé de convencerme de hacer el cambio”, cuenta. Está convencido de que la educación es la base fundamental para el desarrollo del país y el individual de las personas, por eso colaboró algún tiempo con una ONG que se dedicaba al tema, y ahora con nosotros… La historia de Teresa es concreta y sin vueltas: “Quería hacer algo por los demás, vi por televisión el número de teléfono y me acerqué”, narra. Es secretaria en la oficina de unos amigos suyos y una voluntaria intachable. ¿Qué te motiva para ayudarnos, Tere? La obra enorme que hacen.

El camino en moto

Ricaldo Baldoma también llegó a Haciendo Camino después de ver lo que hacíamos en un programa de televisión. Forma parte de Cinta Asfáltica, un grupo de 70 apasionados de las motos que organizan viajes de placer y, entre tantos, viajes solidarios. Llegaron al Centro de Añatuya motivados por lo que vieron y armaron una colecta solidaria. ¿Por qué quisiste ayudarnos? Porque vimos el esfuerzo tan grande que día a día hace Catalina y su grupo de trabajo en la fundación y en el Refugio. En una semana juntaron cantidades de alimentos no perecederos. Convocaron a la gente a través de las radios y canales de televisión de su ciudad y a la semana siguiente estaban viajando cargados de alimentosy esperanzas.

Junto a Carrefour Argentina, hicimos una campaña en la que recolectamos leche en polvo en distintas sucursales.

Pequeñas Grandes Ayudas

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¿Qué les impactó cuando llegaron? El empeño que ustedes le ponen al trabajo y lo que hacen por los chicos. La gente nos recibió de una manera espectacular, nos sentimos como en casa. El placer más grande fue el de haber cumplido nuestro objetivo. Queríamos llevarles alimentos a esos chicos, que tanto les hacen falta, y conocer a Catalina y al grupo: lo logramos.

Cuando el ratón Pérez es solidario…

Sofía tiene cinco años, le gusta jugar, y entre tantas cosas que hace, va al jardín, a un taller de arte y disfruta de los cumpleaños de sus amiguitos. ¿Cómo conociste Haciendo Camino, Sofi? Me enteré por el Iaio –su abuelo que es parte de Cinta Asfáltica, el grupo motoquero que nos visitó en Añatuya-. El Iaio estaba ultimando los detalles del viaje hacia Añatuya y Sofí, viendo a todos los que ayudaban, también quiso sumar su granito de arena. Había perdido un diente hacía poco, y con el dinero que le trajo el ratón Pérez, quiso comprarles algo a los chicos de Añatuya. Su abuelo le recomendó golosinas, “No, algo más sanito”, se excusó Sofí, y así les compró galletitas y lápices de colores. ¿Por qué lo hiciste, Sofí? Por sus necesidades. ¿Y vos, qué soñás para cuando seas grande? Quiero ser veterinaria… Ayuda internacional

Florencia es argentina y vive hace varios años en Miami. Conocieron a Catalina por la televisión y su hija no dudó en llamar a todas sus amigas. Un grupo de chicas, de alrededor de diez años, salieron por las playas de Miami a vender pulseras. “Son para los chicos de Haciendo Camino”, explicaban a la gente y así ¡lograron juntar 300 dólares!

No hay edad para felicitar

“Catalina lo que haces es espectacular y ayuda a la gente besos”. Después de una entrevista que tuvo en televisión, el buzón de mensajes del Facebook de Catalina estaba abarrotado de mensajes de gente que quería colaborar y otros tantos que buscaban felicitarla. Pero éste tenía algo especial, la foto de perfil de Victoria era un perrito, así que ¿cómo imaginarse? Catalina le agradeció como hacía con todos, y la invitó a sumarse como madrina de Haciendo Camino. La respuesta no tardó en llegar: “Tengo 7 años le voy a preguntar a mi mamá si puedo besos”.

Junto a Mundo Sano, capacitamos en la construcción y cuidado de huertas.

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Dar lo único que se tiene

Estando de vacaciones los chicos del Refugio en Mendoza, participaron de una misa en la que el Padre Cristian, que organizó el viaje, contó sobre la procedencia de los niños y pidió colaboración a los feligreses para poder comprar los pasajes de vuelta a Añatuya. Al final de la misa muchas personas acercaron su donación, pero la que más nos impactó fue la de una señora de un barrio muy humilde, o de la calle. Llevaba sus pertenencias en una bolsa blanca de supermercado. Se acercó y con un poco de vergüenza se justificó diciendo que no había llevado más plata y que lo que tenía lo necesitaba para comprar un medicamento. Dijo, con cierto sentimiento de culpa, que nos daba lo único que podía y nos dio ocho pesos, sin saber que para nosotros fue la que más dio.

Viajes de voluntarios: la visita de Artur

Todos los viajes a Añatuya son diferentes, cada uno se queda con su percepción y atesora lo que más le impactó. Artur tiene 65 años y es alemán. Ya conocía Haciendo Camino desde hace un tiempo pero se animó hace poco a viajar a Santiago del Estero. ¿Qué es lo que más te impactó de Añatuya? Encontré mucha gente viviendo en condiciones inhumanas que sin la ayuda de las distintas ONG no tendrían chances de salir de su miseria. ¿Qué te llevás de esta experiencia? Fue muy enriquecedora, en un ambiente donde me he encontrado con una realidad muy fuerte. Es imposible salir de esta experiencia sin sentir el deseo de seguir involucrándose en la obra de Haciendo Camino.

Santiago Poli: Un padrino que llegó volando

Santiago Poli (49) llegó a Añatuya con su Cessna 172. Había volado desde Buenos Aires para sumarse al viaje de voluntarios y arribó cargado de provisiones y regalos para los chicos del Hogar. Hubo otro viaje más en avión y otros tantos más en auto. No podíamosdejar de preguntarle a Santiago, qué lo motivaba a seguir viniendo: Comparto el interés por combatir la injusticia, por reconstruir la dignidad y la autoestima de la gente y aliviar su angustiante situación. Los chicos que protege Haciendo Camino en el Refugio y en el Hogar tienen muchas potencialidades y sin ayuda jamás las desarrollarían. Trabajar algunos días al mes, junto a ustedes, es un privilegio que no puedo desaprovechar. ¿Un sueño? Que algún día . . . no muy lejano, desde una pista demarcada, iluminada y habilitada del Aeródromo de Añatuya. . . despegue un avión al servicio de la Fundación, al mando de uno de los chicos del Refugio y realicen un vuelo de ayuda humanitaria hacia alguna remota localidad del interior de la provincia llevando médicos, educadores, alimentos, encomiendas para las familias olvidadas y progreso. Que nuestra imaginación se active y nos permita soñar y trabajar en un futuro de prosperidad para los que hoy no lo tienen.

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En Monte Quemado se formó un Equipo de Gestión local para colaborar con el Centro. Además, el Equipo de Gestión de Santiago del Estero capacitó a las madres en microemprendimientos.

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En un primer momento se nos ocurrió llamar a esta historia “los desterrados”, pero nos pusimos a pensar y nos dimos cuenta de que a ellos nadie los había echado… se fueron con la convicción de que querían cumplir un sueño o lograr que otros lo cumplieran. Fueron los que dijeron sí y respetaron la promesa de “me voy a ir a trabajar a Santiago”, y aquí están: haciéndonos orgullosos de la pasión que ponen día a día para que decenas de familias mejoren su calidad de vida.

La historia de Patricio Caruso De Córdoba a Añatuya. 598 kilómetros recorridos.

La entrega de Pato no nació en Haciendo Camino. Durante ocho años estuvo trabajando, primero como voluntario y después contratado en un Techo para mi País. Desde esta organización viajó por varias provincias y entró en las casas y en los corazones de muchísimas familias. Se recibió de ingeniero industrial e hizo un viaje recorriendo toda Latinoamérica. Si bien conocía la pobreza, al ver niños en la calle, pidiendo y trabajando, se convenció de que quería volver a su país y trabajar por la niñez. ¿Cómo llegaste a Haciendo Camino? Había visto un video del doctor Abel Albino y pensé que ese tipo tenía la posta, hay que trabajar en nutrición infantil. Cuando volví, empecé a mandar mails a distintas organizaciones. Un amigo me contó de Haciendo Camino, les escribí y me junté con Caty y sin conocer Añatuya, acepté la propuesta. Si ahí había necesidad, ahí tenía que estar. Desde septiembre de 2011 es gerente de programas de Haciendo Camino y viaja permanentemente entre los distintos Centros que tenemos en Santiago del Estero. Su trabajo se centra en supervisar y acompañar a los equipos de profesionales, pero Pato nunca se priva de visitar familias, cuidar niños, curar alguna herida o quemadura o tener alguna charla y motivar a alguna mamá que está triste. Es un gerente que está muy cerca de la gente. Ya hace tres años que vive en Añatuya y a pesar de extrañar a la familia y a los amigos, vive en Añatuya convencido de que para cambiar la realidad hay que arremangarse la camisa y trabajar. ¿Qué te motiva? Ver que las mamás se sienten contenidas, que cuando llegan no se quieren ir. Que es una organización en la que se trabaja de manera profesional, las cosas se hacen bien. Creo que los que trabajamos en esto somos unos privilegiados porque amamos lo que hacemos y podemos contar orgullosos de qué trabajamos. Me motiva ver el crecimiento y ver que podemos llegar con este proyecto cada vez a más lugares. Y, ¿cuál es tu sueño? Una Argentina grande, desarrollada, en donde no haya niños trabajando ni sufriendo. Una Argentina desarrollada en todas sus provincias y ciudades, donde haya recursos humanos calificados en todas las áreas.

A través de una alianza con el Club del Té, participamos de un té a beneficio y de diversos eventos en los que difun-dimos nuestro trabajo.

Los Expatriados: Historias que Inspiran

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La historia de Catalina HornosDe Buenos Aires a Añatuya. 919 kilómetros recorridos.

Fue la primera que inauguró el club de los expatriados. Nadie le creyó cuando dijo que iba a terminar su carrera en Buenos Aires y se iba a ir vivir a Añatuya. La historia la conocemos todos pero la repasamos para los más desprevenidos. Caty tenía 22 años cuando tomó su bolso y se fue para Añatuya. Al principio fue por unos meses y esos meses se hicieron una mudanza definitiva. ¿Qué te motivó? Quería que los que más lo necesitaban tuvieran las mismas oportunidades que yo tuve y devolver algo de lo que había recibido yo gratuitamente. Sabía que en mi trabajo en Buenos Aires podía ser reemplazada por mucha gente, pero en Añatuya me daba cuenta que me necesitaban más, era más útil.¿Qué fue lo que más te impactó cuando llegaste a Santiago? Las carencias que veía, la cantidad de familias que no tenían asegurado un plato de comida diario, la falta de educación, de agua potable. La falta de posibilidades. Recuerdo familias que por la mañana enviaban a un hijo a la escuela y por la tarde al otro, porque los chicos compartían las zapatillas. O Lorena, de 15 años que, después de una clase de alfabetización, me confesó llorando que hacía una semana que no comía. Sus hermanitos se alimentaban una vez por día, en la escuela, pero en su casa sólo tenían plata para comprar yerba mate, que reservaban para la madre porque estaba embarazada. De este primer viaje, surgió Haciendo Camino. Arrancó con el sueño de acompañar un hogar de niños y su imaginación voló hasta soñar con tener un Centro de prevención de desnutrición en Añatuya. Hoy, además de los 6 centros que tiene Haciendo Camino en la provincia, Caty tiene a su cargo un hogar de tránsito y la guarda provisoria de 18 chicos.¿Y cuál es tu sueño? Yo sueño con vivir en un lugar donde todos podamos soñar y cumplir los sueños. Donde todos tengamos opciones y podamos elegir. A nivel personal, me encantaría casarme, tener hijos, y que mi familia se transforme en familia para los que no la tienen.

La historia de Carolina Stanchuk y Rodrigo RecheDe Buenos Aires a Añatuya. 919 kilómetros recorridos.

Rodrigo Reche había viajado a Añatuya como habitualmente lo hacen los voluntarios, y, en medio del fin de semana, la llamó diciéndole que se quería quedar. Ya no bastaba visitar Añatuya algunos fines de semana, había que quedarse. Cuando él volvió a Buenos Aires, los dos hablaron con Catalina, armaron las valijas y se fueron por tres meses que, hace dos años, se vienen renovando… Carolina Stanchuk y Rodrigo se conocieron durante una construcción de un Techo para mi País en Santiago del EsteroCapital. “Yo tenía vacaciones en el trabajo y me anoté sin saber bien a dónde iba. Me tocó construir en Santiago y lo conocí a Rodri, que ya era voluntario de Haciendo Camino; ambas ONG trabajaron en conjunto para esa construcción”, cuenta Caro. “En la construcción casi no nos dimos bola, recién algunos meses después en Buenos Aires me animé a invitarla a salir”, relata Rodrigo. Y la historia siguió sola… Rodrigo conoció Haciendo Camino después de insistirle a su papá para que su empresa apoyara un proyecto solidario; Carolina conoció

Estamos trabajando con las madres críticas de los Centros que requieren contención especial.

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Haciendo Camino después de que Rodrigo la invitara a un viaje de voluntarios. ¿Por qué se fueron a Añatuya? Porque le fui tomando cada vez más cariño a la gente de la ciudad. Cada vez que me iba, extrañaba a los chicos del hogar. Los viajes me parecían increíbles pero siempre a la vuelta me quedaba con gusto a poco. ¿Y vos, Caro? Quería que mi vocación de asistente social ocupara todo mi tiempo, que fuera un modo vida. Para eso tenía que estar dispuesta las 24 horas. Los dos dejaron atrás la familia, los amigos y afectos. Porque, aunque no parezca, se extraña el compartir el día a día con los seres queridos, los partiditos de fútbol los sábados a la mañana, los almuerzos en lo de los viejos… ¿Extrañan lo que dejaron atrás? Los extraño pero soy feliz en el lugar que elijo estar. ¿Y vos Rodrigo? Sigo eligiendo vivir en Añatuya, ya que la balanza del día a día supera con creces todo el resto. ¿Qué motiva ese día a día? Si no solucionamos la problemática con los chicos, no vamos a tener un mejor futuro jamás. Lo segundo que me motiva es el gran equipo de trabajo que tiene Haciendo Camino, se nota el gran compromiso y dedicación por lo que hacen. ¿Caro? Estar segura de que la realidad se puede cambiar. Confío en que cada madre y cada niño con el que trabajamos pueden mejorar su calidad de vida, y nosotros estamos para darles una mano en este camino. Además este trabajo me hace feliz, lo disfruto y de cada situación y de cada persona aprendo muchísimo. “Nunca había vivido algo como lo que viví en Añatuya”, cuenta Rodrigo. Y quizás tenga razón, Añatuya tiene ese no sé qué, que hace querer regresar antes de irse.

La historia de Florencia TregliaDe Buenos Aires a Monte Quemado. 1349 km recorridos.

Terminando el año 2013, a Florencia Treglia le llegó un mail que, sin duda, cambió su realidad. Haciendo Camino necesitaba una trabajadora social para uno de sus Centros. Ella vivía en Buenos Aires, fue productora de televisión, organizadora de eventos, secretaría, dictó talleres… y era trabajadora social. Después de una decisión que costó charlas profundas con la familia y amigos, partió para Monte Quemado. Ya conocía muy bien Santiago del Estero, había sido parte de un grupo misionero que viajó durante muchos años a un paraje cerca de Añatuya. ¿Te arrepentís? Si bien me costó tomar la decisión de venirme, hoy estoy muy conforme de haberme animado. Mi búsqueda de cambio era inminente, a pesar de extrañar mucho a las personas queridas, no podía callar mi intención de involucrarme más. ¿Qué significa irse para seguir los sueños? Ser parte de un proyecto así implica un compromiso más fuerte y que atraviesa tu vida, en mi caso siempre digo que ahora mi vida es parte de mi trabajo, la entrega es total, y a pesar del cansancio, la distancia y las adversidades nadie puede negar que vale la pena. ¿Cuál es tu sueño? Poder ser una herramienta para que las mamás o los chicos cumplan los suyos, es concentrarnos en el disfrute de lo que quieran hacer cada uno de ellos. Y qué tan cierta es la frase de Mamerto Menapace, el conocido escritor y monje argentino, que Flor recordó: “No tenemos en nuestras manos las soluciones de los problemas del mundo, pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos”. ¿Y las tuyas? Están a disposición para ellos ahora.

Dimos cursos de alfabetización para las madres y apoyo escolar a los hijos que lo necesitan. Dictamos talleres de enfermería comunitaria y charlas para la prevención de la violencia de género, abuso en los niños, cuidado de los bebés, adicciones, entre otros.

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Además de diversas notas durante el año, ¡salimos en televisión! El periodista Jorge Lanata nos entrevistó en su programa y el trabajo de Haciendo Camino se difundió en todo el país. Cumplimos nuestro sueño de superar los 1000 padrinos y aumentamos más de 3 veces nuestros seguidores en las redes sociales.

La historia de Gabriela RaoDe Buenos Aires a Añatuya. 919 kilómetros recorridos.

Desde hacía ocho años, Gabriela misionaba con una parroquia en el barrio de Villa Luro. Dos veces al año viajaba a parajes rurales de Añatuya para compartir la vida con la gente del lugar. Poco a poco se enamoró de esa tierra y decidió que cuando se recibiera de la carrera de terapia ocupacional se iría a vivir allá. Entonces, surgió un proyecto en el pueblo de Santos Lugares, al norte de Santiago del Estero, y la vida la cruzó con Catalina. Catalina la contagió, le contó lo que Haciendo Caminohacía, y ella no lo dudó. Hoy es estimuladora temprana en el Centro de Añatuya. ¿Para qué alguien deja atrás a sus afectos? Para levantarse todos los días por una misión que vale la pena, compartiendo con un equipo de personas excelentes que trabajan codo a codo para mejorar la calidad de vida de todas las familias que asisten al Centro. ¿Y cómo son esas personas? Son mamás que quieren lo mejor para sus hijos pero que veces no saben cómo dárselo. El trabajo diario es un desafío que muchas veces acarrea frustraciones y dolores. Muchas veces hay situaciones que se escapan de las manos y duelen. Pero todo vale cuando todos los días se ve crecer a los chicos, superarse, dar sus primeros pasos, sonreír; siempre acompañados por sus mamás que de a poco aprenden a quererse, a saberse valiosas, a entender que el futuro de sus hijos está en sus manos.

La historia de Sebastián QuintanaDe Buenos Aires a Añatuya. 919 kilómetros recorridos.

El mágico –el apodo que se ganó- trabajó durante un año y medio en una agencia de marketing. Teniendo todo para estar contento, no lo era, había algo que faltaba…¿Qué buscabas? Mientras más trabajaba, más me daba cuenta de que no era lo mío. Durante seis meses estuve buscando trabajo en alguna ONG, pero los resultados positivos tardaban en llegar. Un día, surgió la oportunidad de irme de voluntario afuera y no me lo pude costear. Pero pensé que si estaba dispuesto a hacer un voluntariado, a mi país también le podría ser muy útil. ¿Y qué pasó? Un amigo me contó de Haciendo Camino. Me junté con Catalina y le conté que me había postulado para trabajar en un comedor en La Quiaca. Ella me ofreció cambiar de destino, La Quiaca por Añatuya. No lo dudé. Viajé un fin de semana como voluntario y encontré motivos para quedarme. Después de dos años, renuncié a mi trabajo y me fui a Santiago del Estero. ¿Qué dejaste atrás? Estaba contento con mi vida en Buenos Aires, pero no dejaba de pensar que era totalmente ilógico que mi principal actividad de la semana no me hiciera feliz. Los amigos y la familia iban a seguir estando, y el trabajo ya no lo quería. En conclusión, no dejé nada atrás. Lo que me interesa lo sigo teniendo. ¿Qué soñás? Sería difícil explicar el sueño. Distintas ONG ocupan, en muchos casos, el papel que deberían asumir otros. Y hasta que esa gente no se responsabilice y tome conciencia de sus deberes, van a seguir estando los excluidos e ignorados. Ojalá llegue el día en que ya no se priorice el poder y bolsillo propio, sino el bienestar de todos.

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Un grupo de médicos del Sanatorio Güemes viajó en 2 oportunidades a Santiago del Estero y atendió muchísimos consultas.

La historia de Diego BustamanteDe Gualeguay a Monte Quemado. 1212 kilómetros recorridos.

Después de un viaje a México, Diego hizo un clic en el que se convenció de que tenía que hacer algo por los demás. ¿Qué sucedió? Comencé a hacerme algunas preguntas existenciales como cuál era, realmente, el proyecto para mi vida. Ese proceso me llevó a encontrarmecon lo más pobre de mí y, también, con lo más pobre de mi sociedad. Con los que están al borde del camino. ¿Y qué hiciste? Empecé yendo a un hogar de niños de la Capital Federal, simplemente para estar con ellos. Después visité gente en situación de calle en Plaza Once, con amigos y unos frailes franciscanos. A la par, viajábamos, dos veces al año, a visitar comunidades aborígenes al norte de Salta. Cuando me fui a vivir a Gualeguay quise generar un proyecto, un estilo de vida, que tuviera como centroel acompañar a las familias más humildes y en situación de pobreza.¿Y cómo terminaste en Haciendo Camino? Me contacté con Catalina para pedirle ayuda para mi proyecto y me terminé sumando al de ella. Durante un viaje de voluntarios en Añatuya surgió la propuesta de sumarme a este equipo. ¿Te costó irte? Tomé la decisión con mucha naturalidad. Me di cuenta de que esto significaba ponerle un horizonte a mi vida, un marco donde volcar todo lo que tengo y todo lo que soy. Así es que estoy hoy, hace varios meses, viviendo en Monte Quemado, muy feliz y agradecido, habiendo encontrado una comunidad que me muestra el camino y que me invita a seguir descubriendo quésignifica entregar la vida.

La historia de Ivana CarbonariDe Rosario a Monte Quemado. 1055 kilómetros recorridos.

Allá por el año 2007, cuando estaba estudiando psicología, una amiga la invitó a ir de voluntaria a una fundación que cuidaba niños que estaban en situación de calle. Ahí comenzó su camino, que más tarde se cruzaría con el nuestro. Ivana Carbonari trabajó en Haití, “fui a ocuparme y preocuparme por esos negritos que me llenaron el corazón… Me encontré con un universo maravilloso y triste, la pobreza, el hambre, la alegría y las sonrisas tan auténticas me cambiaron la mirada del mundo”. En Haití conoció a Benjamín, quien sería su compañero a partir de entonces. Ya de vuelta en Argentina y con Benjamín, llegó la propuesta y un ómnibus que la llevó, junto a su novio, a Monte Quemado, sólo con un bolso y mucha esperanza. ¿Qué fue lo que más te impactó? La alegría con la que muchas madres llegan al Centro y al mismo tiempo las precarias condiciones en las que viven. Las casas tan humildes reflejan una realidad cruel que las atraviesa, pero su gran convicción para salir adelante fue muy llamativa para mí.¿Por qué formás parte de Haciendo Camino? Porque sé que es un grupo de gente que no mira para otro lado como si nada pasara, sino que se involucra con el dolor, con el costado más miserable de esa gente que necesita ser mirada y escuchada. Haciendo Camino es un lugar de contención, un lugar que devuelve vida a mucha gente que intenta sobrevivir en una sociedad perversa, eso me alienta a formar parte.

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Soñó ser cocinero y lo logró. Conoció a Catalina durante las charlas TEDx en Córdoba y desde ese momento jamás se fue. Recorrió el mundo y llegó a Añatuya para ayudar.

Si hablamos de los sueños, no podemos dejar pasar la historia de este chef que llegó de Japón persiguiendo los suyos. Su técnica fue la paciencia, trabajar con honor, el respeto y la humildad, “así se pueden cumplir”, comentó más de una vez.

Al principio estudió nutrición por mandato de su padre, más tarde trabajó en distintos restaurantes de Japón, porque su sueño desde los siete años fue ser chef. Un día su maestro le dijo que no tenía talento para la cocina… “¿Sabés qué, Ohno? Trabajá el doble, porque otros tienen talento y es mucho más fácil el camino”. Y Ohno, que nunca se rindió, lo hizo. Porque los sueños no vienen solos.

Se especializó en comida española, algo de lo que siempre se ríe: “¿Un japonés haciendo comida vasca?”. Vivió en España sin saber una sola palabra de castellano y más tarde el destino lo trajo a Argentina. ¿Quién iba a pensar que este japonés iba a conocer Añatuya? En Córdoba y durante el evento de las charlas TEDx, conoció a Catalina, ambos fueron disertantes ese día. Ahí mismo se pusieron a conversar y a pensar en algo para que él pudiera colaborar con Haciendo Camino.

¿Qué fue lo que más te impactó de su historia?Que Catalina, siendo tan joven y linda, eligió darse por todos estos niños y todas estas madres. Después, cuando viajé, todo fue mucho más: me emocionó ser parte (como un granito de arena en la playa...). Yo elegí apoyarlos y ayudarlos. A pesar de colaborar con otras fundaciones y organizaciones, Haciendo Camino es algo especial

De a poco vamos logrando que nuestros talleres de oficios funcionen “a pedido”. Esto motiva a las madres, que pueden llevar ingresos a sus casas, como fruto de su propio trabajo.

para mí, por el compromiso de todos, la alegría y la contención que me dan todos los chicos que viven allá. Me impactó el trabajo que todos ustedes hacen, como nutricionista por un lado, cocinero, y como padre de dos hijos, me siento comprometido.

¿Qué te motiva a ser parte?Cuanto uno más los acompaña, más se motiva y ya no se puede “no ayudar”, “no estar”, “no comprometerse”. Eso te lo da el corazón, tu educación, el derecho de las personas a la dignidad. Esos niños podrían ser mis hijos, ¿por qué no? Hay veces que las personas no pueden ordenar su destino por no tener formación ética, información sanitaria, apoyo religioso… educación básica. Es surrealista y real a la vez que en estas épocas de gente sobreinformada, haya tanta gente desinformada.

Viviendo en España, Ohno empezó pelando papas y llevando el carbón. Cantaba en la calle en sus días de descanso para que la gente le diera una moneda y así tener con qué comer. Con esfuerzo llegó a ser chef de sector. En algún momento se encontró trabajando en uno de los diez mejores restaurantes del mundo.

¿Cómo llegaste a Argentina?Por casualidad, estuve dos años como pasante en España, después me dieron permiso para trabajar dos años más. Y en ese momento llegó como pasante Fernando Trocca y nos hicimos muy amigos. Trocca me ayudó para venir a la Argentina y ahí cambió mi vida. Con mi primer menú en el país pregunté qué opinaban de un chef japonés cocinando comida vasca. “Y si está

Ohno Takehiro: Recetas de la vida

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rica, ¿qué problema hay con que seas japonés?”, me contestaron. Me casé con una argentina, tuve dos hijos (uno argentino y otro que nació en Japón de casualidad).

Más tarde, a Ohno le llegó la oportunidad de un casting para trabajar en el canal El Gourmet. “Tuve quince minutos para demostrar todo lo que sabía y pasé un exigente casting para convertirme en una cara reconocible en toda Latinoamérica.”

Para las fiestas de 2013, y con El Gourmet detrás de la iniciativa solidaria, Ohno viajó a Santiago del Estero para enseñarles a nuestras mamás a cocinar budines navideños. Madres de todos los Centros se congregaron en una panificadora de la capital que prestó sus instalaciones para que, durante dos jornadas de puro trabajo, se

cocinaran más de 300 budines que luego fueron vendidos en Buenos Aires a beneficio de ellas.

Lo primero que hizo Ohno, esa tarde, fue presentarse como lo hace habitualmente en su programa de televisión. Invitó a pasar a las mamás e hizo que hablaran como si estuvieran frente a una cámara de televisión.

Les regaló una receta que llenó la panza y otra, que después de contarles su experiencia de vida, seguramente les habrá llenado el alma.

Porque la historia de Ohno no es una historia cualquiera y, hablando de los sueños, no queríamos dejar de narrarla. Porque ¿qué hubiese sido de Ohno, si en el momento que su maestro le dijo que no servía hubiera dejado de soñar?...

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Empresas eInstituciones Amigas

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AgropecuariaCantomi S.A.

Comisión de Productores Caprinos de Herrera

Escribanía JorgeDaniel Di Lello

Padrinos Estratégicos:

Bruno Barbier

Guillermo NielsenMariano Hillar

Mariano Jinkis Martín de Leeuw

Carlos Braun

Daniel Van Lierde Guillermo Navone

Municipalidadde Colonia Dora

Municipalidadde Herrera

Municipalidadde Suncho Corral

Municipalidadde Tintina

Obispadode Añatuya

FundaciónAlumbrar

FundaciónSanta Angela Hilado S.A.

Municipalidadde Añatuya

Círculo de DamasSantiagueñas

Policía Comunitariade Añatuya

ProyeccionesHípicas S.A.

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Nuestro EquipoHaciendo Camino | Anuario 2014

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Comisión Directiva

Presidente: Catalina Hornos | Vicepresidente: Ignacio Areco Secretaria: Mariana PanasciTesorero: Nicolás Copello | Vocales titulares: Josefina Hornos y Florencia BloussonVocal suplente: Andrés Straijer | Comisión Revisora de Cuentas: Federico Baiocchi y Mario R. Traverso

Dirección General

Directora ejecutiva: Catalina HornosGerente ejecutiva: Victoria Barbagelata | Gerente de programas: Patricio Caruso

Áreas EjecutivasAdministración

Coordinador: Juan Pablo Zorza | Asistentes: Magdalena Bustillo y María KronhausVoluntarios: Horacio Wuille-Bille, Teresa Baiocchi y Vanesa Martín SánchezServicios Externos: Estudio Contable: Guillermo Guevara | Estudio Jurídico: Bruchou, Fernández, Madero & Lombardi

Desarrollo Institucional

Coordinadora: Natalia Posse Molina | Relaciones públicas y Desarrollo de recursos: María Pozo Gowland, Mariana Hornos | Organizadora de evento anual: Mercedes Tevere | Coordinadora de voluntariado: Cecilia Lecolant | Coordinadora de viajes mensuales: Mariana Parola

Comunicación

Coordinador: Sebastián Herrera | Diseño institucional: Carolina Navarrete, Hernán Pons y Mariana Le Calvet | Comunicación digital: Agustina Pedrosa, Mariana Panasci, Matías Coudeu de Achával y Mercedes Rizzardi | Encargada de contenidos: Carolina Randle | Corrección: Mariana Hornos Servicios Externos: Baraldo Comunicaciones

Donaciones

Asistente de donaciones: Tomás Mántaras | Voluntarios: Hernán Arguello y Juan Marcelo Quintana

Programas

Asistente de programas: Rodrigo Reche | Coordinador Programa Nutrición: Andrés StraijerAsistente: Cecilia Lecolant | Coordinador Programa Embarazadas: Tomás Rizzo | Coordinadoras Hogar Santa Catalina: Lorena Tarifa y Pilar Rodríguez Cáceres | Coordinador de El Refugio: Joaquín Altgelt Coordinadoras Programa Oficios: Florencia Gay y Paula Saporiti | Coordinador Programa Salud: Ramiro Rivelli

Añatuya

Directora: Zulma Aranda | Asistente de Nutrición: María Luisa Levinson | Estimuladora temprana: Gabriela Rao | Trabajadoras sociales: Carolina Stanchuk y Estefanía Galiano | Taller de salud:

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Mario Contreras | Maestra jardinera: Yamila Villalba | Taller de costura (Nutrición): Mariana Hernández | Taller de manualidades (Nutrición): Adriana Pereyra y Adriana Farías | Taller de tejido (Nutrición): Mirta Hernández | Taller de alfabetización (Nutrición): Mariana Cisneros | Ordenanza: Lucía Quiroga | Enfermera: Daniela Lagos | Limpieza: Celia Mojica | Voluntaria: Nancy Suárez | Taller de costura: Norma Barreto | Taller de manualidades: Mirta Flamenco | Taller de tejido: Carmen Belizán y Mirta Hernández | Taller de telar: Zulema Ruíz | Taller de peluquería: Elena Jostic | Maestra jardinera: Melisa Gancedo | Programa Embarazadas: Cristina Figueroa (Asociación Grávida)

Santiago Del Estero

Director: Julio Sabagh | Equipo de Gestión: Cecilia Bianchi, Damián Estévez, Florencia Soria, Marcelo Navall, Miguel Angel Siufi y Mónica de Estévez | Nutricionistas: Natalia Fernández, Gabriela Estévez y Gisella Sala | Maestra jardinera: Elena Leguizamón | Estimuladoras tempranas: Sonia Carrizo, Daniela Silva | Psicóloga: Gladys Lesca | Profesora de cocina: Sandra Castillo | Profesora de corte: Florencia Espeche | Ayudante de corte: Susana Araujo | Encargada de depósito y limpieza: Susana SimónEducadora sanitaria: Lucía Duacastella, Natalia Ramírez

Monte Quemado

Director: Diego Bustamante | Equipo de Gestión: Gloria Mansilla, Graciela Cuellar, Hugo Aranda y Silvia Cabeza | Trabajadoras sociales: María Florencia Treglia Macías y Cecilia del Carmen Verón Estimuladora temprana: Elvia Palmas | Nutricionista: Sabrina Nélida López | Coordinadora Programa Embarazadas, Atención Rural y Oficios: Ivana Carbonari | Cuidadora de bebés: Soledad Santillán Maestra jardinera: Debora Ruíz | Educación para la salud: Rebeca Silva | Profesoras de oficios: Nancy Córdoba y Dalinda Alvarado | Obstetra: Teresita Pérez | Médica: Nanci Olivera

Colonia Dora

Directora: Adriana Sneidenit | Nutricionista: Natalia Fernández | Trabajadora social: Natalia Ramírez Educadora sanitaria: Mercedes Lladhon | Tallerista: Mariela Acosta | Maestra Jardinera: Belén Coria Voluntarios: Jesús Lladhon y Cristina Scheihing

Herrera

Director: Dario González | Trabajadoras sociales: Natalia Ramírez y Rud Carrizo | Estimuladora temprana: Natalia Llebeili | Nutricionista: Natalia Fernandez | Obstetra: Fabiana Tejeda | Taller Nutrición: Elma Rodriguez | Taller Nutrición y Embarazadas: Blanca Barrientos | Educación para la salud: Milena Santillán | Alfabetización y clases de apoyo: Melina Lobos | Maestra Jardinera: Elizabeth Carrizo

Suncho Corral

Directora: Flavia Díaz | Nutricionista: Cecilia Nediani | Estimuladora temprana: Bettiana Ledesma Maestra jardinera: Sabrina Díaz | Docente en salud: Martín Petti | Taller de oficios: Silvina Coria

Haciendo Camino | Anuario 2014118

Nuestro Equipo

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Voluntarios

Agustín Bouzada | Agustín Mealla | Aida Bonavita | Alan Mackern | Alan Manoukian | Alejandra Dreisch | Alejandra Guillani | Alejandro Folco | Alejandro San Juan | Alexandra Kingsley | Ana Inés Scandizzo | Ana Malbrán | Ángeles Padilla | Antonella Vescovo | Artur Beck Ati | Hoffman | Bautista Ruibal | Belén Callegari | Bianca Saporiti | Caren Plencovich | Carmen Goyenechea | Carmen Méndez | Carmen Motrel | Catalina Hitce | Cecilia Casas Nally | Cecilia Figueroa | Clara Poggi | Clara Tesdeschi | Clara Yanzi | Claudia Jares Furno | Claudia Ramallo | Claudia Román | Claudio Curia | Comisión de Madres Colegio Southern Cross | Connie de Oyarbide | Débora Marini | Barceló | Delfina García | Delfina Gorostiaga | Delfina Laxague | Delfina Terán | Dolores Casas Nally | Dolores Lobo | Dolores Loffreda | Dolores Rodríguez Egaña | Elsa Bloise | Estefanía Lynch | Estrella Santana | Federico Gutíerrez | Florencia Agustoni | Florencia Luis | Florencia Seijo | Francisca Brescia | Francisco Azumendi | Francisco Rizzo | Francisco Valle | Gabriela Cheminet | Genaro Guarino | George Hill | Giselle Baiguera | Gonzalo Serantes | Gonzalo Van Geldren | Hernán Azzigotti | Horacio Brave | Ignacio Paz | Inés Cullen | Inés Sainz | Ivana Scholtus | Jacky Cartier | Jorge De All | José Méndez Acosta | Juan Hernández Vieyra | Juan Ignacio Escudero | Juan Manuel Paz | Juana Loffreda | Julia Sofia Lippai | Juliana Mercau | Juliana Radavero | Julieta Tortosa | Karina Marseillan | Kitty Langbehn | Laura Contreras | Leandro Ciffone | Lila Jabif, Luca | Luciana González | Lucio Gretten | Luz Verbrugghe | Maggie Fox | Manuela Hornos | Manuela Piorno | Marcela Raffaelli | María Boulin | María Carla Coste | María Castro Nevares | María José Ousset | María Victoria Barcarolo | Mariana Bléhaut | Mariana Roel | Mariana Testa | Maricielo Ansa | Mariela Gerlero | Marina Loffreda | Marina Raffaelli | Marta Mois | Martín Heredia | Martín Russi | Mateo Larrechea | Mayi Isenberg | Mercedes Curá | Milagros Méndez | Nancy Russo | Nicolás Roel | Nicolás Pintos | Nina Bustillo | Ohno Takehiro | Pablo Amorós | Pamela Roskopf | Paola Zaccagnino | Patricia López | Patricia Murray | Patricia Santamarina | Pedro Barceló | Pía de Angeli | Piedad Sainz | Pilar Roel | Puppy de Amorrortu | Romina Ferreyra | Romina Heyd | Rosario Muñoz | Santiago Calderón | Sebastián Anchorena | Sebastián Quintana | Silvia Rey | Sofía Bonavita | Sofía Delger | Sofía Grandolini | Sofía Murphy | Sofía Puga | Sofía Satragno | Sofía Zimmermann | Sol Posse | Soledad Zimmermann | Teresa Castells | Titi Guyot | Tomás García Berro | Tomás San Juan | Valeria Dunayevich | Verónica Escudero | Verónica Watman | Victoria Hornos | Victoria Pozo Gowland | Virginia Eguía | Viviana Brest

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Nuestro Equipo

27%

24%11%

7%

13%

10%8% Añatuya

Santiago del EsteroMonte QuemadoColonia DoraHerreraSuncho CorralBuenos Aires

86 PERSONASRENTADAStrabajan en Haciendo Camino

36,05% + que en 2013

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Gracias por caminar junto a nosotros

5ta Comida Anual a Beneficio

A los que participaron:

Aeropuertos Argentina 2000 AdecoagroAgropecuaria CantomiAlvaro Hernández y Vicente MassotAntonio LanusseArtearAvantrip.com | Biblos TravelBanco ComafiBanco Galicia Banco HipotecarioBoldtCabelmaCapgemini ArgentinaCarlos BraunCarrefourEstablecimientos La NegraGrupo SolanasGuillermo NavoneHSBC ICBCKDTCBAKolektorLa Caja de Ahorro y SeguroLartirigoyenLITSAMan AgroMoviclipsNeussPistrelli, Henry Martin y Asoc. Pozo Gowland AbogadosProvincia Seguros Revista SophiaRoberto HornosSilverSea CruisesSociedad Militar “Seguro de Vida” I.M. Subterráneos de Bs.As.Tarjeta NaranjaTeknofoodTransportadora de Gas del SurTito GonzálezVerssiónYacht Club Puerto Madero

A los que colaboraron con donaciones y premios:

Agustina VillegasAndy Benegas ArandúAutopistas del SolAvantrip.com | Biblos TravelAy Not DeadCabralesCarina GrassoCarol de JongCasa de UcoCasa SaráchagaCésar Vázquez Chocolates IndustrialesCrismaEl Don Steak HouseEquipo de los Pumas / Alejandro RocaEspalmaEzequiel BacigalupoFinca los MazaFlavia RapelliFundación BeethovenGabriela VazquezGarbarinoGiménez Uriburu Propiedades - La inmobiliaria de Las Leñas Gloria MollerGrupo SolanasGuillermina GuardianiKiehl´sLucia MussatMagdalena SierraMapi de AubeyzonMarcelo Restaurante Puerto MaderoMaria Eugenia HaehnelMaria MuchinikMaría Silvia CorcueraMarian ParolaMarolioMegaEnvasesMilana SweatersNatali GitmanabitchNatalia OteroOhno TakehiroPinamarPoupé TessioRomina GhiaccioRosaline Hester

Roxana GarcíaSan Jorge EmprendimientosSathyaSilvia ReySol TammarazioThe Candle ShopValeria PogonzaVerónica López QuesadaViviana Salazar

En especial a:

Los conductores:Flavia PalmieroHoracio Cabak

Los artistas:

César PueyrredónKevin Johansen y Liniers

A Regimiento de Infantería N° 1 PatriciosA Malcolm CateringA MontechezA Mariana Parola y equipoA Grupo SarapuraA Quica MartínezA Estudio VoiláA Glow. Make it original.A Jorge MaestroA la Productora Conejo NaranjaA Bacigaluppi HnosAl Comité Organizador: María Pozo Gowland, Mariana Hornos, Mercedes Tevere, Natalia Posse Molina y Victoria BarbagelataA las voluntarias Rosario R. Traverso, Belén Gattino, María Rojas, Florencia Perego, Adriana Beruti, Carola García Berro, Guillermina DonnellyA Sebastián Herrera A la diseñadora Mariana Le CalvetAl diseñador Hernán Pons

A quienes trabajan junto a nosotros y nos siguen acompañando día a día.

¡¡A ustedes!!!

Agradecimientos

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