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A/CN.4/SER.A/1998/Add.l (Part 2) ANUARIO DELA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL 1998 Volumen II Segunda parte Informe de la Comisión a la Asamblea General sobre la labor realizada en su quincuagésimo período de sesiones NACIONES UNIDAS fflK

Anuario de la Comisión de Derecho Internacional, 1998, Volumen …legal.un.org/ilc/publications/yearbooks/spanish/ilc_1998... · 2015-06-15 · Volumen II (segunda parte): informe

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A/CN.4/SER.A/1998/Add.l (Part 2)

ANUARIODELA

COMISIÓNDE DERECHO

INTERNACIONAL

1998Volumen II

Segunda parte

Informe de la Comisióna la Asamblea General sobre la labor realizada

en su quincuagésimo período de sesiones

NACIONES UNIDAS fflK

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A/CN.4/SER.A/1998/Add.l (Part 2)

ANUARIODELA

COMISIÓNDE DERECHO

INTERNACIONAL

1998

Volumen IISegunda parte

Informe de la Comisióna la Asamblea General sobre la labor realizada

en su quincuagésimo período de sesiones

NACIONES UNIDAS .«Nueva York y Ginebra, 2003 ^¡L,

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ADVERTENCIA

Las signaturas de los documentos de las Naciones Unidas se componen de letrasmayúsculas y cifras. La mención de una de estas signaturas indica que se hacereferencia a un documento de las Naciones Unidas.

Las referencias al Anuario de la Comisión de Derecho Internacional se hacen enforma abreviada, a saber: Anuario..., seguido del año de que se trate (por ejemploAnuario... 1997).

El Anuario correspondiente a cada período de sesiones de la Comisión de DerechoInternacional comprende dos volúmenes:

Volumen I: actas resumidas del período de sesiones;Volumen II (primera parte): informes de los Relatores Especiales y otros documen-

tos examinados durante el período de sesiones;Volumen II (segunda parte): informe de la Comisión a la Asamblea General.

Las referencias a esos textos y los pasajes que de ellos se citan remiten a la versióndefinitiva de los volúmenes del Anuario, que aparecen como publicaciones de lasNaciones Unidas.

A/CN4/SERA/1998/Add 1 (Part 2)

PUBLICACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS

Número de venta S 00 V 11 (Part 2)ISBN 92-1-333304-8

Edición completa de dos volúmenesISBN 92-1-333305-6

ISSN 0497-9885

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ÍNDICE

Página

Documento A/53/10.—Informe de la Comisión de Derecho Internacionalsobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones (20 de abril-12 de junio y 27 de julio-14 de agosto de 1998) 1

Lista de documentos del 50.° período de sesiones 125

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Actas resumidas de las sesiones 2549 ° a 2564 'celebradas en Nueva York del 27 de julio

al 14 de agosto de 1998

2549.a sesiónLunes 27 de julio de 1998, a las 10 25 horas

Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de lasNaciones Unidas sobre el establecimiento de una cortepenal internacional 221

Las reservas a los tratados (continuación)Tercer informe del Relator Especial (continuación)

Guia de la practica (continuación) 221Proyectos de directriz 1 1 5 y 1 1 6 222

2550.a sesiónMartes 28 de julio de 1998, a las 10 15 horas

Las reservas a los tratados (continuación)Tercer informe del Relator Especial (continuación)

Guia de la practica (continuación)Proyectos de directriz 1 1 5 y 1 1 6 (conclusión) 226Proyecto de directriz 117 228

2551.a sesiónMiércoles 29 de julio de 1998, a las 10 10 horas

Las reservas a los tratados (continuación)Tercer informe del Relator Especial (continuación)

Guia de la practica (continuación)Proyecto de directriz 117 (conclusion) 232

2552.a sesiónJueves 30 de julio de 1998, a las 10 15 horas

Las reservas a los tratados (continuación)Tercer informe del Relator Especial (conclusión)

Guia de la practica (conclusión)Proyecto de directriz 1 4 239Proyectos de directriz 1 2 a l 3 1 241

2553.a sesiónViernes 31 de julio de 1998, a las 1010 horas

Responsabilidad de los Estados (continuación)Primer informe del Relator Especial (continuación) 244

Artículos 5 a 8 y 10 245Artículos 5 y 6 245Articulo 7 246Articulo 8 246Articulo 10 247

2554.a sesiónLunes 3 de agosto de 1998, a las 10 20 horas

Cooperación con otros organismos (continuación)Declaración del observador del Comité Jurídico Inter-

amencano 251Responsabilidad de los Estados (continuación)

Primer informe del Relator Especial (continuación)Artículos 5 a 8 y 10 (continuación) 253

2555.a sesiónMartes 4 de agosto de 1998, a las 12 10 horas

Responsabilidad de los Estados (continuación)Primer informe del Relator Especial (continuación)

Artículos 5 a 8 y 10 (conclusión) 259Artículos 9 y 11 a 15 bis 264

2556.a sesiónMiércoles 5 de agosto de 1998, alas 1010 horas

Responsabilidad de los Estados (continuación)Primer informe del Relator Especial (continuación)

Artículos 9 y 11 a 15 bis (continuación) 268Las reservas a los tratados (continuación)

Pagina

Examen de los proyectos de directrices de la Guia de lapractica aprobados por el Comité de Redacción en el50 ° periodo de sesiones 275

2557.a sesión

Jueves 6 de agosto de 1998, a las 12 00 horas

Las reservas a los tratados (continuación)Examen de los proyectos de directrices de la Guia de la

practica aprobados por el Comité de Redacción en el50 ° periodo de sesiones (continuación) 278

2558.a sesión

Viernes 7 de agosto de 1998, alas 10 15 horas

Cooperación con otros organismos (conclusión)Declaración del observador del Comité de Asesores

Jurídicos sobre el Derecho Internacional Publico 282Las reservas a los tratados (conclusión)

Examen de los proyectos de directrices de la Guia de lapractica aprobados por el Comité de Redacción en el50 ° periodo de sesiones (conclusión) 287

Organización de los trabajos del periodo de sesiones(conclusión) 287

Responsabilidad de los Estados (continuación)Primer informe del Relator Especial (conclusión)

Artículos 9 y 11 a 15 bis (conclusión) 287

2559.a sesión

Miércoles 12 de agosto de 1998, a las 12 15 horas

Proyecto de informe de la Comisión sobre la labor reali-zada en su 50 ° periodo de sesiones (continuación)Capitulo IX —Las reservas a los tratados

A Introducción 289B Examen del tema en el actual periodo de sesiones 289

2560.a sesión

Miércoles 12 de agosto de 1998, a las 15 10 horas

Responsabilidad internacional por las consecuencias per-judiciales de actos no prohibidos por el derecho inter-nacional (prevención de daños transfrontenzos causadospor actividades peligrosas) (continuación)Examen de los proyectos de articulo 1 a 17 aprobados por

el Comité de Redacción en el 50 ° periodo de sesiones 289Articulo 1 (Actividades a las que se aplican los

presentes proyectos de artículos) 295Articulo 2 (Términos empleados) 295Articulo 3 (Prevención) 295Articulo 4 (Cooperación) 296Articulo 5 (Aplicación) 297

Composición de la Comisión 297

2561.a sesión

Jueves 13 de agosto de 1998, alas 10 15 horas

Responsabilidad internacional por las consecuencias per-judiciales de actos no prohibidos por el derecho inter-nacional (prevención de daños transfrontenzos causadospor actividades peligrosas) (continuación)Examen de los proyectos de articulo 1 a 17 aprobados por

el Comité de Redacción en el 50 ° periodo de sesiones(continuación)Articulo 6 (Relación con otras normas de derecho inter-

nacional) 298Articulo 7 (Autorización previa) 298Articulo 8 (Evaluación de los efectos) 298Articulo 9 (Información al publico) yArtículo 10 (Notificación e información) 298Articulo 11 (Consultas sobre las medidas preventivas) 298Articulo 12 (Factores de un equilibrio equitativo de

intereses) 300Articulo 13 (Procedimientos aplicables a falta de

notificación) 302

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Pagina

2562.a sesiónJueves 13 de agosto de 1998, a las 15 10 horas

Responsabilidad internacional por las consecuencias per-judiciales de actos no prohibidos por el derecho inter-nacional (prevención de daños transfrontenzos causadospor actividades peligrosas) (conclusión)Examen de los proyectos de articulo 1 a 17 aprobados por

el Comité de Redacción en el 50 ° periodo de sesiones(conclusion)Articulo 14 (Intercambio de información) 303Articulo 15 (Seguridadnacional y secretos industriales) 303Articulo 16 (No discriminación) 303Articulo 17 (Solución de controversias) 303

Proyecto de informe de la Comisión sobre la labor realizadaen su 50 ° periodo de sesiones (continuación)Capitulo IX—Las reservas a los tratados (conclusión)

C Texto del proyecto de directrices sobre las reservasa los tratados aprobado provisionalmente por laComisión en primera lectura 305

Capitulo VII —Responsabilidad de los EstadosA Introducción 305B Examen del tema en el actual periodo de sesiones 305

Responsabilidad de los Estados (conclusión)Proyecto de artículos aprobado por el Comité de

Redacción en segunda lectura 308

2563.a sesiónViernes 14de agosto de 1998 alas 10 10horas

Proyecto de informe de la Comisión sobre la labor realizadaen su 50 ° periodo de sesiones (continuación) 313Capitulo III —Cuestiones concretas respecto de las cuales

las observaciones podrían ser de particular ínteres parala Comisión 313

Capitulo X—Otras decisiones y conclusiones de laComisión 314

Capitulo VII -Responsabilidad de los Estados (conclusion)B Examen del tema en el actual periodo de sesiones

(conclusión) 314Capitulo VI —Responsabilidad internacional por las con-

secuencias perjudiciales de actos no prohibidos por elderecho internacional (prevención de daños trans-frontenzos causados por actividades peligrosas) (conti-nuación)B Examen del tema en el actual periodo de sesiones

(continuación) 315C Texto de los proyectos de artículos sobre la respon-

sabilidad internacional por las consecuencias per-judiciales de actos no prohibidos por el derechointernacional (prevención de daños transfron-tenzos causados por actividades peligrosas) apro-bados provisionalmente por la Comisión en pri-mera lectura

Pagina

2 Texto de los proyectos de artículos concomentariosComentario general 316Comentario al articulo 1 316Comentario al articulo 2 316Comentario al articulo 3 316Comentario al articulo 4 316Comentario al articulo 5 316Comentario al articulo 6 316Comentario al articulo 7 317Comentario al articulo 8 317Comentario al articulo 9 318Comentario al articulo 10 318Comentario al articulo 11 318Comentario al articulo 12 318

Homenaje al Secretario de la Comisión 318

2564.a sesión

Viernes 14de agosto de 1998, alas 15 15 horas

Proyecto de informe de la Comisión sobre la labor en su50 ° periodo de sesiones (conclusion)Capitulo VI —Responsabilidad internacional por las con-

secuencias perjudiciales de actos no prohibidos por elderecho internacional (prevención de daños trans-frontenzos causados por actividades peligrosas) (con-clusion)C Texto de los proyectos de artículos sobre la respon-

sabilidad internacional por las consecuencias per-judiciales de actos no prohibidos por el derechointernacional (prevención de daños transfronte-nzos causados por actividades peligrosas) apro-bados provisionalmente por la Comisión en pri-mera lectura (conclusión)2 Texto de los proyectos de artículos con

comentarios (conclusion)Comentario al articulo 8 (conclusion) 319Comentario al articulo 13 319Comentario al articulo 14 319Comentario al articulo 15 319Comentario al articulo 16 319Comentario al articulo 17 319

1 Texto de los proyectos de artículos 319B Examen del tema en el actual periodo de sesiones

(conclusión) 319Capitulo I —Organización del periodo de sesiones 320Capitulo II—Resumen de la labor de la Comisión en

su 50 ° periodo de sesiones 320Clausura del periodo de sesiones 320

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COMPOSICIÓN DE LA COMISIÓN

Nombre

Sr. Emmanuel Akwei ADDOSr. Husain AL-BAHARNA

Sr. Awn AL-KHASAWNEHSr. Joâo Clemente BAENA SOARESSr. Mohamed BENNOUNA

Sr. Ian BROWNLIE

Sr. Enrique CANDIOTISr. James CRAWFORDSr. Christopher John Robert DUGARDSr. Constantin ECONOMIDESSr. Nabil ELARABYSr. Luigi FERRARI BRAVOSr. Zdzislaw GALICKISr. Raul Ilustre GocoSr. Gerhard HAFNER

Sr. Qizbi HE

Nacionalidad

GhanaBahreinTordaniaD-fQQ-ilDldoIA

MarruecosReino Unido de

Gran Bretañae Irlandadel Norte

ArgentinaAustraliaSudáfricaGreciaEgipto

ItaliaPoloniaFilipinasAustriaChina

Nombre

Sr. Mauricio HERDOCIA SACASASr. Jorge ILLUECASr. Peter KABATSISr. James Lutabanzibwa KATEKA

Sr. Mochtar KUSUMA-ATMADJASr. Igor Ivanovich LUKASHUK

Sr. Teodor Viorel MELESCANUSr. Václav MKULKASr. Didier OPERTTI BADÁNSr. Guillaume PAMBOU-TCHIVOUNDASr. Alain PELLETSr. Pemmaraju Sreenivasa RAOSr. Víctor RODRÍGUEZ CEDEÑOSr. Robert ROSENSTOCK

Sr. Bernardo SEPULVEDASr. Bruno SIMMASr. Doudou THIAMSr. Chusei YAMADA

Nacionalidad

NicaraguaPanamáUgandaRepública Unida

de TanzaniaIndonesiaFederación de

RusiaRumaniaRepública ChecaUruguayGabónFranciaIndiaVenezuelaEstados Unidos

de AméricaMéxicoAlemaniaSenegalJapón

MESA

Presidente: Sr. Joâo BAENA SOARES

Primer Vicepresidente: Sr. Igor Ivanovich LUKASHUK

Segundo Vicepresidente: Sr. Raul Ilustre GocoPresidente del Comité de Redacción: Sr. Bruno SIMMA

Relator: Sr. Christopher John Robert DUGARD

El Sr. Hans Corel!, Secretario General Adjunto de Asuntos Jurídicos, AsesorJurídico, representó al Secretario General. El Sr. Roy S. Lee, Director de la Divisiónde Codificación de la Oficina de Asuntos Jurídicos, actuó como Secretario de laComisión y, en ausencia del Asesor Jurídico, representó al Secretario General.

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PROGRAMA

En su 2519.a sesión, el 20 de abril de 1998, la Comisión aprobó el siguienteprograma:

1. Organización de los trabajos del período de sesiones.

2. Responsabilidad de los Estados.

3. Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actosno prohibidos por el derecho internacional (prevención de daños transfron-terizos causados por actividades peligrosas).

4. Las reservas a los tratados.

5. La nacionalidad en relación con la sucesión de Estados.

6. Protección diplomática.

7. Actos unilaterales de los Estados.

8. Programa, procedimientos y métodos de trabajo de la Comisión, y sudocumentación.

9. Cooperación con otros organismos.

10. Fecha y lugar de celebración del 51.° período de sesiones.

11. Otros asuntos.

VIH

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ABREVIATURAS Y SIGLAS

ALADI Asociación Latinoamericana de IntegraciónCCAAP Comisión Consultiva en Asuntos Administrativos y de PresupuestoCDI Comisión de Derecho InternacionalCEPE Comisión Económica para EuropaCIADI Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inver-

sionesCICR Comité Internacional de la Cruz RojaCIDIP Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Interna-

cional PrivadoCU Corte Internacional de JusticiaCPJI Corte Permanente de Justicia InternacionalEuratom Comunidad Europea de la Energía AtómicaFIDA Fondo Internacional de Desarrollo AgrícolaGATT Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y ComercioMCCA Mercado Común CentroamericanoMERCOSUR Mercado Común del SurOCDE Organización de Cooperación y Desarrollo EconómicosOEA Organización de los Estados AmericanosOIEA Organismo Internacional de Energía AtómicaOSCE Organización para la Seguridad y la Cooperación en EuropaOUA Organización de la Unidad AfricanaPNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio AmbienteTLCAN Tratado de Libre Comercio de América del NorteUNCTAD Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

CU. RecueilC.P.J.l. série AC.P.J.I. série A/B

ILMRGDIP

CU, Recueil des arrêts, avis consultatifs et ordonnancesCPJI, Recueil des arrêts (n.os 1 a 24, hasta 1930 inclusive)CPJI, Arrêts, ordonnances et avis consultatifs (n.os 40 a 80, a

partir de 1931)International Legal MaterialsRevue générale de droit international public

En el presente volumen, por «Tribunal Internacional para Rwanda» debe entenderse Tribunal PenalInternacional para el enjuiciamiento de los presuntos responsables del genocidio y otras violaciones gravesdel derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de Rwanda y a ciudadanos de Rwanda res-ponsables de genocidio y otras violaciones de esa naturaleza cometidas en el territorio de Estados vecinosentre el 1 ° de enero de 1994 y el 31 de diciembre de 1994, y por «Tribunal Internacional para la ex Yugos-lavia» debe entenderse Tribunal Internacional para el enjuiciamiento de los presuntos responsables de lasviolaciones graves del derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de la ex Yugoslaviadesde 1991

NOTA

Salvo indicación en contrario, las citas de obras en idiomas extranjeros son traducciones de laSecretaría

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FALLOS, OPINIONES CONSULTIVAS Y PROVIDENCIASCITADOS EN EL PRESENTE VOLUMEN

Título abreviado del asunto

Activités militaires etparamilitaires auNicaragua et contrecelui-ci

Tipo de decisión

(Nicaragua c. Estados Unidos de América), fondo, fallo, CU.Recueil 1986, pág. 14. Véase también Resúmenes de los fallos,opiniones consultivas y providencias de la Corte Internacionalde Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas,n.° de venta: S.92.V.5), pág. 210.

Application de laConvention pour laprévention et larépression du crime degénocide

(Bosnia y Herzegovina c. Yugoslavia), excepciones preliminares,fallo, C.I. J. Recueil 1996, pág. 595. Véase también Resúmenesde los fallos, opiniones consultivas y providencias de la CorteInternacional de Justicia, 1992-1996 (publicación de lasNaciones Unidas, n.° de venta: S.97.V.7), pág. 123.

Barcelona Traction Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited, segundafase, fallo, CU. Recueil 1970, pág. 3. Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicaciónde las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 104.

Chemin defer Panevezys-Saldutiskis

Fallo, 1939, C.P.J.I., série A/B, n.° 76, pág. 4.

Concessions Mavromma-tis en Palestine

Fallo n.° 2,1924, C.P.J.I., série A, n.° 2.

Convention de Vienne surles relations consu-laires

(Paraguay c. Estados Unidos de América), providencia de 9 deabril de 1998, CU. Recueil 1998, pág. 266.

Détroit de Corfou Fondo, fallo, CU. Recueil 1949, pág. 4. Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicaciónde las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 7.

Différend frontalier (Burkina Faso/República de Malí), fallo, CU. Recueil 1986,pág. 554. Véase también Resúmenes de los fallos, opinionesconsultivas y providencias de la Corte Internacional deJusticia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n.° deventa: S.92.V.5), pág. 223.

Essais nucléaires (Australia c. Francia), fallo, CU. Recueil 1974, pág 253. Véasetambién Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas yprovidencias de la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991(publicación de las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5),pág. 133.

Fonderie de Trail (TrailSmelter)

Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales, vol. III (n.° deventa: 1949.V.2), págs. 1905 y ss.

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Título abreviado del asunto

Licéité de la menace oude l'emploi d'armesnucléaires

Tipo de decisión

Opinión consultiva, CU. Recueil 1996, pág. 226. Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, 1992-1996 (publicaciónde las Naciones Unidas, n.° de venta: S.97.V.7), pág. 111.

Loizidou c. Turquie Tribunal Europeo de Derechos Humanos, fallo de 18 de diciembrede 1996 (fondo), Recueil des arrêts et décisions, 1996-VI.

Namibie Conséquences juridiques pour les Etats de la présence continue del'Afrique du Sud en Namibie (Sud-Ouest africain) nonobstantla résolution 276 (1970) du Conseil de Sécurité, opiniónconsultiva, C.I.J. Recueil 1971, pág. 16. Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicaciónde las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 107.

North American Dredg-ing Company

Véase A. H. Feller, The Mexican Claims Commissions, 1923-1934, Nueva York, The Macmillan Company, 1935.

Nottebohm Segunda fase, fallo, CU Recueil 1955, pág. 4. Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicaciónde las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 46.

Personnel diplomatiqueet consulaire desEtats-Unis à Téhéran

Fallo, CU. Recueil 1980, pág. 3. Véase también Resúmenes de losfallos, opiniones consultivas y providencias de la CorteInternacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de lasNaciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 145.

Projet Gabcíkovo-Nagy-maros

(Hungría/Eslovaquia), fallo, CU. Recueil 1997, pág. 7.

Rainbow Warrior Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales, vol. XFX,págs. 197 y ss.

Réparation des domma-ges subis au servicedes Nations Unies

Opinión consultiva, CU. Recueil 1949, pág. 174. Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicaciónde las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 10.

Statut international duSud-Ouest africain

Opinión consultiva, CU. Recueil 1950, pág. 128. Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicaciónde las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 17.

Statut juridique duGroenland oriental

Fallo, 1933, C.P.J.I., série A/B, n."53, pág. 22.

xi

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Título abreviado del asunto Tipo de decisión

Sud-Ouest africain (Etiopía c. Sudáfrica; Liberia c. Sudáfrica), excepcionespreliminares, fallo, CU Recueil 1962, pág. 319. Véasetambién Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas yprovidencias de la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991(publicación de las Naciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5),pág. 87.

(Etiopía c. Sudáfrica; Liberia c. Sudáfrica), segunda fase, fallo,CU. Recueil 1966, pág. 6. Véase también Resúmenes de losfallos, opiniones consultivas y providencias de la CorteInternacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de lasNaciones Unidas, n.° de venta: S.92.V.5), pág. 96.

Usine de Chorzów Fondo, fallo n.° 13,1928, C.P.J.I., série A, n.° 17.

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INSTRUMENTOS MULTILATERALES CITADOS EN EL PRESENTE VOLUMEN

Derechos humanos

Fuente

Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio(Nueva York, 9 de diciembre de 1948)

Convenio para la protección de los derechos humanos y de laslibertades fundamentales (Convenio europeo de derechoshumanos) (Roma, 4 de noviembre de 1950)

Protocolo adicional al Convenio para la protección de losderechos humanos y de las libertades fundamentales (París, 20de marzo de 1952)

Protocolo n.° 11 del Convenio para la protección de losderechos humanos y de las libertades fundamentales relativo ala reestructuración del mecanismo de control establecido porConvenio (Estrasburgo, 11 de mayo de 1994)

Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formasde Discriminación Racial (Nueva York, 21 de diciembre de1965)

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales(Nueva York, 16 de diciembre de 1966)

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Nueva York, 16de diciembre de 1966)

Convención americana sobre derechos humanos: «Pacto de San Joséde Costa Rica» (San José, 22 de noviembre de 1969)

Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (Nairobi, 27dejuniodel981)

Convención Interamericana sobre la desaparición forzada depersonas (Belém, 9 de junio de 1994)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 78,pág. 296.

Ibid., vol. 213, pág. 221. Enespañol, véase España,Boletín Oficial delEstado, n.° 243, 10 deoctubre de 1979.

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 213,pág. 263.

Consejo de Europa, Sériedes traités européens,n.° 155.

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 660,pág. 241.

Ibid., vol. 993, pág. 3.

Ibid., vol. 999, pág. 241.

Ibid., vol. 1144, pág. 124.

Ibid., vol. 1520, pág. 217.

OEA, Documentos Ofi-ciales, OEA/Ser.A/55(SEPF).

Medio ambiente y recursos naturales

Convenio de Basilea sobre el control de los movimientostransfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación(Basilea, 22 de marzo de 1989)

PNUMA, Selected Multila-teral Treaties in the Fieldof the Environment,Cambridge (Reino Uni-do), 1991, vol. 2.

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Fuente

Convención de Bamako relativa a la prohibición de la importación aÁfrica, la fiscalización de los movimientos transfronterizos y lagestión dentro de África de desechos peligrosos (Bamako, 30de enero de 1991)

Convenio sobre la evaluación del impacto en el medio ambiente enun contexto transfronterizo (Espoo, 25 de febrero de 1991)

Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el CambioClimático (Nueva York, 9 de mayo de 1992)

Convenio sobre la Diversidad Biológica (Río de Janeiro, 5 de juniode 1992)

Protocolo de 1996 del Convenio de 1972 sobre la prevención de lacontaminación del mar por vertimiento de desechos y otrasmaterias (Londres, 7 de noviembre de 1996)

Convención sobre el derecho de los usos de los cursos de aguainternacionales para fines distintos de la navegación (NuevaYork, 21 de mayo de 1997)

Convención sobre Indemnización Suplementaria por DañosNucleares (Viena, 12 de septiembre de 1997)

OUA, doc. A/46/390,anexo I, resolución 1356(LIV).

Doc. E/ECE/1250, 1991. Enespañol véase RepertorioCronológico de Legis-lación 1997, Pamplona,Aranzadi, marginal 1962.

Doc. A/AC.237/18 (ParteII)/Add.l y Corr.l,anexo I. Véase tambiénBiblioteca de TextosLegales: legislación delmedio ambiente, Madrid,tecnos, 1995, pág. 647.

International Legal Ma-terials, Washington D.C.,vol. 31, n.° 4, julio de1992, pág. 822.

C. Dommen y P. Cullet, eds.,Droit international del'environnement.—Textesde base et références,Kluwer Law Interna-tional, Londres, 1998,pág. 67.

Documentos Oficiales de laAsamblea General, quin-cuagésimo primer pe-ríodo de sesiones, Suple-mento n.° 49, resolución51/229, anexo.

OIEA, doc. GOV/INF/822-GC(41)/INF/13 y Corr.(N5-52 Circ. [DepositaryNotification]).

Nacionalidad y apatridia

Convenio sobre ciertas cuestiones relativas al conflicto de leyes denacionalidad (La Haya, 12 de abril de 1930)

Convenio europeo sobre la nacionalidad (Estrasburgo, 6 denoviembre de 1997)

Sociedad de las Naciones,Recueil des Traités, vol.CLXXIX, pág. 89.

Consejo de Europa, Sériedes traités européens,n.° 166.

Privilegios e inmunidades, relaciones diplomáticas

Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (Viena, 18 deabril de 1961)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 500,pág. 162.

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Fuente

Convención de Viena sobre Relaciones Consulares (Viena, 24 deabril de 1963)

Ibid., vol. 596, pág. 392.

Derecho del mar

Convenio para asegurar a todas las Potencias y en todo tiempo el libreuso del Canal de Suez (Constantinopla, 29 de octubre de 1888)

Convenciones de Ginebra sobre el derecho del mar (Ginebra, abril de1958)

Convención sobre el mar territorial y la zona contigua (Ginebra,29 de abril de 1958)

I. Arroyo, Convenios inter-nacionales marítimos,vol. I, Barcelona, LibreríaBosch, 1986, pág. 871.

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 516,pág. 241.

Convención sobre la plataforma continental (Ginebra, 29 deabril de 1958)

Convención sobre la alta mar (Ginebra, 29 de abril de 1958)

Convención sobre la pesca y la conservación de los recursosvivos de alta mar (Ginebra, 29 de abril de 1958)

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar(Montego Bay, 10 de diciembre de 1982)

Acuerdo sobre la aplicación de las disposiciones de la Convención delas Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 10 dediciembre de 1982 relativas a la conservación y ordenación delas poblaciones de peces transzonales y las poblaciones depeces altamente migratorios (Nueva York, 4 de diciembre de1995)

Ibid., vol. 499, pág. 330.

Ibid., vol. 450, pág. 115.

Ibid., vol. 559, pág. 307.

Documentos Oficiales de laTercera Conferencia delas Naciones Unidassobre el Derecho delMar, vol. XVII(publicación de lasNaciones Unidas, n.° deventa: S.84.V.3),pág. 155.

Naciones Unidas, Boletíndel Derecho del Mar,n.°29, 1995, pág. 23.

Derecho aplicable a los conflictos armados

Convenio para la adaptación a la guerra marítima de los principios delConvenio de Ginebra (La Haya, 18 de octubre de 1907)

J. B. Scott, éd., LasConvenciones y Declara-ciones de La Haya de1899 y 1907, NuevaYork, Oxford UniversityPress, 1916.

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Fuente

Tratado de Paz entre las Potencias Aliadas y Asociadas y Alemania(Tratado de Versalles) (Versalles, 28 de junio de 1919)

Convenios de Ginebra para la protección de las víctimas de la guerra(Ginebra, 12 de agosto de 1949)

Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren losheridos y los enfermos de las fuerzas armadas en campaña(Convenio I)

Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren losheridos, los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadasen el mar (Convenio II)

Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisionerosde guerra (Convenio III)

Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a laspersonas civiles en tiempo de guerra (Convenio IV)

Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictosarmados internacionales y Protocolo adicional II a losConvenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949 relativo a laprotección de las víctimas de los conflictos armados sin carácterinternacional (Ginebra, 8 de junio de 1977)

H. Triepel, Nouveau recueilgénéral de traités etautres actes relatifs auxrapports de droit inter-national. Continuation dugrand recueil de G. F. deMartens, 3.a serie, vol.XI, Leipzig, LibrairieTheodor Weicher, 1923,pág. 323.

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 75, págs.31 y ss. En español,véase CICR, Manual dela Cruz Roja Inter-nacional, 12.a éd.,Ginebra, 1983, págs. 23y ss.

Naciones Unidas, ibíd., pág.31. En español, véaseCICR, ibíd., págs. 23 y ss.

Naciones Unidas, ibíd.,págs. 85 y ss. En español,véase CICR, ibíd., págs.47 y ss.

Naciones Unidas, ibíd.,págs. 135 y ss. Enespañol, véase CICR,ibíd., págs. 68 y ss.

Naciones Unidas, ibíd.,págs. 287 y ss. Enespañol, véase CICR,ibíd., págs. 138 y ss.

Naciones Unidas, ibíd., vol.1125, págs. 214 y 642.

Derecho de los tratados

Convención de Viena sobre el derecho de los tratados (Viena, 23 demayo de 1969)

Naciones Unidas, ibíd., vol.1155, pág. 443.

xvi

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Fuente

Convención de Viena sobre la sucesión de Estados en materia detratados (Viena, 23 de agosto de 1978)

Convención de Viena sobre la sucesión de Estados en materia debienes, archivos y deudas de Estado (Viena, 8 de abril de 1983)

Convención de Viena sobre el derecho de los tratados entre Estadosy organizaciones internacionales o entre organizacionesinternacionales (Viena, 21 de marzo de 1986)

Documentos oficiales de laConferencia de lasNaciones Unidas sobre lasucesión de Estados enmateria de tratado,Viena, 4 de abril-6 demayo de 1977 y 31 dejulio-23 de agosto de1978, vol. Ill (publi-cación de las NacionesUnidas, n.° de venta:S.79.V.10).

Naciones Unidas, AnuarioJurídico 1983 (n.° deventa: S.90.V.1), pág.154.

Doc. A/CONF.129/15.

Comercio internacional y desarrollo

Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (Ginebra,30 de octubre de 1947)

Protocolo de modificación de ciertas disposiciones del AcuerdoGeneral sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (La Habana,24 de marzo de 1948)

Convenio constitutivo del Fondo Internacional de DesarrolloAgrícola (y anexos) (Roma, 13 de junio de 1976)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 55,pág. 187.

Ibid., vol. 62, pág. 31.

Ibid., vol. 1059, pág. 275.

Desarme

Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la AméricaLatina y el Caribe (y Protocolos Adicionales I y II, en anexo)(México, D.F., 14 de febrero de 1967)

Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares (Londres,Moscú y Washington, 1.° de julio de 1968)

Ibid., vol. 634, pág. 282.

Ibid., vol. 729, pág. 191.

Convención sobre la prohibición de utilizar técnicas de modificaciónambiental con fines militares u otros fines hostiles (NuevaYork, 10 de diciembre de 1976)

Convención sobre la prohibición, el desarrollo, la producción, elalmacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre sudestrucción (París, 13 de enero de 1993)

Ibid., vol. 1108, pág. 175.

Situación de los acuerdosmultilaterales de regu-lación de armamentos yde desarme, 4.a éd., 1992,vol. 2 (publicación de lasNaciones Unidas, n.° deventa: S.93.IX.11 [vol.2]), pág. 111.

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Espacio ultraterrestre

Fuente

Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de losEstados en la exploración y la utilización del espacioultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes (Moscú,Londres y Washington, 27 de enero de 1967)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol. 610, pág.228.

Derecho internacional general

Tratado Antartico (Washington, 1.° de diciembre de 1959)

Convenio sobre la ayuda alimentaria, 1971 (abierto a la firma enWashington del 29 de marzo al 3 de mayo de 1971)

Convención sobre asistencia en caso de accidente nuclear oemergencia radiológica (Viena, 26 de septiembre de 1986)

Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht) (Maastricht, 7de febrero de 1992)

Convención Interamericana contra la Corrupción (Caracas, 29 demarzo de 1996)

Convención sobre la lucha contra el soborno de funcionariosextranjeros en las transacciones comerciales internacionales(París, 17 de diciembre de 1997)

Ibid., vol. 402, pág. 87.

Ibid., vol. 800, pág. 179.

Ibid., vol. 1457, pág. 187.

Ibid., vol. 1755, pág. 3.

Doc. E/1996/99.

OCDE, doc. DAFFE/IME/BR(97)20.

xviii

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LISTA DE DOCUMENTOS DEL 50.° PERIODO DE SESIONES

Signatura Titulo Observaciones y referencias

A/CN 4/483

A/CN 4/484

Resumen por temas, preparado por la Secretaria, del debate en la SextaComisión sobre el informe de la CDI durante el quincuagésimosegundo periodo de sesiones de la Asamblea General

Informe preliminar sobre la protección diplomática, por el Sr MohamedBennouna, Relator Especial

Mimeografiado

Reproducido en Anuario 1998,vol II (primera parte)

A/CN 4/485 [y Corr 1]

A/CN 4/486

A/CN 4/487 y Add 1

A/CN 4/488 y Add I a 3

Programa provisional

Primer informe sobre los actos unilaterales de los Estados, por el Sr Víc-tor Rodríguez Cedeño, Relator Especial

Primer informe sobre la prevención de daños transfrontenzos causadospor actividades peligrosas, por el Sr Pemmaraju Sreenivasa Rao, Rela-tor Especial

Responsabilidad de los Estados —Comentarios y observaciones recibidosde los gobiernos

Mimeografiado Véase el pro-grama aprobado en pag vnisupra

Reproducido en Anuario 1998,vol II (primera parte)

ídem

ídem

A/CN 4/489

A/CN 4/490 y Add 1 y 2 [yAdd 2/Corr 1], Add 3 y 4[y Add 4/Corr 1] y Add 5a 7 [y Add 7/Corr 1]

A/CN 4/491 y Add 1 y 2 [yAdd 2/Corr 1], Add 3 y 4[y Add 4/Corr 1] y Add 5y 6 [y Add 6/Corr 1]

A/CN 4/L 552 y Add 1

Cuarto informe sobre la nacionalidad en relación con la sucesión de Esta-dos, por el Sr Vaclav Mikulka, Relator Especial

Primer informe sobre la responsabilidad de los Estados, por el Sr JamesCrawford, Relator Especial

Tercer informe sobre las reservas a los tratados, por el Sr Alain Pellet,Relator Especial

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre lalabor realizada en su 50 ° periodo de sesiones capitulo IV (Proteccióndiplomática)

A/CN 4/L 553 Informe del Grupo de Trabajo sobre la protección diplomática

ídem

ídem

ídem

Mimeografiado Véase el textoaprobado en Documentos Ofi-ciales de la AsambleaGeneral quincuagésimo ter-cer periodo de sesionesSuplemento n ° 10 (A/53/10)El texto definitivo figura enAnuario 1998, vol II(segunda parte)

Mimeografiado

A/CN 4/L 554 [y Corrí y2] y Add 1 [y Add 1/Corrí y 2] y Add2 [yAdd 2/Corr 1]

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre lalabor realizada en su 50 ° periodo de sesiones capitulo VI (Respon-sabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos noprohibidos por el derecho internacional [prevención de daños transfron-tenzos causados por actividades peligrosas])

ídem Véase el texto aprobadoen Documentos Oficiales de laAsamblea General quin-cuagésimo tercer periodo desesiones Suplemento n°10(A/53/10) El texto definitivofigura en Anuario 1998,vol II (segunda parte)

A/CN 4/L 555 y Add 1 Idem capitulo V (Actos unilaterales de los Estados) ídem

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Signatura

A/CN 4/L 556

A/CN 4/L 557 [y Corr 1]

Titulo

Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales deactos no prohibidos por el derecho internacional (prevención de dañostransfronterizos causados por actividades peligrosas)—Propuesta delRelator Especial

Informe del Grupo de Trabajo sobre la nacionalidad en relación con lasucesión de Estados

Observaciones y referencias

Mrmeografiado

ídem

A/CN 4/L 558

A/CN 4/L 559 [y Corr 1]

A/CN 4/L 560

A/CN 4/L 561 y Add I a 6

A/CN 4/L 562 [y Corr 1] yAdd 1 y 2

A/CN 4/L 563 [y Corr 1]

A/CN 4/L 564

A/CN 4/L 565 [y Corr 1]

A/CN 4/L 566

A/CN 4/L 567

A/CN 4/L 568

Informe del Grupo de Trabajo sobre los actos unilaterales de los Estados

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre lalabor realizada en su 50 ° periodo de sesiones capitulo VIII (La nacio-nalidad en relación con la sucesión de Estados)

Recomendaciones del Grupo de Planificación a la Comisión

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre lalabor realizada en su 50 ° periodo de sesiones capitulo VII (Respon-sabilidad de los Estados)

ídem capitulo IX (Las reservas a los tratados)

Las reservas a los tratados —Tirulos y textos del proyecto de directricesde la Guia de la practica aprobado por el Comité de Redacción en el50 ° periodo de sesiones

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre lalabor realizada en su 50 ° periodo de sesiones capitulo IX (Las reser-vas a los tratados) —Texto del proyecto de directrices de la Guia de lapractica sobre las reservas a los tratados, con comentarios

Responsabilidad de los Estados —Proyectos de artículos aprobados provi-sionalmente por el Comité de Redacción primera parte, capitulo I(arts 1,2 [3] y 3 [4])

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre lalabor realizada en su 50 ° periodo de sesiones capitulo I (Organizacióndel periodo de sesiones)

ídem capitulo X (Otras decisiones y conclusiones de la Comisión)

Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales deactos no prohibidos por el derecho internacional (prevención de dañostransfronterizos causados por actividades peligrosas) —Titulo y textode los proyectos de articulo 1 a 17 aprobados por el Comité de Redac-

Idem

ídem Véase el texto aprobadoen Documentos Oficíales de laAsamblea General quincua-gésimo tercer periodo desesiones Suplemento n°10(A/53/10) El texto definitivofigura en Anuario 1998, volII (segunda parte)

Mrmeografiado

ídem Véase el texto aprobadoen Documentos Oficiales de laAsamblea General quincua-gésimo tercer periodo desesiones Suplemento n" 10(A/53/10) El texto definitivofigura en Anuario 1998, volII (segunda parte)

ídem

Mimeografiado

ídem Véase el texto aprobadoen Documentos Oficiales de laAsamblea General quincua-gésimo tercer periodo desesiones Suplemento n°10(A/53/10) El texto definitivofigura en Anuario 1998, volII (segunda parte)

Mimeografiado

ídem Véase el texto aprobadoen Documentos Oficiales de laAsamblea General quin-cuagésimo tercer periodo desesiones Suplemento n"10(A/53/10) El texto definitivofigura en Anuario 1998, volII (segunda parte)

ídem

Mimeografiado

A/CN 4/L 569 [y Corr 1] Responsabilidad de los Estados —Proyectos de artículos aprobados provi-sionalmente por el Comité de Redacción primera parte, capitulo I(arts 1, 3 y 4) y capitulo II (arts 5, 7, 8, 8 bis, 9, 10, 15, 15 bis y A)

Véase el acta resumida de la2562 a sesión

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Signatura Titulo Observaciones y referencias

A/CN 4/L 570 Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la Mimeografiado Véase el textolabor realizada en su 50 ° periodo de sesiones capitulo III (Cuestiones aprobado en Documentos Ofi-concretas respecto de las cuales las observaciones podrían revestir par- cíales de la Asamblea Gene-ticular ínteres para la Comisión) ral quincuagésimo tercer

periodo de sesiones Suple-mento n°10 (A/53/10) Eltexto definitivo figura enAnuario 1998, vol II(segunda parte)

A/CN 4/L 571 ídem capitulo II (Resumen de la labor de la Comisión en su 50 ° periodo ídemde sesiones)

A/CN 4/SR 2519 a A/CN 4/ Actas resumidas provisionales délas sesiones 2519 a a 2564 a Mimeografiado El texto defini-SR 2564 tivo figura en el presente volu-

men

xxi

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DOCUMENTO A/53/10*

Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizadaen su 50.° período de sesiones (20 de abril-12 de junio

y 27 de julio-14 de agosto de 1998)

ÍNDICE

Pagina

Abreviaturas y siglas

Nota referida a las citas

Instrumentos multilaterales citados en el presente volumen

Capitulo

I ORGANIZACIÓN DEL PERIODO DE SESIONES

A Composición de la Comisión

B Mesa y Mesa Ampliada

C Comité de Redacción

D Grupos de trabajo

E Secretaria

F Programa

II RESUMEN DE LA LABOR DE LA COMISIÓN EN SU 50 ° PERIODO DE SESIONES

III CUESTIONES CONCRETAS RESPECTO DE LAS CUALES LAS OBSERVACIONES PODRÍAN SER DE PARTICU-

LAR ÍNTERES PARA LA COMISIÓN

A Protección diplomática

B Actos unilaterales de los Estados

C Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidospor el derecho internacional (prevención de daños transfrontenzos causados por activi-dades peligrosas)

D Responsabilidad de los Estados

E La nacionalidad en relación con la sucesión de Estados

F Las reservas a los tratados

G Protección del medio ambiente

IV RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR LAS CONSECUENCIAS PERJUDICIALES DE ACTOS NO PROHIBI-

DOS POR EL DERECHO INTERNACIONAL (PRE\ ENCION DE DAÑOS TRASFRONTERIZOS CAUSADOS PORACTIVIDADES PELIGROSAS)

A Introducción

B Examen del tema en el actual periodo de sesiones

C Texto de los proyectos de articulo sobre la responsabilidad internacional por las conse-cuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional (prevención dedaños transfrontenzos causados por actividades peligrosas) aprobados provisionalmentepor la Comisión en primera lectura

1 Texto de los proyectos de articulo

2 Texto de los proyectos de articulo con comentarios

Comentario general

Párrafos

1-10

2

3-5

6-7

g

9

10

6

7

13

13

13

13

14

14

14

11-25 15

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29-30

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44-55

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46-54

55

55

17

17

17

17

17

18

18

18

19

19

19

21

21

23

23

* Distribuido raicialmente como Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo tercer período de sesiones,Suplemento n" 10

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Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

Capitulo Pagina

Articulo 1 —Actividades a las que se aplican los presentes proyectos de articuloComentario

Articulo 2 —Términos empleadosComentario

Articulo 3 —PrevenciónComentario

Articulo 4 —CooperaciónComentario

Articulo 5 —AplicaciónComentario

Articulo 6 —Relación con otras normas de derecho internacionalComentario

Articulo 7 —AutorizaciónComentario

Articulo 8 —Evaluación de los efectosComentarlo

Articulo 9 —Información al publicoComentario

Articulo 10 Notificación e informaciónComentario

Articulo 11 —Consultas sobre las medidas preventivasComentario

Articulo 12 —Factores de un equilibrio equitativo de interesesComentario

Articulo 13 —Procedimientos aplicables a falta de notificaciónComentario

Articulo 14 —Intercambio de informaciónComentarlo

Articulo 15 —Seguridad nacional y secretos industrialesComentario

Articulo 16 —No discriminaciónComentarlo

Articulo 17 —Solución de controversiasComentario

V PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA

A Introducción

B Examen del tema en el actual periodo de sesiones1 Introducción del informe preliminar del Relator Especial

a) El carácter jurídico de la protección diplomáticai) Origen de la protección diplomáticau) Reconocimiento de los derechos de la persona en el plano internacional

ni) Los derechos que entraña la protección diplomáticab) La cuestión de las normas «primarias» y «secundarias»

2 Resumen del debatea) Observaciones generalesb) La noción consuetudinaria de protección diplomáticac) Relación entre derechos humanos y protección diplomáticad) Condiciones para el ejercicio de la protección diplomáticae) La cuestión de las normas «primarias» y «secundarias»j) La relación entre el tema de la protección diplomática y el tema de la respon-

sabilidad de los Estadosg) Ámbito del tema

3 Establecimiento de un grupo de trabajo

VI ACTOS UNILATERALES DE LOS ESTADOS

A Introducción

B Examen del tema en el actual periodo de sesiones1 Introducción del primer informe del Relator Especial2 Resumen del debate

a) Observaciones generalesb) Ámbito del temac) Definición y elementos de los actos unilateralesd) Planteamiento del temae) Forma definitiva del trabajo de la Comisión

3 Establecimiento de un grupo de trabajo

VII RESPONSABILIDAD DE LOS ESTADOS

A Introducción

Párrafos

56-110

56-58

59-11061-7062-6862-6566-6768

69-70

71-10671-7576-8283-9192-9798-103

104-105106

107-110

111-201

111

112-201113-145146-191147-150151-164165-176177-187188-191192-201

202-451

202-214

24242626282830303131313132323333353536363737383940404141424242424343

45

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índice

B Examen del tema en el actual periodo de sesiones1 Presentación por el Relator Especial de algunas cuestiones generales relativas al

proyecto de artículosa) La distinción entre normas «primarias» y «secundarias» de la responsabilidad de

los Estadosb) Alcance del proyecto de artículosc) Inclusion de disposiciones detalladas sobre las contramedidas y el arreglo de con-

troversiasd) Relación entre el proyecto de artículos y otras normas de derecho internacionalé) Forma que ha de adoptar el proyecto de artículos

2 Resumen del debate sobre cuestiones generalesa) La distinción entre normas «primarias» y «secundarias» de la responsabilidad de

los Estadosb) Alcance del proyecto de artículosc) Inclusion de disposiciones detalladas sobre las contramedidas y el arreglo de con-

troversiasd) Relación entre el proyecto de artículos y otras normas de derecho internacionale) Forma que ha de adoptar el proyecto de artículos

3 Observaciones finales del Relator Especial relativas al debate sobre cuestionesgenerales

4 Presentación del Relator Especial sobre la distinción entre la responsabilidadpor «crímenes» y la responsabilidad por «delitos»a) Regulación de los crímenes de Estado en el proyecto de artículos

1 b) Observaciones de los gobiernos sobre los crímenes de Estadoc) El derecho internacional vigente en materia de responsabilidad penal del Estadod) Relación entre la responsabilidad penal internacional de los Estados y ciertos

conceptos afinese) Posibles planteamientos de la cuestión de los crímenes internacionales de los

Estados5 Resumen del debate sobre la distinción entre la responsabilidad por «crímenes» y la

responsabilidad por «delitos»a) Observaciones de los gobiernos sobre los crímenes de Estadob) El derecho internacional vigente en materia de responsabilidad penal del Estado

i) La jurisprudencia de la Corte Internacional de Justician) Derecho de los tratadosni) Organizaciones internacionalesív) Definición de la agresiónv) Sanciones impuestas por el Consejo de Seguridadvi) Doctrinavu) Conclusiones relativas a la practica estatal

c) Relación entre la responsabilidad penal de los Estados y ciertos conceptos afínesi) La responsabilidad penal individual en derecho internacionalu) Normas imperativas de derecho internacional (/us cogens)

in) Obligaciones erga omnesd) Posibles planteamientos de la cuestión de los crímenes internacionales de los

Estadosi) Cuestiones preliminares

a. El concepto de la responsabilidad «objetiva»b El carácter de derecho civil o de derecho penal de la responsabilidad del

Estadoc Analogía con el derecho internod Aphcabihdad del Capitulo VII de la Carta de las Naciones Unidas y de otros

regímenes especialesn) Planteamiento del proyecto de artículos actual

a Definición de crimen de Estado en el articulo 19b Regulación de los crímenes de Estado en la primera partec Concepto de Estado lesionadod. Consecuencias de los crímenes de Estado

ni) Sustitución por el concepto de «hecho ilícito excepcionalmente grave»iv) Establecimiento de un regimen completo de responsabilidad penal del Estado

en el proyecto de artículosa. Definición exacta de crimen de Estado (nullum crimen sme lege)b Institución y procedimiento adecuados para investigar y determinar la

comisión de crímenes por los Estadosc Garantías procesales adecuadasd Sanciones adecuadase Rehabilitación

v) La cuestión del rechazo del concepto de responsabilidad penal de los Estadosvi) Exclusion del concepto del proyecto de artículos

6 Observaciones finales del Relator Especial sobre el debate relativo a la distinción entreresponsabilidad por «crímenes» y «delitos»

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Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

Capitulo

VIII

7 Conclusiones provisionales de la Comisión respecto del proyecto de articulo 19

8 Introducción por el Relator Especial de los proyectos de articulo 1 a 4 de la primeraparte

a) Observaciones generales sobre la segunda lecturab) Cuestiones de terminologíac) Clausulas generales y de salvaguardiad) Titulo del capitulo I de la primera parteé) Articulo 1j) Articulo 2g) Articulo 3h) Articulo 4

9 Resumen del debate sobre los proyectos de articulo 1 a 4 de la primera partea) Cuestiones de terminologíab) Titulo del capitulo I de la primera partec) Articulo 1d) Articulo 2e) Articulo 3J) Articulo 4

10 Introducción por el Relator Especial de los proyectos de articulo 5 a 8 y 10 delcapitulo II de la primera partea) Introducciónb) Observaciones de los gobiernosc) Practica reciente de los Estadosd) Terminologíae) Principios básicos del concepto de atribuciónj) Articulo 5g) Articulo 6h) Articulo 7í) Articulo 8j) Articulo 10

11 Resumen del debate sobre los proyectos de articulo 5 a 8 y 10 del capitulo II de laprimera partea) Observaciones generalesb) Terminologíac) Titulo del capitulo IId) Articulo 5e) Articulo 6f) Articulo 7g) Articulo 8h) Articulo 10

12 Observaciones finales del Relator Especial sobre el debate relativo a los proyectos dearticulo 5 a 8 y 10 del capitulo II de la primera parte

13 Introducción por el Relator Especial de los proyectos de articulo 9 y 11 a 15 bis delcapitulo II de la primera parte

a) Introducciónb) Artículos 9 y 12c) Artículos 9 y 13d) Artículos 14 y 15é) Artículos 11 y 15 bis

14 Resumen de las deliberaciones sobre los proyectos de articulo 9 y 11 a 15 ¿>wa) Articulo 9b) Articulo 11c) Articulo 12d) Articulo 13e) Artículos 14 y 15f) Articulo 15 bis

15 Observaciones finales del Relator Especial sobre el debate relativo a los proyectos dearticulo 9 y 11 a 15 bts

LA NACIONALIDAD EN RELACIÓN CON LA SUCESIÓN DE ESTADOS

A Introducción

B Examen del tema en el actual periodo de sesiones

Conclusiones preliminares del Grupo de Trabajo

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índice

Capitulo

IX LAS RESERVAS A LOS TRATADOS

A Introducción

B Examen del tema en el actual periodo de sesiones

1 Presentación por el Relator Especial de su tercer informe

á) Trabajos anteriores de la Comisión sobre el tema y respuestas de los Estados y los

órganos consultados

b) Definición de las reservas a los tratados

i) Declaración unilateralII) Momento en que se formula la reserva

III) Reservas de alcance territorialív) Enunciado o denominaciónv) Exclusion o modificación de los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del

tratadovi) «Excluir o modificar»—Reservas «extensivas»

c) Definición de las declaraciones interpretativas

i) Formulación conjunta de una declaración interpretativan) Enunciado y denominación, formulación de una declaración interpretativa

cuando estén prohibidas las reservas111) Declaraciones interpretativas condicionalesív) Declaraciones de política general y declaraciones informativasv) Distinción entre reservas y declaraciones interpretativas

vi) Método de aplicación de la distinción entre reservas y declaraciones interpreta-tivas

vn) Alcance de las definiciones

2 Resumen del debate

C Texto del proyecto de directrices sobre reservas a los tratados aprobado provisionalmente

por la Comisión en primera lectura

1 Texto del proyecto de directrices

2 Texto del proyecto de directrices con comentarios

1 Definiciones

1 1 Definición de reservas

Comentario

111 [114] Objeto de las reservas

Comentario

112 Casos en que puede formularse una reserva

Comentario

113 [118] Reservas de alcance territorial

Comentario

114 [113] Reservas formuladas al notificar alguna aplicación territorial

Comentario

1 1 7 [1 1 1] Formulación conjunta de una reserva

Comentario

Directrices adicionales

Comentario

X OTRAS DECISIONES Y CONCLUSIONES DE LA COMISIÓN

A Programa, procedimientos y métodos de trabajo de la Comisión, y su documentación

1 Planificación de la labor del actual periodo de sesiones

2 Programa de trabajo de la Comisión para el resto del qumquenio

3 Distribución de los informes de los relatores especiales con anterioridad al periodo desesiones de la Comisión

4 Organización del 51 ° periodo de sesiones

B Conmemoración del 50 ° aniversario de la Comisión

C Programa de trabajo a largo plazo

D Representación de la Comisión en la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de lasNaciones Unidas sobre el establecimiento de una corte penal internacional

E Cooperación con otros organismos

Párrafos

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Fecha y lugar de celebración del 51 'subsiguientes

periodo de sesiones y de los periodos de sesiones562-563 122

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Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

G Representación en el quincuagésimo tercer periodo de sesiones de la Asamblea General

H Seminario de derecho internacional

I Conferencia en memoria de Gilberto Amado

J Homenaje al Secretario de la Comisión

Párrafos

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580

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ABREVIATURAS Y SIGLAS

CAHDI

CDI

CEPE

CICR

CU

CPJI

GATT

OCDE

OEA

OMM

OSCE

PNUMA

UICN

Comité de Asesores Jurídicos sobre Derecho Internacional Publico

Comisión de Derecho Internacional

Comisión Económica para Europa

Comité Internacional de la Cruz Roja

Corte Internacional de Justicia

Corte Permanente de Justicia Internacional

Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio

Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos

Organización de los Estados Americanos

Organización Meteorológica Mundial

Organización para la Segundad y la Cooperación en Europa

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Union Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los

Recursos Naturales

CU Recueil CIJ, Recueil des arrêts avis consultatifs et ordonnances

CPJI, sene A CPJI, Recueil des arrêts (n os 1 a 24, hasta 1930 inclusive)

CPJ1, sene A/B CPJI, Arrêts, ordonnances et avis consultatifs (n os 40 a 80, a partir de 1931 )

ILM International Legal Materials

RGDIP Revue genérale de droit international public

En el presente volumen, por «Tribunal Internacional para Rwanda» debe entenderse Tribunal PenalInternacional para el enjuiciamiento de los presuntos responsables de genocidio y otras violaciones gravesdel derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de Rwanda y de los ciudadanos deRwanda responsables del genocidio y otras violaciones de esa naturaleza cometidas en el territorio deEstados vecinos entre el 1 ° de enero de 1994 y el 31 de diciembre de 1994, y por «Tribunal Internacionalpara la ex Yugoslavia» debe entenderse Tribunal Internacional para el enjuiciamiento de los presuntosresponsables de las violaciones graves del derecho internacional humanitario cometidas en el territorio dela ex Yugoslavia desde 1991

NOTA REFERIDA A LAS CITAS

En las citas, las palabras en cursiva seguidas de un asterisco no están subrayadas en el texto original

Salvo indicación en contrario, las citas de obras en idiomas extranjeros son traducciones de laSecretaria

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Instrumentos multilaterales

INSTRUMENTOS MULTILATERALES CITADOS EN EL PRESENTE VOLUMEN

ARREGLO PACIFICO DE LOS CONFLICTOS INTERNACIONALES

Fuente

Acta general (arreglo pacífico de desacuerdos internacionales)(Ginebra, 26 de septiembre de 1928)

Sociedad de las Naciones,Recueil des Traités,vol XCIII, pág 343

PRIVILEGIOS E INMUNIDADES, RELACIONES DIPLOMÁTICAS

Convención sobre prerrogativas e inmunidades de las Naciones Uni-das (Nueva York, 13 de febrero de 1946)

Convención de Viena sobre Relaciones Consulares (Viena, 24 deabril de 1963)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 1,pág 15

Ibid, vol 596, pág 392

DERECHOS HUMANOS

Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio(Nueva York, 9 de diciembre de 1948)

Ibíd, vol 78, pág 296

Convenio para la protección de los derechos humanos y de las liber-tades fundamentales (Convenio europeo de derechos humanos)(Roma, 4 de noviembre de 1950)

Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (Nueva York,31 de marzo de 1953)

Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formasde Discriminación Racial (Nueva York, 21 de diciembre de 1965)

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales(Nueva York, 16 de diciembre de 1966)

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Nueva York, 16de diciembre de 1966)

Convención americana sobre derechos humanos «Pacto de San Joséde Costa Rica» (San José, 22 de noviembre de 1969)

Convención sobre la eliminación de todas las formas de discrimi-nación contra la mujer (Nueva York, 18 de diciembre de 1979)

Ibíd,vol 213,pág 221 Enespañol, véase España,Boletín Oficial delEstado, n° 243, 10 deoctubre de 1979

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 193,pág 149

Ibid, vol 660, pág 241

Ibíd, vol 993, pag 3

Ibíd, vol 999, pág 241

Ibid,vol 1144, pág 124

Ibíd, vol 1249, pág 70

Convención Interamencana sobre la desaparición forzada de perso-nas (Belem, 9 de jumo de 1994)

OEA, Documentos Ofi-ciales, OEA/SerA/55(SEPF)

REFUGIADOS Y APATRIDAS

Convención sobre el estatuto de los refugiados (Ginebra, 28 dejulio de 1951)

Convención sobre el estatuto de los apatridas (Nueva York, 28 deseptiembre de 1954)

Derechos humanos recopi-lación de instrumentosinternacionales (publica-ción de las Naciones Uni-das, n ° de ventaS 88 XIV1), pág 295

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 360, pag174

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Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

COMERCIO INTERNACIONAL Y DESARROLLO

Convenio destinado a reglamentar ciertos conflictos de leyes enmateria de letras de cambio y pagares (Ginebra, 7 de junio de1930)

Sociedad de las Naciones,Recueil des Traités, volCXLIII,pág 317

Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (Ginebra,30 de octubre de 1947)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 55,pág 187

Protocolo de modificación de ciertas disposiciones del AcuerdoGeneral sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (La Habana, 24de marzo de 1948)

Ibíd,vol 62, pág 31

Convenio sobre arreglo de diferencias relativas a inversiones entreEstados y nacionales de otros Estados (Washington, 18 de marzode 1965)

Ibíd,vol 575, pag 206

Convenio sobre la ayuda alimentaria, 1971 (abierto a la firma enWashington del 29 de marzo de 1971 al 3 de mayo de 1971)

Convenio Internacional del Trigo, 1986 a) Convenio sobre elcomercio del trigo, 1986 (con anexo) (Londres, 14 de marzo de1986), b) Convenio sobre la ayuda alimentaria, 1986 (Londres, 13de marzo de 1986)

Ibíd,vol 800, pág 179

Ibíd.vol 1429, pág 126

TRANSPORTES Y COMUNICACIONES

Convenio sobre el régimen internacional de ferrocarriles (Ginebra, 9de diciembre de 1923)

Convención sobre formalidades aduaneras para la importación tem-poral de vehículos particulares de carretera (con anexos) (NuevaYork,4dejuniodel954)

Convención sobre la circulación vial (Viena, 8 de noviembre de1968)

Convención sobre la señalización vial (con anexos) (Viena, 8 denoviembre de 1968)

Acuerdo sobre el transporte internacional de productos alimentariosperecederos y sobre la utilización de equipo especial para su trans-porte (ATP) (con anexos) (Ginebra, 1 ° de septiembre de 1970)

Convenio Aduanero relativo al Transporte Internacional de Mercan-cías al Amparo de los Cuadernos TIR (Convenio TIR) (conanexos) (Ginebra, 14 de noviembre de 1975)

Sociedad de las Naciones,Recueil des Traités, volXLVII,pág 55

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 282, pág306

Ibid, vol 1042, pág 270

Ibid, vol 1091, pag 263

Ibid, vol 1028, pág 121

Ibid, vol 1079, pag 89, yvol 1142, pag 413

NAVEGACIÓN

Convención relativa a la unificación de ciertas disposiciones sobrelos abordajes en la navegación interior (Ginebra, 15 de marzo de1960)

Ibid, vol 572, pág 133

Convención relativa a la matnculación de buques de navegacióninterior (con protocolos anexos) (Ginebra, 25 de enero de 1965)

Ibíd,vol 1281, pág 111

DERECHO DEL MAR

Convenciones de Ginebra sobre el derecho del mar (Ginebra, abril de1958)

Convención sobre el mar territorial y la zona contigua (Ginebra, 29de abril de 1958)

Convención sobre la plataforma continental (Ginebra, 29 de abril de1958)

Ibid,vol 516, pag 241

Ibid, vol 449, pág 330

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Instrumentos multilaterales

Convención sobre la alta mar (Ginebra, 29 de abril de 1958)

Convención sobre la pesca y la conservación de los recursos vivos dealta mar (Ginebra, 29 de abril de 1958)

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Mon-tego Bay, 10 de diciembre de 1982)

Acuerdo sobre la aplicación de las disposiciones de la Convenciónde las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 10 de diciem-bre de 1982 relativas a la conservación y ordenación de las pobla-ciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamentemigratorios (Nueva York, 4 de diciembre de 1995)

Fuente

Ibid.vol 450,pag 115

Ibid , vol 559, pag 307

Documentos Oficíales de laTercera Conferencia delas Naciones Unidassobre el Derecho del Mar,vol XVII (publicación delas Naciones Unidas, n°de venta S84V3), pag155

Naciones Unidas, Boletín delDerecho del Mar, n ° 29,1995,pág 23

DERECHO APLICABLE A LOS CONFLICTOS ARMADOS

Tratado de Paz entre las Potencias Aliadas y Asociadas y Alemania(Tratado de Versalles) (Versalles, 28 de junio de 1919)

Protocolo relativo a la prohibición del empleo en la guerra de gasesasfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacteriológicos(Ginebra, 17 de junio de 1925)

Convenios de Ginebra para la protección de las víctimas de la guerra(Ginebra, 12 de agosto de 1949)

Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridosy los enfermos de las fuerzas armadas en campaña (Convenio I)

Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos,los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar(Convenio II)

Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros deguerra (Convenio III)

Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personasciviles en tiempo de guerra (Convenio IV)

Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra de 12 de agostode 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictosarmados internacionales y Protocolo adicional II a los Conve-nios de Ginebra de 12 de agosto de 1949 relativo a la protecciónde las víctimas de los conflictos armados sin carácter interna-cional (Ginebra, 8 de jumo de 1977)

H Triepel, Nouveau recueilgénéral de traités et autresactes relatifs aux rapportsde droit internationalContinuation du grandrecueil de GF de Mar-tens, 3 a sene, volXI, Leipzig, LibrairieTheodor Weicher, 1923,pág 323

Situación de los acuerdosmultilaterales de regu-lación de armamentos y dedesarme, 4 a ed, 1992,vol 1 [publicación de lasNaciones Unidas, n ° deventa S 93 IX 11 (Vol 1)]

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 75, págs31 y ss En español, véaseCICR, Manual de la CruzRoja Internacional, 12a

ed , Ginebra, 1983, págs23yss

Naciones Unidas, ibid, pág31 En español, véaseCICR, ibid, págs 23yss

Naciones Unidas, ibid, págs85 y ss En español, véaseCICR, ibid, págs 47yss

Naciones Unidas, ibid , págs135 y ss En español,véase CICR, ibid, págs68yss

Naciones Unidas, ibid , págs287 y ss En español,véase CICR, ibid, págs138 y ss

Naciones Unidas, ibid, vol1125,pags 214 y 642

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10 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

DERECHO DE LOS TRATADOS

Fuente

Convención de Viena sobre el derecho de los tratados (Viena, 23 demayo de 1969)

Convención de Viena sobre la sucesión de Estados en materia detratados (Viena, 23 de agosto de 1978)

Convención de Viena sobre el derecho de los tratados entre Estadosy organizaciones internacionales o entre organizaciones interna-cionales (Viena, 21 de marzo de 1986)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 1155,pag 443

Documentos oficiales de laConferencia de las Na-ciones Unidas sobre lasucesión de Estados enmateria de tratados,Viena, 4 de abril-6 demayo de 1977 y 31 dejulio-23 de agosto de1978, vol III (publicaciónde las Naciones Unidas,n° de venta S 79 VIO)

Doc A/CONF 129/15

RESPONSABILIDAD

Convención sobre la responsabilidad civil por daños resultantes deactividades peligrosas para el medio ambiente (Lugano, 21 dejunio de 1993)

Consejo de Europa, Senedes traités européens, n °150

TELECOMUNICACIONES

Convención internacional sobre radiotelegrafía (Washington D C ,25 de noviembre de 1927)

Convención internacional relativa al empleo de la radiodifusión enbeneficio de la paz (Ginebra, 23 de septiembre de 1936)

Convenio Internacional de Telecomunicaciones (con anexos, proto-colo final, protocolos adicionales, resoluciones, recomendación yruegos) (Nairobi, 6 de noviembre de 1982)

Sociedad de las Naciones,Recueil des Traités, volLXXXIV, pág 97

Ibíd, vol CLXXXVI, pág301

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 1533,pág 4

DESARME

Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la AméricaLatina y el Caribe (y Protocolos adicionales I y II, en anexo)(México, D F, 14 de febrero de 1967)

Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción y elalmacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicasy sobre su destrucción (Londres, Moscú y Washington D C , 10 deabril de 1972)

Convención sobre la prohibición de utilizar técnicas de modificaciónambiental con fines militares u otros fines hostiles (con anexo)(Nueva York, 10 de diciembre de 1976)

Convención sobre la prohibición, el desarrollo, la producción, elalmacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre sudestrucción (París, 13 de enero de 1993)

Ibíd, vol 634, pág 282

Ibíd, vol 1015, pag 180

Ibíd, vol 1108, pág 175

Situación de los acuerdosmultilaterales de regu-lación de armamentos yde desarme, 4 a ed, 1992,vol 2 [publicación de lasNaciones Unidas, n °de venta S 93 IX 11 (Vol2)], pag 111

MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES

Convemo sobre la prevención de la contaminación del mar porvertimiento de desechos y otras materias (Londres, México,Moscú y Washington, 29 de diciembre de 1972)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 1046,pág 122

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Instrumentos multilaterales 11

Convención y Protocolo relativos a la protección del medio ambiente(Estocolmo, 19 de febrero de 1974)

Convenio sobre la protección del medio marino en la zona del MarBáltico (Helsinki, 22 de marzo de 1974)

Convenio para la prevención de la contaminación marina de origenterrestre (París, 4 de junio de 1974)

Convenio sobre la protección del Rin contra la contaminaciónquímica (Bonn, 3 de diciembre de 1976)

Convenio para la protección del Mar Mediterráneo contra la conta-minación (Barcelona, 16 de febrero de 1976)

Protocolo sobre la protección del Mar Mediterráneo contra la con-taminación de ongen terrestre (Atenas, 17 de mayo de 1980)

Convenio regional de Kuwait sobre la cooperación en materia deprotección del medio marino contra la contaminación (Kuwait, 24de abril de 1978)

Convenio sobre la contaminación atmosférica transfrontenza a grandistancia (Ginebra, 13 de noviembre de 1979)

Convención regional sobre la conservación del medio ambiente en elMar Rojo y en el Golfo de Aden (Jeddah, 14 de febrero de 1982)

Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono (Viena, 22de marzo de 1985)

Acuerdo de 1985 de la Asociación de Naciones del Asia Sudonental(ASEAN) sobre la conservación de la naturaleza y de los recursosnaturales (Kuala Lumpur, 9 de julio de 1985)

Convención sobre la pronta notificación de accidentes nucleares(Viena, 26 de septiembre de 1986)

Convención para la protección de los recursos naturales y del medioambiente en la región del Pacífico sur (Numea, 25 de noviembrede 1986)

Convención para regular las actividades relacionadas con los recur-sos minerales antarticos (Wellington, 2 de junio de 1988)

Convenio internacional sobre la preparación, la lucha y la coope-ración en materia de contaminación por hidrocarburos (Londres,30 de noviembre de 1990)

Convenio sobre la evaluación del impacto en el medio ambiente enun contexto transfrontenzo (Espoo, 25 de febrero de 1991)

Protocolo sobre la Protección del Medio Ambiente del TratadoAntartico (Madrid, 4 de octubre de 1991)

Ibíd,vol 1092, pág 279

Ibíd,vol 1507, pág 167

Ibíd.vol 1546,pág 103 Enespañol véase RepertorioCronológico de Legis-lación 1981, Pamplona,Aranzadi, marginal 128

Naciones Unidas, ibid, vol1124, pág 375

Ibíd,vol 1102, pág 27

Ibíd,vol 1328, pág 136

Ibíd,vol 1140, pag 133

Ibíd,vol 1302,pág 217 Enespañol véase RepertorioCronológico de Legis-lación 1983, Pamplona,Aranzadi, marginal 460

UICN, Droit internationalde l'environnement —Traités multilatéraux, t V,Ench Schmidt Verlag,Berlín, pág 982 13

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 1513,pág 371

UICN, Droit internationalde l'environnement —Traités multilatéraux, tVI, Erich Schmidt Verlag,Berlín, pág 985 51

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 1439,pág 311

Revue générale de droitinternational, Paris, APedone, t 92, 1988, pág776

Ibid , t 93, 1989/1

UICN, Droit internationalde l'environnement —Traités multilatéraux, tVII, Erich Schmidt, Ber-lin, pag 990 88

Doc E/ECE/1250, 1991 Enespañol véase RepertorioCronológico de Legis-lación 1997, Pamplona,Aranzadi, marginal 1562

UICN, Droit internationalde l'environnement —Traités multilatéraux, tVII, Erich Schmidt,Berlín, pág 991 74/1

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12 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

Convenio sobre la protección y utilización de cursos de agua trans-fronterizos y lagos internacionales (Helsinki, 17 de marzo de1992)

Convención sobre los efectos transfronterizos de los accidentesindustriales (Helsinki, 17 de marzo de 1992)

Convenio sobre la protección del medio marino en la zona del MarBáltico (Helsinki, 9 de abril de 1992)

Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el CambioClimático (Nueva York, 9 de mayo de 1992)

Fuente

Ibíd.pág 992 20

Ibíd, pág 992 22

Naciones Unidas, Boletín delDerecho del Mar, n ° 22,enero de 1993, pág 62

Doc A/AC 237/18 (Parte 11)/Add 1 y Corr 1, anexo IVéase también Bibliotecade Textos Legales legis-lación del medio ambien-te, 2 a ed, Madrid, Tecnos,1995, pág 647

Convenio sobre la Diversidad Biológica (Río de Janeiro, 5 de jumode 1992)

Convención sobre el derecho de los usos de los cursos de agua inter-nacionales para fines distintos de la navegación (Nueva York, 21de mayo de 1997)

DERECHO INTERNACIONAL GENERAL

International Legal Ma-terials, Washington D C,vol 31, n° 4, julio de1992, pág 822

Documentos Oficiales de laAsamblea General, quin-cuagésimo primer perio-do de sesiones, Suple-mento n.° 49, resolución51/229, anexo

Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht) (Maastricht, 7de febrero de 1992)

Naciones Unidas, Recueildes Traités, vol 1755,Pág 3

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Capítulo I

ORGANIZACIÓN DEL PERÍODO DE SESIONES

1. La Comisión de Derecho Internacional celebró laprimera parte de su 50.° período de sesiones en su sedepermanente en la Oficina de las Naciones Unidas enGinebra, del 20 de abril al 12 de junio de 1998, y lasegunda parte en la Sede de las Naciones Unidas enNueva York, del 27 de julio al 14 de agosto de 1998. ElSr. Alain Pellet, Presidente saliente, abrió el período desesiones.

A.—Composición de la Comisión

2. La Comisión está integrada por los siguientes miem-bros:

Sr. Emmanuel Akwei ADDO (Ghana);Sr. Husain AL-BAHARNA (Bahrein);Sr. Awn AL-KHASAWNEH (Jordania);Sr. Joâo Clemente BAENA SOARES (Brasil);Sr. Mohamed BENNOUNA (Marruecos);Sr. Ian BROWNLIE (Reino Unido de Gran Bretaña e

Irlanda del Norte);Sr. Enrique CANDIOTI (Argentina);Sr. James CRAWFORD (Australia);Sr. Christopher John Robert DUGARD (Sudáfrica);Sr. Constantin ECONOMIDES (Grecia);Sr. Nabil ELARABY (Egipto);Sr. Luigi FERRARI BRAVO (Italia);Sr. Zdzislaw GALICKI (Polonia);Sr. Raul Ilustre Goco (Filipinas);Sr. Gerhard HAFNER (Austria);Sr. Qizhi HE (China);Sr. Mauricio HERDOCIA SACASA (Nicaragua);Sr. Jorge ILLUECA (Panamá);Sr. Peter KABATSI (Uganda);Sr. James Lutabanzibwa KATEKA (República Unida de

Tanzania);Sr. Mochtar KUSUMA-ATMADJA (Indonesia);Sr. Igor Ivanovich LUKASHUK (Federación de Rusia);Sr. Teodor Viorel MELESCANU (Rumania);Sr. Václav MIKULKA (República Checa);Sr. Didier OPPERTI BADÁN (Uruguay);Sr. Guillaume PAMBOU-TCHIVOUNDA (Gabón);Sr. Alain PELLET (Francia);Sr. Pemmaraju Sreenivasa RAO (India);Sr. Víctor RODRÍGUEZ CEDEÑO (Venezuela);Sr. Robert ROSENSTOCK (Estados Unidos de América);Sr. Bernardo SEPÚLVEDA (México);Sr. Bruno SIMMA (Alemania);Sr. Doudou THIAM (Senegal);Sr. Chusei YAMADA (Japón).

B.—Mesa y Mesa Ampliada

3. En su 2519.a sesión, celebrada el 20 de abril de 1998,la Comisión eligió la siguiente Mesa:

Presidente: Sr. Joâo Clemente Baena Soares

Primer Vicepresidente Sr. Igor Ivanovich Lukashuk

Segundo Vicepresidente: Sr. Raul Ilustre Goco

Presidente del Comité de Redacción: Sr. BrunoSimma

Relator: Sr. Christopher John Robert Dugard.

4. La Mesa Ampliada de la Comisión estuvo integradapor los miembros de la Mesa del presente período desesiones, por los Presidentes anteriores de la Comisión1 ypor los Relatores Especiales2.

5. Por recomendación de la Mesa Ampliada, la Comi-sión estableció un Grupo de Planificación integrado porlos miembros siguientes: Sr. Igor Ivanovich Lukashuk(Presidente), Sr. Emmanuel Akwei Addo, Sr. Nabil Ela-raby, Sr. Luigi Ferrari Bravo, Sr. Zdzislaw Galicki, Sr.Raul Ilustre Goco, Sr. Qizhi He, Sr. Jorge Illueca,Sr. James Kateka, Sr. Mochtar Kusuma-Atmadja, Sr.Didier Opertti Badán, Sr. Guillaume Pambou-Tchi-vounda, Sr. Bernardo Sepúlveda, Sr. Doudou Thiam y Sr.Christopher John Robert Dugard (ex officio).

C.—Comité de Redacción

6. La Comisión estableció un Comité de Redacciónintegrado por los siguientes miembros para los temas quese indican a continuación:

a) Prevención de daños transfronterizos causados poractividades peligrosas: Sr. Bruno Simma (Presidente), Sr.Pemmaraju Sreenivasa Rao (Relator Especial), Sr.Emmanuel Akwei Addo, Sr. Husain Al-Baharna, Sr.Enrique Candioti, Sr. Constantin Economides, Sr. LuigiFerrari Bravo, Sr. Zdzislaw Galicki, Sr. Gerhard Hafner,Sr. Peter Kabatsi, Sr. Robert Rosenstock, Sr. GuillaumePambou-Tchivounda, Sr. Chusei Yamada y Sr. Christo-pher John Robert Dugard (ex officio);

1 Esto es, el Sr Alain Pellet, el Sr Pemmaraju Sreenivasa Rao y el SrDoudou Thiam

2 Esto es, el Sr Mohamed Bennouna, el Sr James Crawford, elSr Václav Mikulka, el Sr Alain Pellet, el Sr Pemmaraju SreenivasaRao y el Sr Víctor Rodríguez Cedeño

13

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14 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO.0 período de sesiones

b) Responsabilidad de los Estados: Sr. Bruno Simma(Presidente), Sr. James Crawford (Relator Especial),Sr. Emmanuel Akwei Addo, Sr. Mohamed Bennouna,Sr. Ian Brownlie, Sr. Enrique Candioti, Sr. ConstantinEconomides, Sr. Luigi Ferrari Bravo, Sr. ZdzislawGalicki, Sr. Gerhard Hafner, Sr. Qizhi He, Sr. JamesKateka, Sr. Igor Ivanovich Lukashuk, Sr. Teodor ViorelMelescanu, Sr. Alain Pellet, Sr. Robert Rosenstock, Sr.Víctor Rodríguez Cedeño, Sr. Chusei Yamada y Sr.Christopher John Robert Dugard (ex officio);

c) Las reservas a los tratados: Sr. Bruno Simma (Pre-sidente), Sr. Alain Pellet (Relator Especial), Sr. Emma-nuel Akwei Addo, Sr. Àwn Al-Khasawneh, Sr. IanBrownlie, Sr. Enrique Candioti, Sr. Constantin Economi-des, Sr. Zdzislaw Galicki, Sr. Gerhard Hafner, Sr. QizhiHe, Sr. Teodor Viorel Melescanu, Sr. Václav Mikulka, Sr.Robert Rosenstock, Sr. Víctor Rodríguez Cedeño y Sr.Christopher John Robert Dugard (ex officio).

7. El Comité de Redacción celebró un total de 17 sesio-nes sobre los tres temas antes indicados.

D.—Grupos de trabajo

8. La Comisión estableció también los siguientes gru-pos de trabajo integrados por los miembros cuyos nom-bres se indican a continuación:

a) Responsabilidad de los Estados: Sr. BrunoSimma (Presidente), Sr. James Crawford (Relator Espe-cial), Sr. Constantin Economides, Sr. Nabil Elaraby, Sr.Luigi Ferrari Bravo, Sr. Zdzislaw Galicki, Sr. Qizhi He,Sr. Guillaume Pambou-Tchivounda, Sr. Robert Rosen-stock, Sr. Chusei Yamada y Sr. Christopher John RobertDugard (ex officio);

b) Actos unilaterales de los Estados: Sr. Enrique Can-dioti (Presidente), Sr. Víctor Rodríguez Cedeño (RelatorEspecial), Sr. Constantin Economides, Sr. Nabil Elaraby,Sr. Luigi Ferrari Bravo, Sr. Gerhard Hafner, Sr. Qizhi He,Sr. Peter Kabatsi, Sr. Igor Ivanovich Lukashuk, Sr.Václav Mikulka, Sr. Didier Opertti Badán y Sr. Christo-pher John Robert Dugard (ex officio);

c) La nacionalidad en relación con la sucesión de Esta-dos: Sr. Václav Mikulka (Presidente; Relator Especial),Sr. Emmanuel Akwei Addo, Sr. Husain Al-Baharna, Sr.Ian Brownlie, Sr. Enrique Candioti, Sr. Constantin Eco-nomides, Sr. Zdzislaw Galicki, Sr. Gerhard Hafner, Sr.Robert Rosenstock y Sr. Christopher John Robert Dugard(ex officio);

d) Prevención de daños transfronterizos causados poractividades peligrosas: Sr. Chusei Yamada (Presidente),Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao (Relator Especial), Sr.Emmanuel Akwei Addo, Sr. Enrique Candioti, Sr. Cons-tantin Economides, Sr. Luigi Ferrari Bravo, Sr. GerhardHafner, Sr. Guillaume Pambou-Tchivounda, Sr. Bruno

Simma y Sr. Christopher John Robert Dugard (exofficio);

é) Protección diplomática: un grupo de trabajo decomposición abierta presidido por el Sr. Mohamed Ben-nouna (Relator Especial);

f) Programa de trabajo a largo plazo: Sr. Ian Brownlie(Presidente), Sr. Raul Ilustre Goco, Sr. Qizhi He, Sr.Mauricio Herdocia Sacasa, Sr. Václav Mikulka, Sr.Didier Opertti Badán, Sr. Bernardo Sepúlveda y Sr.Bruno Simma.

E.—Secretaría

9. El Sr. Hans Corell, Secretario General Adjunto deAsuntos Jurídicos, el Asesor Jurídico, asistió al períodode sesiones y representó al Secretario General. El Sr. RoyS. Lee, Director de la División de Codificación de la Ofi-cina de Asuntos Jurídicos, hizo las veces de Secretario dela Comisión y, en ausencia del Asesor Jurídico, repre-sentó al Secretario General. El Sr. Manuel Rama-Mon-taldo, Director Adjunto de la División de Codificación,desempeñó la función de Secretario Adjunto de la Comi-sión. La Sra. Mahnoush H. Arsanjani, Oficial JurídicoSuperior, desempeñó la función de Secretaria AuxiliarSuperior de la Comisión; la Sra. Christiane Bourloyan-nis-Vrailas, el Sr. David Hutchinson, el Sr. GeorgeKorontzis y la Sra. Virginia Morris, Oficiales Jurídicos,desempeñaron las funciones de Secretarios Auxiliares dela Comisión.

F.—Programa

10. En su 2519.a sesión, celebrada el 20 de abril de1998, la Comisión aprobó el programa de su 50.° períodode sesiones, que comprendía los temas siguientes:

1 Organización de los trabajos del período de sesiones

2 Responsabilidad de los Estados

3 Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudicialesde actos no prohibidos por el derecho internacional (prevención dedaños transfronterizos causados por actividades peligrosas)

4 Las reservas a los tratados

5 La nacionalidad en relación con la sucesión de Estados

6 Protección diplomática

7 Actos unilaterales de los Estados

8 Programa, procedimientos, métodos de trabajo de la Comisión, ysu documentación

9 Cooperación con otros organismos

10 Fecha y lugar de celebración del 51 ° período de sesiones

11 Otros asuntos

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Capítulo II

RESUMEN DE LA LABOR DE LA COMISIÓN EN SU 50." PERÍODO DE SESIONES

11. La Comisión aprobó en primera lectura un conjuntode 17 proyectos de artículo sobre la prevención del dañotransfronterizo causado por actividades peligrosas enrelación con el tema de la «Responsabilidad internacio-nal por las consecuencias perjudiciales de actos no prohi-bidos por el derecho internacional», con sus comentarioscorrespondientes, y decidió transmitirlos a los gobiernospara que formularan comentarios y observaciones (véasecap. IV).

12. La Comisión examinó el informe preliminar delRelator Especial sobre el tema de la «Proteccióndiplomática» (A/CN .4/484), en el que se trataban elcarácter jurídico de ésta y el de las normas que la regula-ban. La Comisión creó un grupo de trabajo de com-posición abierta encargado de examinar las conclusionesque podrían extraerse del debate respecto del plan-teamiento del tema y de orientar acerca de las cuestionesque debieran tratarse en el informe del Relator Especialpara el 51.° período de sesiones de la Comisión. Al con-cluir su informe el Grupo de Trabajo sugirió que el Rela-tor Especial, en su segundo informe, se concentrara en lascuestiones planteadas en el capítulo I, «Base de la protec-ción diplomática», del esquema propuesto por el Grupode Trabajo creado en el 49.° período de sesiones3 (véasecap. V).

13. En cuanto al tema de los «Actos unilaterales de losEstados», la Comisión examinó el primer informe delRelator Especial (A/CN.4/486). El debate se centró prin-cipalmente en el ámbito del tema, la definición y los ele-mentos de los actos unilaterales, el planteamiento deltema y la forma definitiva de la labor de la Comisión a surespecto. Hubo acuerdo general en cuanto a: a) limitar eltema a los actos unilaterales de los Estados encaminadosa surtir efectos jurídicos internacionales y b) elaborarposibles proyectos de artículo con sus comentarios sobreel tema. La Comisión pidió al Relator Especial que, alpreparar su segundo informe, presentara proyectos deartículo sobre la definición de los actos unilaterales delos Estados y el ámbito de los proyectos de artículo y quecontinuara el examen del tema centrándose en las cues-tiones relativas a la elaboración de los requisitos de vali-dez de los actos unilaterales de los Estados (véase cap.VI).

14. Con respecto al tema de la «Responsabilidad de losEstados», la Comisión examinó el primer informe delRelator Especial (A/CN.4/490 y Add.l a 7), en el que se

3 Anuario 1997, vol II (segunda parte), párr 189

abordaban cuestiones generales relativas al proyecto, ladistinción entre responsabilidad por «crímenes» y por«delitos», y los artículos 1 a 15 de la primera parte delproyecto. La Comisión creó un Grupo de Trabajo encar-gado de ayudar al Relator Especial a examinar diversascuestiones durante la segunda lectura del proyecto deartículos. La Comisión decidió asignar los proyectos deartículo 1 a 15 al Comité de Redacción. La Comisióntomó nota del informe del Comité de Redacción sobre losartículos 1, 3, 4, 5, 7, 8, 8 bis, 9, 10, 15, 15 bis y A, y dela supresión de los artículos 2 y 6 y 11 a 14 (véasecap. VII).

15. Con respecto al tema de «La nacionalidad en rela-ción con la sucesión de Estados», la Comisión examinóel cuarto informe del Relator Especial (A/CN.4/489) ycreó un Grupo de Trabajo encargado de examinar el plan-teamiento que podía darse a la segunda parte del tema,relativa a la nacionalidad de las personas jurídicas. Lasconclusiones preliminares del Grupo de Trabajo figuranen los párrafos 460 a 468 infra (véase cap. VIII).

16. En cuanto al tema de «Las reservas a los tratados»,la Comisión examinó el tercer informe del Relator Espe-cial (A/CN.4/491 y Add.l a 6), en el que se abordaba ladefinición de las reservas (y las declaraciones interpreta-tivas). La Comisión aprobó siete proyectos de directriz,relativos a la definición de las reservas, el objeto de éstas,los casos en que podían formularse, las reservas dealcance territorial, las reservas formuladas al notificar laaplicación territorial, las reservas formuladas conjunta-mente y la relación entre la definición y la admisibilidadde las reservas (véase cap. IX).

17. Por lo que respecta a su programa de trabajo para elresto del quinquenio, la Comisión afirmó que el pro-grama aprobado en su 49.° período de sesiones debíacumplirse en lo posible (véase párr. 542 infra).

18. La Comisión decidió que el Grupo de Trabajo sobreel programa de trabajo a largo plazo prosiguiera su laboren el próximo período de sesiones (véase párr. 554 infra).

19. La Comisión decidió asimismo que los RelatoresEspeciales presentaran sus informes a tiempo para queestuvieran disponibles en todos los idiomas antes delcomienzo del período de sesiones (véanse párrs. 543 y544 infra).

20. La Comisión estuvo representada en la ConferenciaDiplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidassobre el establecimiento de una corte penal internacional.

15

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16 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO.0 período de sesiones

La Conferencia expresó su profunda gratitud a la Comi-sión (véase cap. X, secc. D).

21. Para conmemorar su cincuentenario la Comisión:a) celebró un seminario sobre la evaluación crítica de sulabor y sobre la experiencia adquirida para su laborfutura; b) recibió como obsequio dos publicaciones, asaber: Pour un meilleur droit international: la Commis-sion du droit international à 50 ans y Analytical Guideto the Work of the International Law Commission, 1949-1997s; y c) creó un espacio propio en la Web de cuyomantenimiento se encarga la División de Codificación(véase cap. X, secc. B).

22. Se mantuvo un diálogo fructífero sobre temas deinterés común con la CU, el Comité Jurídico ConsultivoAsiático-Africano, el Comité Jurídico Interamericano y

4 Publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta E/F 98 V 55Ibíd,E98V10

el Comité de Asesores Jurídicos sobre Derecho Interna-cional Público del Consejo de Europa (véase cap. X,secc. E).

23. Durante el 50.° período de sesiones de la Comisiónse celebró el 34.° período de sesiones del Seminario dederecho internacional en el que participaron 23 personas,todas ellas de nacionalidades diferentes (véase cap. X,secc. H).

24. Se pronunció la 14.a Conferencia en homenaje a lamemoria del Sr. Gilberto Amado, ex miembro de laComisión (véase cap. X, secc. I).

25. La Comisión acordó que su próximo período desesiones se celebrara en la Oficina de las Naciones Uni-das en Ginebra, del 3 de mayo al 23 de julio de 1999, yque el 52.° período de sesiones, en el año 2000, tuvieralugar del 24 de abril al 2 de junio y del 3 de julio al 11 deagosto (véase cap. X, secc. F).

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Capítulo III

CUESTIONES CONCRETAS RESPECTO DE LAS CUALES LAS OBSERVACIONESPODRÍAN SER DE PARTICULAR INTERÉS PARA LA COMISIÓN

26. En cumplimiento del párrafo 12 de la resolución52/156 de la Asamblea General, la CDI desea señalar lascuestiones concretas de cada tema a cuyo respecto laexpresión de las opiniones de los gobiernos, ya sea en laSexta Comisión o por escrito, podrían revestir particularinterés para orientar de manera eficaz a la CDI en sulabor futura.

A.—Protección diplomática

27. La Comisión acogerá con agrado los comentarios yobservaciones de los gobiernos sobre las conclusionesdel Grupo de Trabajo que figuran en el párrafo 108 delpresente informe.

28. La Comisión pide también a los gobiernos que leproporcionen los textos de las leyes nacionales, lasdecisiones de los tribunales del país y la práctica delEstado más significativas y pertinentes a la proteccióndiplomática.

B.—Actos unilaterales de los Estados

29. La Comisión acogerá con agrado comentariossobre si el alcance del tema debería limitarse a decla-raciones, como propuso el Relator Especial en su primerinforme, o si debería ampliarse ese alcance para abarcarotras expresiones unilaterales de la voluntad del Estado.

30. Asimismo, acogerá con agrado comentarios sobresi el alcance del tema debería limitarse a actos unilatera-les de los Estados dirigidos a otros Estados o si deberíacomprender también los actos unilaterales de los Estadosdirigidos a otros sujetos del derecho internacional.

C.—Responsabilidad internacional por las consecuen-cias perjudiciales de actos no prohibidos por elderecho internacional (prevención de dañostransfronterizos causados por actividades peli-grosas)

31. Habida cuenta de que la Comisión se había pro-puesto hacer una distinción entre las actividades que lle-van aparejado el riesgo de causar daños significativos y

las que los causan efectivamente a los efectos del desa-rrollo y la aplicación de la obligación de prevenir, seplantea el interrogante de qué tipo de régimen es o debe-ría ser aplicable a ese último tipo de actividades.

32. Hasta el momento se entiende de forma generali-zada que la obligación de prevenir es una obligación deconducta y no de resultado. En consecuencia, se sugiereque el incumplimiento de las obligaciones de prevenciónen ausencia de daños efectivos no origine responsabili-dad alguna. La Comisión ha decidido recomendar unrégimen de prevención, distinguiéndolo del régimen deresponsabilidad. ¿Debería tratarse la obligación de preve-nir como una obligación de conducta o el incumplimientotener consecuencias adecuadas con arreglo a la ley deresponsabilidad del Estado, de responsabilidad civil oambas cuando tanto el Estado de origen como el agentesean responsables del mismo hecho? Si la respuesta esafirmativa, ¿qué tipo de consecuencias serían adecuadaso aplicables?

33. ¿Qué forma debe adoptar el proyecto de artículos:convención, convención marco o ley modelo?

34. ¿Qué tipo o forma de procedimiento de arreglo decontroversias es más apropiado a las controversias deri-vadas de la aplicación o interpretación del proyecto deartículos?

D.—Responsabilidad de los Estados

35. En lo que respecta a la primera parte del proyecto,¿es toda conducta de un órgano de un Estado atribuible aese Estado con arreglo al artículo 5 (Atribución al Estadodel comportamiento de sus órganos), independientementedel carácter jure gestionis o jure imperii de la conducta?

36. En lo que se refiere a la segunda parte del proyecto,¿cómo hallar el equilibrio adecuado entre la elaboraciónde principios generales sobre la reparación y disposicio-nes más detalladas, particularmente en relación con laindemnización?

37. La Comisión ha recibido ya comentarios muy útilesde algunos gobiernos acerca del proyecto de artículos ode aspectos determinados, que figuran en los comentariosy observaciones recibidos de los gobiernos sobre la res-ponsabilidad de los Estados (A/CN.4/488 y Add.l a 3).Esos comentarios se han ocupado de algunas cuestionesfundamentales, entre ellas:

17

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18 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

a) Si las normas de atribución del capítulo II de la pri-mera parte se ocupan adecuadamente de asuntos como elpapel del derecho interno al determinar el estatuto de un«órgano» del Estado a los efectos del artículo 5, y la posi-ción de las entidades privatizadas que ejercen fondonesgubernamentales (apartado b del artículo 7);

b) Si debe conservarse o reemplazarse el artículo 19(Crímenes y delitos internacionales), o si la idea de infrac-ción grave de normas de interés para la comunidad inter-nacional en su conjunto puede elaborarse mejor en el pro-yecto de artículos de manera distinta que hacer unadistinción entre «crímenes» y «delitos» (véase párr. 331infra);

c) La medida en que las circunstancias que excluyen lailicitud, que se tratan en el capítulo V de la primera parte,deben tratarse de manera de excluir totalmente la respon-sabilidad por la conducta en cuestión;

d) La definición de «Estado lesionado» en el artículo40 (Significado de Estado lesionado), especialmente en loque se refiere al incumplimiento de obligaciones ergaomnes o respecto de un gran número de Estados;

e) Si se debe tratar de regular en el proyecto de artícu-los las contramedidas en forma pormenorizada, y en par-ticular el vínculo entre contramedidas y el recurso al arre-glo de controversias por terceras partes;

f) Las disposiciones de la tercera parte relativas alarreglo de controversias en general.

38. Los gobiernos que todavía no han formuladocomentarios acerca del proyecto de artículos tal vezdeseen observar que no es demasiado tarde para hacerlo,y que se acogerían con beneplácito los comentariosacerca de esos asuntos u otros.

E.—La nacionalidad en relación conla sucesión de Estados

Trabajo (véase párr. 468 infra), con respecto al futuro dela segunda parte del tema de la nacionalidad, en relacióncon la sucesión de Estados en cuanto a las personas jurí-dicas.

40. La Comisión desea reiterar además su petición deque los gobiernos formulen comentarios y observacionespor escrito sobre los proyectos de artículo relativos a lanacionalidad de las personas naturales en relación con lasucesión de Estados, aprobados en primera lectura en el49.° período de sesiones6, para poder iniciar la segundalectura de los proyectos de artículo en su próximoperíodo de sesiones.

F.—Las reservas a los tratados

41. La Comisión acogerá con agrado comentarios yobservaciones de los gobiernos sobre si se consideraríano no reservas las declaraciones unilaterales mediante lascuales un Estado se propone aumentar sus compromisoso derechos en el contexto de un tratado más allá de losprevistos en el tratado mismo.

42. La Comisión agradecerá toda información o mate-rial respecto de la práctica de los Estados acerca de esasdeclaraciones unilaterales.

G—Protección del medio ambiente

43. La Comisión estudió la posibilidad de ocuparse decuestiones especiales relacionadas con el derechoambiental internacional y desearía contar con las opinio-nes y sugerencias de los Estados en cuanto a los asuntosconcretos que ellos consideren que serían más apropia-dos para la labor de la Comisión a ese respecto.

39. La Comisión acogería con beneplácito comentariossobre la cuestión planteada en el informe del Grupo de 6 Anuario 1997, vol II (segunda parte), parr 43

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Capítulo IV

RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR LAS CONSECUENCIAS PERJUDICIALES DE ACTOS NOPROHIBIDOS POR EL DERECHO INTERNACIONAL (PREVENCIÓN DE DAÑOS TRANS-FRONTERIZOS CAUSADOS POR ACTIVIDADES PELIGROSAS)

A.—Introducción

44. En su 49.° período de sesiones, celebrado en 1997,la Comisión decidió proseguir su labor sobre el tema«Responsabilidad internacional por las consecuenciasperjudiciales de actos no prohibidos por el derecho inter-nacional» y tratar en primer lugar la cuestión de la pre-vención en el marco del subtítulo «Prevención de dañostransfronterizos causados por actividades peligrosas»7.La Asamblea General tomó nota de esa decisión en elpárrafo 7 de su resolución 52/156.

45. En el mismo período de sesiones la Comisión nom-bró al Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao Relator Especial deesta parte del tema .

B.—Examen del tema en el actual período de sesiones

46. En el actual período de sesiones la Comisión tuvo ala vista el primer informe del Relator Especial (A/CN.4/487 y Add.l), que examinó en sus sesiones 2527.a a2531.a, celebradas entre el 8 y el 15 de mayo de 1998.

47. En el informe se examinaba la labor de la Comisiónsobre el tema de la responsabilidad internacional por lasconsecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por elderecho internacional desde que por primera vez seincluyó en el programa, en 1978, centrándose en particu-lar en la cuestión del ámbito del proyecto de artículosque se había de elaborar. Seguía un análisis de las obliga-ciones procesales y sustantivas que implicaba la obliga-ción general de prevención. En cuanto a aquellas elRelator Especial examinaba los principios siguientes:autorización previa, evaluación de los efectos ambienta-les internacionales, cooperación, intercambio de infor-mación, notificación, consulta y negociación de buena fe,prevención de conflictos o evitación y arreglo de contro-versias, y no discriminación. En cuanto a las obligacio-nes sustantivas el Relator Especial consideró el principiode precaución, el principio de pago por el contaminadory los principios de equidad, aumento de la capacidad ybuen gobierno.

48. El Relator Especial recomendó que, una vez que sellegara a acuerdo acerca de la orientación general deltema, la Comisión estudiara los proyectos de artículo quehabía adoptado el Grupo de Trabajo en el 48.° período desesiones, en 19969, y decidiera respecto de su posibleinclusión en el nuevo proyecto que se habría de elaboraracerca de la cuestión de la prevención.

49. En su 2531.a sesión, el 15 de mayo de 1998, laComisión decidió remitir al Comité de Redacción elapartado a del proyecto de artículo 1 (Actividades a lasque se aplican los presentes artículos) y el proyecto deartículo 2 (Términos empleados), recomendados por elGrupo de Trabajo en el 48.° período de sesiones10.

50. En la misma sesión la Comisión estableció unGrupo de Trabajo11 y le encargó que estudiase los pro-

1 Anuario 1997, vol II (segunda parte), parr 1688 Ibid

9 Anuario ¡996, vol II (segunda parte), doc A/51/10, anexo I,secc B

10 Ibid El texto de los artículos era el siguiente

«Articulo 1 —Actividades a las que se aplicanlos presentes artículos

»Los presentes artículos se aplican a»a) Las actividades no prohibidas por el derecho internacional

que entrañan un nesgo de causar un daño transfrontenzo sensible[ ]por sus consecuencias físicas

»Artículo 2 —Términos empleados

»A los efectos de los presentes artículos»a) Se entiende por "riesgo de causar un daño transfrontenzo

sensible" el que implica pocas probabilidades de causar un dañocatastrófico y muchas probabilidades de causar otro daño sensible,

»6) Se entiende por "daño transfrontenzo" el daño causado en elterritorio o en otros lugares bajo la jurisdicción o el control de unEstado distinto del Estado de origen, tengan o no esos Estados fron-teras comunes,

»c) Se entiende por "Estado de origen" el Estado en cuyo territo-rio o bajo cuya jurisdicción o control se realizan las actividades aque se refiere el articulo 1,

»d) Se entiende por "Estado afectado" el Estado en cuyo territo-rio se ha producido el daño transfrontenzo sensible o que tiene juns-diccion o control sobre cualquier otro lugar en que se ha producidotal daño »1 ' Véase la composición del Grupo de Trabajo en el apartado d del

párrafo 8 supra

19

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20 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

yectos de artículo 3 a 22 recomendados en el 48.° períodode sesiones, en vista de la decisión de la Comisión deconcentrarse primero en la cuestión de la prevención. Eseexamen tendría por objeto determinar si se reflejabanconvenientemente en el texto los principios del procedi-miento y del contenido del deber de prevención.

51. Basándose en las deliberaciones del Grupo de Tra-bajo, el Relator Especial propuso una revisión del textodel proyecto de artículos (A/CN.4/L.556)12. Teniendo encuenta las observaciones que se habían hecho en sesiónplenaria, la Comisión decidió en su 2542.a sesión, el 5 dejunio de 1998, remitir al Comité de Redacción el pro-yecto de artículos propuesto por el Relator Especial.

12 El texto de la propuesta del Relator Especial era el siguiente[Nota el número entre corchetes es el del artículo correspondiente

propuesto por el Grupo de Trabajo en el 48 ° período de sesiones ]

«[Artículo 3 —La libertad de acción y sus límites]

[Suprimido]

»Artículo 3 [4] —La prevención

»Los Estados adoptarán todas las medidas apropiadas para preve-nir y minimizar el nesgo de causar un daño transfrontenzo sensible

»[Artículo 5 —Responsabilidad]

[Suprimido]

» Artículo 4 [6]—Cooperación

»Los Estados de que se trata cooperarán de buena fe y recabaran,según sea necesario, la asistencia de cualquier organización interna-cional para prevenir y minimizar el nesgo de causar un daño trans-frontenzo sensible

»Artículo 5 [7] —Aplicación

»Los Estados adoptaran las medidas legislativas, administrativaso de otra índole necesarias para aplicar las disposiciones de los pre-sentes artículos

»Artículo 6[8] —Relación con otras normasde derecho internacional

»Las obligaciones establecidas en virtud de los presentes artícu-los se entenderán sin perjuicio de cualesquiera otras obligacionescontraídas por los Estados de conformidad con los tratados perti-nentes o los principios de derecho internacional

[Nota habría que aplazar el examen de este articulo hasta que setome una decisión sobre la forma del proyecto de artículos ]

» Artículo 7 [9] —Autorización previa

» 1 Se requerirá la autorización previa de un Estado para que selleven a cabo en su territorio, o de cualquier otro modo bajo su juris-dicción o control, actividades comprendidas en el ámbito de aplica-ción de los presentes artículos Dicha autonzación se requerirátambién en el caso de que se proyecte efectuar algún cambio impor-tante que pueda transformar una actividad en otra comprendida enel ámbito de aplicación de los presentes artículos

»2 El requisito de la autorización previa que deba otorgar elEstado con arreglo al párrafo 1 será aplicable con respecto a todaslas actividades preexistentes que queden comprendidas en el ámbitode aplicación de los presentes artículos

[Nota el párrafo 2 refleja el contenido del artículo 11 que se hasupnmido (Actividades preexistentes) ]

52. La Comisión consideró el informe del Comité deRedacción en sus sesiones 2560.a a 2562.a, celebradas losdías 12 y 13 de agosto de 1998, y aprobó en primeralectura un conjunto de 17 proyectos de artículo sobre

» Artículo 8 [10]—Evaluación de los efectos

»1 Cualquier decisión con respecto a la autonzación de unaactividad comprendida en el ámbito de aplicación de los presentesartículos deberá basarse en una evaluación de los posibles efectosperjudiciales de esa actividad en las personas o los bienes, así comoen el medio ambiente de otros Estados

»2 Los Estados deberán proporcionar, por los medios que con-sideren apropiados, al público que pueda resultar afectado por unaactividad comprendida en el ámbito de aplicación de los presentesartículos la información pertinente relativa a esa actividad, al nesgoque entraña y a los daños que puedan resultar de ella, y consultarásu opinión[Nota el párrafo 2 refleja el contenido del artículo 15 que se ha

suprimido (Información al público) ]

» [Artículo 11 —Actividades preexistentes][Nota el contenido del artículo 11 se refleja en el párrafo 2 del artí-

culo 7[9] ]

»[Artículo 12 —No transferencia del riesgo]

[Suprimido]

»Artículo 9 [13]—Notificación e información

» 1 Si la evaluación a que se refiere el artículo 8 [10] indica queexiste un nesgo de causar un daño transfrontenzo sensible, elEstado de origen deberá, antes de que se tome una decisión sobre laautonzación de la actividad, hacer la oportuna notificación al res-pecto a los Estados que puedan resultar afectados y les transmitirála información técnica disponible y demás información pertinenteen que se base la evaluación

»2 Los Estados que puedan resultar afectados deberán presen-tar su respuesta dentro de un plazo razonable

» Artículo 10[17]—Consultas sobre las medidas preventivas

» 1 Los Estados de que se trata celebrarán consultas, a peticiónde cualquiera de ellos, con miras a encontrar soluciones aceptablesrespecto de las medidas que hayan de adoptarse para prevenir yminimizar el nesgo de causar un daño transfrontenzo sensible

»2 Los Estados deberán buscar soluciones basadas en un equi-librio equitativo de intereses a la luz del artículo 11 [19]

»3 Si las consultas a que se refiere el párrafo 1 no conducen auna solución acordada, el Estado de ongen, si decide autorizar quela actividad se realice por su cuenta y nesgo, deberá tener en cuentalos intereses de los Estados que puedan resultar afectados, sin per-juicio de los derechos de cualquier Estado que pueda resultarafectado

»Articulo 11 [19] —Factores de un equilibrio equitativode intereses

«Para lograr un equilibrio equitativo de intereses a tenor delpárrafo 2 del artículo 10[17], los Estados de que se trate tendrán encuenta todos los factores y circunstancias pertinentes, en particular

»a) El grado de nesgo de daño transfrontenzo sensible y la dis-ponibilidad de medios para impedir ese daño y minimizar ese nesgoo reparar el daño,

»6) La importancia de la actividad, teniendo en cuenta sus ven-tajas generales de carácter social, económico y técnico para e!Estado de origen en relación con el daño potencial para los Estadosque puedan resultar afectados,

»c) El nesgo de que se cause un daño sensible al medio ambien-te y la disponibilidad de medios para prevenir ese daño y minimizarese nesgo o rehabilitar el medio ambiente,

y>d) La viabilidad económica de la actividad en relación con loscostos de la prevención exigida por los Estados que puedan resultar

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 21

prevención de daños transfronterizos causados por acti-vidades peligrosas (véase secc. C infra).

afectados y con la posibilidad de realizar la actividad en otro lugar opor otros medios o de sustituirla por otra actividad,

»e) El grado en que los Estados que puedan resultar afectadosestén dispuestos a contribuir a los costos de la prevención,

»_/) Las normas de protección que los Estados que puedan resul-tar afectados apliquen a la misma actividad o actividades compara-bles y las normas aplicadas en la practica regional o internacionalcomparable

»Artículo 12[18] —Procedimientos aplicables a falta de notificación

»1 Si un Estado tiene motivos razonables para creer que unaactividad que se proyecta o lleva a cabo en el territorio o de cual-quier otro modo bajo la jurisdicción o el control de otro Estadopuede entrañar un nesgo de causarle un daño transfrontenzo sensi-ble, podra pedir al otro Estado que aplique la disposición del artí-culo 9 [13] La petición irá acompañada de una exposicióndocumentada de sus motivos

»2 En caso de que el Estado de origen llegue, no obstante, a laconclusión de que no está obligado a hacer la notificación a que serefiere el artículo 9[13], informará de esa conclusión al otro Estadoy le presentará una exposición documentada de las razones en queella se funde Si el otro Estado no esta de acuerdo con esa conclu-sión, los dos Estados entablarán sin demora, a petición de ese otroEstado, consultas en la forma indicada en el artículo 10[17]

»3 Durante las consultas, el Estado de origen deberá, a peticiónde otro Estado, disponer la suspensión de la actividad de que se tratepor un período de seis meses, salvo que se acuerde otra cosa

53. En su 2564.a sesión, celebrada el 14 de agosto de1998, la Comisión expresó su profundo reconocimientopor la contribución sobresaliente que los tres RelatoresEspeciales, Sr. Robert Q. Quentin-Baxter, Sr. Julio Bar-boza y Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao, habían hecho altratamiento del tema con su investigación académica ysu vasta experiencia, lo que había permitido a la Comi-sión llevar a feliz término su primera lectura de los pro-yectos de artículo sobre prevención de daños transfron-terizos causados por actividades peligrosas.

54. En la misma sesión la Comisión decidió, conarreglo a lo previsto en los artículos 16 y 21 de su esta-tuto, transmitir a los gobiernos los proyectos de artículoenunciados en la sección C infra por intermedio delSecretario General, a fin de que formularan comentariosy observaciones, con la solicitud de que se presentaran alSecretario General esos comentarios y observacionesantes del 1.° de enero del año 2000.

C.—Texto de los proyectos de artículo sobre la res-ponsabilidad internacional por las consecuenciasperjudiciales de actos no prohibidos por el derechointernacional (prevención de daños transfronteri-zos causados por actividades peligrosas) aproba-dos provisionalmente por la Comisión en primeralectura

«Artículo 13[14] —Intercambio de información

«Mientras se lleve a cabo la actividad, los Estados de que se tratadeberán intercambiar oportunamente toda la información pertinentepara prevenir y minimizar el nesgo de causar un daño transfronte-nzo sensible

»[Artículo 15 —Información al público]

[Nota el contenido del artículo 15 se refleja en el párrafo 2 delartículo 8[10] ]

»Artículo 14[16] —Seguridad nacional y secretos industriales

»Los datos e informaciones vitales para la segundad nacional delEstado de origen o para la protección de secretos industriales podránno ser transmitidos, pero el Estado de origen cooperará de buena fecon los demás Estados de que se trate para proporcionar toda lainformación posible en atención a las circunstancias

»Artículo 15[20] —No discriminación

»Salvo que los Estados de que se trate hayan acordado otra cosa alos efectos de la protección de las personas, naturales o jurídicas,que puedan estar o estén expuestas al nesgo de que se les cause undaño transfrontenzo sensible como resultado de actividades com-prendidas en el ámbito de aplicación de los presentes Estados, losEstados no discriminarán por motivos de nacionalidad o residenciao del lugar en que pueda ocurrir el daño, y darán a esas personas, deconformidad con sus ordenamientos jurídicos, acceso a los procedi-mientos judiciales o de otra índole para que soliciten protección uotra reparación apropiada

» [Articulo 21 —Naturaleza y cuantía de la indemnización uotra forma de reparación]

[Suprimido]

» [Artículo 22 —Factores para las negociaciones]

[Suprimido]

1. TEXTO DE LOS PROYECTOS DE ARTICULO

55. A continuación se reproduce el texto de los proyec-tos de artículo aprobados provisionalmente por la Comi-sión en primera lectura.

RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR LAS CON-SECUENCIAS PERJUDICIALES DE ACTOS NO PROHIBI-DOS POR EL DERECHO INTERNACIONAL (PREVEN-CIÓN DE DAÑOS TRANSFRONTERIZOS CAUSADOS PORACTIVIDADES PELIGROSAS)

Artículo 1.—Actividades a las que se aplican los presentes proyectosde artículo

Los presentes proyectos de artículo se aplican a las actividadesno prohibidas por el derecho internacional que entrañan un riesgode causar, por sus consecuencias físicas, un daño transfronterizosensible.

» Articulo 16 —Solución de controversias

»Toda diferencia o controversia acerca de la interpretación o apli-cación de los presentes artículos se resolverá prontamente pormutuo acuerdo aplicando los medios de solución pacifica que elijanlas partes, tales como el arbitraje o el arreglo judicial De nolograrse acuerdo a este respecto en un plazo de seis meses cual-quiera de las partes interesadas podrá pedir que se nombre unacomisión independiente e imparcial de determinación de los hechosEl informe de la comisión tendra carácter de recomendación, que laspartes considerarán de buena fe »

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22 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

Artículo 2.—Términos empleados

A los efectos de los presentes artículos:

a) Se entiende por «riesgo de causar un daño trasfronterizosensible» el que implica pocas probabilidades de causar un dañocatastrófico y muchas probabilidades de causar otro daño sensible;

b) Se entiende por «daño» el daño causado a las personas, losbienes o el medio ambiente;

c) Se entiende por «daño transfronterizo» el daño causado en elterritorio o en otros lugares bajo la jurisdicción o el control de unEstado distinto del Estado de origen, tengan o no esos Estados fron-teras comunes;

d) Se entiende por «Estado de origen» el Estado en cuyo territo-rio o bajo jurisdicción o control se realizan las actividades a las quese refiere el proyecto de artículo 1;

e) Se entiende por «Estado que puede resultar afectado» elEstado en cuyo territorio es probable que se produzca el dañotransfronterizo sensible o que tiene jurisdicción o control sobrecualquier otro lugar en que es probable que se produzca ese daño.

3. En el caso de que no se observen los requisitos de la autori-zación, el Estado que la otorga tomará todas las medidas que resul-ten apropiadas, incluida, cuando sea necesario, la revocación de laautorización.

Artículo 8.—Evaluación de los efectos

Cualquier decisión con respecto a la autorización de una activi-dad comprendida en el ámbito de aplicación de los presentes pro-yectos de artículo deberá basarse en una evaluación de los posiblesdaños transfronterizos causados por esa actividad.

Artículo 9.—Información al público

Los Estados deberán proporcionar, por los medios que conside-ren apropiados, al público que pueda resultar afectado por unaactividad comprendida en ei ámbito de aplicación de los presentesproyectos de artículo, la información pertinente relativa a esa acti-vidad, el riesgo que entraña y los daños que puedan resultar de ella,y consultarán su opinión.

Artículo 3.—Prevención

Los Estados adoptarán todas las medidas apropiadas para pre-venir o minimizar el riesgo de causar un daño transfronterizo sen-sible.

Artículo 4.—Cooperación

Los Estados de que se trata cooperarán de buena fe y recabarán,según sea necesario, la asistencia de una o más organizacionesinternacionales para prevenir o minimizar el riesgo de causar undaño transfronterizo sensible.

Artículo 10.—Notificación e información

1. Si la evaluación a que se refiere el artículo 8 indica que existeun riesgo de causar un daño transfronterizo sensible, el Estado deorigen deberá, antes de que se tome una decisión sobre la autoriza-ción de la actividad, hacer la oportuna notificación al respecto a losEstados que pueden resultar afectados y les transmitirá la informa-ción técnica disponible y demás información pertinente en que sebase la evaluación.

2. Los Estados que pueden resultar afectados deberán presen-tar su respuesta dentro de un plazo razonable.

Artículo 5.—Aplicación

Los Estados adoptarán las medidas legislativas, administrativaso de otra índole necesarias, incluido el establecimiento de mecanis-mos de vigilancia apropiados, para aplicar las disposiciones de lospresentes proyectos de artículo.

Artículo 6.—Relación con otras normas de derecho internacional

Las obligaciones establecidas en virtud de los presentes proyec-tos de artículo se entenderán sin perjuicio de cualesquiera otrasobligaciones contraídas por los Estados de conformidad con los tra-tados pertinentes o con las normas consuetudinarias de derechointernacional.

Artículo 11.—Consultas sobre las medidas preventivas

1. Los Estados de que se trata celebrarán consultas, a peticiónde cualquiera de ellos, con miras a encontrar soluciones aceptablesrespecto de las medidas que hayan de adoptarse para prevenir ominimizar el riesgo de daño transfronterizo sensible.

2. Los Estados deberán buscar soluciones basadas en un equi-librio equitativo de intereses a la luz del artículo 12.

3. Si las consultas a que se refiere el párrafo 1 no conducen auna solución acordada, el Estado de origen, si decide autorizar quela actividad se realice, deberá tener en cuenta los intereses de losEstados que puedan resultar afectados, sin perjuicio de los dere-chos de cualquier Estado que pueda resultar afectado.

Artículo 12.—Factores de un equilibrio equitativo de intereses

Artículo 7.—Autorización

1. Se requerirá la autorización previa de un Estado para que selleven a cabo en su territorio, o de cualquier otro modo bajo sujurisdicción o control, actividades comprendidas en el ámbito deaplicación de los presentes proyectos de artículo, así como paracualquier cambio importante en una actividad así autorizada.Dicha autorización se requerirá también en el caso de que se pro-yecte efectuar algún cambio que pueda transformar alguna activi-dad en otra comprendida en el ámbito de aplicación de lospresentes proyectos de artículo.

2. El requisito de la autorización que deba obtener el Estadoserá aplicable con respecto a todas las actividades preexistentes quequeden comprendidas en el ámbito de aplicación de los presentesproyectos de artículo.

Para lograr un equilibrio equitativo de intereses a tenor delpárrafo 2 del artículo 11, los Estados de que se trate tendrán encuenta todos los factores y circunstancias pertinentes, enparticular:

a) El grado de riesgo de daño transfronterizo sensible y la dispo-nibilidad de medios para prevenir ese daño o minimizar ese riesgoo reparar el daño;

b) La importancia de la actividad, teniendo en cuenta sus venta-jas generales de carácter social, económico y técnico para el Estadode origen en relación con el daño potencial para los Estados quepuedan resultar afectados;

c) El riesgo de que se cause un daño sensible al medio ambientey la disponibilidad de medios para prevenir ese daño o minimizarese riesgo o rehabilitar el medio ambiente;

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 23

d) El grado en que los Estados de origen y, cuando corresponda,los Estados que puedan resultar afectados estén dispuestos a sufra-gar los costos de la prevención;

é) La viabilidad económica de la actividad en relación con loscostos de la prevención y con la posibilidad de realizar la actividaden otro lugar o por otros medios o de sustituirla por otra actividad;

f) Las normas de prevención que los Estados que pueden resul-tar afectados apliquen a la misma actividad o actividades compa-rables y las normas aplicadas en la práctica regional o inter-nacional comparable.

Artículo 13.—Procedimientos aplicables a falta de notificación

1. Si un Estado tiene motivos razonables para creer que unaactividad que se proyecta o lleva a cabo en el territorio o de cual-quier otro modo bajo la jurisdicción o el control de otro Estadopuede entrañar un riesgo de causarle un daño transfronterizo sen-sible, podrá pedir al otro Estado que se aplique la disposición delartículo 10. La petición irá acompañada de una exposición docu-mentada de sus motivos.

2. En caso de que el Estado de origen llegue, no obstante, a laconclusión de que no está obligado a hacer la notificación a que serefiere el artículo 10, informará de esa conclusión al otro Estadodentro de un plazo razonable y le presentará una exposición docu-mentada de las razones en que ella se funde. Si el otro Estado noestá de acuerdo con esa conclusión, los dos Estados entablarán sindemora, a petición de ese otro Estado, consultas en la forma indi-cada en el artículo 11.

3. Durante las consultas, el Estado de origen deberá, a peticióndel otro Estado, disponer las medidas adecuadas y viables paraminimizar el riesgo y, cuando proceda, suspender la actividad deque se trate por un período de seis meses, salvo que se acuerde otra

Articulo 14.—Intercambio de información

Mientras se lleve a cabo la actividad, los Estados de que se tratadeberán intercambiar oportunamente toda la información perti-nente disponible para prevenir o minimizar el riesgo de daño trans-fronterizo sensible.

Artículo 15.—Seguridad nacional y secretos industriales

Los datos e informaciones vitales para la seguridad nacional delEstado de origen o para la protección de secretos industrialespodrán no ser transmitidos, pero el Estado de origen cooperará debuena fe con los demás Estados de que se trate para proporcionartoda la información posible en atención a las circunstancias.

Artículo 16.—No discriminación

Salvo que los Estados de que se trate hayan acordado otra cosaa los efectos de la protección de las personas, naturales o jurídicas,que puedan estar o estén expuestas al riesgo de que se les cause undaño transfronterizo sensible como resultado de actividades com-prendidas en el ámbito de aplicación de los presentes proyectos deartículo, los Estados no discriminarán por motivos de nacionalidado residencia o de lugar en que pueda ocurrir el daño, y darán a esaspersonas, de conformidad con sus ordenamientos jurídicos, accesoa los procedimientos judiciales o de otra índole para que solicitenprotección u otra reparación apropiada.

mediante los medios de solución pacífica que elijan de mutuoacuerdo las partes, incluido el sometimiento de la controversia a lamediación, la conciliación, el arbitraje o el arreglo judicial.

2. De no lograr acuerdo a este respecto en un plazo de seismeses, cualquiera de las partes interesadas podrá pedir que senombre una comisión independiente e imparcial de determinaciónde los hechos. El informe de la comisión tendrá carácter de reco-mendación, que las partes considerarán de buena fe.

2. TEXTO DE LOS PROYECTOS DE ARTICULOCON COMENTARIOS

RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL PORLAS CONSECUENCIAS PERJUDICIALES DEACTOS NO PROHIBIDOS POR EL DERECHOINTERNACIONAL (PREVENCIÓN DE DAÑOSTRASFRONTERIZOS CAUSADOS PORACTIVIDADES PELIGROSAS)

Comentario general

1) Los proyectos de artículo tratan de la prevención enel contexto de la autorización y reglamentación de acti-vidades peligrosas que plantean un riesgo significativode daño transfronterizo. La prevención en este sentido,como procedimiento o como deber, trata de la fase ante-rior a la situación en que ya se ha producido efectiva-mente un daño o perjuicio importantes que requieren quelos Estados interesados apliquen medidas de compensa-ción o corrección y que a menudo abarca cuestiones rela-tivas a la responsabilidad.

2) El concepto de prevención ha asumido gran impor-tancia y actualidad. Se hace hincapié en el deber de pre-venir, por oposición a la obligación de reparar, remediaro compensar y esto tiene varios aspectos importantes. Lapolítica preferida debe ser la prevención, ya que la com-pensación en el caso de daño por lo general no restablecela situación prevaleciente antes del suceso o accidente.El cumplimiento del deber de prevenir o aplicar ladebida diligencia adquiere mayor pertinencia a medidaque aumentan constantemente los conocimientos sobrelas operaciones peligrosas, los materiales utilizados y losprocesos para realizarlas. Desde un punto de vista jurí-dico, la mayor capacidad para determinar la cadena cau-sativa, es decir, la vinculación física entre la causa(actividad) y el efecto (daño), y hasta los eslabones inter-medios en esa cadena de causas, hace también impera-tivo que los que realizan actividades peligrosas adoptentodas las medidas necesarias para prevenir el daño. Entodo caso, la política de prevención es mejor que la decuración.

3) La prevención del daño transfronterizo dimanantede actividades peligrosas es un objetivo en el que hacemucho hincapié el principio 2 de la Declaración de Ríosobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Declaraciónde Río)13, aspecto que la CU confirmó en su opiniónconsultiva de 8 de julio de 1996 en el asunto Licéité de la

Artículo 17.—Solución de controversias

1. Toda controversia acerca de la interpretación o aplicaciónde los presentes proyectos de artículo se resolverá prontamente

13 Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el MedioAmbiente y el Desarrollo, Río de Janeiro, 3 a 14 de jumo de 1992(publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 93 I 8 y correccio-nes), vol I Resoluciones aprobadas por la Conferencia, resolución 1,anexo I

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24 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

menace ou de l'emploi d'armes nucléaires™, declarandoque formaba parte del cuerpo del derecho internacional.

4) Por consiguiente, el Grupo de Expertos en DerechoAmbiental de la Comisión Mundial sobre el MedioAmbiente y el Desarrollo (Comisión Brundtland) destacóacertadamente la cuestión de la prevención. El texto delartículo 10 de los Principios Jurídicos para la Proteccióndel Medio Ambiente y un Desarrollo Duradero recomen-dado por la Comisión Brundtland sobre los recursosnaturales transfronterizos y la interferencia en el medioambiente es el siguiente:

Los Estados, sm perjuicio de los principios establecidos en los artícu-los 11 y 12, impedirán o reducirán toda interferencia ambiental trans-frontenza o peligro considerable de esa interferencia que cause un dañoconsiderable, es decir, un daño que no sea menor o insignificante15

Cabe destacar, además, que el principio bien establecidode la prevención se puso de relieve en el laudo arbitralrelativo al asunto de la Fonderie de Trail (Trail Smelter)16

y fue reiterado no sólo en el principio 21 de la Declaraciónde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el MedioHumano (Declaración de Estocolmo)17 y en el principio 2de la Declaración de Río, sino también en la resolución2995 (XXVII) de la Asamblea General, de 15 de diciem-bre de 1972, relativa a la cooperación entre los Estados enel campo del medio ambiente. Este principio se reflejatambién en el principio 3 de los Principios de conducta enel campo del medio ambiente para orientar a los Estadosen la conservación y la utilización armoniosa de los recur-sos naturales compartidos por dos o más Estados, aproba-dos por el Consejo de Administración del PNUMA en1978, en el cual se estipulaba que los Estados deberíanevitar

en la máxima medida posible y [reducir] al mínimo posible los efectosambientales perjudiciales fuera de su jurisdicción de modo de protegerel medio, en particular cuando dicha utilización sea susceptible de

a) causar un perjuicio al medio ambiente que pueda tener repercu-siones sobre la utilización de ese recurso por otro Estado que lo com-parta,

b) comprometer la conservación de un recurso renovable compar-tido,

c) poner en peligro la salud de la población de otro Estado18

14 Opinión consultiva, CU Recueil 1996, págs 226 y ss , en parti-cular pág 242, parr 29 Véase también Resúmenes de los fallos, opi-niones consultivas y providencias de la Corte Internacional de Justicia,¡992-1996 (publicación de las Naciones Unidas, n" de ventaS 97 V7), pág 111

15 Environmental Protection and Sustainable Development LegalPrinciples and Recommendations, Londres, Dordrecht, Boston, Gra-ham and Trotman/Martinus Nijhoff, 1987, pág 75 También se señalóque la obligación de no causar daños importantes podía derivarse de lapráctica no convencional de los Estados, así como de las declaracionesformuladas individualmente y/o colectivamente por los EstadosVéase J G Lammers, Pollution of International Watercourses, LaHaya, Martinus Nijhoff, 1984, págs 346 y 347 y 374 a 376

16 Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales, vol III (n ° deventa 1949 V 2), págs 1905 y ss

17 Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre elMedio Humano, Estocolmo, 5 a 16 de jumo de 1972 (publicación delas Naciones Unidas, n ° de venta S 73 II A 14), primera parte, cap I

18 PNUMA, Derecho ambiental, líneas directrices y principios,n ° 2, Recursos naturales compartidos, Nairobi, 1978 Una referenciaa otras fuentes donde se refleja el principio de la prevención figura enEnvironmental Protection and Sustainable Development . (nota 15supra), pags 75 a 80

5) La prevención de los daños transfronterizos almedio ambiente, a las personas y a los bienes se ha acep-tado como un principio importante de muchos tratadosmultilaterales relativos a la protección del medioambiente, a los accidentes nucleares, a los objetos espa-ciales, a los cursos de agua internacionales, a la ordena-ción de los residuos peligrosos y a la prevención de lacontaminación marina. También se ha aceptado en variosinstrumentos, como el Convenio sobre la contaminaciónatmosférica transfronteriza a gran distancia, el Conveniosobre evaluación del impacto en el medio ambiente en uncontexto transfronterizo, el Convenio sobre la proteccióny utilización de cursos de agua transfronterizos y lagosinternacionales, y la Convención sobre los efectos trans-fronterizos de los accidentes industriales.

Artículo 1.—Actividades a las que se aplican lospresentes proyectos de articulo

Los presentes proyectos de artículo se aplican a lasactividades no prohibidas por el derecho internacio-nal que entrañan un riesgo de causar, por sus conse-cuencias físicas, un daño transfronterizo sensible.

Comentario

1) El artículo 1 limita el ámbito de aplicación de losartículos a las actividades no prohibidas por el derechointernacional y que incluyan un riesgo de causar un dañotransfronterizo importante por sus consecuencias físicas.El apartado c del artículo 2 limita además el ámbito deaplicación de los artículos a aquellas actividades realiza-das en el territorio de un Estado o de alguna otra manerabajo su jurisdicción o control. Dado que los artículos tie-nen carácter general y residual, no se ha intentado en estafase especificar las actividades a que se aplican. LaComisión tuvo diversas razones para apoyar esta conclu-sión. Según algunos miembros, cualquier lista de activi-dades no podría ser exhaustiva y además habría quecambiarla periódicamente con la evolución de la tecnolo-gía. Por otra parte, dejando de lado algunas actividadesultrapeligrosas que en su mayoría son objeto de unareglamentación especial, por ejemplo las actividades enmateria nuclear o en el espacio ultraterrestre, el riesgoque entraña una actividad depende primordialmente deuna aplicación determinada del contexto específico y delmodo de operación. Una lista genérica no podría abarcarestos elementos. Otros miembros de la Comisión, encambio, se inclinaron más a la idea de una lista de activi-dades, pero opinaban que sería prematuro en esta faseelaborar la lista hasta que se fijara más claramente laforma, el ámbito y el contenido de los artículos. Además,a su juicio, la elaboración de tal lista era una labor máspropia de los expertos competentes en el marco de unaconferencia diplomática convocada para aprobar los artí-culos como convención.

2) La definición del ámbito de actividades establecidaen el artículo 1 contiene ahora cuatro criterios.

3) El primer criterio se refiere al título del tema, asaber, que los artículos se aplican a «actividades no pro-

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 25

hibidas por el derecho internacional», ya sea que la pro-hibición se plantee en relación con la realización de laactividad o en razón de sus efectos prohibidos.

4) El segundo criterio, enunciado en la definición deEstado de origen en el apartado d del artículo 2, es quelas actividades a que son aplicables las medidas preventi-vas se realicen en el territorio de un Estado o de algunaotra manera bajo su jurisdicción o control. Tres concep-tos se utilizan en estos criterios: «territorio», «jurisdic-ción» y «control». Aunque la expresión «jurisdicción ocontrol de un Estado» es la fórmula más comúnmenteusada en algunos instrumentos19, la Comisión consideraútil mencionar también el concepto de «territorio» parasubrayar la importancia del vínculo territorial, cuandoexiste ese vínculo, entre las actividades a que se refierenestos artículos y un Estado.

5) El uso del término «territorio» en el artículo 1 sederiva de preocupaciones acerca de una posible incerti-dumbre en el derecho internacional contemporáneo encuanto a la medida en que un Estado puede ejercer juris-dicción extraterritorial con respecto a ciertas actividades.Ajuicio de la Comisión, a los fines de estos artículos,«jurisdicción territorial» es el criterio dominante. Enconsecuencia, cuando una actividad se produce dentrodel «territorio» de un Estado, ese Estado debe cumplir lasobligaciones relativas a las medidas preventivas. El«territorio» se toma pues como prueba concluyente dejurisdicción. Por consiguiente, en casos de conflicto dejurisdicción sobre una actividad incluida en estos artícu-los, prevalece la jurisdicción de base territorial. Sinembargo, la Comisión tiene presente que hay situacionesen las que un Estado, con arreglo al derecho internacio-nal, ha de ceder su jurisdicción dentro de su territorio aotro Estado. El ejemplo primordial de tal situación es elpaso inocente de un buque extranjero por el mar territo-rial o las aguas territoriales. En tales situaciones, si laactividad que origina un daño transfronterizo sensibleprocede del buque extranjero, es el Estado del pabellón yno el Estado territorial el que debe cumplir las disposi-ciones de los presentes artículos.

6) El concepto de «territorio» a efectos de estos artícu-los es limitado y por eso se utilizan también los concep-tos de «jurisdicción» y «control». La expresión «ju-risdicción» de un Estado abarca, además de las activi-dades realizadas dentro del territorio de un Estado, lasactividades sobre las cuales, en virtud del derecho inter-nacional, un Estado está autorizado a ejercer su compe-tencia y autoridad. La Comisión es consciente de que lascuestiones relacionadas con la determinación de la juris-dicción son complejas y a veces constituyen el núcleo deuna controversia. En este artículo no se pretende cierta-mente resolver todas las cuestiones de conflictos de juris-dicción.

7) Debido en ocasiones a la localización de la activi-dad, no hay vínculo territorial entre un Estado y las acti-vidades, como, por ejemplo, las que tienen lugar en el

espacio ultraterrestre o en alta mar. El ejemplo máscomún es la jurisdicción del Estado del pabellón sobreun buque. Las Convenciones de Ginebra sobre el dere-cho del mar y la Convención de las Naciones Unidassobre el Derecho del Mar han abarcado muchas capaci-dades jurisdiccionales del Estado del pabellón.

8) Las actividades pueden realizarse también en luga-res donde en virtud del derecho internacional hay más deun Estado autorizado a ejercer jurisdicciones particularesque no son incompatibles. Las esferas más comunes enque hay jurisdicciones funcionales mixtas son la navega-ción y el paso por el mar territorial, la zona contigua ylas zonas económicas exclusivas. En tales circunstan-cias, el Estado que está autorizado a ejercer su jurisdic-ción sobre la actividad comprendida en este tema debe,por supuesto, cumplir las disposiciones de estos artícu-los.

9) En casos de jurisdicción concurrente de más de unEstado sobre las actividades comprendidas en estos artí-culos, los Estados, individualmente y cuando procedaconjuntamente, cumplirán las disposiciones de estos ar-tículos.

10) La función del concepto de «control» en derechointernacional, que es atribuir ciertas consecuenciasjurídicas a un Estado cuya jurisdicción sobre determina-das actividades o hechos no es reconocida por el derechointernacional, abarca situaciones en las que un Estadoejerce jurisdicción defacto aun cuando carezca de juris-dicción de jure, como en casos de intervención, ocu-pación y anexión ilícita que no han sido reconocidos enel derecho internacional. A este respecto se hizo referen-cia a la opinión consultiva de la CU en el asunto Con-séquences juridiques pour les États de la présencecontinue de l'Afrique du Sud en Namibie (Sud-Ouestafricain) nonobstant la résolution 276 (1970) du Conseilde sécurité2®. En ese asunto la Corte, tras considerar aSudáfrica responsable de haber creado y mantenido unasituación que la Corte declaró ilegal y considerar queSudáfrica estaba obligada a retirar su administración deNamibia, atribuyó no obstante ciertas consecuenciaslegales al control defacto de Sudáfrica sobre Namibia.La Corte declaró lo siguiente:

El hecho de que Sudáfrica no tenga ya ningún título para administrar elTerritorio no la libera de las obligaciones y responsabilidades que elderecho internacional le impone para con otros Estados y que están re-lacionadas con el ejercicio de sus poderes en este Territorio Es el con-trol material sobre un territorio y no la soberanía o la legitimidad deltítulo lo que constituye el fundamento de la responsabilidad del Estadopor actos que afecten a otros Estados21

11) El concepto de control puede utilizarse también encasos de intervención para atribuir ciertas obligaciones aun Estado que ejerce control por contraposición a juris-dicción. La intervención en este caso se refiere a un con-trol efectivo a corto plazo por un Estado sobre hechos oactividades sometidos a la jurisdicción de otro Estado. Ajuicio de la Comisión, en tales casos, si el Estado juris-

19 Véanse, por ejemplo, el principio 21 de la Declaración de Esto-colmo (nota 17 supra), el párrafo 2 del artículo 194 de la Convenciónde las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el principio 2 de laDeclaración de Río (nota 13 supra), y el artículo 3 del Convenio sobrela Diversidad Biológica

20Opinion consultiva, CU Recueil 1971, págs 16 y ss Véasetambién Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providenciasde la Corte Internacional de Justicia, ¡948-1991 (publicación de lasNaciones Unidas, n ° de venta S 92 V 5), pág 107

21 CU Recueil 1971, pág 54,párr 118

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26 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

diccional demuestra que había sido privado efectiva-mente del ejercicio de su jurisdicción sobre lasactividades comprendidas en estos artículos, el Estadoque ejerce el control será considerado responsable decumplir las obligaciones que imponen estos artículos.

12) El tercer criterio es que las actividades comprendi-das en estos artículos deben entrañar un «riesgo de causarun daño transfronterizo sensible». La expresión se defineen el artículo 2 (véase el comentario al artículo 2). Laspalabras «daño transfronterizo» tienen por objeto excluirlas actividades que sólo causan daño en el territorio delEstado dentro del cual se realizan, sin causar daños acualquier otro Estado. El término «sensible» se examinaen el comentario al artículo 2.

13) Pasando al elemento de «riesgo», éste, por defini-ción, se refiere a posibilidades futuras y, por tanto,entraña un elemento de evaluación o estimación delriesgo. El mero hecho de que puedan derivarse daños deuna actividad no significa que esa actividad entrañe unriesgo si ningún observador debidamente informado tuvoo pudo tener conciencia de ese riesgo cuando se realizabala actividad. Por otra parte, una actividad puede entrañarun riesgo de causar un daño transfronterizo sensible auncuando los encargados de realizar la actividad subesti-men el riesgo o incluso no tengan conciencia de él. Por lotanto, la noción de riesgo se interpreta objetivamente, esdecir, como apreciación de un posible daño resultante deuna actividad, apreciación que un observador debida-mente informado haya hecho o hubiera debido hacer.

14) En este contexto, hay que destacar que estos artícu-los en conjunto tienen un efecto y aplicación continua-dos, es decir, a menos que se indique otra cosa, se aplicana actividades realizadas desde un momento hasta otro.Por tanto, es posible que una actividad que inicialmenteno entrañara un riesgo (en el sentido explicado en elpárrafo 13), puedan pasar a tenerlo como consecuenciade algún acontecimiento o novedad. Por ejemplo, unembalse perfectamente seguro puede resultar peligrosocomo consecuencia de un sismo, en cuyo caso seguir uti-lizándolo sería una actividad que entrañaría un riesgo.También, el adelanto de los conocimientos científicospodría revelar una debilidad propia de una estructura omaterial que podría llevar consigo el riesgo de fallo o dederrumbe, en cuyo caso los presentes artículos podríanpasar a ser aplicables a la actividad de que se trate a tenorde los mismos.

15) El cuarto criterio es que el daño transfronterizosensible ha de haber sido causado por las «consecuenciasfísicas» de esas actividades. La Comisión convino en quecon el fin de dar a este tema un alcance manejable debíaexcluirse el daño transfronterizo que podían causar laspolíticas de los Estados en la esfera monetaria, socioeco-nómica o en esferas similares. La Comisión estima que lamanera más eficaz de limitar el ámbito de aplicación deestos artículos es exigir que estas actividades tengan con-secuencias físicas transfronterizas que a su vez provo-quen un daño sensible.

16) El vínculo físico debe conectar la actividad con susefectos transfronterizos. Esto implica una conexión de untipo muy concreto, una consecuencia que surja o puedasurgir de la naturaleza misma de la actividad o situaciónde que se trate, en respuesta a una ley natural. Ello

implica que las actividades comprendidas en estos artícu-los deben tener una cualidad física y que las consecuen-cias deben derivarse de esa cualidad, no de una decisiónde política. Así, el almacenamiento de armas no entrañala consecuencia de que las armas almacenadas se dedi-quen a un uso beligerante. Sin embargo, este almacena-miento puede caracterizarse como actividad que, debidoa las propiedades explosivas o incendiarias de los mate-riales almacenados, entrañe un riesgo inherente de acci-dente desastroso.

Artículo 2.—Términos empleados

A los efectos de los presentes artículos:a) Se entiende por «riesgo de causar un daño trans-

fronterizo sensible» el que implica pocas probabilida-des de causar un daño catastrófico y muchas proba-bilidades de causar otro daño sensible;

b) Se entiende por «daño» el daño causado a laspersonas, los bienes o el medio ambiente;

c) Se entiende por «daño transfronterizo» el dañocausado en el territorio o en otros lugares bajo lajurisdicción o el control de un Estado distinto delEstado de origen, tengan o no esos Estados fronterascomunes;

d) Se entiende por «Estado de origen» el Estado encuyo territorio o bajo jurisdicción o control se reali-zan las actividades a las que se refiere el proyecto deartículo 1;

e) Se entiende por «Estado que puede resultar afec-tado» el Estado en cuyo territorio es probable que seproduzca el daño transfronterizo sensible o que tienejurisdicción o control sobre cualquier otro lugar enque es probable que se produzca ese daño.

Comentario

1) El apartado a define el concepto de «riesgo de cau-sar un daño transfronterizo sensible» como el queimplica pocas probabilidades de causar un daño catastró-fico y muchas posibilidades de causar otro daño sensible.La Comisión estima que, en lugar de definir por separadolos conceptos de «riesgo» y «daño», resulta más conve-niente definir la expresión «riesgo de causar un dañotransfronterizo sensible», por la mutua relación existenteentre «riesgo» y «daño» y por la relación entre esos dostérminos y el adjetivo «sensible».

2) A los efectos de los presentes artículos el «riesgo decausar un daño transfronterizo sensible» se refiere alefecto combinado de la probabilidad de que se produzcaun accidente y a la magnitud de los efectos perjudiciales.Por consiguiente, es ese efecto combinado de «riesgo» y«daño» el que determina el límite. A este respecto, laComisión se inspiró en el Código de conducta sobre con-taminación accidental de aguas interiores transfronteri-zas22, aprobado por la CEPE en 1990. De conformidad

22 Publicación de las Naciones Unidas, n.° de venta: S.90.II.E.28,doc. E/ECE/1225-ECE/ENVWA/16.

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 27

con el apartado/de la sección I, «se entiende por riesgoel efecto combinado de la probabilidad de que se pro-duzca un acontecimiento indeseable y de su magnitud».La Comisión opina que una definición basada en elefecto combinado de «riesgo» y «daño» es más conve-niente para estos artículos, y que el efecto combinadodebe alcanzar un nivel que se considere sensible.La opinión dominante en la Comisión es que las obliga-ciones de prevención impuestas a los Estados no sólodeben ser razonables sino estar también suficientementelimitadas, a fin de no imponer tales obligaciones con res-pecto a casi todas las actividades, dado que las que seexaminan no están prohibidas por el derecho internacio-nal. La finalidad es encontrar un equilibrio entre los inte-reses de los Estados interesados.

3) La definición del párrafo anterior tiene en cuentauna serie de relaciones comprendidas entre el «riesgo» yel «daño» que alcanzarían todas el nivel de «sensibles».La definición determina los dos polos entre los que que-darán comprendidas las actividades previstas en esosartículos. Un polo es el de las pocas probabilidades decausar un daño catastrófico. Esta es normalmente lacaracterística de las actividades sumamente peligrosas.El otro polo es el de las muchas posibilidades de causarotro daño sensible. Comprende las actividades que tienenmuchas probabilidades de causar un daño que, aunque nosea catastrófico, no por ello deja de ser sensible. Sinembargo, excluiría las actividades en que hubiera muypocas probabilidades de causar daños transfronterizossensibles. La palabra «implica» en el apartado a tiene porobjeto subrayar la intención de que la definición ofreceuna gama dentro de la cual quedarán comprendidas lasactividades previstas en el artículo.

4) Por lo que se refiere al significado de la palabra«sensible» (significant), la Comisión tiene conciencia deque no carece de ambigüedades y de que habrá que preci-sarla en cada caso concreto, lo que exigirá más conside-raciones de hecho que decisiones jurídicas. Hay queentender que «sensible» es algo más que «detectable»pero sin que llegue a alcanzar el nivel de «grave» o «sus-tancial». El daño debe producir un efecto realmente per-judicial en esferas como, por ejemplo, la salud humana,la industria, los bienes, el medio ambiente o la agricul-tura de otros Estados. Esos efectos perjudiciales debenpoder medirse con criterios reales y objetivos.

5) La unidad ecológica del planeta no coincide con susfronteras políticas. Las actividades legítimas que realizanlos Estados dentro de sus propios territorios tienen reper-cusiones en los demás Estados. Esos efectos mutuos,mientras no alcancen el nivel de «sensibles», se conside-ran tolerables. Teniendo en cuenta que las obligacionesimpuestas a los Estados por esos artículos tratan de acti-vidades no prohibidas por el derecho internacional,el límite de la intolerancia del daño no puede situarse pordebajo de lo «sensible».

6) El concepto de límite se refleja en el laudo arbitralsobre el caso de la Fonderie de Trail, que habla de «con-secuencias graves»23, así como en el tribunal del asunto

23 Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales (nota 16supra), pag 1965

del Lac Lanoux24, que emplea el término «gravemente».Algunas convenciones han utilizado también para fijarun límite las palabras «sensible» (significant), «grave»(serious) o «sustancial» (substantial) . La palabra «sen-sible» (significant) se ha utilizado asimismo en otrosinstrumentos jurídicos y leyes nacionales26.

7) La Comisión opina también que la palabra «sensi-ble», aunque determinada por criterios reales y objeti-vos, implica igualmente un juicio de valor que dependede las circunstancias del caso y del momento en que seformule ese juicio. Por ejemplo, una privación determi-nada, en un momento determinado, podría no conside-rarse «sensible» porque, en ese momento, los cono-cimientos científicos o la valoración humana de unrecurso determinado no hubieran llegado a un punto enque se atribuyera mucha utilidad a ese recurso concreto.Sin embargo, algún tiempo más tarde esa opinión podríacambiar y el mismo daño ser considerado «sensible».

8) El apartado b no requiere explicación ya que a losfines del presente proyecto de artículos «daño» abarcaríael daño causado a personas, bienes o el medio ambiente.

9) El apartado c define el «daño transfronterizo» comoel daño causado en el territorio o en lugares bajo la juris-dicción o el control de un Estado distintos del Estado deorigen, tengan o no esos Estados fronteras comunes. Esadefinición incluye, además del caso típico de una activi-dad realizada dentro de un Estado que produce efectosperjudiciales en otro, las actividades realizadas bajo lajurisdicción o el control de un Estado, por ejemplo enalta mar, que producen efectos en el territorio de otro

24 Ibíd , vol XII (n ° de venta 63 V3), págs 281 y ss25 Véanse, por ejemplo, el párrafo 2 del artículo 4 de la Convención

para regular las actividades relacionadas con los recursos mineralesantarticos, los párrafos 1 y 2 del artículo 2 del Convenio sobre eva-luación del impacto en el medio ambiente en un contexto transfronte-rizo, y el apartado b de la sección I del Código de conducta sobrecontaminación accidental de aguas interiores transfronterizas (nota 22supra)

26 Véanse, por ejemplo, los párrafos 1 y 2 de la resolución 2995(XXVII) de la Asamblea General relativa a la cooperación entre losEstados en el campo del medio ambiente, el párrafo 6 de la recomen-dación C(74)224 del Consejo de la OCDE sobre la contaminacióntransfrontenza (anexo, sección E), aprobada el 14 de noviembre de1974 (OCDE, L'OCDE et l'environnement, Paris, 1986, pág 167), elartículo X de las Normas de Helsinki sobre el uso de las aguas de losríos internacionales [Asociación de Derecho Internacional, Report ofthe Fifty-Second Conference, Helsinki, 1966, Londres, 1967, págs 484y ss , reproducidas en parte en Anuario 1974, vol II (segunda parte),págs 389 y ss , doc A/CN 4/274, párr 405], y el artículo 5 del pro-yecto de convención sobre el uso industrial y agrícola de los ríos ylagos internacionales, preparado por el Comité Jurídico Interamen-cano en 1965 [OEA, Ríos y lagos internacionales (utilización parafines agrícolas e industriales), 4 a ed rev (OEA/Ser I/VI, CIJ-75Rev 2, Washington D C , 1971), pag 132]

Véase también el Memorando de intenciones entre los Estados Uni-dos y el Canadá sobre la contaminación atmosférica transfrontenza, de5 de agosto de 1980 (United States Treaties and Other InternationalAgreements, Treaties and Other International Acts Series, WashingtonD C , United States Government Printing Office, 1981, n ° 9856), y elartículo 7 del Acuerdo de Cooperación para la Protección y Mejora-miento del Medio Ambiente en la Zona Fronteriza, firmado el 14 deagosto de 1983 entre Mexico y los Estados Unidos de América (ILM,vol XXII, n ° 5, septiembre de 1983), pág 1025

Los Estados Unidos han utilizado asimismo la palabra significant ensu derecho nacional sobre cuestiones ambientales [véase Restatementof the Law, Third, Foreign Relations Law of the United States, vol 2,St Paul (Minnesota), American Law Institute Publishers, 1987,págs 111 y 112]

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28 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

Estado o en lugares bajo su jurisdicción o control. Com-prende, por ejemplo, los efectos perjudiciales en buqueso plataformas de otros Estados que se encuentren igual-mente en alta mar, e incluirá asimismo las actividadesrealizadas en el territorio de un Estado que tengan conse-cuencias perjudiciales en, por ejemplo, los buques o pla-taformas de otro Estado en alta mar. La Comisión nopuede prever todas las formas futuras posibles de «dañotransfronterizo». No obstante, quiere dejar bien sentadoque su intención es que se pueda trazar una línea y distin-guir claramente entre el Estado al que sea atribuible laactividad comprendida en esos artículos y el Estado quesufra los efectos perjudiciales. Las líneas de separaciónson las fronteras territoriales, las fronteras jurisdicciona-les y las fronteras de control.

10) En el apartado d se introduce la expresión «Estadode origen» para referirse al Estado en cuyo territorio, o dealguna otra manera bajo su jurisdicción o control, se rea-licen las actividades a que se refiere el artículo 1 (véaseel comentario al artículo 1, párrs. 4 a 11).

11) En el apartado e se define el término «Estado quepuede resultar afectado» como el Estado en cuyoterritorio o en otros lugares sujetos a su jurisdicción ycontrol en que es probable que se produzca el daño trans-fronterizo sensible. Puede haber más de un Estado proba-blemente afectado con respecto a una actividaddeterminada.

Artículo 3.—Prevención

Los Estados adoptarán todas las medidas apropia-das para prevenir y minimizar el riesgo de causar undaño transfronterizo sensible.

Comentario

1) El artículo 3 se basa en el principio fundamental sicutere tuo ut alienum non laedas, reflejado en el principio21 de la Declaración de Estocolmo , cuyo texto es elsiguiente:

De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y con los prin-cipios del derecho internacional, los Estados tienen el derecho soberanode explotar sus propios recursos en aplicación de su propia políticaambiental y la obligación de asegurar que las actividades que se llevena cabo dentro de su jurisdicción o bajo su control no perjudiquen almedio de otros Estados o de zonas situadas fuera de toda jurisdicciónnacional

2) Pero las limitaciones de la libertad de los Estadosreflejadas en el principio 21 de la Declaración de Esto-colmo se concentran más en el artículo 3 y en lossiguientes.

3) Este artículo, junto con el artículo 4, constituye elfundamento básico de los artículos sobre prevención. Losartículos establecen las obligaciones más concretas de losEstados en cuanto a prevenir o minimizar los dañostransfronterizos sensibles. El artículo es una declaración

de principio. Dispone que los Estados adoptarán todas lasmedidas apropiadas para prevenir o minimizar el riesgode causar un daño transfronterizo sensible. La palabra«medidas» hace referencia a todas las medidas y disposi-ciones que se especifican en los artículos sobre preven-ción y reducción al mínimo de los daños transfronterizos.

4) Como principio general, la obligación enunciada enel artículo 3 de prevenir o minimizar el riesgo se aplicaúnicamente a aquellas actividades que entrañan el riesgode causar un daño transfronterizo sensible, según lasdefiniciones dadas en el artículo 2. En general, en el con-texto de la prevención, un Estado no asume el riesgo quepuedan tener para otros Estados las consecuencias impre-visibles de actividades no prohibidas por el derechointernacional que se realicen en su territorio o en otrolugar sujeto a su jurisdicción o control. Por otra parte, laobligación de «adoptar medidas apropiadas para preveniro minimizar» el riesgo de causar un daño no puede limi-tarse a actividades de las que ya se ha determinado ade-cuadamente que entrañan tal riesgo. Esa obligacióncomprende la adopción de medidas apropiadas para iden-tificar las actividades que entrañan tal riesgo y tienecarácter permanente.

5) Por consiguiente, este artículo sienta el principio dela prevención que concierne a todo Estado respecto delas actividades comprendidas en el artículo 1. Entre lasmodalidades por las cuales el Estado de origen puedecumplir las obligaciones de prevención establecidas figu-ran, por ejemplo, las medidas legislativas, administrati-vas o de otra índole necesarias para llevar a la prácticalas leyes, las decisiones administrativas y las políticasque el Estado haya aprobado (véanse el artículo 5 y sucomentario).

6) La obligación de los Estados de tomar medidas pre-ventivas o medidas para aminorar el riesgo está regidapor la diligencia debida, que requiere que los Estadostomen determinadas medidas unilaterales para prevenir oaminorar el riesgo de daño transfronterizo sensible. Laobligación que impone este artículo no es una obligaciónde resultado. La conducta del Estado es la que determi-nará si éste ha cumplido su obligación con arreglo a lospresentes artículos.

7) La obligación de observar la diligencia debida comobase de la norma de la protección del medio ambientecontra los daños puede deducirse de varias convencionesinternacionales28, así como de las resoluciones e infor-mes de conferencias y organizaciones internacionales29.

27 Véase la nota 17 supra

28 Véanse, por ejemplo, el párrafo 1 del artículo 194 de la Conven-ción de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, los artículos I yII y el párrafo 2 del artículo VII del Convenio sobre la prevención de lacontaminación del mar por vertimiento de desechos y otras materias, elartículo 2 del Convenio de Vtena para la protección de la capa de ozono,el párrafo 5 del artículo 7 de la Convención para regular las actividadesrelacionadas con los recursos minerales antarticos, el párrafo 1 delartículo 2 del Convenio sobre la evaluación del impacto en el medioambiente en un contexto transfronterizo, y el párrafo 1 del artículo 2 delConvenio sobre la protección y utilización de cursos de agua transfron-terizos y lagos internacionales

29 Véanse el principio 21 de la Carta Mundial de la Naturaleza (reso-lución 37/7 de la Asamblea General, anexo) y el principio VI del pro-yecto relativo a la modificación meteorológica, preparado por la O M My el P N U M A (M L Nash, Digest of United States Practice in Inter-national Law, Washington D C , United States Printing Office, 1978,pag 1205)

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 29

La obligación de diligencia debida se debatió reciente-mente en una controversia entre la República Federal deAlemania y Suiza relativa a la contaminación del Rin porSandoz; el Gobierno de Suiza reconoció su responsabi-lidad por falta de diligencia debida para prevenir el acci-dente mediante la reglamentación adecuada de sus indus-trias farmacéuticas.

8) En el asunto del «Alabama», el tribunal examinó dosdefiniciones diferentes de diligencia debida presentadaspor las partes. Los Estados Unidos definieron la diligen-cia debida en los términos siguientes:

[Una] diligencia proporcional a la magnitud del tema y a la dignidad yfuerza de la Potencia que ha de ejercerla, una diligencia que medianteel uso de la vigilancia activa y de todos los demás medios en poder delneutral, a través de todas las etapas de la transacción, impedirá que susuelo sea violado Una diligencia que de igual manera disuadirá a loshombres de cometer actos de guerra en el suelo del neutral contra suvoluntad31

9) Gran Bretaña definió la diligencia debida como «elcuidado que los gobiernos ordinariamente aplican en susasuntos internos»32. Parece que el tribunal hizo suya ladefinición más amplia de la norma de diligencia debidapresentada por los Estados Unidos y expresó su preocu-pación acerca de la «norma nacional» de diligenciadebida presentada por Gran Bretaña. El tribunal declaróque

la posición inglesa parecía también reducir los deberes internacionalesde un gobierno al ejercicio de las facultades restrictivas que le conferíael derecho interno y pasar por alto la obligación del neutral de modificarsus leyes cuando eran insuficientes33

10) El alcance y el grado de la obligación de diligenciadebida fueron desarrollados también por Lord Atkin enel asunto Donoghue c. Stevenson en los términossiguientes:

La norma de que hay que amar al prójimo se convierte, en derecho, enel deber de no dañar al vecino, y la pregunta del jurista «tquien es mivecino'?» recibe una respuesta restringida Hay que tener cuidadorazonable en evitar actos u omisiones respecto de los cuales queparazonablemente prever que pueden perjudicar al vecino tQuicn es,pues, en derecho, mi vecino^ La respuesta parece ser toda personaafectada tan de cerca y tan directamente por mis actos que razonable-mente debo tenerla en consideración como persona asi afectada cuandopienso en los actos y omisiones cuestionados34

11) En el contexto de los presentes artículos la diligen-cia debida se manifiesta en los esfuerzos razonables porparte del Estado para informarse de los componentes dehecho o de derecho que se relacionan previsiblementecon un procedimiento futuro y tomar en momento opor-tuno las medidas apropiadas para hacerles frente. Así, losEstados están obligados a tomar medidas unilaterales

30 Véase The New York Times de 11, 12 y 13 de noviembre de 1986,págs A 1, A 8 y A 3, respectivamente Véase también A C Kiss,«"Tchernobâle", ou la pollution accidentelle du Rhin par des produitschimiques», Annuaire français de droit international (Paris), vol 33,1987, págs 719 a 727

31 Asunto del «Alabama» (Estados Unidos de America c Gran Bre-taña), sentencia de 14 de septiembre de 1872, A de Lapradelle y NPohtis, Recueil des arbitrages internationaux, t II, Paris, Pedone,1923, pags 814 y 815

32 Ibíd , pág 803

para prevenir o aminorar el riesgo de daño transfronte-rizo causado por las actividades a que se refiere elartículo 1. Esas medidas incluyen, primero, formularpolíticas destinadas a prevenir o aminorar el riesgo dedaño transfronterizo y, segundo, aplicar esas políticas.Estas se expresan en la legislación y en los reglamentosadministrativos y se aplican mediante diversos mecanis-mos.

12) La Comisión estima que la norma de diligenciadebida con la cual debe contrastarse la conducta de unEstado es lo que generalmente se considera apropiado yproporcional al grado de riesgo de daño transfronterizoen el caso de que se trate. Por ejemplo, las actividadesque pueden considerarse ultrapeligrosas requieren ungrado de cuidado mucho mayor al formular políticas yun grado mucho mayor de vigor por parte del Estadopara aplicarlas. Cuestiones como el tamaño de la opera-ción, su ubicación, las condiciones climáticas especiales,los materiales utilizados en la actividad, y la razonableidoneidad de las conclusiones sacadas de la aplicaciónde estos factores en un caso concreto figuran entre losfactores que han de considerarse para determinar la exis-tencia del requisito de la diligencia debida en cada caso.La Comisión también cree que lo que se consideraríacomo un grado razonable de cuidado o de diligenciadebida puede cambiar con el tiempo; lo que se consideracomo procedimiento, norma o regla apropiados y razo-nables en un momento dado quizás no se considere comotal en una fecha futura. En consecuencia, la diligenciadebida al garantizar la seguridad requiere que un Estadose mantenga al día de los cambios tecnológicos y la evo-lución científica.

13) La Comisión toma nota del principio 11 de laDeclaración de Río, que dice así:

Los Estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medioambiente Las normas, los objetivos de ordenación y las prioridadesambientales deberían reflejar el contexto ambiental y de desarrollo alque se aplican Las normas aplicadas por algunos países puedenresultar inadecuadas y representar un costo social y económico injusti-ficado para otros países, en particular los países en desarrollo35

14) Se encuentra una terminología parecida en el prin-cipio 23 de la Declaración de Estocolmo. No obstante,en ese principio se especifica que dichas normas internashan de entenderse «sin perjuicio de los criterios quepuedan acordarse por la comunidad internacional» .Ajuicio de la Comisión, el nivel económico de los Esta-dos es uno de los factores que han de tenerse en cuenta aldeterminar si un Estado ha cumplido su obligación dediligencia debida. Pero el nivel económico del Estado nopuede utilizarse para exonerar a éste de la obligación quele imponen estos artículos.

15) El Estado tiene la obligación, en primer lugar, detratar de formular políticas y de aplicarlas con la finali-dad de prevenir el daño transfronterizo sensible. Si ellono es posible, la obligación consiste entonces en tratar deaminorar el riesgo de ese daño. Ajuicio de la Comisión,la palabra «aminorar» debe entenderse en este contexto

33 Ibíd34 Reino Unido, The Law Reports, House of Lords, Judicial Com-

mittee of the Privy Council, Londres, 1932, pág 580

35 Véase la nota 13 supra36 Véase la nota 17 supra

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30 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

en el sentido de perseguir la meta de reducir al punto másbajo la posibilidad de daño.

16) El artículo 3 impone al Estado la obligación deadoptar todas las medidas necesarias para prevenir ominimizar el riesgo de daño transfronterizo sensible. Estopuede implicar, entre otras cosas, la adopción de lasmedidas que correspondan a manera de precaución sufi-ciente, aunque no exista la certidumbre científica plena,para evitar o prevenir daño grave o irreversible. Esto estábien articulado en el principio 15 de la Declaración deRío y está sujeto a la capacidad de los Estados interesa-dos. Se comprende que el cumplimiento óptimo y efi-ciente de la obligación de prevención requeriría lamodernización del insumo de tecnología en la actividad,así como la asignación de recursos financieros y huma-nos suficientes con la capacitación necesaria para la ges-tión y vigilancia de la actividad.

17) Se espera que el operador de la actividad carguecon los gastos de prevención en la medida en que sea res-ponsable de la operación. Se espera además que el Estadode origen haga los gastos necesarios para establecer losmecanismos administrativos, financieros y de vigilanciaindicados en el artículo 5.

18) La Comisión observa que los Estados participan enplanes en las esferas de aumento de la capacidad, transfe-rencia de tecnología y recursos financieros que están enevolución y que son recíprocamente beneficiosos. Sereconoce que esos esfuerzos se hacen en aras del interéscomún de todos los Estados por elaborar normas interna-cionales uniformes que regulen y apliquen la obligaciónde prevención.

Artículo 4.—Cooperación

Los Estados de que se trata cooperarán de buena fey recabarán, según sea necesario, la asistencia de unao más organizaciones internacionales para prevenir ominimizar el riesgo de causar un daño transfronterizosensible.

Comentario

1) El principio de cooperación entre los Estados esesencial para trazar y aplicar políticas eficaces destinadasa prevenir o minimizar el riesgo de causar daños trans-fronterizos sensibles. El requisito de la cooperación delos Estados se extiende a todas las etapas de la planifi-cación y la aplicación. En el principio 24 de laDeclaración de Estocolmo37 y en el principio 7 de laDeclaración de Río38 se reconoce que la cooperación esun elemento esencial de toda planificación eficaz para laprotección del medio ambiente. Se han previsto formasmás concretas de cooperación en los artículos subsi-guientes. En ellos se prevé la participación del Estadoprobablemente afectado, que es indispensable paraaumentar la eficacia de cualquier medida preventiva.

Este último Estado puede saber mejor que nadie quécaracterísticas de la actividad de que se trate pueden sermás perjudiciales para él o qué zonas de su territorio cer-canas a la frontera pueden verse más afectadas por losefectos transfronterizos de la actividad, como un ecosis-tema especialmente vulnerable.

2) El artículo requiere que los Estados interesados coo-peren de buena fe. El párrafo 2 del Artículo 2 de la Cartade las Naciones Unidas dispone que todos los Miembros«cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas porellos de conformidad con esta Carta». En los preámbulosde la Convención de Viena sobre el derecho de los trata-dos y de la Convención de Viena sobre la sucesión deEstados en materia de tratados se declara que el principiode buena fe está umversalmente reconocido. Además, enel artículo 26 y en el párrafo 1 del artículo 31 de la Con-vención de Viena sobre el derecho de los tratados sereconoce el lugar esencial de este principio en la estruc-tura de los tratados. La decisión de la CIJ en el asunto delos Essais nucléaires se refiere al alcance de la aplicaciónde la buena fe. En ese asunto la Corte proclamó que «unode los principios fundamentales que rigen la creación yejecución de las obligaciones jurídicas, sea cual fuere sufuente, es el principio de buena fe»39. Ese dictamen de laCorte implica que la buena fe se aplica también a losactos unilaterales40. Ciertamente el principio de buena feabarca «toda la estructura de las relaciones internaciona-les»41.

3) El tribunal de arbitraje establecido en 1985 entre elCanadá y Francia sobre las controversias relativas alfileteado en el buque La Bretagne dentro del golfo deSan Lorenzo sostuvo que el principio de buena fe era unode los elementos que ofrecían garantía suficiente contracualquier riesgo de que una parte ejerciera sus derechosde manera abusiva42.

4) Las palabras «los Estados de que se trata» que figu-ran en el artículo se refieren al Estado de origen y alEstado o los Estados probablemente afectados. Si bien sealienta a cooperar a otros Estados que estén en condicio-nes de contribuir a los fines de estos artículos, no tienenobligación jurídica alguna de hacerlo.

5) El artículo dispone que los Estados, según sea nece-sario, recabarán la ayuda de una o más organizacionesinternacionales para cumplir sus obligaciones preventi-vas expuestas en estos artículos. Los Estados sólo loharán así cuando se considere necesario. Las palabras«según sea necesario» tienen por objeto tener en cuenta

" i b i d38 Véase la nota 13 supra

3 9Asunto Essais nucléaires (Australie c France), fallo, CIJRecueil 1974, pag 268 Véase también Resúmenes de los fallos, opi-niones consultivas y providencias de la Corte Internacional de Justicia,1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n ° de ventaS 92 V 5), pag 133

40 Véase M Virally, «Review essay good faith in public inter-national law», American Journal of International Law, vol 77, n ° 1(enero de 1983), pag 130

41 Véase R Rosenstock, «The Declaration of principles of inter-national law concerning friendly relations a survey», American Jour-nal of International Law (Washinton D C ), vol 65, n ° 5 (octobre de1971), pag 734

42 Asunto relativo al fileteado dentro del golfo de San Lorenzo(Canada c Francia), RGDIP, vol 90, 1986/3, pag 713

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 31

varias posibilidades, incluidas las indicadas en lospárrafos 6 a 9 infra.

6) En primer lugar, la asistencia de las organizacionesinternacionales puede no ser apropiada o necesaria entodos los casos en que se trate de la prevención o minimi-zation del riesgo de daño transfronterizo. Por ejemplo, elEstado de origen o el Estado probablemente afectadopueden ser Estados tecnológicamente avanzados y tenerla misma o incluso mayor capacidad técnica que lasorganizaciones internacionales para prevenir o minimizarel riesgo de un daño transfronterizo sensible. Evidente-mente, en tales casos no hay obligación de recabar asis-tencia de las organizaciones internacionales.

7) En segundo lugar, el término «organizaciones inter-nacionales» hace referencia a las organizaciones que sonimportantes y están en condiciones de prestar ayuda enesta materia. Incluso con el creciente número de organi-zaciones internacionales no cabe suponer que habránecesariamente una organización internacional con lacapacidad necesaria para un determinado caso.

8) En tercer lugar, aun cuando existan organizacionesinternacionales importantes, sus constituciones puedenprohibirles responder a esas peticiones de los Estados.Por ejemplo, en el caso de algunas organizaciones se lespuede exigir (o permitir) que respondan a peticiones deasistencia sólo de sus Estados miembros o pueden operarbajo otros impedimentos constitucionales. Evidente-mente, no se pretende imponer a las organizaciones inter-nacionales ninguna obligación de responder a peticionesde asistencia en virtud de este artículo.

9) En cuarto lugar, pueden formular peticiones de asis-tencia a las organizaciones internacionales uno o másEstados interesados. El principio de cooperación signi-fica que es preferible que esas peticiones sean hechas portodos los Estados interesados. Sin embargo, el hecho deque todos los Estados interesados no recaben la asisten-cia necesaria no exonera a los distintos Estados de laobligación de recabar asistencia. Por supuesto, la res-puesta y el tipo de participación de una organizacióninternacional en los casos en que la petición haya sidopresentada por un Estado solamente dependerán de lanaturaleza de la petición, el tipo de asistencia de que setrate, el lugar donde la organización tendría que prestaresa asistencia, etc.

Artículo 5.—Aplicación

Los Estados adoptarán las medidas legislativas,administrativas o de otra índole necesarias, incluidoel establecimiento de mecanismos de vigilancia apro-piados, para aplicar las disposiciones de los presentesproyectos de artículo.

Comentario

1 ) El presente artículo enuncia lo que cabría pensar quees evidente, a saber, que, al hacerse parte en los presentesartículos, los Estados están obligados a adoptar las medi-

das de aplicación necesarias, ya sean legislativas, admi-nistrativas o de otra índole. Se ha incluido aquí elartículo 5 para destacar el carácter permanente de losartículos, que exige que de vez en cuando se adoptenmedidas para prevenir o minimizar el riesgo de dañostransfronterizos derivados de actividades a las que seaplican los artículos43.

2) Las medidas mencionadas en el presente artículoincluyen, por ejemplo, audiencias otorgadas a las perso-nas interesadas y procedimientos cuasijudiciales. El usode la expresión «de otra índole» tiene por objeto abarcarlas diversas formas en que los Estados apliquen los pro-yectos de artículo. En el artículo 5 se mencionan expre-samente algunas medidas sólo con el objeto de darorientación a los Estados; quedan entregadas a su arbi-trio las medidas que adoptarán. Se hace referencia a«mecanismos de vigilancia apropiados» a fin de destacarlas medidas de inspección que los Estados adoptan engeneral respecto de las actividades peligrosas.

3) Decir que los Estados deben adoptar las medidasnecesarias no significa que deban ellos mismos interve-nir en las cuestiones operacionales relativas a las activi-dades a las que se aplica el artículo 1. Cuando esasactividades son realizadas por particulares o empresas, laobligación del Estado se limita a establecer el marco nor-mativo adecuado y a aplicarlo de conformidad con elpresente proyecto de artículos. La aplicación de esemarco normativo en cada caso concreto será entoncescuestión de administración ordinaria o, en el caso decontroversias, incumbirá a los tribunales competentes,asistidos del principio de no discriminación contenido enel artículo 16.

Artículo 6.—Relación con otras normasde derecho internacional

Las obligaciones establecidas en virtud de los pre-sentes proyectos de artículo se entenderán sin perjui-cio de cualesquiera otras obligaciones contraídas porlos Estados de conformidad con los tratados perti-nentes o con las normas consuetudinarias de derechointernacional.

Comentario

1) Se ha subrayado ya que los presentes proyectos deartículo únicamente se aplican a actividades no prohibi-das por el derecho internacional, con independencia de

43 El presente artículo es análogo al párrafo 2 del artículo 2 del Con-venio sobre la evaluación del impacto en el medio ambiente en un con-texto transfronterizo, que dice

«Cada Parte adoptará las necesarias medidas jurídicas, administrati-vas o de otra índole para poner en práctica las disposiciones del pre-sente Convenio, incluido, con respecto a las actividades propuestas[ ] que son susceptibles de originar consecuencias transfrontenzasperjudiciales en grado considerable, el establecimiento de un proce-dimiento de evaluación de las consecuencias ambientales que per-mita la participación del público y la preparación de la docu-mentación de evaluación de las consecuencias ambientales »

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32 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

que esa prohibición se manifieste con respecto a la reali-zación de la actividad o debido a sus efectos prohibidos.La aplicación del presente proyecto de artículos tienecarácter residual. Únicamente se aplica en situaciones enlas que no rige una norma o régimen internacional másespecífico.

2) De esta manera, el artículo 6 tiene por objeto dejar lomás claro posible que los presentes artículos se entiendensin perjuicio de la existencia, aplicación o efecto de cual-quier obligación de los Estados en virtud del derechointernacional relativa a una acción u omisión a la que deotro modo —es decir, si no existiera tal obligación—cabría pensar que se aplicara. Se deriva de ello que nodebe inferirse del hecho de que una actividad quedeincluida en el ámbito aparente de los presentes proyectosde artículo la existencia o inexistencia de cualquier otranorma de derecho internacional, incluida cualquiernorma primaria, respecto de la actividad en cuestión o desus posibles o reales efectos transfronterizos. La referen-cia en el artículo 6 a cualquier otra obligación de losEstados abarca tanto las obligaciones estipuladas por tra-tados como las obligaciones de derecho internacionalconsuetudinario. Igualmente abarca las normas de aplica-ción particular —ya se trate de una región determinada ode una actividad especificada— y las normas de alcanceuniversal o general. Se destaca así más el carácter defondo de este proyecto de artículos.

Artículo 7.—Autorización

1. Se requerirá la autorización previa de unEstado para que se lleven a cabo en su territorio, o decualquier otro modo bajo su jurisdicción o control,actividades comprendidas en el ámbito de aplicaciónde los presentes proyectos de artículo, así como paracualquier cambio importante en una actividad asíautorizada. Dicha autorización se requerirá tambiénen el caso de que se proyecte efectuar algún cambioque pueda transformar alguna actividad en otra com-prendida en el ámbito de aplicación de los presentesproyectos de artículo.

2. El requisito de la autorización que deba obte-ner el Estado será aplicable con respecto a todas lasactividades preexistentes que queden comprendidasen el ámbito de aplicación de los presentes proyectosde artículo.

3. En el caso de que no se observen los requisitosde la autorización, el Estado que la otorga tomarátodas las medidas que resulten apropiadas, incluida,cuando sea necesario, la revocación de la autoriza-ción.

Comentario

1) Este artículo establece el principio fundamental deque se requiere la autorización previa de un Estado pararealizar actividades que impliquen un riesgo de causar undaño transfronterizo sensible en su territorio o de algunaotra manera bajo su jurisdicción o control. La palabra

«autorización» significa la concesión por las autoridadesgubernamentales del permiso necesario para realizar unade las actividades a que se refieren esos artículos.Los Estados son libres de escoger la forma que haya deadoptar esa autorización.

2) La Comisión opina que el requisito de autorizaciónobliga a un Estado a determinar si una actividad conposible riesgo de causar un daño transfronterizo sensiblese está realizando en su territorio, o de alguna otra ma-nera bajo su jurisdicción o control, y que ese Estado debetomar las medidas que se indican en estos artículos. Esteartículo obliga a los Estados a desempeñar un papel másresponsable y activo en la reglamentación de las acti-vidades que se realizan en su territorio o bajo su jurisdic-ción o control con riesgo de daño transfronterizo sensi-ble. La Comisión toma nota, a este respecto, de que eltribunal de arbitraje del caso de la Fonderie de Trail sos-tuvo que el Canadá tenía «la obligación [...] de velar porque esa conducta se ajustara a la obligación que, comoaquí se determina, tenía el Dominio con arreglo al dere-cho internacional»44. El tribunal mantuvo que, en par-ticular, «debe exigirse de la Fundición Trail que seabstenga de causar daño alguno con sus humos en elEstado de Washington»45. En opinión de la Comisión, elartículo 7 es compatible con ese requisito.

3) La CU en el asunto del Detroit de Corfou mantuvoque todo Estado tiene la obligación de «no permitir asabiendas que su territorio sea utilizado para la realiza-ción de actos contrarios a los derechos de otros Esta-dos»46.

4) Las palabras «en su territorio, o de alguna otramanera bajo su jurisdicción o control» están tomadas delartículo 2. Las palabras «actividades comprendidas en elámbito de aplicación de los presentes proyectos de artí-culo» enuncian todos los requisitos del artículo 1 paraque una actividad quede incluida en el ámbito del pro-yecto de artículos.

5) Como se dispone al final de la primera oración delpárrafo 1 del artículo 7, se requerirá asimismo esa auto-rización para cualquier cambio importante que se pro-yecte en una de las actividades a que se refiere elartículo 1, siempre que ese cambio pueda agravar elriesgo o modificar su naturaleza o alcance. La segundaoración del párrafo 1 se refiere a aquellas situaciones enque se proyecta un cambio importante en la realizaciónde una actividad que, sin ese cambio, es inocua, pero queel cambio proyectado transformaría en una de las activi-dades que crea un riesgo de causar un daño transfronte-rizo sensible. Para efectuar ese cambio se requeriríatambién la autorización del Estado.

6) El párrafo 2 del artículo 7 hace hincapié en que, unavez que un Estado adopta el régimen contenido en estosartículos, el requisito de la autorización será aplicable

44 Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales (nota 16supra), pags 1965 y 1966

45Ibid,pag 196646Fondo, fallo, CU Recueil ¡949, pags 4 y ss, en particular

pag 22 Véase también Resúmenes de los fallos, opiniones consultivasy providencias de la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991(publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 97 V7), pag 7

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 33

con respecto a todas las actividades preexistentes quequeden comprendidas en el ámbito de aplicación de lospresentes artículos. La Comisión tiene conciencia de quepodría no ser razonable exigir que los Estados que asu-man las obligaciones impuestas por estos artículos lasapliquen de manera inmediata respecto de actividadesexistentes. En esos casos podría requerirse un períodoadicional para que el explotador de la actividad dieracumplimiento al requisito de la autorización. La Comi-sión opina que debe dejarse al arbitrio del Estado de ori-gen la decisión de si la actividad debe suspenderse a laespera de la autorización o si puede continuar mientras elexplotador realiza los trámites para obtenerla. En el casode que el Estado de origen deniegue la autorización, sesupone que el Estado de origen suspenderá la actividad.

7) El ajuste previsto en el párrafo 2 tiene lugar por logeneral cada vez que se impongan nuevas exigenciaslegislativas y administrativas en razón de normas deseguridad o de nuevas normas u obligaciones internacio-nales que el Estado deba aplicar. No obstante, algunosmiembros consideraron que esta cuestión debía tratarseen un nuevo artículo titulado «Prevención permanente».En opinión de un miembro, la obligación de autorizaciónretrospectiva imponía una carga excesiva a los explota-dores en el contexto de las actividades no prohibidas porel derecho internacional.

8) El párrafo 3 del artículo 7 establece las consecuen-cias cuando el explotador no cumple con el requisito dela autorización. El Estado de origen, que es el principalresponsable de vigilar esas actividades, tiene suficienteflexibilidad para asegurar que el explotador cumpla losrequisitos establecidos. Cuando corresponda, ese Estadopodrá retirar la autorización y, de esta forma, impedir quese realice esa actividad.

2) La evaluación de las consecuencias en el caso de laFonderie de Trail quizá no guarde relación directa con laresponsabilidad del riesgo, pero destaca la importanciade evaluar las consecuencias de una actividad queentrañe riesgos sensibles. En dicho caso el tribunalindicó que el estudio realizado por conocidos científicosde reconocida reputación era «probablemente el másconcienzudo de los hasta el momento efectuados encualquier sector sometido a la contaminación atmos-férica causada por humos industriales»47.

3) El requisito que se establece en el artículo 8 está enplena consonancia con el principio 17 de la Declaraciónde Río, que prevé también la realización de una evalua-ción del impacto ambiental de las actividades que proba-blemente hayan de producir un impacto negativoconsiderable en el medio ambiente:

Deberá emprenderse una evaluación del impacto ambiental, en ca-lidad de instrumento nacional, respecto de cualquier actividad pro-puesta que probablemente haya de producir un impacto negativo con-siderable en el medio ambiente v que este sujeta a la decisión de unaautoridad nacional competente

El requisito de evaluación de los efectos negativos deuna actividad se ha incluido de distintas formas enmuchos acuerdos internacionales49. El caso más notablees el del Convenio sobre evaluación del impacto en elmedio ambiente en un contexto transfronterizo, que estáíntegramente consagrado al procedimiento de realiza-ción de la evaluación ambiental y al contenido de ésta.

4) La cuestión de quién debe determinar el riesgo sedeja a la discreción de los Estados; normalmente la eva-luación es efectuada por explotadores que se atienen aciertas directrices establecidas por los Estados. Estascuestiones tendrían que ser resueltas por los propiosEstados sobre la base de su legislación interna o los ins-

Artículo 8.—Evaluación de los efectos

Cualquier decisión con respecto a la autorizaciónde una actividad comprendida en el ámbito de aplica-ción de los presentes proyectos de artículo deberábasarse en una evaluación de los posibles daños trans-fronterizos causados por esa actividad.

Comentario

1) En virtud del artículo 8 todo Estado, antes de conce-der la autorización necesaria a los encargados de la reali-zación de una de las actividades a que se refiere elartículo 1, debería velar por que se procediera a determi-nar el riesgo de que esa actividad pudiera causar un dañotransfronterizo sensible. Esa determinación permite alEstado estimar la amplitud y la naturaleza del riesgo quepueda crear esa actividad y, por consiguiente, el tipo demedidas preventivas que debería adoptar. La Comisiónopina que, dado que estos artículos están destinados atener una aplicación mundial, no pueden ser demasiadodetallados. Deben contener únicamente aquellos elemen-tos que sean necesarios para su mayor claridad.

47 Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales (nota 16supra), págs 1973 y 1974

48 Véase la nota 13 supra49 Véanse, por ejemplo, los artículos 205 y 206 de la Convención de

las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el artículo 4 de la Con-vención para regular las actividades relacionadas con los recursosminerales antarticos, el artículo 8 del Protocolo sobre la Protección delMedio Ambiente del Tratado Antartico, los apartados a y b delpárrafo 1 del artículo 14 del Convenio sobre la Diversidad Biológica,el artículo 14 del Acuerdo de la ASEAN sobre la conservación de lanaturaleza y los recursos naturales, el Convenio para la protección delos recursos naturales y el medio ambiente en la región del Pacíficosur, el artículo XI del Convenio regional de Kuwait sobre cooperaciónen materia de protección del medio marino contra la contaminación, yel Convenio regional para la conservación del medio ambiente del MarRojo y el Golfo de Aden En algunos tratados, el requisito de evalua-ción de las consecuencias se encuentra implícito Tal es, por ejemplo,el caso de los dos tratados multilaterales relativos a sistemas de comu-nicaciones, que exigen que sus signatarios utilicen sus instalaciones demodo que no ocasionen interferencias en las instalaciones de otrosEstados Partes El párrafo 2 del artículo 10 de la Convención interna-cional sobre radiotelegrafía exige que las Partes en la Convenciónestablezcan y exploten sus estaciones de manera que no perturben lascomunicaciones radioelectncas de otras Partes contratantes o de perso-nas autonzadas por sus gobiernos También el artículo 1 de la Conven-ción internacional relativa al empleo de la radiodifusión en beneficiode la paz dispone que las partes contratantes se comprometen a prohi-bir las emisiones destinadas a incitar a la población de cualquier terri-torio a cometer actos contrarios al orden interno o a la segundad de unEstado Parte

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34 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

trumentos internacionales aplicables. No obstante, sesupone que el Estado designará una autoridad, guberna-mental o no gubernamental, que examine la evaluaciónen nombre del gobierno, y asumirá las responsabilidadesque se deriven de las conclusiones a que llegue esa auto-ridad.

5) El artículo no especifica cuál debería ser el con-tenido de la determinación del riesgo. Es evidente que ladeterminación del riesgo de una actividad no puedehacerse eficazmente sino en la medida en que relacioneel riesgo con el posible daño que de éste pueda derivarse.La mayor parte de las convenciones y otros instrumentosjurídicos internacionales vigentes no especifican el con-tenido de la determinación. Hay excepciones, como elConvenio sobre evaluación del impacto en el medioambiente en un contexto transfronterizo, que detalla elcontenido de esa evaluación50. El estudio de 1981 sobrelos aspectos jurídicos del medio ambiente con respecto ala minería y las perforaciones que se llevan a cabo frentea las costas dentro de los límites de la jurisdicción nacio-nal preparado por el Grupo de Trabajo de Expertos enDerecho Ambiental, del PNUMA51, se refiere también endetalle al contenido de la evaluación en relación con laconclusión n.° 8 del estudio concerniente a la minería ylas perforaciones frente a las costas.

6) La opinión dominante en la Comisión es que es con-veniente dejar al derecho interno del Estado que efectúela evaluación la determinación detallada del contenido deésta. Algunos miembros estimaron, sin embargo, que eraconveniente y necesario que se abundara en el proyectode artículos respecto de los elementos de la evaluación deefectos ambientales para la orientación de los Estados. A

50 El artículo 4 del Convenio dispone que la evaluación del impactoambiental de un Estado Parte debe contener como mínimo la informa-ción que se describe en el apéndice II del propio Convenio En eseapéndice se enumeran los nueve puntos siguientes

«Contenido de la documentación de evaluación de las consecuen-cias sobre el medio ambiente

«Informaciones mínimas que deben figurar en la documentaciónde evaluación de las consecuencias sobre el medio ambiente, en vir-tud del artículo 4

»a) Descripción de la actividad propuesta y de su objeto,»¿>) Descripción, si procede, de las soluciones de sustitución

(por ejemplo en lo que se refiere al lugar de implantación o a la tec-nología) que puedan razonablemente considerarse, sin omitir laopción "cero" ,

»c) Descripción del medio ambiente sobre el que la actividadpropuesta y las soluciones de sustitución pueden tener un efectoimportante,

»d) Descripción de las consecuencias que la actividad propuestay las soluciones de sustitución pueden tener en el medio ambiente yevaluación de su importancia,

»e) Descripción de las medidas correctivas destinadas a reduciren lo posible las consecuencias perjudiciales en el medio ambiente,

»f) Indicación precisa de las hipótesis de base y de los métodosde previsión adoptados y de los datos ambientales pertinentes utili-zados,

»g) Inventario de las lagunas en los conocimientos y de lasincertidumbres comprobadas en la compilación de los datos necesa-rios,

»/j) Cuando proceda, resumen de los programas de vigilancia ygestión y de los planes que puedan existir para análisis ulteriores,

»/) Resumen no técnico acompañado, si fuere necesario, de unapresentación visual (mapas, gráficos, etc ) »51 Véase doc UNEP/GC 9/5/Add 5, anexo III

los fines del artículo 8, sin embargo, esa evaluacióndebería contener por lo menos una estimación de lasposibles consecuencias transfronterizas negativas de laactividad. Con arreglo al artículo 10, el Estado de origentendrá que transmitir la evaluación del riesgo a los Esta-dos que puedan estar sufriendo daños como resultado dela actividad. Para que esos Estados puedan evaluar elriesgo a que están expuestos tienen que saber qué efectosperjudiciales puede tener la actividad para ellos, asícomo las probabilidades de que ese daño se produzca.

7) La evaluación incluirá los efectos de la actividad, nosólo sobre las personas y los bienes, sino también sobreel medio ambiente de otros Estados. La Comisión estáconvencida de la necesidad y la importancia de la protec-ción del medio ambiente, independientemente de cual-quier daño que puedan sufrir los seres humanos o losbienes.

8) Este artículo no obliga a los Estados a exigir unadeterminación del riesgo de cualquier actividad que serealice en su territorio o de alguna otra manera bajo sujurisdicción o control. Las actividades que entrañan unriesgo de causar un daño transfronterizo sensible tienencaracterísticas generales que pueden identificarse y pro-porcionar a los Estados indicaciones sobre cuáles son lasque pueden entrar dentro del ámbito de aplicación deestos artículos. Así, por ejemplo, el tipo de fuente deenergía utilizada en la fabricación, la ubicación de laactividad y su proximidad a la zona fronteriza, etc., sontodos indicios de la posibilidad de que esa actividad estécomprendida en el ámbito de estos artículos. Existenciertas sustancias que algunas convenciones enumerancomo peligrosas o arriesgadas y cuyo uso en cualquieractividad puede por sí solo denunciar el riesgo de que esaactividad cause un daño transfronterizo sensible . Haytambién convenios que enumeran las actividades que sesuponen perjudiciales y que, por lo tanto, es posible quedeban ser consideradas como incluidas dentro del ámbitode esos artículos53.

52 Por ejemplo, el Convenio para la prevención de la contaminaciónmarina de origen terrestre establece en su artículo 4 la obligación de laspartes de eliminar o reducir la contaminación ambiental causada porciertas sustancias y contiene en el anexo la lista de éstas Análoga-mente, el Convenio sobre la protección del medio marino de la zona delMar Báltico incluye una lista de sustancias peligrosas en el anexo I y desustancias y materiales nocivos en el anexo II, haciendo constar que losdepósitos de esas sustancias están prohibidos o estrictamente limitados,véanse también el Protocolo del Convenio para la protección del MarMediterráneo contra la contaminación de origen terrestre y el Conveniosobre la protección del Rm contra la contaminación química

53 Véase, por ejemplo, el anexo I del Convenio sobre evaluación delimpacto en el medio ambiente en un contexto transfronterizo, en el quese enumeran como posiblemente peligrosas para el medio ambiente ysometidas al requisito de evaluación del impacto ambiental con arre-glo al Convenio actividades tales como las refinerías de petróleo, lascentrales térmicas y las instalaciones para la producción de combusti-bles nucleares enriquecidos Véase también el anexo II de la Conven-ción sobre responsabilidad civil por daños resultantes de actividadespeligrosas para el medio ambiente, instrumento que enumera entretales actividades el establecimiento de instalaciones o lugares para laeliminación parcial o total de desechos sólidos, líquidos o gaseososmediante su incineración en tierra o en el mar e instalaciones o lugarespara la degradación termal de desechos sólidos, gaseosos o líquidosmediante la reducción de oxígeno Esta Convención contiene tambiénuna lista de sustancias peligrosas en su anexo I

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 35

Artículo 9.—Información al público

Los Estados deberán proporcionar, por los mediosque consideren apropiados, al público que puedaresultar afectado por una actividad comprendida enel ámbito de aplicación de los presentes proyectosde artículo, la información pertinente relativa a esaactividad, el riesgo que entraña y los daños que pue-dan resultar de ella, y consultarán su opinión.

Comentario

1) El artículo 9 requiere que los Estados, en la medidade lo posible y por los medios que corresponda, facilitenal público que pueda resultar afectado, de su propioEstado o de otros Estados, información relativa al riesgoque entrañe y a los daños que pudieran derivarse de unaactividad sometida a autorización, con el fin de conocersus opiniones. Por tanto, el artículo requiere de los Esta-dos d) que faciliten información a su opinión públicasobre la actividad y sobre el riesgo que supone y losdaños y b) que averigüen la opinión del público. Natural-mente, está claro que la idea de facilitar información alpúblico tiene por objeto que éste pueda informarse paraluego conocer su opinión. Sin este segundo paso, se anu-laría el efecto del artículo.

2) Los datos que han de facilitarse al público compren-den la información sobre la propia actividad, así comosobre la naturaleza y el alcance del riesgo, y los dañosque comporta. Esa información figura en los documentosque acompañan a la notificación prevista en el ar-tículo 10 o en la evaluación que haga el Estado quepuede resultar afectado, de conformidad con elartículo 13.

3) Este artículo se inspira en las nuevas tendencias delderecho internacional en general y del derecho ambientalen particular, que tratan de hacer participar, en la toma dedecisiones, a las personas cuyas vidas, salud, bienes yambiente puedan resultar afectados, dándoles la oportu-nidad de exponer sus opiniones y de ser oídas por losencargados de adoptar las decisiones definitivas.

4) El principio 10 de la Declaración de Río prevé laparticipación del público en el proceso de adopción dedecisiones de la manera siguiente:

El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la partici-pación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corres-ponda En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso adecuadoa la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autori-dades públicas, incluida la información sobre los materiales y las acti-vidades que encierran peligro en sus comunidades, así como la opor-tunidad de participar en los procesos de adopción de decisionesLos Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la partici-pación de la población poniendo la información a disposición de todosDeberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judicialesy administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursospertinentes54

5) Otros acuerdos jurídicos internacionales recientessobre cuestiones ambientales han requerido de los Esta-dos que faciliten al público información y le den la opor-

tunidad de participar en la toma de decisiones. A esterespecto son pertinentes los párrafos 1 y 2 de la sec-ción VII del Código de conducta sobre contaminaciónaccidental de aguas interiores transfronterizas:

1 Con objeto de promover una toma de decisiones con conoci-miento de causa por las autoridades centrales, regionales o locales enlas deliberaciones relativas a la contaminación accidental de las aguasinteriores transfronterizas, los países deberían facilitar la participacióndel público que pueda ser afectado en las audiencias e investigacionespreliminares y la formulación de objeciones a las decisiones propues-tas, asi como la presentación de recursos y la representación en los pro-cedimientos administrativos y judiciales

2 Los países en que se produzca un incidente deberían adoptartodas las medidas apropiadas para facilitar a las personas naturales yjurídicas expuestas a un nesgo importante de contaminación accidentalde las aguas interiores transfronterizas información suficiente para quepuedan ejercer los derechos que les conceda la legislación nacional deconformidad con los objetivos del presente Código55

Asimismo, el artículo 16 del Convenio sobre la protec-ción y utilización de cursos de agua transfronterizos ylagos internacionales, el párrafo 8 del artículo 3 del Con-venio sobre evaluación del impacto en el medioambiente en un contexto transfronterizo, el artículo 17del Convenio sobre la protección del medio marino en lazona del Mar Báltico y el artículo 6 de la ConvenciónMarco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climá-tico disponen que se informe al público.

6) Hay muchas modalidades de participación en latoma de decisiones. El examen de los datos y de la infor-mación sobre los que se tomarán las decisiones y laoportunidad de confirmar o rechazar la exactitud de losdatos, el análisis y las consideraciones de orden políticoya sea por medio de tribunales administrativos o judicia-les o de grupos de ciudadanos interesados, son algunasde las maneras de participar en la toma de decisiones.A juicio de la Comisión, esta forma de participación delpúblico contribuye a propiciar los esfuerzos para impedirlos daños ambientales y transfronterizos.

7) La obligación prevista en el artículo 9 se limita conla oración «por los medios que consideren apropiados»,que tiene por objeto confiar la manera de facilitar esainformación a los Estados, a las normas de su derechointerno y a la política del Estado en lo que respecta, porejemplo, a si dicha información ha de facilitarse a travésde los medios de comunicación, las organizaciones nogubernamentales, los organismos públicos, las autorida-des locales, etc. En el caso del público ubicado fuera delas fronteras del Estado, la información se puede propor-cionar, si corresponde, usando los buenos oficios delEstado de que se trate si la comunicación directa nofuera factible o práctica.

8) Asimismo, el Estado que pueda resultar afectado,tras recibir la notificación e información del Estado deorigen, informará, por los medios que corresponda, aaquel sector de su público que pueda ser perjudicadoantes de responder a la notificación.

54 Véase la nota 13 supra55 Véase la nota 22 supra

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36 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

Artículo 10.—Notificación e información

1. Si la evaluación a que se refiere el artículo 8indica que existe un riesgo de causar un daño trans-fronterizo sensible, el Estado de origen deberá, antesde que se tome una decisión sobre la autorización dela actividad, hacer la oportuna notificación al res-pecto a los Estados que pueden resultar afectados yles transmitirá la información técnica disponible ydemás información pertinente en que se base laevaluación.

2. Los Estados que puedan resultar afectadosdeberán presentar su respuesta dentro de un plazorazonable.

Comentario

1) El artículo 10 trata del caso de que la evaluación rea-lizada por un Estado, de conformidad con el artículo 8,indique que la actividad prevista supone un riesgo real decausar daños transfronterizos sensibles. Este artículo,junto con los artículos 9, 11, 13 y 14, establece un con-junto de procedimientos esencial para equilibrar los inte-reses de todos los Estados interesados, dándoles unaoportunidad razonable de encontrar la forma de realizarla actividad adoptando medidas satisfactorias y razona-bles destinadas a prevenir o aminorar los daños trans-fronterizos.

2) El artículo 10 obliga al Estado a notificar a los otrosEstados que puedan resultar afectados por la actividadprevista. Las actividades incluidas son tanto las proyecta-das por el propio Estado como las planificadas por enti-dades privadas. El requisito de la notificación es parteindispensable de cualquier sistema orientado a prevenir oaminorar el riesgo de daños transfronterizos.

3) La obligación de notificar a otros Estados el riesgode sufrir daños sensibles a que estén expuestos se recogióen el asunto del Détroit de Corfou, en que la CIJ dijo quela obligación de advertir se basaba en «consideracioneselementales de humanidad»56. Este principio estáreconocido en el contexto de los usos de los cursos deagua internacionales y, en el contexto citado, se encuen-tra incorporado en algunos acuerdos internacionales,decisiones de cortes y tribunales internacionales, declara-ciones y resoluciones aprobados por organizacionesintergubernamentales, conferencias y reuniones, y estu-dios de organizaciones intergubernamentales e interna-cionales57.

4) Además de la utilización de los cursos de agua inter-nacionales, el principio de la notificación está reconocidotambién con respecto a otras actividades de efectos trans-fronterizos. Por ejemplo, en el artículo 3 del Convenio

56 Véase la nota 46 supra57 Por lo que se refiere a los tratados que se ocupan de la notificación

previa y el intercambio de información con respecto a los cursos deagua, véase el párrafo 6 del comentario del artículo 12 (Notificación delas medidas proyectadas que puedan causar un efecto perjudicial), delproyecto de artículos sobre el derecho de los cursos de agua internacio-nales para fines distintos de la navegación [Anuario 1994, vol II(segunda parte), págs 119 y 120]

sobre evaluación del impacto en el medio ambiente en uncontexto transfronterizo, que prevé un elaborado sistemade notificación, y en los artículos 3 y 10 de la Conven-ción sobre los efectos transfronterizos de los accidentesindustriales. El principio 19 de la Declaración de Río serefiere a la notificación oportuna:

Los Estados deberán proporcionar la información pertinente, y noti-ficar previamente y en forma oportuna, a los Estados que posiblementeresulten afectados por actividades que puedan tener considerables efec-tos ambientales transfronterizos adversos, y deberán celebrar consultascon esos Estados en una fecha temprana y de buena fe58

5) El procedimiento de notificación se ha definido enalgunas resoluciones de la OCDE. Por ejemplo, conrespecto a algunas sustancias químicas, el anexo de laresolución C(71)73 de la OCDE, de 18 de mayo de 1971,determina que todo Estado miembro recibirá una notifi-cación antes de que cualquier otro Estado miembroadopte las medidas que proyecte con respecto a sustan-cias que tengan efectos perjudiciales en el hombre o elmedio ambiente, cuando esas medidas puedan producirefectos sensibles en la economía y el comercio de otrosEstados59. El anexo de la recomendación C(74)224 de laOCDE, de 14 de noviembre de 1974, sobre los «Princi-pios relativos a la contaminación transfronteriza», en suprincipio sobre información y consulta requiere la notifi-cación y consulta antes de realizar cualquier actividadque pueda crear un riesgo de contaminación transfronte-riza sensible60.

6) El principio de la notificación está ampliamenteasentado en el caso de emergencias ambientales. Elprincipio 18 de la Declaración de Río61, el artículo 198de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Dere-cho del Mar, el artículo 2 de la Convención sobre lapronta notificación de accidentes nucleares, el apartado ddel párrafo 1 y el párrafo 3 del artículo 14 del Conveniosobre la Diversidad Biológica y el apartado c delpárrafo 1 del artículo 5 del Convenio internacional sobrela preparación, la lucha y la cooperación en materia decontaminación por hidrocarburos exigen todos la notifi-cación.

7) De conformidad con el párrafo 1, cuando la evalua-ción revele riesgo de causar daños transfronterizos sensi-bles, el Estado que se proponga realizar esa actividadtendrá la obligación de notificar a los Estados que pue-dan resultar afectados. Esa notificación deberá ir acom-pañada de la información técnica disponible en que laevaluación se base. La referencia hecha a la informacióntécnica «disponible» y otra información pertinente tienepor objeto indicar que la obligación del Estado de origense limita a comunicar la información técnica y de otraíndole obtenida en relación con la actividad. Esa infor-mación se obtiene por lo general durante la evaluación dela actividad de conformidad con el artículo 8.El párrafo 1 supone que la información técnica resultantede la evaluación comprende no sólo lo que podría lla-marse datos brutos, es decir, hojas de datos, esta-dísticas, etc., sino también el análisis de la información

Véase la nota 13 supra

L'OCDEet l'environnement (nota 26 supra), pág 10460 Ibid, pág 167, secc E61 Véase la nota 13 supra

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 37

utilizada por el propio Estado de origen para determinarel riesgo de daños transfronterizos.

8) Los Estados pueden decidir libremente cómo quie-ren informar a los Estados que puedan resultar afectados.En general, se supone que los Estados se pondrán en con-tacto con los otros Estados directamente, por caucesdiplomáticos. Si no hay relaciones diplomáticas, losEstados podrán notificar a los otros Estados por medio deun tercer Estado.

9) El párrafo 1 también se ocupa del caso en que elEstado de origen, a pesar de todos sus esfuerzos y de sudiligencia, no pueda identificar, antes de autorizar la acti-vidad, a todos los Estados que puedan resultar afectadosy esa información llegue a su conocimiento solamentedespués de haber emprendido la actividad. De conformi-dad con ese párrafo, el Estado de origen, en tales casos,estará obligado a hacer la notificación tan pronto como lainformación llegue a su conocimiento y tenga oportuni-dad de determinar, en un plazo razonable, si hay otrosEstados que puedan resultar afectados por la actividad.

10) El párrafo 2 trata de la necesidad de que los Esta-dos en cuestión respondan en un plazo razonable. Ladeterminación de lo que es un «plazo razonable»depende de varios factores. Por lo general, es un plazoque permite a los Estados interesados evaluar los datoscorrespondientes y sacar sus propias conclusiones. Esterequisito está supeditado a la cooperación y la buena fe.

Artículo 11.—Consultas sobre las medidas preventivas

1. Los Estados de que se trata celebrarán consul-tas, a petición de cualquiera de ellos, con miras aencontrar soluciones aceptables respecto de las medi-das que hayan de adoptarse para prevenir y minimi-zar el riesgo de daño transfronterizo sensible.

2. Los Estados deberán buscar soluciones basa-das en un equilibrio equitativo de intereses a la luz delartículo 12.

3. Si las consultas a que se refiere el párrafo 1 noconducen a una solución acordada, el Estado de ori-gen, si decide autorizar que la actividad se realice,deberá tener en cuenta los intereses de los Estadosque puedan resultar afectados, sin perjuicio de losderechos de cualquier Estado que pueda resultarafectado.

Comentario

1) El artículo 11 requiere que los Estados interesados,es decir, el Estado de origen y los Estados que puedanresultar afectados, se consulten para acordar medidasdestinadas a prevenir o aminorar el riesgo de daños trans-fronterizos sensibles. Según el momento en que se invo-que el artículo 11, las consultas pueden celebrarse antesde la autorización y comienzo de una actividad o durantesu realización.

2) En este artículo la Comisión ha intentado mantenerel equilibrio entre dos consideraciones igualmenteimportantes. En primer lugar, el artículo trata de activi-dades no prohibidas por el derecho internacional y quenormalmente son importantes para el desarrollo econó-mico del Estado de origen. Pero, en segundo lugar, nosería equitativo para los demás Estados permitir que esasactividades se realizaran sin consultar con ellos y sinadoptar medidas preventivas apropiadas. Portante, elartículo no establece una simple formalidad que elEstado de origen tenga que cumplir sin el propósito realde llegar a una solución aceptable para los demás Esta-dos, ni tampoco el derecho de veto para los Estados quepuedan resultar afectados. Para mantener el equilibrio, elartículo prescribe la manera y la finalidad de las consul-tas entre las partes. Las partes deben consultarse debuena fe y tener en cuenta los legítimos intereses de cadauna. Las partes han de consultarse con miras a llegar auna solución aceptable sobre las medidas que han deadoptarse para prevenir o aminorar el riesgo de dañostransfronterizos sensibles.

3) A juicio de la Comisión, el principio de la buena fees parte integrante de toda obligación de consulta ynegociación. La obligación de consultar y negociar sin-ceramente y de buena fe se reconoció en el laudo delasunto del Lac Lanoux, en el que el tribunal declaró que:

Las consultas y negociaciones entre los dos Estados deben ser sinceras,deben cumplir las normas de la buena fe y no deben ser simples forma-lidades Las normas de la razón y la buena fe son aplicables a los dere-chos y obligaciones de procedimiento relativos al uso compartido delos ríos internacionales

4) En lo que respecta a esta cuestión concreta de labuena fe, la Comisión se basa también en el fallo de laCIJ en el asunto de la Compétence en matière de pêche-ries (Reino Unido c. Islandia). En este fallo la Cortedeclaró que «su tarea [la de las partes] consistirá en cele-brar negociaciones de manera que cada parte tenga debuena fe razonablemente en cuenta los derechos de laotra»63. La Comisión considera también pertinente a esteartículo la decisión de la Corte en los asuntos referidos alPlateau continental de la mer du Nord (República Fe-deral de Alemania c. Dinamarca y República Federal deAlemania c. Países Bajos)64 sobre la manera en quedeben celebrarse negociaciones. En esos casos la Cortedeclaró lo siguiente:

a) Las partes tienen la obligación de entablar una negociación conmiras a llegar a un acuerdo y no simplemente proceder a una negocia-ción formal como una especie de condición previa para la aplicaciónautomática de un determinado método de limitación, a falta de acuerdo,las partes tienen la obligación de comportarse de manera que la nego-ciación tenga sentido, lo que no sucede cuando una de ellas insiste ensu propia posición sin contemplar ninguna modificación65

62 Véase la nota 24 supra63 Fondo, fallo, CIJ Recueil 1974, pág 33, párr 78 Véase tam-

bién Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providencias dela Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de lasNaciones Unidas, n ° de venta S 92 V 5), pág 127

64 Fallo, CIJ Recueil 1969, págs 3 y ss , en particular págs 47 y48, párrs 85 y 87 Véase también Resúmenes de los fallos, opinionesconsultivas y providencias de la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 92 V5),pág 100

6SCIJ Recueil 1969, párr 85

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38 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 5O.° período de sesiones

Aun cuando la Corte en este fallo habla de «negocia-ción», la Comisión cree que el requisito de buena fe en laconducta de las partes durante el curso de las consultas onegociaciones es el mismo.

5) Las consultas tienen por objeto que las partesencuentren soluciones aceptables respecto de las medidasque han de adoptarse a fin de prevenir o aminorar elriesgo de daños transfronterizos sensibles. Las palabras«soluciones aceptables», relativas a la adopción de medi-das preventivas, hacen referencia a aquellas medidas queson aceptadas por las partes dentro de las directricesespecificadas en el párrafo 2. En general, el consenti-miento de las partes en tomar medidas de prevención seexpresará mediante algún tipo de acuerdo.

6) Las partes evidentemente intentarán primero selec-cionar aquellas medidas que puedan evitar el riesgo decausar daños transfronterizos sensibles o, si esto no esposible, que aminoren el riesgo de esos daños. En virtuddel artículo 4 las partes tienen la obligación, además, decooperar en la aplicación de esas medidas. También estaobligación deriva de la opinión de la Comisión de que laobligación de ejercer la debida diligencia, núcleo de lasdisposiciones destinadas a prevenir o a aminorar losdaños transfronterizos sensibles, tiene carácter continuoy vale para todas las fases de la actividad.

7) El artículo 11 puede invocarse siempre que se plan-tee la necesidad de adoptar medidas preventivas. Estacuestión evidentemente puede suscitarse como conse-cuencia del artículo 10, a causa de una notificación hechaa los demás Estados por el Estado de origen en el sentidode que una actividad que se propone emprender puedeentrañar el riesgo de causar daños transfronterizos sensi-bles, o bien en el curso del intercambio de informaciónprevisto en el artículo 14 o en el contexto del artículo 13sobre los procedimientos que se han de aplicar a falta dela notificación.

8) El artículo 11 tiene un ámbito amplio de aplicación.Hade aplicarse a todas las cuestiones relativas a lasmedidas preventivas. Por ejemplo, cuando las partesefectúan la notificación prevista en el artículo 10 o inter-cambian información en virtud del artículo 14 y hayambigüedades en esas comunicaciones, pueden pedirseconsultas simplemente para aclarar esas ambigüedades.

9) El párrafo 2 orienta a los Estados para cuando seconsulten sobre las medidas preventivas. Las partes bus-carán soluciones basadas en el equilibrio equitativo deintereses previsto en el artículo 12. Ni el párrafo 2 deeste artículo ni el artículo 12 impiden a las partes tener encuenta otros factores que consideren pertinentes paralograr un equilibrio equitativo de intereses.

10) El párrafo 3 trata de la posibilidad de que, pese atodos los esfuerzos, las partes no puedan llegar a unacuerdo sobre medidas preventivas aceptables. Como seexplicó en el párrafo 3 supra, el artículo establece unequilibrio entre dos consideraciones, una de las cuales esno conceder el derecho de veto a los Estados que puedanresultar afectados. A este respecto, la Comisión recuerdael laudo dictado en el asunto del Lac Lanoux en el que eltribunal señaló que en algunas situaciones la parte quepueda resultar afectada puede, en contra de la buena fe,

paralizar los esfuerzos sinceros de negociación66. A finde tener en cuenta esta posibilidad, el artículo disponeque el Estado de origen pueda proseguir la actividad, yaque la falta de esta opción concedería de hecho un dere-cho de veto a los Estados que puedan resultar afectados.Aunque se le permite proseguir la actividad, el Estado deorigen sigue obligado a tener en cuenta los intereses delos Estados que puedan resultar afectados. Después delas consultas, el Estado de origen es consciente de laspreocupaciones de los Estados que puedan resultarafectados y está incluso en una mejor situación paratomarlas seriamente en cuenta al realizar la actividad.

11) La última parte del párrafo 3 protege también losintereses de los Estados que puedan resultar afectados.La finalidad es tener un amplio alcance con objeto deincluir los derechos que los Estados que puedan resultarafectados tengan en virtud de cualquier norma de dere-cho internacional, de los principios generales del dere-cho, del derecho interno, etc.

12) En opinión de un miembro de la Comisión, a faltade una solución acordada por los Estados interesados, ladesignación de una comisión independiente e imparcialde investigación, con arreglo a lo previsto en el párrafo 2del artículo 17, debería tener prioridad con respecto a unadecisión unilateral de seguir adelante con la actividad encuestión. El principio de buena fe exigiría que así fueraen relación con un instrumento que se ocupara de la pre-vención del daño transfronterizo sensible.

Artículo 12.—Factores de un equilibrio equitativode intereses

Para lograr un equilibrio equitativo de intereses atenor del párrafo 2 del artículo 11, los Estados de quese trate tendrán en cuenta todos los factores y cir-cunstancias pertinentes, en particular:

a) El grado de riesgo de daño transfronterizo sensi-ble y la disponibilidad de medios para prevenir esedaño o minimizar ese riesgo o reparar el daño;

b) La importancia de la actividad, teniendo encuenta sus ventajas generales de carácter social, eco-nómico y técnico para el Estado de origen en relacióncon el daño potencial para los Estados que puedanresultar afectados;

c) El riesgo de que se cause un daño sensible almedio ambiente y la disponibilidad de medios paraprevenir ese daño o minimizar ese riesgo o rehabilitarel medio ambiente;

d) El grado en que los Estados de origen y, cuandocorresponda, los Estados que puedan resultar afecta-dos estén dispuestos a sufragar los costos de la pre-vención;

é) La viabilidad económica de la actividad en rela-ción con los costos de la prevención y con la posibili-dad de realizar la actividad en otro lugar o por otrosmedios o de sustituirla por otra actividad;

f) Las normas de prevención que los Estados quepuedan resultar afectados apliquen a la misma activi-

5 Véase la nota 24 supra.

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 39

dad o actividades comparables y las normas aplicadasen la práctica regional o internacional comparable.

Comentario

1) El objeto de este artículo es ofrecer alguna orienta-ción a los Estados que han iniciado consultas tratando delograr un equilibrio de intereses equitativo. Para alcanzarun equilibrio de intereses equitativo hay que determinarlos hechos y sopesar todos los factores y circunstanciaspertinentes.

2) La cláusula principal del artículo dispone que, «paralograr un equilibrio equitativo de intereses a tenor delpárrafo 2 del artículo 11, los Estados interesados tendránen cuenta todos los factores y circunstancias pertinen-tes». El artículo continúa con una lista no exhaustiva deesos factores y circunstancias. La amplia diversidad detipos de actividades que abarcan estos artículos y lasdiferentes situaciones y circunstancias en que se realiza-rán hacen imposible formular una lista exhaustiva de fac-tores que guarden relación con todos los casosindividuales. Algunos de los factores pueden ser perti-nentes en un determinado caso mientras que otros pue-den no serlo y algunos otros factores no contenidos en lalista pueden resultar pertinentes. No se asigna prioridadni peso a los factores y circunstancias enumerados puestoque algunos de ellos pueden ser más importantes en cier-tos casos y otros pueden merecer que se les concedamayor peso en otros casos. En general, los factores y cir-cunstancias indicados permitirán a las partes compararlos costos y beneficios que pueden darse en un caso par-ticular.

3) En el apartado a se compara el grado de riesgo deldaño transfronterizo sensible con la disponibilidad demedios de prevenir ese daño o reducir al mínimo eseriesgo y la posibilidad de reparar el daño. Por ejemplo, elgrado de riesgo de daño puede ser elevado pero puedehaber medidas que permitan prevenir el daño o reducirese riesgo o puede haber posibilidades de reparar el daño.Las comparaciones en este caso son cuantitativas y cuali-tativas.

4) En el apartado b se compara la importancia de laactividad en función de sus ventajas sociales, económi-cas y técnicas para el Estado de origen con el daño poten-cial para los Estados que puedan verse afectados. LaComisión recuerda en este contexto la decisión delasunto Donauversinkung en el que la Corte declaró losiguiente:

Los intereses de los Estados en cuestión han de ponderarse entre si demanera equitativa Se ha de considerar no sólo el daño absoluto causadoal Estado vecino sino también la relación de la ventaja obtenida por eluno con el daño causado al otro67

67 Streitsache des Landes Wurttemberg und des Landes Preussengegen das Land Baden, betreffend die Donauversinkung, Staatsge-nchtshof alemán, 18 de junio de 1927, Entschemdungen des Reichsge-richts in Zrvilsachen, Berlin, vol 116, apéndice, págs 18 y ss , veasetambién Annual Digest of Public International Law Cases, 1927 and1928, edición de A McNair y H Lauterpacht, Londres, Longmans,1931, vol 4, pág 131, Kansas c Colorado (1907), United StatesReports, vol 206, 1921, pág 100, y Washington c Oregon (1936),ibid, vol 297, 1936, pág 517

5) En el apartado c se compara, de la misma maneraque en el apartado a, el riesgo de daño sensible al medioambiente con la disponibilidad de medios de prevenirese daño o aminorar ese riesgo y la posibilidad de reha-bilitar el medio ambiente. La Comisión recalca la impor-tancia particular de la protección del medio ambiente.Considera que el principio 15 de la Declaración de Ríoguarda relación con este párrafo cuando dice:

Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certezacientífica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar laadopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir ladegradación del medio ambiente68

6) La Comisión consideró la posibilidad de reemplazarla expresión «rehabilitar» por la expresión «preservar»,pero decidió conservar la primera. En su opinión, losEstados debían considerar los medios apropiados pararestablecer, en la medida de lo posible, la situación exis-tente antes de producirse el daño. Se considera que sedebía destacar lo anterior como un factor que habrían detomar en cuenta los Estados interesados que adoptaranmedidas propicias al medio ambiente.

7) Un miembro de la Comisión expresó la opinión deque debía suprimirse el apartado c por cuanto, atendidala definición de daño del apartado b del artículo 2, eldaño del medio ambiente ya estaba comprendido en lasdisposiciones del apartado a. Otros miembros considera-ron que el apartado a se refería más directamente algrado de riesgo y al grado de disponibilidad de mediosde prevención, en tanto que el apartado c se refería a lanecesidad de velar por la adopción de medidas más pro-picias al medio ambiente. Por lo tanto, debía mantenerseel apartado como disposición.

8) En el apartado d se dispone que uno de los elemen-tos que determinan la elección de medidas preventivas esla voluntad de los Estados que pueden verse afectados decontribuir al costo de la prevención. Por ejemplo, si losEstados que pueden verse afectados están dispuestos acontribuir a los gastos de las medidas preventivas puedeser razonable, teniendo en cuenta otros factores, esperarque el Estado de origen tome medidas preventivas máscostosas pero más eficaces. Sin embargo, esto no deberestar importancia a las medidas eficaces en función delcosto que el Estado de origen está obligado a tomar enprimera instancia para que se puedan tomar las medidasapropiadas con arreglo al artículo 3.

9) La expresión «cuando corresponda» indica que elEstado de origen y los Estados que probablemente resul-tarían afectados no están en el mismo nivel en cuanto ala contribución a los gastos de prevención. Con frecuen-cia los Estados interesados inician negociaciones res-pecto de la distribución de los gastos de las medidaspreventivas. Al hacerlo actúan sobre la base del principiobásico derivado del artículo 3 en cuya virtud esos gastosdeben correr de cargo del operador o del Estado de ori-gen. Esas negociaciones tienen lugar principalmente enlos casos en que no hay acuerdo respecto del monto delas medidas preventivas y en que el Estado afectado con-tribuye a los gastos de las medidas preventivas a fin develar por un mayor grado de protección por encima de lo

' Véase la nota 13 supra

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que el Estado de origen considera que es esencial garanti-zar. Ese vínculo entre la distribución de los gastos y elmonto de las medidas preventivas se refleja en particularen el apartado d.

10) El apartados introduce una serie de factores quehan de compararse y tenerse en cuenta. La viabilidadeconómica de la actividad debe compararse con los cos-tos de la prevención. El costo de las medidas preventivasno debe ser tan alto que haga económicamente inviable laactividad. La viabilidad económica de la actividad debeevaluarse también en función de la posibilidad de cam-biar el emplazamiento o realizarla por otros medios osustituirla por otra actividad. Con las palabras «realizarla actividad [...] por otros medios» se pretende tener encuenta, por ejemplo, una situación en la que un tipo desustancia química utilizado en la actividad, que pudieraser la causa del daño transfronterizo, pueda sustituirsepor otra sustancia química o el equipo mecánico de laplanta o la fábrica pueda sustituirse por otro equipo dife-rente. Las palabras «sustituirla por otra actividad» tienenpor objeto tener en cuenta la posibilidad de que se pue-dan alcanzar los mismos resultados o resultados compa-rables con otra actividad sin riesgo, o con un riesgo muyinferior, de daño transfronterizo sensible.

11) En el apartado f se comparan las normas de protec-ción solicitadas del Estado de origen con las aplicadas ala misma actividad o una actividad comparable en elEstado que puede verse afectado. El fundamento es que,en general, puede no ser razonable pedir al Estado de ori-gen que cumpla una norma de prevención mucho másestricta que la que se aplica en los Estados que puedenverse afectados. Sin embargo, este factor no es en símismo concluyente. Puede haber situaciones en quecabría esperar que el Estado de origen aplicara a la activi-dad normas de prevención superiores a las aplicadas enlos Estados que pueden resultar afectados, por ejemplo,cuando el Estado de origen es un Estado muy desarro-llado y aplica reglamentaciones legales sobre el medioambiente establecidas en el plano interno. Estas regla-mentaciones pueden ser considerablemente más estrictasque las aplicadas en un Estado de origen que, por hallarseen determinada fase de desarrollo, tenga (y ciertamentenecesite) pocas reglamentaciones, si es que las tiene,sobre las normas de prevención. Teniendo en cuentaotros factores, el Estado de origen puede tener que apli-car sus propias normas de prevención, más estrictas quelas de los Estados que pueden verse afectados.

12) Los Estados deben también tener en cuenta las nor-mas de prevención aplicadas a las mismas actividades o aactividades comparables en otras regiones o, si existen,las normas internacionales de prevención aplicables aactividades semejantes. Esto reviste especial importanciacuando, por ejemplo, los Estados interesados no dispo-nen de ninguna norma de prevención en relación con esasactividades o desean mejorar las normas existentes.

Artículo 13.—Procedimientos aplicables a faltade notificación

1. Si un Estado tiene motivos razonables paracreer que una actividad que se proyecta o lleva a caboen el territorio o de cualquier otro modo bajo la juris-

dicción o el control de otro Estado puede entrañar unriesgo de causarle un daño transfronterizo sensible,podrá pedir al otro Estado que se aplique la disposi-ción del artículo 10. La petición irá acompañada deuna exposición documentada de sus motivos.

2. En caso de que el Estado de origen llegue, noobstante, a la conclusión de que no está obligado ahacer la notificación a que se refiere el artículo 10,informará de esa conclusión al otro Estado dentro deun plazo razonable y le presentará una exposicióndocumentada de las razones en que ella se funde. Si elotro Estado no está de acuerdo con esa conclusión, losdos Estados entablarán sin demora, a petición de eseotro Estado, consultas en la forma indicada en elartículo 11.

3. Durante las consultas, el Estado de origendeberá, a petición del otro Estado, disponer las medi-das adecuadas y viables para minimizar el riesgo y,cuando proceda, suspender la actividad de que setrate por un período de seis meses, salvo que seacuerde otra cosa.

Comentario

1) El artículo 13 trata de la situación en la que unEstado, a pesar de no haber recibido notificación de unaactividad de conformidad con el artículo 10, tiene cono-cimiento de que se está llevando a cabo una actividad enotro Estado, bien sea por el propio Estado o por una enti-dad privada, y tiene motivos razonables para creer queesa actividad entraña un riesgo de causarle un daño sen-sible.

2) La expresión «un Estado» no excluye la posibilidadde que más de un Estado crea que una actividad proyec-tada puede dañarle de manera sensible. Las palabras «seaplique la disposición del artículo 10» no deben interpre-tarse en el sentido de que el Estado que tiene la intenciónde autorizar o ha autorizado una actividad necesaria-mente ha incumplido sus obligaciones en virtud delartículo 10. En otras palabras, ese Estado puede haberhecho una evaluación del riesgo de que la actividad pre-vista cause un daño transfronterizo sensible y haber lle-gado de buena fe a la conclusión de que no se derivaríantales efectos de dicha actividad. El párrafo 1 permite queun Estado pida al Estado en el que se origina la actividadque reconsidere su evaluación y sus conclusiones, y noprejuzga si el Estado de origen cumplió inicialmente lasobligaciones que le incumben en virtud del artículo 10.

3) Para que el Estado que puede resultar afectado tengaderecho a hacer tal petición han de cumplirse, no obs-tante, dos condiciones. La primera es que el Estado soli-citante tenga «motivos razonables para creer» que laactividad de que se trate puede entrañar un riesgo de cau-sarle un daño transfronterizo sensible. La segunda es queel Estado solicitante presente «una exposición documen-tada de sus motivos». El objeto de estas condiciones esque el Estado solicitante tenga algo más que un temorvago y carente de fundamento. Es necesaria una creenciaseria y fundamentada, en particular dada la posibilidad

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 41

de pedir al Estado de origen que suspenda la ejecución desus planes con arreglo al párrafo 3 del artículo 13.

4) La primera frase del párrafo 2 trata del caso en queel Estado que proyecta tomar las medidas llegue a la con-clusión, después de reconsiderar su posición, como seindica en el párrafo 2 del presente comentario, de que noestá obligado a hacer la notificación a que se refiere elartículo 10. En tal situación, el párrafo 2 tiene por objetomantener un justo equilibrio entre los intereses de losEstados interesados exigiendo que el Estado de origenofrezca el mismo tipo de justificación de su conclusiónque los que se exigen al Estado solicitante en virtud delpárrafo 1. La segunda frase del párrafo 2 trata delsupuesto de que la conclusión del Estado de origen nosatisfaga al Estado solicitante. Exige que en tal situaciónel Estado de origen inicie sin demora consultas con elotro Estado (o Estados) a petición de este (estos)último(s). Las consultas se han de realizar en la formaindicada en los párrafos 1 y 2 del artículo 11. En otraspalabras, su objeto es hallar «soluciones aceptables» conrespecto a las medidas que han de adoptarse para preve-nir o minimizar el riesgo de causar un daño transfronte-rizo sensible, y que las soluciones que se persiguendeben estar «basadas en un equilibrio equitativo de inte-reses». Estas frases se han examinado en el comentariodel artículo 11.

5) El párrafo 3 requiere que el Estado de origen adoptemedidas adecuadas y viables para minimizar el riesgo y,cuando proceda, que suspenda la actividad de que se tratepor un período de seis meses, si así se lo pide el otroEstado durante las consultas. Los Estados interesadostambién podrían acordar otra cosa.

6) Otros instrumentos jurídicos contienen disposicio-nes análogas. El artículo 18 de la Convención sobre elderecho de los usos de los cursos de agua internacionalespara fines distintos de la navegación y el párrafo 7 delartículo 3 del Convenio sobre evaluación del impacto enel medio ambiente en un contexto transfronterizo tam-bién prevén un procedimiento por el cual un Estado quepueda verse afectado por una actividad puede iniciarconsultas con el Estado de origen.

7) En opinión de un miembro era simplemente arbitra-rio prever un período de suspensión de seis meses en elpárrafo 3. Además, no era claro si se mencionaba eseplazo en tanto marco temporal recomendado o si elEstado de origen, en ese caso, tenía la obligación de sus-pender la actividad durante seis meses. En opinión de esemiembro, la expresión «cuando proceda» complicabatodavía más la interpretación de esa disposición. Otrosmiembros defendieron la redacción actual por ser prag-mática.

Artículo 14.—Intercambio de información

Mientras se lleve a cabo la actividad, los Estados deque se trata deberán intercambiar oportunamentetoda la información pertinente disponible para preve-nir o minimizar el riesgo de daño transfronterizo sen-sible.

Comentario

1) El artículo 14 trata de las medidas que deben adop-tarse después de haber emprendido una actividad.La finalidad de todas esas medidas es la misma que la delos artículos anteriores, es decir, prevenir o aminorar elriesgo de daño transfronterizo sensible.

2) El artículo 14 obliga al Estado de origen y a losdemás Estados interesados a intercambiar informaciónsobre la actividad después de haber sido ésta empren-dida. En opinión de la Comisión, prevenir y aminorar elriesgo de daños transfronterizos sobre la base del con-cepto de la diligencia debida no es algo que se realice deuna vez para siempre, sino que requiere esfuerzos conti-nuados. Esto significa que la diligencia debida no acabadespués de conceder la autorización para la actividad yde iniciar ésta; continúa en lo que se refiere a la vigilan-cia de la realización de la actividad, mientras ésta pro-siga.

3) La información que se debe intercambiar, en virtuddel artículo 14, será toda la que resulte útil, en el casoconcreto, para prevenir el riesgo de daños sensibles.Normalmente, el Estado de origen tendrá conocimientode esa información. Sin embargo, cuando el Estado quepueda resultar afectado tenga alguna información quepudiera ser útil con fines preventivos deberá ponerla adisposición del Estado de origen.

4) La obligación de intercambiar información es bas-tante corriente en las convenciones orientadas a preveniro aminorar los daños ambientales y transfronterizos.Esas convenciones prevén diversas formas de reunir eintercambiar información, ya sea entre las partes o bienproporcionando la información a una organización inter-nacional que la ponga a disposición de otros Estados69.En el contexto de esos artículos, cuando las actividadesafecten sólo, probablemente, a algunos Estados, elintercambio de información se realizará entre los Es-tados directamente interesados. Cuando la informaciónpueda afectar a un gran número de Estados, lainformación pertinente podrá intercambiarse por otrosmedios como, por ejemplo, las organizaciones interna-cionales competentes.

5) El artículo 14 obliga a que la información se inter-cambie oportunamente. Esto significa que el Estado,cuando tenga conocimiento de esa información, deberáinformar rápidamente a los otros Estados a fin de quehaya tiempo suficiente para que los Estados interesados

Por ejemplo, el artículo 10 del Convenio para la prevención de lacontaminación marina de origen terrestre, el artículo 4 del Convenio deViena para la protección de la capa de ozono y el artículo 200 de laConvención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar hablande investigaciones aisladas o conjuntas de los Estados Partes sobre laprevención o la reducción de la contaminación, y de su comunicaciónmutua directamente o por conducto de la organización internacionalcompetente El Convenio sobre la contaminación atmosférica trans-frontenza a gran distancia prevé la investigación y el intercambio deinformación sobre los efectos de las actividades emprendidas por losEstados Partes Se encuentran ejemplos en otros instrumentos, como elinciso ni) del apartado b del párrafo 1 de la sección VI del Código deconducta sobre contaminación accidental de aguas interiores transfron-tenzas (nota 22 supra), el artículo 17 del Convenio sobre la DiversidadBiológica, y el artículo 13 del Convenio sobre la protección y utiliza-ción de cursos de agua transfronterizos y lagos internacionales

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42 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

realicen consultas sobre medidas preventivas apropiadas,o los Estados que puedan resultar afectados tengantiempo suficiente para adoptar medidas adecuadas.

6) El artículo no establece ningún requisito en cuanto ala frecuencia del intercambio de información. La obli-gación del artículo 14 sólo surge cuando los Estados tie-nen alguna información que sea pertinente para preveniro aminorar el riesgo de daños transfronterizos.

Artículo 15.—Seguridad nacional y secretosindustriales

Los datos e informaciones vitales para la seguridadnacional del Estado de origen o para la protección desecretos industriales podrán no ser transmitidos, peroel Estado de origen cooperará de buena fe con losdemás Estados de que se trate para proporcionar todala información posible en atención a las circunstan-cias.

Comentario

«toda la información posible» incluyen, por ejemplo, ladescripción general del riesgo y del tipo y magnitud delos daños a que esté expuesto un Estado. Las palabras«en atención a las circunstancias» se refieren a las condi-ciones invocadas para no transmitir la información. En loesencial, el artículo 15 se basa en la cooperación debuena fe de las partes y la estimula.

Artículo 16.—No discriminación

Salvo que los Estados de que se trate hayan acor-dado otra cosa a los efectos de la protección de laspersonas, naturales o jurídicas, que puedan estar oestén expuestas al riesgo de que se les cause un dañotransfronterizo sensible como resultado de activida-des comprendidas en el ámbito de aplicación de lospresentes proyectos de artículo, los Estados no discri-minarán por motivo de nacionalidad o residencia o delugar en que pueda ocurrir el daño, y darán a esaspersonas, de conformidad con sus ordenamientosjurídicos, acceso a los procedimientos judiciales o deotra índole para que soliciten protección u otra repa-ración apropiada.

1) El artículo 15 tiene por objeto establecer una excep-ción restringida a la obligación de los Estados de facilitarinformación en virtud de los artículos 9,10 y 14. A juiciode la Comisión, no debería obligarse a los Estados arevelar información vital para su seguridad nacional oconsiderada secreto industrial. Este tipo de cláusula no esrara en los tratados que requieren intercambio de infor-mación. El artículo 31 de la Convención sobre el derechode los usos de los cursos de agua internacionales parafines distintos de la navegación prevé también unaexcepción semejante a la obligación de revelar informa-ción vital para la defensa o la seguridad nacionales.

2) En el artículo 15 se incluyen los secretos industrialesademás de la seguridad nacional. En el contexto de estosartículos, es muy probable que alguna de las actividadescomprendidas dentro del artículo 1 puedan implicar eluso de tecnología adelantada con algunos tipos de infor-mación que puedan estar protegidos incluso por el dere-cho interno. Normalmente la legislación nacional de losEstados determina la información que se considerasecreto industrial y la protege. Este tipo de cláusula desalvaguardia no es rara en los instrumentos jurídicos quese ocupan del intercambio de información sobre activida-des industriales. Por ejemplo, el artículo 8 del Conveniosobre la protección y utilización de cursos de agua trans-fronterizos y lagos internacionales y el párrafo 8 del artí-culo 2 del Convenio sobre evaluación del impacto en elmedio ambiente en un contexto transfronterizo prevénuna protección similar para los secretos industriales ycomerciales.

3) El artículo 15 reconoce la necesidad de equilibrar losintereses legítimos del Estado de origen y de los Estadosque puedan resultar afectados. Por tanto, requiere que elEstado de origen que no transmita información por razo-nes de seguridad o de secreto industrial coopere de buenafe con los demás Estados facilitando toda la informaciónque sea posible según las circunstancias. Las palabras

Comentario

1) Este artículo sienta el principio básico de que elEstado de origen ha de conceder acceso a sus procedi-mientos judiciales y de otra índole sin discriminación porrazón de la nacionalidad, la residencia o el lugar en quepueda ocurrir el daño.

2) El artículo 16 contiene dos elementos básicos, asaber: la no discriminación por la nacionalidad o la resi-dencia y la no discriminación por el lugar en que puedaocurrir el daño. La norma obliga a los Estados a garanti-zar que toda persona, cualquiera que sea su nacionalidado lugar de residencia, que haya sufrido un daño trans-fronterizo sensible a causa de las actividades a que serefiere el artículo 1, con independencia del lugar en quese haya producido o pueda producirse el daño, reciba elmismo tratamiento que el concedido por el Estado de ori-gen a sus nacionales en caso de daños de carácter interno.Esta obligación no pretende afectar a la práctica de algu-nos Estados que exigen a los no residentes o extranjerosprestar fianza como condición para recurrir al sistemajudicial, a fin de cubrir las costas judiciales u otros gas-tos. Según este artículo, esta práctica no es «discrimina-toria» y a ella se refieren las palabras «de conformidadcon sus ordenamientos jurídicos».

3) El artículo 16 dispone también que el Estado de ori-gen no puede discriminar por razón del lugar en quepueda ocurrir el daño. Es decir, si se causó un daño sensi-ble en el Estado A como consecuencia de una actividadprevista en el artículo 1 realizada en el Estado B, éste nopuede oponerse a una acción basándose en que el daño seprodujo fuera de su jurisdicción. Esta disposición tam-bién tiene por objeto cubrir el daño a que pueden estarexpuestas las personas sin documentos de identidad opasaporte, los autóctonos o miembros de clanes familia-res.

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Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho internacional 43

4) Esta norma es subsidiaria, como indica la frase«Salvo que los Estados de que se trate hayan acordadootra cosa». En consecuencia, los Estados interesadospueden ponerse de acuerdo sobre la mejor manera de darreparación a las personas que hayan sufrido un daño sen-sible, por ejemplo, mediante un acuerdo bilateral. En vir-tud del presente proyecto de artículos se alienta a losEstados interesados a concertar un régimen especial paralas actividades que entrañen el riesgo de daño transfron-terizo sensible. En esos acuerdos los Estados pueden pre-ver también la manera de proteger los intereses de laspersonas afectadas en caso de daño transfronterizo sensi-ble. Las palabras «a los efectos de la protección de laspersonas» se utilizan para dejar claro que el párrafo nopretende sugerir que los Estados pueden de comúnacuerdo discriminar en cuanto al acceso a sus procedi-mientos judiciales o de otra índole o al derecho a indem-nización. El acuerdo interestatal debe siempre tener porobjeto proteger los intereses de las víctimas del daño.

5) En los acuerdos internacionales y en las recomenda-ciones de las organizaciones internacionales se encuen-tran precedentes de la obligación prevista en este ar-tículo. Por ejemplo, el artículo 3 de la Convención sobrela protección del medio ambiente entre Dinamarca, Fin-landia, Noruega y Suecia, de 19 de febrero de 1974, dis-pone lo siguiente:

Toda persona que resulte afectada o pueda resultar afectada por undaño causado por actividades ambientalmente nocivas en otro Estadocontratante tendrá derecho a plantear ante el tribunal o la autoridadadministrativa competentes de ese Estado la cuestión de la permisibili-dad de tales actividades, incluida la cuestión de las medidas encamina-das a prevenir daños, y a apelar contra la decisión del tribunal o de laautoridad administrativa, en la misma medida y en las mismas condi-ciones que una entidad jurídica del Estado en el que se estén realizandolas actividades

Lo dispuesto en el primer párrafo del presente artículo se aplicarátambién en el caso de procedimientos relativos a la indemnización pordaños causados por actividades ambientalmente nocivas La cuestiónde la indemnización no se juzgará por normas que sean menos favora-bles a la parte lesionada que las normas de indemnización del Estado enel que se estén realizando las actividades70

El Consejo de la OCDE ha adoptado la recomendaciónC(77)28(Final) sobre la aplicación de un régimen deigualdad de acceso y no discriminación en materia decontaminación transfronteriza. El apartado a del párrafo4 del anexo de esa recomendación dispone lo siguiente:

Los países de origen garantizaran que toda persona que haya sufridodaños a causa de contaminación transfronteriza o esté expuesta a unnesgo importante de contaminación transfronteriza recibirá por lomenos un trato equivalente al otorgado en el país de origen, en casos decontaminación interna y en circunstancias comparables, a personas desituación o condición equivalentes71

70 Disposiciones semejantes pueden encontrarse en el párrafo 6 delartículo 2 del Convenio sobre la evaluación del impacto en el medioambiente en un contexto transfronterizo, en las Directrices sobre la res-ponsabilidad y la obligación de reparar en caso de contaminación deaguas transfrontenzas, parte I I E 8, preparadas por el Grupo Especialsobre responsabilidad y obligación de reparar en caso de contaminaciónde aguas transfrontenzas (doc ENVWA/R 45,anexo), y en el párrafo 6del proyecto de Carta de la CEPE sobre derechos y obligacionesambientales preparado en una reunión de expertos en derecho ambien-tal, 25 de febrero a 1 ° de marzo de 1991 (doc ENVWA/R 38, anexo I)

71 L'OCDE et l'environnement (nota 26 supra), pág 173 En elmismo sentido véase el principio 14 de los «Principios de Conducta enel campo del medio ambiente para orientar a los Estados en la conser-vación y utilización armoniosa de los recursos naturales compartidospor dos o mas Estados», aprobados por el Consejo de Administración

Artículo 17.—Solución de controversias

1. Toda controversia acerca de la interpretacióno aplicación de los presentes proyectos de artículo seresolverá prontamente mediante los medios de solu-ción pacífica que elijan de mutuo acuerdo las partes,incluido el sometimiento de la controversia a lamediación, la conciliación, el arbitraje o el arreglojudicial.

2. De no lograr acuerdo a este respecto en unplazo de seis meses, cualquiera de las partes interesa-das podrá pedir que se nombre una comisión indepen-diente e imparcial de determinación de los hechos. Elinforme de la Comisión tendrá carácter de recomen-dación, que las partes considerarán de buena fe.

Comentario

1) El artículo 17 establece una norma básica para elarreglo de controversias acerca de la interpretación oaplicación del régimen de prevención establecido en elpresente proyecto de artículos. La norma tiene caráctersubsidiario y se aplica cuando los Estados interesados nohan llegado a un acuerdo aplicable al arreglo de dichascontroversias.

2) Se parte de la base de que la aplicación de este artí-culo tendrá lugar únicamente después de que los Estadosinteresados hayan agotado todos los medios de persua-sión a su alcance, mediante consultas y negociacionesapropiadas. Éstas pueden tener lugar como resultado delas obligaciones impuestas por el presente proyecto deartículos o en el curso normal de las relaciones entre losEstados.

3) En caso de que no se llegue a un acuerdo medianteel procedimiento de consultas y negociaciones, se insta alos Estados interesados a que continúen realizandoesfuerzos para solucionar su controversia medianteaquellos otros medios pacíficos de arreglo que elijan demutuo acuerdo, incluidos la mediación, los buenos ofi-cios, la conciliación, el arbitraje o el arreglo judicial. Setrata de los medios de arreglo pacífico de controversiasestablecidos en el Artículo 33 de la Carta de lasNaciones Unidas, en el segundo párrafo de la secciónpertinente de la Declaración sobre los principios de dere-cho internacional referentes a las relaciones de amistad ya la cooperación entre los Estados de conformidad con laCarta de las Naciones Unidas72 y en el párrafo 5 de lasección I de la Declaración de Manila sobre ArregloPacífico de Controversias Internacionales73, que losEstados pueden elegir de común acuerdo74.

del PNUMA en su decisión 6/14, de 19 de mayo de 1978 (véase lanota 18 supra) El principio del acceso igual se examina en S VanHoogstraten, P Dupuy y H Smets, «L'égalité d'accès pollution trans-frontière», Environmental Policy and Law, vol 2, n ° 2 (junio de1976), pág 77

72 Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General, de 24 de octu-bre de 1970,anexo

73 Resolución 37/10 de la Asamblea General, anexo74 Véase un análisis de los distintos medios de arreglo pacífico de

controversias y referencias a los instrumentos internacionales perti-nentes en Manual sobre el arreglo pacífico de controversias entreEstados (publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 92 V 7,doc OLA/COD/2416)

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44 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

4) Si los Estados interesados no pueden llegar a unacuerdo sobre alguno de los medios de arreglo pacíficode controversias en un plazo de seis meses, el párrafo 2del artículo 17 obliga a los Estados, a petición de uno deellos, a recurrir a una comisión independiente e imparcialde determinación de los hechos. Es este un procedi-miento obligatorio que, a juicio de la Comisión, es útil ynecesario para ayudar a los Estados a solucionar sus con-troversias rápidamente sobre la base de la determinacióny la evaluación objetivas de los hechos. La falta de unadeterminación adecuada de los hechos constituye amenudo el origen de las diferencias o controversias entrelos Estados.

5) El recurso a una comisión independiente e imparcialde determinación de los hechos es un método bien cono-cido incorporado en varios tratados bilaterales y multila-terales, incluidos el Pacto de la Sociedad de las Naciones,la Carta de las Naciones Unidas y los instrumentos cons-titutivos de algunos organismos especializados y otrasorganizaciones internacionales del sistema de lasNaciones Unidas. Las posibilidades que ofrecen de con-tribuir a la prevención de controversias internacionaleshan sido reconocidas en la resolución 1967 (XVIII) de laAsamblea General, de 16 de diciembre de 1963, titulada«Cuestión de los métodos para la determinación de loshechos»75.

6) En virtud del mandato de investigar los hechos yaclarar las cuestiones objeto de controversia, dichascomisiones suelen tener competencia para organizaraudiencias con las partes, efectuar el examen de testigosy visitas sobre el terreno.

7) El informe de la Comisión debe por lo general deter-minar o aclarar «hechos». En la medida en que esto no

presupone estimación o evaluación algunas, por lo gene-ral una vez determinados los hechos ya no cabe disputar-los. Los Estados interesados todavía pueden dar el pesoque estimen adecuado a esos «hechos» a efectos de llegara una solución de la controversia. Sin embargo, el artí-culo 17 exige que los Estados interesados, como mínimo,deben considerar de buena fe el informe de la comisiónde determinación de los hechos.

8) La CU se refirió al requisito de «buena fe» en elcaso del Plateau continental de la mer du Nord entreDinamarca y la República Federal de Alemania. Al apli-car este principio, la Corte dijo que las partes en la con-troversia «tienen la obligación de comportarse de maneraque las negociaciones tengan sentido, lo que no sucederási una de las partes insiste en mantener su propiaposición sin contemplar la posibilidad de modificarla»76.

9) El artículo 17 no es de aplicación automática.Requiere mayor complementación, mediante un anexo,acerca de la manera y los medios de constitución y fun-cionamiento de la comisión de determinación de loshechos. Los Estados que acepten el artículo 17 podríanconcretar el procedimiento de constitución de una comi-sión de esa naturaleza mediante un acuerdo especial.Toda convención futura que incorpore el régimen de pre-vención podría proporcionar también la necesaria com-plementación al respecto. Existe un modelo en el artí-culo 33 de la Convención sobre el derecho de los usos delos cursos de agua internacionales para fines distintos dela navegación. No obstante, se consideró que en estaetapa era prematuro establecer un procedimiento tandetallado en el texto antes de adoptar una decisión encuanto a la forma que asumirían los proyectos deartículo.

75 Ibid, pag 25 Véase también la Declaración sobre la determina-ción de los hechos por las Naciones Unidas en la esfera del manteni-miento de la paz y la segundad internacionales (resolución 46/59 de laAsamblea General, anexo)

76 Véase la nota 65 supra Véase también el asunto relativo al Pro-jet Gabcíkovo-Nagymaros (Hongrie/Slovaquie), fallo, CU Recueil1997, pag 7, en particular pag 78, parr 141

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Capítulo V

PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA

A.—Introducción

56. En su 48.° período de sesiones, celebrado en 1996,la Comisión consideró que el tema de la «Proteccióndiplomática» era uno de los tres temas idóneos para lacodificación y el desarrollo progresivo77. En ese mismoaño la Asamblea General, en el párrafo 13 de su resolu-ción 51/160, invitó a la CDI a que examinara el tema eindicara su alcance y contenido atendidas las observa-ciones formuladas en el curso del debate en la SextaComisión y las observaciones que los gobiernos presen-tasen por escrito. En la 2477.a sesión de su 49.° períodode sesiones, celebrado en 1997, de conformidad con lainvitación hecha en la resolución de la Asamblea, laComisión estableció un Grupo de Trabajo sobre eltema78. En el mismo período de sesiones el Grupo deTrabajo sobre la protección diplomática presentó uninforme que fue aprobado por la Comisión . El Grupode Trabajo trató de: a) aclarar, en lo posible, el ámbitodel tema, y b) determinar las cuestiones que deberíanestudiarse en el contexto de dicho tema y, por su parte, laComisión recomendó al Relator Especial que adoptaseese esquema como base para la presentación de uninforme preliminar. La Comisión acordó también que tra-taría de concluir el examen del tema en primera lecturaantes de que finalizara el quinquenio en curso.

57. También en su 49.° período de sesiones, la Co-misión designó como Relator Especial para el tema alSr. Mohamed Bennouna80.

58. En el párrafo 8 de su resolución 52/156 la Asam-blea General hizo suya la decisión de la Comisión deincluir en su programa el tema de la «Protección diplo-mática».

B.—Examen del tema en el actual períodode sesiones

59. En su actual período de sesiones la Comisión tuvoante sí el informe preliminar del Relator Especial (A/CN.4/484).

60. La Comisión examinó el informe preliminar delRelator Especial en sus sesiones 2520.a a 2523.a, celebra-das del 28 de abril al 1.° de mayo de 1998.

1. INTRODUCCIÓN DEL INFORME PRELIMINARDEL RELATOR ESPECIAL

61. El informe preliminar planteaba una serie de cues-tiones básicas, inherentes al tema, respecto de las cualesel Relator Especial solicitaba la opinión de la Comisión.Esas cuestiones se dividían en dos categorías generales:a) el carácter jurídico de la protección diplomáticay b) el carácter de las normas que rigen la proteccióndiplomática.

a) El carácter jurídico de la protección diplomática

i) Origen de la protección diplomática

62. El Relator Especial, haciendo referencia al informedel Grupo de Trabajo sobre la protección diplomática,observó que el tema de la «Protección diplomática»entrañaba fundamentalmente una labor de codificación yque su origen consuetudinario se reflejaba en el dictumdel asunto Concessions Mavrommatis en Palestine^. Alreferirse a la historia de la institución de la proteccióndiplomática, el Relator Especial hizo alusión a ciertascríticas que había suscitado en el pasado la proteccióndiplomática. Entre otras, la afirmación de que la insti-tución de la protección diplomática, era discriminatoriaporque sólo los Estados poderosos podían ejercerla con-tra los más débiles. Según esa crítica, la proteccióndiplomática no era de carácter igualitario porque la

77Anuario 1996, vol II (segunda parte), doc A/51/10, parr 248 yanexo II, adición 1

78 Anuario 1997, vol II (segunda parte), parr 16979Ibid, cap VIII, secc B80Ibid,parr 190

81 La CPJI declaro que«Al tomar el partido de uno de los suyos, al poner en movimiento

en su favor la acción diplomática o la acción judicial internacional,ciertamente ese Estado hace valer su propio derecho, el derecho quetiene de hacer respetar en la persona de sus nacionales el derechointernacional

»Segun este punto de vista, no procede preguntarse si el litigiotiene su origen en un ínteres privado, cosa que por lo demás ocurreen un gran numero de controversias entre Estados Desde elmomento en que el Estado hace suya la causa de uno de sus naciona-les seguida ante un tribunal internacional, para este ultimo el únicodemandante es el Estado »

(Fallo n ° 2,1924, CPJI, sene A,n"2,pag 12)

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posibilidad de que una persona lograra que su causa fueraobjeto de atención en el plano internacional dependía delEstado al que esa persona estaba unida por el vínculo dela nacionalidad. Otra crítica era la de que la proteccióndiplomática había servido de pretexto para la injerenciaen los asuntos de ciertos países82. El Relator Especialobservó que la doctrina Calvo83 se había planteado con elfin de impedir los abusos y permitía que los extranjerosconviniesen en regirse por el principio de la igualdad conlos nacionales, sujetos exclusivamente a la jurisdicciónde los tribunales del país.

63. El Relator Especial explicó que el elemento esen-cial en la protección diplomática era la controversia sur-gida entre un Estado que hubiese acogido a un extranjeroy ese extranjero cuando se le hubiesen denegado susderechos con el consiguiente perjuicio. Si el nacionalextranjero no tuviese la posibilidad de internacionalizarla controversia y sacarla del ámbito del derecho interno,el Estado del que era nacional podía, a su discreción,hacer suya esa reclamación operando en ella una verda-dera «novación», dado que sólo un Estado podía hacervaler la responsabilidad de otro. En su opinión, esta con-cepción clásica se fundaba en gran medida en una ficciónjurídica porque lo que servía de fundamento para laresponsabilidad del Estado de acogida y para evaluar lareparación debida al Estado de la nacionalidad era eldaño causado al nacional extranjero84.

64. El Relator Especial observó además que, al formu-lar en el artículo 22 del proyecto de artículos sobreresponsabilidad de los Estados el principio del agota-miento de los recursos de la jurisdicción interna , laComisión había tenido en cuenta los debates de la doc-trina en cuanto a si la norma en juego era «procesal» o«sustantiva». La Comisión optó por la segunda solucióny, por consiguiente, la responsabilidad del Estado de aco-gida sólo podría hacerse valer una vez que la personahubiese agotado los recursos de la jurisdicción interna.Sin embargo, a juicio del Relator Especial, del comenta-rio de la Comisión no quedaba claro cómo el agota-miento de los procedimientos internos podía transformarese derecho en un derecho del Estado de la nacionalidad,de manera de volver a la lógica de la protección diplo-mática.

82 Véase la opinion individual del magistrado Padilla Ñervo en elasunto Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited, sen-tencia de 5 de febrero de 1970, en que señalo

«La historia de la responsabilidad de los Estados en materia detrato de los extranjeros es una sene de abusos, injerencias ilegalesen el ordenamiento interno de los Estados débiles, reclamacionesinjustificadas, amenazas e incluso agresiones militares so pretextodel ejercicio de los derechos de protección y la imposición de san-ciones para obligar a un gobierno a hacer las reparaciones exigi-das »

[CU Recueil 1970, pags 3 y ss , en particular pag 246 Véase tam-bién Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providencias dela Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de lasNaciones Unidas, n ° de venta S 92 V 5), pag 104 ]

83 Véase Anuario 1956, vol II, pags 203 y 204, doc A/CN 4/9684 Véase Usine de Chorzów, fondo, fallo n ° 13,1928, CPJ1, sene

A,n "17, pag 2885 Véase el articulo 22 con su comentario en Anuario ¡977, vol II

(segunda parte), pags 32 a 54

65. El Relator Especial hizo referencia también a laevolución de los últimos tiempos, en que los Estados hanreconocido, mediante acuerdos, el derecho del Estado dela nacionalidad a adoptar medidas, incluido el recursoante una instancia arbitral, para hacer valer los derechosacordados por un tratado a sus nacionales, o en que se haotorgado a las personas acceso directo a los procedimien-tos internacionales de arbitraje. El Relator Especial opinóque la evolución señalada y el hecho de que se recono-ciera en alguna medida la personalidad jurídica de laspersonas como beneficiarios directos del derecho inter-nacional permitirían formular interrogantes doctrinalesmás claros con respecto a la pertinencia de la concepciónclásica de la protección diplomática.

ii) Reconocimiento de los derechos de la persona en elplano internacional

66. El Relator Especial mencionó la aparición de ungran número de tratados multilaterales que reconocían ala persona el derecho a protección, independientementede la intervención de los Estados y directamente por lapropia persona mediante el acceso a foros internaciona-les. A ese respecto se refirió al derecho de petición. Men-cionó además el reconocimiento de los derechoshumanos fundamentales que creaban obligaciones ergaomnes y un interés de parte de todos los Estados86. Esaevolución junto con la proliferación de acuerdos defomento y protección de las inversiones bilaterales y lacreación de órganos de reclamación87, en cuya virtud elnacional de un Estado puede presentar una reclamacióncontra otro Estado, crearon un marco jurídico distinto dela noción tradicional de protección diplomática.

67. El Relator Especial señaló que, en general, el dere-cho interno de los Estados no prevé ningún «derecho» ala protección diplomática de los nacionales. Observandolas novedades aparecidas en algunas constitucionesrecientes en las que el derecho a la protección diplomá-tica parece haberse concedido a los nacionales, consideróque esas disposiciones expresaban más un deber moralque una obligación jurídica, ya que la decisión que adop-tara en la materia el Estado estaría influenciada por con-sideraciones políticas y las relaciones diplomáticas entrelos Estados interesados.

iii) Los derechos que entraña la protección diplomática

68. El Relator Especial declaró que se ha comprobadoque el Estado tiene un derecho «procesal», al que puederenunciar, a plantear una reclamación internacional paraproteger a un nacional suyo cuando haya sufrido un daño

86 Asunto de la Barcelona Traction (véase la nota 82 supra), pag 32,parrs 33 y 34

87 Por ejemplo, el caso del Tribunal de Reclamaciones Iran-EstadosUnidos, establecido por el Acuerdo de Argel, de 20 de enero de 1981[véase RGDIP (Paris), vol 85(1981) , pag 139], y el procedimiento dearbitraje previsto en el Convenio sobre arreglo de diferencias relativasa inversiones entre Estados y nacionales de otros Estados

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Protección diplomática 47

como resultado de una violación del derecho internacio-nal. Con cargo a la opinión tradicional de la proteccióndiplomática, el Estado está haciendo valer su propioderecho al apoyar la reclamación de su nacional. Unaperspectiva más contemporánea parece indicar que elEstado es simplemente un representante de un nacionalsuyo y tiene un interés jurídicamente protegido en elplano internacional. Según que se opte por el derecho delEstado o por el derecho del nacional, se haría hincapié obien en una costumbre sumamente antigua, que da a lasoberanía más de lo que le corresponde, recurriendoincluso a una ficción, o bien en el desarrollo progresivode la costumbre, teniendo en cuenta la realidad medianteel reconocimiento internacional de los derechos huma-nos. La opción elegida tendrá consecuencias prácticaspara la formulación de las disposiciones relativas a estetema.

b) La cuestión de las normas «primarias»y «secundarias»

69. El Relator Especial pidió la orientación de laComisión sobre si el tema debería limitarse a las normassecundarias, como recomendó el Grupo de Trabajo sobrela protección diplomática en el 49.° período de sesiones,o si podía ser más flexible ya que, a su juicio, el derechointernacional no podía dividirse en compartimentosestancos de normas «primarias» y normas «secundarias».Recordando que la recomendación del Grupo de Trabajoy su aprobación por la Comisión se debían al estanca-miento a que llegó la Comisión en su primer intento decodificar el tema de la responsabilidad de los Estadostratando, en conjunto, la responsabilidad del Estado pordaños causados a la persona o bienes de extranjeros , elRelator Especial sugirió otro planteamiento, según elcual la Comisión se limitaría a las normas secundarias yexaminaría las normas primarias sólo en el contexto delas categorías generales y, cuando fuera necesario, conmiras a la codificación apropiada de las normas secunda-rias. Entre los ejemplos figuraban la situación del vínculode nacionalidad de las personas naturales o jurídicas olos fundamentos de exoneración de responsabilidadbasados en la conducta de la persona reclamante. En con-secuencia, no sería la concesión de nacionalidad lo quese examinase, sino su aplicabilidad a otro Estado. Análo-gamente, no sería el cumplimiento por la persona de lalegislación de los países de acogida lo que se examinase,sino las circunstancias en las que la conducta de la per-sona constituía fundamento para exonerar al Estado deacogida.

70. El Relator Especial sugirió también cambiar eltítulo del tema por «Protección diplomática de la personay de los bienes», que parecía más en consonancia con sucontenido. El nuevo título aclararía también la distinciónentre este tema y los relativos a las relaciones diplomáti-cas y consulares.

2. RESUMEN DEL DEBATE

a) Observaciones generales

71. Hubo acuerdo general en que el tema trataba unacuestión compleja y de gran importancia práctica y quedifícilmente había otro tema que estuviera tan maduropara la codificación como la protección diplomática ysobre el que hubiera un conjunto de normas imperativascomparativamente tan sólido.

72. Se señaló que gran parte del derecho internacionalde la protección diplomática se había forjado al exten-derse las ideas políticas sociales y económicas de Europay Norteamérica a otras partes del mundo. Al desarrollarel derecho hacia la aplicación universal había que tratarde evitar el uso excesivo de materiales anticuados e,inversamente, había una necesidad constante de moder-nización y de tener en cuenta las actitudes de los Estadosmás nuevos.

73. Se señaló que la finalidad original de la instituciónde la protección diplomática había sido mitigar las des-ventajas e injusticias a que habían estado sometidas laspersonas naturales y jurídicas. Por tanto, lejos de ser unainstitución opresiva, la protección diplomática había rec-tificado al menos en parte las injusticias de un sistemaque reducía a la persona, y específicamente a la personaprivada, a la categoría no de sujeto del derecho interna-cional sino de víctima de las violaciones de ese derecho.La protección diplomática tampoco era «esencialmentediscriminatoria». Era discriminatoria en su ejercicio que,por definición, era casi exclusivamente prerrogativa delos Estados más poderosos. Por tanto, era importante nogeneralizar excesivamente.

74. Se señaló que podría ser conveniente formulardirectrices o normas —como la nacionalidad, la reclama-ción fundada, la denegación de justicia o la violación dederechos humanos fundamentales— con miras a impedirlos abusos del poder discrecional del Estado extranjerode proporcionar protección diplomática.

75. También se expresaron otras opiniones en el sen-tido de que, pese a algunos abusos cometidos en la histo-ria de la protección diplomática, la institución de la pro-tección diplomática se había utilizado frecuentementeentre Estados de poder igual incluso dentro de la mismaregión.

b) La noción consuetudinaria de proteccióndiplomática

76. Algunos miembros no estuvieron de acuerdo con laidea de que un interés jurídico de parte de un Estado enla suerte de sus nacionales entrañaba una ficciónjurídica. Afirmaron que no era en absoluto errónea lanoción de que un Estado pudiera tener un interés de esanaturaleza. La protección diplomática era una nociónjurídica lo mismo que los conceptos de posesión y pro-piedad eran nociones jurídicas. Por esa razón la protec-ción diplomática en el marco del asunto MavrommatisS9

88 Véase Anuario... 1997, vol. II (segunda parte), nota 242. 89 Véase la nota 81 supra.

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48 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 5O.° período de sesiones

no debería considerarse una ficción. Otros miembros noestaban persuadidos de que la analogía con una ficciónjurídica formulada por el Relator Especial fuera errónea.A su juicio, el derecho estaba hecho de ficciones o, dichoen otras palabras, de reconstrucciones normativas de larealidad.

77. Se opinó también que independientemente de sudenominación —ficción, novación, sustitución— se tra-taba de un planteamiento teórico que no era pertinente aldesarrollo normativo del tema. La principal cuestión,como había acertadamente destacado el Relator Especial,era quién era el titular del derecho ejercido por medio dela protección diplomática: ¿el Estado de la nacionalidado las víctimas perjudicadas? Evidentemente la respuesta,según esta opinión, debía ser siempre el Estado, y enprincipio sus poderes al respecto eran discrecionales.La protección diplomática siempre había sido una prerro-gativa soberana del Estado como sujeto del derechointernacional. Si hubiera sido de otra forma no se habríaconcertado un acuerdo después de la segunda guerramundial para pagar indemnización por los bienes quehabían sido nacionalizados.

78. Respecto de la cuestión de si al ejercer la protec-ción diplomática el Estado está haciendo valer su propioderecho o el derecho de un nacional lesionado, se señalótambién que una persona vinculada por la nacionalidad aun Estado formaba parte de su población y, por tanto, erauno de los elementos integrantes del Estado. La protec-ción de sus nacionales era una obligación fundamentaldel Estado, en el mismo plano que la preservación de suterritorio o la salvaguardia de su soberanía. Al mismotiempo el Estado defendía los derechos e intereses espe-cíficos del nacional que había sido «perjudicado» porotro Estado. Por tanto, no cabía trazar una distinciónrígida entre los derechos del Estado y los derechos de susnacionales. Las dos series de derechos eran complemen-tarias y podían defenderse conjuntamente. Se señaló ade-más que un Estado en general tenía interés en procurarque sus nacionales fueran tratados justamente en unEstado extranjero, pero era exagerado sugerir que,cuando un nacional era perjudicado en un Estado extran-jero, también resultaba perjudicado el Estado de origen.En la práctica los daños se miden en relación con el dañosufrido por la persona y no por el Estado, como si el per-juicio causado a la persona fuera en realidad la causa dela acción.

79. Se dijo también que era importante determinarquién tenía un interés jurídico directo e inmediato, asícomo los atributos y facultades para plantear una recla-mación internacional. Según una opinión, el Estado notenía tal interés directo o inmediato. Si fuera así, los dere-chos en cuestión serían ineluctables y no podrían ser ejer-cidos a discreción del Estado. Por ejemplo, los acuerdossobre la protección de inversiones extranjeras conferían alas personas, tanto naturales como jurídicas, capacidadjurídica para presentar una reclamación internacional. Lomismo sucedía en el caso de la cláusula Calvo, por lacual el extranjero declinaba contractualmente la protec-ción diplomática de su Estado de origen. También en estecaso era evidente que sólo la persona tenía un interésdirecto e inmediato en la reclamación. Por consiguiente,el debate sobre la ficción jurídica respecto del titular deesos derechos no conducía a ninguna parte y la Comisión

debería centrarse en los derechos e intereses jurídicosque se estaban protegiendo.

80. Según otra opinión, el Estado ejercía sustitutiva-mente un derecho originalmente conferido a la persona.Por consiguiente, habría que distinguir claramente entreel ejercicio del derecho protegido y el derecho en sí. ElEstado tiene el poder discrecional de ejercer la protec-ción diplomática, pese a que los derechos protegidos noson los del Estado sino los de la persona perjudicada. ElRelator Especial convenía también en que esta distinciónentre la titularidad del derecho y su ejercicio podría serútil para armonizar el derecho consuetudinario en estacuestión y las nuevas tendencias.

81. En este contexto se dijo que la Comisión tal vezdeseara reexaminar la cuestión del derecho discrecionaldel Estado a la protección diplomática sin que existiera elderecho de la persona. Por otra parte, se expresó tambiénla opinión de que al decidir si ejercer o no la proteccióndiplomática respecto de un caso determinado el Estadotenía que evaluar cuestiones como el interés general delEstado en su política exterior y no simplemente el interésdel ciudadano individual que hubiera resultado perjudi-cado como consecuencia de un acto ilícito de otroEstado. De aquí que el ejercicio de la protección diplo-mática debiera dejarse a la discreción del Estado.

82. Se observó que, dada la complejidad de la cuestión,sería inadecuado recargar el tema de conceptos teóricos.Por ejemplo, la cuestión de reconocer que la personatenía la condición de sujeto del derecho internacional eramuy polémica y no debía plantearse en esta etapa. Seríamejor atenerse a la práctica, en particular la práctica judi-cial, según la cual la persona es tratada como beneficiaríadel derecho internacional.

c) Relación entre derechos humanosy protección diplomática

83. En cuanto a la relación entre derechos humanos yprotección diplomática, se hicieron varias observacionesque expresaron cautela en asimilar ambas instituciones oestablecer una jerarquía entre ellas.

84. Se señaló que si bien era cierto que la normativa dela protección diplomática había existido mucho antes deque aparecieran los derechos humanos como término téc-nico en el derecho internacional, los dos planteamientosexistían paralelamente y la potencialidad de cada unocoincidía sólo parcialmente con la del otro. Prescindir dela protección diplomática en favor de los derechos huma-nos significaría en algunos casos privar a las personas deuna protección de que habían gozado antes. Natural-mente, los derechos humanos podían servir ahora parareforzar la protección diplomática ejercida por el Estadode la nacionalidad. Algunos países, por ejemplo, siempreque era posible habían invocado un argumento de dere-chos humanos al ejercer la protección diplomática, yaque una reclamación basada en los derechos humanos eraclaramente más sugestiva para muchos Estados que unabasada en una norma mínima internacional que habíasido una manzana de la discordia a lo largo de todo elsiglo xix y de la primera mitad del xx. A este respecto, se

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Protección diplomática 49

observó que el tradicional criterio Mavrommatis respectode la protección diplomática tenía sus ventajas y nodebería descartarse sin considerar detenidamente lo quese requería para hacer efectivos los derechos individua-les. Se señaló que podía permitirse que el criterio de losderechos humanos influyera en el ulterior debate de laComisión del tema caso por caso, pero que al adoptar esecriterio la Comisión no debía seguir dudando del funda-mento mismo de la protección diplomática.

85. Se observó que el sistema de derechos humanosfuncionaba de la misma forma que los principios de laprotección diplomática: la condición de admisibilidadera que el reclamante agotara los recursos de la jurisdic-ción interna y los Estados tenían la facultad discrecionalde asumir o auspiciar una reclamación en nombre de unapersona o sociedad. La práctica de la Comisión Europeade Derechos Humanos era muy parecida. Había habidoimportantes casos de principio en los que una personahabía decidido retirar su reclamación, pero la ComisiónEuropea había rehusado considerar retirada tal reclama-ción porque había un interés objetivo en mantener lasnormas europeas de orden público. Por tanto, la Comi-sión no debería adoptar falsas polaridades entre derechoshumanos y protección diplomática. El sistema de protec-ción diplomática no debería descartarse en tanto no sedispusiera de un sustituto efectivo.

86. Se observó también que los derechos humanos y laprotección diplomática eran totalmente diferentes y queun examen más a fondo de la cuestión revelaría que laprotección diplomática se había referido tradicional-mente a derechos estrictamente patrimoniales, en tantoque los derechos humanos concernían a la esencia mismade la libertad personal. Entre los derechos tradicional-mente comprendidos dentro de la protección diplomáticafiguraban el trato de la nación más favorecida y las obli-gaciones de cumplimiento del contrato impuestas a lasempresas, aspectos que no formaban parte de las preocu-paciones básicas de los derechos humanos tradicionales.Esta opinión no fue compartida por otros miembros de laComisión. Se señaló que, si bien en la práctica la protec-ción diplomática se invocaba con más frecuencia en loscasos en que se habían violado derechos patrimoniales,también podía ejercerse igualmente en otros casos. Portanto, sería demasiado restrictivo suponer que la protec-ción diplomática trataba exclusivamente de los daños alos bienes.

87. Se expresó también la opinión de que sería posiblecoordinar la protección diplomática y las exigencias delos derechos humanos. Esta cuestión era particularmentepertinente en el caso de las personas jurídicas, zonaambigua que ni la Comisión ni otros órganos habíanexplorado a fondo, contentándose simplemente con citarel obiter dictum un tanto oscuro de la CU en el asunto dela Barcelona Traction9®. Se señaló además que no eracoincidencia que, en el sistema europeo de protección delos derechos humanos, los derechos más próximos a losde las personas jurídicas, a saber, los derechos de propie-dad, no se trataran en el Convenio para la protección delos derechos humanos y de las libertades fundamentales(en adelante «Convenio europeo de derechos humanos»)sino en un protocolo separado. Por tanto, parecía estar

ganando terreno un nuevo criterio que constituiría unaspecto crucial del estudio que había de hacer elRelator Especial. A este respecto, sin embargo, se señalóque la Convención americana sobre derechos humanos:«Pacto de San José de Costa Rica» sentaba el principiode que nadie podía ser privado arbitrariamente de susbienes, pero ese principio estaba íntimamente vinculadocon los derechos humanos relacionados con las garantíasprocesales.

88. Se observó que la diferencia entre los procedimien-tos de petición en los casos de derechos humanos y laprotección diplomática no era tan acusada como parecía.En algunos casos, un elemento de protección diplomá-tica podía ser un ingrediente adicional en un proce-dimiento de petición de derechos humanos. Por ejemplo,en el asunto Soering9\ el Gobierno de Alemania habíapresentado una reclamación al Tribunal Europeo deDerechos Humanos en nombre de su nacional. La doc-trina reconocía también que existía cuando menos unarelación teórica entre ambos temas.

89. Se señaló que, si un perjuicio causado a un nacio-nal extranjero implicaba la violación de un derecho reco-nocido como derecho humano, nada podía impedir queel Estado de origen del nacional extranjero asumiera oauspiciara su reclamación. En algunos países la prácticahabía respaldado este criterio. Si el daño causado aextranjeros en forma de violaciones de los derechoshumanos se excluía del ámbito de aplicación de la pro-tección diplomática, el extranjero que no tuviera accesoa un órgano internacional de derechos humanos no dis-pondría de remedio eficaz. Sin embargo, en la mayoríade las violaciones de derechos humanos de extranjeros,como la detención ilícita o los malos tratos, no había pro-cedimientos internacionales disponibles y, por consi-guiente, era esencial confirmar el derecho del Estado deorigen a ejercer la protección diplomática.

90. Al analizar la relación entre derechos humanos yprotección diplomática se destacó una situación de viola-ción de derechos humanos en un régimen determinado,en que la asunción de la reclamación por el Estado envirtud de ese régimen no correspondía al ámbito de laprotección diplomática.

91. El Relator Especial destacó que nunca había tra-tado de contrastar la protección diplomática con losderechos humanos. Simplemente había afirmado que elconcepto de protección diplomática, que era anterior alde derechos humanos, ya no podía estudiarse sin tenerdebidamente en cuenta la evolución de los derechoshumanos en los últimos años. Eran los países en transi-ción democrática los que tenían mayor interés en fortale-cer los derechos humanos y, por tanto, en asegurar que setuvieran en cuenta las personas en los actos del Estado.

d) Condiciones para el ejercicio dela protección diplomática

92. Se dijo que las condiciones necesarias para la pro-tección diplomática se habían fijado en la sentencia del

90 Véase la nota 82 supra

91 Tribuna! Europeo de Derechos Humanos, Série A arrêts et déci-sions, vol 161, decision de 26 de enero de 1989 y fallo de 7 de julio de1989, Consejo de Europa, Estrasburgo, 1989

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50 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

asunto Concessions Mavrommatis en Palestine.La primera condición era que debía probarse que se habíacausado un daño a un nacional; que el daño constituíauna violación del derecho internacional; que el daño eraimputable al Estado contra el que se presentaba la recla-mación y, por último, que existía un nexo causal entre eldaño causado y la imputación del daño. Por tanto, en unareclamación internacional de protección diplomáticahabía tres protagonistas principales: el sujeto cuya per-sona, bienes o derechos habían sido perjudicados; elEstado causante del daño y el Estado que asumía o auspi-ciaba la reclamación. La segunda condición para el ejer-cicio de la protección diplomática era que los sujetosperjudicados no hubieran podido obtener satisfacción pormedio de recursos que dieran al Estado la oportunidad deevitar el incumplimiento de sus obligaciones internacio-nales mediante la oportuna reparación.

93. Se señaló que el fundamento del agotamiento pre-vio de los recursos de la jurisdicción interna era empíricoy que era discutible que hubiera un principio de riesgoimplícito según el cual no era necesario agotar los recur-sos de la jurisdicción interna a falta de toda conexiónvoluntaria anterior con la jurisdicción correspondiente92.Se expresó también la opinión de que el requisito de ago-tar los recursos de la jurisdicción interna acarreaba otraconsecuencia, a saber, que el modelo de la subrogaciónno podía aplicarse a la protección diplomática, ya quehabía un cambio fundamental de la naturaleza del dere-cho. Se señaló además que la Comisión tendría que abor-dar la cuestión de si el recurso a un órgano internacionalpara proteger los derechos humanos debía considerarseun «recurso de la jurisdicción interna», aun cuando unasimple interpretación textual no permitía responder afir-mativamente a la pregunta.

94. En cuanto a los recursos de la jurisdicción interna,se planteó la cuestión de si el criterio mínimo del tratoconcedido a un extranjero con arreglo al derecho interna-cional debería ser el único criterio. ¿No debería definirseel criterio de trato mediante referencia al derecho internoa fin de evitar conferir un estatuto privilegiado a losextranjeros? Ciertamente la aplicación de cualquiera delos dos criterios suscitaría controversias dadas las dife-rencias culturales, sociales, económicas y jurídicas que

92 Véase, por ejemplo, el asunto Incident aérien du 27juillet 1955(Israel c Bulgaria), donde se formularon excepciones preliminares enrespuesta a una objeción preliminar de Bulgaria en el sentido de queno se habían agotado los recursos de la jurisdicción interna de Bulga-ria Israel arguyo que había un número importante de limitaciones ala aplicación de la norma del agotamiento de los recursos de la juris-dicción interna

«Es esencial [ ] que exista un vínculo entre el individuo perjudi-cado y el Estado cuyas acciones se impugnan [ ] solamente seaplica la regla cuando el subdito extranjero —la persona perjudi-cada— ha creado o se considera que ha creado una relación volun-taria, consciente y deliberada entre él y el Estado extranjero cuyasacciones se impugnan [ ] Las víctimas [en este caso] no teníanuna relación voluntaria, consciente y deliberada con BulgariaAl contrario La relación que tenían, si es que puede llamarserelación, era involuntaria, desconocida y totalmente impremedi-tada »

(CU Mémoires, Incident aérien du 27 juillet 1955, págs 531y 532 ) La Corte declaró que no era competente por otra razón y nose pronunció sobre las cuestiones planteadas como excepciones pre-liminares, entre ellas el requisito del agotamiento de los recursos dela jurisdicción interna

podían existir entre el Estado de acogida y el Estadoextranjero.

95. Se señaló que los inversores extranjeros se encon-traban en una posición privilegiada respecto de los nacio-nales, ya que para la protección de sus derechos podíanrecurrir a tres procedimientos —los recursos de la juris-dicción interna, la protección diplomática y el arbitrajeinternacional— en tanto que los nacionales sólo podíandisponer de los recursos de la jurisdicción interna.

96. Se señaló también que, al ejercer la proteccióndiplomática, el Estado que defendía a sus nacionales nopodía recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza. Portanto, una importante contribución que la Comisiónpodía aportar al examinar el tema era señalar de quémedios disponían los Estados para hacer efectivos susderechos y los derechos de sus nacionales en el marco dela protección diplomática.

97. Se planteó la cuestión de saber si un Estado podíaejercer la protección diplomática paralelamente a unrecurso internacional entablado directamente por la per-sona perjudicada o si el Estado sólo podía ejercer la pro-tección diplomática después de que se hubieran agotadotodos los procedimientos internos de arreglo de contro-versias.

e) La cuestión de las normas «primarias»y «secundarias»

98. Se observó que no convenía examinar teorías yconceptos como la distinción entre normas primarias ysecundarias antes de tratar las instituciones y normas dela protección diplomática. Esas cuestiones podían deba-tirse cuando surgieran en contextos específicos. Se con-sideró que la protección diplomática en sentido ampliotenía un significado claro: las cuestiones importanteseran la admisibilidad de la reclamación y la normativarelativa a las condiciones previas que habían de cum-plirse antes de presentar la reclamación. A este respectodebería seguirse el informe del Grupo de Trabajo sobreprotección diplomática en el 49.° período de sesiones93.

99. Se dijo que, si bien la Comisión estaba tratando lasnormas secundarias y que causaría confusión si preten-diera otra cosa, la distinción entre normas primarias ynormas secundarias no debería utilizarse como criterioabsoluto. La clasificación de una norma como primaria osecundaria dependería de la naturaleza de la cuestión encada ocasión concreta. Ahora bien, la cuestión no era desuperposición sino de la doble función de la admisibili-dad y el fondo con respecto, por ejemplo, a la norma delas «manos limpias», ciertas cuestiones de nacionalidad,y todo lo relativo a la aquiescencia y demora. Por consi-guiente, en el marco de ese tema la Comisión no podíaexaminar las normas secundarias aisladamente. Debíatambién referirse a las normas primarias, ya que las nor-mas secundarias, por ser procesales, eran los medios parahacer aplicar los derechos conferidos.

' Véase la nota 79 supra

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Protección diplomática 51

100. En cuanto a qué derecho regía la protección diplo-mática, hubo acuerdo general en que era el derecho inter-nacional. A este respecto se señaló que algunos go-biernos se comprometían con sus nacionales en sus cons-tituciones a ejercer la protección diplomática y que, en elplano internacional, debería considerarse un derechohumano fundamental y deberían crearse mecanismosapropiados para garantizar su aplicación. También seexpresó la opinión de que esas normas nacionales noafectaban al poder discrecional del Estado de ejercer laprotección diplomática.

101. Se señaló también que había margen para desarro-llar progresivamente y modernizar significativamente elderecho de la protección diplomática. Incluso si setomaba como punto de partida el derecho estatal, deberíaser posible, con miras al desarrollo progresivo del dere-cho, fortalecer la posición de la persona en el marco de laprotección diplomática, particularmente en lo concer-niente a la indemnización.

102. Se dijo que el estudio de la protección diplomáticadebía incluir el estudio de los medios para ejercerla. Losmecanismos tradicionales de arreglo pacífico de contro-versias, en particular la negociación pero también lamediación, los buenos oficios y el arbitraje, deberíanconsiderarse, así como la cuestión de las contramedidasen el contexto de la protección diplomática.

103. En cuanto al título del tema, se dijo que tal vezpodría hacerse más preciso, pero que podía dejarse paramás tarde a la luz del proyecto que había de prepararse.

una persona privada que, con raras excepciones, no tienecapacidad para actuar en el plano internacional, entra enjuego la protección diplomática y así resulta ser unaextensión, una consecuencia y un componente del dere-cho de la responsabilidad de los Estados.

105. Se señaló también el problema de tratar las cues-tiones del daño directo a los Estados que, aunque clara-mente no forman parte del mandato de la Comisión, en lapráctica solían estar indisolublemente ligadas con lascuestiones de la protección diplomática. A veces un casoprivado podía representar un interés tanto directo comoindirecto del Estado. Ejemplo de ello era el incidente delRainbow Warrior95, en el que Nueva Zelandia presentóuna reclamación por violación de su soberanía, y ennombre de los Países Bajos respecto de un fotógrafo quehabía perdido su vida en el incidente, el cual fue conside-rado de nacionalidad neerlandesa a los efectos del arre-glo. También el incidente de Chernobyl había supuestopérdidas económicas directas para personas privadas devarios Estados, así como la posibilidad de que los pro-pios Estados plantearan reclamaciones por daños direc-tos a su espacio aéreo, si lo deseaban. Esos ejemplosimplicaban la protección diplomática real o potencialrespecto de intereses privados. El hecho de que no con-cernieran exclusivamente a intereses privados no deberíaponerlos fuera del tema que estaba examinando laComisión.

g) Ámbito del tema

f) La relación entre el tema de la proteccióndiplomática y el tema de la responsabilidad

de los Estados

104. Se señaló que era importante recordar que la pro-tección diplomática era sólo una parte del vasto campode la responsabilidad internacional. Como medio de darefecto a la responsabilidad del Estado, creaba unarelación entre dos Estados: el Estado «protector» y elEstado contra el que se ejercía la acción, consideradoresponsable de un hecho internacionalmente ilícito quehabía causado un perjuicio a un nacional del Estado«protector». Aunque el actual hincapié en la protecciónde los derechos humanos era correcto, no debería oscure-cer el hecho de que la relación de Estado a Estado era unelemento esencial para determinar la naturaleza de laprotección diplomática. A este respecto, se señaló tam-bién que los temas de la protección diplomática y laresponsabilidad de los Estados estaban relacionados anivel de razonamiento, ya que el Estado respondía detoda violación del derecho internacional que hubieracometido o se le hubiera atribuido, como se decía en laprimera parte del proyecto de artículos sobre la respon-sabilidad de los Estados94. Si se cumple esa primera con-dición, surgen varias consecuencias (segunda parte delproyecto), la principal de las cuales es la obligación dedar reparación. Cuando la obligación de reparar se debe a

106. Se dijo que debería considerarse la posibilidad deconceder la protección diplomática a los nacionales deun Estado que hubieran sufrido daños, no cuando seencontraban en el extranjero sino mientras estaban en supropio Estado, como consecuencia de un hecho interna-cionalmente ilícito causado por una misión diplomáticaextranjera o por los oficiales de esa misión que gozarande inmunidad jurisdiccional y, por consiguiente, nopudieran ser puestos a disposición de los tribunalesnacionales. No había razón para que un Estado que pro-tegía a sus nacionales cuando resultaban perjudicados enel extranjero como consecuencia de una violación delderecho internacional en esas circunstancias no lo hicie-ran también si resultaban lesionados cuando se encontra-ban en territorio nacional.

3. ESTABLECIMIENTO DE UN GRUPO DE TRABAJO

107. En su 2534.a sesión, celebrada el 22 de mayo de1998, la Comisión estableció un grupo de trabajo decomposición abierta, presidido por el Sr. M. Bennouna,Relator Especial sobre el tema, para que examinara lasposibles conclusiones que pudieran extraerse del debateen cuanto al enfoque del tema y para dar orientación conrespecto a las cuestiones que deberían tratarse en el

94 Véase el texto del proyecto de artículos aprobado provisional-mente por la Comisión en primera lectura en Anuario 1996, vol II(segunda parte), doc A/51/10, cap III, secc D

95 Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales, vol XIX,págs 197 y ss

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52 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

segundo informe, que el Relator Especial presentaría a laComisión en su 51.° período de sesiones.

108. El Grupo de Trabajo celebró dos sesiones: los días25 y 26 de mayo de 1998. En lo que respecta al plantea-miento del tema, el Grupo de Trabajo convino en losiguiente:

a) El planteamiento de la protección diplomáticadesde el punto de vista del derecho consuetudinario debíaser la base para la labor de la Comisión sobre el presentetema.

b) El tema trataría de las normas secundarias del dere-cho internacional relacionadas con la protección diplo-mática; las normas primarias se examinarían sólo en elcaso de que la aclaración de esas normas fuese esencial atítulo de orientación para una clara formulación de unanorma secundaria concreta.

c) El ejercicio de la protección diplomática es underecho que incumbe al Estado. En el ejercicio de esederecho el Estado debe tener en cuenta los derechos eintereses de sus nacionales respecto de los cuales ejercela protección diplomática.

d) La labor de protección diplomática debe tener encuenta el desarrollo del derecho internacional, que reco-noce y protege cada vez más los derechos de las personasy les proporciona un acceso más directo, pero tambiénindirecto, a los foros internacionales para que puedanhacer efectivos sus derechos. En el contexto del presentetema, el Grupo de Trabajo opinó que los efectos directosy concretos de esa evolución se debían examinar a la luzde la práctica de los Estados y en la medida en que guar-

daran relación con las cuestiones concretas pertinentes altema, como el requisito del vínculo de la nacionalidad.

é) El derecho discrecional del Estado a ejercer la pro-tección diplomática no obsta a que el Estado asuma res-pecto de sus nacionales el compromiso de ejercer esederecho. En este contexto, el Grupo de Trabajo tomónota de que algunos ordenamientos jurídicos internosreconocían el derecho de sus nacionales a la proteccióndiplomática de su gobierno.

f) El Grupo de Trabajo consideró que sería útil pedir alos gobiernos que proporcionaran a la Comisión el textode las leyes nacionales más importantes, las decisionesde sus tribunales y la práctica de los Estados pertinentesa la protección diplomática.

g) El Grupo de Trabajo recordó la decisión adoptadaen su 49.° período de sesiones de completar la primeralectura del tema a fines del presente quinquenio .

109. En lo que respecta al segundo informe del RelatorEspecial, el Grupo de Trabajo sugirió que se centrara enlas cuestiones señaladas en el capítulo I del esquema pro-puesto por el Grupo de Trabajo establecido en el 49.°período de sesiones, titulado «Base de la proteccióndiplomática».

110. En su 2544.a sesión, celebrada el 9 de junio de1998, la Comisión consideró el informe del Grupo deTrabajo y lo hizo suyo.

96 Véase la nota 80 supra.

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Capítulo VI

ACTOS UNILATERALES DE LOS ESTADOS

A.—Introducción

111. En su 48.° período de sesiones, celebradoen 1996, la Comisión consideró que el tema de los«Actos unilaterales de los Estados» era uno de los trestemas idóneos para la codificación y el desarrollo progre-sivo97. En ese mismo año la Asamblea General, en elpárrafo 13 de su resolución 51/160, invitó a la CDI a queexaminara el tema e indicara su alcance y contenidoatendidas las observaciones formuladas en el curso deldebate en la Sexta Comisión y las observaciones que losgobiernos presentasen por escrito. En su 49.° período desesiones, celebrado en 1997, la Comisión decidió incluiren su programa el tema «Actos unilaterales de los Esta-dos» . La Asamblea General hizo suya la decisión de laComisión en el párrafo 8 de su resolución 52/156. Tam-bién en su 49.° período de sesiones la Comisión nombróal Sr. Víctor Rodríguez Cedeño Relator Especial deltema.

B.—Examen del tema en el actual período de sesiones

112. La Comisión tuvo ante sí el primer informe delRelator Especial sobre el tema (A/CN.4/486) y lo exa-minó en sus sesiones 2524.a a 2527.a, celebradas entre el5 y el 8 de mayo de 1998.

1. INTRODUCCIÓN DEL PRIMER INFORMEDEL RELATOR ESPECIAL

113. El Relator Especial dijo que su primer informetenía carácter preliminar, a modo de introducción altema. Se proponía presentar un informe sustantivo atiempo para el período de sesiones siguiente de laComisión. El presente informe reflejaba una gran partede la doctrina, la jurisprudencia y la práctica de los Esta-dos, así como las observaciones formuladas por losgobiernos el año anterior en la Sexta Comisión (véase A/CN.4/483, secc.F). Además, se basaba en las conclu-siones incluidas en el informe del Grupo de Trabajoestablecido por la CDI en su 49.° período de sesiones 9.

El Relator Especial explicó que su objetivo principal alpreparar el informe había sido hacer un planteamientosistemático del estudio del tema, de acuerdo con la meto-dología propuesta por el Grupo de Trabajo.

114. El Relator Especial señaló que la CPJI y la CUhabían examinado en varias ocasiones los actos unila-terales de los Estados. A veces, como en los asuntos delStatut juridique du Groenland oriental*00 y de los Essaisnucléaires , esos tribunales habían llegado a la con-clusion de que los actos unilaterales de que conocían eranvinculantes en virtud del derecho internacional, con inde-pendencia de que pudieran considerarse o no comprendi-dos en el ámbito del derecho de los tratados. Otras veces,en cambio, habían concluido que esos actos sólo teníancarácter político y carecían de efectos jurídicos, como enlos asuntos Différend frontalier (Burkina Faso/Répu-blique du Mali) y Activités militaires et paramilitairesau Nicaragua et contre celui-ci (Nicaragua c. États-Unisd'Amérique)*02'. Sin embargo, no podía haber duda, a laluz de esa jurisprudencia —e igualmente de la práctica delos Estados y la doctrina—, de que los actos unilateralesexistían como fenómeno de derecho internacional.

115. El Relator Especial estimaba que no sería posibleiniciar la elaboración de normas de derecho internacionalque rigieran los actos unilaterales de los Estados sin defi-nir esos actos antes debidamente o, al menos, dar los ele-mentos de una definición.

116. Siendo así, el principal objetivo de este primerinforme había sido llegar a una definición de acto estric-tamente unilateral, con miras a facilitar la futura prepara-ción de informes más detallados que contuvieran normasrelativas a la realización, validez formal, efectos, inter-

97 Anuario 1996, vol II (segunda parte), doc A/51/10, párr 248 yanexo II, adición 3

98 Véase Anuario 1997, vol II (segunda parte), parr 22199 Ib íd , cap IX, secc B

1 0 0Fallo, 1933, CPJI, série A/B, n "53, págs 22 y ss , en particularpágs 36 y 37, 57 y 58 y 69 a 73

101 Essais nucléaires (Australie c France), fallo, CU Recueil1974, pag 253, párrs 34 a 51 , y Essais nucléaires (Nouvelle-Zélande cFrance), ibid , pag 457, párrs 35 a 53 Véase también Resúmenes delos fallos, opiniones consultivas y providencias de la Corte Internacio-nal de Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n ° deventa S 92 V 5), págs 133 y 134

1 0 2Fallo CU Recueil 1986, pág 554, párrs 38 a 4 0 Véase tambiénResúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providencias de laCorte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de las Nacio-nes Unidas, n ° de venta S 92 V 5), pág 223

103 Fondo, fallo, CU Recueil 1986, pág 14, párrs 167 a 171 y 257a 262 Véase también Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas yprovidencias de la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publi-cación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 92 V5), pág 210

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54 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO.0 período de sesiones

pretación, invalidez, duración, modificación y termina-ción de esos actos.

117. En lo que se refiere a los elementos de una defini-ción, el Relator Especial explicó que consideraba necesa-rio determinar primero los actos que quedaban fuera delalcance del tema y que por consiguiente debían excluirsedel estudio.

118. Luego era necesario, dijo, exponer los criteriospara determinar la categoría de actos que debían serobjeto de estudio por la Comisión. En opinión del Rela-tor Especial, esos actos eran los actos unilaterales de losEstados de carácter «estricto» o «puramente» unilateral.Explicó que había utilizado esa terminología en su pri-mer informe a fin de distinguir los actos cuyo estudioproponía de los actos unilaterales de carácter no autó-nomo o dependiente que debían quedar excluidos delestudio por estar ya regulados por las normas vigentes dederecho internacional.

119. Con respecto a la primera de esas tareas, el RelatorEspecial destacó que había seleccionado algunas catego-rías de actos unilaterales para su exclusión del estudio:concretamente, actos políticos unilaterales, actos jurídi-cos unilaterales de organizaciones internacionales y acti-tudes, actos y conducta de los Estados que, aunquevoluntarios, no se realizaban con intención de producirefectos específicos de derecho internacional.

120. Examinando primero los actos políticos, el Rela-tor Especial manifestó que, en su opinión, debían quedarexcluidos del ámbito del estudio que estaba empren-diendo la Comisión. Sugirió que un acto podía caracte-rizarse como puramente político si producía únicamenteefectos políticos y no tenía ninguna consecuencia enderecho internacional. Sin embargo, no era fácil determi-nar el carácter de un acto realizado por un Estado. Dehecho, era muy posible que un acto aparentementepolítico, realizado fuera del marco de negociacionesinternacionales, totalmente en un contexto político y sinninguna de las formalidades propias de un acto jurídicointernacional, pudiera ser vinculante, sin embargo, enderecho internacional para el Estado que lo realizara.Que tuviera carácter político o jurídico dependía de laintención del Estado; correspondería a los tribunales ycortes internacionales determinar cuál había sido esaintención. Todo ello se deducía claramente del fallo de laCU en los asuntos de los Essais nucléaires104.

121. El Relator Especial agregó que los actos unilatera-les de carácter puramente político eran un fenómeno muycomún y tenían con frecuencia importancia considerableen las relaciones internacionales. Por medio de esos actoslos Estados podían contraer compromisos políticos queregularan su conducta en el plano internacional; aunqueel incumplimiento de esos compromisos no diera lugar aresponsabilidad en virtud del derecho internacional ypudiera no suponer ninguna sanción jurídica, estaría enjuego la responsabilidad política del Estado y se veríanafectadas su credibilidad y su participación en los asun-tos internacionales. Indudablemente, los compromisos

puramente políticos no podían considerarse en pie deigualdad con los de carácter jurídico, pero tenían unrasgo común en la medida en que ambos regían de formamuy real la conducta de los Estados en sus relacionesinternacionales.

122. En lo que se refiere a los actos jurídicos unilatera-les de las organizaciones internacionales, el RelatorEspecial sugirió que debían considerarse también comosituados fuera del ámbito del tema.

123. El Relator Especial señaló que había un acervocada vez mayor de prácticas relacionadas con los actosde las organizaciones internacionales. Muchos de esosactos adoptaban la forma de resoluciones que, a su vez,podían reducirse a dos tipos básicos: recomendaciones ydecisiones. Los actos unilaterales de una organizaciónque adoptaban la forma de resoluciones decisorias, comolas relativas a la actuación de la organización o las dirigi-das a algunos de sus órganos auxiliares, eran jurídica-mente vinculantes. En cambio, los que adoptaban laforma de recomendaciones y se dirigían a los Estados noeran vinculantes en derecho. Sin embargo, con frecuen-cia tenían gran importancia en la formación de normas dederecho internacional consuetudinario. Otra categoría deactos unilaterales de organizaciones internacionales erala integrada por los actos realizados por la más alta auto-ridad administrativa de la organización. Comprendían nosólo los actos de orden interno, sino también los relativosa uno o más Estados o a la comunidad internacional en suconjunto. Además, en opinión del Relator Especial, seríadifícil elaborar normas que fueran comunes a los actosunilaterales de los Estados y a los de las organizacionesinternacionales.

124. El Relator Especial confiaba en que, de la breveexposición hecha, resultaría claro que el tema de losactos unilaterales de las organizaciones internacionalesera complejo y exigía un examen especial.

125. El Relator Especial propuso que se excluyerantambién del estudio los actos unilaterales de los Estadosque daban origen a responsabilidad internacional, temaque la Comisión estaba examinando ya sobre la base delprimer informe del Relator Especial sobre la responsabi-lidad de los Estados, presentado por el Sr. JamesCrawford, Relator Especial (A/CN.4/490 y Add.l a 7), yel primer informe sobre la prevención de daños trans-fronterizos causados por actividades peligrosas, presen-tado por el Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao, RelatorEspecial (A/CN.4/487 y Add.l).

126. Al ocuparse del capítulo I de su primer informe elRelator Especial subrayó la distinción que se hacía entrelos actos jurídicos formales, por una parte, y las normasjurídicas creadas por medio de dichos actos, por otra. Suopinión era que la Comisión debía centrarse en los actosunilaterales como actos jurídicos formales, es decir,como procedimientos o métodos para crear normas jurí-dicas, en particular obligaciones jurídicas de los Estadosque los realizaban. Sugirió que el contenido de lasnormas jurídicas así creadas debía considerarse inherenteal estudio de la Comisión.

104 Essa¡s nucléaires (Australie c France) (véase la nota 101supra), párrs 43 a 45, 48, 50 y 51

127. El Relator Especial destacó el examen de diversosactos jurídicos sustantivos que se hacía en el capítulo I de

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Actos unilaterales de los Estados 55

su informe. Se había hecho ese examen a fin de determi-nar qué actos quedaban dentro de la esfera del derecho delos acuerdos internacionales y qué actos no y, por ello,podía decirse que necesitaban normas especiales queregularan sus efectos.

128. Los actos unilaterales relacionados con el derechode los tratados, como la firma, ratificación, formulaciónde reservas e incluso realización de declaraciones inter-pretativas, quedaban claramente dentro de la esfera delos tratados y se regían por las normas del derecho de lostratados, en particular las establecidas en la Convenciónde Viena sobre el derecho de los tratados (denominada enadelante «Convención de Viena de 1969») y la Conven-ción de Viena sobre el derecho de los tratados entreEstados y organizaciones internacionales o entre organi-zaciones internacionales (denominada en adelante«Convención de Viena de 1986»).

129. El Relator Especial propuso que se excluyeran delámbito del estudio los siguientes actos unilaterales: losactos que contribuyeran a la formación de la costumbre;los actos que constituyeran el ejercicio de una facultadconferida por un tratado o por una norma específica dederecho consuetudinario (por ejemplo, la proclamaciónpor un Estado de una zona marítima frente a sus costas);los actos que no consistieran en el ejercicio de facultadesjurídicas preexistentes, sino que supusieran más bien elejercicio de una libertad de derecho internacional (porejemplo la aprobación de disposiciones legales que tipifi-caran penalmente ciertas actividades que podían realizarlos extranjeros en el extranjero), y los actos que crearan odieran origen a una relación convencional (por ejemplola oferta y la aceptación).

130. Pasando a examinar el estoppel, el Relator Espe-cial señaló que era una norma de prueba que tenía su ori-gen en los sistemas jurídicos del common law, pero habíapasado ahora a la doctrina y la jurisprudencia del derechointernacional. Sin embargo, aunque los tribunales inter-nacionales, en cierto número de ocasiones, habían exa-minado la doctrina del estoppel, rara vez habíanrecurrido a ella para basar decisiones (por ejemplo, en elasunto Corvaia de 1903 entre Italia y Venezuela105).Además, la jurisprudencia consideraba la doctrina delestoppel sólo en la forma restrictiva del llamado «estop-pel por representación». Esto era evidente en decisionescomo las de los asuntos Statut juridique du Groenlandoriental106, Plateau continental de la mer du Nord101,Temple de Préah Vîhéarm, Nottebohm109, Barcelona

105 Naciones Unidas, Recueil des sentences arbitrales, vol X (n ° deventa 60 V 4), pags 609 y ss , en particular pag 633

106 Vease la nota 100 supra107 Fallo, CU Recueil 1969, pag 3, p a n s 27 a 33 Vease también

Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providencias de laCorte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de las Nacio-nes Unidas, n ° de venta S 92 V 5), pag 100

1 0 8 F o n d o , fallo, CU Recueil 1962, pags 6 y s s , en particularpags 27 a 33, especialmente pag 32 Vease también Resúmenes delos fallos, opiniones consultivas y providencias de la Corte Internacio-nal de Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n ° deventa S 92 V 5), pag 81

109 Segunda fase, fallo, CU Recueil 1955, pags 4 y ss , en particu-lar pags 17 a 20 Vease también Resúmenes de los fallos, opinionesconsultivas y providencias de la Corte Internacional de Justicia, 1948-

Traction Light and Power Company, Limited110 y Sen-tence arbitrale rendue par le roi d'Espagne le 23 décem-bre 1906m.

131. El Relator Especial dijo que el estoppel no consti-tuía un fenómeno de interés directo para el estudio de losactos unilaterales. Un estoppel entrañaba actos o con-ducta de un Estado que daban lugar a ciertas expectati-vas por parte de otro Estado, sobre la base de las cuales,este otro Estado actuaba de una forma que lo perjudi-caba. Aunque la conducta del Estado autor de la repre-sentación podía parecer, a primera vista, algo similar alacto jurídico unilateral, de hecho tenía un carácter muydiferente. La conducta que daba lugar a un estoppelpodía consistir en un acto o en una actitud pasiva, comoel silencio. Además, no había necesidad de que esa con-ducta se realizara con intención de producir efectosjurídicos. Un verdadero acto unilateral, en cambio, eraun acto jurídico positivo y formal, realizado precisa-mente con intención de producir efectos jurídicos. Porotra parte, un acto jurídico unilateral, como una promesa,obligaba jurídicamente al Estado inmediatamente des-pués de realizado el acto. En cambio, el elemento másimportante de un estoppel era la conducta del Estado alque se hacía la representación: es decir, la conducta deese otro Estado que confiaba en la representación que lehabía hecho el primer Estado. Por ello, en el caso delestoppel, los efectos jurídicos no se derivaban de la vol-untad del Estado que hacía la representación sino de laconfianza que ponía en ella el Estado al que se hacía. Laconducta de este otro Estado era de importancia funda-mental. En el caso de un acto jurídico unilateral, en cam-bio, como una promesa, la conducta del beneficiariocarecía, analíticamente, de toda importancia para deter-minar su carácter vinculante, como dejaron en claro lasdecisiones de la CU en los casos de los Essaisnucléaires112. El Relator Especial añadió que algunosautores opinaban que, en los asuntos Barcelona Trac-tion113, Emprunts serbes114 y Plateau continental de lamer du Nordu5, el estoppel se había tratado como medioespecial de establecer una relación convencional. Tam-bién por esa razón debía excluirse del ámbito del estudioque la Comisión estaba iniciando.

132. El Relator Especial propuso asimismo que seexcluyeran del estudio otras formas de conducta deter-minadas que no eran actos jurídicos formales, pero que,sin embargo, podían tener efectos en derecho internacio-nal. Así ocurría, por ejemplo, con el silencio, cuando un

1991 (publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 92 V5),pag 46

110 Excepciones preliminares, fallo, CU Recueil 1964, pags 6 yss , en particular pags 24 y 25 Vease también Resúmenes de losfallos, opiniones consultivas y providencias de la Corte Internacionalde Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n° deventa S 92 V5), pag 93

111 Fallo, CU Recueil 1960, pags 192 y ss , especialmente pags209 a 214 Vease también Resúmenes de los fallos, opiniones consul-tivas y providencias de la Corte Internacional de Justicia, ¡948-1991(publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 92 V 5), pag 77

u2 Essais nucléaires (Australie c France) (vease la nota 101supra), parrs 43 y 50

113 Vease la nota 110 supra114 Fallo n° 14,1929, CPJ1, série A, n "20, pags 37 a 391 '5 Vease la nota 107 supra

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56 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

Estado no protestaba contra una reclamación jurídicahecha en su contra. El Relator Especial explicó que elhecho de que un Estado no protestara contra una recla-mación o situación no suponía necesariamente una inten-ción por su parte de crear efectos jurídicos, concre-tamente el de hacer que se le pudiera oponer esa reclama-ción o situación. Además, el silencio no era un actoestricta o puramente unilateral, porque no podía, por símismo, tener efectos jurídicos o crear una nueva relaciónjurídica, dado que presuponía necesariamente para su efi-cacia la realización de un acto o conducta anteriores porparte de otro Estado, a los que podía considerarse comorespuesta.

133. El Relator Especial dijo que, en su opinión, consi-deraciones análogas se aplicaban a la notificación. Conindependencia de que fuera o no un acto jurídico, la noti-ficación no podía producir efectos jurídicos por sí misma.Más bien, presuponía para su eficacia la realización deotro acto por otro sujeto de derecho internacional.

134. El Relator Especial explicó que el capítulo II de suprimer informe trataba de los criterios que había tenidoen cuenta para determinar el carácter estrictamente unila-teral del acto jurídico.

135. En su opinión, un acto estrictamente unilateral erauna simple expresión de voluntad de uno o más Estados.Por ello, los actos unilaterales podían ser de carácter indi-vidual o colectivo.

136. El Relator Especial señaló que en su informehabía descrito esos actos como «heteronormativos», yaque producían efectos jurídicos con respecto a sujetos dederecho internacional que no habían participado en surealización. Sin embargo, en su opinión, ese criterio erainsuficiente para distinguir los actos que eran de carácterpura o estrictamente unilateral. Para ese fin era necesariopensar no sólo en la simple atribución del acto sino tam-bién en su autonomía. Para ser clasificado como estricta-mente unilateral un acto tenía que ser autosuficiente ensus consecuencias jurídicas; es decir, tenía que producirefectos jurídicos con independencia de cualquier otramanifestación de voluntad, anterior, simultánea o poste-rior, de otro sujeto de derecho internacional. Si no fueratan independiente en la producción de efectos jurídicos,no sería de carácter auténticamente unilateral, sino quequedaría comprendido en la esfera de los tratados.

137. El Relator Especial sugirió que la autonomía de laobligación creada por un acto unilateral era un criteriodecisivo para determinar su carácter estrictamente unila-teral. Todo acto jurídico creaba derechos y obligaciones,y un acto unilateral creaba naturalmente una obligaciónpara el Estado que lo realizaba y un derecho a favor deuno o más Estados ajenos a su realización. Sin embargo,en el caso de los actos estrictamente unilaterales, la obli-gación no surgía cuando era aceptada ni en el momentoen que el Estado que era su beneficiario realizaba otraforma de conducta determinada. Surgía cuando el Estadoque realizaba el acto unilateral quería que surgiera.Un Estado podía asumir una obligación de esa forma,ejerciendo la facultad de autolimitación que le confería elderecho internacional.

138. El Relator Especial dijo que la autonomía de laobligación creada por medio de un acto estrictamenteunilateral tenía importantes consecuencias prácticas.Cuando una corte o un tribunal internacionales conside-raba que un acto era estrictamente unilateral, examinabala formulación del acto y no la conducta del Estado conrespecto al cual se realizaba y al que confería derechos.Lo mismo ocurría cuando una corte o un tribunal trata-ban de determinar los efectos jurídicos exactos de unacto estrictamente unilateral"6.

139. El Relator Especial señaló que el capítulo IIexaminaba también la base jurídica del carácter vincu-lante de los actos unilaterales de los Estados. En virtuddel derecho de los tratados, todo tratado debía cumplirsede buena fe. Dada la necesidad de confianza, fiabilidad yseguridad mutuas en las relaciones internacionales, y decertidumbre jurídica internacional, en su opinión debíaconsiderarse también la buena fe como fundamental parael carácter vinculante de los actos unilaterales de losEstados117.

140. El Relator Especial sugirió que el carácter vincu-lante de los actos estrictamente unilaterales podía expli-carse asimismo por remisión a la facultad de auto-limitación de que gozaban los Estados en derecho inter-nacional: en otras palabras, por su capacidad para some-terse a sí mismos, en el ejercicio de su soberanía, aobligaciones jurídicas internacionales. Esas obligacionesno tenían que someterse necesariamente al principio dereciprocidad y, por ello, podían ser totalmente unilatera-les en su forma y tener carácter autónomo. En conse-cuencia, podía decirse que el carácter vinculante de unacto jurídico unilateral de un Estado se basaba en laintención del Estado que lo realizaba y no en ningún inte-rés jurídico que otro Estado podía tener en el cumpli-miento de las obligaciones que pretendía crear.

141. El Relator Especial pasó a recordar que el princi-pio pacta sunt servando era la base del carácter vincu-lante de los tratados, como se deducía claramente delartículo 26 de la Convención de Viena de 1969. Sugirióque podía decirse que un principio paralelo, como el depromissio est servando, fundamentaba el carácter vincu-lante de los actos unilaterales de promesa. Se podía recu-rrir también a principios más generales, como el de actasunt servando o, en el caso de las declaraciones unilate-rales, el de declaratio est servando.

142. Sobre la base de las consideraciones anteriores, elRelator Especial presentó a la Comisión, en el párrafo170 de su informe, las partes componentes de una defini-ción de acto unilateral a los efectos del estudio que laComisión había iniciado. Como allí se decía, una decla-ración estrictamente unilateral podía considerarse comoexpresión autónoma de una voluntad clara e inequívoca,hecha explícita y públicamente por un Estado con el finde crear una relación jurídica —en particular obligacio-nes jurídicas internacionales— entre él mismo y uno omás Estados que no participaban en su elaboración, sinque fuera necesario que esos Estados la aceptaran o se

116 Essais nucléaires (Australie c France) (véase la nota 101 supra),párrs 44, 45, 50 y 51

117Ibid,párrs 46y 51

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comportaran ulteriormente de una forma que supusieraesa aceptación.

143. El Relator Especial señaló que esa definición selimitaba a las declaraciones unilaterales y que los actosunilaterales que no adoptaban esa forma quedabanexcluidos de su ámbito. Para explicar esa limitación elRelator Especial dijo que, en su opinión, la declaraciónunilateral era el instrumento básico que empleaban losEstados para realizar las transacciones que decidían efec-tuar por medio de actos unilaterales. En otras palabras, ladeclaración unilateral era al derecho de los actos unilate-rales lo que el tratado al derecho internacional de los tra-tados. Siendo así, todo documento definitivo que laComisión pudiera adoptar sobre el tema de los actos uni-laterales de los Estados debía limitarse, en su opinión, alos actos unilaterales que fueran también declaracionesunilaterales.

144. Para concluir, el Relator Especial señaló que eraevidente que los actos unilaterales de los Estados existíanen derecho internacional. Además, resultaba claro queesos actos eran auténticamente autónomos, en el sentidode que tenían un carácter estrictamente unilateral y sueficacia jurídica no dependía de que se produjeran otrasmanifestaciones de voluntad. El examen de esos actospor la Comisión era tanto de interés práctico como deconsiderable importancia política, ya que los Estadosrecurrían cada vez más a ellos en sus relaciones interna-cionales.

145. Se consideró posible y conveniente iniciar la ela-boración de normas que regularan el funcionamiento delas declaraciones unilaterales, y el Relator Especial sugi-rió que la Comisión volviera a constituir el Grupo de Tra-bajo establecido en su período de sesiones anterior a finde que examinara el alcance y el contenido de la laborque debía realizarse.

2. RESUMEN DEL DEBATE

146. Los miembros de la Comisión encomiaron el pri-mer informe del Relator Especial. Se dijo que el tema eraimportante. Era también uno de los temas más difícilesde los que se había ocupado la Comisión hasta la fecha.

a) Observaciones generales

147. Durante el debate algunos miembros expresarondudas sobre si era posible en derecho internacional queun acto unilateral de un Estado, por sí mismo, modificaselas relaciones jurídicas entre ese Estado y algún otroEstado que no hubiera participado en la elaboración delacto. O bien era necesario el acuerdo de ese otro Estado,o al menos que éste realizara alguna clase de acto en res-puesta o sobre la base del acto unilateral de que se tra-tara.

148. Otros miembros, sin embargo, señalaron que ladoctrina de los actos unilaterales tenía fundamentos sóli-dos en la doctrina de derecho internacional, la jurispru-dencia de la CU y la práctica de los Estados. Se observóque la Asamblea General había presupuesto la existencia

de esa doctrina cuando, en su resolución 52/156, habíahecho suya la decisión de estudiar el tema que la Comi-sión había adoptado en su período de sesiones anterior.Algunos miembros observaron a ese respecto que losEstados tenían dudas a veces sobre el carácter vinculantede actos unilaterales específicos realizados a su favor porotros Estados. Se señaló también que los Estados prefe-rían que las transacciones realizadas a su favor pormedio de actos unilaterales adoptaran, de ser posible,la forma de tratado. No obstante, reconocieron y acepta-ron desde luego que los actos unilaterales, por sí mis-mos, podían producir efectos jurídicos en derechointernacional.

149. En lo referente a las relaciones entre los actos uni-laterales y las fuentes de derecho internacional enumera-das en el Artículo 38 del Estatuto de la CU, un miembroopinó que, aunque en dicha disposición no se hacía refe-rencia expresa a los actos unilaterales, éstos quedabanincluidos no obstante, implícitamente, en el ámbito delapartado b del párrafo 1. Otros miembros, sin embargo,estimaron que ese párrafo no contenía ninguna referen-cia, ni siquiera implícita, a los actos unilaterales.Al mismo tiempo, algunos miembros observaron que elpárrafo 1 del Artículo 38 del Estatuto de la CU no conte-nía una lista exhaustiva de las fuentes de derecho inter-nacional y que, a pesar de su omisión, los actos uni-laterales constituían sin lugar a dudas una de esas fuen-tes. Otros miembros, en cambio, coincidieron con elRelator Especial en que los actos unilaterales eran fuenteno de derecho internacional sino de obligaciones interna-cionales. Un miembro, sin embargo, dijo que distinguirentre fuentes de derecho internacional y fuentes de obli-gaciones internacionales era ilusorio, en tanto que otroseñaló que la cuestión de si los actos unilaterales consti-tuían una fuente de derecho internacional exigía mayorexamen.

150. Con respecto a la base del carácter vinculante delos actos unilaterales en derecho internacional, variosmiembros expresaron la opinión de que debía encon-trarse en el principio de buena fe, así como en la conve-niencia de fomentar condiciones de seguridad, confianzay fiabilidad en las relaciones internacionales. En apoyode esa opinión se hizo referencia a los fallos de la CU enlos asuntos de los Essais nucléaires118. En consecuencia,se dijo que no era necesario recurrir a elaborar un princi-pio propio de los actos unilaterales, como acta sunt ser-vando, promissio est servando o declaratio est servando.Aunque estaba de acuerdo con esta conclusión, unmiembro dijo que la fuente del carácter vinculante de losactos unilaterales estribaba más bien en la soberanía delos Estados.

b) Ámbito del tema

151. Aunque algunos miembros indicaron que era ne-cesario determinar o fijar los límites del tema, se señalótambién que esos límites no debían ser manifiestamenteestrechos o restrictivos. A la inversa, se dijo que no eranecesario que la Comisión emprendiera el examen de

118 Véase la nota 101 supra.

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todas las clases de actos que podían quedar comprendi-dos en el ámbito del tema y que podía muy bien seleccio-nar sólo algunos para su estudio.

152. En cuanto a los límites sugeridos por el RelatorEspecial, varios miembros opinaron que, al proponer a laComisión que se limitase a estudiar los actos estricta opuramente unilaterales, había fijado al tema, en general,unos límites demasiado estrechos.

153. Al hablar de las sugerencias del Relator Especialen cuanto a categorías determinadas de actos que debíanexcluirse del ámbito del tema, aunque hubo acuerdogeneral en que los actos unilaterales de las organizacio-nes internacionales quedaban fuera de ese ámbito, algu-nos miembros estimaron que podía ser útil hacerreferencia a esos actos para ayudar a analizar los actosunilaterales de los Estados. Sin embargo, se señaló queesa referencia debía limitarse a los actos externos de lasorganizaciones internacionales y no incluir sus actosinternos.

154. Hubo acuerdo general con la sugerencia del Rela-tor Especial de que los actos unilaterales de los Estadosque sólo tuvieran consecuencias políticas quedasen fuerade los límites del tema.

155. Con respecto a la distinción entre actos «jurídi-cos» unilaterales y actos «políticos» unilaterales, se reco-noció en general que con frecuencia era difícildeterminar a qué categoría pertenecía un acto determi-nado. Según una opinión, la respuesta dependía de laintención del Estado que realizara el acto. Sin embargo,se dijo también que, aunque la intención expresa o evi-dente del autor del acto era indudablemente determi-nante, también era totalmente posible que un actounilateral, incluida una promesa, fuera jurídicamente vin-culante o produjera consecuencias jurídicas sin quehubiera indicios claros de que esa había sido la intencióndel Estado autor.

156. Hubo coincidencia general con la opinión delRelator Especial según la cual el acto unilateral delEstado, en la medida en que podía ser contrario a lasobligaciones que le incumbían con arreglo al derechointernacional y dar lugar a una responsabilidad interna-cional, no debería ser estudiado por la Comisión enel contexto del tema actual. También hubo acuerdogeneral con el Relator Especial en que los actos unilate-rales comprendidos en el ámbito del derecho de los trata-dos —como la firma, la ratificación, la denuncia y laformulación de reservas— quedaban fuera de los límitesdel tema. En la medida en que un acto internacional con-tribuía a la formación de una norma de derecho interna-cional consuetudinario, hubo acuerdo, una vez más, enque no estaba comprendido en el tema. Se expresó unaopinión semejante respecto de los actos unilaterales queconstituían el ejercicio de una facultad conferida por unanorma del derecho consuetudinario o por un tratado, talcomo el acto por el cual un Estado establecía una zonamarítima. Asimismo se mencionaron, a este respecto, lasdeclaraciones por las que se aceptaba la competenciaobligatoria de la CU en cumplimiento del párrafo 2 delArtículo 36 del Estatuto de la Corte. Igualmente huboacuerdo en que los actos unilaterales que por su caráctery sus efectos eran puramente internos, incluidos los que

se realizaban en cumplimiento de las obligaciones inter-nacionales de un Estado, quedaban fuera del marcodel tema.

157. Sin embargo, en cuanto a si la Comisión debíaestudiar el silencio del Estado en la medida en que esesilencio podía dar lugar a una alteración de la posicióndel Estado en el derecho internacional o ser causa de quepudiera oponerse al Estado una situación jurídica deter-minada, hubo divergencia de opiniones. Si bien algunosmiembros coincidieron con el Relator Especial en que seexcluyera este tema, otros opinaron que la Comisióndebía estudiar el silencio y la aquiescencia. En la medidaen que podían crear efectos jurídicos reconocidos por elderecho internacional, se trataba de fenómenos importan-tes que, aunque sólo fuera por razones prácticas, resulta-ría difícil excluir del estudio. También se dijo que elsilencio, aunque no constituía un acto jurídico en el sen-tido estricto y formal de esta expresión, podía conside-rarse un acto unilateral, por lo menos hasta cierto punto,pues podía tenerse por la expresión de la intención, porparte del Estado interesado, de asumir obligaciones jurí-dicas o de aceptar una situación jurídica con la que seenfrentaba. A este respecto, un miembro hizo hincapié enque la Comisión debía estudiar no sólo los casos de silen-cio que suponían inacción por parte del Estado que seenfrentaba con una reivindicación o una situación deter-minada, sino también aquellos en que ese Estado obser-vaba una conducta de la que podía deducirse suaceptación de esa reivindicación o situación.

158. Hubo también diversidad de opiniones en cuantoal estoppel.

159. Por una parte, se coincidió con el Relator Especialen que la Comisión no debía estudiar el estoppel.A modo de explicación se dijo que, para que hubieselugar a aplicar la regla de los actos propios, era necesarioque un Estado realizase un acto u observase cierta con-ducta y que otro Estado realizase un acto o adoptasecierta conducta en respuesta a aquéllos. El primer acto ola primera conducta no podían, por sí solos y sin lossegundos, dar lugar a consecuencias jurídicas. En talescircunstancias, la regla de los actos propios no debía serestudiada en el marco del tema actual. También se dijoque la aplicación del estoppel no requería necesaria-mente la realización de un acto con el propósito de gene-rar efectos jurídicos y, por esa razón también, no debíaser estudiado por la Comisión.

160. Por otra parte, se afirmó que existía un nutridocuerpo de jurisprudencia sobre el tema de los actos pro-pios, que la doctrina revestía una importancia considera-ble en la práctica del derecho internacional y que, porconsiguiente, debía incluirse la regla, aunque sólo fuerapor razones prácticas, en el ámbito del estudio que laComisión había emprendido. Aun cuando el estudio seconcentrara únicamente en los actos unilaterales autóno-mos —es decir, en los actos que por sí mismos generabanconsecuencias jurídicas— podía hacerse una excepcióncon respecto a la regla de los actos propios por esas razo-nes. Además, se dijo que el análisis de la doctrina de losactos propios podría resultar útil para que la Comisióntuviera una visión más completa de las formas de actosunilaterales que sin duda alguna estaban comprendidasdentro de los parámetros del tema.

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Actos unilaterales de los Estados 59

161. Por lo que concernía a las declaraciones unilatera-les hechas por el agente de un Estado en un proceso anteun tribunal internacional, ciertos miembros se manifesta-ron en desacuerdo con el Relator Especial y sugirieronque la Comisión las estudiara. Se señaló, a este respecto,que ciertas decisiones judiciales y laudos arbitrales quese citaban con frecuencia en la literatura referente a losactos unilaterales se relacionaban con actos de esemismo tipo.

162. Un miembro expresó la opinión, contraria a la delRelator Especial, de que los actos de notificación debíanincluirse en el ámbito del estudio.

163. También se expresó una opinión favorable al estu-dio de los actos unilaterales que pudiesen constituir unaprueba de la actitud del Estado acerca de algún otro actoo algún hecho o situación.

164. En cuanto a los actos que el Relator Especialincluía en su informe entre los que quedaban dentro delámbito del tema, hubo acuerdo general en que el estudioabarcase los actos unilaterales de promesa, reconoci-miento, renuncia y protesta. Un miembro opinó igual-mente que la Comisión debía emprender el estudio de losactos de desistimiento.

c) Definición y elementos de los actos unilaterales

165. En cuanto a la sugerencia del Relator Especial deque la Comisión intentase primero redactar una defini-ción del acto unilateral, se expresaron diversas opinio-nes.

166. Por una parte, se dijo que esa tarea era crucial paraestablecer los límites del tema y determinar el ámbitoapropiado de la tarea de la Comisión. Al mismo tiempose observó que toda definición que se redactase no habríade tomarse demasiado estrictamente ni entenderse en elsentido de que fijaba los parámetros del tema de unamanera rígida o inflexible. Más bien debía utilizarse paracontribuir a orientar la labor de la Comisión y determinarsu tema central. Algunos miembros declararon, a esterespecto, que la Comisión podría utilizar como punto departida la definición que el Relator Especial proponía enel párrafo 170 de su informe.

167. Por otra parte, se dudó de que fuera acertado, oincluso viable, intentar una definición del «acto unilate-ral». Se dijo que los actos unilaterales de los Estados erande carácter tan diverso que resultaba difícil descubrircualquier uniformidad en el tema. Por consiguiente eradudoso que el tema constituyese una cuestión unificadaque admitiera una definición única, amplia, de todos losactos que abarcaba. Antes bien, debía considerarse que eltema era de carácter compartimentado y comprendíavarios tipos o categorías de actos unilaterales que dife-rían unos de otros en cuanto a sus propiedades y caracte-rísticas. Toda definición que intentase trascender esascategorías habría de formularse a un nivel de abstraccióndemasiado alto para ser de utilidad; por lo demás, cual-quier definición sería incompleta y omitiría inevitable-mente ciertos actos unilaterales. Según este último puntode vista, sería mejor determinar simplemente ciertascategorías de actos que se considerasen susceptibles de

estudio y pasar directamente al examen de las normasque fuesen apropiadas para cada una de ellas.

168. Con respecto a los elementos de la definición delacto unilateral propuestos por el Relator Especial, ciertosmiembros coincidieron con él en sugerir que la Comi-sión se concentrase en las declaraciones unilaterales.Algunos otros miembros, al tiempo que reconocían quelas declaraciones constituían el núcleo del tema, conside-raron que la Comisión debía estar dispuesta a examinarotros medios, menos formales, por los cuales un Estadopodía vincularse unilateralmente (a ese respecto se hizouna mención especial del silencio y la aquiescencia y dela regla de los actos propios). Otros miembros estuvieronen desacuerdo con ese planteamiento y señalaron que eltema que la Asamblea General había pedido a la Comi-sión que estudiara era el de los «actos unilaterales delEstado» y no las «declaraciones unilaterales». Por consi-guiente, la Comisión debía examinar los actos unilatera-les del Estado que no entrañaban la formulación de unadeclaración, de la misma manera que debía estudiar lasdeclaraciones unilaterales. Asimismo, debía examinarlos actos unilaterales que constituían una línea de con-ducta. A este respecto, se observó que los actos delEstado que no revestían la forma de una declaraciónpodían producir efectos idénticos a los que se despren-dían de una declaración, por ejemplo los actos que cons-tituían un reconocimiento implícito.

169. Varios miembros de la Comisión concordaron conla idea del Relator Especial de que un acto unilateraldebía encerrar una expresión clara de la voluntad o laintención del autor de crear efectos jurídicos determina-dos o de alterar su situación jurídica en el derecho inter-nacional. Otros manifestaron su desacuerdo, diciendoque, si bien podía ser necesario, en el caso de ciertostipos de actos unilaterales, que hubiese una intención porparte de los autores de los actos de lograr con ellos cier-tos efectos jurídicos, no ocurría lo mismo en el caso deotros actos. De hecho, la jurisprudencia parecía indicarque los Estados podían realizar un acto unilateral sinsaberlo. Por ejemplo, un tribunal internacional podíaconsiderar que una declaración unilateral que conteníauna promesa era vinculante para su autor en derechointernacional, aunque ese Estado sostuviera que no teníaintención de asumir tal obligación cuando realizó el acto.

170. También se expresaron diversas opiniones, quereflejaban esta divergencia de pareceres, acerca de la uti-lidad del concepto de acto jurídico que proponía el Rela-tor Especial.

171. En cuanto al elemento de publicidad que, segúnindicaba el Relator Especial, constituía una característicadefinitoria del acto unilateral, se expresó la opinión deque, si bien parte de la jurisprudencia hacía hincapié eneste factor, había por lo menos una decisión judicial queindicaba que no constituía una condición previa de la efi-cacia jurídica del acto unilateral y que una promesa uni-lateral, por ejemplo, podía comprometer jurídicamente alEstado que la hacía, aunque se hiciera a puerta cerrada.La publicidad del acto unilateral tenía que ver con laprueba de su existencia y de la intención con que se rea-lizaba, así como con la identificación de sus beneficia-rios. En cambio, se opinó que el acto unilateral, paraalterar la situación jurídica del Estado que lo realizaba

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frente a otro Estado, tenía que ponerse en conocimientode ese otro Estado. Esto era lo que se quería dar a enten-der con el sugerido elemento de publicidad.

172. Se manifestaron diversos pareceres por lo que serefería a la sugerencia del Relator Especial de que elámbito del estudio se limitara a los actos unilateralesautónomos, es decir, a los actos unilaterales que por símismos podían producir efectos en derecho internacionaly que para este fin no dependían ni de la realización deotro acto por otro Estado ni de la ausencia de actuación.

173. Varios miembros opinaron que la Comisión debíaefectivamente limitar su labor a los actos unilaterales deese tipo.

174. Algunos miembros observaron que algunos actosunilaterales, pese a su capacidad para alterar por sí mis-mos las relaciones jurídicas de los Estados que los reali-zaban, podían provocar reacciones por parte de otrosEstados. Esas reacciones no podían pasarse por altocuando se trataba de determinar los efectos jurídicos quecabría atribuir a los actos. Ello era tanto más ciertocuanto que esas reacciones podrían incluso afectar la cla-sificación de los actos como actos unilaterales. En esamedida, la Comisión no debía eludir el análisis del fenó-meno de la oferta y la aceptación. Se observó que losactos unilaterales se realizaban frecuente, cuando nogeneralmente, en el contexto de negociaciones interna-cionales. De hecho, era raro encontrarse con un acto uni-lateral que no hubiese sido solicitado por otro Estado oque no se hubiese hecho en respuesta a una declaración oconducta de otro Estado. Se expresó la opinión de queeste telón de fondo de las negociaciones internacionalesera importante para un análisis apropiado de los actosunilaterales.

175. También se dijo que no era evidente que la capaci-dad autónoma de un acto para generar consecuenciasjurídicas fuese un factor crucial en cuanto a determinar sidebía o no ser estudiado en el contexto del tema actual.Había ciertos tipos de actos que no eran autónomos en elsentido en que había usado la palabra el Relator Especial,pero que, a pesar de ello, los especialistas considerabanen general pertenecientes a la esfera de los actos unilate-rales, y había buenas razones para que la Comisión losestudiara, dada su importancia práctica y teórica.

176. Otros miembros de la Comisión opinaron que, sibien el estudio debía centrarse principalmente en losactos unilaterales autónomos, la Comisión debía estarpreparada, al mismo tiempo, para rebasar esos actos yemprender el examen, por lo menos, de ciertos actos uni-laterales que no eran capaces de producir efectos jurídi-cos por sí mismos. Se mencionaron particularmente aeste respecto la regla de los actos propios y el silencio yla aquiescencia.

d) Planteamiento del tema

177. Varios miembros concordaron con la sugerenciadel Relator Especial de que la Comisión concentrasela atención en el acto unilateral en cuanto acto «formal»—es decir, en el acto unilateral como instrumento o pro-cedimiento para producir consecuencias jurídicas (instru-

mentum)— más que en el acto «sustantivo», es decir, enla transacción u operación jurídica para cuya realizaciónse utilizaba un acto unilateral (negotium). Otros miem-bros pensaban que no era posible hacer una distinciónentre el acto formal y el acto sustantivo en la forma pro-puesta por el Relator Especial. El acto y la transacciónjurídica que realizaba eran indisociables, y el primero notenía significado jurídico independientemente de lasegunda.

178. Según una opinión, las diferencias que existíanentre los diversos tipos de transacción que pudiesen rea-lizarse por medio de un acto unilateral no eran tales queimpidiesen la elaboración de una normativa única de losactos unilaterales, así como las diferencias que existíanentre los acuerdos internacionales no habían impedido lacodificación de una normativa única de los tratados.Según esa opinión, la Comisión debía limitarse a identifi-car y enunciar normas que fuesen aplicables a los actosunilaterales en general, cualquiera que fuese la transac-ción a que se refirieran esos actos.

179. Varios miembros pensaban que el planteamientosugerido por el Relator Especial no estaba bien funda-mentado ya que daba por supuesto que el tema de losactos unilaterales era de carácter unitario y que era posi-ble aplicar a los actos unilaterales un cuerpo único denormas, independientemente del tipo de transacción paracuya realización se utilizasen esos actos. La misma cues-tión —por ejemplo las circunstancias en las que, llegadoel caso, un acto podía ser objeto de revocación— teníaun significado o una importancia práctica diferente segúnla categoría particular del acto considerado, una pro-mesa, por ejemplo, o un acto de reconocimiento o unaprotesta. Por tanto, difícilmente podía admitir la mismasolución en cada caso. Según este punto de vista, laComisión no debía tratar de estudiar el tema como untodo único, ni elaborar normas que fuesen aplicables atodas las formas de acto unilateral que estaban compren-didas en su ámbito. Ello no haría sino llevar inevitable-mente a la formulación de normas a un nivel deabstracción demasiado alto para ser útiles. En vez deello, la Comisión debía proceder a examinar, una poruna, las categorías o los tipos de actos unilaterales a cuyotratamiento decidiese dedicarse, y a determinar las nor-mas y dilucidar las cuestiones propias de cada categoríao tipo. Se señaló que, aunque podrían delimitarse ciertasnormas comunes a todos los actos unilaterales, existíannormas peculiares de cada categoría de acto unilateral yestas normas debían ser estudiadas asimismo por laComisión.

180. Hubo miembros que dudaron de que fuese viablealguno de estos planteamientos del tema. En su opinión,había ciertas esferas del derecho internacional en que lasnormas referentes a los actos unilaterales estaban bienestablecidas. Por supuesto, era lícito tratar de extrapolarde esas esferas normas aplicables a los actos unilateralesen general. Sin embargo, era dudoso que este plantea-miento fuese posible. Antes bien, era probable que, con-forme se pasaba de una rama sustantiva del derechointernacional a otra, variasen y se modificasen las nor-mas que regulaban las condiciones y los efectos, inclusode los actos unilaterales por los que se efectuaba lamisma clase de transacción. Así, la Comisión podía, a losumo, emprender la elaboración de normas sobre los

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Actos unilaterales de los Estados 61

actos unilaterales en determinados campos sustantivosdel derecho internacional, como el derecho de los con-flictos armados, el derecho de la energía nuclear, el de-recho ambiental, y así sucesivamente.

181. En cuanto a los materiales en que la Comisióndebía basarse para elaborar el derecho de los actos unila-terales, un miembro observó que en esta esfera el dere-cho se basaba en gran parte en unas cuantas decisionesjudiciales que, por lo demás, eran muy confusas encuanto al cuadro que presentaban. La Comisión tendríaque someter esos casos a un análisis minucioso para dar-les sentido. Varios miembros, si bien reconocieron que elanálisis de la jurisprudencia sería ciertamente necesario,observaron que el derecho de los actos unilaterales no sebasaba únicamente en una casuística, sino también en uncuerpo considerable de práctica estatal, anterior a lasdecisiones modernas y mejor conocidas en este campo.Esto tendría que examinarse igualmente. Además, si biense había criticado la forma en que el derecho se habíaaplicado a los hechos en algunas de esas decisionesmodernas, éstas formaban parte de la jurisprudenciaacerca de los actos unilaterales y ahora los Estados sebasaban en el derecho tal como había sido enunciado. Nosería lícito, por consiguiente, poner en duda el valor deesas decisiones en cuanto precedentes. Varios miembrosmencionaron también las normas del derecho de los tra-tados que podían resultar sumamente útiles en la elabora-ción de normas sobre cuestiones análogas en el derechode los actos unilaterales.

182. A ese respecto se sugirió que la Secretaría facili-tase a la Comisión en el siguiente período de sesionesuna recopilación de los pasajes pertinentes de las decisio-nes de la CU que guardaban relación con el estudio deltema. También se sugirió que los miembros de la Comi-sión comunicasen al Relator Especial ejemplos pertinen-tes sacados de la práctica de sus Estados respectivos.

183. Pese a la existencia de esas diversas fuentes, algu-nos miembros observaron que aún no existía ningunateoría coherente de los actos unilaterales y que, en conse-cuencia, la labor de la Comisión participaría más de lanaturaleza del desarrollo progresivo que de una simplecodificación.

184. Varios miembros hicieron referencia a las cuestio-nes o los problemas particulares que la Comisión habríade tratar al elaborar el derecho de los actos unilateralesdel Estado. En particular, se mencionaron las normasaplicables a la imputación de los actos unilaterales, lascondiciones que habían de satisfacerse para que existieseun acto unilateral del Estado, incluidos cualesquierarequisitos de forma, las normas aplicables a la interpreta-ción de los actos unilaterales, los efectos de los actos uni-laterales, incluidas las normas que determinaban laidentificación del Estado o los Estados cuyas relacionesjurídicas con el Estado autor quedaban alteradas o afecta-das por el acto, las normas que reglamentaban la validezde los actos unilaterales y las circunstancias y la maneracomo podrían modificarse, terminarse o revocarse. Asi-mismo, con respecto al silencio y a la doctrina de losactos propios, se mencionó la definición de las circuns-tancias que el Estado debía crear para que el silencio o larepresentación de otro Estado diera lugar a efectos jurídi-cos, y, en cuanto a la protesta, se dijo que la Comisión

habría de aclarar las circunstancias en que podía ser útilque un Estado formulase una protesta.

185. Varios miembros hicieron observaciones acercadel problema de la revocación de las promesas unila-terales. Algunos advirtieron que la capacidad del Estadopara revocar una promesa unilateral debía depender, porlo menos en parte, de su intención cuando realizó eseacto. Por ejemplo, si su intención era que la promesafuese revocable, la revocación debería ser posible, en lascondiciones o con las limitaciones que ese Estado sehubiese impuesto a sí mismo a ese respecto. En apoyo deesta conclusión se hizo referencia a la decisión de la CUen la fase jurisdiccional del asunto Activités militaries etparamilitaires au Nicaragua et contre celui-ci (Nicara-gua c. États-Unis d'Amérique)n9. A la inversa, si elEstado que hiciera la promesa hubiese tenido la inten-ción de que fuese irrevocable, la revocación no debería,en principio, ser posible. Con respecto a los casos en queno fuese posible determinar ninguna intención por partedel Estado declarante, un miembro opinó que, como lasrelaciones jurídicas creadas por una promesa unilateralno eran, por su naturaleza, recíprocas, debía presumirseque esa promesa era revocable a voluntad por el Estadoque la hubiera hecho.

186. Sin embargo, varios miembros se opusieron a estaconclusión, observando que, si así fuera, el carácter vin-culante de dichos actos en derecho internacional seríatotalmente ilusorio y no resultarían protegidas las expec-tativas de los Estado en cuyo favor se hubiesen realizadolos actos. En cambio, se advirtió que, si había de pre-sumirse que las promesas unilaterales eran de duraciónindefinida y no susceptibles de revocación sin el con-sentimiento del Estado o los Estados en cuyo favor sehubiesen hecho, los Estados se resistirían siempre ahacer tales promesas. De no ser así, se hallarían obliga-dos, en ciertas circunstancias, a retractarse. Por consi-guiente, debería preverse cierta capacidad —aunque noilimitada— de revocación por parte del Estado que hacíatales promesas.

187. Se sugirió, a este respecto, que se buscase orien-tación sobre este tema en las normas generales del dere-cho de los tratados. La CU, en la fase jurisdiccional delasunto Activités militaries et paramilitaires au Nicara-gua et contre celui-ci120, había usado analogías de esecampo del derecho para analizar la cuestión del retiro yla modificación de declaraciones unilaterales hechas envirtud del párrafo 2 del Artículo 36 del Estatuto de laCorte. De igual modo, se sugirió que se hicieran referen-cias a las normas enunciadas en los artículos 34 a 37 dela Convención de Viena de 1969, en particular al párrafo2 del artículo 37.

119 Competencia y admisibilidad, fallo, CU Recueil 1984, págs392 y ss , en particular pág 418 Véase también Resúmenes de losfallos, opiniones consultivas y providencias de la Corte Internacionalde Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n° deventa S 92 V 5), pág 188

120Ibíd

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62 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

e) Forma definitiva del trabajo de la Comisión

188. Varios miembros coincidieron con el RelatorEspecial en que era prematuro decidir la forma quehabría de darse al trabajo de la Comisión sobre el tema.Al mismo tiempo, se formularon varias opiniones al res-pecto y se hizo observar que la cuestión no debía apla-zarse, puesto que la forma que se eligiera influiría en lamanera como la Comisión haría su trabajo.

189. Por una parte, varios miembros dijeron que el tra-bajo de la Comisión probablemente habría de revestir laforma de un proyecto de artículos con comentarios o que,por lo menos, esa era una de las posibilidades. Esa formade proceder sería útil para generar una mayor estabilidady seguridad en las relaciones internacionales. Otrosmiembros, sin embargo, consideraron que sería difícilcodificar de esa manera el derecho del tema y que inten-tar hacerlo podría causar problemas a la Comisión eincluso resultar inconveniente para los Estados. En parti-cular, esa forma de proceder podría limitar la libertad demaniobra de los diplomáticos y reducir la flexibilidad delo que resultaba ser un mecanismo importante en las rela-ciones internacionales y cuya característica más útil erasu falta de formalismo. Algunos de los defensores de esatesis no excluían la posibilidad de que la Comisión, endefinitiva, preparase un proyecto de artículos sobre eltema, pero consideraron que no debería emprender esatarea por el momento y que, en todo caso al principio,debía limitarse a estudiar el tema con mayor detalle o, sino, dedicarse a producir un trabajo de otro tipo.

190. Por otra parte, varios miembros dijeron que el tra-bajo de la Comisión, tanto al principio como al final,debía revestir la forma de un estudio expositivo. Otros,en cambio, señalaron que la misión de la Comisión noera de carácter doctrinal.

191. Otra de las opiniones expresadas era que el trabajode la Comisión debía revestir la forma de directrices.

3. ESTABLECIMIENTO DE UN GRUPO DE TRABAJO

192. En el actual período de sesiones la Comisión tuvoante sí el primer informe de su Relator Especial y lo exa-minó en sus sesiones 2524.a a 2527.a.

193. Tras examinar el informe la Comisión decidió ensu 2527.a sesión reconstituir el Grupo de Trabajo sobrelos actos unilaterales de los Estados .

194. El Grupo de Trabajo celebró dos sesiones, el 18 yel 19 de mayo de 1998. En cuanto al ámbito del tema, seaprobó en general el planteamiento adoptado por el Rela-tor Especial en su informe, planteamiento que estaba enconsonancia con el esquema aprobado por la Comisiónen su 49.° período de sesiones y que limitaba el tema alos actos unilaterales de los Estados realizados con lafinalidad de producir efectos jurídicos internacionales.

121 Véase la composición del Grupo de Trabajo en el párrafo 8supra

122 Anuario 1997,\o\ II (segunda parte), cap IX, secc B 3

Se excluían, pues, los actos que no producían efectosjurídicos, los actos unilaterales del Estado relacionadoscon un régimen jurídico concreto y los actos de otrossujetos de derecho internacional, como los actos de lasorganizaciones internacionales.

195. Hubo diversidad de opiniones en cuanto a si elámbito del tema abarcaba los actos unilaterales de losEstados realizados con respecto a sujetos de derechointernacional distintos de los Estados o erga omnes y si,con arreglo al tema actual, los efectos de los actos unila-terales realizados respecto de los Estados podían exten-derse también a otros sujetos de derecho internacional.Se consideró, sin embargo, que de momento se podíaproseguir la labor sin adoptar ninguna decisión definitivaal respecto, sin perjuicio de que la cuestión fuese exami-nada posteriormente por el Relator Especial y por elpleno de la Comisión y se dilucidara oportunamente.

196. Acerca de la forma que debía revestir la labor dela Comisión sobre el tema se consideró, en general, quelo más apropiado consistiría en elaborar un proyecto deartículos con comentarios. Ello ofrecería las ventajas dela concisión, la claridad y la sistematización de un ejerci-cio de codificación, sin prejuzgar necesariamente elrango jurídico que finalmente se atribuyese al proyecto,es decir, el de una convención, unas directrices, unareafirmación o cualquier otra modalidad.

197. Teniendo en cuenta los debates sostenidos en laComisión así como en el Grupo de Trabajo, se consideróque el Relator Especial tal vez estaba ya en situación depreparar varios proyectos de artículo: uno, sobre elámbito, en el que se declarase que los artículos se aplica-rían a los actos unilaterales del Estado; otro, sobre lostérminos empleados, serviría para enunciar que un actounilateral [una declaración] era una expresión autónoma[inequívoca] y clara de la voluntad del Estado que produ-cía efectos jurídicos internacionales, y un tercer artículoen el que se dispusiera que los artículos no se aplicarían alos actos unilaterales del Estado vinculados con unacuerdo internacional preexistente, como, por ejemplo,los actos regidos por el derecho de los tratados, por elderecho del mar, por los procedimientos arbitrales o judi-ciales internacionales o por cualquier otro régimen jurí-dico específico, ni tampoco a los actos de sujetos dederecho internacional distintos del Estado, pero que nosería óbice para que se aplicaran a ellos las normas enun-ciadas en el proyecto de artículos que les fuesen aplica-bles con arreglo al derecho internacional, indepen-dientemente del proyecto de artículos.

198. También se reconoció en general en el Grupo deTrabajo que el desarrollo de ciertos aspectos relaciona-dos con el elemento de la anterior definición que se refe-ría a la «finalidad de producir efectos jurídicos» quedabaperfectamente dentro del ámbito del tema, pero tambiéncorrespondía a alguna otra sección del proyecto de artí-culos, tal como la que tratase de los efectos de los actosunilaterales. Ésta abarcaría el estudio de los posiblesefectos del acto, como la creación de obligaciones inter-nacionales para el Estado que lo realizaba (a saber, lapromesa), la renuncia a sus derechos y la declaración delcarácter oponible o no oponible de la reivindicación deotro Estado o de una situación jurídica determinada (porejemplo el reconocimiento o la protesta). También abar-

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Actos unilaterales de los Estados 63

caria la cuestión de la necesidad, para que el acto produ-jese efectos jurídicos, de que el destinatario lo aceptase ose comportase ulteriormente de una manera que indicasetal aceptación.

199. Asimismo se consideró, habida cuenta de las opi-niones expresadas en sesión plenaria, que el RelatorEspecial debería examinar en su momento la cuestión dela doctrina de los actos propios y la cuestión del silencioa fin de determinar qué normas podían formularse a eserespecto en el contexto de los actos unilaterales delEstado.

200. En cuanto a la labor futura del Relator Especial, elGrupo de Trabajo recomienda que la Comisión pida alRelator Especial que, cuando prepare su segundoinforme, presente un proyecto de artículos sobre ladefinición de los actos unilaterales y el ámbito de losartículos basándose en las consideraciones contenidas enel presente informe del Grupo de Trabajo. También

podría avanzar en el examen del tema concentrándose enlos aspectos referentes a la elaboración y las condicionesde validez de los actos unilaterales [las declaraciones] delos Estados, en particular la cuestión relativa a los órga-nos competentes para que el Estado se comprometa uni-lateralmente en el plano internacional y la cuestión de lasposibles causas de invalidez de la expresión de voluntaddel Estado123.

201. En su 2543.a sesión, celebrada el 8 de junio de1998, la Comisión examinó e hizo suyo el informe delGrupo de Trabajo.

123 El Grupo de Trabajo también consideró si el tema debía limitarseal estudio de las declaraciones unilaterales de los Estados Algunosmiembros eran partidarios de limitar el ámbito del tema a las declara-ciones, como proponía el Relator Especial en su primer informe, perootros opinaron que el ámbito del tema era más amplio que el de lasdeclaraciones y debía abarcar otras expresiones unilaterales de lavoluntad del Estado bajo la denominación general de actos unilaterales

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Capítulo VII

RESPONSABILIDAD DE LOS ESTADOS

A.—Introducción

202. En su primer período de sesiones, en 1949, laComisión eligió la responsabilidad de los Estados entrelos temas que, a su juicio, eran idóneos para la codifi-cación. En respuesta a la resolución 799 (VIII) de laAsamblea General, de 7 de diciembre de 1953, en la quese pedía a la Comisión que procediera, tan pronto comolo considerara oportuno, a la codificación de los princi-pios de derecho internacional que regían la responsabi-lidad de los Estados, la Comisión, en su séptimo períodode sesiones, en 1955, decidió iniciar el estudio de laresponsabilidad de los Estados y nombró al Sr. F.V. García Amador Relator Especial del tema. En los seisperíodos de sesiones siguientes de la Comisión, de 1956a 1961, el Relator Especial presentó seis informes sucesi-vos que trataban en conjunto de la cuestión de la respon-sabilidad por daños a las personas o los bienes de losextranjeros124.

203. En su 14.° período de sesiones, en 1962, laComisión creó una subcomisión encargada de prepararun informe preliminar con sugerencias sobre el ámbito yenfoque del futuro estudio125.

204. En su 15.° período de sesiones, en 1963, la Comi-sión, tras haber aprobado por unanimidad el informe dela subcomisión, nombró al Sr. Roberto Ago RelatorEspecial del tema.

205. La Comisión, entre sus períodos de sesiones 21.°(1969) y 31.° (1979), recibió ocho informes del RelatorEspecial126.

206. El plan general adoptado por la Comisión en su27.° período de sesiones, en 1975, para el proyecto deartículos sobre el tema de la «Responsabilidad de los

124 Véase un examen detallado de los antecedentes historíeos deltema hasta 1969 en Anuario 1969, vol II, pags 240 y ss , doc A/7610/Rev 1

125Ibid126 Los ocho informes del Relator Especial se reproducen como

siguePrimer informe Anuario 1969, vol II, pag 130.doc A/CN 4/217

y Add 1, y Anuario 1971, vol II (primera parte), pag 205, doc A/CN4/217/Add2,

Segundo informe Anuario 1970, vol II, pag 189, doc A/CN 4/233,

Tercer informe Anuario 1971, vol II (primera parte), pag 212,doc A/CN 4/246 y Add I a 3,

Cuarto informe Anuario 1972, vol II (primera parte), pag 75,doc A/CN 4/264 y Add 1,

Estados» preveía la siguiente estructura del proyecto deartículos: la primera parte se referiría al origen de laresponsabilidad internacional; la segunda parte trataríadel contenido, las formas y los grados de la responsabi-lidad internacional y una posible tercera parte, si laComisión decidía incluirla, trataría de la cuestión de lasolución de controversias y del modo de hacer efectiva la

1 T7

responsabilidad internacional .

207. La Comisión, en su 32.° período de sesiones, en1980, aprobó provisionalmente, en primera lectura, laprimera parte del proyecto de artículos, relativa al «ori-gen de la responsabilidad internacional»128.

208. En su 31.° período de sesiones la Comisión,habida cuenta de que el Sr. Ago había sido elegidomagistrado de la CIJ, designó al Sr. Willem RiphagenRelator Especial del tema.

209. La Comisión, entre sus períodos de sesiones 32.°(1980) y 38.° (1986), recibió siete informes del RelatorEspecial12^ relativos a la segunda y tercera parte delproyecto""130

Quinto informe Anuario 1976, vol II (primera parte), pag 3, docA/CN 4/291 y Add 1 y 2,

Sexto informe Anuario 1977, vol II (primera parte), doc A/CN 4/302 y Add l a 3,

Séptimo informe Anuario 1978, vol II (primera parte) doc A/CN 4/307 y Add 1 y 2,

Octavo informe Anuario 1979, vol II (primera parte), pag 3, docA/CN 4/318 y Add 1 a 4 y Anuario 1980, vol II (primera parte),pag 15.doc A/CN4/318/Add5a7

127 Anuario 1975, vol II, pags 60 a 64, doc A/10010/Rev 1,parrs 38 a 51

128 Anuario 1980, vol II ( segunda par te) , pags 25 a 61129 Los siete informes del Relator Especia l se reproducen como

sigueInforme prel iminar Anuario 1980, vol II (primera parte),

pag 113, doc A / C N 4/330,Segundo informe Anuario 1981, vol II (pr imera parte), pag 87,

doc A / C N 4/344 ,Tercer informe Anuario 1982, vol II (pr imera parte), pag 25 ,

doc A / C N 4/354 y Add 1 y 2,Cuarto informe Anuario 1983, vol II (p r imera parte), pag 3, doc

A / C N 4/366 y A d d 1,Quinto informe Anuario 1984,vo\ II (primeraparte), pag l ,doc

A/CN 4/380,Sexto informe Anuario 1985, vol II (primera parte), pag 3, doc

A/CN 4/389,Séptimo informe Anuario 1986, vol II (primera parte), pag 1,

doc A/CN 4/397 y Add 1130 En su 34 ° periodo de sesiones (1982), la Comisión remitió los

proyectos de articulo 1 a 6 de la segunda parte al Comité de Redacción

64

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Responsabilidad de los Estados 65

210. En su 39.° período de sesiones, en 1987, laComisión nombró al Sr. Gaetano Arangio-Ruiz RelatorEspecial para que sucediera al Sr. Riphagen, cuyo man-dato en calidad de miembro de la Comisión había expi-rado el 31 de diciembre de 1986. La Comisión, de susperíodos de sesiones 40.° (1988) a 48.° (1996), recibióocho informes del Relator Especial, Sr. Arangio-Ruiz131.

211. Al concluir su 47." período de sesiones la Comi-sión había aprobado provisionalmente, para su inclusiónen la segunda parte, los proyectos de artículo 1 a 5132 ylos artículos 6 (Cesación del comportamiento ilícito),6 bis (Reparación), 7 (Restitución en especie), 8 (Indem-nización), 10 (Satisfacción), 10 bis (Seguridades ygarantías de no repetición)1", 11 (Contramedidas aplica-das por el Estado lesionado), 13 (Proporcionalidad) y14 (Contramedidas prohibidas)134. También había reci-bido del Comité de Redacción un texto para elartículo 12 (Condiciones del recurso a las contramedi-das). En su 47.° período de sesiones la Comisión había

aprobado también para su inclusión en la tercera parte elartículo 1 (Negociación), el artículo 2 (Buenos oficios ymediación), el artículo 3 (Conciliación), el artículo 4(Tarea de la Comisión de Conciliación), el artículo 5(Arbitraje), el artículo 6 (Atribuciones del Tribunal Arbi-tral) y el artículo 7 (Validez del laudo arbitral), así comoel artículo 1 (Comisión de Conciliación) y el artículo 2(El Tribunal Arbitral) del anexo.

212. En el 48.° período de sesiones de la Comisión elSr. Arangio-Ruiz anunció su dimisión como RelatorEspecial. La Comisión concluyó la primera lectura de lasegunda y tercera parte del proyecto de artículos sobre laresponsabilidad de los Estados y decidió, de conformi-dad con los artículos 16 y 21 de su estatuto, transmitir elproyecto de artículos aprobado provisionalmente por laComisión en primera lectura135, por conducto del Secre-tario General, a los gobiernos para que éstos formulasencomentarios y observaciones, con el ruego de que dichoscomentarios y observaciones se remitieran al SecretarioGeneral antes del 1.° de enero de 1998.

En su 37 ° periodo de sesiones (1985), la Comisión decidió remitir losartículos 7 a 16 de la segunda parte al Comité de RedacciónEn su 38 ° período de sesiones (1986), la Comisión decidió remitir losproyectos de artículo 1 a 5 de la tercera parte y su anexo al Comité deRedacción

131 Los ocho informes del Relator Especial se reproducen comosigue

Informe preliminar Anuario 1988, vol II (primera parte), pag 7,doc A/CN4/416yAdd l ,

Segundo informe Anuario 1989, vol II (primera parte), pag 1,doc A/CN4/425yAddl ,

Tercer informe Anuario 1991, vol II (primera parte), pág l ,docA7CN4/440yAddl ,

Cuarto informe Anuario 1992, vol II (primera parte), pág 1,doc A/CN 4/444 y Add I a 3,

Quinto informe Anuario 1993, vol II (primera parte), doc A/CN 4/453 y Add I a 3,

Sexto informe Anuario ¡994, vol II (primera parte), doc A/CN 4/461 y A d d l a 3,

Séptimo informe Anuario 1995, vol II (primera parte), doc AJCN 4/469 y Add 1 y 2,

Octavo informe Anuario 1996, vol II (primera parte), doc A/CN 4/476 y Add 1En su 41 ° período de sesiones (1989) la Comisión remitió al Comitéde Redacción los proyectos de artículo 6 y 7 del capítulo II (Conse-cuencias jurídicas de los delitos internacionales) de la segunda partedel proyecto de artículos En su 42° periodo de sesiones (1990) laComisión remitió los proyectos de articulo 8, 9 y 10 de la segundaparte al Comité de Redacción En su 44 ° período de sesiones (1992),la Comisión remitió al Comité de Redacción los proyectos deartículo 11 a 14 y 5 bis para su inclusion en la segunda parte del pro-yecto En su 45 ° período de sesiones (1993) la Comisión remitió alComité de Redacción los proyectos de articulo 1 a 6 de la terceraparte y el anexo correspondiente En su 47 ° período de sesiones(1995), la Comisión remitió al Comité de Redacción los artículos 15a 20 de la segunda parte que trataban de las consecuencias jurídicas delos hechos internacionalmente ilícitos calificados de crímenes en vir-tud del artículo 19 de la primera parte del proyecto y un nuevoartículo 7 que habría de incluirse en la tercera parte del proyecto

132 Véase el texto de los artículos 1 a 5 (párr 1) en Anuario 1985,vol II (segunda parte), págs 26 y 27

133 Véase el texto del párrafo 2 del artículo 1 y de los artí-culos 6, 6 bis, 7, 8, 10 y 10 bis y sus comentarios en Anuario 1993,vol II (segunda parte), págs 58 y ss

134 Véase el texto de los artículos 11, 13 y 14 en Anuario 1994,vol II (segunda parte), pág 161, nota 454 El artículo 11 fue aprobadopor la Comisión en la inteligencia de que tal vez hubiera que revisarloa la luz del texto que se aprobara para el artículo 12 (ibid, párr 352)

213. En su 49.° período de sesiones la Comisiónestableció un Grupo de Trabajo sobre la responsabilidadde los Estados encargado de tratar las cuestiones relati-vas a la segunda lectura del proyecto136, y nombró al Sr.James Crawford Relator Especial para el tema.

214. En el párrafo 3 de su resolución 52/156, la Asam-blea General recomendó que, atendidos los comentariosy observaciones formulados por los gobiernos porescrito o verbalmente en los debates de la Asamblea, laComisión continuara su labor sobre los temas de suactual programa, incluida la responsabilidad de los Esta-dos, y en el párrafo 6 de la misma resolución recordó laimportancia de que la Comisión conociera las opinionesde los gobiernos respecto del proyecto de artículos sobreresponsabilidad de los Estados por ella aprobado en pri-mera lectura en su 48.° período de sesiones.

B.—Examen del tema en el actual período de sesiones

215. En el actual período de sesiones la Comisión tuvoante sí los comentarios y las observaciones recibidos delos gobiernos sobre la responsabilidad de los Estados (A/CN.4/488 y Add.l a 3). También tuvo ante sí el primerinforme del Relator Especial (A/CN.4/490 y Add.l a 7).En el informe se examinaban cuestiones generales rela-cionadas con los proyectos de artículos, la distinciónentre responsabilidad por «crímenes» y por «delitos», ylos proyectos de artículo 1 a 15 de la primera parte. LaComisión examinó el informe en sus sesiones 2532.a a2540.a, 2546.a y 2547.a y 2553.a a 2558.a, celebradas del

135 Véase el texto del proyecto de artículos aprobado provisional-mente por la Comisión en primera lectura en Anuario 1996, vol II(segunda parte), doc A/51/10, cap III, secc D El texto de los proyec-tos de artículo 42 (párr 3), 47, 48 y 51 a 53 y sus comentarios figuranen ibid

136 Véanse las directrices sobre el examen del proyecto de artículosen segunda lectura determinadas por la Comisión sobre la base de lasrecomendaciones del Grupo de Trabajo en Anuario 1997, vol II(segunda parte), párr 161

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66 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

19 de mayo al 3 de junio, el 11 de junio y del 31 de julioal 7 de agosto de 1998.

216. La Comisión estableció un Grupo de Trabajo137

para que asistiera al Relator Especial en el examen de lasdiversas cuestiones durante la segunda lectura de los pro-yectos de artículo.

217. En su 2547.a sesión, celebrada el 11 de junio de1998, la Comisión decidió remitir los proyectos de artí-culo 1 a 4 al Comité de Redacción. En su 2555.a sesión,celebrada el 4 de agosto de 1998, la Comisión tambiéndecidió remitir los proyectos de artículo 5, 7, 8 y 10 alComité de Redacción. En su 2558.a, sesión, celebrada el7 de agosto de 1998, la Comisión decidió asimismo remi-tir los proyectos de artículo 9 y 11 a 15 bis al Comité deRedacción.

218. En su 2562.a sesión, celebrada el 13 de agosto de1998, la Comisión tomó nota del informe del Presidentedel Comité de Redacción sobre los artículos 1, 3, 4, 5, 7,8, 8 bis, 9, 10, 15, 15 bis y A. La Comisión también tomónota de la supresión de los artículos 2, 6 y 11 a 14.

la responsabilidad; resultaría más útil tener presente esadistinción al examinar determinados artículos a fin deevitar un largo debate general; tal vez hubiese buenasrazones para incluir un artículo aunque éste parecieraestablecer, por lo menos en parte, una norma primaria;además, sólo cuando la Comisión hubiese examinado elproyecto de artículos en su conjunto podría determinarsesi había podido hacer una distinción coherente.

b) Alcance del proyecto de artículos

221. La segunda cuestión general consistía en determi-nar si actualmente el alcance del proyecto de artículosera suficientemente amplio. Refiriéndose a los comenta-rios y observaciones recibidos de los gobiernos, el Rela-tor Especial señaló tres cuestiones que podrían analizarsecon más detenimiento: a) la reparación, especialmente elpago de intereses; b) las obligaciones erga omnes, queactualmente se trataban en el párrafo 3 del artículo 40(Significado de Estado lesionado), y c) la responsabili-dad dimanada de la acción conjunta de los Estados.

1. PRESENTACIÓN POR EL RELATOR ESPECIALDE ALGUNAS CUESTIONES GENERALES RELATIVAS

AL PROYECTO DE ARTÍCULOS

219. El Relator Especial rindió homenaje a los Relato-res Especiales anteriores por la labor que habían reali-zado en relación con un tema tan difícil y expresó suagradecimiento a la Comisión por encomendarle lasegunda lectura del proyecto de artículos.

a) La distinción entre normas «primarias»y «secundarias» de la responsabilidad de los Estados

220. En la introducción de su primer informe se encon-traba un breve esquema de la historia de los trabajos de laComisión sobre la responsabilidad de los Estados y seexaminaban algunas cuestiones generales. Una de ellasera la distinción entre las normas primarias y secundariasde la responsabilidad de los Estados. Esa distinción, queha constituido la base de la labor de la Comisión sobre eltema desde el 15.° período de sesiones, en 1963, era esen-cial para la conclusión de sus trabajos. El propósito de lasnormas secundarias era establecer el marco dentro delcual se aplicarían las normas primarias en situaciones deinfracción. Se trataba de una distinción coherente aunquea veces resultaba difícil hacerla en ciertos casos, y algu-nos de los artículos del proyecto, como el artículo 27(Ayuda o asistencia de un Estado a otro Estado para laperpetración de un hecho internacionalmente ilícito), talvez se apartaran un poco de ella. El Relator Especialindicó que el objetivo de la Comisión debería seguirsiendo el fijado en el 15.° período de sesiones, crear elmarco general dentro del cual regirían las normas sustan-tivas primarias de derecho internacional en el contexto de

ion del Grupo de Trabajo figura en el párrafo 8137 La composiciónsupra.

c) Inclusión de disposiciones detalladassobre las contramedidas y el arreglo de controversias

222. Por otra parte, el Relator Especial señaló quealgunos gobiernos habían expresado preocupación conrespecto a la inclusión de disposiciones detalladas sobrecontramedidas en la segunda parte y sobre el arreglo decontroversias en la tercera parte, y que la Comisión exa-minaría esas cuestiones en una etapa posterior deacuerdo con su calendario para el examen del tema.

d) Relación entre el proyecto de artículos y otrasnormas de derecho internacional

223. La tercera cuestión general se refería a la relaciónentre el proyecto de artículos y otras normas de derechointernacional. El Relator Especial señaló que algunosgobiernos consideraban que el proyecto de artículos noreflejaba plenamente su carácter subsidiario y, por lotanto, habían sugerido que el artículo 37 (lex specialis)de la segunda parte del proyecto de artículos fuese esta-blecido como principio general. Esa propuesta parecíaser válida, pero no podía aplicarse a los principios de juscogens. El Relator Especial sugirió que la Comisión exa-minara el proyecto de artículos partiendo del supuesto deque cuando otras normas de derecho internacional, comolos regímenes convencionales especiales, establecieransu propio marco en materia de responsabilidad, normal-mente prevalecería ese marco.

e) Forma que ha de adoptar el proyecto de artículos

224. La última cuestión general se refería a la formaque había de adoptar el proyecto de artículos. Por logeneral la Comisión no decidía cuál sería su recomenda-ción al respecto hasta haber concluido el examen del

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Responsabilidad de los Estados 67

tema, aunque en ciertos contextos, como en el de lasreservas a los tratados y la nacionalidad en relación conla sucesión de Estados, la decisión se había tomado conanterioridad. El proyecto de artículos sobre responsabili-dad de los Estados había sido formulado como un con-junto de artículos redactados en términos neutros y nonecesariamente como convención ni declaración. ElRelator Especial reconocía que, si bien las cuestionessobre el arreglo de controversias relacionadas con lascontramedidas, que figuraban en la segunda parte,podían examinarse independientemente de la cuestión dela forma del proyecto de artículos, la Comisión deberíaadoptar una posición al examinar las disposiciones sobreel arreglo de controversias de la tercera parte que pudie-ran incluirse en una convención pero no en una declara-ción. El Relator Especial reconocía además que, aunquela Comisión optara por una convención, la cuestión delas disposiciones sobre el arreglo de controversias podríadejarse a una conferencia diplomática posterior. En lapreferencia que manifestaron algunos gobiernos de queel proyecto de artículos no adoptara la forma de una con-vención influía claramente su preocupación con respectoal contenido del proyecto de artículos actual. La Comi-sión podía enfocar objetivamente la cuestión de la formaque había de adoptar el proyecto de artículos únicamentedespués de haber examinado el proyecto de artículos a laluz de acontecimientos ulteriores, de haber tomado unadecisión sobre ciertas cuestiones esenciales y de haberprocurado preparar un texto aceptable en general. ElRelator Especial, al tiempo que tomaba nota del plantea-miento dual propuesto por uno de los gobiernos, que con-sistía en aprobar una declaración de principios seguidade un proyecto de convención más detallado, como sehabía hecho en otros temas de derecho internacional,temía que no fuera aceptable para los gobiernos que seoponían a una convención y recomendó que se aplazarael examen de la cuestión ya que requeriría demasiadotiempo y no permitiría dedicarse plenamente al debatesobre el fondo del proyecto de artículos.

2. RESUMEN DEL DEBATE SOBRE CUESTIONESGENERALES

225. La Comisión celebró un breve debate sobre lascuestiones generales indicadas por el Relator Especialpor las dos razones siguientes: a) la Comisión deberíaconcentrarse en el actual período de sesiones en el con-cepto de crimen de Estado y los artículos de la primeraparte, y b) esas cuestiones en gran medida no podríanresolverse en la etapa actual de los trabajos sobre el tema.

a) La distinción entre normas «primarías » y«secundarias» de la responsabilidad de los Estados

226. Se expresó la opinión de que la distinción entrenormas primarias y secundarias, pese a todas sus imper-fecciones, había facilitado considerablemente la labor dela Comisión al liberarla de la pesada carga de los debatesteóricos sobre cuestiones como la existencia del daño oel elemento moral como condición de la responsabilidad.Al decidir dejar de lado el contenido específico de lanorma «primaria» violada por el hecho ilícito la Comi-

sión no había querido hacer caso omiso de la distinciónentre las diferentes categorías de normas primarias ni delas diversas consecuencias que podía entrañar su viola-ción.

b) Alcance del proyecto de artículos

227. Con respecto al alcance del proyecto de artículos,se dijo que era necesario lograr un equilibrio entre lasdos primeras partes del proyecto, reduciendo la exten-sión de la primera parte, que era excesivamente deta-llada, especialmente los artículos «negativos» sobre laatribución y algunos aspectos del capítulo III que se refe-rían a la distinción entre las distintas normas primarias, ya la vez colmando las lagunas de la primera partecon respecto a cuestiones importantes como la acciónconjunta de los Estados (obligación solidaria), y dandomás peso a ciertos aspectos más bien superficiales de lasegunda parte, que desestimaban cuestiones técnicasesenciales como el cálculo de los intereses, y queeran demasiado generales para atender las necesidadesde los Estados. Se sugirió que, al examinar la primeraparte del proyecto, se hiciera una cuidadosa distinciónentre las disposiciones que estaban consagradas por lapráctica de los Estados y las que no lo estaban con el finde no suprimir disposiciones en las cuales ya se hubiesenbasado algunos fallos o laudos arbitrales internacionales.Por otra parte, se sugirió que la Comisión examinara elalcance general del proyecto de artículos, incluida lacuestión del arreglo de controversias y la cuestión funda-mental de los crímenes y que, teniendo en cuenta loscomentarios de los gobiernos que los habían formulado,presentara varias opciones y recabara su parecer.

228. Con respecto al título del proyecto de artículos, seobservó que «La responsabilidad de los Estados en elderecho internacional» era más preciso desde el punto devista jurídico y destacaría el elemento de derecho inter-nacional de esa responsabilidad.

c) Inclusión de disposiciones detalladas sobrelas contramedidas y el arreglo de controversias

229. Hubo acuerdo general en que era importante exa-minar esas cuestiones detalladamente en una etapa pos-terior de los trabajos sobre el tema.

d) Relación entre el proyecto de artículos y otrasnormas de derecho internacional

230. Teniendo presente el fallo de la CU en el asuntoProjet Gabcíkovo-Nagymaros (Hongrie/Slovaquie)ns,se dijo que era importante indicar claramente la relaciónentre el proyecto de artículos que elaboraría la Comisióny las disposiciones de la Convención de Viena de 1969.Se expresó además la opinión de que la idea de pasar a la

138 Fallo, CU Recueil 1997, pág 7

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68 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 5O.° período de sesiones

primera parte del proyecto de artículos la disposiciónsobre lex especialis que figuraba en el artículo 37 de lasegunda parte no era tan sencilla como se creía, ya que elrégimen especial prevalecería únicamente si incluía unanorma distinta.

e) Forma que ha de adoptar el proyecto de artículos

231. Con respecto a la forma que había de adoptar elproyecto, algunos miembros de la Comisión apoyaron lasugerencia del Relator Especial de comenzar a examinarla primera parte en el actual período de sesiones y aplazarla decisión sobre la forma que había de recomendar hastael próximo período de sesiones. Se dijo que la Comisióndebía abstenerse de entablar un debate sobre la forma quedebía adoptar el proyecto de artículos, ya que ese debatede procedimiento podría ocultar diferencias esenciales;además, la Comisión no podía perder tiempo valioso quenecesitaba para examinar el amplio tema de la responsa-bilidad de los Estados y, en todo caso, sería imposiblesolucionar de antemano la cuestión. Habida cuenta delestudio de temas similares en relación con la Convenciónde Viena de 1969, se consideró prematuro que la Comi-sión decidiera en el actual período de sesiones la formadefinitiva que había de adoptar el proyecto de artículos,teniendo en cuenta especialmente que la orientación reci-bida de los gobiernos había sido escasa y poco conclu-yente.

232. Sin embargo, esos argumentos no sirvieron paraconvencer totalmente a otros miembros. Aunque se reco-nocía que la Comisión por lo general recomendaba laforma que debía adoptar su proyecto una vez concluidoel examen de éste, se expresó la opinión de que la Comi-sión ya debía haber alcanzado esa etapa; no había razo-nes para creer que la Comisión estaría en mejorescondiciones de examinar el tema dentro de uno o dosaños y el argumento fundamental para que la Comisiónexaminara de manera inmediata esta cuestión, en lugar delas disposiciones sobre el arreglo de controversias, era elvínculo que existía entre la forma del proyecto de artícu-los y las cuestiones que éste excluía o no desarrollaba engrado suficiente. Se sugirió no aplazar la decisión rela-tiva a la forma definitiva del proyecto porque la formadeterminaría tanto la estructura como el contenido delinstrumento, y que, en vista del escepticismo expresadopor algunos gobiernos en cuanto a la probabilidad de queen el futuro cercano se aprobara una convención sobre eltema, resultaría más conveniente aprobar una soluciónintermedia en forma de código de responsabilidad de losEstados en el marco del derecho internacional, cuyo con-tenido sería similar a una convención, pero se asemejaríaa una declaración de la Asamblea General en la medidaen que fuese vinculante.

233. Se dijo que no era esencial preparar un tratado,puesto que el efecto positivo de un instrumento se deri-vaba de su contenido y no de su forma. Además, la formade tratado tenía desventajas con respecto a las distintasaplicaciones del derecho, según el Estado fuese parte ono en él, a la rigidez de la redacción del tratado y a laposibilidad de que los Estados formularan reservas. Sibien cuando la Comisión inició sus trabajos sobre el temala elaboración de una convención parecía ser el procedi-

miento más lógico, la experiencia posterior indicaba quepodía haber opciones igualmente viables, en vista de lademora en la ratificación de convenciones, que permitíaformular ciertas interpretaciones a contrario, y que, porlo tanto, debía considerarse la posibilidad de preparar undocumento sin fuerza obligatoria, pero autorizado, quefuera aprobado por la Asamblea General.

234. Contó con cierto apoyo la posibilidad de prepararsucesivamente dos instrumentos, posiblemente uno enforma de declaración y otro en forma de convención, y seseñaló que había un proyecto semejante en materia dederecho del espacio ultraterrestre. Se dijo que esos ins-trumentos podían adoptar la forma de una declaracióngeneral que estableciera principios esenciales del dere-cho de la responsabilidad de los Estados y una guía másdetallada de la práctica de los Estados a fin de atender lasnecesidades de éstos. Se señaló, por una parte, que el pri-mer documento podía establecer principios rectores enmateria de responsabilidad de los Estados que se refirie-ran al contenido de la primera parte del proyecto de artí-culos e incorporaran algunas ideas de la segunda parteque ya se aceptaban en la práctica de los Estados, y queel segundo instrumento, consistiese o no en una conven-ción, podría ser más detallado, incluiría posiblementeelementos de desarrollo progresivo y apuntaría a abarcartodos los aspectos de la responsabilidad de los Estados.

235. Se dijo, en cambio, que con esta posibilidad noquedaría asegurada la aprobación del segundo instru-mento de fuerza obligatoria a menos que existiera un vín-culo claro entre los dos instrumentos, lo que ocasionaríaaún más demoras.

3. OBSERVACIONES FINALES DEL RELATOR ESPECIALRELATIVAS AL DEBATE SOBRE

CUESTIONES GENERALES

236. Tras el examen de la introducción de su informe,el Relator Especial observó que el proyecto de artículosno incluía una cláusula de definiciones generales, aunqueen muchas partes del proyecto figuraban definicionesimplícitas hábilmente encubiertas, incluida la propiadefinición de la responsabilidad de los Estados. En elcapítulo II de su informe hacía referencia a las cuestionesterminológicas. Si bien la palabra «responsabilidad» yaestaba muy arraigada en el proyecto y en la doctrinacomo para cambiarla, el Relator Especial convino en querequería una explicación, tal vez en el comentario.

237. El Relator Especial también había venido conside-rando detenidamente la forma de presentar de la mejormanera posible la valiosa información contenida en loscomentarios. Una solución posible consistía en prepararun comentario en dos partes, la primera más general yexplicativa y la segunda más detallada. El contraste entrela primera y la segunda parte del proyecto, que con todarazón se había señalado, también resultaba evidente enlos comentarios.

238. La Comisión debería recabar la opinión de losgobiernos respecto de todas las cuestiones durante todoel curso del examen del proyecto y tenerla debidamenteen cuenta. Con respecto a la forma que había de adoptar

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Responsabilidad de los Estados 69

el proyecto, la Comisión bien podría decidir que el pro-yecto adoptara la forma de una declaración en lugar deuna convención, teniendo en cuenta las pocas y diversasopiniones recibidas hasta ahora. Sin embargo, al tiempode tener en cuenta la opinión de los gobiernos, la CDIdeberá llegar a sus propias conclusiones, si es posible porconsenso, sobre el procedimiento que debe seguirse. Esaconclusión deberá presentarse como opinión provisionala la Sexta Comisión y la CDI deberá tomar nota cuidado-samente de las reacciones que suscite.

239. Si bien el Relator Especial no se oponía a la pro-puesta de elaborar dos instrumentos sucesivos, probable-mente en forma de una declaración y de una convención,consideraba que había que aclarar más esa posibilidadque, al parecer, requeriría cierta diferenciación entre losartículos más esenciales y menos esenciales del proyectoaunque no era necesario hacerla en el período de sesionesen curso. La CDI podría consultar esa opción con laSexta Comisión y, desde luego, tener presente el con-senso a que se llegara, tanto en sus propios debates comoen los de la Sexta Comisión. Sin embargo, no era necesa-rio que la CDI tomara una decisión al respecto en elperíodo de sesiones en curso. Además, por la forma enque se había presentado el proyecto de artículos y ladetallada labor realizada al respecto, en la etapa actualresultaría más fácil elaborar primero el texto detallado yextraer de él, si fuera necesario, una declaración másgeneral con algunos principios básicos que volver a loselementos básicos y examinar principios generales, locual daría lugar a más demoras aún e implicaría dejar delado la labor que ya se había realizado.

240. El Relator Especial expresó la esperanza de que,en el actual período de sesiones, la Comisión examinaralos principios generales de la primera parte (arts. I a 4)junto con las disposiciones detalladas relativas a la atri-bución (arts. 5 a 15) que también planteaban cuestionesimportantes de principio. Por el momento era precisodesarrollar el fondo del tema, en la inteligencia de que enel próximo período de sesiones el Relator Especial pro-pondría un procedimiento para examinar la forma quehabía de adoptar el proyecto de artículos.

4. PRESENTACIÓN DEL RELATOR ESPECIAL SOBRELA DISTINCIÓN ENTRE LA RESPONSABILIDAD POR «CRÍ-MENES» Y LA RESPONSABILIDAD POR «DELITOS»

a) Regulación de los crímenes de Estadoen el proyecto de artículos

241. Según el párrafo 1 del artículo 19, el objeto de laobligación no tiene importancia alguna para determinarla existencia de una violación o de un acto ilícito. Esteprincipio, que no admite duda, ha quedado de manifiestoya en el artículo 1. En el párrafo 4 del artículo 19 se defi-nía en términos residuales el delito internacionaldiciendo que era todo lo que no fuera un crimen. Por lotanto, dependía de los párrafos 2 y 3.

242. En el párrafo 2 del artículo 19 se definía el crimeninternacional como el hecho internacionalmente ilícitoresultante de una violación por un Estado de una obliga-

ción internacional tan esencial para la salvaguardia deintereses fundamentales de la comunidad internacionalque su violación estaba reconocida como crimen por esacomunidad en su conjunto. Esta definición tan circulartenía como precedente el artículo 53 de la Convenciónde Viena de 1969. Si bien su carácter circular no era en símismo fatal para el artículo 19, el párrafo 2 planteabaproblemas, como quedaba de manifiesto en el intento dela Comisión de hacer una aclaración en el párrafo 3.

243. El párrafo 3 del artículo 19 adolecía de lossiguientes defectos: no definía los crímenes, era tanoscuro que resultaba imposible saber qué era un crimen,si algo lo era; tenía carácter meramente indicativo(«puede resultar»); no era excluyente («en particular»);dejaba sujeto el concepto de crimen a una serie de salve-dades al disponer que el párrafo 3 era aplicable sin per-juicio del párrafo 2 y de conformidad con las normas dederecho internacional en vigor (que de todas maneraseran la única base posible para aplicarlo); daba una seriede ejemplos que, en razón de esas salvedades, no eranpara nada ejemplos y contradecía el párrafo 2 al introdu-cir un nuevo criterio de la gravedad de la violación. Enesencia, no era más que un sistema para calificar de«graves» ciertas violaciones ex post facto.

244. La Comisión había tratado de limitar su decisiónde incluir el artículo 19 indicando en una nota al artículo40 que el término «crimen» se había empleado paramantener la coherencia con el artículo 19 y que, para evi-tar la connotación penal de este término, se podíanemplear expresiones como «un hecho ilícito internacio-nal de carácter grave». Así pues, el término «crimen»evidentemente se había utilizado en el proyecto de artí-culos no en su sentido ordinario sino en algún sentidoespecial. Se definía el delito como todo lo que no era uncrimen y se definía el crimen como algo especial que noera un delito, lo cual, por más que fuera cierto, no eramuy útil.

245. En los sistemas jurídicos normalmente se defineel crimen designado por medio de procedimientos deter-minados, como delito a la conducta y como delincuente asu actor, y atribuyéndole consecuencias especiales quese consideran propias del derecho penal. En el proyectode artículos no había procedimientos definidos ni se atri-buían a los crímenes consecuencias distintas.

b) Observaciones de los gobiernos sobrelos crímenes de Estado

246. Las observaciones de los gobiernos acerca de loscrímenes de Estado, hechas en los comentarios y obser-vaciones recibidos de los gobiernos sobre la responsabi-lidad de los Estados, indicaban diversos grados desatisfacción o insatisfacción respecto del proyecto; va-rios gobiernos se oponían terminantemente al conceptode crimen y consideraban que podía destruir el proyectode artículos en su integridad; a juicio de otros, en dere-cho internacional había una distinción cualitativa entreciertas violaciones y esa distinción podía tenerse encuenta de diversas maneras sin usar necesariamente eltérmino «crimen». Otros gobiernos, si bien eran partida-rios de la distinción, sostenían que, en su texto actual, el

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70 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

proyecto de artículos no era satisfactorio porque no desa-rrollaba suficientemente la distinción desde el punto devista de las consecuencias procesales del crimen.

c) El derecho internacional vigente en materiade responsabilidad penal del Estado

247. El artículo 19 del proyecto no había pasado a for-mar parte del derecho internacional, a diferencia demuchas otras disposiciones a las que se había hecho re-ferencia en fallos de tribunales internacionales y en ladoctrina. No había en la práctica caso alguno en que sehubiese aplicado el artículo, a diferencia de otros queeran parte del proyecto. El artículo 19 había dado lugar aun debate muy polémico entre los juristas y ni ellos ni losEstados estaban de acuerdo en cuanto a lo que había quehacer con ese texto. Así, la Comisión debería proceder aun minucioso debate sobre el artículo 19, que no hareconsiderado desde que lo incluyó en el proyecto deartículos en 1976139, hace más de 20 años.

248. En el período que medió entre las guerras mundia-les, y tras el infructuoso experimento de la cláusula delTratado de Versalles relativa a las culpas de guerra (lomás cerca a la criminalización de un Estado a quehubiese llegado la comunidad internacional), varios juris-tas cuyos trabajos fueron mencionados en el comentariohabían tratado de desarrollar el concepto de crimen inter-nacional de Estado y darle sentido. A diferencia de esatradición doctrinal limitada, en el estatuto del Tribunal deNuremberg140 se preveía la sanción de individuos y no secalificaba de criminales a las Potencias participantes enesa guerra. Además, el Tribunal de Nuremberg habíareconocido expresamente que los crímenes contra elderecho internacional eran perpetrados por personas y nopor entes abstractos y que la única manera de hacer cum-plir el derecho internacional consistía en sancionar aquienes los perpetraban141.

249. Para 1976 parte de la doctrina había procedido aun considerable análisis de los crímenes, pero no habíahabido una autoridad judicial ni una práctica general-mente aceptada en el período de posguerra que corrobo-rara la distinción. En principio, la evolución de losacontecimientos a partir de 1945 se había caracterizadopor una regresión. Durante muchos años el precedente deNuremberg no tuvo eco en otros juicios penales interna-cionales, sino que lo que se difundió más bien fue lapráctica del enjuiciamiento por tribunales estatales deciertos crímenes en virtud de sistemas que se basaban enla cooperación judicial y en una extensión de la jurisdic-ción nacional. Es cierto que en la Convención para laPrevención y la Sanción del Delito de Genocidio se pre-veía la posibilidad de someter personas a un proceso

internacional por el crimen de genocidio, pero en suartículo IX, relativo a la responsabilidad del Estado, nose hacía referencia al crimen de Estado ni a la respon-sabilidad penal del Estado. Ni los intentos de definir elcrimen de agresión, que era el que más posibilidadestenía en ese momento de ser calificado como crimen deEstado, ni la práctica del Consejo de Seguridad en lamateria servían de apoyo para el concepto de crimen deEstado. La inexistencia de una práctica importante enapoyo del concepto de crimen en 1976 se encontrabatácitamente en el comentario del artículo 19142, que hacíareferencia a tres fallos judiciales en favor del concepto decrímenes, dos relativos a contramedidas por actos que noeran crímenes y otro dictado en la causa de la BarcelonaTraction, Light and Power Company, Limited, y que serefería a obligaciones erga omnes y no a crímenes143. Esinteresante que la CU haya tratado de incluir a las obliga-ciones erga omnes en el marco del derecho internacionalgeneral, como lo hizo en los asuntos Timor oriental (Por-tugal c. Australie)144 y Application de la Conventionpour la prévention et la répression du crime de génocide(Bosnie-Herzégovine c. Yougoslavie)145. Antes no habíaconsiderado que esas obligaciones creasen una categoríatotalmente distinta y separada del resto del derecho. Ajuicio del Relator Especial, esta era la estrategia ade-cuada. El concepto de obligación erga omnes no servíade fundamento para una distinción entre crimen y delito,particularmente si se tenía en cuenta que muchos casosde incumplimiento de esas obligaciones no constituíancrímenes según la definición del artículo 19.

250. A partir de 1976 se encuentra un gran debatesobre el artículo 19 en la bibliografía académica, fuentesecundaria que por sí misma no constituye fuente dederecho internacional, en particular cuando no indica unconsenso. Las fuentes primarias a partir de 1976, los tra-tados, las decisiones y la práctica del Estado tampocoservían de apoyo para el concepto del crimen de Estado.Las decisiones indicaban que la doctrina de la indemni-zación punitiva, requisito mínimo para un sistema decrímenes, no formaba parte del derecho internacionalgeneral. Según una decisión sobre la cuestión de un man-damiento de comparecencia ante la Sala de Apelacionesdel Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia en elasunto Fiscal c. Tihomir Blaskic146, en el derecho inter-nacional vigente el Estado no podía ser objeto de sancio-nes penales semejantes a las previstas en los orde-

139 Anuario 1976, vol II (segunda parte), pags 9 4 y s s140 Estatuto del Tribunal Militar Internacional, anexado al Acuerdo

de Londres relativo al procesamiento y castigo de los grandes crimina-les de guerra de las Potencias europeas del Eje, de 8 de agosto de 1945(Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 82, pag 279)

141 Procès des grands criminels de guerre devant le Tribunal mili-taire international Nuremberg, 14 novembre 1945-ler octobre 1946,Nuremberg, 1949, vol XXII, pag 496

142 Vease la nota 139 supra143 Segunda fase, fallo, CU Recueil 1970, pags 3 y ss , en particu-

lar pag 32, parr 33 Vease también Resúmenes de los fallos, opinionesconsultivas y providencias de la Corte Internacional de Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n ° de venta S 92 V5) ,pag 104

144 Fallo, CU Recueil 1995, pag 90 Vease también Resúmenes delos fallos, opiniones consultivas y providencias de la Corte Internacio-nal de Justicia, 1992-1996 (publicación de las Naciones Unidas, n ° deventa S 97 V 7), pag 90

145 Excepciones preliminares, fallo, CU Recueil 1996, pag 595Vease también Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas y provi-dencias de la Corte Internacional de Justicia, 1992-1996 (publicaciónde las Naciones Unidas , n ° de venta S 97 V 7), pag 123

146 Fallo relativo a la demanda de la República de Croacia para elexamen de la decision de la Sala de Primera Instancia II, de 18 de juliode 1997, caso n ° IT-95-14-PT, Sala de Apelaciones, 29 de octubre de1997, parr 25

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Responsabilidad de los Estados 71

namientos nacionales de justicia penal. El Consejo deSeguridad, si bien había establecido procedimientos paraenjuiciar y sancionar a personas por crímenes con arregloal derecho internacional, jamás había empleado el tér-mino «crimen internacional» en relación con el Estado yen el sentido del artículo 19; seguía muy renuente aemplear el término «agresión», incluso en el contexto decasos evidentes de uso ilícito de la fuerza, y había sidomuy dispar en su condena de casos de conducta de Esta-dos que cabría calificar de criminal.

d) Relación entre la responsabilidad penal internacionalde los Estados y ciertos conceptos afines

251. El Relator Especial creía que las disposicionesrelativas al crimen de Estado, tal como habían sido for-muladas, obstaban a la tarea, más importante, de definirde manera más sistemática las consecuencias de las dis-tintas categorías de obligación en la jerarquía de las nor-mas sustantivas de derecho internacional generalmentereconocidas, incluidas las obligaciones erga omnes y lasnormas de jus cogens, que no admitían excepción. LaComisión debía tratar de asegurarse de que el proyectode artículos enunciara minuciosamente las consecuenciasde esas categorías de normas.

e) Posibles planteamientos de la cuestiónde los crímenes internacionales de los Estados

252. El Relator Especial indicaba en el párrafo 70 de suinforme cinco planteamientos posibles de la cuestión delos crímenes internacionales de los Estados: a) el plan-teamiento del actual proyecto de artículos; b) la sustitu-ción por el concepto de «hecho ilícito excepcionalmentegrave»; c) la elaboración de un completo régimen sobrela responsabilidad penal de los Estados en el proyecto deartículos; d) el rechazo del concepto de responsabilidadpenal de los Estados, y e) la exclusión del concepto delproyecto de artículos, sin perjuicio del alcance generaldel proyecto de artículos y de la posibilidad de desarro-llar más el concepto de «crimen de Estado» en otro texto.

253. La Comisión, al examinar esos planteamientos,debía tener presentes las limitaciones con que tropezabantanto la comunidad internacional como ella misma. Lasprimeras hacían desaparecer en la práctica la posibilidadde imponer un sistema de crímenes que, en importantesaspectos, modificarían las disposiciones vigentes de laCarta de las Naciones Unidas. En cuanto a las segundas,la Comisión tenía como prioridad terminar el examen deltema en el quinquenio en curso.

254. El Relator Especial señaló que era importantesaber si al emplear la palabra «crimen» la Comisión seproponía indicar la connotación general de un claro actoilícito que suscitaba la condena de la comunidad interna-cional en su conjunto y que era distinto de otras formasde ilicitud desde el punto de vista de su carácter, las con-secuencias especiales a que daba lugar y los procedi-mientos especiales a que estaba sujeto. A pesar de lasmuchas diferencias que había entre los sistemas naciona-les y el internacional, no había que descartar por com-

pleto la analogía con el derecho interno y no había queemplear el término «crimen» en un sentido absoluta-mente anormal. Había que insistir en que, cada vez quelos textos internacionales empleaban el término «cri-men» (como solía ocurrir, si bien rara vez en relacióncon los Estados como tales), lo hacían con su connota-ción penal ordinaria.

255. En cuanto a las opciones que tenía a la vista laComisión, la primera consistía en mantener el statu quoconservando las disposiciones del proyecto de artículosrelativas a los crímenes. Sin embargo, esas disposicionesno establecían un sistema diferenciado y apropiado res-pecto de los crímenes: en la primera parte no se dist'n-guía entre «crimen» y «delito» en las cuestiones relativasal origen de la responsabilidad internacional, como laimputación, la complicidad o el dolo o la culpa; en lasegunda parte se encontraban algunas distincionesmenores entre las consecuencias de los crímenes y de losdelitos desde el punto de vista de no reconocer la situa-ción ilícita originada por un crimen o ayudar a mante-nerla, pero esas obligaciones no estaban debidamenterestringidas a los crímenes, y en la tercera parte no seestablecía un procedimiento concreto respecto de los crí-menes, a pesar de su existencia en otros sistemas jurídi-cos y de los requisitos relativos a las garantías procesalesque constituían una característica distintiva de la respon-sabilidad penal. El proyecto de artículos actual, al mini-mizar las consecuencias de los crímenes, tendía a hacerlo mismo con los delitos.

256. La segunda posibilidad que se indicaba en la notadel artículo 40 aprobado en primera lectura147 consistíaen reemplazar el concepto de crimen internacional por elde hecho ilícito excepcionalmente grave. Esta posibili-dad admitía dos interpretaciones posibles y las dos cau-saban problemas. En primer lugar, sería equivalente aintroducir de nuevo el concepto de crimen con otro nom-bre. La Comisión debería emplear el término «crimen» siefectivamente quería hacerlo. En segundo lugar, podríacomprender una mayor variedad de hechos ilícitos gra-ves sin referirse a una categoría separada de normas. Entodo caso, el hecho de indicar que únicamente ciertasnormas daban lugar a violaciones graves redundaría endesmedro de todo el resto del derecho internacional.

257. La tercera posibilidad consistía en tipificar la res-ponsabilidad de los Estados admitiendo que existía elcrimen de Estado y tratándolo como un crimen real quedebía ser objeto de una condena, una regulación especialy un procedimiento especial y debía tener consecuenciasespeciales. Para ello habría que introducir importantescambios en el proyecto actual a fin de elaborar una defi-nición suficiente de crimen, un sistema colectivo deinvestigación, un procedimiento para determinar la culpadel Estado, un sistema de sanciones y, en última instan-cia, un sistema para que el Estado que hubiera perpe-trado el crimen expiara su culpa.

258. La cuarta posibilidad consistía en excluir porcompleto la posibilidad de un crimen de Estado, porqueel sistema internacional actual no estaba preparado paraello, y someter el enjuiciamiento y la sanción de los

147 Véase la nota 135 supra.

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crímenes perpetrados por individuos al Tribunal Interna-cional para la ex Yugoslavia148 y al Tribunal Internacio-nal para Rwanda149 y, tal vez, a la futura corte penalinternacional.

259. La quinta posibilidad consistía en separar la cues-tión de la responsabilidad penal del Estado de las relati-vas al derecho general de las obligaciones a que se hacíareferencia en el proyecto de artículos, reconociendo almismo tiempo la posible existencia de crímenes y la con-siguiente necesidad de establecer procedimientos ade-cuados para que la comunidad internacional los repri-miera. Este planteamiento sería compatible con práctica-mente todos los sistemas jurídicos, que regulaban enforma separada la responsabilidad penal, y facilitaría lapreparación de los procedimientos especiales que fuerannecesarios en razón de las normas internacionales relati-vas a las garantías procesales.

5. RESUMEN DEL DEBATE SOBRE LA DISTINCIÓN ENTRELA RESPONSABILIDAD POR «CRÍMENES» Y LA

RESPONSABILIDAD POR «DELITOS»

260. El Relator Especial fue objeto de encomio porhaber preparado un primer informe equilibrado e incisivoen el que se analizaban minuciosamente las cuestiones ylas opciones relativas al crimen de Estado y que habíadado lugar a un debate interesante y fructífero.

a) Observaciones de los gobiernos sobrelos crímenes de Estado

261. Hubo acuerdo general en que era importante teneren cuenta las observaciones de los gobiernos al procedera la segunda lectura del proyecto de artículos. En esecontexto, algunos miembros insistieron en que había quetener en cuenta la opinión negativa de diversos gobiernosrespecto del concepto de crimen de Estado, la cual podríahacer que el resultado no fuese fructífero. Otros miem-bros, sin embargo, eran renuentes a extraer conclusionesde las diversas observaciones presentadas por un númeroreducido de Estados que no representaban necesaria-mente la opinión de la comunidad internacional.

b) El derecho internacional vigente en materiade responsabilidad penal del Estado

262. Se expresaron diversas opiniones en cuanto algrado en que el derecho internacional vigente servía debase para el concepto de crimen de Estado.

148 Los documentos de referencia están reproducidos en Documentsde référence, 1995 (publicación de las Naciones Unidas, n ° de ventaE/F 95 III P1)

149 Resolución 955 (1994) del Consejo de Segundad, de 8 denoviembre de 1994, anexo

i) La jurisprudencia de la Corte Internacional deJusticia

263. Se mencionó la jurisprudencia de la CU comoprueba de que los crímenes de Estado formaban parte delcorpus de derecho internacional y de que el conceptotenía cada vez mayor aceptación. A ese respecto,algunos miembros señalaron que los alegatos y ladecisión preliminar en el asunto relativo a la Applicationde la Convention pour la prévention et la répression ducrime de génocide (Bosnie-Herzégovine c. Yougosla-vie)150 indicaban que el reconocimiento del genocidiocomo crimen de derecho internacional en el artículo I dela Convención para la Prevención y la Sanción del Delitode Genocidio no significaba que se tratara únicamente decrímenes perpetrados por agentes del Estado; el hecho deque en el artículo IV se hiciera referencia a la comisiónde un acto de genocidio por un «gobernante» o un «fun-cionario» no excluía la responsabilidad de un Estado porlos actos de sus órganos y en el artículo IX no se excluíaforma alguna de responsabilidad del Estado, incluida lapenal.

264. Otros miembros, en cambio, sostuvieron que esacausa no servía de indicación alguna, ni en las declara-ciones de la Corte ni en los alegatos de las partes, de quela Convención para la Prevención y la Sanción del Delitode Genocidio se refiriese a la responsabilidad de losEstados en el sentido penal de la palabra. Además, de lostrabajos preparatorios se desprendía claramente que elartículo IX de la Convención no se refería a la responsa-bilidad del Estado por crímenes. Más bien el papel quecabía al régimen de la responsabilidad del Estado res-pecto del crimen de genocidio era más o menos seme-jante al del régimen de responsabilidad general, enparticular para determinar la responsabilidad del Estadode reparar los perjuicios sufridos por las víctimas.

265. También se hizo referencia a la causa BarcelonaTraction, Light and Power Company, Limited^51 y aotros precedentes de la Corte en cuanto al reconoci-miento de obligaciones erga omnes, como parte de unproceso de evolución que sentaba las bases para el con-cepto de crimen de Estado. Se señaló que el artículo 19constituía una importante etapa en la evolución del dere-cho internacional de un primer sistema jurídico pocodesarrollado a uno avanzado, del bilateralismo, queapuntaba a dar una reparación únicamente a la partelesionada, a un sistema de multilateralismo, en el cualera posible que la comunidad reaccionara ante una trans-gresión de esos valores, y de la responsabilidad penalindividual a la responsabilidad del Estado por crímenescon arreglo al derecho internacional. Este proceso deevolución había obedecido al propósito de desarrollar yconsolidar, sobre la base de la institución de la responsa-bilidad internacional, el concepto de orden público inter-nacional en interés de toda la comunidad de los Estados.

266. Se dijo en cambio que la jurisprudencia de laCorte en el asunto de la Barcelona Traction, Light andPower Company, Limited se refería al alcance de las

150 Véase la nota 145 supra151 Véase la nota 143 supra

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Responsabilidad de los Estados 73

obligaciones erga omnes y no a la responsabilidad penaldel Estado. El reconocimiento implícito en la aceptaciónde obligaciones jus cogens o erga omnes era el de que lasobligaciones internacionales podían tener como contra-parte a la comunidad internacional en su conjunto y noser únicamente bilaterales. Si bien cabía calificar el reco-nocimiento del interés de la comunidad de requisito pre-vio para cualquier concepto de crimen o transgresión juscogens o erga omnes, no se podía decir que para ellohubiese que inventar un concepto de crimen de Estado.

ii) Derecho de los tratados

267. Se señaló que, sobre la base de la Carta de lasNaciones Unidas y de la práctica internacional, en elderecho de los tratados se habían calificado de actos ilíci-tos excepcionalmente graves la agresión, el genocidio,los crímenes de guerra, los crímenes contra la paz, loscrímenes de lesa humanidad, el apartheid y la discrimi-nación racial. A medida que evolucionaba el derechointernacional y, en particular, la jurisprudencia interna-cional, gradualmente se configuraba el reconocimientode que esos actos de los Estados correspondían a unacategoría determinada de actos ilícitos.

iii) Organizaciones internacionales

268. Se sostuvo que en diversos órganos internaciona-les a menudo se hacía referencia a los intereses funda-mentales de la comunidad internacional amenazados porun acto ilícito excepcionalmente grave o un «crimen».

iv) Definición de la agresión

269. En respuesta a las afirmaciones de que loscrímenes de Estado no existían o no podían definirse, semencionó la Definición de la agresión adoptada por laAsamblea General152. Otros miembros, sin embargo, nocompartían la opinión de que esa resolución constituyeseun reconocimiento de la responsabilidad del Estado porun crimen ni una definición del crimen de agresióncometido por un Estado desde el punto de vista del dere-cho penal. En todo caso, según esos miembros, comodefinición era manifiestamente defectuosa.

v) Sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad

270. Se expresaron opiniones discrepantes en cuanto asi las sanciones que en los últimos años venía impo-niendo con cada vez mayor frecuencia el Consejo deSeguridad constituían una pena o se trataba de medidasadoptadas para restablecer la paz y la seguridad interna-cionales. A juicio de algunos miembros, el Capítulo VII

de la Carta de las Naciones Unidas había roto definitiva-mente la relación bilateral clásica en el derecho relativoa la responsabilidad y su tradicional unidad al autorizaral Consejo de Seguridad a que, en nombre de toda lacomunidad internacional, aplicara medidas preventivas yrepresivas de carácter colectivo, incluida la fuerza arma-da, contra un Estado que hubiese amenazado o quebran-tado la paz o hubiese perpetrado un acto de agresión. Lafacultad del Consejo para adoptar las medidas que con-siderase necesarias en contra de Estados Miembros envirtud de la Carta se basaba evidentemente en relacionesde responsabilidad, ya que el Consejo únicamente estabafacultado para adoptar medidas cuando un Estado que-brantara normas particularmente importantes de derechointernacional. En el caso de que un Estado cometiese unagrave violación de obligaciones internacionales queconstituyese una amenaza a la paz y la seguridad inter-nacionales, el Consejo estaba facultado para adoptarmedidas preventivas o para recurrir a la fuerza153. Laautorización por el Consejo del bombardeo del Iraq fuemencionada como ejemplo de sanción penal y no civil.

271. A juicio de otros miembros, en cambio, había quedistinguir entre la responsabilidad internacional poractos ilícitos particularmente graves, su contenido y susconsecuencias, por una parte, y las facultades que laCarta de las Naciones Unidas confería al Consejo deSeguridad para restablecer o mantener la paz y la seguri-dad internacionales, por la otra. El Consejo no actuabaen el contexto de la responsabilidad del Estado y noimponía sanciones o penas. El Consejo, frente a unasituación que constituyese una amenaza para la paz y laseguridad internacionales, estaba facultado para tomarlas medidas, militares o no, que fueran adecuadas pararectificar la situación. Esas medidas podían ser contra-rias a los intereses de un Estado que no hubiera cometidoun acto ilícito o perjudicar a un Estado que hubiesecometido un acto contrario al derecho internacional. Lassanciones que imponían las Naciones Unidas en virtuddel Capítulo VII de la Carta, así como las reparacionesde guerra y la llamada «indemnización punitiva», eransui generis y no tenían nada que ver con la responsabili-dad por crímenes.

vi) Doctrina

272. Se expresaron opiniones discrepantes en cuanto alas conclusiones que cabía extraer de las distintas opinio-nes que formulaban los académicos en la bibliografíasobre la cuestión.

vii) Conclusiones relativas a la práctica estatal

273. Algunos miembros llegaron a la conclusión deque el concepto de crimen de Estado no estaba estable-cido en el derecho internacional de la responsabilidaddel Estado. No había fundamentos en derecho para hacer

'"Resolución 3314 (XXIX) de la Asamblea General, de 14 dediciembre de 1974, anexo

153 Véase la resolución 678 (1990) del Consejo de Seguridad, de 29de noviembre de 1990

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74 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO.0 período de sesiones

una distinción cualitativa entre casos de incumplimientode obligaciones internacionales. Hasta ahora el conceptode crimen internacional de Estado no tenía base en lapráctica estatal, a diferencia del principio de la respon-sabilidad penal individual establecida por los TribunalesMilitares Internacionales de Nuremberg154 y de Tokio155,el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia y el Tri-bunal Internacional para Rwanda, codificado en numero-sos instrumentos internacionales y que pondría enpráctica la futura corte penal internacional. No había unapráctica estatal que corroborara el concepto de crimen deEstado, a diferencia de la evolución positiva de la respon-sabilidad individual que se había registrado a partir de lasegunda guerra mundial. La jurisprudencia internacionalno había recogido la distinción establecida en elartículo 19. Ningún Estado había comparecido jamás encalidad de persona jurídica, en contraposición a sus diri-gentes, en una acción penal en su contra.

274. Según otros miembros, la existencia de normas dederecho internacional era esencial para proteger los inte-reses fundamentales de la comunidad internacional en suconjunto y en la actualidad se admitía en general que esasnormas eran quebrantadas con bastante frecuencia. Secometían en el plano internacional crímenes, con su con-notación de violencia y condena por la opinión pública,que no podían ser calificados de delitos graves en formapragmática, apropiada o exacta. La ausencia de fallosjudiciales no significa que los crímenes no existieran sinosimplemente que no había órganos competentes paraconocer de ellos. Los conceptos de crimen y jus cogensexistían pero prácticamente nunca se habían utilizado enla práctica, primordialmente porque eran pocas las nor-mas que tenían características de esa índole y los casosde violaciones graves eran también escasos. Esto no sig-nificaba, sin embargo, que hubiese que hacer caso omisode esas situaciones ya que el futuro del derecho interna-cional reposaba en esos conceptos y en la promesa de unasociedad basada en una mayor solidaridad. Aun en elsupuesto de que las pruebas actuales se inclinaran haciala opinión de que el derecho internacional no reconocíala delincuencia del Estado, ello no significaba que nofuese necesario o apropiado que la Comisión hiciera algoal respecto.

c) Relación entre la responsabilidad penal delos Estados y ciertos conceptos afines

i) La responsabilidad penal individual en derecho inter-nacional

275. Se expresaron diversas opiniones en cuanto a si unEstado, a diferencia de un individuo, podía cometer uncrimen en derecho internacional y si se podía hacer valersu responsabilidad al respecto. Algunos miembros soste-nían que un Estado, en su calidad de persona jurídica o

154 Véase la nota 141 supra155 Estatuto del Tribunal Militar Internacional para el Lejano

Oriente, Documents on American Foreign Relations, Princeton Uni-versity Press, vol VIII (julio de 1945-diciembre de 1946), 1948,págs 354 y ss

de mera abstracción, no podía ser el autor directo de uncrimen. El Estado actuaba por conducto de sus órganos,integrados por personas naturales. La responsabilidadpor los crímenes debía recaer sobre quienes los planifica-ban y ejecutaban, incluidas las autoridades de los Esta-dos. Esos miembros, refiriéndose al fallo del Tribunal deNuremberg, recordaron que en él se indicaba que los crí-menes contra el derecho internacional eran cometidospor individuos y no por entes abstractos. El principio dela responsabilidad penal individual era aplicable inclusoa los jefes de Estado o de gobierno, lo que hacía posiblesometer ajuicio a quienes, al más alto nivel, planificabany ejecutaban crímenes, y hacía innecesario el conceptode crimen de Estado, cuyo alcance quedaría más redu-cido en razón del establecimiento de la corte penal inter-nacional. Sería más útil desarrollar el concepto de laresponsabilidad penal internacional de los individuos,materia en que se habían registrado novedades de impor-tancia. La responsabilidad penal internacional de losindividuos no servía de base para el «crimen de Estado».El intento de trazar una analogía entre la responsabilidadpor el crimen de Estado y la responsabilidad por críme-nes cometidos por individuos no era prudente y creabamalentendidos.

276. Según otros miembros, tanto individuos comoEstados podían cometer ciertos crímenes internacionalesy el planteamiento tradicional, basado en el de Nurem-berg, era demasiado estrecho. La conducta de una per-sona podía dar lugar a la responsabilidad penal delEstado que representara; en esos casos, la responsabili-dad debía recaer sobre el propio Estado en una u otraforma, como una indemnización punitiva o medidas queafectaran a su dignidad. Los crímenes enumerados en elartículo 19 eran consecuencia de la política del Estado yno de la conducta del individuo y no sería lógico castigarpor esos actos exclusivamente al individuo. Natural-mente, la sanción penal no podía ser la misma en el casode un individuo y en el de un Estado. Habida cuenta deldesarrollo ulterior de la responsabilidad penal individuala partir de Nuremberg, no sería coherente negarse a reco-nocer la responsabilidad particularmente solemne quetenían los propios Estados respecto del mismo tipo detransgresión. Esa evolución era lógica y era convenienteporque apuntaba a salvaguardar los valores supremos dela humanidad, la paz y la justicia internacionales.

277. Según algunos miembros, había que mantener unaclara distinción entre la responsabilidad del Estado y laresponsabilidad penal individual. Se señaló que, cuandoun Estado cometía un crimen, la responsabilidad por él seimputaba a las autoridades del gobierno pero ello no sig-nificaba que la responsabilidad del Estado propiamentedicho fuese penal, como indicaba la causa Fiscal c.TihomirBlaskic156.

ii) Normas imperativas de derecho internacional (juscogens)

278. Se expresaron distintas opiniones en cuanto a larelación entre las normas imperativas de derecho interna-

156 Véase la nota 146 supra

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Responsabilidad de los Estados 75

cional (jus cogens) y la responsabilidad penal del Estado.Según algunos miembros, los dos conceptos estabanestrechamente vinculados entre sí, como indicaba lasimilitud entre la definición de jus cogens que figurabaen el artículo 53 de la Convención de Viena de 1969 y ladefinición de crimen de Estado que se encontraba en elpárrafo 2 del artículo 19 del proyecto. Sin embargo, ellono significaba que una infracción del jus cogens impli-cara necesariamente un crimen internacional o que lasconsecuencias de una infracción del jus cogens erannecesariamente las mismas de las consecuencias de uncrimen internacional. La Comisión no había prestadosuficiente atención a esta cuestión en la primera lectura ydebía hacerlo en la segunda. Otros miembros, si bienestaban de acuerdo en que la Comisión debía examinar siel proyecto de artículos tenía suficientemente en cuentalas normas de jus cogens, no lo estaban en que hubieraun vínculo entre esas normas y la responsabilidad penalde los Estados y sostenían que no había tal. Se dijo que laComisión debía examinar el concepto de jus cogens enrelación con los actos ilícitos excepcionalmente graves yno con los crímenes de Estado.

iii) Obligaciones erga omnes

279. Se expresaron distintas opiniones en cuanto a sihabía que desarrollar más en el proyecto de artículos lacuestión de las obligaciones erga omnes. Según variosmiembros, había importantes diferencias respecto de lasconsecuencias jurídicas de la transgresión de una obliga-ción erga omnes que el proyecto no tenía suficientementeen cuenta. Entre las sugerencias para mejorar el proyectose contaba la de prever un régimen adecuadamente gra-dual de responsabilidad para el caso de las obligacioneserga omnes y establecer las consecuencias jurídicas de sutransgresión en el contexto de regímenes distintos y equi-librados. Algunos miembros insistieron también en laimportancia de tener presente, al examinar esas conse-cuencias, que, si bien todas las normas de^ws cogens eranpor definición erga omnes, no todas las normas ergaomnes eran necesariamente imperativas ni revestíanimportancia fundamental para la comunidad inter-nacional.

280. Otros miembros expresaron preocupación por laposibilidad de dar primacía en el proyecto a las conse-cuencias de las obligaciones erga omnes o de detallarmás esas consecuencias. Señalaron que las obligacionesde esa índole constituían únicamente uno de tres tipos denormas que formaban círculos concéntricos más peque-ños, a saber, las obligaciones erga omnes, las normas dejus cogens y los crímenes internacionales. Se dijo tam-bién que el principio erga omnes básicamente se referíaal interés y al locus standi de los Estados en un determi-nado asunto que pudiera dar lugar a problemas desde elpunto de vista del derecho de un Estado: a) interponeruna acción para proteger un interés público colectivo dela comunidad, de resultas de lo cual podría haber unaproliferación de acciones judiciales y una mayor renuen-cia de los Estados a aceptar la jurisdicción de la CU; b)hacer valer un interés jurídico en reivindicar el interéscolectivo de la comunidad fuera del ámbito judicial,como en foros internacionales, por ejemplo; c) adoptar,unilateral o conjuntamente, contramedidas contra el

Estado o los Estados transgresores; d) de no haber con-trol judicial, autodesignarse policía de la comunidadinternacional, y e) reclamar una indemnización sin habersufrido perjuicios materiales.

281. Varios miembros insistieron en la necesidad deexaminar minuciosamente la relación entre obligacioneserga omnes, normas de jus cogens y actos ilícitos excep-cionalmente graves o crímenes de Estado cuando seestudiaran las consecuencias del acto ilícito internacio-nal. Se sugirió revisar los actuales artículos del proyectopara determinar si había que reorganizarlos o reformular-los, especialmente respecto de la atribución del acto ilí-cito, las circunstancias excluyentes de la ilicitud, ladeterminación del Estado perjudicado, los derechos y lasobligaciones de otros Estados, las formas de indemniza-ción, el funcionamiento de los mecanismos de auto-ayuda, la solución de controversias y la relación entre elrégimen general de responsabilidad y los regímenesespeciales.

282. Algunos miembros, al tiempo que reconocían larelación entre el concepto de crimen de Estado y los dejus cogens y erga omnes, sostenían que en el proyectohabía que referirse al concepto de crimen de Estado por-que no era sinónimo de los otros dos y no había que res-tarle importancia al reemplazarlo por una especie deellos o relegarlo a la calidad de tal.

d) Posibles planteamientos de la cuestiónde los crímenes internacionales de los Estados

i) Cuestiones preliminares

a. El concepto de la responsabilidad «objetiva»

283. Se expresó apoyo al concepto de responsabilidad«objetiva» como base sólida y fundamental de todo elproyecto. Se señaló que la Comisión había hecho algorealmente revolucionario al separar la responsabilidaddel Estado del planteamiento bilateralista tradicional,que estaba subordinado al daño, para optar en cambiopor un planteamiento objetivo basado en la transgresiónde una norma y en el cual la responsabilidad del Estadose asemejaba más al sistema de orden público que seencontraba en el derecho interno moderno. Se dijo que laComisión debía ahora dar el segundo paso que quedabapara llevar a la práctica la revolución conceptual en elcampo en que más necesario era, el de las transgresionesdel derecho internacional que constituían delitos contrala comunidad internacional en su conjunto. Se dijo que elconcepto de responsabilidad objetiva sería un claro reco-nocimiento de que existía la ilicitud internacional y quelos Estados debían respetar el derecho internacional pormás que, al no hacerlo, no perjudicaran intereses concre-tos de otro Estado y por más que una transgresión nocausara un daño directo a otro sujeto de derecho interna-cional. En suma, existía una sociedad internacional fun-dada en el derecho. Se señaló además que el carácter«objetivo» de la responsabilidad era más evidente en elcontexto de los crímenes internacionales porque era allídonde había que proteger los intereses generales y «obje-tivos» de la comunidad internacional en su conjunto. Se

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76 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

dijo que no cabía esperar que la inclusión del perjuiciocomo uno de los elementos constitutivos de un acto ilí-cito o la referencia a alguna forma de culpa o dolo(en otras palabras, de un elemento de intencionalidad)diera mayor claridad o estabilidad a las relaciones inter-nacionales, habida cuenta de la índole subjetiva de esosconceptos.

b. El carácter de derecho civil o de derecho penal dela responsabilidad del Estado

284. Se expresaron distintas opiniones en cuanto alcarácter del derecho de la responsabilidad del Estado ysus consecuencias para la cuestión de los crímenes deEstado. Según algunos miembros, el concepto de crimende Estado era incompatible con el carácter de derechocivil de la responsabilidad del Estado. Según otros, elderecho de la responsabilidad del Estado, que regía lasrelaciones entre iguales soberanos, no era penal ni civilsino más bien internacional y de carácter sui generis.Otros miembros indicaron que el derecho de la responsa-bilidad del Estado podía avanzar en el futuro hacia unaseparación de la responsabilidad civil y la responsabili-dad penal.

c. Analogía con el derecho interno

285. Se expresaron distintas opiniones en cuanto a lasconsecuencias de la analogía con el derecho interno en elcontexto de la cuestión de la responsabilidad penal delEstado. Según algunos miembros, la analogía con elderecho interno podía ser útil para desarrollar el conceptode responsabilidad penal del Estado y se mencionó eldesarrollo del concepto de responsabilidad penal de lassociedades en algunos sistemas jurídicos y el estableci-miento de normas internacionales en relación con el pro-ceso penal. Ello no significaba que la Comisión debierapartir de una idea preconcebida de crimen sobre la basedel derecho interno ni de que todos y cada uno de losaspectos del derecho interno fueran pertinentes en el con-texto internacional. Según otros miembros, el derechopenal interno no servía de base alguna para el «crimen deEstado» y había que descartar la idea de hacer valer laresponsabilidad penal del Estado a fin de evitar una con-fusión con conceptos de derecho interno que eran aplica-bles únicamente a individuos y no podían ser asimiladosen derecho internacional.

d. Aplicabilidad del Capítulo VII de la Carta de lasNaciones Unidas y de otros regímenes especiales

286. Se manifestaron opiniones discrepantes en cuantoa la relación entre el proyecto de artículos y los regíme-nes especiales, tales como el Capítulo VII de la Carta delas Naciones Unidas. En atención a las observacionesformuladas acerca del riesgo de injerirse en la responsa-bilidad que cabía al Consejo de Seguridad respecto de lascuestiones de su competencia, se dijo que la tipificaciónde la conducta del Estado no redundaría en desmedro dela función del Consejo ya que nadie había propuesto que

se modificara su responsabilidad primordial por el man-tenimiento de la paz y la seguridad internacionales.Mientras el Consejo se ocupaba de los aspectos políticosde esos crímenes, el régimen de la responsabilidad delEstado debía ocuparse de sus aspectos jurídicos. Ade-más, la práctica del Consejo no había sido coherente res-pecto de esas situaciones, y en muchos casos, losmiembros permanentes del Consejo, al ejercer el derechode veto, habían impedido que la comunidad internacionaltomara medidas eficaces contra Estados involucrados enla comisión de crímenes internacionales.

287. Al mismo tiempo se dijo que era importante com-prender que el derecho internacional vigente ofrecía regí-menes especiales más completos para hacer frente a lastransgresiones enumeradas en el artículo 19, como elCapítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas en elcaso de la agresión, el régimen de derechos humanos y lared de tratados sobre medio ambiente. Por lo tanto, laComisión debía adoptar un planteamiento prudente enque se diera carácter subsidiario o supletorio al futurosistema de consecuencias jurídicas de la transgresión deobligaciones para con la comunidad que fuesen objeto deregímenes concretos. Se dijo además que el régimen deresponsabilidad del Estado no debía ocupar un lugar pro-minente en la acción de la comunidad internacional enca-minada a reprimir crímenes de Estado tan odiosos comola agresión, el genocidio o los crímenes de guerra; elConsejo de Seguridad era la institución política autori-zada para adoptar medidas en virtud del artículo VIII dela Convención para la Prevención y la Sanción del Delitode Genocidio o en virtud del Capítulo VII de la Carta ylas deficiencias de este sistema sólo podían ser corregi-das por las propias Naciones Unidas y no mediante unrégimen de responsabilidad del Estado. La necesidad o lautilidad del concepto de crimen era menor habida cuentade las disposiciones de la Carta relativas al manteni-miento de la paz y la seguridad internacionales y a laforma decidida en que estaba actuando el Consejo deconformidad con el Capítulo VII de la Carta.

ii) Planteamiento del proyecto de artículos actual

a. Definición de crimen de Estado en el artículo 19

288. Por una parte, la definición de crimen de Estadoen el artículo 19 fue calificada de confusa, circular,carente de la precisión que exigía el derecho penal, inútila los efectos de procesar individuos o Estados e inciertapor depender del reconocimiento posterior de la comuni-dad internacional. Por la otra, se advirtió que toda defini-ción era necesariamente difícil, en cierto modo arbitrariae incompleta; que la definición del artículo 19 no era másimprecisa o incompleta que la de «norma imperativa dederecho internacional general» (jus cogens) que seencontraba en el artículo 53 de la Convención de Vienade 1969 y que podía sostenerse que el artículo 19 era másclaro y explícito porque daba ejemplos que aclaraban ladefinición. Se dijo además que la técnica jurídica utili-zada en el artículo 19, enunciar un criterio general res-pecto de los crímenes para enumerar luego los másobvios, era imperfecta pero no inusitada. Se mencionóotra posibilidad propuesta por el Relator Especial en el

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párrafo 48 del primer informe, la de definir los crímenespor referencia a sus características procesales distintas oa sus consecuencias y de definir los delitos como elincumplimiento de una obligación que sólo dará lugar aun derecho de indemnización o restitución y no a multasu otras sanciones.

289. En relación con el párrafo 2 del artículo 19, se dijoque, para cumplir el requisito del reconocimiento de lacomunidad internacional en su conjunto, se necesitabauna decisión unánime de los Estados, que sería difícil sino imposible de lograr, o el acuerdo de elementos esen-ciales de la comunidad internacional que no estaban cla-ramente indicados. Se propuso cambiar esa disposiciónpor la siguiente: «El hecho internacionalmente ilícitoresultante del incumplimiento por un Estado de una obli-gación esencial para la salvaguardia de intereses funda-mentales de la comunidad internacional en su conjuntotendrá consecuencias jurídicas concretas».

290. Se señaló que el reconocimiento de esta categoríade hechos ilícitos debía mantenerse en el párrafo 2, peroque el párrafo 3 debía simplemente suprimirse. Se con-sideró improcedente el requisito adicional de la gravedad(«violación grave») del párrafo 3, dada la gravedadinherente del hecho a que se refería el párrafo 2. Enrespuesta a las críticas formuladas contra el párrafo 3 delartículo 19, que se trataría de una simple enumeración decrímenes indeterminados incompatible con el párrafo 2,se dijo que el proyecto de código de crímenes contra lapaz y la seguridad de la humanidad157 se limitaba a enu-merarlos sin definirlos expresamente.

291. En cuanto al apartado a del párrafo 3, algunosmiembros de la Comisión dijeron que la agresión habíasido reconocida como crimen de Estado; que era unainfracción gravísima del derecho internacional que sólopodían cometer Estados y no individuos, y que por eso elproyecto de artículos debía ocuparse de estas gravísimasinfracciones del derecho internacional. Otros sostuvieronen cambio que la agresión no debía ser el primer ejemplode crimen de Estado porque, como consecuencia de lasfunciones que en la Carta de las Naciones Unidas seasignaban al Consejo de Seguridad, el proyecto de artícu-los no podía definirla; el proyecto de código de crímenescontra la paz y la seguridad no definía la agresión por laenorme dificultad que ello entrañaba; la resolución de laAsamblea General sobre la cuestión158 era un texto polí-tico y no un instrumento jurídico; la agresión era come-tida por personas que actuaban en nombre del Estado yempleando sus medios y, por último, nunca se había juz-gado por agresión a un Estado y sí en cambio a sus diri-gentes, como en el caso de Nuremberg.

292. En relación con el párrafo 4 se dijo que había quehacer una distinción más clara entre crímenes internacio-nales y delitos internacionales en función de la gravedadde la infracción, a fin de evitar que se equiparara lainfracción de una cláusula arancelaria internacional a laagresión o al genocidio. Por otra parte, algunos miem-

bros dijeron que no correspondía emplear las expresio-nes «crimen» y «delito», vinculadas al derecho penal,para referirse a cuestiones ajenas a éste. Esas expresio-nes tenían connotaciones de derecho penal interno extra-ñas al ámbito internacional, pues la responsabilidad delos Estados no era ni civil ni penal sino internacional.También se expresaron dudas acerca de la expresión«delito». El Relator Especial observó que la expresión«delito» no podía emplearse en el sentido del artículo 19sin introducir de nuevo el concepto de crimen.

b. Regulación de los crímenes de Estado en laprimera parte

293. Se dijo que las disposiciones de la primera parte(salvo el artículo 19) se habían redactado exclusiva-mente en relación con los «delitos» y se había extendidosu aplicación a los «crímenes» a falta de otra solución.La Comisión nunca había considerado si no era precisoformular de nuevo algunas disposiciones de la primeraparte, como las relativas a las circunstancias que ex-cluían la ilicitud. La cuestión de las características pro-pias de las «normas secundarias» relacionadas con lainfracción de las «normas primarias» esenciales para lasalvaguardia de los intereses fundamentales de la comu-nidad internacional en su conjunto debía plantearse enrelación con todo el proyecto. Algunos artículos de laprimera parte no podían aplicarse fácilmente al incum-plimiento de obligaciones multilaterales y menos aún alincumplimiento de obligaciones erga omnes, categoríamás amplia que la contenida en el párrafo 2 del artí-culo 19, dada la distinción «cualitativa» entre las normaserga omnes según tuvieran o no el carácter de normasimperativas. No obstante, habida cuenta del carácter«técnico» de las normas contenidas en la primera parte,se planteó la cuestión de si seguía siendo necesario, o enqué casos lo era, hacer una distinción «cualitativa» entrelas normas erga omnes según su «contenido».

294. Se dijo también que la Comisión había redactadola primera parte del proyecto en el contexto de un régi-men general de responsabilidad que evitara la fragmen-tación en regímenes diferentes; que no había puesto demanifiesto debidamente el concepto de crímenes de losEstados sentando cuidadosamente las bases de dos regí-menes, y que debía revisar las disposiciones de la pri-mera parte para conseguir una mayor armonía entre lasdiversas partes del proyecto; a ese respecto se hizo refe-rencia al párrafo 77 y a la nota correspondiente del pri-mer informe del Relator Especial.

295. Se dijo además que los artículos 1 y 19 tenían unmismo fundamento y debían leerse conjuntamente y quetoda modificación del artículo 19 afectaría automática-mente a los artículos precedentes.

c. Concepto de Estado lesionado

157 Véanse el texto de los artículos y sus coméntanos aprobados porla Comisión en su 48 ° período de sesiones en Anuario... 1996, vol II(segunda parte), doc A/51/10, párr 50

158 Véase la nota 152 supra.

296. Hubo acuerdo general en que la Comisión debíaexaminar más detenidamente la definición de Estadolesionado que figuraba en el artículo 40, sobre todo enrelación con las obligaciones erga omnes, el jus cogens

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y, posiblemente, los crímenes de Estado o los hechos ilí-citos excepcionalmente graves. También hubo acuerdogeneral en que estos conceptos no coincidían y debíanexaminarse por separado para evitar confusiones.

297. Se dijo que el párrafo 3 del artículo 40 materiali-zaba el interés de la comunidad internacional en que sereaccionara contundentemente ante el incumplimiento delas obligaciones por ella impuestas, pues consideraba«lesionados» a todos los Estados y les reconocía todas lasreacciones posibles en caso de «crímenes», inclusive elderecho de adoptar contramedidas, lo que aumentabanotablemente el riesgo de que se cometieran abusos. Noera incompatible con el interés de la comunidad interna-cional en que se reaccionara contundentemente ante elincumplimiento de las obligaciones por ella impuestasque se reconociera la posibilidad de reacciones distintas alos Estados según su «proximidad» con la infracción deque fueran víctimas. Como aproximación importante auna solución, podía modificarse la redacción del artículo40 de manera que distinguiera tres categorías de Estadoslesionados, como hacía el artículo 60 de la ConvencióndeVienade 1969.

d. Consecuencias de los crímenes de Estado

298. Según algunos miembros de la Comisión, las con-secuencias nimias, incorrectas y confusas establecidas enel proyecto de artículos, entre las que no figuraban penas,indemnizaciones punitivas, multas u otras sanciones, nopermitían justificar el concepto de crimen de Estado. Seconsideró insustancial que se ampliara el derecho de res-titución, que podía poner en peligro la independenciapolítica del Estado infractor, y que al mismo tiempo serechazara la solución más correcta de la indemnizaciónpunitiva. La obligación de no prestar ayuda se consideróirrisoria y la de cooperar se calificó de ineficaz en lapráctica. Se dijo que era incorrecto dar a entender que lasobligaciones de no reconocimiento y no complicidad fue-ran consecuencias propias de los hechos ilícitos califica-dos de crímenes.

299. Se señaló, por el contrario, que el hecho de que laComisión no pudiera establecer el régimen de los «crí-menes» no podía atribuirse únicamente a la complejidadde las cuestiones derivadas del incumplimiento de obli-gaciones esenciales para la salvaguardia de intereses fun-damentales de la comunidad internacional, y menos aún ala ausencia de esta clase de infracciones en la vida inter-nacional, sino que era consecuencia principalmente delplanteamiento incoherente de la Comisión que, tras ocu-parse de las infracciones «ordinarias» o «delitos», nohabía dedicado atención suficiente a los «crímenes» en laprimera lectura. Se observó asimismo que, en la primeralectura, la Comisión se había ocupado en primer lugar delas consecuencias de los crímenes y los delitos indistinta-mente y luego de las consecuencias propias de los críme-nes, con lo que se habían redactado disposiciones ina-decuadas. Se sugirió que en la segunda lectura del pro-yecto la Comisión examinara artículo por artículo cadaacción que se considerara que reunía las condiciones decrimen con arreglo al artículo 19 con miras a determinar

si le sería aplicable el régimen de normas secundariasque habría de preparar la Comisión y en qué medida.

300. Según algunos miembros de la Comisión, en lasegunda lectura ésta debía trazar una distinción sistemá-tica entre las consecuencias de los crímenes y los delitosen lugar de interrumpir el examen de las consecuenciasde los crímenes. Era necesario hacer una distinción cuali-tativa, cuando menos a efectos de la reparación, pues laindemnización pecuniaria era inadecuada en el caso decrímenes graves como el genocidio. Se propuso que elproyecto de artículos trazara una cuidadosa distinciónentre las dos clases de responsabilidad, estableciera unrégimen separado para la infracción de normas funda-mentales para la salvaguardia de la comunidad interna-cional en su conjunto, que no se encontraba en losartículos 51 a 53, y llenara otras lagunas, como eranquién podía denunciar la infracción, cuál era el procedi-miento para determinar que se había cometido unainfracción grave y cómo y por quién se impondrían laspenas correspondientes. Se propuso también que laComisión tratara de establecer consecuencias distintaspara los crímenes, teniendo en cuenta los aspectos proce-sales y las garantías procesales de los Estados delincuen-tes, tal vez en un capítulo separado que podría serfacultativo y ofrecer a la comunidad internacional lasmáximas opciones posibles. Se dijo además que algunasde las consecuencias que debían haberse reservado a loscrímenes se habían aparejado a los simples delitos, porejemplo las disposiciones sobre las contramedidas. Asi-mismo, la Comisión había pasado por alto las consecuen-cias fundamentales del concepto de crimen, a saber: a) laindemnización punitiva, cuya existencia en el derechointernacional demostraba el párrafo 2 del artículo 45, y b)el rechazo de la inmunidad de Estado de los individuosque hubieran cometido infracciones graves como funcio-narios de él, a fin de que los tribunales penales interna-cionales pudieran juzgarlos.

301. En relación con el artículo 53 se propuso que laComisión desarrollara las muy limitadas pero no baladíesconsecuencias de los crímenes internacionales estableci-das en el artículo 53 del proyecto, a fin de hacerlas másválidas y convincentes. Se dijo que el apartado a del artí-culo 53 ponía de manifiesto una diferencia fundamentalentre las consecuencias de los crímenes y los delitos; enefecto, en el caso de los primeros, todos los Estados,incluido el que había sufrido el crimen directamente,tenían la obligación de no reconocer la licitud de la situa-ción por él creada. Se expresaron dudas acerca de quealguien pudiera oponerse a la obligación de no reconocerla licitud de la situación creada por un crimen internacio-nal o de no prestar asistencia al Estado que lo hubieracometido a fin de mantener la situación creada por dichocrimen. Sin oponerse al no reconocimiento de las conse-cuencias derivadas de los llamados crímenes de Estado,se expresó preocupación por las consecuencias a contra-rio, por ejemplo, cuando se adquirían territorios por eluso de la fuerza en legítima defensa. La obligación de noreconocer la licitud de la situación creada por un crimeninternacional fue calificada además de manifiestamenteinsuficiente, por ejemplo en los casos de genocidio. Asi-mismo, se dijo que las obligaciones de no reconoci-miento y cooperación para eliminar las consecuenciasdel crimen ponían de manifiesto un espíritu de solidan-

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dad creciente entre los miembros de la comunidad inter-nacional y un intento de actuar como comunidad conarreglo al concepto de orden público internacional, locual era una evolución positiva de la obligación de soli-daridad entre los Estados. Se dijo que el concepto decomunidad basada en la solidaridad se estaba afianzandolentamente y debía tenerse en cuenta al formular disposi-ciones jurídicas que habían de regular relaciones entreEstados.

iii) Sustitución por el concepto de «hecho ilícito excep-cionalmente grave»

302. Algunos miembros de la Comisión apoyaron lapropuesta de sustituir el concepto de crímenes de losEstados por el de «hecho ilícito excepcionalmentegrave» que, en su opinión, era más acorde con el carácterinternacional o sui generis de la responsabilidad de losEstados y evitaba la confusión originada por la analogíacon el derecho interno y las connotaciones penales quehabían complicado el examen del tema. Otros opinaronque el concepto de «crimen de Estado» no tenía connota-ciones penales intrínsecas, pues las palabras tenían laacepción que les daba un ordenamiento jurídico determi-nado, la terminología no era importante y la expresión«crimen de Estado» podía sustituirse por otra siempreque se mantuviera la idea fundamental del párrafo 2 delartículo 19. Se propuso sustituir la expresión «crimen»por «infracción de una norma esencial para la comunidadinternacional en su conjunto» o incluso por la infracciónde una norma de jus cogens. A juicio de otros, la expre-sión «crimen de Estado» había adquirido cierto sentido ygrado de aceptación, que cambiar la terminología podíallevar a trivializar el concepto, que éste debía equipararseal de crimen en derecho interno y que, en la medida de loposible, las graves consecuencias que éste normalmenteentrañaba en derecho interno debían ser aplicables al cri-men de Estado.

303. Se formularon varias opiniones y propuestas sobrela manera en que la Comisión podía desarrollar este plan-teamiento. Se dijo que eliminar del tema de la responsa-bilidad la categoría de los hechos ilícitos especialmentegraves era un retroceso inaceptable en el establecimientode un orden internacional más justo y equitativo, que laComisión debía seguir examinando esa categoría espe-cial de hechos ilícitos excepcionalmente graves y esta-blecer con la mayor claridad posible los criterios paradeterminar esos hechos y las normas específicas de res-ponsabilidad a ellos aplicables, y que el concepto básicoque sustentaba la especial gravedad de esos hechos ilíci-tos, que según el párrafo 2 del artículo 19 era la necesi-dad de salvaguardar los intereses fundamentales de lacomunidad internacional en su conjunto, debía mante-nerse sin criminalizar la responsabilidad internacional.

304. Se señaló además que la Comisión no podía desoírla necesidad de dotar de un mecanismo sancionador sufi-ciente a las normas del derecho internacional que consa-graban intereses fundamentales de la comunidadinternacional; que la Comisión debía establecer un régi-men de responsabilidad diferenciada que comprendierauna regulación adecuada de la responsabilidad de los

Estados por el incumplimiento grave de obligacionesesenciales para la comunidad integrada por dos elemen-tos: una obligación erga omnes que alcanzara a todos losEstados y una norma de jus cogens que no pudieranmodificar los Estados inter se, y que el párrafo 2 del artí-culo 19 podía ser un buen punto de partida para estable-cer, en lugar de los crímenes, el nuevo concepto de lasobligaciones internacionales respecto de la comunidadinternacional.

305. Se dijo que, en realidad, más que meros crímenesy delitos había grados de responsabilidad según cuálesfueran las normas primarias infringidas, y que era nece-sario un análisis más profundo para determinar las diver-sas consecuencias desde el punto de vista de la codi-ficación de las normas correspondientes. Una soluciónmás adecuada sería determinar el grado de responsabili-dad con arreglo a la clase de norma infringida en lugarde ocuparse de la cuestión de los crímenes, que habíaentrabado más que impulsado los trabajos en un temaque requería precisión jurídica. Se dijo que era impor-tante distinguir las categorías de hechos ilícitos que unEstado podía cometer en transgresión de diversas obliga-ciones internacionales y, sobre todo, determinar las con-secuencias jurídicas de las distintas categorías de hechosilícitos. También se consideró necesario distinguir losgrados de las obligaciones, desde las aplicables a lasrelaciones entre los sujetos de derecho hasta las queafectaban a los intereses esenciales de la comunidadinternacional, pues sus consecuencias jurídicas eran dife-rentes. Mientras en el contexto de las relaciones entresujetos de derecho el ejercicio de la acción correspondíaal Estado lesionado y el daño y el nexo causal eran ele-mentos constitutivos del régimen de responsabilidad, lomismo que la indemnización o la reparación requerida,en caso de infracción de una norma esencial o de supe-rior grado el ejercicio de la acción correspondía a lacomunidad, no era indispensable haber sufrido un dañodirecto y la sanción era la consecuencia de la infracción.Se dijo también que sería más útil que hubiera una conti-nuidad en los grados de la infracción, desde la infracciónmenor de una obligación bilateral hasta la infracciónmaterial, mucho más grave, de una obligación frente atodos los Estados. El Relator Especial señaló que no con-venía que la labor en la materia se sujetara a una rígidadicotomía entre crímenes y delitos, sobre todo porque unmismo hecho podía tener una u otra calificación en rela-ción con personas o entidades diferentes.

iv) Establecimiento de un régimen completo de respon-sabilidad penal del Estado en el proyecto de ar-tículos

306. Algunos miembros de la Comisión eran partida-rios de que el proyecto desarrollara el concepto de cri-men de Estado, para lo que no veían obstáculo algunopuesto que la primera lectura se había basado en la exis-tencia de esos crímenes. Opinaron que la Comisiónpodía definir el contenido del concepto de «crimen deEstado» y formular el régimen correspondiente con arre-glo a su mandato vigente, que no estaba limitado a cier-tos aspectos de la responsabilidad de los Estados, perono consideraban necesario desarrollar los cinco elemen-tos previstos en el planteamiento del Relator Especial.La afirmación de que era preciso desarrollar los cinco

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elementos del régimen de la responsabilidad penal de losEstados se basaba en una idea preconcebida del conceptode «crimen» que suponía incorrectamente que el régimendel derecho internacional debía ser absolutamente idén-tico al del derecho interno; no tenía en cuenta las diferen-cias entre la sociedad internacional y las sociedadesnacionales y no reconocía que las expresiones tenían elsignificado que les daba el ordenamiento jurídico a quepertenecían. Se señaló que no era la intención de laComisión tipificar la conducta de los Estados en elmismo sentido que el derecho interno y que el proyectode artículos sobre la responsabilidad de los Estados nocomprendía, en sentido estricto, elementos penales. Secalificó de utópico un régimen de responsabilidad de losEstados que incluyera dichos elementos.

307. Otros miembros de la Comisión no apoyaron esteplanteamiento por las razones aducidas en apoyo de losplanteamientos examinados en los párrafos 302 a 305 ó312a318.

a. Definición exacta de crimen de Estado (nullumcrimen sine lege)

una infracción y de determinar la culpabilidad, pero queera sumamente difícil trasladar el concepto penal de cri-men al ámbito del derecho internacional, dada la falta delas instituciones y los mecanismos antes mencionados,que era consecuencia de la máxima par in parent nonhabet imperium. Se dijo que el anterior Relator Especial,Sr. Arangio-Ruiz, había tratado de incluir la instituciónde una autoridad competente e independiente que seencargara de calificar los hechos como crímenes, peroque el régimen complejo que se había propuesto para tra-mitar las acusaciones de crímenes contra los Estadoshabía sido rechazado por la Comisión por inviable, con-trario a la Carta de las Naciones Unidas y ajeno a sumandato.

311. Se propuso que, puesto que la comunidad de losEstados se basaba todavía esencialmente en un sistemadescentralizado, caracterizado por la reciprocidad y fun-dado en la competencia exclusiva de los Estados parahacer cumplir la ley de acuerdo con sus intereses indivi-duales, los Estados tuvieran la obligación de adoptar lasmedidas necesarias para que se juzgara al Estado infrac-tor en una comunidad internacional sujeta al imperio dela ley.

308. Se dijo que era tarea difícil dar una definiciónexacta del crimen de Estado. Se sugirió que era suficientedar una definición general del concepto y que era innece-sario definir sus elementos.

b. Institución y procedimiento adecuados para in-vestigar y determinar la comisión de crímenes porlos Estados

309. Algunos miembros de la Comisión señalaron queésta debía examinar cuáles eran la institución y el proce-dimiento adecuados para determinar objetivamente lacomisión de crímenes por los Estados. Se considerónecesario establecer un procedimiento o régimen espe-cial que colmara los legítimos deseos de la comunidadinternacional de disponer de un mecanismo de protec-ción, ya que en el plano internacional no había aún unaautoridad legislativa, judicial o policial que declarara laresponsabilidad penal de los Estados o hiciera cumplir elderecho penal. También se consideró necesario estable-cer un mecanismo institucional adecuado para determi-nar objetivamente la comisión de un crimen o delito,cuestión que no debía quedar librada al criterio subjetivodel Estado lesionado, a fin de evitar el riesgo de que elconcepto de crimen de Estado sirviera para que los fuer-tes abusaran de los débiles.

310. Otros consideraron utópico establecer esa institu-ción o procedimiento en la comunidad internacionalactual, que carecía de una autoridad central que determi-nara e imputara la responsabilidad penal, un procedi-miento para establecer la comisión de un crimen por unEstado, un mecanismo comúnmente aceptado para deter-minar la existencia de un crimen y la reacción jurídicanecesaria, un aparato dotado de jurisdicción penal sobrelos Estados autorizado a imponer sanciones y una institu-ción que pudiera hacer cumplir esas sanciones. Se afirmóque la justicia penal presuponía la existencia de una auto-ridad judicial encargada de decidir si se había cometido

c. Garantías procesales adecuadas

312. Se advirtió que si se mantenía el concepto de crí-menes de los Estados habría que incorporar, en un pro-yecto sobre el derecho general de obligaciones, diversasnormas procesales referentes a, por ejemplo, un posiblefiscal, un procedimiento de denuncia, normas relativas ala defensa y la prueba, la detención, las fianzas y lapuesta en libertad, así como una autoridad judicial inter-nacional con poder vinculante para determinar la culpa-bilidad y las penas, lo que llevaría a resultados caóticos.Se advirtió también que, aunque era necesario tener encuenta los aspectos procesales del concepto de crímenesde los Estados, no podría garantizarse el respeto a lasgarantías procesales.

d. Sanciones adecuadas

313. Se opinó que las consecuencias propias de la res-ponsabilidad civil, como la indemnización, no eran ade-cuadas para reparar los daños causados por ciertasinfracciones graves, como el genocidio, y que todo régi-men de reparación comprendía la indemnización puni-tiva. Se propuso que la Comisión examinara minucio-samente las prácticas de los Estados y las medidas adop-tadas por el Consejo de Seguridad contra Estados comoSudáfrica durante el apartheid, el Iraq y la JamahiriyaÁrabe Libia antes de descartar la posibilidad de que unEstado pudiera ser considerado delincuente a efectos desu castigo.

314. Se opinó además que las sanciones que el Consejode Seguridad imponía como institución política a fin demantener la paz y la seguridad internacionales no podíancompararse a las penas que aplicaban los órganos judi-ciales. Como se dijo en fallos recientes del TribunalInternacional para la ex Yugoslavia y de la Corte ínter-

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americana de Derechos Humanos, el Estado, por defini-ción, no podía ser objeto de sanciones penales como lasestablecidas en las leyes penales internas. Se opinó que laindemnización efectiva y la ejemplar o punitiva nacíande los delitos y del derecho de obligaciones general,mientras que las penas nacían de los crímenes; que erainútil calificar un hecho de crimen si no acarreaba unasanción penal; que algunos hechos internacionalmenteilícitos eran más graves que otros pero eso no los conver-tía necesariamente en crímenes, y que los hechos interna-cionalmente ilícitos de carácter grave podían repararsemediante una indemnización acorde con su gravedad.

315. Algunos miembros de la Comisión objetaron quetodo intento de castigar a los Estados por sus crímenes,en lugar de castigar a los dirigentes de los Estados res-ponsables de esos crímenes, podía dar lugar en la prác-tica a un castigo colectivo. Se dijo que castigar a Estadosno democráticos suponía castigar a un pueblo inocente yobligar a varias de sus generaciones a soportar la cargade la culpa por hechos en los que podían no haber partici-pado en absoluto. Otros, sin embargo, no considerabaninaceptable la posibilidad de adoptar medidas punitivascontra los Estados. Se propuso que se prestara mayoratención a la población de los Estados que padecía lasconsecuencias de la vulneración del derecho interna-cional por otros Estados y que no tenían ninguna posibi-lidad de influir en los dirigentes de éstos o fiscalizarlos.Se advirtió también que en, la práctica, las medidas queadoptaba el Consejo de Seguridad castigaban a toda lapoblación.

e. Rehabilitación

316. Se opinó que el quinto elemento, relativo a que nose estigmatizara a un Estado como criminal, ignoraba larealidad actual. Se opinó también que el concepto de crí-menes de los Estados no podía incorporarse en el pro-yecto sobre la responsabilidad de éstos, pues era injustoque los Estados sucesores heredaran hechos calificadosde crímenes.

v) La cuestión del rechazo del concepto de responsabili-dad penal de los Estados

317. Varios miembros de la Comisión opinaron que elconcepto de crímenes de los Estados era innecesario einviable por las razones aducidas en relación con el pro-yecto (véanse párrs. 288 a 301 supra). En su opinión, elconcepto de crímenes de los Estados estaba intrínseca-mente viciado; no tenía validez jurídica; no podía justifi-carse en principio; la mayoría de las tendencias delderecho internacional lo contradecían; no era esencial enla labor de la Comisión; no se había abordado correcta-mente en el artículo 19 y subsanar los errores retrasaríaconsiderablemente la labor sobre el tema; no sería acep-table ni se respetarían las garantías procesales sin unainstitución judicial que decidiera si un Estado habíacometido un crimen, institución que la comunidad inter-nacional no estaba dispuesta a aceptar, y exacerbaría los

conflictos entre los Estados, que serían más propensos atacharse mutuamente de criminales.

318. En cambio, otros miembros de la Comisión eranpartidarios de mantener el concepto de crímenes de losEstados por las razones siguientes: el concepto de críme-nes de los Estados en el sentido de infracciones excep-cionalmente graves que afectaban a la comunidadinternacional en su conjunto y no podían repararse poruna simple indemnización no era nuevo y sus orígenes seremontaban al siglo xix; las expresiones «delito» y «cri-men» ya formaban parte de la conciencia pública y delconjunto normativo del derecho internacional y la res-ponsabilidad de los Estados; el concepto de crímenes delos Estados era parte de la evolución del derecho interna-cional y del desarrollo de la comunidad internacionalpuestos de manifiesto por conceptos conexos como losde obligaciones erga omnes, jus cogens y solidaridadinternacional; el concepto de crímenes de los Estadostenía una importante función disuasoria que debía refor-zarse abordándolo en el proyecto de artículos; de hecho,los Estados cometían a menudo crímenes y algunos Esta-dos estaban actualmente sujetos a condiciones que per-mitían calificarlos en la práctica de Estados criminales;la supresión del concepto de crímenes de los Estadossería un retroceso, ignoraría importantes tendencias delderecho internacional y sería perjudicial para la regula-ción de este tema y para el imperio de la ley en las rela-ciones internacionales.

vi) Exclusión del concepto del proyecto de artículos

319. Algunos miembros eran partidarios de que eltema del concepto de los crímenes de los Estados seregulara separadamente en el futuro a fin de que laComisión pudiera tener en cuenta la evolución del dere-cho internacional. Se indicó que la Comisión no podíatransformar el proyecto de artículos en un código generalde la responsabilidad por «crímenes» y «delitos» de losEstados por tres razones: primera, que el proyecto deartículos regulaba fundamentalmente la responsabilidadcivil, como lo demostraban los artículos 3 (Elementosdel hecho internacionalmente ilícito del Estado), quetrata de la responsabilidad por omisión o negligencia, 10(Atribución al Estado del comportamiento de órganosque actúan excediéndose en sus atribuciones o en contrade instrucciones concernientes a su actividad), que tratade la responsabilidad por actos ultra vires, 27 (Ayuda oasistencia de un Estado a otro Estado para la perpetra-ción de un hecho internacionalmente ilícito), que trata dela responsabilidad por complicidad a falta de intenciona-lidad o mens rea, y 29 (Consentimiento), que trata delconsentimiento como circunstancia que excluía la ilici-tud; segunda, que el proyecto de artículos no incluía loselementos esenciales de la justicia penal ni los principiosesenciales del derecho penal y tercera, que el proyecto deartículos no desarrollaba plenamente el concepto de crí-menes de los Estados. Por eso era preferible elaborar uncódigo de responsabilidad general en el actual quinque-nio y solicitar un nuevo mandato para comenzar a elabo-rar un código de la responsabilidad penal de los Estadosen sentido estricto. Algunos miembros de la Comisióndudaron de que fuera necesario un nuevo mandato para

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82 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

esta tarea. Otros opinaron que la supresión del artículo 19no impedía que en el futuro se examinara el concepto decrímenes de los Estados y que no había motivo parafomentar este examen ni en el marco de la responsabili-dad de los Estados ni en ningún otro.

320. Hubo divergencia de opiniones en cuanto a lainclusión y el posible contenido de una cláusula de salva-guardia si la Comisión decidía suprimir el concepto decrímenes de los Estados. Se propuso que en el proyectose incluyera una cláusula de esa clase, parecida alartículo 4 del proyecto de código de crímenes contra lapaz y la seguridad de la humanidad159, que indicara cla-ramente que la Comisión reconocía la existencia de loscrímenes de los Estados y no rechazaba el artículo 19.Como solución más adecuada se propuso que se indicaraque la supresión del artículo 19 no impedía el futurodesarrollo del concepto de crímenes de los Estados fueradel proyecto de artículos como tema independienteencargado a la Comisión, mediante las prácticas de losEstados o mediante las prácticas de las organizacionesinternacionales. Sin embargo, se dijo también que, si loque se pretendía era evitar la conclusión a contrario deque la supresión del artículo 19 menoscababa la posibleutilidad del concepto de crímenes en otras esferas, esadecisión no podía apoyarse en que la Comisión estuvieraocupándose únicamente del derecho de obligacionesgeneral, que la mayoría de los ordenamientos jurídicosregulaban aparte de los crímenes.

321. Otros miembros se oponían a la exclusión del con-cepto relativo a la distinción entre delitos y crímenes delproyecto de artículos por razones ya explicadas, en parti-cular en el párrafo 318.

6. OBSERVACIONES FINALES DEL RELATOR ESPECIALSOBRE EL DEBATE RELATIVO A LA DISTINCIÓN ENTRERESPONSABILIDAD POR «CRÍMENES» Y «DELITOS»

322. El Relator Especial observó que el proyecto deartículos resultaba insatisfactorio en casi todos los aspec-tos de la regulación del extenso tema de las obligacionesmultilaterales. Había acuerdo general en la Comisión encuanto a que el tema de la responsabilidad de los Estadosno se limitaba a la responsabilidad bilateral. No obstante,no se había mantenido la intención inicial de la Comisióncuando formuló el artículo 19 en 1976. En aquel enton-ces la Comisión había descartado expresamente que seabordaran los crímenes internacionales según el plantea-miento del «mínimo común denominador», pero luegoese fue el planteamiento que se siguió. Incluso los parti-darios de la distinción fundamental entre crímenes inter-nacionales y delitos internacionales establecida en elpárrafo 2 del artículo 19 no negaban que la Comisión sehabía apartado de su propósito.

323. Al examinar el proyecto de artículos en segundalectura la Comisión se enfrentó al grave problema de lasdiferencias de opinión respecto del artículo 19. En lasituación actual sería poco constructivo resolver la cues-tión por votación, pues las distintas opiniones tenían unapoyo considerable. El desacuerdo entre los miembros de

la Comisión era evidente, y una votación, además demuy poco deseable, no solucionaría el problema. ElRelator Especial entendió la preocupación expresada porla permanente búsqueda de fórmulas de transacción, peroéstas eran inevitables en órganos deliberantes como laComisión. Ésta podría elaborar fórmulas de transacciónque pudieran servir de base para el posterior debate entrelos Estados, como lo demostraban las que había adoptadorespecto de la futura corte penal internacional.

324. La excepcional riqueza del debate sobre el temahabía puesto de manifiesto la complejidad de los proble-mas planteados por el artículo 19 y la vigencia de lascuestiones planteadas por el párrafo 2. Para ilustrar antetodo la complejidad del concepto de crímenes de losEstados, el Relator Especial aludió a los casos en que unmismo hecho podía ser considerado como «crimen» con-tra un Estado y como «delito» contra otro porque las con-secuencias del hecho les afectaban en grados diversos.En cuanto al párrafo 2, se convino en que había obliga-ciones frente a la comunidad internacional que debíanreconocerse debidamente en el proyecto de artículos. Delplanteamiento del «mínimo común denominador» el pro-yecto heredó el defecto de tratar de hecho las formasmultilaterales de responsabilidad como formas bilatera-les: el párrafo 3 del artículo 40 transformó la llamadaobligación multilateral en una serie de obligaciones bila-terales, lo que creó un gravísimo problema, no sólo teó-rico sino práctico, al autorizar a Estados que podíanconsiderarse lesionados en sentido general y que no eranlos principales afectados a adoptar medidas unilaterales.Esta cuestión había colocado al anterior Relator Especialen un callejón sin salida después de tres años de trabajo yhabía influido en su dimisión. Ni la Comisión ni elGrupo de Trabajo habían hallado solución al grave pro-blema procesal de autorizar a los Estados individual-mente a representar los intereses de la comunidadinternacional sin ninguna fiscalización.

325. En resumen, el Relator Especial deseaba destacarcinco cuestiones importantes. Primera: no se considerabaadecuada la distinción entre crímenes internacionales ydelitos internacionales, que había sido objeto de numero-sas críticas, como la de que introducía las equívocas con-notaciones de derecho penal de la expresión «crimen» yla inconveniencia de la analogía con el derecho interno.La Comisión parecía dispuesta a estudiar formas de solu-cionar el problema distintas del establecimiento de unadistinción categórica entre crímenes y delitos.

326. Segunda: había consenso en cuanto a la pertinen-cia de las categorías establecidas de obligaciones de juscogens y erga omnes y en cuanto a que la primera cate-goría tenía un alcance más limitado que la segunda. LaCU había formulado el concepto de las obligaciones ergaomnes en su sentencia sobre el asunto de la BarcelonaTraction, Light and Power Company, Limited160 en elcontexto de la distinción esencial de normas muy impor-tantes. Verdaderamente los ejemplos dados por la Corteen sus famosos fundamentos eran normas que actual-mente se consideraban jus cogens. No había sido elpropósito de la Corte indicar que la existencia de obliga-ciones erga omnes dependía de la existencia de instru-mentos multilaterales o que las disposiciones de los

159 Véase la nota 157 supra. 160 Véase la nota 143 supra.

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instrumentos multilaterales se aplicaban necesariamenteerga omnes. Estas dos nociones modernas de las obliga-ciones de los Estados eran ciertamente parte del desarro-llo progresivo del derecho y podían tener repercusionesimportantes en el tema de la responsabilidad de losEstados.

327. Tercera: había consenso en cuanto a que el actualproyecto de artículos no desarrollaba suficientementeesos conceptos fundamentales, sobre todo el artículo 40,que sin duda tendría que redactarse de nuevo. Otra cues-tión que se planteó fue si en el campo de las obligacioneserga omnes o de las normas de jus cogens debía distin-guirse entre infracciones más graves y menos graves.Esta distinción tenía ciertamente sentido en relación conlas obligaciones erga omnes, pero su conveniencia no eratan clara respecto de las normas de^ws cogens. En rela-ción con cualesquiera normas podía plantearse la cues-tión del umbral: ¿cuál tenía que ser el alcance de unhecho para que se calificara de genocidio, por ejemplo, ode crimen de lesa humanidad? Pero era muy difícil soste-ner que el derecho internacional distinguía dentro de esascategorías entre crímenes de lesa humanidad o genocidiode carácter «grave» y de otro carácter. A este respecto elpárrafo 3 del artículo 19 era fuente de confusiones.

328. Cuarta: había consenso en que el proyecto de artí-culos originaba problemas de aplicación importantes quedebían examinarse más a fondo, como el de la soluciónde controversias y el de las relaciones entre los Estadosdirectamente lesionados y los demás. A este respectohabía que subrayar que las víctimas directas de la vulne-ración de las normas más importantes, como las que pro-hibían el genocidio o reconocían el derecho de libredeterminación, eran normalmente los pueblos y no otrosEstados. La vulneración de los derechos fundamentalesde los pueblos o grupos humanos planteaba inevitable-mente graves problemas de representación y agudizabalas dificultades de distinguir entre Estados directamentey menos directamente lesionados. A causa de estas difi-cultades de aplicación, que no debían menospreciarse, elrégimen general de la responsabilidad de los Estados eraen cierta medida subsidiario, y no sólo en relación con elsupuesto de responsabilidad más patente, la agresión,que se regulaba expresamente en la Carta de las Nacio-nes Unidas. Ciertamente, en relación con las obligacio-nes colectivas de carácter esencial, las normas de laresponsabilidad de los Estados podían incluso tener efec-tos negativos y no meramente positivos, como, por ejem-plo, impedir que uno o varios Estados aplicaran unila-teralmente medidas coercitivas. Una vez reconocido uninterés colectivo, el problema era velar por que las medi-das coercitivas que se aplicaran conservaran un caráctercolectivo, cosa que no garantizaba el artículo 40. Por eso,la Comisión debía examinar de nuevo estos problemasteniendo en cuenta la propuesta de varios de sus miem-bros de que se adoptara un régimen más diferenciado,distinguiendo, por ejemplo, entre cesación y reparacióndentro de los derechos de los Estados lesionados.

329. Quinta: los dos grupos de la Comisión que habíanexpresado opiniones distintas en cuanto a que el artículo19 no preveía una categoría penal distinta y a que en elgrado de evolución actual del derecho internacional elconcepto de «crímenes de los Estados» en sentido penalapenas gozaba de reconocimiento, habían apoyado la

propuesta, que la propia Comisión había aprobado en1976, de considerar que la responsabilidad de los Esta-dos era en cierto sentido un tema uniforme, aunque en élse distinguiera entre las obligaciones de interés para lacomunidad internacional en su conjunto y las obligacio-nes de interés para uno o varios Estados. El RelatorEspecial seguía firmemente convencido de que en elfuturo la comunidad internacional podría elaborar unverdadero régimen de responsabilidad penal de las per-sonas jurídicas, incluidos los Estados. La mayoría de losmiembros de la Comisión habían rechazado esa hipótesisy eran partidarios de una doble vía: por un lado, desarro-llar el concepto de la responsabilidad penal individualmediante la actuación de los tribunales especiales y lafutura corte penal internacional complementada con lade los tribunales internos, y, por otro, desarrollar en elmarco de la responsabilidad de los Estados el conceptode responsabilidad por infringir las normas más impor-tantes para la comunidad internacional en su conjunto.

330. En cuanto a la posibilidad de establecer una ver-dadera tipificación penal de la conducta de los Estados,que había sido calificada de utópica, el Relator Especialpuso de relieve que no era una mera cuestión termi-nológica y que si la Comisión volvía a examinarla en elfuturo debía aparejar a esas conductas consecuenciaspenales auténticas por conducto de procedimientosauténticos.

7. CONCLUSIONES PROVISIONALES DE LA COMISIÓNRESPECTO DEL PROYECTO DE ARTÍCULO 19

331. Tras el debate, y teniendo en cuenta los comenta-rios del Relator Especial, se observó que no había con-senso respecto de la cuestión del tratamiento de los«crímenes» y «delitos» en el proyecto de artículos y queera necesario trabajar más acerca de las posibles manerasde tratar las cuestiones sustanciales planteadas. En con-secuencia, se convino en lo siguiente: a) sin perjuicio delas opiniones de ningún miembro de la Comisión, sedejaría de lado el proyecto de artículo 19 por el momentomientras la Comisión procedía a considerar otros aspec-tos de la primera parte; b) debería considerarse si eldesarrollo sistemático en el proyecto de artículos de con-ceptos fundamentales, como obligaciones (erga omnes),normas imperativas (jus cogens) y una posible categoríade las infracciones más graves de la obligación interna-cional podría ser suficiente para resolver todas las cues-tiones planteadas por el artículo 19; c) esa consideracióntendría lugar, en primera instancia, en el Grupo de Tra-bajo establecido con respecto a este tema, así como en elsegundo informe del Relator Especial, y d) en caso deque no se llegue a un consenso con este proceso denueva consideración y debate, la Comisión volveríasobre las cuestiones planteadas en el primer informeacerca del proyecto de artículo 19 con miras a adoptaruna decisión a su respecto.

8. INTRODUCCIÓN POR EL RELATOR ESPECIAL DE LOSPROYECTOS DE ARTÍCULO 1 A 4 DE LA PRIMERA PARTE

332. El Relator Especial señaló que su primer informetrataba dos cuestiones relacionadas con el proyecto de

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84 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

artículos sobre responsabilidad de los Estados: cuestio-nes de terminología que se habían planteado respecto delos artículos en su conjunto y recomendaciones relativasa los principios generales establecidos en los artículos 1 a4 del capítulo I de la primera parte.

a) Observaciones generales sobre la segunda lectura

333. La Comisión iniciaba el examen sustantivo ensegunda lectura de los artículos sobre la responsabilidadde los Estados; a este respecto, cabía hacer dos observa-ciones: en primer lugar, la práctica de la Comisión era noadoptar un proyecto de artículo en forma definitiva ensegunda lectura hasta que se hubieran aprobado todos losproyectos de artículo, dado que éstos debían ser conside-rados como un todo. En segundo lugar, la Comisión exa-minaba los proyectos de artículo de la primera parte, enparticular los capítulos I y II, sin perjuicio de cualquierconclusión a la que se pudiera llegar con respecto al artí-culo 19. Si se adoptase una noción de hechos internacio-nalmente ilícitos cometidos por un Estado en su sentidopropio, habría que efectuar en la primera parte más modi-ficaciones de fondo de lo que se había previsto en estaetapa.

b) Cuestiones de terminología

334. El Relator Especial señaló que los proyectos deartículo no contenían cláusulas de definiciones. En cam-bio, el proyecto especificaba que los términos tenían elsignificado requerido. La cuestión de una posible cláu-sula de definiciones podría volver a examinarse en unaetapa ulterior. Señaló también que la terminología utili-zada en los proyectos de artículo había sido puesta en telade juicio e hizo referencia a los cuadros incluidos en elinforme que contenían los equivalentes, en todos los idio-mas de trabajo, de varios términos clave.

335. Aunque la expresión «hecho internacionalmenteilícito» tenga su equivalente directo en cinco de los idio-mas de trabajo de las Naciones Unidas, la versión enidioma ruso se acerca más a la expresión «hecho interna-cionalmente ilegal». El término «hecho internacional-mente ilícito» se ha usado abundantemente en el debategeneral sobre responsabilidad y debe mantenerse. Quizáhubiera que reconsiderar la versión rusa.

336. Sugirió que se sustituyese la oración «Estado queha cometido un hecho internacionalmente ilícito» por«Estado infractor», por dos razones. En primer lugar, laoración es mucho más breve. En segundo lugar, el usodel tiempo pasado implica que el hecho ilícito ya se haterminado, pero los proyectos de artículo también se apli-can claramente a los hechos ilícitos de carácter continua-do. Señaló que la CU, en el asunto Projet Gabcíkovo-Nagymaros (Hongrie/Slovaquie)16^, había utilizado eltérmino «Estado infractor».

161 Véase la nota 138 supra.

337. Los términos «lesión» y «daño» también requie-ren aclaración. El proyecto de artículos se refiere al«Estado lesionado», no a la lesión, y define el término enel artículo 40 diciendo que se emplea para hacer referen-cia a un Estado que ha sufrido injuria, una lesión en elsentido más amplio posible. En ninguna parte del pro-yecto de artículos se indica que «lesión» es un términocorrelativo de «daños»: un Estado puede haber sufridodaños sin haber sido lesionado, y viceversa. La palabra«daños» se usa en el proyecto de artículos para referirseal daño real sufrido, y se hace una distinción entre dañoeconómicamente valorable y daño moral. Ese conceptogeneral de daño, que abarca tanto los daños económica-mente valorables como los daños morales, debe distin-guirse del término «lesión», con el significado de injuriao acto ilegal como tal. Otras cuestiones de terminologíadimanantes de la segunda parte podrían examinarse a sudebido tiempo.

c) Cláusulas generales y de salvaguardia

338. El proyecto de artículos contiene tres cláusulas desalvaguardia, los artículos 37, 38 y 39, pero ninguno deéstos se encuentra en la primera parte. Se ha expresado laopinión de que esas cláusulas de salvaguardia se debe-rían aplicar en general al proyecto de artículos, especial-mente el artículo 37. La aplicación del artículo 39 alproyecto de artículos en su conjunto también podría ali-viar algunas de las dificultades que plantea ese artículo.El Relator Especial, si bien estuvo de acuerdo en princi-pio con esas sugerencias, propuso que se aplazara el exa-men de la cuestión de las cláusulas generales y desalvaguardia hasta que se examinasen esos artículos en lasegunda parte.

d) Título del capítulo I de la primera parte

339. El Relator Especial indicó que el Comité deRedacción podría examinar la sugerencia de sustituir eltítulo de la primera parte, «Origen de la responsabilidadinternacional», por «Base de la responsabilidad», ya quela palabra «origen» es poco común y tiene una connota-ción más amplia que un mero estudio de las cuestionesde responsabilidad; podría entenderse que se refiere acuestiones históricas más amplias, como en la frase «orí-genes de la Revolución Francesa».

e) Artículo 1

340. Esta disposición tiene por objeto abarcar todas lasconductas internacionalmente ilícitas que constituyenuna violación de una obligación internacional, ya sea quederiven de una acción positiva o de una omisión o delincumplimiento de una obligación de hacer. No hay nin-guna necesidad general de culpa o daño para que unEstado incurra en responsabilidad por un hecho interna-cionalmente ilícito. Más bien, las cuestiones del daño ola culpa se refieren a las normas primarias. En efecto, unrequisito general de daño para las obligaciones interna-cionales convertiría a todos los tratados en disposiciones

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provisionales que los Estados podrían ignorar si conside-raran que sus actos no causarían daños materiales a otrosEstados. Además, las violaciones en ciertos campos delderecho internacional, como los derechos humanos, porlo general no entrañan daño para otros Estados.

341. Hay tres características importantes asociadas conla ausencia de un requisito general de culpa o daño quemitigan las legítimas preocupaciones de los Estadossobre las reclamaciones vejatorias, la interferencia deEstados no interesados, etc. En primer lugar, hay normasdel derecho internacional en las que el daño es un ele-mento esencial de la obligación; se trata simplemente deque no todas las normas son de este tipo. En segundolugar, la cuestión de los Estados lesionados en formamenos directa o de una multiplicidad de Estados lesiona-dos constituye una cuestión separada que se planteó en lasegunda parte. En tercer lugar, el daño es ajeno a la res-ponsabilidad, por ejemplo, en cuanto a la cantidad y laforma de la reparación o la proporcionalidad de las con-tramedidas.

342. Si bien el proyecto de artículos tiene por objetotratar el tema de la responsabilidad de los Estados, la pri-mera parte no se limita a la responsabilidad de los Esta-dos respecto de otros Estados y deja abierta la cuestiónde las entidades distintas de los Estados a las que afectaesa responsabilidad. Ahora bien, no hay nada en la doc-trina ni en la jurisprudencia que indique que las normassecundarias que rigen la responsabilidad de los Estadosrespecto de otras personas en el derecho internacional sebasarían en condiciones esencialmente diferentes de lasque se aplicarían en el caso de la responsabilidad res-pecto de otros Estados. Ahora bien, la responsabilidad deun Estado es siempre correlativa de los derechos de unoo más Estados o personas. Esto excluye la posibilidad deuna responsabilidad abstracta, es decir, de una responsa-bilidad en el vacío. Aunque el alcance de la segundaparte se limita a los derechos de los Estados lesionados,es preferible, a los fines de la primera parte, establecer lanoción de la responsabilidad en términos «objetivos», deconformidad con la posición adoptada desde hace muchotiempo por la Comisión.

343. Por lo tanto, el Relator Especial recomendó que elartículo 1 se aprobara sin modificaciones, con sujeción alulterior examen de su relación con el concepto de«Estado lesionado» definido en el artículo 40 y aplicadoen la segunda parte. Señaló también que muchas de lasobservaciones relativas al artículo 1 se aplicaban tambiénal artículo 3.

f) Artículo 2

artículos. El Relator Especial recomendó la supresión deesta disposición innecesaria.

g) Artículo 3

345. El artículo 3 era importante por razones estructu-rales y por lo que no decía. En particular, omitía cual-quier otra condición general para la responsabilidadfuera de las mencionadas en sus apartados ay b. Aunquela palabra inglesa act no connotaba normalmente a la vezhecho y omisión como la palabra francesas/azi, el artículo3 dejaba perfectamente en claro que «hecho» se utilizabaen el sentido de hecho y omisión. La propuesta de incluir«actos jurídicos», o más bien «actos de derecho», en elapartado a era innecesaria, puesto que la actual redac-ción ya comprendía actos de derecho y esta cuestiónpodía esclarecerse en el comentario. Así, el artículo 3podía igualmente adoptarse sin modificación.

h) Artículo 4

346. La proposición que figuraba en el artículo 4 sehabía afirmado repetidamente en el derecho internacio-nal, comenzando con el arbitraje en el caso del «Ala-bama»]62. Como lo había señalado en muchas ocasionesla CPJI, la caracterización de un hecho como ilícito erauna función autónoma del derecho internacional que nodependía de la caracterización por el derecho nacional yno estaba afectada por la caracterización del mismohecho como lícito con arreglo al derecho nacional. Ellono significaba que el derecho interno fuese improcedentepara la caracterización de una conducta como ilícita; porel contrario, bien podía ser precedente en diversasformas. Observando que no se presentaba crítica algunaal artículo en las observaciones y comentarios recibidosde los gobiernos, el Relator Especial recomendó que seaprobara sin modificación.

347. Para concluir, el Relator Especial propuso que laComisión, luego de un debate, remitiese los artículos 1 a4 al Comité de Redacción con la recomendación de quelos artículos 1,3 y 4 se aprobaran sin modificación y queel artículo 2 se suprimiera. El Comité de Redacción tam-bién podría considerar la posibilidad de cambiar el ordende los artículos, de modo que el artículo 3 precediera alartículo 1, y de modificar el título de la primera parte.

344. Esta disposición expresa una verdad obvia quenunca ha sido objetada en ninguna instancia. Su denega-ción equivaldría a negar el principio de la igualdad de losEstados y de todo el sistema de derecho internacional.Asimismo, el artículo no trata directamente el tema de laresponsabilidad internacional, sino más bien la posibili-dad de que exista esa responsabilidad. Este es un ejemplode la tendencia a un perfeccionamiento exagerado, que esuno de los problemas con que tropieza el proyecto de

162 Sentencia de 14 de septiembre de 1872 (véase la nota 31 supra),pág 889

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86 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

9. RESUMEN DEL DEBATE SOBRE LOS PROYECTOSDE ARTÍCULO 1 A 4 DE LA PRIMERA PARTE

a) Cuestiones de terminología

348. Se expresaron ciertas dudas con respecto a la pro-puesta de utilizar la expresión «Estado infractor», dadassus posibles connotaciones. De igual modo, la expresión«Estado responsable» tampoco era totalmente satisfacto-ria. Se sugirió que en francés podría utilizarse la expre-sión État mis en cause.

b) Título del capítulo I de la primera parte

349. Se expresó apoyo a la propuesta de modificar eltítulo. Se sugirió que en la versión en francés la palabrabasis se tradujera como les fondements.

c) Artículo 1

350. Hubo apoyo a la idea de que se mantuviera el artí-culo 1 sin modificación.

351. Se expresó una triple objeción al concepto de dañoen apoyo a la propuesta del Relator Especial de no incluirun requisito separado de daño. En primer lugar, un requi-sito especial de daño crearía confusión a posteriori conrespecto a las normas primarias que a menudo no conte-nían un requisito de dicha índole, especialmente en tér-minos económicos o materiales. En segundo lugar, elconcepto más global de injuria y el Estado lesionado erapreferible habida cuenta de la evolución del derechointernacional desde la segunda guerra mundial, que indi-caba que podía haber responsabilidad sin que se demos-trara un daño especial. En tercer lugar, insistir demasiadoen el concepto de daño redundaría en perjuicio del útilconcepto de daño moral, especialmente en la esfera delos derechos humanos.

352. Con respecto al requisito de «culpa», se observóque en inglés fault o culpa no siempre incluía un ele-mento de intención (dolus) y, por consiguiente, la expre-sión «culpa o intención» podría ser útil en el comentario.

353. Se observó también que, si se había de mantenerel concepto de la responsabilidad penal del Estado, lacuestión de la culpa como requisito general tendría quedebatirse de nuevo y la cuestión de intención culpable(mens rea) tendría que tratarse en el contexto de la res-ponsabilidad de los Estados.

354. El Relator Especial observó que el artículo 1 nomencionaba expresamente el concepto de culpa, peroque, paradójicamente, ese concepto parecía estar pre-sente en la expresión utilizada en el texto francés. El pro-blema no surgía en inglés, ya que el término wrongful notenía necesariamente la connotación peyorativa de«culpa». El Comité de Redacción podría considerar laposibilidad de utilizar el término «Estado responsable»,que ofrecería las ventajas aparejadas de evitar cualquierconnotación negativa y de ser conciso.

d) Articulo 2

355. Hubo diferentes opiniones con respecto a la supre-sión propuesta de este artículo. Se sugirió que en elcomentario se explicara la razón de su supresión a fin deevitar cualquier malentendido.

356. El Relator Especial sugirió que la idea que servíade base a esta disposición, la importante idea de la igual-dad de los Estados ante la ley, podía reflejarse en unpreámbulo de los proyectos de artículo, al igual que en elcomentario.

e) Artículo 3

357. Se expresó la opinión de que no sólo debía seratribuible al Estado un comportamiento consistente enuna acción u omisión según el derecho internacional,como se disponía en el apartado a, sino que tambiénhabía que evaluar la violación de la obligación interna-cional mencionada en el apartado b a la luz del derechointernacional, y que ello no quedaba afirmado expresa-mente. Por consiguiente, se sugirió que el artículo dijera:

«Hay hecho internacionalmente ilícito de unEstado según el derecho internacional cuando:

»a) Un comportamiento consistente en una acciónu omisión es atribuible al Estado;

»¿) Ese comportamiento constituye una violaciónde una obligación internacional del Estado.»

f) Artículo 4

358. Se observó que la segunda oración no indicabaclaramente que el derecho interno debía ajustarse a lasdisposiciones del derecho internacional y que esta ora-ción debía sustituirse por una redacción más neutral,como: «el derecho interno no podrá a este respecto tenerprecedencia sobre el derecho internacional».

10. INTRODUCCIÓN POR EL RELATOR ESPECIALDE LOS PROYECTOS DE ARTÍCULO 5 A 8 Y 10

DEL CAPÍTULO II DE LA PRIMERA PARTE

a) Introducción

359. El Relator Especial señaló que en el capítulo II seestablecían los requisitos para que un comportamientofuera atribuible al Estado con arreglo al derecho interna-cional. Los artículos de ese capítulo debían interpretarseen el contexto del artículo 3, que establecía los dos requi-sitos esenciales de la responsabilidad del Estado: a) unaacción u omisión atribuible al Estado, y b) una violaciónde una obligación internacional del Estado. El capítulo IIabordaba el primero de esos requisitos.

360. Aunque los proyectos de artículo del capítulo II sehabían examinado a fondo, era tranquilizador observarque su estructura básica y muchas de sus formulacionesno habían sido puestas en entredicho por la práctica de

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Responsabilidad de los Estados 87

los Estados ni fallos judiciales en los últimos 20 años.Más que introducir modificaciones de fondo sustancia-les, los cambios propuestos en los proyectos de artículotenían por objeto, en su mayor parte, aclarar ciertosaspectos y abordar algunos problemas nuevos.

361. El Relator Especial señaló la conveniencia de ocu-parse de los artículos 5 a 8 y 10, relativos a las condicio-nes ordinarias y generales de atribución, antes de abordarlos artículos 9 y 11 a 15, referentes a determinados pro-blemas especiales, incluida la propuesta de un nuevo artí-culo 15 bis.

b) Observaciones de los gobiernos

Estado» reconocido en algunos ordenamientos jurídicosnacionales.

e) Principios básicos del concepto de atribución

367. El Relator Especial destacó ciertos principiosbásicos del concepto de atribución, a saber, la responsa-bilidad limitada del Estado, la distinción entre el sectorestatal y no estatal, la unidad del Estado, el principio delex specialis, según el cual los Estados podían acordarque sus relaciones mutuas se rigieran por otros princi-pios, y la distinción entre atribución e incumplimiento deuna obligación, que revestía importancia fundamental.

362. Las observaciones de los gobiernos sobre losartículos 5 a 15 tenían bastante trascendencia y se exami-naban a fondo en el primer informe.

363. Varios gobiernos indicaron que la base de atribu-ción debía ser suficientemente amplia para que el Estadono pudiera eludir su responsabilidad apoyándose en defi-niciones formales de sus órganos constitutivos, habidacuenta sobre todo de la tendencia reciente, cada vez másextendida, a delegar funciones públicas, como el mante-nimiento de prisiones, en el sector privado. En cambio,ningún gobierno había sostenido hasta la fecha que lascondiciones de atribución debieran definirse de maneramás restrictiva.

c) Práctica reciente de los Estados

364. Desde la aprobación de los artículos del capítuloII en el decenio de 1970 se habían registrado importantesdecisiones y otras prácticas pertinentes en esa esfera delderecho internacional. Era importante velar por que setuvieran plenamente en cuenta todas las novedades sus-tanciales.

d) Terminología

365. El Relator Especial observó que la Comisiónhabía decidido emplear el término «atribución» en lugarde «imputabilidad». El Comité de Redacción podría pre-ferir emplear esta segunda expresión, dada su utilizaciónen sentencias posteriores de la CU y otros tribunales, locual podría significar que el término «atribución» nohabía tenido aceptación. Sin embargo, el Relator Espe-cial prefirió mantener el término «atribución» porqueponía de manifiesto el carácter jurídico del proceso,mientras que la expresión «imputabilidad», al menos eninglés, comportaba innecesariamente un elemento de fic-ción.

366. El Relator Especial también propuso que se sus-tituyera el título del capítulo II, «El "hecho del Estado"en el derecho internacional», por «La atribución de uncomportamiento al Estado según el derecho internacio-nal», para que estuviera en consonancia con el artículo 3y no evocara el concepto específico de «hecho de

f) Artículo 5

368. Pese a la propuesta de un gobierno de que se sus-tituyera el termino «órgano» por «órgano o agente», elRelator Especial prefirió mantener la distinción entreórganos y agentes, que se abordaban por separado en losartículos 5 y 8 porque merecían un tratamiento diferente.

369. Aun reconociendo que el derecho interno teníauna importancia decisiva para determinar si una personao entidad debía considerarse un órgano del Estado, elRelator Especial apoyó la propuesta de varios gobiernosde que se suprimiera la referencia al derecho interno paraque no pareciera que éste era necesariamente el criteriodecisivo, y ello por varias razones. En primer lugar, por-que el derecho interno, considerado aisladamente, podríainducir a error, pues en muchos ordenamientos la prác-tica y la costumbre también desempeñaban una funciónimportante. En segundo lugar, porque el derecho internopodía no ofrecer una clasificación exhaustiva de losórganos del Estado, y ciertamente podía no utilizar el tér-mino «órgano» en el mismo sentido que el derecho inter-nacional a los efectos de la responsabilidad del Estado.En tercer lugar, porque, en algunos casos, la calificaciónrestrictiva de los «órganos» por el derecho interno podíaequivaler a un intento de eludir la responsabilidad, locual era incompatible con el principio contenido en elartículo 4. La pertinencia del derecho interno como crite-rio importante podría explicarse en el comentario.

g) Artículo 6

370. Más que una norma de atribución, ese artículoexplicaba el alcance del término «órgano» utilizado en elartículo 5. Aclaraba que los órganos del Estado podíanpertenecer al poder constituyente, legislativo, ejecutivo,judicial o a otro poder, que sus funciones podían tener uncarácter internacional o interno y que era indiferente laposición que ocuparan en la organización del Estado.Aunque toda incertidumbre sobre estas cuestiones ya sehabía resuelto mucho antes de 1945, al menos dos teníanla importancia suficiente para merecer un reconoci-miento expreso. El artículo 6 confirmaba además quetoda actuación de un órgano del Estado en calidad de talera atribuible al Estado, sin limitación alguna por razón

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88 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

de las competencias del organo. A los efectos de la atri-bución de un comportamiento al Estado, no debía haberlimitación o distinción alguna, a diferencia de lo quesucedía en otras esferas del derecho, como el de la inmu-nidad estatal.

371. Era, sin embargo, innecesaria la referencia delartículo 6 a la no pertinencia de la distinción entre lasfunciones de carácter internacional e interno, pues indi-caba una división demasiado categórica entre el ámbito«internacional» y el «interno». La cuestión era suficien-temente obvia e indiscutible, por lo que bastaría abor-darla en el comentario.

372. La referencia a la posición «superior o subordi-nada» de un órgano era demasiado restrictiva porquepodía interpretarse en el sentido de excluir a los órganosintermedios o independientes y a los autónomos. El Rela-tor Especial consideró que era preferible aclarar la dispo-sición haciendo referencia a todos los órganos del Estado«cualquiera que sea su posición en la organización delEstado».

373. El Relator Especial recomendó que los artículos 5y 6 se mantuvieran, con los cambios de redacción pro-puestos, y que se refundieran en uno solo, pues elsegundo era en realidad una aclaración del primero másque una norma específica de atribución.

h) Artículo 7

374. El párrafo 1 establecía el principio reconocido deque el comportamiento de un órgano de una entidadpública territorial formaba parte de la estructura delEstado, aunque gozara de autonomía dentro del Estado.Sin embargo, esa norma podía suprimirse porque el artí-culo 5, cuya formulación era más clara, atribuía loshechos de esas entidades al Estado.

375. El párrafo 2 se refería a las entidades que no for-maban parte del Estado pero que ejercían prerrogativasdel poder público, situación esta que tenía una importan-cia práctica cada vez mayor dada la reciente tendencia ala delegación de esas prerrogativas en entidades del sec-tor privado. Los gobiernos no habían formulado ningunacrítica a esa disposición; en todo caso, el interés se cen-traba en que la disposición fuera lo suficientementeamplia para abarcar la proliferación de esas entidades.Sin embargo, la disposición actual parecía comprenderlas diversas dificultades, especialmente si se relacionabacon el artículo 8. El Relator Especial recomendó que semantuviera esa disposición y que el concepto de prerro-gativas del poder público se aclarara en el comentario, demanera que se tuviera en cuenta la práctica más reciente.

i) Artículo 8

376. Cuando una entidad actuaba por cuenta del Estadocumpliendo instrucciones expresas, sus actos eran clara-mente atribuibles al Estado en virtud del apartado a. Seplanteó la cuestión de si el comportamiento tambiéndebía atribuirse al Estado cuando la entidad actuara bajo

la dirección y el control de éste. La jurisprudencia poste-rior servía en parte de base para sustituir la autorizaciónexpresa por un control efectivo más amplio. El RelatorEspecial recomendó que se aclarara el párrafo a fin deque abarcara los casos tanto de instrucciones expresascomo de control directo y efectivo, cuando existiera unnexo con el acto de que se tratara. Por otra parte, la dis-posición no debía redactarse de manera tan amplia quepudiera llegar a abarcar las actividades de las empresasestatales, que de hecho no actuaban bajo la dirección o elcontrol del Estado.

377. El apartado b comprendía el caso excepcional,pero importante, de una persona o entidad que ejercieraprerrogativas del poder público en defecto de autoridadesoficiales efectivas. Sin embargo, la formulación de esadisposición era algo paradójica, ya que sugería que uncomportamiento potencialmente ilícito atribuible alEstado estaba, sin embargo, «justificado». El RelatorEspecial recomendó que se mantuviera esa disposición,pero con una enmienda aclaratoria consistente en susti-tuir el término «justificaban» por «requerían».

j) Artículo 10

378. Ese artículo se refería a las situaciones de compor-tamiento no autorizado o que supusieran una extralimita-ción de competencia, pero que era atribuible al Estadosiempre que se hubiera actuado «en calidad» de entidadpública. El derecho de los tratados adoptaba un criterioestricto con respecto a la medida en que los Estadospodían basarse en su derecho interno para evadir susobligaciones internacionales; con mayor razón, ese debíaser el criterio por el que se rigiera el derecho de la res-ponsabilidad de los Estados. La jurisprudencia posteriory las observaciones de los gobiernos ponían de mani-fiesto la existencia de un apoyo general a ese principio.El Relator Especial recomendó que se mantuviera la dis-posición; sin embargo el Comité de Redacción podríaconsiderar la posibilidad de utilizar la frase «hayaactuado en esa calidad o amparándose en ella» a fin deabarcar el concepto de la capacidad aparente, y enmendarla última frase para que dijera «aunque, en el caso de quese trate, el órgano o la entidad se hayan excedido en sucompetencia o hayan contravenido las instrucciones con-cernientes a su ejercicio», con fines de mayor claridad ypara que concordara con la propuesta de supresión de lareferencia al derecho interno en el artículo 5.

11. RESUMEN DEL DEBATE SOBRE LOS PROYECTOSDE ARTÍCULO 5 A 8 Y 10 DEL CAPÍTULO II DE

LA PRIMERA PARTE

a) Observaciones generales

379. Se expresó amplio apoyo al planteamiento generaldel Relator Especial con respecto a los artículos conteni-dos en el capítulo II de la primera parte. Se expresó satis-facción por el hecho de que no se hubieran introducidocambios profundos o de gran alcance en el proyecto, elcual había sido objeto de la aprobación de los más altosórganos judiciales y había merecido amplia aceptación.

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Responsabilidad de los Estados 89

b) Terminología

380. Se apoyó el mantenimiento del término «atribu-ción» frente al de «imputabilidad» recomendado por elRelator Especial.

381. Por el contrario, algunos miembros se pregunta-ron si no sería más apropiado el concepto de «imputabili-dad» en casos como los contemplados en el artículo 10 oen el de responsabilidad indirecta. También se expresóapoyo al término «imputabilidad» a la luz de la jurispru-dencia pertinente. Se indicó que ambas expresionespodrían utilizarse en el proyecto de artículos y comenta-rio, según procediera.

c) Título del capítulo II

382. Se respaldó la propuesta de nuevo título del capí-tulo por considerar que indicaba con más precisión sucontenido y que era una forma de evitar toda posible con-fusión con la doctrina del «hecho de Estado».

d) Artículo 5

383. Algunos miembros propusieron que se suprimierala referencia al derecho interno por considerar que eraconfusa y podía inducir a error, y que en cambio se acla-rara la cuestión en el comentario. Se expresó la opiniónde que no debía sobreestimarse la importancia del papelque desempeñaba el derecho interno en la determinaciónde la estructura del Estado ya que el derecho internacio-nal desempeñaba una función decisiva a ese respecto alos efectos de la responsabilidad internacional delEstado, como se desprendía de la jurisprudencia perti-nente citada en el primer informe. Otro caso en el que nose había tenido en cuenta el derecho interno era el de losbantustanes en el antiguo régimen del apartheid en Sudá-frica. Aunque, en virtud del derecho de ese Estado, losbantustanes habían sido clasificados como independien-tes y no como «órganos del Estado», la comunidad inter-nacional y los tribunales nacionales de terceros Estadoshabían hecho caso omiso de esa clasificación y la habíanrechazado. La supresión propuesta contó con apoyo porrazones de seguridad jurídica, pero también se expresó laopinión de que la expresión «derecho interno» era sufi-cientemente amplia para abarcar la práctica y los usosjurídicos.

384. Sin embargo, se manifestó considerable preocupa-ción por la propuesta supresión dada la esencial impor-tancia del derecho interno en la determinación de losórganos de un Estado. Se observó que éstos sólo podíanser definidos por el derecho interno. También se señalóque la referencia era la razón de ser de ese artículo, queera compatible con el derecho de los Estados a determi-nar su propia estructura interna a falta de una definicióna priori de la estructura del Estado por el derecho inter-nacional. Se expresaron distintas opiniones con respectoa la pertinencia del principio de la libre determinación yla personalidad jurídica del Estado a ese respecto.

385. Hubo también diferentes opiniones en cuanto a sila supresión de la referencia al derecho interno se justifi-caba por la posibilidad de que algunos Estados intenta-ran evadir su responsabilidad basándose en sus estruc-turas jurídicas internas y, en particular, en cambios intro-ducidos en ellas ex post facto, pero se indicó que esosasuntos estaban suficientemente cubiertos por los artícu-los 4, 7 y 8.

386. Se dudó de la necesidad de la frase introductoriapropuesta «Para los fines de los presentes artículos»; porotra parte, se señaló que la atribución a los efectos de laresponsabilidad del Estado era diferente de la relacio-nada con el derecho de los tratados o con actosunilaterales.

387. Si bien se expresó apoyo al mantenimiento de lafrase final del artículo 5, también se consideró que erainnecesaria y excesivamente restrictiva. Se manifestarondistintas opiniones con respecto a la propuesta de refor-mulación de esa frase. Por otra parte, la nueva formula-ción también se consideró que servía de aclaración útilen términos más neutrales. Un miembro preguntó si eranecesario y útil hacer referencia a las funciones y la posi-ción de los órganos del Estado. Según ese punto de vista,el artículo 6 podía simplemente suprimirse y quedarcomprendido en el comentario.

388. Se indicó que, en la cláusula de definiciones pro-puesta, sería útil definir el término «Estado» en el sen-tido de «cualquier Estado según el derecho internacional,independientemente de su estructura u organización y deque fuera unitario, federal o de otro tipo». También seseñaló que la referencia a la estructura misma del Estadoque figuraba en el artículo 7 debía tenerse en cuenta en lareferencia a una entidad del Estado en el artículo 5. Seindicó asimismo que el concepto de entidad del Estadopodría aclararse en el comentario.

e) Artículo 6

389. Hubo apoyo a la propuesta del Relator Especialde que se suprimiera el artículo 6 y se refundiera con elartículo 5. Sin embargo, también se expresó la opiniónde que debía mantenerse el artículo 6 debido a la impor-tancia del principio en él contenido.

f) Artículo 7

390. Se expresó acuerdo en la importancia atribuidapor el Relator Especial a la necesidad de abordar el com-plejo problema de la delegación de funciones del Estadoen el sector privado, y un miembro planteó si debía abor-darse esa cuestión en el párrafo 2 del artículo 7 o en otraparte. Se indicó que era difícil definir a priori las funcio-nes de un Estado a causa de la constante evolución de lasfunciones reservadas al sector público y las delegadas enel sector privado. También se destacaron tres situacionesdiferentes en ese proceso evolutivo: a) el Estado mante-nía el monopolio de sus funciones, al mismo tiempo quedelegaba el ejercicio de algunas de ellas en entidadespúblicas o privadas; b) el Estado renunciaba enteramente

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90 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

a sus funciones y las confiaba al sector privado; y c) elEstado conservaba sus funciones, pero al mismo tiempopermitía que el sector privado ejerciera funciones parale-las para fomentar la competencia.

391. Se expresaron distintas opiniones con respecto a lapropuesta supresión de la referencia a entidades públicasterritoriales. Algunos miembros subrayaron la importan-cia de incluir entidades públicas territoriales como lasunidades constitutivas de un Estado federal, que no eranlo mismo que los órganos del Estado. Se consideró espe-cialmente importante confirmar que los actos de esosórganos eran atribuibles al Estado sobre la misma baseque los realizados por órganos del gobierno central, auncuando gozaran de la máxima autonomía y tuvieran unacondición jurídica independiente suficiente para actuaren su propio nombre en el plano internacional, por ejem-plo, celebrando acuerdos. También se señaló el caso delas entidades regionales de un Estado que podían celebraracuerdos transfronterizos. Se consideró que el asunto erasuficientemente importante para que se incluyera en elartículo objeto de examen. El problema de una posiblesuperposición con el artículo 5 podía resolverse inclu-yendo la referencia a las entidades públicas territorialesen el propio artículo 5. Sin embargo, se consideró que elhecho de abordar esta cuestión en ese artículo podríacomportar una redacción complicada, reducir la claridaddel artículo y tener implicaciones a contrario pocoaconsejables.

392. Se indicó que sería preferible utilizar el término«funciones», que era más amplio que el de «prerrogativasdel poder público», o por lo menos aclarar el empleo deesta última expresión en el comentario. Se señaló que,por el contrario, el reemplazo de la expresión «funcio-nes» por «prerrogativas del poder público» podría hacerque los lectores creyeran que el proyecto de artículos serefería a acta jure gestiones, lo que no era claro en símismo y en todo caso debía dejarse en claro en el comen-tario.

393. Al apoyar el mantenimiento de la disposición con-tenida en la frase final se indicó que dicha disposiciónpodría aclararse añadiendo las palabras «se establezcaque» después de «siempre que».

g) Artículo 8

394. Algunos miembros de la Comisión opinaron quelos supuestos contemplados debían aclararse tanto en eltexto del artículo como en el comentario. Era importanteasegurarse de que la disposición fuera suficientementeamplia para comprender hechos como los juzgados por laCU en el caso Activités militaires et paramilitaires auNicaragua et contre celui-ci (Nicaragua c. États-Unisd'Amérique)^ y los casos de desapariciones en AmericaLatina, que planteaban problemas de prueba especial-mente difíciles y en los que era obviamente difícil oimposible obtener evidencia de que habían mediado ins-trucciones concretas. Se señalaron las situaciones en quelos Estados alentaban a personas o grupos de personas a

163 Véase la nota 103 supra.

cometer hechos ilícitos, o los facilitaban, sin darles ins-trucciones formales expresas, o incluso sin ejercer uncontrol directo sobre ellos.

395. Se expresó apoyo a la propuesta del Relator Espe-cial de que se modificara el apartado a del artículo 8 paraque incluyera el criterio del control, y se puso de relieveel diverso grado de control suficiente que se requería enlas distintas situaciones jurídicas concretas. Aun apo-yando el texto propuesto, se planteó la cuestión de sicomprendería los casos en que un Estado creaba unEstado títere sujeto a su control político cuando no habíaun control militar manifiesto y, según el derecho internodel primer Estado, éste no era responsable del Estadotítere. Se subrayó que los «Estados títeres» no debíanequipararse a las entidades públicas territoriales.

396. Por otra parte, se objetó que la aclaración pro-puesta podía, en contra de los propósitos en que sebasaba, dar origen a una norma de atribución más restric-tiva y rígida, que haría más difícil determinar la respon-sabilidad. En respuesta a la objeción de que la nuevaredacción pudiera ser demasiado restrictiva, se destaca-ron dos factores complementarios: el nuevo proyecto deartículo 15 bis y la responsabilidad del Estado por noimpedir acciones de personas o grupos de personas queno le fueran atribuibles.

397. Se consideró preferible mantener la expresión«justificaban» del apartado b del artículo 8.

398. Se planteó la cuestión de si el uso de la expresión«de hecho» en los apartados a y b del artículo 8 era nece-sario. Por otra parte, se señaló que por lo menos el apar-tado a del artículo 8 se refería a casos de autoridad defacto y, por tanto, la oración era útil.

h) Artículo 10

399. Se opinó que este artículo no debía hacer referen-cia a las entidades públicas territoriales.

400. Se consideró que era preferible mantener la expre-sión «competencia», sin perjuicio de que se aclarara en elcomentario, en lugar de la expresión «autoridad», quepodía ser más limitada. Se advirtió además que el equiva-lente francés del término «competencia» designaba elpoder ejercido de conformidad con la ley en oposición alpoder ejercido de hecho.

12. OBSERVACIONES FINALES DEL RELATOR ESPECIALSOBRE EL DEBATE RELATIVO A LOS PROYECTOS DEARTÍCULO 5 A 8 Y 10 DEL CAPÍTULO II DE LA PRIMERAPARTE

401. En cuanto al título del capítulo II, el Relator Espe-cial observó que había consenso con respecto a la modi-ficación propuesta.

402. En cuanto al artículo 5, era preciso responder a lagrave preocupación expresada por algunos gobiernosimpidiendo que un Estado eludiera su responsabilidadpor la actuación de entidades que fueran realmente órga-

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Responsabilidad de los Estados 91

nos suyos porque el derecho interno no las calificaracomo tales o incluso las calificara erróneamente. A eserespecto, había que reconocer la función complementariaque desempeñaba el derecho interno e internacional en ladefinición del concepto de órgano de un Estado. Por unaparte, el término «órgano» tenía un significado especí-fico en el derecho internacional. Por la otra, el conceptode órgano del Estado dependía en gran medida de laestructura interna de éste, determinada por su derechointerno, incluidas la práctica y la convención dentro deese Estado.

403. Se consideró conveniente emplear la expresión«haya actuado en esa calidad» y en el artículo 5 parasubrayar la distinción entre los órganos del Estado ordi-narios a que se refería el artículo 5 y las entidades espe-ciales a que se refería el párrafo 2 del artículo 7.

404. En relación con el artículo 6, su refundición con elartículo 5 parecía contar con amplio apoyo.

405. Con respecto al artículo 7, las entidades públicasterritoriales se encuadraban mejor en el artículo 5 paraevitar toda posible superposición entre esas disposicio-nes al abordar las preocupaciones expresadas en relacióncon la propuesta de suprimir el párrafo 1 del artículo 7.Además, era evidente que el comportamiento de las enti-dades comprendidas en el párrafo 2 del artículo 7 reque-ría sin duda un examen más detallado.

406. En relación con el artículo 8, era preciso velar porque el apartado a tuviera la suficiente amplitud y preci-sión, dadas la importancia de esa disposición y las cues-tiones planteadas por la jurisprudencia posterior. Lapropuesta de aclaración del apartado a del artículo 8 pre-tendía ampliar, no restringir, la fórmula anterior, teniendoespecialmente en cuenta el examen de las cuestionesplanteadas en el caso Activités militaires et paramilitai-res au Nicaragua et contre celui-ci. No obstante, elComité de Redacción podía examinar si era preferibleotra formulación.

407. Parecía no haber objeciones al apartado b del artí-culo 8, que era un principio establecido reconocido por lajurisprudencia. No obstante, debía examinarse si el pro-yecto de título del artículo 8 reflejaba con precisión sucontenido.

408. Aunque el artículo 10 establecía un principio um-versalmente reconocido, su redacción podía mejorarse, ya ese respecto se habían hecho valiosas sugerencias en eldebate.

13. INTRODUCCIÓN POR EL RELATOR ESPECIALDE LOS PROYECTOS DE ARTÍCULO 9 Y 11 A 15 BIS

DEL CAPÍTULO II DE LA PRIMERA PARTE

a) Introducción

409. El Relator Especial señaló que cuatro de esos artí-culos disponían que el comportamiento no era atribuibleal Estado a menos que en otros artículos se dispusieraotra cosa. La redacción negativa de esos cuatro artículoscarecía de contenido, dado que en virtud del artículo 3

era necesario que el comportamiento fuera atribuible alEstado. Cabe también preguntarse por qué se indicanalgunos elementos particulares, especialmente en losartículos 12 y 13, como base para la «no atribución».Esos artículos son en gran medida innecesarios y debensuprimirse.

410. Los restantes artículos se refieren a cuatro proble-mas especiales relativos, respectivamente, a la atribucióncon respecto al órgano de un Estado que actúa en nom-bre de otro Estado (artículos 9 y 12), organizacionesinternacionales que actúan en nombre de un Estado (artí-culos 9 y 13), movimientos insurreccionales (artículos 9y 15) y otros casos (artículos 11 y 15 bis).

411. Las recomendaciones del Relator Especial tienenpor objeto conservar todo el contenido sustantivo de esosartículos y hacer algunas adiciones para tener en cuentala práctica de los Estados desde su aprobación.

b) Artículos 9 y 12

412. El artículo 9 dispone que, cuando un Estado poneuno de sus órganos a disposición de otro Estado, el com-portamiento de ese órgano se atribuirá al Estado recep-tor. Los ejemplos que se citan en el primer informereflejan la práctica relativamente diversa que se haseguido hasta ahora. Como se subraya en el comentario,ese es un concepto restringido que exige que el órgano sehaya puesto realmente a disposición de otro Estado;implica que el órgano debe estar realizando los fines delEstado receptor, y también que, al menos a nivel de polí-tica si no de detalle, debe estar efectivamente bajo elcontrol de ese Estado. Esta disposición, limitada peroútil, debe mantenerse en la medida en que se refiere aórganos de Estados.

413. El artículo 12 tiene una redacción negativa inne-cesaria; debe ser suprimido y las cuestiones que plantease deben tratar en el comentario al artículo 9.

c) Artículos 9 y 13

414. El artículo 9 trata también de situaciones en queun órgano de una organización internacional se pone adisposición de un Estado. Fue difícil encontrar ejemplosde casos de ese tipo que, al menos según algunas organi-zaciones internacionales, incluidas las propias NacionesUnidas, eran inconcebibles. El Relator Especial señalóque en los últimos años se habían planteado varias cues-tiones complejas relativas a la responsabilidad de losEstados en relación con organizaciones internacionales.Esas cuestiones, sin embargo, deben tratarse en el con-texto del derecho de las organizaciones internacionales.Por lo tanto, recomendó que se suprimiera del proyectoese elemento y que se agregara una cláusula de excep-ción (artículo A) en la que se aclarara que los proyectosde artículos se aplicaban sin perjuicio de la responsabili-dad de una organización internacional o de un Estadocon respecto al comportamiento de una organizacióninternacional.

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92 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

415. El artículo 13 constituye el segundo caso de textonegativo y debe suprimirse.

d) Artículos 14 y 15

416. El artículo 15 contiene dos normas positivas deatribución relativas a los movimientos insurreccionales.En ese caso parece razonable comenzar con la premisanegativa de que, como regla general, los actos de unmovimiento insurreccional no son atribuibles a unEstado, con sujeción a dos excepciones; los anterioresartículos 14 y 15 se combinarían en uno solo. En cuanto alos casos excepcionales, es importante hacer una distin-ción entre el caso excepcional en que un movimientoinsurreccional se convierte en el nuevo gobierno delEstado, por una parte, y los casos en que el movimientoinsurreccional pasa a formar parte de un gobierno dereconciliación nacional, por la otra. Si el gobierno de unEstado sólo puede incorporar elementos de un movi-miento de oposición ilegal en un nuevo gobierno aexpensas de asumir todas las responsabilidades del movi-miento de oposición, ello tendería a desalentar las medi-das encaminadas a resolver los conflictos y lograr lareconciliación nacional. Por lo tanto, la excepción debeaplicarse sólo en el caso restringido en que el movi-miento de oposición derrota y sustituye al gobierno delEstado de que se trate.

417. El Relator Especial propuso que la excepción selimitara sólo al «comportamiento de un órgano de unmovimiento insurreccional» que se ha «establecido»; nodebe aplicarse al comportamiento no coordinado de suspartidarios.

418. En los documentos se ha criticado el artículo 15por entenderse que no llega a establecer una distinciónentre los movimientos nacionales de liberación y otrosmovimientos insurreccionales que no cuentan con nin-guna condición jurídica o reconocimiento internacional.Esta crítica no tiene en cuenta las diferencias entre lacuestión de la atribución y la cuestión de las obligacionesque incumben a ciertos movimientos, especialmenteaquellos cuya condición jurídica superior podría acarrearmayores responsabilidades en virtud del derecho interna-cional humanitario. Esa cuestión podría abordarse en elcomentario.

e) Artículos 11 y 15 bis

419. El artículo 11 es el cuarto artículo de redacciónnegativa innecesario que debe ser suprimido, y el extensocomentario de fondo se debe incorporar al comentariodel artículo 15 bis. Además, el artículo 11 es problemá-tico porque indica que el comportamiento de las personasno es atribuible al Estado, lo que no siempre es el caso.Es importante indicar claramente el alcance limitado quetiene la atribución del comportamiento de personas a losEstados, pero esto se debe hacer de otra forma.

420. El artículo 15 bis está concebido para casos en queel comportamiento de las personas es luego adoptado oreconocido por el Estado como comportamiento propio,

como en el asunto Concession des phares de I 'Empireottoman164 o el asunto Personnel diplomatique et consu-laire des États-Unis à Téhéran165. Es importante haceruna distinción entre el comportamiento que fue sólo res-paldado en términos de una aprobación general y el com-portamiento que fue en realidad adoptado por el Estadoen el sentido estricto del artículo 15 bis; las palabras«adopta o reconoce ese Estado [como propio]» tienen esesentido. De hecho, esos casos se producen con bastantefrecuencia.

14. RESUMEN DE LAS DELIBERACIONESSOBRE LOS PROYECTOS DE ARTICULO 9 Y 11 A 15 BIS

421. Muchos miembros respaldaron la supresión de lostextos negativos y la racionalización del texto por consi-derar que se trataba de mejoras importantes.

a) Artículo 9

422. Algunos miembros pusieron de relieve la necesi-dad de asegurar que ese artículo fuese lo suficientementeamplio para abarcar diversas situaciones. Una cuestiónque se planteó fue si el artículo 9 comprendía los casosen que un Estado ejercía relaciones consulares en interéso en nombre de otro Estado. Se expresó la opinión de queese artículo debía tratar el fenómeno relativamentecomún de la representación parcial de un Estado por otroen una zona limitada a fin de aclarar la responsabilidadde los Estados representantes y representados. Seexpresó la opinión de que quizá fuese necesario exami-nar más a fondo las complejas situaciones en que unórgano ejercía funciones dentro de su propia jurisdicciónen nombre de otro Estado.

423. También se planteó la cuestión de si el artículodebía abarcar los casos en que un Estado debía actuar encumplimiento de una decisión de una organización inter-nacional.

424. Se expresó apoyo a la propuesta de mantener elartículo sin hacer referencia a las organizaciones interna-cionales y a la cláusula de excepción propuesta con res-pecto a las organizaciones internacionales.

b) Artículo 11

425. Se expresó también apoyo a la propuesta supre-sión del artículo por considerarlo innecesario.

164 Decisión de 24/27 de jul io de 1956 (Francia c Grecia), NacionesUnidas, Recueil des sentences arbitrales, vol XII (n ° de venta63V3),pags 161 y ss

165 Fallo, CU Recueil 1980, pág 3 Véase también Resúmenes delos fallos, opiniones consultivas y providencias de la Corte Internacio-nal de Justicia, 1948-1991 (publicación de las Naciones Unidas, n ° deventa S 92 V 5), pág 145

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Responsabilidad de los Estados 93

c) Artículo 12

426. También respecto de este artículo se apoyó la pro-puesta de suprimirlo por considerarlo innecesario. Porotra parte, se expresó la opinión de que el artículo debíaser redactado de nuevo para tener en cuenta los puntosplanteados en los párrafos 246 a 252 del primer informedel Relator Especial.

d) Artículo 13

427. Se expresó apoyo a la propuesta de suprimir elartículo por considerar que era innecesario y que estamedida estaba en consonancia con el alcance del pro-yecto indicado en el artículo 1, otorgándose importanciaa la inclusión de la propuesta cláusula de excepción.

428. Se expresaron dudas acerca de la propuesta supre-sión de este artículo, poniéndose de relieve dos proble-mas relativos a la relación entre los Estados y lasorganizaciones internacionales. En primer lugar, se plan-teaba el problema de los Estados que trataban de atribuiral Estado de la sede la responsabilidad por actos cometi-dos por organizaciones internacionales dentro de su terri-torio. En segundo lugar, se planteaba el problema de unEstado no miembro que reconocía la responsabilidad deuna organización internacional, lo que a su vez entrañabael reconocimiento implícito de su personalidad o condi-ción jurídica. Se consideró que si esas cuestiones no setrataban, era esencial incluir la cláusula de excepciónpropuesta.

429. Según otra opinión, el proyecto se refería exclusi-vamente a la responsabilidad de los Estados y, por lotanto, no era pertinente especificar la exclusión de la res-ponsabilidad de las organizaciones internacionales.

e) Artículos 14 y 15

430. Se expresó acuerdo con la propuesta fusión de losartículos 14 y 15.

431. Algunos miembros dudaron del uso del término«movimiento insurreccional». Se opinó que el términoera anticuado; además, el comentario no reflejaba lasprácticas de descolonización desde el decenio de 1960.También se opinó que en el artículo no se distinguía entrelos movimientos insurreccionales y los movimientos deliberación nacional que habían conseguido un reconoci-miento y un estatuto internacionales.

432. También se observó que, aunque se aplicara elmismo régimen de responsabilidad a un movimientoinsurreccional y a un movimiento de liberación nacional,no se podían equiparar ambos términos debido a la con-notación negativa del primero y la positiva del último. Sesugirió que debían considerarse las consecuencias quepodía tener, a efectos de la responsabilidad, el reconoci-miento de un movimiento insurreccional o un movi-miento de liberación nacional, posiblemente en lasegunda parte del proyecto. También se sugirió que setratara de acuñar un nuevo término.

433. Se señaló que había diversas manifestaciones delucha civil, desde los disturbios internos hasta la violen-cia de las masas, en el contexto de un movimiento insu-rreccional, o incluso en un gobierno defacto establecidoen parte del territorio de un Estado. Era preciso delimitarclaramente esas distintas manifestaciones. Se opinó quela responsabilidad del Estado estaba en función del con-trol efectivo, no del control legítimo, como se indicabaen la opinión consultiva de la CU en el asunto Con-séquences juridiques pour les États de la présence con-tinue de l'Afrique du Sud en Namibie (Sud-Ouestafricain) nonobstant la résolution 276 (1970) du Conseilde sécurité^6 y que, en consecuencia, la cuestión delestatuto de los movimientos insurreccionales quedabafuera del alcance del tema; introducirlo equivaldría úni-camente a complicar la tarea y plantear dificultadestotalmente innecesarias. El proyecto debía tratar lascuestiones jurídicas relativas a la atribución del compor-tamiento en términos generales, a fin de que abarcarauna variedad de casos, en vez de centrarse en cuestionespolíticas relativas a movimientos insurreccionales.

434. Se sugirió que los términos «movimiento insu-rreccional» y «movimiento de liberación nacional» eranen gran medida anticuados, y que debía observarse ladebida cautela al eliminar estos términos y sustituirlospor otro nuevo, que también podía quedar rápidamenteanticuado. Por consiguiente, se sugirió mantener el tér-mino «movimiento insurreccional» a falta de una alter-nativa conveniente y que tuviera el mismo alcance.

435. Con respecto al párrafo 1, se observó que elEstado en cuyo territorio se producían los hechos podíaser responsable por no impedir los actos de un movi-miento insurreccional realizados en su territorio contraotro Estado. Incluso aunque no pudiera hacerse respon-sable al Estado por los actos del movimiento insurreccio-nal, sí que podría ser responsable por sus propiasomisiones al no impedir que fuerzas incontroladas cau-saran daños en ciertos casos. También se indicó que elEstado debía ser responsable cuando algunas faccionesdel gobierno participaran de algún modo con el gruporebelde que causó perjuicios a otro Estado o a terceros, ole prestara cualquier tipo de apoyo, y que el proyectodebía tratar las distintas variantes, de ser posible en unartículo separado.

436. En contraste, se opinó que era imposible tratartodas las variantes y que el artículo debía limitarse aestablecer los límites de la atribución del comporta-miento al Estado en el caso de movimientos insurreccio-nales; las cuestiones restantes las abarcarían las normasprimarias. También se dijo que constituía un error con-ceptual referirse a la responsabilidad de los Estados porel comportamiento de un movimiento insurreccional; adiferencia de la responsabilidad del Estado por omisión,al no tomar las medidas preventivas necesarias, y quedichos asuntos podían tratarse adecuadamente en elcomentario.

437. Hubo apoyo a la idea de mantener el párrafo 3 delartículo 15, sobre la responsabilidad de los mismos

1 Véase la nota 20 supra.

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94 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° período de sesiones

movimientos insurreccionales. Se expresaron dudas res-pecto de la supresión propuesta de la cláusula de salve-dad en el párrafo 3 y la posibilidad de no tener en cuentala pertinencia de dichas cuestiones en los últimos años ysu influencia, entre otras cosas, en el desarrollo del dere-cho internacional humanitario.

438. En los casos en que el comportamiento de unmovimiento insurreccional era atribuible al Estado, debíaconsiderarse la posibilidad de tratar aquellos casos enque el movimiento insurreccional se convirtiera en partedel nuevo gobierno o éste le concediera un cierto gradode autonomía dentro de la estructura estatal.

439. Se sugirió que debía considerarse la inclusión deuna cláusula de salvedad para asegurar que hubiera unaclaridad absoluta en cuanto al papel continuo de las nor-mas primarias, especialmente las relativas a las obliga-ciones de resultado de un Estado con respecto a losmovimientos insurreccionales. Dependiendo de la natu-raleza de la obligación, a menudo un Estado no se veíaliberado de su responsabilidad por causas de insurreccióno contienda civil.

440. Se expresó preocupación con respecto al nuevoartículo 15 propuesto, cuyo párrafo 1 se consideraba po-co claro, por considerar innecesaria la referencia al movi-miento insurreccional que lograba convertirse en elnuevo gobierno, habida cuenta del artículo 15 bis, consi-derándose también innecesarias y poco pertinentes lasreferencias a por lo menos algunos de los artículos ante-riores.

441. Se planteó la cuestión relativa al uso del término«establecido» en el epígrafe del párrafo 1 del nuevo artí-culo 15 propuesto. Se sugirió que la frase «establecido enoposición» resultaba de por sí evidente e innecesaria.También se opinó que el término «establecido» debíainterpretarse en el sentido de referirse al momento en queun movimiento insurreccional ejercía un control efectivosobre parte del territorio de un Estado, y que la responsa-bilidad del Estado continuaba hasta ese momento.

f) Artículo 15 bis

442. Se expresó apoyo al artículo propuesto porquecubría una importante laguna en el proyecto. No obs-tante, se observó que el artículo 15 bis debía ocuparse delos casos en que el reconocimiento del comportamientoanterior equivalía a una forma de reconocimiento de lasituación existente, por ejemplo, cuando tenía un valorprobatorio, en oposición a los casos en que la adopcióndel comportamiento ocurría de novo sin ninguna partici-pación anterior por parte del Estado.

443. Se sugirió que este artículo podría redactarse denuevo con una formulación positiva. También se sugirióque debía incluirse una cláusula de salvedad relativa a laresponsabilidad de los movimientos insurreccionales olos movimientos de liberación nacional, posiblementecomo párrafo 2 del artículo 15 bis o artículo 15 ter.

444. Se planteó la cuestión de la necesidad de esta dis-posición y el uso de la palabra «o» en vez de «y» en lafrase final.

15. OBSERVACIONES FINALES DEL RELATOR ESPECIALSOBRE EL DEBATE RELATIVO A LOS PROYECTOS

DE ARTÍCULO 9 Y 11 A 15 BIS

445 El Relator Especial observó que los numerososcomentarios que se habían formulado habían resultadoútiles para aclarar la comprensión general de los artícu-los. Señaló que los artículos creaban pocos problemasimportantes de principio, con la posible excepción delartículo 15.

446. Hubo acuerdo general en el sentido de que la res-ponsabilidad de las organizaciones internacionales y delos Estados por actos de organizaciones internacionaleseran cuestiones importantes que merecían ser estudiadasen sí mismas pero que planteaban problemas que ibanmás allá de cuestiones de atribución de responsabilidad.El enfoque más sensato sería excluirlos del actual pro-yecto. Esta exclusión hacía necesaria una cláusula de sal-vedad, ya que se planteaban cuestiones de atribución deresponsabilidad. Se había sugerido que esa cláusuladebía abarcar los actos realizados en el contexto de unaorganización internacional, además de los actos de laorganización internacional misma. Por otra parte, losEstados podían asumir responsabilidades individuales enel contexto del comportamiento que tuviera lugar en elforo de una organización internacional, y era precisoreconocer esa distinción.

447. El artículo 9 había contado con la aprobacióngeneral. Aunque algunos ejemplos de órganos puestos adisposición de otro Estado podían considerarse vestigiosdel colonialismo, había otros ejemplos en que el consen-timiento de los Estados interesados había sido librementeotorgado. La omisión de este artículo crearía problemassobre el alcance del artículo 5.

448. Había acuerdo general en el sentido de que las for-mulaciones negativas contenidas en los artículos 11 a 14resultaban innecesarias y debían suprimirse, pudiendoincluirse cualquier elemento útil en los comentarios. Elproblema relativo al comportamiento de un Estado en elterritorio de otro Estado requería ulterior examen, posi-blemente en el capítulo IV de la primera parte.

449. También había acuerdo general sobre la fusiónpropuesta de los artículos 14 y 15. El Comité de Redac-ción debía considerar si el nuevo artículo 15 debíaformularse en términos negativos o positivos. Habidacuenta del apoyo general a que se mantuviera la referen-cia a las entidades gubernamentales territoriales en elartículo 5, debía considerarse la posibilidad de estableceruna relación entre los artículos 5 y 15. El RelatorEspecial aún creía que el término «establecido» era nece-sario para indicar un umbral a los movimientos insurrec-cionales a efectos de la aplicación del artículo 15, y a finde distinguir entre las entidades gubernamentales territo-riales y las administraciones defacto abarcadas por losartículos 5 y 15, respectivamente.

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Responsabilidad de los Estados 95

450. Las cuestiones de terminología planteadas con limitaba a la responsabilidad de los Estados y no serespecto a los términos «movimientos insurreccionales» extendía, por ejemplo, a la responsabilidad de los movi-y «movimientos de liberación nacional» debían ser exa- mientos insurreccionales,minadas en el Comité de Redacción. Tal vez fuera nece-sario incluir un breve artículo de introducción en el 451. Finalmente, hubo acuerdo general respecto de laproyecto para indicar que su ámbito de aplicación se necesidad del nuevo artículo 15 bis propuesto.

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Capítulo VIII

LA NACIONALIDAD EN RELACIÓN CON LA SUCESIÓN DE ESTADOS

A.—Introducción

452. En su 45.° período de sesiones, celebrado en 1993,la Comisión decidió incluir en su programa el tema titu-lado «La sucesión de Estados y sus efectos sobre lanacionalidad de las personas naturales y jurídicas» . LaAsamblea General, en el párrafo 7 de su resolución 48/31hizo suya la decisión de la Comisión en la inteligencia deque la forma definitiva que se diese a la labor sobre eltema se decidiría después de haberse presentado un estu-dio preliminar a la Asamblea. En su 46.° período desesiones, celebrado en 1994, la Comisión nombró al Sr.Václav Mikulka Relator Especial del tema168.

453. En sus períodos de sesiones 47.° (1995) y 48.°(1996) la Comisión examinó los informes primero ysegundo del Relator Especial169. La Comisión establecióen su 47.° período de sesiones un Grupo de Trabajo sobrela sucesión de Estados y sus efectos sobre la naciona-lidad de las personas naturales y jurídicas al que confió elmandato de determinar las cuestiones derivadas del tema,categorizar las estrechamente relacionadas con él, orien-tarlas en cuanto a las cuestiones que cabría estudiar másprovechosamente, dadas las preocupaciones del momen-to, y presentarle un calendario de actividades170. ElGrupo de Trabajo concluyó su tarea de estudio prelimi-nar del tema en el 48.° período de sesiones.

454. La Comisión decidió en su 48.° período desesiones recomendar a la Asamblea General que tomaranota de la terminación del estudio preliminar del tema yque pidiera a la Comisión que emprendiese el estudiosustantivo del tema titulado «La nacionalidad en relacióncon la sucesión de Estados» de conformidad con el plande acción que proponía, el cual preveía, entre otras cosas:a) que el examen de la cuestión de la nacionalidad de laspersonas naturales se separaría del de la nacionalidad delas personas jurídicas y se daría prioridad al primero, y b)que la decisión sobre la manera de proceder con respectoa la cuestión de la nacionalidad de las personas jurídicas

167 Anuario 1993, vol II (segunda parte), pag 105, doc A/48/10,parr 440

168 Anuario 1994, vol II (segunda parte), pag 189.doc A/49/10,parr 382

169 Anuario 1995, vol II (primera parte), doc A/CN 4/467 yAnuario 1996, vol II (primera parte), doc A/CN 4/474, respectiva-mente

170 Anuario 1995, vol II (segunda parte), pag 34, doc A/50/10,parr 147

se adoptaría al terminar los trabajos de la nacionalidad delas personas naturales y a la luz de las observaciones quela Asamblea General invitara a los Estados a presentarsobre los problemas prácticos planteados a este respectopor una sucesión de Estados . La Asamblea Generalhizo suyas las recomendaciones de la Comisión en elpárrafo 8 de su resolución 51/160.

455. En su 49.° período de sesiones, celebrado en 1997,la Comisión examinó el tercer informe del Relator Espe-cial172, que contenía un proyecto de artículos con suscomentarios sobre la cuestión de la nacionalidad de laspersonas naturales en relación con la sucesión de Esta-dos. En el mismo período de sesiones la Comisiónaprobó en primera lectura un proyecto de preámbulo yuna serie de 27 proyectos de artículo sobre la naciona-lidad de las personas naturales en relación con la su-cesión de Estados173. La Asamblea General, en el apar-tado a del párrafo 2 de su resolución 52/156, señaló a laatención de los gobiernos que era importante que dispu-siera de sus opiniones sobre el proyecto de artículos y lesencareció que presentaran sus comentarios y observacio-nes por escrito antes del 1.° de octubre de 1998.

B.—Examen del tema en el actual período de sesiones

456. En el actual período de sesiones la Comisión tuvoante sí el cuarto informe del Relator Especial (A/CN.4/489), que trataba de la segunda parte del tema, a saber, lacuestión de la nacionalidad de las personas jurídicas enrelación con la sucesión de Estados, que presentó en su2544.a sesión, el 9 de junio de 1998.

457. El Relator Especial señaló que, si se procediese enel actual período de sesiones a un intercambio preliminarde opiniones sobre las diversas maneras posibles de abor-dar la segunda parte del tema, se facilitaría la decisiónque habría de adoptar la Comisión a este respecto, sobretodo en vista de que hasta entonces los gobiernos nohabían presentado ninguna observación por escrito enrespuesta a la solicitud contenida en la resolución 52/156de la Asamblea General. Por consiguiente, después de

171 Anuario 1996, vol II (segunda parte), doc A/51/10, parr 88172 Anuario 1997, vol II (primera parte), doc A/CN 4/480 y

A d d l113 Anuario 1997, vol II (segunda parte), cap IV, secc C

96

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La nacionalidad en relación con la sucesión de Estados 97

trazar un panorama general de los debates que se habíanverificado hasta entonces sobre ese tema tanto en la CDIcomo en la Sexta Comisión, el Relator Especial habíaplanteado en su cuarto informe varias cuestiones acercade la orientación que habría de darse a la labor sobre lanacionalidad de las personas jurídicas y sugería que seexaminasen esas cuestiones en el marco de un grupo detrabajo.

458. En su 2530.a sesión, el 14 de mayo de 1998, laComisión estableció un Grupo de Trabajo174 encargadode examinar la orientación que habría de darse al estudiode la segunda parte del tema a fin de facilitar la decisiónde la Comisión a este respecto. Las conclusiones prelimi-nares del Grupo de Trabajo, que la Comisión examinó ensu 2544.a sesión, se incluyen en los párrafos 460 a 468infra.

459. Durante el examen de las conclusiones prelimina-res del Grupo de Trabajo varios miembros manifestaronsu preferencia por la segunda opción, es decir, el estudiode la condición de las personas jurídicas en relación conla sucesión de Estados, y alentaron al Relator Especial aque siguiera examinándola en su próximo informe sobreesta parte del tema de la nacionalidad en relación con lasucesión de Estados.

CONCLUSIONES PRELIMINARES DEL GRUPO DE TRABAJO

460. La segunda parte del tema «La nacionalidad enrelación con la sucesión de Estados» incluye el problemade la nacionalidad de las personas jurídicas, que la Comi-sión no ha estudiado todavía. En opinión del Grupo deTrabajo, tal como se define el tema actualmente, lascuestiones comprendidas en la segunda parte son dema-siado específicas y la necesidad práctica de resolverlasno resulta evidente. Además de considerar la posibilidadde sugerir a la Comisión que no iniciara la labor sobreesa parte del tema, el Grupo de Trabajo estimó útil exa-minar otras posibilidades, que se deducen del capítulo IIIdel cuarto informe del Relator Especial. Estuvo deacuerdo en que, en principio, había dos posibilidades deampliar el ámbito del estudio de los problemas compren-didos en la segunda parte del tema, como se explica acontinuación. Esas posibilidades exigirían una nueva for-mulación del mandato para esa parte del tema.

461. La primera posibilidad consistiría en ampliar elestudio de la cuestión de la nacionalidad de las personasjurídicas, más allá del contexto de la sucesión de Esta-dos, a la cuestión de la nacionalidad de las personas jurí-dicas en el derecho internacional en general. Como elconcepto de la nacionalidad de las personas jurídicas noera conocido en todos los sistemas jurídicos, sería conve-niente que la Comisión examinara también conceptossemejantes, sobre la base de los cuales se determina nor-malmente la existencia de un vínculo análogo al de lanacionalidad.

174 Véase la composición del Grupo de Trabajo en el párrafo 8 supra

462. La ventaja de ese método sería que contribuiría aaclarar el concepto general de la nacionalidad de las per-sonas jurídicas en las relaciones internacionales. Tam-bién permitiría a la Comisión seguir examinando enforma más sistemática los problemas que ha encontradoal estudiar los temas de la responsabilidad de los Esta-dos, la protección diplomática y la nacionalidad en rela-ción con la sucesión de Estados.

463. Los problemas que podría encontrar la Comisiónal elegir este método serían que, por la gran diversidadde derechos nacionales al respecto, la Comisión seencontraría con problemas similares a los ya surgidos alexaminar el tema de las inmunidades jurisdiccionales delos Estados y de sus bienes. Existiría también ciertaduplicación con el tema de la protección diplomática.Además, ese estudio se prestaría más a un análisis teó-rico que a la elaboración de normas de aplicabilidadpráctica inmediata. Sin embargo, no debe subestimarsesobre todo que la tarea sería enorme. Sería difícil mante-ner el estudio dentro de límites en que resultara fácil tra-tarlo.

464. La segunda posibilidad consistiría en mantener elestudio dentro del contexto de la sucesión de Estados,pero yendo más allá del problema de la nacionalidadpara incluir otras cuestiones, como la condición de laspersonas jurídicas (en particular los derechos y obliga-ciones inherentes a su capacidad, incluidos los que deter-minan el tipo de persona jurídica, etc.) y, posiblemente,también las condiciones de actuación de las personasjurídicas derivadas de la sucesión de Estados.

465. La ventaja de este método sería, en opinión delGrupo de Trabajo, que contribuiría a aclarar una esferamás amplia del derecho de la sucesión de Estados.

466. Al elegir este método la Comisión se encontraríacon el problema de la diversidad de derechos nacionalesal respecto. Una vez ampliado en esta dirección, resulta-ría difícil además hacer una nueva delimitación del tema.

467. Si se continúa la labor con cualquiera de las posi-bilidades, la Comisión tendrá que decidir por otra partequé categorías de «personas jurídicas» quedarían com-prendidas en el estudio, a qué relaciones jurídicas selimitaría éste y cuál podría ser el resultado de la labor dela Comisión sobre esta parte del tema.

468. A falta de observaciones positivas de los Estados,la Comisión tendría que llegar a la conclusión de que losEstados no están interesados en el estudio de la segundaparte del tema. En su informe a la Asamblea Generalsobre la labor realizada en el período de sesiones, laComisión debería recordar a la Asamblea Generalla conveniencia de conocer la respuesta de los Estados ala pregunta formulada en el párrafo 5 de la resolución52/156 de la Asamblea. En particular, la Asambleadebería invitar a los Estados que hubieran experimen-tado una sucesión de Estados que indicaran, por ejemplo,cómo se determinó la nacionalidad de las personasjurídicas y qué clase de trato se dio a las que, comoconsecuencia de la sucesión de Estados, se convirtieronen personas jurídicas «extranjeras».

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Capítulo IX

LAS RESERVAS A LOS TRATADOS

A.—Introducción

469. En su 45.° período de sesiones, celebrado en 1993,la Comisión decidió incluir en su programa el tema titu-lado «La ley y la práctica en materia de reservas a lostratados»17 . La Asamblea General, en el párrafo 7 de suresolución 48/31, hizo suya la decisión de la Comisión,en la inteligencia de que la forma definitiva que se diesea la labor sobre el tema se decidiría después de habersepresentado un estudio preliminar a la Asamblea.

470. En su 46.° período de sesiones, celebrado en 1994,la Comisión nombró al Sr. Alain Pellet Relator Especialde ese tema176.

471. En su 47.° período de sesiones, celebrado en 1995,la Comisión recibió y examinó el primer informe delRelator Especial sobre el tema177.

472. Al terminar el examen del informe por laComisión, el Relator Especial resumió las conclusionesque había extraído de los debates de la Comisión sobre eltema; esas conclusiones se referían al titulo del tema, quedebería modificarse para que dijera «Las reservas a lostratados», a la forma del resultado del estudio, a la ma-nera flexible en que deberían realizarse los trabajos de laComisión sobre el tema y al consenso en la Comisión enel sentido de que no debían modificarse las disposicionespertinentes de la Convención de Viena de 1969, la Con-vención de Viena sobre la sucesión de Estados en materiade tratados (en adelante denominada «Convención deViena de 1978») y la Convención de Viena de 1986178.Esas conclusiones constituían, ajuicio de la Comisión, elresultado del estudio preliminar solicitado por la Asam-blea General en sus resoluciones 48/31 y 49/51.

473. También en el 47.° período de sesiones, laComisión, de conformidad con su práctica anterior179,autorizó al Relator Especial a preparar un cuestionariodetallado en relación con las reservas a los tratados paraconocer la práctica de los Estados y las organizaciones

175 Véase la nota 167 supra176 Anuario 1994, vol II (segunda parte), pag 189, parr 381177 Anuario 1995, vol II (primera parte), doc A/CN 4/4701 7 8 I b i d (segundaparte) , pag 111, parr 487179 Véase Anuario 1983, vol II (segunda parte), pag 9 1 ,

parr 286

internacionales, en particular las depositarías de conven-ciones multilaterales, y los problemas con que tropeza-ban180. Ese cuestionario se envió a sus destinatarios porconducto de la Secretaría. La Asamblea General tomónota, en el párrafo 4 de su resolución 50/45, de las con-clusiones de la Comisión e invitó a ésta a continuar sulabor en la forma indicada en el informe, invitando tam-bién a los Estados a contestar el cuestionario181.

474. En su 48.° período de sesiones, celebrado en 1996,la Comisión tuvo ante sí el segundo informe del RelatorEspecial sobre el tema182. El Relator Especial habíaunido a su segundo informe un proyecto de resoluciónsobre las reservas a los tratados multilaterales normati-vos, incluidos los de derechos humanos, destinado a laAsamblea General, con el fin de puntualizar y aclarar losdatos jurídicos sobre ese problema183. Sin embargo, porfalta de tiempo, la Comisión no pudo examinar elinforme ni el proyecto de resolución, aunque algunosmiembros pudieron expresar sus opiniones sobre elinforme. Por consiguiente, la Comisión decidió aplazar eldebate sobre el tema hasta el siguiente período desesiones184.

475. En su 49.° período de sesiones, celebrado en 1997,la Comisión tuvo ante sí de nuevo el segundo informe delRelator Especial sobre el tema.

476. Tras finalizar su debate la Comisión aprobó lasconclusiones preliminares sobre las reservas a los trata-dos multilaterales normativos, incluidos los tratados dederechos humanos185.

477. La Asamblea General, en su resolución 52/156,tomó nota de las conclusiones preliminares de la Comi-sión sobre las reservas a los tratados multilaterales nor-mativos, incluidos los tratados de derechos humanos, asícomo de la invitación cursada a todos los órganos esta-blecidos en virtud de tratados multilaterales de carácternormativo que desearan hacerlo a que presentaran obser-

1 8 0 Vease^ / íMano 1995,\o\ I I ( segundapar te ) ,pag 111 ,pan 489181 Al 30 de junio de 1998, 32 Estados y 22 organizaciones interna-

cionales habían respondido al cuestionario182 Anuario 1996, vol II (primera parte), doc A/CN 4/477 y

Add 1 y A/CN 4/478183 Ibid (segunda parte), doc A/51/10, parr 136 y nota 238184 U n resumen del debate figura en ibid , cap VI, secc B, en parti-

cular parr 137185 Anuario 1997, vol II (segunda parte), parr 157

98

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Las reservas a los tratados 99

vaciones por escrito sobre esas conclusiones y al mismotiempo recordó a los gobiernos la importancia que reves-tía para la Comisión contar con las opiniones de losgobiernos acerca de las conclusiones preliminares.

B.—Examen del tema en el actual período de sesiones

478. En el actual período de sesiones la Comisión tuvoante sí el tercer informe del Relator Especial sobre eltema (A/CN.4/491 y Add.l a 6), en el que se hacía hinca-pié en la definición de reservas (y declaraciones interpre-tativas) a los tratados. La Comisión examinó ese informeen sus sesiones 2541.a, 2542.a, 2545.a, 2548.a y 2549.a a2552.a, celebradas los días 4, 5, 10 y 12 de junio y 27 a30 de julio de 1998.

479. En sus sesiones 2542.a, 2545.a, 2548.a y 2550.a a2552.a, celebradas los días 5, 10 y 12 de junio y 28 a 30de julio de 1998, respectivamente, la Comisión decidiótransmitir al Comité de Redacción los proyectos dedirectriz 1.1 (Definición de reservas), 1.1.1 (Formulaciónconjunta de una reserva), 1.1.2 (Momento de formu-lación de una reserva), 1.1.3 (Reservas formuladas conocasión de una notificación de aplicación territorial),1.1.4 (Objeto de las reservas), 1.1.5 (Declaracionesencaminadas a aumentar las obligaciones de su autor),1.1.6 (Declaraciones encaminadas a limitar las obliga-ciones de su autor), 1.1.7 (Reservas de no recono-cimiento), 1.1.8 (Reservas de alcance territorial), 1.2(Definición de las declaraciones interpretativas) y 1.4(Alcance de las definiciones)186.

186 El texto de las directrices propuesto por el Relator Especial era elsiguiente

«11 Definición de reservas

» 1 1 Se entiende por "reserva" una declaración unilateral, cual-quiera que sea su enunciado o denominación, hecha por un Estado opor una organización internacional al firmar, ratificar, confirmar ofi-cialmente, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él, o al haceruna notificación de sucesión en un tratado, con objeto de excluir omodificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratadoen su aplicación a ese Estado o a esa organización

»1 1 1 Formulación conjunta de una reserva

»E1 carácter unilateral de las reservas no es obstáculo para la for-mulación conjunta de una reserva por varios Estados u organizacio-nes internacionales

»1 1 2 Momento de formulación de una reserva

»Una reserva puede formularse por un Estado o una organizacióninternacional cuando ese Estado o esa organización expresa su con-sentimiento en quedar obligado de conformidad con lo dispuesto enel artículo 11 de la Convención de Viena sobre el derecho de los tra-tados y la Convención de Viena sobre el derecho de los tratadosentre Estados y organizaciones internacionales o entre organizacio-nes internacionales

» 1 1 3 Reservas de alcance territorial

»Una declaración unilateral hecha por un Estado con ocasión deuna notificación de aplicación territorial de un tratado, por la cualese Estado se propone excluir o modificar el efecto jurídico de algu-

480. En sus sesiones 2556.a a 2558.a, celebradas del 5al 7 de agosto de 1998, la Comisión examinó y aprobó elinforme del Comité de Redacción sobre los proyectos dedirectriz 1.1 (Definición de reservas), 1.1.1 [1.1.4](Objeto de las reservas), 1.1.2 (Casos en que pueden for-

nas disposiciones del tratado en su aplicación al territorio de que setrate, constituye una reserva

»1 1 4 Objeto de las reservas

»Una reserva puede referirse a una o varias disposiciones de untratado o, de forma más general, a la manera en que el Estado sepropone aplicar el conjunto del tratado

» 1 1 5 Declaraciones encaminadas a aumentarlas obligaciones de su autor

»Una declaración unilateral hecha por un Estado o una organiza-ción internacional, por la que ese Estado o esa organización aceptacompromisos que van más allá de las obligaciones que le impone untratado, no constituye una reserva [y se rige por las normas aplica-bles a los actos jurídicos unilaterales], aunque esa declaración sehaga con ocasión de la expresión por ese Estado o esa organizaciónde su consentimiento en quedar vmculado por el tratado

»1 1 6 Declaraciones encaminadas a limitarlas obligaciones de su autor

»Una declaración unilateral hecha por un Estado o una organiza-ción internacional en el momento en que ese Estado o esa organiza-ción expresa su consentimiento en quedar vinculado por un tratadoy por la cual su autor se propone limitar las obligaciones que leimpone el tratado y los derechos que éste crea para las otras Partesconstituye una reserva, salvo si equivale a añadir al tratado una dis-posición nueva

» 1 1 7 Reservas de no reconocimiento

»Una declaración unilateral por la que un Estado se proponeexcluir la aplicación de un tratado entre él y uno o varios Estados alos que no reconoce constituye una reserva, cualquiera que sea lafecha en que se haga

» 1 1 8 Reservas de alcance territorial

»Una declaración unilateral por la que un Estado se proponeexcluir la aplicación de un tratado o de algunas de sus disposicionesen un territorio en el que ese tratado sería aplicable en ausencia detal declaración constituye una reserva, cualquiera que sea la fechaen que se haga

» 1 2 Definición de las declaraciones interpretativas

»La expresión "declaración interpretativa" se refiere a una decla-ración unilateral, independientemente de su enunciado o denomina-ción, hecha por un Estado o por una organización internacional, porla cual ese Estado o esa organización procuran definir o aclarar elsentido o el alcance que el declarante atribuye al tratado o a algunasde sus disposiciones

» 1 4 Alcance de las definiciones

»La definición de una declaración unilateral como reserva odeclaración interpretativa se formula sin perjuicio de su legalidadcon respecto a las normas relativas a las reservas y a las declaracio-nes interpretativas, cuya aplicación está subordinada a la declara-

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100 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO." período de sesiones

mularse las reservas), 1.1.3 [1.1.8] (Reservas de alcanceterritorial), 1.1.4 [1.1.3] (Reservas formuladas con oca-sión de una notificación de aplicación territorial), 1.1.7[1.1.1] (Reservas formuladas conjuntamente), así comoun proyecto de directriz, sin título ni número, sobre larelación entre definición y legalidad de las reservas. Eltexto de estos proyectos de directrices y de los comenta-rios se reproduce en la sección C.

1. PRESENTACIÓN POR EL RELATOR ESPECIALDE SU TERCER INFORME

481. Al presentar su tercer informe el Relator Especialreconoció los aspectos delicados y difíciles de este temadesde el punto de vista de la técnica jurídica. Su informeestá dividido en dos capítulos. El primero está dedicado alos trabajos anteriores de la Comisión sobre el tema y elsegundo a la definición de reservas (y declaracionesinterpretativas) así como a las reservas (y las declaracio-nes interpretativas) a los tratados bilaterales.

a) Trabajos anteriores de la Comisión sobre el temay respuestas de los Estados y los órganos consultados

482. El Relator Especial hizo referencia a las deci-siones anteriores de la Comisión187 y recordó las dosprincipales: en primer lugar, en principio y salvo que seplantee la necesidad, la Comisión no pondrá en tela dejuicio las disposiciones de las Convenciones de Viena de1969, 1978 y 1986, limitándose a cubrir las lagunas y, sies posible, suprimir las ambigüedades y aclarar puntosdudosos. En segundo lugar, se atendrá a la elaboración deuna Guía de la práctica, conjunto de directrices que apor-tarán precisiones a las disposiciones existentes y colma-rán las lagunas; si es necesario, se anexarán a esa Guíacláusulas tipo relativas a las reservas que la Comisiónrecomendará a los Estados y a las organizaciones interna-cionales que las incluyan, según proceda, en los tratadosque concierten en el futuro.

483. El Relator Especial destacó en los párrafos 9 a 30de su tercer informe el seguimiento dado a su segundoinforme y sobre todo a la acogida que habían tenido lasconclusiones preliminares de la Comisión relativas a lasreservas a los tratados multilaterales de carácter norma-tivo, incluidos los tratados de derechos humanos.Recordó que durante los debates sobre las conclusionespreliminares, aprobadas sin votación, había habido doscorrientes de opinión. Por una parte, una gran mayoría deEstados consideró que la Comisión ya había avanzadomucho al reconocer que los órganos de fiscalización delos derechos humanos podían hacer observaciones y for-mular recomendaciones sobre la legitimidad de las reser-vas hechas por los Estados188 y al instar a los Estados aque cooperasen con los órganos de fiscalización y tuvie-ran debidamente en cuenta sus recomendaciones. Por

otra parte, el segundo grupo deseaba que la Comisiónfuera más allá y reconociese que esos mismos órganos defiscalización tenían el derecho de sacar conclusiones desus comprobaciones a semejanza del Tribunal Europeode Derechos Humanos (causa Belilos c. Suisse)1^9

484. Según el Relator Especial, esa divergencia de opi-niones se ajusta a la división de los Estados en el seno dela Sexta Comisión, pero en base a otras diferencias.Aproximadamente la mitad de los Estados que expresa-ron su opinión aprobaron las conclusiones preliminares,mientras que la otra mitad se manifestó reservada, esti-mando que únicamente los Estados tenían competenciano sólo para sacar conclusiones sobre la ilegitimidad deuna reserva sino también para comprobarla. El RelatorEspecial está convencido de que la Comisión cumple sumisión cuando presenta a los Estados soluciones alterna-tivas progresistas, si eso corresponde a tendencias desea-bles y ya razonablemente avanzadas. No obstante, señalóa la atención de la Comisión la oposición manifestadapor los Estados a las propuestas que algunos de susmiembros preconizaban en el seno de los órganos dederechos humanos.

485. El Relator Especial dijo también que, hasta lafecha, sólo la Presidenta del Comité de Derechos Huma-nos le había hecho llegar sus primeras observaciones,que se reproducen en el párrafo 16 de su tercer informe,sobre el párrafo 12 de las conclusiones preliminares, enlas que señalaba, a ese respecto, que los órganos de fisca-lización universales contribuían también en la mismacapacidad que los órganos regionales al desarrollo de lapráctica y de las normas aplicables.

486. El Relator Especial ha señalado, no obstante, quesería prematuro reanudar las deliberaciones sobre lasconclusiones preliminares, que deberían volver a serexaminadas por la Comisión; sería prudente que éstaesperase, por una parte, las opiniones que ha solicitadode los órganos de derechos humanos y de los Estados190,insistiendo de nuevo en el envío de respuestas, y por otraparte, el examen del problema de la legitimidad de lasreservas y las reacciones a ese respecto.

487. El Relator Especial manifestó su gran satisfacciónpor el interés que habían demostrado los Estados por lostrabajos de la CDI acerca de las reservas a los tratados.Ese interés se puso de manifiesto no sólo en el grannúmero de intervenciones en la Sexta Comisión sinotambién en la labor realizada a este respecto por elComité Jurídico Consultivo Asiático-Africano y por elComité de Asesores Jurídicos sobre Derecho Internacio-nal Público, que había creado un grupo de especialistasen reservas a los tratados internacionales (párrafos 27 a30 del tercer informe)191.

187 Véase la nota 178 supra188 Véase el párrafo 5 de las conclusiones preliminares sobre las

reservas a los tratados multilaterales normativos, incluidos los tratadosde derechos humanos (nota 185 supra)

Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Série A arrêts et déci-sions, vol 132, fallo de 29 de abril de 1988, Consejo de Europa, Estras-burgo, 1988

190 Hasta la fecha han respondido cuatro Estados (China, Liechten-stein, Monaco y Suiza)

191 Véase Consejo de Europa, Comité de Ministros, 612 a reunionde Delegados ministeriales, doc CM(97) 187, parr 15, y decision 612/10 2 de 16 de diciembre de 1997

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Las reservas a los tratados 101

488. El elevado número de respuestas recibidas deEstados (32) y de organizaciones internacionales (22) alcuestionario sobre el tema es también una muestra de eseinterés192. El Relator Especial hubiera deseado que másEstados y organizaciones internacionales hubieran res-pondido al cuestionario, pero lamenta sobre todo la faltade respuesta, hasta la fecha, de las Comunidades Euro-peas, que además de depositarías son también parte ennumerosos tratados multilaterales.

489. El informe tiene dos capítulos: el primero trata dela definición de las reservas a los tratados y de las decla-raciones interpretativas, y el segundo de las reservas y lasdeclaraciones interpretativas a los tratados bilaterales.Por falta de tiempo, el Relator Especial ha debido sus-pender el examen de «las alternativas a los tratados»,como se había propuesto inicialmente.

b) Definición de las reservas a los tratados

490. El Relator Especial ha tomado como punto de par-tida la definición de reservas que dan las Convencionesde Viena de 1969, 1978 y 1986, y, para comenzar, laConvención de Viena de 1969 y, particularmente, elapartado d del párrafo 1 del artículo 2. Al recordar lalabor preparatoria de la adopción de esa definición(párrafos 52 a 67 del tercer informe) destaca tres puntos:

a) La cuestión de la definición de las reservas fueexaminada someramente en la redacción de la Conven-ción de Viena de 1969;

V) Junto con el Sr. James Brierly, el primer RelatorEspecial, se tomó como base una definición contractualde las reservas, entendiéndose como ofertas hechas a lasotras partes contratantes, para llegar a la idea de unadeclaración unilateral;

c) La definición de las reservas se fue alejando pro-gresivamente de la definición de declaraciones interpre-tativas y de las respuestas a estas últimas. El últimoRelator Especial, Sir Humphrey Waldock, consideró quelas declaraciones interpretativas correspondían al capí-tulo relativo a la interpretación.

491. El Relator Especial ha señalado que la codifica-ción en las Convenciones de Viena de 1978 y 1986 tuvoinfluencia en la definición misma de las reservas (apar-tado j del párrafo 1 del artículo 2 de la Convención deViena de 1978 y apartado d del párrafo 1 del artículo 2 dela Convención de Viena de 1986).

492. El resultado de esas aportaciones sucesivas es queninguna de las tres Convenciones de Viena (1969, 1978 y1986) da una definición completa de las reservas y poresta razón el Relator Especial ha elaborado un texto com-puesto en el párrafo 81 de su tercer informe en el que secombinan esas aportaciones. Esta definición, que él hadenominado la «definición de Viena», podría figurar a lacabeza del primer capítulo de la Guía de la práctica.

493. Al analizar los antecedentes históricos y los ele-mentos de esa definición, el Relator Especial recuerda enel párrafo 52 de su tercer informe que fue aprobada sindebate doctrinario o político importante y que en lasConvenciones de Viena de 1969, 1978 y 1986 figurabajo el título «Términos empleados» (y no «Defini-ciones») para dejar bien en claro que las definiciones sehabían adoptado sólo a los fines de la «presente Conven-ción». Con todo, la práctica de los Estados y la jurispru-dencia la han consagrado sin preocuparse por determinarsi las Convenciones de Viena eran o no aplicables comotal en las situaciones para las cuales recurrían a esadefinición. Por lo tanto, los Estados la invocan expresa-mente en su práctica inter se constantemente cuandoreclasifican una declaración interpretativa como reservao en los alegatos de los asuntos contenciosos. En cuantoa la jurisprudencia, basta con recordar, entre otras cosas,el asunto de la Délimitation du plateau continental entrele Royaume-Uni de Grande-Bretagne et d'Irlande duNord et la République française (asunto del Mar deIroise)193 en 1977, el asunto Temeltasch194 planteadoante la Comisión Europea de Derechos Humanos en1982 y la opinión consultiva de la Corte Interamericanade Derechos Humanos de 1983195.

494. El Relator Especial ha indicado que la doctrinaactual se inclina casi unánimemente por la definición deViena, que ha adquirido una especie de título de noblezay constituye el punto de partida obligatorio de todo exa-men de la definición de las reservas, aun cuando algunosautores siguen proponiendo su propia definición. Noobstante, según el Relator Especial persisten todavíaalgunos problemas y sería muy conveniente que laComisión los resolviera dando más precisión a la defini-ción de Viena y completándola.

495. Con tal fin el Relator Especial ha señalado que ladefinición de Viena consta de tres elementos formales;se trata de una declaración unilateral, formulada en elmomento en que el Estado o la organización internacio-nal expresa su consentimiento a considerarse vinculadopor el tratado, cualquiera que sea su enunciado o deno-minación, y de un elemento fundamental, a saber, que lareserva tiene por objeto excluir o modificar los efectosjurídicos de algunas disposiciones del tratado.

i) Declaración unilateral

496. Esta calidad formal no siempre es evidente. Elprimer Relator Especial, Sr. James Brierly, tenía másbien una concepción «contractual» (o «convencional»)de la reserva, considerando que se trataba de un acuerdoentre las partes por el cual éstas limitaban los efectos del

192 Véase Anuario 1997, vol II (segunda parte), parrs 48 y 64, res-pectivamente

Decisiones de 30 de junio de 1977 y 14 de marzo de 1978, Nacio-nes Unidas, Recueil des sentences arbitrales, vol XVIII (n ° de ventaE/F80V7)

194 Consejo de Europa, Comisión Europea de Derechos Humanos ,Décisions et rapports, demanda n ° 9116/80, Temeltasch c Suisse,vol 3 1 , Estrasburgo, 1983, pags 120 a 137, en particular pag 130,parr 69

195 Restricciones a la pena de muerte (arts 4 2 y 44 Convenciónamericana sobre derechos humanos), opinion consultiva OC-3/83 de 8de septiembre de 1983, Sene A Fallos y Opiniones, n ° 3 , parr 60

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102 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

tratado en su aplicación a una o a varias de ellas196. Mástarde, este concepto incompatible con el régimen deViena fue descartado. Si bien los artículos pertinentes nodicen nada sobre la forma que debe tener esa declaración,el Relator Especial opina que necesariamente debe ha-cerse por escrito, como lo dispone además expresamenteel artículo 23 de las Convenciones de Viena de 1969 y de1986. Asimismo, ha advertido que no es convenienteadoptar una visión demasiado formalista de este «unila-teralismo» de las reservas, haciendo referencia tanto a lasreservas concertadas por Estados a los que unen rela-ciones particulares como a las reservas formuladas con-juntamente por diversos Estados197. Por lo tanto, seríaconveniente que en la Guía de la práctica se señalase queesas prácticas no son incompatibles con la definición dereservas y que ese es el objeto del proyecto de directriz1.1.1.

ii) Momento en que se formula la reserva

497. El Relator Especial ha señalado que la larga enu-meración de momentos en que se pueden formular lasreservas que sigue a las definiciones de Viena no es niexhaustiva ni demasiado rigurosa. Si bien hay en esa listaelementos derivados del régimen jurídico de las reservas,el hincapié que se hace en el momento tiene por objetoimpedir que las posibles partes en un tratado formulenreservas en cualquier momento, lo que crearía una graninseguridad en las relaciones contractuales. Con todo,convendría precisar que esta enumeración del apartado ddel párrafo 1 del artículo 2 de la Convención de Viena de1969 es esencialmente igual a la del artículo 11 de lasConvenciones de Viena de 1969 y 1986 y ese es el objetodel proyecto de directriz 1.1.2.

iii) Reservas de alcance territorial

498. A este respecto, el Relator Especial recordó que lareserva se puede hacer también en el momento de ladeclaración de aplicación del tratado a un territorio que,por sí misma, no constituye por cierto una reserva. Estapráctica ya está consagrada sin que se hayan suscitadoobjeciones, y esto lo ha llevado a formular el proyecto dedirectriz 1.1.3. Por otro lado, como se desprende del artí-culo 29 de las Convenciones de Viena de 1969 y 1986,cuando un Estado hace declaraciones con el objeto deexcluir de la aplicación de un tratado a una parte del terri-torio, lo que procura es «excluir o modificar» el efectojurídico que el tratado hubiera tenido normalmente y,según el Relator Especial, esas declaraciones constituyenverdaderas reservas, rationae loci (proyecto de directriz1.1.8).

iv) Enunciado o denominación

499. El último elemento formal de la definición deViena, que tiene que ver con el rechazo del «nomina-lismo jurídico» y se desprende de la expresión «cual-quiera que sea su enunciado o denominación», estáconsagrado desde hace mucho tiempo en la práctica y serefiere más que nada a las declaraciones interpretativas,pero no requiere ningún proyecto de directriz enparticular.

v) Exclusión o modificación de los efectos jurídicos deciertas disposiciones del tratado

500. Este elemento sustantivo de la definición deViena, que es de carácter ideológico (la reserva tiene porobjeto «excluir o modificar los efectos jurídicos de cier-tas disposiciones del tratado en su aplicación a eseEstado o a esa organización»), plantea problemas técni-cos complejos.

501. Un primer grupo de problemas se deriva de laexpresión «ciertas disposiciones», en la que se ha pro-puesto sustituir, equivocadamente a juicio del RelatorEspecial, «disposiciones» por «obligaciones» (párrafos71 a 86 del tercer informe)198. Por otro lado, hay en lapráctica reservas transversales que no se refieren a nin-guna disposición en particular pero que, por ejemplo, tra-tan de la forma en que el Estado o la organizacióninternacional que sea el autor de la reserva tiene la inten-ción de aplicar el tratado, ya sea en su conjunto o en rela-ción con la exclusión de ciertas categorías de personas dela aplicación del tratado. Esa práctica se refleja en el pro-yecto de directriz 1.1.4.

502. Un segundo grupo de problemas dimana de lafinalidad que persigue el autor de la reserva. El RelatorEspecial ha señalado que esta es la característica quesepara a las reservas de las declaraciones o de las reser-vas de no reconocimiento, las cuales en realidad no cons-tituyen reservas propiamente dichas, porque sus autoresno desean producir ningún efecto sobre el tratado en símismo, sino excluir la aplicación del tratado en sus rela-ciones con la parte no reconocida. Por el contrario, cons-tituyen verdaderas reservas cuando sus autores aclaranque no aceptan ninguna relación contractual con la enti-dad que no reconocen, lo que tiene una consecuenciadirecta sobre la aplicación del tratado entre las dos par-tes. Este tipo de declaraciones unilaterales se puede for-mular en el momento en que la entidad no reconocidapasa a ser parte en el tratado, es decir, después de que elautor ha expresado su consentimiento a considerarse vin-culado por el tratado (proyecto de directriz 1.1.7).

vi) «Excluir o modificar»—Reservas «extensivas»

1950, vol II, pags 238 y 239, doc A/CN 4/23,196 Yearbookpárr 84

197 Por ejemplo, los Estados de la Unión Europea que hacen, sino reservas, al menos declaraciones interpretativas u objecionesconjuntas

503. El alcance preciso de la expresión «reservasextensivas» plantea problemas muy delicados y se ha

198 iPor ejemplo P -H Imbert, Les réserves aux traités multilatéraux,París, Pedone, 1978, pág 18

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Las reservas a los tratados 103

prestado a controversias de doctrina (párrafos 71 a 86 deltercer informe). En particular, el Relator Especial se pre-gunta si esa expresión se refiere también a una extensiónde los derechos o las obligaciones del autor de lacuestión, sobre la cual el debate teórico es poco claro. Asu juicio, se trata de una obligación unilateral asumidapor su autor de hacer más de lo que le impone el tratado,lo que no constituye una reserva en el sentido de ladefinición de Viena porque el fundamento de su posiblefuerza obligatoria no dimana del tratado. La ratificación,la firma o la adhesión son sólo el momento en que elEstado hace una declaración de asumir una obligaciónunilateral y si esto hace que quede obligado es por losmotivos indicados por la CU en los asuntos Essaisnucléaires199 (proyecto de directriz 1.1.5).

504. Por otro lado, cuando un Estado o una organiza-ción internacional desea limitar, mediante una reserva,las obligaciones que le impone el tratado y al mismotiempo limitar los derechos de las otras partes contratan-tes en virtud del tratado, se trata sin duda de una reserva.Si, en efecto, un Estado no puede mediante una reservaimponer a los otros Estados partes en el tratado una obli-gación nueva en relación con las obligaciones del dere-cho internacional general, no cabe duda de que el Estadoque hace la reserva puede, mediante esa reserva, negar alas otras partes en el tratado los derechos que éste lesotorga pero no los derivados del derecho internacional engeneral. Por el contrario, el Estado no podrá «legislar» ytratar de imponer a los otros Estados, por medio de unareserva, obligaciones que no se deriven del derecho inter-nacional general (proyecto de directriz 1.1.6).

c) Definición de las declaraciones interpretativas

505. Posteriormente el Relator Especial, al presentar lasección C del capítulo I de su tercer informe dedicada ala distinción entre reservas y declaraciones interpretati-vas, hizo tres observaciones generales:

a) En primer lugar, en las Convenciones de Viena de1969, 1978 y 1986 no se hace referencia a la cuestión delas declaraciones interpretativas, aunque la Comisiónexaminó esa cuestión en 1956 y 1962, al elaborar su pro-yecto de artículos sobre el derecho de los tratados. Pese allevar aparejados inconvenientes como la inexistencia dedirectrices e indicaciones sobre las declaraciones inter-pretativas, ello tiene la ventaja de que no existe «ortodo-xia» en esta materia, a diferencia de lo que ocurre en elcaso de las reservas. De esta forma la Comisión podráintroducir innovaciones en función de las conviccionesde sus miembros y de las necesidades de la sociedadinternacional contemporánea;

b) En segundo lugar, la práctica habitual en esteámbito (véanse los párrafos 231 a 234 del tercer informe)es que los Estados utilicen las declaraciones interpretati-vas con la misma frecuencia que las reservas. Se trata deuna práctica muy antigua que se remonta al Acta Final

del Congreso de Viena de 1815200 y que se desarrollóparalelamente a la forma convencional multilateral;

c) En tercer lugar, dos complejos factores dificultanla definición de las declaraciones interpretativas: i) lasincertidumbres terminológicas y ii) la política exterior yla estrategia jurídica de los Estados. En lo referente alprimer factor, se plantea la cuestión de saber si el hechode analizar por un método binario las declaraciones uni-laterales que inciden en el tratado respecto del cual seformulan, oponiendo «reservas» a «declaraciones inter-pretativas», obedece a un exceso de racionalismo carte-siano. Si bien parece que en varios idiomas se haadoptado ese método binario, en otros, como por ejem-plo en el inglés, se ha adoptado en cambio un enfoquemucho más diversificado. Sin embargo, ninguno de losEstados, incluidos los países de habla inglesa, ni de lasorganizaciones internacionales que han respondido a loscuestionarios puso en duda la clasificación de las decla-raciones unilaterales relativas a los tratados en dos cate-gorías.

506. Lo mismo cabe decir de las incertidumbres termi-nológicas; los Estados no matizan en absoluto sus decla-raciones o utilizan expresiones retorcidas o ambiguas(véanse los párrafos 255 a 259 del tercer informe).

507. Esa utilización tiene justamente su origen en lasegunda dificultad: si bien en ocasiones se emplean esaslocuciones por descuido, con mucha frecuencia se utili-zan deliberadamente, ya sea para soslayar una prohibi-ción de formular reservas, ya sea, como lo señaló unEstado en su respuesta al cuestionario, para evitar lamala impresión que podía generar la formulación de unareserva.

508. Al destacar que las declaraciones interpretativasse definieron durante la labor preparatoria de la Conven-ción de Viena de 1969 de manera «negativa» indicandoque no eran reservas, el Relator Especial señaló quehabía elaborado una definición positiva siguiendo unmétodo empírico (proyecto de directriz 1.2). Esa defini-ción contiene en primer lugar elementos comunes a lasreservas y a las declaraciones interpretativas; en los doscasos se trata de una declaración unilateral, independien-temente de su enunciado o denominación.

i) Formulación conjunta de una declaración inter-pretativa

509. La formulación conjunta constituye uno de lospuntos comunes entre las reservas y las declaracionesinterpretativas; sin embargo, la práctica no estaba bienestablecida en lo relativo a las últimas. Véase al respectoel párrafo 268 del tercer informe (proyecto de directriz1.2.1).

199 Véase la nota 101 supra.

200 British and Foreign State Papers, 1814-1815 (Londres), vol II(1839),págs.3yss.

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104 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

ii) Enunciado y denominación; formulación de unadeclaración interpretativa cuando estén prohibidaslas reservas

510. El Relator Especial se refirió al rechazo delnominalismo en la definición tanto de las reservas comode las declaraciones interpretativas («cualquiera que seasu enunciado o denominación») y se preguntó si no con-vendría tomar al pie de la letra lo que dijeran los Estadosy mantener las denominaciones que asignaran a lasdeclaraciones unilaterales que formularan en relacióncon los tratados (como había recomendado el Japón en1969 o como sugirió un miembro de la Comisión en su49.° período de sesiones, en 1997). No obstante,reconoció que ese método se apartaría mucho de la prác-tica y sería como si la Comisión dictara disposicioneslegales, lo cual no era su función. Por ello adoptó unmétodo más pragmático basándose sobre todo en la juris-prudencia del Comité de Derechos Humanos, de laComisión de Derechos Humanos y del Tribunal Europeode Derechos Humanos y propuso que se tuviera encuenta que, si bien el título de una declaración interpreta-tiva no constituía prueba de su carácter jurídico, creabauna presunción —aunque no irrefutable—, sobre todocuando el autor llamaba a ciertas declaraciones «reser-vas» y a otras «declaraciones interpretativas» (proyectode directriz 1.2.2).

511. Asimismo, parece que cuando un tratado prohibela formulación de reservas, cabe presumir, también demodo no irrefutable, que el autor de la declaración inter-pretativa al respecto ha actuado de buena fe y se trataefectivamente de una declaración interpretativa (pro-yecto de directriz 1.2.3).

iii) Declaraciones interpretativas condicionales

512. Este tipo particular de declaración interpretativase plantea cuando el Estado o la organización internacio-nal que la formula supedita a ella su consentimiento aconsiderarse obligado por el tratado de que se trate, de lamisma forma que el autor de una reserva supedita a ellasu obligación .

513. Este tipo de declaración se acerca mucho más a lasreservas que las declaraciones interpretativas simples, yaque el elemento temporal es aquí esencial, mientras queno sucede así en el caso de las declaraciones interpretati-vas simples. Por otra parte, si hay dudas respecto delalcance de las declaraciones interpretativas y su natura-leza, condicional o no, es necesario atenerse a la reglageneral de interpretación enunciada en el artículo 31 dela Convención de Viena de 1969 y, llegado el caso, com-pletarla recurriendo a los medios complementarios pre-vistos en el artículo 32 del mismo instrumento (proyectode directriz 1.2.4).

iv) Declaraciones de política general y declaracionesinformativas

514. En cuanto a la primera categoría, se trata de decla-raciones relativas al mismo tema que el tratado mediantelas cuales no se pretende interpretarlo sino exponer lapolítica del autor en lo referente al tema del tratado (pro-yecto de directriz 1.2.5).

515. La segunda categoría está integrada por las decla-raciones informativas mediante las cuales su autor indicade qué modo se propone cumplir sus obligaciones en elplano interno sin que ello tenga incidencia alguna en losderechos y obligaciones de los demás Estados (proyectode directriz 1.2.6).

516. En ninguno de los dos casos se trata ni de reservasni de declaraciones interpretativas.

v) Distinción entre reservas y declaraciones interpreta-tivas

517. Las declaraciones interpretativas se distinguen delas reservas en dos aspectos: a) el elemento temporal, esdecir, el momento en que puede formularse la declara-ción, y b) el elemento ideológico, es decir, el objetivoprevisto por el autor de la declaración. Este último es elelemento esencial de la distinción. Si bien la reservatiene por objeto excluir o modificar el efecto jurídico dela aplicación al autor de las disposiciones del tratado, ladeclaración interpretativa únicamente tiene por objetointerpretar el tratado o algunas de sus disposiciones, esdecir, precisar o aclarar su sentido y su alcance, como loha destacado en varias ocasiones la jurisprudencia de laCPJI y la CU. Por consiguiente, la interpretación no poneen tela de juicio la vigencia de las disposiciones a lascuales se refiere ni su efecto jurídico. El Relator Especialseñaló que ello derivaba directamente de la definición delas declaraciones interpretativas (proyecto de directriz1.2), pero que, si la Comisión lo consideraba preferible,se podría repetir en directrices todavía más explícitas(proyectos de directriz 1.3.0 y 1.3.0 bis), especificandolos criterios tanto de las reservas como de las declaracio-nes interpretativas. Si bien hay ventajas y desventajastanto en especificar los criterios como no hacerlo, en laGuía de la práctica debería señalarse esta cuestión a laatención de los Estados.

518. En cuanto al elemento temporal, el Relator Espe-cial consideró que, a diferencia de las reservas202, no eranecesario incluirlo en la definición general de las decla-raciones interpretativas (salvo de las declaraciones inter-pretativas condicionales). En efecto, si bien las reservastienen que ver con la concertación del tratado, las decla-raciones interpretativas están relacionadas con su inter-pretación, que, a su vez, es un elemento de su aplicación,y a ese respecto el Relator Especial coincide con su pre-

201 El Relator Especial citó el ejemplo de una declaración de este tipoformulada por Francia al firmar el Protocolo Adicional II del Tratadopara la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y elCaribe [véase Ratificación del Protocolo Adicional II (Naciones Uni-das, Recueil des Traités, vol 936), pág 420]

202 El Relator Especial consideró asimismo que la inclusión del ele-mento temporal en la definición de las reservas había sido desafortu-nada y que más bien se debía a motivos de políticajuridica relacionadoscon la estabilidad de las relaciones convencionales y la unidad de lostratados

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Las reservas a los tratados 105

decesor, Sir Humphrey Waldock, que afirmaba quepodían formularse declaraciones interpretativas en cual-quier momento, durante las negociaciones o en la firma,la ratificación, o más adelante, durante la aplicaciónpráctica posterior.

vi) Método de aplicación de la distinción entre reservasy declaraciones interpretativas

519. El Relator Especial señaló que, de hecho, debíarecurrirse al método previsto en los artículos 31 y 32 dela Convención de Viena de 1969, consistente en la meraaplicación de la regla general de interpretación de los tra-tados. Sobre la base de la práctica de los Estados, pero,sobre todo, de la jurisprudencia de la Corte Interameri-cana de Derechos Humanos, el Tribunal Europeo deDerechos Humanos y el Tribunal de Arbitraje en la causadel Mar de Iroise, las declaraciones unilaterales debíaninterpretarse de buena fe siguiendo el sentido que habíaque atribuir a sus términos en su contexto, sin perjuiciode verificar el resultado que podría producir este métodorecurriendo a los medios complementarios de interpreta-ción, especialmente en el curso de los trabajos preparato-rios (proyecto de directriz 1.3.1).

vii) Alcance de las definiciones

520. Al señalar el hecho de que durante las deliberacio-nes de la Comisión sobre la definición de las reservas sehabían planteado numerosas cuestiones relativas a sulegitimidad, el Relator Especial precisó que definir nosignificaba reglamentar y que todas las definiciones quefiguraban en la primera parte de la Guía de la práctica noafectaban su régimen jurídico y, en particular, de su legi-timidad. Una reserva (o una declaración interpretativa)puede ser legítima o ilegítima, pero sigue siendo unareserva o una declaración interpretativa. Precisamente, elhecho de que la declaración unilateral de que se trate seauna reserva o una declaración interpretativa permitedeterminar su legitimidad (proyecto de directriz 1.4).

2. RESUMEN DEL DEBATE

521. Con respecto a los proyectos de directriz 1.1.5 y1.1.6, relativos al problema de las llamadas reservas«extensivas», algunos miembros señalaron que eran muypoco usuales los ejemplos de declaraciones encaminadasa aumentar las obligaciones de su autor [como ladeclaración del representante de la Unión Sudafricana enrelación con el GATT203 citada por el Relator Especial(véase el párrafo 208 del tercer informe)]; las declaracio-nes de ese tipo podrían ser, ora una propuesta de exten-sión de un tratado que los otros Estados tal vez aceptarano no, ora una declaración interpretativa consistente enuna interpretación extensiva, aunque fuera errónea, delas obligaciones de su autor en virtud del tratado. En rela-

ción con el proyecto de directriz 1.1.6, algunos miem-bros observaron que se limitaba a ofrecer una definicióna contrario de las reservas, sobre todo teniendo encuenta el principio de reciprocidad que se aplicaba rigu-rosamente en materia convencional, y que se asemejabamucho a la definición general de las reservas. Por otraparte, muchos miembros declararon que en realidad eraimposible «añadir una nueva disposición a un tratado»mediante una sencilla declaración unilateral.

522. Otros miembros recordaron los problemas quehabía provocado la formulación de los proyectos dedirectriz 1.1.5 y 1.1.6. Se citó el caso hipotético de unareserva formulada a determinado tratado mediante lacual se suspendiera la aplicación de un régimen generalderivado del derecho internacional: esa reserva surtiría elefecto de establecer nuevamente obligaciones derivadasdel derecho internacional general. Por otra parte, en elcaso de un tratado en el que se prohibieran las reservaspero se permitiera la formulación de declaraciones decarácter «transitorio» destinadas a reducir el alcance y lanaturaleza de las obligaciones impuestas por el tratado(por ejemplo el reciente Estatuto de Roma de la CortePenal Internacional204), cabría preguntarse si ese instru-mento creaba dos regímenes, uno aplicable a las reservasy otro a las declaraciones, o solamente se trataba de unaopción ofrecida a los Estados. También se expresó laopinión de que los dos proyectos podrían fusionarse enuna sola directriz concerniente en esencia a la «modifi-cación» del propio tratado (y no de sus efectos) medianteuna declaración que no constituyera reserva. Para algu-nos miembros, los problemas que planteaban ambos pro-yectos de directriz tenían un alcance mucho más amplioque el de simples problemas de redacción. En realidad,no consideraban convincente la distinción plasmada enlos proyectos de directriz 1.1.5 y 1.1.6 entre las declara-ciones unilaterales que constituían reservas y las que nolas constituían. En el ámbito de la teoría del derecho nohabía diferencia sustancial entre una declaración enca-minada a aumentar las obligaciones de su autor y otraencaminada a limitarlas. Por consiguiente, dado que enla definición de Viena sólo se hablaba de «modificar»cabía preguntarse si había alguna razón para excluir de ladefinición de reserva las declaraciones encaminadas aaumentar las obligaciones de su autor, las cuales, en vir-tud del efecto de la reciprocidad y en determinadoscasos, podrían dar por resultado también un aumento delas obligaciones de las otras partes.

523. Por el contrario, otros miembros consideraron quelos dos proyectos de directriz podrían resultar muy útilespara la Guía de la práctica, particularmente en el caso dedeclaraciones destinadas a aumentar las obligaciones desu autor que se presentaran yuxtapuestas a declaracionesencaminadas a limitar las obligaciones de su autor y que,por consiguiente, constituyeran reservas. Aunque en lapresente etapa no era necesario pronunciarse sobre lanaturaleza de las primeras o sobre si se regían por lasnormas aplicables a los actos jurídicos unilaterales, seríaposible aclarar así el concepto de reserva. En este sentidose recordó también la posibilidad de sustituir determina-

203 Véase Protocolo de modificación de ciertas disposiciones delAcuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, pág 39 204 A/CONF 183/9

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106 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

das obligaciones dimanantes de tratados por otras más omenos equivalentes205.

524. Al resumir el debate el Relator Especial subrayóen primer lugar el verdadero sentido de los términos utili-zados en la definición de Viena. Parecía inexacto afirmarque una reserva estuviera encaminada a limitar el efectojurídico de las disposiciones de un tratado. El términoempleado era «modificar», y de ello se derivaba el pro-blema de las reservas extensivas.

525. En segundo lugar, el Relator Especial considerabaque las declaraciones encaminadas a aumentar las obliga-ciones de su autor constituían actos jurídicos unilateralesaun cuando muchos miembros estimaban que la Comi-sión no debía pronunciarse a la sazón sobre su naturaleza.La cuestión era saber si un Estado podía, mediante unareserva, aumentar las obligaciones de otros Estados: a sujuicio, era preciso establecer una distinción entre dosaspectos muy diferentes:

a) El primero consistía en saber si mediante unareserva podían aumentarse aquellas obligaciones de laspartes que se derivaban normalmente del tratado. Sinduda, en tal caso se trataba de la función normal de todareserva encaminada a neutralizar determinadas disposi-ciones del tratado;

b) El segundo aspecto tenía que ver con la posibilidadde que el Estado que formulaba la reserva aumentara lasobligaciones de las otras partes contratantes, no sólo enrelación con el tratado mismo sino además en relacióncon el derecho internacional general. Difícilmente cabríasuponer que un Estado pudiese modificar el derechointernacional consuetudinario a su favor mediante la for-mulación de una reserva. No parecía razonable conside-rar que una «reserva» modificativa pudiese dar lugar alaumento de los derechos del Estado que la formulase yde las obligaciones de los otros Estados contratantes enoposición al derecho internacional consuetudinario; ade-más, calificar tales prácticas como «reservas» tendríaefectos muy graves para los pequeños Estados en desa-rrollo: dado que carecían de servicios jurídicos bien orga-nizados, después de transcurrido algún tiempo seconsideraría que las habían aceptado y, de esta manera,quedarían obligados en virtud de una especie de «legisla-ción» impuesta desde el exterior.

526. En tercer lugar, el Relator Especial observó quevarias declaraciones unilaterales denominadas «reser-vas» por su autor (por ejemplo la reserva de Israel a losConvenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, que teníapor objeto añadir el Escudo de David a los emblemas dela Cruz Roja y la Media Luna Roja206), ya fuera que esta-ban encaminadas a aumentar o a disminuir las obligacio-

205 Se recordó el caso de una reserva formulada por el Japón al Con-venio sobre la ayuda alimentaria, de 1971 (en virtud del cual las partescontratantes se comprometían a proporcionar trigo a determinados paí-ses), de conformidad con la reserva, el Japón, que no era productor detrigo, mdico que proporcionaría una cantidad de arroz equivalente entérminos «monetarios» a la cantidad de trigo que le habría correspon-dido suministrar (Naciones Unidas, Recueil des Traites, vol 800, pág197)

206 Véase Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 75, págs 437a 439

nes de los otros Estados contratantes, eran en realidadpropuestas de enmienda que sólo entraban en vigorcuando eran aceptadas por las otras partes. Habida cuentade la aceptación tácita de las reservas, el problema con-sistía en saber si tales «reservas» lo eran en realidad.

527. En lo que respecta al proyecto de directriz 1.1.7,varios miembros, sin dejar de reconocer la utilidad prác-tica que revestía la aclaración del carácter de las declara-ciones de no reconocimiento, se preguntaron si éstasverdaderamente constituían reservas. Dichos miembrosseñalaron que, en realidad, lo que se excluía entre laparte que hacía la declaración y la parte no reconocidaera la aplicación del tratado en su conjunto y no las dis-posiciones particulares de éste, lo cual no estaba en con-sonancia con la letra de la definición de Viena. Por otraparte, se señaló que toda reserva presuponía una relaciónconvencional o contractual entre la parte que hacía lareserva y las demás partes en el tratado, mientras que enel caso de las declaraciones de no reconocimiento lo queno se reconocía era precisamente la capacidad contrac-tual de una de las partes. Por consiguiente, dichas decla-raciones pertenecían más al ámbito del reconocimiento ode las declaraciones interpretativas que al ámbito delderecho de los tratados y, en especial, al de las reservas.Estas últimas se hacían simplemente en el momento deexpresar el consentimiento a considerarse vinculado porel tratado. También se señaló que esta cuestión rebasabael ámbito del derecho de los tratados y entraba en unámbito eminentemente político, donde era preciso distin-guir entre el no reconocimiento de los Estados, losgobiernos y las organizaciones internacionales. Puestoque la práctica de este tipo de declaración estaba sufi-cientemente extendida, no era conveniente utilizar unacalificación «preventiva» que desalentara una mayor par-ticipación de los Estados en los tratados.

528. Según otro punto de vista, este proyecto de direc-triz se alejaba considerablemente del régimen de Viena ypodría dar a entender que la Comisión tenía el propósitode incluir, dentro del régimen de reservas, el mayornúmero posible de situaciones. A ese respecto, se señalóque si las declaraciones podían hacerse en cualquiermomento se estaría cada vez más lejos de las característi-cas «clásicas» de las reservas. Por otra parte, estas decla-raciones podrían producir efectos diversos en función deltipo de tratados (como, por ejemplo, los tratados restrin-gidos) respecto de los cuales se hubieran formulado.También se señaló que el hecho de clasificar estas decla-raciones como reservas y tratar de aplicar el régimencorrespondiente a éstas podría, en algunos casos, produ-cir resultados absurdos, por ejemplo, en el caso en quelas reservas estuvieran prohibidas por el tratado o cuandola totalidad de las partes no se reconocieran entre ellas.

529. A juicio de algunos de los miembros, la cuestióndebería plantearse de manera inversa, es decir, habría quedeterminar si una reserva podría excluir la aplicación deltratado en su totalidad entre dos partes; de ser así, debíadilucidarse si ello obedecía necesariamente a un no reco-nocimiento. Por lo demás, se indicó la posibilidad de vin-cular dichas declaraciones a las «ofertas» o los acuerdosinter se. Se indicó también la posibilidad de seguir exa-minando este aspecto o de estudiarlo juntamente con lasdeclaraciones interpretativas.

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Las reservas a los tratados 107

530. Otros miembros dijeron que éstas eran declaracio-nes unilaterales, sui generis, «declaraciones de exclu-sión», o declaraciones que producían efectos asimiladosa las reservas que cabían igualmente en la Guía de lapráctica (quizá en un anexo de ésta), puesto que expresa-ban una realidad irrefutable. También se expresó la opi-nión de que éstas eran declaraciones de rechazo de lacapacidad de la entidad no reconocida para entablar rela-ciones convencionales derivadas principalmente de laconcertación de los tratados, y que en el proyecto dedirectriz debía indicarse que dichas declaraciones noconstituían reservas.

531. Por otro lado, a juicio de algunos miembros esasdeclaraciones constituían verdaderas reservas en razónde que tenían por objeto modificar el efecto jurídico deltratado, lo cual era propio de la reserva. No obstante, elrégimen general de las reservas no sería enteramenteaplicable a dichas declaraciones: el tratado, en su con-junto, estaba excluido y el momento de su formulaciónpodía variar. A ese respecto, los miembros de la Comi-sión recordaron que aun cuando el reconocimiento cons-tituyera una cuestión política, producía efectos jurídicos.

532. Al resumir las deliberaciones el Relator Especialseñaló que se habían planteado cinco problemas princi-pales:

a) Primeramente, un problema filosófico: aun cuandose tratara de una cuestión «política» como, al parecer,creían varios miembros, en su opinión era necesario exa-minar la cuestión procurando definir sus consecuenciasen el plano jurídico;

b) Independientemente del hecho de que solía llamár-seles corrientemente «reservas», lo que constituiría unaindicación en ese sentido, el Relator Especial no com-prendía la razón por la que las reservas no podían formu-larse rationae personae o rationae materiae o rationaeloci. Por otra parte, si podía excluirse la aplicación de untratado en su totalidad entre dos partes mediante la pre-sentación de una objeción, el Relator Especial se pregun-taba la razón por la cual no podía hacerse lo propiomediante una reserva. Atenerse estrictamente a la expre-sión «ciertas disposiciones» que figuraba en la definiciónde Viena era, a su parecer, demasiado formalista;

c) No obstante, el Relator Especial reconoció que,aun cuando se las calificase como reservas, algunascaracterísticas del régimen de las reservas (objeciones,etc.) no eran aplicables a este respecto;

d) También faltaba resolver el problema del momentoexacto en que podían hacerse dichas declaraciones; si sequería salvaguardar la estabilidad de las relaciones con-vencionales, sería sin duda conveniente precisar quedichas declaraciones podían hacerse en el momento enque la entidad no reconocida pasara a ser parte en un tra-tado en lugar de que pudiera hacerlo en cualquiermomento;

é) Dado que las «calificaciones» sui generis no eransatisfactorias, al concluir el debate el Relator Especial, alcontrario de lo que pensaba inicialmente, se inclinaba aconsiderar que, si no se trataba de reservas, podría tra-tarse de declaraciones similares a las declaraciones depolítica general o a las declaraciones hechas respecto del

tratado y que no tenían efectos jurídicos sobre la aplica-ción de éste, pero, aun así, no estaba seguro de ello.

533. En cuanto a la presentación de la sección C delcapítulo I del informe, relativa a las declaraciones inter-pretativas, varios miembros expresaron su acuerdo conla observación del Relator Especial de que en el ámbitode las declaraciones interpretativas reinaba un gran des-orden terminológico, y creían que los proyectos de direc-triz 1.2 y 1.2.2 solucionaban ese problema y contribuíana evitar situaciones vagas y ambiguas. Según un puntode vista, además del problema de la terminología, ladefinición cumplía una función esencial en la determina-ción de la legitimidad de una declaración unilateral. Noobstante, los miembros se hicieron eco de la opinión delRelator Especial, que pensaba que era conveniente defi-nir primero la declaración interpretativa antes de abordarla cuestión de su legitimidad. Se señaló también que elrégimen de Viena no descartaba totalmente el problemade las declaraciones interpretativas, pues las reglas gene-rales de interpretación previstas en él eran aplicables adichas declaraciones. No obstante, la distinción entredeclaraciones interpretativas y reservas solía ser muydifícil. También se señaló que las reglas generales deinterpretación enunciadas en la Convención de Viena de1969 tenían por objeto aclarar el sentido de un acuerdode voluntades entre dos o más partes y que la Comisióndebería examinar si era posible trasladarlas a las declara-ciones interpretativas, es decir, a las declaraciones unila-terales.

534. Otros miembros se preguntaron si era necesarioestudiar detalladamente las declaraciones interpretativasy llegaron a la conclusión de que era preciso hacerlo;sobre ese particular, subrayaron que era preciso definirclaramente los criterios por los cuales se podían distin-guir de las reservas (todas las propuestas del RelatorEspecial, salvo quizá la propuesta del proyecto de direc-triz 1.2.1, relativa a la formulación conjunta de unadeclaración interpretativa, tenían precisamente porobjeto definir los criterios a ese respecto). No obstante,se expresó la opinión de que las declaraciones interpreta-tivas condicionales constituían verdaderas reservas ydebían considerarse como tales, especialmente en lorelativo a su conformidad con el objeto y el fin del tra-tado.

535. En cuanto a las declaraciones interpretativas con-dicionales, cabía preguntarse si, en el caso de que otra delas partes contratantes hiciera una objeción, dichasdeclaraciones representarían un obstáculo para la entradaen vigor del tratado entre el Estado que hacía la declara-ción condicional y el Estado que planteaba la objeción.

536. En cuanto a la definición de las declaracionesinterpretativas (proyecto de directriz 1.2), varios miem-bros consideraron que respondía adecuadamente a lanecesidad de disipar los malentendidos en torno al con-cepto de declaración interpretativa. Se señaló asimismoque esta definición podría incluir su atributo negativo, asaber, que las declaraciones interpretativas no tienen porobjeto ni modificar ni excluir el efecto jurídico de algu-nas disposiciones del tratado.

537. Otros miembros subrayaron que era preciso esta-blecer un límite al alcance demasiado subjetivo de la

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108 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su S0.° periodo de sesiones

interpretación (denotado, sobre todo, por la expresión«que el declarante atribuye al tratado»), para lo cualdebería indicarse que ésta debería ser conforme a la letray al espíritu de la disposición pertinente del tratado.

538. Según otro punto de vista, las declaraciones inter-pretativas solían hacerse en relación con las condicionesde la entrada en vigor del tratado (como en la Conven-ción de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar) yeste elemento también podría incluirse en la definición.

539. El Relator Especial subrayó que, básicamente, unadefinición no entrañaba un contenido normativo propia-mente dicho, pero que era un requisito previo indispensa-ble para determinar la legitimidad de estas declaracionesunilaterales y para aplicar el régimen jurídico relativo aunas y otras. Evidentemente, el principal problema eradeterminar si el régimen jurídico podía aplicarse alámbito de las declaraciones interpretativas y en quémedida. Sin embargo, era prematuro examinar esa cues-tión. En opinión del Relator Especial, si bien en muchoscasos el régimen de las declaraciones interpretativas con-dicionales podía ajustarse al de las reservas, al parecer,ambas nociones no podían asimilarse totalmente.

C.—Texto del proyecto de directrices sobre reservasa los tratados aprobado provisionalmente

por la Comisión en primera lectura

1. TEXTO DEL PROYECTO DE DIRECTRICES

540. Se reproduce a continuación el texto de los pro-yectos de directriz 1.1, 1.1.1 [1.1.4], 1.1.2, 1.1.3 [1.1.8],1.1.4 [1.1.3] y 1.1.7 [1.1.1], aprobados provisionalmentepor la Comisión en primera lectura en su 50.° período desesiones. Los números entre corchetes indican los núme-ros que las directrices tenían inicialmente en el tercerinforme del Relator Especial.

una organización internacional se propone aplicar el conjunto deltratado.

1.1.2 Casos en que puede formularse una reserva

Los casos en que puede formularse una reserva de conformidadcon la directriz 1.1 abarcan todos los medios de expresar el consen-timiento a quedar obligado por un tratado mencionados en elartículo 11 de la Convención de Viena sobre el derecho de los trata-dos y la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados entreEstados y organizaciones internacionales o entre organizacionesinternacionales.

1.1.3 [1.1.8] Reservas de alcance territorial20*

Una declaración unilateral por la cual un Estado se proponeexcluir la aplicación de un tratado o de algunas de sus disposicionesen un territorio en el que ese tratado sería aplicable en ausencia detal declaración constituye una reserva.

1.1.4 [1.1.3] Reservas formuladas al notificar alguna aplicaciónterritorial

Una declaración unilateral por la cual un Estado se proponeexcluir o modificar el efecto jurídico de algunas disposiciones de untratado en su aplicación a un territorio respecto del cual el Estadohace una notificación de la aplicación territorial del tratado consti-tuye una reserva.

1.1.7 [1.1.1] Formulación conjunta de una reserva

La formulación conjunta de una reserva por varios Estados uorganizaciones internacionales no afecta al carácter unilateral deesa reserva.

[...]

La definición de una declaración unilateral como reserva seentiende sin perjuicio de la permisividad y de los efectos que puedatener en virtud de las normas relativas a las reservas209.

2. TEXTO DEL PROYECTO DE DIRECTRICESCON COMENTARIOS

LAS RESERVAS A LOS TRATADOS

LAS RESERVAS A LOS TRATADOS GUÍA DE LA PRÁCTICA

GUÍA DE LA PRÁCTICA

1. Definiciones

1.1 Definición de reservas

Se entiende por «reserva» una declaración unilateral, cualquieraque sea su enunciado o denominación, hecha por un Estado o poruna organización internacional al firmar, ratificar, confirmar ofi-cialmente, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él, o alhacer una notificación de sucesión en un tratado, con objeto deexcluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones deltratado en su aplicación a ese Estado o a esa organización.

1.1.1(1.1.4] Objeto de las reservas2'"

Una reserva puede referirse a una o varias disposiciones de untratado o, de manera más general, a la forma en que un Estado o

207 Se reexaminará este proyecto de directriz tomando en cuenta eldebate sobre las declaraciones interpretativas, y se podrá formular nue-vamente en caso necesario

1. Definiciones

1.1 Definición de reservas

Se entiende por «reserva» una declaración unilate-ral, cualquiera que sea su enunciado o denominación,hecha por un Estado o por una organización interna-cional al firmar, ratificar, confirmar oficialmente,aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él, o alhacer una notificación de sucesión en un tratado, conobjeto de excluir o modificar los efectos jurídicos deciertas disposiciones del tratado en su aplicación a eseEstado o a esa organización.

208 Se revisará el texto del proyecto de directrices juntamente con ladirectriz 1 1 1 en el 51 ° periodo de sesiones de la Comisión

209 El título y la ubicación de esta directriz se determinaran masadelante

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Las reservas a los tratados 109

Comentario

1) La definición de reservas escogida por la Comisiónno es más que el texto combinado de las definiciones quefiguran en las Convenciones de Viena de 1969, 1978 y1986, sin ninguna modificación.

2) Este método, que la Comisión se propone seguir enprincipio respecto de los otros capítulos de la Guía de lapráctica, está en consonancia con la posición que adoptóen su 47.° período de sesiones210 y que confirmó en su49.° período de sesiones211 según la cual no correspondemodificar las disposiciones pertinentes de las Conven-ciones de Viena de 1969, 1978 y 1986. Esta orientaciónfue aprobada en general durante las deliberaciones sobreel tema de las reservas a los tratados que tuvieron lugaren la Sexta Comisión de la Asamblea General.

3) En el apartado d del párrafo 1 del artículo 2 de laConvención de Viena de 1969 figura la siguiente defini-ción de reserva:

Se entiende por «reserva» una declaración unilateral, cualquiera quesea su enunciado o denominación, hecha por un Estado al firmar, rati-ficar, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él, con objeto deexcluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tra-tado en su aplicación a ese Estado

4) Esta definición reproduce el texto aprobado por laComisión en su 18.° período de sesiones en su proyectode artículos definitivos sobre el derecho de los trata-dos212 y no dio lugar a debates prolongados ni en el senode la Comisión2 ni en la Conferencia de las NacionesUnidas sobre el Derecho de los Tratados214. El texto dela definición fue utilizado en las Convenciones de Vienade 1978 y 1986215, sin que se suscitaran discusiones.

5) Por otra parte, conviene tener presente que en elapartado j del párrafo 1 del artículo 2 de la Convención

210 Véase la nota 178 supra211 Véase Anuario 1997, vol II (segunda parte), parrs 116 a 123212 Véase Anuario 1966, vol II, pág 189, doc A/6309/Rev 1

(Parte II)213 Véanse las definiciones propuestas por Bnerly ( Yearbook

1950, vol II, pág 238, doc A/CN4/23), Fitzmaunce (Anuario1956, vol II, pag 103, doc A/CN4/101)y Waldock (Anuario 1962,vol II, pág 31, doc A/CN 4/144) y las propuestas del Comité deRedacción en el 14 ° periodo de sesiones (Anuario 1962, vol 1, 666 a

sesión, pag 256) y en el 17 ° período de sesiones (Anuario 1965,vol I, 820 a sesión, pág 319)

214 Véanse Documentos Oficiales de la Conferencia de las NacionesUnidas sobre el Derecho de los Tratados, primer período de sesiones,Viena, 26 de marzo al 24 de mayo de 1968 (publicación de las Nacio-nes Unidas, n ° de venta S 68 V 7), ibid, segundo periodo de sesio-nes, Viena, 9 de abnl-22 de mayo de 1969 (publicación de lasNaciones Unidas, n ° de venta S 70 V 6), e ibid, períodos de sesionesprimero y segundo, Viena, 26 de marzo-24 de mayo de 1968 y 9 deabnl-22 de mayo de 1969 (publicación de las Naciones Unidas, n ° deventa S 7 0 V 5 )

215 Durante la elaboración de los proyectos de articulo de la Comi-sión sobre ese punto se propuso una simplificación de la definición, afin de evitar la larga enumeración de momentos en que se puede haceruna reserva que figuraba en la definición de 1969 [véase Anuario¡974, vol II (primera parte), pág 299, doc A/9610/Rev 1], no obs-tante, en su 33 ° período de sesiones, la Comisión volvió a utilizar untexto tomado literalmente del de 1969 [véase Anuario 1981, vol II(segunda parte), pags 126 y 128]

de Viena de 1978 y en el apartado d del párrafo 1 delartículo 2 de la Convención de Viena de 1986 no sólo sereproduce pura y simplemente el texto del apartado d delpárrafo 1 del artículo 2 de la definición de la Convenciónde Viena de 1969 sino que se añade una aclaración quese consideró necesaria en razón del objeto de los dos ins-trumentos:

a) En la Convención de Viena de 1978 se aclara quese puede formular una reserva en el momento en que elEstado hace «una notificación de sucesión en untratado»;

b) En la Convención de Viena de 1986 se agrega queuna organización internacional puede hacer una reservacuando expresa su consentimiento a considerarse obli-gada por un tratado mediante un acto de confirmaciónformal.

6) Son estas diferencias las que hicieron necesaria lainclusión, a los fines de la Guía de la práctica, de untexto combinado que incluyese las modificaciones de1978 y de 1986 en lugar de reproducir pura y simple-mente el texto de 1969.

7) Esta definición, que está consagrada en la jurispru-dencia216 y que los Estados utilizan en la práctica cuandohacen reservas o responden a las reservas formuladas porotras partes contratantes, también ha sido aprobada engeneral por la doctrina, aunque algunos autores han criti-cado algunos aspectos particulares y han sugerido algu-nas modificaciones o agregados217.

8) Esta es también la posición de la Comisión aunquealgunos de sus miembros han señalado las lagunas o lasambigüedades de la definición de Viena. En particular,se ha dicho:

a) Que esta definición mezcla elementos puramentede definición con otros que dimanan directamente delrégimen jurídico de las reservas, sobre todo en cuanto almomento en que se puede hacer una reserva;

b) Que, por otra parte, la enumeración de esosmomentos, aun después de las modificaciones efectua-das en 1978 y en 1986, es incompleta y no corresponde ala lista de modalidades de expresión del consentimientoa considerarse obligado, que figura en el artículo 11 delas Convenciones de Viena de 1969 y de 1986;

c) Que la definición debería completarse mencio-nando la forma en que se deben presentar las reservas,que necesariamente debe ser por escrito, y

216 Véanse, por ejemplo, el laudo arbitral de 30 de jumo de 1977(nota 193 supra), págs 169 y 170, párrs 54 y 55 (el Tribunal arbitralcomprobó que las partes habían aceptado que el apartado d del párrafo1 del artículo 2 de la Convención de Viena de 1969, en la que ningunode los dos era Parte, definía correctamente las reservas y habían actuadosegún esa premisa), o la decisión de la Comisión Europea de DerechosHumanos del 5 de mayo de 1982 en la causa Temeltasch (nota 194supra), págs 130 a 132, párrs 69 a 82

217 Véanse sobre todo las definiciones propuestas por Imbert, opcit (nota 198 supra) y M M Whiteman, Digest of International Law(Washington D C ) , United States Printing Office, vol 14 (1970),pág 137, véase también F Horn, Reservations and InterpretativeDeclarations to Multilateral Treaties, La Haya, T M C Asser Insti-tuut, Amsterdam, Oxford, North-Holland, 1988, pág 83

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110 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50.° período de sesiones

d) Que debería aclararse que una reserva puede tenerpor objeto limitar los efectos jurídicos de las disposicio-nes a las que se refieren; para uno de los miembros, sólopuede tener ese efecto.

9) La Comisión, no obstante, ha considerado que esasobjeciones no constituyen motivo suficiente para dudarde la definición de Viena, que podría y debería ser com-pletada y aclarada en la Guía de la práctica, ya que éstaes precisamente su finalidad y su razón de ser.

10) Desde el momento en que la definición escogida alos fines de la Guía de la práctica es la que se desprendede las Convenciones de Viena de 1969, 1978 y 1986, elcomentario del apartado d del párrafo 1 del artículo 2 delproyecto de artículo de la Comisión reproducido en laConvención de Viena de 1969 conserva toda su vigencia:

La definición de las reservas se hace necesaria porque los Estados, alfirmar, ratificar, aceptar, aprobar un tratado o adherirse a él, suelenformular declaraciones acerca de cómo entienden algunos asuntos osobre su interpretación de determinadas disposiciones Tal declaraciónpuede ser una mera aclaración de la actitud del Estado o puede serequivalente a una reserva, según modifique o no la aplicación de lascláusulas del tratado ya aprobado o la excluya218

11) Esta explicación demuestra claramente la funciónde las definiciones contenidas en esta primera parte de laGuía de la práctica219: lo que se procura es distinguir lasreservas de las otras declaraciones unilaterales que sehacen respecto de un tratado (de las cuales la categoríamás importante es la de las declaraciones interpretativas),ya que unas y otras se rigen por regímenes jurídicos dis-tintos.

12) Asimismo, conviene tener presentes los límites detoda empresa de este tipo: cualquiera sea la finalidad dedefinir las reservas y distinguirlas de otras declaracionesunilaterales que tienen algunos puntos en común conellas, siempre subsistirá necesariamente un cierto gradode incertidumbre. Esta incertidumbre es inherente a laelaboración de cualquier definición, ya que se trata deuna operación de interpretación que depende, en parte, delas circunstancias y en parte del contexto y que, inevita-blemente, pone enjuego la subjetividad del intérprete.

1.1.1 [1.1.4] Objeto de las reservas™

Una reserva puede referirse a una o varias disposi-ciones de un tratado o, de forma más general, a la

218 Anuario 1966, vol II, pág 209, doc A/6309/Rev 1 (Parte II),párrafo 11 del comentario al artículo 2

219 El «Plan provisional del estudio» que figura en el párrafo 37 delsegundo informe del Relator Especial (véase la nota 182 supra) com-prende seis partes I Unidad o diversidad del régimen jurídico de lasreservas a los tratados multilaterales, objeto del capítulo II del segundoinforme, II Definición de reserva, III Formulación y retirada de lasreservas, de las aceptaciones y de las objeciones, IV Efectos de lasreservas, de las aceptaciones y de las objeciones, V Situación de lasreservas, de las aceptaciones y de las objeciones en caso de sucesiónde los Estados, y VI Solución de controversias relacionadas con elrégimen de las reservas

220 Este proyecto de directriz será examinado nuevamente a la luzde las deliberaciones relativas a las declaraciones interpretativas ypodría ser redactado de nuevo si procediera (En cuanto a las condicio-nes de adopción de este proyecto, véase el párrafo 12 del comentario alproyecto de directriz 1 1 )

manera en que un Estado o una organización interna-cional se propone aplicar el conjunto del tratado.

Comentario

1) Tomada al pie de la letra, la definición de Viena(véase el proyecto de directriz 1.1 supra) parece excluirde la categoría general de reserva a las declaraciones uni-laterales que no se refieren a una disposición deter-minada o a algunas disposiciones de un tratado, sino altexto en su conjunto. El proyecto de directriz 1.1.1 tienepor objeto tener en cuenta la práctica muy difundida delas reservas transversales en la interpretación de estadefinición, cuya lectura estricta daría lugar a una inter-pretación sumamente limitada y contraria a la realidad.

2) El texto escogido por los autores de las Conven-ciones de Viena de 1969, 1978 y 1986 ha sido criticado,en primer lugar, en razón del vínculo que establece«entre la reserva y las disposiciones de una convención[...]. En efecto, una reserva no tiende a eliminar una dis-

T? 1

posición sino una obligación» . Esta crítica no parecefundada en la medida en que se refiere a la definición quefigura en el apartado d del párrafo 1 del artículo 2 de laConvención de Viena de 1969, que procura aclarar que elobjeto que busca el autor de la reserva es excluir o modi-ficar los efectos jurídicos de las disposiciones del tratadoa las que se refiere y no a las disposiciones propiamentedichas222.

3) La segunda crítica hecha a este texto tiene que vercon la utilización de la expresión «ciertas disposiciones».Se ha dicho que el uso de esta expresión obedece aldeseo muy encomiable de descartar las reservas dema-siado generales e imprecisas que tienden a anular elcarácter obligatorio del tratado , consideración de laque cabe preguntarse si «tiene lugar en el artículo 2. Serefiere, en efecto, a la validez de las reservas. Ahorabien, el hecho de que una declaración entrañe consecuen-cias abusivas no significa que no se deba considerarcomo una reserva. Por otra parte, la práctica ofrecenumerosos ejemplos de reservas perfectamente válidasque no se refieren a disposiciones particulares, como lasque excluyen la aplicación de la totalidad del tratado encircunstancias bien determinadas»224.

221 Imbert , op cil (nota 198 supra), pág 15222 El texto del párrafo 1 del artículo 21 de las Convenciones de

Viena de 1969 y de 1986 es más discutible, ya que define los efectosjurídicos de las reservas como modificaciones de las disposiciones alas que se refiere

223 Véanse, por ejemplo, los comentarios del Gobierno de Israelacerca del proyecto de artículos sobre el derecho de los tratados (Anua-rio 1965, vol II, pag 14, doc A / C N 4/177 y A d d 1 y 2) o la declara-ción del representante de Chile en el primer período de sesiones de laConferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho de los Tratados(nota 214 supra), Actas resumidas de las sesiones plenanas y de lassesiones de la Comisión Plenaria, pág 24, cuarta sesión de la Comi-sión Plenaria, parr 5

224 Imbert, op cu (nota 198 supra), págs 14 y 15 En el mismosentido, véase, por ejemplo R Szafarz, «Reservations to multilateraltreaties», Polish Yearbook of International Law, vol III (1970),Varsovia, Ossol ineum, 1972, pág 296

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Las reservas a los tratados 111

4) Es conveniente no confundir, por una parte, unareserva general caracterizada por la imprecisión y elcarácter general de su contenido y, por otra parte, unareserva transversal, que tiene que ver con la forma en queel Estado o la organización internacional que la formulaaplicará el tratado en su conjunto pero a la que no seaplica necesariamente la crítica de la imprecisión.

5) La práctica de las reservas transversales es extrema-damente corriente y, como tal, jamás ha suscitado obje-ciones concretas. Se trata de las que excluyen o limitan laaplicación del tratado:

à) A ciertas categorías de personas225;

b) A objetos, especialmente vehículos226;

c) O a ciertas situaciones227;

á ) O a ciertos territorios (véase el proyecto de direc-triz 1.1.3 infra);

é) O en ciertas circunstancias determinadas228;

225 Véase, por ejemplo, la reserva hecha por el Remo Unido de GranBretaña e Irlanda del Norte relativa a la aplicación del Pacto Internacio-nal de Derechos Civiles y Políticos al personal de las fuerzas armadasy a los detenidos (Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 1007, pág396) o la presentada por Guatemala en relación con la aplicación de laConvención sobre formalidades aduaneras para la importación tempo-ral de vehículos particulares de carretera sólo a personas físicas ( ibid,vol 282, pag 347)

226 Véase, por ejemplo, la reserva de Yugoslavia en el sentido deque las disposiciones de la Convención relativa a la unificación deciertas disposiciones sobre los abordajes en la navegación interior nose aplicarán a los barcos destinados exclusivamente al ejercicio delorden público (ibid , vol 572, pág 159) o la reserva de Alemania en elsentido de que la Convención relativa a la matriculación de buques denavegación interior no se aplicará a los barcos que navegan por lagos yque pertenecen a los ferrocarriles federales alemanes ( ibid , vol 1281,pág 128).

227 Véanse, por ejemplo, las reservas de la Argentina al ConvenioInternacional de Telecomunicaciones ( ib id , vol 1533, pag 122) relati-vas al posible aumento de su contribución y a la hipótesis de que lasotras Partes no cumplan las obligaciones que han asumido (respuestade la Argentina al cuestionario sobre las reservas), o la reserva hechapor Francia al proceder a la firma del Acuerdo regional relativo a laplanificación del servicio de radionavegación marítima (radiofaros) enla Zona Marítima Europea, en 1985 [Actas Finales de la ConferenciaAdministrativa Regional para la planificación del servicio de radiona-vegación marítima (radiofaros) en ¡a Zona Marítima Europea (publi-cación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Ginebra,1986, pág 32)] relativa a las necesidades del buen funcionamiento delservicio de radionavegación marítima francés mediante la utilizacióndel sistema multifrecuencia con mediciones de fase (respuesta de Fran-cia al cuestionario sobre las reservas)

228 Véase la reserva hecha por Francia al Acta General (arreglopacífico de desacuerdos internacionales) en el sentido de que «en ade-lante [dicha adhesión a esta Acta] no se aplicará a las diferencias rela-tivas a los sucesos que se producen durante una guerra en la que [elGobierno francés] se vea implicado» [Traités multilatéraux déposésauprès du Secrétaire général (publicación de las Naciones Unidas, n "de venta F 98 V 2), doc ST/LEG/SERE/16, cap II 29, pág 1046] ElReino Unido y Nueva Zelandia hicieron reservas similares ( ibid , pags1043 a 1045) Véanse también las reservas de la mayoría de los Esta-dos Partes en el Protocolo relativo a la prohibición del empleo en laguerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacterioló-gicos, según las cuales ese instrumento dejará de ser obligatorio depleno derecho para el gobierno del Estado que hace la reserva respectode todo Estado enemigo cuyas fuerzas armadas o sus aliados no respe-ten las prohibiciones presentas en ese Protocolo [Situación de losacuerdos multilaterales de regulación de armamentos y de desarme,cuarta edición, 1992, vol 1 (publicación de las Naciones Unidas,n ° de venta S 93 IX 11, vol l ) , p á g s 10 a 17]

f) O por razones particulares relativas a la situacióninternacional de su autor229;

g) O a su derecho interno230.

6) Algunas de estas reservas suscitaron objeciones enrazón de su carácter muy general y de su imprecisión231

y puede que algunas de ellas sean consideradas ilícitaspor alguno de los motivos establecidos en el artículo 19de las Convenciones de Viena de 1969 y 1986. Sinembargo, esa ilegitimidad se deriva del régimen jurídicode las reservas y es un problema diferente del de la defi-nición. Es más, la inclusión de las reservas generales enla categoría de reservas constituye el preámbulo indis-pensable para apreciar su validez con respecto a las nor-mas relativas al régimen jurídico de las reservas; enprimer lugar, una reserva ilegítima a) no deja de ser unareserva y b) sólo puede ser declarada ilegítima si se tratade una reserva.

7) Otro elemento en el sentido de una interpretación noliteral de la definición de Viena se refiere al hecho deque ciertos tratados prohiben las reservas transversales oalgunas categorías de entre ellas, en particular las reser-vas generales232. Esta cláusula sería superflua (e inexpli-

229 Véanse, por ejemplo, las reservas hechas por Austria y Suiza a laConvención sobre la prohibición del desarrollo, la producción y elalmacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxímeas ysobre su destrucción (Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 1015,págs 236 a 238), relativas a la preservación de su estatuto de neutrali-dad (respuesta de Suiza al cuestionario sobre las reservas), o la reservahecha por Austria en el mismo sentido respecto de la Convención sobrela prohibición de utilizar técnicas de modificación ambiental con finesmilitares u otros fines hostiles [Traités multilatéraux (nota 228supra), cap XXVI 1, pág 920], o también las de los países miembrosde la Comunidad Europea respecto de la Convención sobre la prohibi-ción del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el empleo dearmas químicas y sobre su destrucción, en el sentido de que las dispo-siciones de la Convención se ejecutaran con arreglo a sus obligacionesderivadas de las normas de los tratados que establecen las Comunida-des Europeas en la medida en que se apliquen esas normas ( ibid , capXXVI 3, págs 934 a 936)

230 Véanse, por ejemplo, las reservas de los Estados Unidos deAmérica, Italia y el Japón en el sentido de que esos países aplicarán elConvenio Internacional del Trigo, 1986 provisionalmente, dentro delos límites de la legislación nacional (Naciones Unidas, Recueil desTraités, vol 1429, págs 167 y 206) o la reserva del Canadá a l a Con-vención sobre los Derechos Políticos de la Mujer «en relación con losderechos que corresponden a la competencia legislativa de las provin-cias» ( ib id , vol 258, pág 425)

231 Véanse, por ejemplo, las objeciones de numerosos países a lareserva hecha por las Maldivas a la Convención sobre la eliminaciónde todas las formas de discriminación contra la mujer, relativa a la sha-n a h islámica [Traités multilatéraux (nota 228 supra), cap IV 8,págs 192 a 196], así como las reservas hechas por Egipto a la mismaConvención (Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 1429, pág125) A este respecto, véase A Jenefsky, «Permissibility of Egypt 'sreservations to the Convention on the Elimination of all Forms of Dis-crimination against Women», Maryland Journal of International LawandTrade,vol 15,n°2(1991),págs 199a223,yR Cook,«Reserva-tions to the Convention on the Elimination of All Forms of Discrimi-nation against Women», Virginia Journal of International Law, vol30, n ° 3 (1990), pags 643 a 716 Véanse también las objeciones deciertos países [Traités multilatéraux (nota 228 supra), cap I V 1 ,págs 95 a 97] a la reserva de los Estados Unidos de América a la Con-vención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, rela-tiva a la Constitución de los Estados Unidos (Naciones Unidas,Recueil des Traités, vol 1518, pag 344)

232 Este es el caso del párrafo 1 del articulo 64 del Convenio euro-peo de derechos humanos o el articulo XIX de la Convención Intera-mencana sobre la desaparición forzada de personas

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112 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

cable) si las declaraciones unilaterales tendientes amodificar los efectos jurídicos de un tratado de manerageneral no constituyeran reservas.

8) La abundancia y la coherencia de la práctica de lasreservas transversales (que no necesariamente son siem-pre reservas vagas y generales) y la ausencia de obje-ciones de principio contra este tipo de reservas reconocenuna necesidad social que sería absurdo negar en nombrede una lógica jurídica abstracta. Por lo demás, la interpre-tación de normas jurídicas nunca es estática; el párrafo 3del artículo 31 de la Convención de Viena de 1969 dis-pone que el que interprete una norma convencional debetener en cuenta «juntamente con el contexto [...] b) todapráctica ulteriormente seguida en la aplicación del tra-tado por la cual conste el acuerdo de las partes acerca dela interpretación del tratado» y, como lo señaló enérgi-camente la CU, todo principio jurídico debe ser interpre-tado en función de «la evolución que ha seguidoulteriormente el derecho internacional» .

9) En consecuencia, parece que para evitar toda ambi-güedad y controversia sería conveniente incluir en laGuía de la práctica la interpretación amplia que los Esta-dos han dado efectivamente al texto aparentemente res-trictivo de la definición de Viena en lo que se refiere a lasreservas. En resumen, contrariamente a las inquietudesexpresadas por ciertos miembros de la Comisión, laformulación utilizada no debería suscitar confusión conlas declaraciones interpretativas, algunas de las cualespueden, en efecto, indicar «la manera en que el Estado sepropone aplicar el conjunto del tratado» pero dejandobien en claro que se trata únicamente de declaracionesunilaterales que, por lo demás, constituyen reservas quese ajustan a los requisitos de la definición de Viena; esose desprende de las palabras «una reserva» utilizadas alcomienzo del proyecto de directriz.

10) Es evidente que una definición de tal precisión noprejuzga de manera alguna la legitimidad (o ilegitimidad)de las reservas: ya sea que se refieran a ciertas disposi-ciones del tratado o al tratado en su conjunto, están suje-tas a las normas de fondo relativas a la validez (o a lalegitimidad) de las reservas.

11) A este respecto, la palabra «puede» utilizada en elproyecto de directriz 1.1.1 [1.1.4] debe ser interpretadano en el sentido amplio que implica que los Estados y lasorganizaciones internacionales «tienen el derecho de»,sino desde un punto de vista puramente descriptivo, conel significado de que, de hecho, las declaraciones unilate-rales que tengan ese carácter transversal son reservas,independientemente de su legitimidad. De ahí se derivasu inclusión en la primera parte de la Guía de la prácticaconsagrada exclusivamente a su definición, confirmadaexpresamente por el proyecto de directriz que se repro-duce más adelante y que no tiene número en forma provi-sional.

12) Algunos miembros de la Comisión expresarondudas acerca del texto del proyecto de directriz 1.1.1

[1.1.4]. A su juicio, ésta se aplicaba tanto a las declara-ciones interpretativas como a las reservas transversales.Para otros miembros, ese temor no estaba justificado yaque, desde el comienzo, el proyecto de directriz indicabaque se trataba de «una reserva». No obstante, la Comi-sión decidió que la legitimidad de la definición sería«ensayada» a la luz de los debates relativos a las declara-ciones interpretativas.

1.1.2 Casos en que puede formularse una reserva

Los casos en que puede formularse una reserva deconformidad con la directriz 1.1 abarcan todos losmedios de expresar el consentimiento a quedar obli-gado por un tratado mencionados en el artículo 11 dela Convención de Viena sobre el derecho de los trata-dos y la Convención de Viena sobre el derecho de lostratados entre Estados y organizaciones internaciona-les o entre organizaciones internacionales.

Comentario

1) El propósito de este proyecto de directriz es reme-diar el defecto de redacción de las Convenciones deViena de 1969 y 1986, en las que el apartado d delpárrafo 1 del artículo 2, por un lado, y el artículo 11, porotro, no están formulados en los mismos términos, lo quepuede dar origen a confusiones.

2) Como se indica en el párrafo 8 del comentario delproyecto de directriz 1.1, la inclusión en la definición deViena de una enumeración de los casos en que puedenformularse las reservas se ha censurado, sobre todo porser una enumeración incompleta y porque habría tenidomejor acomodo en los artículos de las Convenciones deViena de 1969, 1978 y 1986 relativas al régimen jurídicode las reservas que en el artículo que las define.

3) Por ilógica que parezca en abstracto, la idea deincluir las limitaciones temporales de la posibilidad deformular las reservas en la definición misma de éstas seha impuesto progresivamente234, habida cuenta de losgraves inconvenientes que para la estabilidad de las rela-ciones jurídicas tendría un sistema que permitiera a laspartes formular reservas en cualquier momento. Seríarealmente el propio principio pacta sunt servando el queestaría en peligro si las partes en un tratado pudieran entodo momento, mediante la formulación de reservas,cuestionar las obligaciones convencionalmente contraí-das. Además, esto complicaría sobremanera las funcio-nes del depositario.

4) No es menos cierto que la enumeración limitativa delos casos en que pueden formularse las reservas en lasConvenciones de Viena de 1969,1978 y 1986 se ha criti-

233 Conséquences juridiques pour les États de la présence continuede l'Afrique du Sud en Namibie (Sud-Ouest africain) nonobstant larésolution 276 (1970) du Conseil de sécurité, C.I.J. Recueil 1971(véase la nota 20 supra), pág. 31, parr. 52.

234 Las definiciones más antiguas de las reservas no comprendían engeneral este elemento ratione tempons. Véanse, por ejemplo, las defi-niciones propuestas por D. H. Miller, Reservations to Treaties: TheirEffect, and the Procedure in Regard Thereto, Washington D.C., 1919,pág. 76, D. Anzilotti, Cours de droit international, traducción francesade G. Gidel, París, Sirey, vol. 1,1929, pág. 399; y R. Genet, «Les "réser-ves" dans les traités», Revue de droit international et des sciencesdiplomatiques et politiques (Ginebra), t 10 (1932), pág. 103.

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Las reservas a los tratados 113

cado. Por una parte, porque la enumeración es incom-pleta, especialmente por no tener en cuenta inicialmentela posibilidad de formular reservas en virtud de suce-siones de Estados235, aunque la Convención de Viena de1978 corrigió este defecto. Por otra parte, numerososautores advirtieron que, en ciertos casos, era válida laformulación de reservas en momentos distintos de losprevistos en la definición de Viena236 y, en particular,que un tratado podía reconocer expresamente la posibi-lidad de formular reservas en un momento distinto del dela firma o la manifestación del consentimiento en obli-garse por un tratado237.

5) No obstante, no parece conveniente reconocerexpresamente esta posibilidad en la Guía de la práctica,porque aunque es bien cierto que un tratado puede admi-tirla, esa admisión es una norma convencional, una lexspecialis, que deroga los principios generales estableci-dos por las Convenciones de Viena de 1969, 1978 y1986, cuyo carácter es supletorio de la voluntad de laspartes y no impide, por lo tanto, derogaciones de estaclase. La Guía de la práctica en materia de reservas tieneese mismo carácter y no parece oportuno recordar encada uno de sus epígrafes que los Estados y las organiza-ciones internacionales pueden dejarla sin efecto inclu-yendo en los tratados que concierten cláusulas de reservasujetas a normas particulares.

6) Pero aun ateniéndose al derecho internacional ge-neral, la enumeración de los casos en que pueden formu-larse las reservas, según figura en el párrafo 1 del artículo2 de las Convenciones de Viena de 1969, 1978 y 1986,no comprende todas las formas de manifestación del con-sentimiento en obligarse por un tratado. Sin embargo, esclaro que la intención de esta norma es que el Estadopueda formular (o confirmar) reservas cuando manifiestaese consentimiento y sólo entonces. No debe darse, pues,demasiada importancia a la letra de esa enumeración, quepresenta lagunas y que, además, no está en consonanciacon la del artículo 11 de las Convenciones de Viena de1969 y 1986238.

7) La propia Comisión conocía perfectamente elproblema cuando debatió el proyecto de artículos sobreel derecho de los tratados entre Estados y organizaciones

235 Cf Szafarz, op al (nota 224 supra), pag 295236 Cf ibid y G Gaja, «Unruly treaty reservations», Le droit inter-

national à l'heure de sa codification — Études en l'honneur deRoberto Ago, Milán, Giuffrè, 1987, vol I, pags 307 y ss , en particularpágs 310 a 313, D W Greig, «Reservations Equity as a balancingfactor?», The Australian Year Book of International Law, 1995, vol16, págs 21 a 172, en particular págs 28 y 29, Horn, op at (nota 217supra), págs 41 a 43, y P Reuter, Introduction au droit des traités,tercera edición corregida y aumentada por P Cahier, París, PressesUniversitaires de France, 1995, pag 71

237 Véase principalmente Imbert, op cit (nota 198 supra), pág 12238 El artículo 11 de la Convención de Viena de 1986 dice lo

siguiente« 1 El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado

podrá manifestarse mediante la firma, el canje de instrumentos queconstituyan un tratado, la ratificación, la aceptación, la aprobación ola adhesion, o en cualquier otra forma que se hubiere convenido

»2 El consentimiento de una organización internacional enobligarse por un tratado podrá manifestarse mediante la firma, elcanje de instrumentos que constituyan un tratado, un acto de confir-mación formal, la aceptación, la aprobación o la adhesion, o encualquier otra forma que se hubiere convenido »

internacionales o entre organizaciones internacionales,ya que, en un primer momento, a propuesta de su RelatorEspecial, Sr. Paul Reuter, simplificó la definición de lasreservas de manera que decía solamente que podían serformuladas «por un Estado o por una organización inter-nacional al firmar un tratado o al manifestar [...1 su con-sentimiento en obligarse por un tratado» , lo que erauna remisión tácita al artículo 11 de la futura Conven-ción. Sin embargo, por apartarse lo menos posible deltexto de 1969, la Comisión acabó por calcar de éste suproyecto, renunciando así a una simplificación útil240.

8) Las diferencias de redacción entre el apartado d delpárrafo 1 del artículo 2 y el artículo 11 de las Convencio-nes de Viena de 1969 y 1986 consisten en que en el pri-mero se omiten dos hipótesis previstas en el segundo: «elcanje de instrumentos que constituyan un tratado», poruna parte, y «cualquier otra forma que se hubiere conve-nido», por otra. Como advirtió un miembro de la Comi-sión, es muy poco verosímil que un tratado multilateralgeneral pueda nacer de un intercambio de cartas. No obs-tante, esta hipótesis no puede descartarse totalmente,como tampoco que surjan otras formas de manifestacióndel consentimiento en obligarse por un tratado distintasde las enumeradas en el apartado d del párrafo 1 del artí-culo 11 de las Convenciones. Para evitar que se planteenproblemas en estos casos el proyecto de directriz 1.1.2aclara que no conviene dar mayor importancia a las dife-rencias de redacción entre esos dos artículos.

9) Cabe señalar que el objeto de esta directriz no es lle-nar las lagunas de la enumeración que hace la definiciónde Viena, en particular la omisión de las reservas formu-ladas al notificarse la aplicación territorial de un tratado,que es objeto del proyecto de directriz 1.1.4 [1.1.3]. Demanera más general, la Comisión se propone examinar afondo los problemas planteados por la formulación dereservas en el capítulo II de la Guía de la práctica.

10) A propuesta de uno de sus miembros, la Comisiónse preguntó si, así como con el proyecto de directriz1.1.2 había tratado de armonizar la definición de Vienacon el artículo 11 de las Convenciones de Viena de 1969y 1986, no debería igualmente aclarar que la expresión«notificación de sucesión en un tratado», que figura en elapartado j del párrafo 1 del artículo 2 de la Convenciónde Viena de 1978, debe interpretarse exclusivamente a laluz de los artículos 17 y 18 de dicha Convención. Noobstante, la Comisión consideró preferible hacer estaaclaración en la parte de la Guía de la práctica que sededicará a la sucesión de Estados en materia de reservasa los tratados.

1.1.3 [1.1.8] Reservas de alcance territorial14'1

Una declaración unilateral por la que un Estado sepropone excluir la aplicación de un tratado o de algu-

239 Anuario 1974, vol II (primera parte), pág 141 .doc A/CN 4/279, véase también el párrafo 3 del comentario al apartado d del párrafo1 del proyecto de artículo 2, ib id , pág 300, doc A/9610/Rev 1

240 Véase la nota 215 supra241 El texto de este proyecto de directriz volverá a examinarse junto

con el proyecto de directriz 1 1 1 en el 51 ° período de sesiones de laComisión

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114 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO.0 período de sesiones

nas de sus disposiciones en un territorio en el que esetratado sería aplicable en ausencia de tal declaraciónconstituye una reserva.

Comentario

1) Como su título indica, este proyecto de directriz serefiere a las declaraciones unilaterales por las que unEstado242 se propone excluir la aplicación total o parcialde un tratado ratione loci, es decir, consiente en la aplica-ción del tratado íntegramente ratione materiae, peroexcluye del ámbito del tratado a uno o varios territoriosque, por una u otra razón, están sometidos a su jurisdic-ción.

2) Antiguamente, esto sucedía sobre todo con las lla-madas «reservas coloniales», o sea, declaraciones por lasque las Potencias administradoras manifestaban su inten-ción de aplicar o no un tratado o algunas de sus disposi-ciones a sus colonias o a algunas de ellas243. Habidacuenta del carácter residual del fenómeno colonial en laactualidad, estos casos apenas se plantean hoy. No obs-tante, puede ser útil determinar el carácter jurídico deesas declaraciones desde la perspectiva del derecho inter-temporal, es decir, cuando se trata de determinar su lici-tud o su alcance en relación con un tratado que sigue envigor aunque haya desaparecido la situación colonial queles dio origen.

3) La práctica de las reservas territoriales subsiste ensituaciones no coloniales, como cuando un Estadoexcluye de la aplicación de un tratado todo o parte de supropio territorio244, o cuando, pudiendo obligarse inter-

no

242 Por razones obvias, esta hipótesis no afecta prácticamente a lasorganizaciones internacionales, aunque pueda concebirse que una orga-nización dotada de competencias territoriales formule reservas de estaclase

243 Véanse las reservas de Bélgica (excluyendo el Congo belga y elterritorio de Ruanda-Urundi) o la del Imperio británico (excluyendotodas las colonias, las posesiones, los protectorados o los territorios) ola de Francia (excluyendo todos los protectorados, las colonias, lasposesiones o los territorios de ultramar sujetos a la soberanía o la auto-ridad de la República francesa) al Convenio sobre el régimen interna-cional de ferrocarriles [Traités multilatéraux . (nota 228 supra),cap II 27, pág 1040], o las declaraciones del Reino Unido excluyendola aplicación de la Convención sobre el mar territorial y la zona conti-gua (Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 516, pág 278), la Con-vención sobre la alta mar ( ibid, vol 450, pág 164) y la Convenciónsobre pesca y conservación de los recursos vivos de la alta mar (ibid ,vol 559, pág 287) a los «Estados del Golfo Pérsico» Véanse tambiénlas reservas que han acompañado la manifestación del consentimientodel Gobierno del Reino Unido en obligarse por numerosos tratadosdespués de la proclamación ilegal de la independencia de Rhodesia delSur entre 1965 y 1980 [como las reservas británicas al Pacto Interna-cional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales «las disposi-ciones del Pacto no se aplicarán a Rhodesia del Sur mientras nocomunique al Secretario General de las Naciones Unidas que está encondiciones de garantizar que puede cumplir integramente las obliga-ciones que le impone el Pacto respecto de ese territorio» (ibid, vol993, pág 83), y al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos( ibid, vol 999, pág 288), o a la Convención Internacional sobre laEliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (ibid, vol660, pág 302)]

244 Como ejemplo de exclusión total de todo el territorio de unEstado, véase la reserva de los Estados Unidos de América al Acuerdo

nacionalmente respecto de un territorio determinado,quiere hacerlo245.

4) Por más que se haya cuestionado246, estas declara-ciones unilaterales son reservas en el sentido de ladefinición de Viena, pues, formuladas en uno de losmomentos previstos, su objeto es excluir o modificar losefectos jurídicos de todo el tratado (véase el proyecto dedirectriz 1.1.1 [1.1.4] supra) o de algunas de sus disposi-ciones en su aplicación al Estado que las formula. En sudefecto, el tratado se aplicaría a todo el territorio delEstado, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 29 de lasConvenciones de Viena de 1969 y 1986247. La exclusióno modificación parcial de la aplicación del tratado, que esla esencia misma de las reservas y que es el objeto deesas declaraciones, les confiere el carácter de verdaderasreservas.

5) Algunos miembros de la Comisión dudaron de esaafirmación aduciendo principalmente que las reservasterritoriales sólo eran posibles si las autorizaba expresa-mente el tratado respecto del cual se formulaban. Esta esuna interpretación muy restrictiva del artículo 29 de lasConvenciones de Viena de 1969 y 1986, que no exigeque el tratado regule expresamente esta cuestión yadmite la posibilidad de su aplicación territorial parcialcuando ésta «se desprenda» del tratado o conste de otromodo. En todo caso, por una parte, esta objeción nace node la definición de reserva sino de los requisitos de suvalidez, y, por otra, las declaraciones unilaterales formu-ladas en virtud de un tratado no son menos reservas porel hecho de que el tratado las autorice expresamente. Asíse desprende, por ejemplo, del apartado b del artículo 19de las Convenciones de Viena de 1969 y 1986, que prevéel caso de que el tratado disponga que únicamentepueden hacerse determinadas reservas. Pero si un tratadoautoriza expresamente la formulación de reservas territo-riales, no podría interpretarse, salvo que las partes hubie-ran manifestado claramente su voluntad contraria, quelas demás reservas están prohibidas248.

sobre el transporte internacional de productos alimentarios perecede-ros y sobre la utilización de equipo especial para su transporte (ATP)(ibid, vol 1299, pág 355) y las objeciones planteadas por esta reserva( ib íd ,vol 1347, págs 342y 344)

245 Como ejemplo antiguo, véase la declaración formulada porDinamarca al ratificar el Convenio destinado a reglamentar ciertosconflictos de leyes en materia de letras de cambio y pagarés exclu-yendo a Groenlandia del campo de aplicación del Convenio (Sociedadde las Naciones, Recueil des Traités, vol CXLIII, pág 318) o, comoejemplo más reciente, las declaraciones formuladas por Noruega en1985 por las que excluía de la aplicación de la Convención sobre la cir-culación vial (Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 1393, pág372) y la Convención sobre la señalización vial a los territorios deSvalbard y Jan Mayen (ibid, pág 375)

246 Véase por ejemplo F Horn, op at (nota 217 supra), págs 100 y101

247 El articulo 29 de la Convención de Viena de 1969 dice «Un tra-tado sera obligatorio para cada una de las partes por lo que respecta ala totalidad de su territorio, salvo que una intención diferente se des-prenda de él o conste de otro modo»

248 Adviértase a este respecto que el apartado b del artículo 19 aludeexclusivamente a los tratados que dispongan que «únicamente puedenhacerse determinadas reservas», por lo tanto, deja a salvo los casos enque los tratados autoricen la formulación de determinadas reservas sinque su enumeración sea taxativa

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Las reservas a los tratados 115

6) Se dijo también que sería difícil aplicar a las reser-vas territoriales el régimen jurídico general de las reser-vas y, especialmente, oponerse a ellas. Esto es ciertocuando el tratado las autoriza expresa o tácitamente,como según la mayoría de los miembros de la Comisióndeberían hacer los tratados respecto de toda reserva terri-torial249. En tal caso, la imposibilidad de oponerse a esasreservas no nace de su objeto territorial sino de su carác-ter de reservas autorizadas por el tratado, y, en esto, lasreservas territoriales no se diferencian de otros tipos dereservas autorizadas.

7) En suma, aun reconociendo que cuando su objeto esexcluir o modificar la eficacia jurídica de ciertas disposi-ciones del tratado esas declaraciones son verdaderasreservas, algunos miembros de la Comisión cuestionaronque tuvieran ese carácter las declaraciones cuyo objetoera excluir totalmente la aplicación del tratado en unterritorio determinado. No obstante, la Comisión consi-deró que no procedía distinguir entre reservas rationemateriae y reservas ratione loci, distinción que no resultani expresa ni tácitamente de la definición de Viena.

8) Huelga decir que las reservas territoriales deben for-mularse a más tardar cuando el Estado manifiesta su con-sentimiento en obligarse por el tratado cuya aplicación aun territorio determinado las reservas pretenden excluirtotalmente, y, en esto, la definición de reserva territorialen nada se distingue de la definición general de reserva.Cosa distinta es que el Estado que tenga jurisdicciónsobre determinado territorio quiera excluir o modificarparcialmente la aplicación del tratado a ese territorio:entonces, la reserva puede formularse no solamentecuando se firme el tratado o cuando se manifieste defini-tivamente el consentimiento en obligarse por él, sinotambién cuando el Estado extienda la aplicación del tra-tado a ese territorio, que anteriormente no estaba sujetoal tratado. Esta calidad especial ratione temporis de algu-nas reservas territoriales se examina en el proyecto dedirectriz 1.1.4 [1.1.3].

1.1.4 [1.1.3] Reservas formuladas al notificar algunaaplicación territorial

Una declaración unilateral por la cual un Estado sepropone excluir o modificar el efecto jurídico de algu-nas disposiciones de un tratado en su aplicación a unterritorio respecto del cual el Estado hace una notifi-cación de la aplicación territorial del tratado consti-tuye una reserva.

Comentario

1) Mientras que el proyecto de directriz 1.1.3 [1.1.8] serefiere al alcance ratione loci de determinadas reservas,el proyecto de directriz 1.1.4 [1.1.3] se refiere al ele-

mento temporal de la definición, al momento en quealgunas de estas «reservas territoriales» pueden formu-larse.

2) Por regla general, el Estado formulará esas reservascuando firme el tratado o manifieste su consentimientodefinitivo en obligarse por él, y sólo entonces podránformularse las reservas cuya finalidad sea excluir unterritorio de la aplicación del tratado en su totalidad(véase el párrafo 8 del comentario al proyecto de direc-triz 1.1.3 [1.1.8] supra). No sucede lo mismo con lasreservas cuyo objeto sea excluir o modificar los efectosjurídicos de ciertas disposiciones del tratado en su apli-cación a un territorio al que éste no se aplicaba anterior-mente.

3) Puede suceder que el ámbito de aplicación territorialde un tratado varíe con el tiempo porque el Estadodecida extender su aplicación a un territorio sujeto a sujurisdicción al que el tratado no se aplicaba anterior-mente, por ejemplo al retirar una reserva territorial(véase el proyecto de directriz 1.1.3 [1.1.8] supra), por-que haya adquirido jurisdicción sobre el territorio des-pués de la entrada en vigor del tratado, o por cualquierotra razón que, en todo caso, es independiente del dere-cho de las reservas al tratado. En tal caso, el Estadoencargado de las relaciones internacionales del territoriopuede extender pura y simplemente el tratado a ese terri-torio, pero también puede no querer hacerlo sino parcial-mente, en cuyo caso acompañará a la notificación de laextensión de la aplicación territorial del tratado al depo-sitario nuevas reservas relativas a ese territorio. No haymotivo alguno para impedírselo. Las restricciones deesta clase dificultarían la extensión territorial del tratadoy serían innecesarias puesto que la declaración unilateralformulada en este caso se sujeta al régimen jurídico delas reservas y, consecuentemente, sólo es lícita si escompatible con el objeto y fin del tratado.

4) Como ejemplos de lo dicho cabe mencionar lasreservas formuladas por el Reino Unido el 19 de marzode 1962 al extender la aplicación de la Convención sobreel estatuto de los apatridas a Fiji, las Indias Occidentalesy el Estado de Singapur , o las reservas formuladas porlos Países Bajos el 29 de julio de 1971 respecto de laaplicación territorial a Suriname de la Convención sobreel estatuto de los refugiados251.

5) Pueden citarse ejemplos recientes de reservas for-muladas con ocasión de una notificación de aplicaciónterritorial: el 27 de abril de 1993 Portugal notificó alSecretario General de las Naciones Unidas su intenciónde extender a Macao la aplicación del Pacto Internacio-nal de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y elPacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Estanotificación se acompañó de reservas relativas al territo-rio252. El 14 de octubre de 1996, el Reino Unido notificóal Secretario General su decisión de aplicar la Conven-ción sobre la eliminación de todas las formas de discri-

2 4 9 Sin duda este extremo podría aclararse mediante una directrizulterior de la Guia de la practica en relación con el apartado b del arti-culo 19 de las Convenciones de Viena de 1969 y 1986

250 Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 424, pags 389 y 3912 5 1 Ib id ,voI 790, pag 129252 Traités multilatéraux (nota 228 supra), cap IV 3, pags 126,

128 y 129, nota 16

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116 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO.0 período de sesiones

minación contra la mujer a Hong Kong, habida cuenta dedeterminadas reservas . Estas reservas no provocaronninguna reacción ni objeción de las demás partes en losinstrumentos correspondientes.

6) Parece razonable aclarar, como se ha propuesto endoctrina254, que una declaración unilateral formulada porun Estado con ocasión de una notificación de aplicaciónterritorial es una reserva si cumple además las condicio-nes establecidas en la definición de Viena complemen-tada como antecede. Huelga decir que esta aclaración noprejuzga la cuestión de la licitud de esta clase de reser-vas.

1.1.7 [1.1.1] Formulación conjunta de una reserva

La formulación conjunta de una reserva por variosEstados u organizaciones internacionales no afecta alcarácter unilateral de esa reserva.

Comentario

1) Una de las características fundamentales de las re-servas es que se trata de declaraciones unilaterales y lamayoría de los miembros de la Comisión están convenci-dos de que ese elemento de la definición de Viena no estásujeto a excepciones aun si, formalmente, nada impideque varios Estados u organizaciones internacionales for-mulen una reserva conjunta, es decir, en un instrumentoúnico dirigido al depositario de un tratado multilateral ennombre de varias partes.

2) La práctica de las reservas concertadas está bienestablecida: es muy corriente que Estados que compartentradiciones, intereses o ideologías comunes o Estadosvecinos se pongan de acuerdo para formular reservasidénticas o similares a un tratado. Ése ha sido a menudoel caso de los países de Europa del Este que decían profe-sar el socialismo256, de los países nórdicos257 o de losEstados miembros del Consejo de Europa o de las Comu-

2 5 3 I b í d , c a p IV8,pág 198, nota 11254 Cf Szafarz, op at (nota 224 supra), pág 295255 Aunque, en el pasado, algunos autores hayan tenido una con-

cepción «contractual» de la reserva (cf C Rousseau, Principesgénéraux du droit international public, París, Pédone, vol I, 1944,págs 290 y 291), véase también la definición propuesta por Bnerly(nota 196 supra) La adopción de la Convención de Viena de 1969silenció las controversias sobre ese punto

256 Véanse, por ejemplo, las reservas de Bulgaria, la Federaciónde Rusia, Hungría, Mongolia, la República Checa, la RepúblicaDemocrática Alemana y Rumania a la sección 30 de la Convenciónsobre Prerrogativas e Inmunidades de las Naciones Unidas, algunasde esas reservas han sido retiradas con posterioridad a 1989 [Traitésmultilatéraux (nota 228 supra), cap III 1, págs 40 a 44]

257 Véanse, por ejemplo, las reservas de Finlandia y Suecia a losartículos 35 y 58 de la Convención de Viena sobre Relaciones Con-sulares (Naciones Unidas, Recueil des Traités, vol 922, pág 279, yvol 1194, pág 397) o las de Dinamarca, Finlandia, Islandia y Sueciaal artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos( ib íd ,vol 999, págs 290 a 293 y 299, y vol 1144, págs 386 y 387)

nidades Europeas258. Pero cada una de esas reservas nodeja por ello de ser formulada individualmente por cadauno de los Estados interesados, por lo que no se planteanproblemas en relación con la definición de Viena.

3) Sin embargo, durante el debate en torno al proyectoque se convertiría en el apartado d del párrafo 1 delartículo 2 de la Convención de Viena de 1969, un miem-bro de la Comisión había destacado que una reserva nosólo podía ser concertada, sino también conjunta259. Enaquel momento esa observación no encontró eco y, en lapráctica, no parece que los Estados hayan recurrido,hasta el presente, a la práctica de formular reservas con-juntas . Sin embargo, no se puede excluir esa posibili-dad, tanto más probable cuanto que en la actualidad sepueden citar, a falta de reservas conjuntas, casos bastantefrecuentes de:

d) Objeciones conjuntas a reservas formuladas porotras partes,261.

b) Declaraciones interpretativas conjuntas (que, porlo demás, no siempre se pueden distinguir fácilmente delas reservas stricto sensu)162.

4) Por ello, no cabe excluir la posibilidad de que el pro-blema se plantee en el futuro y la Comisión ha conside-rado conveniente tener en cuenta esa posibilidad en laGuía de la práctica.

5) La Comisión ha considerado que no había nada queobjetar a la formulación conjunta de una reserva por va-rios Estados u organizaciones internacionales: es difícilcomprender qué les impediría hacer conjuntamente loque pueden hacer, sin duda alguna, por separado y en losmismos términos. Con la multiplicación de los mercadoscomunes y las uniones aduaneras y económicas, esta

258 Véanse, por ejemplo, las reservas de Alemania, Austria, Bélgicay Francia al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ibid,vol 1103, pag 395, vol 1202, pág 397, y vol 1312, pág 330), o lasdeclaraciones de todos los Estados miembros de la Comunidad Euro-pea, formuladas en esa condición, a la Convención sobre la prohibicióndel desarrollo, la producción, el almacenamiento y el empleo de armasquímicas y sobre su destrucción (nota 229 supra)

259 Intervención del Sr Paredes (Anuario . 1962, vol I, 6 5 1 a

sesión, pag 157, párr 87)260 Las reservas formuladas por una organización internacional son

imputables a ésta y no a sus Estados miembros, por lo que no podríancalificarse de reservas «conjuntas»

261 Así, la Comunidad Europea y los nueve Estados miembros quela integraban en ese momento formularon objeciones, mediante unmismo instrumento, a las declaraciones hechas por Bulgaria y la Repú-blica Democrática Alemana en relación con el párrafo 3 del artículo 52del Convenio Aduanero relativo al Transporte Internacional de Mer-cancías al Amparo de los Cuadernos TIR, que daba a las uniones adua-neras o económicas la posibilidad de llegar a ser Partes (NacionesUnidas, Recueil des Traités, vol 1102, pág 360, y vol 1110, pág372)

262 Véanse las declaraciones formuladas por la Comunidad Europeay sus Estados miembros, o por éstos únicamente, en relación con, porejemplo, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cam-bio Climático [Traités multilatéraux (nota 228 supra), cap XXVII 7,pag 978], el Convenio sobre la Diversidad Biológica (ibid, capXXVII 8, pag 983) o el Acuerdo sobre la aplicación de las disposicio-nes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del marde 10 de diciembre de 1982 relativas a la conservación y ordenación delas poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces alta-mente migratorios (ibid , cap XXI 7, págs 880 y 881)

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Las reservas a los tratados 117

flexibilidad se impone, tanto más cuanto que es probableque los precedentes sentados por las objeciones o lasdeclaraciones interpretativas conjuntas mencionadasanteriormente se reproducirán en materia de reservas, yaque esas instituciones a menudo comparten sus atribu-ciones con sus Estados miembros; no sería natural,entonces, exigir que éstos actúen separadamente de lainstitución a la que pertenecen. Por lo demás, en el planoteórico, esa práctica no sería en absoluto contraria alespíritu de la definición de Viena: un acto único quedimane de varios Estados puede considerarse unilateralpor el hecho de que su destinatario o sus destinatarios noson partes de él .

6) En el plano práctico, tales reservas conjuntas ten-drían además la gran ventaja de simplificar la tarea tantodel depositario, que podría dirigir el texto de la reservaformulada conjuntamente a las otras partes sin tener quemultiplicar las notificaciones, como de las otras partes,que podrían, si así lo desearan, responder con un instru-mento único.

7) La Comisión se preguntó si no convendría ir máslejos y considerar la posibilidad de que se formulenreservas colectivas, por las cuales un grupo de Estados ode organizaciones internacionales contraerían la obliga-ción no sólo de formular la reserva conjuntamente, sinotambién de retirarla o modificarla exclusivamente demanera conjunta, lo que significaría asimismo que lasotras partes sólo podrían aceptarla o formular objecionesal respecto de modo uniforme. Aunque esta posibilidadfue defendida por uno de los miembros, parecía presentarmás inconvenientes que ventajas:

a) En el plano práctico, haría más difícil la retirada delas reservas, que se considera a menudo como un «malnecesario»264, supeditando la renuncia a una reserva con-junta al acuerdo de todos los Estados u organizacionesinternacionales que la hubieran formulado;

b) En el plano teórico, significaría que un grupo departes podría imponer a las demás las reglas relativas alas reservas sobre las cuales se hubieran puesto deacuerdo, lo que es incompatible con el principio delefecto relativo de los tratados; en otras palabras, es posi-ble que algunos Estados u organizaciones internacionalesacuerden considerar que la reserva que formulan conjun-tamente no podrá retirarse ni modificarse más que con-juntamente, pero dicho acuerdo sería res ínter altos actarespecto de las otras partes contratantes en el tratado alque afecta la reserva.

8) Estas son las razones por las que la Comisión, aun-que consideró la posibilidad de formular reservas con-juntas, quiso precisar que éstas no quedarían menossujetas al régimen general de las reservas, gobernado engran medida por su «unilateralidad», que esta formula-ción conjunta no podría modificar.

263 Se trata de lo que podría denominarse «actos unilaterales de par-tes múltiples», véase a ese respecto el primer informe del Relator Espe-cial sobre los actos unilaterales de los Estados, Sr V Rodríguez Cedeño[Anuario 1998, vol II (primera parte), doc A/CN 4/486, parrs 79 y133]

264 Véase la intervención del Sr Roberto Ago (Anuario 1965,vol I, 797 a sesión, pag 158, parr 38)

9) Conviene además precisar que la conjunción coordi-nante «u» («por varios Estados u organizaciones interna-cionales») utilizada en el proyecto de directriz 1.1.7[1.1.1] no excluye en absoluto la posibilidad de que unoo varios Estados y una o varias organizaciones interna-cionales formulen reservas conjuntamente, y debe inter-pretarse como «y/o». No obstante, la Comisiónconsideró que esta fórmula recargaría excesivamente eltexto.

Directrices adicionales

[•••I

La definición de una declaración unilateral comoreserva se entiende sin perjuicio de la permisividad yde los efectos que pueda tener en virtud de las nor-mas relativas a las reservas.

Comentario

1) El proyecto de directriz precedente fue aprobadopor la Comisión de modo provisional. Su título y sulugar en la Guía de la práctica se determinarán con pos-terioridad. Asimismo, la Comisión estudiará la posibili-dad de reunir en un mismo caveat las reservas, únicoobjeto de la presente directriz, y las declaraciones inter-pretativas, que, en opinión de algunos miembros, plan-tean problemas idénticos.

2) Esta aprobación provisional se consideró necesariapara aclarar y precisar el alcance del conjunto de los pro-yectos de directrices relativos a la definición de las reser-vas adoptados hasta el momento y para resaltar sucontenido particular.

3) Definir no es reglamentar. La definición como enun-ciación de las cualidades esenciales de un objeto265 tienepor función exclusiva determinar a qué categoría generalpertenece una declaración. Sin embargo, esa clasifica-ción no supone en absoluto que las declaraciones de quese trate sean o no válidas. Una reserva puede ser lícita oilícita. Será reserva si responde a la definición elegida;en cambio, no será reserva si no responde a los criteriosenunciados en los proyectos de artículo (y en los quetiene previsto aprobar la Comisión en su 51.° período desesiones). Sin embargo, ello no implica necesariamenteque las declaraciones sean lícitas (o ilícitas) con arregloa otras reglas del derecho internacional.

4) Y, lo que es más, la determinación exacta de la natu-raleza de una declaración es el requisito previo indispen-sable de la aplicación de un régimen jurídico concreto yanterior al establecimiento de su licitud. En tanto un ins-trumento concreto no se defina como reserva, no sepuede decidir si ésta es o no lícita, percibir su alcancejurídico ni determinar sus efectos. No obstante, la licitudy los efectos no se ven afectados por la definición, que

265 .«Proposición que expone con claridad y exactitud los caracteresgenéricos y diferenciales de una cosa », Diccionario de la LenguaEspañola, 20 a ed , Madrid, Espasa, 1984

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118 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO." período de sesiones

únicamente determina la aplicación de las reglas corres-pondientes.

5) Este proyecto de directriz reviste una importanciaespecial en relación con el proyecto de directriz 1.1.1[1.1.4], en el que se emplea el verbo «puede». Comoindica el comentario de esa disposición, en ese contextoel término debe interpretarse en sentido puramente des-criptivo y no permisivo; la Comisión no pretende indicarque sea lícito, o no, formular reservas amplias sino sola-mente que toda declaración unilateral que tenga esecarácter constituye efectivamente una reserva y que,como tal, está sujeta al régimen jurídico de las reservas.Asimismo, el hecho de que en el proyecto de directriz

1.1.2 se indique que «pueden formularse» reservas entodos los casos previstos en el proyecto de directriz 1.1 yen el artículo 11 de las Convenciones de Viena de 1969 y1986 no significa que esa reserva sea necesariamentelícita; lo será sólo si cumple las condiciones estipuladaspor el derecho de las reservas a los tratados y, en particu-lar, las estipuladas en el artículo 19 de esas Convencio-nes.

6) Desde un punto de vista más general, todos los pro-yectos de directriz aprobados hasta el momento son inter-dependientes y no cabe leerlos ni entenderlos aisla-damente.

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Capítulo X

OTRAS DECISIONES Y CONCLUSIONES DE LA COMISIÓN

A.—Programa, procedimientos y métodos de trabajode la Comisión, y su documentación

1. PLANIFICACIÓN DE LA LABOR DEL ACTUALPERIODO DE SESIONES

541. Al comienzo del período de sesiones la Comisiónhabía previsto celebrar un seminario de dos días paraconmemorar el 50.° aniversario del establecimiento de laComisión. La primera parte del período de sesiones, quese celebraría en Ginebra, se dedicaría al examen de losinformes presentados por los relatores especiales en rela-ción con los temas incluidos en el programa de la Comi-sión, en tanto que la segunda parte del período desesiones, en Nueva York, se destinaría a la aprobación delos proyectos de artículos [con respecto a los temas de lasreservas a los tratados, la responsabilidad de los Estadosy la responsabilidad internacional por las consecuenciasperjudiciales de actos no prohibidos por el derecho inter-nacional (prevención de daños transfronterizos causadospor actividades peligrosas)] y del informe de la Comisióna la Asamblea General sobre la labor realizada en su 50.°período de sesiones.

en la que se señalaba que sería conveniente que «todoslos informes estén disponibles algunas semanas antes delcomienzo del período de sesiones, a fin de que los miem-bros de la Comisión puedan estudiarlos y reflexionarsobre ellos». Teniendo en cuenta el tiempo necesario parala revisión editorial, la traducción, la reproducción y ladistribución de los documentos (habitualmente seissemanas antes del período de sesiones), la Comisióndecidió que los relatores especiales presentaran sus infor-mes a la Secretaría con tiempo para asegurar su prontadisponibilidad en todas las lenguas antes del comienzodel período de sesiones. A ese respecto, la Comisióndecidió además que, en un futuro, se recordara a los can-didatos a relatores especiales las exigencias de tiempo ydedicación que entrañaría su nombramiento.

544. La Comisión destacó la conveniencia de que sepidiera a la Secretaría que enviara a todos los miembrosde la Comisión una copia de la carta enviada a los relato-res especiales recordándoles el plazo para la presentaciónde sus informes. La Comisión también pidió a la Secreta-ría que distribuyera a todos los miembros, una vez reci-bido el informe y sometido a revisión editorial, elinforme del relator especial en el idioma de presentación.

2. PROGRAMA DE TRABAJO DE LA COMISIÓN PARAEL RESTO DEL QUINQUENIO 4. ORGANIZACIÓN DEL 51.° PERIODO DE SESIONES

542. La Comisión afirmó que el programa de trabajopara el resto del quinquenio, que figuraba en el informe ala Asamblea General sobre la labor realizada en su 49."período de sesiones266, debía cumplirse en la medida delo posible.

3. DISTRIBUCIÓN DE LOS INFORMES DE LOS RELATORESESPECIALES CON ANTERIORIDAD AL PERIODO

DE SESIONES DE LA COMISIÓN

543. Se hizo referencia a la recomendación contenidaen el informe de la Comisión a la Asamblea Generalsobre la labor realizada en su 48.° período de sesiones267

545. En relación con la sugerencia que figura en elinforme a la Asamblea General sobre la labor realizadaen su 49.° período de sesiones, en el que se señala que,para hacer más eficaz la organización de los trabajos, elacuerdo sobre los miembros para el período de sesionessiguiente de la Mesa o, al menos, su Presidente y el Pre-sidente del Comité de Redacción, se adoptase al final decada período de sesiones y no al comienzo como habíasido el caso hasta el momento268, el Grupo de Planifica-ción tomó nota de que los miembros de Europa Orientalpropondrían un candidato a la Presidencia de la Comisióny los miembros de América Latina propondrían un candi-dato a la Presidencia del Comité de Redacción. Se instó alos miembros a celebrar consultas a fin de terminar elproceso de presentación de candidaturas.

266 Anuario 1997, vol II (segunda parte), parrs 220 y 221261 Anuario 7996, vol II (segunda parte), doc A/51/10, parr 190 268 Anuario 1997, vol II (segunda parte), pair 224

119

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120 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 50." período de sesiones

B.—Conmemoración del 5O.° aniversariode la Comisión

546. Con arreglo a una decisión adoptada por laComisión en su 49.° período de sesiones269, los días 21 y22 de abril de 1998 se celebró en Ginebra un seminariopara conmemorar el 50.° aniversario de la Comisión. Eltema del seminario fue una evaluación crítica de la laborde la Comisión y las enseñanzas extraídas para el futuro,que se debatió en cinco grupos que se centraron en lossiguientes temas: a) resumen de la labor de la Comisiónde Derecho Internacional, 1948-1998: responsabilidadinternacional y observaciones sobre el criterio adoptadopor la Comisión; b) inmunidad de los Estados: problemasactuales ¿heredados del pasado?; c) derecho de los trata-dos: cuestiones que no están resueltas; d) temas futuros;e) problemas del proceso legislativo internacional y usosy riesgos de la codificación. Se invitó a participar en losdebates a miembros de la comunidad académica, diplo-máticos y asesores jurídicos de los gobiernos y las orga-nizaciones internacionales.

547. Las actas del seminario se publicarán y difundirána las instituciones interesadas a los fines de aumentar elreconocimiento del derecho internacional.

548. En junio de 1998 se publicó Pour un meilleurdroit international: la Commission du droit internationalà 50 ans210 para conmemorar el 50.° aniversario del esta-blecimiento de la Comisión. Incluía las actas del Colo-quio de las Naciones Unidas sobre el desarrolloprogresivo y la codificación del derecho internacional,celebrado en Nueva York los días 28 y 29 de octubre de1997. La publicación incluía un prefacio del SecretarioGeneral y se dividía en tres partes: la parte I consistía enpresentaciones orales de monografías y debate abierto,organizado en torno a los siguientes temas: á) panoramageneral del proceso de elaboración del derecho interna-cional y función de la Comisión de Derecho Internacio-nal; b) principales problemas con que se tropieza en laelaboración del derecho internacional contemporáneo; c)selección de temas para la codificación y el desarrolloprogresivo por la Comisión y sus métodos de trabajo; d)la labor de la Comisión y la configuración del derechointernacional; e) mejoramiento de la relación de la Comi-sión con otros órganos encargados de elaborar el derechoy con instituciones académicas y profesionales pertinen-tes; f) aumento de la pertinencia y disponibilidad delderecho internacional, y g) influencia de la Corte Interna-cional de Justicia en la labor de la Comisión de DerechoInternacional e influencia de la Comisión en la labor dela Corte. En la parte II figuraban las presentaciones porescrito de las monografías recibidas. En la parte III sereproducían las decisiones y conclusiones de la Comisiónsobre su programa, procedimientos y métodos de trabajoadoptados en su 48.° período de sesiones y el estatuto dela Comisión de Derecho Internacional en francés einglés.

549. En julio de 1998 se publicó Analytical Guide tothe Work of the International Law Commission, 1949-199121X como una contribución de la División de Codifi-cación para conmemorar el 50.° aniversario de laComisión y complementa la publicación La Comisión deDerecho Internacional y su obra, actualmente en suquinta edición272. El objeto de la guía analítica es servircomo instrumento para facilitar la investigación sobre lascontribuciones de la Comisión a la codificación y eldesarrollo progresivo del derecho internacional durantesus primeros 50 años de existencia. La guía analítica estáorganizada por temas y se subdivide en categorías y eta-pas de estudio dentro de la Comisión, con lo que permiteal lector rastrear el desarrollo de cada tema desde su ini-cio hasta su conclusión.

550. La página de la Comisión de Derecho Internacio-nal en la Web273 fue creada por la División de Codifica-ción para conmemorar el 50.° aniversario de laComisión. El propósito principal de la página de la Webes difundir información sobre las actividades de la Comi-sión a un público lo más amplio posible por medios elec-trónicos. A medida que un número mayor de documentose informes de la Comisión se trasladen al formato elec-trónico y se incluyan en la Internet, la página de la Webtambién servirá como complemento de las versionesimpresas de esos documentos e informes. Incluye infor-mación sobre el 50.° período de sesiones de la Comisión:una introducción a la Comisión, incluida una brevesinopsis histórica; información relativa a la composicióny los miembros de la Comisión y sus actividades durantesus períodos de sesiones 48.°, 49.° y 50.°; un examen desu programa de trabajo; versiones electrónicas de losinformes de la Comisión y de diversos textos adoptadospor la Comisión o basados en su labor y una versión elec-trónica de la Analytical Guide to the Work of the Interna-tional Law Commission, 1949-1997. La División deCodificación mantendrá esta página en la Web.

C.—Programa de trabajo a largo plazo

551. En su período de sesiones en curso el Grupo dePlanificación restableció el Grupo de Trabajo sobre elprograma de trabajo a largo plazo para que examinara lostemas que podría abordar la Comisión más allá del pre-sente quinquenio.

552. El Grupo de Trabajo estuvo presidido por el Sr.Ian Brownlie e informó de su labor al Grupo de Plani-ficación.

553. Teniendo presente la recomendación del Grupo deTrabajo que figura en el informe de la Comisión a laAsamblea General sobre la labor realizada en su 49.°período de sesiones275, la Comisión convino en que la

269 Ibíd , párr 229 La Asamblea General acogió con beneplácitoesta decisión en el párrafo 19 de su resolución 52/156

270 Véase la nota 4 supra

271 Véase la nota 5 supra272 Publicación de las Naciones Unidas , n ° de venta S 95 V 6273 w w w un org/law/ilc/index h tm274 Véase la composición del Grupo de Trabajo en el párrafo 8

supra275 Anuario 1997, vol II (segunda parte), párr 238

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Otras decisiones y conclusiones de la Comisión 121

selección de temas para el programa de trabajo a largoplazo debería orientarse por el criterio de que el temareflejara las necesidades de los Estados respecto deldesarrollo progresivo y la codificación del derecho inter-nacional; que el tema estuviera en una etapa suficiente-mente avanzada en cuanto a la práctica de los Estadospara permitir el desarrollo progresivo y la codificación; yque el tema fuera concreto y viable para el desarrolloprogresivo y la codificación. La Comisión convino ade-más en que no debería limitarse a los temas tradicionales,sino que también podría examinar los que representaranla evolución del derecho internacional e inquietudesapremiantes de la comunidad internacional en general.

554. La Comisión tomó nota del informe del Grupo deTrabajo, en que determinó y examinó una serie de temasrelativos a diversos aspectos importantes del derechointernacional, como los derechos humanos, el medioambiente, la responsabilidad y los tratados. Tomó notaademás de que en el informe del Grupo de Planificaciónse seleccionaron los temas siguientes para que seincluyeran en el programa de trabajo a largo plazo:responsabilidad de las organizaciones internacionales,repercusiones de los conflictos armados para los tratados,recursos naturales compartidos (aguas subterráneas con-finadas y estructuras geológicas únicas de petróleo y gas)y expulsión de extranjeros. Concordó además con larecomendación del Grupo de Planificación de prepararun sumario de esos temas para que lo examinara en elpróximo período de sesiones de la Comisión. Convinoademás con la recomendación del Grupo de Planifica-ción de que se preparara un estudio de viabilidad sobreotros temas para su inclusión en el programa de trabajo alargo plazo. La Comisión decidió que en el próximoperíodo de sesiones se estableciera nuevamente el Grupode Trabajo sobre el programa de trabajo a largo plazopara que completara su labor.

D.—Representación de la Comisión en la ConferenciaDiplomática de Plenipotenciarios de las NacionesUnidas sobre el establecimiento de una corte penalinternacional

555. Teniendo presente el proyecto de estatuto de unacorte penal internacional, preparado por la Comisión ypresentado a la Asamblea General en su cuadragésimonoveno período de sesiones276, la Comisión decidiódesignar al Sr. James Crawford para que la representaraen la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios delas Naciones Unidas sobre el establecimiento de unacorte penal internacional, celebrada en Roma del 15 dejunio al 17 de julio de 1998. El Sr. Crawford hizo uso dela palabra en la Conferencia el 16 de junio de 1998 y pre-sentó un informe a la Comisión el 27 de julio de 1998277.

556. El 27 de julio de 1998 el Secretario de la Comi-sión, que era el Secretario Ejecutivo de la Conferencia,transmitió el texto de la siguiente resolución aprobadapor la Conferencia a ese respecto:

216 Anuario 1994, vol II (segunda parte), pág 28, parr 91277 Véase Anuario 1998, vol I, 2549 a sesión

La Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las NacionesUnidas sobre el establecimiento de una corte penal internacional

Resuelve expresar su profundo agradecimiento a la Comisión deDerecho Internacional por su destacada contribución a la preparacióndel proyecto inicial del Estatuto que constituyó la base de los trabajosde la Comisión Preparatoria [sobre el establecimiento de una cortepenal internacional]

£.—Cooperación con otros organismos

557. En la 2537.a sesión de la Comisión, celebrada el28 de mayo de 1998, el Sr. Tang Chengyuan, SecretarioGeneral del Comité Jurídico Consultivo Asiático-Afri-cano, expresó el permanente interés del Comité en lostemas incluidos en el programa de trabajo en curso de laComisión. En lo que respecta a la responsabilidad de losEstados, el Sr. Tang Chengyuan informó a la Comisiónde que la ley relativa a las contramedidas se había exa-minado en un seminario sobre medidas de alcance terri-torial adoptadas por los Estados, incluidas las sancionesimpuestas a terceros, organizado por el Comité y cele-brado en Teherán los días 24 y 25 de enero de 1998. Enlo que respecta a las reservas a los tratados, se habíaorganizado una reunión extraordinaria en el curso del37.° período de sesiones del Comité, celebrado en NuevaDelhi del 13 al 18 de abril de 1998. El Comité había exa-minado, entre otros temas del programa de la Comisión,la prevención del daño transfronterizo causado por acti-vidades peligrosas, la nacionalidad en relación con lasucesión de Estados y los actos unilaterales de los Esta-dos. En el mismo período de sesiones el Comité tambiénhabía examinado otros temas, por ejemplo el estableci-miento de una corte penal internacional, el derecho querige el uso de los ríos internacionales, así como la Con-vención sobre el derecho de los usos de los cursos deagua internacionales para fines distintos de la navega-ción. El Comité seguiría manteniendo una estrecha rela-ción de trabajo con la Comisión.

558. El 9 de junio de 1998 los miembros de la Comi-sión y los funcionarios de asesoramiento jurídico delCICR y de la Federación Internacional de Sociedades dela Cruz Roja y de la Media Luna Roja celebraron unasesión oficiosa con objeto de examinar temas de interéscomún de esos órganos.

559. En la 2538.a sesión, celebrada el 10 de junio de1998, el Magistrado Stephen Schwebel, Presidente de laCorte Internacional de Justicia, presentó a la Comisiónuna reseña analítica de los casos que estaban sometidos ala consideración de la Corte. Señaló que la crecientecarga de trabajo inevitablemente había originado retrasoscada vez mayores en el conocimiento de las causas. Enpromedio, los Estados podían actualmente esperaraproximadamente cuatro años desde la presentación desu alegato inicial hasta la sentencia final. Comprensible-mente, esos retrasos habían provocado cierta inquietudtanto dentro de la Corte como fuera de ella. El problemafundamental radicaba en el hecho de que los recursos deque disponía la Corte no habían aumentado de maneraproporcional a la demanda de sus servicios e, incluso,habían sufrido recortes en los últimos años. Por consi-guiente, el tamaño de los servicios de traducción y deldepartamento de archivos no era adecuado, los jueces de

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122 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 5O.° período de sesiones

la Corte no contaban con actuarios, tampoco había en lasecretaría una plantilla designada para prestarles asisten-cia de manera individual y el número de letrados era muyreducido. La Corte, por su parte, había adoptado diversasmedidas para acelerar sus procedimientos. Por ejemplo,se estaba alentando a los Estados a que presentaran susalegatos consecutivamente en lugar de hacerlo en formasimultánea, y a que redujeran la proliferación de anexosen los alegatos, lo que tendía a absorber una cantidaddesproporcionada de tiempo de traducción. En lo que res-pecta al uso que hacía la Corte de los proyectos de artí-culo preparados por la Comisión, el Presidente señalóque, en el curso de los años, la Corte habitualmente habíaatribuido considerable importancia a las convencioneselaboradas por la Comisión. Si bien los proyectos de artí-culo eran tan sólo proyectos y, por ende, no podía atri-buírseles el mismo peso, toda vez que las partes en unacontroversia convenían en que determinados proyectosde artículo constituían una versión autorizada de las nor-mas atinentes a un tema en particular, la Corte les asig-naba el peso correspondiente.

560. En la 2554.a sesión de la Comisión, celebrada el 3de agosto de 1998, el Sr. Jonathan T. Fried, observadordel Comité Jurídico Interamericano, informó a la Comi-sión sobre las actividades del Comité. El Comité habíaparticipado recientemente en estudios relativos a ladimensión jurídica de la integración y el comercio inter-nacional, en particular la cláusula de nación más favore-cida, así como el derecho a la información, en especial elacceso a la información y la protección de los datos per-sonales. Por lo demás, el Comité había preparado un pro-yecto de convención contra la corrupción, aprobadoposteriormente por la OEA, y estaba elaborando leyesmodelo relativas al enriquecimiento ilícito y el sobornotransnacional. Recientemente, el Comité también habíaexaminado los temas siguientes: mejoramiento de laadministración de justicia en las Americas, la coopera-ción interamericana contra el terrorismo, la aplicación dela Convención de las Naciones Unidas sobre el Derechodel Mar por los Estados del hemisferio, un proyecto dedeclaración sobre los derechos de las poblaciones indíge-nas y la democracia en el sistema interamericano.

561. En la 2558.a sesión, celebrada el 7 de agosto de1998, el Sr. Rafael A. Benítez, observador del Comité deAsesores Jurídicos sobre Derecho Internacional Público(CAHDI) del Consejo de Europa, informó a la Comisiónsobre la labor y las actividades del CAHDI. El Comitéhabía establecido un grupo integrado por especialistas enreservas a los tratados. La primera reunión del Grupo deEspecialistas sobre las reservas a los tratados internacio-nales se celebró en París en febrero de 1998 y el Grupovolvería a reunirse en septiembre de 1998. Algunas de lascuestiones examinadas por el Grupo, o que habría de exa-minar posteriormente, son: la admisibilidad de las reser-vas, el papel de los órganos creados en virtud de tratados,las repercusiones de las reservas ilegítimas y la prácticade los miembros del Consejo de Europa en relación conlas reservas a los tratados. El Grupo tendría especial-mente presente la labor que había llevado a cabo laComisión en esta esfera. En lo que respecta a la prácticade los Estados en relación con la sucesión de Estados ylas cuestiones de reconocimiento, en marzo de 1998 elCAHDI decidió preparar un informe, en colaboración

con algunas otras instituciones, con objeto de analizar lapráctica de los Estados miembros del Consejo de Europa.

F.—Fecha y lugar de celebración del 51.° períodode sesiones y de los períodos de sesiones subsiguientes

562. La Comisión convino en que su siguiente períodode sesiones se celebraría en la Oficina de las NacionesUnidas en Ginebra, del 3 de mayo al 23 de julio de 1999(12 semanas). Teniendo en cuenta la previsión del volu-men de trabajo de la Comisión en los períodos de sesio-nes posteriores al 51.° período de sesiones, así como lanecesidad de organizar su labor de la manera más pro-ductiva, la Comisión convino también en que, salvo cir-cunstancias imprevistas, los períodos de sesionesposteriores a 1999 deberían fijarse de manera que queda-ran divididos en dos partes aproximadamente iguales,con un intervalo razonable entre ellos, por un total de 12semanas, en Ginebra. Por consiguiente, se pidió a laSecretaría que, a la luz de dicha decisión, hiciera las soli-citudes administrativas y presupuestarias pertinentes. Aese respecto, el Secretario de la Comisión se refirió a laposibilidad de que fuera necesario incurrir en gastos.

563. La Comisión, por recomendación del Grupo dePlanificación, decidió celebrar su 52.° período de sesio-nes en el año 2000 en Ginebra, del 24 de abril al 2 dejunio y del 3 de julio al 11 de agosto.

G—Representación en el quincuagésimo tercerperíodo de sesiones de la Asamblea General

564. La Comisión decidió que su Presidente, Sr. JoâoClemente Baena Soares, la representaría en el quin-cuagésimo tercer período de sesiones de la AsambleaGeneral278.

H.—Seminario de derecho internacional

565. De conformidad con la resolución 52/156 de laAsamblea General, durante el 50.° período de sesiones dela Comisión se celebró del 11 al 29 de mayo de 1998 enel Palacio de las Naciones el 34.° período de sesiones delSeminario de derecho internacional. El Seminario estádedicado a estudiantes avanzados que se especializan enderecho internacional y a profesores o funcionariosgubernamentales jóvenes que tienen la intención deseguir una carrera académica o diplomática o de trabajaren la administración pública de su país.

566. Veintitrés participantes de diferentes naciona-lidades, en su mayoría de países en desarrollo, pudieron

278 En su 2563 a sesión, el 14 de agosto de 1998, la Comisión pidióal Sr A Pellet, Relator Especial sobre reservas a los tratados, que asis-tiera al quincuagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea Gene-ral de acuerdo con lo dispuesto en la resolución 44/35 de la Asamblea

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Otras decisiones y conclusiones de la Comisión 123

asistir al período de sesiones279. Los participantes en elSeminario asistieron a sesiones plenarias de la Comisión,participaron en conferencias especialmente preparadas yen grupos de trabajo sobre temas específicos.

567. El Presidente de la Comisión, Sr. Joâo C. BaenaSoares, inauguró el Seminario.

568. Algunos miembros de la Comisión dictaron lassiguientes conferencias: Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao,«La labor de la Comisión de Derecho Internacional»; Sr.Zdzislaw Galicki, «La nacionalidad, un derechohumano»; Sr. Mohamed Bennouna, «Protección diplo-mática»; Sr. James Crawford, «Responsabilidad de losEstados»; y Sr. Teodor Viorel Melescanu, «Sancioneseconómicas».

569. También se dictaron las siguientes conferencias:Sr. Vladimir Petrovsky, Secretario General de la Confe-rencia de Desarme y Director General de la Oficina delas Naciones Unidas en Ginebra, «Desarme multilate-ral»; Sr. Roy S. Lee, Director de la División de Codifica-ción de la Oficina de Asuntos Jurídicos y Secretario de laComisión, «Establecimiento de la Corte Penal Interna-cional: problemas jurídicos»; Sr. Michel Moussalli, exDirector de la Oficina del Alto Comisionado de lasNaciones Unidas para los Refugiados, «La proteccióninternacional de los refugiados»; Sr. Stéphane Jeannet,Asesor Jurídico del Comité Internacional de la CruzRoja, «El derecho internacional humanitario y la labordel Comité Internacional de la Cruz Roja»; Sr. MojtabaKazazi, Jefe de la secretaría del Consejo de Administra-ción de la Comisión de Indemnización de las NacionesUnidas, «Medidas del Consejo de Seguridad: la labor dela Comisión de Indemnización de las Naciones Unidas».

570. Los participantes en el Seminario fueron asigna-dos a uno de los cuatro grupos de trabajo con el objeto deestudiar temas determinados bajo la dirección de losmiembros de la Comisión de la siguiente forma: «Reser-vas a los tratados en el derecho interno» (Sr. Pellet),«Actos unilaterales» (Sr. Candioti), «Protección diplo-mática» (Sr. Hafner) y «Responsabilidad de los Estados»(Sr. Dugard). Cada grupo presentó sus resultados alSeminario; dos grupos presentaron estudios, uno sobre«Actos unilaterales de los Estados» y otro sobre «Protec-

279 Las siguientes personas participaron en el 34 ° período de sesio-nes del Seminario de derecho internacional, a saber Sra Irène Abes-solo (Gabon), Sr Agalar Atamoglanov (Azerbaiyan), Sr YenTheBanh(Viet Nam), Sr Kesab Prasad Bastóla (Nepal), Sr Gela Bezhuashvih(Georgia), Sr Mohamed Bouqentar (Marruecos), Sra Irena Cacic(Croacia), Sra Mélanne Civic (Estados Unidos de América), Sr JuanNorberto Colorado Correa (Colombia), Sra Patricia Galvao Teles (Por-tugal), Sr Zafar Iqbal Gondal (Pakistán), Sr Fernando Herrera Rodrí-guez (México), Sr Kumbirai Hodzi (Zimbabwe), Sra Alba Ibrahimi(Albania), Sr Ah Reza Jahangiri (República Islámica del Irán), Sr Gil-berto Marcos A Rodrigues (Brasil), Sr Alejandro Moreno Díaz (Vene-zuela), Sra Dewi Naidu (Dinamarca), Sr Samuel Nerquaye-Tetteh(Ghana), Sr Giovanni Palee (Filipinas), Sra Suranjika Tittawella (SnLanka), Sra Jeannette Tramhel (Canadá), y Sr Mncedisi Xego (Sudá-fnca) No participó en el Seminario un candidato que había sido selec-cionado (de Zambia) Un comité de selección, bajo la presidencia delprofesor Nguyen-Huu Tru (profesor honorario del Instituto de Posgradode Relaciones Internacionales de Ginebra), se reunió el 11 de marzode 1998 y seleccionó a 24 candidatos de 75 solicitudes presentadas paraparticipar en el Seminario

ción diplomática», que también fueron compartidos conlos miembros de la Comisión.

571. Los participantes también tuvieron la oportunidadde utilizar las instalaciones de la Biblioteca de las Nacio-nes Unidas y del Centro de Visitantes de la Oficina delAlto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refu-giados y de visitar el museo del Comité Internacional dela Cruz Roja.

572. La República y el Cantón de Ginebra brindaron sutradicional hospitalidad a los participantes tras una visitaguiada a las salas Alabama y del Gran Consejo.

573. El Sr. Joâo C. Baena Soares, Presidente de laComisión, el Sr. Ulrich von Blumenthal, en nombre de laOficina de las Naciones Unidas en Ginebra, y laSra. Patricia Galvao Teles, en nombre de los participan-tes, formularon declaraciones a la Comisión y los partici-pantes en la clausura del Seminario. Cada participanterecibió un certificado de asistencia.

574. La Comisión señaló con particular agradeci-miento que los Gobiernos de Alemania, Dinamarca, Fin-landia, Hungría, Irlanda, Suiza y Venezuela habíanhecho contribuciones voluntarias al Fondo Fiduciario delas Naciones Unidas para el Seminario de Derecho Inter-nacional. Gracias a esas contribuciones fue posible con-ceder un número suficiente de becas para alcanzar unadistribución geográfica adecuada de participantes y paratraer de los países en desarrollo candidatos meritorios,que de otra manera no hubieran podido participar en elperíodo de sesiones. En 1998 se concedieron becas com-pletas (viajes y dietas) a 15 candidatos y becas parciales(sólo dietas) a cuatro candidatos.

575. De los 760 participantes, en representación de144 nacionalidades, que han participado en el Seminariodesde 1965, el año de su creación, 426 han recibidobecas.

576. La Comisión destaca la importancia que concedea los períodos de sesiones del Seminario, que permiten aabogados jóvenes, especialmente de países en desarrollo,familiarizarse con la labor de la Comisión y las activida-des de muchas organizaciones internacionales que tienensu sede en Ginebra. La Comisión recomienda que laAsamblea General haga un nuevo llamamiento a losEstados para que aporten contribuciones voluntarias afin de asegurar la celebración del Seminario en 1999 conuna participación lo más amplia posible.

577. La Comisión tomó nota con satisfacción de queen 1998 el Seminario contó con servicios de interpreta-ción amplios. Expresa la esperanza de que los mismosservicios estén disponibles para el próximo período desesiones del Seminario, a pesar de las dificultades finan-cieras existentes.

I.—Conferencia en memoria de Gilberto Amado

578. El 13 de mayo de 1998 el Embajador RamiroSaraiva Guerreiro, ex Ministro de Relaciones Exteriores

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124 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO.0 período de sesiones

del Brasil, dictó la 14.a Conferencia en memoria de Gil-berto Amado, ilustre jurista brasileño y ex miembro de laComisión, sobre el tema: «La creación de la Comisión deDerecho Internacional y algunas consideraciones sobreposibles nuevas fuentes del derecho internacional».

579. La Conferencia en memoria de Gilberto Amadoha sido posible gracias a las generosas contribucionesdel Gobierno del Brasil, a quien la Comisión expresósu agradecimiento. La Comisión pidió al Presidenteque transmitiera su agradecimiento al Gobierno delBrasil.

J.—Homenaje al Secretario de la Comisión

580. En su 2562.a sesión, celebrada el 14 de agosto de1998, la Comisión aprobó una resolución en que recono-cía la importante contribución hecha por el Sr. Roy S.Lee, Secretario de la Comisión, a la labor de la Comisióny a la codificación y el desarrollo progresivo del derechointernacional, le expresó su gratitud por la manera cor-dial y eficiente en que había guiado a la Comisión y lehabía prestado servicios, y le expresó los mejores deseosde la Comisión con ocasión de su retiro.

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LISTA DE DOCUMENTOS DEL 50.° PERIODO DE SESIONES

Signatura

A/CN 4/483

A/CN 4/484

A/CN 4/485 [y Corr 1]

A/CN 4/486

Titulo

Resumen por temas, preparado por la Secretaria, del debate en la Sexta Comi-sión sobre el informe de la CDI durante el quincuagésimo segundo períodode sesiones de la Asamblea General

Informe preliminar sobre la protección diplomática, por el Sr MohamedBennouna, Relator Especial

Programa provisional

Primer informe sobre los actos unilaterales de los Estados, por el Sr VíctorRodríguez Cedeño, Relator Especial

Observaciones y referencias

Mimeografiado

Reproducido en Anuario 1998, volII (primera parte)

Mimeografiado Véase el programaaprobado en la pág 14, parr 10supra

Reproducido en Anuario 1998,vol II (primera parte)

A/CN 4/487 y Add 1

A/CN 4/488 y Add I a 3

A/CN 4/489

A/CN 4/490 y Add 1 y 2[y Add2/Corrl],Add 3 y 4 [y Add 4/Corr 1] y Add 5 a 7[yAdd7/Corrl]

A/CN 4/491 y Add 1 y 2[y Add 2/Corr 1],Add 3 y 4 [y Add 4/Corrl]yAdd5y6[yAdd6/Corrl]

A/CN 4/L 552 y Add 1

Primer informe sobre la prevención de daños transfrontenzos causados por ídemactividades peligrosas, por el Sr Pemmaraju Sreenivasa Rao, Relator Espe-cial

Responsabilidad de los Estados Comentarios y observaciones recibidos de los ídemgobiernos

Cuarto informe sobre la nacionalidad en relación con la sucesión de Estados,por el Sr Vaclav Mikulka, Relator Especial

Primer informe sobre la responsabilidad de los Estados, por el Sr JamesCrawford, Relator Especial

Tercer informe sobre las reservas a los tratados, por el Sr Alain Pellet, RelatorEspecial

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la laborrealizada en su 50 ° periodo de sesiones capítulo IV (Protección diplomá-tica)

ídem

íde

ídem

Mimeografiado Véase el texto apro-bado en Documentos Oficiales dela Asamblea General, quincuagé-simo tercer período de sesiones,Suplemento n ° 10 (A/53/10) Eltexto definitivo figura en la pag 45supra

A/CN 4/L 553 Informe del Grupo de Trabajo sobre la protección diplomática Mimeografiado

A/CN 4/L 554 [y Corr 1y 2] y Add 1 [yAdd 1/ Corr 1 y 2] yAdd 2 [y Add 2/Corrí]

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la laborrealizada en su 50 ° período de sesiones capítulo VI [Responsabilidad inter-nacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por elderecho internacional (prevención de daños transfrontenzos causados poractividades peligrosas)]

ídem Véase el texto aprobado enDocumentos Oficiales de laAsamblea General, quincuagé-simo tercer período de sesiones,Suplemento n" 10 (A/53/10) Eltexto definitivo figura en la pag 19supra

A/CN 4/L 555 y Add 1 ídem capitulo V (Actos unilaterales de los Estados) ídem, véase la pág 53 supra

A/CN 4/L 556 Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos noprohibidos por el derecho internacional (prevención de daños transfronten-zos causados por actividades peligrosas) Propuesta del Relator Especial

Mimeografiado

125

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126 Informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su SO." período de sesiones

Signatura

A/CN4/L557[yCorrl]

A/CN 4/L 558

A/CN4/L559[yCorrl]

A/CN 4/L 560A/CN 4/L 561 y Add 1

a6

A/CN4/L562[yCorrl]y Add 1 y 2

A/CN4/L563[yCorrl]

A/CN 4/L 564

A/CN4/L565[yCorrl]

A/CN 4/L 566

A/CN 4/L 567

A/CN 4/L 568

A/CN 4/L 569[yCorr 1]

A/CN 4/L 570

A/CN 4/L 571

A/CN4/SR2519aA/CN 4/SR 2564

Titulo

Informe del Grupo de Trabajo sobre la nacionalidad en relación con la sucesiónde Estados

Informe del Grupo de Trabajo sobre los actos unilaterales de los Estados

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la laborrealizada en su 50 ° período de sesiones capítulo VIII (La nacionalidad enrelación con la sucesión de Estados)

Recomendaciones del Grupo de Planificación a la Comisión

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la laborrealizada en su 50 ° período de sesiones capítulo VII (Responsabilidad delos Estados)

ídem capítulo IX (Las reservas a los tratados)

Las reservas a los tratados Títulos y textos del proyecto de directrices de laGuía de la práctica aprobado por el Comité de Redacción en el 50 ° períodode sesiones

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la laborrealizada en su 50 ° período de sesiones capítulo IX (Las reservas a los tra-tados) Texto del proyecto de directrices de la Guía de la práctica sobre lasreservas a los tratados, con comentarios

Responsabilidad de los Estados Proyectos de artículos aprobados provisional-mente por el Comité de Redacción primera parte, capítulo I (arts 1, 2 [3]Y 3 [4])

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la laborrealizada en su 50 ° período de sesiones capítulo I (Organización delperiodo de sesiones)

ídem capítulo X (Otras decisiones y conclusiones de la Comisión)

Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos noprohibidos por el derecho internacional (prevención de daños transfronten-zos causados por actividades peligrosas) Título y texto de los proyectos deartículo 1 a 17 aprobados por el Comité de Redacción

Responsabilidad de los Estados Proyectos de artículos aprobados provisional-mente por el Comité de Redacción primera parte, capitulo I (arts 1, 3 y 4)y capítulo II (arts 5, 7, 8, 8 bis, 9, 10, 15, 15 bis y A)

Proyecto de informe de la Comisión de Derecho Internacional sobre la laborrealizada en su 50 ° período de sesiones capítulo III (Cuestiones concretasrespecto de las cuales las observaciones podrían ser de particular interéspara la Comisión)

ídem capítulo II (Resumen de la labor de la Comisión en su 50 ° período desesiones)

Actas resumidas provisionales de las sesiones 2519aa2564a

Observaciones y referencias

ídem

ídem

ídem Véase el texto aprobado enDocumentos Oficiales de la Asam-blea General, quincuagésimotercer período de sesiones, Suple-mento n°10 (A/53/10) El textodefinitivo figura en la pág 96supra

Mimeografiadoídem Véase el texto aprobado en

Documentos Oficiales de la Asam-blea General, quincuagésimo ter-cer período de sesiones, Suple-mento n "10 (A/53/10) El textodefinitivo figura en la pág 64supra

ídem, véase la pág 98 supra

Mimeografiado

ídem Véase el texto aprobado enDocumentos Oficiales de la Asam-blea General, quincuagésimotercer periodo de sesiones, Suple-mento n°10 (A/53/10) El textodefinitivo figura en la pág 108supra

Mimeografiado

ídem Véase el texto aprobado enDocumentos Oficiales de la Asam-blea General, quincuagésimo ter-cer periodo de sesiones, Suple-mento n ° 10 (A/53/10) El textodefinitivo figura en la pág 13supra

ídem, véase la pág 119 supra

Mimeografiado

Texto reproducido en Anuario¡998, vol I, acta resumida de la2562 a sesión (párr 72)

Mimeografiado Véase el texto apro-bado en Documentos Oficiales dela Asamblea General, quincuagé-simo tercer periodo de sesiones,Suplemento n" 10 (A/53/10)El texto definitivo figura en lapág 17 supra

ídem, véase la pág 15 supra

Mimeografiado El texto definitivofigura en Anuario 1998, vol I

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ISBN 92-1-333304-8ISSN 0497-9885