Upload
nicolas-parra-munoz
View
282
Download
5
Embed Size (px)
Citation preview
Apraxia Fonatoria
Estudiante: Nicolás Parra Muñoz
Tutora: Flga. María Paz Acevedo
Clínica Los Coihues
La praxia, es el acto de trasladar la intención a la acción. La praxia requiero dos tipos
fundamentales de conocimiento:
Conceptual (¿qué hacer?)
Ejecutivo (¿cómo hacerlo?)
El elemento “praxicón”, es el equivalente motor del “lexicón”, y se ha desarrollado para
ayudar a entender la praxia y su disfunción. El praxicón está compuesto de representaciones
neurales de programas para tareas motoras. Al igual que el lexicón, los programas están
dispuestos según el nivel de función. Los programas de mayor orden codifican para los
patrones temporoespaciales de los movimientos de destreza aprendidos, mientras que los
programas de orden inferior determinan los patrones de inervación motora real.
Dicho de otra manera, una praxia es una ejecución de la memoria procedural a nivel de
praxicones. Pueden desarrollarse sin experiencia y la práctica puede originar programas
motores en los cuales debe recurrir siempre a la memoria. Es una secuencia de movimiento
que implica planificación para poder alcanzar una meta. Por otro lado, el praxicón son
representaciones motoras organizadas en tiempo y en espacio, son almacenes de secuencias
aprendidas que poseen la estrategia para realizar un movimiento. Es o son módulos donde
se guardan los movimientos aprendidos. Permiten reconocer y ejecutar un movimiento.
Heilman (1992), intenta localizar las
posibles áreas cerebrales en donde se
encontraría el lexicón, proponiendo que
estaría en el lóbulo parietal dominante (giro
angular y supramarginal) y en los ganglios
basales. Describe dos tipos de praxicones:
uno de entrada, que permite reconocer los
gestos, y uno de salida que permite su
ejecución.
El término “apraxia”, fue acuñado en el año 1900 por un destacado neurólogo y psiquiatra
alemán, llamado Hugo Karl Liepmann.
Liepmann en estudios sistemáticos en sus pacientes, estableció un síndrome con carácter de
entidad propia, diferente a los problemas de percepción de lenguaje, de pensamiento, etc.
Liepmann fue el primero en encasillarlo dentro de un marco neuroánatomico, y como
consecuencia de una lesión en el hemisferio izquierdo, a pesar de que la motricidad este
intacta. La apraxia entonces, la define como la alteración en la ejecución de un acto motor,
por lo general, previamente aprendido, no causada por paresia, pérdida de sensibilidad,
acinesia, trastorno del movimiento (disfonía, corea, temblor, balismo), alteración del tono
muscular, de la coordinación, de la colaboración, de la comprensión u otra alteración
cognoscitiva tal como memoria o atención.
A pesar de lo anterior, la apraxia se describió años antes de Liepmann:
Huglings- Jackson (1870) describió a un paciente que sería el primer caso con
apraxia buco linguo facial o apraxia del habla, es decir, la persona no podía
realizar movimientos orales a la orden, pero si automáticamente y de forma
espontánea. Dicho de otra manera, presenta dificultad para realizar movimientos
orales y torácicos ante órdenes verbales, pero podía hacerlo en la vida cotidiana.
Lo automático lo pueden hacer, pero lo voluntario no.
Luego, Seinthal (1871) empezó a acuñar el término de apraxia para describir un
trastorno del movimiento que no está ocasionado por un trastorno motor o
sensorial primario. Ósea, no es el musculo el que está dañado sino que algo pasa
al interior del SNC que no me permite llegar a ejecutar el movimiento. Las
apraxias se define como el espacio intermedio entre lo cognitivo y lo motor.
Finalmente, Liepmann (1900), inicio el primer gran estudio de un grupo dirigido
en neuropsicologia, para investigar sistemáticamente la apraxia, intentando
formular una base teórica: caracterizo más precisamente la apraxia como
trastorno del movimiento propuesto no explicado por disfunción motora
primaria o deterioro del reconocimiento de objetos.
En la actualidad se pueden encontrar muchas clasificaciones sobres apraxias, y que
involucran muchos aspectos de la vida cotidiana del paciente. Para la fonoaudiología, los
estudios se han centrado solo en algunos tipos de apraxias, que se describirán brevemente a
continuación:
Apraxia del habla: El paciente es incapaz de encontrar la posición adecuada de las
estructuras involucradas en la articulación del lenguaje, existe una disrupción para
controlar la posición de los músculos para hablar y la secuencia en que éstos deben
realizarse. En consecuencia, se encuentra alterada no la estructura del fonema, sino
del articulema (unidad articulatoria) y la organización secuencial de éstos, lo que
provoca, además, una alteración a nivel de la palabra. Se reemplazan algunas
articulaciones por otras cercanas; a medida que el paciente lucha por evitar el error
de la articulación con una cuidadosa programación de los movimientos musculares,
habla más despacio, espaciando sílabas y palabras, acentuándolas de igual manera,
por lo tanto, también está afectada la prosodia. El lenguaje espontáneo y automático
tiende a estar conservado.
Este tipo de apraxia se produce cuando están alterados ciertos circuitos cerebrales
dedicados en forma específica a la programación motora del habla en el área de
Broca.
Apraxia bucolinguofacial: Consiste en una dificultad de los músculos implicados en
movimientos voluntarios sin una finalidad lingüística. Se hace referencia a algunos
músculos de la faringe, lengua, labios y mejillas, los cuales son utilizados para
realizar acciones tales como: soplar, aspirar, situar la lengua en distintas posiciones,
hinchar mejillas, hacer sonar la lengua contra el paladar, mostrar los dientes, hacer
el gesto de besar o la mímica del llanto, risa, sorpresa o tristeza; existiendo una
disociación entre la producción automática y la voluntaria. Frecuentemente se
asocia a apraxia del habla y afasia de Broca.
La última de las apraxias relevantes en el ámbito fonoaudiológico, es la Apraxia fonatoria o
del fonar, y es en la cual se centra este trabajo:
Apraxia fonatoria: La apraxia de fonación es mucho menos frecuente que las
apraxias del habla y oral debido a que puede considerarse como un componente más
de éstas pues, lo común es que esté asociada a estos trastornos apráxicos y afasias.
Se caracteriza por una pérdida del control volitivo de la fonación y al igual que las
anteriores, es de origen neurológico y no psicológico. Esta apraxia puede aparecer
como un problema pasajero y precoz, como una incapacidad para iniciar la
fonación. Esta apraxia es el resultado de una lesión que desconecta el área de Broca
del área de asociación motora responsable de la organización de actos
intencionados. Los síntomas en la fonación y respiración apráxicas son el resultado
de la incapacidad en coordinar la integración neuromuscular para la respiración y la
fonación, pudiendo provocar tres cuadros clínicos:
o Afonía completa sin ningún movimiento de los articuladores.
o Susurro fonatorio con movimientos de articulación.
o Falta de respiración voluntaria o imitativa (respiración profunda fuera de
contexto).
También se ve afectada la capacidad de toser cuando se le da la orden de hacerlo;
sin embargo, el paciente es capaz de toser de manera refleja.
Los datos laringoscópicos reflejan una estructura normal de los pliegues vocales,
sólo se observa la presencia de movimientos descoordinados durante la actividad
volitiva (fonación). Se altera la calidad vocal.
Fue descrita en el año 1975 por Darley. En este cuadro las praxias supra e infralaringea
están disociadas alterándose la programación de la musculatura de la laringe. Este tipo de
pacientes puede articular normalmente en ausencia de fonación (realizar pantomimas de las
palabras).
En este sentido, los lineamientos terapéuticos para intervenir en este último tipo de apraxia
van destinados a la iniciación de un programa de voz enfatizando la reeducación o
reintegración de las funciones respiratorias y fonatorias.
Usando técnicas de conducta, el clínico debe entrenar al paciente a toser o aclarar la
garganta cuando se lo ordenen.
El clínico debe entrenar al paciente para prolongar la tos y aclarar la garganta con un sonido
relajado y sostenido. En ocasiones, es más fácil conseguir la fonación con un suspiro,
aumentando el volumen del tono producido en la exhalación.
Luego se debe entrenar al paciente para transformar ese sonido en varias vocales. Se le
puede pedir que palpe su laringe, presionándola suavemente para tratar de sentir su
producción vocálica.
Posteriormente se debe transformar la producción de vocales en sílabas, palabras, frases y
oraciones. Algunos pacientes consiguen la fonación cuando tratan de cantar o al ser
incitados de manera directa mediante la completación de frases “automáticas” como: “una
taza de _______”, “el pasto es _______”, etc.
Una vez que se produce un avance hacia la fonación, el paciente puede practicar repitiendo
la acción que lo condujo a la fonación y así llegar a producir sonido a voluntad, con
distintos grados de intensidad y duración.
Referencias
Micheli, F. (2002). Tratado de neurología clínica. Ed. Panamericana: Buenos aires, Argentina.
Muñoz, E. (2011). Estimulación cognitiva y rehabilitación neuropsicológica. Ed. UOC: Barcelona, España.
Helm-Stabrooks (2005). Manual de la afasia y terapia de la afasia. Ed. Panamericana: Madrid, España.
Hernández, P. (2005). Apraxia Fonatoria. Internado de Fonoaudiología. Recuperado 03, 2014, de http://archive.is/I6P3#selection-429.0-437.219
Tobar, R. (2012). Extracto Clase: Apraxia del Habla. Santiago, Chile: Universidad Andrés Bello.