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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 26.12.2015 Las lágrimas dulces DE JUAN BOSCH Página 7 LEONARDO BOFF La religión puede hacer el bien mejor y también el mal peor Página 2 ALGO QUE DECIR SOBRE GUIONES DE CINE Se acaba de estrenar la película República del Color, una idea original del realizador Héctor Montás, quien me regaló la felicidad de escribir el guión. Para hacerlo, me entregó varios tomos de la Historia de la Pintura Dominicana. Pá g i n a 3 Influencia y valor del cine ESTRELLAS ORIENTALES Pasión, identidad y esperanza San Pedro de Macorís ha tenido características históricas esenciales en la historia de la nación. Lo baña el Mar Caribe y lo abraza el río Higuamo. La industria azucarera y el béisbol siempre han estado vinculados a su esencia. Pá g i n a 8 El cine, como la fotografía, ha marcado de un modo central e irreversible la cultura y las artes contemporáneas. Es evidente, por demás, que antes que nada está concebido como una industria, con todas las implicaciones... Pá g i n a 5

Areíto 26 de diciembre, 2015

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Page 1: Areíto 26 de diciembre, 2015

A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Carla GonzálezS Á BA D O 2 6.12 .2 015

Las lágrimas dulcesDE JUAN BOSCH Página 7

LEONARDO BOFF

La religión puede hacer el bien mejory también el mal peor Página 2

ALGO QUE DECIR SOBREGUIONES DE CINESe acaba de estrenar lapelícula República delColor, una idea originaldel realizador HéctorMontás, quien me regalóla felicidad de escribir elguión. Para hacerlo, meentregó varios tomos dela Historia de la PinturaDominicana. Pá g i n a 3

Influencia y valordel cine

ESTRELLAS ORIENTALESPasión, identidad y esperanza

San Pedro de Macorís hatenido característicashistóricas esenciales enla historia de la nación.Lo baña el Mar Caribe ylo abraza el río Higuamo.La industria azucarera yel béisbol siempre hanestado vinculados a suesencia. Pá g i n a 8

El cine, como la fotografía,ha marcado de un modocentral e irreversible lacultura y las artescontemporáneas. Esevidente, por demás,que antes que nadaestá concebido como unaindustria, con todas lasimplicaciones... Pá g i n a 5

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2 Sábado 26 de d i ci e m b rede 2 015H OY A RE Í TO

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reíto

San Agustín de Hipona (Obispo y padre de la Iglesia)Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandespasos fuera de él. Pues quien cojea en el camino, aunqueavance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuerade él, cuanto más corre, más se aleja.

1891 NACIÓ EL 26 DE DICIEMBRE. H e n ryMiller, novelista estadounidense,

autor de las conocidas novelas “Trópico deCá n ce r ” y “Trópico de Capricornio”._

1904 NACIÓ EL26 DE

D I CI E M B RE . AlejoCarpentier, literatocubano cubano, una delas figuras másdestacadas de las letrashispanoamericanas delsiglo XX, por obras

LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado

como “El siglo de las luces”._

1896 NACIÓ EL 27 DE DICIEMBRE.Louis Bromfield, novelista

estadounidense, premio Pulitzer 1926 por sunovela “Early Autumn”._

1855 NACIÓ EL 28 DE DICIEMBRE. JuanZorrilla de San Martín, escritor y

diplomático uruguayo, máximo representante dela poesía romántica uruguaya. Una de sus másconocidas obras es el extenso poema deexaltación patriótica titulado “Ta b a ré ”, cuya

composición le llevó casi diez años._

1932 N A CI ÓEL 28

DE DICIEMBRE.Manuel Puig,destacado escritorargentino, autor deobras como“Boquitas pintadas”,“El beso de la mujera ra ñ a”, o “ S a n g rede amorcorresp ondido”.

La religión puede hacer el bienmejor y también el mal peorLeonardo Boff

T odo lo que está sano puede enfer-mar. También las religiones y lasiglesias. Hoy particularmente asis-timos a la enfermedad del funda-

mentalismo contaminando a sectores im-portantes de casi todas las religiones e igle-sias, inclusive de la Iglesia Católica. A veceshay una verdadera guerra religiosa. Bastaseguir algunos programas religiosos de te-levisión especialmente, de tendencia neo-pentecostal, pero también de algunos sec-tores conservadores de la Iglesia Católica,para oír que condenan a personas o degrupos de ciertas corrientes teológicas osatanizan a las religiones afrobrasileñas.

La mayor expresión del fundamentalis-mo guerrero y exterminador es el repre-sentado por el Estado Islámico que hacede la violencia y del asesinato de los di-ferentes, expresión de su identidad.

Pero hay también otro vicio religioso,muy presente en los medios de comu-nicación de masas especialmente en latelevisión y en la radio: el uso de la re-ligión para reclutar gente, predicar elevangelio de la prosperidad material, sa-car dinero a los feligreses y enriquecer asus pastores y auto-proclamados obis-pos. Tenemos que ver con religiones demercado que obedecen a la lógica delmercado que es la competencia y el re-clutamiento del mayor número posiblede personas con la máxima acumulaciónde dinero líquido posible.

Si nos fijamos bien, en la mayoría deestas iglesias mediáticas el Nuevo Testa-mento raramente es mencionado. Lo quepredomina es el Antiguo Testamento. Seentiende el por qué. En el Antiguo Testa-mento, excepto los profetas y otros textos,se resalta especialmente el bienestar ma-terial como expresión del agrado divino. Lariqueza gana centralidad. El Nuevo Testa-mento exalta a los pobres, predica la mi-sericordia, el perdón, el amor al enemigo yla solidaridad ilimitada con los pobres ycaídos en el camino. ¿Dónde se oye, hastaen los programas católicos, las palabras delMaestro: “Felices vosotros, pobres, porquevuestro es el Reino de Dios”?

Se habla demasiado de Jesús y de Dioscomo si fuesen realidades disponibles enel mercado. Tales realidades sagradas, porsu naturaleza, exigen reverencia y devo-ción, silencio respetuoso y unción devota.El pecado que más se da es contra el se-gundo mandamiento: “no usar el santonombre de Dios en vano”. Ese nombre estápegado en los vidrios de los automóviles yen la propia cartera del dinero, como siDios no estuviese en todos los lugares. YJesús para acá y Jesús para allá en una ba-nalización desacralizadora irritante.

Lo que más duele y escandaliza verda-deramente es que se use el nombre de Diosy de Jesús para fines estrictamente comer-ciales. O peor, para encubrir desfalcos, ro-bo de dineros públicos y blanqueo de di-nero. Hay quien tiene una empresa cuyo

título es “Je s ú s”. En nombre de “Je s ú s” seamasan millones en sobornos, escondidosen bancos extranjeros y otras corrupcio-nes que atañen a los bienes públicos. Y es-to se hace con el mayor descaro.

Si Jesús estuviera todavía entre noso-tros, sin duda haría lo que hizo con losmercaderes del templo: tomó el látigo y lospuso a correr además de derribar sus pues-tos de dinero.

Por estas desviaciones de una realidadsagrada, perdemos la herencia humaniza-dora de las Escrituras judeocristianas y es-pecialmente el carácter liberador y huma-no del mensaje y la práctica de Jesús. Lareligión puede hacer el bien mejor perotambién puede hacer el peor mal.

Sabemos que la intención original deJesús no era crear una nueva religión.Había muchas en aquel tiempo. Tampo-co pensaba reformar el judaísmo vigen-te. Quería enseñarnos a vivir guiados porlos valores presentes en su mayor sueño,el reino de Dios, hecho de amor incon-dicional, misericordia, perdón y entregaconfiada a un Dios, llamado "papá" (Ab-ba en hebreo) con características de ma-dre de bondad infinita. Él puso en mar-cha la gestación del hombre nuevo y dela mujer nueva, eterna búsqueda de lahumanidad.

Como lo muestra el libro de los Hechosde los Apóstoles, el Cristianismo inicial-mente era más movimiento que institu-ción. Se llamaba el "camino de Jesús", rea-

lidad abierta a los valores fundamentalesque él predicó y vivió. Pero a medida que elmovimiento fue creciendo, se convirtióinevitablemente en una institución con re-glas, ritos y doctrinas. Y entonces el podersagrado (sacra potestas) pasó a ser el ejeorganizador de toda la institución, ahorallamada Iglesia. El carácter del movi-miento fue absorbido por ella. Por la his-toria sabemos que allí donde prevaleceel poder, desaparece el amor y se des-vanece la misericordia. Eso es lo que pordesgracia pasó. Hobbes nos advirtió deque el poder sólo se asegura buscandomás y más poder.

Y así surgieron iglesias poderosas eninstituciones, monumentos, riquezas ma-teriales e incluso bancos. Y con el poder laposibilidad de corrupción.

Estamos presenciando algo nuevoque hay que saludar: El Papa Francisconos está recuperando el cristianismomás como movimiento que como insti-tución, más como encuentro entre laspersonas y con el Cristo vivo y la mise-ricordia sin límites que como disciplina ydoctrina ortodoxa. Ha puesto a Jesús, a lapersona en el centro, no el poder, ni eldogma, ni el marco moral. Con eso per-mite que todos, aun los que no se incor-poran a la institución, puedan sentirseen el camino de Jesús en la medida enque optan por el amor y la justicia. de lavida, de la juventud dominicana. Ahí es-tá el desafío.

FUENTE EXTERNA

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A RE Í TO 3Sábado 26 de d i ci e m b rede 2 015 H OY

Algo que decir sobreguiones de cineS e acaba de estrenar la película Repú-

blica del Color, una idea original delrealizador Héctor Montás, quien meregaló la felicidad de poder escribir el

guión.Para hacerlo, me entregó varios tomos de

la Historia de la Pintura Dominicana, delmás erudito de los críticos de artes plásticasdominicanos: Danilo de los Santos, textosque tuve que trabajar con la fruición de unae s t u d i a n t e.

Como conocimiento anterior, solo con-taba en mi haber con tres experiencias:

1.-Haber impartido una clase sobre gé-nero, llamada UNA MIRADA DE MUJER, pa-ra lideresas indígenas de Bolivia, Colombia,Venezuela, Perú, y Brasil, en un curso sobredocumentales que se impartió, por inicitivade Tanya Valente, entonces directora de laEscuela Internacional de Cine, de San An-tonio de los Baños;

2.-La escritura y dirección del guión quesirvió de apoyo al lanzamiento de las Me-morias de mi esposo Fidelio Despradel, ti-tulado“Memoria Viva”, el cual se inicia conun poema de Jacques Viau sobre la memo-ria; continua con las reflexiones delpoeta ynarrador Don Marcio Veloz Maggiolo sobrela memoria; y se estructura en base a unaserie de entrevistas a personas fundamen-tales en la vida de Fidelio; concluyendo conMercedes Sosa y su homenaje a los héroes.

3.-La elaboración de un guion, conjun-tamente con Esteban Martin y Héctor Mon-tás, para una película que se llama ENTREARENAS, co-producción dominicana y ar-gentina, que tiene como objetivo promovera Bariloche y Punta Cana, como lugares tu-rísticos, a través de la historia de dos pro-fesores de danza: uno de tango y otra de ba-chata, que se encuentran en Bávaro.

En el último guión se trabajó durante másde un año y todavía estamos esperando larespuesta final de los Ministerios de Turismode ambos países, para una filmación que es-pero será tan divertida como la de Repúblicadel Color, donde meintegré a un colectivo dejóvenes artistas que me hizo sentir parte delelenco de una delas antiguas y medievalescompañías itinerantes de teatro, o circo.

El colectivo, viajó por España y Francia,tras las huellas de los pintores españoles re-fugiados de la Guerra Civil española, y en elpaís por sus reservas de belleza en todas par-tes. Sólo las anécdotas producirían un libroque, por su frescura, enseñanzas y risas, po-dría convertirse en un bestseller. Estas os-cilan entre la profunda capacidad de obser-vación del jovencísimo director de la pelí-cula, Héctor Valdez, precoz intelectual; la ri-sa de Frankie Báez, y la preocupación por supelo, en función del tórrido romance quemantiene con la más bella de todas las ac-trices dominicanas; el atentooído de David, el sonidista; lasúper eficiencia de Carmen Pa-dró, como directora técnica; lacapacidad de dirección de Héc-tor Montás, reconocida por susmúltiples y bellísimos videos yla enternecedora experienciade compartir con una pareja derecién casados su incipientepasión y sus cuidados. El capi-tán Rosado se aseguraba deque todos nos sintiéramos se-guros en lugares por dondenuestro paso provocaba revue-lo, y todos querían ser “e x t ra s”.

Después de estudiar, estudiary estudiar,produje mi primer borrador. Si losejes transversales del video eran la luz y el coloren la pintura dominicana, entonces debíamoscomenzar por el paraíso tropical que era la islade Quisqueya o Ayití, y la manera como lostainos manejaban su deslumbramiento, y conzumos de raíces y plantas, y polvo de piedras,reproducían su cosmovisión.

¿Cómo se alteró esa cosmovisión con lallegada de los colonizadores y cuáles fueronlas primeras impresiones pictóricas, de losvisitantes? Y, ¿por donde andaban el color yla luz en esos años?

La estructura del guión, discutida paso apaso con Héctor, respondía a mi experienciateatral, donde trama y diálogo se comple-mentaban para dar paso a una historia don-de un narrador, o narradora, omnisciente,

como Orson Wells (en el video sobre las pin-turas en el Museo de Londres), evaluado unay otra vez por nosotros, iba guiando una vi-sita al Museo y deteniéndose en las obrasque son su patrimonio.

El problema era el tiempo. Si iba a ser undocumental no podía pasar de 40 minutos, de

ahí que se decidiera con-vertir República del Coloren una película, pero elproblema seguían siendolos tiempos. ¿Tiempos dequé? De atención del, o lavideasta.

Y esa fue mi primeragran lección: los tiemposdel teatro, de la literatura,no son los del cine, sobre-todo los del cine de hoy,con sus vastos recursosmusicales y tecnológicos.Dos películas me servíande modelo de lo que hoyno se puede hacer: “Co -

p e n h a g u e n”, interminable diálogo entre dosamigos científicos a quienes la SegundaGuerra Mundial inevitablemente separa, degran interés para conocedores del género,pero que adormece hasta al más interesadoen esos temas; y la celebrada trilogía “Ab u”,del cineasta bengalés SatyajitRay, con mú-sica del mayor de los virtuosos de Sitar Ra-viShankar, donde se entremezclan el segui-miento a la vida de un niño, hasta su adultez,con la muy bucólica vida del campesinadoabsolutamente pobre de la India.

Solo un público interesado en la parte téc-nica del filme aguanta las tres películas sincansarse y aprecia la fotografía, que es la granprotagonista de esta secuencia que es un clá-sico del cine y sirvió de modelo a otras sagas, ohistorias de familia, como El Padrino.

El segundo gran aprendizaje es que quienescribe un guión es como una de esas ma-dres de vientre alquilado. Una vez lo vende, ocoloca, ya no es suyo. Por eso por fin entendíuna frase que una vez le escuche al teatristaHenry Mercedes, quien decía que el mejordramaturgo, o dramaturga, era el que estabamuerto, porque no podía insistir en la fide-lidad a su texto, y permitía que este fuera elpretexto para una obra de teatro.

Como comprenderán, para un autor o au-tora, esas frases sonaban a sacrilegio,porquepara nosotros la palabra es siempre lo queimporta, o lo que trasciende. Desconozcocuantos montajes se han hecho de Hamlet,pero lo que nos ha sido legado del poeta ydramaturgo Shakespeare, son sus palabras,sus diálogos, su imaginería, su poética.

Es por eso que encuentro irónico que des-pués de un proceso donde como autora me hetenido que desprender de mi sentido de per-tenencia, alguien haya planteado que el guion“no tiene estructura académica y formal” y esapenas “un ejercicio de edición”, porque unavez en manos de editores un guión pasa a res-ponder a las necesidades técnicas del cine dehoy, a lo que captura a un público mal educadopor Hollywood y sus “agentes secretos” en unritmo y una velocidad que dejan poco a la re-flexión y la poesía.

Escribir un guión y ser testigo de sus re-sultados finales es una lección invaluable,que agradezco a Ingenio Lateral y a los dosHéctor; leer ciertas “cr iticas” me corroborauna permanencia de prejuicios que fomentael malentendido y el mantenimiento de laingratitud en el mundo.

Hay mucho mal “c i n e” que manipula lospeores prejuicios de clase, sexo y raza y con-tribuye a la deformación de la visión de lavida, de la juventud dominicana. Ahí está eld e s a f í o.

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‘‘ Es por eso quee n cu e n t ro

irónico que después deun proceso donde comoautora me he tenidoque desprender de misentido de pertenencia,alguien haya planteadoque el guion “no tieneestructura académica yfo rm a l ”

Chiqui Vicioso Héctor Manuel Valdez

Héctor Ulises Montás Frankie Báez

FUENTE EXTERNA/ARCHIVO

Page 4: Areíto 26 de diciembre, 2015

4 Sábado 26 de d i ci e m b rede 2 015H OY A RE Í TO

En el portal de belénhay estrellas, sol y lunala Virgen y San Joséy el niño que está en la cuna

Pastores venidpastores llegadadorad al niñoadorad al niñoque ha nacido ya (bis)

Ábreme tu pecho niñoábreme tu corazónque hace mucho frío afueray allí solo hallo calor

Pastores venidpastores llegadadorad al niñoadorad al niñoque ha nacido ya (bis)

Al niño miró la Virgena la Virgen San Joséal niño miran los dosy se sonríen los tres

Pastores venidpastores llegadadorad al niñoadorad al niñoque ha nacido ya (bis)

No sé si será el amorNo sé si serán mis ojosmás cada vez que te mirome pareces más hermoso

Pastores venidpastores llegadadorad al niñoadorad al niñoque ha nacido ya (bis)

Aunque normalmente para elmes de diciembre lo dedico ala Navidad, el tema de la so-beranía, si quería seguir la ló-gica expositiva, tomaría todoslos sábados de diciembre. Me

había resignado. Pero cambié de idea. Y medije: “No Mu-Kien no es po-sible que dejes pasar la tem-porada que más amas”. Poresta razón, decidir pararunos días la serie que desdehace meses he estado prepa-rando para mis lectores.

Ya lo he dicho, como afir-ma mi querida amiga Frida,que soy una mujer, quienaún estando compuesta decarne y hueso, el principalelemento que la define es laPAL ABRA”. Sí, ya lo he dicho,estoy hecha de palabras. Soyla palabra escrita desde el al-ma y los sentidos, para ex-presar lo que siente, duele, ama, detesta,molesta o admira. Pero también estoy hechade las palabras que nacen del cerebro, de micuriosidad natural de conocer, de aprendercosas nuevas. Por eso me gusta tanto escribirestos Encuentros en los que entremezclo loque pienso y lo que siento. A veces prima loprimero, otras tantas lo segundo, demos-trando toda mi esencia como mujer. Por esole pregunté a la razón, si este sábado mágicose lo regalaría al corazón. Me dijo que sí.

Y feliz me dispuse a disfrutar mi Noche-buena, rodeada con los míos. La Nochebuenase hizo corta. El grupo familiar que nos reu-nimos siempre, acompañado de un medido ysuculento banquete, hablando todos juntos,nos dijimos en medio de conversaciones en-trecruzadas, de risas y chistes interrumpidoscon las constantes solicitudes de los niñosbuscando atención, nos dijimos sin decirlo lomucho que nos amamos, y cómo y cuántodisfrutamos nuestras presencias.

La música navideña, estruendosa a veces,inocente otras tantas, repetitiva una y otravez acompañaba la cena. Era el trasfondo dela noche mágica, que se repite cada año, conla diferencia de que algunos nos hacemosmás viejos, que hay nuevos miembros en lafamilia, porque los jóvenes han crecido. Es la

magia de la vida. Y ese encuentro cotidianoes la noche maravillosamente mágica en quesencillamente celebramos el amor y el sim-ple, hermoso y reconfortante momento deestar juntos.

Al finalizar la noche, y después de recogerlos trazos desordenados de los platos suciosde comida hecha con amor, y de los vasoscon rastros de diferentes bebidas alcohólicasy gaseosas, pensé mucho. Mientras realizabala mecánica acción de limpieza y organiza-ción me dije: “La humanidad debería vivircomo si cada día fuese Nochebuena. Debe-ríamos luchar para que el amor por el pró-jimo más próximo, y el que está lejanos y noconocemos, se manifiesta todos los días”.

Desperté complacida. Pero enseguida laracionalidad se apoderó de mí. Y mi respues-ta ante el deseo pensado la noche anterior, sellenó de razón y me puso triste. La huma-nidad no ha aquilatado, a mi modo de ver, elejemplo de amor y sacrificio que significa elnombre de Jesús en la historia, independien-temente de nuestras creencias religiosas.

Mi corazón pide a gritos una humanidadunida, no dividida por el color de la piel, lascreencias religiosas, ni el idioma, ni las po-siciones económicas. Mi corazón quiere queprime la solidaridad antes que el interés. Micorazón pide que la caridad no sea dádiva.Mi corazón llora porque hay niños que cadaaño no pueden ser testigo del milagro de laNavidad. Mi corazón se agita cuando sabeque a miles de niños se les compran sus ilu-siones con regalos envenenados que tienencomo único interés la compra de la tristelealtad de los que no tienen nada. Mi co-razón se comprime cuando sabe que estoshombres y mujeres mal llamados políticos lohacen con la conciencia clara de que con suacción compran voluntades.

Mi razón entonces asalta mi alma, y aliviaun poco la presión del corazón. La razón merecordó que esta sociedad maldita, desde elinicio de los tiempos, ha vivido en la eternadisyuntiva de la lucha entre el bien y el mal;entre el interés económico, el poder y el do-minio contra una gran mayoría que solo es-p e ra .

Pero mi razón también me da esperanzas,porque a través de la historia, en los miles deaños de vida que tiene la humanidad, siem-

pre ha habido cambios, por-que desde siempre han apa-recido hombres y mujeresque no se conforman conacatar órdenes, sino que sehan comprometido con lastransformaciones de sutiempo, y han logrado pro-vocar los cambios, hacer ca-minar la historia y legarnoslo mejor de su herencia, desus sueños y sus sacrificios.

Sin proponérmelo, conci-lié mi corazón triste y mi ra-zón. Entendí que soñadorescomo Tomás Moro y su ciu-dad Utopía, y más reciente-

mente como Eduardo Galeano, quien al pre-guntarse para qué servía la utopía se respon-día: para eso, para caminar. Volví a confiar enla vida, en la historia, en los seres críticos desu realidad, en la capacidad humana detransformar su herencia, en la necesidad delcompromiso con el futuro. En fin, volví acreer en la esperanza. Y me sentí feliz de quemi desconsuelo era solo momentáneo.

Seguí mis planes del día 25, como hace-mos todos los años, y nos fuimos al almuerzofamiliar de nuestros amigos Carlitos y Ame-lia. Faltaban cinco días más de paz, regocijopara la llegada del 2016, un año electoral queserá una gran prueba para el país.

Mientras esperamos el mes de enero, nosquedan algunos días para reconciliarnoscon los nuestros, para abrazarlos muchasveces y reiterarles que los amamos por en-cima de todas las cosas y todas las circuns-t a n c i a s.

Feliz año 2016. Que sus sueños y metaspersonales se cumplan, pero deben, debe-mos, trabajar duro para lograrlo. Ya no tengometas personales. Solo quiero seguir hacien-do lo que amo: escribir y amar a los míos.Tengo muchas metas para esta sociedadnuestra que se resiste a cambiar. Hasta elpróximo año, en un nuevo ENCUENTRO.

Un paréntesisn eces a ri o

‘‘ Feliz año 2016.Que sus sueños y

metas personales secumplan, pero deben,debemos, trabajar duropara lograrlo. Ya no tengometas personales. Soloquiero seguir haciendo loque amo: escribir y amara los míos.

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Chinos en laruralía de Liceyen el siglo XIX

(2 de 2)

Por Edwin Espinal Hernández

“ Los chinos” – precisa José del Cas-tillo – “empezaron a llegar engrandes contingentes a las tierrasamericanas a mediados del siglo

XIX, como consecuencia de la crisis debrazos que afectó a numerosas econo-mías de plantación. Llegaron en calidadde siervos contratados a laborar en los in-genios del Caribe y de Perú, y en los de-pósitos de guano de las islas Chinchas”.

Mu-Kien Sang acota que ya para 1861,algunos chinos se encontraban en el paísy que incluso en la guerra restauradora, en1864, participó en las filas dominicanasun tal Pancho El Chino. De acuerdo a estaautora, chinos arribaron a Puerto Platapor iniciativa del gobernador SegundoImbert, y en el nordeste del país se asen-taron chinos culíes importados desde Cu-ba por Gregorio Riva, los que trabajaroninicialmente en la fabricación de cal y la-drillos y constituirían el tronco de familiasdominicanas en la provincia Duarte, conla asunción de nombres y apellidos es-pañoles. Sin embargo, Eugenio Cruz Al-mánzar sostiene que los chinos que de-jaron descendencia en la región nordestellegaron desde Cuba en un balandro des-pués de la guerra de la Restauración. Cruzdice que esos chinos fueron doce y queentre ellos estaban José Añil, Paulino Gó-mez, José Socorro, José Sanz, EstanislaoDíaz, José Victorio, Escolástico Díaz, JoséMartínez y Domingo Rosario. Alberto Fe-rreras agrega en ese grupo a otro que notenía nombre castellano y que era iden-tificado como “el asiático”, apelativo quedio origen al apellido Asiático.

En Uveral y Las Palomas, próximo a Li-cey, vivían al menos tres chinos a fines de ladécada de 1860 y mediados de la década de1870 igualmente con apellidos castellani-zados: Hilario Caballero, José María de Li-ma y Pascual Rodríguez. Las actas en la queconstan las informaciones que conocemosde estos inmigrantes fueron localizadaspor el genealogista Juan Espósito, quiennos cedió gentilmente facsímiles de lasmismas para este trabajo.

Hilario Caballero, hijo de padres desco-nocidos, casó en la Iglesia Mayor de San-tiago el 13 de noviembre de 1869 con Es-tefanía (o Estebanía) Santiago Mendoza. Aldía siguiente contrajo matrimonio civil. Enesta acta figura como Ylario, así como conel que aparentemente era su real apellido yel nombre de sus padres, pero la caligrafíano nos permite descifrarlo. Residía en LaPaloma (Las Palomas), era labrador y teníaentonces 32 años.

José María de Lima, hijo natural de Bal-tazara de Lima (o Lima), nació en Chinaen 1833. La declaración de su nacimientola realizó Benito Hernández, vecino deUveral, el 7 de agosto de 1873. Al día si-guiente fue bautizado en la Iglesia Mayor.En el acta de bautizo se indica que nació el15 de enero de 1833 “en el gran Ymperiode la China (Asia)”.

Pascual Rodríguez, natural de Cantón,hijo de José Rodríguez y María Caballero,residente en Las Palomas, casó en San-tiago el 28 de noviembre de 1876 a la edadde 35 años con Gabriela Castillo Rodrí-guez, de 20 años. Procrearon al menos doshijas: María, nacida el 9 de diciembre de1878, y Juana Irene, nacida el 21 de oc-tubre de 1880.

¿Serían estos chinos parte del grupoque llegó al nordeste del Cibao en la se-gunda mitad del siglo XIX? Si lo fueron,¿por qué dejarían esa zona y que los mo-tivó a establecerse en el área rural? ¿Cómose integraron en los lugares donde desa-rrollaron sus existencias? ¿Caballero y Li-ma dejaron descendencia? ¿Casarían lashijas de Pascual Rodríguez? Nuevas inves-tigaciones podrían ofrecernos la respues-ta a estas interrogantes.

Instituto Dominicano de Genealogía

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A RE Í TO 5Sábado 26 de d i ci e m b rede 2 015 H OY

Influencia y valordel cineE l cine, como la fotografía, ha marcado

de un modo central e irreversible lacultura y las artes contemporáneas.Es evidente, por demás, que antes

que nada está concebido como una indus-tria, con todas las implicaciones comercia-les, políticas e ideológicas que ello implica.

Una industria fuertemente centralizada yjerárquica que actúa como un elemento bá-sico de ejercicio y expansión de la hegemo-nía de los Estados Unidos sobre todo el pla-neta. Porque nadie puede negar la fuerza depenetración del cine: pensamos y vivimos através de las películas, y de ello hace ya todoun siglo.

Siendo, como es, primariamente unaindustria, no puede extrañarnos que elvertiginoso incremento cuantitativo de lademanda de imágenes en movimiento, de-sarrollada de las televisiones por cable ypor satélite, produzca una degradación ca-da vez más acusada de las exigencias es-téticas del medio.

Pero esto ha sido siempre así: la elevaciónde la obra fílmica a rango de arte se ha hechoen no pocas ocasiones con grandes dificul-tades, a contra corriente de la industria. Uncaso ejemplar es la trayectoria truncada deOrsonWelles. Aunque, en sentido contrario,tenemos en Alfred Hitchock el ejemplo deun gran creador que pudo en gran medida(no del todo) conciliar su voluntad estéticacon las exigencias del sistema.

Así, siendo el cine como es, el arte quemejor define nuestra época, conviene no ol-vidar que las obras fílmicas alcanzan en con-tadas ocasiones el grado de auténtica obrade arte, si somos mínimamente exigentes enel empleo de esta categoría.

Otra cosa es el papel de la producción ma-siva de películas en el entretenimiento, y suvalor comunicativo y cultural en la expan-sión de tendencias y estereotipos. Un aspec-to, este último, en el que el cine está máscerca de la moda que el arte.

Sobre esta práctica industrial y artística ala vez joven y madura, y centenaria, gravitade forma más acusada, como en la moda, elvértigo de lo nuevo, la búsqueda de algo dis-tinto para atraer a los diversísimos públicosque son sus consumidores potenciales. Lapregunta ¿Qué hay de nuevo? es, en sí mis-ma, una pregunta de cine.

Está inscrita en lo más profundo (memo-ria, emociones íntimas) de todos los que, co-mo yo, tuvimos en el cine, antes de la im-plantación de la televisión, el vehículo pri-mario de aculturación. No mucho despuésde saber hablar, pero antes de haber apren-dido a escribir, yo veía películas. Y ahí se for-jaron las raíces de mi sensibilidad: un es-pacio donde lo audiovisual, la imagen y elsonido en movimiento, integraba todos losplanos posibles de representación de la ex-periencia. ¿Qué hay de nuevo? evoca, paramí, un eco distante de mis orígenes como serhumano. Una variante de la inextinguible

pregunta de Bugs Bunny: Wat´s up, Doc?Por desgracia, a esa pregunta, referida al

propio cine (no sólo al cine dominicano, defactura incipiente y precaria, carente de ima-ginario y originalidad), no daría hoy una res-puesta demasiado optimista: lo nuevo meparece escaso, o apenas deseable.

Creo que la cuestión tiene que ver con lapropia edad del cine. Cuando se han cum-plido cien años es difícil que la invocaciónsea el punto de referencia de cualquier ac-tividad humana.

Es verdad, quiero insistir en ello, que elcine es el arte de nuestro tiempo, el arte quemejor caracterizó el siglo XX. Pero lo que pu-do resultar realmente nuevo hasta los añossesenta del siglo ahora ya pasado: una formade aculturación tan intensa u homogéneacomo, hasta entonces, los seres humanos nohabían conocido, se ha convertido para no-sotros hoy, entrando en el siglo XXI, en unatradición. Algo similar encontrábamos ennuestro estudio de la experiencia de las van-guardias artísticas.

Las dimensiones expresivas del cine, quepropiciaban una auténtica revolución an-tropológica, una síntesis incalculable de vi-sión, sonido y conocimiento, ahora ya noson nuevas, constituyen nuestro patrimo-nio. Las posibilidades de innovación expre-siva, tanto conceptuales como formales, re-sultan así sumamente problemáticas en elcine de hoy. Al cine ha acabado por pasarlelo que a las demás artes: es como si todohubiera sido ya inventando.

Lo realmente nuevo, en el universo au-diovisual que en su día abrió el cine, se en-cuentra actualmente en las incipientes ex-periencias multimedia desarrolladas a par-tir de la informática y los nuevos soporteselectrónicos. No sólo el cine. Resulta eviden-te que el universo de la imagen audiovisualen su conjunto tiene un futuro, e incluso unpresente, marcadamente digital. Películascomo Matrix(1999), con todas sus secuelas,Final Fantasy (2000), enteramenteproducida por ordenador a travésde un videojuego de éxito, expre-san nítidamente hacia donde vael cine.

La demanda de novedad paracaptar público es tan intensa, y es-tá luego tan bien desarrollada en susegmentación de esos públicos po-tenciales (desde luego, no me refieroa la República Do-minicana, carentede una infraes-tructura de merca-do, y del apoyo fi-nanciero de mu-chos de nuestros em-presarios), que el creadorcinematográfico tiene cada vez márgenesmás estrechos dentro de una industriatambién cada vez más voraz.

Y, a la vez, más amenazada, porque

el horizonte digital implica, a largo plazo, laposibilidad de una quiebra de las estructurasindustriales, basadas en la inversión de su-mas extraordinariamente altas de capital y laobtención de unos márgenes de beneficioque, salvo en los casos de auténtico acierto,sólo pueden asegurarse por imposicionesoligopólicas de mercado o por políticas pro-t e c c i o n i s t a s.

Más que una expansión estética, lo queactualmente estamos viviendo es una des-mesurada transformación comercial de unaindustria que a veces era arte en un meca-nismo planetario de producción y transmi-sión de imágenes en movimiento. El mate-rial cinematográfico se multiplica más alláde todo límite para que la gran pantalla icó-nica esté encendida continuamente y en ca-da rincón del planeta.

La emoción de la sala oscura y del carácterexcepcional de la imagen, pasó ya parasiempre. No es extraño, entonces, que la re-petición y la estandarización del estilo (apartir de las pausas más comerciales del cineamericano) se conjuguen con una impor-tancia creciente de los efectos especiales(una dimensión que cualquier amante de losvalores cinematográficos no puede dejar deconsiderar secundaria).

Pero, entonces, ¿es posible lo nuevoac-tualmente en el cine? Quizás le haya pasadoal cine algo similar a lo que experimentó lapoesía al desarrollarse la escritura: perdió eldominio exclusivo de la palabra. O la pinturacon la fotografía: las imágenes visuales po-dían fijarse con la máquina. El cine ha per-dido también la exclusividad de lo audio-visual.

Pero eso no tiene por qué significar suagotamiento expresivo. Considero, al con-trario, que debería significar una reorienta-ción de sus objetivos estéticos. Centradosahora mucho más en la densidad de la obraque en la dudosa novedad. Lo nuevo des-

punta en el cine moder-no, igual que en las de-

más artes seculares,como innovación en

el marco de unatra-dición.

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Orson Welles Alfred Hitchock

FUENTE EXTERNA

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6 Sábado 26 de d i ci e m b rede 2 015H OY A RE Í TO

Camarada Rabochi Garcíaempezó en las filasrevolucionarias con 13 añosE n la Revolución de Abril fue de los pri-

meros que se acogió a la consigna“Armas para el pueblo” surgida delPartido Socialista Popular en el que

comenzó a militar porque el MovimientoPopular Dominicano, del que fue miembro,“había cambiado” y él veía en los nuevoscompañeros mayor formación política.

Rodolfo Pierre, Valentín Giró, Félix FrankAyuso y Roberto Cassá le acompañaron en laarriesgada aventura en la que con un sprayrojo escribió la frase en la esquina formadapor las calles Mercedes y Palo Hincado.

Era prácticamente un niño que había re-cibido entrenamiento militar para un alza-miento en la loma y que conoció la prisiónen la Casa Albergue por participar en las ac-tividades de apoyo urbano a la guerrilla deManolo Tavárez, en 1963.

Es que desde los 13 años comenzó a lu-char por la libertad y el bienestar general delos dominicanos cuando conoció en San Lá-zaro a los antitrujillistas Tolingo y RigobertoLlano Soriano.

Ajusticiado el tirano ingresó al MPD porsus relaciones con la familia Erickson. Pasó atener como orientadores y dirigentes a Nu-mitor Jiménez Sanlley (Tito Montes), EdgarErickson, Ramón Caballero y José RamírezConde con los que compartió experienciaspolíticas no escritas.

Porfirio Andalio Sebastián García Fernán-dez, “Ra b o c h i ” para los camaradas, ex rectorde la Universidad Autónoma de Santo Do-mingo, estuvo inmerso en todos los procesospolíticos, sociales y culturales dominicanosdesde la adolescencia.

Miembro de una generación de pioneroseconomistas que muchos consideran la me-jor del país, es un modelo de trabajo y desuperación. Laboró desde los 17 años en lossectores público y privado y jamás se ha de-tenido. En la actualidad escribe y se desem-peña como consultor y asesor económico.

Este alegre, extrovertido, manso y sensibleintelectual es además parte de la historiaeducativa, sobre todo de la UASD en cuyosmovimientos estudiantiles estuvo involu-crado como fundador y donde fue directorde la Escuela de Economía, vice decano de lafacultad de Ciencias Económicas y Sociales,de la que fue dos veces decano, y rector des-de 2002 hasta 2005.

Conversar con él es un aprendizaje. Losnombres de la vieja izquierda revolucionariaestán ligados a su historia. Como menor,adolescente, adulto, fue diligente en las ta-reas impuestas por sus líderes, algunas de lascuales prefiere no revelar. Es políglota, es-critor, viajero, investigador histórico y cien-tífico que anduvo en misiones políticas porpaíses socialistas y que tenía el convenci-miento de que fue adiestrado para la guerra.Por esa convicción se retiró del Partido Co-munista Dominicano en 1969. Entendía queen esta agrupación los cambios fundamen-tales se habían “f re n a d o”. Pensaba que se de-bía “continuar la lucha”.

Debido a esa certeza su tema preferido esel de la Revolución de Abril, de la que hablacon vehemencia y se extiende, aunque escomprensible su fogosidad porque comba-tió con ardor desde el principio hasta queconcluyó el conflicto.

Armas en Palacio.- El 24 de abril de 1965Porfirio abandonó un compromiso en el li-ceo Juan Pablo Duarte cuando dirigentes ycompañeros del PSP consideraron, luego delllamado de José Francisco Peña Gómez y elalzamiento de los militares constitucionalis-tas, que debían lanzarse a las calles a detenerel ejército encabezado por Marcos RiveraCuesta, jefe de Estado Mayor.

El 25 estaba en el Palacio Nacional pro-curando armas. “Vi oficiales partidarios delretorno de Juan Bosch a la presidencia yotros que se oponían”.

Luego se trasladó a Villa Consuelo a bus-car botellas de vidrio, gasolina y arena parapreparar bombas que pasaba a los que com-batían en el puente Duarte.

Por eso la Agencia Central de Inteligencia(CIA) lo colocó en el número 32 del volantede los supuestos comunistas que iniciaron elmovimiento, identificándolo como “Rabo -chi, experto en molotov”.

“Cuando yo era jovencito hice cursos deruso con Asdrúbal Domínguez y él se des-

pedía con un “Dasvidániya tovarishch rabo-chiy” (adiós, compañero rabochi). Rabochi,en ruso, es obrero”, explica. De ahí le quedóel seudónimo que los yanquis escribieron ensu inventario y así le siguen llamando, sobretodo ex militantes del PCD.

El 28 de abril Rabochi recibió una llamadade Manolo González (El gallego) para que seincorporara a un equipo de hombres arma-dos situados en la azotea de la casa de FrankDíaz Vásquez, en la calle Santomé esquinaPadre Billini, y era tan jovencito y delgadoque cuando el padre de aquel lo vio armadocon una pistola exclamó: “¡Pero eso es unh u e vo ! ”.

Amaneció en ese lugar como parte de lavigilancia junto a Justino José del Orbe, Ge-tulio de León, Pedro Conde Sturla y otros.Para García Fernández esta experiencia re-presentó “el primer ensayo civil de un co-m a n d o”. Estando ahí les instruyeron parti-

cipar en el asalto a la fortaleza Ozama.“Penetramos, logramos obtener muchas

armas. Yo vivía por la calle Padre Billini, quesirvió para guardarlas e ir muchas veces a lafor taleza”. Ese arsenal y otro obtenido enasaltos a cuarteles fue trasladado a la calleEspaillat 55 donde originalmente estuvo elcomando del PSP hasta que se produjo eldesembarco norteamericano.

Expresa que “la primera avanzada, quefue por Haina, la componían mil 700 hom-bres y gradualmente fueron creciendo. Nosretiramos para analizar la situación, sin em-bargo, a los tres días los organismos inter-medios nos ordenaron formar un comandoen POASI”, relata.

Los integrantes de esa unidad eran tra-bajadores de arrimo y estudiantes. Entre es-tos últimos estaban Ariosto Sosa Valerio, Ra-fael Gil Echavarría, Osvaldo Domínguez, Ro-dolfo Pierre, Roberto Cassá, Félix Frank Ayu-so. Sus comandantes eran Valentín Giró, unobrero llamado Diógenes y un militar de laMarina unido al bando constitucionalista.Rabochi siempre vistió de militar.

“Nos llenó de mucha tristeza la primeramuerte de un trabajador al tomar el jeepasignado al combate”. Se llamaba Juan Mo-ratín, recuerda. Una bala lo alcanzó desdeMolinos Dominicanos. “Lo llevamos agoni-zando al Padre Billini. Murió en mis brazos”.

Uno de los primeros documentos contrala Ocupación fue escrito por el organismo alque pertenecía Porfirio, denominado “Car -los Libknecht” en honor a un gran revolu-cionario alemán. Lo redactó Roberto Cassá.Después de mimeografiado lo distribuyeronpor la ciudad. García recuerda que, entreotras cosas expresaba que “la invasión nor-teamericana había cambiado la naturalezade abril, convirtiéndola en una Guerra Patriaen la que lo más importante era luchar por las o b e ra n í a”.

Su vivencia en esta batalla es extensa y susnarraciones están avaladas por manifiestos yfotos en las que aparece armado de fusil, res-guardado con casco protector, conduciendoun jeep, apostado en más de un lugar obli-gado por los incesantes ataques del enemi-go. La caída del compañero de POASI sig-nificó un cambio de local. Ahora el activoRabochi continuó la patriótica faena en laJuana Saltitopa casi esquina Mella.

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Porfirio en la guerra.

En Estocolmo en 1972.

La CIA lo definió como “Rabochi, experto en molotov.

PABLO MATOS, PEDRO SOSA, NAPOLEÓN MARTE

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A RE Í TO 7Sábado 26 de d i ci e m b rede 2 015 H OY

Las lágrimas dulcesDE JUAN BOSCHD esconocíamos la existencia de

aquella hermosa Criolla de JuanBosch, cuando en ocasión de unavisita casual a la publicitaria Young

and Rubicam Damaris, mi admirado y afec-tuoso amigo Euclides Gutiérrez, que a la sa-zón tenía su Oficina de Abogados justamen-te al lado de esta Agencia en El Conde con 19de Marzo, luego de saludos y de amena con-versación con el gracejo peculiar y la siem-pre amena sobreabundancia de sus colo-quios, se roba mi sosiego cuando me enterade la existencia de una Criolla escrita porJuan Bosch. ¿Una criolla de Don Juan y dón-de está? Con heroica tranquilidad, del bol-sillo izquierdo de su camisa clara, extrajouna pequeña y cotidiana libretita negra, des-prendió de ella una paginilla desdentada ynoticioso inconsciente de lo que buscaba,me entregó el tesoro de aquellos versos conalas y retazos de angustia. Leo un instante.La realidad desarma mis pretensiones atre-vidas de cantor de la época. Bosch era unproscrito; en ese momento es “mala-pala -b ra”. No es realmente la “Cr iolla” lo que nosimporta, y en esa misma tesitura es quesiempre he sentido aquel legado compro-metido que me confía el amigo. Tanto paraEuclides como para mí, lo importante eraJuan Bosch y su decencia histórica de prócer,su nombre injustamente proscrito y su his-toria trunca y amargada, sin que importaracrucificar un pueblo, el destino y las espe-ranzas ensangrentadas de una nación enterahacia el futuro. Casi maquinalmente le pre-gunto ¿Y la música, dónde está? “La músicaes del papá de Cabito, llámate a Cabito”, meresponde. Llamé a Bonaparte Gautreaux, alperiódico el Nacional. Nos conocíamosdesde las épocas turbulentas de la Revo-lución de Abril, que luegoalimentamosenlas etapas cavernarias de los 12 Años. Re-cuerdo una particular ocasión en que memarché intempestivamente de casa delPresidente Balaguer, indignado y sin des-pedirme, sin excusas y sin cantar, como eranuestro compromiso, en ocasión en que senos invitara a actuar allí en una Noche deFiesta. Se nos abandonó en una habitaciónsolitaria desde las 5 de la tarde, hora en quese nos había citado, sin siquiera probarunminúsculosorbo de atención ni conside-raciones, hasta derrumbar de indignaciónpaciente las 9 paredes aisladasde la juergaajena, mi auto-respeto y mis principios.Sabedor de los riesgos que podía significarmi “i r re s p e t u o s a” y desafiante actitud, fuiesa noche directamente a casa de “Ca b i t o”,para que estuviera edificado… si es queme sucediera algo. Hasta ese punto llegabanuestra amistad y confianza.

Bonaparte, quien fuera músico de bandaen sus años juveniles en su pueblo natal, metoco dos veces, en su viejo saxofón aventu-rero, aquella melodía que tejiera su padredon Julio Gautreau, desde los tiempos enque la dignidad y la hombría le llevaran hastauna celda, donde el destino parece preferirguardar solo verdaderos hombres: Torre lú-gubre de Ozama que incubara odios y tra-gedias, de aquel Nicolás de Ovando de pe-sadillas históricas, matanzas viciosas en Ja-ragua y ahorcamientos monstruosos de unaAnacaona aborigen de pureza divina y el dig-no y heroico Cotubanamá de leyenda, frentea los poéticos laureles y “Pa l a c e t e s” de “Es -q u i zo f r é n i c o s” del legendario Parque Colónde hoy. Pasé por teléfono la melodía al maes-tro Jorge Taveras y al siguiente día, en la pres-tidigitación entusiasmada y ajena de la Te-levisión, estaban crepitando llameantes ypara siempre, como en flameante hogueravirgen y eterna, aquellos sueños sobresalta-dos entre barrotes aprisionados, aquel másque canto, grito angustiado de libertad y ra-bia mansa. Magia de vida con destino, quellamaran entonces con tristeza en su quejacarcelaria: “A n h e l o s”, y que alguien, osada,irrespetuosamente si se quiere, se atreviera avestir con plumaje de blancura y esperanza,nubes encanecidas desde el principio deltiempo yaletear de cielos infinitos, aquel ho-rizonte de libérrimas estrofas aladas y vibran-tes, sus rimas de esperanzas rompientes so-llozando sobre acantilados abismales, desa-fiando un cadalso de silencios entre las furiascavernarias de un trujillato despiadado, feroz.Le llamamos, como debió llamarse desde el

principio, serenamente: “La Gaviota”.Juan Bosch nos había narrado, personal-

mente, años atrás, mientras hacíamos tiem-po para una entrevista en el programa “Se -ñor Sábado” del canal 7 de Televisión, delque fungíamos como Maestro de Ceremo-nias, aquel instante de fantasía y elevacióninsólita. Solo un ser predestinadopudo ha-ber transmutado aquel instante, extendersus alas libres y volar,por encima de aquellairrealidad tenebrosa de tanobscura fatalidadhumillante y trágica, y transformar, sublima-da, la adversidad en su favor. Sus palabrasretumban pausadas y serenas en mis recuer-dos, como debe haber tronado el verso entreparedes asombradas, antesalas arañadas decadalsos, acostumbradas al llanto, la rabia,elcoraje, la humillación… la sangre… la ago-nía… la tragedia: --“Sucedió en la Torre delHomenaje. Estábamos encarcelados. Meacerque a los barrotes del ventanal y con-templé el mar inmenso, las gaviotas volar so-bre los acantilados, las matas de uvas de pla-ya y un pedazo triste de ciudad cansada, hu-m i l l a d a”. Tome un trozo de papel de traza dela funda en que me habían traído de comer yun cabito de lápiz… y comencé a escribir.Cuando terminé le dije a don Julio Gautreau,que estaba preso conmigo en la misma cel-da: “Julito, toma, ponle música a eso”--. Esobvio que Bosch no puso el título de “An -h e l o s”, el sentido común nos lleva a entenderque el titulo surge posterior al encarcela-

miento de don Julio Gautreau, cuando éstefuera puesto en libertad y pudo posar su pazinterior, su tranquilidad atropellada,alcan-zar la elevación espiritual suficiente y el ins-trumento a mano, para despertar la inspi-ración y cumplir con aquel compromiso queconvierte el momento en historia.

Antes que yo otras voces la enseñorearony la cantaron. Pero con humildad sencilla,sin estridencias ni vanidades, agradezco aEuclides y al “Ca b a l l e ro”, quien determinatodo desde arriba, que el hilo largo y sublimedel tiempo guardara su elocuencia, desdeque Don Julio vistiera de luces su alma y consu guitarra consagrara aquellos versos na-cidos entre las piedras ensangrentadas de unabismo tenebroso sin nombre, donde pocossobrevivían a su tragedia, hasta el momentoen que renació porque todos quisimos can-tarla. Desde mis años de madrugadas, se-renatas y amigos inolvidables que aun lle-vo sembrados en el alma, hasta un MissUniverso de fantasía, Festivales gloriosos oPrimaveras felices para el Mundo que so-ñamos, siempre será para mí, más valiosoy elocuente que el premio vanidoso delaplauso frívolo o los glamorosos Casan-dras, el recuerdo imborrable de que, másde una vez, al volver la cara hacia Bosch,después de cantar su “Ga v i o t a”, detrás desu sonrisa afectuosa y agradecida, su ros-tro anciano y generoso, estaba bañado enlágr imas… Na d i e … merece tanto.

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FUENTE EXTERNA

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8 Sábado 26 de d i ci e m b rede 2 015H OY A RE Í TO

Las Estrellas OrientalesPASIÓN, IDENTIDAD Y ESPERANZA

S an Pedro de Macorís ha tenido ca-racterísticas históricas esenciales enla historia de la Nación. Lo baña elMar Caribe y lo abraza el río Higua-

mo. Aborígenes bien delimitados. Mosqui-tisol fue su nombre inicial. Migraciones mul-tirraciales desde muy temprano de su his-toria. El deporte siempre ha estado vincu-lado a los ingenios, quiere decir, a la pro-ducción azucarera.

Estoy interesado en conocer los orígenesde este equipo de pelota y la historia de susprecursores, hechos que estoy indagando.

¿POR QUÉ ESTA NOVENA EN MÁS DE CIENAÑOS DE EXISTENCIA SOLO SE HA CORO-NADO CAMPEÓN TRES VECES? 1936, 1953Y 1968?

Veamos algunos factores que han impac-tado la economía de esa provincia, enten-diendo la relación entre medios de produc-ción y la superestructura en donde están eldeporte, la cultura, etc.:

Los ingenios azucareros han languideci-do para no emplear otro término: cerrados.

Muchas empresas e industrias a partir delaño 1961 emigraron a la Capital y a otrospuntos. Las zonas francas han disminuidosu impacto en la economía de San Pedro deMa c o r í s.

Un fuerte movimiento migratorio en cua-tro direcciones se ha producido:

n Hacia el exterior: mano de obra joven yde profesionales.

n Hacia la Capital: profesionales e inte-lectuales

n Desde los campos hacia la provincia. DeHaití a la caña.

n Desde San Pedro hacia los polos de pro-ducción turística, esencialmente hacia laRomana e Higüey

Segmentación de la fanaticada. Porejemplo el nacimiento de los Toros del Es-te en la Romana escindió en cierto modolos símbolos de identidad, mismos que yase coronaron. El elefante (animal perezo-so); la estrella, el oriente, la caña y toda latradición del “Paris Chiquito” de los años20…

Los hijos de los macorisanos que emigra-ron pasaron a ser militantes de otros equi-pos, “a la juventud le gustan los equipos ga-n a d o re s”…

En términos culturales en la provincia seobserva el debilitamiento de los clubes tra-dicionales como Sociedad 11 de Noviembre,Centro Español, el Club 2 de Julio, etc.

Dos salas de cines tradicionales como ElTeatro Aurora y el Restauración fueron ce-rradas. La capacidad hotelera de la provinciay las opciones gastronómicas se han man-tenido estancadas.

El cierre del Hotel Macorix y del restau-rante Apolo es una muestra.

La promoción del deporte desde las uni-

versidades y desde las escuelas públicas haperdido el esplendor de otras épocas. El cie-rre parcial del puerto, que fuera un centro deconexión importante con el mundo, no solopara el envío del azúcar que se producía enpor lo menos seis ingenios, sino asiento deimportantes empresas dedicadas a los pro-ductos agro-industriales (abono por ejem-plo) y derivados de la caña.

La tradición de convivir con los jugadoresde origen macorisano, ya hechos famosos,se fue extinguiendo. Por ejemplo charlar encualquier esquina con Pedro González, Wal-ter James, Chico Conton, Joaquín Andújar,Rico Carty, por solo citar cinco con los que yohablaba en los años 60 de forma regular.

¿Cuántos de nuestros jugadores viven enSan Pedro? ¿Cuál es la relación de los juga-dores importados con la comunidad? El de-porte necesita de pasión, ilusión y una co-nexión mágica entre la fanaticada y sus lí-d e re s.

Piensen en Maradona y el fútbol argen-tino o el caso de Ronaldo y el brasileiro.

Las restricciones cada vez más severas delas franquicias de Grandes Ligas para que losjugadores de origen nacional se expusieranen la liga invernal es otro factor a tomar encuenta.

Recuerdo con mucha pena que en unmomento dado el jugador Alfonso Sorianofue abucheado de forma activa por la fa-naticada indignada cuando los altoparlan-tes avisaban de su presencia como obser-vador desde un asiento del palco derecho,que justo corresponde a nuestro equipo.

La juventud que antes tenía pasión por la“p e l o t a” ha emigrado hacia el baloncesto yotros deportes, muy influidos por la televi-sión por cable y por el liderazgo de ciertosbaloncestistas famosos de la NBA algunosnuestros como Harford.

Claro en SPM se ha desarrollado este de-porte y vale recordar que el ex ministro dedeportes del país, Jay Payano, es un exitosoexjugador oriundo de nuestros barrios.

Lo cierto es que no solo es acondicionarel play, ni siquiera nuestra bien ganada fa-ma de “que siempre obtenemos el mejorparque de importados” sino que se requie-re una retoma de los factores que se pue-den modificar como la percepción y lograruna retoma de la confianza de nuestra fa-naticada en su equipo.

A pesar de que he insinuado que el marcosocio económico es adverso:

¿QUÉ COSAS HE ESTADO MEDITANDO PA-RA ENRIQUECERLAS CON MIS COMPUE-B L A N OS ?

¿Y si un día de domingo cada adulto quellegue con un niño, el menor no paga?

¿Y si existe un domingo de damas? Es de-cir, todo el que llegue con una dama entranlos dos.

La pelota se ha convertido en un deporteque excluye cada vez más a las mujeres y esono es bueno, pues no integra a la fanaticadacon un concepto de familia.

¿Cuáles son las creencias, valores y acti-tudes de nuestros peloteros oriundos de lare g i ó n ?

La cultura cocola tiene mucha fuerza en latradición estrellista: hacer un despojo del te-rreno; tener ensalmadores (masajistas espe-ciales, como el maestro Sarampico, ya falle-cidos); uno que otro gagá con cachuchasverdes; llevar a los guloyas a los juegos y otrascreencias son parte de una identidad que seniega a perderse.

En administración de recursos humanosprofesionales ¿cómo se maneja la situación:salarial, expectativas, ventajas de pertenecera ese equipo, asuntos familiares y de saluddel equipo?

Por ejemplo la disminución del rendi-miento de algunos de nuestros jugadores deGrandes Ligas, a veces, está vinculado a pro-blemas sentimentales…

No olviden que el año pasado RobinsonCanó participo en 4 juegos y fue una bujíai n s p i ra d o ra .

Donde están y cómo re incentivar el Or-gullo de la serie 23, el orgullo de pertenecer yser “e s t re l l i s t a”.

¿Por que los macorisanos residentes enSanto Domingo no asisten ni aquí ni allá alos juegos? ¿Es que se necesita una inversiónen promoción que reasuma en sus esencia,identidad y origen al equipo o a la novenave rd e ?

¿Está influyendo la “inseguridad ciudada-n a” en la escasa asistencia al parque de pe-lota?

Es Estadio Tetelo Vargas está en condicio-nes de confort para el asistente y el terreno esde superior calidad.

Estoy enterado que una inspección pro-cedente de Estados Unidos habló en térmi-nos elogiosos del terreno de juego.

¿Se pueden hacer acuerdos con las em-presas que existen en San Pedro de Macorís,para colaboración en compra de boletas pa-ra que sus empleados asistan a los juegos?

Dispongamos de una encuesta con unabuena firma que mida objetivamente las ex-pectativas de la fanaticada para cada torneo

La colocación de vallas, de cintillos yotros medios de publicidad que puedenobtenerse por intercambio deben ser eva-luados por la mercadotecnia moderna.

Al momento de escribir estas líneas ladirección de Jochy Mallen ha sido en losúltimos años: emoción, pasión y esperan-zas. Y como siempre decimos: “Este es elaño verde”

*El autor es psiquiatra petromacorisano ymiembro directivo de las Estrellas Orien-ta les .

A Jochy Mallen, Osvaldo Rodriguez y a Juan Bolívar Diaz.

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FUENTE EXTERNA