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Argumentos Numero 11. Sobre el Fondo Juncker

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Revista Argumentos Numero 11. Notas de actualidad Sobre el Fondo Juncker Carlos Martínez Nuñez Eduardo Garzón Espinosa

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La Comisión Europea está dando los últimos retoques al Fondo Europeo deInversiones Estratégicas (llamado Fondo Juncker por el apellido del presidente de laComisión), un vehículo europeo con el que se pretende aumentar la inversión en lospaíses de la Unión Europea y que previsiblemente comenzará a funcionar a principiosde 2015.

Este nuevo proyecto surge como intento de dar respuesta a la situación tandeprimente en la que se encuentran los países de la Unión Europea, en los cuales lainversión se ha reducido en casi 500.000 millones de euros según el propio presidentede la Comisión, lo que supone una caída del 20% desde 2007. Este hundimiento de lainversión se debe a las políticas de austeridad aplicadas por los distintos gobiernosnacionales, al menor gasto presupuestario comunitario (que desde 2014 a 2020 seráun 3% menos que en el periodo anterior), y al menor crédito concedido por el BancoEuropeo de Inversiones (71.700 millones de euros en 2013 cuando en 2009 estacuantía ascendió a los 79.000 millones).

Tras siete años de recesión o estancamiento económico parece que los gobernanteseuropeos se han percatado por fin de que con la austeridad no se logra reactivar laeconomía sino todo lo contrario. La aplastante evidencia empírica ha revelado que singastar dinero la economía sufre todavía más, y esta constatación está empujandopoco a poco a los dirigentes europeos a relajar su discurso pro-austeridad. Desdehace un tiempo ya se vienen recogiendo en los documentos comunitarios la necesidadde complementar la austeridad con “impulsos al crecimiento económico”. Así se hapuesto de manifiesto en el ámbito de la política monetaria, puesto que el BancoCentral Europeo ha comenzado a comprar determinados activos a la banca privada,además de anunciar la posibilidad de comprar muchos más activos (privados ypúblicos) si la amenaza de la deflación se hace más palpable. Y ahora le toca tambiéna la economía productiva con este fondo europeo de inversiones.

Sin embargo, aunque a primera vista parezca que se ha dado un paso en la buenadirección, cuando uno desciende a los detalles comprueba que no hay muchosmotivos para la celebración. Veamos por qué.

1) A pesar de que el propio presidente de la Comisión reconoce que la inversiónha caído en casi 500.000 millones de euros, la cantidad prevista para el FondoJuncker no supera los 315.000 millones de euros en tres años. Es decir, ni siquiera entérminos cuantitativos estas inversiones podrán recuperar los niveles anteriores a lacrisis.

2) De esos 315.000 millones de euros, sólo 8.000 provendrán de lospresupuestos europeos (donde, por otro lado, existen dificultades para cubrir los pagospendientes a estudiantes Erasmus, investigadores como los Nobeles de Medicina y alas pequeñas y medianas empresas) y sólo 12.000 del Banco Europeo de Inversiones.Otros 60.000 millones de euros se obtendrán a través de endeudamiento, y el resto,unos 235.000 millones de euros, se espera que lo aporte el sector privado. Es decir, eldinero público que se va a comprometer es absolutamente irrisorio, reflejo evidente dela intensa y absurda resistencia europea (alemana, fundamentalmente, aunque nosólo) a emplear las palancas del gasto público para reactivar la economía.

3) El hecho de que se espere la participación del sector privado señala que lasinversiones que se van a llevar a cabo se regirán totalmente por el criterio de

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rentabilidad privada, puesto que las empresas no invertirán ni un euro a no ser queesperen obtener suculentos beneficios. Esto implica que el Fondo Juncker no seutilizará para financiar proyectos que no sean rentables económicamente, por muyrentables que puedan ser en términos sociales, ecológicos o culturales.

4) De hecho, el criterio para asignar el dinero a los proyectos será el de viabilidadeconómica, y no otros como necesidad social, sostenibilidad ecológica, distribución porpaíses o por sectores. Los programas que se llevarán a cabo giran fundamentalmenteen torno al sector energético, a las infraestructuras y a la agenda digital. En el caso deEspaña, el gobierno ha mandando peticiones para 60 proyectos identificados: 29 paratransporte (líneas ferroviarias de alta velocidad, conexiones por carreteras, renovaciónde estaciones, etc), 17 para el sector de tecnologías de la información (acceso ainternet de alta velocidad, fundamentalmente), 12 para energía y 2 paramedioambiente.

Por lo tanto, se pueden erigir cuatro críticas importantes con respecto al FondoJuncker: en primer lugar, por su limitado volumen de recursos se trata de un tímidointento que probablemente resultará insuficiente para reactivar adecuadamente laactividad económica. En segundo lugar, al basarse su financiación mayoritariamenteen inversión privada y en endeudamiento frente a los mercados financieros en vez dehacerlo en ingresos fiscales o en préstamos del Banco Central Europeo, lasinversiones empeorarán el saldo público europeo al tener que pagar importantesintereses de deuda y al mismo tiempo permitirán el enriquecimiento de los acreedoresprivados (los mismos que deberían contribuir más a los ingresos fiscales). En tercerlugar, buena parte de los proyectos que se van a realizar son claramente innecesariospara mejorar la vida de una población que necesita empleo y recursos y no líneas dealta velocidad que recorran todos los confines de la península. En cuarto lugar, lainmensa mayoría de estos proyectos resultan enormemente intensivos en extracción ytransformación de recursos naturales, emisión de residuos y deterioro medioambiental.

Un Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas que resultase eficaz, justo yrespetuoso con el medio ambiente debería estar diseñado de forma muy diferente alque nos presenta el equipo de Juncker: necesitaría disponer de un volumen derecursos muy superior al propuesto, estar financiado en su mayoría por dinero público(tanto a través de ingresos fiscales como de préstamos del Banco Central Europeo)sin importar el déficit y deuda públicas en que se pudiese incurrir (ya se atenuarían amedida que se reactivase la economía, en buena parte gracias a estas inversiones), yestar mayoritariamente orientado hacia la creación directa de empleo público querealizase actividades en beneficio de la sociedad y de la naturaleza, y no en beneficiode una minoría empresarial.

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