Arqueo12 Beatrix Hoffmann - Falsas Cabezas

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     Arqueología y Sociedad,

     Nº 20, 2009

    CABEZAS DE ARCILLA COMO SUSTITUTASDE CABEZAS TROFEO DE NASCA*

    Beatrix Hoffmann**

    * Traducción de B. Hoffmann y J. Golte.** Freie Universität Berlin.

    Resumen

    Se caracteriza las denominadas “cabezas trofeo” nazca representadas en cerámicas, procedente de la costasur del Perú, para proponer la posible función y significado que cumplió a partir de las representacionesiconográficas y comparaciones con ejemplos de otras partes mundo. El autor sugiere que las cabezastrofeo reales y las representaciones de tales cabezas fueron importantes en la cosmovisión; no eranecesario utilizar los primeros para cumplir dichas funciones, sino se utilizó símbolos, replicas en arcilla y las pinturas correspondientes en contextos funerarios como sustitutos de los reales. Así, como en otraspartes del mundo se muestra la complejidad y variabilidad de las ideas relacionadas, es difícil comprendercabalmente la función y significado de las cabezas trofeo nazca.

    Palabras clave

    Cabezas trofeo, iconografía, símbolos, sustitutos, variabilidad.

    AbstractThe so called “heads are characterized trophy” be born represented in ceramics, proceeding from thesouth coast of Peru, to propose the possible function and meaning that fulfilled from the iconographicrepresentations and comparisons with examples of other parts world. The author suggests that the headstrophy real and the representations of such heads were important in the world view; it was not necessaryto use the first ones to fulfill the above mentioned functions, but symbols were used, you answer in clayand the corresponding paintings in funeral contexts like substitutes of the real ones. This way, since inother parts of the world there appears the complexity and changeability of the related ideas, the functionis a difficult comprehension cabalmente and meaning of the heads trophy is born.

     KeywordsHeads trophy, iconography, symbols, substitutes, changeability.

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    La cerámica nasquense con sus pinturas multi-colores de temas variados es uno de los legadosmás impresionantes del Perú Antiguo. Ha sidofabricada en los valles de las costa surperuana,especialmente en el del Río Grande de Nasca,durante los siglos comprendidos entre el año100 antes de nuestra Era y el 600. Muchas deestas vasijas han sido preservadas como ofren-das funerarias.

    Un tema de la iconografía nasquense queha sido discutido repetidas veces en relacióndirecta con los hallazgos arqueológicos son las«cabezas trofeo», es decir cabezas humanas se-paradas del cuerpo. El que se las llame de estaforma se remonta a los trabajos de Max Uhle

    (1901) y resulta erróneo en cuanto a su función, ya que parecen haber tenido poca importanciacomo trofeos de guerra o de victoria, pero man-tenemos el concepto porque es el que se utilizacomúnmente para designarlas.

    Son dos los elementos que llaman la aten-ción con estas cabezas. Primero, son un elemen-to frecuentemente pintado o representado enla cerámica; segundo: hasta el momento se haencontrado una centena de cabezas trofeo rea-les en las investigaciones arqueológicas (Proulx,

    1999: 81). Cabezas trofeo son documentadas enel Perú ya en el precerámico. En Asia, por ejem-plo, se encontró tanto entierros de tales cabe-zas, como también entierros de cuerpos decapi-tados, que han sido fechados para el año 2000antes de Cristo (Silverman, 1993: 218). En laiconografía aparecen ya antes y durante el Ho-rizonte Temprano, así, por ejemplo, en los relie-ves de Cerro Sechín y en esculturas de piedra enChavín (Silverman, 1993: 218). En los textiles

    Paracas aparecen como motivos tempranamen-te, mientras en la cerámica de esta cultura se lasencuentra recién a partir de la fase 9 (Proulx,

    1999: 79). Una verdadera inflación experimentósu representación en la cultura Nasca. Por lo vis-to en Nasca las tales cabezas ocupaban un lugarcentral en la vida y el imaginario nasquenses.

    En la iconografía nasca las representacionesde cabezas trofeo son muy variadas. Aparte dela inexistencia de un cuerpo correspondientetienen adicionalmente características que lasidentifican. Frecuentemente las pupilas de losojos abiertos han sido puestas en el borde supe-rior del ojo. Algunas representaciones muestransangre que sale de las heridas de la cabeza cor-tada. Frecuentemente las bocas han sido marca-das con dos rayas verticales. En las cabezas tro-feo reales la boca aparece cerrada con espinas

    o astillas de huarango1

    . Algunas de las repre-sentaciones también muestran una cinta o uncordel en la frente de la imagen. En las cabezastrofeo reales se halla frecuentemente un agu-jero taladrado en el hueso frontal, por el cualse pasó un cordón. Las cabezas trofeo no hansido representadas únicamente en forma natu-ralista, sino que encontramos una gama ampliade estilizaciones. Quizás la forma más abstractasea su representación por medio de tres puntosen posición triangular. Tales representaciones

    se encuentra frecuentemente en las puntas delas plumas de seres emplumados, pero tambiénaparecen como parte de vestimentas o de ador-nos en la cabeza de los personajes, u ocurrensimplemente como bandas ornamentales.

    Las representaciones pintadas se puedeagrupar como sigue:1. Cabezas trofeo como parafernalia. Los se-res antropomorfos con antifaz que aparecenfrecuentemente en la iconografía nasquense2,

     y también los compuestos antropo-zoomorfos,frecuentemente sostienen en una de sus manosuna cabeza trofeo (fig. 1).

    1  Esta práctica la conocemos también en los jíbaros, un grupo étnico que habita en la montaña, en la fronteraentre el Perú y el Ecuador. Ellos han sido hasta mediados del siglo XX cazadores de cabezas. Las bocas de las cabezasreducidas, que elaboraron de las cabezas de sus enemigos, se cerraba con las espinas de la palmera chonta. (compá-rese Harner, 1984: 143ss).

    2  Estos seres antropomorfos siempre muestran una máscara, una diadema y adornos en las orejas, llevan unacabeza trofeo en la mano derecha y en la otra un bastón. En la discusión iconográfica se les llama «seres míticos»,algunas veces también «chamanes» (Proulx, 1999:79). Ambas interpretaciones son comprensibles, pero no comple-

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    Figura 1

    Figura 2

    Figura 3

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    2. Cabezas trofeo como elementos constitu-tivos de diadema o antifaz, o de vestimenta oplumaje. En esta forma se las encuentra en losseres de poder ya mencionados. En éstos apa-recen menos estilizados y en cantidades mayo-res. Frecuentemente son sólo los tres puntos yamencionados, especialmente en el plumaje deseres ornitomorfos. De vez en cuando la super-ficie del cuerpo secundario, que se ha acostum-brado a llamar signifer, muestra cabezas trofeograndes (fig. 2).2ª Un subgrupo lo forman animales cuyo cuerpoestá completamente cubierto por cabezas trofeopintadas. Por lo general éstos son o culebras ogusanos, o aves (fig. 3).

    3. Cabezas trofeo como elemento de decora-ción. Hay vasijas que están adornadas parcial -ocompletamente- con cabezas trofeo más o me-nos estilizadas. Éstas pueden aparecer de perfil ode frente, con sangre que emana del cuello, cono sin cordel en la frente. Además las caras pue-den aparecer de un color o de colores diversosen una secuencia repetitiva. Del mismo modo,las tales cabezas son o todas puestas horizontal-mente en la misma dirección o contrapuestas,

    de manera que sólo cada segunda cabeza se ha-lla en la misma posición (figs. 4 y 5).

    Por la forma de las vasijas que representanuna cabeza3  estas pueden subdividirse comosigue:1. Vasijas de estribo: estas, en forma lenticu-lada, que representan una cabeza, son relativa-mente raras. Algunas veces tienen un solo pico,o dos unidos por un puente. Proulx (1968: 13)considera a las botellas de dos picos como demayor prestigio, ya que muchas veces se en-cuentra uno sola en una tumba, y frecuente-mente muestran escenas míticas (fig. 6).2. Vasijas globulares: también relativamenteraras son vasijas globulares sin gollete, que re-

    presentan una cabeza (fig. 7).

    tamente convincentes. Es ésta la razón por la que evitamos verbalmente la identificación con las dos posiciones.3  Esta clasificación no coincide en todos los puntos con la efectuada por Kroeber y Collier (1998: 94). Ellos

    diferencian cinco tipos.

    Figura 4

    Figura 5

    Figura 6

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    Figura 7

    Figura 8

    3. Vasos: la parte inferior de estos recipientes,

    que ocurren con bastante frecuencia, muestrauna cara, en la parte superior aparece como untocado o una banda circular, y es pintada conmotivos diversos. Los vasos se dejan agrupar porsu forma en dos categorías:3a. Al primer grupo pertenecen vasos que tienen

    una pared vertical, cuyo perfil representaríauna S muy tenue. En la fase 3 esta forma apa-rece con mayor frecuencia y se mantiene hastalas fases posteriores, en las cuales las paredesson casi verticales, de perfil recto y la alturacrece marcadamente. En las primeras faseslas bandas en la cabeza muestran casi sólo unmotivo, mientras las de los posteriores estándecoradas con dos o más bandas superpuestascon varios motivos.

    3b. A este grupo pertenecen vasijas de las fases 3a 7, en la parte que representa la cabeza soncasi globulares y tienen un gollete en formade embudo. El embudo esta decorado con va-

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    rias bandas superpuestas que muestran de-coraciones con figuras o motivos abstractos(figs. 8 y 9).Las vasijas de forma lenticular con asa de

    estribo son modeladas con más semejanza conuna cabeza humana4  y representan de manerainequívoca y clara cabezas trofeo. Normalmentepresentan la boca sellada con espinas, el cordel yla posición característica de las pupilas. Algunasveces los ojos aparecen cerrados. Algunas vasi-jas muestran pintura roja, que representa san-gre, en el cuello. Lo mismo vale para las vasijasglobulares en ellas con más frecuencia deja deaparecer el cordel. Las cabezas en forma de vasosólo raras veces muestran uno o varios de los

    rasgos típicos. Visiblemente en ellas la intenciónde decorar el gollete con una o varias bandassuperpuestas se vuelve el punto de atenciónprincipal. Sin embargo, también ellas son repre-sentaciones de cabezas trofeo, ya que algunasmuestran la posición típica de las pupilas o laboca cerrada con espinas. Una comparación concabezas trofeo reales muestra que también estaspueden mostrar variantes en la preparación.

    Casi todas las vasijas de cabeza trofeo mues-tran pintura facial5. Los diversos motivos apa-

    recen por un lado sobre las mejillas y por otroen el borde de los ojos. El motivo mas frecuentees el «ojo de halcón», que se parece a la marca-ción de la cabeza del halcón6. Al lado de éste seencuentran círculos, escaleras, rayas verticales(anchas, delgadas, simples o múltiples, de formacóncava, algunas veces decorada internamentecon otro motivo), bandas verticales, triángulos y bandas en forma de onda sinuosa. Entre loscolores domina el rojo y el negro, el último espe-

    cialmente en los de motivo de halcón. Los moti-vos de los tatuajes igualmente se encuentran en

    las representaciones plásticas de las vasijas, si bienen algunas no aparecen. En los motivos de «ta-tuaje» de las vasijas de cabeza trofeo no se puedepercibir relación ni con la forma de la cara, ni conla decoración de las bandas del tocado. La únicaexcepción a esta regla la discutiremos más abajo.También las pinturas facial en esculturas de cuer-po completo no deja percibir una tal relación paracon la figura en conjunto7.

    La decoración de las bandas del tocado enlas vasijas de cabeza trofeo, especialmente en lasfases tempranas, muestran peinados, diademas otocados, así como de una u otra forma tambiénaparecen en los hallazgos arqueológicos reales. Fá-

    4  En ningún caso las representaciones alcanzan el realismo mochica.5  Tatuajes y pintura facial son y eran habituales entre muchas etnias en América del Sur especialmente entre los

    pueblos de la Amazonía. Se aplica esta pintura de acuerdo a las circunstancias y las predilecciones de las personas.En varias momias provenientes de la costa los tatuajes son claramente distinguibles. Es muy probable que las vasijasmuestren pinturas y tatuajes que efectivamente eran las utilizadas por la población.

    6  Falco sparveridus.7  Blasco Bosqued y Ramos Gómez (1986, lam. VI) tratan de establecer una correlación según la cual el motivo

    de los ojos de halcón sería una pintura facial de guerra, sin embargo el material no sostiene esta opinión.

    Figura 9

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    cilmente identificables son las hondas (fig. 10), setrata de un cordel con una ampliación, necesariapara la colocación de una piedra, en la parte cen-tral. Así como aparece en las vasijas, se las llevabaenroscadas alrededor de la cabeza. Otras repre-sentaciones hacen recordar a redes, tal como selas conoce también de otras esculturas de cuerpocompleto, que representan a pescadores. Posible-mente también podrían representar una especiede gorros fabricados de paja que se ha encontradoen entierros. Estas vasijas, por lo menos las sieteinvestigadas, ostentan casi siempre el motivo deojos de halcón (fig. 11). No parece ser casual estacoincidencia. En comparación, todas las cabezasque llevan la honda en el tocado muestran moti-vos diferentes en la pintura facial.

    Muchas bandas en el tocado ostentan de-coraciones geométricas que hacen recordar asombreros o gorros. Así se representa bandasen espiral, que algunas veces son adornadas con

    puntos (fig. 12). Se asemejan a los turbantes quese ha encontrado en varios entierros. Otras vasi-jas muestran rayas verticales o motivos en punta(fig. 13). Estas podrían representar a plumas quese utilizan para adornar la cabeza. También se haencontrado gorros de paja, los que a su vez esta-ban adornados con pedazos de textiles; a esto seasemejan las decoraciones geométricas de algu-nas vasijas. Otras aparecen claramente con ungorro adornado con flecos (fig. 14). En el centrodel decorado de algunas vasijas de cabeza trofeoaparece una diadema, con la cual normalmenteaparecen los seres de poder antropomorfos. Ungran número muestra decoraciones figurativas,muchas veces se trata de picaflores (fig 15), perotambién ranas, hombres, que podrían ser guerre-ros, divinidades con antifaces, y algunas vecesse puede reconocer frutos, plantas, peces y fle-chas. En las bandas superpuestas que aparecen apartir de la fase 5, las combinaciones de bandas

    Figura 10

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    ostentan seres antropomorfos con frutos, peceso cabezas trofeo estilizadas, o combinaciones deestos motivos.

    Como los gorros representados se asemejan alos que se conocen de las tumbas, se podría supo-ner que éstos se relacionan con la función de lasvasijas de cabeza trofeo y mostraban motivos deacuerdo a la función.

    Un punto frecuentemente discutido acercade las cabezas trofeo y sus representaciones in-numerables es el del significado y la función queestas tenían en la sociedad nasquense. Cultosde cabezas trofeo se conoce de muchas culturasalrededor del globo8. Una mirada a estos cultosmuestra la gran diversidad de los significados yde la función. Entre los mayas, para quedarnosen un ámbito geográfico cercano, los sacrificioshumanos tenían una importancia primordial; en

    estos las cabezas de los sacrificados recibían untratamiento especial9, ya que, a ellas se atribuíaun significado mayor. Probablemente en el nú-cleo de algunas bolas de caucho que se utilizaba

    Figura 11

    Figura 12 Figura 13

    8  Así, por ejemplo, de Indonesia, Borneo, Nueva Guinea, Asia suroriental, América del Sur (Jíbaro, Munduru-cú), Mesoamérica (Maya).

    9  Los entierros de hombres sacrificados en recintos ceremoniales en realidad eran solamente entierros de cabe-zas (Helfrich, 1973: 14).

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    en el juego de pelota se encontraban calaverashumanas10. En el Popol Vuh se habla de un juegode pelota con la cabeza de uno de los protagonis-tas y se relaciona a este hecho con ideas sobre lafertilidad. Ya que también han sido encontradascomo sacrificios en construcciones pareceríantambién estar ligadas a sacrificios propiciatoriosen construcciones. Un nuevo gobernante, porejemplo, tenía que realizar sacrificios humanosen su entronización. Tales rituales tenían para elgrupo social en tiempos de inestabilidad políti-ca, típica de un cambio dinástico, una funcióncohesionadora. Al rey le confería además pres-tigio, simbólicamente demostraba de esta formasu poder. Para poder llevar a cabo tales ritualesse organizaba asaltos a ciudades estado vecinaspara conseguir, por lo menos durante el períodoclásico, prisioneros nobles para tales sacrificios.

    De paso se podía eliminar de esta forma a rivaleso intervenir en luchas territoriales11.La caza de cabezas trofeo entre los jíbaros

    se basaba en otras ideas. Ellos realizaban ata-

    ques a otros grupos para matar a sus enemigos y para apropiarse de sus cabezas. Luchas por elterritorio no tenían ninguna importancia eneste contexto, ya que, el área habitada por ellosera más que suficiente para su modo de vivir.Muchas veces las luchas se originaban en unavenganza. También se salía a realizar un ataquesi un hombre soñaba que necesitaba un nuevoalma arutum, o que tenía que reforzar a la que yatenía. Ambos fines se alcanzaba por la matanzade un enemigo y la preparación de una cabezatrofeo. Detrás de estas costumbres aparece unaidea compleja de alma de los jíbaros; de acuer-do a ésta la adquisición de un alma arutum, unade las tres almas, que un humano puede reunir,era especialmente importante para los hombres y les confería invulnerabilidad. La cabeza tro-feo era un signo visible de la victoria sobre un

    enemigo y la posesión de un alma arutum. Re-sultaba, de esta forma, ser algo como un segurode vida. A pesar de la existencia de la venganza,la probabilidad de un contraataque se reducía.

    10 Esta tesis se basa en el análisis de las escenas de juego de pelota en los paneles del patio correspondiente enChichén Itzá, en el cual se observa la representación de calaveras como núcleo de las pelotas de caucho (Miller yHouston, 1987: 47ss.).

    11 A diferencia de la imagen de los mayas como un pueblo pacífico dedicado a la observación de los astros, ahorase piensa, a partir del desciframiento de su escritura, que su historia estaba marcada por guerras constantes (Freidel1992: 158ss.).

    Figura 14 Figura 15

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    Pero en la sociedad de los jíbaros, muy dispersa y acéfala, la importancia de las cabezas trofeo selimitaba al ámbito familiar cercano. Rasgos deideas relacionadas con la fertilidad se limitabana las mujeres de los cazadores. Al contrario dela tradición maya, aquí primaba el prestigio delcazador y la cacería tenía un carácter eminente-mente individualista. Entre los mayas la impor-tancia ritual era la preponderante, ya que, lossacrificios tenían importancia para toda la socie-dad. La adquisición de prestigio del rey visible-mente retrocedía, si bien todavía era parte delsignificado y no hubiera podido realizarse unaentronización sin tales sacrificios.

    Estos ejemplos quieren mostrar la comple-

    jidad y la variabilidad de las ideas relacionadascon las cabezas trofeo. Sin tradiciones orales oescritas resulta difícil comprender cabalmente lafunción de las cabezas trofeo en Nasca. A pesarde ello, es posible formular hipótesis a partir deobservaciones iconográficas y comparaciones,las que hasta el momento, sin embargo, hanconducido a resultados muy contradictorios12.Coelho (1972) ha hecho hincapié que las cabe-zas trofeo de Nasca tienen el carácter de cabezasrituales y no de trofeos para marcar la victoria

    en una batalla. Silverman (1993: 221) se mues-tra de acuerdo con esta hipótesis, ya que la pre-paración pormenorizada de las cabezas podríacorroborar un uso fuertemente ritualizado, sinembargo indica, que no se debería buscar unafunción única, claramente delimitada (1993:225). Para el período temprano intuye una in-terrelación entre cabezas trofeo, culto a los an-cestros, muerte cíclica, regeneración e ideas defertilidad. Es que las representaciones de cabe-

    zas trofeo dejan percibir por un lado un signifi-cado religioso y ritual, ya que, frecuentementeaparecen asociados a los seres antropomorfos yzoomorfos con máscara  y diadema13.  Por otro

    lado, sin embargo, aparecen en las fases tempra-nas muchas imágenes, cuya temática central esla fertilidad agrícola, sin duda alguna un temacentral para la gente de Nasca. Con la desapa-rición de Cahuachi como centro religioso, quetuvo una función integradora, se deja percibirun aumento de la cantidad de cabezas trofeoreales. Silverman lo considera una consecuen-cia de cambios sociales, los que también habríancontribuido a un cambio de función de las cabe-zas trofeo. En este contexto hay indicios de queen las fases tardías la captura de cabezas trofeoen situaciones bélicas se volvió más importante.No se deja determinar con claridad cual habríasido el carácter de tales confrontaciones. Silver-

    man piensa que tanto problemas territorialescomo batallas rituales podrían ser la explica-ción. Especialmente en los primeros las cabezastrofeo podrían tener en el contexto de la vene-ración de los antepasados un lugar importanteen la legitimación del acceso a la tierra y otrosrecursos (1993: 25). Para el período tardío Sil-verman considera posible que las cabezas trofeotambién puedan haber sido símbolos de status.Cazadores exitosos hubieran adquirido prestigio y posiciones sociales elevadas.

    La cantidad innumerable de cabezas trofeodejan suponer, que cabezas trofeo reales debenhaber tenido una presencia importante en la so-ciedad Nasca. Pero el número de cabezas trofeohallado hasta el momento no está de acuerdocon esta suposición. Se puede suponer que lascabezas trofeo por lo menos parcialmente erande gente nasquense14, y que éstas se habíanadquirido de manera diversa. Hay cabezas quefueron cortadas del cuerpo en el momento de

    la muerte de un individuo, y hay otras que re-cién han sido separadas del cuerpo después deque éste había alcanzado la momificación. Estees otro indicio para pensar en una gama de sig-

    12 Tello los consideraba fetiches, imbuidos de poder mágico, que de esta forma tenían influencia sobre la socie-dad (1918: 33). Proulx, por otro lado, los entendía como bienes sacrificados para los «seres míticos» representadosen la cerámica. Últimamente los relaciona con cultos destinados a incrementar la fertilidad (1999: 86).

    13 Silverman los interpreta como «seres míticos» (1993: 221).14 Carmichael (1988: 183) encontró en los entierros de su muestra 11 % de esqueletos sin cabeza. En general el

    asume que los entierros de personas decapitadas en Nasca deben haber alcanzado un 5%.

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    nificados, que no requiere de un modo de ob-tención singular. La diferencia marcada entrecabezas trofeo reales y la abundancia de repre-sentaciones de tales cabezas en la cerámica, dejasospechar que deben haber sido importantesen la cosmovisión de la gente, pero que no eranecesario utilizar una cabeza real para cumplircon la función ritual. En vez de las cabezas rea-les se utilizó símbolos, réplicas en arcilla y laspinturas correspondientes. Sustitutos de estetipo probablemente no son considerados comosi tuvieran el mismo poder como las cabezasreales. Pero, quizás comparable a las reliquias ylos iconos cristianos, les queda un potencial depoder considerable. Dependiendo del ritual y su

    significado, y quizás también correspondiente alas personas que lo realizaban, o para las cualesse realizó, se habría utilizado cabezas reales o sussustitutos simbólicos15.

    Así que las vasijas de cabezas trofeo habríansido un sustituto para las reales16. Como taleshabrían tenido una importancia mayor que lascabezas pintadas, ya que nuevamente hay unadiferencia numérica considerable. Mientras lascabezas trofeo reales habrían representado todala gama de significados atribuidos a ellas, las

    vasijas escultóricas estarían destinadas a repre-sentar un significado simbólico en un contextoritual. Una excepción serían las vasijas con asaestribo. Son las que más se asemejan a las realese igualmente han sido encontradas raras veces.Deben haber tenido un uso universal compara-ble a las reales. Lo mismo podría aplicarse a lasvasijas globulares sin gollete.

    Las cabezas en forma de vaso se dejan vin-cular, de acuerdo a las bandas decoradas del

    tocado, con funciones en rituales específicosque se vinculan con la decoración. Las cabezasque ostentan gorros o tocados, así como se lasconoce de esculturas que presentan personajeso de entierros reales (hondas, gorros de paja,turbantes o coronas de plumas) posiblementese relacionan con un culto a los antepasados.Los emblemas representados identificarían aaquellos. Las vasijas de cabezas decoradas conaves, ranas, peces y motivos de plantas, estaríanrelacionadas con ideas sobre la fertilidad y losrituales correspondientes.

    La importancia creciente de la guerra, debatallas, de violencia en relación con las ideasrelacionadas con las cabezas trofeo se refleja en

    la forma como se pinta los bordes y los cuellos detales cabezas. Esto es particularmente visible enlas vasijas con gollete en forma de embudo. Porun lado se presenta a personajes o seres míticosen batalla, por otro lado los mismos personajesa su vez son representados con una banda decabezas trofeo estilizadas. Estas vasijas podríanhaber tenido una relación con rituales, que esta-ban vinculados con la cacería de cabezas trofeo oactividades bélicas que proporcionaban la opor-tunidad de obtener y preparar tales cabezas.

    Considerando a las vasijas que represen-tan cabezas trofeo como sustituto de las realesse puede indagar en la gama de significados, ysus cambios, que éstas tenían para la gente deNasca.

    15 No pocas cabezas trofeo se encontró en acumulaciones mayores (Browne, García y Silverman, 1993). Talesdepósitos de vasijas de cabezas trofeo no se conoce, mientras sí se ha hallado tanto las cabezas como vasijas en en-tierros, en los cuales parecen haber tenido el mismo significado simbólico.

    16 Esto no se debe confundir con la idea errónea que las vasijas de cabezas serian un sustituto de una cabeza quefalta en un entierro. Esta idea se había generalizado después de que Kroeber encontró un cuerpo decapitado en AjaB, en el cual en vez de la cabeza se encontró una vasija. Carmichael (1988: 314) ha investigado el material de lasexcavaciones de Kroeber y encontró que en 16 tumbas se había encontrado vasijas de cabezas trofeo, pero que soloen dos se trataba de entierros de personas decapitadas. En uno de los casos la cabeza había sido sustituida por unavasija correspondiente, en el otro se había puesto una calabaza a manera de reemplazo.

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