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AUGUSTO PI SUÑER SU OBRA Y SU FIGURA DE ... - fu1838.org · publicación en francés, de acuerdo con la Central de Sociedades de Biología, radicada en París, del «Bulletin de

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PROF. S. VIDAL SIVILLA

AUGUSTO PI SUÑERSU OBRAY SU FIGURADE PROFESOR UNIVERSITARIO

PUBLICACIONES MEDICAS BIOHORM. . SECCIÓN: MEDICINA E HISTORIA | N." R.: B. 1023-63 | D. L.: B. 27541-63 | EDITORIAL ROCAS. . DIRECTOR: DR. MANUELCARRERAS. COLABORAN: DR. AGUSTÍN ALBARRACIN - DR. DELFÍN ASELLA - PROF. P. LAIN ENTRALGO - PROF. J. LÓPEZ IBOR - DR. A. MARTIN DE PRADOS - DOC-TOR CHRISTIAN DE NOGALES - DR. ESTEBAN PADROS - DR. SILVERIO PALAFOX -PROF. J. ROF CARBALLO • PROF. RAMÓN SARRO - PROF. MANUEL USANDIZAGA -PROF. LUIS S. GRANJEL • PROF JOSÉ M* LÓPEZ PINERO - DR. JUAN RIERA • SECRETARIO DE REDACCIÓN: DR. FELIPE CID - DIRECCIÓN GRÁFICA: PLA-NARBONA

De esta edición se han separado cien ejemplaresnumerados y firmados por el autor.

Ejemplar n ° ;'* V - - y\ / X )

1 N D I C E.de los números 26 al 50 (Tomo II)

de

MEDIClNA§?HISrORlAPublicación Médica Biohorm

Fascículo

AUGUSTO P! SUÑER SU OBRA Y SU FIGU- Prof. S. Vidal Sivilla XXVIRÁ DE PROFESOR UNIVERSITARIO

ALGUNAS CONSIDERACIONES HISTÓRICAS Dr. Rafael Benet XXVIIv SOBRE LEONARDO ANATOMISTA

ALGUNAS CONSIDERACIONES HISTÓRICAS Dr. Rafael Benet XXVIIISOBRE LEONARDO ANATOMISTA (Conti-nuación)

LA PESTE EN CATALUÑA DURANTE EL Dr. M. Carreras Roca XXIXSIGLO XVII

ESTUDIO HISTORICONATURAL Y PSICOFISI- Dr. Arturo Fernández Cruz XXXCO DE MIGUEL DE UNAMUNO

EL MEDICO EN EL TEATRO DE LOPE DE Prof. Agustín Albarracín Teulón XXXI

VEGA

CONCEPTO DE LA MEDICINA MODERNA Prof. Pedro Laín Entralgo XXXll

EL SABER UROLÓGICO DE LOS CIRUJANOS Prof. Luis S. Granjel XXXIIIESPAÑOLES RENACENTISTASLA OBRA DE JUAN TOMAS PORCELL / 1565 Dr. José M.E López Pinero ' XXXIVY LOS ORÍGENES DE LA ANATOMÍA PATO- María Luz Terrada FerrandisLÓGICA MODERNA

UN SINGULAR REMEDIO CONTRA LA TISIS: Dr. Leopoldo Cortejoso XXXVAPORTACIÓN HISTÓRICA

NOTAS PARA LA HISTORIA DEL SOCO- Prof. Diego Ferrer XXXVIRRSSMO

F. FERRER SOLERVICENS. APUNTE PARA Dr. Darío Novoa Montero XXXVIIUNA BIOGRAFÍA ,

DATOS HISTÓRICOS SOBRE LA OPERACIÓN Dr. Ruperto Sánchez Arcas XXXVIIICESÁREA. ROUSSET Y SU OBRA (Siglo XVI)

LA VISION DE LOS PINTORES-I Prof. José Casanovas XXXIX

LA VISION DE LOS PINTORES-II Prof. José Casanovas XL

MIGUEL SERVETO Y LA ASTROLOGIA Dr. José Barón Fernández XLI

RELACIÓN MEDICO-ENFERMO Dr. J. De Nadal Baixeras XLII

LOS COMIENZOS DE.LA MEDICINA Y DE Prof. José M.a López Pinero XLIIILA CIENCIA MODERNA EN ESPAÑA EN ELULTIMO TERCIO DEL SIGLO XVII

NOTICIAS MEDICAS EN LOS «AVISOS» DE Prof. Luis S. Granjel XLIVJERÓNIMO DE BARRIONUEVO

LA CIRUGÍA DE NUESTRO TIEMPO Prof. Cristóbal Pera Blanco-Morales XLV

IGNACIO BARRAQUER. EL HOMBRE Y SU Prof. Agustín Pedro Pons XLVIOBRA

CONCEPTO HISTÓRICO DE LA TERAPÉUTICA Prof. Mariano Badell Suriol XLVIIFÍSICA

LA CURACIÓN POR EL TACTO A TRAVÉS Dr. Leopoldo Cortejoso XLVIIIDE LOS SIGLOS

LA VISION DE GAUDI Prof. José Casanovas XLIX

NOTICIAS SOBRE PARACELSO Prof. P. Laín Entralgo L

AUGUSTO Pl Y SUÑER 0679-1965]

A Don Augusto Pi y Suñer conocióle el autor de la presente glosa siendo éste un simple alumno de las enseñanzasde Bioquímica y de Fisiología Humana que aquél profesó en los cursos de 1934-35 J de 1935-36, respectivamen-te. Aquella promoción de estudiantes era la primera de la Universidad Autónoma y aquellos dos cursos fueronlos últimos que enseñó en Barcelona el Profesor Pi y Suñer. Después, el autor de estas líneas sólo tuvo relacióncon Don Augusto en contadas ocasiones, con motivo de coincidir en los Congresos Internacionales de Fisiología.Las impresiones de este breve trato personal y especialmente las que el profesor dejó grabadas en el ánimo delalumno constituyen la experiencia vivida que ha inspirado este esbozo sobre la obra y la figura de Pi y Su-ñer. Para completarlo y documentarlo se ha recurrido, además, al estudio de los escritos y datos biográficos delmaestro.En esta glosa se ha pretendido referir la obra de Pi y Suñer a diversos aspectos de su figura de profesor, consi-derando sucesivamente la labor de investigación, la función docente, la gestión de política universitaria, la pro-yección en el extranjero y la aportación de publicaciones científicas y literarias. Así y aún sin poner en ello es-pecial empeño, se ha conseguido a la vez cierto orden cronobiográfico, debido seguramente a que las diversas ac-tividades de un profesor, por evolución natural y lógica, suelen alcanzar plenitud en períodos sucesivos y segúnaquel mismo orden. Sin embargo, conviene advertir que en la personalidad de Pi y Suñer es difícil o puede re-sultar artificioso separar y deslindar aspectos diferentes, pues en él concurrían las diversas actividades coordi-nadas e involucradas entre sí, como en una unidad funcional. Cuando investigaba, al mismo tiempo enseñaba,y en sus explicaciones docentes se traslucía siempre el investigador; por su afán de fomentar la investigación yla enseñanza hizo política universitaria, y en todas las actividades impartió siempre, como nota común, las másexcelentes cualidades humanas.

AUGUSTO PI SUNERSU OBRAY SU FIGURADE PROFESOR UNIVERSITARIO

En la breve historia de la Fisiología española, el nombre de Augusto Pi y Suñer debe ser recordado como el deuna figura procer, digna de todos los honores 3 del máximo agradecimiento. Otros fisiólogos españoles han con-seguido también renombre en el extranjero, pero nadie se esforzó y distinguió tanto como Pi y Suñer en el ge-neroso afán de impulsar la investigación y la enseñanza de la Fisiología en España, para elevarla, entre nosotros,al nivel que todos deseamos.Antes de Pi y Suñer, la investigación fisiológica no existía en España y la Fisiología enseñada en nuestras Fa-cultades se reducía a un discurrir verbal, más o menos ampuloso, que sólo llegaba a reflejar muy pálidamentelos conocimientos de la época. Basta hojear los textos de Fisiología vigentes en Madrid y en Barcelona durantela primera década de este siglo para darse cuenta de aquella triste penuria, que afectaba igualmente al cultivode otras ciencias experimentales.

* * *

Labor de investigación.

A principios de siglo y en la Facultad de Medicina de Barcelona terminó Pi y Suñer sus estudios de Licencia-tura. Muy pronto, tres años después de haberse doctorado y de actuar en Barcelona como Profesor Auxiliar,obtuvo el nombramiento de Catedrático de Fisiología de la Universidad de Sevilla. Este éxito, conseguido a latemprana edad de 25 años, no se le dio por casualidad. En sus tiempos de estudiante, Pi y Suñer ya se habíainiciado en la investigación científica, trabajando bajo los auspicios y la dirección de un maestro excepcional,Ramón Turró, que fue ayudante del padre de Augusto en la Cátedra de Patología General y Director del Labo-ratorio Bacteriológico Municipal de Barcelona. Posteriormente, a la vez que actuaba como Profesor Auxiliar deFisiología en la Facultad, Pi y Suñer había seguido investigando en el acogedor ambiente que le brindaban di-cho Laboratorio y el fecundo magisterio de su Director.Después de ser nombrado Catedrático, Pi y Suñer se encontró en la disyuntiva de continuar en el LaboratorioMunicipal, entonces el único capaz de satisfacer sus afanes de investigación, o de trasladarse a Sevilla llevadopor su vocación docente. El Ayuntamiento de Barcelona, celoso de mantener y acrecentar el prestigio científicodel Laboratorio Municipal y deseando también que la Facultad de Medicina de Barcelona 110 perdiera tan va-lioso colaborador docente, terció en la disyuntiva ofreciendo a Pi y Sufíer la creación de una Cátedra de FisiologíaGeneral en dicho Laboratorio. De esta manera, y gracias a la preocupación de la Corporación Municipal por losintereses culturales y científicos de la ciudad, Pi y Suñer pudo proseguir su labor de investigación y simulta-nearla con una función docente de gran eficacia, en estrecha colaboración con el Catedrático titular de Fisiolo-gía de la Facultad de Medicina de Barcelona (*).La iniciativa del Ayuntamiento en relación con un pequeño problema universitario que parecía no afectarle, fuetrascendente y decisiva para que en Barcelona se desarrollara rápidamente un movimiento de promoción cientí-fica y de afanes de investigación, que no se limitó a la Fisiología, sino que repercutió sobre todas las ramas dela Biología y alcanzó también otras ciencias experimentales.Fruto de aquel movimiento fue la creación de la «Societat de Biología de Barcelona», como filial de la «Seccióde Ciéncies de Tlnstitut d'Estudis Catalans», de cuya fundación fue Pi y Suñer principal animador. Además deun número limitado de socios numerarios, la «Societat de Biología» comprendía socios honorarios, cuyo nú-mero uno ostentaba Cajal, y socios corresponsales o agregados, entre los que se contaban numerosos científicosespañoles de otras regiones y distinguidos profesores extranjeros.

(*) Habiendo sido nombrado Catedrático de la Universidad de Sevilla a finales de 1904, Pi y Suñer obtuvo la concesiónespecial de ser adscrito a la Facultad de Medicina de Barcelona para terminar sus interesantes investigaciones sobre lafunción antitóxica del riñon. Esta situación especial, concedida inicialmente para el curso 1905-06, fue prorrogada por elMinisterio, a petición del Rector de la Universidad de Barcelona, para el curso 1906-07. A principios de 1908, después deser desestimada una nueva petición de prórroga formulada por el Rector, fue cuando Pi y Suñer tuvo que optar entre tras-ladarse a Sevilla o quedarse definitivamente en Barcelona, atraído por la oportunidad de investigar en el Laboratorio Mu-nicipal y de profesar la enseñanza de Fisiología General creada por el Ayuntamiento. Aunque entonces dejó de perteneceroficialmente a la Universidad, Pi y Suñer conservó su relación personal con el Catedrático de Fisiología, Prof. Coll y Pujol,Y, en 1914, al quedar vacante una plaza de Auxiliar, fue nombrado Profesor Auxiliar interino, reincorporándose oficial-mente a la Facultad de Medicina de Barcelona con dicho nombramiento. Un año más tarde, al jubilarse el titular, Pi y Su-ñer fue admitido en el concurso de provisión y en virtud del mismo obtuvo la Cátedra de Barcelona y el reingreso en el es-calafón de Catedráticos.

RAMÓN TURRO 11854-1926)

Con sus sesiones periódicas, celebradas alternativamente en los mismos lugares de trabajo, la asociación cien-tífica fundada por Pi y Suñer fue la primera que en España dio testimonio de actividades de investigación fisio-lógica. Patrocinó la edición de «Treballs de la Societat de Biología», cuyo primer volumen apareció en 1913, y lapublicación en francés, de acuerdo con la Central de Sociedades de Biología, radicada en París, del «Bulletin dela Société de Biologie de Barcelona», para que los trabajos comunicados alcanzasen difusión en el extranjero.Organizó cursos monográficos sobre Biología y ciencias afines, que fueron buena ocasión para que en Barcelonaprofesaran sus enseñanzas, en años sucesivos, personalidades eminentes y preferentemente los profesores espa-ñoles que se distinguían entonces por su afán de fomentar la investigación en España, como Rio Hortega,Gallego, Marañón, Carracido, Arévalo, Calleja, Rocasolano, etc. De una manera realista, sin alharacas, y porel esfuerzo individual de sus miembros, bien conjuntados por Pi y Suñer, la «Societat de Biología de Barcelona»progresivamente multiplicó sus actividades y llegó a ser, tal como se había propuesto su fundador, un excelenteinstrumento de intercambio científico.

Movidos por el genio inspirador de Turró y por el entusiasmo y el talento realizador de Pi y Suñer, numerososmédicos, biólogos y naturalistas, tanto universitarios como extrauniversitarios, sintieron afán de investigar y ennoble emulación por conseguirlo crearon un ambiente muy favorable para despertar y estimular la vocación cientí-fica de la juventud universitaria. Aquel ambiente científico, a semejanza del creado por Cajal con respecto a laHistología, no era efecto de un mimetismo episódico y fugaz, como el reflejado por algunos pensionados a su re-greso del extranjero, sino que tenía fisonomía propia y una vitalidad autóctona, enraizada en las ideas biológi-cas de Turró, un autodidacta genial que bien puede ser comparado con Cajal.Pi y Suñer, como protagonista del movimiento inspirado por Turró, fijó los objetivos y dio el impulso decisivopara que en dicho ambiente se concretara la formación de una auténtica Escuela, la escuela catalana de Fisiología.Esta denominación indica algo más que una circunstancia de lugar y no obedece a pretensiones chauvinistas oexclusivistas, sino a la realidad de una tradición investigadora y docente, que además de tener su origen enBarcelona se mantuvo con orientación y características propias, en contraste con el mimetismo y servilismosde quienes sólo son capaces de reflejar lo aprendido en el extranjero.El inspirador de la escuela, Turró, más interesado en las reacciones defensivas del organismo que en los micro-bios, llegó a elaborar conceptos originales y de gran rigor científico, sin incurrir en las lucubraciones retóricasde los que entonces y en España presumían de científicos. Las ideas biológicas del maestro hallaron fervorosaacogida en Pi y Suñer, su discípulo predilecto, que se había procurado una excelente información y preparacióncomo fisiólogo. Fruto más inmediato de aquella semilla fueron algunos trabajos, realizados por Pi y Suñer encolaboración con el mismo Turró, sobre diversos aspectos de las reacciones defensivas, consideradas como mani-festación del funcionalismo normal de las células. Turró y Pi y Suñer fueron los primeros o los que entoncesmás insistieron en postular, como explicación de sus observaciones y experimentos, la existencia de una sensi-bilidad trófica de los tejidos.La hipótesis de la sensibilidad trófica de los tejidos, desarrollada después por Pi y Suñer en múltiples direccio-nes y con mayor alcance, fue base y punto de partida de buena parte de los trabajos realizados por Pi y Suñery sus colaboradores de escuela. Cuando Hess, con mayor resonancia, pero no con mejores pruebas, postuló laintervención de reflejos locales de sensibilidad nutritiva en la regulación de la circulación, hacía ya varios añosque Pi y Suñer había publicado numerosos trabajos sobre las reacciones reflejas originadas en la sensibilidadtrófica de diversos órganos, tratando de demostrar su importancia en la regulación de determinadas funcionesdigestivas, metabólicas, endocrinas y respiratorias, así como en las correlaciones interorgánicas para la unidadfuncional del organismo.

R. COLL Y PUJOL (1845-1915)

Aunque dichas reacciones, así como los reflejos descritos por Hess, sean todavía discutibles, ello no aminorael mérito de Pi y Suñer, antes al contrario, indica su aguda visión y su capacidad para plantearse problemas deinvestigación importantes, que aún hoy siguen acuciando a los investigadores. En la actualidad, la demostraciónde los reflejos y de los fenómenos debidos a la sensibilidad trófica de los tejidos sigue siendo todavía difícil,pero cada día resulta más evidente la importancia de tales reflejos para las rápidas correlaciones que se mani-fiestan normalmente en las distintas funciones orgánicas.Además de una orientación de investigación original y bien determinada, Pi y Suñer imprimió a su escuela otrascaracterísticas muy en consonancia con la idiosincrasia y el estilo de los catalanes. Pi y Suñer y sus colaboradoresno pretendieron practicar investigación sistemática, en el sentido de escudriñar parcelas más o menos ampliasremoviéndolas según todas las posibilidades estadísticas y con toda clase de medios, como se suele hacer en lospaíses mejor dotados. En la escuela de Pi y Suñer, el planteamiento de cualquier investigación iba precedido deun razonamiento muy meditado, que trataba de conducir certeramente a la solución de un problema concreto, em-pleando métodos sencillos y los medios más asequibles.Mientras la mayoría de los fisiólogos de su tiempo repudiaban las hipótesis finalistas, Pi y Suñer no se avergon-zaba de razonar recurriendo al argumento teleológico (i). Guiado por sus razonamientos previos, llegaba a laconclusión de lo que debía ser y entonces trataba de demostrarlo, si bien era siempre rigurosamente objetivo enla observación y en la interpretación de los resultados experimentales.Con su tendencia ligeramente especulativa, bien cimentada por una sólida formación científica y una excelenteinformación bibliográfica, Pi y Suñer siempre supo plantearse trabajos interesantes, que respondían a una au-téntica curiosidad investigadora. Por esta sincera actitud y por su afán de prestigiar seriamente la produccióncientífica española, muy desacreditada en el extranjero, Pi y Suñer no podía conformarse con trabajos de re-lleno y de comprobación, a los que suele recurrirse más por incapacidad personal que por insuficiencia demedios.Aunque ponía su ilusión y su entusiasmo en trabajos de envergadura y al servicio de altos ideales, Pi y Suñerno fue un iluso soñador de utopías sino hombre eminentemente práctico, que sabía adaptarse a las circunstanciasy aprovechar todas las posibilidades para realizar lo que se proponía. En sus investigaciones tuvo que desenvol-verse con medios relativamente escasos, pero esta dificultad y las demás inherentes a una empresa como la suyano podían inhibirle ni hacerle retroceder, porque sabía qué dar ejemplo de superación era necesario y muy im-portante para alcanzar las finalidades que se había impuesto.Pi y Sufíer solía repetir que cuanto más sencillo es un experimento tanto más reducidas son las posibilidadesde error. En los trabajos de su escuela se encuentran frecuentemente notables improvisaciones y simplificacio-nes técnicas, que demuestran como el ingenio y el sentido práctico pueden suplir, a veces incluso con ventaja,

(i) «...els fenómens es lliguen a Torganisme com si els presidís una intenció teleológica. No és que, per aixó, jo afirmi lapresencia d'una finalitat, pero cal fixar-se en la noció fecondíssima, fins com instrument de treball, de les coordinacions i lesadaptacions interfuncionals». A. Pi y Suñer. Treballs de la Soc. de Biol., vol. I, pág. 65, 1913.

JOSÉ R. CARRACIDO (1856-19261

aparatos o instalaciones de elevado coste. Mientras en otros laboratorios de aquella época hasta los escurretubosdel lavadero llevaban etiqueta de fabricación alemana, en Barcelona recuerdan todavía algunos viejos artesa-nos cuan frecuentemente recibían de los Profesores Pi y Suñer y Bellido los más curiosos y variados encargos.Además, como novedad inusitada entonces y entre nosotros, Pi y Suñer dispuso el funcionamiento en su labo-ratorio de un modesto taller, donde se resolvían pequeños problemas de utillaje recurriendo simplemente a lamaña y buenos oficios de Jofre, que actuaba a la vez como bedel de la Cátedra.Pi y Suñer dominaba la bibliografía internacional y no la reservó para sí, antes al contrario, consciente de sumisión, inculcó en sus discípulos la necesidad de adquirir información de primera mano y la introdujo entre no-sotros, reuniendo en su Cátedra y ofreciendo a todos una biblioteca especializada que fue la primera y la mejorde España. Sin embargo, nunca hizo ostentación de su erudicción y tampoco se dejó influir demasiado por lasmodas científicas del momento, contra algunas de las cuales supo mantenerse en abierta y razonada oposición.Así se comprende que muchas ideas expuestas en sus escritos y trabajos conserven todavía valor de actualidad,acrecentado incluso, en algunos casos, a la luz de las investigaciones más recientes.En apoyo de lo que antecede y como muestra de la originalidad y del acierto de Pi y Suñer en sus investigacio-nes, merecen ser recordados los trabajos que realizó para demostrar la influencia refleja de receptores quími-cos pulmonares sobre la regulación de la respiración (2, 3, 4, 5, 6). Los medios de que disponía no le permitie-ron llegar a la demostración evidente de aquella supuesta acción refleja, pero Pi y Suñer sostuvo siempre, con-tra las ideas entonces dominantes, que la influencia directa de los gases de la sangre sobre el centro respiratoriono podía tener la importancia reguladora que se le atribuía, debiendo ser considerada como secundaria y sub-sidiaria (2).La parte negativa de la hipótesis de Pi y Suñer vióse confirmada algunos años después de sus primeras publi-caciones, cuando Heymans demostró la importancia funcional de los quimiorreceptores aórticos y carotídeos, acuyo descubrimiento había contribuido Fernando de Castro. Pero, como consecuencia también de los hallazgosde Heymans, parecía ya innecesario postular la intervención de reflejos originados en quimiorreceptores pulmo-nares. No obstante, Pi y Suñer siguió insistiendo en la parte positiva de su hipótesis (5, 6) porque se resistía 3aceptar que supuestas alteraciones en los gases de la sangre arterial actuasen como factor normal de regulación.Según Pi y Suñer, tales alteraciones significarían un fracaso de adaptación de la ventilación pulmonar y su ac-ción reguladora sólo intervendría en casos extremos, al resultar insuficientes otros factores de regulación n>ásimportantes y primarios, que él había de suponer dependientes de quimiorreceptores pulmonares mientras no sedemostrase lo contrario (2).

(2) «Sobre la sensibilitat química de les terminacions del pneumogástric pulmonar». A. Pi y Suñer. Treballs de la Soc.de Biol., vol. VI, 173-89, 1918.(3) «Segona nota sobre la sensibilitat química del penumogástric pulmonar.» A. Pi y Suñer, y J. M. Bellido. Treballs dela Soc. de Biol., vol. VII, 311-5, 1919.(4) «Resultáis de l'aplicació de 1'electrovagografía per a la demostrado de la sensibilitat química del pneumogástric pul-monar.» A. Pi y Suñer y J. M. Bellido. Treballs de la Soc. de Biol., vol. IX, 173-5, I922-(5) «Noves investigacions sobre la sensibilitat química del pneumogástric pulmonar.» A. Pi y Suñer, J. Puche i J. Ra-yentes. Treballs de la Soc. de Biol., vol. XIII, 169-86, 1930

PUBUCACIONS DE L'INSTITUT DE ClENCiES

TREBALLS DE LA

SOCIETAT DE BIOLOGÍAANY PRIMER. 1913

PUBLIC ATS SOTA LA DIRECCIÓ

PE

A. PI SUÑER

MEMBRR DE L'INSTITUT DE CIENCI»»

t

K

INSTITUT D'ESTUDIS CATALANS

PALAU DE LA DIPUTACIÓ

BARCELONA

Hasta ahora lo contrario no ha sido probado y en cambio ha sido descrita recientemente la presencia en los va-sos pulmonares de algunas estructuras glómicas, a las que se atribuye importancia en la regulación normal dela respiración, suponiendo que corresponden a quimiorreceptores excitables por las variaciones de pCO3 y depO2 de la sangre venosa. Pi y Suñer no llegó a precisar la localización de sus discutidos receptores químicos y ase-guraba únicamente que debían hallarse en alguna parte de los pulmones (6).También en estos últimos años, gracias al perfeccionamiento de los métodos para medir finas variaciones depCO2 y de pO2 se han obtenido otros datos favorables a las ideas que Pi y Suñer sostuvo desde 1918, con insis-tencia y en contra de la opinión general de los fisiólogos. Ha sido demostrado que en pleno ejercicio muscularno se eleva el valor de pCO2 ni desciende el de pO2 de la sangre arterial, pudiendo ocurrir incluso que dismi-nuya el primero y que aumente el segundo de dichos valores. Atendiendo a estos resultados, las reacciones deadaptación respiratoria y circulatoria provocadas por el ejercicio muscular ya no pueden ser explicadas por even-tuales aumentos de pCO2 o descensos de pO2 a nivel del centro respiratorio y de los quimiorreceptores aórticosy carotídeos, sino que deben ser atribuidas a otros mecanismos cuya intervención sea más precoz y dominante.Finalmente, otras investigaciones recientes han conducido a resultados aún de mayor alcance que los previstospor Pi y Suñer, pero en el mismo sentido de reafirmar sus ideas sobre el valor regulador de la sensibilidad tró-fica, no sólo del pulmón sino de los tejidos en general. Aunque no es todavía bien conocido, parece evidente queel mecanismo regulador más importante para la adaptación de la respiración y de la circulación durante el ejer-cicio muscular depende de reflejos vegetativos procedentes de los músculos activos y originados en su sensibili-dad trófica o nutritiva.

(6) «Noves recerques sobre la sensibilitat química respiratoria.» A. Pi y Suñer. Treballs de la Soc. de Biol., Vol. XIII,400-4, 1931.

5 ^^>^-'***3áS\ XJIJIBSJ

JESÚS M.° BELLIDO (1882-1952)

Función docente.

Si la obra de Pi y Suñer como investigador y promotor de escuela fue trascendental, su labor docente no fuemenos importante. A partir de 1915, con el nombramiento de Pi y Suñer como titular de la Cátedra de Barce-lona, la enseñanza de la Fisiología experimentó, en nuestra Facultad, una profunda y rápida transformación.El local de la Cátedra, tan inadecuado como ahora, se convirtió en un centro de febril actividad, y la enseñanza,reducida antes a discursos más o menos retóricos, evolucionó y se completó con el quehacer de un numerosoequipo de colaboradores y ayudantes, todos muy bien conjuntados bajo la dirección de Pi y Suñer.Aquella transformación pudo parecer un cambio revolucionario o el revuelo aparatoso que traen consigo algunoscatedráticos nuevos al llegar a la Cátedra. Pero Pi y Suñer estaba muy lejos, por temperamento y por convic-ción, de adoptar actitudes revolucionarias o de incurrir en gestos exhibicionistas. En realidad, la innovaciónvenía gestándose desde hacía varios años, gracias a la actividad y al ambiente promovidos por el mismo Pi ySuñer y la «Societat de Biología». Y si no se había manifestado antes fue por la prudente modestia del joven Piy Suñer y por su respeto al anciano Prof. Coll y Pujol, que tan generosamente le había allanado el camino de ac-ceso a la Cátedra.Pi y Suñer, que anteriormente había contado con la comprensión y la ayuda del Ayuntamiento de Barcelona,supo promover también el interés y el apoyo de las Diputaciones catalanas, agrupadas y regidas entonces como«Mancomunitat de Catalunya». En 1920 consiguió que ésta acordara la creación y la dotación de un Institutoque había de funcionar con sede en la misma Cátedra de Fisiología. La dotación económica del «Instituí deFisiología» comprendía consignaciones ordinarias para la contratación de personal auxiliar y subalterno, paragastos de material y adquisición de aparatos y para el funcionamiento de una biblioteca, así como partidas ex-traordinarias destinadas, por ejemplo, a la compra de grandes colecciones de libros y de revistas especializadas.La ayuda aportada por la Mancomunidad catalana, con la fundación del «Instituí de Fisiología», fue importantey contribuyó muy eficazmente al rápido y vigoroso desarrollo que la enseñanza y la investigación fisiológicas al-canzaron en Barcelona bajo la dirección de Pi y Suñer.Conviene subrayar, en honor de los que ayudaron a Pi y Suñer y de sus viejos y jóvenes colaboradores, que latransformación de la Cátedra de Fisiología no fue facilitada por cambios en la estructura universitaria, queseguía siendo anacrónica, ni por aumentos en la subvención estatal, tan irrisoria como siempre. En las vie-jas y jóvenes generaciones catalanas de aquella época, animadas de espíritu romántico y dotadas a la vezde sentido práctico, fue donde Pi y Suñer encontró el eco vibrante, las prestaciones personales desinteresadas y lasayudas económicas generosas que le permitieron llevar adelante sus elevados propósitos. Sin pretender exagerarsu importancia y sólo como detalle significativo, merece ser recordado que algunos de los primeros aparatos quePi y Suñer pudo adquirir para la enseñanza fueron costeados por suscripciones espontáneas y anónimas desus alumnos. Evidentemente, en éstos y en los voluntariosos colaboradores y ayudantes de Pi y Suñer, tan ajenosa reclamaciones materiales, alentaba un generoso romanticismo que no se perdía en lamentaciones estériles o enactitudes destempladas, sino que operaba con muy buen sentido práctico.

Por su extraordinaria capacidad de síntesis, por sus originales puntos de vista y por su dominio de la bibliografía,Pi y Suñer reunía muy buenas condiciones para profesar conferencias y lecciones deslumbrantes. Sin embar-go, no tuvo en su época fama de orador brillante, seguramente porque poseía, junto con aquellas condiciones,otras cualidades no menos valiosas. Sus lecciones, conferencias y escritos eran sobre todo de una claridad y deuna sobriedad ejemplares, dos cualidades que Pi y Suñer cultivó con esmero, anteponiéndolas siempre a la va-

MANUEL DALMAU Y MATAS (1890-1918)

nidad de cualquier lucimiento personal. Con tales atributos, bien se puede afirmar que las clases y las con-ferencias de Pi y Suñer fueron, tanto en la forma como en el contenido, auténticas lecciones magistrales.Con entonación grave, pausadamente y siguiendo una ilación perfecta, Pi y Suñer iba presentando e hilvanandolas nociones y los conceptos esenciales, no en esquema rígido y definitivo sino más bien en proceso de conoci-miento, con sus antecedentes y sus posibilidades de orientación en el futuro. Aludía a los métodos de investiga-ción y a los problemas todavía no resueltos, pero sin perderse en detalles o en digresiones secundarias, sólo en lonecesario para que el alumno valorase los conocimientos y sintiera la inquietud científica. Las explicaciones nose ajustaban a un texto determinado y los alumnos solían tomarlas en apuntes ; sin embargo, para completary ampliar la parte informativa, Pi y Suñer recomendaba el estudio en alguno de los dos o tres libros indicadosal principiar el curso. Las lecciones de Pi y Suñer eran eminentemente formativas y de ellas se obtenía el máximorendimiento si se combinaban con el estudio en el libro y con la labor desarrollada en demostraciones, semina-rios y prácticas.Una característica muy notable en la labor docente de Pi y Suñer fue la importancia concedida a las enseñanzasde tipo práctico, que en aquella época apenas se daban. Pi y Suñer, que en sus clases teóricas nunca pasaba lista,introdujo sesiones de demostraciones experimentales y hacía controlar rigurosamente la asistencia de todos losalumnos, convenientemente distribuidos en grupos. Exigía además, a cada alumno, la confección de una libretacon los protocolos de los experimentos y también era obligada la realización individual de determinados trabajosprácticos. Estas actividades, combinadas con sesiones de seminario, fueron ampliándose y perfeccionándose enaños sucesivos y llegaron a ser muy completas, tanto que la enseñanza dada por Pi y Suñer, aun siendo su Cá-tedra relativamente pobre, nada tuvo que envidiar a la de las mejores Cátedras del extranjero.El ejemplo y las enseñanzas de Pi y Sufíer y de sus colaboradores fueron buena semilla para que entre las suce-sivas promociones de estudiantes surgieran numerosas vocaciones científicas. A los antiguos colaboradores de Piy Suñer fueron sumándose otros más jóvenes, que en el Instituto de Fisiología encontraban el ambiente favo-rable y la orientación adecuada para iniciarse en la investigación y en la enseñanza. Los que ya habían alcanzadocierta preparación, si convenía que la perfeccionasen en alguna especialidad, eran enviados a centros de investi-gación extranjeros para que luego contribuyesen con nuevos progresos a las actividades de la Cátedra.De entre los que colaboraron con Pi y Suñer o fueron sus discípulos surgieron profesores e investigadores cuyosnombres dan testimonio de la eficacia de la escuela catalana. Algunos alcanzaron el nombramiento de Catedrá-ticos : Bellido, el fiel amigo que después de obtener la Cátedra de Fisiología de Zaragoza y de ocupar la de Gra-nada volvió a Barcelona para seguir siendo el más directo y asiduo colaborador de Pi y Suñer ; el hermano dePi y Suñer, Santiago, que fue ilustre Catedrático de Fisiología en Zaragoza ; Puche, que obtuvo la Cátedra deFisiología de Salamanca y pasó luego a la de Valencia, y el hijo de Pi y Suñer, Jaime, que después de actuarcomo profesor de Fisiología en la Universidad Católica de Santiago de Chile obtuvo la Cátedra de Santiago deCompostela. Otros, cuya relación completa sería excesivamente larga, también alcanzaron renombre de profesoreso de investigadores y se distinguieron por sus actividades científicas en España o en América : González, DuranReynals, Doménech Alsina, Cervera, el joven Dalmau (muerto prematuramente), Sayé, Domingo, Carrasco,Folch, César Pi y Suñer, Raventós, Bofill, etc.Aún siendo muy intensas y absorbentes sus tareas docentes e investigadoras, Pi y Suñer pudo todavía dedicar-se eficazmente a otras actividades más o menos vinculadas con la Cátedra. Siendo miembro numerario de laReal Academia de Medicina de Barcelona desde el año 1910, fue elegido presidente de la misma en 1926 y siguióen el cargo hasta 1939. También en esta proyección de su personalidad, la influencia ejercida por Pi y Suñer

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fue decisiva y memorable, traduciéndose en un notable incremento de las actividades académicas y en el trasladode la docta corporación desde su viejo e inadecuado local al de su actual emplazamiento en el histórico edificiode la antigua Facultad de Medicina.

Gestión de política universitaria.

Animado de una gran vocación profesoral y sintiendo con viveza los problemas de nuestra Universidad, Pi y Su-ñer no sólo se dedicó celosamente a la enseñanza teorico-práctica de sus alumnos, sino que además intervino acti-vamente en importantes proyectos 3 realizaciones de política universitaria.Pi y Suñer, atribuía el retraso y los defectos de la Universidad española a la ordenación excesivamente rígida yuniforme que en la España del siglo pasado había ido cercenando la autonomía de los antiguos Estudios Ge-nerales y de las antaño florecientes Universidades, hasta convertirlas en dependencias burocráticas del Estado.Como remedio de aquellos males y como base de partida para que las Universidades españolas alcanzaran elnivel de las de otros países, Pi y Suñer propugnaba la necesidad de devolverles una autonomía que les permitie-ra desenvolverse como es corriente en casi todas las Universidades del mundo (7).En 1919, cuando el ministro Don César Silió promulgó un decreto concediendo la autonomía a todas las Uni-versidades españolas, Pi y Suñer se distinguió por sus aportaciones al proyecto del Estatuto que elaboró el Claus-tro de la Universidad de Barcelona. Pero un cambio político impidió que la reforma de Silió prosperase y todosiguió como antes.En 1933, cuando la Universidad de Barcelona pasó a ser autónoma, Pi y Suñer fue elegido para formar partedel Patronato de la misma, junto con Marañón y otros distinguidos profesores de Madrid y Barcelona. Pi y Suñery sus compañeros de Patronato, con la ilusión de realizar lo que siempre habían soñado, pusieron el mayor en-tusiasmo, todo su saber y no poca prudencia en la confección del Estatuto que determinó la estructura y las nor-mas de gobierno de la Universidad Autónoma,Aquel Estatuto y las disposiciones subsiguientes para su aplicación significaron una radical transformación, omás exactamente, la creación de un nuevo modelo de Universidad, de concepción original y no identificable conun tipo determinado de Universidad extranjera. Sus creadores, guiados por criterios racionales, libres de pre-juicios y de mimetismos, tuvieron el acierto de captar todo lo bueno de los diversos tipos de Universidad exis-tentes en el extranjero y procuraron adaptarlo a nuestras necesidades y posibilidades con la máxima flexibi-lidad. L,as normas dictadas por el Patronato, en contraste con lo farragoso y prolijo de muchas disposicionesministeriales, fueron de gran simplicidad. Concebidas por universitarios y para universitarios y dando por se-guras la buena fe, la capacidad y la responsabilidad de todos, dichas normas concedían la mayor autonomía a lasdiversas Facultades y a sus órganos de gobierno, a la vez que respetaban la iniciativa de los distintos profesoresen sus respectivas atribuciones.En la Universidad Autónoma se multiplicó el personal docente con la creación de nuevos tipos de Profesores(agregados, profesores libres, encargados de curso, profesores honorarios y numerosos profesores ayudantes),cuyo nombramiento o contratación dependía únicamente de las Facultades y de los órganos de gobierno de laUniversidad, si bien con sujeción a determinadas normas. Se suprimió la matrícula de alumnos libres y se es-tablecieron pruebas de ingreso bien concebidas y aplicadas para garantizar un mínimo de nivel intelectual enlos alumnos admitidos. Se racionalizaron los planes de estudio, los horarios de escolaridad y las pruebas de apti-tud, siguiendo criterios modernos y dejando margen a cierta flexibilidad de adaptación.Habiendo sido muy importante el influjo de Pi y Suñer en la obra de la Universidad Autónoma, no está demás insistir aquí sobre ella y añadir que el Patronato de la misma, atento a la labor educadora y formativa dela juventud, puso especial empeño en evitar la intromisión de luchas políticas en el recinto universitario y consiguiópersuadir a los estudiantes de la necesidad de preservar la paz 3 la disciplina académica para el mejor cumpli-miento de su misión específica.

Proyección en el extranjero.

La trascendencia de la figura y de la obra de Pi y Suñer no quedó limitada al ámbito nacional. Pi y Suñer par-ticipó activamente en casi todos los Congresos Internacionales de Fisiología y mantuvo relaciones personales confisiólogos de todo el mundo, siendo no pocos los científicos extranjeros que hizo desfilar por la Cátedra de Fi-siología de Barcelona, con el fin de profesar lecciones o conferencias. Se preocupaba también de introducir enestas relaciones a sus jóvenes colaboradores, para que fueran familiarizándose con el ambiente científico inter-nacional.Invitado también a menudo para profesar sus enseñanzas en el extranjero, Pi y Suñer contribu3*ó eficazmentea fomentar los intercambios de científicos y culturales de la Universidad de Barcelona. En esta labor, Pi y Suñerno actuaba impulsado por afanes de exotismo, de novedad o de lucimiento personal, sino movido por sentimien-tos sinceros y naturales, que le llevaban a fomentar preferentemente las relaciones de ma3ror afinidad. En co-

(7) «Universitat i Autonomía». A. Pi y Suñer, Conferencia pronunciada en el Ateneo Barcelonés, 1919.

BERNARDO A. HOUSSAY (1887)

rrespondencia a la predilección de Pi y Suñer por los centros universitarios radicados en tierras de la antigua«llengua d'oc», la Universidad de Toulouse le distinguió con el nombramiento de Doctor Honoris Causa.En sus relaciones con los fisiólogos extranjeros, Pi y Suñer manifestó siempre una cordial simpatía hacia los his-panoamericanos, seguramente por la comunidad de habla y de estirpe y también, probablemente, por ser igua-les o parecidos los problemas y las dificultades que debían afrontar para el desarrollo de la Fisiología en susrespectivos países. En sus periplos por Europa, los fisiólogos de las Repúblicas americanas siempre recalabanen Barcelona, invitados por Pi y Suñer para profesar conferencias y para establecer contacto con la «Societat deBiología», en cuyas listas de socios honorarios y corresponsales figuraron representantes de casi todas las Uni-versidades americanas.En 1919, Pi y Suñer fue distinguido por la Universidad de Buenos Aires con el encargo de profesar un curso mo-nográfico para postgraduados. Bajo el título general Los mecanismos de correlación fisiológica. Adaptación interna y adaptación de funciones, Pi y Suñer desarrolló un programa de 18 lecciones que dejaron en sus oyentesuna profunda impresión y en la escuela de Houssay, entonces incipiente, una estela de admiración y sim-patía. También fue invitado a pronunciar algunas conferencias en la Facultad de Medicina de Montevideo, cuyoClaustro le distinguió con el nombramiento de Miembro Honorario.En 1932, con ocasión de celebrarse el vigésimo aniversario de la fundación de la «Societat de Biología» de Bar-celona, Pi y Suñer, disgustado por algunas dificultades con la Secretaría Central de París, sugirió la convenienciade intentar la constitución de un núcleo iberoamericano, que agrupase federativamente a la «Societat de Biolo-gía» de Barcelona con otras similares de los países ibéricos y americanos (8). Este proyecto no llegó Pi y Suñera realizarlo, pero su deseo de acercamiento a América iba a colmarse algunos años después, con la mayor ple-nitud y de una manera que él no hubiese podido imaginar.En 1939, después de haber dejado en Barcelona la obra de sus afanes, Pi y Suñer fue invitado a trasladarse aCaracas para incorporarse al Claustro de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, comoProfesor titular de Fisiología y con el encargo de fundar y dirigir el Instituto de Medicina Experimental. Piy Suñer, sereno y animoso a pesar de sus 60 años y de las decepciones sufridas, aceptó gozoso el encargo y seentregó con entusiasmo juvenil a la dura tarea de emprender en Caracas una obra similar a la que antes ha-bía creado y desarrollado en Barcelona.Del éxito y de la trascendencia de la obra realizada por Pi y Suñer en Venezuela dan buen testimonio el pres-tigio alcanzado por el Instituto de Medicina Experimental de Caracas, hoy uno de los mejores centros científicosde Hispanoamérica, y la valía de sus numerosos discípulos, muchos de los cuales han llegado a ser Catedráticosy algunos ilustres personalidades rectoras en la vida de la nación venezolana. También allí transformó Pi y Su-ñer los métodos y la orientación de las enseñanzas fisiológicas y además intervino activamente en la creación yorganización de nuevas Cátedras, no sólo en la Facultad de Medicina sino también en las Facultades de Cien-cias Veterinarias y de Odontología.Desde su Cátedra de Caracas, Pi y Suñer ejerció una influencia renovadora en la evolución de la medicina vene-zolana y contribuyó decisivamente a estimular la investigación científica en todo el país, habiendo sido propulsorentusiasta de la fundación de la «Asociación Venezolana para el avance de la Ciencia». Por las relaciones mante-nidas con los medios científicos de todo el Continente, la influencia de su personalidad universitaria se proyectó

(8) «Vint anys de Societat de Biología.» A. Pi y Suñer. Treballs de la Soc. de Biol., vol, XIV, pág. 374-5, 1932.

AUGUSTO Pl SUNERSU OBRAY SU FIGURADE PROFESOR UNIVERSITARIO

más allá de los límites de Venezuela, alcanzando a todos los países iberoamericanos. Así, cumpliendo su vo-cación de siempre, fue como Pi y Suñer, en los últimos veinticinco años de su vida, colmó el deseo de acercamien-to a América que en múltiples ocasiones había manifes tado desde su Cátedra de Barcelona.

Publicaciones científicas y literarias.

Además de las empresas que realizó, Pi y Suñer dejó una obra escrita extraordinariamente amplia, muy varia-da y de gran calidad. Sus libros de mayor extensión fueron : el Tratado de Fisiología General, muy enjundio-so y con valor de actualidad durante mucho tiempo, que fue escrito en colaboración con Rodrigo Lavín y publi-cado en 1909 (Ed. Gili, Barcelona) ; la obra sobre Sistema neurovegetativo, que fue galardonada con el PremioPourat del Instituto de Francia (Académie des Sciences) y reeditada en 1954, después de una primera ediciónen 1947 (Ed. Hisp. Amér., México), y un excelente texto de Fisiología Humana, publicado en colaboración consu hermano, Don Santiago, en 1962 (Ed. Paz Montalvo, Madrid).La simple relación de títulos de sus libros sobre temas monográficos y la de los innumerableb trabajos origi-nales que publicó en revistas científicas nacionales y extranjeras sería interminable. Varias de sus publicacio-nes fueron traducidas y publicadas en francés, inglés o alemán. Pi y Suñer también escribió y publicó directa-mente en francés o en inglés diversos trabajos y algunos libros monográficos. Colaboró en algunos grandestratados, como el de Medicina Interna, dirigido por Hernando y Marañón (Madrid, 1922), y el de Physiolo-gie nórmale et pathologique, dirigido por Roger y Binet (París, 1931).Durante su estancia en Caracas, cuando ya no podía participar tan activamente en la investigación experimen-tal, Pi y Suñer incrementó sus actividades de escritor y publicó varios libros de ensayos filosóficos en relacióncon la Biología, que demuestran su profundidad de pensamiento y su preocupación por los problemas del cono-cimiento científico y de la interpretación metafísica de la Naturaleza. Esta preocupación, despertada en sus tiem-pos juveniles por la influencia de Turró, le había acuciado siempre y se insinuaba, más o menos contenida, ensu tendencia a la interpretación ideológica de los fenómenos fisiológicos. Por el conjunto de su obra cientí-fica y literaria, Pi y Suñer fue distinguido en 1956 con el Premio Kalinga de la UNESCO.Pi y Suñer era en todo el auténtico prototipo del catalán y amó a su tierra entrañablemente, con fervor deenamorado, mayor aún que el de su vocación científica. Además de sus publicaciones en castellano, Pi y Suñertambién escribió parte de sus trabajos de investigación y numerosos libros monográficos en catalán. Estandoen Caracas, Pi y Suñer publicó dos novelas, La novella del besavi (Ed. Col. Catalónia, México, 1944) y Sunyermetges, pare i ful (Ed. Xaloc, Méjico, 1957), en las que transcribe, con valor literario muy estimable, emotivasevocaciones de la tierra de sus antepasados, con sus paisajes, sus gentes y sus costumbres.

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Por su fecunda y meritoria labor, Pi y Suñer cosechó en el transcurso de su vida muchos honores, premiosy distinciones, que en parte han sido ya mencionados. Insistir y completar aquí la lista sería entretenerse en loanecdótico, y no es necesario para realzar la figura de Pi y Suñer si previamente se ha relatado su obra. Pi ySuñer tampoco se entretenía en albricias y parabienes, y cuando examinaba la labor realizada la enjuiciaba por símismo y severamente, más atento a los fallos y defectos que al ajeno reconocimiento de los méritos.El homenaje que más complacía a Pi y Suñer era, sin duda, el de la gratitud y el afecto que todos sus alumnosle profesaban calladamente, con aquella sobriedad afectiva que él, dotado de una exquisita sensibilidad, enseña-ba con el ejemplo. Seguramente, todos los que fueron alumnos suyos guardan vivo el recuerdo de su obra y de sufigura de universitario ejemplar y habrán tributado a Don Augusto Pi y Suñer, en la ocasión de su recientefallecimiento, la ofrenda íntima de una oración.