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Autismo, subjetividad e intervención psicoanalítica Esperanza Pérez de Plá GEORGEL MOCTEZUMA y GABRIELA MARTÍNEZ [EDS.], (2009) Autismo, subjetividad e intervención psicoanalítica México: Universidad Intercontinental, 210 pp. H ace más de un año redacté el prólogo de este libro, después de haber leído con sumo interés sus diferentes capítulos; entonces, deseaba conocer personalmente a algunos de los autores, for- mularles preguntas, polemizar un poco en este campo aún tan misterioso, el del autismo y de las patologías severas de la infancia. Ahora, pretendo retomar el principio de lo planteado hace tiempo. Sin duda, la publicación en México de la obra es un hecho muy rele- vante para quienes nos ocupamos del tratamiento y la investigación de la psicopatología severa de la infancia, así como también lo fue, en 1989, la fundación de un Centro de Autismo en la Universidad Intercontinen- tal (uic). Ya en ese entonces, Gabriela Martínez Iturribarría fungía como directora fundadora, persona central para el proyecto y un motor en la construcción y sostenimiento de la institución; ahora, en el libro, aporta ESPERANZA PÉHEZ DE PLA. Miembro fundador y primera presidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio del Retarrlo y la Psicosis Infantil (AMERDI). Mienibro;fiindadór y coordinadora general del Espacio de Desarollo Infantil e Intervención Temprana (EDÍIT), [pla@lañí;ta.íipCiOrgÍ. > ; , ' Revista ïnterconlinental de Psicología y Edneación, vol. 13, num. 1, enero-jiinio 2011, pp. 135-150. Fecha de recepción: 28 de octubre de 2010 j fecba de ácéptiicioh: 6 de diciembre de 2010. Revista Intercontinental de Psicologia y Educación | 135

autismo, subjetvidad, psicoanalisi

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  • Autismo, subjetividade intervencin psicoanaltica

    Esperanza Prez de Pl

    GEORGEL MOCTEZUMA y GABRIELA MARTNEZ [EDS.], (2009)Autismo, subjetividad e intervencin psicoanalticaMxico: Universidad Intercontinental, 210 pp.

    H ace ms de un ao redact el prlogo de este libro, despus dehaber ledo con sumo inters sus diferentes captulos; entonces,deseaba conocer personalmente a algunos de los autores, for-mularles preguntas, polemizar un poco en este campo an tan misterioso,el del autismo y de las patologas severas de la infancia. Ahora, pretendoretomar el principio de lo planteado hace tiempo.

    Sin duda, la publicacin en Mxico de la obra es un hecho muy rele-vante para quienes nos ocupamos del tratamiento y la investigacin de lapsicopatologa severa de la infancia, as como tambin lo fue, en 1989,la fundacin de un Centro de Autismo en la Universidad Intercontinen-tal (uic). Ya en ese entonces, Gabriela Martnez Iturribarra funga comodirectora fundadora, persona central para el proyecto y un motor en laconstruccin y sostenimiento de la institucin; ahora, en el libro, aporta

    ESPERANZA PHEZ DE PLA. Miembro fundador y primera presidenta de la Asociacin Mexicana para el Estudiodel Retarrlo y la Psicosis Infantil (AMERDI). Mienibro;fiindadr y coordinadora general del Espacio de DesarolloInfantil e Intervencin Temprana (EDIT), [pla@la;ta.ipCiOrg. >; , '

    Revista nterconlinental de Psicologa y Edneacin, vol. 13, num. 1, enero-jiinio 2011, pp. 135-150.Fecha de recepcin: 28 de octubre de 2010 j fecba de cptiicioh: 6 de diciembre de 2010.

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  • Autismo, subjetividad e intervencin psicoanaltica

    una versin de su historia y del contexto en que ha funcionado el Centrode Autismo y de cules han sido las personas e influencias tericas que harecibido y adoptado. Ms adelante, me referir a este aspecto.

    El texto propone un original mtodo teraputico con los nios que pre-sentan una condicin autista; en l, no slo se exponen fundamentos teri-cos, sino que hay ocasin de relatar algunas de las experiencias clnicas yde investigacin que surgieron durante los veinte aos de vida y de traba-jo en el centro. sa es la parte medular, la ms extensa, compleja y plenade esa riqueza que proviene de una integracin terico-clnica bien lograday efectiva para el desarrollo de la prctica. De esta parte, bablan los coau-tores: Georgel Moctezuma en aquel entonces, coordinador del Centrode Autismo y, adems de Gabriela Martnez, un grupo de colaboradoresque imagino en su mayora jvenes y entusiastas porque as deben serquienes trabajan con nios autistas y, si han envejecido sostenindose einsistiendo en esta labor tan dura, ello se debe a alguna forma de juventudy mucho entusiasmo an presente. Se trata, entonces, de un libro colec-tivo en el que conviven diferentes estilos y niveles conceptuales. Tal vezjugando un poco a la "prctica entre varios", su construccin no deja dealudir a la complejidad del problema abordado. Recomiendo que, de pre-ferencia, se lea como un texto coral en el cual las diversas voces no impi-den mantener un hilo conductor, a pesar de lo sinuoso del recorrido, puesva tejiendo, adquiriendo forma y desplegando, a partir de sus dos madejasde origen, ambas muy abultadas y complejas: la clnica, fuente intermina-ble de cuestionamientos e ideas, y la teora, que aborda de manera exten-sa y detallada los fundamentos de la prctica en el centro.

    Tomado del texto de Jeanne Simons fundadora del mtodo Linwo-od, que han implementado en el centro, el nombre mismo con quefue bautizada la institucin, "El nio oculto", es muy significativo y abrepuertas a la comprensin de estos problemas; nos remite a tomar al niocomo es, a no forzarlo para que sea como la sociedad quiere y a insistir enque es posible hacer brotar sus posibilidades escondidas. Es un aspectofundamental en el que coincido con los autores de la obra, ya que mecondujo a recordar mucbos momentos en que la vivencia y reconocimiento

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    de ese ocultamiento se volvieron centrales para m, tanto para transmitirmis ideas como para acercarme e intervenir con los pacientes. He subra-yado de modo repetido que uno de los elementos esenciales de nuestratarea con, nios y jvenes autistas, psicticos o con dficit intelectual esreconocer y luchar con el obstculo que entraan las reacciones suscita-das. Todos ellos, aun cuando los separemos en grupos distintos, para lasociedad son parte del amplio grupo de los discapacitados y pocos son losque consiguen en realidad dejar de serlo. Con frecuencia, he invitado adescubrir al "ser humano que encubre la discapacidad" porque es fcil ol-vidarlo, ignorarlo, menospreciarlo; porque estos pacientes nos hieren consu debilidad, lastiman nuestro narcisismo con sus limitaciones y su escasarespuesta a nuestros esfuerzos. Por eso aludo a la existencia de obstculosevidentes y, en muchas ocasiones, enormes cuando trabajamos con estaspersonas. Quiz por eso no somos muchos quienes lo sostenemos largotiempo; y ste es un mrito ms de los autores de este texto: su persistenciay compromiso a lo largo de casi dos decenios.

    Se suman otras dificultades. Quien trabaja con autistas sabe que tran-sita en un campo erizado de polmicas y malos entendidos, que la incer-tidumbre todava nos acompaa, que slo disponemos de conocimientosfragmentarios sobre esta problemtica y que, por eso mismo, los logrossuelen ser parciales y no pocas veces francamente insatisfactorios. Por esarazn, sera vlido pensar que la modestia podra ser una reaccin lgicay el respeto por las disidencias, una regla. As lo crea cuando me acer-qu a esos nios, pero rpidamente comprend que acostumbra ocurrir locontrario: la deseable sensatez se ausenta y las promesas de nuevas tc-nicas manejadas como panaceas invaden el medio. Para nuestro pesar, eshabitual ver cmo, sin escrpulo alguno, se sustituyen las propias dudase impotencias ante las situaciones clnicas graves por la devaluacin y lacrtica de los "opositores", aunque no haya algo que ofrecerse a cambio.

    Por fortuna, no es sa la postura de este libro, puesto que maneja consensatez y en forma reflexiva la informacin llegada desde diversas fuen-tes sin enfrascarse en polmicas excesivas. Por ello, me agrad tanto ha-llar en el libro la frase: "Una pregunta que ha surgido de manera insisten-

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  • Autismo, subjetividad e intervencin psicoanalitica

    te es si dicha negativa [de salir de su trinchera] obedece a una defensasubjetiva o a un dficit orgnico". Saben que no es su funcin dar la res-puesta, pero sealan que "de manera frecuente se fuerzan explicaciones,teoras y tratamientos conforme se desconoce el papel relevante que lopsquico y lo subjetivo juegan en la etiologa y curso de los llamados tras-tornos autistas". Los autores exponen la evolucin de las ideas en el centroy las razones y modo en que fue seleccionndose el camino que ms lesinteresaba; se extienden en la explicacin del marco terico psicoanalticoy del modelo teraputico de la "prctica entre varios". Relatan, adems,sin disfraces y sin falsas promesas de milagrosas mejoras, lo tortuoso queresulta el sendero a recorrer con los pacientes que padecen una condicinautista, as como la dificultad para alcanzar cada progreso en su desarro-llo. Por esta bsqueda que describe y por la investigacin clnica que re-fleja, me parece altamente elogiable la postura general del conjunto dellibro en lo que respecta al conocimiento e intervencin sobre el autismo.

    La importancia de la aparicin de este texto se funda en dos razones:1) porque muestra la existencia de un centro donde se recibe y se intentaayudar a los nios autistas, asumiendo en forma abierta una postura dirigi-da a rescatar la subjetividad, a mostrar la posibilidad de un sujeto en cadauno de ellos, y 2) porque creen y afirman que el camino ms idneo parahacerlo incluye, en un lugar central, la intervencin psicoanaltica. Y lohacen desde la portada, desde el ttulo. Sostener estos dos aspectos conlos que coincido plenamente y que realizo en mis propios espacios en EDIITy AMERPi como verdaderos principios de su accin implica osada y ani-marse a ir contracorriente.

    Considero que insistir en que el psicoanlisis tiene mucho que deciren este campo, demostrar que ello se sustenta en una prctica eficaz y po-nerlo a prueba con cada uno de nuestros nios, es muy necesario y difcil.A cada instante, debemos recibir andanadas de descrdito, y es indispen-sable no olvidar que seguimos abriendo brecha para no ser aplastados porla gran ola tan constante entre los mdicos, que se extiende a los mediosde comunicacin, que quiere interpretar todo cuadro infantil tempranocomo orgnico y de preferencia gentico, medicarlo, someterlo a un trabajo

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    puramente pedaggico, olvidando el inmenso problema de estructuracinsubjetiva que involucra siempre el acercamiento a estos pacientes. Esotiene historia. Y de eso nos habla tambin esta obra.

    Por tanto, regresemos a la historia del proyecto y a la descripcin delcontexto en que se desarroll en el medio mexicano, tal como es relatadaen los dos primero captulos del libro, historia de la que guardo, en ciertosperiodos, mis propios recuerdos. La descripcin de cmo fue gestndoseel enfoque actual, cmo fueron seleccionndose las posturas ms afines alpensamiento de los coordinadores a partir del conjunto de posibilidades yofertas teraputicas existentes resulta muy interesante. En 1989, la funda-cin del Centro de Autismo de la Utc gener muchas expectativas en nues-tro medio, las cuales yo misma comparta y que me acercaron al centro enesa poca. Eue apoyado para su fundacin por Japn y se implemento en elinicio el modelo "aceptacin-comunicacin", desarrollado por el doctorIshi, quien, a su vez, se haba inspirado en el trabajo de la doctora JeanneSimons, contempornea de Kanner y pionera en este campo. Ella fue lacreadora del mtodo Linwood que, para el grupo del centro, abri unaperspectiva con vigencia todava. Ambos mtodos, el del doctor Isbi y el deJeanne Simons, poseen aspectos en comn; sin embargo, tambin existenentre ellos apreciables diferencias, tal como lo describen los autores. Am-bos son de corte humanista y basan su trabajo en la aceptacin del nio yen el respeto de sus necesidades e intentan desarrollar un ambiente deconfianza que promueva el desarrollo interior del nio y fomente el vnculocon los otros. Cuando conocimos y discutimos personalmente estas ideascon el doctor Ishi, no pudimos sino compartir dichas metas y .este modo deacercamiento comprometido y respetuoso, bsico para cualquier tratamien-to de pacientes tan graves e indefensos; pero, asimismo, sentimos unagran distancia en lo referente a la manera de concebir cules son las fallasdel psiquismo que se manifiestan clnicamente como cuadro autista e in-cluso en la descripcin de determinados cuadros clnicos. La consecuenciafue una divergencia inevitable, porque tal forma de concebir la alteracinexistente a nivel psquico y sus orgenes se expresaba en el modo de inter-venir, en el proceso teraputico en su conjunto. A esta altura, me pregunto

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  • Autismo, subjetividad e intervencin psicoanalitica

    si no haba factores culturales en esa discrepancia e incomunicacin y opi-no que nuestra lectura psicoanalitica de muchos aspectos clnicos resulta-ba intolerable para el doctor Ishi. Decidimos que all no haba mucho quehacer y proseguimos nuestro propio camino al que luego me referir.

    Leyendo esta obra, pude comprender cmo continuaron dndose gra-dualmente los cambios de enfoque en el Centro de Autismo de la ulC enlos aos siguientes, cmo se efectu el pasaje a una mayor proximidad con elmtodo Linwood, que aporta conceptos elementales para trabajar con estospadecimientos: considerar al nio como un todo y no suprimir los snto-mas de manera aislada, eritender su sentido, que propone no invadirlo connuestras expectativas y que considera en un lugar central la interaccinde l con sus padres. Me asalt la idea de que quizs nos hubiramosentendido mucho mejor con Jeanne Simons o alguno de sus colaborado-res, pero no hay marcha atrs. Tenemos un presente y un nuevo cambiorelativamente reciente que consisti en la adopcin del marco tericopsicoanaltico lacaniano en el Centro de Autismo, lo cual trae, adems,como consecuencia, la modificacin de la llamada "prctica entre varios".Como se observa, tal orientacin terica contina ocupando un lugar cen-tral hasta la actualidad; as lo muestra desde su ttulo el libro que pusieronen nuestras manos. Opino que esa transformacin refleja la necesidad deresponder a una serie de inquietantes preguntas respecto de los profundosresortes que impulsan los cambios de esos nios y de lo que en conjuntose considera el eje de su padecimiento y la posibilidad de su mejora; enotros trminos, de aquello que marca el camino de nuestra posible inter-vencin. Y relato esto con beneplcito, pues siento que nuestra proximidadinicial con el Centro de Autismo que ser siempre el apasionado intersy la dedicacin por la problemtica autista se renueva. Todo lo que nopudimos intercambiar con nuestro colega japons se revierte. La posibi-lidad de discutir con un lxico compartido renace para comprender lascoincidencias y hacer de diferencias y discrepancias motivos de dilogoy aprendizaje y no ocanos de incomunicacin. Aclaran los autores queeso no involucra el abandono de los principios aportados por los mode-los de trabajo iniciales antes citados, sino que se considera posible su

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  • Esperanza Prez de Pl

    convergencia para profundizar y favorecer el proceso teraputico. He ahlo original y particularmente atractivo de lo que viene hacindose en elcentro y de este texto que es su fruto, un trabajo de conjuncin de pocasy de enfoques.

    Sin duda, la evolucin del proyecto "El nio oculto" y el actual planteode un marco terico psicoanaltico y del modelo teraputico de la "prcti-ca entre varios" resulta original y creativo; contrasta con las caractersti-cas y propuestas de las otras instituciones, tanto pblicas como privadasque aparecen enumeradas y descritas en el libro como representativasdel tratamiento del autismo en Mxico. En ellas, predominan los enfo-ques educativos especiales, los programas conductuales, de integracinsensorial, el anlisis conductual aplicado, el tratamiento nutricional y losmtodos psicoteraputicos de diversa orientacin que, en general, intentanfavorecer la adaptacin del nio a su entorno familiar y social. Y debe-mos tener cuidado, pues si slo consideramos los enunciados globales desus propuestas, todas pareceran coincidir porque hablan de "promoverel desarrollo de los nios autistas en distintas reas que estn afectadaspor el padecimiento: comunicacin, verbalizacin, niotricidad, socializa-cin"; no obstante, sabemos que hay importantes diferencias en el trabajorealizado, puesto que los aspectos tericos que fundamentan la prcti-ca son, incluso, divergentes. He insistido en destacar que tal orientacinconceptual es capital y determina el camino que se escoge para lograrloy el proceso teraputico y los resultados se modifican apreciablemente.Leer con atencin esta obra puede contribuir en ese sentido y sacar de laconfusin a muchos padres y profesionales que se debaten, inundados portantas informaciones y promesas.

    De ese modo, se regresa al tema del nio oculto y del ser humanoque se esconde tras la discapacidad que debe descubrirse y que puedefcilmente relegarse, porque desconocer al sujeto es una tendencia quesiempre nos acecha y amenaza con devorarnos; todo nos empuja a olvidarsu existencia por perseguir la adaptacin. Por todo ello, coincido plena-mente en la importancia que, en estos textos, se concede al proceso desubjetivacin o produccin de subjetividad y considero que implica un

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  • Autismo, subjetividad e intervencin psicoanalitica

    avance significativo en el trabajo con estos nios. Es lo que hemos tratadode transmitir desde hace casi 25 aos, aunque, como seal, parece quenadamos contracorriente, puesto que el lugar del sujeto no es fcilmenteaceptable en ninguna poca y, en especial, no es bien aceptado en la ac-tual sociedad invadida por los medios de comunicacin de masas en laque estamos obligados a insertarnos y que, al igual que nuestra dotacingentica, no pudimos elegir.

    Salvando una omisin

    El tema de la subjetividad me conduce a recordar la existencia de unainstitucin mexicana bastante peculiar, omitida en este libro, que se dedicaa los nios autistas y a otras patologas graves de la infancia, de maneradiferente, con otras propuestas que las aqu citadas. Me siento mltiple-mente autorizada a referirme brevemente a AMERPI en este momento, ya queme considero representante de un grupo, como lo demuestra el constanteuso de la primera persona del plural en lo que aqu escribo, por el nfasisen el tema de la subjetividad y varias de sus consecuencias al trabajar conesta patologa y porque s que esta institucin est presente en la mente dealguno de los autores a pesar de que no la hayan incluido en el texto aqupublicado. Desde hace un cuarto de siglo, antes incluso de la creacin delCentro de Autismo de la ulC, trabajamos en forma consistente sobre el pro-blema del sujeto desde nuestra postura psicoanaltica, como elemento nu-clear para toda posible intervencin acerca de la patologa autista. La cau-sa de la omisin, supongo, se debe al hbito, que acta como prejuicio, depensar que una institucin dedicada al tratamiento de autistas debe seruna casa, escuela o clnica, donde un grupo de nios con este diagnsticopasan horas, reciben tratamientos y clases sosteniendo por periodos varia-bles, en ocasiones para siempre, la situacin de exclusin de las escuelas yde la sociedad general. Pero hay otro modelo de trabajo.

    La Asociacin Mexicana para el Estudio del Retardo y la Psicosis In-fantil A.C. (AMERPI), de la que fui la primera presidente, es una asociacin

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    civil con 22 aos de fundada y tres ms con el nombre de Grupo Teseo,que tambin es parte de la bistoria relatada en esta obra, aunque de otromodo. Rosa Laura Cant, directora de la escuela Claparede de la SEP; Car-los Marcn, fundador de Clima; Gabriela Martnez del Centro de Autismoy autora de este libro, as como muchos otros colegas, la integraron, la fre-cuentaron y contribuyeron a su crecimiento, participaron en sus jornadasy creyeron en su importancia. Una serie de publicaciones ha materializadosu existencia;' sin embargo, para existir como institucin, no nos pareciprimordial en ese momento tener una casa debido a que los tratamientosse hacan en los consultorios privados o en otras instituciones y la esco-laridad se intentaba que fuera en lo posible integrada, o sea que se im-partiera en una escuela regular. Como base de estos logros, se pretendisiempre que la deteccin de los problemas autistas fuera lo ms tempranaposible y, el tratamiento, muy precoz y adecuado a la gravedad y tipo dela patologa. Nuestra meta se fue ampliando y nos planteamos, como partede nuestra tarea y responsabilidad social, la intervencin temprana; estoes, la atencin de bebs en forma integral y, sobre todo, a nivel vincular ycomo aspiracin un tanto utpica, puesto que el peso de lo orgnico tam-bin importa, prevenir antes que curar.

    Considero, pues, que, para hacer justicia, en el panorama del trata-miento del autismo en Mxico hay que reconocer que el ambiente de estu-dio y difusin promovido por AiMERPl es parte indispensable de esta bistoriay apunta a una mayor formacin de los especialistas y un mejor tratamientode los nios. Slo recientemente, hace apenas tres aos, y en relacin conla necesidad de organizar una labor interdisciplinaria ms armnica, algu-nos integrantes de AMERPI establecimos otra vez yo a la cabeza, con otroscolegas! el Espacio de Desarrollo Infantil e Intervencin Temprana (EDIIT)que funciona con independencia, pero de manera coordinada con AMERPi.Mi presencia como parte de este libro que mucho agradezco es la mejordemostracin del lugar que los autores otorgan a este tipo de institucin

    ' Revista Estudios sobre Psicosis y Retardo Mental. Mxico: AMERPI. El nmero 7 de la segunda poca acaba desalir a luz en octubre de 2009.

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  • Autisrro, subjetividad e intervencin psicoanalitica

    que ha sido testigo de mltiples momentos en su desarrollo y que hace dela investigacin clnica un elemento necesario para el especialista.

    La intervencin psicoanaltica

    Enfrascarnos en la segunda parte del libro, la ms extensa y, sin duda, lams compleja, es, a la vez, adentrarnos al campo de la investigacin cl-nica y a una serie de planteos novedosos. Y puede despertarnos muchasreflexiones, preguntas y, por qu no, diversos cuestionamientos. Publiquun trabajo, "Autismo y psicoanlisis" (Prez de Pl, 1996), base desde laque parto para estas disquisiciones, adems de nuevas ideas que he desa-rrollado desde entonces a travs de la experiencia.

    Pienso que es una empresa difcil hacer dialogar dos concepcionestradicionalmente distintas: por un lado, un mtodo humanista como elLinwood y, por otro, la teora psicoanaltica lacaniana. Y es una verdaderaproeza lograr que se pongan en contacto, convivan e interacten en la cl-nica de los nios y jvenes autistas para desarrollar un modelo de trabajodiferente derivado de ambas, como es "la prctica entre varios". Complejatarea que, nos dicen los autores, est dando sus frutos. Si no original,porque aclaran que ya se implant en Espaa y Argentina desde hacems de tres decenios, este mtodo es novedoso en el medio mexicano. Poresa razn, creo que la intencin de esta obra es difundirlo, fundamentarlode modo convincente e ilustrarlo exponiendo algunos resultados clnicos,que, lamentablemente, resultan muy breves y fragmentarios. Y, para pen-sar un poco ms en las dificultades que han debido enfrentarse, debemosrecordar que el mtodo Linwood vena practicndose en la utc durantems de diez aos con buena aceptacin cuando se dio entrada en el Cen-tro de Autismo al psicoanlisis, disciplina trascendente en el ambientegeneral de la carrera de Psicologa de la UtC, pero que, para toda unacorriente de estudiosos del autismo, no es una orientacin recomendable.Como ha sido muchas veces nuestra experiencia, el psicoanlisis pareceno coincidir con lo ms "actual", pero, a la vez, insistimos en demostrar

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  • Esperanza Prez de Pl

    que excluirlo es una posicin prejuiciosa, puesto que su enfoque permiteorganizar un abordaje realmente integral del autismo.

    En estos acercamientos interdisciplinarios, siempre se corre el riesgode caer en contradicciones y en eclecticismos que terminan desvirtuan-do el trabajo y distancindose de las disciplinas de origen, por lo cualle reflexivamente los captulos para no dejar pasar los signos de estascontradicciones. No detect problemas en ese sentido, mas s me llam laatencin la insistencia en especificar que se est trabajando con la teorapsicoanalitica "lacaniana", no con cualquiera, aunque, en los hechos, hayen el librO mltiples citas y reconocimientos a los aportes acerca del autis-mo de autores como Meltzer, Winnicott o Tustin, entre otros. Me preguntpor qu un psicoanlisis con nombre propio. Seguramente, este mtodo seapoya en conceptos que nacen de la teora lacaniana, tales como constitu-cin subjetiva, estadio del espejo, registros simblico, imaginario y real,significantes, falta, deseo, etctera, pese a que, como sabemos, tras algu-nos decenios, estos conceptos ya son patrimonio de todo el psicoanlisisy algunos de ellos tenan sus antecedentes en otros autores. Las expli-caciones tericas son claras y comprensibles e intentan llegar a aspec-tos profundos sin ponerlos fuera del alcance del lector no especializado.Asimismo, el fantasma del eclecticismo que rondaba en mi mente ante latarea de creacin de una interdisciplina tan particular fue ahuyentado porel modo de reunir los mtodos en la prctica, pues los autores explicanque es posible una convivencia amable y enriquccedora entre ambas pos-turas sin demasiadas concesiones ni cambios de cada una. Mientras quelos psicoanalistas proponen la teora e insisten en los mecanismos que seponen en marcha en el psiquismo y en la subjetividad para comprenderla enfermedad y lograr los cambios, parece que, en lo fundamental, elmtodo Linwood aporta lo central de la tcnica de funcionamiento de losgrupos en que el tratamiento se basa y, en especfico, una filosofa de res-peto y valoracin del nio autista y de bsqueda del sentido de sus actosbizarros que es coincidente con la postura psicoanalitica. Quiz JeanneSimons pudo desarrollar su mtodo a partir de una sensibilidad y unainteligencia muy sobresalientes.

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  • Autismo, subjetividad e intervencin psicoanalitica

    Si consideramos los textos tericos, podemos observar cmo se plan-tean en este texto temas centrales para el trabajo con la problemticaautista. He seleccionado algunas frases, en parte citas y en parte de micosecha, que me parecen muy explcitas:

    Con frecuencia se fuerzan explicaciones, teoras y tratamientos con-forme se desconoce el papel relevante que lo psquico y lo subjetivojuegan en la etiologa y curso de los llamados trastornos autistas [...]Hay una serie de fallas fundamentales y caractersticas del autismoque slo el psicoanlisis y su teora del psiquismo y de la subjetividadpueden abordar [...] El psicoanlisis es la opcin para rescatar lasubjetividad [...] Los resultados de la prctica entre varios permitenconfiar en la bondad de la intervencin psicoanalitica en los trastor-nos severos del desarrollo.

    Los captulos de este libro son variados y complejos. Resulta imposi-ble analizar con detalle cada uno de ellos, pero enumerar los que, a micriterio, destacan ms. Los captulos tericos, "El cuerpo en el espejo",de Josafat Cuevas y "De un significante a otro. Sobre el autismo y su (im)posible clnica", de Gabriel Meraz, profundizan sobre las fallas que impi-den la conformacin del sujeto y la entrada al orden simblico del autista.Hablan de las razones de ese "exilio" de la realidad y de la experienciaque lo caracteriza. Los trabajos tericos de Georgel Moctezuma forman,junto con los antes citados, la columna vertebral terica de la obra. Enprimer lugar, subrayo el captulo "Autismo, subjetividad e intervencinpsicoanalitica" que da ttulo a este volumen y que resume tanto los aspec-tos conceptuales del autismo que orientan el trabajo clnico en la institu-cin, como los puntos esenciales de la intervencin propuesta. Asimismo,son sustanciales sus trabajos de la construccin del cuerpo y el esquemacorporal que nos conducen a reflexiones acerca de la prctica psicomotrizy demuestran que, segn sea su posicionamiento, puede ser una terapiaque contribuye a la construccin de la subjetividad o quedarse en unapura manipulacin fsica. Tambin es destacable el trabajo "La familiadel paciente autista", de Gabriela Martnez, pues la intervencin con los

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  • Esperanza Prez de Pia

    padres constituye uno de los aspectos primordiales que deben asociarsecon la "prctica entre varios" que se efecta con el nio. Sabemos que,si este trabajo se realiza desde una perspectiva psicoanaltica, puede ad-quirir la dimensin histrica, incluso transgeneracional, que requiere estepadecimiento. Por ltimo, deseo mencionar por su originalidad y porquenos ayuda a pensar el lugar del acompaamiento teraputico, el trabajo deGabriel Meraz "Paul Federn, las psicosis, la transferencia".

    Dejando muchos aspectos cardinales para otra ocasin por lo extensodel texto, me propongo para concluir revisar algunos aspectos generales so-bre el mtodo, el modo en que se fue construyendo y las formulaciones conque lo describen los autores. Las situaciones clnicas tratadas con la "prc-tica entre varios" que se presentan son interesantes, aunque nos dejan lasensacin de querer saber ms. Nos enteramos de las juntas, de la valo-racin de la evolucin por medio de dispositivos basados en la medida decuatro o de seis ejes y de los avances que se producen en la voz, la mirada,etctera; pero, adems, vemos que se trata de pacientes muy graves cuyosavances son lentos y los cambios son observables, en ocasiones, al cabode un ao de trabajo o luego de ocho aos de esfuerzos. La paciencia y laaceptacin de que las fuerzas que frenan el cambio siempre estn presen-tes son imprescindibles y, adems, saber que no hay milagros con algunode los mtodos de que disponemos.

    Valorar lo realizado por este equipo es poder plantear algunas pre-guntas que ponen de manifiesto comparaciones y contrastes, acuerdos ydiferencias. El propsito consiste en iniciar un dilogo que nos permitaintercambiar experiencias, aprender y aportar; en suma, continuar cre-ciendo en este difcil trabajo como terapeutas de autistas.

    Me he preguntado acerca del rol de los terapeutas analticos en elmodelo teraputico propuesto. La primera pregunta alude siempre al ca-mino que abre la comunicacin con un nio autista y la mejor forma paraacercarnos. En nuestra concepcin del trabajo con autistas, el vnculoestrecho, personalizado y creativo es central y, si bien ste ser respetuosode los tiempos y cuidadoso de no invadir en exceso al nio para promoverla confianza, aunque acepte el uso de su persona como prolongacin, no

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  • Autismo. subjetividad e intervencin psicoanalitica

    ser exactamente pasivo, pues estar animado por el deseo de analizar,que especialmente con los autistas es un verdadero motor para poner enmarcha el proceso y sostenerlo. Otros terapeutas (de motricidad, lenguaje)y maestros entablarn tambin vnculos individuales o grupales con elnio. El fundamento del trabajo individual intenso estriba en el desarrollonormal de los bebs que no se ha dado en su momento y en el concepto decreacin de un vnculo transferencial que surge de la teora psicoanalti-ca. Aunque se trata de un tipo particular de transferencia en este tipo depatologa y, por supuesto, ello no envuelve en absoluto proponerse comosustituto de la madre. Lo que s es importante para un psicoanalista es nobacer de los planes de actividades, ejercicios y secuencias dictadas desdeafuera, desde tcnicas de rehabilitacin fsica o conductual ajenas al nio,el plan de trabajo, lo cual coincide con lo que propone la prctica entre va-rios. He reflexionado sobre el que formar un grupo con terapeutas y niosdebe tener efectos que quisiera entender mejor. Consider que puede pa-liarse en parte un problema grave: la posible interrupcin del trabajo porausencia del terapeuta, lo cual puede acarrear efectos muy indeseables enmomentos clave del proceso teraputico; no obstante, a la vez me pregun-to qu tan estrechos son los lazos que se establecen y cmo se conduceeste aspecto en la prctica entre varios. No sabemos si el surgimiento depreferencias hacia alguno de los terapeutas por parte de un nio llevar ono a una continuidad de vnculo especial con l que favorezca la relacinafectiva. De esa manera, la etapa inicial correspondera a un periodo don-de se generan vnculos ms definidos y elegidos por el nio que cuando leasignamos desde afuera una persona como su terapeuta. Eso hacemos ennuestras intervenciones individuales: esperamos que sobrevenga la con-fianza, la proximidad y el uso del terapeuta.

    Cito una frase del libro, que me ha sorprendido, tomada de Simons:"Durante las primeras etapas del tratamiento, el terapeuta debe discipli-narse para permanecer tan indiferente como le sea posible". Tal afirma-cin es mucho ms fuerte que la postura como observador mencionada enesta seccin, pues el observador tiene inters por lo menos en observar.Qu buscamos con la indiferencia? Es fingir un desinters mientras es-

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  • Esperanza Prez de Pl

    peramos el contacto afectivo? Sera contraria a la postura psicoanalticadel deseo de analizar, tanto ms necesaria cuando tenemos nios quehacen del aislamiento su forma de vida.

    Los psicoanalistas que trabajamos con autistas siempre estuvimosatentos a lo ms propio del nio, a esos intereses que aparecen en mediodel aislamiento y que son aperturas a un mundo interno mnimo, aunqueexistente, bien distintos de los objetos autistas que cierran. Las "ventanaslibidinales" (Jerusalinsky) son buscadas por el psicoanalista y por ellasse penetra al mundo del nio autista. Lo hizo Melanie Klein con Dick, en1930, cuando descubri el inters del pequeo por los trenes. Por supues-to, all introdujo su mitologa edpica por medio de una maniobra inter-pretativa bastante intrusiva, sin embargo, tuvo tal efecto simblico que elpropio Lacan no pudo dejar de admirar.

    El ltimo aspecto al que aludir se relaciona ya no con el primer pe-riodo, sino con la continuacin del proceso teraputico. Y podemos decirque sabemos ms de cmo se inicia el tratamiento en la prctica entre va-rios que de la continuacin del mismo, siempre un proceso largo y difcil.Precisamente, Tustin seala que es sustancial abrirnos paso a travs delatrincheramiento autista y entablar comunicacin con el nio; que importala forma en que lo hagamos para no levantar nuevas defensas autistas osufrir la desorganizacin de esa persecucin de que hablan los autores dellibro. Porque, sobre todo, resulta bsico lo que sigue a la ruptura del casca-rn para lograr que se contenga ese momento de movilidad y se estructureadecuadamente el yo incipiente y no se disperse dando lugar, entre otrascosas, al desarrollo de un autismo confusional, denominacin que ella da ala forma psictica, persecutoria, que mucbas veces sobreviene luego de unautismo encapsulado por una mala ruptura de la barrera. Este tipo de evolu-cin es una gran complicacin y puede impedir llegar a buen fin.

    Es tiempo de concluir y de mirar a nuestro alrededor. Damos la bien-venida a este texto que viene a acrecentar nuestros conocimientos paraluchar con la patologa autista y felicitamos a sus autores. Esperamos quesu aplicacin sea en beneficio de todos; no obstante, no podemos dejar desubrayar lo alarmante de la situacin que vivimos en este campo, pues.

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  • Autismo, subjetividad e intervencin psicoanalitica

    por un lado, la frecuencia de nios con rasgos autistas es cada vez msgrande y los recursos para tratarlos son ms y ms escasos en el mediomexicano tal como lo advierten Gabriela Martnez y Georgel Moctezuma.Qu podemos hacer? Luchamos por diagnosticar a tiempo, pero luegonos encontramos con la dura realidad de la falta de condiciones para suatencin. No pude dejar de preguntarme si, adems de su inters y de lovalioso de este mtodo, por el hecho de ser en grupo, su aplicacin no po-dra disminuir el costo del tratamiento y as permitir la atencin de mayornmero de pacientes. Ojal lo sea, pese a que sabemos que un trabajo tanpersonalizado y profundo ser, necesariamente, costoso.

    De cualquier forma, podemos ser razonablemente optimistas; dispone-mos de modelos de tratamiento firmemente fundados, y el diagnstico deautismo, en particular si es precoz, no debe ser visto ya como lapidario.

    Y a la vez, como contina siendo vital intercambiar experiencias yseguir investigando, invito a los autores y a todos los que laboran en elCentro de Autismo de la ulC a comenzar un tiempo de encuentros conquienes trabajamos en este campo comn.

    BIBLIOGRAFA

    Prez de Pl, Esperanza (1996). Autismo y psicoanlisis. Psicologa Iberoameri-cana, 4. Mxico: Universidad Iberoamericana.

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