Avance Julio 2014

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  • 8/12/2019 Avance Julio 2014

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    AVANCEVOCERO DEL MOVIMIENTO ACCIN NACIONALISTA PERUANO - MANPE

    BUENOS AIRES - ARGENTINA Julio AO 2014 Distribucin Gratuita.ALEMANIA - ARGENTINA - AUSTRALIA - BOLIVIA - EE.UU - ESPAA - MEXICO- FRANCIA- ITALIA - PER - URUGUAY

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    El 28 de JulioDa para la Reflexin:

    Por la Segunda Independencia,Por la SegundaRepblica .El 28 de Julio

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    Por la Segunda Independencia,Por la SegundaRepblica!.

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    AVANCE 2 MANPE PERLa "Independencia" del Per:Un Hecho Forneo?En 1972 los historiadores Heraclio Bonilla y Karen Spalding, al publicartrabajo tan original ("La Independencia en el Per: las palabras y loshechos") en la obra colectiva publicada por el Instituto de EstudiosPeruanos "La independencia en el Per" (Lima: I.E.P ediciones, 1972),que presenta trabajos tanto o ms novedosos y trascendentes como losde Pierre Chaunu, Tulio Halperin Donghi, E.J. Hobsbawm y Pierre Vilar),causaron una gran conmocin en el mbito intelectual vinculado alcampo histrico al sostener como idea fundamental, hertica paraaquellos tiempos, que el proceso de la independencia peruana estuvodeterminado ntegramente por intereses extrarregionales, bsicamentepor los intereses comerciales y financieros de Inglaterra, de tal maneraque la independencia no poda ser analizada ni interpretada como unproceso interno, como producto de un largo proceso de lucha por ella,sino que le fue impuesta a los peruanos, quienes realmente no ladeseaban, por no convenirles la separacin con relacin a Espaa.

    Segn esta interpretacin los peruanos consideraban quepermaneciendo fieles a Espaa tenan mucho ms que ganar, o por lomenos mucho menos que perder. Esta posicin historiogrfica analiza

    crticamente la participacin de las elites criollas en el proceso de laindependencia y de los inicios de la etapa republicana. En lo medularplanteaba que la independencia fue concedida a los peruanos por elejrcito de San Martn, es decir que tuvo que llegar desde fuera debido aque la sociedad peruana virreinal careca de una clase dirigenteconsciente de sus intereses y por lo mismo incapaz de formular unproyecto poltico alternativo al colonial. Otra es la opinin, por ejemplo,de Jorge Bracamonte quien en su ponencia "La formacin del proyectoaristocrtico: Hiplito Unanue y el Per en el ocaso colonial" (Lima,1996), seala que la mencionada incapacidad de las elites criollas paraconducir los destinos del Per no es del todo cierta. Ocurre, nos dice J.Bracamonte, que la toma de conciencia y formulacin de proyectos deestos grupos no pasaba en lo fundamental por una ruptura abierta con lametrpoli. Por el contrario, fueron los sucesos acontecidos durante lacoyuntura de la independencia, los que terminaron por frustrar el

    paciente proyecto que los criollos venan gestando desde por lo menoslas dos ltimas dcadas del siglo XVIII". Ya tendremos oportunidad paraanalizar la concepcin de Bracamonte.

    Tratemos, por ahora, de comprender en lo sustancial los argumentos dela posicin de Bonilla, Spalding y otros. Heraclio Bonilla en el tomo VI dela Historia del Per publicada por Meja Baca, al igual que Virgilio Roel,reafirma sus puntos de vista de 1972, aunque como veremos presenta yaalgunos matices.Es bsico saber que en aquellos tiempos (siglo XVIII y comienzos delXIX) el imperialismo ingls buscaba expandirse cada vez ms, abrirnuevos mercados para su pujante industria, tan necesitada de ellos.Hobsbawm nos dir que "Inglaterra tena buenos motivos para favorecerla independencia de Latinoamrica y para abrir China". Espaa era

    poseedora de un vasto imperio y por supuesto los intereses econmicosingleses tenan que ambicionar esos potenciales mercados para suproduccin manufacturera, cerrados en virtud del monopolio comercial,el cual, como es lgico suponer tena que beneficiar no slo a ciertossectores sociales de Espaa sino tambin de Hispanoamrica,especialmente de Lima, pero, como seala muy bien Nelson Manrique,"perjudicaba fuertemente a las burguesas de los dominios del interior yde la vertiente oriental del virreinato". Esto explica porqu era tan bienrecibido el contrabando ingls por la costa atlntica.

    Si, como se ha afirmado, cierto sector de nuestro grupo comercial sebeneficiaba con el monopolio, en cambio "las pujantes burguesascomerciales del litoral Atlntico tenan mucho que perder con elmantenimiento del orden colonial y en cambio tenan todo por ganar consu cancelacin. Por decirlo de una vez: la clase dominante limea vivaen una condicin de abierta dependencia estructural de los privilegioscoloniales; de all su fidelismo a ultranza, que la llevara a jugar todas lascartas para mediatizar el proceso emancipador y terminara finalmentecon su liquidacin como clase, como consecuencia de la crisis originadapor la independencia".Es innegable que las reformas poltico administrativas y econmicasllevadas a cabo por la dinasta borbnica, sobre todo las de 1776 - 1778(cancelacin definitiva del monopolio comercial) significaron un golpemortal para la clase econmica dominante peruana y muy especialmentelimea, porque al entregar el Potos a la jurisdiccin del virreinato del Rode la Plata (que haba sido creado en 1776) destruy el circuito comercialque, atravesando la sierra central y sur peruana, una Lima, Potos yBuenos Aires.

    Es incuestionable, como bien lo han precisado no slo Bonilla y Spaldingsino tambin Virgilio Roel, que la aristocracia criolla peruana se adhiri alfidelismo. Abascal, innegablemente el "prior del convento colonialamericano" pudo actuar eficazmente contra los movimientos separatistahispanoamericanos no slo gracias a su innegable gran habilidad, sinoporque teniendo el poder poltico ste era realmente un poder polticoefectivo porque contaba con el poder militar y financiero, toda vez quedichos poderes se encontraban en manos de los criollos ricos, los cualesintegraban los cuadros de mando del ejrcito colonial realista. Como nos

    lo recuerda Virgilio Roel las tropas del Alto Per estaban comandadas pordos criollos: Goyeneche y Tristn. Algo ms, el "Regimiento de VoluntariosDistinguidos de la Concordia Espaola del Per" organizado por Abascalen 1811 fue financiado por los grandes comerciantes de Lima y su cuadrode oficiales estuvo integrada por los ms destacados miembros de laaristocracia capitalina. Tal es la importancia de este Regimiento en su luchacontra el proceso separatista Hispanoamericano, que a Fernando de

    Abascal se le otorg el ttulo nada menos que de Marqus de la Concordia.Pero no fue el nico regimiento financiado e integrado por los criollos, estambin el caso de los Dragones de Carabayllo. Todo esto permite concluira Roel que "si bien el virrey tena el poder poltico, el poder militar efectivoestuvo en manos de la aristocracia criolla, principalmente de Lima,

    Arequipa y Trujillo".

    Por otra parte, como es fcil concluir, los criollos posean el podereconmico, que en gran medida se hallaba supeditado del Tribunal delConsulado, llamado por entonces la "universidad de los mercaderes" y querepresentaba la poltica y conducta monopolista del capitalismo mercantil

    espaol. En la poca de oro del monopolismo hispnico, en el Consuladose encontraban los poderosos seores que controlaban todo el comerciosudamericano, desde Panam hasta el Cabo de Hornos, los cuales sevalan de los corregidores para colocar sus mercaderas entre losindgenas. Como su riqueza provena del comercio monopolista, losmiembros del consulado se opusieron decididamente al libre comercio,combatieron el contrabando y entraron, por intereses contrapuestos, enpugna con la burguesa comerciante del sur y del norte y es por ello que novieron con buenos ojos la creacin de los virreinatos de Nueva Granada ydel Ro de la Plata. Esto as mismo explica el porqu cuando la burguesacomerciante nortea y surea luchaba por la independencia en elvirreinato, porque as le convena a sus intereses econmicos, losmiembros del tribunal del consulado limeo, tambin porque as convena asus intereses, abraz la causa realista. Se equivocaron de causa? Porsupuesto. Pero esto lo podemos evaluar hoy, que analizamos el pasado

    conociendo el curso de su evolucin y, por otra parte, algunas veces conconceptos que no fueron de la poca, lo cual afecta, necesariamente, laobjetividad del anlisis.

    A pesar de todo lo expuesto, resulta carente de objetividad el no reconocero querer minimizar la existencia de intelectuales que atisbaron los erroresdel sistema imperante y que por lo mismo hicieron anlisis crticos muyvalioso, llegando algunos de ellos a transitar del simple fidelismo reformistaal liberalismo separatista. Tendremos oportunidad de analizar, aunquesucintamente la tesis de Jorge Bracamonte acerca de la existencia,realmente, de un proyecto criollo de tipo aristocrtico, de tal manera, comosostiene Bracamonte que "Es injusto entonces pretender que la elite criollafue incapaz de formular propuestas de carcter poltico" Como se ve estaes ya una crtica a las posiciones de Bonilla, Spalding, etc. y que matiza elanlisis de la problemtica de la independencia peruana, que algunos

    pretenden desconocer, presentando como verdades indubitables, las querealmente no lo son.Viscardo, por ejemplo, un criollo que innegablemente no perteneca alsector poderoso econmicamente, invocaba como una de las causas parala separacin los intereses contrapuestos: lo que era bueno para Espaano lo era para sus colonias. En su clebre Carta, leemos: "Necesitamos(los criollos, segn el contenido de la carta) esencialmente ungobierno queresida entre nosotros para distribuirnos los beneficios, que son el objetivode la unin social; depender de un gobierno alejado a tres o cuatro mil millasde nosotros es lo mismo que renunciar a dichos beneficios; y tal es el intersde la corte de Espaa que slo aspira a dominar nuestras leyes, nuestrocomercio, nuestra industria, nuestros bienes y nuestras personas, parasacrificarlo todo a su ambicin, a su orgullo y a su codicia".Debemos sealar que gracias al profesor Merle Simmons hoy poseemosuna visin mucho ms certera del pensamiento de Viscardo a travs de surelativa copiosa obra. Algunos de estos trabajos nos revelan un Viscardoconocedor de las doctrinas econmicas de su tiempo, adems de un amplioconocedor de los sucesos que le toc vivir, como podemos apreciar, porejemplo, en su "Ensayo sobre el comercio hispanoamericano" o en la"Situacin de la Amrica Espaola y la estrategia para lograr suindependencia".Similar es el caso de otro criollo, ste s de una posicin econmica alta.Nos estamos refiriendo a Jos de la Riva Agero quien en su"Manifestacin histrica y poltica de la revolucin de la Amrica y msespecialmente de la parte que corresponde al Per y Ro de la Plata" sealatambin como una de las causas para separarse de Espaa los interesescontrapuestos. Riva Agero escribe: "Que los intereses de la Pennsulaestn diametralmente opuestos con los de la Amrica; que para que aquellaprospere es preciso que esta permanezca en cadenas"(causa 1). Y en lacausa 3 seala: "Que el monopolio de la Pennsula les impide a todos (serefiere a los criollos) el comercio libre y les pone mayores trabas al expendiode sus preciosos frutos".Mariano Alejo lvarez en su "Discurso sobre la preferencia que deben tenerlos americanos en los puestos de Amrica", discurso que debi ser ledo enel Colegio de Abogados de Lima en 1811, sealaba que Amrica era algototalmente diferente de Espaa, que era ya una singularidad y por ello loque corresponde a ella debera ser exclusividad de sus propios habitantes.M.A. lvarez escribe: "El espaol en los reinos de Espaa debe serconsiderado en primer lugar; y por consiguiente el americano en Amrica".

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    AVANCE MANPE PER3Estas pocas y breves citas la hemos hecho, porque resulta realmenteinaceptable no reconocer que, incluso en el sector criollo en el cual seincub y lleg a tomar realmente forma un reformismo fiel a la metrpoli,sus crticas al sistema colonial e incluso sus proyectos de reformas,contribuyeron sin saberlo y de seguro an sin quererlo, al procesoseparatista. Es inconcebible que anlisis que pretenden ser serios ysupuestamente novedosos no tengan en cuenta las nuevasinvestigaciones, las novedosas interpretaciones, como por ejemplo la deJorge Bracamonte con relacin al proyecto aristocrtico de los criollos.As como tampoco estudios tan acuciosos y perspicaces como los deScarlett O'Phelan G. o los de Nria Sala i Vila, sobre todo con relacin a lagran convulsin del virreinato peruano, sobre todo, aunque noexclusivamente, en la parte sur, as como en el Alto Per.

    Siguiendo con un anlisis sucinto del pensamiento criollo, encontramosque en el "Estado Poltico del Per" de Victorino Montero, poderoso criolloque haba logrado una enorme fortuna como corregidor en Piura, existeespecial nfasis crtico con relacin a la corrupcin administrativa y en eldescuido e indiferencia de Espaa por la nobleza peruana (comocerteramente seala Pablo Macera, Montero es el representante delresentimiento aristocrtico frente a las reformas administrativas yeconmicas de los borbones).

    Tambin perteneciente a la nobleza criolla, Macera ha estudiado el casodel reformismo de Jos Bravo de Lagunas, el cual adiferencia de Montero no adopt una actitud de cerrada defensa de laaristocracia, sino que puso nfasis en la crtica del aspecto econmico del

    virreinato peruano. Seal los peligros, para la economa virreinalperuana, de su dependencia con relacin a Chile, en lo que se refera a laimportacin de trigo para el consumo bsicamente limeo, que pudohaberse originado en un primer momento por cuestiones climticas defines del siglo XVIII y comienzos del XIX, pero que se mantuvo porintereses estrictamente econmicos en la medida que tanto peninsularescomo criollos, entre los que se encontraban grandes comerciantes,propietarios de navos y dueos de plantaciones de caa azucarera,amasaron enormes fortunas exportando azcar peruana a Chile eimportando trigo chileno. Como seala Macera, el transporte del azcarresultaba ms barato puesto que los buques traan de regreso el trigocomo cargamento.Bravo de Lagunas, familiarmente vinculado con muchos de los queprosperaban con dicho negocio, a pesar de ello seal sus peligros parala economa virreinal peruana, la cual, segn l, tena que ser reorientadaprotegiendo y fomentando la agricultura como base de todos los sectoresy, por otra parte, preferir el producto peruano al extranjero, es decirfisiocratismo y proteccionismo.El caso de Miguel Feijo de Sosa, que lleg a ser asesor del virrey Amat,representa dentro del fidelismo una posicin ms radical (lo cual nosseala matices incluso dentro del fidelismo) porque, en primer lugar, enforma expresa manifiesta su identificacin emocional con el Per, entanto que patria nativa, y, por otra parte, se centra en la bsqueda delmejordesarrollo de las potencialidades de la realidad peruana. Fue uncrtico de los repartos mercantiles, a pesar de que l haba sido corregidory por lo tanto se haba beneficiado con dichos repartos.Podemos ya analizar crticamente la posicin historiogrfica quepresenta la independencia peruana como un regalo que le hicieron alPer y a los peruanos fuerzas e intereses forneos. Sin negar eltrascendental papel que ellos jugaron, no se puede aceptar como verdaddefinitiva y por lo tanto indiscutible la mencionada interpretacin, no por

    un malentendidonacionalismo, patrioterismo o chauvinismo, sino porqueun anlisis ms profundo de la problemtica y teniendo en cuenta losaportes de diversos estudiosos de este aspecto de nuestra historia, sellega a conclusiones menos monocausales y s mucho ms matizadas.

    En primer lugar se tiene que comprender, y esto es algo obvio pero quetiende a olvidarse o minimizarse, que el Per de fines del siglo XVIII ycomienzos del XIX no lo podemos reducir al consulado limeo ni tampocoal sector socioeconmico dominante. No se puede reducir el virreinatoperuano a solo el grupo criollo, por ms poderoso que fuera cierto sectorde sus miembros de Lima, Trujillo y Arequipa. Por otra parte, como bien loseala Fernando Silva Santisteban, "Los criollos no constituyen un grupohomogneo, especialmente en lo que se refera a sus intereseseconmicos. Se hallaban dedicados a diferentes actividades y ocupaban

    distintas posiciones en la escala social. Los criollos estaban dedicados alcomercio, a la minera o eran terratenientes Los comerciantes limeosdel Tribunal del Consulado ejercan el monopolio comercial, tena elcontrol del trfico mercantil, financiaba la explotacin de las minas,habilitaban a los corregidores, etc. Naturalmente, este sector de la litecriolla peruana fue fiel a la corona y trat por todos los medios demantener su situacin privilegiada, contribuyendo con prstamos ydonaciones a sufragar los gastos que demandaba la represin de losmovimientos separatistas.

    Pero exista otro sector de criollos, tanto en Lima como en provincias, que nogozaba de los privilegios, ni de las ventajas econmicas de la lite criollalimea, ni haba accedido a los altos puestos de la burocracia estatal. Estabaconformado por comerciantes de menores recursos, funcionarios desegundo orden, artesanos prsperos y, sobre todo, profesionales liberales,maestros, curas e intelectuales. Fue este grupo de criollos que vio primeroen el rgimen de libertades y despus en la colaboracin y en elseparatismo, la satisfaccin de sus aspiraciones o la realizacin de susideales. Fue este segundo grupo de criollos el que justifica la independenciay le da forma y coherencia al proceso emancipador".(1)

    Pablo Macera en su trabajo "Tres etapas en el desarrollo de la conciencia

    nacional" seala que las dos primeras etapas de este proceso se dieron enel siglo XVIII y es cuando se gestan las doctrinas de la revolucin. Y aqu hayalgo que es muy importante enfatizar. Macera expresa que si no se hubiesedado dicho proceso, entonces se podra considerar la independenciaperuana como una tarea de los extranjeros.Jos De La Puente Candamo ha hablado de la tendencia a la reforma, delafn crtico a todo el sistema, que se agudiza a fines del siglo XVIII ycomienzos del XIX. La tendencia de la dinasta borbnica a considerar

    Amrica como posesiones y colonias (a diferencia de los Austrias que, por lomenos en teora, consideraban al virreinato peruano como provinciapredilecta) hace comprender a los criollos que sus intereses ya no son losmismos que Espaa. Por otra parte, como ya se ha sealadoreiteradamente, dichas reformas borbnicas favorecan a Buenos Aires yperjudicaban al Per, muy especialmente a Lima.

    Como podr apreciarse no es tan simplista el problema sobre lascaractersticas que tuvo el proceso separatista peruano. Que hubo un sectorsocial (grupo de personas de innegable poder econmico) que no deseabala independencia porque consideraban que no convenan a sus interesespersonales y de grupo, nadie lo ha negado, mucho menos despus deanlisis tan lcidos como los de Bonilla, Spalding, Roel, entre otros. Pero elproblema es ms complejo de lo que algunos pretenden presentarlo,desconociendo todos los aportes que se han hecho justamente despus depresentada y fundamentada la tesis de Bonilla. Sobre todo teniendo encuenta que el propio Heraclio Bonilla escribiera lo siguiente: "Que fueranecesario el apoyo argentino y colombiano para lograr la separacin delPer de Espaa no significa la inexistencia de esfuerzos locales por laindependencia antes y durante el contexto de la emancipacin. (elremarcado es nuestro) Esto es un problema que constituye todava el

    territorio privilegiado de la historiografa nacional, cuyos exponentes en sugruesa mayora han subrayado la activa "participacin peruana" en lasluchas por la Emancipacin. Desgraciadamente, los trminos en que ha sidoplanteado este problema encierran un conjunto de confusiones que esindispensable esclarecer".

    La sociedad colonial americana, nos seala Bonilla, fue el resultado de laviolencia, del expansionismo europeo a partir de fines del siglo XV ycomienzos del XVI. Era lgico que la nueva organizacin se tradujera en laoposicin entre el vencido y el vencedor; estado de intereses contradictoriosque se fue cuestionando a lo largo de los siglos de dominacin colonial,hasta que en el siglo XVIII la dinasta borbnica, fundamentalmente conCarlos III, elabora reformas al interior de la economa espaola y de suscolonias americanas con el propsito de elevar el crecimiento de la primera.Como dice Bonilla, a quien venimos citando casi textualmente:

    "En sentido estricto se trataba de una segunda conquista de Amrica enbeneficio de la administracin imperial, puesto que el fortalecimiento interiorde los colonos americanos se haba gestado a costa de los intereses de laMetrpoli. Las medidas que tomaron los borbones, afectaron porconsiguiente, aunque de manera desigual, al conjunto de los estamentoscoloniales. A los criollos, porque les retiraba un conjunto de privilegios quehaban venido apropindose; a los indios y a los mestizos, porque agravabaan ms su ya deteriorada condicin econmica". (2) Luis Miguel Glave hasealado que la constante de la huella del hecho blico desde el nacimientodel sistema colonial, marc las relaciones culturales y de poder entre losdistintos estamentos de la sociedad colonial. La aparente tranquilidad de lossiglos XVI y XVII, despus de toda la violencia que signific la conquista,violencia que tuvo fases y matices muy especiales, se debi, segn Glave,"a un acuerdo o adaptacin dentro de determinados mrgenes de

    negociacin colectiva. Cuando ellos se rompieron, ya entrado el siglo XVIII,la guerra volvi a presentarse, (es mejor decir que recrudeci, se exacerb),tanto en los campos de batalla como en los imaginarios colectivos. Unanueva guerra larga, entre 1742 en que empez y 1780 - 1782 cuando el reinotodo entr en convulsin. Fue una guerra inconclusa, las causas de suestallido no se erradicaron, slo se postergaron,"

    Para Bonilla, la derrota del movimiento de Tpac Amaru II signific no solo elfin del movimiento nacional indgena en su lucha por la independencia, sinoque permiti a la elite criolla y a la administracin colonial, tomar concienciasobre la peligrosidad de la insurgencia indgena. Para Bonilla este hechomarca una ruptura, pues en adelante la lucha por la independencia sedesplazar hacia el sur (Argentina) y hacia el norte (Venezuela). Estaafirmacin no es totalmente exacta, porque sin mayores explicaciones

    podra creerse que despus de 1780 - 1781 desaparece el clima deinsurgencia en el virreinato peruano y ello no es cierto como tendremosoportunidad de ver ms adelante, cuando veamos como sigui existiendoun ambiente de insurgencia que se manifest en intentos fallidos y enverdaderos movimiento que aunque no tuvieron la resonancia de losmovimientos del norte y del sur, no significa que debemos desconocerlototalmente o minimizarlos, sino que tenemos que tratar de comprender delporqu de la singularidad de la lucha por la independencia en el Per.

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    AVANCE 4 MANPE PERVolvamos nuevamente al papel de los criollos ricos, especialmentelimeos. Que los criollos creyeran que sus intereses se veran afectadoscon la independencia, en el hipottico caso de un triunfo indgenaperuano o criollo forneo, no significa, volvemos a repetir, que todo elPer estuviese de acuerdo con ello. Son innegables los criterioscontrapuestos que tuvieron los criollos de Buenos Aires, Nueva Granada,Chile, Caracas, Quito y Charcas, con relacin a los de Per yfundamentalmente con los de Lima, Trujillo y Arequipa. Si esto esinnegable, lo es tambin que los criollos no ricos y provincianos delvirreinato peruano s fueron partidarios de la independencia. La pruebade esto lo tenemos, como bien seala Virgilio Roel, en las publicacionesde Lima, la junta del Cuzco de 1814, la insurgencia de Tacna y lasconspiraciones que no llegaron a cuajar (Aguilar y Ubalde, Zela, etc.).

    Roel nos dice: " asimismo, el pueblo peruano siempre fue partidario dela independencia y su lucha por ella es la ms prolongada y sacrificadaque muestra Amrica. (3) Y un poco ms adelante se ratifica en lo dicho: "Los criollos ricos de Lima y Arequipa y sus correspondientes cabildos,adoptaron una posicin colonialista apoyando el papel de polica colonialllevado a cabo por el virreinato de Lima. El pueblo peruano, en cambio,fue siempre partidario de la independencia". (4)

    Consideramos que es exagerado afirmar que el pueblo peruano fuesiempre partidario de la independencia. A quines nos referimos comopueblo o pueblo llano? Obviamente a todos aquellos que no pertenecanal sector criollo o peninsular rico. Pero es inexacto afirmar que todos ellosestuvieron por la independencia, aunque sus intereses se vieranfavorecidos por ella. Porque aqu entra el problema de conciencia declase y de la distorsin de aquello que realmente conviene en funcin a laideologa predominante en una sociedad en un momento dado. Es porello que no podemos sostener que en todo el pueblo se form unaconciencia anticolonialista, porque si no cmo explicar, por ejemplo, lalucha de indios contra indios incluso en los movimientos indgenas.Acaso no sabemos de tantos caciques que estuvieron al lado realista enla lucha contra el movimiento de Tpac Amaru II. Y de estos caciques nose puede decir que fueron arrastrados a dicha lucha, contra su voluntad,por las fuerzas represivas coloniales. Estos caciques iban con su propiagente, es decir con indios. Esta participacin de indios y mestizos enambos bandos es por todos conocida. Por ello se sostiene que no slo laconquista fue una guerra de indios contra indios, sino tambin la guerraseparatista. Sin embargo esto no nos debe llevar a conclusionesapresuradas y errneas. Es normal en todas las sociedades de todos lostiempos esta falta de conciencia en la mayor parte de los gruposdominados, debido a la influencia de la ideologa del grupo que detenta elpoder econmico, poltico y cultural.El proceso separatista peruano o guerra por la soberana nacional, comoprefiere denominarlo el historiador Edmundo Guilln Guilln, cubre unperiodo bastante amplio. Si consideramos en su exacta dimensin lo quefue bsicamente la conquista, una invasin, el proceso separatista tom,

    por lo menos en su vertiente primigenia, es decir indgena, un carcter dereconquista, que comienza inmediatamente despus de la invasinhispana, aunque fue un proceso frustrado que alcanz su punto climticocon el movimiento de Tpac Amaru II, el cual a su vez marca una ciertarelativa ruptura en dicho proceso, porque con posterioridad a dichomovimiento los que le seguirn cronolgicamente sern ya en el siglo XIXy el mando ya no estar en manos del grupo dirigente indgena (caciques)sino de criollos. Por eso Glave afirma que fue una guerra inconclusacuyas causas no se erradicaron, slo se postergaron para aparecerintermitentemente en otros momentos de la historia de los pasesandinos.Tiene razn Edmundo Guilln Guilln, como seala en su ponenciapresentada en el "I Seminario sobre nueva historia deCajamarca"(Agosto de 1992) y en el "Congreso Nacional de Etnohistoria:V Centenario"(Octubre, 1992), que los testimonios arqueolgicos y

    etnohistricos demuestran que la historia del Per de raz andina es unacontinuidad en el espacio y en el tiempo. Como nos lo recuerda JorgeBracamonte, ya en 1982 y 1983 Bernard Lavall destac la importanciadel espacio dentro de la reivindicacin criolla. Volveremos al respectoms adelante.

    Sigamos con el planteamiento de Guilln Guilln para quien el 16 denoviembre de 1532, fecha de la captura de Atahualpa por los espaoles,slo signific el fin de la rebelin quitea y de la lucha entre dos sectoresde la aristocracia inca por el poder, pero de ninguna manera signific elfinal del Tahuantinsuyo. Juan Jos Vega en su libro "Los incas frente aEspaa. Las guerras de la Resistencia: 1532 -1544" (Lima,1992), analizacon mucha meticulosidad el periodo de la resistencia comprendida entre1532 y 1535, correspondiente bsicamente a la resistencia quitea o delgrupo atahualpista, en tanto que tan slo un captulo (el IX) le dedica a la

    resistencia cusquea dirigida por Manco Inca, tal vez porque enotroslibros dedicados a este personaje analiza su movimiento y que havuelto analizar en una nueva edicin de su Manco Inca (Lima, 1995).Debemos sealar que el perodo de la resistencia 1545 - 1572 es muyinteresante y requiere de un anlisis minucioso. Por supuesto quecontamos con el libro de Edmundo Guilln "La guerra de la reconquistainca. Vilcabamba. Eplogo trgico del Tawantinsuyo" (Lima,1994). Yltimamente Liliana Regalado de Hurtado ha dedicado un estudio muyimportante a Titu Cusi Yupanqui. (5)

    De lo anteriormente citado se puede deducir que para historiadores comoEdmundo Guilln el proceso de la independencia no comienza en 1820como algunos sostienen, sino siglos atrs. Incluso Edmundo Guilln sealacomo fecha del inicio de dicho proceso el 6 de mayo de 1536, cuando seprodujo el ataque inca a la ciudad del Cusco, tal como lo haba intuido JorgeBasadre en sus trabajos sobre la independencia peruana. En realidad dentrode esta perspectiva se tendra que retroceder la fecha hasta 1532, porque nopodemos ignorar el intento del grupo atahualpista de querer expulsar a losespaoles. Este proceso de reconquista inca fue realmente sin tregua y elloen palabras de Edmundo Guilln "refuta la infortunada y errada afirmacin:que nuestra independencia no fue obra de peruanos sino concedida poraliados extranjeros. Desatino sin asidero histrico, refutado con sobriaerudicin por Jorge Basadre y definitivamente por los nuevos y fehacientes

    documentos que prueban la participacin popular en esta lucha en el sigloXVII, XVIII y XIX, con la gesta heroica de los Thupa Amaru, los hermanosAngulo, Pumakawa, los guerrilleros y tropas de lnea en las acciones blicasde 1820 a 1824".

    Guilln Guilln seala cuatro grandes intentos blicos en este largo procesode reconquista inca. El primer intento tiene dos etapas: la primera, elmovimiento de Manco Inca hasta su asesinato en manos de los espaoles, yla segunda, la guerra dirigida por sus hijos Sayri Tpac, Titu Cusi Yupanqui yTpac Amaru I, que termin con la muerte de ste ltimo personaje el 23 desetiembre de 1572. El segundo intento es el movimiento de Juan Santos

    Atahualpa (1742 - 1756); El tercero la insurgencia de Tpac Amaru II y DiegoCristbal (1780 - 1781), que ha sido estudiada en forma magistral, por JuanJos Vega en su "Tpac Amaru y sus compaeros". Es importante sealarque estos movimientos sealados slo constituyen la parte visible del

    iceberg del movimiento nacional inca, que ya en 1954 mereciera uninteligente anlisis por parte de John Rowe y que en 1946 haba estudiadoCarlos Daniel Valcrcel en su libro "Rebeliones indgenas peruanas". Es enrealidad una cantidad muy considerable de movimientos los que estallarondesde las latitudes ecuatoriales hasta los confines de la regin del Collao yque numerosos especialistas vienen estudindolos, destacando por superspicacia en los enfoques los estudios de las historiadoras ScarlettOPhelan y Nria Sala i Vila. El cuarto intento es el de 1814 - 1815 del Cuscode los hermanos Angulo y Pumacahua. Como seala Edmundo Guilln, enagosto de 1814 se proclam por vez primera la independencia oficial delPer en el Cuzco, convirtindose esta ciudad en la capital del nuevo imperioamericano designado con el nombre de "Imperio de los Dos Mares" o "De losDos Soles", sobre la base de todos los dominios hispanos de Amrica. (6)

    De la secuencia diacrnica de los intentos peruanos sealados, sedesprende que los sucesos de 1820 a 1824 fueron tan slo la culminacinhistrica de la tricentenaria lucha del Per por reconquistar su antiguasoberana poltica y acabar con el colonialismo espaol. Las ponencias de E.Guilln a las cuales hemos hecho referencia terminan con las siguientespalabras: "Lo expuesto sucintamente, vindica la gesta pica del Per demayo de 1536 al 9 de diciembre de 1824, acaba con el mito que el Per nadahizo por su libertad y prueba tambin que en la historia continental, el Perfue el primer y el ms tenaz protagonista de la libertad americanaLos estudiosos de esta problemtica saben que la posicin de EdmundoGuilln no es aislada. Un historiador tan prestigioso como Fernando SilvaSantisteban opina casi exactamente lo mismo.

    l nos dice: " el deseo y los esfuerzos por liberarse de la dominacinhispnica estuvieron presentes desde el momento mismo de la conquista yse manifiesta a lo largo de todo el coloniaje en innumerables formas dereaccin. Desde las ms poderosas tentativas de "reconquista, como se hallamado a la heroica resistencia de los incas de Vilcabamba, se sucedieronnumerosos intentos de liberacin que han sido minimizados o desconocidospor la historia tradicional, tales como la rebelin de los indios y negros deVilcabamba (1602) que acaudill Francisco Chichime; la de los indiosochozumas de Chucuito (1632); la de los indgenas de Cajatambo (1663); elde Chucuito (1632); la de los indgenas de Cajatambo (1663); el conato deLima, descubierto en 1667 encabezado por Gabriel Manco Cpac; larebelin de los indios de Uros y Urquitos en los totorales del Desaguadero; elconato de 1765 de los artesanos indgenas, barberos y silleros de Lima; lasrevueltas antifiscales del norte del Per, ms de doce, entre las que secuentan las de San Marcos (1730) y Uco (1735), en Cajamarca, PuebloNuevo de Saa (1764), de Santiago de Chuco (1773), los movimientos deQuiquijana, Chumbivilcas, Maras y Urubamba entre 1775 y 1778; ymuchsimos otros, sin contar las frecuentes sublevaciones aisladas contra

    los abusos de espaoles, criollos y mestizos en los obrajes, algunas de lascuales alcanzaron significativas proporciones, como fueron la de 1565 delobraje de la Mejorada (Jauja), las de 1756, 1784 y 1794 en los obrajes deUzquil, Carabamba y Julcn, en Huamachuco, o la de 1768 en el obraje dePichuichuru, en la provincia de Abancay,etc,etc.Tambin se produjeron movimientos mesinicos como el Taqui Oncoy de1565.

    Otros movimientos fueron francamente separatistas: la rebelin del mulatoAlejos Calatayud en Cochabamba, en 1730; la de Juan Vlez de Crdova, enOruro en 1739, la de Juan Santos Atahualpa (1742-1756) en Hunuco yJunn; la de Huarochir en 1750; la de Farfn de los Godos en el Cuzco y porsobre todo la de Tpac Amaru II (1780-1781)En el siglo XIX tambin se dieron importantes movimientos, incluso con

    influencia innegable del movimiento de Tpac Amaru II, lo que descarta lainterpretacin de que el movimiento de Tpac Amaru II no tuvo vinculacindirecta con la independencia, como algunos estudiosos pretenden, llegandoincluso a sostener, hecho que es vlido slo en parte, innegablemente, deque este movimiento sirvi mas bien para coligar a espaoles, criollos ymestizos ante lo peligrosos que poda significar el triunfo de un movimientonetamente indgena. Sin embargo no se puede negar que en el intento,fallido por supuesto debido a la delacin de un tal Mariano Lechuga, delCusco de 1805 liderado por Aguilar y Ubalde y en el cual participara el

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    5AVANCE MANPE PERcacique Cusihuamn, los lderes se proclamaron descendientes de losincasLos valiosos y muy originales estudios de la historiadora Scarlet O'Phelandemuestran que realmente existe una conexin histrica entre loslevantamientos indgenas del siglo XVIII (que ella los estudia ms all delas fronteras polticas de Per y Bolivia actuales) y la independencia. Porotro lado, la citada estudiosa sostiene que a partir de las reformasborbnicas, los sectores criollos y mestizos comenzaron a buscarinsistentemente una salida alternativa al gobierno de la metrpoli,tratando de sacar provecho de las coyunturas propicias paramaterializar su intento.Como bien seala Nelson Manrique, no existe consenso sobre el tema.Va emergiendo, sin embargo, una visin ms matizada que aquella

    imagen disyuntiva donde, por una parte, la independencia era gestaheroica de los peruanos y aquella otra en la cual los peruanos eran losagentes pasivos que reciban la independencia a pesar de no quererla,luchando incluso contra ella.Dentro del proceso separatista se pueden diferenciar tres grandesetapas:- Reaccin e intento de reconquista Inca: siglos XVI y XVII- Fase de "incubacin" de la independencia: siglo XVIII- Fase explosiva de la independencia: 1780 -1824/1826

    El siglo XVIII constituye realmente la etapa en la cual se incuba laindependencia tanto peruana como en general Hispanoamericana.El enfoque en el estudio del siglo XVIII ha venido ganando, desde hace yavarias dcadas atrs, mayor objetividad, en la medida que es estudiado

    por el valor que encierra en s y no tan slo como un simple antecedentede la revolucin hispanoamericana y peruana. Importante es, porejemplo, el estudio de Arthur P. Whitaker titulado "La historia intelectual deHispanoamrica en el siglo XVIII", as como tambin el de Aurelio MirQuesada S. "Anverso y reverso del siglo XVIII". Otro trabajo muyimportante y centrado en Lima es el de Mara Pilar Prez Cant titulado"Lima en el siglo XVIII: Estudio socioeconmico" publicado en 1985 por laUniversidad Autnoma de Madrid.Sin embargo es innegable que la trama histrica lleva a Hispanoamricadel siglo XVIII a una etapa de diferenciacin, en la cual se va tomandoconciencia de ser algo muy diferente a la metrpoli e incluso como algocuyos intereses sobre todo econmicos son contrapuestos. Ya hemossealado como Bernard Lavall analiz el papel jugado por el espacio enla reivindicacin criolla. Ver del citado autor "El espacio en lareivindicacin criolla del Per colonial" publicado en 1983 y el publicado

    un ao antes con el ttulo de "Concepcin, representacin y papel delespacio en la reivindicacin criolla en el Per colonial"). Para Lavall elredescubrimiento del espacio americano -a mediados y fines del sigloXVIII- permiti no slo la realizacin de un inventario de las riquezas delpas, sino que permiti desarrollar una nueva concepcin del Per. Comonos dice Jorge Bracamonte, "Esta novedosa actitud ira definiendo, apartir del reconocimiento de la existencia de un espacio y de una historiasingulares, la identidad de lo peruano". (7)Viscardo, en su clebre Carta, escribe: "El nuevo mundo es nuestrapatria, su historia es la nuestra" "Los intereses de nuestro pas, nosiendo sino los nuestros, su buena o mala administracin recaenecesariamente sobre nosotros, y es evidente que a nosotros solopertenece el derecho de ejercerla, y que solos podemos llenar susfunciones, con ventaja recproca de la patria y de nosotros mismos". "Enfin, bajo cualquier aspecto que sea mirada nuestra dependencia de laEspaa, se ver que todos nuestros deberes nos obligan a terminarla".ltimamente Jorge Bracamonte haciendo un anlisis novedoso y muyinteligente de Hiplito Unanue, retoma el concepto del espacio en laformacin de la conciencia nacional y seala como se transita hacia losplanteamientos econmicos. Bracamonte afirma: "Esta relacin decontinuidad es evidente en el caso de Unanue. ste, primero se preocupapor el estudio de las potencialidades naturales del espacio peruano con elobjeto de comprender las posibilidades que sustenten el desarrollo futurodel pas, y segundo, intenta - sobre la base de lo anterior - definir demanera pragmtica los modelos sobre los cuales se tendra queorganizar la economa del pas. Unanue critica -veladamente- elmonopolio mercantil que privilegi a la metrpoli en el intercambio consus colonias americanas, calificndolo de injusto. Pero al mismo tiempo,cuestion el reciente libre comercio que beneficiaba principalmente a loseuropeos. Bracamonte, a quien venimos siguiendo en su argumentacin,cita a Unanue: "Las disputas de una libertad desatinada y un monopolio

    injusto, an no hemos hallado el medio de que nuestros fieles aliados nose lleven el dinero del Per por Panam dejndonos estancados losfrutos. Ellos nos dejarn en paz con sus pretensiones mercantiles,mientras que le dejemos nosotros llevarse tranquilamente el dinero". Enel particular caso de Unanue, es incorrecto ver exclusivamente la posicinque favorece los intereses del grupo mercantil limeo, detrs de estosplanteamientos subyacen los antecedentes del proteccionismoeconmico que sera hegemnico en la dcadas siguientes, con laconsolidacin de la repblica".Vinculado con el espacio est relacionado la evolucin del concepto depatria, de Per y peruano. La palabra peruano comienza a proliferar afines del siglo XVIII y comienzos del XIX, sobre todo en los peridicos:Mercurio Peruano, Minerva Peruana, El Telgrafo Peruano, El Peruano,El Verdadero Peruano, El Satlite del Peruano, El Peruano Liberal, etc.En esta primera etapa el trmino patria tiene un sentido totalmente

    inofensivo, pues slo sirve para identificar al terruo donde se ha nacido.Pero lentamente el vocablo va tornndose en sinnimo de partidorevolucionario y va a identificar al grupo separatista, en contraposicincon los realistas, los fieles a la metrpoli. El Satlite del Peruano,peridico cuyo redactor era Fernando Lpez de Aldana marca un hitofundamental en el concepto de patria, pues considera que engloba alcontinente americano dominado por Espaa y que lucha por romperdicha dominacin. Es pues ya un concepto combativo, dinmico yrevolucionario y es el que se va a imponer definitivamente

    En el Per del siglo XVIII se produce un movimiento nacional de liberacinindgena, como lo venimos sealando, capitaneado o liderado por loscaciques y que oscila entre el reformismo, en los moderados, y elseparatismo, entre los ms radicales, y que en gran medida concluye, y deforma traumticamente catastrfica, con el movimiento de Tpac Amaru II.El peruanista John Rowe ha estudiado con gran profundidad diversosaspectos de este movimiento nacionalista inca, en tanto que C. D. Valcrcelestudi con relativa minuciosidad estos movimientos desde el siglo XVIhasta el XVIII, en su muy importante obra "Rebeliones indgenas" Peroinnegablemente el movimiento de mayor trascendencia fue el de Tpac

    Amaru que ha merecido anlisis muy profundos por estudiosos de diversasnacionalidades, como por ejemplo los muy importantes estudios delargentino Boleslao Lewin: "La rebelin de Tpac Amaru y los orgenes de la

    emancipacin americana","la insurreccin de Tpac Amaru" "Tpac Amaru,el Rebelde" y "Tpac Amaru: su poca, su lucha, su hado". Es el casotambin del uruguayo Julio Csar Chvez, con su "Tpac Amaru". En elPer son varios los historiadores que se han dedicado al estudio de Tpac

    Amaru y su movimiento. En 1981 Jos Antonio del Busto Duthurburu publicuna obra muy importante, en la cual estudia al personaje antes de sumovimiento. Nos estamos refiriendo a la obra titulada "Jos Gabriel Tpac

    Amaru antes de su rebelin". En 1995 Juan Jos Vega, estudiosoperseverante de Tpac Amaru y su gran rebelin, le ha dedicado unavaliossima obra en dos volmenes,titulada "Tpac Amaru y sus compaeros" la cual tiene puntos de vistas muyoriginales.

    El movimiento insurgente peruano e hispanoamericano en general del sigloXVIII y comienzos del XIX est inmerso dentro de lo que hoy se sueleanalizar como una gran revolucin que agit a todo el mundo occidental yque incluso rebas hacia el oriental, y que signific el inicio del puntoclimtico de la burguesa. Es necesario no perder este marco para no caeren una visin demasiado provincial, en la que se deja de ver sus relacionescon el resto del mundo.

    Si el siglo XVIII en cuanto a insurgencia es fundamentalmente indgena, elsiglo XIX lo es criollo. Baste con mencionar algunos pocos intentos o realesmovimientos de esta centuria: La conspiracin de Gabriel Aguilar y ManuelUbalde, en el Cuzco, en 1805; el intento de los hermanos Silva, en Lima(1808); la conjuracin de Anchoriz (1810); el movimiento de Zela, en Tacna(1811); la sublevacin de Enrique Paillardelli, en Tacna (1813); el granmovimiento del Cuzco de 1814; la conjuracin de Jos Casimiro Espejo,Jos Gmez y Nicols Alczar, en Lima (1818).

    Todo esto nos habla de que la generalizacin de la existencia de un grupocriollo homogneo, totalmente cerrado en defensa de sus intereses de clasey por lo tanto opuesto a la separacin, no es del todo cierto y presentamatices que las ltimas investigaciones han puesto de realce. JorgeBracamonte ha puesto nfasis en la existencia de un proyecto aristocrticode la elite criolla, que segn el citado estudioso, no fue en realidad unprograma que pudiera vislumbrarse a travs de ciertos principiosdoctrinarios, sino fundamentalmente una actitud pragmtica de ejercicio delpoder, muy propia de quienes nunca fueron totalmente ajenos a l. Estacercana al poder -de los representantes criollos ms notables- es lo quepermiti definir los rasgos autoritarios y centralista del proyecto (J.Bracamonte) Lo cierto es que este proyecto aristocrtico no apost por laseparacin y no convencida de los beneficios que podan obtener con laruptura, apostaran todas sus esperanzas en la vigencia plena de laConstitucin de Cdiz, a diferencia de otras elites criollasHispanoamericanas que s apostaron por la separacin.Otro aspecto importante del proyecto aristcrata es no slo el nuevodescubrimiento del espacio geogrfico y de sus potencialidades para eldesarrollo econmico, sino que estimul una nueva aproximacin alpoblador andino con la finalidad de integrarlo y subordinarlo a un proyectocomn. Aunque Cecilia Mndez en su obra "Incas s, indios no", seal que

    el planteamiento criollo realmente exclua a la poblacin indgena aunquerescataba y arqueologizaba el pasado histrico inca. Pablo Macera en suestudio del proceso de la formacin de la conciencia nacional, seal larecuperacin del indio en eldiscurso fundamentalmente criollo a fines del siglo XVIII, enfatizando que elsegregacionismo puede apreciarse en el grupo del Mercurio Peruano. Poreso Macera habla de un nacionalismo criollo y no de un nacionalismoperuano.

    Nuevos anlisis matizan estas concepciones, sealndose que los criollosse enfrentaban doctrinariamente frente al problema de que los europeoscrean en su superioridad frente a los americanos (criollos). Esto lleva aUnanue a plantear el tema de "lo peruano". En 1796 Unanue sealaba queel reino del Per se compona de tres naciones primarias: espaoles, indios

    y negros En Unanue vemos, nos dice Bracamonte, como fue la historia elrecurso que permiti recuperar un pasado utpico para el indgena, almismo tiempo que permiti para los criollos la apropiacin de una matrizhistrica de la cual careca. De esa manera la historia devino en unmecanismo integrador de blancos e indios, que a partir de ese momentopodan encontrar en el pasado histrico inca un lugar comn de referencias,al mismo tiempo que les permitira - hacia delante - reconocerse parte deproyectos comunes". (Jorge Bracamonte). Ello explica porqu el proceso dela independencia peruana es continuidad y es ruptura.

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    AVANCE 6 MANPE PERPero que tuvieron que venir las dos expediciones libertadoras para que seprodujera la independencia del Per, es un hecho que tampoco puedeminimizarse. Lo que tiene que hacerse es explicar por qu se hizonecesaria dicha ayuda. Por qu el Per no pudo conseguir, sin auxilio,como otras regiones de Hispanoamrica, su libertad? La respuesta a estainterrogante ya ha sido dada por diversos historiadores, los cuales hansealado varios factores que imposibilitaron que los peruanos pudieranculminar su proceso separatista sin ayuda alguna. En primer lugar no estde ms sealar la presencia del denominado "Prior del convento colonialamericano" el virrey Fernando de Abascal, quien cont con un poderpoltico real, porque los criollos y peninsulares peruanos tenan en susmanos el poder econmico y con ellos cont Abascal. El virreinatoperuano con las reformas borbnicas haba cedido campo en lo

    econmico, pero segua siendo en lo poltico el centro del poder espaol,debido a que posea una concentracin de fuerzas militares que sedesconoca en las otras regiones Hispanoamericanas y ello le permiti,algunos dicen darse el lujo, de no slo actuar dentro de su jurisdiccin,sino de traspasar fronteras y combatir la insurgencia en Chuquisaca, LaPaz, Quito y Chile, adems de impedir el avance de las fuerzasbonaerenses por el Alto Per. Y de ello se dio cuenta San Martn, quienconsider que para asegurar la independencia hispanoamericana eranecesario pasar primero a Chile (es decir no insistir por el Alto Per) ycolaborar con los chilenos para alcanzar su independencia (PierreChaunu escribe: "El movimiento separatista finalmente vence en Chile,pero con ayuda extranjera: las tropas rioplatenses de San Martn"), yluego pasar al Per y colaborar con los peruanos para conseguir suindependencia. Ya en el Per incluso buscar la ayuda de Bolvar,tratando de unir fuerzas para terminar con los realistas peruanos, lo cual

    demuestra que las fuerzas realistas peruanas eran numerosas y muybien preparadas. Auxiliar al Per no slo eran un gesto de altruismo, defraternidad, sino una necesidad, porque mientras el Per no estuvieseindependizado la independencia de cualquier regin hispanoamericanapeligraba.Existe otro factor que no por poco sealado debe ser desdeado. Es elreferente al altsimo porcentaje de peninsulares que residan en Lima, esdecir en el corazn del virreinato; grupo ste, como es obvio comprender,eminentemente hostil al movimiento separatista. En ningn otro lugarfuera de Espaa residan ms espaoles que en Lima. Esto signific quelos criollos separatistas tuvieron que hacer frente a un poderoso grupopeninsular adicto y fiel a la corona, que haba formado una cerradaaristocracia que casi monopolizaba la direccin del gobierno. Sobre estoha insistido mucho Carlos Neuhaus Rizo Patrn en su "Reflexiones sobrela emancipacin peruana" y en "hacia una nueva clasificacin de los

    movimientos revolucionarios peruanos previos a la independencia". Sulibro tan interesante "Reflexiones sobre la independencia" merece unanlisis cuidadoso y resulta extrao que a veces ni siquiera es citado porestudiosos de esta problemtica.El mencionado historiador seala que frente a la poblacin criolla ymestiza los espaoles representaban en Mxico el 2,2% mientras que enel Alto Per el 1%, en Chile el 16% y en el Per el 55%. Como diceNeuhaus Rizo Patrn, al respecto de este aspecto demogrfico: "elPer se desata al ltimo del dominio espaol porque en sntesis Lima esEspaa y Lima domina al Per, como la mujer de Pericles gobierna aGrecia". Semejante concepto vuelve a utilizarlo en una obra reciente("Navegando entre Per y Ancn" Lima, 1998; p. 38): "San Martn, atravs de sus muchos contertulios y de inmensurables evidencias hacomprobado que, simple y complejamente, Lima es Espaa." Ycomprensivamente con relacin aactitudes propias del pasadocondicionadas por circunstancias fciles de comprender, aade: "Elsentimiento de lealtad hacia la Corona, que puede se errado no esvergonzante, sedimenta un peso muy intenso sobre los espritu peruanoshacia 1821." Si a estos factores demogrficos y socioeconmicosaadimos la campaa en contra del ejrcito libertador y de los posiblesagravios que poda ocasionar dentro de la poblacin limea,comprenderemos actitudes como la de buscar refugios en los conventosante la inminencia del ingreso del ejrcito patriota en la ciudad capital, ascomo tambin la reaccin de los habitantes del puerto del Callao por lacaptura de la fragata realista La Esmeralda, por obra de la escuadra almando de Cochrane, los cuales el da 6 de noviembre de 1820 mataron a14 o 16 extranjeros por considerar que la fragata inglesa Hyperion y laangloamericana Macedonia, ambas de guerra, as como todos los navossurtos en el puerto haba auxiliado a Cochrane. Esto hace que Pezuelaafirme que la expedicin libertadora era ms temida que amada.Es innegable que los criollos de las regiones agrcolas (Argentina, Chile,

    Venezuela) no tuvieron que luchar con las poderosas aristocracias que seformaron en las regiones mineras (Per y Mxico).Si el siglo XVI fue bsicamente el siglo de la conquista, es decir de laviolencia por excelencia, metafricamente sera el periodo de lafecundacin de las dos culturas que han chocado. Con Max Hernndezdiramos que el nacimiento de la nueva cultura fue fruto de una violenciacon caracterstica de violacin, castracin y nacimiento bastardo. El sigloXVII podemos considerarlo como la poca de la fusin y por lo tanto de laincubacin. El siglo XVIII es la etapa del nacimiento, nacimiento de unanueva nacin: la nacin peruana. Ella surge como consecuencia lgicadel inevitable proceso interno de diferenciacin, de singularizacin, quees lo que en ltima instancia explica el trnsito hacia la separacin. CsarPacheco Vlez sostiene la tesis de que la revolucin separatista peruanafue consecuencia lgica del proceso interno de diferenciacin. Don JosDe La Puente Candamo seala que "La Repblica es el fruto de la guerra;

    la nacionalidad es la causa de la ruptura". Son conceptos muyimportantes que muchas veces no son considerados en toda suprofundidad. Por supuesto que este proceso de diferenciacin, del cualnos han hablado tanto De La Puente Candamo como Csar PachecoVlez, tiene una larga prehistoria que echa sus races casi en los iniciosdel proceso mismo de la invasin. El conquistador Sebastin deBenalczar, uno de los de Cajamarca, "sintiendo el apego de un naturalpor su nuevo pas (James Lockart) sugiri a la corona que cada reinodeba tener gobernadores nativos: "Aqu, hombres de la Indias, como en

    Espaa espaoles" (8) Es obvio que para Benalczar "hombres de lasIndias" eran slo los conquistadores espaoles, prescindiendo de losverdaderos dueos de estas tierras: los indgenas. Este mismo sentimientode singularizacin temprana la encontramos en el movimiento de losencomenderos dirigidos por Gonzalo Pizarro.

    Sabemos que personajes como Francisco de Carvajal le aconsejaban paraque se proclamase rey del Per, por lo que Waldemar Espinoza Sorianoseala que esta rebelin constituye el ms lejano atisbo emancipador quehaya gestado en el Per, no por indgenas, sino por los propiosconquistadores. Por lo que hay historiadores que le consideran (a GonzaloPizarro) hasta como un precursor de la independencia". (9) Incluso sesealan aspectos que hubieran favorecido esta decisin, de haberla tomado

    Gonzalo: ser hermano de Francisco el conquistador del imperio de los incasy el haber podido casarse con su sobrina Francisca Pizarro Yupanqui, la cualposteriormente, y ya en Espaa se casara con su to Hernando. Resultadescabellada esta posibilidad? De ninguna manera, porque habra sucedidoalgo parecido a lo que ocurri con los rabes que invadieron la PennsulaIbrica, los cuales se independizaron cincuenta aos despus de su arribo alconstituir el califato de Crdoba, separado y libre de los Omeyas de Bagdad,como nos lo recuerda el propio Waldemar Espinoza. Claro que laindependencia hubiera sido para los conquistadores y no para los indios,mestizos, negros y castas. Como dice W. Espinoza slo se habraadelantado en 280 aos la "independencia criolla" alcanzada en Junn y

    Ayacucho. Pero hubiera habido una real "reconquista indgena" quehubiese terminado en 1780/1781 expulsando a los invasores como ocurrien 1492 all en la Pennsula Ibrica? . Recordemos que los rabes sequedaron en la Pennsula Ibrica ocho siglos. Slo en 1492 termin la

    reconquista espaola o aquello que se sola considerar como "reconquista",considerad en la actualidad ms como "una guerra civil disfrazada deconflicto religioso".No est de ms recordar que el estudioso francs Marcel Bataillon dedicespecial atencin al anlisis del movimiento pizarrista, en un curso que dicten el College de France, en 1962 y cuyo resumen de dicho curso ha sidopublicado, conjuntamente con otros trabajos del citado historiador, por laUniversidad San Marcos con el ttulo de La Colonia. Ensayosperuanistas(Lima, 1993)Otro aspecto que tiene que tenerse en cuenta y que mencionamos alcomienzo de este trabajo es que no podemos desligar la independenciaperuana e hispanoamericana de los hechos mundiales, especialmente delas consecuencias que produjo la invasin napolenica a la PennsulaIbrica y en especial a Espaa, que entre otras cosa signific elestablecimiento de un rey forneo no reconocido por el pueblo espaol, Jos

    I, hermano de Napolen, que oblig al pueblo espaol al autogobierno atravs de juntas de gobierno, que evolucionaron a una Junta Central y luegoa un Consejo de Regencia y marca una etapa de liberalismo en Espaa yque tiene su punto climtico con las Cortes de Cdiz y con la Constitucin de1812. Estos hechos repercutieron en Hispanoamrica donde tambin seformaron juntas de gobierno algunas de ellas francamente separatistas y apartir de las cuales se inicia realmente la fase explosiva de la independenciahispanoamericana. Como seala Guillermo Cspedes en su libro "Laindependencia de Iberoamrica"(Madrid, 1988) frente a la crisis de lamonarqua espaola sin rey legtimo, en Hispanoamrica se produjo unaverdadera guerra civil que enfrent a aquellos que l denomina "criollistas",que estimaban que los cabildos podan servir como marco para convocarasambleas suficientemente representativas (aunque por supuesto nuncademocrticas) que designasen juntas de gobierno, que a ejemplo de lassurgidas en Espaa ejerceran el gobierno. A esta posicin se contrapona latendencia que Cspedes denomina "peninsularista", partidaria de mantenerla estabilidad y el orden y para ellos las autoridades que ejercan los cargosdiversos deban seguir gobernando. En caso de vacantes losnombramientos los hara el Consejo de Regencia. Virgilio Roel ha sealadoque mientras los cabildos de ciudades como Lima, Trujillo y Arequipadecidieron apoyar a los absolutistas espaoles, en cambio en el resto delpas hubo esfuerzos por formar juntas de gobierno que apoyasen a losliberales espaoles. Estos criollos liberales deseaban que el artculo 312,captulo 1, ttulo 6 de la Constitucin de Cdiz se cumpliese, porque dichanorma mandaba que todos los cargos del cabildo deban ser electivos,quedando de esta manera suprimidos los cargos a perpetuidad. Que no secumpliese este mandato no significa, como nos los dice Virgilio Roel, que nohubiesen "gente y cabildos que s eran representativos y que exigieron elcumplimiento de los dispositivos constitucionales, y que cuando se les cerrel paso legal a sus aspiraciones se insurreccionaron; es este el caso de losinsurgentes cusqueos de 1814, que capitaneados por los hermanos Angulo

    llegaron a contar en su campaa con la adhesin de los cabildos de Abancay,Andahuaylas, Huamanga, Huancavelica, Huancayo, Puno y La Paz".(Virgilio Roel,"Conatos, levantamientos, campaa e ideologa de laindependencia" )Como seala G. Cspedes el liberalismo espaol en cierta forma exacerbel liberalismo hispanoamericano. As por ejemplo, Manuel Jos Quintana,secretario de la Junta Suprema deca: "No sois ya (se refera a los criollos)los mismos que antes, encorvados bajo el yugo, mirados con indiferencia,vejados por la codicia, destruidos por la ignorancia; vuestros destinos yano dependen ni de los ministros, ni de los virreyes, ni de los gobernadores:estn en vuestras manos".Pero el sector criollo, especialmente el poderoso econmicamente, y porsupuesto los peninsulares, tanto de Per como de Mxico se mostrarancontrarios a ese separatismo y convirtieron a estos territorios en defensoresdel fidelismo y en el caso peruano se utiliz el podero militar para combatir

    los movimientos autonomistas de las juntas que se formaron en 1809 y 1810.Por ello result ms difcil en el territorio del virreinato peruano luchar por laseparacin. Ya hemos dicho que todo lo anteriormente expuesto no significaque no hubo lucha por la separacin, sino que los movimientos a los cualesya hemos referencia encontraron una tenaz oposicin y por ello fracasaron,pero eso mismo tiene que ser valorizado porque eran movimientos que sedieron an en las condiciones ms adversas, con un estado superpoderosopoltica y militarmente.

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    AVANCE 7 MANPE PERMuy ilustrativos sobre la situacin del virreinato peruano a comienzos delsiglo XIX y sobre las diversas actitudes de los grupos sociales conrelacin a la dominacin espaola son los datos que se aprecian en lacomunicacin de virrey Pezuela de fecha 5 de noviembre de 1818 y quetranscribe Virgilio Roel. En esa comunicacin leemos: "Las ochoprovincias que desde el Desaguadero a Guayaquil forman este virreinatoestn quietas y conformes al parecer en su presente sumisin al Rey y alas legtimas autoridades; pero no tanto, que pueda tenerse, ni se tengauna completa confianza, de que no son susceptibles de novedad. No sonpocos en cada uno de ellas los hombres conocidos por infidentes, a cuyoextraamiento no puedo proceder, sea porque tal vez no pueda

    justificarles sus delitos, quedaran estos muy disminuidos de sushabitantes; pero la permanencia de tales hombres debe ocupar la

    vigilancia de los Gobernadores, porque no perderan la ocasin deperturbar la paz, si se lespresentase". (10) Eduardo Garca del Real, en su biografa de San Martn(Barcelona, 1984) seala que el 25 de octubre de 1820 el virrey Pezuelaexplicaba al Gobierno espaol las circunstancias que le habanconducido al armisticio de Pisco y a la conferencia de Miraflores. Si bienes cierto que en este informe aseguraba la lealtad de la tropa, sinembargo, y en la misma fecha, en misiva enviada a su hermano residenteen Madrid, le hace llegar "sus temores de ver perdido el Per, a causa delespritu de insurreccin que se haca sentir en todo el Virreinato". (elremarcado es nuestro)

    Se puede con tantos testimonios de la inquietud revolucionaria peruanasostener que poco o nada hicieron los peruanos por su independencia?No debemos tampoco pasar por alto que en los otros lugares de

    Hispanoamrica donde nacen las corrientes libertadoras del sur (SanMartn) y del norte (Bolvar), hubo un factor importante cual es querestablecido el absolutismo de Fernando VII (1814-1819) tanto lospatriotas hispanoamericanos como los liberales espaoles fueron y sesintieron por iguales vctimas de ese nuevo estado absolutista y es porello que se establecen relaciones de colaboracin entre ambos grupos atravs de las llamadas logias, cuyo papel a veces no suele valorarse en suexacta dimensin, un tanto porque no se conocen tanto de ellas por elcarcter secreto que tuvieron. Pero es innegable el papel que ellas

    jugaron. Las logias tuvieron un papel importante ya desde la poca deMiranda y adquiriran un rol mucho mayor a partir de la segunda dcadadel siglo XIX, especialmente en aquellas regiones como Argentina, Chile(prcticamente gobernada por la logia Lautariana entre 1817 y 1820),Venezuela y Nueva Granada. Como seala Guillermo Cspedes estaslogias "fueron el verdadero partido poltico de la causa emancipadora,

    impulsaron y dirigieron eficazmente el desarrollo de sta y contribuyeronpoderosamente a su triunfo." (11) Como se podr apreciar del problemade la independencia peruana e Hispanoamericana es bastante complejo,y es por ello que no se debe hacer afirmaciones simplistas y muchomenos inculcar a los jvenes ideas que no sean de gran objetividad, quepropicien el intercambio de ideas, el afn de investigar, la curiosidad pornuevos enfoques, presentando los problemas con todos los matices queellos poseen, porque de no ser as estamos, probablemente sin quererlo,inmersos en un simplismo anticientfico. Por querer hacer una supuesta"nueva historia" estamos haciendo una nueva historia tradicional, muchoms peligrosa porque pretenden ser verdaderamente renovadora. Nodebemos olvidar los docentes, de todos los niveles educativos, quetenemos una grave responsabilidad cuando enseamos, por que lo quelos nios, los jvenes e incluso los adultos saben de la historia es lo que

    de ella se les ensea en los centros educativos, en los diversos niveles. Noolvidemos que el prestigioso historiador francs Marc Ferro ha escrito unlibro importantsimo que todo profesor de historia debera leer. Me estoyrefiriendo a "Cmo se cuenta la historia a los nios del mundo entero"donde apreciamos como ella es distorsionada. Marc Ferro en este libroescribe: "Independientemente de su vocacin cientfica, la historia ejerceen efecto una doble funcin, teraputica y militante. A travs del tiempo, el"signo" de esta misin ha cambiado, pero no el sentido; el cientificismo yla metodologa sirven a lo sumo de "taparrabo" a la ideologa".(12)

    Actualmente los estudiosos de la historia verdaderamente serios tienenque estar abiertos a todas las fuentes, a todas las interpretaciones y trataren lo posible de ser objetivos. Es cierto que esto es algo muy difcil en estaciencia, de all que los llamados historiadores cientificistas o partidarios de

    la cliometra tiendan a recurrir a anlisis matemticos dentro del campohistrico para ganar objetividad; pero por supuesto que no todo el estudiode la historia es susceptible de ese tipo de anlisis.1 Silva Santisteban "Historia del Per. Per Republicano"(Lima: EdicionesBUHO S.A. tercera edicin, 1983) pginas 14 - 15,

    2 Bonilla, Heraclio "El Per entre la independencia y la guerra con Chile"En: Historia del Per. Per Republicano, tomo VI de lacoleccin de Juan Meja Baca , 1981; pgina 3973 Roel Pineda, Virgilio "Conatos, levantamientos, campaas e ideologa dela independencia". En: Historia del Per. Per Republicano, volumen VI dela coleccin de Juan Meja Baca, 1981; pgina 1394 Roel Pineda, Virgilio Obra citada; pginas 139 - 1405 Regalado de Hurtado, Liliana "El Inca Titu Cusi Yupanqui y su tiempo. LosIncas de Vilcabamba y los primeros cuarenta aos del dominio espaol"

    (Lima: Pontificia Universidad Catlica del Per. Fondo Editorial, 1997)6 Scarlet OPhelan Godoy refut los planteamientos de Bonilla y Spaldingen un trabajo titulado "El mito de la independencia concedida: losprogramas polticos del siglo XVIII y del temprano XIX en el Per y Alto Per(1730 1784)". Se ha dedicado, con gran profundidad y enfoquesnovedosos, a estudiar los movimientos del sur del Per, incluyendo el AltoPer. Nria Sala i Vila ha dedicado ya varios trabajos a los movimientosindgenas, tales como sus tesis para licenciatura y doctorado (1985 y 1989,respectivamente) as como una obra reciente "Y se arm el tole tole"[1996]"7 Bracamonte, Jorge "La formacin del proyecto aristocrtico: HiplitoUnanue y el Per en el ocaso colonial" En: "Crisis colonial, revolucionesindgenas e independencia" de Luis Glave y Jorge Bracamonte. (Lima,1996; pgina 31.8 Lockart, James "Los de Cajamarca"(Lima, 1986; tomo I, pgina 137)9 Espinoza Soriano, Waldemar "Virreinato Peruano"(Lima, 1997;

    pgina10510 Roel Pinedo, Virgilio "Conatos, levantamientos, campaas e ideologade la independencia". En "Historia del Per, Per Republicano, tomo VI,publicada por Juan Meja Baca,1981; pgina 16011 Cspedes, Guillermo "la independencia de Iberoamrica. La lucha por lalibertad de los pueblos (Madrid: Ediciones Anaya, 1988 pgina 109)12 Ferro, Marc "Cmo se cuenta la historia a los nios en el mundoentero"(Mxico: F.C.E. 1995 Primera edicin, primera reimpresin; pgina11)

    Autor:Jorge G. Paredes M.Profesor de Historia y Geografa.Lima - Per 2014 Microsoft Trminos Privacidad y cookies Desarrolladores EspaolPon Skype en tu correo

  • 8/12/2019 Avance Julio 2014

    8/12

    AVANCE MANPE PER8Recordando al maestro Jorge Basadre

    El pasado jueves 12 de febrero se cumpli un aniversario ms delnacimiento de nuestro primer historiador de la Repblica, don JorgeBasadre. Sera imposible abordar un comentario global de su obra enestas lneas; sin embargo, ensayo una aproximacin, muy preliminar deuno de sus libros que ms aprecio, La vida y la historia.

    En 1975, ya casi en el ocaso de su vida, apareci La vida y la historia.Ensayos sobre personas, lugares y problemas del maestro JorgeBasadre quien, en el prefacio, advirti que no era un libro de memorias enel sentido tradicional de dicho gnero. Quiere decir que no revivesistemticamente las peripecias de una vida. Ensaya, ms bien, unanueva actitud sobre determinados episodios, arbitrariamenteseleccionados, narra, evoca, o pretende interpretar.

    En efecto, el volumen no narra toda la vida de Basadre. El autor rescat,sobre la base de una seleccin muy personal, ciertos episodios yexperiencias que le tocaron vivir en su rica trayectoria como ciudadano ehistoriador. En sus pginas podemos encontrar sus recuerdos de infanciay juventud (Infancia en Tacna y Afuera, hacia la lejana, hacia el vastomundo, afuera); su experiencia como estudiante universitario en SanMarcos (Por primera vez los universitarios hablan al pas en nombre delideal de cultura); su gestin como plebiscitario (El conflicto de pasionesy de intereses en Tacna y Arica, 1922-1929); su relacin con la BibliotecaNacional (Recuerdos de un bibliotecario), sus vivencias en la Europa dela entreguerra (Vida e historia en Alemania y Vida e historia enEspaa); y su primera experiencia como Ministro de Educacin(Diversas notas en torno a la poca de Bustamante y Rivero, y algo sobrelo que vino despus).

    A lo largo de las pginas de este libro, podemos advertir, una vez ms,cmo Basadre repensaba y se desviva por el Per. Para l, por ejemplo,no fue fcil nacer y pasar sus primeros aos de vida en Tacna, ciudadocupada por el ejrcito chileno que hostigaba sistemticamente a losperuanos que all residan. Ese complicado contexto oblig a su familia atrasladarse a Lima y vivir, prcticamente, como desarraigados. Luego, yaen la juventud, como plebiscitario, vio impotente cmo, ante laimposibilidad de llevarse a cabo el plebiscito contemplado en el Tratadode Ancn, el pas perda definitivamente Arica. Su infancia y juventud,entonces, marcaron la difcil peruanidad de nuestro historiador de laRepblica.

    Su experiencia como estudiante universitario tambin es cautivante. lvive, en San Marcos, una poca efervescente en la que los jvenes sedejaban seducir por la proyeccin social y poltica de la Universidad. San

    Marcos se hizo protagonista de la vida nacional a partir de la ReformaUniversitaria del siglo XIX. Los alumnos salan a las calles, protestabancontra cualquier arbitrariedad y no eran ajenos a las reivindicaciones delos obreros. Pero no todo era poltica en San Marcos. Dicha coyunturaform a la generacin de intelectuales ms importante que dio el Per enel siglo pasado. Ese fue el grupo de intelectuales que marc losderroteros para entender al Per. Junto a Basadre tenemos a Ral PorrasBarrenechea, Jorge Guillermo Legua y Luis Alberto Snchez, entre otros.Cabe mencionar, adems, que esa generacin actu bajo lamodernizacin autoritaria personalizada en Augusto B. Legua.

    Su periplo por la Europa de entreguerras, de otro lado, nos dejasugestivas reflexiones del maestro sobre la situacin poltica del ViejoMundo durante los aos treinta, especialmente sobre el ascenso delfascismo. Asimismo, ya en el plano estrictamente acadmico, vemos

    cmo Basadre entraba en contacto con los intelectuales y el mundointelectual en Espaa y Alemania. Vemos, por ejemplo, su preocupacinpor estar alerta de los avances ms recientes en la investigacin. Lafrescura de sus libros demuestra ese celo por estar siempre al da con labibliografa reciente y por los mtodos ms modernos de anlisis.

    La Biblioteca Nacional fue otro de los desvelos del maestro Basadre.Cuando joven, en los aos veinte, trabaj en ella ocupando los msdiversos cargos. All encontr la materia prima para su Historia de la

    Repblica. Pocos como l conocan y manejaban al dedillo todas lascolecciones bibliogrficas y documentales que guardaba aquel vetustoedificio que, inexplicablemente, qued convertido en lodo y cenizas por elterrible incendio del 11 de mayo de 1943. Por ello, el presidente ManuelPrado no poda escoger a otro que no fuera Basadre para la reconstruccindel local y su coleccin. Frente a esta responsabilidad, escribi: "Era miconviccin profunda (escrib en el folleto La Bibilioteca Nacional de Lima1943 1945) que las llamas oprobiosas del incendio deban haber destruidoalgo ms que libros, manuscritos y estanteras. Sobre sus cenizas slo caba

    al Per eregir otra institucin, no para que fuese lo ms parecida a la antigua,sino para que tratara de ser lo ms parecida posible a lo que significa unabiblioteca moderna en un pas democrtico. La incuria burocrtica tenaresponsabilidad directa o indirecta en el siniestro; a ella habase sumadotambin el viejo espritu. La reconstruccin tena que ser total: libros,servicios, organizacin, personal, espritu".

    En las pginas de La vida y la historia nos dice que no faltaron los escpticos.En efecto, fueron muchos los intelectuales que dijeron y repitieron que elpatrimonio cultural del pas se haba perdido para siempre. Pero nuestropersonaje, luego de cuatro aos de titnica labor, demostr que ese tesoroera en buena parte recuperable a travs de bsquedas en Lima, enprovincias y en el extranjero. As se form la nueva coleccin en base acompras, canjes y donativos y, en un lapso relativamente corto, se lleg atener una aceptable documentacin peruana antigua y moderna. Para

    complementar esta labor y preparar rpidamente al personal tcnico,Basadre cre la Escuela de Bibliotecarios, verdadero ncleo de la nuevaestructura de la Biblioteca Nacional.

    Finalmente, ya en el mbito poltico, Basadre nos cuenta su fugaz primerpaso por el Ministerio de Educacin durante el gobierno de Jos LuisBustamante y Rivero. Fugaz porque slo se qued unos meses, en 1945. Nofue una experiencia positiva porque no encontr las condiciones necesariaspara emprender un programa serio y a largo plazo. El origen poltico, muycomplicado por ser fruto de una alianza de partidos y personalidades, delgobierno de Bustamante explica su rpida renuncia al cargo de Ministro.

    La vida y la historia, a pesar de los mltiples acontecimientos y personajessobre los cuales diserta el autor, demuestra que el maestro Basadre, msall de su amplia cultura, estuvo indisolublemente ligado a la Historia,disciplina que cultiv tempranamente y que no abandonara sino muy pocotiempo antes de su muerte en 1980. A Basadre hay que recordarlo como lhubiera deseado: con libros como ste en los que palpita su lcidopensamiento, su amor inmenso por el Per, desgarramiento espiritual porsus desgracias y errores, pero tambin un razonable optimismo en quellegaran das mejores para nuestro pas. A un cuarto de siglo despus de sudesaparicin fsica, el pensamiento de Basadre, su inmensa obra escrita, sumagisterio singular que nos brindaba cada da, estn vigentes, siguenalimentando el intelecto de nuevas generaciones que lo admiran, tanto oms que las precedentes.

    En 1979, en un discurso en el Palacio Torre Tagle cuando se le otorgaba la"Orden del Sol", Basadre nos deca lo siguiente: "Se ha dicho que quienesolvidan o desprecian su historia estn condenados a repetir los errores deella. Enorme verdad. Permtaseme agregar una vez ms que el Per se vaformando contradictoria y penosamente, a travs de su historia. Un pas ens, por cierto, una multiplicidad de tradiciones. Esta l ah, antes eindependientemente de nosotros, sus individuos transitorios. Es algo en quenacemos y que nos otorga quermoslo o no muchos elementosfundamentales de nuestra ubicacin dentro de la vida. Pero debe estarcompuesto de hombres y mujeres capaces de ubicarse no en una sino en lasdos grandes dimensiones del tiempo: el pasado y el futuro. Conviene quemantengan esos hombres y mujeres lo que hay de esencial y deinsobornable en la memoria colectiva y que no encierren artificiosamente enla asfixia cronolgica del momento presente. En suma, repito, un pas esmultiplicidad de tradiciones. Pero no lo olvidemos nunca y menos ahora es tambin empresa, proyecto de vida en comn, instrumento de trabajo enfuncin del porvenir".

    En estas reflexiones reside la grandeza de Basadre. Fue un trabajadorinfatigable en comprender el Per y apost tercamente por su viabilidad

    como nacin. No exageramos al decir que en cada pgina est supreocupacin por el Per. Por ello, su legado intelectual continadespertando nuevas vocaciones histricas y su pensamiento seguirvigente por muchos aos ms.BREVES DATOS BIOGRFICOS DEL MAESTRO BASADRE.- JorgeBasadre naci en Tacna el 12 de febrero de 1903 cuando la ciudad viva bajola ocupacin chilena. Fue hijo de Carlos Basadre Forero y Olga GrohmannButler. Aprendi sus primeras letras en el "Liceo Santa Rosa", escuelatacnea que funcionaba clandestinamente. En 1912, se traslada a Lima consu familia a continuar sus estudios en el Colegio Alemn, y en el ColegioNuestra Seora de Guadalupe. Ingresa a la Universidad de San Marcos en1919, donde obtendra los Ttulos de Doctor en Letras (1928) y en Derecho(1935).

    Basadre intervino en el clebre conservatorio Universitario de 1919,

    formando parte de la llamada Generacin de la Reforma o del Centenario,junto a destacados intelectuales como Ral Porras, Luis Alberto Snchez yJorge Guillermo Legua. Entre 1925 y 1926, form parte de la DelegacinPeruana enviada ante la comisin plebiscitaria de Tacna y Arica.Paralelamente a estas actividades, entre 1919 y 1930, prest servicios en laBiblioteca Nacional. Por una beca concedida por la fundacin Carnegie(1931), viaja a realizar estudios sobre Organizacin de Bibliotecas enEstados Unidos; luego pasa a Europa (1932-35) y seguira cursos en laUniversidad de Berln y hara investigaciones en archivos de Espaa.

  • 8/12/2019 Avance Julio 2014

    9/12

    AVANCE MANPE PER9Lombardo Mautino es recibido con afectopor los peruanos en ArgentinaEl ingeniero Lombardo Mautino quin actualmente es candidato a la Presidencia Regional de ncash fue homenajeado en Argentina , pas donde vivi porms de 20 aos, por los peruanos residentes en aqul pas.Mautino como se sabe estudi en el Instituto Balseiro de la ciudad de Bariloche, al sur de Buenos

    Aires, donde se recibi de ingeniero nuclear convirtindose en uno de los pocos peruanos que ostentan ese ttulo en esta difcil rama de la ingeniera.Adems Lombardo Mautino en Buenos Aires fund su empresa ARGENPER la cual le da trabajo a muchos peruanos sin dejar de lado la ayuda social a suscompatriotas en caso de necesidad.Por la razn de haber vivido en Argentina y ganarse el afecto y amistad de miles de peruanos, los residentes en Buenos Aires le organizaron un emotivo

    recibimiento a este gran peruano que dej huellas en Argentina.

    Lombardo Mautino se mostr muy emocionado por el afecto recibido por sus compatriotas y les explic la difcil situacin poltica que atraviesa la regin dencash y las propuestas de modernidad que implementara si logra acceder al gobierno regional el prximo ao.Al concluir la jornada los miembros del MANPE en la Argentina le dieron a conocer el trabajo realizado en beneficio de la colonia peruana en Buenos Aires.Sin lugar a dudas Lombardo Mautino fue un inmigrante peruano que en base a esfuerzos, capacidad y calidad humana logr llegar muy lejos y nunca olvidara su amado PerPor: Juan Cruz Castieiras

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    AVANCE MANPE PER10

    Francisco Flix zarteFrancisco Flix Azarte

    POLTICA

    EXTERIOR

    TR S MILLON S de Peruanosen el xterior

    TRES MILLONES de Peruanos

    en el Exterior"Nadie ama a su patriaporque ella sea grande,sino porque es suya","Nadie ama a su patria

    porque ella sea grande,sino porque es suya",

  • 8/12/2019 Avance Julio 2014

    11/12

    AVANCE MANPE PER11

    iro lvarezCiro lvarez

    DOCTRINA

    "El patriotismo no es un breve yfrentico estallido de emocin,sino la imperturbable y constantededicacin de toda una vida".

    "El patriotismo no es un breve yfrentico estallido de emocin,

    sino la imperturbable y constantededicacin de toda una vida".

  • 8/12/2019 Avance Julio 2014

    12/12

    AVANCE

    Colaborarn:Francisco Flix Azarte A.

    GRUPO

    S.A

    AVANCEVocero del Movimiento de Accin Nacionalista Peruano.MANPERegistro de propiedad Intelectual en Trmite.

    Gentileza:

    12

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