BALIÑA - Verdadera y Falsa Infalibilidad

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    VERDADERA Y FALSA INFALIBILIDAD DE LOS PAPAS SEGN MONS. FESSLER.

    ABSTRACT

    El objeto del siguiente trabajo es presentar la doctrina acerca del verdadero concepto

    de infalibilidad papal tal como fue expuesta por Mons. Joseph Fessler, Secretario General del

    Concilio Ecumnico Vaticano I en su opsculo Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der

    Ppste. La obra responde a una circunstancia particular, cual es la de responder al lder Viejo

    Catlico Johann Friedrich von Schulte, pero reviste de enorme importancia en cuanto

    explicacin del dogma, autorizada por el mismo Papa Po IX.

    PALABRAS CLAVE: Concilio Vaticano I, Infalibilidad papal, Definicin ex cathedra, Dr Fessler.

    EL AUTOR.

    Joseph Fessler naci el 2 de diciembre de 1813 en Lochau, en el Vorarlberg, la regin

    ms occidental de Austria. De humilde condicin sus padres eran campesinos, desde nio

    mostr una inteligencia superior: curs sus estudios clsicos en Feldkirch y la filosofa en

    Innsbruck, incluyendo un ao de derecho, y la teologa en Brixen (actualmente Bressanone,

    en el Tirol sur italiano). Fue ordenado sacerdote en 1837. Luego de estudiar dos aos en

    Viena, fue nombrado profesor de Historia de la Iglesia y Derecho Cannico en la Escuela de

    Teologa de Brixen, cargo que ejerci entre 1841 y 1852. En 1851 public en Innsbruck su

    importante obra patrolgica Institutiones Patrologiae quas ad frequentiorem utiliorem et

    faciliorem SS. Patrum lectionem promovendam. De 1856 a 1861 Fessler fue profesor de

    Derecho Cannico en la Universidad de Viena, luego de haber realizado estudios especiales

    en Roma. El 31 de marzo de 1862 fue consagrado obispo y nombrado auxiliar de Brixen y

    Vicario General. El 23 de septiembre de 1864 fue nombrado por el Emperador obispo de

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    Sankt Plten. En 1867 fue nombrado en Roma asistente del Sumo Pontfice. En 1869 el Papa

    Po IX nombr a Mons. Fessler en la Congregacin directiva del prximo Concilio del

    Vaticano como Secretario General del mismo. No es aventurado afirmar que sus vastos

    conocimientos de Patrologa y de Derecho Cannico deben haber sido determinantes en su

    nombramiento. Lamentablemente, la seriedad suma con que encar su oneroso cargo le

    produjo un agotamiento que, pese a su robusta constitucin, caus su prematura muerte.

    Antes del Concilio public su obra Das letzte und das nchste allgemeine Konsil (Freiburg,

    1869) y luego del mismo compuso la obra que nos ocupa: Die wahre und die falsche

    Unfehlbarkeit der Ppste (Viena, 1871).

    Por las razones que apuntamos ms arriba, Mons. Fessler falleci prematuramente el

    25 de abril de 1872.

    CIRCUNSTANCIAS DE LA OBRA. EL CONCILIO ECUMNICO VATICANO I.

    Para poder entender el verdadero sentido de la infalibilidad papal y particularmente del

    texto que habremos de analizar, es menester exponer el contexto histrico en el cual se

    produjo la definicin de la infalibilidad papal durante el Concilio Vaticano I1.

    El Concilio Ecumnico Vaticano I fue convocado con la intencin de confutar los

    errores ms marcados de su poca, a saber el liberalismo, el materialismo, el indiferentismo,

    el racionalismo y el fidesmo. Asimismo, se propona definir la doctrina catlica concerniente

    a la Iglesia de Cristo y precisar una serie de cuestiones relativas a la disciplina eclesistica,

    entre ellas el matrimonio cristiano, las misiones y los ritos orientales. Fue convocado por el

    papa Po IX y abri sus sesiones el 8 de diciembre de 1869, debiendo cerrar abruptamente las

    mismas el 20 de octubre de 1870 (aunque prolongando el Concilio sine die por medio de una

    Bula) con motivo de la captura de Roma por las tropas piamontesas en el contexto de la

    unificacin de Italia bajo Vctor Manuel II. Debido a esta finalizacin inesperada slo pudo

    producir dos documentos, la Constitucin Dogmtica Dei Filius acerca de la Fe Catlica,

    1 De la vastsima bibliografa al respecto, hemos utilizado para este trabajo las siguientes obras:Yves Congar L'glise, De saint Augustin l'poque moderne, Paris, Ed. du Cerf, 20093; Yves Chiron, Po IX, Madrid, E. Palabra, 2002; Concile du Vatican, J. Brugerette y E. Amann, Dictionnaire de Thologie Catholique, Tome Quinzime, Deuxime partie, Paris, Librairie Letouzey et An, 1950, col. 2536-2585.

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    aprobada por unanimidad el 24 de abril de 1870, y la Constitucin Dogmtica Pastor

    Aeternus acerca de la Iglesia de Cristo, aprobada el 18 de julio de 1870.

    Desde antes de su convocatoria, el Concilio Vaticano I estuvo dominado por la

    controversia acerca de la cuestin de la Infalibilidad papal. Es importante aclarar que ello no

    se deba mayormente a dudas con respecto a la doctrina en s, sino con relacin a la

    oportunidad de proclamar el dogma en ese momento. La mayora de los miembros alemanes y

    austrohngaros del Concilio estaban en contra de la definicin, as como casi la mitad de los

    estadounidenses y alrededor de un tercio de los franceses, lo mismo que la mayora de los

    melquitas caldeos y griegos y algunos obispos armenios. Por el contrario, todos los obispos de

    Espaa, Portugal, Blgica, Holanda y Amrica Central y del Sur estaban a favor. De este

    modo se formaron dos partidos o grupos: por un lado, el partido de la mayora, o sea de los

    infalibilistas, liderado por figuras como el Cardenal Manning, Arzobispo de Westminster,

    Mons. Dechamps, Arzobispo de Malinas, Mons. Pie, obispo de Poitiers y Mons. Senestrey de

    Ratisbona. Por otro, el partido de la minora, tambin llamado de los inoportunistas, liderado

    por figuras como Mons. Darbois, arzobispo de Pars, Mons. Dupanloup de Orleans, los

    alemanes Mons. Hefele de Rottemburg y Mons. Ketteler, de Maguncia, y el Cardenal

    Rauscher Arzobispo de Viena. Al comenzar de las sesiones se calculaba que este partido

    minoritario comprenda un quinto de los Padres Conciliares. Como hemos dicho, en su gran

    mayora no dudaban acerca del hecho en s, sino que teman que la proclamacin del dogma

    alejara a catlicos dbiles en la fe, crease un abismo entre catlicos, protestantes y ortodoxos,

    y provocase conflictos importantes con los poderes seculares del momento. En este sentido

    hubo amenazas por parte de los cancilleres de Austria-Hungra y Francia cuando en febrero de

    1870 se filtraron detalles de los pormenores de lo que se estaba tratando.

    En este clima enrarecido se desarrollaron las Congregaciones Generales y los

    acalorados debates en torno a la Infalibilidad papal hasta que el 13 de julio de 1870, durante la

    octogsima quinta Congregacin General se procedi a realizar la votacin correspondiente;

    en ella, sobre 601 padres presentes, 451 votaron placet (afirmativamente), 62 placet juxta

    modum (afirmacin condicional ) y 88 non placet (negativamente). Debe aclararse que esta

    votacin no era en s misma vinculante para la definicin; la votacin decisiva se realiz

    durante la cuarta sesin pblica del Concilio el 18 de julio de 1870. Previamente a dicha

    sesin, 55 obispos de la minora inoportunista se retiraron de Roma con permiso de las

    autoridades para no ofender al Santo Padre con su negativa en la votacin decisiva y

    vinculante, y atenuar el escndalo de una definicin conciliar votada por mayora y no por

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    unanimidad. sta tuvo lugar bajo la presidencia de Po IX y sobre 535 padres presentes, 533

    votaron placet y 2 non placet. A continuacin el Papa proclam solemnemente el dogma2.

    REACCIONES POSTERIORES A LA DEFINICIN.

    Ante todo, debe destacarse que todos y cada uno de los obispos inoportunistas

    aceptaron pblicamente la definicin promulgada3. No fue ste el caso de un grupo de

    catlicos alemanes quienes, inspirados en el famoso telogo alemn Johann Joseph Ignaz von

    Dllinger (quien, sin embargo no se les uni), se separaron de la comunin de la Iglesia,

    tomando el nombre de Viejos Catlicos.

    Con relacin a la actitud de los poderes seculares, la reaccin fue dispar y no acorde

    con los temores iniciales -con la excepcin de Alemania- pues abarc desde la anulacin por

    parte del Imperio Austro-Hngaro de su Concordato con la Santa Sede, hasta la Kulturkampf

    de Bismarck, la cual tom como excusa la proclamacin del dogma. Como resultado de la

    misma, la mitad de los obispos prusianos fueron exiliados o puestos en prisin, un cuarto de

    las parroquias quedaron sin sacerdote, un tercio de los monasterios y conventos fueron

    cerrados y miles de fieles laicos fueron a prisin por ayudar a los sacerdotes.

    VERDADERA Y FALSA INFALIBILIDAD DE LOS PAPAS.

    Ms all de las razones generales que pudieron haber llevado a Mons. Fessler a

    escribir su opsculo, teniendo en cuenta la confusin de los espritus debido al contexto arriba

    descrito, resta hablar acerca de la motivacin inmediata y directa.

    sta fue la aparicin en Praga en 1871 de un opsculo de ttulo interminable: El

    poder de los Papas romanos sobre Prncipes, Naciones, Pueblos e Individuos examinado a la

    luz de sus Doctrinas y sus Actos desde el reinado de Gregorio VII, para servir como

    apreciacin de su infalibilidad, y enfrentarlo con las doctrinas contrarias de los Papas y los

    Concilios de los ocho primeros siglos. Su autor era el Dr. Schulte4, profesor de Derecho

    2 Cfr. Ardusso, Franco, Magisterio Eclesial, Madrid, San Pablo, 1998; Francis Sullivan, Magisterium: Teaching Authority in the Catholic Church, New York, Paulist Press, 1983; Francis Sullivan, Creative Fidelity: Weighing and Interpreting Documents of the Magisterium, New York, Paulist Press, 1996. 3 Hay que destacar que, en el caso de los obispos alemanes, todos ellos fueron fieles a la aceptacin del dogma, ninguno se retract durante la persecucin desatada durante la Kulturkampf y algunos soportaron hasta la crcel. 4 Johann Friedrich von Schulte (1827-1914) fue un historiador del derecho germnico y cannico, profesor de las Universidades de Praga y Bonn, y rector de esta ltima. Su oposicin a la proclamacin de la Infalibilidad papal lo llev a incorporarse al partido de los Viejos Catlicos, de los cuales fue uno de los principales dirigentes,

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    Germnico y Cannico en la Universidad de Praga y posteriormente, durante la Kulturkampf,

    nombrado profesor de la Universidad de Bonn. Su obra fue recibida entusiastamente en los

    crculos libre-pensadores de Austria y Alemania. Frente a este hecho, Mons. Fessler estim

    deber grave suyo contestar a las afirmaciones del Dr. Schulte; fruto de ese empeo es la obra

    que procederemos a comentar.

    El escrito de Mons. Fessler, escrito en lengua alemana5 fue rpidamente traducido al

    francs y al ingls. La versin francesa fue editada en Paris por Emmanuel Cosquin6, redactor

    del peridico Franais, mientras que la edicin inglesa fue realizada por Ambrose St. John7,

    el gran amigo de John Henry Newman, a pedido de ste, con motivo de haber utilizado

    provechosamente el estudio del Dr. Fessler en su respuesta al Primer Ministro ingls

    Gladstone que llev el nombre de Carta al Duque de Norfolk, y con la intencin de hacerlo

    asequible al pblico ingls. Lamentablemente el esfuerzo de traducir la obra fue tan exigente

    que St. John muri de agotamiento, hecho que Newman lament el resto de sus das.

    Cabe aclarar que utilizaremos en nuestro estudio la primera edicin austraca, con

    ambas versiones a la vista. Las traducciones pertinentes sern de nuestra autora.

    EL BREVE DE PO IX.

    Antes de comenzar el estudio de la obra, creemos de enorme importancia destacar el

    siguiente hecho que remarca la notable vala de la misma. Inmediatamente despus de la

    publicacin de su obra, Mons. Fessler envi un ejemplar de la misma a todos los obispos,

    cualquiera que hubiese sido su posicin durante el Concilio, recibiendo de la mayora

    calurosas aprobaciones. Pero ms importante todava, previamente haba enviado un ejemplar

    a Po IX. El Papa no slo aprob el escrito luego de la conformacin de una comisin de

    telogos de todas la nacionalidades para su estudio sino que orden realizar una traduccin al

    italiano e incluso escribi un Breve de puo y letra elogiando al obispo de Sankt Plten por su

    encomiable labor e instndolo a continuar con su labor. Luego de la recepcin de dicho Breve

    Mons. Fessler dispuso que las ediciones posteriores de la obra llevaran al inicio una copia del

    mismo, el cual reproducimos a continuacin con su correspondiente traduccin.

    llegando a establecer las bases de su aparato legal. Fue tambin miembro del Reichstag, por el partido liberal nacional. 5 Joseph Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, Wien, Carl Sartori Verlag, 1871 6 Joseph Fessler, La vraie et la fausse infaillibilit des Papes, edit. Emmanuel Cosquin, Paris, Plon, 1873. 7 Joseph Fessler, The True and the False Infallibility of the Popes, trans. Ambrose St. John, London, Burns and Oates, 1875.

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    Extract from a Brief addressed to Bishop Fessler by his Holiness Pope Pius IX

    April 27, 1871

    . . . Peropportunum autem et utilissimum existimavimus retudisse te audaciam Professoris Schulte incitantis saeculares Potestates adversus dogma Pontifici infallibilitatis ab cumenic Vaticana Synodo definit. Non omnes enim, interlaicos prsertim, rei indolem perspectam habent ; et veritas luculenter exposita multas abigere solet ab honestorum mentibus obliquas opiniones, spe cum lacte haustas, aliosque confirmare in recta sententia et adversus insidias munire. Quamobrem si hujusmondi commenta refellere pergas, optime certe merebis de santissima religione nostra et Christiano populo, quem, uti bonus Pastor, a venenatis pascuis abduces. Pergratum Nos tibi profitemur animum, cum ob volumen oblatum, tum ob amantissimas litteras tuas; tibique amplam apprecamur obsequii devotionisque tu mercedem. . . . .

    (Signed by the Popes own hand.)8

    Extracto del Breve dirigido al Obispo Fessler por Su Santidad el Papa Po IX

    27 de abril de 1871 . . .Estimamos muy oportuno y til que hayas refutado la audacia del Profesor Schulte, incitando a los poderes seculares contra el dogma de la infalibilidad Pontificia definido por el Concilio Ecumnico Vaticano. Pues no todos, y especialmente los laicos, tienen una perspectiva adecuada acerca de la ndole del tema, y la verdad cuando es claramente expuesta suele expeler de las mentes bien formadas opiniones que los hombres tal vez han bebido junto con la leche materna, y confirmar a otros en la recta sentencia y fortalecerlos contra los ataques insidiosos. Por lo cual, si continas refutando comentarios de este tipo, ciertamente merecers lo mejor de nuestra santsima religin y del pueblo Cristiano, al cual, como un buen Pastor, apartas de los pastos envenenados. Te hacemos saber el gran placer que Nos has dado, tanto por el volumen que nos has presentado, como por tus afectuosas cartas; y elevamos Nuestros ruegos para que recibas una rica recompensa por tu deferencia y devocin hacia Nos . . .

    (Firmada de puo y letra por el Papa)

    ANLISIS DE LA OBRA.

    El mtodo adoptado por Mons. Fessler en su opsculo es simplemente ir refutando

    paso a paso, captulo por captulo los dichos de la obra de Schulte. Sin intentar realizar un

    anlisis textual del libro, nos ceiremos a exponer en forma sinttica y comentada la doctrina

    que de all se desprende, entresacando de entre el desarrollo del libro.

    8 Joseph Fessler, The True and the False Infallibility of the Popes, op. cit., p. iii.

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    Luego de un primer captulo en que se critica la actitud general del Dr. Schulte hacia

    la Iglesia Catlica y su autoridad, representada por el Sumo Pontfice y los obispos, Mons.

    Fessler procede a criticar en el segundo captulo la omisin expresa que Schulte hace, al citar

    la traduccin de las palabras de la definicin de la Infalibilidad, de los considerandos previos

    en los que se explican las razones de la misma. En palabras de Mons. Fessler:

    Encuentro aqu un defecto esencial: el autor cita la definicin del Concilio sin los considerandos que el Concilio da en forma expresa al realizar la misma. El contexto es absolutamente necesario en orden a entender correctamente un asunto tan delicado9

    En consecuencia, luego de proceder a reproducir ntegramente el captulo cuarto de la

    Constitucin Dogmtica Pastor Aeternus10, en el cual se encuentra la definicin de la

    Infalibilidad, nuestro autor aade:

    A nadie que lea con atencin este cuarto captulo se le escapar que los considerandos y la explicacin histrica que preceden a la definicin son de una enorme importancia para la exacta inteligencia de la cuestin. Muy mal ha procedido el Dr. Schulte al publicar en su obra el texto de la definicin mas ocultando a sus lectores todo aquello que el Concilio haba unido estrechamente a aquella con la intencin de prevenir malos entendidos11.

    A continuacin Mons. Fessler puntualiza una cuestin de no pequea importancia cual

    es la del mismo ttulo de este captulo cuarto.

    Est concebido (el ttulo) de tal modo de determinar exactamente la cuestin a tratar: Del Magisterio Infalible del Romano Pontfice. Esta expresin, Del Magisterio Infalible, ha sido escogida a designio en lugar de esta otra, De la Infalibilidad, a fin de quitar todo pretexto a deducciones errneas que podran desprenderse del trmino general infalibilidad por parte de quienes quisiesen disputar la doctrina precisamente por razn de su vastedad. El ttulo adoptado indica de una manera precisa y exacta de qu manera se debe entender esta calificacin de infalible aplicada al Pontfice Romano12.

    No podemos dejar de comentar que muy posiblemente las palabras de Mons. Fessler

    sean un eco de aquella pronunciadas por el Card. Guidi, arzobispo de Bolonia, durante las

    9 Joseph Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, op. cit., p. 15. 10 El captulo se reproduce ntegro como Anexo, al final de este trabajo. 11 Ibid., p. 18. 12 Ibid., p. 19.

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    sesiones del Concilio Vaticano I: no se debe decir que el Papa es infalible, porque no lo es.

    Lo que hay que decir es que determinados actos del Papa son infalibles13.

    Nuestro autor procede en consecuencia a sintetizar la doctrina del captulo cuarto del

    siguiente modo:

    Es la antigua y constante doctrina de la Iglesia que el supremo poder eclesistico ha sido dado por Dios al Romano Pontfice a fin de mantener por siempre la unidad de la misma Iglesia. En este supremo poder eclesistico est contenido asimismo el poder de ensear, como siempre ha sido reconocido en la Iglesia, principalmente en los Concilios Generales de la antigedad, por ejemplo en el Cuarto Concilio de Constantinopla (869), en el Segundo Concilio de Lyon (1274) y en el Concilio de Florencia (1439). La Constitucin Conciliar muestra cmo procedan los Papas cuando los obispos, siguiendo las antiguas costumbres y prescripciones, presentaban a la Sede Apostlica cuestiones difciles de resolver; cmo, de acuerdo a las circunstancias, convocaban Concilios Ecumnicos o se informaban de alguna otra manera acerca de la creencia general de la Iglesia extendida por toda la tierra, o convocaban snodos particulares, o en definitiva, empleaban otros medios que la Providencia pona a su disposicin. Y con la ayuda de estos medios, declaraban doctrina revelada por Dios, que en consecuencia deba ser aceptada por todos, aquello que con la asistencia de Dios, ellos reconocan ser concorde con la Sagradas Escrituras y la Tradicin apostlica, conservando religiosamente y exponiendo con fidelidad, gracias a esta misma asistencia divina, el depsito de la fe preservado en la Iglesia Catlica. Desde antiguo, los venerables Padres y los doctores ortodoxos de la Iglesia han aceptado con plena conviccin la doctrina apostlica de que la Sede de San Pedro, en virtud de la divina promesa de Nuestro Seor y Salvador, ha permanecido constantemente exenta de todo error, por habrselo dicho Cristo a Pedro: He rezado por ti para que tu fe no desfallezca, y t cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos, Lc 22, 32. Tambin se aade la razn por la cual Dios ha concedido esta gracia insigne a San Pedro y a sus sucesores en el oficio de maestro supremo de la Iglesia: a fin de que ejerzan el supremo cargo de ensear para la salvacin de todos los fieles, de tal modo que la Iglesia, confiada por Dios a su supremo cargo pastoral, sea mantenida en la verdad por aquellos que ejercen el supremo oficio de ensear, siempre sin peligro de error, y de que al mismo tiempo, la unidad de la Iglesia sea preservada.

    Por todo esto, conforme a la tradicin fielmente conservada en la Iglesia desde el origen de la fe cristiana, por el honor de Dios y la salvacin de los pueblos cristianos, el Concilio General del Vaticano proclama como parte integrante de la fe catlica revelada por Dios la proposicin siguiente: El Romano Pontfice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostlica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definicin de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontfice son en s mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.14

    Luego de haber contextualizado convenientemente el pasaje esencial de la definicin, el

    Dr. Fessler procede a analizar el mismo con particular acribia.

    13 Franco Ardusso, Magisterio Eclesial, op. cit., p. 207. 14 Joseph Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, op. cit., pp. 19-20.

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    La definicin afirma que el Pontfice Romano, en virtud de la asistencia divina, posee en su enseanza doctrinal la infalibilidad prometida por Dios a su Iglesia slo cuando habla ex cathedra, o sea desde su sede doctrinal, empleando en consecuencia la expresin cientfica usual en teologa desde hace siglos y que el Concilio, por dicha razn, ha mantenido.

    Pero como esta expresin hablar ex cathedra o desde lo alto de la sede doctrinal, es un trmino tcnico de la ciencia teolgica y no es comprensible por todos, el Concilio mismo ha querido adjuntar una breve explicacin con las siguientes palabras: Cuando (el Papa) cumpliendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, define por su suprema autoridad apostlica que una doctrina sobre la fe y costumbres15 debe ser sostenida por la Iglesia universal16

    Mons. Fessler procede en consecuencia a desmenuzar el ncleo de la definicin en seis

    puntos que resumiremos a continuacin17.

    1) De acuerdo a las expresiones muy precisas de la definicin, el Pontfice Romano, al

    cual se le ha concedido el pleno poder de alimentar, de conducir y de gobernar la Iglesia

    universal, no goza en todos los casos de la infalibilidad: slo en el ejercicio de su cargo de

    pastor y doctor de todos los cristianos el Concilio le reconoce la prerrogativa de la

    infalibilidad en la explicacin de la doctrina revelada en lo que respecta a la fe y la moral.

    El Papa, como cabeza visible de la Iglesia es:

    I) El supremo doctor de la verdad revelada por Dios . II) El supremo sacerdote. III) El supremo legislador en cuestiones eclesisticas. IV) El supremo juez en las causas eclesisticas (in causis ecclesiasticis).

    Mas, de acuerdo al preciso texto de la definicin del Concilio Vaticano, l posee el

    don de la infalibilidad slo en el ejercicio de su cargo de supremo maestro de las verdades

    necesarias para la salvacin reveladas por Dios, y no como supremo sacerdote, ni como

    supremo legislador en materia disciplinaria, ni como supremo juez de las cuestiones

    eclesisticas, ni con respecto a cualesquiera otras cuestiones a las cuales su supremo poder

    pueda extenderse18. Mons. Fessler aclara que cuando no incluye en el dominio de la

    15 En latn estas ltimas palabras son las siguientes: doctrinam de fide vel moribus definit, es decir que pronuncia que tal o cual doctrina debe considerarse parte integrante de la doctrina catlica en lo que toca a la fe y la moral y que como tal debe ser tenida por la Iglesia entera 16 Ibid., pp. 21-22. 17 Cfr. Joseph Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, op. cit., pp. 22-25. 18 Mons. Fessler incluye en su obra el siguiente comentario a pie de pgina, citando a los famosos tratadistas Perrone y Ballerini en apoyo de su interpretacin: En este sentido F. Perrone escribe (Prlect. Theolog. Vol. viii. De Locis Theologicis, pars i. ii. cap. iv. n. 726, Lovanii, 1843, p. 497): Quapropter neque facta personalia, neque prcepta, neque rescripta, neque opiniones, quas identidem promunt Romani Pontifices, neque decreta disciplin, neque omissiones definitionis, aliaque id genus plurima in censu veniunt decretorum, de

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    infalibilidad las causas o procesos eclesisticos, por medio de esta expresin se est refiriendo

    a las causas que se presentan ordinariamente en los tribunales eclesisticos, como las causas

    matrimoniales, los beneficios, los patronatos, construccin de iglesias, etc. Pero en los puntos

    en litigio sobre la fe, el Papa los decide obviamente en su calidad de doctor supremo.

    2) Puesto que las definiciones doctrinales de la Iglesia comprenden los dogmas y la

    moral, puede perfectamente suceder por la naturaleza misma de las cosas que las decisiones

    concernientes a la moral sean dirigidas por el Papa a la Iglesia universal bajo la forma de

    rdenes o prohibiciones (praecepta morum).

    3) Se comprender mejor todo esto si lo comparamos con el captulo precedente de

    Pastor Aeternus donde se dice expresamente que el Papa posee la plena y suprema potestad

    de jurisdiccin sobre la Iglesia entera, no slo en las materias que pertenecen a la fe y a las

    costumbres, sino tambin en las de rgimen y disciplina de la Iglesia difundida por todo el

    orbe19. De este modo se distinguen cuatro clases principales de objetos del dominio

    eclesistico sometidos al supremo poder del Papa, a saber:

    I) Cuestiones concernientes a la fe.

    II) Cuestiones concernientes a la moral.

    III) Cuestiones concernientes a la disciplina.

    IV) Cuestiones concernientes al gobierno.

    En todas estas materias es deber de todos obedecer sinceramente al Papa.

    quibus agimus. Quanquam enim hc omnia pro summa auctoritate, ex qua dimanant, magno semper in pretio habenda sint, ac humili mentis obsequio ac veneratione sint excipienda, nihilo tamen minus non constituunt definitionem ex cathedra, de qua loquimur et in qua sola adstruimus Pontificiam infallbilitatem. Cito a Perrone como mi garante por ser insospechable de querer derogar la autoridad Papal. Ballerini se expresa del mismo modo (De vi ac Ratione Primatus Rom. Pontif. Cap. xiv. vi. Veron, 1766, p. 287-8): Solas itaque fidei definitions id (inerrati privilegium) respicit a Summis Pontificibus Ecclesi propositas contra insurgents dissentiones et errors in materia fidei: non autem opiniones, quibus etsi aliquid statuant, nihil tamen decernunt credendum ex Catholica fide, nihilque damnant tanquam alienum ab eadem; non simplicia prcepta, qu ad fidei definitionem referri non possint; non judicia de personis tantum, non decreta disciplin, qu ad fidem non pertinent, non tandem omissions definitionum fidei, etc 19Dz 1831. Citamos de la siguiente edicin: Enrique Denzinger, El magisterio de la Iglesia, Barcelona, Herder, 19633. DS 3064: Non solum in rebus, qu ad fidem et mores, sed etiam in iis, qu ad disciplinam et regimen Ecclesi per totum orbem diffus pertinent. En este caso de la siguiente: Heinrich Denzinger, Adolf Schnmetzer, Enchiridion Symbolorum, Freiburg, Herder, 197336.

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    4) El captulo cuarto titulado Del Magisterio Infalible del Romano Pontfice trata

    exclusivamente de la autoridad docente del Papa, o sea cuestiones concernientes a la primera

    y a la segunda clase (la fe y la moral) dejando de lado las de la tercera y cuarta clase

    (disciplina y gobierno). En consecuencia, slo en relacin a decisiones del Papa concernientes

    a cuestiones de fe y moral define el Concilio como dogma revelado por Dios que dichas

    decisiones tienen un carcter de certeza al abrigo de todo error.

    5) Esta infalibilidad concedida al Papa en el ejercicio de su cargo de pastor y doctor de

    todos los cristianos es todava ms precisamente designada como aquella infalibilidad de que

    el Redentor divino quiso que estuviera provista su Iglesia en la definicin de la doctrina sobre

    la fe y las costumbres20. Por lo tanto, previamente a proceder a contestar la pregunta de cuan

    lejos se extiende la Infalibilidad Papal sobre materias concernientes a la fe y la moral, es

    menester preguntarnos cuan lejos se extiende la Infalibilidad de la Iglesia sobre dichas

    materias. Sin entrar de lleno en esta compleja cuestin, podemos contentarnos con presentar la

    siguiente proposicin, universalmente aceptada en teologa, vgr21. que an en decretos

    dogmticos, Bulas, etc., etc., no debe considerarse indistintamente todo lo que all se

    encuentra como decisin dogmtica22, y por tanto como objeto de infalibilidad: en particular

    no hay que considerar como tal lo que se dice al pasar, ni lo que sirve de introduccin o de

    considerandos23

    6) Finalmente, el Concilio aade que las decisiones del Papa, en las cuales en virtud de

    su oficio de Pastor y Doctor de todos los cristianos, y en virtud de su suprema autoridad

    apostlica, l formula una doctrina relativa a la fe y la moral como vinculante para la Iglesia

    entera, son irreformables por s mismas no por el consentimiento de la Iglesia24. Esto no

    quiere de ningn modo decir que el Papa pueda decidir alguna cosa contraria a la tradicin de

    la Iglesia, o que pueda erguirse solo en oposicin a todos los otros obispos, mas slo que la

    Infalibilidad de sus decisiones doctrinales no depende del consentimiento de la Iglesia, sino

    de la asistencia divina que le ha sido especialmente concedida en la persona de San Pedro

    20 Dz 1839. 21 El Dr Fessler incluye la siguiente cita de Melchor Cano: Qu in conciliorum vel Pontificum decretis vel explicandi grati inducuntur, vel ut objectioni respondeatur, vel etiam obiter et in transcursu prter institutum prcipuum, de quo erat potissimum controversia, ea non pertinent ad fidem, hoc est, non sunt Catholic fidei judicialMelch. Canus, De Locis Theologicis, lib. v. cap. V 22 El Dr. Fessler aclara que utiliza la expresin decisin dogmtica por razones de brevedad, pero que en realidad se est refiriendo a toda la doctrina de fide vel moribus. 23 Joseph Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, op. cit., pp. 24-25. 24 Dz 1839.

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    para el ejercicio de su cargo de Doctor supremo. En consecuencia, puesto que se dice aqu

    expresamente que aquellas definiciones en las cuales se expresa la Infalibilidad del Magisterio

    Pontificio son irreformables por s mismas, de ello se sigue que las leyes que el Papa

    sanciona en cuestiones disciplinarias, y que son reformables, por esta misma razn no estn

    incluidas en la definicin de fide del Concilio Vaticano.

    En este punto, la versin francesa de Emmanuel Cosquin incluye una nota al pie de

    pgina de gran importancia. En junio de 1874 los obispos suizos produjeron una Instruction

    pastorale a fin de presentar el dogma recin definido a sus fieles, entre los cuales se haba

    producido no poca conmocin, llegando inclusive a formarse una iglesia cismtica, la Iglesia

    Cristiana Catlica, anloga a los Viejos Catlicos de los cuales hablamos ms arriba. La

    Instruction de los obispos suizos constituye una interpretacin del dogma definido, y su

    importancia reside en que recibi un Breve de aprobacin del Papa Po IX, anlogo al que

    haba enviado en su momento a Mons. Fessler. Dada la importancia del mismo, por tratarse de

    una interpretacin autorizada por el mismo Sumo Pontfice, reproduciremos a continuacin

    las citas de la pastoral de los obispos suizos transcriptas en la versin francesa de la obra del

    Dr. Fessler25.

    No debe decirse que el Pontfice Romano es personalmente infalible, en el sentido de que cada una de sus afirmaciones fuese infalible, y que l no dependera ms que de sus gustos personales para imponer a los fieles la fe en nuevos dogmas. El Papa no es infalible ni como hombre, ni como sabio, ni como sacerdote, ni como obispo, ni como prncipe temporal, ni como juez, ni como legislador. l no es infalible ni impecable, ni en su vida, ni en su conducta, ni en sus criterios polticos, ni en sus relaciones con los prncipes, ni siquiera en el gobierno de la Iglesia; mas lo es nicamente cuando, en calidad de doctor supremo de la Iglesia, pronuncia en materia de fe y moral una decisin que debe ser aceptada y tenida como obligatoria por todos los fieles26.

    []La definicin del Concilio no ha producido de ninguna manera una separacin entre la cabeza y los miembros del cuerpo docente de la Iglesia. Luego del Concilio, del mismo modo que antes de ste, los Papas ejercern su cargo de doctores y pastores supremos de la Iglesia, sin olvidar que los obispos son establecidos, lo mismo que ellos, por el Espritu Santo, y segn la constitucin de la Iglesia, como sucesores de los Apstoles, de tal modo que concertadamente con el Papa y subordinados al sucesor del Prncipe de los Apstoles, gobiernen la Iglesia de Dios. Luego como antes del Concilio, los Papas continuarn confirmando en la fe a sus hermanos los obispos; del mismo modo, en lo que respecta al gobierno de la Iglesia, jams emprendern nada que sea de un inters universal sin tomar consejo y asesoramiento de los obispos. Luego como antes de la definicin, ellos convocarn Concilios, tomarn consejo de los obispos dispersos por el mundo, se servirn de todos los medios a su disposicin para adquirir un

    25 La versin inglesa de Ambrose St. John tambin incluye el texto, aclarando haberlo tomado de la versin francesa. Sin dudas esto se debe a que Newman tambin lo haba utilizado en su Carta al Duque de Norfolk. Cfr. Joseph Fessler, The True and the False Infallibility of the Popes, op. cit., pp. 62-63. 26 Joseph Fessler, La vraie et la fausse infaillibilit des Papes, op. cit, p. iv.

  • 13

    perfecto conocimiento del depsito de la fe que ha sido confiado a la Iglesia. Ser de acuerdo a esta nica e inmutable regla de fe que ellos decidirn como suprema y ltima instancia e infaliblemente por la Iglesia Universal, todas aquellas cuestiones que pudiesen suscitarse en materia de fe y moral.

    Sin embargo, an cuando los Papas utilizan todos los medios para obtener un conocimiento profundo de la cuestin de fe suscitada, como requiere el deber de su cargo, sin embargo, no es este conocimiento humano, por completo que sea, sino la asistencia del Espritu Santo, esto es una gracia de estado totalmente singular, la que da al Papa la seguridad indubitable de la infalibilidad, y que garantiza a todos los fieles, con una certeza absoluta que las definiciones de fe de la suprema autoridad docente del Papa estn exentas de error27.

    [] no fue prometido a los sucesores de Pedro el Espritu Santo para que por revelacin suya manifestaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y fielmente expusieran la revelacin trasmitida por los Apstoles, es decir el depsito de la fe.28 Es por lo tanto la revelacin recibida de Dios, el depsito de la fe, el dominio perfectamente trazado y exactamente circunscripto dentro del cual se extienden las decisiones infalibles del Papa, y a sujeto del cual la fe de los fieles pueden quedar sujeta a nuevas obligaciones . . . No depende del capricho del Papa o de su deseo disponer que tal o cual doctrina sea objeto de una definicin dogmtica, est atado, est limitado a la revelacin divina y a las verdades que ella contiene; est atado, est limitado por los smbolos de la fe ya existentes y por las precedentes definiciones de la Iglesia. Est ligado y limitado por la ley divina y la constitucin de la Iglesia. Finalmente, est atado y limitado por esta doctrina divinamente revelada que afirma que a la par de la sociedad religiosa existe la sociedad civil, que a la par de la jerarqua eclesistica est el poder de los gobernantes temporales, investidos en su dominio de una plena soberana, y a los cuales se debe obediencia en conciencia y respeto en todas las cosas moralmente permitidas, y que son del dominio de la sociedad civil.29.

    Habiendo Mons. Fessler establecido tan solidamente la parte expositiva esencial de su

    obra, en lo sucesivo se dedica a refutar particularmente una cantidad de razonamientos falaces

    del Dr. Schulte, bastante numerosos pero que en definitiva giran en torno a la cuestin de la

    extensin de la infalibilidad pontificia.

    El Dr. Schulte pretende haber determinado una cantidad de signos objetivos que

    permitiran a cualquier discernir si una declaracin papal es infalible o no. Afirma que son

    tres, de los cuales a veces el primero, a veces el segundo, o el tercero nos informarn si la

    declaracin es infalible. Los tres son: las palabras usadas, el objeto mismo de la definicin, y

    las circunstancias. El Dr. Fessler responde a esto que desde hace siglos las escuelas de

    teologa han precisado el criterio para discernir la infalibilidad, y que ste no es el que indica

    Schulte:

    Por nuestra parte encontramos que, por el contrario, el dictamen de los telogos catlicos es que dos seales son a la vez requeridas: 1) el objeto de la decisin debe ser

    27 Ibid., pp. 68-69. 28 Dz 1836. 29 Joseph Fessler, La vraie et la fausse infaillibilit des Papes, op. cit, p. 79.

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    una doctrina relativa a la fe y la moral; y 2) el Papa debe expresar la intencin de declarar, de proclamar, en virtud de su suprema autoridad doctrinal, que esta doctrina de fe o moral forma parte de la verdad revelada por Dios, que debe ser creda por la Iglesia Catlica entera y dar, en consecuencia en esta cuestin una verdadera definicin (definire)30. Estas dos seales deben encontrarse juntas. Las simples circunstancias que acompaan una declaracin emanada de un Papa no bastan de manera alguna para llevar a reconocer en dicho acto pontifical un juicio ex cathedra o una definicin de fe. nicamente cuando las dos seales estn presentes pueden las circunstancias del caso servir para apoyar y reforzar la prueba de la intencin del Papa, prueba que debe desprenderse de sus mismas palabras. Pero en el caso de que estas seales no conduzcan a una certeza completa acerca de si en tal caso o cuestin se contiene un juicio ex cathedra, entonces deber recurrirse al supremo doctor de la Iglesia, para preguntarle a l mismo cul fue su intencin en tal decisin, o si tal antigua decisin de un Papa debe considerarse como una sentencia ex cathedra. Llegados a este punto, es evidente a cualquiera que el punto de vista del Dr. Schulte y el mo divergen completamente en lo que respecta a determinar qu es y qu no es una doctrina infalible emanada de un Papa. l pone tres notas, de las cuales cualquiera es suficiente para reconocer en un decreto pontifical una decisin infalible y consiguientemente irreformable, un juicio ex cathedra. Por contrario, teniendo en cuenta los trminos y el sentido de la Constitucin Dogmtica del Concilio Vaticano, y las precisiones de los telogos al respecto, yo pongo dos notas, pero que deben encontrarse reunidas, mientras que en lo que respecta a la tercera nota del Dr Schulte (las circunstancias) le atribuyo slo un significado auxiliar31.

    En consecuencia el Dr.Fessler comenta, no sin alguna irona, que dado que los

    criterios de ambos difieren tan considerablemente, no es de extraar que el Dr. Schulte

    encuentre una gran cantidad de pronunciamientos ex cathedra o decisiones infalibles,

    mientras que l, de acuerdo con la ciencia teolgica, encuentra slo unos pocos.

    Mons. Fessler no enumera los pronunciamientos a los que se atribuira la cualidad de

    ser ex cathedra, conforme a las condiciones del Vaticano I. A modo indicativo enumeramos

    los siguientes comnmente aceptados por los telogos32:

    1. Tomus ad Flavianum, del Papa Len I en 449, definiendo las dos naturalezas de Cristo y

    recibido por el Concilio de Calcedonia.

    2. La carta del Papa Agatn en 680, acerca de las dos voluntades en Cristo, recibida por el III

    Concilio de Constantinopla.

    30 Mons Fessler puntualiza el siguiente hecho de relevante importancia: la corta definicin de fide del Concilio resume en pocas palabras las conclusiones a las cuales la ciencia teolgica ha arribado despus de siglos de estudio. De tal modo que su explicacin acerca de las notas necesarias viene avalada por la autoridad misma de la definicin. Cfr. Joseph Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, op. cit., pp. 28. 31 Ibid., pp. 28-29. 32 Cfr. Francis Dvornik, Histoire des conciles, Paris, Ed. du Seuil, 1960.; Franco Ardusso, Magisterio Eclesial, op. cit.; Klaus Schatz, El primado del papa, Burgos, Sal Terrae, 1996.

  • 15

    3. La Constitucin Benedictus Deus, del Papa Benedicto XII en 1336, acerca de la visin

    beatfica de los justos inmediata y previa al Juicio Final.

    4. La Bula Exsurge Domine de Len X en 1520 contra los errores de Lutero

    5. La Bula Cum occasione, del Papa Inocencio X, 1653, condenando cinco proposiciones de

    Jansenio como herticas.

    6. La Bula Auctorem fidei, del Papa Po VI, 1794, condenando siete proposiciones jansenistas

    del Snodo de Pistoia como herticas.

    7. La Constitucin Apostlica Ineffabilis Deus, del Papa Po IX, 1854, definiendo la

    Inmaculada Concepcin.

    8. La Constitucin Apostlica Munificentissimus Deus, del Papa Po XII, 1950, definiendo la

    Asuncin de Mara.

    Habiendo refutado convincentemente los criterios del Dr. Schulte acerca de las notas

    distintivas de una definicin ex cathedra, Mons. Fessler realiza una ltima precisin de la

    mayor importancia:

    El Dr. Schulte afirma que el Papa, y slo l, puede fijar la extensin y los lmites de una definicin ex cathedra. Esta afirmacin es verdadera en el sentido de que ninguna autoridad humana puede darle prescripciones a este respecto. Mas si con esto se quiere dar a entender que el Papa puede de acuerdo a su capricho y arbitrariamente extender sus decisiones infalibles inclusive a materias jurdicas que no estn contenidas en la revelacin divina, entonces esto es completamente errneo. El Papa en sus definiciones doctrinales no expresa otra cosa que lo que, con la asistencia particular de Dios, encuentra ya contenido en la verdad revelada por Dios, y depositado en el seno de la Iglesia Catlica (en el depositum fidei divino). Esta asistencia divina, que le mantiene al abrigo del error en sus decisiones, le impide igualmente proclamar como doctrina de la fe o de moral, aquello que Dios no ha revelado ni ha depositado en la Iglesia33. Seguidamente Mons. Fessler procede a analizar el tercer captulo de la obra de Schulte

    que lleva por ttulo: Proposiciones doctrinales simples, ex cathedra, y actos de los Papas

    concernientes a sus relaciones con el Estado, los pases, los pueblos y los individuos. Dice

    nuestro autor que en este captulo el Dr. Schulte ha recolectado con gran celo todo lo que ha

    podido encontrar de odioso contra los Papas, especialmente en la Edad Media34. En esta

    seccin Schulte articula su tesis en trece proposiciones, supuestamente afirmaciones ex

    cathedra de diferentes Papas referidas a las relaciones antedichas con los Estados y las

    33 Joseph Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, op. cit., pp. 30. Cfr. Dz 1836. 34 Ibid. p. 36.

  • 16

    personas35. Este captulo es verdaderamente el tour de force de su obra, al punto de darle el

    nombre al opsculo.

    No es nuestra intencin exponer y analizar cada una de ellas lo que s hace el Dr.

    Fessler, obviamente. Nos bastar con dar la argumentacin general que nuestro autor aplica y

    con la que desbarata cada una de ellas.

    1. La infalibilidad papal no tiene nada que ver con lo que los Papas hayan pensado, o

    dicho o hecho u ordenado que se hiciese, sino lo que hayan declarado ex cathedra como

    perteneciente a la doctrina catlica acerca de la fe y la moral.

    2. Los actos de los Papas no constituyen juicios ex cathedra.

    3. Lo que los Papas hayan dicho en su vida diaria o lo que hayan escrito en sus libros, o

    en sus cartas ordinarias, no constituyen pronunciamientos ex cathedra.

    4. Los pronunciamientos de los Papas, inclusive en decretos solemnes que en virtud de

    su supremo poder de jurisdiccin publican en materia de legislacin disciplinaria, en sus

    sentencia judiciales y penales o en los otros actos concernientes al gobierno de la Iglesia, sean

    dirigidos a individuos o a la Iglesia entera, no constituyen pronunciamientos infalibles.

    5. En consecuencia, todos los simples actos (2.) de los Papas, todas sus declaraciones

    (3.) y juicios (4.) de los que hemos hablado, no tienen nada que ver con lo que est en

    discusin, que es exclusivamente las definiciones infalibles.

    6. En el caso de que exista una real y verdadera decisin dogmtica del Papa, no debe

    considerarse y aceptarse como juicio ex cathedra sino slo aquello que es expresamente

    designado como la definicin, y no aquello que aparece como materia accesoria36.

    Slo nos resta presentar algunas cuestiones de inters dispersas a lo largo de la obra, y

    que pueden iluminar an ms el fondo de esta cuestin.

    35 Para dar una idea del tenor de estas proposiciones, reproducimos algunas: La Iglesia est autorizada a conferir y a retirar todos los poderes temporales, La legislacin de la Iglesia en lo concerniente a la libertad eclesistica y el poder pontifical es de inspiracin divina, El Papa tiene el derecho de anular las leyes de los Estados, los tratados, las constituciones, etc. 36 Ibid,, p. 37.

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    Es interesante destacar que el Dr. Fessler afirma que no se puede decir que las

    sentencias ex cathedra sean inspiradas por Dios: El Evangelio es, como la Sagrada Escritura

    toda entera, inspirada por Dios; mientras que ni el Concilio Vaticano ni ninguna autoridad

    doctrinal de la Iglesia ha jams enseado que los juicios infalibles ex cathedra fuesen

    inspirados por Dios37.

    Otro tema de inters es la opinin del Dr. Fessler con respecto a la cuestin de si el

    Syllabus de Po IX cae bajo la categora de pronunciamiento infalible. Su juicio es taxativo:

    De ningn modo es cosa admitida como cierta entre los telogos catlicos que el Syllabus

    con sus ochenta proposiciones pertenezca a aquellas decisiones doctrinales que deban ser

    calificadas de infalibles38. La razn es la siguiente: tal como su mismo ttulo lo indica, el

    Syllabus no es otra cosa que una coleccin de errores de la poca de Po IX, que ya

    anteriormente este mismo Papa haba denunciado y condenado. La condena de los errores,

    segn la prctica tradicional de la Iglesia asume diversas formas, llamadas censuras

    teolgicas: algunas veces las opiniones reprobadas son condenados como herticas, otras

    veces como prximas a la hereja, otras como cismticas, otras veces como simplemente

    errneas o falsas, otras como peligrosas o escandalosas, otras como temerarias, otras como

    inclinando a la hereja o al cisma o a la desobediencia a los superiores eclesisticos. Cuando

    una doctrina particular ha sido condenada por el Papa como hertica del modo designado por

    la definicin doctrinal del Concilio Vaticano I, no hay dudas de que nos encontramos frente a

    una decisin ex cathedra. Pero en el Syllabus, a lo largo del completo catlogo, que es

    designado en bloque bajo el nombre de errores (Syllabus errorum), no hay nada que seale

    bajo qu censura teolgica cae cada proposicin en particular, es entonces necesario estudiar

    cada proposicin individual para ver si sobre alguna ha cado anteriormente la censura de

    hertica, en cuyo caso podemos estar en presencia de alguna definicin infalible39. Adems, la

    forma del Syllabus es muy diferente de cuando un Papa produce una definicin doctrinal

    solemne. Basta compararlo por ejemplo con la Bula Exsurge Domine de Len X contra Lutero

    o la Auctorem fidei de Po VI: en ellas est expresado del modo ms formal la intencin del

    Papa de declarar en virtud de su autoridad apostlica que las proposiciones condenadas deben

    ser consideradas por la Iglesia Universal como inconciliables con la doctrina y la moral

    37 Ibid., p. 116. 38 Joseph Fessler, La vraie et la fausse infaillibilit des Papes, op. cit, p. 8 39 Cfr Fessler, Die wahre und die falsche Unfehlbarkeit der Ppste, op. cit., p. 58.

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    catlicas. En el caso del Syllabus, a pesar de ser consideradas todas ellas como errneas,

    muchos de los documentos de donde han sido extradas no contienen juicios ex cathedra.

    CONCLUSIN.

    El escrito del Dr. Fessler que hemos tenido oportunidad de sintetizar y comentar pone al

    descubierto la hbil y paciente obra de una cantidad de Padres del Concilio40 que lograron en

    medio de los acalorados debates plasmar una formulacin que evitase las exageraciones del

    infalibilismo exagerado y mostrase a la minora la posibilidad de una definicin que respetase

    las concepciones ms tradicionales acerca del oficio docente supremo del Romano Pontfice.

    Prueba de todo ello es la aceptacin pacfica por parte de todos los obispos, incluso los ms

    reacios, de la definicin. Creemos que la obra que hemos analizado, ms all de su finalidad

    ocasional, tuvo no poca influencia en dicha aceptacin, sobre todo en los obispos de lengua

    alemana, apoyndonos en el hecho que a continuacin referiremos. La edicin francesa de

    Emmanuel Cosquin en su introduccin41 comenta el significativo hecho de que en marzo de

    1871 Mons. Fessler envi su obra al gran historiador eclesistico Mons. Hefele, obispo de

    Rottemburg y uno de los lderes de la minora en el Concilio, todava dubitativo con respecto

    a su sumisin a la definicin; la carta que Hefele envi a Fessler, cuyas partes fundamentales

    Cosquin transcribe, muestra cunta fue la influencia del escrito de marras en el espritu del

    obispo alemn, hasta conducirlo a su posterior sumisin.

    En consecuencia podemos concluir afirmando que el trabajo que acabamos de sintetizar

    y comentar es un buen exponente del conocido pensamiento de Newman acerca del oficio de

    los telogos en la Iglesia, una de cuyas formulaciones ms claras se encuentra en la

    mencionada Carta al Duque de Norfolk: slo la Schola Theologorum es competente para

    determinar la fuerza de las definiciones Papales y Sinodales, y la exacta interpretacin de las

    mismas es una cuestin de tiempo42. Pasada la borrasca de las discusiones y de las polmicas

    entre la mayora y la minora en el seno del Concilio Vaticano I, el opsculo del Mons.

    Fessler, fino y ortodoxo telogo, y Secretario General del mismo, es un modelo del

    40 Pensamos especialmente en Mons. Gasser y en el Cardenal Guidi. 41 Joseph Fessler, La vraie et la fausse infaillibilit des Papes, op. cit, p. iv-vi. 42 John Henry Newman, Certain Difficulties felt by Anglicans in Catholic Teaching, London, Longmans, 1900, p. 176.

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    insustituible papel de la reflexin e interpretacin teolgica en la recepcin por parte de la

    Iglesia del depsito de la Revelacin.

    ANEXO.

    Concilio Vaticano I: Constitucin dogmtica sobre la Iglesia de Cristo

    Captulo 4 Del magisterio infalible del Romano Pontfice43 1832 Ahora bien, que en el primado apostlico que el Romano Pontfice posee, como sucesor de Pedro, prncipe de los Apstoles, sobre toda la Iglesia, se comprende tambin la suprema potestad de magisterio, cosa es que siempre sostuvo esta Santa Sede, la comprueba el uso perpetuo de la Iglesia y la declararon los mismos concilios ecumnicos, aquellos en primer lugar en que Oriente y Occidente se 1833 juntaban en unin de fe y caridad. En efecto, los Padres del Concilio cuarto de Constantinopla, siguiendo las huellas de los mayores, publicaron esta solemne profesin: La primera salvacin es guardar la regla de la recta fe [...] Y como no puede pasarse por alto la sentencia de nuestro Seor Jesucristo que dice: T eres Pedro y sobre esta piedra edificar mi Iglesia [Mt. 16, 18], esto que fue dicho se comprueba por la realidad de los sucesos, porque en la Sede Apostlica se guard siempre sin mcula la Religin Catlica, y fue celebrada la santa doctrina. No deseando, pues, en manera alguna separarnos de la fe y doctrina de esta Sede [...] esperamos que hemos de merecer hallarnos en la nica comunin que predica la Sede Apostlica, en que est la ntegra y verdadera solidez de la religin cristiana. 1834 Y con aprobacin del Concilio segundo de Lyon, los griegos profesaron: Que la Santa Iglesia Romana posee el sumo y pleno primado y principado sobre toda la Iglesia Catlica que ella veraz y humildemente reconoce haber recibido con la plenitud de la potestad de parte del Seor mismo en la persona del bienaventurado Pedro, prncipe o cabeza de los Apstoles, de quien el Romano Pontfice es sucesor; y como est obligada ms que las dems a defender la verdad de la fe, as las cuestiones que acerca de la fe surgieren, deben ser definidas por su juicio. 1835 En fin, el Concilio de Florencia defini: Que el Romano Pontfice es verdadero vicario de Cristo y cabeza de toda la Iglesia y padre y maestro de todos los cristianos, y a l, en la persona de San Pedro, le fue entregada por nuestro Seor Jesucristo la plena potestad de apacentar, regir y gobernar a la Iglesia universal. 1836 En cumplir este cargo pastoral, nuestros antecesores pusieron empeo incansable, a fin de que la saludable doctrina de Cristo se propagara por todos los pueblos de la tierra, y con igual cuidado vigilaron que all donde hubiera sido recibida, se conservara sincera y pura. Por lo cual, los obispos de todo el orbe, ora individualmente, ora congregados en Concilios, siguiendo la larga costumbre de las Iglesias y la forma de la antigua regla dieron cuenta particularmente a esta Sede Apostlica de aquellos peligros que surgan en cuestiones de fe, a fin de que all sealadamente se resarcieran los daos de la fe, donde la fe no puede sufrir

    43 Enrique Denzinger, El magisterio de la Iglesia, op. cit.

  • 20

    mengua. Los Romanos Pontfices, por su parte, segn lo persuada la condicin de los tiempos y de las circunstancias, ora por la convocacin de Concilios universales o explorando el sentir de la Iglesia dispersa por el orbe, ora por snodos particulares, ora empleando otros medios que la divina Providencia depara, definieron que haban de mantenerse aquellas cosas que, con la ayuda de Dios, haban reconocido ser conformes a las Sagradas Escrituras y a las tradiciones Apostlicas; pues no fue prometido a los sucesores de Pedro el Espritu Santo para que por revelacin suya manifestaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y fielmente expusieran la revelacin trasmitida por los Apstoles, es decir el depsito de la fe. Y, ciertamente, la apostlica doctrina de ellos, todos los venerables Padres la han abrazado y los Santos Doctores ortodoxos venerado y seguido, sabiendo plensimamente que esta Sede de San Pedro permanece siempre intacta de todo error, segn la promesa de nuestro divino Salvador hecha al prncipe de sus discpulos: Yo he rogado por ti, a fin de que no desfallezca tu fe y tu, una vez convertido, confirma a tus hermanos [Lc.22, 32]. 1837 As, pues, este carisma de la verdad y de la fe nunca deficiente, fue divinamente conferido a Pedro y a sus sucesores en esta ctedra, para que desempearan su excelso cargo para la salvacin de todos; para que toda la grey de Cristo, apartada por ellos del pasto venenoso del error, se alimentara con el de la doctrina celeste; para que, quitada la ocasin del cisma, la Iglesia entera se conserve una, y, apoyada en su fundamento, se mantenga firme contra las puertas del infierno. 1838 Mas como quiera que en esta misma edad en que ms que nunca se requiere la eficacia saludable del cargo apostlico, se hallan no pocos que se oponen a su autoridad, creemos ser absolutamente necesario afirmar solemnemente la prerrogativa que el Unignito Hijo de Dios se dign juntar con el supremo deber pastoral. 1839 As, pues, Nos, siguiendo la tradicin recogida fielmente desde el principio de la fe cristiana, para gloria de Dios Salvador nuestro, para exaltacin de la fe catlica y salvacin de los pueblos cristianos, con aprobacin del sagrado Concilio, enseamos y definimos ser dogma divinamente revelado: Que el Romano Pontfice, cuando habla ex cathedra - esto es, cuando cumpliendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, define por su suprema autoridad apostlica que una doctrina sobre la fe y costumbres debe ser sostenida por la Iglesia universal --, por la asistencia divina que le fue prometida en la persona del bienaventurado Pedro, goza de aquella infalibilidad de que el Redentor divino quiso que estuviera provista su Iglesia en la definicin de la doctrina sobre la fe y las costumbres; y, por tanto, que las definiciones del Romano Pontfice son irreformables por s mismas no por el consentimiento de la Iglesia. 1840 Y si alguno tuviere la osada, lo que Dios no permita, de contradecir a esta nuestra definicin, sea anatema. Dado en Roma en sesin pblica, sostenido solemnemente en la Baslica Vaticana en el ao de nuestro Seor de mil ochocientos setenta, en el decimoctavo da de julio, en el vigsimo quinto ao de Nuestro Pontificado. Texto latino de la definicin44

    3073 Itaque Nos traditioni a fidei christianae exordio perceptae fideliter inhaerendo, ad Dei Salvatoris nostri gloriam, religionis catholicae exaltationem et christianorum populorum 44 Heinrich Denzinger, Adolf Schnmetzer, Enchiridion Symbolorum, op. cit.

  • 21

    salutem, sacro approbante Concilio, docemus et divinitus revelatum dogma esse definimus: 3074 Romanum Pontificem, cum ex cathedra loquitur, id est, cum omnium Christianorum pastoris et doctoris munere fungens pro suprema sua Apostolica auctoritate doctrinam de fide vel moribus ab universa Ecclesia tenendam definit, per assistentiam divinam ipsi in beato Petro promissam, ea infallibilitate pollere, qua divinus Redemptor Ecclesiam suam in definienda doctrina de fide vel moribus instructam esse voluit; ideoque eiusmodi Romani Pontificis definitiones ex sese, non autem ex consensu Ecclesiae, irreformabiles esse. 3075 Si quis autem huic Nostrae definitioni contradicere, quod Deus avertat, praesumpserit : anathema sit.

    BIBLIOGRAFA CITADA

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