Barnes, Steven - Star wars - El alzamiento del imperio - Las guerras clon - Traición en Cestus [Revisado]

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    Steven Barnes StarWars Traicin en Cestus

    STAR WARS

    Las Guerras Clon

    TRAICIN EN CESTUS

    Steven Barnes

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    DRAMATIS PERSONAEGRUPO DE CORUSCANT:

    OBI-WAN KENOBI: Caballero Jedi (humano).KIT FISTO: Maestro Jedi (nautolano).

    DOOLB CORACAL: abogado (vippit de Nal Hutta).ALMIRANTE ARIKAKON BARAKA: comandante de supercrucero(calamariano).LIDO SHAN: tcnica (humanoide).

    COMANDOS CLON:

    A-98, NATE: soldado clon CAR, reclutamiento y mando.CT-X270, EQUISDS: piloto.CT-36/732, EINTA: logstica.CT-44/444, CUTOR: entrenamiento fsico.

    CT-12/74, CECUATRO: comunicaciones.

    CESTIANOS:

    TRILLOT: jefe de banda (x'ting macho/hembra).FIZZIK: pariente de Trillot (x'ting macho).SHEEKA TULL: piloto (humana).RESTA SHUG HAI: miembro de Viento del Desierto (x'ting hembra).THAK VAL ZSING: jefe de Viento del Desierto (humano).HERMANO NICOS DESTINO(x'ting macho).SKOT ONSON: miembro de Viento del Desierto (humano).DEBBIKIN: investigacin (humano).LADY POR'TEN: energa (humana).KEFKA: fabricacin (humanoide macho).LLITISHI: ventas y marketing (wrooniano).CAIZA QUILL: minera (x'ting macho).

    CORTE DE CESTUS:

    G'MAI DURIS: Regente (x'ting hembra).SHAR SHAR: ayudante de la regente Duris (zeetsa hembra).

    CONFEDERACIN:

    CONDE DOOKU: lder de la Confederacin de Sistemas Independientes (humano).COMANDANTE ASAJJ VENTRESS: comandante del Ejrcito Separatista (humanoidehembra).

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    VOLUMEN 531 NMERO 46

    NOTICIAS HOLONET 13:3.7

    Baktoid cierra cinco plantas ms

    TERMIN, METALORN. En un comunicado emitido a los accionistas, Factoras deArmamento Baktoid confirm el cierre de cinco plantas ms en el Borde Interior y enlas Colonias, debido a las repercusiones negativas que han tenido las regulaciones de laRepblica en su programa de androides de batalla.

    Las plantas de Baktoid en Foundry, Ord Cestus, Telti, Balmorra y Ord Lithone seclausurarn a finales de este mes. Se calcula que 12,5 millones de empleados perdernsu trabajo.

    Las leyes aprobadas hace ocho aos por el Senado obligaron a desmantelar lasfuerzas de seguridad de la Federacin del Comercio, principal consumidor de autmatasy vehculos de combate Baktoid. Posteriores restricciones en la venta de androides de

    combate han provocado que la compra de este tipo de productos sea prohibitivamentecara para la mayora de la clientela de Baktoid...

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    Coruscant llevaba medio milenio brillando, centro de torres doradas de la coronagalctica de la Repblica. Sus puentes y terrazas con arcos recordaban tiempos pasados,cuando las palabras de los lderes nunca eran demasiado grandilocuentes, ningn

    rascacielos demasiado espectacular, y su titnica expansin urbana proclamaba conaudacia la conquista del cosmos por parte de la mente racional.

    Con la llegada de las Guerras Clon, hubo quien pens que aquellos gloriosos daspertenecan al pasado. Hablasen las holonoticias de victorias o de derrotas, resultabademasiado fcil imaginar naves llameantes precipitndose hacia su final en cieloslejanos, el enfrentamiento entre enormes ejrcitos, la muerte de incontables sueos...Era casi imposible no preguntarse si las insaciables fauces de la guerra no acabaran porengullir todo esto, el ms preciado enclave de la Repblica. Era sta una poca donde lapalabra "ciudad" no simbolizaba un logro, sino vulnerabilidad. No refugio, sino caos.

    Pese a esos temores, los miles de millones de habitantes de Coruscant no perdan la

    fe y continuaban con su vida. Un grupo de thrantcills con el pico en forma de ganchovolaba en perfecta formacin de diamante por el plcido cielo azul plido de Coruscant.Llevaban cien mil aos dirigindose cada invierno hacia el sur, y all iban una vez ms.Sus planos ojos negros haban visto cmo la civilizacin haba hecho retroceder deforma inexorable a la vida animal de Coruscant. Los antiguos amos del planeta tenanahora que rebuscar en los desfiladeros de durocemento, ya que sus entornos naturaleshaban sido sustituidos por pantanos artificiales y bosques de permeocemento. Perohaba quien afirmaba que era una poca de maravillas y de seres maravillosos proce-dentes de cien mil planetas distintos. Una poca para el optimismo, para los sueos,para la ambicin desmedida.

    Una poca de oportunidades para quien supiera verlas.El platillo rojo y blanco que conformaba un transporte biplaza clase Limulus

    atraves el manto de nubes de Coruscant. Brillaba como una astilla de hielo plateadobajo el sol de la maana. Se haba separado en rbita del anillo de hipervelocidad,bailando en espiral al ritmo de una msica hundible, y se haba deslizado entre lasesponjosas nubes para aterrizar con un suspiro suave como un beso. Uno de sus pulidosy cristalinos costados se estremeci. En l se dibuj un rectngulo que se desliz haciaarriba. Un hombre alto y barbudo, envuelto en una tnica marrn, se asom a la puerta ysalt desde ella, seguido por un segundo pasajero bien afeitado.

    El hombre con barba era Obi-Wan Kenobi. Haca ms aos de los que le apeteca

    contar que era uno de los Jedi ms prestigiosos de la Repblica. El segundo, un joveninquietantemente serio y con el pelo castao claro, se llamaba Anakin Skywalker. Pesea no haber completado su formacin como Caballero Jedi, ya era conocido como uno delos guerreros ms poderosos de la galaxia.

    Llevaban treinta y seis horas turnndose en las tareas de vuelo y navegacin,empleando sus habilidades Jedi para reducir al mnimo la necesidad de dormir yalimentarse. Obi-Wan estaba cansado, irritable y hambriento, y se senta como sialguien le hubiera echado arena en las articulaciones. Se dio cuenta de que Anakinpareca fresco y preparado para la accin.

    El poder de recuperacin de la juventud, pens Obi-Wan con un lamento.

    Lo nico que podra haberles alejado de su misin en Forscan VI era una orden deemergencia por parte del Canciller Supremo Palpatine en persona.

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    Bien, Maestro dijo Anakin. Supongo que aqu se separan nuestros caminos.

    No s muy bien de qu va esto respondi el hombre, pero prefiero que tequedes estudiando en el Templo.

    Obi-Wan y Anakin siguieron bajando por la galera. En la lejana situada debajo de

    ellos, se vean las calles abarrotadas por el trfico, las pasarelas y las construcciones anivel del suelo, ocasionalmente eclipsadas por alguna nubcula o un thrantcill perdido.La red de calles y puentes que haba debajo y detrs de ellos era impresionante, peroObi-Wan era tan consciente de la belleza como de la altura, la fatiga o el hambre. Enaquel momento, su mente estaba ocupada por preocupaciones ms acuciantes.

    Su padawan se dirigi a l, como si pudiera leer su mente.

    Espero que no sigas enfadado conmigo, Maestro.

    Ah estaba, otro comentario sobre los actos precipitados de Anakin en Forscan VI, unplaneta colonial en el borde del flujo Cron, en ese momento no afiliado a la Repblica ola Confederacin. Los agentes infiltrados de los Separatistas de lite se haban montadoun campo de entrenamiento en Forscan, y sus "prcticas" hacan estragos entre loscolonos. Lo ms delicado de su contraoperacin era expulsar a esos agentes sin que loscolonos supieran que haban recibido ayuda externa. Algo complicado. Peligroso.

    No dijo Obi Wan. Pudimos contener la situacin. Mi enfoque era ms... comedido.Pero t empleaste tu iniciativa habitual. Y no desobedeciste una orden directa, as que...lo calificaremos de una resolucin creativa del problema, y lo dejaremos as.

    Anakin suspir aliviado. Haba potentes lazos de afecto y respeto mutuo entre ellos,pero la impulsividad de Anakin haba puesto a prueba su relacin en el pasado. Aun as,no caba duda de que el padawan recibira la mayor recomendacin por parte de Obi-Wan. Aos de observacin haban hecho que Obi-Wan se diera cuenta de que laaparente impetuosidad de Anakin era en realidad una comprensin profunda de unahabilidad superior.

    Tenas razn dijo Anakin, como si la moderada respuesta de Obi Wan leconcediera permiso para admitir sus propios errores. Esas montaas no se podanatravesar. Los refuerzos de la Confederacin se habran atascado en la tormenta denieve, pero no poda arriesgarme. Haba demasiadas vidas en juego.

    Se requiere madurez para admitir los errores dijo Obi-Wan. Creo que sermejor que estas reflexiones queden entre nosotros. Mi informe reflejar admiracin portu iniciativa.

    Los dos camaradas se miraron a los ojos, y se agarraron por los antebrazos. Obi-Wanno tena hijos, y era poco probable que los tuviera. Pero la unin entre Maestro ypadawan era un lazo tan fuerte como el lazo entre padre e hijo, y en algunos aspectosincluso ms profundo.

    Buena suerte dijo Anakin. Da recuerdos al Canciller Palpatine.

    En ese momento, un aerocoche se acerc a la acera elevada, y Anakin salt a bordo.Luego, sin mirar atrs, desapareci en el trfico areo.

    Obi-Wan mene la cabeza. El chico estara bien. Tena que estar bien. Si un Jedi conel talento de Anakin no poda controlar el frenes de la juventud, qu esperanza cabapara los dems?

    Pero, mientras tanto, deba cavilar sobre un problema ms inmediato. Por qu le

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    haban llamado de vuelta a Coruscant? Por supuesto, deba de ser una emergencia,pero... qu clase de emergencia?

    El lugar designado para el encuentro era el estadio deportivo T'Chuk, un anfiteatrocon aforo suficiente para albergar a medio milln de espectadores. Aqu se jugaba alchinbret, el deporte ms popular entre las masas de Coruscant, ante cientos de miles deadmiradores enfervorecidos. Pero aquel da no haba chinbretistas profesionales dandogrciles saltos por la arena. No haba pikers apostados aqu y all para devolver losservicios. No haba porteros de cerleo atuendo yendo de un lado a otro como demicotslocos, sosteniendo en alto la antorcha de su equipo. Aquel da, el enorme estudio estabavaco, despejado y reservado para alojar un tipo de evento muy diferente.

    Obi-Wan contempl las gradas al salir del estrecho y reververante pasillo. Casi todaslas filas estaban tan vacas como el paisaje de Tatooine, pero haba varias docenas detestigos reunidos en las cabinas. Reconoci a unos cuantos polticos de alto nivel, aalgunos burcratas relevantes que no solan aparecer en pblico, gente de las sucursalestcnicas, e incluso a algn soldado clon. El instinto y la experiencia le indicaron que se

    trataba de un consejo de guerra.El caos inicial de las Guerras Clon se haba estabilizado con el tiempo, adquiriendo

    un ritmo firme: se declararon lealtades, se firmaron alianzas. La galaxia era demasiadogrande para que la guerra tocara su mirada de playas, pero siempre haba batallasrugiendo en un centenar de mundos diferentes. Aunque ese nmero slo era unafraccin insignificante de los miles de millones de sistemas estelares que flotaban en lagalaxia, gracias a alianzas y asociaciones que databan de haca mucho tiempo, lo que leocurra a esos millones de seres humanos tena potencial para afectar a otros billones.

    Ya haba reinos, naciones y familias vctimas de los estragos de la guerra. Esas cifrasiban en aumento, y las armas eran cada vez ms poderosas, por lo que la devastacin

    poda acabar descontrolndose, desequilibrando los incontables eones de lucha quehaban acabado por dar pie a una galaxia unida. La labor de mil generaciones,desaparecida?

    Jams!

    Se haba trazado una lnea. Los separatistas a un lado, y la Repblica al otro. ParaObi-Wan, y para muchos otros, esa lnea se haba dibujado con su propia sangre. O laRepblica sobreviva, u Obi-Wan y todos los Jedi que haban pasado por el Templocaeran con ella. Era una ecuacin sencilla.

    Y la sencillez posea el don de la claridad, y el de la fuerza.

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    El suelo cubierto de arena del T'chuk estaba vaco, salvo por una hembra humanoideplida y delgada. Llevaba bata blanca y el pelo negro muy corto. Manoseaba unbrillante aparato cromado con forma de reloj de arena que llam la atencin de Obi-Wan. Pareca una obra de arte radical, un rgano de boda maviniano o un mojn decolonias juzziano; pero, desde luego, no algo lo bastante peligroso como para que losJedi se preocuparan por ello. Unas filas de patitas puntiagudas en su base parecan sunica forma de desplazarse.

    Que diantre poda ser aquello?

    La tcnica manipulaba el aparato, conectndolo a travs de varios cables a unmonitor que llevaba atado a la cintura. Igual se trataba de un androide mdico avanzado.

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    Mientras ella le quitaba los cables al dispositivo, el pblico se inquietaba cada vezms. Se dio la vuelta y se dirigi a la audiencia.

    Me llamo Lido Shan, y les doy las gracias por su paciencia dijo ella, ignorando laevidente falta de la misma en el pblico. Creo que estamos listos para la primerademostracin Shan hizo una pequea reverencia y seal con la mano la brillanteestructura. Les presento al MJ-trece. Para mostrar sus habilidades, hemos elegido unandroide destructor de la Confederacin, capturado en Geonosis y reconstruido segnlas especificaciones del fabricante original.

    El MJ estaba en posicin de firmes, con su acabado cristalino estticamente msagradable que la mayora de los androides. Era un juguete Infantil, una pieza de museo,un tema de conversacin, quizs un utensilio electrnico frgil y delicado. En cambio,el androide destructor negro en forma de rueda resultaba bastante primitivo encomparacin, apaleado y maltrecho, pero, aun as, tan amenazador como un acklayherido.

    El androide destructor avanz rodando con un siseo de compresin y descompresinhidrulica, dejando a su paso surcos en la arena. El modelo MJ se agach, reluciente,mostrndose, en cierta manera, extraamente desprotegido. Pareca casi temblar alagazaparse. La sensacin de vulnerabilidad se vea aumentada por la diferencia detamao; el MJ era la mitad de grande que el androide de combate.

    Al principio, Obi-Wan se pregunt si slo iba a presenciar otra demostracin delpoder y la eficacia destructora de esos androides. Le pareca innecesario; todavaconservaba cicatrices causadas por aquellas malditas cosas. No, era una idea absurda.Palpatine no le habra hecho venir desde Forscan con una finalidad tan vana. Al cabo deun momento, el androide destructor estuvo a cinco metros del MJ, y todas sus preguntasobtuvieron respuesta.

    En cuestin de segundos, el MJ se dividi en segmentos, adoptando la forma de unaespecie de araa. Su postura recordaba ms a un herbvoro asustado que a una de esasastutas criaturas que fingen vulnerabilidad para atraer a su presa.

    El androide destructor escupi fuego a su adversario. La arena se ondul cuando elMJ proyect no un nico campo de fuerza, sino una serie de discos energticos rotativosque absorbieron los disparos sin dificultad. Eso era una sorpresa: normalmente, unamquina requera menos sofisticacin para rechazar la energa que para absorberla. Esoimplicaba algn tipo de capacidad avanzada o de tecnologa punta. El androide deataque sigui disparando, incapaz de comprender que su fuego a discrecin era ineficaz.

    Como casi todas las mquinas, era poderosa, pero estpida.Obi-Wan entrecerr los ojos. Haba algo... Algo inusual. El MJ extendi unos

    tentculos desde los extremos y desde su parte superior. De ellos salan unos pequeosgarfios, y todo fue tan rpido que el androide destructor no tuvo la menor posibilidad deescapar. Y ahora, Obi-Wan, y casi todos los presentes, se inclinaron hacia delante paraver mejor cmo el androide de guerra luchaba desesperadamente por liberarse de lapresa del tentculo del MJ. Al principio, los pequeos ganchos eran gruesos y flcidos,pero fueron tornndose ms y ms delgados ante la mirada de Obi-Wan, envolviendo asu oponente con fibras que se afinaban hasta ser casi invisibles.

    Los garfios, cientos de cables finos como la seda, se introdujeron en la carcasa del

    androide. Finalmente, el androide acab por entender el peligro que corra y empez aforcejear desesperadamente, emitiendo sonidos de angustia llenos de una vida

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    perturbadora.

    Los forcejeos del androide cesaron. Se estremeci y se qued vibrando en el sitiohasta que intent zafarse por ltima vez. Su carcasa quebrada empez a echar humo.Entonces se dividi en varias partes, como si fuera una fruta metlica podrida. Cada unade ellas se estrell contra la arena, echando chispas y soltando un lquido verdoso. Laspiezas retumbaron contra el polvo, temblando. Un segundo despus reinaban la calma yel silencio.

    Por un momento, la multitud se qued en completo silencio. Obi-Wan entenda bienpor qu. La tctica haba sido original; el arma, letal; el resultado, indiscutible.

    Androide contra androide exclam el bith con cabeza de globo que tena al lado. Juego de nios. No es el tipo de cosas por las que nos convocara el Canciller.

    Bajo ellos, Lido Shan se mantena impasible.

    Les ruego indulgencia, por favor dijo ella. Slo queramos establecer unlistn, un punto de referencia contra un oponente tan conocido como formidable. Esteandroide de combate clase cuatro ha sido neutralizado en menos de... cuarenta y dossegundos.

    Detrs de Obi-Wan, el aparato de traduccin de un aqualish anfibio burbuje unapregunta.

    Qu pasa con los contrincantes vivos?

    La tcnica asinti, como si esperara esa pregunta.

    Nuestra siguiente demostracin incluye la participacin de un Comando Avanzadode Reconocimiento.

    En ese momento, un soldado clon, un comando con el uniforme de batalla completoy armado con un rifle lser de infantera, avanz desde donde se hallaba escondido trasel tendido. Los comandos clon eran soldados de combate especializados. Haban sidomodificados a partir de una plantilla de soldado de tropa bsico para que pudieranrealizar ejercicios concretos de entrenamiento. Un casco protector ocultaba sus rasgos,pero su postura denotaba agresividad contenida. Un murmullo de intranquilidad seextendi entre la multitud.

    El anfibio qued desconcertado. Yo... no quisiera ser responsable de una muerte...

    La tcnica clav una mirada compasiva en el aqualish, como si hubiera anticipadosus preguntas.

    No se preocupe sus movimientos eran comedidos y relajados mientras manipulabalos mandos. La mquina ha sido calibrada para un asalto no letal.

    Aunque el pronunciamiento tranquiliz a la mayora de los testigos, Obi-Wan sesinti todava ms inquieto. Aquel androide, con su belleza etrea y su peligrosidad noconvencional, tena algo que ver con su misin. Pero el qu?

    Cul es exactamente el objetivo del soldado de asalto? pregunto Obi-Wan.

    Los labios de Lido Shan se curvaron hacia arriba.

    Pasar por encima del MJ y capturarme a m.

    La audiencia congregada la mir con incredulidad, y con algo ms molesto:expectacin. Saban que estaban a punto de presenciar algo memorable. Pero qu

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    deseaban ms? Ver al MJ vencido o dejar con dos palmos de narices a aquella tcnicaodiosa?

    El soldado de asalto avanz cauteloso hasta situarse a unos veinte metros de lacriatura...

    Obi-Wan neg con la cabeza. Cmo que "criatura"? De verdad haba hecho eso?Haba pensado "criatura" en lugar de "androide"? Qu le haba impulsado a hacereso?

    El soldado se llev el lser al hombro y dispar un luminoso rayo carmes. Losdiscos giratorios de absorcin volvieron a aparecer, absorbiendo los rayos con unchasquido lquido.

    El hecho de que el androide necesitara una pantalla de fuerza pareci tranquilizar alsoldado de asalto. Hizo amago de ir a la derecha y dio una voltereta a la izquierda,levantndose para disparar de nuevo, cambiando una y otra vez de posicin mientras elandroide se mantena en su accin defensiva.

    Obi-Wan abri sus sentidos, convocando a la Fuerza. Casi poda sentir el pulsoacelerado del hombre, saborear su nerviosismo, percibir cmo calculaba sus opcionesmientras trazaba su red evasiva. Izquierda, derecha, izquierda... El siguiente movimientosera a la...

    Izquierda de nuevo.

    Mientras el gran Jedi miraba, el MJ escupi una red de hilos gruesa como su dedomeique, agarrando al clon indefenso en pleno salto. Era como un thrantcill herido,atrapado en la red de un mercader de musaraas. Lo haba hecho en un tiempo rcord.No. Era ms que un rcord, haba sido perfecto. Una clase de programacin podahacer posible semejante precisin? Obi-Wan habra jurado que aquello haba sido casiprecognitivo, casi...

    Pero eso era imposible.

    El soldado luchaba por zafarse de la red mientras el MJ le arrastraba hacia l, y sacel lser para apuntar a la tcnica. Obi-Wan centr rpidamente la mirada en la tcnica;permaneca impasible. Una chispa naranja recorri los tentculos un instante antes deque la carga impactara en ella. El soldado se estremeci con una nica sacudida bruscay violenta, clav los talones en la arena y cay inmvil al suelo. El MJ tir de lmientras un tentculo lo incorporaba lo suficiente como para que una segundaextremidad le disparara un rayo de luz en los ojos cerrados. El MJ volvi a depositar alhombre en la arena y se qued inmvil.

    Los espectadores se quedaron sin aliento por un instante. Entonces, el MJ recogi lared, volvindola a meter en su cuerpo. El soldado gru y se apoy sobre un costado.Despus se puso de rodillas, inestable pero ileso. Otro soldado le ayud a retirarse trasel muro del tendido.

    El pblico aplaudi, a excepcin de Obi-Wan y otro Jedi que se abri paso entre lamultitud para ponerse a su lado. Obi-Wan sinti alivio al ver la figura familiar, y que elrecin llegado estaba tan a favor del aplauso como l.

    Era dos centmetros ms alto que Obi-Wan y tena una piel de tonos amarillentos, ascomo los pegajosos tentculos sensores del crneo y los ojos sin prpados de un

    nautolano. Se trataba de Kit Fisto, veterano de Geonosis y de cien momentos clave de lahistoria. No sonri ni aplaudi ante las acciones del MJ: ningn Jedi poda considerar

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    un entretenimiento el sufrimiento de otro ser, por superficial o temporal que ste fuera.Era pura coincidencia que el nautolano se encontrara all o tambin lo habanconvocado a l?

    Kit contempl las manos de Obi-Wan, y percibi tensin en ellas.

    Acaso no te agradan este tipo de demostraciones? le pregunt.Su voz tena un tono sibilante incluso cuando hablaba de temas cotidianos. La

    superficie de los ojos negros sin prpados de Fisto estaba arremolinada. Era furiareprimida, pero no era normal que pudiera percibirla un no nautolano.

    He visto poca consideracin por el bienestar del soldado dijo Obi-Wan.

    Kit ri sin ganas.

    Los abismos de la poltica y los privilegios hacen que la guerra parezca algnentretenimiento lejano.

    La criatura que tenan delante gir 180 grados la cabeza de globo, sin mover los

    hombros.Vamos, seor. Al fin y al cabo, slo es un clon.

    Slo es un clon. De carne y hueso, s, pero procedentes de una probeta, slo uno masdel milln doscientos mil que nacieron sin padre que los protegiera ni madre que losllorara.

    Tan solo un clon.

    Obi Wan no tena ganas de discutir. Los soldados clon resultaban extremadamentecmodos para quienes no teman morir en combate, y cuyos hijos no tendran que tomarlas difciles decisiones de un soldado. Aquel troglodita slo haba expresado su opinin

    sincera.Excelente, excelente dijo otro testigo, una criatura de piel curtida que luca un

    ciclpeo racimo de ojos en el centro de la cabeza. Excelente. Ya comprendo cmo segan el MJ la reputacin que tiene en los bajos fondos.

    Ambos intercambiaron una extraa mirada que pic la curiosidad de Obi Wan.

    Qu reputacin es sa?

    Ambos se giraron hacia la arena, fingiendo no haber odo su pregunta. Pero a Obi-Wan no se le engaaba tan fcilmente. Sinti un escalofro de alarma. Aquello s queocultaba ms de lo que pareca.

    Elde la piel curtida volvi a hablar.

    Quieres preocuparnos dijo a Lido Shan. Estamos dispuestos a aceptar lapotencia de un dispositivo como se. Pero..., ejem..., por fortuna, hoy tenemos Jedi entrenosotros. Sera incorrecto solicitarles una demostracin?

    Obi Wan vio cmo docenas de ojos se posaban sobre ellos, juzgndolos,murmurando. Vio dedos, tentculos y garras furtivas, y hubiera jurado que algunosintercambiaron crditos. Apuestas sobre el resultado?

    Kit Fisto se acerc a l sin mirarle.

    T qu opinas de todo esto?Obi-Wan se encogi de hombros.

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    No tengo prisa por satisfacer su curiosidad.

    Yo tampoco dijo Kit, y sus tentculos vibraron como si tuvieran vida propia. Acontinuacin se gir y se dirigi a la tcnica: Disculpe. MJ-trece es algo ms queuna simple denominacin alfanumrica?

    Ah estaba la pregunta que el propio Obi-Wan haba dudado en hacer.Una leve corriente de susurros recorri el auditorio. La tcnica se agit inquieta.

    Oficialmente, no... comenz a decir.

    Y extraoficialmente? inst Obi-Wan.

    La tcnica se aclar la garganta, incmoda.

    Entre contrabandistas y delincuentes dijo, hay gente que lo llama elMatajedis.

    Encantador dijo ms para s mismo que para la audiencia, y por un momento

    demasiado sorprendido para responder. Matajedis? Qu era esa obscenidad?A su lado, Kit, con su implacable mscara verde plido, se alis la tnica. Obi-Wan

    se dio cuenta de que los tentculos de su crneo no paraban de agitarse mientras susojos sin prpados se clavaban en el androide.

    Qu haces? pregunt Obi-Wan, conociendo la inevitable respuesta. De hecho,estaba casi seguro de que era el motivo por el que haban invitado a Kit: su genio y suvalor eran conocidos por todos.

    Me gustara enfrentarme a esa cosa dijo Kit con calma letal en su voz. Luegoalz el volumen y lanz el desafo. Tcnica! Cuando quiera.

    Los sensores de la cabeza del nautolano ondearon en el aire inmvil. El androide lecontempl sin reaccionar. Tras mirar una nica vez a Obi-Wan, Kit se plant en la arenade una voltereta, con un aplomo y una fluidez que sera la envidia de cualquier guardiade puntas de chinbret, aterrizando sin el menor ruido.

    Se qued a unos diez metros del MJ. Al igual que antes, el androide parecainofensivo. El sable lser del Maestro Fisto reluci en sus manos, y su hoja esmeralda seelev desde el mango, chamuscando el aire al florecer.

    El androide emiti un zumbido que fue subiendo en tono e intensidad hasta poner lapiel de gallina a Obi-Wan. Se qued inmvil, desplazando slo la superficie,segmentndola una vez ms en configuracin arcnida. Pareca estar olisqueando el

    aire. Su lamento insectil vari, como si se mostrara temeroso de su nuevo oponente.Volvi a extender los tentculos, pero esta vez los agit de forma viscosa y peculiar.

    Extraa en verdad. Pese a que se mostraba flexible y alerta, intentara emplear lamisma tctica que con el soldado? Puede que el androide no estuviera tan avanzadocomo se haba temido en un principio...

    Kit rechaz el primer tentculo con un golpe de sable lser, sin dificultad y condesprecio. Obi-Wan se dio cuenta de que su atencin haba pasado del MJ, paracentrarse en Kit, admirando la fuerza de su presencia, la claridad de sus posturas alelegir los puntos de conflicto. Kit era partidario del estilo de combate Forma I, unorgulloso...

    Un momento.

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    En la mente de Obi-Wan sonaron sirenas de alarma. Algo iba terriblemente mal. Suinteligencia se esforzaba por mantenerse a la altura de su intuicin. La repeticin del MJde pautas anteriores le haba hecho confiarse. Los tentculos slo son un engao.Dnde estaba entonces el verdadero ataque?

    Se ech hacia delante, examinando ms cuidadosamente al androide. Los pies. Tenalas espinosas extremidades clavadas en la arena. Y estaban proyectndose hacia elexterior, acechando bajo la superficie-Haba ms tentculos, camuflados con otro colorpara parecer arena.

    La cosa ataco simultneamente en dos niveles, una estrategia que superaba a casicualquier guerrero viviente. Y lo ms perturbador era que estaba confundiendodeliberadamente a Kit, actuando en mltiples niveles de ritmo y eficacia, haciendomalabarismos con sus tcticas, haciendo que se confiara cada vez ms.

    Los tentculos de la arena consiguieron llegar a unos centmetros de su objetivo antesde que Kit los percibiera. Sus ojos enormes se abrieron todava ms al ver estallar laarena. Un tallo se enred entre sus tobillos, Intentando hacerle caer de espaldas. Otrasextremidades acudieron en ayuda de la primera.

    Los espectadores se quedaron atnitos al darse cuenta de que estaban a punto de verlo impensable: un simple androide venciendo a un poderoso Jedi!

    Pero Kit estaba lejos de ser vencido. Se agach y salt hacia delante romo si ltambin hubiera estado simulando. Gir sobre su eje vertical, como una especie deacrbata de carnaval, y aterriz directamente sobre el MJ. Se adapt al movimiento delMJ, cabalgndolo en lugar de luchar con l, deslizndose entre los tentculos con unsentido del ritmo ms rpido y preciso que el pensamiento consciente.

    El androide no haba previsto semejante asalto, pese a sus capacidades, y no pudo

    afrontarlo a tiempo. Solt al Jedi y retrocedi un paso, blandiendo todos los tentculoshacia Kit, cuyo sable lser echaba chispas. Las extremidades caan cercenadas en laarena, y las ms grandes seguan latiendo, como si fueran criaturas con vida propia enlugar de miembros mutilados.

    El nautolano se ech al suelo, dio una voltereta y volvi a atacar, el rostro tenso enun grito de combate.

    El MJ pele con intensidad maniaca, y Obi-Wan se pregunt: Qu intentar hacer?Los tentculos se lanzaban una y otra vez hacia la cabeza de Kit. Acaso Lido Shan nohaba introducido en el androide los comandos inhibidores adecuados? De ser as, si lareluciente monstruosidad tena alguna posibilidad de vencer, acabara cortando al

    nautolano. La mano de Obi-Wan se desliz hacia el sable lser, y sinti que sedesvaneca la pesadez causada por treinta y seis agotadoras horas de viaje. Si surga lanecesidad...

    Pero Kit ya estaba a la distancia de un sable lser. El androide estaba en desventaja atan corta distancia. Ahora Kit era el depredador, y el MJ se vea reducido al papel depresa. Retroceda, siseando, sobre sus esbeltas patas doradas, blandiendo los tentculos,como si no pudiera procesar los datos con rapidez suficiente para responder alheterodoxo ataque. El sable esmeralda de Kit estaba aqu, all, en todas partes,impredecible, invencible. Los discos giratorios de energa ya no absorban los golpes;slo los rechazaban, y las chispas llovan en todas direcciones.

    Kit se sumi en una vertiginosa sucesin de movimientos lo bastante complejos yrpidos como para desconcertar a la mirada experimentada de Obi-Wan. El sable lser

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    del Jedi nautolano se introdujo entre los escudos energticos, descendiendo por primeravez sobre la carcasa del MJ. El androide solt un grito agudo de dolor. Sus relucientespatas se estremecieron.

    Se desmoron sobre la arena. Se agit, luchando por levantarse, y a continuacincay de lado, soltando humo y chispas.

    El estadio se sumi en el silencio mientras la multitud asimilaba lo que acababa depresenciar. Era evidente que algunos de los presentes no haban visto nunca a un Jedi entodo su esplendor. Una cosa era or historias susurradas sobre los misteriosos habitantesdel Templo, y otra muy distinta presenciar con tus propios ojos esa habilidad casisobrenatural. Al cabo de cien aos, algunos seguiran contando a sus tataranietos lahistoria de aquella demostracin.

    Pero haba otro aspecto de la cuestin que haba pasado desapercibido a casi todos,un extrao fenmeno que se haba manifestado primero con el soldado, pero que serepiti de forma todava ms pronunciada con Kit Fisto: el MJ haba "adivinado" lasreacciones del nautolano.

    Obi-Wan sinti un amargo regusto metlico en la boca, una sensacin que reconocicomo el primer estadio del miedo.

    Qu es esa mquina? pregunt. He notado que los escudos absorben, msque rechazar.

    La tcnica asinti.

    Y eso qu le sugiere, Maestro Jedi?

    Que no est pensado para la batalla. Est diseado para proteger su entornoincluso de los rebotes.

    Excelente dijo ella.Y a juzgar por su apariencia fsica, yo dira que es una especie de androide de

    seguridad personal.

    Lido Shan alz las manos, pidiendo silencio.

    Con esto damos por concluida la demostracin dijo. Algunos de ustedesrecibirn un informe personal. El Canciller Supremo agradece su presencia aqu.

    La multitud se dispers, y algunos se pararon para felicitar a Kit. Quiz pensaronbajar para darle la mano o una palmada en la espalda, pero ninguno de esos gestospareca apropiado ante la tensin que se dibujaba en los ojos negros sin prpados de Kit.

    Obi-Wan salt desde las gradas y dio al nautolano su tnica. Kit la cogi sin decirpalabra, y caminaron juntos hacia la salida. Obi-Wan mir de nuevo hacia la arena,donde los androides de servicio seguan aspirando aceite y fluidos. Qu hubiera hechol, Obi-Wan, de haberse enfrentado a semejante desafo? No albergaba dudas de quehubiera salido victorioso, pero al mismo tiempo se dio cuenta de que el enfoqueimpredecible y catico propio del nautolano le haba dado ventaja ante la mquina. Lasrespuestas ms comedidas de Obi-Wan podran haber sido menos efectivas.

    Mientras salan, pasaron frente a unos soldados, todos sacados del mismo molde,todos con las mismas espaldas anchas, los rostros ocultos, la misma apostura militar y elmismo brillo. Atendan a su hermano vencido con sorprendente ternura, y Obi-Wan sepregunt si...

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    Los tentculos del nautolano se alzaron, y Kit se gir, como si le hubiera ledo lamente.

    Obi-Wan?

    Por un momento me he preguntado si le conoca de antes.

    -Y?Y me he dado cuenta de la tontera que es pensar eso.

    Tontera? pregunt Kit.

    S. Porque los conozco a todos.

    Muy cierto. Pero al ver cmo cuidaban a uno de los suyos, como si no hubiera nadiealrededor, se pregunt si l o cualquiera al margen de ellos los conoca de verdad.

    -3-

    La sala de juntas del Canciller era alta como cuatro wookiees, con un techo demrmol soportado por enormes columnas de durocemento. Los enormes ventanalesofrecan una impresionante vista de Coruscant: enfrente, al otro lado de la avenida,estaban la embajada de Bonadan y el restaurante giratorio Skysitter. El denso bosque dedurocemento daba una sensacin de grandeza que impresionaba a los dignatarios delBorde Exterior, pero Obi-Wan siempre se preguntaba si no podra hacerse algo msproductivo con todo ese espacio.

    Un grupo de dignatarios kuatis con escamas y ojos esmeralda intercambiabanformalidades y despedidas con el Canciller y sus asistentes. Los dos Jedi permanecieronen un rincn de la estancia mientras los embajadores ejecutaban complejas reverenciasceremoniales.

    Mientras esperaban, Obi-Wan se dio cuenta de que Kit pareca algo incmodo.

    Te encuentras bien? le pregunt en voz baja. Acaso el androide result serdemasiado peligroso para tu comodidad?

    Desde que conoca a Kit siempre le haba visto autocontrolarse perfectamente.

    Mi vida no gira alrededor de la comodidad dijo el nautolano. Aun as..., comohe odo decir a los humanos, falt un pelo.

    Por raro que parezca, esas palabras indicaron a Obi Wan lo mucho que le habacostado derrotar al MJ. La ltima afirmacin result ser lo ms revelador que le haba

    odo decir al nautolano.Cuando los diplomticos salieron de la habitacin, el Canciller Supremo Palpatine se

    dirigi por fin a ellos, con la ancha frente crispada por la preocupacin y los labiosapretados dibujando una finsima lnea.

    Disculpen las molestias y el misterio, amigos mos dijo. En brevecomprendern lo necesario de ambas cosas.

    Canciller dijo Obi-Wan, que no estaba de humor para formalidades. Va acompartir ya con nosotros el secreto del Matajedis?

    El Canciller entrecerr los ojos.

    Admito mi sorpresa. Ni el ms vil de nuestros conciudadanos puede encontrardivertido ese apodo vulgar. Hizo una pausa reflexiva y continu. Por favor,

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    permtanme una digresin para contextualizar la situacin.

    Palpatine les hizo un gesto para que tomaran asiento. El Canciller se situ tras el granescritorio, y rectngulos de luz y sombra dividieron su rostro en cuadrantes. Se girhacia la tcnica de pelo corto, que haba entrado silenciosamente en la habitacinmientras hablaba el Canciller.

    Lido Shan?

    Ser un placer, seor dijo ella. Cuando lleg a nosotros esta mquina, laprimera prioridad fue determinar exactamente por qu funcionaba de forma tan inusual.Los escaneos iniciales no dieron muchas pistas sobre el mecanismo interior, aparte deuna unidad procesadora central completamente protegida.

    Y, obviamente, el procesador pas a ser el centro de su investigacin dijo Obi-Wan.

    Obviamente respondi Lido Shan, dejando que sus plidos labios se curvaran enuna sonrisa. Abrir el procesador invalidaba la garanta, pero decidimos que mereca lapena.

    Kit lade la cabeza.

    Y qu encontraron?

    Por favor dijo Lido Shan, imitando la tendencia que tena el Canciller aldiscurso indirecto. Todo a su tiempo. Empecemos por una evaluacin basada en lascapacidades demostradas hizo una pausa, recobrando la compostura. El MJ es unbioandroide sensible a la Fuerza de un tipo que hasta ahora se consideraba imposible.Hace casi un ao que se venden por toda la galaxia. Se venden ms rpido de lo que sefabrica, incluso a un precio exorbitante.

    Sensibles a la Fuerza? resopl Kit. Absurdo! Por qu no habamos vistoantes a estos androides?

    Porque respondi ella son lo ms exclusivo y caro que hay en androides deseguridad personal.

    Y cul es exactamente su precio? pregunt Kit.

    Ochenta mil crditos dijo Shan. Hizo un gesto, y en el aire que le rodeaba sedibuj un laberinto hologrfico de circuitos de androide. Pas las manos por laestructura interna, repasando varios rasgos, y respir hondo. Y ahora llegamos al quidde la cuestin. El secreto de su xito es el diseo nico de su circuito viviente que

    incorpora elementos orgnicos en el procesador central, lo cual le permite una mayorempata con los propietarios y una mayor agresin tctica contra los intrusos.

    Circuito viviente? pregunt Kit.

    Lido Shan pareca tener casi la misma habilidad que el nautolano para no parpadear,pero Obi-Wan vio que una mucosa amarillenta cubra sus ojos por un instante,disolvindose a continuacin.

    El procesador es en realidad una unidad de soporte vital para una criatura deorigen desconocido.

    El holograma parpade, se oscureci. Apareci una imagen enroscada como una

    serpiente, sin ojos. Una escala comparativa dio a entender que la criatura era del tamaodel puo cerrado de Obi-Wan.

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    Eso da al androide sus cualidades especiales? pregunt l.

    S dijo Lido Shan. As lo creemos. Hicimos una peticin directa deinformacin a los fabricantes, pero se negaron a revelar su secreto.

    Y el fabricante es...?

    Cestus Ciberntica. Conocen Ord Cestus?Obi-Wan recurri a su memoria.

    El planeta de donde procede la armadura baktoide?

    Excelente dijo el Canciller Supremo.

    Lido Shan asinti.

    Segn nuestros contactos en Cestus, se trata de unos animales llamados anguilasdashta. Al parecer, estas dashta no son seres inteligentes, por tanto, estaramos ante elprimer ser no inteligente que muestra un profundo nivel de... bueno, de sensibilidad ante

    la Fuerza. Anguilas dashta? Obi-Wan mir a Kit, que neg con la cabeza.

    Posiblemente procedan de la Sierra de Dashta, en Cestus dijo el Canciller.Combinadas con el armamento nico del MJ, proporcionan al androide una ventaja consu anticipacin en combate. Lo hemos probado con varios oponentes, y el Maestro Fistoha sido el primero en vencerlo.

    Kit hizo una ligera inclinacin, nica seal de su regocijo.

    Por ese motivo dijo el Canciller, la opinin del Maestro Fisto es de un valorincalculable.

    Kit Fisto apret los labios un momento, como si no quisiera dar una respuestadesconsiderada.

    La vida siempre tendr ms armona con la Fuerza que cualquier mquina dijol. Sin embargo...

    Sin embargo. La mirada rpida y preocupada del nautolano revel sus pensamientoscon tanta claridad como un grito.

    Cundo aparecieron estos Matajedis en el mercado? pregunt Kit.

    Hace cosa de un ao respondi Palpatine. Poco despus del inicio de lasGuerras Clon. Los numerosos contratos con la Federacin de Comercio propiciaron un

    boom econmico en Cestus, que se vio obligado a subcontratar a la Factora deArmamento Baktoid. Tras la batalla de Naboo, la Federacin de Comercio cort surelacin con los fabricantes, provocando el caos econmico en el planeta. En sudesesperacin financiera, Cestus recurri a la Repblica, solicitando nuestra ayuda. Leshicimos un pedido considerable... entrecerr los ojos, pero, por desgracia, tenamosdemasiados compromisos econmicos y no pudimos realizar el pago con prontitud. Elcaos econmico aument. Puede que hayamos juzgado mal la importancia de estepequeo planeta. Hizo una pausa. Lido Shan, hblales de los gabonnas. Lido Shansuspir.

    En cuanto empez la guerra, decidimos restringir la venta de algunas piezas

    tcnicas de importancia. Entre ellas estn los cristales de memoria de los gabonnas, queOrd Cestus emplea en la fabricacin de los prestigiosos androides de seguridad Cesta,

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    su producto no militar ms famoso antes de la lnea MJ.

    Y cmo desemboc eso a la situacin actual? pregunt Obi-Wan. Fue porlas restricciones dijo Shan. El delicado equilibrio econmico de Cestus fue a peor.Los gabonnas son los nicos cristales de memoria lo bastante rpidos como para darenerga a un androide de seguridad personal de clase cinco coment sin inflexin enla voz, como si diera por hecho que era un dato conocido. Casi todos los androides decombate son clase cuatro, y pueden funcionar con un hardware menos extremo.

    El Canciller neg con su canosa cabeza.

    Cestus tuvo... mala suerte, y quiz poner tantos huevos en una sola cesta fueimprudente.

    Entiendo dijo Obi-Wan, Kit Fisto habl por los dos.

    Entonces... la situacin es bastante inestable. Cestus ya no confa en nosotros.

    El Canciller asinti.

    Su tarea es doble, amigos Jedi. He consultado con el Senado y con el Consejo Jediy hemos acordado que su misin ser contactar con la regente cestiana, G'Mai Duris, yrecuperar su confianza tomando las medidas necesarias para garantizar el actual ordensocial. Debemos traerlos de vuelta al rebao y bloquear la produccin de estos obscenosMatajedis.

    El rostro se le torci en una mueca, como si slo decir esas palabras le dejara malsabor de boca.

    Entonces -dijo Obi-Wan, intentando reconstruir mentalmente la lnea temporal, loscestianos consideran a la Repblica responsable de haber provocado un caos econmicoen dos ocasiones. Supongo que recurriran al Consejo de Comercio.

    As es, e intentamos llegar a un acuerdo, llegando hasta a ofrecer un contratomilitar ms lucrativo.

    Y? pregunt Kit.

    Las negociaciones fracasaron.

    Por qu?

    Nos dijeron que el pago deba ser por adelantado la expresin del Canciller sevolvi todava ms grave. Algo que no podemos hacer con un contrato de esaimportancia.

    Disculpe mi ignorancia en materia de negocios gru Kit, pero estoy segurode que los cestianos saben que estn flirteando con el desastre. Cmo puede merecerlesla pena arriesgarse tanto slo para vender unos pocos miles de androides? Se inclinhacia delante, con los ojos oscuros bullendo de intensidad. Explquenoslo.

    Lido Shan cerr los ojos un momento y habl.

    Los MJs slo representan una fraccin de la economa total de Cestus, pero se hanconvertido en objetos de moda, de estatus social, aumentando el valor de toda esa lneade productos.

    Obviamente hay problemas adicionales admiti Palpatine. La poblacin de

    clase baja, que por supuesto constituye el noventa y cinco por ciento de Cestus,desciende de... cmo decirlo con delicadeza? Se qued pensativo, pero abandon sus

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    esfuerzos por ser polticamente correcto. Descienden de criminales y aborgenes sincivilizar, y heredaron las desafortunadas tendencias sociales de sus antepasados. Si nose encuentra una solucin adecuada, las familias ms pudientes y el Gobierno electopodran caer en desgracia y desaparecer.

    Obi-Wan asinti, pensando en que an haba muchas cosas por aclarar.

    Por qu es tan grave la situacin?

    Porque Cestus es un planeta relativamente desrtico, que no puede sustentar a supropia poblacin sin importar nutrientes para el suelo, alimentos, medicamentos yrecursos. Cada gota de agua consumida por un colono debe ser cuidadosamenteprocesada.

    Entiendo.

    Los primeros MJs que aparecieron en el mercado tenan un precio exorbitante.Esto no pas desapercibido, pero no nos pareci motivo de alarma. Y despus recibimosinformacin adicional.

    Qu informacin? pregunt Kit.

    Que la Confederacin haba hecho una oferta de compra para adquirir miles deestos androides de seguridad. Puede que decenas de miles.

    Obi-Wan se qued de piedra.

    De tanto dinero dispone el Conde Dooku?

    Eso parece dijo Palpatine con remordimientos visibles.

    Kit Fisto entrecerr los ojos.

    Supuse que esas biomquinas no podan producirse en masa.Nosotros tambin lo supusimos, Maestro Fisto, pero parece que nos equivocamos.

    No sabemos cmo, pero s por qu.

    Los emplearn como androides de combate dijo Kit.

    Androides de combate. Obi-Wan frunci el ceo.

    Cmo se le puede permitir eso? Est prohibido vender suministros blicos a losSeparatistas.

    S dijo Lido Shan, pero no hay leyes contra la venta de androides deseguridad a planetas de la Confederacin, que es lo que tcnicamente est haciendo

    Cestus. Al margen de que los MJs puedan convertirse en herramientas letales con slocambiarles el cristal de memoria.

    Obi-Wan dese que su rostro ocultara sus pensamientos, porque en aquel momentoslo senta consternacin. La idea de que convirtieran a los bioandroides en mquinasletales era alarmante. Esas mquinas podran contrarrestar hasta la pequea ventajaprecognitiva de que disfrutaban los Jedi en combate.

    No poda permitirse.

    Hemos sabido que el Conde Dooku ofreci a Cestus sus propios gabonnas, lo cualpermitira que las cadenas de montaje reanudaran la produccin. Tambin ofreci

    tecnologa que permitiera a Cestus dinamizar y aumentar su produccin de androides yanguilas dashta.

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    Clonando?

    S. Segn los rumores, disponen de una tecnologa superior a la de loskaminoanos. Tcnicas que crean colonias superpobladas de tejido neuronal vivo, lo cualpermitira a sus fbricas producir en masa un proceso que hasta ahora era bastanteexclusivo y costoso.

    Aquellos que anteponen el beneficio a su propia libertad dijo Kit suelenquedarse sin ninguna de las dos cosas.

    Hizo una pausa, y sus tentculos sensores temblaron ligeramente. Quizs, al igualque Obi-Wan, imaginaba una batalla contra miles de mquinas, cada una tan peligrosacomo el oponente metlico con el que haba peleado en la arena del estadio T'Chuk.Una oleada terrorfica de asesinos precognitivos.

    El Canciller pareci animarse al ver que los dos comprendan la situacin. Lo ciertoes que, en opinin de Obi-Wan, quien apenas comprenda la situacin a la que seenfrentaban era el propio Canciller. Podra ser un poltico experto, pero Palpatine segua

    siendo un ignorante en todo lo referente a la Fuerza.Obi-Wan se sorprendi pensando en voz alta.

    Quiz lo que se necesite sea un decreto especial que prohba a Cestus fabricar yvender estos androides.

    Pero la galaxia espera y observa mientras se promulga dijo Kit.

    As es dijo el Canciller. La luz, de la ventana del techo divida su rostro. Si elConsejo de Comercio obtiene el control del pequeo y preciado Cestus, nosotrosquedaremos como unos abusones. Pero mientras las cosas no degeneren hasta ese punto,el Senado, el Consejo Jedi y yo preferimos seguir intentndolo por la va diplomtica.

    Con un sable lser? pregunt Kit.El Canciller esboz una dbil sonrisa.

    Esperemos no tener que llegar a eso. Amigos mos, su misin ser viajar a OrdCestus e iniciar conversaciones formales. Pero las negociaciones sern la tapadera delotro propsito: convencer a Cestus, y de paso a los dems sistemas estelares implicados,de que el Conde Dooku es demasiado peligroso como para tratar con l.

    Con qu recursos contaremos, seor? pregunt Kit.

    Y entonces, por fin, la sonrisa del Canciller se mostr segura y fuerte.

    Con lo mejor de lo mejor.-4-

    El ocano estaba tranquilo, trescientos kilmetros ms abajo. Desde aquellaperspectiva privilegiada y pacfica, uno nunca supondra que en las profundidades deaquellas aguas haba valientes soldados batindose, luchando, matando. Muriendo.

    De los costados de las naves de transporte de tropas brot una corriente continua decpsulas unipersonales, marcando la atmsfera con su ardiente descenso. Dentro de lostransportes, los corredores bullan con interminables mareas de soldados uniformados.La actividad era frentica en los pasillos, como vasos sanguneos llenos a reventar de

    clulas vivas. Los soldados no llevaban armadura de combate, sino trajes deprofundidad negros y flexibles. Corran rtmicamente, en perfecto orden, levantando

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    rodillas e irguiendo la barbilla, dirigindose a su cita con el peligro, quiz con la muerte.Cada uno meda exactamente 1,78 metros, tena el pelo corto y castao y penetrantesojos marrones. Su color de piel era moreno claro, con variaciones ms oscuras entrequienes haban pasado ms tiempo al sol. Todos los rostros eran idnticos, con cejaspobladas y narices chatas sobre bocas estrechas.

    Soldados clon, todos y cada uno de ellos.

    Algunos no eran soldados corrientes, aunque pocos hubieran sido capaces dedistinguirlos del resto. Eran los Comandos Avanzados de Reconocimiento. Eran unapequea fraccin de todos los clones criados en los laboratorios de clonacin deKamino, y los ms letales jams creados.

    Contrariamente a la creencia popular, los soldados clon estndar no eran simplesguardias de asalto descerebrados o carne de can lser. Estaban entrenados en unamplio espectro de disciplinas militares que iban desde el combate frente a frente hastatcnicas mdicas de emergencia, adems de oscilar en rango de soldado raso acomandante, segn fuera su rendimiento en el campo de batalla. Tericamente, todoslos soldados eran iguales, pero la experiencia y las pequeas variaciones en lascondiciones iniciales de clonacin hacan que algunos fueran ms iguales que otros.

    Dentro de una de esas naves, la Nexu, corra un hombre cuya armadura detentaba elcolor azul del capitn. Su casco y el chip de su cuello lo designaban como un A-98,conocido como Nate entre los suyos. Aunque en otro momento y lugar haba guiado asus hermanos al combate, ahora slo era uno de ms de mil seres idnticos que corranal trote hacia su destino.

    El siguiente clon en la fila se encerr en una cpsula cilndrica de lanzamiento,dejando a Nate la comprobacin tcnica en los monitores externos. Nate repas la lista

    mentalmente, una lista que se saba mejor que las arrugas de su mano derecha, y dio elvisto bueno a la cpsula con un golpecito de su palma callosa en la pared del vehculo.Vio los ojos de su hermano a travs del calor y del mamparo blindado. Sus propios ojos,reflejados en los suyos.

    Con un movimiento brusco, sus ojos retrocedieron, al hundirse la cpsula en la paredpara llegar hasta la cinta transportadora.

    Se gir, asinti al siguiente soldado de la fila y se meti en un tubo. El hombrecomprob los datos de Nate, tal y como l haba hecho por el soldado que le preceda enla fila. Escuch el golpecito contra la pared de la cpsula. Un sonido reconfortante. Pormuchas lucecitas parpadeantes que tuviera, no haba nada ms tranquilizador que la

    aprobacin de otro soldado.La cpsula, que se haba empleado en numerosos lanzamientos anteriores, apestaba a

    sudor, y no al suyo, aunque el anterior ocupante era su gemelo gentico. Nate detectrestos de medicamentos antivirales diseados para funcionar en un entorno aliengena.Inhal profundamente, manteniendo una parte de su mente en piloto automtico,mientras el resto de su ser repasaba la lista de comprobaciones de su atad de metal.

    Ese olor. Dulce, agudo y orgnico. Triptofagea, supuso. La triptofagea era unmedicamento empleado para prevenir las fiebres en al menos seis planetas que podanombrar sin pensarlo. Slo uno de ellos haba sido recientemente escenario de algunaaccin blica, y supuso que eso significaba que el ocupante anterior haba estado el mes

    precedente en Cortao.Era consciente, a un nivel ms profundo, de que esos pensamientos eran una simple

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    distraccin ante el peligro de la cada. El riesgo siempre era un factor a tener en cuenta.El miedo era el compaero constante de un soldado. No haba deshonor en ello; lossentimientos de un hombre no importan. Lo que s importaba eran sus actos. l era unode los pocos soldados CAR que haba en la galaxia, y en lo que a l se refera, no habauna vida mejor.

    La cpsula se sacudi cuando comenz a bajar por la lnea de transporte. El altavozde su casco comenz a resonar.

    Aqu control a Soldado A-Nueve-Ocho. Tiempo estimado de lanzamiento: unminuto veinticuatro segundos.

    Un minuto veinticuatro segundos repiti Nate, y apret el puo en un saludoinvisible. Al cien por cien dijo. En la jerga de los CAR significaba "perfecto".

    Un minuto veinte. Unos ochenta latidos, suficientes para que mil pensamientoshorribles horadaran como gusanos una mente desprevenida. Haba aprendido cientos deformas de lidiar con ellos, y ninguna era mas potente que el ritual personal de la

    meditacin de su cohorte. Se sumergi en sus cmodos pensamientos, invocandoimgenes mentales de colores y formas, tal y como haba hecho desde la infancia,regocijndose en la simplicidad y belleza de cada patrn geomtrico. Se escuch elpulso mientras su corazn reaccionaba, bajando a cuarenta pulsaciones por minuto.Recit las doce palabras grabadas a fuego en su alma: "Lo importante no es con qupelea un hombre, sino por qu pelea."

    Nate luchaba por el honor del Gran Ejrcito de la Repblica y, para el, esa obligacinera algo bello.

    Haba gente que crea que los clones no saban apreciar la belleza, pero seequivocaban. La belleza era eficacia y funcionalidad. La belleza era tener un propsito y

    carecer de lo superfino.La mayora equiparaba la belleza con la debilidad o la falta de utilidad.

    Los soldados saban que no era as.

    Bump. Otra cpsula que caa. Nate se inclin hacia la izquierda cuando la cpsula selade hacia la derecha, traqueteando mientras se acercaba al final de la fila.

    Bump.

    Cincuenta segundos advirtieron desde control.

    BUMP. El temblor se convirti en un sonido hueco agudo, que perciban ms los

    huesos que los odos. La cpsula se mova con ms suavidad, y A-98 se tom su tiempopara comprobar los datos. Hubo un abrumador momento de silencio. Aguant larespiracin, se calm los nervios, buscando en su interior la parte de su ser quenecesitaba aquello, que viva por el momento que se acercaba.

    Entonces dej de pensar, cuando su cpsula fue expulsada desde el costado de lanave hacia el ocano que tena debajo. La aceleracin lo aplast contra las paredes delvehculo.

    Nate tuvo tiempo de comprobar los visores. Este modelo de cpsula era mejor que laanterior, que lo haba mantenido en la oscuridad la mayor parte del trayecto. sta tenavisores: uno le mostraba la vista desde el casco exterior de la cpsula, y el otro reciba

    alguna seal procedente del Nexu, lo cual le proporcionaba una perspectiva totalmentediferente.

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    Desde el punto de vista de la cpsula, el Nexu era una forma metlica gigantesca,angulosa y plana, erizada de armas y antenas, capaz de transportar veinte mil soldados omegatones de armas y provisiones. La eficacia llevada al lmite.

    Entonces dej de ver aquella imagen, y A-98 se hundi en la atmsfera de Vandor-3.

    La cpsula tembl mientras la friccin calentaba su piel a una temperatura de dos milgrados, un calor que lo habra frito instantneamente de no ser por la pantalla de fuerzatermoenergtica que absorba el calor para almacenarlo en las bateras de la cpsula.

    Nate comprob el equipo mientras se precipitaba hacia el oscuro y arremolinadoocano. Los sensores le comunicaban temperatura, posicin y aceleracin. Lospequeos retropropulsores empleaban la energa almacenada de la cpsula paramantenerse en trayectoria.

    Todo iba bien. De momento no tena nada ms que hacer. Slo caer, luchar y ganar.O morir.

    Su estmago se agit con repentina vibracin cuando la cpsula empez a decelerar.Los repulsores llamearon mientras los sensores le avisaban de que haban alcanzado ladistancia crtica sobre el furioso oleaje.

    Al cabo de treinta segundos, la cpsula volvi a bambolearse, esta vez al chocar conla superficie del agua. Las luces de la cpsula pasaron de amarillo-naranja a rojo alertacuando algunos de los sistemas menores empezaron a chamuscarse. Ni una gota desudor: esa clase de fallos era de esperar. Lo milagroso habra sido que todos lossistemas hubieran permanecido intactos durante todo el descenso.

    Los sensores revelaron que la temperatura del casco de la cpsula descendarpidamente: se sumerga cada vez ms. Nate mordi el aparato bucal, probndolo paracomprobar que la fra corriente de oxgeno vital flua libremente. En breves instantessera demasiado tarde para hacer ajustes. En breves instantes, empezara el juego.

    El intercomunicador chasque al interceptar una conversacin:

    Hemos perdido a uno en el cuadrante cuatro, a otro en el cuadrante dos.Manteneos con vida, chicos!

    Me parece un buen plan murmur l, ms para s mismo que para quien pudieraestar escuchando. Y no llorara si mora un momento despus: su propia luz de alertacomenz a parpadear. Su cpsula tena una avera. El agua helada empez a filtrarseentre las fisuras, cubrindole de tobillos a rodillas.

    Alerta! empez a exclamar su sistema de emergencia . Rotura de casco.Alerta! Rotura de casco...

    Gracias por el aviso, pens, con todo el costado derecho completamente empapado.Bueno, reflexion Nate amargamente, era lo que pasaba cuando se concedan loscontratos a la oferta ms baja.

    Han entrado por tres unidades del flanco izquierdo. Iniciad procedimientos deemergencia. Se solicita permiso para terminar la operacin.

    Negativo! dijo el comandante, sin el menor indicio de piedad en la voz. Nateadmiraba y odiaba a la vez aquella cualidad. Procedan hasta el objetivo.

    La primera voz lo intent de nuevo.

    Se solicita permiso para iniciar operacin de rescate.

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    Negativo, soldado! Las unidades designadas ofrecern fuego de apoyo.Continen hacia el objetivo.

    Al cien por cien respondi el soldado.

    La claustrofobia y los aullidos de los hombres condenados a morir habran hundido a

    cualquiera, pero Nate termin de repasar todos los controles de emergencia con laprecisin de una mquina, pulsando botones y palancas mientras el agua continuabaaumentando la presin del aire, hasta que sinti que iba a explotarle la cabeza.

    La cpsula se estremeci y se sacudi, y un diodo rojo situado ante l inici unacuenta atrs. El aire sise en su boca cuando se rompi el casco exterior y el aguaengull su mundo. La cpsula se dividi a lo largo del eje longitudinal: la parte superiorse perdi en las profundidades, mientras la de abajo se transformaba en un trineo deflotacin.

    Cientos de sus hermanos flotaban en formacin a su alrededor. l slo era uno msen la multitud aparentemente infinita de hombres maniobrando en las tinieblas. Hasta

    donde alcanzaba la vista, haba Soldados nadando agarrados a sus trineos, en formacingeomtrica infinita.

    Se agarr con fuerza al trineo y lo redirigi, feliz de recuperar el control de sudestino. Sinti que le invada una extraa satisfaccin. Aquello s que era vida para unhombre. Tener su destino en sus propias manos, rodeado de sus hermanos, escupiendoal maldito ojo de la muerte Compadeca a los tmidos seres que jams habanexperimentado esa sensacin.

    Cada trineo estaba equipado con una cmara en el morro que transmita imgenes atravs de una red de baja frecuencia, generando un holograma del tamao de un puoque Nate poda girar para examinarlo desde todos los ngulos.

    Las formaciones de los soldados tenan la precisin geomtrica de los copos de nieveo de las piedras preciosas pulidas. No era difcil suponer que aquellos complejos yhermosos patrones se haban ensayado de antemano, pero esa hiptesis era incorrecta.La formacin era simplemente el inevitable resultado de innumerables soldadosrespondiendo a instrucciones sencillas, implantadas en ellos durante sus intensas ytruncadas infancias.

    Nate dej de fijarse en las formaciones para centrarse en sus propias tareas. Su laborse limitaba a proteger a seis soldados: los que tena encima, debajo, a la derecha, a laizquierda, delante y detrs. Y, por supuesto, confiar en que ellos haran lo mismo por l.Si haca eso, mantena la distancia adecuada y los factores medioambientales eran los

    apropiados, las formaciones clon asuman de forma natural la posicin correcta para elataque y la defensa. Una vez en combate, otras instrucciones del ncleo producandiferentes efectos.

    Se movieron atravesando las tinieblas, con luces destellando en cada trineoindividual, iluminando las formas irregulares de las plantas y animales del fondo delocano. Todo era silencio, exceptuando la esttica ocasional del intercomunicador ensus odos y el ronroneo del motor del trineo. Todo iba al cien por cien y despejado.

    Nate se concentr en lo que tena entre manos, sin pensamientos sobre el pasado o elfuturo que le nublaran la mente. Sus manos se agarraban con fuerza a las asas, ypataleaba en el agua, a pesar de que el trineo tena su propia propulsin. Le encantaba la

    sensacin que le producan los impresionantes recursos de su cuerpo. Un soldadonecesitaba resistencia infinita, una espalda slida y msculos fuertes y potentes en el

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    abdomen. Algunos cometan el error de creer que la verdadera fuerza de un soldadoestaba en la parte superior del cuerpo. Era lo que ms llamaba la atencin a los civilescuando vean a un soldado sin armadura: los fibrosos hombros y antebrazos, los dedosgruesos y toscos, sorprendentemente diestros.

    Pero no, la diferencia la marcaban las piernas, capaces de soportar el doble de supropio peso en una cuesta de treinta grados a paso firme. Y su espalda, capaz deacarrear a uno de sus hermanos y llevarle a lugar seguro sin apenas esfuerzo. No, unsoldado no se preocupaba por su apariencia. Lo que le importaba era el comportamientoante el fuego.

    Oy una conversacin por el intercomunicador.

    Hemos establecido contacto, flanco derecho. Es una especie de serpientesubmarina o tentculo...

    Era el momento!

    Maniobras evasivas! Triangular en sector cuatro-dos-siete!

    Un holograma empez a relucir en el agua, ante sus ojos, mostrando dnde seencontraba el sector. Bien. An no haba visto nada que pudiera tomarse comoreferencia de posicin. En el momento que viera algo, su formacin, su sistema de"mapa interior", se pondra en marcha, pero por el momento deba confiar en latecnologa.

    Algo esperable, pero aun as perturbador, se abri paso en su tranquilidad: el sonidodel lamento de un soldado, un grito ahogado. Y entonces:

    Hemos perdido a uno.

    Nate sinti la presin de la onda de agua antes de que sus ojos o los sensoresrevelaran una amenaza. A su alrededor, sus hermanos se dispersaban, huan. Un carnosotentculo terminado en copa acab con el soldado que tena a dos filas a la izquierda,dejando detrs una columna burbujas. Oscuras nubes se agitaron en la mirada de milojos de sus linternas.

    Por fin pudo ver a lo que se enfrentaban, y se maldijo a s mismo: cmo podahabrsele pasado? Todo el suelo ocenico estaba cubierto deformaciones que habaconsiderado de roca, pero que ahora resultaban ser una colonia gigante e indiferenciadade formas de vida hostiles. Haba miles de millones, un arrecife que se extenda en todasdirecciones a lo largo de kilmetros, una ciudad de bocas salvajes y voraces. Ni siquieralos tentculos eran meros apndices, sino que estaban compuestos por millones de

    pequeos organismos que cooperaban de alguna forma extraa para aumentar susposibilidades de obtener sustento.

    Su mente repas miles de datos en unos segundos. Selenoma, concluy. Letal. Slose encuentra en un planeta, y por la galaxia que no es en este...

    Otra voz en su odo:

    Cuntas cosas de sas hay aqu?

    Solo una absurdamente enorme, lo suficiente como para matarte si no te callas ycumples con tu trabajo. No ocupis el canal. Flanco derecho... apretaos. Vigilad laszonas ciegas de los dems.

    No hubo ms palabras, slo accin. Los rayos de energa chispearon al atravesar elagua, liberando enormes nubes de gas que amenazaban con ensombrecer su visin.

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    Una vez ms, su comprensin y programacin instintivas demostraron no tenerprecio. Viendo a un solo soldado, poda calcular la posicin del resto. Si poda atisbar elsuelo del ocano, poda adivinar el tamao, la forma y la posicin del resto de laformacin y, por tanto, determinar donde, cundo y a quin haba que disparar.

    Cuando un hombre era absorbido entre gritos hacia las profundidades, no dejaba unagujero irreparable en la formacin: los que le rodeaban se acercaban ms y seguanluchando. La criatura del suelo del ocano poda ser un horror auto-regenerador, unacriatura colonial sin ms enemigo natural que morirse de hambre, pero el Gran Ejrcitode la Repblica estaba a su altura. El GER vivira por siempre, y el todo infinito era msresistente que cualquier parte individual.

    Estoy solo! Estoy solo!

    Hemos perdido a otro! Vigilad los puntos ciegos y proteged a vuestroshermanos!

    Tentculo a las nueve! Lo tengo cubierto.

    Nada relativo a un selenoma poda considerarse rutinario, pero Nate, pese a nohaberse enfrentado nunca a un reto semejante, ya saba cmo vencerlo. Otra sofisticadaconducta derivada de instrucciones sencillas. Tena las armas lser calibradas paracombate submarino. Nate apret el gatillo en disparos cortos y controlados, yendo dederecha a izquierda, de arriba abajo, evitando los tentculos que lo buscaban. Su cohortede hermanos y l bailaban una meloda marcial, cortando pedazos de tentculo hasta queel agua se convirti en un espumarajo hirviente de trozos de selenoma.

    Somos el GER, pens con salvajismo, sonriendo al ver que uno de sus hermanosevitaba un tentculo por un pelo. No tenas ni idea de a quin te enfrentaras, a queno, chupametralla, comealgas...?

    Un carnoso tentculo lo agarr, y la adrenalina se dispar en sus venas. Las dentadasventosas golpearon el trineo. Los faros parpadearon y se apagaron. El tentculo masticsu traje de buceo, lanzndole bocados mientras intentaba tirar de l hacia las faucesabiertas del selenoma. El miedo aplac sus ansias de combate, y l lo bloqueinstantneamente. Qu haba dicho Jango? Deja atrs los miedos, donde tienen queestar. Y ahora, haz saltar en mil pedazos todo lo que se ponga en tu camino. Lo harsbien.

    Se haba repetido esas palabras miles y miles de veces, y nunca las haba necesitadotanto como en ese momento.

    El tentculo apret con fuerza suficiente para romperle las costillas a un hombrecorriente y hacerle papilla la columna vertebral. Pero los soldados no eran hombrescorrientes. Nate respir hondo. El aire inhalado transform su pecho en duracero, capazde resistir mientras l pudiera aguantar la respiracin. Nate poda aguantar la respiracindurante casi cuatro minutos, como cualquier soldado.

    Pero, claro, cuando se viera obligado a exhalar el aire, sus costillas se quebraran y elselenoma destrozara y devorara en la oscuridad su cuerpo maltrecho. Pero ahora nopoda preocuparse por eso. Se neg a pensar en la posibilidad de fracaso. En vez de eso,sac el rifle y apunt, disparando rfagas cortas y controladas hasta que el tentculo lesolt.

    El agua se torn negra. Retirada! grit la voz en su auricular. No saba si se trataba de una orden

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    general o dirigida slo a los que estaban en su onda, pero daba igual. Nad hacia arriba,atravesando las turbulentas aguas. A su alrededor flotaban pedazos de selenoma y trozosde otras cosas que no tena intencin de inspeccionar de cerca. Quizs en los inevitablessueos que tendra luego.

    El fondo del ocano ascendi a su encuentro. Faltaban metros para que pudiera hacerpie, y Nate nad y despus se arrastr hasta la superficie. Ahora era el quien tiraba deltrineo, y no al revs.

    Nate si; arranc la boquilla de los labios y jade mientras las olas rompan a sualrededor. An no se haba recuperado del todo. Mir a uno y Otro lado y vio a sushermanos exhaustos, todava mecindose entre las olas, a cientos, arrastrando su equipotras ellos. Se tumb boca arriba, escupiendo agua y contemplando el cielo plateado confatiga paralizadora.

    Las nubes se apartaron. Un aerodeslizador con forma de disco baj Untando hasta laplaya, erizada de armamento. Nate cerr los ojos y apret los dientes. Sabaperfectamente lo que vendra a continuacin.

    Vamos, seguid avanzando les grit el almirante Baraka. El ejercicio acabarslo cuando yo lo diga.

    Lanave de Baraka sigui recorriendo la playa, repitiendo lo mismo Una y otra vez.Dos soldados que estaban junto a Nate escupieron agua. Miraron hacia arriba y negaroncon la cabeza.

    Que sigamos avanzando? dijo uno, alucinado. Ya me gustara ver lo rpidoque arrastrara l su cuerpo de haber tenido que vencer a un selenoma.

    Yo dara el rancho de una semana por saberlo murmur Nate.

    Cuntos nos hemos salvado? pregunt el otro.Los suficientes dijo Nate, y se puso en pie, recogiendo sus cosas y echando a

    andar por la playa. Ms que suficientes.

    Seguid avanzando! exclamaba Baraka desde su posicin en el aerodeslizador. El ejercicio no ha concluido! Repito, el ejercicio no ha concluido...

    El almirante Arikakon Baraka era un calamariano anfibio. Los calamarianos tenanojos saltones y membranas entre los dedos, la piel color salmn y un carcter tranquiloque haca que sus oponentes los subestimaran. Pero el clan guerrero de los calamarianosno tena rival, y Baraka contaba con excelentes hombres entre sus filas. No estabaespecialmente a favor de los clones, pero estar dentro de los enormes y protectoresbrazos de la Repblica tena un precio. En cierto modo, los clones tenan una ventaja:no haba necesidad de reclutar civiles o vagabundos. Le permita tener un ejrcitocompuesto exclusivamente de profesionales.

    Baraka apoyaba de todo corazn la idea de tener estrategas experimentados yprofesionales que complementaran el entrenamiento terico de los kaminoanos.Despus de todo, a la hora de la verdad, los de Kamino eran clones, no guerreros.Baraka haba conseguido cicatrices en cientos de batallas. Era necesario que seextinguiera todo ese conocimiento slo porque el Canciller quisiera ms poder? Jams!La concentracin y la experiencia eran bsicas para un soldado: "La marea retrocede, elremolino se apaga, el krakana se acobarda. se es el poder de un individuo

    concentrado." El filsofo calamariano Toklaer escribi esas palabras mil anos antes, yseguan teniendo la misma validez.

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    Por eso, seres como el almirante Baraka acudan a Vandor-3, el segundo planetadeshabitado del sistema estelar de Coruscant, uno de los muchos mundos casidespoblados donde se realizaban operaciones rutinarias de entrenamiento de clones. Lossoldados clon eran enviados para trabajar codo con codo con soldados nativos encientos de sistemas distintos. No eran malos soldados, y, de hecho, admiraba su

    capacidad para soportar el dolor y su insaciable apetito por entrenarse.Destinado a ser soldado profesional desde la cuna, al igual que su padre y su abuelo

    antes que l, Baraka tema que el nacimiento del ejrcito clon supusiera el fin de unatradicin que haba durado una docena de generaciones.

    Su sargento y piloto eran ambos soldados clon, otros dos humanos de anchasespaldas y piel morena. Bajo sus cascos tenan el mismo rostro achatado que los que searrastraban por la arena bajo ellos.

    Los clculos indican que habr una mortalidad del uno coma siete por ciento enestas maniobras dijo el sargento.

    Excelente respondi el almirante Baraka.Los clones son ms baratos de regenerar que de entrenar, pens. Incluso l se senta

    apabullado por la frialdad de ese razonamiento, pero fue incapaz de sentir el msmnimo atisbo de culpabilidad. Por toda la playa, slo se vean cientos, miles, desoldados saliendo a trompicones de entre las olas, dejando rastros hmedos, comocrustceos malheridos. Eran el sueo hecho realidad de un oficial de mando: unproducto completamente uniforme con el que poder planear campaas con precisinmatemtica. Ningn comandante en la historia haba sabido exactamente cmo iban areaccionar sus tropas. Hasta ahora.

    Pero, aun as..., haba algo que incomodaba a Baraka. Era la idea de quedarse

    obsoleto? O era algo ms, algo ms perturbador an que se resista a ser etiquetado?No supo decirlo. El almirante Baraka tena la vaga impresin de que la falta de

    respeto por la dignidad y el precio de los clones haca que esas cualidades degeneraranen su persona, pero no poda evitarlo.

    Seguid avanzando! Seguid avanzando! grit en el micrfono. Este ejerciciono ha concluido. Repito, no ha concluido hasta que el objetivo haya sido tomado...

    Sigui volando, contemplando los cascos de su piloto y su sargento, que se mirabanentre s. Si no hubieran sido entrenados de forma tan exacta, probablemente el desdnque senta por ellos hara que le odiaran. Dada la presin a la que los someta, unossoldados de tipo inferior le habran quemado vivo encantados.

    Pero, por supuesto, no los soldados clon.

    En lo que a carne de can lser se referan, eran lo mejor.

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    Una vez concluido el da de maniobras, Nate se recost agradecido en el suelo deltransporte que lo llevaba a l y a cincuenta de sus hermanos de vuelta a los barracones.Vandor-3 era el ejercicio de entrenamiento ms intenso que haba soportado. Segn losrumores, la tasa de mortalidad se haba acercado a un mximo del dos por ciento. Perol no lamentaba esa estadstica. Nate comprenda perfectamente el viejo axioma:

    "Cuanto ms sudes en el entrenamiento, menos sangrars en el combate."Tanto l como los dems estaban heridos y maltrechos. Algunos seguan temblando

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    por los efectos secundarios de la subida de adrenalina. Otros mascaban palitosantiestrs. Haba uno o dos sentados con las piernas cruzadas y los ojos cerrados.Algunos dorman, y unos pocos charlaban en voz baja, repasando los acontecimientosdel da.

    Para el espectador casual, todos eran iguales, pero los clones notaban las diferencias:las cicatrices, el bronceado, los matices en el lenguaje corporal debido a distintosentrenamientos, las variaciones en las entonaciones voclicas debidas a diferentesestaciones de servicio, cambios en el olor por las dietas. Daba igual que todos hubierancomenzado sus vidas en vientres idnticos artificiales. Sus condicionamientos y expe-riencias eran distintos de un milln de pequeas maneras, y eso generaba diferenciastanto en el rendimiento como en la personalidad.

    Se asom a uno de los ventanales laterales, que daba a una de las ciudades de lasafueras de la capital de Vandor-3. Era una pequea localidad industrial, alguna clase deplanta petrolfera, rodeada por kilmetros cuadrados de terreno rido y desrtico. Eraaqu donde se haban construido los barracones, una ciudad temporal edificada

    exclusivamente para alojar y entrenar a cincuenta mil soldados.Los barracones eran mdulos diseados para ser montados y retirados rpidamente, y

    l llevaba instalado all una semana, esperando a que le llegase el turno de acudir a losentrenamientos.

    Los soldados clon que ya haban sufrido el trance no les decan ni palabra sobre losrigores que les esperaban. l haba visto las heridas de ventosa que tenan, pero lossoldados que haban sobrevivido al selenoma guardaban silencio cuando se acercaba unsoldado sin la banda indicativa de Vandor-3. Cualquier advertencia previa degradarasin remedio la experiencia. Para alguien ajeno, una advertencia habra sido un gesto deamabilidad, pero los soldados saban que el conocimiento previo disminua la seriedad y

    el estrs emocional del ejercicio y, por tanto, reducan futuras posibilidades desupervivencia.

    El transporte los dej frente a un enorme edificio gris prefabricado que albergabaaproximadamente a unos tres mil de los cincuenta mil soldados de la ciudad.

    Nate sac a rastras sus cosas de la nave y atraves los pasillos flotando en una nubede cansancio, saludando con la cabeza en gesto cmplice a los soldados que llevaban labanda, soldados que lo aplaudan, vitoreaban o saludaban en reconocimiento de lo queacababa de pasar. Antes ellos saban, y l no. Ahora s saba. Eso era todo.

    Cogi un turboascensor hasta el tercer piso, contando las filas de literas hasta llegar a

    la suya. Nate solt las cosas en el suelo, junto a su cama, se quit la ropa y caminpesadamente hacia la ducha.

    Se contempl en las pulidas superficies al pasar. Careca de la vanidad de loshombres corrientes, pero era muy consciente de la mquina que era su cuerpo, ysiempre estaba alerta a la menor seal de que algo no iba bien, estaba fuera de lugar,comprometido o daado. Siempre era consciente de que la ms mnima imperfeccinpodra afectar negativamente a su rendimiento, poniendo en peligro una misin o la vidade uno de sus hermanos.

    El cuerpo de Nate era una fusin perfecta de msculos y tendones, equilibrado desdecualquier punto de vista, con una musculatura ptima, una estabilidad de articulaciones

    perfecta y una capacidad pulmonar que avergonzara a un campen de chinbret. Su pielluca heridas y quemaduras recin adquiridas, heridas nuevas que deban curarse, pero

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    eso era inevitable.

    A-98 entr en la estacin de aseo, dirigindose a los baldosines de la humeante salade ducha. Se apoy contra el chorro de agua, jadeando al notar el contacto sobre lasnuevas heridas. Tras salir del ocano a la playa ensangrentada, haban estado otras seishoras luchando por escalar una colina para rescatar una bandera protegida por armasparalizantes, luchando contra androides de combate capturados o simulados. Un daentero de tortura gloriosa y agotadora.

    A uno de sus hermanos se le cay el jabn, y Nate lo cogi al vuelo. Entonces, paradiversin de los que le rodeaban, se pas la pastilla de una mano a otra, como un artistade circo.

    Aquello dispar una breve explosin de tontera e impresionante malabarismo,porque los soldados empezaron a pasarse unos a otros las pastillas de jabn casi sinmirar, como si estuvieran unidos por un sistema nervioso nico y gigantesco.

    Siguieron as unos desternillantes minutos, pero fueron apagndose por el cansancio

    compartido. Se enjabonaron, poniendo muecas de dolor al sentir la espuma astringenteen sus cortes y heridas. As era la vida, y Nate no poda imaginrsela de otro modo. Losmaestros donadores de Kamino se haban asegurado de que los soldados no lucran latpica infantera ordinaria. Los soldados corrientes de la galaxia podan pasar de la totalignorancia a tener habilidades bsicas en un entrenamiento de seis a doce semanas. Lossoldados clon estndar pasaban de ser nios a soldados plenamente entrenados en unosnueve aos, pero en oleadas de decenas de miles. Los Comandos Clon eran una castaespecializada, entrenada para operaciones especiales, reclutamiento de tropas indgenase instruccin. Los Comandos Avanzados de Reconocimiento estaban a un nivel porencima de eso.

    Una vez terminadas sus abluciones, Nate sali de la ducha y regres a su litera. Lossoldados eran muy ahorradores en materia de espacio: dorman en naves cuando nohaba espacio para cuarteles individuales. Eran al mismo tiempo una multitud y unasingularidad, miles de unidades humanas idnticas clonadas a partir de un paradigmaideal de combate fsico y mental, un cazarrecompensas llamado Jango Fett.

    Sus vidas eran sencillas. Entrenaban, coman, viajaban, luchaban y descansaban. Devez en cuando se les concedan breves periodos de descanso, destinados a interactuarcon seres corrientes, pero su entrenamiento los haba preparado para la experiencia mssencilla y directa imaginable. Eran soldados. No conocan otra cosa. No soaban connada ms.

    Nate encontr la cpsula de su litera, dio una patada a sus cosas para meterlas en laranura situada bajo el lecho y se desplom sobre ella, tapando su desnudez con la mantatermal. Alcanz automticamente los diecisiete grados Celsius, la temperatura corporalperfecta para estar cmodo y poder curarse, uno de los pocos lujos de la vida delsoldado.

    Casi al momento, la fatiga aplastante le arrastr a la oscuridad. Otros hombres sehabran quedado completamente dormidos o daran vueltas en la cama, repasandoproblemas triviales, pero Nate se limit a cerrar los ojos y entrar en modo de descanso,precipitndose rpidamente hacia su momento de sueo. Se dormira en cuanto lodeseara; otra parte valiosa de su entrenamiento. Un soldado no daba vueltas en la cama.Nunca saba cundo volvera a tener la oportunidad de dormir. Cuando era necesario,Nate era capaz de dormir desfilando.

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    Pero antes de entrar en ese estado, el soldado haba sido entrenado para emplear esefino umbral de consciencia, ese lugar entre la vigilia y el sueo, para organizarinformacin. Su subconsciente repas los eventos del da, todos: su entrada al Nexu, lareunin previa a la misin, el salto y la batalla con el selenoma, la lucha por llegar a laplaya y la posterior toma de la colina.

    La informacin recuperada flua en patrones mentales preseleccionados para sualmacenamiento, contribuyendo a las posibilidades generales de supervivencia, y lo queera ms importante, la consecucin con xito de la misin.

    Permaneci as unos cincuenta minutos, mientras se haca ms insistente el tirn delcansancio del da. Poda apartar aquella fatiga durante periodos inslitos, pero no viorazn para hacerlo en ese momento. Lo haba hecho bien, y se mereca el descanso. Detodas formas, sus sueos seguiran evaluando y organizando, aunque fuera de manerasimblica.

    Eso bastaba.

    A-98 se dej vencer por el sueo, permitiendo que su cuerpo se curara. Despus detodo, maana sera otro da.

    Ms le vala estar preparado para l.

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    Obi-Wan Kenobi y Kit Fisto estudiaban en los Archivos del Templo Jedi su misin:la potencia industrial conocida como Ord Cestus.

    Obi-Wan encontr que Cestus era un tema interesante de estudio: una rocarelativamente estril, rica en ciertos minerales, pero imposible de explotaragrcolamente. Gran parte de la superficie estaba desierta. Entre las formas de vidanativas se contaba un pueblo insectoide que habitaba en colmenas, conocido como losx'ting, y una variedad de araas grandes, letales y aparentemente irracionales quehabitaban en cuevas.

    La poblacin actual se contaba en millones, y haba varias ciudades avanzadasincapaces de mantenerse sin la importacin de recursos: fertilizantes y nutrientes para elsuelo, y medicamentos y especias para modificar el agua para los no nativos.

    Es peligroso dijo Kit, que estudiaba a su lado. Un simple racionamiento losprecipit en brazos del Conde Dooku. Algo que no le habra pasado a un puebloautosuficiente.

    Era una verdad aplastante. En tiempos de guerra, las lneas de abastecimiento erantan cruciales como un ejrcito bien entrenado.

    Trescientos aos estndar antes, los relativamente primitivos x'ting (una colonia conmltiples colmenas repartidas por todo el planeta) firmaron un acuerdo con Coruscant,ofreciendo tierra para la construccin de un penal galctico.

    La Penitenciara de Cestus desarroll con el tiempo un programa diseado paraentrenar y explotar las habilidades de los prisioneros. Algo que result ser realmenteinteresante cuando una serie de escndalos econmicos y una catstrofe industrial enEtti IV enviaron a prisin durante veinte aos estndar a una docena de funcionarios derango medio de Cybot