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El señor de entrada edad observa con minuciosa atención las lenguas de fuego que devoran la leña recién comprada en la chimenea. Al mismo tiempo escucha una de sus canciones favoritas en la vida, una melodía melancólica de jazz que le trae recuerdos que antaño le provocaban reírse solo pero que en ese momento, solo los saborea con agridulce amargura. En la mano derecha tiene una delgada cadena de oro que tiene un diminuto dije de un tocadiscos y otro de unas zapatillas de ballet. Estruja la cadena como si de eso dependiera su vida. Tal vez así lo es pero no lo sabe. También escucha la lluvia torrencial que se desarrolla fuera de su hogar. Él odia la lluvia pues le recuerda a esos días en la segunda guerra mundial cuando su único techo era el nuboso, lluvioso e infinitamente oscuro cielo. Los estragos que adquirió en su adolescencia lo persiguen desde entonces. Sus párpados están cansados pero su fuerza de voluntad es grande y se queda quieto en el sofá aun cuando su hija le ruega con ojos llorosos que vaya a dormir pues es muy tarde. Mira el reloj inquisitivamente y se sorprende un poco cuando confirma que sí es demasiado tarde. Pero no le importa. Se quedará en ese mismo lugar aunque sus huesos se conviertan en cuchillas y corten su cuerpo internamente. Cuando el sueño lo venc

Begin Again

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Page 1: Begin Again

El señor de entrada edad observa con minuciosa atención las lenguas de fuego que devoran la leña recién comprada en la chimenea. Al mismo tiempo escucha una de sus canciones favoritas en la vida, una melodía melancólica de jazz que le trae recuerdos que antaño le provocaban reírse solo pero que en ese momento, solo los saborea con agridulce amargura. En la mano derecha tiene una delgada cadena de oro que tiene un diminuto dije de un tocadiscos y otro de unas zapatillas de ballet. Estruja la cadena como si de eso dependiera su vida. Tal vez así lo es pero no lo sabe. También escucha la lluvia torrencial que se desarrolla fuera de su hogar. Él odia la lluvia pues le recuerda a esos días en la segunda guerra mundial cuando su único techo era el nuboso, lluvioso e infinitamente oscuro cielo. Los estragos que adquirió en su adolescencia lo persiguen desde entonces. Sus párpados están cansados pero su fuerza de voluntad es grande y se queda quieto en el sofá aun cuando su hija le ruega con ojos llorosos que vaya a dormir pues es muy tarde. Mira el reloj inquisitivamente y se sorprende un poco cuando confirma que sí es demasiado tarde. Pero no le importa. Se quedará en ese mismo lugar aunque sus huesos se conviertan en cuchillas y corten su cuerpo internamente. Cuando el sueño lo venc