Bialogorski y Fritz (2012) Museos y Visitantes. Repensarnos Contra Las Inercias

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    JORNADA ICOM-ARGENTINA

    Aula Magna Alberto de Paula del Archivo yMuseo Histricos del Banco Provincia, Sarmiento 364 CABA

    30 de julio de 14 a 19 hs.

    CREENCIAS Y SUPUESTOS SOBRE LA COMUNICACIN EN LOS MUSEOS Y EL

    PBLICO

    A qu que nos referimos cuando hablamos de pblico de museos? Es lo

    mismo pblico y visitantes? Cmo repercute en la comunicacin del museo la

    forma en que sus interlocutores internos piensan a su pblico? Qu

    hacemos para convertir pblicos potenciales en visitantes/participantes reales?

    MUSEOS Y VISITANTES. REPENSARNOS CONTRA LAS INERCIAS

    Mirta Bialogorski y Paola Fritz

    Es tarea necesaria e imperativa en todos los museos pensar en sus

    pblicos, visitantes efectivos y potenciales, y que cada uno de sus integrantes

    lo haga desde el lugar en el cual desarrolla su actividad concreta pero

    concientes de que forman parte de un mismo discurso o entramado (como dice

    Graciela en sus trabajos). La experiencia nos muestra que esta articulacin no

    es fcil, muchas veces es complicada, difcil, pero no imposible. Por eso es

    importante tomarnos un tiempo y repensarnos cada uno de nosotros en

    nuestros museos.

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    Para reflexionar acerca de tales cuestiones, Paola y yo vamos a partir de

    nuestra experiencia concreta en el Museo Arte Popular Jos Hernndez, de la

    ciudad de Buenos Aires. Un museo en el cual a fines de la dcada de 1990 se

    llev a cabo un reposicionamiento institucional retomando su misin y visin

    originales, pero con una nueva mirada y una reinterpretacin de su patrimonio

    artesanal, lo cual trajo aparejado como efecto, una transformacin de su

    imagen institucional que tuvo que ir instalndose y ser asumida tanto por los

    visitantes efectivos y potenciales como por el pblico interno.

    Este cambio se bas en dos ideas fundamentales relacionadas con la

    nocin de patrimonio. La primera, fue asumirlo como construccin social,

    como un repertorio de bienes con determinados sentidos histrica y/o

    contemporneamente atribuidos segn los casos, pero que producen diferentes

    y nuevos efectos de significacin y por lo tanto nuevas y mltiples

    interpretaciones muchas veces contradictorias entre s (tanto entre los mismos

    visitantes como entre visitantes, curadores y otros agentes de la institucin, y

    desde ya, entre ellos mismos).

    La segunda idea tiene que ver con el proceso mismo de

    patrimonializacin, en cuanto a que la institucin museo como gestor cultural

    lleva a cabo el proceso de seleccin y de incorporacin de patrimonio a travs

    de distintos mecanismos como lo son las formas de registro, documentacin, de

    exhibicin y comunicacin (diseo, guiones, visitas guiadas). Esto supuso por lo

    tanto, la necesidad de implementar nuevas estrategias en cada una de estas

    esferas que adems, acordaran en construir un discurso coherente

    museolgico y museogrfico, capaz de transmitir a los visitantes el renovado

    mensaje e imagen institucional.

    Este reposicionamiento se plante a partir del desarrollo de un programa

    de gestin (Par) que propuso que museo, visitantes y tambin artesanos,

    se integraran como partcipes necesarios de una trada relacional que

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    funcionara de manera interactiva en la representacin, interpretacin y

    comunicacin del patrimonio artesanal. El objetivo: la formacin de pblicos con

    una nueva perspectiva sobre las artesanas y los artesanos en cuanto productos

    y productores culturales.

    Pero cmo llevar a cabo tal programa? qu dificultades

    apareceran en el camino?

    Como dijimos, tenemos tres actores: Museo, visitantes y artesanos.

    Respecto del artesano, su presencia se plasm efectivamente, a travs de su

    tarea de co-curador, y de su participacin en demostraciones, charlas y hasta

    visitas guiadas por ellos en su muestra, adems de estar presente a travs de

    sus palabras en carteles, folletos y por medio de imgenes (fotografas y videos)

    procurando transmitir su oficio, su saber hacer, su estilo de vida.

    Ahora bien, tengamos en cuenta que cada artesano llega al Museo con su

    propio universo de significados respecto del campo artesanal, del pblico y del

    museo.

    Y qu ocurre con los vistantes?Nosotros partimos de la hiptesis de

    que ellos a su vez, elaboran el significado de una propuesta en funcin de sus

    propios hbitos cognitivos, sus pautas culturales, su informacin, su educacin,

    sus experiencias de vida y muchas veces, actualizando un conjunto de (pre)

    conceptos y estereotipos construidos social e histricamente.

    Pero no slo el visitante y los artesanos, todos aquellos que

    conforman el equipo del museo, en tanto sujetos sociales, estn interpelados

    por mltiples discursos, y como actores de su tiempo y sociedad tienen

    diversas competencias semiticas, diferentes modos de interpretar el mundo,

    de atribuir significados a lo que perciben. Estos mundos semiticos diferentes

    van a converger en el espacio museal como mbito de comunicacin.

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    En tal sentido, cada vez que el visitante accede a una propuesta del

    museo, activa su memoria asociativa, evoca con lo visto y odo, y a partir de

    ello, se identifica, se considera ajeno, se sorprende, ignora o rechaza al sujeto

    (histrico o contemporneo) propuesto por el despliegue expositivo, y por el

    museo como institucin.

    Esto ya nos da la pauta de que el sistema de atribucin de sentido del

    visitante puede no coincidir con el del curador, y que entre la propuesta de uno

    y el universo de significaciones del otro pueden darse tanto

    complementariedades como conflictos.

    Por ejemplo, en el Museo de Arte Popular fue montada una muestra textil,

    de teleras santiagueas criollas para mostrar una de las modalidades que

    adopta el campo artesanal contemporneo ligada al rol de la mujer, a la

    produccin y comercializacin de las artesanas a partir de la autogestin y de

    la intervencin de ONGs, como as tambin, el surgimiento de prcticas y

    formatos innovadores junto a la continuidad de tcnicas tradicionales.

    Las artesanas mostraban en sus piezas diseos tradicionales aplicados a

    nuevos formatos, lo que atribuyeron de manera explcita, a sugerencias venidas

    de afuera y por ende, a una necesidad de adaptacin a las demandas del

    mercado. Incluso, en una vitrina se exhibi un libro del cual utilizaron una de las

    imgenes aplicadas a us piezas.

    Sin embargo muchos de los visitantes interpretaron la exhibicin como la

    muestra de una identidad indgena y de una modalidad de trabajoaborigen lo que no dej de sorprender dado que ni en la cartelera ni en la

    voz de las teleras se asuma tal identificacin. Detectamos entonces, una

    disonancia en la comunicacin producto de la vigencia de ciertos hbitos

    interpretativos que constituyen ciertos estereotipos como vincular la produccin

    de artesanas del interior del pas (Santiago del Estero en este caso) nicamente

    con un productor indgena, o suponer que las tcnicas, diseos y/o motivos, de

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    una produccin artesanal asociada a una determinada cultura implican

    necesariamente la pertenencia a esa cultura. Se trat de subsanar esta

    situacin con nueva cartelera.

    Cmo acceder a este complejo y diversificado universo de

    significados, de representaciones e interpretaciones de los distintos

    actores? Cmo detectar efectivamente proximidades, distancias,

    contradicciones? Y ms an cmo reconocer opciones creativas y

    superadoras de las vigentes?

    La Direccin del Museo contempl en su Programa la necesidad de

    acompaar las nuevas propuestas a nivel museogrfico, comunicativo, etc., con

    un registro sistemtico de la produccin discursiva efectiva de los

    visitantes, de los artesanos y de la propia institucin (cartelera, folletos,

    guiones, etc) El anlisis de este material (a travs de una metodologa de

    anlisis del discurso de orientacin semitica) nos posibilitara acceder a las

    modalidades interpretativas, estticas y valorativas de estos actores sociales, y

    as, poder identificar distintas formaciones discursivas1

    De este modo se diagram y organiz una base de datos, el Banco de la

    Memoria del Campo Artesanal (BAMCA) alimentada desde el rea de

    investigacin con los discursos verbales proveniente de entrevistas (grabadas y

    transcriptas) a los artesanos co-curadores de las muestras, y a visitantes

    efectivos.

    , es decir, diferentes

    conjuntos de formas de pensar y de construir significados, dando cuenta

    efectiva de la pluralidad social. As tambin nos permitira reconocer la

    emergencia de nuevos sentidos.

    1 Nos referimos a distintos enunciados que construyen sentido en torno a un fenmeno y que

    pueden ser incluso contradictorios entre s (por j, enunciados que construyen el concepto de artesana comoun producto manual pero que para unos es fruto de un oficio y de un saber ancestral, mientras que paraotros lo es de un conocimiento elemental, algo que puede hacer cualquiera con sus manos.

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    Se organiz para llevar a cabo esta tarea un taller de prcticas

    profesionales no rentadas, con alumnos de carreras como museologa,

    comunicacin, historia, antropologa.

    Asimismo, se incluy a la base de datos toda la produccin generada,

    como dijimos, por la institucin (guiones conceptuales, hojas de salas,

    gacetillas, folletos)

    Uno de los objetivos fue precisamente, incorporar este material

    discursivo a la interpretacin del patrimonio expuesto, haciendo explcitas las

    interpretaciones variadas y en ocasiones antagnicas (en trminos

    conceptuales) entre el punto de vista del museo, los visitantes y en

    oportunidades, de los mismos artesanos (por ejemplo los trajes de carnaval de

    Corrientes exhibidos en el Museo como manifestacin del arte popular, fueron

    interpretados por los visitantes como artesanas y por los artesanos como

    manualidad. Dado que efectivamente, se trataban de manualidades en cuanto a

    su elaboracin, se incorporaron carteles explicativos de la diferencia).

    Quisiramos focalizarnos ahora en los visitantes y en cmo nos

    planteamos conocer en ellos esas diferentes miradas para reflexionar

    finalmente, cmo ese conocimiento llega (si lo hace) a las distintas reas

    de trabajo de la institucin.

    En el ao 2000, iniciamos los estudios sistemticos de visitantes de tipo

    cualitativo. Como dijimos, se realizan a travs de entrevistas que adems de

    relevar los datos sociolgicos de los entrevistados constan de unas pocas

    preguntas dirigidas a registrar por un lado, qu imagen construan del Museo

    luego de la visita, y por otro, qu cambiaran o no y qu expectativas traan al

    llegar.

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    Dichas preguntas son lo suficientemente abiertas como para dar lugar a

    una expansin de las respuestas por parte del visitante, ver hacia dnde las

    dirige, qu trminos utiliza en relacin al campo artesanal, con qu las asocia.

    No nos interesa la sola afirmacin o negacin, o la valoracin positiva o

    negativa en s mismas (me gusta, no me gusta), razn por la cual preguntamos

    siempre el por qu de todo y lograr as, una elaboracin conceptual.

    Lo importante es contar con el material discursivo analizado a fin de

    monitorear la eficacia comunicativa y registrar las demandas y valoraciones de

    los visitantes.

    Con respecto a la eficacia comunicativa como decamos antes,

    accedemos a la construccin simblica de conceptos que surgen efectivamente

    en el discurso de cada entrevistado para ver qu significado adquieren. La

    finalidad es contrastar tales construcciones discursivas con las nociones

    sustentadas por el Museo (por ejemplo, para algunos visitantes, el valor de las

    artesanas es su anonimato, para la propuesta del Museo en cambio, es

    fundamental la presencia del artesano y su vinculacin con la pieza).

    Sin duda, uno de los principales resultados de nuestros estudios

    cualitativos de pblico fue el registro del cambio de imagen institucional

    en los visitantes.

    Como punto de partida realizamos en 1999, un estudio sincrnico para

    para registrar cul era la imagen sustentada en ese momento por los visitantes

    del Museo.

    Se pudo advertir as una recurrencia a interpretar el patrimonio como

    representativo de la identidad nacional y esta identidad asociada a lo

    nuestro entendido como lo gauchesco, lo telrico, lo del interior. No se

    vinculaba esa expresin con la presencia indgena y menos an con la

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    inmigratoria, a pesar de estar ambas representadas en las muestras

    permanentes y en la cartelera. Una visin que concordaba con el mensaje

    claramente criollista que haba adoptado la institucin a partir de 1955, que se

    mantuvo con variantes hasta los aos 80 y fuertemente fijada en el imaginario

    porteo.

    En los estudios que siguieron a este registro inicial y que fueron

    realizados paralelamente al desarrollo de las nuevas propuestas comunicativas

    y museogrficas (trasladar la muestra de platera del saln central), pudimos

    advertir, en trminos diacrnicos, transformaciones en el discurso de los

    visitantes que daban cuenta de la emergencia de nuevos significados en la

    interpretacin del patrimonio.

    Dicho muy sinttica y grficamente, pasamos del Museo del gaucho al

    Museo de los artesanos y de las artesanas, y al Museo de arte popular

    (ahora en plena concordancia con su designacin oficial ya que en 2006 se

    cambi por ley el nombre de Museo de Motivos Argentinos sustentado hasta

    entonces).

    Por supuesto que las dos imgenes han coexistido en distinto grado, y

    persiste esa coexitencia hasta el da de hoy aunque en menor medida. Esto

    muestra las dificultades que muchas veces tienen los visitantes para incorporar

    una nueva mirada sobre el patrimonio y la fuerza que tiene el imaginario.

    Las demandas y valoraciones

    Como decamos hace un momento, estos estudios nos permiten tambin

    registrar demandas y valoraciones de los visitantes. Instancias que son

    fundamentales como veremos, no slo porque se refieren a situaciones que se

    pueden cambiar o reforzar (si son vistas de manera positiva), sino porque es

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    otra forma de conocer al visitante y adems, porque es la forma en que los

    trabajadores del Museo tambin pueden conocerlo.

    Las demandas pueden ser tanto de orden prctico como conceptual

    (desde cambiar una lmparita hasta referirse a la comprensin de un cartel de

    sala).

    Considerar el repertorio completo de tales demandas y la totalidad de

    razones explicitadas nos permite a su vez, comprender y trabajar sobre los

    supuestos o hbitos culturales en que estas peticiones se sustentan y as,

    elaborar una respuesta posible para volver a monitorearla luego de concretarla,

    o continuar con aquellas alternativas que fueron eficaces y aplicarlas a nuevas

    situaciones. Por ejemplo, el Museo no tiene un recorrido preestablecido por

    razones de tipo terico y prctico. Si nos centramos en las demandas de los

    visitantes, vemos que algunos solicitan que se los provea de un folleto que gue

    el recorrido o que las exposiciones tengan una secuencia cronolgica,

    Advertimos que esta demanda se sustenta en un hbito cultural por el cual se

    supone que las exposiciones de un museo deben tener un orden de recorrido

    explcito, y la lectura de lo expuesto debe tener un formato narrativo lineal. Idea

    que subyace no slo en los visitantes sino que es un estereotipo subyacente a

    la nocin de guin museolgico. Estudios ya clsicos de pblico, especialmente

    los de tipo etnogrfico, indican que slo una parte de los visitantes disfruta de

    este tipo de propuestas (tal como lo ha desarrollado en su momento, Eliseo

    Vern). No obstante, es necesario tenerlos en cuenta.

    Como correlato de las demandas, registramos las valoraciones

    (positivas y negativas) que los visitantes realizan de su experiencia en el Museo

    en relacin a la atencin, al mantenimiento del edifico, a la cartelera, a la

    folletera, al montaje, la difusin, entre otros).

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    Cmo llegan estas demandas y valoraciones a las distintas reas del

    Museo?

    Las demandas y valoraciones son presentadas a modo de informe

    agrupadas segn ejes temticos. Este informe es entregado a la Direccin. La

    modalidad de presentacin fue variando con el tiempo, y tambin segn los

    requerimientos de la direccin. Algunas veces se ha entregado la informacin

    correspondiente a cada rea nicamente; otras, se han entregado los informes

    completos a todos. Asimismo, se han hecho reuniones interreas y con la

    Direccin para discutir acerca de lo que solicitan los visitantes y cmo darles

    respuesta.

    El formato en que estn presentadas las demandas y valoraciones (por

    ejes) permite a quien las recibe tener una perspectiva general acerca de cmo

    el pblico se siente en el Museo, qu sugiere cambiar, mejorar, qu no ve, que

    no entiende, etc.. De este modo, el pblico interno puede enterarse qu piensan

    los visitantes sobre sus funciones, qu valoran y qu mejoraran.

    Sin dudas, que el personal de los museos no tenga incorporada,

    comprenda y comparta la misin o el mensaje del mismo provoca

    interferencias entre los visitantes y el Museo.

    En nuestro caso, la nueva imagen del Museo y las propuestas de

    comunicacin no fueron incorporadas por todo el personal de la misma manera.

    Pensemos que, como decamos al principio, el equipo de un museo est

    conformado por personas con diferentes hbitos culturales, y niveles de

    formacin, etc. es decir tambin est presente la pluralidad social que

    definimos para nuestros visitantes.

    Tratar de llevar adelante el Programa fue un proceso complejo, no exento

    de resistencias, resquemores. Un modo de trabajar esta cuestin (con mayor o

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    menor xito), fue a travs de jornadas internas de capacitacin, propuestas y

    reuniones participativas entre las reas (diseo, montaje, investigacin,

    educacin, documentacin), y un seguimiento de las producciones del Museo.

    Inclusive ms all del cambio de misin, ante determinadas demandas de

    los visitantes, nos reunirnos para dar respuesta entre diferentes departamentos

    y an as hay difilcultades de comprensin del trabajo de las reas y para con

    los visitantes.

    Tenemos un ejemplo concreto. Ante ciertas demandas del pblico a

    travs de las entrevistas realizadas, algunas reas del Museo elaboramos un

    cuadernillo autoguiado que se deba entregar en recepcin y se actualizaba

    permanentemente. Explicamos a las personas encargadas de la importancia de

    ofrecerlo. Sin embargo en muchas oportunidades comprobamos que no se

    entregaban a los visitantes con distintas excusas algunas de orden lgico y

    otras no. Para monitorer su funcionamiento preguntabamos en las entrevistas

    qu les haba parecido el cuadernillo? Y nos advertian que no saban de qu

    hablbamos.

    Volviendo a la misin del Museo, las entrevistas de pblico mostraron en

    ms de una oportunidad contradicciones o hasta cierto desconocimiento en el

    discurso del personal (guardias de sala, atencin al pblico, rea educativa),

    situacin que al da de hoy se ha revertido en gran medida.

    Sin embargo, cabe aclarar, no pasa lo mismo en otros mbitos como los

    organismos de cultura del cual dependemos, funcionarios, polticos, medios de

    difusin oficiales, que muchas veces siguen difundiendo una imagen del Museo

    que no es la que se condice con los cambios de la institucin de los ltimos

    aos.

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    Cmo generar propuestas creativas en dilogo con el pblico?

    Entre los visitantes podemos plantear la distincin entre efectivos y

    potenciales siendo los primeros los que por lo menos una vez han recorrido las

    exposiciones del museo y los segundos los que no han utilizado los museos

    pero para las cuales esta prctica sera posible en un futuro.

    Una forma de atraer y ofrecer nuevas propuestas a diferentes pblicos en

    el Museo fue una experiencia que se hizo en el 2007 se lleva a cabo el

    programa Los artesanos reciben a las escuelas. La propuesta consiste en

    fortalecer el vnculo de las escuelas (nios y docentes) con los artesanos, por

    medio de su trabajo, sus piezas, su historia, promoviendo de este modo conocer

    y valorar el oficio de los artesanos como productores culturales y a la artesana

    como patrimonio de la ciudad. El espacio en donde se desarrolla es el Museo,

    aqu nuestra triada relacional.

    Otra propuesta fue proyectar al Museo fuera de su sede para articularse

    con otros mbitos sociales. Se organizan Ciclos de visitas a los talleres de

    los artesanospremiados o mencionados en la Bienal de Artesanas, concurso

    que el Museo organiza. Estos ciclos ofrecen la posibilidad de conocer espacios

    en donde se generan las artesanas, espacios que no estn habitualmente

    abiertos al pblico. Estos ciclos posibilitan ampliar la convocatoria a gente que

    no conoca el Museo de Arte Popular Jos Hernndez con anterioridad. Esto se

    ha revelado a partir de unas encuestas que realizamos a los participantes una

    vez terminada la visita. Quedara pendiente analizar si las mismas generan en el

    futuro su hbito como visitantes del Museo.

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    Nuevos pblicos? Potenciales visitantes? El Museo de Arte Popular en

    la web

    Una estrategia para la convocatoria y formacin de nuevos visitantes ha

    sido nuestra presencia en la web. Esta nueva forma de comunicarse instala

    nuevos lenguajes, nuevas formas de interaccin, de accesibilidad a los museos

    y al patrimonio, concretamente redefine la figura del visitante, algunas veces en

    un dilogo fluido con el museo a travs de la red, a miles de kilmetros (o no) y

    sin haber visitado el Museo ni planear especficamente hacerlo. Atender

    estratgicamente cada una de las mismas permite superar la mera instancia de

    la difusin para lograr una comunicacin efectiva.

    Qu estamos haciendo para convertir publicos potenciales en

    visitantes/participantes reales? Esta es una de las preguntas que estamos

    discutiendo hoy, pero qu es un visitante real? de que otro visitante se

    diferencia? un visitante virtual es un visitante real? en que caso si? En que

    caso no?

    Para finalizar, creemos que es necesario para potenciar el vnculo

    museo-visitante tomar en cuenta el universo interpretativo plural de todos los

    actores involucrados. Y hacerlo de manera efectiva trabajando tanto con los

    visitantes como con el pblico interno a partir de la funcin que cada uno

    cumple en su museo, en relacin a qu imagen tiene de su propio visitante pero

    tambin de sus diversas interpretaciones en torno al patrimonio y a las

    modalidades de comunicacin. Esta es una tarea que cada institucin se debe a

    s misma y es para nosotros un desafo pendiente.

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    Museo de Arte Popular Jos Hernndez. Se permite su reproduccin mencionando al autor

    y con enlace awww.museohernandez.org.ar.Los derechos morales de autora no sonenajenables ni transferibles. Respete y haga respetar la Ley 11.723

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