CAMINAR POR FEINTRODUCCIÓN

Mientras seguimos a Jesús, el nos llevará siempre a una fe más profunda y con frecuencia la mejor herramienta de Dios, son las tormentas. C.S Lewis dijo:

“Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero grita en nuestro dolor; el dolor es su megáfono para despertar a un mundo sordo”

Seria maravilloso que pudiéramos predecir las tormentas de la vida, esperarlas sabiendo que van a venir, saber si una tormenta financiera va quitarnos la paz, imaginémonos que supiéramos cuando esa enfermedad va llegar.

Pero el Señor fue sabio, y no nos dijo cuando vendrían las tormentas justamente para que no vivamos preocupados por lo que va a ocurrir, si a veces nos preocupamos por problemas imaginarios, cómo sería saber el día de nuestra muerte, sería trágico saber el día que vamos a perder a nuestros hijos, imaginémonos si pudiéramos predecir el futuro.

Todos queremos saber cual va ser el futuro pero en términos positivos, nadie quiere saber cuando las aguas heladas de una tragedia han de sorprendernos.

En una reunión como hoy siempre hay tres tipos de personas en la iglesia:

1. Los que han salido de una tormenta

2. Los que están en medio de una tormenta

3. Los que van a entrar en una

Nadie puede decir: “Yo no quiero tormentas en mi vida”, las vas a tener, es parte de aprender a vivir. Pero hoy además de aceptar que las tormentas son inevitables, quiero mostrarte como estas tormentas también pueden ser una excelente oportunidad para ver el poder de Dios en acción, si sabes cómo actuar.

I.- RECONOCE A JESUS EN MEDIO DE CADA TORMENTA

El apóstol Pedro era pescador, conocía el mar y estaba acostumbrado a las tormentas, estas lo habían hecho experto en el manejo de crisis, así que no había mucho más que aprender al respecto, pero mientras seguimos a Jesús, él nos llevará a una fe cada vez mas profunda.

Esa mañana (madrugada) Pedro fue el apostal que pasó a la historia como el único discípulo que desafió las leyes de la física, caminando sobre el agua.

¿Qué hizo Pedro para caminar sobre el agua en medio de una tempestad?

Reconoció a Jesús en medio de cada tormenta

Identificar: Asociar un conjunto de rasgos propios de un sujeto que lo hacen particular. Hay personas que tienen rasgos tan especiales que hasta con los ojos tapados puedes saber quiénes son.

Jesús era una persona fácilmente identificable, sobre todo por su forma de hablar, la palabra siempre ha sido su rasgo distintivo, sus frases quedaban grabadas en la mente, cuando Jesús hablaba sabías que era él.

Reconocer: Admitir y someterse a la autoridad de alguien. Pedro lo identifico y después lo reconoció, es decir se puso bajo la autoridad de Jesús.

II.- APRENDE A DISCERNIR ENTRE UN ACTO DE FE Y UN ACTO EMOCIONAL O IMPRUDENTE

La Quebrada es un acantilado de 45 metros de altura, situado en el puerto de Acapulco, Guerrero, en el sur de México.

Allí se hacen desde 1934 los famosos clavados realizados por jóvenes del puerto que en ocasiones lo escalan con una antorcha encendida. Su peligro radica en que el clavadista debe calcular el momento en que la ola haga que el nivel del mar sea más alto, ya que de lo contrario sería una muerte segura debido al impacto contra las rocas del fondo, situadas a poca profundidad cuando baja el nivel del mar debido al oleaje. Estos clavadistas son personas que han estudiado y disciernen si cuando es un buen momento para saltar, porque tienen que tener en cuenta el viento, la marea alta y baja, la corriente de la fuerza del mar, como saltar, etc.

Primero quiero asegurarte que los actos de fe siempre llevan riesgos. Él nos pide que hagamos esto porque cada riesgo tomado en fe, nos muestra que Jesús se hará cargo de nosotros, tal como lo ha prometido. Cada vez que damos un paso de fe, nos alejamos de vivir por la vista, independiente de Dios y más cerca de vivir una vida de fe, en la que realmente crees que estás seguro en las promesas de Dios.

Dios quiere enseñarnos a vivir confiando en su Palabra y no en un barquito.

¿Cuál es la diferencia entre un acto de fe y un acto imprudente?

Un acto de fe siempre es motivado por la obediencia a Dios.o No es movido por el temoro No es movido por el egoísmo

Un acto de fe siempre te lleva a estar más cerca de Jesús, no a alejarte de él. Un acto de fe nunca intenta demostrar nada a nadie.

o Papa no necesita demostrar al hijo que él es su padre, Dios no tiene problemas de identidad.

o Tentar a Dios no es fruto de la fe, es fruto de la incredulidad, porque quien confía en los cuidados de Dios, no tiene que desafiarlo para demostrarlo.

Actuar imprudentemente con la bandera de “lo hago por fe”, es ponernos en la posición del diablo, quien tentaba a Dios intentando “doblarle la mano” para nos rescate de dificultades artificiales, creadas por nosotros mismos.

Si Pedro hubiese salido de la barca a caminar sobre las aguas sin el permiso de Jesús, sintiéndose que el era el mero bueno y quería demostrárselo a todos, o hubiera intentado alejarse de Jesús, el se hubiese hundido inmediatamente, el necesitaba la aprobación de Dios. Yo creo que Jesús en la oscuridad estaba sonriendo y pensando que al menos 1 de los 12 discípulos había reconocido la oportunidad de salir y caminar en fe sobre las aguas.

III.- SALIR DE LA BARCA

Jesús le respondió a Pedro ¡Ven!. Esta palabra merece ser enmarcada, es la orden de Dios para es la puerta que Dios abre, para hacer las cosas de manera sobrenatural. De manera que no queda más que obedecer.

Ese es el justo momento en que Pedro exclamo: ¡yo y mi bocota!. Bueno asi dice en la versión Rafa Valedor.

Algunas personas se cuidan tanto, que no se arriesgan por nada. Todo tiene que estar cuidadosamente regulado y bajo control… su control. Los límites están definidos, las normas bien detalladas, cada céntimo justificado, nada de sorpresas. Y después de haber gastado tanto tiempo y tantos esfuerzos tratando de vivir sin problemas, terminan su vida sin haber hecho nada de valor duradero. No construyeron nada, no probaron nada nuevo, no invirtieron en nadie.

Mark Twain dijo: “Dentro de 20 años estarás mas decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que si hiciste”.

¿Qué es la barca?,

La barca es eso que te hace sentir seguro, que te impide depender de Dios, porque te sientes cómodo, y que además te aleja de la aventura de seguir a Jesús en un plano sobrenatural.

Pedro sabía manejar las tormentas, te dije que el fue un experto pescador, y conocía además el mar como la palma de su mano, pero si fueramos nosotros los que estuviéramos en el barco, en medio de la tormenta y el señor nos diera a elegir y nos dijera: que prefieres, dejar la barca que se va a hundir o caminar sobre el agua, extrañamente nos abrazamos a la barca. Es mi área conocida, mi zona de confort.

Te quiero pedir un favor, cuando te toque llegar al cielo busca a Simón Pedro y pregúntale qué haría de volver el tiempo atrás. Dile: "Pedro si tuvieras que bajar de la barca otra vez, ¿volverías a intentarlo?" Y yo se lo que te va a responder, no porque hable con Pedro, sino porque también caminé sobre aguas turbulentas en más de una ocasión Él te va a decir: "por supuesto, de volver el tiempo atrás lo haría una y otra vez, solo para que Él vuelva a sostenerme en medio de la

tormenta, es que vale la pena, si al menos es que lo estás intentando por Él" Pedro fue el único que pudo contarle a sus hijo lo que se siente tener el agua abajo de sus pies.

La Biblia no pierde el tiempo hablando de los que miran desde la seguridad de la barca. La Biblia habla de los intrépidos, de los atrevidos, no habla del "hermoso sueño de los apóstoles" sino de los "Hechos de los apóstoles". Y el día de mañana, cuando ya no esté aquí, yo no quiero que mis hijos o mi familia o ustedes digan que “grandes sueños y hermosos tenia”, prefiero que mis hijos hablen de mi como aquél que lo dio todo por seguir la orden de Dios, que se hundía a veces pero se volvía a levantar de la mano de Dios, y se volvía a hundir y se volvía a levantar, que se volvía a hundir y lo volvía a intentar, que se rehusaba a quedarse en la barca, porque prefiero vivir una aventura de la mano de Dios que una vida insípida resguardada en la oscuridad de “lo seguro”.

Todos los días siempre hay alguien que me dice: "Yo quiero descubrir el propósito de mi vida" y después de unos años siguen estando en el mismo lugar, la causa es que no se atrevieron a hacer algo por primera vez, aún con el riesgo de fracasar en el intento como la mujer que tocó el manto abriéndose paso en medio de una multitud, el ciego Bartimeo que gritó, todos ellos tuvieron un común denominador: LO INTENTARON, caminaron sobre las inestables olas del riesgo ¡salió bien! Ingresaron a historias pero pudo haber salido mal. De todos modos, no estuvieron pensando "y si lo hago y si no lo hago" Simplemente lo hicieron.

Así que te animo a que lo hagas, a que lo intentes, a que bajes de la barca.

IV. ¿Y SI ME HUNDO?

La verdad, cuando Jesús nos llama al mar, puede haber momentos en que nuestros pies pueden fallar. Porque los problemas nos roban nuestra atención y quitamos los ojos de Jesús, entonces entramos en angustia, y sentimos como las olas nos empiezan a cubrir.

El salmo 28:2 “Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.”

¿Por qué alzamos las manos?

Alzamos las manos para mostrarnos indefensos y es una señal de humildad. Alzamos las manos para pedir ayuda y para encontrar seguridad

Cuando mi hija extiende sus manos no puedo evitar inclinarme hacia ella y consolarla, darle nuevos ánimos para que lo siga intentando.

Dios siempre estará ahí y extenderá sus manos para consolarte y darte nuevas fuerzas cuando te sientas que hayas fracasado, y cuando lo haga podrás experimentas la seguridad que se siente estar en los brazos de papá. No hay nada de que arrepentirse, salir de la barca a valido la pena.