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Carlos Monsiváis Proyecto de periodización de historia cultural de México Consideraciones previas A. Antecedentes: Que conozcamos, no existe trabajo sistemático alguno en torno a periodización de la historia cultural de México. Por lo común, se han manejado dos criterios. El primero, muy general, fue instaurado por José Luis Martínez en su trabajo paraAíótico y la cultura (México, S.E.P. 1961): Independencia 1808-1820 Conquista de la República 1821-1867 Nacionalismo literario 1867-1894 Modernismo 1894-1911 Nuestro siglo 1910-1920 1920-1960 Este primer criterio viene a compendiar el sentido de las historias de la literatura (Carlos González Peña, Julio Jiménez Rueda, José Luis Martí- nez, los agregados del grupo del Centro de Investigaciones Literarias de la UNAM dirigido por María del Carmen Millán). Además, con un impulso orgánico, aún no existe, fuera de los dos libros no interpretativos de Jiménez Rueda que cubren el virreinato y el siglo XIX, una historia de la cultura en México. Carlos Monsiváis (México) hizo estudios de economía y de letras en la Universidad Nacional de México, y ha colaborado en diversas publicaciones del país (en particular. La Cultura en México, suplemento de Siempre! , cuyo consejo de redacción integra). Fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1962-1963). Libros: La poesía mexi- cana del siglo XX (Notas, selección y prólogo), 1966; Días de guardar (ensayo), 1970.

Carlos Monsiváis Proyecto de periodización de historia cultural de

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  • Carlos Monsivis

    Proyecto de periodizacin

    de historia cultural de Mxico

    Consideraciones previas A. Antecedentes: Que conozcamos, no existe trabajo sistemtico alguno en torno a periodizacin de la historia cultural de Mxico. Por lo comn, se han manejado dos criterios. El primero, muy general, fue instaurado por Jos Luis Martnez en su trabajo paraAtico y la cultura (Mxico, S.E.P. 1961):

    Independencia 1808-1820 Conquista de la Repblica 1821-1867 Nacionalismo literario 1867-1894 Modernismo 1894-1911 Nuestro siglo 1910-1920

    1920-1960

    Este primer criterio viene a compendiar el sentido de las historias de la literatura (Carlos Gonzlez Pea, Julio Jimnez Rueda, Jos Luis Mart-nez, los agregados del grupo del Centro de Investigaciones Literarias de la UNAM dirigido por Mara del Carmen Milln). Adems, con un impulso orgnico, an no existe, fuera de los dos libros no interpretativos de Jimnez Rueda que cubren el virreinato y el siglo XIX, una historia de la cultura en Mxico.

    Carlos Monsivis (Mxico) hizo estudios de economa y de letras en la Universidad Nacional de Mxico, y ha colaborado en diversas publicaciones del pas (en particular. La Cultura en Mxico, suplemento de Siempre! , cuyo consejo de redaccin integra). Fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1962-1963). Libros: La poesa mexi-cana del siglo XX (Notas, seleccin y prlogo), 1966; Das de guardar (ensayo), 1970.

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    El segundo criterio gira en torno a las generaciones culturales (funda-mental y casi exclusivamente literarias) como las etapas sucesivas. Para el siglo XX, el consenso hoy tradicional fijado por crticos como Jos Luis Martnez o por Kmmanuel Carballo en sus 19 protagonistas de la literatura mexicana es el siguiente:

    1. Generacin del Ateneo de la Juventud

    No se dan fechas pero el trabajo del grupo como tal dura de 1908 a 1914. Lugares comunes: formados en el mbito modernista y en la cultura posi-tivista, los miembros notables del grupo (Alfonso Reyes, Jos Vasconce-los, Julio Torri, Martn Luis Guzmn, Antonio Caso, Pedro Henrquez Urea, etc.) prepararon el desmoronamiento de la mstica educativa del positivismo, retornaron a los cauces humanistas, ampliaron la visin de la filosofa, iniciaron a travs de Reyes la prctica del escritor profesional y, finalmente, hicieron posible una corriente cultural que se constituy en el fundamento humanista de la Revolucin Mexicana lo que, en el perodo de Vasconcelos como Secretario de Educacin Pblica, culmina y modifi-ca el ri tmo educativo del pas.

    2. Generacin de los Siete Sabios o de 1915

    No se dan fechas y nunca puede hablarse propiamente de un trabajo de grupo sino de una serie de coincidencias ideolgicas (descubrimiento y padecimiento de los excesos de la Revolucin Mexicana, necesidad de organizar instituciones perdurables, prescindencia del afn literario en favor de la reflexin y la prctica polticas, labor magisterial en el sentido amplio del trmino, actitudes profticas, etc.). Segn uno de ellos, Gmez Morn, el gran ao formativo es 1915. Las caractersticas antes citadas describen con las variantes correspondientes la tarea de Manuel Gmez Morn, Vicente Lombardo Toledano, Narciso Bassols y Daniel Coso Ville-gas. No se aplican a dos intelectuales generalmente ubicados en este grupo: Antonio Castro Leal, quien desarrolla una modesta tarea de investigador li-terario, y Alfonso Caso quien deriva hacia la arqueologa.

    3. Generacin de los Contemporneos

    No se dan fechas, pero el trabajo del grupo como tal, expresado en revistas (La Falange de 1922 a 1923, Ulises de 1927 a 1928 y Contempo-rneos) dura de 1920 a 1939. Generacin de poetas y crticos, cuyos principales miembros son Carlos Pellicer, Salvador Novo, Xavier Villaurru-tia, Jorge Cuesta, Gilberto Owen, Bernardo Ortz de Montellano, Enrique Gonzlez Rojo, Jos Gorostiza, y Jaime Torres Bodet. Derivan su nombre de la revista Contemporneos (1928-1931). Los Contemporneos renue-van el lenguaje literario y potico, preparan a un pblico en el gusto y conocimiento de la literatura moderna, integran una contracorriente cultu-ral en el mbito pos-revolucionario a la que se caracteriza como "Torre de marfil", dinamizan el periodismo y el teatro, dotan de una conciencia

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    contempornea a una prctica cultural, apoyan y promueven a una corriente pictrica alejada del muralismo (Rufino Tamayo, Agustn Lazo, Manuel Rodrguez Lozano, Julio Castellanos).

    Como antecedente inmediato y como oposicin a los Contemporneos, un grupo de "vanguardia" potica, los estridentistas, intentan una versin militante de la Revolucin Mexicana dentro de los moldes del futurismo o del ultrasmo. Sus principales animadores (Arqueles Vela, Manuel Maples Arce) fundan revistas: Horizonte, Jrradiador, publican libros, estimulan a un grupo de pintores y escultores: Germn Cueto, Leopoldo Mndez, Fermn Revueltas, Alva de la Canal. Su esfuerzo se disuelve sin mayores consecuencias.

    4. La Escuela Mexicana de Pintura Surge a principios de los veintes como resultado del mecenazgo de Jos Vasconcelos y del impulso poltico del momento, centrado en el Partido Comunista Mexicano. Los principales muralistas (Diego Rivera, Jos Cle-mente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Fernando Leal, Fermn Revueltas, Jean Charlot) encuentran su precursor en Gerardo Murillo el Doctor Atl y su antecedente formativo en la pintura renacentista. Entre polmicas y contradicciones, la Escuela Mexicana de Pintura conoce varias etapas para desembocar en un nacionalismo meramente programtico.

    Al tiempo que el nacionalismo pictrico, se produce un nacionalismo musical, que intenta un retorno a las races musicales indgenas y que se prolonga hasta la dcada de los cuarentas. Participantes fundamentales: Joaqun Beristin, Carlos Chvez, Jos Pablo Moncayo, Silvestre Revuel-tas, Jos Roln, Candelario Huzar. Este nacionalismo musical anima un perodo de la danza mexicana, iniciado por Nelly y Gloria Campobello.

    5. Las generaciones siguientes a Contemporneos ya no se definen, dentro de esta historia cultural, con tanta nitidez. Se acepta como criterio cohesionador el trabajo en torno a revistas o a obsesiones temticas. La progresin cronolgica sera la siguiente:

    a) Generacin de la revista "Taller" (1938-1941) Se define por encontrar su momento culminante en la adhesin a la causa de los republicanos espaoles. Al principio se distingue por su compromiso literario y social, en oposicin a lo que se juzga "artepurismo" de los Contemporneos. Principales miembros: Octavio Paz, Efran Huerta. De algn modo, participa de esta generacin el novelista Jos Revueltas.

    b) Generacin de la revista "Tierra Nueva" (1940-1942) Contina una tradicin, reconoce maestros en las generaciones anteriores, no es polmica, reverencia el mundo de la cultura. Principales miembros: Al Chumacero, Leopoldo Zea, Jos Luis Martnez. Figura tutelar: Alfon-so Reyes.

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    c) La generacin del 50. Su rgano de publicacin: la Revista Antolgica Amrica. En esta poca proliferan revistas literarias que conforman la aparente diversidad del me-dio literario. A la generacin del 50 la distinguira una fuerte influencia de la cultura provinciana, una negativa a intentar su propia revisin de la historia cultural de Mxico, una organizada retrica en poesa y un mundo de oposiciones elementales en teatro. Principales miembros: Emilio Car-ballido, Sergio Magaa, Jaime Sabines, Rosario Castellanos, Jorge Ibar-gengoitia, Miguel Guardia, Ricardo Garibay, Luisa Josefina Hernndez. Coetneos y de algn modo afines: Juan Rulfo, Juan Jos Arrela, Jaime Garca Terrs, Rubn Bonifaz uo, Margarita Michelena.

    d) La generacin del Hyperion. Se centra en torno de la bsqueda y anlisis del ser del mexicano. Su pretensin: la elaboracin de una filosofa a partir de la realidad mexica-na. Su meta: hallar, a travs de una "filosofa de lo mexicano", un pro-yecto de identidad nacional. La descripcin crtica de la ontologa como fundamento de la construccin poltica y social. De algn modo, esta tendencia se inicia en los trabajos de Antonio Caso y Jos Vasconcelos y en su reputacin polmica. Dos libros bsicos: El perfil del hombre y a cultura en Mxico (1934) de Samuel Ramos y El laberinto de la soledad (1949) de Octavio Paz. Dos maestros: Jos Gaos y Leopoldo Zea. Princi-pales miembros: Luis Villoro, Emilio Uranga, Jorge Portilla. Perodo de trabajo: 1943-1953 (aproximadamente).

    e) Generacin de la Revista Mexicana de Literatura

    Influencias primordiales en lo nacional: Alfonso Reyes, los Contempor-neos, Octavio Paz. Directores de la primera poca de la Revista: Carlos Fuentes y Emmanuel Carballo. Directores de la segunda etapa: Toms Segovia y Juan Garca Ponce. Literariamente, inician el profesionalismo, divulgan autores latinoamericanos, insisten en la experimentacin, repu-dian el nacionalismo. En lo poltico, algo similar a una Tercera Posicin: la crtica del capitalismo y del Estado Sovitico. En lo relativo a la poltica mexicana, crtica sarcstica o, las ms de las veces, indiferencia. Perodo de trabajo generacional: 1955-1965. El esfuerzo de la revista debe ser XUninado junto con el del suplemento "Mxico en la cultura" (1949-1961) del peridico Novedades, dirigido por Fernando Bentez, Jaime Garca Terrs y Gastn Garca Cant, y continuado, a partir de 1962 por el suplemento "La cultura en Mxico" de la revista Siempre. El impulso universalista de esta generacin se difica en polmicas con los Epgonos del primer nacionalismo cultural y en la continua promocin de la labor artstica y crtica de una generacin de pintores: Jos Luis Cuevas, Vicente Rojo, Manuel Felgurez, Lilia Carrillo, Alberto Gironella, Fernando Garca Ponce. En la etapa en que Jaime Garca Terrs dirige Difusin Cultural do la UNAM se difunde a osla generacin en la Revista de la Universidad y en las actividades de la Casa del Lago.

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    f) La ampliacin de las actividades culturales dificulta ya enormemente la ubicacin por generaciones y se empieza a hablar de casos aislados. Una excepcin: lo que se conoce como literatura de la Onda (surgida cerca de 1966): juvenilismo, uso intensivo de la jerga juvenil, tcnicas derivadas de la novela norteamericana (Salinger, Nabokov), relatos de experiencias con drogas, escepticismo poltico traducido en burla de/o indiferencia absoluta ante la realidad nacional.

    B. Inconvenientes de la clasificacin por generaciones:

    1. Su carcter arbitrario, fundado en una apreciacin absolutista de la literatura como centro indispensable de la vida cultural.

    2. Su acento mtico. De acuerdo a esta concepcin, son las Grandes Figuras quienes crean y hacen posible la cultura.

    3. Su tono aislacionista. Las disciplinas no se comunican ni se estudian la interpenetracin o las influencias recprocas. Slo ocasionalmente inter-vienen en el anlisis factores sociales o polticos. Se sigue creyendo que una historia de la cultura es una historia literaria de la cultura.

    4. El descrdito generalizado de la teora de las generaciones. Ya no resulta de extrema utilidad o de confiabilidad evidente una teora que unifica arbitrariamente y prescinde de la enumeracin e interpretacin de las contradicciones.

    5. La vocacin apologtica y chovinista de la cultura oficial. Quien quiera que haya trabajado culturalmente merece el bien de Mxico, lo que equivale a un estmulo "post-mortem". Lo chovinista se mide, entre otras cosas, por el registro de la presencia del exterior como sucesin de "influencias", esto es, superposiciones a las obras.

    6. La idea exclusivista de la Alta Cultura. Ninguna de estas historias registra la cultura popular, ni siquiera en forma despectiva. De all el resultado permanente: una historia elitista de la cultura, lo que se conjuga con el inevitable aspecto clasista.

    7. La incapacidad de esta teora de ubicar figuras aisladas. En qu contexto insertar el trabajo de Carlos Mrida, Rodolfo Usigli, Juan Soria-no?

    8. La desventaja inicial de las divisiones convencionales antes apuntadas es su incapacidad para ofrecer panoramas coherentes. Esto, tambin hay que atribuirlo a los ritmos diversos del desarrollo de las disciplinas. La periodizacin en el cine es distinta por completo de la periodizacin en msica o pintura. Slo con un fin programtico (observar rasgos y tenden-cias generales en un campo casi inexplorado) es dable organizar panoramas d la cultura entera de un pas.

    9. No se han estudiado en forma sistemtica, las correspondencias entre los movimientos sociales, econmicos y polticos de Mxico y la actividad cultural. No se ha precisado la organizacin y los alcances de la cultura oficial. De una parte, sedicentes marxistas han ofrecido interpretaciones mecnicas de las superestructuras, donde la cultura se exhibe como un jueguito fantasmal y convencional de la clase en el poder. A su vez, los

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    historiadores oficiales han propuesto una cultura (una literatura) como fenmeno aislado, que slo obedece a sus propios dictmenes creativos. La autosuficiencia como mtodo de expansin. Falta intentar una tercera va, que respete e interrelacione las diversas disciplinas.

    10. Un problema evidente de la historia cultural es el registro de la continuidad que, de acuerdo a la perspectiva tradicional, prcticamente no existe. Termina el trabajo activo de una generacin y la siguiente slo lo reconoce formalmente. Una falsedad tan notoria slo puede cuestionarse a

    , partir de un examen crtico de las lneas y tendencias generales, no de las generaciones. De algn modo, la poesa de Pellicer prolonga la lnea de Vasconcelos, como tambin Mariano Azuela se ve continuado por Jos Guadalupe de Anda que antecede a Juan Rulfo o como el pintor Francisco Toledo prolonga la lnea de Rufino Tamayo o como la obra de Torres Bodet perpeta la de Antonio Caso.

    11. La continuidad no nicamente depende de influencias personales o de reiteraciones de estilos y formas de abordar la creacin artstica. Tambin de obsesiones temticas que son aspiraciones, tradiciones y ten-dencias polticas y sociales que se mezclan y no tan infrecuentemente, llegan a confundirse. Ejemplos: el anti-intelectualismo, la tradicin conser-vadora, el sexismo. En la poesa, Octavio Paz ha establecido una tradicin de la vanguardia, que ira de Jos Juan Tablada a Marco Antonio Montes de Oca. Cul es la lnea conductora de la tradicin radical o del erotismo como fenmeno cultural?

    12. El mito de la insularidad. La historia tradicional de la cultura insis-te en ver a Mxico como un fenmeno aislado y no, orgnicamente, como una de las partes coloniales de una cultura general. Si la cultura mexicana ha sido una bsqueda de la autenticidad de la expresin en medio de marcos de dependencia, esto se relaciona internamente con lo que va ocurriendo en las metrpolis y en las dems naciones latinoameri-canas. El mito de la insularidad tiene un punto de partida: el hecho singular de la Revolucin Mexicana, pero este gran fenmeno slo desvin-cula al pas del exterior durante un perodo muy breve.

    II

    Proyecto de una periodizacin general de la historia de la cultura mexica-na en el siglo XX

    a) Perodo preliminar: el porfirismo (1880-1910)

    Se concibe al porfirismo como un perodo unitario, lo que se justifica debido a que la enorme concentracin de poderes fomenta un solo estilo cultural. Movimientos: la poesa y la prosa modernistas, la novela natura-lista, la novela histrica, la educacin positivista, la pintura acadmica, la oratoria y el periodismo como medios masivos de comunicacin, el princi-pio de la novela realista, el auge del costumbrismo, el afrancesamiento como tono comn.

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    Dialctica interna: el trabajo de los pequeos grupos de anarquistas sindicalistas en la capi-tal y en la provincia, intento d formacin de comunas.

    la aparicin de novelas crticas, como Tomochic de Heriberto Fras que refiere la matanza de una poblacin indgena a manos del ejrcito, o las primeras obras de Mariano Azuela (Los fracasados. Mala yerba) con su enorme carga crtica de la administracin y la vida moral del porfirismo.

    las primeras actividades de los sufragistas. contradicciones poderosas entre moral pblica y vida cotidiana

    (semejanzas con la era victoriana, sealadas en el auge de moralidad mani-fiesta y de prostbulos), idealizacin de la madre y de la prostituta,

    contradicciones entre el espritu liberal oficial y el control de la vida provinciana por el clero, inoperancia de las Leyes de Reforma.

    contradiccin entre el espritu colonial de la alta burguesa (tal y como se expresa, por ejemplo, en la arquitectura y en la decoracin) y los primeros intentos de bsqueda de la identidad nacional (tal y como se expresa, por ejemplo, en la grfica de Manillas y Posada, en los caricaturis-tas de oposicin).

    b) Perodo revolucionario de transicin (1906-1914).

    Se perciben y se multiplican los deseos de cambio. Va desapareciendo el tono nico que domina la superficie de la vida cultural. La lite, ante los obstculos que a su desarrollo impone el paternalismo aulocrtico, empie-za a requerir el retorno al humanismo greco-latino y a pedir la diversifica-cin cultural. El tono cultural europeizante se ve interrumpido por el estallido de la Revolucin. Se inicia la revuelta contra la Academia y en 1906 el Doctor Atl inaugura la gran exposicin antiacadmica. La msicn es italianizante incluso en la adopcin de temas nativos. (La mcxla de las figuras prehispnicas que inicia el Moctezuma de Vivaldi en el siglo XVIII, llega a Atzimba de Ricardo Castro, donde el mito indgena es cantado en

    italiano).El Ateneo de la Juventud critica al positivismo y propugna por la educacin humanista. El mayor movimiento de protesta literaria: una manifes tacin con t ra quienes intentan profanar el espritu del modernismo. La formacin cultural sigue siendo eminentemente jurdica. El periodismo es el mayor contacto de los escritores con el pblico, dada la dificultad para imprimir libros.

    Dialctica interna: La Revolucin interrumpe el ritmo normal de las actividades culturales, cierran los teatros, se interrumpe la llegada de libros y revistas extranjeras, cesa o disminuye radicalmente la vida universitaria. Sin embargo, la actividad cultural "heroica" que prosigue no delata la influencia revolucionaria, lo que quizs explique la abrumadora mayora de intelectuales que apoya el huertismo. La Universidad Popular fundada en 1913 por los atenestas es un intento de difundir, para ganar adeptos, una cultura elitista.

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    c) Perodo de primera influencia revolucionaria (1915-1920).

    El contexto: la derrota de la revolucin popular de Zapata y Villa y el triunfo correspondiente de la faccin burguesa (Carranza, Obregn). Re-torno paulatino de la estabilidad. Se reanudan de manera aislada y decla-rando o resistiendo ese aislamiento las actividades culturales. Conse-cuencia inmediata de la Revolucin: una desvinculacin de las fuentes tradicionales (civilizacin europea) lo que se acrecienta con la Primera Guerra Mundial. A resultas de lo anterior, y del continuo poderoso impac-to de la Revolucin, surge en las lites un inters por descubrir lo que puede ser el pas, inters que, originado en el romanticismo, se haba limitado durante la dictadura. Se inicia la coleccin Cultura. Una revista: Mxico moderno.

    Dialctica interna: El xito de la poesa intimista y de reconvencin de Enrique Gonzlez Martnez, el tono literario que, con la excepcin de Los de abajo (1915) de Azuela, decide proseguir el tono anterior.

    d) Perodo de exaltacin nacionalista (1921-1924).

    Segundos resultados de la experiencia revolucionaria: la creacin, recupe-racin y/o difusin de smbolos y mitologas/ la urgencia de recrear acon-tecimientos inmediatos que sin embargo se van sintiendo perdidos o en el proceso del desvanecimiento/ la necesidad de una cultura que no desme-rezca ante la pica de la Revolucin. Jos Vasconcelos, como Secretario de Educacin Pblica, asume la influencia del trabajo de Lunatcharsky en la Unin Sovitica y propone un plan de salvacin/ regeneracin de Mxico por medio de la cultura (el Espritu). El plan incluye:

    La educacin concebida como actividad misionera. De all la creacin de las misiones rurales que predican literalmente el alfabeto y despiertan una efectiva (as sea mnima) conciencia cultural.

    El primer contacto cultural programado con el resto de la cultura latinoamericana y la espaola. Viajes de Vasconcelos por el Continente. La Revolucin Mexicana concebida como una experiencia universal poltica, social y artstica.

    La incorporacin de la minora indgena a travs de la redencin educativa.

    El descubrimiento, difusin y promocin de las artesanas populares. La edicin de clsicos (Homero, Virgilio, Shakespeare, Platn, Tols-

    toi) y de una revista. El Maestro, desde donde Vasconcelos proclama su fe educativa y la influencia de figuras como Rod y Romain Rolland.

    El patrocinio del muralismo a partir del trabajo en la Escuela Nacio-nal Preparatoria. El muralismo aparece, segn la decisin de Vasconcelos, para reflejar simultneamente el credo humanista y la pica de la Revolu-cin. De manera paulatina, se ir convirtiendo en la expresin plstica de una forma de integracin poltica, la Unidad Nacional. En esta etapa, se adoptan tcnicas renacentistas.

    Se fomenta el nacionalismo musical y la danza folclrica. Se redes-

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    cubre masivamente la cancin popular. Obras de Carlos Chvez, Manuel M. Ponce.

    Al mismo tiempo, Carlos Pellicer usa elementos modernistas para ampliar los lmites conocidos de la poesa e introduce elementos de mo-dernidad y alegra. Primera divulgacin de la obra de Lpez Velarde. Los estridentistas declaran una vanguardia. Los Contemporneos atienden a la literatura europea y a la norteamericana. Primer conocimiento de Proust, Gide, Pound. Se manifiesta la primera influencia masiva de la cultura norteamericana.

    Contexto y dialctica interna: Consolidacin paulatina de la faccin sonorense. El presidente Obregn, al tiempo que inicia la etapa del caudi-llismo, busca en la institucionalidad del trabajo cultural, un instrumento de legalizacin de su rgimen. Importancia creciente de Mxico (el ejemplo de una revolucin) en Amrica Latina. Paralelamente, difusin internacional de la Revolucin como un fenmeno folclrico que sintetiza Pancho Villa. El programa del nacionalismo cultural (redencin del indio/ salvacin moral de la patria/ el arte como pica/ captacin de las esencias nacionales/ educacin poltica y cultural a travs del arte) es auspiciado por el hecho que lo niega: la concentracin unipersonal del poder. Se despliega el control oficial del sindicalismo. Estructuralmente, la lucha de clases se subordina a las demandas de las facciones.

    e) Perodo de la decantacin revolucionaria (1925-1934). Plutarco Elias Calles en el poder. Luchas polticas de la izquierda que son reivindicaciones nacionalistas, no de clase. Prosigue y se extiende la corrup-cin administrativa como forma orgnica del desarrollo. La guerra de los cristeros polariza en torno de la religin o del atesmo. De modo delibera-do, se presenta la corriente de reconstruccin del virreinato como Edad de Oro (rechazo de la realidad circundante: crnicas y evocaciones de Arte-mio de Valle Arizpe, Mariano Silva y Aceves, Luis Gonzlez Obregn, Genaro Estrada).

    La campaa de Vasconcelos para la Presidencia (1929) es un hecho poltico y un hecho cultural. La clase media en ascenso ve en Vasconcelos una respuesta organizada contra la barbarie (Vasconcelos como Santos Luzardo, Calles como Doa Brbara, mitad naturaleza primitiva, mitad fatalismo de la pobreza nacional). Fe en el espritu (la moral) como una posibilidad poltica, lo que, a la derrota de Vasconcelos, se convierte en un escepticismo sistemtico que deviene en conformismo y/o oportunismo.

    Chovinismo exacerbado. Polmicas sobre la urgencia del arte compro-metido como nica va. Aparicin de la novela proletaria: La ciudad roja de Mancisidor. Primeras influencias sistemticas de los novelistas nor-teamericanos. Influencia artstica y moral de Gide. Descubrimiento de la potencialidad y eficacia popular de la Novela de la Revolucin. Revalua-cin de Azuela. Obras de Martn Luis Guzmn y Rafael F. Muoz. Trabajo intenso del grupo de Contemporneos. Campaas de moralidad pblica para eliminar a los escritores homosexuales de la administracin. En msi-

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    ca, la mezcla de influencias europeas con temas mexicanos determina la produccin de Chvez, Revueltas, Ponce. Se inicia el cine sonoro. En 1930 se funda la estacin de radio XEW. En 1929, el Partido Oficial: Partido Nacional Revolucionario (que se convierte en el PRI).

    f) Perodo del nacionalismo revolucionario (1935-1940). Se propicia desde el aparato estatal, un programa revolucionario para las tareas que consolide el nacionalismo econmico. Continan encarnizada-mente los debates entre arte para el pueblo y cosmopolitismo. Se organiza una tendencia cultural stalinista que prepara campaas contra Trotsky. Principal diario: El Nacional. Auge inicial del cine: cine de la Revolucin, comedia ranchera, melodrama naturalista. Muerte sin fin de Gorostiza. Nostalgia de la muerte de Villaurrutia. Cine y novela indigenistas (El Indio de Gregorio Lpez y Fuentes, El resplandor de Mauricio Magdaleno, Re-des de Fred Zinneman y Emilio Gmez Muriel). Nacionalismo musical: Revueltas. Murales de Orozco en Guadalajara. Primera consolidacin de Tamayo. Emerge, como expresin populista, Cantinflas. Apoyo a la causa republicana en Espaa

    g) Perodo de afianzamiento cultural (1940-1958).

    Predominio de la cultura estatal. El impulso renovador de la Revolucin ha transcurrido y se proyecta, sin el acento de radicalismo poltico del cardenismo, la Unidad Nacional en la cultura. En el perodo 1946-1952, el presidente Miguel Alemn lanza la tesis del desarrollismo (hamiltonismo econmico) que declara a la creacin de riquezas el principal factor del progreso. Se multiplican las inversiones extranjeras y la Segunda Guerra Mundial fortalece estas polticas. El antimperialismo que culmin en la Expropiacin Petrolera de 1938 se vuelve una entidad declarativa, el Parti-do Comunista Mexicano pierde sus grandes contingentes y el marxismo (va las interpretaciones de Lombardo Toledano) aparece como otro mto-do confirmatorio de la operatividad del Estado Mexicano. La "guerra fra" acelera un proceso anticomunista en las masas, fortalecido por los medios masivos de comunicacin.

    Cesa o amengua el juego de las generaciones. Las grandes novelas se muestran como hechos aislados: El luto humano (1943) de Jos Revueltas, Al filo del agua (1947) de Agustn Yez, Pedro Pramo (1955) de Juan Rulfo, La regin ms transparente (1958) de Carlos Fuentes. Aparece, ya presagiada por la obra de Jos Rubn Romero, la subliteratura de xito: Casi el paraso de Luis Spota, Cuando Crdenas nos dio la tierra de Blanco Moheno. El teatro, que se haba sustentado en Rodolfo Usigli, Xavier Villaurrutia y Salvador Novo, translada frmulas de Miller, O'Neill, Tennessee Williams a un mundo de descomposicin familiar (Carballido, Magaa, Luisa Josefina Hernndez). La renovacin del aparato escnico se inicia con el grupo de Poesa en Voz Alta (1955).

    La poesa con las excepciones continuadas de Pellicer y Paz se sumerge en una retrica engolosinada por el prestigio literario (polvo,

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    amor, muerte, sombra, angustia, hondura, desierto). El movimiento inte-lectual es casi unnimemente gobiernista. No hay mayor oposicin crtica. Es un perodo de acumulacin cultural, con el Fondo de Cultura Econ-mica como editorial indispensable y con Editorial Porra como la guardia-na de la tradicin cultural. Se aplican ya tcnicas publicitarias a la literatu-ra y la Revista Mexicana de Literatura y el suplemento "Mxico en la cultura" registran, impulsan y difunden cambios. Se debilita el control omnmodo de la Escuela Mexicana de Pintura y Cuevas lanza BU polmica contra el muralismo. Se reconoce crecientemente la obra de Tamayo, Moli-da, Gunther Garszo, Pedro Coronel. Juan Soriano.

    El cine integra su gran forja de dolos: Jorge Negreta, Pedro Amiend-riz, Cantinflas, Pedro Infante, Mara Flix. Tin Tan, Nin Sevilla, y a partir de 1955 hace evidente su estancamiento y su prdida de credibi-lidad interna.

    h) Perodo de auge cultural y social (1959-1968). El triunfo de la Revolucin Cubana inicia otra etapa de America Latina. En Mxico, en lo interno, se resiente como prdida inevitable la derrota del movimiento sindicalista independiente y el encarcelamiento de los lderes ferrocarrileros. Se va creando la atmsfera de un nuevo desarro-llismo, esta vez cultural. Hay confianza, entusiasmo, ingenuidad. Se olvi-dan o desdean los valores del nacionalismo cultural. El cine, prcticamen-te desahuciado por la clase media (vida de prestigios culturales), recibe en 1965 pl apoyo de un Concurso de Cine Experimental que promueve una generacin de cineastas. Entre experimentos y happenings, se vitaliza el movimiento escnico si bien contina la crisis de dramaturgos. La tradi-cin de la investigacin social (Molina Enriques, Othn de Mendizbal) se ve fortalecida. La democracia en Mxico de Pablo Gonzlez Casanova es el ejemplo ms significativo.

    La narrativa conoce una extraordinaria disposicin pblica, y es| c orno parte de una experiencia latinoamericana. Las novelas pueden ser formas, modos de vida: Rayueia, La ciudad y los perros. La muerte de Artcmio Cruz, Paradiso, El siglo de las luces. Cien aos de soledad. El astillero. En Mxico surge la literatura juvenil de clase media, que poco despus con el auge de la contracultura en Estados Unidos, se transformar en literatu-ra de la Onda. Gazapo de Gustavo Sainz, De perfil de Jos Agustn. Se sacralizan los experimentos tcnicos. Polticamente, si bien es vasto el descrdito del aparato estatal y del PRI, slo unos cuantos intelectuales mantienen una oposicin activa al rgimen. La Unidad Nacional es persis-tente. Surgen editoriales: Joaqun Mortiz, ERA, Siglo XXI.

    i) Perodo de reexamen crtico (1968-11 de septiembre de 1973). El Movimiento Estudiantil y la experiencia internacional de 1968, condu-cen a una crisis. Se da el enfrentamiento entre el Estado y los intelectua-les. El shock poltico es shock cultural: se intenta una revaluacin crtica de la Historia y del pasado inmediato. Gran parte de la atencin intelectual

  • 102 Carlos Monsivis

    se desplaza hacia la economa, la poltica, la sociologa. Se diluye la aten-cin fantica en torno de la literatura. El cine y el teatro atraviesan por etapas crticas: apoyo estatal, proyectos monumentales, logros mnimos. La vida musical es pobre y catica. Slo grupos excepcionales (Ballet Nacional, Ballet Independiente) continan trabajando con eficacia en el campo de la danza. Se difunde, como moda, el estructuralismo. Las nocio-nes de "colonialismo" y "descolonizacin" se vuelven ubicuas y, en oca-siones, conducen al renacimiento del estalinismo cultural: ansiedad de definiciones, rapidez de juicios inquisitoriales. El Estado procura recuperar a los intelectuales y lo consigue en gran parte, a travs de lo que se califica como "apertura democrtica". Hay un auge cultural exterior: se multipli-can libreras, exposiciones, conferencias, grupos teatrales, cine clubes.

    El golpe militar fascista de Chile implica una reconsideracin de la idea de Mxico y de Latinoamrica. El proceso se vuelve ms arduo y difcil. Muchsimas acciones tienen como espacio la desesperanza y la certidum-bre de un casi inescapable status colonial. El movimiento crtico se da principalmente en los peridicos. Con la inflacin, la clase media desiste de sus confianzas y expectativas.