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capiru Lo vl EL MUNDO DE LAS SUBSTANCIAS ARISTOTELES I . Pe rsonalidad Aristóteles es el discípulo de Platón por excelencia. y como todo gran discípulo, no se limitó a repetir a su maestro, sino que creó un sistema de filosofía nuevo. Nació en el año 384 a.C., y murió en el 322 a.C. Es autor de una obra muy vasta, que abarca no solamente todas las ramas de la filosofía, sino también prácticamente todos los sectores de la ciencia y, en general, del saber humano; sus escritos cubren el territorio de la física, la biología, la psicotogía, la sociología, la política, ia poética, etc. Ello fue causa, entre olros factores, de que su obra haya sido considerada durante siglos -f'undamentalmente en la Edad Media- como la obra científica por excelencia, ocupando en el terreno filosófico y científico un lugar semejante al que le correspondió a la Biblia en el campo religioso. Ello no implica que el pensamiento aristotélico sea necesariamente coincidente con la religión. y, concretanpnte, con la religión cristiana; pero, tle todos modos, sin olvidar la enorme influencia que ejerció sobre judíos y musulmLnes, o sobre Hegel, para mencionar un autor moderno, el hecho es que fue incorporado (y adaptado, naturalmente) al pensamiento cristiano, en especial a través del mayor filósofo y teólogo de la lglesia, Santo Tomas de Aquino. En este último sentido, el pensamiento aristotélico está asimilado de manera muy viva al filosofar occidental y, en especial, al contemporáneo, dada la gran extensión de la escuela tomista en nuestro mundo (cf. Cap. VII, $ l). Pero fuera de tales circunstancias, la importancia de Aristóteles, como la de Platón, consiste, en términos más generales, en que estos pensadores constituyen dos tipos clásicos de todo posible filosofar; más todavía. los modelos de dos actitudes contrapuestas frente a la realidad, dos tipos opuestos de existencia humana.,Por ello podemos aproximarnos al pensamiento aristotélico, como es sólito hacerlo, a través de la contraposición entre arnbos pensadores, que se ha convertido en lugar común'en la literatura filosófica. De acuerdo con este esquema, Platón r€presenta al idealista. al hombre que tiene su pensamiento dirigido a otro mundo, que no es este mundo sensible, sino un mundo perfecto, de idealidades eternaq y absolutamente excelentes y bellas. Aristóteles, en cambio, representa el "realismo", porque para él el verdadero ser no se halla en aquel trasmundo de las ideas platónicas, sino en este mundo concreto en que vivimos y nos movemos todos los áías. La expresión plástica de esta contraposición se encuentra en el ttesco La Carpio, A., Principios de filosofía: una introducción a su problemática, Buenos Aires, Glauco, 2004.

Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

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capiru Lo vl

EL MUNDO DE LAS SUBSTANCIAS

ARISTOTELES

I . Pe rsonalidad

Aristóteles es el discípulo de Platón por excelencia. y como todo grandiscípulo, no se limitó a repetir a su maestro, sino que creó un sistema defilosofía nuevo. Nació en el año 384 a.C., y murió en el 322 a.C. Es autor deuna obra muy vasta, que abarca no solamente todas las ramas de la filosofía,sino también prácticamente todos los sectores de la ciencia y, en general, delsaber humano; sus escritos cubren el territorio de la física, la biología, lapsicotogía, la sociología, la política, ia poética, etc. Ello fue causa, entre olrosfactores, de que su obra haya sido considerada durante siglos -f'undamentalmenteen la Edad Media- como la obra científica por excelencia, ocupando en el terrenofilosófico y científico un lugar semejante al que le correspondió a la Biblia en elcampo religioso. Ello no implica que el pensamiento aristotélico sea necesariamentecoincidente con la religión. y, concretanpnte, con la religión cristiana; pero, tletodos modos, sin olvidar la enorme influencia que ejerció sobre judíos y musulmLnes,o sobre Hegel, para mencionar un autor moderno, el hecho es que fue incorporado(y adaptado, naturalmente) al pensamiento cristiano, en especial a través del mayorfilósofo y teólogo de la lglesia, Santo Tomas de Aquino. En este último sentido, elpensamiento aristotélico está asimilado de manera muy viva al filosofar occidentaly, en especial, al contemporáneo, dada la gran extensión de la escuela tomista ennuestro mundo (cf. Cap. VII, $ l).

Pero fuera de tales circunstancias, la importancia de Aristóteles, como la dePlatón, consiste, en términos más generales, en que estos pensadores constituyendos tipos clásicos de todo posible filosofar; más todavía. los modelos de dosactitudes contrapuestas frente a la realidad, dos tipos opuestos de existenciahumana.,Por ello podemos aproximarnos al pensamiento aristotélico, como es sólitohacerlo, a través de la contraposición entre arnbos pensadores, que se ha convertidoen lugar común'en la literatura filosófica. De acuerdo con este esquema, Platónr€presenta al idealista. al hombre que tiene su pensamiento dirigido a otro mundo,que no es este mundo sensible, sino un mundo perfecto, de idealidades eternaq yabsolutamente excelentes y bellas. Aristóteles, en cambio, representa el "realismo",porque para él el verdadero ser no se halla en aquel trasmundo de las ideasplatónicas, sino en este mundo concreto en que vivimos y nos movemos todos losáías. La expresión plástica de esta contraposición se encuentra en el ttesco La

Carpio, A., Principios de filosofía: una introducción a su problemática, Buenos Aires, Glauco, 2004.

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PRINCIPIOS DE FII'SOFÍA

escuela de Atenas (1509-l5l l), de Rafael. que se halla en el vaticano. En elcentro de esta obra maestra aparecen los dos filósofos: Platón dirige su índicehacia lo alto, como apuntando al mundo de las ideas, en tanto quelristótelesseñala este mündo sensible y cotidiano que todos conocemos. La sota act¡tudde los dos filósofos en el cuadro de Rafael expresa sus respectivas teorías ypersonalidades. *

2. Críticas a la teoría de las ideas

Por lo demás, Aristó¡etes mismo se encargó de fijar su propia posiciónfilosófica mediante una serie de críticas a su maestro. Arisiót¿les iambiénafirma la "idea" -para emplear el término platónico-, lo universal; afirma toracional y sostiene que el único objeto posible del conocimiento verdadero esla esencia, el ente inmutable que sólo nuestra raz6n capta. pero lo que nocomparte con Platón es la supuesta necesidad de establecer dos mundoss-eparados: segregar las ideas o esencias ("formas". tas va a llamar Aristóteles)de Ias cosas sensibles, convertirlas en realidades independientes, es lo que noadmite del platonismo. De allf sus críticas. que, por lo que aquí int'eresa,pueden resumirse en cuatro puntos.

a) L_l filosofía platónica representa una innecesaria duplicación de tascosas. Platón afirma que.hay dos mundos, et sensible y el inteligible, pero deesta manera, en lugar de resolver el problema metafísico -determjnar elfundamento de todos los_entes-, lo complica: puesro que en vez de explicarrn mundo, habrá que explicar dos, con el resultado entonces de que el númerode cosas por explicar se habrá multiplicado, a juicio de-Aristóteles,innecesariamente. Pues hay un principio de "economíá" del pensamientot queAristótcles no formuló explfcitamente, pero que en todo casó expresa bien-supunto de vista respecto de este probtema; el principio dice que "-el nrimero delos entes no ha de multiplicarse srn necesidzd" (eniin non sint multiplicandapraeter necessitatcm). Esto significa que si se puede resolver un problema oexplicar un fenómeno con ayuda de un solo principio, no hay por qué hacerlocon dos o tres; la explicación más sencilla es preferible a la más óomplicada(liempre claro está, qub sea una explicación suficiente). Y en ta medidaen quePlatón postula dos mundos, no haría sino complicar el problema.l

t Los términos "idcalismo' y "rcatismo", lal como se Jos cmptc¡ cn cstc párrafo. signi .can(cn un scntido quc no_cstó alcjrdo del uso vulgar. como cuando ci h¡bt¡ dc un pollrico idc¡list¡)quc cl vcrdadcro sc¡ dc l¡s cos¡s sc lo pone cn cntidodcs pcrfcctas y subsislcnt;s rcspccto dc taicualcs ¡odo lo cxi¡lcn¡c cn ol mundo sénsiblc no cs sino iáliOa copil, o bicn quc no iray orro scrquc cl quc sc d¡ cn cqlc m-undo. Amb¡s tcorlas son formas üc "rcalisino". cn cambio, dcsdi cl punrodc vist¡ cn quc se u¡¡ cl término miis odcl¡nrc, Cap. X, Sl 2 y 3.

¡ L¡ citad¡ fórmula -le-nrig non sunt...'- dct principio sc atribuyc a un filósofo mcdicval.Gu¡r-uenuo ge Ocglu (1300-1349 ó 1350), y sc ló ha llim¡do'ta nivaja dc Occam,; pcro. cnrigor dc vcrdad. tal fómula no sc cncucntra cn sus csc¡itos. aunquc sí orr¡ídc scntido cquivalcnrc.

I t4

EL MUf¡DO DE I

b) La scgürelación entrrdice que las cparticipan o sr(cf. Cap. V, !'copia", " fllodhace sino velcuestión, comcste sentido, üanterior a Ia ¡

c) En tercclas ideas -gr¡tsrxt esencialrmconcreta y siltautosuficiente, ,

'causa" (tal cogeneración y coy siempre idérfiisola, nunca har¡Aristóteles).

d) Una cuarlDe acuerdocm I

de la misma idcde la ideade'hscontigua son scrcomún). Pero cosuponer una tlrparticipen y Qrr,también serrrejilinfiniturz) con kque postergar Ia

Conviene hrclas relaciones dB ,

apafEcen .ya en dPlatón ericontrú adc las ideas, espccónvicne atentnotablc en las Icjemplo, en l¡ sfrentc a lo scatprobable, por úlmisrno, a algua

¡ Una apror¡Efilo.coffa (trad. cq

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DE FIT.OSOFIA

Vaticano. En eldirige su índiceque AristótelesI-a sola actitud

ivas teorías yi

I

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I

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ii

i

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I propia posiciónfinóteles tambiénSucrsal; afirma lohnro verdadero es

L Pero lo que nobccr dos mundosbmar Aristóteles)hcs, es lo que not,.

F aqu¡ tnteresa,

tplicación de lasrcligible, pero deD -determinar elt vez de explicarLCc que el número) de Aristóteles,:pcnsamiento, quelr expresa bien su

¡a 'el número de:rt multiplicandahr un problema o

.f por qué hacerloI más complicadar la nrcdida en queblcma. t

*, plrrafo, signi. .canB r¡ político idcalista)iratcs respecto dc lasEr guc no hay otro scr¡enbio, dcsde el punto

r rr ñlósofo medicvol,r úc Occam"; pcro, cnlc ¡cntido cqu ivalcntc.

EL MUfIDO DE T-AS SUBSTANCIAS. ARISTOTELES

b) La segunda crítica se refiere a lr manera cómo Platón intenta expli ar larelación entre los dos mundos. Cuando Platón se enfrenta con este problemadice que las cosas sensibles -por ejemplo, este caballo individual gue vemos-participan o son copias de una idea, que es como su modelo -la idea de caballo(cf. Cap. V, $ I I ). Pero, según Aristóteles. expresiones como "participación","copia'*, 'modelo", etc., no son en realidad verdaderas explicaciones; Platón nohace sino valerse de metáforas, y en lugar de aclarar conceptualrnente lacuestión, como debiera hacer la filosofía, se refugia en imágenes literarias; eneste sentido, habría quedado atado al mundo de los mitos, es decir, a un mundoanterior a la aparición del pensamiento racional y científico.

c) En tercer lugar, Afistóteles observa que no se ve cómu ni por qué. dadaslas ideas -que son estáticas, inmutables-, tenga que haber cosas sensibles 1ueson esencialmente cambiantes. ¿Cómo y por qué la rdea de casa producc esta casaconcreta y singular en gue nos encontrarms? Supuesla ta namraleza innutable,autosuficiente, de las ideas, no se comprcnde de manera rtinguna cómo puedatt ser"causa" (tal como tienen que serlo, según Platón) de las cosas sensibles, de su

generación y comrpción, de su transformación constante: lo permirnenterr¡ente estáticoy siempre idéntico a sí mismo no prede ser causa del devenir. La irlea de casa, por sÍsola, nunca hará surgir la casa real (hará falta, adern,ís el arquitecto o el albañi!, segúnAristóteles).

d) Una cuarta crítica se conoce bajo el nombre de "argurnento del tercer hombre".De acuerdo con Platón, la semejanza entre dos cosas se explica porque ambas participande la misma idea. Por ejemplo. Juan y Pedro son semejantes porque ambos participande la ideade "hombre" (de la mismanümeracornoesta mesa y laqueestáen la habitacióncontigua son semejantes porque participan de la idea de "mesa", que ambas tienen en

común). Pero como también hay semejanza entrc Juan y laidea de hombrc, será precisosuponer una nr¡eva idea --cl "tercer l¡onnbre"- de la cr¡al Juan y la idea de hombreparticipen y que explique su senrcjanza; y entrc esta nueva idea, la anterior y Juan, habrárambién sernejanza..., locual claranrentenos embarcaen unaserie infinita (regressus irr

infinítum\ con la que nada se explica, puesto que cm tal procedimiento no se hace más

que pos¡ergar la explicación, de tal modo que el problema queda siemprc abierto'

Conviene hacer dos obscnra:iones rEspocto de es¡as críticas. y, en gercral, resPecto de

las rclaciones dc Aristótctcs qon su macsl¡o. t a primcra cs quc cstos rcparcs. cn substancia.

aparecen .ya en el propio Platón +n el Parmétiides-i son, pues, dificultades quc el propio

Platón er¡contró en su doctri¡ia, y quc lo llcvaron a una rcvisión o g,rofundización dc la tcoría

de las ideas, espccialmc.ntc a parrir ül Sofista.- En segundo lugar. dcspués dc Io dichocónvicnc atcnuar la s,r$lr:rposición en're embos filósofos. guc quizás e¡ más

notablc cn las palabras quc no cn las cosas mismas: las coincideacias -como, por

cjemplo, cn ta conccpción tclcológica dc la rcalidad, o en ia valoración dcl conceptofientc a lo scnsiblc, entrc otfas -scñal¡n profundas afinidades de fondo.2 -Esprobablc, por útlimo. quc las crfticas de Aristótcles sc rcñcran, más quc a Plalónmismo. a algunos ,lc sus disclpulos.

ili

¡ Una aproxirnacién dc Aristótclcs e Plrtón Puedcfilo.eofía (trad. csp., Earcclona, Hcrdcr' l95i), tomo

ycrsc cn J. HnseHBEncEn, IJisltúia dc Ial, pp. 16-77 y 139-140.

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lró PRINC¡PIOS DE FILOSOFI.{

h Metafísica (cil.dccidc por dejarla

EL MUNDO D€

de cantidardoble, la mpasado: dedc acción,Si se habl¿

llamado Sócr,que es calvoplaza ( lugar)(posesión o h

A estas dirque expres?o ¡

-uno de losnues tro vocathabla, v. gr.,qu iere dar asociedad, con

Segú n se drsí", Ia substalúltima instanc

A hora bien,es el "qué cllama "enle!a lgu na otra

La su bs tanrconc reto, la c(universales, ab

s Categorías 4,

3. Las categorías

Según Aristóteles, la reatidad es este mundo de cosas concretas en guevivimos: como esta casa, este árbol, aquel hombre singulares. Y de este tema.de la realidad, se ocupa (cf. Cap. I.$$ 3 y 4) la metafísica como disciplinafundamental de la filosofía. El término mismo de "metafísica" no lo empleóAristóteles, pero es el título con que, en época posterior, se bautizó una de susbbras más importantes (o, por mejor decir, un conjunto de tratados independientes,reunidos por los ediiores de sus escritos); Aristóteles mismo llama a esta disciplina"filosofía primera", y la define, según también dijimos (cf. Cap, I, $ 3), al comienzodel libro iV de dicha obra como "un saber que se ocupa de manera puramentecontemplativa o teorética del ente en tanto ente y de lo que en cuanto tal lecompete".r

Ahora bien, ocurre que la palabra "ente" -como la palabra "ser "= tiene dit'erentessignificados, si bien todos conectados entre sí. El libro VII de la Metafísica seinicia.con estas palabras: "El ente se dice de muchas maneras".' En efecto. noes lo mismo decir: "esto ¿s una silla", que decir: "esta silla ¿s blanca", o bien:"la silla es de un metro de alto". En los tres casos nos referimos a entes -la silla"es", y "es" el btanco, y también "es" la altura-: pero está claro que en ceCr casocl "es" tiene sentido diferente, y por ello dice Aristóteles que el ser se o,c€ d€muchas maneras.

Tales maneras se reducen a dos fundamentales: eI modo de ser "en sí" (in.se) y el modo de ser "en otro" (in alio\.El ser de esta mesa es i¿ se, es decir,en sí o por sí mismo; se trata de un ser independiente. El color. en cambio, ola cantidad, son modos de ser que sólo son en tanto están en otro ente, en tantoinhieren en él; el blanco es el blanco de la mesa, la cantidad -diez metros, porejemplo- es. póngase por caso. la altura de un edificio. Y nunca encontramosun color que éxista de por sí; siempre será el azul del cielo, o de una tela, etc.Esta mesa, en cambio. tiene un ser en sí; es justamente un ente tal, en el cualpuede aparecer el blanco, o el azul, o los diez metros.

Este ser "en sí" lo llama Aristóteles oúoís (pronunciar "usía", término quesuele traducirse por "substancia");* con más exactitud. se tratr de la ousíaprimera (rpó rr¡ o ú o ís [prote ousíal),esto es, et individuo, o, tal como tambiénlo expresa Aristóteles, el "esto (que está) aquí" (tó6e r [tóde ri]). Este enteindividual y concrelo -como Sócrates, Platón, esta rnesa- const¡tuye el sujetoúltimo de toda posible predicación, pues sólo puede ser sujeto y nunca predicadode un enunciado. Todos los demás modos de ser -es decir, las diversas manerasde ser "en otro"- se los denomina accidente.:. Estos son nueve: cantidad, cualidad,relación, lugar, tiempo, posición, pose.,ion, acciu¡r y pasión.

De las cosas dichas sin combinación alguna [es decir, fuera del nero queestablece la proposiciónl, cada una significa: o la substancia, o la cantidacl, o lacualidad, o la relació¡¡. o el dónde, o el cuándo, o la posición, o la posesión, ola acción, o la pasión. Por ejemplo, para dar una idea: de substancia, hombre, caballo;

I Metufísica 1003 a 20 ss. ' 1028 a 10.

I La traducción literal sería "entidrd". El prof. ll. ZuccHt, en su versión dcen la bibliografía al final de cste capítulo), lucgo dc discutir el problcma. scsin traducir

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EL MUNDo DE LAs suBsrANCrAs. ARISTórelgs I l7:tPlos DE FILOSOFI'{

i concretas en qllees. Y de este lema,ca como disciPlinasica " no lo' emPleóbautizó una de su.s

ldos independientes,trna a esta disciPlina" [, $ 3), al comienzo: nnnera puramentelE en cuanto tal le

Er "- tiene diterentesde la Metafísica sc

rls".t En efecto, oorf.f blanc&", o bien:rxls a entes -la silla]ro que en caCa casope cl ser se cr,c€ de

o de ser "en sí" (inr cs in s€, es decir,color, en cambio, oil otro ent€, €n tantod -diez metros, Pornunca encontramos), o de una tela, etc.iente tal, en el cual

I

'usía", término que

E tratl de la ousíaI o, tal como lambiénIróde ril). Este ente

,mnstituye el sujetob y nunca predicadol¡s ¿iversas naneras

i: cantidad, cualidad,

I

fuera del nexo que

i¡" o la cantidad, o la

Éón. o la Posesión, o

bcia, hornbre, caballo;

¡óo de la Metalísrca (cil.:L sc dccidc Por dcjarlaI

i

de cantidad, cuatro pics, cinco pies: de cualidad, blanco, gramático: rJe relación,doble, la mitad. mayor; de dóndc, en el Liceo, en la plaza: dc cuándo, ayer, el añopasado; de posición, yace, está sentado: de posesión, está calzado, cstá armadoldeacción,corta,quema;depasión.escortado,esquemadoSi se habla de Sócrates, por ejemplo, la substancia o ousía es este individuo

llamado Sócrates; y decimos de Sócrates que mide un metro setenta (cantidad),que es calvo (cuálidad), que es el marido de Jantipa (relación), que está en laplaza (lugar), esta mañana (tiempo), que está de pie (posición) y calzado(posesión o hábito), que come (acción) o que es interrogado (pasión).

A estas diez maneras según las cuales algo es, a estas maneras de enunciarque expresa n las formas fundamentales de ser, las llamó Aristóleles cate gorías-uno de los tantos términos filosóficos griegos que se han incorporado anuestro vocabulario. (La palabra se emplea, por ejemplo, en las cienciasl sehabla, v.gr., de las "categorías" de que se vale el sociólogo, con lo cual sequiere dar a entender los conceptos fundamentales con que éste t'abaja:sociedad, comunidad, clase social, etc.)

Según se desprende de lo anterior, el modo de ser fundamental es el ser "ensí", la substancia, porque todos los demás modos de ser, los accidentes, enúltima instancia se refieren a la substancia. Escribe Aristóteles enla'M etafísica:

Ahora bien, de todos cstos sentidos que tiene el ente, es claro que el primordiales el "qué es". lo que significa la substancia [...] Todas las demás cosas se las

llama "éntes" porque son cantidades c.cualidadcs o afecciones de este ente, oalguna otra cosa semejantc.á

en sí ous ía (substancia)

ser (ente) cate gorías

La substancia o ousla, puest es primordialmente el ente individual yconcreto, la cosa sens:ble -por oposición a las ideas platónicas, gue eranuniversales, abstractas e inteligibles (no sensibles).

r Cate goría.r 4, I b 25 ss. 6Metafísic'o Vll. l, 1028 a l3 ss.

cant idaccualidadre laciónI ugartiempoposiciónposesiónacciónpasión

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il8 PRINCIPrcS DE FILOSOFÍAEL MUNDO

'materia'. Ees para Arispor ceosi:iiY remite a ulla forma. scrse trate la -l

Puede tavez, la dist¡Platón habise encuenlr¡lo que la coreside en lacosa: se c(xsentidos, sir

ideas en uninmanentessens ib le co

Ahora bnos fijamosde manera I

lado un astdeven ir. Tocons iderad¡equilibrio,Pero ocurrctanto el an¡nos dice dt" instantáneque tratar d

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lo que sobrequilibrio r

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ru D, Ross

¡!cf. c. Rslc dondc se h

4. Estruclura de la substancia. Forma y maleria, acto y polencia'

Desde el punto de vista de su estructura, la o¿sla sensible es un comp-uesto

o concreto (óúvotov lsfnolonl), es decir, no algo simple, sino constituid-o pordos factores o princip_iloi, que Aristóteles llama materi¿ (üIn |hylel).y forma(popoi 1tnorihélr. Ésros-no se dan nunca aislados, sino sólo constituyendoii ¡á¿¡u¡¿-uo, por ó¡"mplo esta mesa, en que se encuentra la materia -madera-y la forma "mesao; y-sólo del compuesto se dice que es substancia o oi¿sla

primera.? Así se lee en la Metaffsica:En cierto sentido es subs¡ancia la materia [en tanto el substrato sobre que sc

realizará la formal..., en otro la forma [quc cntonccs llamará Aristótelcs subsrrnciascgundal. y en terccr lugar el compucsto de estos dos, lo único quc está somctidoa tlr gencración y a ta corrupción, y que cxii;tc separadamente de modo absoluto.r

La materiaes aquello "de qué", dice Aristóteles: esto es, aquello de lo cual

algo está hecho, su "material". Para saber cuál es la materia de una cosa,enlonces, hay que preguntaf: ¿de qué está hecha? Si en el caso del ejemploanterior se forniulaéstá pregunta, la respuesta será: "madera". La materia es loindeterminado, lo pasivo, el contenido o material de algo, aquello "de que" estealgo está constituido; y su determinación no la tiene de por sí, sino que l-a recib_e

dJla forma. Porque laforma es el "qué" de la cosa, y por ello, para saber cuáles la forma de algo, hay que preguntar: ¿qué es esto? Para el ejemplo anterior,será "mesa". Forma, entoncei, no significa la "figura" de algo," como podríaser "cuadrada" en el caso de la mesa, pues esto es un accidente; sino que

"forma" equivale a "esencia", y corresponde a la "idea" platónica (y a- veces

también Aiistóteles emplea este término). La forma, Pues, es lo determinante,lo activo, lo que da "carácter", por así decirlo, a la cosa -en nuestro caso,-loque determiná que la madera sea mesa y no, por ejemplo, silla o armario. Laforma in-forma -es decir, le imprime una forma- a la materia, que de por sí es

informe, indeterminada, y de eite modo la hace "ser" lo que en cada caso es.

(A la forma también la llama Aristóteles "substancia segunda" ,para diferent arlade la cosa individual o "substancia primera").

De lo anterior se desprende que lo que Aristóteles llama "materia" no tiene nada

que ver con la "matetia" del matcriatismo. Y ello no sólo porque Aristóteles no es

materialista. sino ya por una razón, digamos, pufamcnte terminológica. En clbcto,lo que el materialismo l¡ama "materia", como, por ejemplo. un bloque de mármol. no

es para Aristóteles pura "materia". sino materia .v¿¡ dotada de forma, ya informada:pues¡o quc es "mármol", es decir, tiene la forma "mármol", y no bronce, o hierro.Podría dccirse. entonces. que el lérmino aristotélico de "maleria" equivalc, hasta

cierto punto. al de "contenido". quc no tiene por qué sc-r .nada "material" en el

sentido del materialismo; por ejemplo, cuando se habla del "contenido" dc un libro,dc la "materia" dc quc tra¡a. Entendido de este modo, cl espacio puro, geométrico' la pura

extensión enteramente vacfa de cualquier cosa material, es para Aristóteles

'Categorías 5,3a l-2.* Aunquc hay oca¡ioncs en que Aristótclcs

a l*fetafísics Vltl, t, 1042 a 27 ss.

emples cl término cn estc sentido.

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¡ns DE FILosoFfA

Wcia.

Ics un compuestop constituido porI lñyleD y formalo constituyendoneria -madera-bt¡ncia o ousíaI

Ih

Iao sobre que se

Érelcs subslrnciai;c está sornctidoh nodo absoluto.t

Rrcllo de lo cual¡ir de una cosa,ttr¡o del ejemplo: l-r materia es lo!üo'de que" esteÉm que la recibeh pnra saber cuáldcrrelo anterior,;. como podría*nte; sino gueftica (y a veces¡b determinante,¡ rrcstro caso, lolr o armario. Lat"{rrc de por sí estn cada caso es.

F¡ diferent arla

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Sgica. En ef'ecto,

F dc mármol, notl. ya informada:¡lronce, o hierro.li cquivalc, hastaI -Daterial " en elItido' de un libro,

Fonétrico, la pura

Fra Aristóteles

¡ l!.l ss-

uido.

EL MUNDO DE LAS SUBSTANCIAS. ARISTÓTELES I 19

"matcria". En su excelcnte libro sobre el filósotb. observa D. Ross: "La 'materia'noes para Aristóteles una cierta especie de cosa, como cuando hablamos dc materiapor cposbión aI eq>íritu . Es un térn ino pu:al anE p]¡tiro -re'uÉ¡o a la fl¡m a.doY remite a un texto de la Física: "la materia es algo relativo a algo. pucs si cs diferentela forma. scrá ditbrcnte la materia".rr Tal "relatividad" se comprendcrá mejor cuandose trate la "escala de la naturaleza"; cf'. $ ó.

Puede también apreciarse, en función de lo dicho, la aproximación y, a lavez,la distancia, que se da en¡re las teorías de Platón y Aristóteles. Así comoPlatón había enseñado que la verdadera realidad, y lo propiamente cognoscible,se encuentra en las ideas, Aristóreles señala que lo determinante, en definitiva,lo que la cosa ¿s, lo real (según luego se verá aun más claramente, $$ ó y 7),reside en la forma; y es ésta, no la materia, lo propiamente cognoscible en lacosa: se conoce algo cuando se capta su forma, operacién que no realizan lossentidos, sino el intelecto (voúg [nasJ). Pero en tanto que Platón colocaba lasideas en un mundo suprasensible, trascendente, para Aristóteles las formas soninmanentes a las cosas sensibles; materia y forma coexisten en este mundosensible como dos aspectos inseparables de una sola realidad.

Ahora bien, es preciso ;rhondar las consideraciones anteriores: porque, sinos fijamos bien, veremos que nos hemos reterido a las substancias sensiblesde manera todavía abstracta -abstracta, porque.se ha "abstraído", o dejado delado un aspecto muy importante de las mismas, a saber, su movimienlo, sudevenir. Todo lo que se ha dicho, en efecto, se refiere a las cosas sensiblesconsideradas estáticamente, encarando la materia y la forma en estado deequilibrio, por así decir, deteniendo el devenir que caracteriza al comp..lsto.Pero ocurre que todas las cosas sensibles devienen; cambian, se mueven, y portanto el análisis de-la cosa que distingue en ella nada más que forma y materianos dice de la cosa menos de lo que en realidad ésta es; nos da sólo una"instantánea", para decirlo con una comparación fotográfica. Loque ahora hayque tratar de lograr es más bien una película cinematográfica considerando lacosa dinámica o cinéticamente.'2

Y cntonces, considerada la cosa en su movim¡ento, se observará que elequilibrio entre forma y materia es incstable, de manera tal que. o bien se da unapreponderancia creciente de la forma sobre la materia, o bien, a la inversa, dela materia sobre la forma. Piénsese, por ejemplo, en el proceso de fabricaciónde una mesa: mientras el carpintero trabaja la madera, se produce un pasaje dela madera, de algo en que se destaca más la materia, hacia un predominio cadavez mayor de la forma, hasta que llega el momento, terminada la mesa, en quelo que sobresale es primordialmente el ser "mesa", es dec.ir, la forma. Pero esteequilibrio que se ha alcanzado, a su vez. no es estable, porque en cualguiermomento puede romperse; por cjemplo, siguiendo un proceso inverso alanterior. si se destroza la mesa con el fin de obtener leña para el fuego: aquí

ru D, Ross , Aristctile (London, Methuenr ! gtr). p. 73. tt l;ísica 11,2, 194 b 9.

rrcf. G. R. G. Mune. A¡¡ Introduction n Hcgcl (O¡ford. At thc Chrcndon Prcss. 1948), pp. 5 ss..de dondc sc h¡n lomado algunos csqüc!:,¡¡s y cxprcsioncs.

Page 8: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

t20

se habrá pasado del predominio dc la for*, al de lamenos forma y más materia.

PRINCIPIOS DE FILOSOFIA

materia, se habrá hecho

Pues bien, para pensar este di namismo o desarrollo, Aristóteles introducedos rruevos conceptos: potencia y acto. No se trata de un mero cambio de

denominaciones, Sino que esta manera de considerar la cuestión es más"verdadera", es decir, más plena, que ia anterior, puesto que Es menos abstracta;et primer punto de vista dejaba de lado el movimiento, hacía abstracción de é1,

en tanto que ahora se lo toma en cuenta y el nuevo enfoque resulta másconcreto, porque incluye al anterior y lo completa'¡r Encarado ahoradinámicamente, el sínolo es entonces un compuesto de potencia y acto. Lapotencia (6rívc¡.trg [dinamisl) es la materia considerada dinámicamente, e.sto

Ls, en sus posibiiidáoes, en este sen¡ido puede rlecirse, por ejemplo, que el árboles una mesa, pero no porque lo sea ahora y de hecho, sino porque lo es comoposibilidad: en términos de Aristóteles, el árbol es mesa en potencia. Por et otroiado, el acto (év ép"¡ew.lenérgueial) es la forma diniímicamcnte considerada,es decir, ta forma realizada, consumada, !, €fl el caso extremo. en superfección; en este sentido, el árbol que vemos es árbol cn acto. Acto entoncesse opone a potenc¡a como realidad se opone a posibilidad. "Actual", pues, enel lenguaje de Aristóteles, significa "real", por oposición a "posible" o "potencial".

5. El cambio y las cuatro causas

Los concep¡os de potencia y acto permiten llegar a la solución del viejoproblema que se habían planteado los primeros filósofos griegos sin lograrsolucionarlo: el problema del movimiento. o, en general, el problema del cambio(cf. Cap. II, $ I ). El movimiento es un pasaje del no-ser (por ejemplo, del no-ser-allá. en la Plaza de Mayo), a scr-allá, (cuando se está en la Plaza); perocomo el concepto de no-ser, es decir, de nada, es contradictorio, impensable,también se hacía impensable el movimiento, y ésta fue la consecuencia sacadapor Parménides (cf. Cap. II, $ 4).

Aristóteles, en cambio, logra pensar conceptualmente el movimiento graciasa los conceptos de acto y potencia, y de esta rnanera resuelve el problema, dentrodel horizonte y las posibilidades del pensamiento griego. Porque observa queel cambio consiste efectivamente en el pasaje del no-ser al ser, pero gue no setrata ahora del no-ser y el ser absolutos, sino del ser en potencia y del ser enacto (es decir, del pasaje del no-ser en acto al ser en acto, o del ser en potenciaal no-ser en potencia). Si se va caminando desde la Plaza Once a la Plaza delCongreso, este mov¡miento representa un pasaJc del ser en potencia en la Dlaza

del Congreso, a ser en acto en la Plaza del Congreso: ¿l movimiento es precisa-mente este pasaje de Ia potencia al ¿cto. "Puesto que el ente tiene dos sentidoslen acto y en potencia], todo carnbia del ser en potencia hacia el ser en acto." t'

[(:f. cn el Capítulo Xl, $ 3, la frase dc HecEL: "lo verdadero cs el todo"

'r hleta.fí.sict¡ Xl J, 2. l0ó9 b l5 s.

EL MUNTX

Convi,amplio quen particu

t...1 larcantidaen senlel carn

De manerel cual udestruye,de un niides t ruccircuantitatiplanta. 3)de los cat"movimie

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tt Metaf,

Page 9: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

DE FILOSOFIA

¡c habrá hecho

les introduceo cambio detión es más

abstracta:racción de é1,

resulta másarado ahoraia y acto. Lacamente, estoo. que el árbol

lo es comoia. Por el otrocons iderada,

cxtretTlo, en su

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* o "potencial"

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'&l ser en potenciaDnce a la Plaza delp[encia en la Dlaze

úmiento es prec isa-¡ tiene dos sentidosr el sgr en acto." l{

{odo'

EL MUNDO DE LAS SUBSTANCIAS. ARISTOTELES

Conviene notar que el término "movimientol' tiene en A¡istételes sentid.o,másamplio que en nuestro lenguaje y es sinónimo de cambio en general. Así distingueen particular cuatro tipos de cambio:

[...] las clases de cambio son cuatro: o scgún la substancia, o la cualidad. o lacantidad. o el lugar. Y el carnbio según la substancia es !a generación y la corrupciónen senrido absoluto: el cambio según la cantidad es el aumento y la disminución;el ca¡nbio según la cualidad es la alteración: y según el lugar es la traslación.15

De manera que hay, en primer lugar, l) cambio,o movimiento substancial, porel cual una substancia viene al ser, aparece, nace; o, por el contrario, se

destruye, corrompe o muere: generacién y corrupción: por ejemplo, el nacimientode un niño, o la muerte del anciaag; o la fabricación de'una estatua, o su

destrucción. Los otros tres tipos lo son de cambio accidental:2) El cambiocuantitativo: aumento o disminución, corno por ejemplo el crecimientdde una

planta. 3) El cambio cualitativo, o alteración, como, v. 8r.., el cambio.de colorüe los cabettos. 4) El cambio local o de lugar (lo que corrientemente llamamos"movimiento").

substancial (genéración y corrupción)

ca rnb ioI cuantitativo (aumento y disminución)

accidental I cualitativo (alteración)l. local (traslación)

Para explicar más a fondo el cambio, Aris¡óteles desarrolla una teorÍa de

importancii muy grande en la historia del pensamiento: la.teor.ía de las cualro,rriror. To¿o cámbio tiene una causa; de otro modo sería ininteligible. Pues

según Aristóteles el conocimien¡o (científico o filosófico) es siempreCoiocimiento por las causas; se conoce algo cuando Se conoce su "porqué" O

razón: "nO créemos Conocer nada antes de haber captadO en Cada caso el

porqué, es decir, la primera causa".rn Aristóteles distingue cuatro causas: la

¡orÁ"t, la material, ia eficiente y la finat, tal como lo establece en el siguientepasaje de la Metafísica:' "iuuru" se dice en cuatro sentidos. Uno de ellos es quc decimos causi a la

substancia [segunda] y la esencia (pues el porqué [de una cosal en últimainstancia s" rcduce al concepto, y el porqué primero es. causa y fundamento). En

otro sentido. la causa es la materia o el substrato. En un tercer'sentido' es el

principio de donde provicne el movimiento. Y cn cuarto sentido, la causa opuesta

u ¿*t", a saber. aquello para lo cual [la causa tinal] o el bien (pues cl bien es cl

fin de toda gcneración y movimiento)."

l2t

tt,,F. cit. 1069 b l0 ss.

t1 Metafísica l, 3, 983 a 2'6ss. Cf. Fí-sica

t6 Fí.sica l l, 3, 1 94 b l 8-20.

Il. 3. i 94 b 23 -34.

Page 10: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

t22 PRINCIPIOS DE FILOSOFIA

a) La cousa fo.rmal es la forma. La forma es causa de algo -por ejemplo, laforma "mesa" cs causa de esta mesa singular que hallamos en el salón- en tantoque determina ese algo y lo hace ser lo que es -en este ejemplo, mesa, y no silla,o casa, e¡c. I-a causa formal, entonces, es la forma específica (es decir, lapropia de la especie) del ente de que se trate y que estará más o menos realizadaen l¿ cosa; en el caso de un ser vivo, su realización plena correspor¡de a lamadurez. Se dice, por ejemplo, que el niño Fernández es un hombre; y con estose quiere dar a entender. no que sea hombre hecho y derecho, sino quepsrtenece a la especie "hombre" (y no. v. gr., a la especie "elefante"). Se lodetermina entonces al niño en función de la forma que en él todavía no estáplenamente reaTizada. en función del adulto, de lo que el niño todavía no es.

b) Según se desprende del ejemplo anterior, ta forma es una especie cle metaque opera como dirigiendo todo el proceso del desarrollo del individuo (en elej., del niño), como objetivo o ideal que el individuo trata de alcanzar.Considerada de esta manera, la forma es causa fin a/, puesto que constituye el"fin" (rélos), aquello hacia lo que el individuo se orienta, o, como diceAristóteles, "aquello para lo cual [algo esl, es decir, el bien"'tr el bien, porqueaquello que se busca. se lo busca justamente porgue representa un bien. Rossexplica la relación entre causa formal y final en los siguientes términos: "Laforma es el plan o estructura considerado como infbrmando un productoparticular de la ndturaleza o del arte. La causa final es el mismo planconsiderado en tanto tsdavfa no está incorporado en la cosa particular, sino entanto que la naturaleza o el arte aspiran I él'.¡r La causa final es entonces laperrección a que la cosa tiende (con lo cuat Aristóteles vuelve "a la causalidadejemplar de la idea platónica", según anora J. Tricot).r,, (Es preciso tener encuenta que, según Aristóteles, no sólo los seres vivos, sino rodas las cosas engeneral, tienden hacia un fin; se trata, pues, de una concepción teleológica dela realidad).

c) La causa eficiente es el motor o estímulo gue desencadena el proceso dedesarrollo. Como la forma, en tanto causa tbrmal, es la causa de lo que la cosacs -de que el niño sea hombre, de r¡ue esta mesa sea mesa-. solamente la fqrma

'puede poner en movimiento: vista de esta manera, la forma es causa eficieñe.Sólo que en tanto causa eficiente no se encuentra en el individuo de que se trate,sino en otro diferente: causa eficiente del niño será el padre. es decir, la formaespecífica encuanto está incorporada al padre; causa eficiente de la mesa seráel carpintero, es decir, la tbrma "m€sa" que tiene en su espíritu et carpintcro.Mientras que la causa final opera como meta, po? asÍ decirlo, desde adelante,la causa cficiente opera, en cambio, "desde atrás", y es relativarrrcnte exteriora la cosa en desarrollo.

dl La causa materia! es la materia, condición pasiva, según sabemos, perode todos modos necesar¡a corno substrato que recibe la forma y se mantienea lravés del cambio. La materia es lo que hace que este mundo no sea un mundo

t^ Metafísica l. 3. 983 a 3l-2. t'Ari.s¡o¡le cit., B. 74.rnEn su traducción ócJa llétaphysiquc óc Aristótctcs (Paris. Vrin, l9?0), romo t. p.22 n.

EL MUNDO DE IJ

de puras forrnalcambiante. Y ely materia sign¡ftanto imperfectten mayor o fne!la forma o ac¡o.se dé será sierrqentera o perfecles decir, de pos

En el tondo,materia cotTK) sldete rminac ionel(Obsérvese, potcasi exclusivanque "el calor es

ó. La escala dc

Se ha vistu I

indivicluales ) c

que las hace sarse vio que la rclsino rnás bien da pensar e¡ unir" menos son ", O I

son de manera i

semejante a cofihasta la idea supde grados o esr

Yendo de almateria o mateen rigor de vertno fuese nadaninguna. Ya scestá al serviciosí misma no ettérminos arist(rnateria dotadtuna matefia gues decir, de agposibilidad. trIógico de la sc

3'cf. G. R- G-

Page 11: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

trTHOS DE FTLOSOFIA

p -por ejemplo, laI el salón- e n tantob, mesa, y no silla,ffica (es decir, la; o menos realizadaI corresponde a labombre: y con estoilcrecho, sino que-elefante" ). Se lo

,tl todavía no estáiño todavía no es.

tra especie de metael individuo (en ellrata de a lcanzar.D gue constituye el¡ta, o, como dice';tt el bien, porqueEnta un bien. RossBtes términos: "Laendo un productoBs el mismo planparticular, sino eninal es entonce.s laYe "a la causalidad¡s preciso tener entodas las cosas enión teleológica de

dcna el proceso der de lo que la cosaplamente la furmaes causa eficierrte.fuo de que se trate,, cs decir, la formaue de la mesa seráíritu el carpintero.b, desde adelante,livarrpnte exterior

gún sabemos, pero:rna y se mantieneo no sea ün lT¡undo

97S), torno f, p. 22 n"

EL MUNDo DE LAs suBsrANcrAs. ARIsTóTELES l2l

de puras formas -como el de las ideas platónicas-, sino un mundo sensible ycambiante. Y en cuanto toda substancia sensible está constituida por materia,y materia significa potencia, y la potencia significa algo aún no realizado, y portanto imperfecto, resultará que todas las cosas de este mundo son imperfectas,en mayor o menor medida. puesto que ninguna llega a adecuarse totalmente ala forma o acto. Por ello ocurre que toda definición que de las cosas sensiblesse dé será siempre sólo aproximativa, porque en el mundo del devenir nada esentera o perfectamente real, sino siempre envuelve un momento de "materia",es decir, de posibilidad o potencialidad aún no rcalizada.

En el fbndo, pues, las cuatro causas se reducen a dos, forma y materia: lamateria como substrato indeterminado, y la forma como principio de todas lasdeterminaciones (del ser, de la orientación o fin, y del comienzo del cambio).(Obsérvese, por último, que en nuestro lenguaje actual hablamos de "causa"casi exclusivamente en el sentido de la causa eficiente. como cuando decimosque "el calor es causa de la dilatación del metal").

6. La escala de la naturaleza

Se ha vistu que para Aristóteles la realidad está constituida por las cosasindividuales ) concretas, y que a su vez en éstas el momento predominante, loque las hace ser o les da realidad, es la forma, o, mejor dicho, el acto. Tambiénse vio que la relación entre forma y materia no constituye un estado de equilibrio,sino más bien de predominio de unode los tlos principios. Todo esto nos llevaa pensar el universo como una jerarquía de entes, que va desde aquellos que"menos son", o en los que predomina la materia, la potencia, hasta aquellos queson de manera más plena, o en los que predomina la forma. el acto -de modosemejante a como en Platón también los entes se ordenaban destle las sombrashasta la idea suprema, el Bien. Aristóteles, pues, va a disponer los en¡es en una seriede grados o escalones entre los extremos de la pura mater¡a y del aclo puro.

Yendo de abajo haci¿i arriba tendrÍa que comenzarse, parece, con la puramateria o materia printa, una materia sin nada de forma, pura potencia. Peroen rigor de verdad, como acto equivale a realidad, una materia o potencia queno fuese nada más que potencia, no sería nada real, no tendría existeqcianinguna. Ya se ha observado que la mater¡a no tiene ser por sí misma. sino queestá al servicio de la forma como vehículo en que ésta se realiza. La materi¿ ensí misma no es ni real (actual) ni inteligible. Un trozo de madera no es, cntérminos aristotélicos, materia pura, sino justamente "rÍtadera". vale decir,materia dotada de la forma "madera", a diferencia del bronce o del hierro. Perouna materia que fuese nada más que materia, totalmente desposeída de forma,es decir. de acto o realidad, no puede ser nada existente, nada real,'sino puraposibilidad. La materia prima, pues, no puede ser nada más que un supuestolégico de la serie gradual de los entes.?t

1r Cf. C. R. C. Muee. op. cit., p.'I .

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lz4 PRTNCIPIOS DE FILNSOFÍA

De manera entonces eutr el primer peldaño de la realidad no puede estarconstituido por la materia pura, sino ya por un cierto Sradc de actualidad -elmenor posibie, pero algo. y áquí se encuentr4?,\ats cuatro elementos sublunrrese-en orden de lo inferior a lo .süpéiior: tierra, agua, aire y fuego.2t Esto es lo r.renos"informado" que pueda existir, es decir, aquello en que et momento "material"tiene'mayor predominio, la materia existente más elemental posible, las cosassensibles más simples. A su vez, cada uno de estos elernentos está constituido pormateria y forma: la materia, o, con más precisión, la materia próxima (es decir.la inmediatamente inferior), no es sino la materia pura, sélo hipotética-; y laforma es la característica propia de cada uno de los elementos, lo que distinguela tierra del agua. por ejemplo, y que resulta de ciertas cualidades contrariasprimarias: caliente y frío, seco y húmedo, de las que se dan cuatro combina-ciones: caliente y seco, el fuego: caliente y húmedo, el aire; frío y húmedo, elagua; frío y seco, la tierra.

El segundo grado está constituido por las substancias homeoméricas, es decir,aquellas cuyas partes son homogéneas, como los minerales o los tejidos; pues si se

corta un pedazo de madera, se obtendrá dos trozos de madera, y del mismo modo,si se parte un trozo de mármol, se tendrá dos trozos de mármol. La materia próximade los cuerpos homeornéricos son los cuatro elernentos: y su forma, la proporciónen que entran en cada caso -madera, hierro, etc.- esos cuatro elementos,proporción que se encuentra en cada fragmento del mineral o tejido de que se trate.

El lercer grado lo constituyen los cuerpos anorneoméricos, a saber, las órganos,como, por ejemplo, el corazón; está claro que si se corta un corazón en dos,no se obtienen dos corazones. Son entonces entidades más complejas que lasdel estrato anterior, y cuya mate¡ia próxima la constituyen los tejidos, y sufbrma la función que el órgano cumple (el ojo, por ejemplo, la visión).

En cuailo lugar se encuentran las plantas, el reino vegetal. La materia próximaserá -como se ue que va ocurriende- la capa ánterior, es decir, los órganos, y suforma la const¡tuye la vida vegetal o vida vegetativa, o alma vegetativa, que consisteen la triple función de nutrición, crecimiento y reproducción.

Según se desprende dc lo que se acaba de decir, los términos "alma" y "vida"son prácticamente equivalentes para Aristóteles; según su par€cer, el alma no cssino lo que da vida al cuerpo orgánico, la tbrma o acto de éste. En tal sentido, comoen varios ouos, Aristótelcs es el verdadero fundador de la psicologfa, y gran parte de sus

ideas se mantienen aún hoy.

El quinto estadio lo constituye el reino animal. La materia próxima es la vida

¡2 Los cucrpos cclcs¡e¡, cn c¡mbio. cstán constituidos, scgún Ar¡stótctcs, por un molcrialincorruptible. cl ét¿r, quinto clcmcnto o quintacscncia, quc sólo cxpcrimcnta cl movimicnto localdc rot¡ción (y no ningunri dc las o¡ras formas dc cambio).

2¡ Esta tcoría dc los cuatro clcmcntos la toma Aristótclcs (no sin alguna modificación) dcEupÉoocles (cntrc 493 y 433 a.C.. más o mcnos), quicn los llamaba "ralccs" dc las cosas. Fucla b¡sc dc toda la ffsica y la quf mica prácticamcntc hasta la aparición dc la tcorfa atómica modcrna,acomicn¡osdel sigloXlX,porobradcJouxDelrox,cnsu A/cwSy.rtemtdChcmicalPhilontphy(vol. l. 1808).

EL MUNDO DE LAS ST

vegetativa. La formla capacidad de tenplacer y dolor, y latiene su sen.sible (olDe las hue Ilas q ue

íphanrdsmatal) (auconoc idas leyes dr( a soc iac ió n por ser

Por ú lti rno, el J

próx ima es la vidiSimplificando muclformas; éstas estánnuestro conocimienmodo que es preci" separándolas", cohumano tiene la potc[nous patheli&ds]) r

encuentra en el cab¡consiste en saber cr

Para percibir el tsino que es precisode la luz, que pocseillejante ocurre crcaballo (en la cudin¡electo indiY¡du¿lPara que esa rmraposivo"- se rcalicqcual, según dice A'ilumina" Ia fornn,ie piense.:' Estc iuhumano y que lc viclen general esta dflntérpretes, corm Alr¡rde el filósofo ir:Diog.

7 - Dios

Con e¡ hodrc3Eral. entc &smcesAri*lÉvíe dlsnh

x Cf- tlc :i-rrFd6¡ (d ciqb& Lrctccro ec*r':

Page 13: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

E DE NLNSOFÍA

:C puede estarrctua I idad -e I

trs sublunrresn¡to es lo r,rcnosnlo "material"ible, las cosasbonstituido por:irna (es decir,potética-; y la)que distinguedes contra riasntro comb ina-D y húmedo, elI

iricas,es decir,,idos; pues si se* rnismo modo,nteria próximaI la proporciónlro elementos,de que se trate.

r, los órgenos,razón en dos,plejas que lasl tejidos, y suvisión).

eteria próxima; órganos, y sua, que consiste

alma" y "vida"el alma no es

t sen t ido, corno

Fan parte de sus

rima es la vida

por u n mo tcria I

movimiento local

rflodificación) dedc las cosas. Fue¡tómica moderna,aical Philttsttphy

EL MUNDO DE LAS SUBSTANC¡AS. ARI9TÓT¡,ITS t25

vegetativa. La forma la constituye el alma o vida sensitiva, cuyas funciones sonla capacídad de,tener percepciones, y. en consecuencia, la facultad de sentirplacer y dolor, y la apetición o facultad de desear. Cada uno de los senridostiene su sen.sible (objeto) propio: la vista, los c¡rlores; el oído, los sonidos, etc.De las huellas que dejan las sensaciones n¡¡c(.n las imágenes (Qcvtüoparc[phantásmalal) (aunque no en todos los lrrrrrules). que se ligan según lasconocidas leyes de asociación, que Aristriteles enuncia por primera vez(asociación por semejanza, contraste y contigüidad).

Por último, el sexto grado está consrituido por el hombre. Su materiapróxima es la vida sensitiva, y su forma es el alma racional, la raz6n.Simplificando mucho, diremos que la razón es la capacidad de conocer lasformas; éstas están en las cosas, como constituyendo su esencia; pero paranuestro conocimiento sensible lo están sélo implícitamente, en potencii demodo que es preciso extraerlas mediante un acto de abstracción, esto es,"separándolas", en el ,pensamiento, de la cosa individual. El entendimientohumano tiene la potencia -en este sentido es intelectopasivo (voú6 ra0 r¡trróg[nous pathetikósl) de captar la forma -por ejemplo, la forma "caballo" que seencuentra en el caballo individual, y del que tenemos una imagen. El problemaconsiste en saber cómo el intelecto-capta la forma.

Para percibir el color no basta con la cosa coloreada y el ojo capaz de verla,sino que es preciso un tercer factor que los ponga en acto -y tal es la funciónde la luz, que pone en acto el color de la cosa y la visión del ojo. De modosemejante ocurre con la percepción sensible o la imagen que ¡enemos de uncaballo (en la cual está potenc¡almente contenida la forma "caballo") y elintelecto individual con la potencia o capacidad de pensar esa esencia o forma.Para que esa mera capacidad de pensarla -por lo cual se lo llama "intelectopasivo"- se realice, es necesaria la acción óel intelecto activo (o agente), elcual, según dice Aristóteles, obra "como la luz" (oíov rb grirg), esto es,"ilumina" la forma, o sea permite que el intelecto pasivo la raciba, es decir. quela piense.2' Este intelecto agente (voúg rotr¡trróg [nous poietikds]), superior alhumano y que le viene a éste de fuera, no aclaró Aristóteles qué es concretamente;en general esta doctrina del intelecto agente es oscura; y no han fal¡adointérpretes, como AleJandro de Afrodisia (comienzos del siglo III d.C.), y .nástarde el filósofo árabe Averroes (1126-1 198), que lo hayan identificado conDios.

7. Dios

Con el hombre hemos llegado al ente más complejo y rico de la escalanatural, ente además que conticne en sf todos los estratos anteriores. Yentonces Aristóteles se plantea cl problema de si por encima del hombre no haytodavía alguna forma de ser superior. Ya se dijo que no hay ni puede haber

"Ct. Dc anima lll,5, 430 a 10-25. Convicnc ob¡crvar quc Aristótclcs no cmplea locrpresión (cl cjcmplo n¿ cs de A¡istótclcs) nors poietikór, y llnicamcnto, ñ'obl\ un¡ sol¡ vcz,dc "in¡clccto pasivo": la cxprcsión 'intclccto activo" sc dcbc ¡ los co¡ned¡¡ri¡ta¡ antiguor,

Page 14: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

t26 PRINCIPIOS DE FILOSOFIA

materia pura, y se explicó por qué (cf. $ ó). Pero ahora puede preguntarse sien el otro extremo de la escala, más allá de la naf'uraleza, que es el reino deldevenir, no habrá un ente que sea puro acto, sin nada de potencia, algo que seaplenamente, de manera perfecta.

Aristóteles contesta afirmativamenle; más todavía, sostiene que es necesariata existencia de tal en¡e, pues de otra mí¡nera no se explicaría el hecho delmovimiento.

En efecto, en el mundo sensible las cosas están sometidas al cambio. ¡.irorabien. lo sensible, es rlecir. lo material, es siempre a la vez algo en potBncia(materia es potencialidad), y lo potencial no puede moverse sino en tanto iieactualice su potencia; pero para ello lo potencial requiere de algo que esté enacto y lo ponga en movimiento, y esto que está en acto necesita otro algo quelo haya hecho pasar de la potencia al acto, etc., y como esia serie no tendríatérmino y por tanto carecería de causa, necesariamente debe haber un primermotor inmóvil. es decir, algo que esté siempre en acto (cf. el desarrollo de esteargumento según Santo Tomás, Cap. Vll, $ 7, a). Y lo que está en acto siemprey perfectamente, es acto puro; será, pues, un ente sin residuo ninguno demateria o potencialidad, es decir, al que no le faltará nada para ser, sino quetodo lo que sea lo será plenamente y de una vez y para siempre. Este absolutoextremo respecto de la (inexistente) materia pura, es algo eminentemente reale inteligible y bueno. y, en una palabra. es Dios.

Este acto puro es inmaterial -puesto que carece de materia o potencia-, esdecir, es espiritual; inmutable -porque si cambiase tendría potencia, la potenciade cambiar-; autosuficiente -porque si dependiese de otra cosa tendría algo depotencialidad-; lo único absolutamente real, por ser puro acto (y acto equivalea realidad). Un ente de tal tipo no puede consistir sino en el pensamiento(nóesis): su activ¡dad noes sinopensar. Peropor lo mismoquees autosufici 'nte,

no puede pensar algo diferente de sí -pues en ta¡ caso dependería del opjetopensado-, sino que únicamente se piensa a sÍ mismo.15 Dice Aristóteles':

Está claro quc picnsa lo más rlivino y lo más digno. y no cambia [de objetol: puesel cambio sería hacia algo peor [pues mejor que él no hay nada]. y cosa tal yasería un movimiento [e implicaría potencia].ln

Y un poco más adelante agrega:por lo tanto se piensa a sí mismo. puesto que es lo mejor. y su pensamiento espensamiento del pensamiento.2T

Toda su vida y su felicidad consisten justamente en esta contemplación -Oeopíc, ¡heoría- perpetua de sí mismo,:r y exclusiüa¡:rente en ella; de modoque no hace ni quiere nada, ni actúa en modo alguno sobre el mundo, porqueen tal caso se ocuparía de algo menos digno que él y perdería su perl'ección.

Sin embargo, este "pensamiento del pensamiento", vór1orq vorioecoq (rúesisnoéseos), es causa del movimiento, según hemos dicho; mas dada su perfección,tendrá que mover sin ser él mismo movido (él es motor inmóvil), y esto sólopuede ocurrir a la manera como mueve el objeto del deseo o del amor a quiendesea o ama: el ac¡o puro "mueve como el objeto del amor"D (idea que resuenaen el último verso de la Divina commedia: "L'Amor che muove il sole e I'altre stelle")-

:!Cf. Mctcfís,'r XIl,9, t0?4 b 33-35, ¡nl0?4 b 25 ss.tt1074 b 34-35. :'Cf. olr.ciÍ. XIl.?. l07?b?.4-ZS. !* 1072 b 3.

EL MUNDO DE I.AS

Y en este sentidy forma últirna r

el cielo y la natu

D ipendc

Dcbe qucdar csegún Aristótelesticne rnuy poco qH. Armstrong qu{por la palabra Di

t. La ética: me.

Ya se ha señafinalista, teleoldtiene como rnetrPorque su lugar r

Incluso la enter¡como si desde lesfuerzo de asc'actuates" (rnásteleolo Bía valdri

El hombre cfporque lo consid(otra cosa es qu{Pero ocurre qucotros, como, Pofhay otros bienesbuscamos por sique el dinero r

nuestros actos dtsentido a todos Imanera, si busc¡la serie carecerí¡serie de " mediotsentido a los rrr

Aristóteles g

supremo. En prily no por otra cctiene que ser eltsi no se bastasc

'o t072 b t3-tttr A. H. Ausrrr

1966), p. 151.

Page 15: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

PS DE FILOSOFíA

r preguntarse siI cs el reino clelia, algo que sea

nue es necesaria:ía el hecho del

lcambio. ¡^nora&to en pot,enciaIrno en tanto ,se

tlgo que e.sté enh otro algo que¡crie no tendríaleber un primerxrerrollo de estecE acto siemprefuo ninguno deEl ser, sino quee Este absolutotnternente realI

to potencia-, €stsi¡, la potenciat¡cndría algo de[¡ acto eq u i va leict pensamiento)¡utosufici 'nte,

tría del objetoñristóteles¡:I

f* objetol; pueshl. y co.sa tal ya

i

l ¡cnsarniento es

nemplaciónr clla; de modoln¡ndo, porque¡ sü pert'ección.t{oeo crQtóe.sisb ¡u perfecc ión,n), y esto sóloH emor a quien}e que resuenarc faltre stelle").

!e 1072 b 3.

,.

Wii

ftt.

EL MUNDO DE LAS'SUBSTANCIAS. ARISTÓTErcS t27

Y en este sentido todo en el universo tiende hacia él como hacia el úlrimo finy forma última de la realidad toda: "pues de este fundamento está suspendidoel cielo y la naturaleza".t' Casi literalmente, lo repite Dante:

Da quel PuntoDipende il cielo e tutta la natura.r'

Debe quedar claro, por lo demás, quc cste Dios impcrsonal, no crcador (porquesegún Aristótclcs el mundo es €terno). indiferente respecto del curso del mundo,ticne muy poco que ver con el Dios cristiano. Quizás exagerando un poco, dice A.H. Armstrong que "no se parece en absoluto a nada dc lo que nosolros entendemospor la palabra Dios".1!

8. La ética: medios y fines

Ya se ha señalado ($ 5) que Aristóteles piensa toda la naturaleza de m 'nerafinalista, teleológica. Cuando un cuerpo cae, por ejemplo, ello se debe a quetiene corho meta o fin el "lugar natural" hacia el gue se dirige: el luego se eleva,poque su lugar natural está en lo alto; la piedra cae, porque el suyo está abajo.Incluso la entera escala de la naturaleza puede interpretarse finalísticamen¡e,como si desde la materia menos informada hubiese una especie de continuoesfuerzo de ascensión. hacia grados cada vez superiores, más ricos, más"actuales" (más reales), hacia la realización más perfecta de la forma. Estateleología laldrá también, pues, para la acción del hombre.

El hombre continuamente obra, realiza acciones. Y lo que hace, lo haceporque lo considera un "bien", porque si no lo considerase un bien, no lo haría(otra cosa es que se equivoquei y que lo que considera un "bien" sea un mal).Pero ocurre que hay bienes que no son nada más que "medios" para lograrotros, como, por ejemplo, el trabajar puede ser medio para obtener dinero; mashay otros bienes que, en cambio, los consideramos "fines", es decir, que losbuscamos por sí mismos, como, por ejemplo, la diversión o entretenimientoque el dinero nos procure. Pero además tenemos que admitir que todosnuestros ac¡os deben tener un fin último o dirigirse a un bien supremo, que désentido a todos los demás fines y medios que podamos buscar, ¡iorque d-e otramanera, si buscamos una cosa por otra, y ésta por una tercera, y así al infinito,la serie carecería de significado, no se tra¡aría en el fondo nada más que 'Ée unaserie de "medios" a la que le faltaría el "fin", vale decir, aquello que otorgasentido a los medios.

Aristóteles señala dos características que le corresponden a este biensupremo. En primer lugar, tiene que ser final, algo que deseemos por sí mismoy no por otra cosa -de otro modo no sería el bien último-. En segundo lugar,t;ene que ser algo que se baste a sí mismo, es dccir, que sea autárquico, porquesi no se bastase a sí mismo nos llevaría a depender de otra cosa. Ta.l bien su-

,n lo72 b 13- t4. It cf. Div. ¿'¿rn., Paradiso XXVlll. 4l -42.

r¡A. H. Arr¡srno¡c. introclucción a la fitosolía antigua (r¡ad. c$p., Bucnos Aircs. Eudcba,1966), p. l5l.

Page 16: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

r?r{

premo -y s()breAristílteles dice:

PRINCIPIOS DE FILO.SOFfN

esto toclo.s lrts hombres están de acuerdo- e.\ la feliciclucl: y

Tul parece ser. sobre todo Io demás, la felicidad. pucs la eleginros sienrpre porsí nlisnra y nunc¿¡ por otra cosa.¡l

Pero si bien todos lt'¡s hombres coinciden en buscar y desear la felicidad.sucede que creen poder encontrurla en cosas muy <Jiversas: un()s. prlr ejentplo.sostienen que se encuentra en el placer: otros pretenden que sc halla cn loshilnures: otr()s. en las riquezas.

Lu teoría que sostiene que la t'eliciclad consiste en el placer se llatnaltedonismo tfl6ov{, hcdoné significa "placer"). Pero AristtStcles rechaz.a talteoríil. En et'ecto, se ha visto que en el hombre hay tres "almus" o vic¡s: litvegetativa, la sensitiva y la racional;y elplacerevidentemente se refiere al altnasensitiva, a la propia de los animales. Por ello Aristóteles sostiene que una vidacle placeres es una vida puramente animal, porque si llevásemrls vida tal, noestaríamos viviendo en funci(rn de lo que nos distingue como seres humanos,sino.solamente en función de lo que en nosotros hay de animalidad. Pero huyotra raztin más para rechazar el hedonismo. Y es que en el placer dependemostlel objeto del placer, estamos atados -y en los casos extremos esclavizados-al rlbjettl del placer; si el placer lo encontramos en la bebida, pongamos porcasu, dependeremos de la bebida, de que dispongamos de ella. Mas de tal ¡¡odoresulta claro que no.seremos atrtárquicos, como sin embargo hemos establecidoque debe ocurrir con el fin últi¡no: el placer no es un bien que se basle a símismo.

Otros sostienen que la f'elicidad se logra con los honores, en la fama, en lucarrera política. Pero Aristóteles señala que tampoco en este caso se alcanzala autarquía, puesto que los honores no dependen de nosotro.s, sino <Je .ltlsdemás, que nos los otorgan, y que, así como los otorgan, los pueden tambiénquitar: a lo cual hay que agregar que por lo general quien los otorga es lamayoría. que suele ser la más ignorante. de tal manera que los honoresproceclerían. no de quienes más acertadamente podrían dispensarlos porconocer mejrlr la cuestión. sino de quienes menos la conocen. Ademas, se

busca que los otros nos honren como prueba del propio mérito: de mttdo quees en éste donde se encuenira el bien. y no en las honras mismas.- En cuanttla quienes colocan la felicidad en el dinero, "es evidente que la riqueza no es elbien que buscamos, pues sólo es útil para otras cosas",'r¡ es un medit), no unf in.

No se creu. sin embrrgo, que Aristóteles niegue de mo<to absolu¡o el valor delplaccr. de los honores o de h riqueza. Por el contrario. no se encuentr¡¡ cn él ningunode lo.s ra.sgos. a veces demasiado ascéticos. frecuentes en Platón. Aristóteles es

persona que'sabe muy bicn calibrar. medir y apreciar los encantos que puede tenerla existencia humana cn todos sus aspec¡os. La Elicct tticomaquea e$ uno de loslibr<ls más ricos que exis¡an cn cu¡nto se refiere a análisis concretos de la vidahumana. interesantfsimo. para todo cl que tenga verdadera vocación filósofica y

t! Iitit'ct tticttttttctclu.'u l. 7.1097 a - b.

" tr¡r. .'it. l. ó. 109ó il ó-7 (t¡'ad. M. Arauio t. Mi¡rías).

EL MUNDO DE I.A

psicológica, Porconrprensión qudogmático y enc,

las opiniones, insuyas.

9. Virtudes étic

Segú n Aristr-a p€ri (aretéalgo o alguien.y se rá v irtuosode manera ex(cons iste la funcen qué estriba I

el vivir pare(Hay quc dejetla sensitiva.

I

los animalcs.y éste, por u

La virtud del hfu nc ió n propia.Pero ocurre qu(u na pa rte i rracisigue los dictatpero a veces nv irt udes: las d(de Ia ra,zan aPl

Las virtud¿significa "caráun pasaje célel

La virtud es

a nosotros. d

dente. Posicdefecto. rt

Aristótelespersonl, sus a(ser libres, si birrJe ! a *'c lu r.tadmovimiento inbueno ni malo

tt ,,p. cit. l. ?

t' ,rp. cit. ll.

Page 17: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

S DE FILO.SOFíA

ir _¡e licidud: y

Bss sienrpre por

]:'ir felicidacJ.b- prrr ejernpltl,K h¿lla en los

hcer .se ll¿nn¿rFcr rech uzLt tulla* r) vic.ts: lir:ref iere uI¿rIlnaE que u na v id¿r

F$ vidu tal, noFrt-s human()s,ldad. Pero hayr depentJem,r*igsc lav i zados-pongam().ri porhs de tal ¡nocklps establecidoF s€ ba.ste a síF

r la fama, en luI

Fo se alcanzaF, síno de lo.stsden tambiénF ororga es laF lo.s hon()respcnsarlor porL Ade m a.\, scI dc mockl queEr.- E,n cu a n t()queza no es e I

,m€dio, ntl un

¡to c I valor de I

lcn él ningunoAristóte les es

pc puede renercs uno de lo.s

ffis de la vidah filósofica y

EL MUNDO DE LAS SUBSTANCIAS. ARISTOTELES t29

psicológica, por la extraordinaria penetración y finura dc juicio,'y, a la vez, por laconrprénsión quc tiene Aristótcles para lodas las cosas, pues no es pensadordogmático y encerrado cn unas pocas ideas, sino sicmpre dispuesto a recibir todaslas opinioncs, inclusive las que pareciesen en primera instancia más opucstas a lass u yas.

9. Virtudes éricas y dianoéticas

Según Aristóteles, la felicidad sólo puede encontrarse en la virtud. Virtud-¿peii @reté)- significa "excelencia", la perfección de la f unción propia dealgo o alguien. La función del citarista, v- gr., reside en saber tocar la cítara;y será viituoso en el ar¡e de tocarla en la medida en que desempeñe tal funciónde manera excelente. De modo semejante, debemss preguntarnos en quéconsiste la función propia del hombre corno tal (cf. $ 6) para poder determinaren qué estriba su virtud:

el vivir parece también común a las plantas. y sc busca lo propio [dcl hombrc].Hay que dejar de lado. por tanto, la vida de nutrición y crecimiento. Vendría después

la ser¡sitiva, pcro paréce que también ésta es común al caballo. al buey y a todoslos animalcs. Queda, por rÍltimo, cierta vida activa propia del enle que tiene razón;y éste,.por una parte. obedece a la razón; por otra parte, la posee y piensa.rf

La virtud del hombre, por lo tanto, consistirá en la perfección en el uso de sufunción propia, la razón, en el desarrollo completo de su alma (o vida) racional.Pero ocurre que el hombre no es solamente racional, sino que en él hay tambiénuna parte irracional de su alma: los apetitos, la facultad de desear- que a vecessigué los dictados de la razón (tal como ocurre en quien se domina a sí mlomo),pero a vcces no (el caso del incontinente). Según lo cual habrá dos tipos devirtudes: las de ta razón considerada en sí misma (virtudes dianoéticas) y lasde la razón aplicada a la facultad de desear (virtudes éticas).rn

Las virtuáes éticas o morales, o virtudes del carácter (ri0oq léthoslsignifica "carácter", "manera de ser", 'lcostumbre"), las define Aristóteles enun pasaje célebre:

La virtud es un hábito de elección, consistente en una posición intermedia rclativaa nosotros, determinada por la raz.ón y tal como la determinaría el hombre pru-dente. Posición intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro porde fecto. tt

Aristóteles dice, en primer lugar, que para que haya valor moral en unapersona, sus actos tienen que ser resultado de una elección (es decir, tienen queser libres, si bien no hay en Aristóteles un planteo expreso del tema de la'libertadde la uoluntad), porque un acto realizado de otra manera -por ejemplo, elmovimiento involuntario de un miembro- no puede calificarse de moralmentebueno ni malo. Sólo se alaba o censura las acciones voluntarias.

tt,tp. cit. I, 7, 1097 b 33 - 1098 a 5 (trad. cit.).

t',,p.cit.ll, ó, l106 b 35 - ll0? a 3.

!tCf. 0p.c'it. I, 13, I103 a.

Page 18: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

t30 PRINCIPIOS DE FILOSOFÍA

En segundo lugar, se tra¡a de un hábito, Porque, en efecto, no basta con que

una persona, en un caso dado, haya elegido lo debido pare que- la consider¡;mosvirtüosa. "Una golondrina no hace verano".lt es decir que Una buena acción por'sí sola no reveta un individuo virtuoso, sino sólo en cuanto en esa acción se

manifiesta un carácter virtuoso. La virtud es cuestión de práctica, de ejercicio,por lo que Aristóteles dice que es un "hábito", es¡o es, cierta manera de obraréonstante, que se ha hecho costumbre en nosotros-

Tal hábito de etección, en tercer lugar, se halla "en una posicién intermedia".Porque ocurre que en las acciones puede haber exceso, defecto y términonredio, y en eligir el iusto término medio reside precisamente la virtud.Respectó del manejo del dinero, por ejemplo, hay un exceso, la.prodigalidad o

el dispilfarro. y uridefecto, la avaricia; la virtud consistirá en la liberalidad o

generósiclad. Réspecto de los placeres, el exceso es la incontinencia o desenfreno;

Eld"f".to, la insénsibilidad; y la virtud reside en la temperancia, vale decir, en

el uso moderado y contfolado de los placeres. La terneridad es vicio por

exceso, la cobardíá por defecto; la virtud consiste en la valentía.por último dice Aiistóteles que ese término medio, que !o establece la razón.

se lo debe determinar "tal como lo haría en Cada caso el hombre prudente", el

hombre dotado de buen sentido moral. Esto significa que no hay una especiette regla o norma matemática, digamos, que nos permita determinar. en general

y abslraetamente, cuál sea el ¡érmino mcdio. Aristóteles tiene una visión muy

óoncrera de tas cosas, y sabe que el término medio no puede ser siempre el

mismo, sino que depenáe de lai circunstancias y de la p.ersona del caso y de

los extiemos áe que se trata -por eso el término rnedio es "relativo a nosotros".Hay virtudes difirentes segúnse trate del varón o de la mujer-,-del político o delguórreru, del sano o del eniermo. Una persona de organismo débil' por ejemplo,ño puede realizar et acto que sería valiente para el caso. de otra persona más

robusta; la tiberalidad de quien posee poco dinero no puede consistir en regalartanto corno quien es muy rico, porque en tal caso incurriría en despilfarro, que

es un vicio. A todo esró se refiere-Aristételes al hablar del hombre prudente:

éste es el hombre de tino, aquel que mediante larga experiencia ha ejercitadosu razón de modo tal que puede discriminar lo que en cada caso concretocorresponde hacer, es él que ¡iene la mirada capaz de encontrar, en cada

situación concreta. el justo término medio.La virtud ética supeiior ei la justicia;!' más todavía, es la virtud misma, así

como ta injusticia eiel vicio, púesto que lo justo scñala Ia debida proporciónentre los extremos.

Sin embargo, ni siquiera la justicia representa plena autarquía, puesto que

requiere otra-persona respecto de la cual podamos,ser justos y de la cual portanto dcpendemos. Además, las virtudes é¡icas no son de po_r Sí comp,letas, _ya "que -se!ún su definición- remiten a la prudencia, que es virtud intelectu..l.

Las virtudes dianoétic¿s o intelectuales atañen al conocimiento. Unas, lasde la "razón práctica", Se refieren a las cosas contingentes, es decir, a las que,

en cuanto caen ba¡o el poder del hombre, pueden ser o no ser o ser de otra manera.

'r cr¡t. cil. l,'l , 1098 a -19. '" ,rp. r-it. V, l, I 129 b 25 ss.

EL II4UNDO DE I.AS S[

Son dos: el arte --)p rude nc ia -" arte Íbuenas y malas pat"razón teórica", c0a la realidad y sgs Fa lo necesario. Est¡intuición (intelectucapta las formas, odemostración, y la,r

los principios, sinointuición de los pn

En estas virtudeverdad por el Punencuentra la felicidmisffiá, y llena entt

la autosuficienci¡encuentra sobre I

como el justo. nnecesarias Para I

de ellas, el jusloe I los la j u st icia.representantes drsolas consigo rllisea.{'1

El filósofo, pues, clla vida contemplati

Pero Aristótelcsuna vida pura y excnecesidacles que loa Ia humart, y sólt

Una vida semejathu rnana, porqucque hay en él all

Pero el que sea máslo contrar io:

Mas no por ello I

somos hombres y

que en cuanto n0

nosotros esté Pal

"' top. cit.. I 140 ¡ I

" rrp. cit., I 139 b :

" ttp, cr:t., X,7, I l'

tt op. cit. I 177 b 3

Page 19: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

FILOSOFíA

basta con queconsid er,;¡Ttos

acción porGsa acción se

dc ejercicio,ra de obrar

la int.rmedia".po y términortc la virtud.figalictad o

¡ liberalidacl oip desenfreno;uale decir, enies vicio porh-ilcce la ra z6n,l prudente", €l

U una especieFr. en generalE visión muy

Fr siempre el

;d"l caso y detg a nosotros".I pol ítico o del

L por eiemplg,I persona maslstir en regalar¡spilfarro, que}re prudente:I ha ejercitadocaso concreto]trar, en cada

fud misma, asída proporción

ie, puesto quede la cual porcompletas, yE

ü intelectu. .1.

nlo. Unas, lasrcir, a las que,b otra rnanera.

EL MUI*OO DE LAS SUBSTANCIAS. ARTSTÓTELES

Son dos: el arte -"hábito productivo acompañado de razón verdadera"'n- y laprudencia -"arte práctico verdadero, acompaiiado de raz6n, sobre las cosas'buenas y malas pala el hombre"nt. -Las otras virtudes intelectuales, las de la"raz6n teórica",-conciernen al puro conocimiento contemplativo, y se refierena la realidad y sus principios. a lo que.es y no puede 1eI-4" otro modo, Dor tanto,a lo necesar¡ó. Éstás son la ciencia (Ér¡tOtrip4) -"hábito demostrativo"c-, l8

intuición (intelectual) o intelecto (voüg) -"hábito de los principios".":, 9!ecapta las formas. o el principio de contradiccién, que constituye la base de toda

de'mostración, y la sabidurla (oOgíc), que no sólo conoce las conelusiones de

los principios,-sino también la verdad de éstos, vale deci¡ que reúne en sí laintuición

'de los principios y lo que se desprende necesariamente de ellos.{

En estas virtu-des dCl pensamiento, de la pura actividad contemplativa de laverdad por el puro gozo de contemplarla, en la pura teoría ($eopícr)' se-

encuentia ta feiicida¿ perfecta, pues, en efecto. la vida teorética se basta a símisma, y llena entoncés la condición que debe tener el fin último:

la auiosuficiencia o independencia de que hemos hablado puetlc decirse oue se

encuen¡ra sobrc todo en la vida contemplativa. Sin duda que lanto el filosofocomo el justo. no mcnos que los demás hombres. hafi menestcr de las cosas

necesariai para la vida: pero supuetto que estén ya suficientemEnle provistos

de ellas, el justo necesita adcmás de otros hombres para ejercitar en ellos y con

ellos la justicia. y lo mismo el temperantc y el valiente y cada uno de los

representantcs de tas demás virtudes morales, mientras quc el tilósofb. aun a

sotas consigO mismo, es capaz dc contemplar, y tanto más cuanto más sabio

sea. ar

El filósofo, pues, es el que más o mejor se basta a sí mismo,.y la vida de razón,la vida contimplativa, és la más feliz,n6 y la sabiduría la virtud más alta.

Pero Aristóteles tiene perfecta conciencia de que ningún hombre puede viviruna vida pura y exclusivamente contemplativa -hay siempre en.el hombre otrasneces¡¿aües qúe lo requieren. Por ello una vida puramente teorética es superiora la humana, y sólo un ideal para el hombre:

Una vida simejante, sin embargo, podría estar quizá por encima de la condición

humana, porquc en etta no viviría cl hombre en cuanto hombre. sino en cuanto

que hay en él algo divino.{tPeró el que sea máJque humana no imptica que se abandone ese ideal, sino odo

lo con¡rario:Mas no por cllo hay que dar oídos a quienes nos aconsejan. con pretexto de quc

somos hómbres y mortales, que pensemos en las cosas humanaS y mortalcs. sino

que en cuanto nos sca posible hemos de inmortalizarnos y haccr todo lo que en

nosot.os esté para vivir scgún lo mcjor quc hay cn nosotros ["'l¡r

"' ,rp. cit.. I 140 a I I

" rrp. cit., I 139 b 32.

" ,rp. cil., X,7 , ll77

'r op. cit. I 117 b 3 I

t3t

(tr. Górnez R,oblcdo).

" ,rp.cit., t l4l

a 28 ss. '6 ttp. cit. I 178

ss.

" ,rp. cit., I ¡40 b 7 (id.).

a 8. " CI., 0P. cit., I ¡ 4l a 16-20.

" ,rp. cit., lL77 b 27 ss.a.

Page 20: Carpio, A., Principios de filosofía. Cap. VI. Aristóteles

t32

BIBLIOGRAFiA

PRrNCrPlos DE FtlosorÍn

Las únicas traduceiones de Aristótcles al español recomendablcs son:Metafísica, trad. Carcía Yebra, Madrid, Grcdos, 1970 (texto gricgo, trad. latina, y

trad. española); trad. H. Zucchi, Bucnos Aires, Sudamericana. 1978. Tratado delalnn, lrad. Ennis, Bucnos Aircs,'Espasa-Catpe, 1944. Etica nicomaquea, trad. A.GómezRobledo. México, UniversidadNacional AutónomadeMéxico,1954 (bilingüe)y Ético a Nicómaco. trad. M. Araujo y J. Marías. Madrid, Instituto de Estr,JiosPolíticos, 1960 (bilingüe). Política, trad. J. Marlas y M. Araujo, Madrid. Institutode Estudios Polfticos, l95l (bilingüe). Cortstitución de Atenas. trad. A. Tovar,Madrid. Instituto de Estudios Potíticos, 1948 (bilingüel. Retórica. trad. A. Tovar.Madrid, lnstituto de Estudios Políticos (bilingüe). Poética. trad. J. D. García Bacca.México, Univ. Nacional Autónoma {e México, 1945 (bilingüc); trad. E. Schlesinger.Buenos Aires, Emecé, 1947,En J. Caos, Antologíafilosófica. Lafilosofía griega(México, La Casa de España en México, 1940), sc encucntra una traducción, concomentario, de la Metafísica. libro l. Caps. I . 2 y 3, y libro XII: y de los caps. 5-9 dellibro II de la Éilca nicontaquea.

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seis capftulos sc ocupan dc Aristótclcs).

l. Imp0rtancia

Con Arisróresu ft¡rrna conce[mot i vo.s, pe rs istlejana o trastbnren gran parte tfrepresenta sóloalta del apogeoviviente. El pensdentro de la lgleacentuó notablenmás relevantes dXIII, en su encícal e.studio de Salmi.smo Papa, uftcat(tlico.s: con to(la f ilosofía oficiase ha acentuado d

a Ia cantidad d,consagran, parecobservaba un hircu lt i vadores actliVfaritain ( t8B2-

l"Dc hccho, nin¡ccntros dc cstudio.Tltu t¡tisre. sucte ofrccn cl nlundo no men(Múxico. Fondo de Crobra de Bocheñski rnlayormente, aunqu(nledida cl númeroác"socialistas" el maf,scr curiosas las coi¡WerreR, De r dialeLtdc csta obra l).