20
CRITICÓN, 101, 2007, pp. 37-56. Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones sobre la poética de Ginés de Pasamonte (Quijote, I, 22) Philippe Rabaté Université de Bourgogne En unos de sus últimos trabajos, Monique Joly proponía una síntesis y nuevas perspectivas sobre las complejas relaciones de Cervantes con la picaresca y subrayaba en particular la poca novedad de su tema de investigación, añadiendo: «[p]ero esto de ninguna manera significa que sea uno de los menos necesitados de revisión» 1 . Por su parte, Edward Riley, en una conferencia pronunciada en 1998, invitaba a un estudio de la estrecha relación entre el personaje de Ginés de Pasamonte y el protagonista del Guzmán, aproximación llena de sugerencias fecundas para cualquier lector que quisiera leer el Quijote tomando en cuenta la novedad absoluta que representó la aparición de la primera parte del relato alemaniano 2 . Estas dos tentativas nos animan hoy a retomar el hilo de esta investigación y reanudar una tradición crítica que intenta identificar, en el episodio de los galeotes (Don Quijote, I, 22), algunos rasgos de la novela picaresca y, más precisamente, del Guzmán. Esta identificación no es nada nueva ni original: nos ofrecen en efecto los aparatos críticos de las ediciones recientes del Quijote por Andrés Murillo (1987a), Vicente Gaos (1987b) o Francisco Rico (1998), diversos elementos que inducen a pensar en una posible alusión al relato de Mateo Alemán 3 . El postulado común de estas tentativas 'Joly, 1999, p. 269. 2 Riley, 2001, pp. 51-71. 3 Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1987a, vol. I, p. 272, nota 30 y, por otra parte, Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1987b, vol. I, p. 443, nota 193. La última edición del Quijote nos ofrece precisiones en el volumen complementario: ver Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1998, vol. II, pp. 338, 339, nota 242.60 y 243.66. En sentido contrario, conviene mencionar que Juan Bautista Avalle-Arce

Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

  • Upload
    others

  • View
    10

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

CRITICÓN, 101, 2007, pp. 37-56.

Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones sobre la poética

de Ginés de Pasamonte (Quijote, I, 22)

Philippe Rabaté

Université de Bourgogne

En unos de sus últimos trabajos , Monique Jo ly proponía una síntesis y nuevas

perspectivas sobre las complejas relaciones de Cervantes con la picaresca y subrayaba en

particular la poca novedad de su tema de investigación, añadiendo: «[p]ero esto de

ninguna manera significa que sea uno de los menos necesitados de revisión» 1 . Por su

parte, Edward Riley, en una conferencia pronunciada en 1 9 9 8 , invitaba a un estudio de

la estrecha relación entre el personaje de Ginés de Pasamonte y el protagonista del

Guzmán, aproximación llena de sugerencias fecundas para cualquier lector que quisiera

leer el Quijote tomando en cuenta la novedad absoluta que representó la aparición de la

primera parte del relato alemaniano 2 . Estas dos tentativas nos animan hoy a retomar el

hilo de esta investigación y reanudar una tradición crítica que intenta identificar, en el

episodio de los galeotes (Don Quijote, I, 2 2 ) , algunos rasgos de la novela picaresca y,

más precisamente, del Guzmán.

Esta identificación no es nada nueva ni original: nos ofrecen en efecto los aparatos

críticos de las ediciones recientes del Quijote por Andrés Murillo ( 1 9 8 7 a ) , Vicente Gaos

( 1 9 8 7 b ) o Francisco Rico ( 1 9 9 8 ) , diversos elementos que inducen a pensar en una

posible alusión al relato de M a t e o Alemán 3 . El postulado común de estas tentativas

'Joly, 1999, p. 269 . 2 Riley, 2 0 0 1 , pp. 51-71 . 3 Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1987a, vol. I, p. 272 , nota 30 y, por otra parte, Cervantes,

Don Quijote de la Mancha, ed. 1987b, vol. I, p. 4 4 3 , nota 193. La última edición del Quijote nos ofrece precisiones en el volumen complementario: ver Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1998 , vol. II, pp. 338 , 339 , nota 242 .60 y 243 .66 . En sentido contrario, conviene mencionar que Juan Bautista Avalle-Arce

Page 2: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

3 8 P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

queda explicitado por José María Mico, quien, siguiendo los pasos de Américo Castro

aunque con perspectiva muy distinta, considera el Guzmán de Alfarache como punto de

referencia absoluta para toda la narrativa en prosa de la época 4 . Si el quijotesco episodio

del encuentro con los condenados a las galeras de su majestad puede someterse a

lecturas varias y múltiples de índole filológica, lingüística, histórica o, incluso, filosófica,

¿cuáles podrían ser los términos de una lectura "picaresca" de estas páginas? ¿En qué

postulados críticos tendría que apoyarse?

Dentro de la selva de interpretaciones a las que dio lugar la confrontación entre la

primera parte del Guzmán y la primera parte del Quijote, destacan los trabajos de

Américo Castro como una formulación originaria del problema. Las aproximaciones

pioneras del autor del Pensamiento de Cervantes reinscriben, según una óptica vital, los

rasgos del discurso alemaniano dominado por el pecado original en el m a r c o de una

concepción de la vida influenciada por lo que llama Castro un «cerrado nihilismo» 5. Y ,

frente al mundo cervantino presentado c o m o un espacio de libertad y de creación

continua que permite establecer lazos entre vida y literatura, el Guzmán sería, dentro de

su peculiar construcción teleológica, una etapa hacia una invención más lograda y

acabada, o sea el texto cervantino 6 . Sin negar el carácter fecundo de esta lectura del

Guzmán y del Quijote, nos parece que la posición de Américo Castro no le conducía a

considerar de manera igual las dos obras narrativas y, sobre todo, le alejaba de un

estudio comparativo de su poética.

Dicha interpretación dominó durante décadas el discurso crítico sobre las relaciones

entre las dos obras . Por su parte , el art ículo clásico de Carlos Blanco Aguinaga

intitulado «Cervantes y la picaresca. Notas sobre dos tipos de real ismo» 7 , procuraba

pensar conjuntamente las dos creaciones narrativas a partir de la siguiente definición de

la idea de realismo:

Nuestro análisis se refiere al sentido y forma de las novelas mismas, a la manera como un mundo es reflejado por su novelista. Veremos que de la confrontación se deduce que Cervantes

respeta la voluntad cervantina, negándose a citar, en su comentario al capítulo, otro texto que El Lazarillo de Tormes (ibid., pp. 62-63) .

4 «Es posible que el hecho más trascendente para la prosa española del siglo XVII fuese la publicación de la Primera parte de Guzmán de Alfarache. Aunque muchos escritores la recibieron, como ha dicho exactamente Francisco Márquez Villanueva, "con una tácita conspiración de silencio", se convirtió de inmediato en el punto de referencia más importante de la prosa narrativa posterior, que, con el Quijote a la cabeza, no puede entenderse del todo si prescindimos de sus vínculos, asumidos, disimulados o adulterados, con la obra de Mateo Alemán» (Mico, 1994, p. 829) .

5 Castro, 2002 , p. 69. Según precisa el autor poco antes, la tesis existencial del Guzmán podría resumirse en los términos siguientes: «El vicio de la humanidad no depende de circunstancias o culpas humanas, sino del mismo hecho de su creación, de haber errado Dios al dotar al hombre de libre albedrío» (ibid., p. 68) . Tal es, según Castro, la escritura alemaniana dominada por lo que se llamó, en otra época, «un sentimiento trágico de la vida». Concluye así: «Frente a este cerrado horizonte, Guzmán de Alfarache estructura su siniestra, infernal, discorde y grandiosa visión del mundo. Sin la cual —casi estoy por afirmarlo— no tendríamos al Quijote. Así es de compleja la historia que tantos hoy eluden desdeñosamente al enfrentarse con un problema literario, por no distinguir entre la posibilidad de la obra literaria y el proceso de su realización» (ibid., p. 87).

6 Numerosas son las tentativas inspiradas por este planteamiento y que intentan dar toda su medida al carácter problemático del héroe alemaniano: Arias, 1977; Johnson, 1977; Brancaforte, 1980; y, más recientemente, Testa, 1988.

7 Blanco Aguinaga, 1957.

Page 3: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M Á N

no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos de los otros— porque su manera de ver el mundo y de novelar, es decir, su realismo, es esencialmente antagónico al de los autores de las picarescas más famosas8.

Esta perspectiva, no desprovista de implicaciones materialistas, desemboca en lo que

podríamos l lamar un juicio de valor global, que pretende diferenciar un realismo

cerrado y pesimista que se desprendería de la lectura del Guzmán y o tro , esencialmente

abierto, que constituiría una de las portentosas novedades del Quijote9.

Amén de estas interpretaciones vitalistas o realistas, conviene recordar una última

interpretación que marcó un paso decisivo en los estudios conjuntos de los dos mundos

novelescos de Alemán y Cervantes. Se trata del artículo histórico de Claudio Guillen, «Luis Sánchez, Ginés de Pasamonte y el descubrimiento del género p icaresco» 1 0 , que

constituye un intento valioso de definición de lo que podría ser la construcción de un

género l i t erar io entre l ec turas agudas y p r á c t i c a s l i t e r a r i a s 1 1 . Al e s tud iar

escrupulosamente la declaración de Ginés sobre el «género» de su obra , avanza Claudio

Guillen:

Comprendemos asimismo que no nos encontramos ante el uso técnico o culto de la palabra, como en las perspectivas tradicionales, sino ante el descubrimiento espontáneo de una clase por parte de un lector-escritor que pertenece al más amplio de los públicos. Esta amplitud es lo que Cervantes puede recalcar o incluso exagerar a través del carácter ficticio de Ginés de Pasamonte. No sabemos si en realidad era hacedero que un galeote o un ladrón se identificase con Guzmán de Alfarache y se pusiese a escribir un libro semejante al de Mateo Alemán. Pero en un plano ficticio, y sobre todo, en el Quijote, donde la literatura se convierte en cauce de vida, resulta verosímil y casi razonable el que ciertos personajes sientan que la picaresca está muy cerca de su experiencia12.

L o que reconoce Guillen c o m o especificidad del personaje-escritor Ginés, es una

aptitud doble que une al talento del cuentista la capacidad de reflexión sobre la

singularidad de lo escrito 1 3 . Dicha perspectiva nos parece fecunda y quisiéramos, a

*lbid., pp. 313-314 . 9 Escribe en efecto Carlos Blanco Aguinaga: «[...] que realismo para Cervantes no significa verdad

absoluta frente a engaño-mentira, ni vida contemplativa desde la muerte, sino en la vida misma, que es tiempo; que no significa punto de vista único presentado de antemano con el pretexto de narración a posterior!, sino presentación e intercambio de todos los puntos de vista; y que, finalmente, las novelas llamadas picarescas de Cervantes nada tienen que ver con la picaresca cuya cima formal y temática es el Guzmán de Alfarache, sino que se oponen a ella. Porque novelar no significa para Cervantes adjetivar, canonizar, decidir, juzgar, sino crear un mundo, a imagen del que percibimos, que, a partir de su creación, es libre de su creador, mundo fragmentario siempre, pero completo en cada fragmento [...]» (ibid., p. 341) .

"Guillen, 1988. 1 1 Dicha perspectiva fue retomada y profundizada en un importante ensayo de definición teórica de la

novela picaresca: el de Cabo, 1992. 1 2 № / ¿ , 1 9 8 8 , p. 207. n Añade en efecto Claudio Guillen que Ginés, «[c]omo lector entre culto e inculto, como ingenio lego, [...]

conciba la capacidad para descubrir o admirar lo nuevo y lo original, en el campo de la literatura, con la mentalidad genérica de la época, o la tendencia a hallar o cuestionar modelos, que hace posible las preceptivas no escritas» (ibid.).

Page 4: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

4 0 P H I L I P P E R A S A T E Criticón, 101, 2007

partir de ella, t ra tar de reconstituir más detenidamente la unidad de su proyecto

expresada —no sin cierto humor— por el galeote facundo.

Así, al lado de otras interpretaciones de la compleja relación entre la obra alemania y

la cervant ina 1 4 , intentaremos, para definir la sutil integración de la substancia picaresca

en Don Quijote, I, 2 2 , identificar, mediante la palabra de Ginés, distintos fundamentos

de la poética alemaniana percebida y calificada por Cervantes. Para ello, consideraremos

únicamente, entre las múltiples vidas de este personaje proteico —galeote, autobiógrafo,

robador , titiritero y domador de m o n o s — su discusión inicial con don Quijote. A

diferencia de Edward Riley, que procuró estudiar a Ginés c o m o totalidad, favoreciendo

así «[los] orígenes y [las] cuestiones teórico-críticas con las que está inextricablemente

relacionado» 1 5 , nos concentraremos exclusivamente en el discurso de Ginés, considerado

como punto de partida para rastrear y caracterizar los principales rasgos de la escritura

del relato picaresco de Mateo Alemán. Quizás logremos, así, superar el carácter bastante

paradójico del silencio de Cervantes frente al Guztnán, cuando sabemos, según las

precisiones brindadas por Daniel Eisenberg, que no podía faltar el volumen alemaniano

en la biblioteca del alcalaíno 1 6 .

N A C I M I E N T O D E L P E R S O N A J E :

G I N É S C O M O « L A D R Ó N F A M O S Í S I M O »

Conviene ante todo detenerse en la figura del galeote Ginés. El texto cervantino lo presenta diferenciándolo claramente de los demás condenados. Las primeras figuras interrogadas por don Quijote le contestan de buena gana: se parecen más a tipos satíricos, sepultados en el anonimato, que a auténticos personajes. En efecto, de los doce hombres, don Quijote va a interrogar a seis galeotes (el «enamorado» , el «músico», un condenado que no pudo influir sobre el juicio, el alcahuete y su vecino —el «quinto condenado»— que habla al principio en su lugar y, por fin, el «burlador» en sentido erót ico) antes de centrarse en Ginés de Pasamonte . ¿Qué se puede opinar de este interrogatorio, de este afán por «saber vidas ajenas», afán que denunciará Ginés? Aparte de ser una excelente estructura serial desde el punto de vista novelístico, se acerca — s e r á , sin duda, por casual idad— de la encuesta l lamada por su editor, Germán Bleiberg, el Informe secreto de Mateo Alemán sobre el trabajo forzoso en las minas de Almadén^7. C o m o sugiere Bleiberg, existe indudable relación entre estos distintos

1 4 Los artículos más relevantes son los de Guillen (1988) , Bataillon (1973 , pp. 2 2 7 - 2 2 9 , donde se desarrolla una aproximación precisa a la «relación literaria» entre Ginés y Guzmán), Márquez Villanueva (1995) , Riley (2001, pp. 51-71) , Cióse (2000, pp. 40-49 , 283-310; y 2001 ) , Joly (1986 y 1999) . Cabe también mencionar los estudios muy recientes de Marie-Blanche Requejo Carrió que, a partir de una lectura muy fina e intertextual, analiza la reelaboración personal de elementos picarescos por Cervantes en ciertas Novelas ejemplares (2001 y 2005) .

1 5 Riley, 2 0 0 1 , p. 51 . 1 6 «7-Alemán, Mateo. Primera parte de la vida del picaro Guzmán de Alfaracbe. Muchas ediciones a

partir de 1599 [...]. Se menciona únicamente al principio de La ilustre fregona, pero aun sin mencionarla la habríamos incluido. Para la continuación, estimamos más probable que tuviera la de Lujan de Sayavedra, más difundida en los primeros años del siglo x v n , que la auténtica, aunque es posible que tuviera las dos» (Eisenberg, 1987, p. 277) .

1 7 Bleiberg, 1984.

Page 5: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M Á N 4 1

galeotes —los de Almadén, los de Lujan, el mundo de la galera pintado por Alemán y el

personaje de Ginés de Pasamonte:

Los primeros que aparecen en una novela no son tampoco los de Mateo Alemán, aunque en la primera parte se nos dice ya que Guzmán escribe su vida en galeras. Los primeros que se incorporan activamente a la ficción son los galeotes del imitador, o continuador, Mateo Lujan de Sayavedra. La presentación que éste nos hace de los galeotes es muy breve. Habrá que esperar hasta que Mateo Alemán nos dé el final de su segunda parte, en 1604, para percibir el clamor de los galeotes en su trágica circunstancia, con sangre, rebelión y traiciones. ¿Y son estos los galeotes que reaparecerán, capitaneados por Ginés de Pasamonte, en el capítulo XXII de la primera parte del Quijote? Al menos se nos dice que Pasamonte ha escrito su Vida, que no ha terminado de escribir porque su vida no ha terminado —servidumbre de la autobiografía—, vida de un picaro triunfante frente a biografía de héroe, un héroe, como Don Quijote, que sueña, desde el principio de su conversión a la caballería, con ser biografiado18.

Desde luego, no podemos afirmar que Cervantes tuvo conocimiento de la misión

confiada al Juez Visitador Alemán, y con la que quiso cumplir este último quizás más

allá de lo que se le pedía. M á s probablemente, Alemán y Cervantes se apoyan, como ha

indicado Jean Canavaggio 1 9 , en un substrato histórico concreto, el mundo de las galeras

que, poco a poco , estilizándose, se integra a la prosa áurea.

L o cierto es que nada más aparecer Ginés en el relato cervantino, se singulariza

visualmente, con el cuerpo literalmente cubierto de cadenas, c o m o si le formara una

armadura equivalente a la de don Quijote:

Venía diferentemente atado de los demás, porque traía una cadena al pie, tan grande, que se la liaba por todo el cuerpo, y dos argollas a la garganta, la una en la cadena y la otra de las que llaman guardaamigo o pie de amigo, de la cual descendían dos hierros que llegaban a la cintura, en los cuales se asían dos esposas, donde llevaba las manos, cerrados con un grueso candado, de manera que ni con las manos podía llegar a la boca ni podía bajar la cabeza a llegar a las manos (p. 241 j 2 0 .

Dichas precisiones, las corrobora la dada por don Quijote en defensa de Ginés: «[...]

mas Don Quijote se puso en medio y le rogó que no le maltratase, pues no era mucho

que quien llevaba tan atadas las manos tuviese algún tanto suelta la lengua» (p. 2 4 4 ) .

Asimismo, varios detalles vienen a confirmar la presencia única del galeote que, frente a

los demás prisioneros, ya tiene por lo menos un nombre, mencionado, en primer lugar,

por el comisario:

1 8 Estas frases concluyen su larga y detallada «introducción», ibid., pp. 30-31. "Canavaggio, 1983. 2 0 Citamos y citaremos el texto del Quijote por la edición de Rico (1998), dando solamente la indicación

de la(s) página(s) citada(s). En esta descripción, podría surgir algún recuerdo del Guzmán de Mateo Lujan, condenado a sufrir la vergüenza de la salida pública para las galeras: «Despedime de mis camaradas, que fueron tan hombres de bien, que me proveyeron de algunos maravedís por la voluntad que me habían cobrado; y ensartáronnos en unas cadenas con argollas en los cuellos y esposas en las manos. No pienses que es el menor tormento, para un hombre que tenga discreción, ver el tratamiento que se hace a los que van allí puestos en caña como ranas, porque el alguacil, corchetes y gente de guardia no os tratan menos que de ladrón: "Suba al carro el muy ladrón"; y si hombre va bien atesado de cadena y esposas, que sola la lengua le queda libre [...]», Mateo Lujan de Sayavedra, Segunda parte de la vida de Guzmán de Alfarache, pp. 593-594.

Page 6: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

No se quiera saber más sino que este buen hombre es el famoso Ginés de Pasamonte, que por otro nombre, llaman Ginesillo de Parapilla. —Señor comisario —dijo entonces el galeote— vayase poco a poco y no andemos ahora a deslindar nombres y sobrenombres. Ginés me llamo y no Ginesillo y Pasamonte es mi alcurnia y no Parapilla, como voacé dice [...] (pp. 241-242) .

El nombre entre ascendencia y esencia

C o m o otros tantos personajes cervantinos, empezando por el mismo don Quijote, el

nombre de Ginés no ofrece una morfología estable ni fija. Incluso don Quijote cambia,

poco después, la desinencia del nombre al hablar de «Ginesillo de Parapillo», mientras

que de este mudar de nombre permanece algún rasgo en la segunda parte, cuando el

narrador nos revela la identidad de Maese Pedro: «Este Ginés de Pasamonte, a quien

don Quijote llamaba "Ginesillo de Parapilla"» (p. 8 5 5 ) . El nombre remitiría, según los

elementos aducidos por Augustin R e d o n d o 2 1 , al mundo del hampa, lo que confirma el

uso del voacé, digno de un rufián sevillano 2 2 . ¿ C ó m o interpretar este apego profundo

del personaje por su nombre y qué significa individual y socialmente?

C o m o es bien sabido, la crítica se interesó mucho por el apellido de Pasamonte y

hubo varios intentos de desvelar lo que podía encubrir dicho nombre. En un librito

erudito, Mart ín de Riquer propuso identificar al galeote cervantino con un tal Jerónimo

de Passamonte, soldado aragonés que participó en las campañas de Italia junto con el

autor del Quijote, y autor de una autobiografía probablemente acabada en 1 6 0 4 y

titulada la Vida de Gerónimo de Passamonte13. Martín de Riquer supone algún motivo

de odio personal y tenaz entre los dos hombres 2 4 : en efecto, al reconocerse en el

personaje de Ginés, Passamonte (mantenemos la ortografía elegida por el cervantista)

debió de considerarse insultado por el uso de «sinónimos voluntarios» y decidió escribir

una Segunda parte del Quijote bajo la identidad de un tal Licenciado Fernández de

Avellaneda. La estimulante tesis de Martín de Riquer ha dado luz a otros trabajos c o m o

los de Alfonso Martínez J iménez 2 5 o de Juan Antonio Frago Garc ía 2 6 , que constituyen

nuevas aportaciones al expediente Pasamonte.

2 1 Redondo, 1998, pp. 253-254 . 2 2 Aparece una forma muy cercana en el discuso de Matorral en el penúltimo capítulo del Buscón: «Ea,

quita la capa vuacé, y parezca hombre, que verá esta noche todos los buenos hijos de Jevilla» (Quevedo, El Buscón, p. 302) .

2 3 Existe un estudio detallado de esta vida por Edward Riley, 1998. 2 4 Las causas de la actitud de Cervantes parecen de las más extrañas e inciertas; según Martín de Riquer:

«Cuando Miguel de Cervantes, en la primera parte del Quijote, retrató a su antiguo compañero de milicia el aragonés Gerónimo de Passamonte [...], y lo convirtió en Ginés de Passamonte, un malhechor, autor de múltiples delitos y robos, [...] nuestro gran escritor aparece ante nosotros como un difamador e incluso como un calumniador. Esta violentísima actitud sólo se explica suponiendo que Cervantes concibió un profundo odio hacia Passamonte a consecuencia de graves diferencias que los enfrentaron cuando, de jóvenes, militaron en el Tercio de Miguel de Moneada entre agosto de 1571 y abril de 1572 [...]» (Riquer, 2 0 0 3 , p. 459) .

2 5 Martínez Jiménez, 2 0 0 1 . Este libro ofrece un amplio abanico de careos textuales para completar las hipótesis de Martín de Riquer.

2 6 Frago García, 2005 .

Page 7: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M Á N

Tanto Vicente G a o s 2 7 c o m o Edward Riley o Anthony Cióse 2 8 , expresaron sus dudas

acerca de la atribución de la Segunda parte apócrifa del Quijote a Passamonte y, de

manera más fundamental, sobre el vínculo que podría existir entre el galeote cervantino

y el soldado Gerónimo de Passamonte. Queda que, a mi parecer, no se puede rechazar

de manera absoluta esta propuesta (basta con recordar los abundantes aragonesismos

del texto de Avellaneda y las numerosas convergencias o coincidencias textuales) . Sin

contar con que dicha identificación no excluye la posibilidad de descubrir, en este

episodio del galeote Ginés, la inscripción de ciertas reglas de la poética picaresca y

alemaniana.

El uso que Ginés hace de su propio nombre es doble, lo que le permite, por una

parte, presentarse y, por otra, referirse al libro de su vida:

[...] y si la mía queréis saber, sepa que soy Ginés de Pasamonte (p. 242) . — ¿ Y cómo se intitula el libro?— preguntó don Quijote —La vida de Ginés de Pasamonte— respondió el mismo (p. 243) .

Ginés se refiere a su «alcurnia», o sea, se inscribe en un linaje, según la modalidad

paródica de las costumbres y de los códigos aristocráticos tan frecuente en la novela

picaresca. Dicha voluntad de «hacerse de los godos» aparece en varias occasiones en el

Guzmán29: por ejemplo, en el momento de salir para Sevilla, el picaro rechaza el nombre

de un padre «levantisco» 3 0 , y afirma las pretensiones patronímicas de su familia (« [ . . . ]

para no ser conocido no me quise valer del apellido de mi padre; púseme el Guzmán de

mi madre y Alfarache de la heredad donde tuve principio», I, p. 1 6 2 ) 3 1 . Si bien el peso

de la problemática conversa es, desde luego, decisiva en el relato alemaniano, el nombre,

en el Quijote, trae consigo la misma fuerza de identificación de la esencia del personaje

que en el Guzmán: el protagonista alemaniano aparece vinculado con su nombre c o m o

si este llevara en sí una forma de determinismo : «y sois Guzmán de Alfarache, que

basta» (II, p. 5 1 6 ) . ¿Qué rasgos esenciales contiene este nombre de Ginés de Pasamonte?

2 7 Precisa Vicente Gaos, quizás de manera un poco tajante: «Todo ello está muy bien, pero, en primero y último término, Pasamonte es nombre simbólico, sugeridor de la vida errante de este personaje, que anda huido de la justicia y a salto de mata» (Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1987b, p. 441, nota 172b).

2 8 Escribe Riley: «Me inclino a dudar de la idenrificación» (Riley, 1998, p. 95). Objetaba poco antes: «Sin embargo, cabe preguntar: ¿por qué se le ocurriría a Cervantes convertir a Ginesillo en Maese Pedro?». Anthony Cióse también formula alguna reserva acerca de esta identificación (Cióse, 2000, p. 97, nota 25).

2 9 «Luego, pues, que dejé a mi amo el capitán, con todos mis harapos y remiendos, hecho un espantajo de higuera, quise hacerme de los godos, emparentando con la nobleza de aquella ciudad, publicándome por quien era [...]» (Alemán, Guzmán de Alfarache, I, p. 378). Reaparece también esta pretensión en casa del Embajador (I, p. 468).

3 0 «Cuanto a lo primero, el mío y sus deudos fueron levantiscos. Vinieron a residir a Genova, donde fueron agregados a la nobleza [...]» (Guzmán de Alfarache, I, pp. 130-131), y un poco más lejos en el texto, el protagonista califica a su padre de «[...] levantisco tinto en ginovés [...]» (I, p. 153).

3 1 En un pasaje famoso, relata el protagonista las maniobras de su abuela para adquirir un nombre decente: «A los Guzmanes era donde se inclinaba más [mi abuela], y certificó en secreto a mi madre que, a su parecer, según le ditaba su conciencia y para descargo della, creía, por algunas indirectas, haber sido hija de un caballero, deudo cercano a los duques de Medinasidonia» (I, p. 161).

Page 8: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

4 4 P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

Ginés, «ladrón famosísimo»

Si, c o m o subraya Marie-Blanche Requejó Carr ió , Cervantes juega muy a menudo

con las expectat ivas de su lector, introduciéndolo en un universo aparentemente

picaresco (pero, en realidad, dominado por la invención cervantina) 3 2 , nos conduce, en

este episodio, a considerar a Ginés c o m o «ladrón famosísimo» o «picaro consumido»,

fórmulas e ideas inspiradas directamente por el relato de M a t e o Alemán y por la

interpretación común del texto de la Primera parte del Guzmán. Frente a la pregunta de

don Quijote sobre el cuerpo encadenado de Ginés, contesta uno de los acompañantes

manejando un superlativo que parece alzar al galeote al rango de príncipe de los picaros

y robadores:

Respondióle la guarda porque tenía aquel solo más delitos que los otros juntos y que era tan atrevido y tan grande bellaco, que, aunque le llevaban de aquella manera, no iban seguros del, sino que temían que se les había de huir (p. 241) .

El uso de expresiones de tipo superlativo vuelve a aparecer poco después cuando otro

guarda invita al galeote a la moderación verbal de la siguiente manera: «Hable con

menos tono , señor ladrón de más de la m a r c a , si no quiere que le haga cal lar» (p.

2 4 2 ) 3 3 . Este aspecto desmedido de Ginés no puede remitir, para un lector de los años

1 6 0 5 , a la figura de Lazarillo de Tormes , sino al proyecto alemaniano esbozado desde la

«Declaración para el entendimiento deste l ibro» que funciona c o m o un anuncio

programático dentro del pacto de verosimilitud de la seudoautobiografía:

Él mismo escribe su vida desde las galeras, donde queda forzado al remo, por delitos que cometió, habiendo sido ladrón famosísimo, como largamente lo verás en la segunda parte (I, p. 113).

Ginés excede realmente la marca normal: desarrolla una manera de perfección en el

robo , en la manipulación, lo que podría sugerir el adjetivo famoso que, además de la

carga irónica que encierra —¿"famoso" para qué o para quién?— contiene el elogio de

una forma de excelencia tal c o m o la define César Oudin 3 4 . De hecho, Ginés aparece

c o m o un hombre desmedido, descomunal , do tado de algunas de las "virtudes"

picarescas por antonomasia —«bel laco», «atrevido» y proteico.

3 2 Ver, por ejemplo, su estudio detallado de la primera presentación de los personajes de Rinconete y Cortadillo (Requejo Carrió, 2001, pp. 337-339).

3 3 En una nota de la edición dirigida por Francisco Rico (Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1998, II, p. 338, nota 242.60), aparece una referencia directa al Guzmán de Alfarache, cuando el protagonista le da una lección de vida a Sayavedra : «Si fueras ladrón de marca mayor, destos de a trecientos, de a cuatrocientos mil ducados, que pudieras comprar favor y justicia, pasaras como ellos [...]» (II, p. 209). Ya Vicente Gaos (Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1987b, p. 441, nota 178c) aducía esta analogía semántica. En otra página del Guzmán, el picaro recuerda su estancia en casa del Embajador de Francia que le enfrentó a «un soldado español, de más de la marca» (I, p. 467). Al leer estas distintas occurrencias, se puede conjeturar que ya iba lexicalizándose dicha expresión.

3 4 César Oudin propone como equivalente francés para este término: «Tout ce qui est excellent en beauté et en bonté» (Oudin, Tesoro de las dos lenguas española y francesa, p. 496).

Page 9: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M Á N

Ahora bien, estos rasgos o cualidades que, a primera vista, surgen como indefinidas y

generales, pueden interpretarse dentro de una correspondencia con la figura de Guzmán

de Alfarache tal y como la percibieron, leyeron y, a veces, imitaron (en el caso de Lujan) algunos contemporáneos de la Primera parte del Guzmán. El mismo Alemán luchó

contra esta simplificación de lo que parecía ser la naturaleza de su obra; para reafirmar

la índole moral y «atalayista» de su r e l a t o 3 5 , procuró recobrar el poder sobre el

desarrollo de la existencia de su personaje, declarando: «Dejemos agora que no se pudo

llamar "ladrón famosísimo" por tres capas que hurtó [...]» (I, p. 2 2 ) . La asimilación del

Guzmán a una sencilla vida de picaro, llena de robos, trazas y burlas significaba para su

autor un empobrecimiento brutal y desastroso 3 6 . Al mismo tiempo, M a t e o Alemán se

veía obligado a reconocer que su libro ya había empezado a vivir su vida y a propagarse,

creando un público que percibía sin duda el Guzmán como libro de entretenimiento

jocoso.

Sea lo que sea, la «Declaración para el entendimiento de este libro» creaba un nexo

entre dos elementos determinantes de la poética alemaniana, elementos que volvemos a

encontrar en el retrato de Ginés: por una parte, la excelencia del robador —sinónima de

repetidas trazas y de empleos extraviados del ingenio— que acaba siendo condición de

la verosimilitud y de pedagogía de su relato; y, por otra parte, la galera c o m o lugar de

recapacitación y de escritura.

De m o d o que, en la individuación de Ginés c o m o personaje, surgen rasgos del

proyecto novelesco de Mateo Alemán: el apego que siente el galeote por su nombre, su

carácter fuera de la norma —«ladrón famosísimo», de la misma marca que Guzmán—

nos ofrecen al mismo tiempo algunos elementos que se acercan a la recepción del

Guzmán en los primeros años del siglo X V I I . Dicho esto, y más allá de esta semejanza

entre la presentación de los dos personajes, la obra esbozada por Ginés con mucha

franqueza y, quizás, algo de satisfacción, debe ser cotejada minuciosamente con la

poética alemaniana.

L A O B R A D E G I N É S o L A P R E S E N C I A C A L L A D A D E G U Z M Á N

Aquí llegamos al centro de la trama literaria del episodio, o sea, la referencia de

Ginés a su propia autobiografía, por una parte, y, por otra , la inclusión de ésta en un

«género», término sobre el cual la crítica ha discutido mucho desde el ensayo pionero

— y a menc ionado— de Claudio Guillen. Ante todo , conviene citar los términos del

diálogo entre Ginés y don Quijote:

—Dice verdad —dijo el comisario—, que él mismo ha escrito su historia, que no hay más que desear, y deja empeñado el libro en la cárcel en docientos reales. — Y le pienso quitar —dijo Ginés—, si quedara en docientos ducados. —¿Tan bueno es? —dijo don Quijote.

3 5 Utilizamos este neologismo siguiendo los pasos de Jean Vilar, 1978. 3 6 «Haga nombre del mal nombre, quien desea que se le caiga presto; porque con cuanta mayor violencia

lo pretendiere desechar, tanto más arraiga y se fortalece, de tal manera, que se queda hasta la quinta generación, y entonces los que suceden hacen blasón de aquello mismo que sus padres tuvieron por afrenta. Esto propio le sucedió a este mi pobre libro, que habiéndolo intitulado Atalaya de la vida humana, dieron en llamarle Picaro y no se conoce ya por otro nombre» (Alemán, Guzmán de Alfarache, II, p. 115).

Page 10: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

4 6 P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

—Es tan bueno —respondió Ginés—, que mal año para Lazarillo de Tormes y para todos cuantos de aquel género se han escrito o escribieren. Lo que sé decir a voacé es que trata verdades y que son verdades tan lindas y tan donosas que no pueden haber mentiras que se le igualen (p. 243) .

Con su declaración sobre la excelencia de su libro, Ginés pretende dominar la

totalidad de un género discursivo que empieza con el librito anónimo de 1 5 5 4 . Se ha

debatido sobre la mención de esta o b r a 3 7 y, al parecer, la perspectiva adoptada por

Cervantes, a través de su personaje, consiste en citar explícitamente el texto fundador de

dicho género y en callar el éxito reciente del Guztnán, lo que, como señala Riley, no es

señal de una mera indiferencia 3 8 . El término central de esta réplica de Ginés es la

palabra «género» que remite tanto al Lazarillo como a todas las obras aludidas, escritas

o por escribir.

Fruto de un saber doble —el del lector Ginés, el del escritor de la Vida de Ginés de

Pasamonte—, la identificación y referencia a un género constituye una profesión de fe

por parte del galeote: existe una adecuación y afinidad profunda entre su experiencia

vital y una forma de escritura que ya acaba de adquirir su público, en ese momento en

que, como han estudiado tanto Francisco Márquez Villanueva como Anne Cayuela 3 9 , la

reedición del Lazarillo y del Guzmán de Alfarache favorece la creación de un público.

Afirma Francisco Márquez Villanueva:

En un inigualado golpe maestro, Mateo Alemán ha creado no sólo una gran obra, sino también un «gran» público que devora los ejemplares y no puede esperar, ansioso, la aparición de su Segunda parte. La genialidad del sevillano ha husmeado el fenómeno de unas masas literariamente huérfanas*1.

En este sentido, habría que entender el término de «género» como una especie o un tipo de discurso ficticio —del cual nos p r o p o r c i o n a el galeote las principales característ icas— y, también, c o m o un verdadero fenómeno editorial que engendró un público nuevo y amplio. C o m o apuntaba Edward Riley, se puede af irmar que el contragénero picaresco ya tiene sus lectores 4 1 . ¿Responde la obra de Ginés en el detalle a dicho género nuevo? ¿En qué medida la poética de Ginés se puede relacionar con el Guzmán y ac lararnos , de cierto m o d o , sobre el encuentro de don Quijote con el fenómeno picaresco? Vayamos por partes.

De lo vivido a lo contado: una escritura de la vida

El primer aspecto relevante de su obra tal y c o m o la esboza Ginés estriba en una

relación de continuidad entre lo vivido y lo contado. Para Ginés de Pasamonte, el único

acto importante frente a su obra es la «decisión» (según el término acertado de Claudio

Bataillon, 1973, pp. 227-229 . Riley, 2 0 0 1 , p. 60. Cayuela, 1996, pp. 115-117. Márquez Villanueva, 1990, p. 550 .

Riley, 1988. Volvió a escribir sobre esta misma cuestión en otra ocasión: Riley, 2001 .

Page 11: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M Á N

Guillen) 4 2 de escribirla y de vincularla con un «género». A esta decisión responde una

cronología muy precisa en dos tiempos: lo que podríamos llamar «una primera parte» ,

ya escrita y empeñada «en la cárcel en docientos reales» (p. 2 4 3 ) , y una «segunda parte»

que el galeote proyecta escribir «aprovechándose —escribiría M a t e o Alemán— del

[tiempo] ocioso de la galera» (I, p. 1 1 3 ) . De modo que La vida de Cines de Pasamonte

sería una obra de gran volumen 4 3 , extensa, en dos partes: su autor conoce y domina los

distintos acontecimientos que ha podido vivir y en esta suma de recuerdos y hazañas,

selecciona los más significativos y gustosos, como precisará el narrador a propósito de

Ginés cuando revele al lector su identidad en el capítulo 2 7 de la Segunda parte:

Este Ginés, pues, temeroso de no ser hallado de la justicia, que le buscaba para castigarle de sus infinitas bellaquerías y delitos, que fueron tantos y tales, que él mismo compuso un gran volumen contándolos, determinó pasarse al reino de Aragón y cubrirse el ojo izquierdo, acomodándose al oficio de titerero, que esto y el jugar de manos lo sabía hacer por estremo (pp. 855-856).

«Él mismo compuso un gran volumen», frase del narrador cervantino, frente a la

formula alemaniana «[é]l mismo escribe su vida desde las galeras [...]»: he aquí uno más

entre los careos textuales que ya había podido avanzar Américo C a s t r o 4 4 .

Pero lo más interesante, a nuestro modo de ver, es la reafirmación de esta escritura

natural, inmediata, que constituye una especie de realismo que llega a ser para Ginés un

auténtico motivo de orgullo. L a vida — c o n sus andanzas, sus errores , sus logros—

forma la materia directa y bruta de la autobiografía, y no desprovista de interés será la

posibilidad de una lectura de la transcripción ginesiana del encuentro con don Quijote.

La arrogancia o, por lo menos, la confianza en sí mismo que muestra Ginés se puede

entender c o m o la conciencia de una superioridad de lo vivido c o m o substrato de una

escritura. Dicha perspectiva se acercaría de manera convincente al principio de la

verosimilitud del Guzmán: la exper ienc ia vivida, s intet izada p o r el « c l a r o

entendimiento» (o, en términos de Ginés, por el «buen ingenio»), acaba contada en una

obra autónoma que tiene una unidad de perspectiva. Este aspecto «natura l» , que

promueve una visión del relato c o m o consecuencia natural — y a que en pr imera

persona— de los acontecimientos vividos, es la autojustificación fundamental del

proyecto de Ginés y constituye en sí un factor de realismo. C o m o apunta Francisco

Márquez Villanueva, Cervantes quiso dar un lugar a este nuevo uso del yo y de la

unidad de conciencia que lo sostiene a través de la figura de Ginés:

Es muy lógico que el Quijote no dejara de discurrir por alguna vía sutil acerca de unas circunstancias literarias tan ligadas a su propio nacimiento. Nadie ha tenido dificultad en

4 2 «Volviendo a nuestro tema, no entendemos del todo bien qué es lo que Ginés de Pasamonte quiere decir cuando habla de un "género" basado en el Lazarillo. Pero sí sabemos que para él ese género es una evidencia muy clara (y que él, con Cervantes, querría superarlo). Es mucho más neto el perfil de su decisión —la de que existen unas obras con las cuales rivaliza— que el del grupo en cuestión [...]» (Guillen, 1988, p. 207) .

4 3 Ya Vicente Gaos había insistido en este aspecto de la supuesta obra de Ginés (Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. 1987b, p. 4 4 3 , nota 193) . En esta nota el editor ofrece una recensión exhaustiva de los tres puntos que, según él, atestiguan de una referencia al Guzmán en el Quijote.

4 1 Castro, 2002 , pp. 69 y 86 (entre otras referencias).

Page 12: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

4 8 P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

identificar como tal el encuentro con Ginés de Pasamonte. Se da allí la primera caracterización de la picaresca como género, y aunque la figura del galeote-escritor no puede recordar más de cerca a Mateo Alemán y su obra, hay un claro empeño en no mencionarlos directamente. [...] Es también un reconocimiento de cómo la literatura había cambiado para siempre al irrumpir en ella aquel yo de Lazarillo de Tormes, que no era retórico ni convencional, sino un yo a secas, hambriento y destinado a originar infinitas confusiones so pretexto de «realismo» narrativo*.

Así, detrás del aspecto de embustero del personaje y de la comicidad interna a este

episodio, se transparenta la enorme potencia de la autobiografía ficticia presentida por

Cervantes. Esta fórmula poética nos parece relacionarse sin la menor duda con el

Lazarillo y, más aún, quizás, con el Guzmán; se inscribe además en un lugar propicio a

la escritura común a las dos narraciones: la galera.

La galera como lugar de escritura

El vínculo trazado por Ginés entre su escritura y la galera nos parece inscribirse en

una relación lúdica con el Guzmán. C o m o se sabe, la figura del galeote-escritor va

individuándose y afirmándose a lo largo de los años 1 5 8 0 - 1 6 0 5 , c o m o si dicha figura

diera lugar a una estilización particularmente propicia a la escritura de una vida. Por

otra parte, cabe recordar la importancia decisiva de la experiencia vital en las galeras de

Cervantes o la confrontación de Alemán con los galeotes de Almadén: se trata , pues, de

una estilización con fuertes toques de realidad histórica y a veces íntima, sin querer, por

supuesto, reducir las obras consideradas a puros determinismos vitales, a condiciones

creadas por una existencia difícil.

El hecho es que, en ambos textos , el galeote considera a la galera c o m o un lugar

aislado en el cual puede escribir el discurso de su vida. Nos lo dice Ginés:

—Para servir a Dios y al rey, otra vez he estado cuatro años, y ya sé a qué sabe el bizcocho y el corbacho —respondió Ginés—; y no me pesa mucho de ir a ellas, porque allí tendré lugar de acabar mi libro, que me quedan muchas cosas que decir y en las galeras de España hay más sosiego de aquel que sería menester, aunque no es menester mucho más para lo que tengo de escribir, porque me lo sé de coro (p. 243) .

Esta estrecha conexión establecida —no sin cierto humor— entre galera y escritura,

¿debe entenderse como una carga and-Alemán? L o cierto es que repetidas veces reafirma

Guzmán que escribe su vida desde las galeras, formando parte dicha precisión de una

construcción realmente patética del t ex to , con miras a granjear la comprensión y la

simpatía del lector para las andanzas, poco ejemplares, del galeote creado por Alemán.

Menciona Guzmán, por ejemplo, «los [trabajos] que agora padezco en esta galera» (I, p.

4 1 5 ) 4 6 , e incluso aparece fugazmente en la obra un «curioso forzado» que lleva consigo

«cierto libro de m a n o que tenía escr i to» (II, p. 3 0 8 ) . ¿Por qué referirse a tantos

'"Márquez Villanueva, 1995, p. 250 . * Se trata, en el Guzmán, de una precisión del protagonista que separa el tiempo pasado de la

recapacitación presente y escrita: «Cuando me pongo a considerar los tiempos que gocé y por mí pasaron, no porque se me antoje ni tenga olvidados los trabajos, para que los que agora padezco en esta galera me parezcan mayores o no tales; mas no hay duda que sus memorias estimo en mucho» (I, p. 415) .

Page 13: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M A N

escritores-galeotes? ¿En qué medida pueden aparecer c o m o narratores diferentes,

dotados de poderes específicos?

Un artículo de Jean Canavaggio nos invita a tomar la medida de esta progresiva

inscripción del galeote en las letras áureas, empezando por textos aún muy próximos al

referente histórico del «servicio de galeras» como la obrita de Mateo Brizuela, La vida

de galera*7, y la epístola en prosa de Cristóbal de Chaves, la Relación de la cárcel de

Sevilla, en la cual un galeote se expresa en primera persona.

La segunda vida literaria de esta figura del galeote la constituye su aparición en las

obras de Mateo Alemán y de Miguel de Cervantes. Este, por su parte, libera literalmente

—tal otro don Quijote— al galeote de sus cadenas literarias creando la figura de Maese

Pedro, lo que va a permitir

[...] à l'espace clos de la «vida de galera» de s'ouvrir enfin sur un imaginaire dont ni Brizuela, ni Chaves [...] ne nous donnaient l'esquisse, et que Mateo Alemán, en dépit de l'annonce d'une hypothétique Troisième Partie, refermait sur l'acte d'écriture par lequel le héros, devenu narrateur, inaugure son récit rétrospectif. On s'explique ainsi qu'elle coïncide, pratiquement, avec le moment où disparaît de la littérature ce galérien pourvu d'un discours dont l'historien du Siècle d'or chercherait en vain la trace dans les archives48.

L o que nos permite identificar vínculos entre e lementos muy distintos y

complementarios: entre la realidad histórica y la estilización literaria por una parte ,

entre una primera estilización y la elaboración ya muy desarrollada que se da en las

obras de Alemán y Cervantes, elaboración cuyo intérprete es la figura de Ginés. Así, la

poética del galeote cervantino consiste en una escritura aparentemente a secas de su

experiencia vital más inmediata, la cual puede ser transcrita a borde de la nave de la

galera. Sin embargo, lejos de ser tan sencilla esta forma de escritura, vemos que, en las

réplicas siguientes del diálogo entre los dos personajes cervantinos, intervienen otros

elementos no poco contradictorios y que remiten a los puntos más problemáticos de la

escritura autobiográfica o, mejor dicho, seudoautobiográfica: o sea, una reflexión sobre

el acabamiento (o el punto final) de la obra y el estatuto de la verdad.

¿Cómo se acaba una seudoautobiografía?

Quisiéramos mostrar brevemente en que medida el texto cervantino constituye una

impugnación, no desprovista de mala fe, de la «Declaración para el entendimiento deste

libro» que precede al texto de la Primera parte del Guzmán, ya que, dejando el campo

de las hipótesis, podemos afirmar que Cervantes leyó con especial interés y agudeza los

textos liminares del Guzmán. El texto alemaniano nos brinda, desde sus primeras líneas,

algunas claves para entender la totalidad del relato de Guzmán. De modo paralelo, las

declaraciones de Ginés nos aclaran sobre su dominio de lo que le queda que contar:

Canavaggio, 1983, pp. 263-264 .

Canavaggio, 1983 , p. 271 .

Page 14: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

5 0 P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

— ¿ Y está acabado? —preguntó don Quijote. —¿Cómo puede estar acabado —respondió—, si aún no está acabada mi vida? Lo que está escrito es desde mi nacimiento hasta el punto que esta última vez me han echado en galera (p. 243) .

Por supuesto, el campo cronológico señalado por Ginés no corresponde a la Primera parte del Guzmán; si quisiéramos a toda fuerza elaborar un paralelo con la vida del

picaro de Alemán, nos encontraríamos frente al personaje cuando emprende su viaje

hacia las galeras, o sea en el capítulo 8 del Libro tercero de la Segunda parte49. A no ser

que consideremos que Cervantes se inspiró también del Guzmán apócrifo, publicado en

1 6 0 2 y que nos ofrece en realidad pocos elementos sobre el mundo de la galera; o a no

ser —hipótesis aún menos probable— que haya conocido algún manuscri to de la

Segunda parte de Alemán antes de su publicación. Llegado a este punto de su trayectoria

vital, Ginés afirma con una especie de indignación —más o menos fingida— frente a la

ingenuidad de don Quijote: «me quedan muchas cosas que decir» y añade muy poco

después: «no es menester mucho [tiempo] más para lo que yo tengo que escribir, porque

me lo sé de coro» (p. 2 4 3 ) .

Si, para resumir brevemente estas distintas noticias aparentemente contradictorias, le

queda al galeote mucho que escribir pero que ya sabe lo que tiene que relatar y que, por

otra parte , afirma que su obra no se ha acabado todavía, esto significa —y en eso

seguimos los pasos luminosos de Ri ley 5 0 — que Ginés ya ha trazado una línea entre lo

que va a contar y lo que va a silenciar de su vida. Sabe perfectamente el galeote cuál va a

ser el término de sus andanzas y escrituras dignas de ser contadas. Por decirlo de manera

aún más sencilla: Ginés sabe cómo va a acabar su relato.

En esta anticipación sobre lo que se va a contar y sobre el punto límite del cuento,

entrevemos una semejanza sustancial y profunda con las reglas de la verosimilitud del

relato alemaniano, definidas en la «Declaración» inicial; allí, en efecto, Alemán ya nos

da un resumen preciso de cuál va a ser la trayectoria vital de su protagonista:

Para lo cual se presupone que Guzmán de Alfarache, nuestro picaro, habiendo sido muy buen estudiante, latino, retórico y griego, como diremos en esta primera parte, después dando la vuelta de Italia en España, pasó adelante con sus estudios, con ánimo de profesar el estado de la religión; mas por volverse a los vicios los dejó, habiendo cursado algunos años en ellos (I, p. 113).

Sigue la precisión sobre el lugar de escritura de la novela pero, en ningún momento ,

c o m o podemos comprobar, se menciona la conversión del héroe que va a ser el elemento

decisivo del final de la obra; el hecho trascendente es que ya viene indicada toda la

4 9 Alemán, Guzmán de Alfarache, II, pp. 489-495, o sea la transferencia de los prisioneros hacia el mar y los episodios de la venta.

"Riley, 2001, pp. 61-64. Después de subrayar la frontera muy tenue que separa la autobiografía de la ficción, afirma : «[...] la respuesta interrogativa de Ginés a la pregunta de don Quijote sobre si está acabado el libro se ve plenamente justificada por la idea de que una vida no es contable de manera completa ni significativa hasta llegar al punto en que se corta («the cut-off point»). [...] El autobiógrafo tiene forzosamente que dejar su historia sin acabar. Pero tarde o temprano tiene que dejar de escribir. Ginés de Pasamonte se ve obligado a aceptar la paradoja. ¿Qué más puede hacer?» (p. 64).

Page 15: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A DE G U Z M Á N 5 1

trama, como si el lector tuviera que saber, por anticipación, la totalidad de la trayectoria

vital del héroe.

Así, nos parece que Ginés ya opera, c o m o autobiógrafo, selecciones y se vale de los

elementos de ficción que forman parte de la escritura autobiográfica, si aceptamos la

tesis de José María Pozuelo Yvancos sobre dicho género discursivo, que considera como

«fronterizo» por tener relaciones estrechas y, a veces, complementarias, con la ficción 5 1 .

Más allá de todos estos elementos que ya constituyen, mediante las preguntas de don

Quijote, una pequeña reflexión sobre la escritura autobiográfica, Cervantes se va a

interrogar también sobre el problema de la verdad de dicho relato.

El estatuto de la verdad

Ginés define su obra en una relación muy estrecha con la idea de «verdad»; aparte

del aspecto tópico de dicha referencia, el galeote piensa sobre todo en la veracidad de la

experiencia: «Lo que le sé decir a voacé es que trata verdades y que son verdades tan

lindas y tan donosas que no pueden haber mentiras que se le igualen» (p. 2 4 3 ) . C o m o

apuntó Riley, dicho propósito ingenioso no resulta nada fácil de entender pero, por lo

menos, podría significar para Ginés «que su historia verdadera ofrece una lectura más

gustosa y entretenida que la que puede deparar cualquier obra de f icción» 5 2 . La poética

inmediata de actos vividos — o que se presentan como tales— ¿tiene más validez que la

invención? ¿Puede haber invención lograda con elementos verdaderos? L o que pasa es

que la indicación de Ginés es tan graciosa e incierta c o m o la práct ica de la idea de

verdad según la estética de aquella época: la verdad de la obra residiría sobre todo en la

manera de formularla, de construir un lenguaje nuevo.

Así, Ginés consideraría su relato como verdadero por el mero hecho de que pretende

serlo. Dicha declaración funciona entonces c o m o si tuviera un valor performativo la

palabra del galeote. Sin embargo, ¿cómo creer a este hombre, claramente designado por

los guardas c o m o un «bellaco»? ¿Qué valor puede tener la palabra de un rufián? Sin

conocerlo, don Quijote le va a pedir, más tarde, que le dé la explicación del episodio de

la cueva de Montesinos, y el caballero andante padecerá también una ilusión realista — o

de realidad— frente al retablo de la liberación de Melisendra. En estos tres sucesivos

casos , la relación a la verdad se formula y discute en presencia de Ginés, o r a

descubierto, ora encubierto.

La reflexión cervantina sobre la frontera entre verdad y verosimilitud se cruza con la

voluntad de Alemán de legitimar la palabra de su galeote-escritor mediante la

5 1 Precisa en efecto, al principio de la primera parte (teórica) de su estudio: «Son las de la autobiografía y la ficción relaciones difíciles como lo son todas las fronterizas, puesto que la autobiografía ha sido defendida —de ahí su lugar de frontera— como género no ficcional por algunos autores, en tanto que para otros es uno de los lugares en que se derime la necesaria e intrínseca ficcionalización de toda escritura narrativa» (Pozuelo Yvancos, 2006 , p. 17).

5 2 Riley, 2 0 0 1 , p. 59. Resulta esclarecedora la página de la Relación de la Cárcel de Sevilla de Cristóbal de Chaves aducida por el crítico: «[...] y porque mi intención, desde que comencé este discurso, ha sido escribir y poner las cosas más extraordinarias que pasan y resultan de la cárcel, pondré algunas que den gusto al lector, para que con golosina dellas no sienta mucha melancolía y pesadumbre que la haya causado lo que habrá leído en materia y discurso tan humilde como este [...], defenderme he con que a lo menos escribiré la verdad y el lenguaje propio que pasa en este infierno o cárcel, donde concurre a él gente de tan extrañas costumbres» [ibid., p. 59, nota 17).

Page 16: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

invocación de una verdad que podría abarcar el c a m p o de la experiencia y «hacer

atriaca» de los pecados y maldades del mundo: «Créeme que te digo verdad y verdades»

(II, p. 1 8 5 ) o, en o tro momento: «[q]ue, c o m o verdaderamente son verdades las que

trato» (II, p. 377).

El estatuto de la verdad es el aspecto más interesante de la formulación por Ginés de

la singularidad de su escrito: se trata de una verdad de palabra y de convicción, amén de

ser una verdad hija de la experiencia. Esto tipo de formulación andaba muy difundido

en la prosa picaresca, c o m o cuando la picara Justina, por ejemplo, afirmaba desde el

principio de su relato, su verdad intrínseca:

Más entended que no pretendo, como otros historiadores, manchar el papel con borrones de mentiras, para, por este camino, cubrir las manchas de mi linaje y persona. Antes, pienso pintarme tal cual soy, que tan bien se vende una pintura fea, si es con arte, como una muy hermosa y bella

C o m o lectores, nos enfrentamos sin duda a toda una serie de juegos sobre verdad y mentira; sin embargo, el problema ya queda formulado y planteado. En este sentido, Ginés —metamorfoseado en Maese P e d r o — , por muy bellaco y p icaro que sea, compar te con don Quijote un gusto pronunciado por cuest ionar la historia y las modalidades de la fábula 5 4 . En este aspecto, se puede ver su profunda integración en el universo cervantino: vector de ideas ajenas a la problemática de la escritura cervantina, Ginés no deja de ser una criatura de su inventor que podrá, desde entonces, ofrecernos algunos episodios ingeniosos y cómicos de su vida de forma biográfica.

Una escritura de la experiencia, la galera c o m o lugar de redacción, los poderes y límites de la seudoautobiografía y, por fin, una nueva inscripción del concepto de verdad: éstos son los principales aspectos que permiten suponer una relación bastante estrecha entre la poética de Ginés y la invención del Guzmán de Alfarache. Presencia profunda de Alemán a pesar del silencio aparente de Cervantes. Así, más allá del aspecto cómico , los distintos elementos que hemos podido reunir nos conducen a afirmar sin reserva la existencia de una lectura cervantina de la Primera parte del Guzmán y, quizá, de la Segunda parte apócrifa, lo que va confirmando la singularidad y novedad de la «poética historia» —reduciéndola a un esquema escueto, «cortando el hilo» de la ata laya 5 5 .

s López de Úbeda, La picara Justina, p. 402 . 5 4 Se podrían multiplicar los ejemplos de dichas intervenciones comunes de don Quijote y Ginés durante el

retablo de la liberación de Melisendra:

—Niño, niño —dijo con alta voz a esta sazón don Quijote—, seguid vuestra historia línea recta y no os metáis en las curvas o transversales, que para sacar una verdad en limpio menester son muchas pruebas y repruebas. También dijo maese Pedro desde dentro: —Muchacho, no te metas en dibujos, sino haz lo que ese señor te manda, que será lo más acertado: sigue tu canto llano y no te metas en contrapuntos, que se suelen quebrar de sotiles (p. 848) . 5 5 Dicha metáfora proviene de la pluma de Alemán (II, p. 22) para calificar la empresa de Mateo Lujan de

Sayavedra.

Page 17: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M A N

Quis iera , a m o d o de conclus ión, e v o c a r dos perspect ivas que me parecen

desprenderse del trabajo puntual y limitado que acabo de presentar.

Ante todo, en esta investigación, como escribiría Alemán, «[n]o es todo de mi aljaba»

(I, p. 1 1 1 ) , sino que procuré sistematizar aportaciones diversas alrededor de la fugaz

elaboración por Cervantes de un escritor-galeote. M e parecía imprescindible revisitar

este episodio para relacionarlo con otros puntos de contac to entre las dos obras. Y

espero que estas páginas sirvan para confirmar la idea de una comprensión —sin duda

parcial y lacunaria— por Cervantes de la poética alemaniana de la Primera parte del

Guztnán. Y a señaló Edmond Cros las dos lecciones que se pueden sacar del episodio de

Ginés para comprender el nacimiento de un nuevo género que él llama «novela»: la

elección de un m a r c o autobiográfico y la búsqueda de una verosimilitud que dé

coherencia a la o b r a 5 6 . De hecho, y a pesar de sus diferencias notables, las dos obras de

Alemán y Cervantes participarían de la misma voluntad de incitarnos a una lectura

reflexiva y distanciada:

Don Quichotte et Guzmán, qui nous disent se contempler eux-mêmes comme nous-mêmes nous les contemplons, sont, à chaque lecture, des lecteurs qui nous accompagnent dans une sorte de présent idéal57.

Este primer punto de contacto entre las dos maneras de «novelar» representado por la discusión de don Quijote con Ginés debería —y es un límite del presente t rabajo— ser completado por un análisis de la interlocución. El episodio cervantino nos ofrece en efecto un diálogo doble y de naturaleza distinta: el intercambio entre don Quijote y Ginés por una parte, y, por otra parte, las interrupciones del comisario y las respuestas de Ginés. Este segundo tipo de intervenciones tiene algo en común con la interlocución del Coloquio de los perros, novela ejemplar basada también en un diálogo —en parte formal— con el texto alemaniano. C o m o ya escribía Monique Joly a propósi to del estudio de Claudio Guillen, el encuentro con Ginés debe ser relacionado con la escritura de ciertas Novelas ejemplares5*. Podríamos entonces estudiar, para completar dicho acercamiento , la es tructura interlocutiva del Coloquio que, con el personaje de Berganza, nos pone en presencia de un «Guzmán de cuatro patas» c o m o lo nombró con mucha agudeza Carlos Blanco Aguinaga 5 9 .

Dicho enfrentamiento entre las dos obras, incluso en una micro-lectura c o m o la que hemos propuesto, nos permite entrever también el modus operandi tan peculiar de

5 6 «Or [la] conversion fait de Guzmán de Alfarache une narration parfaitement close. Il est inutile de souligner ici qu'un récit autobiographique est condamné à rester inachevé ; le protagoniste, toujours disponible, est assuré de pouvoir sans cesse renaître dans d'éventuelles suites, apocryphes ou non, à moins que, puisqu'il ne peut mourir, il ne soit plus égal à lui-même. Le Livre du Gueux, qui résout cette impossibilité en évoquant la mort du vieil homme, peut être considéré comme le type même de l'autobiographie parfaite, c'est-à-dire menée jusqu'à son terme» (Cros, 1967, pp. 424-425) . Sobre la conversión de Guzmán y sus tres niveles, vers el artículo fundamental de Cavillac, 1993.

5 7 Cros, 1967, p. 425 . 5 8 «No deja de tener interés que el trabajo pionero realizado en esta dirección por Claudio Guillen, en el

bien conocido y hoy clásico ensayo que ha dedicado al intercambio de réplicas que sobre la vida supuestamente escrita por Ginés de Pasamonte sostienen éste y don Quijote, no se apoye en el texto de las Novelas» (Joly, 1999, p. 269) .

5 9 Blanco Aguinaga, 1957, p. 333.

Page 18: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

5 4 P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

Cervantes y su clarividencia genérica. ¿Consistiría uno de los logros del Quijote en su

aptitud a mezclar géneros, como piensa Edward Riley? Según el autor de La teoría de la

novela en Cervantes, el Quijote asegura, por vez primera, el encuentro entre formas

idealista (romance) y realista, lo que genera este comentario a propósito del encuentro

entre don Quijote y el ventero: «Fue el encuentro del caballero aspirante con el picaro

jubilado. Gracias a la parodia, podían encararse en este tercer tipo de ficción, tal vez el

único que fuese capaz de contenerlos a los dos» 6 0 . El género picaresco, escritura proteica

y cambiante, conocerá así inscripciones y reapropriaciones múltiples dentro de la prosa

áurea: el episodio de los galeotes nos parece abrir graciosamente el camino de esta

consagración ambigua.

Referencias bibliográficas

A L E M Á N , Mateo, Guzmán de Alfarache, ed. José María Mico, Madrid, Cátedra (Letras Hispánicas, 86 y 87), 1987, 2 vols.

A R I A S , Joan, Guzmán de Alfarache: the Unrepentant Narrator, London, Tamesis Books, 1977. B A T A I L L O N , Marcel, «Relaciones literarias», en Suma cervantina, eds. Juan Bautista Avalle-Arce y

Edward Caverley Riley, London, Tamesis Books, 1973, pp. 215-232. B L A N C O A G U I N A G A , Carlos, «Cervantes y la picaresca. Notas sobre dos tipos de realismo», Nueva

Revista de Filología Hispánica, 1 1 , 1 9 5 7 , pp. 313-342. B L E I B E R G , Germán, El Informe secreto de Mateo Alemán sobre el trabajo forzoso en las minas de

Almadén, London, Tamesis Books, 1984. B R A N C A F O R T E , Benito, Guzmán de Alfarache, ¿conversión o proceso de degradación?, Madison,

Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1980. B R I Z U E L A , Mateo, La vida de la galera, Barcelona, Sebastián de Cornelias, 1603. C A B O A S E G U I N O L A Z A , Fernando, El concepto de género y la literatura picaresca, Santiago de

Compostela, Universidade de Santiago de Compostela, 1992. C A N A V A G G I O , Jean, «Le galérien et son image dans l'Espagne du Siècle d'or: quelques variations

sur un discours d'exclusion», en Les problèmes de l'exclusion en Espagne (XVf-XVlf siècles), ed. Augustin Redondo, Paris, Presses de la Sorbonne Nouvelle, 1983, pp. 257-271.

C A S T R O , Américo, Cervantes y los casticismos españoles y otros estudios cervantinos, Madrid, Trotta, 2002.

C A V I L L A C , Michel, «Les trois conversions de Guzmán de Alfarache (regard sur la critique récente)», Bulletin Hispanique, 95 , 1, 1993, pp. 149-201.

C A Y U E L A , Anne, Le paratexte au Siècle d'or, Genève, Droz, 1996. C E R V A N T E S S A A V E D R A , Miguel de, Don Quijote de la Mancha, ed. Luis Andrés Murillo, Madrid,

Castalia (Clásicos Castalia, 77 y 78), 1987a. , Don Quijote de la Mancha, ed. Vicente Gaos, Madrid, Gredos, 1987b, 3 vols. , Don Quijote de la Mancha, ed. Francisco Rico, Barcelona, Crítica (Biblioteca Clásica, 50) ,

1998, 2 vols. C L O S E , Anthony, Cervantes and the comic mind of bis age, Oxford, Oxford University Press,

2000 . , «Cotejo de dos ventas y dos poéticas: Alemán y Cervantes», Actas del V Congreso de la

Asociación Internacional «Siglo de Oro», Münster (1999), ed. Christoph Strosetzki, Madrid/Frankfurt am Main, Iberoamericana/Vervuert, 2001 , pp. 369-380.

Riley, 1988, p. 2 0 8 .

Page 19: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

C E R V A N T E S Y L A S O M B R A D E G U Z M Á N

C R O S , Edmond, Trotee et le gueux. Recherches sur les origines et la nature du récit picaresque dans «Guzmán de Alfarache», Paris, Didier, 1967.

EISENBERG, Daniel, «La biblioteca de Miguel de Cervantes», Studia in honorem Martín de Riquer, Barcelone, Quaderns Crema, 1987, vol. II, pp. 271-328.

FRAGO GARCÍA, Juan Antonio, El Quijote apócrifo y Pasamonte, Madrid, Gredos (Biblioteca Románica Hispánica), 2005.

G U I L L E N , Claudio, «Luis Sánchez, Ginés de Pasamonte y el descubrimiento del género picaresco», en ID., El primer siglo de oro, Barcelona, Crítica (Filología, 18), 1988, pp. 197-211.

J O L Y , Monique, La bourle et son interprétation, Lille/Toulouse, ANRT/France-Ibérie Recherche, 1986.

, «Cervantes y la picaresca de Mateo Alemán: hacia una revisión del problema», en La invención de la novela, ed. Jean Canavaggio, Madrid, Casa de Velázquez (Collection de la Casa de Velázquez, 60) , 1999, pp. 269-276.

JOHNSON, Caroli B., Inside «Guzmán de Alfarache», London/Los Angeles/Berkeley, University of California Press, 1978.

L Ó P E Z DE UBEDA, Francisco, La Pícara Justina, en La novela picaresca española, ed. Florencio Sevilla Arroyo, Madrid, Castalia, 2001 , pp. 393-561.

MÁRQUEZ VILLANUEVA, Francisco, «Sobre el lanzamiento y recepción del Guzmán de Alfarache», Bulletin Hispanique, 92, 1 (Hommage à Maxime Chevalier), 1990, pp. 549-577.

, «La interacción Alemán-Cervantes», en ID., Trabajos y días cervantinos, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos (Biblioteca de Estudios Cervantinos, 2 ) , 1995, pp. 241-297.

M A R T Í N E Z J I M É N E Z , Alfonso, El «Quijote» de Cervantes y el «Quijote» de Pasamonte, una imitación recíproca : la «Vida» de Pasamonte y «Avellaneda», Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos (Biblioteca de Estudios Cervantinos, 8), 2001 .

M I C O , José María, «Prosas y prisas en 1604: El Quijote, el Guzmán y la Pícara Justina», en Hommage à Robert Jammes, Toulouse, PUM, 1994, vol. III, pp. 827-848.

O U D I N , César, Tesoro de las dos lenguas española y francesa, Paris, Ediciones Hispano­americanas, 1968.

POZUELO YVANCOS, José María, De la autobiografía. Teoría y estilos, Barcelona, Crítica (Letras de Humanidad), 2006 .

Quevedo y Villegas, Francisco de, El Buscón, ed. Domingo Ynduráin, Madrid, Cátedra (Letras Hispánicas, 124), 1995.

R E D O N D O , Augustin, «De Ginés de Pasamonte a Maese Pedro», en ID., Otra manera de leer el Quijote, Madrid, Castalia (Nueva Biblioteca de Erudición y Crítica, 13), 1998, pp. 251-263.

R E Q U E J O CARRIÓ , Marie-Blanche, «Un legado de los Novellieri: la burla y los caminos del ingenio en Rinconete y Cortadillo», en Cervantes en Italia, Actas del X Coloquio Internacional de la Asociación de Cervantistas, ed. Alicia Villar Lecumberri, Palma de Mallorca, Asociación de Cervantistas, 2001 , pp. 337-347.

, «Burla de caballeros y burla de picaros en La ilustre fregona de Cervantes», en Por discreto y por amigo: Mélanges offerts à Jean Canavaggio, eds. Christophe Couderc y Benoît Pellistrandi, Madrid, Casa de Velázquez (Collection de la Casa de Velázquez, 88) , 2 0 0 5 , pp. 145-158.

R I L E Y , Edward C , «Género y contragénero novelescos», en Literatura en la epoca del Emperador, Academia literaria renacentista V, Salamanca, Ediciones de la Universidad de Salamanca, 1988, pp. 197-208.

, «¿Cómo era Pasamonte?», en Actas del III Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas, ed. Antonio Bernât Vistarini, Palma de Mallorca, Universität de les Ules Balears, 1998, pp. 85-96.

Page 20: Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones …...CERVANTES Y LA SOMBRA DE GUZMÁN no escribió jamás una novela picaresca —y que sus "picaros", por lo tanto, son muy distintos

P H I L I P P E R A B A T É Criticón, 101, 2007

, La rara invención. Estudios sobre Cervantes y su posterioridad literaria, Barcelona, Crítica

(Letras de Humanidad), 2001 .

R I Q U E R , Martín de, Para leer a Cervantes, Barcelona, El Alcantilado, 2003.

Segunda parte de la vida del picaro Guzmán de Alfarache, ed. David Mañero Lozano, Madrid,

Cátedra (Letras Hispánicas, 609) , 2007.

T E S T A , Daniel P., «El Guzmán de Alfarache como modelo y anti-modelo del Quijote», en Américo

Castro: The Impact of his Thought. Essays to Mark the Centenary of His Birth, eds. Ronald E.

Surtz, Jaime Ferrán y Daniel P. Testa, Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1988,

pp. 231-238.

Vida y travajos de Gerónimo de Passamonte, ed. Raymond Foulché-Delbosc, Revue Hispanique,

55, 1922, pp. 311-446.

V I L A R , Jean, «Discours pragmatique, discours picaresque», en Picaresque espagnole, Montpellier,

CERS, 1978, pp. 37-55.

RABATÉ, Philippe. «Cervantes y la sombra de Guzmán: reflexiones sobre la poética de Ginés de

Pasamonte (Quijote, I, 22)». En Criticón (Toulouse), 101, 2007, pp. 37-56.

Resumen. Este trabajo pretende reanudar con una tradición crítica que procura identificar en el discurso de Ginés de Pasamonte (Quijote, I, 22) la presencia del Guzmán de Alfarache. Muy lejos de resignarnos a la idea de una incompatibilidad esencial entre las dos escrituras, intentamos estudiar en primer lugar el parecido en la construcción de los dos personajes antes de centrarnos más precisamente en un análisis detallado de la poética enunciada por Ginés a través de cuatro rasgos esenciales: una conexión directa entre la experiencia vital y el cuento, la galera como lugar de escritura, el acabamiento de la autobiografía del galeote cervantino y el delicado estatuto de la verdad. Así, al leer estas páginas del Quijote, más allá de una mera oposición entre las dos obras y las dos concepciones del cuento, descubrimos una integración muy sutil y personal del género picaresco y, más peculiarmente, del Guzmán en el universo cervantino.

Résumé. Le présent travail prétend renouer avec une tradition critique qui s'efforce d'identifier dans le discours de Ginés de Pasamonte (Quijote, I, 22) la présence du Guzmán de Alfarache. Loin de nous résigner à l'idée d'une incompatibilité essentielle entre les deux écritures, nous tentons d'étudier tout d'abord les similitudes dans la genèse des deux personnages avant de nous concentrer plus précisément sur la poétique énoncée par Ginés à travers quatre traits essentiels: une connexion directe entre l'expérience vitale et le conte, la galère comme lieu d'écriture, l'achèvement de l'autobiographie du galérien cervantin et le délicat statut de la vérité. Ainsi, en lisant ces pages du Quichotte, par delà la simple opposition entre les deux œuvres et les deux conceptions du conte, nous découvrons une intégration fort subtile et personnelle du genre picaresque et, plus particulièrement, du Guzmán dans l'univers cervantin.

Summary. This work intends to reestablish links with a critical tradition which tries to identify in Ginés de Pasamonte's discourse (Quijote, I, 22) the presence of the Guzmán de Alfarache. Far from resigning ourselves to the idea of an incompatibility between these two types of writing, we will study first the similarity that links the two characters' construction, and then focus more precisely on an analysis of the poetics that Ginés enunciates through four fundamental features: a direct connexion between life experience and narration, the galley as a place of writing, the winding up of the galley slave's autobiography invented by Cervantes and the complex status of truth. Thus, while reading these pages of the Quijote, beyond the simple opposition between the two masterpieces and their own conceptions of narration, we find out that the picaresque world, and more precisely, the world of the Guzmán, takes part in Cervantes' universe in a subtle and personal way.

Palabras clave. ALEMÁN, Mateo. Autobiografía. CERVANTES, Miguel de. Novela picaresca. PASAMONTE, Ginés de. Personaje. Poética.