SALUD. Cuando el Chagas es congénito PÁG. 18CINE. Allen se apodera de Barcelona PÁG. 16

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CCHHAAPPAARREEVViioolleenncciiaa iimmppuunnee

INFORME ESPECIALIINFORME ESPECIAL

Parece que viven sin fantas-mas, como si nunca hubie-ran escuchado, en el caso delos campesinos, el ta-ta-ta-tade las metralleta con las que

algún soldado enviado para erradi-car la hoja de coca les traspasó lapierna, la mandíbula o el alma; en elcaso de los militares y policías, el¡boom! de las bombas artesanalescon las que algún cocalero preten-día impedir que eliminen los coca-les excedentarios.

En el Chapare actual, la violenciaya no está de moda y quien no estu-vo entre 1988 y 2003, le costaríacreer que los militares y campesinosalguna vez se odiaron y que esemonte caliente y sudoroso fue unafábrica de mutilados, de viudas y dehuérfanos, según testimonios de losDerechos Humanos, de la Defenso-ría del Pueblo y de los damnificados,tanto del lado de los cocaleros comode los militares y policías.

En los últimos 20 años, en Chapa-re se registraron enfrentamientossangrientos. La Fuerza de TareaConjunta del Gobierno intentabaerradicar la coca excedentaria y loscampesinos de impedir ese trabajo.Fruto de esa violencia, solamenteentre 1997 y el 2003 (no hay datosde años anteriores), 35 cocalerosmurieron, 587 fueron heridos grave-mente y 700 encarcelados, afirmaKathryn Ledebur, directora de laRed Andina de Información, y coin-ciden con ella los archivos de la De-fensoría del Pueblo de Villa Tunari.Pero del lado de los militares tam-bién hubo víctimas. En ese mismoperiodo, el cuerpo de uniformadossufrió 27 muertes y 135 heridos,aproximadamente.

Ahora la paz ha llegado, dice uncoro de hombres del Gobierno y losdueños de hoteles de Chapareasienten con la cabeza, como tam-bién lo hacen los plantadores de co-ca y los uniformados de la Fuerza deTarea Conjunta, que han hecho unpacto de caballeros para erradicar lahoja de coca sin utilizar armas.

Sin embargo, hay muchas heridasque todavía sangran, que duelen,pero no se las ve porque no gritan.Existe 'un regimiento' de adultos yde niños que vive como puede, conel fantasma a cuestas, esperandoque alguien se acuerde de ellos, quealguien les toque la puerta para de-cirles que después de haber puestoel pecho, o la pierna, o la espalda, ola mandíbula o el alma a la bala se-rán recompensados y dejarán de vi-vir como mendigos, o como viudassin presente o huérfanos sin futuro.La respuesta incluso se hace esperaren tiempos de Evo Morales.

Fructuoso Herbas es uno de loscampesinos mutilados que, a pesarde que ya van seis años de que le‘volaron’ la pierna derecha, no haaprendido a existir sin ella.

"El 6 de diciembre del 2001 fui he-rido en Chimoré", recuerda como sihubiera sido ayer. Dice que ese díavarios campesinos sacaron a la ca-rretera sus productos agrícolas para

demostrar a la prensa y al puebloque las frutas no tenían mercado."La Policía nos replegó a nuestra se-de. Del gas lacrimógeno me estuveescapando por la puerta trasera yfuera me había estado esperando unsoldado bien posicionado con unarma de fuego. Recibí una bala en mipierna. Detrás mío salió CasimiroHuanca, que era el dirigente de la fe-deración de Chimoré; a él le dierondos balazos y murió en ese instante.Gracias a Dios que estoy vivo".

Lamenta que le han echado al ol-vidado y cree que el presidente Evo,el patricio, el hijo predilecto, el niñobonito de Chapare, no está enteradode su desgracia. Dice que cuandoquiere acercarse a él, en sus tantasvisitas a Chimoré, la guardia presi-dencial no le da espacio. Como nopuede trabajar en el campo, ha cam-biado de rubro de una manera radi-cal. Ahora es taxista, a pesar de ha-ber perdido una pierna. Pero afirmaque el dinero no le alcanza. Por esopide a las autoridades que se acuer-

den de las víctimas, dándoles unapensión vitalicia. Lamenta que susindicato de cocaleros se olvidó deél y de tantos otros.

Hilaria Pérez (42) también sequeja de que después de haberformado parte de la 'guerra' por lacoca y haber puesto en peligro suvida, una tarde de 2002, ahora nocuenta para nadie. Asegura que ledispararon cuando hacía pasear asus cuatro vaquitas lecheras. Ellalogró sobrevivir, pero dice que elpulmón derecho le martiriza porlas noches de intenso calor y defríos insoportables, ese órgano delcuerpo le duele como si alguien lepunzara con una estaca.

"Lamento que el Evo no nos ayu-de, mucho más sabiendo que paralos anteriores gobiernos nunca tuvi-mos valor". Pérez vive con su esposo,Rosendo Heredia, y con sus siete hi-jos en una casucha de madera que esprotegida por dos perros escuálidosy soñolientos que juegan con mediadocena de gallinas mansas.

El ex Defensor del Pueblo de Cha-pare Godofredo Reinicke da una tris-te noticia: nadie ha pagado por lasmuertes de Chapare. El ex directorde Derechos Humanos y actual De-fensor del Pueblo de Bolivia, WaldoAlbarracín, cree que no se consiguióenjuiciar a nadie debido a que esmuy difícil dar con los autores, tantodel bando de los campesinos comode los militares, porque las autorida-des no mostraron voluntad. "Los he-chos quedaron en la impunidad. Elesclarecimiento de estos delitos esun caso pendiente de la democra-cia", señala Albarracín.

Felipa Mamani (53) es otra muti-lada que espera resarcimiento eco-nómico y un castigo a los culpablesque le causaron la pérdida de supierna derecha, en 1995. De todaslas víctimas, quizá sea la que ha te-nido más suerte. Consiguió que elGobierno de Gonzalo Sánchez deLozada (MNR) le compre una pier-na ortopédica y cuando ésta fue in-servible (porque dice que era de un

8|EXTRA, 5 DE AGOSTO DE 2007

CHAPAREMutilados y olvidados de

Texto:Roberto

NaviaGabrie yDarwin

PintoCascán Fotos:

Archivo

La paz llegó a Chapare, pero la justicia se hace esperar.HAY CIENTOSDE VÍCTIMAS, ENTRE CAMPESINOS Y UNIFORMADOS. Se que-jan de un abandono eterno, incluso en tiempos de Evo Morales.

INFORME ESPECIAL

material ordinario), hizo que unaorganización internacional le rega-le una mejor. Como es dirigente dela Federación de Cocaleros de Shi-nahota, su caso fue conocido porDelfín Olivera, el actual director dela Unidad de Desarrollo Económi-co Social de Chapare, que le dijoque, por orden de Evo Morales, sela contratará para que pele papas yotros alimentos para el almuerzode los policías y militares encarga-dos de erradicar la coca. Por esetrabajo le pagan Bs 750.

Godofredo Reinicke manifiestaque los discapacitados postconflic-tos sobrellevan una vida muchomás dura de la que tenían antes decaer en desgracia. "Hay un cente-nar de personas, si no es más, quequedaron discapacitadas. Este go-bierno debe darles una asistenciamédica permanente, un salario vi-talicio que les pueda permitir sos-tener a sus familias", propone.

Waldo Albarracín recordó que losgobiernos anteriores intentaronpaliar en algo a las familias de lasvíctimas, dándoles un promedio

de Bs 50.000, pero cree que esaayuda no llegó a todos.

Pero también los cocaleros regis-traron hostigamientos diurnos ynocturnos a cuarteles militares, ma-tando e hiriendo a soldados, comoes el caso de Félix Choque. Estecampesino paceño quería ser profe-sor, pero en la Normal le exigieron lalibreta de servicio militar. Entró alcuartel, lo mandaron a desbloquearla carretera y un cazabobos le volólos dos brazos y los ojos. Por la fuer-za de la explosión y la letalidad delos fragmentos metálicos con losque se arman esas minas caseras, elmuchacho, de 18 años, acabó siendouno más de los mutilados que llega-ba de Chapare hasta la clínica SantaMaría. Pero Choque aprendió a in-geniárselas, y dos años más tarde es-taba haciendo noticia, esta vez comochef profesional, que acababa degraduarse gracias a una entidad queayuda a gente con discapacidad.

En enero de 2003, como resulta-do de la balacera producida porfrancotiradores campesinos, per-dió la vida el conscripto Marín Co-

pa Caracova, de 18 años, luego quele impactara uno de los cinco bala-zos disparados desde atrás de uncerro, mientras procedían a des-bloquear la ruta a 18 kilómetros deVilla Tunari. En el incidente ocurri-do en la zona de Siete Curvas, ca-yeron heridos el suboficial RonaldAbraham Rojas, y los policías Her-báceo Machaca y Andrés Quirañia.

Muchos sobrevivientes de loscuarteles siguieron sus propios ca-minos después de licenciarse y, a di-ferencia de los cocaleros, que siguenen Chapare, dar con ellos es comobuscar una aguja en un pajar.

Por su parte, las víctimas cocalerastrataron de organizarse para unirfuerzas, pero la necesidad por con-seguir el pan de cada día les ha qui-tado fuerzas. "Sólo sabemos que so-mos más de cien, porque en algunasenda de Chapare siempre se puedever a alguna persona que caminacon muletas o con una pierna de pa-lo, o a una viuda que sigue llorando,o a un huérfano con hambre", diceFructuoso Herbas antes de subirse altaxi que maneja con una sola pierna.

Este gobier-no debe darles unaasistenciamédica per-manente”(Godofredo Reinique)

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Un fotógrafo inmortalizó una escena de violenciaEl fotógrafo David Sa-piencia escuchó lostiros como si le hu-bieran vaciado sobrela cabeza un cubo deplomo ardiente yechó a correr hacia ellugar donde acababade salir huyendo unabandada de pájaros.Cuando llegó, empa-pado en sudor, cáma-ra en mano, se topócon cinco cocalerosheridos de bala, conla mirada perdida,con las manos tapan-do el hueco por don-de se les había entra-do el fuego, mientraslos auxiliaban amigosy familiares dandogritos de: ‘No te mue-ras’, ‘Mirame a la ca-ra’, ‘No, no te duer-mas carajo’, ‘Agarratede mí, para que no tevayas’. Más allá, en ese ám-bito verde-virgen ma-tizado por el rojoabundante de la san-gre entre el pasto, vio

a otros cuatro cocale-ros que ya estabanmuertos, desbarata-dos como un castillode naipes, boca arri-ba, de cara al sol, unode ellos con los intes-tinos en las manos,como si los ofrecierade regalo, como si lesdiera un abrazo deamor, dobladito co-mo un feto, mientraslos familiares de loscaídos, llorando, enun castellano difícil lecontaban que los ha-bían agarrado a bala-zos, que ellos estabandesarmados, que sa-cara fotos. Los militares apare-cían de la nada, ros-tros pintados, arma-dos para la guerra ycon aires de cazado-res se acercaban adecirle que pararade tomar fotos y quese mandara a mudarde ese sitio en el queél (el fotógrafo) esta-ba sobrando.

El lugar era la SendaSeis, en pleno Cha-pare, y él, aturdidopor las imágenes quepasaban por su men-te, como si fuera unalluvia de meteoros,sin entender las pa-labras que le llovíanen los oídos, despuésno daría crédito a loque había captado sulente. Sapiencia yatiene las fotos y optapor una retirada si-gilosa. Los soldadosno le han quitado lacámara que ha atra-pado toda la escena.Después sabrá quehaberse metido conuna cámara en unlugar compromete-dor, terminaría re-gistrando un mate-rial para la historia.Pero no se arrepien-te, aunque después,rendido ante la de-sesperación, se ani-me a llamar llorandoa su mujer, deseandono haber estado ahí.

! GOLPEADA POR EL RECUERDO:

Felipa Mamani camina con unapierna ortopédica desde 1995."Me estaban llevando en ambu-lancia y de pronto los policíashicieron parar el vehículo y meamenazaron con botarme alagua. Era una forma de ame-drentarme", dice.

! UN DELICADO PULMÓN:

Dijo que en mayo de 2002, los deUmopar le dispararon por la espal-da. Se queja de que su vida ya noes la misma, porque ya no puedededicarse a las actividades delcampo. Tiene cuatro vaquitas. Selas ingenia para dar de comer asus siete hijos.

! TAXISTA POR NECESIDAD:Fructuoso Herbas dijo que el 6 dediciembre de 2001, la Fuerza deTarea Conjunta le disparó a que-marropa. A consecuencia de esedisparo, le amputaron la piernapor debajo de la rodilla. Hoy tra-baja de taxista.

ALGUNOS DAMNIFICADOS

EXTRA, 5 DE AGOSTO DE 2007|9

- Campesinos. Los añosmás difíciles para los pro-ductores de coca fueron1998 y 2002. En el prime-ro, murieron nueve campe-sinos y 62 quedaron heri-dos. El siguiente cayeronsin vida cinco y 145 cocale-ros soportaron los doloresde heridas.

- Uniformados. Para lossoldados, policías y milita-res que llegaron a Chaparepara erradicar la coca exce-dentaria, el año más trágicofue el 2000, cuando diezuniformados perdieron la vi-da y un similar número lo-gró salvarla después de lu-char contra la muerte al ha-berles impactado en sucuerpo un proyectil.

- Detenidos. En el 2002, enel gobierno de Jorge Quiro-ga (2002), la Policía detuvoa 22 dirigentes sindicales,entre ellos a Delfín Olivera,

Feliciano Mamani, Silvia La-zarte y Leonilda Zurita, to-dos considerados parte delentorno del entonces dipu-tado Evo Morales. La Fisca-lía de Cochabamba emitiómandamientos de aprehen-sión contra quienes supues-tamente fueron los autoresintelectuales de los críme-nes de uniformados.

- Legalidad. Evo se enfren-tó a los gobiernos de HugoBanzer Suárez (1998-2001),Jorge ‘Tuto’ Quiroga (2001-2002) y Gonzalo Sánchez deLozada (2002-2003) deman-dando que se legalice el cul-tivo de un ‘cato’ de coca(1.600m2) por familia en lasseis federaciones cocalerasbajo su mando. El 2004,Evo Morales consiguió queel gobierno de Carlos Mesaapruebe un ‘cato’ de cocapor afiliado.

H E C H O S S O B R E S A L I E N T E S

E l viceministro de Coordina-ción con los Movimientos So-ciales, Sacha Llorenti, el mis-mo que cuando los cocaleros

y los policías y militares se enfren-taban en Chapare era el máximo re-presentante de la Dirección Perma-nente de los Derechos Humanos deBolivia, no pudo dar unos minutosde su tiempo para hablar de losmutilados, viudas y huérfanos de la'guerra por la coca'.

EL DEBER habló con la genteque le maneja su agenda y ésta lehizo llegar el pedido de la entrevis-ta. Como respuesta, Llorenti hizosaber que el tema le interesabamucho, pero que concedería en-trevistas de acuerdo con la priori-dad de los temas...

Hace tres semanas también seintentó conseguir una declara-ción del ministro de Gobierno,Alfredo Rada, pero el personalque le maneja sus relaciones pú-blicas se comprometió a dar unarespuesta que no llegó hasta elcierre de esta edición.

Tampoco se pudo tener una en-trevista con Felipe Cáceres, el vi-

TENSIÓN. Escenas de los enfrentamientos que se dieron en los territorios sembrados de coca. Para el país, los detalles de esa violencia pasaron casi desapercibidos

ceministro de Defensa Social,más conocido como el 'zar anti-drogas'. Cáceres, que fue alcaldede Villa Tunari en la región deChapare, y uno de los fundadoresdel Movimiento al Socialismo(MAS), no pudo se contactado. Sugabinete de comunicación lo ex-cusó diciendo que el hombre estáde viaje.

A pesar de que estas autorida-des no se dieron un tiempo parahablar del futuro que tendrán loshuérfanos y mutilados de la 'gue-rra por la coca', y también las víc-timas militares, lo que se queríahablar con ellos era sobre la posi-bilidad de una solución definitivaa los efectos de la violencia que sedio en ambos bandos.

El 9 de noviembre de 2003, los

militares quemaron 23 viviendasde los sindicatos cocaleros Pri-mavera y Ayopaya como reacciónpor la muerte con cazabobo delpolicía Mario Mollo Chino, ocu-rrida el 13 de septiembre de esemismo año.

El 10 de diciembre, el Gobiernode entonces desató una 'caceríade brujas' contra los dirigentescampesinos, mediante la cual 15fiscales llegaron a Chapare paradetener a Pedro Calderón, secreta-rio ejecutivo de la Federación deCocaleros de Chimoré; OswaldoToco, ejecutivo de la Federaciónde Centrales Unidas; y Marta Gon-záles, ejecutiva de la FederaciónCarrasco Tropical, además deotros 27 dirigentes cocaleros acu-sados de alzamiento armado y te-

Las víctimas aún no dejan deser sólo números estadísticos

En el cam-pamento

Puerto Zu-dáñez, losmilitares

fueronhostigadoscon balas y

dinamita

‘‘

Los damnificados piden una asistencia y el Gobiernoguarda silencio. UN ANALISTA ACONSEJA QUENO ESPEREN NADA PORQUE EL ESTADO ESINEFICIENTE. Pero la esperanza no muere.

COCALEROS MUERTOS EN 1997Albertina García de Guzmán (45)Freddy Rojas Coaji (2)Félix Landívar Marcos Herbas (16)Ernesti Quispe Villa (16)

En 1998Francisco Mirana (50)Bernardino Huaranca Colque (32)Agapito Checa HuaytaRaúl Díaz CamachoAgustín Rodríguez Coca (32)Alberto Coca Coyo (25)Benedicto Martínez Molle (35)Damasiano Parra Murguía (58)Maximiliano Céspedes Iriarte

2000René Condori Colque (17)Benigno Siles (52)

2001Ramón Pérez Cruz (38)Nilda Escobar Aguilar (38)Alberto Orozco Torrico (48)Máximo Rojas Siles (22)Claudio Quiroga Herrera (26)Andrés Condori Aguilar (35)Casimiro Huanca Choque (55)

2002Fidel Montaño (32)Fortunato Marcan (25)Marcos Ortiz Llanos (34)Roberto Vargas Villarroel (50)Sabino Toledo (42)

2003Félix Colque (47)Rómulo Gonzáles Terán (21)Willy Hinojosa Muriel (22)Víctor Hinojosa (35)Félix Ibarra (45)Exaltación Orellana Rivera (26)

2004Juan Choque (38)

POLICÍAS Y MILITARES FALLECI-DOS EN EL AÑO 2000

Saúl Almendra Andia Gabriel Chambi Jerés (39)Davis Andrade López (27)Graciela Alfaro Rada (19)Julio Alberto Veramendi Torrico Juán Clemente Lazarte (49)Silvano Arroyo CoriaMario Mercado OchoaJustino Atacahua GutiérrezAbad Espinoza Quinteros

2002Manuel Veramendi (25)Mario Quispe Morales (25)Walter Quisberth Condori Adrián Achá AyzacallePedro Domingo Torres CastroJuan Vidal CórdobaWilson Cartagena Quispe (18)Humberto Paniagua C. (9)Antonio Gutiérrez P. (26)Marcelo Trujillo

2003Mario Copa Cora (18)

L A L I S T A T R I S T E

INFORME ESPECIALIINFORME ESPECIAL

10|EXTRA, 5 DE AGOSTO DE 2007

rrorismo, luego de que las autode-fensas cocaleras se habían activa-do con mayor fuerza en 2001. Eseaño se habían producido variosatentados nocturnos contra loscuarteles de la Fuerza de TareaConjunta (FTC).

Sólo por citar algunos: el cam-pamento Ismael Montes de laFTC recibió diez disparos en ma-yo de 2001 y los hostigamientosnocturnos continuaron durantetodo ese mes.

En el campamento Puerto Zu-dáñez, los militares fueron asedia-dos con balas y dinamitas, ademásde cazabobos sembrados en lasinmediaciones del cuartel, que hi-rieron a dos policías.

Los ataques cocaleros contralos campamentos militares semantuvieron en los sectores delcuartel Santa Isabel, donde ade-

más de disparos desde la malezasobre la infraestructura militar,un helicóptero recibió fuego des-de tierra. En el Sindicato Chipiririlos campesinos recibían a losuniformados erradicadores conbalas y dinamitazos.

Toda esta información se reco-ge en el informe enviado por elcomandante de la Fuerza de Ta-rea Conjunta en Chapare, Ger-mán Capirolo, a la representa-ción del Defensor del Pueblo enVilla Tunari.

Más allá de los hostigamientos,las cifras de heridos y muertos enambos bandos son contundentes(ver infografía con lugares y cifrasde muertos, heridos y mutilados).

Para el analista político CarlosCordero, es explicable la demoraen la ayuda a las víctimas por par-te del Gobierno, debido a la inefi-

ciencia y a la insensibilidad delEstado boliviano.

"Yo les diría a las víctimas queno esperen nada del Estado, por-que éste no los va reconocer pormás que Evo haya salido de Cha-pare. Además, la gente que estámutilada tiene el estigma de haberestado metida en una actividad ilí-cita. Tampoco harán algo por losdamnificados de la Policía, porqueno nos olvidemos que apenas seestá pagando el sueldo de los uni-formados que están en servicioactivo", lamentó Cordero.

Incluso ahora que ha llegado lapaz a Chapare se puede ver a gen-te impedida tratando de sobrevivirhaciendo trabajos esporádicos,pero sin ninguna respuesta real,pese a que el Gobierno nació delas carreteras y los sembradíosdonde las víctimas fueron heridas.

INFORME ESPECIAL

! Entre 2001 y 2004los hostigamientos acampamentos milita-res fueron frecuentesy las emboscadas alas patrullas militarestambién.! En ese mismo perio-do, la violencia con laque los efectivos mili-tares enfrentaron alos campesinos se in-crementó. Se quema-ron viviendas, se asal-taron poblados y setomaron postas sani-tarias y escuelas parahacer de ellas improvi-sados cuar teles.

! Durante el periodode mayor violencia, laDefensoría del Puebloen Villa Tunari, a car-go entonces de Godo-fredo Reinicke, aten-dió denuncias de cam-pesinos sobre la viola-ción de sus derechoshumanos. También re-cibió informes de mili-tares que habían sidoatacados con armasde fuego. Investigóhasta donde pudo, ytras su cambio, la ma-yoría de esas denun-cias fueron investiga-das, sin resultados.

ALGUNOS DATOS

EXTRA, 5 DE AGOSTO DE 2007|11

V ieron a militares allanando aculatazos sus casas a la mitadde la noche, vieron a los 'leo-pardos' de Umopar disparan-

do contra sus familias en los blo-queos de caminos cocaleros y tam-bién vieron a sus parientes colocar‘cazabobos’ contra las fuerzas erra-dicadoras entre los cocales y la ca-rretera estratégica que une a SantaCruz con Cochabamba.

Los niños de las décadas de losaños 80 y 90 del siglo pasado, hijosde cocaleros, vieron a los unifor-mados tomar por asalto sus esca-sas escuelas en el trópico cocha-bambino y convertirlas en basesde operaciones de erradicación.Pero después, cuando dejaron deser chicos que jugaban a la guerracon armas de palo y se convirtie-ron en hombres, hijos de campesi-nos y de la violencia desatada enlos 20 años de enfrentamiento porla coca, entraron en los cuartelesmilitares y aprendieron a usar lasarmas con las que los habían inti-midado desde hacía años, cuandoen 1985 la ley 1008 le declaró laguerra a la coca y militarizó el tró-pico de Cochabamba.

Estos hijos de cocaleros, de lageneración que creció después de1985, ahora son hombres y algu-nos de ellos han sido los que,mientras duró el conflicto en Cha-pare hasta 2005, 'equilibraron' labalanza de los heridos y muertosentre los campesinos y los milita-res, porque, como dijo Evo Mora-les, antes los lesionados en el con-flicto eran sólo cocaleros.

Durante el periodo 'caliente', dela confrontación (especialmenteen 2001), hubo denuncias de quelas armas de los cuarteles se per-dían y de que había deserciones desoldados que eran propios de Cha-pare, por lo que se llegó a temerque estos campesinos, con ins-trucción militar, podían ser un pe-ligro para las fuerzas erradicadorasde la hoja de coca.

"Yo, de chico, le tenía una mez-cla de miedo y respeto a los milita-res. Los veía grandes, verdes y ar-mados, mientras que los compa-ñeros apenas usábamos machetespara abrir sendas. Después, entréal cuartel sólo para aprender a de-fenderme, a usar un arma", diceHerminio (pide que no se coloquesu apellido), que en primera ins-tancia fue reprimido por los solda-dos, pero cuando entró al cuartel,le tocó reprimir a campesinos,aunque 'suavecito', porque algu-nos eran sus amigos y parientes,morenitos, igual que él.

Para tratar de entender un poco laescalada de violencia que se vivióen Chapare, el sociólogo Martín Es-calona señala que el estado de agre-sión que sentían los campesinos enel proceso de la erradicación de co-cales obligó a que éstos busquen laforma de defenderse, adoptando in-cluso las técnicas que usaban losuniformados y que los campesinosaprendieron en el cuartel.

TREGUA. Un soldado erradicador se acerca a un niño, hijo de cocalero. Esa imagen no fue muy frecuente en los años que duró el conflicto por el cultivo de la hoja

INFORMEIINFORME ESPECIAL

La psicóloga Cristina Salasafirma que la violencia que sopor-tó la generación que creció enmedio de la lucha de la erradica-ción ha asimilado la agresión y elmiedo como una forma de vida,por lo que el movimiento campe-sino del último tiempo en Chapa-re (el que acompañó a Evo hastaganar las elecciones), fue mucho

más violento y resistente que eldel pasado.

Sin embargo, desde la ascen-sión de Morales al Gobierno y laconsiguiente pacificación deChapare, esta generación se hasentido algo desorbitada, debidoa que ellos habían crecido viendola confrontación.

"A veces siento mucho silencio.

Ya no hay miedo cuando se ve a losmilitares. No es que extrañe los en-frentamientos, pero ya sabe, estono era así", afirma VespacianoQuispe, de 24 años, cocalero y pa-dre de familia que en la calma queahora se vive en su natal Chapare,se siente un extraño.

Pero en el cuartel de Chimorétambién ha cambiado todo. Hastaantes de enero de 2006, si algúncocalero ingresaba era en calidadde detenido. Con el triunfo deEvo Morales en las elecciones de2005, los uniformados empeza-ron a cuadrarse al hombre queimpedía la erradicación de la hojade coca.

Sobre lo ocurrido en años ante-riores, las Fuerzas Armadas diránque nunca hubo odio hacia loscocaleros y que sólo actuaronacatando órdenes superiores, cu-yo objetivo era terminar con lasplantaciones ilegales de la coca.Por su parte, los campesinos sedefenderán diciendo que lucha-ban para proteger sus vidas y lahoja sagrada.

Con esas excusas por delante, loscampesinos y los uniformadosahora trabajan de forma conjuntaen un plan que se llama erradica-ción coordinada.

VÍCTIMAS. Apartir de 2000, larespuesta armadacampesina fuemás fuerte y causóbastantes bajasentre los soldados

GUERRA Y PAZde la ‘generación 1008’

12|EXTRA, 5 DE AGOSTO DE 2007

INFORME ESPECIAL

- ¿Cuál es la realidad de lasvíctimas?, puesto que mu-chas se quejan de que estánabandonadas, ¿por qué elGobierno no hace algo porellas?

- Calmó la lucha pero que-daron los heridos, los inváli-dos, eso es lamentable. Haymuchos sin pies, otros sinmanos. Ellos están racla-mando al Gobierno para quesaque una ley que les dé be-neficios. Tampoco de la no-che a la mañana puede salireso. Como yo estoy de alcal-de en Villa Tunari (Chapare),hasta acá llegan a pedirmeque el Gobierno apruebe esaley y que les dé trabajo, peroa un inválido no se le puededar trabajo, aunque sí se lopuede satisfacer con una ley.

- ¿En qué les beneficiaráesa ley? ¿Les dará una elGobierno renta vitalicia?

- Las víctimas estuvieronen la lucha por la coca y esverdad que falta ayuda. Lasviudas piden que sus hijossean apoyados. Estamospensando que esto benefi-cie también a otras víctimasque cayeron en otras cir-cunstancias, no sólo enChapare.

- ¿Por qué no se ha escu-chado hasta ahora a lasvíctimas?

- Yo les he pasado el pedi-do a los diputados para quetrabajen en una ley, perohasta hoy no se ha dado na-da. Yo, personalmente, leshe pedido que lo hagan.

- ¿De qué depende paraque se haga viable?

- Depende del Congreso.Los diputados del Movi-miento Al Socialismo(MAS), que es el partido deGobierno, lo están viendo.También de esto ya sabe elMinisterio de Justicia. Espe-ro que aprueben esa ley.

- Lo cierto es que no hahabido una asistencia eco-nómica, pero tampoco lajusticia sancionó a los quemataron e hirieron, tantodel lado de los cocaleros co-

mo de los policías y milita-res...

- No se sabe nada sobre eltema judicial. No hay nadieen la cárcel. Tampoco sepuede extraditar a Sánchezde Lozada ni enjuiciar aotros ex presidentes, comoTuto Quiroga, gobiernos enlos que hubo muertos y heri-dos. Tenemos nuevas autori-dades en la Corte Supremade Justicia, de ellos depen-derá que se haga justicia.

- ¿Qué dice el Presidente,Evo Morales, de las vícti-mas?

- Hasta el momento él

también está preocupado,pero eso no depende delPresidente, sino del Parla-mento.

- ¿Estaría de acuerdo enque con esa ley se beneficietanto a las víctimas cocale-ras como a las militares ypoliciales?

- Tiene que ser así. Fueuna lucha por las políticasno atendidas por los ex go-bernantes. Los militares,como han puesto la cara,también han quedado invá-lidos y tienen que benefi-ciarse. Los policías sólo hanhecho caso a las órdenes.

- ¿A quién se debe sancio-nar?

- Directamente a los políti-cos, porque ellos (policías ymilitares) sólo cumplen órde-nes. Deben ser sancionados(los que promovieron la vio-lencia). Algunos militares ino-centes han muerto. Los go-biernos anteriores tal vez hanreconocido en algo económi-camente, pero el muerto estámuerto y quien sufre es la fa-milia. Lo que acá se quiere esbuscar la forma de reconocera los damnificados.

- ¿Qué está haciendo elGobierno para que los co-caleros y militares no se si-gan odiando?

- Ahora estamos en amis-tad, compartimos con losmilitares y policías. Sólo losgobernantes nos hacían en-frentar. Antes eramos comoperros y gatos. Los militaresmismos culpan a las autori-dades.

- Pero muchos mutiladosdicen que cuando ven a unmilitar en Chapare no pue-den dejar de sentir rabia.

- No toda la culpa fue delos militares, sino, más quetodo, de los políticos.

- ¿Guarda usted resenti-miento a los militares quele dispararon en la pierna?

- No, sobre todo ahoraque estamos bien. La culpafue de la política neoliberalque ha saqueado nuestrosrecursos naturales. Yo pidoque se sancione a los minis-tros y a los ex gobernantesque mandaban a los milita-res a que maten.

A l c a l d e d e V i l l a T u n a r i ( M A S )

Las víctimasestuvieron en lalucha por la co-ca y es verdadque falta ayuda”

“Lisiados piden trabajo,pero les daremos una ley”

Feliciano MamaniEl asunto es que la mayoría delos que fueron a Chapare hansido soldados y al licenciarsevolvieron a sus comunidades yquedaron alejados de la FuerzasArmadas, a no ser que hayan te-nido algún problema muy serioy que hayan sido reincorpora-dos en calidad de empleados ci-viles. Eso ha sucedido en algu-nos casos, pero no podría decir-le exactamente. De acuerdo conlas gestiones que se han dado,ocurrieron ciertos tipo de he-chos. En 1999, mi gestión enChapare, fue cuando se erradi-caron 1.699 hectáreas (Gil eracomandante de la Fuerza de Ta-rea Conjuntas), el año que másse erradicó y nunca hubo muer-tos de ningún lado. Fue la únicagestión en la que no existió nin-gún tipo de enfrentamientos. Una vez, cuando yo estaba cer-ca al presidente, Evo Morales,un periodista me dijo que losantiguos enemigos están ahorajuntos. Yo le dije: “¿Cuáles ene-migos?”. Las Fuerzas Armadasno tenían enemigos. Había unaorden dada por el Gobierno pa-ra erradicar la coca. Nuestrosenemigos no eran las personas,eran las plantas excedentarias.Lo que nosotros hacíamos erahacer cumplir la ley. Nadie nosdecía que vayamos a matar, laorden era erradicar la coca. Losenfrentamientos se dieron pordiferentes circunstancias y mo-mentos que yo no puedo juz-gar. La violencia no sólo depen-dió de los militares. Odio nopuede haber. El problema de Chapare es quelas tierras pertenecen al sindi-cato, que puede manipular a laspersonas. No se ha escrito un capítulo fi-nal. Hay que esperar qué dice lasociedad internacional respectoa la cantidad de coca que se es-té produciendo en Chapare. Siésta sobrepasa los límites nor-males, la comunidad interna-cional nos va a juzgar.Los acontecimientos ocurridosen Chapare han sido fruto deuna coyuntura. Ninguna de laspartes, ni los campesinos ni losmilitares, han actuado con laintención de dañar a las perso-na, porque no sabían quiénesestaban al frente. No se tratabade lastimar a la gente. Nadie fuea hacer daño a alguien.

o p i n i ó n

LAS FFAANO TENÍANENEMIGOSEN CHAPARE

José Antonio Gil. | General de Ejército

EXTRA, 5 DE AGOSTO DE 2007|13

INFORME ESPECIALIINFORME ESPECIAL

Pero, ¿cómo es que se llegó a es-to?, ¿cómo la situación desem-bocó en ese estado en que hu-bo muerte entre bolivianos y

efectos definitivos que cambiaronel rumbo de las vidas de los prota-gonistas? El motivo es el mismoque ha causado tragedias de este ti-po en todo el mundo: el sistema degobierno que quería imponer suestilo ante gente que luchaba porsu supervivencia.

Para el sociólogo José Mirten-baum, el ciclo económico de la co-caína (elaborada en el país conmás de la mitad de la coca produ-cida en Chapare) fue importantepara Bolivia, ya que ese fenómenoeconómico mantuvo a la naciónpor mucho tiempo (durante losaños 80 especialmente), hasta quese fueron reconociendo los proble-mas que tenía esto, lo que derivóen el combate mundial contra lacocaína, pese a lo cual aún no seha llegado a reducir su consumoen países industriales.

“El mercado de la cocaína cadavez crecía más. El problema es queel que ‘pagaba el pato’ en estos ci-clos económicos grandes era el quetomaba el riesgo a niveles básicosdel trabajo o del recurso natural; eneste caso, los cocaleros. Por lo tan-to, por un factor de la naturalidaddel ciclo económico, los cocalerosasumen el rol de vanguardia políti-ca en Bolivia, dejado por los mine-ros en el momento en que la mine-ría murió formalmente en el paíscon el encumbramiento del neoli-beralismo en 1985”, afirmó.

Pero lo que desató la violencia fuela Ley 1008 de sustancias controla-das, promulgada el 20 de diciembrede 1988. Esta ley debía controlar laproducción de cocaína en Chaparey tenía que castigar a los grandesnarcotraficantes, pero los campesi-nos sintieron el mayor rigor de estanorma cuando las dirigencias cam-pesinas, que organizaban movi-mientos de defensa de la hoja decoca, acabaron encarceladas.

“No hay que olvidarse que la hojade coca está integrada a la culturaandina, por lo tanto, atacar a la ho-ja de coca era atacar a la culturaandina y entonces ellos se aglutina-ron para defenderse”, señala la so-cióloga Xiomara Verdún.

¿Y con qué recursos y técnicascontaba esa masa campesina paraorganizarse? Los cocaleros tenían di-nero, una base organizada, un terri-torio libre, estaban circunscritos auna actividad muy determinada, porlo que no dudaron en defender susintereses cuando se lanzó la 1008.

Otro efecto de esa ley fue que, si

bien los cocaleros empezaron a or-ganizar sindicatos desde 1960,cuando se aprobó esta norma, lachispa de la organización activamotivó a los sindicatos a transfor-mar al movimiento cocalero en ungigante para hacer frente a la pri-mera ley considerada por ellos an-ticonstitucional, pero aprobadapor presión de la embajada nor-teamericana.

“Los cocaleros se organizaronporque tanto la Ley 1.008 de sus-tancias controladas, como la pro-mesa de desarrollo alternativo (quesugería sustituir los cocales por fru-tales) no fueron por el camino queel Gobierno había prometido”, afir-ma Ernesto Cuentas, un ex asesor

de los sindicatos cocaleros. A esos dos factores se sumó un

tercero: la aplicación de la econo-mía neoliberal en 1985, que mató alestatismo, introdujo el libre merca-do y dejó sin trabajo a miles de mi-neros altamente organizados quefueron a Chapare a buscarse la viday se emplearon como cultivadoresde coca. En esa época hacía faltamano de obra, ya que había una tre-menda demanda de cocaína en elmundo, principalmente en EEUU.

Para el analista político CarlosCordero, la explicación política alos acontecimientos radica en queel Estado boliviano desde la décadade los años 80 ha desarrollado pro-gramas contra el narcotráfico con

ENFRENTADOS. Sólo los mutilados lo recuerdan. La cotidianidad de Chapare estuvomarcada por la diaria tensión que se registraba en los pueblos de la selva tropical de Chapare

Una lucha entre hermanosse desató en el corazón de Bolivia

REACCIÓN. Los cocaleros se defendieron con piedras y en algunos casos con armas

!! Los cocaleros empiezan a or-denarse en sindicatos a partirde 1960, utilizando métodosque han sido puestos de modapor la revolución de 1952.!! En 1982 llegan al ChapareEvo Morales y su padre Dionisio,para buscarse la vida tras haberperdido todo en su natalOrinoca. !! En 1985 se aplica el modeloneoliberal en Bolivia que deses-tatiza varias empresas naciona-les, entre ellas la de la minería,por lo que miles de mineros sonrelocalizados y algunos van aprobar suerte en el trópico co-chabambino.

!! En 1988 se lanza la ley 1008de sustancias controladas, quepara los cocaleros es como unadeclaratoria de guerra por cuan-to ataca a sus medios de super-vivencia.!! El 31 de diciembre de 2001 elministro de Defensa, Óscar Gui-larte, informa de que la Fuerzade Tarea Conjunta (FTC), que seencargó de la erradicación de lacoca en la región de Chapare,ha registrado hasta la fecha lamuerte de nueve soldados y 24heridos. Banzer había ordenadola erradicación forzosa de suPlan Coca Cero a principio deese año.

CRONOLOGÍA

ayuda de EEUU. “Lamentable-mente la violencia ha sido un ele-mento inevitable para impedir laampliación de la frontera de la co-ca”, explicó el estudioso.

Lo cierto es que la historia de-muestra que los cocaleros habíanadoptado una posición más activacon respecto a la erradicacióncuando Estados Unidos pidió ‘cocacero’, y entonces empezó el enfren-tamiento que dejó su rastro de mu-tilados y huérfanos y que fortalecióa Evo Morales a tal punto, que me-nos de 20 años después, se encum-bró como Presidente de la Repúbli-ca, identificado como un dirigentecampesino, ajeno a la tradicionalclase política.

La violen-cia fue unelementoinevitableen la luchacontra la coca”

(Carlos Cordero)

‘‘

14|EXTRA, 5 DE AGOSTO DE 2007

C hapare ha sufrido una meta-morfosis constante. De ser lacapital de la droga en la épo-ca de los años 80, pasó a

convertirse en la cuna de la vio-lencia en los 90 y continuó asíhasta no hace mucho.

Chapare era tierra de nadie, unparaíso de los narcotraficantes, unatierra libre de los bribones adictos avivir del trabajo fácil. También erauna oportunidad para los comer-ciantes de chucherías, capísimos envenderles porquerías a los narcos,como joyas y relojes de fantasía queluego éstos les regalaban a susamantes que escondían en las casi-tas de dos y de tres plantas, dondetambién guardaban los fajos de bi-lletes y los paquetes de cocaína.

Todo esto lo sabe Jaime Balde-rrama, porque él estuvo en Cha-pare en tiempos del narcotráfico,y aún sigue ahí. Ahora tiene 69años y todavía vive de vender pe-riódicos. En la época de los 80 leiba mucho mejor porque susclientes le compraban entre cua-tro y cinco ejemplares.

"No es que los de antes hayan si-do grandes lectores", aclara Balde-rrama, que sabe que los periódicoseran cotizados porque había lacreencia de que la cocaína secabamejor si se la envolvía en los perió-dicos, cuyas letras y fotografías enblanco y negro estaban cargadas detintas químicas.

Balderrama ahora es un ancia-no que camina a paso lento conun paquete de periódicos bajo elbrazo. Camina por las calles deVilla Tunari, de Shinahota, y devez en cuando siente añoranzas."Ahora estos pueblos no son ni lasombra de lo que fueron", dice yapunta a una de las casas de dosplantas de Shinahota, que a sim-ple vista parece abandonada.

Salustiano Gómez, otro pobladorde Shinahota, sabe que esas casas

FACHADA. Ésta es una callecita de Shinahota, que guarda los secretos de la violencia generada en el auge del narcotráfico y de la erradicación la hoja de coca

!! EVO & BANZEREn enero de 2001, el entonces pre-sidente, Hugo Banzer Suárez, milita-rizó Chapare tras un cazabobo quemató a varios policías. En abril apa-reció muerta la pareja Aguilar y se-ñalaron a los dirigentes Evo Moralesy Leonilda Zurita como autores inte-lectuales. En septiembre, los coca-leros protestaron por la erradicacióny rodearon los campamentos desti-nados a ese fin.

!! TUTO QUIROGA EN ESCENAEn diciembre del 2001, en su visitaa Estados Unidos, el presidente Jor-ge Quiroga recibió la calificación de10 sobre 10 por parte de la DEA ensu lucha contra las drogas. Él solici-tó la apertura de un mercado ‘trili-bre’ ante la Organización de los Es-tados Americanos (OEA), recibiendopositivos comentarios del secretariogeneral, César Gaviria.

!! VOLVIÓ EL DRAMAEn enero del 2003, se iniciaron lasmovilizaciones cocaleras en Chapa-

re; en esos días, un enfrentamientoen la ruta bloqueada entre Cocha-bamba y Santa Cruz causó trescampesinos muertos y ocho heri-dos.

!! MUERTES EN TIEMPOS DE EVODos campesinos muertos, dos poli-cías, un colono herido de bala y 11uniformados secuestrados fue elsaldo de un violento enfrentamientoentre cocaleros y fuerzas policialesde erradicación de cocales, ocurridoen octubre de 2006 en el ParqueCarrasco, en el departamento deCochabamba.

SOMBRA ddee uunn ‘‘ppaarraaííssoo’’ qquuee eexxiissttiióó

El origende la violenciaCuando la Ley 1008 dio luzverde a la erradicación for-zosa de cocales y cuandofracasaron los planes de de-sarrollo alternativo quepretendían reemplazar la

producción de coca porotros cultivos, se desató lahecatombe. Es que en Cha-pare la violencia fue impul-sada por la violencia. El Go-bierno de Hugo Banzer, pa-ra cumplir los plazos que ledaba EEUU, atacó con vio-lencia militar los cultivos decoca y a los campesinosque los cultivaban, en vezde reemplazar la economía

de la cocaína (un tercio dela coca se derivaba al nar-cotráfico), que facturaba$us 3.500 millones. Enton-ces los campesinos, lidera-dos por ‘el Evo’ se defendie-ron argumentando que lacoca siempre estuvo pre-sente, sin necesidad de serdroga. Pese a ello, la luchacontra la hoja excedentariapersistió.

LA

"El proyecto que dio origen a este trabajo fue elganador de las Becas AVINA de Investigación Pe-riodística. La Fundación AVINA no asume res-ponsabilidad por los conceptos, opiniones yotros aspectos de su contenido".

DETALLES

no están abandonadas, pero por lasfachadas descuidadas y las inservi-bles antenas parabólicas que pare-cen esqueletos de aves extrañas, di-ce que lo que queda de los pueblosde Chapare puede ser catalogadocomo ruinas perfectas.

"Si usted hubiera visto las avio-netas que aterrizaban cerca deacá, de donde bajaban hombresvestidos de blanco con maletinesde cuero y luego subían el carga-mento que hoy es penado por ley,hubiera pensado, al igual que yo,que ese auge de dinero, de drogasy de derroche nunca iba a termi-nar", dijo Gómez.

Pero no sólo acabó, sino que amedida que los organismos inter-nacionales iban exigiendo que elpaís se liberara del flagelo del nar-

cotráfico, se fue instaurando unapolítica contra las drogas y lasplantaciones excedentarias de lahoja de coca. De esa lucha, entreGobierno y cocaleros, salió EvoMorales y se coronó como el de-fensor a muerte de la llamada 'ho-ja sagrada'. Pero también, por esaguerra de baja intensidad, campe-sinos, militares, soldados y poli-cías, que detrás del uniforme seescondían personas tan campesi-nas como los cocaleros. De aquelparaíso, donde todo lo ilícito esta-ba permitido, quedan los puebloscercanos a la carretera asfaltada(que une Santa Cruz con Cocha-bamba) y los recuerdos de lasmuertes cuando se mataba porajustes de cuentas o a título de laerradicación de la hoja de coca.

INFORME ESPECIAL

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