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02/14/2007 03:18 PM Réplica21: Obsesiva Compulsión por lo Visual Page 1 of 3 http://www.replica21.com/archivo/articulos/g_h/419_galindo_chocolates.htm Buscar Gabriela Galindo Cao Guimaraes Chocolates: una nueva definición de la legalidad Desde que tengo memoria, existe cierta naturalidad en nuestra cultura en la aceptación de acciones ilegales. Cuando yo era niña, solíamos pasar parte del verano en casa de una tía en la ciudad de Saltillo. Cualquiera pensaría que no eran las vacaciones ideales para un crío: no había ningún parque o feria que fuesen atractivos, no había más que un cine donde solían pasar viejas películas mexicanas, era una ciudad minúscula sin playa, lagos o ríos... en resumen, no había nada. Nada, excepto una tiendita completamente ilegal (todas las transacciones se hacían a través de una pequeña ventana) en donde vendían dulces "gringos". Esto era suficiente para que esperáramos con ansia la llegada de las vacaciones. Erik Van Lieshout En esa época era imposible conseguir algunos productos norteamericanos sin la ayuda de las "fayuqueras". Estos personajes eran con frecuencia mujeres (quizá porque en ese entonces los aduaneros eran más condescendientes con las damas) que pasaban "al otro lado" y regresaban con maletas cargadas de ropa, dulces, cigarros y otros artículos de gran atracción popular. Era completamente común y normal acudir a estas nobles vendedoras para adquirir artículos estadounidenses a un precio razonable. Mi madre, una mujer de una rectitud intachable, nunca nos cuestionó o reprobó la procedencia de las múltiples bolsas de golosinas Sweetarts , MilkyWays y demás chatarras con las que regresábamos a casa, incluso nos hacía el encargo de traerle un par de six packs de Dr. Pepper, una bebida dulce y oscura que le producía un placer, para mi, incomprensible. Sin duda alguna, los mexicanos actuamos con frescura con un pie al margen de la legalidad. Acciones como la piratería, las "mordidas" (sobornos), la "fayuca" (importaciones ilegales) o lo "chueco" (ilegal) es parte de nuestra humilde cotidianidad. Naturalmente usamos vías de acceso "alternativas" (por no decir ilegales) para resolver cualquier clase de problema o necesidad; Sin embargo, antes de que nos consideren como un pueblo de antemano corrupto y reprobable, no me parece que esto sea la consecuencia de que, por haber nacido en México, tenemos por naturaleza una moralidad torcida. Por una parte esta cultura de la ilegalidad es más bien un recurso de un pueblo que se ha visto sometido a una estructura de injusta distribución y falta de asistencia social, al tiempo que somos el producto de un sistema donde la propia autoridad actúa de forma ilegal. Parecería que nuestras leyes se han ido flexibilizando para tolerar acciones que en cualquier otro lado son penadas o prohibidas . Vivimos dentro de una legalidad que es factible de ser cuestionada e incluso violada si así nos parece. El mexicano no siente que el orden legal

Chocolates: una nueva definición de la legalidad

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"Chocolates: una nueva definición de la legalidad". Por Gabriela Galindo. Crónica de una exposición en la que participaron: Cao Guimaraes, Erik Van Lieshout, Christoph Draeguer y Daniel Knorr.

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    Buscar

    Gabriela Galindo

    Cao Guimaraes

    Chocolates: una nueva definicin de la legalidad

    Desde que tengo memoria, existe cierta naturalidad en nuestra cultura en la aceptacin de accionesilegales. Cuando yo era nia, solamos pasar parte del verano en casa de una ta en la ciudad deSaltillo. Cualquiera pensara que no eran las vacaciones ideales para un cro: no haba ningn parqueo feria que fuesen atractivos, no haba ms que un cine donde solan pasar viejas pelculas mexicanas,era una ciudad minscula sin playa, lagos o ros... en resumen, no haba nada. Nada, excepto unatiendita completamente ilegal (todas las transacciones se hacan a travs de una pequea ventana) endonde vendan dulces "gringos". Esto era suficiente para que esperramos con ansia la llegada de lasvacaciones.

    Erik Van Lieshout

    En esa poca era imposible conseguir algunos productosnorteamericanos sin la ayuda de las "fayuqueras". Estos personajeseran con frecuencia mujeres (quiz porque en ese entonces losaduaneros eran ms condescendientes con las damas) que pasaban"al otro lado" y regresaban con maletas cargadas de ropa, dulces,cigarros y otros artculos de gran atraccin popular. Eracompletamente comn y normal acudir a estas nobles vendedoraspara adquirir artculos estadounidenses a un precio razonable. Mimadre, una mujer de una rectitud intachable, nunca nos cuestiono reprob la procedencia de las mltiples bolsas de golosinasSweetarts , MilkyWays y dems chatarras con las que regresbamosa casa, incluso nos haca el encargo de traerle un par de six packsde Dr. Pepper, una bebida dulce y oscura que le produca unplacer, para mi, incomprensible.

    Sin duda alguna, los mexicanos actuamos con frescura con un pieal margen de la legalidad. Acciones como la piratera, las"mordidas" (sobornos), la "fayuca" (importaciones ilegales) o lo"chueco" (ilegal) es parte de nuestra humilde cotidianidad.Naturalmente usamos vas de acceso "alternativas" (por no decirilegales) para resolver cualquier clase de problema o necesidad;Sin embargo, antes de que nos consideren como un pueblo deantemano corrupto y reprobable, no me parece que esto sea laconsecuencia de que, por haber nacido en Mxico, tenemos pornaturaleza una moralidad torcida. Por una parte esta cultura de lailegalidad es ms bien un recurso de un pueblo que se ha vistosometido a una estructura de injusta distribucin y falta deasistencia social, al tiempo que somos el producto de un sistemadonde la propia autoridad acta de forma ilegal. Parecera quenuestras leyes se han ido flexibilizando para tolerar acciones queen cualquier otro lado son penadas o prohibidas . Vivimos dentrode una legalidad que es factible de ser cuestionada e inclusoviolada si as nos parece. El mexicano no siente que el orden legal

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    sea en modo alguno mandatorio, por lo que puede ser violado singrandes remordimientos de conciencia. Erik Van Lieshout

    De esto justamente trata la exposicin, recientemente inaugurada en el Museo Carrillo Gil, titulada Chocolates:Prcticas urbanas [pos] legales. Jos Manuel Springer, curador de la exposicin, extendi una invitacin a cuatroreconocidos artistas extranjeros para que vinieran a la Ciudad de Mxico y registraran una visin externa de esta"subcultura del fraude" que a nosotros nos es tan familiar.

    Chocolates muestra con gran originalidad y sentido del humor como la ilegalidad ha encontrado un terreno frtil eneste pas, caracterizado por una economa donde los bienes poseen precios que son inaccesibles para la mayora denuestra poblacin y cmo prcticas como el negocio del ambulantaje entre otras, es para muchos, la nica opcinpara acceder a esos productos que el propio sistema nos ha convencido que debemos tener.

    Christoph Draeger

    Christoph Draeger (Suiza, 1965) compiti con losvendedores ambulantes en el metro citadino paravender discos y DVDs piratas, incluyendo un par devideos de su propia autora. Habiendo practicado, consu incipiente castellano, las conocidas frases: como unaoferta, una promocin, venimos a ofrecerle... que usanlos vendedores de a pie en los trenes, registr en videosus recorridos por los pasillos de los vagones, con unagran bocina a cuestas, mostrando discos de sonidos dedesastres naturales, las ltimas canciones deldesaparecido rockero Rockdrigo Gonzlez y hasta unautntico "chocolate suizo". A nadie parecasorprenderle, s hay sonrisas de los clientes ycompetidores, ms por su apariencia de gringo rubio yalto que otra cosa. Pero en este pas cualquiera quetrabaje es digno de respeto, aunque su profesintransgreda los lmites de lo legal. Es la solidaridad de lacomunidad la que legitima las acciones ilcitas.

    En cambio, la visin de Cao Guimaraes (Brasil 1965)es muy diferente, en su obra ha utilizado lafotografa y el video como medios de investigacinsocial , pero en esta ocasin el artista brasileoregistr, en pelcula sper ocho, la gama brillantede colores y sonidos de los mercados ambulantes.En sus diez minutos de duracin la obra delata lasformas sutiles y estilizadas de los plsticos en lostianguis callejeros, con un acompaamiento sonorodel prosaico y juguetn lenguaje urbano. Su videoSin Peso, es una explosin de luz con texturassobrepuestas, creando una ambientacin que cubrela violencia de una realidad que queda velada bajoun manto ligero de color y sonido. Cao Guimaraes

  • 02/14/2007 03:18 PMRplica21: Obsesiva Compulsin por lo Visual

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    Erik Van Lieshout

    Pero la ilegalidad no se limita a la venta de productos deorigen dudoso, lo ilegal es tambin una manera demanifestarse y una transgresin a lo establecido. Erik VanLieshout (Pases Bajos, 1968) nos presenta el registro deuna accin que va ms all de la piratera. Vestido demujer, ataviado con una sexy minifalda y una gran pelucarubia, camina por las calles de la ciudad incitando a lostransentes y ofreciendo cantar una cancin a cambio deunas monedas. Se pasea seductoramente por bares yrestaurantes, buscando clientes dispuestos a escucharla.Sonre y hasta se ruboriza en el intento. Nada, a nadieconvence, pero cmo asusta su presencia a los machosmexicanos. Es una mujer "chocolate" y en esta accinvemos que no siempre el pblico est dispuesto a pagarpor algo que "parece" pero que no "es".

    El cuarto artista invitado fue Daniel Knorr (Rumania 1968) quien despus de batallar con algunas ideas que fueroninaccesibles y aprovechando que su estancia en Mxico coincidi con las elecciones presidenciales, opt por montaruna casilla de votacin para extranjeros. Aqu y en todos lados sabemos que un extranjero no cuenta con los mismosderechos de un ciudadano natural o residente y no es sorprendente que sea ilegal. Lo ms punzante de la accin deKnorr fue que encontr los medios para que el propio Instituto Federal Electoral (IFE) diera su visto bueno en elmontaje de su casilla de votacin para extranjeros. No fue difcil encontrar una imprenta que reprodujera unas boletas"chocolate" y a nadie le import que pegara en postes y paredes carteles diciendo: "Extranjero: Ven a Votar".

    Daniel Knorr

    Es evidente que nuestras acciones han rebasado los lmites de las regulaciones, sin embargo s existe una moralcontenida en todas ellas. Toleramos aquello que subsana las ineficiencias de un sistema econmico desigual.Permitimos aquello que reconstituye una justicia social deficiente. Si reconocemos que la injusticia est avalada por laley no es lo ms legtimo, en pro de la defensa de los valores fundamentales, quebrantar dicha ley?. Si nosencontramos con una prohibicin que atenta contra nuestros derechos como ciudadanos y como personas, no sesupone que debemos pelear por ellos, an cuando esto signifique quebrantar el orden establecido?

    Esta exposicin nos hace reconsiderar que es posible que sean estas acciones las que estn marcando la actualdefinicin y el nuevo marco de lo legal en nuestra cultura chocolate .

    La exposicin Chocolates estar abierta hasta el 16 de febrero de 2007 en el Museo Carrillo Gil de la Ciudad de Mxico

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