18
B u l l a B a l a d í (por AGRONEM) A c t i t u d M a r í a M ú s i c a

Compilao pal Deivid Mochilla

Embed Size (px)

DESCRIPTION

BULLA BALADÍ... (2015)

Citation preview

Page 1: Compilao pal Deivid Mochilla

B u l l a

B a l a d í

(por AGRONEM)

A c t i t u d M a r í a M ú s i c a

Page 2: Compilao pal Deivid Mochilla
Page 3: Compilao pal Deivid Mochilla

“En la garganta de un beodo muerto se quedan las palabras

que despreció la poesía”

(R. Dalton)

Page 4: Compilao pal Deivid Mochilla

Prefaso

Refrán hechizo (o una lectura equivocada de la bulla baladí)

En la caleidoscópica concomitancia del terreno y la mirada, la deformidad, y sus actas

de sílice, sacan ronchas a una página pulcramente encorsetada. Como una cumbre que

se anula, veleidosa, las señales se suceden, encuentran fuera de su ámbito el

posicionamiento mixto del dolor y la vagancia. No hay atisbo ingente en la palabra que

subraye una ocasión, ni menos rasgos costumbristas en la descripción certera del

mendigo atrincherado en sus frazadas. Lo inapreciable en un primer plano tembloroso,

sumamente frágil, vuelve a sugerirnos aquello que la página delata: una disposición

gráfica tendiente a chiflarnos. No hay concesiones con el tono. La denuncia (como toda

acción destinada a desacralizarnos) no es verborrea panfletaria, es una herramienta que

valida lo representado. Y los versos aquí son apuntes bien afilados: son un insulto

meditado contra el soporte de las publicaciones.

Carlos Peirano

Valparaíso

2015

Page 5: Compilao pal Deivid Mochilla

E l d e s e r t o r d e l d e s i e r t o

A Deivid Mochilla…

Lejos de ser un hombre de mundo,

medallista,

de andar dando el ejemplo ambicioso y campeón,

precipito de sobra,

frustrado e infinitesimal,

a las sombrías aguas del duelo

abatido por los focos del cielo de utilería

como un Ícaro antagonista de burdas telenovelas

Me quedan así de grandes los escarabajos

gigantes los suplementos de los kioscos

ingentes las mañanas

y por confundido tiro la toalla, cuelgo los

botines, deserto del árido laberinto

Ni modo que vaya silbando a tientas por el nocturno campo

de fosas

aunque dicen, es cierto, que el fracaso es el único fruto

auténticamente forjado por uno

Es fatal como cuesta ponerse los mismos pantalones

acribillados,

mientras los buscatalentos pasan en sus miopes catamaranes

tentando a prometedores maremotos aún en ciernes,

ofreciendo cetros a las jóvenes marejadas imbatibles…

Soy sólo una común ondulación cuatrera entre tantas que

ellos arrollan

Refugiado dentro de la carcasa ahuecada del pódium, instalo

en tal obscuridad y sordera, el instinto circense que me

rebalsa: guía fatídico del soliloquio de mis extremidades

Al tanto de que por fuera circulan las premiaciones

majestuosas

guardo distancia como el último, plácidamente, habiendo

boicoteado con antelación el banquete ofrecido,

acompañado nada más ni nada menos

que de mis 100 guaguas negras

Page 6: Compilao pal Deivid Mochilla

J u s t i c i a l i m í t r o f e

Alguien o algo se pega en la celda su mejor dosis de

insultos

Escandalosa vinchuca ducha y reincidente

El bacallo que le tirita en la calceta, ruega por su fuga,

jurando show insano si no

en la mente de todos los preciosos

Acordó con un par exagerar el veneno en el calabozo

Concordaron en los puntos alusivos a identidades falsas,

migración de ovoides, fondeo en Huara,

cerrando todo con un malicioso apretón

A la durma en colcha de cemento y meao bajo cero

Fotos a las 10 yeguas dactilares

entrega de cordones cojos

Alguien o algo puesto en la frontera

ahora vestido de sello rojo

L a O’ H i g g i n s

La palubra del señor en la zapla

Antípoda de las catedrales solemnes

Es cosa de ver a los feligreses desfundando sus York

poniendo oreja al pastor mientras echan humos de múltiples

colores, beben su trago o traman enroscadas transas

Acólitos travestis y “débiles mentales” montan su

eucaristía hedonista con coreografías hieráticas

El párroco en buzo, cesante de por vida y maestro

falsificador,

reparte la amarillenta hostia frita

o amasada con chicharrones consagrados

Los teatros palidecen

Carlitos Gustavo, el profeta fino, poniendo en su lugar a

los que se pasan la película con algún mercader

Lenguas de fuego brotan del pincel de Jim Mendoza

salvando oportunamente de la pana a los fieles y

frenéticos volados

Amén, mañana el divorcio

para con el reino de lo cierto

Page 7: Compilao pal Deivid Mochilla

E n l a m a r c h a

Cuando te martirices diciendo

"mi vida es un asco incomprensible y reiterado"

recuerda que hasta la roca más trivial

no guarda esperanzas

y que ambas laderas de la ruta, festejan

ya sea la soleada

ya sea la sombría

Vivir es un deslumbrante suicidio en cámara lenta,

hazlo tibio sin más, hermano migratorio,

machaca con afecto, embauca al corrector del canil, y

acurrúcate en los muslos indómitos

del relámpago cuando el sueño te invoque.

Toda traza de pólvora en la carretera incógnita, recógela,

es sagrada,

es el beso alentador de un disperso derrocando al tiempo.

Un sorbo y nos vamos

¿a dónde?

a ningún sitio mortal.

D i p s ó m a n o s d e l r i t m o

El gitano y su Ayúdenmeeeeee, el Pepe y su sombrero

atornillado, el Ale y su sombra canina, Miguel Nosé y su

vino empolvado, Rastaboy y su basurero fantástico, El care

simio y su saco e’ papa lleno de misterio, el Metaquímico y

su pequeño teclado rosa, el Flauta y sus cañuelas, el Sohua

y su rap rezonante, Ramazoti y su garganta de mosca, el

Aprua y su wena wena, Abraham y su Garrincha, Diógenes

macheteando nada; no entrarán ni por error a aquellos

flamantes museos deprimentes. Porque esas ruinas les

recuerdan otras ruinas más salvajes, donde pisotearon sus

nubes eléctricas de etilismo y las metieron a un retén

móvil, negándole, a la reveladora bulla del canto, el

noctámbulo rocío de la intemperie maestra.

Una aproximación: El tren de fuego/siempre impuntual/nunca

espera a nadie/Queda ciego/y se echa a correr/por los

rieles del instante… Raya para la suma: Cierren los museos.

Abran las cárceles.

Page 8: Compilao pal Deivid Mochilla

G r a c i a s, p o r n o, f u m a r

Por debajo de la persiana una luz clandesta tira la pócima

en caja

Con un kilo e’ cara ebullendo a la siga del daño

Soy cara de niño, con alma de hambre

Cuatro pesos, cuatro mentes + los que lleguen

Pero aparece la descarada faceta del civil de luma

limítrofe

Nuestra cara turbia mirándose en un charco fiel

Saltar la reja, primero

Mala cara, sencilla e ilegal

Cara larga

Rostro corto-

punzante, corto-

placista

Carcajada índica

indicar

vaso e’ vino

¡su majestad, inmorales!

Arrastran la cara chupaa

La pera podría

Volando de acá care cóndor veleidoso, sucedáneo hechizo de

la elite carnicera. Le pegamos una risa espacial, de odio

contagioso

Ocio

espeso de errabundos rallando en medio de la niebla

Segundo, chiste entre rejas

Performan(ce) con las bestias patrulleras, todas a pila

Jugosidad parcial

El ardor del esmalte en el ano humano durante un frío

otroño

La paleta de colores es escasa en la tortura del calabozo…

Cara diabólica plasmada en el templo recibe a sus serios

fieles

Sus orejas dibujadas son un par de frutos azules

Caerán maduros de la copa facial al suelo

escucharán lo que las raíces y los topos sin techo parlan

En lo cico: baba o cebada

Murallas maquillaas de insomnio y riña

Cualquier sonrisa burda en las escalas

puro mostrando la calavera y su tóxica encía patrimonial

Tarasca abierta pa escupir spray por la garganta

técnica guanaca, nerviosa si

Page 9: Compilao pal Deivid Mochilla

Tercero, toos raja

Sueño colectivo: cuerpos pintados por dentro. Tatuarse en

las tripas una sinfonía maldadosa

El humo(rismo) del tabaco te matará a ti y ¡GRATIS! A los

que te rodean

(Risas, en espiral)… gracias, gracias, nada voy a

cooperarles

Ya tu saes, porcino policíaco,

guardo mis bolsillos

para un imperio sin valor

“El Parroquiano” Juan Mochi(lla)

Page 10: Compilao pal Deivid Mochilla

U n o que

aún

sigue

como polución sin señorío

de cerumen congratulado

solo con su sollozo crudo

más la resaca de los guetos en la toz

acudirá

lleno de ayuno

a la boca

funeraria

de

la

multitienda

Sorprendido

quedará al verse en los vidrios

entre los maniquíes vagabundos

Pedirá

que

saquen

su

reflejo

módico

nada

nórdico

de

la

vitrina

de inmediato,

o que por piedad

le depositen

las sangres

que le

deben

Por

justicia

la descendencia amputada

en vez de las paranoias

las panaderías

que le deben

en lo

óseo

O sea

mínimo

mínimo si van a explotar

su ajada imagen de moda

Page 11: Compilao pal Deivid Mochilla

Morí, digamos, por un ajuste de cuentas con mis propios

demonios,

o por pedirle la hora al criminal incorrecto, justo cuando

éste arrancaba raudo de su escena sangrienta.

Por una gamba toa cagaa que negué en la entrada del muelle

me faenaron, despiadadamente.

No. Parece que me maté cabalgando sobre una botella

irracional una tarde bochornosa.

Creo haber muerto de manera accidental, por regar de

improperios los estandartes de una lacrimógena carnicería.

Para nada, inverosímil.

Estoy enterrado vivo entre recuerdos vagos, supongo, porque

me habrán confundido con un muerto de por ahí. Alguno del

Almendral de mirada diáfana y sudor color aceituna.

Mis palabras no suenan a nada de este mundo ya.

No estoy seguro de darme a entender sobre la tierra.

Encerrado en esta tumba todo ejercicio se detiene.

La falta de espacio da una comezón que nunca logra ser

satisfecha por ser inmaterial.

La oscuridad de este momento me hace sentir como si

estuviese sumergido en negras aguas mansas bajo un cielo

ausente de estrellas…

La oscuridad del reposo, el reposo de las palabras que nos

volvemos. Cómo harán los vivos para entender este idioma

inaudible de larvas y raíces. Cómo harán para traducir mi

lengua de ultratumba y que me saquen de una vez.

Me mataron bajo los efectos del pentotal sódico tras un

interrogatorio cobarde que aún sigue impune. Casi posible.

Me mandaron a matar por ruidos molestos durante la noche de

san Juan, probablemente

De hecho, lo último que recuerdo haber visto, medio difuso,

fue un monstruoso ángel harapiento, alegre y chispeado,

tocando bajo una higuera en llamas.

Los que jugaban carioca conmigo hasta las tantas, ¿luego

resultaron ser mis propios verdugos?

Nunca he muerto,

Ni he vivido.

Cuando respiraba, sin memoria me moría.

Ahora, de esta osamenta, sólo vivirá su olvido.

“Ahora, tristemente, veo la respuesta: toda su vida ella

fue una bailarina, pero nadie tocaba la canción que ella

sabía bailar”

(The Residents)

Page 12: Compilao pal Deivid Mochilla

M i é r d o l e s

“Hablar es mentir, vivir es colaborar”

(W. Burroughs)

Un irrigado grito corriéndose por tu concha volátil

por el peaje difuso que inflama mis manicomios

o batido filudo de proporción terrible,

redentor más que cualquier dios de turno

Encajados en un espejismo desde la carne, gaseosa

Metí bulla en ti incorpórea

congregación de huecos

nadería agrupada

y sonamos calcados.

Hasta aquí con el villano velo del vocablo

Si todo este malestar fuese canjeable por algo más que un

pozo acumulado de dudas y duelos

En las bocas que esperan ásperas, una U invertida como

gesto constitucional,

recuerdo y deshecho aquellos retratos sin fuga

Hasta aquí la medicación decente y sus jueces

ya hacia el reverso

el compromiso para con la muerte es de la A a la Z.

Dijeron que el baile era gratis

lo aseguraste

pero tuve que montarme este traje accidentado

e invadirte contra la pared hasta parir fantasmas en

proceso

La invitación decía que el baile era gratis

que nada había que sacrificar

me convenciste

pero tuve que accidentarme el aguijón equívoco

y frotarte esa nube erógena descosiéndose en el proceso

Corriese la voz de que el baile costaba 0 pesos

había que puro llegar e instalarse

pero tuve que afeitarme esta actitud de jabalina mordaz

y degustar tu abundancia ilusoria hasta el orgasmo seco del

proceso.

El pioneta brumoso, compañero de la madrugada al volante,

despellejado y rugiendo de sebo su cuerpo gris, pronunció

por sus suturas que lo preciso, además de enmudecer, era

dejar de escuchar las cátedras de la enajenación

…ayer fue Martirio, mañana Juebestial

¿Hoy no es Miérdoles?...

matarse para que la fe no nos halle.

Page 13: Compilao pal Deivid Mochilla

O d i o t o d o-p o r-e l-o c i o1

Llamado a borrar

el sonido de las cosas

Las horas sobran

no hay dinero

dentro e’ loh huesos

Para amenizar

Amaneceres frustrados

Toy de tu lado

Todo de nuevo

Partir de cero

Trocar el cielo

Para amenazar

Atentados a su siembra

Ni hombre ni hembra

Todo de nuevo

Partir del suelo

Robarse el sueño

Llamado a evitar

El vivir como las cosas

Ruina lujosa

Vez que no es de oro

Este gran odio

Este gran ocio

1 Música y letra: HAMBRES TRABAJANDO. Título: Martín Káncamo

Page 14: Compilao pal Deivid Mochilla

C á u s t i c o

Previo al perseguido paso al precipicio

reconozco las ansías de soñar

con todos los que alguna vez

guardé la más mínima alianza

Cómplices muertos y vivos convocados

reunidos en torno al fervoroso fogón fraterno

de nuestra bella orilla reprobada

chupando de inmortales damajuanas silvestres

compartidas sin excepción

Cuanto complica lo de considerarse aquel ciudadano

continuo, o contigo si quiera parecer la perpetua persona

que te place

Previo a degollarme incivilizadamente por la espalda

ya no sirve simular

Qué se arme la venenosa bulla de clima desbordado

un remate de cánticos irracional

en donde nadie se olvide mañana

de alguien

al fin

Previo al legítimo abandono

el débil llamado a la compañía

es este un débil llamado a la compañía

Page 15: Compilao pal Deivid Mochilla

Adiós a la Poesía

Y larga vida al cerdo que se lame

Larga vida al caníbal que nos espera

(Leopoldo María Panero)

…a Miguel Nosé

El jazz de los crepúsculos invade la zona

lo amerita el limbo y sus lobos lívidos

atrae su himno(sis) de sirenas decapitadas

Otra historia inútil aflora en el estercolero

Una veleidosa hipotermia nos abriga el nomadismo

Arde el hongo inseparable en los pliegues de estas

extremidades sin chofer

El mausoleo de los fugitivos abduce a un desdentado nuevo

En el pescuezo, su infaltable rosario de parásitos cavila

ajenos al mal de la lombriz solidaria

Claustrofobia rojiza a cerros del réferi y su frigidez

El panteón de los cáusticos recibe a un desapercibido

rufián

Su cuerpo marchito, trazado a penas, habla de una alergia

jovial que macheteaba inclemente por garras oscilantes

Imposible olvidar aquel escorzo devastado por el puritano

escozor de la noche

Los cuerdos seguirán redactando estos hechos según la

declaración de su triunfante captor: abusivo, aburrido,

ajeno

La gente no se da cuenta

Debajo de los adoquines ocurren situaciones

Entre baratas y tijeretas truequeando ropa

amamantando a su prole negra

Errar es divino rememorarán sus compatriotas del aire,

violado y viudo

Aquí sus últimas palabras polinizando, durante lo eterno, a

los vástagos antropófagos de sí mismo:

…y sepan bien, que cuando esta nación se destruya y extinga

sus restos serán:

Huesos de

Huasos

Fósiles de

Fusiles

Y las Sotanas de

Satanás

Page 16: Compilao pal Deivid Mochilla

Palabras al cierre por Dj Khayyam2:

Nadie puede comprender lo inefable.

Nadie es capaz de ver lo que se oculta detrás de lo

aparente.

Todas nuestras moradas son provisionales, salvo la última:

La morada de la tierra. ¡Bebe vino! ¡Basta de inútiles

palabras!

2 Omar Jayyam o Khayyam (Nishapur, actual Irán, 1048 - id., 1131) Poeta, matemático y astrónomo persa.

Page 17: Compilao pal Deivid Mochilla
Page 18: Compilao pal Deivid Mochilla

(Léase picao a italiano)

Dentro de las fronteras de la marginalidad de nuestra

distopía, existe un mundo nostálgico, subterráneo y

brillante, como los ojos de un borracho, tan distópico como

del que precede, dado que se alimenta de las sobras de un

cáncer urbano. Sin embargo, a diferencia del otro, en este

mundo existen historias reales, de supervivencia salvaje,

donde las costumbres se forjan al filo del frío invernal y

humano, y en él peregrinan avezados exploradores al borde

de vivir por más de un invierno en aquel linde. Allí se

cultiva la cultura verdadera, la que vocifera sobre cada

centímetro poblado de soberanía, la que es enmudecida por

el ruido atronador de televisores conspiradores. «Bulla

baladí» es un grito llameante a una tierra porteña, y, a la

vez, un ruido sin importancia contra los reptiles del

parque idiosincrásico, una burla al esnobismo de aquellos

velocirráptores ridículos, disfrazados de occidente,

siguiendo la cola evolutiva de la última maratón de la

formalidad absoluta. «Bulla baladí» es una arenga para los

haraganes que nunca tuvieron ánimo de participar, un

destrice al ánima de los distraídos que no escucharon el

pitido inicial, y una desolación para los desilusionados

quienes previeron, camino a la meta, jaurías matando

ilusiones a mordiscos. En la realidad, la que se oculta

bajo las heces sobre nuestras faces enterradas, no existen

títulos ni distinciones que nos favorezcan, sólo la

honestidad y autenticidad de nuestra camaradería, para que

nadie se olvide mañana de alguien al fin.

Roberto Spiaggini