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Comprendiendo la Adolescencia Temprana: “Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo.” José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo y ensayista español. Ana Lucrecia Chinchilla Sanóu Directora Middle School Saint Anthony School Entre la protección y la independencia Una de las mayores preocupaciones que se afrontan como padre y educador son los cambios que sobrellevan los niños cuando empiezan a dejar de serlo. La adolescencia es un proceso en el que se alcanza la madurez sexual y se utilizan los recursos psicológicos y sociales que se obtuvieron en el crecimiento previo, se elabora la propia identidad y se plantean los proyectos de vida. De manera que las condiciones y estímulos que se les brinda en esta etapa de desarrollo, influyen significati- vamente en la dirección que tomen, la construcción de su identidad en general y en el proyecto de vida que se planteen. La adolescencia temprana inicia entre los 11 y 12 años y termina a los 14 años, aproxima- damente. Esta etapa de desarrollo en el ser humano se caracteriza por ser un período de cambios significativos en todos los aspectos. Quiere decir que los adolescentes inician su época de cambios físicos, cognitivos, emocio- nales y sociales, entre otros, cuando cursan sexto grado de la educación primaria. De acuerdo con la UNICEF “la adolescencia temprana debería ser una etapa en la que los niños y niñas cuenten con un espacio claro y seguro para llegar a conciliarse con esta transformación cognitiva, emocional, sexual y psicológica (…) y con el pleno apoyo de adultos responsables en el hogar, la escuela y comunidad”. 1 Como padre o madre de familia, lo primero que debemos hacer es investigar y comprender sobre el proceso por el que nuestros hijos están pasando, de manera que podamos funcionar como un apoyo emocional seguro en esta etapa tan confusa. Además se debe saber qué se puede esperar y cómo responder ante los cambios experimentados y su influencia en la dinámica familiar. A pesar de que los amigos empiezan a ser muy importantes en la vida de los hijos, y a la vez empiezan a buscar mayores espacios de soledad, siguen necesitando del cuidado y apoyo de sus figuras significativas, para que les guíen de manera activa en este proceso. Es importante brindar libertad y privacidad en un ambiente controlado, con las reglas y límites claros. Una de las mayores necesidades en esta etapa es que los padres compartan con él o ella para que pueda percibir el apoyo de una familia que lo ama, y no lo va a dejar solo, sin importar la situación. Cualquier espacio es una oportuni- dad para conocer y reconocer sus gustos e intereses, así como a sus amigos y amigas. Es recomendable que los padres participen con ellos en momentos donde puedan compartir lo que le está pasando, como sus gustos, miedos, sensaciones y pensamientos, entre otros. Los adolescentes siguen necesitando de esta presencia y guía, sin importar que ya no sean los niños de antes. Es importante tener claro que es probable que en las relaciones con ellos existan más roces, por lo que “escoger las batallas” es una práctica que provee beneficios. Esto quiere decir que hay cosas que desde una visión de adulto son muy “sencillas”, pero el adolescente en esta etapa está sobrecargado y emocional- mente más sensible, por lo que puede percibir un simple comentario como una ofensa o amenaza y responder “defendiéndose”. Por esta razón, es necesario que se busque un equilibrio entre las exigencias y normas que se le piden, con las muestras de auténtico interés que él o ella perciba. Además, es recomendable tener en cuenta que el ejemplo enseña más que las palabras, por lo que los padres debemos demostrar con el ejemplo el respeto que esperamos recibir, así como la manera en que deseamos que se resuelvan los conflictos. En estas ocasiones, es necesario mantener la calma y propiciar un ambiente de armonía e intercambios saluda- bles donde existan diferentes opiniones. En estos casos, las figuras significativas de autori- dad deben trabajar en equipo y mostrarse de acuerdo ante los hijos acerca de las normas y responsabilidades de todos los miembros de la familia. Al respecto, es parte indispensable del rol paterno poner límites claros y decir que “No” en ocasiones en las que los hijos no van a estar de acuerdo. Para ello, es útil proveerles espacios de investigación y reflexión, permitir- les que se equivoquen buscando una solución a los problemas para que lleguen a esta por sus propios medios. El rol de los padres, al final del día, consiste en guiar a los chicos, no en darles la solución. A nivel educativo, nuestra institución ha respondido a través del tiempo a los ajustes precisos para adaptar sus servicios a las necesidades de los estudiantes y sus familias, manteniendo siempre como guía, nuestra misión en formar individuos felices en un ambiente sano y seguro. Este ambiente provee a los adolescentes la oportunidad para direccionar de la mejor manera los cambios experimentados, con especial énfasis en el desarrollo personal y emocional de los estudiantes. También se les proporciona en la experiencia del aprendizaje, la capacidad de actuar, descubrir por ellos mismos y construir el conocimiento con el apoyo necesario. Al respecto, en Middle School sabemos que la planificación educativa debe realizarse en función de las necesidades específicas de esta etapa de desarrollo: “Las investigaciones muestran que el planeamiento académico y la orientación para los jóvenes debe empezar desde que están en sexto grado, de manera que los estudiantes se preparen para el exigen- te currículo del High School y los retos de la universidad y campo laboral”. 2 Por esta razón en esta etapa se imparten materias electivas que les permiten explorar su identidad en un espacio más lúdico, para que puedan desem- peñarse en el High School con mayores herramientas emocionales y cognitivas. Algunos consejos para apoyar a los hijos en el estudio son los siguientes: 1. Continúe supervisando el trabajo escolar y su aprendizaje, explíqueles que la parte acadé- mica y su esfuerzo en este campo es tan importante como las energías que invierten en socializar con sus pares. 2. Como están tan sensibles a las emociones, pueden “amar u odiar” el colegio, motívelos a que busquen las partes que disfrutan y trate de encontrar con ellos las cosas que disfrutan en el día a día como el recreo, la clase de educa- ción física u otras. 3. Es normal que la carga académica incremente en el colegio y en las tareas en la casa, enfatice en el hogar la importancia de las tareas y prácticas en el aprendizaje, acompá- ñelos durante la investigación, y reconozca su esfuerzo. 4. Conozca a los profesores, y establezca un medio de comunicación para estar bien entera- do del desempeño de su hijo. 5. Colabore en las actividades escolares cada vez que pueda, en actividades extracurricula- res, partidos de selecciones, ferias científicas, proyectos de reciclaje, etc Finalmente es importante recordar que a pesar de los conflictos o situaciones difíciles, rescatar y reforzar los aspectos positivos es más útil que centrarse en los negativos. Cada palabra de aliento y motivación alimentan el espíritu y autoestima de los hijos, fortaleciendo su identidad. 1. Tomado de:www.unicef.org/adolescencia temprana. 2. Seizing the Middle Ground: Why Middle School Creates the pathway to college and the work force. En www.unitedwayla.org

Comprendiendo la Adolescencia Temprana

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Page 1: Comprendiendo la Adolescencia Temprana

Comprendiendo la Adolescencia Temprana: “Lo menos que podemos hacer,

en servicio de algo, es comprenderlo.”José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo y ensayista español.

Ana Lucrecia Chinchilla Sanóu Directora Middle School Saint Anthony School

Entre la protección y la independencia

Una de las mayores preocupaciones que se afrontan como padre y educador son los cambios que sobrellevan los niños cuando empiezan a dejar de serlo. La adolescencia es un proceso en el que se alcanza la madurez sexual y se utilizan los recursos psicológicos y sociales que se obtuvieron en el crecimiento previo, se elabora la propia identidad y se plantean los proyectos de vida. De manera que las condiciones y estímulos que se les brinda en esta etapa de desarrollo, influyen significati-vamente en la dirección que tomen, la construcción de su identidad en general y en el proyecto de vida que se planteen.

La adolescencia temprana inicia entre los 11 y 12 años y termina a los 14 años, aproxima-damente. Esta etapa de desarrollo en el ser humano se caracteriza por ser un período de cambios significativos en todos los aspectos. Quiere decir que los adolescentes inician su época de cambios físicos, cognitivos, emocio-nales y sociales, entre otros, cuando cursan sexto grado de la educación primaria. De acuerdo con la UNICEF “la adolescencia temprana debería ser una etapa en la que los niños y niñas cuenten con un espacio claro y seguro para llegar a conciliarse con esta transformación cognitiva, emocional, sexual y psicológica (…) y con el pleno apoyo de adultos responsables en el hogar, la escuela y comunidad”.1

Como padre o madre de familia, lo primero que debemos hacer es investigar y comprender sobre el proceso por el que nuestros hijos están pasando, de manera que podamos funcionar como un apoyo emocional seguro en esta etapa tan confusa. Además se debe saber qué se puede esperar y cómo responder ante los cambios experimentados y su influencia en la dinámica familiar.

A pesar de que los amigos empiezan a ser muy importantes en la vida de los hijos, y a la vez empiezan a buscar mayores espacios de soledad, siguen necesitando del cuidado y apoyo de sus figuras significativas, para que les guíen de manera activa en este proceso. Es importante brindar libertad y privacidad en un ambiente controlado, con las reglas y límites claros.

Una de las mayores necesidades en esta etapa es que los padres compartan con él o ella para que pueda percibir el apoyo de una familia que lo ama, y no lo va a dejar solo, sin importar la situación. Cualquier espacio es una oportuni-dad para conocer y reconocer sus gustos e intereses, así como a sus amigos y amigas. Es

recomendable que los padres participen con ellos en momentos donde puedan compartir lo que le está pasando, como sus gustos, miedos, sensaciones y pensamientos, entre otros. Los adolescentes siguen necesitando de esta presencia y guía, sin importar que ya no sean los niños de antes.

Es importante tener claro que es probable que en las relaciones con ellos existan más roces, por lo que “escoger las batallas” es una práctica que provee beneficios. Esto quiere decir que hay cosas que desde una visión de adulto son muy “sencillas”, pero el adolescente en esta etapa está sobrecargado y emocional-mente más sensible, por lo que puede percibir un simple comentario como una ofensa o amenaza y responder “defendiéndose”. Por esta razón, es necesario que se busque un equilibrio entre las exigencias y normas que se le piden, con las muestras de auténtico interés que él o ella perciba.

Además, es recomendable tener en cuenta que el ejemplo enseña más que las palabras, por lo que los padres debemos demostrar con el ejemplo el respeto que esperamos recibir, así como la manera en que deseamos que se resuelvan los conflictos. En estas ocasiones, es necesario mantener la calma y propiciar un ambiente de armonía e intercambios saluda-bles donde existan diferentes opiniones. En estos casos, las figuras significativas de autori-dad deben trabajar en equipo y mostrarse de acuerdo ante los hijos acerca de las normas y responsabilidades de todos los miembros de la familia. Al respecto, es parte indispensable del rol paterno poner límites claros y decir que “No” en ocasiones en las que los hijos no van a estar de acuerdo. Para ello, es útil proveerles espacios de investigación y reflexión, permitir-les que se equivoquen buscando una solución a los problemas para que lleguen a esta por sus propios medios. El rol de los padres, al final del día, consiste en guiar a los chicos, no en darles la solución.

A nivel educativo, nuestra institución ha respondido a través del tiempo a los ajustes precisos para adaptar sus servicios a las necesidades de los estudiantes y sus familias, manteniendo siempre como guía, nuestra misión en formar individuos felices en un ambiente sano y seguro. Este ambiente provee a los adolescentes la oportunidad para direccionar de la mejor manera los cambios experimentados, con especial énfasis en el desarrollo personal y emocional de los estudiantes. También se les proporciona en la experiencia del aprendizaje, la capacidad de

actuar, descubrir por ellos mismos y construir el conocimiento con el apoyo necesario.

Al respecto, en Middle School sabemos que la planificación educativa debe realizarse en función de las necesidades específicas de esta etapa de desarrollo: “Las investigaciones muestran que el planeamiento académico y la orientación para los jóvenes debe empezar desde que están en sexto grado, de manera que los estudiantes se preparen para el exigen-te currículo del High School y los retos de la universidad y campo laboral”.2 Por esta razón en esta etapa se imparten materias electivas que les permiten explorar su identidad en un espacio más lúdico, para que puedan desem-peñarse en el High School con mayores herramientas emocionales y cognitivas.

Algunos consejos para apoyar a los hijos en el estudio son los siguientes:

1. Continúe supervisando el trabajo escolar y su aprendizaje, explíqueles que la parte acadé-mica y su esfuerzo en este campo es tan importante como las energías que invierten en socializar con sus pares.

2. Como están tan sensibles a las emociones, pueden “amar u odiar” el colegio, motívelos a que busquen las partes que disfrutan y trate de encontrar con ellos las cosas que disfrutan en el día a día como el recreo, la clase de educa-ción física u otras.

3. Es normal que la carga académica incremente en el colegio y en las tareas en la casa, enfatice en el hogar la importancia de las tareas y prácticas en el aprendizaje, acompá-ñelos durante la investigación, y reconozca su esfuerzo.

4. Conozca a los profesores, y establezca un medio de comunicación para estar bien entera-do del desempeño de su hijo.

5. Colabore en las actividades escolares cada vez que pueda, en actividades extracurricula-res, partidos de selecciones, ferias científicas, proyectos de reciclaje, etc

Finalmente es importante recordar que a pesar de los conflictos o situaciones difíciles, rescatar y reforzar los aspectos positivos es más útil que centrarse en los negativos. Cada palabra de aliento y motivación alimentan el espíritu y autoestima de los hijos, fortaleciendo su identidad.

1. Tomado de:www.unicef.org/adolescencia temprana. 2. Seizing the Middle Ground: Why Middle School Creates the pathway to college and the work force. En www.unitedwayla.org