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Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XVIII (48), 183 - 192, 1980 COMUNICACION DE MASAS, IDEOLOGIA DOMINANTE y REACCION "CONTESTATARIA" "El oprimido hace el mundo, él no tiene más que un lenguaje activo, transitivo: el opresor lo conserva, su palabra es plena, intransitiva, gestual, teatral: es el mito. El lenguaje del primero pretende transformar, el lenguaje del otro, eternizar". Roland Bartñes (1) INTRODUCCION Vivimos en una sociedad de mitos, de masificación y de reproducción continua de la ideología dominante. Es nuestro siglo, el siglo de la comunicación colectiva, del bombardeo de mensa- jes estandarizantes y estereotipados que, como productos culturales a repetición y de carácter eminentemente propagandístico, imponen una vi- sión del mundo compatible con el mantenimiento del poder y de las estructuras establecidas. El dominio que ejerce una clase sobre otra en todos los niveles es sólo el reflejo en pequeña escala de la relación que existe entre los países dependientes y las metrópolis. Todo el sistema está condicionado para el ocultamiento de la realidad y, aún más, para el enmascaramiento de las posibilidades de liberación. Nuestro interés, en este artículo, es únicamente ordenar algunas ideas en torno a este fenómeno y señalar cómo la "contestación" y la problematización de la realidad (desenmascara- miento) no vienen a ser más que el primer paso necesario a todo cambio. Como el estudio de los productos culturales como prácticas significantes (1) Barthes, Roland. Mythologies. Paris: Edi- tions du Seuil, 1957; p. 258. (2) Onimus, Jean. Les idélogies dans le mon- de actuel. Paris: Centre d'études de la civihsation contem- poraine, 1971~ p. 7. María Pérez Yglesias posibles de analizar semiológicamente está com- prendido en el campo de nuestro interés, creímos necesario partir de una definíción de la ideología, de su situación a nivel semiótico, para luego estudiar la ideología dominante, con sus mecanis- mos de reproducción y de enajenación, para finalizar con algunas ideas sobre la función de los intelectuales y la creación "contestataria". El todo en función de una realidad concreta, la de América Latina. UNA CONCEPCION DE LA IDEOLOGIA Cualquiera que hable de ideología y trate de defmirla, se encuentra dentro del campo ideológi- co, y la simple escogencia de una definición frente a otra coloca al individuo en una posición ideológi- ca: "la ciencia de la ideología es ella misma una ideología, funciona como tal y debe afirmarse como tal" (2). Marx, en La ideologia alemana, ofrece la primera definición precisa del término: "una imagen invertida de la condición real de los hombres, y donde esa inversión se explica por procesos históricos y sociales reales" (3); en Miseria de la filosofta, señala asimismo que la ideología es el conjunto de creencias religiosas, filosóficas, políticas, morales, que expresan una fase determinada de las relaciones económicas (de producción y de trabajo) y en consecuencia sirven a los intereses que prevalecen en cada fase de esas relaciones" (4). Además, para Marx, la superestruc- tura está íntimamente ligada y condicionada por la (3) Marx, Karl. et Engels, Friedrich. L 'idéo- logie allemande. Premiére partie. Paris: Editions Sociales, 1974. (4) Marx, Karl. Misére de la philosophie. Paris: Union Générale des Editions, Coll. 10/18, 1964; p. 414.

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Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XVIII (48), 183 - 192, 1980

COMUNICACION DE MASAS, IDEOLOGIA DOMINANTEy REACCION "CONTESTATARIA"

"El oprimido hace el mundo, él no tiene más que unlenguaje activo, transitivo: el opresor lo conserva, supalabra es plena, intransitiva, gestual, teatral: es el mito.El lenguaje del primero pretende transformar, el lenguajedel otro, eternizar".

Roland Bartñes (1)

INTRODUCCION

Vivimos en una sociedad de mitos, demasificación y de reproducción continua de laideología dominante. Es nuestro siglo, el siglo de lacomunicación colectiva, del bombardeo de mensa-jes estandarizantes y estereotipados que, comoproductos culturales a repetición y de caráctereminentemente propagandístico, imponen una vi-sión del mundo compatible con el mantenimientodel poder y de las estructuras establecidas. Eldominio que ejerce una clase sobre otra en todoslos niveles es sólo el reflejo en pequeña escala de larelación que existe entre los países dependientes ylas metrópolis. Todo el sistema está condicionadopara el ocultamiento de la realidad y, aún más,para el enmascaramiento de las posibilidades deliberación. Nuestro interés, en este artículo, esúnicamente ordenar algunas ideas en torno a estefenómeno y señalar cómo la "contestación" y laproblematización de la realidad (desenmascara-miento) no vienen a ser más que el primer pasonecesario a todo cambio. Como el estudio de losproductos culturales como prácticas significantes

(1) Barthes, Roland. Mythologies. Paris: Edi-tions du Seuil, 1957; p. 258.

(2) Onimus, Jean. Les idélogies dans le mon-de actuel. Paris: Centre d'études de la civihsation contem-poraine, 1971~ p. 7.

María Pérez Yglesias

posibles de analizar semiológicamente está com-prendido en el campo de nuestro interés, creímosnecesario partir de una definíción de la ideología,de su situación a nivel semiótico, para luegoestudiar la ideología dominante, con sus mecanis-mos de reproducción y de enajenación, parafinalizar con algunas ideas sobre la función de losintelectuales y la creación "contestataria". El todoen función de una realidad concreta, la de AméricaLatina.

UNA CONCEPCION DE LA IDEOLOGIA

Cualquiera que hable de ideología y trate dedefmirla, se encuentra dentro del campo ideológi-co, y la simple escogencia de una definición frentea otra coloca al individuo en una posición ideológi-ca: "la ciencia de la ideología es ella misma unaideología, funciona como tal y debe afirmarsecomo tal" (2). Marx, en La ideologia alemana,ofrece la primera definición precisa del término:"una imagen invertida de la condición real de loshombres, y donde esa inversión se explica porprocesos históricos y sociales reales" (3); enMiseria de la filosofta, señala asimismo que laideología es el conjunto de creencias religiosas,filosóficas, políticas, morales, que expresan unafase determinada de las relaciones económicas (deproducción y de trabajo) y en consecuencia sirvena los intereses que prevalecen en cada fase de esasrelaciones" (4). Además, para Marx, la superestruc-tura está íntimamente ligada y condicionada por la

(3) Marx, Karl. et Engels, Friedrich. L 'idéo-logie allemande. Premiére partie. Paris: Editions Sociales,1974.

(4) Marx, Karl. Misére de la philosophie.Paris: Union Générale des Editions, Coll. 10/18, 1964; p.414.

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infraestructura -"la clase que dispone de losmedios de producción material dispone al mismotiempo de los medios de producción intelectual"(5)- y la ideología, ese conjunto de representacio-nes, está desde luego ligada a la vida material.Según Lapierre, "ella designa, entonces, todaforma de la conciencia inmediata de la vida social,toda expresión espontánea de la experiencia vividade la realidad, por los grupos de hombres históri-camente situados" (6). Althusser, uno de losneo marxistas más interesados en el fenómeno de laideología, ve en ella "la expresión de la relación delos hombres con el mundo y la relación imaginariade éstos con sus condiciones reales de existencia"(7); según él, este sistema de representaciones tienesu propia lógica y está dotado de un rol históricoen cada sociedad (8), aunque no posea existenciapropia, ya que sus cambios, así como los de las for-mas de conciencia convergentes, están determinadospor las transformaciones sociales objetivas (9). Lasimágenes, los conceptos, los mitos, se imponen a lamayoría de los hombres sin pasar por su concien-cia; son objetos culturales percibidos, aceptados,seguidos y que hacen actuar a los individuos pormedio de un proceso que se les escapa: "loshombres viven su ideología ... no como una formade conciencia, sino como un objeto de su mundo,como su mundo mismo" (10), y así los hombresque tratan de servirse de la ideología como de uninstrumento, o como un modo de acción, seencuentran atrapados por ella y son concernido sen el momento que la utilizan y creen dominarla"(11).

Para el marxismo, pues, la ideología esindispensable a toda sociedad para formar a sushombres, transformarlos y hacerlos capaces de

(5) Marx, Karl et Engels Friedrich. Op. cit. p.86.

(6) Lapierre, Jean-William. "Qu'est-cequ'une idélogie ", en Les idéologies dans le monde actuel.Paris: Centre d 'études de la civilisation contemporaine,1971; p. 28.

responder a las exigencias de sus condiciones deexistencia (12).

El material ideol6gico como práctica significante

Enrico Carontini, haciendo referencia aMedvedev, dice que "una teoría de las ideologíasno podía en efecto constituirse, sin analizar poruna parte, las particularidades y las formas delmaterial ideológico organizado como un materialsignificante y, por otra parte, las particularidades ylas formas de la comunicación social de quienesrealizan esta significación" (13); y, refiriéndose ala semiótica, agrega: "el lugar de la semiótica seveía perfectamente designado en un proceso deformalización y de modelización de las prácticassignificantes" (14). Es decir, para los formalistasrusos y más tarde para Julia Kristeva, el lugar de lasemiótica debe ser el de la construcción de unaaxiomática de las prácticas signiftcantes, prácticasincluidas como parte del texto general de lahistoria y de la cultura. Hasta esa nueva concep-ción, la semiología, concebida como ciencia de lossignos, anclada en esta civilización que gira alre-dedor del intercambio de productos ya termina-dos, no tomaba en consideración el proceso deproducción, ni se ocupaba del sentido anterior alsentido, sino de una etapa posterior, la de lacomunicación. Por eso puede decirse que se pasade una semiología de la comunicación a unasemiología de la productividad. Sin embargo,nuestro objetivo no es el de explicitar las diferen-tes definiciones o cambios dentro de la ciencia dela semiología sino ver a qué nivel se sitúa elproblema de la ideología dentro de este campo.Para eso hemos escogido tres semiólogos, con

(10) Althusser, Louis. Op cit., p. 123.

(11) Althusser, Louis. "La filosofía ccmoarma de la revolución", en Cuadernos del pasado ypresente, N? 14, cuarta edición, 1972; p. 50.

(7) Althusser, Louis. "Marxisme et humanis- (12) Althusser, Louis. "Marxisme et huma-me". Paris: Cahiers de I'lSEA (M 20), ~ 150, 1964; p. nisme ", p. 126.124.

(8) Ibid, p. 121.

(9) Millau, J. Introducción de L 'idéologieallemande, p. 17.

(13) Carontini, Enrico et Péraya, Daniel. Leprojet sémiotique. Paris: Edit. Universitaires Jean PierreDelarge, 1975; p. 136.

(14) Ibidem.

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orientaciones muy diferentes, que sitúan la ideolo-gía dentro del sistema: Julia Kristeva, PierreGiraud y Roland Barthes.

Julia Kristeva afirma que "la semiótica nopuede hacerse más que como una crítica de lasemiótica que hable sobre otra cosa que la semióti-ca: la ideología" (15), e insiste en que se puedesostener que la semiología es esa ciencia de lasideologías "que uno ha podido sugerir en la Rusiarevolucionaria pero también una ideología de lasciencias" (16). Sirviéndose de modelos lingüísti-cos, matemáticos y lógicos, y uniéndolos con lasprácticas significantes que ella aborda, Kristevaconstituye un hecho, además de teórico y científi-co, ideológico, que "desmitifica la exactitud y lapureza de las ciencias dichas humanas" (17). En suartículo "El engendramiento de la fórmula", Kris-teva define el texto y distingue dos niveles: elfeno-texto (estructura significante) y el geno-texto(productividad significante). A la función comuni-cativa del feno-texto, opone la producción signi-ficativa del geno-texto; y desde su concepción, laideología está en la génesis, en el nivel de laproductividad significante: "pensar el feno-texto

como una fórmula exige que uno abra en él uncorredor de reminiscencia doble -a la vez hacia elproceso simbólico matemático que la significan-cia '" encuentra practicándola en la lengua, y haciael cuerpo ideológico/mítico, quien satura cadabloque de la historia monumental" (18).

Para Pierre Guiraud, la función y el sentidode la ideología están menos en el repertorio desímbolos -quienes significan sus conceptos opera-cionales- "que en la estructura profunda, es deciren la distribución de esos símbolos, a partir de unmodelo serníológíco", y continúa: "Es a ese nivelsolamente que uno puede esperar aprehender ydefinir las relaciones entre el pensamiento y lalengua; entre una ideología y una cultura" (19).

Roland Barthes, por su parte, en sus Elemen-tos de semiologia y en Mitologias, sitúa la ideolo-gía al nivel de la connotación: "Estos significadosestán íntimamente relacionados con la cultura, elsaber, la historia, y podríamos decir que es a travésde ellos como el mundo penetra en el sistema. Laideología sería, en definitiva, la forma de lossignificados de connotación, mientras que la retóri-ca sería la forma de los connotadores" (20).

3. Connotación Significante: retórica Significado: ideología I2. Denotación: Significante Significado

Metalenguaje

1. Sistema real Sigte-Sigdo (21)

* En francés signifiance, término definido por Kris-teva como: "una infinidad diferenciada en la que lacombinatoria ilimitada no tiene jamás límite", En"El texto y su ciencia", artículo de Semiotiké.Paris: Editions du Seil, 1969, p. 10.

(1S) Kristeva, Julia. Semiotiké, recherchepour un sémanalyse. Paris: Coll. Tel Quel, Edit. du Seuil,1970;p.31.

(16) Ibid, pp. 31-32

(17) Ibid, p. 32.

(18) Ibid, p. 287.

(19) Guiraud, Pierre. "Langage et idéologie",en Les Ideologies dans le monde actuel, p. 114.

(20) Barthes, Roland. Elementos de semiolo-gía. Madrid: segunda edición, Alberto Corazón, editor,1971;p.93.

(21) Ibid, p. 94.

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Aunque con sistemas de pensamiento dífe-rentes, estas observaciones tienen en común, comoya hemos dicho, situar el problema de la ideologíadesde un punto de vista serniol6gico: en los trescasos se coloca la ideología a nivel de génesis,o deestructura profunda, o de connotación, situaciónprivilegiada y condicionante del nivel de la explica-ción, de la fórmula, de la estructura superficial, dela denotación: "la ideología es un proceso dereconocimiento/desconocimiento, puesto que ellaindica los problemas reales pero deformándolos,dándoles una falsa respuesta" (22).

Como prácticas significantes, los textos pro-ducidos con diferentes instrumentos y reproduci-dos por los diferentes medios de comunicación demasas, juegan -como ya se ha afirmado- un papelfundamental en nuestro siglo XX y en nuestraAmérica Latina. Desde el punto de vista delestudio científico, es la semiología la que va apermitir -con sus diferentes enfoques y los dife-rentes instrumentos que utiliza- penetrar en eltrasfondo ideológico, primero haciendo un análisisintrínseco, estructural, y ahora como prácticasocial anclada en la sociedad que le da origen.

Una vez explicitada la noción de ideología ysu situación dentro de un sistema semiológico, esimportante reflexionar sobre la ideología dominan-te, su relación con los productos culturales y sufunción enajenante.

Reproducción de ideología dominante

Para Marx, la ideología es siempre aquella dela clase dominante; Althusser define la ideologíadominante (abre la posibilidad a otras ideologías)como "la ideología de la clase dominante, y que lesirve no solamente para dominar a la clase explota-da sino también para constituirse en clase domi-nante ella misma, haciéndole aceptar como real yjustificada su relación vivida del mundo" (23), y

(22) Carontini, Enrico, et Péraya, Daniel.Op. cit., p. 144.

(23) Althusser, Louis. "Marxisme et huma-nisme", p. 125.

(24) Ibid, p. 126.

(25) Lapierre, Jean-Wi11iam. Op. cit., p. 15.

continúa: "en una sociedad de clases, la ideologíaes la unión por la cual, y el elemento en el cual, larelación de los hombres con sus condiciones deexistencia se regla en interés de la clase dominan-te" (24). La ideología disfraza eso que ellaexpresa, transforma los intereses particulares eninterés general o en ideal desinteresado, se encargade esconderle a la clase dominante todo eso quepudiera afectar su dominación: "nos instala en ununiverso moralmente seguro e intelectualmenteconfortable, donde nuestros comportamientos sonjustificados y nuestros intereses legitimados" (25).Esa función hace que nos sintamos justos y quenos vean justos aquellos que piensan como noso-tros, ya que la ideología "no busca comprendereso que es, sino justificar eso que se hace" (26).Esta es la razón por la cual su reproducción noprocede solamente de la lucha de clases: todoconflicto que suscite discusión, que provoqueoposición, es susceptible degenerar ideología (27).Por esto A. Nicolai afirma que "toda clase domi-nante elabora una concepción del orden natural,social, aun sobrenatural, que trata de imponer a losdemás" (28). La clase dominante llega a creertanto en su axiología que trata de imponerla comoúnico sistema de valores válido, formando inclusouna imagenmítica de la sociedad.

Es esa mitificación o desfiguración quepermite la ideología 10 que hace posible que laclase dominante se sirva de ella: "La clase domi-nante no manipula cínicamente, de manera lúciday reflexiva su propia ideología, ella cree en ella, yla elabora con más o menos cuidado... Las clasesdominadas deben también asimilar esta ideologíade manera que la clase dominante cumpla su rolhistórico" (29).

Es innegable que los países desarrolladosmantienen en parte sus privilegios porque existenen los dominados una serie de valores, aspiracio-nes, mitos -aprehendidos de la sociedad "cen-tral" - compatibles con esos privilegios. Así, por

(26) Ibid, p. 20.

(27) Ibid, p. 24.

(28) Nicolai, A. "Analyse économique duconcept de domination ", en L 'économie et les sciencessociales. Paris: 1967, p. 560.

(29) Tosel, André. "Idéologisation et théoriede l'idéologie", en Les idéologies dons le monde actuel, p.224.

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COMUNICACION, IDEOLOGIA, REACCION CONTESTATARIA

medio de la aculturación, los países dependientesadquieren hábitos de consumo o modos de vidaque no están de acuerdo ni con su idiosincracia, nicon su tipo de evolución, ni con sus posibilidadeseconómicas, pero que cumplen la función de sólidasamarras a la sociedad hegemónica.

La ideología dominante, entonces, contribu-ye a formar determinados intereses de clase y adefenderlos (30), y son los medios de comunica-ción de masas -caracterizadores de nuestra épo-ca-, con su conjunto de mensajes implícitos yestructurados que representan los valores de unaclase social determinada, los que se encargan dedefender los intereses de dicha clase y mostrarcomo inaceptable todo lo que se le oponga. Loimportante, como lo señalan Mattelart yDorfmann en Para leer el Pato Donald, no son losmensajes explícitamente falsos, lo que importa esel contenido latente de todas esas transmisionescon apariencia de única verdad. Así, todos losfenómenos, todos los procesos sociales, son reduci-dos a la escala de sistema de valores de la clasedominante a través de una serie de mecanismoscomo el mito, las representaciones colectivas, losestereotipos, que cumplen una función enajenanteen cuanto ocultan la producción, se dan como algoque existe y que debe ser creído y aceptado sincuestionamientos.

Mecanismos de reproducción de ideología y ena-jenación

El sentido manifiesto del mito "esconde unamultiplicidad de significaciones latentes, a travésde las cuales toda una cultura se recuerda supropio recordar y se transmite de generación engeneración, se pregunta (y se responde) sobre suorigen o sobre su fín, se sitúa y se funda sobre elorden cósmico" (31). El mito, según Barthes, nopuede defmirse por su objeto ni por su soportematerial -ya que no importa qué materia puedeser dotada de significación-, lo único que interesaes que la palabra mítica está formada de unamateria ya trabajada en vista de la comunicación.

(30) Mattelart, Armand y otros. Los mediosde comunicación de masas. La ideología de la prensaliberal. Buenos Aires: El Cid Editor, 1976; p. 23.

(31) Lapierre, Jean-William. Op. cit." p. 14. 32.

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Para él, la mitología forma parte de la semiologíacomo ciencia formal y de la ideología comociencia histórica, y se encarga de estudiar las ideasen forma: el mito se construye a partir de unacadena semiológica que ya existe: el signo delprimer sistema es el significante del segundo, enconsecuencia el significante es a la vez términofinal del sistema lingüístico y tema inicial delsistema mítico. El mito posee, por esta razón, unacantidad ilimitada de significantes, y es estarepetición del concepto a través de formas dife-rentes lo que lo hace tan importante dentro de unasociedad (un sistema extraordinario de reproduc-ción de ideología dominante). Existe, en el mito,una característica fundamental: él no oculta nada,no hace desaparecer nada, lo que hace es deformarel sentido (enajenado); es capaz de naturalizar losconceptos y a menudo se motiva analógicamente,característica que lo hace verosímil. El mito es unapalabra más definida por su intención que por suforma externa, y tiene un carácter interpelativo,imperativo. Al naturalizar, el consumidor de mitoslo toma por un sistema de hechos y no de valores:"el mito no niega las cosas, su función es, alcontrario, hablar de ellas; simplemente él laspurifica, las inocenta, las funda en natura y eneternidad; él les da la claridad que no es aquella dela explicación sino aquella de la constatación"(32).

Otro de los instrumentos utilizados por la ídeolo-gía dominante para mantener su hegemonía es lacreación de estereotipos. Estos son modos subjeti-vos, valorativos, de la sociedad. El estereotiposocial "es un producto elaborado por la clasedominante" (33) y expresa la visión de esa claseacerca de algo que, una vez que se impone, se tomacomo una generalización, como una verdad nocuestionada, y se utiliza para fínes particulares dedominio.

Es a través, entonces, de una serie demecanismos de reproducción de ideología domi-nante que se enajena al hombre. Marx afirma quela enajenación en el sistema capitalista se producecuando se niega al hombre su calidad de productor

(32) Barthes, Roland. Mythologies, p. 252.

(33) Mattelart, Armand, y otros. Op. cit., p.

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y se concibe al producto como algo extraño, ajenoal trabajo, independiente de la producción; para élesta enajenación está en la base de todas las demás(34). F. Perroux, por su parte, considera que ladesenajenación sólo se produce en el momento enque se eliminan todas las enajenaciones, las infraes-tructurales y las superestructurales, en tanto quepara Marx lo fundamental es la desaparición de lasprimeras. Asimismo, Perroux sostiene que "lossujetos se humanizan y son humanizados, sedesenajenan y son desenajenados por la alianza deuna desenajenación personal y una social, ambashistóricas" (35). Luckacs afirma que la despersona-lización de una clase por otra sólo es posible en elmomento en que sus leyes son aceptadas comonaturales; y es en el momento en que se tieneconciencia de la no naturalidad de esas leyes, queempieza la desenajenación y la personífícacióncolectiva. En otras palabras -y aquí nos apartamosdel marxismo ortodoxo- no habría enajenaciónsin introyección, sin místificación aceptada, sinfalsa conciencia.

Joseph Gabel, en Sociologta de la alienación,parte de una concepción un tanto distinta de laenajenación, pues da importancia fundamental a lapolítica y a sus problemas de cosificación y falsaconciencia, pero plantea los problemas del tercermundo en términos de enajenación/desenajena-ción, con una posición no lejana de la marxista:"la primera estructura fundamental concierne a ladialéctica de la desposesión y de reconquista de lalegítima posición, con sus incidencias sobre lapersonalidad histórica" (36). La colonización reali-zó la yuxtaposición mecánica y despersonalizantede elementos culturales de variados orígenes (elsincretismo americano de que hablaba Alejo Car-pentier), y nuestra misión es la de reclamar el sernosotros mismos. El hombre, pues, se enajena en la

(34)pp. 68-<i9.

Marx, Karl et Engels, Fredrich, Op. cit.,

(35) Perroux, Francois. "Aliénation et créa-tíon collective", en Revue Cahiers de l'[SEA (M20), NO150, 1964;p. 23.

(36) Gabel, Joseph. Sociología de la aliena-ción. Buenos Aires: Arnorrortu Editores, 1973; p. 66.

imitación, en la copia de lo que no le pertenece niestá en su origen; la enajenación en este sentido escontraria a la creación y es eso precisamente lo quesucede en las sociedades dependientes: "paradesalienar, es necesario comprender la estructurade poderes, intersubjetivos, que él sirve" (37).Alain Touraine, por su parte, habla de las enajena-ciones de los países dependientes y piensa que sumayor enajenación es precisamente tratar de lu-char contra la dependencia sin poseer los instru-mentos para conocerse a sí mismos, ya queintentan hacerlo con doctrinas que les aplicancategorías elaboradas por y para otras sociedades(38). Así, la desenajenación para nuestro continen-te partiría del conocimiento de sus problemas, dela concientización, del descubrimiento de los mitosen que estamos subsumidos, y, desde luego, delintento de crear, de tecnificarnos, de ser cada unocomo individuo, cada sociedad como nación, noreproducción de ideología exterior, sino desarrollode lo propio, aprovechando, si se quiere, lopositivo de otras culturas. Pero todo el aparato seencarga de imponer al individuo la legitimación dela ideología dominante. Antonio Pascuali conside-ra que los mecanismos de enajenación se hanmultiplicado con el advenimiento de la sociedad demasas, sobre todo los de tipo socio-cultural,aunque afirma que "la propiedad privada de losinstrumentos de producción material o culturalque ella sea, sigue siendo, por ejemplo, la granmatriz común de todas las enajenaciones comu-nes" (39).

La sociedad capitalista ha utilizado sus espe-cializadas y extraordinarias técnicas de comuni-cación para establecer un dominio de la situaciónmás sofisticado y a la vez más seguro. Comoafirman Max Weber (40) y Jean Remy (41), elcapitalismo ya no necesita ideólogos; una vez en el

dantes. Belgique: Editorial Duculot, S.A., 1976; p. 57.

(39) Pascuali, Antonio. Comunicación y cul-tura de masas. Venezuela: Monte Avila Editores, Terceraedición, 1976; p. 41.

(40) Weber, Max. Economie et société. To-mo I. Paris: Plon, 1971.

(37) Perroux, Francois. Op cit., p. 46. (41) Rerny, Jean, et autres. Produire ouréproduire? Une sociologie de la vie cuotidienne. Bruxe-

(38) Touraine, Alain. Les sociétés dépen- lles: Les Editiones Vie Ouvriere, 1978.

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COMUNICACION, IDEOLOGIA, REACCION CONTESTATARIA

poder, lo único de que tiene necesidad es de lamayor cantidad de mecanismos de reproducción.Desde este punto de vista, son claras e inquietanteslas palabras del japonés Segeto Tsuru, citadas porShiller: "En este mundo de comercialismo ultra-potente, hay que hablar de una nueva especie dealienación para los individuos que viven en unaciudad capitalista. Si existiera algún lugar en latierra que utilizase la desarrolladísima técnicaactual de las comunicaciones con el único fln desatisfacer las exigencias culturales autónomas desus miembros, sería para nosotros una experienciaextraordinariamente vivida, porque cada día, horatras hora, no podemos huir del asalto, sutil o rudo,del moderno comercialismo de la sociedad capita-lista" (42).

Productos culturales e instrumentos de reproduc-ci6n

La tira comica, la televisión, el cine, elperiodismo, etc., conjunto de "mass media", sonpor supuesto algunos de los más importantesinstrumentos reproductores de ideología. Ellos,como las otras manifestaciones (a menudo indivi-duales) de nuestra cultura, constituyen un produc-to cultural. Althusser, en su artículo "Ideología yaparatos ideológicos del Estado", defme el campocultural como "un cierto número de realidades quese presentan al observador inmediato bajo la formade instituciones distintas y especializadas" (43), eincluye los aspectos de información y culturalespropiamente dichos, al lado de los religiosos,políticos, familiares y sindicales. Estos elementosconstituyen los aparatos ideológicos del estado,que difieren del aparato represivo por el hecho defuncionar con la persuación y no con la fuerza o laviolencia. El campo cultural sería entonces unproducto superestructural de las relaciones econó-micas -infraestructurales- de producción y detrabajo.

(42) Citado por Schiller, Herbert, en Elimperialismo USA de la comunicación de masas. España:Akal Editor, 1977; p. 124.

(43) Althusser, Louis. "Idéologie et appareilsidéologique de l'etat", en La pensée, N'J 151, 1970, p.13.

(44) Camacho, Daniel. La dominación cultu-ral en el subdesarrollo, Costa Rica: Editorial Costa Rica,1972; p. 24.

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En La dominación cultural en el subdesarro-llo, Daniel Camacho afirma que la "transmisión depautas de los países desarrollados hacia los paísessubdesarrollados ... (es) provocada por las relacio-nes económicas y ejercida por los países desarrolla-dos con el auxilio de las clases dominantes localesdel país subdesarrollado. Ella permite, entre variascausas, la existencia de otros tipos de dominación,como son la política y la militar" (44). Estas clasesdominantes locales, usualmente poseedoras delpoder económico, de los medios de comunicaciónmás importantes, tienen el estado a su servicio.Althusser mismo afirma que "ninguna clase puederetener el poder del estado de manera durable sinejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y enlos aparatos ideológicos" (45). Si se establece larelación clase dominante/clase dominada, paísdominante/país dominado, o país desarrolla-do/país subdesarrollado, se podría ampliar laafírrnacíón de Althusser y decir que ningún estadopodría mantener su dominación sobre otro sinejercer la hegemonía sobre los aparatos ideológicosde los estados dominados: "Basta que estos valoressean adoptados por grupos o clases intermedias,que proporcionan los representantes del orden, loscuadros del ejército, de la policía, de la magistra-tura, de la enseñanza, para que una clase escépticasiga dominando a una clase incrédula" (46).

Si se analiza la situación de subdesarrollo, seobserva la imposibilidad de separar el aspectoeconómico del cultural, puesto que la economíadetermina la ideología dominante y las caracterís-ticas culturales que a la vez le sirven comorefuerzo. Las sociedades periféricas se adaptan alas necesidades de las sociedades dominantes:"todos esos mensajes culturales plasman necesida-des concretas de la metrópoli, en un momentodeterminado, tanto en su empresa de pacificacióninterna, como en su proyecto expansionista" (47);por lo tanto, "el centro hegemónico, la economíadominante y las clases dominantes locales imponen

(45) Althusser, Louis. "Idéologie et appareilidéologique de l'état", p. 15.

(46) Nicolai, A. Op. cit., 449.

(47) Mattelart, Armand. La cultura comouna empresa multinacional. México: Serie Popular ERA,segunda edición, 1976; p. 11.

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a la sociedad dominada una ideología y unacultura que sostienen la dominación económica"(48). De este modo, sólo controlando, sólo tenien-do conciencia de la cultura y de la ideologíadominantes, se sería capaz de iniciar el camino dela liberación, de liberarse del domínío porque, enrealidad, la función de la cultura.dominante y sucontinua reproducción, es la de impedir a lasociedad humana adquirir conciencia del verdaderosentido de la dominación de la que es víctima.

Los intelectuales y la "contestación" cultural

Alain Touraine aftrma que "el drama de unasociedad económicamente dependiente es el sertambién intelectualmente dependiente. Eso que seha llamado efecto de demostración se aplica a lasnociones mucho más que a los bienes de consumo.Es característico a la naturaleza de estas sociedadesabordar su propia acción con instrumentos deanálisis inadecuados o peligrosamente falsos" (49);por eso, dice, los sociólogos deben jugar el rol de"ayudar a esta toma de conciencia criticando,relativizando, haciendo entonces inutilizables lasnociones y las imágenes que los intelectualesdependientes buscan coger a nuestra cultura [fran-cesa]" (50). Touraine se reftere a la influenciaeuropea en América Latina, pero su opinión cubretambién la que ejercen hoy en día los EstadosUnidos, mucho más fuerte aún.

Si utilizamos la noción de estructura elemen-

EJE I SIlMr

(toma de conciencia)(desenmucanmiento)

tal de signiftcación, representada en el cuadrosemiótico que emplea A. J. Greimas en su Proyec-to semiótica (51) y en Del sentido (52), para hacerel análisis de los semas (o grandes unidadessigniftcadas) que se encuentran a la base de lasprácticas signiftcantes o textos que surgen comooposición a otros textos (en este caso a losreproductores de ideología dominante), es decir,de los textos de una u otra forma "contestatarios",encontramos que todo el juego se da entre elocultamiento o la máscara y el desenmascaramien-to o concientización. Las tres dimensiones delmodelo (ejes, esquemas, deixis) contraen entreellas relaciones que le sirven a cada uno de esostérminos para deftnirse. En los ejes, que funcionanpor una relación de contrariedad, se colocan, en unextremo, los términos de saber, desmitiftcación,desestereotipación, concientización, libertad, etc.(es decir, todos los términos de desenajenación), yen el extremo opuesto, su contrario: ignorancia,mitos, estereotipos, dependencia (es decir, el en-mascaramiento o mantenimiento de la enajena-ción). En los esquemas que sufren la relación decontradicción se opondrían el enmascaramientodel no saber, de la no desmitiftcación, de la nodesestereotipación, de la no liberación (es decir,del no desenmascaramiento), y al otro extremo elno enmascaramiento de la ignorancia, de la mítifi-cación, de la estereotipación, de la dependencia.Desde luego, las dos deixis entrarían en unarelación de implicación, de presuposición simplede un término por el otro: el saber implicaría la noignorancia y la ignorancia implicaría el no saber.Veárnoslo gráficamente:

CONTRARIEDADignorancia

(desconocimiento)(múcan)

EJE 2 no ignOffl1lcia(no múcar. de11i¡noroncia)

(48) Camacho, Daniel. Op. cit., p. 115.

(49) Touraine, Alain. Op. cit., p. 51.

(50) Ibid, p. 162.

CONTRARIEDAD110saber

(no desenmascara-miento del saber)

(51) Gremias, A. J., et Courtés, J. Sémioti-que, dictionnaire raisonné de la théorie du langage. Paris:Hachette Université, 1979.

(52) Gremias, A. J. Du sens. Paris: Editionsdu Seuil, 1970.

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COMUNICACION,IDEOLOGIA, REACCION CONTESTATARIA

Greimas plantea el juego en las relaciones dela estructura elemental, en el plano de la defínicíónde reglas, trabajando con base en prescripciones(ley-convención social) y prohibiciones. En estecaso, la sociedad prescribe ideatmente el saber ycondena la ignorancia; sin embargo, como lasociedad basa sus leyes en la ideología dominantey las convenciones tácitas son las impuestas por ladominación, para la dominación lo prescrito es laignorancia, la máscara y lo prohibido el saber, eldesenmascaramiento: se enmascara la realidad y laposibilidad de liberación a través de la reproduc-ción de ideología dominante. Así, la dependenciaimplica el enmascaramiento de las posibilidades delibertad y la libertad, el enmascaramiento de ladependencia. El primer objetivo de muchas de lasmanifestaciones abiertamente "contestatarias" esla búsqueda del saber-verdadero, o la búsqueda deuna conciencia de la máscara * (53).

Ahora bien, es claro que el cuadrado semíó-tico revela la problemática epistemológica y portasobre las condiciones de la existencia, de laproducción de la signífícacíón y del quehacermetodológico aplicado a los objetos lingüísticosconcretos, en nuestro caso, como se trata deobjetos sígnicos muy diversos y se parte del textocomo práctica signíficante (esas grandes unidadessignificadasdeben articularse en una multiplicidadde unidades sígnifícantes) anclada en un contextohistórico-social: el sistema capitalista como tal y elintento de pasar de este sistema a otro ("bloqueshistóricos" los llama Gramsci), donde prevalezca elinterés de las mayorías. Ya habíamos planteadocon Althusser cómo la clasedominante en el poder-reproduciendo continuamente su ideología- fun-ciona a través de la persuasión o de la represión(existen ambas, lo que se da es un predominio deuna sobre la otra); se dice entonces que un buensistema de persuasión (familia, religión, educación,

• No puede negarse la existencia de otros tipos detextos que surgen en oposición a los dominantes,como el caso de la llamada poesía de vanguardia,que marcó una "revolución", un cambio radical,pero que no se dio explícitamente como unaoposición al sistema, aunque finalmente se leopuso. Son útiles los análisis que sobre este tipo detextos realizan Phillipe Sollers y, sobre todo, JuliaKristeva (al respecto, ver la cita 53).

(53)mme", en

Entre otras: Sollers, Phillipe. "Progra-Tel Quel NO 31, 1967; "La science de

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organizacionesetc.) reduce al mínimo la necesidadde un aparato represivo, ya que presenta laestructura persuasiva como natural, lógica, legíti-ma, y, como tal, necesariamente conservada. Y esaquí donde entra la labor de los "contestatarios"al sistema y la idea de "intelectuales oposito-res" *.

Como ya se ha explicado, la enajenaciónviene a ser un instrumento necesario y positivo alsistema para mantenerse como tal; el develar esteproceso y mostrar las posibilidades de cambioimplica un desequilibrio, y por lo tanto se presentacomo negativo. Sin embargo, ante la imposibilidadde mantener el equilibrio absoluto y un dominiototal del saber y de la máscara -sobre todo en unsiglo de comunicación internacional intensa- lasociedad permite estos "desahogos", como pruebade "liberalidad y amplitud del sistema", que luegominimiza y contrarresta de muy diversas maneras,procurando siempre que aquellos produzcan elmenor desequilibrio posible. Es tan fuerte ladominación ideológica, que dentro de la mismaestructura están comprendidas las soluciones posi-bles a las contradicciones posibles. Esta actitudextrema podría llamarse "reformista", y tiene laapariencia de cambio, pero logra mantener elesquema básico equilibrado. En América Latina,dependiendo de si el país funciona más o menos ala persuasión o a la represión, vamos a encontrardistintas manifestaciones "contestatarias" -más omenos informativas, más o menos explícitas-: enlos países de penetración más sutil (persuasión),donde se permite una cierta "contestación", se daun juego entre-lo-que-se-puede-decir-y-lo--que-se-quiere-decir, se cede ante la censura, demuy diversos tipos, para poder decir algo; en elmomento en que el enfrentamiento con el sistemaes demasiado evidente y se vuelve "subversivo", sepasa a la represión violenta y total (cárcel, exilio).

Lautréamont", en Logiques, Editions du Seuil, 1968;"Ecriture et révolution. L'écriture fonction de transfor-mation sociale", en Théorie d'ensemble, Paris: Editionsdu Seuil, 1968. Kristeva, Julia. "La productivité ditetexte", Semiotiké. La révolution du Iangage poétique.L 'avant-garde a la fin du XIX siecle: Lautreamont etMallarmé. Paris: Edit. du Seuil, 1974.

• Los llamamos así puesto que, para poder conservarsu estructura, se debe contar también con un grupoimportante de intelectuales que ideen nuevas mane-ras de reproducirla y fortalecerla.

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192 MARIA PEREZ YGLESIAS

Mientras tanto, la producción "contestataria" sebloquea a través de los canales de -comercíaliza-ción, de publicación, de distribución y de divulga-ción (en manos fundamentalmente del sistema).En los países en que las condiciones y la represiónson violentas, la poca "contestación" que puedeaparecer muestra también rasgos radicales y violen-tos: no se habla de sindicatos, de organizaciónpopular pacífica, de unión alrededor de un candi-dato popular, sino de llevar la acción hacia elrompimiento violento de estructuras. No se tratade evolucionar hacia algo mejor (como se planteaen muchos casos en los países de menor cargarepresiva), sino de hacer una revolución.

Pero, desde luego, en una red tan fuertemen-te estructurada, es difícil ser realista y al mismotiempo "contestatario" -es por eso precisamenteque se ha señalado cómo en la "contestación"misma subsiste la lucha entre el desenmascaramien-to y la máscara-: en muchos casos encontramosenormes contradicciones dentro de la misma "con-testación": se cae en lo que se denuncia, es decir,se responde pero al mismo tiempo se reproduceideología dominante en otros aspectos. La labordel intelectual que hace productos culturales no es,desde luego, el cambio del sistema propiamentedicho, sino la contribución al desequilibrio, aldesenmascaramiento, a la toma de conciencia de laenajenación. Para Gramsci (54), los intelectualesjuegan un papel fundamental en el paso de unbloque histórico a otro bloque histórico: la revolu-ción no puede darse sin una participación intelec-tual, sin un desequilibrio anterior, pero no sonexclusivamente los intelectuales quienes van allevarla a cabo: su labor esencial es la de prepararel camino y su orientación.

En América Latina, la labor de los intelec-tuales ha sido recoger el descontento popular yorganizarlo, procurar la concientización frente a lasituación de dependencia y de subdesarrollo, pro-blematizar la realidad y, en alguna medida, mejorarlas técnicas y ayudar a salvar lo autóctono, looriginal, frente a la estandarización a la que se estásometido. Pero esta importante labor puede serinfructuosa si no se logra penetrar en las capas

(54) Portelli, Hugo. Gramsci et le bloquehistorique. Paris: Presses Universitaires de France, 1972

populares mayoritarias y lograr su apoyo. Frente ala comercíalízacíón, a la división del trabajo,todavía encontramos en muchos de nuestros inte-lectuales -como ventaja y como desventaja- unalabor eminentemente artesanal y mucho más inte-gral, lo que les permite escapar parcialmente a laestandarización y a la red ideológica.

En resumen, y tomando en consideración laidea inicial, llegamos a la conclusión de que esdifícil salir del subdesarrollo, no sólo por ladependencia económica sino también por la red deinstrumentos -los medios de comunicación dernasas- y de mecanismos -el mito, la estandariza-ción, la enajenación, el estereotipo- que reprodu-cen continua e intesamente la ideología dominan-te, haciéndola aparecer como la única justa yposible. Aunque la enajenación económica esfundamental, esta sólo puede sostenerse con elapoyo del dominio político y el manejo de todoslos aparatos ideológicos del estado. Al bombardeocontinuo y efectivo de una enorme producciónreproductora de ideología dominante, se oponenuna serie de textos "contestatarios", un grupo deintelectuales que contribuyen a producirlos, quie-nes, con grandes dificultades en todo sentido,contribuyen a contrarrestar ese bombardeo, infor-mando, rechazando la estandarización, problemati-zando la realidad, haciendo conciencia de losmitos, de los estereotipos, de la situación dedominación, de la falsa imagen que la ideologíadominante produce del mundo, tratando de volvera lo autóctono. Es cierto que no poseemos lastécnicas y que tratamos de salir de la dependenciacon modelos prestados o con ideas aplicadas aotras sociedades; es cierto que la libertad se dahasta cierto punto en algunas latitudes y que confrecuencia le sucede la represión, pero también loes el hecho de que América Latina lucha para vivirmejor y que ya existen algunos ejemplos quemuestran la salida: sólo citemos, como productosexclusivamente culturales, la narrativa y la poéticahispanoamericanas, que han pasado a ocupar hoydía un sitio preponderante en la cultura universal,a la altura de las producciones de otros territorios.