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CONTAMINACIÓN ACÚSTICA Y SU IMPACTO EN EL REINO ANIMAL
En primer lugar, es importante establecer una diferencia entre lo que es el SONIDO y el RUIDO. A nivel físico, ambos se diferencian por la estructura de la onda sonora, que es regular en el caso del
sonido e irregular en el caso del ruido.
Está científicamente demostrado que los excesos en la cantidad diaria de ruido percibido por los humanos o los animales, producen efectos nocivos en
nuestra salud y afectan muy negativamente a nuestra calidad de vida.
Muchas especies animales dependen del sonido para comunicarse, para desplazarse correctamente, ser capaces de encontrar comida o como forma de protegerse contra situaciones de peligro.
La sobreexposición al exceso de ruido puede llevar a alterar las pautas de comportamiento de los animales. Algunos de los posibles efectos son:
-Dificultad para percibir las señales acústicas y reducción de la capacidad de respuesta.
- Cambios en la búsqueda de alimento y comportamiento anti-depredador.-Efectos sobre la reproducción.
- Afectación en la densidad y estructura de las comunidades animales.- Destrucción y fragmentación de hábitats.- Modificación de las funciones de alerta.
Veamos algunos ejemplos…
En el caso de los insectos, el ruido afecta a invertebrados polinizadores tan importantes como las
abejas, que se paralizan ante intensidades de ruido comprendidas entre 107-120 dB (una calle con tráfico
denso, por ejemplo).
Después del olor, el ruido es, en orden de importancia, el factor que más irrita y
enfurece a las abejas
El nivel de agresividad que alcanza una colmena mientras se realizan trabajos en ella depende, primero, de su genética y, en segundo lugar, puede verse
alterado por las vibraciones o golpes que reciba.Cuando damos un golpe seco sobre el alza de una colmena abierta, estamos
reproduciendo físicamente el efecto de una explosión, con un ruido y vibración tan bruscos que pueden dañar a las abejas, además de influir sobre
su agresividad.
Otras circunstancias en las que se someten las colmenas a golpes, son en las operaciones de
trashumancia. Al estar las colmenas cerradas, cualquier impacto tiene una gran repercusión en su interior.
Todo golpe sobre el habitáculo de las abejas es malo, ya que las alerta e incita contra la presencia del
apicultor. Si este golpe, además, sobrepasa el umbral de resistencia que la abeja tiene, puede dañar
alguno de sus órganos sensoriales, modificando su sistema de navegación, quedando imposibilitada
para hacer los vuelos de reconocimiento y de pecoreo.
El murciélago con labios de flecos (Trachops cirrhosus), que vive en los bosques tropicales sudamericanos, se alimenta principalmente de ranas túngaras,
guiándose por su agudeza auditiva para percibir las señales de baja frecuencia que los anfibios generan para aparearse. Sin embargo, cuando el ruido en el exterior es demasiado elevado tiene que cambiar de táctica para sobrevivir y
seguir cazando.Un estudio, publicado en Science, revela que el ruido antropogénico le obliga a
emplear un segundo sentido: la ecolocación, una capacidad que les permite conocer su entorno por medio de la emisión de sonidos e interpretar el eco que
produce los objetos que se encuentran a su alrededor .
Los pájaros en una ciudad necesitan cantar y llamar de manera más prolongada (y a mayor volumen), que su misma especie
cuando vive en el campo.De hecho, debido a la contaminación acústica, algunas especies como el petirrojo europeo que vive en ciudades ha comenzado
a cantar de noche, para que se le oiga y pueda sobrevivir reproduciéndose.
Del mismo modo, todos aquellos animales que dependen del sonido para cazar, o no ser cazados, también abandonan el
entorno de las ciudades. Por su parte, los canarios, animales que solemos poseer en nuestras casas, se ven muy afectados por el
ruido de la ciudad, provocando efectos nocivos en su salud.
Muchos otros tipos de especies se ven también afectadas. Se ha estudiado cómo el ruido del tráfico
afecta también al proceso reproductivo de las ranas en zonas metropolitanas. Ese ruido ahoga las llamadas de
apareamiento de los machos, de manera que no pueden perpetuarse.
El ruido aumenta el estrés de las ballenas, reduce su espacio de comunicación y hasta pueden sufrir daños auditivos temporales y permanentes. En los impactos
de sonidos más fuertes, como en embarcaciones militares, se pueden producir varamientos en las
orillas.
Las ballenas son los animales marinos que más sufren por el ruido, pero se ha comprobado que otros
mamíferos como los delfines y hasta los crustáceos y peces se ven afectados por ello.
No solo el medio ambiente salvaje se ve afectado por el exceso de ruido. Se ha demostrado que la contaminación acústica, y el
estrés que produce, reduce el consumo de alimento del ganado y la capacidad de producir leche, tanto en la cantidad obtenida con
cada ordeñado, como en la frecuencia de ordeño.Del mismo modo, también afecta al crecimiento de los pollos y
gallinas, así como a la producción de huevos.
Por todas estas razones, y muchas más, debemos concienciarnos de la importancia de cuidar el nivel de las emisiones sonoras.
Cuidar el planeta es tarea de todos.