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Correo del Orinoco - Bicentenario 19 de Abril de 1810

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Aunque la rígida estructurade clases que imperó desdeel siglo XVI se basaba en lasdesigualdades económicas,las mantuanas y los mantuanos hicieron del “honor” y la pureza de sangre los criterios para estable-cer el lugar que cada quien debía ocupar en la sociedad

A partir de la segunda mitad del siglo XVI, el Estado español decidió emprender la conquista y ocu-

pación efectiva de América. “Esa era la mejor manera de garantizar la posesión de estas tierras e implicó el asentamiento de poblaciones esta-bles, con el consiguiente desarrollo de la economía agropecuaria”, afir-mó el profesor de historia Leonardo Poleo. Así se dio origen a la socie-dad colonial que, durante “300 años de calma”, impuso un régimen “de explotación y exclusión social”.

EL PODER PARA LOS PROPIETARIOS

“En una economía agropecuaria, la tierra y la mano de obra constitu-yen los factores fundamentales de la producción, y el grupo social que los controle será el grupo privilegiado dentro de la sociedad”, explicó Poleo.

Sobre la base de esa relación entre el control de los medios de produc-ción y el estatus, se erigía una rígida estructura social en la cual los grupos tenían mayor o menor poder en la medida en que fueran propietarios o no. Pero el comercio con España, manejado por operadores no pro-pietarios, también era una fuente de poder.

“Aquella era una economía agro-pecuaria orientada a la exportación hacia el mercado mundial; por lo tan-to, su elemento dinamizador era el comercio exterior”. Y en un contexto así, advirtió Poleo, “quienes contro-

En Venezuela persistela estructura de divisiónde clases propia del capitalismo, pero la colectividad se haincorporado decididamentea la participación en ámbitos que antes le estaban vedados.Los Consejos Comunales son el espacio donde esta experiencia cobra fuerza

En una de sus pinturas, el artista venezolano Juan Lovera muestra una re-unión en la que los man-tuanos deliberan sobre

asuntos de gran importancia, mien-tras que en un rincón, en el extremo derecho inferior del lienzo, un ne-gro se asoma, curioso, del otro lado de una baranda, acompañado de un indígena pasado de tragos.

“Ese era el papel del pueblo en ese momento, desde el punto de vista de la clase dominante. Hoy, ese negro y ese indio están metidos hasta la cabeza en los procesos de cambio, y eso es algo que antes no era ni siquiera pensable”, afirma el escritor y periodista José Roberto Duque, quien evocó la obra de Lo-vera para ilustrar hasta dónde la rancia tradición de exclusión social entró en un punto de quiebre con la Revolución Bolivariana.

CAPITALISMO Y DIVISIÓN DE CLASES

La estructura social de la Vene-zuela de hoy evidencia, sin embar-go, una marcada división de clases, señala el profesor universitario Fer-nando Arribas. “Eso hay que tenerlo siempre presente”, afirma, al tiempo que recuerda que hay indicadores, como el Coeficiente de Gini, que ha-blan de una disminución importante

En esta ilustración de la época se puede leer: “De negra y español mulata. De mulata y español morisco”

La Comuna hace énfasis en abrir y dinamizar mecanismos de participación

CARLOS ORTIZ | Fotos: Archivo CO | Caracas

lan la actividad comercial también son un grupo privilegiado”.

El comercio exterior de Venezue-la se mantenía bajo el más estricto monopolio a favor de España, así que llas españolas y los españoles o “blancos peninsulares”, llamados así por venir de la península Ibérica, compartían la cima de la sociedad con los dueños de la tierra, del ga-nado y de las cosechas.

Y muy abajo, “en el otro extremo de la estructura social, estaban quie-nes sólo tenían su fuerza de trabajo para subsistir, de la cual se apropia-ban los sectores poderosos de la so-ciedad, a través de diferentes títulos, formas y medios jurídicos”.

LA ARISTOCRACIA EXPLOTADORA

Poleo explica que “en la Venezue-la Colonial podemos distinguir tres tipos de grupos sociales: los domi-nantes o explotadores, integrados por terrateniente y comerciantes; los grupos intermedios, confor-mados por pequeños propietarios, pequeños comerciantes, artesanos, profesionales, empleados y peque-

en esa brecha; pero la nuestra, insiste, es una sociedad capitalista, y eso im-plica la persistencia de una burguesía que controla la economía, y una clase trabajadora que es explotada”.

Duque está de acuerdo. “El ca-pitalismo se ha desarrollado a tal punto, que ha logrado esclavizar también a la gente blanca. En eso no hemos avanzado mucho”.

Sin embargo, hay señales de que se está gestando un proceso de cam-bio de gran impacto, advierte Du-que: “No es cualquier cosa que, en una encuesta del Centro Gumilla, el socialismo esté en primer lugar como la vía que la gente considera mejor para el país”. Activista político vinculado con movimientos sociales radicales, Duque está convencido de que en Venezuela se espera “un fuerte sacudón social”. Pero no se trata de un proceso violento, aclara

ños productores en general; y los grupos sociales dominados o ex-plotados, en los que encontramos la mano de obra sometida a relaciones de esclavitud, vasallaje o endeuda-miento”.

Aunque el factor que definía estos grupos era económico, Poleo desta-ca que “los sectores dominantes, en especial los terratenientes, estaban integrados, casi exclusivamente, por los descendientes de los prime-ros conquistadores y pobladores”. En este sentido, la clase dominante es también una aristocracia, es decir, un estamento integrado por perso-nas que se consideran de mejor cali-dad que el resto de los mortales. Es a esa aristocracia a la que se denomi-na la “nobleza criolla”.

LA REALIDAD FALSEADAEl historiador Luis Felipe Pellicer

explica que “las personas eran ubi-cadas en un lugar inferior o superior del sistema de jerarquías sociales de acuerdo con sus características fe-notípicas, es decir, en función de su fisonomía y el color de la piel”. Para las y los aristócratas de la época, esos

Duque, sino de una “profundización en la participación del pueblo”.

PARTICIPACIÓN Y RELACIONESDE PRODUCCIÓN

Fernando Arribas cree que no es bueno “exagerar el optimismo”, pero no por desconocer el peso de la notable determinación de la gente de participar. Su posición es que la incorporación de los distintos sec-tores sociales a la experiencia orga-nizativa hasta ahora se enfoca en lo territorial.

En este sentido, destaca que en los tiempos que corren “la gente vive una sentida pasión por participar y organizarse en distintos aspectos de la vida, y eso es algo realmente de avanzada y novedoso para Ve-nezuela”. Sin embargo, le preocupa que ese entusiasmo, notable y efec-tivo en el contexto de los Consejos

rasgos definían la “calidad” de cada ser humano.

Al tomar rasgos biológicos como criterio de exclusión social, la noble-za criolla pretendía que la estructura de la sociedad fuera una cuestión “natural”. Pero, como lo aclara Pe-llicer, la clasificación de las personas según su calidad “constituía, a todas luces, una falsa percepción de la rea-lidad”, que ocultaba el sistema de explotación sobre el cual se erigía la sociedad de la época.

EL HONOR ERA DESHONRA En su mayoría, las venezolanas y

los venezolanos, que eran mestizas y mestizos, vivían en la parte más “baja” de la sociedad. “A principios del siglo XIX, 50 por ciento de la población mestiza era denominada ‘parda’ o ‘mulata’, y la constituían todos los individuos que tenían entre sus ascendientes algún familiar de origen africano. En lenguaje común, se les calificaba como gente de infe-rior esfera”, describe Pellicer.

Pellicer señala que el valor que los blancos “nobles” exaltaban para jus-tificar este mecanismo de exclusión

Comunales, no se haya encendido a lo interno del aparato productivo.

“La Comuna por sí misma no es una figura novedosa o revoluciona-ria, pero es un tremendo avance que haya tanto énfasis en abrir y dinami-zar mecanismos de participación y que la gente tenga esa gran voluntad de organizarse e involucrarse en ellos; sin embargo, eso no ha sido igual-mente exitoso entre la clase obrera, en el sentido de cambiar las relaciones de producción”, aseveró Arribas.

EL NUEVO TEJIDO SOCIAL Judith Valencia, profesora de la

UCV, piensa que, por el contrario, es en los Consejos Comunales donde se teje una nueva trama de relacio-nes sociales que avanza hacia una nueva gestión de la política, cuya mayor expresión es la Comuna. “Se trata de un tejido de poder, que es

era el honor, de manera que las ma-sas explotadas eran consideradas gente poco o nada honorable. “La población era clasificada en calida-des: de calidad blanco, de calidad mulato, negro o indio, etc. Pero no bastaba con ser blanco para tener honor, porque además de tener ca-lidad de blancos. debían ser limpios de sangre; es decir: no tener sangre de moros, judíos o negros”.

El honor no se ganaba con esfuer-zo, ni trabajo, ni con una vida rec-ta; se heredaba por vía sanguínea, lo mismo que el color de los ojos o de la cabellera. Pero primero había que demostrar la pureza de la san-gre: “Para tener honor era necesario ser descendiente de los primeros conquistadores y pobladores, tener abolengo. Ser noble y ser hijo legí-timo. En la sociedad venezolana de aquellos años, esos atributos eran exclusividad de los blancos criollos o mantuanos, quienes reconocían como pares, únicamente, a los altos funcionarios y a grandes comercian-tes peninsulares”.

BAJO DOMINIO DE UNA CASTA

Las mantuanas y los mantuanos integraban a la vez una clase social y una aristocracia, pero además, esta-ban cerca de ser una casta: “Cuando al elemento económico agregamos linaje, ascendencia y origen étnico, la movilidad social desaparece y nos aproximamos a una estructura de castas”, sostiene Poleo.

Esta afirmación del profesor de historia pone de relieve uno de los factores detonantes de la crisis que desembocó en la guerra de Indepen-dencia: la opresión de los blancos sobre mestizos y, más cruelmente, sobre afrodescendientes e indígenas, a quienes se les impedía cambiar de condición, relegándolos a funciones subalternas. Era un mundo domina-do por una élite endogámica y pro-fundamente discriminadora ●

comunal y es social, va más allá del ámbito específico donde se reúne y se organiza una comunidad deter-minada”.

La experiencia de constituir Con-sejos en los que se discute y planifi-ca el desarrollo de su entorno, está orientada hacia un cambio real de vida; en esos encuentros va cam-biando la percepción de las otras y los otros, individualmente consi-derados, y también “la visión de sí mismos como grupo”.

“Es cierto que el concepto de Co-muna es viejo, pero en Venezuela, en este momento, tiene otro significado. Su sentido es vivir en colectivo. No se trata sólo de construir formas más participativas de organización territo-rial; se trata también de un cambio en la manera de concebir y experimentar las relaciones entre los seres huma-nos, y entre estos con la naturaleza”, asegura Judith Valencia.

La conclusión de la docente es que la Comuna significa relación de armonía y de igualdad entre todos, y tiene el valor de ser una forma de gestión política en la que la gente participa para construir un auténti-co Poder Popular y ejercer una for-ma de gobierno horizontal.

“No puede haber un cambio so-cial si ese cambio no es, por sí mis-mo, político; por eso, el tejido social que va cobrando fuerza en las co-munidades tiene que dar lugar a un nuevo tejido político”.

Un nuevo tejido, una recompo-sición en la que el pueblo se asume protagonista y corresponsable. “No como antes, cuando cualquiera con un discurso floreado podía embau-car a la gente. Ahora, a quien quiera liderar un proceso, no le sirven de nada los títulos y la retórica, sino que tiene que demostrar que es igual a la gente del pueblo”, conclu-yó Duque ●

En la Colonia no bastaba con ser blanco para tener privilegios

La nobleza criolla impuso un sistema de castasLa experiencia de organización y gobierno popular

En las comunas se está gestandoun nuevo tejido social

MANTUANOS: LA ARISTOCRACIA EN ACCIÓN|“Mantuano” era el nombre que se le daba en Caracas a los aristócratasblancos, descendientes de los conquistadores españoles.Se los llamaba así por la mantilla que usaban lasmujeres para asistir a misa. El libro de FranciscoHerrera Luque, Los amos del valle, inmortalizó a losintegrantes de este grupo de poder que vivían en Caracas.

“ESTOY MUERTO”|El escritor Eduardo Blanco, en Venezuela Heroica, describe el fallecimiento de Pedro Camejo, mejor conocido como Negro Primero, en la batalla de Carabobo(24 de junio de 1821): “Mi general, vengo a decirleadiós porque estoy muerto”. El Negro Primero participó como lancero en la batalla de las Queseras del Medio, porla que recibió la Orden de los Libertadores de Venezuela.

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE BOLÍVAR|Gabriel García Márquez recrea los últimos días del Libertador Simón Bolívaren el libro El general en su laberinto. García Márquez, con base en una exhaustiva investigación histórica,ofrece a lectoras y lectores una crónica amarga de quien entregó su vida y su fortuna a la Independenciade América, y recibió a cambio la traición y la soledad.

DE IGLESIA A PANTEÓN|El Panteón Nacional, donde reposanalgunos de los restos de las venezolanas y venezolanosmás ilustres, fue inicialmente un templo: la iglesiade la orden de los Hermanos Trinitarios. En 1875,el presidente Antonio Guzmán Blanco decidió quese convirtiera en un mausoleo. La estructura tambiénacoge pinturas del artista Tito Salas (1888-1974).

Responsables del suplemento | Arlenin Aguillón, Arturo Cazal, Vanessa Davies, Wiston Marquez-López, Carlos Ortiz, Várvara Rangel Hill, Modaira Rubio Corrección | Girman Bracamonte, Carlos Castro, Ernesto Cazal, Nereyvic Guarenas, Judith Herrada, Pedro Llorente Impresión | Fundación Imprenta de la Cultura

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Para el momentode declararse en rebeldíafrente a España, las mantuanasy los mantuanos llevaban años trabados en una lucha contra los mestizos y los blancospobres para impedir que éstos adquirieran derechos quese consideraban exclusivosde la “gente de linaje”

La sociedad venezolana que vivió el 19 de abril de 1810 tardó 300 años en conformarse, tiem-po suficiente, destaca

el historiador Luis Felipe Pellicer, para el afianzamiento de prácticas políticas que se correspondían con el sistema de exclusión social im-puesto por la nobleza criolla. Los cargos públicos importantes, los tí-tulos académicos y los altos rangos militares estaban reservados a los blancos de probado linaje.

El cerrado sistema de jerarquías construido por los mantuanos, sin embargo, no aseguraba la pureza de sangre que se pretendía impo-ner como criterio de organización y control social, pues la esclavitud a la que tenían sometida a la gen-te que consideraban “inferior” era también una forma de sometimien-to sexual.

Pellicer denuncia que “cierta historiografía complaciente con los poderes imperiales” trata de afirmar que entre blancos, negros e indígenas se habían consumado re-laciones sexuales “exentas de pre-juicios raciales, pero en realidad, el mestizaje que se dio en ese contex-to es expresión de las relaciones de dominación y subordinación tanto étnica como de género. Es el resul-tado del dominio de blancos penin-sulares y criollos, sobre indígenas, africanas y africanos sometidos a servidumbre y esclavitud”.

REBELIÓN EN LA ESFERA INFERIOR

Para 1810, la sociedad venezo-lana podía considerarse mestiza, pero ese dato, lejos de ser un fac-tor de integración, era fuente de conflictos. Es posible que la per-manente mezcla de “razas” hicie-ra que las diferencias físicas entre unas personas y otras parecieran menos acentuadas, pero las castas, que por 300 años habían ocupado la posición principal en la socie-dad, no estaban dispuestas a com-partir sus privilegios.

Por su parte, entre la gente “in-ferior” o de “baja calidad”, el gru-po de los “pardos” o “mulatos”, que para entonces constituía el 50 por ciento de la población mes-tiza, insistía en exigir que se les concedieran ciertos derechos para los cuales, argumentaba la élite,

no tenían derecho por carecer del honor que los hiciera merecedores de ellas.

El “mulataje” no se amilanó, ya que le asistía la razón por cuanto, en 1795 el rey Carlos IV había dic-tado la Real Cédula de Gracias al Sacar, la cual permitía comprar la condición de blancos. Sin embar-go, la pugna fue dura y larga, pues los mulatos pedían el derecho a casarse con blancas, estudiar en la Universidad y ser sacerdotes.

Como era de esperar, los man-tuanos se resistieron. Ellos eran los únicos que podían integrar el Ayuntamiento, y desde ahí se valieron de recursos dilatorios e, incluso, de juicios que se extendie-ron por 21 años, explica Pellicer:

“Desde el Cabildo, la Iglesia y la Universidad se dirigen profusos y ‘sesudos’ folios al Rey, exponien-

Blancos y mestizos llevaban años luchando por posiciones de poder

La Emancipación surgió de un conflicto de clasesLa Ley de Consejos Comunales y la del Consejo Federal de Gobierno marcan el rumbo

El pueblo organizadoes el que decide su destino

Palabras como Patria, Democracia y Libertad dejaron de ser simplesconceptos. La RevoluciónBolivariana garantizó derechos políticos realmente consolidados

La imposibilidad de que el Poder Constituido haga nada sin que el pueblo lo discuta, y decida si lo aprueba o no lo aprueba,

es el rasgo principal que caracteriza a la Venezuela Bolivariana desde el punto de vista de los derechos políticos. Esta sentencia, esgrimida tajantemente por el escritor y perio-dista José Roberto Duque, ilustra su propia experiencia como activista de movimientos sociales.

“En este país están pasando unas cosas interesantes sin hacer aspa-vientos, y muchas veces, sin que nadie se dé cuenta. El asunto de la participación y la soberanía se lo ha tomado en serio gente del pueblo, que se ha fajado a echar adelante experiencias de organización que estoy seguro no se habían visto an-tes”, revela Duque, quien ha sido testigo, incluso, de la constitución de una Comuna en parajes a los que nunca antes hubiera pensado mar-charse a vivir.

Duque recuerda que en la Cuarta República, por acciones como esa y otras iniciativas de libertad, la gente perdía la vida a manos de los cuer-pos de seguridad.

UN NUEVO ESTADO DE DERECHO

La posibilidad, para amplios sectores populares, de decidir la forma que mejor les permite ejercer la libertad en función de su propia

ce la Revolución a través de los po-deres constituidos, sino que abre ámbitos de acción cada vez mayo-res para el poder constituyente, el pueblo. Esa es la visión de la eco-nomista y docente universitaria Judith Valencia.

“Las leyes no hacen la política ni definen el curso de la Revolución. Al contrario, permiten la experien-cia del Poder Popular, en la medida en que hacen viables las prácticas reales que el pueblo va ensayando, buscando su propio rumbo”.

De acuerdo con este planteamien-to, el presidente Chávez, desde la jefatura del Estado, “se esfuerza en ir ampliando, cada vez más, los límites de lo que le está permitido hacer al pueblo en el camino hacia la construcción del Poder Popular, que es una experiencia que tiene muchas dificultades que vencer porque es una novedad”.

Nadie sabe en este momento cómo se construye el Poder Popu-lar, advierte Valencia, “porque no hay un único modo de construirlo. Lo que tenemos es un punto de partida, una voluntad y una orien-tación política para llevarlo ade-lante, pero una vez que ese proceso comienza, cada comunidad, cada parroquia, cada ciudad tienen una manera de hacerlo, porque sus rea-lidades son diferentes”.

La profesora Valencia sostiene que esa condición de pluralidad y contrastes la tiene muy clara el Presidente de la República, y eso se expresa en el espíritu de perma-nente reinvención y revisión que lo caracteriza.

LA POSIBILIDADDE SER GOBIERNO

Las palabras de Valencia hacen pensar en un evento histórico poco

CARLOS ORTIZ | Fotos: Archivo CO| Caracas

comentado: la protesta de Miranda a la Constitución de 1811. Al Gene-ralísimo le inquietaba que aquella Carta Magna, pese a proclamar una República Federal, no contemplara las particularidades de cada región del país. Sus palabras quedaron con-signadas al final del documento:

“Considerando que en la pre-sente Constitución, los Poderes no se hallan en el justo equilibrio, ni la estructura u organización gene-ral suficientemente sencilla y clara, para que pueda ser permanente; que por otra parte no está ajustada con la población, usos y costumbres de estos países, de que en lugar de 76 reunirnos en una masa general o Cuerpo social, nos divida y separe, en perjuicio de la seguridad común y de nuestra Independencia; pongo éstos reparos en cumplimiento de mi deber”.

Hoy, a dos meses de la promul-gación de la Ley del Consejo Fe-deral de Gobierno, Carlos Escarrá pone de relieve que se trata de una ley revolucionaria porque apunta a la constitución de una instancia para la coordinación del manejo del poder, que asume la vocería de los Consejos Comunales como un factor decisorio, y promueve la descentralización basada en el concepto de Federación, el cual consiste en trasladar la periferia hacia el centro, con el objeto de transferir el poder al pueblo”. El reclamo de Miranda, después de todo, no fue en vano.

Esa transferencia de poder im-plica, para Judith Valencia la posi-bilidad real de ser Gobierno, pero entendido no como capacidad para mandar, sino para disponer de las cosas, para ordenarlas en el tiempo y el espacio”; para disponer tam-bién, y sobre todo, de su destino ●

realidad, constituye una nueva era en la historia de los derechos políti-cos en Venezuela. “Antes, palabras como ‘patria’, ‘democracia’ y ‘li-bertad’ eran conceptos; ahora son tareas por cumplir. Y el pueblo está en eso“, afirmó Duque.

Lo que el pueblo construye día a día y en los hechos no se queda en simples anécdotas. Las leyes al am-paro de la Constitución Bolivariana, lo establecen bajo la forma de un nuevo Estado de Derecho, como lo afirma el diputado y abogado cons-titucionalista Carlos Escarrá.

La Revolución le ha garantizado a Venezuela “un régimen de liberta-des plenas y unos derechos políticos realmente consolidados, que están cada vez más orientados hacia la or-ganización social”, destaca Escarrá.

PODER POPULAR Dos leyes revolucionarias, acota

Escarrá, dinamizan el proceso de or-ganización del pueblo: la de los Con-sejos Comunales y la del Consejo Federal de Gobierno. Ambos instru-mentos tienen en común el cometido

de transformar en logros concretos el mandato constitucional de construir una democracia participativa y pro-tagónica, que asegura el ejercicio del poder por parte del pueblo.

“Estamos hablando de dos leyes que se aproximan en mucho a la teo-ría del Poder Popular. Y si tomamos en cuenta que eso implica que ten-gan como eje fundamental la partici-pación popular, veremos que poseen un carácter revolucionario”.

Cuando Escarrá habla de “carácter revolucionario” va más allá del conte-nido formal de las leyes en cuestión; para él, son los mecanismos que ha-cen viable, en la práctica, una política de Estado de acuerdo con la cual “el pueblo organizado es el que decide” .

Es un hecho que el Consejo Fede-ral de Gobierno no puede constituir-se sin la incorporación de las voceras y los voceros del Poder Popular ele-gidos en el seno de Consejos Comu-nales de todo el país.

EL ESTADO AL SERVICIO DE LA REVOLUCIÓN

El Estado venezolano no condu-

do todo tipo de argumentos para detener el proceso de ascenso so-cial que amenazaba con desatar-se. Para los mantuanos, negarle la gracia a los pardos era la única manera de conservar el orden y la cohesión social”

TENSIÓN DENTRO DE LA SOCIEDAD

La disputa por las Gracias al Sacar son un claro reflejo de las tensiones internas que caracteri-zaban a un sistema sociopolítico sumamente atrasado, propio de una “potencia marginal, ajena a los cambios que suponen la Revo-lución Industrial, el surgimiento y ascenso de la burguesía y el fin del absolutismo”, plantea Leonardo Poleo, profesor de historia.

“Los grupos intermedios de la población ejercían sus actividades de acuerdo con la legalidad vigen-te, y permanentemente presiona-ban a las autoridades españolas para obtener su apoyo en la lucha permanente contra sus verdade-ros enemigos de clase-casta, la Aristocracia Terrateniente que los sometía a un proceso violento de discriminación, de ausencia de re-presentación”, comenta Poleo.

A la población indígena se le con-sideraba libre, pero bajo un régimen que impedía su desarrollo como sujetos políticos. De acuerdo con las leyes del imperio, “requerían la pro-tección del Estado Metropolitano, pues se les consideraba una ‘raza’ minúsválida. Sus pueblos y sus tierras fueron ferozmente atacados por la terrofagia de la clase domi-nante. Pese a todo, hay constancia de litigios de los indígenas contra los terratenientes criollos”.

TODOS CONTRA LOS MANTUANOS

Los diversos procesos de con-frontación entre la jerarquía es-pañola, la aristocracia criolla, las

clases intermedias y los grupos explotados “engendraron la pro-pia debilidad de España frente al resto de los países europeos occi-dentales”, sostiene Poleo.

Unos grupos luchaban por lograr la “movilidad social en correspondencia con su propia acumulación de ciertas riquezas”, y otros aspiraban al menos a una mínima dignidad para el ejercicio de su libertad. Pero incluso entre los propios mantuanos hay quie-nes resienten la actitud despótica del imperio.

“Se nos vejaba con una conduc-ta que, además de privarnos de los derechos que nos correspon-dían, nos dejaba en una especie de infancia permanente con respecto a las transacciones públicas”, de-nunció Simón Bolívar en su Carta de Jamaica, escrita en 1815.

Desde su exilio en Jamaica, miraba hacia Venezuela y sólo encontraba opresión: “Los ameri-canos, en el sistema español que está en vigor, y quizá con mayor fuerza que nunca, no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más, el de simples consu-midores”, expresó.

“Sin embargo, los blancos de orilla, los mestizos y mulatos lle-garon a aliarse con el Estado me-tropolitano español en contra de las pretensiones de los criollos”, advierte Poleo. Por su parte, Pe-llicer señala la importancia de reconocer, en ese contexto, “los movimientos populares en el pro-ceso de Independencia, incluso aquellos adversos a la República, como el acaudillado por José To-más Boves en 1814, ya que fueron expresiones de la insumisión del pueblo ante sistemas de desigual-dad y opresión, el mismo pueblo que dio la pelea el 27 de febrero 1989, el 4 de febrero de 1992 y el 13 de abril de 2002”, sentenció ●

DE IRLANDA A LA INDEPENDENCIA|Daniel FlorencioO’ Leary nació en Irlanda en 1801. El políticoy militar irlandés acompañó a Simón Bolívar,de quien fue edecán y compañero leal de luchas. El legado más importante de O’ Leary son susMemorias, publicadas en 32 tomos por su hijoSimón Bolívar O’ Leary. En ellas es posibleleer gran parte del archivo privado del Libertador.

ANZOÁTEGUI: UN OFICIAL BRILLANTE|El estado Anzoátegui llevaese nombre en homenaje a uno de los próceres de la Independencia:José Antonio Anzoátegui. El líder nació en Barcelona en 1789.Participó en numerosas batallas. Intervino en la Expediciónde los Cayos y en la toma de Angostura. Fue ascendido a generalde brigada por su actuación en la Batalla de San Félix, en 1817.Murió en extrañísimas circunstancias en Bogotá, en 1819.

Parlamentarismo de calle frente a la Asamblea Nacional

BOLÍVAR VIAJABA CON SU ARCHIVO|A partir de 1813, el LibertadorSimón Bolívar comenzó a guardar su correspondencia y los borradoresde las cartas que enviaba. Así nace el Archivo del Libertador.“El primer custodio de este conjunto de testimonios sobre el pasadofue el propio Bolívar quien viajaba con su archivo”, según asegurala Academia Nacional de la Historia. Luego de la muerte del prócer,sus edecanes continuaron la recopilación de documentos, lo quecontradijo su voluntad.

LA INMOLACIÓN DE RICAURTE|Antonio Ricaurte es protagonista de unode los acontecimientos más heroicos de la Independencia. Ricaurtenació en Bogotá en el año 1792. Luchó junto a Simón Bolívaren varias batallas. En San Mateo, Aragua, decidió sacrificarsu vida por la causa de la libertad. El 25 de marzo de 1814,el realista José Tomás Boves se aproximaba a la Casa Grande,custodiada por Ricaurte, donde se guardaban las municiones.El granadino despachó a sus hombres e incendió todo el materialde guerra para evitar que cayera en manos enemigas.

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Tras la proclamaciónde la Independencia, en 1811,la política exterior de la naciente República de Venezuelapersiguió como objetivosu reconocimiento como Estado libre e independiente,y la procura de los recursos materiales y militarespara la consolidaciónde su soberanía

Durante la Colonia, se produjo el sa-queo de los recur-sos del continente por parte de la

Corona española. A través de la denominada Ruta de las Indias, las embarcaciones europeas cru-zaron el Atlántico para expoliar las riquezas de África y del nue-vo continente: América.

Venezuela, bajo el dominio español, se encontraba en una situación de total explotación y esclavitud, sin decisión propia sobre su destino. Con la procla-mación de la Independencia, en 1811, la joven República inició un arduo trabajo diplomático para lograr su reconocimiento en el escenario internacional como una nación libre, y para garantizar los recursos mate-riales y militares con los cuales consolidar su soberanía.

Simón Bolívar, con su visión latinoamericanista, abogó por la construcción de una gran patria conformada por las ex colonias hermanas. Por tanto, fue inevita-ble el acercamiento con los mo-vimientos liberadores y con los líderes independentistas del con-tinente. Así se produjeron los his-

tóricos encuentros entre Bolívar y el argentino José de San Martín, el chileno Bernardo O’Higgins y el revolucionario haitiano Alexan-dre Petión, entre otros próceres.

Con la creación de la Gran Co-lombia, estos ideales de unidad latinoamericana señalados por Simón Bolívar y Francisco de Miranda se consolidaron, pero el sueño duró poco tiempo.

Tras la muerte del Libertador, y con la presidencia de José Antonio Páez, los objetivos del ideario bo-livariano fueron truncados por la oligarquía criolla, la cual enterró el primer intento de unidad latinoa-

Con esa conciencia, el prócer escribió a Francisco de Paula San-tander, en 1826: “Y así, yo reco-miendo a usted que haga tener la mayor vigilancia sobre estos ame-ricanos que frecuentan las costas: son capaces de vender a Colom-bia por un real, si la tuvieran”.

En su condición de estadista y visionario, Bolívar logró prever que la integración latinoameri-cana tenía en Estados Unidos un ferviente opositor que siempre vio la posibilidad de sustituir a la Corona española en su papel co-lonialista.

Durante doscientos años, nues-

América Latina está en el centro de la ambición imperial

Simón Bolívar advirtió que el Nortees enemigo de la liberación del Sur

Venezuela lucha por un mundo pluripolar y contra la hegemonía capitalista

De la Ruta de Indiasa la Estrategia del Comando Sur

Durante la Cuarta República, la política exterior venezolanase sustentó en una “diplomacia petrolera”, que entrególos recursos hidrocarburíferos del país a las trasnacionales estadounidenses. La Revolución Bolivariana no sólo recuperó nuestra soberaníasobre las reservas de petróleo,sino también nuestraindependencia políticade la Casa Blanca

En los tiempos de la “democracia puntofi-jista” (años 1958-1998), el país desarrolló una política exterior entre-

guista y proimperialista a través de una diplomacia petrolera que colocó en manos de las trasnacio-nales, principalmente las estado-unidendes, los recursos hidrocar-buríferos de la nación. La falta de soberanía sobre nuestras riquezas estuvo acompañada de una total genuflexión, en los organismos internacionales, ante las decisio-nes de Washington.

En 1998, con el triunfo del pro-yecto revolucionario liderado por el presidente Hugo Chávez, co-menzó una transformación políti-ca y social que se consolidó con la Carta Magna, en 1999.

La Constitución no sólo refun-da la estructura interna del país, sino también el propósito de sus relaciones internacionales que tal y como lo establece el artículo 152, “se rigen por los principios de independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación y no intervención en sus asun-

concierto internacional. Antes, nuestra nación no era escuchada; ahora, con voz propia, participa y es centro de atención en los es-pacios de la arquitectura política internacional: la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Or-ganización de Estados America-nos (OEA), entre otros.

Pero la nación también ha con-figurado una nueva geopolítica regional, sustentada en principios socialistas de cooperación y soli-daridad, al proponer y fundar la Alianza Bolivariana para los Pue-blos de Nuestra América, ALBA, y Petrocaribe, así como respaldar

CAROLUS WIMMER | Fotos: Archivo CO | Caracas

la Unión de Naciones Surameri-canas (Unasur). Este es un nuevo relacionamiento, no sólo comer-cial, sino de cooperación y unidad política en el Mercado Común del Sur, Mercosur, entre otras im-portantes iniciativas. Sin lugar a dudas, estas acciones han trans-formado la correlación de fuerzas contra la política hegemónica del imperialismo estadounidense en la región.

Por ello, el Pentágono y la Casa Blanca ven en la Venezuela boliva-riana una amenaza. La ruta de la estrategia global establecida por el Comando de Movilidad Aérea de Estados Unidos, la cual justifi-ca la instalación de bases militares en Colombia, así lo demuestra. El campo de batalla global que ha trazado Estados Unidos para sus operaciones militares es similar a la ruta de los conquistadores y del comercio colonial.

El Gobierno Bolivariano ha convertido su política exterior en una herramienta para la construc-ción del socialismo y garantiza el desarrollo científico-técnico e industrial de la nación. También fortalece su sistema de seguridad y defensa ante las amenazas im-perialistas.

Es absolutamente certero asegu-rar que existe un antes y un des-pués de la Revolución Bolivariana en la historia de las relaciones in-ternacionales en el hemisferio.

Este año, se produjo un hito sin precedentes: con el concurso de 32 países surgió la propues-ta de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, sin la presencia de Estados Uni-dos y Canadá, que nacerá en Caracas, en una reunión funda-cional prevista para 2011 ●

tos internos, solución pacífica de los conflictos internacionales, co-operación, respeto a los derechos humanos y solidaridad entre los pueblos en la lucha por su eman-cipación y el bienestar de la hu-manidad”.

La diplomacia revolucionaria bolivariana promueve, como obje-tivo estratégico, la construcción de un mundo multipolar y prioriza las relaciones de cooperación y de intercambio con los países del sur.

Por ello, el Gobierno Boliva-riano ha establecido en algunos casos, y fortalecido en otros, sus vínculos con naciones y pue-

blos de Asia, África y el Medio Oriente.

Venezuela rescató la Organiza-ción de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de la burocra-cia característica de estas agru-paciones para convertirla en un organismo pionero y decisor en el mercado energético mundial, al tiempo que ha establecido só-lidas y trascendentes relaciones con las potencias emergentes como China, Rusia e Irán.

En la actualidad, Venezuela se perfila como un país soberano, independiente, que ha conquis-tado un lugar significativo en el

UN TRATADO PARA LA LIBERTAD|El 30 de marzo de 1845 el Reino de España reconoció la independencia de Venezuela mediante el Tratado de Madrid firmado por Alejo Fortique.

CUMANÉS VICTORIOSO|El 1 de abril de 1825, el general Antonio José de Sucre, el gran Mariscal de Ayacucho, venció en Tumusla, Potosí, al último ejército que defendía en América Latina a la Corona española.

DOS HÉROES FRENTE A FRENTE|El 27 de julio de 1822, el puerto ecuatoriano de Guayaquilfue testigo de la famosa entrevista entre dos grandes héroes de la independencia latinoamericana: Simón Bolívar y José de San Martín.

INTRÉPIDOS CONTRA EL “INTRÉPIDO”|El 2 de mayo de 1816, la goleta “General Bolívar” libró el famoso combate de Los Frailes cuando realizó el abordaje naval del bergantín español “Intrépido”.

EL MARISCAL FUE PRESIDENTE| El 26 de septiembre de 1822, el gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre,fue nombrado Presidentede Bolivia, cargo que aceptópor dos años.

mericana sin la injerencia imperia-lista. Injerencia que fue advertida por Bolívar en aquella célebre frase: “Los Estados Unidos parecen desti-nados por la Providencia para pla-gar la América de miserias a nom-bre de la Libertad”.

Desde el incidente en el que una embarcación venezolana capturó en las aguas del Orinoco a dos goletas estadounidenses, denominadas “Tigre” y “Liber-tad”, cuyo propósito era sumi-nistrar armas y vituallas al ejér-cito español, Bolívar supo que el Norte era enemigo de la libera-ción de los pueblos del Sur.

A través de la Ruta de las Indias, las embarcaciones europeas cruzaron el Atlántico para expoliar las riquezas de África y del nuevo continente: América

tra diplomacia estuvo sujeta al centro del poder hegemónico im-perialista, y cuando surgió algún intento soberano, el país fue ata-cado o amenazado, como en 1902 cuando Gran Bretaña y Alemania bloquearon a Venezuela.

El Gobierno Bolivariano ha re-tomado los objetivos estratégicos del pensamiento de Bolívar y de Miranda en los principios de sus relaciones internacionales, con la creación de un mundo multipolar, la integración latinoamericana y caribeña y el carácter antiimperia-lista de la actual política exterior venezolana. ●

Venezuela se encuentra dentro del campo de batalla de la estrategia aérea y navaldel Pentágono. La Marina estadounidense define el área resaltada como “Arco de la Inestabilidad”.

Es, exactamente, la misma ruta del comercio colonial

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El primer periódico del país, la Gaceta de Caracas apoyaba las ideas de losrealistas. Andrés Bello fueuno de sus redactores. Sóloen ese medio impreso hubo censura previa

El avance de las comuni-caciones y del transpor-te, con elementos como el telégrafo, periódicos, correo, carreteras, ferro-

carriles y otros, está asociado al de-sarrollo del capitalismo mundial, que se produce en Europa y los Es-tados Unidos a mediados del siglo XIX. Venezuela, abocada a su inde-pendencia, fue alcanzando lenta-mente los adelantos que facilitaban las comunicaciones de la época.

El profesor de historia Leonardo Poleo cuenta que, en Venezuela, la imprenta llegó tardíamente, en 1806 proveniente de Trinidad. Se trató de un equipo utilizado por Francisco de Miranda para impri-mir sus proclamas revoluciona-rias. Luego, se publicó la Gaceta de Caracas en 1808, el primer perió-dico venezolano, el cual circulaba los días viernes previa censura y, en muchos casos, para defender los intereses realistas. La publica-ción contó en su periodo inicial con Andrés Bello como redactor.

En un artículo fechado en 1955, Ramón Díaz Sánchez expuso que la participación de Bello en la Gace-ta se debió a la conciencia del ilus-tre sobre la “trascendencia para su patria y la cultura de su época”; aunque el acto no estaba dotado del espíritu revolucionario, salpi-có de venezolanidad la imprenta del irlandés Mateo Gallagher y el escocés James Lamb, quienes te-

nían la venia de los españoles para producir el periódico.

“Esta publicación debe haber tenido un impacto limitadísimo, dadas las condiciones socioeco-nómicas del momento, determi-nadas por una población ma-yoritariamente analfabeta y un conjunto de provincias en total desvinculación geoeconómica, lo que se mantuvo así hasta el siglo XX”, destacó el profesor.

El 27 de junio de 1818, por or-den de Simón Bolívar, se comen-zó a publicar el Correo del Orinoco, periódico que estaba a cargo del impresor de origen belga Andrés Roderick. Tal como la historia lo reconoce, el Correo del Orinoco se convirtió en el órgano divulga-dor de las ideas patriotas e inde-pendentistas, que hizo frente a las mentiras y la “guerra sucia” de la Gaceta de Caracas. Eran las letras por primera vez al servi-cio de la justicia y de las criollas y los criollos libres.

Poleo enfatizó que “más allá de la Gaceta y el Correo del Orinoco, durante el siglo XIX, específicamente a partir de 1830, hubo una intensa activi-dad periodística en Caracas y las grandes ciudades, asocia-das al desarrollo del modelo político. Resulta conveniente destacar que la historiogra-fía tradicional venezolana considera que esas primeras

décadas de vida republicana, pos-terior a la disolución de la Repú-blica de Colombia, viven bajo un respeto casi absoluto a la libertad de expresión”.

CARTAS A LA MARLas noticias viajaban lentamente,

a la velocidad que la geografía per-

mitía. Por eso no es de extrañar que muchas informaciones llegaran con abundante retraso, generalmente a través de emisarios o viajeros y del limitado sistema de correos de la época, expresó el académico.

Según la historia que refiere Ipos-tel, en el siglo XVIII el tráfico de co-rrespondencia estuvo a cargo de la Compañía Guipuzcoana, a través del servicio marítimo, desde 1728 hasta 1778. Fue en 1795 que el capi-tán general Pedro Carbonell orga-nizó un servicio de correos, que se considera el punto de partida del sistema postal en Venezuela.

Pero sería años después de la Independencia que se formali-zaría la institución. Siendo José Antonio Páez presidente de Vene-zuela, se decretaron, el 22 de junio de 1832, las disposiciones que fija-ban las postas de correspondencia por mar. Por primera vez se ins-talaron oficinas de correos en los principales puertos y capitales de estados, como parte de la primera Administración Postal. El telégra-fo no llegaría hasta la segunda mi-tad del siglo XIX.

El profesor Poleo aclaró que este retraso en las comunicaciones marcó “la diferencia de tiempo entre los sucesos de Caracas del 19 de abril de 1810 y los del resto de las provincias venezolanas, o más allá, las hispanoamericanas. Así debe haber sucedido con la Declaración de la Independencia, con el resultado de la Batalla de Carabobo, la muerte de El Liber-tador o el triunfo de Zamora en Santa Inés”. Uno de los mecanis-mos más efectivos para facilitar la información, utilizado por El Libertador, “fue la impresión de escritos cortos de no más de una página, con fácil distribución” ●

Como lo hace ahora en la guerra mediática

Correo del Orinoco combatió las mentiras de la Corona española en la Independencia

El Estado facilita la transferencia de conocimiento al pueblo

Casi 9 millones de internautas viajan hacia la sociedad de la comunicación

El Colombiano|Desde su casa en Londres, Francisco de Miranda publicó, en mayo de 1810, el periódico El Colombiano, primera publicación que se levantó en letras a favor de la Independencia del continente americano. El periódico llegó a Caracas, Buenos Aires, Santa Fe, Trinidad, Veracruz, México, Río de Janeiro y La Habana.

Satélite para rato|La Revolución Bolivariana tiene el mé-rito de haber puesto en órbita el Satélite Simón Bolívar, el primero de Venezuela para casi toda Nuestramérica. Infocentros, puestos fronteri-zos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, VTV, TVES, ANTV y la televisora multiestatal Telesur ya disfrutan los servicios del Venesat 1.José Rivero, coordinador de la Estación Terrena de Control del satélite, señaló que se trabaja aceleradamente para garantizar tele-medicina y tele-educación hasta localidades remotas.

Las noticias llegaban varias semanaso meses después

El Gobierno Bolivariano implementa políticas estratégicas para el uso social de las tecnologías que facilitan el acceso a bases de datos e información

Muy distinto es el panorama de las comunicaciones del siglo XIX con respecto al de

ahora. Con muy poco que envidiar a otros países de la región, Venezue-la avanza impetuosamente hacia el acceso -cada vez más amplio- de las grandes mayorías a las tecnologías de información y comunicación (TIC), herramientas que están lla-madas a facilitar algunos procesos sociales para el desarrollo.

Fernando Villalobos, profesor de la maestría en Ciencias de la Co-municación de la Universidad del Zulia, explica que “el ingreso de Venezuela a la sociedad de la infor-mación está signado por esfuerzos puntuales del Estado venezolano, grupos sociales y académicos que intentan transformar la informa-ción que circula por la red, en co-nocimiento y nuevas aplicaciones. En este momento en que hablamos del ingreso a la sociedad del cono-cimiento, nos acercamos a un cam-bio de paradigma, que todavía no tenemos muy claro: la sociedad de la comunicación”.

Los riesgos, desafíos y promesas de la sociedad de la comunicación aún no están especificados, pero el académico supone que se establece-rán vínculos entre la “sociedad de la información y la del conocimiento hasta llegar a la sociedad de la co-municación, en la que cualquier ciudadano tendría las competencias

sión del Aló Presidente número 354, realizado en marzo pasado.

Durante el programa, el Jefe del Estado recordó que en todo el terri-torio nacional hay 668 Infocentros instalados y operativos, los cuales ofrecen servicio de internet com-pletamente gratis a más de 3 millo-nes de personas. La ciudadanía los utilizan no sólo para entrar a la red, sino también para cursos de alfabe-tización tecnológica, creación de pro-yectos sociales y fortalecimiento del Poder Popular.

DEMOCRATIZANDO LAS COMUNICACIONES

Desde su nacionalización, en 2007, la Compañía Anónima Nacio-nal Teléfonos de Venezuela (Cantv) y su filial de telefonía celular Mo-vilnet han ofertado planes para que

VÁRVARA RANGEL HILL | Fotos: Archivo CO | Caracas

Comunicadores comunitarios brindan información según los intereses y necesidades de la población

las personas puedan comunicarse a precios más bajos. Otro beneficio ha sido la ampliación de la cobertura y el uso de tecnología avanzada.

El presidente de la Cantv, Francis-co Silva, aseguró recientemente que el servicio de telefonía fija pasó el último año de 55 por ciento a 86 por ciento de penetración en hogares. “El servicio de telefonía fija por muchos años tuvo muy poco crecimiento. Desde la nacionalización de la Cantv vendimos más de 800.000 líneas, cuatro veces lo que la empresa ven-día”, dijo.

En materia de telefonía móvil, hay cerca de 13,5 millones d usuarias y usuarios de Movilnet. Esta cifra se suma a las estimaciones de Conatel: 99 de cada 100 personas disponen de celulares en uso.

El siglo XXI también ha sido propi-cio para que el Estado afiance y cree nuevos medios, adaptados a las ne-cesidades de la población y como ar-tillería de batalla en la realidad de la guerra de Cuarta Generación. El co-municador alternativo Oswaldo Ri-vero declaró recientemente que en el país existen 326 medios alternativos gracias a la entrega de concesiones y apoyo a comunicadoras y comunica-dores populares, que informan aten-diendo a los verdaderos intereses de las personas y funcionan al mismo tiempo como lugares de encuentro para que las comunidades busquen soluciones a sus problemas.

Por otra parte, el Sistema Nacional de Medios Públicos integrado por ABN, VTV, Vive TV, ANTV, TVES, Colombeia, Circuito RNV, YVKE Mun-dial, Telesur, Ávila TV y, más recien-temente, el Correo del Orinoco, se han sumado a la lucha contra la hege-monía comunicacional del imperio y sus constantes ataques contra la Revolución que vive el país ●

necesarias para relacionarse, apren-der, enseñar, compartir; en fin, cons-truir autónomamente su propio futuro”.

Para esta construcción del futuro, el Gobierno Bolivariano masifica, en muchos casos hasta gratuitamente, el acceso a las TIC con propósitos emancipadores; también incentiva proyectos con pertinencia social. Se-gún cifras de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel),

de cada 100 habitantes, 31 tienen ac-ceso a internet. Esto significa que en Venezuela hay actualmente alrede-dor de 8,8 millones de internautas.

En el año 2000, la penetración de Internet en la población era de 3,38 por ciento. En 2009, pasó a 30,71 por ciento. Es un incremento de 900 por ciento de usuarios y usuarias de web en menos de diez años, infor-mó el presidente de la República, Hugo Chávez, durante la transmi-

A DISCRECIÓN | En la nota de presentación del Correo del Orinoco del 27 de junio de 1818, el periódico anunció: “Somos libres y vivimos en un país libre, y no nos proponemos engañar al público. No por eso nos hacemos responsables de las noticias oficiales, pero anunciándolas como tales, queda a juicio del lector discernir la mayor o menor fe que merezcan”.

NOTAS DE LIBERTAD | “Dulce Patria recibelos votos / con que América toda juró /que o la tumba será de los libres / o el asilo contra la opresión”. Estos son los versosde la “Canción patriótica Nro. 2” que,se cree, escribió Juan Landaeta en 1810.

FAMILIA DE ARTISTAS | El abuelo materno del pintor carabobeño Arturo Michelena era un escultor y pintor famoso. Se llamaba Pedro Castillo y fue quien decoró la casa de José Antonio Páez en Valencia.

MENGUÓ LA POBLACIÓN | John Linch, en su libro Las revoluciones hispanoamericanas 1808-1826, refiere que, como consecuencia de la guerra a muerte, la población disminuyó. En la Provincia de Caracas se redujo el número de habitantes: de 250.000, en 1810, a 200.000, en 1816. En Venezuela la población de 1810 era de casi 900.000 habitantes; la cifra cayó a 767.000 para 1822.

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Una bula papal otorgó a las coronas de España y Portugalla propiedad sobre “las tierrasdescubiertas”. Las Leyes de Indiasconstituyeron “una estructurajurídica de dominación”, describeElías Jaua, titularde Agricultura y Tierras.Después, en el siglo XIX,la traición al Libertadorse convirtió, también, en una traición para el pueblopobre que había ganadosu lote de terreno

Oligarcas, temblad, viva la Libertad”, corearon las y los federales en la mitad del siglo XIX. Esa amenaza a

la oligarquía no era en vano. La si-tuación se puede simplificar de la siguiente manera: Mucha tierra es-taba en pocas manos. “Las fuentes disponibles apuntan a una creciente concentración de la tenencia” del territorio, señala el doctor Oliver Delahaye, profesor de la facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, en entrevista con el Correo del Orinoco. En fe-brero del año pasado, el presidente Chávez aseveró que la Guerra Fede-ral (1859-1863) fue “una revolución del pueblo pobre” contra ese orden de cosas.

En 1492 comenzó la invasión española a ese continente que des-pués se llamó América. “En la Amé-rica prehispánica no se concebía la propiedad privada como es cono-cida hoy día”, relató José Artiles, ex presidente de la Procuraduría Agra-ria Nacional, en una investigación publicada por la Organización de

“en un negocio de venta legal en-tre la Corona y los particulares”, de acuerdo con un análisis del Instituto Nacional de Tierras. Las Mercedes Reales consistían en la entrega di-recta de tierras. “La Corona le daba las tierras a particulares para que las colonizara”, indica Jaua.

La palabra latifundio no era ajena. En dos zonas estaba dividida Vene-zuela en el siglo XVIII, rememora Jaua: la costera, “con una economía agrícola destinada al cacao, organi-zada en la plantación latifundista, de mano de obra principalmente escla-va”; y los llanos, “con una producción ganadera extensiva, que requería es-casa mano de obra y cuyos propieta-rios residían en ciudades distantes”.

Conceptualmente, el latifundio es una hacienda, de gran extensión, que pertenece a una sola persona y, además, está poco o nada cultivada. Miguel Urioste, economista e inves-tigador de la Fundación Tierra de Bolivia, expresa que el latifundio “es una rémora del pasado; una forma legal de ejercer dominio territorial y control político”.

LA BATALLA POR LA INDEPENDENCIA

Los problemas ligados a la ocu-pación y tenencia de la tierra, así como la comercialización de los productos que ella generaba y la monopolización de la Compañía Guipuzcoana, motivaron la rebe-lión de los mantuanos.

La guerra por la Independencia alteró la ocupación del territorio, por razones obvias: en un conflicto béli-co, la tierra es una forma de triunfo o derrota. En 1821, en plena lucha por la Independencia de España, Simón Bolívar autorizó “la enajenación de tierras baldías en las provincias ma-rítimas, así como las del interior del

país”, con excepción de las comuni-dades indígenas y los ejidos de pue-blos y ciudades, puntualiza el INTI. La ley bolivariana ordenó la creación de las oficinas de Agrimensura.

Un decreto de Bolívar, del año 1817, creó los haberes militares: el reparto de la tierra como compensa-ción a los soldados que se sumaron a la Guerra de Independencia. “Los haberes constituyen un proceso de titulación, detalla Jaua, “ya que cons-tituían una transferencia del derecho de propiedad sobre los bienes nacio-nales del Estado”.

Pero lo que pudo haber sido una reforma agraria, aclara Delahaye, quedó rápidamente anulado “cuan-do los caudillos vencedores com-praron a sus soldados” los lotes de terreno. Las confiscaciones de tierras de los realistas, agrega, “beneficia-ron a un grupo pequeño de perso-nas cercanas al poder”. La enajena-ción de baldíos estuvo bajo control “de los grupos que sucesivamente detentaron el poder”, manifiesta.

“La oligarquía que se asentó en el poder, a través de su testaferro prin-cipal, José Antonio Páez, comenzó a apropiarse de los haberes militares que el Libertador había dispuesto para sus soldados”, refiere Elías Jaua. “Indios, negros, sectores populares, fueron nuevamente arrebatados”.

Años después, un luchador lla-mado Ezequiel Zamora (nacido en Cúa, Miranda, en febrero de 1817) encendió la esperanza en quienes defendían la premisa “la tierra es de quien la trabaja”. A Zamora lo ase-sinaron en 1860. La Guerra Federal terminó en 1863, pero la tenencia del territorio poco se modificó. La oligarquía liberal y la conservadora pactaron otro reparto de las tierras. “Y el pueblo”, reitera Jaua, “fue trai-cionado de nuevo” ●

El proceso de expropiación empezó desde la llegada de los invasores

Pequeños grupos de poder se beneficiarondel reparto de tierras tras la Independencia

La Ley de Tierras de 2001 liquidó la supuesta reforma agraria de Rómulo Betancourt

La Revolución ha eliminado 40% del latifundioCon la nueva normativa, vigente desde el año 2001, se han recuperado 2.500.000hectáreas de tierras quepertenecían a la Naciónpero eran ocupadas ilegalmente.En ellas se desarrollanproyectos productivos para la soberanía alimentaria

El solo nombre de Ley de Reforma Agraria tiene el poder de causar alegría o espanto. En 1960, ape-nas dos años después

del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, el entonces presidente Ró-mulo Betancourt promulgó la Ley de Reforma Agraria, con la cual -se-gún cálculos del historiador Naudy Suárez, miembro de la Fundación Rómulo Betancourt- se distribuye-ron en tres años “más de un millón y medio de hectáreas y se habían asen-tado 62.000 familias campesinas”. Pero esta historia oficial tiene otra cara: la del campo de verdad.

Antes, como parte de la historia del siglo XX, habría que destacar varios hitos: la confiscación de las tierras del dictador Juan Vicente Gómez, “que hubiera podido ser la base de una reforma al repartirse en-tre los campesinos”, pero se prefirió “venderlas en forma poco transpa-rente a personalidades cercanas al régimen”; y “la permanencia de la reivindicación campesina sobre las tierras” en cada cambio de gobierno, enumera Oliver Delahaye, profesor de Agronomía de la UCV.

Después, llega el año 1960 y la propuesta de Acción Democrática sobre la tenencia de la tierra. Pero si hay alguien crítico con la reforma agraria de Rómulo Betancourt, ese es Elías Jaua, ministro del Poder Po-pular para la Agricultura y Tierras. La proclama de Betancourt “fue un engaño. El Estado venezolano pagó

tivas y particulares de propiedad para garantizar la producción agrí-cola. El Estado velará por la orde-nación sustentable de las tierras de vocación agrícola para asegurar su potencial agroalimentario”.

Dos años después, en medio de una gran conflictividad social, “se aprobó una ley que buscaba regu-larizar el uso y la tenencia de la tie-rra”, recuerda Jaua. En noviembre de 2001, el Mandatario Nacional aprobó el decreto con Fuerza de Ley de Tierras y Desarrollo Agra-rio, con el cual desapareció la Ley de Reforma Agraria de 1960. La normativa estaba incluida en el pa-quete de 49 leyes habilitantes apro-badas por el Gobierno Bolivariano.

Un censo, efectuado en 1997, había revelado que 7.000.000 de hectáreas estaban en régimen de latifundio, de las 9.000.000 de hec-táreas aprovechables para actividad agrícola. “Más de 70% de las mejo-res tierras se hallaban en manos de las familias que las poseían desde la Colonia, el régimen gomecista y el reparto adeco-copeyano”. Esto cambió con la ley de 2001. “Nues-tra oligarquía es tan atrasada, que esa ley fue uno de los motivos de la activación del golpe de Estado de 2002”, rememora Jaua.

En su artículo 1, la ley establece como objeto crear las bases para “un desarrollo rural integral y sustenta-ble”, que incluye la eliminación “del latifundio como sistema contrario a la justicia, al interés general y a la paz social en el campo”.

La meta de la Revolución Boliva-riana es “cero latifundio”, sentencia Jaua. Su balance es positivo, aunque sigue en pie de lucha: “Hemos re-cuperado unas 2.500.000 hectáreas de tierras que son de la nación y no de quienes decían ser sus propieta-rios; es decir, un 40% del latifundio registrado. Se han entregado, a más de 96.000 familias campesinas, títu-los de tierras; hemos regularizado a

VANESSA DAVIES | Fotos: Archivo CO | Caracas

los campesinos que históricamente ocuparon tierras pero que nunca habían tenido un papel que lo de-mostrara”.

En esas áreas rescatadas, celebra el Ministro, “se están desarrollando proyectos de propiedad social del Estado venezolano para el desarro-llo de centros genéticos, centros de semillas y de recría, sistemas de rie-go”. Ejemplo de ello es el Proyecto Agrario Integral Socialista José Inacio de Abreu e Lima, que une a Vene-zuela y Brasil en un propósito: la siembra de 35.000 hectáreas de soya.

También se han regularizado 5.000.000 de hectáreas. “Son cam-pesinas y campesinos, propietarias y propietarios a quienes se les ha certificado que sus tierras les perte-necen, las adquirieron legítimamen-te”, describe el funcionario.

Con el cambio generado por la ley se ha democratizado un poco la tenencia de la tierra, asevera De-lahaye, “pero es dentro de varias decenas de años que se podrán evaluar los resultados”. Por la falta de estadísticas certeras, añade, “es difícil hacerse una idea cuantitati-va de la evolución de la tenencia”. Además, “hay una sucesión de fór-mulas que no terminan de ser eva-luadas antes de pasar a otra, como las cooperativas, los Fundos Zamo-ranos y Comunas”.

Legalmente hay que resolver al-gunas cosas más. En particular, con las cartas agrarias, exhorta Delahaye, porque considera que hay una su-perposición de derechos que serán un problema más adelante.

Para el docente, el debate sobre “la concentración de la tenencia de la tierra en pocas manos” no solamente se vincula con la justicia social, “sino con la eficiencia productiva de las explotaciones”. Organismos inter-nacionales, como el Banco Mundial, “demostraron que, por unidad de superficie, las más pequeñas fincas son las más productivas” ●

millones de bolívares por las tierras que después entregaron en pedacitos a los campesinos, sin ningún tipo de apoyo, para que terminaran siendo vendidas a los terratenientes a quie-nes ya el Estado había pagado”.

-¿Por qué fue un engaño?-El Estado venezolano le pagó a

los terratenientes por tierras que no les pertenecían. No se pidió el origen real de la propiedad. Se pagó para satisfacer una demanda política y social, y para desmantelar la base social de los movimientos armados de la época.

Jaua añade otro comentario: Las tierras eran tratadas con una visión mercantilista, y la regularización de la tenencia era prácticamente sólo para pequeños y medianos productores que se dedicaban a la actividad rural. Delahaye, sin embargo, no duda en calificar esa reforma como un he-cho masivo. “Se repartieron más de 350.000 títulos en más de 13.000.000 de hectáreas, según las cifras oficia-les”, indicó el investigador. “Pero los resultados, 50 años después, son muy distintos de lo esperado: no hubo formación de pequeñas explo-taciones, sino de medianas (consti-tuidas en parte a partir de compras

ilegales de parcelas)”. Con base en sus estudios, asegura que la ley de Betancourt se convirtió “en cataliza-dor del mercado de la tierra, por la parcelación de los latifundios”.

EL CAMBIODE LA REVOLUCIÓN

En 1999, la Constitución Boliva-riana -aprobada por la voluntad mayoritaria del pueblo venezola-no, expresada en el referéndum del 15 de diciembre de ese año- conde-nó el latifundio.

El artículo 307 puntualiza: “El régimen latifundista es con-

trario al interés social. La ley dis-pondrá lo conducente en materia tributaria para gravar las tierras ociosas y establecerá las medidas necesarias para su transformación en unidades económicas produc-tivas, rescatando igualmente las tierras de vocación agrícola. Los campesinos o campesinas y demás productores agropecuarios y pro-ductoras agropecuarias tienen de-recho a la propiedad de la tierra, en los casos y formas especificados en la ley respectiva. El Estado protege-rá y promoverá las formas asocia-

MIRANDA DIGITAL|Los archivosde Miranda estarán disponibles, a partirde este año, en versión digital. “Se tendrá la imagen original, además de latranscripción al castellano actual”, asegura la historiadora Carmen Bohórquez.

DOTE MATRIMONIAL|Los latifundios, entre los siglos XVI y XVIII, se heredaban, o formaban parte de la dote de los matrimonios. “Se mantuvieron intactos,a menudo amparados en la figura del mayorazgo”, describe Elías Jaua. El mayorazgo era el derecho que tenía el hijo mayor de una familia a heredar los bienes de sus progenitores, con el compromiso de perpetuarlas mismas condiciones.

LEYES DE INDIAS|Uno de sus artículos establecía: “Ordenamos que el terreno y cercanía que se ha de poblar, se elija en todo lo posible el más fértil, abundante de pastos, leña, madera, metales, agua dulce, gente natural, acarreos, entraday salida, y que no tengan cerca lagunas,ni pantanos, en que se críen animales venenosos, ni haya corrupción de ayres, ni aguas”.

las Naciones Unidas para la Agri-cultura y la Alimentación.

El origen de la estructura continen-tal de la tierra “se fundamenta en la bula papal de 1493, en la que el Papa Alejandro VI dona a las coronas, tanto de España como de Portugal, todas las tierras descubiertas y aque-llas que se descubrieran en el futu-ro”. Es a través de este instrumento “que se fundamenta el derecho de propiedad para los ‘conquistadores’ o invasores sobre el vasto continente americano”.

La premisa “tierra es poder” estaba muy clara para los conquistadores. Así, el régimen de tenencia colonial de la tierra en Venezuela “se inicia como un proceso de usurpación de la tierra a través del despojo violen-to y la humillación a la que fueron expuestos los habitantes nativos de nuestro país”, detalló al Correo del Orinoco el titular de Agricultura y Tierras, Elías Jaua. Esa ocupación

violenta “generó una propiedad ile-gítima sobre los territorios conquis-tados”, a la que se sumó la mano de obra esclavista, traída por la fuerza desde África para regar con su san-gre las plantaciones.

En Venezuela, “desde la Conquis-ta, los productores agrícolas han tenido acceso a la tierra mediante procesos esencialmente no mercan-tiles (invasión, clientelismo, uso del poder político, etc.)”, destacó el pro-fesor Delahaye en un documento de la FAO, de la década de 1990.

Las Leyes de Indias constituyeron “una estructura jurídica de domina-ción”, señaló Jaua. Tal como consta en un compendio de las Leyes de Indias publicado en 1690, una de las órde-nes era: “Que en saltando en tierra se tome posesión en nombre del rey”.

Figuras como las Donaciones, Gra-cias y Mercedes Reales, concedidas por el Estado español a los primeros conquistadores, se transformaron

VENEZUELA NUMISMÁTICA|Para 1810circulaban monedas acuñadas por la Provincia de Caracas, en denominación de 1/8 y 1/4 de real. De ambasdenominaciones se conocen acuñaciones de los años 1802, 1804 y 1805.

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12 | ESPECIAL AÑO BICENTENARIO | | ESPECIAL AÑO BICENTENARIO | 13

Fue considerado en su tiempoel hato más extenso de Venezuela y el más poderoso de Suraméricapor el número de cabezasde ganado. Encarnó la codicia,la terrofagia y el hambre insaciablede tierras que caracterizarona Venezuela en los años colonialesy republicanos. Las familias propietarias construyeronun emporio a base de tesón, pleitos y hasta pactoscon Lucifer

La Cruz Rubiera llegó a ser el hato más poderoso de Venezuela en tiempos de la Colonia. Incluso, en opinión de José Antonio

Silva Agudelo, cronista de Calabozo, fue el latifundio más grande de Su-ramérica en cuanto a número de re-ses, ya que en sus sabanas pastaban 300.000 animales. Sus dueños, los Mier y Terán y el Rubio de su tiem-po (así llamaron por generaciones al descendiente respectivo), acumula-ron durante 150 años una inmensa fortuna y poder político.

Figuras controversiales, alabadas y señaladas con el dedo por sus críti-cos, son mostrados como vivo ejem-plo de codicia, terrofagia y hambre insaciable de tierra, aunque también se les menciona como figuras ejem-plares, de condición honorable y ejemplo tesonero de pasión por el trabajo.

“La Cruz Rubiera ha sido el hato de mayor dimensión que haya co-nocido la historia de Venezuela; eso lo puedes anotar sin temor”, asevera Yunis Bautista, un profesor de histo-ria, residente en Guayabal, poblado del sur guariqueño.

Precisamente, la extensión del hato, cuyo núcleo principal se halla-ba a unos pocos kilómetros de Ca-zorla, difiere en hectáreas de acuer-do a diversas fuentes consultadas.

El historiador Oldman Botello, actual cronista de Maracay, señala que a La Cruz Rubiera se le agrega-ron varios hatos para un total de 39, extendidos en los antiguos distritos Miranda (Calabozo) e Infante (Va-lle de la Pascua);. Todos sumaban 350.000 hectáreas.

Juan Romero, un zaraceño ancla-do en Cazorla desde hace más de 40 años, poeta popular y aficionado a la historia, busca una carpeta, saca un documento judicial de compra-venta de La Rubiera y asegura que el hato poseía 187 leguas españolas.

Otras reseñas señalan que los Mier y Terán tuvieron posesiones en Apure y Barinas. A finales del siglo

Los caraqueños ocuparon el sur del Guárico en busca de agua para ganado

La Cruz Rubiera, o cómo acumular tierras sin piedad

MANUEL ABRIZO | Fotos: Manuel Abrizo | Guárico

gado también y dueño de La Cruz– aconteció la misteriosa desaparición del 50 por ciento de las tierras que iban a ser donadas.

“Mas, al fin y al cabo, aquello no tenía nada de novedoso para los ca-zorlenses, pues ya era tradicional la fama de los Mier y Terán para au-mentar sus tierras con más habilidad que sus vecinos. El doctor Mier y Terán, alias El Rubio (apodo con que siempre se distinguió la condición de mayorazgo en su familia), no había hecho otra cosa que seguir con ab-soluta fidelidad los pasos que en ese camino le trazaron sus antepasados. Así, el mencionado doctor Diego Eugenio Chacón, cuando practicó la mensura de Las Ánimas, que para ese entonces pertenecía a don Isaías Jiménez, pudo decir que más de 60 leguas de La Rubiera habían sido ad-quiridas en forma no limpia”, señala Monroy Pittaluga.

En los archivos de la Catedral de Calabozo, en 1783, se alude a don Sebastián de Mier y Terán, quien era “uno de los hombres más poderosos de la provincia, de pocos igualado en su caudal y de ninguno excedido por la suministración de sus gastos y ninguna policía en su crianza”, dice Monroy Pittaluga; tenía fama de que no se le ganaba pleito ante los encar-gados de impartir justicia.

Los Mier y Terán ocuparon altos cargos. Uno de ellos fue el de Alcal-de de Caracas, y otros se desempe-ñaron como jueces de llano. Uno de ellos prestó ayuda a la causa repu-blicana en la Guerra de Independen-cia. Años después, El Libertador, en agradecimiento, le extendió un sal-voconducto que puso a resguardo sus propiedades.

Un hijo de don Sebastián de Mier y Terán, don Francisco Mier y Te-rán, llamado el Rubio Viejo, logró acumular títulos de propiedad de la mayoría de los vecinos, bajo el argu-mento de que en sus arcas estaban a salvo del comején y de los avatares de los continuos alzamientos contra los gobiernos de turno.

“Luego”, dice Pittaluga, “como arte de encantamiento, dichos tí-tulos aparecían a favor del Rubio, siempre poderoso y hábil, mientras el dueño legítimo tenía que inclinar la cabeza, escasa de luces, ante la fuerza de los razonamientos jurídi-cos, preso como una mariposa en aquella oscura tela de araña de las leyes”.

Señala Pittaluga, en una versión bastante extendida en Cazorla, que “el mismo día en que el primer Ru-bio fundó el hato de La Cruz, por or-den suya fueron enterrados vivos, a manera de siembra y para que la tie-

rra los devolviese multiplicados en el curso de los años, un negro y una negra esclavos, un toro y una vaca, un caballo y una yegua, y muchas otras parejas de animales, todas de color negro”.

GÓMEZ NO PAGÓEl Rubio dominaba sus tierras

como un semidiós o un verdade-ro señor feudal, escribe el médico. Quien violase sus dominios se ex-ponía a ser capturado por los “cam-pos volantes” o guardias armados, y se arriesgaba a que le colocaran un cachicamo entre las manos y lo fusilaran por “ladrón de la riqueza viva de su tierra”.

A veces, el Rubio tenía gestos de profunda generosidad con los me-nesterosos que le pedían auxilio; también, con los zamuros, a los que solía sacrificar un novillo “para que no pasaran hambre esos animalitos del cielo”.

“Así era la ardiente sangre de los Mier y Terán. Dotados de una viva inteligencia, que sólo la pasión les hacía oscurecer; orgullosos y senci-llos; francos y marrulleros; de fondo tierno y superficie cruel; mantuanos de linaje e infatigables trabajadores, ellos representaron en forma eleva-da y con caracteres más definidos que ninguna otra familia –en el bien y en el mal– la poderosa casta de los antiguos varones del llano”, señala Pittaluga.

El último Rubio murió en 1914. El hato se lo vendieron a Juan Vicen-te Gómez, quien pagó una parte y quedó debiendo la otra, como era costumbre. Al respecto, el historia-dor Oldman Botello señala:

“El general Gómez lo compra a doña Carmen Parra, viuda del doctor Francisco Mier y Terán, abo-gado, el último Rubio, en 1915, en poco más de un millón de bolívares, a crédito. Su último poseedor priva-do fue don Adolfo Ramírez, oriun-do de Cazorla a quien mucho conocí porque vivía en Villa de Cura y hoy sólo una mínima parte la tiene uno de sus nietos. Lo demás, lo repartió el antiguo IAN, y otros lotes son producto de invasiones. La fauna la acabaron los invasores hace años”.

Amado Aponte, otro cazorleño re-sidente en Guayabal y autor de una composición sobre La Rubiera (“Re-forma a La Rubiera”), cuenta que Gómez introdujo el ganado de lidia a través de La Rubiera. El telégrafo funcionaba en la casa del hato.

En el siglo pasado, en el hato se sacrificaban 20 toros diarios para alimentar al ejército nacional, en un sitio que llaman Los Camorucos, cerca del Paso del Caballo ●

Para José Silva Agudelo, cro-nista de Calabozo, el fuerte

verano que estamos padeciendo en estos tiempos esclarece lo que ocurría hace unos 300 años con las caraqueñas y los caraqueños: falta-ba agua y el verano mataba el ga-nado. Entonces, la gente pudiente dirigió su mirada hacia el sur y el extenso territorio que conforma-ban los Llanos de Caracas, cuyos linderos llegaban hasta la orilla del río Apure.

Caraqueñas y caraqueños lle-garon a los llanos guariqueños en busca de agua en verano. “Los ha-tos de aquí eran de los gobernantes de Caracas. Ellos tenían grandes cantidades de ganado, bestias y animales menores, ovejos, chivos, carneros, cochinos. Esos animales en la sierra se morían por falta de agua en el verano. Ellos sabían que los ríos Guárico, Tiznado, Orino-co, Apure, Apurito, Portuguesa y

“Juan Vicente Gómez nun-ca vino al Guárico a sus hatos, pero claro, los caporales de Gó-mez eran A1, así que perfecta-mente tú podías vivir en Cara-cas y tener un caporal que era el hombre responsable de un re-baño de 50.000 reses”, dice Silva Agudelo.

Con el discurrir de los años, Calabozo se convirtió en un em-porio ganadero y gran productor de carne salada, cuero y ganado en pie, que salía desde los llanos de La Cruz Rubiera, el principal hato, hacia Caracas. Entonces, lo que hoy se llama la seguridad alimentaria, en este caso de Ca-racas, dependía de Calabozo, además de los caballos para los ejércitos coloniales. Estos anima-les eran muy importantes, agre-ga, “porque los ejércitos eran de caballería, y cada soldado nece-sitaba tres y cuatro caballos”.

|Calabozo alimentaba a Caracas|En el proceso de fundación de

hatos, los dueños de ganado se apoyaban en un personaje clave que atendía su propiedad: el capo-ral o mayordomo, un gerente a ca-ballo que compartía con los peones y administraba la hacienda. Los caporales, como los dueños casi no venían nunca, llegaron a ser líderes y ponían las fiestas patronales .

Entre los apellidos ilustres del mantuanaje colonial residente en Ca-racas, Calabozo o San Sebastián de los Reyes, con posesiones en Calabo-zo, Camaguán y Guayabal; figura-ban, en 1758, los Tovar, Blanco, Báez, Gamarra, Mier y Terán, Aponte, Domínguez, Beróes, Sosa, Aquino, Loreto y Arana, refiere el profesor Felipe Hernández, en una ponencia presentada el año pasado en un en-cuentro de cronistas en Guayabal.

XVIII llegaron a oponerse a la fun-dación de San Fernando de Apure, y entablaron un juicio ante la Coro-na española, con el alegato de que el nuevo pueblo estaría dentro de sus tierras.

José Antonio Silva Agudelo afir-ma que La Rubiera no fue el hato más extenso de Venezuela y que su porción consolidada nunca llegó a superar las 70.000 hectáreas. Lo que ocurre, explica Agudelo, es que en las vaquerías (actividad colectiva en que se recogía el ganado disperso en las sabanas) había la regla de que si aparecía mucho ganado de un due-ño, éste debía comprar un derecho para pastar, aunque las tierras no es-taban integradas al hato.

LA OLEADA DE LOS MIER Y TERÁN

La historiadora Virginia Calven-te Iglesias, del Centro de Estudios Montañeses, Santander (España), desentrañó el enigma de los oríge-nes de los Mier y Terán y de cómo llegaron a Venezuela.

Eran españoles, nativos de Ruen-te, “uno de los 14 Concejos integran-tes de una unidad administrativa (Alcaldía Mayor) del Real Valle de Cabuérniga en las Montañas de Burgos y perteneciente a la Diócesis de Burgos antes de 1754, ya que a partir de ese año pasó al recién eri-gido Obispado de Santander”.

La saga de los Mier y Terán y su relación con Venezuela pudo haber arrancado en firme con el casamiento entre Juan Mier y Te-rán y María Sánchez de Escagedo. El matrimonio procreó a Gabriel, Agustín, Sebastián, Juan, Antonio y Juliana. Juan, Antonio y Sebastián se vinieron a Venezuela en busca de fortuna, “tal vez llamados por un tío suyo del que hay constancia do-cumental que estuvo y murió allí”, sostiene Virginia Calvente Iglesias.

Sebastián Sánchez de Mier y Te-rán el Viejo, además de contraer méritos ante la Corona por sus di-versos servicios, se enriqueció de tal manera que, por su estímulo, se ori-ginó una “avalancha” de pioneros originarios de Ruente en dirección a Los Llanos, entre los que se encon-traban sus sobrinos Juan de Mier y Terán y Sebastián de Mier y Terán el Mozo”, indica la investigadora española. Posiblemente llegaron de manera clandestina.

José Antonio Silva Agudelo acla-ra que, cuando se fundó Calabozo en 1720 ya había más de 40 hatos en la zona; uno de ellos era La Cruz de Guariquito, que con el tiempo pasó a llamarse La Cruz Rubiera o sim-plemente La Rubiera.

Yunis Bautista dice que hay datos que apuntan hacia 1760 como fecha de llegada a la zona de Sebastián de Mier y Terán (“un terrófago de temer”). El hombre inauguró un método eficiente de terrofagia, que consiste en presentar linderos falsos que luego se iban legalizando ante las autoridades.

SEMBRAR GENTE PARA “LA PROSPERIDAD”

Francisco Monroy Pittaluga, un médico ya fallecido, quien ejerció en el siglo pasado en Cazorla y autor de un memorable libro sobre esta comarca guariqueña, detalla que la historia del pueblo está muy unida a la de La Cruz Rubiera, “el vasto y famoso hato de los Mier y Terán, en cuyas tierras estuvo Ca-zorla hasta 1905”.

En la plaza de Cazorla, en 1914, Arévalo Cedeño se alzó contra Juan Vicente Gómez. En su primer lance,

tomó el hato La Rubiera por pocas horas.

Escribe Monroy, de acuerdo con relatos recogidos de sobrevivientes, que el general Cipriano Castro -pre-sidente de la República- le regaló a Cazorla, en 1905, una suma de dine-ro para dos leguas de ejidos, pero al final de los trámites entre los aboga-dos y Francisco Mier y Terán –abo-

Chirgua corrían de verano, y los que no lo hacían, quedaban con grandes charcos que nunca se secaban. Aquí hay un charco en Calabozo, más abajo del puente Aldao, que se llama Charco del Mata Jambre y no se seca nunca. Es un reservorio de agua que aunque bebiera la cantidad de gana-do que bebiera, no se secaba; eso era lo que buscaban los caraqueños por esta zona”, sostiene el cronista de Calabozo.

José Silva Agudelo, cronista de Calabozo

Casa de los Mier y Terán

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Hace 200 años, las venezolanas y los venezolanos, afirmados en su determinación y una fuerte moral libertaria, superaron la abismal diferencia en experien-cia, equipamiento y cantidadde tropa que los separaba del ejército español. Ellos marcaronun hito en la historia militar de América Latina

La Guerra Asimétrica es definida como un conflicto violento carac-terizado por una gran desproporción entre las

fuerzas militares y políticas de los bandos implicados, y que por lo ge-neral obliga a los menos favorecidos a rendirse o a utilizar mecanismos de defensa fuera de la tradición militar, tales como la guerra de guerrillas, la resistencia y la insurgencia. Una situación análoga a la que refiere el pasaje bíblico de primer libro de Samuel, versículo 17:50, que narra la batalla entre un coloso llamado Go-liat y un pequeño -pero astuto- Da-vid, quien se convertiría en el primer rey de los judíos.

El ex ministro de Defensa, almi-rante Orlando Maniglia, asevera que hoy día podemos seguir hablando de guerra asimétrica. “Todo el tiem-po ha existido la presencia de un imperio. Antes fue España, y 200 años después estamos ante Estados Unidos. La Guerra Asimétrica es la confrontación directa o indirecta en la que un ejército con mucho po-der y mucha tecnología se enfrenta a otro con menos capacidad para la beligerancia. Además, aparecen nuevas formas de combatir, como la guerra comunicacional, la diplo-mática y la resistencia”, explica.

El contralmirante Luis Cabrera Aguirre coincide con Maniglia en la definición, pero acota diferencias con la Guerra de Cuarta Generación.

Cabrera Aguirre acotó que, en el caso de nuestro proceso indepen-dentista, al principio sí se puede considerar que fue una Guerra Asi-métrica, pero con el liderazgo, la organización del pueblo y el equi-pamiento de armas, dejó de serlo. “Con el liderazgo de El Libertador y los otros héroes patriotas todo fue evolucionando. En la mayoría de las batallas siempre hubo más tropas realistas, pero no era una mayoría aplastante. Después del 19 de abril de 1810, se empezó a conformar una fuerza armada para enfrentar a las tropas españolas, las cuales venían preparadas para someter a lo que ellos considera-ron una insubordinación. Cuando Pablo Morillo vino a Venezuela a someter a las tropas libertarias: con un ejército preparado, entrenado y bien equipado, y regreso derrotado, el Rey le reclamó. Él le respondió: “Deme cien llaneros venezolanos y pondré a Europa a sus pies”.

Cabe destacar que, para 1810, en Venezuela no había una Fuer-za Armada conformada. “Tenía-mos una dependencia exclusiva

del imperio español. Después del 19 de abril, el pueblo se organizó para enfrentar toda una arremeti-da política del Gobierno español. El principio es político. Cuando España se dio cuenta de que en Venezuela ya existían otros movi-mientos que no eran precisamente para defender los intereses de Fer-nando VII, sino para separarse de la Corona, España comenzó a re-forzar su aparato militar en nues-tro país. El pueblo venezolano como tal no tenía Fuerza Armada, y comenzó a organizarse. Lo hizo en milicias, según documentos históricos de la Provincia de Cara-cas”, refirió Maniglia.

La milicia es el pueblo con ar-mas, una táctica militar y algunos conocimientos castrenses. “El 19 de abril representa la génesis de lo que luego fue nuestra Guerra de Inde-pendencia. Es la primera etapa, que concluye con la firma del Acta de Independencia el 5 de julio de 1811. El proceso deja de ser político para convertirse en militar”, manifestó.

El almirante destacó que, gracias a esa moral libertaria y a la determi-nación del pueblo, organizado ini-cialmente en milicias, es que se llega a la victoria. “El pueblo es la génesis de toda la acción libertaria de cual-quier país. Por eso es sabio decir que la Fuerza Armada es el pueblo uniformado. La idea de seguridad, la idea de soberanía es del pueblo exlcusivamente”, agregó.

La guerra por la Independencia concluyó en suelo firme en 1821 con la Batalla de Carabobo, y por mar en 1823 con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo. “El acto heroico de este modelo asimétrico radicó so-lamente en que eramos asimétricos en la capacidad de fuego. El fuego español era superior al nuestro; sin embargo, imagínate la moral que tenía ese Ejército venezolano para luchar y vencer a un Goliat de ese tamaño”, enfatizó ●

Las tropas de pies descalzos y de hombres a caballo

Una guerra en la que un David venció a un GoliatInternet y las redes sociales son fundamentales en la Guerra de Cuarta Generación

Guerrillas Comunicacionales y Milicias enfrentanpretensión imperial de controlar las mentes

Venezuela incorpora nuevos actores al proceso de defensa integral de la Nación, todosprovenientes del pueblo;ese pueblo que en 1810inició una gesta que aúnno ha concluido

Ya han pasado 200 años de aquel 19 de abril de 1810, de aquella Vene-zuela que inició el ca-mino de una indepen-

dencia que aún continua. Primero, contra 300 años de dominación del reino de España, que con todo su poderío militar no pudo contra la moral libertaria del pueblo. Ahora, contra la amenaza de invasión del imperio estadounidense.

“La guerra hoy en día es compleja. Han surgido muchas variantes; otros factores que abarcan lo político, lo económico, lo cultural y lo mediá-tico”, sostiene el almirante Orlando Maniglia, ex ministro de la Defensa.

Venezuela está inmersa en una Guerra de Cuarta Generación. “Es la guerra actual: la guerra mediáti-ca y la guerra psicológica. Ésta tiene muchos factores que no se pueden ver, pero se huelen. Se perciben y, con inteligencia, se detectan. Lo in-visible se hace visible con inteligen-cia”, refirió Maniglia.

El contralmirante Luis Cabrera Aguirre explicó que el objetivo de una Guerra de Cuarta Generación es la dominación y captación de la mente de las personas. “Por ello se utilizan los medios de comunica-ción”. También se emplean internet y la redes sociales como Twitter y Facebook, entre otros.

El Gobierno Bolivariano con-formó los comandos de Guerrilla Comunicacional para enfrentar el

Generación fue el silencio mediático en cuanto a los sucesos de abril del 2002. En ese momento quedó en evi-dencia la campaña que promovió directa e indirectamente la ejecución de un golpe de Estado contra el pre-sidente Hugo Chávez, orquestada por los medios privados de comu-nicación. Bonilla describe tres ejes: el mediático, dominado por la cor-poración Cisneros; el energético y el armamentista.

Una de las estrategias mediáticas del presente es la campaña empren-dida por el eje derechista Bogotá- Madrid, cuyo objetivo es presentar supuestos “vínculos” del Gobierno venezolano con “el terrorismo” para empañar la imagen de Venezuela, proceder a una declaratoria de Esta-do Forajido y allanar el camino para una ataque preventivo.

“Por eso es necesario tener una Fuerza Armada preparada y equi-pada, y un pueblo que sepa lo que se está viviendo, para que no se deje manipular y tenga claro qué defendemos y por qué estamos lu-chando”, destaca el contraalmirante Cabrera Aguirre.

WISTON MÁRQUEZ-LÓPEZ | Fotos: Yoset Montes y Centro Nacional de Historia | Caracas

ROMPER CON EL PASADOEl artículo 322 de la Constitución

de la República Bolivariana con-templa la corresponsabilidad entre el pueblo y la Fuerza Armada. “La seguridad de la Nación es compe-tencia esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral de ésta, y su de-fensa es responsabilidad de los ve-nezolanos y venezolanas; también de las personas naturales y jurídi-cas”, reza la Carta Magna.

La seguridad y la defensa na-cional “no son responsabilidad exclusiva de los militares. En ese artículo se establece la correspon-sabilidad. El Estado creó la Mili-cia Nacional, el eslabón para que esa corresponsabilidad sea posi-ble. La Milicia conecta a la Fuerza Armada con el pueblo para la de-fensa integral de la nación”, des-tacó Cabrera Aguirre.

“Con la llegada del presidente Chávez, el pueblo venezolano des-pertó y se dio cuenta de que Esta-dos Unidos no es nuestro amigo, y mucho menos nuestro protector o aliado. Es un país con el que pode-mos interactuar y negociar de igual a igual”, acotó.

El contraalmirante admitió que los militares habían asumido la doctrina estadounidense, “y por esa razón hasta el armamento era estadounidense y los enemigos de Estados Unidos eran nuestros ene-migos. Eso cambió con la Revolu-ción Bolivariana.

“Estamos rompiendo con el pa-sado. Nos liberamos del imperio español y ahora se impone el im-perio estadounidense”, remarcó el almirante Maniglia. “Después de la guerra de Independencia el pueblo se integró a la Fuerza Armada para nunca separarse” ●

PICHINCHA LIBRÓ A QUITO|El 24 de mayo de 1822, en las faldas del Pichincha en Ecuador,el Mariscal Antonio José de Sucre libróla batalla que dio la libertad a Quito. Mientraslos realistas se refugiaron en la ciudad yabandonaron sus posiciones anteriores,el Ejército Libertador ascendió hasta las alturasdel volcán Cotopaxi.

EL SELLO DE AYACUCHO|La batalla de Ayacucho fue el último granenfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerrasde Independencia de hispanoamérica (1809-1826) y significa el final definitivo del dominio colonial español en América del Sur.La batalla se desarrolló en la pampa de La Quinua en el Departamentode Ayacucho en Perú, el 9 de diciembre de 1824. La independenciadel Perú fue finalmente reconocida por España medianteun tratado firmado en París el 14 de agosto de 1879.

¡VUELVAN CARAS!|La Batalla de las Queseras del Medio fue una acción táctica librada el 2 de abril de 1819 en el estado Apure. José Antonio Páez ordenó el célebre “vuelvan caras”, maniobra decisiva para derrotar a las fuerzas realistas. La batalla se produjo después del combate de la Gamarra, el 27 de marzo de 1819.

CHOQUE EN BÁRBULA| La Batalla de Bárbula fue un enfrentamiento armado entre las tropas venezolanas junto a las fuerzas auxiliares granadinas comandadas por Rafael Urdaneta y Atanasio Girardot, cpntra el ejército español, capitaneado por el General Domingo Monteverde. Tuvo lugar el 30 de septiembre de 1813 en la parte izquierda del cerro de la hacienda Bárbula, vecina al pueblo de Naguanagua, en el actual estado Carabobo.

“Hay diferentes conceptos. Los ex-pertos tienen un concepto de Guerra Asimétrica y de confrontación de Cuarta Generación. Muchos dicen que forman parte de lo mismo. Mi apreciación es que son asuntos com-pletamente diferentes. La Guerra de Cuarta Generación está relacionada con el control de la mente, la domi-nación y la alienación; la asimétrica está relacionada con la ventaja en lo militar, cultural y económico”, ex-presó.

ASIMETRÍA, ESPÍRITU Y MILICIAS

En el contexto del siglo XIX, Mani-glia subrayó que sí hubo una guerra asimétrica entre España, la potencia de ese entonces, y una Venezuela con una incipiente carrera militar.

“En 1810 tenemos que partir del es-cenario de un país de colonias donde ya había tentativas revolucionarias; había una oligarquía que temía la invasión de Francia y la arremetida de Napoleón, quien pretendía im-poner a su hermano José en el trono de la península ibérica ocupado por Fernando VII, después de su alian-

za para enfrentar a Portugal”, acotó Maniglia.

Documentos reseñados por el Centro Nacional de Historia refieren que Vicente Emparan fue designado, en 1809, como Capitán General para la Capitanía General de Venezuela, luego de haber fungido como Gober-nador de Cumaná entre 1792 y 1804. Luego de la disolución del Consejo de Regencia de Cadiz, Emparan perdió representatividad, la Iglesia intervino a favor de Fernando VII y entró en escena el fraile José Cortés de Madariaga, aquel 19 de abril de 1810.

“Siempre fue una guerra asimé-trica desde la conquista. Era infinita la ventaja que le llevaban los espa-ñoles a los aborígenes. El débil tiene que valerse de situaciones y actua-ciones que tengan el factor sorpre-sa para poder equipararse. Lo que ocurrió en Venezuela en 1810 fue una especie de génesis. Aquí había gente con espíritu libertario y con formación para la independencia, como Francisco de Miranda y Juan German Roscio, entre otros”.

Sin embargo, el contraalmirante

La Batalla Naval del Lago de Maracaibo selló la victoria sobre las tropas imperiales de España Con la creación de las milicias se incrementa la capacidad de defensa popular

sesgo, el apagón y la dictadura me-diática, que es parte de la agenda silenciosa pero visible de esta con-frontación de baja intensidad.

También, el Mandatario Nacional decretó el 13 de abril como el Día de la Milicia Bolivariana, del Pueblo en Armas y de la Revolución de Abril, en honor a la valiente población ci-vil que rescató el hilo constitucional hace ocho años. El Jefe del Estado juramentó a más de 30.000 milicia-nas y milicianos.

Venezuela está preparada para las arremetidas de sus enemigos. “El pueblo cuenta con otras armas, como la organización popular y la incorporación de todos a la resisten-cia. Con la integración de las mili-cias a la Fuerza Armada Nacional se incrementa la capacidad de defensa popular. Frente a la resistencia de un pueblo todo, ese armamentismo es relativo”, manifestó el analista político Carolus Wimmer.

EL CEREBRO COMO CAMPO DE BATALLA

“La Guerra de Cuarta Generación tiene que ver con la alienación, y se apoya en internet, en las comunica-ciones, en el cine, en las redes socia-les, en la moda, en la música, en los juguetes”, reiteró Cabrera Aguirre.

Ernesto Navarro, en un artículo publicado en el portal web Aporrea.org, planteó que esta teoría fue ela-borada por William S. Lind y cuatro oficiales del Ejército y del Cuerpo de Infantería de Marina de los Esta-dos Unidos. “La Guerra de Cuarta Generación es principalmente una teoría a nivel táctico, la cual a veces abarca los niveles operacionales, y está situada en la era moderna, des-de el Tratado de Westfalia en 1648 hasta la actualidad. Fue publicada simultáneamente en la edición de

octubre de 1989 del Marine Corps Gazette y del Military Review”, rese-ña la publicación.

Navarro también citó un trabajo de investigación de Vanessa Marsh, de la revista Tendencia 21, el cual de-fine la Guerra de Cuarta Generación vinculada con “la evolución tecno-lógica”. “La aparición de enemigos que no responden a definiciones clásicas y a la ofensiva terrorista, han llevado a los estrategas milita-res a concebir un nuevo modelo de guerra que se apoya, por primera vez, más en los elementos culturales que en el potencial bélico. Se llama Guerra de Cuarta Generación y lo que pretende es la victoria a través de la movilización cultural contra un enemigo imperceptible y volátil como es el terrorismo”, detalla tex-tualmente el artículo de Marsh.

Carolus Wimmer enfatizó que la Guerra de Cuarta Generación des-orienta al enemigo en una forma total. “Cada revolución tiene la obli-gación de defenderse y para preser-var la paz hay que prepararse para la guerra”, agrega el también diputado.

Un ejemplo de Guerra de Cuarta

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Hace 200 años el pueblo venezolano luchaba contra el dominio español, no sólo para lograr su independencia económica y política, sino para imponer un nuevo sistema de vida en el cual el derecho a aprender era una de las aspiraciones más sentidas.

El modelo educativo que funcionaba en Venezue-la durante el periodo de la Colonia era discrimi-natorio. Sólo las élites

tenían acceso a los libros y a recibir instrucción o enseñanza. Los par-dos, indios y negros eran excluidos de cualquier posibilidad educativa. El derecho a la educación era inne-gociable para quienes detentaban el poder.

En 1797 se quiso poner en fun-cionamiento una Academia en Caracas, la cual imponía límites y condiciones, pues el Real Consula-do establecía que se debía enseñar gratuitamente la matemática, física y química -aplicadas a la agricultura y las artes- a toda persona que fuese “notoriamente blanca y de buena reputación”. Además, se negaba la entrada al recinto a los indios, ne-gros y pardos.

En el siglo XIX, la Universidad de Caracas tenía una cifra promedio de cuatrocientos estudiantes, incluyen-do a los de educación primaria, que estaba adscrita a ella. Se impartían clases de latín, castellano, primeras letras, filosofía peripatética, derecho canónico, derecho civil, teología es-colástica, moral, historia eclesiástica y medicina, aparte de las elemen-talidades de la primaria. En suma: cuatro asignaturas de utilidad para clérigos; únicamente derecho civil y

La Nación Bolivariana fue declarada libre de analfabetismopor la Unesco a los 234 años del natalicio de SimónRodríguez. El modelo formativo impulsado por la Revolución propicia la transformaciónde la sociedad

El 18 de julio de 2003 el Presidente de la Repúbli-ca decretó la creación de la Universidad Boliva-riana de Venezuela. Una

Universidad que surgió con el firme propósito de incluir a una población históricamente excluida. Una pobla-ción que había sido azotada por una estrategia que beneficiaba a un pu-ñado de personas quienes, en la dé-cada de 1990, administraban casi el 60 por ciento de las riquezas del país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El nuevo modelo educativo, más allá de la educación universitaria, busca formar esa nueva mujer y ese nuevo hombre que describió el revo-lucionario argentino Ernesto “Che” Guevara. Alrededor de 1.020 millo-nes de personas en el mundo viven en extrema pobreza, advirtió recien-temente la FAO. Un argumento sóli-do para concluir que el sistema capi-talista es la destrucción del planeta. Para erradicar la pobreza se debe acabar, entre otros problemas, con el analfabetismo, divulgó un estudio de la Unesco.

YO SÍ PUEDOVenezuela, antes del proceso de

refundación de la patria iniciado en 1999, estaba hundida en pobre-za y analfabetismo. En la década de 1990, alrededor del 70 por ciento de la población era pobre, y de ese porcentaje, 40 por ciento vivía en la miseria, destacó el INE. Además, al menos millón y medio de venezola-

medicina para los civiles; y en idio-mas, sólo latín y castellano.

SIMÓN RODRÍGUEZA CONTRACORRIENTE

Esta situación no era vista con buenos ojos por quienes se oponían al sistema impuesto por los españo-les, y luchaban por una Venezuela libre, una República igualitaria sin castas ni grupos privilegiados; una nación sin clases dominantes donde ciudadanas y ciudadanos tuvieran el derecho a recibir una educación ge-neral e igualitaria.

En ese contexto, Simón Rodríguez propone las bases para el nacimien-to de otra educación y, por ende, de un nuevo ciudadano y ciudadana.

Los pensamientos pedagógicos de Rodríguez estaban enmarcados en una educación social y popular. El docente sostenían que “la Instruc-ción debe ser Nacional –no está a la elección de los discípulos, ni a la de los padres –, no debe darse en desor-den, de prisa, ni en abreviatura”.

Estudiar debe ser un derecho de todo ciudadano y es un deber del Estado garantizarla. “Sin luces no hay virtudes; El Bien Social depen-de del Saber; Hacer negocio con la Educación es… diga cada lector todo lo malo que pueda / todavía le quedará mucho por decir…/ Los conocimientos son Propiedad Pú-blica, puede renunciarla una gene-ración, pero no privar de ella a las siguientes”.

Rodríguez propuso una educación igualitaria, sin exclusiones -incluso planteó la escuela para la mujer-, que formara ciudadanas y ciudadanos para vivir en una República libre. Su programa educativo estaba centrado en formar individuos con: instruc-ción social para hacer una nación prudente, instrucción corporal para hacerla fuerte, instrucción técnica

nas y venezolanos no sabían leer ni escribir.

El 28 de octubre de 2005, la Na-ción Bolivariana fue declarada te-rritorio libre de analfabetismo por la Unesco, después de liberar a mi-llón y medio de iletrados e iletradas a través del método educativo “Yo sí puedo”. Ese día, justamente, se conmemoraban los 234 años del na-talicio de Simón Rodríguez, quien sembró las bases para la educación liberadora en busca de la indepen-dencia de Venezuela.

José Javier León, docente de la Universidad Bolivariana de Ve-nezuela, describió aquel sistema educativo de Rodríguez como una “metodología subversiva” contra el dominio español. Una caracteriza-ción que se amolda a la perfección 200 años después.

“Aprender a leer nos hace ver el mundo de una manera diferente”, expresó Sixta Palma, una colom-biana que llegó a Venezuela –sin

para hacerla experta e instrucción científica para hacerla pensadora.

Simón Bolívar, discípulo de Ro-dríguez, tampoco concebía que la educación estuviese en manos de una élite. De allí que luchara contra el imperio español para proponer un sistema educativo que fuese ac-cesible e igualitario para todas las venezoñlanas y los venezolanos, en el que se formara a las ciudadanas y los ciudadanos sin distinción de raza y se tuviera como norte el ima-ginario integracionista.

“Un pueblo ignorante es un ins-trumento ciego de su propia destruc-ción... La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y lu-ces son los polos de una República; moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Estas palabras, pro-nunciadas en el Congreso de Angos-tura, recogen el principio rector de su propuesta.

Para Bolívar era fundamental que el Estado garantizara un siste-ma educativo, abierto, integrador, flexible porque “el primer deber del Gobierno es dar educación al pueblo” (Decreto, 11 de diciembre de 1825, provincia de Chuquisaca, Alto Perú), dado que “las naciones marchan hacia el término de su grandeza, con el mismo paso con que camina la educación”.

El sistema educativo impuesto por los españoles durante la época de la Colonia impedía la formación de los individuos, lo cual facilitaba la dominación y manipulación, si-tuación que repudiaban tanto Ro-dríguez como Bolívar. De allí que ambos se convirtieran en fervientes luchadores contra el sistema que imperaba en aquella época.

Estudiar hace 200 años era un pri-vilegio que sólo tenía cierto grupo de la sociedad ●

tir de 2002 cuando la derecha dio un golpe de Estado y saboteó la indus-tria petrolera.

Dentro del proceso revoluciona-rio el nuevo modelo educativo esta-blece la inclusión como una de sus bases indispensables.

“El nuevo paradigma educativo para la inclusión se relaciona con la apertura, con la vinculación social y la pertinencia, con el uso intensivo de las tecnologías, con la utilización combinada de lo formal y lo no for-mal, con el reconocimiento y vali-dación de experiencias, en lo indivi-dual, con la incorporación curricular de saberes colectivos y con el estable-cimiento de un ambiente educativo, en todos los niveles, en el cual se aprenda democracia en un ambiente democrático, se aprenda libertad en un ambiente libre, se aprenda partici-pación y solidaridad en un ambiente participativo y solidario y, en fin, donde se aprenda a luchar por la in-clusión en un ambiente sin exclusio-nes”, explicó Héctor Navarro, minis-tro de Educación, en la investigación titulada “La política educativa como estrategia de inclusión social”.

Una frase resume el planteamiento del nuevo modelo educativo venezo-lano: educación para todas y todos.

Con el basamento de la educa-ción robinsoniana articulado con el pensamiento martiano que instaba a luchar con todos y por el bien de todos, Venezuela y Cuba consoli-daron una alianza estratégica que desarrolló en la Nación Bolivariana la universalización de la educación por las diferentes barriadas.

Desde Simoncito, y pasando por las misiones Robinson, Ribas, Sucre y Alma Mater, el Gobierno Boliva-riano busca “luchar por la indepen-dencia” a través de la formación de las venezolanas y los venezolanos con un “modelo educativo inclu-yente”, precisó Edgardo Ramírez, actual ministro de Educación Uni-versitaria ●

Simón Rodríguez rompió la exclusión al desarrollar un sistema de enseñanza popular

La educación era privilegio de personas notoriamente blancas y de buena reputación

Venezuela ha consolidado un proyecto educativo incluyente y liberador

Educación para todas y todos

ARLENIN AGUILLÓN | Fotos: Archivo CO | Caracas

“Cortar la cabeza a todoel que sepa leer”|En 1797 el acta del Ayuntamiento decía: “No debe franquearse a los pardos la instrucción de que hasta ahora han carecido y deben carecer en lo adelante, porque hormiguearán las clases de estudiantes mulatos y pretenderán entrar en el seminario”.

Los colonizadores del Río de la Plata sometieron a tortura y luego dieron muerte a un esclavo, porque descubrieron ¡delito atroz!, que sabía leer y escribir.

El general Pablo Morillo escribía en 1817 al General Cerruti, gobernador de la Guayana, todo un plan de colonización: “Haga usted en ésa lo que yo he hecho en Nueva Granada: cortar la cabeza a todo el que sepa leer y escribir, y así logrará la pacificación de América”.

Las escuelas coloniales fueron instituciones creadas para núcleos reducidos y para muy pequeños grupos, destinadas a la división de las clases sociales y a provocar el odio consecuencial entre éstas.

Se trataba -en esa época- de crear escuelas para la clase dominante._____

Tomado de: De una educación de castas a una educación de masas, de Luis Beltrán Prieto Figueroa

Simón Rodríguez propone las bases para el nacimiento de una nueva educación

Universidad Bolivariana de Venezuela, en Caracas.

Datos precisos|• En 1998 la inversión del Estado en educa-ción estaba cerca de 3,38%, pero para 2008 subió hasta 7 por ciento.

• Venezuela es el segundo país de América Latina con la matrícula de educación superior más alta, con 83 por ciento, superada solamente por Cuba, quien ocu-pa el primer escaño con 88 por ciento de matriculación, según el Instituto de Estadística de la Unesco.

• En diez años el número de estudiantes universitarios por cada mil habitantes aumentó más de 189 por ciento.

• En Venezuela los egresados de institutos universitarios aumentaron más de 142% durante los primeros nueve años de Revolución Bolivariana.

• En Venezuela, más del 24% de los estudiantes universitarios pertenecen a la Misión Sucre.

• La mayoría de la población escolarizada en educación básica es atendida con el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Para 1999 existían 252.284 niñas y niños beneficiados, actualmente se benefician más de 4 millones de niños y niñas. Se aumentó 1.507 por ciento.

_____Tomado de www.venezueladeverdad.gob.ve

MIRANDA DISCRIMINADO | El precursor de la Independencia vivió la experiencia de la exclusión social, pues los mantuanos lo rechazaban debido a su condición de “blanco de orilla”,denominación que recibían los canarios, como su padre, y en general los blancos pobres.

FORMAR CIRUJANOS | “Primeras Leccionesde Cirugía contiene apuntes y anotaciones empleadas por el doctor José María Vargas. Manuscrito original utilizado por este hombre de ciencia para impartir clases a los alumnos de la Universidad de Caracas”, escribe el investigador venezolano Gabriel Saldiviaen su blog http://manuscritosantiguos.blogspot.com.

PALABRAS PARA LA HISTORIA | “Me cuento entre los seresmás favorecidos de la Divina Providencia, ya que he tenidoel honor de reunir a los representantes del pueblo de Venezuela en este augusto Congreso, fuente de la autoridad legítima,depósito de la voluntad soberana y árbitro del destinode la nación”, afirmó el Libertador Simón Bolívar en la primera parte del Discurso de Angostura (1819).

DEMASIADAS CASTAS | “Estas son las Castas más conocidas y comunes; no porque dexe de haverotras muchas, que provienen de la unión de unoscon otros, y son de tantas especies, y en tan grande abundancia, que ni ellos saben discernirlas”.

Virrey Amat del Perú, 1770

saber leer– para obtener una me-jor vida.

Ver el mundo de una manera diferente es subversivo dentro del actual sistema capitalista. Formar nuevos hombres y nuevas mujeres es subversivo para las potencias del mundo que pretenden conservar el

sistema de producción tal y como está: en sus manos y para excluir.

NUEVO PARADIGMAEn Venezuela, con la llegada al Pa-

lacio de Miraflores del comandante Hugo Chávez, se inició un proceso de cambio que se profundizó a par-

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Con gran esfuerzo, algunos pocos privilegiados dejaronun legado cultural. Hoy, sus nombres identifican centros educativos, culturales ycientíficos, así como organismos públicos

Venezuela inició el siglo XIX con una gran po-breza y atraso en ma-teria cultural. La edu-cación y la cultura eran

básicamente esfuerzos autodidactas e individuales, como resultado de un sistema educativo elemental, dentro del cual la educación popu-lar era prácticamente inexistente. La formación básica la impartían maestros particulares en las casas, y eran pocos los que podían continuar estudios universitarios o en el exte-rior. Este estado de cosas incidió en el hecho de que las manifestaciones artísticas de la época fueran más bien escasas, con predominio del anoni-mato, y marcadas por un profundo contenido religioso.

“Dentro de la cultura colonial venezolana se da la presencia de manifestaciones correspondientes a los diversos grupos étnicos que hacen vida dentro de la sociedad, en una relación de subordinación de culturas dominadas y culturas dominantes, asociadas a la imposi-ción de patrones culturales hispano-cristianos”, explica el profesor de historia Leonardo Poleo.

ESPLENDOR MUSICALEl profesor apuntó que, con la

gesta independentista, las expre-siones populares indígenas y afri-canas no dejaron de ser culturas subordinadas y marginales hasta bien avanzado el siglo XX.

Pero no todo fue oscurantismo.

al Bravo Pueblo, un canto popular entonado por quienes defendían la independencia.

ESCRITORES Y PINTORESDespués de 1830, jóvenes que ha-

bían nacido a principios del siglo co menzaron a hacerse notorios por obras y acciones que hoy constitu-yen el legado cultural de la época. Aquellos intelectuales nombran hoy a nuestras escuelas, liceos e ins-tituciones.

Juan Romero, profesor de lengua y literatura, cuenta que la novela en Venezuela se inicia con Los Mártires, de Fermín Toro, que se publicó por entregas durante 1842, en El Liceo Venezolano, órgano periodístico del

instituto homónimo, que se había fundado un año antes.

Junto a Fermín Toro, encontra-mos a otros hombres destacados en las letras, como Juan Vicente Gonzá-lez, quien fundó la Revista Literaria y los periódicos El Venezolano, El diario de la tarde y El Heraldo; el zuliano Rafael María Baralt, el primer lati-noamericano en ocupar un puesto en la Real Academia de la Lengua Española; Juan Manuel Cajigal pe-riodista y matemático quien trajo el telescopio al país; Valentín Espinal, el primer impresor de Venezuela, y el poeta José Antonio Maitín.

Juan Pedro López es recordado como el máximo representante de la pintura de la Colonia. Juan Lovera dejó constancia en sus lienzos de los acontecimientos del 19 de Abril de 1810 y del 5 de Julio de 1811, así como retratos de los personajes de la época.

Hendrix Hidalgo, investigador del Museo Arturo Michelena, ex-plica que a este pintor le sucede-rían otros maestros de la pintura venezolana: Martín Tovar y Tovar, Antonio Herrera Toro y los más noveles de la época: Arturo Miche-lena y Cristóbal Rojas.

“Estaban influenciados por los movimientos europeos, especial-mente por el academicismo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Los artistas venezolanos se forma-ron en Europa y entraron dentro de las corrientes que aún estaban en el viejo continente”, señaló Hidalgo.

En aquella época no había mu-seos y existían muy pocos centros culturales para las exposiciones. Se utilizaban los espacios de la Acade-mia de Bellas Artes en Santa Capi-lla, la antigua sede la Universidad Central de Venezuela y actual Pala-cio de las Academias en Caracas, y el Palacio Federal ●

El Gloria al Bravo Pueblo nació como un canto de batalla

La música acompañóla gesta por la Independencia

Se han editado y distribuido gratuitamente millones de libros y revistas

La cultura dejó de serun privilegio para las élites

Universidad revolucionaria|En 1721, por Real Cédula de Felipe V y bula del Papa Inocencio XIII, se eleva el Real Se-minario de Santa Rosa, que había sido creado en 1641 a la categoría de Real y Pontificia Universidad de Caracas. En ella se enseñaba filosofía, moral, latín, derecho civil, derecho canónico, música y, a partir de 1777, medicina. Con jóvenes seminaristas y estudiantes de la universidad, José Felix Ribas ganó la Batalla de La Victoria el 12 de febrero de 1814, fecha en que celebramos el Día de la Juventud.

El disfrute estético lúdico ya no es exclusivo de unas minorías selectas. Con las políticas implementadas por el Gobierno Bolivariano, la gente se reconoce en el arte

Entre 18 y 22 años tie-nen los integrantes de un grupo de amigos a quienes no les alcanza el tiempo para divertirse

en el cine y, mucho menos, para salir de noche. Josué, Elisa, Mariana, Eli-zabeth y Jairo, como otros miles en el país, decidieron desde muy pe-queños consagrar su vida a la mú-sica. Cuando no ensayan, estudian o dan conciertos, facilitan sus cono-cimientos a otros más jóvenes en “el sistema” ideado por el maestro José Antonio Abreu y promovido por la Revolución para consolidar las ban-das y orquestas sinfónicas juveniles e infantiles de Venezuela.

El modelo educativo de las or-questas ha sido copiado en 25 paí-ses del mundo, y sus músicos han recorrido los teatros más afamados y han recibido hasta diez minutos de ovación en cada presentación. Ahora, las plazas, centros cultura-les, parques, organismos públicos e iglesias se ven tomados cada semana por los conciertos de los niños, niñas y adolescentes, que in-terpretan repertorios de los clásicos europeos, pero también, las com-posiciones criollas.

Indudablemente, parte de los avances de la Revolución Boliva-riana se palpan en el desarrollo ar-tístico y cultural de los últimos diez años. En el siglo XXI, los espacios de intercambio cultural se han am-pliado. Los museos han abierto sus puertas a las mayorías y las activi-dades culturales forman parte de la

ampliación del espectro cultural y el rescate de saberes y estéticas venezolanas, la gente ha tenido la oportunidad de disfrutar de otras ofertas culturales distintas de la te-levisión.

OBRAS PARA LA CREACIÓNFrancisco Sesto, ministro del Po-

der Popular para la Cultura, afir-mó recientemente que el Gobierno Bolivariano ha hecho una recu-peración de la dignidad, con una gestión vanguardista en la batalla de las ideas, que ha permitido la multiplicación del hecho creativo tanto individual como colectiva-mente.

La Revolución es la primera ges-tión de gobierno que ha construido y puesto al servicio del pueblo una productora cinematográfica del Es-tado venezolano, la Villa del Cine, que fue inaugurada en 2006. Kiló-

VÁRVARA RANGEL HILL | Fotos: Archivo CO | Caracas

metros de película se han filmado para el disfrute de todos y todas: como Zamora, Miranda regresa, La Clase, Libertador Morales el Justiciero, Macuto, Cheila una casa para maita, Cuando la brújula marco el sur, entre otras producciones.

Con la distribuidora Amazonia Films, también creada en 2006, y el Centro Nacional del Disco, se completan las herramientas para la distribución del material audio-visual y musical que se produce en Venezuela.

La Fundación Editorial El Perro y La Rana, junto a la Imprenta de la Cultura y la red de Librerías del Sur, todas productos de la Revolución, se han sumando al trabajo editorial de otras instituciones estatales para llevar libros a más venezolanos y ve-nezolanas.

FORMACIÓN POPULARCon la creación de Cultura Co-

razón Adentro Misión Socialista, en 2008, el Gobierno Nacional ha hecho un esfuerzo por reafirmar los valores y la identidad venezolana a través de encuentros para el disfrute estético lúdico, formación académi-ca e intercambio cultural, así como el reconocimiento de las costumbres y expresiones propias.

Al cierre de 2009, la Misión Cul-tura graduó 5.410 activadoras y ac-tivadores, quienes tienen el deber de promover las artes en las comu-nidades del país, y que a su vez han conformando coros de niñas y niños, grupos de danza y teatro, entre otras manifestaciones culturales, según un boletín de prensa del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Este programa social está con-formado por un contingente de 30.000 activadoras y activadores, los cuales se encuentran en más de 800 parroquias del país ●

vida en cualquier rincón del territo-rio nacional.

“El arte había permanecido dentro de un espectro social muy reducido. Actualmente, las políticas del Estado buscan que no sea una exclusividad de los centros elitescos. Ahora el arte ha salido a la calle, ya no es un objeto que se cuelga en la pared, está en la calle con performances, circo y el arte corporal “, explicó Hendrix Hidalgo, investigador del Museo Arturo Mi-chelena en La Pastora.

Por su parte, Pedro Calzadilla, viceministro para el Fomento de la Economía Cultural, afirma que “lo más importante del trabajo en la Revolución ha sido la inclusión, haber ampliado el número de com-patriotas que tienen acceso a los bienes y actividades culturales, los millones de libros y revistas que se han editado, los actos de calle y la presentación gratuita de grupos

en todo el país, y los artistas, poe-tas y filósofos que han venido del extranjero a compartir en distintas ciudades”.

Calzadilla lo expone como la re-valorización de las creaciones del pueblo venezolano. “Si antes, en el discurso oficial, exclusivamente se reconocían las creaciones de unos pocos sectores sociales, hoy, des-pués de once años, la Revolución Bolivariana ha puesto en el centro del reconocimiento el valor que tie-nen las creaciones del pueblo, sea cual sea su origen”.

En este sentido, el trabajo adelan-tado por el Centro de la Diversidad Cultural y otros organismos como el Centro Nacional de Historia, ha logrado interactuar con las múl-tiples formas en que se expresa la diversidad cultural de la sociedad venezolana. También se rescata la memoria del pasado. Sólo con esta

Recientemente, el investigador Ig-nacio Barreto y el maestro Diego Silva rescataron, de las fibras de antiguos pentagramas, canciones patrióticas que dan cuenta de los aires de libertad en el siglo XIX, así como de la talla de la producción musical de entonces.

Las composiciones de Juan Me-

serón, José María Isaza, Atanasio Bello, José Lorenzo Montero, Lino Gallardo, Juan Bautista Picornel, Cortés Campomanes y José María Osorio ayudaron a forjar la con-ciencia nacional republicana y an-timonárquica. También Juan José Landaeta y Vicente Salias permane-cerán en la eternidad por el Gloria

El pueblo tiene opciones distintas a la televisión para entretenerse

PUEBLO ALZADO|En los libros de Historia “aparece la Independencia como un movimiento sólo de élites; de la élite blanca, criolla, que tenía todos los privilegios”, acota la investigadora Carmen Bohórquez. Los estudios indican que no es así, y que el pueblo actuó para conquistar su libertad.

FILATELIA NACIONAL|El primer sello postal adhesivo del mundo fue el “penique negro”, que circuló en Inglaterra el 6 de mayo de 1840. Mucho más tarde, el 1 de enero de 1859,se emitió en Venezuela el primer sello postalcon la imagen del Escudo Nacional.

DEBUT EDITORIAL|En 1810 se publicó el primer libro en Venezuela, Calendario, Manual y Guía Universal de Forasteros en Venezuela, el cuales un resumen de la historia del país escritopor Andrés Bello e impreso por Gallagher y Lamb, los mismos que editaban la Gaceta de Caracas.

DINERO REPUBLICANO|Los primeros billetescircularon en Venezuela a partir de 1811.Había billetes de dos reales, y uno, dos, cuatro,ocho y 16 pesos fuertes. En el papel monedase puede leer: Ley del 27 de Agosto de 1811,año primero de la Independencia.

En 1978 se emitieron estampillas en honor a los 200 años del natalicio de Juan Lovera, el pintor que nos legó las imágenes de la Independencia

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El escalofrío del paludismoera cosa común en la Venezuela de la Independencia. El terremoto de 1812 se llevó, por lo menos, a 40.000 almas. El historiador Ramón Vicente Chacón, de la UCV, describe -en primera persona- el país en el que la gente se moría antes de cumplir los 30 años de edad

La situación sanitaria de Venezuela al despun-tar el siglo XIX era di-fícil. Estamos hablando de un país lastrado por

una serie de enfermedades infecto-contagiosas que minaban la salud de gran parte de sus moradores. En aquella Venezuela convivían tanto las endemias como las epi-demias. En casos de desastres na-turales como el terremoto de 1812, ocurrían auténticas calamidades.

Existían enfermedades endémi-cas, como la malaria, que daban cuenta de las poblaciones ubica-das en las zonas bajas y cálidas del país. Pueblos enteros desapa-recían como consecuencia de la malaria. O, sencillamente, langui-decían y eran condenados a una larga agonía, que los mantenía al borde de la extinción por muchos años. En otras partes eran las en-fermedades epidémicas, como la viruela o la peste, las que daban cuenta de aquellos moradores. Lo hacían con inusitada furia.

Había un conjunto de factores adversos, que constituía una ver-dadera panoplia apocalíptica. El historiador Germán Yépez Col-menares enumera calamidades naturales como terremotos, llu-

vias prolongadas y abundantes, sequías extremas; presencia de insectos como la langosta, mos-quitos o zancudos y otras varie-dades; desbordamientos de ríos y quebradas; presencia de en-fermedades como la viruela, las fiebres palúdicas o maláricas, la fiebre amarilla o vómito negro, el sarampión y otras patologías que mantenían en algunos lugares ca-racterísticas endémicas y, muchas veces, epidémicas.

Sin temor a exagerar, ese era el panorama común y corriente al que estaban expuestos y acostum-brados los moradores del país que

despuntaban al alba del siglo XIX y que vivieron durante sus primeros cuatro lustros. Se le agregó una calamidad más, desde el punto de vista sanitario, como la Guerra de Independencia.

Los desastres naturales también aniquilaron a la población. Sólo el terremoto de 1812 dejó sepultadas 40.000 almas el Jueves Santo. Pero también la fiebre amarilla destru-yó a Caracas y La Guaira. La vi-ruela hizo estragos en Venezuela entre los siglos XVIII y XIX.

SIN POLÍTICA DE SALUDEn cuanto a lo que entende-

mos hoy día por una política de salud, ciertamente no podría de-

La mayoría de los héroes eran huérfanos porque las madres morían al parir

Viruela, malaria, fiebre amarilla y guerradiezmaron a la población del siglo XIX

Misión Niño Jesús debe disminuir en 10 puntos la mortalidad materna

OPS: Venezuela está a la vanguardiade la atención primaria en el continente

Nota|Para elaborar este trabajo, el profesor Ramón Chacón con-sultó los textos: José Eliseo López: “La población de Venezuela duran-te el tránsito vital de un prócer”. Germán Yepez Colmenares: “Salud y sociedad en la Venezuela colonial según el inventario de Alejandro de Humboldt”. Manuel Landaeta Rosales: “Gran recopilación geográ-fica, estadística e histórica de Venezuela”.

La voluntad política de garantizarla salud a la mayoríade la población fue la partidade nacimiento de Barrio Adentro, el 16 de abril de 2003, en Caracas

Menos de 60 médi-cos cubanos, ver-daderos pioneros, comenzaron Ba-rrio Adentro en

Caracas en el año 2003. Antes de que la Misión se iniciara, cualquier mamá o papá que viviera en una comunidad humilde sabía que, des-pués de cierta hora, no había ataque de asma o acceso de fiebre que hi-ciera salir a la familia de la casa.

Tal vez la mejor descripción es la que ofrece José Ramón Rodrí-guez, médico de la Misión Barrio Adentro: “El 16 de abril del 2003, coincidiendo con el aniversario 25 de la conferencia de Alma Ata, arriba a Caracas una brigada cons-tituida por 58 especialistas de Me-dicina General Integral cubanos con experiencia en colaboración médica internacionalista”, sostie-ne Rodríguez en el trabajo “Salud para Todos” publicado en el año 2008 en la Revista Cubana de Salud Pública. El alcalde caraqueño de la época, Freddy Bernal, fue blanco de todos los señalamientos; pero el tiempo le dio la razón.

La misión, ratifica el facultativo, trata de “prestar servicios de salud a una población desasistida, sumida en un abandono total, por un siste-ma capitalista neoliberal y exclu-yente, que convirtió la salud públi-ca en un privilegio de pocos y sacó provecho del dolor de muchos, que veían morir a seres queridos por no disponer de recursos económicos para costear los servicios de una clí-

de paradigma con respecto al esque-ma tradicional médico-autoridad/ paciente disminuido. “En el barrio”, felicita Jenkins, “la relación es más humanizada, la consulta trasciende los aspectos clínicos para convertirse en una consejería social”.

Esto es, precisamente, lo que se propuso la Conferencia de Alma Ata. En el artículo 1 de la declara-ción, se reitera que la salud es un estado “de completo bienestar físi-co, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfer-medades”. Es “un derecho huma-no fundamental”, cuya realización “exige la intervención de muchos otros sectores sociales y económi-cos, además del de la salud”.

Barrio Adentro ha efectuado, se-gún cifras oficiales, casi 400.000.000 de consultas; por esta vía se ha lo-grado salvar más de 250.000 vidas. Dispone de unos 6.000 consultorios, más de 500 Centros de Diagnóstico Integral y otras tantas Salas de Re-habilitación Integral, además de 27 Centros de Alta Tecnología.

Una encuesta ejecutada por el Instituto Nacional de Estadística en 2008 concluyó que 93,5% de la po-blación venezolana está satisfecha con Barrio Adentro, indicó Elías Eljuri, presidente del INE. Esta per-cepción varía de acuerdo con el es-trato socioeconómico, pero incluso en los sectores de mayor ingreso es de 93,8%.

Antes de que finalizara el año pa-sado, el presidente Chávez anunció la puesta en práctica de las tres R (revisión, rectificación y reimpulso), para evaluar el programa y corregir las fallas. Las tres R se aplican en todos los niveles de Barrio Adentro (el módulo de atención primaria, el centro especializado, el hospital y la institución de referencia).

VANESSA DAVIES | Fotos: Rafael Leyva / Prensa Latina / Archivo CO | Caracas

El convenio de salud con la Repú-blica de Cuba ha sido cuestionado por algunos sectores en el país. Para Jenkins, el esfuerzo realizado por las cubanas y los cubanos debe ser mo-tivo de reflexión, “porque Cuba es un país con recursos escasos, que ha sufrido un bloqueo, pero sus indi-cadores de salud son de los mejores del planeta. En otras palabras, no todo lo resuelve el dinero. Mucho se hace con la voluntad política y la participación social”. A pesar de cualquier otra crítica, “Cuba tiene mucho que enseñarle a América La-tina y el Caribe”, y así lo reconoce la OPS.

BAJAR LA MORTALIDAD MATERNA

No obstante, hay problemas por resolver en el ámbito de salud. Uno de ellos es la muerte de mu-jeres por causas relacionadas con la gestación. Las cifras de mortali-dad materna indican que la deuda con las embarazadas no se ha sal-dado: todavía es de 64 por ciento, confirma Iver Gil, viceministro de Redes de Servicios de Salud, al Correo del Orinoco. Por eso nació la Misión Niño Jesús, lanzada al ruedo a fines del año pasado para garantizar que toda gestante tenga un parto digno, incrementar la lac-tancia materna y mejorar la inmu-nización, entre otros objetivos.

Gil apunta que “ya tenemos 15 casas de abrigo maternal. Este año debemos llegar a 50. Debemos tener una por cada estado; por lo menos, en los hospitales grandes. Esas casas de abrigo son para atender a las em-barazadas de alto riesgo”.

La meta es disminuir este año la mortalidad materna en dos puntos, afirma Gil. A mediano plazo (en cin-co años), debe bajar 10 puntos ●

nica privada y ante la incapacidad resolutiva de un sistema público cada día menos eficaz”.

En 1978, en la ciudad soviética de Alma Ata, se celebró una reunión “que fue un hito en la historia sa-nitaria del planeta, porque los go-biernos se comprometieron con el abordaje de la atención primaria de la salud”, ratificó Jorge Jenkins, representante en Venezuela de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud. “La meta fue salud con todos y para todos para el año 2000, pero no se cumplió”.

La propuesta se relanzó para el siglo XXI. “Venezuela es uno de los países de América Latina y el Caribe que está a la vanguardia de la aten-ción primaria en el continente, gra-cias a una apuesta que se ha hecho de acercar los servicios de salud a la población, de tratar de involucrar a la población como protagonista de su propia historia sanitaria”, celebró

el funcionario. “Eso es con la Misión Barrio Adentro”.

El respeto o no por los Objetivos del Milenio es un buen termómetro. A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte del continente america-no, “Venezuela es uno de los pocos países que ya cumplió las Metas del Milenio en cuanto al abastecimien-to de agua potable y saneamiento”, destacó Jenkins.

MÉDICOS EN LAS COMUNIDADES

El funcionario de la OPS no duda en afirmar que, por primera vez, “los médicos están en las comunida-des, son alojados y protegidos por la comunidad, en barrios difíciles donde hay problemas de violencia. Ellos constituyen la garantía de una atención oportuna y humanizada”.

Poder tocar la puerta del módulo asistencial, a la hora que sea, y encon-trarse con una médica o un médico que escuche y resuelva, es un cambio

RECUENTO DE TORTURAS | “De la prohibición de libros y cosas análogas a ellos; Persecución de Torquemada contra los libros; De las causas particulares por sospecha de los errores luteranos y otros; Cartas y ordenes del Consejo de Inquisición; Procedimientos de la Inquisición con los que se dicen brujos, hechiceros, mágicos, nigrománticos, y aliados del demonio”, son algunos de los contenidosdel texto Historia crítica de la Inquisición de España.

TORTA PARA BOLÍVAR | Dice la tradición que la torta melosa era la preferida del Libertador Simón Bolívar. Cuenta la leyenda que, a comienzos del siglo XIX, Bolívar visitó la casa del Marqués del Toro, en Caracas. La esposa del Marqués preparó este dulce que quedó para la historia como uno de los favoritos del Padre de la Patria.

PÚSTULAS DE LA MUERTE | “En 1518, tras la llegada de los conquistadores españoles a la isla La Española, un brote de viruela, enfermedad que no se conocía en el nuevo mundo antes de la llegada de los europeos, diezmó la población. De allí se extendió rápidamente por las Américas”, señala la OPS. La expedición de salud liderada por Francisco Xavier Balmis y José Salvany, llevó adelante una campaña de vacunación desde 1803.

ESPADA DE LA VICTORIA| La Ilustre Municipalidad de Lima regaló una espada al caraqueño Libertador Simón Bolívar y al oriental Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, en 1825, para celebrar las victorias de los patriotas en las batallas de Junín y Ayacucho. De acuerdo con el “bolivarianólogo” Jorge Mier Hoffman, las vainas fueron vaciadas en oro de 18 quilates, sobre un molde de variados dibujos y arabescos”.

cirse que existió. Sin embargo, se venían dando algunos pasos interesantes en el marco de las llamadas políticas ilustradas, co-rrespondientes a la época de los Borbones. En 1763 se inaugura-ron los estudios de medicina en la Universidad de Caracas; en 1777 se creó el protomedicato de Cara-cas, cuyas funciones principales -como lo reseña el libro Venezue-la en los años del general Rafael Urdaneta- eran las de reprimir a los que sin títulos debidos ejer-cieran la medicina y cirugía, y examinar a los aspirantes que habían concluido sus estu-dios y deseaban ejercer como médico. En 1802 se creó “la

Medicatura de Ciudad, cuyas atribuciones se referían a la asis-tencia médica pública y a ciertos aspectos de orden sanitario para el ámbito de Caracas solamente”. En 1804 se introdujo, junto con la expedición de Balmis, la vacuna contra la viruela y su aplicación inmediata con carácter masivo, “gracias a la creación en el mismo año de la Junta Central de Vacuna que logró entre 1804 y 1808 inter-venir unos 107 pueblos y vacunar a más de 100.000 personas”, se-gún investigadores de la época.

HÉROES SIN MAMÁEn lo que respecta a las causas

de mortalidad, las enfermedades infectocontagiosas eran la prin-cipal causa de los decesos entre las personas. La expectativa de vida de una población sometida a tantas situaciones adversas no sobrepasaba, en promedio, los 30 años. Una buena parte de los próceres de nuestra Gesta Magna eran huérfanos. Las mujeres en tránsito de dar a luz corrían mu-

chos riesgos de vida. La mayoría de ellas eran atendidas por coma-dronas, y las condiciones sanita-rias del entorno donde venían al mundo la mayor parte de los ni-ños, no eran las más deseables. Muchas madres morían, antes de los 40 días posteriores al parto, de fiebres infecciosas.

Las aguas que consumían los habitantes de una ciudad como Caracas, que no llegaba a los 40.000 habitantes, eran realmen-te insalubres. El agua corría por acequias en la mitad de las calles principales, siendo receptáculo de una gran cantidad de gérmenes, que eran transportados por las aguas de lluvia, o en la mayoría de los casos, eran las deyecciones animales y humanas las que con-taminaban, contribuyendo a que una enfermedad tan temible como el tifus llegara a ser casi endémica en aquella Caracas de 1810.

La mayoría de las viviendas eran muy insalubres. Las techumbres eran de paja o de tejas, y los pisos de ladrillos, y en algunos casos de madera; y las paredes eran de tapia o bahareque (barro cocido y paja). Sólo las casas de los ricos tenían elementos de construcción como las tejas, o la madera. Las casas de los pobres tenían los pisos de tie-rra. Con estos elementos básicos de construcción, puede explicarse muy bien que entre sus intersticios se colaran todo tipo de alimañas. Los insectos hematófagos vivían a sus anchas en aquellas moradas. Los chinches eran los huéspedes más molestos; en los catres de las pensiones, que servían de posadas a los viajeros, estos animales hacían verdaderos festines gastronómicos con la sangre de sus indefensas y fatigadas víctimas ●

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La participación femenina en la lucha por el fin del yugo fue siempre solapada por la historiografía machis-ta y patriarcal. Hoy, con el advenimiento de gobiernos progresistas en América Latina, el rol de la mujer es reivindicado con la celebración del Bicentenario

Cuando se analiza la ac-tuación de las mujeres en la resistencia du-rante la Colonia (tanto las blancas, como las

afrodescendientes y las indígenas), vemos que nuestras abuelas fueron muy valerosas. De ellas heredamos el valor que nos caracteriza y el he-cho de ser trabajadoras, valientes y decididas”, señaló María León, ministra del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género.

“El historiador Luis Britto García señala en su obra cómo las mujeres eran condenadas a pública ver-güenza; eran exhibidas desnudas y azotadas y, sin embargo, siempre se mantuvieron en la lucha”, aseve-ró León.

“Nuestras madres de la inde-pendencia son admirables. Noso-tras ahora también luchamos por nuestra segunda independencia, sólo que ellas nunca tuvieron reco-nocimiento. Salvo El Libertador Si-món Bolívar, quien dijo: ‘nuestras mujeres luchan contra los tiranos y nos disputan la gloria de vencer-los’, nadie valoró nuestra entere-za”, indicó.

“Ellas entregaron todo a sus hijas e hijos. Desafiaron al imperio es-pañol y lo vencieron. Y hoy, como

dice nuestro comandante Hugo Chávez, continuamos el mismo proceso; es el mismo camino de Bolívar y de Guaicaipuro, porque no aceptamos nunca la esclavitud, y si revisamos toda nuestra histo-ria encontramos ese espíritu de rebeldía en nuestro pueblo y en

nuestras mujeres de manera desta-cada”, enfatizó la Ministra.

RECONOCIMIENTO A LAS LUCHADORAS

Aunque tarde, los reconocimien-tos a las heroínas de la Patria Grande comenzaron a despertar en aquellos

Ellas “luchan contra los tiranos y nos disputan la gloria de vencerlos”, afirmó Bolívar

Las mujeres desafiarony vencieron al imperio español

Por primera vez en la historia se reconoce el valor económico del trabajo doméstico

La Revolución Bolivarianavisibilizó a las mujeres

Aunque tarde, los reconocimientos a las heroínas de la Patria Grande comenzaron en aquellos países con gobiernos progresistas

Ellas lideran los Consejos Comunales, las Mesas Técnicas de agua y los espa-cios organizativos. Pero la sociedad venezolana todavía afronta el reto de superar la cultura patriarcal

La historiadora Maria-nela Tovar, del Centro Nacional de Historia de Venezuela, explicó que las mujeres en el

siglo XIX pertenecían al espacio privado y vivían en estado de mi-nusvalía social debido a que de-pendían del hombre, ya fuese su padre, hermano o esposo.

“A pesar de que la Indepen-dencia exaltó los principios de igualdad, libertad y justicia so-cial, y aunque las mujeres in-tervinieron de manera directa o indirecta en esa guerra, ya fuese formando baterías de mujeres, como espías, facilitando espacios para las reuniones o escondiendo armas, cuando terminó el con-flicto, esos espacios que habían ganado les fueron arrebatados nuevamente”, aseveró Tovar.

El siglo XX fue testigo de un hecho de primera importancia: el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres, una con-quista lograda por “la acción de activistas como Olga Luzardo y Carmen Clemente Travieso, durante el Gobierno de Isaías Medina Angarita. Entonces em-pezamos a organizarnos y a ba-tallar por la reforma del Código Civil, el Código de Comercio y el Penal, y se lograron avances aun-que aún hay cosas pendientes”, relató la investigadora.

nómico, produce riqueza y bienes-tar social”.

UNA TAREA PENDIENTEMaría León destaca que “hay

quienes dicen que la Revolución Bolivariana la están llevando ade-lante las mujeres, y yo digo que eso es cierto”. Y no es gratuito, sostiene, que eso sea así. “Esta Revolución no ha postergado los derechos de las mujeres, sino que ha avanzado a la par de ellos. También hemos tenido tropiezos,

MODAIRA RUBIO | Fotos: Luis Franco | Caracas

Antes fuimos invisibles, ahora somos invencibles”, asevera la ministra María León. La participación de las mujeres en la vida nacional le da la razón

porque no podemos cambiar la cultura milenaria del patriarcado de una sola vez”, explicó.

Marianela Tovar coincide con Léon en que cambiar la cultura patriarcal es una tarea pendien-te: “La Revolución debe revisar su propio concepto acerca del rol de la mujer dentro de la sociedad socialista”, pues, “todavía existe mucho atraso con respecto a la es-tructura cultural, todavía se ve a la mujer como cuidadora de hijas e hijos y se le atribuye una doble y triple jornada sin reconocimiento salarial”.

DE INVISIBLESA INVENCIBLES

La visibilización de las mujeres, pese a los obstáculos, “es evidente en estos tiempos revolucionarios”, aclara Tovar, “pero debe haber concienciación sobre el hecho de que la participación de las muje-res debe implicar un cambio en su condición. Muchas dirigentas, luego de las reuniones del Consejo Comunal o de las Mesas Técnicas de Agua, deben salir a cumplir la-bores de cuidado de sus esposos y su prole. En ese sentido, la situa-ción no ha variado. Pero hay que reconocer que hemos tenido gran-des logros y conquistas en estos últimos 11 años”, destacó.

Once años que han fortalecido el espíritu de las mujeres, como lo reivindica María León: “Antes fuimos invisibles, ahora somos invencibles. Si tuvimos la dedica-ción y la entrega siendo negadas como ciudadanas y humanas, ahora que nos reconoce la Cons-titución y la historia, y nuestro líder, imagínate cómo será de grande nuestra pasión y nuestra entrega”●

UN LOGRO ÚNICO EN LA HISTORIA

María León, ministra del Poder Popular para la Mujer y la Igual-dad de Género, exalta otro hito his-tórico, una nueva conquista para la que no encuentra precedentes: “En la historia del género humano nun-ca se había reconocido el valor del trabajo doméstico de las mujeres hasta que llegó la Revolución Boli-variana”, afirma.

León recuerda que las labores del hogar eran menospreciadas,

“se decía que nosotras no trabajá-bamos, que nuestras labores en el hogar no eran trabajo”. Esta des-valorización del rol cotidiano de las mujeres, señala la Ministra, “es el origen (de la idea) de la superio-ridad del hombre sobre la mujer (ya que) pensaban que el trabajo es lo que hace al hombre y enton-ces se nos consideraba subhuma-nas. Y así fue por milenios, hasta que se redactó la Constitución Bolivariana, que estableció que el trabajo del hogar tiene valor eco-

EJECUTADA POR SUS IDEAS|La patriota yaracuyana CeciliaMujica fue ejecutada en 1813por el gobernador realista donJosé Mollet, por elaborary distribuir propaganda en favor de la causa independentista.

ACUSADA DE “REBELDE”|La joven zuliana Domitila Flores rechazó el cortejo de un soldado español en 1822. El oficial realista la acusó por ello de traidora y rebelde ante el general Francisco Tomás Morales. La muchacha fue apresada y condenada a muerte.

HOSPITAL CON NOMBRE DE MUJER|La patriota Ana Francisca Pérez de León donó gran parte de su fortuna para socorrer a las víctimas del terremoto de 1812. Gracias a ella se levantó el Hospital de Petare, que terminada la guerra de independencia fue rebautizado con su nombre.

SIN MIEDO A LAS BALAS|Juana Ramírez fundó una batería de mujeresen Maturín en 1813. Ella erala primera en avanzar haciael frente en medio de lasbalas, por ello se ganó el apodo de “La Avanzadora”.

ANFITRIONA DE LA LIBERTAD|Concepción Mariño fue laanfitriona en la reunión dondese firmó, el 11 de enero de 1813,el Acta de Chacachacare, que marcó el inicio de la Campaña Libertadora de Oriente comandanda por su hermanoel coronel Santiago Mariño.

países cuyos gobiernos progresistas se preocuparon por reconocer en la memoria histórica de sus pueblos el rol de las mujeres durante la gesta independentista al iniciarse la con-memoración del Bicentenario.

En Argentina, la jefa de Estado Cristina Fernández otorgó el as-

censo post-mortem, al grado de ge-nerala a la teniente-coronela Juana Azurduy, heroína de la indepen-dencia del Alto Perú, territorio que pertenecía a la provincia de Buenos Aires durante la Colonia.

El mandatario ecuatoriano Rafael Correa hizo lo propio con la mítica coronela, ahora generala, Manuela Sáenz, combatiente destacada en la batalla de Pichincha de 1822.

En Venezuela, la patriota más destacada es la caraqueña Luisa Cáceres (1799-1866), compañera del general Juan Bautista Arismendi, a quien los realistas apresaron, desde 1814 hasta 1816, para obligar a su esposo a claudicar. Cáceres nunca cedió a las presiones y soportó con dignidad los maltratos, a causa de los cuales alumbró a su primera hija muerta en prisión.

Pero no podemos obviar las hazañas de una serie de heroínas anónimas que fueron visibilizadas gracias a la labor de rescate histó-rico, con visión de género, llevada a cabo por el Instituto Nacional de la Mujer, y que resultó en un libro titulado Encuentro con las Heroínas de la Patria, en el que se describe la participación de mujeres como la cacica Urquía, la cimarrona Guiomar, en la resistencia con-tra la Colonia; y de las patriotas Ana Francisca Pérez de León, Jo-sefa Joaquina Sánchez, María del Carmen Ramírez, María Rosario Nava, Concepción Mariño, Josefa Camejo, Eulalia Buroz de Cham-berlain, Luisa Arrambide de Paca-nins, Juana Ramírez, Teresa Here-dia, Barbarita de la Torre, Leonor Guerra, Domitila Flores, Ana Ma-ría Campos, Consuelo Fernández, Cecilia Mujica, Paula Correa, entre muchas otras, durante la guerra de la Independencia ●