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Ensayo
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Curso de ViolenciaEstudiante: Sandra Fonseca Loaiza
III Cuatrimestre 2015
…“Belleza de verdad para mujeres de verdad”… Nueva Imagen de L’BEL:
…
¿Cuál es tu concepto de Belleza… de mujer… y
de verdad?
Curso de ViolenciaEstudiante: Sandra Fonseca Loaiza
III Cuatrimestre 2015
“Una mujer de verdad decide su propio camino, decide cuándo es el
momento de darle un giro a su vida. Una mujer de verdad decide a
quién quiere a su lado, decide cuándo sentirse bella sin importar
dónde esté. Una mujer de verdad sabe que las cosas que las hacen
única no las cambiará jamás. Una mujer de verdad prefiere
equivocarse, a que decidan por ella, porque la belleza de una mujer
de verdad es el reflejo de sus decisiones. L’BEL es belleza de
verdad para mujeres de verdad”
Este es el lema de la compañía de "L’BEL, quienes en su discurso dicen que
continúan creando productos rejuvenecedores, aromas exquisitos y una gran
variedad de productos, haciendo que cada mujer se sienta bella, no importa a que
edad. “Después de todo, la verdadera belleza de una mujer, es como tú te
sientas contigo misma. El poder de sentirte bella está en tus manos. Eso es
una mujer de verdad".
Hacen énfasis en que la toma de decisiones en la vida implica fuerza y
determinación para continuar avanzando y es bajo este concepto, como L’Bel se ha
reinventado y tiene como propósito: inspirar a las mujeres a revelar a través de su
belleza la esencia que las hace únicas y como objetivo es rendir homenaje a las
mujeres que toman sus propias decisiones, tomando como parámetro las
experiencias de algunas artistas y empresarias quienes han compartido con la
empresa, las decisiones más importantes de sus vidas...
Al mirar en la TV este tipo de anuncios, me hace cuestionar mi escala de valores
como persona y como mujer. Me hace meditar sobre mi concepto de belleza, de
entereza, de valentía y de verdad. Y en especial me hace reflexionar sobre mi
realidad y la realidad de muchas tantas mujeres en el mundo que viven realidades
muy distintas a la mía.
Curso de ViolenciaEstudiante: Sandra Fonseca Loaiza
III Cuatrimestre 2015
¿Qué es una mujer de verdad? ¿Soy yo una mujer de verdad? ¿Es mi madre, mi
hija, mi hermana, mis amigas y compañeras de trabajo y de universidad… mujeres
de verdad?
Efectivamente yo puedo y tengo la potestad de tomar mis propias decisiones, pero
¿eso es lo que me caracteriza como una “mujer de verdad”?
Hoy en día la mujer está recibiendo mucha mas atención, y con esto
oportunidades para recibir y aparecer en el mundo. Estamos siendo bombardeadas
por la televisión, radio, revistas, cine y aún la sociedad diciéndonos: ¡Supérate,
tienes que surgir! y te dicen como ser la mujer del mundo de hoy, ¡Anda, no te
quedes atrás, haz esto, lo otro, no sigas atada al yugo del pasado en que la mujer
era frustrada, encerrada en su casa criando hijos y dependiendo del hombre! Y
dentro de nosotras se despierta algo que quiere hacer surgir, no ser “mediocre” o
quedarse atrás de las demás. ¡Libérate! Y ya parece que me veo pensando y
anunciando el ceño diciendo: “¡Es cierto, ya no más, a hora es mi turno y van a ser
lo que una mujer como yo es capaz de hacer, me voy a liberar de este yugo y voy a
vivir, sí, ahora me toca vivir mi vida y nadie me lo va a impedir!”. Y este
pensamiento y sentimiento viene a la mujer, no importa la edad.
Debemos tener cuidado porque podemos llegar a pensar que esto es el verdadero
camino, a solución tan esperada para liberarte de esa opresión que sientes en el
alma, de esa tristeza que te escondes detrás de un rostro tal vez sonriente pero
falso, ¡cuidado! puedes ser otra defraudada y quedar peor que antes. Porque creo
que la verdadera libertad y belleza de una mujer no se encuentra en las cosas
superficiales, externas, ni que se vayan a obtener por una decisión o por una lucha
social bien peleada, que a pesar de apoyarlas en muchos casos, no creo que sea
esa la respuesta.
Creo que lo que hace una mujer de verdad es un complemento de cosas, desde el
hecho natural de haber nacida en un cuerpo femenino, de apropiarme y sentirme
Curso de ViolenciaEstudiante: Sandra Fonseca Loaiza
III Cuatrimestre 2015
orgullosa de ser la mujer que socialmente he decidido ser, hasta el hecho de tener
la entereza de enfrentar los retos y dificultades que la vida me ha puesto al frente,
el levantarme después de cada caída y reponerme del error; esas si son las cosas
que me hacen una mujer de verdad.
No me hace menos mujer tener kilos de más, tener manchas y arrugas en mi cara,
o no poder comprar un producto de belleza de marca, o servirle a mi padre o a mi
pareja lo que vayan a comer. No me hace menos mujer complacer a mi hija y a mi
familia, o que cuando me equivoco, alguna gente diga ¡tenía que ser mujer!
Y ni qué pensar cuando miro la realidad de tantas y tantas y tantas mujeres en
otros países que sufren realidades con las que ni siquiera me puedo comparar,
como son las mujeres del Congo, la bien llamada la capital mundial de la violación.
Pensar en las estadísticas que han revelado que desde 1996 se han registrado en
el país unos 200.000 casos de mujeres violadas, según fuentes de la ONU.
Las violaciones sexuales contra las mujeres y sus hijas han sido usadas como
armas de guerra y han sido ultrajadas, mutiladas, despojadas del mínimo rasgo de
dignidad y hasta asesinadas por los diversos grupos militares y guerrilleros que han
incursionado en ese territorio. Estas mujeres sufren la peor violencia sexual, y
sufren ante la mirada de un mundo que ha permitido la impunidad y el cinismo de
estos actos, un mundo que ha sido insuficiente para poner un alto a tal horror.
Sin embrago, estas estas mujeres que no cuentan con una asistencia adecuada,
sanitaria, psicológica y formativa para poder rehacer sus vidas, como lo dice la
Revista Mundo Negro (2015), “son mujeres que han sido capaces de hacer frente
con valor y dignidad a los horrores. Varias mujeres han preferido morir antes que
someterse a la voluntad de sus secuestradores. Otras, después de haber sido
objeto de violencia, están haciendo todo lo posible para recuperar una vida normal
y cuidar de sus hijos». (Nostrum,2015).
Curso de ViolenciaEstudiante: Sandra Fonseca Loaiza
III Cuatrimestre 2015
No es trabajar solo en la construcción social del género mujer u hombre, lo que va
a libertar a las mujeres de la opresión, es trabajar en los hombres y mujeres de
todo el mundo, en los gobiernos y en las leyes para que esa construcción sea una
construcción con valores morales, de justicia, equidad, solidaridad y respeto por la
vida de las mujeres, las niñas y niños y por los mismos hombres, porque esas
mujeres también son las esposas, madres, hijas y amigas de muchos hombres,
quienes sufren también la despiadada guerra y deshumanización que hay en un
mundo con un sistema de antivalores.
Para mi, sobrevivir ante estas circunstancias y realidades si es ser una “mujer de
verdad”. Mujeres de verdad que sin poder tomar las decisiones de qué vivir y
cómo vivir, han aprendido a hacerlo por encima de las circunstancias y de los
ultrajes. Donde su belleza es marcada por las mutilaciones y cicatrices de sus
violaciones y torturas… y aún así, son capaces de sonreír.
Nostrum, Mare (2005). Revista Mundo Negro. Recuperado de:
http://www.mainel.org/unavoz