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1 ¿CUÁNDO IR AL ESPECIALISTA? En líneas generales resulta difícil trazar una línea entre lo patológico y lo "normal". De cualquier forma, y siempre a modo orientativo, aquí se describen algunos de los principales criterios: ACUDIR AL ESPECIALISTA: Cuando un niño presenta problemas en su desarrollo evolutivo ( ver guía de desarrollo evolutivo), tanto a nivel de lenguaje, de habla, audición, de voz, como de otros trastornos psicomotores, cognitivos, de socialización, etc. Cuando un paciente presenta problemas en su habla. Puede ser debido por una dislalia (el niño tiene más de 4 o 5 años y tiene problemas para emitir un fonema), por una disglosia (por ejemplo, nace con alguna malformación orgánica como la fisura palatina y el paladar hendido). También cuando el niño o adulto presenta problemas de fluidez, ya sea por una tartamudez, una taquifemia, etc. y cuando presenta trastornos del habla por una disartria o alteración en el control muscular de los mecanismos del habla. Cuando el niño muestra dificultades en la adquisición del lenguaje oral, tanto a nivel de comprensión como de expresión. La etiología causante de este déficit lingüístico es múltiple, puede deberse a un simple retraso del lenguaje, a una disfasia o TEL, al autismo, a la parálisis cerebral, u otros trastornos en los que se encuentra afectado el lenguaje. Cuando el niño tiene problemas con la lectoescritura. Ya sea por una dislexia, por una disgrafía o por un simple retraso en la adquisición lectora. Cuando un sujeto presenta problemas con su voz, ya sea por la ausencia total de la voz (afonía) o por una disminución de su capacidad fonatoria (disfonías).

¿CUÁNDO IR AL ESPECIALISTA?

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A modo orientativo esta guía describe algunos de los principales criterios que hay que tener en cuenta para llevar al niño al especialista

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Page 1: ¿CUÁNDO IR AL ESPECIALISTA?

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¿CUÁNDO IR AL ESPECIALISTA?

En líneas generales resulta difícil trazar una línea entre lo patológico y lo

"normal". De cualquier forma, y siempre a modo orientativo, aquí se

describen algunos de los principales criterios:

ACUDIR AL ESPECIALISTA:

Cuando un niño presenta problemas en su desarrollo evolutivo (ver guía

de desarrollo evolutivo), tanto a nivel de lenguaje, de habla, audición,

de voz, como de otros trastornos psicomotores, cognitivos, de

socialización, etc.

Cuando un paciente presenta problemas en su habla. Puede ser debido

por una dislalia (el niño tiene más de 4 o 5 años y tiene problemas para

emitir un fonema), por una disglosia (por ejemplo, nace con alguna

malformación orgánica como la fisura palatina y el paladar hendido).

También cuando el niño o adulto presenta problemas de fluidez, ya sea

por una tartamudez, una taquifemia, etc. y cuando presenta trastornos

del habla por una disartria o alteración en el control muscular de los

mecanismos del habla.

Cuando el niño muestra dificultades en la adquisición del lenguaje oral,

tanto a nivel de comprensión como de expresión. La etiología causante

de este déficit lingüístico es múltiple, puede deberse a un simple

retraso del lenguaje, a una disfasia o TEL, al autismo, a la parálisis

cerebral, u otros trastornos en los que se encuentra afectado el

lenguaje.

Cuando el niño tiene problemas con la lectoescritura. Ya sea por una

dislexia, por una disgrafía o por un simple retraso en la adquisición

lectora.

Cuando un sujeto presenta problemas con su voz, ya sea por la ausencia

total de la voz (afonía) o por una disminución de su capacidad fonatoria

(disfonías).

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Cuando el paciente padece de una hipoacusia o sordera. En estos casos

el logopeda facilitará al niño la adquisición del lenguaje, empleando los

medios necesarios para ello como los diversos sistemas alternativos o

aumentativos de comunicación (la rehabilitación de penderá del grado

pérdida de audición).

Cuando un sujeto presenta problemas con el lenguaje una vez que lo ha

adquirido (Afasias, demencias: Alzheimer). Esto suele ocurrir tras un

traumatismo craneoencefálico, un accidente cerebro vascular, etc.

Cuando el niño o adolescente muestra dificultades en el contexto

escolar.

Cuando el niño o adolescente no tiene unos adecuados hábitos de

estudio (¡no saben estudiar!). En este caso el pedagogo le ayudará a

sacar el máximo provecho a las horas que dedique al estudio.

Cuando el niño, según su edad cronológica o mental, muestra trastornos

de conducta, como el déficit de atención (con o sin hiperactividad).