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4. LOS PERSONAJES La creación de buenos personajes es fundamental para que una película tenga éxito. El pú- blico quiere identificarse con los protagonistas que pueblan el celuloide; para eso va al cine. Por lo tanto, es indispensable cuidar hasta el mínimo detalle a nuestros personajes para que parezcan reales. Definición de personaje Existen dos tendencias opuestas a la hora de definir a los personajes. Para la rama de los aristotélicos el personaje es acción. La otra postura considera que el personaje actúa de una manera determinada por ser como es. Esto ha dado lugar a dos estilos de cine muy diferen- tes: los films americanos, también conocidos como “películas de plot” (plot significa argu- mento en inglés) y el cine europeo o de “characters” (personajes). Lo ideal sería combinar y unir carácter y acción. Los personajes son funciones y se desarrollan en relación con otros, es decir, actúan y reaccionan según lo que hacen los demás. Si un personaje abarca demasiadas funciones deja de ser verosímil y se vuelve confuso. Dado su lugar destacado en la elaboración del guión es necesario que conozcamos perfec- tamente a nuestros personajes antes de comenzar a escribir. Herramientas necesarias para construir un buen personaje La necesidad dramática. Lo que el personaje quiere ganar, adquirir, obtener o lograr en el transcurso de un guión. Una vez establecida la necesidad dramática se pueden crear obstácu- los que le impidan obtenerla. El punto de vista. Cómo ve el mundo el personaje. Un buen personaje siempre mostrará un punto de vista bien definido. El cambio. Para que el personaje sea creíble, debe transformarse como consecuencia de todo lo que le va sucediendo a lo largo del guión. Los cambios repentinos no son creíbles. Por ejemplo, Paul Newman en El Buscavidas pasa de ser un perdedor a convertirse al final en un ganador. La actitud. El conocer la actitud del personaje permite darle más profundidad. La actitud de un personaje puede ser positiva o negativa, de superioridad o de inferioridad, crítica o in- genua. Personajes principales Normalmente se tiende a utilizar de tres a siete personajes principales, pero hay que desta- car entre todos a dos: protagonista y antagonista. El protagonista es el que lleva adelante la acción. Al enfrentarse a los obstáculos que se interponen entre él y su necesidad dramática, genera conflicto, fundamental para la línea ar- gumental, ya que el drama es conflicto. Muchos guionistas consideran que sólo puede haber un protagonista, aunque hablemos de una pareja principal. Éste debe estar dotado de carácter para poder soportar la confrontación. Puesto que el público se identificará con él, tiene que ser interesante y no acomodarse a los clichés; así que mostrará coherencia y consistencia. 16

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4. LOS PERSONAJES La creación de buenos personajes es fundamental para que una película tenga éxito. El pú-

blico quiere identificarse con los protagonistas que pueblan el celuloide; para eso va al cine. Por lo tanto, es indispensable cuidar hasta el mínimo detalle a nuestros personajes para que parezcan reales.

Definición de personaje

Existen dos tendencias opuestas a la hora de definir a los personajes. Para la rama de los aristotélicos el personaje es acción. La otra postura considera que el personaje actúa de una manera determinada por ser como es. Esto ha dado lugar a dos estilos de cine muy diferen-tes: los films americanos, también conocidos como “películas de plot” (plot significa argu-mento en inglés) y el cine europeo o de “characters” (personajes). Lo ideal sería combinar y unir carácter y acción.

Los personajes son funciones y se desarrollan en relación con otros, es decir, actúan y reaccionan según lo que hacen los demás. Si un personaje abarca demasiadas funciones deja de ser verosímil y se vuelve confuso.

Dado su lugar destacado en la elaboración del guión es necesario que conozcamos perfec-tamente a nuestros personajes antes de comenzar a escribir.

Herramientas necesarias para construir un buen personaje

La necesidad dramática. Lo que el personaje quiere ganar, adquirir, obtener o lograr en el transcurso de un guión. Una vez establecida la necesidad dramática se pueden crear obstácu-los que le impidan obtenerla.

El punto de vista. Cómo ve el mundo el personaje. Un buen personaje siempre mostrará un punto de vista bien definido.

El cambio. Para que el personaje sea creíble, debe transformarse como consecuencia de todo lo que le va sucediendo a lo largo del guión. Los cambios repentinos no son creíbles. Por ejemplo, Paul Newman en El Buscavidas pasa de ser un perdedor a convertirse al final en un ganador.

La actitud. El conocer la actitud del personaje permite darle más profundidad. La actitud de un personaje puede ser positiva o negativa, de superioridad o de inferioridad, crítica o in-genua.

Personajes principales

Normalmente se tiende a utilizar de tres a siete personajes principales, pero hay que desta-car entre todos a dos: protagonista y antagonista.

El protagonista es el que lleva adelante la acción. Al enfrentarse a los obstáculos que se interponen entre él y su necesidad dramática, genera conflicto, fundamental para la línea ar-gumental, ya que el drama es conflicto.

Muchos guionistas consideran que sólo puede haber un protagonista, aunque hablemos de una pareja principal. Éste debe estar dotado de carácter para poder soportar la confrontación. Puesto que el público se identificará con él, tiene que ser interesante y no acomodarse a los clichés; así que mostrará coherencia y consistencia.

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Tradicionalmente encarnaba la figura del típico héroe clásico, en busca de metas nobles. Con frecuencia, el protagonista de hoy está más próximo al antihéroe, es un personaje domi-nado por sus defectos, como Liam Neeson en Las lista de Schindler o Clint Eastwood en Los imperdonables. Aunque sean menos heroicos se encuentran más próximos a nosotros.

El antagonista puede ser uno o varios a lo largo de la película, pero es conveniente que no sean demasiados para no crear confusión. Debe ser un personaje poderoso, puesto que es quien se enfrenta a nuestro protagonista durante el conflicto. Un personaje débil no podría luchar para impedir que el protagonista logre alcanzar su objetivo. No tiene por qué ser del todo malo, ya que todos los personajes tienen sus matices.

Personajes secundarios

Siempre cumplen alguna función, de lo contrario no tendría sentido que existieran. La pre-sencia de cualquier personaje debe estar siempre justificada y aportar algo sustancial a la tra-ma. Cuando varios personajes cumplen la misma función es conveniente fundirlos en uno solo.

Para los actores que los interpretan suelen ser más peligrosos que los personajes principa-les, porque no cuentan con el mismo tiempo para poder desarrollarlos y disponen de menos datos para conocerlos.

En las películas o en las mini-series, los personajes secundarios no se desarrollan por com-pleto, pueden ser planos. Tampoco sufren una transformación como lo hace el protagonista. En las series de televisión ocurre todo lo contrario: el personaje principal permanece estático semana tras semana, mientras que los secundarios evolucionan.

Funciones de los personajes secundarios

Confidente. Ayudante del protagonista o del antagonista. El protagonista cree en él y le confía sus pensamientos, así nos enteramos de lo que éste siente. Puede ser, por ejemplo, el personaje de la doncella o del ama de llaves.

Catalizador. Gracias a este personaje el protagonista inicia la acción. También le trae la información que le va a permitir resolver el conflicto. Es, por ejemplo, el niño amish de Testi-go en peligro (Witness), al ser testigo del asesinato pone en marcha la acción y, al final, toca la campana para atraer a los otros amish, que llegan a tiempo para salvar al héroe. A veces puede resultar una solución demasiado mágica (Deus ex machina)

Destinatario de la acción del héroe. Aquél que se beneficia con la acción del protagonis-ta.

Opinante. Opina sobre el protagonista, le da dimensión. Es la “corte” que gira alrededor del poderoso. También se puede llamar personaje contextual.

Temático. El autor se vale de él para que el espectador entienda cuál es la premisa de la película. Representa el punto de vista del autor. Logra desentrañar complejidades técnicas para que el espectador pueda entenderlas.

Añade dimensión. Nos valemos de él para dar calidez y momentos de ternura. Suele fun-cionar bien porque oxigena el guión. El problema es saber cuándo hay que utilizarlo, porque produce un corte en la acción.

Da contraste. Ayuda a definir unos personajes contrastándolos con él.

Cable a tierra. Representa el punto de vista del espectador. Se utiliza en las películas de ciencia-ficción. Siempre es el que descree. Es muy valioso, porque cuando él cree por fin, también comienza a creer el espectador.

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Cómo se crea un personaje

En primer lugar, hay que separar los componentes de su vida en dos categorías básicas: in-terior y exterior.

La vida interior de un personaje es la que comprende desde el nacimiento hasta el mo-mento en que comienza la historia. Durante este proceso se forma el personaje.

La vida exterior del personaje es la que se desarrolla desde el momento en que empieza la película hasta su conclusión. Es el método por el que se revela al personaje.

En un diagrama se vería así:

Vida interior del personaje

Aunque no utilicemos la biografía del personaje dentro del guión, sí es imprescindible que el escritor lo sepa todo acerca de él.

¿Dónde nació? ¿Era hijo único o tenía hermanos? ¿Cómo fue su niñez? ¿Cómo era la rela-ción con sus padres? ¿Qué clase de niño era? ¿Qué estudios cursó? ¿Cuándo se enamoró? ¿Cómo llegó a la situación actual?, etcétera. Escribir es la capacidad de hacerse preguntas y encontrar las respuestas.

La personalidad de un personaje viene marcada por su vida anterior, por eso es necesario conocer todos estos rasgos. Puede que nunca salgan a flote en el guión; otras veces, sin em-bargo, será un elemento fundamental para comprender el modo de actuar de nuestro persona-je.

Vida exterior del personaje

Para conseguir que nuestros personajes parezcan reales y con profundidad psicológica, de-bemos dividir sus vidas en tres componentes básicos:

Profesional. Cómo se gana la vida el personaje. ¿Dónde trabaja? ¿Cómo son las relaciones con sus compañeros? ¿Cómo se lleva con su jefe?

Hay que ser capaces de definir y examinar las relaciones del protagonista con las personas de su vida, así creamos una personalidad y un punto de vista. De ahí partimos hacia la caracte-rización.

Personal. ¿Es soltero, viudo, casado, separado o divorciado? Si está casado, ¿con quién? ¿Cuándo se casó? ¿Qué relación mantiene con su mujer? ¿Tiene muchos o pocos amigos? Si

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