Damián Flores IV

8/17/2019 Damián Flores IV

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FLORES LLANOS: ARQUITECTURAALISTA EN MADRID II

0 de enero a las 20 h.al 7 de marzo de 2009

leo/tabla, 100 cm. (diámetro)

M. Feduchi y Vicente Eced, 1931

RES. CONSTRUCTOR DE SILENCIOS, ENIGMAS Y RECUERDOS

e años – casi desde que apareciera, como una revelación para iniciados, en 1992,n en la madrileña Galería El Caballo de Troya, titulada, como si de una profecía sede la pintura-, ciudades, edificios, paisajes urbanos y retratos antiguos y modernos,rios, como si todos fueran arquitecturas sin tiempo, también reales e imaginarias, esdolos a todos contemporáneos entre sí – retratos y arquitecturas-, aunque procedan

ntes épocas históricas o vengan de distintos rincones de la memoria y de la

das sus obras, un halo de extrañamiento y de extravío complaciente le acompaña al

n un viajar sin rumbo, sin aguja de marear, lo que le permite, sin que lo parezca,realidad que mira, contempla y representa, sorprendiéndose ante ella o ideándola,



r medio de la pintura, pero sin dejarse seducir del todo, sino imponiéndole sutrapándola en un silencio que le es propio y que le sirve para poner en escena, ademanes y edificios, fragmentos y gestos, con la soledad como argumentointura, tomando distancia, reconstruyendo lo real, transformándolo en capriccio o

n misteriosa de argumentos plásticos y poéticos.

que esos argumentos los ha pintado también en forma de retratos (memorable, ensu exposición Homenajes y Retratos (Valencia, 2006), tratadas las obras como sipretendieran explicar el texto plástico de su pintura o, al menos, el origen de suserencias más queridas, de artistas a arquitectos, de amigos a poetas y escritores, derico, de Paul Morand, Pessoa, Cernuda o Azorín a Valle Inclán, Ramón Gómez de

Pla, Valéry o Juan Rulfo, de Melnikov o Loos a Le Corbuiser, Alvaro Siza o AldoBraque, Gris o Magritte a Hopper o Morandi y así hasta un infinito y selectoras pintadas para que no nos perdamos en el silencio, en el vacío, de sus escenarios,arnos y ayudarse a desvelar el pensamiento y las dudas que esconden sus silencioso arquitecturas, sus colores, sus luces y espacios.

asiones – y es un correlato fundamental de lo anterior-, como ocurriera con suro una casa, en la Galería Siboney de Santander (2004), en las que Damián Floress proyectos arquitectónicos – maquetas de la vida poética y estética- como siruidos realmente en espacios ciertos o en lugares imaginarios que parecen reales, esA muchas de esas arquitecturas – la casa que siempre nos falta, la deseada, la deldel canto de las sirenas que acompaña de antiguo a cualquier artista viajero comode Homero a Massimo Cacciari, que ha escrito recientemente bellísimas páginasante espejismo de la casa ausente o eternamente por llegar- les dio nombres destas, como si fueran retratos arquitectónicos, convirtiendo sus referencias en algosmo hubiera creado como proyectista: Maison Courbet (2003), Casa Libera (2003),3), Dove abita Giorgio (2003), Maison Valéry (2003), Maison Boullée (2003),(2003), Maison Konstantin (2003), Maison Lequeu (2003) y muchas más. La casa,retrato de su dueño y, además, se trata de retratos imaginarios que pretenden, conónicas, representar los rasgos del retratado. Sin duda, fascinante.

Casa Libera (2003), sobre un acantilado al lado del mar, no se puede evitar noque realmente construyera A. Libera para Curzio Malaparte, en Capri. Cuando el

nalista italiano le preguntó al intelectual y comitente qué tipo de casa quería,ndió con rotundidad: “voglio una casa come me”, es decir, un autorretrato, un

de casa, de arquitectura. No es la casa pintada por Damián Flores la de Malaparte

no se sabe bien si el acantilado corresponde a la isla de Capri, pero de ahí, de esosmaginarios por Italia procede esa casa, maqueta ideal de un retrato. Y lo mismoe identifica como morada en la que habita Giorgio de Chirico (Dove abita Giorgio,

s su morada, sino su retrato arquitectónico, metafísico, tal como lo imagina nuestrono a la lección del maestro del enigma y del oráculo. Y así podríamos seguir conllée, de Ledoux, de Lequeu – los llamados, por E. Kaufmann, arquitectosdel siglo XVIII-, hasta llegar, por ejemplo, a su propuesta ideal de Casa Áurearosamente vinculada a las arquitecturas pintadas por Massimo Scolari a finales de

mienzos de los ochenta del siglo XX, coincidiendo con el Teatro del Mundo -erta, que navega sobre el agua, para una ciudad incierta- de Aldo Rossi para laia de 1980 y que nuestro artista también ha pintado. De Scolari, la genealogía

e en la casa áurea, como una complicidad en los planteamientos ya que el arquitectoscribir que “el ojo sólo observa si la memoria lo acompaña sin ser vista”. Damián



siempre cerca de ese imaginario arquitectónico y proyectual: “un bello diseño -Scolari- es siempre silencioso”. Y siguió esta estela y la de Rossi y la de De

Libera hasta Galicia. Allí pintó a Giorgio en O Grove (2006) y las arquitecturas deómplice de Rossi, de Scolari y de tantos silencios y quietudes compartidos.

or tanto, que en otro retrato casi imposible y atemporal, Melnikov y Le Corbusierotra de sus pinturas (Melnikov y Le Corbsier en mi estudio, 2003), meditabundos ydas esas casas-retratos que nos faltan dispuestas sobre una mesa que es y no es laen un inquietante instante en el que tiempo es a la vez anacrónico y ucrónico, comoados – arquitectos y maquetas de retratos-casas- hubieran viajado del pasado al para reunirse en un lugar atemporal y en un espacio que es sólo el propio de la

o que, muchas veces, sus arquitecturas pintadas lo son en espacios ajenos a los quen realidad, ya se trate de ciudades o paisajes; que, otras, los escenarios reales seandificios o proyectos que no les son propios porque proceden de otros lugares o

la imaginación y de la memoria, acompañados todos de un peculiar silencio que,rico umbral invisible, anuncia y da paso a la soledad y al vacío, al extrañamiento, als ocasiones, todo es real, pero el encuadre o su representación fragmentariaas y calmas que son como preludios de alguna tragedia, como ocurre en estaquitecturas racionalistas madrileñas, algunas existentes y otras ya no, o están

modificadas, siempre pintadas viajando del pasado a su pintura. Da igual, lo real yosímiles en su pintura, como los deseos o la casa que nos falta.

ras y los colores dorados, aunque se trate pinturas nocturnas, representen elediodía, acentúan el carácter atemporal de lo figurado, como si se tratase de unronología o de la simple crónica. Y todos (arquitecturas, ciudades, paisajes,atos, desnudos…, como le ocurrió en La Habana) acaban entendiéndose exclusiva e

nte en el ámbito de la pintura, como si hubieran firmado un pacto para dotar detividad y de precisión a algo que sólo sucede en el cuadro, en los sueños, mientras

capriccio al hablar de sus obras y lo he hecho conscientemente en el sentidogénero de vistas de ciudades y de arquitecturas propio del siglo XVIII. Es decir, la

e las arquitecturas y ciudades, convertidos en capricho azaroso e intelectual, cuyomo era y es patrimonio comprensible sólo para raros y poéticos iniciados. Recuerdos

de los sentidos para los menos avezados, para los aficionados, y enigma intelectual

dos. Se trata de una doble percepción y significación de la pintura de paisajesitecturas pintadas, de ruinas y aguas, de plantas crecidas sobre arquitecturasor el tiempo, como memoria, que alcanzó su mayor significación precisamenteesentación de arquitecturas cotidianas, sin misterio aparente, cosas menudas (comoara en diminutos cuadros el británico T. Jones en la Italia de Piranesi), que

oble y fascinante cualidad, la de la convivencia aparentemente espontánea entre laécnica que representaba lo real y que hacía verosímil lo que no era sino fantasía,

misterio.

aje, que ya he recordado, de 1992, era como una partida hacia el enigma, comoo de la pintura, como si un nuevo Ulises hubiera zarpado: vuelve, sí, pero no del

igue esperando su regreso y Penélope somos todos según dice la pintura de Damiánentido, la memoria y la presencia de Giorgio de Chirico no eran ni son ajenas a su



ntor y como artista. Es más, le hizo un retrato en su ausencia (1994), como sonetratos y arquitecturas: sueños sin tiempo, ausentes. Incluso le proyectó, comoa: Dove abita Giorgio (2003). Alguna vez he tenido la oportunidad, desde un

Piazza di Spagna, en Roma, de contemplar intrigado la casa de De Chirico, comoaunque fuera en forma de paseante de escayola, sabiendo, además, que un poco

contraba la de Piranesi, cerca de la Trinità dei Monti, y también esperaba verlealinata en forma de figura filiforme y transparente, maravillosamente oscura, negrasa e inquieta. Creo que no pasó en lo real, pero sé que los vi o me miraron, porqueen los viajes enigmáticos y a viajeros que siguen no la razón del turista, sino laazón del extravío de Ulises o de Damián Flores. No en balde también dedicó unalos laberintos, soñados como si de un nuevo Dédalo se tratase (Galería Siboney,).

o, después de lo dicho, de que pinta para que el Olvido no se adueñe del territoriomosyne, de la Memoria. Por eso ha realizado, en innumerables ocasiones, retratosistas y arquitectos, de poetas y escritores, que constituyen una suerte de

nima, pero monumental, de sus emociones y convicciones, de sus amigos del almaue ha conocido sólo por sus obras-, en cuya genealogía se reconoce como artista,e De Chirico a Morandi, de Gris a Braque y a tantos otros que ya he mencionado yo en forma de figuras o de arquitecturas, o de figuras en las arquitecturas y espacioses.

ado desde el comienzo de esta pequeña glosa de su obra, su pintura y susn propias de un viajero, pero esa es una condición ineludible de los artistas y de losos poetas y de algunos otros, no de todos. Es como una forma de comportamiento,star en el mundo. Se trata de viajar y de viajes que, a veces, toman la apariencia deesos ha realizado muchos Damián Flores a lo largo de su vida y siempre ha sabido

e manera magistral Gombrich- que para que el viaje se culmine es necesario noino contarlo, pintarlo. Se trae así de sus viajes, de Roma a Venecia, del sur deork o La Habana, de Galicia a Gijón, de Madrid a Cádiz y Andalucía, del Canal deoradas esporádicas, incluidas las de la imaginación, por mencionar algunos de susma y de la ocasión, los recuerdos, las memorias, apropiándose de esos lugares,a sus obsesiones como pintor de arquitecturas y retratos vinculados fuertemente

ran de arquitectos, artistas, poetas, gente anónima, amigos y un largo elenco.

lidad, sino una consecuencia lógica de su forma de entender y estar en el mundo, elena parte de sus exposiciones hayan sido fruto de viajes reales, sí, pero sobre todo

dos, soñados, como si antes de iniciarlos ya lo hubiera realizado sin moverse. Deos pinta, no pinte lo real, sino su extrañamiento ante lo real, porque ya sabía quecerlo como algo ya visto en la imaginación para después contarlo.

Damián Flores cuando viaja pinta y pinta cuando viaja, sea el viaje real o no, oste viaje por su Madrid racionalista, aquél que no pudo ser del todo. Si el viaje esproduciendo un extrañamiento melancólico, enrareciendo las luces, las horas, las

mbién cuando es irreal o interior, más bien próximo. Confisca lo visto paranturas, construyendo como arquitecto lo que su mirada de poeta le revela al pintor. viajes de pintor en lo real se cruzan con el pintor viajero en lo imaginario, viendodejan escapar y, además, se trae lo visto a sus lecturas, a sus silencios, a sus

recuerdos. Es como aquellos viajeros del Grand Tour, en el siglo XVIII, que,e real, al llegar a Roma y al Lazio, solían adquirir un cristal de ámbar para



un tono dorado el paisaje de la campiña romana, como en las pinturas de Claudioso, a ese cristal se le llamaba “el cristal de Claude”: iban a reconocer lo ya visto en

isaje ideal por pintado, y buscaban el color dorado, de tarde antigua, que elar les proporcionaba.

dorado, de atardecer crepuscular, ya lo he advertido, es sin duda un sello personal,ecir, de sentir, de pensar, de hacer, de viajar, de proyectar un universo que parecea la manera de Borges, al que retrató, en 2002, en una laberíntica biblioteca, con

onfundidos en espacios inverosímiles, posiblemente los más adecuados para aquelena cuyas páginas aparecían a borbotones según se abría. Pero sólo parece real, yaél es el sueño pintado, la presencia del artista en lo real, modificándolo, haciéndoloa sus sueños y obsesiones. Todo es verosímil y, sin embargo, todo es pintura en la

las cosas, las arquitecturas, los personajes están sometidos a vínculos rotos, solos yuadro, aunque se junten sin molestarse o incluso estén acostumbrados a estarolos. No es que pinte la desazón de la realidad, su angustia, su imposibilidad, esson los propios de la soledad, como sus luces.

que se convierten, en manos de Damián Flores, en instrumentos poéticos, doradoser de una tarde antigua, sin tiempo, propia de la memoria no vivida, sino anhelada,vista en las grietas de los sueños, como ocurre con esta segunda entrega deionalistas madrileñas. La primera fue en 2005, en esta misma Galería Estampa, con Bonet Correa.

ras, debemos reconocer que no es tumultuosa, no, su memoria, sino silenciosa,ca, como si pintara naturalezas muertas con apariencia de retratos o dese trata, creo, de una observación fundamental para comprender su pintura, la claves de sus enigmas, soledades y silencios pintados. Naturalezas muertas, sí, conratos individuales, de amigos o sencillamente colectivos, o con apariencia dementos de arquitectura o de paisajes urbanos, trozos de ciudad sin horizonte ocon piezas solas, como proyectos reales o imaginados y abandonados en lugares

es horizonte abierto, sin perspectiva definida, como si hubieran sido olvidadosnte en el vacío, en un lugar sin tiempo en el que el transcurrir de las horas se detuvorda cuándo. De ahí que esos edificios solos parezcan figuras o retratos y, alratos pudieran entenderse como arquitecturas extraviadas, inmóviles.

ián Flores proyectase como un arquitecto, pero no sólo arquitecturas y figuras, sinortas, pintando la soledad que pasea y hace extraños o soñados, enrarecidos, los

que los componen: las arquitecturas y las figuras. Como si pintase recuerdos yos de viajes de artista y de arquitecto, de pintor de arquitecturas y de arquitecto delezas muertas.

que existe históricamente una distancia de género, incluso de disposición ola pintura de retratos y la pintura de arquitecturas y ciudades, pero, sin embargo,eros existen y han existido vínculos estéticos, poéticos, literarios e históricosndentes y significativos. Tanto, que no es aventurado afirmar que las arquitecturasomo retratos o autorretratos de sus dueños o habitantes y al revés. La obra des ejemplar al respecto, como ya hemos comprobado a lo largo de su trayectoria yra con su Madrid racionalista interpretado y pintado a base de fragmentos y gestos,

ecto en su estudio, proyectando los detalles que de la historia se trae a su pintura.silenciosos y solos como los fragmentos de arquitecturas racionalistas madrileñas



entrega de esta serie, los edificios eran retratos casi completos de la arquitectura,iudad, de escenario urbano, ahora los detalles (ventanas, escaleras, cornisas,tidos, bares y ligares de ocio, umbrales de teatros y cines, cosas menudas en

en casi de arquitectura, como si nos propusiese restituir el edificio completo amento o de una fotografía antigua de lo que ya no existe casi ni en la memoria. Esdo un paso más, con estas últimas obras, nuestro artista-arquitecto-poeta dencios parece pretender que al mirar sus pinturas aprendamos a ver y a reconocer sucomo un sueño roto, detenido como un recuerdo, quieto y solo. Y, al tiempo,scara poner en evidencia su forma de hacer, que nos sintamos uno con su pintura yuras, aquéllas de luz sin horas, doradas, que cotidianamente podemos mirar,uando el viaje y el viajar parecen reducidos exclusivamente a un paseo.

de una soledad pintada en espacios quietos en extremo, vacíos y como en esperao ha de suceder y, si algo ocurriera, sería como un sueño o una inquietante

unda como una casa deseada o como una arquitectura plena de memorias que no esbir ni pintar porque, en su ausencia, se hacen presentes como un enigma enrarecido.s que también son así sus retratos, individuales o colectivos, anónimos o

vinculados a su vida y a sus pasiones de lector, de arquitecto de pinturas y de pintor

omo en retratos diminutos, vuelven a aparecer arquitecturas y detalles, gestos yuazo o Torroja a Gutiérrez Soto, de Feduchi o Bergamín a Blanco Soler, Lópezs otros maestros de una ciudad interrumpida en 1936. Es como un nuevo viaje alente a la vez, a lo que ya no existe y a lo que permanece sin atención alguna, o casi.

si sus arquitecturas pintadas viajasen de cuadro en cuadro, de los antiguos a los el arquitecto sueña dos veces en esta exposición, en dos pinturas distintas, comocer Damián Flores desde hace años, soñando y viviendo de dos en dos, doblemente,laberintos que sólo la mano del artista sabe revelar, entre lo real y lo irreal, entre lo

cto, poéticas del silencio de un viajero voluntariamente extraviado que tambiéno, que tiene que volver. Penélope le espera.

z.

a Zarzuela, 2008, óleo/lienzo, 89x146 cm.



niches y Domínguez, 1934jas/n

os, 2008, óleo/lienzo, 130x55 cm.

zo, 1935ja

aparecido)



008, óleo/lienzo, 130x54 cm.

Gutiérrez Soto, 1930


nto Ortiz, 1934parecido)




azo, Arniches y Domínguez, 1930arecido)

ipal , 2008, óleo/lienzo, 38x54 cm.

ero Llusiá, 1933nima, 15




erto López Asiain, 1935arecido)


ncho y Torriente, 1931desparecido)




M. Feduchi, 1931

, 2008, óleo/lienzo, 41x50 cm.

ez Delgado, 1933nd Valderribas)

dos (desparecida)



a, 2008, óleo/lienzo, 41x50 cm.

ez Delgado, 1933nd Valderribas)dos (desparecida)

Fígaro, 2008, óleo/lienzo, 55x41 cm.

ez Delgado, 1930

5




Gutiérrez Soto, 192860


ando Arzadun, 1935



que Residencia, 2008, óleo/lienzo, 54x73 cm.

guel Durán, Loma y Salgadoia

008, óleo/tabla, 50 cm. (diámetro).

Bergamín y Blanco Soler, 1931que Residencia




Bergamín y Blanco SolerResidencia

eo/lienzo, 50x33 cm.

Bergamín y Blanco Soler, 1931Residencia



hermoso, 2008, óleo/tabla, 50 cm. (diámetro)

el Laciana, 19348

óleo/tabla, 50x38 cm.



ardo Figueroados

g , 2008, óleo/lienzo, 55x41 cm.

López López, 1927




Residencia




Residencia

ones, 2008, óleo/lienzo, 130x200 cm.

uitecto II , 2008, óleo/tabla, 75 cm. (diámetro)



uitecto I , 2008, óleo/tabla, 75 cm. (diámetro)

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