259
David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens

David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

DavidCopperfieldParte3

Por

CharlesDickens

Page 2: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Capítulo1

LastíasdeDora

Por fin recibí contestación de las dos ancianas. Saludaban a místerCopperfield y le informaban de haber leído con lamayor atención su carta,«teniendo en cuenta el interés de ambas partes». Aquella frase me alarmóbastante, no sólo porque sabía que la habían empleado en la ocasión deldisgustodefamiliaantesmencionado,sinoporquesiempreheobservadoquelasfrasesconvencionalessonunaespeciedefuegosdeartificio,delosquealempezarnosepuedepreverlavariedaddeformasnidecoloresqueloshacencambiarenabsolutodesuformaprimitiva.MistresSpenlowañadíanqueeradifícil dar por escrito una opinión sobre el asunto de que trataba místerCopperfield;peroquesimísterCopperfieldleshacíaelhonordevisitarlasenun día que señalaban de antemano, acompañado, si le parecía bien, de unamigodeconfianza,tendríanmuchogustoendiscutirconélelasunto.

Ante semejante favor, míster Copperfield contestó inmediatamente amissesSpenlowque las saludaba respetuosamenteyque tendríaelhonordevisitarlas el día designado, en compañía, como le indicaban, de su amigomíster Thomas Traddles, del Templo Inner. Una vez enviada aquella carta,místerCopperfieldcayóenunestadodeagitaciónnerviosaqueduróhastaeldíaindicado.

Lo que aumentaba mucho mi inquietud era no poder, en una crisis tanimportante, recurrir a los inestimables servicios de miss Mills. Pero místerMills,quesededicabaallevarmelacontraria(almenosamímeloparecía,loqueeslomismo),místerMills,repito,habíadecididomarcharsealaIndia.

Ydíganmeustedes:¿paraquéseibaalaIndiasinoeraparafastidiarme?Claroquepodráncontestarme:

¿YporquénoalaIndiamejorqueaotrapartecualquiera,sobretodosisetiene en cuenta que la India le podía interesar más porque comerciaba conella?Yonoestabamuyenteradodesobrequécomerciaba;perotengoideadequesetratabadechalesdetisúdeoroycolmillosdeelefante.HabíaestadoenCalcuta en su juventud, y quería volver allí a establecerse como asociadoresidente.Perotodoaquellomeeraindiferente;loimportanteeraquealpartirsellevabaaJuliayqueJuliasehabíatenidoqueiralcampoadespedirsedesufamilia;sucasaestabaenventaoenalquiler,yelmobiliario(conlixiviadoraytodo)sesubastaba.Era,porlotanto,unnuevoterremotobajomispiesantesdequeestuvierarepuestodelanterior.

Mepreocupabamuchoelpensarcómomevestiríaeldíasolemne;puespor

Page 3: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

unladoqueríairlomejorposibleyporotrotemíaquecualquierdetalledemiropa pudiera perjudicar mi reputación de seriedad a los ojos de missesSpenlow. Intenté un feliz términomedio, quemi tía aprobó, ymísterDick,para asegurar el éxito de nuestra empresa, arrojó un zapato tras de nosotrosmientrasbajábamoslaescalera.

ApesardelcariñoyelafectoquesentíaporTraddlesnopudepormenosdesearenaquellaocasióntandelicadaquenuncahubieratenidolacostumbredepeinarseconcepillo,puessuscabellostiesosledabanunaexpresióncomoasustada;hastapodríadecirqueparecíaunaescobadecrin,ymisaprensionesmehacíantemerqueaquellonosfuerafatal.

Enelcaminometomélalibertaddedecírseloydeinsinuarlequetrataradeaplastárselosunpoco…

—Me querido Copperfield —dijo Traddles quitándose el sombrero yalisándose los cabellos en todas las direcciones—, nada podría serme másagradable;peronoquieren.

—¿Noquierenquedarseaplastados?

—No—dijo Traddles—, nada puede convencerlos. Aunque me pusieraencimadelacabezaunpesodecincuentalibrasyfueraconélhastaPutneynoloconseguiría:volveríanaponersedepumaencuantoquitase—elpeso.Nopuedes hacerte idea de su terquedad, Copperfield. Parezco un puercoespínconstantementeencolerizado.

Debo confesar que me quedé un poco desconcertado, aunque al mismotiempo me encantaba su sencillez. Le dije todo lo que estimaba su buencarácteryquepensabaquetodalaterquedadselehabíaidoaloscabellosyqueporesoaélnolequedabanirastro.

—¡Oh! —repuso Traddles riéndose—. Es ya antigua la historia de misdesgraciados cabellos.Lamujerdemi tíono lospodía resistir; decíaque laexasperaban.Y tambiénmehanperjudicadomuchoal principio, cuandomeenamorédeSofía.¡Oh,sí,mucho!

—¿Nolegustabantuscabellos?

—Aella sí—repusoTraddles—;pero su hermanamayor (la que es unabelleza)nolospodíatomarenserio.¡Ytodaslashermanassehanreídoconganasdeellos!

—¡Quéagradable!

—¡Oh, sí!—repusoTraddles conperfecta inocencia—.Esunadiversiónparanosotros.DicenqueSofíatieneunmechóndemiscabellosensucajón,yqueparatenerlosaplastadosseveobligadaameterlosenunlibroconbroches.¡Nosreímosmucho,yalocreo!

Page 4: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Apropósito,miqueridoTraddles,tuexperienciapodrásermemuyútil.Cuando te comprometiste con la muchacha de queme hablas, ¿tuviste quehacer a la familia una proposición formal? Por ejemplo: ¿has tenido quecumplir la ceremonia por que vamos a pasar hoy nosotros? —añadínerviosamente.

—¿Sabes? —dijo Traddles poniéndose serio—. Mi caso ha sido muycomplicado,Copperfield,yquemehahechosufrirmucho.Sofíaestanútilensucasa,quenopodíanhacersealaideadequesecasara.

Hastahabíandecididoentreellosqueno secasaríanunca,y la llamabansiemprela«solterona».AsíesquecuandoempecéahablaramistressCrewler,contodaslasprecaucionesimaginables…

—¿Lamamá?

—Sí.ElpadreeselreverendoHoraceCrewler,dequienyatehehablado.CuandoempecéahablaramistressCrewler,apesardetodasmisprecaucionesparaprepararla,lanzóungritoysedesvaneció.

Tuvequeesperarmesesantesdepoderabordarelmismoasunto.

—¿Peroporfinlohiciste?

—Fue el reverendo Horace quien lo hizo —dijo Traddles—, que es elhombremás excelente y ejemplar en todos sentidos.Le hizo ver que, comocristiana,debíaaceptaraquelsacrificio,tantomásporquenoloera,ydesechartodo sentimiento contrario a la caridad conmigo. Yo, te doy mi palabra dehonor,Copperfield,medabahorroramímismo;meparecíaunpájarodepresaquehabíacaídosobreaquellafamilia.

—¿Esperoquelashermanasestuvieranatufavor,Traddles?

—Nodeltodo,puescuandomistressCrewleryasehabíahechounpocoala idea tuvimosque anunciárselo aSarah. ¿Recuerdas loque te hedichodeSarah?Eslaquetienealgoenlaespinadorsal.

—¡Ah,sí,perfectamente!

—PuesSarahcruzólasmanos,mirándomeconangustia;despuéscerrólosojosysepusoverde;sucuerpoestabatiesocomounpalo,ydurantedosdíasnopudocomermásqueaguaconpan,acucharaditas.

—¿Debedeserunachicainsoportable,Traddles?

—Perdona,Copperfield;peroesunachicaencantadora.¡únicamentetienetanta sensibilidad!Todasson lomismo.Sofíamedijodespuésquenopodíafigurarme los remordimientos que tenía, mientras cuidaba a Sarah. Y estoysegurodequedebiódesufrirmucho,Copperfield;lojuzgopormí,puesyomeconsideraba comoun verdadero criminal.CuandoSarah se restableció hubo

Page 5: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

que anunciárselo a las otras ocho, y en todas se produjo el efecto másconmovedor.Lasdospequeñas,aquienesSofíaeduca,empiezanahoraanoodiarmetanto.

—¿Perohabránterminadoporhacersealaidea?

—Sí…,sí;almenoscreoqueestánresignadas—dijoTraddlesentonodeduda—.Adecirverdad,evitamoshablardeello,yloquelasconsuelamuchoeslaincertidumbredemiporvenirymisescasosmedios.Perosinoscasamosseráunaescenadeplorableymáspareceráunfuneralqueunaboda;ademásmeodiaránamuerteporhabérselaarrebatado.

Su rostro tenía una expresión ingenua, seria y cómica a la vez, cuyorecuerdo quizá me impresiona ahora más que entonces, pues estaba en unestado tal de ansiedad e inquietud, que era incapaz de fijarme en nada. Amedida que nos acercábamos a la casa de misses Spenlow me sentía másintranquilorespectoamiaspectoexternoyamipresenciadeánimo;tantoesasí,queTraddlesmepropuso,paraanimarme,beberalgoquemerepusieraunpoco: unvasode cerveza, por ejemplo.Me condujo a un café cercano, y alsalirdeallímedirigíconpasotemblorosohacialapuertadeaquellasmujeres.

Tuvecomounavagasensacióndequehabíamosllegadocuandoviaunadoncellaquenosabría lapuerta.Meparecióqueentraba tambaleándomeenunvestíbulodondehabíaunbarómetroyquedabaaunsaloncitoenelprimerpiso.Elsalónseabríasobreunbonitoypequeñojardín.Despuéscreoquemesenté enundiván, queTraddles se quitó el sombrero, y que sus cabellos seenderezaron,haciéndoleparecerunadeesas figuritasconsorpresaquesalendeunacajacuandose levanta la tapa.Creohaberoídoel tic tacdeunviejorelojrococóqueadornabalachimenea,ytratédeponermicorazónalunísono;pero¡latíademasiado!CreoquebuscabaconlosojosalgoquemerecordaseaDora;peronovinada.

CreotambiénqueoíladraraJipalolejos,yquealmomentoahogaronsusladridos,y,enfin,estuveapuntodelanzaraTraddlesalachimeneaalhacerunareverencia,muyconfuso,adosdiminutasseñorasvestidasdenegroqueparecíandosminiaturasdeldifuntomísterSpenlow.

—Siéntese,seloruego—dijounadelasdosseñoras.

CuandodejédeempujaraTraddlesyconseguí sentarme,por fin,enunasilla (primero me había sentado encima de un gato), recobré el suficienteaplomoparadarmecuentadequemísterSpenlowdebíadeserseguramenteelmásjovendelafamilia:debíadehaberseisaochoañosdediferenciaentrelasdoshermanas.Lamás jovenparecíaser laque llevaba lavozcantante,puesteníamicartaenlamano(conquétemorlareconocí)ylaconsultabadevezencuandoconsus lentes.Lasdoshermanasibanvestidas igual;perolamás

Page 6: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

jovenllevabaalgoqueledabaunairemáscoquetón;nosésialgunapuntillamásenel cuello,ounbroche,ounbrazalete,peroalgoasí,que ledabaunaspectomásjuvenil.Lasdoserantiesas,tranquilasyacompasadas.Laquenoteníamicartallevabalosbrazoscruzadossobreelpecho,comounídolo.

—¿MísterCopperfield,supongo?—dijolaqueteníamicartaenlamanodirigiéndoseaTraddles.

Era un modo de empezar terrible. ¡Traddles teniendo que explicar quemíster Copperfield era yo, y yo teniendo que reclamar mi personalidad,mientras ellas a su vez se veían obligadas a deshacerse de la opiniónpreconcebida de que Traddles era míster Copperfield! ¡Una situacióndeliciosa! Además oírnos claramente los ladridos de Jip y que de nuevo lehacíancallar.

—¡MísterCopperfield!—dijolahermanaqueteníalacarta.

Nosé loquehice;probablementesaludé;despuéspresté laatenciónmássostenidaaloquemedijolaotrahermana.

—Como mi hermana Lavinia es más competente que yo en semejantesmaterias, ella ledirá loquenosparecemásoportuno, teniendoen cuenta elinterésdeambaspartes.

MásadelantesupequemissLaviniaeraunaautoridaden losasuntosdelcorazónporquehacíamucho tiempohabía existidoun talmísterPidger quejugaba al whist y que, según creían, había estado enamorado de ella. MiopiniónesqueaquelloeraunasuposicióncompletamentegratuitayquemísterPidgerhabíasidoinocentedesemejantesentimiento;elcasoesquenuncalohabíademostrado.PeromissLaviniaymissClarissacreíancomoartículodefequelehubieradeclaradosupasiónsilamuertenoselehubierallevadoenlaflorde laedad(a lossesentaaños),aconsecuenciadelabusodelalcohol,corregido con poca oportunidad con el abuso de las aguas deBath.Yhastasospechabanlasdoshermanasquesusecretoamoreralacausadesumuerte.Debodecirqueenelretratoqueconservabandeélteníaunanarizrojaquenohubierahechosospecharsemejantecosa.

—No haremos historia del pasado—dijo miss Lavinia—; la muerte denuestropobrehermanoFrancislohaborradotodo.

—Nonostratábamosmuchoconnuestrohermano—dijomissClarissa—;pero no había ninguna querella entre nosotros; Francis seguía su camino ynosotraselnuestro,porquenosparecióqueeralomejorquesepodíahacereninterésdeambaspartes,yeraverdad.

Las dos hermanas se inclinaban del mismo modo hacia adelante parahablar; después sacudían la cabeza y se erguían cuando habían terminado.

Page 7: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Miss Clarissa no movía nunca los brazos. Tocaba encima de ellos con susdedosmarchasyminuetos,perosusbrazospermanecíaninmóviles.

—Laposicióndenuestrasobrina,almenoslaposiciónqueselesuponía,hacambiadomuchodesdelamuertedenuestrohermanoFrancis.Porlotanto,debemoscreer—dijomissLavinia—quelaopinióndenuestrohermanosobrelaposicióndesuhijayanotienelamismaimportancia.Notenemosmotivosparadudar,místerCopperfield,dequeustedtengaunareputaciónhonorableyuncarácterexcelente,nidequequieraustedanuestrasobrina,oalmenosdequelocreeustedfirmemente.

Respondí,comohacíasiempre,sindejarescaparlaocasión,quenuncasehabíaamadoanadiecomoyoamabaaDora.Traddlesvinoenmiayudaconunmurmullodeafirmación.

Miss Lavinia iba a hacer alguna observación, cuandomissClarissa, queparecíaperseguidapor lanecesidaddealudira suhermanoFrancis, tomó lapalabra.

Si la madre de Dora nos hubiera dicho, el día que se casó con nuestrohermano Francis, que no había sitio para nosotras en sumesa, hubiera sidomejorparaambaspartes.

—HermanaClarissa—dijomissLavinia—,quizáseríamejornoocuparsedeeso.

—HermanaLavinia—dijomissClarissa—,estoserefierealasunto.Yonomeatreveríaamezclarmeenlapartedelasuntoquetecorresponde,puessólotúerescompetenteparatratarla.Peroenestaotrapartedelasuntomereservomivozymiopinión,yhubieravalidomás,eninterésdeambaspartes,quelamamádeDoranoshubieraexpresadoclaramentesusintencioneseldíaenquesecasóconnuestrohermanoFrancis.Hubiéramossabidoaquéatenernosylehubiéramosdicho:«Quenosemolestaseeninvitarnosnuncaanada».Asínohubierahabidoequívocos.

CuandomissClarissaterminódesacudirlacabeza,missLaviniatomólapalabra,consultandomicartaatravésdesuslentes.Lasdoshermanasteníanlosojitospequeños,redondosybrillantes;parecíanojosdepájaro.Engeneralteníanmuchodepajaritos.Ensutonobreve,prontoybruscoyenlalimpiezaycuidadodesuropahabíaalgoquehacíarecordaraloscanarios.

MissLaviniatomólapalabra:

—¿Ustednospideamihermanayamí,místerCopperfield,autorizaciónparaveniravisitarnoscomonoviodenuestrasobrina?

—Si le ha convenido a nuestro hermano Francis —dijo miss Clarissaestallando de nuevo (si es que se puede llamar estallar a una interrupción

Page 8: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

hechaconlamayortranquilidad)—;sihaqueridorodearsedelaatmósferadelTribunal de Doctores, ¿teníamos acaso nosotras el derecho ni el deseo deoponernos?No,deverdad.Nuncahemostratadodeimponemosanadie.Pero,¿por qué no decirlo?, mi hermano Francis y sumujer eranmuy dueños deelegir sus amistades, comomi hermanaClarissa y yo de elegir las nuestras.¡Tenemosedadparapoderhacerlo,meparece!

ComoaquelloparecíadirigirseaTraddlesyamí,noscreímosobligadosacontestaralgo.Traddleshablódemasiadobajoynoseleentendió;yocreoquedijequeaquellohacíamuchohonoratodos;peronoséloquequeríadecirconaquello.

—Hermana Lavinia —dijo miss Clarissa después de desahogarse—,continúa.

MissLaviniacontinuó:

—Míster Copperfield, mi hermana Clarissa y yo hemos reflexionadomuchosobresucarta,yantesdereflexionarhemosempezadoporenseñárselaa nuestra sobrina y por discutirla con ella. No dudamos de que usted estáconvencidodequererlamucho.

—¡Sícreoquererla!¡Señoras!¡Oh!…

Ibaaextasiarme;peromissClarissamelanzótalmirada(exactamente lade un canario) comopara rogarmeque no interrumpiera al oráculo, quemecallépidiendoquemedispensaran.

—El afecto—dijomissLaviniamirando a su hermana comopidiéndoleunaaprobación,quemissClarissanodejabadedarlealfindecadafraseconun ligeromovimiento—,elafecto,verdad,el respeto, laabnegación, ¡cuestatanto trabajo expresarlo! Su voz es débil.Modesto y reservado, el amor seocultayespera,esperasiempre.Escomounfrutoqueesperaestarmaduro.Avecespasalavidamientrasélcontinúamadurandoenlasombra.

Naturalmente, yo entonces no comprendí que era una alusión a lospresuntossufrimientosdeldesgraciadoPidger;únicamentemedabacuenta,alverlagravedadconquemissClarissamovíalacabeza,dequehabíaungransentidoencerradoenaquellaspalabras.

—Las inclinaciones ligeras (pues no podría compararlas con lossentimientos profundos de que hablo) —continuó miss Lavinia—, lasinclinacionesligerasdelosjovencitosnoson,alladodeeso,másdeloqueelpolvo es al lado de la roca. Y es tan difícil saber si tienen un fundamentosólido,quemihermanaClarissayyoverdaderamentenosabíamosquéhacer,místerCopperfieldyusted,caballero…

—Traddles—dijomiamigoviendoquelemiraban.

Page 9: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Ustedmedispense,¿TraddlesdelTemploInner,segúncreo?—dijomissClarissavolviendoamirarlacarta.

—Sí—dijoTraddlesponiéndoserojo.

Noeraquemehubierananimadopositivamente;peromeparecíaobservarquelasdoshermanitas,ysobretodomissLavinia,secomplacíanconaquellacuestióndeinterésdomésticoyquetratabandesacarelmayorpartidoposibledeellaydehacerlodurarcuantopudieran,loquemedababuenasesperanzas.

MeparecíaqueamissLavinia leentusiasmaba la ideademanejaradosjóvenesenamoradoscomoDorayyo,yqueasuhermanacasi lecomplacíatanto el verlamanejarnos, permitiéndose de vez en cuando disertar sobre lapartedelacuestiónquesehabíareservado.EstomeanimóadeclararconelmayorcalorqueamabaaDoramásdeloquepodíaexpresarsenicreerse;quetodosmisamigossabíancómo laamaba;quemi tía,Agnes,Traddles, todoslos que me conocían sabían cómo me había vuelto de formal aquel amor.AcudíaltestimoniodeTraddles.YTraddlesselanzóenunverdaderodebateparlamentario,viniendonoblementeenmiayuda;esevidentequesuspalabrassencillasysensatasprodujeronunaimpresiónfavorable.

—Simepermitendecirlo,tengoalgunaexperienciaenestamateria—dijoTraddles—,puesestoyprometidoaunajoven(lamayordediezhermanas,enDevonshire);yesmás,nohayningunaprobabilidaddequepodamosrealizarnuestrasesperanzasenmuchotiempo.

—Entoncesestaráusteddeacuerdoconloqueyohedicho—replicómissLavinia (a quien evidentemente inspiró desde aquel momento un interésnuevo)— sobre el afecto, modesto y silencioso, que sabe esperar, esperarsiempre.

—Porcompleto,señora—dijoTraddles.

MissClarissamiróamissLaviniaconunmovimientodecabezallenodegravedad.MissLaviniamiróamissClarissaconunaexpresiónsentimentalylanzandounligerosuspiro.

—HermanaLavinia—dijomissClarissa—,tomamifrascodesales.

MissLaviniasereconfortóconlassalesdesuhermanaydespuéscontinuó,convozmásdébil,mientrasTraddlesyyolamirábamossolícitos.

—Hemostenidomuchasdudasmihermanayyo,místerTraddles,sobreloqueconvendríahacerrespectoalafecto,oalmenosalafectosupuesto,dedosniñoscomosuamigoCopperfieldynuestrasobrina.

—LahijadenuestrohermanoFrancis—hizoobservarmissClarissa—.Sila mujer de nuestro hermano Francis hubiera juzgado conveniente (aunquetenía derechopara obrar comoquisiera) el invitar a la familia a comer a su

Page 10: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

casa,hoyconoceríamosmejoralahijadenuestrohermanoFrancis.HermanaLavinia,continúa.

MissLavinia dio la vuelta ami carta paramirar la dirección, y despuésrecorrióconsuslentesalgunasnotasbienalineadasquehabíaescritoallí.

—Nos parece prudente,míster Traddles—dijo—, el juzgar por nosotrasmismas la profundidad de estos sentimientos. De momento no sabemos nipodemos saber cómo son realmente, y todo lo que creemos poder hacer esautorizaramísterCopperfieldparaquevengaavernos.

—¡Nunca podré olvidar su bondad! —exclamé entusiasmado, con elcorazónlibredeungranpeso.

—Peroporahora—repusomissLavinia—deseamosqueestasvisitasseanpara nosotras, míster Traddles. No queremos sancionar ningún compromisoserio entre míster Copperfield y nuestra sobrina antes de haber tenido laocasión…

—Antesdeque túhayas tenido laocasión,hermanaLavinia—dijomissClarissa.

—Estábien—dijomissLaviniaconunsuspiro—;antesdehaber tenidoyoocasióndejuzgar.

—Copperfield—dijoTraddlesvolviéndosehaciamí—,tedaráscuentadequenopodríadecirsenadamásrazonableymássensato.

—No,deverdad—exclamé—,yloagradezcomuchísimo.

—En el estado actual de las cosas—dijomiss Lavinia, que recurrió denuevoasusnotas—,yunavezdecididoenelplanqueautorizamoslasvisitasdemísterCopperfield, lepedimosquenosdésupalabradehonordequenotendrá con nuestra sobrina ninguna comunicación de ninguna especie sinprevenirnos antes, y que no formará ningún proyecto respecto a nuestrasobrinasincomentárnoslodeantemano…

—Sincomentártelo,hermanaLavinia—interrumpiómissClarissa.

—Estábien,Clarissa—respondiómissLaviniaentonoresignado—,amípersonalmente… y sin haber obtenido nuestra aprobación.Hacemos de ellouna condición expresa y absoluta, que no debe ser atropellada bajo ningúnpretexto.HemosrogadoamísterCopperfieldquevinierahoyacompañadodeuna persona de confianza—se volvió hacia Traddles, al que saludó— conobjeto de que no pueda haber dudas ni equívocos sobre este punto.MísterCopperfield,siustedomísterTraddlestieneelmenorescrúpuloparahaceresapromesa,leruegoquesetomeeltiempoquequieraparareflexionar.

Enmi entusiasmo, exclamé que no tenía necesidad de reflexionar ni un

Page 11: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

solo instante. Juré solemnemente y, en el tono más apasionado, apelé altestimoniodeTraddlesydeclarédeantemanoqueseríaelmásperversodeloshombressifaltabaenlamenorcosaaaquellapromesa.

—Espere —dijo miss Lavinia levantando la mano—; antes de tener elgustoderecibirloshabíamosresueltodejarlossolosuncuartodehoraparaquereflexionaransobreestepunto.Permítannosquenosretiremos.

Envanorepetíquenonecesitabareflexionar;ellasinsistieronenretirarseduranteuncuartodehora.

Losdospajaritosse fueronsaltandocondignidadynosquedamossolos:yo, transportado a las regiones más deliciosas, y Traddles sin dejar defelicitarme. Al cabo de un cuarto de hora, ni más ni menos, reaparecieron,siempreconlamismadignidad.Asusalida,elrocedesustrajeshabíahechounligeroruido,comosiestuvieranhechosdehojassecas,ycuandovolvieronseoyóelmismorumor.

Prometídenuevoobservarfielmentelaprescripción.

—HermanaClarissa—dijomissLavinia—,elrestoescosatuya.

MissClarissadejóporprimeravezdetenerlosbrazoscruzados,paracogersusnotasymirarlas.

—Tendremos mucho gusto —dijo miss Clarissa— en que místerCopperfieldvengaacomerconnosotrostodoslosdomingos,sileparecebien.Nuestrahoraeslastres.

Yosaludé.

—Yenel transcursode lasemana—continuómissClarissa—estaremosencantadas si míster Copperfield viene a tomar el té con nosotras. Nuestrahoraeslasseisymedia.

Saludédenuevo.

—Dosvecesporsemanaeslaregla;másamenudo,no.

Saludédenuevo.

—MissTrotwood,aquienmísterCopperfieldmencionaensucarta—dijomissClarissa—,quizávengaavernos.Cuandolasvisitassonútileseninterésde ambas partes estamos encantadas de recibirlas y de devolverlas. Perocuandoeninterésdelasdiferentespartesvalemásquenosehagan(comonoshaocurridoconmihermanoFrancisysufamilia),entoncesescompletamentedistinto.

Aseguréquemitíaestaríaencantadadeconocerlas,aunquedeboconfesarquenoestabamuysegurodequeestuvieransiempreenbuenaarmonía.Como

Page 12: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

ya estaban todas las condiciones bien claras, expresé con calor miagradecimiento,ycogiendolamanoprimeroamissClarissaydespuésamissLavinialasllevéamislabios.

Miss Lavinia se levantó entonces, y rogando a míster Traddles que nosesperase un momento, me rogó que la siguiera. Obedecí temblando y mecondujo a otra habitación. Allí encontré a mi adorada Dora al lado de lapuerta, con la cara contra la pared, y a Jip encerrado en el aparador, con lacabezaenvueltaenunaservilleta.

¡Ohquébonitaestabaconsutrajedeluto!¡Cómollorabayquétrabajomecostósacarladesurincón!

¡Yquédichososnossentimoscuandosedecidió!¡QuéalegríasacaraJipdesuencierroyencontrarnoslostresreunidos!

—MiqueridaDora,¡ahoraeresmíaparasiempre!

—Déjame—dijoDoraentonosuplicante—,teloruego.

—¿Noeresyamíaparasiempre?

—Sí,yalocreo—exclamóDora—.¡Perotengotantomiedo!

—¿Miedo,queridamía?

—Sí,nomegusta—dijoDora—.¿Porquénoseva?

—¿Peroquién,tesoromío?

—Tuamigo—dijoDora—.¿Aélquéleimporta?¡Quéestúpidoes!

—Amor mío (nunca la he visto más seductora en sus movimientosinfantiles),¡sieselmejormuchachodelmundo!

—¡Pero no necesitamos para nada a un buen muchacho!—dijo con unmohín.

—Queridamía—repliqué—,prontoleconocerásylequerrásmucho.Mitía tambiénva avenir averte, y estoy segurodeque laquerrás con todo tucorazón.

—¡Oh,no;nola traigas!—dijoDoradándomeunbesitomuyasustadayjuntando lasmanos—. ¡Sé que es una viejecillamala!Nome la traigas,miqueridoDoady.(EraundiminutivocariñosodeDavid.)

Elpredicarlenohubieraservidodenada,ymeechéareír,contemplándolaconamor.¡Quéfelicidad!

Me enseñó lo bien que sabía Jip estarse en un rincón en dos patas; esverdadquepermanecíaloqueduraunrelámpagoyvolvíaacaer.Enfin,noséel tiempo que hubiera podido pasar así, sin acordarme lo más mínimo de

Page 13: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Traddles,simissLavinianohubieravenidoabuscarme.MissLaviniaadorabaa Dora (me dijo que Dora era su vivo retrato de cuando era joven. ¡Cómodebíahabercambiado!)ylatratabacomounjuguete.QuiseconvenceraDorade que saliera a ver a Traddles; pero en cuanto se lo propuse corrió aencerrarseensuhabitación;porlotanto,fuisinellaareunirmeconTraddles,ynosmarchamosjuntos.

—No podía haberte salidomejor—dijo Traddles—, y estas dos señorassonmuy amables.Nome extrañaría nadaque te casarasmuchos años antesqueyo,Copperfield.

—¿TuSofíatocaalgúninstrumento,Traddles?—preguntéconorgulloenmicorazón.

—Elpianolosabetocarlobastanteparaenseñarasushermanitas—dijoTraddles.

—¿Ycanta?

—Algunasvecescantabaladasparadivertiralasotrascuandonoestándebuenhumor—dijoTraddles—;peronadaextraordinario.

—¿Ynocantaacompañándosedelaguitarra?

—¡No,Diosmío!

—¿Ypinta?.

—No—dijoTraddles.

Le prometí que oiría cantar a Dora y que le enseñaría las flores quepintaba.Medijoque le encantaría, yvolvimosdel brazomuy felices.Yo leanimabaaquemehablaradeSofía,ylohacíacontantaternurayconfianzaenella,quemeconmovía.LacomparabaconDoraenel fondodemicorazón,congran satisfacciónparamiamorpropio;pero reconociendoque seríaunaexcelentemujerparaTraddles.

Comoesnatural,lecontéinmediatamenteamitíaeldichosoresultadodenuestra charla y la puse al corriente de todos los detalles. Se sentía feliz alvermetandichoso,ymeprometióircuantoantesaveralastíasdeDora.Peroaquellanoche,mientrasyoescribíaaAgnes,seestuvopaseandotantoratodearribaabajoporlahabitación,queestuveapuntodecreerquepensabaseguirasíhastalamañanasiguiente.

MicartaaAgnes,llenadeafectoyreconocimiento,ledetallabatodoslosbuenosresultadosdelosconsejosquemehabíadado.Mecontestóavueltadecorreoconunacartallenadeconfianza,razonableycontenta;desdeaqueldíasiempremedemostrólamismaalegría.

Teníamástrabajoquenunca;peroaunquePutneyestabalejosdeHighgate,

Page 14: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

donde tenía que ir todos los días, iba todo lo que podía. Como no me eraposibleiracasadeDoraalahoradelté,obtuvepormediodemissLaviniaelpermisoparairtodoslossábadosdespuésdecomer,sinqueesoimpidieramivisita del domingo. Por lo tanto, cada semana terminaba con dos díasdichosos,ylosdemássepasabandulcementeenesperadeaquellos.

Me tranquilizó mucho que mi tía y las tías de Dora se entendieronmutuamentemuchomejorde loqueyohabíaesperado.Mi tíahizosuvisitapocosdíasdespuésde lacharla,yunosdíasmás tarde las tíasdeDorase ladevolvieronentodareglaycongranceremonia.Aquellasvisitasserenovaron,perodeunmodomásamistoso,cadatressemanas.MitíarevolucionabatodaslasideasdelastíasdeDoraconsudesdénporloscochesdealquiler,quenoutilizaba nunca, prefiriendo ir a pie hasta Putney, y por su mododespreocupado de juzgar los prejuicios de la civilización, llegando a horasintempestivas,unmomentodespuésdeldesayuno,ounmomentoantesdelté,oporqueseponíaelsombrerodelmodomásextraño,conelpretextodequeleresultaba más cómodo. Pero pronto se acostumbraron las tías de Dora aconsiderar a mi tía como una persona extravagante, algo hombruna, perodotadadegran inteligencia;yaunquemi tíaexpresabaaveces sobreciertosconvencionalismos sociales opiniones heréticas, que aturdían a las tías deDora,sinembargo,mequeríademasiadoparanosacrificarporlatranquilidadgeneralalgunasdesussingularidades.

Elúnicomiembrodenuestrapequeñasociedadquesenegópositivamentea adaptarse a las circunstancias fue Jip. No podía ver a mi tía sin metersedebajodeunasilla,rechinandolosdientesygruñendosindescanso.Devezencuandodejabaoír un aullido lamentable, como si lepusieraverdaderamentenervioso. Se intentó por todos los medios, acariciándole, regañándole,pegándole, llevándole aBuckinghamStreet, donde se lanzó inmediatamentecontralosdosgatos;peronoselogróquesoportaralapresenciademitía.Avecescreíamosquehabíaterminadoporvencersuantipatíayllegabaaestaramableunmomento;peroprontoencogíasunaricillayaullabatanfuerte,quehabía que meterle en el aparador para que no pudiera verla. Por fin Doradecidiótenerpreparadounpañodondeenvolverleparameterleenelaparadorenelmomentoenquellegabamitía.

Unacosameinquietabamucho,aunenmediodeaquellavidatandulce,yera que Dora parecía pasar a los ojos de todo el mundo por un jugueteencantador.Mitía,conlaquesehabíafamiliarizadopocoapoco,lallamabasu«Capullito»,ymissLavinianosabíaquéhacermásquecuidarla,hacerlelosbucles,adornarlaylatratarlacomoaunaniñamimada.TodoloquemissLaviniahacíalohacíatambiénporsupartesuhermana.Yaquellomeparecíasingular, pues todo el mundo, hasta cierto punto, parecía tratar a Dora casicomoDoratratabaaJip.

Page 15: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Undíaqueestábamossolos(puesmissLavinia,alpocotiempo,nosdejabapasear solos) me decidí a hablarle de ello, y le dije que me gustaría queconvencieseatodosdequelatratarandeotromodo.

—Porque,queridamía,yanoeresunaniña.

—Vamos—dijoDora—,¿esquevasavolvertegruñón?

—¿Gruñón,amormío?

—Amímeparecequetodossonmuybuenosparamí—dijoDora—,ysoymuydichosa.

—Estámuybien;pero,queridamía,noseríasmenosdichosasitetratarancomopersonarazonable.

Doramelanzóunamiradadereproche.¡Quémiradatanencantadora!Ysepusoasollozar,diciendoque«puestoquenolaquería,nosabíaporquéhabíadeseadotantosersunovio,yquepuestoquenopodíasoportarla,lomejorquepodíahacereramarcharme».

¡Qué otra cosa podía hacer sino besar sus hermosos ojos, llenos delágrimas,yrepetirlequelaquería!

—¡Serasíconmigo,quetequierotanto!—dijoDora—.¡Nodebíasdeserasídecruelconmigo,Doady!

—¿Cruel, amormío? ¡Comosiyopudiera sercruelcontigo!—Entoncesnomeregañes—dijoDoraconaquelmohínquehacíadesubocauncapullo—yserébuena.

Un instantedespués estaba encantadoal verque ellamismamepedía ellibrodecocinadequelehabíahabladounavez,yquedeseabaleenseñaraallevarlascuentas,comotambiénlehabíaprometido.

Alapróximavisita le llevéel libro,muybienencuadernado,paraque loencontraramássimpático,ymientrasnospaseábamosporelcampoleenseñétambiénunantiguocuadernodecuentasdemitía,ylediuncarnéyunlápizmuybonito,consucajademinasdeplomo,paraquefueraensayándoseenlascuentas.

Pero el libro de cocina le daba dolor de cabeza y las cifras le hicieronllorar.Noqueríansumarse,segúndecía,porloquelasborrótodas,ydibujóensulugarenelcuadernitoramosdefloresyelretratodeJipyelmío.

Después traté de darle algunos consejos, en nuestros paseos del sábado,sobrelascosasdelacasa.

Porejemplo:sipasábamospordelantedelacarniceríaledecía:

—Veamos,pequeña: siestuviéramoscasadosy tuvierasquecompraruna

Page 16: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

piernadecorderoparanuestroalmuerzo,¿sabríascomprarla?

El lindo rostro de Dora se alargaba, y adelantaba los labios como siprefirieracerrarlosmíosconunodesusbesos.

—¿Sabríascomprarla,pequeña?—repetíayo,inflexible.

Dorareflexionabaunmomentoydespuésmecontestabatriunfante:

—Peroelcarniceroyasabríavendérmela,¿quémásda? ¡OhDoady,quétontoeres!

Enotraocasión lepreguntabaaDora,mirandoel librodecocina, loqueharíasiestuviéramoscasadosyyolepidieraparacomerunodeaquellosricosasadosa la irlandesa.Yellame respondióque lediría a la cocinera:«Hagausted un asado». Después palmoteó y se agarró de mi brazo riendo, másencantadoraquenunca.

Enconsecuencia,ellibrodecocinasólosirvióparaponerloenunrincónyqueJipsesubieraendospatasencima.PeroDoraestuvotancontentaeldíaque consiguió que Jip permaneciera allí unmomento con el lápiz entre losdientes,quenomearrepentídehaberlocomprado.

Volvimos a la guitarra, a los ramos de flores, a las canciones sobre elplacerdebailarsiempre,tralalá,ytodalasemanasepasabaenregocijos.Devezencuando,mehubieragustadopoderinsinuaramissLaviniaquetrataba,demasiado,comounjugueteamiqueridaDora;peroterminéporconfesarmequetambiénavecesyocaíaenfaltaylatratabacomolosdemás,aunquenoeramuyamenudo.

Capítulo2

Unadesgracia

Comprendo que no debía ser yo quien contara, aunque este manuscritosólo sea para mí, el ardor con que traté de progresar en mi trabajo paracorresponderalasesperanzasdeDorayalaconfianzadesustías.Únicamenteañadiré a lo que ya he dicho que mi perseverancia en aquella época y lapaciente energía que empezaba a formar el fondo de mi carácter son lascualidadesaquesobretodohedebidomásadelantelafelicidaddeléxito.Hetenido mucha suerte en los asuntos de esta vida; muchas personas hantrabajadomásqueyosintantoresultado;perocreoquenuncahubierapodidohacer lo que he hecho sin las costumbres de puntualidad y orden queempezaba a contraer y sobre todo sin la facultad que adquirí de concentrartoda la atención en un solo objeto, sin preocuparme por lo que tendría que

Page 17: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

hacer quizá al momento siguiente. ¡Dios sabe que no lo escribo paravanagloriarme! Verdaderamente habría que ser un santo para no sentir, alrepasar la vida como lo hago aquí página a página, muchas facultadesdescuidadasymuchasocasionesfavorablesdesperdiciadas,muchoserroresymuchas faltas.Esprobableque,comocualquierotro,hayaaprovechadomallosdonesrecibidos.Loquequierodecirsencillamenteesquedesdeentoncestodoloquehetenidoquehacerenestemundohetratadodehacerlobien;quemehededicadoporcompletoaloqueheemprendido,yquetantoenlascosaspequeñascomoenlasgrandesheperseguidosiempreseriamentemiobjetivo.No creo que sea posible, ni aun a aquellos que tienen familias numerosas,conseguireléxitosinounenasutalentonaturalcualidadessencillas,sólidas,laboriosas,ysobretodounalegítimaconfianzaensímismos.Nohaynadaenelmundocomo«querer».

Facultadesexcepcionalesyocasionespropiciasforman,pordecirloasí,losdosescalonesdelaescalaquehayquesubir;pero,antetodo,esnecesarioquelosbarrotesseandeunamaderaduraresistente;nadapodráreemplazar,paraconseguireléxito,aunavoluntadseriaysincera.Enlugardetocarlascosasconlapuntadeldedo,yomeentregabaencuerpoyalma,yfueracualfueramiobra, nunca intentaba despreciarla. Estas son reglas con las que me ha idobien.

No quiero repetir aquí todo el reconocimiento que debo a Agnes en laprácticadeestospreceptos.Mirelatomearrastrahaciaellalomismoquemireconocimientoymiamor.

VinoAgnesahaceraldoctorunavisitadequincedías.MísterWickfielderaunantiguoamigodeaquelhombreexcelente,quedeseabaverleparatratardehacerlealgúnbien.AgneslehabíahabladodesupadreensuúltimavisitaaLondres,yaquelviajeeraelresultadodesuconversación.AgnesacompañabaamísterWickfield.Nome sorprendió saber quehabía prometido amistressHeep encontrarle alojamiento en las cercanías, pues su reuma exigía, segúnella, un cambio de aire, y estaría encantada de encontrarse en tan buenacompañía.TampocomesorprendióveraldíasiguienteaUriah,que llegaba,comounbuenhijo,parainstalarasurespetablemadre.

—¿Ve usted, míster Copperfield? —dijo, imponiéndome su compañía,mientras me paseaba por el jardín del doctor—. Cuando se ama se estásiempre un poco celoso, o por lo menos se desea poder vigilar al objetoamado.

—¿Ydequiénestáustedcelosoahora?—ledije.

—Graciasausted,místerCopperfield—repuso—,denadieenparticular,porlomenos,deningúnhombre.

Page 18: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¿Entoncesseráporcasualidaddeunamujer?

Me lanzóunamiradade soslayo con sus siniestros ojos encarnadosy seechóareír.

—Verdaderamente, señorito Copperfield —dijo—, usted… (debía decirmíster Copperfield; perome perdonará esta costumbre inveterada), es ustedtanhábil,quemesacatodoloquequiere.Puesbien,notitubeoendecírselo(ypuso sobre mí su mano pegajosa): nunca he sido el niño mimado de lasmujeresynuncahegustadoamistressStrong.

Susojosseponíanverdesmientrasmemirabaconsuinfernalastucia.

—¿Quéquiereusteddecir?—lepregunté.

—Aunquesoyprocurador,místerCopperfield—repusoconunarisitaseca—,porelmomentoquierodecirexactamenteloquedigo.

—¿Yquéquieredecirsumirada?—continuéconcalma.

—Mimirada;pero,queridoCopperfield,¡quéexigencias!¿Mimirada?

—Sí,sí,sumirada.

Pareció encantado, y reía con todas las ganas que podía. Después derascarselabarbillarepusolentamente,conlosojosbajos:

—Cuando yo no era más que un empleadillo me despreciaba. Siemprequería que Agnes fuera a su casa, y también le quería a usted, místerCopperfield.Peroyoestabamuypordebajodeellaparaquesefijaraenmí.

—Ybien—dije—,aunqueasífuera.

—Ypordebajodeéltambién—prosiguióUriahmuyclaramenteyentonoreflexivo,mientrascontinuabarascándoselabarbilla.

—Debíaconocerustedlobastantealdoctorparasaberque,consuespíritudistraído,nopensabaenustedmásquecuandoleteníadelantedelosojos.

Memiró de nuevode soslayo, alargando su delgado rostro para rascarseconmáscomodidad,ymerespondió:

—¡Oh,querido, nome refiero al doctor; pobrehombre!HablodemísterMaldon.

Seme apretó el corazón. Todasmis dudas, todasmis aprensiones sobreaquelasunto,todalapazylafelicidaddelavidadeldoctor,aquellamezcladeinocenciaydecompromisoquenohabíapodidodesvelar;vienunmomentoqueestabaamerceddeaquelmiserable.

—Nuncaentrabaeneldespachosinmandarmesaliryempujarmefuera—continuó Uriah— un lindo caballero. Yo era dulce y humilde como lo soy

Page 19: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

siempre.Peroesonoimpidequeenaqueltiemponomegustaraaquello,comotampocomegustaahora.

Cesóderascarselabarbillaysepusoachuparselasmejillasdetalmodo,que debían tocarse en el interior, mientras continuaba mirándome con lamismamiradaoblicuayfalsa.

—Es lo que se llama una mujer bonita —continuó cuando su rostrorecobró la formanatural—,ycomprendoquenomireconbuenosojosaunhombrecomoyo.Poresoestoy segurodequeenseguidahubieradadoamiAgneseldeseodeaspiraramás;perosinosoydelgustodelasseñoras,místerCopperfield, eso no impide que tenga ojos y que vea. En general, nosotros,connuestrahumildad,tenemosojosysabemosservirnosdeellos.

Tratédeponerunaexpresióndespreocupada;peroadivinabaensurostroquenoleengañaba.

—No quiero dejarme pegar, Copperfield —continuó, frunciendo conexpresióndiabólicaelsitioenquedeberíanencontrarsesuscejas rojassi lashubiera tenido—,yharé loposibleparaponer términoaestaamistad.No laapruebo, y no temo confesarle que mi naturaleza no es la de un maridocómodo,yquiero alejar a los intrusos.No tengoganasde exponermeaqueconspirencontramí.

—Comoustedestásiempreconspirando,sefiguraquetodoelmundohacelomismo—ledije.

—Es posible, míster Copperfield —respondió—; pero yo tengo unobjetivo,comosolíadecirmiasociado,yharétodoloposibleporconseguirlo.Pormucha que seami humildad, nome dejo pisar.No quiero que nadie seinterponga en mi camino. Y realmente les haré volver la espalda, místerCopperfield.

—Nolecomprendo—dije.

—¿Deverdad?—respondióconunodesusestremecimientoshabituales—.Mesorprendemucho,místerCopperfield.¿Usted,detanrápidacomprensión?Otraveztratarédesermásexplícito.Pero¿noesprecisamentemísterMaldonelquellegaporallíacaballo?Meparecequellamaenlaverja.

—Sí;parecequeesél—respondícontodalaindiferenciaquepude.

Uriahsedetuvobruscamente,metiólasmanosentresusrodillasysedoblóendosafuerzadereír.

Era una risa silenciosa; no se le oía. Yo estaba tan indignado por suconductaodiosa,ysobretodoporsusúltimaspalabras,quelevolvílaespaldasinmásceremonia,dejándolequerieraasugustoeneljardín,dondeparecíaunespantapájarosparalosgorriones.

Page 20: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

No fueaquella tarde, sinodosdíasdespués,un sábado, lo recuerdomuybien,cuandollevéaAgnesaquevieseaDora.HabíaarregladodeantemanolavisitaconmissLaviniayhabíaninvitadoaAgnesaquetomaraelté.

Estaba almismo tiempo orgulloso e inquieto; orgulloso demi querida ypequeñaDora;inquietoporversilegustaríaaAgnes.DurantetodoelcaminodePutney(Agnesibaenelómnibusyyoenlaimperial)tratédeimaginarmeaDora bajo uno de sus aspectos encantadores que yo conocía tan bien, y tanpronto pensaba que me gustaría encontrarla exactamente como en talmomento,comopensabaquequizáseríamejorcomoentalotro.Teníafiebre.

Detodosmodosteníalaseguridaddequeestaríamuybonita;perosucedióquenuncamehabíaparecido tanencantadora.Noestabaenel salóncuandopresentéaAgnesasusdostías;habíahuidoportimidez.Peroahorayasabíadóndehabíaqueirabuscarla,ylaencontrétapándoselosoídosconlasmanosylacabezaapoyadacontralamismapareddelprimerdía.

Enelprimermomentomedijoquenoqueríair;despuésmepidióqueleconcedieracincominutosdemirelojy,porfin,seagarródemibrazo;sulindorostro estaba cubierto de unmodesto rubor: nunca había estado tan bonita;pero cuando entramos en el salón se puso completamente pálida, lo que laponíacienvecesmásbonitatodavía.

Dora temía mucho a Agnes, pues decía que era «tan inteligente». Perocuandolaviomirándolaconsusojosalavezseriosyalegres,tanpensativosytanbuenos,lanzóunligerogritodesorpresa,selanzóenlosbrazosdeAgnesyapoyódulcementesumejillainocentecontraladeaquella.

Nuncahabíasidotanfeliz;nuncahabíaestadotancontentocomocuandolasvisentarseunaalladodeotra.¡QuébuenoveramiqueridaDoramirandocon afecto los ojos cariñosos de Agnes! ¡Qué alegría ver la ternuraincomparableconqueAgneslamiraba!

Miss Lavinia y miss Clarissa participaban de mi alegría a su manera.Nunca había visto un té tan alegre.Miss Clarissa lo presidía; yo cortaba yhacíacircularelpudding,helado,conpasasdeCorinto.Alasdoshermanaslesgustaba,comoalospájaros,picotearlosgranosyelazúcar.MissLavinianosmiraba con benévola protección, como si nuestro amor y nuestra felicidadfueranobrasuya,ytodosestábamoscontentosunosdeotros.

La dulce serenidad de Agnes había conquistado a todos. Parecía habervenidoacompletarnuestrofelizcírculo.¡Conquétranquilointerésseocupabade todo lo que interesaba a Dora! ¡Cómo había sabido hacerse enseguidaamigadeJip!¡ConquéamablealegríabromeabaconDora,quenoseatrevíaavenir a sentarse ami lado! ¡Con qué graciamodesta y sencilla arrancaba aDora, encantada, una multitud de pequeñas confidencias que la hacían

Page 21: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

enrojecerhastaelblancodelosojos!

—¡Estoytancontentadequemequieras!—dijoDoracuandoterminamosde tomar el té—. No estaba muy segura, y ahora que Julia Mills se hamarchado,todavíanecesitomásquemequieran.

RecuerdoquehabíaolvidadomencionarelhechoimportantedequemissMills se había embarcado para la India y que Dora y yo habíamos ido avisitarlaabordodelbarcoenelpuertodeGravesend.Noshabíandadoparamerendar jengibre,guayabayotrasgolosinasdelmismogénero,yhabíamosdejado a miss Mills deshecha en lágrimas, sentada a bordo con un gruesocuadernodebajodelbrazo,dondeseproponíaescribirtodoslosdías,yguardarcuidadosamentebajollave,lasreflexionesqueleinspiraseelespectáculodelocéano.

Agnes dijo que temía no haber hecho de ella un retrato demasiadoagradable;peroDoraleaseguróenseguidalocontrario.

—¡Oh,no!—dijosacudiendosusbucles—.Alcontrario,susalabanzasnoterminabanytienetantoencuentatuopinión,queyocasilatemía.

—Mi opinión no puede añadir ni quitar nada de su afecto por ciertaspersonas—dijoAgnessonriendo.

—¡Oh!,repítemeloenseguida—repusoDoraconsuvozmásacariciadora.

Nos divertimos mucho viendo que Dora quería a toda costa que laquisieran.

Después, para vengarse,me dijo tonterías, declarando que nome queríanada,yconaquellaschiquilladaslatardenospareciómuycorta.Elómnibusiba a pasar y había quemarcharse. Estaba solo ante el fuego, cuandoDoraentródespacitoparabesarmeantesdemipartida,segúnsucostumbre.

—Doady,¿nocreesquesihubieratenidounaamigaasídesdehacemuchotiempo—medijoconlosojosbrillantesysumanitajugandoconunodemisbotones—quizaseriamásinteligentedeloquesoy?

—Queridamía—ledije—,¡quélocura!

—¿Crees que es una tontería? —repuso Dora sin mirarme—. ¿Estásseguro?

—Completamenteseguro.

—He olvidado—continuó Dora dando vueltas a mi botón— cuál es tugradodeparentescoconAgnes,¡malo!

—Noesparientamía; peronoshemos educado juntos, comohermanoyhermana.

Page 22: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—No comprendo cómo has podido enamorarte de mí —dijo Doradedicándoseaotrobotóndemichaqueta.

—¡Quizáporquenoesposiblevertesinquererte,Dora!

—¿Pero, y si no me hubieras visto nunca?—dijo Dora pasando a otrobotón.

—¿Ysuponiendoquenohubiéramosnacido?—dijealegremente.

Me preguntaba en qué pensaría mientras admiraba en silencio la manodulcequepasaba revista sucesivamente a todos losbotonesdemi chaqueta,los bucles ondulantes que caían sobremi hombro y las largas pestañas quecubríansusojosbajos.Porfinloslevantóhaciamí,irguiéndoseenlapuntadelos pies para darme, con expresión más pensativa que de costumbre, supreciosobesito,unavez,dos,tres;despuéssaliódelahabitación.

Todo el mundo volvió cinco minutos después. Dora había recobrado sualegría habitual. Estaba decidida a hacer ejecutar a Jip todos sus ejerciciosantesdelallegadadelómnibus.Aquellofuemuylargo,noporlavariedaddeejercicios, sinopor lamalavoluntadde Jip,y cuandoel coche llegóante lapuerta todavía no habíamos visto más que la mitad. Agnes y Dora sedespidieron apresuradamente, pero con mucha ternura, y quedaron en queDora escribiría a Agnes (a condición de que no le parecieran sus cartasdemasiado tontas) y que Agnes le contestaría. A la puerta del coche sedespidieron de nuevo, y todavía otra vez después, cuandoDora, a pesar demissLavinia,queladetenía,corrióalaportezueladelcochepararecordaraAgnes supromesayhacer revolotearantemíunavezmás susencantadoresbucles.

El coche nos dejaba cerca deCoventGarden, y desde allí teníamos quetomarotropara llegaraHighgate.Yoesperabacon impacienciaelmomentodeestarsoloconAgnesparasaberloquelehabíaparecidoDora.¡Oh,quédeelogiosmehizo!¡Conquéternuraybondadmefelicitóporhaberconquistadoelcorazóndéaquellaencantadoracriatura,quehabíadesplegadoanteellatodasu gracia inocente! ¡Con qué seriedadme recordó, sin darle importancia, laresponsabilidadquepesabasobremí!

Nunca,nuncahabíaqueridoaDoratanprofundanitansinceramentecomoaqueldía.CuandonosbajamosdelcocheyentramoseneltranquilosenderoqueconducíaacasadeldoctorledijeaAgnesqueaellaledebíamifelicidad.

—Cuando estabas sentada a su lado—le dije—me parecías también suángelguardián,igualqueelmío,Agnes.

—Unpobreángel—repusoella—,perofiel.

Ladulzuradesuvozmellegóalcorazónylecontestéconnaturalidad:

Page 23: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Me parece que has recobrado toda esa serenidad que sólo es tuya,Agnes,yesomehaceesperarqueseáismásdichososentucasa.

—Soy muy dichosa en mi interior, pues tengo el corazón tranquilo yalegre.

Yomirabasudulcerostroalaluzdelasestrellas,¡ymeparecíatannoble!

—Encasatodosigueigual—continuóAgnesdespuésdeunmomentodesilencio.

—Yonoquerríaaludirdenuevo….noquerríaatormentarte,Agnes;peronopuedopormenosdepreguntarte…,yasabesdeloquehablamoslaúltimavezquenosvimos.

—No,nohaynadanuevo—mecontestó.

—¡Hepensadotantoenello!

—Piensa menos. Recuerda que yo tengo plena confianza en el afectosencillo y fiel; no temas nada por mí, Trotwood —añadió al cabo de unmomento—;noharénuncaloquetemesquehaga.

En los momentos de tranquila reflexión nunca lo había temido, y, sinembargo,fueparamíundescansoinexplicablerecibirlaseguridaddeaquellabocacándidaysincera.Selodijevivamente.

—Ahoraya—ledije—nopodemosestarsegurosdepoderhablarasolasotravez.¿TardarásmuchoenvolveraLondrescuandotemarches,miqueridaAgnes?

—Probablementesí—respondió—.Creoqueparamipadrevalemásquepermanezcamosennuestracasa.Asíesquenonosveremosamenudodurantemuchotiempo;peroescribiréaDora,yporellasabrénoticiastuyas.

Llegamos al patio de la casa del doctor. Empezaba a ser tarde. En lahabitacióndemistressStrongbrillabaunaluz.Agnesmelaseñalóymedeseólasbuenasnoches.

—Notepreocupes—medijoalestrecharmelamanopensandoennuestrasinquietudes. Nada me hace tan dichosa como tu felicidad. Si alguna vezpuedesayudarme,tenlaseguridaddequetelopediré.

¡QueDiossigabendiciéndote!

Susonrisaeratantiernaysuvoztanalegre,quetodavíameparecíaveryoírasuladoamipequeñaDora.Permanecíunmomentoenlapuertaconlosojosfijosenlasestrellasyelcorazónllenodeamoryagradecimiento;despuésechéaandarlentamente.Habíaalquiladounahabitacióncercadeallíeibaaatravesar la verja, cuando, volviendo casualmente la cabeza, vi luz en el

Page 24: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

despachodeldoctor,ymeentróelremordimientodequequizáhabíatrabajadoen el diccionario sinmi ayuda. Quise saberlo y darle las buenas noches, siestabatodavíaentresuslibros,yatravesandosuavementeelvestíbuloentréensudespacho.

LaprimerapersonaaquienvialadébilluzdelalámparafueaUriah.Mesorprendiómucho.Estabadepiealladodelamesadeldoctor,conunadesusmanosdeesqueletocubriéndoselaboca.Eldoctor,sentadoensusillón,teníalacabezaocultaentrelasmanos.MísterWickfield,conexpresióncruelmentepreocupadayafligida,seinclinabahaciaadelante,sinatreverseapenasatocarelbrazodesuamigo.

Porunmomentopenséqueeldoctorsehabíapuestoenfermo.Meacerquéaélapresuradamente;peroencontrándomeconlamiradadeUriah,comprendíalmomentodeloquesetrataba.Quiseretirarme;maseldoctorhizoungestoparadetenerme,ymequedé.

—De todos modos —dijo Uriah retorciéndose de un modo horrible—haríamosbiencerrando lapuerta:nohaynecesidaddequeseentere todoelmundo.

Almismotiemposeacercóalapuertadepuntillasylacerróconcuidado.Después volvió al sitio que ocupaba. Había en su voz y en todos susmovimientos un celo, una compasión hipócrita que me resultaban másintolerablesqueelmayorcinismo.

—Mehaparecidomideber,místerCopperfield—dijoUriah—,ponerenconocimientodeldoctorStrongaquellodequeyahemoshabladoustedyyoeldíaenqueustednoacabódecomprendermeporcompleto.

Le lancéunamirada sin contestarleymeacerqué ami ancianomaestro,murmurándolealgunaspalabrasdeconsueloydeánimo.Élpusosumanoenmihombro,comoacostumbrabaahacerlocuandoerayounchiquillo;peronolevantósucabezagris.

—Comonomecomprendióusted,místerCopperfield—repusoUriahenelmismo tono oficioso—,me tomaré la libertad de decir humildemente aquí,donde estamos entre amigos, que he llamado la atención del doctor StrongsobrelaconductademistressStrong.Hasidomuyapesarmío,seloaseguro,Copperfield,simeencuentromezcladoenunacosatandesagradable;peroelcasoesquesiempreseencuentraunomezcladoenloquemásdesearíaevitar.Heaquíloquequeríadecir,caballero,eldíaenqueustednomecomprendió.

Nosécómopuderesistirlatentacióndeestrangularle.

—Yo no debí explicarme bien ni usted tampoco —continuó—.Naturalmente, no teníamos muchos deseos de extendernos sobre semejante

Page 25: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

asunto. Sin embargo, por fin me he decidido a hablar con claridad y le hedichoaldoctorStrongque…¿Decíaustedalgo,caballero?

Estoúltimosedirigíaaldoctor,quehabíadejadooírungemido.Ningúncorazónhubierapodidoporlomenosconmoverse,exceptoeldeUriah.

—DecíaaldoctorStrong—prosiguió—quetodoelmundopodíaverqueentremísterMaldonysuencantadoraprimahabíademasiadaintimidad.Yenrealidad ha llegado elmomento (puesto que nos encontramosmezclados encosasquenodebíanser)dequeeldoctorStrongsepaloqueestabayaclarocomoeldíaparatodoelmundoantesdelapartidademísterMaldonparalaIndia:quemísterMaldonnohavueltoporotracosa,yqueporesomismosepasa aquí la vida. Cuando usted ha entrado, caballero, rogaba a místerWickfield,miasociado,quedijera,bajosupalabradehonor,aldoctorStrongsidesdehacemuchotiemponopensabalomismo.MísterWickfield,¿quiereustedtenerlabondaddedecírnoslo?¿Síono,caballero?¡Vamos,asociado!

—¡Por amor de Dios, amigo mío —dijo míster Wickfield poniendo denuevo su mano indecisa sobre el brazo del doctor—, no dé demasiadaimportanciaalassospechasqueyohayapodidoabrigar!

—¡Ah!—exclamóUriahsacudiendolacabeza—.¡Quétristeconfirmaciónamispalabras!¡Unamigotanantiguo!Pero,Copperfield,¡yonoeratodavíamásqueunempleadilloensudespachocuandoyaleveíayo,nounavez,sinoveinte,muydisgustado(conrazón,ensucalidaddepadre,ynoseréyoquienlecritique)alveramissAgnesmezcladaencosasquenodebíanser!

—Mi querido Strong —dijo míster Wickfield con voz temblorosa—,amigomío,nonecesitodecirtequesiemprehetenidoeldefectodebuscarentodoelmundounmóvildominanteydejuzgartodoslosactosdeloshombresconesamedidaestrecha.Quizáesesoloquetambiénmehaengañadoenestascircunstancias,haciéndometenerdudastemerarias.

—¿Ha tenidousteddudas,Wickfield? ¿Ha tenidousteddudas?—dijo eldoctorsinlevantarlacabeza.

—Hableusted,Wickfield—dijoUriah.

—Sí; las he tenido alguna vez—dijomísterWickfield—; pero… . ¡queDiosmeperdone!,creíaqueustedtambiénlastenía.

—No,no,no—respondióeldoctorentonopatético.

—Creí—continuóWickfield—quecuandodeseabaustedenviaraMaldonalextranjeroeraconobjetodeconseguirunaseparacióndeseable.

—No, no, no —respondió el doctor—;era para dar gusto a Annie,buscandounporvenirasucompañerodeinfancia.Nadamás.

Page 26: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Ya lo he visto después —contestó míster Wickfield— y no podíadudarlo;perocreía…. recuerdeusted,se lorepito,quesiemprehe tenido ladesgraciadejuzgardesdeunpuntodevistademasiadoestrecho….creíaqueenuncasodondehabíaunadiferenciatangrandedeedad…

—Así es como hay que considerar la cosa, ¿no es verdad, místerCopperfield?—observóUriahconunahipócritaeinsolentepiedad.

—Nomeparecíaimposiblequeunapersonatanjovenytanbellapudiera,a pesar de todo su respeto por usted, haberse dejado llevar, al casarse, porconsideraciones exclusivamente mundanas. No pensaba en otra multitud derazones y sentimientos que podían haberla decidido. ¡Por amor deDios, noolvideeso!

—¡Quéinterpretacióncaritativa!—exclamóUriahmoviendolacabeza.

—Esqueyosóloloconsiderabadesdemipuntodevista—continuómísterWickfield—. Por todo lo que le es querido, amigo mío, le suplico quereflexione por sí mismo; me veo obligado a confesarle que no puedo pormenos…

—No;esimposible,místerWickfield.Unavezquehallegadoustedahí…

—Me veo obligado a confesar —dijo míster Wickfield mirando a suasociadoconexpresiónlastimosaydesolada—quehedudadodeella,quehecreídoque faltaba a sus deberes conusted, y si es necesario decirlo todo, avecesmehapreocupadomucholaideadequeAgnesleteníacariñoalverloqueveía,oalmenosloquecreíavermiimaginación.Nuncaselohedichoanadie. Me hubiera guardado muy bien de insinuar siquiera la idea. Y porterriblequeleresulteaustedoírlo—terminómísterWickfield,vencidoporlaemoción—,sisupieraloquemedueledecírselotendríalástimademí.

Eldoctor,ensugranbondad,tetendiólamano.MísterWickfieldlaretuvounmomentoentrelassuyasybajótristementelacabeza.

—Loqueesseguro—dijoUriah,queduranteaqueltiemposeretorcíaensilencio comouna anguila—es que para todo elmundo es un asuntomuypenoso. Pero puesto que hemos llegado tan lejos, me tomaré la libertad dehacerobservarqueCopperfieldtambiénsehabíapercatado.

Mevolvíhaciaélpreguntándolecómoseatrevíaamezclarmeenello.

—¡Oh!; es muy suyo, Copperfield; reconocemos toda su bondad; peroustedsabequelaotratarde,cuandolehehabladodeello,mehacomprendidoenseguida.Losabeusted,Copperfield,noloniegue.Siloniegausted,esconlasmejoresintencionesdelmundo;peronoloniegue;Copperfield.

Videtenerseunmomentoenmirostroladulcemiradadelbuenancianoymedi cuentadeque leeríamuyclaramente enmisojos la confesióndemis

Page 27: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

sospechasydemisdudas.Era inútildecir locontrario;nopodíahacernada,nopodíacontradecirmeamímismo.

Todo el mundo se había callado. El doctor recorrió dos o tres veces lahabitación;despuésseacercóalsitiodondeestabasubutaca,yapoyándoseenel respaldoy enjugándosede vez en cuando las lágrimas, nos dijo, conunarectitudysencillezquelehacíanmuchomáshonorquesihubieratratadodeocultarsuemoción:

—Tengo mucho que reprocharme. Creo sinceramente que tengo muchoque reprocharme.He expuesto a la persona quemás quiero a dificultades ysospechasdequesinmínohubierasidonuncaobjeto.UriahHeepdejóoírunaespeciederelincho.Supongoqueeraparaexpresarsusimpatía.

—SinmínuncahubieraestadomiAnnieexpuestaasemejantessospechas.Soyviejo, caballeros, lo sabenustedes,y estanoche sientoqueyano tengolazosquemeatenalavida.Peropormividarespondo,sí,pormivida,delafelicidad y del honor de la querida mujer que ha sido el objeto de estaconversación.

Nocreoqueentrelosmásnoblescaballerosnientrelostiposmásbellosyrománticosinventadosporlaimaginacióndelospintorespudieraencontrarseunancianocapazdehablarconunadignidadmásconmovedoraqueelbuendoctor.

—Pero —continuo— si antes he podido hacerme ilusiones sobre ello,ahora no puedo disimular que yo soy el único culpable de que haya caídoAnnieenlospeligrosdeunmatrimonioimprudenteyfunesto.

Notengolacostumbredeobservar loquepasaamialrededor,ymeveoobligado a creer que las observaciones de personas distintas en edad yposición,cuandotodashancreídoverlomismo,valen,naturalmente,másquemiciegaconfianza.

Yohabíaadmiradoamenudo,yalohedicho,elcariñoconquetratabaasujovenesposa;peroamisojosnadapodíasermásconmovedorquelaternurarespetuosa con que hablaba de ella en aquellas circunstancias, la nobleseguridadconquearrojabalejosdesílamásligeradudasobresufidelidad.

—Mehecasadoconesamujer—continuóeldoctorcuandocasieraunaniña,antesdequesucarácterestuvieraformadosiquiera.Yohabíacontribuidoasueducación.Conocíamuchoasupadreytambiénaella.Lehabíaenseñadotodo lo posible, por cariño a sus grandes dotes. Si la he hecho daño, comocreo,abusandosindarmecuentadesuagradecimientoydesuafecto,lepidoquemeperdonedesdeelfondodemicorazón.

Recorriódenuevolahabitaciónydespuésvolvióalmismolugar;sumano

Page 28: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

temblorosaoprimíaelsillón;suvozvibrabaconunaemocióncontenida.

—Meconsiderabarespectoaellacomounrefugiocontralospeligrosdelavida; me figuraba que a pesar de la desigualdad de nuestras edades podríavivirtranquilaydichosaamilado.Peronocreanquehedejadodepensarenqueundíaladejaríalibre,todavíabellayjoven.únicamenteesperabaqueparaentonces la dejaría con un criteriomás formado para hacer su elección. Sí,señores,éstaeslaverdad,¡pormihonor!

Su honrado rostro se animaba y rejuvenecía bajo la inspiración de tantanoblezaygenerosidad.Había en cadaunade suspalabrasuna fuerzayunagrandezaquesólolaalturadeaquellossentimientospodíadar.

—Mividaconellahasidomuydichosa.Hastaestatarde,habíabendecidoconstantementeeldíaenquehabíacometidoconella,sindarmecuenta,unainjusticiatangrande.

Su voz temblaba cada vez más. Se detuvo un momento, y despuésprosiguió:

—Unavezdespiertodemi sueño (he sido siempreunpobre soñador,deunamanera o de otra, todami vida), comprendo que quizá sea natural quepiense con sentimiento en su antiguo amigo, en su camarada de la infancia.Quizáseademasiadoverdadquepiensaenélconalgodetristeza,quepiensaen lo que hubiera podido ser si yo nome hubiera interpuesto.Durante estahora dolorosa que acabo de pasar con ustedes he recordado y comprendidomuchascosasenlasquenomehabíafijadoantes.Pero,caballeros,recuerdenqueniunapalabraniunsoplodedudadebemancharelnombredeestamujer.

Por un instante sumirada se encendió y su voz se aseguró. Después secallódenuevo,yporúltimoprosiguió:

—Sólo me queda soportar con la mayor resignación que pueda elsentimientodedesgraciadequesoyculpable.Ellaesquiendebíaacusarme,ynoyoaella.Mideberahoraesprotegerlacontratodojuiciotemerario,juiciocrueldelquenimisamigoshanestadolibres.Cuantomáslejosvivamosdelmundomásfácilmeresultaráesto.Ycuandollegueeldía(queDios,consugranmisericordia,haráquenotardedemasiado)enquelamuerteladejelibre,cerraré los ojos después de haber contemplado su querido rostro con unaconfianzayunamorsinlímites.Entoncesladejarésintristezalibreparaquevivamásdichosa.

Las lágrimasme impedíanverle; tantabondad, tantasencillezy fortalezameconmovíanhastael fondodel corazón.Sedirigíahacia lapuertacuandoañadió:

—Caballeros, les he enseñado mi corazón. Estoy seguro de que lo

Page 29: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

respetarán. Lo que hemos hablado esta noche no debe repetirse nunca.Wickfield,amigomío,dameelbrazoparasubir.

MísterWickfieldacudiópresuroso,ysalieronlentamentesincambiarunasolapalabra.Uriahlosseguíaconlosojos.

—Y bien, míster Copperfield —dijo volviéndose hacia mí conbenevolencia—.Lacosanoharesultadodel todocomoyoesperaba,pueselviejo sabio (¡qué hombre tan excelente!) es más ciego que un murciélago;pero,lomismoda:aestafamiliayalaheechadofueradelcarro.

El sonido de su vozme hizo sentir tal acceso de rabia, que nunca lo hetenidoigualantesnidespués.

—¡Miserable! —exclamé— ¿Por qué pretende usted mezclarme en susintrigas? ¿Cómo seha atrevidohaceunmomento a acudir ami testimonio?¡Vilembustero!¡Comosihubiéramosdiscutidojuntossemejantecuestión!

Estábamos uno frente a otro. Leía claramente en su rostro su secretotriunfo;sabíaquemehabíaobligadoaoírleúnicamenteparadesesperarmeyque me había tendido expresamente un lazo. Era ya demasiado. Su flacamejilla estaba a mi alcance, y le di tal bofetada, que mis dedos seestremecieroncomosiloshubierametidoenelfuego.

Él cogió la mano que le había golpeado, y permanecimos mucho ratomirándonosensilencio,lobastanteparaquelashuellasblancasquemisdedoshabíanimpresoensumejillasetransformaranenrojovioleta.

—Copperfield —dijo, por fin, con voz ahogada—, ¿se ha vuelto ustedloco?

—¡Déjemeenpaz!—dije arrancandomimanode la suya—.Déjemeenpaz,perro;noleconozco.

—Verdaderamente—dijoponiéndoselamanosobrelamejilladolorida—,pormuchoquehagaustednopodríapormenosdereconocerme.¿Sabequeesustedmuyingrato?

—Lehedemostradoyamuchasvecestodoloqueledesprecio,yacabodeprobárselomásclaramentequenunca.¿Porquétemertratarlecomosemerecepormiedoaqueperjudiquealosquelerodean?¿Noleshaceyatodoeldañoquepuede?

Comprendióperfectamenteestaalusióna losmotivosquehastaentoncesmehabíanobligadoamoderarme.Perocreoquenohubierallegadoahablarleasíniacastigarleconmipropiamanosinohubiera recibidoaquellamismanochelaseguridaddeAgnesdequenuncaseríasuya.

Hubodenuevoun largo silencio.Mientrasmemiraba, susojosparecían

Page 30: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

tomarlosmaticesmásrepugnantes.

—Copperfield—medijo separando lamanode sumejilla—,siempremehahechousted lacontra.SéqueencasademísterWickfieldsiempreestabaustedencontramía.

—Puede usted creer lo que le parezca—le dije con cólera—. Si no esverdad,peorparausted.

—Y,sinembargo,yosiemprelehequerido,Copperfield—añadió.

Nomedignéaresponderleycogímisombreroparasalirdelahabitación;peroélvinoainterponerseantelapuerta.

—Copperfield —me dijo—, para querellarse hay que ser dos, y yo noquieroserunode—ellos.

—¡Váyasealdiablo!

—¡Nodigaeso!—contestó—.¡Despuéslosentirá!¿Cómopuedeponersetanpordebajodemídemostrándomeuncaráctertanmalo?Peroleperdono.

—¡Meperdona!—repetícondesdén.

—Sí,ynopuedeustedimpedírmelo—respondióUriah—.¡Cuandopiensoque me ha atacado usted a mí, que siempre he sido para usted un amigoverdadero!Perocuandounonoquieredosnoregañan,yyonoquiero.Quierosersuamigoapesarsuyo.Ahorayasabeustedmissentimientosyloquedebeesperardeellos.

Estábamosobligadosabajarlavozparanoturbarelsilenciodelacasaaaquellahoraavanzada,ysuvozerahumilde;perolamíano,ylanecesidaddecontenerme nome ayuda nada amejorar de humor; sin embargo,mi cóleraempezabaacalmarse.Ledije sencillamentequeesperabadeél loquehabíaesperadosiempreyquenuncamehabíaengañado.Despuésabrílapuertaporencimade suhombro, como si hubiera querido aplastarlo contra la pared, ysalídelacasa.Peroéltambiéndormíafuera,enlashabitacionesdesumadre,ynohabíadadocienpasoscuandoleoíandardetrásdemí.

—Sabeustedmuybien,Copperfield—medijoinclinándosehaciamí,puesyonisiquieravolvílacabeza—,sabeustedmuybienquesehapuestoenmalasituación.

Eraverdad,yesomeirritabatodavíamás.

—Por mucho que haga, nunca será una acción honrosa, y usted no mepuedeimpedirqueleperdone.Nopiensohablardeelloamimadrenianadieenelmundo.Estoydecididoaperdonarle;peromesorprendequehayapodidolevantarustedlamanocontraunapersonaaquiensabetanhumilde.

Page 31: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Meparecía que yo era casi tan despreciable como él.Me conocíamejorque yo mismo. Si se hubiera quejado amargamente o si hubiera tratado deexasperarme,mehubiera tranquilizadoy justificadoamispropiosojos;peromequemaba a fuego lento, y estuve así en el asadormás de lamitad de lanoche.Aldíasiguiente,cuandosalí,lacampanallamabaalaiglesia;Uriahsepaseabadearribaabajoconsumadre.Mehablócomosinohubierasucedidonada,ynotuvemásremedioquecontestarle.Lehabíapegadotanfuerteque,según creo, tenía un buen dolor demuelas.El caso es que llevaba el rostroenvueltoenunpañuelode sedanegrayel sombreroencaramadoencima, loquenoleembellecíamuchoquedigamos.AldíasiguienteporlamañanasupequehabíatenidoqueiraLondresasacarseunamuela.

Esperoquefueseunadelasmayores.

El doctor nos había mandado decir que no se encontraba bien, ypermaneciósolodurantelamayorpartedeltiempoquedurónuestraestancia.HacíayaunasemanaquehabíanpartidoAgnesysupadrecuandoreanudamosnuestrotrabajodecostumbre.Lavísperadeldíaenquevolvimosaponernosmanosalaobra,eldoctormeentregóélmismounacartitasincerrar,dondeme suplicaba, en los términos más afectuosos, que nunca hiciera la menoralusiónalaconversaciónquehabíatenidolugarunosdíasantes.

Yoselohabíacontadoamitía,peroanadiemás.Eraunacuestiónquenopodía discutir con Agnes; y ella seguramente no tenía ni la más ligerasospechadeloquehabíasucedido.

Mistress Strong tampoco sospechaba nada, estoy convencido. Muchassemanas transcurrieron antes de que yo viera en ella elmenor cambio. Fueviniendolentamente,comounanubecuandonohaceviento.

En primer lugar pareció sorprenderse de la tierna compasión con que eldoctor le hablaba y del deseo que expresó de que viniera su madre aacompañarla, para romper así un poco lamonotonía de su vida.Amenudo,cuandoestábamostrabajandoyellasesentabaanuestrolado,laveíadetenersumiradaeneldoctorconaquellaexpresióninolvidable.Yalgunasveceslaveíalevantarseysalirdelahabitaciónconlosojosllenosdelágrimas.Pocoapocounasombradetristezaseextendiósobresubellorostro,yaquellatristezaaumentaba cada día. Mistress Markleham se había instalado en casa; perohablabatanto,quenoteníatiempodeobservarnada.

AmedidaqueAnniecambiaba(ella,queeraantescomounrayodesolencasa del doctor) el doctor parecía cada vezmás viejo ymás grave; pero ladulzura de su carácter, la tranquila bondad de sus modales y su cariñosasolicitudconellahabíanaumentado,siesqueeraposible.Unavez,lamañanadeldíadecumpleañosdesumujer,acercándosealaventanadondeellaestabasentadamientras trabajábamos (antes tenía siempre la costumbre de ponerse

Page 32: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

allí; pero ahora, cuando lo hacía, era con una timidez e indecisión que meapretabaelcorazón),cogiólacabezadeAnnieconlasdosmanos,labesóysealejórápidamenteparaocultarsuemoción.Laviquedarseinmóvilcomounaestatuaenelsitioenquelahabíadejado;después,cruzandolasmanos,bajólacabezaysepusoallorarconangustia.

Algunosdíasmástardemeparecíaquedeseabahablarmeenlosmomentosenqueestábamossolos;peronuncamedijounapalabra.Eldoctorinventabasiemprealgunanuevadiversiónparaalejarladecasa,ysumadre,aquien legustaba mucho divertirse, mejor dicho, era lo único que le gustaba en elmundo,seuníaaéldetodocorazónynoescatimabaloselogiosasuyerno.EncuantoaAnnie,sedejaballevardondequerían,conexpresióntristeyabatida;peronoparecíadisfrutarconnada.

Yo no sabía qué pensar.Mi tía, tampoco, y estoy seguro de que aquellaincertidumbre la hizo andarmás de treinta leguas en su habitación. Lomásextrañoesque laúnicapersonaaquienparecía tranquilizarunpocoaquellapenainteriorymisteriosaeramísterDick.

Mehubierasidocompletamenteimposible,yquizátambiénaélmismo,elexplicarloquepensabadetodoaquello;pero,comoyahedichoalcontarmivida de colegial, su veneración por el doctor no tenía límites; y hay en unafecto verdadero, aunque sea por parte de un animal, un instinto sublime ydelicado que supera a la inteligenciamás elevada.MísterDick tenía lo quepodríamos llamar inteligenciadel corazón,yconellapercibíaalgunos rayosdelaverdad.

Había recobrado la costumbre, en sus horas de descanso, de recorrer eljardincillo con el doctor, lo mismo que años antes recorría con él la largaavenida del jardín de Canterbury. Pero cuando las cosas llegaron a aquelestado,nosólodedicósushorasdedescansocompletasalospaseos,sinoquehastalasaumentólevantándosemástemprano.Antesnuncaseconsiderabatandichoso como cuando el doctor le leía su maravillosa obra, el diccionario;ahoraeraverdaderamentedesgraciadohastaqueeldoctornolosacabadesubolsillopara reanudar la lectura.Mientraseldoctoryyo trabajábamoshabíatomadolacostumbredepasearseconmistressStrong,leayudabaacuidarsusflorespredilectasy a limpiar susmacizos.Estoy segurodequenocruzabanmás de doce palabras por hora; pero su sereno interés, su afectuosamirada,encontrabanun eco dispuesto en los dos corazones; cada unode ellos sabíaqueelotroqueríaamísterDickyqueéllosqueríaalosdos;yasíllegóaserloquenadiepodíaser…:unmotivodeuniónentreellos.

Cuandolorecuerdoyloveoconsurostrointeligente,peroimpenetrable,arribayabajoalladodeldoctor,radiante,oyendolaspalabrasincomprensiblesdeldiccionario,o llevándoleaAnnie inmensas regaderas,oacuatropatasy

Page 33: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

conguantes fabulosospara limpiar,conunapacienciadeángel, lasplantitasmicroscópicas, haciendo comprender delicadamente a mistress Strong concadaunodesusactoseldeseodeserleagradable,conunabondadqueningúnfilósofo hubiera podido igualar; haciendo salir por cada agujerito de suregaderasusimpatía,sufidelidadysuafecto;cuandopiensoqueenaquellosmomentossualmaestabaentregadaalapenadesusamigosynoseextraviabaen sus antiguas locuras, y que no introdujo ni una sola vez en el jardín aldesgraciadoreyCarlos;quenodesfallecióunmomentoensubuenavoluntadagradecida; que no olvidaba ni un momento que allí debía de haber unequívocoquereparar,mesientocasiavergonzadodehaberpodidocreerquenoteníasiempretodalarazón,sobretodosipiensoenelusoqueyohacíadelamía,yo,quepresumodenohaberlaperdido.

—¡Nadiemásqueyosabeloquevaleestehombre,Trot!—medecíaconorgullomitíacuandohablábamosdeél—.¡Dicksedistinguiráalgúndía!

Es necesario que antes de terminar este capítulo pase a otro asunto.Mientraseldoctorteníatodavíaasushuéspedesensucasa,pudeobservarqueelcarterotraíatodoslosdíasdosotrescartasaUriahHeep,quepermanecióenHighgatetantotiempocomolosdemás,bajopretextodequeeraépocadevacaciones; cartas de negocios firmadas por míster Micawber, que habíaadoptadolaredondillaparalosnegocios.Yyohabíadeducidocongusto,poraquellos indicios, que a míster Micawber le iba bien; por lo tanto, mesorprendió mucho recibir un día la carta siguiente, de su amable esposa:Canterbury,lunesporlanoche.

Lesorprenderámucho,miqueridoCopperfield,recibirestacarta.Quizálesorprendatodavíamássucontenido,yquizámástodavíalasúplicadesecretoabsoluto que le dirijo; pero, enmi doble calidad de esposa ymadre, tengonecesidaddedesahogarmicorazón,ycomonoquieroconsultaramifamilia(siempre poco favorable a míster Micawber), no conozco a nadie a quienpoderdirigirmeconmayorconfianzaqueamiamigoyantiguohuésped.

Quizá sepa usted, mi querido míster Copperfield, que había existidosiempre una completa confianza entre míster Micawber y yo (a quien noabandonaré jamás).No digo quemísterMicawber no haya firmado a vecesuna letra sin consultarme ni me haya engañado sobre la fecha de sucumplimiento. Es posible; pero, en general, míster Micawber no ha tenidonadaocultoparaeljiróndesuafecto(hablodesumujer),ysiemprealahoradenuestroreposoharecapituladoanteellalossucesosdelajornada.

Puedeustedfigurarse,miqueridomísterCopperfield,todalaamargurademicorazóncuando ledigaquemísterMicawberhacambiadoporcompleto.Sehaceelreservado,eldiscreto.Suvidaesunmisterioparalacompañeradesusalegríasydesuspenas(estambiénasumujeraquienmerefiero),ypuedo

Page 34: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

asegurarlequeestoytanpocoalcorrientedeloquehaceduranteeldíaensuoficinacomodelaexistenciadeesehombremilagrosodelquesecuentaalosniñosquevivíadechuparlasparedes.Esmás,deesesesabequeesunafábulapopular, mientras que lo que yo cuento de míster Micawber es demasiadoverdad,desgraciadamente.

Y no es eso todo: míster Micawber está triste, severo; vive alejado denuestrohijomayor,denuestrahija;yanohablaconorgullodelosmellizos,yhasta lanza una mirada glacial sobre el inocente extraño que ha venidoúltimamenteaaumentarelcírculodefamilia.Sóloobtengodeél,acostadelas mayores dificultades, los recursos pecuniarios indispensables para misgastos, muy reducidos, se lo aseguro; sin cesar me amenaza con hacersedespedir (es su expresión) y rechaza con barbarie el darme la menorexplicacióndeunaconductaquemedesespera.

Esmuydurodesoportar;micorazónserompe.Siustedquisieradarmesuopinión añadiría un agradecimiento más a todos los que ya le debo. Ustedconocemisdébilesrecursos;dígamecómopuedoemplearlosenunasituacióntan equívoca.Mis niñosme encarganmil ternuras; el pequeño extraño, quetienelafelicidad,¡ay!,de ignorarlo todavía todo, lesonríe,yyo,miqueridomísterCopperfield,soy:

Suafligidaamiga,

EMMAMICAWBER.

Yonomecreíaconderechoparadaraunamujertanllenadeexperienciacomo mistress Micawber otro consejo que el de tratar de reconquistar laconfianzademísterMicawberafuerzadepacienciaydebondad(estoyseguroquenodejaríadehacerlo);sinembargo,aquellacartamedioquepensar.

Capítulo3

Otramiradaretrospectiva

Dejadmedetenermedenuevoenunmomentotanmemorabledemivida.Dejadmedetenermeparaverdesfilarantemí,enunaprocesiónfantástica, lasombradeloquefui,escoltadoporlosfantasmasdelosdíasquepasaron.

Las semanas, losmeses, las estaciones transcurren,yyanomeaparecenmásquecomoundíadeveranoyunatardedeinvierno.Tanprontoelpradoque piso con Dora está todo en flor y es un tapiz estrellado de oro, comoestarnosenunabrumaárida,envueltabajomontesdenieve.Tanprontoelríoquecorrealolargodenuestropaseodedomingodeslumbraconlosrayosdel

Page 35: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

sol de verano, como se estremece bajo el soplo del viento de invierno y seendurecealcontactodelosbosquesdehieloqueinvadensucurso,yselamayseprecipitaalmarmásdeprisaquepodríahacerloningúnotroríodelmundo.

En lacasade lasdosancianasnohacambiadonada.El relojhace tictacencimadelachimeneayelbarómetroestácolgadoenelvestíbulo.Nielrelojnielbarómetrovanbiennunca;perolafenossalva.

¡Llego a mi mayoría de edad! ¡Tengo veintiún años! Pero es esa unadignidadqueestáalalcancedetodoelmundo.Veamosantesloquehehechopormímismo.Heapresadoelantesalvajeque llaman taquigrafíaysacodeello bastante dinero; hasta he adquirido una gran reputación en esaespecialidadypertenezcoa losdoce taquígrafosquerecogenlosdebatesdelParlamento para un periódico de lamañana.Todas las noches tomonota deprediccionesquenosecumpliránnunca;deprofesionesdefealasquenadieesfiel;deexplicacionesquenotienenotroobjetoqueengañaralpúblico.

Ya sóloveo fuego.GranBretaña, esadesgraciadavirgenque seponeentantassalsas,laveosiempreantemícomounaveguisadabiendesplumadaybiencocida,atravesadadeparteaparteconloshierrosyatadaconuncordónrojo.Portodoestosoyunincrédulo,ynadiepodráconvertirme.

MibuenamigoTraddleshaintentadoelmismotrabajo;peronosirveparaél.Ytomasufracasoconelmejorhumordelmundo,diciéndomequesiemprehatenidolacabezadura.Loseditoresdemiperiódicoloempleanavecespararecogerhechos,quedandespuésaotrosparaqueseanreescritosdeunmodomáshábil.Entraenelforo,yafuerzadepacienciaydetrabajollegaareunirlas cien libras esterlinas para ofrecerlas a un procurador cuyo estudiofrecuenta. Y se consume buena cantidad de vino de Oporto el día de suentrada. Creo que los estudiantes del Templo se premiaron bien a su costaaqueldía.

Hehechootra tentativa:heintentadoeloficiodeescritor.Heenviadomiprimerensayoaunarevista,quelohapublicado.Estomehadadovaloryhepublicado algunos otros trabajos, que ya empiezan a darme dinero. En todomisnegociosmarchanbien,ysicuentoloqueganoconlosdedosdemimano,paso del tercero, deteniéndome a la mitad del cuarto. Trescientas cincuentalibrasesterlinasnosongranodeanís.

HemosabandonadoBuckinghamStreetparainstalarnosenunalindacasacercanaalaquemegustabatanto.MitíahavendidosucasadeDover;peronopiensavivirconnosotros;quiereinstalarseenunacasadelavecindadmásmodestaquelanuestra.¿Quéquieredeciresto?¿Setratarádemimatrimonio?¡Sí,seguro!

¡Sí! ¡Me caso con Dora! Miss Lavinia y miss Clarissa han dado su

Page 36: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

consentimiento, y no he visto enmi vida canarios más inquietos que ellas.MissLaviniaeslaencargadadeltrousseaudemiqueridapequeñaDora,ynoparadeabrirunamultituddepaquetesgrises.Hayenlacasaatodashorasunacosturera que siempre está con el pecho atravesado por una aguja, come yduermeenlacasa,yverdaderamentecreoqueestaráconeldedalpuestohastapara comer, beber y dormir. Tienen ami pequeñaDora como un verdaderomaniquí. Siempre la están llamando para probarse algo. Por la tarde nopodemosestarjuntoscincominutossinquealgunamujerinoportunavengaallamaralapuerta:

—MissDora,¿podríaustedhacerelfavordesubirunmomento?

MissClarissaymi tía sededicana recorrer todas las tiendasdeLondresparanuestromobiliario,ydespuésnosllevanaverlo.Peromejorseríaqueloeligieransolas,sinobligarnosaDorayamíaqueloinspeccionemos,puesaliraver lascacerolaspara lacocina,DoraveunpabelloncitochinoparaJip,consuscampanitasenloalto,yprefierecomprarlo.DespuésJipnoconsigueacostumbrarseasunuevaresidencia,puesnopuedeentrarnisalirenellasinquelascampanitassuenen,loqueleasustadeunmodohorrible.

Peggotty llega también para ayudar, y enseguida ponemanos a la obra.Frotatodolofrotablehastaqueloverelucir,quierasqueno,comosufrentelustrosa.Ydevezencuandomeencuentroasuhermanovagandosoloporlasnochesatravésdelascallessombrías,deteniéndoseamirartodaslasmujeresque pasan.Nunca le hablo cuandome le encuentro a esas horas, porque sédemasiado, cuando le veo grave y solitario, lo que busca y lo que temeencontrar.

¿PorquéTraddlessedatantaimportanciaestamañanaalvenirabuscarmealTribunaldeDoctores,dondevoytodavíaalgunavezcuandotengotiempo?Es que mis sueños van a realizarse; hoy voy a sacar mi licencia dematrimonio.

Nuncaundocumentotanpequeñoharepresentadotantascosas,yTraddleslo contempla encima de mi pupitre con admiración y con espanto. Losnombresestándulcementemezclados:DavidCopperfieldyDoraSpenlow;yenunrincón,eltimbredeaquellapaternalinstituciónqueseinteresacontantabenevolencia en las ceremonias de la vida humana, y el arzobispo deCanterbury que nos da su bendición, también impresa, al preciomás baratoposible.

Perotodoestoesunsueñoparamí,unsueñoagitado,dichoso,rápido.Nopuedo creer que sea verdad; sin embargo, me parece que todos los queencuentroen lacalledebendarsecuentadequemecasopasadomañana.Eldelegado del arzobispo me reconoce cuando voy a prestar juramento y metrata con tanta familiaridad como si hubiera entre nosotros algún lazo de

Page 37: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

masonería.Traddlesnomehaceningunafalta;sinembargo,meacompañaatodaspartescomomisombra.

—Espero, amigomío—ledije aTraddles—,que lapróximavezvengasaquíportupropiacuenta,yqueseamuypronto.

—Graciaspor tusbuenosdeseos,miqueridoCopperfield—respondió—;yo también lo espero. Y por lomenos es una satisfacción el saber quemeesperará todo lo que sea necesario y que es la criaturamás encantadora delmundo.

—¿Aquéhoravasaesperarlaenladiligenciaestatarde?

—Alassiete—dijoTraddlesmirandosuviejorelojdeplata,aquelrelojalque en la pensión había quitado una rueda para hacer un molino—. MissWickfieldllegacasialamismahora,¿no?

—Unpocomástarde:alasochoymedia.

—Te aseguro, querido mío —me dijo Traddles—, que estoy casi tancontentocomosimefueraacasaryo,yademásnosécómodartelasgraciaspor la bondad con que has asociado personalmente a Sofía a esta fiestainvitándolaaserdamadehonorconmissWickfield.¡Teloagradezcomás!…

Leescuchoyleestrecholamano.Charlamos,nospaseamosycomemos.Peroyonocreounapalabradenada;estoysegurodequeesunsueño.

Sofía llega a casa de las tías de Dora a la hora fijada. Tiene un rostroencantador;noesunabelleza,peroesextraordinariamenteatractiva;nuncahevistounapersonamásnatural,másfranca,másatrayente.

Traddlesnos lapresenta conorgullo,ydurantediezminutos se restriegalasmanos delante del reloj, con los cabellos erizados en su cabeza de lobo,mientraslefelicitoporsuelección.

TambiénAgneshallegadodeCanterbury,yvolvemosaverentrenosotrossubelloydulcerostro.

Agnes siente mucha simpatía por Traddles, y me da gusto verlosencontrarse y observar cómo Traddles está orgulloso de presentársela a lachicamásencantadoradelmundo.

Perosigosincreerunapalabradetodoesto.¡Siempreunsueño!Pasamosunaveladadeliciosa;somosdichosos;nomefaltamásquecreerenello.Yanosédóndeestoy;nopuedocontenermialegría.

Me encuentro en una especie de somnolencia nebulosa, como si mehubiera levantado muy temprano hace quince días y no hubiera vuelto aacostarme.Nopuedorecordarsihacemuchotiempoqueeraayer.Mepareceque hace ya meses y que he dado la vuelta al mundo con una licencia de

Page 38: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

matrimonioenelbolsillo.

Aldíasiguiente,cuandovamostodosjuntosaverlacasa,lanuestra,ladeDoraymía,noséhacermealaideadequeyosoyelpropietario.Meparecequeestoyconpermisodealguien,yesperoalverdaderodueñodelacasa,queaparecerá dentro de un momento diciéndome que tiene mucho gusto enrecibirme.¡Unacasatanbonita!¡Todotanalegreytannuevo!Lasfloresdeltapizparecequeseabren,ylashojasdelpapelparecequeacabandebrotarenlas ramas. ¡Y las coronas de muselina blanca y los muebles rosa! ¡Y elsombrerodejardíndeDora,conlazosazules,yacolgadoenlapercha!¡Teníauno exactamente igual cuando la vi por primera vez! La guitarra está yacolocadaensusitio,enunrincón,ytodoelmundotropiezaconlapagodadeJip,queesdemasiadograndeparalacasa.

Otraveladadichosa,unsueñomás,comotodo.Medeslizoenelcomedorantesdemarcharme,comosiempre.Doranoestá.Supongoqueestaráahoratambiénprobándose algo.MissLavinia asoma la cabezapor la puerta ymeanunciaconmisterioquenotardarámucho.Sinembargo,tarda;porfinoigoelruidodeunafaldaenlapuerta;llaman.

Digo:«Entre».Vuelvenallamar.Voyaabrirlapuerta,sorprendidodequenoentren,yveodosojosmuybrillantesyunacaritaruborosa:esDora.MissLavinia lehapuestoel trajedenovia, concofiay todo,paraqueyo lovea.Estrecho a mi mujercita contra mi corazón, y miss Lavinia lanza un gritoporqueloarrugo.YDoraríeylloraalavezalvermetancontento;perocadavezcreomenosentodo.

—¿Teparecebonito,miqueridoDoady?—mediceDora.

—¿Bonito?¡Yalocreoquemeparecebonito!

—¿Yestássegurodequerermemucho?—diceDora.

Esta pregunta pone en tal peligro la cofia, que miss Lavinia lanza otrogrititoymeadviertequeDoraestáallíúnicamenteparaquelamire;peroquebajo ningún pretexto puedo tocarla.Dora permanece antemí encantadora yconfusa,mientraslaadmiro.Despuéssequitalacofia(¡quénaturalyquébienestásinella!)yseescapa;luegovuelvesaltandoconsutrajedetodoslosdíasylepreguntaaJipsitengoyounamujercitaguapaysiperdonaasuamitaelquesecase,yporúltimavezensuvidademuchachasearrodillaparahacerlesostenerseendospatasencimadellibrodecocina.

Mevoyaacostar,más incréduloquenunca,enunahabitaciónque tengoallícerca.Yaldíasiguiente,muytemprano,melevantoparairaHighgateabuscaramitía.

Nuncalahevistoasí.Conuntrajedesedagrisyconunsombreroblanco.

Page 39: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Está soberbia. La ha vestido Janet, y está allímirándome. Peggotty está yapreparadaparalaiglesiaycuentaconverlotododesdeloaltodelastribunas.MísterDick,queharálasvecesdepadredeDoraymeladarápormujeralpiedelaltar,sehahechorizarelcabello.Traddles,quehavenidoabuscarme,medeslumbraporlabrillantemezcladecolorcremayazulcielo;místerDickyélmehacenelefectodeestarenguantadosdelacabezaalospies.

Sinduda,veoasílascosasporqueséquesonsiempreasí;peronodejadeparecermeun sueño, y todo lo que veono tiene nada de real. Sin embargo,mientras nos dirigimos a la iglesia, en calesa descubierta, este matrimoniofantásticoes lobastanterealpara llenarmedeunaespeciedecompasiónporlosdesgraciadosquenosecasancomoyo,yquesiguenbarriendodelantedesustiendasoyendohaciasutrabajohabitual.

Mitía,durantetodoelcamino,tienemimanoentrelassuyas.Cuandonosdetenemos a cierta distancia de la iglesia para que baje Peggotty, que havenidoenelpescante,meabrazamuyfuerte.

—¡QueDios tebendiga,Trot!Nopodríaquerermás amipropiohijo, yhoyporlamañanaestoyrecordandomuchoatumadre,lapobrecilla.

—Yyotambién,ytodoloquetedebo,queridatía.

—¡Bah!,¡bah!—dijomitía.

Y en el exceso de su cariño tendió la mano a Traddles; Traddles se latendióamísterDick,quemelatendióamí,yyoamivezaTraddles;porfin,yaestamosenlapuertadelaiglesia.

Laiglesiaestámuytranquila;peroparatranquilizarmeamíseríanecesariaunamáquinadefuertepresión;estoydemasiadoemocionado.Todolodemásmepareceunsueñomásomenosincoherente.

YsigosoñandoqueentranconDora;quelamujerdelosbancosnosalineadelante del altar como un sargento; sueño que me pregunto por qué esasmujeres serán siempre tan agrias.El buenhumor seráunpeligro tangrandepara el sentimiento religioso que serán necesarias esas copas de hiel y devinagreenelcaminodelparaíso.

Sueñoqueelpastorysuayudanteaparecen,quealgunosmarinerosyotraspersonasvienenavagarporallí,quetengotrasdemíaunmarinoviejoqueperfumatodalaiglesiaconunfuerteoloraron,queempiezanelservicioconunavozprofundayquetodosestamosmuyatentos.

QuemissLavinia,quehacededamadehonorsuplementaria,eslaprimeraqueseechaa llorar,haciendohomenajeconsussollozos,segúnpienso,a lamemoriademísterPidger;quemissClarissaleacercaalanarizsufrascodesales;queAgnescuidadeDora;quemitíahacetodoloquepuedeparatener

Page 40: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

unaspectoimponente,mientraslaslágrimascorrenalolargodesusmejillas;que mi pequeña Dora tiembla con todos sus miembros y que se le oyemurmurarmuydébilmentesusrespuestas.

Que nos arrodillamos uno al lado del otro; que Dora tiembla un pocomenos,peroquenosueltalamanodeAgnes;queeloficiocontinúaseveroytranquilo;quecuandohaterminadonosmiramosatravésdenuestraslágrimasy sonrisas; que en la sacristía mi querida mujercita solloza, llamando a suqueridopapá,asupobrepapá.

Queprontosereponeyfirmamosenelgranlibrounodespuésdeotro;quevoyabuscaraPeggottyalastribunasparaquevengatambiénafirmar,yqueme abraza en un rincón, diciéndome que también vio casarse a mi pobremadre;quetodohaterminado,yquenosmarchamos.

Quesalgodelaiglesiaradiantedealegría,dandoelbrazoamiencantadoraesposa;queveoatravésdeunanubelosrostrosamigos,elcoro,lastumbasylosbancos, el órganoy lasvidrierasde la iglesia, yquea todoestovieneamezclarseelrecuerdodelaiglesiadondeibaconmimadrecuandoeraniño,¡ay!,haceyatantotiempo.

Queoigodecirbajitoa loscuriosos,alvernospasar:«¡Vayaunaparejitajoven!».«¡Quécasadita tanlinda!»QuetodosestamoscontentosyeufóricosmientrasvolvemosaPutney;queSofíanoscuentacómohaestadoapuntodeponerse mala cuando han pedido a Traddles la licencia que yo le habíaconfiado, pues estaba convencida de que la habría perdido o se la habríanrobadodelbolsillo;queAgnesreíacontodosucorazón,yqueDoralaquieretanto,quenopuedesepararsedeellaylatienecogidadelamano.

Que hay preparado un almuerzo apetitoso con una multitud de cosasbonitas y buenas, que como sin darme cuenta de a qué saben (es naturalcuando se sueña); que sólo como y bebo matrimonio, pues no creo en larealidaddeloscomestiblesmásqueenladelodemás.

Quesueltoundiscursoenelgénerodelossueños,sintenerlamenorideadeloquequierodecir,yhastaestoyconvencidodequenohedichonada;quesomossencillaynaturalmente todo lodichososquesepuedeser,ensueños,claroestá;queJipcomedelpasteldebodas, loquealcabodeunratonolesientamuybien.

Quelasilladepostasnosespera;queDoravaacambiardetraje;quemitíaymissClarissa sequedanconnosotros;quenospaseamospor el jardín;quemi tía,enelalmuerzo,hahechounverdaderodiscursosobre las tíasdeDora,yqueestáencantadayhastaunpocoorgullosadesuhazaña.

QueDora está dispuesta; quemiss Lavinia revolotea a su alrededor consentimientodeperderelencantador jugueteque lehaproporcionadodurante

Page 41: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

algún tiempo una ocupación tan agradable; que, con gran sorpresa, Doradescubreacadamomentoqueseleolvidanunacantidaddepequeñascosas,yquetodoelmundocorredeunladoaotroparabuscárselas.

QuerodeanaDorayellaempiezaadespedirse;queparecentodasreunidasuna cesta de flores con sus cintas nuevas y sus colores alegres; que casiahoganamiqueridaesposaenmediodetodasaquellasfloresquelaabrazan,yque,alfin,vienealanzarseenmisbrazoscelososriendoyllorandoalavez.

QueyoquierollevaraJip,quenostienequeacompañar,yqueDoradicequeno,que tienequeserellaquien lo lleve, sin locualcreeráqueyano lequiere porque está casada, lo que le rompería el corazón; que salimos delbrazo; que Dora se vuelve para decir: «¡Si alguna vez he sido antipática oingrataconvosotros,nolorecordéis,oslosruego!»,yqueseechaallorar.

Quediceadiósconlamanita,yqueporenésimavezvamosapartir;quesedetienedenuevo,sevuelveycorrehaciaAgnes,puesquieredarlesusúltimosbesosydirigirlesuúltimadespedida.

Porfinestamosenelcocheunoalladodelotro.Yahemospartido.Salgodeunsueño;ahorayacreoenello.Sí;esmiquerida,miqueridamujercitalaqueestáamilado,¡ylaquierotanto!

—¿Eresdichosoahora,malo—mediceDora—,yestássegurodequenotearrepentirás?

Me he retirado a un lado para ver desfilar ante mí los fantasmas deaquellosdíasquepasaron.Ahoraquehandesaparecido,reanudoelviajedemivida.

Capítulo4

Nuestracasa

Meparecíaunacosaextrañaunavezpasadalalunademielycuandonosquedamos solos en nuestra casita Dora y yo, libres ya de la deliciosaocupacióndelamor.

¡Me parecía tan extraordinario el tener siempre a Dora a mi lado; meparecía tan extraño no tener que salir de casa para ir a verla, no tener quepreocuparmeporsucausaniqueescribirle,notenerquedevanarmelossesosparaencontrarocasióndeestarsoloconella!Aveces,por lanoche,cuandodejabaunmomentomitrabajoylaveíasentadafrenteamí,meapoyabaenelrespaldodemisillayempezabaapensarenloraroqueeraqueestuviéramosallísolos,juntos,comosifueralacosamásnaturalelqueyanadietuvieraque

Page 42: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mezclarseennuestrosasuntos;quetodalanoveladenuestronoviazgoestaríapronto lejana; que ya no teníamos más que tratar de hacernos felicesmutuamente,gustarnostodalavida.

Cuando había en la Cámara de los Comunes algún debate que meretrasaba,me parecía tan extraordinario, al tomar el camino de casa, pensarqueDorameesperaba;meparecíatanmaravillosoverlasentarsecondulzuraamiladoparahacermecompañíamientrascomía.Ysaberquesecogíatodoelpeloconpapelitos,esmás,vérselosponertodaslasnoches,¿noeraunacosaextraordinaria?

Creoquedospajarilloshubieransabido tantocomonosotros sobrecómollevar una casa, ¡mi pequeña Dora y yo! Teníamos una criada y, como esnatural,ellalomanejabatodo.TodavíaestoyconvencidointeriormentedequedebíadeseralgunahijadisfrazadademistressCrupp.¡CómonosamargabalavidaMaryAnne!

SellamabaParagon.Cuandolatomamosanuestroservicionosaseguraronque aquel nombre sólo expresaba débilmente todas sus cualidades; era elparangóndetodaslasvirtudes.Teníauncertificadoescritomásgrandequeuncartel, y a dar crédito a aquel documento sabía hacer todo lo delmundo, ytodavíamás.Eraunamujer en la fuerzade la edad,de fisonomía repulsiva.Tenía un primo en el regimiento de la Guardia, de tan largas piernas, queparecíaserlasombradealgúnotrovistoalsolalasdocedeldía.Sutrajeeratanpequeñoparaélcomoéleragrandeparanuestracasita,ylahacíaparecerdiezvecesmáspequeñadeloqueeraenrealidad.Además,lostabiqueseransencillos,ysiemprequepasabalatardeencasalosabíamosporunaespeciedegruñidocontinuoqueoíamosenlacocina.

Nos habían garantizado que nuestro tesoro era sobrio y honrado. Por lotanto,supongoquetendríaunataquedenervioseldíaquelaencontrétiradadelante del fogón y que sería el trapero el que no se había apresurado adevolverlascucharillasdetéquenosfaltaban.

Ademásleteníamosunmiedohorrible.Sentíamosnuestrainexperienciaynoestábamosenestadodesaliradelante;diríaqueestábamosasumercedsilapalabramercednodiera lasensaciónde indulgencia,pueseraunamujersinpiedad.EllafuelacausadelaprimeradisputaquetuveconDora.

—Queridamía—ledijeundía—,¿creesqueMaryAnneentiendeelreloj?

—¿Por qué, Doady? —me preguntó Dora levantando inocentemente lacabeza.

—Amormío,porquesonlascinco,ydebíamoscomeralascuatro.

Doramiró al reloj con un airecito de inquietud e insinuó que creía que

Page 43: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

aquelrelojseadelantaba.

—Al contrario, querida —le dije mirando mi reloj—, se retrasa unosminutos.

Mi mujercita vino a sentarse encima de mis rodillas para tratar decontentarme y me hizo una raya con el lápiz en medio de la nariz: eraencantador,peroaquellonomedabadecomer.

—¿Nocrees,vidamía,quedebíasdecirlealgoaMaryAnne?

—¡Oh,no!;teloruego,Doady—exclamóDora…

—¿Porquéno,amormío?—lepreguntécondulzura.

—¡Oh!,porqueyosólosoyunatontuela,yellalosabemuybien.

Como aquellos sentimientosme parecían incompatibles con la necesidadderegañaraMaryAnne,fruncílascejas.

—¡Oh, qué arruga tan horrible en la frente, malo!—dijo Dora, todavíasentadaenmisrodillas.

Y señaló aquellas odiosas arrugas con su lápiz, que llevaba a sus labiosrosas para que marcara más negro; después hacía como que trabajaba tanseriamenteenmifrente,conunaexpresióntancómica,quemeechéareír,apesardetodosmisesfuerzos.

—¡Así me gusta, eres un buen muchacho!—dijo Dora—. Estás muchomásguapocuandoteríes.

—Pero,amormío…

—¡Oh,no,no,teloruego!—exclamóDoraabrazándome—.NohagaselBarbaAzul,nopongasesaexpresiónseria.

—Pero, mi querida mujercita —le dije— sin embargo, es necesarioponerseserioalgunavez.Venasentarteenestasillaamilado.Dameellápiz.Vamosahablardeunmodorazonable.¿Sabes,queridamía(¡quémanitatandulceparatenerentrelasmíasyquépreciosoanilloparavereneldedodemirecién casada!), sabes, querida: te parece muy agradable verse obligado amarcharsesincomer?Vamos,¿quépiensas?

—No—respondiódébilmenteDora.

—Pero,queridamía,¡cómotiemblas!

—Porqueséquevasaregañarme—exclamóDoraenuntonolamentable.

—Queridamía,sólovoyatratardehablartedeunmodorazonable.

—¡Oh!,peroesoespeorqueregañar—exclamóDora,desesperada—.Yo

Page 44: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

nomehecasadoparaquemehablenrazonablemente.Siquieresrazonarconunapobrecositacomoyo,hubierasdebidoavisármelo.¡Eresmalo!

Tratédecalmarla;peroseocultóelrostro,ysacudíadevezencuandosusbuclesdiciendo:«¡Oh,eresmalo!».Yonosabíaquéhacer;mepusearecorrerlahabitación,ydespuésmeacerquéaella.

—¡Dora,queridamía!

—No, no me quieres, y estoy segura de que te arrepientes de habertecasado;sino,nomehablaríasasí.

Aquelreprochemepareciótaninconsecuente,quetuvevalorparadecirle:

—Vamos, Dora mía, no seas niña; estás diciendo cosas que no tienensentido. Seguramente recordarás que ayer me tuve que marchar a mediocomer,yquelavísperaelcorderomehizodañoporqueestabacrudoylotuveque tomar corriendo; hoy no puedo comer, en absoluto, y no digo nada deltiempo que hemos esperado el desayuno; y después, el agua para el té nisiquierahervía.Noesquetehagareproches,queridamía;perotodoesonoesmuyagradable.

—¡Oh, qué malo, qué malo eres! ¿Cómo puedes decirme que soy unamujerdesagradable?

—QueridaDora,¡sabesquenuncahedichoeso!

—Hasdichoquetodoestonoeramuyagradable.

—Hedichoquelamaneraconquellevábamoslacasanoeraagradable.

—¡Pueseslomismo!—exclamóDora.

Yevidentementelocreía,puesllorabaconamargura.

Didenuevoalgunospasospor lahabitación, llenodeamorpormi lindamujercita y dispuesto a romperme la cabeza contra las puertas, tantosremordimientossentía.Mevolvíasentaryledije:

—No te acuso, Dora; los dos tenemosmucho que aprender. únicamentequería demostrarte que es necesario, verdaderamente necesario (estabadecididoanocederenaquelpunto),queteacostumbresavigilaraMaryAnneytambiénunpocoaobrarportimisma,eninteréstuyoymío.

—Estoy verdaderamente sorprendida de tu ingratitud —dijo Dorasollozando—.Sabesmuybienqueelotrodíadijistequetegustaríatomarunpoco de pescado, y fui yo misma muy lejos para encargarlo y darte unasorpresa.

—Yfuemuyamableportuparte,queridamía,yteloheagradecidotanto,quemehelibradomuybiendedecirtequehabíashechomuymalcomprando

Page 45: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

un salmón, porque es demasiado grande para dos personas y porque habíacostadounalibrayseischelines,yqueesdemasiadocaroparanosotros.

—Pues te gustó mucho —dijo Dora llorando todavía—, y estabas tancontentoquemellamasteturatita.

—Ytelovolveréallamarcienveces,amormío—contesté.

Perohabíaheridosucorazoncito,ynohabíamaneradeconsolarla.Llorabatantoyteníaelcorazóntanapretado,quemeparecíaquelehabíadichoalgohorriblequelehabíacausadomuchapena.Tuvequemarcharmecorriendo,yvolví muy tarde, y durante toda la noche estuve agobiado por losremordimientos. Tenía la conciencia inquieta como un asesino, y estabaperseguido por el sentimiento vago de un crimen enorme del que fueraculpable.

Eranmásdelasdosdelamañanacuandovolví,yencontréenmicasaamitíaesperándome.

—¿Haocurridoalgo,tía?—lepreguntéconinquietud.

—No, Trot —respondió—. Siéntate, siéntate. únicamente mi Capullitoestabaunpocotriste,ymehequedadoparahacerlecompañía;esoestodo.

Apoyélacabezaenmismanosypermanecíconlosojosfijosenelfuego;mesentíamástristeymásabatidodeloquehubierapodidocreer;tanpronto,casienelmomentoenqueacababandecumplirsemismásdulcessueños.Porúltimo encontré los ojos demi tía fijos enmí. Parecía preocupada; pero surostroseserenóenseguida.

—Teaseguro,tía—ledije—,quetodalanochemehesentidodesgraciadopensandoqueDora teníapena.Peromiúnica intenciónerahablarledulceytiernamentedenuestrosasuntos.

Mitíamoviólacabezaanimándome.

—Hayquetenerpaciencia,Trot—dijo.

—Sí,yDiossabequenoquieroserexigente,tía.

—No,no—dijomitía—;miCapullitoesmuydelicadoyesnecesarioqueelvientosopledulcementesobreella.

Dilasgraciasenelfondodelcorazónamibuenatíaporsuternuraconmimujer,yestoysegurodequesediocuenta.

—¿Nocrees,tía—ledijedespuésdehabercontempladodenuevoelfuego—,quetúpodríasdardevezencuandoalgúnconsejoaDora?Esonosseríamuyútil.

—Trot—repusomitíaconemoción—,no;nomepidasesonunca.

Page 46: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Hablabaenuntonotanserioquelevantélosojosconsorpresa.

—¿Sabes,hijomío?—prosiguió—.Cuandomiromividapasadayveoenlatumbapersonasconlasquehubierapodidovivirenmejoresrelaciones…Sihe juzgado severamente los errores de otro en cuestiones dematrimonio esquizá porque tenía tristes razones para juzgarlo así por mi cuenta. Nohablemos de ello. He sido durante muchos años una vieja gruñona einsoportable;todavíalosoyyloserésiempre.Peronosotrosnoshemoshechomutuamente bien,Trot; almenos túme lo has hecho amí, y noquiero queahoranospuedasepararnada.

—¿Quénosvaaseparar?—exclamé.

—Hijomío,hijomío—dijomitíaestirándoseeltrajeconlamano—,nohayqueserprofetaparadarsecuentadelofácilqueseríaydelodesgraciadaquepodríayohaceramiCapullitosimemezclaraenvuestrosasuntos;deseoquemequierayqueseaalegrecomounamariposa.Acuérdatedetumadreydesusegundomatrimonio,ynomehagasunaproposiciónqueme traea lamemoria,paraellayparamí,cruelesrecuerdos.

Comprendíenseguidaquemitíateníarazón,ynocomprendímenostodalaextensióndesusescrúpulosgenerososconmiqueridaesposa.

—Estásmuyalprincipio,Trot—continuó—,yRomanoseconstruyóenundíanienunaño.Haselegidotúmismocontodalibertad—aquímeparecióqueunanubeseextendíaunmomentosobresurostro—yhasescogidounacriaturaencantadorayquetequieremucho.Ellaestudeber,ytambiénserátufelicidad,nolodudo,puesnoquieroqueparezcaqueteestoysermoneando;será tu deber y tu felicidad el apreciarla tal como la has escogido, por lascualidadesquetieneynoporlasquenotiene.

Tratadedesarrollarenellalasquelefaltan.Ysinoloconsigues,hijomío—ymi tía se frotó lanariz—, tendrásqueacostumbrarte apasarte sinellas.Pero recuerda que vuestro porvenir es un asunto completamente vuestro.Nadie puede ayudaros; tenéis que ayudaros solos.Es elmatrimonio,Trot, yqueDios os bendiga a uno y a otro, pues sois como dos bebés perdidos enmediodelosbosques.

Mi tíame dijo todo esto en tono alegre, y terminó su bendición con unbeso.

—Ahora—dijo—enciendelalinternayacompáñamehastaminidoporelsendero del jardín —pues las dos casas comunicaban por allí—. Y dale aCapullito todo el cariñodeBetseyTrotwood, y, suceda lo que suceda,Trot,que no vuelva a pasársete por la imaginación hacer de Betsey unespantapájaros,pueslahevistomuyamenudoenelespejoparaestarseguradequeyaloesbastantepornaturalezaybastanteantipáticasineso.

Page 47: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Entoncesmi tía se anudó el pañuelo alrededor de la cabeza, como teníacostumbre, y la escolté hasta su casa. Cuando se detuvo en el jardín paraalumbrarmealavueltaconsulinternapudeobservarquememirabadenuevocon preocupación; pero no le di importancia; estaba demasiado ocupadoreflexionando sobre lo que me había dicho, demasiado impresionado, porprimeravez,porlaideadequeteníamosquehacernosnosotrossolosnuestroporvenir,Dorayyo,yquenadiepodríaayudarnos.

Doradescendiódulcementeencamisónamiencuentro,ahoraqueestabasolo.Seechóallorarenmihombroymedijoquehabíasidomuyduroconellayqueellatambiénhabíasidomuymala.Yoledije,pocomásomenos,lomismo, y todo terminó. Decidimos que aquella pelea sería la última y quenuncamás,nuncamás,sucedería,aunqueviviéramoscienaños.

¡Qué horror de criadas! De nuevo fueron el origen del disgusto quetuvimos después. El primo de Mary Anne desertó y se ocultó en nuestracarbonera; de allí le sacó, con gran sorpresa nuestra, un piquete decompañeros,queleesposaronyselollevaron,dejandonuestrojardíncubiertode oprobio. Esto me dio valor para deshacerme de Mary Anne, quien seresignó tan dulcemente, que me sorprendió; pero pronto descubrí dóndehabían ido a parar nuestras cucharillas, y ademásme revelaron que tenía lacostumbre de pedir dinero prestado a mi nombre a nuestros tenderos sinnuestraautorización.

MomentáneamentefuereemplazadapormistressKidgerbury,unaviejadeKentishtown, que asistía, pero que era demasiado débil para hacer nada;después encontramos otro tesoro, de un carácter encantador; pero,desgraciadamente, aquel tesoronohacíamásque rodar las escalerascon lasfuentesenlasmanosolanzarsedecabezaenelsalóncontodoelserviciodeté, como quien se mete en un baño. Los desastres cometidos por aquelladesgraciada nos obligaron a despedirla; fue seguida, con numerososintermediosdemistressKidgerbury,portodaunaseriedeseresincapaces.Porfin caímos sobre una chica de muy buen aspecto, que se fue a la feria deGreenwichconelsombrerodeDora.Despuésyasólorecuerdounamultituddefracasossucesivos.

Parecíamos destinados a que todo el mundo nos engañara. En cuantoaparecíamos en una tienda nos ofrecían la mercancía averiada. Sicomprábamos una langosta estaba llena de agua; la carne estaba pasada;nuestrospanecillossóloteníanmiga.Conobjetodeestudiarelprincipiodelacoccióndeunrosbifparaqueestéensupunto,tuveyomismoqueacudirallibro de cocina; pero debíamos ser víctimas de una extraña fatalidad, puesnunca conseguíamos el justo medio entre la carne sangrando y la carnequemada.

Page 48: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Estaba convencido de que todos aquellos desastres nos costaban muchomás caro que si hubiéramos ejecutado una serie de triunfos, y estudiandonuestras cuentas veía que habíamos gastado manteca suficiente paraembadurnarelpisobajodenuestracasa.¡Quéconsumo!Yonosesiseriaquelas contribuciones indirectas habían hecho aquel año encarecer la mostaza;pero al paso que íbamos, iba a ser necesario, para que nosotros tuviéramosmostaza suficiente, quemuchas familias se privarande ella, cediéndonos suparte. Y lo más sorprendente de todo aquello es que en casa nunca seencontraba.

También nos sucedió que la lavandera empeñó nuestra ropa, y vinodespuésenunestadodeembriaguez,arrepentida,a implorarnuestroperdón;pero supongo que estas cosas le habrán ocurrido a todo elmundo.Tambiéntuvimosquesoportarunfuegoquesearmóenlachimenea;perotodoestosondesgraciascorrientes.Loquenoserapersonalera lacuestiónde lascriadas.Una de ellas tenía pasión por los licores fuertes, lo que aumentaba nuestracuenta de cerveza y de licores en el café que nos los suministraban.Encontramosenlacuentaartículosinexplicables,como:«Uncuartodelitroderon(mistressC.)ymediocuartodeginebra(mistressC.);unvasoderonydementa(mistressC.).»LosparéntesissereferíansiempreaDora,quepasaba,segúnsupimosdespués,porhaberingeridotodosaquelloslicores.

Una de nuestras primeras hazañas fue dar de comer a Traddles. Leencontréunamañanayledijequevinieraavernosporlatarde.Élconsintió,yescribídos letrasaDoradiciéndoleque llevaríaanuestroamigo.Eraundíamuy hermoso, y en el camino charlamos todo el tiempo de mi felicidad.Traddlesestabaconvencido,ymedecíaqueeldíaenqueélsupieraqueSofíale esperaba por la tarde en una casita como la nuestra no faltaría nada a sudicha.

Yo no podía desear una mujercita más encantadora que la que se sentóaquellatardefrenteamí;peroloquesíhubieradeseadoesquelahabitaciónfuese un pocomenos pequeña. Yo no sé en qué consistía, pero, aunque noéramosmásque losdos,nuncahabíasitio,y, sinembargo, lahabitaciónerabastantegrandeparaquenuestrosmueblesseperdieranenella.Sospechoqueeraporquenadateníasitiofijo,exceptolapagodadeJip,quesiempreimpedíaelpaso.AquellatardeTraddlesestabatanencerradoentrelapagoda,lacajadelaguitarra,elcaballetedeDoraymimesa,queyotemíanotuvierabastantesitio paramanejar su cuchillo y su tenedor; pero él protestaba con su buenhumorhabitualdiciendo:«Tengounocéanodesitio,Copperfield;unocéano,teloaseguro».

También había otra cosa que me hubiera gustado impedir; me hubieragustadoqueno se animara lapresenciade Jip encimadelmanteldurante lacomida.Me hubiese parecido molesto que estuviera allí aunque no hubiera

Page 49: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

tenidolamalacostumbredemeterlapataenlasalyenlamanteca.Aquellavez yo no sé si es que se creía especialmente encargado de dar caza aTraddles;peronocesódeladrarleydesaltarencimadesuplato,poniendoenaquellasmaniobrastalobstinación,quenopodíahablarsedeotracosa.

PerocomoyosabíalotiernoqueteníaDoraelcorazónylosensiblequeeraenloqueserefiereasufavorito,nohiceningunaobjeción;nisiquieramepermitíunaalusiónalosplatosqueJipdestrozabaenelsuelo,nialafaltadesimetríaenelarreglodeloscacharros,queparecíanestarcomohabíancaído;tampoco quise hacer observar que Traddles estaba bloqueado por platos deverdurayporjarras.

Únicamente no podía por menos de preguntarme a mí mismo, mientrascontemplabaelaspectodelcorderoqueibaapartir,cómoseríaquenuestroscorderos tenían siempre unas formas tan extraordinarias como si nuestrocarniceronossirvieracorderoscontrahechos;peromeguardéparamíaquellasreflexiones.

—Amormío—ledijeaDora—,¿quétieneseneseplato?

No podía comprender por qué Dora estaba haciendo desde hacía unmomentoaquellosmohines,comosiquisierabesarme.

—Sonostras,amigomío—medijotímidamente.

—¿Ysetehaocurridoati?—dijeencantado.

—Sí,Doady—dijoDora.

—¡Qué buena idea!—exclamé dejando el gran cuchillo y el tenedor departirelcordero—.NohaynadaquelegustetantoaTraddles.

—Sí, sí, Doady —dijo Dora—. He comprado un barrilito entero, y elhombremehadichoqueeranmuybuenas.Pero….perotemoquelesocurraalgoextraordinario.

YDorasacudiólacabeza,saltándoselelaslágrimas.

—Sólo están abiertas a medias—le dije—; quita la concha de encima,querida.

—Noquieremarcharsedeningúnmodo—dijoDora,quelointentabacontodassusfuerzas,conexpresióndesolada.

—¿Sabes,Copperfield?—dijoTraddlesexaminandoalegrementeelplato—.Yo creo que es porque… estas ostras son perfectas… , pero no las hanabiertonunca.

En efecto, no las habían abierto nunca; y nosotros no teníamos cuchilloparaostras;ademásnohubiéramossabidoutilizarlo;porlotanto,miramoslas

Page 50: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

ostrasmientrasnoscomíamoselcordero;almenosnoscomimostodoloqueestabacocido.Siselohubierapermitido,creoqueTraddles,pasandoalestadosalvaje, se hubiera hecho caníbal y alimentado de carne casi cruda parademostrarlosatisfechoqueestabadelacomida;peroyoestabadecididoanoconsentirlequeseinmolaraasíenelaltardelaamistad,yenlugardeaquellocomimos un trozo de jamón; afortunadamente había jamón curado en ladespensa.

Mipobremujercitaestabatandesesperadaalpensarqueaquellomeibaacontrariar, y fue tan grande su alegría cuando vio que no ocurría nada, queolvidéenseguidamifastidioalmomento.Latardepasómuybien.Doraestabasentadaamiladoconsubrazoapoyadoenmisillón,mientrasTraddlesyyodiscutíamossobre lacalidaddemivino,yacada instantese inclinabahaciamíparadarmelasgraciaspornohabersidogruñónnimalo.Despuésnoshizoelté,yyoestabatanencantadoviéndoselohacer,comosihicieralascomiditasdelamuñeca,quenomehiceeldifícilsobrelacalidaddudosadelbrebaje.

Después Traddles y yo estuvimos un rato jugando a las cartas,mientrasDora cantaba acompañándose con la guitarra, y me pareció que nuestromatrimoniosóloeraunhermososueñoyquetodavíaestábamosenlaprimeratardeenquehabíaoídosudulcevoz.

CuandoTraddles se fue lo acompañé hasta la puerta, y después volví alsalón;mimujervinoaponersusillaalladitodelamía.

—¡Estoytantriste!¿Quieresenseñarmeahaceralgo,Doady?

—Peroenprimerlugartendríaqueaprenderloyo,Dora—ledijeyo—;nosémásquetú,pequeña.

—¡Oh,perotúpuedesaprenderlo!—repuso—.¡Tútienestantotalento!

—¡Quélocura,ratita!

—Yohubieradebido—añadiódespuésdeunlargosilencio—,yohubieradebidoiraestablecermealcampoypasarunañoconAgnes.

Teníalasmanosjuntas,apoyadasenmihombro;reclinótambiénlacabeza,ymemirabadulcementeconsusgrandesojosazules.

—¿Porqué?—pregunté.

—Creoquesutratomehubierabeneficiadoyqueconellahubierapodidoaprendermuchascosas.

—Todo llegaasu tiempo,amormío.DesdehacemuchosañosAgneshatenidoquecuidarasupadre:hastacuandosóloeraunaniñapequeña,yaeralaAgnesquetúconoces.

—¿Quieresllamarmecomoyolodiga?—preguntóDorasinmoverse.

Page 51: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¿Cómo?—ledijesonriendo.

—Esunnombreestúpido—dijosacudiendosusbucles—.Perolomismoda;llámametu«mujer-niña».

Preguntériendoami«mujer-niña»queporquéqueríaquelallamaseasí,ymerespondiósinmoverse;sólomibrazo,pasadoalrededordesucintura,meacercabatodavíamássushermososojosazules.

—Pero¡quétontoeres!NotepidoquemellamessiempreasíenlugardeDora;únicamentequieroquecuandopiensesenmítedigasquesoytu«mujer-niña».Cuandotengasganasdeenfadarteconmigonotienesmásquepensar:«¡Bah,esmi"mujer-niña"!».Cuandotepongalacabezaloca,vuélveteadecir:«¿Peronosabíayohacemuchotiempoquenuncaseríamásqueuna"mujer-niña"?».Cuandonoseaparatitodoloquequerríaser,yquenoloseréquizánunca,piensasiempre:«Estonoimpidequeestatontuelade"mujer-niña"mequieramucho».Pueseslaverdad,Doady;¡tequierotanto!

Yo no había contestado en serio; hasta entonces tampoco se me habíaocurridoquehablaraellaseriamente.Perosequedótancontentaconloquelecontesté, que sus ojos no estaban secos todavía cuando ya estaba riendo.Ypronto vi ami «mujer-niña» sentada en el suelo al lado de la pagoda chinahaciendo sonar todas las campanitas, unas después de otras, para castigarle,porsumalaconducta,aJip;peroélcontinuabaperezosamente tendidoenelsuelo de su nichomirándola de reojo como para decirle: «Haz todo lo quequieras; no conseguirás quememueva con todas tus cosas; soy demasiadoperezosoynomemolestoportanpoco».

Aquella llamada de Dora me causó una profunda impresión. Vuelvo aaquellos tiempos lejanos, y me imagino a aquella dulce criatura, a quienamabatanto,ylainvocoparaquesalgaunavezmásdelasombradelpasado,para que vuelva hacia mí su rostro encantador, y puedo asegurar que supequeñodiscursoresuenasincesarenmicorazón;quizánohayasacadodeélelmayorpartidoposible:erajovenysinexperiencia;peronuncasuinocentesúplica ha venido en vano a llamar a mis oídos. Dora me dijo unos díasdespuésqueibaahacerseunaexcelenteamadecasa.Enconsecuencia,sacódelcajónsubloc,afilóellápiz,compróunenormelibrodecuentas,volvióapegarcuidadosamentetodaslashojasdellibrodecocina,queJiphabíaroto,ehizo un esfuerzo desesperado para «ser buena», como ella decía. Pero losnúmeros continuaban con el defecto de siempre: no querían dejarse sumar.Cuandohabíallenadoyadosotrescolumnasdesulibrodecuentas,loquenosucedía sin trabajo, Jip ibaapasearse sobre lapágina, emborronándolo todoconsucola,yademásDoraseempapabadetintasuslindosdeditos;estoeralomásclarodetodo.

Algunas tardes, cuando había vuelto y estaba trabajando (pues escribía

Page 52: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mucho y empezaba a ser reconocido como escritor), dejaba la pluma yobservabaami«mujer-niña»,quetratabade«serbuena».

Enprimer lugar ponía encimade lamesa su inmenso libro de cuentas ylanzabaunprofundosuspiro;despuésloabríaenelsitioemborronadoporJiplatardeanterioryllamabaaJipparaenseñarlelashuellasdesucrimen:eralaseñaldeunadiversiónenfavordeJip.Leponíatintaenlapuntadelanarizcomocastigo.DespuéselladecíaaJipqueseecharaencimadelamesa«comoun león» (era una de sus hazañas, aunque a mis ojos la analogía no eraextraordinaria).Siestabadebuenhumor,Jipobedecía.

Entoncesellacogíaunaplumayempezabaaescribir;perohabíaunpeloen la pluma; cogía otra y empezaba a escribir, pero aquella hacía borrones;cogíalatercerayempezabadenuevo,diciendoenvozbaja:«¡Oh!,¡éstameteruido y va a distraer a Doady!». En una palabra, terminaba por desistir yvolvíaacolocarellibrodecuentasensusitio,despuésdehacercomoquelolanzabaalacabezadelleón.

Otras veces, cuando se sentía de humormás serio, cogía su bloc y unacestita llena de cuentas y otros documentos, que parecíanmás que nada lospapelitos con que recogía sus bucles por la noche, y trataba de sacar algúnresultadodeellas.Lascomparabamuyseriamente,escribíacifras,lasborraba,contabaentodossentidoslosdedosdesumanoizquierda,ydespuésdeestotenía una expresión tan contrariada, tan desanimada, tan triste queme dabapenaverensombrecerseasí,pordarmegusto,aquellacaritaencantadora,ymeacercabaaellacondulzura,diciéndole:

—¿Quéteocurre,Dora?

Memirabadesolada,contestando:

—Sonestascuentastanantipáticas,quenoquierensalirbien;meduelelacabeza;seempeñanennohacerloqueyoquiero.

Entoncesyoledecía:

—Vamosaprobarjuntos;voyaenseñarte,Doramía.

Yempezabaunademostraciónpráctica;Dorameescuchabadurantecincominutosconlamásprofundaatención;despuésdelocualempezabaasentirsehorriblemente cansada y trataba de divertirse enrollando mis cabellosalrededor de sus dedos o bajándome el cuello de la camisa para ver si mesentaba bien. Si quería reprimir su alegría y continuar mis razonamientosponíaunaexpresión tan tristey tandesconsolada,queyorecordabaalverla,comounreproche,sualegríanaturaleldíaenquelaconocí,ydejabacaerellápiz, repitiéndomequeerauna«mujer-niña» ,y le suplicabaquecogiera laguitarra.

Page 53: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Teníamuchotrabajoymuchaspreocupaciones;perotodologuardabaparamísolo.Estoyahoramuylejosdecreerqueobrarabienasí;perolohacíaporternuraparami«mujer-niña».Examinomi corazónyveoque, sin lamenorreserva,confíoaestaspáginasmismássecretospensamientos.Sentíaquemefaltabaalgo;peroaquellonollegabaaalterarlafelicidaddemivida.Cuandomepaseabasolo,conunsolhermoso,ypensabaenlosdíasdeveranoenquelatierraenteraparecíallenademijovenpasión,sentíaquemissueñosnosehabíanrealizadodel todo;perocreíaqueaquelloeraunasombradisminuidapor la dulce gloria del pasado. A veces pensaba que me hubiera gustadoencontrar en mi mujer un consejero más seguro, más razonable y con másfirmezadecarácter;hubieradeseadoquepudierasostenermeyayudarme,queposeyeraelpoderdellenarlosvacíosquesentíaenmí;perotambiénpensabaquesemejantefelicidadnoesdeestemundoyquenodebíanipodíaexistir.

Por la edad era todavía un muchacho más que un marido, y no habíaconocido,paraformarmeconsusaludable influencia,máspenasquelasquesehanpodido leer eneste relato.Simeequivocaba, loquepodíaocurrirmemuyamenudo,eranmiamorymipocaexperiencia loquemeextraviaban.Digolapuraverdad.¿Dequémeserviríaahoraeldisimulo?

Por lo tanto, sobremí recaían todas las dificultadesypreocupacionesdenuestra vida; ella no tomaba su parte. Nuestra casa seguía en el mismodesbarajuste que al principio; únicamente yo me había acostumbrado, y almenos tenía la alegría de ver que Dora no estaba casi nunca triste. Habíarecobradotodasualegríainfantil;mequeríacontodosucorazónysedivertíacomoantes,esdecir,comounaniña.

CuandolosdebatesdelParlamentohabíansidomuycansados(sólohablode su duración, pues en cuanto a su calidad siempre lo eran) y volvíamuytarde,Doranuncaseacostabaantesdequeyovolviera,ybajabaarecibirme.Cuandonoteníaqueocuparmedeltrabajoquemehabíacostadotantalabordetaquigrafíaypodíaescribirpormicuenta,veníaa sentarse tranquilamenteami lado, por tarde que fuera, y permanecía tan silenciosa que yo a veces lacreía dormida. Pero, en general, cuando levantaba la cabeza veía sus ojosazulesfijosenmíconlaatencióntranquiladequeyahehablado.

—Estepobrechico,¡locansadoquedebedeestar!—dijounanoche,enelmomentoenquecerrabamipupitre.

—Estapobrechiquilla,¡locansadaquedebedeestar!—respondíyo—.Yosoy el que debo decírtelo, Dora. Otro día te acuestas, querida mía. Esdemasiadotardeparati.

—¡Oh,no!Nomemandesacostar—dijoDoraentonosuplicante—.Teloruego,nohagaseso.

Page 54: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¡Dora!

Congransorpresamíaestaballorandoenmihombro.

—¿Noteencuentrasbien,pequeñamía?¿Noeresdichosa?

—Sí;muy bien ymuy dichosa—dijoDora—. Pero prométeme quemedejarásquedarmeatuladoviéndoteescribir.

—Bonita cosa para verla esos preciosos ojos, ¡y a media noche! —respondí.

—¿Deverdad?¿Deverdadteparecenpreciosos?—repusoDorariendo—.¡Quécontentaestoydequeseanpreciosos!

—¡Vanidosilla!—ledije.

Perono,noeravanidad;eraunaalegríaingenuaalsentirseadmiradapormí.Yalosabíaantesdequemelodijera.

—Pues si te parece que son bonitos tienes que decirme que me dejarássiempreverteescribir—dijoDora—.¿Teparecenbonitos?

—¡Muybonitos!

—Entoncesmedejasquetemireescribir.

—Temoqueesonolosembellezcamucho,Dora.

—Sí, ya lo creo. Porque has de saber, señor sabio, que eso te impediráolvidarme mientras estás sumergido en tus meditaciones silenciosas. ¿Teenfadarías si te dijera una cosa muy necia, todavía más necia que decostumbre?

—Veamosesamaravilla.

—Déjamequevayadándote lasplumasamedidaque lasnecesites—medijoDora—.Tengoganasdepoderayudarteenalgoduranteesashorasenquetantotrabajas.¿Medejasquelascojaparadártelas?

Elrecuerdodesualegríacuandoledijequesí,hacequesemesaltenlaslágrimas.Cuandoaldíasiguientemepuseaescribir,ellasehabíainstaladoalladomíoconungranpaquetedeplumas,yasífuesiempre.Elgustoconqueseasociabadeaquelmodoamitrabajoysualegríacadavezquenecesitabaunapluma,loquemesucedíasincesar,mediolaideadeproporcionarleunasatisfacciónmayortodavía,ydevezencuandohacíacomoquelanecesitabaparacopiarmeunaodospáginasdemimanuscrito.

Entonces seponía radiante.Habíaqueverlaprepararseparaaquellagranempresa,ponerseeldelantal,cogertraposdelacocinaparalimpiarlapluma,ylo que tardaba, y las veces que leía las páginas a Jip, como si pudiera

Page 55: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

comprenderlo;ydespuésfirmabasupágina,comosilaobrahubieraquedadoincompleta sin el nombre del copista, y me la traía, muy alegre de haberacabadosudeber,echándomelosbrazosalcuello.¡Recuerdoencantadorparamí,aunquelosdemásnoveanenellomásqueniñerías!

Pocotiempodespuéstomóposesióndelasllaves,quepaseabaportodalacasa en un cestito atado a su cintura. En general, los armarios a quepertenecíannoestabancerrados,ylasllavesterminaronpornoservirmásquepara divertir a Jip; peroDora estaba contenta, y eso era suficiente paramí.Estaba convencida de que aquella determinación debía de producir elmejorefecto, y estábamos contentos como dos niños que juegan a las casas demuñecasparadivertirse.

Y así pasaba nuestra vida; Dora demostraba casi tanta ternura a mi tíacomoamí,ylehablabaamenudodelostiemposenquepensabaenellacomoen «una vieja gruñona».Nunca se había preocupado tantomi tía por nadie.HacíalacomeaJip,quenolecorrespondía;oíatocartodoslosdíaslaguitarraaDora,aellaquenolegustabalamúsica;nonombrabanuncaanuestraseriede«incapaces»,y, sinembargo, la tentacióndebíasermuygrandeparaella;hacíaapiecaminatasenormesparatraeraDoratodaclasedecosillasdequeteníagana,ycadavezquellegabaporeljardínyDoranoestabaabajoselaoíadecirenlaescalera,conunavozqueresonabaalegrementeentodalacasa:

—Pero¿dóndeestáCapullito?

Capítulo5

Mr.Dickcumplelaprofecíademitía

Hacía ya algún tiempo que había dejado de trabajar con el doctor.Vivíamos muy cerca de él, y le veía a menudo, y hasta dos o tres veceshabíamosidoacomeryatomareltéasucasa.ElVeteranovivíayadehechocon él; era siempre la misma, con sus mariposas inmortales revoloteandoalrededordesucofia.

Como a tantas otras madres que he conocido en mi vida, a mistressMarkleham le gustaba mucho más divertirse que a su hija. Necesitabadivertirse,ycomounhábil«veterano»queera,queríahacercreer,alconsultarsuspropiasinclinaciones,quesesacrificabaporsuhija.Estaexcelentemadreestaba, por lo tanto, muy dispuesta a favorecer los deseos del doctor, quequeríaqueAnniesedivirtiese,ynodejabadealabarladiscrecióndesuyerno.

Nodudodequehacíasangrarlallagadeldoctorsinsaberlo;ysinponerenellomásque cierta cantidadde egoísmoyde frivolidad, que se encuentra a

Page 56: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

veceshastaenpersonasdeedadmadura,leconfirmaba,yocreo,enlaideadequeeraimponenteparalajuventuddesumujerydequenopodíahaberentreellos simpatía natural, a fuerza de felicitarle porque trataba de endulzar aAnnieelpesodelavida.

—Amigomío—ledecíaundíaenmipresencia—,ustedsabemuybien,sinduda,queesunpocotristeparaAnnieelestarencerradasiempreaquí.

Eldoctormoviólacabezaconbenevolencia.

—Cuando tenga la edad de su madre—prosiguió mistress Markleham,moviendosuabanico—seráotracosa.Amíyapodríanmetermeenunacelda;contaldeestarbienacompañada,nodesearíanuncasalir;pero¿sabeusted?,yonosoyAnnie,yAnnienoessumadre.

—Ya,ya—dijoeldoctor.

—Ustedeselhombremejordelmundo.No;dispénsemeusted—continuo,viendo que el doctor le hacía un signo negativo—; debo decirlo delante deustedcomolodigosiemprepordetrás:esustedelhombremejordelmundo;pero,naturalmente,ustednopuede,¿noesverdad?,tenerlosmismosgustosypreocupacionesqueAnnie.

—¡No!—dijoeldoctorconvoztriste.

—Es completamente natural —repuso El Veterano—. Vea usted, porejemplo, su diccionario. ¿Hay algo más útil que un diccionario, másindispensable? ¡El sentidode laspalabras!Sin eldoctor Johnsonyhombresasí, ¡quién sabe si en estosmomentos no daríamos a una aguja de zurcir elnombre de un palo de escoba! Pero no podemos pedirle a Annie que seintereseporundiccionariocuandonisiquieraestáterminado,¿noescierto?

Eldoctorsacudiólacabeza.

—Y por eso apruebo tanto sus atenciones delicadas —dijo mistressMarkleham,dándoleenelhombroungolpecitoconelabanico—.Esopruebaqueustedno es como tantos ancianosquequerrían encontrar cabezasviejassobre hombros jóvenes. Usted ha estudiado el carácter de Annie y lo hacomprendido.Yesoesloquemepareceencantador.

EldoctorStrongparecía,apesardesucalmaypacienciahabitual,soportarcontrabajotodosaquelloscumplidos.

—Yyasabe,miqueridodoctor—continuoElVeterano,dándolemuchosgolpecitos amistosos—, que puede usted disponer demí en todomomento.Sepaqueestoyenteramenteasudisposición.EstoydispuestaairconAnniealosteatros,alosconciertos,alasexposiciones,atodaspartes;yyaveráustedcómonisiquieramequejodecansancio.¡Eldeber,miqueridodoctor,eldeberantetodo!

Page 57: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Cumplía su palabra. Era de esas personas que pueden soportar unacantidadenormedediversionessincansarse.Cadavezqueleíaelperiódico(ylo leía todos los días durante dos horas, sentada en un cómodo sillón)descubría que había que ver algo que divertiría mucho a Annie. En vanoprotestabaAnnie,queestabacansadadetodoaquello;sumadrelecontestabainvariablemente:

—MiqueridaAnnie,locreíamásrazonable,ydebodecirte,amormío,queesagradecermuymallabondaddeldoctorStrong.

Este reproche se lo dirigía por lo general en presencia del doctor, ymeparecíaqueaquelloeraloqueprincipalmentedecidíaaAnnieaacceder,yseresignabacasisiempreairadondelaqueríallevarElVeterano.

Muyraravez lasacompañabamísterMaldon.Algunasvecesanimabanami tía para que se uniera a ellas; otras veces era únicamente aDora.Anteshubiera dudado en dejarla; pero recordando lo que había sucedido aquellanocheenelgabinetedeldoctor,yanoteníalamismadesconfianza.Creíaqueeldoctorteníarazón,ynosospechabamásqueél.

Algunas vecesmi tía se rascaba la nariz cuando estábamos solos, ymedecíaqueno locomprendía,peroquequerríaverlosmásdichosos,yquenocreíaque sumarcial amiga (así llamaba siemprealVeterano)contribuyeraaarreglar las cosas.Decía también que el primer acto de sensatez de nuestramarcial amiga debía ser el arrancar todas las mariposas de su cofia yregalárselasaalgúndeshollinadorparaquesedisfrazaraenCarnaval.

Perosobre todomi tíacontabaconmísterDick.«Eraevidentequeaquelhombreteníaunaidea—decía—;ysipudiera,aunquesolofueraporalgunosdías, encerrarla en un rincón de su cerebro, lo que era para él la mayordificultad,llegaríaadistinguirsedeunamaneraextraordinaria.»

Ignorante de aquella predicción, míster Dick continuaba siempre en lamismaposición,bisabisdeldoctorydemistressStrong.Parecíanoavanzarni retroceder una pulgada, inmóvil en su base, como un edificio sólido; yconfiesoque,enefecto,mehubiera sorprendido tantoverlaavanzarunpesocomoverandarunacasa.

Pero una noche, algunos meses después de mi matrimonio, míster Dickentreabriólapuertadenuestrosalón;yoestabasolo,trabajando(Doraymitíahabían idoa tomarel téacasade losdospajaritos),ymedijo, conuna tossignificativa:

—Temoquetemolestecharlarunratoconmigo,Trotwood.

—Deningunamanera,místerDick,hágameelfavordeentrar.

—Trotwood —me dijo, apoyándose el dedo en la nariz, después de

Page 58: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

estrecharme lamano—, antes de sentarme querría hacerte una observación.¿Conocesatutía?

—Unpoco—contesté.

—¡Eslamujermásextraordinariadelmundo,caballero!

Ydespuésdedeciresta frase,que lanzócomounabaladecañón,místerDicksesentó,conunaexpresiónmásgravequedecostumbre,ymemiró.

—Ahora,hijomío—añadió—,voyahacerteunapregunta.

—Puedeustedhacermetodaslasquequiera.

—¿Quépiensasdemí,caballero?—mepreguntócruzandolosbrazos.

—Queesustedmiantiguoybuenamigo.

—Gracias,Trotwood—respondiómísterDickriendoyestrechándomelamano con una alegría expansiva—.Pero no es eso lo que quiero decir, hijomío—continuóentonomásserio—.¿Quépiensasdemídesdeestepuntodevista?(ysetocabalafrente).

Yonosabíacómocontestar;perovinoenmiayuda.

—Que tengo la inteligencia débil, ¿no es eso?Y—Pero…—le dije entonoindeciso—quizáunpoco.

—¡Precisamente! —exclamó míster Dick, que parecía encantado de mirespuesta—. Y es que, ¿sabes, Trotwood?, cuando quitaron un poco deldesorden que había en la cabeza de…ya sabes de quién…parameterlo yasabesdónde…sucedió…

YmísterDick hizomuchas veces con lasmanos elmolinete, y despuésgolpeóunaconotra,yvolvióalejerciciodelmolinetepareexpresarunagranconfusión.Estoesloquemehanhecho;estoes.

Yolehiceungestodeaprobación,queélmedevolvió.

—Enunapalabra,hijomío—dijomísterDickbajandolavozdepronto—,quesoyunpocosimple.

Ibaanegarlo,peromedetuvo.

—Sí,sí.Ellapretendequeno.Noquierequeselodigan;peroesasí.Losé.Si no la hubiera tenido de amiga desde hace tantos años, me hubieranencerradoy llevaría la vidamás triste. Pero sabré corresponderla, no temas.Nuncagastoloqueganohaciendolascopias.Lometoenunahucha.Hehechomitestamento;¡yselodejotodo!Serárica…noble.

Míster Dick sacó el pañuelo del bolsillo y se enjugó los ojos. Pero lovolvió a doblar cuidadosamente y volvió a guardárselo, y pareció que al

Page 59: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mismotiempohacíadesapareceramitía.

—Tú eres muy instruido, Trotwood—dijo míster Dick—, tú eres muyinstruido. Tú sabes lo sabio que es el doctor; tú sabes el honor queme hahecho siempre.Lacienciano lehavueltoorgulloso.Eshumilde,humildeyllenode transigenciahastaparaelpobreDick,que tieneuna inteligencia tanlimitadayqueestanignorante.Hehechosubirsunombreenunpedacitodepapel,alolargodelacuerdadelacometa,yhallegadohastaelcielo,entrelasgolondrinas. La cometa ha estado encantada de recibirle, y el cielo se hailuminadomás.

Yoleencantabadiciéndoleconefusiónqueeldoctormerecíatodonuestrorespetoytodanuestraestima.

—Y su mujer es como una estrella —dijo míster Dick—, una estrellabrillante;yolahevistoentodosuesplendor,caballero.Pero(seacercóymepusounamanoenlarodilla)haynubes,caballero,haynubes.

Yo respondí a la solicitudque expresaba su fisonomíadando a lamía lamismaexpresiónymoviendolacabeza.

—¡Yquénubes!—dijomísterDick.

Memiraba con una expresión tan preocupada, y parecía tan deseoso desaber o que serían aquellas nubes, que me tomé el trabajo de contestarlelentamenteyclaramente,comosiseloexplicaraaunniño:

—Hayentreellosundesgraciadomotivodedivisión—respondí—,algunatristecausadedesunión.

Esunsecreto.Quizáeslaconsecuenciainevitabledeladiferenciadeedadqueexisteentreellos.Quizáeslacosamásinsignificantedelmundo.

MísterDick acompañaba cada una demis frases con unmovimiento deatención.Cuando terminé, sedetuvo,ycontinuó reflexionando, con losojosfijosenmíylamanoenmisrodillas.

—Pero¿eldoctornoestáenfadadoconella,Trotwood?—dijoalcabodeunmomento.

—No;laquiereconternura.

—Entoncesyaséloquees,hijomío—dijomísterDick.

Enunacceso repentinodealegríamegolpeó las rodillasyseechóhaciaatrás en su silla, con las cejasmuy levantadas.Le creí completamente loco.Pero pronto recobró su gravedad, e inclinándose hacia adelante, me dijo,después de haber sacado su pañuelo, con expresión respetuosa, como sirealmenterepresentaraamitía:

Page 60: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Eslamujermásextraordinariadelmundo,Trotwood.¿Cómonohabráhechonadaparaquerenazcaelordenenestacasa?

—Es un asunto demasiado delicado y demasiado difícil para que puedanadiemezclarseenél—dije.

—Ytú,queeres tan instruido—continuómísterDick, tocándomecon lapuntadeldedo—,¿porquénohashechonada?

—Porlamismarazón—respondí.

—Entoncesestoyenello,hijomío—repusomísterDick.

Y se enderezó ante mí todavía más triunfante, moviendo la cabeza ydándosegolpesenelpecho.

Parecíaquehabíajuradoarrancarseelalmadelcuerpo.

—Un pobre hombre, ligeramente tocado —continuó míster Dick—, unidiota, una inteligencia débil, hablo de mí, ¿sabes?, puede hacer lo que nopueden intentar siquiera las personas más distinguidas del mundo. Yo losreconciliaré, hijo mío; trataré de ello, y nome guardarán rencor. No podréparecerlesindiscreto.Lestienesincuidadoloqueyopuedodecir;aunquemeequivocase,nosoymásqueDick.¿YquiénsefijaenDick?Dicknoesnadie.¡Bah!

Y sopló con desprecio hacia su insignificante personalidad, como silanzaraunapajaalviento.

Felizmente, avanzaba en sus explicaciones, cuando oímos detenerse elcochealapuertadeljardín.

Doraymitíavolvían.

—Ni una palabra, muchacho —continuó en voz baja—; deja toda laresponsabilidadaDick, a este infelizdeDick… , ¡al locodeDick!Yahacealgúntiempoquelopensaba;ahoraeselmomento.Despuésdeloquemehasdicho,estoyseguro;eseso.Todovabien.

Míster Dick no pronunció ni una palabra más sobre aquel asunto; perodurantemediahoramehizosignostelegráficos,delosquemitíanosabíaquépensar,parapedirmequeguardaraelmásprofundosecreto.

Congransorpresamía,novolvíaoírhablardenadadurantetressemanas,y, sin embargo, me tomaba un verdadero interés por el resultado de susesfuerzos;percibíaunextrañoresplandordebuensentidoen laconclusiónaque había llegado; en cuanto a su buen corazón, nunca había dudado de él.Pero terminépor creerque, comoera inconstantey ligero, habíaolvidadoodesistidodesuproyecto.

Page 61: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

UnanochequeDorano teníaganasdesalir,mi tíayyonos fuimosa lacasa del doctor. Era en otoño, y no había debates en el Parlamento quemeestropearanlafrescabrisadelatardeyelolordelashojassecas,igualesalasqueyopisoteabahacíatantotiempoennuestrojardincitodeBloonderstone,elviento,algemir,parecíatraermetambiénunavagatristeza,comoentonces.

Empezaba a ser de noche cuando llegarnos a casa del doctor. MistressStrong dejaba el jardín en que míster Dick vagaba todavía, ayudando aljardinero en algunas cosas. El doctor tenía una visita en su despacho; peromistress Strong nos dijo que pronto quedaría libre, y nos rogó que leesperásemos.Laseguimosalsalónynossentamosenlaoscuridad,alladodelaventana.Nostratábamossinningúncumplido.Vivíamoslibrementejuntos,comoantiguosamigosybuenosvecinos.

Estábamosasídesdehacíaunmomento,cuandomistressMarkleham,quesiempreteníaquecomplicarlotodo,entróbruscamente,consuperiódicoenlamano,diciendoconvozentrecortada:

—Por Dios, Annie, ¿por qué no me has dicho que había alguien en eldespacho?

—Pero, mamá —repuso ella tranquilamente—, no podía adivinar quequeríassaberlo.

—¡Que quería saberlo!—dijomistressMarkleham dejándose caer en eldiván—.Enmividamehellevadounsustosemejante.

—Segúneso,¿hasentradoeneldespacho,mamá?—preguntóAnnie.

—¿Que si he entrado en el despacho, queridamía?—repuso con nuevaenergía—.¡Yalocreo!Yhecaídosobreesteexcelentehombre.¡Juzgueustedmiemoción,missTrotwood,yustedtambién,místerDavid!Precisamenteenelmomentoenqueestabahaciendotestamento.

Suhijasevolvióvivamente.

—Precisamenteenelmomento,miqueridaAnnie,enqueestabahaciendotestamento, redactando susúltimasvoluntades—repitiómistressMarklehamextendiendo el periódico sobre sus rodillas, como una servilleta—. ¡Quéprevisiónyquécariño!Tengoquecontarlescómohasucedido.Deverdad,sídebocontarlo,aunquesóloseaparahacer justiciaaesteencantodehombre,puesesunverdaderoencantoestedoctor.Quizá sabeusted,missTrotwood,que en esta casa tienen la costumbre de no encender las luces hasta quematerialmentesehadestrozadouna losojos leyendoelperiódico,y tambiénque únicamente en el despacho del doctor se encuentra una butaca dondepoderleerloconcomodidad.Poresoibaaldespachodeldoctor,dondehabíavisto luz. Abro la puerta, y al lado del querido doctor veo a dos señores

Page 62: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

vestidos de negro, evidentemente procuradores, los tres de pie delante de lamesa. El querido doctor tenía la pluma en la mano. «Es únicamente paraexpresar…», decía. Annie, amor mío, escucha bien… «Es únicamente paraexpresartodalaconfianzaquetengoenmistressStrongporloqueledejomifortunaentera,sincondiciones.»Unodelosseñoresrepetía:«Todasufortuna,sin condiciones».Yo, conmovida, comopueden ustedes suponer que lo estáunamadreensemejantescircunstancias,grito:«¡Diosmío,perdonadme!».Y,apuntodecaermeenlapuerta,corroporelpasilloquedaalaantecocina.

MistressStrongabrióelbalcónyseasomóaél;allíestuvoapoyadacontralabalaustrada.

—¿Nolespareceunespectáculoedificante,missTrotwood,yusted,místerCopperfield—continuómistressMarkleham—,elveraunhombredelaedaddeldoctorStrongconlafuerzadevoluntadnecesariaparahacerunacosaasí?Estopruebalarazónqueyotenía.CuandoeldoctorStrongmehizounavisitadelasmáshalagadorasymepidiólamanodeAnnie,yodijeamihija:«Nodudo,hijamía,queeldoctorStrongteaseguraráelporvenirtodavíamásdeloqueahoradiceypromete».

Enaquelmomentoseoyóllamar,ylosvisitantessalierondeldespachodeldoctor.

—Probablementehaterminado—dijoElVeteranodespuésdeescuchar—.El buen hombre ha firmado, sellado y entregado el testamento, y tiene laconcienciatranquila,tienederecho.¡Quéhombre!Annie,amormío,voyaleerel periódico al despacho, pues no sé prescindir de las noticias del día.MissTrotwood,yusted,místerDavid,venganaveraldoctor,seloruego.

Vi amísterDick de pie, en la sombra, cerrando su cortaplumas, cuandoseguimos a mistress Strong al despacho, y a mi tía, que se rascabaviolentamente la nariz, como para distraer un poco su furor contra nuestramarcialamiga;peroloquenosabríadecir, loheolvidadosinduda,esquiénfueelqueentróprimeroeneldespacho,nicómomistressMarklehamestabayainstaladaensusillón.Tampocopodríadecircómofuequemitíayyonosencontramosalladodelapuerta:quizásusojosfueronmáslistosquelosmíosymeretuvoexpresamente;nosabríadecirlo.Peroloquesíséesquevimosaldoctorantesdequenosviera;estabaenmediodeloslibrosgrandes,quetantoamaba, con la cabeza tranquilamente apoyada en la mano. En el mismoinstante vimos entrar amistressStrong, pálida y temblorosa.MísterDick lasostenía. Ella puso una mano encima del brazo del doctor, que levantó lacabezadistraídamente.

Entonces Annie cayó de rodillas a sus pies, con las manos juntas,suplicante, fijando en él unamirada que no olvidaré nunca.Al ver aquello,mistressMark1ehamdejócaerelperiódico,conunaexpresióndeasombrotal,

Page 63: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

quesehubierapodidocogersurostroparaponerleenlaproa,alacabeza,deunnavíollamadoLaSorpresa.

En cuanto a la dulzura que demostró el doctor en su extrañeza, y a ladignidad de su mujer en su actitud suplicante; en cuanto a la emoción demíster Dick y a la seriedad con que mi tía se repetía a sí misma: «¡Estehombre, y dicen que está loco!» (pues triunfaba en aquel momento de laposiciónmiserabledequelehabíasacado),meparecequeloestoyviendoynoquelorecuerdoenelmomentoenqueloestoycontando.

—Doctor—dijomísterDick—,pero¿quéesesto?¡Mireustedasuspies!

—¡Annie!—exclamóeldoctor—.Levántate,queridamía.

—No —dijo ella—, y suplico a todos que no salgan de la habitación.Esposomío,padremío,rompamosporfinestelargosilencio.Sepamosporfinunoyotroloquenossepara.

Mistress Markleham había recobrado el uso de la palabra, y, llena deorgulloporsuhijaydeindignaciónmaternal,exclamó:

—Annie, levántate al momento y no avergüences a todos tus amigoshumillándoteasí,sinoquieresquemevuelvaloca.

—Mamá—contestóAnnie—,hazelfavordenointerrumpirme.Medirijoamimarido;paramísóloélestáaquí;estodoparamí.

—¿Esdecir—exclamómistressMarkleham—,queyonosoynada?¡Estachicahaperdidolacabeza!

Hacedelfavordetraermeunvasodeagua.

Estabademasiadoocupadoconeldoctorysumujerparaatenderaaquelruego,ycomonadieleprestólamenoratención,mistressMark1ehamsevioobligadaacontinuarsuspirando,aabanicarseyaabrirmucholosojos.

—Annie—dijoeldoctor,cogiéndoladulcementeensusbrazos—,queridamía;sihasucedidoennuestravidauncambioinevitable,túnotieneslaculpa.Yosólolatengo.Miafecto,miadmiración,mirespetonohancambiadoparati.Deseohacertedichosa.Teamoyteestimo.Levántate,Annie,¡teloruego!

Pero ella no se levantó. Le miró un momento, y después, apretándosetodavíamáscontraél,pusosubrazoenlasrodillasdesumaridoy,apoyandoencimalacabeza,dijo:

—Sitengoaquíunamigoquepuedadecirunapalabrasobreesto,pormimarido o pormí; si tengo un amigo que pueda decir una sospecha quemicorazónmehamurmuradoaveces;si tengoaquíunamigoquerespeteamimaridoyquemequiera;siesteamigosabealgoquepuedasernosunaayuda,lesuplicoquehable.

Page 64: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Hubo un profundo silencio. Después de unos instantes de penosaindecisión,medecidíporfin.

—MistressStrong,yoséalgoqueeldoctorStrongmehabíasuplicadoquecallara, y he guardado silencio hasta ahora. Pero creo que ha llegado elmomentoenqueseríaunafalsadelicadezaelcontinuarocultándolo;susúplicamelibradelapromesa.

Volvió sus ojos haciamí y vi quehacía bien.Nohubiera podido resistiraquella mirada suplicante, aun cuando mi confianza no hubiese sidoinquebrantable.

—Nuestratranquilidadfutura—dijoella—estáquizáensusmanos.Tengolacertezadequenosecallaránada,ysédeantemanoqueniustedninadieenelmundopodrádecirnuncalomásmínimoqueperjudiquealnoblecorazóndemimarido.Diga loquediga,quemeconcierna,hablevalientemente.Yotambiéndespuéshablarédelantedeélamivez,comotendréquehacerloanteDios.

Sin pedirle al doctor su autorización, me puse a contar lo que habíaocurrido una noche en aquel mismo despacho, permitiéndome únicamentedulcificarunpocolasgroserasfrasesdeUriahHeep.Imposibledescribir losojos asustados de mistress Markleham durante todo mi relato ni lasinterjeccionesagudasqueseleescapaban.

Cuando hube terminado, Annie permaneció todavía un momentosilenciosa,conlacabezabaja,comoyalahedescrito;despuéscogiólamanodeldoctor,quiennohabíacambiadodeactituddesdequehabíamosentradoenlahabitación; laestrechócontrasucorazóny labesó.MísterDick levantóaAnnie condulzura, y ella continuó apoyada en él y con losojos fijos en sumarido.

—Voyaponeraldesnudoantevosotros—dijoconvozmodesta,sumisaytierna—todoloquehallenadomicorazóndesdequemecasé.Nopodríavivirenpaz,ahoraquelosétodo,siquedaralamenoroscuridadsobreestepunto.

—No,Annie—dijoeldoctorcondulzura—;nuncahedudadode ti,hijamía;noesnecesario,queridamía;deverdadnoesnecesario.

—Es necesario que abra mi corazón ante ti, que eres la verdad, lagenerosidadmisma; ante ti, que lo he amadoy respetado siempre, cada vezmás,desdequeloheconocido.Dioslosabe.

—Enrealidad—dijomistressMarkleham—,sitengotodamirazón…

—Pero no tienes ni sombra de ella, ¡vieja loca!—murmuró mi tía conindignación.

—…debepermitírsemedecirqueesinútilentrarentodosesosdetalles.

Page 65: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Mimarido es el único que puede ser juez—dijo Annie sin cesar uninstante demirar al doctor—, y él quiere oírme.Mamá, si digo algo que temoleste,perdónamelo.Yotambiénhesufridomucho,ylargotiempo.

—¡Palabradehonor!—murmurómistressMarkleham.

—Cuandoyoeramuyjoven—dijoAnnie—,pequeñita,sólounaniña,lasprimerasnocionessobretodaslascosasmelasdiounamigoymaestromuypaciente. El amigo de mi padre, que había muerto, me ha sido siemprequerido. No recuerdo haber aprendido nada sin que se mezcle en ello surecuerdo.Élesquienhapuestoenmialmasusprimerostesoros,losgrabóconsusello;enseñadaporotros,creoquehubierarecibidouna influenciamenossaludable.

—Nohabladesumadreparanada—murmurómistressMarkleham.

—No,mamá;peroaéllepongoensulugar.Esnecesario.Amedidaquecrecía,élcontinuabasiendoelmismoparamí.Yoestabaorgullosadelinterésquemedemostraba,y le teníaunafectoprofundoysincero.Leconsiderabacomo un padre, como un guía, cuyos elogios me eran más preciosos quecualquierotroelogiodelmundo,comoaalguienaquienmehubieraconfiadoaunque hubiera dudado del mundo entero. Tú sabes, mamá, lo joven einexpertaqueeracuandodeprontomelopresentastecomomarido.

—Esoyatehedichomásdecincuentavecesatodoslosqueestánaquí—dijomistressMarkleham.

—Entonces,¡poramordeDios!,cálleseynohablemás—murmurómitía.

—Eraparamíuncambiotangrandeyunapérdidatangrande,segúnmeparecía —dijo Annie, continuando en el mismo tono—, que en el primermomentome sentí inquieta y desgraciada. Era una chiquilla todavía, y creoque me entristeció pensar en el cambio que traería el matrimonio a lanaturaleza de los sentimientos que le había profesado hasta entonces. Peropuestoquenadapodíayadejarleamisojostalcomolehabíaconocidocuandosóloerasudiscípula,mesentíorgullosadequémecreyeradignadeél,ynoscasamos.

—En la iglesia de San Alphage Canterbury —observó mistressMarkleham.

—Queel diablo se lleve a esamujer—dijomi tía—. ¿Esquenoquierecallarse?

—No pensé ni un momento —continuó Annie, enrojeciendo— en losbienes materiales que mi marido poseía. A mi joven corazón no lepreocupaban semejantes cosas.Mamá,perdóname si lodigoque tú fuiste laprimera queme hiciste comprender que en elmundo podría haber personas

Page 66: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

bastanteinjustashaciaélyhaciamíparapermitirseesacruelsospecha.

—¿Yo?—exclamómistressMarkleham.

—¡Ah!Ya locreoqueha sidousted—observómi tía—;yestavez,pormuchojuegoquedesalabanico,notepuedesnegar,marcialamiga.)

—Ésta fue la primera tristeza enmi nueva vida—dijoAnnie—. Fue laprimera de mis penas; pero últimamente han sido tan numerosas, que nopodríacontarlas;peronoporlarazónquetúsupones,amigomío,puesenmicorazónnohayniunpensamiento,niun recuerdo,niunaesperanzaquenoestéunidaati.

Levantólosojos,juntólasmanos,yyopenséqueparecíaelespíritudelabellezaydelaverdad.Eldoctorlacontemplófijamenteensilencio,yAnniesostuvosumirada.

—Nolereprochoamamáquetehayapedidonuncanadaparasímisma;susintencioneshansidosiempreirreprochables,yalosé;peronopuedodecirloquehesufridoalverlasllamadasindirectasquetehacíaenminombre,eltráficoquesehacíademinombrerespectoati,cuandohesidotestigodetugenerosidadydelapenaquesentíamísterWickfield,queseinteresabatantoportusasuntos.¡Cómodecirteloquesentílaprimeravezquemeviexpuestaa la odiosa sospecha de haberte vendidomi amor, a ti, el hombre quemásestimaba en el mundo! Y todo esto me ha ahogado bajo el peso de unavergüenza inmerecida, de la que te infligía tu parte. ¡Oh, no! Nadie puedesaber lo que he sufrido;mamá,menos que nadie. Piensa en lo que es tenersiempresobreelcorazónesetemor,esaangustia,ysaberenconcienciaqueeldíademimatrimonionohabíahechomásquecoronarelamoryelhonordemivida.

—¡Y esto es lo que se gana—exclamómistressMarkleham llorando—sacrificándoseporloshijos!¡Querríaserturca!

—¡Ah!YentoncesquisieraDiosquetehubierasquedadoentupaísnatal—dijomitía.

—EntoncesfuecuandomamásepreocupótantodemiprimoMaldon.Yohabía tenido—dijoenvozbaja,perosinelmenor titubeo—muchaamistadconél.Ennuestrainfanciaéramospequeñosenamorados.Silascircunstanciasno lo hubieran arreglado de otro modo, quizá hubiera terminado porpersuadirme de que realmente le quería, y quizáme hubiera casado con él,paradesgraciamía.Nohaymatrimoniopeorproporcionadoqueaquelenquehaytanpocasemejanzadeideasydecarácter.

Yo reflexioné sobre aquellas palabras mientras continuaba escuchandoatentamente,comosilesencontrarauninterésparticular,oalgunaaplicación

Page 67: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

secreta que no pudiera adivinar todavía: «No hay matrimonio peorproporcionado que aquel en que hay tan poca semejanza de ideas y decarácter».

—Notenemosnadacomún—dijoAnnie—;hacemuchotiempoquelohevisto. Y aunque no tuviera más razones para amar a mi marido que elreconocimiento,ledaríalasgraciascontodamialmaporhabermesalvadodelprimerimpulsodeuncorazónindisciplinadoqueibaaextraviarse.

Permanecía inmóvil ante el doctor; suvozvibraba conuna emociónquemehizoestremecer,almismotiempoquecontinuabacompletamentefirmeytranquila,comoantes.

—Cuando él solicitaba cosas de tu generosidad, que tú le concedías tangenerosamenteacausamía,yosufríaporelaspectointeresadoquedabanamiternura; encontraba que hubiera sido más honroso para él hacer sólo sucamera, y pensaba que si yo hubiera estado en su lugar, nada me hubieraparecidodurocontaldeteneréxito.Pero,enfin, leperdonabatodavíaantesdelanocheenquenosdijoadiós,alpartirparalaIndia.Aquellanochetuvelapruebadequeerauningratoyunpérfido;tambiénmedicuentadequemísterWickfieldmeobservabacondesconfianza,yporprimeravezmepercatédelacruelsospechaquehabíavenidoaensombrecermivida.

—¿Unasospecha,Annie?—dijoeldoctor—.¡No,no,no!

—En tu corazón no existía, amigomío, ya lo sé. Y aquella noche fui abuscarteparaverter a tuspies aquella copade tristezaydevergüenza, paradecirtequehabíastenidobajotutechounhombredemisangre,aquienhabíascolmadodebeneficios por amormío, y que ese hombre se había atrevido adecirme cosas que nunca debía haber dejado oír, aunque yo hubiera sido,comoélcreía,unserdébile interesado;peromicorazónsenegóamanchartus oídos con tal infamia; mis labios se negaron a contártela, entonces ydespués.

MistressMarklehamsedesplomóensusillón,conunsordogemido,yseocultódetrásdesuabanico.

—Nohevueltoacambiarunapalabraconéldesdeaqueldía,másqueentupresenciaycuandoeranecesarioparaevitarunaexplicación.Hanpasadoañosdesdequeélhasabidopormícuáleraaquísusituación.Elcuidadoquetúponíasenhacerleascender,laalegríaconquemeloanunciabascuandolohabíasconseguido,todatubondadconél,eranparamímayorcausadedolor,ycadavezsemehacíamisecretomáspesado.

Sedejócaerdulcementea lospiesdeldoctor, aunqueél se esforzabaenimpedírselo;yconlosojosllenosdelágrimascontinuó:

Page 68: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Nohables; déjame todavía decirte otra cosa.Que haya tenido razón ono,creoquesivolvieraaempezarvolveríaahacerlo.Nopuedescomprenderlo que era quererte y saber que antiguos recuerdos podían hacerte creer locontrario; saber que me habían podido suponer infiel y estar rodeada deaparienciasqueconfirmabansemejantesospecha.Yoeramuyjovenynoteníaa nadie queme aconsejara; entremamá y yo siempre ha habido un abismorespectoati.Simeheencerradoenmímisma,siheocultadoelinsultoquemehabían hecho, es porque lo respetaba con toda mi alma, porque deseabaardientementequetútambiénpudiesesrespetarme.

—¡Annie,corazónmío!—dijoeldoctor—.¡Hijamíaquerida!

—¡Una palabra, todavía una palabra! Yo me decía a menudo que túhubieras podido casarte con una mujer que no lo hubiera causado tantosdisgustos y preocupaciones, una mujer que hubiera sabido estar más en susitio, en tu hogar; pensaba que hubiese hecho mucho mejor continuandosiendotudiscípula,casituhija;pensabaquenoestabaalaalturadetubondadni de tu ciencia. Todo esto me hacía guardar silencio; pero era porque terespetaba,porqueesperabaqueundíatambiéntúpodríasrespetarme.

—Esedíallegóhacemuchotiempo,Annie,ynoterminaránunca.

—Todavíaunapalabra.Habíaresueltollevaryosolamicarga,norevelarnunca a nadie la indignidad de aquel para quien tan bueno eras. Sólo unapalabramás,¡oh,elmejordelosamigos!Hoyhesabidolacausadelcambioquehabíaobservadoentiyporelquetantohesufrido;tanprontoloatribuíaamis antiguos temorescomoestabaapuntodecomprender laverdad; en fin,unacasualidadmehareveladoestanochetodalagrandezadetuconfianzaenmí,auncuandoestabastanequivocado.Nocreoquetodomiamornitodomirespeto puedan jamás hacerme digna de esa confianza inestimable; pero almenospuedolevantarlosojossobreelnoblerostrodelqueheveneradocomoun padre, amado como un marido, respetado desde mi infancia como unamigo, y declarar solemnemente que nunca, ni en los pensamientos másligeros, tehe faltado;quenuncahevariadoenel amory la fidelidadque tedebo.

Había echado los brazos alrededor del cuello del doctor; la cabeza delancianoreposabaenladesumujer;suscabellosgrisessemezclabanconlastrenzasoscurasdeAnnie.

—Estréchamebiencontratucorazón,esposomío;nomealejesnuncadeti;nopienses,nodigasquehaydemasiadadistanciaentrenosotros; loúnicoquenosseparasonmisimperfecciones;cadadíaestoymásconvencidaycadadíatambiéntequieromás.¡Oh,recógemeentucorazón,esposomío,puesmiamorestátalladoenlarocayduraráeternamente!

Page 69: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Hubo un largo silencio. Mi tía se levantó con gravedad, se acercólentamenteamísterDickylebesóenlasdosmejillas.Estofuemuyoportunopara él, pues iba a comprometerse; estaba viendo elmomento en que, en elexceso de su alegría ante aquella escena, iba a saltar a la pata coja o a piejuntillas.

—Eres un hombre muy notable, Dick —le dijo mi tía, en tono muydecidido de aprobación—, y no finjas nunca lo contrario, pues te conozcobien.

Despuésmitíaleagarródeunamanga,mehizounaseñaynosdeslizamossuavementefueradelahabitación.

—Heaquíloquetranquilizaráanuestramarcialamiga—dijomitía—,yestomevaaproporcionarunabuenanoche,aunquenotuvieraademásotrosmotivosdesatisfacción.

—Estabacompletamente trastornada,muchome temo—dijomísterDickentonodegranconmiseración.

—¡Cómo!¿Hasvistoalgunavezauncocodrilo trastornado`?—exclamómitía.

—Nocreohabervistonuncauncocodrilo—contestócondulzuramísterDick.

—No hubiera sucedido nada sin ese viejo animal—dijomi tía en tonoconmovido—. ¡Si las madres pudieran al menos dejar en paz a sus hijascuando ya están casadas, en lugar de hacer tanto ruido con su pretendidaternura! Parece que el único auxilio que pueden prestar a las desgraciadasmuchachas que han traído al mundo (y Dios sabe si las desgraciadas handemostrado nunca ganas de venir) es el hacerlas volver amarcharse cuantoantesafuerzadeatormentarlas;pero¿enquépiensas,Trot?

Pensaba en todo lo que acababa de oír.Algunas de las frases que habíaempleado mistress Strong me volvían sin cesar a la imaginación. «No haymatrimoniomás desacertadoque aquel en quehay tan pocas semejanzas deideas y de carácter…» . «El primer movimiento de un corazónindisciplinado…»«Miamorestátalladoenlaroca…»Perollegabaacasa,ylashojassecassonabanbajomispies,yelvientodeotoñosilbaba.

Capítulo6

Inteligencia

Page 70: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Si creo amimemoria, bastante insegura en cuestión de fechas, hacía unañoquemehabíacasado,cuandounatarde,quevolvíasoloacasa,pensandoen el libro que escribía (pues mi éxito había seguido el progreso de miaplicación,yyaestabaembarcadoenmiprimertrabajodeficción),detuveelpasoalpasarpordelantedelacasademistressSteerforth.Estomehabíayaocurridomuchasvecesdesdequevivíaenlavecindad,aunquecuandopodíaelegía siempre otro camino. Aquello me obligaba a dar un gran rodeo, yterminéporpasarporallímuyamenudo.

Nuncahabíahechomásquemirar rápidamentea lacasa.Ningunade lashabitacionesprincipalesdabaa lacalle,y lasventanasestrechas,anticuadas,noresultabanmuyalegresdemirar,tancerradas.

Habíauncaminitocubiertoquecruzabaunpatioembaldosadoquellegabaalapuertadeentradayaunaventanaenarcodelaescalera,muyenarmoníaconlodemás,que,aunqueeralaúnicaquenoestabacerradaconpersianas,nodejabaderesultar tantristeyabandonadacomolasotras.Norecuerdohabervistonuncaunaluzenlacasa.Sihubierapasadoporallícomocualquierotroindiferente, hubiera creído que el dueño había muerto sin dejar hijos; y sihubieratenidolafelicidaddequemeinteresaseaquellugarylohubieravistosiempre en su inmovilidad,mi imaginación es probable que hubiera forjadosobreellalasmásingeniosassuposiciones.

A pesar de todo, trataba de pensar en ello lo menos posible; pero miespíritu no podía pasar por allí, comomi cuerpo, sin detenerse, y no podíasustraermealospensamientosquemeasaltaban.Aquella tardeenparticular,mientras proseguía mi camino, evocaba sin querer las sombras de misrecuerdos de infancia, sueños más recientes, esperanzas vagas, penasdemasiado reales y demasiado profundas; había enmi alma unamezcla derealidad y de imaginación que se confundía con el plan del asunto en queacababa de estar pensando, dando a mis ideas un aspecto singularmentenovelesco.Meditabatristementemientrasandaba,cuandounavozcercanamehizoestremecerdepronto.

Era voz de mujer, y reconocí la de la doncella de mistress Steerforth,aquella que llevaba una cofia con cintas azules. Las cintas habíandesaparecido, probablemente para estar más en armonía con el aspectolamentable de la casa, y no tenía más que un lazo o dos, de un marrónmodesto.

—¿Quiere usted tener la bondad, caballero, de venir a hablar con missDartle?

—¿MissDartlemellama?

—Esta tarde no, caballero; pero es lomismo.Miss Dartle le ha visto a

Page 71: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

ustedpasarhaceunoodosdías,ymehadichoquemesentaraenlaescaleraatrabajarylerogaraqueentraseahablarlelaprimeravezqueleviera.

La seguí, y en el camino le pregunté cómo se encontraba mistressSteerforth.Mecontestóqueestabasiempreindispuestayquesalíamuypocodesuhabitación.

Cuandollegamosalacasamecondujeronaljardín,dondeencontréamissDartle.Meadelantésolohaciaella.Estabasentadaenunbanco,alfinaldeunaespeciedeterraza,desdedondeseveíaLondres.

Latardeeraoscura,ysólounaclaridadrojizailuminabaelhorizonte;ylagranciudad,quesepercibíaalolejosgraciasaaquellaclaridadsiniestra,mepareciómuyapropiadaconelrecuerdodeaquellamujerardienteyaltanera.

Me vio acercarme y se levantó para recibirme. La encontré todavíamáspálidaymásdelgadaqueennuestraúltimaentrevista;susojosbrillabanmásysucicatrizeramásvisible.

Nuestro encuentro no fue cordial.La últimavez quenos habíamosvistonos habíamos separado después de una escena bastante violenta, y había entodasupersonaunairededesdénquenosetomabaeltrabajodedisimular.

—Medicenquedeseaustedhablarme,missDartle—ledije,deteniéndomeasulado,conlamanoapoyadaenelrespaldodelbanco.

—Sí—dijoella—;hagaustedelfavordedecirmesihanencontradoaesamuchacha.

—No.

—Sinembargo,¡sehaescapado!

Veía sus labiosdelgadoscontraersealhablarme,comosi laahogaran losdeseosdellenaraEmilydereproches.

—¿Escapado?—repetíyo.

—Sí,lehadejado—dijoriendo—;sinolahanencontradoahora,quizánolaencuentrennunca.

Quizáhayamuerto.

Jamás he visto en ningún rostro semejante expresión de crueldadtriunfante.

—Lamuerteesquizálamayorfelicidadquelepuedadesearunamujer—ledije—;mealegraverqueeltiempolahahechotanindulgente,missDartle.

No se dignó a contestarme, y se volvió hacia mí, con una sonrisa dedesprecio.

Page 72: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Los amigos de esa excelente y virtuosa persona son amigos de usted.Ustedessucampeónydefiendesusderechos.¿Quiereustedqueledigatodoloquesesabedeella?

—Sí—respondí.

Selevantóconunasonrisademaldadygritó:

—¡Venga usted aquí! —como si llamara a algún animal inmundo—.Esperoquenosepermitiráustedningúnactodevenganzaenestelugar,místerCopperfield—dijomientrascontinuabamirándomeconlamismaexpresión.

Yo me incliné sin comprender lo que quería decir, y ella repitió porsegundavez:«Vengaustedaquí».EntoncesviapareceralrespetableLittimer,que,siempretanrespetuoso,mehizounprofundosaludoysecolocódetrásdeella.MissDartlesetendióenelbancoymemiróconunaexpresióntriunfantey de malicia, en la que había, sin embargo, algo extraño, algo de graciafemenina,unatractivosingular:teníaelaspectodeesascruelesprincesasquesóloseencuentranenloscuentosdehadas.

—Yahora—ledijoentonoimperioso,sinmirarlesiquieraypasándoselamanoporlacicatriz,enaquelinstantequizáconmásplacerquepena—digaustedamísterCopperfieldtodoloquesabedelahuida.

—MísterJamesyyo,señora…

—Nosedirijaustedamí—dijo,frunciendolascejas.

—MísterJamesyyo,caballero…

—Niamí;seloruego—ledije.

Littimer,sinparecerdesconcertarselomásmínimo,seinclinóligeramentepara demostrar que todo lo que nos agradara le era igualmente agradable, yprosiguió:

—MísterJamesyyohemosviajadoconesajovendesdeeldíaenqueellaabandonóYarmouthbajolaproteccióndemísterJames.Hemosestadoenunamultitud de lugares y hemos visto muchos países; hemos visitado Suiza,Francia,Italia;enfin,estuvimosentodaspartes.

Fijólosojosenelrespaldodelbanco,comosifueraaélaquiensedirigía,ypaseóporélsuavementesusdedos,comositocaraunpianomudo.

—MísterJamesqueríamuchoaaquellajovencita,ydurantemuchotiempohallevadolavidamásregularqueyolehevistohacerdesdequeestoyasuservicio. La joven hizo muchos progresos; hablaba ya los idiomas de lospaíses por donde nos establecíamos; ya no era la campesinita de antes; heobservadoquelaadmirabanmuchoportodaspartes.

Page 73: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Miss Dartle se llevó la mano al costado. La vi lanzarle una mirada ysonreíramedias.

—De verdad, la admiraban mucho. Quizá su modo de vestir, quizá elefecto del sol y del aire libre en su cutis, quizá las atenciones de que eraobjeto; que fuera esto o aquello, la cuestión es que poseía un encanto queatraíalaatencióngeneral.

Sedetuvounmomento;losojosdemissDartlevagabansinreposodeunpuntoaotrodelhorizonte,ysemordíaconvulsivamenteloslabios.

Littimeruniólasmanos,sepusoenequilibrioenunasolapiernayconlosojosbajosadelantósurespetablecabeza;despuéscontinuó:

—Lamuchachavivióasíduranteciertotiempo,conunpocodedepresióndevez en cuando, hasta que al fin empezó a cansar amíster James con susgemidos y sus escenas repetidas. Ya no iba todo tan bien: míster Jamesempezó a desarreglarse como antes. Cuanto más se alejaba él, más seentristecíaella,ypuedoasegurarquenomesentíaagustoentrelosdos.Sinembargo, se reconciliaron muchas veces, y verdaderamente esto ha duradomástiempodeloquepodíaesperarse.

Miss Dartle fijó en mí sus miradas con la misma expresión victoriosa.Littimer tosió una o dos veces para aclararse la voz, cambió de pierna yprosiguió:

—Porfin,despuésdemuchosreprochesylágrimasdelamuchacha,místerJames partió una mañana (estábamos en una casa de huéspedes, en lascercaníasdeNápoles,porqueaellalegustabamuchoelmar),ybajopretextodequeteníaquemarcharseparabastantetiempo,meencargóqueleanunciaraque,enelinterésdetodoelmundo,se…—aquíLittimertosiódenuevo—semarchaba. Pero míster James, debo decirlo, se comportó del modo máscaballeroso, puespropuso a lamuchachaque se casara conunhombremuyrespetable,queestabadispuestoapasarlaesponjaporelpasado,yquevalíatanto como cualquier otro al que hubiera pretendido por buen camino, puesellaeradeunafamiliamuyvulgar.

Cambiódenuevodepiernaysepasó la lenguapor los labios.Yoestabaconvencidodequeeraaélaquienelcanallaserefería,yveíaquemissDartleparticipabademiopinión.

—Fui igualmente encargado de aquella comunicación; yo no pedía másquehacertodoloposibleparasacaramísterJamesdesuapuroyreconciliarlecon su buena madre, a quien tanto ha hecho sufrir—, he aquí por qué meencargué de aquello. La violencia de la muchacha cuando supo su partidasobrepasó todo loquepodíaesperarse.Estabacomo loca,ysinosehubieraempleadolafuerza,sehabríaapuñaladootiradoalmar,osehabríadestrozado

Page 74: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

lacabezacontralasparedes.

Miss Dartle se movía en el banco, con expresión de alegría, como siquisierasaborearmejorlaspalabrasdequeseservíaelmiserable.

—Pero sobre todo cuando llegué al segundo punto—dijo Littimer concierta turbación—escuando lamuchachasemostró talcomoera.Sepodríacreer que por lomenos hubiera comprendido toda la generosa bondadde laintención; pero nunca he visto furor semejante. Su conducta excede todo loque se pudiera expresar. Un palo, una piedra, hubieran demostrado másagradecimiento,máscorazón,máspaciencia,másrazón.Sinohubieraestadopreparado,estoysegurodequehubieraatentadocontramivida.

—¡Laestimotodavíamás!—dijeconindignación.

Littimer inclinó la cabeza, comoparadecir: «¿Verdaderamente? ¡Pero esustedtanjoven!».Despuéscontinuósurelato:

—Enunapalabra:meviobligadoduranteciertotiempoanodejarleasualcanceningunodelosobjetosconquehubierapodidohacersedañoohacerdaño a los demás y a tenerla encerrada. Pero, a pesar de todo, una nocherompióloscristalesdeunaventanaqueyomismohabíacerradoconclavos,sedejócaerporunaparra,ynohevueltoaoírhablardeella.

—¡Puede haber muerto! —dijo miss Dartle con una sonrisa, como sihubieraqueridoempujarconelpieelcadáverdeladesgraciadamuchacha.

—Quizásehayaahogado,señorita—repusoLittimer,demasiadodichosodepoderdirigirseaalguien—.Esmuyposible.Obienlahabránayudadolospescadores, o sus mujeres. Le gustaban mucho las malas compañías, missDartle,eibaasentarsealladodelosbarcos,enlaplaya,paracharlarconlospescadores. La he visto hacerlo durante días enteros, cuando míster Jamesestabaausente.YundíamísterJamesseenfadómuchocuandosupoquehabíadichoalosniñosqueellatambiénerahijadeunpescadoryquedepequeña,ensupaís,corría,comoellos,descalzaporlaplaya.

¡Oh.,Emily!¡Pobremuchacha!¡Quécuadrosepresentóamiimaginación!Laveíasentadaen laorilla lejana,enmediode losniños,que le recordabanlos días de su inocencia; escuchando aquellas vocecitas que le hablaban deamormaternal,delaspurasydulcesalegríasquehabríaconocidosihubierasidolamujerdeunhonradomarinero,obienprestandooídoalavozsolemnedelocéano,quelemurmuraríaeternamente:«Nuncamás».

—Cuandoyaeraevidentequenopodíahacernada,missDartle…

—Lehedichoquenomehable—respondiómissDartleconunadurezadespreciativa.

—Es porque usted me había hablado, señorita —respondió—. Le pido

Page 75: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

perdón.Sémuybienquemideberesobedecer.

—Enesecaso,cumplaconsudeber;terminelahistoriaymárchese.

—Cuandofueevidente—continuó,enel tonomásrespetableyhaciendounprofundosaludo—quenoselaencontrabaenningunaparte,fuiaunirmeamísterJamesalsitioenquehabíamosconvenidoqueleescribiríayleinformédeloquehabíasucedido.Nospeleamos,ymepareciómideberdejarle.Podíasoportar, y había soportado,muchas cosas; peromíster James había llevadosus insultos hasta pegarme: era demasiado. Sabiendo el desgraciadoresentimientoqueexistíaentreélysumadre,ylaangustiaenqueestaúltimadebíadeestar,metomélalibertaddevolveraInglaterraparacontarle…

—Noleescucheusted;lehepagadoparaesto—medijomissDartle.

—Precisamente, señorita… para contarle lo que sabía. No creo —dijoLittimerdespuésdeunmomentodereflexión—tenernadamásquedecirPorelmomento estoy sin empleo, yme gustaría encontrar en alguna parte unasituaciónrespetable.

MissDartlememiró comopreguntándome si no tenía ninguna preguntaquehacer…Semehabíaocurridouna,ydije:

—Querríapreguntara…esteindividuo(mefueimposiblepronunciarunapalabramáscortés)sinosehainterceptadounacartaescritaaesadesgraciadamuchachaporsufamilia,osisuponequelaharecibido.

Permaneciótranquiloysilencioso,conlosojosfijosenelsueloylapuntadelosdedosdesumanoizquierdadelicadamentearqueadossobrelapuntadelosdedosdesumanoderecha.

MissDartlevolvióhaciaéllacabeza,conairedesdeñoso.

—Dispénseme usted, señorita; pero, a pesar de toda mi obediencia porusted, conozco mi posición, aunque no sea más que un criado. MísterCopperfieldyusted, señorita, no son lomismo.SimísterCopperfielddeseasaberalgodemí,metomolalibertadderecordarlequesiquiereunarespuestapuededirigirmeamísuspreguntas.Tengoquemantenermidignidad.

Hiceunviolentoesfuerzosobremidesprecio,y,volviéndomehaciaél,ledije:

—¿Haoídoustedmipregunta?Siquiere,esaustedaquienladirijo.¿Quémecontesta?

—Caballero—repuso, uniendo y separando alternativamente la punta desusdedos—,nopuedocontestaralaligera.TraicionarlaconfianzademísterJamesparaconsumadreoparaconustedesmuydistinto.Noeraprobableque míster James quisiera facilitar una correspondencia que propiciara

Page 76: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

redoblarladepresiónylosreprochesdelaseñorita;pero,caballero,deseonoirmáslejos.

—¿Esesotodo?—mepreguntómissDartle.

Contestéquenoteníanadamásqueañadir.

—Únicamente —dije, viéndole alejarse— comprendo el papel que harepresentadoestemiserableentodoesteculpableasunto,yvoyacontárseloalhombrequeha servido aEmilydepadresdesde la infancia.Por lo tanto, sítengounconsejoquedaraesetipo:esquenoaparezcamuchoenpúblico.

Aloírmehablar,sehabíadetenidoconsucalmahabitual.

—Gracias, señor; pero permítame que le diga que en este país no hayesclavosniamos,yquenadietienederechoatomarselajusticiaporsumano;ysiacasosellegaahacer,nocreoquesellevelamejorparte.Esparadecirle,caballero,queirédondemeparezca.

Me saludó cortésmente, hizo otro tanto con miss Dartle y salió por elmismosenderoquehabíavenido.MissDartleyyonosmiramosunmomentosin decir palabra; parecía continuar en lamisma disposición de espíritu quecuandohabíahechoapareceraaquelhombreantemí.

—Ademásdice—observó,apretandolentamenteloslabios—quesuseñorviajaporlascostasdeEspañayqueprobablementecontinuarámuchotiemposusexcursionesmarítimas.Peroesonoleinteresaausted.Hayentreestasdosnaturalezasorgullosas,entreestamadreyestehijo,unabismomásprofundoquenuncayquenopodrállenarse,puessondelamismaraza;eltiempolosvuelvemásobstinadoseimperiosos.Peroesotampocoleinteresa.Heaquíloquequeríadecir.Esedemonioalqueustedhaceunángel;esacriaturavilqueél ha sacadodel lodo (yvolvióhaciamí sus ojos negros, llenosdepasión),quizáviva todavía.Aesas criaturas lesdura lavida.Si nohamuerto, ustedseguramentetendráinterésenencontraraesaperlapreciosaparaencerrarlaenunestuche.Tambiénnosotroslodeseamos,paraqueélnopuedavolverasersu presa. Así es que tenemos el mismo interés. Por eso, como quisieraencontrarlaparahacerletodoeldañoaquepuedesersensibleunacriaturatandespreciable,lehehechoquevinieraaescucharloquehaoído.

Vi,porelcambiodesufisonomía,quealguienseacercabapordetrásdemí. Era mistress Steerforth, que me tendió la mano, más fríamente que decostumbre,yconunaexpresióntodavíamássolemnequeantes.Sinembargo,medicuenta,nosinemoción,dequenopodíaolvidarmiantiguocariñoporsuhijo.

Había cambiado mucho; su arrogante estatura se había encorvado;profundasarrugassemarcabanensubellorostro,ysuscabellosestabancasi

Page 77: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

blancos; sin embargo, todavía estaba bella, y reconocí en ella los ojosbrillantes y el aire imponente que producían mi admiración en mis sueñosinfantilesdelcolegio.

—¿MísterCopperfieldlosabetodo,Rose?

—Sí.

—¿HavistoaLittimer?

—Sí,yyalehedichoporquéhabíaustedexpresadoesedeseo.

—Eresunabuenachica.Desdequenolehevistohetenidoalgunarelacióncon su antiguo amigo, caballero —dijo dirigiéndose a mí—; pero no haaceptadotodavíasusdeberesparaconmigo.EnestonotengootroobjetivoqueelqueRoselehadadoaconocer,ysialmismotiemposepuedenconsolarlaspenasdelbuenhombrequeustedmetrajoaquí,puesnolequieromal,loqueyaesbastantedemiparte,ysalvaramihijodelpeligrodevolveracaerenloslazosdeesaintrigante.

Seirguióysesentó,mirandoanteella,alolejos,muyalolejos.

—Señora—ledijeentonorespetuoso—,lacomprendo.Yleaseguroquenodeseoatribuirleotrosmotivos;perodebodecirle,yoqueheconocidodesdelainfanciaaesadesgraciadafamilia,queseequivocaustedsisefiguraqueesapobremuchacha,indignamentetratada,nohasidoengañadacruelmenteyquenopreferiríahoymorirqueaceptarniunvasodeaguadelamanodesuhijo.¡Seequivocaustedporcompleto!

—¡Chis,Rose,chis!—dijomistressSteerforthalverquesucompañeraibaareplicar—.Esinútil;nohablemosmás.¡Heoídodecirquesehabíacasadousted!

Respondíque,enefecto,mehabíacasadohacíaunaño.

—¡Yquetieneustedéxito!Vivotanlejosdelmundo,quenomeenterodenada;peroheoídodecirqueempiezaustedasercélebre.

—Hetenidomuchasuerte,yminombreempiezaaconocerse.

—¿Ynotieneustedmadre?—dijoconvozmásdulce.

—No.

—¡Esunalástima!Hubieraestadoorgullosadeusted.Adiós.

Cogílamanoquemetendíaconunadignidadmezcladadedureza;estabatantranquiladerostrocomosisualmaestuvieraenreposo.Suorgulloeralobastantefuerteparaimponersilenciohastaaloslatidosdesucorazónyparaextendersobresurostroelvelode insensibilidadmentirosaa travésdelcualmiraba,desdelasillaenqueestabasentadoanteella,alolejos,muyalolejos.

Page 78: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Al alejarme de ellas, a lo largo de la terraza, no pude por menos quevolverme para ver a aquellas dos mujeres, cuyos ojos estaban fijos en elhorizonte, cada vezmás sombrío a su alrededor.Aquí y allí se veían brillaralgunas luces, en la ciudad lejana; una claridad rojiza iluminaba todavía elorienteconsusreflejos;perodelvallesubíaunanieblaqueseextendíacomoel mar en las tinieblas, para envolver en sus pliegues aquellas dos estatuasvivasqueacababadedejar.Nolopuedopensarsinterror,puescuandovolvíaverlasunmarfuriososehabíaverdaderamenteabiertobajosuspies.

Reflexionandosobreloqueacababadeoír,penséqueselodebíacontaramísterPeggotty.AldíasiguientefuiaLondresparaverle.Errabasincesardeunaciudadaotra,preocupadoúnicamenteporlamismaidea;peroenLondresesdondemásestaba.¡Cuántasveceslehevisto,enmediodelassombrasdelanoche,atravesarlascallesparadescubrir,entrelasrarassombrasqueparecíanbuscarfortunaaaquellashorasdescompasadas,loquetantotemíaencontrar!

Había alquilado una habitación encima de la tiendecita de velas, enHungerford Market, de que ya he hablado. De allí fue de donde salió laprimeravez,cuandoemprendiósuperegrinaciónpiadosa.Fuiabuscarle.Medijeronquenohabíasalidotodavía,yleencontréensuhabitación.

Estabasentadoalladodeunaventana,dondecultivabaalgunasílores.Lahabitación estaba limpiaybien arreglada.Enunaojeadavi que todo estabapreparado para recibirla, y que nunca salía sin pensar que quizá la traeríaaquellanoche.Nomehabíaoídollamaralapuerta,ynolevantólosojoshastaquepuselamanoensuhombro.

—¡SeñoritoDavy! ¡Gracias,muchasgraciaspor suvisita!Siéntesey seabienvenido.

—Míster Peggotty—le dije, cogiendo la silla que me ofrecía—, yo noquerríadarledemasiadasesperanzas;peromeheenteradodealgo.

—¿SobreEmily?

Setapólabocaconlamano,conunaagitaciónfebril,y,fijandolosojosenmí,palideciómortalmente.

—Estonomepuededarningúnindiciosobreellugarenqueseencuentra;peroelcasoesqueyanoestáconél.

Sesentósindejardemirarme,yescuchóenelmásprofundosilenciotodoloqueteníaquecontarle.

No olvidaré nunca la dignidad de aquel rostro grave y paciente; meescuchabaconlosojosbajosylacabezaentrelasmanos;permaneciótodoeltiempoinmóvil,sininterrumpirmeniunasolavez.Parecíaquenohubieraentodoellomásqueunafigura,queélperseguíaatravésdemirelato,ydejaba

Page 79: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

pasartodaslasdemáscomosombrasvulgares,delasquenosepreocupaba.

Cuandohubeterminadosetapóunmomentolacaraconlasmanos,enelmismosilencio.Yomevolvíhacialaventana,comoparamirarlasflores.

—¿Quépiensausted,señoritoDavy?—mepreguntóporfin.

—Creoquevive—respondí.

—Nosé;quizáelprimerchoquehasidodemasiadofuerte,yenlaangustiadesualma…esemarazuldeque tantohablaba; ¡quizápensabaenéldesdehacíatantotiempoporqueteníaquesersutumba!

Hablabaenvozbajayconmovida,mientraspaseabaporlahabitación.

—Y, sin embargo, señorito Davy —añadió—, yo estaba seguro de quevivía;díaynoche,alpensarlo,estabasegurodequelaencontraría;estomehadadotantafuerza,tantaconfianza,quenocreohabermeequivocado.No,no;Emilyvive.

Pusoconfirmezalamanoencimadelamesa,ysurostrotostadotomóunaexpresiónderesoluciónindecible.

—MiEmilyvive,señorito—dijoentonoenérgico—.Yonosédedóndeproviene,nienquéconsiste;perohayalgoquemedicequevive.

Parecía casi inspirado al decir esto. Esperé unmomento a que estuvierapreparado para escucharme; después traté de sugerirle una idea que se mehabíaocurridolavísperaporlanoche.

—Amigomío—ledije.

—Gracias,señorito,gracias—yestrechómismanosentrelassuyas.

—Siviniera aLondres, loqueesprobable,pues enningunapartepuedeestarseguradeocultarseconlafacilidadqueaquí,enestagranciudad…¿Yquépodráhacersinoocultarsealosojosdetodos,denovolverconusted?…

—A casa no volvería—dijo, sacudiendo tristemente la cabeza—. Si sehubieramarchadocontenta,puedequehubiesevuelto;peroasí,no.

—Si viniera a Londres, yo creo que hay una persona que tendría másfacilidaddeencontrarlaquecualquierotra.¿Seacuerdausted?…Escúchemeconfirmeza,pienseensugranfin.¿SeacuerdausteddeMartha?

—¿Nuestrapaisana?

Nonecesitabarespuesta;nohabíamásquemirarle.

—¿SabeustedqueestáenLondres?

—Lahevistoporlascalles—mecontestóestremeciéndose.

Page 80: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—PeroloqueustednosabeesqueEmilyestuvollenadebondadconella,ayudada por Ham, mucho tiempo antes de que abandonara su casa. Ustedtampoco sabe que la noche en que yo le encontré, y en que estuvimoscharlando en aquella habitación, allá abajo,Martha estaba escuchando en lapuerta.

—SeñoritoDavy—respondióconsorpresa—,¿lanochequenevabatanto?

—Sí. Luego no he vuelto a verla. Después de dejarle a usted traté debuscarla; pero se había marchado. No quería hablarle a usted de ella; hoymismo,silohago,esconrepugnancia;peroesquecreoqueesaellaaquiensedebedirigirusted.¿Mecomprende?

—Comprendodemasiado—respondió.Noshablábamosenvozbaja.

—¿Usted dice que la ha visto? ¿Cree usted que podría volver aencontrarla?Puesyosólopodríaencontrarlaporcasualidad.

—Creo,señoritoDavy,quesédóndeselapuedebuscar.

—Esdenoche.Puestoqueestamosjuntos,¿quiereustedquetratemosdeencontrarla?

Consintióenelloysepreparóaacompañarme.Haciendocomoquenomefijabaenloquehacía,vielcuidadoconquearreglabalapequeñahabitación.Preparóunavelaypusocerillasencimadelamesa.

Preparólacama,sacódeuncajónuntrajequeyorecordabahaberlevistopuestoaEmily,lodoblócuidadosamente,conalgunaotraropademujer,unióaellounsombreroylopusotodoencimadeunasilla.Peronohizolamenoralusiónaaquellospreparativos,yyotambiénguardésilencio.SindudahacíamuchotiempoqueaqueltrajeesperabacadanocheaEmily.

—Antes, señorito Davy —me dijo mientras bajaba la escalera—, yomiraba a esamuchacha, a esaMartha, como el fango de los zapatos demiEmily.¡QueDiosmeperdone;perohoyyanoeslomismo!

MientrasandábamoslehablédeHam;eraunmododeobligarleacharlar,yalmismotiempodeseabasaberalgodeaquelpobremuchacho.Merepitió,casi en los mismos términos que la vez anterior, que Ham era siempre elmismo,queabusabade suvida sincuidarsedeella;peroquenosequejabanunca,yquesehacíaquererportodoelmundo.

Lepregunté si sabía lasdisposicionesdeHam respecto al autorde tantoinfortunio.¿Nohabríaalgoquetemerporaquellado?

—¿Qué ocurriría, por ejemplo, siHam se encontrara por casualidad conSteerforth?

—Nolosé,señorito.Hepensadoenelloamenudo;peronoséquédecir.

Page 81: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Yolerecordélamañanaenquehabíamospaseadolostresporlaplaya,aldíasiguientedelapartidadeEmily.

—¿Seacuerdausted—ledije—delamaneracomomirabaelmarycomomurmurabaentredientes:«Yaveremoscómoterminatodoesto»?

—Sí,lorecuerdo.

—¿Quécreeustedquequeríadecir?

—SeñoritoDavy—mecontestó—,me lohepreguntadomuchasvecesynuncaheencontradorespuestasatisfactoria.Lomáscuriosoesque,apesardetoda su dulzura, creo que nuncame atreveré a preguntárselo; nuncame hadicho la menor palabra fuera del respeto más profundo, y no me pareceprobable que quiera empezar ahora; pero no es un agua tranquila dondeduermensemejantespensamientos:esunaguamuyprofunda,ynopuedoverloquehayenelfondo.

—Tieneustedrazón,yesoesloquemeinquietaaveces.

—Amí también, señoritoDavy—replicó—,ymepreocupa todavíamásque sus aficiones aventureras. Sin embargo, todo proviene del mismomanantial. No puedo decir a qué extremo llegaría en semejante caso; peroquierocreerqueesosdoshombresnovolveránaencontrarsenunca.

AtravesábamosTempleBar, en laCity.Ya no hablábamos; andaba amiladoabsorto enun solopensamiento, enunapreocupaciónconstante,que lehubiera hecho encontrar la soledad en medio de la multitud más ruidosa.Estábamos cerca del puente de Blackfriars cuando volvió la cabeza paraenseñarmeconlamiradaaunamujerqueibasolaporlaotraacera.Enseguidareconocíalaquebuscábamos.

Atravesamos la calle, e íbamos a abordarla, cuando se me ocurrió quequizáestaríamásdispuestaadejarnosversusimpatíaporlapobremuchachasi le hablábamos en un sitiomás tranquilo y alejado de lamultitud. Por lotanto,aconsejéamicompañeroque lasiguiéramossinhablarle;además,sindarmeyomismocuenta,deseabasaberadóndeiba.

Consintió,ylaseguimosdelejos,sinperderladevistaunmomento,perotambiénsinacercarnosdemasiado;ellaacadamomentomirabaaunladoyaotro.Unavezsedetuvoparaescucharunabandademúsica.Nosotrostambiénnosdetuvimos.

Continuabaandando,ynosotrossiguiéndola.Eraevidentequesedirigíaaun lugar determinado; aquella circunstancia, unida al cuidado que ponía enseguir las callesmás populosas, y quizá una especie de fascinación extrañaque me producía aquella misteriosa persecución, me confirmaron cada vezmás enmi resolución de no abordarla. Por fin entró en una calle sombría y

Page 82: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

triste;allínohabíagenteniruido.

DijeamísterPeggotty:

—Ahorapodemoshablarle.

Yapretandoelpasolaseguimosmásdecerca.

Capítulo7

Martha

HabíamosentradoenelbarriodeWestminster.ComohabíamosencontradoaMarthallevandodirecciónopuestaalanuestra,habíamostenidoquevolveratrás para seguirla, y fue ya cerca de la abadía de Westminster cuandoabandonólascallesruidosasyfrecuentadas.Andabatandeprisaque,unavezfuera de la gente que atravesaba el puente en todas las direcciones, noconseguimosalcanzarlahastaunaestrechacallejuela,alolargodelaorillaporMillbanck. En aquelmomento atravesaba la calzada como para evitar a losquelaseguíany,sinperdersiquieratiempoenmirartrasdesí,aceleróelpaso.

El ríomeaparecióa travésdeunsombríopasaje,dondeestabanalgunoscarros,yalveraquellocambiédeidea.Toquéelbrazodemicompañero,yenlugar de atravesar la calle, como había hecho Martha, continuamos por lamisma acera, ocultándonos lo más posible, a la sombra de las casas, perosiempresiguiéndolamuydecerca.

Existíaentonces,yexistetodavíahoy,alfinaldeaquellacalle,unpequeñocobertizo en ruinas. Está colocado precisamente donde termina la calle ydonde la carretera empieza a extenderse, entre el río y un alineamiento decasas.Encuanto llegóallíyvioel río sedetuvocomosihubiera llegadoalpuntodesudestino;despuéssepusoabajarlentamentealolargodelrío,sindejardemirarunsoloinstante.

Enelprimermomentohabíacreídoque sedirigíaaalgunacasa,yhastahabía esperado vagamente que encontráramos algo que nos pudiera ayudarsobrelashuellasdelaquebuscábamos.Peroalverelaguaverdosaatravésdelacallejuelatuveelsecretopresentimientodequenoiríamáslejos.

Todoloquenosrodeabaera triste,solitarioysombríoaquellanoche.Nohabíaacerasnicasasenelcaminomonótonoquerodeaba lavastaextensiónde la prisión. Un estancamiento de agua depositaba su fango a los pies deaquelinmensoedificio.Hierbasmediopodridascubríanaquelterreno.Porunlado,lascasasenruinas,malempezadasyquenuncasehabíanterminado;porotro,unamontonamientodecosasdehierro informes: ruedas, tubos,hornos,

Page 83: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

áncoras y no sé cuántas cosas más, como avergonzadas de sí mismas, queparecíanvanamentetratardeocultarsebajoelpolvoyelfangodequeestabancubiertas. En la orilla opuesta, el resplandor deslumbrante y el ruido de lasfábricasparecíancomplacerseenturbarelreposodelanoche;peroelespesohumo que vomitaban sus gruesas chimeneas no se conmovía y continuabaelevándose en una columna incesante. Se decía que allí, en los tiempos demucha peste, habían cavado una fosa para arrojar los muertos; y aquellacreenciahabíaextendidoporlascercaníasunainfluenciafatal;parecíaquelapestehubieraterminadopordescomponerseenaquellaformanuevayquesehubiera combinado con la espuma del río, manchado por su contacto,formandoaquelbarrizalinmundo.

Allí era donde, sin duda creyéndose formada del mismo barro, ycreyéndose el desecho de la naturaleza, reclamada por aquella cloaca, lamuchacha que habíamos seguido en su carrera permanecía sola y tristemirandoalagua.

Habíaalgunasbarcasaquíyallá,enelfangodelaorilla,yescondiéndonostrasdeellaspudimosdeslizamosasuladosinservistos.HiceseñasamísterPeggotty de que permaneciera donde estaba, yme dirigí yo solo a ella.Meacercabatemblando,puesalverlaterminar.tanbruscamentesurápidacarrera,y al observarla allí, de pie, bajo la sombra del puente cavernoso, siempreabsortaenelespectáculodeaquellaaguaruidosa,nopodíareprimirunsecretotemor.

Yocreoquesehablabaasímisma.Laviquitarseelchalyenvolverseenéllasmanosconlaagitaciónnerviosadeunasonámbula.Jamásolvidaréqueentodasupersonahabíaunaagitaciónsalvajequeme tuvoenangustiamortal,conel temordeverlahundirseantemisojos,hastaelmomentoenquesentíqueteníasubrazoapresadoenmimano.

Enelmismoinstanteexclamé:«¡Martha!».Ellalanzóungritodeterrorytratódeescapar;solonohubieratenidolafuerzapararetenerla;perounbrazomás vigoroso que el mío la cogió. Y cuando ella, levantando los ojos, vioquiénera,yanohizoelmenoresfuerzoparadesasirseantesdecaeranuestrospies.Latransportamosfueradelagua,enunsitiodondehabíaalgunaspiedrasgrandes,ylahicimossentarse;nocesabadellorarydegemir,conlacabezaocultaentrelasmanos.

—¡Elrío!¡Elrío!—exclamabaapasionadamente.

—Chis,chis—ledije—;tranquilícese.

Peroellarepetíasiemprelasmismaspalabras,clamando:«¡Elrío!».

—Escomoyo,losé—decía—,ylepertenezco.Eslaúnicacompañíaquemerezcoya.Comoyo,desciendedeunlugarcampestreytranquilo,dondesus

Page 84: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

aguas corrían inocentes; ahora corre turbia, entre calles sombrías, y se va,comomivida,haciauninmensoocéanoagitadosincesar.Deboirmeconél.

Nuncaheoídounavozniunaspalabrastanllenasdedesesperación.

—Nopuedoresistirlo—,nopuedodejardepensarlosincesar.Mepersiguenocheydía.Es laúnicacosaenelmundodignademíydeque soydigna.¡Oh,quéhorriblerío!

Almirarelrostrodemicompañeropenséqueenélhubieraadivinadotodala historia de su sobrina, si no la hubiera sabido de antemano, al ver laexpresión con que observaba a Martha sin decir una palabra ni moverse.Nunca he visto, ni en la realidad ni en pintura, el horror y la compasiónmezcladosdeunamaneramásconmovedora.Temblabacomounahoja,ysumanoestabafríacomoelmármol.Sumiradamealarmó.

—Estáenunarrebatodelocura—murmuréaloídodemísterPeggotty—;dentrodeunmomentohablarádeotromodo.

No sé lo que querría contestarme; movió los labios y creyó sin dudahaberme hablado; pero no había hecho más que señalarla, extendiendo lamano.

Estallaba de nuevo en sollozos, con la cabeza oculta entre las piedras,como una imagen lamentable de vergüenza y de ruina. Convencido de quedebíamosdejarla el tiemponecesariopara tranquilizarseantesdedirigirle lapalabra, detuve a míster Peggotty, que la quería levantar, y esperamos ensilencioaquesefueraserenando.

—Martha—le dije entonces, inclinándome para levantarla, pues parecíaquequeríaalejarse,y,ensudebilidad,ibaacaerdenuevoalsuelo—.Martha,¿sabeustedquiénestáaquíconmigo?

—Sí—medijodébilmente.

—¿Sabeustedquelahemosseguidomuchoratoestanoche?

Sacudiólacabeza,sinmirarnos,ycontinuabahumildementeinclinada,consu sombrero y su chal en una mano, mientras con la otra se apretabaconvulsivamentelafrente.

—¿Estáustedlobastantetranquila—ledije—parahablarconmigodeunasuntoqueleinteresótanvivamente(Diosquieraquelorecuerdeusted)unanocheenquenevaba?

Volvió a sollozar, diciéndome que me daba las gracias por no haberlaarrojadoaqueldíadelapuerta.

—Noquierodecirnadaparajustificarme—repusoalcabodeunmomento—;soyculpable,soyunaperdida,notengolamenoresperanza.Perodígale,

Page 85: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

caballero(ysealejabademísterPeggotty),sitieneustedalgunacompasióndemí,dígalequeyonohesidolacausadesudesgracia.

—Nuncahapensadonadiesemejantecosa—repuseconemoción.

—Sinomeequivoco,esustedquienestabaenlacocinalanochequeellasecompadeciódemíyquefuetanbuenaconmigo,puesellanomerechazabacomolosdemás,ymesocorría.¿Erausted,caballero?

—Sí—respondí.

—Hacemuchotiempoqueestaríaenelrío—repuso,lanzandoalaguaunaterriblemirada—situvieraquereprocharmeelhaberlehechonuncaelmenordaño.Desdelaprimeranochedeesteinviernomehubiesehechojusticiasinomehubierasentidoinocentedesudesgracia.

—Sesabedemasiadolacausadesuhuida—ledije—yestamossegurosdequeustedescompletamenteinocente.

—¡Oh!Sinohubieratenidotanmalcorazón—repusolapobremuchacha,con un sentimiento angustioso— hubiese debido cambiar con sus consejos.¡Fuetanbuenaparamí!Siempremehablabaconprudenciaydulzura.¿Cómoseríaposiblecreerquetuvieraganasdehacerlacomoyo,conociéndomecomomeconozco?¡Yo,queheperdidotodoloquepodíaligarmealavida;yo,quemimayorpenaerapensarqueconmiconductameveíaseparadadeellaparasiempre!

Míster Peggotty, que permanecía con los ojos bajos y la mano derechaapoyadaenelbordedeunabarca,setapóelrostroconlaotramano.

—Y cuando supe por uno del lugar lo que había ocurrido —exclamóMartha—,mimayorangustiafueelpensarquerecordaríanlobuenaquehabíasidoconmigo,yquediríanqueyolahabíapervertido.PeroDiossabeque,porelcontrario,hubiesedadomividaparadevolverlesuhonorysunombre.

La pobre muchacha, poco acostumbrada a dominarse, se abandonaba atodalaagoníadesudolorydesuremordimiento.

—Hubiesedadomivida.No,hubiesehechomástodavía:hubiesevivido;hubiese vivido envejecida y abandonada en estas callesmiserables; hubiesevagado en las tinieblas; hubiese visto amanecer el día sobre las murallasblanqueadas;hubieserecordadoque,hacíatiempo,esemismosolbrillabaenmihabitaciónymedespertabajoven,y…hubiesehechoesoporsalvarla.

Sedejócaerdenuevoenmediodelaspiedras,y,cogiéndolasconlasdosmanos,ensuangustia,parecíaquererromperlas.Acadainstantecambiabadepostura;tanprontoextendíasusbrazosdelgadoscomolosretorcíadelantedesu cara para ocultarse un poco a la luz, que la avergonzaba; tan prontoinclinabalacabezahaciaelsuelo,comosifuerademasiadopesadaparaella,

Page 86: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

bajoelpesodetantosrecuerdosdolorosos.

—Qué quiere usted que haga? —dijo por último, luchando con sudesesperación—.¿Cómopodrécontinuarviviendoasí, llevandosobremímipropiamaldición,yoquenosoymásqueunavergüenzavivaparatodoloquesemeacerca?

Deprontosevolvióhaciamicompañero:

—¡Pisotéeme, máteme! Cuando ella era su orgullo hubiese creído ustedquelehacíadañocontropezarmeconellaenlacalle.¿Peroparaqué?Ustednomecreería…¿Yporquéhabíausteddecreerniunasolade laspalabrasque salen de la boca de una miserable como yo? Usted enrojecería devergüenzaaunahora,siellacambiaseunapalabraconmigo.Nomequejo.Nodigo que seamos iguales; sé muy bien que hay una grande… muy grandedistanciaentrenosotras.Digoúnicamente,alsentirtodoelpesodemicrimeny de mi miseria, que la quiero con todo mi corazón, y que la quiero.Recháceme,comotodoelmundomerechaza;mátemeporhaberlabuscadoyconocido,criminalcomosoy,peronopienseesodemí.

Mientrasledirigíaaquellassúplicas,él lamirabaconelalmaangustiada.Cuandoguardósilenciolalevantócondulzura.

—Martha—dijo—,¡Diosmeguardedejuzgarla!¡Diosmelibreamí,másqueacualquierotroenelmundo!Nopuedesfigurartecómohecambiado.¡Enfin!

Sedetuvounmomentoydespuésprosiguió:

—¿No comprendes por quémíster Copperfield y yo queremos hablarte?¿Nosabesloquequeremos?

Escucha.

Su influencia sobre ella fue completa. Permaneció ante él sin moverse,como si temiera encontrarse con su mirada, y su dolor exaltado se volviómudo.

—PuestoqueoyóustedloquehablábamosmísterDavyyyoeldíaenquenevaba tanto, sabe que yo he estado (¡ay!, ¿y dónde no habré estado?)buscandoportodaspartes,muylejos,amiqueridasobrina.

Miqueridasobrina—repitióconfirmeza—,porqueahoraesparamímásqueridaquenunca,Martha.

Setapólosojosconlasmanos,perosiguiótranquila.

—HeoídocontaraEmily—continuómísterPeggottyqueustedsequedóhuérfanasiendomuypequeñitayqueningúnamigoreemplazóasuspadres.Quizá si hubiera usted tenido un amigo, por rudo y bruto que hubiera sido,

Page 87: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

habríaterminadoporquererle,yquizáhabríaustedllegadoaserparaélloquemisobrinaesparamí.

Marthatemblabaensilencio;místerPeggottylaenvolviócuidadosamenteensuchal,quehabíadejadocaer.

—Estoyconvencidodequesimevolvieraavermeseguiríahastaelfindelmundo;pero también séquehuirá al findelmundoparaevitarme.No tienederechopara dudar demi cariño, y noduda; no, noduda—repitió conunatranquilacertidumbredelaverdaddesuspalabras—;peroexistelavergüenzaentrenosotros,yesoesloquenossepara.

Era evidente, por la manera firme y clara con que hablaba, que habíaestudiadoafondocadadetalledeaquellacuestión,queloeratodoparaél.

—AmísterDavyyamínospareceprobable—continuó—quealgúndíadirijahaciaLondressupobreperegrinaciónsolitaria.CreemosmísterDavyyyo, y todos nosotros, que usted es inocente como el recién nacido de sudesgracia.Decíaustedquehabíasidobuenaydulceconusted.¡QueDioslabendiga;ya lo sé!Séque siempreha sidobuenacon todoelmundo.Usted,queleestáagradecidayquelaquiere,ayúdenosaencontrarla,¡yqueelCielolarecompense!

Porprimeravezlevantórápidamentesusojoshaciaél,comosinopudieradarcréditoasusoídos.

—¿Sefiaríausteddemí?—preguntóconsorpresayenvozbaja.

—Detodocorazón—dijomísterPeggotty.

—¿Ymepermiteustedquelehablesillegoaencontrarla?¿Queleofrezcaunasilo,siesquelotengo,paracompartirloconella?¿Yquedespuésvenga,sindecírselo,abuscarlaparallevarlaasulado?—preguntóvivamente.

Losdosalmismotiempocontestamos:«Sí».

Marthalevantólosojosalcieloydeclarósolemnementequeseconsagrabaardienteyfielmenteaaquelobjetivo,quenoloabandonaríanisedistraeríadeellomientras hubiera lamenor esperanza.Puso al cielo de testigode que siflaqueabaensuobraconsentíaenversemásmiserableymásdesesperada,sieraposible,deloquelohabíaestadoaquellanoche,albordedeaquelrío,yquerenunciabaparasiempreaimplorarelsocorrodeDiosnideloshombres.

Hablabaenvozbaja,sinmirarnos,comosisedirigieraalcielo,queestabaporencimadenosotros;despuésfijódenuevolosojosenelaguasombría…

Creímos necesario decirle cuanto sabíamos, y yo se lo conté todo. Ellaescuchabaconlamayoratención,ysucaracambiabaacadamomento;peroen todas sus expresiones se leía el mismo designio. A veces sus ojos se

Page 88: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

llenaban de lágrimas, pero las reprimía al momento. Parecía como si suexaltaciónpasadahubieradadolugaraunacalmaprofunda.

Cuando dejé de hablar me preguntó dónde podría ir a buscarnos si sepresentabalaocasión.Undébilfaroliluminabalacarretera,yescribínuestrasdosdireccionesenunahojademiagenda,yselaentregué.

Marthaselaguardóenelpecho.Despuéslepreguntédóndevivía.Guardósilencio,yalcabodeunmomentomedijoquenovivíamuchotiemposeguidoenelmismositio;quizávalíamásnosaberlo.

El señor Peggottyme sugirió en voz baja una idea que ya seme habíaocurrido a mí. Saqué mi bolsa; pero me fue imposible convencerla de queaceptaranada,niobtenerdeellalapromesadequeconsentiríamásadelante.Yoledijeque,paraunhombredesucondición,místerPeggottynoerapobre,y que no podíamos resolvemos a verla emprender semejante empresasolamente con sus recursos. Fue inquebrantable, ymíster Peggotty tampocotuvomáséxitoqueyo;lediolasgraciasconreconocimiento,perosincambiarderesolución.

—Encontrarétrabajo—dijo—;lointentaré.

—Acepteporlomenosentretantonuestraayuda—ledijeyo.

—No puedo hacer por dinero lo que les he prometido —respondió—;aunque tuviera que morirme de hambre no podría aceptarlo. Darme dinerosería como retirarme la confianza, quitarme el objetivo a que quierodedicarme, privarme de la única cosa en elmundo que puede impedirme eltirarmealrío.

—EnnombredelgranJuez,antequienapareceremostodosundía,desechaesaterribleidea.Todospodemoshacerelbienenestemundoúnicamenteconquererhacerlo.

Marthatemblaba,ysurostroestabatodavíamáspálidocuandocontestó:

—Quizáhan recibidoustedesdelcielo lamisióndesalvaraunacriaturamiserable.Nomeatrevoacreerlo;nomerezcoesagracia.Siconsiguierahacerunpocodebien,quizáempezaríaaesperar;perohastaahoramiconductahasido mala. Por primera vez desde hace mucho tiempo deseo vivir paraconsagrarmealaobraqueustedesmehanencargado.Nosénadamás,ynadamáspuedodecir.

Trató de retener las lágrimas, que corrían de nuevo por su rostro, yalargandohaciamísterPeggottysumanotemblorosa,letocócomosiposeyeraalgunavirtudbienhechora;despuéssealejóporlacallesolitaria.Habíaestadoenferma: se veía en su rostro pálido y delgado, en sus ojos hundidos, querevelabangrandessufrimientosycruelesprivaciones.

Page 89: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

La seguimos de lejos hasta estar de vuelta en los barrios populosos. Yotenía una confianza tan absoluta en ella, que insinué amíster Peggotty quequizá sería mejor no seguirla más tiempo; podría creer que queríamosvigilarla.Fuedemiopinión,ydejandoaMarthaquesiguierasucamino,nosdirigimos hacia Highgate. Me acompañó todavía un rato, y cuando nossepararnos, rogandoaDiosquebendijera aquelnuevoesfuerzo,había en suvozunatiernacompasiónmuycomprensible.

Era media noche cuando llegué a casa. Iba a entrar, escuchando lascampanadasdeSaintPaul,quellegabanenmediodelruidodelosrelojesdelaciudad,cuandoobservéconsorpresaquelapuertadeljardíndemitíaestabaabiertayqueseveíaunadébilluzdelantedelacasa.

Pensésiseríapresadeunodesusantiguosterroresyestaríaobservandoalo lejos los progresos de algún incendio imaginario, y me acerqué parahablarle.¡Cuálnoseríamiasombroalverunhombreensujardín!

Teníaenlasmanosunabotellayunvasoysededicabaabeber.Medetuveenmedio de los árboles y, a la luz de la luna, que aparecía a través de lasnubes,reconocíalhombrequehabíaencontradounavez,yendoconmitía,enlascallesdeLondres,despuésdehabercreídodurantemuchotiempoqueeraunserfantástico,unaalucinacióndelpobrecerebrodemísterDick.

Comía y bebía con buen apetito, y al mismo tiempo observaba concuriosidadlacasa,comosifueralaprimeravezquelaviese.Seinclinóparadejarlabotellaenelsuelo;despuésmiróasualrededorconinquietud,comounhombrequetieneprisapormarcharse.

Laluzdelacasaseoscurecióunmomentocuandomitíapasópordelante.Parecíamuyconmovida,yoíqueleponíadineroenlamano.

—¿Quéquieresquehagaconesto?—preguntóelhombre.

—Nopuedodartemás—respondiómitía.

—Entoncesnomevoy,toma;¡estonoloquiero!

—¡Malvado!—repusomi tía conviva emoción, ¿Cómopuedes tratarmeasí? Pero soy demasiado buena preguntándotelo. ¡Sabes mi debilidad! Siquisiera desembarazarme para siempre de tus visitas no tendría más queabandonartealasuertequemereces.

—Puesbien,¿porquénomeabandonasalasuertequemerezco?

—¿Yerestúquienmehaceesapregunta?—repusomitía—.Senecesitatenerpococorazón.

Permaneció un momento sonando el dinero en la mano y. gruñendo,sacudiendolacabezacondescontento.Porfindijo:

Page 90: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¿Esestotodoloquequieresdarme?

—Estodoloquepuedodarte—dijomi tía—.Yasabesquetuvemuchaspérdidas;soymuchomáspobredeloqueeraantes,yatelohedicho.Ahoraque ya tienes lo que buscabas, ¿por qué me atormentas quedándote aquí ydemostrándomecómotehasvuelto?

—Mehevueltomuymiserable—dijo—,yvivocomounbúho.

—Mehasdespojadodecuantoposeía—dijomi tía—,ydurantemuchosañosmehasendurecidoelcorazón.Mehastratadodelamaneramáspérfida,másingrataymáscruel.Vamos,arrepiéntete;noañadasnuevospecadosalosqueyatienes.

—Sí,todoesoestámuybien,esmuybonito,afemía.¡Enfin,puestoquetengoqueconformarmeporelmomento!…

Apesarsuyoparecióavergonzadopor las lágrimasdemi tía,ysalióconsigilo del jardín. Yo avancé rápidamente, como si acabara de llegar, y alencontrarnosnosdirigimosunamiradapocoamistosa.

—Tía —dije vivamente—, ¿otra vez este hombre viene a asustarte?Déjamequelehable.¿Quiénes?

—Hijomío—dijo,agarrándomedelbrazo—,entraynomehablesendiezminutos.

Nos sentamos en su salón. Ella se ocultó detrás de su antiguo biomboverde, que estaba sujeto en el respaldo de una silla, y durante un cuarto dehora,pocomásomenos,lavienjugarseacadamomentolosojos.Despuésselevantóyvinoasentarseamilado.

—Trot—medijoconserenidad—,esmimarido.

—¿Tumarido?¡Siyocreíaquehabíamuerto!

—Hamuertoparamí—respondiómitía—;perovive.

Yoestabamudodeasombro.

—Betsey Trotwood no tiene aspecto de dejarse seducir por una tiernapasión—dijo con tranquilidad—;pero huboun tiempo,Trot, en que habíapuestoenesehombresuconfianzaentera;un tiempo,Trot,enque leamabasinceramente,enquenohubieraretrocedidoanteningúnsacrificio,porafectoa él. Y él la ha recompensado comiéndose su fortuna y rompiéndole elcorazón. Entonces Betsey ha enterrado de una vez para siempre toda susensibilidad,enunatumbaqueellamismahacavadoyvueltoacerrar.

—¡Miquerida,mibuenatía!

—He sidogenerosa con él—continuó, poniendo sumanoencimade las

Page 91: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mías—.Lopuedodecirahora,Trot:hesidogenerosaconél.Élhabíasidotancruel conmigo, que hubiera podido obtener una separaciónmuy provechosaparamisintereses;peronohequerido.Hadisipadoenunsegundocuantolehabíadado,yhaidocayendocadadíamásbajo.Nosésihastasehacasadoconotramujer.Sehahechounaventurero,unjugador,untunante.Leacabasdevertalcomoestáahora;peroeraunhombreexcelentecuandoyomecaséconél—dijomitía,cuyavozconteníatodavíaalgodesuadmiraciónpasada—,ycomoeraunapobreloca,lecreíalaencarnacióndelhonor.

Meestrechólamanoymoviólacabeza.

—Ahora ya no es nada paramí, Trot;menos que nada. Peromejor queverlecastigarporsusfaltas(loqueleocurriríainfaliblementesivivieraenestepaís) le doy de vez en cuandomás de lo que puedo, a condición de que sealeje.Estabalocacuandomecaséconél,yaúnsoytanincorregible,quenoquerríavermaltratadoalhombresobreelquepudehacermeenaqueltiempotanabsurdasilusiones,puescreíaenél,Trot,contodamialma.

Mitíalanzóunsuspiroysesacudiósuavementelafalda.

—Ahora,querido—medijo—,yalosabestodo,desdeelprincipiohastaelfin,ynonecesitamosvolverahablardeello;ypordescontadoanadiedirásunapalabra.Esmilocura,lahistoriademilocura,ydebemosguardarlaentrenosotros.

Capítulo8

Sucesodoméstico

Trabajaba activamente en mi libro, sin interrumpir mis ocupaciones detaquígrafo, y cuando lo publiqué obtuvo un gran éxito. Yo no me dejabaaturdir por las alabanzas que sonaban enmis oídos, y, sin embargo, gozabavivamente, y estoy seguro de que pensaba de mi obra mejor que todo elmundo. He observado a menudo que los que tienen razones legítimas deestimarsutalentonolodemuestranalosojosdelosdemás,conobjetodequecreanenél.Porestoyocontinuabamodesto,porrespetoamímismo,ycuantomásmeelogiaban,mástratabademerecerlo.

Mi intención no es contar en este relato (por lo demás completo) demividalahistoriadeloslibrosquehepublicado.Elloshablanporsímismosylesdejoesecuidado;sólohagoalusióndepasadaporquesirvenparaconocerenparteeldesarrollodemicarrera.

Teníaentoncesalgunasrazonesparacreerque lanaturaleza,ayudadapor

Page 92: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

lascircunstancias,mehabíadestinadoaserescritor,ymedediquéconfirmezaami vocación. Sin aquella confianza seguramente hubiese renunciado, paradaralgúnotroobjetivoamienergía,yhubiesetratadodedescubrirloquelanaturalezaylascircunstanciaspodíanrealmentehacerdemí,paradedicarmeaelloexclusivamente.

Había tenido tanto éxito desde hacía algún tiempo en mis ensayosliterarios,quecreípoderrazonablemente,despuésdeunnuevoéxito,escaparporfinalaburrimientodelosterriblesdebatesdelParlamento.Unanoche,porlo tanto, ¡qué feliz noche!, enterré bien hondas aquellas transcripcionesmusicales de trombones parlamentarios. Desde aquel día ni siquiera hequeridovolveraoírles;bastanteesverme todavíaperseguido, cuando leoelperiódico,poreserunruneoeternoymonótono.

Enelmomentodequehablohacía,pocomásomenos,unañoymedioquenoshabíamoscasado.

Después de diferentes pruebas, habíamos terminado por decir que nomerecía la pena dirigir nuestra casa. Se dirigía sola, con la ayuda de unmuchacho, cuya principal ocupación era pelearse con la cocinera, y en esepuntoeraunperfectoWhitington;laúnicadiferenciaesquenohabíagato,nilamenoresperanzadellegarnuncaaalcalde,comoél.

Vivía en medio de una lluvia continua de cacerolas. Su vida era uncombate. Se le oía gritar «¡socorro!» en las ocasiones más molestas; porejemplo, cuando teníamos gente a comer, o algunos amigos por la noche; obien,salíarugiendodelacocina,ycaíabajoelpesodeunapartedenuestrosutensilios,quesuenemigaletiraba.Deseábamosdesembarazarnosdeél;peronosqueríamuchoynopodíadejamos.Llorabasincesar,ycuandosetratabade separarnos de él, lanzaba tales gemidos, que nos veíamos obligados aconservarle a nuestro lado. No tenía madre, y por toda familia tenía unahermanaquesehabíaembarcadoparaAméricaeldíaqueélentróanuestroservicio;leteníamos,porlotanto,encima,comounpequeñoidiotaaquienlafamilia se ve obligada amantener. Sentíamuy vivamente su desgracia y seenjugaba constantemente los ojos con lamanga de su chaqueta, cuando noestabaocupado sonándoseenunaesquinitade supañuelo,quepornadadelmundo se hubiera atrevido a sacar entero del bolsillo, por economía y pordiscreción.

Aquel diablo de muchacho, que habíamos tenido la desgracia, en unmomentonefasto, de tomar a nuestro servicio por el precio de seis libras alaño,eraparamíunobjetocontinuodepreocupaciones.Leobservaba,leveíacrecer,pues,yasesabe,lamalahierba….ypensabaconangustiaenlaépocaenque tuviera barba; después, en la época en que estaría calvo.No veía lamenoresperanzadedeshacermedeél,ypensandoenelporvenir,pensabaen

Page 93: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

loquenosestorbaríacuandofueraviejo.

Nomeesperabalomásmínimoelprocedimientoqueutilizóelinfelizparasacarmedelapuro.RobóelrelojdeDora,que,naturalmente,noestabanuncaen su sitio, como todo lo que nos pertenecía; lo vendió, y gastó el dinero(¡pobreidiota!)enpasearsesincesarenlaimperialdelómnibusdeLondresaUbridge.Ibaaemprendersuviajenúmeroquincecuandounpolicíaledetuvo.Noseleencontraronencimamásquecuatrochelinesyunaflauta,compradadesegundamanoyquenosonaba.

Aqueldescubrimientoysusconsecuenciasnomehubiesensorprendidotandesagradablemente si no se hubiera arrepentido. Pero lo estaba, y de unamaneramuyparticular…,noengrande…,pordecirloasí,sinoendetalle.Porejemplo, al día siguiente, cuandome vi obligado a declarar contra él, hizociertas declaraciones concernientes a una cesta de botellas de vino quecreíamosllenayqueyasóloconteníadosbotellasvacías.

Esperábamosqueyaseríaloúltimo,quehabríadescargadosuconcienciayque no tendría nada que contamos sobre la cocinera; pero dos o tres díasdespués tuvo nuevos remordimientos de conciencia, que le obligaron aconfesar que la cocinera tenía una niña, que venía todos los días muytempranoallevarsenuestropan,yquetambiénaéllehabíansobornadoparaqueproveyeradecarbónal lechero.Despuésdecierto tiempofui informadoporlasautoridadesdequesalióenunadirecciónpenitencialmuydistinta,ysepuso a confesar al camarero del café cercano, que pensaba robar en casa.Detuvieronalcamarero.Yoestaba tanconfusodelpapeldevíctimaporqueme hacía pasar con aquellas torturas repetidas, que le hubiese dado todo eldineroquemehubierapedidoporquesecallase,ohubieraofrecidocongustounasumaredondaporquelepermitieranescapar.Ylopeoresquenoteníaniidea de lo que me molestaba; y, por el contrario, creía que cada nuevodescubrimiento era una reparación. ¡Dios me perdone! Pero no mesorprendería que se creyera que multiplicaba así sus derechos a miagradecimiento.

Porfintoméladecisióndeseryoquienseescapasesiemprequeveíaunenviado de la policía encargado de transmitirme alguna nueva revelación, yviví,pordecirloasí,de«ocultis»hastaqueaqueldesgraciadomuchachofuejuzgado y condenado a la deportación. Pero ni aun así podía permanecertranquilo,ynosescribíaconstantemente.PidióporfiadamenteveraDoraantesdemarcharse;Doraconsintió,fueysedesvanecióalverlarejadelaprisióncerrarsetrasdeella.Enunapalabra,fuiundesgraciadohastaelmomentodesupartida;porfinfueexpatriadoysupequesehabíahechopastor,allálejos,enelcampo,nosédónde.Mefaltanconocimientosgeográficos.

Todo aquello me hizo reflexionar seriamente y me presentó nuestros

Page 94: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

errores bajo un aspecto nuevo; no pude pormenos de decírselo aDora unanoche,apesardemiternuraporella.

—Amor mío —le dije—, me resulta muy penoso pensar que la malaadministracióndenuestracasanosolamentenosperjudicaanosotros(yanoshabíamosacostumbrado),sinotambiénalosdemás.

—Hacemucho tiempo que nome decías nada; no vayas otra vez a sergruñón—mecontestóDora.

—No;esenserio,Dora;déjamequeteexpliqueloquequierodecir.

—Notengoganasdesaberlo.

—Perotienesquesaberlo,amormío;sueltaaJip.

DorapusolanarizdeJipencimadelamía,diciendo«¡Boh!»,paratratardehacermereír;peroviendoquenoloconseguía,envióalperroasupagodaysesentódelantedemí,conlasmanosjuntasylacararesignada.

—Elcasoes,hijamía—continué—,quenuestraenfermedadsecontagia;selapegamosatodoelquenosrodea.

Hubiese continuado en aquel estilo figurado si el rostro deDora nomehubieraadvertidoqueesperabaquelepropusieraalgunanuevavacunaoalgúnotro remedio médico para curar aquella enfermedad contagiosa quepadecíamos.Porlotantomedecidíadecirlesencillamente:

—No sólo, querida mía, perdemos dinero y comodidad por nuestrodescuido; no solamente nuestro carácter también sufre a veces, sino quetenemoslagraveresponsabilidaddeestropearatodoslosqueentrananuestroserviciooquetienenqueverconnosotros.Empiezoatemerquenoestétodala culpa en un lado sólo, y que si todos esos individuos se estropean, seaporquetampoconosotrosvamosmuybien.

—¡Oh, qué acusación! —exclamó Dora, abriendo mucho los ojos—.¡Cómo!¿Quieresdecirquemehasvistoalgunavezrobarrelojesdeoro?¡Oh!

—Querida mía —contesté—, no digamos tonterías. ¿Quién te habla derelojes?

—Tú—repusoDora—,tusabesmuybien.Hasdichoqueyotampocovoybien,ymehascomparadoconél.

—¿Conquién?—pregunté.

—Connuestrocriado—dijosollozando—.¡Oh,quémaloeres!¡Comparara unamujer que lo quiere con ternura con unmuchacho a quien acaban dedeportar! ¿Por qué nome dijiste lo que pensabas demí antes de casarnos?¿Porquénomeprevinistedequeloparecíapeorqueunchicoaquienacaban

Page 95: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

dedeportar?¡Oh,quéhorribleopinióntienesdemí,Diosmío!

—Vamos, Dora, amor mío—repuse, tratando de quitarle dulcemente elpañuelo conque ocultaba los ojos—, no solamente lo que dices es ridículo,sinoqueestámal.Enprimerlugarnoesverdad.

—Esoes.Siempre lehabías acusadodedecirmentiras (cadavez llorabamás),yyadiceslomismodemí.¡Oh!¿Quévaaserdemí?¿Quévaaserdemí?

—Querida mía, te suplico muy en serio que seas más razonable y queescuches lo que tengo que decirte.QueridaDora, si no cumplimos nuestrosdeberesconlosquenossirven,noaprenderánnuncasusdeberesconnosotros.Tengomiedodequelesdemosocasionesdeobrarmal.Aunquefuéramosporgustotandescuidados(ynoesasí);aunquenosresultarahastaagradable(ynoesnadadeeso),estoyconvencidodequenotenemosderechoparaobrarasí.Corrompemosverdaderamentealosdemás.Enconcienciaestamosobligadosa fijarnos un poco.Yo no puedo pormenos de pensar en ello,Dora. Es unpensamientoquenosabríadesecharyquemeatormentamucho.Esoestodo,querida.¡Venaquí,noseasniña!

Pero Dora no consintió en mucho tiempo que le levantara el pañuelo.Continuaba sollozando, y murmurando que, puesto que estaba tanatormentado,hubiesedebidonocasarme.¿Porquénolehabíadicho,aunquehubierasidolavísperadelaboda,queibaaestardemasiadoatormentado,yqueeramejorrenunciaraello?Puestoquenopodíaresistirla,¿porquénolaenviaba con sus tías a Putney, o con Julia Mills a la India? Julia estaríaencantadadeverlaynolacompararíaconuncriadodeportado;nuncalehabíahecho una injuria semejante. En una palabra,Dora estaba tan afligida, y supename entristecía tanto, que sentí que era inútil repetirmis sermones, pordulzuraquepusieraenellos,yquehabíaqueprobardeotramanera.

Pero ¿qué podía hacer? ¿Tratar de «formar su espíritu»? Son lugarescomunesqueprometen,yresolvíformarelespíritudeDora.

Mepuse a la tarea inmediatamente.Cuandoveía aDora hacer la niña yteníamuchasganasdeparticipardesuhumor,tratabadeestargrave…ysóloconseguíadesconcertarlaydesconcertarmeyo.Lehablabadelascosasquemepreocupabanyaenaquellaépoca,leleíaaShakespeare,yentonceslacansabahasta más no poder. Trataba de insinuarle, como por casualidad, algunasnociones útiles o algunas opiniones sensatas, y en cuanto terminaba seapresurabaaescaparse,comosilahubieratenidopresa.Pormuchoquehacíaparaestarnaturalcuandoquería«formarelespíritu»demimujercita,veíaqueadivinaba siempredóndequería ir apararyque temblabadeantemano.EraevidentequemirabaaShakespearecomounfastidioterrible.Decididamente,noseformabadeprisa.

Page 96: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

EmpleéaTraddlesenaquellagranempresa,sinprevenirle,ysiemprequenosveníaaverensayabasobreélmismáquinasdeguerraparalaedificacióndeDoraporvíaindirecta.AgobiabaaTraddlesconunamultituddeexcelentesmáximas; pero todami sabiduría no obteníamás resultado que entristecer aDora; siempre tenía miedo de que le tocara la vez. Hacía el papel de unmaestrodeescuelaodeunabruja;mehabíaconvertidoenlaarañadeaquellamoscadeDora,siempredispuestoalanzarmesobreelladesdeelfondodemitela;laveíamuybienensuinfinitaturbación.

Sin embargo, perseveré durante meses enteros, esperando siempre quellegara un momento en que se estableciera entre nosotros una simpatíaperfectayenquehubieraporfin«formadosuespíritu»amienteroplacer.Porúltimo,creídarmecuentadeque,apesardetodamiresolución,yaunquemehabíavueltounerizo,unverdaderopuercoespín,nohabíaadelantadonada,ypenséquequizáelespíritudeDoraestabaformadodeltodoya.

Reflexionando sobre ello, me pareció tan verosímil, que abandoné miproyecto,quenohabíarespondidolomásmínimoamisesperanzas,ydecidícontentarmeparasiempreconteneruna«mujer-niña»,enlugardetratardecambiarlasinéxito.Yomismoestabacansadodemiprudenciaydemirazónsolitarias, y sufría al ver la violencia habitual a que había condenado a miqueridaesposa.Undíalecompréunosbonitospendientes,yuncollarparaJip,yvolvíacasadecididoaseragradable.

Dorasequedóencantadacon losregalitosymeabrazócon ternura;perohabía entre nosotros una sombra, y, por ligera que fuese, yo no quería quesubsistiera;mehabíadecidido a cargar yo solo con todos los fastidiosde lavida.

Mesentéenelsofá,alladodemimujer,ylepusesuspendientes;despuésledijequedesdehacíaalgúntiemponoéramostanbuenosamigos,yqueeraculpamía;queloreconocíasinceramente.Yeralaverdad.

—Elcasoes,Doramía,quetratabadeserrazonable.

—Ytambiénhacermerazonableamí,¿noesverdad,Davy?

Lehiceunsignoafirmativo,mientrasellalevantabahaciamísushermososojos,ybesésuslabiosentreabiertos.

—Es inútil—dijoDora, sacudiendo lacabezaparamover lospendientes—;ya sabes loque soyyhasolvidadoelnombrequequeríaquemedierasdesde el principio. Si no puedes resignarte a ello creo que no me querrásnunca.¿Estássegurodequenopiensasalgunavezque…quizá…tehubieravalidomás…?

—¿Validomásqué,queridamía?—puessehabíacallado.

Page 97: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Nada—dijoDora.

—¿Nada?—repetí.

Me rodeó el cuello con los brazos, riéndose y tratándose a símisma detontuela,comodecostumbre,yescondiólacabezaenmihombro,enmediodeunverdaderobosquedebuclesquemecostóun trabajo infinitosepararparamirarlelacara.

—¿Quieres decir que hubiera sido mejor no hacer nada para tratar de«formar el espíritu» demi queridamujer?—dije, riendo yo también demifelizinvención—.¿Noeraesatupregunta?¡Sí,yocreoquesí!

—¡Cómo!¿Eraesoloquetratabasdehacer?—exclamóDora—.¡Ohquémalo!

—Peroyanovolveréahacerlo,pueslaquierotalcomoes.

—¿Deverdad?¿Deverdad?—mepreguntó,apretándosecontramí.

—¿Paraquévoyatratardecambiarloquemeestanqueridodesdehacetantotiempo?Nuncaestásmejorquecuandoerestúmisma,miqueridaDora;por lo tanto,novolveremosahacerpruebas temerarias; recobremosnuestrasantiguascostumbresparaserdichosos.

—¿Para ser dichosos? —repuso Dora—. ¡Oh, sí!, todo el día. ¿Y meprometesnoenfadartesilascosasvanalgotrastornadas?

—No,no;trataremosdehacerlolomejorposible.

—Ynovolverásadecirmequeestropeamosa losquenos rodean—dijoconmimo—,¿noesverdad?¡Estátanmal!

—No,no—dije.

—Másvaletodavíaqueseaestúpidaquedesagradable,¿noesverdad?—dijoDora.

—MásvalesersencillamenteDoraquecualquieradelmundo.

—¡Elmundo!¡OhmiDavy,elmundoesmuygrande!

Ysacudiendoalegrementelacabeza,volvióhaciamísusojosencantados,seechóareír,meabrazóysaltóparaalcanzaraJipyprobarlesunuevocollar.

Así terminó mi último intento de cambiar a Dora. Había sido unaequivocaciónelintentarcambiarla:nopodíasoportarmiformalidadsolitaria,nopodíaolvidarcómomehabíapedidoquelallamarami"mujer-niña".Enelfuturo,pensaba, trataríademejorar lomásposible las cosas,pero sin ruido;estonoeramuyfácil:estabasiempreexpuestoavolveramipapeldearañaqueespíadesdeelfondodesutela.

Page 98: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Yninguna sombradebíavolverse aponer entrenosotros; ya sólodebíanpesarsobremicorazón.¡Vanaverustedescómo!

Elsentimientopenosoquehabíaconcebidohacíatiemposeextendiódesdeentoncessobremividaentera,másprofundoquizáqueenelpasado,peromásvagoquenunca,comoelacentoquejosodeunamúsicatristequeoyeravibrarenmediodelanoche.Amabatiernamenteamimujeryeradichoso;perolafelicidadquegozabanoeralaquehabíayosoñado:siempremefaltabaalgo.

Decididoacumplirlapromesaquemehabíahechoamímismodeponeren este papel el relato fiel de mi vida, me examino cuidadosamente,sinceramente,paraponera lavista todos lossecretosdemicorazón.Loquemefaltabalomirabatodavíaylohabíamiradosiemprecomounsueñodemiimaginación,unsueñoquenopodíarealizarse.Sufríacomosufren,pocomásomenos, todos loshombresal sentirqueeraunaquimera imposible.Peroapesardetodonopodíapormenosdedecirmequemáshubiesevalidoquemimujermeayudaramás,queparticiparadetodosmispensamientos,enlugardedejarme amí solo todo el peso.Hubiese podido hacerlo y no lo hacía. Esoestabaobligadoareconocerlo.

Dudaba entre dos conclusiones que no podían conciliarse: o bien lo quesentíaerageneral,inevitable,obieneraunacosaparticularmía,delaquemehubiese podido librar. Cuando pensaba en aquellos castillos en el aire, enaquellossueñosdemijuventud,quenopodíanrealizarse,reprochabaalaedadmadura sermenos ricaen felicidadque laadolescencia,yentoncesaquellosdías de felicidad al lado deAgnes, en su vieja casa, se levantaban antemícomoespectrosdeltiempopasado,quepodríanresucitarquizáenotromundo,peroqueyonopodíaesperarreviviraquíabajo.

A veces otro pensamiento me atravesaba el espíritu: ¿Qué hubiesesucedidosiDorayyononoshubiéramosconocidonunca?PeroDoraestabatanmezcladaenmivida,queerauna idea fugitiva,queprontovolaba lejos,comoelhilodelaVirgen,queflotaydesapareceenelaire.

La quería siempre. Los sentimientos que describo aquí dormitaban en elfondodemicorazón;apenasteníaconscienciadeellos.Nocreoquetuvieranninguna influencia sobre mis palabras ni sobre mis acciones. Yo llevaba elpesodetodasnuestraspequeñaspreocupaciones,denuestrosproyectos;Doraseguía dándome las plumas, y los dos sentíamos que las cosas así estabanrepartidaslomejorquepodíanestarlo.Mequeríayestabaorgullosademí;ycuando Agnes le escribía que mis antiguos amigos se regocijaban con miséxitos,cuandoledecíaquealleermeleparecíaoírmivoz,Dorateníalágrimasdealegríaenlosojos,mellamabasuquerido,suilustre,suviejomarido.

«Elprimermovimientodeuncorazón indisciplinado.»AquellaspalabrasdemistressStrongmevolvíansincesaralespíritu,lasteníasiemprepresentes.

Page 99: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Porlanochelasencontrabaaldespertarme;enmissueñoslasleíaescritasenlas paredes de la casa. Pues ahora sabía quemi corazón no había conocidodisciplinacuandosehabíaenamoradodeDora,yquehoymismo,siestuvieramejor disciplinado, no hubiese sentido, después de nuestro matrimonio, lossentimientosdequehacíasecretaexperiencia.

«Nohaymatrimoniomásdesacertadoqueaquelenquenohaycomunióndeideasnidecarácter.»

Tampoco había olvidado aquellas palabras. Había tratado de moldear aDora ami carácter, yno lohabía conseguido.Nomequedabamás remedioque hacerme yo al carácter de Dora, compartir con ella lo que pudiera ycontentarme,llevandoelrestosobremishombros.Esaeraladisciplinaaquetenía que someter mi corazón. Gracias a aquellas resoluciones, mi segundoañodematrimoniofuemuchomásdichosoqueelprimero,y,loquevalíamástodavía,lavidadeDoraeraunrayodesol.

PeroaltranscurriraquelañohabíadisminuidolafuerzadeDora.Yohabíaesperado que manos más delicadas que las mías vinieran a ayudarme amodelarsualmayquelasonrisadeunnenehicierademi«mujer-niña»unamujer. ¡Vanaesperanza!Elpequeñoespírituquedebíabendecirnuestracasaseestremecióunmomentoenlapuertadesuprisiónydespuésvolóalcielo,sinconocersiquierasucautiverio.

—Cuando pueda empezar a correr como antes, tía—decíaDora—, harésaliraJip;seestávolviendomuypesadoymuyperezoso.

—Sospecho,querida—dijomitía,quetrabajabatranquilamentealladodemimujer—,que tieneunaenfermedadmásgraveque lapereza: es la edad,Dora.

—¡Creeustedqueesviejo!¡Ohquécosatanextraña,queJipseaviejo!

—Esunaenfermedadalaqueestamosexpuestostodos,pequeña,amedidaqueavanzamosenlavida.

Yomeresientodeellamásquenunca,teloaseguro.

—Pero Jip —dijo Dora mirándole con compasión—, ¿el pequeño Jiptambién?¡Pobrecitomío!

—Yo creo que todavía vivirá mucho tiempo, Capullito —dijo mi tía,besandoaDora,quesehabía inclinadosobreelbordedel sofáparamiraraJip. (El pobre animal respondía a sus caricias sosteniéndose en las patastraseras,yseesforzaba,apesardesuasma,ensubirseencimadesuama.)

—Esteinviernoharéforrardefranelasucaseta,yestoyseguradequeparala primavera próxima estará mejor que nunca, como las flores. ¡Horrorosoanimalito!—exclamómi tía—.Siestuvieradotadode tantasvidascomolos

Page 100: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

gatos, y a punto de perderlas todas, creo que verdaderamente utilizaría suúltimosuspiroparaladrarcontramí.Doralehabíaayudadoasubirsealsofá,desde donde parecía desafiar a mi tía, con tal furia, que no quería estarsequietoynodejabadeladrardemediolado.Cuantomáslomirabamitía,máslaprovocabaél, sindudaporquehacíapocoquesehabíapuestoanteojos,yJip, por razones conocidas sólo por él, consideraba aquello comoun insultopersonal.

AfuerzadepersuasiónDorahabíaconseguidohacerleecharseasuladoy,cuandoyaestabatranquilo,acariciabacondulzurasuslargasorejas,repitiendoconairepensativo:«Tútambién,mipequeñoJip;¡pobrecito!».

—Todavíaestábastantebien—dijoalegrementemitía—:lavivacidaddesusantipatíasdemuestraquenohaperdidofuerzas;tienemuchosañosantesí,teloaseguro;perosiquieresunperroquecorratantocomotú,Capullito,Jiphavividoyademasiadoparaeseoficio.Yoteregalaréotro.

—Gracias,tía—dijodébilmenteDora—;peronolohagas,teloruego.

—¿No?—dijomitíaquitándoselasgafas.

—NoquieromásperroqueJip—dijoDora—.Seríademasiadacrueldad.Además,nuncapodríaquereraotroperrocomoquieroaJip;nomeconoceríadesdemiboda,no sería el que ladrabacuando llegabaDavyanuestra casa.¡Temomucho,tía,quenopodríaquereraotroperrocomoaJip!

—Tienes razón—dijomi tía, acariciando aDora en lamejilla—, tienesrazón.

—Noseenfadaconmigo,¿verdad?—dijoDora.

—Pero ¡vaya una tontería! —exclamó mi tía, mirándola con ternura—.¿Cómopuedessuponerquemeenfade?

—¡Oh, no! No lo creo—respondió Dora—; únicamente estoy un pococansada,yesoesloquemeponetantonta.Siempresoyunatontuela;peroelhablardeJipmehapuestotodavíamástonta.Mehaconocidotodamivida;sabetodoloquemehasucedido,¿noesverdad,Jip?

Jipseapretabacontrasuama,lamiéndolelánguidamentelamano.

—Todavíanoeresbastanteviejoparaabandonaratuama,¿verdad,Jip?—dijoDora—.Todavíanosharemoscompañíadurantealgúntiempo.

¡MipequeñaDora!Cuandobajóalamesaaldomingosiguienteyestuvotan encantadora con Traddles, que comía con nosotros todos los domingos,pensamos que al cabo de unos días volvería a correr por todas partes comoantes. Nos decían: «Esperen todavía algunos días», y después: «Esperenalgunosdíasmás»;peronoseponíaacorrer,nisiquieraaandar.Estabamuy

Page 101: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

bonita y muy alegre; pero sus piececitos, que antes danzaban tan alegresalrededordeJip,seguíandébileseinmóviles.

Tomé lacostumbredebajarlaenbrazos todas lasmañanasydevolverasubirlalomismotodaslasnoches.Pasabasusbrazosalrededordemicuelloyreíaalolargodelcaminocomosihubierasidounaapuesta.Jipnosprecedíaladrandoysedeteníasofocadoeneldescansilloparaversillegábamos.Mitía,lamejorymásalegredelasenfermeras,nosseguíacontodouncargamentodechalesydealmohadas.

MísterDicknohubiesecedidoanadieelderechodeabrir lamarchaconunaluzenlamano.Traddlessequedabaalpiedelaescalera,recibiendotodoslosmensajeslocosqueleencargabaDoraparalamuchachamásencantadoradelmundo.Parecíaunaalegreprocesión,ymi«mujer-niña»eralamásalegredetodos.

Peroaveces,cuandolacogíaenmisbrazosylasentíacadavezmásligera,unvagosentimientodetristezaseapoderabademí;meparecíaqueibahaciaunpaísglacialdesconocido,yaquella ideaensombrecíamivida.Tratabadeahogar aquel pensamiento; me lo ocultaba a mí mismo; pero una noche,despuésdeoírgritarami tía:«¡Buenasnoches,Capullito!» ,mequedésoloantemipupitre,ylloré,pensando:«¡Ohquénombrefatal!¡Sifueraasecarseensutallo,comolasflores!».

Capítulo9

Meveoenvueltoenunmisterio

Unamañanarecibíporcorreolasiguientecarta,fechadaenCanterbury,yquemehabíandirigidoaDoctors'Commons.Laleíconsorpresa:

Muyseñormíoyqueridoamigo:

Circunstanciasquenohandependidodemivoluntadhanenfriadodesdehace tiempo una intimidad que siempre me ha causado las más dulcesemociones.Todavíahoy,cuandomeesposibleenlosrarosinstantesquemedeja libre mi profesión, contemplo las escenas del pasado con los coloresbrillantesdelprismade lamemoriay lasconsideroconfelicidad.Nuncameatrevería,miqueridoamigo,ahoraquesutalentolehaelevadoaunpuestotandistinguido, a dar a mi compañero de la juventud el nombre familiar deCopperfield.Me basta saber que ese nombre a que tengo el honor de haceralusión quedará eternamente rodeado de afecto y estima en los archivos denuestracasa(quierohablarde losarchivosconcernientesanuestrosantiguoshuéspedes,conservadoscuidadosamentepormistressMicawber).

Page 102: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Nome corresponde amí, que por una serie de errores personales y unacombinaciónfortuitadesucesosnefastosmeencuentroenlasituacióndeunabarca que ha naufragado (si me está permitido emplear esta comparaciónnáutica);nomecorrespondeamí,repito,dirigirlecumplidosnifelicitaciones.Dejoestegustoamanosmáspurasymásdignas.

Si sus importantes ocupaciones (no me atrevo a esperarlo) le permitenrecorrer estas líneas imperfectas, seguramente se preguntará usted con quéobjetoescribolapresentecarta.Permítamequeledigaquecomprendotodalajusteza de esa pregunta y que voy a demostrárselo, declarándole en primerlugarquenotienenadaqueverconasuntoseconómicos.

Sinaludirdirectamentealtalentoqueyopuedatenerparadirigirelrayoolallamavengadoracontraquienquieraquesea,puedopermitirmeobservardepasada quemismás brillantes esperanzas están destruidas, quemi paz estádestrozada y que todas mis alegrías se han agotado; que mi corazón no sédóndeestá,yqueyanopuedo llevar lacabezaaltaantemis semejantes.Lacopa de amargura desborda, el gusano trabaja y pronto habrá roído a suvíctima.Cuantoantesserámejor.Peronoquieroalejarmedemiasunto.

Estandoenlamáspenosasituacióndeánimo,demasiadodesgraciadoparaque la influencia de mistress Micawber pueda dulcificar mi sufrimiento,aunquelaejerceensutriplecalidaddemujer,deesposaydemadre,tengolaintencióndehuirduranteunos instantesyemplearcuarentayochohorasenvisitar, en la capital, los lugares que fueron teatro de mi alegría. Entre lospuertos tranquilos en que he conocido la paz de mi alma, me dirigiré,naturalmente,a laprisióndeKing'sBench.Yhabréconseguidoelobjetodemicomunicaciónepistolarsileanuncioqueestaré(D.m.)alladoexteriordelmurodeestaprisiónpasadomañanaalassietedelatarde.

No me atrevo a pedir a mi antiguo amigo míster Copperfield, ni a miantiguoamigomísterThomasTraddles,siesquevivetodavía,quesedignenvenir a encontrarmepara reanudar (en lo posible) nuestras relacionesde losbuenostiempos.Melimitoalanzaralvientoestaindicación:lahorayellugarantes dichos, donde podrán encontrarse los vestigios ruinosos que todavíaquedandeunatorrederrumbada.

WILKINSMICAWBER.

P.S.Quizá sea prudente añadir que nohe dicho amistressMicawber elsecretodemisintenciones.

Releí muchas veces aquella carta. A pesar de que recordaba el estilopomposodelascomposicionesdemísterMicawber,ycómolehabíagustadosiempre escribir cartas interminables aprovechando todas las ocasionesposibles e imposibles,me parecía que debía de haber en el fondo de aquel

Page 103: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

galimatíasalgodeimportancia.Dejélacartaparareflexionar;despuéslavolvíaleer,yestabaembebidoensuterceralecturacuandollegóTraddles.

—Querido—ledije—,¡quéoportunidadlatuyaviniendo!Vasaayudarmecon tu juicio reflexivo. He recibido, mi querido Traddles, la carta másextravagantedemísterMicawber.

—¿Deverdad?¡Vamos!PuesyoherecibidounademistressMicawber.

Y Traddles, sofocado por el camino, con los cabellos erizados como siacabaradeencontrarseunaparecido,metendiósucartaycogiólamía.Yolemiraba leer, y vi que sonreía al llegar a «lanzar el rayo o dirigir la llamavengadora».

—¡Diosmío,Copperfield!—exclamó.

DespuésmedediquéalalecturadelaepístolademistressMicawber.Eraesta:

PresentotodosmisrespetosamistressThomasTraddles,ysiacasoguardaalgúnrecuerdodeunapersonaquetuvolafelicidaddeestarrelacionadaconél,me atrevo a pedirle queme consagre unos instantes. Le aseguro,místerThomas Traddles, que no abusaría de su bondad si no estuviera a punto deperderlarazón.

EsmuydolorosoparamíelconfesarqueeslafrialdaddemísterMicawberpara con sumujer y sus hijos (¡él, tan tierno siempre!) la queme obliga adirigirme hoy a míster Traddles solicitando su ayuda. Míster Traddles nopuede hacerse idea del cambio que se ha operado en la conducta demísterMicawber,desuextravaganciaydesuviolencia.Estohaidocreciendoyhallegadoaserunaverdaderaaberración.PuedoaseguraramísterTraddlesquenopasadíasinquetengaquesoportaralgúnparoxismodeesegénero.MísterTraddlesnonecesitaráqueyomeextiendasobremidolorcuandoledigaqueoigocontinuamenteamísterMicawberafirmarquesehavendidoaldiablo.Elmisterio y el secreto son desde hacemucho tiempo su carácter habitual, enlugardesuantiguaeilimitadaconfianza.Alamásinsignificanteprovocación;porejemplo,siyolepregunto:«¿Quéquierescomer?»,medeclaraquevaapedir la separación de cuerpos y de bienes. Ayer por la tarde, porque lepidieron sus hijos dos peniques para caramelos de limón, amenazó con uncuchillodeostrasalosdosmellizos.

Suplico a míster Traddles que me perdone todos estos detalles, queúnicamentepuedendarleunamuyligeraideademihorriblesituación.

¿PuedoahoraconfiaramísterTraddleselobjetodemicarta?¿Mepermitequemeabandoneasuamistad?¡Oh,sí!Conozcomuybiensucorazón.

Losojosdelafectovenclaro, sobre todoennosotras lasmujeres.Míster

Page 104: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

MicawbervaaLondres.Aunquehatratadodeocultarse,mientrasescribíaladirección en la maleta oscura que ha conocido nuestros días dichosos, lamirada de águila de la ansiedad ha sabido leer la última sílaba: «dres». LadiligenciaparaenLaCruzdeOro.¿PuedopediramísterTraddlesquehagaporveramiesposo,queseextravía,yporatraerlealbuencamino?¿PuedopediramísterTraddlesqueayudeaunafamiliadesesperada?¡Oh,no!¡Estoseríademasiado!

SimísterCopperfield,ensugloria,seacuerdatodavíadeunapersonataninsignificante como yo, ¿querría míster Traddles transmitirle mis saludos ymissúplicas?Entodocaso,leruegoquemireestacartacomoexclusivamenteparticularyquenohagaalusiónaella,bajoningúnpretexto,enpresenciademísterMicawber.

Si míster Traddles se digna contestarme (lo que me parece muy pocoprobable)unacartadirigidaaM.E.,listadeCorreos,Canterbury,tendrábajoestadirecciónconsecuenciasmenosdolorosas,quebajocualquierotra,paralaquehatenidoelhonordeserconlamásprofundadesesperación.

Sumuyrespetuosaysuplicanteamiga,

EMMAMICAWBER.

—¿Quétepareceestacarta?—medijoTraddlesmirándome.

—Y tú ¿qué piensas de la otra? —le dije, pues la leía con expresiónansiosa.

—Creo,Copperfield,queestasdoscamasreunidassonmássignificativasdeloquesonengenerallasepístolasdemísterydemistressMicawber;peronoacabodecomprenderloquequierendecir.Nodudodequelashanescritoconlamejorfedelmundo.¡Pobremujer!—dijomirandolacartademistressMicawber,mientras comparábamos lasdosmisivas—.De todosmodos,hayque tenercompasióndeellayescribirlediciendoquenodejaremosdeveramísterMicawber.

Consentícontantogustoporquemereprochabaelhaberconsideradocondemasiadaligerezalaprimeracartadeaquellapobremujer.Entoncesmehabíahecho reflexionar; pero estabapreocupado conmispropios asuntos, conocíabien a los individuos y poco a poco había terminado por olvidarlos. Elrecuerdo de los Micawber me preocupaba a menudo; pero era sobre todopreguntándome cuáles serían los «compromisos pecuniarios» que estaban apuntodecontraerenCanterbury,ypararecordarlaconfusiónconquemísterMicawber me había recibido al poco tiempo de ser el empleado de UriahHeep.

EscribíunacartaconsoladoraamistressMicawber,ennombredelosdos,

Page 105: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

ylafirmamostambiénlosdos.Salimosparaecharlaalcorreo,yenelcaminonosdedicamosTraddlesyyoahacerunamultituddesuposicionesqueseríainútilrepetiraquí.Pedimosconsejoamitía;peroelúnicoresultadopositivodelacharlafuequenodejaríamosdeiralacitafijadapormísterMicawber.

En efecto, llegamos al lugar convenido con un cuarto de hora deanticipación; místerMicawber estaba ya allí. Estaba de pie, con los brazoscruzadosyapoyadoenlapared;mirabadeunmodosentimentallaspuntasdehierro que coronaban la tapia, como si fueran las ramas enlazadas de losárbolesquelehabíanabrigadolosdíasdesujuventud.

Cuandoestuvimosasuladonospareciómenossueltoyelegantequeenelpasado. Aquel día no se había puesto el traje negro; llevaba su antiguachaquetaysupantalónceñido;peroyanolollevabaconlamismagraciadeentonces.

Amedidaquehablábamosrecobrabaalgodesusantiguosmodales;perosulentenopendíaconlamismaelegancia,yelcuellodesucamisaestabamenoscuidado.

—Caballeros —dijo míster Micawber cuando cambiamos los primerossaludos—, son ustedes verdaderos amigos, los amigos de la adversidad.Permítanme que les pida algunos detalles sobre la salud física de mistressCopperfield, «in esse», y demistress Traddles, «in posse»; suponiendo quemíster Traddles no se haya unido todavía a la razón de su cariño paracompartirelbienyelmaldelacasa.

Lecontestamoscomoeradeesperar.Después,señalándonosconeldedolapared, había ya empezado a componer su discurso con «Les aseguro,caballeros…», cuando me atreví a oponerme a que nos tratara con tantaceremonia,yarogarlequenosconsideraracomoantiguosamigos.

—Mi querido Copperfield —repuso estrechándome la mano—, sucordialidadmeaturde.Recibiendocontantabondadestefragmentoruinosodeuntemploalqueantesseconsiderabacomohombre,sipuedoexpresarmeasí,daustedpruebasdesentimientosquehonrannuestracomúnnaturaleza.Estabaapuntodedecirquevolvíaaverhoyellugartranquilodondehantranscurridoalgunosdelosañosmásbellosdemiexistencia.

—GraciasamistressMicawber,estoyconvencido—contesté—.¿Ycómosigue?

—Gracias—repusomísterMicawber,cuyorostrosehabíaensombrecido—;estáregular.Veausted—continuómísterMicawber,inclinandolacabeza—,veaustedelKing'sBench,ellugardondeporprimeravezdurantemuchosaños la dolorosa carga de compromisos pecuniarios no ha sido proclamadacadadíaporvocesinoportunasquesenegasenadejarmesalir;dondenohabía

Page 106: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

a la puerta aldaba que permitiera a los acreedores llamar; donde no exigíanningúnserviciopersonal,ydondeaquellosqueosdeteníanenlaprisiónteníanque esperar en la puerta. Caballeros —dijo míster Micawber—, cuando lasombra de esos picos de hierro que adornan el muro de ladrillo llegaba areflejarseenlaarenadelapared,hevistoamishijosjugar,siguiendoconsuspies el laberinto complicado del suelo, tratando de evitar los puntos negros.Todaslaspiedrasdeesteedificiomesonfamiliares.Sinopuedoocultarlesmidebilidad,dispénsenme.

—Todoshemoshechocarreraenelmundodesdeaquellostiempos,místerMicawber—ledije.

—Míster Copperfield —me respondió con amargura—, cuando yohabitabaesteretiropodíamirardefrenteamisprójimosypodíadestruirlossillegabanaofenderme.Yanoestoyaeseniveldeigualdadconmissemejantes.

MísterMicawbersealejóconabatimiento,ycogiendoelbrazodeTraddlesporunlado,mientrasconelotroseapoyabaenelmío,continuóasí:

—Hay en el camino que lleva a la tumba límites que nunca se querríahaberfranqueado,sinosepensaraquesemejantedeseoeraimpío.EsoesparamíelKing'sBenchenmividaabigarrada.

—Estáustedmuytriste,místerMicawber—dijoTraddles.

—Sí,señor—respondiómísterMicawber.

—EsperoquenoseaporquesehayaasqueadousteddelDerecho,puesyosoyabogado,comoustedsabe.

MísterMicawbernocontestóunapalabra.

—¿Cómo está nuestro amigo Heep, míster Micawber? —le pregunté,despuésdeunmomentodesilencio.

—MiqueridoCopperfield—respondiómísterMicawber,queenelprimermomento pareció presa de una violenta emoción, y después se puso muypálido—,sillamaustedsuamigoalquemeemplea,losiento;silellamaustedmiamigo,lecontestaréconunarisasardónica.Seacualfuereelnombrequeusteddéaesecaballero,lepidopermisopararesponderlesencillamenteque,cualquieraqueseasuestadodesalud,pareceunazorra,pornodecirundiablo.Mepermitiráustedquenomeextiendamás,comoindividuo,sobreunasuntoquecomohombrepúblicomehaarrastradocasialbordedelabismo.

Leexpresémisentimientoporhaberabordadoinocentementeuntemadeconversaciónqueparecíaconmoverletanvivamente.

—¿Puedo preguntarle, sin correr el mismo peligro, cómo están misqueridosamigosmísterymissWickfield?

Page 107: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Miss Wickfield —dijo míster Micawber, y su rostro enrojecióviolentamente—,missWickfield es lo que ha sido siempre: unmodelo, unejemplodeslumbrante.MiqueridoCopperfield,eslaúnicaestrellaquebrillaenmediodeunanocheprofunda.Mirespetoporesaseñorita,miadmiraciónpor su virtud, mi cariño a su persona… tanta bondad, tanta ternura, tantafidelidad…¡Llévenmeaunsitiosolitario—dijoalfin—,porquenosoydueñodemí!

Lecondujimosaunaestrechacallejuela,seapoyócontralaparedysacósupañuelo.Siyo lemirabacon la seriedadqueTraddles,nuestra compañíanoeralomásapropiadoparadevolverleelvalor.

—Estoycondenado—dijomísterMicawbersollozando,perosinolvidaralsollozaralgodesueleganciapasada—,estoycondenado,caballeros,asufrir,acausadetodoslosBuenossentimientosqueencierralanaturalezahumana.ElhomenajequeacabodehaceramissWickfieldmetraspasaelcorazón.

Másvalequemedejenvagarporelmundo;lesrepitoquelosgusanosnotardaránenarreglarcuentasconmigo.

Sinresponderaaquellainvocación,esperamosaquesevolvieraaguardarelpañueloenelbolsillo,estiradoelcuellodelacamisaysilbadounacanción,conelairemásdespreocupadoparaengañaralosquepasabanyquehubieranpodidofijarseensuslágrimas.Entoncesledije,muydecididoanoperderledevista(paranoperdertampocoloquequeríamossaber),queestaríaencantadode presentarle a mi tía, si quería acompañarnos hasta Highgate, dondepodíamosofrecerleunacama.

—Nosharáustedunvasitodesuexcelenteponche,místerMicawber—ledije—, y además los recuerdos agradables le harán olvidar sus actualespreocupaciones.

—Osiustedencuentraalgúndescansoconfiandoasusamigoslascausasde su angustia, místerMicawber, estamos dispuestos a escucharle—añadióprudentementeTraddles.

—Caballeros—respondiómísterMicawber—,hagandemíloquequieran;soy una paja que lleva el océano furioso; estoy empujado en todas lasdirecciones por los elefantes. Ustedes perdonen, quería decir por loselementos.

Reanudamos la marcha, del brazo; tomamos el ómnibus, llegando sindificultad a Highgate. Yo estaba muy confuso y no sabía qué hacer ni quédecir; aTraddles le ocurría lomismo.MísterMicawber estaba sombrío.Devez en cuandohacía un esfuerzopara reponerse, y silbabauna cancioncilla;pero pronto volvía a caer en profunda melancolía, y cuanto más abatidoestaba,másseretorcíaelsombreroymásseestirabaelcuellodelacamisa.

Page 108: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Nosdirigimosacasademitía,mejorquealamía,porqueDoranoestababien. Mi tía acogió a míster Micawber con graciosa cordialidad. MísterMicawber lebesó lamano,se retiróaun rincónde laventana,ysacandoelpañuelo del bolsillo se dedicó a una lucha interior contra sí mismo.MísterDick estaba en casa. Era naturalmente compasivo con todo el que sufría, ysabíadescubrirlo tanpronto,queencincominutos lomenosestrechómediadocenadeveceslamanoamísterMicawber.

Este afecto, que no esperaba por parte de un extraño, conmovió de talmodoamíster.Micawber,querepetíaacada instante:«Miqueridoseñor,esdemasiado».YmísterDick,animadoporeléxito,volvíaalacargaconnuevoardor.

—Labondaddeestecaballero,señora—dijomísterMicawberaloídodemi tía—, si usted me permite que saque una comparación florida delvocabulario de nuestros juegos nacionales, un poco vulgares, me traspasa;semejanterecibimientoesunapruebamuysensibleparaunhombrequelucha,comoyo,contraunmontóndepreocupacionesydificultades.

—MiamigomísterDick—repusomi tíaconorgullo—noesunhombrevulgar.

—Estoy convencido, señora —dijo míster Micawber—. Caballero —continuó, pues míster Dick le estrechaba de nuevo las manos—, agradezcovivamentesubondad.

—¿Cómoestáusted?—dijomísterDickentonoafectuoso.

—Regular,caballero—respondió,suspirando,místerMicawber.

—Nohayquedejarseabatir—dijomísterDick—;porelcontrario,tratedealegrarse como pueda. Aquellas palabras amistosas conmovieronprofundamenteamísterMicawber,ymísterDickleestrechóotravezlamanoentrelassuyas.

—Tengolasuertedeencontraraveces,enelpanoramatanvariadodelaexistenciahumana,unoasisenmicamino;peronuncalohevistodetalverdornitanrefrescantecomoelqueahoraseofreceantemisojos.

Enotromomentomehubierahecho reír lacomparación;peroestábamostodosdemasiadopreocupadoseinquietos,yyoseguíacontantaansiedadlasincertidumbres de míster Micawber, dudando entre el deseo manifiesto dehacernos una revelación y la disposición de no revelar nada, que teníaverdaderamentefiebre.Traddles,sentadoenelbordedelasilla,conlosojosmuy abiertos y los pelos más tiesos que nunca, miraba alternativamente alsueloyamísterMicawber,sindecirunapalabra.Mitía,mientrastratabaconmucha discreción de comprender a su nuevo huésped, conservaba más

Page 109: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

presenciadeánimoqueningunodenosotros,puescharlabaconélylehacíacharlarquisieraono.

—Esustedunantiguoamigodemisobrino,místerMicawber—dijomitía—,ysientonohabertenidoelgustodeconocerleantes.

—Señora—dijomísterMicawber—,yotambiénhubierasidomuydichosoconociéndolaantes,puesnohesidosiempreelmiserablenáufragoqueahoracontemplausted.

—¿Espero quemistressMicawber y toda su familia se encuentren bien,caballero?—preguntómitía.

MísterMicawbersaludó.

—Estántodolobienquepuedenestarunosdesgraciadosproscritos,señora—dijoentonodesesperado.

—¡OhDiosmío,caballero!—exclamómitíaconsubrusquedadhabitual—.¿Quémediceusted?

—Laexistenciademifamilia—repusoMicawber—pendedeunhilo.Elquemeemplea…

EnestoMicawbersedetuvo,congrandisgustomío,yempezóahablardelos limones, que yohabía hecho traer a lamesa con los demás ingredientesquenecesitabaparaelponche.

—El que le emplea, decía usted…—repuso míster Dick, empujándolesuavementeconelcodo.

—Muchasgracias,caballero—respondióMicawber—,porrecordarmeloquequeríadecir.Puesbien,señora,aquelquemeemplea,místerHeep,undíamehizoelhonordedecirmequesinocobraraelsueldodelempleoquetengoasuladonoseríaprobablementemásqueundesgraciadosaltimbanqui,yquerecorrería los pueblos tragándome sables y devorando llamas. Y es muyposible, en efecto, quemishijos sevean en lanecesidaddeganarse lavidahaciendo contorsiones, mientras mistress Micawber toca el organillo paraacompañaraesasdesdichadascriaturasensusatrocesejercicios.

MísterMicawber blandió su cuchillo con aire distraído, pero expresivo,comosiquisieradecirque,felizmente,élyanoestaríaallíparaverlo;despuéssepusoamondarloslimones,conexpresióndeangustia.

Mitíalemirabaatentamente,conelcodoapoyadoenlamesita.Apesardemirepugnanciaparaobtenerdeélporsorpresalasconfidenciasquenoparecíamuydispuesto ahacernos, quería aprovechar laocasiónparahacerlohablar,peronohabíamedio.Estabademasiadoocupadoechandolacortezadellimónenelaguahirviendo.Yomedabacuentadequeestábamosenunacrisis,yno

Page 110: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

se hizo esperar.De pronto lanzó lejos de sí todos sus utensilios, se levantóbruscamentey,sacandoelpañuelo,sedeshizoenlágrimas.

—Mi querido Copperfield —me dijo, enjugándose los ojos—, estaocupaciónrequieremástranquilidadyrespetodesímismo.Hoynosoycapazdeencargarmedeella.Nohayduda.

—MísterMicawber—le dije—, ¿qué es lo que le ocurre? Hable, se loruego;aquítodossomosamigos.

—¡Amigos!Caballero—repitiómísterMicawber, y el secreto que habíacontenidohastaentoncesaduraspenasseleescapódepronto—,¡Diosmío!,precisamenteporquemeveorodeadodeamigosestoyenesteestado.¿Loqueocurre,loquepasa,señores?Preguntadmemásbienloquenomepasa.Haymaldad, hay bajeza, hay desilusión, fraude, conspiraciones, y el nombre detodoeseconjuntodeatrocidadeses…¡Heep!

Mitíagolpeólasmanosytodosnosestremecimoscomoposeídos.

—No, no, basta de combates; basta de luchas conmigo mismo —dijomísterMicawbergesticulandoviolentamenteconelpañuelo,extendiendolosdos brazos ante sí de vez en cuando, rítmicamente, como si nadara en unocéanodedificultadessobrehumanas—;nopodríaseguirmástiempoconestavida;soydemasiadomiserable.Mehanarrebatadotodoloquehacesoportablela existencia; me han condenado a la incomunicación del tabú mientras heestadoalserviciodeesecanalla.Quemedevuelvanamimujeryamishijos;que vuelvan a poner aMicawber en el lugar del desgraciado que anda hoydentrodemisbotas,yquemediganmañanaquemetragueunsable,yloharé.¡Yaveréisconquéapetito!

Nuncahabíavistounhombre tanexaltado.Tratabade tranquilizarleydesacarle palabras más sensatas; pero él subía como la espuma, sin quererescucharmesiquiera.

—¡No estrecharé la mano de nadie —continuó, ahogando un sollozo yresoplandocomounhombrequeseahogahastaquehayahecho trizasaesadetestable…serpientedeHeep!¡Noaceptarédenadiehospitalidadhastaquehaya decidido ir al monte Vesubio a que haga salir sus llamas… sobre esemiserablebandidode…Heep! ¡Nopodré tragar el…menor refresco…bajoeste techo… , sobre todo, ponche… antes de haber arrancado los ojos… alladrón,alembusteroHeep!¡Noquieroveranadie…noquierodecirnada…yo…noquierohabitarenningunaparte…hastaquehayareducido…apolvoimpalpableaeseinmortalhipócrita,aeseeternoperjurodeHeep!

Yo empezaba a temer que míster Micawber se muriese de repente.Pronunciabatodasaquellasfrasesentrecortadasyconvozahogada;ycuandose acercaba al nombre de Heep redoblaba la prisa y el ardor, y su acento

Page 111: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

apasionadoteníaalgoqueasustaba;perocuandovolvióadejarsecaersobrelasilla,fueradesí,mirándonosconojosextraviados,conlasmejillasvioletas,larespiración cortada y la frente llena de sudor, parecía estar en el últimoextremo. Me acerqué a él para ayudarle; pero me apartó con un signo, yprosiguió:

—¡No,Copperfield!…¡Nadadeamistadentrenosotros…hastaquemissWickfield… haya obtenido una reparación… de los perjuicios que le hacausado ese taimado canalla de Heep! —Estoy seguro de que no hubiesetenido fuerzas para pronunciar tres palabras si no hubiera dicho al final elnombre odioso que le devolvía valor…—. Que se guarde un secretoinviolable… Nada de excepciones… de hoy a una semana a la hora deldesayuno… que todos los presentes… incluida la tía… y este excelentecaballero… se encuentren reunidos en el hotel de Canterbury… NosencontraránamistressMicawberyamí…Cantaremosacoro,enrecuerdodeloshermosostiempospasados,y…¡desenmascararéaesehorriblebandidodeHeep! No tengo nada más que decir… nada más que oír… ¡Me voyinmediatamente…pues lacompañíamepesa…sobre lashuellasdel traidor,delcanalla,delbandidodeHeep!

Y después de esta última repetición de la palabra mágica que le habíasostenidohastaelfin,despuésdehaberagotadolasfuerzasquelequedaban,místerMicawber se precipitó fuera de la casa, dejándonos en tal estado deinquietud,deesperaydesorpresa,quenoestábamosmenospalpitantesqueél.Pero ni aun entonces pudo resistir a su pasión epistolar, pues todavíaestábamos en el paroxismo de la excitación y de la sorpresa, cuando nosentregaron la carta siguiente, que acababa de escribir en un café de losalrededores:

Muysecretayconfidencial.

Muyqueridoamigo:

Le ruego me haga el favor de transmitir a su excelente tía todas misexcusasporlainquietudquehedejadoaparecerdelantedeella.Laexplosiónde un volcán largo tiempo contenido ha sido la consecuencia de una luchainteriorquenosabríadescribir.Ustedeslaadivinarán.

Espero haberles hecho comprender, sin embargo, que de hoy en unasemanacuentoconustedesenelcafédeCanterbury,allídondehace tiempotuvimos el honor,mistressMicawber y yo, de unir nuestras voces a la suyapararepetir losacentosdelhombre inmortal,alimentadoyeducadoa laotraorilladelTweed.

Unavezcumplidoestedeberyesteactodereparación,loúnicoquepuededarmevalorparamiraralprójimodefrente,desapareceréparasiempre,ysólo

Page 112: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

pediré ser depositado en ese lugar de asilo universal donde duermen lososcurosantepasados.Conestasencillainscripción:

WILKINSMICAWBER.

Capítulo10

ElsueñodeMr.Pegottyllegaarealizarse

HabíantranscurridoalgunosmesesdesdequetuvolugarnuestraentrevistaconMarthaaorillasdelTámesis.Yonolahabíavueltoaver;peroellahabíatenido en varias ocasiones comunicación con míster Peggotty. Su celo erainútil,ynoencontrábamosennadadeloquenosdecíadatosquenospusieransobrelapistadeEmily.Confiesoqueempezabaadudardepoderencontrarlayquecadadíaestabamásconvencidodequehabíamuerto.

Por lo que yo podía apreciar, míster Peggotty seguía con la mismaconvicción, y su corazón no tenía nada oculto paramí. No titubeaba ni unmomento;nosentíaquebrantadasuseguridadsolemnedequeterminaríaporencontrarla.Supacienciaerainfatigable,yaunqueavecesyotemblabaantelaideadequesudesesperaciónfuesefunestasiundíallegabaaconvencersedelocontrario,nopodíapormenosdeestimaryrespetarcadadíamásaquellafesólidaquenacíadesucorazónpuroyelevado.

No era de los que se duermen en una esperanza y en una confianzainactivas.Todasuvidahabíasidounavidadeacciónydeenergía.Sabíaqueentodohabíaquecumplirfielmenteeldeberynoconfiarseenlosdemás.Yolehevistosalirporlanoche,apie,paraYarmouth,portemordequeolvidasenencenderlavelaqueiluminabaelbarco.Lehevisto,siporcasualidadleíaenalgúnperiódicoalgoquepudierarelacionarseconsuEmily,cogerelbastóndeviajero y emprender una nueva peregrinación de treinta o cuarenta leguas.Cuando le hube contado lo que sabía por medio de miss Dartle, se fue aNápolespormar.Todosaquellosviajeseranmuypenosos,pueseconomizabaloquepodíaporamoraEmily.Peronuncaleoíquejarse;nuncaleoíconfesarqueestuvieracansadoodeprimido.

Doralohabíavistomuchasvecesdespuésdecasadaconmigoylequeríamucho.Leveotodavíadepie,al ladodelsofáenqueelladescansa; tienelagorraen lamano;mi«mujer-niña» levantahaciaél susgrandesojosazules,conunaespeciedesorpresatímida.Amenudo,porlanoche,cuandoteníaquehablarme, lo llevaba a fumar su pipa en el jardín; charlábamos paseando, yentoncesyorecordabasucasaabandonadaytodoloquehabíaqueridoaaquelviejo barco que representaba a mis ojos de niño un espectáculo tan

Page 113: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

sorprendente por la noche, cuando el fuego ardía alegremente y el vientogemíaanuestroalrededor.

UndíamedijoquelavísperahabíaencontradoaMarthacercadesucasayquelehabíadichoquenoabandonarabajoningúnpretextoLondresantesdevolveraverla.

—¿Ynolehadichoporqué?

—Selohepreguntado,señoritoDavy—mecontestó—;peroMarthahablamuypoco,yencuantoselohepreguntadosehamarchado.

—¿Ylehadichocuándovolverá?

—No, señorito Davy —repuso, pasándose la mano por la frente, congravedad—.Selohepreguntado;peromehadichoquenomelopodíadecir.

Yo había resuelto desde hacía mucho tiempo no animar aquellasesperanzas,quependíandeunhilo;porlotanto,nohiceelmenorcomentario;sóloañadíqueseguramentelavolveríaaverpronto.Yguardéparamísololasdemásreflexiones,aunquetampocodabademasiadaimportanciaalaspalabrasdeMartha.

Quince días después paseaba una tarde solo por el jardín. Recuerdoperfectamente aquella tarde. Era al día siguiente de la visita de místerMicawber.Habíallovidotodoeldía;elaireestabahúmedo;lashojasparecíanpesarenlasramas,cargadasdelluvia;elcieloestabatodavíaoscuro,perolospájaros empezaban a cantar alegremente. A medida que el crepúsculoavanzabaseibancallandoporgrados;todoestabasilenciosoamialrededor;niunsoplodevientomovíalosárboles;nooíamásqueelruidodelasgotasdeagua,quecorríanlentamenteporlasramasverdesmientraspaseabadearribaabajoeneljardín.

Habíaallí,al ladodenuestracasa,unpequeñocobertizo,desdedondeseveíaelcamino.Mirabahaciaaquellado,pensandoenunamultituddecosas,cuandoviunapersonaqueparecíallamarme.

—¡Martha!—dije,acercándomeaella.

—¿Puedeustedvenirconmigo?—mepreguntóconvozconmovida—.Heestadoencasadeélynoleheencontrado.Heescritoenuntrozodepapelelsitio donde tiene que buscarme, y lo he puesto encimade sumesa.Mehandicho que no tardará en volver. Tengomuchas noticias. ¿Puede usted venirenseguida?

Lerespondíabriendolaverjaparaseguirla.Mehizoungestoconlamano,como para pedirme paciencia y silencio, y se dirigió hacia Londres. En elpolvoquecubríasusropasseveíaquehabíavenidoapieyatodaprisa.

Page 114: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

LepreguntésiíbamosaLondres,ymehizoungestodequesí.Detuveuncochequepasaba,ysubimos losdosenél.Cuandolepregunté ladirección,merespondió:«HaciaGoldenSquare,ydeprisa».

Después se hundió en un rincón, ocultándose la cara con una manotemblorosaypidiéndomequeguardarasilencio,comosinopudierasoportarelsonidodeunavoz.

Estaba turbado y confuso entre la esperanza y el temor. Lamiraba paraobtener alguna explicación; pero era evidente que no quería dármela, y yotampoco quería romper el silencio. Avanzábamos sin pronunciar palabra. Aveces ellamiraba laportezuela, comosi leparecieseque íbamosdemasiadodespacio, aunque en realidad el coche iba a buen paso; pero continuabacallándose.

Nos detuvimos en el sitio que había indicado, y dije al cochero queesperase,pensandoquequizávolviéramosanecesitarle.Marthamecogiódelbrazoymearrastrórápidamentehaciaunadeesascallessombríasqueantesservían de morada a familias nobles, pero donde ahora se alquilan porseparadohabitacionesaunpreciomódico.Entróenunadeaquellasgrandescasasy,soltándomeelbrazo,mehizoseñadequelasiguieraporlaescalera,queservíaamuchísimoshuéspedesyponíatodaunamultituddehabitantesenlacalle.

Lacasaestaballenadegente.Mientrassubíamoslaescalera,laspuertasseabríananuestropaso;otraspersonassenoscruzabanacadainstante.Antesdeentraryahabíavistoyomujeresyniñosasomandosuscabezasalasventanas,entre tiestosde flores;probablementehabíamosexcitadosucuriosidad,pueseranlosmismosqueabríanlaspuertasparavernospasar.Laescaleraeraaltayancha, con una balaustrada de madera maciza y tallada; por encima de laspuertas se veían cornisas adornadas de flores y frutas; las ventanas erangrandes;perotodosaquellosrestosdeantiguasgrandezasestabanenruinas.Eltiempo,lahumedadylapodredumbrehabíanatacadoelsuelo,quetemblababajonuestrospasos.Habíantratadodeinfiltraralgodesangrenuevaenaquelcuerpoviejo,y,enalgunossitios,hermosasesculturashabíansido reparadasconmaterialmuchomásordinario;peroaquelloeracomoelmatrimoniodeunviejo noble arruinado con una pobre hija del pueblo: ninguna de las partesparecía resolverseaaquellaunión tandesigual.Sehabían tapadomuchasdelas ventanas de la escalera, y las que quedaban apenas tenían vidrieras, y através de las maderas apolilladas, que parecían aspirar el mal olor sindevolverlonunca,veíaotras casas en elmismoestado,yunpatio interioryoscuroqueparecíaserelbasurerodelviejocastillo.

Subimoscasialúltimopisodelacasa.Dosotresvecesmeparecióverenla oscuridad los pliegues de un traje de mujer; alguien nos precedía.

Page 115: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Llegábamosalúltimopisocuandovi a aquellapersonadetenersedelantedeunapuertayentrar.

—¿Quéquieredeciresto?—murmuróMartha—.Entraenmihabitaciónyyonolaconozco.

Yosílaconocía.CongransorpresahabíavistolosrasgosdemissDartle.

HicecomprenderenpocaspalabrasaMarthaqueeraunaseñoraaquienyohabíaconocido,yapenashabíaterminadodehablar,cuandooímossuvozenla habitación; pero desde donde estábamos no podíamos oír lo que decía.Martha me miraba con sorpresa. Después me hizo terminar de subir, yempujandounapuertecitasincerradura,quehabíaalladodeladesucuarto,memetióenunahabitacioncitavacía,deltamañodeunarmario.Habíaentreaquelrincónysualcobaunapuertaquecomunicaba.Estabaentreabierta.Nosacercamos. Habíamos andado tan deprisa, que yo apenas podía respirar.Marthamepusodulcementesumanosobreloslabios.Yo,desdedondeestaba,podíaverelrincóndeunahabitaciónbastantegrande,dondehabíaunacama;sobrelasparedes,algunasmalaslitografíasdebarcos.NoveíaamissDartlenialapersonaaquiensedirigía.Micompañeradebíadeverlastodavíamenosqueyo.

Duranteuninstantereinóunprofundosilencio.Marthacontinuabaconunamanoencimademislabiosylevantabalaotraalinclinarseparaescuchar.

—Pocome importa que no esté aquí; no la conozco.Es a usted a quienvengoaver—dijoRosa

Dartle,conaltanería.

—¿Amí?—respondióunavozdulce.

—Sí —repuso miss Dartle—; he venido para mirarla. ¿Cómo no seavergüenzausteddeeserostroquehahechotantodaño?

El odio implacable y resuelto que animaba su voz, la fría amargura y larabiacontenidadesutono,melahacíantanpresentecomosihubieraestadofrenteaella.Veía,sinverlos,aquellosojosnegrosquedespedíanllamas;aquelrostrodesfiguradoporlacólera.Veíalacicatrizblancuzcaatravesarsuslabios,temblaryestremecersemientrashablaba.

—He venido a ver —continuó— a la que ha vuelto loco a JamesSteerforth;lamuchachaquehahuidoconél,escandalizandoatodasuciudadnatal;alaatrevida,alahábil,alapérfidaqueridadeunhombrecomoJamesSteerforth.¡Quierosabercómoessemejantecriatura!

Se oyó ruido, como si la desgraciada a quien agobiaba con sus insultosintentaraescaparse.MissDartleleimpidióelpaso.Despuéscontinuó,conlosdientesapretadosygolpeandoelsueloconelpie:

Page 116: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¡Estesequieta,oladesenmascarodelantedetodosloshabitantesdeestacasaydeestacalle!Sitratausteddeescaparse,ladetendré,aunquetengaqueagarrarladeloscabellosylevantarcontraustedlaspiedrasdelacasa.

Unmurmullodeterrorfuelaúnicarespuestaquemellegó;despuéshubounmomento de silencio. No sabía qué hacer. Deseaba ardientemente ponertérminoalaentrevistaaquella,peronomeatrevíaapresentarme;sólomísterPeggottyteníaelderechodeverlaydereclamarla.¡Cuándollegaría!

—¡Por fin la veo!—continuóRosa, conuna risa de desprecio—.Nuncahubiese creídoqueSteerforth se dejase seducir por esa falsamodestia y esaexpresióningenua.

—¡Oh,poramordeDios!—exclamóEmily—.Seaustedquiensea,sisabemi triste historia, ¡por amor de Dios, tenga piedad de mí, si quiere que latengandeusted!

—¿Si quiero que tenganpiedaddemí?—respondiómissDartle en tonoferoz—.¿Yquéhaydecomúnentrenosotras,dígame?

—Almenos,nuestrosexo—dijoEmilydeshaciéndoseenlágrimas.

—¿Yese es un lazo tan fuerte cuando lo invocauna criatura tan infamecomo usted, que si pudiera tener en el corazón otra cosa que no fuesedesprecio y odio, la cólera me haría olvidar que es usted mujer? ¡Nuestrosexo!¡Síquehaceustedhonoranuestrosexo!

—Comprendoqueesunreprochemuymerecido—exclamóEmily—;pero¡es terrible! ¡Oh señora, piense usted en todo lo que he sufrido y en lascircunstancias demi caída! ¡OhMartha, vuelve! ¡Oh, cuándo encontraré elabrigodemihogar!

MissDartlesesentóenunasillaalladodelapuerta;teníalosojosfijosenel suelo, como siEmily se arrastrara a sus pies.Ahora podía ver sus labiosapretadosysusojoscruelmentefijosenunsolopunto:enlaembriaguezdesutriunfo.

—Escucheloquevoyadecirle,yguárdesesushipocresíasyhabilidades.Nomeconmoveráconsuslágrimas,comonomeconquistaráconsussonrisas,esclavadespreciada.

—¡Oh, tenga piedad de mí! ¡Demuéstreme algo de compasión, o voy amorirloca!

—¡Sólo sería un débil castigo de sus crímenes! —dijo Rosa Dartle—.¿Sabe usted lo que ha hecho? ¿Se atreve usted a invocar el hogar, cuandoustedlohapisoteado?

—¡Oh!—exclamóEmily—.¡Nohapasadoundíaniunanochesinquelo

Page 117: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

pensara!—Ylavicaerderodillas,conlacabezahaciaatrás,supálidorostrolevantado al cielo y las manos juntas, con angustia; sus largos cabellos sehabíansoltado—.¡Nohapasadounsoloinstantesinquehayapensadoenmiqueridacasa,enlosdíasquepasaroncuandolaabandonéparasiempre!¡Oh,tíomío,tíomío;sihubieraspodidosabereldolorquemecausabaelrecuerdopunzante de tu ternura cuando me alejé del buen camino, no me hubiesesdemostradotantoamor,habríashablado,porlomenos,unavezcondurezaatuEmily,yesolehubieseservidodeconsuelo!Perono,nohayconsueloparamíenelmundo.¡Hansidotodosdemasiadobuenosconmigo!

Cayóconlacaracontraelsuelo,esforzándoseentocarelbordedelafaldadesutirano,quepermanecíainmóvilanteella.

Rosa Dartle la miraba fríamente; una estatua no hubiera sido másinflexible.Apretabaconfuerzaloslabios,comosinecesitaracontenerseparanopisotearalaencantadoracriaturaqueestabatiradacontantahumildadanteella. La veía distinta; parecía necesitar toda su energía para contenerse.¿CuándollegaríamísterPeggotty?

—¡Heahí la ridículavanidadque tienen esosgusanos!—dijo cuando secalmóunpocoelfurorqueleimpedíahablar—.¡Sucasa,suhogar!¿Ypiensaustedquehagoaesasgenteselhonordepensarnidecreerquehahechoustedel menor daño a semejante hogar que no se pueda pagar largamente condinero? ¡Su familia! ¡Sólo era usted para ella un objeto con que negociar,comolodemás;algoquevenderycomprar!

—¡Oh,no!—exclamóEmily—.Dígametodoloquequiera;peronohagacaermivergüenza(demasiadopesayasobreellos)sobrepersonasquesontanrespetables como usted. Si verdaderamente es usted una señora, hónrelos almenosaellos,aunquenotengapiedaddemí.

—Hablo —dijo miss Dartle, sin dignarse escuchar aquella súplica yretirandosufalda,comosiEmilylahubieramanchadoaltocarla—,hablodelacasadeél,lacasaenqueyohabito.¡Heahí—dijoconunarisasarcástica,mirandoasupobrevíctima—,heahíunabonitacausadedivisiónentreunamadreyunhijo!¡Heahíalaquehallevadoladesesperaciónaunacasadondenolahubieranqueridoniparafregar lavajilla!¡Laquehallevadolacólera,los reproches, las recriminaciones! ¡Vilcriatura,quehan recogidoa laorilladelagua,paradivertirseduranteunahorayrechazarladespuésconelpiehaciaelfangodondehabíanacido!

—¡No,no!—exclamóEmilyjuntandolasmanos—.Laprimeravezqueélseencontróenmicamino(¡Ah!¡SiDioshubieraqueridoquesólomehubieraencontradoeldíaquemellevaranaenterrar!)yohabíasidoeducadaenideastan severas y tan virtuosas como usted o cualquier otra mujer; yo iba acasarmeconelmejorde loshombres.Siustedvive a su lado, si le conoce,

Page 118: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

sabequizálainfluenciaquepuedeejercersobreunapobremuchacha,débilytrivial comoyo.Nomedefiendo;pero loque sé, y él lo sabe también, o almenosloquesabráalahoradesumuerte,cuandosualmaseturbe,esquehautilizadotodosupoderparaengañarmeyqueyocreíaenél,confiabaenélyloamaba.

Rosa Dartle saltó en la silla y retrocedió un paso para pegarla, con talexpresióndemaldadyderabia,queestuveapuntodelanzarmeentrelasdos.El golpe se perdió en el vacío. Ella continuó de pie, temblando de furor,palpitante de pies a cabeza, como una verdadera furia. No, no había vistonunca,nopodrévolveraverrabiasemejante.

—¿Usted le quiere? ¿Usted? —exclamó, apretando el puño como sihubieraqueridotenerenélunarmaparaheriralobjetodesuodio.

YonopodíayaveraEmily,ynoseoyóningunarespuesta.

—¿Yesomelodiceustedamí—añadió—consubocadepravada?¡Ah!¡Cómomegustaríaqueazotaranaestasperdidas!¡Oh!Sidependierademílasharíaazotarhastalamuerte.

Y lo hubiese hecho, estoy seguro. Mientras duró aquella mirada no lehubieraconfiadolamenorarmadetortura.

Después,muypocoapoco,fueechándoseareír,peroconunarisacortanteyseñalandoaEmilyconeldedo,comoaunobjetodevergüenzaeignominiaparaDiosyparaloshombres.

—¡Lequiere! ¡Diceque le quiere! ¡Yquerráhacermecreer que él se hapreocupadonuncalomásmínimodeella!¡Ah,ah!¡Quéembusterassonestaclasedemujeres!

Suburlaera todavíamayorquesu rabiayque sucrueldad;erapeorquetodo:nosedesatabadeunavez,sinopormomentos,exponiéndoseaquesupechoestallara;peroconteníasurabiaparatorturarmejorasuvíctima.

—He venido aquí, como le decía hace unmomento,manantial de amorpuro,paravercómoerausted.

Tenía curiosidad; ya la he satisfecho. Quería también aconsejarle quevolvieraprontoasucasa,aocultarseentresuexcelentefamilia,quelaespera,yaquiensudineroconsolarádetodo.Ycuandoselohayangastado,notendrámásquebuscarunnuevosustitutoparacreerenél,confiarseaélyamarle.Yocreíaencontrarunjugueteroto,queyahabíadejadodeservir;unajoyafalsaestropeadaporeluseytiradaaunrincón.Peropuestoquemeencuentroconorofino,conunaverdaderadama,unainocenteaquiensehaengañado,peroque tiene todavía un corazón nuevo, lleno de amor y de sinceridad, puesverdaderamentelopareceustedyestámuyenarmoníaconsuhistoria,todavía

Page 119: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

tengoalgomásquedecir.

Escúcheme,ysepaqueloquevoyadecirleloharé.¿Meoyeusted,hadaespiritual?Loquedigolohago.

Porunmomentonopudoreprimirsurabia;perofuesóloun instante,unespasmoqueterminóenunasonrisa.

—Vayaustedaocultarse,sinoasuantiguacasa,aotraparte;ocúlteselomáslejosposible.Vayaavivirenlaoscuridad,omejortodavía,vayaamorirencualquierrincón.Mesorprendequenohayaencontradotodavíamediodecalmar ese tierno corazón, que no quiere romperse. Y, sin embargo, haymediosparaello,ymeparecequenoesdifícilencontrarlos.

Seinterrumpióunmomento,mientrasEmilysollozaba.Laescuchócomosiaquellofueraparaellaunamúsica.

—Quizá soy una criatura extraña —prosiguió Rosa Dartle—; pero nopuedo respirar libremente en el mismo aire que usted; me parece que estácorrompido.Tengoquepurificarlo,quepurgarlodesupresencia.Siestáustedtodavía aquímañana, su historia y su conducta se sabrán por todos los quehabitanestacasa.Hesabidoquehayaquímujereshonradas.Seríalástimaquenopudieranapreciaruntesorocomousted.Siunavezfueradeaquívuelveabuscarrefugioenestaciudad,encualquierotracondiciónqueenlademujerperdida(puedeestartranquila,esanoleimpediréquelatome),iréahacerleelmismoservicioportodaspartespordondepase.Estoyseguradeconseguirlocon la ayuda de cierto caballero que ha solicitado su bella mano no hacemuchotiempo.

¿Pero míster Peggotty no llegaría nunca? ¿Cuánto tiempo habría desoportartodavíaaquello?¿Cuántotiempoestabayosegurodecontenerme?

—¡Oh,Diosmío!—exclamóladesgraciadaEmily,enuntonoquehubieseconmovidoelcorazónmásduro.

RosaDartleseguíasonriendo.

—¿Quéquiereustedquehaga?

—¿Lo que quiero que haga? ¿No puede usted vivir dichosa con susrecuerdos? ¡Puede usted pasarse la vida recordando la ternura de JamesSteerforth!Queríaque secasaraustedconuncriado,¿noesasí?Y tambiénpuede usted pensar en el buen hombre que aceptaba el ofrecimiento de suamo;y si todosestospensamientos, si el recuerdode suvirtudydelpuestohonrosoque lehanhechoadquirirnosonsuficientespara llenarsucorazón,puede casarse con ese excelente hombre y aprovecharse de sucondescendencia.Y si esto no es todavía bastante para satisfacerla, ¡máteseusted! No faltarían ríos ni montones de basura buenos para morir en ellos

Page 120: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

cuandosetienenesaspenas¡Busqueustedunoparadesdeallívolaralcielo!

Oípasos.Estabasegurodequeeraél.¡BenditoseaDios!

Rosaseacercólentamentealapuertaydesaparecióamivista.

—Peroacuérdesequeestoydecidida,ytengomisrazonesparaello(ymiodiopersonal),aperseguirlapor todaspartes,amenosdequehuya lejosdeaquíodequearrojeesamáscaradeinocenciaquequieretomar.Esoesloqueteníaquedecirle,yloquedigoloharé.

Los pasos se acercaban, ya estaban en la puerta, y se precipitaban en lahabitación.

—¡Tío!

Ungrito terrible siguióaaquellaspalabras.Esperéunmomentoantesdeentrar y le vi sosteniendo en sus brazos a Emily desvanecida. Un instantecontemplósurostro;despuésseinclinóparabesarla,¡oh,conquéternura!,ylecubriólacabezaconunpañuelo.

—Señorito Davy—dijo en voz baja y trémula cuando hubo cubierto elrostro de la muchacha—, doy gracias a nuestro Padre celestial porque misueñoseha realizado; ledoy lasgraciascon todomicorazónporquemehaguiadohastaencontraramiqueridaniña.

Aldecirestaspalabraslacogióensusbrazos,mientrasellacontinuabaconelrostrovelado.

Inclinandolacabezayestrechandocontralasuyalamejilladesusobrinaqueridabajólentamentelasescalerasconellainconsciente.

Capítulo11

Elprincipiodeunviajemáslargo

Eratodavíamuydemañana,aldíasiguiente,mientrasmepaseabaporeljardín de mi tía (la cual realizaba ahora muy poco ejercicio, teniendo queatender tanto a mi querida Dora), cuando me dijeron que míster Peggottydeseabahablarme.

Vinoaljardín,saliéndomealencuentro,ysedescubrióalveramitía,alaque profesaba un profundo respeto. Le había estado contando todo lo quehabía ocurrido la víspera. Sin decir una palabra, se adelantó hacia élcordialmente,leestrechólamanoyledioungolpecitoafectuosoenelbrazo.

Aquello fue tan expresivo, que no tuvo necesidad de explicarse; míster

Page 121: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Peggottylaentendióperfectamente.

—Ahora,Trot,voyaentrar—dijomitía—paraverloquehaceCapullito,puesessuhoradelevantarse.

—¡Esperoquenoseaporqueestoyyoaquí,señora!—dijomísterPeggotty—.YamenosquemientendimientohayatomadolasdeVillariego—místerPeggottyqueríadecirVilladiego—,meparecequeespormíporloqueustedsemarcha.

—Tendrá usted algo que decirle a mi sobrino —contestó mi tía—, yestaránmásagustosinmí.

—Señora—respondiómíster Peggotty—, si fuera usted tan amable quequisieraquedarse…anoserqueleaturdamicharla…

—¿Deverdad?—dijomitíaconafecto—.Entoncesmequedo.

DiosubrazoamísterPeggottyysedirigióconélauncenadorcubiertodehojas,quehabíaalfinaldeljardín,dondesesentóenunbanco,yyomesentéa su lado.Había también sitioparamísterPeggotty; peroprefirióquedardepie,apoyandosumanoenunamesita rústica.Mientrasestabacontemplandosu gorra, antes de empezar, no pude por menos que observar el carácterenérgicoqueexpresabaaquellamanonervuda,quearmonizabatanbienconsucabellogrisacerado.

—Ayer tarde llevé a mi niña—empezómíster Peggotty, levantando losojoshacianosotros—amicasa,dondelahabíaestadoesperandohacíatantotiempo y que tenía preparada para ella. Pasaron varias horas antes de quevolvieraensí,ydespuéssearrodillóamispiescomopararezarymecontócómo había sucedido todo. Créanme ustedes, cuando oí su voz, que habíasonado alegre en casa, y la vi humillada en el polvo sobre el que nuestroRedentorescribíaconsumanobendita,tuveunasensacióndetristezahorribleanteaquellasmuestrasdesuagradecimiento.

Sepasó lamangapor losojos,sinsaber loquehacía,ycontinuó,con lavozmásclara:

—Peronomedurómucho.¡Porfinlahabíaencontrado!Sólopensabaquelahabíaencontrado,yprontoolvidétodolodemás;noséniparaquéselohecontado. Hacía un momento no pensaba decir nada acerca de mí; pero hasalidotannaturalmente,semehaescapadosinpoderloevitarlo…

—Es usted un alma generosa —dijo mi tía—, y tendrá algún día surecompensa.

MísterPeggotty,encuyacarajugueteabanlassombrasdelashojas,inclinóla cabeza, con sorpresa, como para agradecer el cumplido ami tía, y luegocontinuósudiscursodondelohabíainterrumpido.

Page 122: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—CuandomiEmilysemarchó—dijoentonomomentáneamentecolérico— de la casa en que estaba prisionera por la serpiente de cascabel que elseñoritoDavyconocemuybien—loquemehabíacontadoeraexacto: ¡queDios confunda a ese traidor!— era de noche. Era una noche oscura yestrellada.Estabacomoloca,ycorrióalolargodelaplaya,creyendoqueelviejo barco estaría allí, gritándonos que nos ocultáramos porque iba a pasarella.Aloírsuspropiosgritoscreíaoír lloraraotrapersona,ysecortaba lospiescorriendoentrelasrocas,sinpreocuparse,comosiellatambiénfuesedepiedra. Cuantomás corría,más le ardían los ojos y le zumbaban los oídos.Súbitamente, o por lomenos así le pareció a ella, rompió el día, húmedo ytormentoso,yseencontróechadaalpiedeunmontóndepiedras,al ladodeunamujerquelehablaba,preguntándole,enellenguajedelpaís,quélehabíasucedido.

MísterPeggottyparecíaverloquecontabacomosipasaraanteélmientrashablaba; lo relataba muy vivamente y con una precisión que no puedoexpresar.Alescribirloyoahora,largotiempodespués,apenaspuedocreerquenopresenciaratalesescenas; taleslaimpresiónderealidadqueestosrelatosdemísterPeggottymedaban.

—Cuando los ojos de Emily se fueron despejando —continuó místerPeggotty— reconoció a aquella mujer como una de las que con frecuenciahabíatratadoenlaplaya.Puesaunquehabíacorridomuchodurantelanoche,comoyahedicho, conocíamuybien aquella comarca, enmuchasmillas deextensión,porhaberpaseadoparteapie,parteenbarcoyencoche.Aquellamujer no tenía hijos, era recién casada; pero parecía que iba a tener prontouno. ¡Dios quiera que sea para ella una felicidad y un apoyo toda su vida!¡Dioshagaquelaameyrespeteenlavejezyqueseaparaellaunángelaquíyenlaotravida!

—Amén—dijomitía.

—Alprincipioestabaintimidadayamedrentada,ysolíasentarseunpocolejos,hilandoohaciendonoséquéotralabor,mientrasEmilyhablabaconlosniños. Pero Emily se fijó en ella y fue a hablarle, y como a la joven legustaban mucho los chiquillos, pronto se hicieron muy amigos; tanto, quecuandoEmilypasabaporallíledabasiempreflores.Yéstafuelamujerquelepreguntóloquelesucedía,y,aldecírseloEmily,selallevóasucasa.Sí,escierto;selallevóasucasa—dijomísterPeggottytapándoselacara.

DesdequeEmilysehabíamarchadonadalehabíaconmovidotantocomoaquelactodebondad.Mitíayyonoquisimosdistraerle.

—Eraunacasapequeña, comoustedespueden suponerse—prosiguió—;peroencontrósitioparaEmily.Sumaridoestabaenelmar,yellaguardóelsecreto y consiguió que sus vecinos (los pocos que había alrededor) se lo

Page 123: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

guardaran también.Emilyestabamuymala,con fiebre;y loquemepareciómuyextraño(puedaserquenoloseaparalosentendidos)esqueseleolvidóporcompletolalenguadelpaísynopodíahablarmásqueenlasuyapropia,quenadieentendía.Ellaseacuerda,comodeunsueño,dequeestabaechadaallí, hablando siempre en su idioma y creyendo siempre que el viejo barcoestabamuycerca,enlabahía,ypedíaeimplorabaquefueranadecirnosqueseestabamuriendoyquelemandáramosunamisivadeperdón,aunquesólofuera una palabra. A cada momento se figuraba que el individuo que henombradoantesestabadebajodesuventanaoqueentrabaensucuartopararaptarla, y rogaba a la buenamujer que no le permitiesen que se la llevara;peroalmismotiemposabíaquenolacomprendían,yteníamiedo.Parecíaqueleardíalacabezaylezumbabanlosoídos;noconocíanielhoy,nielayer,nielmañana,y,sinembargo,todoloquehabíapasadoensuvidayloquepodríapasar,ytodoloquenohabíapasadonuncaynuncapasaría,acudíaentropelasu imaginación, y en medio de aquella terrible angustia reía y cantaba. Eltiempoquedurónolosé,puesluegosedurmió,yenvezdesalirreconfortadadeaquelsueño,sedespertódébilcomounniñochiquito.

Aquí se interrumpió como para descansar de los horrores que describía.Despuésdeunmomentodesilenciocontinuósuhistoria.

—Era un hermoso atardecer cuando se despertó, y tan tranquilo, que elúnico ruidoqueseoíaeraelmurmullodeaquelmarazul, sinolas, sobre laplaya.Alprincipiocreyóqueestabaensucasa,enunamañanadedomingo;pero los viñedos que vio por la ventana y las colinas que se veían en elhorizontenoerandesupaísyladesengañaron.Despuésentrósuamigayseacercó a la cama, y entonces comprendió que el viejo barco no estaba allícerca,enlabahía,sinomuylejos,yseacordódedóndeestaba,yporqué,yprorrumpióensollozossobreelpechodesuamiga.Esperoqueahorareposaráallísuniño,alegrándolaconsuslindosojitos.

NopodíahablardeaquellabuenaamigadeEmilysinllorar.Erainútil.Denuevosepusoalloraryabendecirla.

—LehizomuchobienamiEmily—dijoconunaemocióntangrandequeyomismocompartíasupena;encuantoami tía, llorabade todocorazón—.EsohizomuchobienamiEmilyyempezóamejorar.Perocomolalenguadelpaísselehabíaolvidadoporcompleto,teníaqueentenderseporseñas.Yasífuemejorandopoco a pocoy aprendiendo los nombresde las cosas usuales(nombresqueleparecíanohaberoídonuncaensuvida),hastaqueunanoche,estando en la ventana, viendo jugar a una niña en la playa, de pronto lachiquilla,extendiendolamano,ledijo:«¡Hijadepescador,miraunaconcha!».Porquesabránustedesquelasolíanllamar«señorita»,comoeralacostumbredel país, hasta que ella les enseñó a que la llamaran «Hija de pescador».Yaquella niña, de repente, le dijo: «¡Hija de pescador, mira esta concha!»; y

Page 124: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

entonces Emily la entendió y le contestó, anegándose en lágrimas; y desdeaquelmomentorecordólalenguadelpaís.

—CuandoEmilyrecobrósusfuerzas—continuómísterPeggotty,despuésdeunintervalodesilencio—decidiódejaraaquellabuenamujeryvolverasupaís.Elmaridohabía vuelto ya, y los dos la embarcaron enunbarcodecarga de Leghorn para que fuera a Francia. Tenía algún dinero; pero noquisieronaceptarnadaporloquehabíanhecho.Mealegrodeello,apesardequeerantanpobres.Loquehicieronestádepositadoallídondelosgusanosdela roña no puedan roerlo y donde los ladrones no pueden robarlo, señoritoDavy,yese tesorovalemásque todos los tesorosdelmundo.Emily llegóaFrancia y se puso a servir en un hotel a las señoras que se detenían en elpuerto. Pero allí llegó un día la serpiente. ¡Que no se me acerque nunca,porquenoséloqueharía!…Tanprontocomosepercató(élnolahabíavisto)sevolvióaapoderardeellaelmiedoyhuyó.VinoaInglaterraydesembarcóenDover.

»Nosébiencuándoempezóadesfallecer—dijomísterPeggotty—;peroduranteelcaminopensóvolveracasa.YtanprontocomollegóaInglaterrasedirigió hacia Yarmouth; pero luego, temiendo que no la hubiéramosperdonado,oqueleapuntaríanconeldedo;temiendoquealgunodenosotroshubieramuertoya;temiendomuchasotrascosas,sevolvióamitaddecamino."Tío,tío—mehadichodespués—,loquetemíamáseranosentirmedignadecumplirloquemipobrecorazóndeseabaardientemente."

Mevolvíaconelcorazónllenodedeseosdearrastrarmehastalapuerta,ybesarlaenlanoche,yapoyarmicabezapecadorayquemeencontrarana lamañanasiguientemuertaensuspeldaños.

»YvinoaLondres—siguiómísterPeggotty,bajandolavozhastahacerlaunmurmullo—.Ella,quenohabíavistonuncaLondres,vinoaLondres,sola,sin dinero, joven… guapa… Había apenas llegado cuando, en sudesesperación,creyóquehabíaencontradounaamiga:unamujerdecentequevinoaofrecerletrabajodecostura;eraenloqueellahabíatrabajadoantes.Ledio una habitación para pasar la noche y le prometió enterarse a lamañanasiguiente de todo lo que pudiera interesarle. Cuandomi hija querida—dijocon un estremecimiento de pies a cabeza— estaba al borde del abismo,Martha,fielasupromesa,llegóparasalvarla.

Nopudereprimirungritodealegría.

—SeñoritoDavy—dijo,apretándomelamanoenlasuyarugosa—,ustedfueelprimeroquemehablódeella.Gracias,señorito.Eraformal.Laamargaexperiencia le enseñó dónde tenía que vigilar y lo que tenía que hacer. Locumplió, y queDios la bendiga. Llegó apresurada y pálida,mientras Emilydormía.Ledijo:«Aléjatedeesteantroysígueme».Losquepertenecíanala

Page 125: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

casaquisierondetenerlas;peroeralomismoquesihubieranintentadodetenerelmar.«¡Alejaosdemí—dijo—;soyelfantasmaquevengoaarrancarladelsepulcroquetieneabiertoasuspies!».LedijoaEmilyquemehabíavistoyquesabíaquelaqueríayquelahabíaperdonado.Laenvolviórápidamenteensus vestidos y la cogió, desmayada y temblorosa, en sus brazos. No hacíaningúncasode loque ledecían, como si nohubiese tenidooídos.Pasóporentreellos,sosteniendoamihijaysinpensarmásqueenella,ylasacósanaysalvadeaquelantroenmediodelanoche.

»Cuidó a mi Emily —prosiguió míster Peggotty, que había soltado mimanoycolocadolasuyaensupechooprimido—,cuidóamiEmilyconafán,y por ella corrió de un lado a otro hasta la tarde siguiente. Luego fue abuscarme,yluegoabuscarleausted,señoritoDavy.NodijoaEmilyparaquéhabíasalido,portemoraquelefaltaravaloryseescondiera.Nosécómoesamujercruelsupoqueestabaallí.Quizáel individuodequetantohehabladolas vio entrar, o quizá (lo quemeparecemásprobable) lo había sabidoporaquellamujerPero¡quéimporta,siheencontradoamisobrina!

»Todalanoche—continuómísterPeggotty—hemosestadojuntosEmilyyyo.Nomehadichograncosa,acausadesuslágrimas;apenassihepodidover la faz querida de la que ha crecido enmi hogar. Pero toda la noche hesentido sus brazos alrededor de mi cuello; su cabeza ha reposado en mihombro,yahorasabemosquepodemostenermutuayeternaconfianza.

Cesó de hablar, y apoyó sumano en lamesa, con una energía capaz dedominarleones.

—Paramífuecomounrayodeluz,Trot—dijomitíasecándoselosojos—,cuandopensésermadrinadetuhermanaBetseyTrotwood,lacualluegono me lo agradeció. Pero ahora ya nada me daría tanto gusto como ser lamadrinadelhijodeesabuenamujer.

MísterPeggottyasintió,comprendiendolossentimientosdemitía;peronoseatrevióapronunciardenuevoelnombredequienmitíahacíaelelogio.

Nosquedamos todos silenciosos, absortos ennuestras reflexiones (mi tíasecándoselosojos,ytanprontosollozandoconvulsivamentecomoriéndoseyllamándoseloca),hastaquehabléyo.

—¿Hatomadoustedunadecisiónparaelfuturo,amigomío?—ledije—.Aunqueesunatonteríapreguntárselo.

—Sí, señorito Davy—contestó—, y se la he comunicado a Emily. Haygrandespaíseslejosdeaquí.

Nuestravidafuturaestámásalládelmar.

—Vanaemigrar,tía—dije.

Page 126: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Sí—dijo míster Peggotty, con una sonrisa, llena de esperanza—. EnAustralianadapodrán reprochar amiqueridaniña,y allá empezaremosunavidanueva.

Lepreguntésihabíadecididolafechadelamarcha.

—Heidoestamañana tempranoa losDocks—dijoparaenterarmede lasalidadebarcos.Dentrodeseissemanasodosmeseshabráuno; lohevistoestamañana,heestadoabordoytomaremospasajeenél.

—¿Solos?—pregunté.

—¡Ah!¡Yaveusted,señoritoDavy,mihermanalequieretantoaustedyalos suyos, que está acostumbrada a pensar únicamente en esta tierra!Por lotanto,nomepareceríabienhacerleir,ademástienequecuidardeunapersonaalaquenodebemosolvidar.

—¡PobreHam!—dijeyo.

—Mihermana,yaveustedseñora,cuidadesucasa,yéllaquieremucho.—MísterPeggottydioestaexplicaciónparaqueseenterasemejormitía—.Lehabla y está con ella con toda confianza. Delante de otra persona no seríacapazdedespegarloslabios.¡Pobrechico!—dijomísterPeggottymoviendolacabeza—.Lequedabatanpocacosa,quenoesjustoquitárselo.

—¿YmistressGudmige?—pregunté.

—¡Ah!—dijomísterPeggottyconunamiradaperpleja,quesedisipabaamedidaqueibahablando—.Lesdiréaustedes.MistressGudmigemehadadomucho que pensar. Ya ven ustedes. Cuando mistress Gudmige se pone apensarensusantiguosrecuerdosnohayquienpareasulado,ynoresultaunacompañíaagradable.Entreustedyyo,señoritoDavy,yusted,señora,cuandomistressGudmigeseponemañosa,lapersonaquenolahayaconocidoantespuede creer que es muy gruñona. Yo, como la conozco de siempre—dijomísterPeggotty—y sé todos susméritos, por eso la comprendo; perono lepasalomismoatodoelmundo,comoesnatural.

Mitíayyoasentimos.

—Puede ser quemihermana—dijomísterPeggotty—,no estoy seguro,peropuede serque aveces encuentre amistressGudmigeun tantomolesta;así, pues, no esmi intención quemistressGudmige viva siempre con ellos,sino encontrarle un sitio donde se las arregle comopueda.Para cuyo fin—continuómísterPeggotty—tengointencióndedejarleantesdemarcharmeunapequeña renta que le permita vivir a su gusto. Es la más fiel de todas lasmujeres.Naturalmente,nosepuedeesperarqueasuedad,yestandotansolaytristecomoloestálapobrevieja,seembarqueparaveniravivirentrebosquesysalvajesdeunnuevoylejanopaís.Asíesqueesoesloquepiensohacercon

Page 127: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

ella.

No se olvidaba de nadie y se acordaba de las necesidades y súplicas detodos,menosdelassuyas.

—Emilysequedaráconmigo—continuó—.Alapobreinfelizbuenafaltale hace reposo y descanso hasta que llegue el día del viaje. Trabajará enhacerseropa,quelehacemuchafalta,yesperoquelosdisgustosquehatenidolepareceránmáslejanosdeloquesonenrealidadencontrándosealladodesutío.

Mi tía confirmóaquella esperanza conunmovimientode cabeza, lo quecausógransatisfacciónamísterPeggotty.

—Hay todavía una cosa, señorito Davy—dijo, metiendo la mano en elbolsillodesuchalecoysacandogravementedeélunpaquetitodepapelesquehabíavistoanteriormenteyquedesenrollóencimadelamesa—.Heaquíestosbilletesdebanco(50librasy10chelines).Aestosquieroañadireldineroqueellahagastado.Lehepreguntadoacuántoascendía(sindecirleelporqué)ylohesumado.Nosoymuyexperto.¿Quiereustedtenerlabondaddedecirmesiestábien?

Me alargó humildemente un pedazo de papel, observándome mientrasexaminabalasuma.Estabamuybien.

—Gracias —dijo al devolvérselo—. Este dinero, si no ve ustedinconveniente,señoritoDavy,lopondréantesdemarcharmeenunsobrealadireccióndeél,ytodoelloalasseñasdesumadre.Selodiréconlasmismaspalabras que a usted se lo he dicho, y comome habré marchado no podrádevolvérmelo.

Ledijequemeparecíaquehacíabienobrandodeaquelmodo,puesestabaplenamenteconvencidoqueasíseríadesdeelmomentoenqueaélleparecíajusto.

—Le he dicho a usted antes que había una cosa más —prosiguió consonrisagravecuandohuboarregladoyguardadoensubolsilloelpaquetitodepapeles—; pero hay dos. No estaba muy seguro esta mañana, cuando hesalido,sipodríairyomismoacomunicarleaHamtodolosucedido.Asíqueleheescritounacartamientrasheestado fuera,y lahepuestoenelcorreo,contándolecómohabíapasadotodoydiciéndolequeiríaaverlemañanaparadesahogarmicorazóndetodaslascosasquenoteníanecesidaddereservar,yqueademásasímedespediríayadeYarmouth.

—¿Yquiereustedqueleacompañe?—dijeyo,viendoquedejabaalgosindecir.

—¡Si pudiera usted hacerme ese favor, señoritoDavy!—contestó—. Sé

Page 128: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

queelverleaustedlesentarámuybien.

ComomipequeñaDoraestabadebuenhumorydeseabaquefuera,segúnme lo dijo al hablar después con ella, me preparé inmediatamente aacompañarle según su deseo. En consecuencia, a la mañana siguienteestábamosenladiligenciadeYarmouthyviajandootravezatravésdeaquellaviejatierra.

Al cruzar por la noche las conocidas calles (míster Peggotty, a pesar detodasmisamonestaciones,seempeñabaenllevarmimaleta)echéunaojeadaen la tiendadeOmery Joram,yvi allí amiviejoamigoOmer fumandosupipa.MemolestabaestarpresenteenlaprimeraentrevistademísterPeggottycon su hermana y Ham y me disculpé con míster Omer para quedarmerezagado.

—¿Cómo está usted, míster Omer, después de tanto tiempo? —dije alentrar.

Dispersóelhumodesupipaparavermemejoryprontomereconoció,consumogusto.

—Medebíalevantarparaagradecerelhonordeestavisita—dijo—;peromis miembros están casi imposibilitados y tienen que arrastrarme en mibutaca.Excepto laspiernasy la respiración, todo lodemásestáde lomejor;meagradadecirlo.

Le di la enhorabuena por su buen aspecto y su buen humor, y me fijéentoncesenquesubutacónteníaruedas.

—Es una idea ingeniosa, ¿verdad?—dijo siguiendo la dirección de mimiraday frotando lamadera con el codo—.Rueda tan ligeramente como sifueraunapluma,yestanseguracomounadiligencia.MipequeñaMinnie(minieta,yasabeusted, lahijadeMinnie)seapoyacontrael respaldo, ledaunempujón,yasívamosmáscontentosyalegresquetodaslascosas.Yademás,¿sabeusted?,eslasillamáscómodaparafumarenpipa.

Nunca he visto una persona igual para acomodarse y divertirse concualquiercosacomoelviejodemísterOmer.Estabatanradiantecomosisusillón,suasmaysuspiernasimposibilitadasfueranlasdiversasramasdeungraninventoparadisfrutarmásconsupipa.

—Leaseguroaustedqueveomásgente,desdequeestoyenestasilla,—dijomísterOmer—quelaqueveíaantes.Sesorprenderíausteddelacantidaddepersonasquevienenaquíaecharunaparrafada.

Deverdadseasombraría.Ydesdequeocupoestasillaencuentroque losperiódicostraendiezvecesmásnoticiasquelasquetraíanantes.Encuantoalalecturaengeneral,¡nosabeustedtodoloqueleo!

Page 129: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Esoes loquemeconforta, ¿sabeusted?Sihubieran sidomisojos, ¿quéhubiesehecho?…Osi llegana sermisoídos, ¿quéhabría sidodemí?Perosiendo las piernas, ¡qué importa! No servían nada más que para agitar mirespiracióncuandolasusaba.Yahora,cuandoquierosaliralacalleoquieroiralaplaya,notengomásquellamaraDick,elaprendizmásjovendecasadeJoram,yvoyenmicarruajepropiocomounlordmayordeLondres.

Casiseahogabaderisa.

—¡Diosmío!—dijomísterOmervolviendo a coger supipa—.Hayquetomar lascosascomovienen;esoes loque tenemosquehacerenestavida.Joramestáhaciendobuenosnegocios.¡Excelentesnegocios!

—Mealegrasaberlo—dije.

—Estaba seguro —dijo Omer—, y Joram y Minnie siguen como dostórtolos. ¡Quémáspuededesearunhombre!Yante todoesto¡qué importanlaspiernas!

Elprofundodesprecioque le inspiraban suspiernaseraunade las cosasmásgraciosasquevijamás.

—Ymientras amímeha dadopor leer, a usted le ha dadopor escribir,¿eh? —dijo míster Omer examinándome con admiración—. ¡Qué hermosaobra ha escrito usted! ¡Qué expresión hay en ella! ¡La he leído toda, sinsaltarmeniunapalabra!Yencuantoaquedarmedormido,¡nadadeeso!

Expresé mi satisfacción riéndome; pero tengo que confesar que aquellaasociacióndeideasmepareciómuysignificativa.

—Le doy a usted mi palabra de honor —dijo míster Omer— de quecuandodejoellibrosobrelamesaymiroporfueralostrestomos,uno,dos,tres, me siento muy orgulloso de pensar que tuve el honor de conoceríntimamente a su familia.Y, queridomío, yahace tiempode esto, ¿verdad?Allí, enBloonderstone, donde hacíamos juntos tan bonitas excursiones. ¡Loquesonlascosas!

Cambié de asunto hablando de Emily. Después de asegurarle que noolvidabacómosehabía interesado siemprepor ella,y concuántabondad lahabía tratado, le conté de una manera general cómo la habían vuelto aencontrar, con la ayuda deMartha, lo cual sabía que agradaría al viejo.Meescuchócongranatenciónydijoconsentimientocuandohubeterminado:

—Me alegro mucho. Es la mejor noticia que me han dado desde hacetiempo.¡AyDiosmío,Diosmío!¿YquévaaserdeesabuenadeMartha?

—Tocaustedunpuntoenelcualheestadopensandodesdeayer—dije—,perosobreelquenopuedodarle todavíaningunainformación,místerOmer.MísterPeggottynohahechoningunaalusión,ymeparecemásdelicadono

Page 130: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

preguntárselo.Estoysegurodequenoselehaolvidado.Noseleolvidanadaqueseadesinteresadoybueno.

—Porque,¿sabeusted?—dijomísterOmersiguiendoelpárrafoquehabíainterrumpido—,megustaríatomarparteenloquesehiciera.Apúntemeparacualquiercosaqueconsidereustedjustayavísemelo.Nuncasemehaocurridopensarquelachicafueramala,ymealegrodeverquenomeheequivocado.TambiénsealegrarámihijaMinnie.Lasmujeresjóvenessonavecescriaturascontradictoriasenmuchoscasos(sumadreeraigual);perosuscorazonessonbuenosytiernos.EsosenotaenMinniecuandohabladeMartha.¿PorquésecomportadeesamaneraalhablardeMartha?Nopretendodemostrárselo;peronoes todoapariencia;alcontrario,haríacualquiercosaenprivadopor serleútil.Asíquenodejedeescribirmeparaloqueustedcreajusto;meharáustedesefavor,yenvíemeuna líneasparaquesepadóndedebodirigirmidádiva.¡Diosmío!—dijoOmer—.Cuandounhombre llega a esta edad enque losdosextremosdelavidasetocan;cuandoseveunoobligado,pormuyrobustoquehayasido,dehacersetransportarporunasegundamanoenunaespeciedecarrito, se considera uno dichoso, pudiendo ser útil a cualquiera. ¡Se tienetantanecesidaddelosdemás!Ynohablodemímismo—dijomísterOmer—,porque pienso que todos bajamos la cuesta, sea cualquiera la edad quetengamos;eltiemponosequedanuncaimpasible.Asíquehagamoselbienyalegrémonosdeello.

Éstaesmiopinión.

Sacudiólacenizadesupipaenunrecipientedispuestoenelrespaldodesusillón.

—AhíestáelprimodeEmily,elquedebíahabersecasadoconella—dijomísterOmerfrotándosedébilmentelasmanos—,elmejorchicodeYarmouth.Vendráestanocheacharlarconmigooa leermeduranteunaodoshoras.Aesollamoyobondad,ytodasuvidanoesmásquebondad.

—Voyaverleahora—dije.

—¿Vausted?—dijomísterOmer—.Dígalequemeencuentrobienyquelemandomisrecuerdos.

MinnieyJoramestánenunbaile.Estaríantanorgullososcomoyodeverleaustedsiestuvieranencasa.

Minnienosalecasinada,yaveusted,acausadesupadre,comoelladice.Asíesquejuréhoyquesinoseibameacostaríaalasseis.Porlocual—dijomíster Omer, agitándose en su sillón a fuerza de reír por el éxito de suestratagema—ellayJoramestánenelbaile.

Leestrechélamanoyledeseélasbuenasnoches.

Page 131: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Unminuto—dijo míster Omer—. Si se marchara usted sin ver a mipequeño elefante se perdería usted unode losmejores espectáculos. ¡Nuncahabrávistonadaparecido!¡Minnie!

Una vocecita musical contestó desde arriba: «Voy, abuelo»; y unamonísimachiquilla,conlarga,sedosayrizadacabellera,entrócorriendoenlatienda.

—Ésteesmielefantito—dijomísterOmeracariciandoa laniña—.Purarazasiamesa,caballero.¡Vamoselefantito!

El elefantitodejó lapuertadel gabinete abierta, demaneraquepudeverque en aquellos últimos tiempos lo habían convertido en el dormitorio demísterOmer,puesyanolepodíansubirconfacilidad;despuésapoyósulindafrenteydejó caer sushermosos rizos contra el respaldodel sillóndemísterOmer.

—Elelefanteembistecuandosedirigehaciaunobjeto—dijomísterOmerguiñándomeunojo—.¡Alauna,elefante,alasdosyalastres!…

Aestaseñal,elpequeñoelefante,conunaagilidadqueeramaravillosaenun animal tan pequeño, dio la vuelta entera al sillón de míster Omer, loempujó y lo metió dentro del gabinete, sin tocar la puerta. Míster Omer,indescriptiblementeregocijadoporestamaniobra,memiraba,alpasar,comosifueraunasalidatriunfantedelosesfuerzosdesuvida.

Después de haber dado una vuelta por la ciudad fui a casa de Ham.PeggottysehabíatrasladadoallíparaestarmejoryhabíaalquiladolasuyaalsucesorenlosnegociosdeBarkis,quelehabíapagadomuybieneltraspaso,quedándose con el carro y el caballo.Me parece que era el mismo caballolentoqueBarkissolíaconducir.

Los encontré en una cocina muy limpia, acompañados de mistressGudmige, a quien había sacado del viejo barco el mismo míster Peggotty.Dudo que cualquier otro hubiera podido inducirla a abandonar su puesto.Indudablemente les había contado ya todo. Peggotty ymistressGudmige sesecabanlosojosconeldelantal,yHamacababadesalirparadarunavueltapor la playa.Volvió enseguida y pareciómuy contento de verme.Creo quetodos estaban más a gusto de verme a mí allí. Hablamos con una fingidaalegríadeloricoquemísterPeggottyseibaahacerenelnuevopaísydelasmaravillasquenosdescribiríaensuscartas.NomencionamosaEmily;peromás de una vez hicimos alusión a ella. Ham era el más sereno de toda lareunión.

PeroPeggottymedijo,cuandomefuealumbrandohastauncuartitodondeel libro de los cocodrilosme aguardaba encima de unamesa, queHam erasiempre el mismo. Ella creía (me lo dijo llorando) que estaba

Page 132: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

desconsoladísimo,aunqueestabatanllenodeánimocomodedulzurayhacíaun trabajo más duro y mejor que todos los constructores de barcos en unayardaalaredonda.Aveces,medijo,habíatardesenquehablabandeEmily;perosiemprelamencionabacomoniña,nuncacomomujer.

Meparecióleerenlacaradeljovenquequeríahablarmeasolas,ydecidióencontrarme en su camino a la tarde siguiente cuando volviera del trabajo.Habiendoresueltoesto,mequedédormido.

Aquellanoche,porprimeravezdesdehacíamuchotiempo,apagaronlaluzqueiluminabalaventana;místerPeggottysebalanceóensuviejahamaca,yelvientogemíacomootrasvecesalrededordesucabeza.

Todo el día siguiente estuvo ocupado en arreglar su bote de pesca y lasredes, en empaquetar y mandar a Londres todos los pequeños efectosdomésticosquecreíanecesariosyendeshacersede lodemásoregalárseloamistressGudmige.Éstaestuvoconéltodoeldía.Comoteníauntristedeseodevolveraverelantiguolugarantesdequelocerraran,lespropuseirallíporlatarde;peroloarreglédemodoparapoderestarantesconHam.

Era fácil encontrarlo, pues sabía dónde trabajaba; me lo encontré en unsitiosolitariodelarenal,queyosabíaqueteníaqueatravesar,yvolvíconélpara que tuviera ocasión de hablarme si realmente quería hacerlo. No meengañólaexpresióndesucara.Nohabíamosandadoapenascuandodijosinmirarme:

—SeñoritoDavy,¿lahavistousted?

—Sólo un momento, mientras estaba desvanecida —le respondísuavemente.

Anduvimosunpocomásydijo:

—SeñoritoDavy,¿creeustedquelavolveráaver?

—Quizáseademasiadodolorosoparaella—dije.

—Yalohabíapensado—añadió—;esprobable,sí,señor;esprobable.

—Pero,Ham—ledijedulcemente—,sihayalgoqueyopuedaescribirlede tuparte, en el casodequeno se lopuedadecir; si hay algoquequierashacerlesaber,loconsiderarécomoundebersagrado.

—Losé,yseloagradezcomuchísimo.Enefecto,hayalgoqueyoquisieraqueledijeranoleescribieran.

—¿Quées?

Anduvimosunratoensilencioycontinuó:

—Nosetratadedecirlequelaperdono;deesonohayporquéhablar.Lo

Page 133: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

quequiero espedirle quemeperdone amíporhaberle impuestomi cariño.Muchasvecespiensoquesinomehubieraprometidosumanohubiesetenidola bastante confianza, por amistad, para contarme lo que luchabainteriormente,ymehabríaconsultado,yquizáhubiesepodidosalvarla.

Leestrechélamano.

—¿Esesotodo?

—Aúnhayalgo—añadió—,siesquepuedodecirlo.

Seguimosandandounpocoantesdequevolvieraahablar.

Noesquellorasedurantelaspausas,queexpresaréporpuntos.Solamenteseconcentrabaensímismoparahablarconmayorsencillez.

—Laamaba (y amo sumemoria)muyprofundamentepara hacerle creerquesoydichoso…Yonopodríaserdichosomásqueolvidándola,ynocreoquepuedasoportarqueledijeransemejantecosa.

Perosiustedqueestandiscreto,señoritoDavy,pudierapensaralgoparahacerla creer que no estoy enfadado… que la sigo queriendo… y que lacompadezco…;algoparahacerlacreerquenoestoyhastiadodemivida…yque,porelcontrario,esperoverlaundía,sinreproches,allídondelosmalosdejan descansar a los buenos y se encuentra el reposo…Algo que pudieratranquilizarsupenasinhacerlacreerqueyopuedallegarnuncaacasarme,niqueotrapuedaocupar jamás el lugarqueellaocupaba…Yo lepediría… ledijesequenodejoderogarporella,quetanqueridameera…

Estrechédenuevosumanodehombreyledijequemeencargabadehacerlomejorposibleoqueélquería.

—Muchas gracias, señorito—respondió—. Ha sido muy amable por suparte al venir a buscarme, como también al acompañar ami tío hasta aquí.SeñoritoDavy,sémuybienquenolevolveréaver,aunquemitíaquiereiraLondres,antesdequepartan,paradespedirlos.Estoyseguro;nolodecimos,peroasíserá,ymásvalequeasísea.Cuandolaveaporúltimavez(laúltima),¿querrádarlelasgraciasdelhuérfanoparaelquefuemásqueunpadre?

Tambiénleprometícumplirestofielmente.

—Muchasgraciasunavezmás—dijo,dándomecordialmentelamano—;yasédóndevausted.¡Adiós!

Agitando lasmanos, comoparaexplicarmequenopodíaentrar enaquelsitio,diomediavuelta.

Alseguirlecon lavista,cruzandoaqueldesiertoa la luzde la luna, levivolver lacarahaciauna fajade luzplateada,quebrillabaenelmar,ypasarmirándolahastaquenofuemásqueunasombraenladistancia.

Page 134: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Lapuertadelacasa-barcoestabaabiertacuandomeacerqué,yalentrarlaencontrévacíademobiliario,salvounviejocofresobreelqueestabasentadamistressGudmige,conunacestaenlasrodillasymirandoamísterPeggotty.Éste apoyaba un codo en la chimenea, mirando algunas brasas mortecinas;perolevantólacabezaalentraryoyhablódeunmodojovial.

—¡Ah!¿Vieneustedadespedirnos,comoprometió?—dijolevantandolavela—.Estáestomuydesnudo,¿verdad?

—Efectivamente,hanaprovechadoustedeseltiempo—respondí.

—Sí;nohemosestadoociosos.MistressGudmigehatrabajadocomoun…no sé como quién ha trabajado mistress Gudmige —dijo míster Peggottymirándola,sinhaberpodidoencontrarunsímilsatisfactorio.

MistressGudmige,inclinadasobresucesta,nohizoningunaobservación.

—AhítieneustedelmismocofresobreelquesesentabaustedalladodeEmily—dijomísterPeggottyenunmurmullo—.Lovoya llevarconmigoaúltimahora;yahíestásucuartito,señoritoDavy,tanvacíoquenopuedeestarmás.

Elviento,aunqueflojo,sonabasolemnemente,rodeandolacasadesiertadeunmurmullodetristeza.

Todo había desaparecido, incluso el espejito conmarco de conchas.Meacordédecuandomeacostéallímientrassehizoelprimercambiograndeenmicasa.Penséenlacriaturadeojosazulesquemehabíaencantado.PenséenSteerforth,yunalocaydeliciosailusiónmehizocreerqueestabaallímismoyqueselepodríaencontrarencuantoquisiera.

—Pasará tiempo—dijo míster Peggotty en voz baja hasta que el barcotenganuevosinquilinos.Lomirancomocosamaldita.

—¿Perteneceaalguiendelavecindad?—pregunté.

—Aunconstructordemástilesdelpueblo—dijomísterPeggotty—.Voyadarlelallaveestanoche.

MiramosenelotrocuartitoyvolvimosalladodemistressGudmige,quecontinuabasentadaenelcofre.MísterPeggottypusolaluzenlachimeneaylerogóqueselevantaraparasacarelcofreantesdequeseapagaralavela.

—Daniel —dijo de repente mistress Gudmige, dejando el cesto ycolgándosedesubrazo—,miqueridoDaniel,laspalabrasdedespedidaquesemeocurrenesquenoquierosepararmedevosotros.Nomedejéisaquí.¡PorDios,nomedejéis!

Míster Peggotty, asustado, miraba a mistress Gudmige, y luego a mí, ydespuésdemíamistressGudmige,comosidespertasedeunsueño.

Page 135: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Nomedejéis,queridoDaniel,nomedejéis—repetíamistressGudmigecon fervor—. Llévame contigo, Daniel, llévame con Emily. Seré vuestracriada fiel y leal. Si hay esclavos en la tierra donde vais, seré yo una devuestras esclavas, y muy dichosa de serlo; pero no me dejéis, Daniel, porfavor.

—Amigamía—dijomísterPeggottymoviendolacabeza—,nosabeustedlolargoqueeselviajeylopenosaqueseráallílavida.

—Sí, ya lo sé,Daniel,me lo figuro—gritabamistressGudmige—;peromisúltimaspalabrasbajoestetechosonquemevolveréaestacasayaquímemorirésinomelleváisconvosotros.Sélabrar,Daniel,puedotrabajar;puedovivir una vida penosa, y puedo ser cariñosa y paciente más de lo que tefiguras, Daniel. Si quisieras probar. No tocaré tu renta aunque me estémuriendodenecesidad,DanielPeggotty;peroirécontigoyconEmilyaunqueme llevéisal findelmundo.Sémuybien loquees.Séquepensáisquesoytaciturnaygruñona;pero,queridomío,yanosoycomoantes.Noenbaldeheestado aquí pensando y meditando en vuestras desgracias. Señorito Davy,¡hábleleustedpormí!ConozcosuscostumbresylasdeEmily,ysésuspenas,ypodréconsolarlosalgunasvecesytrabajarsiempreporellos.Daniel,queridoDaniel,¡déjameircontigo!

Y mistress Gudmige cogía su mano y la besaba con una familiaridadcariñosa y afectuosa, en un arrebato de devoción y gratitud que bien se lomerecía.

Sacamos el cofre, apagamos la vela, cerrarnos por fuera la puerta yabandonamos el barco, que quedó como un espectro negro en la nochetormentosa. Al día siguiente, cuando volvíamos a Londres en la baca de ladiligencia, mistress Gudmige y su cesta estaban instaladas en el asientotrasero,ymistressGudmigesesentíatandichosa…

Capítulo12

Asistoaunaexplosión

Cuando llegó la víspera del día para el cualmísterMicawber nos habíadadounacitatanmisteriosa,consultamosmitíayyolamaneradeproceder,pues mi tía no tenía ganas de separarse de Dora. ¡Oh con qué facilidadtransportabayaaDoraenmisbrazosdeunladoaotro!

ApesardeldeseoexpresadopormísterMicawber,estábamosdecididosaque mi tía se quedara en casa y que le representara míster Dick. En unapalabra,loteníamosyadecididoasí,cuandoDoranoslotrastornódenuevo,

Page 136: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

declarando que nunca se perdonaría a símisma ni a lamala persona de sumarido,simitía,bajocualquierpretexto,sequedabaallí.

—No le dirigiré la palabra—dijoDora ami tía sacudiendo los rizos—.Estaréinsoportable.HaréqueJipleestéladrandotodoeldía.Sinovausted,meconvencerédequeesunaviejagruñona.

—¡Bah,bah,Capullito!—dijomitíariéndose—.¡Yasabesquenopuedeshacernadasinmí!…

—Sí que puedo—contestó Dora—. Y no me hace usted ninguna falta.Durantetodoeldíanosubenibajaunavezporverme.Nuncasesientaamilado,nimecuentacuentosdeDoady,decómoteníaloszapatosrotosycómoestaba cubierto de polvo el pobrecito… nunca hace usted nada por darmegusto,¿verdad?

Doraseapresuróabesaramitía,ydijo:

—Sí,síquelohace;lodigoenbroma.(Portemordequemitíatomaralacosaenserio.)

—Pero, tía—continuó Dora en tono mimoso—, escúcheme usted bien.Tieneustedqueir; leatormentaréhastaquehagaloqueyoquiero,yleharépasarmuymalosratosaesechicosinolaconvence.Mepondréinsoportable,yJiplomismo.Ysinoseva,noladejaréunmomentotranquila,paraquelepese el no habersemarchado.Además—dijoDora echándose el pelo haciaatrásymirándonoscon inquietud—,¿porquénohande irustedes?¿Esqueestoymuyenferma?¿Verdad?

—¡Vayaunapregunta!—exclamómitía.

—¡Quéidea!—dijeyo.

—Sí;yaséquesoyunatontuela—dijoDoramirándonosfijamenteaunoyaotroyofreciéndonossuslabiosparaquelabesáramos,mientrassetendíaenla cama—. Bueno; si es así, tenéis que marcharos los dos, y si no, no lescreeré,yesomeharállorar.

Vienlaexpresióndemitíaqueempezabaaceder,yDoratambiénlovioysepusomuycontenta.

—Volveráncontantascosasquecontarme,quemeharáfaltalomenosunasemanaparacomprenderlas—dijoDora—.Porqueyaséquenoloentenderéenmuchotiemposihaynegociosenello.Yseguramentehabráalgúnnegocio.Y si además hay algo que sumar, no sé cómome las voy a arreglar; y estemalo estará todo el tiempo fastidiando. Así, pues, se marcharán ustedes,¿verdad?Noestarán fueramásqueunanoche,yentre tantoJipmecuidará.Doadyme subirá antes de que se marchen, y no bajaré hasta que vuelvan.LlevaránaAgnesunacartamíallenadereprochesporquenovieneavernos.

Page 137: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

SinmáscomentariosdecidimosquenosmarcharíamoslosdosyqueDoraera una impostora infantil que fingía estarmuymala para que lamimasen.Estabamuycontenta,ymitía,místerDick,TraddlesyyonosfuimosaquellanocheaCanterbury,enladiligenciadeDover.

EnelhotelenquemísterMicawbernosrogóqueleesperásemos,yalquellegamos a media noche, después de algunas molestias; encontré una cartasuyadiciéndomequeapareceríaalamañanasiguiente,alasnueveymediaenpunto. Después de eso fuimos todos, tiritando, a esa hora intempestiva, aacostarnos en nuestras respectivas camas, pasando a través de estrechospasillos que olían como si durante años enteros hubieran estadometidos enunadisolucióndesopayestiércol.

Alamañanasiguiente,muytemprano,vagabayoporaquellasviejascallestranquilas,confundidootravezconlassombrasdelosclaustrosvenerablesydelasiglesias.Loscuervosseguíanplaneandosobrelastorresdelacatedral,ylastorresmismas,quedominabantodalaricaregióndeloscontornos,consusgraciosos arroyos, parecían hendir el aire matinal como si nada hubieracambiadoenlatierra.

Sin embargo, las campanas al sonarme decían tristemente el cambio detodaslasvacasdeestemundo,ymerecordabansupropiavejezylajuventuddemiqueridaDora;mecontabanlavidadetodoslosquehabíanpasadocercadeellas,quejamásenvejecieron,quevivieron,amaron,murieronmientrasqueelsonidoplañideroresonabaenlaarmaduraenmohecidadelPríncipeNegro,para perderse después en el espacio, como un círculo que se forma ydesapareceenlasuperficiedelasaguas.

Mirélaviejacasadesdelaesquinadelacallesinatrevermeaacercarme,pornoperjudicarinvoluntariamente,siacasoeraobservado,elmotivoporelque había venido.El sol de lamañana doraba con sus rayos el tejado y lasventanas,ysusresplandoresconmovíanmicorazón.

Mepaseéporloscontornosduranteunahoraodos,yregreséporlacalleprincipal, que en el intervalo había sacudido su último sueño.Entre los queabríanlastiendasviamiantiguoenemigo,elcarnicero,queahoraparecíaunpersonajeimportante,meciendoaunniño.

Alsentarnosadesayunarestábamostodosmuyinquietoseimpacientes.Amedida que se acercaban las nueve y media, nuestra agitación esperando amísterMicawber ibacreciendo.Al fin, sinhacercasodeldesayuno,elcual,excepto para míster Dick, había sido desde el primer momento una purafórmula,mitíaempezóapasearsedeunladoaotrodelahabitación.Traddlesse sentó enun sofá, haciendo comoque leía el periódico, pero con los ojosfijosenel techo;yyomirabaporlaventanaparaavisar la llegadademísterMicawber.No tuve que esperarmucho, pues a la primera campanada de la

Page 138: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mediaaparecióenlacalle.

—¡Aquíestá!—dije—.¡Ynotraesutrajenegro!

Mitíaseatólascintasdesucofia(habíabajadoadesayunarconella)ysepusosuchal,comopreparándoseparacualquierasuntoquerequiriesetodasuenergía.Traddlesseabrochóconresoluciónlachaqueta.MísterDick,aturdidocon aquellos formidables preparativos, pero juzgandonecesario imitarlos, seencasquetó el sombrero hasta las orejas, con las dos manos, con toda laenergía que pudo, e instantáneamente se lo volvió a quitar para saludar amísterMicawber.

—Señoresyseñora—dijomísterMicawber—, ¡buenosdías!Miqueridoseñor—dijo a míster Dick, que le estrechaba la mano violentamente—, esustedextraordinariamenteamable.

—¿,Hadesayunadousted?—dijomísterDick—.Tomeustedalgo.

—Por nada del mundo, amigo mío —exclamó míster Micawberimpidiéndole que tocara el timbre—; el apetito y yo, míster Dixon, hacetiempoquesomosextrañoselunoalotro.

MísterDixon estaba tan contento con sunuevonombre, y le parecía tanamablequemísterMicawber se lohubieradado,quevolvióa estrecharle lamanoyareírsecomounchiquillo.

—Dick—dijomitía—,tencuidado.

Dickserecobróenrojeciendo.

—Ahora,caballero—dijomitíaamísterMicawber,mientrasseponíalosguantes—, estamos dispuestos para ir alVesubio o a cualquier otro sitio encuantoustedguste.

—Señora—contestómísterMicawber—, creo que efectivamente asistiráustedprontoaunaexplosión.MísterTraddles,creoquetengosupermisoparamencionaraquíqueustedyyohemostenidoalgunasconfidencias.

—Es indudablemente un hecho, Copperfield—dijo Traddles, al cual yomiraba sorprendido—. Míster Micawber me ha consultado sobre lo quepensabahacer,yyolehedadomiopiniónlomejorquehepodido.

—A menos de equivocarme, míster Traddles —siguió diciendo místerMicawber—,loquetengointencióndedescubriresmuyimportante.

—Extremadamente—dijoTraddles.

—Quizáenesascircunstancias,señorayseñores—dijomísterMicawber—,meharánustedeselfavordesometerseporunmomentoaladireccióndeunhombreque,aunqueindignodeconsiderarsedeotramaneraquecomouna

Page 139: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

frágil barca naufragada sobre la playa de la vida humana, es todavía unhombre como ustedes, aunque aplastado por errores individuales y por unatotal combinacióndecircunstanciasque lehanobligadoacambiar su formaprimitiva.

—Tenemos plena confianza en usted, míster Micawber —dije yo—, yharemosloqueustedquiera.

—MísterCopperfield—contestómísterMicawber—, no está, por ahora,malcolocadasuconfianza.

Lesruegomepermitanadelantarmecincominutos,yluegorecibiréatodoslos presentes, que deben preguntar por miss Wickfield, en la oficina deWickfield—Heep,delacualsoyempleado.

MitíayyomiramosaTraddles,quehacíaunaseñaldeasentimiento.

—Notengonadamásquedecirporahora—añadiómísterMicawber.

Y, con gran sorpresa mía, nos saludó a todos ceremoniosamente ydesapareció. Sus modales eran muy extraños y su cara estabaextraordinariamente pálida. Traddles fue el único que sonrió, moviendo lacabeza, con su pelo más tieso que nunca, al mirarle yo pidiéndole unaexplicación; como último recurso saqué mi reloj y estuve contando cincominutos.Mi tía,consu relojenmano,hizo lopropio.Cuando transcurrióeltiempofijado,Traddlesledioelbrazo,ynosdirigimostodosjuntosalaviejamansión,sindecirunasolapalabraporelcamino.

EncontramosamísterMicawberenelpupitredesudespacho,enlaplantabaja de la torre, escribiendo, o haciendo como que escribía, con la mayoractividad.La larga regla de oficinista atravesaba su chaleco, y nomuybiendisimulada, pues un palmo o más del instrumento se dejaba ver como unanuevaespeciedechorrera.

Comomeparecióqueyoeraelquedebíahablar,dijeenvozalta:

—¿Cómoestáusted,místerMicawber?

—Míster Copperfield —dijo míster Micawber gravemente—, ¿supongoqueseencuentraustedbien?

—¿EstámissWickfieldencasa?—dijeyo.

—Míster Wickfield está en la cama, algo indispuesto, con una fiebrereumática —contestó él—; pero estoy seguro de que miss Wickfield sealegrarámuchodeverasusantiguosamigos.¿Quierenustedespasar,señores?

Nosprecedióalcomedor(laprimerahabitaciónquehabíapisadocuandoentréporprimeravezenaquellacasa),yempujandolapuertadeloqueanteseraeldespachodemísterWickfield,dijoconvozsonora:

Page 140: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¡MissTrotwood,místerDavidCopperfield,místerThomasTraddles ymísterDixon!

NohabíavistoaUriahHeepdesdeeldíaenquelepegué.Evidentementenuestravisitalechocabacasitantocomonosextrañabaanosotrosmismos.Nofrunció el entrecejo, porque no tenía cejas; pero nosmiró con tal ceño, queparecíaqueteníalosojoscerrados,mientraslaprecipitaciónconquellevabasumanocartilaginosaalabarbillamostrabamiedoysorpresa.Estofuecosadeunsegundo,enelmomentodeentrarensucuarto,cuandolevislumbréporencimadelhombrodemitía.Inmediatamentedespuéssepusotanhumildeyservilcomosiempre.

—¡Realmente—dijo— es un placer inesperado, una suerte, tener tantosamigosauntiempoalrededordeuno!…MísterCopperfield,esperoqueestéusted bien…Y, si humildemente puedo expresarme así, ¿seguirá siendo tanamable con sus amigos?mistressCopperfield, espero que sigamejorando…Leaseguroquehemosestadomuyinquietosporlasmalasnoticiasquehemostenidodesusalud.

Me sentía avergonzado dejándole estrecharmimano; pero no sabía quéhacer.

—Lascosashanvariadomucho,missTrotwood,desdequeyonoeramásqueunhumildeempleadoycuidabadesupóney,¿noleparece?—dijoUriahconsusonrisaenfermiza—.Peroyonohecambiado,missTrotwood.

—A decir verdad, caballero —contestó mi tía—, y si puede ser unasatisfacciónparausted,encuentroquehacumplidoustedtodoloqueprometíaensujuventud.

—Gracias por su buena opinión, miss Trotwood —dijo Uriah con susartificiosasyburdasmanerasdecostumbre—.Micawber, aviseustedamissAgnesyamimadre.Mimadreestaráencantadadeverlosatodosustedes—dijoUriahofreciéndonossillas.

—¿No está usted ocupado, míster Heep? —dijo Traddles, cuyos ojosencontraronsumiradaastuta,quenosexaminaba.

—No, míster Traddles —replicó Uriah volviendo a ocupar su asientooficial,apretandolaunacontralaotrasushuesudasmanosentresushuesudasrodillas—.Notantocomoyoquisiera,puesjuecestiburonesysanguijuelasnose conforman fácilmente, ¿sabe usted? Esto no quiere decir que místerMicawber y yo no tengamos que hacer suficiente, pues míster Wickfieldapenassipuedeocuparseyadeningúntrabajo.Peroesparanosotrosungusto,asícomoundeber,eltrabajarparaél.¿NohatratadoustedamísterWickfield,creo,místerTraddles?Me parece que yomismo sólo he tenido el honor deverleaustedunavez.

Page 141: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—No;nohe tratado íntimamenteamísterWickfield—contestóTraddles—;deserasíquizáhubiesetenidoocasióndevisitarleaustedhaceyatiempo,místerHeep.

Habíaalgoenel tonodeestacontestaciónquehizoaUriahmiraralquehablabaconunaexpresiónsiniestraysuspicaz;peroviendolacarabonachonadeTraddles, susmodales sencillos, y sus cabellos erizados, siguió hablandoconunasacudidaentodosucuerpo,peroespecialmenteensugarganta.

—Lo siento mucho, míster Traddles. Le hubiese usted admirado tantocomoleadmiramostodos;suspequeñosdefectoshabríanservidoparaqueleapreciara más. Pero si quiere usted oír el elogio de mi asociado, diríjase aCopperfield.Estámuyenteradode todo lo concerniente a esta familia, si esquetodavíanolehaoídonunca.

Notuvetiempodedeclinarelelogio(auncuandohubieraestadodispuestoa hacerlo) porque Agnes entraba en aquel momento, escudada por místerMicawber.Me pareció que no estaba tan tranquila como de costumbre; eraevidente quehabía pasadomucha ansiedady fatiga; pero esto hacía resaltarmássuserenabellezaysubrillanteamabilidad.

ViqueUriahlaobservabamientrasnossaludaba,ymeparecióunespíritumalignoacechandoaunhadabuena.Entre tanto,místerMicawberhizounaseñadiscretaaTraddles,alcualnoleobservabanadiemásqueyo,ysalió.

—Notieneustednecesidaddeesperar—dijoUriah.

MísterMicawber,conlamanopuestasobrelaregla,seguíadepiedelantede lapuerta, contemplandoaunode losqueestábamosallí;yese individuoera,sindudaalguna,supatrón.

—¿Quéaguardausted?—dijoUriah—.Micawber,¿nomehaoídousteddecirlequesemarche?

—Sí—dijomísterMicawbersinmoverse.

—Entonces,¿porquéesperausted?—dijoUriah.

—Porque…medalagana—contestóenunestallidomísterMicawber.

Las mejillas de Uriah perdieron el color, sólo sus párpados estabanenrojecidos. Miró atentamente a míster Micawber, con la respiraciónentrecortada.

—Noesustedmásqueunhombreintratable,comotodoelmundosabe—dijoconunasonrisaforzada—,ymetemoquemeobligueaqueledespache.Salgausted.Luegohablaremos.

—Sihayenelmundoalgúnbribón—dijomísterMicawberestallandoconlamayorvehemencia—conelcualhehabladoyademasiado,esebribónes…

Page 142: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Heep…

Uriahseechóhaciaatráscomosilehubierandadoungolpe.Mirándonoslentamente, con la expresión más sombría y malvada que su cara podíaexpresar,dijoenvozbaja:

—¡Oh!¡Estoesunaconspiración!Sehancitadoustedesaquí.Seentiendenustedes con mi empleado, ¿no es cierto, Copperfield? Pero tengan ustedescuidado,porqueno leshadesalirbien.Yanosconocemosustedesyyo.Noexistecariñoentrenosotros.Desdequevinoustedaquínohasidomásqueunintrigante, y ahora envidia usted mi posición; pero les advierto que noconspirencontramí,porqueyosabrédefenderme.Micawber,salgausted.Lehablaréenseguida.

—MísterMicawber—dijeyo—,sehaefectuadouncambiorápidoenesteindividuo en algunos aspectos; entre otros elmuy extraordinario de decir laverdad sobre un punto, lo cual me demuestra que se halla rodeado deenemigos.¡Trátelecomosemerece!

—Sonustedesgentemuyamable—dijoUriah,siempreenelmismotono,secándoseconsumanoflacaylargaunasgotasdesudorqueresbalabanporsufrente— que viene a comprar a un empleado, la verdadera escoria de lasociedad (comoustedmismo lo era,Copperfield, antesdequenadie tuvieracompasióndeusted)yapagarleparaquemecalumnie.MissTrotwood,mejorharíaustedinterrumpiendoestoantesdequehagayodetenerasumarido,queseríaenmenos tiempodelqueusteddesea. ¡Paraalgomeheenteradodesuhistoria privada, mi buena señora! Y usted, miss Wickfield, si tiene algúncariño a su padre, mejor haría no uniéndose con esta gentuza, si no quiereusted que lo arruine. Y ahora venga. Le tengo a usted bajo mis garras,Micawber;piénseloustedbienantesdeobrar,sinoquierequeleaplaste.Lerecomiendoquesealejemientraspueda.Pero,¿dóndeestámimadre?—dijoderepente,notandoconalarmalaausenciadeTraddlesytirandoconfuerzadelacampanilla—.¡Bonitomododecomportarseencasaextraña!

—MísterHeep,estáaquí—dijoTraddlesvolviendoconladignamadredetandignohijo—.Mehetomadolalibertaddepresentarmeaellayomismo.

—¿Yquiénesustedparapresentarse?—preguntóUriah—.¿Quéesloquequiereustedaquí?

—Soy el agente y amigo demísterWickfield, caballero—dijo Traddlescon tono tranquilo, como de hombre de negocios—, y tengo enmi bolsilloplenos poderes para actuar como procurador en su nombre en cualquiercircunstancia.

—Ese viejo asno habrá bebido hasta perder el sentido—dijoUriah, quecadavezibaponiéndosemásfeo—,ylehabránsonsacadoeseactapormedios

Page 143: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

fraudulentos.

—Ya sabemos que le han sonsacado bastantes cosas por mediosfraudulentos—contestóTraddlestranquilamente—.Yustedtambiénlosabe,místerHeep.PerosiustedquierevamosadejaresteasuntoparaquelotratemísterMicawber.

—¡Ury!—empezómistressHeepconinquietud.

—Deténtulengua,madre;contestóél:«cuantomenossehabla,menosseyerra».

—¡PeroUry!

—¿Quierescallarte,madre?¡Déjamehablar!

Apesardequesabíadesdehacemuchoquesuservilismoerafalsoyquetodoenéleramentiraysimulación,noteníaniideadesuhipocresíahastaquevicómosequitabalacareta.Larapidezconquesedesprendiódeellacuandovioqueerainútil;lamalicia,lainsolenciayelrencorquedemostró;elplacerqueexperimentabaaúnenaquelmomentoporeldañocometido,mellenódesorpresaapesardequepor intuicióncreíayadetestarlo.Nodigonadade lamiradaqueme lanzómientras estabadepie,mirándonos aunosdespuésdeotros,pueshacíatiempoquesabíaquemeodiabaymeacordabadelasmarcasquemimanoledejaronenlacara.PerocuandosusojossefijaronenAgnesteníanunaexpresiónderabiaquemehizotemblar;seveíaquesentíacómosele escapaba: ya no podía satisfacer su odiosa pasión, que le había hechoesperar el poseer unamujer cuyas virtudes era incapaz de apreciar. ¿Cómopodía ser posible que ella hubiera vivido ni una hora en compañía desemejantehombre?

Despuésderascarselabarbillaydemirarnos,conlosojosllenosdeodio,atravésdesusflacosdedos,sevolvióhaciamíymedijoentonomedioburlón,medioinsolente:

—¿Le parece a usted bonito, míster Copperfield, usted, que siempre haestado orgulloso de su honor y de todo lo demás, el venir a espiarme ysobornar a mi empleado? Si hubiera sido yo, no tendría nada de extraño,porquenometildodecaballero(aunquenuncahevagadoporlascalles,comousted lo hacía, según cuenta Micawber); pero siendo usted, ¿no le davergüenza hacerlo? ¿No supone usted lo que yo puedo hacer a cambio?Hacerle perseguir por complot, etcétera, etcétera.Muy bien.Ya veremos.Yusted, caballero, no sé cómo iba usted a hacer unas preguntas aMicawber.Aquítieneasuinterlocutor.

¿Por qué no le hace usted hablar? Por lo que veo, se sabe la lección dememoria.

Page 144: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Viendo que lo que decía nome causaba ningún efecto, ni a ninguno denosotros,sesentóenelbordedelamesa,conlasmanosenlosbolsillosylaspiernascruzadas,yesperóconexpresiónresueltalosacontecimientos.

MísterMicawber,cuyo ímpetumecostó trabajodominar,yqueyahabíavariasvecespronunciadolaprimerasílabadelapalabra«bribón»,sinqueyose la dejase terminar, estalló al fin, sacó del chaleco la larga regla(probablemente destinada a servirle de arma defensiva) y del bolsillo undocumentovoluminoso,plegadoenformadecarta.Abrióaquelpaqueteconexpresión dramática, lo contempló con admiración, como si estuvieseencantadodesutalentodeautor,yempezóaleerloquesigue:

QueridamissTrotwoodyseñores:

—¡Válgame Dios!—exclamómi tía en voz baja—. Si se tratara de unrecursoengraciaporuncrimencapitalgastaríatodaunaresmadepapelensupetición.

MísterMicawber,sinoírla,continuó:

Aparezco ante ustedes para denunciar al mayor sinvergüenza que haexistido—místerMicawber, sin levantar la vista de la carta, apuntó con laregla,comosifueselacachiporradeunaparecido,aUriahHeep—,ylespidoconsideracionesparamí.Víctimadesdemicunadedeficienciaspecuniarias,alascualesmehasido imposiblerespondersiempre,hesidoel juguetede lasmástristescircunstancias.Ignominia,desesperaciónylocurahansido,juntasoporseparado,lascompañerasdemitristevida.

LasatisfacciónconquemísterMicawbersedescribíaasímismocomounapresadeaquellasvilescalumniassepodráúnicamente igualarconelénfasisconqueleíasucartaylaclasedehomenajequelerendíaconunmovimientodecabezacuandocreíallegaraunafraseenérgica.

Enunaacumulaciónde ignominia,miseria,desesperacióny locura,entréen esta oficina (o, como dirían nuestros vecinos los galos, en este bureau),cuyafirmanominalesWickfieldyHeep;pero,enrealidad,dirigidaporHeepúnicamente.HeepysolamenteHeepeselgranresortedeestamáquina.HeepysolamenteHeepeselfalsificadoryelchantajista.

Uriah, más azul que blanco a estas palabras, se abalanzó sobre la cartacomoparahacerlapedazos.

MísterMicawber,porunmilagrodedestrezaode suerte, cogióalvuelosus dedos con la regla y le inutilizó lamano derecha. Él se agarró el puñocomo si se lo hubieran roto. El golpe sonó como si hubiera caído sobremadera.

—¡Queeldiablololleve!—dijoUriahretorciéndosededolor—.¡Yame

Page 145: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

laspagarás!

—Intente usted acercarse otra vez… infame Heep —exclamó místerMicawber—, y si su cabeza es humana, la hago astillas. ¡Acérquese!¡Acérquese!

Creoquenuncahevistocosamás ridícula (medabaperfectacuentaaunentonces) que místerMicawber haciendo molinetes con la regla y gritando«¡acérquese!»,mientras que Traddles y yo le empujábamos a un rincón, dedonde trataba de salir en cuanto podía, haciendo unos esfuerzossobrehumanos.

Su enemigo,murmurando para sí, después de frotarse lamano dolorida,sacólentamenteelpañueloyselavendó;luegolaapoyóenlaotramanoysesentóencimadelamesa,conairetaciturnoymirandoalsuelo.

CuandomísterMicawberseapaciguólosuficienteprosiguiólalecturadelacarta:

Loshonorarios,enconsideracióndeloscualesentréalserviciodeHeep—continuó, parándose siempre antes de esta palabra para proferirla con másvigor—,nohabíansidofijados,apartedel jornaldeveintidóschelinesyseispeniques por semana. El resto fue dejado al contingente de mis facultadesprofesionales o, dicho de otra manera más expresiva, a la bajeza de minaturaleza, a los apetitos de mis deseos, a la pobreza de mi familia, y, engeneral, al parecido moral o, mejor dicho, inmoral entre Heep y yo. Nonecesito decir que pronto me fue necesario solicitar de Heep adelantospecuniariosparaayudaralasnecesidadesdemistressMicawberydenuestradesdichadaycrecientefamilia.¿Debodecirqueesasnecesidadeshabíansidoprevistas porHeep? ¿Que esos adelantos eran asegurados por letras y otrosreconocimientos semejantes, dadas las instituciones legales de este país? ¿Yquedeesemodomecogióenlatelarañaquehabíatejidoparamiadmisión?

LasatisfacciónquesentíamísterMicawberporsus facultadesepistolaresal describir este estado de cosas desagradables parecía aligerar la tristeza yansiedadquelarealidadlecausaba.Continuóleyendo:

Entonces fue cuando Heep empezó a favorecerme con las confidenciasnecesariasparaqueleayudaraenlascombinacionesinfernales.Entoncesfuecuandoempecé(paraexpresarmecomoShakespeare)adecaer,alanguidecerydesfallecer.Me utilizaba constantemente para cooperar en falsificaciones denegociosyparaengañaraunindividuo,alcualledesignarécomomísterW.Se le engañaba por todos losmedios imaginables. Entre tanto, el ladrón deHeepdemostrabaunaamistadygratitudinfinitasalengañadocaballero.Estoestababastantemal;pero,comoobservael filósofodanés,conesauniversaloportunidad que distingue el ilustre ornato de laEra deElisabeth, «lomalo

Page 146: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

siemprequedaatrás».

MísterMicawber se quedó tan entusiasmado con aquella cita feliz, que,bajopretextodehaberseperdido,seobsequióynosobsequióconunasegundalecturadelpárrafo:

Noesmiintención—continuóleyendo—elentrarenunalistadetalladaenla presente epístola (aunque ya está anotado en otro lugar) de los diferentesfraudesdemenorcuantíaqueafectanalindividuoaquienhedesignadoconelnombre demísterW. y que he consentido tácitamente.Mi objetivo cuandodejédediscutirconmigomismoladolorosaalternativaenquemeencontrabadeaceptaronosushonorarios,decomeromorirme,devivirodejardeexistir,fue aprovecharme de toda oportunidad para descubrir y exponer todas lasfechorías cometidas por Heep en detrimento de ese desgraciado señor.Estimulado por una silenciosa voz interior y por la nomenos conmovedoravozexteriorquenombrarécomomissW.,memetíenunalabornomuyfácilde investigación clandestina, prolongada ahora, a mi entender, sobre unperíodopasadodedocemeses.

LeyóestepárrafocomosihubierasidounactadelParlamento,yparecióagradablementerefrescadoporelsonidodesuspalabras.

Mis cargos contraHeep—dijomirando aUriah y colocando la regla enunaposiciónconvenientedebajodelbrazoizquierdo,paracasodenecesidad—sonlossiguientes.

Todos contuvimos la respiración, y me parece que Uriah más que losdemás.

Primero—dijomísterMicawber—:Cuando las facultades intelectualesyla memoria de míster W. se tomaron, por causas que no es necesariomencionar,débilesyconfusas,Heep,contodaintención,embrollóycomplicólastransaccionesoficiales.CuandomísterWseencontrabaincapacitadoparalosnegocios,Heepleobligabaaqueseocuparadeellos.Consiguiólafirmade míster W para documentos de gran importancia, haciéndole ver que notenían ninguna. Indujo a míster W a darle poder para emplear una sumaimportante, ascendiendo a docemil quinientas catorce libras, dos chelines ynuevepeniques,enunospretextadosnegociosasucargoyunasdeficienciasqueestabanyaliquidadas.

En todo ello hizo aparecer intenciones que no habían existido nunca.EmpleóelprocedimientodeponertodoslosactospocohonorablesacargodemísterW,yluego,conlamenordelicadeza,seaprovechódeelloparatorturaryobligaramísterWacederleentodo.

—Tendrá usted que demostrar todo eso, Micawber —dijo Uriah,sacudiendolacabezaconaireamenazador—;atodoslesllegarásuhora.

Page 147: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Míster Traddles, pregunte usted a Heep quién ha vivido en esta casaademás de él—dijomísterMicawber interrumpiendo su lectura—. ¿Quiereusted?

—Untonto,ysigueviviendotodavía—dijoUriahdesdeñosamente.

—Pregunte usted a Heep si por casualidad no ha tenido ciertomemorándumenestacasa—dijoMicawber—.¿Quiereusted?

VicómoUriahcesóderepentederascarselabarbilla.

—Osino,pregúnteleusted—dijoMicawber—sinohaquemadounoenestacasa.Sidicequesíy lepreguntausteddóndeestán lascenizas,diríjaseustedaWilkinsMicawber,yentoncesoiráalgoquenoleagradarámucho.

El tono triunfante con que dijo místerMicawber estas palabras tuvo unefectopoderosoparaalarmaralamadre,quegritóagitadamente:

—¡Ury,Ury!¡Séhumildeytratadearreglarelasunto,hijomío!

—Madre—replicóél—,¿quiereustedcallarse?Estáustedasustadaynosabe lo que se dice. ¡Humilde! —repitió, mirándome con maldad—. ¡Hehumilladoamuchosdurantemuchotiempo,apesarde«mihumildad»!

MísterMicawber,metiendolentamentesubarbillaenlacorbata,continuóleyendosucomposición:

Segundo:Heep, enmuchas ocasiones, segúnme he informado, sabido ycreído…

—¡Vayaunaspruebas!—dijoUriahtranquilizándose—.Madre,estéustedtranquila.

—Yapensaremosenencontrardentrodemuypocoalgunasquevalganyqueleaniquilen,caballero—contestómísterMicawber.

Segundo:Heep, enmuchas ocasiones, segúnme he informado, sabido ycreído, ha falsificado, en diversos escritos, libros y documentos, la firmademísterW., y particularmente en una circunstancia que puedo atestiguar. Porejemplo,delmodosiguiente,asaber:

DenuevomísterMicawbersaboreóesteamontonamientodepalabras,cosaquegeneralmenteleeramuypeculiar.Loheobservadoeneltranscursodemividaenmuchoshombres.Meparecequeesunareglageneral.Tomandoporejemplo un asunto puramente legal, los declarantes parecen regocijarsemuchísimo cuando logran reunir unas cuantas palabras rimbombantes paraexpresarunaidea,ydicen,porejemplo,queodian,aborrecenyabjuran,etc.,etc.Losantiguosanatemasestabanbasadosenelmismoprincipio.Hablamosde la tiranía de las palabras, pero también nos gusta tiranizarlas, nos gustatenerunacoleccióndepalabrassuperfluaspararecurriraellasenlasgrandes

Page 148: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

ocasiones;nosparecequecausanefectoyquesuenanbien.Asícomoenlasgrandesocasionessomosmuymeticulososenlaeleccióndecriados,contaldequeseansuficientementenumerososyvistosos,así,enestesentido,lajustezadelaspalabrasesunacuestiónsecundariacontaldequehayagrancantidaddeellasydemuchoefecto.

Ydelmismomodoquelasgentessecreandisgustosporpresentarungrannúmero de figurantes, como los esclavos, que cuando son demasiadonumerososselevantancontrasusamos,asípodríacitaryounanaciónqueseha acarreado grandes disgustos, y que se los acarreara aun mayores, porconservarunrepertoriodemasiadoricoenvocabularionacional.

Míster Micawber continuó su lectura, poco menos que lamiéndose loslabios:

Porejemplo,delmodosiguiente,asaber:estandomísterW.muyenfermo,y siendo lo más probable que su muerte trajera algunos descubrimientospropiosparadestruirlainfluenciadeHeepsobrelafamiliaW(amenosqueelamorfilialdesuhijanosimpidierahacerunainvestigaciónenlosnegociosdesu padre), yo, Wilkins Micawber, abajo firmante, afirmo que el susodichoHeepjuzgóprudentetenerundocumentodemísterW,enelqueseestablecíaque lassumasantesmencionadashabíansidoadelantadasporHeepamísterWparasalvarleaéstedeladeshonra,aunquerealmentelasumanofuenuncaadelantada por él y había sido liquidada hacía tiempo. Este documento,firmadopormísterWyatestiguadoporWilkinsMicawber,eracombinacióndeHeep.Tengoenmipodersuagenda,conalgunasimitacionesdelafirmademísterW.,unpocoborradasporelfuego,perotodavíalegibles.Yyojamásheatestiguadoesedocumento.Esmás,tengoelmismodocumentoenmipoder.

UriahHeep,sobresaltado,sacódesubolsillounmanojodellavesyabriócierto cajón; pero, cambiando repentinamente de idea, se volvió hacianosotros,sinmirardentro.

—Y tengo el documento—leyó de nuevomísterMicawber,mirándonoscomo si fuera el texto de un sermón— enmi poder; es decir, lo tenía estamañana temprano, cuando he escrito esto; pero desde entonces lo hetransmitidoamísterTraddles.

—Escompletamentecierto—asintióTraddles.

—¡Ury,Ury!—gritólamadre—.Séhumildeyarréglateconestosseñores.Yoséquemihijoseráhumilde,caballeros,siledanustedestiempoparaquelo piense. Míster Copperfield, estoy segura de que usted sabe que ha sidosiempremuyhumilde.

Era curiosover cómo lamadre usaba las antiguas artimañas, después dequeelhijolashabíaabandonadocomoinútiles.

Page 149: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Madre—dijo él mordiendo con impaciencia el pañuelo en que teníaenvuelta lamano—.Mejor harías cogiendo un fusil y descargándolo contramí.

—Peroyoloquiero,Uriah—exclamómistressHeep;ynodudodequeasífuera,pormuyextrañoqueestopuedaparecer,pueserantalparacual—,ynopuedo soportar el oírte provocar a esos señores y ponerte todavía más enpeligro. enseguida he dicho a los señores, cuandome han dicho arriba quetodo se había descubierto, que yo respondía de que tú serías humilde y quecederías.¡Oh,señores;mirencuánhumildesoyynohagancasodeél!

—Pero¡madre!;ahíestáCopperfield—contestófurioso,apuntándomeconsuflacodedo;todosuodiolodirigíacontramí,comosifuerayoelpromotordeldescubrimiento,ynoledesengañé—,ahíestáCopperfield,quetehubieradadocienlibraspordecirmenosdetodoloqueestássoltando.

—¡Nolopuedoremediar,Ury!—gritósumadre—.Nopuedovertecorrerunpeligroasíllevandolacabezatanalta.

Esmuchomejorqueseashumilde,comosiemprelohassido.

Uriah permaneció unmomentomordiendo su pañuelo, y luegome dijo,mirándomeconceño:

—¿Qué más tienen ustedes que añadir, si es que hay algo más? ¿Quéquierenustedesdemí?

Míster Micawber empezó nuevamente con su carta, contento derepresentarunpapeldequeestabaaltamentesatisfecho:

Tercero y último: Estoy ahora en condición de demostrar, por los librosfalsosdeHeepyporelmemorándumauténticodeHeep,quedurantemuchosañosHeepsehaaprovechadodelasdebilidadesydefectosdemísterW.Parallegarasusinfamespropósitos.Conestefinhasabidotambiénaprovecharlasvirtudes,lossentimientosdehonorydeafectopaternaldelinfortunadomísterW Todo esto lo demostraré gracias al cuaderno quemado en parte (que alprincipionoentendí,cuandomistressMicawberlodescubrióaccidentalmenteennuestrodomicilio,enelfondodeuncofredestinadoacontenerlascenizasqueseconsumíanennuestrohogardoméstico).

Durantemuchos añosmísterWha sido engañadoy robado, de todas lasmanerasimaginables,porelavaro,elfalso,elpérfidoHeep.ElfinprincipaldeHeep, después de su pasión por el lucro, era tener un poder absoluto sobremíster ymissW… (no diré nada acerca de sus intenciones ulteriores sobreésta).Suúltimaacción,acaecidahacealgunosmeses,fueinduciramísterWaabandonarsupartede laasociaciónyvenderelmobiliariodesucasaconlacondición de que recibiría de Heep, exacta y fielmente, una renta vitalicia,

Page 150: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

pagadera cada tres meses. Estos enredos empezaban con las cuentas falsassobreelestadofinancierodemísterW.,enunperíodoenquesehabíalanzadoaespeculacionesaventuradasynopodía tenerentremanoseldinerodequeeramoral y legalmente responsable; continuaban con pretendidos préstamosdedinero e interés enorme, efectuados en realidadporHeep, y seguían, porúltimo,conunaseriedetrampas,siemprecrecientes,hastaquemísterWcreyóquehabíaquebradosufortuna,susesperanzasterrestres,suhonor,yyanoviomás salvación posible que el monstruo en forma humana que había sabidohacerse el indispensable y le había conducido a la ruina (míster Micawbergustabadeemplearlaexpresión«monstruodefigurahumana»,queleparecíanuevayoriginal).Puedoprobarestoymuchasotrascosasmás.

MurmuréunaspalabrasaloídodeAgnes,quienllorabadegozoydepenaami lado, y hubo unmovimiento entre nosotros, como simísterMicawberhubieraterminado.Dijoconuntonograve:

«Perdónenme ustedes», y siguió, con una mezcla de decaimiento y deintensaalegría,laperoracióndesucarta:

Ya he terminado. Ahora sólo me queda demostrar palpablemente estasacusacionesydesaparecerconmidesgraciadafamiliadeestelugar,enelcualparecequeestamosdemásysomosunacargaparatodos.

Estoseharápronto.Podemosfigurarnosquenuestrohijitoseráelprimeroenmorirsede inanición,por serelmiembromás frágildenuestrocírculo,yquenuestrosmellizosleseguirán.

¡Que así sea! En cuanto a mí, mi estancia en Canterbury ha hecho yamucho;laprisiónpordeudasylamiseriaharánprontolodemás.

Confío que el feliz resultado de una investigación larga y laboriosa,ejecutada entre incesantes trabajos y dolorosos temores desde el amanecerhastaelatardecerydurantelassombrasdelanoche,bajolamiradavigilantede un individuo que es superfluo llamarle demonio, y las angustias quemecausaba la situación de mis infortunados herederos, derramará sobre mifúnebrehogarunasgotasdemisericordia.Quemehaganúnicamentejusticiayque digan de mí, como de ese eminente héroe naval, al cual no tengo lapretensión de compararme, que lo que he hecho lo he hecho a despecho deinteresesegoístasymercenarios.PorInglaterra,porelhogaryporlaBelleza.Quedasuyoafectísimo,etc…

Muyafectado,peroconunavivasatisfacción,místerMicawberdobló sucartayselaentregóamitíaconunsaludo,comosifueraundocumentoqueleagradaseguardar.

Había allí, como ya lo había notado en mi primera visita, una caja decaudales, de hierro. Tenía la llave puesta.De repente, una sospecha pareció

Page 151: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

apoderarsedeUriah;echóunamiradasobremísterMicawber,seabalanzóalacajayabrióconestrépitolaspuertas.Estabavacía.

—¿Dóndeestánloslibros?—gritóconunaexpresiónespantosa—.¡Algúnladrónharobadoloslibros!

MísterMicawbersedioungolpecitoconlaregla.

—Yohesido.Mehaentregadolallavecomodecostumbre,unpocomástempranoqueotrasveces,ylaheabierto.

—No esté usted inquieto —dijo Traddles—; han llegado a mi poder.Tendrécuidadodeellosbajolaautoridadquerepresento.

—¿Esqueadmiteustedcosasrobadas?—gritóUriah.

—Enestascircunstancias,sí—contestóTraddles.

Cuálseríamiasombrocuandoviamitía,quehabíaestadomuytranquilayatenta,darunsaltohaciaUriahHeepyagarrarledelcuelloconlasdosmanos.

—¿Sabeustedloquenecesito?—dijomitía.

—Unacamisadefuerza—dijoél.

—No;mi fortuna—contestómi tía—. Agnes, queridamía, mientras hecreídoqueeratupadreelquelahabíaperdido,nohedichoniunasílaba(nialmismoTrot)deque lahabíadepositadoaquí.Peroahoraque séque es esteindividuoelresponsable,quieroquemeladevuelvan.¡Trot,venyquítasela!

NosésimitíacreíaenaquelmomentoquesufortunaestabaenlacorbatadeUriahHeep;peroloparecía,porelmodocomoleempujaba.Meapresuréaponermeentreellosyaasegurarlequetendríamoscuidadodequedevolvieratodo lo que había adquirido indebidamente. Esto y unos momentos dereflexión la apaciguaron; pero no estaba nada desconcertada por lo queacababadehacer(nopodríadecirotrotantodesugorro)yvolvióasentarsetranquilamente.

Durantelosúltimosminutos,mistressHeephabíaestadovociferandoasuhijoquesehumillara,yfuearrastrándosesobrelasrodillashaciacadaunodenosotros,haciéndonoslaspromesasmásextravagantes.Suhijolasentóenlasilla, permaneciendo de pie a su lado con aire descontento, sosteniéndole elbrazoconsumano,perosinbrutalidad,ymedijo,conunamiradaferoz:

—¿Quéquiereustedquesehaga?

—Yalediréyoloquehayquehacer—dijoTraddles.

—¿Es que no tiene lengua Copperfield? —murmuró Uriah—. Haríacualquiercosaporustedsipudierausteddecirmesinmentirqueselahabíancortado.

Page 152: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—MísterUriahvaahumillarse—exclamósumadre—.¡Nohaganustedescasodeloquediga,buenosseñores!

—Loquehayquehaceresesto—dijoTraddles—:Primeromevaustedadevolveraquímismoel actapor lacualmísterWickfield leabandonaba susbienes.

—¿Ysinolatuviere?—interrumpióél.

—La tiene usted —dijo Traddles—; así que no tenemos que hacer esasuposición.

No puedo dejar de decir que ésta era la primera ocasión en la cual hiceverdadera justicia al entendimiento claro y al sentido común práctico ypacientedemicondiscípulo.

—Así,pues—dijoTraddles—, tieneustedqueprepararseadevolverporfuerzatodoloquesurapacidadhaacaparado,hastaelúltimocéntimo.Todosloslibrosypapelesdelasociedadquedaránennuestropoder;todosloslibrosytodossusdocumentos;todaslascuentasyrecibosdeambasclases;enunapalabra,todoloquehayaquí.

—¿De verdad?No estoy dispuesto a ello—dijoUriah—.Me hace faltatiempoparapensarlo.

—Sí—dijo Traddles—; pero entre tanto, y hasta que todo se arregle anuestrogusto,tenemosqueapoderarnosdetodasestascosas,ylerogamos(osi es necesario le obligamos) a quedarse en su cuarto, sin comunicarse connadie.

—Noloharé—dijoUriahconunjuramento.

—La cárcel de Maidstone es un sitio más seguro de arresto—observóTraddles—,yaunquelaleytardarámásenarreglarlascosasynolasarreglarátan completamente como usted puede hacerlo, no hay duda que ha decastigarleausted.¡Querido:estolosabeustedtanbiencomoyo!Copperfield,¿quiereustediraGuildhallytraerdosguardias?

AquímistressHeepestallóotravez,yllorandoyarrastrándosederodillassedirigióaAgnespararogarlequelaayudara,diciendoquesuhijoeramuyhumilde,yquetodoeraverdad,yquesinohacíaloquenosotrosqueríamosloharíaella,yotrasmuchascosasporelestilo.Estabacasi frenéticademiedoporsuqueridohijo.Encuantoaél,alpreguntarseloquehubiesepodidohacersihubierasidomásvaliente,seríalomismoquepreguntarsequépodríahacerunperroconlaaudaciadeuntigre.Erauncobardedepiesacabeza,yenestemomento, más que en ningún otro de su vida miserable, mostraba su bajanaturalezaporsudesesperaciónysuaspectosombrío.

—Espere—megruñó,ysesecóconsumanosudorosa—.Madre,cállate;

Page 153: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

dalesesepapel;veytráelo.

—¿Quiereustedhacerelfavordeayudarla,místerDick?—dijoTraddles.

Orgulloso de esta misión, cuya importancia comprendía, míster Dick laacompañó como un perro acompaña al rebaño. Pero mistress Heep le dioalgúnquehacer, puesno solamentevolvió conel papel, sino también con lacajaqueloconteníaydondeencontramosunalibretayalgunosotrospapelesqueutilizamosmástarde.

—Bien —dijo Traddles cuando lo hubo traído—. Ahora, míster Heep,puede usted retirarse a pensar; pero haciendo el favor de observardetenidamenteque ledeclaro,ennombrede todos lospresentes,quenohaynada más que una sola cosa que hacer: esto es, lo que he explicadoanteriormente,yhayqueejecutarlosindilación.

Uriah,sinlevantarlosojosdelsuelo,atravesóbruscamenteelcuarto,consumanopuestaenlabarbilla;yparándoseenlapuerta,dijo:

—Copperfield,siempreleheodiado.Hasidoustedsiempreunhombredesuerte;siemprehaestadoustedcontramí.

—Comoyaledijeenotraocasión—contestéyo—,ustedhasidoelquehaestadoencontradetodoelmundo,porsuastuciaysucodicia.Enlosucesivo,piense que no ha habido todavía en el mundo codicia y astucia que no seextralimitasen,aunencontradesuspropiosintereses.Estoestanciertocomolamuerte.

—O quizá tan cierto como lo que nos enseñaban en el colegio (en elmismocolegiodondeheaprendidoaser tanhumilde).Denueveaoncenosdecíanqueel trabajoerauna lata;deonceauna,queeraunabendición,unencanto, una dignidad, y qué sé yo cuántas cosasmás, ¿eh?—dijo con unamirada de desprecio—. Predica usted cosas tan consecuentes como ellos lohacían. La humildad vale más que todo eso; es un sistema excelente. Meparecequesinellanohubiesearrolladotanfácilmenteamiseñorsocio.¡Ytú,Micawber,animal,yamelaspagarás!

MísterMicawber lemiró con desprecio olímpico hasta que abandonó elcuarto; luegosevolvióhaciamíymepropusodarmeelgustodepresenciarcómo se volvía a establecer la confianza entre mistress Micawber y él.Después de lo cual invitó al resto de la compañía a que contemplaran unespectáculotanconmovedor.

—ElveloquelargotiemponoshabíaseparadoamistressMicawberyamíha caído al fin—dijomísterMicawber—.Mis hijos y el autor de sus díaspuedenunavezmásponerseencontacto,enlosmismostérminosdeantes.

Como todos le estábamos muy agradecidos y todos deseábamos

Page 154: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

demostrárselo,tantocomonoslopodíapermitirlaprecipitaciónydesordendenuestro espíritu, todos hubiésemos aceptado su ofrecimiento si Agnes nohubiera tenido que volver al lado de su padre, al cual no le habían hechoentrevermásqueunapequeñaesperanza.Hacíafalta,además,quealgunoseocuparadehacerguardiaaUriah.Traddlessequedóconesamisión,enlacuallo relevaríamísterDick, ymísterDick,mi tía y yo acompañamos amísterMicawber. Al separarme precipitadamente de mi querida Agnes, a la cualdebía tanto, y pensando en los peligros de que la habíamos salvado quizáaquellamañana,apesardesu resolución,mesentía llenodeagradecimientohacialasdesventurasdemijuventud,quemehabíanhechoconoceramísterMicawber.

Sucasanoestabalejos,ycomolapuertadelasaladabaalacalle,entrócon suprecipitaciónacostumbradayenseguidanosencontramos todosenelseno de la familia.MísterMicawber, exclamando: «¡Emma, vidamía!» , seprecipitó en los brazos de mistressMicawber.MistressMicawber lanzó ungrito y estrechó a sumarido contra su corazón.MissMicawber, que estabaacunandoal inocenteextraño,del cualmehablabamistressMicawberen suúltima carta, estaba visiblemente emocionada. El pequeñito saltó de alegría.Losmellizosmanifestaronsujúbiloporvariasdemostracionesinconvenientese inocentes.MísterMicawber, cuyo humor parecía agriado por decepcionesprematuras,ycuyacaraeraalgoadusta,cediendoasusmejoressentimientos,lloriqueó.

—Emma—dijo míster Micawber—, la nube que cubría mi alma se hadesvanecido; la confianza mutua que existía entre nosotros vuelve otra vezpara no interrumpirse jamás. Ahora, ¡bienvenida seas, miseria! —exclamómíster Micawber derramando lágrimas—. ¡Bienvenidos seáis, pobreza,hambre, harapos, tempestad y mendicidad! ¡La confianza recíproca nossostendráhastaelfin!

Hablandodeestamanera,místerMicawberhizosentarasumujeryabrazóa toda la familia, continuando con entusiasmo la bienvenida a una serie decalamidadesquenomeparecíanmuydeseables,ydespuéslosinvitóatodosacantarencoroporlascallesdeCanterbury,yaquenolesquedabaotrorecursoparavivir.

Pero habiéndose desmayado mistress Micawber por la fuerza de lasemociones, lo primero que había que hacer antes de completar el coro eravolverlaensí.DeestoseencargaronmitíaymísterMicawber.

Despuéslepresentaronamitía,ymistressMicawbermereconoció.

—Dispénseme usted, mi querido Copperfield —dijo la pobre señoradándomelamano—;peronoestoyfuerte,yelverdesaparecerdeprontotodaslas incomprensiones entre míster Micawber y yo ha sido una emoción

Page 155: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

demasiadofuerte.

—¿Eséstatodalafamilia,señora?—dijomitía.

—Notengomásporahora—contestómistressMicawber.

—¡Diosmío!No quería decir eso—dijomi tía—.Quería decir si todosestoschicoserandeusted.

—Señora,todosestossonmíos,eslacuentaexacta.

—Yestejoven—dijomitíaconairepensativo—,¿quéhace?

—Cuandovine aquí erami esperanza—dijomísterMicawber—hacerleentraraWilkinsenlaIglesiao,paraexpresarmiideaconmásexactitud,enelcoro.Peronohabíaplazavacantedetenorenestevenerableedificio,queeslagloriadeestaciudad,y…enunapalabra,sehaacostumbradoacantarencafésylugarespúblicos,envezdeejercitarseenlosedificiossagrados.

—Peroesconbuenaintención—dijotiernamentemistressMicawber.

—Estoysegura,amormío—contestómísterMicawber—,quelohaceconlamejorintencióndelmundo;perohastaahoranovesdemasiadoparaquélehaservido.

El aspecto negativo le volvió a míster Micawber, y preguntó, un pocoenfadado, qué querían que hiciese. Si creían que podía improvisarse uncarpintero, o un herrero, sin aprendizaje. Eso era lomismo que pedirle quevolarasinserpájaro.Siqueríanqueabrieraunaboticaenlacalledeallado,osi querían que se presentara en laAudiencia y que se proclamase élmismoabogado. ¿O querían que cantase en la ópera y obtuviera éxito a fuerza deviolencia?¿Quéqueríanquehiciera,sinolehabíanenseñadonada?

Mitíareflexionóunmomento,ydijoluego:

—MísterMicawber,me sorprende que no haya usted pensado nunca enemigrar.

—Señora—contestómísterMicawber—, ha sido el sueño dorado demijuventud y la aspiración feliz de mi edad madura. (Estoy plenamenteconvencidodequejamáshabíapensadosemejantecosa.)

—¡Ay!—dijomitía,lanzándomeunamirada—,¡quécosamásbuenaseríaparaustedesysufamilia,místerymistressMicawber,queemigraranahora!

—Sí; pero… ¿y el capital, señora? —exclamó míster Micawbertétricamente.

—Éstaeslaprincipal,ypuedodecirlaúnica,dificultad,miqueridomísterCopperfield—asintiósumujer.

Page 156: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¿Capital?—exclamómitía—.¡Peronosestánhaciendoynoshanhechoyaungranservicio,ypuedodecirqueseguramentesaldrían todavíamuchascosas de este fuego! ¿Qué mejor cosa podríamos hacer por ustedes queprocurarleselcapitalparaeseobjetivo?…

—No lo recibiría como donativo —dijo míster Micawber con fuego yanimación—;perosipudieranadelantarmeunasumasuficiente,alcincoporcientodeinterésanual,bajomiresponsabilidadpersonal,podríareembolsarlopoco a poco; por ejemplo, en una fecha de doce, dieciocho o veinticuatromeses,paradarmetiempo.

—¿Sisepudiera?Síquesepuede,ysehará—dijomitía—,siaustedeslesconviene.Piénsenlobienahoralosdos.Davidtieneamigosquemarcharándentro de poco a Australia. Si ustedes se deciden a irse, ¿por qué noaprovechar el mismo barco? Podían ayudarse mutuamente. Piénsenlo bien,místerymistressMicawber;piénsenlocontiempo.

—Una sola pregunta quisiera hacer, mi querida señora —dijo mistressMicawber—:¿Essanoelclima?

—Eselmejorclimadelmundo—contestómitía.

—Muy bien —dijo mistress Micawber—. Entonces mi pregunta es lasiguiente:¿SonlascircunstanciasdeesepaístalesqueunhombrecomomísterMicawberpudieraelevarseenlaescalasocial?Noquierodecirqueporahoraaspireasergobernadoroalgoporelestilo;pero¿encontraríaéluncampodeacciónamplioparaeldesenvolvimientodesusfacultades?

—¡En ningún sitio lo encontraría más amplio!—dijo mi tía—; para unhombrequesabecomportarseyestrabajador.

—«Para un hombre que sabe comportarse y es trabajador» —repitiólentamentemistressMicawber—Muy bien. Es evidente queAustralia es laesferadeacciónadecuadaamísterMicawber.

—Estoyconvencido,miqueridaseñora—dijomísterMicawber—,quees,enlascircunstanciasactuales,elúnicopaíspropioparamíyparamifamilia,yquealgoextraordinarionosestáreservadoenesacostadesconocida.Nohaydistancia, relativamente; y aunque conviene pensar en su proposición, leaseguroqueessólocuestióndeforma.

No olvidaré nunca cómo en un momento se transformó en un hombretemerario, ardiente y lleno de locas esperanzas; y cómo al instantemistressMicawberempezóahablardelascostumbresdelcanguro.

JamáspensaréeneracarnedeCanterbury,endíadeferia,sinrecordarelaireresueltoconqueandabaanuestrolado,adoptandoyalosmodalesbruscosydespreocupadosdeuncolonodeaquellas tierrasymirandoa lasresesque

Page 157: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

pastabancomosiyafueraunlabradoraustraliano.

Capítulo13

Otramiradaretrospectiva

Aúnmedetendréotravezamirarte,¡oh,mi«mujer-niña»!Veodelantedemí,entreeltropeldegentesqueseagitanenmimemoria,unafiguratranquilayquietaquemedice,consuamorinocenteyconsuinfantilbelleza:«Detenteapensarenmí;vuélveteamiraral"Capullito"quevaamarchitarse».

Me vuelvo, y todo lo demás se borra y desaparece. Estoy otra vez conDora, en nuestra casa. No sé cuánto tiempo lleva enferma. Me heacostumbradodetalmodoacompadecerla,quenopuedocalcularel tiempo.Noesquehayanpasadomuchosmesesnimuchassemanas;peroparamíhasidounaépocamuytristeymuylarga.

Yanomedicen:«Esperatodavíaunoscuantosdíasmás».Heempezadoatemerquepuedenollegarabrillareldíaenquevuelvaaveramimujercitacorriendoalsol,consuviejoamigoJip.

Se ha vuelto muy viejo de repente el pobre Jip. Puede que la eche demenos; tenía algo de su ama, que le animaba, rejuveneciéndole; ya no veapenas,ysearrastradébilmente.

Ami tía le entristece que no le gruña ya cuando se acerca a la camadeDora, donde él está tumbado; ahora se acerca, y suavemente le lame lasmanos.

Dora,acostada,nossonríeconsuencantadoracarita,ynodejaescaparniunapalabradequejanidedesagrado.Dicequesomosmuybuenosconella;quesuqueridoniñoyenfermeroseagotapormimarla;quelosabemuybien;quemi tía no duerme, y que, sin embargo, siempre está dispuesta, activa yservicial.Algunasvecessusdostíasvienenaverla,yentoncescharlamosdeldíadenuestrabodaydetodoaqueltiempofeliz.

¡Qué extraño reposo en mi existencia de entonces, tanto interior comoexteriormente,mientrasestoysentadoen lahabitación,ordenaday tranquila,conlosojosazulesdemi«mujer-niña»vueltoshaciamí,ysusdeditosjugandoalrededordemimano!Muchasymuchashorashepasadoasí;perode todoaqueltiempohaytresepisodiosquetodavíatengopresentesenlaimaginación.

Esporlamañana,yDora,aquienlasmanosdemitíaacabandearreglar,meenseñacómosuspreciososcabellosserizantodavíasobrelaalmohada,ylolargosybrillantesqueson,ycómolegustatenerlosflojosensuredecilla.

Page 158: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—No es que esté orgullosa de ellos ahora, burlón—me dice al vermesonreír—, sino queme acuerdo de que a ti te parecían preciosos, y cuandoempecé a pensar en ti me miraba al espejo y me figuraba que te gustaríamuchoquetedieraunrizo.¡Ohcuántastonteríashiciste,Doady,cuandotelodi!

—Fueeldíaqueestabaspintandolasfloresquetehabíadadoyo,Dora,ycuandotedijetodoloenamoradoqueestaba.

—¡Ah!Peroyonoquisedecírteloentonces,Doady.¡Cómollore,creyendoquedeverasmequerías!

Cuando pueda correr como antes, Doady, iremos a ver los sitios dondehacíamosunaparejatantonta,¿verdad?Ypasearemosporlospaseosviejos.Ynonosolvidaremosdelpobrepapá.

—Sí;pasaremosunosdíasmuyfelices.Perodateprisaparaponertebuena,querida.

—Sí;muyprontomecuraré,¿losabes?Estoyyamuchomejor.

Esporlatarde;estoysentadoenlamismasilla,juntoalamismacama,conlamisma carita vuelta haciamí.Hemos estado callados, y una sonrisa vagaporsuslabios.Yahedejadodesubirybajardeunpisoaotromiligeracarga.Estáacostadaarribatodoeldía.

—¡Doady!

—¡Doraquerida!

—¿TeparecerámuydisparatadoquedespuésdehabermecontadohacetanpocoquemísterWickfieldnoestábueno,quierayoquevengaAgnes?Porque,sisupieras,¡tengotantas,tantas,ganasdeverla!

—Leescribiré,queridamía.

—¿Deverdad?

—Enseguida.

—¡Québuenoeres,Doady;abrázame!Noesuncapricho.Noesundeseotonto.Esquenecesitoverla.

—Estoysegurodeello,yconsólodecírselovendráseguramente.

—¿Estás muy solo ahora cuando bajas al despacho? —murmura Dora,echándomelosbrazosalcuello.

—¿Cómopodríaserdeotromodo,cariñomío,cuandoveotusillavacía?

—¡Mi silla vacía! —dice, estrechándose contra mí todavía más—. ¿Deverdadmeechasdemenos,Doady?—repite,mirándomeysonriéndomecon

Page 159: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

alegría,¡Amí,aunapersonitatontayestúpida!

—¿Quiénhayenelmundoaquienpudieraechardemenoscomoati?

—¡Oh,Doady!¡Estoytancontentaytan…tantriste!—dice,abrazándomemásfuerteyenvolviéndomeconsusdosbrazos.

Seríe,llora,setranquilizayporfinseponedeltodocontenta.

—Del todo—dice—;sóloque tienesquemandarlemicariñoaAgnesydecirlequequieroverla;yqueyanodesearénadamás.

—Exceptocurarte,Dora.

—¡AhDoady!Algunas veces pienso (ya sabes que siempre he sido unacosatantonta)queesonosucederájamás.

—¡Nodigaseso,Dora!¡Nolopienses,queridamía!

—Sipuedo,nolopensaré,Doady.Perosoymuyfeliz,apesardequemiqueridoDoadyestátansolofrentealasillavacíadesu«mujer-niña».

Esdenocheysigoconella;Agnesha llegado,yhaestadoconnosotrostodalamañanaylatarde.

Ella,mitíayyohemosestadoconDoradesdeporlamañana.Nohemoscharladomucho;peroDorahaestadomuycontentayalegre.Ahoraestamossolos.

Séquemimujercita-niñameabandonarámuypronto.Melohandicho;nome han contado nada nuevo; lo sabía; pero estoy muy lejos de haberconvencidoamicorazóndeesta tristeverdad.No lopuedodominar.Meheescondidohoyvariasvecesparallorarasolas.Meheacordadodelquellorabaantes de la separación entre la vida y la muerte. He pensado en toda estahistoria de compasión y de gracia. He intentado resignarme y consolarme;pero lo que no puedo creer es que el fin tiene que llegar pronto. Tengo sumanoenlamía;tengosucorazónenelmío;veosucariñohaciamí,vivo,contodasu fuerza.Nopuedoborrarunadébil,pálida,desvanecidaesperanzadequeviva.

—Voy a hablarte, Doady. Te voy a decir una cosa que estaba pensandodecirte desde hace mucho tiempo. No te importa, ¿verdad?—me dice conmiradacariñosa.

—¿Importarme,queridamía?

—Porqueyonoséloquepuedespensaroloquehabráspensadoalgunasveces. Quizá hayas pensadomuchas veces lomismo. Doady querido, temohabersidodemasiadochiquilla.

Apoyomicabezajuntoalasuya,ensualmohada.Ellamemiradentrode

Page 160: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

losojosymehablamuysuavemente.Pocoapoco,mientrassiguehablando,mevoydandocuenta,conelcorazóndolorido,dequehablaenpasado.

—Temo,querido,habersidodemasiadochiquilla;noquierodecirsóloporlosaños,sinoenexperiencia,ideas,entodo.Eraunacriaturitatantonta,quequizáhabría sidomejor que sólonoshubiéramosquerido comoniñoyniñaquesequierenyseolvidan.Heempezadoapensarquenoeradignadeserunamujercasada.

Intentéaguantarmislágrimasparacontestarle.

—¡OhDoraqueridamía!¡Tandignacomoyodesermarido!

—Nosé—dice,sacudiendosustirabuzonescomoantiguamente—.Puedeser. Pero si yo hubiera sido mejor, puede que lo hubiese hecho serio a titambién.Además,túeresmuyinteligente,yyonuncalohesido.

—Hemossidomuyfelices,midulceDora.

—He sidomuy feliz; pero cuando hubieran pasado unos años,mi pobreDoady se hubiese aburrido de su «mujer-niña». Cada vez habría sido ellamenossucompañera,yélsehubiesedadomáscuentadeloquefaltabaensuhogar.Ellanohabríaadelantadonada.Esmejorquesealoquees.

—¡OhDoraquerida,queridaDora;nomehablesasí! ¡Cadapalabra tuyamepareceunreproche!

—No,niunasílaba—mecontestabesándome—.¡Oh,queridomío!,nuncalos has merecido, y te quiero demasiado para dirigirte una sola palabra dereproche,deveras.Eraelúnicoméritoquetenía,exceptoelserbonita,oquetúmecreyerasbonita.¿Estásmuysoloabajo,Doady?

—¡Mucho,mucho!

—Nollores.¿Estámisillaallí?

—Ensusitiodesiempre.

—¡OhcómolloramipobreDoady!¡Huch!¡Huch!Ahoraprométemeunacosa.QuierohablarconAgnes.Cuandobajes,díseloymándamela;ymientrasle hablo no dejes entrar a nadie, ni tan siquiera a la tía; quiero hablar conAgnesasolas.

Leprometoqueenseguida subiráAgnes;peronopuedodejarla, depenaquetengo.

—Hedichoqueesmejorquesealoquehadeser—murmuramientrasmeestrecha en sus brazos—. ¡Oh Doady!, después de unos años no hubiesespodidocreermásqueahoraatupobre«mujer-niña»,ydespuésdeunosañoste habría impacientado tanto y desilusionado tanto, que no hubieses podido

Page 161: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

quererlanilamitad.Séqueerademasiadochiquillaytonta.¡Esmejorquesealoquehadeser!

Agnesestáabajocuandoentroen lasalay ledoyel recado.Desaparece,dejándomesoloconJip.

Su caseta está junto al fuego, y él está tumbado dentro, en su cama defranela, intentando dormir. La luna, brillante, está muy clara y muy alta.Mientras miro la noche, mis lágrimas corren y mi indisciplinado corazónsufre.

Estoy junto al fuego, pensando con remordimiento en todos los secretossentimientos que he alimentado desde mi boda. Pienso en todas las cosaspequeñasquehahabidoentreDorayyo,yveoquetienenrazónlosquedicenquelascosaspequeñashacenlasumadelavida.Parasiempre,levantándosedelmardemisrecuerdos,estálaimagendemiqueridaniñacomolaconocíalprincipio, agraciada por mi amor joven y por el suyo y rica de todos losencantosque llenabanaquel amor.«¿Habría sidomejorquenoshubiéramosqueridocomounniñoyunaniñaquesequierenyseolvidan?»

¡Corazónindisciplinado,contesta!

Nosécómopasaeltiempo,hastaquemehacevolveralarealidadelviejocompañerodemi «mujercita—niña».Estámuy intranquilo, se arrastra fueradesucaseta,memirayvahacialapuerta,ylloraparaqueledejesubir.

—No,Jip.¡Estanocheno!

Vuelvehaciamímuydespacito,melamelasmanos,levantasushúmedosojoshaciamicara.

—¡OhJip;puedequeyanuncamás!

Seechaamispies,seestiracomoparadormirseyconungemidosequedamuerto.

—¡OhAgnes!¡Mira!¡Mira!¡Ven!

¡Peroesacaratanllenadecompasión,dedolor;esalluviadelágrimas,esehorriblellamamiento,esamanosolemnementelevantadahaciaelcielo!

—¿Agnes?

Seacabó.Laoscuridad llega amisojos, ydurante algún tiempo todo seborrademimemoria.

Capítulo14

LasoperacionesdeMr.Micawber

Page 162: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

No voy ahora a describir mi estado de ánimo bajo el peso de aquelladesgracia. Pensaba que el porvenir no existía para mí; que la energía y laacciónsemehabíanterminado,yquenopodríaencontrarmejorrefugioquelatumba. Digo que llegué a pensar en todo esto; pero no fue en el primermomentodemipena.Aquellasideasfuerongerminandopocoapocoenmí.Silosacontecimientosquevoyanarrarahoranomehubieranenvueltodesdeelprimer instante, distrayendo mi aflicción, y más tarde aumentándola, esposible (aunque no lo creo probable) que hubiese caído enseguida en aquelestado.

Pero hubo un intervalo antes de que me diera cuenta bien de toda midesgracia; un intervalo durante el cual hasta supuse que sus más agudossufrimientos habían pasado ya y en el que pude consolar mi memoria,descansándolaentodolomáshermosoeinocentedelatiernahistoriaquesemehabíacerradoparasiempre.

Todavíahoynosécuándosehablóporprimeravezdequeyodebíairalcontinente,nicómollegamosaestartodosdeacuerdoenquedebíabuscarelrestablecimientodemicalmaenelcambioylosviajes.ElespíritudeAgnesdominaba de talmodo todo lo que pensamos, dijimos e hicimos en aquellaépocadetristeza,quepuedoachacarelproyectoasuinfluencia.Peroaquellainfluenciaeratanserena,queyanosémás.

Yahorapiensoquemimododeasociarlaenlainfanciaconlavidrieradela iglesia era como una visión profética de lo que iba a ser para mí en ladesgracia que debía agobiarme un día. En efecto; desde el momentoinolvidableenque sepresentóantemí, con lamano levantada, supresenciafue como la de una santa en mi solitaria morada: y cuando el ángel de lamuerte entró en ella, mi «mujer-niña» se durmió con una sonrisa sobre supecho.Melocontaroncuandoyapudesoportareloírlo.

Demiinconscienciadespertéparaversuslágrimasdecompasión,paraoírsuspalabrasdeesperanzaydepaz,paraversudulcerostro inclinado,comodesde una regiónmás pura ymás cercana al cielo, sobremi indisciplinadocorazón,dulcificandosusdolores.

Perovoyaproseguirmirelato.

Iba amarcharme para el continente. Esto parecía cosa decidida desde elprimermomento. La tierra cubría ya los restosmortales demimujercita, ysóloesperabaporloquemísterMicawberllamabala«pulverizaciónfinaldeHeep»y«lamarchadelosemigrantes».

VolvimosaCanterbury,llamadosporTraddles(elmáscariñosoymejordelosamigosenmidesgracia),mitía,Agnesyyo,ynoscitamostodosencasa

Page 163: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

demísterMicawber;allíyencasademísterWickfieldhabíaestadotrabajandosin cesar mi amigo desde nuestra reunión «explosiva» . Cuando la pobremistressMicawbermevioentrarde luto, lo sintiómuysinceramente.Habíamucha bondad en el corazón de mistress Micawber que no le había sidoarrancadaeneltranscursodelosaños.

—Muy bien,míster ymistressMicawber—saludómi tía en cuanto nossentamos—. ¿Hacenustedes el favor de decirme si han pensadobien enmiproposicióndeemigrar'?

—Queridaseñora—contestómísterMicawber—,quizánopuedaexpresarmejor la conclusión a la que mistress Micawber, su humilde servidora, ypuedo añadir nuestros hijos, hemos junta y separadamente llegado, sino,adoptandoellenguajedeunilustrepoeta,contestandoquenuestroboteestáenlaplayaynuestrabarcaestáenelmar.

—Esoestámuybien—dijomitía—.Augurotodaclasedecosasbuenasporestadecisióntansensata.

—Señora,noshonraustedmucho—afirmó.Yenseguida,consultandoelmemorándum,dijo:—Respectoalaayudapecuniariaquenospermitalanzarnuestra frágil canoa sobreelocéanode las empresas,hevuelto a considerardetenidamenteestepuntoimportantedelnegocio,ymeatrevoaproponermisnotas de mano, hechas (no necesito decirlo) en papel timbrado, como lorequieren varios actos del Parlamento relativos a estas garantías.Ofrezco elreembolso a dieciocho, veinticuatro y treinta meses. La proposición queprimeramenteexpuseeradoce,dieciochoyveinticuatromeses;pero temínotenertiemposuficienteparareunirlacantidadnecesaria.Podríasuceder—dijomísterMicawber, mirando alrededor de la habitación, como si representaravarios cientos de áreas de tierra cultivada— que al primer vencimiento nohubiéramostenidoéxitoennuestracosecha,onolahubiéramosrecogidoaún.Creo que la labor es difícil en esa parte de nuestras posesiones coloniales,dondenosseráforzosolucharcontralatierrainculta.

—Arrégleloustedcomoquiera—dijomitía.

—Señora—contestóél—,mistressMicawberyyoestamosprofundamenteagradecidosporlaconsideraciónybondaddenuestrosamigosypatronos.Loque deseo es poder ser exactamente puntual y un perfecto negociante.Volviendo,comoestamosapuntodevolver,unahojacompletamentenueva,yretrocediendo, como estamos ahora en el acto de retroceder, hacia unaprimavera de tranquilidad no común, es importante para mi sentido de ladignidad,ademásdeserunejemploparamihijo,queestosarreglossehaganentrenosotroscomodehombreahombre.

NoséquésentidoprestaríamísterMicawberaestaúltima frase;nocreo

Page 164: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

queningunodelosquelaemplearonselohayadadonunca;peroaéllegustómuchoylarepitió,conunatosexpresiva:«comodehombreahombre».

—Propongo—continuómísterMicawber—pagarés;estánmuyenusoenelmundocomercial,ycreoquedebemossuorigenalosjudíos,quemeparecehantenidomuchoqueverconellodesdeentonces,ylospropongoporquesonnegociables.Perosiunaletraocualquierotragarantíaespreferida,mesentirédichoso conformándome a lo que ustedes decidan sobre ello, «como dehombreahombre».

Mitíaobservóqueenelcasoenqueestabanlasdospartes,deconvenirencualquiera cosa que fuera, estaba segura de que no habría dificultades pararesolveraquelpunto.MísterMicawberfuedesumismaopinión.

—En cuanto a nuestras preparaciones domésticas, señora —dijo místerMicawberconalgunavanidad—,parahacerfrentealdestinoaquedebemosconsagrarnos, pido permiso para referirlas. Mi hija mayor va todas lasmañanas,alascinco,aunestablecimientocercanoparaadquirireltalento(sise puede llamar así) de ordeñar vacas. Mis hijos más pequeños tieneninstrucciones para que observen, tan de cerca como las circunstancias se lopermitan,lascostumbresdeloscerdosyavesdecorralquehayenlosbarriosmáspobresdeestaciudad;persiguiendoesteobjetivo,loshantraídoacasaendos ocasiones a punto de ser atropellados. Yo mismo he prestado algunaatención,durantelasemanapasada,alartedefabricarpan;ymihijoWilkinssehadedicadoaconducir,conuncayado,elganado,cuandose lopermitenloszafiosquelocuidan.Losayudabavoluntariamente;perosientodecirquenoeramuyamenudo,porquegeneralmenteleinsultabanconpalabrotas,paraquedesistiera.

—Muybien,muybien—dijomitíaparaanimar—.NodudoquemistressMicawbertambiénhabrátenidoalgoquehacer…

—Queridaseñora—contestómistressMicawberconsuexpresiónatareada—, le confieso quenomehe dedicado activamente a nadaque se relacionedirectamenteconelcultivoyelalmacenaje,apesardeestarenteradadequeellohade reclamarmi atenciónenplayas extrañas.Todas lasoportunidadesque he podido restar amis quehaceres domésticos las he consagrado a unacorrespondencia algo extensa con mi familia; porque me parece a mí, miqueridomísterCopperfield—dijomistressMicawber,quesiempresevolvíahaciamí(supongoqueporsuantiguacostumbredepronunciarminombrealempezarsusdiscursos)—,quehallegadoelmomentodeenterrarelpasadoenel olvido, y quemi familia debe dar a místerMicawber la mano, y místerMicawber dársela ami familia.Ya es hora de que el león se acueste con elcorderoydequemifamiliasereconcilieconmísterMicawber.

Dijequepensabalomismo.

Page 165: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Esees,porlomenos,elmodocomoyoconsideroelasunto.MiqueridomísterCopperfield—continuómistressMicawber—,cuandovivíaenmicasaconmipapáymimamá,mipapáteníalacostumbredeconsultarmecuandosediscutíacualquierpuntoennuestroestrechocírculo:«¿Desdequéaspectovestú el asunto, Emma mía?». Ya sé que papá era demasiado parcial—, sinembargo,respectoalafrialdadquehaexistidosiempreentremísterMicawberymifamilia,meheformadonecesariamenteunaopinión,porfalsaquesea.

—Sinduda.Claroquelatieneustedquehabérselaformado,señora—dijomitía.

—Precisamente—asintiómistressMicawber—.Sinembargo,puedoestarequivocada en mis conclusiones; es muy probable que lo esté; pero miimpresión individual es que el abismo que hay entre mi familia y místerMicawberpuedehaberseabiertoporeltemor,porpartedemifamilia,dequemísterMicawbernecesitaraalgúnauxiliopecuniario.Nopuedopormenosdepensar—dijomistressMicawberconexpresióndeprofundasagacidad—quehaymiembrosdemifamiliaquehantemidoquemísterMicawberlespidieraelnombreparaalgo.Ynomerefieroparaelcasodebautizaranuestroshijos,sinoparainscribirloenletrasdecambioynegociarloenlaBanca.

La mirada penetrante con que mistress Micawber enunció aqueldescubrimiento, como si nadie hubiera pensado en ello, pareció extrañarmuchoamitía,quiencontestóderepente:

—Bien,señora;enelfondo,nomechocaríaquetuvieraustedrazón.

—ComomísterMicawberestáenvísperasdesoltarlascadenasquelehanatadodurantetantotiempo—continuomistressMicawber—ydeempezarunanuevacarrera,enunatierradondehaycampoabiertoparasushabilidades(loque, en mi opinión, es muy importante, porque las habilidades de místerMicawber requieren mucho espacio), me parece a mí que mi familia debíaseñalar esta ocasión adelantándose la primera. Lo que yo desearía es verreunidosamísterMicawberyamifamiliaenunafiestadadaycosteadapormi familia; donde, al proponer algúnmiembro importante demi familia unbrindisalasaluddemísterMicawber,místerMicawberpudieratenerocasióndedesarrollarsuspuntosdevista.

—Querida mía —dijo míster Micawber con cierta pasión—, quizá seamejor que yo declare ahorra mismo aquí que si desarrollara mis puntos devistaanteesta reunión,probablemente losencontraríanofensivos,porquemiimpresión es que todos los miembros de tu familia son, en general, unosimpertinentessnobs,yendetalle,unosbribonessinpaliativo.

—Micawber—dijomistressMicawber,sacudiendolacabeza—,nuncaleshascomprendido,yellosnuncatehancomprendidoati.

Page 166: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

MísterMicawbertosió.

—Nuncalohancomprendido—dijosumujer—.Puedequeseanincapacesdeello.Siesasí,esaessudesgracia,ysoymuydueñadecompadecerlos.

—Siento mucho, mi querida Emma —dijo, con mayor lentitud místerMicawber—,elhaberme traicionadoenexpresionesquepuedan,aunquesearemotamente,tenerlaaparienciadeofensivas.Todoloquedigoesquepuedoirmealcontinentesinque tu familiaseadelantea favorecerme;enresumen,conunaúltimasacudidadesushombros;yqueprefierodejarInglaterraconelímpetu que poseo, que deberles lamenor ayuda.Eso no quita, queridamía,que si llegaran a contestar a tus comunicaciones (loquenuestra experienciahacemuyimprobable),lejosdemíestáelserunabarreraparatusdeseos.

Habiendo arreglado este asunto amigablemente, místerMicawber dio subrazoamistressMicawber,ymirandoalmontóndelibrosypapelesquehabíaencima de la mesa, ante Traddles, dijo que nos dejaban solos, lo queceremoniosamentellevaronacabo.

—MiqueridoCopperfield—dijoTraddles,apoyándoseensusilla,cuandosefueron,ymirándomecon tantocariñoquese leenrojecieron losojosyelpelo se le puso de mil formas raras—, no me disculpo por molestarte connegocios, porque sé que lo interesan profundamente y que hasta podrándistraerte.Yespero,amigomío,quenoestéscansado.

—Estoy completamente repuesto —le dije después de una pausa—.Tenemosquepensar enmi tía antesque ennadie. ¡Ya sabes todo loquehahecho!

—¡Claro,claro!—contestóTraddles—.¿Quiénpuedeolvidarlo?

—Pero no es eso todo —dije—. Durante estos últimos días leatormentabanpreocupacionesnuevas, yha idoyvuelto aLondres todos losdías. Varias veces ha salido temprano y no ha vuelto hasta el anochecer.Anoche, Traddles, sabiendo que tenía que hacer este viaje y todo, era casimedianochecuandovolvióacasa.Yasabeshastaquépuntoesconsideradacon los demás, y por esonoquiere decirme lo quehaocurridoni lo que lehacesufrir.

Mi tía, muy pálida y con arrugas profundas en su frente, permanecíainmóvilescuchándome;algunaslágrimasextraviadascorríanporsusmejillas,ypusosumanoenlamía.

—Noesnada,Trot;noesnada.Yahaterminadotodo,ylosabrásundíadeestos.Ahora,Agnes,queridamía,vamosadedicarnosaestosasuntos.

—Tengo que hacer justicia a míster Micawber —empezó Traddles—diciendoque,aunqueparecequeparasímismonohaconseguidotrabajarcon

Page 167: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

éxito,eselhombremásincansablecuandotrabajaparalosdemás.Nuncahevistocosasemejante.Sisiemprehahecholomismo,ami juicio,escomosituviera ya doscientos años. El calor con que lo ha hecho todo y el modoimpetuosoconquehaestadoexcavandonocheydíaentrepapelesylibros,sincontarelinmensonúmerodecartassuyasquehanvenidoaestacasadesdelade místerWickfield; y a veces hasta de un lado a otro de la mesa en queestábamos sentados, cuando le hubiera sido más cómodo hablar, esextraordinario.

—¿Cartas?—exclamómitía—.¡Yocreoquesueñaconcartas!

—TambiénmísterDick—dijoTraddles—hahechomaravillas.TanprontocomoledescargamosdeobservaraUriahHeep,cosaquehizoconunceloquenunca vi excedido, empezó a dedicarse amísterWickfield; y realmente, suansiadeserútilennuestrasinvestigaciones,ysuverdaderautilidadenextraerycopiar,ytraeryllevar,hansidounestímuloparanosotros.

—Dickesunhombremuynotable—exclamómitía—;yosiemprelohedicho.Trot,túlosabes.

—Mealegramuchodecirle,missWickfield—continuóTraddles,conunadelicadezayseriedadconmovedoras—,que,ensuausencia,místerWickfieldha mejorado considerablemente. Libertado del peso que le agobiaba desdehacíatantotiempo,ydeloshorriblestemoresbajolosquehavivido,ahoranoes el mismo de antes. A veces hasta recobraba su fuerza mental paraconcentrarsumemoriayatenciónenalgunospuntosdelasunto;yhapodidoayudarnos a esclarecer algunas cosas que sin su ayuda habrían sido muydifíciles, si no imposibles, de desenredar. Pero quiero llegar cuanto antes alresultado, en lugar de charlar de todas las circunstancias que he observado,puessino,noacabaríanunca.

Su sencillez dejaba traslucir que decía todo aquello para ponernoscontentos y preparar a Agnes a oír nombrar a su padre en cosas másconfidenciales;peronoporesoeramenosagradablesunaturalidad.

—Ahoravamosaver—continuóTraddlesmirandoentrelospapelesdelamesa—.Despuésdesaberconloquecontamos,ydehabercontadoenprimerlugar con una cantidad grande de confusión involuntaria, y en segundo conuna confusión y falsificación voluntarias, queda demostrado que místerWickfield puede cerrar ahora su negocio y su notaría sin ningún déficit nidesfalco.

—¡Oh,gracias,Diosmío!—exclamóAgnesconfervor.

—Pero—dijo Traddles— lo que quedaría entonces para subvenir a susnecesidades(yaldecirestosupongolacasayavendida)seríatanexiguo,queprobablemente no excedería a unos cientos de libras. Por lo tanto, miss

Page 168: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Wickfield,convendríareflexionarsinosepodríaconservarlanotaríaabierta.Sus amigos podrían aconsejarle, ya sabe usted, ahora que está libre. Ustedmisma,missWickfield,Copperfield,yo.

—Ya lohepensado,Trotwood—dijoAgnesmirándome—,y sientoquenodebeser,yquenoserá,aunquemeloaconsejeunamigoaquienagradezcoydebotanto.

—No diré que te he aconsejado—observó Traddles—.Me parecía biensugerirlonadamás.

—Mealegraeloírselodecir—contestóAgnescontranquilidad—;estomehace esperar, casi me da la seguridad de que opinamos del mismo modo.QueridomísterTraddlesyqueridoTrotwood,papálibreyconhonra,¡quémáspuedodesear!Siempreheaspirado,depoderser,adisminuirlosembrollosenque se habíametido, a devolverle un pocode los cuidados y cariños que ledebo, y dedicarle mi vida. Ésta ha sido durante muchos años mi mejoresperanza. Tener la responsabilidad de nuestro porvenir sobre mí será misegunda gran alegría después de librarle de toda preocupación yresponsabilidad.

—¿Haspensadocómo,Agnes?

—Muchas veces. No tengo miedo, querido Trotwood. Estoy segura deléxito.Tantagentemeconoceaquíymeaprecia,queestoysegura.Nodudesdemí.Nuestrasnecesidadesnosonmuchas.Sialquilonuestraqueridayviejacasa,ypongounaescuela,seréútilyfeliz.

Elfervortranquilodesualegrevozmetrajoalamemoriatanvivamentelaqueridacasaviejaprimero,yluegomihogarsolitario,quemicorazónestabademasiado lleno para poder hablar. Traddles hizo como que estaba muyocupado,buscandoentrelospapelesduranteunrato.

—Ahora,missTrotwood—dijoTraddles—,esapropiedadessuya.

—¡Bueno! Lo que tengo que decir es que si desapareció puedosobrellevarlo,yquesiaunexiste,mealegrarémuchoderecobrarla.

—Ensuorigencreoqueeranochomillibras—dijoTraddles.

—Esoera—contestómitía.

—Noheconseguidoencontrarmásdecinco—dijoTraddles,perplejo.

—¿Milesquiereusteddecir—inquiriómitíaconcomposturanadavulgar—,libras?

—Cincomillibras—dijoTraddles.

—Eso es lo que quedaba—contestómi tía—.Yomisma vendí tresmil;

Page 169: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

pagué mil por tus cosas, Trot querido, y llevo conmigo las otras dos mil.Cuando perdí lo demás me pareció prudente no hablar de esta cantidad yguardarlaensecretoparaalgúndíadeapuro.Queríavercómosaldríasde laprueba, Trot; saliste de ella noblemente, con perseverancia, abnegación,confiandoentimismo.¡LomismosehaportadoDick!¡Nomehablen,porquetengolosnerviosalterados!

Nadie lo hubiera creído viéndola tan tiesa, sentada, con los brazoscruzados;peroesquesedominabamaravillosamente.

—Puesnosabenloquemealegrodecirles—exclamóTraddlesradiantedealegría—quehemosrecobradotodoeldinero.

—Quenadiemedélaenhorabuena—exclamómitía—.¿Ycómoeseso,caballero?

—¿UstedcreíaquemísterWickfieldlohabíamalversado?—dijoTraddles.

—Claroque locreía—dijomi tía—,yporesome locallaba.Agnes,niunapalabra.

—Y se vendió—dijo Traddles—, ¡vaya si se vendió!, en virtud de unpodersuyoqueéltenía;perononecesitodecirporquiénfuevendidoobajoqué firma. Luego el vendedor lo fingió a míster Wickfield (y probó connúmeroselmuycanalla)queélmismosehabíaapoderadodeldinero(dándoleinstrucciones generales, decía) para ocultar otros déficit y deudas. MísterWickfield, desamparado, fue tan débil en sus manos, que llegó a pagarle austed varias cantidades de intereses de un capital que sabía que no existía,haciéndoseasí,desgraciadamente,cómplicedelfraude.

—Yporfincargócontodalaculpa—añadiómitía—,ymeescribióunacartaloca,culpándosederoboymaldadesquenadiepuedeimaginar.Entoncesfui avisitarleunamañana temprano,pedíunavela,quemé la cartay ledijequesialgunavezpodíajustificarseantemíyantesímismo,quelohiciera,yquesinopodía,secallaraporamorasuhija.Sialguienmehabla,memarchoahoramismo.

Todosnosquedamossilenciosos;Agnessetapabalacara.

—Bien,amigomío—dijomitíadespuésdeunapausa—,¿yporfinlehavueltoustedasacareldinero?

—El hecho es —contestó Traddles— que míster Micawber le habíacercadodetalmodo,queteníasiemprepreparadosargumentosnuevosporsialguno fallaba, y no se nos pudo escapar. Una de las circunstancias másnotables es que no creo que se apoderara de la cantidad por satisfacer suavariciadesordenada,sinomásbienporelodioquesentíacontraCopperfield.Melodijoclaramente.Dijoquehubiesegastadootro tantoporhacerdañoa

Page 170: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Copperfield.

—¡Ah!—exclamómi tíafrunciendosuentrecejoymirandohaciaAgnes—.¿Yquéhasidodeél?

—No lo sé—dijoTraddles—.Semarchóde aquí con sumadre, quenohabíacesadodeclamar,descubrirseyamenazarnos.Semarcharonenunadelasdiligenciasdelanoche,yyanohevueltoasaberdeél,exceptoquesuodiohacia mí al despedirnos fue inmenso. Se considera poco más o menos tandeudorcontramícomocontramísterMicawber,loqueconsidero(comoselodije)uncumplido.

—¿Suponesquetendráalgúndinero,Traddles?—pregunté.

—Creo que sí, querido —contestó, sacudiendo muy serio la cabeza—.Estoysegurodeque,deunmodoodeotro,sehametidoenelbolsillobuenascantidades.Pero,Copperfield,creoquesipudierasobservaraesehombreeneltranscursodesuvida,veríasqueeldineronoleimpediráqueseadañino.Estan profundamente hipócrita, que cualquier fin que persiga tiene queperseguirlo por caminos torcidos. Es su única compensación, por lo que sedominaexteriormente.Comosiempresearrastraparaconseguircualquierfinpequeño, siempre le parecemonstruoso cualquier obstáculo que halle en sucamino; en consecuencia, odiará y sospechará de todo el mundo que secoloque, del modo más inocente, entre él y su objetivo. Así, los caminostortuosos se volverán más torcidos en cualquier momento y por cualquierrazón o por ninguna. No haymás que fijarse en su historia de aquí—dijoTraddles—parasaberlo.

—Esunmonstruodemezquindad—dijomitía.

—Realmente,nosé—observóTraddlespensativo—.Cualquierapuedeserunmonstruodemezquindadproponiéndoselo.

—Yahora,respectoamísterMicawber…—dijomitía.

—Bien—dijoTraddlesalegremente—.DebounavezmásalabaramísterMicawber, pues si no hubiera sidopor su paciencia y perseverancia durantetodoestetiemponuncahubieseconseguidonadaquemerecieselapena;ycreoquedebemosconsiderarquemísterMicawberhahechoelbienporamoralajusticia,siconsideramoslascondicionesquepodíahaberlepropuestoaUriahHeepporsusilencio.

—Lomismopiensoyo—dije.

—Yusted¿quéledaría?—insistiómitía.

—¡Oh!Antesdetratardeesto—dijoTraddles,unpocodesconcertado—temohaberomitido(comonopodíaexponertodoauntiempo)dospuntosalhacer este arreglo ilegal (porque es perfectamente ilegal desde el principio

Page 171: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

hastaelfin)deunnegociodifícil.LasletrasydemásquemísterMicawberledioporlosadelantosaUriah…

—Bien.Hayquepagarlos—dijomitía.

—Sí; pero no sé cuándo se podrán encontrar, no sé dónde estarán —contestóTraddlesabriendolosojos—;ylesadviertoquedesdeahorahastasumarchaseveráarrestadoconstantementeypuestoenlaprisiónpordeudas.

—Pueshabráqueponerloenlibertadcadavezypagarloquesea—dijomitía—.¿Acuántoasciendeeltotal?

—MísterMicawbertieneapuntadasenunlibro,conelmayororden,todaslasoperaciones(lasllamaoperaciones)—comentóTraddlessonriendo—,ylasumatotalasciendeacientotreslibrasycincochelines.

—¿Y qué le daríamos además, incluyendo esa suma? —dijo mi tía—.Agnes,queridamía,túyyohablaremosdespuésderepartírnoslo.¿Cuántoledaremos?¿Quinientaslibras?

AestoTraddlesyyocontestamosauntiempo.Losdosrecomendábamosuna pequeña cantidad en dinero, y el pago, sin condiciones, de lasreclamacionesdeUriahsegúnfueranviniendo.Propusimosquesepagaraalafamiliaelpasajeylosgastosyqueselesdieracienlibras,ytambiénquesedebíaatenderconseriedadalosarreglosdemísterMicawberparaelpagodelos adelantos, ya que el suponerse bajo una responsabilidad así podía serbeneficiosoparaél.AestoañadílaideadedarexplicacionesdesucarácterehistoriaamísterPeggotty,enquienyosabíaquesepodíaconfiar,ydejarasudiscreciónelpoderleadelantarotrascienlibras.LuegopropusimosinteresaramísterMicawberpormísterPeggotty,contandoaaquelpartedelahistoriadeéste, loqueyocreyera justoyconveniente,e intentarquecadaunodeellosayudaraalotroparasubeneficiocomún.Todosestábamosdeacuerdoenello,y también los interesados lo hicieron poco después, con una muy buenavoluntadyenperfectaarmonía.

Viendo que Traddles volvía amirar con ansiedad ami tía, le recordé elsegundoyúltimopuntoquehabíaprometido.

—Túytutíamedisculparéis,Copperfield,sitoco,comotemo,unasuntodoloroso—dijoTraddlesvacilando—;perocreonecesariorecordároslo.EldíadelamemorabledenunciademísterMicawber,

UriahHeephizounaalusiónamenazadoraalmaridodetutía.

Mitía,manteniéndoseensutiesaposturayaparenteserenidad,asintióconlacabeza.

—Quizá—observóTraddles—fuerasólounaimpertinenciavoluntaria.

Page 172: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—No—contestómitía.

—¿Existía, perdóneme, de verdad esa persona y estaba en su poder?—insinuóTraddles.

—Sí,amigomío—dijomitía.

ATraddles se le alargó la cara perceptiblemente y explicó que no habíapodido tocaraquelasunto;quehabíacompartido lasuertede lashabilidadesdemísterMicawberalnosercomprendidoencuantostérminoshabíausado;queyano teníamosningunaautoridadsobreUriahHeep,yquesinospodíahaceracualquieradenosotrosalgúndañoocausarnosalgunamolestia,nosloharíaseguramente.

Mi tía permaneció inmóvil hasta que otra vez algunas lágrimas rebeldesrodaronporsusmejillas.

—Tieneustedrazón—dijo—.Estababienpensadoelaludiraello.

—¿Podernos Copperfield o yo hacer algo? —preguntó Traddlessuavemente.

—Nada—dijomitía—.Muchísimasgracias,Trot,queridomío.¡Eraunaamenazavana! ¡QuevuelvanmísterymistressMicawber,yqueningunodevosotrosmehable!

Aldecirestosearreglósutrajeysesentó,consuporteerguido,mirandohacialapuerta.

—Bien, míster y mistress Micawber —dijo mi tía cuando entraron—.Hemos estado discutiendo su emigración, y les pedimos mil perdones porhaberlos tenidofueradurante tantorato;yahoralesdiré lascondicionesquelesproponemos.

Lesexplicótodo,parasatisfacciónindudabledetodalafamilia;ycomolosniños estaban presentes, se despertaron enmísterMicawber sus costumbrespuntillosas en cuestiones de deudas, y no pudimos disuadirle de salircorriendo, con alegría, a comprar pólizas para sus pagarés. Pero su alegríarecibióungrangolpe.A loscincominutosvolvió,custodiadoporunoficialdelsheriff, informándonos,conundiluviode lágrimas,deque todosehabíaperdido.Nosotros,queestábamospreparadosaesto,queera,naturalmente,unprocedimiento deUriahHeep, pagamos enseguida, y almomento ya estabamíster Micawber, sentado ante la mesa, llenando el papel sellado con esaexpresióndeperfectaalegríaquesóloestaocupaciónyelhacerponchepodíanprestarasurelucientecara.Eragraciosísimoverletrabajarensuspólizasconladelicadezadeunartista,retocándolascomosifueranestampas,mirándolasdeladoyrecogiendoensucuadernodebolsilloapuntesdefechasycantidadesycontemplándolasalterminar,muyconvencidodesupreciosovalor.

Page 173: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Ahora, lo mejor que puede usted hacer, caballero, si me permiteaconsejarle—dijo mi tía después de observarle en silencio—, es renunciarparasiempreaestaclasedeocupaciones.

—Señora—contestó míster Micawber—, mi intención es consultar estevotoenlapáginavirgendelfuturo.MistressMicawberloatestiguará.Confío—dijomísterMicawbersolemnemente—enquemihijoWilkinsseacordarásiempredequees infinitamentemejorponerelpuñoenel fuegoqueusarlopara manejar las serpientes que han envenenado la sangre y la vida de sudesgraciadopadre.

Profundamenteafectadoytransformadoenunmomentoenlaimagendeladesesperación, míster Micawber miraba a las serpientes con una cara deaborrecimientohorroroso(enelquenosedejabatraslucirsunomuyantiguaadmiración);despuésdoblóelpapelyselometióenelbolsillo.Estoterminólosasuntosdela tarde.Estábamoscansadosytristes,ymitíayyoteníamosquevolveraLondresaldíasiguiente.SehabíadecididoquelosMicawbernosseguiríandespuésdeefectuarlaventadesuscosasaalgúncorredor—,quelosnegocios de míster Wickfield debían llegar a un arreglo con la prisaconveniente y bajo la dirección de Traddles, y quemientras estos negociosestabanpendientesAgnesvendríatambiénconnosotrosaLondres.Pasamoslanocheenlacasavieja,que,libredelapresenciadelosHeeps,parecíacuradade una enfermedad. Dormí en mi antigua habitación como un náufragoaventureroquevuelveasuhogar.

Al día siguiente volvimos a casa de mi tía (no a la mía), y cuandoestábamossentadossolos,comoantiguamente,antesdeacostarnos,medijo:

—Trot,¿quieresdeverassaberloqueúltimamentemehapreocupado?

—Yalocreo,tía.Sihahabidoalgúntiempoenquehequeridocompartirtuspenasytusansiedades,esahora.

—Bastantespenashastenidoya,niño—mecontestócariñosamente—,sinnecesidad de aumentarlas con lasmías.No habíamásmotivo que éste paraquetelasocultara.

—Losé—dije—;pero,cuéntamelasahora.

—¿Quieresacompañarmemañana?Saldremosencoche—medijomitía.

—¡Claroquesí!

—¡Alasnueve!—dijoella—.Yentoncestelocontaré,hijomío.

Alamañanasiguiente,alasnueve,salimosenelcocheynosdirigimosaLondres.Paseamosencocheentrecallesmuchoratohastaquellegamosaunaenqueestánlosgrandeshospitales.Juntoaledificiohabíauncochefúnebresencillo.Elcocheroreconocióamitía,yobedeciendoaunaseñaqueporla

Page 174: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

ventanillalehizomitía,echóaandardespacio.Nosotrosleseguíamos.

—¿Locomprendesahora,Trot?—dijomitía—.¡Sefue!

—¿Murióenelhospital?

—Sí.

Estaba inmóvilami lado;perootravezvolvíaver las lágrimasrebeldescorrerporsusmejillas.

—Primero volvió a verme —dijo mi tía—. Llevaba bastante tiempoenfermo;eraunhombredestrozado,roto,estosúltimosaños.Cuandosupoelestado en que estaba pidió que me llamaran. Estaba arrepentido, muyarrepentido.

—¡Ytúfuiste,tía;losé!

.—Fui.Yestuveconélvariasveces.

—¿YsemuriólanocheanterioranuestroviajeaCanterbury?—ledije.

Mitíaafirmóconlacabeza.

—Nadielepuedehacerdañoahora—dijo—.Eraunaamenazavana.

Salimosdelaciudad,yllegamosalcementeriodeHomsey.

—Mejoraquíqueentrecalles—dijomitía—.Aquínació.

Bajamos, y seguimos al féretro sencillo a un rincón que recuerdo muybien,dondeleyeronlasoracionesdelritualylecubrierondetierra.

—Hoy hace treinta y seis años, querido mío —dijo mi tía cuandovolvíamosalcoche—,quemecasé.¡Diosnosperdoneatodos!

Nossentamosensilencio,yasíseguimosmuchorato,consumanoenlamía.Porfinseechóallorarydijo:

—Eraunhombremuyguapocuandomecaséconél,Trot. ¡Ahorahabíacambiadotanto!

Despuésdelaliviodelaslágrimas,seserenóprontoyhastaestuvoalegre.

—Estoymaldelosnervios—medijo—;poresomehedejadollevarpormipena.¡QueDiosnosperdoneatodos!

VolvimosasucasadeHighgate,dondeencontramoslasiguientecarta,demísterMicawber,quehabíallegadoenelcorreodelamañana:

Canterbury.

Mi querida señora, y Copperfield: La tierra prometida que brillaba hacepoco en el horizonte está otra vez envuelta en niebla impenetrable y

Page 175: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

desaparece para siempre a los ojos de un infeliz que va a la deriva y cuyasentenciaestásellada.

Unanuevaordenhasidodada(enelTribunalSupremodeSuMajestad,enKing's Bench Westminster) sobre la causa de Heep y Micawber, y eldemandadodeestacausaeslapresadelsheriff,quetienelegaljurisdicciónenestabahía.

Ahoraeseldía,yahoraeslahora;

vedelfrentedelabatallamásbajo,

vedacercarseelpoderdeEduardoelvanidoso.

¡Cadenasyesclavitud!

Por consiguiente, y para un fin rápido (porque la torturamental sólo sepuede soportar hasta cierto punto, al que siento que he llegado) mi carreradurarápoco.¡Losbendigo,losbendigo!

Algúnviajerofuturo,quevisiteporcuriosidad,yesperoquetambiénporsimpatía, el sitio que dedican en esta ciudad a los deudores, confío en quereflexionarácuandoveaensusmuros,inscritasconunclavomohoso.

Lasoscurasiniciales.

WM.

P S.—Vuelvo a abrir esta carta para decirles que nuestro común amigomísterThomasTraddles(queaúnnonoshadejadoyquesiguemuybien)hapagado la deuda y costes en nombre de la noblemiss Trotwood, y que yomismoymifamiliaestamosenlacúspidedelafelicidadhumana.

Capítulo15

Latempestad

Meacercoahoraaunsucesodemivida,tanhorrible,taninolvidable,tanligadoatodoloquellevorelatadoenestaspáginas,quedesdeelprincipiodemi narración lo he visto irse levantando como una torre gigantesca en lallanura,ydarsombraanticipadahastaalosmenoresincidentesdeminiñez.

Muchosañosdespuésdeocurridotodavíasoñabaconello.Meimpresionótanvivamente,queaúnahorameparecequeatruenamitranquilahabitación,en noches de calma, y sueno con ello, aunque cada vez con intervalosinsegurosymáslargos.Loasocioenmimemoriaconelvientotormentosoyconlaplaya, taníntimamente,quenopuedooírlosmencionarsinacordarme

Page 176: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

deello.

Lo vi tan claramente como intentaré describirlo. No necesito hacermemoria; lo tengopresente como si lo viera, como si volviera a suceder denuevoantemí.

Como se acercaba la fecha de la salida del barco, mi buena y viejaPeggotty vino a Londres a verme y a despedirse. Era nuestra primeraentrevista después de mi desgracia, y la pobre tenía el corazón destrozado.Estuveconstantementeasu lado,consuhermanoycon losMicawber (puesestabancasisiemprereunidos),peronuncaviaEmily.

Unatarde,muypróximaasumarcha,estandoyosoloconPeggotty,ysuhermano, nuestra conversación recayó sobre Ham. Peggotty nos contó laternura conque sehabíadespedidode ellay la tranquilavirilidad, cadavezmayor, con que se había portado últimamente cuando a ella le parecíamáspuesto a prueba. Era un asunto sobre el que nunca se cansaba de hablar, ynuestro interés al oír los muchos ejemplos que podía relatar, pues estabaconstantementeasulado,igualabaalqueellateníaporcontárnoslos.

Mi tíayyohabíamosabandonado lasdoscasasdeHighgate;yo,porquememarchabafuera,yella,porquevolvíaasucasadeDover;yteníamosunahabitaciónprovisional enCoventGarden.Cuandovolvíahacia casadespuésdeaquellaconversación,reflexionandosobreloquehabíapasadoentreHamyyo laúltimavezqueestuveenYarmouth,dudéentremiprimerproyectodedejarunacartaparaEmily,asutío,cuandomedespidieradeélabordo,osisería mejor escribirla en aquel mismo momento. Pensaba que ella podíadesear, después de recibida mi carta, mandar conmigo algunas palabras dedespedidaasudesgraciadoenamorado,yenesecasoyodebíaproporcionarlelaocasión.

Asíesqueantesdeacostarmeleescribí.Ledecíaquehabíaestadoconélyque me había pedido que le dijera lo que ya he escrito, en su lugarcorrespondiente, en estas páginas. Todo se lo contaba fielmente. Aunquehubiera tenidoderechoparahacerlo,noveía lanecesidaddeaumentarlo.Subondad profunda y su constante fidelidad no las podían adornar ni yo niningúnotrohombre.Dejé lacartafuera,paraquese la llevarana lamañanasiguiente,conunasletrasparamísterPeggotty,enlasquelerogabaentregaralacartaaEmily,ymemetíenlacama,alamanecer.

Estabaentoncesmásdébilde loqueyocreía;ynopudiendoconciliarelsueñosinohastaqueelsolestuvomuyalto,seguíenlacamahastamuytarde.Medespertólapresenciasilenciosademitíaalladodemicama.Lapresentíaenmisueño,comosupongoquetodospresentimosestascosas.

—Trot, querido mío —me dijo cuando abrí los ojos—. No me podía

Page 177: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

decidiramolestarte.PeromísterPeggottyestáaquí.¿Ledigoquesuba?

Lecontestéquesíyaparecióenseguida.

—SeñoritoDavy—dijodespuésdedarmelamano—,lehedadosucartaaEmily,yellahaescritoéstaymehapedidoqueledigaaustedquelalea,yquesinoveningúnmalenello,tengalabondaddeentregárselaaHam.

—¿Lahaleídousted?—ledije.

Asintiótristemente.Abrílacartayleíloquesigue:

He recibido tumensaje. ¡Oh! ¿Qué podría yo escribir para agradecer tuinmensabondadconmigo?

He puesto esas palabras junto ami corazón. Las guardaré hasta quememuera.Soncomoespinasagudas,peroquereconfortan.Herezadosobreellas;¡herezadotanto!Cuandoveotuqueerestúyloqueeseltío,piensoenloquedebeserDios,ymeatrevoalloraranteÉl.

Adiósparasiempre.Ahora,amigomío,adiósparasiempreenestemundo.Enelotro,siDiosmeperdona,podrédespertarmecomounniñoeirhaciati.

Gracias,ybenditoseasotravez,¡adiós!

Estabaemborronadaconlágrimas.

—¿PuedodeciraEmilyque,comonoveustedningúnmalenello,tendrálabondaddeencargarsedeella,señoritoDavy?—dijomísterPeggottycuandoterminédeleerla.

—Naturalmente—dije—;peroestoypensando…

—¿Qué,señoritoDavy?

—Estoypensando—dije—quevoyavolveraYarmouth.Haytiempodesobraparairyvolverantesdequesalgaelbarco.Nohagomásqueacordarmedeélensusoledad.Así,lepongoahoraenlasmanosestacarta,yustedpuededecirle que la ha recibido; será una buena acción para los dos. Estoyintranquilo;elmovimientomedistraerá.Iréestamismanoche.

Apesardequetratódedisuadirme,viqueerademiopinión,ysihubieranecesitado que afirmaranmi intención, lo hubiese conseguido. Le encarguéquefueraalaoficinadeladiligenciaytomaseunasientoenelpescante,paramí. Al anochecer salí por la carretera que había recorrido bajo tantasvicisitudes.

—¿Nocreeusted—preguntéalcocheroencuantosalimosdeLondres—queelcieloestámuyextraño?Nomeacuerdohaberlovistonuncaasí.

—Niyo—contestó—.Eso esviento, señor.Habrádesgracias en elmar,

Page 178: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

meparece…

Estabaelcieloenunasombríaconfusión,manchadoaquíyallídeuncolorparecidoaldelhumodeuncombustiblecomofuel;lasnubes,que,volando,seamontonabanenlasmontañasmásaltas,fingíanalturasmayoresenlasnubes,ybajoellasunaprofundidadquellegabaalomáshondodelatierra; lalunasalvaje parecía tirarse de cabeza desde la altura como si en aquel disturbioterrible de las leyes de la naturaleza hubiera perdido su camino y tuvieramiedo.Habíahechoairedurantetodoeldía;peroentoncesempezóaarreciar,con un ruido horrible.Aumentaba pormomentos, y el cielo también estabacadavezmáscargado.

Según avanzaba la noche, las nubes se cerraban y se extendían densassobreel cielo,yamuyoscuro,yelviento soplabacadavezconmás fuerza.Los caballos apenas si podían seguir. Muchas veces, en la oscuridad de lanoche(eraafinesdeseptiembre,cuandolasnochessonlargas),losqueibanala cabeza sevolvíano separaban,y temíamosque el coche fueraderribadoporelviento.

Ráfagas de lluvia llegaron antes que la tormenta, azotándonos como sifueranchaparronesdeacero;yenaquellosmomentosnohabíaniárbolesnimuros donde guarecerse, y nos vimos forzados a detenernos, en laimposibilidaddecontinuarlalucha.

Cuando amaneció, el viento seguía arreciando. Yo había estado enYarmouthcuandolosmarinosdecíanque«soplabanloscañones»;peronuncahabíavistonadasemejanteniqueseleacercara.

Llegamos a Ipswich tardísimo, habiendo tenido que luchar por cadapulgada de terreno que ganábamos, desde diez millas fuera de Londres, yencontramosenlaplazaungrupodegentequesehabíalevantadodelacamapormiedo a que se derrumbasen las chimeneas.Algunas de estas gentes sereunieronenelpatiode laposadamientrascambiábamosdecaballos,ynoscontaronqueelvientohabíaarrancadograndesláminasdeplomodelatorredeunaiglesia,yquehabíancaídoenunacallecercana,cerrandoelpasoporcompleto.Otroscontabanqueunosaldeanosqueveníandepuebloscercanoshabían visto árboles grandes arrancados de raíz y cuyas ramas cubrían loscaminosyelcampo.Perolatormentanoamainaba,sinoquecadavezeramásfuerte.

Segúníbamosavanzandohaciaelmar,dedondeveníaelviento,sufuerzaeracadavezmásterrible.

Mucho antes de ver el mar nos mojamos con su agua salada y con suespuma.ElaguahabíainvadidokilómetrosykilómetrosdelterrenollanoquerodeaYarmouth, y cada arroyuelo se salía de su cauce y se unía a otros un

Page 179: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

pocomayores.Cuandollegamosaverelmar, lasolasenelhorizonte,vistasdevezencuandosobrelosabismosqueseahondaban,parecíanlastorresylasconstruccionesdeotracostacercana.Cuandoporfinllegamosalaciudad,lagentesalíaalaspuertasdelascasas,conloscabelloserizadosporelviento,ysemaravillabadequeladiligenciahubierapodidollegarconsemejantenoche.

Bajé en la posada vieja, y enseguida, dando tropezones por la calle, queestaba sembrada de arena y algas y volanderos copos de espuma, temiendoque me cayeran encima tejas o pizarras, y agarrándome a la gente queencontraba,mefuiaverelmar.Alllegaralaplayavinosóloalosmarineros,sinoamediopueblo,queestabaallí,refugiadodetrásdeunasconstrucciones;algunos, desafiando la furia de la tormenta, miraban mar adentro; pero almomentoteníanquevolveraguarecersehaciendoverdaderoszigzagparaqueelvientonolosempujara.

Uniéndome a aquellos grupos vi mujeres que se asustaban y llorabanporquesusmaridosestabanen lapescadelarenqueydeostras,ypensaban,conrazón,quelosbotespodíanhaberseidoapiqueantesdeencontrarpuerto.Entre la gente había marinos viejos, curtidos en su oficio, que sacudían lacabezamirandoalmaryalcielo,yhablándomeentredientes;amosdebarcos,excitadosyviolentos;hastalobosdemarpreocupadosmirandoconansiedaddesdesuscobijosyfijandoenelhorizontesusanteojoscomosiobservaranlasmaniobrasdeunenemigo.

Cuando ya nome confundió ni el ruido horroroso de la tormenta, ni laspiedras y la arena que volaban, yme fui acostumbrando al viento cegador,pudemirar almar, que estabagrandioso.Cuando se levantaban las enormesmontañas de agua para derrumbarse desde lo más alto, parecía que la máspequeñapodríatragarselaciudadentera.Lasolas,alretrocederconunroncorugido, socavaban profundas cavernas en la arena, como si se propusieranminar la tierra para su destrucción. Y cuando, coronadas de espuma, serompíanantesdellegaralaorilla,cadafragmentoparecíaposeídoportodasucólerayseprecipitabaacomponerotronuevomonstruo.Colinasondulantesse transformabanenvalles;devallesondulantes (conalgunagaviotaposadaentreellos)surgíancolinas;enormesmasasdeaguahacíanretemblarlaplayacon su horroroso zumbido; cada ola, tan pronto como estaba hecha,tumultuosamentecambiabadesitioydeforma,paratomarallugarylaformade otra a la que vencía; la otra costa, imaginada en el horizonte, con susgrandes torresyconstrucciones, subíaybajabasincesar; lasnubesbailabanvertiginosasdanzas;meparecíaquepresenciabaunarebelióndelanaturaleza.

AlnoencontraraHamentrelasgentesquehabíareunidoaquelvendavalmemorable (porqueaún lo recuerdanporallí comoelvientomás fuertequesoplara nunca en la costa) me fui a su casa. Estaba cerrada, y como nadiecontestó a mi llamada, me fui por los caminos de detrás al astillero donde

Page 180: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

trabajaba. Allí me dijeron que se había ido a Lowestoft para hacer algunasreparacionesquehabían requeridosu talento,peroquevolveríaa lamañanasiguiente.

Volvíalaposada,ydespuésdelavarmeyarreglarmetratédedormir;peroera en vano. Eran las cinco de la tarde. No había estado sentado ni cincominutosjuntoalfuego,cuandoelcamareroquevinoaatizarlo(unadisculpaparacharlar)medijoquedosbarcoscarbonerossehabíanidoapiquecontodasugente a unaspocasmillas, yqueotrosbarcos estaban luchando contra eltemporalengranpeligrodeestrellarsecontralasrocas.«QueDioslosperdone—dijo—,sitenemosotranochecomolaúltima.»

Estabamuy deprimido,muy solo, yme turbaba la idea de queHam noestuvieraensucasa.Losúltimossucesosmehabíanafectadoseriamente,sinque yo supiera hasta qué punto, y el haber estado expuesto a la tormentadurante tanto tiempome había atontado la cabeza. Estaban tan embrolladasmisideas,quehabíaperdidolanormadeltiempoyladistancia.Demodoquenomehubierasorprendidonadaencontrarmeporaquellascallesconpersonasque yo sabía que tenían que estar enLondres.Había enmimente un vacíoextrañorespectoaestasideas;peromimemoriaestabamuyocupadaconlosrecuerdosclarosyvivosqueestelugardespertabaenmí.

Estandoenaquelestado,sinningúnesfuerzodevoluntad,combinéloquemeacababadecontarelcamareroconmisextraños temoresacercadeHam.MetemíasuvueltadeLowestoftpormar,ysunaufragio.EstaideacrecióenmídetalmaneraqueresolvívolveralastilleroantesdecomerypreguntaralboterosicreíaquehabíaalgunaprobabilidaddequeHamvolvierapormar,y,simedejabaalgunaduda,obligarleavenirportierrayendoabuscarle.

Ordenéaprisalacomidayvolvíalastillerocontodaoportunidad,porqueelbotero,conunalinternaenlamano,estabacerrandolaentrada.Casiseriócuandolehicemipregunta,ymecontestóquenohabíamiedodequeningúnhombre en sus cabales saliera a lamar con semejantegalerna, ymenosquenadieHamPeggotty,quehabíanacidoparamarino.

Tranquilizadoconestoycasiavergonzadodehaberlopreguntado,volvíala posada. Si un vendaval como aquel podía aumentar, creo que entoncesestaba aumentando. El rechinar de ventanas y puertas, el aullido del vientodentro de las chimeneas, el aparente temblor de la casa misma que mecobijaba y el prodigioso tumulto del mar eran más tremendos que por lamañana.Además,habíaqueañadirlaoscuridad,queinvadíatodoconnuevosterrores,realeseimaginarios.

No podía comer, no podía estar sentado, no podía prestar una atencióncontinuadaanada.Algodentrodemí,contestandodébilmentea la tormentaexterior, revolvía lo más profundo de mi memoria, confundiéndola. Sin

Page 181: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

embargo,enelatropellodemispensamientos,quecorrían,comosalvajes,alcompásdelmar, la tormentaymipreocupaciónporHammeangustiabandeunmodolatente.

Sellevaronlacomidasinquecasi laprobara.Intentérefrescarmeconunvasoodosdevino;perofueinútil.Meamodorréjuntoalfuego,sinperderdeltodo la consciencia ni de los ruidos de fuera ni de donde me encontraba.Prontoseoscurecieronporunnuevoeindefiniblehorror,ycuandodesperté(omejordicho,cuandosacudí lamodorraquemesujetabaenmisilla) todomisertemblabadeunmiedosinobjetoeinexplicable.

Me paseé de arriba abajo; intenté leer un periódico viejo; escuché losruidos horribles de fuera;me entretuve viendo escenas, casas y cosas en elfuego. Por fin, el tranquilo tictac de un reloj que había en la pared meatormentódetalmodoqueresolvíirmealacama.

Metranquilizóunpocoeloírdecirquealgunosdeloscriadosdelaposadahabíandecididonoacostarseaquellanoche.

Mefuialacamaexcesivamentecansadoyaburrido;peroenelmomentoque me acosté todas estas sensaciones desaparecieron como por encanto, yestabaperfectamentedespiertoycontodoslossentidosaguzados.

Horasyhoras estuveoyendoal vientoy al agua, imaginándomequeoíagritosenelmar; tanprontodisparabancañonazoscomooíaderrumbarse lascasasdelaciudad.Melevantévariasvecesymiréfuera;peronadapodíaver,excepto el reflejo de la vela que había dejado encendida, y mi propia carahosca,quememirabareflejándoseenlonegrodelcristaldelaventana.

Porúltimo,minerviosidadllegóatalpunto,quemevestíprecipitadamenteybajé.En lagran cocina, dondedistinguía las ristrasde ajosy los jamonescolgandodelasvigas,losqueestabandeguardiasehabíanreunidoenvariasactitudesalrededordeunamesaquehabíancorridoapropósitohacialapuerta.

Unamuchachitamuybonita,que tenía losojos tapadosconeldelantalylosojosfijosenlapuerta,sepusoachillarcuandoentré,creyendoqueeraunespíritu;pero losdemás,que teníanmássangre fría, sealegrarondequemeuniera a su compañía. Uno de ellos, refiriéndose a lo que habían estadodiscutiendo,mepreguntó que si creía que las almas de la tripulaciónde loscarbonerosquesehabíanidoapiqueestaríanenlatormenta.

Estuveallíunasdoshoras.

Unavezabrílapuertadelpatioymiréalacalle,vacía.Lasalgas,laarenay los copos de espuma seguían arrastrándose, y tuve que pedir ayuda paraconseguircerrarlapuertacontraelviento.

Cuandoporfinvolvíamicuartooscuroysolitarioestabatancansadoque

Page 182: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

memetí en la camaymequedéprofundamentedormido.Sentí como simecayera de una alta torre a un precipicio, y aunque soñé que estaba en sitiosmuydistintosyveíaotrasescenas,enmisueñooíasoplaralvendaval.Porfinperdíestepequeñolazoquemeuníaconlarealidadysoñéqueestabacondosamigosmíosmuy queridos, pero que no sé quienes eran, en el sitio de unaciudadrodeadadecañonazos.

Elruidodelcañóneratanfuerteeincesante,quenopodíaoírunacosaqueestaba deseando oír, hasta que, haciendo un gran esfuerzo, me desperté.Estábamos en pleno día, entre ocho y nueve de la mañana; la tormentaatronaba en lugar de las baterías, y alguienme llamaba dando golpes en lapuerta.

—¿Quépasa?—grité.

—¡Unnaufragiomuycerca!

Saltédelacamaypregunté:

—¿Quénaufragio?

—Unagoletaespañolaoportuguesa,cargadaconfrutayvinos.Déseprisasi quiere verlo.Creo que está cerca de la playa y que se hará pedazosmuypronto.

La voz excitada se alejaba alborotando por la escalera;me vestí lomásaprisaquepudeycorríalacalle.

Unpúbliconumerosoestabaallíantesdequeyo llegara, todoscorriendoenlamismadirecciónalaplaya.Corríyotambién,adelantandoamuchos,yprontolleguéfrentealmarenfurecido.

Puedequeelvientohubieraamainadounpoco,perotanpococomosienelcañoneoconqueyosoñaba,queeradecientosdecañones,hubierancalladounamediadocenadeellos.Peroelmar,queteníasumadatodalaagitacióndelanoche,estabainfinitamentemásterriblequecuandoyolohabíadejadodever.Parecíacomosisehubierahinchado,ylaalturadondellegabanlasolas,ycómoserompíansincesar,aumentandodeunmodoespantoso.

Entreladificultaddeoírnadaquenofueravientoyolas,ylainenarrableconfusióndelasgentes,ymisprimerosesfuerzosparamantenermecontraelhuracán,estabatanaturdidoquemiréalmarparaverelnaufragio,ynovimásquelascrestasdeespumadelasenormesolas.

Unmarinero amediovestir, que estaba ami lado,me apuntabahacia laizquierda con su brazo desnudo (que tenía el tatuaje de una flecha en esamisma dirección). Entonces; ¡cielo santo!, lo vi muy cerca, casi encima denosotros.

Page 183: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Teníalagoletaunodelospalosrotosaunosseisaochopiesdelpuente,tumbadoporencimadeunodeloslados,enredadoenunlaberintodecuerdasyvelas;ytodaestaruina,conelbalanceoyelcabeceodelbarco,queerandeuna violencia inconcebible, golpeaba el flanco del barco como si quisieradestrozarlo. Como que estaban haciendo esfuerzos aún entonces paracortarlos,yalvolverselagoleta,conelbalance,hacíanosotrosviclaramenteasu tripulación, que trabajaba a hachazos, especialmente un muchacho muyactivo,conelpelomuylargoyrizado,quesobresalíaentretodoslosdemás.

Peroenaquelmomentoungritoenorme,queseoyóporencimadelruidode la tormenta, salió de la playa; elmar había barrido el puente, llevándosehombres,maderas,toneles,tablones,armadurasymontonesdeesasbagatelasdentrodesusolasbullientes.

Elotropaloseguíaenpie,conlostraposdesurasgadavelayuntremendoenredodecordajesquelegolpeabanentodoslossentidos.«Lahacabeceadopor primera vez»,me dijo roncamente al oído elmarinero que estaba amilado;perosealzóyvolvióacabecear.Meparecióqueañadíaqueseestabahundiendo,comoeradesuponer,porquelosgolpesdemaryelbalanceoerantan tremendos que ninguna obra humana podría soportarlos durante muchotiempo. Mientras hablaba se oyó otro grito de compasión, que salía de laplaya;cuatrohombres salierona flotecon los restosdelbarco, trepandoporlosaparejosdelúltimomástilquequedaba;ibaelprimeroelactivomuchachodecabellosrizados.

Habíaunacampanaabordo;ymientraslagoleta,comounacriaturaquesehubiera vuelto loca, furiosa cabeceaba y se bamboleaba, enseñándonos tanpronto laquillacomoelpuentedesierto, lacampanaparecía tocaramuerte.Volvió a desaparecer y volvió a alzarse. Faltaban otros dos hombres. Laangustia de las gentes de la playa aumentó. Los hombres gemían y seapretaban las manos; las mujeres gritaban volviendo la cabeza. Algunoscorrían de arriba abajo en la playa, pidiendo socorro, cuando no se podíasocorrer.Yomeencontrabaentreellos,implorandocomoloco,aungrupodemarinerosqueconocía,quenodejasenpereceraaquellasdoscriaturasdelantedenuestrosojos.

Ellosmeexplicabanconmuchaagitación(nosécómo,pues lopocoqueoíanoestabacasiendisposicióndeentenderlo)queelbotesalvavidashabíaintentado con valentía socorrerlos hacía una hora, pero que no pudo hacernada;ycomoningúnhombreestabatandesesperadocomoparaarriesgarseallegar nadando con una cuerda y establecer una comunicación con la playa,nadaquedabaporintentar.

Entoncesnotéquesearmabaunrevueloentrelagente,yviadelantarseaHam,abriéndosepasoporentrelosgrupos.

Page 184: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Corríhaciaél (puedequearepetirmidemandadesocorro);peroaunqueestabamuy aturdido por un espectáculo tan terrible y tan nuevo paramí, ladeterminaciónpintadaensurostroyensumiradafijaenelmar(exactamentela misma mirada que tenía la mañana después de la fuga de Emily) mehicieron comprender el peligro que corría. Le sujeté con los dos brazos,implorando a los hombres con quienes había estado hablando que no leescucharan,quenocometieranunasesinato,quenoledejaranmoversedelaplaya.

Otrogritoseelevódeentrelamultitud,yalmiraralosrestosdelagoletavimos que la vela cruel, a fuerza de golpes, había arrancado al hombre queestabamásbajo,delosdosquequedaban,yenvolvíadenuevolafiguraactivaquequedabayasolaenelmástil.

Contra aquel espectáculo y contra la determinación de un hombretranquilo,acostumbradoaimponersealamitaddelagenteallíreunida,todoerainútil;lomismopodíaamenazaralviento.

—SeñoritoDavy—me dijo apretándome las dosmanos—, simi día hallegado,esquehallegado,ysino,prontonosveremos.¡QueDioslebendigaynosbendigaatodos!¡Compañeros,preparadme,porquevoyasalir!

Me arrastraron suavemente a alguna distancia, donde la genteme rodeóparanodejarmemarchar,argumentándomeque,puestoquesehabíapropuestosocorrerle, lo haría con o sin ayuda de nadie, y que ya no hacía más quedificultar lasprecaucionesqueestaban tomandopara su seguridad.No sé loque les dije ni lo queme contestaron; pero vi hombres que trajinaban en laplaya, y otros que corrían con las cuerdas de un cabestrante cercano, y semetíanenuncírculodegentesquemeloescondían.Luegolovi,enpie,solo,vestido con su traje de mar: con una cuerda en la mano o arrollada a lamuñeca,otraalrededordelacintura,queélmismoibasoltandoalandaryenelextremovariosdeloshombresmásfuerteslasujetaban.

Lagoletasehundíadelantedenuestrosojos.Viqueseabríaporelcentroyquelavidadelhombresujetoalmástilpendíadeunhilonadamás;peroélseagarrabafuertemente.Teníapuestounextrañogorrorojo(nodemejorcolorque el de los marineros), y mientras las pocas tablas que le separaban delabismo se balanceaban y se doblaban, y la campana se anticipaba a tocar amuerto,todoslevimoshacemosseñasconsugorro,yyocreíquemevolvíaloco,porqueaquelgestometrajoalamemoriaelrecuerdodeunamigoquemefuemuyquerido.

Ham, en pie, miraba al mar, solo, con el silencio de la respiracióncontenida;detrásdeél,yanteél,latormenta.Porfin,aprovechandounagranolaqueseretiraba,miróalosquesujetabanlacuerda,paraquelalargasen,yseprecipitóenelagua;enunmomentosepusoalucharfieramente,subiendo

Page 185: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

con las colinas, bajando con losvalles, perdido en la espumay arrastrado atierraporlaresaca.Prontolearriaronconlacuerda.

Sehabíaherido.Desdedondeestabalevilacaraensangrentada;peroélnosefijabaensemejantecosa.Meparecióquedabaalgunasórdenesparaqueledejaran losmovimientosmás libres (o por lomenos así lo juzguéyo al vercómoaccionaba)yotravezvolvióalanzarsealagua.

Ahora se acercaba a la goleta, subiendo con las colinas, cayendo a losvalles, perdido bajo la ruda espuma, traído hacia la playa, llevado hacia elbarco,enunaluchamuyduraymuyvaliente.Ladistancianoeranada,perolafuerzadelmarydelvientohacíanlacontiendamortal.Porfinseacercóalagoleta.

Estabatancercaya,queconunadesusbrazadasvigorosashubierapodidollegaryagarrarse;perounamontañadeaguaverdealtísimaseabalanzósobreélyelbarcodesapareció.

Vi algunos fragmentos arremolinados, como si sólo un tonel se hubierarotoalserrodadoparacargarloenalgúnbarco.Laconsternaciónsepintabaentodoslossemblantes.Losacarondelaguaylotrajeronhastamismismospiesinsensible,muerto.

Selollevaronalacasamáscercana,ycomoyanadiemeprohibíaquemeacercase a él, me quedé probando todos los medios posibles para hacerlevolver en sí; pero aquella ola terrible le había dado un golpe mortal, y sugenerosocorazónsehabíaparadoparasiempre.

Cuando,despuésdehaberlointentadotodoyperdidalaúltimaesperanza,estabasentadojuntoalacama,unpescadorquemeconocíadesdequeEmilyyyoéramosniños,murmuróminombredesdelapuerta.

—SeñoritoDavy—medijo, temblándole los labiosycon lágrimasensucara curtida, que entonces estaba de color ceniza—, ¿quiere usted venirconmigo?

Elantiguo recuerdoquehabíavueltoamimemoriaestabaensumirada.Meapoyéenelbrazoqueme tendíaparasostenermey lepregunté llenodeterror:

—¿Hatraídoelmaralgúncadáveralaplaya?

—Sí—mecontestó.

—¿Leconozcoyo?—lepreguntéentonces.

Nomecontestó;perome llevóa laplaya,yen lapartedondeellayyo,cuando niños, buscábamos conchas (en la parte donde había algunosfragmentosdelviejobarco,quehabíasidodestrozadolanocheanteriorporel

Page 186: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

vendaval,entrelasruinasdelhogarquehabíadeshonrado)levia«él»,conlacabeza descansando encima de su brazo, como le había visto tantas vecesdormirenelcolegio.

Capítulo16

Lanuevaylaantiguaherida

No había necesidad; ¡oh, Steerforth!, de que me dijeras, el día quehablamosporúltimavez,aqueldíaqueyonuncahubieracreídoqueeraeldenuestra despedida; no necesitabas decirme: «Piensa de mí lo mejor quepuedas»;lohabíahechosiempre,ynoeralavistadesemejanteespectáculolaquepodíahacermecambiar.

Trajeronunaparihuela,letendieronencima,lacubrieronconunabanderaylollevaronalpueblo.Todosloshombresquecumplíanaqueltristedeberlehabíanconocido,habíannavegadoconél,lehabíanvistoalegreyvaliente.Lotransportaron,entreelruidodelasolasydelosgritostumultuososqueseoíanasupaso,hastalacabañadondeelotrocuerpodescansabaya.

Perodespuésdedepositarlacargaeneldintel,semiraronysevolvieronhacia mí, hablando en voz baja. Y comprendí que sentían que no podíacolocárselesunoalladodeotro,enelmismolugardereposo.

Entramos en el pueblo para llevarle al hotel. Tan pronto como pudereflexionar envié a buscar a Joram para rogarle que me proporcionara uncoche fúnebredonde llevarle aLondres aquellamismanoche.Sabiendoqueerayoelúnicoquepodíatomarmeaquelcuidadoycumplireldolorosodeberdeanunciarasumadrelahorriblenoticia,queríacumpliraquelenojosodeberfielmente.

Preferí viajar denoche, para así escapar a la curiosidaddel pueblo en elmomentodelapartida.Peroapesardequeeracasimedianochecuandosalídel hotel en mi silla de postas, seguido por mi carga, había mucha genteesperándome. Por las calles, y hasta a cierta distancia por la carretera, meseguían grupos numerosos; después ya sólo vi la noche oscura, el campotranquilo y las cenizas de una amistad que había hecho las delicias de miinfancia.

Enunhermosodíadeotoño,aesodemediodía,cuandoel sueloestáyaperfumadopor lashojassecas,ymientras lasquequedanen losárbolessonnumerosas todavía, con susmatices amarillo, rojo y violeta, a través de lascuales brillaba el sol, llegué a Highgate. Terminaba la última milla a pie,reflexionando en el camino en lo que debería hacer y dejando tras demí el

Page 187: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

coche,quemehabíaseguidotodalanoche.

Cuando llegué delante de la casa, la encontré tal como la había dejado.Todas las persianas estaban echadas; ni un signo de vida en el patioadoquinado,consugaleríacubierta,queconducíaaaquellapuertahacíatantotiempo inútil. El viento se había apaciguado y todo estaba silencioso einmóvil.

Alprincipionoteníavalorparallamaralapuerta,ycuandomedecidímepareció que hasta la campanilla, con su ruido lamentable, debía anunciar eltristemensajedequeeraportador.Lajovencriadavinoaabrirme,mirándomeconexpresióninquieta.Mientrasmehacíapasaranteellamedijo:

—Perdón,señorito,¿estáustedenfermo?

—No;esqueestoypreocupadoycansado.

—¿Hasucedidoalgo,caballero?¿MísterJames…?

—¡Chis! —le dije—. Sí; ha sucedido algo, y tengo que anunciárselo amistressSteerforth.¿Estáencasa?

Lamuchacharespondióconinquietudquesuseñoranosalíacasinunca,niaunencoche;queestabasiempreensuhabitaciónynoveíaanadie,peroquemerecibiría.TambiénmedijoquemissDartleestabaconsuseñora.

—¿Quéquiereustedquelesdiga?

Le recomendé que no las asustara; que no hiciera más que entregar mitarjeta y decir que estaba esperando abajo. Después entré en el salón ymesentéenunabutaca.Elsalónhabíaperdidosuaspectoanimado,ylospostigosdelasventanasestabanmediocerrados.Elarpanosehabíatocadodesdehacíamuchotiempo.ElretratodeSteerforthniñoseguíaallí.Asulado,elescritoriodonde lamadreguardaba lascartasde suhijo. ¿Las releíaalgunavez?¿Lasvolveríaaleer?

Lacasaestabatantranquila,queoíenlaescaleralospasosdeladoncella.VeníaadecirmequemistressSteerforthestabademasiadodelicadaparabajar,peroquesiqueríadispensarlaymolestarmeensubir,tendríamuchogustoenverme.Enuninstanteestuveasulado.

Estabaen lahabitacióndeSteerforth,ynoen lasuya.Comprendíque laocupabaenrecuerdodeél,yqueporlamismarazónhabíadejadoallí,ensusitio habitual, unamultitud de objetos de los que estaba rodeada, recuerdosvivos de los gustos y habilidades de su hijo. Al darme los buenos díasmurmuróquehabíaabandonadosuhabitaciónporque,ensuestadodesalud,noleresultabacómoda,ytomóunaexpresiónimponente,queparecíarechazartodasospechadelaverdad.

Page 188: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

RoseDartleestaba,comosiempre,alladodesusillón.Enelmomentoenque fijó sus ojos enmíme di cuenta de que comprendía que llevabamalasnoticias. La cicatriz apareció al instante. Retrocedió un paso, como paraescaparalavistademistressSteerforth,ymeespióconunamiradapenetranteyobstinada,queyanomeabandonó.

—Siento mucho que esté usted de luto, caballero —me dijo mistressSteerforth.

—Hetenidoladesgraciadeperderamimujer—ledije.

—Esustedmuyjovenparahaberexperimentadoyaunapenatangrande,ylosiento,losientomucho.

Esperoqueeltiempoletraigaalgúnconsuelo.

—Espero—dijemirándola—queeltiemponostraigaatodosconsuelo…QueridamistressSteerforth,esunaesperanzaquehayquealimentarsiempre,aunenmediodelasmásdolorosaspruebas.

La gravedad de mis palabras y las lágrimas que llenaban mis ojos laalarmaron.Susideasparecierondeprontodetenerseytomarotrocurso.

Tratédedominarmi emociónypronunciar condulzura el nombrede suhijo;peromivoztemblaba.

Ella se lo repitió dos o tres veces a sí misma en voz baja. Después,volviéndosehaciamí,mepreguntóconunatranquilidadafectada:

—¿Estáenfermomihijo?

—Sí;muyenfermo.

—¿Lehavistousted?

—Lehevisto.

—¿Ysehanreconciliadoustedes?

No podía decir que sí, ni podía decir que no. Ella volvió ligeramente lacabezahaciaelsitioenquecreíaencontraraRoseDartle,yyoaprovechéelmomentoparadeciraRose,conelmovimientodeloslabios:«¡Hamuerto!».

ParaquemistressSteerforthnolamiraseyleyeraenelrostroconmovidodeRoselaverdad,para laquenoestabapreparada,meapresuréabuscarsumirada; pues había visto a Rose levantar los brazos al cielo, con violentaexpresióndehorrorydesesperación,ydespuéscubrirselacaraconlasmanos,angustiada.

Lahermosaseñora(tanparecida,tanparecidaaél)fijóenmíunamiradayse llevó la mano a la frente. Le supliqué que se tranquilizara y que se

Page 189: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

preparase aoír loque teníaquedecirle;mejorhubierahecho rogándolequellorase,puesestabacomounaestatuadepiedra.

—La última vez que vine aquí —balbució miss Dartle me dijo quenavegabadeunladoaotro.Lanochedehacedosdíashasidoterribleenelmar. Si estaba en el mar aquella noche, y cerca de alguna costa peligrosa,comodicen;sielbarcoquehanvistoeraelque…

—Rose—dijomistressSteerforth—,vengaaquí.

Roseseacercódemalagana,sinsimpatía.Susojosbrillabany lanzabanllamas;dejóoírunarisaqueasustaba.

—Porfin—dijo—sehaapaciguadosuorgullo,mujerinsensata,ahoraquelehadadosatisfacción…consumuerte.¿Meoye?¡Consumuerte!…

MistressSteerforthhabíacaídoinsensibleensusillón,dejandooírunlargogemidoyfijandoenellasusojosmuyabiertos.

—Sí —exclamó Rose, golpeándose con violencia el pecho—; míreme,lloreygimaymíreme.¡Mira!—dijotocandoconeldedosucicatriz—.¡Mirelaobramaestradesuhijomuerto!

Losgemidosquelanzabadevezencuandolapobremadremellegabanalcorazón. Siempre igual, siempre inarticulados y ahogados, siempreacompañadosdeundébilmovimientodecabeza,perosinningunaalteraciónenlosrasgos,saliendodeunosdientesapretados,comosi lasmandíbulassehubierancerradoconllaveyelrostrosehubieraheladoporeldolor.

—¿Recuerdaustedeldíaenquehizoesto?—continuóRose—.¿Recuerdaustedeldíaenque,demasiadofiela lasangrequeusted lehapuestoen lasvenas,enunarrebatodeorgullodemasiadoacariciadoporsumadre,mehizoestoymedesfiguróparatodalavida?¡Míreme!¡Todalavidatendrélahuelladesuantipatía!¡Yapuedellorarygemirsobresuobra!

—MissDartle—dijeentonosuplicante—,¡ennombredelcielo!…

—Quiero hablar—dijo,mirándome con sus ojos luminosos—. ¡Cállese!¡Ledigoquememire,orgullosamadredeunhijopérfidoyorgulloso!Llore,puesustedlehacriado,llora,puesustedlehascorrompido;lloresobreélporustedypormí.

Se estrechaba convulsivamente las manos; la pasión parecía consumir afuegolentoaaquellacriaturadiminuta.

—¿Y es usted quien no ha podido perdonarle su espíritu voluntario?—exclamó—.¿Ustedquiensehaofendidoporsucarácteraltanero,usted,quelocombatía (con los cabellos blancos ya) con las mismas armas que le habíadado el día de su nacimiento? ¿Es usted quien, después de haberle educado

Page 190: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

desdelainfanciaparaquefueraloquehallegadoaser,haqueridoahogarengermenloquehabíacultivado?¡Ahoraestáustedbienpagadaporel trabajoquesehatomadodurantetantosaños!

—¡Oh,missDartle,quévergüenza,quécrueldad!

—Le repito que quiero hablar con ella. Nada en el mundo podráimpedírmelomientraspermanezcaaquí.¿Acasoheguardadosilencioduranteaños enteros para no decir nada ahora? Le he querido como nunca le haquerido usted—dijo,mirándola con ferocidad—.Yo hubiera podido amarlesin pedirle que me correspondiera. Si hubiera sido su mujer, habría sabidohacerme la esclava de sus caprichos por una sola palabra de amor, aunquefueseunavezalaño.Sí,¿quiénlosabemejorqueyo?Peroustederaexigente,orgullosa, insensible, egoísta. Mi amor hubiera sido abnegado… hubierapisoteadosusmiserablesrencores.

Conlosojosardientesdecólera,simulabaelgestodeaplastarconelpie.

—Mireusted—dijovolviendoagolpearse lacicatriz—.Cuando tuvoyaedad de comprender lo que había hecho, lo vio y se arrepintió. He sabidocantar para darle gusto, charlar con él, demostrarle el ardor con que meinteresabaportodoloquehacía;hepodido,conmiperseverancia,llegaraserlo bastante instruida para agradarle, pues he tratado de agradarle y lo heconseguido.Cuandosucorazóneratodavíajovenyfiel,mehaamado,sí,meha amado. ¡Cuántas veces, cuando acababa de humillarla a usted con unapalabradedesprecio,mehaestrechadoamícontrasucorazón!

Hablabaconunorgulloinsultante,frenético,perotambiénconunrecuerdoardiente y apasionado, de un amor cuyas cenizas dormidas dejaban escaparalgunallamadefuegomásdulce.

—Despuéshe tenido lahumillación…hubieradebido esperármelo, si nomehubierafascinadoconsusardoresdeniño…,despuéshesidoparaélunjuguete,unamuñeca,queservíadepasatiempoasuocio;lacogíayladejaba,para divertirse, según el inconstante humor del momento. Cuando se hacansadodemí,yotambiénmehecansado.Cuandoyanohapensadoenmí,yonohetratadoderecobrarmipodersobreél;tampocomehubiesecasadoconélaunquemehubieranobligadoaello.Noshemosseparadounodeotrosinunapalabra.Ustedquizálohavisto,ynolehadisgustado.Desdeaqueldíasólohesido para ustedes dos un mueble insensible, que no tenía ojos ni oídos, nisentimientosnirecuerdos.

¡Ah!¿Llorausted?¿Lloraporloquehahechodeél?Nolloreporsuamor.Ya ledigoquehuboun tiempoenqueyo leamémásde loqueusted lehaamadonunca…

Lanzó unamirada de cólera sobre aquella figura inmóvil, cuyos ojos no

Page 191: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

parpadeaban, y no se conmovía con los gemidos repetidosde lamadre, queparecíansalirdelabocadeunapintura.

—MissDartle—ledije—,¿esposiblequetengaelcorazóntandurocomoparanocompadeceraestamadreafligida…?

—¿Y a mí quién me compadecerá? —repuso con amargura—. Ella hasembradoloquerecogehoy.

—Ysilosdefectosdesuhijo…—empecé.

—¡Losdefectos!—exclamóconlágrimasapasionadas—.¿Quiénseatrevea juzgarle mal? Valía mil veces más que todos los amigos con quienes seencontraba.

—Nadielehaqueridomásqueyo;nadieconservadeélunrecuerdocomoelmío.Loquequeríadeciresque,aunquenotuvieraustedcompasióndesumadre;queauncuandolosdefectosdelhijo,puesustedtampocolohacuidadomucho…

—Es falso —exclamó, arrancándose sus cabellos negros… —, yo lequería.

—Auncuando—proseguí—susdefectosnopudieranserenestemomentoarrojadosdesurecuerdo,almenosdebíaustedconsideraraestapobremujercomosinolaconociera,ysocorrerla.

MistressSteerforthnosehabíamovido,nohabíahechoungesto.Estabainmóvil,fría,conlamiradafija,ycontinuabagimiendodevezencuando,conunligeromovimientodecabeza;peronodabaningunaotraseñaldevida.Depronto,missDartlesearrodillóasuladoyempezóaaflojarlelaropa.

—¡Malditosea!—dijo,mirándomeconunaexpresiónmezcladaderabiayde dolor—. ¡Maldita sea la hora en que vino usted por primera vez aquí!¡Malditosea!¡Váyase!

Despuésdesalirvolvíaentrarparallamaryavisaraloscriados.TeníaensusbrazoslafigurainsensibledemistressSteerforth,laabrazaballorando,lallamaba, laestrechabacontra supechocomosihubiera sido suhijo.Ycadavezredoblabalaternuraparaatraeralavidaaquelserinanimado.Yanotemídejarlassolas.Volvíabajarsinruidoyaviséatodalacasaalsalir.

Volvípor la tarde.Acostamosalhijoenun lecho,en lahabitacióndesumadre.Medijeronqueella seguía lomismo.MissDartleno laabandonaba.Losmédicostambiénestabanasulado.Habíanintentadotodoslosremedios,pero continuaba en elmismoestado, siempre comouna estatua, dejandooírsólodevezencuandoelgemidomonótono.

Recorríaquellacasafunesta;cerré todas lasventanas, terminandopor las

Page 192: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

de la habitación donde «él» descansaba. Levanté sumano helada y la pusesobre mi corazón. El mundo entero me parecía muerte y silencio, sólointerrumpidoporelgemidodolorosodelamadre.

Capítulo17

Losemigrantes

Todavíateníaunacosamásquehacerantesdecederalchoquedeaquellasemociones, y era ocultar, a los que iban a partir, lo que había sucedido, ydejarlesemprenderelviajeenunafelizignorancia.Paraestonohabíatiempoqueperder.

Cogí amísterMicawber aparte aquella noche y le confié el cuidado deimpedirqueaquellaterriblenoticiallegaraamísterPeggotty.Seencargócongustodeelloymeprometióinterceptar todoslosperiódicos,quesinaquellaprecauciónpudieranrevelárselo.

—Antes de llegar a él—dijomísterMicawber, golpeándose el pecho—seríanecesarioqueesatristehistoriapasaraporencimademicadáver.

Míster Micawber, desde que trataba de adaptarse a su nuevo estado desociedad, había tomado aires de cazador aventurero, si no precisamente encontradelasleyes,almenosaladefensiva.Hubierapodidotomárseleporunhijodeldesierto,acostumbradodesdehacíamuchotiempoavivirfueradelosconfinesdelacivilizaciónyapuntodevolverasusdesiertosnativos.Sehabíaprovisto,entreotrascosas,deuntrajecompletodehule,ydeunsombrerodepaja, de copa muy baja y untado por fuera de alquitrán. Con aquel trajegrosero, y un telescopio común demarinero debajo del brazo, dirigiendo acadainstantealcielounamiradadeentendido,comosiesperasemaltiempo,teníaunaspectomuchomásnáuticoquemísterPeggotty.Sipuedoexpresarmeasí,habíapreparadoparalaacciónatodasufamilia.

Encontré a mistress Micawber con el sombrero más hermético, máscerradoymásdiscreto,sólidamenteatadobajo labarbilla,ycubiertaconunchalquelaempaquetabacomomehabíanempaquetadoamíencasademitíaeldíaenquehabíaidoaverlaporprimeravez.MistressMicawber,porloquepudever,tambiénsehabíapreparadoparahacerfrentealmaltiempo,aunqueno había nada superfluo en su vestimenta.AMicawber hijo apenas si se leveía,perdidobajoeltrajedemarineromáspeludoquehevistoenmivida.Encuanto a los niños, los habían embalado, como conservas, en estuchesimpermeables.

Míster Micawber y su hijo mayor tenían las mangas subidas para

Page 193: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

demostrar que estaban dispuestos a echar una mano en cualquier parte o asubiralpuenteycantarencoroalsubirelancla«Yeo…yeo…yeo»,alavozdemando.

Conesteaparejolosencontramosreunidosporlanoche,bajolaescalerademadera, que llamaban entonces «Hungerford Stairs». Vigilaban la salida deuna barca que llevaba parte de su equipaje.Yo había contado a Traddles elcruel suceso, que le había conmovido dolorosamente; pero se daba cuentacomo yo de que convenía guardar el secreto, y venía a ayudarme en esteúltimoservicio.AllímismofuedondemellevéamísterMicawberasolasyobtuvedeélaquellapromesa.

LafamiliaMicawbersealojabaenunsuciotabernucho,completamentealpie de «Hungerford Stairs», cuyas habitaciones, de tabiques de madera,avanzaban sobre el río. La familia de emigrantes excitaba bastante lacuriosidad en el barrio, y estuvimos encantados de poder refugiarnos en suhabitación.Eraprecisamenteunadeesashabitacionesdemadera,pordebajode las cuales sube la marea. Mi tía y Agnes estaban allí, muy ocupadas,confeccionandoalgunosvestidossuplementariospara losniños.Peggotty lasayudaba;teníadelantedesísuviejacajadelabor,consumetroyelpedacitodecera,quehabíaatravesadosanoysalvotantasvicisitudes.

Mecostómuchotrabajoeludirsuspreguntas,ytodavíamáselinsinuarenvozbaja,y sin serobservado, amísterPeggotty,queacababadeentrar,quehabíaentregadolacartayquetodoibabien.

Peroporfinloconseguí,ylospobreserandichosos.Yonodebíadeestarmuy alegre; pero había sufrido bastante personalmente para que a nadiepudieraextrañarle.

—¿Ycuándoseponeelbarcoalavela,místerMicawber?—preguntómitía.

MísterMicawber juzgó necesario preparar poco a poco a mi tía o a sumujerparaloqueibaadecirles,ylesdijoqueseríaantesdeloqueseesperabalavíspera.

—¡Elbarcolohabráavisado,supongo!—dijomitía.

—Sí,señora—respondió.

—Ybien—dijomitía—,¿seechaalamar?

—Señora—respondió él—, estoy informadodeque tenemosque estar abordomañana,alassietedelamañana.

—¿Eh?—dijomitía—.¡Quépronto!¿Esesocierto,místerPeggotty?

—Sí, señora; el barco bajará el río con la próximamarea. Si el señorito

Page 194: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

DavyymihermanavienenaGravesenconnosotros,mañanaamediodíanosdespediremos.

—Puedeustedestarseguro—ledije.

—Hasta entonces, y hasta elmomento en que estemos en elmar—dijomísterMicawberlanzándomeunamiradadeinteligencia—,místerPeggottyyyovigilaremosjuntosnuestrosequipajes.Emma,amormío—continuómísterMicawber,tosiendoconlamajestaddecostumbreparaaclararselavoz—,miamigomísterThomasTraddlestienelabondaddeproponermeenvozbajaquelepermitaencargar todos los ingredientesnecesariospara lacomposicióndeciertabebida,queseasocianaturalmenteennuestroscorazones,alrosbifdelavieja Inglaterra; quiero decir… ponche. En otras circunstancias yo no meatreveríaapediramissTrotwoodyamissWickfield…pero…

—Todo lo que puedo decir—contestómi tía— es que, en cuanto amí,beberéasusaludyasuéxitoconelmayorgusto,místerMicawber.

—Yyotambién—dijoAgnessonriendo.

MísterMicawberbajóinmediatamentealmostradoryvolviócargadoconuna olla humeante.No pude pormenos de observar que pelaba los limonescon un cuchillo que tenía, como conviene a un plantador consumado, de lomenos un pie de largo, y que lo limpiaba con ostentación sanguinaria en lamangadesutraje.MistressMicawberylosdoshijosmayoresestabantambiénprovistosdeaquellosformidablesinstrumentos;encuantoalosmáspequeños,les habían atado a cada uno, a lo largo del cuerpo, una cuchara demadera,pendientedeunfuertecordón.También,paragustardeantemanolavidadeabordoodesuexistenciafuturaenmediodelosbosques,místerMicawbersecomplacióenofrecerelponcheamistressMicawberyasuhijaenhorriblestacitas de estaño, en lugar de emplear los vasos que llenaban unamesa. Encuantoaél,nuncahabíaestadomásencantadoqueaquellanoche,bebiendoensupintadeestañoyvolviendoaguardarlacuidadosamenteenelbolsilloalfindelavelada.

—Abandonamos —dijo míster Micawber— el lujo de nuestra antiguapatria —y parecía renunciar a él con la más viva satisfacción—. Losciudadanosdelosbosquesnopuedenesperarencontrarallílosrefinamientosdeestatierradelibertad.

Enesto,unchicovinoadecirqueesperabanabajoamísterMicawber.

—Tengoelpresentimiento—dijomistressMicawber, dejandoencimadela mesa su tacita de estaño — de que debe de ser algún miembro de mifamilia.

—Si es así, querida—observómísterMicawber, con su viveza habitual,

Page 195: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

cuandosetratabaaquelasunto—,comoelmiembrodetufamilia,seaelquesea,hombreomujer,noshahechoesperardurantemuchotiempo,quizánolemolesteahoraesperaraqueyoestédispuestoarecibirle.

—Micawber—dijosumujerenvozbaja—,enunmomentocomoéste…

—¡No habría generosidad —dijo míster Micawber levantándose— envengarsedelasofensas!Emma,reconozcomisculpas.

—Yademás no eres tú quien ha sufrido por ello, sinomi familia. Simifamiliasedacuentaporfindelbiendequesehaprivadovoluntariamente;siquieretendernosahoralamanodeamigos,¡nolarechacemos!

—Queridamía,queasísea.

—Sinolohacesporellos,Micawber,hazlopormí.

—Emma—respondióél—,yonosabríaresistirasemejantellamamiento.No puedo prometerte que saltaré al cuello de los de tu familia; pero elmiembro de ella que me espera abajo no verá enfriarse su ardor por unaacogidaglacial.

MísterMicawberdesaparecióytardabaenvolver.MistressMicawberteníaaprensióndequehubierasurgidoalgunadiscusiónentreélyelmiembrodesufamilia. Por fin, elmismo chico reapareció, yme presentó una carta escritaconlápiz,conelencabezamientooficial:«HeepcontraMicawber».

Por aquel documento supe que míster Micawber, al verse detenido denuevo,habíacaídoenlamásviolentadesesperación;merogabaqueleenviaseconelmuchachosucuchilloysutrozodeestaño,quepodríanserleútilesenlaprisión durante los cortos momentos que le quedaban de vida. Me pedíatambién,comoúltimapruebadeamistad,quellevaraasufamiliaalHospiciode Caridad de la Parroquia y que olvidara que había existido nunca unacriaturaconsunombre.

Comoesnatural,lecontestéapresurándomeabajarconelchicoparapagarsudeuda.Leencontrésentadoenunrincón,mirandoconexpresiónsiniestraalagentedepolicíaquelehabíadetenido.Unavezenlibertad,meabrazóconlamayor ternura y se apresuró a inscribir aquello en su libreta, con algunasnotas,dondetuvobuencuidado,lorecuerdo,deañadirmediopenique,queyohabíaomitido,porolvido,eneltotal.

Aquel memorable cuaderno le recordó precisamente otra transacción,comoéllollamaba.Cuandosubimosdijoquesuausenciahabíasidocausadaporcircunstanciasindependientesdesuvoluntad;despuéssacódesubolsillouna gran hoja de papel, cuidadosamente doblada y cubierta con una largasuma.A la primera ojeadame di cuenta de que nunca había visto nada tanmonstruosoenningúncuadernodearitmética.Era, segúnparece,uncálculo

Page 196: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

deinteresescompuestossobreloqueélllamaba«eltotalprincipaldecuarentayunalibras,diezchelines,oncepeniquesymedio»,paraépocasdiferentes.

Despuésdehaberestudiadocuidadosamentesusrecursosycomparadolascifras,habíallegadoadeterminarlasumaquerepresentabaeltodo,interésyprincipal,pordosaños,quincemesesycatorcedías,desdeesa fecha.HabíapreparadoconsumejorescrituraunanotaqueentregóaTraddles,dandomilesdegraciasporencargarsedesudeudaíntegra,comodebehacersedehombreahombre.

—Sigo teniendo el presentimiento—dijo místerMicawber moviendo lacabeza con expresión pensativa—de que encontraremos a nuestra familia abordoantesdenuestrapartidadefinitiva.

MísterMicawber,evidentemente,teníaotropresentimientosobreelmismoasunto;perolometióensutazadeestaño,yselotragótodo.

—Si durante el viaje tiene usted alguna ocasión de escribir a Inglaterra,mistressMicawber—dijomitía—,nodejededarnosnoticiassuyas.

—MiqueridamissTrotwood—respondióella—,serédemasiadodichosapensandoquehayalguienaquienleinteresasaberdenosotros,ynodejarédeescribirle.MísterCopperfield,queesdesdehacetantotiemponuestroamigo,esperoquenotengainconvenienteenrecibirdevezencuandoalgúnrecuerdode una persona que le ha conocido antes de que los mellizos fueranconscientesdesuexistencia.

Respondí que tendría mucho gusto en tener noticias suyas siempre quetuvieraocasióndeescribirnos.

—Lasfacilidadesnonosfaltarán,graciasaDios—dijomísterMicawber—.Elocéanoyaessólounagranflota,yseguramenteencontraremosmásdeunbarcodurantelatravesía.Esunadiversiónesteviaje—continuó,cogiendosutelescopio—,unaverdaderadiversión.Ladistanciaesimaginaria.

Cuandolorecuerdonopuedopormenosquesonreír.AquelloeramuydemísterMicawber…Antes,cuandoibadeLondresaCanterbury,hablabacomodeunviajealfindelmundo,yahoraquedejabaInglaterraparairaAustralia,leparecíaquepartíaparaatravesarlaMancha.

—Durante el viaje probaré a hacerles tener paciencia desgranando mirosario, y confío que durante las largas veladas no les molestará oír lasmelodíasdemihijoWilkins,alrededordelfuego.CuandomistressMicawbertengayaelpieseguroynosemaree(perdónpor laexpresión),ella tambiénles cantará su cancioncita. A cada instante veremos pasar a nuestro ladotiburones y delfines; a babor como a estribor descubriremos todo el tiempocosasllenasdeinterés.Enunapalabra—dijomísterMicawberconsuantigua

Page 197: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

elegancia—,esprobablequetengamosanuestroalrededortantosmotivosdedistracción,quecuandooigamosgritar«¡Tierra!»desdeloaltodelgranmástil,nosquedemosmuysorprendidos.

Y blandió victoriosamente su tacita de estaño, como si ya hubieraefectuado el viaje y acabara de sufrir un examen de primera clase ante lasautoridadesmarítimasmáscompetentes.

—Encuantoamí,yoesperosobretodo,miqueridomísterCopperfield—dijomistressMicawber—,queundía revivamosennuestraantiguapatria lapersonadealgúnmiembrodenuestrafamilia.Nofrunzaselceño,Micawber;no me refiero ahora a mi familia, sino a los hijos de nuestros hijos. Porvigorosaquepuedaser la ramatrasplantada,yonopodréolvidarelárboldedonde ha salido; y cuando nuestra raza haya llegado a la grandeza y a lafortuna,confiesoquemegustaríaqueesafortunavinieraalasarcasdelaGranBretaña.

—Queridamía—dijomísterMicawber—,quelaGranBretañabusquesusuertedondepueda;yomeveoobligadoadecirque,comoellanohahechonuncagrancosapormí,nomepreocupamuchosusuerte.

—Micawber—continuómistressMicawber—,hacesmal.Cuandoseparteparaunpaís lejano,noesparadebilitar,sinoparafortalecer los lazosque leunenaunoconAlbión.

—Loslazosencuestión,queridamía—repusomísterMicawber—,nomehancargado, lo repito,deobligacionespersonales,paraqueyo tema lomásmínimoformarotros.

—Micawber —insistió mistress Micawber—, insisto en que estásequivocado;túmismonosabesdeloqueerescapaz,Micawber;yporesoyocuento con fortalecer, aunalejándotede tupatria, los lazosque lounenconAlbión.

Míster Micawber se sentó en su butaca, con las cejas ligeramentefruncidas;parecíanoadmitirmásqueamediaslasideasdemistressMicawberamedidaquelasenunciaba,aunqueestuvieraprofundamentemarcadoporlaperspectivaqueabríananteél.

—MiqueridomísterCopperfield—dijomistressMicawber—,deseoquemíster Micawber comprenda su situación. Me parece extraordinariamenteimportante que, desde el momento de nuestro embarque, míster Micawbercomprenda su situación. Usted me conoce lo bastante, míster Copperfield,parasaberqueyonotengolavivezadecarácterdemísterMicawber.Yosoy,sisemepermitedecirlo,unamujereminentementepráctica.Séquevamosaemprenderun largoviaje;séque tendremosquesufrirmuchasdificultadesyprivaciones;esunaverdaddemasiadoclara.Perotambiénséloqueesmíster

Page 198: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Micawber;sémejorqueéldetodoloqueescapaz.YporesoconsiderocomodemuchaimportanciaelquemísterMicawbercomprendasusituación.

—Queridamía—contestó él—,permítemeque tehagaobservarquemeresultaimposibledarmecuentademisituaciónenelmomentoactual.

—Nosoydeesaopinión,Micawber—contestóella—;almenos,nolosoyporcompleto.MiqueridomísterCopperfield,lasituacióndemísterMicawberno es como la de todo el mundo: míster Micawber se va a un país lejanoprecisamenteparahacerseconoceryapreciarporprimeravezensuvida.Yoquiero que míster Micawber se ponga a la proa del barco y diga con vozsegura: «Vengo a conquistar este país. ¿Tenéis honores? ¿Tenéis riquezas?¿Tenéis empleos espléndidamente retribuidos? ¡Que me los traigan! ¡Soismíos!».

MísterMicawbernoslanzóunamiradaquequeríadecir:«Verdaderamentehaymuchosentidoenloqueestádiciendo».

—En resumen—dijomistressMicawber en tono decisivo—, quiero quemíster Micawber sea el César de su fortuna. Así es como yo considero laverdadera situación de míster Micawber, mi querido míster Copperfield.DeseoquedesdeelprimerdíadeviajemísterMicawbersepongaenlaproadel barco, diciendo: «¡Basta de retrasos, basta de desconciertos, basta deapuros!Esopasabaennuestraantiguapatria;peroéstaesnuestrapatrianuevaymedebeunareparación;¡quenosladé!».

MísterMicawbercruzólosbrazosconresolución,comosiyaestuvieradepie,dominandolafiguraqueadornalaproadelnavío.

—Ysicomprendesusituación,¿notengorazonesparadecirquefortificaráel lazoqueleuneconlaGranBretañaenlugardedebilitarle?¿Habráquienpretenda que no llegue hasta la madre patria la influencia del hombreimportantecuyoastroselevantaráenotrohemisferio?¿Tendréladebilidaddecreerque,unavezenposesióndelcetrodelafortunaydelgenioenAustralia,místerMicawbernoseránadaenInglaterra?Yosólosoyunamujer;peroseríaindigna de mí misma y de papá si tuviera que reprocharme esta absurdadebilidad.

Ensuprofundaconviccióndequenohabíanadaquecontestaraaquellosargumentos,mistressMicawberhabíadadoasutonounaelevaciónmoralqueyonolehabíaconocidoantes.

—Yporesodeseomástodavíaquepodamosvolverundíaahabitarenlatierranatal.MísterMicawberllegaráatener(nopuedopormenosdecreerlomuyprobable),místerMicawberllegaráatenerungrannombreenlahistoria,y entonces será elmomentodeque reaparezcagloriosoenelpaísque lehavistonaceryquenohabíasabidoapreciarsusgrandesfacultades.

Page 199: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Amor mío —repuso míster Micawber—, no puede por menos queconmovermetuafecto,yestoysiempredispuestoaacatartubuenjuicio.¡Serálo que tengaque ser! ¡Diosme libre de querer arrebatar ami tierra natal lamenor parte de las riquezas que podrán un día acumularse en nuestrosdescendientes!

—Estábien—dijomitía,volviéndosehaciamísterPeggotty—;beboalasaluddetodos.¡Quetodaclasedebendicionesydeéxitoslosacompañen!

Míster Peggotty soltó a los dos niños, que tenía sobre sus rodillas, y seunióamísterymistressMicawberparabrindaranuestrasalud;después, losMicawber y él se estrecharon cordialmente lamano, y al ver la sonrisa queiluminaba el rostro brillante de míster Peggotty, pensé que él sí que sabríavivir,tenerunbuennombreyhacersequererportodaspartesdondefuera.

LosniñostambiéntuvieronpermisoparametersuscucharasdepaloenlatazademísterMicawberyunirsealbrindisgeneral;despuésdeesto,mitíayAgnes se levantaron y se despidieron de los emigrantes. Fue un momentodoloroso.Todoelmundolloraba;losniñosseagarrabanalafaldadeAgnes,ydejamosalpobremísterMicawberenunarrebatodeviolentadesesperación,llorandoysollozando,alaluzdeunasolavela,cuyaclaridad,vistadesdeelTámesis,debíadedaralahabitaciónelaspectodeunapobrecasa.

Al día siguiente por lamañana fui a asegurarme de que habían partido.Habían subidoa lachalupaa lascincode lamañana,yalver lapobrecasadondesóloloshabíavistounavez,yencontrarleunaspectotristeydesierto,porquesehabíanido,comprendíelvacíoquedejansemejantesdespedidas.

Por la tarde de aquel día nos dirigimos a Gravesen Peggotty y yo.Encontramoselbarco,rodeadodeunamultituddebarcas,enmediodelrío…Elvientoerabueno;labanderadepartidaflotabaenloaltodelmástil.Alquiléinmediatamenteunabarcay subimosabordo,a travésdel laberintoconfusodelnavío.

MísterPeggottynosesperabaenelpuente.MedijoquemísterMicawberacababadeserdetenidodenuevo(yporúltimavez)apeticióndeHeep,yque,segúnmisinstrucciones,habíapagadoeltotaldeladeuda,queyoleentreguéal momento. Después nos hizo bajar al entrepuente, y allí se disiparon lostemoresqueyohabíapodidoconcebirdeque llegara a saber loocurridoenYarmouth.MísterMicawberseacercóaél,leagarródelbrazoamistosamentey me dijo en voz baja que desde la antevíspera no le había dejado ni unmomento.

Eraparamíunespectáculotanextraño,laoscuridadmeparecíatangrandey el espacio tan angosto. que en el primermomento nome daba cuenta denada; sin embargo, poco a poco mis ojos se acostumbraron a aquellas

Page 200: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

tinieblas,ymecreíenelcentrodeuncuadrodeOstade.Enmediodelasvigasycuerdasdelbarcoseveíanlashamacas,lasmaletas,losbaúles,losbarriles,quecomponíanelequipajedelosemigrantes;algunaslinternasiluminabanlaescena;máslejos,lapálidaluzdeldíaentrabaporunaescotillaounamangade viento. Gruposmuy diferentes se apiñaban; hacían nuevas amistades, sedespedíande lasantiguas,sehablaba,sereía,se lloraba,secomía,sebebía;algunosestabanyainstaladosenelpedazodesueloquelescorrespondía,yseocupabanenarreglarsusefectos,colocandoalosniñosentaburetesosillitas;otros, no sabiendo dóndemeterse, vagaban de un lado para otro desolados.Había niños que sólo conocían la vida hacía una semana o dos, y viejosencorvados que parecían no tener más que una semana o dos de vida pordelante.Labradoresquellevabanensusbotastierradelsuelonatal,yherreroscuyapielibaadaralnuevomundounamuestradelhumodeInglaterra;enelpoco espacio del entrepuente habían encontrado medio de amontonarsemuestrasdetodaslasedadesyestados.

Lanzandounamirada ami alrededor,meparecióver, sentada al ladodeunodelospequeñosMicawber,unamujercuyoaspectomerecordabaaEmily.Otramujerseinclinóhaciaella,abrazándola,ydespuéssealejórápidamenteatravésdelamultitud,dejándomeunvagorecuerdodeAgnes.Peroenmediodelaconfusióngeneralydeldesordendemispensamientos,laperdídevista,yyasóloviunacosa:quedabanlaseñaldedejarelpuenteatodoslosquenopartían;quemibuenaPeggottyllorabaamilado,yquemistressGudmigeseocupabaactivamenteenarreglarlascosasdemísterPeggotty,conlaayudadeunajovenvestidadenegro,quemevolvíalaespalda.

—¿Tiene usted algo más que decirme, señorito Davy? —me preguntómísterPeggotty—.¿Notieneningunapreguntaquehacermemientrasestamosaquítodavía?

—Unasola—ledije—.¿Martha?…

Tocó el brazo de la joven que había visto a su lado. Se volvió, y eraMartha.

—¡QueDioslebendiga!¡Esustedelhombremásbuenodelatierra!¿Sevaconustedes?

Ella me contestó por él deshaciéndose en lágrimas. No pude decir unapalabra;peroestrechélamanodemísterPeggotty;ysialgunavezheestimadoyqueridoaunhombreenelmundo,hasidoaél.

Losquenopartíanabandonabanelnavío.Yoteníatodavíaquecumplirmidebermáspenoso.Ledije loquemehabíaencargadoque le repitiera,enelmomento de su partida, el noble corazón que había dejado de latir. Seconmovió profundamente. Pero cuando, a su vez,me encargó sus afectos y

Page 201: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

sentimientosparaelqueyanopodíaoírles,estabayomásconmovidoqueél.

Habíallegadoelmomento.Leabracé,cogídelbrazoamiantiguaniñera,quelloraba,ysubimosalpuente.MedespedídelapobremistressMicawber,quecontinuabaesperandoa su familiacon inquietud,y susúltimaspalabrasfueronparadecirmequenoabandonaríanuncaamísterMicawber.

Volvimosabajaranuestrabarca,yaciertadistancianos,detuvimosparaveralbarcotomarsuimpulso.Elsolseponía.Elnavíoflotabaentrenosotrosy el cielo rojizo; se veía el menor de sus cables y cuerdas en aquel fondodeslumbrante.Resultabatanbello,tantriste,yalmismotiempotanalentador,elveralgloriosobarco,inmóviltodavíasobreelaguadébilmenteagitada,contodosucargamento,contodossuspasajerosreunidosenmultitudenelpuente,silenciosos,conlascabezasdesnudas.Nuncahabíavistonadasemejante.

Elsilenciosóloduróunmomento.Elvientolevantabalasvelas;elbarcoempezó a moverse; resonaron tres ¡hurras!, salidas de todas las barcas, y,repetidas a bordo, fueron de eco en eco amorir en la orilla. El corazón sedesfallecía a la vista de los pañuelos y de los sombreros que semovían enseñaldeadiós,yentoncesfuecuandolavi.

Lavi,al ladodesutío, todavíatemblorosa,estrechándosecontraél.Yélnos la enseñaba.Nosvio,ymeenviócon lamanounúltimoadiós. ¡Adiós,pobreEmily,bellayfrágilplantaarrastradaporlatormenta!¡Agárrateaélcontodalaconfianzaquelodejetucorazónroto,puesélteagarraaticontodalafuerzadesuinmensoamor!…

Entre los matices sonrosados del cielo, Emily, apoyada en su tío, y élsosteniéndolaensubrazo,pasaronmajestuosamenteydesaparecieron.Cuandollegamos a la orilla, la noche había caído sobre las colinas de Kent… ytambién,tenebrosa,sobremí.

Capítulo18

Ausencia

Fueunanochemuylargaymuytenebrosa, turbadapor tantasesperanzasperdidas,portantosrecuerdosqueridos,portantoserrores,portantaspenas.

DejéInglaterrasincomprenderbientodavíalafuerzadelgolpequehabíasufrido.Dejétodoloquemeeraquerido,ymefui.Creíaquetodoterminaríaasí.Comocuandounsoldadoacabaderecibirunbalazomortal,ytodavíanose da cuenta siquiera de que está herido, yo, solo con mi corazónindisciplinado, tampocomedabacuentade laprofundaheridacontra laque

Page 202: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

teníaqueluchar.

Porfinfuipercatándome,peropocoapoco,lentamente.Elsentimientodedesolaciónquellevabaalalejarmesehacíaacadainstantemásprofundo.Alprincipiosóloeraunsentimientovagoypenosodetristezaydesoledad;perodespués fue transformándose por grados imperceptibles en una pena sinesperanzasportodoloquehabíaperdido:amor,amistad,interés;portodoloqueelamorhabíarotoenmismanos:laprimerafe,elprimerafecto,elsueñoenterodemivida.Yanomequedabanadamásqueunvastodesierto,queseextendíaamialrededorirrompible,haciaelhorizonteoscuro.

Simi dolor era egoísta, yo nome daba cuenta. Lloraba pormi «mujer-niña»,arrebatadatanjoven.

Lloraba por el que hubiera podido ganar la amistad y la admiración detodos, igual que había sabido ganarse lamía. Lloraba por el pobre corazónroto que había encontrado descanso en el mar enfurecido, y por los restosdiseminados de aquella casa donde había oído sonar el viento de la nochecuandoyoeraniño.

Noveíaningunaesperanzadesalidaalatristeza,acumuladadondehabíacaído.Ibadeunladoaotrollevandomipenaconmigo.Sentíatodoelpesodeaquel fardo queme doblaba, ymi corazón pensaba que nunca podría verselibredeél.

Enaquellosmomentosdedepresióncreíaqueibaamorir.Avecespensabaqueporlomenosqueríamoriralladodelosmíos,yvolvíahaciaatrás,paraestarmáscerca.Otrasvecescontinuabamicaminoeibadepuebloenpueblo,persiguiendonoséquéantemíyqueriendodejardetrástampocoséelqué.

Mesería imposibledescribirunaauna todas las fasesde tristezapor lasquepaséenmidesesperación.Haysueñosdeesosquenopodríandescribirsemásquedeunamaneravagaeimperfecta,ycuandotratoderecordaraquellaépoca de mi vida, me parece que es un sueño de esos, que me viene a lamemoria.Veodepasadaciudadesdesconocidas,palacios,catedrales,templos,cuadros,castillosytumbas;callesfantásticas,todoslosviejosmonumentosdelahistoriaydela imaginación.Peronolosveo, lossueño, llevandosiempremi penosa carga y dándome cuenta apenas de los objetos que pasan ydesaparecen.Novernada,nooírnada,únicamenteabsorto enmidolor, esafuelanochequecayósobremicorazónindisciplinado.Perosalgamosdeello,comoyoterminéporsalir,aDiosgracias…Yaeshoradesacudirestelargoytristesueño.

Durante muchos meses viajé así, con una nube oscura en el espíritu.Razones misteriosas parecían impedirme tomar el camino de mi casa yanimarmeaproseguirmiperegrinación.Tanprontoibadeunsitioaotro,sin

Page 203: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

detenerme en ninguna parte, como permanecía mucho tiempo en el mismolugar,sinsaberporqué.Noteníasentido.Miespíritunoencontrabasosténenningunaparte.

EstabaenSuiza;habíasalidodeItaliaatravesandolosAlpes,yerrabaconun guía por los senderos apartados de las montañas. No sé si aquellassoledadesmajestuosashablabanamicorazón;perohabíaalgomaravillosoysublime para mí en aquellas alturas prodigiosas, en aquellos precipicioshorribles, en aquellos torrentes que rugían, en aquellos caos de nieve y dehielo…Fueloúnicodequemedicuenta.

Una tarde, antes de la puesta de sol, bajaba al fondo de un valle, dondepensaba pasar la noche. A medida que seguía el sendero alrededor de lamontañadesdedondeacababadeveralsolmuyporencimademí,creísentirelplacerdelobelloyelinstintodeunafelicidadtranquiladespertarseenmíbajoladulceinfluenciadeaquellapazyreanimarenmicorazónunallamadeaquellas emociones desde hacía tanto tiempo olvidadas. Recuerdo que medetuve con una especie de tristeza en el alma, que ya no se parecía alagotamiento de la desesperación.Recuerdo que estuve a punto de creer quepodíaoperarseenmíalgúncambiofeliz.

Bajéalvalleenelmomentoenqueel soldoraba lascimas,cubiertasdenieve,queibanaocultarlecomounanubeeterna.Labasedelasmontañasqueformabanlagargantadondeseencontrabaelpuebloeradefrescavegetación,ypor encimadeaquel alegreverdor crecían los sombríosbosquesdepinos,que cortaban la nieve, sosteniendo las avalanchas. Más arriba se veían lasrocas grisáceas, los senderos, los hielos, y pequeños oasis de pastos, que seperdíanenlanievequecoronabalacimadelosmontes.

Aquíyallí,enlasladeras,seveíanpuntosenlanieve,ycadapuntoeraunacasa.Todosaquelloshotelessolitarios,aplastadosporlagrandezasublimedelas cimas gigantescas que los dominaban, parecían de juguete. Lo mismoocurríaconelpueblo,agrupadoenelvalle,consupuentedemaderasobreelarroyo,quecaíaencascadaycorríaconruidoenmediodelosárboles.Alolejos,enlacalmadelatarde,seoíaunaespeciedecanto:eranlasvocesdelospastores;yviendounanube,deslumbranteconelfuegodelsol,queseponía,casimeparecióquesalíandeellalosacentosdeaquellamúsicaserenaquenoesdelatierra.Depronto,enmediodeaquellagrandezaimponente,lavoz,lagranvozdelanaturalezamehabló.

Dócilasuinfluenciasecreta,apoyéenelmusgomicabezafatigadaylloré,perocomonohabíalloradodesdelamuertedeDora.

Algunosmomentos antes había encontrado un paquete de cartas quemeesperaban, y había salido del pueblo para leerlasmientrasme preparaban lacomida. Otros paquetes se habían perdido, y no había recibido nada hacía

Page 204: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mucho tiempo.Apartedealguna líneadiciendoqueestababienyquehabíallegadoaquíoallá,yonohabíatenidofuerzasparaescribirniunasolacartadesdemipartida.

Teníaelpaqueteenlasmanosyloabrí.LaletraeradeAgnes.

Eradichosa,comonoshabíaasegurado,al sentirseútil.Y teníaéxitosinesfuerzo,comohabíaesperado.Eratodoloquemehablabadeella.Despuéshablabademí.

No me daba consejos, no me hablaba de mis deberes; me decíaúnicamente,consufervoracostumbrado,queteníaconfianzaenmí.Medecíaquesabíaqueconmicarácternodejaríadesacarunalecciónsaludabledelapenaquemehabíatocado.Quesabíaquelaspruebasyeldolornoharíanmásque elevar y fortificar mi alma. Estaba segura de que ahora daría a mistrabajosunfinmásnobleymásfirme.Sealegrabadelafamaqueyateníaminombre,yesperabaconimpaciencialoséxitosquetodavíaloilustrarían,puesestabaseguradequecontinuaríatrabajando.Sabíaqueamicorazón,comoatodosloscorazonesbuenosyelevados,laaflicciónlesdafuerzas.Delmismomodoquelasdesgraciasdemiinfanciahabíanhechodemíloqueyaera,lasdesgraciasmayores, agudizandomivalor,meharían todavíamejorparaquepudieratransmitiralosdemás,enmislibros,todoloqueyohabíaaprendido.MeencomendabaaDios,quehabíaacogidoensureposoamiinocentetesoro;me repetíaquemequería siemprecomounahermanayquesupensamientome seguía por todas partes, orgullosade lo quehabíahecho e infinitamentemásorgullosatodavíadeloqueestabadestinadoahacer.

Guardélacartaenmipecho,ypenséenloqueeraunahoraantes.Cuandoescuchaba lasvoces lejanas,yveía lasnubesde la tarde tomarun tintemássombrío,ytodoslosmaticesdelvalleborrarse,lanievedoradadelascumbresseconfundíaconelcielopálidodelanoche,ysentílanochedemialmapasar,ydesvanecerseconaquellassombrasyaquellastinieblas.Elamorquesentíaporellanoteníanombre;másqueridaparamídeloquelohabíasidonunca…

Releímuchasvecessucarta,y leescribíantesdeacostarme.Ledijequehabíanecesitadomuchosuayuda;quesinellanoseríanihubierasidonuncalo queme decía, pero que ellame daba la ambición de serlo y el valor deintentarlo.

Lo intenté, en efecto.Faltaban tresmesesparaquehicieraunañodemidesgracia. Decidí no tomar ninguna resolución antes de que expirase aquelplazo, y, en cambio, tratar de responder a la estimación de Agnes. Aqueltiempolopasétodoenelvalleenqueestabayensusalrededores.

Transcurridos los tres meses decidí permanecer todavía durante ciertotiempo lejos demi país, y establecerme por de pronto en Suiza, que seme

Page 205: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

habíahechoqueridaporelrecuerdodeaquellatarde.

Despuésvolvíatomarlaplumayaponermealtrabajo.

SeguíahumildementelosconsejosdeAgnes;interrogabaalanaturaleza,aquiennuncase la interrogaenvano;yanorechazabalejosdemí losafectoshumanos.ProntotuvecasitantosamigosenelvallecomoloshabíatenidoenYarmouth,ycuandolosdejé,enelotoño,parairaGinebra,ycuandovolvíaencontrarlos en la primavera, su sentimiento y su acogida me llegaban alcorazón,comosimelodijeranenmilengua.

Trabajémucho y con paciencia.Me ponía temprano yme quitaba tarde.Escribíunahistoriatriste,conunasuntonomuyalejadodemidesgracia,ylaenviéaTraddles,quegestionósupublicación,deunamaneramuyventajosaparamisintereses;yelruidodemireputacióncrecientellegóhastamíconlosviajeros que encontraba en mi camino. Después de haberme distraído ydescansadounpoco,volvíaponermealtrabajoconmiantiguoardorsobreunnuevo asunto de ficción. A medida que avanzaba en aquella tarea meapasionaba más y ponía en ella toda mi energía. Era mi tercer trabajo deficción.Habíaescrito,pocomásomenos,lamitadcuandoenunintervalodereposopenséenvolveraInglaterra.

Desdehacíamuchotiempo,sinperjudicaramitrabajopaciente,mehabíadedicado a ejercicios robustos. Mi salud, gravemente alterada cuando dejéInglaterra,sehabíarestablecidoporcompleto.

Habíavistomucho,habíaviajadomucho,ycreoquehabíaaprendidoalgoenmisviajes.

Ahora ya he contado todo lo que me parecía necesario decir sobre estalarga ausencia…Sin embargo, he hecho una reserva. La he hecho; pero noporquetuvieraintencióndecallarniunosolodemispensamientos,pues,yalohe dicho, estas sonmismemorias; pero he querido guardar para el fin, estesecretoenvueltoenelfondodemialma.Ahorallegoaél.

Noconsigoentrarporcompletoenestemisteriodemipropiocorazón,y,por lo tanto, no puedo decir en quémomento empecé a pensar que hubierapodidohaceraAgneselobjetodemisprimerasymásqueridasesperanzas.Nopuedo decir en qué época de mi pena empecé a pensar que en midespreocupada juventud había arrojado lejos de mí el tesoro de su amor.Quizáshabíacogidoalgúnmurmullodeestelejanopensamientocadavezquehabíatenidoladesgraciadesentirlapérdidaolanecesidaddeesealgoquenodebíanuncarealizarseyquefaltabaami felicidad.Peroeraunpensamientoquenohabíaqueridoacoger,cuandosehabíapresentado,másquecomounsentimientomezcladodereprochesparamímismo,cuandolamuertedeDoramedejotristeysoloenelmundo.

Page 206: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Si en aquella época hubiera estado yo cerca de Agnes, quizá, en midebilidad,hubiesetraicionadoaquelsentimientoíntimo.Yesefuealprincipioeltemorvagoquemeempujabalejosdemipaís.Nomehubieraresignadoaperder la menor parte de su afecto de hermana, y mi secreto, una vezescapado, hubiera puesto entre nosotros una barrera hasta entoncesdesconocida.

Yonopodíaolvidarlaclasedeafectoqueellateníaahorapormíyqueeraobramía;puessiellamehabíaqueridodeotromodo,yavecespensabaquequizá fuera así, yo la había rechazado. Cuando éramos niños me habíaacostumbradoaconsiderarlacomounaquimera,yhabíadadotodomiamoraotramujer.Nohabíahecholoquehubiesepodidohacer;ysiAgneshoyeraparamí loqueera,unahermanaynounaamante,yolohabíaquerido,ysunoblecorazónhabíahecholodemás.

Al principio del cambio que gradualmente se operaba enmí, cuando yaempezabaareconocermeyobservarme,pensabaquequizáalgúndía,despuésdeunalargaespera,podríarepararlasfuerzasdelpasado;quepodríatenerlafelicidad indecible de casarme con ella. Pero, al transcurrir, el tiempo sellevaba aquella lejana esperanza. Sime había amado, ¿no debía ser todavíamás sagradaparamí recordandoquehabía recibido todasmis confidencias?¿Nosehabíasacrificadoparallegarasermihermanaymiamiga?Ysi,porelcontrario,nuncamehabíaamado,¿podríaesperarquemequisieraahora?¡Mehabíasentidosiempretandébilencomparaciónconsuconstanciaysuvalor!Yahoralosentíatodavíamás.Yaunqueanteshubierasidodignodeella,yahabíapasadoaqueltiempo.Lahabíadejadohuirlejosdemí,ymemerecíaelcastigodeperderla.

Sufrí mucho en aquella lucha; mi corazón estaba lleno de tristeza y deremordimientos,y,sinembargo,sentíaqueelhonoryeldebermeobligabananoiraofreceraunapersonatanqueridamisesperanzasdesvanecidas,despuésdequeporuncaprichofrívololashabíallevadoaotroladocuandoestabanentoda su frescura y juventud. No trataba de ocultarme que la quería, que laquería para siempre; pero me repetía que era demasiado tarde para podercambiarennadanuestrasrelacionesmutuas.

HabíareflexionadomuchoenloquemedecíamiDora,cuandomehablabaensusúltimosmomentos,deloquenoshubieseocurridosihubiéramostenidoquepasarmástiempojuntos;habíacomprendidoqueaveceslascosasquenosuceden producen sobre nosotros tanto efecto como las que suceden enrealidad.

Aquelporvenirdequeellaseasustabapormíeraahoraunarealidadqueelcielomeenviabaparacastigarme,comolohubiesehechoantesodespués,aunal ladosuyo, si lamuertenonoshubieraseparadoantes.Tratédepensaren

Page 207: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

todos los resultados felices que hubiera producido en mí la influencia deAgnespara sermás animosoymenos egoísta,más atento avelar sobremisdefectosyacorregirmiserrores.Yasí,afuerzaquepensarenloquehubierapodidoser,lleguéalaconvicciónsinceradequeaquellonoseríanunca.

Éstaeralaarenamovedizademispensamientos,lasperplejidadesydudasenquepasé los tres años transcurridosdesdemipartidahasta el día enqueemprendími regresoa lapatria.Sí; hacía tres añosqueelbarcocargadodeemigrantessehabíaechadoalamar,ytresañosdespués,alamismahora,enelmismositio,alapuestadesol,estabayodepieenelpuentedelbarcoqueme traía a Inglaterra, con los ojos fijos en el aguamatizada de rosa, dondehabíavistoreflejarselaimagendeaquelbarco.

Tresaños.Esmuchotiempoenunsentido,aunqueseacortoenotro.Ymipaísmeresultabamuyquerido,yAgnestambién…peronoeramía…nuncaseríamía…Esohubiesepodidoser;peroyahabíapasadoeltiempo…

Capítulo19

Regreso

Desembarqué en Londres, en una tarde fría de otoño. Estaba oscuro ylluvioso,yenunmomentovimásnieblaybarroquelosquehabíavistoenunaño. Por no encontrar coche, fui a pie desde Custom House hasta elMonument;ymirandolasfachadasdelascasasy lashinchadasgoteras,queerancomoviejasamigasmías,nopodíapormenosquepensarqueeranunasamigasalgosucias.

Henotadoamenudo(ysupongoqueamuchagentelehabráocurridootrotanto)queelmarcharseunodeunsitioqueleesfamiliarpareceser laseñalparaqueocurranenélmuchoscambios.Mirandoporlaventanilladelcocheobservé que una vieja casa de Fish-Street Hill, que seguramente no habíavisto, desde hacía un siglo, pintores, carpinteros ni albañiles, la habíanderribado durante mi ausencia, y que una calle cercana, célebre por suinsalubridad ymal estado, había sido dragada y ensanchada. ¡Casi esperabaencontrarmelacatedraldeSaintPaulenvejecida!

También estaba preparado para encontrar cambios de fortuna en misamigos. Hacía tiempo que mi tía había vuelto a establecerse en Dover, yTraddleshabíaempezadoa tener,poco tiempodespuésdemimarcha,ciertonombrecomoabogado.AhoraocupabaunashabitacionesenGray'sInn,ymehabía dicho en sus últimas cartas que tenía ciertas esperanzas de unirse enbrevealachicamásencantadoradelmundo.

Page 208: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

MeesperabanencasaantesdeNavidad;peronocreíanquevolviera tanpronto.Loshabíaengañadoapropósito,paratenerelgustodesorprenderlos.Y, sin embargo, era tan injusto, que sentía un escalofrío de disgusto al novermeesperadopornadie,yrodabasoloysilenciosoentrelassombríascalles.

Las tiendas tan conocidas, con sus alegres luces, me animaron algo, ycuandomeapeéenlapuertadelcafédeGray'sInnrecobrémibuenhumor.Alprincipiorecordéaquellostiempostandiferentes,cuandodejéGoldenCross,yloscambiosquehabíanacaecidodesdeentonces;peroaquelloeranatural.

—¿Sabe usted dónde vive míster Traddles? —le pregunté al camarero,mientrasmecalentabaenlachimeneadelcafé.

—HoltomCourt,señor,númerodos.

—¿Creo quemíster Traddles empieza a tener una fama cada vezmayorentrelosabogados?—dije.

—Esposible—contestóelcamarero—;peroyonoestoyenterado.

Este camarero, de edad madura y flaco, pidió ayuda a otro de másautoridad(hombrefuerte,congranpapada,vestidodecalzóncortonegro),queselevantabadeunsitioqueparecíaunbancodesacristía,enelfondodelcafé,dondeestabaencompañíadelacaja,dellibrodedireccionesydeotroslibrosypapeles.

—MísterTraddles—dijoelcamareroflaco—,númerodosenlaCourt.

Elmajestuosocamarerolehizoseñaconlamanodequepodíaretirarse,ysevolviógravementehaciamí.

—Preguntaba—dijeyo—simísterTraddles,queviveenelnúmerodos,enCourt,notieneunafamacadavezmayorentrelosabogados.

—Nuncaheoídosunombre—dijoelcamarero,conunahermosavozdebajo.

Mesentíhumillado,porTraddles.

—Serámuyjovenseguramente—dijoelportentosocamarerofijandosusojosseveramenteenmí—.¿Cuántotiempohacequeejerce?

—Nomásdetresaños—dijeyo.

Elcamarero,queyosuponíaquehacíacuarentaañosquevivíaensubancode sacristía, no podía interesarse por un asunto tan insignificante, y mepreguntóquéqueríaparacomer.

MesentíaenInglaterraotravez,yestabarealmentetristeporloquehabíaoídodeTraddles.Noteníasuerte.Pedícontimidezunpocodepescadoyunbistec,ymequedédepiedelantedelfuego,meditandosobrelaoscuridadde

Page 209: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mipobreamigo.

Seguíaalcamareroconmisojos,ynopodíadejardepensarqueeljardínenquehabíaflorecidoaquellaplantaeraunsitiodifícilparacrecer.Teníaunairetantieso,tanantiguo,tanceremonioso,tansolemne.Miréalrededordelahabitación,cuyosuelohabíancubiertodearena,sindudadelmismomodoquesehacíacuandoelcamareromayoreraunniño,sialgunavezlofue, locualme parecía dudoso. Y miré a las mesas relucientes, en las que me veíareflejadoenelmismofondodelaantiguacaoba;yalaslámparas,sinunasolarajaensuscolgajostanlimpios;yalosconfortablescortinajesverdes,consuspulimentadasanillasdecobre,cerrandocuidadosamentecadadepartamento;ya las dos grandes chimeneas de carbón que ardían resplandecientes; y a lasfilas de jarras jactanciosas, como demostrando que en la cueva no costabatrabajo encontrar viejas barricas poseedoras de buen vino de Oporto; y medecíaque,enInglaterra,tantolafamacomoelforoeranmuydifícilesdesertomadosporasalto.Subíamidormitorioparamudarmisropashúmedas,ylaespaciosahabitacióndeviejoentarimado(querecuerdoqueestabaencimadelpaseodearcosquedabaaInn),ylaapacibleinmensidaddellechodecuatrocolumnas, y la indomable gravedad de los ventrudos cajones, todo, parecíacernirseausteramentesobrelafortunadeTraddlesodecualquieraventuradajuventud. Bajé otra vez a comer, y lamisma solemnidad de la comida y elordenado silencio del establecimiento, vacío de clientes, pues no habíanterminadoaúnlasvacaciones,parecíacondenarconelocuencialaaudaciadeTraddles y de sus pequeñas esperanzas, que todavía tendrían que esperar lomenosveinteaños.

Nohabíavistonadaparecidodesdequemefui,ymisesperanzaspormiamigosedesvanecieron.

Elcamareromayorsehabíacansadodemí,ysepusoalasórdenesdeunviejocaballerodealtaspolainas,paraelcualpareciósurgirdelabodegaunabotellaespecialdeOporto,puesélnohabíadadoningunaorden.Elcamarerosegundome confirmó, enun susurro, que aquel señor estaba retiradode losnegocios,quevivíaenelSquareyqueteníaunagranfortuna,queesperabandejaría a una hija de su lavandera; se murmuraba también que tenía en suoficinaunserviciodeplatamuyestropeadoporeldesuso,aunquejamásojoshumanosvieronensucasamásqueunacucharayuntenedordesparejados.

EntoncespenséqueTraddlesestabaperdidoyquenohabíaesperanzaparaél.Sinembargo,comoteníamuchasganasdeveramiviejoyqueridoamigo,despachémicomidademaneranadaapropiada,paraconfirmarlaopinióndelcamareromayor,ymeapresuréasalirpor lapuerta trasera.Pronto lleguéalnúmerodosdeCourt.Unainscripciónenlapuertadeentradameinformódeque míster Traddles ocupaba varias habitaciones en el último piso. Subí laescalera.Unaescaleradestartalada,débilmenteiluminadaencadadescansillo

Page 210: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

porunquinquéahumado,quesemoríaenunajauladecristalsucio.

Enmiascensiónprecipitadameparecióoírelsonidoagradabledeunarisa,ynolarisadeunprocuradoroabogado,nideunestudiantedeprocuradornide abogado, sino la risa de dos o tres alegres muchachas. Al pararme aescucharpuseelpieenunagujerodondelaHonorableSociedaddeGray'sInnhabíaolvidadoponermadera,ymecaí,conbastanteestrépito;al levantarmehabíacesadoelruido.

Elrestodemiascensiónlahiceconmáscuidado;ymicorazónpalpitabaconfuerza,cuandoencontréabiertaunapuertaexteriorenqueseleía:«MísterTraddles». Llamé. Se oyó un gran alboroto en el interior, pero nada más.Llaméotravez.

Unchicodemiradaviva,medio recaderoymedio empleado, que estabamuy sofocado, pero que me miró como para desafiarme legalmente conarrogancia,sepresentó:

—¿EstámísterTraddlesencasa?—dijeyo.

—Sí,señor;peroestáocupado.

—Deseoverle.

Despuésdeunmomentodeinspección,elchiquillodemiradavivadecidiódejarmeentrar,yabriendomáslapuerta,meintrodujoprimeroenunpequeñovestíbulo y después en un gabinete, dondeme encontré en presencia demiviejoamigo(igualmentesofocado), sentadodelantedeunamesae inclinadosobreunospapeles.

—¡Cielos!—exclamóTraddleslevantandolosojos,¡SiesCopperfiedl!

Yseprecipitóenmisbrazos,dondeleestrechéfuertemente.

—¿Vatodobien,miqueridoTraddles?

—Todovabien,miqueridísimoCopperfield,ysólotengobuenasnoticiasquedarle.

Losdosllorábamosdeplacer.

—Mi querido amigo —dijo Traddles mesándose los cabellos en suexcitación, cosa completamente innecesaria—; mi queridísimo Copperfield,¡cuánto tiempoqueno lohabíavisto!Ybien,amigomío, ¡cuántomealegraverte!¡Quémorenoestás!¡Quéfelizsoy!Tejuropormihonorypormividaquenuncameheregocijadotanto,miqueridoCopperfield,¡nunca!,¡nunca!

Pormiparte,tampocopodíaexpresarmiemoción.Alprincipioeraincapazdehablar.

—¡Mi querido Copperfield, que ha adquirido una fama tan grande! —

Page 211: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

continuó Traddles—. ¡Mi glorioso Copperfield! ¡Cielo santo! Pero ¿cuándohasvenido?¿Dedóndesales?¿Quéhasestadohaciendo?

Sin esperar contestación a nada de lo que decía,Traddles, quemehabíainstalado en un butacón, avivaba el fuego con unamano yme tiraba de lacorbataconlaotra,creyendo,sinduda,queeraelabrigo.Sinsoltarlatenaza,meabrazaba,yyoleabrazabatambién;yambos,riéndonosysecándonoslosojos,nossentamosynosestrechamoslasmanosporencimadelachimenea.

—¡Pensar—dijoTraddles—queestabatancercanatuvueltayquenohasasistidoalaceremonia!

—¿Aquéceremonia,miqueridoTraddles?

—Pero ¡cómo!—dijoTraddlesabriendo losojos, segúnsucostumbre—,¿nohasrecibidomiúltimacarta?

—Desdeluegoqueno,sisereferíaaunaceremonia.

—¡Cómo, mi querido Copperfield! —dijo Traddles agarrándose el peloconlasdosmanosyapoyándolasluegoenmisrodillas—.¡Mehecasado!

—¡Casado!—exclaméalegremente.

—Diosme bendiga, sí—dijo Traddles—.El reverendoHoraceme casóconSofía,enDevonshire.Pero,chico,¡silatienesahídetrásdelacortinadelaventana!¡Mira!

Congransorpresamía,«lachicamásencantadoradelmundo»saliódesuescondite,riéndoseyenrojeciendo.Lamásdeliciosa,amable,dichosa;lamásresplandeciente novia que jamás vio el mundo, según creo que le dije aTraddles.Labesécomounantiguoamigo,yledeseéfelicidadescontodomicorazón.

—¡Dios mío! —dijo Traddles—. ¡Qué reunión más encantadora! Estásmorenísimo,queridoCopperfield.¡BenditoseaDios,quécontentoestoy!

—Yyotambién—dije.

—Lomismodigo—exclamóSofíaenrojeciendoyriendo.

—Somos todo lo felices que se puede ser—dijo Traddles—. Hasta laschicassondichosas;porciertoquemeolvidabadeellas.

—¿Olvidado?—dije.

—Sí; las chicas —dijo Traddles—, las hermanas de Sofía. Están connosotros;hanvenidoadarunavueltaporLondres.Elhechoesquecuando…¿Erastúelquedabastraspiésporlasescaleras,Copperfield?

—Sí,yoera—dijeriendo.

Page 212: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Pues entonces, cuando ibas dando tumbos por las escaleras —dijoTraddles—,yoestaba jugandocon laschicas;especifiquemos: jugábamosalescondite. Pero como esto no se debe hacer enWestminster Hall, pues nopareceríacorrectosilovierauncliente,semarcharon,yahora,sinduda,estánescuchando—dijoTraddles,echandounamiradaalapuertadeotrocuarto.

—Siento mucho —dije riéndome de nuevo— el haber ocasionado esadispersión.

—Ni una palabra —añadió Traddles encantado—; si las hubieras vistoescaparseyvolverotravez,despuésdequellamaste,acogerlaspeinetas,queseleshabíancaídodelpelo,ymarcharsecomolocas,nohubiesesdichoeso.Queridamía,¿quieresirabuscarlas?

Sofía salió corriendo, y oímos que en el cuarto contiguo la recibían conrisotadas.

—Verdaderamentemusical,¿noteparece,miqueridoCopperfield?—dijoTraddles—.Esmuyagradabledeoír.Iluminaporcompletoestashabitaciones,¿sabes? Para un desdichado bachiller, que ha vivido solo toda su vida, esverdaderamente delicioso; es encantador. ¡Pobres chicas! Han tenido unapérdida tan grande con Sofía, la cual, te lo aseguro Copperfield, es y serásiempre la muchacha más encantadora; y me alegro mucho más de lo quepuedo expresar al verlas de tan buen humor.La compañía demuchachas esuna cosa deliciosa, Copperfield. No es propio de la profesión; pero esrealmentedelicioso.

Viendo que tartamudeaba, y comprendiendo que, en la bondad de sucorazón, temíahabermeocasionadoalgunapenacon loquehabíadicho,meapresuréa tranquilizarleconunasinceridadqueevidentemente lealivióy leagradómucho.

—Pero, a decir verdad—dijo Traddles—, nuestros arreglos domésticosestánporcompletoendesacuerdo,miqueridoCopperfield.Hasta laestanciade Sofía aquí está en desacuerdo con el decoro de la profesión; pero notenemos otro domicilio. Nos hemos embarcado en un bote y estamosdispuestos a no quejamos.Y Sofía es una extraordinaria administradora. Teasombraríavercómohainstaladoaestaschicas.Apenassiyomismosécómolohahecho.

—¿Ycuántastienesaquí?—pregunté.

—La mayor, la Belleza, está —dijo Traddles en tono confidencial—;Carolina y Sarah están, ¿sabes?, aquella que lo decía que tenía algo en laespinadorsal;estámuchísimomejor;ylasdosmásjóvenes,queSofíaeducó,tambiénestánconnosotros.¡Ah!,tambiénLuisaestáaquí.

Page 213: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¿Deverdad?—exclamé.

—Sí —dijo Traddles—. Ahora bien; toda la casa (quiero decir lashabitaciones)nosonmásquetres;peroSofíalashaarreglado,lashainstaladodelmodomásmaravilloso,yduermenlomáscómodamenteposible.Tresenesecuarto—dijoTraddlesseñalando—ytresenesteotro.

NopudepormenosquelanzarunamiradaamialrededorbuscandodóndepodríanacomodarsemísterymistressTraddles.Traddlesmecomprendió.

—Comoacabodedecirte, estamosdispuestosanoquejarnosdenada—dijoTraddles—,yasí, lasemanapasada improvisamosunacamaaquí,enelsuelo.Perohayuncuartitodebajodeltejado,uncuartomuymonounavezquese ha llegado a él, que la misma Sofía ha acondicionado para darme unasorpresayqueesahoranuestrodormitorio.Escomouncuchitrildegitanos,perotieneunasvistasmuyhermosas.

—Porfin,miqueridoTraddles,estáscasado—dije'.¡Cómomeregocija!

—Gracias, gracias, Copperfield —dijo Traddles, mientras nosestrechábamosunavezmás lamano—;soy tan felizcomonosepuedesermás.Aquítienesatuantiguoamigo,yaves—medijoTraddlesmostrándomeconairetriunfanteelfloreroyelvelador—,yahítieneslamesademármol;todoslosdemásmueblessonsencillosyútiles,comopuedesver.Yencuantoaplata,notenemosnisiquieraunacucharilla.

—¡Yairáganándosetodo!—dijealegremente.

—Esoes—contestóTraddles—:hayqueganarlo.

—Cucharillasparamoverelténonosfaltan;perosondemetalinglés.

—Asílaplatabrillarámáscuandolatengáis—dije.

—Esomismodecimosnosotros—exclamóTraddles—.Yaves,miqueridoCopperfield—prosiguióhablándomeotravezentonoconfidencial—;despuésdeaquelprocesoenelTribunaldeDoctores,quefuemuyprovechosoparamicarrera,fuiaDevonshireytuvealgunasseriasconversacionesenprivadoconel reverendo Horace. Me apoyaba en el hecho de que Sofía, que, comoaseguro,Copperfield,eslamuchachamásencantadora…

—Estoyconvencidodeello—interrumpí.

—Loes,ya locreo—repitióTraddles—.Pero temohabermealejadodelasunto.CreoqueteestabahablandodelreverendoHorace.

—Hasdichoqueloapoyabasenelhecho…

—¡Ah, sí!Enel hechodequeSofíayyohabíamosestadoen relacionesmuchotiempoyenque,enunapalabra,Sofía,conelpermisodesuspadres,

Page 214: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

estabamuycontentadecasarseconmigo—dijoTraddlesconsufrancasonrisadesiempre—.Estoes,dispuestaacasarseconelmetalingléscorriente.

Muy bien. Entonces propuse al reverendo Horace (que es un hombreexcelente,Copperfield,ymerecíaserobispo,o,porlomenos,debieratenerlosuficiente para vivir sin verse en apuros) que si podía reunir doscientascincuenta libras en un año, con la esperanza para el año siguiente de haceralgunacosamás,yademásamueblarunsitiopequeñocomoéste,nosunieraaSofíayamí.Metomélalibertaddedemostrarlequehabíamossidopacientesdurante muchos años y que la circunstancia de que Sofía eraextraordinariamente útil en su casa no tenía que ser una razón para que susqueridos padres se opusieran a que su hija se estableciera en la vida.¿Comprendes?

—Claroquenodebíanoponerse—dije.

—Me alegro de que pienses así, Copperfield —prosiguió Traddles—;porquesinhacerelmenorreprochealreverendoHorace,yocreoquepadres,hermanos y demás son a veces muy egoístas en estos casos. También hicenotarquemimayordeseoeraserútila la familia,yquesi teníaéxitoenelmundo y, por desgracia, le ocurriera alguna cosa (me refiero al reverendoHorace)…

—Yaentiendo—dije.

—OamistressCrewler…misdeseoseranserunpadreparasushijas.Mecontestó de un modo admirable, halagando mucho mis sentimientos, y meprometióobtenerelconsentimientodemistressCrewlerparaestearreglo.Lescostómuchotrabajoconvencerla.Lesubíadesdelaspiernashastaelpechoydeahíalacabeza…

—¿Quéesloquelesubía?—pregunté.

—Lapena—contestóTraddlesseriamente—.Sussentimientosengeneral.Comoyatedijeenciertaocasión,esunamujermuysuperior;perohaperdidoelusodesusmiembros.Cualquiercosaquelepreocupeleatacageneralmentea laspiernas;peroenestaocasión le subióalpechoy luegoa lacabeza;demanera que se le alteró todo el sistema de un modo muy alarmante. Sinembargo, consiguieron curarla, colmándola de atenciones cariñosas, y noscasamoshace seis semanas.Nopuedes figurarte,Copperfield,quémonstruomesentícuandovillorarydesmayarseatodalafamilia.MistressCrewlermepudoverantesdepartir;nomeperdonabaelhaberlearrebatadoasuhija;perocomo es una buena persona, por fin se le ha pasado.He tenido de ella unacartaencantadoraestamañana.

—Y, en resumidas cuentas, mi querido amigo —dije—, te sientes tandichosocomomerecíasserlo.

Page 215: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¡Oh! En eso eres muy parcial —dijo Traddles riéndose—; pero, enrealidad,nomecambiopornadie.TrabajomuchoyleoDerechosinsaciarme.Melevantoalascincotodaslasmañanas,ynomecuestatrabajo.Duranteeldíatengoescondidasalaschicas,yporlasnochesnosdivertimosjuntos.Teaseguroquemedamuchapenaquesemarcheneljueves,queeslavísperadelprimer día de Michaelmas Term. Pero aquí están las muchachas —dijoTraddles,dejandoeltonoconfidencialyhablandoalto—.MísterCopperfield:missCrewler,missSarah,missLouisa,Margaret,Lucy.Parecíanunramoderosas,tanfrescasytansanasestaban.

Eran todasmuymonas, ymiss Caroline,muy guapa; pero en lamiradabrillantedeSofíahabíaunaexpresióntantierna,tanalegreytanserena,quevalíamásquetodoyquemeasegurabaquemiamigohabíaelegidobien.Nossentamosalrededorde lachimenea,mientrasel chico,deaire travieso, cuyasofocación adivinaba yo ahora que había sido ocasionada por el arregloprecipitadodelospapeles,seapresurabaaquitarlosdeencimadelamesaparareemplazarlospor el té.Despuésde esto, se retiró, cerrando lapuerta deunportazo.MistressTraddles,cuyosojosbrillabandecontenta,despuésdehacereltésepusotranquilamenteatostarelpan,sentadaenunrincón,alladodelachimenea.

MientrassededicabaaaquellaoperaciónmedijoquehabíavistoaAgnes.«Tom»lahabíallevadoaKent,aunaboda,yallíhabíavistotambiénamitía;lasdosestabanmuybienynohablaronmásquedemí.

Medijoque«Tom»mehabíatenidopresenteensuspensamientostodoeltiempoqueestuvefuera.

«Tom»eraunaautoridadentodo.«Tom»eraevidentementeelídolodesuvida, y ninguna conmoción podría hacerle vacilar en su pedestal, siemprecreyendo en él y reverenciándole con toda la fe de su corazón, sucediera loquesucediera.

La deferencia que ambos, ella y Traddles, profesaban a la Belleza megustaba mucho. No creo que fuera muy razonable; pero me parecíaencantadorayunaparteesencialdesucarácterSienalgúnmomentoTraddlesechabademenoslascucharillasdeplata,nomecabedudaqueeraalofrecereltéalaBelleza.Sisudulcemujercitasevanagloriabadealgo,eraúnicamentede ser hermana de la Belleza. Lasmás leves indicaciones y caprichos eranconsideradosporTraddlesysumujercomocosasnaturalesylegítimas.Siellahubieranacidoreinadelasabejas,yellosfueranabejasobreras,nohubiesenpodidoestarmássatisfechos.

Pero su abnegaciónmeencantaba.Elmejor elogioquepodíahacersedeelloseraelorgulloque teníanporaquellasmuchachasy lasumisióna todassus fantasías. Si alguna vez se dirigían a él, llamándole querido, era para

Page 216: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

rogarle que les trajera algo o les llevara algo, les levantara algo, les bajaraalgo,lesbuscaraalgo,lescogieraalgo,yerainterpeladoasíporunaaotradesus cuñadas lomenosdoce veces en unahora.Delmismomodo, no sabíanhacernadasinSofía.Sielpelodealgunasedesarreglaba,nadiemásqueSofíapodía arreglarlo. Si alguna había olvidado la tonadilla de alguna canción,nadiemásqueSofía laencontraba.Siotraqueríarecordarelnombredeunaplaza en Devonshire, únicamente ella lo sabía. Si se quería escribir algunanoticiaacasa,sóloseconfiabaenSofía,paraqueteescribieraporlamañana,antesdedesayunar.Siaalgunaselesoltabaunpuntoenlamedia,nadiemásqueSofíaeracapazdecorregireldefecto.Eranporcompletolasamasdelacasa,ySofíayTraddleslesservían.NosécuántoschiquilloshubierapodidocuidarSofíaenaqueltiempo;peroteníafamadesabertodaclasedecancionesde niños, y las cantaba por docenas, apropiadas a su vocecita clara, unadespués de otra (a petición de cada hermana, que quería tener la suya, sinolvidar a la Belleza, que no se quedaba atrás). Yo estaba entusiasmado. Lomejordetodoeraque,enmediodesusexigenciastodaslashermanasteníangranternurayrespetoporSofíayTraddles.

Al despedirme, y cuando Traddles me acompañó hasta el café, estoyseguro de que nunca vi una cabellera tan rebelde (ni ninguna otra menosrebelde)irdemanoenmanopararecibirsemejantechaparróndebesos.

Eraunaescenaenlaquepensabacongustoaundespuésdemuchoratodehaberlesdadolasbuenasnoches.UnmillarderosasquehubieranflorecidoenaquellashabitacionesdeladeslucidaGray'sInnnohubiesenresplandecidonilamitad.LaideadeaquellasmuchachasdeDevonshireentreaquellosviejosjurisconsultosyenaquellosgravesestudiosdeprocuradores,preparandoeltéylastostadasycantandolascancionesdeniñosenaquellaatmósferasuciadegrasillaypergamino,delacre,deobleaspolvorientas,debotellasdetinta,depapel sellado,deprocesos, escritos, declaracionesy recibos,meparecíaunacosatanfantásticacomosihubierasoñadoquelafabulosafamiliadelsultánera admitida en la lista de abogados, con el pájaro que habla, el árbol quecantayelaguadoradaenGray'sInnHall.Sinembargo,notéquedespuésdehabermedespedidodeTraddles,devueltaenelcafé,sehabíaoperadoungrancambioenmidesalientoacercadeél.Empecéapensarquesaldríaadelante,apesardetodosloscamareros-jefesdeInglaterra.

Sentadoenunasilladelantedeunadelaschimeneasdelcafé,parapensaren ellos más a gusto, caí gradualmente desde las consideraciones de sufelicidad en la contemplación del rastro que iban dejando los carbonesardientes, y pensado, al verlos despedazarse y cambiar, en las principalesvicisitudes y separaciones que habían sucedido desde que yo había dejadoInglaterra,hacía tresaños,ypensaba tambiénen losmuchos fuegosde leñaquehabíapercibidoyque,alconsumirseenardientescenizasyconfundirseen

Page 217: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

plumado montón sobre la tierra, me parecían la imagen de mis esperanzasmuertas.

Ahorapodíapensarenelpasadogravemente,perosinamargura,ypodíacontemplarel futuroconánimosereno.Elhogaryanoexistíaparamí.A lamujeraquienyopodíahaberinspiradounamorprofundo,lehabíaenseñadoaquererme como una hermana. Se casaría y tendría nuevos derechos en suternura,y,cumpliéndolos,nosabríanuncaelamorqueporellahabíacrecidoen su corazón. Era justo que pagase con mi tristeza mi temeraria pasión.Recogíaloquehabíasembrado.

Pensaba en todo esto, preguntándome simi corazón podría soportarlo ycontinuartranquiloenellugarqueocupabaenelsuyoyqueellaocupabaenmí,cuandomedicuentadequemisojossefijabanenunafiguraqueparecíahabersurgidodelfuego,enasociaciónconmisantiguosrecuerdos.

ElpequeñomísterChillip,eldoctoracuyosbuenosserviciosfuideudorenelprimercapítulodeestahistoria,estabasentado,leyendounperiódico,enelrincónopuestode lachimenea.Se lenotabavisiblementeenvejecidopor losaños;perocomoeraunhombreblando,apacibleysereno,losllevabatanbien,queenaquelmomentomeparecióqueestaba igualquecuandoesperabaennuestrosaloncitominacimiento.

MísterChilliphabíadejadoBloonderstonehacíaseisosieteañosydesdeentonces no le había vuelto a ver. Estaba sentado plácidamente, leyendo elperiódico,consucabecitainclinadahaciaunlado,yunvasodejerezcalienteal lado del codo. Parecía tan conciliador en sus modales, que daba laimpresión de presentar sus excusas al periódico por tomarse la libertad deleerlo.

Meadelantéhaciadondeestabayledije:

—¿Cómoestáusted,místerChillip?

Parecióasustarleaquellainesperadainterpelaciónporpartedeunextraño,ycontestósuavemente,segúnsucostumbre:

—Muchas gracias, caballero, es usted muy amable. Se lo agradezcomucho.Yesperoqueestéustedbien…

—¿Noseacuerdausteddemí?—ledije.

—Pues verá usted, caballero —me contestó míster Chillip, sonriendoamablementeymoviendolacabezamientrasmeobservaba—.Hayalgoensuexpresiónysupresenciaquemeparecefamiliar;pero,enrealidad,nopuedodarconsunombre.

—Y, a pesar de todo, lo sabe usted mucho antes de que yo mismo losupiera—contesté.

Page 218: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¿De verdad, caballero?—dijo míster Chillip—. ¿Es posible entoncesquetuvierayoelhonordeasistirlecuando…?

—Sí—contesté.

—Pues entonces —exclamó míster Chillip—, no hay duda que hacambiadomuchodesdeentonces.

—Probablemente—dije.

—Puesbien—observómísterChillip—;esperoqueustedmedisculpesimeveoobligadoapreguntarle,porfavor,sunombre.

Al decirle cómome llamaba se emocionó visiblemente.Me estrechó lasmanos (locualparaél eraunprocederviolento,puesacostumbrabadeslizartímidamente, a unas dos pulgadas de su cadera, uno o dos dedos, y parecíadesconcertado cuando alguien le agarraba con fuerza). Aun ahora metió lamano en el bolsillo de su abrigo tan pronto como le fue posible soltarla, ypareciótranquilizarsecuandovioqueestabasanaysalva.

—Queridomío—exclamó,observándome,consucabeza inclinadahaciaun lado—. ¿Y es ustedmísterCopperfield de verdad? ¡Bueno!Creo que lehubierareconocidomirándolemásdetenidamente.

Hayungranparecidoentreustedysupobrepadre.

—Notuveladichadeconocerle—observé.

—Esverdad, caballero—dijomísterChillip en tonomuy suave—.Y esdeplorablebajotodoslossentidos.Puesaunennuestrorecuerdonoignoramossufama—dijomísterChillip,moviendosuavementesucabecita—.Debedetenerustedunagranexcitaciónaquídentro—dijomísterChillipseñalándoselafrenteconelíndice—.Yseráunaocupaciónmuyfatigosa,¿verdad?

—¿Dóndeviveustedahora?—lepregunté,sentándomeasulado.

—EstoyestablecidoaalgunasmillasdeBurySaint-Edmund—dijomísterChillip—. Mistress Chillip heredó de su padre una pequeña finca en losalrededores, nos instalamos allí, donde (le agradará saberlo) nosvabastantebien.Mi hijo es ya un gran personaje—dijomíster Chillip, sacudiendo unpoquitosucabecita—.Sumadrehatenidoquesoltardosplieguesasuropalasemanapasada.¡Asípasaeltiempo,comopuedeustedver!

Al hacer aquella reflexión, el hombrecillo se llevó la copa vacía a loslabios.Lepropusequeselallenarandenuevo,haciéndolecompañíamientraslaterminaba.

—Muybien—contestódespacito,comosiempre—,esmásdeloqueestoyacostumbrado; pero no puedo privarme del placer que me ocasiona suconversación.Meparecequefueayereldíaquetuveelhonordeasistirleenel

Page 219: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

sarampión.Salióustedperfectamentedeaquellaenfermedad.

Leagradecíelelogioypedíotrovaso,quetrajeronenseguida.

—Esto es un exceso—dijomísterChillipmoviéndolo—;peronopuedoresistiraunaocasióntanextraordinaria.¿Notieneustedfamilia?

Sacudídeunladoaotrolacabeza.

—Sabía que había usted tenido una pérdida hace algún tiempo —dijomíster Chillip—; me lo dijo la hermana de su padrastro. Un carácter muydecidido,¿verdad?

—Sí,bastantedecidido—dije—.¿Dóndelaviousted,místerChillip?

—¿Noestáustedenterado—contestómísterChillipconsuplácidasonrisa—dequesupadrastroesotravezunodemisvecinos?

—Nosabíanada—dije.

—Puesloes—dijomísterChillip—.Secasóconunaseñoritadeaquelloscontornosqueposeíaunapequeñafortunalapobreinfeliz.¿Ycómosesiente?¿Nosienteustedfatiga?—preguntómísterChillipmirándomeconatención.

Nocontestéaestapregunta,yvolvíalosMurdstone.

—Yasabíaque sehabíacasadodenuevo. ¿Asisteusteda la familia?—pregunté.

—Normalmenteno;peromehanllamadoalgunasveces—contestó—.Losórganos frenológicos de la firmeza están poderosamente desarrollados enmísterMurdstoneysuhermana.

Contestéconunamiradatanexpresiva,quemísterChillip,envalentonadoconellaycon lasegundacopa,movióvariasveces lacabezayexclamó,entonopensativo:

—¡Ayquerido!Nosacordamosdeotrostiempos,místerCopperfield.

—¿Yelhermanoylahermanasiguenelmismoestilodevida?—dije.

—Veráusted—contestómísterChillip—.Unmédiconodebíateneroídosyojosnadamásqueparasuprofesión.Pero,sinembargo, tengoquedecirlequesonmuyseveros,lomismoparaestavidaqueparalaotra.

—Esperoqueenlaotrasepanarreglarsesinsuayuda—repliqué—.¿Quéesloquehaceahora?

MísterChillipagitólacabeza,revolviólabebidayechóuntraguito.

—Eraunamujerencantadora—observóentonoplañidero.

—¿LapresentemistressMurdstone?

Page 220: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Unamujerencantadoradeverdad—dijomísterChillip—.Estoysegurodequeeratanamablecomoesposibleserlo.LaopinióndemistressChillipesquehacambiadocompletamentedehumordesdequesehacasado,yqueestácasi locademelancolía.Hayqueconvenirque las señoras—observómísterChilliptemerosamente—tienenungranespíritudeobservación.

—Supongo que habrán querido someterla o romperla en su detestablemolde,¡queelCielolaayude!,ylohabránconseguido—dije.

—Veráusted.Alprincipiohabíaviolentosaltercados,seloaseguro—dijomísterChillip—;peroahoranoesmásqueunasombra.Meatrevería,señor,adecirleconconfianzaque,desdequelahermanavinoenayudadelhermano,losdoslehanreducidocasiaunestadodeimbecilidad.

Ledijequelocreíafácilmente.

—Novaciloendecir—continuómísterChillip,tomandounnuevotraguitodesubebida—,entreustedyyo,quesupobremadremurióacausadeello,yque la tiranía, el humor sombrío y las persecuciones han hecho demistressMurdstonecasiunseridiota.Antesdecasarseeraunamujermuyalegre;perosu austeridad la ha destrozado. Ahora la tratan más como si fueran susguardianesquemaridoycuñada.ÉstaeralaobservaciónquemehizomistressChillipnohaceaúnunasemana.Yleaseguroaustedquelasseñorassonmuyobservadoras.LamismamistressChillipesunagranobservadora.

—Yesquesigueteniendolapretensióndedaraestecaráctersombrío(meavergüenzausartalpalabraparaestaidea)elnombredereligión.

—No se anticipe usted —dijo míster Chillip, cuyos párpados ibantornándosecadavezmásrojosconelestímuloinacostumbradodequesacabasuvalor—.Unade lasobservacionesmásacertadasdemistressChillip,unaobservación que me ha electrizado —siguió diciendo despacio—, es quemísterMurdstoneseelevasobreunpedestalysellamaasímismoNaturalezaDivina.CuandomistressChillipmedijoestomehubierapodidoustedtiraralsuelosóloconelcontactodeunapluma.¡Lasseñorassonmuyobservadoras!

—Instintivamente—dijeyo.

—Me alegro encontrar tal respaldo a mi opinión —replicó—. No meocurre amenudo el dar opiniones que no sean profesionales, se lo aseguro.MísterMurdstoneechadiscursosenpúblicoalgunasveces,ysedice,enunapalabra, lodicemistressChillip: que cuantomás tiranoha sidomás ferocessonsusdoctrinas.

—CreoquemistressChilliptienemucharazón—dije.

—MistressChillip llegaadecir—continuódiciendoelmássuavede loshombres, con mucha animación— que lo que el pueblo llama

Page 221: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

equivocadamente su religión es un pretexto para sus malos humores yarrogancias;y¿sabeusted—continuó,inclinandosuavementelacabezahaciaunlado—quenoencuentroautoridadparamísterymistressMurdstoneenelNuevoTestamento?

—Yotampocolaheencontradonunca—dije.

—Entre tanto —dijo míster Chillip—, nadie los puede ver; y como seotorganlaautoridaddecondenaralagentequelosdetesta,tenemosunbuennúmero de condenados entre nuestros vecinos. Sin embargo, como dicemistressChillip,sufrenuncontinuocastigo.PadecenelsupliciodePrometeo,dedevorarsupropiocorazón,yelpropiocorazónesmalalimento.Yahora,caballero, si usted me permite insistir sobre su estado, no se excite usteddemasiado.

Nomecostótrabajo,dadalaexcitacióndemísterChillipporlainfluenciade la poción, distraer su atención de este tópico y llevarle a sus propiosasuntos,sobreloscualesfuemuylocuazduranteotramediahora,dándomeaentender, entre otras cosas, que si estaba en aquel momento en el café deGray'sInneraparadeclararanteunacomisióninvestigadoratocantealestadode un paciente que había enfermado del cerebro por abuso de bebidasalcohólicas.

—Le aseguro a usted —dijo— que en estas ocasiones me pongoextremadamente nervioso. No puedo soportar que se me engañe. Esto medeshace. ¿Sabe usted que me hizo falta tiempo para reponerme de aquellaalarmanteseñora,lanochedesunacimiento,místerCopperfield?

Le dije que iba a ver ami tía, el dragón de aquella noche, a lamañanasiguiente,yquehubiesepodidoverqueeraunadelasmujeresmáscariñosasymás excelentes si hubiera llegado a conocerla con más intimidad. La meraposibilidaddevolverlaaverparecíaaterrarle.Contestóconunapálidasonrisa:«¿De verdad? ¿Realmente?»; e inmediatamente pidió una vela y se fue a lacama,comosinoseencontraraseguroenningúnsitio.Nosubióprecisamentedando tumbos;peromepareceque suplácidopulsodebíadedardoso trespulsaciones más por minuto que la noche aquella en que mi tía, en elparoxismodesudesencanto,lepegóconsucofia.

Extraordinariamente cansadomeacosté, y aldía siguientememetí en ladiligenciadeDover,ylleguésanoysalvoalsalóndemitía,enelmomentoenquepreparabaelté(ahorateníalentes),yfuirecibido,conlosbrazosabiertos,porella,pormísterDickypormiqueridaviejaPeggotty,quehacíalasvecesde ama de llaves. Mi tía se divirtió mucho cuando empecé a contarle mientrevistaconmísterChillipyelrecuerdotanterriblequeconservabadeella.EllayPeggottydijeronmuchascosasdelsegundomaridodemipobremadre,ydela«asesina»desuhermana.Ningúncastigonitormentohubieraobligado

Page 222: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

amitíaallamarlaporsunombredepilaoadesignarladeotramanera.

Capítulo20

Agnes

Cuando nos dejaron solos, mi tía y yo estuvimos charlando hasta muyentradalanoche.Mecontóquetodaslascartasdelosemigrantesrespirabanesperanza y alegría; que míster Micawber había enviado ya muchas vecespequeñas sumas de dinero para saldar sus deudas, «como debe hacerse dehombreahombre;queJanethabíavueltoalserviciodemitíaalestablecerseéstadenuevoenDover,yque,porúltimo,habíarenunciadoasuantipatíaporelsexomasculino,casándoseconunricotabernero,yhabiendoconfirmadomitíaaquelgranprincipioayudandoyasistiendoalanoviayhastahonrandolaceremoniaconsupresencia.Heaquíalgunodelospuntossobrelosqueversónuestraconversación,aunqueyamehabíahabladodeelloensuscartas,conmásomenosdetalles.MísterDicktampocofueolvidado.Mitíamedijoquesededicabaacopiartodoloquelecaíaenlasmanos,yqueconaqueltrabajohabíaconseguidoqueelreyCarlosIsemantuvieraaunadistanciarespetuosa;queestabamuycontentadeverlelibreysatisfecho,yque,enfin(conclusiónquenoeranueva),sóloellasabíatodoloquevalía.

—Y ahora, Trot—me dijo, acariciándome la mano mientras estábamossentados al lado del fuego, siguiendo nuestra antigua costumbre—, ¿cuándovasairaCanterbury?

—Buscaréuncaballoeirémañanaporlamañana,amenosdequequierasvenirconmigo.

—No—dijomitíaentonobreve—;piensoquedarmeaquí.

—En ese caso iré a caballo. No hubiese atravesado hoy Canterbury sindetenermesihubierasidoparaveraotrapersonaquenofuerastú.

Enel fondoestabaencantada;peromecontestó:«¡Bah,Trot!Misviejoshuesos hubieran podido esperar hasta mañana». Y volvió a acariciarme lamanomientrasyomirabaalfuego,soñando.

Soñando.NopodíasabermetancercadeAgnessinsentirentodasufuerzalossentimientosquemehabíanpreocupadotantotiempo.Quizáahoraestabandulcificados por el pensamiento de que aquella lecciónme estabamerecidapornohaberloprevistocuandoteníatodoelporvenirantemí;peronoporesodejaba de sentirlo. Todavía oía yo la voz de mi tía repetirme lo que ahoracomprendíamejor:«¡OhTrot!¡Ciego!,¡ciego!,¡ciego!».

Page 223: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Guardamossilencioduranteunosminutos.Cuandolevantélosojosviquemeobservabaatentamente.

Quizáhabíaseguidoelhilodemispensamientos,menosdifícildeseguirahoraquecuandomiespírituseobstinabaenmiceguera.

—Quizá te parezca que a su padre se le han blanqueado mucho loscabellos; pero en lo demás está muchomejor: es un hombre nuevo. Ya noaplica sumedida limitadaa todas las alegríasy a todas laspenasde lavidahumana.Créeme,hijomío;esnecesarioquetodoslossentimientossehayanempequeñecidomuchoenunhombreparaquesepuedamedirconsemejantemedida.

—Escierto—lerespondí.

—Encuantoaella,laencontrarás—dijomitía—tanbellaytanbuena,tantiernaytandesinteresadacomosiempre.Sisupieraunelogiomayor,Trot,nodudaríaendárselo.

Y,enefecto,nohabíamejorelogioparaella,nimásamargoreprocheparamí.¡Oh!¿Porquéfatalidadmehabíaextraviadodeaquelmodo?

—Sienseñaalasniñasquelarodeanasercomoella—continuómitía,ysus ojos se llenaron de lágrimas—, Dios sabe que será una vida bienempleada.«Dichosadeserútil»,comodecíaella.¿Ycómopodríaserdeotramanera?

—TieneAgnesalgún——pensabaalto,másbienquehablaba.

—¿Algúnqué?—dijovivamentemitía.

—Algúnenamorado—dije.

—Pordocenas—exclamómitía,conunaespeciedeorgulloindignado—.Hubierapodidocasarseveinteveces,amigomío,desdequetehasmarchado.

—No lo dudo—dije—; pero ¿ha encontrado un hombre digno de ella?Puesdenoserasí,ellanolequerría.

Mi tía permaneció silenciosa unmomento, con la barbilla apoyada en lamano.Después,levantandolentamentelosojos:

—Sospecho—dijo—queestáenamoradadeuno,Trot.

—¿Yescorrespondida?—pregunté.

—Trot—repusogravementemitía—,notengoderechoparadecirtemás.Ellanosehaconfiadonuncaamí,ysólosonsuposicionesmías.

Me miraba atentamente, con inquietud (hasta la vi temblar), y me dicuenta, más que nunca, de que seguía mis íntimos pensamientos. Hice una

Page 224: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

llamada a todas las resoluciones que había tomado durante tantos días ynochesdeluchaconmicorazón.

—Siesasí—proseguí—,creoqueloserá…

—Nodigoquelosea—dijobruscamentemitía—;nodebesfiartedemissospechas.Alcontrario,hasdeguardarsecreto.Alomejoresunaideamía,ynotengoderechoadecirnada.

—Sifueraasí—continué—,Agnesmelodiráalgúndía.Unahermana,alaquehedemostradotantaconfianza,tía,nomenegarálasuya.

Mi tía separó su mirada de mí, tan lentamente como la había fijado, y,pensativa, se tapó la cara con una mano. Poco a poco puso la otra manoencimademihombro,ypermanecimosasí,unoalladodeotro,pensandoenelpasado,sincambiarunapalabrahastaelmomentodeacostarnos.

Aldíasiguiente,temprano,salíparaellugardondehabíapasadoeltiempolejanodemisestudios.

Nopuedodecirquemesintieracompletamentedichosocon laesperanzadeganarunabatallaconmigomismo,nicon laperspectivadeverprontosurostroquerido.

Pronto recorrí, en efecto, aquel camino, que conocía tanbien, y atraveséaquellascallestranquilas,dondecadapiedrameeratanfamiliarcomounlibrodeclaseauncolegial.Fuiapiehastalaviejacasa;despuésmealejé;teníaelcorazón demasiado lleno para decidirme a entrar. Volví, y vi al pasar laventana baja de la torrecilla dondeUriahHeep y despuésmísterMicawbertrabajaban: ahora era un saloncito; ya no había oficinas. Y la casa tenía elmismoaspecto limpioycuidadoquecuando lahabíavistoporprimeravez.RoguéalacriadaquevinoaabrirmequedijeraamistressWickfieldqueuncaballero deseaba verla de parte de un amigoque volvía del extranjero.Mehizo subir por la vieja escalera, advirtiéndome que tuviera cuidado con losescalones (los conocía yo mejor que ella), y entré en el salón. Nada habíacambiado.LoslibrosqueleíamosjuntosAgnesyyoestabanenelmismositio;volvíaverenelmismorincónelpupitreenquetantasveceshabíatrabajado.Todos los pequeños cambios que los Heep habían introducido en la casahabíansidodeshechos.Todoestabalomismoqueenlostiemposfelices.

Measoméaunaventana,ymiraba lascasasde laotraacera recordandocuántasveceslashabíacontempladolosdíasdelluvia,cuandovineaestudiaraCanterbury,ytodaslassuposicionesquemedivertíahacersobrelagentequese asomaba a sus ventanas, y la curiosidad con que los seguía subiendo ybajando las escaleras, mientras la lluvia golpeaba el empedrado. Recordabaquecompadecíacontodamialmaalosquellegabanapie,porlanoche,enlaoscuridad,empapadosyarrastrandolaspiernas,consuenvoltorioalhombro,

Page 225: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

enlapuntadeunpalo.Todosaquellosrecuerdosestabantodavía tanfrescosenmimemoria;sentíaelmismoolordelatierrahúmedaydehojasmojadas;hasta me parecía el mismo viento que me había desesperado durante mipenosoviaje.

El ruidode la puertecita que se abría en el zócalodemadera talladamehizoestremecer.Mevolví.

LabellayserenamiradadeAgnesencontrólamía.Sedetuvo,poniéndoselamanoenelpecho;yolacogíenmisbrazos.

—Agnes,queridamía,¡hellegadodemasiadodeimproviso!

—No,no;¡estoytancontentadeverte,Trotwood!

—QueridaAgnes;yosíquesoydichosovolviéndoteaver.

Laestrechabacontramicorazón,yduranteunmomentonosmiramosensilencio.Despuésnossentamosunoalladodelotro,yviensurostroangelicalla expresiónde alegría y de afecto conque soñabadía y nochedesdehacíaaños.

Estaba tan ingenua, tanbella, tanbuena; ledebía tantoy laquería tanto,que no podía expresar lo que sentía. Traté de bendecirla, traté de darle lasgracias,tratédedecirle(comolohabíahechoamenudoenmiscartas)todalainfluenciaqueejercíasobremí;peromisesfuerzoseranvanos.Mialegríaymiamorparecíanmudos.

Consudulcetranquilidadcalmómiinquietud;merecordóelmomentodenuestra separación; me habló de Emily, a quien había ido a ver en secretomuchasveces;mehabló,deunamaneraconmovedora,delatumbadeDora.Conel instinto siempre justoque ledaba sunoble corazón tocó tandulceydelicadamentelascuerdasdolorosasdemimemoria,queniunadeellasdejóderesponderasullamamientoarmonioso,yyoprestabaoídoaaquellatristeylejanamelodía,sinquemehicieransufrirlosrecuerdosquedespertabaenmialma.¿Cómohubierapodidosufrir, cuando todo lodominabaella, como lasalasdelángelbuenodemivida?

—¿Ytú,Agnes?—dijeporfin—.Háblamedeti.Nomehasdichotodavíanadadeloquehaces.

—¿Y qué podría decirte?—repuso con su radiante sonrisa—.Mi padreestá bien. Nos encuentrasmuy tranquilos en nuestra vieja casa, que nos hasidodevuelta;nuestras inquietudessehandisipado;sabiendoeso,Trotwood,losabestodo.

—¿Todo,Agnes?—dije.

Memirónosinunpocodesorpresaydeemoción.

Page 226: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¿Nohaynadamás,hermanamía?—dije.

Palideció;despuésenrojecióypalideciódenuevo.Meparecióquesonreíaconserenatristeza,ymoviólacabeza.

Habíaintentadohacerlehablardelasuntodequemehabíahabladomitía,pues,pordolorosaque fueraparamíaquellaconfidencia,quería sometermicorazónycumplir conmideberhaciaAgnes.Peroalverquese turbabanoinsistí.

—¿Tienesmuchoquehacer,queridaAgnes?

—¿Conmisdiscípulas?—dijolevantandolacabeza;yahabíarecobradosuserenidadhabitual.

—Sí.¿Tedaránmuchotrabajo,no?

—Esuntrabajotandulce—repuso—,queseríacasiingratasiledieraesenombre.

—Nadadeloqueesbuenoloparecedifícil—repliqué.

Palideciódenuevo,yotravez,albajarlacabeza,vilatristesonrisa.

—¿Teesperarásparaveramipadre—dijoalegremente—,ypasaráseldíacon nosotros? ¿Quizá hasta quieras dormir en tu antigua habitación? Laseguimosllamandotuya.

Aquello era imposible, porque había prometido a mi tía volver por lanoche;peromegustaríamuchopasareldíaconellos.

—Ahoratengoquehacer—dijoAgnes—.Tedejocontusantiguoslibrosynuestraantiguamúsica.

—Sihastameparecenlasantiguasflores—dijemirandoamialrededor—;o,porlomenos,lasmismasquetegustabanantes.

—Esquemegusta—repusoAgnessonriendo—conservarlotododurantetuausencia,lomismoquecuandoéramosniños.¡Éramostanfelicesentonces!

—Sí.¡Dioslosabe!—dije.

—Ytodoloquemerecuerdaamihermano—dijoAgnesvolviendohaciamísusojoscariñosos—mehacecompañía.Hastaestaminiaturadecestito—dijo, enseñándome el que llevaba a la cintura, lleno de llaves—me parece,cuandolooigosonar,quemecantaunacancióndenuestrajuventud.

Sonrióysalióporlapuerta,quehabíaabiertoalentrar.

Estaba decidido: conservaría con cuidado religioso aquel afecto dehermana.Eratodoloquemequedaba,yerauntesoro.Siquebrantabaaquellaconfianzaqueriendodesnaturalizarla,laperderíaparasiempreyyanopodría

Page 227: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

renacer.Tomélafirmeresolucióndenoexponerme;cuantomáslaamaba,másinterésteníaennotraicionarmeniunmomento.

Medediquéapasearporlascalles,yvolvíaveramiantiguoenemigo,elcarnicero(ahoracomisario,conelbastóncolgadoensu tienda).Fuiaverelsitiodondehabíamoscombatido,yallíestuverecordandoamissShepherd,yalamayormissLarkins,ytodasmispasiones,amoresyodiosdeaquellaépoca.LoúnicoquehabíasobrevividoeraAgnes,miestrellasiemprebrillanteycadavezmásaltaenelcielo.

Cuandovolví,místerWickfieldestabayaencasa;habíaalquilado,aunasdosmillasdelaciudad,unjardín,dondeibaatrabajarcasitodoslosdías,yleencontrétalcomomitíamelehabíadescrito.

Comimosconcincooseisniñas,discípulasdeAgnes.MísterWickfieldyanoeramásquelasombradelretratoquehabíaenlapared.

Latranquilidadylapazquereinabanenaquellaapaciblemorada,ydelasqueguardabaun recuerdo tanprofundo,habían renacido.Cuando terminó lacomida,místerWickfieldnotomóvino,subimostodos.

Agnes y sus discípulas se pusieron a cantar, a jugar y a trabajar juntas.Despuésdeltélasniñasnosdejaronynosquedamoslostressoloshablandodelpasado.

—Tengomuchosasuntosdelosquearrepentirme,Trotwood—dijomísterWickfield,moviendosucabezablanca—;losabesmuybien;peroasíytodo,aunqueestuvieraenmimano,nomegustaríaborrarturecuerdo.

Locreía,puesAgnesestabaasulado.

—Nomegustaría,puesseríadestruiralmismotiempoeldelapaciencia,laabnegación,lafidelidad,elamordemihija,yesonoloquieroolvidar,no;niaunparallegaraolvidarmedemímismo.

—Lecomprendo—ledije condulzura—.Siemprehepensadoen ello…siempre…conveneración.

—Peronadiesabe,nisiquieratú—añadió—,todoloquehahecho,todoloquehasoportado,todoloquehasufridomiAgnes.

Agnespuso sumano sobre el brazode supadre, comoparadetenerle, yestabapálida,muypálida.

—Vamos, vamos —dijo con un suspiro, rechazando evidentemente elrecuerdo de una pena que su hija había tenido que soportar, que quizásoportabatodavía(penséenloquemehabíadichomitía).

Trotwood, nunca te he hablado de sumadre. ¿Te ha hablado alguien deella?

Page 228: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—No,señor.

—Nohaymuchoquedecir…aunquesufriómuchísimo.Secasócontralavoluntadde supadre,que renegódeella.AntesdequenacieramiAgnes lesuplicóquelaperdonase.Eraunhombremuyduro,ysumadrehabíamuertohacíamuchotiempo.Larechazó,ydestrozósucorazón.

Agnesseapoyóenelhombrodesupadreylepasóunbrazoalrededordelcuello.

—Era un corazón dulce y tierno—dijo—, y lo hizo pedazos. Yo sabíacómoeradefrágilydelicada.

Nadiepodíasaberlocomoyo.Meamabamucho,peronuncafuedichosa.Sufría siempre por aquel golpe doloroso, y cuando su padre la rechazó porúltimavez,estabaenferma,débil…empeoróymurió.MedejóconAgnes,quesólo tenía entonces quince días, y con los cabellos grises queme has vistodesdeelprimerdíaquevinisteaquí.

Abrazóasuhija.

—Micariñopormihijaeraunamorllenodetristeza,puesmialmaestabaenferma.Pero ¿paraqué seguirte hablandodemí?Esde sumadredequienqueríahablarte,Trotwood.Nonecesitodecirteloquehesidoniloquesoy,loadivinas,losé.EncuantoaAgnes,nonecesitodecirteloquees,siempreheencontradoenellaalgodela tristehistoriadesupobremadre;poresolohehabladoestanoche,ahoraqueestamosreunidosdenuevo,despuésdetantoscambios.Yatelohedichotodo.

Bajólacabeza.Agnesinclinóhaciaéllasuyadeángel,quetomóconsuscariciasfilialesuncaráctermáspatéticotodavíadespuésdeaquelrelato.Unaescenatanconmovedoraveníaapropósitoparafijardeunmodomuyespecialenmimemoria el recuerdo de aquella tarde, la primera de nuestra reunión.Agnesselevantóy,acercándosesuavementealpiano,sepusoatocarunadelas cosas que tocaba antes y que habíamos escuchado tantas veces en aquelmismositio.

—¿Tienes intención de seguir viajando? —me preguntó, mientras yoestabadepieasulado.

—¿Quéopinamihermana?

—Esperoqueno.

—Entoncesnopiensohacerlo,Agnes.

—Puestoquemeconsultas,Trotwood,lodiréquetureputacióncrecienteytus éxitos deben animarte a seguir, y aunque yo pudiera pasarme sin mihermano—continuó,fijandosusojosenmí—,quizáeléxitoloreclame.

Page 229: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Loquesoyesobratuya,Agnes,ytúdebesjuzgarlo.

—¿Miobra,Trotwood?

—Sí,Agnes,miqueridamuchacha—ledije,inclinándomehaciaella—;hequeridodecirtehoy,alvolverteaver,algoque tengoenelcorazóndesde lamuertedeDora.¿Recuerdasquefuisteabuscarmealgabineteymeenseñasteelcielo,Agnes?

—¡Oh,Trotwood!—repusoella,conlosojosllenosdelágrimas,¡Eratanamante,taningenua,tanjoven!¡Nuncapodréolvidarla!

—Talcomoteaparecisteentonces,hermanamía,esohassidosiempreparamí.Lohepensadomuchasvecesdesdeaqueldía.Siempremehasenseñadoelcielo,Agnes;siempremehasconducidohaciaunfinmejor;siempremehasguiadohaciaunmundomáselevado.

Ellamovió la cabeza en silencio; a través de sus lágrimasvolví a ver ladulceytristesonrisa.

—Yteestoytanagradecido,Agnes,tanagradecidoeternamente,quenosénombrar el afecto queme inspiras. Quiero que sepas, y sin embargo no sécómodecírtelo,quetodamividacreeréenti,ymedejaréguiarporti,comolohehechoenmediode las tinieblas,queyapasaron.Suceda loquesuceda,apesar de los nuevos lazos que puedas formar y de los cambios que puedanocurrir entre nosotros, yo te seguiré siempre con los ojos, creeré en ti y tequerrécomohoyycomosiempre.Seguirássiendomiconsueloymiapoyo.Hastaeldíademimuerte,hermanamía,loverésiempreantemíseñalándomeelcielo.

Agnespusosumanoenlamía,ymedijoqueestabaorgullosademíydelo que le decía, pero que nomerecía aquellas alabanzas. Después continuótocandodulcemente,perosindejardemirarme.

—¿Sabes, Agnes? Lo que he sabido esta tarde por tu padre respondemaravillosamente al sentimiento queme habías inspirado cuando te conocí,cuandosóloerauncolegial.

—Sabías que no tenía madre —contestó con una sonrisa— y eso tepredisponíaaquerermeunpoco.

—No era eso sólo,Agnes. Sentía, casi tanto como si hubiera sabido esahistoria,quehabíaenlaatmósferaquenosrodeabaalgodulceytiernoquenopodía explicarme; algo que en otramehubiera parecido tristeza (y ahora séqueteníarazón),peroqueentinomeloparecía.

Agnestocabaalgunasnotasyseguíamirándome.

—¿No te ríes de las ideas que acariciaba entonces? ¿Esas ideas locas,

Page 230: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Agnes?

—No.

—Ysitedijeraqueaunentoncescomprendíaquepodríasamarfielmente,apesardetodadecepción,amarhastatuúltimahora,¿notereiríastampocodeesesueño?

—¡Ohno,no!

Por un instante su rostro tomó una expresión de tristeza, que me hizoestremecer; pero un momento después seguía tocando dulcemente ymirándomeconsuserenaydulcesonrisa.

MientrasvolvíaporlanocheaDover,perseguidoporelviento,comoporunrecuerdoinflexible,pensabaenellaytemíaquenofueradichosa.Yonoerafeliz;perohabíaconseguidohastaentoncesencerrarenmímismoalpasado;ypensandoenellomientrasmirabaelcielo,pensabaenlamoradaeternadondepodría un día quererla con un amor desconocido para la tierra y decirle laluchaquesehabíalibradoenmicorazón…

Capítulo21

Voyaveradosinteresantespresidiarios

Provisionalmente (por lo menos hasta que terminara mi libro, y teníatrabajo para varios meses) me instalé en Dover, en casa de mi tía, y allí,sentado al lado de aquella ventana desde donde había contemplado la lunareflejada en el mar, la primera noche, cuando llegué buscando un refugio,proseguítranquilamentemitarea.

Fielamiproyectodenoaludiramisobrasmásquecuandosemezclanporcasualidadconlahistoriademivida,nodirélasesperanzas, lasalegrías, lasansiedadesylostriunfosdemividadeescritor.Yahedichoquemededicabaaltrabajocontodoelardordemialma,yqueponíaenéltodamienergía.Simis libros tienen algún valor, ¿qué necesito añadir?Y simi trabajo no valenada,lodemástampocointeresaanadie.

AvecesibaaLondresparaperdermeenaqueltorbellinovivodelmundoopara consultar a Traddles sobre algún asunto. Durante mi ausencia habíamanejadomifortunaconeljuiciomássólido,ygraciasaélestabaenlamayorprosperidad.Comomi fama creciente empezaba a atraermeunamultitud decartasdepersonasqueyonoconocía,cartasavecesmuyinsignificantes,alasquenosabíaquécontestar,convineconTraddlesenescribirminombreensupuerta;allí loscarteros, infatigables, llevabanmontonesdecartasdirigidasa

Page 231: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mí,yyodevezencuandomesumergíaenellascomounsecretariodeestado,sóloquesinsueldo.

Enmicorrespondenciaencontrabaavecesunofrecimientodeagradecer;por ejemplo, algunode los individuosquevagabanporDoctors'sCommonsmeproponíanpracticarbajominombre (sólo conque comprara el cargodeprocurador)ydarmeel tantoporcientode losbeneficios.Peroyodeclinabaaquellos ofrecimientos; había allí demasiadas cosas de aquel estilo, ypersuadidocomoestabadequeaquelloeramuymalo,noqueríacontribuiraempeorarlotodavíamás.

LashermanasdeSofíasehabíanvueltoaDevonshirecuandominombreaparecióenlapuertadeTraddles.Elmuchachoavispadoeraelencargadodeabrirla,ylohacíaconcaradenoconocernidevistaaSofía,quien,confinadaenunahabitacióndelinterior,podía,levantandolosojosdesulabor,echarunamiradahaciaunrinconcitodeljardín,consubombaytodo.

Siemprelaencontrabaallí,encantadoraydulce,tarareandounacancióndeDevonshire, cuando no oía pasos desconocidos, y teniendo quieto, con suscantosmelodiosos,alcriadoenlaantesalaoficial.

Alprincipioyonocomprendíaporquéencontraba tanamenudoaSofíaescribiendo en un gran libro, ni por qué en cuantome veía se apresuraba ameterlo enel cajónde sumesa.Peroprontome fue reveladoel secreto.Undía,Traddles(queacababadeentrar,conunalluviatremenda)sacóunpapeldesupupitreymepreguntóquémeparecíaaquellaletra.

—¡Oh,no,Tom!—exclamóSofía,queestabacalentandolaszapatillasdesumarido.

—¿Por qué no, querida?—repuso Tom radiante—. ¿Qué te parece estaletra,Copperfield?

—Esmagnífica;unaescrituracompletamentedenegocios.Creoquenohevistonuncaunamanomásfirme.

—¿Verdadquenoparece letrademujer?—dijoTraddles.—¿Demujer?Deningunamanera.

Traddles,encantadodemiequivocación,seechóareír,ymedijoqueerala letra de Sofía; que Sofía le había dicho que muy pronto necesitaría unescribiente,yqueellaqueríahaceraqueloficio;quehabíaconseguidoaquellaletraafuerzadecopiarunmodelo,yqueahoracopiabanosécuántaspáginasporhora.Sofíaestabamuyconfusadequemelocontase.

—CuandoTomseajueznoloirácontandoasíatodoelmundo.

PeroTomnopensabaasí,y,porelcontrario,declarabaquesiempreestaríaigualdeorgulloso,fueranlasquefuesenlascircunstancias.

Page 232: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—¡Qué mujer tan encantadora tienes, mi querido Traddles! —le dijecuandoellasemarchó,riendo.

—Mi querido Copperfield —dijo Traddles—, es, sin excepción, lamuchachamásencantadoradelmundo. ¡Si supierascómo lo lleva todo, conqué exactitud, con qué habilidad, con qué economía, con qué orden y buenhumor!

—Tienesmucharazónparaelogiarla—repuse—.Eresunmortaldichoso.Yestáishechosparacomunicarosunoaotro la felicidadquecadauno llevadentro.

—Es cierto que somos las personas más felices del mundo —repusoTraddles—;esunacosaquenopuedonegar.Mira,Copperfield,cuandolaveolevantarse con la luz, para ponerlo todo en orden; ir a hacer la compra, sinpreocuparse nunca del tiempo, aun antes de que los empleados lleguen a laoficina;hacermenosécómolascomidasmássabrosasconlosmanjaresmásvulgares;hacermepuddingsypastas;volveraponercadacosaensusitio,y,siempre tan limpiayarreglada;esperarmepor lanoche,por tardequesea,ysiempredebuenhumor,siempredispuestaaanimarme,ytodoestoparadarmegusto,no,verdaderamenteesalgoquenoacabodecreer,Copperfield.

Contemplaba con ternura hasta las zapatillas que le había calentado, almetersuspiesenellas.

—No puedo creerlo —repetía—. Y si supieras cuántas diversionestenemos.Nosoncaras,perosonadmirables.Cuandoestamosporlanocheencasa y cerramos la puerta, después de haber echado las cortinas… que hahecho ella… ¿dónde podríamos estar mejor? Cuando hace buen tiempo yvamosapasearnosporlascalles,tenemostambiénmildiversiones.Miramoslos escaparates de las joyerías, y yo le enseño la serpiente con ojos dediamantesqueleregalaríasipudiera;yellameenseñaelrelojdeoroquemecompraría sipudiese;despuésescogemos lascucharasy los tenedores,y loscuchillos y las pinzas para el azúcar, que más nos gustarían si tuviéramosmedios,y,enrealidad,nosvamos tancontentoscomosinos loshubiéramoscomprado.Otrasvecesvamosapasearporlascallesprincipalesyvemosunacasaquesealquila,ypensamossinosconvendríaparacuandoyoseajuez.Yyanoslaimaginamos.Estahabitaciónseráparanosotros;estaotra,paraunadelashermanas,etc.,etc.,hastaquedecidimossinosconvieneono.Algunasvecestambiénvamosalteatrocuandoesamitaddeprecioynosdivertimosengrande.Sofía,alprincipio,creetodoloqueoyeenlaescena,yyotambién.Ya la vuelta, a veces compramos algo en la tienda… o algún cangrejo en lapescadería, yvolvemosyhacemosuna cena espléndida,mientras charlamosde loque acabamosdever.Ybien,Copperfield, ¿no esverdadque si fueralordcancillernopodríamoshaceresonunca?

Page 233: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Lleguesaloquellegues,miqueridoTraddles—pensabayo—,todoloquehagasserábueno.Apropósito—ledijeenvozalta—,¿supongoqueyanodibujarásesqueletos?

—No —respondió Traddles riendo y enrojeciendo—, bueno, no meatreveríaaasegurarlo,miqueridoCopperfield,pueselotrodíaestabaconunapluma en lamano y seme ocurrió pensar si habría conservadomi antiguotalento,ytemoquehayaunesqueletoconpeluca…enelpupitredelTribunal.

Nosreímosconganas.DespuésTraddlessepusoadecirconindulgencia:«¡EseviejoCreakle!».

—He recibidounacartadeeseviejo…canalla—ledije,puesnuncamehabíasentidomenosdispuestoaperdonarlelacostumbredepegaraTraddlescomocuandoveíaaTraddlesdispuestoaperdonarleaél.

—¿DeCreakle,eldirectordelcolegio?—exclamóTraddles—.¡Oh,noesposible!

—Entre laspersonasaquienesatraemi famareciente—ledije lanzandounamirada amis cartas— y que descubren de pronto que siempreme hanqueridomucho,seencuentraél.Yanoesdirectordecolegio,Traddles.Seharetirado,yesdirectordelaprisióndeMiddlesex.

Gozaba de antemano pensando en la sorpresa de Traddles; pero nodemostróninguna.

—¿Cómo supones que puede haber llegado a director de la prisión deMiddlesex?—continué.

—¡Oh,amigomío!—respondióTraddles—.Esunacuestiónalaqueseríamuydifícilcontestar.Quizáhavotadoaalguien,oprestadodineroaalguien,ocomprado algo a alguien que conocía a alguien y que ha obtenido elnombramiento.

—Seacomosea,loes—dije—,ymehaescritoquetendríamuchogustoenenseñarmeenplenovigorelúnicoverdadero«sistema»dedisciplinaparalasprisiones;elúnicomedioinfalibledeobtenerunarrepentimientosólidoyverdadero. Ya sabes, lo último en sistemas penitenciarios: confinamientossolitarios.¿Quéteparece?

—¿Elsistema?—mepreguntóTraddlescongravedad.

—No. ¿Crees que debo aceptar su ofrecimiento y anunciarle que iremoslosdos?

—Notengoinconveniente—dijoTraddles.

—Entoncesvoyaescribirleavisándole.¿Recuerdas (sinhablardelmodocomolotrataba)queesemismoCreaklehabíaarrojadoasushijosdesucasa,

Page 234: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

yrecuerdaslavidaquehacíallevarasumujeryasuhija?

—Perfectamente—dijoTraddles.

—Puesbien;sileyerassucarta,veríasqueeselmástiernodeloshombrespara los condenados cargados con todos los crímenes.Únicamente no estoymuysegurodequeesa ternuradecorazón seextiendaa lasdemáscriaturashumanas.

Traddlesseencogiódehombrossinningunasorpresa.Yotampocoestabasorprendido; había visto en acción demasiadas parodias de aquella clase.FijamoseldíadenuestravisitayescribíaquellamismatardeaCreakle.

Eldíaseñalado,quecreoquefueelsiguiente,nosdirigimosTraddlesyyoa la prisión donde míster Creakle ejercía su autoridad. Era un inmensoedificio,cuyaconstrucciónhabíacostadomuchodinero.

Conformenosacercábamosalapuerta,nopodíapormenosquepensarenelrevueloquehabríaarmadoenelpaíselingenuoquehubierapropuestoquesegastara lamitadde la sumapara construir una escuela industrial para lospobresounasiloparaancianosdignosdeprotección.

NosllevaronaundespachoquehubierapodidoservirdecimientoparaunaTorre de Babel, tan sólidamente estaba construido. Allí nos presentaron alantiguodirectordenuestrapensión,enmediodeungrupoquesecomponíadedos o tres de aquellos infatigables funcionarios, sus colegas, y de algunosvisitantes.Merecibiócomounhombrequehubieraformadomiespírituymicorazónyquemehubieraamadotiernamente.CuandolepresentéaTraddles,místerCreakledeclaró,aunqueconmenosénfasis,quetambiénhabíasidoelguía, el amigo, el maestro de Traddles. Nuestro venerable pedagogo habíaenvejecidomucho, loqueno le favorecía.Su rostroseguía tanmalvado,susojostanpequeños,ytodavíaunpocomáshundidos;susraroscabellosgrises,conlosquesiemprelerecordaba,habíandesaparecidocasienabsoluto,ylasabultadasvenasdesucráneocalvoeranmuydesagradablesdever.

Después de hablar unmomento con aquellos señores, cuya conversaciónhubiera podido hacer creer que no había en el mundo nada tan importantecomoel supremobienestarde losprisioneros,ninadaquehacer en la tierrafueradelasrejasdeunaprisión,empezamosnuestravisitadeinspección.Eraprecisamente la hora de comer, y en primer lugar nos condujeron a la grancocina,dondesepreparabalacomidadecadaprisionero,queselellevabaalaceldaconlaregularidadyprecisióndeunreloj.LedijeenvozbajaaTraddlesque me parecía un contraste muy chocante el de aquellas comidas tanabundantesytancuidadas,ylascomidas,nodigodelospobres,perodelossoldados y marineros, de los campesinos; en fin, de la masa honrada ylaboriosa de la nación, entre los que no había ni un cinco por ciento que

Page 235: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

comieran lamitaddebien.Supequeel«sistema»requeríaunaalimentaciónfuerte; en una palabra, descubrí que sobre este punto, como sobre todos losdemás,el«sistema»quitabatodaslasdudasyzanjabatodaslasdificultades…Nadieparecíatenerlamenorideadequepudierahaberotrosistemamejorqueel«sistema»niquemerecieselapenadiscutirlo…

MientrasatravesábamosunmagníficocorredorpreguntéamísterCreakleya sus amigos cuáles eran las ventajas principales de aquel todopoderoso, deaquel incomparable«sistema» .Supequeeraelaislamientocompletode losprisioneros, gracias al cual un hombre no podía saber nada del que estabaencerrado a su lado, y se encontraba reducido a un estado de espíritusaludable,quelellevabaporfinalarrepentimientoyalacontriciónsincera.

Cuandohubimosvisitadoaalgunosindividuosensusceldasyatravesadoloscorredoresaquedabanestas;cuandonosexplicaronlamaneradeira lacapilla, y todo lo demás, pensé que era muy probable que los prisionerossupieranunosdeotrosmásde loque se creía, yque evidentementehabríanencontrado un buen medio de correspondencia. Eso creo que ha sidodemostrado después; pero sabiendo que semejante sospecha sería rechazadacomounaabominableblasfemiacontrael«sistema»,esperéaexaminarmásdecercalashuellasdeaquellapenitenciaríatanalabada.

Pero fui de nuevo asaltado por grandes dudas. Me encontré con que lapenitenciaría estaba trazada sobre un patrón uniforme, con los trajes ychalecosquesevenenlosescaparatesdelassastrerías.Meencontréconquehacíanostentosasprofesionesdefe,muysemejantesunasaotras,enfondoyforma,loquemepareciósospechoso.Yencontré,sobretodo,quelosquemáshablaban eran los que despertabanmayor interés, y que su amor propio, suvanidad, la necesidad que tenían de llamar la atención y de contar sushistorias,sentimientosestosbiendemostradosporsusantecedentes,leshacíanpronunciarlargasprofesionesdefe,enlascualessecomplacían.

Sinembargo,oíhablartantoenelcursodenuestravisitadeciertonúmeroVeintisiete, que estaba en olor de santidad, que decidí suspender mi juiciohastahabervistoalVeintisiete.ElVeintiocho lehacía la competencia,y eratambién, según me dijeron, un astro muy brillante; pero, desgraciadamenteparaél,suméritoestabaligeramenteeclipsadoporelbrilloextraordinariodelVeintisiete. A fuerza de oír hablar del Veintisiete, de las piadosasexhortacionesquedirigíaatodoslosquelerodeaban,delashermosascartasqueescribíaconstantementeasumadre,inquietapornoverleenbuencamino,lleguéaestarimpacienteporconocerle.

Tuve que dominar bastante tiempo mi impaciencia, pues reservaban elVeintisiete para final. Por fin llegamos a la puerta de su celda, y allímísterCreakle, aplicando suojoaunagujeritode lapared,nosdijo, con lamayor

Page 236: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

admiración,queestabaleyendounlibrodesalmos.

Inmediatamente se precipitaron tantas cabezas para ver al númeroVeintisiete leer su libro de salmos, que el agujerito se vio bloqueado. Pararemediar aquel inconveniente y para darnos ocasión de hablar con elVeintisieteentodasupureza,místerCreakledioordendeabrirlapuertadelacelda y de invitar alVeintisiete a que saliera al corredor. Lo hicieron así, y¡cuál no sería la sorpresa de Traddles y la mía al descubrir que el númeroVeintisieteeraUriahHeep!

Inmediatamente nos reconoció y nos dijo, saliendo de su celda, con susantiguascontorsiones:

—¿Cómo está usted, míster Copperfield? ¿Cómo está usted, místerTraddle?

Aquelreconocimientocausóentrelosasistentesunasorpresageneral,quenopuedoexplicarmemásquesuponiendoquesemaravillabandequenofueraorgullosoynoshicieraelhonordereconocemos.

—Y bien, Veintisiete—dijo míster Creakle, admirándole con expresiónsentimental—,¿cómoseencuentraustedhoy?

—Soymuyhumilde,caballero—respondióUriahHeep.

—Loesustedsiempre,Veintisiete—dijomísterCreakle.

Enesto,otrocaballerolepreguntóconexpresióndeprofundointerés:

—¿Peroseencuentraustedcompletamentebien?

—Sí, caballero, gracias —dijo Uriah Heep, mirando de soslayo a suinterlocutor—;estoyaquímuchomejordeloqueheestadoenningunaparte.Ahora reconozco mis locuras, caballero, y eso es lo que hace que meencuentretanbienenminuevoestado.

Muchosdelospresentesestabanprofundamenteconmovidos.Unodeellosseadelantóhaciaélylepreguntó,conextremadasensibilidad,quéleparecíalacarne.

—Gracias,caballero—respondióUriahHeep,mirandohaciadondehabíasalidolapregunta—;ayerestabamásduradeloquehubieradeseado,peromideberesresignarme.Hehechotonterías,caballeros—dijoUriah,mirandoasualrededorconunasonrisaindulgente—,ydebosoportarlasconsecuenciassinquejarme.

Se elevó un murmullo combinado, donde se mezclaba por una parte lasatisfaccióndeveralVeintisieteenunestadodeespíritutancelestial,y,porelotro,unsentimientodeindignacióncontraelcocineroporhaberdadomotivodequeja. (MísterCreakle tomónota inmediatamente.)Veintisietecontinuaba

Page 237: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

depie entrenosotros, como si sediera cuentadeque representaba el objetocuriosodeunmuseo,delomásinteresante.Paradarnosalosneófitoselgolpedegraciaydeslumbrarnos,redoblandoanuestrosojosaquellasdeslumbrantesmaravillas,dieronordendetraemostambiénalVeintiocho.

Me había sorprendido ya tanto, que sólo sentí una especie de sorpresaresignadacuandoviacercarseaLittimerleyendounlibro.

—Veintiocho—dijouncaballeroconlentesquenohabíahabladotodavía—.Lasemanapasadasequejóusteddelchocolate,amigomío;¿hasidomejorestasemana?

—Gracias, caballero —dijo Littimer—; estaba mejor hecho. Si meatreviera a hacer una observación, caballero, creo que la leche con que lohacen no está completamente pura; pero ya sé que en Londres se adulteramucholaleche,yesunartículomuydifícildeprocurarsealnatural.

Me pareció que el caballero de los lentes hacía competencia, con suVeintiocho, al Veintisiete de míster Creakle, pues cada uno de ellos seencargabadehacervalerasuprotegido.

—¿Ycómoseencuentrausted,Veintiocho?—dijoeldeloslentes.

—Muchas gracias, caballero —respondió Littimer—; reconozco mislocuras, caballero, y siento mucho, cuando pienso en los pecados de misantiguoscompañeros;peroesperoqueobtendránperdón.

—¿Yesusteddichoso?—continuóelmismocaballeroentonoanimador.

—Muyagradecido,caballero;muydichoso—dijoLittimer.

—¿Yhayalgoquelepreocupe?Dígalofrancamente,Veintiocho.

—Caballero—dijo Littimer sin levantar la cabeza—, simis ojos nomehanengañado,hayaquíunseñorquemeconocióhacetiempo.Puedeserleútilaesecaballeroelsaberqueatribuyotodasmislocuraspasadasahaberllevadounavidafrívola,alserviciodejóvenes,yhabermedejadoarrastrarporellosadebilidadesalascualesnotuvelafuerzaderesistir.Esperoqueesecaballero,quees joven,aprovechará laadvertenciaynoseofenderáde la libertadquemetomo,puesesporsubien.Reconozcotodasmislocuraspasadasyesperoqueéltambiénsearrepentirádetodaslasfaltasypecadosenquehatomadoparte.

Observéquemuchosdeaquellosseñoressetapabanlacaraconlasmanoscomosimeditaranenlaiglesia.

—Eso le hace honor, Veintiocho; no esperabamenos de usted… ¿Tieneustedalgomásquedecir?

—Caballero —dijo Littimer, levantando ligeramente, no los ojos, sino

Page 238: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

únicamentelascejas—,habíaunajovendemalaconductaaquienhetratadoenvanodesalvar.Ruegoaesecaballero,si leesposible,que informeaesajoven, demiparte, deque la perdonoy la invito al arrepentimiento.Esperoquetengaesabondad.

—No dudo, caballero —continuó su interlocutor—, que el caballero aquienustedaludeno sientamuyvivamente, como lohacemos todos, loqueustedacabadedecirdeunamaneratanconmovedora.

Peronoqueremosdetenerlemástiempo.

—Muchasgracias—dijoLittimer—.Caballeros,lesdeseobuenosdías,yesperoquetambiénustedesysusfamiliasllegaránareconocersuspecadosyaenmendarse.

El Veintiocho se retiró, después de lanzar una mirada de inteligencia aUriah.Viquenoerandesconocidosunoparaelotroyquehabíanencontradomediodeentenderse.Cuandosecerrólapuertadesuceldaseoyómurmurarentodoelgrupoqueeraunpresomuyrespetable,uncasomagnífico.

—Ahora,Veintisiete—dijomísterCreakle, volviendo a entrar en escenaconsucampeón—,¿hayalgoquepodamoshacerporusted?Notienemásquedecirlo.

—Lepidohumildemente,caballero—repusoUriah,sacudiendosucabezaodiosa—,laautorizacióndeescribirotravezamimadre.

—Leseráacordada—dijomísterCreakle.

—Muchas gracias; me preocupa mucho mi madre. Temo que esté enpeligro.

Alguientuvolaimprudenciadepreguntarquépeligropodíacorrer;peroun«¡chis!»escandalizadofuelarespuestageneral.

—Temoporsuseguridadeterna,caballero—respondióUriah,torciéndosehacia donde había salido la voz—.Me gustaría encontrar amimadre en elmismo estado de ánimo que yo.Yo nunca hubiese llegado a este estado deespíritusinohubieravenidoaquí.Querríaquemimadreestuvieraaquí.¡Quéfelicidadseríaparatodosquesepudieratraeraquíatodoelmundo!

Aquellofuerecibidoconunasatisfacciónsinlímites,lamayorsatisfacciónquehabíantenidonuncaaquellosseñores.

—Antesdevenir aquí—dijoUriah, lanzándonosunamiradade soslayo,comosihubieraqueridopoderenvenenarconunamiradaalmundoexterior,aque pertenecíamos—, antes de venir aquí he cometido faltas; pero, ahorapuedoreconocerlo,haymuchopecadoenelmundo;haymuchopecadoenmimadre;haymuchopecadoentodaspartes,menosaquí.

Page 239: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Estáustedcompletamentecambiado—dijomísterCreakle.

—¡OhDiosmío!Yalocreo—gritóaquelesperanzado.

—¿Yustednorecaeríasilepusieranenlibertad?—preguntóotrapersona.

—¡OhDiosmío;no,caballero!

—Bien—dijomísterCreakle—;todoesoesmuysatisfactorio.Antessehadirigido usted a míster Copperfield, Veintisiete. ¿Tiene usted algo más quedecirle?

—Ustedmehaconocidomuchotiempoantesdemientradaaquíydemigran cambio, míster Copperfield —dijo Uriah mirándome con una miradaferoz, como nunca he visto otra, ni aun en su rostro…—. Usted me haconocidoenlostiemposenque,apesardetodasmisfaltas,erahumildeconlos orgullosos y dulce con los violentos. Usted ha sido violento una vezconmigo,místerCopperfield;ustedmediounabofetada,yalosabeusted.

Cuadrodeconmiseracióngeneral;melanzanmiradasindignadas.

—Pero yo le perdono, míster Copperfield—dijo Uriah, haciendo de suclemencia un paralelo impío, queme parecería blasfemar el repetirlo—; yoperdonoatodoelmundo.Yonoconservorencoranadie.

Le perdono de todo corazón, y espero que en el futuro dominará ustedmejor sus pasiones. Espero que míster Wickfield y mistress Wickfield searrepentirán, como todos losdemáspecadores.Ustedha sidovisitadopor laaflicción, y eso le aprovechará; pero todavía le hubiera aprovechadomás elveniraquí.

Míster Wickfield y mistress Wickfield también hubieran hecho mejorviniendoaquí.Lomejorquepuedodesearle,místerCopperfield,comoatodosustedes,caballeros,esqueseandetenidosyconducidosaquí.

Cuando pienso enmis locuras pasadas y enmi estado presenteme doycuentade loventajosoque les sería esto.Ycompadezco a todos losquenoestánaquí.

Sedeslizóensucelda,enmediodeuncorodeaprobaciones.Traddlesyyodescansamoscuandolevimosbajollave.

Unaconsecuencianotabledetodoaquelhermosoarrepentimientofuequemedioganasdepreguntarloquehabíanhechoaquellosdoshombresparaserencarcelados. Era evidentemente lo único que no estaban dispuestos aconfesar.Ymedirigíaunodelosdosguardianesque,porlaexpresióndesurostro,parecíasabermuybienaquéatenersesobretodaaquellacomedia.

—¿Sabeusted—ledije,mientrasseguíamoselcorredor—cuálhasidoelúltimoerrordelnúmeroVeintisiete?

Page 240: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Medijoqueerauncasodebanca.

—¿UnfraudealabancadeInglaterra?—pregunté.

—Sí,caballero,uncasodefraude,falsificaciónyconspiración,entreélyotros; él era el jefe de la banda. Se trataba de una suma enorme. Loscondenaronaperpetua.Veintisieteeraelmáshábildelatropayhabíasabidopermanecerenlasombra.Sinembargo,noloconsiguiódeltodo.

—¿YelcrimendelVeintiocho,losabeusted?

—Veintiocho—repusoelguardián,hablandoenvozbajayporencimadelhombro, sin volver la cabeza, como si temiese que Creakle y susacompañantes le oyesen hablar con aquella culpable irreverencia de las doscriaturasinmaculadas—,Veintiocho,igualmentecondenado,entróalserviciodeunjovenaquienlavísperadesupartidaparaelextranjerorobódoscientascincuenta libras en dinero y en valores. Lo que me recuerda muyparticularmentesuasuntofuequeledetuvounaenana.

—¿Quién?

—Unamujercita,delaqueheolvidadoelnombre.

—¿NoseráMowcher?

—Pues, sí;habíaescapadoa todas laspesquisas,y se ibaaAméricaconunapelucaypatillasrubias(nuncahevistoundisfrazsemejante),cuandoesamujer, que se encontraba en Southampton, se le tropezó en la calle, loreconoció con sumiradaperspicazy corrió ameterse entre suspiernasparahacerlecaer,ylesujetóconfuerza.

—¡ExcelentemissMowcher!—exclamé.

—Ya locreoquemerece lapenadecirlo, si lahubieraustedvisto, comoyo, de pie en el banco de los testigos, el día del juicio—dijomi amigo—.Cuando lodetuvo lehizounagranheridaen lacaray lamaltratódelmodomásbrutal;peroellanolesoltóhastaverlebajollave.Esmás,lesujetabacontalahínco,que losagentesdepolicía tuvieronque llevárselos juntos.Ella lopusoenevidencia.Recibiócumplidosde todoelTribunaly la llevarona sucasaentriunfo.DijodelantedelTribunalque,conociéndolecomoleconocía,lehubiesedetenidoaunquehubierasidomancayélfuertecomoSansón.

Yyocreoquelohabríahechocomodecía.

También era ésta mi opinión, y me hacía estimar cada vez más a missMowcher.

Habíamosvisto todo loquehabíaquever.Habría sido envano tratardeconvencer a un hombre como el «venerable» míster Creakle de que elVeintisieteyelVeintiochoeranpersonascuyocarácternohabíacambiadoen

Page 241: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

absoluto;queseguíansiendoloquehabíansidosiempre:unoshipócritasquenihechosdeencargoparaaquellasconfesionespúblicas;quesabíantanbiencomonosotrosquetodoaquellosecotizabaporelladodelafilantropía,yqueselostendríaencuentaencuantoestuvieranlejosdesupatria;enunapalabra,que era todo cálculo e impostura. Pero los dejamos allí con su «sistema» yemprendimoselregreso,todavíaaturdidosconloqueacabábamosdever.

—Quizá seamejor así,Traddles,«puesnohaycomohacerle correr aunmalcaballoparaquereviente».

—Esperémosloasí—replicóTraddles.

Capítulo22

Unaluzbrillaenmicamino

Se acercaba la Navidad y ya hacía dos meses que había vuelto a casa.HabíavistomuyamenudoaAgnes,yapesardelplacerquesentíaoyéndomealabar públicamente, voz poderosa para animar a redoblar los esfuerzos, lamenorpalabradeelogiosalidade labocadeAgnesvalíaparamímilvecesmásquetodo.IbaaCanterburyporlomenosunavezalasemana,yavecesmás,ymepasabalatardeconella.

Volvía por la noche, a caballo, pues había recaído en mi humormelancólico…sobretodocuandoladejaba…ymegustabavermeobligadoahacerejercicioparaescaparalosrecuerdosdelpasado,quemeperseguíanenmis penosas vigilias y enmis sueños, más penosos todavía. Pasaba, por lotanto,acaballolamayorpartedemislargasytristesnoches,evocandoduranteel camino el mismo sentimiento doloroso que me había preocupado en milargaausencia.

Mejordicho,escuchabacomoelecodeaquellossentimientos.Lossentíayo mismo, pero como desterrados lejos de mí; no tenía más remedio queaceptarelpapelinevitablequemehabíaadjudicadoamímismo.CuandoleíaaAgneslaspáginasqueacababadeescribir;cuandolaveíaescucharmecontantaatención,echarseareírodeshacerseenlágrimas;cuandosuvozcariñosasemezclabacon tanto interésalmundoidealenqueyovivía,pensabaen loque hubiera podido ser mi vida; pero lo pensaba, como antes, después dehabermecasadoconDora,sabiendoqueyaerademasiadotarde.

Mis deberes conAgnesmeobligaban a no turbar la ternura conquemequería, sin hacerme culpable de un egoísmomiserable.Mi impotencia parareparareldaño;laseguridadenqueestaba,despuésdeunamadurareflexión,deque, habiendo estropeadovoluntariamente y pormímismomi destino, y

Page 242: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

habiendo obtenido la clase de cariño que mi corazón impetuoso le habíapedido,nomedabaderechoaquejarmeysólomequedabasufrir.Esoeratodoloquellenabamialmaymispensamientos;perolaqueríaymeconsolabaalpensar que quizá llegaría un día en que podría confesarme con ella sinremordimientos;undíamuylejanoenquepodríadecirle:

«Agnes,miracómoestabacuandovolvíatulado,yahorasoyviejo,ynohe podido volver a querer a nadie desde entonces». En cuanto a ella, nodemostrabaelmenorcambioensussentimientosniensumododetratarme.Eraloquehabíasidosiempreparamí,nimásnimenos.

Entre mi tía y yo este asunto parecía haber sido desechado de lasconversaciones, no porque nos hubiéramos propuesto evitarlo, sino porque,porunaespeciedecompromisotácito,pensábamoscadaunoporsulado,perosin decir en alto nuestro pensamiento. Cuando, siguiendo nuestra antiguacostumbre, estábamos por la noche sentados al lado del fuego, a veces nosquedábamosabsortosenaquellossueños;perocontodanaturalidad,comosihubiéramos hablado de ello siempre sin reservas. Y, sin embargo,guardábamos silencio. Yo creo que ella había leído en mi corazón ycomprendíaporquémecondenabaalsilencio.

Navidad se acercaba yAgnes nadame decía. Empezaba a temer que sehubieradadocuentadelestadodemialmayqueguardarasusecretopornohacermesufrir.Sieraasí,misacrificiohabíasidoinútilynohabíacumplidonielmenordemisdeberesconella.Porfinmedecidíazanjar ladificultad;siexistía entre nuestra confianza semejante barrera, había que romperla conmanoenérgica.

Era un día de invierno, frío y oscuro. ¡Cuántas razones tengo pararecordarlo!Habíacaídoalgunashorasantesunanevadaque,sinserdemasiadoespesa,sehabíaheladoenelsuelo,cubriéndolo.Atravésdeloscristalesdemiventana veía los efectos del viento, que soplaba con violencia. Acababa depensarenlasráfagasquedebíandebarrerenaquelmomentolassoledadesdenieve de Suiza, y sus montañas, inaccesibles a los hombres en aquellaestación,ymepreguntabaquéeramássolitario,siaquellasregionesaisladasoaquelocéanodesierto.

—¿Saleshoyacaballo,Trot?—dijomitíaentreabriendolapuerta.

—Sí—ledije—;voyaCanterbury.Esundíahermosoparamontar.

—¡Ojalá tu caballo sea de la misma opinión—dijo mi tía—, pues estádelante de la puerta, con las orejas gachas y la cabeza inclinada, como siprefirieralacuadraalpaseo!

Yocreoquemitíaolvidabaquemicaballoatravesabaelcésped,perosinflaquearensuseveridadconlosasnos.

Page 243: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Yaseanimará,notemas.

—Entodocaso,elpaseolesentarábienasuamo—dijomitía,mirandolos papeles amontonados encima de la mesa—. ¡Ay, hijo mío!; trabajasdemasiadashoras.Antes,cuandoleíaunlibro,nuncamehubierafiguradoquelecostabatantotrabajoasuautor.

—Aveces,leercuestatrabajo—lecontesté,Yeltrabajodeautornodejadetenerencantos,tía.

—¡Ah, sí! La ambición, el afán de gloria, la simpatía, y otras muchascosas,supongo.¡Bah!¡Buenviaje!

—¿Sabesalgomás—ledije,con tranquilidad,mientrassesentabaenmisillón,despuésdehabermedadoungolpecitoenlaespalda—,sabesalgomássobreelenamoramientodeAgnes,dequemehablaste?

Memirófijamenteantesdecontestarme.

—Creoquesí,Trot.

Me miraba de frente, con una especie de duda, de compasión, dedesconfianzaensímisma,yviendoqueyotratabadedemostrarleunaalegríaperfecta:

—Yloqueesmás,Trot…—medijo.

—¡Ybien!

—Esquecreoquevaacasarse.

—¡QueDioslabendiga!—dijealegremente.

—¡QueDioslabendiga—dijomitía—,yasumaridotambién!

Meuníasusdeseosmientrasledecíaadiós;bajérápidamentelaescalera,mesubíalcaballoypartí.

«Razóndemás—pensé—paraadelantarlaexplicación.»

¡Cómorecuerdoaquelviajetristeyfrío!Lostrozosdehielobarridosporelvientoveníanagolpearmeelrostro; lasherradurasdemicaballo llevabanelcompás sobre el suelo endurecido; la nieve, arrastrada por la brisa, searremolinaba.Loscaballos,humeantes, sedeteníanen loaltode lascolinas,para resoplar, con sus carros cargados de heno y sacudiendo sus cascabelesarmoniosos.Losvallesqueseveíanalpiedelasmontañassedibujabanenelhorizontenegruzcocomolíneasinmensastrazadascontizasobreunapizarragigantesca.

Encontré aAgnes sola. Sus discípulas habían vuelto a sus casas.Leía allado de la chimenea. Dejó el libro al verme entrar y me acogió con su

Page 244: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

cordialidad acostumbrada; tomó la labor y se sentó al lado de una de lasventanas.

Yo me senté a su lado y nos pusimos a hablar de lo que yo hacía, deltiempoquenecesitaba todavíapara terminarmiobra,de loquehabíahechodesdemiúltimavisita.Agnesestabamuyalegre;medijoqueprontomeharíademasiadofamosoparaquesemepudierahablardesemejantescosas.

—Poresoverásquemeaprovechodelpresente—medijoyquenodejodehacerpreguntasmientrasestápermitido.

Mirésurostro,inclinadosobrelalabor.Ellalevantólosojosyvioquelamiraba.

—Parecequehoyestáspreocupado,Trot—medijo.

—Agnes,¿puedodecirteporqué?Hevenidoparadecírtelo.

Dejó su labor, como acostumbraba a hacerlo cuando discutíamosseriamente,ymededicótodasuatención.

—QueridaAgnes,¿dudasdemisinceridadcontigo?

—No—respondió,mirándomesorprendida.

—¿Dudasdequepuedayodejardeserloquehesidosiempreparati?

—No—respondiócomolaprimeravez.

—¿Recuerdasloquehetratadodedecirteamivuelta,queridaAgnes,deladeudadereconocimientoquetengocontigoydelcariñoquemeinspiras?

—Lorecuerdomuybien—dijocondulzura.

—Tienesunsecreto,Agnes;permítemequelocompartacontigo.

Bajólosojos;temblaba.

—No podía ignorarlo siempre, Agnes, aunque te haya sabido antes porotros labios que no son los tuyos (lo que me parece extraño); sé que hayalguien a quienhasdado el tesorode tu amor.Nomeocultes una cosaquetoca tan de cerca a tu felicidad. ¡Si tienes confianza en mí, trátame comoamigo,comohermano,enestaocasiónsobretodo!

Melanzóunamiradasuplicante,casidereproche;después,levantándose,atravesórápidamentelahabitación,comosinosupieradóndeir,yocultandolacaraentrelasmanos,seechóallorar…

Suslágrimasmeconmovieronhastaelfondodelalma,perodespertaronenmíalgoquemediovalor.

Sinquesupieracómo,seuníanenmiespíritualadulceytristesonrisaque

Page 245: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

había quedado grabada en mi memoria, y me causaban una sensación deesperanzamásquedetristeza.

—Agnes,hermanamía,amigamía,¿quéhehecho?

—Déjamesalir,Trotwood;nomeencuentrobien;estoyfuerademí;yatecontaré…enotraocasión…teescribiré.Ahorano;teloruego;¡telosuplico!

Yo trataba de recordar lo queme había dicho la tarde en que habíamoshabladodelanaturalezadesuafecto,quenonecesitabacorrespondencia,ymeparecíaqueacababadeatravesartodounmundoenunmomento.

—Agnes,nopuedosoportarelverteasí,ysobretodopormiculpa.Amigamía,tú,queeresloquemásquieroenelmundo,sieresdesgraciada,déjameque comparta tu pena; si necesitas ayuda o consejo, déjame que trate deayudarte; si tienesunpesoenelcorazón,déjameque tratededulcificártelo.¿Porquécreesquesoportolavida,Agnes,sinoporti?

—¡Oh!,déjameahora…estoyfuerademí…Enotraocasión.

Sólopodíadistinguiraquellaspalabrasentrecortadas.

¿Me equivocaba? ¿Me arrastraba mi amor propio a mi pesar? ¿O seríaverdadqueteníaderechoparaesperar,parasoñarquepercibíaunafelicidadenlaquenuncamehabíaatrevidoniapensar?

—Tengoquehablarte,nopuedodejarloasí.¡PoramordeDios,Agnes,nonosengañemoselunoalotrodespuésdetantosaños,despuésdetodoloquehapasado!Quierohablartesinceramente.Sicreesquepuedoestarcelosodelafelicidadquetúpuedesdar;sicreesquenomeresignaríaaverteenmanosdeunprotectormásqueridoyelegidoporti;queenmiaislamientonoveríaconsatisfacción tu felicidad, desecha ese pensamiento, porque no es hacermejusticia. ¡De algo me ha servido el sufrir! Y no se han desperdiciado tuslecciones.¡Nohayelmenoregoísmoenmissentimientoshaciati,Agnes!

Sehabíatranquilizado.Alcabodeunmomentovolvióhaciamísurostro,pálidotodavía,ymedijoenvozbaja,entrecortadaporlaemoción,peromuyclara:

—Ledeboatuamistadpormí,Trotwood,eldeclarartequeteequivocas.Nopuedodecirtemás.Sihenecesitadoavecesapoyoyconsuelo,nuncamehanfaltado.Sialgunavezhesidodesgraciada,mipenapasóya.Sihetenidoque llevar una carga, se ha ido haciendo ligera. Si tengo un secreto, no esnuevo… y no es lo que supones. No puedo ni revelarlo ni compartirlo connadie;deboguardarloparamísola.

—Agnes,esperatodavíaunmomento.

Sealejó,perolaretuve.Pasémibrazoalrededordesutalle.«Sialgunavez

Page 246: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

he sido desgraciada…mi secreto no es nuevo.» Pensamientos y esperanzasdesconocidasasaltaronmialma;loscoloresdemividacambiaban.

—Agnes, querida mía, tú, a quien respeto y honro… a quien amo tantiernamente…cuandohevenidoaquíhoycreíaquenadiepodríaarrancarmesemejanteconfesión.Creíaquemisecretocontinuaríaenterradoenelfondodemialmahastaeldíadenuestravejez.Pero,Agnes,siveoenestemomentolaesperanzadequeundíaquizámepermitasquetedéotronombre,unnombremilvecesmásdulcequeeldehermana…

Lloraba; pero ya no eran las mismas lágrimas; brillaba en ellas miesperanza.

—Agnes,tú,quehassidosiempremiguíaymimayorapoyo.Sihubieraspensadounpocomásentimismayunpocomenosenmí,cuandocrecíamosjuntos, creo que mi imaginación vagabunda no se hubiese dejado arrastrarlejosdetulado.Peroestabastanporencimademí,meerastannecesariaenmispenasyenmisalegríasdeniño,quetomélacostumbredeconfiarmeati,de apoyarme en ti para todo; y esta costumbre ha llegado a ser enmí unasegundanaturaleza,quetomóel lugardemisprimerossentimientos,eldelafelicidaddequerertecomotequiero.

Agnesseguíallorando;peroyanoeranlágrimasdetristeza:¡eranlágrimasdealegría!Yyolateníaenmisbrazoscomonolahabíatenidonunca,comonuncahabíasoñadoentenerla.

—CuandoqueríaaDora,Agnesyyasabessilaqueríatiernamente…

—Sí—exclamóconviveza—;ysoydichosasabiéndolo.

—Cuando laquería,aunentoncesmiamorhabría sido incompletosin tusimpatía.Latenía,yporesonomefaltabanada.PeroalperderaDora,Agnes,¿quéhubierahechosinti?

Ylaestrechabaenmisbrazos,contramicorazón.Sucabezadescansaba,temblando,enmihombro;susojos, tandulces,buscabanlosmíos,brillandodealegríaatravésdesuslágrimas.

—Cuandomefui,Agnes,tequería.Desdelejosnohedejadodequererte…ydevueltaaquí,tequiero.

Entoncestratédecontarlelaluchaquehabíatenidoquesostenerconmigomismoy laconclusiónaquehabía llegado.Tratéde revelarle todamialma.Traté de hacerle comprender cómo había intentado conocerla más yconocerme a mí mismo; cómo me había resignado a lo que había creídodescubrir,ycómoaquelmismodíahabíavenidoaverla,fielamiresolución.Simequeríalobastanteparacasarseconmigo,yasabíayoquenoerapormisméritos, pues el único que tenía era el haberla amado fielmente y el haber

Page 247: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

sufridomucho,yesoúltimoeraloquemehabíadecididoaconfesárselotodo.¡OhAgnes! En este momento vi brillar en sus ojos el alma demi «mujer-niña»,ymedijo:"Estábien",yencontréenellaelmáspreciosorecuerdodelaflorecitaquesehabíadeshojadoentodosuesplendor.

—¡Soytandichosa,Trotwood!Micorazónestátanlleno;perotengoquedecirteunacosa.

—¿Qué,vidamía?

Pusocondulzurasusmanosenmishombros,ymirándomeserenamentealrostro,medijo:

—¿Nosabesloquees?

—Nomeatrevoapensarlo;dímelotú,querida.

—¡Quetehequeridotodamivida!

¡Oh, qué dichosos éramos, qué dichosos éramos! Ya no llorábamos pornuestraspenaspasadas(lassuyaseranmayoresquelasmías); llorábamosdealegríaalvernosasí,elunojuntoalotro,paranosepararnosnunca.

Estuvimos paseando por el campo en aquella tarde de invierno, y lanaturaleza parecía compartir la alegría tranquila de nuestras almas. Lasestrellas brillaban por encima de nosotros, y, con los ojos en el cielo,bendecíamosaDiosporhabernosllevadoaaquellatranquiladicha.

De pie, juntos ante la ventana abierta, contemplábamos la luna, quebrillaba.Agnes fijó susojos tranquilosenella;yoseguí sumirada.Ungranespacioseabríaentornomío;meparecíaveralolejos,poraquellacarretera,un pobre chico, solo y abandonado, que ahora podía decir, del corazón quelatíacontraelsuyo:«¡Esmío!».

Lahorade la comida se acercaba cuando aparecimos al día siguiente encasademitía.Peggottymedijoqueestabaenmicuarto.Poníasuorgulloentenerlomuy en orden y preparado para recibirme. La encontramos leyendo,conloslentespuestos,alladodelachimenea.

—¡Diosmío!—dijoalvernosentrar—.¿Quémetraesacasa?

—¡EsAgnes!—ledije.

Habíamos acordado empezar con mucha discreción, y mi tía sedesconcertóaldeciryo:«EsAgnes»;mehabía lanzadounamirada llenadeesperanza;peroviendoqueestabatantranquilocomodecostumbre,sequitólasgafas,condesesperación,ysefrotóvigorosamentelapuntadelanariz.

Sin embargo, acogió a Agnes con todo su corazón, y pronto bajamos acomer.Dos o tres vecesmi tía se puso las gafas paramirarme; pero se las

Page 248: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

quitabaenseguida,desconcertada,yvolvíaafrotarselanariz.

TodocongrandisgustodemísterDick,quesabíaqueeramalaseñal.

—Apropósito,tía—ledijedespuésdecomer—:hehabladoconAgnesdeloquemehabíasdicho.

—Entonces, Trot—dijo mi tía, poniéndose muy colorada—, has hechomuymal;debíashabercumplidotupromesa.

—Noteenfadarás,tía,cuandosepasqueAgnesnotieneningúncariñoquelahagadesgraciada.

—¡Quéabsurdo!—dijomitía.

Yviéndolamuymolestapenséquemejoreraterminardeunavez.CogílamanodeAgnesyfuimoslosdosaarrodillarnosdelantedesubutaca.Mitíanosmiró, juntólasmanosy,porlaprimerayúltimavezdesuvida, tuvounataquedenervios.

Peggottyacudió.Encuantomitíaserepusosearrojóasucuello,lallamóviejalocaylaabrazó.

DespuésabrazóamísterDick(queseconsiderómuyhonradoynomenossorprendido)yseloexplicótodo.Laalegríafuedesbordante.

Nuncahepodidodescubrirsiensuúltimaconversaciónconmigomitíasepermitió unamentira piadosa, o si se había engañado sobre el estado demialma.Todo loquemehabíadicho, segúnme repetía, esqueAgnes se ibaacasar,yahorayosabíamejorquenadiesieraverdad.

Nuestrabodatuvolugarquincedíasdespués.TraddlesySofía,eldoctorymistress Strong fueron los únicos invitados a nuestra tranquila unión. Losdejamos con el corazón lleno de alegría, para irnos en coche. Tenía enmisbrazosalaquehabíasidoparamíelmanantialdetodaslasnoblesemocionesque había sentido, la que había sido el centro demi alma, el círculo demivida…¡Mimujer!Ymicariñoporellaestabatalladoenlaroca.

—Esposomío—dijoAgnes—;ahoraquepuedodarteestenombre,tengotodavíaalgoquedecirte.

—Dilo,amormío.

—EsunrecuerdodelanocheenqueDoramurió.

—Yasabesqueterogóquefuerasabuscarme.

—Sí.

—Medijoquemedejabaunacosa;y¿sabesloqueera?

Creíadivinarlo,yestrechémásfuertecontramicorazónalamujerqueme

Page 249: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

amabadesdehacíatantotiempo.

—Medijoquemehacíaunaúltimasúplicayquemeencargabaunúltimodeberquecumplir.

—¿Yera?

—Nadamásqueocuparaelsitioqueelladejabavacío.

YAgnes,apoyandosucabezaenmipecho,lloraba,yyollorabaconella,aunqueéramosmuydichosos.

Capítulo23

Unvisitante

Llego al fin de lo que me había propuesto relatar; pero hay todavía unincidenteenelquemirecuerdosedetieneamenudocongusto,ysinelcualfaltaríaalgo.

Mi nombre y mi fortuna habían crecido, y mi felicidad doméstica eraperfecta,llevabacasadodiezaños.Unatardedeprimaveraestábamossentadosal ladodel fuego,ennuestracasadeLondres,Agnesyyo.Tresdenuestrosniñosjugabanenlahabitación,cuandovinieronadecirmequeundesconocidoqueríaverme.

Lehabíanpreguntadosiveníaparanegocios,yhabíacontestadoqueno,queveníapara tener elgustodeverme,yque llegabadeun largoviaje.Micriadodecíaqueeraunhombredeedadyqueteníaunaspectocolonial.

Aquella noticia me produjo cierta emoción; tenía algo misterioso querecordabaa losniñoselprincipiodeunahistoria favoritaquea sumadre legustabacontarles,ydondeseveía llegar,disfrazadaasí,bajounacapa,aunhada vieja y mala que detestaba a todo el mundo. Uno de nuestros niñosescondió la cabeza en las rodillas de su madre, para estar a salvo de todopeligro,ylapequeñaAgnes(lamayordenuestroshijos)sentóalamuñecaensu silla para que figurase en su lugar, y corrió a esconderse detrás de lascortinasdelaventana,pordondedejabaasomarelbosquedebuclesdoradosdesucabecitarubia,curiosadeverloquesucedería.

—Díganlequepase—dijeyo.

Yvimosaparecerydetenerseen la sombrade lapuerta aunancianodeaspecto saludable y robusto, con cabellos grises. La pequeñaAgnes, atraídapor su aspecto bondadoso, corrió a su encuentro; yo no había reconocidotodavíabiensusrasgos,cuandomimujer,levantándosedepronto,medijocon

Page 250: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

vozconmovidaqueeramísterPeggotty.

¡Era míster Peggotty! Estaba viejo; pero de esa vejez bermeja viva yvigorosa.Cuandosecalmónuestraprimeraemociónyestuvosentado,conlosniñosencimadelasrodillas,delantedelfuego,cuyallamailuminabasurostro,mepareciómásfuerte,másrobusto,yhasta¿lodiré?másguapoquenunca.

—SeñoritoDavy—dijo,yaquelnombredeotrotiempo,pronunciadoeneltonodeotrotiempo,halagabamioído—.SeñoritoDavy,¡esunhermosodíaparamíésteenquevuelvoaverleconsuexcelenteesposa!

—¡Sí,amigomío;esverdaderamenteunhermosodía!—exclamé.

—Y estos preciosos niños—dijo míster Peggotty— parecen florecillas.SeñoritoDavy,noeraustedmayorqueelmáspequeñodeestostrescuandoleviporprimeravez.Emilyera lomismo,ynuestropobremuchacho tambiéneraunchiquillo.

—He cambiado mucho desde entonces—le dije—. Pero dejemos a losniñosquevayanaacostarse,ycomoen toda Inglaterranopuedehaberparaustedporestanochemásalberguequeestacasa,dígamedóndepuedoenviarabuscar su equipaje, y después,mientras bebemosunvasode aguardiente deYarmouth,charlaremosdelosucedidoenestosdiezaños.

—¿Havenidoustedsolo?—preguntóAgnes.

—Sí,señora—dijo,besándolelamano—;hevenidosolo.

Sesentóanuestrolado.Nosabíamoscómodemostrarlenuestraalegría;yescuchandoaquellavoz,quemeeratanfamiliar,estabaapuntodecreerquevivíamostodavíaenlostiemposenqueemprendíasulargoviajeenbuscadesusobrinaquerida.

—Esunbuencharcoqueatravesarparatanpocotiempo.Peroelaguanosconoce (sobre todo cuando es salada), y los amigos son los amigos, ¡y yaestarnos reunidos! Casi me ha salido en verso —dijo míster Peggotty,sorprendidodeaqueldescubrimiento—;perohasidosinquerer.

—¿Y piensa usted volver a recorrer toda esas millas muy pronto? —preguntóAgnes.

—Sí, señora—respondió—; se lo he prometido a Emily antes de partir.Pero, ¿saben ustedes?, los años nome rejuvenecen, y si no hubiera venidoahoraesprobablequenolohubiesehechonunca.Yteníademasiadasganasdeverlos,señoritoDavy,ensucasafeliz,antesdehacermedemasiadoviejo.

Nosmirabacomosinopudierasaciarsusojos.Agnesleretiródelafrente,con alegría, los largos mechones de sus cabellos grises para que pudieravernosmejor.

Page 251: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

—Yahora,cuéntenosusted—ledije—todolosucedido.

—Noesmuylargo,señoritoDavy.Nohemoshechofortuna,perohemosprosperadobastante.Claroquehemostrabajadomucho;yalprincipioeraunavidaunpocodura.Sinembargo,hemosprosperado.Hemoscriadocorderos,hemoscultivadola tierra,hemoshechounpocodetodo,yhemosterminadoporestartodolobienquepodíamosdesear.Diosnoshaprotegidosiempre—dijo,inclinandorespetuosamentelacabeza—,yhemostenidoéxito;esdecir,alalarga,noenelprimermomento;sinoeraayer,erahoy,ysinoerahoy,eramañana.

—¿YEmily?—dijimosalavezAgnesyyo.

—Emily,señora,desdenuestrapartidanohadichoniunavezsuoraciónde la noche, al irse a acostar, allá en los bosques del otro lado del sol, sinpronunciar sunombre.Cuandousted ladejóyperdimosdevista al señoritoDavy,aquellafamosatardeenquepartimos,alprincipioestabamuyabatida,yestoysegurodequesihubierasabidoentoncesloqueelseñoritoDavytuvolaprudenciaylabondaddeocultarnos,nohubiesepodidoresistirelgolpe.Perohabía a bordo buenas gentes, y había enfermos, y se dedicó a cuidarlos;tambiénhabíaniñosenquienesocuparse,yesoladistraía;yhaciendoelbienasualrededor,selohacíaasímisma.

—¿Ycuándosupoladesgracia?—lepregunté.

—Selaheocultadoaundespuésdesaberloyo—dijomísterPeggotty—.Vivíamosenunlugarsolitario,peroenmediodelosárbolesmáshermososyderosalesquesubíanhastanuestrotejado.Undía,mientrasyotrabajabaenelcampo,llegóunviajeroinglés,denuestroNorfolkoSuffolk(nosébiencuálde los dos), y, como es natural, le hicimos entrar para darle de comer y debeber; lo recibimos lo mejor que pudimos. Es lo que hacemos todos en lacolonia. Llevaba consigo un periódico viejo, donde estaba el relato de latempestad.Asíseenteró.Cuandovolvíporlanocheviquelosabía.

Bajólavozaldeciraquello,ysurostrotomólaexpresióndegravedadquetanbienleconocía.

—¿Yesolahacambiadomucho?

—Sí; durante mucho tiempo, quizá aún ahora mismo. Pero creo que lasoledad le hahechomuchobien.Tienemuchoquehacer en la granja; tienequecuidarlasavesymuchascosasmás.Eltrabajolehahechobien.Nosé—dijopensativo—siahorareconoceríaustedanuestraEmily,señoritoDavy.

—¿Tantohacambiado?

—No lo sé; como la veo todos los días, no puedo saberlo; pero haymomentos en que me parece que está tan delgada —dijo míster Peggotty

Page 252: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mirandoelfuego—ytandecaída,consustristesojosazules;tieneelaspectodelicado,ysulindacabecita,unpocoinclinada,lavoztranquila…casitímida.¡AsíesmiEmily!

Leobservábamosensilencio;élseguíamirandoalfuego,pensativo.

—Unoscreenqueesunamormalcorrespondido;otros,quesumatrimoniohasidorotoporlamuerte.Nadiesabeloquees.Hubiesepodidocasarse;nolehanfaltadoocasiones;peromehadichosiempre:«No,tío;esohaterminadoparamí».Conmigoestáalegre;peroesmuyreservadacuandohayextraños;ylegustair lejos,paradarunalecciónaunniño,ocuidarunenfermo,oparahacerunregaloaalgunachicaquesevaacasar:puesellahahechomuchasbodas,perosinquererasistirnuncaaninguna.Quiereconternuraasutío;espaciente; todo elmundo la adora, jóvenes y viejos. Todos los que sufren labuscan.¡EsaesmiEmily!

Sepasólamanoporlosojos,conunsuspiro,ylevantólacabeza.

—¿YMartha,estátodavíaconusted?—pregunté.

—Marthasecasóalsegundoaño,señoritoDavy.Unmuchacho,unjovenlabrador,quepasabapordelantedecasaal iralmercadoconlasresesdesuamo… el viaje es de quinientas millas para ir y volver… la pidió enmatrimonio(lasmujeresescaseanporallí)parairaestablecerseporsucuentaen los grandes bosques. Ella me pidió que le contara su historia a aquelhombre, sin ocultarle nada. Yo lo hice; se casaron, y viven a cuatrocientasmillas de toda voz humana. No oyen más voz que la suya y la de lospajaritos…

—¿YmistressGudmige?—lepregunté.

Hay que creer que habíamos tocado una cuerda sensible, pues místerPeggottyseechóareírysefrotólaspiernasconlasmanos,dearribaabajo,comohacíaantesenelviejobarcocuandoestabadebuenhumor.

—Mecreeránsiquieren;perotambiénlahanpedidoenmatrimonio.¡Sielcocinero de un barco, que ha ido a establecerse allí, señorito Davy, no hapedido a mistress Gudmige en matrimonio, que me ahorquen! ¿Qué máspuedodecirles?

Nuncahevisto aAgnes reír de tanbuenagana.El entusiasmo súbitodemísterPeggottyladivertíadetalmodo,quenopodíacontenerse,ycuantomásreía,másmehacíareír,ymáscrecíaelentusiasmodemísterPeggotty,ymássefrotabaéstelaspiernas.

—¿YquélehacontestadomistressGudmige?—preguntécuandorecobréunpocodeserenidad.

—Pues bien; en lugar de contestarle: «Muchas gracias, se lo agradezco

Page 253: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mucho,peronoquierocambiardeestadoamiedad»,mistressGudmigecogióuna jarra llena de agua, que tenía a su lado, y se la vació en la cabeza. Eldesgraciadococineroempezóapedirsocorrocontodassusfuerzas.

YmísterPeggottyseechóareír,ynosotrosconél.

—Perodebodecir,parahacerjusticiaaesaexcelentecriatura—prosiguió,enjugándoselosojos,quelellorabandetantoreír—,quehacumplidotodoloprometido, ymás todavía.Es lamujermás amable,más fiel ymáshonradaque existe, señoritoDavy.No se ha quejadoni una sola vezde estar sola yabandonada, ni siquiera cuando hemos tenido que trabajar tanto aldesembarcar.Encuantoal«viejo»,yanopiensaenél,seloaseguro,desdesusalidadeInglaterra.

—Ahora —dije—, hablemos de míster Micawber. ¿Sabe usted que hapagadotodoloquedebíaaquí,hastaelpagarédeTraddles?¿Lorecuerdas,miqueridaAgnes?Porconsecuencia,debemossuponerquehatenidoéxitoensusempresas.Perodenosustednoticiassuyas.

MísterPeggottymetió,sonriendo, lamanoenelbolsillodesuchalecoy,sacando un paquete muy bien doblado, desplegó con el mayor cuidado unperiódicochiquito,deaspectomuycómico.

—Tengo que decirle, señorito Davy, que hemos dejado el bosque y queahora vivimos cerca del puerto deMiddlebay, donde hay lo que podríamosllamarunaciudad.

—¿YmísterMicawber,estuvoconustedesenelbosque?

—Ya lo creo—dijomísterPeggotty—,ydemuybuenagana.Nuncahevistonadasemejante.Leveotodavía,consucabezacalva,inundadadesudordetalmodo,bajounsolardiente,quemeparecíaqueseibaaderretir.Ahoraesmagistrado.

—¿Magistrado?—dije.

MísterPeggottyseñalóconeldedounpárrafodelperiódico,dondeleíloquesigue,delPortMiddlebayTimes:

El banquete ofrecido a nuestro eminente colonoy conciudadanoWilkinsMicawber,magistradodeldistritodePortMiddlebay,hatenidolugarayer,enlagransaladelhotel,dondehabíaunamultitudahogante.Secalculaquenohabíamenosdecuarentayseispersonasenlamesa,sincontaratodoslosquellenaban corredores y escaleras. La sociedadmás escogida deMiddlebay sehabía dado cita para honrar a este hombre tan notable, tan estimado y tanpopular.

El doctorMell (de la EscuelaNormal de SalemHouse PortMiddlebay)presidía el banquete; a su derecha estaba sentado nuestro ilustre huésped.

Page 254: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Cuando,despuésdequitarlosmantelesydeejecutardeunamaneraadmirablenuestro himno nacional de Non nobis, en el cual se ha distinguidoprincipalmentelavozmetálicadelcélebreaficionadoWilkinsMicawber,hijo,se ha brindado, según costumbre de todo fiel ciudadano, entre lasaclamacionesdelaasamblea,deasentimiento,eldoctorMelllohahechoporlasaluddenuestroilustrehuésped,ornatodenuestraciudad:«¡Ojalánonosabandone, si no es para engrandecerse todavía mas, y ojalá su éxito entrenosotros sea tal que resulte imposible elevarle más alto!». Nada podrádescribirelentusiasmoconquefuerecibidoestebrindis.Losaplausoscrecían,rodandoconimpetuosidad,comolasolasenelocéano.Porfinseconsiguióelsilencio,yWilkinsMicawberse levantóparadar lasgracias.No trataremos,dadaslasmalascondicionesacústicasdellocal,deseguiranuestroelocuenteconciudadano en los diferentes períodos de su respuesta, adornada con lasfloresmáselegantesdelaoratoria.Nosbastarádecirqueeraunaobramaestrade elocuencia, y que las lágrimas llenaron los ojos de todos los asistentescuando,aludiendoalprincipiodesufelizcarrera,hasuplicadoa los jóvenespresentes entre el auditorio que nunca se dejasen arrastrar a contraercompromisos pecuniarios que les fuera imposible cumplir. Se ha vuelto abrindarporeldoctorMellypormistressMicawber,quehadadolasgracias,con un gracioso saludo, desde la gran puerta, donde una gran cantidad dejóvenesbellezasestabansubidasen las sillasparaadmiraryembellecera lavezelconmovedorespectáculo.TambiénsebrindópormistressPidgerBegs(antes,missMicawber),pormistressMell,porWilkinsMicawber,hijo(quehahechoreíratodalaasambleaalpedirpermisoparaexpresarsuagradecimientoconunacanciónmejorqueconundiscurso),por la familiaenterademísterMicawber (bien conocido en su madre patria, es inútil nombrarla, por lotanto), etc., etc. Al fin de la sesión, las mesas desaparecieron como porencanto, para dejar sitio a los aficionados al baile. Entre los discípulos deTerpsícore,quenohandejadodebailar hasta que el sol les ha recordado lahora de retirarse, se ha podido observar a Wilkins Micawber, hijo, y a laencantadoramissHelena,lacuartahijadeldoctorMell.

LeícongustoelnombredeldoctorMell,yestabaencantadodedescubrirentanbrillantesituaciónamísterMell,elmaestro,elantiguosufrelotododelfuncionariodeMiddlesex,cuandomísterPeggottymeindicóotrapáginadelmismoperiódico,dondeleí:

ADAVIDCOPPERFIELD

ELEMINENTEAUTOR

Miqueridoamigo:

Han pasado muchos años desde que podía contemplar con mis ojos losrasgos, ahora familiares a la imaginación, de una considerable porción del

Page 255: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

mundocivilizado.

Pero,amigomío,aunqueestéprivado,porunconcursodecircunstanciasquenodependendemí,delacompañíadelcompañerodemijuventud,nohedejadodeseguirleconelpensamientoenelrápidoimpulsoquehatomadosuvuelo. Nada ha podido impedirme, ni aun el océano, que nos separatempestuoso(BURNS.)elqueparticiparade lasfiestas intelectualesquenoshaprodigado.

Nopuedodejarsalirdeaquíaunhombrequeestimamosyrespetamoslosdos,miqueridoamigo,sinaprovecharestaocasiónpúblicadedarlelasgraciasen mi nombre, y, no temo decirlo, en el de todos los habitantes de PortMiddlebay,porelplacerdelaciudaddequeesustedpoderosoagente.

Adelante, amigo mío. Usted no es desconocido aquí; su talento esapreciado.Aunque relegadoenunpaís lejano,nohayquecreernospor eso,como dicen nuestros detractores, ni indiferentes nimelancólicos. ¡Adelante,amigomío;continúesuvuelodeáguila!LoshabitantesdePortMiddlebayleseguiránatravésdelasnubes,condeliciayconafándeinstruirse.

Yentrelosojosqueselevantaránhaciausteddesdeestaregióndelglobo,mientrastenganluzyvida,estarálospertenecientesa

WILKINSMICAWBER,Magistrado.

RecorriendolasotraspáginasdelperiódicodescubríquemísterMicawbereraunode loscorresponsalesmásactivosymásestimados.Habíaotracartasuyarelativaalaconstruccióndeunpuente.Habíatambiénelanunciodeunanuevaedicióndelacoleccióndesusobrasmaestrasepistolares,enunbonitovolumen, considerablemente aumentado; y, o mucho me equivoco, o elartículodefondoeratambiéndesumano.

Mientrasmíster Peggotty estuvo en Londres hablamosmuchas veces demísterMicawber; pero sólo estuvo unmes. Su hermana ymi tía vinieron aLondresparaverle,yAgnesyyo fuimosadecirleadiós,abordodelnavío,cuandoseembarcó.Yanovolveremosadecirleadiósenlatierra.

PeroantesdedejarInglaterra,fueconmigoaYarmouthparaverlalápidaqueyohabíahechocolocarenelcementerio,enrecuerdodeHam.Mientrasque, a petición suya, copiaba yo la corta inscripción que estaba grabada enella,leviinclinarseycogerdelatumbaunpocodemusgo.

—Es para Emily —me dijo, guardándoselo en el pecho—; se lo heprometido,señoritoDavy.

Capítulo24

Page 256: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Últimamiradaretrospectiva

Yahoraquehaterminadomihistoria,vuelvoporúltimavezmivistaatrás,antesdecerrarestaspáginas.

MeveoconAgnesami lado,continuandonuestroviajepor lavida.Nosrodeannuestroshijosyamigos,yaveces,alolargodelcaminomepareceoírvocesquemesonqueridas.

¿Cuálesseránlosrostrosquemásmeatraenentreesamultituddevoces?Aquíestán,semeacercanparacontestaramipregunta.

Primero, mi tía, con sus gafas, un poco más gordas. Tiene ya más deochentaaños;perosiguetantiesacomounhuso,yauneninviernoandasusseismillasapie,deuntirón.

ConellaestásiempremiqueridayviejaPeggotty,quetambiénllevagafas;ypor lanocheseponeal ladode la lámpara,con laagujaen lamano,ynocogenuncalalaborsinponerencimadelamesasupedacitodecera,sumetrodentrode la casita y su cajade labor, cuya tapa tienepintada la catedral deSaintPaul.

LasmejillasylosbrazosdePeggotty,antestanduros,queenmiinfanciamesorprendíaelquelospájarosnolospicasenmejorquealasmanzanas,sehanempequeñecido;ysusojos,queoscurecíanconsubrillotodoelrestodelacara,sehanempañadoalgo(aunquebrillantodavía).Sólosudedoíndice,tanáspero, es siempre el mismo, y cuando veo al más pequeño de mis hijosagarrarse a él, tambaleándose, para ir de mi tía a ella, recuerdo nuestrogabinetedeBloonderstoneylostiemposenqueapenasyomismosabíaandar.Mitía,porfin,sehaconsoladodesudesilusión;esmadrinadeunaverdaderaBetseyTrotwood de carne y hueso, yDora (la que viene después) pretendequelatíalamime.

HayalgoqueabultamuchoenelbolsillodePeggotty.Esnadamenosqueel libro de los cocodrilos; está en bastante mal estado; muchas hojas estánarrancadas y vueltas a sujetar con un alfiler; pero Peggotty se lo enseñatodavíaalosniñoscomounapreciosareliquia.Nadamediviertetantocomoverenlasegundageneraciónmirostrodeniño,levantandohaciamísusojosmaravilladosconlashistoriasdeloscocodrilos.EsomehaceacordarmedemiantiguoamigoBrooksdeShefield.

Enmediodemishijos,enunhermosodíadeverano,veoaunancianoquelanza cometas, y las sigue con lamirada, con una alegría que no se puedeexpresar.Meacogeradianteymehaceunamultituddeseñasmisteriosas:

—Trotwood, sabrás que cuando no tenga otra cosa que hacer acabaré la

Page 257: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

Memoria,yquetutíaeslamujermásadmirabledelmundo.

¿Quién es esa señora que anda encorvada apoyándose en un bastón?Reconozco en su rostro lashuellasdeunabelleza altivaqueyapasó, yquetratade luchar todavíacontra ladebilidaddesu inteligenciaextraviada.Estáenunjardín.Asuladohayunamujerbrusca,sombría,ajada,conunacicatrizenloslabios.Oigamosloquedicen:

—Rosa,heolvidadoelnombredeestecaballero.

RosaseinclinahaciaellayleanunciaamísterCopperfield.

—Mealegromuchodeverle,caballero,ysientomuchoobservarqueestáusteddeluto.Esperoqueeltiempoletraeráalgúnconsuelo.

Lapersonaquelaacompañalaregañaporsudistracción.

—Noestádeluto;fíjeseusted—ytratadesacarladesussueños.

—¿Havistoustedamihijo,caballero?¿Sehanreconciliadoustedes?

Después,mirándomeconfijeza, lanzaungemidoyse lleva lamanoa lafrente;exclamaconvozterrible:

—¡Rosa,venaquí;hamuerto!

YRosa,arrodilladadelantedeella, leprodigaa lavezsuscariciasysusreproches;obienexclama,conamargura:«Yoleamabamásdeloqueustedleamaba»; o se esfuerza en hacerla dormir sobre su pecho, como a un niñoenfermo.Así las he dejado, y así las encuentro siempre; así de año en añotranscurrensusvidas.

Unbarcovuelvede la India.¿Quiénesesaseñora inglesacasadaconunviejocresoescocés?¿Será,porcasualidad,JuliaMills?

Sí;esJuliaMills,siempreesbelta,conunhombrenegroqueleentregalascartasenunplatillodorado,yunamulatavestidadeblanco,conunpañuelobrillanteenlacabeza,quelesirvesuTiffinensusaladeestar.PeroJulianoescribeyasudiario,nocantayaelfuneraldelamor;nohacemásquepelearsesin cesar con suviejo creso escocés, una especiedeoso amarillo. Julia estásumergidaendinerohastaelcuello;nuncahablanisueñaconotracosa.Megustabamás«eneldesiertodeSahara».

Mejor dicho, ahora es cuando está en el desierto de Sahara. Pues Julia,aunquetieneunacasapreciosa,aunquetieneescogidasamistadesydatodoslosdíasmagníficascomidas,noveasualrededorretoñosverdeantesnielmáspequeñocapulloqueprometaparaundíafloresofruto.Sóloveloquellama«susociedad».MísterJackMaldon,quedesdeloaltodesugrandezaponeenridículo la mano que le ha elevado y me habla del doctor como de unaantiguallamuydivertida.¡Ah,Julia!Silasociedadsólosecomponeparatide

Page 258: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

caballerosydamassemejantes;sielprincipiosobreelquereposaesantetodouna indiferencia confesada por todo lo que puede avanzar o retrasar elprogresodelahumanidad,hubieseshechomejor,yocreo,perdiéndote«eneldesiertodeSahara»;almenoshabríastenidolaesperanzadesalirdeél.

Pero aquí está el buen doctor, nuestro anciano amigo; trabaja en suDiccionario(estáenlaletrad).

¡Qué dichoso es entre su mujer y sus libros! También está con él elVeterano; pero ha perdido poder y estámuy lejos de tener la influencia deantes.

Y este otro hombre atareado, que trabaja en el Templo, con los cabellos(porlomenoslosquelequedan)másrecalcitrantesquenunca,graciasalroceconstantede supelucade abogado, esmibuen,mi antiguoamigoTraddles.Tienelamesacubiertadepapeles,yledigo,mirandoamialrededor:

—Si Sofía fuera todavía tu escribiente, Traddles, tendría un trabajoterrible.

—Esverdad,miqueridoCopperfield;pero¡québuenosdíaslosdeHoltornCourt!,¿noescierto?

—Cuandoellaloasegurabaqueundíaseríasjuez,aunquenofueraaquellalaopiniónmásgeneral.

—Detodosmodos,siesollegaraasuceder…

—Yasabesquenohasdetardarmucho.

—Puesbien,queridoCopperfield,cuandoseajueztraicionaréelsecretodeSofía,comoleheprometido.

Salimos del brazo; voy a comer a casa de Traddles, en familia. Es elcumpleaños de Sofía, y en el camino Traddles me habla de su felicidadpresenteypasada.

—Heconseguido,miqueridoCopperfield,todoloquedeseaba.Enprimerlugar, el reverendo Horace ha sido elevado a un cargo donde tienecuatrocientas cincuenta libras. Además, nuestros dos hijos reciben unaexcelenteeducaciónysedistinguenensusestudiosporsutrabajoysuéxito.HemoscasadomuybienatreshermanasdeSofía;todavíahayotrastres,queviven con nosotros; las otras tres están con su padre desde la muerte demistressCrewler,ysonfelicescomoreinas.

—Excepto…—dije.

—ExceptolaBelleza—dijoTraddles—,sí.Esunadesgraciaquesehayacasadocontanmalapersona.Teníaciertobrilloquelasedujo;pero,despuésdetodo,ahoraqueestáencasayquenoshemosdesembarazadodeél,espero

Page 259: David Copperfield IIIweb.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/david... · 2020. 1. 29. · David Copperfield Parte 3 Por Charles Dickens. Capítulo 1 Las tías de Dora

querecobresualegría.

LacasadeTraddlesesunadeaquellasqueSofíayélexaminabanyhacíanmentalmente su distribución en sus paseos de la tarde. Es una casa grande;peroTraddlesguardasuspapeleseneltocador,conlasbotas.Sofíayélvivenen labuhardillaparadejar lashabitacionesbonitasa laBellezaya lasotrashermanas.Nohaynuncaunahabitacióndemásenlacasa,puesnosécómosiempre,porunarazónoporotra,hayunainfinidaddehermanitasaquienesalojar,ynoponemoselpieenunahabitaciónsinqueseprecipitentodasauntiempohacia lapuerta,yahoguen,pordecirloasí,aTraddlesconsusbesos.LapobreBellezaestáyaparasiempreconellos,viuda,conunaniña.EnhonordelcumpleañosdeSofíahanidoacomerlas treshermanascasadas,consustresmaridos;además,elhermanodeunodelosmaridos,elprimodeotro,ylahermanadeotro,quemeparecemuydispuestaacasarseconelprimo.A lacabecera está sentado Traddles como un patriarca, bueno y sencillo comosiempre. Frente a él, Sofía lo mira radiante, a través de la mesa, con unservicioquebrillalobastanteparanoconfundirlotomándolopormetalinglés.

Y ahora ha llegado elmomento de terminarmi tarea.Me cuesta trabajoarrancarme a mis recuerdos; pero las figuras se borran y desaparecen. Sinembargo, hayunaquebrilla comouna luz celestial y que ilumina todos losdemásobjetosquemerodean,dominándolos,yquepermanece.

Vuelvolacabezaylaveoamilado,consubellezaserena.Milámparavaaapagarse,¡hetrabajadohastatantardeestanoche!;perolapresenciaquerida,sinlaquenosoynada,meacompaña.

¡OhAgnes, almamía! ¡Ojalá tu rostro esté asípresente cuando llegueelverdaderofindemivida!¡QuieraDiosquecuandolarealidadsedesvanezcaantemisojoscomosombras,loencuentretodavíaamilado,señalándomeelcielo!

¿Tegustóestelibro?Paramáse-BooksGRATUITOSvisitafreeditorial.com/es