El negocio de los “cuidacoches” en los estadios Aparecen cada vez que hay un partido. Cobran de 10 a 20 pesos por dejar el auto en la calle,

están organizados y pagan para que la Policía no interfiera en su actividad.

La tradición tan argentina de ir a la cancha es cada vez más cara, en especial, los que eligen su au-tomóvil como medio de transporte lo saben más que nadie. Al mo-mento de estacionar siempre hay alguna persona dispuesta a acer-carse y cobrar entre diez y veinte pesos por dejar el vehículo en las cercanías del estadio. Son los más conocidos vulgarmente como “cuidacoches”, que sin autor-ización de nadie vieron el negocio y no dudaron en salir a copar las calles. Están en todos lados, en todos los estadios, cuando hay fútbol, en un recital, en res-taurantes o en cualquier otro espectáculo. Con un trapito señalan a los conductores lo lugares vacíos y realizan sus negocios. Apenas un espectador estaciona y se baja de su auto, ellos aparecen y ofrecen su servicio: “¿Le cuido el auto don?” Todo ocurre ante la mirada de la policía que consiente esta actividad ilegal. Los automovilistas no tienen más remedio que abonar porque si alguno se niega seguramente al volver a su vehículo encontrará las represalias de estos delincuent-es en las puertas o en los vidrios de su automóvil.

Los cuidacoches comenzaron a aparecer en la mitad de la década del 90, por entonces la tarifa era de cinco pesos, hoy circula entre 10 y 20 pesos y los vehículos que-dan en doble mano, en doble fila y/o en las veredas. Según el cálculo del cronista, por un partido en el que cobran 10 pesos, un cuidacoche que vigila una cuadra gana entre 100 y 300 pesos. En un clásico (con muchos más autos) la cifra podría subir

hasta 500. Si se multiplican esos ingresos por la cantidad de perso-nas que desarrollan la actividad y partidos que se juegan en nuestro país, este mercado mueve más de un millón de pesos anuales. Cubren todas las manzanas cercanas a los estadios y como en un sistema perfecto, cada cual mantiene una posición fija. Si alguien intenta entrar al negocio

es “persuadido” de abandonar ese plan o los encargados de desatar el asunto son los policías. Se venden como auténticos profe-sionales de la materia. El servicio que ofrecen es un seguro contra robo y daño, prometen quedarse hasta el final del partido pero pocos cumplen esa promesa. Los que ya tienen clientes conocidos “de vista” son los que mayoritari-amente cuando finaliza el partido se quedan hasta que sale el último

vehículo. En el esta-dio de Rac-ing durante los partidos de Indepen-diente los que contro-lan el nego-cio son los barrabravas, que dedican parte de sus comisiones para que la Policía no estorbe su labor. “El polaco”, uno de los jefes de la barra de Inde-pendiente y

custodio de Hugo Moyano, es el encargado de ese contacto con la bonaerense. Son propios del fútbol argentino. Mientras la Policía y los dirigen-tes no hagan nada seguirán luc-rando, son la mafia de los cuida-coches y se manejan a la vista de todos.

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En el fútbol ruso no todo lo que brilla es petróleo

Con Zenit, campeón de la UEFA y la actuación de la Selección en la Eurocopa, el país europeo, a fuerza de dinero, llegó a los primeros planos del negocio futbolístico. Detrás de estos éxitos están Abramovich y una gran cúpula de empresarios de compañías energéticas que encontraron en el deporte un escape para sus incalculables fortunas.

“Auto nuevo, caviar, un sueño de cuatro estrellas, creo que me voy a comprar un equipo de fútbol”. Suena la canción Money (dinero) de Pink Floyd. Dinero es lo que llevó hoy a millonar-ios rusos, principalmente con fichajes, a potenciar la liga de su país y tomar mayor protagonis-mo en un mercado tan atrayente como es el del fútbol. Los manejos de estos magnates llevaron a FC Zenit a ser el campeón de la Copa UEFA y de la Supercopa Europea frente a Manchester United. Fueron dos de los tres primeros títulos in-ternacionales para el país desde el fin de la Unión Soviética. Sin olvidar la sorpresa rusa en la Eurocopa 2008. La carrera del seleccionado europeo comenzó el año pasado, cuando junto a Croacia dejó a Inglaterra afuera de la copa. El presidente de Spartak de Moscú y vicepresidente de la segunda petrolera más grande del país, Leonid Fedun, prometió cuatro autos lujosos a los jugadores croatas si vencían a Inglaterra en Londres. El histórico batacazo en Wembley le dio la posibilidad a la selección rusa de viajar al torneo continental. El primer partido en tierras suizas(derrota con España 1-4) despertó nuevamente las bil-leteras de los “dueños del fútbol ruso”. Delegados de Fedun, Roman Abramovich y Alexander Dyukov (presidente de Zenit) se reunieron con Guus Hiddink y el presidente de la Unión de Fútbol de Rusia (UFR). Acordaron una prima de 7 a 15 millones de eu-

ros para los jugadores (la UFR no quiso oficializar la cifra) a cambio de avanzar de ronda. Entonces aparecieron la ve-locidad de Arshavin y los goles de Pavlyuchenko, las victorias contra Grecia y Suecia le dieron al plantel la clasificación a cuartos de final y los tan adorados billetes. Las ambiciones de los jugadores se dispararon como el precio del petróleo (la nota fue hecha hace unos meses), llegó el inesperado triunfo contra Holanda con la que au-mentaron sus ganancias y sólo la segunda derrota contra España frenó su codicia. Clave en este proceso fue la mano del entrenador holandés Hid-dink, apodado “El Mago”, por levantar diferentes selecciones de segundo nivel. También re-cibió una prima de 3 millones de euros por la performance rusa y, además, percibe un sueldo anual de 2 millones de euros pagado por Abramovich. Otro holandés, Dick Advocaat,

llegó con Zenit a lo más alto de la Copa UEFA. Camino al título, el club ruso “se cargó” a Mar-sella, Villarreal, Bayern Munich y Rangers entre otros. Según Sport-Express, cada uno de los juga-dores del plantel campeón cobró

un millón de dólares como bonus, y Advocaat persiviría un sueldo anual de seis millones de euros. La empresa dueña del club es Gazprom, dependiente del estado ruso, número uno en producción de gas y una de las más grandes corporaciones energéticas del

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Con Zenit, campeón de la UEFA y la actuación de la Selección en la Eurocopa, el país europeo, a fuerza de dinero, llegó a los primeros planos del negocio futbolístico. Detrás de estos éxitos están Abramovich y una gran cúpula de empresarios de compañías energéticas que encontraron en el deporte un escape para sus incalculables fortunas.

planeta. Su penúltimo presidente fue Dmitri Menvedev, el actual presidente ruso. Con la irrupción de Gazprom en el club, en 2006, se contrató al técnico holandés y se ficha-ron jugadores por un total de 50

millones de dólares. Los resulta-dos no tardaron el llegar porque además del trofeo continental, el equipo es ganó la liga rusa. Las sospechas sobre un presunto arreglo de la semifinal de la UEFA contra Bayern Munich mancha-ron a Zenit, que, además, para

esta temporada contrató a Danny Gomes (clave en la final de la Su-percopa) por 30 millones de euros. ¿De donde provienen los ingresos de esta liga que cada vez se queda con nombres de mayor peso? Las

sospechas apuntan al lavado de dinero y a actividades ilícitas. Los clubes de fútbol serían una manera de salida de esos fondos ilegales. La política de privatiza-ciones de Boris Yeltin durante la década del 90 y la transición del comunis-mo al capital-ismo produjo pobres cada vez más pobres y ricos cada vez más ricos. El más mediático de estos “zares” es Roman

Abramovich, dueño de Chelsea y de CSKA Moscú. Hizo su fortuna con la compra de empresas de petróleo y aluminio a precios muy bajos. Lo que siguió es historia conocida, compró al equipo de Moscú (Campeón de la Copa UEFA en el 2004) y al de Lon-

dres. El espía envenenado en Ingla-terra, Alexander Litvineko, lo nombró como parte de una red de mafiosos rusos en España, antes de morir. En un partido de Champions League entre Arsenal y CSKA Moscú (¿Quién era el propietario?), al que habían asis-tido compatriotas de la víctima, se hallaron restos de polonio 210. Los argentinos no escaparon a las garras de Abramovich. La empresa MSI, presedida por Kia Joorabchian (testaferro del ruso), adquirió los pases de varios jugadores argentinos en 2005 por cifras millonarias (Entre ellos Carlos Tevez y Javier Maschera-no). La empresa en sociedad con Corinthians fue campeón, pero luego hundió al equipo del cual es hincha el presidente Lula Da Silva, en la segunda división. La justicia brasileña pidió la captura del iraní Joorabchian y de uno de sus socios rusos, Boris Berosokwi, acusados de lavado de dinero y asociación ilícita. El dueño de los derechos económicos de Carlos Tevez sigue siendo Joorabchian. La materia prima sudamericana es cada vez más requerida por las chequeras rusas. Los jugadores resignan el crecimiento de su carrera y marchan hacía un país donde la adaptación es dura. No es un fenómeno único del fútbol, en el básquet y en el voley tam-bién se está produciendo un fuerte ingreso de jugadores mucho más que bien pagos. “Petróleo, alumin-io, una fortuna, creo que me voy a comprar un equipo de fútbol”.

5Pablo Salaberry

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¿Quién se sentará “a la derecha de Dios”?El nuevo cuerpo técnico de la Selección que acompañará a Maradona generó un confuso

conflicto entre los ex del 86, y que todavía no tiene resolución.

Julio Grondona, a casi 30 años del inicio de su mandato, volvió a recurrir a aquellos que, con el triunfo en el mundial de México, lo ayudaron a mantenerse en el sillón de Viamonte 1366. “Nos hemos preocupado por limar muchas asperezas pensando en la Selección Argentina”, dijo el día que se reveló al reemplazante de Alfio Basile. Pero el armado del cuerpo técnico que acompañará a Diego Maradona terminó siendo un escándalo que demostró que, entre los generación 86, no todo está todo bien. La relación del presidente de la AFA con Carlos Bilardo no era buena desde 2007. “La última vez que hablé con él fue antes del Mundial de Alemania. Le dije todo lo que sentía. Grondona no hace ninguna autocrítica. El día que se vaya se solucionarán mu-

chos problemas del fútbol argen-tino”, había dicho el nuevo Secre-tario General de la Selección. Con ese conflicto atrás, fue otro el problema que brotó: el cuerpo técnico que acompañaría al nuevo DT. Grondona quería a Batista y a Brown, dos generación 86 que no estrellaron la Ferrari argentina en Pekín y le abrieron la puerta del vestuario a Maradona. Al técnico del sub-20 lo seducía la idea de dirigir la Selección con el argentino más famoso de ayudante. Por eso, en principio, Batista rechazó pasar a segundo plano –iba a dirigir el amistoso contra Escocia- pero luego de una reunión con Diego, el viernes 31 de octubre, parecía tema cerrado. Lo dijo el Tata, algo raro pasó ese fin de semana en el que salieron de escena. El día de su presen-tación, le preguntaron por sus

colaboradores y Maradona dis-paró: “Lealtad absoluta. Lo que buscamos con Carlos (Bilardo) es que sean de fierro y acepten órdenes de la cabeza uno, que soy yo”. Maradona se fue a Europa y cuando volvió el primero de su lista era Ruggeri, otro modelo 86. “Una vez tuvimos una charla (con Maradona) antes del Mundial 94 y luego no sirvió nada. Todo igual. Todo se le debe decir que sí, o te hace la cruz”, soltó alguna vez la lengua filosa del ex San Lorenzo hace dos años. Sobre Don Julio se despachó en 2007: “Creo que es hora de que se vaya a su casa. El cree que ganó los Mundiales y la Copa América con el poncho marrón”. Está vez el Grondona no cedió, se mostró inexpugnable a abrirle las puer-tas a Ruggeri y corrió el ¿falso? rumor de una renuncia de Mara-

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Bilardo, Maradona y Grdona en el día de la presentación de Diego.

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dona. A Escocia viajaron como co-laboradores Alejandro Mancuso y Miguel Ángel Lemme. Luego del debut el vicepresidente de la FIFA dijo: “Salvo por algo muy especial, creo que se quedarán los colaboradores que están ahora”. Siguió corriendo el agua bajo el puente y otro Grondona saltó al escenario, Humbertito, hijo del presidente. Luego de renunciar a la dirección de Talleres de Córdo-ba y sumarse a la Selección como ayudante de Bilardo, anticipó que antes de fin de año habría una reunión entre su padre y Ruggeri. Sobre las fiestas, Batista pidió saber los motivos que lo mar-ginaron y motivó a Bilardo a convocar a una reunión de la que participó junto a Maradona, Ruggeri, Garré, Batista, Brown Y

Olarticoechea. “Ahí arreglamos todo”, dijo el Manager de la Selección, y agregó sobre el único nudo que quedaba desatar: “A Ruggeri lo veo más cerca, pero no sé si él y Grondona quedaron conformes con la charla que tuvieron”. El ex San Lorenzo parece más

cerca de un arreglo para ser el ayudante de Diego pero los tiem-pos se acortan. El 11 de febrero, Argentina enfrentará a Francia. ¿Se sabrá en ese partido quién finalmente se sentará a “la derecha de Dios”?

No es sólo que no le guste la cara La carrera de Ruggeri como DT comenzó en San Lorenzo, donde dirigió 100 encuentros, ganó 51, empató 22 y perdió 27. En 2001 pasó a Chivas y fue el único de todos los clubes donde pudo terminar el contrato, allí dirigió 47 partidos con un 46,81%. En 2003 se puso al fr-ente de Tecos, dirigió cinco partidos, los perdió todos y lo echaron. Ese mismo año llegó a Independiente con la ilusión de dar el salto a la Se-lección. Dirigió 18 partidos, ganó cinco, empató seis y perdió siete. En su paso por Avellaneda hizo debutar a Sergio Agüero con 15 años. En 2004 pasó por Elche de España y tampoco le fue bien. Otra vez volvió a probar suerte en México, esta vez en América. Dirigió sólo seis parti-dos, ganó dos, empató uno y perdió los otros tres. Volvió a San Lorenzo (Con Batista como ayudante) y se fue insultado por los hinchas. Desde el banco protagonizó 16 victorias, 11 paridades y 12 derrotas.

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Pablo Salaberry

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El árabe es la cara visible del grupo que compró a Manchester City

Al-Fahim, el nuevo

Abramovich

Manchester City es un club con historia. Fue dos veces campeón de la Premier League, en cuatro ocasiones de la Copa FA y en una de la Recopa de Europa. A pesar de ello, ha penado siempre a la sombra de su vecino de la ciudad, el United. Desde el 90, el City al-ternó en las divisiones de ascenso de Inglaterra hasta volver definití-vamente a la Premier en el 2002. El primero de septiembre retornó a los primeros planos cuando el grupo ADUG (Abu Dhabi United Group for Development and Investment) de Emiratos Árabes compró el club por una suma de 250 millones de euros. La cabeza visible de esta entidad es Sulaiman Al-Fahim, un empre-sario árabe que desde los 11 años entró al mundo de los negocios y es dueño de una empresa inmo-biliaria. La cara no visible es la familia real de Abu Dhabi, uno de los siete emiratos que componen los Emiratos Árabes Unidos. El petróleo y en menor parte el turismo son los motores que hacen avanzar a este estado. A pocas horas de la compra de Manchester City, Al-Fahim le ganó a Roman Abramovich y ad-

quirió el pase de Robinho en 42 mil-lones de eu-ros. También un argentino pasó al club inglés, Pablo Zabaleta, por ocho millones de euros. Manchester City y Chel-sea ya choca-ron dentro de la cancha y fue victoria para el equipo de Londres por 3 a 1. El gol del City lo marcó Robinho. Al-Fahim se deja fotografiar con estrellas de Hollywood y hasta produjo la película del 2008: Bat-man, The Dark Knight. No repara en la crisis económica mundial y declara poder gastar hasta 300 millones de euros para que Mark Hughes, técnico del equipo, arme un plantel de primer nivel. Entre los nombres que sonaron como refuerzos estuvieron Cristiano Ronaldo, Lionel Messi, Sergio Agüero y Van Nistelrooy. Manchester City era precedido por Thaksin Shinawatra, ex primer

ministro de Tailandia, que había llegado al club en el 2007, luego de exiliarse, al ser depuesto por un golpe de estado en su país. “Algunos de estos empresarios prefieren las carreras de ca-ballo, otros compran un equipo de Fórmula Uno, ahora la gran atracción es comprar un club de fútbol”, dijo Joseph Blatter. El presidente de la FIFA, pidió a la Unión Europea que aplique leyes más estrictas sobre la propiedad de clubes en Inglaterra por parte de empresarios extranjeros debido a que la mayoría son controlados por capitales estadounidenses.

8Pablo Salaberry

Arriba: Sulaiman Al-FahimAbajo: Thakshin Shinawatra

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