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Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho, Ano 19, nº 31, 2014, 255-302 Desigualdades en la precarización del mercado laboral español Victor Climent LOS CAMBIOS JURÍDICOS EN EL ÁMBITO DEL MERCADO LABORAL ESPAÑOL DESDE 1999 A 2013 A partir de la aplicación de la reforma del mercado laboral espa- ñol, aprobada por el Real Decreto-Ley 3/2012, de 10 de febrero, que fue motivada por el “discurso oficial” que se basa en la necesidad de poner en marcha medidas de flexibilización como alternativa a la destrucción del empleo que ha venido teniendo lugar desde el año 2007 hasta la actualidad, se ha producido una modificación sustancial en marco de las relaciones laborales establecido mediante las anteriores reformas, incluida la inmediatamente anterior, que se produjo en septiembre de 2010. La última reforma que tuvo lugar en 2012, supuso una pérdida sin precedentes en los derechos laborales que habían sido consolidados en las últimas tres décadas. En resumen, esta nueva regulación se traduce en una reducción de los costes del despido y en la definición y disposi- ción de nuevos mecanismos más directos y discrecionales para la reali- zación de los despidos por parte del empresario. El despido se puede determinar, a partir de esa reforma, de forma preventiva sobre la base de parámetros de previsión de resultados de la empresa. La disminución continuada de ventas o ingresos sería causa suficiente para realizar despidos baratos y directos. Los despidos impro-

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Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho, Ano 19, nº 31, 2014, 255-302

Desigualdades en la precarización del mercado

laboral español Victor Climent

Los cambios jurídicos en eL ámbito deL mercado LaboraL españoL desde 1999 a 2013

A partir de la aplicación de la reforma del mercado laboral espa-ñol, aprobada por el Real Decreto-Ley 3/2012, de 10 de febrero, que fue motivada por el “discurso oficial” que se basa en la necesidad de poner en marcha medidas de flexibilización como alternativa a la destrucción del empleo que ha venido teniendo lugar desde el año 2007 hasta la actualidad, se ha producido una modificación sustancial en marco de las relaciones laborales establecido mediante las anteriores reformas, incluida la inmediatamente anterior, que se produjo en septiembre de 2010.

La última reforma que tuvo lugar en 2012, supuso una pérdida sin precedentes en los derechos laborales que habían sido consolidados en las últimas tres décadas. En resumen, esta nueva regulación se traduce en una reducción de los costes del despido y en la definición y disposi-ción de nuevos mecanismos más directos y discrecionales para la reali-zación de los despidos por parte del empresario.

El despido se puede determinar, a partir de esa reforma, de forma preventiva sobre la base de parámetros de previsión de resultados de la empresa. La disminución continuada de ventas o ingresos sería causa suficiente para realizar despidos baratos y directos. Los despidos impro-

Diversas situaciones so-ciales de origen

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cedentes pasan a ser indemnizados de 33 a 20 días y con un máximo de 12 mensualidades, mientras que en el anterior marco laboral el máximo era de 24 días.

Por otra parte, la nueva regulación en materia de contratación propicia la normalización de situaciones que, desde la perspectiva del Derecho, carecen de seguridad jurídica. Las contrataciones caracteriza-das como indefinidas, según el nuevo contrato indefinido para PYMES, elevan el periodo de prueba a un año, con lo que el despido durante este periodo carece de derecho a indemnización por parte del trabajador.

La situación de empleo indefinido que posibilita la Ley 3/2012, es en realidad un derecho transitorio ya que formalmente supone una mera transición al empleo estable que, quedando a discrecionalidad de la empresa la decisión de prolongarlo a más de una año, cuenta como empleo indefinido desde el primer año en las estadísticas nacionales. Este periodo de transición de un año abre la posibilidad de una extinción contractual sin causa durante este periodo (López Terrada, 2013: 54).

De esta manera, y junto con otras fórmulas de regulación intro-ducidas con la nueva normativa, ampliamente discutidas y rechazadas en su mayoría, se disimulan situaciones de empleo precario permitiendo una aproximación a los modelos de equilibrio entre el empleo temporal e indefinido exigibles por la Comisión Europea para todos sus Estados miembros.

Otro de los aspectos que se ha visto sustancialmente modificado es el relativo a los derechos colectivos. En el marco sindical ya se han expresado y denunciado las restricciones de los mecanismos de negocia-ción colectiva; restricciones que favorecen al empresario y limitan otras opciones de flexibilidad interna que favorecerían tanto el trabajo como la producción. Los convenios provinciales sectoriales, como ejemplo de estas limitaciones, pierden fuerza respecto de las condiciones de trabajo que pudieran haberse negociado a la baja en los convenios de empresa.

La crisis económica que comienza en el año 2007 se inicia por tanto con un proceso de destrucción de empleo que ha desembocado en una respuesta legislativa por parte del gobierno que sitúa al binomio flexibilización y creación de empleo en el centro del problema de la es-tructura laboral española sin ahondar en otros factores que debatiremos seguidamente.

257Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

La Ley 3/2012 enuncia entre sus motivos la necesidad de crear empleo y devolver la confianza a los mercados e inversores, y pasa por alto otros aspectos y problemas recidivantes característicos del sistema productivo español que se han dado a lo largo de todo el siglo XX y que están especialmente presentes en esta primera parte del siglo XXI, como son el retraso tecnológico y el déficit industrial.

Hay que añadir además que esta radicalización de la precariedad en el mercado laboral formalizada con la última reforma, es en realidad una intensificación de la tendencia que se venía observando en los últi-mos 20 años.

Con anterioridad a las reformas de 2010 y 2012, la regulación del mercado laboral español se había desarrollado en las últimas tres déca-das a partir de dos momentos importantes: el Estatuto de los Trabajado-res y su reforma de 1984 y la reforma de 1993. Las reformas de 1993 pueden resumirse en los siguientes puntos:

… modificación de los mecanismos de entrada al mercado laboral (de-sarrollo de nuevos contratos: contrato en prácticas y contratos de apren-dizaje; nueva regulación de los contratos a tiempo parcial; modificaci-ón del periodo de prueba) modificación de las condiciones que regulan la movilidad interna (aprobación de la movilidad funcional dentro de categorías equivalentes; modificación del cómputo de horas extraor-dinarias; inclusión de los motivos económicos como causa de movi-lidad geográfica; simplificación del procedimiento para modificarlas condiciones de trabajo); cambios en la estructura de la negociación colectiva; y reconocimiento de las empresas privadas de colocación. (Bilbao, 1999: 22)

La reforma de 1993 supuso la formalización del mercado de tra-bajo secundario. Este marco jurídico laboral llevado a la praxis propició la aplicación desmedida y motivada de forma discrecional y unilate-ral por parte de la empresa de fórmulas de contratación características del trabajo atípico que, si bien es cierto que en los años 2005 y 2006 coincidieron con cifras récord de tasas de empleo, no es menos cierto que la intensificación de la actividad laboral se produjo en un momen-to de desarrollo de la actividad económica y productiva sin preceden-tes en el contexto español y también europeo que tuvieron que ver en gran medida con factores ajenos a la regulación jurídica del mercado de trabajo.

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Es de suponer que si la atipificación del mercado laboral produ-cida en la transición democrática propiciara la presencia de escenarios de desigualdad y de una mayor precarización, se ha de esperar que se produzca una radicalización de algunos o todos los efectos no desea-dos de la aplicación de la nueva Ley 3/2012. Este nuevo marco jurí-dico laboral tiene un alcance sobre distintos aspectos de las relaciones laborales y sobre la sociedad que trasciende el mero proceso de nor-malización jurídica y merece por tanto prestarle una especial atención respecto de los impactos que puede tener sobre las estructuras de clase que requieren interés multidisciplinar en general y en especial socio- lógico.

Por todo ello, el análisis de correlación que se establece entre las políticas de flexibilización del mercado laboral y la creación de empleo, no puede quedar exento de arbitrariedad si no se sitúa en el contexto de los cambios de la estructura económica y social general que ha venido teniendo lugar durante el periodo en el que han estado vigentes las ante-riores reformas laborales.

cambios en La estructura económica y en eL mer-cado LaboraL

La flexibilización paliativa del desempleo que se ha impuesto mediante la Ley 3/2012 ha puesto de manifiesto que el modelo de cre-cimiento económico precedente no resolvió las vulnerabilidades de la estructura económica y productiva española. Según la encuesta de po-blación activa (INE, 2014) las tasas de desempleo afectan al 60% de la población menor de 30 años, a más de un millón de familias en las que todos sus miembros se encuentran en situación de desempleo, sobre todo a las clases sociales bajas y nuevas clases medias. Estas tasas son la consecuencia de una crisis financiera que tuvo y tiene una dimensión internacional y que, sin embargo, ha afectado a todos los Estados con la intensidad y profundidad con que se ha producido en el mercado laboral español.

Desde finales de los años 70 y hasta el año 2006, se produce en España un proceso de crecimiento económico sin precedentes en la his-toria económica del país. Durante este periodo se han dado situaciones de crecimiento del empleo que, a pasar de haberse alternado también con periodos de altas tasas de desempleo (años 1993 y 1994 con cifras próxi-

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mas al 24%), propició el acceso al empleo formal a un mayor número de españoles, contribuyendo a reforzar las posiciones de las nuevas clases medias dentro en la estructura social.

El trabajo ha demostrado su carácter central en los procesos de reducción de las desigualdades y, más en concreto, la extensión del em-pleo formal, a pesar de que esta formalización se haya alcanzado me-diante una rebaja de los atributos del empleo típico característico del periodo industrial fordista de la primera mitad de siglo XX.

Tras el proceso de adaptación post-industrial producido en España a finales de los años 70, se produce una reorientación hacia la flexibili-dad externa del mercado laboral que es la que produce con el ajuste del número de empleados a las necesidades de la producción. Esta orienta-ción se produce en el marco de los pactos de la Moncloa (España, 1977) con los que se buscaba dar respuesta al escenario de inflación, al aumen-to de la tasa de desempleo y a la destrucción de empleo producida tras la muerte de Franco (Ramos Díaz, 2000: 30-31).

Los pactos de la Moncloa se establecieron para aproximar a los partidos del gobierno, la patronal y los sindicatos y para resolver los graves problemas económicos, sobre todo la inflación y el desempleo, mientras se producía el proceso de transición política de restauración democrática en España.

El temor a que las dificultades económicas supusieran un riesgo para el proceso de democratización, contribuyó a motivar los acuerdos de moderación salarial y flexibilidad que impulsaran la actividad empre-sarial. A cambio se acordó una serie de medidas para ampliar el sistema de coberturas sociales que se sustentarían mediante una mayor presión fiscal que permitiría una mayor redistribución de la riqueza y un reparto entre todos los actores sociales de los costes de la crisis causada por el aumento del precio del petróleo y del desempleo.

Esta orientación, formalizada posteriormente en el Estatuto de los Trabajadores del año 80, produjo un aumento de las tasas de empleo fundamentalmente a través de los contratos temporales cuya tendencia pretendió, una vez restablecidos los macro indicadores económicos y sociales, revertirse sin el resultado esperado a partir del fomento de em-pleo estable regulado con la reforma del año 94.

A partir del año 95 se produce un crecimiento y desarrollo de la economía basada en una sobredimensión del sector servicios y, sobre

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todo, del sector de la construcción. En todo caso, debe reconocerse que de forma paralela al crecimiento económico, se produjo un desarrollo de políticas exitosas, si las comparamos con las economías hoy emergentes, de redistribución de la riqueza mediante la implantación de un sistema tributario eficaz. En estos 30 años, aproximadamente de los años 80 al 2010, se produce un desarrollo de políticas con grandes inversiones en servicios públicos que han supuesto una diferencia respecto de otros Es-tados que, en el inicio del proceso de crecimiento económico, partieron de contextos de bienestar similares a los de España, como Portugal y Grecia.

Sin embargo, otros sectores, fundamentales para garantizar un crecimiento sostenible, como el sector tecnológico o industrial, no se han desarrollado suficientemente como para lograr una integración en los contextos competitivos y más estabilizados de la Unión Europea. El déficit industrial en el sistema productivo español se ha seguido repro-duciendo.

Tabla 1. Evolución de los sectores económicos en España

Evolución dE los sEctorEs Económicos EspañolEs (En porcEntajE dE pablación activa y aportación al pib)

Año 1985 Año 2005 Variación de la participación

Setores Empleo PIB Empleo PIB Empleo PIBAgricultura 17,7 6,0 5,3 3,3 -70 -45

Industria 24,6 28,0 17,3 17,7 -30 -37Construcción 7,5 6,4 12,4 11,6 65 81

Servicios 50,2 59,6 65,0 67,5 30 13TOTAL 100,0 100,0 100,0 100,0Fuente: Instituto Nacional de Tecnología y Formación del Profesorado MEC (Intef, 2014)

En la Tabla 1, observamos que la construcción tuvo una variación positiva del 65% en la contratación en este sector del año 1985 al año 2005, mientras que su contribución al PIB varió positivamente en el 81%. Por otro lado las contrataciones en el sector servicios supusieron un aumento del 30% y del 13% fue su contribución al PIB.

El aumento extraordinario de la actividad en estos sectores, que en el contexto de integración a la Unión Europea produjo los rendimientos necesarios para revertir mediante el gasto público en las mejoras estruc-turales y de servicios públicos que situaron a España en los estándares

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europeos, no supuso, sin embargo, una solución para el déficit que el sistema productivo español venía presentando en los sectores industrial y tecnológico. Tampoco se pudieron resolver muchas desigualdades que pudieran haber sido objeto de atención de una mayor y mejor política de gasto social. Como se observa en la Tabla 1, la industria experimentó una reducción del 30% de las contrataciones y contribuyó en el 37% menos del año 1985 al año 2005.

Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el perfil del empleo en el sector industrial en el territorio español. Según el informe “La Subcontratación Industrial en España y sus repercusiones en el empleo y la creación de empresas” (INCYDE y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España, 2003), el peso proporcional de los trabajadores en la subcontratación industrial en relación con los trabajadores de la industria en España es en el año 1998 del 22,7%, mientras que en Ale-mania es del 11%. Una de las debilidades observadas que tiene preva-lencia en la subcontratación industrial son las garantías que exigen los contratistas respecto de la realización del producto o prestación de los servicios. Esta “... flexibilidad implica la realización de horas extraor-dinarias y de ajuste de la producción por parte de las subcontratistas, esfuerzos que al no haberse contemplado bajo una relación formalizada en contrato rara vez se reconocen” (INCYDE y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España, 2003

En España la proporción de la subcontratación en la industria res-pecto del conjunto del sector industrial es mucho mayor que la media europea y especialmente que la de países del perfil de Alemania. Ade-más, el peso proporcional de la industria respecto de los otros sectores es significativamente menor. En su conjunto este tipo de organización de la producción maximiza las necesidades de flexibilización y las exi-gencias que en general requieren los contratistas a las subcontratas. Al tratarse de empresas de menor tamaño, las subcontratas ofrecen menos opciones de regular estas situaciones de ajustes de producción y rea-lización de horas extraordinarias mediante la negociación colectiva y los convenios laborales, propiciando situaciones de indefensión de los trabajadores si los comparamos con el mercado laboral de la industria no subcontratista.

Por otra parte se da una dependencia sectorial a un grupo reduci-do de contratistas, limitando la capacidad de crecimiento, innovación y otros aspectos relativos al desarrollo del sector.

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Otro aspecto del sector productivo español es la presencia de una concentración de micro-empresas y PYMES que supera sensiblemente la media de los socios europeos. En este contexto, los emprendimientos necesarios para revertir el déficit productivo se producen en una cultura de intolerancia al fracaso que propicia una actitud muy conservadora respecto de la asunción de los riesgos elevados que son característicos en las inversiones en los sectores industrial y tecnológico.

En un estudio sobre el perfil emprendedor en la Comunidad de Madrid (Sánchez Almagro, 2003: 240) revela que el perfil de:

auto-empleado corresponde a un propietario-gerente, cuya edad se en-cuentra en el rango de 25-35 años, con un nivel de estudios universita-rio, ..., que funda una empresa como autónomo o Sociedad Limitada, de nueva creación, no franquiciada, dedicada al sector servicios y que dedicó más de 12 meses para poner en marcha su empresa. Se auto-em-plean para crear su puesto de trabajo y salir del desempleo...

Obsérvese que en el contexto europeo, España es el Estado que presenta los peores indicadores de emprendimiento. Según el Euro-ba-rómetro de EUROSTAT sobre emprendimiento (European Comission, 2007, 2012), en el año 2007 España tenía el menor número de empren-dimientos de entre los 25 Estados, y el mayor número de fracasos em-presariales.

Si ello lo combinamos con un entorno favorable a las oportunida-des de especulación inmobiliaria y del territorio, es fácilmente compren-sible tanto la prevalencia de los servicios y la construcción en el PIB y en el empleo así como la constricción tanto absoluta como relativa de la actividad industrial durante el periodo de crecimiento económico.

Como consecuencia del colapso financiero internacional de fina-les del año 2006, se produce la ruptura del modelo productivo que se basaba exclusivamente en la construcción y los servicios, que viene en parte dado.

Esta situación se produjo en España con una seriamente compro-metida opción de reorientación de la actividad económica hacia la in-dustria y tecnología que permitiera amortiguar los efectos de la ruptura del modelo especulativo de la burbuja inmobiliaria, situando a la reali-dad económica, social y especialmente laboral española en una más que difícil situación.

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Véase en el Gráfico 1 los macro indicadores de empleo, el indica-dor de desempleo en España en los segundos trimestres de los años 2005 al 2013, pueden ser un reflejo de la profunda relación que se establece entre sus resultados y las fortalezas y debilidades de los sistemas pro-ductivos. Estos sugieren que, al menos para el caso de España, se debe relativizar el posible impacto que pudieran tener las políticas de flexi-bilización de los mercados laborales frente a otros factores del mercado laboral en las tasas de empleo y desempleo.

Gráfico 1: Evolución de la tasa de desempleo en España de 2005 a 2013 (segundo trimestre).

2005TII 2006TII 2007TII 2008TII 2009TII 2010TII 2011TII 2012TII 2013TII

30

25

20

15

10

5

0

9,33 8,53 7,95

10,44

17,9220,09 20,89

24,63

26,26

Tasa desempleo ambos sexos

Fuente: INE: www.ine.es

La flexibilización y formalización de los mercados de trabajo secundario que se establecieron mediante las reformas del Estatuto de los Trabajadores de los años 1984 y 1993, bien pudieran haber teni-do algo que ver con la reducción de las tasas de desempleo produci-das en los años siguientes a su aplicación, que fueron realmente impor- tantes.

Sin embargo, habría que constatar la contribución que, sobre el rápido y exponencial crecimiento de la actividad económica en los sec-tores de la construcción y servicios, pudieran haber tendido las formas de empleo flexible frente a los impactos de otros factores contextuales

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a priori de mayor magnitud, como son los estímulos a la actividad especulativa en estos sectores y las dificultades económicas y culturales para la puesta en marcha de actividades empresariales en sectores que otorgaran al conjunto de la economía y sociedad una mayor sosteni- bilidad.

Desde el año 2007 hasta la actualidad la tasa de desempleo ha ex-perimentado un constante e ininterrumpido crecimiento. Si comparamos los primeros trimestres de la encuesta de población activa, EPA, (INE, 2014), observamos la progresión del desempleo del 7,95% en el año 2007 hasta el 26,26% en el transcurso de tan sólo 6 años, de acuerdo con el Gráfico 1.

Hay que señalar que, dada la estructura del tejido productivo es-pañol, con una alta concentración en la actividad del turismo que, por su estacionalidad, eleva las contrataciones temporales en los meses previos al periodo estival, es necesario hacer un análisis de tipo interanual y no mensual. Los segundos y terceros trimestres pueden arrojar mejoras de tipo coyuntural dada la estacionalidad de los principales sectores pro-ductivos. Esta mejora inter-trimestral es una realidad que se ha produ-cido de manera constante en todos los segundos y terceros trimestres de cada año.

Por el contrario, la estadística también revela que el empleo se ha seguido destruyendo durante este periodo, pues el número de afiliacio-nes a la Seguridad Social ha experimentado una caída importante. Hay que recordar que las encuestas a la población activa, consideran des-empleados a aquellos que se encuentran en una situación de búsqueda activa, solamente. En la actualidad, dada la extensión del desempleo de larga duración, y dado el agotamiento de los subsidios por desempleo, es habitual que en la muestra haya cada vez más desempleados que aban-donan el BAE (Búsqueda Activa de Empleo), y que por tanto no son considerados desempleados.

El Gráfico 2 recoge esta característica coyuntural del tejido pro-ductivo español. De los meses de enero a febrero se sigue produciendo una destrucción de empleo mientras que produce entre los meses de mar-zo y julio un repunte del número de afiliados en la Seguridad Social que comienza a caer nuevamente en el mes de agosto.

265Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

Gráfico 2: Evolución del número de afiliaciones en 2013

Enero Febrero Marzo Abril Mavo Junio Julio AgostoAfiliados 14.910.6 14.891.8 14.926.1 14.975.9 15.093.8 15.155.57 15.217.35 15.138.16

15.300.000,00

15.200.000,00

15.100.000,00

15.000.000,00

14.900.000,00

14.800.000,00

14.700.000,00

Evolución del número de afiliados a la Seguridad Social en Régimen General y Especial sumados

Fuente: Instituto Nacional de la Seguridad Social: http://www.seg-social.es

Gráfico 3: Evolución del número de afiliaciones según el tipo de contrato. Año 2013

Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio AgostoIndef. - J. Completa 6323935,00 6291690,15 6267793,26 6267793,26 6219534,40 6203003,80 6187226,26 6161499,80

Indef. - J. Parcial 1284331,55 1288164,50 1292261,42 1296246,81 1298497,95 1297137,95 1289226,43 1283962,38

Temp. J. Completa 1688131,09 1693210,00 1697830,42 1707802,68 1765453,45 1855217,65 2005953,21 2014928,04

Temp. J. Parcial 1264571,95 1268708,95 1287082,00 1308832,59 1345791,36 1346257,10 1370246,08 1341473,95

7.000.000

6.000.000

5.000.000

4.000.000

3.000.000

2.000.000

1.000.000

0

Elucidación de las altas en el Sistema de la Securidad Social según el tipo de contrato

Fuente: Instituto Nacional de la Seguridad Social: http://www.seg-social.es

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En el Gráfico 3 observamos como de los meses de enero a agosto se produce una bajada constante del número de empleos regulados me-diante empleos de duración indefinida, mientras que aumenta en número los contratos temporales a jornada completa.

El contexto de los cambios jurídicos establecidos mediante la Ley 3/2012 y los cambios en las tasas de desempleo que se han alcanzado desde la crisis, requiere una revisión de los efectos que sobre las es-tructuras de clase y sobre los procesos de estratificación social pudieran haberse producido.

Como hemos descrito en los apartados anteriores, el proceso de grandes cambios contextuales, la integración económica en el mercado europeo, el crecimiento y la crisis económica y también la formaliza-ción y a-tipificación del mercado laboral, han tenido lugar en España en un periodo de tiempo relativamente corto. En 30 años se ha transitado por situaciones de abundancia y escasez de recursos de empleo, con el establecimiento de una nueva clase media y un marcado proceso de cre-cimiento y contracción del estado de bienestar. En este periodo, España ha experimentado un proceso de cambio económico y laboral inédito en la historia del propio Estado y también en comparación con otros países del contexto.

Es evidente que este espacio temporal resulta anecdótico para pro-ducir cambios reales y observables en las estructuras profundas tanto de una sociedad como en las de su cultura y economía. En este espacio se ha podido recorrer un camino entre situaciones relativamente extremas de bienestar, desarrollo económico, y tasa de empleo, sin que otras ga-rantías características de las democracias consolidadas, como la trans-parencia, solidaridad u otros valores propios de sistemas abiertos hayan demostrado estar suficientemente desarrollados como para que contri-buyan a proteger los logros alcanzados en el frágil bienestar resultante. La sociedad española ha transitado en tan sólo 35 años de una dictadura consolidada de 40 años, con importantes y evidentes diferencias regio-nales respecto de la cultura y la economía y también con problemas reales derivados la presencia de distintas ideas de nación, a un Estado que exhibe indicadores con valores de conversión propios de los Estados europeos.

Como hemos sugerido anteriormente, el establecimiento del bino-mio flexibilización y crecimiento económico del empleo, ha podido en el caso español disimular otro tipo de problemas de estructuración irre-

267Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

sueltos cuya complejidad eleva el protagonismo que pudiera tener la fle-xibilización en los cambios estructurales hacia una mayor desigualdad.

Además de la ineficacia de la flexibilización que hemos planteado como hipótesis, es de interés desde la perspectiva sociológica el impacto diferencial que sobre las distintas clases sociales o segmentos de la po-blación haya podido tener este fenómeno de contracción del estado de bienestar, de escasez de empleo y de precarización y orientación atípica del mercado de trabajo en un mercado y sociedad que han intentado mo-dernizar sus estructuras a una velocidad inviable.

Las transformaciones económicas iniciadas en el año 2007 han evidenciado el carácter superficial de los cambios sociales y económi-cos y el relativo impacto que pudiera tener una política de intervención sobre el binomio flexibilización y empleo como opción para la recupe-ración económica y del mercado laboral. Por otra parte podría propi-ciarse situaciones de mayor desigualdad en una nueva configuración del mercado laboral que supusiese un retroceso en los logros del estado de bienestar.

Desde el punto de vista integrado del modelo teórico e interpre-tativo de las clases sociales y de los mecanismos que determinan su es-tructura, podemos sugerir que el trabajo ha tenido España una capacidad explicativa sobre las situaciones de desigualdad y su reproducción.

Si estudiamos la evolución desde los años 70 con los Pactos de la Moncloa, hasta el año 2013 con la Ley 3/2012, es posible visualizar los efectos y no efectos de las transformaciones jurídico laborales sobre las transformaciones en las clases sociales. De esta manera es posible plan-tear la hipótesis de la relación asociativa entre las reformas laborales y la desigualdad para analizar el impacto de las primeras sobre la segunda.

Figura 1. El planteamiento de los atributos individuales respecto a las clases y la desigualdad

Diversas situaciones sociales de

origen

Atributos de clases

pertinentes

Empleos / Ocupaciones

Niveles de bienestar económico individual

Fuente: Wright, 1999

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Para comprender la naturaleza de las clases sociales y sus meca-nismos de transformación y estructuración Wright, (1999: 105), plan-tea el esquema de relación entre los atributos personales y los niveles de bienestar, que se basa en la estratificación, según se expresa en la Figura 1.

El esquema propuesto por Wright (1999) expone que, teóricamen-te, los atributos adquiridos a partir del origen social desde el nacimien-to del sujeto, son susceptibles de ser alterados mediante la exposición, acceso, y tránsito por un sistema de trabajo determinado. Al menos en las sociedades avanzadas donde la ocupación es una fuente principal de acceso al estatus social.

Wright (1999) sugiere que los recursos culturales, motivacionales y educativos interfieren de forma diferencial en el acceso a las distintas ocupaciones del mercado de trabajo. Pues bien, los Pactos de la Mon-cloa (España, 1977) establecieron una serie de mecanismos concilia-dores entre el poder político y económico que pretendía equilibrar una situación de crisis económica protegiendo teóricamente los intereses de las clases para garantizar el acceso igualitario de todos los ciudadanos a las oportunidades para un mayor igualdad en educación y protección social.

Como hemos discutido en los apartados anteriores, entre los pactos de La Moncloa de 1977 y la Ley 3/2012 entrada en vigor en el año 2013, se han producido una sucesión de transformaciones en la regulación del mercado laboral que nos permite estudiar en qué medida estas transformaciones contribuyen a que las “diversas si-tuaciones de origen” se reproduzcan o se alteren a través los “nive-les de bienestar económico individual” alcanzado tras el tránsito por el sistema de “empleos / ocupaciones”, según el esquema de Wright (1999).

Este escenario de diferenciación laboral y diferenciación social de origen recientemente establecido, permite introducir la descripción del segundo mecanismo de desigualdad que recoge el modelo teórico inte-grado de las clases sociales y que se desarrolla desde una perspectiva teórica weberiana.

Como hemos mencionado, un escenario de diferenciación social equivale a un escenario de diferentes oportunidades que pueden vincu-larse selectivamente a partir de mecanismos de apropiación.

269Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

Los escenarios de trabajo duales diferencian ocupaciones cuyos atributos pueden otorgar mayor o menor estabilidad, ingresos y otras características transmisoras de estatus.

Figura 2. El planteamiento de la apropiación de oportunidades respecto a las clases y a la desigualdad

Relaciones de poder y leyes que otorgan

el control sobre los recursos económicos

Clausura social y apropiación de oportunidades entre las posi-ciones sociales

Ubicaciones desiguales en

el seno de las relaciones de mercado

Conflictos sobre las rentas y la distribución

Fuente: Wright, 1999

La precarización de las relaciones laborales acentuada mediante la última reforma cuya finalidad ha sido paliativa respecto de los macro-in-dicadores de empleo que arrojan tasas de desempleo del 26% y, teniendo en cuenta que dicha reforma introduce la definición de escenarios que varían en su grado de precariedad, justifica la necesidad de realizar una aproximación diferencial que cuantifique la asociación entre las dife-rencias de origen y las oportunidades de apropiación de los recursos de ocupación según su carácter precario o no.

De acuerdo con el modelo integrado de Wright (1999) que puede ser observado en la Figura 2, el conflicto en un sistema de precarización que diferencia distintos escenarios de oportunidades, viene dado porque el acceso a ocupaciones más ventajosas, estarían en relación con las desventajas de los excluidos de tales posiciones. Por esta razón, rei-vindicamos la vigencia de un análisis que profundice en el proceso de precarización diferencial para determinar los perfiles de riesgo según las situaciones sociales de origen.

El tercer y último mecanismo de desigualdad al que hace referen-cia Wright (1999), en su enfoque integrador, se refiere a los conceptos de explotación procedentes de la perspectiva marxista. Para aplicar este concepto a las transformaciones laborales que venimos analizado, deben considerarse los efectos que sobre las estructuras de clase puede tener un marco jurídico que regula la acumulación de privilegios sobre ciertas ca-tegorías sociales que tienen mayor probabilidad de apropiación a dichas categorías tan sólo por la posición social de origen, como es el caso del sexo y la nacionalidad, como se puede observar en la Figura 3.

270 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

Figura 3. El planteamiento de explotación-dominación respecto a las clases y la desigualdad

Relaciones de poder y leyes

que otorgan el control sobre los recursos económicos

Clausura social y apropiación de oportunidades entre las posi-ciones sociales

Posiciones dentro de las relaciones de dominación y

explotación de la producción

Conflictos en torno a la

producción

Fuente: Wright, 1999

Si las divisiones en la segmentación jerárquica que se presenta como análisis en los apartados siguientes son significativas estadística-mente, y si además se observa una adaptación normativa de manera que el marco jurídico evoluciona entre los dos momentos analizados de for-ma paralela a los procesos migratorios y de una nueva forma de división de trabajo por sexo, podremos concluir que las reformas, además de no resolver las vulnerabilidades del tejido productivo, formalizan mecanis-mos sutiles de reproducción de una desigualdad que evoluciona hacia una nueva estructura de diferenciación discriminante.

Uno de los procesos de transformación centrales en el tránsito hacia la democracia en España ha sido la incorporación de la mujer al mercado laboral. A pesar de que la evolución en indicadores como el de la tasa de desempleo por sexos ha venido demostrando una reducción significativa, los procesos de precarización derivados de las transforma-ciones laborales abren otro nuevo marco de análisis cualitativo sobre la desigualdad. Las tasas de empleo y desempleo en sí ya no constituyen un marco de comparación eficaz si no se profundiza en las distintas si-tuaciones de “formalidad” laboral definidas en el marco jurídico y que pueden seguir constituyendo un reservorio de desigualdad reproductor de las diferencias de origen.

Otro proceso crítico que sirvió de base para sustentar la burbuja inmobiliaria y crecimiento económico entre los años 1999 y 2006, fue la entrada de trabajadores extranjeros que se incorporaron a un escenario de empleo dual y al que deben hacer frente tras la crisis después de la precarización introducida por la Ley 3/2012.

En los siguientes apartados plantearemos un modelo de análisis para discutir las nuevas formas de discriminación en el mercado laboral que se describe tras una sucesión de transformaciones jurídicas intransi-gentes con las desigualdades sociales.

271Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

Cambios en la desigualdad. la preCarizaCión dife-renCial

En este apartado realizaremos una exposición de algunos posi-bles análisis para discutir, mediante una aproximación cuantitativa y transversal, los patrones de asociación entre algunos de los aspectos de las transformaciones de las relaciones laborales, como la temporalidad, parcialidad y salario, por un lado, y, por otro, algunas de las categorías sociales típicas que son habitualmente empleadas en las contribuciones científicas para caracterizar escenarios de desigualdad, como género, ni-vel formativo y condición de ciudadanía, tales como inmigrante, extran-jero europeo o nacionalidad española.

Como lo que se pretende estudiar es el comportamiento diferen-cial de estas asociaciones en los distintos marcos de regulación del mer-cado laboral, se empleará un análisis transversal a través del cual se visualizarán las trayectorias de estas asociaciones en varios momentos equivalentes en su definición cronológica.

En primer lugar, a partir de la encuesta de estructura salarial (EES), estudiaremos los impactos diferenciales de los distintos momen-tos de los marcos jurídico laboral vigentes, año 2002 y 2010, de las variables independientes sexo y nacionalidad4, en la dependiente salario.

En segundo lugar, y esta vez a partir de la EPA (INE, 2014), estu-diaremos los impactos diferenciales de los distintos momentos de regu-lación jurídica del mercado laboral (años 2007 y 2013) de las variables independientes sexo, nacionalidad, nivel educativo y edad, en las varia-bles temporalidad y parcialidad.

A partir de un análisis de segmentación jerárquica estudiaremos, para cada año, las características de las asociaciones entre las categorías, de manera que se podrán sugerir posibles análisis sobre la relación entre la erosión de las condiciones laborales y la presencia de situaciones de mayor desigualdad.

La hipótesis de trabajo está orientada a la corroboración de que, las reformas laborales que tuvieron lugar en España, no sólo supusieron la erosión de las condiciones laborales para el conjunto de la población. Además de esto, y partiendo de la base de que la estructura de las rela-ciones sociales en el contexto español es característica de las sociedades avanzadas, donde el trabajo, la salarización y sus condiciones laborales, son los principales recursos para la transición entre las clases sociales

272 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

y la reducción de desigualdades, puede sugerirse que las reformas han contribuido a reforzar la relación entre la precariedad y ciertas clases desfavorecidas, y por tanto la normativa contribuye a formalizar la pre-sencia y reproducción de reservorios de precariedad para clases sociales que se reproducen y limitan las probabilidades de transición.

En definitiva, partimos de la hipótesis de que el funcionamiento de este reservorio se ha consolidado mediante el nuevo escenario laboral definido tras ambas reformas y limita las posibilidades de la movilidad. El mercado laboral, en estos términos, estaría funcionando como un sis-tema formal de reproducción de desigualdades.

Precarización diferencial respecto del SALARIO

Entre los hallazgos más destacados relativos a las desigualdades en los ingresos hay siempre que mencionar los estudios sobre las dife-rencias entre la población negra y blanca americana que han sido am-pliamente discutidas por Wright en su extensa obra y que ha dado pié a la aplicación y desarrollo de modelos marxistas para el estudio y com-prensión de las clases sociales y sus estructuras.

De forma resumida, al abordar las desigualdades de los ingresos desde la perspectiva marxista se asume que las relaciones de clases de-terminan las estructuras de estas desigualdades:

… si es cierto que los retornos por ingresos según la formación varían sustancialmente entre las posiciones de clase, y si es verdad que los hombres blancos y negros están distribuidos de forma diferencial entre las posiciones de clase, entonces gran parte de las diferencias en los retornos por ingresos según la formación pueden ser de hecho una consecuencia de las distribución de las clases sociales según la raza. (Wright, 1983: 1368)

Sin pretender establecer una analogía entre las estructuras de clase de la sociedad americana y española, planteamos que en el contexto de cambios sociales que han tenido lugar en España en los últimos trein-ta años, sucintamente enumerados en los aparatados anteriores, pueden darse las circunstancias socio-laborales que permiten la aplicación del constructo teórico de Wright. En este sentido podríamos contrastar la hipótesis de que las transformaciones sociales referidas han reproducido una estructura de desigualdad en el acceso al salario bajo condiciones similares de formación dependiendo de si se trata de población femenina o masculina, española o extranjera.

273Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

Dado que lo que se pretende realizar es diferenciar a la población según categorías típicas de diferenciación de clases para predecir el sa-lario, y, de esta manera, contrastar la hipótesis de que el mercado laboral sirve de proyección y reproducción de las diferencias de clase, vamos a utilizar una técnica de segmentación para determinar e identificar grupos homogéneos respecto al salario (por ejemplo: mujeres, universitarias y española), para examinar si constituyen un grupo diferenciable de otros grupos también homogéneos respecto al salario.

Para asegurar la comparabilidad de los distintos grupos respecto de la variable salario base, se han controlado las variables del mercado laboral, como el tipo de jornada, para la que se ha seleccionado sola-mente la categoría jornada completa, y también el número de horas se-manales pactadas en el contrato, seleccionándose aquellos casos con un número de horas semanales mayor o igual a 35 horas.

Para explorar las hipótesis de segmentación de diferencias entre los grupos respecto del salario vamos utilizar la técnica de segmentación jerárquica CART que se adecua a los niveles de medición empleados en las variables dependientes e independientes. Una vez seleccionadas las variables a incluir en el modelo de segmentación, el algoritmo CART fusiona las categorías de las variables independientes que cumplan con la condición de presentar perfiles muy similares respecto de la variable dependiente. En segundo lugar se realiza la selección del mejor pre-ditor, es decir la variable independiente que mejor divide la muestra. Posteriormente se repiten estos dos últimos pasos para cada una de las sub-divisiones realizadas hasta agotar todas las posibles divisiones sig-nificativas (Escobar, 2007: 12)

En el Gráfico 4 podemos observar que el análisis CART de la encuesta de estructura salarial de 2002 revela que la variable más influ-yente en la diferenciación por salario base mensual es el nivel formati-vo. Se diferencia un subgrupo de estudios universitarios (nodo 1) y se diferencia otro agrupando los tres niveles formativos (nodo 2) que en las siguientes subdivisiones tendrá un comportamiento diferencial respecto del salario base.

En el conjunto de subdivisiones que se define a partir de la va-riable sexo, son siempre los hombres los que de una forma constante obtienen un mayor nivel de ingresos por salario base con independencia del nivel formativo. Sin embargo, no ocurre lo mismo al contemplar la variable nacionalidad.

274 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

Si observamos los nodos 9 y 10, comprobamos que los hom- bres de nacionalidad extranjera con contratos a jornada completa que trabajan más de 35 horas semanales, perciben un salario base muy superior al de la misma categoría de formación, dedicación horaria y sexo de los trabajadores españoles. Sin embargo, en el caso de las mu-jeres con estudios universitarios (nodo 3), son las españolas (nodo 7) las que perciben mayores salarios base que las trabajadoras extranjeras (nodo 8).

En este sentido es importante señalar que la división entre la na-cionalidad según el país de origen no se ha podido establecer dado que, a pesar de estar disponible en la encuesta de la estructura salarial del INE: residentes extranjeros comunitarios (referidos al territorio de la Unión Europea) y residentes extranjeros no comunitarios5, el número de varia-bles introducidas: sexo y nivel formativo, sumadas sus distintas catego-rías, harían de la representación gráfica un árbol excesivamente extenso. Hay que recordar que el interés de esta segmentación es la introducción conjunta con las restantes variables. En este sentido un análisis en el que se diferenciara el país o grupo de países de origen del a fuerza de trabajo desplazada es también muy interesante para ser estudiado como única variable predictora o discriminante.

En el nivel de divisiones de los estudios no universitarios (nodo 2), el algoritmo CART reagrupa a la muestra en dos niveles más de for-mación antes de hacer la división por género y por nacionalidad. Esta sucesión de divisiones nos permite determinar el rango que cada varia-ble tiene en las distintas subdivisiones.

De la clasificación de esta rama del árbol, se pueden observar tres circunstancias relativas al salario que merecen ser destacadas.

En primer lugar, las diferencias por género, como ya hemos men-cionado anteriormente, se dan siempre en el sentido de mayores ingresos en los hombres que en las mujeres con independencia de la clasificación de otras categorías.

En segundo lugar, corroboramos que la formación tiene un im-pacto en la segmentación por salario para todos los niveles formativos. De los nodos 23 al 30, en los que se realiza una segmentación entre los niveles formativos: sin estudios o estudios primarios y estudios secun-darios básicos o FPI, se dan, para todas las categorías de nacionalidad y sexo, mejores condiciones salariales cuanto mayor es el nivel formativo.

275Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

Es decir que, para segmentos que pudieran presentar menor diferencia-ción por un bajo perfil formativo como el colectivo de trabajadores ex-tranjeros, se corrobora que las diferencias entre no tener estudios o tener estudios básicos y una formación FPI o secundaria básica son significa-tivas.

Finalmente podemos observar que la variable nivel formativo pre-senta argumentos de segmentación en distintos niveles de la jerarquía. El nivel formativo entre los nodos 2 y los nodos 23 a 30 segmenta a la muestra con sub-divisiones internas por nacionalidad y sexo.

Entre el nivel formativo FPI y estudios secundarios básicos, por un lado, y el nivel formativo sin estudios o estudios primarios, por otro, las variables sexo y nacionalidad son más influyentes en la división de la muestra. Es decir que, el nivel formativo pierde importancia frente a la nacionalidad y el sexo, a medida que el nivel formativo se hace menor, sin dejar de influir de forma significativa en el salario.

En el año 2010, véase Gráfico 56, la estructura salarial revela que las diferencias entre la población de extranjeros y españoles del grupo de los hombres trabajadores universitarios (nodos 7 y 8), a pesar de ser significativas según el criterio de división del algoritmo CART, son re-ducidas con medias similares.

En el conjunto de la jerarquización para las diferencias salariales en el año 2010, se da que las mujeres tienen de forma constante menores ingresos que los hombres bajo las mismas condiciones de formación y jornada. También ocurre lo mismo con la diferenciación salarial según la nacionalidad, exceptuando en este caso las mujeres sin estudios o con estudios primarios para quienes se da un mayor nivel de ingresos para las extranjeras que para las españolas, aunque con medias también muy similares. De todas las divisiones esta resulta ser la menos esperable, siendo explicable sólo por el hecho de que en el grupo de extranjeras se encuentran tanto las comunitarias (UE) como las extracomunitarias. El grupo de mujeres extranjeras no comunitarias con estudios básicos o sin estudios con mayor tasa de empleo y trabajos menos cualificados, el nivel salarial es menor que el de las españolas aunque la diferencia es pequeña. Las extranjeras comunitarias tienen una tasa de empleo menor y mejores condiciones salariales a pesar de tener estudios básicos o no tenerlos. Al realizar la división se da esta circunstancia que vuelve a poner de manifiesto la necesidad de un análisis individualizado sobre el país de procedencia de la trabajadora extranjera.

276 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

Análisis compArAtivo

En la Tabla 2 podemos observar en cada cruce la evolución res-pecto de los salarios base. Las cifras expresan el porcentaje que repre-senta en el salario base del año 2010 el salario base que se percibía en el año 2002. Es decir que las mujeres extranjeras sin estudios percibían en el año 2002 por salario base el 67,47% del salario base que percibían en el año 2010.

Sin que sean en realidad importantes las magnitudes dentro de una misma categoría, hay que destacar las diferencias entre ellas, señaladas con rojo las que han sufrido un mayor estancamiento, cuanto más se aproxime a 100% menos ha evolucionado, y en caso de superar esta cifra significa que el salario en 2010 ha bajado respecto del 2002, y en color verde categorías que han experimentado un mayor incremento salarial.

Los niveles formativos bajos han experimentado mayores in-crementos salariales que la formación superior, siendo los hombres y mujeres extranjeras los y las trabajadores/as que mayores incrementos salariales experimentan. Las diferencias entre hombres y mujeres en el salario también se ven reducidas en su conjunto, salvo para el caso de los hombre extranjeros universitarios que superando en el año 2002 el 100% de los ingresos de 2010 experimentan una bajada de sus ingresos considerable.

Hay que tener en cuenta que, además de que debe considerarse la ocupación específica del trabajador con el objeto de depurar estas diferencias.

Tabla 2. Evolución del salario base del año 2002 al año 2010

Mujeres Extranjeras

Mujeres Españolas

Hombres Extranjeros

Hombres Españoles

Sin estudios y estudios primarios 64,4 70,4 68,2 71,8

Estudios secundarios básicos y FPI 68,8 70,5 67,9 71,8

Estudios secundarios y FPII 74,6 75,8 80,6 78,1

Universitarios 78,1 75,5 102,3 84,7Fuente: Encuesta de Estructura Salarial (INE, 2014): www.ine.es

277Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

Las diferencias entre hombres y mujeres y población española y extranjera siguen produciéndose en la misma dirección en el año 2010 respecto del año 2002, sin embargo la magnitud de estas diferencias, a pesar de ser sistemáticas, se han reducido como puede apreciarse en la Tabla 2. El estudio de esta variable cuantitativa revela por tanto una re-ducción de la diferenciación por salario, sugiriendo que se ha dado una aproximación y mayor igualdad entre los distintos subgrupos de sexo y nacionalidad respecto del salario.

Precarización diferencial respecto de la JORNADA

Una de las cuestiones que aborda la Ley 3/2012 es la necesidad de regular el empleo a tiempo parcial. Los intereses compartidos que se pueden derivar de esta fórmula de contratación han sido siempre analizados desde, por un lado, la necesidad por parte de la empresa de legalizar las bolsas de horas negociadas en los convenios de empresa y, por otro, la de atender las necesidades de su principal destinatario: jóvenes y mujeres con necesidades de conciliación de la vida laboral y familiar.

La flexibilización respecto de este tipo de mecanismo antes de la reforma, posibilitaba el incremento de hasta el 60% de las horas ex-traordinarias. Con lo que en realidad se trataba de una forma de contrato precario, sustituto del contrato temporal, que no contribuye a resolver la incertidumbre del conocimiento horario para los colectivos destinatarios necesitados de la fórmula de la parcialidad. Con la Ley 3/2012, se añade la opción de que estas horas se pueden determinar con carácter volunta-rio por parte del trabajador (López Terrada, 2013: 52-53).

El árbol de clasificación jerárquica representado en el Gráfico 6 incluye la variable dependiente: “razones por las que la semana de refe-rencia tenía un trabajo a tiempo parcial”, y los preditores: sexo y nacio-nalidad para el año 2007.

Gráfico 6: Razones por las que tiene un trabajo de jornada parcial en el año 2007

NODO - 0Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,7 56(B) Seguir cursos de enseñanza o formación 12,6 1077(C) Enfermedad o incapacidad propia 2,0 167(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores 13,3 1135(E) Otras obligaciones personales o familiares 12,3 1047(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa 31,4 2677(G) No querer un trabajo de jornada completa 11,3 960(H) Otras razones 16,4 1401TOTAL: 100,0 8520

Sexo Valor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=981,847 - df=7

NODO - 3Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,7 4(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

5,5 30

(C) Enfermedad o incapacidad propia

0,4 2

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

14,6 79

(E) Otras obligaciones personales o familiares

6,7 36

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

51,2 277

(G) No querer un traba-jo de jornada completa

8,1 44

(H) Otras razones 12,8 69TOTAL: 6,3 541

NODO - 4Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,5 32(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

9,0 560

(C) Enfermedad o incapacidad propia

1,4 87

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

16,7 1035

(E) Otras obligaciones personales o familiares

15,3 949

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

30,5 1895

(G) No querer un trabajo de jornada completa

12,3 765

(H) Otras razones 14,2 883TOTAL: 72,8 6206

Motivos de la jornada parcial de los ocupados a tiempo parcial

NODO - 1Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,5 36(B) Seguir cursos de enseñanza o formación 8,7 590(C) Enfermedad o incapacidad propia 1,3 89(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores 16,5 1114(E) Otras obligaciones personales o familiares 14,6 985(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa 32,2 2172(G) No querer un trabajo de jornada completa 12,0 809(H) Otras razones 14,1 952TOTAL: 79,2 6747

Nacionalidad reconfigurada Valor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=112,183 - df=7

Mujer

Extranjera Española

NODO - 2Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 1,1 20(B) Seguir cursos de enseñanza o formación 27,5 487(C) Enfermedad o incapacidad propia 4,4 78(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores 1,2 21(E) Otras obligaciones personales o familiares 3,5 62(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa 28,5 505(G) No querer un trabajo de jornada completa 8,5 151(H) Otras razones 25,3 449TOTAL: 20,8 1773

Nacionalidad reconfiguradaValor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=61,764 - df=7

(A) Desconoce el motivo(B) Seguir cursos de enseñanza o formación(C) Enfermedad o incapacidad propia(D) Cuidad de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores(E) Otras obligaciones personales o familiares(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa(G) No querer un trabajo de jornada completa(H) Otras razones

NODO - 5Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 1,7 2(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

9,6 11

(C) Enfermedad o incapacidad propia

1,7 2

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

0,9 1

(E) Otras obligaciones personales o familiares

3,5 4

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

59,1 68

(G) No querer un traba-jo de jornada completa

4,3 5

(H) Otras razones 19,1 22TOTAL: 1,3 115

NODO - 6Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 1,1 18(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

28,7 476

(C) Enfermedad o incapacidad propia

4,6 76

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

1,2 20

(E) Otras obligaciones personales o familiares

3,5 58

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

26,4 437

(G) No querer un trabajo de jornada completa

8,8 146

(H) Otras razones 25,8 427TOTAL: 19,5 1658

LEYENDA

Varón

Extranjera Española

Gráfico 7: Razones por las que tiene un trabajo de jornada parcial en el año 2013

NODO - 0Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,3 46(B) Seguir cursos de enseñanza o formación 5,1 926(C) Enfermedad o incapacidad propia 1,0 182(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores 10,7 1922(E) Otras obligaciones personales o familiares 4,9 886(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa 59,9 10786(G) No querer un trabajo de jornada completa 7,2 1296(H) Otras razones 10,9 1966TOTAL: 100,0 18010

Sexo Valor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=1146,241 - df=7

NODO - 3Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,0 0(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

4,1 18

(C) Enfermedad o incapacidad propia

0,9 4

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

0,9 4

(E) Otras obligaciones personales o familiares

0,9 4

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

79,5 350

(G) No querer un traba-jo de jornada completa

3,6 16

(H) Otras razones 10,0 44TOTAL: 2,4 440

NODO - 4Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,3 12(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

9,7 368

(C) Enfermedad o incapacidad propia

1,6 60

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

1,0 36

(E) Otras obligaciones personales o familiares

1,1 40

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

64,9 2420

(G) No querer un trabajo de jornada completa

4,3 164

(H) Otras razones 18,2 688TOTAL: 21,0 3788

Motivos de la jornada parcial de los ocupados a tiempo parcial

NODO - 1Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,3 12(B) Seguir cursos de enseñanza o formación 9,1 386(C) Enfermedad o incapacidad propia 1,5 64(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores 0,9 40(E) Otras obligaciones personales o familiares 1,0 44(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa 65,5 2770(G) No querer un trabajo de jornada completa 4,3 180(H) Otras razones 17,3 732TOTAL: 23,5 4228

Nacionalidad reconfigurada Valor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=46,697 - df=7

Varón

Extranjera Española

NODO - 2Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,2 34(B) Seguir cursos de enseñanza o formación 3,9 540(C) Enfermedad o incapacidad propia 0,9 118(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores 13,7 1882(E) Otras obligaciones personales o familiares 6,1 842(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa 58,2 8016(G) No querer un trabajo de jornada completa 8,1 1116(H) Otras razones 9,0 1234TOTAL: 76,5 13782

Nacionalidad reconfiguradaValor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=154,396 - df=7

(A) Desconoce el motivo(B) Seguir cursos de enseñanza o formación(C) Enfermedad o incapacidad propia(D) Cuidad de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores(E) Otras obligaciones personales o familiares(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa(G) No querer un trabajo de jornada completa(H) Otras razones

NODO - 5Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,2 2(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

3,8 50

(C) Enfermedad o incapacidad propia

0,5 6

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

8,1 106

(E) Otras obligaciones personales o familiares

2,9 38

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

73,7 964

(G) No querer un traba-jo de jornada completa

4,4 58

(H) Otras razones 6,4 84TOTAL: 7,3 1308

NODO - 6Categoria % n

(A) Desconoce el motivo 0,3 32(B) Seguir cursos de enseñanza o formación

3,9 490

(C) Enfermedad o incapacidad propia

0,9 112

(D) Cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores

14,2 1776

(E) Otras obligaciones personales o familiares

6,4 804

(F) No haer podido encontrar un trabajo de jornada completa

56,5 7052

(G) No querer un trabajo de jornada completa

8,5 1058

(H) Otras razones 9,2 1150TOTAL: 69,3 12474

LEYENDA

Mujer

Extranjera Española

282 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

El análisis revela que para todos los niveles de segmentación, sal-vo el de los varones españoles, predomina el hecho de no haber podido encontrar un trabajo a jornada completa.

Entre las variables sexo y nacionalidad a la hora de segmentar la muestra según los motivos de la jornada a tiempo parcial, presenta ma-yor importancia el sexo sobre la nacionalidad. Sin embargo, al examinar las diferencias entre los grupo comprobamos que la razón: “no haber podido encontrar un trabajo a jornada completa”, se encuentra mucho más presente entre mujeres y hombres extranjeras/os que entre mujeres y hombres españolas/es respectivamente.

En el nodo 3 observamos que el 51,2% de las mujeres a tiempo parcial tienen este tipo de relación laboral por falta de oportunidad de un trabajo a jornada completa, mientras que en el caso de las españo-las (nodo 4) el porcentaje es del 30,5%. De los trabajadores extranjeros (nodo 5) a tiempo parcial el 59,1% ponen de manifiesto la falta de opor-tunidad de una jornada a tiempo completo frente al 26,4% de los espa-ñoles (nodo 6). Estos últimos realizan en su mayoría este tipo de jornada por seguir cursos de enseñanza o formación.

Si observamos el Gráfico 7, que expresa los motivos de la parciali-dad en la muestra de la EPA del primer trimestre de 2013, corroboramos que la parcialidad de forma general se presenta de una forma muy gene-ralizada por la falta de oportunidad de un trabajo con jornada a tiempo completo.

El nodo 0 revela que casi el 60% de los/as trabajadoras/es emplea-dos en general a tiempo parcial no ha tenido oportunidad de una jornada completa. Los hombres acusan en el año 2013 mayor falta de oportu-nidades que la población de mujeres (nodos 1 y 2), siendo los hombres extranjeros (nodo 3) entre quienes se da una mayor prevalencia de esta circunstancia: 79,5%.

Análisis comparativo

Como puede observarse en e la comparación entre los Gráficos 6 y 7 el número de contrataciones a tiempo parcial se ha incrementado al mismo tiempo que han disminuido el número de contrataciones a tiempo completo.

283Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

En la misma relación, la motivación de falta de oportunidades de trabajo a jornada completa presenta una evolución del año 2007 al año 2013 que, con los datos de ambos árboles de segmentación se manifiesta de forma dramática, presentando diferenciales de en torno al 20% entre todos los grupos segmentados por las categorías de las variable indepen-dientes.

La mayor percepción de falta de oportunidades se presenta entre los hombres de nacionalidad extranjera. Si se observan las diferencias entre la percepción de falta de oportunidad y otras razones que motivan la realización de una jornada parcial, y que tienen que ver con variables de conciliación entre la vida familiar y laboral, para la mayor parte de estas se ha dado un descenso significativo, revelando otras consecuen-cias de la crisis económica y de las elevadas tasas de desempleo como son la necesidad de generar ingresos en familias con todos sus miembros en desempleo.

La parcialidad en el año 2013 pierde, si acaso aún más, el carácter de interés compartido entre el empresario y el trabajador con el que se pretende armonizar las necesidades, por parte de la empresa, de nor-malizar las bolsas de horas y, por parte del trabajador, de conciliar vida laboral con otros aspectos de la vida familiares o de la formación. Esta realidad sugiere que la parcialidad se consolida como una herramienta de regulación exclusiva de las necesidades del empresario que le permite flexibilizar la demanda de trabajo.

Precarización diferencial respecto de la TEMPORALIDAD

Para medir el impacto diferencial que ciertos colectivos tienen en la temporalidad tras la aplicación del nuevo marco de regulación labo-ral, analizaremos mediante la misma técnicas utilizada hasta ahora, el impacto sobre la variable dependiente tipo de relación laboral (temporal o indefinida) para cada uno de los segmentos de población por sexo y nacionalidad, situándonos en el año 2007, antes de la actual regulación, y 2013, con la actual regulación en aplicación.

El Gráfico 8 pone de manifiesto que mientras que para otras va-riables del mercado laboral, en las que la variable explicativa sexo pre-sentaba mayor capacidad de segmentación, en la temporalidad es la va-riable nacionalidad la que tiene una mayor relevancia en la división del mercado.

Gráfico 8: Temporalidad en el primer trimestre de 2007 y 2013

2007

NODO - 0Categoria % n

(X) Indefinido 69,6 38737(Y) Temporal 30,4 16941

TOTAL: 100,0 55678—

Nacionalidad reconfigurada Valor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=46,697 - df=1

NODO - 1Categoria % n

(X) Indefinido 44,1 1678(Y) Temporal 55,9 2130

TOTAL: 6,8 3808—

Sexo Nacionalidad reconfigurada

Valor P corregido=0,000 Chi-cuadrado=20,793 - df=1

NODO - 2Categoria % n

(X) Indefinido 71,4 37059(Y) Temporal 28,6 14811

TOTAL: 93,2 51870—

Sexo Nacionalidad reconfigurada

Valor P corregido=0,000 Chi-cuadrado=147,633 - df=1

NODO - 3Categoria % n

(X) Indefinido 48,1 819(Y) Temporal 51,9 882

TOTAL: 3,1 1701

NODO - 4Categoria % n

(X) Indefinido 40,8 859(Y) Temporal 59,2 1248

TOTAL: 3,8 2107

NODO - 5Categoria % n

(X) Indefinido 68,7 15638(Y) Temporal 31,3 7118

TOTAL: 40,9 22756

NODO - 6Categoria % n

(X) Indefinido 73,6 21421(Y) Temporal 26,4 7693

TOTAL: 52,3 29114

Extranjera Española

VarónMujer VarónMujer

2013

NODO - 0Categoria % n

(X) Indefinido 79,0 73832(Y) Temporal 21,0 19608

TOTAL: 100,0 93440—

Nacionalidad reconfigurada Valor P corregido=0,000 - Chi-cuadrado=748,760 - df=1

NODO - 1Categoria % n

(X) Indefinido 64,6 3654(Y) Temporal 35,4 1998

TOTAL: 6,0 5652

NODO - 2Categoria % n

(X) Indefinido 79,9 70178(Y) Temporal 20,1 17610

TOTAL: 94,0 87788

Extranjera Española

286 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

El nodo 1 indica que entre la población inmigrante, la mayor parte de las contrataciones se dan de forma temporal, con el 56%, mientras que para la población de españoles/as el porcentaje de temporalidad es sensiblemente inferior, el 29%.

En un segundo nivel de segmentación, de los nodos 3 al 6, ob-servamos que la temporalidad afecta más a los varones, dentro de la categoría de extranjeros, mientras que son a las mujeres del colectivo de españolas que tienen más contratos temporales que los varones. No obstante la temporalidad sigue siendo mayoritaria en ambos sexos de los/as extranjeros/as y la permanencia en ambos grupos de trabajadores/as españoles/as.

Por otra parte en el año 2013, la temporalidad deja de ser una va-riable de diferenciación por sexos. No hay diferencias significativas ni para el grupo de extranjeros/as ni para el de trabajadores/as españoles/as. Observamos un aumento significativo del carácter permanente de las contrataciones tanto para extranjeros/as como para españoles/as.

Análisis comparativo

En España ha ocurrido una reducción constante de las contratacio-nes de carácter temporal frente a las de carácter indefinido del trimestre primero de 2007 al primero de 2013.

La presencia de formas de contratación indefinidas, con largos pe-riodos de prueba no sujetos a indemnización por despido, así como una regulación a la baja generalizada de las condiciones de despido impro-cedente con una reducción de la capacidad de negociación a través de convenios de empresa y colectivos sectoriales, contribuye al estímulo de una contratación indefinida con atributos de empleo atípico aumentados.

La temporalidad ha experimentado una variación muy visible en-tre ambos contextos de regulación del mercado laboral. En este sentido, a través de la segmentación jerárquica se ha podido apreciar la pérdida de capacidad de segmentación de la variable sexo, por un lado, y la conversión de las características de temporalidad en el segmento de tra-bajadores extranjeros.

287Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

anáLisis interpretativo y concLusiones finaLes

El objetivo de este artículo ha sido analizar como los cambios normativos que regulan el mercado laboral están relacionados con la reproducción de estructuras de desigualdad.

El análisis se ha centrado en examinar si las transformaciones en el mercado laboral español que tienen lugar tras la aplicación de la Ley 3/2012, y antes de esta con la aplicación de sus predecesoras que esta-blecieran la tendencia hacia una desregularización del empleo típico, contribuyen a reproducir escenarios de desigualdad para subgrupos de sexo y nacionalidad, de manera que se puedan identificar colectivos vul-nerables y una tendencia a su reproducción que acompaña la aplicación de los distintos marcos jurídicos que han tenido lugar a lo largo de los últimos 30 años.

Las tres variables dependientes analizadas, (salario, parcialidad y temporalidad), han permitido identificar cambios significativos en el mercado laboral español en contextos económicos y jurídicos diferen-ciados.

Se ha podido corroborar que respecto a los ingresos se ha produci-do una reducción de las diferencias expresadas en los macro-indicadores respecto de la situación de partida, 2002, produciéndose una reducción de las desigualdades que, sin embargo, continúa dándose en discrimi-nación de la población de extranjeros y mujeres y sobre todo para este grupo de personas con perfiles formativos bajos. Los salarios han ten-dido a equilibrarse entre los distintos grupos a pesar del mantenimiento de diferencias. No obstante dado que la encuesta de estructura salarial que presente datos con Ley 3/2012 en vigor no estará hasta el año 2014, este análisis debería reproducirse o limitarse a la situación previa del mercado laboral.

Por otra parte el análisis de la parcialidad presenta evidencias em-píricas contundentes que sugieren que las medidas de flexibilidad exter-na contribuyen a que el empresario regule las bolsas de horas, mientras que por otra parte suponen una barrera para la población en general y de hombres extranjeros en particular (con respecto a otros colectivos) para acceder a empleos de jornada completa.

288 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

La parcialidad se impone como un efecto no deseado entre los hombres extranjeros sobre otros colectivos y en esta situación, la par-cialidad contribuye aún más a establecer diferencias cualitativas en el empleo entre distintas clases sociales según la nacionalidad.

La presencia en la nueva regulación del mercado laboral de meca-nismos de enmascaramiento del empleo atípico contribuye al aumento de la presencia del trabajo indefinido frente al empleo temporal.

Respecto de la temporalidad, las diferencias se han visto reduci-das debido sobre todo a que el carácter temporal se ha reducido entre colectivos que en el 2007 presentaban menos incidencia de esta carac-terística (trabajadores hombres españoles). Produciéndose una homoge-nización de la temporalidad en todos los colectivos, y la temporalidad deja de ser un factor diferenciador debido a la regulación y a la escasez de oportunidades.

Para todas las variables analizadas en general se ha podido com-probar la presencia de una reproducción de desigualdades, y en particu-lar, para la variable parcialidad, en la que se da un escenario de precari-zación recurrente para extranjeros en los distintos subgrupos y para las mujeres en casi todos.

La menor diferenciación por temporalidad, se debe más a un es-cenario de escasez de oportunidades y la mayor diferenciación por par-cialidad a una mayor demanda de este tipo de contrato por parte del empresario.

Respecto del salario hemos podido comprobar que se trata de una variable con capacidad para segmentar que, aunque haya cambiado el patrón de la segmentación, y se hayan reducido las diferencias en el tiempo, se sigue reproduciendo.

En definitiva, los tres mecanismos de desigualdad presentados como síntesis integradora para la comprensión de las clases sociales, contribuyen a describir las distintas fases de la estratificación tanto en el punto de partida de este análisis, con los pactos de la Moncloa”, como en la situación actual generada tras la puesta en vigor de la Ley 3/2012.

Los mecanismos de estratificación vienen dados por las posicio-nes sociales de partida de los sujetos. En nuestro caso, las posiciones de partida según sexo y nacionalidad plantean posiciones diferenciadas respecto de las ocupaciones laborales. Por otro lado, los mecanismos de apropiación de oportunidades, que vienen determinados por las relacio-

289Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

nes de exclusión, quedan tipificados a través de un marco normativo que define un escenario dual de mayor o menor precariedad. Ciertos sujetos tienen mayores ventajas a la hora de acceder a las ocupaciones más esta-bles y mejor remuneradas, como es el caso de los hombres y los españo-les de un mismo nivel educativo. Wright (1999: 105), plantea que ambos mecanismos son integrados mediante el mecanismo de explotación:

… la tradición marxista es relacional en ambos sentidos, llamando la atención sobre el efecto estructurante de la explotación y la dominación sobre las condiciones y actividades económicas. (Wright, 1999: 105)

El análisis de los resultados ha contribuido a demostrar la pre-sencia de ciertas transformaciones que se han dado en las categorías de clase de las sociedad española de la transición a la sociedad española actual y que se pueden visualizar a través de los procesos de acceso a las oportunidades de empleo.

La expansión económica que une ambas crisis, la del petróleo, en la transición de los años 70, y la financiera de la actualidad, pone de ma-nifiesto que los procesos de estratificación sufren adaptaciones de mane-ra tal que se reproducen estructuras de desigualdad, disimulando riegos de exclusión, en el caso español, mediante un bienestar que se construyó sobre la base de la especulación y de las resistencias al cambio social, y que se proyectan sobre los reservorios de desigualdad arraigados en las estructuras profundas de la sociedad española.

(Recebido para publicação em novembro de 2013)(Aprovado em maio de 2014)

(Versão final em junho de 2014)

290 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

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292 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

293Desigualdades en la precarización del mercado laboral...

notas

1 http://www.boe.es/boe/dias/2012/07/07/pdfs/BOE-A-2012-9110.pdf 2 http://www.ccoo.es/comunes/recursos/1/pub56223_Razones_n_11._No_a_

la_Reforma_Laboral.pdf3 EPA (Encuesta de Población Activa) del Instituto Nacional de Estadística:

http://www.ine.es/inebaseDYN/epa30308/epa_inicio.htm4 Insertamos la variable nivel formativo como variable de control para el ac-

ceso al mercado laboral.5 En el mercado laboral español la variable país de origen de la fuerza de

trabajo desplazada es una variable muy influyente como se ha demostrado en la prueba estadística ensayada para el presente artículo. Sin embargo, se ha considerado de mayor interés la introducción conjunta con las variables sexo y formación, simplificándose el proceso a la introducción conjunta de todas las nacionalidades.

6 Véase anexo.

Anexo-1

Gráfico 4: Salarios año 2002

NODO - 1Média 1327,819

desv. Típica 1024,434

n 1260928

% 19,5

pronosTicado: 1327,819

Sexo Mejora=7013,415

NODO - 3Média 1112,830

desv. Típica 645,755

n 551909

% 8,5

pronosTicado: 1112,830

Nacionalidad Mejora=0,166

NODO - 4Média 1495,169

desv. Típica 1215,648

n 709019

% 11,0

pronosTicado: 1495,169

Nacionalidad Mejora=246,248

NODO - 5Média 972,302

desv. Típica 546,488

n 1275381

% 19,7

pronosTicado: 972,302

Sexo Mejora=1498,773

NODO - 7Média 1113,033

desv. Típica 644,216

n 540501

% 8,4

pronosTicado: 1113,033

NODO - 8Média 1103,234

desv. Típica 714,850

n 11408

% 0,2

pronosTicado: 1103,234

NODO - 9Média 1487,416

desv. Típica 1176,053

n 690543

% 10,7

pronosTicado: 1487,416

NODO - 10Média 1784,936

desv. Típica 2220,648

n 18476

% 0,3

pronosTicado: 1784,936

NODO - 11Média 853,221

desv. Típica 412,117

n 446088

% 6,9

pronosTicado: 853,221

Nacionalidad Mejora=1,539

NODO - 12Média 1036,136

desv. Típica 596,676

n 830293

% 12,8

pronosTicado: 1036,136

Nacionalidad Mejora=35,849

NODO - 15Média 853,832

desv. Típica 410,135

n 437794

% 6,8

pronosTicado: 816,580

NODO - 16Média 816,580

desv. Típica 516.051

n 7294

% 0,1

pronosTicado: 816,580

NODO - 2Média 832,029

desv. Típica 426,204

n 5207545

% 80,5

pronosTicado: 832,029

NODO - 17Média 1038,531

desv. Típica 590,457

n 813595

% 12,6

pronosTicado: 1038,531

NODO - 18Média 919,484

desv. Típica 837,790

n 16698

% 0,3

pronosTicado: 919,484

NODO - 0Média 928,675

desv. Típica 624,013

n 6468473

% 100,0

pronosTicado: 928,675

Nível de estudios Mejora=38575,828

Estudios universitarios

Mujer Hombre Estudios secundarios o FP II

Española Otras nacionalidades Española Otras nacionalidades Mujer Hombre

Española Otras nacionalidades Otras nacionalidadesEspañola

CONTINUARÁ

Nível de estudios Mejora=5137,920

Salario Base expresado en Euros

Estudios secundarios o FP II; Sin estudios o estudios primarios;

Estudios secundarios básicos o FP I

Anexo-1

Gráfico 4: Salarios año 2002

CONTINUACIÓN

NODO - 6Média 796,532

desv. Típica 367,763

n 3932164

% 60,8

pronosTicado: 786,532

Sexo Mejora=1157,956

NODO - 2Média 832,029

desv. Típica 426,204

n 5207545

% 80,5

pronosTicado: 832,029

Estudios secundarios básicos o FP I; Sin estudios

o estudios primarios

NODO - 14Média 813,108

desv. Típica 395,782

n 2868542

% 44,3

pronosTicado: 813,108

Nacionalidad Mejora=211,718

NODO - 21Média 817,747

desv. Típica 400,646

n 2744812

% 42,4

pronosTicado: 817,747

Nivel de estudios Mejora=54,975

NODO - 22Média 710,196

desv. Típica 244,204

n 123730

% 1,9

pronosTicado: 710,196

Nivel de estudios Mejora=3,729

NODO - 27Média 827,825

desv. Típica 437,011

n 1538628

% 23,8

pronosTicado: 827,825

NODO - 28Média 804,892

desv. Típica 348,375

n 1206184

% 18,6

pronosTicado: 804,892

NODO - 29Média 731,357

desv. Típica 272,105

n 37525

% 0,6

pronosTicado: 731,357

NODO - 30Média 700,984

desv. Típica 230,404

n 86205

% 1,3

pronosTicado: 700,984

Hombre

Española Otras nacionalidades

NODO - 13Média 714,857

desv. Típica 265,539

n 1063622

% 16,4

pronosTicado: 714,857

Nacionalidad Mejora=3,830

NODO - 19Média 715,682

desv. Típica 266,249

n 1033395

% 16,0

pronosTicado: 715,682

Nivel de estudios Mejora=0,128

NODO - 20Média 686,638

desv. Típica 238,330

n 30227

% 0,5

pronosTicado: 686,638

Nivel de estudios Mejora=0,034

NODO - 23Média 716,312

desv. Típica 273,146

n 691197

% 10,7

pronosTicado: 716,312

NODO - 24Média 714,411

desv. Típica 251,737

n 342198

% 5,3

pronosTicado: 714,411

NODO - 25Média 690,063

desv. Típica 231,108

n 11675

% 0,2

pronosTicado: 690,063

NODO - 26Média 684,483

desv. Típica 242,746

n 18552

% 0,3

pronosTicado: 684,483

Mujer

Española Otras nacionalidades

Estudios secundarios básicos o FP I

Sin estudios o estudios primarios

Nível de estudios Mejora=5137,920

Estudios secundarios básicos o FP I

Sin estudios o estudios primarios

Estudios secundarios básicos o FP I

Sin estudios o estudios primarios

Estudios secundarios básicos o FP I

Sin estudios o estudios primarios

Anexo-2

Gráfico 5: Salarios año 2010

NODO - 1Média 1606,964

desv. Típica 931,258

n 2393368

% 25,7

pronosTicado: 1606,964

Sexo Mejora=5174,139

NODO - 3Média 1755,217

desv. Típica 1078,448

n 1143222

% 12,3

pronosTicado: 1755,217

Nacionalidad Mejora=0,837

NODO - 4Média 1471,390

desv. Típica 747,165

n 1250146

% 13,4

pronosTicado: 1471,390

Nacionalidad Mejora=18,252

NODO - 5Média 1238,651

desv. Típica 609,864

n 2007524

% 21,6

pronosTicado: 1238,651

Sexo Mejora=2041,768

NODO - 7Média 1755,788

desv. Típica 1075,183

n 1091109

% 11,7

pronosTicado: 1755,788

NODO - 8Média 1743,282

desv. Típica 1144,610

n 52113

% 0,6

pronosTicado: 1743,282

NODO - 9Média 1473,656

desv. Típica 748,395

n 1204609

% 13,0

pronosTicado: 1473,656

NODO - 10Média 1411,468

desv. Típica 711,243

n 45537

% 0,5

pronosTicado: 1411,468

NODO - 11Média 1321,252

desv. Típica 666,645

n 1166107

% 12,5

pronosTicado: 1321,252

Nacionalidad Mejora=183,423

NODO - 12Média 1124,176

desv. Típica 498,922

n 841417

% 9,1

pronosTicado: 1124,176

Nacionalidad Mejora=3,640

NODO - 15Média 1329,323

desv. Típica 675,219

n 1116386

% 12,0

pronosTicado: 1329,323

NODO - 16Média 1140,047

desv. Típica 389,607

n 49721

% 0,5

pronosTicado: 1140,047

NODO - 2Média 1135,507

desv. Típica 506,320

n 6903816

% 74,3

pronosTicado: 1135,507

NODO - 17Média 1125,538

desv. Típica 504,153

n 804338

% 8,7

pronosTicado: 1125,538

NODO - 18Média 1094,637

desv. Típica 366,317

n 37079

% 0,4

pronosTicado: 1094,637

NODO - 0Média 1256,874

desv. Típica 675,358

n 9297184

% 100,0

pronosTicado: 1256,874

Nível de estudios Mejora=42489,326

Estudios universitarios

Hombre Mujer Estudios secundarios o FP II

Española Otras nacionalidades Española Otras nacionalidades Hombre Mujer

Española Otras nacionalidades Otras nacionalidadesEspañola

CONTINUARÁ

Nível de estudios Mejora=3239,071

Salario Base expresado en Euros

Estudios secundarios o FP II; Sin estudios o estudios primarios;

Estudios secundarios básicos o FP I

Anexo-2

Gráfico 5: Salarios año 2010

CONTINUACIÓN

NODO - 6Média 1093,217

desv. Típica 450,359

n 4896292

% 52,7

pronosTicado: 1093,217

Sexo Mejora=1647,854

NODO - 2Média 1135,507

desv. Típica 505,320

n 6903816

% 74,3

pronosTicado: 1135,507

Estudios secundarios básicos o FP I; Sin estudios

o estudios primarios

NODO - 14Média 1014,738

desv. Típica 349,427

n 1649488

% 17,7

pronosTicado: 1014,738

Nacionalidad Mejora=0,735

NODO - 21Média 1015,369

desv. Típica 357,910

n 1504933

% 16,2

pronosTicado: 1015,369

Nivel de estudios Mejora=0,062

NODO - 22Média 1008,170

desv. Típica 244,090

n 144555

% 1,6

pronosTicado: 1008,170

Nivel de estudios Mejora=0,564

NODO - 27Média 1014,240

desv. Típica 345,242

n 348753

% 3,8

pronosTicado: 1014,240

NODO - 28Média 1015,709

desv. Típica 361,644

n 1156180

% 12,4

pronosTicado: 1015,709

NODO - 29Média 1014,485

desv. Típica 248,556

n 68880

% 0,7

pronosTicado: 1014,485

NODO - 30Média 1002,422

desv. Típica 229,986

n 75675

% 0,8

pronosTicado: 1002,422

Mujer

Española Otras nacionalidades

NODO - 13Média 1133,087

desv. Típica 488,995

n 3246804

% 34,9

pronosTicado: 1133,087

Nacionalidad Mejora=275,921

NODO - 19Média 1142,573

desv. Típica 499,649

n 2914873

% 31,4

pronosTicado: 1142,573

Nivel de estudios Mejora=70,966

NODO - 20Média 1049,791

desv. Típica 372,672

n 331931

% 3,6

pronosTicado: 1049,791

Nivel de estudios Mejora=22,231

NODO - 23Média 1120,898

desv. Típica 426,000

n 947782

% 10,2

pronosTicado: 1120,898

NODO - 24Média 1153,016

desv. Típica 531,189

n 1967091

% 21,2

pronosTicado: 1153,016

NODO - 25Média 1026,940

desv. Típica 261,456

n 180535

% 1,9

pronosTicado: 1025,940

NODO - 26Média 1077,040

desv. Típica 470,764

n 151396

% 1,6

pronosTicado: 1077,040

Hombre

Española Otras nacionalidades

Sin estudios o estudios primarios

Estudios secundarios básicos o FP I

Nível de estudios Mejora=3239,071

Sin estudios o estudios primarios

Estudios secundarios básicos o FP I

Sin estudios o estudios primarios

Estudios secundarios básicos o FP I

Sin estudios o estudios primarios

Estudios secundarios básicos o FP I

302 Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho

resumen

Partiendo de la Reforma Laboral establecida mediante la Ley 3/2012 como punto de inflexión, en este artículo se realiza un breve re-paso de los cambios en el mercado laboral español que han tenido lugar a lo largo de los últimos treinta años. El análisis de los datos realizado, obtenido de fuentes secundarias, pone de manifiesto, por un lado, la mal atribuida relación entre las transformaciones hacia la flexibilización y las mejoras en las tasas de empleo y, por otro, la omisión de una mejor aproximación al problema del empleo en el contexto laboral español que aborde el análisis de otros problemas estructurales como son el déficit del sector industrial y tecnológico o las dificultades para el desarrollo de emprendimientos en estos sectores que generen empleo. Por el contrario, las transformaciones hacia una rebaja en las condiciones laborales ha tenido una evolución diferencial en la población.

Palabras clave: Desigualdad, mercados de trabajo, indicadores de inserción laboral, indicadores de desigualdad social, movilidad so-cial.

abstract

Using the Labor Reform established by Law 3/2012 as a starting point, the article provides a brief overview of the changes that took pla-ce over the last thirty years in the Spanish labor market. The analysis performed on data obtained from secondary sources shows that, on the one hand, the relationship between labor market flexibility and increa-sed employment rates has been wrongly interpreted. On the other hand, we introduce endogenous problems, such a weak manufacturing sector or the difficulties to push up technology ventures that generate emplo-yment, as problems that are not still well defined as a priority in the political context. By contrast, changes towards a more precariousness of the working conditions have shown a differential evolution among the population without being useful to solve structural problems that are being reproduced, while inequality is increasing.

Keywords: Inequality, labor markets, employment indicators, in-dicators of social inequality, centrality of work, social mobility.