Dimensión de Fe- EDOColombia-aporte XII EDAL

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  • NUESTRA OPCIN DE FE Y DE IGLESIA Y

    DE UN MODELO PEDAGGICO

    EN BUSQUEDA DE NUESTRA DIMENSION DE F y de IGLESIA

    (Sntesis)

    Equipos Docentes del Quindo

    DICIEMBRE DE 2012

    .

    EQUIPOS DOCENTES COMO COMUNIDADES DE FE hemos sido y seremos buscadores de paz y luchadores permanentes en la construccin de un mundo estructuralmente Nuevo, en donde quepamos todos.

    ..

    Nuestra Fe:

    Es y ha sido una Fe que se fundamenta en el contraste. Es y ha sido una Fe crtica y dialctica.

    Es y ha sido una Fe utpica.

    Procura siempre abrir caminos para la accin.

    Habla de la necesidad y de la posibilidad de un mundo nuevo. donde quepamos todos

    No es que d recetas.

  • Se compromete con la transformacin.

    Alimenta la esperanza y la solidaridad.

    ..

    Es y ha sido una Fe cargada de emocin.

    su lenguaje no es y no ha sido un fro anlisis, pues nace del grito del dolor y de la esperanza de los oprimidos de la tierra.

    Est y ha estado atravesada toda ella por la iracundia contra las injusticias y por el sueo de un mundo menos inhumano.

    De todo ello se deduce que la Fe es y ha sido concreta, que parte de

    la realidad y se orienta hacia una prctica eficaz. No es y no ha sido

    una Fe abstracta, doctrinaria, porque est y ha estado volcada

    enteramente a la vida

    ..

    La gran cuestin: opresin/liberacin

    El viejo problema de la miseria de las mayoras.

    A partir de all naci nuestro compromiso y nuestra FE

    Servicio al pueblo, en lugar de dominio.

    Anlisis de los signos de los tiempos.

    Reconocimiento de la mayora de edad.

    Adaptacin profunda de la liturgia al pueblo.

  • NUESTRO PROYECTO NO ESTA EN CRISIS, NOSOTROS

    SABEMOS PARA DONDE VAMOS, SABEMOS CUAL ES NUESTRA

    UTOPIA.

    QUIEN ESTA EN CRISIS ES LA CRISTIANDAD QUE HA PERDIDO

    EL NORTE

    .

    UNA CARACTERIZACIN DE LA IGLESIA COLOMBIANA Decada del 60: Paulo Freir (Brasil), Che Guevara (Argentina), Dom Helder Cmara (Brasil), Lenidas Proao (Ecua dor), Manuel Larran (Chile) ... 1964 1966: acontecimientos Camilo Torres Restrepo . Minoras profticas: Camilo, Golconda, Valencia Cano, SAL (Sacerdote Para Amrica Latina), ORAL (organizacin de Religiosas para Amrica Latina), CPS(Cristianos por el Socialismo) y otras personalidades y organizaciones, de la Iglesia de los Pobres .

    1968, REUNIN DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL LATNOAMERICANA (CELAM) EN Medelln

    1979 CELAM PUEBLA.

    1979 y 1980: Congresos Nacionales sobre teologa de la liberacin.

    1982: Primer encuentro nacional de comunidades Eclesiales de Base.

    1988: primer encuentro nacional de cristianos por la VIDA. --

    Anlisis Sociolgico.

    Iglesia Conservadora

  • Iglesia de Vaticano II

    Iglesia de los Pobres.

    UN VISTAZO AL CELAM EN APARECIDA.

    Misioneros hacia la realidad.

    La Vida de Jesucristo en los discpulos misioneros

    la comunin de todo el Pueblo de Dios y de todos en el Pueblo de Dios

    ..

    LA INVOLUCION DE LA IGLESIA CRISTIANDAD CONTINUA EN

    NUESTROS DIAS. Recordemos unas palabras de Gregorio VII (1073-1085): Nadie en la tierra puede juzgar al papa. La Iglesia romana no se ha equivocado nunca, y jams se equivocar hasta el final de los siglos. Slo el papa tiene autoridad para deponer a los obispos al emperador y a los reyes, y dispensar a sus sbditos de la debida fidelidad. Todos los prncipes debern besarle los pies Un papa legtimamente elegido es indiscutiblemente un santo, por los mritos de Pedro. ..

    Algunos telogos que intentaron asumir las nuevas categoras de

    pensamiento como base de su reflexin para reconciliar a la Iglesia

    con el mundo, tuvieron que sufrir el rechazo, el exilio y el silencio. En

    1959, el Papa Po XII public la encclica Humani generis, que

    condenaba la nueva teologa e impona a los telogos la defensa del

    magisterio sin posibilidad de discusin ni disenso. Entre ellos estaban

    Teilhard de Chardin, Karl Rahner, E.Schillebeeckx, I.Congar, E. de

    Lubac, y otros. Apenas diez aos despus, se convertan en asesores

    y peritos del Concilio Vaticano II y sus ideas eran asumidas en buena

    parte por dicho Concilio.

  • Los documentos de la Congregacin para la Doctrina de la fe Libertatis

    nuntius (1984) y Libertatis conscientia (1986) son representativos de

    esta corriente involucionista.

    .

    LOS EQUIPOS DOCENTES Y LAS DIMENSIONESCONSTITUTIVAS DE LA IGLESIA(Propuestas de Accin Comprometida) Tres dimensiones constitutivas, "Esenciales", que no pueden faltar en la realidad de los equipos: A. La dimensin PROFTICA, Cristo Profeta. Prctica EVANGELIZADORA. B. La dimensin SACRAMENTAL. Cristo Sacerdote. Prctica SACRAMENTAL Y RITUAL. C. La dimensin PASTORAL, Cristo PASTOR. Prctica POLTICA. . LA DIMENSIN PROFTICA CRISTO PROFETA - PRACTICA EVANGELIZADORA (Denuncio-Anuncio) "El espritu del Seor est sobre m, porque l me consagr. ME ENVO A TRAER LA BUENA NUEVA A LOS POBRES. A anunciar a los cautivos su libertad; a devolver la luz a los ciegos y a despedir libres a los oprimidos. Y a proclamar el ao de la gracia del Seor".(Lucas,4,18-20).

  • DIMENSION SACRAMENTAL- CRISTO SACERDOTE. - PRACTICA SACRAMENTAL Y RITUAL. "Cuando presentes una ofrenda al altar, si recuerdas all que tu hermano tiene alguna queja en contra tuya, deja ah fu ofrenda, ante el altar, anda primero a hacer tas paces con tu hermano y entonces vuelve a presentarla".(Mat.,5,23-24). .. QUE DECIR DE LA ESPIRITUALIDAD?

    Vida espiritual es algo que suena contrario a la vida carnal, material y que supone un alejamiento del mundo, de la rutina diaria, un privilegio raro para quien disfruta del recogimiento ofrecido por monasterios contemplativos.

    Teolgicamente, adoptar una espiritualidad significa adoptar un MODO DE SEGUIR A JESS

    Cmo es la espiritualidad de Jess

    No era la de la separacin del mundo, de quien se aleja de lo cotidiano para servir a Dios, de quien niega las realidades terrestres. Por eso Jess pide al padre que "Los Proteja del mal, aunque sin sacarlos del mundo" (Juan 17,15).

    ..

    La espiritualidad de Jess tampoco era la del moralismo; para la teologa tradicional Dios parece habitar la cima de la montaa la espiritualidad es enseada como de un manual del alpinismo que debe ser utilizado por el cristiano interesado en vencer las difciles laderas...

  • La espiritualidad de Jess era la vida dentro del conflicto histrico, en

    comunin de amor con el padre y el pueblo. Para Jess el mundo no

    se divide en puros e impuros como queran los fariseos; se divide

    entre los que estn a favor de la VIDA y los que apoyan la muerte.

    ..

    . "La oracin es la respiracin de la esperanza, cuando se deja de orar

    se deja de respirar".

    Mons.Pedro Casaldliga

    ..

    LA ORACION Existen muchas maneras de orar: en soledad o en comunidad, contemplando la naturaleza o meditando un texto del Evangelio.

    Orar es como amar: no existe un modelo-patrn, cada uno debe encontrar su estilo propio. No es nuestra vida la que se debe encasillar en un de terminado modo de orar. El cristianismo no concibe una fe desligada de la praxis o una oracin separada de la accin.

  • Es la oracin la que asegura la Unidad, entre la fe y el amor. La oracin quiebra nuestra resistencia al amor y nos impele; manifestarlo con nuestra vida.

    Dimensin Pastoral. Cristo Pastor.(Dimensin poltica)

    "Yo soy el buen pastor. El buen pastor de la vida por sus 'ovejas, el asalariado, que no es un pastor ni dueo de sus ovejas huye ante el lobo, abandonndolos, y el lobo las agarra y las dispersa; porque no es ms que un asalariado, y no le importan la ovejas. Yo soy el buen pastor: Conozco las mas y las mas me conocen a mi (Juan 10,11-

    15).

    ..

    LOS EQUIPISTAS TESTIGOS DE DIOS EN EL MUNDO.

    En el contexto de nuestras iglesias locales, creemos que en donde urge ms la necesidad y presencia de los Equipos, de los Equipistas es en los mbitos: Familiar, magisterial sindical, poltico y en los medios de comunicacin social. E importante que en los Equipos nos preguntemos: Quin soy yo en la familia? Soy esclavizador o soy liberador en la vida familiar? favorezco la liberacin y los compromisos o estoy explotndolos en nombre de mis propios compromisos? de mi esposo(a), mis hijos, mis padres, mis hermanos? La vida familiar debe ser liberadora tambin y es incoherente que Equipistas que pretenden liberar a los oprimidos sigan oprimiendo en su propia casa los miembros de su familia" (DUCLERCQ) .

  • EN BUSQUEDA DE NUESTRA DIMENSION DE F y DE IGLESIA Documento

    ALVARO A. MOLINA C. Equipos Docentes del Quindo II-2014 INTRODUCCION

    La fuerza de los paradigmas es tal que su erradicacin es muy difcil y, en algunos casos, imposible. Cuando algo se ha enseado, transmitido y mantenido como certeza, difcilmente es modificable aun contando con evidencias en su contra. Ha ocurrido en el pasado y ocurre en el presente en los campos del pensamiento filosfico, cientfico y teolgico.

    Cuando una determinada imagen de Dios ha arraigado en el imaginario mental su modificacin no suele ser fcil. Su sustitucin requiere la percepcin clara de su distorsin y una nueva imagen, asumida como ms cercana y acorde con la naturaleza de lo divino. Constatamos, todava hoy, cmo la imagen de un Dios punitivo, castigador o que infunde temor impide una vivencia gozosa y festiva de la fe. Situaciones de la temporalidad como la enfermedad, paro laboral, dificultades econmicas son imputadas a Dios (por aquel reduccionismo de que todo procede de l), interpretadas como castigo y buscando en ellas un sentido trascendente del que posiblemente carecen. (Trigin, Jaume . Cambio de paradigma). La imagen que de Dios hayamos construido a lo largo de nuestra experiencia cristiana contribuye, asimismo, a esta conceptualizacin. El Dios que premia y castiga con base a criterios que no nos atreveramos a considerar objetivos (la enfermedad del nio, la explotacin de tantas mujeres, las vctimas inocentes de catstrofes naturales) ha conducido a demasiadas personas a posiciones ateas y se ha convertido en una carga incomprensible para creyentes sinceros.

  • Habr que ir con cuidado con la pedagoga de la fe, no fuere que, en lugar de transmitir el sentido positivo de la vida, los nfasis se desplacen al pecado, el castigo, la condenacin y nos instalemos en la pastoral del miedo En los Equipistas el paradigma se puede invertir. De Dios, como origen de los problemas de la finitud, a Dios presente, como compaero, en el sufrimiento. Y es que Dios no se halla fuera de la realidad, sino en ella, si bien trascendindola. La experiencia de Dios es posible en cada experiencia cotidiana en la medida en que Dios es presente en todas las cosas y todas las cosas en Dios.

    La imagen del Dios que infunde temor ha de ser erradicada presentando al Dios del amor expresado en la figura histrica de Jess de Nazaret. En la propia Biblia asistimos a una progresiva depuracin de las imgenes de Dios. Del Dios de los ejrcitos pasamos a figuras de tono familiar, maternal incluso, a alguien cercano como ocurre en los Salmos. En el Nuevo Testamento, concretamente en el evangelio lucano, una de las imgenes ms explcitas del amor de Dios la encontramos en la figura del padre en la parbola del hijo prdigo. Pero la ms determinante expresin del amor de Dios la encontramos en el narrador de la parbola: Jess, cuya vida refleja permanentemente una de las mximas cualidades del amor: la compasin. En muchos momentos de la vida de Jess qued patente su compasin por los individuos ms dbiles a travs de un hilo conductor que se iniciaba viendo los problemas, las necesidades de las personas, las situaciones de exclusin, al que segua los sentimientos de compasin, para terminar con acciones de misericordia en favor de las personas. El gran compaero que comprende y sufre con nosotros. (Trigin, Jaume . Cambio de paradigma). Desde una nueva conceptualizacin de Dios, de Cristo que es Amor, de la iglesia y desde los Equipos Docentes este cambio paradigmtico realizar nuestra reflexin, acompaada de la recuperacin de la alegra cristiana. Ello no niega ni impide las necesarias dosis de realismo frente a situaciones complejas; ahora bien, las situaciones crticas no impedirn la serenidad de sabernos envueltos por el misterio de la gracia, sino que ms bien, parafraseando a Paul Tillich, nos permitirn el coraje de existir.

  • Con la siguiente reflexin, no terminada, queremos asumir nuestra dimensin de Fe, de iglesia, de comunidades cristianas de base, teniendo en cuenta las exigencias del siglo XXI.

    EQUIPOS DOCENTES COMO COMUNIDADES DE FE hemos sido y seremos buscadores de paz y luchadores permanentes en la construccin de un mundo estructuralmente Nuevo, en donde quepamos todos. A. Molina

    Las cortas reflexiones las hacemos desde nuestra fe de Latinoamericanos, que se ha caracterizado y se caracteriza por rasgos que muestran nuestros compromisos solidarios, la defensa de los DH y la bsqueda permanente por la Paz.

    I. PENSAMIENTO INICIAL

    1.1 LA GRAN CUESTIN: OPRESIN/LIBERACIN

    Para saber cul es el gran problema que hoy debe continuar afrontando todo compromiso de Fe despus de la primera dcada del tercer Milenio no hace falta ir muy lejos: es el viejo problema de la miseria de las mayoras. Fue a partir de all de donde naci nuestro compromiso y nuestra Fe.

    Quienes todava no descubren esto y no lo han tomado en serio, seguirn buscando cuestiones como la de la cultura tcnico-industrial, la modernidad, la crisis del socialismo, la unificacin econmica del mundo, la religin verdadera, el dios verdadero. Como si la dolorosa cuestin de la marginacin popular, la exclusin de las mayoras ya hubiese sido superada por haber pasado de moda.

    No. La cuestin el viejo problema de la miseria de las mayoras. Fue a partir de all de donde naci nuestro compromiso y nuestra Fe..

    Se dir que todo esto no es un problema especficamente Fe, sino ms bien social. No. La cuestin de la miseria de los excluidos es un problema rigurosamente Fe, en la medida exacta en que esa miseria no significa solamente opresin e injusticia, sino sobre todo falta social y contradiccin con el Plan de Salvacin del Dios de la Vida.

  • En una palabra: lo que est en juego en todo esto, es la opcin de compromiso real con los excluidos sociales, con los pobres.

    Ahora bien, esa opcin es y ha sido para las organizaciones poltica , Comunidades Eclesiales de Base, en Los Equipos Docentes desde sus orgenes, una opcin de Vida, una cuestin de principio, no una cuestin meramente opcional.

    En los Equipos Docentes debemos andar siempre junto a la memoria de los excluidos, de los estudiantes, Padres de familia y maestros excluidos, como lo recomienda Jess de Nazareth y nuestro el viejo problema de la miseria de las mayoras. Fue a partir de all de donde naci nuestro compromiso y nuestra Fe.

    Se nos impone una seria revisin de la reflexin que hacemos de Nuestra F y de nuestro compromiso con el otro, lo otro, El otro y lo otro. En tres niveles:

    1.1.1. En el nivel del anlisis., El fortalecimiento del capitalismo liberal, obliga a la religiosidad latinoamericana, a los hombres y mujeres de Fe, revisar nuestros paradigmas de interpretacin de la realidad social. No se trata de abandonar ahora la interpretacin dialctico-estructural; eso sera negar la realidad misma, que entre nosotros se impone por su propio carcter trgico. Se trata de dar a los anlisis ms flexibilidad y concrecin, y de enriquecerlos con nuevas contribuciones tericas.

    En ese sentido se percibe que el capitalismo y el socialismo no pueden ser estudiados solamente como modelos abstractos y puros, sino como modelos concretos y operativos.

    No debemos ahora aceptar la panacea de la economa de mercado, sino que superando esquematismos elementales, es necesario preguntar, por ejemplo, por el lugar del mercado en una nueva economa o en un nuevo socialismo.

    En ese nivel se plantea tambin para los hombres y mujeres de Fe Latinoamericanos la cuestin de la mundializacin actual de la economa y la necesidad para nuestros pases de mantener en ese proceso su autonoma mediante su solidaridad interna.

  • 2. Nuestra Fe:

    Es y ha sido una Fe que se fundamenta en el contraste. Es y ha sido una Fe crtica y dialctica.

    Es y ha sido una Fe utpica.

    Procura siempre abrir caminos para la accin.

    Habla de la necesidad y de la posibilidad de un mundo nuevo. donde quepamos todos

    No es que d recetas.

    Se compromete con la transformacin.

    Alimenta la esperanza y la solidaridad.

    Es y ha sido una Fe cargada de emocin.

    su lenguaje no es y no ha sido un fro anlisis, pues nace del grito del dolor y de la esperanza de los oprimidos de la tierra.

    Est y ha estado atravesada toda ella por la iracundia contra las injusticias y por el sueo de un mundo menos inhumano.

    De todo ello se deduce que la Fe es y ha sido concreta, que parte de la realidad y se orienta hacia una prctica eficaz. No es y no ha sido una Fe abstracta, doctrinaria, porque est y ha estado volcada enteramente a la vida Importa reflexionar desde nuestra Fe cuestiones estructurales como la deuda externa y la modernizacin econmica, Los TLC y la entrega de nuestras soberanas que conllevan la insercin autnoma de las economas nacionales en el mercado mundial, esperan todava recibir un tratamiento por parte de los hombres y mujeres de Fe que tienen como sujeto originario a los oprimidos.

    3. En el proyecto histrico, la crisis carga un poder de aplanamiento mayor sobre los movimientos de cambio en la medida en que pretende poner en cuestin la idea misma de la nueva sociedad, o sea, la posibilidad de una alternativa histrica al capitalismo. Es un cuestionamiento que cree tocar la raz misma de la esperanza de los pobres: la liberacin.

  • En este punto la tarea cosiste en pensar de la forma ms concreta posible UNA NUEVA UTOPIA que sea ms rica que la vieja utopa del socialismo clsico y al mismo tiempo menos pretenciosa.

    Ms rica en el sentido de incorporar las nuevas cuestiones y otras que estn emergiendo, sin contentarse con la socializacin de los medios de produccin y la satisfaccin de las necesidades bsicas. Menos pretenciosa en el sentido de renunciar a todo mesianismo salvacioncita y de resistir a la tentacin constante de dar la solucin final al destino humano y de realizar el paraso en la tierra.

    Esta es la exigencia de nuestro Dios, del Dios de nuestros padres, del Dios que Es, Yo soy el que soy , del Mesas Libertario, Del Dios delos nios y viejos habitantes de la calle, del Dios de la prostituta que vende su cuerpo para poder comer y dar de comer a los suyos, del Dios del desempleado, del Dios del maestro mal tratado y sumiso, del Dios de nuestros estudiantes empobrecidos.

    3. ACERCAMIENTO A UNA CARACTERIZACIN DE LA IGLESIA COLOMBIANA 3.1 el viejo problema de la miseria de las mayoras. Fue a partir de all de donde naci nuestro compromiso y nuestra Fe.Algunas de sus conclusiones:

    Servicio al pueblo, en lugar de dominio. Anlisis de los signos de los tiempos. Reconocimiento de la mayora de edad. Adaptacin profunda de la liturgia al pueblo.

    3.2 UNA CARACTERIZACIN DE LA IGLESIA COLOMBIANA La situacin socio-poltica que viva Amrica Latina llev a algunos cristianos (laicos, sacerdotes, religiosos y obispos) a comprometerse de manera radical en la liberacin del pueblo, tomando as una opcin poltica con el mismo. Mencionamos a: Paulo Freir (Brasil), Che Guevara (Argentina), Dom Helder Cmara (Brasil), Lenidas Proao (Ecua dor), Manuel Larran (Chile) ...

  • 1964 1966: acontecimientos Camilo Torres Restrepo no podemos entender nuestro proceso sin el aporte evanglico, eclesial y poltico que desencaden el sacerdote Camilo Torres R. lo principal en el cristianismo es el amor al prjimo. el que ama a su prjimo cumple la ley' (Rom 13,8). Este amor para que sea verdadero tiene que buscar la eficacia. S la Beneficencia, la limosna, las pocas escuelas gratuitas, los pocos planes de vivienda, lo que se ha llamado caridad no alcanza a dar de comer a los hambrientos, ni a vestir a la mayora de los desnudos ni ensear a la mayora de los que no saben, tenemos que buscar medios ms eficaces para el bienestar de las mayoras Por eso, la revolucin no solamente es permitida, sino obligatoria, para los cristianos que vean en ella la nica manera eficaz y amplia de realizar el amor..." (Mensaje a los cristianos, 1965). Posteriormente, hemos pasamos de las minoras profticas: Camilo, Golconda, Valencia Cano, SAL (Sacerdote Para Amrica Latina), ORAL (organizacin de Religiosas para Amrica Latina), C.P.S(Cristianos por el Socialismo) y otras personalidades y organizaciones, de la Iglesia de los Pobres 1968, REUNIN DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL LATNOAMERICANA (CELAM) EN Medelln: Se hace una reinterpretacin del Vaticano II a la luz de la nueva realidad; se impulsa el compromiso prioritario con los pobres y se iluminan las ya creadas CEBs. (Comunidades Eclesiales de Base) y la teologa de la liberacin. Simultneamente, se expande la poltica de la Seguridad Nacional con sus respectivos 'golpes militares' en Amrica Latina. Hay fracaso econmico que eleva las deudas nacionales a niveles insostenibles. El compromiso de los cristianos genera una opresin mayor y una Persecucin ilimitada a sectores de cristianos, la Iglesia Popular es acusada de subversiva, impulsadora de la guerrilla, patrocinadora de la revolucin y simpatizante o aliada del marxismo. Algunos sectores de la burguesa laica, del clero y del episcopado, se atemorizan ante el impulso que ha tomado Medelln y retroceden tomando posiciones conservadoras.

  • 1979 Puebla: All se marcan claramente dos tendencias: una que desea mantener y profundizar los logros de Medelln, y la otra, que busca frenar la opcin de cambio de la Iglesia y mantener el presente Estado de injusticia social. En nuestro pas, se han implementado las conclusiones de Puebla manipulndolas en favor del proyecto de iglesia conservadora. 1979 y 1980: Congresos Nacionales sobre teologa de la liberacin. 1982: Primer encuentro nacional de comunidades Eclesiales de Base. 1988: primer encuentro nacional de cristianos por la VIDA. Realizamos este encuentro ecumnico de cristianos para:

    Manifestar a Colombia y Amrica Latina que no creemos en los dolos del poder, ni en sus acciones de muerte, y que a ellos los combatimos.

    Pronunciarnos, como cristianos, contra la guerra sucia que azota a los ms pobres de nuestro pas y a los que defienden sus intereses.

    Proponer acciones efectivas que nos comprometan a organizamos en defensa de la VIDA. Es necesario mencionar la importancia de las revistas SOLIDARIDAD. Aportes cristianos para la liberacin y la revista UTOPIAS autnticas expresiones de la bsqueda de los cristianos que asumimos la Teologa de la Liberacin, la relectura de la Biblia desde los excluidos de A.L., un compromiso poltico militante y la fidelidad al mensaje de Jess de Nazareth. A partir de la dcada de los 90 y durante la primera dcada del 2000. Los cristianos comprometidos hemos dado mayor importancia a nuestro compromiso con las CEBs, participando en la creacin de estas, su organizacin y sus asambleas nacionales peridicas y en su coordinacin nacional. Nuestros compromisos estn llenos de alegras y tristezas, de logros y muchas dificultades, de contradicciones

  • internas, de bsqueda y compromisos en el movimiento popular, pero nos sigue acompaando la topia, la Esperanza de un amanecer con una sociedad donde quepamos todos 3.3 Anlisis Sociolgico La Iglesia, en su quehacer pastoral, se ha venido realizando en medio de condiciones histricas determinadas. En Amrica Latina y, particularmente, en Colombia, desde el punto de vista socio-poltico, las fuerzas se han ido polarizando, incidiendo internamente en la Iglesia, hasta tal punto que podemos hablar de la cristiandad que se caracteriza por la defensa y legitimacin de las relaciones sociales establecidas, y la Iglesia de los pobres, que busca contribuir a la construccin de una sociedad justa e igualitaria. Teniendo en cuenta lo anterior, podemos hablar de diversos tipos de Iglesia en Colombia: iglesia conservadora, iglesia progresista e iglesia de los pobres. Iglesia Conservadora: Su eclesiologa se caracteriza por un reforzamiento del centralismo jerrquico y la implementacin de una institucin monoltica. Se insiste en la autoridad doctrinaria, disciplina rgida que no admite cuestionamientos, se acenta el verticalismo y el clericalismo, y es expansional o sea que se interesa mucho por el nmero. Ideolgicamente considera que el problema fundamental es el comunismo, el terrorismo, condena la teologa de la liberacin y la Iglesia de los pobres por su "infiltracin marxista"; para lo anterior, utiliza al mximo los Medios de Comunicacin de los sectores dominantes y defiende las relaciones sociales actuales como justas. Su pastoral se caracteriza por la movilizacin de gran nmero de persona (visitas del Papa), se mueve con base a lites militantes, presenta las grandes movilizaciones como smbolo del poder de la iglesia. Desde el punto de vista econmico y poltico es una iglesia con poder al capital financiero, respalda los proyectos demcrata-cristiano y social-demcratas y en muchos aspectos poltica imperialista de Europa y de los Estados Unidos. (Ver documentos de Santa Fe, I

  • y II, en los cuales un grupo de asesores de Ronald Reagan y ahora de George Bush, trazan una serie de recomendaciones econmicas, polticas y culturales para Amrica Latina, en la perspectiva de defender los intereses imperiales). Es caracterizada como la Iglesia de Vaticano II que asume parcialmente a Medelln y a Puebla; es una Iglesia de renovacin pastoral interna. Este tipo de Iglesia tiene un sector que legitima, con condiciones, de dominacin; un sector de centro que protesta contra los atropellos a los indefensos y es, al mismo tiempo, antimarxista; y un sector de izquierda que hace oposicin a las relaciones de dominacin. Existe tambin en la Iglesia progresista una lnea social a favor de los pobres, no se declara antimarxista, y considera que su proyecto histrico es autnomo tente a las organizaciones populares y al socialismo. Su pastoral se caracteriza por el proselitismo y las concentraciones masivas; es asistencialista. Valor a la expresin corporal, la alegra y el entusiasmo, por dio da mucha importancia a las expresiones afectivas, masificadoras, en donde se busca hacer oracin y se insiste mucho en la conversin corporal. Desde el punto de vista econmico y poltico la acompaa una ingenuidad poltica, el conformismo y la resignacin, pues no considera importante hacer un anlisis de la realidad. Lo anterior, la hace creer neutral y es indiferente ante d cambio. Es utilizada continuamente para contrarrestar el desarrollo de la Iglesia popular. Estos dos modelos de Iglesia tienen en comn las siguientes caractersticas: a) El concilio Vaticano II habla de la Iglesia como comunin, como pueblo de Dios y como sacramento. La restauracin insiste en la Iglesia como 'Sociedad Perfecta', lo que significa que tiene en s misma los medios para adquirir sus propios fines. La Iglesia como "Sociedad Perfecta obedece a una visin piramidal, lo que conlleva la reafirmacin de la autoridad como principio de unidad.

  • b) En lo que hace referencia al Dilogo, hay una certeza doctrinal y moral en contra de toda "Confusin" y bsqueda. El dilogo termina con la identidad: es necesario reafirmar la identidad condenando al opositor lo que es aceptable y lo que no es aceptable, lo garantiza la autoridad, la jerarqua. c) Frente a la Colegialidad y la Participacin: Fueron logros del Vaticano II. Se vuelve al centralismo romano y a una visin clerical, en donde el laicado ocupa un segundo lugar. Cada da se afirma ms el poder del Papa, de la Curia, de las Nunciaturas, de los Obispos. d) Frente al Ecumenismo: Se afirma la identidad catlica romana como verdadera Iglesia; todo debe girar alrededor de Roma. e) Frente al Pluralismo teolgico o litrgico: Se pasa a la unidad como uniformidad. La teologa se considera la explicacin de los documentos oficiales de la Iglesia, se regresa a la unidad doctrinal, disciplinaria y litrgica. Iglesia de los Pobres. Asume el concepto de Iglesia como Pueblo de Dios, est conformada por una red de comunidades encarnadas en los pobres, insiste en la participacin activa de todos sus miembros, hace nfasis en la fraternidad y acento en el Reino. Recordemos que Jess centr su predicacin en el anuncio del Reino de Dios. Para los judos el Reino de Dios era la esperanza de la llegada de un orden nuevo de cosas; de una vida totalmente nueva. Jess identifica con el mundo la estructura social tal como funciona y contra la que El lucha, e identifica con el Reino, la sociedad y el orden de cosas hacia el cual caminamos; sociedad y orden de cosas que fundamenta en su parte, que nos hace hermanos y nos exige y 'posibilita la fraternidad a partir de los ms pobres y necesitados. La Iglesia de los pobres es una Iglesia histrica que mantiene presente su tradicin y responde a los signos de los tiempos. Iglesia que ha revaluado el papel del laico a quien le exige un compromiso diario en la construccin del Reino; si organizacin bsica son las Comunidades Eclesiales de Base en donde han aparecido nuevos misterios, en donde se asume vivencialmente el mensaje de Jess de Nazareth partiendo de la realidad diaria.

  • La reflexin teolgica se hace desde los ms necesitados, parte de la realidad, valora el apone de las ciencias sociales, valora tradicin histrica, asume la fe con una dimensin vivencial, hace nfasis en las bienaventuranzas como proyecto, asume la moral desde una perspectiva comunitaria, descubre a Dios en los acontecimientos, interesa ms la vida en el compromiso que los ritos, realiza una hermenutica o interpretacin nueva del Evangelio, acenta ms el ministerio que el sacerdocio. Desde el punto de vista pastoral, se caracteriza por su insercin, compromiso, catequesis situacional y transformadora, valoracin critica de la religiosidad popular, denuncia el pecado estructural, asume al pobre como potencia evangelizado^ es misionera desde Amrica Latina para la Iglesia universal, en ella todos comparten y predican, la persona es lo primero con su situacin histrica. Dios, est conformada por una red de comunidades encarnadas en los pobres, insiste en la participacin activa de todos sus miembros, hace nfasis en la fraternidad y acento en el Reino. Recordemos que Jess centr su predicacin en el anuncio del Reino de Dios. Para los judos el Reino de Dios era la esperanza de la llegada de un orden nuevo de cosas; de una vida totalmente nueva. Jess identifica con el mundo la estructura social tal como funciona y contra la que El lucha, e identifica con el Reino, la sociedad y el orden de cosas hacia el cual caminamos; sociedad y orden de cosas que fundamenta en su parte, que nos hace hermanos y nos exige y 'posibilita la fraternidad a partir de los ms pobres y necesitados. Desde d punto de vista econmico y poltico, asume d proyecto liberador y tiene un compromiso consistente en te transformacin de te sociedad, opta claramente por el pobre, vive su identidad cristiana en el contexto de una participacin histrica, genera organizacin popular y vive de la prxis cristiana en la construccin de un proyecto alternativo. En cuanto al aspecto teolgico, se reflexiona te praxis desde te fe. Tradicionalmente, La Teologa ha sido una prctica propia de unas pocas personas privilegiadas. Desde nuestra perspectiva, te Teologa tiene un sujeto comunitario, las CEBs. No solo reciben sino que hacen

  • teologa en formas muy variadas: testimonios, canto poltica, etc. La teologa no es un lujo, no es una gimnasia intelectual, es una prctica y una vivencia de Dios que nos debe ayudar a descubrir nuestro camino. Hoy, los telogos tiene una exigencia creativa a partir de las experiencias de las CEBs., como pueblo de Dios y de su militancia en d movimiento popular. La Iglesia de los pobres irrumpe cada da ms organizadamente en te Iglesia tradicional; el pobre avanza en nuestra sociedad, poco a poco, pero con paso firme, se va apropiando de lo que es suyo: sagradas escrituras, smbolos, ministerios. Se empieza a cumplirte parbola del Banquete; La Iglesia, que siempre ha (temido a los poderosos, a los ricos, sale ahora a los caminos, a las luchas populares, y llama a los marginados de la sociedad. En los pobres se da cada da ms la presencia inquietante de Dios. Es el pobre el que clama por d juicio de Yahv, que se haga justicia por d pecado social. Este es el espacio en donde se anuncia d juicio de Dios sobre te sociedad y te Iglesia. ("Tuve hambre y no me diste de comer...) En la Iglesia de los pobres consideramos que el ecumenismo no es solo conversacin entre los jerarcas de las diferentes denominaciones. Es, ante todo, reconocer que el pueblo no es propiedad privada de nadie, de ninguna iglesia; el pueblo es dueo de pueblo, de los pobres, y que solo son un medio para la construccin del Rein de Dios pero nunca un fin en s mismas. La Santidad, la entendemos como la lucha por la justicia, por la defensa de la vida, por la fidelidad al pueblo y al mensaje de Jess de Nazaret; la santidad no es, pues, un problema de normas, es compro-miso. Por ejemplo, entendemos que en nuestras CEBs. Se acumula mucha santidad, mediante las luchas por la justicia y el reinado de la vida 4. UN VISTAZO AL CELAM EN APARECIDA. 4.1. Los obispos reunidos en la V Conferencia General del Episcopado de Amrica Latina y El Caribe quisieron impulsar, con el acontecimiento celebrado junto a Nuestra Seora Aparecida en el

  • espritu de un nuevo Pentecosts, y con el documento final que resume las conclusiones de su dilogo, una renovacin de la accin de la Iglesia. 4.2. Todos sus miembros estn llamados a ser discpulos y misioneros de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en l. En la senda abierta por el Concilio Vaticano II y en continuidad creativa con las anteriores Conferencias de Ro de Janeiro, 1955; Medelln, 1968; Puebla, 1979; y Santo Domingo, 1992, han reflexionado sobre el tema Discpulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en l tengan vida. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6), y han procurado trazar en comunin lneas comunes para proseguir la nueva evangelizacin a nivel regional. 4.3 Ellos expresan, junto con el Papa Benedicto XVI, que el patrimonio ms valioso de la cultura de nuestros pueblos es la fe en Dios Amor. Reconocen con humildad las luces y las sombras que hay en la vida cristiana y en la tarea eclesial. Quieren iniciar una nueva etapa pastoral, en las actuales circunstancias histricas, marcada por un fuerte ardor apostlico y un mayor compromiso misionero para proponer el Evangelio de Cristo como camino a la verdadera vida que Dios brinda a los hombres. En dilogo con todos los cristianos y al servicio de todos los hombres, asumen la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios, y recordar tambin a los fieles de este Continente que, en virtud de su bautismo, estn llamados a ser discpulos y misioneros de Jesucristo (Benedicto XVI, Discurso Inaugural, 3). Se han propuesto renovar las comunidades eclesiales y estructuras pastorales para encontrar los cauces de la transmisin de la fe en Cristo como fuente de una vida plena y digna para todos, para que la fe, la esperanza y el amor renueven la existencia de las personas y transformen las culturas de los pueblos. 4.4. En ese contexto y con ese espritu ofrecen sus conclusiones abiertas en el Documento final. El texto tiene tres grandes partes que sigue el mtodo de reflexin teolgico-pastoral ver, juzgar y actuar. 4.5 La primera parte se titula La vida de nuestros pueblos. All se

    considera,brevemente, al sujeto que mira la realidad y que bendice a Dios por todos los dones recibidos, en especial, por la gracia de la fe que lo hace seguidor de Jess y por el gozo de participar en la

  • misin eclesial. Ese captulo primero, que tiene el tono de un himno de alabanza y accin de gracias, se denomina Los discpulos misioneros. Inmediatamente sigue el captulo segundo, el ms largo de esta parte, titulado Mirada de los discpulos misioneros hacia la realidad. Con una mirada teologal y pastoral considera, con cierto detenimiento, los grandes cambios que estn sucediendo en nuestro continente y en el mundo, y que interpelan a la evangelizacin. Se analizan varios procesos histricos complejos y en curso en los niveles sociocultural, econmico, sociopoltico, tnico y ecolgico, y se disciernen grandes desafos como la globalizacin, la injusticia estructural, la crisis en la trasmisin de la fe y otros. All se plantean muchas realidades que afectan la vida cotidiana de nuestros pueblos. En ese contexto, considera la difcil situacin de nuestra Iglesia en esta hora de desafos, haciendo un balance de signos positivos y negativos.

    4.6 La segunda parte, a partir de la mirada al hoy de Amrica Latina y El Caribe, ingresa en el ncleo del tema. Su ttulo es La Vida de Jesucristo en los discpulos misioneros. Indica la belleza de la fe en Jesucristo como fuente de Vida para los hombres y mujeres que se unen a l y recorren el camino del discipulado misionero. Aqu, tomando como eje la Vida que Cristo nos ha trado, se tratan, en cuatro captulos sucesivos, grandes dimensiones interrelacionadas que conciernen a los cristianos en cuanto discpulos misioneros de Cristo: La alegra de ser llamados a anunciar el Evangelio, con todas sus repercusiones como buena noticia en la persona y en la sociedad (captulo tercero); la vocacin a la santidad que hemos recibido los que seguimos a Jess, al ser configurados con l y estar animados por el Espritu Santo (captulo cuarto); la comunin de todo el Pueblo de Dios y de todos en el Pueblo de Dios, contemplando desde la perspectiva discipular y misionera los distintos miembros de la Iglesia con sus vocaciones especficas, y el dilogo ecumnico, el vnculo con el judasmo y el dilogo interreligioso (captulo cinco); por fin, se plantea un itinerario para los discpulos misioneros que considera la riqueza espiritual de la piedad popular catlica, una espiritualidad trinitaria, Cristocntrica y mariana de estilo comunitario y misionero, y variados procesos formativos, con sus criterios y sus lugares segn los diversos fieles cristianos, prestando especial atencin a la iniciacin cristiana, la catequesis permanente y la formacin pastoral (captulo sexto). Aqu est una

  • de las novedades del Documento que busca revitalizar la vida de los bautizados para que permanezcan y avancen en el seguimiento de Jess. 4.7La tercera parte ingresa plenamente en la misin actual de la Iglesia latinoamericana y caribea. Conforme al tema se la formula con el ttulo La vida de Jesucristo para nuestros pueblos. Sin perder el discernimiento de la realidad ni los fundamentos teolgicos, aqu se consideran las principales acciones pastorales con un dinamismo misionero. En un ncleo decisivo del Documento se presenta La misin de los discpulos misioneros al servicio de la vida plena, considerando la Vida nueva que Cristo nos comunica en el discipulado y nos llama a comunicar en la misin, porque el discipulado y la misin son como las dos caras de una misma medalla. Aqu se desarrolla una gran opcin de la Conferencia: convertir a la Iglesia en una comunidad ms misionera. Con este fin se fomenta la conversin pastoral y la renovacin misionera de las iglesias particulares, las comunidades eclesiales y los organismos pastorales. Aqu se impulsa una misin continental que tendra por agentes a las dicesis y a los episcopados (captulo siete). Luego se analizan algunos mbitos y algunas prioridades que se quieren impulsar en la misin de los discpulos entre nuestros pueblos al alba del tercer milenio. En El Reino de Dios y la promocin de la dignidad humana se confirma la opcin preferencial por los pobres y excluidos que se remonta a Medelln, a partir del hecho de que en Cristo Dios se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, se reconocen nuevos rostros de los pobres (vg., los desempleados, migrantes, abandonados, enfermos, y otros) y se promueve la justicia y la solidaridad internacional (captulo ocho). Bajo el ttulo Familia, personas y vida, a partir del anuncio de la Buena Noticiade la dignidad infinita de todo ser humano, creado a imagen de Dios y recreado como hijo de Dios, se promueve una cultura del amor en el matrimonio y en la familia, y una cultura del respeto a la vida en la sociedad; al mismo tiempo se desea acompaar pastoralmente a las personas en sus diversas condiciones de nios, jvenes y adultos mayores, de mujeres y varones, y se fomenta el cuidado del medio ambiente como casa comn (captulo nueve). En el ltimo captulo, titulado Nuestros pueblos y la cultura,

  • continuando y actualizando las opciones de Puebla y de Santo Domingo por la evangelizacin de la cultura y la evangelizacin inculturada, se tratan los desafos pastorales de la educacin y la comunicacin, los nuevos arepagos y los centros de decisin, la pastoral de las grandes ciudades, la presencia de cristianos en la vida pblica, especialmente el compromiso poltico de los laicos por una ciudadana plena en la sociedad democrtica, la solidaridad con los pueblos indgenas y afrodescendientes, y una accin evangelizadora que seale caminos de reconciliacin, fraternidad e integracin entre nuestros pueblos, para formar una comunidad regional de naciones en Amrica Latina y El Caribe (captulo diez). . 5. REFLEXION CRTICA: LA INVOLUCION DE LA IGLESIA

    CRISTIANDAD CONTINUA EN NUESTROS DIAS.

    5.1 Recordemos unas palabras de Gregorio VII (1073-1085): Nadie

    en la tierra puede juzgar al papa. La Iglesia romana no se ha

    equivocado nunca, y jams se equivocar hasta el final de los siglos.

    Slo el papa tiene autoridad para deponer a los obispos al

    emperador y a los reyes, y dispensar a sus sbditos de la debida

    fidelidad. Todos los prncipes debern besarle los pies Un papa

    legtimamente elegido es indiscutiblemente un santo, por los mritos

    de Pedro. El Syllabus, catlogo de errores elaborado por Po IX (8 dic.

    1864), condenaba prcticamente todos los avances cientficos y de la

    teologa, con los que el pensamiento moderno se opona a la visin

    medieval del mundo, tal como la defenda el ms reaccionario

    tradicionalismo catlico.

    Termina con estas palabras: El Romano Pontfice no puede ni debe

    reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la

    civilizacin moderna. Y a lo largo del s. XIX y XX se fue condenando

    todo lo que fuera libertad de conciencia, de expresin y pluralismo

    religioso. Por supuesto, las cosas hubieran sido muy distintas si tanto

    la reflexin eclesial como sus estructuras hubieran girado en torno al

    Sermn del Monte (Mt 5-7) que es la carta magna del nuevo Pueblo de

    Dios. Las circunstancias histricas en que fueron publicados estos

    documentos eran distintas, es cierto, pero la fidelidad al evangelio es

  • algo irrenunciable para la Iglesia en todos los tiempos. Por eso, se

    entienden, pero no se justifican.

    Algunos telogos que intentaron asumir las nuevas categoras de

    pensamiento como base de su reflexin para reconciliar a la Iglesia

    con el mundo, tuvieron que sufrir el rechazo, el exilio y el silencio. En

    1959, el Papa Po XII public la encclica Humani generis, que

    condenaba la nueva teologa e impona a los telogos la defensa del

    magisterio sin posibilidad de discusin ni disenso. Entre ellos estaban

    Teilhard de Chardin, Karl Rahner, E.Schillebeeckx, I.Congar, E. de

    Lubac, y otros. Apenas diez aos despus, se convertan en asesores

    y peritos del Concilio Vaticano II y sus ideas eran asumidas en buena

    parte por dicho Concilio.

    El Vaticano II (1961-65) fue una verdadera revolucin al interior de la

    Iglesia y el hecho eclesial ms importante de los ltimos siglos. Puso

    los cimientos de una nueva visin de Iglesia ms evan glica y atenta

    al mundo. La concibi como Pueblo de Dios y la jerarqua al servicio

    de este pueblo; todos los miembros de la Iglesia gozan de una misma

    igualdad y de los derechos a la participacin y responsabilidad; super

    el modelo de centralizacin por el espritu colegial; reconoci el

    pluralismo religioso y la libertad de la persona como tesoro que

    siempre hay que guardar y defender. Con el mundo se estableca una

    nueva relacin de colaboracin y dilogo, y reconoci la autonoma de

    las realidades temporales. Como haba manifestado Juan XXIII, un

    nuevo aire fresco quera entrar por las ventanas de la Iglesia, cerrada

    durante muchos siglos en s misma y al margen del mundo y de la

    historia. La fidelidad a la tradicin es un estmulo que la ha de impulsar

    a la revisin crtica y reformas audaces. La tradicin no es mirar atrs,

    sino proyectarse hacia el futuro (cf.DH 1).

    La ventana abierta y el sueo de Juan XXIII duraron poco tiempo. La

    esperanza y entusiasmo suscitados por el Concilio comenzaron un

    progresivo declive y continan hasta nuestros das. Sus

    manifestaciones se inician en el perodo de Pablo VI. En 1968

    publicaba la encclica Humanae Vitae en que se muestra muy cerrado

  • sobre un problema difcil como es la regulacin de la natalidad. La

    comisin de telogos y expertos a quienes haba pedido opinin le

    aconsejaron no publicarla, pero no fueron escuchados. Con ocasin

    de las apariciones de Ftima, sus palabras: Deben haber grietas

    adentro de la Iglesia porque el humo del infierno se ha filtrado en ella,

    causaron profunda conmocin y desconcierto.

    Durante el perodo de Juan Pablo II, puede decirse que no hay

    aspecto del Concilio que no haya sido puesto en cuestin. El Snodo

    de 1985 reafirm oficialmente la involucin, pretendiendo corregir su

    rumbo. A esto se fueron aadiendo descalificaciones de telogos

    retirndoles sus ctedras y otros fueron reducidos al silencio. Al

    interior de la Iglesia y la forma de conducirla, ocurri lo contrario de lo

    que dijo Juan XXIII en la inauguracin del Concilio: En nuestro

    tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar de la medicina de la

    misericordia ms que de la severidad (11 oct. 1962,15). Las

    sanciones, interrogatorios, censura de ciertas obras, iban por un

    camino distinto. Esta prctica se mantiene hasta nuestros das.

    El resultado de este proceso fue desvirtuar la colegialidad episcopal,

    recortar la autonoma de las Iglesias locales, centralismo cada vez

    ms fuerte, control romano en el nombramiento de los obispos,

    represin de muchos telogos, acoso de la teologa de la liberacin y

    de las comunidades ecle siales de base, control en el nombramiento

    de profesores de teologa y necesidad de permiso para la enseanza

    catlica, fomento de un catolicismo de masas y la celebracin de toda

    clase de jubileos y aos dedicados a algn aspecto particular de la

    doctrina cristiana que no han dado el resultado esperado. Una de las

    reacciones fue la llamada Declaracin de Colonia, firmada por 170

    telogos y publicada el 26 de enero 1989, con el ttulo Contra el

    tutelaje, por una catolicidad abierta. Slo el ttulo es suficientemente

    significativo.

    En 1998, Juan Pablo II publicaba un nuevo documento, Ad tuendam

    fidem, que prohbe a los telogos catlicos disentir de la doctrina

    oficial sobre algunas verdades presentadas como definitivas,

    apoyndose en razones de autoridad y bajo amenaza de sanciones.

  • Estos datos y otros muchos muestran, como haba dicho Rahner, que

    este Concilio Ecumnico no ha sido todava aceptado de hecho en la

    Iglesia ni en la letra ni en el espritu. En grandes lneas vivimos en una

    invernada, como suelo decir yo.

    5.2. Manifestaciones en Amrica Latina.

    La Iglesia de Amrica Latina no fue ajena al control de Roma e

    involucin que sta iba creando. Despus de la Conferencia General

    del Episcopado en Medelln, convocada para aplicar el Concilio al

    Continente americano, siguieron las de Puebla y Sto. Domingo.

    Reconociendo sus grandes aportaciones, puede observarse cmo, a

    medida que pasaban los aos, fueron perdiendo la vitalidad suscitada

    por el Vaticano II y acentundose el proceso involutivo de la Iglesia.

    Medelln (1968) despert grandes esperanzas y supuso la renovacin

    de la Iglesia latino-americana. Su fidelidad creativa al evangelio y al

    espritu del Vaticano II, hizo surgir una nueva conciencia y modo de

    vivir la Iglesia y en la Iglesia. Los pobres fueron colocados en el centro

    de su vida y misin. De objetos a quienes hay que atender

    pastoralmente, pasaron a ser sujetos de la historia, personas a

    quienes primero hay que escuchar y atender sus clamores. Al abrir los

    ojos a la realidad, lo primero que apareca eran las gran des masas

    empobrecidas y creyentes que tenan gran esperanza en la Iglesia y a

    las que haba que dar una respuesta.

    A la Conferencia de Medelln siguieron unos aos de verdadera

    primavera y esperanza. Fue un verdadero acontecimiento salvfico. Se

    respiraba optimismo e ilusin por todas partes. El entusiasmo

    evangelizador y misionero, la fortaleza mostrada ante gobiernos

    militares y dictadores y sellada por la sangre de muchos mrtires, el

    nacimiento de la Teologa de la Liberacin, el florecimiento de CEB,

    cambi el aspecto de la Iglesia latinoamericana hacindola atrayente y

    cercana al pueblo.

  • El impulso evangelizador que gener, dio lugar tambin a reacciones

    contrarias en importantes mbitos sociales y eclesiales y que se

    implementara en muchos pases lo que se llam seguridad nacional -

    fomentada y apoyada por el gobierno de USA-, que consideraba el

    movimiento originado por Medelln peligroso y contrario a sus

    intereses en el continente.

    La III Conferencia celebrada en Puebla (Mjico, 1979), confirm y

    asumi las grandes orientaciones de Medelln. Pero enseguida

    comenzaron las dificultades y sntomas de involucin por influencia del

    proyecto eclesial neoconservador que se estaba fomentando en el

    interior de la Iglesia. No rompi frontalmente con Medelln, pero el

    centralismo, el clericalismo y el autoritarismo de la curia vaticana,

    fueron haciendo mella en la Iglesia del Continente y acentuando la

    involucin.

    El documento final, conserva todava el espritu y aire renovador

    heredado de aos anteriores, pero rebajndolo. Por ejemplo, la opcin

    por los pobres se convierte en opcin referencial (nn. 382 y otros); la

    Iglesia no se funda en Jess, sino que fue fundada por Jess (n.176).

    Es un texto muy rico y de una gran densidad teolgica, pero no saca

    las consecuencias. En todo momento aparece la preocupacin por la

    ortodoxia, siguiendo las pautas que el Papa haba trazado a la

    Conferencia en el Discurso Inaugural que gir en torno a: la verdad

    sobre Jesucristo, la verdad sobre la Iglesia y la verdad sobre el

    hombre. Indic tambin que la primera obligacin de los obispos era

    vigilar por la pureza de la doctrina, base en la edificacin de la

    comunidad cristiana (I.1). El problema no es que estas palabras no

    sean ciertas, sino que reducen el papel de la Iglesia en la sociedad,

    presentndola ms como defensora de una doctrina que de la

    persona, con ms inclinacin a la teora que a la prctica, partidaria de

    la ortodoxia ms que de la prctica cristiana.

    En la convocacin del Concilio, Juan XXIII deca que ante la grave

    crisis de la humanidad la Iglesia debe capacitarse cada vez ms

    para solucionar los problemas del hombre contemporneo (n.2.5). El

  • tema del hombre fue el centro del discurso de clausura de Pablo VI,

    afirmando entre otras cosas que la antigua historia del samaritano ha

    sido la pauta del Concilio (n.8). Ahora ya no interesa tanto la persona

    y sus problemas como la ortodoxia que hay que mantener.

    Pocos aos despus de Puebla, fue apareciendo con mayor fuerza la

    confrontacin con la Teologa de la Liberacin y las CEB, acentuando

    sus debilidades -como todo proyecto humano tiene-, y olvidando su

    gran acierto de conectar fe y vida, que tanto ha animado y fortalecido a

    las clases populares.

    Los documentos de la Congregacin para la Doctrina de la fe Libertatis

    nuntius (1984) y Libertatis conscientia (1986) son representativos de

    esta corriente involucionista. Su objetivo fue evidente: clausurar la

    teologa de la liberacin que se ha desarrollado en Amrica Latina y

    promover una mayor docilidad a la jerarqua. A pesar de que los

    principales telogos de la liberacin no se reconocan retratados en el

    anlisis que hacan los documentos -al que caracterizan incluso de

    caricaturesco-, no podan evadirse de la censura de la teologa que

    promovan, ms cuando recibi la aprobacin y apoyo del Papa Juan

    Pablo II.

    El primer documento se propona llamar la atencin sobre algunas

    desviaciones o riesgos de desviacin de la teologa de la liberacin,

    ruinosos e incompatibles para la fe y para la vida cristiana. El

    segundo, sealar los principales elementos de la doctrina cristiana

    sobre libertad y liberacin. Los dos eran complementarios. El primero

    trat de descalificar la teologa de la liberacin, tal como fue pensada y

    desarrollada. El segundo, rehacerla sobre otros presupuestos que no

    fueron los que motivaron su nacimiento y crecimiento en Amrica

    Latina. Algunos observadores adelantaron la hiptesis de que en el

    segundo documento haba una transformacin radical en la actitud del

    Vaticano respecto de la teologa de la liberacin. Pero fue ms bien

    reforzar el primero manteniendo una concepcin individualista y

    personalista del pecado, el nivel abstracto del valor de la libertad y de

  • los procesos de liberacin. Desconoce tambin la legitimidad de la

    reflexin sobre la realidad a la luz del evangelio que hace la teologa

    latinoamericana, lo cual equivale a decir que la censura.

    No se piense que estos documentos de la Sagrada Congregacin para

    la Doctrina de la Fe contienen slo elementos negativos. Tienen

    tambin aspectos positivos y aprovechables. El enfoque y los

    presupuestos de que parte son los que presentan una teologa de

    corte europeo, distinta de la que se haca en Amrica Latina. Por otra

    parte, la crtica que hacen de la teologa de la liberacin dio lugar a su

    descalificacin pblica. Unos la aprovecharon para condenarla; otros,

    para apartarse de los compromisos que esta teologa implica y

    reafirmar su conservadurismo e individualismo. Incluso no faltaron

    quienes identificaron la cada del muro de Berln (1989), con el fin de

    la teologa de la liberacin.

    Este debate demuestra que la involucin tambin se fue haciendo

    presente en Amrica Latina. En este momento son muchos los que en

    teora y en la prctica olvidan la reflexin propia de este continente

    que se desarroll a partir de Medelln y buscan soluciones para no

    entrar en conflicto con el Vaticano, dejando de lado su realidad

    lacerante. La corriente involutiva se fue acentuando ms los aos

    siguientes con el cuestionamiento a Gustavo Gutirrez, el

    silenciamiento de Leonardo Boff y ltimamente con la sancin a Jon

    Sobrino.

    En la IV Conferencia de Santo Domingo (1992), aparecieron con ms

    claridad los signos de involucin que se reflejaron en el documento

    final. Fue una Conferencia organizada y controlada desde Roma. No

    reconoci a Medelln ni mencion la sangre de los mrtires que con

    tanta profusin haba regado este continente en los aos recientes. La

    situacin de pobreza y quienes la sufren, apenas tuvo cabida, sin

    negar que no haga alusin a ellos. El centralismo se acenta ms.

    En el documento final aparecen significativas limitaciones y lagunas.

    Se pierde el mtodo inaugurado por el Concilio y asumido por las

    conferencias anteriores de ver-juzgar y actuar; la visin de la realidad

  • es parcial, triunfalista y eclesiocntrica; la santidad se torna

    individualista e intimista; la comunidad eclesial se enfoca desde una

    ptica jerrquica no desde el Pueblo de Dios, categora central en el

    Vaticano II. Como dice J. Sobrino, pareciera que hemos perdido el

    rumbo y no echamos mano de nuestra tradicin para retomarlo.

    En este contexto, durante la XXVIII Asamblea General Ordinaria del

    Celam en Caracas (mayo de 2001), surge la idea de pedir al Papa

    convocar la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano. La

    ocasin la propici el 50 aniversario del Celam que se celebrara a

    finales del ao 2005. El Papa respondi positivamente a la peticin y

    finalmente en abril de 2006, la convoc para realizarse del 13 al 31 de

    mayo de 2007 en Aparecida, Brasil.

    Despus de aprobado por el Papa el tema: Discpulos y misioneros

    de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan en l vida. Yo soy el

    camino la verdad y la vida (Jn14,6), el Celam elabor el Documento

    de Participacin para suscitar aportaciones de todas las Conferencias

    Episcopales. Dnde se sita este documento?, reafirma la corriente

    involucionista o la corrige?, se percibe en l la primavera conciliar o

    la prolongacin de un invierno fro y paralizante? Cules han sido las

    reacciones a este documento? Tratemos de responder de alguna

    forma a estas y otras preguntas para conocer mejor dnde nos

    encontramos respecto al proceso de involucin por el que

    atravesamos.

    6. LOS EQUIPOS DOCENTES Y LAS DIMENSIONESCONSTITUTIVAS DE LA IGLESIA (Propuestas de Accin Comprometida).

    En la reflexin eclesiolgica encontramos tres dimensiones constitutivas, "Esenciales", que no pueden faltar en la realidad de los equipos: A. La dimensin PROFTICA, Cristo Profeta. Prctica EVANGELIZADORA.

  • B. La dimensin SACRAMENTAL. Cristo Sacerdote. Prctica SACRAMENTAL Y RITUAL. C. La dimensin PASTORAL, Cristo PASTOR. Prctica POLTICA. Antes de desarrollar estos tres aspectos, desde nuestra opcin Equipista, es necesario hacer breve reflexin sociolgica de nuestra realidad latinoamericana; con esta reflexin y con el desarrollo de las dimensiones, consideramos que podremos ubicar nuestros Equipos como intentos de Comunidades Eclesiales de Base conformadas por maestros que, desde la perspectiva pedaggica, sindical, poltica, familiar y de Fe asumen el compromiso de Jess de Nazaret. 6.1 Reflexin Sociolgica. En Amrica Latina la contradiccin fundamental se da entre el poder de la clase dominante y el movimiento popular; esta contradiccin de fondo, al interior del mundo cristiano, se presenta con caractersticas propias, de forma que es incorrecto trasladarla mecnicamente: aqu, el conflicto se da entre la cristiandad y la Iglesia que ha optado por los pobres. La cristiandad, es una manera de insertarse en el mundo; es un proyecto de misin donde la iglesia busca adentrarse en el mundo utilizando como mecanismo, como mediacin, el poder de la clase dominante, su poder poltico. De esta manera, la Cristiandad interioriza en la misma Iglesia el poder del que se ha valido; y no slo legitima las estructuras de poder, sino que tambin asume como propios los esquemas de relacin de dicho poder. Los Equipistas pensamos que la Iglesia de los pobres no surge contra la jerrquica como tal, sino en contra del esquema en mencin y de los responsables de este esquema. La Cristian dad coloca al Estado como mediador entre ella y el mundo para realizar su misin "evangelizadora"; a esto oponemos el proyecto misionero autntico, donde la relacin es Iglesia-mundo, sin ninguna intermediacin del Estado. De acuerdo a lo anterior, podemos afirmar que la Iglesia de los pobres y su proyecto misionero no est en crisis; lo que est en crisis es el esquema institucional debido a que su mediador, el poder poltico, vive en profunda crisis de dominacin; de ah que la Cristiandad est viviendo una profunda crisis por no saber a qu

  • atenerse; no tiene un modelo propio, va de un lado para otro, ha perdido su identidad y por ello, es agresiva, confusa y sin esperanza. 6.2 LA DIMENSIN PROFTICA CRISTO PROFETA- PRCTICA EVANGELIZADORA (Denuncio-Anuncio)

    "El espritu del Seor est sobre m, porque l me consagr. ME ENVO A TRAER LA BUENA NUEVA A LOS POBRES. A anunciar a los cautivos su libertad; a devolver la luz a los ciegos y a despedir libres a los oprimidos. Y a proclamar el ao de la gracia del Seor".(Lucas,4,18-20). Este es una dimensin constitutiva de la Iglesia de los pobres, no es una tarea marginal. Evangelizar es DENUNCIAR la situacin de opresin del hombre, hijo de Dios, y ANUNCIAR al Dios verdadero, al Dios revelado en Jess de Nazaret. Reflexionemos esto con ms detalle, pero entendidos como momentos simultneos y dialcticos:

    6.2.1DENUNCIAR: Al decir "proftica" pensamos espontneamente en los grandes profetas del Testamento: Moiss, el "Liberador0, Isaas, Jeremas., y, sobre todo, en Jess de Nazaret. El profeta es, inseparablemente, el hombre de Dios y el hombre de su pueblo y de su tiempo, no hombre de Dios personifica al pueblo de Dios peregrino, como testigo del absoluto de Dios en lo pasajero del mundo; como hijo de su pueblo y de su tiempo personifica a su comunidad con la vocacin que ella tiene en la historia, como conciencia y aguijn de esa esperanza colectiva que proyecta al pueblo a la plenitud del reino de Dios. En este sentido el profeta ejerce en su comunidad una crtica sin contemplaciones de todo lo inhumano, de todo lo que contradice o desva de ese proyecto de comunin fraterna en la que se ve implicada la Alianza con el Dios vivo; el gran pecado es para 61, la injusticia, la prepotencia, el egosmo, es decir el pecado del no-amor y la no solidaridad EL PECADO CONTRA LA VIDA.

  • El profeta debe "proclamar" la justicia en el campo social, nacional e internacional, as como denunciar las situaciones de injusticia, cuando lo pidan los derechos fundamentales del hombre y su misma salvacin".(Snodo de Obispos, Roma, 1971). Especialmente en sus bases populares, la Iglesia de los pobres sus comunidades, han de prestar al pueblo el espacio y las condiciones que necesitan para decir su propia palabra: expresando sus problemas, su visin de la vida y la convivencia humana, su fe y su esperanza. Han de prestarle el espacio que necesita para crear y multiplicar sus propios gestos de solidaridad: en las necesidades, en el trabajo, en la fiesta; gestos que debe anticipar un mundo nuevo, como signo de la presencia del Reino. El aspecto proftico, especialmente en pequeas comunidades, ha de preocuparse y vivir el evangelio como un dinamismo liberador del hombre entero, persona y sociedad, con vistas al Reino como "tierra nueva donde habitar la justicia"; como una exigencia de amor solidaricen toda dimen sin, frente al prjimo y frente a la comunidad poltica, con vistas al Reino como banquete de familia y ciudad de hermanos. En funcin de este mismo Reino el "profeta" deber de nunciar las ambiciones y egosmos personales o colectivos, que estn en la raz de toda injusticia y toda opresin social; tendr que denunciar aquellas estructuras sociales, aquellas formas de vida o de conducta, aquellas mentalidades e ideologas, aquellas seguridades y aspiraciones, que empequeecen o corrompen la vida humana y la convivencia en la sociedad, que impiden o traban la maduracin de la comunidad humana y su transformacin en familia de Dios. 6.2.2 ANUNCIAR: Este anuncio no es un desafo individual, sino social-poltico-familiar; anunciar al Dios de los pobres que hace Alianza con los oprimidos y defiende su causa, al Dios que libera al pueblo de la injusticia, de la opresin y de! pecado. La Biblia es un instrumento de discernimiento que nos permite descubrir a Dios en nuestra historia; entender la Biblia como una "carta" donde habla Dios directamente y a la cual debemos adorar, es caer en la idolatra. La Biblia, nos orienta para descubrir a Dios en la historia; ella, como instrumento de discernimiento es fundamental para los pobres, para romper los fetiches que nos esclavizan. Ella ha sido

  • escrita por y para los pobres; nos presenta el proceso de revelacin de Dios a su pueblo; es un testimonio del pobre que descubre a Dios en su vida. En sntesis, EVANGELIZAR es crear una comunidad donde se anuncie al Dios de Jess en la lucha de los pobres contra el "fetiche"; es vivir creyendo en un Dios que conoce, que libera y es fiel al Proyecto; es anunciar el Reino de Dios como prctica liberadora de Dios.

    6.3 DIMENSIN PROFTICA DE LOS EQUIPOS (propuestas de accin).

    Aprovechar desde la ctedra todas las oportunidades para denunciar la injusticia, la desigualdad y la discriminacin.

    La evangelizaron autntica implica un proceso de conversin continua, debemos entonces erradicar de nosotros el individualismo, el arribismo, el conformismo, la irresponsabilidad o la desesperanza que, a veces afectan al educador.

    Participar activamente en la conversin de la Iglesia colombiana porque su proceso sociolgico e ideolgico son un freno y un obstculo al cambio de la sociedad y a la liberacin integral de la humanidad; esto debe preocupar a todos, aun a los no creyentes.

    En el aula y en la escuela debemos cuidarnos del autoritarismo y la violencia que se provoca entre nios y jvenes. Hay que promover un ambiente de libertad y relaciones de participacin fraternales que sean como un anticipo del Reino.

    Participar con otros grupos en la reflexin y aplicacin positiva y real de las conclusiones del Concilio Vaticano II Medelln y Puebla, y la produccin teolgica de las comunidades Eclesiales de base.

  • El profesor, el maestro, el educador, en el ejercicio especfico de su profesin, evangeliza, libera y se libera l mismo, cuando su tarea educativa est animada por la vivencia D la fe y se proyecta en la creacin de estructuras nuevas que configuren un sistema escolar NO ALIENANTE, es decir, un sistema que no se constituya en el vehculo de una ideologa que domina y oprime culturalmente a los educandos.

    El anuncio explcito del mensaje evanglico que libera se hace una realidad cuando el maestro, en un trabajo individual y comunitario, lucha por cambiar una educacin opresora y domesticadora de conciencias porua educacin liberadora y domesticadora de conciencias por una educacin liberadora de esclavitudes culturales, sociales y polticas, coadyuvando as al establecimiento de otra sociedad que no sea instrumento de injusticias y desigualdades.

    Los Equipistas tenemos que ser el Sacramento viviente de la presencia activa de Cristo dentro del Magisterio; a travs de los maestros que somos, Jess se hace maestro y por mediacin de nosotros, puede amar a los compaeros, interpelarlos, interesarlos y comunicarse a ellos.

    Tenemos que fomentar una fe vigorosa, adulta, comprometida, reflexiva y dinmica; esto es fundamental es insustituible en nuestros equipos.

    Profundizar la relacin teologa-Educacin.

    Recuperar la vida y el mensaje de algunos profetas de nuestra Iglesia nacional y L.A: Camilo Torres, Gerardo Valencia, Romero

    6.4 DIMENSION SACRAMENTAL-CRISTO SACERDOTE. PRACTICA SACRAMENTAL Y RITUAL. "Cuando presentes una ofrenda al altar, si recuerdas all que tu hermano tiene alguna queja en contra tuya, deja ah fu ofrenda, ante el

  • altar, anda primero a hacer tas paces con tu hermano y entonces vuelve a presentarla".(Mat.,5,23-24). "Sabis qu ayuno quiero yo ? Romper las ataduras de iniquidad deshacer los haces opresores, dejar libres a los oprimidos y quebrantar todo yugo; partir tu pan con el hambriento, albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y no volver tu rostro ante tu hermano..."(Is.58,6 y sig.). Resaltemos tres ideas fundamentales que constituyen la crtica bsica de los profetas al culto: Su desconexin de la Historia: Cuando el rito es celebrado como algo que flota en la historia, sin que la refleje ni la cuestione. Su co-existencia pacfica con la injusticia: como puede inferirse de los textos arriba citados y de otros muchos. Su carcter mgico: Como creer que el bautismo abre automticamente "las puertas de la Iglesia, y que la prctica de los sacramentos, aunque sea inconsciente, nos transforma de sbito y por s misma. Por ejemplo: "la celebracin comunitaria de la Eucarista compromete solemnemente a los cristianos a luchar activamente contra todo aquello que discrimina y disgrega a la humanidad. Segn San Pablo, es un sacrilegio que una comunidad despus de haber participacin del mismo pan y del mismo vino, mantenga las diferencias sociales, econmicas y culturales, bajo el pretexto de que ya han conseguido una "unidad mstica"... Si las reuniones eclesiales, a los ojos del mundo contemporneo, son signo de separacin, diferencias sociales y conservacin de privilegios, la Iglesia automticamente deja de ser iglesia, porque no es signo productor de la unidad del gnero humano" (J.M. Gonzlez). Todo esto corresponde a una revitalizacin de la fe; pues la fe la actuamos cuando celebramos la eucarista tambin en la manera como miramos y realizamos nuestra labor educativa, en la prctica de la concientizacin y evangelizacin del magisterio, en la realizacin de nuestra vida familiar, en el cumplimiento recto de nuestros compromisos socio-polticos. La fe no es "sectorial", es co-extensivo a todos los sectores y aspectos de nuestra vida de hombres. La fe es

  • una prctica constante de la justicia, del amor y de la colaboracin con Cristo en la llegada del reino 6.5. QUE DECIR DE LA ESPIRITUALIDAD? 6.5.1 Con Fre Betto aportamos algunos elementos de reflexin:

    Vida espiritual es algo que suena contrario a la vida carnal, material y que supone un alejamiento del mundo, de la rutina diaria, un privilegio raro para quien disfruta del recogimiento ofrecido por monasterios contemplativos.

    Teolgicamente, adoptar una espiritualidad significa adoptar un MODO DE SEGUIR A JESS, porque la Teologa es la reflexin de la fe dentro de una determinada realidad; es e! fruto de la reflexin que la comunidad cristiana, inmersa en una realidad, hace de su fe. La espiritualidad no se refiere a nuestra vida espiritual propiamente dicha: para el hebreo no existe esa divisin entre materia y espritu. Esa divisin espritu-cuerpo nos llega a travs de la filosofa griega, que penetra en el cristianismo a partir del siglo IV.De modo que para los hebreos somos tanto ms espirituales cuanto ms llegamos a la realidad fsica, corprea y material, porque la espiritualidad es un modo de vivir, es la vida segn el espritu. "Hacer es la mejor manera de decir' (J.Mart).

    Si el verdadero conocimiento de Dios deriva de la revelacin, es en JESS, presencia histrica de Dios, en quien mejor podemos conocerlo.

    Aunque la teologa medieval defina a Dios como omnis ciente, omnipresente y omnipotente, , al abrir los evangelios lo que encontramos es un ser frgil que ve entre los pobres, que llora la muerte del amigo, siente hambres discute con sus discpulos, siente rabia ante los fariseos, insulta a Herodes, conoce las tentaciones y, en la agona, pasa porua crisis de fe al experimentar el abandono del Padre.

    6.5.2 Cmo es la espiritualidad de Jess

  • No era la de la separacin del mundo, de quien se aleja de lo cotidiano para servir Dios, de quien niega las realidades terrestres. Por eso Jess pide al padre que "Los Proteja del mal, aunque sin sacarlos del mundo" (Juan 17,15). Ms aun todava, la vida de Jess coexiste con un conflicto ideolgico donde se debaten diferentes concepciones y opciones a favor o en contra de los oprimidos.

    La espiritualidad de Jess tampoco era la del moralismo; para la teologa tradicional Dios parece habitar la cima de la montaa la espiritualidad es enseada como de un manual del alpinismo que debe ser utilizado por el cristiano interesado en vencer las difciles laderas...

    Recordemos el pasaje de la samaritana; desde el punto de vista de la moral vigente en aquel momento, se trataba de una marginada por ser mujer samaritana y concubina; pero Jess te revela primero el carcter mesinico de su misin, en ningn momento la condena, la invita a la conversin...

    Jess demuestra que la vida cristiana no es solamente un movimiento del hombre hacia Dios; antes est el amor de Dios que se dirige hacia el hombre. Dios nos ama irremediable mente; slo nos resta saber si nos abrimos ms o menos a ese amor, pues toda relacin de amor exige reciprocidad y supone libertad.

    La espiritualidad de Jess era la vida dentro del conflicto histrico, en comunin de amor con el padre y el pueblo.ParaJess el mundo no se divide en puros e impuros como queran los fariseos; se divide entre los que estn a favor de la VIDA y los que apoyan la muerte.

    6.5.3 LA ORACION . "La oracin es la respiracin de la esperanza, cuando se deja de orar

    se deja de respirar". Mons. Pedro Casaldliga

    Existen muchas maneras de orar: en soledad o en comunidad, contemplando la naturaleza o meditando un texto del Evangelio.

  • Existen muchas formas de oracin vocal, mental, de splica, eucarstica. Orar es como amar: no existe un modelo-patrn, cada uno debe encontrar su estilo propio. No es nuestra vida la que se debe encasillar en un de terminado modo de orar. Es nuestra oracin la que debe expresar las tristezas y las alegras, los momentos de apata; los de vibracin de nuestra vida. Si queremos enriquecer nuestra vida de oracin, debemos hacer cierto aprendizaje, conocer la experiencia de otras comunidades. Otros cristianos. De otras espiritualidades. El cristianismo no concibe una fe desligada de la praxis o una oracin separada de la accin. Es la oracin la que asegura la Unidad, entre la fe y el amor. La oracin quiebra nuestra resistencia al amor y nos impele; manifestarlo con nuestra vida. 6.6 ACCION SACRAMENTAL DE LOS EQUIPOS DOCENTES (Propuestas de accin)

    Desde nuestra prctica y con los aprendizajes participar activamente en la depuracin y bsqueda de la vena liberadora de la religiosidad popular.

    Les corresponde a los Equipos Docentes favorecer una vida sacramental cada vez ms inteligente, profunda e intensiva. Adems, los equipos deben fomentar entre nosotros distintas formas de participacin en la renovacin eclesial segn la vocacin personal de cada quien.

    Cada equipo, y dentro de sus circunstancias particulares, debe buscar sus momentos de oracin y las celebraciones adecuadas que las circunstancias exijan y permitan.

    S hemos detectado la falla en este sentido, los Equipistas debemos preocuparnos por avanzar en la formacin teolgica, litrgica, bblica

    Los Equipistas, debemos intervenir activamente en la promocin de una catequesis des alienante en nuestras Instituciones Educativas; en la medida de lo posible, tambin participar en la formacin y orientacin de otros colegas

  • Debemos participar activa y eficazmente en la desalienacin y la desideologizacin religiosas de nuestros estudiantes. Fundamentalmente debemos convencernos y convencerlos de que la religin no debe ser "fetiche" que arruine o empobrezca la vida del hombre

    -En determinadas circunstancias, promover celebraciones "des alienantes" en nuestros Instituciones Educativas; sera una magnfica oportunidad de una verdadera catequesis "en vivo y en directo".

    Llevar estas inquietudes sacramentales y rituales hasta el seno de nuestra misma familia, aprovechar todas las oportunidades para instruir, formar y orientar.

    6.6. Dimensin Pastoral. Cristo Pastor.(Dimensin poltica)

    "Yo soy el buen pastor. El buen pastor de la vida por sus 'ovejas, el asalariado, que no es un pastor ni dueo de sus ovejas huye ante el lobo, abandonndolos, y el lobo las agarra y las dispersa; porque no es ms que un asalariado, y no le importan la ovejas. Yo soy el buen pastor: Conozco las mas y las mas me conocen a mi (Juan 10,11-15). La Cristiandad ha centrado la pastoral en la figura del Pastor entendiendo como Pastor nica y exclusivamente al Obispo, al sacerdote, al religios@ sin tener en cuenta al Laico, sin tener en cuenta que lo que define al Pastor es su rebao. El concilio Vaticano II puntualiza claramente la misin nosotros los Laicos como un derecho fundamental y una obligacin adquirida a partir del bautismo, as lo afirman decreto sobre e! Apostolado de los Seglares: "Ya que insertos por el bautismo en el Cuerpo Mstico Cristo, robustecidos por la confirmacin en la fortaleza del Espritu Santo, son destinados al apostolado por el mismo Seor". As pues, la misin del Laico, nuestra misin como Equipistas, es parte fundamental en nuestra Iglesia y no nos toca esperar pasivamente consignas y directrices de jerarqua para actuar (Pablo VI); sino que como miembros activos de la Iglesia, tenemos la misin insustituible de testigos de Cristo, de ser Pastores.

  • Pastor es aquel que conduce, el que gua al pueblo para satisfacer sus necesidades, cuida su rebao y lo defiende, los equipistas por ende debemos ser Pastores de la comunidad donde nos encontremos, debemos mostrar el camino. No es necesario que todos los maestros, como laicos que somos mayora, estemos en equipos, pero s todos deben sentir impacto de Equipos. Para se realmente Pastores es fundamental que tengamos en cuenta, que en el continente que vivimos, nos encontramos con el hombre mestizo, un hombre profundamente religioso, un hombre que por el peso de la opresin est profundamente alienado pero que tiene vocacin de libertad, un hombre que en sntesis es pobre. Por lo anterior, como laicos debemos tener particularmente en cuenta la situacin de nuestros compaeros que estn viviendo las circunstancias ms difciles, los que tienen menos capacidad de defenderse y progresar. La Teologa hoy est llamada a una nueva prctica; es necesario que como laicos y como equipistas contribuyamos a redefinir el sentido de la Iglesia al interior de un pueblo que lucha por su liberacin. Es un desafo amplio y exigente al que tenemos que responder. Necesitamos como Pastores, un; teologa que nos permita ver claro cul es la misin de la Iglesia; en el presente y en el futuro de Colombia y de Amrica Latina, una teologa que nos oriente en nuestra Militancia Cristiana en nuestro compromiso con los empobrecidos. 7. LOS EQUIPISTAS TESTIGOS DE DIOS EN EL MUNDO.

    En el contexto de nuestras iglesias locales, creemos que donde urge ms la necesidad y presencia de los Equipos, de los Equipistas es en los mbitos: Familiar, magisterial sindical, poltico y en los medios de comunicacin social. E importante que en los Equipos nos preguntemos: Quin soy yo en la familia? Soy esclavizador o soy liberador en la vida familiar? favorezco la liberacin y los compromisos o estoy explotndolos en nombre de mis propios compromisos? de mi esposo(a), mis hijos, mis padres, mis hermanos? La vida familiar debe ser liberadora tambin y es incoherente que Equipistas que

  • pretenden liberar a los oprimidos sigan oprimiendo en su propia casa los miembros de su familia" (DUCLERCQ)

    En lo magisterial implica trabajar por la transformacin de la estructura escolar convirtiendo la educacin en un instrumento de liberacin. "En los Equipos Docentes buscamos juntos la manera cmo hacer de nuestra escuela laica y oficial una escuela liberadora; puesto que en nuestras escuelas oficiales se encuentran las mayoras de nuestros nios, los ms pobres, los ms marginados, los ms oprimidos". (DUCLERQ).

    Frente a lo sindical los Equipistas con los dems maestros reclamamos una transformacin estructural y metodolgica en el manejo de nuestras organizaciones sindicales que nos permitan canalizar nuestra fuerza con posibilidad de xito e impida que el avance oficial nos golpee con mayor dureza y a la vez podamos retomar para nuestro beneficio profesional, econmico y poltico las reivindicaciones conculcadas.

    Es importante que las comunidades de educadores cristianos asumamos una actitud crtica, a partir de la fe en Jess, buscando en las comunidades un dilogo sincero y fraterno, tanto en materia de ideologa y posiciones polticas, involucrando las diversas corrientes pedaggicas y gremiales,

    Asumamos las obligaciones gremiales. Los Educadores sobre todo los cristianos, debemos distinguirnos por la participacin gremial y poltica, por la solidaridad entre los diversos sectores del magisterio... y no restrinjamos lo gremial a lo meramente reivindicativo, aunque ello y lo poltico tienen tambin all su lugar... Es preciso redescubrir lo que es ms propio de la organizacin gremial Aqu y Ahora.

    Afirmamos que los elementos ms esenciales y significativos en la espiritualidad de los Equipistas y de los Equipos es optar por los empobrecidos, tener sentido de responsabilidad frente a las tareas cotidianas, reflexionar y optar a partir de la vida. Compromiso y entrega en el trabajo de solidaridad, sencillez y humanidad.

  • A manera de conclusin podemos decir que: Nos falta una formacin cristiana que ilumine con el mensaje evanglico la realidad social concreta en que estamos insertos, que prepare al laico para asumir junto con sus hermanos, la construccin de una sociedad justa en donde quepamos todos. 7.1 ACCIN PASTORAL DE LOS EQUIPOS DOCENTES

    Los Equipistas debemos asumir con responsabilidad el derecho y el deber frente al apostolado que Cristo mismo confiri por el bautismo.

    Los Equipistas, como laicos debemos comprometernos con una tarea esencial, segn orientaciones del Snodo de Obispos, de "Redescubrir y hacer redescubrir la dignidad inviolable de cada persona humana".

    Debemos exigir a la Iglesia jerrquica la obligacin de retomar los documentos del Vaticano II, asumir sus enseanzas y ponerlas en prctica. Esto significar:

    Apertura de la estructura eclesistica que permita una adecuada comunicacin entre todos los miembros de la Iglesia (jerarqua y laicos) de modo que se facilite el desarrollo de la misin que Cristo encomend a cada uno.

    Aceptar y permitir que los laicos desarrollen con autonoma su propia tarea apostlica.

    Aceptar que la jerarqua eclesistica no es un fin en s misma sino un medio de servicio del hombre para su encuentro con Dios. Ser conscientes de que el mensaje evanglico ha de parte de las verdaderas preocupaciones e intereses del pueblo generar formas organizativas que posibiliten la superacin d sus condiciones infrahumanas.

    En las condiciones histricas actuales debemos motivar a nuestros estudiantes y compaeros para participar con unidad

  • de accin con todas las organizaciones populares en defensa del don ms precioso del ser humano, la VIDA.

    Siempre motivados desde nuestra fe debemos participar activamente en el movimiento pedaggico, en el Sindicato, en las organizaciones populares y en el movimiento de la Iglesia de los pobres contribuyendo a su desarrollo y consecuentemente en la construccin de una sociedad justa y fraterna ms cercana a la utopa cristiana del Reino de Dios.

    Debemos conocer las propuestas polticas que se mueven en el pas para que optemos en forma consciente por una propuesta popular transformacin estructural de la sociedad.

    Debemos buscar la participacin coordinada con movimiento nacional de la Iglesia de los pobres, para FORTALECER nuestra vivencia de fe y contribuir al desarrollo de esta corriente a nivel nacional.

    La bsqueda de la unidad de las organizaciones populares debe ser una constante de nuestro accionar en todas las dimensiones en que trabajamos como respuesta a la violencia que azota a nuestro pas y como instrumento necesario para contribuir al proceso de liberacin de nuestro pueblo.

    Como cristianos, tenemos el deber ineludible de participar en la defensa de los Derechos Humanos.

    REFERENCIAS

    Revistas "SOLIDARIDAD", aportes cristianos para la liberacin.

    Camilo Torres R., mensaje a los cristianos.

    Mario Perezn, exposicin, coyuntura eclesial 88.

    Apuntes de Michael Duclercq, revistas EDAL.

    Episcopado chileno, 1983.

    Ronaldo Muoz, telogo chileno.

    Otros documentos EDOC.

  • Frei betto: Fidel y la religin, oracin en la accin. ' LECTURAS RECOMENDADAS

    La prctica de Jess, Hugo Echegaray, ed. CEP, 1981 ^Gutirrez, Gustavo, Revelacin y anuncio de Jess en la historia 76.La fuerza Histrica de los pobres. 1978. Teologa de la Liberacin, perspectivas, CEP.

    Dussel;, Enrique, Historia de la Iglesia en Am.Latina, 1978

    Boff, Leonardo, Iglesia carisma y poder. 1982

    Programa de reflexin teolgica latinoamericana, mdulos 1,2,3,4,5.

    Muoz, Ronaldo, La Iglesia en el pueblo. Hacia una eclesiologa latinoamericana, CEP. 8

    Vino, pan, y amistad, de Julio Sontana, DE/, San Jos, Co Rica.

    Richard, Pablo. Espiritualidad en Amrica Latina, Di EDUCA San Jos de Costa Rica.

    Recordemos 8 de Agosto da internacional de los EQUIPOS DOCENTES

    ANEXOS

    1. LOS DERECHOS HUMANOS Y LA BIBLIA

    Artculo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derecho. ("Proclamareis la libertad a todos los habitantes de la tierra"; Lev. 25,10;"todos ustedes son hermanos", Mt.23,8)

  • Artculo 2: Toda persona tiene todos los derechos mencionados...sin distincin alguna de raza. ("Alaben al Seor todos los pueblos, los prncipes: los jueces, los jvenes y los adolescentes, los ancianos y los nios". Salmo 148,13, "Ya no hay diferencia entre judo y griego, entre esclavo y libre, entre hombre y mujer", Gal.3, 28) Artculo 3: Toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. ("No matars", Ex.20,13;"Vine para que tengan vida en abundancia" ,Jn. 10,10). Artculo 4: Nadie estar sometido a esclavitud ni a servidumbre. ("El Seor me envi a proclamar la libertad...",Ls.61,l; "Cristo nos liber", Gal 5,1. Artculo 5: Nadie ser sometido a torturas, a penas o a tratos crueles, inhumanos o degradantes.("No daes a tu hermano Lev.25,17; "Ustedes mataron al justo crucificndolo...arrepintase",Hec.2,23). Artculo 6: Todo ser humano tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurdica. ("La justicia seguirs, solamente la justicia, para que vivas" Deut. 16,20; "El pastor llama a cada oveja por su nombre" Jn. 10,3). Artculo 7: Todos son iguales ante la ley y tienen derecho a la proteccin de la ley. (" El que justifica el perverso y el que condena al justo son abominables para el Seor", Prov. 17,15, Observa las reglas con imparcialidad, sin hacer diferencias"! Tim.5,21). Artculo 8: Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales. ("Cuando reina la justicia las personas buenas se alegran", Prov.21,15; "No juzguis a la ligera, sino con rectitud", Jn. 7,24). Artculo 9: Nadie podr ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado. ("Por envidia...dijo Jud a sus hermanos: Ven damos a nuestro hermano",Gn.37,27;"Herodes haba mandado tomar preso a Juan y lo tena encadenado en la crcel por " causa de herdas.."Mc.6,17). Artculo 10: Toda persona tiene derecho., a ser oda pblicamente y con justicia por un tribunal. ("Elige entre los hombres del pueblo que sean valiosos y que teman a Dios, ntegros e insobornables, para que

  • juzguen al pueblo", Ex. 18,21; "Queran dejarme en Libertad., pero como los judos se oponan me vi obligado a apelar al Csar" Hec.28, 18-19). Artculo 11: Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley... ("No hars injusticia en el juicio..."Lev. 19,15-16; "S he hablado mal mustrame en qu; y si he hablado bien, por qu me pegas?" Jn. 18,23). Artculo 12: Nadie ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia..("Lo esencial en la vida es l pan, el agua, la ropa y un hogar que