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Dinero, credito bancario y ciclos economicos - Jesús Huerta de Soto

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    DINERO, CRDITO BANCARIOYCICLOS ECONMICOS

    En el presente libro, el profesor Huerta de Soto analiza crticamente los fun-damentos econmicos y jurdicos del actual sistema monetario y crediticio.ste se caracteriza por su alto grado de intervencionismo y regulacin, y seha convertido en el taln de Aquiles de las economas modernas.

    En efecto, iniciado ya el siglo XXI, a pesar de la cada del socialismo real,del desprestigio del intervencionismo y del triunfo de las prescripcioneseconmicas liberales, el sector financiero de las economas de mercado si-

    gue fuertemente regulado, intervenido y dirigido por ese poderoso rganode planificacin financiera que es el banco central. Se ha ido formando asun sistema financiero que es una fuente continua de inestabilidad, pues nodeja de generar profundos desajustes estructurales en la economa real, dan-do lugar a las crisis financieras y recesiones econmicas que vienen afectan-do de forma recurrente a las economas de mercado desde que surgi hist-ricamente el actual sistema bancario.

    El profesor Huerta de Soto explica en esta obra, fruto de largos aos demaduracin intelectual, la causa, la evolucin y las consecuencias de todosestos fenmenos, proponiendo un proyecto de reforma orientado a estable-cer el nico sistema monetario y financiero que considera verdaderamentecompatible a largo plazo con una economa de libre mercado.

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    Jess Huerta de Soto es Catedrtico de Economa Poltica de la Universi-dad Rey Juan Carlos de Madrid. Doctor en Ciencias Econmicas y Doctor enDerecho por la Universidad Complutense de Madrid (sobresaliente cumlaude

    y Premio Extraordinario fin de carrera), en 1983 fue galardonado con el Pre-mio Internacional de Economa Rey Juan Carlos; en febrero de 2005 recibien Bruselas el prestigioso Adam Smith Award y en abril de 2006 recibi enPraga el Premio Franz Cuhel a la excelencia en la enseanza de la econo-ma. Es igualmente Actuario Matemtico por la Universidad Complutense yM.B.A. por la Universidad de Stanford, California, donde realiz estudiossuperiores de Economa Poltica becado por el Banco de Espaa. Es miem-bro y ha sido Vicepresidente del Consejo Directivo de la Mont Plerin Society,as como miembro de la Royal Economic Society de Londres y de laAmerican

    Economic Association. Huerta de Soto est considerado internacionalmentecomo uno de los exponentes ms representativos de la moderna EscuelaAustriaca de economa. Ha publicado numerosos trabajos y artculos deinvestigacin sobre temas de su especialidad que pueden consultarse en su

    web (www.jesushuertadesoto.com). Entre ellos destacan sus libros Planesde Pensiones Privados(1984), Lecturas de Economa Poltica3 volme-nes (Unin Editorial, 1986-1987, 2005-2008), Socialismo, clculo econmi-co y funcin empresarial(Unin Editorial, 1992, 2001, 2005; edicin rusa2007), Estudios de Economa Poltica (Unin Editorial, 1994, 2004), Dinero,crdito bancario y ciclos econmicos (Unin Editorial, 1998, 2002, 2006,2009; edicin norteamericana 2006, 2009; edicin rusa 2008; edicin polaca2009; edicin checa 2009), LaEscuela Austriaca: mercado y creatividadempresarial (2000, 2001; edicin italiana 2003; edicin portuguesa 2005;edicin alemana 2007; edicin francesa 2008; edicin inglesa de EdwardElgar 2008; edicin rusa 2008); Nuevos estudios de Economa Poltica (UninEditorial, 2002, 2007); Ahorro y previsin en el seguro de vida (Unin Edito-rial, 2006) yThe Theory of Dynamic Efficiency(Routledge, 2009).

    http://www.jesushuertadesoto.com/http://www.jesushuertadesoto.com/http://www.jesushuertadesoto.com/
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    JESS HUERTADE SOTO

    DINERO,CRDITO BANCARIO

    YCICLOSECONMICOS

    Cuarta Edicin

    Un i n Edi tor ia l

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    1998 JESS HUERTA DE SOTO

    1998 UNIN EDITORIAL, S.A.

    2002 UNIN EDITORIAL, S.A. (2. edicin)

    2006 UNIN EDITORIAL, S.A. (3. edicin) 2009 UNIN EDITORIAL, S.A. (4. edicin)

    c/ Martn Macho, 15 28002 MadridTel.: 913 500 228 Fax: 911 812 212

    Correo: [email protected]

    www.unioneditorial.es

    ISBN : 978-84-7209-473-4

    Depsito Legal: M. X.XXX-2009

    Compuesto y maquetado por JPM GRAPHIC, S.L.

    Impreso por GRFICAS IM-TRO, S.L. Encuadernado por

    SUCESORES DE FELIPE MNDEZ GARCA , S.L.

    Impreso en Espaa - Printed inSpain

    Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra est protegido por las leyes, queestablecen penas de prisin y multas, adems de las correspondientes indemnizaciones por daos

    yperjuicios, para quienes reprodujeran total o parcialmente el contenido de este libro por cualquierprocedimiento electrnico o mecnico, incluso fotocopia, grabacin magntica, ptica oinformtica, o cualquier sistema de almacenamiento de informacin o sistema de recuperacin,sin permiso escrito de UNIN EDITORIAL, S.A.

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    A mi esposa,

    Sonsoles HuarteGimnez

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    PREFACIO A LA CUARTA EDICI N IX

    PREFACIOA LA CUARTA EDICIN

    Me complace presentar a los lectores de habla espaola la cuarta edicin de Di-nero, crdito bancario y ciclos econmicos, especialmente necesaria en los actualesmomentos en los que se estn desencadenando con toda virulencia la grave cri-sis financiera y la consiguiente recesin econmica mundial que venamos anun-ciando desde que hace ya diez aos se publicara la primera edicin de este libro.

    * * *

    La poltica de expansin artificial del crdito consentida y orquestada por losbancos centrales durante los ltimos quince aos no poda terminar de otraforma. El ciclo expansivo que ahora ha visto su fin se refuerza a partir de que laeconoma norteamericana saliera de su ltima recesin (fugaz y reprimida) en2001 y la Reserva Federal reemprendiera la gran expansin artificial crediticiae inversora iniciada a partir de 1992. Esta expansin crediticia no se vio sopor-tada por un aumento paralelo del ahorro voluntario de las economas doms-ticas. Durante muchos aos la masa monetaria en forma de billetes y depsitosha crecido a un ritmo medio superior al 10% anual (lo que equivale a duplicaren cada periodo de 7 aos el volumen total de dinero que circula en el mundo).Esta grave inflacin fiduciaria de los medios de pago se ha colocado en el mer-

    cado por el sistema bancario en forma de crditos de nueva creacin concedi-dos a tipos de inters muy reducidos (incluso negativos en trminos reales), loque ha impulsado una burbuja especulativa en forma de importante subida enlos precios de los bienes de capital, activos inmobiliarios y ttulos representati-vos de los mismos que se intercambian en la bolsa de valores, cuyos ndicescrecieron de forma espectacular.

    Curiosamente, y al igual que ocurriera en los felices aos previos a laGranDepresin de 1929, el shock de crecimiento monetario no ha impactado de for-ma significativa a los precios del subconjunto de bienes y servicios de consu-mo (aproximadamente tan slo un tercio del total de bienes). Y es que en la

    ltima dcada, al igual que en los aos veinte del siglo pasado, se ha experi-mentado un notable aumento de la productividad, resultado de la introduc-cin masiva de nuevas tecnologas y de importantes innovaciones empresaria-

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    X DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    les que, en ausencia de la inyeccin monetaria y crediticia, habran producidouna saludable y continua reduccin en el precio unitario de los bienes y servi-cios de consumo. Adems, la plena incorporacin al mercado globalizado de

    las economas china e india ha impulsado an ms la productividad real debienes y servicios de consumo. Que no se haya producido una sana deflacinde precios en los bienes de consumo, en una etapa de tan gran crecimiento dela productividad como la de los ltimos aos, es la principal prueba de que elproceso econmico se ha visto muy perturbado por el shock monetario, fen-meno ste que analizamos con detalle en el epgrafe 9 del captulo VI.

    Tal y como explicamos en este libro, la expansin crediticia artificial y la in-flacin de medios de pago (fiduciaria) no constituyen un atajo que haga posi-ble el desarrollo econmico estable y sostenido, sin necesidad de incurrir en elsacrificio y en la disciplina que supone toda tasa elevada de ahorro voluntario

    (que, por el contrario, sobre todo en Estados Unidos, durante los ltimos aosno slo no ha crecido sino que incluso en ocasiones ha experimentado tasasnegativas). Y es que las expansiones artificiales del crdito y del dinero siem-pre son, como mucho, pan para hoy y hambre para maana. En efecto, hoyno existe duda alguna sobre el carcter recesivo que, a la larga, siempre tiene elshock monetario: el crdito de nueva creacin (no ahorrado previamente porlos ciudadanos) pone de entrada a disposicin de los empresarios una capaci-dad adquisitiva que stos gastan en proyectos de inversin desproporciona-damente ambiciosos (durante los ltimos aos especialmente en el sector de laconstruccin y las promociones inmobiliarias), es decir, como si el ahorro delos ciudadanos hubiera aumentado, cuando de hecho tal cosa no ha sucedido.Se produce as una descoordinacin generalizada en el sistema econmico: laburbuja financiera (exuberancia irracional) afecta negativamente a la econo-ma real y tarde o temprano el proceso se revierte en forma de una recesineconmica en la que se inicia el doloroso y necesario reajuste que siempre exi-ge la readaptacin de toda estructura productiva real que se ha visto distor-sionada por la inflacin. Los detonantes concretos que anuncian el paso de laeuforia propia de la borrachera monetaria a la resaca recesiva son mlti-ples y pueden variar de un ciclo a otro. En las circunstancias actuales han ac-

    tuado como detonantes ms visibles la elevacin del precio de las materiasprimas y especialmente del petrleo, la crisis de las denominadas hipotecassubprime en Estados Unidos y finalmente, la crisis de importantes institucionesbancarias al descubrirse en el mercado que el valor de sus activos (prstamoshipotecarios concedidos) era inferior al de sus pasivos.

    En las actuales circunstancias son muchas las voces interesadas que recla-man ulteriores reducciones en los tipos de inters y nuevas inyecciones mone-tarias que permitan al que quiera culminar sin prdidas sus inversiones. Sinembargo, esta huida hacia adelante slo lograra posponer temporalmente losproblemas a costa de hacerlos luego mucho ms graves. En efecto, la crisis ha

    llegado porque los beneficios de las empresas de bienes de capital (especial-mente en los sectores de construccin y promociones inmobiliarias) handesaparecido como resultado de los errores empresariales inducidos por el

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    PREFACIO A LA CUARTA EDICI N XI

    crdito barato, y porque los precios de los bienes de consumo han empezado acomportarse relativamente menos mal que los de los bienes de capital. A partirde este momento se inicia un doloroso e inevitable reajuste que, a los proble-

    mas de cada de la produccin y aumento del desempleo, se est aadiendotodava un crecimiento en los precios de los bienes de consumo (recesin infla-cionaria o estanflacin).

    El anlisis econmico ms riguroso y la interpretacin ms fra y pondera-da de los ltimos acontecimientos econmicos y financieros refuerzan la con-clusin de que, al igual que sucedi con los fracasados intentos de planificardesde arriba la extinta economa sovitica, es imposible que los Bancos Centra-les (verdaderos rganos de planificacin central financiera) sean capaces deacertar en la poltica monetaria ms conveniente para cada momento. O expre-sado de otra forma, el teorema de la imposibilidad econmica del socialismo,

    descubierto por los economistas austriacos Ludwig von Mises y Friedrich A.Hayek, segn el cul es imposible organizar econmicamente la sociedad enbase a mandatos coactivos emanados de un rgano de planificacin, dado queste nunca puede llegar a hacerse con la informacin que necesita para dar uncontenido coordinador a sus mandatos, es plenamente aplicable a los BancosCentrales en general, y a la Reserva Federal y en su momento a Alan Greenspany hoy a Ben Bernanke en particular: nada hay ms peligroso que caer en lafatal arrogancia en feliz expresin de Hayek de creerse omnisciente o almenos tan sabio y poderoso como para ser capaz de ajustar en cada momentola poltica monetaria ms conveniente (fine tuning). De manera que lo ms pro-bable es que la Reserva Federal y, en alguna menor medida, el Banco CentralEuropeo, ms que suavizar los movimientos ms agudos del ciclo econmico,hayan sido los principales artfices responsables de su gnesis y agravamiento.La disyuntiva para Ben Bernanke y su consejo en la Reserva Federal y para elresto de los Bancos Centrales (encabezados por el europeo) no es, por tanto,nada cmoda. Durante aos han hecho dejadez de su responsabilidad moneta-ria y ahora se encuentran en un callejn sin salida: o dejan que el proceso recesivose inicie ya y con l el saludable y doloroso reajuste; o huyen hacia adelantedndole al borracho, que ya siente con toda su virulencia la resaca, ms alco-

    hol, con lo que las probabilidades de caer en un futuro no muy lejano en unaan ms grave recesin inflacionaria aumentaran exponencialmente (ste fueprecisamente el error que se cometi tras el crash burstil de 1987, que nos lleva la inflacin de finales de los ochenta y termin en la grave recesin de 1990-1992). Adems, reiniciar a estas alturas una poltica de crdito barato no puedesino dificultar la necesaria liquidacin de las inversiones no rentables y larecon-versin de las empresas, pudiendo incluso llegar a hacer que la recesin sepro-longue indefinidamente, como le ha sucedido a la economa japonesa en losltimos aos, que tras probar todas las intervenciones posibles, ha dejado deresponder a estmulo alguno de expansin crediticia monetarista o de tipo

    keynesiano. En este contexto de esquizofrenia financiera hay que interpretarlos ltimos palos de ciego dados por las autoridades monetarias (responsa-bles de dos objetivos ntimamente contradictorios: por un lado controlar la

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    inflacin, y por otro inyectar toda la liquidez necesaria para evitar el desmoro-namiento del sistema financiero). Y as la Reserva Federal un da salva a BearStearns, AIG, Fannie Mae y Freddie Mac o Citigroup, para al siguiente dejar

    caer a Lehman Brothers, bajo el pretexto ms que justificado de dar una lec-cin y no alimentar el moral hazard o riesgo moral. Despus, y ante el carizque tomaban los acontecimientos, se aprueba un plan de 700 mil millones dedlares para comprar los eufemsticamente denominados activos txicos oilquidos (es decir, sin valor) de la banca que, si se financia con cargo a im-puestos (y no haciendo ms inflacin) habr de suponer una gran cargaimpositiva para las economas domsticas, justo en el momento en que stasmenos pueden permitrsela. Por ltimo, y ante las dudas de que dicho planpueda surtir algn efecto, se opta por inyectar dinero pblico directamente alos bancos, e incluso por garantizar la totalidad de sus depsitos reduciendo

    casi a cero los tipos de inters.La situacin comparativa de las economas de la Unin Europea es algome-

    nos mala que la norteamericana (dejando ahora de lado el efecto expansivo dela deliberada poltica de depreciacin del dlar, y las relativamente mayoresrigideces europeas especialmente en el mercado laboral, que tienden a hacerms duraderas y dolorosas las recesiones en nuestro Continente). La polticaexpansiva del Banco Central Europeo, aunque no exenta de graves errores, hasido algo menos irresponsable que la de la Reserva Federal. Adems, el cum-plimiento de los criterios de convergencia supuso en su da un notable y salu-dable saneamiento de las principales economas europeas. Solamente los pasesperifricos como Irlanda y, sobre todo, Espaa, se vieron inmersos desde queiniciaron su proceso de convergencia en una importante expansin crediticia.El caso de nuestro pas, Espaa, es paradigmtico. Nuestra economa experi-ment un boom econmico que, en parte, se debi a causas reales (reformas es-tructurales de liberalizacin emprendidas a partir de los gobiernos de Jos MaraAznar en 1996); pero, en otra parte nada desdeable, se vio alimentado por unaexpansin artificial del dinero y del crdito, que crecieron a una tasa que casitriplic la evolucin de esas mismas magnitudes en Francia o Alemania. Nues-tros agentes econmicos en gran medida interpretaron la bajada de los tipos de

    inters, resultado del proceso de convergencia, en los trminos de relajacinmonetaria que han sido tradicionales en nuestro pas: mayor disponibilidad dedinero fcil y peticiones masivas de crditos a los bancos espaoles (sobre todopara financiar la especulacin inmobiliaria), que stos han satisfecho crendo-lo de la nada ante la mirada impvida del Banco Central Europeo. Este ltimo,ante la subida de los precios, y fiel a su mandato, mientras ha podido ha inten-tado mantener los tipos de inters a pesar de las dificultades de aquellos miem-bros de la Unin Monetaria que, como Espaa, ahora descubren que gran par-te de lo invertido en inmuebles fue un error y se ven abocados a una duraderay dolorosa reestructuracin de su economa real.

    En estas circunstancias, la poltica ms adecuada sera la de liberalizar la eco-noma a todos los niveles (y en especial el mercado laboral) para permitir quelos factores productivos (y en especial el factor trabajo) se reasignen rpidamente

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    XVIIPREFACIOA LA CUARTA EDICIN

    hacia los sectores rentables. Igualmente es imprescindible la reduccin del gastopblico y de los impuestos para incrementar la renta disponible de los agenteseconmicos fuertemente endeudados que necesitan devolver sus prstamos

    cuanto antes. Los agentes econmicos en general y las empresas en particularslo se sanean reduciendo costes (especialmente laborales) y devolviendo susprstamos. Y para ello es imprescindible un mercado laboral muy flexible y unsector pblico mucho ms austero. De ello depender que el mercado descubracuanto antes cules son los verdaderos valores reales de los bienes de inversinproducidos por error, establecindose as las bases para una recuperacin eco-nmica sana y sostenible en un futuro que, por el bien de todos, esperamos queno tarde demasiado en llegar.

    * * *

    No debe olvidarse que el pasado periodo de expansin artificial se caracteriz,entre otros aspectos, por una paulatina corrupcin, tanto en Amrica como enEuropa, de los principios tradicionales de la Contabilidad, tal y como lamismase vena aplicando desde hace siglos en todo el mundo. Concretamente, la apro-bacin de las llamadas Normas Internacionales de Contabilidad (NIC) y sutransposicin en forma de ley en los diferentes pases (en Espaa a travs delnuevo Plan General de Contabilidad que entr en vigor el pasado 1 de enerode 2008) ha supuesto el abandono del tradicional principio de prudencia quese ha visto sustituido por el principio de valor de mercado o razonable (fair value)

    a la hora de valorar los activos del balance y especialmente aquellos de carc-ter financiero. En este abandono del principio tradicional de prudencia hanejercido una gran presin tanto las sociedades de bolsa de valores, como loshoy ya en fase de extincin bancos de inversin y, en general, todas las partesinteresadas en inflar los valores de balance con la finalidad de aproximarlosa unos valores burstiles supuestamente ms objetivos y que en el pasadono dejaban de aumentar en un proceso econmico de euforia financiera. Enefecto, dicho proceso se caracteriz durante los aos de la burbuja especulati-va por la retroalimentacin existente entre unos valores burstiles crecientesy su reflejo contable inmediato, lo cual se quera utilizar, a su vez, para justifi-

    car ulteriores crecimientos artificiales en los precios de los activos financierosque se cotizaban en la bolsa de valores.En esta alocada carrera por abandonar los principios tradicionales de la con-

    tabilidad y sustituirlos por otros ms conformes a los nuevos tiempos se hizomoneda comn la valoracin de empresas en funcin de hiptesis poco orto-doxas y criterios puramente subjetivos que en las nuevas normas sustituyen alnico criterio verdaderamente objetivo (el de la transaccin histrica). Ahorael desmoronamiento de los mercados financieros y la prdida generalizada deconfianza en los bancos y en su contabilidad por parte de los agentes econmi-cos han venido a poner de manifiesto el grave error cometido al dejarse arras-

    trar por las NIC y su abandono de los principios contables tradicionales basa-dos en la prudencia, cayendo en los vicios de la contabilidad creativa a valoresrazonables de mercado (fair value).

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    En este contexto hay que entender las recientes medidas tomadas tanto enEstados Unidos como en la Unin Europea para suavizar (es decir, revertirparcialmente) la aplicacin del valor razonable en la contabilidad de las enti-

    dades financieras. Medida en la buena direccin pero incompleta y tomada porrazones equivocadas. En efecto, las entidades financieras slo se han acorda-do de Santa Brbara cuando ha tronado, es decir, cuando el desmoronamien-to del valor de los activos txicos o ilquidos ha puesto en peligro su sol-vencia. Pero estaban encantadas con las nuevas NIC en los aos anteriores deexuberancia irracional en que los crecientes y disparatados valores bursti-les y financieros les permiti lucir en sus balances unos beneficios y patrimo-nios propios elevadsimos, que a su vez les animaron a asumir riesgos (omejor,incertidumbres) prcticamente sin control. Se hace pues evidente como lasNICactan de forma pro cclica, incrementando la volatilidad y sesgando errnea-

    mente la gestin empresarial: en pocas de bonanza generan un falso efecto ri-queza que induce a asumir riesgos desproporcionados; cuando de la noche alda se ponen de manifiesto los errores cometidos, la prdida de valor de los acti-vos descapitaliza de inmediato a las empresas que se ven obligadas a vender ac-tivos y a tratar de recapitalizarse en el peor momento, es decir, cuando los acti-vos valen menos y se secan los mercados financieros. Obviamente, unos principioscontables que como los de las NIC se han mostrado tan perturbadores han deabandonarse cuanto antes, revirtiendo todas las reformas contables recin pro-mulgadas y en concreto la espaola que entr en vigor el pasado 1 de enero de2008. Y ello no slo por el callejn sin salida que suponen las mismas en poca decrisis financiera y recesin econmica, sino tambin, y sobre todo, porque es vi-tal que en pocas de bonanza no se abandone el principio de prudencia valorativaque ha informado todos los sistemas contables desde Luca Pacioli a comienzosdel siglo XV hasta que el falso dolo de las NIC adquiri carta de naturaleza.

    En suma, el error ms grave de la recin estrenada reforma contable en todoel mundo consiste en haber hecho tabla rasa de siglos de experiencia contabley gestin empresarial al sustituir el principio de prudencia, como principio demximo rango jerrquico entre todos los principios tradicionales de la contabi-lidad, por el principio del denominado valor razonable, que no es otro que

    la introduccin del voltil valor de mercado para toda una serie de activosespecialmente de ndole financiera. Este cambio copernicano es enormementedaino y amenaza los cimientos mismos de la economa de mercado por lassiguientes razones. Enprimer lugar, conculcar el tradicional principio de pru-dencia y obligar a contabilizar a valores de mercado, da lugar a que, segn lascircunstancias del ciclo econmico, se inflen los valores de balance con unaplusvalas que no se han realizado y que, en muchas circunstancias, puede serque no lleguen a realizarse nunca. El artificial efecto riqueza que esto puedegenerar, especialmente en las etapas de auge de cada ciclo econmico, induce ala distribucin de beneficios ficticios o meramente coyunturales, la asuncin

    de riesgos desproporcionados y, en suma, la comisin de errores empresaria-les sistemticos y al consumo del capital de la sociedad, en detrimento de susana estructura productiva y de su capacidad de crecimiento a largo plazo. En

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    XVPREFACIOA LA CUARTA EDICIN

    segundo lugar, hay que insistir en que el objetivo de la contabilidad no es reco-ger los supuestos valores reales (en todo caso subjetivos y que se determinany varan cada da en los correspondientes mercados) so pretexto de alcanzar

    una malamente entendida transparencia contable, sino el hacer posible la ges-tin prudente de cada empresa y evitar el consumo de capital1, mediante la apli-cacin de estrictos criterios de conservadurismo contable (basados en el prin-cipio de prudencia, y en la contabilizacin al coste histrico o valor demercado,el que sea menor) que garanticen en todo momento que el beneficio repartibleproviene de un remanente seguro cuya distribucin en forma alguna ponga enpeligro la viabilidad y capitalizacin futura de la empresa. En tercer lugar, hayque tener en cuenta que en el mercado no existen precios de equilibrio quepuedan determinarse de forma objetiva por un tercero. Todo lo contrario, losvalores de mercado son resultado de apreciaciones subjetivas y estn someti-

    dos a grandes oscilaciones, por lo que su aplicacin a efectos contables eliminagran parte de la claridad, seguridad e informacin que antiguamente tenan losbalances. Ahora stos en gran medida se han hecho incomprensibles e inservi-bles para los agentes econmicos. Adems, la volatilidad propia de los valoresde mercado, sobre todo a lo largo del ciclo econmico, hace que la contabilidadbasada en los nuevos principios pierda gran parte de su virtualidad comogua de accin para los gestores de la empresa, induciendo en los mismos deforma sistemtica importantes errores de gestin que han estado a punto degenerar la crisis financiera ms grave que ha asolado al mundo desde 1929.

    * * *

    En el captulo IX de este libro (pginas 612-623) se disea un proceso de transi-cin hacia el nico orden financiero mundial que, siendo plenamente compati-ble con el sistema de libre empresa, es capaz de eliminar las crisis financieras yrecesiones econmicas que vienen afectando cclicamente a las economas delmundo. Esta reforma financiera internacional propuesta en nuestro libro ad-quiere la mxima actualidad en los presentes momentos (noviembre de 2008)en que los desconcertados gobiernos de Europa y Amrica han organizado una

    Conferencia mundial para reformar el sistema monetario internacional con elobjetivo de evitar que en el futuro se repitan crisis financieras y bancarias tangraves como la que actualmente sacude a todo el mundo occidental. Por lasrazones que se explican detalladamente a lo largo de los nueve captulos de estelibro, toda reforma futura fracasar, tan lamentablemente como han fracasadolas reformas pasadas, si es que no va orientada a solucionar la raz misma delos actuales problemas basndose en los siguientes principios: 1. restablecimien-

    1 Vase especialmente a F.A. Hayek, The Maintenance of Capital (Economica, II Agos-

    to 1934), reeditado en Profits, Interest and Investment and other Essays on the Theory of Indus-trial Fluctuations, Augustus M. Kelly, Nueva Jersey 1979 (1. edicin de George Routledge& Sons, Londres 1939), especialmente el epgrafe 9 Capital accounting and monetarypolicy, pp. 130-132.

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    to de un coeficiente de caja del 100 por cien para todos los depsitos bancariosa la vista y equivalentes; 2. eliminacin de los bancos centrales como presta-mistas de ltima instancia (innecesarios si se aplica el principio anterior y per-

    judiciales si siguen actuando como rganos de planificacin central financiera);y 3. privatizacin del actual dinero monopolista y estatal de tipo fiduciario ysu sustitucin por un patrn oro clsico. Esta reforma, radical y definitiva, ven-dra como si dijramos a suponer la culminacin de la cada del muro de Berlny del socialismo real acaecida en 1989, al aplicarse los mismos principios basa-dos en la liberalizacin y en la propiedad privada al nico mbito, el financieroy bancario, que hasta ahora ha permanecido anclado en la planificacin (de losbancos precisamente por eso llamados centrales), el intervencionismo extre-mo (fijacin de tipos de inters, maraa de regulaciones administrativas) y elmonopolio estatal (leyes de curso forzoso que obligan a aceptar el actual dine-

    ro fiduciario emitido por el estado), con consecuencias tan negativas como laspor todos conocidas.

    Debe resaltarse adems que el proceso de transicin diseado en el ltimocaptulo de este libro, podra tambin hacer posible de entrada el salvamen-to (bailing out) del actual sistema bancario evitando su rpido desmoronamien-to y con l la ineludible y sbita contraccin monetaria que habra de producir-se si, en un entorno de quiebra generalizada de la confianza de los depositantes,desaparece un volumen significativo de depsitos bancarios. Este objetivo acorto plazo, que actualmente se afanan por lograr a la desesperada los gobier-nos occidentales con los planes ms variados (compras masivas de los activosbancarios txicos, garanta ad hominen de todos los depsitos, o simplementenacionalizacin parcial o total del sistema bancario privado), podra lograrsede manera mucho ms efectiva, rpida e inocua para la economa de mercadosi se aplicara de inmediato el primer paso de la reforma que proponemos eneste libro (pp. 615-621): la consolidacin de la totalidad de los actuales depsi-tos (a la vista y equivalentes) de los bancos por su equivalente en efectivo, quesera entregado a stos para que a partir de entonces mantuvieran un coeficientede caja del 100 por cien en relacin con los mismos. Como se explica en el gr-fico IX-2 de dicho captulo en el que se describe como quedara el balance agre-

    gado del sistema bancario a partir de la consolidacin, sta no sera en formaalguna inflacionista (pues el dinero de nueva creacin quedara como si dijra-mos esterilizado para responder como colateral a cualquier retirada sbitade depsitos) y adems liberara todos los activos de la banca ( txicos o no)que actualmente lucen como colaterales de los depsitos a la vista (y equiva-lentes) en los balances de los bancos privados. En el captulo 9 se propone, bajoel supuesto de que la transicin al nuevo sistema financiero se efecte en cir-cunstancias normales no aquejadas por una crisis financiera tan grave comola actual, que los activos liberados pasasen a formar parte de unos fondos deinversin creados ad hoc y gestionados por la banca para canjear sus participa-

    ciones por los ttulos vivos de la deuda pblica y del resto de obligaciones im-plcitas derivadas del sistema pblico de seguridad social (pp. 618-619). Sinembargo, en los actuales momentos de grave crisis financiera y econmica, se

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    XVIIPREFACIOA LA CUARTA EDICIN

    abre la alternativa no slo de cancelar en dichos fondos los activos txicos,sino adems de dedicar una parte del resto, si as se desea, a permitir que losahorradores (no los depositantes pues estos ya tendran consolidados sus de-

    psitos al 100 por cien) pudieran recuperar gran parte del valor perdido en susinversiones (especialmente a travs de sus prstamos a los bancos comerciales,bancos de inversin y sociedades de cartera). Con estas medidas se restablece-ra la confianza de inmediato, quedando adems un significativo remanentepara hacer frente al objetivo inicial de canjear, de una sola vez y sin coste, granparte del volumen de deuda pblica emitido por los gobiernos. En todo caso,es necesario efectuar una importante advertencia: como es natural, y no hemosde cansarnos de repetirlo, la solucin propuesta slo es vlida en el contextode una decisin irrevocable hacia el restablecimiento de un sistema de bancalibre sometida al coeficiente de caja del 100 por cien para los depsitos a la vis-

    ta. Pues cualquier reforma de las apuntadas que se efecte sin el pleno conven-cimiento y decisin previos de modificar el sistema financiero y bancario inter-nacional en la manera indicada sera simplemente desastrosa: un sistema debanca privada que continuara actuando con reserva fraccionada (orquestadapor los correspondientes bancos centrales) generara, de forma multiplicadoray a partir del efectivo creado para respaldar los depsitos, una expansininflacionaria como jams se ha visto en la historia que terminara por dar lapuntilla a todo nuestro sistema econmico.

    * * *Las anteriores consideraciones son de la mxima importancia y ponen de

    manifiesto la gran actualidad que ha adquirido el presente Tratado debido a lacrtica situacin en que se encuentra el sistema financiero internacional (aun-que, indudablemente, hubiera preferido prologar esta cuarta edicin en circuns-tancias econmicas bien distintas). Ahora bien, si trgico es que se haya llega-do a la situacin actual, ms trgica an es, si cabe, la generalizada falta decomprensin sobre las causas de los fenmenos que nos asolan y, sobre todo,la confusin y el desconcierto reinante entre los expertos, analistas y la mayo-

    ra de los tericos de la economa. Es en este mbito donde al menos me cabe laesperanza de que las sucesivas ediciones de este libro que se estn publicandoen todo el mundo2 puedan contribuir a la formacin terica de sus lectores, al

    2 En el periodo transcurrido desde la anterior edicin se ha agotado la primera edi-cin inglesa de casi 4.000 ejemplares publicada en Estados Unidos en 2006 y cuya segun-da edicin actualmente est en fase de preparacin. Adems, se ha publicado una tra-duccin al ruso con el ttulo Dengi, bankovskiy kredit i economicheskie tsikly (Edit. Sotsium,Mosc 2008), debida a Tatjana Danilova y Grigory Sapov, de la que se han tirado inicial-mente 3.000 ejemplares y que tuve la satisfaccin de presentar el pasado 30 de octubre de

    2008 en la Alta Escuela de Economa de la Universidad Estatal de Mosc. Igualmente laprofesora Rosine Letinier ha culminado la traduccin francesa que actualmente se encuen-tra pendiente de publicacin. Tambin se ha terminado la traduccin polaca debida aGrzegorz Luczkiewicz, encontrndose en fase avanzada las traducciones alemana, checa,

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    XVIII DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    rearme intelectual de las nuevas generaciones y, eventualmente, al tannecesariorediseo institucional de todo el sistema monetario y financiero de las actualeseconomas de mercado. Si ello es as, no slo dar por bueno el esfuerzo reali-

    zado sino que considerar un gran honor haber contribuido, siquiera mni-mamente, a avanzar en la buena direccin.

    Madrid, 13 de Noviembre de 2008Festividad de San Diego de Alcal

    JESS HUERTA DE SOTO

    italiana, rumana, holandesa, china, japonesa y rabe que, Dios mediante, espero vean laluz en un futuro no muy lejano.

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    PREFACIO XIX

    PREFACIOA LA TERCERA EDICIN

    Aunque en esta tercera edicin de Dinero, crdito bancario y ciclos econmicos seha procurado mantener al mximo el contenido, estructura y paginacin de lasdos ediciones anteriores, no ha sido posible en todos los casos, pues se ha apro-vechado esta nueva ocasin para introducir algunos razonamientos y pun-tualizaciones adicionales, tanto en el texto principal como en unas pocas notasa pie de pgina. Igualmente, se ha actualizado la bibliografa, incorporando lasnuevas ediciones y traducciones al espaol que han visto la luz en los cuatroaos transcurridos desde la edicin anterior, aparte de incluirse tambin algu-

    nos nuevos libros y artculos, no muy numerosos, pero que inciden especial-mente sobre el contenido de los temas tratados en este libro.1 Finalmente, mieditora de la versin inglesa de Dinero, crdito bancario y ciclos econmicos,2 JudithThommesen, con gran paciencia y detalle comprob en sus fuentes originales

    1 De entre todos ellos merece la pena destacar el libro de Roger W. Garrison, Time andMoney: The Macroeconomics of Capital Structure, publicado en Londres y Nueva York porRoutledge en 2001, es decir, cuando haca ya tres aos que haba aparecido la primeraedicin en espaol de Dinero, crdito bancario y ciclos econmicos. El trabajo de Garrison,que puede considerarse como un manual complementario al presente libro, es especial-mente notable por desarrollar el anlisis austriaco del capital y de los ciclos econmicos

    en el contexto de los diferentes paradigmas de la macroeconoma moderna, utilizandopara ello un enfoque y lenguaje que son plenamente conformes con los utilizados por lamainstream de nuestra disciplina, por lo que sin duda alguna contribuir a extender elconocimiento entre los economistas en general de la necesidad de tener en cuenta el pun-to de vista austriaco y sus ventajas comparativas. Aunque el anlisis de Garrison peca,en nuestra opinin, de un excesivo mecanicismo en sus explicaciones y no se encuentrasuficientemente justificado desde el punto de vista jurdico-institucional, hemos consi-derado conveniente, no obstante, impulsar su traduccin al espaol por un equipo deprofesores y discpulos de nuestra Ctedra en la Universidad Rey Juan Carlos, encabeza-do por el Dr. Miguel ngel Alonso Neira, habindose ya publicado en Espaa con el ttu-lo de Tiempo y dinero: la macroeconoma de la estructura del capital, por Unin Editorial (Ma-drid 2005).

    2

    La edicin inglesa ha sido magnficamente publicada con el ttulo deMoney, BankCredit, and Economic Cycles,bajo los auspicios del Ludwig von Mises Institute, de la Uni-versidad de Auburn, Alabama, en 2006, gracias al apoyo de su presidente, Lewellyn H.Rockwell.

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    XX DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    centenares de citas en ingls y otros idiomas, habiendo detectado un nmerosignificativo de pequeas erratas que ya se han subsanado, contribuyendo asa hacer an ms perfecta esta tercera edicin. Por todo ello le manifiesto aqu

    mi profundo agradecimiento, junto con el que tambin debo al Dr. GabrielCalzada, profesor asociado de la Universidad Rey Juan Carlos, por su colabo-racin en la revisin y correccin de algunas referencias bibliogrficas.

    Las circunstancias de la coyuntura econmica desde la pasada edicin hanvenido marcadas por la gran inflacin fiduciaria e incremento de los dficitpblicos necesarios para financiar la guerra de Irak y hacer frente a los crecien-tes gastos que genera el estado del bienestar aquejado de graves e insolu-bles problemas en la mayor parte de los pases occidentales. La oferta mone-taria y el tipo de inters han seguido manipulndose hasta alcanzar el mnimohistrico del 1 por ciento por parte de la Reserva Federal Norteamericana,

    impidindoe as que pudiera culminarse debidamente la necesaria reestructu-racin de los errores de inversin cometidos con anterioridad a la recesin delao 2001. Todo ello ha generado una nueva burbuja especulativa en los merca-dos inmobiliarios, as como un crecimiento espectacular en el precio de los pro-ductos energticos y materias primas que son demandadas a nivel mundial casisin lmite, por parte de los nuevos proyectos de inversin emprendidos espe-cialmente en la cuenca asitica y, en concreto, en China. Parece, pues, que nosaproximamos a la fase tpica de inflexin del ciclo que precede a toda recesineconmica, y que se ha visto an ms confirmada con el recientsimo giro de180 grados de la poltica monetaria de la Reverva Federal, que ha incrementadoen pocos meses los tipos de inters hasta el 4 por ciento.

    Esperamos que esta nueva edicin sirva para que sus lectores y estudiosospuedan comprender mejor los fenmenos econmicos del mundo que les ro-dea, as como para que los especialistas y responsables de la actual poltica eco-nmica lleguen al convencimiento de que es imprescindible abandonar cuantoantes la ingeniera social en el mbito monetario y financiero. Si ello es as, con-sideraremos ampliamente cumplido uno de nuestros principales objetivos.

    Formentor, 28 de agosto de 2005

    JESS HUERTA DE SOTO

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    PREFACIO XXI

    PREFACIOA LA SEGUNDA EDICIN

    Agotada rpidamente la primera edicin de este libro me satisface presentar alos lectores de habla hispana la segunda edicin de Dinero, crdito bancario yciclos econmicos. Para evitar confusiones y facilitar la labor de los estudiosos einvestigadores, en esta nueva edicin se mantienen el contenido, estructura ypaginacin de la primera, si bien se ha aprovechado para revisarla ntegra-mente y proceder a corregir todas las erratas que han sido detectadas.

    La evolucin de los acontecimientos econmicos del mundo durante elperio-do 1999-2001, caracterizado tras una dcada de gran expansin crediticia y

    burbuja financiera por el desplome de las cotizaciones burstiles y el surgi-miento de una recesin que simultneamente afecta a Estados Unidos, Euro-pa y Japn, ilustra el anlisis presentado en este libro de manera an ms claray rotunda que cuando el mismo fue publicado por primera vez a finales de1998. Aun cuando los gobiernos y bancos centrales han reaccionado al ataqueterrorista al World Trade Center de Nueva York, manipulando y reduciendolos tipos de inters a niveles histricamente bajos (1,75 por ciento en EstadosUnidos, 0,15 por ciento en Japn y 3 por ciento en Europa) la masiva expansinfiduciaria inyectada en el sistema no solo har ms larga y dificil la necesariareconversin de la estructura productiva real sino que adems corre el riesgo

    de generar una peligrosa recesin inflacionaria. En estas preocupantes circuns-tancias econmicas, que vienen repitiendose de forma recurrente desde el surgi-miento del actual sistema bancario, nuestro mximo deseo es que el anlisiscontenido en este libro ayude al lector a comprender e interpretar los fenmenosque le rodean, y pueda influir positivamente tanto a la opinin pblica comoa mis colegas universitarios y a los responsables de la poltica econmica enlos gobiernos y bancos centrales.

    Desde la publicacin de la primera edicin de este libro han aparecido diver-sas recensiones1 que por sus favorables comentarios y la importancia de sus

    1 Debo agradecer expresamente los comentarios de Leland Yeager (The Review ofAustrian Economics, 14:4, 2001, p. 255) y Jrg Guido Hlsmann (The Quartely Journal ofAustrian Economics, verano 2000, vol. 3, n. 2, pp. 85-88).

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    XXII DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    autores mucho agradezco. Comn denominador de todas ellas ha sido el instarla traduccin de este libro en lengua inglesa, labor que en el momento de escri-bir estas lneas ya est concluida. Esperamos, Dios mediante, que prximamente

    se publique la primera edicin inglesa de este libro en Estados Unidos que, deesta forma, podr acceder prcticamente a los crculos acadmicos y polticosms importantes.

    Finalmente, durante los pasados tres cursos acadmicos, el presente manualha sido utilizado con xito como libro de texto durante el semestre dedicado ala teora monetaria, bancaria y de los ciclos econmicos en sendas asignaturasde Economa Poltica e Introduccin a la Economa, primero en la Facultad deDerecho de la Universidad Complutense y despus en la Facultad de CienciasJurdicas y Sociales de la Universidad Rey Juan Carlos, ambas de Madrid. Estaexperiencia docente, que se basa en un enfoque de la teora econmica insti-

    tucional y claramente multidisciplinar creemos que se puede extrapolar fcil-mente y con gran provecho a cualesquiera otros cursos relacionados con lateora bancaria (poltica econmica, macroeconoma, teora monetaria y delsistema financiero, etc.) y ha sido posible gracias al inters y entusiasmo quecentenares de mis alumnos han venido manifestando al estudiar y discutir lasenseanzas contenidas en el presente volumen. A todos ellos, principales des-tinatarios de esta obra a la que vienen prestando su esfuerzo y dedicacin,quiero expresarles mi agradecimiento y desearles que sigan cultivando su es-pritu crtico y curiosidad intelectual a la vez que culminan etapas cada vezms elevadas y enriquecedoras en su proceso de formacin humanstica yuniversitaria.2

    Madrid, 6 de diciembre de 2001 JESS HUERTA DE SOTO

    2 El autor agradece el envo de cualesquiera comentarios sobre la segunda edicin desu libro a la direccin en Internet: [email protected].

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    NDICE XXIII

    N D I C E

    INTRODUCCIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

    CAPTULO I: LA NATURALEZA JURDICA DEL CONTRATO DE DEPSITO IRREGU-LAR DE DINERO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    1. Una aclaracin terminolgica previa: los contratos de prstamo (mu-tuo y comodato) y los contratos de depsito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    El comodato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9El mutuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10El contrato de depsito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    2. El contrato de depsito de cosas fungibles o contrato de depsitoirregular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

    Funcin econmica y social que cumplen los depsitos irregu-lares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

    El elemento esencial del depsito irregular de dinero . . . . . . . . . 13Consecuencias del incumplimiento de la obligacin esencial en

    el depsito irregular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15Reconocimiento por la jurisprudencia de los principios esencia-

    les del derecho que regulan el contrato de depsito irregular de di-nero (coeficiente de caja del 100 por cien) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

    3. Las diferencias esenciales existentes entre los contratos de depsitoirregular y de prstamo de dinero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

    El diferente contenido del derecho de propiedad que se trasladaen ambos contratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

    Diferencias esenciales de naturaleza econmica entre ambos con-tratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

    Diferencias esenciales de naturaleza jurdica entre ambos con-tratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    4. El descubrimiento por la ciencia jurdica romana de los principiosgenerales del derecho en relacin con el contrato de depsito irregu-

    lar de dinero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23El surgimiento de los principios tradicionales del derecho segn

    Menger, Hayek y Leoni . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

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    XXIV DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    1. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 352. La banca en Grecia y en Roma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    Los trapezitas o banqueros griegos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38La banca en el mundo helenstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45La banca en Roma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46La quiebra de la banca del cristiano Calisto . . . . . . . . . . . . . . . . . 47Las societates argentariae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

    3. Los banqueros en la baja Edad Media . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

    El resurgimiento de la banca de depsito en la Europa medite-rrnea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53La prohibicin cannica de la usura y el depositum confessatum . . . 55La banca en la Florencia del siglo XIV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60El Banco de los Mdicis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61La banca en Catalua durante los siglos XIV-XV:La Taula de Canvi . . . 64

    4. Los bancos en la poca de Carlos V y la doctrina de la Escuela deSalamanca sobre el negocio bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

    El desarrollo de los bancos en Sevilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67La Escuela de Salamanca y el negocio bancario . . . . . . . . . . . . . . 70

    5. Un nuevo intento de desarrollar legtimamente el negocio bancario:el Banco de Amsterdam. El desarrollo de la actividad bancaria en lossiglos XVII y XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

    El Banco de Amsterdam . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80David Hume y el Banco de Amsterdam . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83Sir James Steuart, Adam Smith y el Banco de Amsterdam . . . . . 85Los Bancos de Suecia e Inglaterra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87John Law y el sistema bancario de Francia en el siglo XVIII . . . . 90Richard Cantillon y la fraudulenta violacin del contrato de de-

    psito irregular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

    La ciencia jurdica romana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26El contrato de depsito irregular en el derecho romano . . . . . . . 29

    CAPTULO II: LA VIOLACIN DE LOS PRINCIPIOS JURDICOS DEL CONTRATO DEDEPSITO IRREGULAR DE DINERO A LO LARGO DE LA HISTORIA . . . . . . 35

    CAPTULO III: LOS INTENTOS DE FUNDAMENTACIN JURDICA DE LA BANCACON RESERVA FRACCIONARIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    1. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2. La imposible identificacin del depsito irregular con el contrato de

    prstamo o mutuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Razones para una confusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La equivocada doctrina de la Common Law . . . . . . . . . . . . . . . . . .La doctrina de nuestros Cdigos Civil y Mercantil . . . . . . . . . . .Crtica de la identificacin entre el contrato de depsito irregular

    de dinero y el contrato de prstamo o mutuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La distinta causa o motivacin de ambos contratos . . . . . . . . . . . La tesis del acuerdo tcito o implcito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    9595

    9898

    102104

    109110113

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    XXVIINDICE

    3. Una salida en falso: la redefinicin del concepto de disponibilidad . .4. El depsito irregular de dinero, las operaciones con pacto de re-

    compra y los contratos de seguros de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    119

    126

    Las operaciones con pacto de recompra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127El caso particular de los contratos de seguros de vida . . . . . . . . . 130

    CAPTULO IV: EL PROCESO BANCARIO DE EXPANSIN CREDITICIA . . . . . . . . . 1351. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1352. La actividad bancaria de verdadera intermediacin en el contrato de

    prstamo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1393. La actividad del banco en un contrato de depsito bancario de

    dinero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1444. Efectos de la disposicin por parte del banquero de los depsitos a

    la vista: el caso del banco aislado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147El sistema de contabilizacin europeo-continental . . . . . . . . . . . . 149La prctica contable en el mundo anglosajn . . . . . . . . . . . . . . . . 157La posibilidad de expandir crditos y crear depsitos por parte

    de un banco aislado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164El caso del banco muy pequeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170La expansin del crdito y la creacin de la nada de depsitos en

    el caso del banco nico monopolista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1725. La expansin crediticia y la creacin de nuevos depsitos por parte

    de todo el sistema bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176

    La generacin de crditos en un sistema bancario de bancos pe-queos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1816. Algunas complejidades adicionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

    La expansin iniciada simultneamente por todos los bancos . . 187La filtracin de medios de pago fuera del sistema bancario . . . . 192El mantenimiento de unas reservas superiores al encaje mnimo

    necesario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195Coeficientes de caja distintos segn el tipo de depsitos . . . . . .

    7. La identidad existente entre la creacin de depsitos y la emisin debilletes de banco sin respaldo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    8. El proceso de contraccin crediticia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .CAPTULO V: EFECTOS DE LA EXPANSIN CREDITICIA BANCARIA SOBRE EL SIS-

    TEMA ECONMICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2131. Principios esenciales de la teora del capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214

    La accin humana como conjunto de etapas subjetivas . . . . . . . . 214Capital y bienes de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218La tasa o tipo de inters . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227La estructura productiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233Consideraciones complementarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237Crtica de las magnitudes utilizadas por la Contabilidad Na-

    cional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2452. Efecto sobre la estructura productiva del incremento del crdito fi-

    nanciado con cargo a un aumento previo del ahorro voluntario . . . 249

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    XXVI DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    Las tres formas distintas del proceso de ahorro voluntario . . . . 249La contabilizacin del ahorro canalizado a travs de prstamos . . 251La problemtica del prstamo al consumo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252

    Efectos del ahorro voluntario sobre la estructura productiva . . 253Primero: el efecto derivado de la disparidad de beneficios que sur-ge entre las distintas etapas productivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254

    Segundo: el efecto de la disminucin del tipo de inters sobre elprecio de mercado de los bienes de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259

    Tercero: el denominado Efecto Ricardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262Conclusin: el surgimiento de una nueva estructura productiva

    ms capital-intensiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265La solucin terica de la paradoja del ahorro . . . . . . . . . . . . . . 273El caso de una economa en regresin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275

    3. Efectos de la expansin crediticia bancaria no respaldada por un au-mento del ahorro: la teora austriaca o del crdito circulatorio del cicloeconmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277

    Efectos de la expansin crediticia sobre la estructura productiva . . . . . 277La reaccin espontnea del mercado ante la expansin credi-

    ticia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2894. La banca, el coeficiente de reserva fraccionaria y la ley de los gran-

    des nmeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305

    CAPTULO VI: CONSIDERACIONES COMPLEMENTARIAS SOBRE LA TEORA DEL

    CICLO ECONMICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3151. Por qu la crisis no se produce cuando la nueva inversin se finan-

    cia con ahorro real (y no con expansin crediticia) . . . . . . . . . . . . . . 3152. La posibilidad de retrasar el advenimiento de la crisis: la explicacin

    terica del proceso de recesion inflacionaria (stagflation) . . . . . . . . . 3173. El crdito al consumo y la teora del ciclo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3214. El carcter autodestructivo de los booms artificiales producidos por

    la expansin crediticia: la teora del ahorro forzoso . . . . . . . . . . . 3235. Dilapidacin del capital, capacidad ociosa y mala inversin de los

    recursos productivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326

    6. La expansin crediticia como causa mediata del paro o desempleomasivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329

    7. La insuficiencia de la Contabilidad Nacional a la hora de recoger lasdiferentes fases del ciclo econmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330

    8. La funcin empresarial y la teora del ciclo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3329. La poltica de estabilizacin del nivel general de precios y sus efec-

    tos desestabilizadores sobre el sistema econmico . . . . . . . . . . . . . . 33410. Cmo evitar los ciclos econmicos: prevencin y recuperacin de la

    crisis econmica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34011. La teora del ciclo y los recursos ociosos: su papel en las etapas ini-

    ciales del boom . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34612. La necesaria contraccin crediticia en la etapa de recesin: crtica de

    la teora de la depresin secundaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349

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    XXVIINDICE

    13. La economa maniaco-depresiva: la desmoralizacin de la culturaempresarial y otros efectos negativos que la recurrencia del cicloeconmico tiene sobre la economa de mercado . . . . . . . . . . . . . . . . . 358

    14. Influencia de las fluctuaciones econmicas sobre la bolsa de valores . . . . . 36015. Efectos del ciclo econmico sobre el sector bancario . . . . . . . . . . . . . 36516. Marx, Hayek y la consideracin de las crisis econmicas como algo

    inherente a la economa de mercado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36617. Dos consideraciones complementarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37118. La teora del ciclo y su evidencia emprica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 372

    Los ciclos econmicos antes de la Revolucin Industrial . . . . . . 375Los ciclos econmicos a partir de la Revolucin Industrial . . . . 377Los felices aos veinte y la Gran Depresin de 1929 . . . . . . . . 380Las recesiones econmicas de finales de los setenta y de comien-

    zos de los noventa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 385Otros trabajos de contrastacin emprica de la teora austriaca delciclo econmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389

    Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392

    CAPTULO VII: CRTICA DE LAS TEORAS MONETARISTA Y KEYNESIANA . . . . . 3971. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3972. Crtica de la teora monetarista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399

    El concepto mtico de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399La crtica de la Escuela Austriaca a Clark y Knight . . . . . . . . . . . 404

    Crtica de la versin mecanicista de la teora cuantitativa en la es-cuela monetarista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407

    Breve referencia a la teora de las expectativas racionales . . . . . 4163. Comentarios crticos a la teora econmica keynesiana . . . . . . . . . . . 422

    La ley de Say . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423Los tres argumentos de Keynes sobre la expansin crediticia . . 425El anlisis keynesiano como teora particular. . . . . . . . . . . . . . . . 430La llamada eficiencia marginal del capital. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432La crtica de Keynes a Mises y Hayek . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433Crtica del multiplicador keynesiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 434

    Crtica del principio del acelerador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4394. La tradicin marxista y la teora austriaca del ciclo econmico. La re-

    volucin neoricardiana y la polmica sobre el reswitching. . . . . . . . . 4435. Conclusin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4476. Apndice sobre las operaciones de seguros de vida y otros interme-

    diarios financieros no bancarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 453Las compaas de seguros de vida como verdaderos intermedia-

    rios financieros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455El valor de rescate y la oferta monetaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 459La corrupcin de los principios tradicionales del seguro de vida . . 461

    Otros intermediarios financieros verdaderos: fondos de inversiny sociedades de cartera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 463

    Especial consideracin de los seguros de crdito . . . . . . . . . . . . . 464

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    1. Analisis critico de la escuela bancaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Los puntos de vista bancario y monetario en la Escuela de Sala-

    manca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    468

    468La recepcin en el mundo anglosajn de las ideas sobre el dinerobancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 476

    La polmica entre la Escuela Monetaria y la Escuela Bancaria . . . . 4842. La polmica entre los partidarios del banco central y los partidarios

    de la banca libre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 490El argumento de Parnell a favor de la libertad bancaria. Las con-

    testaciones de McCulloch y Longfield . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491El inicio en falso de la polmica banco central-banca libre . . . 492Argumentos a favor del establecimiento de un banco central . . . . 494

    La posicin de los tericos de la Escuela Monetaria que defendie-ron un sistema de banca libre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4973. La aplicacin del teorema de la imposibilidad del socialismo al ban-

    co central . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 503La teora de la imposibilidad de la cooperacin y coordinacin

    social basadas en la coaccin institucional o en la violacin de los prin-cipios tradicionales del derecho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 505

    La aplicacin del teorema de la imposibilidad del socialismo albanco central y al sistema bancario de reserva fraccionaria . . . . . . . 506

    (a) El sistema basado en un banco central que tutela a una ban-

    ca privada con reserva fraccionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 508(b) El sistema bancario privado con un coeficiente de caja del 100por cien y controlado por un banco central . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515

    (c) El sistema de banca libre con reserva fraccionaria . . . . . . . . . 517Conclusin: el fracaso de la legislacin bancaria . . . . . . . . . . . . . 522

    4. Anlisis crtico de la moderna escuela de banca libre con reservafraccionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 525

    El error de centrar el anlisis en la demanda de medios fiducia-rios, considerada como una variable exgena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 528

    Posibilidades de que una banca libre con reserva fraccionaria ini-

    cie unilateralmente expansiones crediticias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 533La teora del equilibrio monetario en la banca libre se basa en

    un anlisis exclusivamente macroeconmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 535La confusin entre el concepto de ahorro y el concepto de deman-

    da de dinero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 541El peligro de las ilustraciones histricas de los sistemas de banca

    libre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 547La ignorancia de los argumentos de tipo jurdico . . . . . . . . . . . . . 550

    5. Conclusin: la falsa polmica entre la banca central y la banca librecon reserva fraccionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 556

    XXVIII DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    CAPTULO VIII: TEORA DE LA BANCA CENTRAL Y DE LA BANCA LIBRE . . . . . 467

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    XXIXNDICE

    1. La historia moderna de las teoras a favor de la propuesta del coefi-

    ciente de caja del 100 por cien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 557La propuesta de Ludwig von Mises. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 558F.A. Hayek y el coeficiente de reserva del 100 por cien . . . . . . . . 564Murray N. Rothbard y la propuesta de un patrn-oro puro con

    un coeficiente de reserva del 100 por cien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 566Maurice Allais y la defensa europea del coeficiente de caja del 100

    por cien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 568La antigua tradicin de la Escuela de Chicago a favor del 100 por

    cien de reserva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5692. Nuestra propuesta de reforma del sistema bancario . . . . . . . . . . . . . 573

    (a) La total libertad de eleccin de moneda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 574(b) El sistema de completa libertad bancaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 576(c) Sometimiento de todos los agentes implicados en el sistema delibertad bancaria a las normas y principios tradicionales del derechoy, en particular, al coeficiente del 100 por cien de reserva para losdepsitos a la vista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 578

    Cmo sera el sistema financiero y bancario en una sociedad en-teramente libre? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 578

    3. Anlisis de las ventajas del sistema propuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5804. Contestacion a las posibles objeciones a nuestra propuesta de refor-

    ma monetaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5915. Anlisis econmico del proceso de reforma y transicin hacia el sis-tema monetario y bancario propuesto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 611

    Algunos principios estratgicos bsicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 611Etapas de la reforma del sistema bancario y financiero . . . . . . . . 612La importancia de la tercera y subsiguientes etapas de la refor-

    ma: la posibilidad de aprovecharlas para amortizar la deuda p-blica o las obligaciones del sistema de pensiones de la SeguridadSocial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 615

    La aplicacin de la teora de la reforma del sistema financiero y

    bancario al proceso de unificacin monetaria europea y a la construc-cin del sector financiero en las antiguas economas de socialismoreal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 623

    6. Conclusin: el sistema bancario en una sociedad libre . . . . . . . . . . . 625

    CAPTULO IX: UNA PROPUESTA PARA REFORMAR EL SISTEMA BANCARIO. LATEORA DEL COEFICIENTE DE CAJA DEL 100 POR CIEN . . . . . . . . . . . . . . 557

    BIBLIOGRAFA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 631

    NDICE DE MATERIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 665

    NDICE DE NOMBRES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 671

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    XXX DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

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    INTRODUCCIN 1

    INTRODUCCIN

    El anlisis econmico de las instituciones jurdicas ha adquirido gran impor-tancia en los ltimos aos y constituye uno de los mbitos ms fructferos yprometedores de la Ciencia Econmica. Aunque gran parte del trabajo realiza-do hasta ahora se encuentra muy influido por los presupuestos tradicionalesdel paradigma neoclsico, y en concreto por el uso de la concepcin meramen-te maximizadora en contextos de equilibrio, los anlisis econmicos sobre lasinstituciones jurdicas ponen de manifiesto, quiz ms que en ningn otro cam-po de la economa, las dificultades derivadas de la utilizacin del anlisis tra-

    dicional. Y es que las instituciones jurdicas se encuentran tan prximas a loshechos de la vida real que el uso de los supuestos tradicionales del anlisis eco-nmico presenta muchas dificultades. En otro lugar ya hemos intentado ponerde manifiesto los peligros que en nuestra opinin supone la utilizacin delenfoque neoclsico en el anlisis de las instituciones jurdicas.1 Desde nuestropunto de vista, es preciso, sin duda, continuar el esfuerzo realizado en el cam-po del anlisis econmico del derecho, pero procurando utilizar una metodo-loga menos restrictiva que la usada con carcter general hasta ahora y ms acor-de con el especfico objeto de investigacin que le es propio. Por eso estimamosque la aplicacin de la concepcin subjetivista, impulsada por la Escuela

    Austriaca en torno al concepto esencial de la accin humana creativa o funcinempresarial, dentro de un contexto de anlisis dinmico de los procesos gene-rales de interaccin social, es la ms interesante y fructfera cara al desarrollofuturo del anlisis econmico de las instituciones jurdicas.

    Por otro lado, los estudios de las instituciones jurdicas realizados hasta ahorahan tenido, en su mayora, implicaciones exclusivamente microeconmicas, en-tre otras razones porque el instrumental analtico utilizado ha sido el tradicio-nal de la microeconoma neoclsica, que se ha traspasado, sin ms, al anlisis

    1

    Vase Jess Huerta de Soto, LaMethodenstreit, o el enfoque austriaco frente al enfo-que neoclsico en la Ciencia Econmica, Actas del 5. Congreso de Economa de Castilla yLen (Avila, 28-30 de noviembre de 1996), Servicio de Estudios de la Consejera de Eco-noma y Hacienda, Junta de Castilla y Len, Valladolid 1997, pp. 47-83.

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    2 DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    econmico del derecho. Esto es, por ejemplo, lo que ha sucedido en relacincon el anlisis econmico de los contratos y la responsabilidad civil, el derechoconcursal, el anlisis econmico de la familia, e incluso el anlisis econmico

    del derecho penal y de la justicia. Muy pocos son los trabajos que se han elabo-rado de anlisis econmico del derecho cuyas principales implicaciones hayancorrespondido al campo de la macroeconoma, extendindose tambin a esembito la tradicional y perjudicial separacin que durante dcadas ha venidomantenindose entre los aspectos micro y macro de la Ciencia Econmica. Y,sin embargo, esto no tiene por qu ser as. Por un lado, no slo hay que recono-cer que la Ciencia Econmica constituye un todo unificado, en el que los aspec-tos macroeconmicos han de estar plenamente integrados en sus fundamentosmicroeconmicos, sino que, adems, y como intentaremos mostrar en el pre-sente libro, existen instituciones jurdicas cuyo anlisis econmico da lugar a

    una serie de implicaciones y conclusiones de gran importancia que recaen b-sicamente en el campo de la macroeconoma. O, dicho de otra manera, auncuando el anlisis bsico sea de tipo microeconmico, sus conclusiones y efec-tos esenciales son de naturaleza macroeconmica. Se rompe as la profunda yartificial separacin que existe entre el campo de la micro y la macroeconoma,logrndose en el mbito del anlisis econmico del derecho dar un tratamientoterico unificado a los problemas jurdicos.

    ste, y no otro, es el objetivo esencial del anlisis econmico sobre el con-trato de depsito irregular de dinero que, en sus diferentes facetas, nos propo-nemos realizar en el presente libro. Nuestro anlisis, adems, pretende darluz sobre uno de los mbitos ms difciles y confusos de la Ciencia Econmi-ca: el de la teora del dinero, del crdito bancario y de los ciclos econmicos.Y es que puede considerarse que solucionado, al menos desde el punto de vistaterico, el problema del socialismo,2 y puesta empricamente de manifiesto laimposibilidad de su funcionamiento, el principal desafo terico para los cul-tivadores de la Ciencia Econmica en este inicio de siglo es el constituido, pre-cisamente, por el campo monetario, crediticio y de las instituciones financie-ras. Esto es as porque, dado el carcter muy abstracto de las relaciones socialesen las que se ve implicado el dinero en sus diferentes manifestaciones, las

    mismas son muy difciles de entender, y el correspondiente tratamiento te-rico es muy complejo. Adems, en el campo financiero y monetario de lospases occidentales se ha desarrollado con carcter coactivo una serie de ins-tituciones, bsicamente en torno al banco central, la legislacin bancaria, elmonopolio de emisin de moneda y las leyes de curso forzoso, que hacen queel corazn del sector financiero de cada pas se encuentre plenamente regula-do y, por esta razn, mucho ms prximo del sistema socialista de planifica-cin central que del que sera propio de una verdadera economa de merca-do. Son, por tanto, y como trataremos de mostrar en este libro, plenamenteaplicables al mbito financiero los argumentos en torno a la imposibilidad del

    2Jess Huerta de Soto, Socialismo, clculo econmico y funcin empresarial, Unin Edito-rial, 3. edicin, Madrid 2005.

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    3INTRODUCCIN

    clculo econmico socialista que originariamente fueron desarrollados por loscultivadores de la Escuela Austriaca de Economa, cuando demostraron queera imposible organizar de manera coordinada la sociedad va mandatos co-

    activos. Si nuestra tesis es correcta, la imposibilidad del socialismo se verifi-cara tambin en relacin con el sector financiero, y la ineludible des-coordinacin a que da lugar toda intervencin estatal se manifestara en elsector financiero con toda virulencia y de forma cclica y recurrente en lassucesivas fases de auge y recesin que vienen afectando, tradicionalmente, alas economas mixtas del mundo desarrollado.

    Por otro lado, todo estudio terico que actualmente trate de dilucidar lascausas, el desarrollo y los remedios y posibilidades de prevencin de los cicloseconmicos tiene garantizada la mayor actualidad. En efecto, en el momentode escribir estas lneas (noviembre de 1997) se est produciendo una grave cri-

    sis financiera y bancaria en los mercados asiticos que amenaza con extendersea Hispanoamrica y al resto del mundo occidental. Y todo ello tras los aos deaparente bonanza econmica que siguieron a las graves crisis financieras yrecesiones econmicas que asolaron el mundo a principio de la dcada de losnoventa y, sobre todo, a finales de los aos setenta del siglo pasado. Adems,hasta ahora, a nivel popular, poltico y tambin en opinin de una mayora delos propios tericos de la economa, no se ha acertado a comprender cules sonlas verdaderas causas de estos fenmenos, cuya aparicin sucesiva y recurren-te constituye un pretexto continuo que, en manos de los polticos, filsofos ytericos intervencionistas, se utiliza para condenar la economa de mercado yjustificar una creciente intervencin coactiva del Estado sobre la economa y lasociedad.

    Por eso, y ahora ya desde el punto de vista de la doctrina liberal, posee tam-bin un gran inters terico el analizar cientficamente el porqu de los cicloseconmicos y, en particular, cul debera ser el modelo ideal de sistema finan-ciero en una sociedad verdaderamente libre. Y es que los propios tericos libe-rales an no se han puesto de acuerdo en este campo, existiendo grandesdisparidades de opinin en torno a si es preciso mantener el banco central o sisera mejor sustituirlo por un sistema de banca libre y, en este ltimo caso, a

    qu tipo de normas en sentido material habran de estar sometidos los agenteseconmicos que intervinieran en un sistema financiero completamente libre.El banco central aparece histricamente como el resultado de una serie de in-tervenciones coactivas por parte del gobierno, si bien es cierto que las mismashan sido impulsadas de forma determinante por diversos agentes del sectorfinanciero (concretamente por los propios bancos privados), que en muchasocasiones han considerado necesario reclamar el apoyo estatal para garantizarla estabilidad de sus negocios en las etapas de crisis econmica. Significa elloque el banco central es un inevitable resultado evolutivo de la economa de li-bre mercado? O, ms bien, que la forma peculiar de llevar a cabo su negocio

    los banqueros privados, que a partir de un determinado momento histrico seha corrompido desde el punto de vista jurdico, ha dado lugar al desarrollo deuna actividad financiera que es incapaz de mantenerse sin el respaldo de un

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    4 DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    prestamista de ltima instancia? Estas y otras cuestiones tienen un inters te-rico transcendental y deben ser objeto del anlisis ms cuidadoso. En suma, delo que se trata es, entre otros objetivos, de desarrollar un programa de investi-

    gacin que tenga como propsito dilucidar cul debe ser el sistema financieroy bancario de una sociedad libre.El trabajo de investigacin que se presenta en este libro pretende ser multi-

    disciplinar. En l tendremos que apoyarnos no slo en el estudio de la cienciajurdica y la historia del derecho, sino tambin en la teora econmica, y en con-creto en la teora del dinero, del capital y de los ciclos econmicos. Adems,nuestro anlisis nos permitir interpretar de manera distinta parte de la histo-ria de los hechos econmicos relacionados con el mundo financiero, y compren-der mejor la evolucin de determinadas corrientes de la propia historia del pen-samiento econmico, as como el desarrollo de diversas tcnicas de la

    contabilidad y de la prctica del negocio bancario. Son varias las ramas y disci-plinas del conocimiento que han de combinarse para entender adecuadamenteel fenmeno financiero, y las mismas sern estudiadas en la triple perspectiva,histrico-evolutiva, terica y tica, que considero necesaria para la correctacomprensin de cualquier fenmeno social.3

    El presente libro se estructura a lo largo de nueve captulos. En el primerose expone la naturaleza jurdica del contrato de depsito irregular de dinero,estudiando especialmente sus principales caractersticas diferenciales respec-to del contrato de prstamo o mutuo. Adems, este captulo explica cul es ladistinta lgica jurdica inmanente a ambas instituciones, su esencial incompa-tibilidad, y cmo su respectiva y diferente regulacin forma parte de princi-pios universales y tradicionales del derecho que ya haban sido descubiertos yse encontraban elaborados desde el derecho clsico romano.

    El captulo segundo es un estudio de historia de los hechos econmicos. Enl se analiza cmo a lo largo de la historia se ha ido corrompiendo el principiotradicional del derecho que regula el contrato de depsito irregular, bsicamentecomo consecuencia de la tentacin a la que se vieron sometidos los primerosbanqueros de utilizar en beneficio propio el dinero de sus depositantes. En esteproceso tiene tambin un papel protagonista la intervencin del poder poltico

    que, vido siempre de conseguir nuevos recursos financieros, recurre a losban-queros que custodian depsitos ajenos para aprovecharse de los mismos, con-cedindoles todo tipo de privilegios y, en especial, el que consiste en poder haceruso en beneficio propio del dinero de sus depositantes (con la condicin, claroest, de que una parte sustancial de tal uso consista en prestar los depsitos alpropio poder poltico). Se muestra as en este captulo y en tres instancias dis-tintas (la del mundo clsico griego y romano, la del resurgimiento de la bancaen las ciudades italianas medievales, y la del renacimiento de la banca en la EdadModerna) el proceso de corrupcin de los principios tradicionales del derecho

    3 He expuesto la teora de los tres niveles de aproximacin a la problemtica social enJess Huerta de Soto, Historia, ciencia econmica y tica social, Estudios de economapoltica, Unin Editorial, 2. edicin, Madrid 2004, cap. VII, pp. 105-109.

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    que regulan el contrato bancario de depsito irregular de dinero y los efectoseconmicos a que el mismo dio lugar.

    En el tercer captulo se estudian, desde el punto de vista jurdico, los dis-

    tintos intentos doctrinales que se han efectuado para construir un nuevo tipode contrato, en el que se pretendera encuadrar el contrato de depsito ban-cario de dinero, con la finalidad de justificar el prstamo a terceros por partede la banca de las cantidades que le son depositadas a la vista. Nuestro obje-tivo en este captulo es mostrar que estos intentos incurren en una contradic-cin lgica insoluble, por lo que estn condenados al fracaso. Adems, expli-caremos cmo la prctica privilegiada del negocio bancario, cuya evolucinse analiza en el captulo anterior, permite comprender las profundas contra-dicciones y la pobreza terica que existen en el desarrollo doctrinal de la na-turaleza jurdica del contrato de depsito irregular de dinero que tiene lugar

    desde la Edad Media hasta prcticamente los tiempos actuales. Se estudiarncon detalle, pues, los diferentes intentos de construir una figura jurdica suigeneris que sea capaz de regular con carcter lgico y sin contradicciones eldepsito bancario de dinero tal y como hoy se practica. Nuestra conclusines que tales intentos no han podido tener xito, pues la prctica bancaria ac-tual se basa, precisamente, en el incumplimiento de principios inmanentes ytradicionales del derecho de propiedad, que no pueden violarse impunementesin que se produzcan importantes consecuencias negativas en los procesos deinteraccin social.

    En los captulos cuarto, quinto, sexto y sptimo se recoge el ncleo del an-lisis econmico del contrato de depsito bancario, tal y como esta institucinjurdica se ha ido desarrollando a lo largo de la historia, es decir haciendo uso,en violacin de los principios tradicionales del derecho, de un coeficiente dereserva fraccionaria. En estos captulos explicaremos por qu tambin es correctaen el mbito bancario esa gran intuicin de Hayek, segn la cual siempre quese viola un principio tradicional del derecho, tarde o temprano se terminanproduciendo importantes consecuencias perjudiciales para la cooperacin so-cial; y as analizaremos, desde el punto de vista terico, cules son los efectosque sobre la creacin de dinero, la coordinacin intra e intertemporal del mer-

    cado, la funcin empresarial y los ciclos econmicos tiene la actual prcticabancaria de incumplir los principios tradicionales del derecho en el contratode depsito de dinero. Nuestra conclusin es que las etapas sucesivas de auge,crisis y recesin econmica que afectan al mercado de manera recurrente tie-nen su origen, precisamente, en la violacin del principio tradicional del dere-cho en el que debera basarse el contrato de depsito bancario de dinero y, portanto, en el privilegio de que han llegado a gozar los banqueros, y que histri-camente han obtenido de los gobiernos por razones de mutuo inters. En estaparte estudiaremos con detalle la teora del ciclo econmico, efectuando tam-bin un anlisis crtico de las explicaciones alternativas que las escuelas

    monetarista y keynesiana han dado a este tipo de fenmenos.El captulo octavo se dedica a estudiar el banco central como prestamista deltima instancia. Se trata de una institucin que surge forzada por los aconteci-

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    6 DINERO, CRDITO BANCARIO Y CICLOS ECONMICOS

    mientos. Son tan importantes e ineludibles las consecuencias negativas que tie-ne la violacin de los principios que han de regir el contrato de depsito irre-gular, que los banqueros privados pronto se dan cuenta de que necesitan recu-

    rrir al gobierno para que establezca una institucin que acte a su favor comoprestamista de ltima instancia,