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DISCOS Y OTRAS PASTAS www.otraspastas.blogspot.com EMAIL: [email protected] AÑO 9 NÚMERO 70 EDICIÓN DIGITAL AGOSTO 2015 1 Cuando me enteré que Van Morrison iba a sacar un disco de duetos, estaba dispuesta a escucharlo pensando con quién cantaría Brown Eye Girlo Caravan, pero para mi sorpresa ninguna de esas canciones ni otras de las consideradas grandes éxitos aparecen en este álbum del “León de Belfast”, su treintaicincoavo trabajo en estudio. Aquí, Van Morrison no ha echado mano de sus más conocidas, algo que hubiera favorecido las ventas, sino que seleccionó dieciséis de las menos populares canciones de entre las trescientos sesenta que asegura haber compuesto a lo largo de más de cincuenta años de carrera, convirtiendo este disco en un imán para sus mayores fans, aquellos que conocen al dedillo toda su discografía. Y además, convocó a grandes músicos y amigos de diferentes estilos para que realizaran estos duetos con él, permitiéndoles incluso en algunos casos elegir ellos mismos las canciones, como fue el caso de Mark Knopfler quien comparte con Morrison el tema “Irish Heartbeat”, donde ambas voces empastan a la perfección mientras disfrutamos de una brillante guitarra. El álbum comienza con “Some Peace Of Mine”, cantada a dúo con Bobby Womack, fallecido el año pasado, quien aporta un ritmo soul que refuerza al original. Otros de los colaboradores son Steve Winwood, Chris Farlow, Natalie Cole, George Benson, Clare Teal, Gregory Porter y su swing en “The Eternal Kansas City”, P.J. Proby que canta con Morrison la canción que este tituló “Whatever Happened tu P.J. Proby”, Georgie Fame con la sesentera “Get On With The Show”, Michael Bublé quien canta el single “Real Real Gone” a la que Van le otorga un ritmo más vital que la original, Shana Morrison -la hija del cantante- quien aporta novedad con su voz en “Rough God Goes Riding” o Joss Stone en “Wild Honey”, este último para mí es uno de los temas más flojos del disco, sobre todo si la comparamos con el original. Pero me gustaría destacar las colaboraciones de Mick Hucknail, cantante de Simply Red, en “Streets of Arlock”: una gran canción, lenta, oscura, con instrumentos de viento, brillantemente interpretada por ambos. La de Taj Majal que impregna de blues a “How Can A Poor Boy”; y la de Mavis Staples en “If I Ever Needed Someone” quien aporta a esta gran balada su voz cruda, su estilo soul y algunos toques gospel, consiguiendo así la que para mí es la mejor interpretación del disco. Claro que para gustos están los colores y lo bueno de Duets es que tiene muchos tonos para elegir y además permite algo más: comparar las canciones reescritas con las originales. En mi opinión, dejando de lado toda nostalgia, aquí no terminan ganando las nuevas. EVA LARROSA Van Morrison - “Duets: Re-working The Catalogue” (2015) VIEJOS TEMAS, NUEVOS CLÁSICOS

Discos y otras pastas 70(agosto2015)

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Álbumes de Van Morrison, Anthony Naples y Sufjan Stevens. Documental sobre Amy Winehouse y el film “The Water Diviner”. Homenaje a la revista “Hablemos de cine”, libros de Edgardo Rivera Martínez y Sergio Ramírez, y videojuego The Vanishing of Ethan Carter.

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AÑO 9 NÚMERO 70 EDICIÓN DIGITAL AGOSTO 2015

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Cuando me enteré que Van Morrison iba a sacar un disco de duetos, estaba dispuesta a escucharlo pensando con quién cantaría “Brown Eye Girl” o “Caravan”, pero para mi sorpresa ninguna de esas canciones ni otras de las consideradas grandes éxitos aparecen en este álbum del “León de Belfast”, su treintaicincoavo trabajo en estudio. Aquí, Van Morrison no ha echado mano de sus más conocidas, algo que hubiera favorecido las ventas, sino que seleccionó dieciséis de las menos populares canciones de entre las trescientos sesenta que asegura haber compuesto a lo largo de más de cincuenta años de carrera, convirtiendo este disco en un imán para sus mayores fans, aquellos que conocen al dedillo toda su discografía. Y además, convocó a grandes músicos y amigos de diferentes estilos para que realizaran estos duetos con él, permitiéndoles incluso en algunos casos elegir ellos mismos las canciones, como fue el caso de Mark Knopfler quien comparte con Morrison el tema “Irish Heartbeat”, donde ambas voces empastan a la perfección mientras disfrutamos de una brillante guitarra. El álbum comienza con “Some Peace Of Mine”, cantada a dúo con Bobby Womack, fallecido el año pasado, quien aporta un ritmo soul que refuerza al original. Otros de los colaboradores son Steve Winwood, Chris Farlow, Natalie Cole, George

Benson, Clare Teal, Gregory Porter y su swing en “The Eternal Kansas City”, P.J. Proby que canta con Morrison la canción que este tituló “Whatever Happened tu P.J. Proby”, Georgie Fame con la sesentera “Get On With The Show”, Michael Bublé quien canta el single “Real Real Gone” a la que Van le otorga un ritmo más vital que la original, Shana Morrison -la hija del cantante- quien aporta novedad con su voz en “Rough God Goes Riding” o

Joss Stone en “Wild Honey”, este último para mí es uno de los temas más flojos del disco, sobre todo si la comparamos con el original.

Pero me gustaría destacar las colaboraciones de Mick Hucknail, cantante de Simply Red, en “Streets of Arlock”: una gran canción, lenta, oscura, con instrumentos de viento, brillantemente interpretada por ambos. La de Taj Majal que impregna de blues a “How Can A Poor Boy”; y la de Mavis Staples en “If I Ever Needed Someone” quien aporta a esta gran balada su voz cruda, su estilo soul y algunos toques gospel, consiguiendo así la que para mí

es la mejor interpretación del disco. Claro que para gustos están los colores y lo bueno de Duets es que tiene muchos tonos para elegir y además permite algo más: comparar las canciones reescritas con las originales. En mi opinión, dejando de lado toda nostalgia, aquí no terminan ganando las nuevas. EVA LARROSA

Van Morrison - “Duets: Re-working The Catalogue” (2015)

VIEJOS TEMAS, NUEVOS CLÁSICOS

DISCOS Y OTRAS PASTAS 2 AGOSTO 2015

ANTHONY NAPLES

BODY PILL Los trabajos previos de Naples han seguido el tradicional camino del DJ contemporáneo: setlists, mezclas repletas de samples y acaso un hit de Youtube marcan su historial como

músico. “Mad Disrespect” es su tema más famoso, y el que, de algún modo, resume mejor sus intenciones a la hora de componer. Este álbum comienza con una introducción un tanto austera, en donde la repetición toma un protagonismo excesivo. “Ris” es el resultado de un juego de tensiones y poca sorpresa. Los dos primeros minutos son de pura expectativa, como si algo fuera a suceder en cualquier momento. Luego, entra un beat que poco o nada logra asombrar, aunque nunca deja de ser pegajoso jamás consigue llamar demasiado la atención. Es similar a “Pale”, la sexta composición y una de las más flojas, en donde se escucha una melodía que asciende y desciende mediante notas cortas, para que al final aparezca una suerte de cambio brusco. Así, nos quedamos escuchando unas distorsiones que, si bien rompen la expectación, no irrumpen con la suficiente contundencia que exige el factor sorpresa para este caso.

Los momentos dance son también fundamentales en la construcción del álbum. En “Abrazo”, por ejemplo, se propone un electro house altamente rítmico que, sin duda, invita al movimiento. El problema es que dejárselo todo al ritmo lo hace predecible. Sin embargo, no deja de ser una pieza digital bastante disfrutable que va integrando nuevos sonidos con el pasar de los minutos, pero siempre sobre el mismo beat. Por su parte, “Refugio” es quizá el tema más bailable, en él no hay momento para progresiones de intensidad o evolución en la composición; más bien, se exhibe todo el armamento de Naples (efectos digitales y percusiones repetitivas) desde el primer minuto. Esta electrónica no es la ya típica de potentes beats y melodías pegajosas precedidas por un estallido. Esta es una electrónica más sofisticada, poco agresiva, pero no por eso menos efectiva al momento de contagiar el ritmo en quien la está escuchando.

Inicio decepcionante, final interesante, muchos beats y ritmos acelerados, variedad de efectos y una gran confianza en la repetición. Esa es quizá la más acertada radiografía general que se pueda sacar de Body Pill, un álbum cargado de altibajos que más parece ser una invitación a un mundo digital que parte de aquel mundo en sí. Ese es el mundo digital de Anthony Naples, repleto de arreglos sofisticados y austeridad, de beats suaves y cambios bruscos, y de una completa apuesta por las computadoras, dejando de lado la incursión de instrumentos tradicionales. Probablemente, solo haga falta que Naples encuentre un sonido propio para que podamos conocer ese mundo con más profundidad. Todo está en sus manos, y nunca mejor dicho, tratándose de un DJ. ALEXIS REVOLLÉ

SUFJAN STEVENS

CARRIE & LOWELL Algo debe quedar claro: a Stevens ya no le interesa ser excéntrico, mucho menos complejo. Es más, del denominado “pop barroco” que le adjudicaron como género por sus

instrumentaciones monumentales ya no queda ni el eco. Aquí, Stevens solo necesita una guitarra y un par de instrumentos más para conmover y deslumbrarnos con la sutileza de sus interpretaciones. A ello se suma su intento por elaborar una temática un tanto trágica y muy confesional, en la que analiza la imagen de su madre (Carrie) y la de su padrastro (Lowell. Con ambos personajes ya fallecidos, a Sufjan no le queda más que evocar recuerdos y cantarle al pasado en la mayoría de ocasiones. En otras, sin embargo, narra en cierto modo lo difícil que le resultó afrontar la muerte de su madre. El disco inicia con “Death With Dignity”, título que nos anuncia a la muerte como protagonista del LP y a la guitarra como herramienta predilecta del compositor. “I forgive you, mother, I can hear you / And I long to be near you / But every road leads to an end”, se escucha hacia el final. Aquí Stevens nos induce a una atmósfera melancólica a través de muchas notas de guitarra y un sutil teclado que se deja escuchar muy pocas veces. Casi la misma fórmula escuchamos en “Should Have Known Better”, segundo tema, en donde ya se oyen explícitamente las referencias al pasado (“When I was three, and free to explore / I saw her face on the back of the door”). Asimismo, en esta canción nos topamos con un cambio de ritmo hacia el tercer minuto que permite a Stevens introducir nuevas melodías vocales y algunos instrumentos, lo que le da un toque de variedad muy acertado. Las líneas más confesionales las encontramos en canciones como “All Of Me Wants All Of You”, que tiene como novedad la aparición de una guitarra eléctrica tocando notas de larga duración que marcan algunos cambios de acorde. Aquí Stevens parece dirigirse a un acompañante suyo, con quien discute cómo hacer frente a la muerte de su madre (“Shall we beat this or celebrate it? / You’re not the one to talk things through / You checked your text while I masturbated / Manelich, I feel so used”). Aún más desgarradora resulta la propuesta de “Fourth Of July”, en donde misteriosamente desaparecen las guitarras y solo nos quedamos con una delicada armonía de teclado acompañando la conversación de Sufjan Stevens con su madre fallecida. Carrie & Lowell a pesar de trasmitir con efectividad el sufrimiento del artista por una crisis personal, no muestra la variedad que podríamos exigirle a este compositor. Esto genera que existan momentos en que la música caiga en la monotonía (“John My Beloved” o “Blue Bucket of Gold”). Pese a ello, en definitiva es un must listen para cualquier interesado en el folk. ALEXIS REVOLLÉ

NOVEDADES DISCOGRÁFICAS

DISCOS Y OTRAS PASTAS 3 AGOSTO 2015

LO BUENO Creo que lo más complicado es explicar qué es The Vanishing of Ethan Carter, aunque tal vez la respuesta la obtenemos al inicio: “Este juego es una experiencia narrativa, donde todo queda en tus manos”. Y es que en verdad, desde el primer minuto, después de la desconcertante intro, todo queda en nuestras manos. Deberemos ser curiosos, investigar el escenario y poco a poco iremos entendiendo qué hacer. No es complicado, pero admito que los primeros minutos cuestan. Aquí encarnamos al detective Paul Prospero, quien llega al pueblo de Red Creek Valley para investigar la desaparición de Ethan Carter, un niño que le había enviado varias cartas advirtiéndole de las extrañas cosas que están pasando en el lugar. Así, desde nuestro arribo, debemos ir uniendo las piezas de un gran rompecabezas para desentrañar los secretos de Red Creek Valley. ¿Qué pasó con Ethan Carter? Eso lo sabremos al pasar el juego y no se los pienso spoilear.

En el juego, debemos investigar escenarios, recabando pistas para reconstruir hechos. Una mancha de sangre, una roca fuera de su lugar, unas cuerdas, no nos dicen nada por separado, pero unir cabos puede llevarnos a las esperadas respuestas. El juego intercala estos escenarios con puzles en los que su solución nos dará más respuestas (o, peor aún, dudas) sobre lo ocurrido en el pueblo. Lo interesante es que el juego nos da libertad de acción, dependiendo de nosotros el orden para resolver los casos. El juego fue rehecho con el motor gráfico Unreal Engine 4 y el resultado es sobrecogedor. Puedes pasar varios minutos simplemente apreciando el escenario, tan detallado, tan realista. Genial trabajo de The Astronauts. Otro detalle notable es la banda sonora, ausente por muchos pasajes del juego, precisa cuando debe aparecer, poniendo su cuota de intriga o haciendo más emotivo un pasaje de la campaña.

LO MALO Pese a ser un juego en primera persona, hay algunas limitaciones en el control, ya que salvo un botón para correr y otro para fijar la mirada, no tenemos muchas más opciones. No podemos escalar o saltar y muchas veces subir por un sendero se vuelve tedioso ya que debemos seguir un camino predefinido. De igual

modo, fuera de los ítems para solucionar los casos, hay casi nula interacción con elementos del escenario. Esto, si bien permite que el juego se vea precioso, no ayuda en que haya un reto importante. Viendo claramente los elementos, la solución de los puzles se hace bastante sencilla. Basta estar atento a los detalles para encontrar la clave, y esto creo que le quita unos puntos al juego, ya que no hay mayor desafío. En la misma tónica, podría cuestionarse el tiempo que demanda pasar el juego. Resolver todos los puzles y los casos presentados no nos tomará más de tres

horas. Además, conocer la historia y, sobre todo, el desenlace, le quita mucho valor rejugable. He notado algunas caídas de frame en algunos momentos, tal vez una falta de optimización que espero se resuelva con parches. Pero fuera de eso, no hay mayores problemas técnicos. LO FEO Lamento que el juego, de momento, solo llegue a PlayStation 4 (aparte de la edición en PC). Hubiese querido que un producto como este esté disponible en más plataformas. CONCLUSIÓN: “En definitiva, The Vanishing of Ethan Carter es un producto diferente, pausado, confuso por momentos, pero toda una experiencia si se sabe jugar. Lo recomiendo, pero solo para aquellos que buscan en los videojuegos algo más que simplemente machacar botones”. FERNANDO CHUQUILLANQUI

VICIOGAMES

LO BUENO, LO MALO Y LO FEO DE:

THE VANISHING OF ETHAN CARTER

DISCOS Y OTRAS PASTAS 4 AGOSTO 2015

Vulnerable. Frágil como el cristal con el que se hacía cortes para tener las mismas cicatrices que su marido. Perdida. Sola. Adicta. Con un talento fuera de toda duda. Una estremecedora voz negra en el cuerpo de la joven judía de un barrio de Londres. Un alma vieja encerrada en

un cuerpo joven. La nueva dama del jazz. Amy. La letra y música de sus canciones eran creación de aquella exuberante y trágica muchacha. Lo que escribía era absolutamente personal. Vida y obra, obra y vida, todo era uno en el caso de la Winehouse. La música era para ella una catarsis, donde reflejaba, tal cual, sus emociones. “Escribo porque estoy mal. Necesito plasmarlo en el papel, sacar algo en limpio de lo malo”. Tenía una relación física con la música, se relacionaba con ella como si la música fuera una persona. Creativa, desbordante, se sentía a menudo “rodeada de sensaciones y palabras”. Y entonces empezaba la magia. “Sabías que te traería problemas. Sabes que no soy buena”. Amy necesitaba que le dijeran “No”. Aquello que no le habían dicho sus padres cuando era una niña nerviosa y desafiante. Pero ¿quién se atrevería a negarle algo a aquella mina de oro que vendió 12 millones de copias de su segundo disco? Necesitaba que le pusieran límites. Necesitaba apoyo. Pero, como siempre sucede, solo en su mano estaba salir de la adicción. A la comida, a la bebida, a la heroína, al crack. Al amor. “El amor me está matando”. El amor. La obsesión. Mi hombre (my, my

man, my fellow, my guy). “Llegaste como un incendio de cinco plantas. El amor es un juego de perdedores”. Su obsesión, Blake, su condena. “Siempre lastimas a quien quieres”. Y siempre te agarras a quien más te puede hundir. Enganchada a la relación más tóxica. ¿Demasiado obvio decir que buscaba con desesperación a ese padre que la abandonó de niña?

Amy poderosa y fuerte. Amy vengadora. Amy crudamente honesta. Amy retadora. Amy destrozada. La prensa amarilla. La invasión de su intimidad. El acoso a una mujer enferma. Las burlas en los medios. Ella experimentó el amargo trago de ser encumbrada a lo más alto para que al caer el golpe fuera mucho más letal. Como el animal sabio que era, intuía lo que podría suceder. En sus

primeras entrevistas expresaba el pánico que le daba llegar a ser una estrella. Cuando lo fue, no llegó a sentirse cómoda jamás en ese mundo. “Nada te prepara para ese clase de éxito”, se lamentaba. Como venganza dinamitó su brillante carrera. “Era como si quisiera desaparecer”. Se saboteó a sí misma. Y a conciencia. Amy escuálida, sucia, enajenada, a la deriva. Su cuesta abajo fue entonces imparable. Llegó el adiós en julio de 2011. Tenía veintisiete años. A

casi nadie le sorprendió. Como le dijo su ídolo, Tony Benett, “La vida te enseña a sobrellevarlo” pero eso sólo sucede “si vives para contarlo”. Si tienes el valor para soportarlo. Descansa en paz, preciosa Amy.

JUKEBOX DESDE EL OTRO LADO ESCRIBE: CONX MOYA

“Amy: La chica detrás del nombre” - Dirección: Asif Kapadia

PODEROSA Y PERDIDA

DISCOS Y OTRAS PASTAS 5 AGOSTO 2015

ESCRIBE: ROGELIO LLANOS Hace mucho que dejé la crítica cinematográfica. Hoy solo escribo para hablar de lo que me gusta o, todo hay que decirlo, para evitar olvidar aquello que he visto o leído. Ya la memoria cercana me traiciona. Los años no pasan en vano. Así pues, bastarán unas cuantas líneas para expresar mi sentir sobre el film debut de Russel Crowe, The Water Diviner (2014). No es un gran film, pero tampoco es una película a despreciar. Me entretuvo de principio a fin, a pesar de que la historia de amor entre Joshua Connor (Russell Crowe) y la joven Ayshe (Olga Kurylenko) rebosa ingenuidad y acartonamiento. Pero, vaya, que sí estaba esperando ese momento en el que la esquiva Ayshe, le da el sí a su manera, con indirectas y azúcar incluidas. Mejores están aquellas escenas que se desarrollan al aire libre y que recrean la aventura personal del padre que busca a los hijos que cayeron en la península turca de Gallipolli, a donde fueron para encontrar que en la Turquía de 1915 las aventuras fantásticas de genios y alfombras voladoras, de los cuentos que solía narrarles su padre, eran sólo el recuerdo tierno y doloroso de un pasado destruido por el fuego de las ametralladoras. La historia transcurre cuatro años después de aquel sangriento año que concluyó con la retirada de las fuerzas conjuntas de Australia y Nueva Zelanda ante un ejército turco, cuya resistencia sembró de cadáveres, propios y extraños, las colinas que configuran el estrecho de los Dardanelos. Joshua, tiene el don de descubrir la existencia de agua en el subsuelo. Ese don -una mezcla de intuición e instinto- le permitirá dirigir sus pasos hacia el lugar donde cayeron sus hijos.

No hay explicación alguna, pero tampoco interesa. Nos basta saber que es capaz de hacerlo y nos lo creemos. Si un director puede hacer que el espectador suspenda su racionalidad para aceptar sus términos en la historia que nos está contando, pues ya obtuvo un logro importante. Y Crowe, detrás de las cámaras, no lo ha hecho mal. En The Water Diviner no hay grandes actuaciones, pero, ello no es motivo para desanimarse. La narración está lejos de aburrir. Prejuicioso y muy poco dispuesto a perder mi tiempo yendo hasta el final de una película (como sí lo

hacía en mis años de juventud), resolví verla pensando que antes de la media hora la abandonaría, pero no. Su historia, una mezcla de melodrama, drama bélico y film de aventuras despertó mi interés, aunque confieso que cuando llegué a aquellos momentos en los cuales la pérdida familiar del protagonista llegaba a extremos muy crueles, estuve a punto de ponerle fin a mi incursión en los predios de la obra del actor-director neozelandés. Y es que, si bien, las pesadillas del protagonista, entrevistas en imágenes que muestran lo que sucedió en el campo de batalla, resultan a veces reiterativas y ociosas, sin embargo toda la historia tiene un matiz amable que hacen del film una experiencia agradable y simpática. Pero, además, los pasos que va dando el protagonista y que son resumidos en significativos arcos de tiempo, con sus mensajes afectuosos de reconciliación y colaboración entre antiguos enemigos, nos permiten avizorar que las incontables penurias pasadas por Connor tendrán un justo premio final. Y en estos tiempos tristones y difíciles, un ‘happy end’ nos alegra el corazón.

THE WATER DIVINER

DISCOS Y OTRAS PASTAS 6 AGOSTO 2015

A LA LUZ DEL AMANECER AUTOR: EDGARDO RIVERA MARTÍNEZ (PERÚ) Hermoso y nostálgico libro. Mariano de los Ríos, un profesional de la cristalografía, quien ha viajado por muchos lugares alrededor del mundo, ya cincuentón regresa a su tierra

natal, su Soray querido, a la abandonada casa de sus padres, para pasar su vejez. Y en esa primera noche en su habitación, amparado por la absoluta oscuridad serrana, no puede contener el torrente de sus recuerdos que regresan a él desde su niñez hasta su adultez temprana, mezclado con sus sueños y acompañado de una cálida y a la vez perturbadora presencia espiritual. Aquí lo andino se hace universal y la realidad con la fantasía se fusionan en cada página de esta novela que también sabe a libro de memorias. HENRY A. FLORES

EL REINO ANIMAL AUTOR: SERGIO RAMIREZ (NICARAGUA) Relatos suculentos sobre animales y seres humanos, unos más animales que otros. Cada historia viene precedida por una siempre bienvenida información sobre las características biológicas y el

comportamiento de un determinado animal o insecto, y a partir de ahí comienza el cuento relacionado con el animal escogido. Los animales nos reflejan, somos animales, nos comportamos como ellos en muchos casos y en otros ellos tienen “más humanidad” que algunas personas. También hay anécdotas jocosas como la pugna entre Edison y Westinghouse por imponer el uso del tipo de corriente eléctrica que cada uno había inventado. En fin, todos los tópicos tratados por más diversos que sean sirven al propósito de este excelente cuentista: mostrar al ser humano tal como es, tan animal. HENRY A. FLORES

HOMENAJE A “HABLEMOS DE CINE”

DIRECTOR: HENRY A. FLORES Discos y Otras Pastas no se hace responsable del contenido de los artículos y agradece a sus colaboradores por la exclusividad otorgada.

“Jóvenes y combativos los redactores de Hablemos de Cine, en una foto histórica. Implacables contra el pretencioso cine de Robles Godoy, apasionados defensores del cine de Hawks y Ford, intérpretes imaginativos del universo lewisiano, cómplices cronistas de las aventuras de Sam Peckinpah. Un joven Ricardo Bedoya empezando a nutrirse de los afectos y erudición de sus maestros y amigos. Un Juan Bullitta, caminando entre sus dos amores, cine y poesía. Mi buen amigo Nelson García decodificando los clásicos para construir sus cortos entrañables. Carlos Rodríguez, preparándose para morir con las botas puestas, como sus héroes imbatibles. Pablito Guevara, desafiando al novel lector con su hermética nota sobre el nuevo cine alemán. José Carlos Huayhuaca convenciéndonos que Richard Lester hacía un cine intelectual. Reynaldo Ledgard, hermano del Melvyn dylaniano de estirpe y cinéfilo erudito. Eduardo Ciotola, fantaseando una nueva Sierra Maestra en la Nicaragua Sandinista. Fico de Cárdenas, diciéndole al cinéfilo aprendiz cuánto amaba a François Truffaut. Chacho León, entrando a la historia del cine peruano y al corazón del cinéfilo como el maestro amable, el crítico ponderado y el amigo de toda una vida”

ROGELIO LLANOS

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