152
1

Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

1

Page 2: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

2 3

Page 3: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

2 3

El Príncipe en campaña

Page 4: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

4 5

Page 5: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

4 5

El Príncipe en campaña

Gabriel Colomé

Page 6: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

6 7

La reproducción total o parcial de esta obra por cualquier procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, queda rigurosamente prohibida sin la autorización escrita de los propietarios del copyright, y estará sometida a las sanciones establecidas en la ley.

Primera edición: marzo de 2005

© del autor: Gabriel Colomé© de esta edición:Fundació Rafael CampalansVia Laietana, 38 pral.08003 BarcelonaTel. 93 319 54 12 – Fax 93 319 98 [email protected]

Producción editorial:Editorial Mediterrània, S.L.Guillem Tell, 15, entl. 1r08006 BarcelonaTel. 93 218 34 58 – Fax 93 237 22 [email protected]

Diseño gráfico: Toni Viaplana Maquetación: Jordi Vives

ISBN: 84-8334-645-1DL: B-14.445-2005

Imprès a Romanyà-Valls, Capellades (Anoia)Imprès a Catalunya - Printed in Catalonia

Page 7: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

6 7

“Vamos a hacer que haya más debate en este país,ese será nuestro legado.”

The West Wing

Page 8: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

8 9

Page 9: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

8 9

A Laura y Mussolet

Page 10: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

10 11

Page 11: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

10 11

Índice

Prólogo 13

I. EL SISTEMA 15

1. Spain is different 17

2. El sistema de partidos 21

3. ¿Sistema o subsistema? 31

4. Cataluña: voto dual y abstención diferencial 36

5. Ley electoral 38

6. Política y pedagogía 41

7. El nuevo “pal de paller” 46

II. MEDIOS Y PODER 51

8. Un debate 53

9. La influencia de los medios 57

10. Tipologías 60

11. Medios en campaña 65

III. LAS CAMPAÑAS 71

Cataluña 73

Page 12: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

12 13

12. Elecciones de geometría variable 73

13. La espiral del silencio 78

14. Imprevistos 83

15. El plebiscito 86

España 90

16. Nueva campaña política 90

17. España y Aznar 92

18. Irak 95

19. Escenarios electorales después de la tragedia 97

20. El cambio 103

Europa 108

21. Borrell-Mayor 108

USA 116

22. JFK vuelve 116

23. Super Bowl 118

24. Primarias 120

25. Los debates 123

26. Negativo 125

27. Bush II 127

IV. EPÍLOGO 131

28. ¿Hay futuro para los partidos? 133

V. ANEXO 139

Referencias bibliográficas 143

Páginas web 148

Page 13: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

12 13

Prólogo

Cuatro años después de recorrer los Estados Unidos para seguir las elecciones primarias de los partidos demócrata y republicano y, a partir de las notas del viaje, escribir lo que sería El Príncipe mediático, las elecciones presidenciales de 2004 han vuelto a provocarme las ansias de continuar el primer ensayo en otra aventura: El Príncipe en campaña.

El ciclo político que se cierra con la reelección de George W. Bush es también el fin y el inicio de otros ciclos políticos en España y en Cataluña.

En Cataluña, el cambio de ciclo se inicia con la llegada al poder de una coalición tripartita que llevó a la Presiden-cia de la Generalitat a Pasqual Maragall. El recambio del poder de la coalición gobernante no fue bien asumida por aquellos que, venciendo por escaños, no lograron formar una mayoría posible para gobernar. A veces el sistema par-lamentario, aunque no lo parezca, tiene estas sorpresas. No gobierna quien gana sino quien puede formar mayorías de gobierno.

He repetido un capítulo del anterior libro, con modifica-ciones, porque creo que sin la idea de “Espiral del Silencio” no se entiende la falsa calma del oasis catalán.

Page 14: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

14 15

Las elecciones generales del 14 de marzo de 2004 fueron una sorpresa por el resultado final y por el impacto que tuvo el atentado terrorista sobre el propio proceso electoral. En este apartado he reproducido un artículo que publiqué en El Periódico de Cataluña, el sábado 13, en vísperas de la jor-nada electoral, sin tocar nada de lo escrito y manteniendo, por lo tanto, todos los interrogantes que se formulaban los analistas y la opinión pública en aquellos momentos.

Las elecciones norteamericanas del 2 de noviembre de 2004 cierran el libro con todas las incertidumbres sobre el futuro que representa la victoria del presidente Bush. Nunca se ha vivido con tanta intensidad este proceso electoral en nuestro país. Seguramente, Michael Moore y la cantidad de libros sobre Bush, Irak y la familia real saudí tienen algo que ver en ello.

Este libro es un ensayo que pretende, de manera modes-ta, continuar un debate que se inició con El Príncipe mediá-tico. Esta es la pretensión, que las ideas se contrapongan a otras ideas para que siga existiendo el diálogo.

Ahora tengo cuatro años para meditar las próximas no-tas hasta las elecciones presidenciales del 2008. Mientras, espero que de la lectura de El Príncipe en campaña sigan otros libros sobre campañas.

Para finalizar, quiero agradecer a Jesús María Rodés su paciencia en la corrección del original, al poner los verbos que faltaban y ofrecer consejos sabios que han sido recogi-dos. Y a Carme por poner orden en el original y aguantar estoicamente la lectura y relectura de los capítulos.

Barcelona, 2004-2005

Page 15: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

14 15

I. EL SISTEMA

Page 16: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

16 17

Page 17: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

16 17

A diferencia del conjunto de las democracias occidenta-les, España estructura su sistema político y consolida su siste-ma de partidos a partir de unas pautas que lo van a convertir en un sistema peculiar. Nos referimos a la implantación del sistema democrático en un momento histórico que cuenta ya con unos medios de comunicación de masas modernos, y sobre todo, la televisión. Este elemento va a ser decisivo en la construcción de los partidos políticos, algunos de los cuales pasarán de ser clandestinos a partidos de masas con tendencias catch-all, dando relevancia a los liderazgos, a la personalización de las campañas electorales y la deriva de unas elecciones parlamentarias a una mecánica de elección presidencialista. Estos rasgos distintivos van a marcar el sis-tema de partidos español.

Las elecciones se han convertido en la confrontación audiovisual de unos líderes que personalizan el partido, las ideas, los programas... El sistema de partidos es el resultante de esta confrontación mediática donde prima el político-seductor, el político-mediático, ante el político clásico.

Los partidos políticos como instrumento han perdido una parte fundamental de su naturaleza, de su existencia,

1. Spain is different

Page 18: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

18 19

de su modo de vida tradicional –la vida militante, el debate interno...–, para ser, en gran medida, sustituidos por los medios de comunicación como intermediarios naturales entre los dirigentes y los electores-ciudadanos.

¿Es éste el modelo que puede permitirse el sistema de-mocrático? O, en cambio, ¿la reflexión sobre los partidos nos debería llevar hacia otros derroteros, diferentes de los actua-les pero manteniendo parte de sus estructuras clásicas?

Los partidos políticos son relativamente jóvenes, tienen como máximo un siglo y medio de vida. Sus orígenes van unidos al desarrollo de la democracia, es decir, a la exten-sión del sufragio popular y de las prerrogativas parlamen-tarias.

En este sentido, la “massmediatización” de la sociedad ha convertido la política en un referente negativo por la simplificación de los mensajes para explicar conceptos com-plejos. Es el paso del partido de masas de principios del siglo XX a un partido de maquinaria electoral.

El catch-all es una variante del partido de masas que se caracteriza por posponer de manera radical los componen-tes ideológicos del partido, por fortalecer las cúpulas diri-gentes, por desvalorizar el papel del afiliado y del militante y por rechazar un electorado de tipo confesional o clasista que se sustituye por una publicidad electoral que intenta abarcar al máximo posible de la población. Si ésta es la ca-racterística de este tipo de partido, también es cierto que muchos partidos mantienen las estructuras organizativas de los partidos de masas clásicos, dando lugar a unas organi-zaciones híbridas que combinan uno y otro modelo.

No hay ninguna duda de que los medios de comunicación han sustituido a los afiliados como medio fundamental de

Page 19: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

18 19

transmisión de mensajes entre el político y los electores. La función de actividades tradicionales del partido de masas (movilización, propaganda...), necesitadas todas ellas de una elevada inversión en afiliados, ha entrado en decadencia con la llegada de las técnicas modernas de comunicación, mucho más efectivas.

En este sentido, la comunicación moderna refuerza el papel de los dirigentes políticos. Tiende a confiar a la televi-sión un rol autónomo en la selección de la agenda política, desplazando la arena política desde las instituciones a los medios. La televisión es, en el sentido estricto de la palabra, un medio de comunicación a disposición del candidato-po-lítico y del partido. A partir de este medio, el objetivo del político y del partido que aparece en televisión consistirá en conseguir que sus electores les reconozcan.

Se trata de la masiva utilización de la imagen pública de los dirigentes como un recurso político, electoral y pu-blicitario de importancia capital. Un recurso que tiende a aumentar la personalización de la política y a desvalorizar el papel de los afiliados, para llegar a conseguir y consolidar una relación directa político-opinión pública.

Las elecciones se han convertido, en este sentido, en el fruto de la confrontación audiovisual de las imágenes de los líderes que personifican el partido y sus ideales. La opi-nión pública percibe la política como una pugna, no tanto entre unos programas de partidos, sino en cómo conseguir la visibilidad de la imagen pública de los líderes que repre-sentan al partido y sus ideales, a través de los medios de comunicación y, básicamente, de la televisión.

La falta de definición de los programas y la escasa crítica interna y externa, junto a los condicionantes de la

Page 20: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

20 21

publicidad política, tienden hacia a una personalización de la política. Las elecciones, en algunos países europeos, se convierten de hecho en elecciones de tipo “presidencial” en lugar de parlamentarias, y son las figuras de los líderes las que concentran toda la atención mediática, partidista y electoral.

Si la política se convierte en un espectáculo, producirá espectadores pasivos que se interesarán más por los contras-tes entre las personalidades políticas que por los conflictos políticos e ideológicos, en detrimento de los espectadores activos.

Este cambio producido en los partidos generará una corriente de adhesiones de tipo emocional, de simpatías temporales o pasajeras, que producirá éxitos imparables pero también fracasos. La política se puede convertir así en un híbrido que favorezca los mensajes populistas sin contenido.

Page 21: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

20 21

2. El sistema de partidos

El sistema de partidos en España se desarrolla en dife-rentes fases en este cuarto de siglo democrático. La prime-ra fase abarca el período comprendido entre las primeras elecciones de 1977 y la victoria del PSOE en 1982, es decir la época de gobierno de la Unión del Centro Democrático (UCD). La segunda fase comprende el período de 1982 a 1996 de gobiernos socialistas. La tercera fase se inaugura en marzo de 1996 con el gobierno del Partido Popular y finaliza con su derrota en 2004 y el inicio de un nuevo pe-ríodo liderado por el PSOE.

2.1. Bases fundacionales del sistema

El sistema de partidos que emerge, después de la muerte del general Franco, de las primeras elecciones democráticas (15 de junio de 1977) y que se mantendrá hasta las elecciones de 1982, es un sistema dominado primero por la coalición de partidos reducidos que abarcaba un espectro político muy amplio desde reformadores franquistas, pasando por democristianos y liberales, hasta socialdemócratas, y la es-

Page 22: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

22 23

tructuración en partido después, la Unión de Centro Demo-crático de Adolfo Suárez. El sistema de partidos resultante de este período, que a simple vista y analizando el arco parlamentario se configura con unos 12 partidos, podría parecer muy fragmentado pero en la práctica sólo se deben contar 6 partidos. Dos partidos mayoritarios, uno en el cen-tro-derecha, la UCD y otro en el centro-izquierda, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Dos partidos minoritarios, uno a la derecha, Alianza Popular (AP), partido conservador liderado por Manuel Fraga y el otro a la izquierda, el Partido Comunista de España (PCE), liderado por Santiago Carrillo; y finalmente, dos partidos más que son los partidos nacio-nalistas vasco (Partido Nacionalista Vasco) y catalán (Pacte Democràtic de Catalunya/Convergència i Unió).

La UCD será el partido con mayor fuerza, aunque sin alcanzar la mayoría absoluta en las Cortes Generales (Con-greso de los Diputados y Senado) hasta que entre en crisis y se rompa en mil añicos. Vencerá en las dos convocatorias generales (1977 y 1979), habiendo fracasado la operación democristiana en las elecciones, y empezará su declive con las sucesivas derrotas en las elecciones municipales de 1979 y las cuatro elecciones autonómicas de 1980 y 1981 (País Vasco-PNV, Cataluña-CiU, Galicia-AP y Andalucía-PSOE).

El PSOE, que se convirtió en la segunda fuerza electoral y en escaños, homogeneizará el espacio socialista al conseguir fusionar, en 1978, los diferentes partidos socialistas, nacidos en la clandestinidad durante la dictadura, entre ellos el PSP de Tierno Galván.

La derecha residual tiene una representación minoritaria con Alianza Popular, de tendencia conservadora, y el PCE que obtiene una presencia como cuarto partido del arco

Page 23: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

22 23

parlamentario durante este período. Este juego de cuatro partidos se completa con dos partidos de corte naciona-lista, el PNV vasco y la coalición electoral catalana PDC, y después CiU.

A partir del número de partidos presentes en el arco parlamentario y con posibilidades de entrar en el juego de las coaliciones parlamentarias, el sistema podría ser defini-do como un sistema multipartidista polarizado y extremo, aunque pensamos que nos hallamos ante un sistema mo-derado y polarizado.

El sistema de partidos español es, según la tipología clá-sica de Maurice Duverger (1951), un sistema multipartidista. Giovanni Sartori (1981) precisa más al distinguir entre un pluralismo limitado y moderado, que fluctúa entre tres y cinco partidos, y un pluralismo extremo y polarizado, que se situaría en el límite entre cinco y ocho partidos con repre-sentación parlamentaria. Pero hay que tener en cuenta las dos normas básicas para poder contar el número de partidos que forman un sistema de partidos. La primera se basa en las posibilidades de los partidos de formar coaliciones. Al contrario, se debe contar a un partido, por pequeño que sea, si se encuentra en posición de determinar, a lo largo de un período de tiempo y en algún momento como mínimo, una de las posibles mayorías gubernamentales. Además, como norma general, la existencia de pocos partidos indica poca fragmentación, mientras que muchos partidos indican una gran fragmentación.

Desde 1977 hasta 2004, el número de partidos ha fluc-tuado entre catorce, como máximo, y once como mínimo. Sin entrar en el detalle, el sistema de partidos en España puede considerarse como un sistema multipartidista extremo

Page 24: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

24 25

y polarizado, pero se han de tener en cuenta las dos normas anteriores, ya que Sartori afirma que “la fórmula del plura-lismo moderado no es el gobierno alterno, sino el gobierno de coalición en la perspectiva de las coaliciones alternativas (que no significa forzosamente coaliciones alternantes). La mecánica del pluralismo moderado tiende a parecerse y a imitar –aunque en un grado mayor de complejidad– la me-cánica del bipartidismo. En particular, la estructura del plu-ralismo moderado continúa siendo bipolar. En lugar de dos partidos, encontramos generalmente alineaciones bipolares de coaliciones alternativas. Pero esta diferencia no elimina el hecho de que la competencia siga siendo centrípeta, ni, por lo tanto, el hecho de que la mecánica del pluralismo moderado vaya encaminada hacia una política moderada.

Este período viene marcado por la política de consenso con la participación de todas las fuerzas parlamentarias en la elaboración de la Constitución (1978) y de los Estatutos de Autonomía de las “nacionalidades históricas” (Cataluña, País Vasco y Galicia), que se quebrará con la discusión del Estatuto de Andalucía. En el aspecto social, los Pactos de la Moncloa serán un intento de ordenar el mundo laboral en la plena crisis económica del país. Esta política consensuada constituye el intento por parte de las fuerzas democráticas de establecer y consolidar la democracia. El partido en el gobierno, UCD, gobernó hasta 1982, mediante el apoyo parlamentario, sin formar una coalición gubernamental formal, de los nacionalistas catalanes y/o vascos según los acuerdos, y con el partido conservador AP, y los andalucistas del PSA-PA. La fractura y posterior desaparición de UCD fue producto de las disensiones entre las familias integrantes del partido en el gobierno.

Page 25: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

24 25

Las crisis internas del partido gobernante UCD y del PCE marcarán el fin de este período, ya que el primero desaparecerá por completo, roto en diversos partidos que se integrarán en la coalición de derecha de Fraga o en el PSOE o crearán un nuevo partido, como el CDS de Adolfo Suárez. Por lo que se refiere al PCE, éste sufrirá el aban-dono de sectores militantes internos y sufrirá una escisión, creando los disidentes un nuevo partido. Estas dos crisis tendrán una notable importancia electoral ya que liberarán amplios sectores de la sociedad que votaban a estas dos formaciones políticas.

Las elecciones de 1982, después del intento de golpe de Estado de 1981, se presentaron bipolarizadas: el PSOE y Coalición Popular, nuevo nombre de AP. El PSOE con un lema (“el cambio”) que recogía la sensibilidad de la socie-dad española de esa época obtuvo la mayoría absoluta de escaños en las nuevas Cortes.

2.2. Fundamentos del sistema

El período que se abrió, a partir de 1982, presenta un sistema de partidos que sigue teniendo unos 12 partidos en el arco parlamentario, pero a diferencia del anterior, un partido, el PSOE, conseguirá la mayoría absoluta dos veces, y la tercera obtendrá la mitad exacta de los escaños (175 sobre 350).

La victoria en las elecciones generales de 1982 convirtió al PSOE en el partido que obtuvo más votos (unos diez mi-llones) y la mayoría absoluta en las dos Cámaras legislativas debido, en gran medida, a la personalidad de Felipe Gonzá-

Page 26: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

26 27

lez, definido como la “locomotora electoral” socialista. La personalización del liderazgo es una de las características del sistema español, ya que las elecciones se han converti-do en la confrontación audiovisual de las imágenes de los líderes que personifican el partido y sus ideales.

Este triunfo tuvo un efecto positivo para los socialistas que obtendrían la mayoría de los trece gobiernos de las Comunidades Autónomas en las elecciones celebradas en 1983; además, revalidaron su fuerza en las municipales de aquel año.

El hundimiento electoral y la posterior desaparición de la UCD, unidos a la crisis del PCE, resituaron al electorado español en este período. El recién creado CDS, liderado por Adolfo Suárez, no pudo recoger los antiguos votos centristas que fueron a engrosar los resultados de la Coalición Popular (AP) y el PSOE, el cual, además, recibió una parte del voto del PCE en crisis.

El momento más álgido para los socialistas, en esta primera legislatura, fue, sin duda, el referéndum sobre la permanencia o no en la OTAN. El cambio de posición de la dirección del PSOE que, en su etapa en la oposición, realizó una campaña en contra de la entrada en la organización atlántica, y su paso, una vez en el gobierno, a favor del mantenimiento en la OTAN, motivó una campaña agria ante el Referéndum convocado para decidir la cuestión. Venció la posición del gobierno de permanecer en la OTAN y la convocatoria de elecciones generales, meses más tarde, en 1986, confirmó el apoyo recibido ya que el PSOE revalidó la mayoría absoluta en las dos Cámaras. La coalición de parti-dos de la derecha mantuvo sus resultados de los anteriores comicios, el CDS tuvo una fuerte progresión, pasando de dos

Page 27: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

26 27

a diecinueve diputados, y el PCE tuvo un cierto crecimiento, pero menor si se compara sus resultados con la etapa ante-rior a la crisis. Si bien los socialistas mantuvieron su fuerza en las municipales de 1987, perdieron en cambio algunos gobiernos autonómicos a manos de la derecha estatal y de partidos regionalistas.

Las elecciones generales de 1989 estuvieron marcadas por la huelga general del 14 de diciembre de 1989, convoca-da unitariamente por los sindicatos mayoritarios, incluido el sindicato socialista, Unión General de Trabajadores, y sobre todo, por el desgaste de los siete años en la tarea de go-bierno gestionando la crisis económica. El PSOE mantuvo su preponderancia electoral y la mayoría absoluta en el Senado y la mayoría relativa, a falta de un escaño, en el Congreso de los Diputados, siendo el partido más votado.

Se puede definir el sistema de partidos como un sistema de partido predominante. Sartori define el sistema de par-tido predominante de la siguiente manera: un sistema de partido predominante lo es en la medida en que, y mientras, su principal partido se vea constantemente apoyado por una mayoría ganadora (la mayoría absoluta de los escaños) de los votantes. Para que un partido se pueda tipificar de predominante hace falta, según el autor italiano, que haya obtenido tres mayorías absolutas consecutivas, caso en el cual se puede situar al PSOE desde 1982 hasta 1989.

El PSOE, a parte de conseguir tres mayorías absolutas en las generales, obtuvo, revalidó y mantuvo la mayoría de las ciudades más importantes en las elecciones municipales (1979-1983-1987) y se hizo con la mayoría de los gobiernos de las 17 Comunidades Autónomas.

A partir de las elecciones municipales y autonómicas

Page 28: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

28 29

de 1991 se puede vislumbrar un punto de inflexión en un frente de coaliciones en torno al PP para desbancar al PSOE del control de las ciudades más importantes (Madrid, Sevi-lla y Valencia, como máximos exponentes), manteniéndose la misma correlación de mayorías en los gobiernos de las Comunidades Autónomas, es decir, el mantenimiento de la primacía del PSOE.

Este período viene marcado por las divisiones en el seno de la derecha que no consigue homogeneizar su espacio electoral, a diferencia de los socialistas, y sufre diferentes crisis internas para buscar un líder que pueda hacer fren-te a los socialistas. Así pues, el proceso de integración de fuerzas similares y la búsqueda de un líder en el seno de AP concluye en su refundación de 1990 (PP) y la emergencia de un nuevo líder: José M. Aznar.

Estos cambios, unido a otros que ocurren entre el Eje-cutivo y el Legislativo, nos permiten hablar sobre la vía hacia una nueva fase en el sistema político y en el sistema de partidos que emerge de manera clara después de las elecciones generales de 1993.

Las elecciones generales de marzo de 1996 suponen la victoria electoral y la subsiguiente llegada al poder del Partido Popular y el acceso a la Presidencia del Gobierno de José M. Aznar. Lo ajustado del resultado, menos de 1 punto y medio, entre el PP y el PSOE, cuando las expectativas previas daban una holgada victoria a los populares, hizo que unos y otros valoraran de manera diferente el resultado final. Para los populares fue, en palabras de Pedro J. Ramírez, una “amarga victoria” mientras que para los socialistas, según Alfonso Guerra, fue una “dulce derrota”. En todo caso, el PSOE pasaba a la oposición y el PP gobernaba. La

Page 29: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

28 29

alternancia democrática volvía a darse por tercera vez en el sistema político español.

La falta de mayoría absoluta obligó al PP a buscar alia-dos parlamentarios para obtener la investidura de José M. Aznar. Lo curioso es que tuvo que pactar con los partidos que había demonizado en la anterior legislatura, sobre todo CiU, que había dado su apoyo al gobierno de Felipe González (1993-1996). Con el voto favorable del PNV y de CiU, Aznar se convirtió en presidente del Gobierno.

El PSOE inició una travesía del desierto que tuvo reper-cusiones sobre el resultado de las elecciones generales de 2000. Felipe González no volvió a presentarse, en el Con-greso socialista de junio de 1997, a la secretaría general del partido, siendo elegido para el cargo Joaquín Almunia.

El nuevo secretario general convocó elecciones primarias, en la primavera de 1998, para la candidatura a la Presidencia del Gobierno, en un gesto político para reforzar su liderazgo interno. Josep Borrell se erigió en candidato alternativo y, ante la sorpresa casi general, se alzó con la victoria. El PSOE, partido de masas clásico, con un liderazgo marcado por los más de veinte años de Felipe González, vivía una situación extraña, ya que tenía a la vez un secretario general y un candidato a la Presidencia del Gobierno. El PSOE era dirigido por una bicefalia.

El año 1999, previo a las elecciones generales, acabará con la dimisión de Borrell como candidato y la asunción de la candidatura a la Presidencia del Gobierno del candidato derrotado en las primarias, y cuestionado internamente por una parte del propio partido, Joaquín Almunia.

A diferencia de los anteriores comicios, los sondeos previos a las elecciones no acertaron en el resultado final.

Page 30: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

30 31

Si en 1996 vaticinaron mayorías rayanas a la mayoría abso-luta, cuatro años más tarde las proyecciones demoscópicas situaban los resultados en mayorías relativas favorables para los populares. El PP obtuvo una rotunda victoria con una holgada mayoría absoluta de escaños.

Era el primer caso en el sistema de partidos que un partido, el PP, pasaba de la mayoría relativa a la mayoría absoluta, siendo también el primer partido que pasaría de una mayoría absoluta a ser el primer partido de la oposición, cuatro años más tarde.

Las elecciones legislativas de 1993 abren un nuevo ciclo de definición del sistema español de partidos que a partir de las elecciones generales de marzo de 1996 y la llegada del Partido Popular al Gobierno inicia un nuevo período de alternancia en el poder, que concluye en el mes de marzo del 2004, para dar paso al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapa-tero. La mayoría relativa del PSOE nos permite preguntarnos si el sistema de partidos retorna de nuevo al diseño original pensado por los padres de la Constitución.

Page 31: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

30 31

3. ¿Sistema o subsistema?

Desde la consolidación del sistema democrático en Es-paña, los científicos sociales han debatido la naturaleza del sistema de partidos.

La cuestión no es trivial, aunque la respuesta no se debe de entender en un terreno ideológico que implique una referencia indirecta a la pregunta sobre la naturaleza “re-gional” o “nacional” de las diversas entidades territoriales españolas. En el plano analítico, la importancia de la con-ceptualización radica en el hecho de que, en primer lugar, responde al grado de polarización del electorado de las diversas zonas; y, en segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, permite examinar las bases de la competencia entre partidos.

La discusión se centra sobre si las Comunidades Au-tónomas tienen un sistema de partidos propio con sus características o, en cambio, son un subsistema del sistema de partidos español con el mismo tipo de mecanismos explicativos de funcionamiento. La literatura científica ha optado por las dos visiones: la más homogeneizadora del sistema de partidos y la que considera que existen varios sistemas de partidos.

Page 32: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

32 33

La diferencia sustancial es sobre qué tipo de ejes se estruc-tura la competencia de los partidos: si en el eje izquierda-derecha o si le debemos añadir el eje sobre el sentimiento de pertenencia a una comunidad. Es evidente que en los dos casos actúa este segundo eje (País Vasco y Cataluña), aunque con matices en los casos de Galicia y Baleares.

Este debate nos llevaría a discutir los conceptos de nación, nacionalidad y región en los que enmarcar la discusión de los ejes de competencia y si ésta es centrípeta o centrífuga.

3.1. Las características del sistema

Veamos cómo se reproducen las características del sistema de partidos español al nivel de los subsistemas autonómicos. En este caso, Alianza Popular, en principio, y Partido Popular, después, y el PSOE son los dos partidos de gobierno que reproducen la estructura del sistema matriz. En algunas comunidades existe la particularidad de los par-tidos regionalistas de tipo conservador o progresista que pueden afectar el tipo de alianza de gobierno. Básicamente en este tipo se enmarcarían las Comunidades del artículo 143 de la Constitución (Pallarès, 1991).

Hay unos casos intermedios, como son los casos de Galicia y Navarra. El sistema de partidos gallego tiene la particularidad de la existencia del Bloque Nacionalista Gallego, partido nacionalista que se ha convertido en el tercer partido del sistema. Y el caso navarro que combina un sistema mixto entre el vasco y el español, ya que el PP no se presenta como tal en la Comunidad sino que lo hace bajo las siglas de la UPN.

Page 33: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

32 33

En Cataluña y el País Vasco, donde los partidos naciona-listas (CiU y PNV) gobiernan desde las primeras elecciones (1980), existen diferencias entre los dos sistemas de partidos a partir de los bloques de competencia. En el caso de Ca-taluña, se produce la alternancia en el gobierno, después de las elecciones de 2003, con la llegada de la coalición tripartita PSC-ERC-ICV.

En Cataluña existen, además, unas características de voto dual y de abstención diferencial, y un elemento de diferen-cia con el País Vasco: que no existe fractura social porque los partidos de izquierda fueron un elemento integrador durante el proceso de transición.

3.2. Elementos de diferencia entre sistemas

Mientras los diversos estudios sobre la opinión pública en el conjunto de España muestran que la competencia electoral se explica suficientemente sobre la base de la colo-cación de electores y partidos en un eje izquierda-derecha, diversos estudios sobre Cataluña y el País Vasco han mos-trado como las preferencias electorales de los ciudadanos deben de tener en cuenta un segundo eje de competencia electoral, cuya definición no es simple.

Existe un cierto grado de acuerdo sobre el hecho de que este segundo eje tiene que ver con lo que se denominaba “la cuestión catalana” o “la cuestión vasca”; pero su ope-racionalización no es sencilla, especialmente si tenemos en cuenta las transformaciones en la estructura social catalana y vasca producidas durante la segunda mitad del siglo.

Las dos nacionalidades históricas, junto a Galicia, si

Page 34: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

34 35

bien son o han sido gobernadas desde 1980 por partidos nacionalistas, tienen unas características diferentes y dife-renciadas que hacen que no se puedan comparar debido al factor terrorista.

El primer elemento de diferencia es el factor del terro-rismo de ETA en el País Vasco y, desde 1979, la presencia de la coalición Herri Batasuna (HB) que traduce electoralmente el radicalismo nacionalista vasco hasta su ilegalización.

El segundo elemento es la fractura entre los partidos vascos, entre los partidos nacionalistas (PNV, EA, EE y HB) y los partidos denominados “españolistas” (AP, UCD, CDS, PCE y PSOE). Esta fractura divide internamente la sociedad vasca. Estos dos factores no se dan en Cataluña, ya que los parti-dos catalanes soslayaron el enfrentamiento a este nivel e integraron las dos comunidades de origen e inmigrante.

Goldie Shabad (1986) afirma que “de ahí que acaso pue-da hablarse de convergencia sobre los issues del centro-pe-riferia en Cataluña, más que de polarización partidista, en general los datos ya citados apuntan una tendencia hacia la polarización en el nivel del electorado”. Esta polarización en el electorado debe situarse en que la fragmentación guar-da relación con una configuración multidimensional: una sociedad segmentada, poliétnica y/o multiconfesional.

Se puede concluir que el sistema de partidos es un mul-tipartidismo moderado y limitado por la suma de votos y de escaños de los dos partidos más importantes (PSOE y PP). Es un sistema multidimensional con una segmentación electoral marcada por la existencia de una divisoria ideoló-gica y una nacional, y con dos partidos destacados, lo que podría llevar a la larga a una mecánica de bipartidismo imperfecto.

Page 35: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

34 35

3.3. Tipologías de los sistemas

Cuando se analizan las encuestas de opinión pública se comprueba que las elecciones autonómicas son consi-deradas de segundo orden: más administrativas y menos políticas.

Las elecciones siguen la pauta de las elecciones legis-lativas, lista cerrada y bloqueada, fórmula proporcional, una barrera mínima que varía según la Comunidad entre el 3% y el 5% y con una participación media no demasiado elevada que puede aumentar en caso de coincidencia con las elecciones generales (caso de Andalucía.

Siguiendo a Giovanni Sartori (1980) se puede tipificar el sistema de partidos de pluralismo limitado y centrípeto, aunque en algunos casos sólo estén representados dos partidos. El caso del País Vasco es diferente al ser el único sistema de partidos que ha tenido un partido antisistema, lo que comporta una definición de sistema de pluralismo extremo y centrífugo.

Si pautamos la tipología de Sartori se puede afirmar que existe un sistema de partidos de partido hegemónico, aunque sería más correcto hablar de partido predominan-te. En todo caso, los partidos que no han perdido nunca una elección han sido el PSOE (Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha) el AP/PP en Baleares hasta 1999, CiU en Cataluña y el PNV en el País Vasco.

Page 36: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

36 37

4. Cataluña: voto dual y abstención diferencial

El sistema catalán de partidos tiene unas características propias que lo diferencian del sistema español. El sistema catalán se define como un multipartidismo moderado y li-mitado, con una competencia centrípeta y multidimensional y con una segmentación electoral marcada por la existencia de una divisoria ideológica y una divisoria nacional; y con dos partidos destacados, PSC y CiU, que son predominan-tes. Hasta las elecciones autonómicas de 1999, el sistema se había comportado siempre de la misma manera: los so-cialistas ganaban las elecciones generales y CiU ganaba las elecciones autonómicas.

La pregunta que entonces se formulaba era: ¿por qué el partido socialista vence en las elecciones generales y pier-de en las autonómicas? La respuesta era que el comporta-miento electoral socialista era selectivo según el tipo de elección, afirmación que va unida a las tasas de abstención en cada elección. Las tasas más elevadas de abstención se encuentran en las elecciones autonómicas y las derrotas socialistas se producían en este tipo de elección. También se podría formular desde un punto de vista positivo, es decir, cuanta más participación electoral, más probabilida-

Page 37: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

36 37

des existían de que el PSC ganase las elecciones. Por otra parte, el electorado socialista es uno de los más fluctuantes, cambiando de opción política, el denominado “voto dual” –voto socialista en las elecciones generales y voto CiU en las elecciones autonómicas– o absteniéndose, es lo que se la denomina como “abstención diferencial” –voto socialista en las generales y abstención en las autonómicas–. De 1980 hasta 1995, la cuestión básica que se le planteaba al PSC era como movilizar esta franja abstencionista que, en gran medida, era la responsable de su derrota en las elecciones al Parlamento de Cataluña.

Las elecciones autonómicas de 1999 cambiaron en cierta medida esta foto fija. Por primera vez, los socialistas ganan en voto popular las elecciones al Parlamento de Cataluña, rompiendo lo que había sido hasta entonces una constante desde 1977, pero manteniendo como pauta de conducta electoral la baja tasa de participación.

El reto de los socialistas catalanes era poder llegar al go-bierno de la Generalitat; pero el problema de fondo no era la posibilidad o imposibilidad que los socialistas ganasen, sino la aceptación de la posibilidad de la alternancia por el sistema político y por el electorado catalán. 1999 fue la fecha del fin del principio o del principio del fin.

Page 38: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

38 39

5. Ley electoral

Cataluña es la única comunidad autónoma que aún no tiene ley electoral propia. El anterior partido en el gobierno incumplió sistemáticamente el mandato de la transitoria cuarta del Estatuto para que se elaborara una ley electoral para las siguientes elecciones de 1984. Veinte años después, Cataluña espera esta norma que compatibilice los dos ele-mentos esenciales que la deben estructurar: la población y el territorio.

Barcelona reúne el 76% de la población catalana, mientras que escoge tan solo el 63% de los diputados al Parlamento de Cataluña. Si el actual sistema electoral fuese realmente proporcional y pusiera a los votantes por encima de los territorios, este peso demográfico de Barcelona le daría derecho a tener 103 diputados, en lugar de los 85 que elige en la actualidad.

Girona y Tarragona, con un peso demográfico cada una del 9%, están eligiendo el 13% de los escaños al Parlamen-to; mientras que en el caso aún más desproporcionado de Lleida, su peso demográfico del 6% se traduce en una re-presentación al Parlamento del 11%.

Page 39: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

38 39

Estas proporciones indican que el valor efectivo de los votos emitidos en Barcelona es muy inferior a los que se emiten en el resto de provincias. Así, mientras que un escaño “cuesta” en Barcelona 47.500 votos, este precio se reduce a más de la mitad en Lleida, donde un partido puede con-seguir representación parlamentaria con sólo 20.864 votos. Dicho de otra manera, un votante de Lleida equivale a 2,3 votantes de Barcelona. Y un votante de Tarragona y Girona equivale a 1,8 barceloneses.

La desproporción actual de la distribución de los escaños en el Parlamento de Cataluña obedece a que se distribuyen en función del censo de población de 1976. Es evidente la injusticia no tan sólo por el valor de cada escaño en función del distrito electoral, sino también porque favorece una op-ción política determinada. En el actual sistema, con el mismo número de votos Convergència i Unió obtiene 4 escaños de diferencia sobre el PSC, debido a los desajustes indicados.

La futura ley electoral de Cataluña debe ser proporcional a la población, pero sin menoscabar el territorio.

De entrada, para no confundir al lector el sistema debe ser proporcional y no mayoritario como en Gran Bretaña

Peso demográfico % Representación en el Parlamento (%)

Barcelona 76,3% 63,0%

Girona 8,6% 12,6%

Lleida 5,9% 11,1%

Tarragona 9,2% 13,3%

Comparación entre el peso demográfico y el porcentaje de representación en el Parlamento de Cataluña

Page 40: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

40 41

o Francia, dónde los distritos son uninominales y de un tamaño relativamente pequeño. Mientras que siguiendo el sistema que se utiliza en Alemania o Austria, la unidad territorial puede ser en Cataluña, por ejemplo, la comarca eligiendo a un diputado y en un segundo voto eligiendo una lista nacional. La combinación del doble voto siempre acaba siendo proporcional. No es correcta la afirmación que algunos territorios quedarían sobrepresentados, ya que el Parlamento no es una cámara legislativa federal sino de representación de los ciudadanos y esto se tienen que tener muy presente.

En cambio, el sistema holandés distribuye los diputados en distrito único siguiendo un sistema proporcional casi puro y distribuye, posteriormente, los escaños ya atribuidos en los territorios predeterminados. Es otra forma de aplicar la proporcionalidad, manteniendo la ecuación de población y territorio.

No es lógico, por tanto, entrar en un debate de diferente nivel y calado entre la organización territorial de Cataluña y la estructuración de los distritos electorales de la futura ley electoral. Unir los dos debates en uno es convertir el deba-te de una norma electoral en otra cosa distinta, salvo que algún partido pretenda mantener el statu quo actual.

Page 41: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

40 41

La crisis en el seno del tripartito, después del caso Carod, ha reabierto un viejo tema que había quedado guardado en el baúl de los recuerdos: los conflictos en la relación entre el PSOE y el PSC.

Como ya se indicó anteriormente, durante los últimos 23 años de gobierno de CiU en Cataluña se ha utilizado el lema inventado para la campaña autonómica de 1980: “Cataluña no puede ser una sucursal”. Este argumento ha tenido unos réditos electorales hasta el 16 de noviembre de 2003. La lógica interna del mensaje es visualizar que hay partidos catalanes y partidos no catalanes, ergo españoles. El Partit dels Socialistes de Catalunya ha sido durante todo este período blanco de este ataque. Ahora, dicho ataque se ha trasladado hacia el Partido Popular.

No podemos olvidar que el PSC fue fundado en 1978 desde el catalanismo y la izquierda con un proyecto para gobernar Cataluña.

¿Por qué el PSC se convirtió en el enemigo interior según el nacionalismo? Si se analiza con detenimiento la historia reciente de Cataluña, nada es más alejado de la realidad que convertir al partido fundado por tres partidos

6. Política y pedagogía

Page 42: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

42 43

de distintas sensibilidades como españolista sin herir pro-fundamente la memoria de Joan Reventós, los herederos de Josep Pallach y los obreros de la Federación Catalana del PSOE. Pero funcionó desde el primer minuto. Funcionó por la debilidad en aquel momento del recién fundado PSC frente a una máquina bien engrasada por Alfonso Guerra que rompió el acuerdo de la Entesa en 1979, y permitió la liquidación del grupo parlamentario en el Congreso de Diputados en 1982.

El PSC, que había formalizado sus relaciones con el PSOE a través de un documento llamado el Pacto de Abril (1977) y por el Protocolo de Unidad (1978), es el único caso de partido independiente federado al PSOE, pero no es –a diferencia del resto de partidos socialistas de las autono-mías– una federación del PSOE. Este punto es el meollo de la cuestión. Es independiente pero solidario con el proyecto socialista pero, en cambio, no está sometido a la pauta marcada por Ferraz en Madrid. Como botón de muestra dos ejemplos; en primer lugar una sentencia de 1986, en plena campaña referendaria de la OTAN, que reconoce al PSC como partido independiente del PSOE y con derecho a tener espacios propios de publicidad política y, en segundo lugar, la aprobación de las listas electorales por separado.

Felipe González, como secretario general del PSOE, en-tendió perfectamente en 1976 que el único lugar dónde se debía crear un partido socialista fusionado y federado era en Cataluña. La diferencia de criterio que siguió el binomio González-Guerra con la amalgama de partidos de naciona-lidades y regiones fue su absorción por el partido socialista entre 1976 y 1977, antes de las primeras elecciones genera-les, engullendo finalmente al Partido Socialista Popular de

Page 43: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

42 43

Enrique Tierno Galván en 1978 tras sus nefastos resultados. La estrategia era homogeneizar el espacio de izquierda so-cialista para evitar la fragmentación electoral que impedía al PSOE ganar las elecciones. Los deberes hechos dieron su fruto en 1982. El PP tardó bastante más en hacer la misma operación en el espacio de la derecha.

Si Cataluña es un caso especial, lo es por su tradición y por su historia. La unidad de los socialistas catalanes había fracasado en 1923 y 1934, cuando el PSOE bloqueó por dos veces la unidad de la Unió Socialista y la Federación Catalana del PSOE, hasta llegar a la creación del PSUC en 1936.

La idea de la fusión de los tres partidos socialistas ca-talanes estaba pensada para evitar, entre otras cosas, la fragmentación electoral que históricamente había pade-cido el espacio de la izquierda catalanista. Los resultados electorales dieron la razón a aquellos que habían leído correctamente la historia de este país.

Es cierto que en la crisis del II Congreso de 1980 un sector intentó recrear la Federación Catalana del PSOE, y fue la propia dirección del PSOE quien frenó el intento secesionis-ta. Volver a plantear aventuras de fractura en Cataluña es dar alas a los profetas de las dos sociedades, dos pueblos, dos lenguas, cuando, desde la transición, el acuerdo de los partidos de mantener la idea de un solo pueblo y definir que catalán es quién vive y trabaja en Cataluña. 25 años después el fantasma de Lerroux ha quedado en el recuerdo histórico, pero el retorno al pasado de algunos dirigentes del PSOE debería dejar paso al regreso al futuro de su máxi-mo dirigente, Zapatero.

Las semanas previas a las elecciones generales del mes de marzo del 2004 han permitido ver aflorar de nuevo las dos

Page 44: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

44 45

almas socialistas: un socialismo en clave de España unitaria, encarnado por el guerrista Juan Carlos Rodríguez Ibarra y el castellano-manchego José Bono, frente al socialismo en clave de España plural de Manuel Chaves, Marcelino Iglesias o Francesc Antich. En esta lógica se puede analizar que el de-bate interno del PSOE se dilucida entorno a la idea de España. Mientras, el PP tiene una concepción unitaria y neocentraliza-dora. El PSOE llega a un acuerdo, a instancias de Maragall y el PSC, dónde las dos almas pactan defender la España plural, suscribiendo el Documento de Santillana del Mar.

Es en este contexto que debemos situar la figura y el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero. El líder socialista ha decidido contraponer su idea de España abierta y plural frente al concepto cerrado de España del PP. En esta línea se puede interpretar la estrategia popular de descalificar este mensaje de Zapatero contrarestándolo con etiquetas del estilo de “barullo”, “el PSOE ha dejado de ser un partido nacional”, o “no defiende España”. A veces se contrapone el discurso monolítico y mediático del PP con la esencia de la democracia interna de los partidos que se basa en la pluralidad de opiniones y la aceptación de las diferencias.

Zapatero, además, se presentaba por primera vez a unas elecciones generales. Era la primera vez que ponía su lideraz-go a votación y era la primera vez que se podía evaluar hasta dónde podía llegar su techo electoral. La hemeroteca nos dice que, por ejemplo, José M. Aznar, en sus primeras elecciones de 1989, mantuvo el famoso techo de Fraga (5 millones y medio de votos) y después creció a partir de conquistar el partido. La hemeroteca nos dirá con el paso del tiempo el impacto súbito que tuvo en el comportamiento electoral los tres días marzo que cambiaron la historia de España.

Page 45: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

44 45

Si la cadena de acontecimientos se produce de manera que Zapatero consolide su liderazgo, es posible entonces que la idea de la España plural tenga más posibilidades de asentarse. Aquí es dónde el PSC, Maragall y Montilla, tendrán un papel determinante de pedagogía. Rafael Cam-palans afirmaba que “política quiere decir pedagogía”. Esta es la tarea de los socialistas catalanes.

Page 46: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

46 47

7. El nuevo “pal de paller”

Hace 25 años, en el mes de julio, tres partidos socialistas (PSC-C, PSC-R y FC PSOE) decidieron fusionarse para fundar uno nuevo, el Partit dels Socialistes de Catalunya.

Su objetivo era doble. En primer lugar, evitar la división socialista en el espacio de la izquierda que provocó que esta opción política fragmentada fuera minoritaria durante gran parte del siglo XX (Unió Socialista y Federación Catalana del PSOE). Las elecciones de junio de 1977 dieron como resultado la victoria de la coalición electoral Socialistes de Catalunya (PSC-C y FC PSOE). El Pacto de Abril de aquel año, entre las dos formaciones, prefiguraba la futura fusión. La unidad socialista intentaba evitar el retorno al pasado de un espacio electoral fragmentado.

El segundo objetivo era elaborar un programa, a partir de un partido unido, para gobernar Cataluña una vez re-cuperado el autogobierno.

Pero el PSC, victorioso en las tres elecciones celebradas hasta ese momento, no contaba con un efecto sorpresa que se produjo en las primeras elecciones de 1980. Ganó CiU. Ganó Pujol. Esta victoria tuvo efectos devastadores para el PSC. En primer lugar, tuvo que superar una crisis que casi destruye el partido y, en segundo lugar, tuvo que ver desde

Page 47: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

46 47

la oposición como el partido en el gobierno aplicaba gran parte de su programa.

Desde entonces, los socialistas ganaban las elecciones municipales y generales y CiU ganaba las elecciones autonó-micas. Hasta 1995, cuando la pérdida de la mayoría absoluta de CiU marca el inicio de su lento declive electoral. Desde entonces, CiU no ha vuelto a ser el partido más votado en unas elecciones.

Los socialistas, 25 años después de la fundación del PSC, han conseguido llegar en las condiciones que algún día soñaron los fundadores. El socialismo es mayoritario en el mundo local, gobierna Cataluña y España. Nadie podía imaginar esta situación hace tan solo 4 años, después de un gran resultado autonómico pero sin conseguir la Gene-ralitat, el descalabro del PSOE en las generales del 2000 y su crisis posterior de liderazgo.

Las claves de interpretación de esta situación no se en-tienden sin recordar las bases de la refundación del PSC a partir de unos nuevos parámetros.

El nuevo pacto entre las familias socialistas, realizado en el IX Congreso de 2000, daba como resultado la llegada a la cúpula dirigente de José Montilla y de Pasqual Maragall. Ortodoxia y heterodoxia en el mismo camino para culminar el objetivo común de ganar la Generalitat. La refundación no se sustentaba sobre los tres partidos fundadores diluidos con el tiempo, sino sobre las nuevas generaciones, una vez superados los efectos traumáticos del Congreso de Sitges de 1994.

Los congresos son el momento álgido de la vida interna de los partidos. En ellos se combina la liturgia religiosa y el impacto mediático.

Page 48: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

48 49

El cónclave socialista de julio de 2004 debía fijar su agenda política para los próximos cuatro años para intentar convertirse en el referente central de la política catalana.

El objetivo declarado de los socialistas es convertirse en el nuevo “pal de paller” sustituyendo a una coalición y a un líder que lo había sido durante 20 años.

Para ello, el PSC debe ocupar un espacio que lleve sus fronteras, por una parte, hasta los confines del catalanismo político y, por la otra, hasta las tierras conquistables del patriotismo social.

Pero uno de los peligros de esta estrategia es que los resultados electorales muestran una reubicación de los par-tidos catalanes, cuestionando las hegemonías del antiguo bipartidismo, victorias de CiU en las elecciones autonómicas y del PSC en las elecciones locales y generales.

El PSC, en el ciclo electoral que ha finalizado en 2004, debe analizar con profundidad las causas estructurales del estancamiento de sus resultados municipales y autonómi-cos y encontrar la manera de preservar el alud de nuevos votantes de las elecciones de marzo. Para convertirse en el partido de la mayoría, ahora toca hacer los deberes, porque lo difícil es llegar pero más difícil es mantenerse.

Pasqual Maragall y José Montilla forman un tándem que combina “la proyección del futuro y el rigor del presente”. Ellos dos simbolizan un nuevo PSC, refundado en el año 2000, y ahora consolidado sobre las bases de unas nuevas generaciones que no se sienten ni del PSC-C, ni del PSC-R, ni de la FC PSOE. Estos tres partidos combinaban las dife-rentes sensibilidades del socialismo catalán y aunque ya no estén presentes, sus ideas siguen impregnando el PSC. Que nadie olvide que el socialismo tiene dos almas, dos culturas,

Page 49: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

48 49

dos enfoques: la utópica y la pragmática; la jacobina y la federal; la estatista y la anti-estatista. Tras la lectura de las resoluciones de este Congreso, que nadie olvide cómo se forjó este partido y cómo quiere prepararse para los próxi-mos años como el partido de la responsabilidad.

Dice un sabio militante que “sabes cómo entras en un Congreso pero nunca sabes cómo vas a salir”. De momen-to, el Congreso finalizó con la placidez más absoluta y casi con la felicidad más absoluta. Evitar la embriaguez de la autocomplacencia es el reto socialista para seguir aplicando sus objetivos.

Page 50: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

50 51

Page 51: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

50 51

II. MEDIOS Y PODER

Page 52: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

52 53

Page 53: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

52 53

El conocimiento de un informe interno y confidencial sobre los medios de comunicación en Cataluña puso sobre el escenario político uno de los temas relevantes de nuestra joven democracia: la relación entre el poder político y los medios de comunicación. Dicho de otra manera, entre las administraciones públicas y las empresas periodísticas.

Para entender el origen del problema hagamos un poco de memoria histórica. La democracia española se construyó con unas características peculiares que la hacen relativamente diferente del resto de los sistemas políticos occidentales.

En primer lugar, como se ha dicho anteriormente, el siste-ma político y el sistema de partidos españoles se instituye a partir de un elemento fundamental, que es la implantación previa en todo el territorio de la televisión pública y única. Este hecho provocará diferentes fenómenos: la personali-zación de los partidos en unos liderazgos fuertes debido a la propia debilidad de los partidos y a la paulatina “ameri-canización” de las campañas electorales.

En segundo lugar, los cuarenta años de dictadura dura y pura en materia informativa provocaron unos índices de

8. Un debate

Page 54: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

54 55

lectura de diarios bastante bajos. No olvidemos que, hasta su venta durante el primer gobierno socialista, el Estado era propietario de los periódicos (algunos incautados des-pués de la Guerra civil), del partido único, el Movimiento Nacional.

En tercer lugar, recordemos que, además, las emisoras de radio debían conectarse en cadena con Radio Nacional para emitir las noticias, antes llamadas parte (de guerra), hasta la liberalización de las ondas en 1977.

En cuarto lugar, la desaparición de las revistas políticas antifranquistas (Triunfo y Cuadernos para el Diálogo).

En otras palabras, la base de la cultura política de la transición tiene estos elementos constitutivos.

En cambio, en Europa, desde 1945, las democracias fue-ron incorporando paulatinamente los avances tecnológicos al propio sistema: prensa y radio y después televisión. Su cultura política es, en todos los sentidos, diferente y más arraigada.

El debate, en las administraciones autonómicas en la década de los ochenta, era poder crear sus propios medios de comunicación públicos pero sin un debate previo sobre el concepto de servicio público. Se suele poner como ejemplo la BBC británica, pero nadie se atreve a concretar el modelo en su propia casa. Se prefirió, en cambio, mantener los viejos tics atávicos de control de los medios públicos por parte del poder gobernante. La idea patrimonialista de los medios como si fueran un espacio acotado y casi privado del partido gobernante. Los 23 años de Jordi Pujol en la Generalitat son un buen ejemplo de ello.

El siguiente debate se refiere a si los gobernantes deben utilizar mecanismos indirectos para mantener una relación

Page 55: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

54 55

cordial con los medios, léase con las empresas periodísticas. La polémica suscitada por la cuantía de suscripciones a unos determinados medios no debería desviar la atención sobre este tema. La administración pública, con dinero público, no se puede convertir en un cliente privilegiado de algunos medios. En Cataluña, alguien del anterior gobierno mo-nocolor debería explicar cómo fue posible comprar tantos ejemplares diarios y, por lo tanto, subvencionar de manera indirecta esos medios. No se puede confundir a la opinión pública con argumentos de cortina de humo.

El tercer debate se sitúa en la confusión que a veces se produce sobre dos conceptos que se parecen pero que no son iguales. La libertad de información no se puede confun-dir con la libertad de mercado. La confusión entre medios y empresas no debería, en una lógica casi filosófica, nublar la razón de los gobernantes y de los empresarios.

El nulo poder de decisión del Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) sobre las licencias o las sanciones deja en manos de la administración la concesión de frecuencias, con las dudas que se han producido en la anterior etapa sobre los criterios utilizados. El CAC, como organismo autónomo, debería ser el garante de este tipo de políticas.

Los medios deberían reflexionar, como lo han hecho sus colegas de otras democracias. Significar sus preferencias políticas no debe conllevar seguidismo político, sino todo lo contrario: ésta es una información que el lector y la opinión pública agradecerían. De esta manera, los medios independientes podrían afirmar que no son neutrales. El cuarto debate no depende del poder político, pero éste no debe tener la tentación de intentar regular las relaciones entre los medios y las administraciones. Se dice que la mejor

Page 56: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

56 57

ley de prensa es la que no existe. Es posible. Pero también es cierto que los políticos deberían aplicarse la lección de la separación de poderes, y el cuarto no debería confundirse con el segundo, el ejecutivo.

Page 57: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

56 57

9. La influencia de los medios

¿Qué papel juegan los medios de comunicación durante el período electoral? Esta pregunta ya la formuló el po-litólogo norteamericano Paul Lazarsfeld en la década de los años 40, en relación con las elecciones presidenciales norteamericanas. Quería saber si los medios tenían alguna influencia en el cambio de voto de los electores. La respuesta fue negativa, pero descubrió, en cambio, que los medios de comunicación refuerzan la predisposición favorable de los electores a votar un candidato o un partido.

Hoy, las campañas electorales son vistas como la con-frontación audiovisual de los candidatos que simbolizan el partido, el ideario, el programa y la ideología: González vs. Aznar; Pujol vs. Maragall; Bush vs. Kerry. Esta personaliza-ción de las campañas es la deriva hacia la lógica de la “ame-ricanización”, es decir, la polarización del enfrentamiento político en el candidato y no en la marca partido.

Ello genera una percepción de la opinión pública, en el caso español y catalán, de unas elecciones parlamentarias vividas como presidenciales.

Actualmente, los medios se han convertido en los inter-mediarios entre los líderes y los electores, reduciendo, en

Page 58: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

58 59

cierta medida, el papel de los partidos y de sus militantes. Para ser más precisos deberíamos decir que los líderes polí-ticos se dirigen a los segmentos que están más expuestos a las informaciones, para que las filtren, las seleccionen y las transmitan al grupo social. Son los denominados “líderes de opinión”. Son aquellos que formarán la opinión pública.

El segundo segmento al que se dirigen es a los creadores de opinión publicada, aquellos que alimentarán a los líderes de opinión con las ideas que han transmitido los políticos. Como es evidente, el papel del periodista y del articulista es clave en todo el proceso.

Los medios tienen un comportamiento que produce efectos sobre los resultados finales de una elección, lo que se ha convenido en llamar clima de doble opinión. Este fenómeno es posible cuando existe una diferencia entre el clima percibido por la población y el clima representado por los medios.

El clima de doble opinión es básico en las campañas electorales ya que puede existir una contradicción entre aquello que piensa la población sobre un candidato o un partido como posible ganador y aquello que piensan los medios, que puede ser lo contrario. ¿Quién gana en estos casos? Siempre ganan los medios, ya que son los transmi-sores ante la opinión pública.

Analizar los medios y su comportamiento durante las campañas es un elemento para obtener más luz sobre aspectos que normalmente no se tienen en cuenta, pero que son de mucha importancia ya que los resultados fina-les dependen, en gran medida, del trato que recibirán los políticos y los partidos. Además, debemos tener en cuenta que las imágenes que se forman los electores vienen de-

Page 59: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

58 59

terminadas en el tiempo y no en los quince días legales de duración de una campaña.

Entre la realidad y la percepción, los medios son creado-res de imágenes, positivas o negativas, pero ya se sabe que en política la percepción es la realidad y los medios no son unos simples observadores. A veces, son también actores directos en la arena política.

Page 60: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

60 61

Como las elecciones se han convertido en la confronta-ción audiovisual de las imágenes de los líderes que perso-nifican el partido y sus ideales, la televisión se convierte en el espacio mediático de referencia.

Según Roland Cayrol (1992): “La comunicación política moderna refuerza el papel de las personalidades. Tiende a confiar a la institución-televisión un papel autónomo en la selección de los problemas alrededor de los cuales debe desarrollarse el debate político, en la elección de los temas a debatir en la comunicación entre gobernantes y gobernados. Añadiría: tiende a operar un desplazamiento del lugar de la política.

“Se produce, durante un período electoral, una casi-coin-cidencia entre el sistema político y el sistema de televisión: es en la televisión que el acontecimiento político se desarrolla. La televisión da el tono de la campaña, le asegura su ritmo, y pone el énfasis en los grandes momentos. Las grandes emisio-nes, los grandes debates televisados constituyen en adelante los ‘momentos álgidos’ de las campañas electorales.”

Según el sondeo del Institut de Ciències Polítiques i So-cials (ICPS) de Barcelona del 2002, los televidentes que votan

10. Tipologías

Page 61: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

60 61

Distribución de las preferencias televisivas de cada electo-rado (según su recuerdo de voto en las elecciones autonó-micas de 1999)

TV1 TV2 TV3 C 33 A3 Tele 5Canal+

CSD

Vía

DigitalOtros

No

miraNS/NC Total

PP 28,2 12,1 14,5 0,0 22,6 18,5 2,4 0,0 1,6 0,0 0,0 100

CiU 11,7 3,0 62,5 1,3 6,4 11,5 1,3 0,2 0,8 0,6 0,8 100

ERC 2,7 2,7 78,4 9,5 2,7 2,0 0,0 0,0 0,0 0,7 1,4 100

PSC 22,0 3,8 32,9 0,8 10,9 24,8 1,4 0,4 1,0 2,0 0,2 100

ICV 5,6 12,7 46,5 7,0 2,8 16,9 2,8 0,0 2,8 2,8 0,0 100

Otros 25,0 0,0 41,7 0,0 8,3 8,3 8,3 0,0 0,0 8,3 0,0 100

Abst. 12,2 6,5 35,3 3,1 17,3 17,3 2,9 0,2 0,7 3,1 1,4 100

NS/NC 24,6 2,9 38,9 0,6 9,7 13,1 1,1 1,1 1,1 3,4 3,4 100

Total 15,8 4,8 44,6 2,2 10,7 16,1 1,8 0,3 0,9 1,9 1,0 100

Fuente: Sondeo de Opinión Pública, 2002, ICPS

��

��

��

��

��

��

��

��

��

�� ��� ��� ��� ���

���

���

���

����� ��

������ �

���� �

al Partido Popular ven mayoritariamente TVE1 (28,2%) y Antena 3 (22,6%). Los que recuerdan haber votado a la coalición nacionalista conservadora CiU ven TV3 (62,5%)

Page 62: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

62 63

de forma abrumadora. Los republicanos de ERC son aún más seguidores de TV3 que los de CiU superando el 78,4%. En cambio, los socialistas se reparten entre tres cadenas TV3 (32,9%), Tele5 (24,8%) y TVE1 (22%). Finalmente, los ecosocialistas ven TV3 (46,5%).

Los medios de comunicación han mantenido siempre su independencia y se ha debatido mucho sobre su objetividad, pero es innegable que no siempre han sido neutrales.

El posicionamiento político de los medios escritos se debe a una línea editorial que fija, en gran medida, dónde se ubica el diario en función del espacio de lectores al que quiere llegar. Pero estos lectores votan. Veamos cómo se posicionan los lectores en el ámbito político. Ello nos dará pistas para entender las posteriores opciones de los medios de comunicación.

En el sondeo de opinión realizado por el ICPS de Barce-lona publicado este año, se puede ver cómo los lectores de diarios se posicionan a partir de su recuerdo de voto en las elecciones autonómicas del 1999.

¿Qué nos indica el barómetro del ICPS? El diario El País es leído por los votantes socialistas (44,5%), seguido por los votantes de IC-EUA (16,4%). La Vanguardia es un periódi-co fundamentalmente de lectores de CiU (37,3%), seguido por socialistas (16,2%). El diario Avui se reparte el espacio nacionalista entre CiU (55,1%) y ERC (36,2%). En lo que se refiere a El Periódico se deben diferenciar las dos ediciones. En primer lugar, la edición en castellano es leída más por votantes socialistas (34,1%), seguido por CiU (18,2%). En segundo lugar, la edición catalana es leída por votantes de CiU (29,5%), seguido por ERC (19,7%) y socialistas (17,5%). El Mundo tiene sus lectores ubicados entre el PP (15,4%)

Page 63: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

62 63

y CiU (15,4%). ABC es el diario leído por votantes del PP (29,4%).

Desde este punto de vista y para simplificar, se podría atribuir a los medios escritos una adscripción ideológica a partir de sus lectores: más conservador, más nacionalista, más progresista, derecha-izquierda. En esta lógica, los medios de comunicación son como los partidos políticos: intentan conseguir el máximo número de lectores en su espacio.

En el sondeo post-electoral de Vox Pública para El Perió-dico se constata que la campaña electoral fue decisiva ya que, según el estudio, los sondeos previos fallaron por los cambios de opinión durante los quince días de campaña y

Recuerdo de voto autonómico

PP CiU ERC PSC ICV Otros Abst. NS/NC Total

El País 3,1 6,3 3,1 44,5 16,4 2,3 19,5 4,7 100

La Vanguardia 7,0 37,3 5,9 16,2 1,4 1,2 23,2 7,7 100

Avui 0,0 55,1 36,2 1,4 0,0 0,0 7,2 0,0 100

El Periódico (cat.) 1,1 29,5 19,7 17,5 5,5 2,2 16,9 7,7 100

El Periódico (cast.) 10,5 18,2 2,3 34,1 8,1 0,8 16,7 9,3 100

El Mundo 15,4 15,4 0,0 0,0 0,0 0,0 38,5 30,8 100

ABC 29,4 11,8 0,0 11,8 0,0 11,8 35,3 0,0 100

Otros 4,5 27,2 10,1 23,8 0,9 1,1 23,1 9,2 100

NS/NC 0,0 0,0 0,0 50,0 0,0 0,0 0,0 50,0 100

Total 5,8 27,9 9,1 23,1 4,0 1,4 20,5 8,0 100

Distribución de los lectores de los diarios según el recuerdo de voto en las autonómicas de 1999

Fuente: Sondeo de Opinión Pública, 2002, ICPS.

Page 64: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

64 65

fundamentalmente en la última semana. Si la teoría dice que la fidelización del voto se realiza en las etapas previas, en este caso el PSC perdió una parte importante de su voto hacia ERC e ICV en esas dos últimas semanas. En cambio, CiU atrajo a última hora a muchos más electores que nadie.

Es importante retener este dato ya que la información de los electores se vehicula a través de los medios de comuni-cación. Es en este sentido que cobra relevancia el papel que juegan los medios escritos en la consolidación y, en parte, movilización del voto hacia una u otra opción política. Sin olvidarnos, claro, de la televisión y la radio.

Page 65: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

64 65

11. Medios en campaña

Las elecciones catalanas del 16 de noviembre de 2003 cerraron una página de la historia política de este país y abrieron una nueva aún por escribir y definir. Las interpre-taciones de todo tipo sobre las claves explicativas de los resultados de aquel día y los efectos posteriores tuvieron consecuencias impensadas al filo de la medianoche de aquel domingo lluvioso de otoño.

La novedad más significativa de la campaña electoral y de la precampaña fue el papel que han jugado los medios de comunicación de masas en su posicionamiento favorable a una opción política y a un candidato determinado. La no-vedad radica en que los medios escritos privados jugaron a fondo una carta, mientras que en las anteriores elecciones los matices eran más importantes que el color puro.

Analicemos, pues, los medios escritos y sus posturas an-tes, durante y después de la campaña electoral. Es cierto que la opinión de un diario se expresa en su editorial y que los articulistas exponen posturas personales, pero también es cierto que en muchos casos la cantidad de opinadores de un signo u otro hacen que la balanza se desequilibre hacia

Page 66: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

66 67

Fecha Titulares El País

9 noviembrePSC y CiU llegan empatados a la recta final de la campaña. Maragall podría gobernar con Iniciativa y Esquerra, según la encuesta de Opina

16 noviembre Cataluña ante sus primeros comicios sin Pujol

17 noviembreMas gana en Cataluña, pero Esquerra tiene la llave del Gobierno. El PSC se queda a cuatro escaños de CiU, aunque logra 8.000 votos más

8 diciembre PSC y ERC alcanzan un pacto para un Gobierno presi-dido por Maragall

17 diciembre Maragall tiende la mano al PP en su investidura como presidente catalán

un color u otro. No hay que confundir independencia con neutralidad.

El criterio de selección ha sido optar por los medios de más circulación y sobre todo hacer más hincapié en La Van-guardia y El Periódico, que tienen unas portadas que pro-ducen un mayor impacto visual. El diario El País mantiene una postura más neutra y aséptica en su posicionamiento ante los acontecimientos, en ningún momento se decanta de manera muy clara a favor de una opción política.

Veamos algunas de las portadas y editoriales publicadas por El País más representativas durante estos casi dos meses entre campaña y elección de presidente.

En cambio, en el editorial que comenta el resultado elec-toral fija su atención en un pacto nacionalista, poniendo como primera opción un acuerdo entre CiU y ERC, o bien un gobierno en minoría de CiU hasta marzo. Sólo si fracasan estas dos opciones, se plantea el tripartito de izquierdas. Para

Page 67: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

66 67

El País, las primeras luces del día después amanecieron nacio-nalistas, para variar poco después a favor del tripartito.

Pero donde se produjo de verdad el duelo de titanes fue en la contraposición de dos medios de comunicación escritos que jugaron, a diferente escala, un papel preponderante en la campaña autonómica. Me refiero a La Vanguardia y a El Periódico. El matutino centenario se ha colocado, como veremos, desde la asunción de sus cargos de Conseller en Cap y de secretario general de CiU, en pro de Artur Mas.

Veamos algunas portadas de este mes y medio de in-farto:

Fecha Titulares La Vanguardia

8 noviembreMas alcanza a Maragall, según un sondeo del CISMas arriesga y Maragall defiende en el debate televi-sado de las catalanas

9 noviembre Mas y Maragall llegan igualados a la recta finalMas amplía su nota frente a los otros candidatos

12 noviembre Mas se lanza a impedir un pacto PSC-Esquerra

16 noviembre Catalunya se la juega

17 noviembre Mas toma el relevo de Pujol y bate a MaragallMas constata que hay una mayoría nacionalista

27 noviembre El PSC bloquea el Govern tripartito que pide ERC

9 diciembre ERC se prepara para justificar su no a CiU

12 diciembre Maragall, presidentMas sostiene que el nuevo Gobierno nace débil

21 diciembre Relevo en el Palau

Los editoriales del decano de la prensa barcelonesa siguen la misma pauta argumental que las portadas. El editorial que analiza los resultados electorales se titula “La victoria de Mas” y argumenta las grandes posibilidades del ganador de convertirse en presidente:

Page 68: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

68 69

“Su victoria ha sido democráticamente incontestable, de carácter histórico (...) y finalmente, por un margen suficiente para que pueda conformar una mayoría alter-nativa creíble a un gobierno de izquierdas.”

Para el PSC y su candidato éste, entre otros comenta-rios:

“El PSC y Pasqual Maragall han vuelto a perder las elec-ciones. Repite así el infausto resultado de 1999 (...) El dis-curso errático del presidenciable socialista no asumiendo, como hace cuatro años, anoche su derrota hace presagiar que el PSC intentará un gobierno de izquierdas.”

Para añadir:

“(...) son los grandes perdedores de la jornada de ayer y habrá que ver cómo influye este fracaso en su futuro in-mediato. Tanto en el partido como en su candidato.”

Pero La Vanguardia nos reservaba una sorpresa. El do-mingo 30 de noviembre, el editorial con el título de “Incer-tidumbres postelectorales” abre portada para fijar la línea argumental del diario favorable a una coalición gobernante frente a la otra. El penúltimo párrafo es muy explícito:

“Si ambas fórmulas son aritméticamente posibles, hay que plantearse inevitablemente dos preguntas. ¿Se puede desplazar al legítimo ganador de las elecciones a la oposición, con el indisimulado objetivo de buscar la voladura de su espacio electoral? Se puede, pero no

Page 69: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

68 69

parece lógico. La fractura que se produciría en el mundo nacionalista, si Esquerra Republicana interrumpiera 23 años de gobierno sin que existan razones sólidas para ello, tardaría años en cicatrizar. ¿Se puede dar la pre-sidencia de la Generalitat al candidato que perdió las elecciones? Se puede, pero tampoco parece lógico. Tanto es así que ni en los gobiernos españoles que se han con-formado desde el inicio de la transición, ni en Catalunya se ha producido nunca una situación como ésta.”

En cambio, El Periódico ha jugado un papel de primer orden a favor de Maragall y del tripartito de izquierdas, pero sin llegar a la posición dominante de La Vanguar-dia. Si se me permite un toque de humor, cada uno lleva perfectamente el color adecuado en su mancheta: azul La Vanguardia y rojo El Periódico.

Veamos ahora El Periódico y sus portadas:

Fecha Titulares El Periódico

8 noviembre Maragall, probable President

16 noviembre El dilema: Catalanismo abierto, plural y progresista

17 noviembre Victoria de los Nacionalistas

20 noviembre Maragall reafirma la autonomía del PSC

5 diciembre CiU acentúa la ofensiva sobre Carod-Rovira

8 diciembre: Los negociadores de ERC propondrán el acuerdo de izquierdas

10 diciembre El Pacto del Cambio

17 diciembre Ara toca Maragall

21 diciembre Maragall asegura que no romperá la cuerda de España

El editorial de El Periódico que analiza los resultados electorales lleva como título “Una inesperada victoria na-cionalista”. En él se hace un repaso muy sucinto de lo que

Page 70: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

70 71

ha pasado en Cataluña y el futuro que se abre; en resumen, que los pactos están abiertos y que se producirá una refor-mulación del autogobierno.

El editorial del 10 de diciembre, tras el acuerdo de los tres partidos de la izquierda para investir a Maragall como presidente de la Generalitat, era “Sí a este paso hacia de-lante” en portada con el siguiente inicio:

“Después de 23 años de pujolismo, los catalanes tendre-mos por primera vez otra manera de dirigir Catalunya. El PSC y ERC bendijeron ayer el pacto del cambio al que se sumará Iniciativa. Se abre una etapa de renovación política y social llena de desafíos.”

Hasta aquí la comparación de los medios de comunica-ción escritos en campaña y en post-campaña.

Los medios de comunicación han jugado de manera directa sus opciones con más o menos visibilidad. Ahora la asignatura pendiente para todos ellos es significar sus pre-ferencias antes de las elecciones, como lo hacen sus colegas norteamericanos y británicos. Ello se concreta en definirse de manera explícita, y no implícita como hasta ahora, en un editorial ante las elecciones a favor de una opción o candi-dato. El lector, entonces, sabrá cuál es la línea editorial, sin menoscabo de la objetividad inherente a la profesión.

Page 71: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

70 71

III. LAS CAMPAÑAS

Page 72: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

72 73

Page 73: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

72 73

Cataluña

12. Elecciones de geometría variable

La democracia tiene, a veces, unas paradojas que la hace más apasionante e incomprensible. Los resultados de las elecciones al Parlamento de Cataluña del 17 de octubre de 1999 han puesto sobre el tapete un debate académico sobre la legitimidad. ¿Quién tiene más legitimidad para gobernar: el candidato que ha obtenido más votos o el candidato que ha obtenido más escaños? La respuesta po-dría ser aquella famosa afirmación de Pío Cabanillas en las elecciones de junio de 1977: “Ganaremos, no sé quienes, pero ganaremos”.

Los electores han votado mayoritariamente una lista (37,8% para el PSC) pero los pesos y contrapesos de las circunscripciones han otorgado una mayoría relativa de es-caños a otro partido (CiU). Este fenómeno no había ocurrido antes en nuestra democracia. Si siguiéramos la tradición nos podríamos encontrar con una victoria electoral del Partido Laborista en la década de los cincuenta pero con una mayoría absoluta del Partido Conservador. Estas son las reglas del juego del sistema mayoritario. En cambio, el sistema proporcional intenta evitar este desfase entre votos y escaños, salvo en esta ocasión. Partido más votado versus

Page 74: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

74 75

partido con más escaños. En todo caso, los votantes tienen la última palabra y ya han hablado.

Estos comicios también nos han aportado una serie de lecciones muy interesantes: los mitos del oasis catalán también se han roto. El primer mito es que el aumento de la participación sería con toda probabilidad un elemento determinante de la victoria socialista. Si la gente no salía a votar, la izquierda no tenía ninguna posibilidad. Pues no. Con el 60% de participación, la izquierda ha vencido y de manera suficiente.

El segundo mito, el concepto de abstención diferencial, es decir que los votantes socialistas de las elecciones gene-rales se abstienen en las elecciones autonómicas. Pues tam-poco. CiU tiene también una abstención que no se puede tipificar de diferencial, pero que es de 200 mil votos, como en las pasadas elecciones municipales.

El tercer mito dice que cuando los electores socialistas de la Región Metropolitana voten en las elecciones auto-nómicas, el PSC ganará. Cierto, el domingo 17 de octubre salieron a votar y la izquierda ganó.

El último mito es que el voto dual o sociovergente (ha-blamos de aquellos votantes socialistas en unas elecciones y convergentes en las otras), tuvo tantas dudas que al final una parte importante se quedó en casa viendo como llovía.

Una vez analizada la mitología electoral catalana, veamos algunos elementos básicos del comportamiento electoral.

Por bloques ideológicos, el bloque progresista (PSC-ICV-ERC) ha aumentado su presencia, mientras el bloque conservador (CiU-PP) ha bajado de manera ostensible (9 diputados con respecto a 1995). La situación recuerda bas-

Page 75: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

74 75

tante a los espacios electorales de las primeras elecciones al Parlamento de Cataluña de 1980. Bloque mayoritario de progreso y gobierno de mayoría relativa de CiU.

Para llegar a esta situación se ha dado un comportamien-to electoral diferente respecto de las anteriores elecciones autonómicas. Siendo la abstención elevada, el resultado ha sido más cercano a un comportamiento electoral de las elecciones municipales que de las autonómicas. Es cierto que en estas elecciones, a diferencia de las de 1995, se dilucida-ba el futuro a partir de dos candidatos en clave catalana, mientras que entonces la elección estaba contaminada par la polarización española, y de ahí el magnifico resultado del PP con Vidal-Quadras al frente.

Otro elemento a tener en cuenta es la fragmentación del espacio de IC, EUiA y Verds que rompió en mil pedazos cualquier posibilidad de obtener, por parte de IC, unos resultados que detuvieran la hemorragia de votos hacia la candidatura de PasquaI Maragall. La coalición entre IC y PSC en las tres provincias fue inteligente, pero la fractura de las tres fuerzas no lo fue tanto.

La estructura del voto entre los dos partidos mayoritarios también indica el tipo de electorado que conforma a cada uno de ellos. Los socialistas han demostrado que tienen un electorado más urbano, mientras que CiU ha vencido en las zonas rurales. Las estructuras de cada partido tipifican en gran medida las estructuras de sus electorados.

ERC mantuvo su espacio electoral, salvando la escisión del PI de 1996, y se convierte en un partido equidistante a partir de ahora hasta las próximas elecciones generales de marzo de 2000. Seguramente podría vivir en la indefinición hasta que se resuelva el tema español. Mientras tanto, el PP

Page 76: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

76 77

salvó parte de sus diputados, frenando en gran medida la pérdida previsible de votos. El desembarco de Josep Piqué para el asalto de las futuras elecciones generales se encon-trará con un Partido Popular relativamente reforzado.

Los escenarios que deparará el futuro Parlamento con-vierten los posibles pactos en una estrategia de geometría variable donde todo es posible y nada está asegurado. Ve-remos quienes se convierten en las víctimas de los daños colaterales.

Lo más importante será, sin duda alguna, la recuperación del papel determinante del legislativo catalán. Si en estos años Jordi Pujol y su ejecutivo habían, en cierta manera, ninguneado al Parlamento, a partir de ahora esto no será factible. Cada ley dependerá de las mayorías creadas ad hoc, gobierne quien gobierne.

El escenario español ha recibido también un impulso nuevo. Si el gobierno Aznar jugó desde el primer momento a mantener a su aliado al frente de la Generalitat, los resul-tados electorales definen variables nuevas para las elecciones legislativas de la primavera del 2000. PP y PSOE pueden rea-lizar una lectura positiva de los resultados obtenidos. Pero deberíamos recordar que las lógicas internas de las elecciones no son extrapolables a otros eventos electorales. Las claves catalanas no siempre son interpretables en clave española.

Para concluir este somero análisis de las elecciones de 1999, alguien podría tener la tentación de parafrasear a Lampedusa: “Que todo cambie, para que todo siga igual”. La verdad es que después de los resultados nada será igual en el oasis catalán. El ciclo político que se inició en 1980 ha finalizado con estas elecciones. Ahora nos encontramos ante el inicio de un nuevo período político donde los mitos

Page 77: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

76 77

y las paradojas del pasado marcaron la historia electoral de este país. Sin embargo, no serán determinantes para comprender las pautas de comportamiento de los electores del siglo XXI.

Page 78: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

78 79

13. La espiral del silencio

¿Qué se entiende por espiral del silencio? Ya hablé en El Príncipe mediático de este concepto, pero me parece importante volver sobre el tema para poder explicar la complejidad del sistema político catalán.

Este concepto fue descrito por una socióloga alemana, Elisabeth Noelle-Neumann (1995):

“La hipótesis que había que comprobar era si los dife-rentes grupos de opinión diferían en su disposición a defender públicamente sus puntos de vista y conviccio-nes. La facción más dispuesta a proclamar su posición tendrá un mayor impacto e influirá más, por tanto, en los demás, que podrían acabar incorporándose a su grupo de seguidores aparentemente mayor o creciente.”

Las personas captan los climas de opinión que se con-vertirán en opinión pública. Como afirma Noelle-Neumann, la gente tiene miedo al aislamiento social, no quiere ser marginada del grupo social y, por lo tanto, cuando capta que se encuentra en minoría, calla. Este silencio hace que se imponga una opinión sobre las otras posibles.

Page 79: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

78 79

Una manera de estructurar la espiral del silencio es con la creación de un clima de opinión favorable o desfavorable con una opción política.

Como dice Noelle-Neumann, “el factor decisivo es cuál de los dos bandos de una controversia tiene la fuerza suficiente como para amenazar al bando contrario con el aislamiento, el rechazo y el ostracismo”.

Cuando este fenómeno actúa, el partido favorecido gana las elecciones porque no tiene contrincante en el espacio del debate público. Unos imponen su opinión a otros que se esconden de sus siglas. Cuando esto ocurre, unos han ganado antes de empezar la campaña.

En síntesis, en palabras de Noelle-Neumann: “los que confían en la victoria se pronuncian y los perdedores tien-den a callarse”.

Pero donde ha actuado más tiempo la espiral del silencio ha sido en Cataluña en las elecciones autonómicas a favor de Convergència i Unió. El origen se debe de situar en la primera campaña de marzo de 1980. Los datos, pocos, que se disponían de la época daban como ganador al Partit dels Socialistes de Catalunya, ya que era la opción política que había ganado las tres elecciones celebradas hasta entonces (generales 1977-1979 y municipales 1979). Jordi Pujol no había hallado aún el discurso que lo llevaría a ganar elec-ción tras elección.

1980 fue el año de la creación de un clima de opinión que se convertirá en espiral del silencio. El publicista responsa-ble de la estrategia ganadora de CiU fue Joaquín Lorente (1986) que explicó cuáles fueron los ítems sobre los que se basaron pare crear este clima.

Dice Lorente: “Puesto que parecía inútil hablar a los

Page 80: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

80 81

muchos convencidos de UCD y del PSOE-PSC de aquel mo-mento, recomendé una fortísima segmentación de mercado: dirigirnos con gran contundencia al público con motivación catalanista y hacerles entender la diferencia que existía en-tre los otros partidos y el nuestro. Lo que podía parecer una desventaja, convertirlo en un claro posicionamiento de ventaja. No ocultar ni diluir nuestra propuesta, todo lo contrario, potenciarla”.

Así nació el concepto de “sucursal” y de “sucursalismo” y su variante que se refiere a unos partidos con dependencia de Madrid. El silogismo sería: PSC igual a PSOE. PSC igual a sucursal del PSOE.

Continúa Lorente: “Así propuse y nació el eje Catalunya no pot ser una sucursal (Cataluña no puede ser una sucursal), un tipo de lenguaje nuevo en política, absolutamente claro para todos y asimilable para bastantes. Convergència i Unió se presentaba como gran defensora de las aspiraciones de Cataluña: sólo dependía de los votos de sus ciudadanos. Los grandes partidos de ámbito estatal eran en Cataluña, para el público y lógicamente muchas veces en la práctica, subsidiarios de las decisiones que se tomaban en sus sedes centrales.

Es cierto que este concepto arraigó en la opinión pública convirtiéndose en espiral del silencio. Aunque la historia es cruel. Recordemos, además, que los socialistas perdie-ron las elecciones porque una parte de su electorado se abstuvo (la famosa abstención diferencial) y después, en posteriores elecciones, otra parte de su electorado votó a CiU (voto dual).

Las elecciones al Parlamento de Cataluña de 1984 fueron el inicio de la hegemonía de CiU en el espacio autonómico.

Page 81: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

80 81

Jordi Pujol obtuvo la mayoría absoluta que repite hasta 1995. CiU, de 1984 a 1995, ganó antes de comenzar la cam-paña porque aplicó de manera implacable los criterios de repetición para mantener el clima de opinión que alimentó la espiral del silencio: dar argumentos para mantener la mayoría social de la opinión pública y hacer que los adver-sarios no se atrevan a manifestarse. Cuando uno habla y los adversarios callan, ya has ganado porque el que habla impone su opinión. Este fenómeno ha sido la tónica habitual en el espacio electoral autonómico.

En Cataluña, la espiral del silencio convirtió las elecciones autonómicas en una cita electoral muy predeterminada.

Las elecciones de 1999 representaron el final de la espi-ral del silencio. Muchos factores intervinieron, pero el más importante, seguramente, fue la creación de un clima de opinión favorable al concepto de cambio. La espiral del silencio se rompe cuando en la controversia los dos tienen argumentos y uno no se impone sobre el otro, ni se esconde por miedo al aislamiento. 1999 es el inicio del debate de dos argumentos. Deja de existir el monólogo en la política catalana. La opción Maragall, la creación de la plataforma electoral Ciutadans pel Canvi, la ampliación del espacio elec-toral socialista, la alianza con Iniciativa per Catalunya son algunos factores positivos para crear un clima de opinión diferente. Otros factores que actuaron de manera negativa en el proyecto hegemónico de CiU fueron los 19 años de go-bierno, el cansancio de Jordi Pujol, visto como el otoño del patriarca, la sorpresa electoral en las elecciones municipales con la pérdida de 200 mil votos camino de la abstención. La combinación de todos estos factores tiene un efecto de fractura del monolitismo en el espacio político catalán. A

Page 82: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

82 83

partir de este momento vuelve a oírse el rumor del diálogo plural. Los cinco partidos parlamentarios están presentes. CiU ha dejado de ser la única voz. Las palmeras del oasis catalán empezaron a moverse por primera vez desde 1984. La tormenta del desierto del 2003 hizo el resto.

Page 83: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

82 83

14. Imprevistos

Antes de iniciarse la campaña de las elecciones autonó-micas del 2003, los estrategas de campaña se plantearon cómo podía afectar al buen desarrollo de la campaña catala-na el posible fallecimiento del Sumo Pontífice. El diseño de los escenarios fue planteado para minimizar los riesgos. Pero no podían ni imaginar que la noticia bomba de la campaña sería la historia de amor entre un Príncipe y una periodista, anunciada precisamente el 31 de octubre, el mismo día que se iniciaba la campaña electoral. Nadie podía prever una variable independiente tan sorprendente por inesperada. Minimizar los riesgos era cosa del pasado.

Si en el diseño estratégico primigenio se pensaba en un espacio de luto y contención, el segundo escenario, en cam-bio, se ve abocado hacia el color rosa y el optimismo. ¿Los electores han vuelto a su única condición de ciudadanos sólo preocupados con los detalles del romance?

Los efectos que puede tener el fenómeno Letizia en la campaña pueden ser de diferente índole. En primer lugar, el fenómeno Letizia tapa mediáticamente la campaña. El espacio de los media se convierte en un espacio casi exclu-sivo para la futura princesa y para el Príncipe.

Page 84: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

84 85

En segundo lugar, el fenómeno Letizia distorsiona la agenda política que debe marcar la pauta de la campaña. Esta distorsión se convierte en ruido que tiñe la campaña de otro color los anhelos políticos de los electores. Por ejemplo, ¿nos preocupa más el plebiscito convergente del Sí a Cataluña o el Sí del compromiso de Letizia del próximo jueves?

El debate que va a cruzar este país es concretar la fecha de la boda, olvidándonos del debate entre los candidatos del próximo viernes y de la fecha casi totémica del 16 de noviembre. Con tanto ajetreo, los electores deben recordar que el domingo 16 se vota.

Se podría pensar como otra hipótesis posible que el fenómeno Letizia puede tener efectos de anular todo el esfuerzo de campaña de los partidos políticos. La verdad es que una parte de la campaña ha durado casi dos años, y los electores pueden tener la sensación de cierto alivio des-engrasante con la noticia del compromiso. En este sentido, la pregunta que nos podríamos plantear es si, a este nivel, la campaña sirve para mucho, con o sin Letizia.

La respuesta académica es que la campaña sirve para consolidar al electorado fiel e intentar convencer los seg-mentos de indecisos que pueden decidir el resultado final. Las campañas sirven exactamente para eso que es, en el fondo, para todo. Si el trabajo del equipo de campaña ha sido realizado con la profesionalidad que se le supone, la campaña ha empezado dos años antes con los análisis de los resultados previos y movilizando al electorado propio para llegado el momento del inicio de la campaña tener las huestes preparadas para la batalla final. Entre el 70 y el 80% del electorado decide qué hará el día de las eleccio-

Page 85: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

84 85

nes antes de la campaña, decide ir o no ir a votar antes. La campaña visible de quince días busca mantener las posicio-nes y crecer a costa de los indecisos. Aquí Letizia no tiene ningún efecto.

La tercera hipótesis es que el fenómeno Letizia va a incre-mentar la abstención ya que la primera semana de campaña, de domingo a domingo, va a quedar tapada por la noticia y por el acto del compromiso. Entramos, pues, en la segunda semana y última con la futura princesa ocupando los espa-cios de comunicación. ¿A quién favorece esta situación? ¿Al candidato o partido que lleva ventaja en las encuestas o, al contrario, al candidato o partido que debe remontar? La respuesta debería ser la no-respuesta, pero, en principio, quien debe recuperar terreno necesita más ruido propio y el fenómeno Letizia no le favorece demasiado.

Pero también se podría pensar que el electorado es muy sensato y separa el romance rosa y optimista de Felipe y Le-tizia de los envites electorales que se juegan uno y cada uno de los electores con su voto el próximo 16 de noviembre, que como siempre será una gran fiesta de celebración de la democracia. De la misma manera que se ha abierto una página en la historia de la Casa Real, también el domingo 16 se cierra una página en la historia de este país, porque nada será igual en Cataluña a partir de los resultados de las elecciones.

Page 86: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

86 87

15. El plebiscito

Las elecciones autonómicas de noviembre de 2003 se plantearon por parte de la coalición gobernante CiU como un plebiscito para intentar revalidar su mayoría electoral.

¿Cómo llegó a plantear esta estrategia? A partir del análisis de su trayectoria electoral y de elementos nuevos que convertían la elección de 2003 en una apuesta a “todo o nada”.

La novedad era que su locomotora electoral, Jordi Pujol, no era, por primera vez desde 1980, candidato a la Presiden-cia de la Generalitat. En estos casos, ningún experto puede valorar qué peso electoral tiene este tipo de candidato. En otras palabras, qué valor electoral añadido representa un líder de las características de Pujol.

El factor nuevo era que la coalición se presentaba con un nuevo candidato, Artur Mas, que debía demostrar su valía electoral. Un elemento interesante de análisis es la campaña de promoción política e institucional que se practicó en el candidato convergente mientras fue Conseller en Cap de la Generalitat.

El tercer factor era su suave, pero constante, declive de los resultados electorales de la coalición iniciado con la últi-

Page 87: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

86 87

ma victoria electoral de 1995. Las incógnitas se abrían sobre las expectativas de futuro del espacio electoral de CiU.

Lo que, también, explica el declive electoral era la recu-peración de una parte del electorado conservador, históri-camente votante de la UCD y pasado de manera táctica a CiU, hacia las filas del PP.

El cuarto factor era que la abstención afectaba también a CiU. Como se sabe, el paso previo al cambio de voto es pasar por la abstención.

El quinto factor era la irrupción en el espacio nacionalista de CiU de un oponente poderoso como era ERC.

Finalmente, las encuestas daban como vencedor a Pas-qual Maragall y al PSC.

Del análisis de estos factores, los estrategas de CiU llega-ron a la conclusión que la mejor opción para sus intereses era plantear las elecciones como un plebiscito a favor o en contra de Cataluña, a favor o en contra de CiU, ya que durante 23 años la lógica de las campañas políticas e insti-tucionales habían convertido a Pujol igual a Cataluña, igual a Generalitat, igual a CiU.

Esta estrategia tuvo sus réditos electorales ya que CiU, por la distorsión de la no-ley electoral catalana, volvió a vencer en escaños pero no en votos. El problema para CiU y su candidato fue que las heridas que abrió durante la campaña le imposibilitaron poder formar una mayoría parlamentaria.

La segunda parte del partido se inició al día siguiente de las elecciones y acabó con la formación de un gobierno tripartito (PSC-ERC-ICV) y con Pasqual Maragall como pre-sidente de la Generalitat. A veces, los plebiscitos sólo sirven para acabar o en la oposición o en el retiro.

Page 88: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

88 89

Para finalizar, se habló mucho en esos días de pedagogía. La verdad es que la sociedad catalana descubrió de nuevo la pasión por la política. Pero también se hizo evidente que el voto de cada uno tiene su importancia. Los ciudadanos descubrieron, de nuevo, que vivimos en un sistema par-lamentario y no presidencial. No elegimos directamente al presidente. Elegimos unos representantes que deben formar gobierno y, como se demostró, la geometría es muy variable. Una cosa es ganar las elecciones y otra muy distinta conseguir los escaños suficientes para poder formar una coalición gobernante. Esta ha sido una gran lección y elección para todos.

Resultados electorales en Cataluña PSC-CiU 1995-2004

�������

�������

�������

���������

���������

���������

���������

��� ��� ��� ��� ��� ��� ��� ��� ��� ���

Nº votos

��� ���

Page 89: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

88 89

Esti

mac

ion

es d

e vo

to a

uto

mic

o (

2003

)

Emp

resa

No

xaV

ox

Vo

xV

ox

No

xaN

oxa

Vo

xO

pi

Cel

eC

ISV

ox

Op

iSi

g-2

Cel

e

REA

LES

Clie

nte

LVEP

EPEP

LVLV

EPSE

RLR

CIS

EPPa

ísM

un

do

Raz

ón

17-1

0-99

Fech

a19

En

e20

03

22

Ene

2003

Ab

ril

2003

06

Jul

2003

13

Jul

2003

14

Sep

t20

03

5 Oct

2003

31

Oct

2003

5 N

ov

2003

7 N

ov

2003

8 N

ov

2003

9 N

ov

2003

9 N

ov

2003

10 No

v20

03

9,5

PP7,

88,

37,

09,

57,

87,

88,

912

,011

,111

,110

,010

,512

,410

,7

37,6

CiU

34,7

32,6

32,1

31,6

33,7

33,7

33,0

30,0

31,5

32,4

30,9

32,5

32,2

34,3

8,7

ERC

10,7

12,4

13,4

14,0

14,5

15,1

13,3

13,0

13,1

12,6

13,7

12,5

12,8

11,9

37,8

PSC

43,0

40,5

41,0

38,8

36,3

36,4

37,0

35,5

37,2

34,4

36,5

34,5

3536

,2

3,9

IC/E

UiA

2,2

4,0

4,4

4,2

5,9

5,9

5,7

7,0

5,5

7,4

6,9

6,5

5,9

5,3

Page 90: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

90 91

España

16. Nueva campaña política

El Partido Popular inicia, en la campaña electoral de 1993, un cambio de estrategia política y comunicativa en España.

Aplica de manera adecuada los consejos de marketing político. Si recordamos la campaña del 93, el PP se presenta con un discurso sencillo, con ejemplos a nivel de unidad familiar, huyendo de los grandes números macroeconómi-cos y de palabras demasiado técnicas. Todos los políticos populares pasarán por las llamadas pruebas de pantalla (practicar delante de la cámara) y la unificación del mensaje. Desde estas elecciones se crea el núcleo de comunicación que enviará diariamente las respuestas que se deben dar a todos los niveles: ningún político popular interviene de-lante de un medio sin haber recibido previamente la nota pertinente. Ello posibilita una unidad de mensaje que los otros partidos no tienen.

A partir del período 1993-1996, el grupo de estrategia y el núcleo de comunicación se coordinarán para convertir los issues de las encuestas en mensajes: el más famoso de todos: “paro, despilfarro y corrupción”, seguido por el “váyase, Sr. González”.

Page 91: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

90 91

El PP consiguió, en primer lugar, crear un clima de opi-nión que se convirtió en una “espiral del silencio” contra el PSOE que le abrirá las puertas del Palacio de la Moncloa.

Si analizamos la lógica comunicativa del PP es relativa-mente sencilla y muy profesional: hacer comprensibles sus mensajes a la gente normal (ordinary people). Por ejemplo, “España va bien”.

La segunda vertiente fue cómo el PP, desde 1997, se hizo con el ideario de la “tercera vía” de Tony Blair, adaptándolo a España y bajo un lenguaje de centro reformador para aplicar políticas conservadoras. En este período la izquierda española tuvo graves dificultades para encontrar un lengua-je adecuado a su ideología (además de sufrir una profunda crisis de liderazgo).

El PP aplica la máxima que “en política la percepción es la realidad” y el mecanismo para crear esta percepción es a través de los medios de comunicación.

Las batallas electorales se libran en los medios, en los mensajes y en las imágenes. Esta es la novedad que ha in-troducido de manera implacable el PP desde 1993. Y que se quebró un jueves del mes de marzo del 2004.

Page 92: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

92 93

17. España y Aznar

El presidente del Gobierno, José M. Aznar, desde su lle-gada al poder en 1996 fijó un rumbo a su política interior que es cada día más excluyente de la realidad constitucional y más intolerante con la realidad nacional.

El presidente Aznar, en estos casi 8 años de mandato, convirtió en tema recurrente la unidad de España como arma arrojadiza contra la oposición de izquierdas y contra los nacionalismos periféricos.

Para Aznar y el Partido Popular, el PSOE es un partido que, si gobernara, propiciaría la fractura interna de la Nación española con temas tan diversos y conceptos tan alejados de la realidad de la mayoría natural como España plural, plurinacional y federal. El agente disolvente de la unidad patria, para el señor Aznar, es Pasqual Maragall y sus malas influencias en un partido socialista que debe mantenerse en la oposición para preservar la unidad mi-lenaria de la vieja Iberia. Para ello el PP ha vampirizado un concepto de un pensador alemán, Jürgen Habermas, Premio Príncipe de Asturias, para construir un arma argu-mental maniquea difícil de rebatir: el patriotismo constitu-cional. Quien no me siga en esta senda constitucional, no

Page 93: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

92 93

es un patriota. El problema es que Habermas construye el argumento a partir de la lealtad o confianza constitucio-nal, es decir, de las dos partes, en una lógica federal, no unitaria y unívoca como lo hace el PP. Retorcer una idea federal para convertirla en unitarista. Retorcer una idea de confianza, tan necesitada en ciertas zonas de España, entre los nacionalismos, central y periférico, para conver-tirlo en imposición. Es la diferencia abismal en el concepto entre los ideólogos del PP y los seguidores federalistas de Habermas. Frente al patriotismo se alza normalmente otro patriotismo de distinto signo. Así se traiciona el espíritu de consenso de 1978. La Constitución es el marco de en-cuentro, es la base donde se construye la casa común de convivencia, pero no es, en ningún caso, una casa cerrada y monocolor. Nadie tiene el monopolio de interpretar la Carta Magna.

La cuestión que se dirime, a 25 años vista, es la interpre-tación que hacen Aznar y el PP de la Constitución. Estamos asistiendo a un revival casi preconstituyente donde algunos de los valores que enmarcaron el pacto entre los partidos empieza a agrietarse por una obsesión electoralista del Partido Popular: la rentabilidad electoral de convertirse en defensor único y a ultranza de una España unida, unitarista, radial y centralizadora. Madrid vuelve a ser el centro en sentido estricto, geográfico y político. Esta idea excluyen-te de España se basa en una lectura miope de la realidad española. En este país, por mucho que lo intente el señor presidente, se hablan cuatro lenguas y no sólo una. España es una “nación de naciones” por mucho que lo nieguen algunos juristas y que la organización territorial se asemeja más a un Estado federal que al viejo Estado centralista, por

Page 94: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

94 95

mucho que los ministros de Fomento de turno intenten lo contrario con sus planes radiales.

La pregunta que se plantea cualquier observador ana-lizando la realidad política española es: ¿quién protege a España del señor Aznar? La sensación es que la vida políti-ca bajo su dirección nos lleva de manera indefectible a la mañana del 25 de febrero de 1981, cuando los centralistas de todo color pensaron que debían cerrar el proceso de apertura autonómica para volver a un sistema más cerrado y controlado. El fracaso de este intento en aquel momento no significó que la idea no fructificara de otra manera y con otros líderes. Aznar quiere implantar su modelo de España: unida y unitarista. Pero, ¿quién protege a España del señor Aznar?

Page 95: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

94 95

18. Irak

Las matanzas se suceden en Irak. Las carnicerías produ-cidas por los atentados nos han convertido en indiferentes a la visión del horror. Lo hemos asimilado dentro de la nor-malidad cotidiana. Las imágenes de los cuerpos destrozados forman parte de nuestra cotidianeidad. No nos conmueven. Ya no. Somos cada día un poco más insensibles. Expulsar de nuestras mentes los efectos de la muerte violenta se ha convertido en la base de nuestra propia supervivencia.

Hace un año de las manifestaciones contra la guerra de Irak. Hace un año que se removieron las aguas tranquilas de la ciudadanía. Hace un año que una parte de la socie-dad se frustró al creer que las protestas no tenían ningún efecto electoral de desgaste sobre el gobierno popular. Nada más alejado de la realidad. El 25 de mayo de 2003 las urnas dictaron una sentencia que el ruido mediático se encargó de tapar. El Partido Popular obtuvo 10 millones y medio en las elecciones generales y bajó a 7 millones 200 mil en las municipales.

Quien ganó las elecciones la noche del 2003 fue el PSOE, por primera vez en 10 años, y el PP perdió un millón de votos por el Prestige, un millón por Irak y un millón por la arrogancia del poder del presidente Aznar.

Page 96: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

96 97

Un año después de aquellas manifestaciones ciudadanas podemos ver como el gobierno Aznar se niega a dar expli-caciones ante la Diputación permanente del Congreso de los nuevos datos sobre las famosas armas de destrucción masiva de Saddam.

Del trío de las Azores, el único que está por encima del bien y del mal es Aznar, mientras que Bush y Blair se han visto obligados a consentir en la creación de comisiones de investigación parlamentarias. En España hemos descubierto con asombro que el gobierno no puede ser controlado por el legislativo en los cuatro meses que transcurren entre la diso-lución de las cámaras y la constitución del nuevo gobierno. Increíble pero verdad. Algún día el presidente Aznar, gran lector de la Constitución española, debería darse cuenta de que la soberanía nacional reside en el pueblo español y el legislativo es su espacio de representación. En ningún lugar de la Carta Magna está escrito que el presidente del Gobierno sea el único intérprete de la soberanía ni el único intérprete de los deseos de los españoles. Pero claro, de los tres tenores de las Azores, Aznar es el único que se permite interpretar solos sin control. Y desafina.

Page 97: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

96 97

19. Escenarios electorales después de la tragedia*

*Nota: transcripción del artículo publicado en El Periódico de Catalunya el sábado 13 de marzo de 2003.

El atentado de Madrid del 11 de marzo 2003 ha sumi-do en el silencio del dolor a todo el país en el final de la campaña electoral camino de lo que hubiera debido ser la gran fiesta de la democracia, el día de las elecciones. El atentado de Madrid abre una serie de interrogantes sobre lo que puede ocurrir el domingo 14 de marzo.

¿Qué efectos puede tener la barbarie en el electorado que deberá pronunciarse el próximo domingo? ¿Qué impac-to tendrá en el electorado el recuerdo de las imágenes del horror en el momento de emitir su voto? ¿Qué incremento de la participación se puede prever como reacción demo-crática al atentado insufrible? ¿Qué tendrá más efectos electorales: el voto emocional o el voto reflexivo?

Estas y otras preguntas se agolpan en la mente de los analistas para poder intuir las consecuencias del terror en el proceso electoral. Dejando claro que nadie quiere uti-lizar el atentado como elemento electoral. Pero bien es cierto que el domingo se celebran elecciones generales y

Page 98: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

98 99

las imágenes del jueves negro estarán presentes durante mucho tiempo.

El resultado del próximo domingo es incierto. Pero la ra-diografía del comportamiento electoral está ya contaminado por unos acontecimientos que marcan un antes y un después del 11 de marzo: el día de la infamia para los europeos y los demócratas, en general, y para los españoles, en particular.

Desde el análisis del día después y con muchas incógni-tas sin resolver, se pueden esbozar dos escenarios posibles a partir de quién es el autor del atentado y cuáles son sus posibles consecuencias electorales.

1. Escenario A: es ETA

El primer escenario es un escenario de “continuum” histórico del terrorismo interno, es decir hispano-español, y sus implicaciones son a nivel estrictamente peninsular. En este escenario el autor de la masacre es la organización terrorista ETA. Las implicaciones político-electorales abren diferentes campos de impacto en el electorado.

En primer lugar, la constatación que la campaña de las elecciones del 2004 ha sido contaminada desde el inicio por la banda terrorista ETA y el tema casi monográfico del terro-rismo. En este sentido, dos partidos han utilizado de manera directa o indirecta este tema en la campaña electoral.

En segundo lugar, el atentado da la razón al gobierno del Partido Popular del error político cometido por Josep-Lluís Carod-Rovira de entrevistarse con un grupo terrorista que no atiende a ninguna razón.

En tercer lugar, el rédito electoral de esta posición para

Page 99: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

98 99

el PP puede ratificar lo que ya indicaban las encuestas publi-cadas por los diferentes medios de comunicación el pasado fin de semana, es decir, una mayoría holgada del PP.

Recordemos que, en síntesis, las encuestas daban una horquilla de entre 162 a 177 diputados para el PP con una ventaja de entre 2 y 6 puntos porcentuales sobre el PSOE.

En cuarto lugar, la pregunta es: ¿cuál puede ser el resul-tado de ERC y su figura Carod-Rovira? Los siete diputados, los 400 mil votos y el grupo parlamentario eran el objetivo marcado por los republicanos para la noche del 14 de marzo, pero ¿se puede afirmar ahora que el electorado que pen-saba votar a ERC como un voto de protesta anti-PP sigue en las filas republicanas después de ver las imágenes del horror y de escuchar y leer como Carod-Rovira se mantiene en el mismo argumentario del diálogo tras la hecatombe de sangre? Seguramente, no.

Si se confirma este escenario, el debate político, después de la masacre, debería servir para recomponer la unidad perdida de los partidos democráticos contra el terror, su-perando de una vez la política en minúscula y de vuelo gallináceo para volver a la Política en mayúscula con sentido de Estado. Es lo mínimo que se les puede reclamar a todos los partidos, sin excepción, que aparquen sus diferencias y sean unitarios contra los terroristas.

2. Escenario B: es Al-Qaeda

El segundo escenario tiene unas consecuencias de índole internacional e implica a los países democráticos. Este es-cenario sobrepasa las fronteras españolas ya que la lucha

Page 100: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

100 101

contra el terrorismo se sitúa en clave global. Si los autores de la masacre son miembros de la organización de Ossama Bin Laden, la conexión se remonta al 11 de septiembre, a Nueva York, a la guerra de Irak, a la reunión de las Azores de Bush, Blair y Aznar, y al papel del gobierno español en la guerra y en la post-guerra iraquí. Si fuera cierta la conexión islámica del atentado, las consecuencias son muy diferen-tes a nivel de seguridad nacional y de la permeabilidad de las fronteras y son un nuevo desafío a las democracias occidentales.

¿Qué consecuencia electoral puede tener este segundo escenario? La incógnita es poder saber si el gobierno po-pular y el PP pueden recibir un castigo electoral por haber colocado a España en el punto de mira del terrorismo in-ternacional o, en cambio, el PP puede salir reforzado por la firmeza de sus convicciones en la lucha contra el régimen de Saddam Hussein. Este escenario abre muchos interro-gantes que tendrán respuesta con el tiempo. Pero la duda razonable existe.

En este escenario, el análisis nos lleva a constatar que cuando José M. Aznar llegó a la Presidencia del Gobierno en 1996, la democracia española seguía teniendo un enemigo declarado: la banda terrorista ETA. Ahora, ocho después y a punto de dejar la Presidencia del Gobierno, la democracia española tiene un segundo enemigo: Al-Qaeda.

Finalmente, es posible deducir que, mientras el primer escenario es más favorable al PP, en este segundo se podría pensar que los partidos que se manifestaron contra la gue-rra pueden verse reforzados.

Page 101: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

100 101

3. A modo de conclusión

Si no se hubiese producido el atentado de Madrid, se deberían tener en cuenta una serie de indicadores que nos sirvieran de guía para poder predecir e interpretar los resultados de las elecciones.

Pero, después del trágico suceso, ¿hasta qué punto se mantendrán inalterables estos elementos para el análisis?

Estos son algunos de los indicadores para poder inter-pretar los resultados electorales.

La participación: los especialistas habían fijado la fron-tera del 71% de participación como barómetro para poder determinar la mayoría absoluta del PP. Por debajo del 71, mayoría absoluta del PP; por encima del 71, mayoría relativa o sorpresa. Este límite del 71% no se sabe si sigue siendo válido o no. Recordemos que la mayoría absoluta del 2000 fue lograda con el 68% de participación.

La reacción ante la agresión terrorista puede provocar un sentimiento de participación más elevado de lo espera-do como demostración de apoyo a la democracia y como recuerdo solidario de las víctimas y sus familiares.

El voto emocional: en las anteriores elecciones se había detectado que se producía un movimiento de entre el 10 y el 15% de electores que cambiaban su voto en los dos últimos días. Era más un voto del corazón que un voto de la razón. Después del desastre, ¿quién será capaz de eva-luar qué tipo de voto se dará el próximo domingo? ¿Y qué dimensión tendrá?

El voto conservador: dice la teoría que en caso de dra-mas, el electorado tiene un comportamiento electoral conservador, es decir apoya al gobierno, le da un margen

Page 102: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

102 103

de confianza. Si se traslada de manera mecánica la teoría al domingo, el Partido Popular debería salir reforzado, salvo que el electorado castigue al gobierno por su responsabi-lidad si fuera cierto el segundo escenario.

Las encuestas: las encuestas a pie de urna ¿podrán detec-tar el clima de opinión que se habrá creado tras el atentado? La duda razonable estará, como siempre, al orden del día de la noche electoral.

Para finalizar, el domingo los ciudadanos darán, sin nin-guna duda, un ejemplo de civismo en defensa de un sistema político que costó mucho de crear. El domingo, el pueblo volverá a hablar. Nadie ganará ni perderá votos, tan sólo ganará la democracia.

Page 103: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

102 103

20. El cambio

El New York Times escribió, después de las elecciones del 14 de marzo de 2004, que a partir de ahora hay que hablar de la existencia de dos superpotencias: los Estados Unidos de América y la Opinión Pública. Para que se produjera el vuelco electoral que dio la victoria al PSOE y envió al PP a la oposición ocurrieron una serie de acontecimientos, mejor dicho, la acumulación de desaciertos, lo que Josep Ramoneda llamó “la conjura de los irritados”.

La irritación de una parte de la sociedad española es la constatación del tipo de política llevada a cabo por el gobierno Aznar en su segunda legislatura con una mayoría absoluta aplastante. No hace falta hacer una lista exhaus-tiva de los dos últimos años de Aznar, pero sólo con citar el “decretazo”, la huelga general, Prestige, la boda de El Escorial, la foto de las Azores, la carta del Wall Street Jour-nal, las manifestaciones anti-guerra o las tropas españolas en Irak nos dan algunas pistas sobre el malestar creado en parte de la sociedad.

La campaña se inició con una antelación inusitada. La publicación del encuentro entre la banda terrorista ETA y el Conseller en Cap Josep-Lluís Carod-Rovira en las páginas

Page 104: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

104 105

del ABC abrió la veda por parte de ministros del gobierno y del PP contra el tripartito y contra el PSOE, tachando de debilidad al líder socialista José Luis Rodríguez Zapatero. El tema del terrorismo se situó en la agenda de la campa-ña como un elemento preferente y estratégico para los populares. La campaña popular además insistía en el tono bajo, en proteger a su candidato y en no provocar una alta participación que favorecía al partido de la oposición. La frontera del 70% de participación era la diferencia entre la mayoría absoluta y la mayoría relativa, incluso la derrota. Además, la creación del clima de opinión sobre los réditos del terrorismo y el barullo y falta de liderazgo del PSOE fueron otros elementos de la táctica del PP.

En cambio, la estrategia socialista se basó en un cambio de imagen de su líder, conectándolo con los segmentos jóvenes, el famoso ZP. La campaña socialista, a diferencia de la popular, fue mucho más dinámica y los datos de las encuestas muestran cómo fue acortando la distancia con el partido en el gobierno. Algún analista ha apuntado que ello es debido a que hasta el inicio de la campaña Zapatero no había estado presente en los medios, pero durante la campaña los electores tuvieron la oportunidad de descu-brirlo.

El debate sobre qué hubiese ocurrido sin el atentado del 11 de marzo es pura ciencia ficción. Nadie lo puede saber. En todo caso, cada partido debe sacar sus propias conclusiones. Decir, como se ha dicho, que el resultado del 14-M fue un accidente y que el PP hubiese ganado es un brindis al sol.

Las encuestas publicadas hasta el domingo 7 de marzo daban un mínimo de 162 hasta un máximo de 177 escaños al

Page 105: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

104 105

PP, y al PSOE entre 131 y 144 escaños. La diferencia porcen-tual se situaba entre el 2 y el 6% a favor del PP, pero también es cierto que la tendencia del PP era a la baja mientras que la tendencia del PSOE era al alza. Pero no tenemos más datos en la última semana de la campaña y, por lo tanto, no se sabe cómo llegaron los dos partidos al día D.

En todo caso, en las encuestas del último período se po-día ver que el 56% de los encuestados estaban “enfadados” con el Gobierno. Este “enfado” se distribuía de manera frag-mentada en diferentes opciones políticas. Podemos pensar, sin grandes márgenes de error, que la mala gestión de la comunicación de crisis cristalizó y focalizó en una opción concreta y determinada en Zapatero, la única opción con posibilidades de vencer al Partido Popular.

Es interesante advertir cómo los días de la crisis se convir-tieron en una batalla mediática y en una batalla informativa. La gestión de una y otra fueron elementos determinantes de la cristalización en opinión pública de lo que sólo había sido clima de opinión. A partir de ese instante el electorado se polarizó sobre las dos opciones posibles.

En todo caso, retengamos algunos datos. Es la primera vez que en las encuestas pierde quien los encuestados creen que va a ganar. Los electores castigaron la concepción de España, la lógica argumental de “conmigo o contra mí”. Es la primera vez que un partido pasa de la mayoría absoluta a la oposición, es la primera vez que el partido mayoritario es diferente en el Congreso y en el Senado. El aumento de la participación favoreció, como era de esperar, al PSOE. Andalucía, Cataluña y Euskadi dan una ventaja de 33 di-putados a los socialistas.

Las lecciones del vuelco electoral podrían ser dos: la

Page 106: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

106 107

primera, es que se deberían leer mejor las encuestas. Los datos no mienten, pero a veces la lectura de los datos da unas interpretaciones no del todo correctas. La segunda, es la mala lectura e interpretación de los resultados electo-rales. Una cosa son las expectativas de los partidos y otra, muy distinta, la realidad. En mayo de 2003, el PSOE ganó las elecciones municipales. Era la primera victoria electoral en diez años, pero, en cambio, perdió las elecciones en los medios. Las bases del cambio de ciclo empezaban a estar escritas, pero el ruido no dejó escuchar la música que se avecinaba. El análisis es la base de la estrategia.

Elecciones generales 2004: Estimación porcentual de voto

Resultados reales

14-03-04

El MundoSigma-204-03-04

CISCIS

03-03-04

La VanguardiaNoxa

07-03-04

El PeriódicoVoxpublica

07-03-04

El PaísOpina

07-03-04

PP 37,7 42,8 42,2 41,4 42,5 42,0

PSOE 42,6 36,6 35,5 39,2 37,3 38,0

IU 5,0 5,7 6,6 6,3 7,1 6,3

CiU 3,2 3,3 3,7 3,0 3,2 3,0

ERC 2,5 1,9 1,9 2,1 1,9 1,9

PNV 1,6 1,8 1,8 1,6 1,5 1,7

BNG 0,8 1,2 1,2 0,9

CC 0,9 1,0 1,0 0,9

Otros 5,7 6,7 4,3 5,4 6,5 5,3

Page 107: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

106 107

Elecciones generales 2004: Estimación de escaños

Resultados reales

14-03-04

El MundoSigma-204-03-04

CISCIS

03-03-04

La VanguardiaNoxa

07-03-04

El PeriódicoVoxpublica

07-03-04

El PaísOpina

07-03-04

PP 148 172-177 176 162-167 169-173 168-172

PSOE 164 134-139 131 143-147 135-140 134-141

IU 5 7-10 10 9-10 10-12 11

CiU 10 11 12 10 10-11 10-11

ERC 8 5 6 5-6 6-7 7

PNV 7 7 7 7 7 7-8

BNG 2 3 3 3

CC 3 3 4 3-4

Otros 3 4-6 2 4-5 10-14 5,3

Page 108: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

108 109

Europa

21. Borrell-Mayor

Las elecciones europeas en España vinieron marcadas por la tragedia del atentado terrorista del 11 de marzo, inme-diatamente anterior a las elecciones generales del día 14. El cambio de gobierno acaecido tres días más tarde, debido a la victoria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) frente al partido gobernante hasta aquel momento (PP), marcó la agenda política de la cita europea del 13 de junio.

Contra los pronósticos electorales realizados hasta la se-mana anterior a la celebración de las elecciones generales el 14 de marzo, el PSOE consiguió ser el partido más votado al obtener el 42,6% (8,4% más que el año 2000). La victoria del PSOE pudo estar motivada por dos factores:

A) Por el incremento de la participación electoral, que pasó del 68,7% en el 2000 al 77,2% en el 2004.

B) Por el trasvase de votos procedente de otras fuerzas políticas.

Dentro de este marco, hay que tener en cuenta el posible impacto del atentado del 11 de marzo en el comportamien-to del electorado.

Page 109: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

108 109

Las elecciones europeas, por lo tanto, se plantearon bajo dos estrategias antagónicas para demostrar lo acertado o no del resultado del mes de marzo anterior. El PSOE fijaba el objetivo de ganar las elecciones europeas para despe-jar la incertidumbre que el PP había sembrado de que los socialistas habían ganado debido a un voto emocional. Una victoria europea vendría a corroborar la tesis socia-lista de un voto de confirmación al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y consolidaría el criterio de cambio de ciclo electoral que se inició con la victoria en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2003. La victoria en las elecciones europeas representaría la tercera victoria consecutiva de los socialistas.

Por su parte, la estrategia del PP consistía en intentar convertir las elecciones europeas en una segunda vuelta de las elecciones generales, para demostrar con una victoria que el resultado del mes de marzo fue un “error” debido al impacto que tuvo el atentado en el electorado y que lo más natural hubiese sido una victoria del PP, tal y como apuntaban los sondeos de opinión en las semanas previas a la cita electoral.

Es en este contexto que se celebraron las elecciones al Parlamento europeo como final del ciclo electoral iniciado en mayo del 2003. Los españoles habían votado en tres elec-ciones diferentes (municipales, autonómicas y legislativas) cuando llegó la cita europea. Un año entero de campañas electorales y elecciones finalizaban en junio del 2004.

El estudio postelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre el 14 de marzo destruye el mito de que el PP hubiese obtenido sin lugar a dudas un triunfo aplastante en las legislativas de no ser por los atentados.

Page 110: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

110 111

ABC El Mundo La Razón La Van-guardia CIS El País Gaceta

de los N.(6 junio) (6 junio) (6 junio) (6 junio) (4 junio) (27 mayo) (5 junio)

PSOE 46,7 42,6 46,1 46,1 46,3 43,0 45,4

PP 38,4 37,9 37,2 37,4 36,7 37,0 37,9

IU 3,7 5,2 4,6 4,8 4,4 5,0 4,1

Galeusca 4,6 5,2 5,2 4,9 5,0 6,0 4,5

E. de los P. 2,2 3,1 3,0 2,4 2,5 2,5 3,0

C. Europea 1,1 1,7 1,3 1,5 1,5 1,5 1,5

Otros 4,3 2,7 2,0 5,0 1,9

ABC El Mundo La Razón La Van-guardia CIS El País

La Ga-ceta de los N.

(6 junio) (6 junio) (6 junio) (6 junio) (4 junio) (27 mayo) (5 junio)

PSOE 27 24-26 26-27 27 27 27 27

PP 22 21-23 21-23 22 22 22 22

IU 2 5-6 2 2 2 2 2

Galeusca 2 2-3 2-3 2 2 2 2

E. de los P. 1 1 1 1 1 1 1

C. Europea 0-1

Sondeos preelectorales a las elecciones europeas: estima-ción de voto

Sondeos preelectorales a las elecciones europeas: estimación de escaños

Según se desprende del trabajo del CIS, el PP sólo llevaba una ligera ventaja, menos de un 1%, al PSOE en el momento de comenzar la campaña electoral.

Esa mínima ventaja quedó reducida en un empate virtual justo la víspera del 11 de marzo. A partir del 27 de febrero se había puesto en marcha una corriente de fondo clara-mente favorable al PSOE.

Page 111: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

110 111

Partidos y programas

34.592.318 electores fueron llamados a las urnas el do-mingo 13 de junio para elegir 54 escaños, diez menos que en la anterior cita electoral de 1999, en una circunscripción única y con una fórmula electoral proporcional en su va-riante D’Hondt. La pérdida de diputados y el distrito único tuvo como efecto la puesta en marcha de coaliciones para evitar ser expulsados de la representación europea. Aparte del PSOE, liderado por Josep Borrell, y del PP, encabezado por Jaime Mayor Oreja, el resto de partidos formularon diferentes coaliciones.

En primer lugar, la coalición IU-ICV-EUA formada por los postcomunistas de Izquierda Unida (IU), Iniciativa per Catalunya-Verds (IC) y Esquerra Unida i Alternativa (EUiA). El cabeza de lista era Willy Meyer (IU).

En segundo lugar, la coalición GalEusCa, acrónimo de Galicia, Euskadi y Cataluña, formado por cuatro partidos nacionalistas: Convergencia i Unió (CiU), Partido Naciona-lista Vasco (PNV), Bloque Nacionalista Galego (BNG) y el Partit Socialista Mallorca-Entesa Nacionalista (PSM-EN). El cabeza de lista era Ignasi Guardans (CiU).

En tercer lugar, la coalición nacionalista Europa de los Pueblos integrada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Eusko Alkartasuna (EA), Chunta Aragonesista (CHA), Andecha Astur (AA), Conceju Nacionaliegu Cantabru (CNC) e Iniciativa Ciudadana-Los Verdes de La Rioja (ICLR). El ca-beza de lista era Bernat Joan (ERC).

Page 112: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

112 113

Campaña y resultados

La campaña electoral estuvo polarizada entre el candi-dato socialista Josep Borrell y el candidato popular Jaime Mayor Oreja en una competencia casi exclusivamente iz-quierda-derecha, sin que los elementos de segmentación identitaria sobre el sentimiento de pertenencia tuvieran una influencia en el debate entre los dos grandes partidos.

Por primera vez desde 1993, se volvieron a celebrar de-bates televisados entre los dos candidatos de los partidos socialista y popular. En total fueron dos y tuvieron lugar en sendas televisiones privadas, Tele 5 y Antena 3.

La batalla electoral se centró en temas “hispano-espa-ñoles” como el terrorismo o la retirada de las tropas espa-ñolas de Irak, y muy poco en los temas referidos a Europa y a la construcción europea y el predominio de la política doméstica sobre el futuro resultado de las elecciones en función de las estrategias de cada partido en reafirmar, por una parte, la victoria socialista de marzo o, por la otra, de cuestionarla por parte del PP como consecuencia del impacto del atentado en la vida política española.

El lema de la campaña del PSOE, “Volvemos a Europa”, fija la atención en romper el eje marcado por el anterior gobierno de situar la política internacional bajo las rela-ciones transatlánticas, mientras que los socialistas fijaron su atención en el retorno a la “Vieja Europa”, al eje París-Berlín, frente al eje Washington-Londres.

El PSOE ganó las elecciones y obtuvo 25 diputados y 6.621.570 votos. En segundo lugar quedó el PP con 24 dipu-tados y 6.315.294 votos. La coalición de IU-ICV-EUA obtuvo 2 diputados y 636.458 votos; GalEusCa obtuvo 2 diputados y

Page 113: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

112 113

790.051 votos y Europa de los Pueblos consiguió 1 diputado y 380.095 votos.

La estrategia empleada por PSOE y PP de plantear las elecciones europeas como un voto de confirmación o una segunda vuelta se vio confirmada en los dos casos con los resultados electorales. El PSOE sumó su tercera victoria electoral consecutiva, abriendo un nuevo ciclo político tras ocho años de gobierno de José M. Aznar, y el PP no se hundió como preveían las encuestas preelectorales sino que mantuvo una diferencia mínima con el PSOE tanto en diputados como en electores.

En suma, los réditos de presentar el 13 de junio como una revancha del 14 de marzo se han traducido, para el PP, en un avance con respecto de las elecciones generales de marzo, lo que le ha permitido la neutralización de cualquier voto de castigo tras sus años de gobierno. Paralelamente, ese avance se ha visto acompañado de una leve mejora del PSOE, cuya cuota electoral ha crecido, lo que ha convertido también los resultados en un aval al nuevo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

La participación fue la más baja de la historia electoral española desde la recuperación de la democracia. Es cierto que las elecciones europeas son consideradas de segundo orden en importancia por los electores y sufren de una apatía participativa. Pero, además, las elecciones europeas tienen esta desviación cuando se celebran solas sin que otro tipo de elección suba la participación, sean elecciones de tipo local o de tipo autonómico. En 1989, las elecciones europeas no acompañaron ninguna otra cita electoral y la participación fue del 54,7% y en el 2004 la participación bajó al 45,9%, casi 32 puntos menos que las elecciones generales

Page 114: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

114 115

Cuadro de evolución de resultados en las elecciones eu-ropeas

1987 1989 1994 1999 2004

AP/PP 24,7 21,7 40,0 39,4 40,9

PSOE 39,2 40,2 30,7 35,1 42,9

PCE/IU 5,3 6,2 13,4 5,7 4,1

CiU (1) 4,5 4,3 4,6 4,4 5,1

BNG 0,3 0,3 0,8 1,6

HB/EH 1,9 1,7 1,0 1,4

CDS 10,3 7,3 1,0 0,2 0,1

CEP (2) 1,7 1,5 1,3 3,0 2,5

CIP (3) 1,4 1,9

UE-EB (4) 1,2

CN (5) 1,9 2,8

CE (6) 3,2

OTROS 8,5 11,7 3,3 4,3 3,8

NULOS 1,2 1,1 0,5 0,8 1,0

BLANCOS 1,0 1,3 1,1 1,7 0,6

Fuentes: BOE núm. 164, de viernes 10 de julio de 1987 / BOE núm. 160, de jueves 6 de julio de 1989 / BOE núm. 155, de jueves 30 de junio de 1994 / BOE núm. 156, de jueves 1 de julio de 1999.Notas:(1) En las elecciones de 1994 y 1999, CiU se presentó en coalición con UPV, BNV y

PSM; en el 2004, CiU se presenta en coalición con PNV, BNG y PSM-EN.(2) Coalición Europa de los Pueblos, formada por EA, ERC y PNG-PG los años 1987

y 1989, y por EA, ERC+AC+ENE y TC-PNC, el año 94; en 1999 la candidatura se denomina Coalición Nacionalista + Europa de los Pueblos (CN+EP) y agrupa a PNV, EA, ERC y UM; en el 2004, la coalición está formada por ERC, EA, CHA, AA, ICLR y CNC.

(3) Coalición Izquierda de los Pueblos, formada por EE, ENE, UPV, PSM, PSG-EG y UA-CHA, el año 1987 y por EE, ENE, UPV, PSM, PSG-EG., UA-CHA, ASCAN y PSA el año 1989.

(4) Coalición Unión Europeísta-Europar Batasuna.(5) Coalición Nacionalista, integrada por PNV, AIC, CG y PANCAL en las elecciones

de 1989 y por PNV, CC, CG, UV, PAR, y UM en las de 1994.(6) Coalición Europea, que aglutinó las candidaturas de CC, PA, UV y PAR en las

elecciones de 1999.

Page 115: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

114 115

0,05,0

10,015,020,025,0

30,035,040,045,050,0

1987 1989 1994 1999 2004

AP/PP PSOE PCE/IU

celebradas en el mes de marzo anterior. Podemos añadir dos factores más como son, en primer lugar, el desconocimiento de la política europea en una campaña muy nacional y, en segundo lugar, el agotamiento de la sociedad española en un ciclo electoral de un año con una elección general teñida de un alto grado de emotividad.

La gran noticia de estas elecciones europeas, aparte de los resultados, fue, por tanto, la alta abstención y la bajísima participación. Fenómeno que ocurrió en la mayoría de los países de la Unión pero que en España produjo una cierta amargura en el resultado final del periplo electoral.

Page 116: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

116 117

USA

22. JFK vuelve

JFK es demócrata, es liberal, es católico, es senador, es un héroe de guerra, es rico, es de Boston y no se llama Kennedy pero tiene el apoyo de los Kennedy, se llama John F. Kerry. Sus victorias en las elecciones primarias le sitúan como el candidato demócrata que se enfrentará a George W. Bush el 2 de noviembre.

Si miramos la historia de las elecciones presidenciales hay un dato interesante que debería hacer reflexionar a Bush junior. En 1824, John Quincy Adams, hijo del presi-dente John Adams, ganó la presidencia con una treta en el colegio electoral después de perder en votos populares ante Andrew Jackson. Cuatro años más tarde fue barrido en su intento de reelección. Curiosamente, el padre de Bush tampoco pudo ser reelegido.

Es cierto que de febrero a noviembre pueden suceder muchas cosas. Pero la situación política interna y externa para el presidente Bush no es nada halagüeña. En política interna es el primer presidente desde Herbert Hoover, en los años treinta, que no ha creado empleo, el dólar se ha convertido en moneda débil y ha convertido el superávit

Page 117: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

116 117

fiscal de Bill Clinton en un déficit galopante. El padre perdió por la economía, el hijo va por el mismo camino.

En política internacional, a la administración Bush le están creciendo los enanos. En primer lugar, el director de la CIA que no sabe-no contesta sobre las armas, Collin Powell que no tiene claro si la invasión a Irak fue oportu-na a la luz de los informes, la creación de una comisión de investigación parlamentaria y, sobre todo, los muertos diarios de las tropas consideradas ya no como liberadoras sino directamente de ocupación.

JFK puede volver en otoño. La nueva frontera puede que sea volver a la lógica del concierto internacional y dejar de lado la hegemonía unilateral de la superpotencia.

Page 118: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

118 119

23. Super Bowl

El presidente Bush se había dormido cuando la cantante Janet Jackson enseñó fugazmente el pecho derecho en el intermedio de la final de la Super Bowl, un domingo de enero del 2004. Son tiempos de enseñar el espacio de la derecha. La reacción ante este episodio de la nueva mayoría moral, que ha dominado parte de la política norteamericana desde los años 80 bajo la presidencia Reagan, ha vuelto por sus fueros. La parte más conservadora se ha rasgado las vestiduras, sin enseñar nada como es obvio, para aplicar la censura pura y dura a dos actos de máxima audiencia: la entrega de los premios musicales Grammy y la entrega de los Oscar.

La transmisión televisiva se realiza en falso directo ya que se emite con cinco minutos de retraso para evitar que nadie pueda enseñar algún pedazo de carne pecaminoso. Sólo falta que los obispos españoles se sumen con alguna carta de apoyo.

Lo preocupante es que se aplique la censura previa, ya sea en un acto musical o cinematográfico o en cualquier acto. El McCarthysmo se cebaba en las artes como símbo-lo. No olvidemos que hace un año actores de Hollywood denunciaron listas negras por el apoyo contra la guerra

Page 119: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

118 119

que habían hecho alguno de ellos, Susan Sarandon a la cabeza.

En España, algunos quieren rescribir y reinterpretar la historia de España y sus mitos a partir de una visión uni-tarista, centralizadora, radial, conservadora y popular, del partido popular se entiende. Isabel la Católica cabalga de nuevo. Malos tiempos para la lírica.

Page 120: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

120 121

24. Primarias

Las elecciones primarias norteamericanas despejaron, en cierta manera, las dudas sobre el candidato en el bando demócrata. Finalmente, los dos candidatos que competirán por la presidencia de los Estados Unidos el próximo 2 de no-viembre serán John F. Kerry (demócrata) que se enfrentará al presidente George W. Bush (republicano).

Sin entrar en la complejidad del propio sistema de elección de los candidatos (primarias abiertas, cerradas, asambleas) hasta su nominación en las respectivas Con-venciones, se debe destacar algunos datos de interés que se desprenden de este proceso.

En el campo demócrata la victoria del senador Kerry ha sido rotunda y ha obligado a retirarse a sus oponentes Howard Dean y James Edwards. Ello le permite unificar el partido para la elección de otoño.

La cuestión en este campo es quién sería la persona elegida para acompañar a Kerry como vicepresidente en el ticket final. Las opciones, de entrada, se reducían a dos: Kerry quería a un futuro delfín o no. Los analistas vaticina-ron que no. Despejada la primera duda, la siguiente cues-

Page 121: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

120 121

tión era: ¿será osado o conservador? Si Kerry hubiese sido osado, el cargo hubiese podido recaer en una mujer. Con ello equilibraría el ticket. En cambio, si opta por la elección conservadora, entonces será un hombre blanco, con algún cargo relevante, de la zona de Ohio, Pennsylvania o Nuevo México, con buenas relaciones con las minorías. Pero en esto, como en la canción, la vida da sorpresas.

La sorpresa fue que Edward (Ted) Kennedy, el viejo león del Senado, impuso el número dos del ticket demócrata ante las dudas del propio Kerry. El elegido fue el senador John Edwards en detrimento de Richard Gephart. Edwards es la antítesis de Kerry: joven, populista, cálido, próximo y sureño como elementos de contrapeso a un candidato demócrata considerado demasiado aristócrata de Nueva Inglaterra, frío, distante e intelectual, las mismas críticas que recibió el propio Gore en las elecciones de 2000. La opción de Kerry era Gephart, que le permitía consolidar el voto obrero del famoso cinturón de óxido, pero la alta política tomó otros derroteros.

Pero siendo importante la elección presidencial, hay un dato que pasa desapercibido y que confiere a esta elección de una mayor importancia. El futuro presidente nombrará a cuatro de los nueve magistrados del Tribunal Supremo, garante de la interpretación de la Constitución. En función de los nombramientos, el futuro presidente puede seguir con una mayoría conservadora o incluso más conservadora o puede decantarse hacia una mayoría liberal. Estos nueve magistrados son los intérpretes de la Constitución del siglo XXI, y temas como la restricción de las armas de fuego, el aborto, la igualdad de la mujer, entre otros, serán inter-pretados por ellos.

Page 122: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

122 123

Esta es la clave de la elección de noviembre: qué tipo de país será los Estados Unidos el próximo siglo. Hacer compati-ble la diversidad y la pluralidad con la idea de formar parte de un solo país. Como dice el lema, base del federalismo, ser uno en la pluralidad: E Pluribus Unum.

Page 123: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

122 123

25. Los debates

Los debates en televisión han vuelto a la actualidad política. En España, desde los míticos dos debates cara a cara de Felipe González y José M. Aznar de la campaña de 1993, no se habían repetido en ninguno de los casos desde entonces. Josep Borrell y Jaime Mayor Oreja depararon unos debates en clave “hispano-española” que no tuvieron nada que ver con la campaña electoral europea. Pero los deba-tes televisivos de los dos candidatos no tuvieron ninguna influencia sobre el resultado final.

En cambio, es interesante analizar los debates televisivos de las elecciones presidenciales norteamericanas porque pueden dar la pauta de un tipo de comportamiento elec-toral que aún no ha traspasado el Atlántico.

En primer lugar, a diferencia de la vieja Europa, las campañas made in USA son fundamentalmente campañas pensadas y diseñadas para el medio televisivo. La informa-ción más importante que obtiene un elector es a través de la televisión: anuncios, noticias, entrevistas y debates son los cuatro pilares de una campaña presidencial. Medios y comunicación.

En segundo lugar, los debates entre los candidatos tienen

Page 124: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

124 125

una importancia central para dar a conocer al candidato. La percepción que tiene el elector de un candidato puede ser cambiada o reafirmada, positivamente o negativamente.

Por ejemplo, en la campaña presidencial de 2000, los debates entre Al Gore y George Bush tuvieron un efecto devastador para Gore y un efecto benéfico para Bush. Mientras el demócrata aparecía como un “repelente niño Vicente”, es decir, frío, distante, demasiado intelectual, nada próximo al elector, Bush dio la sorpresa de mantener el tipo y mostrar un rostro afable, cálido, próximo, con el que el elector podía identificarse. Bush llegó a los debates con 8 puntos por debajo de Gore y salió del tercer debate con 11 puntos de ventaja.

Es cierto que no siempre el que gana los debates gana las elecciones, pero las estadísticas muestran que los debates sólo sirven para destruir candidatos. Nadie en un debate va a convencer a su rival. Lo único que debe de hacer es enviar los mensajes adecuados y no caer en las trampas que le tenderán o el moderador o su adversario. Lo importante es consolidar su electorado e intentar atraer a los indecisos.

En tercer lugar, un elemento de novedad en los debates de la campaña 2004. La famosa polémica sobre si el presidente Bush, en el primer debate, llevaba o no un pinganillo en la oreja para recibir la información pertinente de su máximo asesor, Karl Rove. Lo importante no es si lo llevaba o no. La cuestión es que, a partir de ahora, los debates han perdido la edad de la inocencia. Los medios de comunicación y los asesores de campaña deberán estar atentos a que un candi-dato no haga trampas. Las nuevas tecnologías pueden hacer maravillas: siempre quedará la duda de que un candidato sea un Yo, Robot, clonado por un asesor.

Page 125: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

124 125

La campaña presidencial de George W. Bush se carac-teriza por ser una de las campañas más negativas y menos propositivas de la historia electoral de los Estados Unidos.

Karl Rove diseñó una campaña, después del ataque del 11-S, en la que el presidente debía de aparecer como un líder en tiempo de guerra. Un presidente en guerra no sufre en tiempos electorales. La prueba está en cómo el partido republicano arrasó en las elecciones intermedias del otoño de 2002. El Congreso se tiñó con los colores del elefante. Nadie podía luchar contra la ola de patriotismo tras la in-vasión de Afganistán y el impacto de las Torres Gemelas. Pero Rove sabía que necesitaba mantener este clima bélico de opinión para llegar a las elecciones presidenciales con un presidente incuestionado bajo la bandera de las barras y estrellas. Ningún presidente envuelto en la bandera ha sido derrotado.

La estrategia republicana, por lo tanto, era doble: man-tener la tensión del miedo –casi de pánico– con el enemigo invisible, por un lado, y destruir al candidato demócrata John F. Kerry para que fuera un rival disminuido frente a un potente presidente Bush.

26. Negativo

Page 126: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

126 127

Las armas de destrucción masiva que utilizó el equipo de campaña republicano pasarán a la antología de los llamados anuncios negativos. Por ejemplo, después de la nominación de Kerry en la convención demócrata, la campaña republi-cana se gastó en diez días unos setenta millones de dólares en anuncios negativos para contrarrestar la posible subida del demócrata en las encuestas. La verdad es que tuvo éxito, ya que Kerry sólo tuvo una ventaja de seis puntos, mientras que Clinton, en 1992, salió de la Convención con 24 puntos de ventaja sobre Bush padre.

La reflexión sobre este tipo de campaña negativa es si los partidos y los candidatos llegarán a preferir la destrucción de su adversario antes que proponer temas en la agenda política para que los electores puedan realmente decidir con criterio. La campaña de Bush es preocupante ya que prima el aspecto más emocional para obtener la victoria a cualquier precio. El pobre Max Weber se estará removiendo en el paraíso de la ética.

Page 127: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

126 127

La tradición se ha vuelto a cumplir: un senador nunca gana a un presidente en plaza; un presidente en guerra nunca es derrotado y el Estado de Ohio, desde las elecciones de 1964, acierta el ganador.

En cambio, los pronósticos más esotéricos no se han cumplido; por ejemplo, cuando los Washington Red Skins, equipo de fútbol, pierden el domingo anterior a las elec-ciones, el presidente es derrotado. Otro dato deportivo es que cuando el equipo de béisbol de los Yankees de Nueva York no llega a la final de la Serie Mundial, el presiente no es reelegido. La tradición deportiva no se ha cumplido.

Aparte de la tradición y los pronósticos deportivos, el análisis de las elecciones presidenciales de 2004 no ha de hacerse con ojos no europeos para poder entender las claves explicativas de la rotunda victoria de George W. Bush.

El candidato republicano ha vencido con un margen de 3 millones y medio en voto popular. Un dato significativo, si se tiene en cuenta el incremento de participación en estos comicios.

La participación no ha favorecido al candidato demócra-ta como habían previsto los analistas y estrategas del bando

27. Bush II

Page 128: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

128 129

demócrata. Un dato que puede clarificar el resultado final es que se inscribieron unos 4 millones de electores evange-listas, que se abstuvieron en el 2000, después de descubrir que Bush había sido detenido por conducir ebrio en 1976. Después de cuatro años de mandato es evidente el tipo de política que ha llevado a término.

La estrategia diseñada por el asesor presidencial Karl Rove, después del 11-S, de crear un clima de opinión de mie-do e inseguridad, para fortalecer la figura de un presidente en tiempos de guerra, le había dado grandes rendimientos políticos en las elecciones intermedias del 2002 y le ha dado finalmente la victoria presidencial.

El equipo de campaña de Bush ha martilleado con la idea del Commander in chief (el comandante en jefe) en tiempos de guerra. Este concepto es clave ya que no se debilita al comandante en jefe ante los enemigos no dándole la reelec-ción. La derrota de Bush era la victoria del terrorismo. Este factor ha jugado en contra de las aspiraciones de Kerry.

Otro análisis posible es que la elección presidencial se había planteado como un plebiscito sobre la figura de Bush: a favor o en contra. Esta argumentación tenía más que ver con la movilización de rechazo a la política presidencial que al apoyo al candidato demócrata. Los datos finales, si fuera cierto este análisis, dan un rotundo cheque en blanco al reelecto presidente.

Los segmentos de población que han nutrido a los dos contrincantes explican el resultado final. Bush ha obtenido el apoyo de los hombres blancos, los veteranos de guerra y de los neocristianos, mientras que Kerry recibía el apoyo de las mujeres, las minorías y los jóvenes.

Es interesante subrayar que los temas (issues) de la

Page 129: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

128 129

campaña se han estructurado alrededor de los sujetos más favorables a los intereses de los republicanos: valores morales y factores religiosos que han alimentado a los neoconservadores, combinado con los temas securitarios y de lucha contra el terrorismo. Una América que canta God Bless America (Irving Berlin) frente a una América que canta This Land Is Your Land (Woodie Guthrie).

Del mapa final de los resultados electorales se desprende la constatación de la existencia de dos Américas: la central y sureña teñida de color rojo republicano, y las costas del Pacífico y Atlántico, más el cinturón industrial de color azul demócrata. Simplificando mucho, la América rural frente a la América urbana.

En último lugar, Ohio, estado industrial en crisis, con muchas deslocalizaciones de empresas y una tasa de paro relativamente alta, ha dado la victoria al presidente saliente, ya que una parte del voto católico no ha votado al candidato demócrata (católico) porque sus opiniones sobre el aborto y los matrimonios homosexuales le han alejado de una parte de sus votantes. La Iglesia católica dio libertad de voto pero recordó que se votara a candidatos que estuvieran en la ortodoxia. Kerry no es un católico ortodoxo.

La victoria de Bush, además, tiene consecuencias sobre el futuro en la política interior y exterior de los Estados Unidos.

Es curioso que la economía, que fue el factor determi-nante de la derrota de Bush padre en 1992, en estas elec-ciones no ha tenido el peso que se podía prever. Bush es el primer presidente, después de Hoover en los años 30, que tiene un saldo negativo en la creación de empleo. Dilapidó el superávit que le entregó Clinton en 2000 y ha creado un

Page 130: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

130 131

déficit monumental. Los problemas estructurales de la eco-nomía norteamericana pueden tener serias repercusiones para el resto del mundo global.

En clave interna, la renovación de 4 de los 9 magistrados del Tribunal Supremo, garante e intérprete de la Constitu-ción, puede dar un matiz neoconservador al máximo tribu-nal para los próximos 25 años. Temas como el aborto, los matrimonios gays, la lengua inglesa como lengua oficial, la interpretación sobre las libertades, pueden ser analizados con ojos más conservadores. Recordemos que el Tribunal Supremo de los años 30, con una concepción clásica de fi-nales del siglo XIX, hundió la mayoría de las innovaciones legislativas del New Deal de Roosevelt.

En clave externa, la victoria del presidente es la victoria de una visión del mundo: unilateral y hegemónica. Muchos temas van a estar sobre la mesa del despacho oval: Iran, Irak, Israel, el retorno de las tropas de Europa, la redefinición de la OTAN y la reforma de Naciones Unidas; cuatro años para aplicar la mística del “Destino manifiesto”.

Ahora empieza la campaña del segundo martes después del primer lunes del mes de noviembre del año bisiesto. Los republicanos tienen cuatro años para buscar un candidato. Con el añadido que controlan el Ejecutivo y el Legislativo. Mientras el partido demócrata se ha quedado sin líder e inicia la larga travesía del desierto. ¿El futuro demócrata puede tener nombre de mujer?

Page 131: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

130 131

IV. Epílogo

Page 132: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

132 133

Page 133: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

132 133

De un tiempo a esta parte se ha cuestionado el rol de los partidos políticos como un instrumento bastante ob-soleto y esclerótico para alcanzar el ideal constitucional de la representación de la sociedad y continuar siendo el intermediario natural entre el sistema político y el espacio de la ciudadanía.

Las críticas hacia los partidos han venido de partes de la sociedad que reclaman más transparencia en sus actos y actividades, más democracia interna y el abandono de una práctica habitual, según algunos, de unas direcciones proclives a perpetuar su poder en la lucha por el control de los partidos.

La pregunta que debemos plantearnos es si el instru-mento partido se ha vuelto inservible y debe cambiar para adaptarse al siglo XXI o si, en cambio, la reforma de los partidos pasa por la apertura de éstos a los movimientos sociales y a la participación de los ciudadanos.

Es cierto que los partidos, en general, y los españoles y catalanes en particular, deberían adaptar sus formas, sus estructuras, su implantación territorial a la cambiante rea-

28. ¿Hay futuro para los partidos?

Page 134: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

134 135

lidad de nuestro tiempo para ser un instrumento más ágil, más vivo, más próximo.

Los partidos políticos, tal y como los conocemos, se caracterizan por tener una estructura y una organización pensadas para una sociedad en fase de industrialización, de modernización, de trasvase del campo a la ciudad, de luchas de clases. Son unos partidos centenarios que de-bieron modernizarse tras la II Guerra Mundial, pero que aún no se han adaptado a los nuevos retos de la sociedad post-industrial, de la comunicación, de la información y de la globalización.

La conexión directa, el diálogo, entre el líder y el electorado ha situado en un segundo plano el papel de los afiliados y militantes, y del partido como agente con-ductor, intermediario, entre el partido y la sociedad. Se potencia así la visión de los partidos como organizaciones cerradas, endogámicas, donde las batallas internas se pro-ducen para el reparto del poder y de los cargos, mientras el debate de las ideas, de los valores, queda en muchos casos relegado.

La revisión del papel de los partidos en una sociedad cada día más avanzada tecnológicamente pasa, sin duda, por la renovación del instrumento que fue pensado en el siglo XIX como una organización democrática que, en la actualidad, ha de variar sus objetivos internos como orga-nización política.

Las campañas electorales son un buen ejemplo de men-sajes huecos, tópicos y cargados de poco sentido. La visión de los pactos post-electorales que finalizan un período de insultos es, en general, poco edificante para la profesión política.

Page 135: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

134 135

Adaptarse a las demandas de la sociedad no significa traicionarse. La historia, la cultura, el simbolizar unos valores no pueden quedar en el olvido por el mero hecho de que el partido deba modernizarse.

La cuestión radica en si el partido ha de continuar siendo un partido con una organización vertical y territorial o si, en cambio, debe estructurarse de manera horizontal y secto-rial, o si el partido debe tener una estructura organizativa rígida o flexible. En el fondo, la realidad nos enseña que las diferentes formas pueden combinarse, convirtiendo a los partidos en unos híbridos organizativos. Y finalmente, habría que preguntarse si el partido debe ser entendido como un todo cerrado o un espacio abierto a los diferentes sentires de la sociedad.

Debemos empezar a pensar seriamente en un partido virtual, un partido-red, para un nuevo tipo de democracia directa, participativa y electrónica.

Los partidos políticos se sitúan como intermediarios en-tre la sociedad y la política, como un elemento de conexión básica en diferentes niveles. En primer lugar, como filtro de las demandas sociales que envía la sociedad hacia el sistema político. El partido agrega e integra estas demandas sociales para convertirlas en demandas políticas. En segundo lugar, la intermediación se realiza también a la inversa, es decir, una labor política educadora y explicativa de las políticas públicas del sistema político hacia la sociedad, hacia los agentes y movimientos sociales. En tercer lugar, ejercen la función de dar respuesta general a los problemas que se plantean desde una vertiente más transversal y no tan segmentada.

La idea básica que diferencia a los partidos políticos, tanto de los movimientos y grupos sociales como de los grupos

Page 136: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

136 137

de interés o de presión (según la doctrina clásica), está en el concepto de poder, en general, y de poder político, en particular. Los partidos políticos quieren llegar, a través de mecanismos democráticos, a formar gobierno. La pregunta que se plantea a partir de esta afirmación es que la sociedad ha dispuesto de los máximos controles a todos los niveles para evitar que el Leviatán se desmande, pero en cambio existe un problema cada día más visible: la dificultad del propio sistema de arbitrar mecanismos de protección de la democracia ante los poderes no democráticos. La cuestión es cómo tipificar qué se entiende por poder no democrático y no caer en el error de menospreciar actores y agentes sociales básicos para el funcionamiento de la sociedad civil.

Es cierto que se está produciendo una fractura gene-racional entre el activismo social en los partidos políticos que expresan valores básicos, ideas-fuerza, nacidos para la izquierda (en la Revolución francesa y para la derecha en la contrarrevolución), y los nuevos interrogantes que no han obtenido una respuesta satisfactoria por parte de éstos. La visualización de este alejamiento se hace evidente cuando la sociedad mira hacia los partidos y les reclama transparencia, democracia interna, debate de ideas, diálo-go con la sociedad y, en cambio, interpreta la lucha entre los líderes de partido como una lucha por cuotas internas de poder interno y externo, pero sin ninguna aportación programática e ideológica.

Hay que tener en cuenta que los partidos políticos or-ganizados y estructurados se relacionan con la sociedad con organizaciones, movimientos y agentes sociales que también tienen unas estructuras. La modernización de unos y otros es uno de los elementos de adaptación a considerar

Page 137: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

136 137

hacia los nuevos tiempos. Si observamos la evolución de los partidos en el siglo XX, se comprueba que las familias ideológicas continúan vigentes, que izquierda y derecha continúan significando algo, pero, en cambio, sus organi-zaciones aún se basan en modelos antiguos, no ha habido grandes transformaciones en cien años, y encarar el siglo XXI con partidos del siglo XIX constituye uno de los temas de reflexión y de debate de los propios partidos pero también de la sociedad que los nutre.

Los partidos deben adaptarse a la sociedad tal y como lo hicieron en su origen. Es cierto que en las bases fundacio-nales de este tipo de organización existía la necesidad del propio sistema político de dotarse de un instrumento más eficaz, pero casi dos siglos más tarde algunas de las pregun-tas que se formularon los fundadores siguen vigentes hoy en día: más transparencia en la toma de decisiones, más democracia interna, más participación, mecanismos más depurados para la elección de los más aptos para los car-gos internos y electos, más apertura hacia la sociedad, más respuestas a las demandas y menos convertirse en partidos-régimen, burocratizados, sin discurso político y utilizando la palabra gestión como el último recurso balsámico para poder justificar la no-acción.

Los partidos políticos son el mejor instrumento para poder transformar la sociedad, para poder conectar a los ciudadanos con el espacio público y político. Son la base de la democracia representativa y parlamentaria, sin ellos no habría posibilidad de competencia política. Son los garantes de una manera de entender el sistema. Por ello son perfec-tibles y transformables, lo han sido durante doscientos años y lo deben de seguir siendo en el presente y en el futuro.

Page 138: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

138 139

Page 139: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

138 139

V. ANEXO

Page 140: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

140 141

Page 141: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

140 141

Elecciones generales: España

15 junio 1977 UCD 166 PSOE 118

1 marzo 1979 UCD 168 PSOE 121

28 octubre 1982 PSOE* 202 AP 107

22 junio 1986 PSOE* 184 AP 105

29 octubre 1989 PSOE* 175 AP 107

3 junio 1993 PSOE 159 PP 141

3 marzo 1996 PP 156 PSOE 141

12 marzo 2000 PP* 183 PSOE 125

14 marzo 2004 PSOE 164 PP 148

Elecciones autonómicas: Cataluña

20 marzo 1980 CiU 43 PSC 33

29 abril 1984 CiU* 72 PSC 41

29 mayo 1988 CiU* 69 PSC 42

15 mayo 1992 CiU* 70 PSC 40

19 noviembre 1995 CiU 60 PSC 34

17 octubre 1999 CiU 56 PSC 50

16 noviembre 2003 CiU 46 PSC 42

* Mayoría absoluta de escaños

Page 142: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

142 143

Page 143: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

142 143

Referencias bibliográficas

Page 144: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

144 145

Page 145: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

144 145

A.A.V.V. (2004): Los discursos del poder. Belacqua, Barcelona, 2004.

Berrocal, Salomé (ed.) (2003): Comunicación política en televisión y nuevos medios. Ariel, Barcelona.

Campbell, James A. (2000): The American Campaign. Texas A&M University Press, Dallas.

Canel, María José (1999): Comunicación Política. Tecnos, Madrid.

Cayrol, Roland (2004): Medias et Démocratie. Paris (Presses de Scien-cesPo).

Cayrol, Roland (1992): 1980-1991, la derecha, la izquierda y las referencias ideológicas de los franceses. ICPS, Barcelona, WP/45.

Colomé, Gabriel (2004): El Príncipe mediático. Mediterrània & Fundació Rafael Campalans, Barcelona.

Colomé, Gabriel (1994): Política y medios de comunicación: una aproxi-mación teórica. ICPS, Barcelona, WP/91.

Colomé, Gabriel (1989): El Partit dels Socialistes de Catalunya. Ed.62, Barcelona.

Cockerell, Michael (1998): La televisión y los primeros ministros. Planeta, Barcelona.

de Esteban, J.; López Guerra, L. (1982): Los partidos políticos en la España actual. Planeta, Barcelona.

Duverger, Maurice (1981): Los partidos políticos. Fondo Cultura Econó-mica, México.

Page 146: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

146 147

Faucheux, Ronald A. 2002): Running for Office. M. Evans & Company, Washington DC.

Faucheux, Ronald A. (ed.) (1995): Road to Victory. Kendall-Hunt Publish-ing, Dubuque (Iowa).

Font, Joan (1991): “Som dos milions: els abstencionistes a les eleccions al Parlament de Catalunya de 1988”, Estudis Electorals, n. 10, p. 87-121.

Gould, Philip (1998): The Unfinished Revolution. Little Brown & Company, London.

Hall Jamieson, Kathleen (1996): Packaging the Presidency. Oxford Univer-sity Press, New York.

Iceta, Miquel (2004): Diari de Campanya. Mediterrània & Fundació Rafael Campalans, Barcelona.

Karabell, Zachary (2001): The Last Campaign. Vintage Books, New York.

Kirchheimer, Otto (1965): “The transformation of western european party system” in LaPalombara-Wiener (eds). Political parties and political development. Princeton.

Llera, Francisco (1999): Pluralismo y gobernabilidad en Euskadi, 1980-1994. ICPS, Barcelona, WP/162.

Maarek, Philippe J. (1997): Marketing político y comunicación. Paidós, Barcelona.

Man, Thomas A. & Orren, Gary R. (eds.) (1992): Media Polls in American Politics. Brookings Institution Press, Washington DC.

Marcet, Joan (1984): Convergència Democràtica de Catalunya. Edicions 62, Barcelona.

Martín Salgado, Lourdes (2002): Marketing político. Paidós, Barcelona.

Matalin, Mary & Carville, James (1994): All’s Fair. Random House, New York.

McGinnis, Joe (1972): Cómo se vende un presidente. Península, Barcelona.

Miller, Arthur (2002): La política i l’art d’actuar. La Campana, Barcelona.

Molas, I.; Bartomeus, O. (1998): Estructura de la competència política a Catalunya. ICPS, Barcelona, WP 138.

Page 147: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

146 147

Montabes, Juan (1994) “Las elecciones andaluzas de junio 1994: análisis de un proceso concurrencial”. Revista Estudios Regionales, n. 38, p. 41-81.

Montero, José-Ramón (1981): “Partidos y participación política: algunas notas sobre la afiliación política en la etapa inicial de la transición españo-la”. Revista de Estudios Políticos, n. 23, p. 33-72.

Moragas, Miguel de (1979): Sociología de la Comunicación. Gustavo Gili, Barcelona.

Morris, Dick (2003): Juego de poderes. El Ateneo, Buenos Aires.

Noelle-Neuman, Elisabeth (1995): La espiral del silencio. Tecnos, Barcelona.

Paletz, David (1998): The Media in American Politics. Longman, New York.

Pallarès, Francesc (1991): “Estado autonómico y sistema de partidos: una aproximación electoral”. Revista Estudios Políticos, n. 71, p. 281-325.

Pérez, David (2003): Técnicas de comunicación política. Tecnos, Madrid.

Pingaud, Denis (2002): L’impossible défaite. Seuil, París.

Sanchís, José Luís (1996): Cómo se gana el poder. Espasa, Madrid.

Sartori, Giovanni (1980): Partidos y sistema de partidos. Alianza, Madrid.

Séguéla, Jacques (2000): Le vertige des urnes. Flamarion, Paris.

Stephanopoulos, George (1999): All too human: A political education. New York (Little Brown)

Summers, Anthony (2003): Nixon. Península, Barcelona.

Thurber, James A. & Nelson, Candice (eds.) (2000): Campaign Warriors. Brookings Institution Press, Washington DC.

Thurber, James A. & Nelson, Candice (eds.) (1995): Campaigns and Elections American Style. Westview Press, Boulder.

Thurber, James A. & Neloson, C. & Dulio, David A. (eds.) (2000): Crowed Airwaves. Brookings Institution Press, Washington DC.

Vallès, Josep M. (1981): “La vida electoral a Catalunya: eleccions i referenda entre 1976 i 1980” a Atlas Electoral de Catalunya (1976-1980). Fundació Jaume Bofill, Barcelona.

Page 148: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

148 149

PÁGINAS WEB

Institut de Ciències Polítiques i Socials

www.icps.es

Asociación Americana de Consultores Políticos

www.theaapc.org

Revista Campaigns & Elections

www.campaignline.com

The West Wing

www.warnerbros.es

Centro de Estudios Sociológicos

www.cis.es

Observatorio de Política Autonómica

www.opa151.es

Page 149: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

148 149

Page 150: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

150 151

Page 151: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

150 151

Page 152: Diseño y Análisis de Campañas Electorales. El Píncipe en Campaña.pdf

152