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TrompetaEvangelizadora
Divina
V ID
Septiembre 2014
Trompeta Evangelizadora 09/2014 2
Contenido
V I D DIVINA
La Vid y los Pámpanos
Importantes lecciones muestra Jesús en la última
noche en esta imagen. Aquí es explícitamente claro lo
vital que es la delicada conexión con la vid. ¿Cuál es
la tarea del pámpano? ¿Qué lo puede dañar?
El secreto de ser fructífero
Cada persona hace una diferencia en su vida.
Pero, ¿cómo puede enriquecerse nuestra vida
con la bendición divina?
Mensaje radial
Las características de la vida
6
9
10
Un alma por cada gota de sangre
El misionero indio PG Vargis habla de un
mandato muy especial.
Lo que mueve al corazón
En Cristo y en Éfeso
Enseñanzas bíblicas
Las condiciones para la
sanidad Divina
Biografía
Hudson Taylor (parte 18)
Más importante que el crecimiento externo de la
misión es la maduración interior y preparación
de los siervos de Dios.
4
12
14
24
Editorial
Trompeta Evangelizadora 09/2014
3
¡Estimado lector!
El Señor encomendó a su siervo Moisés enviar a 12
exploradores para reconocer la tierra de Canaán.
¿Qué han traído ellos de vuelta? Trajeron un
vástago con un racimo de uvas, que era tan
hermoso y grande, que dos espías debían llevarlo
sobre un báculo. ¡Cuán hermosa vid!
Así es también el Canaán espiritual, en la iglesia
del Señor. Una vid especial. Nuestro Salvador
anunció a todos: “Yo soy la vid verdadera, […]
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo
en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí
nada podéis hacer” (Juan 15, 1+5). ¡Qué maravillosa
imagen! Si nos convertimos, no sólo somos hijos de
Dios, sino sarmientos en la vid que es Jesús. El autor
de un himno lo aclaró así:
“Mi Dios me ha elegido para ser discípulo de Jesús.
El me ha renvivido por palabra y poder espiritual.
En la vid soy un sarmiento, llevando yo los frutos
viviendo para Dios, como Él buscó en mí.”
¡Oh, un vástago en la vid! ¡Tan firme e
inseparable, tomar abundante fortaleza de la
fuente! Si, diariamente se le entrega al sarmiento
todo. El no necesita temer, angustiarse ni preocuparse.
La maravillosa vid nos da las riquezas de su plenitud.
Pero leemos en Juan 15,4: “Permaneced en mí, y yo
en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto
por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí.” Aislado o
separado de la vid el pámpano se seca, muere y será
desechado.
I gualmente así es en el ámbito espiritual. Por lo que la
exhortación es: Permanecer en Jesús, en su amor, en su
palabra y en la oración. Esto glorifica al Padre
celestial. ¡Esto es gozo! Porque el Salvador dice:
“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en
vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15,11).
H. D. Nimz
Página infantil
El primer premio
Página juvenil
La omnipresencia de Dios
Una carta incomprensible
Página familiar
Estrés
¿Y dónde queda el devocional?
Informe de viaje
Pallasovka 2014
Experiencias con Dios
Anuncios
Pie de imprenta
Más fruto
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Trompeta Evangelizadora 09/2014 4
HISTORIA
Un alma por cada gota de sangre
El omnibus paró, era la estación final. Aquí terminaba
la calle. Mutabu debía descender. Ahora tenía que
atravesar tres serranías, antes de llegar a su pequeño
pueblo, escondido entre las montañas del Himalaya.
Ella quería regresar a casa, había visitado a sus
parientes en las laderas bajas de la montaña.
Al ascender por los cerros, Mutabu pensaba en
el pastor alto, quien había hablado del Salvador que
perdona pecados. Ella escuchó el mensaje del
evangelio cuando estuvo en casa de sus parientes.
Ahora los recordaba, como adoraban a este
Salvador y le servían, y como habían cambiado sus
vidas. Mutabu no había escucuchado antes de Jesús.
Y aún así, una noche en lo de sus parientes, pidió a
Jesús que perdonara también sus pecados y que la
aceptara. Después de su conversión se bautizó.
Mutabu recordó lo que había dicho: “¡Me siento tan
limpia como la fresca nieve!” Y se preguntó, si
el pastor vendría a su aldea en la montaña. Ella lo
había invitado para que le contara también a sus hijos
sobre Jesús.
Ahora me encontraba de camino, para visitar a
Matabu. El camino me guió por estrechos senderos de
la montaña. Un paso en falso, podría significar el fin.
Con un último esfuerzo, cansado y hambriento,
finalmente alcancé la aldea. Pero los hijos de Mutabu
no confiaban en este joven hombre del sur de la India,
quien había viajado de tan lejos, sólo para visitar a su
viuda madre. Y ellos hicieron un plan: “¡Mañana lo
mataremos!”
A la mañana siguiente, mientras me lavava la cara
en una laguna cercana, Mutabu se apresuró hacia mí:
“Corre, corre rápido como puedas. Mis hijos te
entendieron mal. ¡Ellos quieren matarte!”
Busqué mi mochila y vi como los jóvenes hombres
afilaban los cuchillos detrás de la cabaña. ¿Cómo
podría bajar suficientemente rápido las tres sierras?
¡Los senderos de la montaña eran tan estrechos y tan
peligrosos! Pero tan rápido como pude, me puse en
camino. Después de un rato, miré hacia atrás y vi
como los jóvenes me seguían con cuchillos
relucientes. Corrí más rápido, pero los jóvenes, que
conocían las montañas, pronto me alcanzarían. Mis
perseguidores eran más veloces. Completamente
agotado y sediento, decaí bajo un árbol. Mi muerte
parecía estar sólo a unos minutos. “¿Será que Lilly
sabrá cómo morí?” se me cruzó por la mente.
Saqué el libro de la biografía de O. Smith, que había
leído anteriormente, y escribí en la última página: “Si
mi esposa se convierte en viuda a mediados de los
veinte y mi hijo crece sin un padre, ¡estoy dispuesto a
morir ahora, si Dios me da un alma por cada gota de
sangre!” ¡Pero de pronto sucedió algo extraño! Los
perseguidores desistieron y regresé de la montaña.
Pero a la mañana siguiente, el hijo de Mutabu golpeó
mi puerta. Me infundió pánico. Pero el hijo de Mutabu
dijo: “Mi madre me pidió que te trajera nuevamente a
nuestra aldea.” Yo no confiaba en las palabras y me
negué a ir. Pero también él se negó a regresar a la
aldea, excepto que Vargis lo acompañara. Permaneció
en casa de los parientes y asistió a las clases bíblicas
que teníamos. Atentamente escuchaba los mensajes y
se conmovía hasta las lágrimas. Pero no me dejé
impresionar. Finalmente Dios me convenció que debía
Trompeta Evangelizadora 09/2014
5
ir. ¿No me había decidido alcanzar a los inalcanzables,
a cualquier precio?
Una vez abracé a mi pequeño hijo para despedida,
mientras Lilly observaba con lágrimas en los ojos.
Ésta podría ser la última vez que nos veríamos.
Entonces le dije: “Si no regreso, por favor no vuelvan
a la tierra natal; ¡Quédense aquí! ¡Anuncia el
evangelio y cría a nuestro hijo, para que pueda
continuar la obra aquí!”
Finalmente llegué a la aldea y bajo las estrellas
prediqué a las personas. Noté un dramático cambio
entre ellos. Los endurecidos hombres ahora lloraban y
comenzaron a orar tan seriamente, que no podía
comprender. Entonces Mutabu me contó lo ocurrido.
Cuando sus hijos regresaron de la persecución,
oyeron cómo su madre lloraba y clamaba a Dios:
“¡Dios, protege al joven pastor! Mis hijos le
entendieron mal. Ellos no saben que él es tu santo
siervo. ¡Transforma a mis hijos!” Un gran
remordimiento sobrevino a los jóvenes cuando oyeron
la oración, y comenzaron a llorar.
Mutabu contó entonces a sus hijos sobre Jesús y les
pidió que se arrepintieran. Así clamaron y rogaron al
Dios de su madre, lloraron y pidieron perdón. Y
experimentaron un poderoso cambio inmediato.
Vargis bautizó a los habitantes de la aldea - una nueva
iglesia había nacido. Un pueblo más había sido
alcanzado. Otra montaña podía cantar y celebrar con
júbilo: “Los montes y los collados levantarán canción
delante de vosotros” (Isaías 55,12).
P. G. Vargis
Trompeta Evangelizadora 09/2014 6
DIVINA VID
La Vid y los Pámpanos
Jesús contó a sus discípulos en la última noche la
parábola de la vid y los pámpanos. Juan 14 culmina
con las palabras: “[…] para que el mundo conozca
[…] levantaos […]”. Entonces Jesús se levantó de la
mesa, en la que había comido con sus discípulos el
cordero de Pascua, después de haber introducido la
cena del Señor y el lavamiento de pies, para luego ir a
Getsemaní. ¡Qué solemne suenan sus palabras! “Para
que el mundo conozca que yo amo al padre.” ¿Qué le
ha ordenado el padre? Que el mundo sea salvo por
medio de su sufrimiento y muerte.
Sus discípulos le siguen. Pasan por el valle de
Cedrón y el camino pasa por viñedos. Es de noche,
todo está en silencio. Solamente la luna llena ilumina
el camino y los viñedos. De repente Jesús se detiene.
Mira pensativo a una vid y a sus delicados pámpanos.
Los discípulos se acercan, se reúnen alrededor de él.
Jesús comienza a hablar: “Yo soy la vid verdadera, y
mi padre es el labrador. Cada pámpano en mi […]”
Sorprendidos y conmovidos escuchan los discípulos.
Ninguna palabra quieren perder. Juan nos ha
manifestado lo que Jesús dijo en aquel momento.
Inolvidable e imborrable, se grabaron las palabras del
Maestro en sus memoria.
Muchos años después, en edad avanzada, él sabía
exactamente lo que Jesús había dicho en aquel
momento: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho
fruto”.
Lo que dijo Jesús en aquella noche en los viñedos
pertenece a las “palabras de despedida”. Pertenecen a
sus últimas palabras. Y las últimas son las
significativas e importantes. Por lo tanto también
queremos hoy, como los discípulos en aquella noche,
estar quietos y aprender lo que Dios tiene para
decirnos a través de esta parábola de la vid y los
pámpanos.
Jesús, la vid verdadera “¡Yo soy la vid verdadera!” Él quiere decir: “Yo soy
la verdadera, efectiva, auténtica vid. Estas vides aquí:
lo que ven son solo una imagen, una parábola. La
verdadera vid soy yo. Todo lo que una vid natural nos
enseña, se refiere a mí en una medida perfecta. Del
mismo modo como la vid tiene conexión con sus
pámpanos, así yo con vosotros. Como la savia fluye
hacia los pámpanos, así fluye mi Espíritu y fortaleza a
vosotros. Si ustedes observan la vid y sus pámpanos,
entonces tienen una verdadera imagen de la íntima
unión entre ustedes y yo, mis discípulos.”
Jesús es la vid. Pero luego dice algo más: “mi Padre
es el labrador.” Con esto demuestra Jesús, que la
imagen de la vid y los pámpanos es aún más perfecta
de lo que parece a primera vista. Dios, el Padre, el
labrador.
No es la primera vez que Jesús habló en parábolas
acerca de un viñedo. En Mateo 21, 33-46, Jesús
comparó a su Padre con un padre de familia, el cual
plantó una viña. Como era muy común en aquel
entonces, hizo un cerco alrededor de la viña (para
protegerlo de los animales silvestres), cavó un lagar
(en el cual el vino era prensado de las uvas) incluso
construyó una torre de vigilancia. Era un buen y
hermoso viñedo, este viñedo lo confió a unos
Jesús habló a menudo en parábolas. Utilizó las cosas cotidianas que eran conocidas
por todos para ilustrar los misterios del reino de Dios. También el ejemplo de la vid y
los pámpanos fue tomado del contexto y la naturaleza. Así tenían las personas una
referencia práctica y podían comprender mejor las verdades.
Trompeta Evangelizadora 09/2014
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labradores, que debían mantenerlo y recoger sus
frutos. Pero los labradores eran infieles, para
apoderarse de la viña, mataron a los siervos y hasta al
propio hijo, una imagen clara de Israel. Esta parábola
la entendieron incluso los fariseos.
Ya en el antiguo testamento, Dios se queja de su
pueblo, que le es infiel y lo compara con un viñedo.
(Isaías 5,1-7) La casa de Israel era la viña, no había
producido ningún fruto y Dios lo dejó devastar en el
desierto.
Pero aquí en su discurso de despedida, Jesús mostró
como es el nuevo viñedo y que maravillosa armonía
reina allí. Él dijo: “mi Padre (el labrador) no confía a
ningún persona la viña, sino que él mismo vela por
ella. Él la construye, la mantiene y también recoge los
frutos. ¡Él es un maravilloso labrador! Y él plantó la
correcta vid en su viña.” Cuando Dios entregó a su
hijo por nosotros, para que Él sea nuestro Salvador,
plantó la correcta vid en “su” viña.
Jesús es la verdadera vid, una vid, que el labrador no
plantó en vano, en que no produce uvas agrias, sino
que con toda seguridad produce frutos dulces. No es
una vid perezosa, no hay una segunda selección, sino
la más noble y la más verdadera vid - Hijo de Dios,
Jesucristo. Y los seguidores, los discípulos de Jesús,
son los pámpanos. Si, así estrechamente unidos están
los discípulos con Jesús, como el pámpano a la vid.
¡Qué estupenda imagen!
La vid y los pámpanos son la imagen de la
maravillosa unidad. Un organismo viviente. Los
pámpanos, que brotan de la vid, se entre crecen
(fusionan) con Él. ¿Qué es una vid sin pámpanos? Y -
¿Un pámpano sin vid? Ambos son dependientes.
Ambos permanecen estrecha e íntimamente juntos.
¡Ellos son uno! ¿Y qué es una viña sin labrador? Se
devasta y marchita. ¡Qué unidad, la comunión y la
dependencia uno del otro! La viña del nuevo
testamento hace una armonía perfecta. Esto fue
posible por el plan del Padre y la obediencia del Hijo.
Y nosotros podemos ser sarmientos en esta viña, en la
verdadera vid - ¡Qué privilegio! ¿No es éste, suficiente
motivo para adorar?
Nosotros somos los pámpanos Versículo 5: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos.”
Los discípulos/seguidores de Jesús son pámpanos.
¿Qué es un pámpano? Es una rama de la vid en la que
la fruta (uva) crece, florece y madura. Esta rama no es
muy enérgica y fuerte, como una rama de un roble u
otro árbol. No, los pámpanos son débiles y frágiles.
Los puedes arrancar fácilmente. Los pámpanos no son
adecuados para otras cosas, que sólo producir frutos en
la vid. De ellos no puedes fabricar un bastón o
construir una silla, ni tejer una cesta con ellos. No, si
la rama está seca, no es apta para nada, solamente
echarla en el fuego y quemarla.
¿Incluso es deseable ser un pámpano? A los ojos del
mundo no es particularmente atractivo. El pámpano de
la vid es débil y frágil, para nada sirve. Pero cuando
Dios abre nuestros ojos, entonces nos damos cuenta lo
maravilloso que es ser un pámpano de la vid
verdadera. Si somos pámpanos tenemos vida.
Entonces estamos en unión y comunión con el
verdadero dador de la vida, con el Dios vivo. Hacemos
una maravillosa unión con Cristo, pasamos de muerte
a vida y podemos llevar frutos para Dios. ¡Magnífico!
Tenemos una incalculable riqueza.
¿Cómo se llega a ser un pámpano en la vid - Jesús? Un pámpano en la vid puede ser solamente cuando
Dios, el labrador, nos planta en la vid. El padre nos
conduce al Hijo a través del Espíritu Santo. “Todo lo
que el Padre me da, vendrá a mí” (Juan 6,37).
El padre planta almas humanas en la verdadera vid,
para que sean pámpanos en la vid, los cuales están en
unión con él, en el organismo viviente, que son
plantados juntos y crecen juntos. Este proceso se llama
renacimiento del alma, o perdón de pecados, la
conversión. Aquí comienza el verdadero cristianismo.
No una forma ritual, santa cena, obediencia ciega,
sino vida y unión viviente con la vid - Jesucristo.
Y luego limpia los pámpanos. En Juan 15,2 leemos
esta referencia a la obra, que experimentaron los
discípulos en pentecostés y posteriormente muchos
creyentes. En hechos 15,8 Pedro habló de Cornelio, el
temeroso de Dios, y de su casa. Los discípulos estaban
convertidos antes de pentecostés (Lucas 10,20). ¿Por
qué el Padre ordenó limpiar todos los pámpanos? Y
esta obra Jesús describe únicamente como la obra del
divino labrador. Si las ramas de la vid no están
podadas correctamente, pasan a ser silvestres, y
producen uvas agrias. Una imagen del corazón de una
persona que puede ser cubierto por muchos deseos
carnales. Vides no podadas no conocen sus límites.
Crecen y pasan la frontera hacia el vecino, las vides de
al lado hacen lo mismo y así se enredan entre sí. Por lo
Trompeta Evangelizadora 09/2014 8
tanto la gente vive en disputas entre sí, no se dejan
decir nada y viven salvajemente, qué lástima, si algo
así se observa entre personas que dicen ser cristianas.
Esta orden de purificación dada por el labrador es
una clara referencia de la experiencia de los
discípulos, que vivieron el día de pentecostés.
No debían entrar inmediatamente a la obra como
testigos, sino que debían esperar en Jerusalén hasta
que fueran investidos con el poder de lo alto
(Hechos 1,4-5) aunque los apóstoles estaban ya
convertidos, necesitaban esta purificación
(Hechos 15,8-9).
Necesidad vital para los pámpanos Lo más importante para los pámpanos es que no
pierdan la conexión de la vid. La savia de la vida debe
fluir sin obstáculo hacia las ramas. Solo así el
pámpano permanece sano y puede dar frutos ¿Qué es
la savia de la vida? Es la acción del Espíritu Santo y la
palabra de Dios en nosotros. Solamente así, si vivimos
de acuerdo a la palabra de Dios, si la palabra obra en
nuestra alma, permanecemos unidos con Jesús. La
acción del Espíritu Santo en nuestra alma es la savia
de la vida para el pámpano, que fluye constantemente
de la vid. Si la conexión entre la rama y la vid en
cualquier lado se interrumpe, el Espíritu Santo no obra
más, y nuestra vida espiritual se marchita como un
pámpano quebrado.
¿Qué puede interrumpir la conexión? 1. Si la rama está cortada o rota. Si la rama está quebrada, puede que esté aún
conectada a la vid, pero la conexión no está más. Esta
rama se va secando. Si en tu vida entra el pecado, la
conexión con Dios se rompe. Pecado, sea grande o sea
chico, separa de Dios, y te marchitas. Pecado es una
transgresión consciente contra el mandamiento de
Dios; desobediencia, culpa. ¡Preocúpate, que ningún
pecado entre en tu vida! Eres un pámpano, entonces
puedes vencer con Cristo. Si se ha producido pecado,
entonces pide al labrador que repare el pámpano, que
lo vende para que sane. Jesús es nuestro intercesor
ante el Padre, él ruega por nosotros.
2. Si el pámpano está estrangulado. Ernst Moderson cuenta lo siguiente: “Una vez he visto
en un jardín, un arbusto de taxus, el cual en la parte
inferior estaba verde y sano, pero arriba estaba marrón
y marchito. ¿Cuál fue la causa? Hace años, se ha atado
en el tronco una tablita con alambre, con el nombre del
arbusto. Pero se habían olvidado de aflojar o quitar el
alambre. Con los años, el tronco se hizo más fuerte, y
con el tiempo la savia ya no pudo fluir lo suficiente
por el tronco fino. El alambre bloqueó el camino y
cortó la conexión. Todo lo que estaba por encima del
alambre se marchitó. Si a tiempo se hubiese
quitado el alambre, se habría salvado la corona.” Así
le va a pasar al pámpano que está estrangulado, cada
vez fluirá menos savia, y al final no habrá más
conexión.
Tales constricciones pueden ser caminos que
conducen al pecado. Es un proceso gradual, que no
sucede de repente como un pecado abierto. Sino poco
a poco el diablo encuentra un camino en el alma y
obstruye la conexión con Cristo. ¿Cuáles son las
causas que cortan el pámpano? Necesita ser solo un
poco: un poco de indiferencia o tibieza. Un poco de
negligencia, no tomar tan en serio el servir a Dios; un
poco de avaricia y amor al dinero; búsqueda de un
poco de honor y reconocimiento (Ananías y Zafira).
Un poco de amor al mundo como en Demas, amor a la
moda, vestimenta llamativa; el mal uso o el abuso de
los medios de comunicacion, en particular internet;
amor falso por la tecnología, tal vez celular o el auto.
Si, incluso tu hobby, tu casa, tu jardín, deportes,
compras, pueden robarte la vida espiritual. Estas son
cosas que pueden estrangular al pámpano. Si no nos
damos cuenta a tiempo, obstruyen la conexión.
Por estas causas puedes obtener una puntada. La
fruta puede ser infectada por la picadura de ciertos
insectos. Pican la fruta y por el veneno la uva queda
muerta en su interior, aunque por fuera parezca estar
bien. ¿Ser o parecer?
Si dejamos de traer sacrificio de alabanza, o la ayuda
en la obra del Señor, nos enfermamos. Como el
cuerpo, si tiene poco movimiento, se enferma.
¿Eres un pámpano en la vid? Asegúrate de que la
conexión se mantenga intacta. De lo contrario no
crecerá la fruta y serás cortado. Si ya sucedió, que tu
conexión ya está dañada, puedes venir al labrador. Él
está preocupado por el bienestar de tu alma.
¿Aún no eres un pámpano? Pídele a Dios, Él quiere
hacerte un pámpano en la vid. Es lo mejor, sí, el
destino de un hombre es ser un pámpano en la
verdadera vid, en el hermoso viñedo del Padre.
Eduard Albrecht, Eppingen (DE)
Trompeta Evangelizadora 09/2014
9
DIVINA VID
El secreto del ser fructífero
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece
en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto” (Juan 15,5).
El Señor Jesús no es un fundador de religiones. No
solo obró una vez y pertenece al pasado, e influye
solamente mediante la tradición oral y escrita.
Él está presente en sus hijos y es la fuerza motriz de
su vida. Jesús no actúa como los grandes filósofos con
sus resultados, sino: “Él es la vida de nuestra vida, el
impulso y la fuerza de nuestra alma.”
Nosotros podemos y debemos entrar en contacto
personal con él. Una y otra vez nos encontramos con
la expresión: “En Cristo”. Esta íntima comunión nos
encomienda el Salvador en la parábola de la vid y los
pámpanos.
El pámpano está en contacto orgánico con la vid.
Así también nosotros debemos entrar en comunión
con el Salvador. La savia de la vid fluye a los
pámpanos en la naturaleza. Y el Espíritu de Jesús
penetra en sus hijos. En cuanto estamos “conectados”
a Jesús, fluye en nosotros su fuerza de vida.
Es el Señor Jesús, quién efectúa la conexión. Él
busca la unión con nosotros. “No me elegisteis
vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros.” Su
amor trata de ganarnos. Él nos lo acerca a través de su
palabra. Si dejamos que hable con nosotros a través de
su mensaje, entonces lo aceptamos a Él mismo. A
través de su palabra, quiere permanecer en nosotros
(Juan 15,7).
Su amor es un amor purificador , santo. En verdad,
él no rechaza a nadie, incluso si sale del peor pantano.
Pero debe existir el deseo de volverse limpio.
Solamente mediante una purificación a través de la
sangre de Jesús puede concretarse una unión con él.
Ahora surge vida en el corazón muerto. R everdece y
florece, y aparecen frutos. Separados de él es
imposible traer frutos, porque falta la vida. Podríamos
producir mediante esfuerzo propio toda clase de
cosas, que parezcan frutos. Pero se diferencia del
fruto verdadero, como las hechas artificialmente, de
las frutas que crecieron. Donde el Señor Jesús puede
obrar, todo surge naturalmente, no fatigosamente. Lo
bueno, que alguien hace con una cara agria, puede ser
comparado con las agrias uvas silvestres, que no
pueden satisfacer a nadie (Isaías 5,2).
El rendimiento aún no es el fruto. Cada vida tiene
un rendimiento. Alguien deja un capital que obtuvo
con esfuerzo, diligencia y quizás también
honradamente. Eso es algo. Pero no es fruto alguno en
el sentido de Jesús. Otro llega al respeto y honor. Esto
vale algo. Pero aun no es fruto alguno, que tenga valor
eterno. Fruto espiritual es lo que tiene validez ante
Dios, que satiface a Dios y a las personas.
Más de uno tiene un triste resultado en la vida. Deja
deudas, porque en la imprudencia derrochó todo. Otro
se lleva un desordenado y destrozado cuerpo, porque
mediante excesos socavó su salud y malgastó la
preciosa fuerza de su cuerpo y de su alma. Una vida,
que trae fruto verdadero para la eternidad, puede
desenvolverse solamente en la estrecha unión en la
vid, con Jesús. TE
Trompeta Evangelizadora 09/2014 10
Las características de la vida
La vida en cada tipo y forma es un don de nuestro
eterno y omnisciente Dios. La vida jamás surgió de
cualquier otra fuente. J. Tobler reflexionó sobre este
hecho y testificó:
Toda vida fluye de ti y atraviesa mil corrientes en
el mundo. Todos hablan: ¡Somos obra de tus
manos! Lo que siento, lo que soy, que a ti, al
grandioso conozca y gozoso “Padre” te mencione;
¡oh me postro ante ti (…)!
La vida se ve y se siente. Se ve en la respiración y
se siente en el pulso. Todo cuerpo vivo se mueve y
se activa. Cada persona y cada animal son cautelosos
en la nutrición, en la libertad y en la preservación de
su vida. Con nuestra vida están vinculadas la preocu-
pación, lucha y responsabilidad. La lucha por la vida
es conocida en todo el mundo. También estamos fa-
miliarizados con una amplia gama de peligros y ame-
nazas a la vida. La vida y la muerte son mutuamen-
te excluyentes. Si domina la vida, la muerte debe
retirarse, si predomina la muerte, huye la vida.
Una noche me llamaron que visitase a un enfermo
que estaba muy grave en el hospital. Su esposa e hijo
también estaban allí. Solamente de a uno podíamos
entrar para estar con él. Cuando llegó mi turno, vi su
último suspiro. De repente todo quedó oscuro en la
pantalla y su respiración se detuvo. ¡Estos son de
hecho, momentos serios!
Además de la vida natural, existe también la vida
espiritual. Todo verdadero cristiano lo posee. Esta
vida es también un don de Dios, que es un valor aun
mayor. Es una obra del Espíritu Santo y comienza
con la experiencia del verdadero nuevo nacimiento.
Cada persona puede alcanzar y obtener esta vida,
porque Jesús dijo: “Os es necesario nacer de nuevo”
(Juan 3,7). ¡Esto rige a todas las personas aún hoy en
día!
La vida espiritual es la vida del alma. Es una vida
interior oculta y tiene un carácter eterno. El
fundamento para esta vida es la conciliación y
comunión con Dios, que se obtiene a través de la
muerte de Jesús en la cruz. Por eso Jesús pudo decir:
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia” (Juan 10,11). Juan afirma:
“El que tiene al Hijo (Cristo), tiene la vida”
(1. Juan 5,12). También para esta vida existen
evidentes y considerables características.
La primera característica es la fruta. Es el propósito
más alto de la vida. En Juan 12,24 Jesús se compara
con un grano de trigo, y en referencia a su muerte en
la cruz, dijo: “Si el grano de trigo no cae en la tierra
y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho
fruto.” Fruto solo puede venir a través de la vida.
Los frutos de la vida son: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza (Gálatas 5,22). Estos frutos dan a conocer
la vida. ¡Y personas de este tipo impresionan a los
demás, porque tienen algo para dar!
Mensaje Radial Mensaje de Salvación Friedrich Krebs, Kitchener (CA)
Trompeta Evangelizadora 09/2014
11
Una segunda característica es el deseo de luz, aire, agua y alimentos. Estos elementos esenciales son
indispensables para la vida natural, como también para
la vida espiritual. Una persona que posee la vida
espiritual, aspira por la luz espiritual y busca el
ambiente espiritual. Estas personas tienen hambre y sed
de justicia, que son validas ante Dios
(2. Corintios 5,21). Buscan la complacencia de Dios y
dicen con el poeta: “Nada de lo que el mundo ofrece sacia
el hambre y la sed en mi (…)”. Su deseo es: “¡Déjame
estar en la orilla, manantial del cielo, beber siempre de
tu abundancia, y no tener sed jamás!” En base al
alimento dice el apóstol: “Ellos no quedan con la leche”
sino que “el alimento sólido es para los que alcanzaron
madurez” (Hebreos 5,14).
Una tercera característica es el crecimiento y la actividad. Ambos están relacionados entre sí. Un
saludable crecimiento desarrolla fuerza para la vida
activa. Jesús habla en una parábola de un hombre joven,
al cual se le dijo: “Ve hoy a trabajar en mi viña.
Respondiendo él, dijo: no quiero; pero después,
arrepentido fue” Isaías oyó la voz del Señor: “¿A quién
enviaré, y quien irá por nosotros?” Él exclamó: “¡Heme
aquí, envíame a mí!” Pablo encuentra a Timoteo en
Derbe, y se lo lleva consigo en su viaje misionero y lo
hace su siervo. Quien tiene vida espiritual, se deja
“llevar”. Pero el perezoso y holgazán es un cristiano
con perjuicio. Nuestro Señor “se dio a sí mismo por
nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar
para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”
(Tito 2,14). ¡Para esta obra también pertenece la
oración! “¡Ora y trabaja!” – es la regla en la vida
cristiana.
Una cuarta característica es la manera de relacionarnos. La persona de mente espiritual busca la
comunión espiritual. Ama la luz divina y la verdad. Se
preocupa en la edificación espiritual y en la
complacencia de Dios. El autor del primer Salmo dice:
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de
malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de
escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley
[palabra] de Jehová está su delicia”. Y David dijo:
“Corazón perverso se apartará de mí; el de ojos
altaneros no me gusta, y evito el que hace fraude”.
Quien tiene vida espiritual y la quiere conservar, tiene
que apreciar la fuerza y la fuente de esta vida. Pablo se
dispuso esta preciosa regla: ¡Cristo es mi vida! ¡Que
esta constante decisión sea tuya y mía!
Trompeta Evangelizadora 09/2014 12
C. W. N AYLOR - LO QUE MUEVE AL CO RAZÓN
En Cristo y en Éfeso
La Epístola del apóstol Pablo a los efesios comienza
con las palabras: “[…] a los santos y fieles en Cristo
Jesús que están en Éfeso”. Las personas a las que él
escribió estaban en Éfeso y también estaban “en
Cristo” ¿Qué significaba vivir en la ciudad de Éfeso?
Éfeso era uno de los centros más importantes de la
idolatría pagana. La ciudad era rica y próspera. La
vida pública, así como la privada eran
extremadamente corruptas. Incluso las prácticas
religiosas de los efesios eran abominables. La ciudad
era moralmente un pantano, un pozo pestilente lleno
de injusticia. Era una segunda Sodoma. El vicio y la
inmutabilidad gobernaba en todas partes e incluso
eran venerados y adorados.
Por lo tanto podríamos preguntarnos
razonablemente: “¿Puede salir algo bueno de Éfeso?
¿Puede el cristianismo prosperar en tal entorno?”
Pero habían santos en Éfeso, a los cuales el apóstol
pablo elogió por su conducta y carácter. Fuera de ese
lodo repugnante de maldad fueron creciendo los
lirios blancos y puros del carácter cristiano. Esta es la
gloria de Cristo y del cristianismo. Los que ahora
eran cristianos, no eran de naturaleza diferentes o
mejores que los demás efesios. Incluso Pablo les
dice, que ellos eran por naturaleza hijos de ira, igual
que los demás. Que triunfo glorioso de la gracia
divina, que ha sacado a estas personas de la suciedad
indescriptible y los ha hecho “santos y fieles”. Si,
justo aquí radica el poder de nuestro poderoso Cristo.
Algunas personas miran el estado actual de este
mundo, donde el pecado abunda por todas partes, y
dicen: “No tiene sentido para mí, tratar de ser un
cristiano o de ser diferente a los demás”. Ellos
piensan que es inútil tratar de ser justos bajo las
actuales circunstancias. Caminando una vez por la
ciudad, en una esquina me encontré con un policía.
Entablé una breve conversación con él, Pronto
conduje la conversación al área espiritual y comencé
a indagar sobre su posición espiritual. Con voz
deprimida me dijo: “Oh, no necesitamos hablar de
eso; para un policía esto no tiene sentido.” Traté de
hablarle sobre el poder de Dios y le dije lo que la
salvación podía hacer por él. Pero le pareció ser solo
palabras vacías y quedó con eso: “Para un policía no
hay esperanza”.
También en nuestro tiempo hay personas que en
algunas circunstancias dicen: “Para mí no tiene
sentido intentar vivir cristianamente.” Los efesios
podían haber hablado de la misma manera.
Probablemente algunos de ellos han hablado así y se
perdieron, ¿quién sabe? Sin embargo, una gran parte
de ellos se han apartado de los ídolos para servir al
Dios vivo y verdadero. Recibieron a Cristo en su
corazón y encontraron la salvación a través del
mensaje del evangelio. Experimentaron el poder de la
sangre de Cristo, la cual limpió todas sus impurezas,
y no sólo eso, les elevó del lodo del pecado y la
maldad que les rodeaba, para que se mantuvieran
fieles en Jesucristo, a pesar de que vivían en medio
de Éfeso.
El hombre no necesita tanto un cambio en su
entorno de vida, necesita un cambio en su corazón y
en su carácter. A menudo se encuentran diamantes
incrustados en el lodo volcánico, han permanecido
allí durante siglos y sin embargo siguen siendo los
mismos diamantes preciosos. ¿Cómo es posible eso?
¿Cómo es que su calidad no se redujo? La respuesta
es: ¡Porque el barro nunca pudo penetrar en el
interior del diamante! Y ésta también fue la razón por
la que los santos en Éfeso permanecían “Creyentes
en Cristo” a pesar de que vivían en el corrupto Éfeso.
Ellos se quedaron en medio del lodo de la perdición,
Trompeta Evangelizadora 09/2014
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pero el barro fue sacado de ellos, y la gracia de Cristo
los ha salvado, para que no vuelva a encontrar acceso
en sus vidas.
En este mundo no podemos escapar de la
inmundicia del pecado. El pecado estará siempre y en
todas partes nos rodeará. Su hedor olfatearemos cada
día. Nuestros ojos se confrontarán con él y nuestros
oídos quedarán choqueados. Pero mientras no
dejemos que ellos invadan nuestro interior, podemos
permanecer “santos y fieles en Cristo”. Una de las
cosas más importante que la palabra de Dios nos pide
es: “guardarse sin mancha del mundo”
(Santiago 1,27). En Filipenses 2,15 Pablo nos dice:
“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin mancha en medio de una generación
maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo”. En otra
parte dice: “[…] ni participes en pecados ajenos”
(1. Timoteo 5,22). No solo debemos permanecer
libres de pecados propios, sino que tampoco debemos
tomar parte de los pecados de otros. ¡Esto es de gran
importancia!
Como hijos de Dios nos encontramos, por así
decirlo, en Éfeso. El pecado nos rodea por todas
partes. Dios quiere que nosotros despreciemos los
pecados de los demás, que nos abstengamos de ellos
y que también, no encontremos ningún placer en los
que hacen cosas pecaminosas. Hay dos maneras en
las que podemos participar de los pecados de los
demás. La primera es, aprobar sus malas
acciones. Puede ser que nosotros mismos no hacemos
estas cosas, pero si aprobamos los pecados de los
demás, también es pecado. Nunca te permitas estar
de acuerdo con los pecados de tu prójimo. No será
posible conservarte puro.
La segunda posibilidad de participar del pecado de
los demás es, cuando recibimos un beneficio para
nosotros mismos. Si una persona engaña a otra en un
negocio, y nos deja participar del dinero mal habido,
estamos participando de su pecado. Puede ser que no
robaría los frutos de mi vecino, pero si otro lo hace y
yo sabiendo del robo, como con él, ¿no soy participe
de su pecado? Este sencillo ejemplo se aplica a todas
las áreas de la vida.
Debemos mantenernos aislados de todo lo que
tenga que ver con el pecado. No podemos evitar
quedarnos en Éfeso. Debemos vivir en este mundo
corrupto y pecaminoso. Así que es importante
asegurarnos de mantenernos en Cristo - sin mancha
del mundo. Si los santos de Éfeso pudieron hacerlo,
nosotros también podemos hacerlo. Pero para
hacerlo, debemos andar en integridad. No debemos
agacharnos en el fango del pecado, sino con la
mirada dirigida hacia arriba y avanzando,
manteniendo nuestro olfato espiritual por encima de
los gases tóxicos del pecado.
Lot era un hombre de Dios. Él vivía en Sodoma, y
se nos dice que su alma justa, era atormentada a
diario por la maldad de los habitantes de Sodoma.
Pero él se conservaba puro; él no tenía ninguna
participación en sus actos y aborrecía sus pecados. Si
llegamos al punto en que ya no odiamos el pecado,
cuando lo vemos y escuchamos o sabemos de él y no
sentimos ninguna molestia o disgusto en nuestra
alma, entonces es hora que despertemos. Se nos
manda aborrecer el mal, solo así podemos
mantenernos puros, solo así permaneceremos “en
Cristo Jesús” mientras vivimos en este mundo impío.
En cada corazón redimido de Éfeso había un
pedacito de cielo. Ese pedacito de cielo era tan puro
como el reino celestial. Nosotros también tenemos
ese divino elemento en nuestros corazones. Y en este
pedazo de la santidad de Dios plantado en nosotros,
florecerán todas las plantas de la justicia, que
florecen en los patios eternos. Pero es aquí, donde
debemos proteger estas plantas, manteniendo las
puertas de nuestro corazón cerradas día y noche
contra el mal. Solo de esta manera podemos
permanecer puros y agradables ante Dios. Esto lo
podemos, si nuestro lugar debe ser allí, ser santos y
fieles en el peor de los casos, en el “Éfeso”, que
existe hoy.
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ENSEÑA NZA S BÍBL ICA S – FÁ CILES DE COMPRENDER │ L ECCIÓN 38
Las condiciones para la sanidad Divina
¿Qué debo hacer con el fin de experimentar la sanidad divina?
Hemos visto en la última lección, que Dios nos ha
dado la maravillosa promesa de la sanidad divina.
Queremos mostrar en esta lección, que Dios espera
una contribución de las personas.
Fe Dios no sana de manera arbitraria. Hay un requisito
que debe realizar el hombre, si quiere experimentar
la sanidad divina. Este requisito es la fe. Leemos en
los Evangelios cómo Jesús sanó a la gente. Hay una
frase que dijo una y otra vez a los que fueron
sanados: “Tu fe te ha salvado” (por ej. en Mateo
9,22; Marcos 10,52; Lucas 17,19).
En la historia con el paralítico, que los cuatro
amigos le trajeron a Jesús a través del techo, leemos:
“Al ver Jesús la fe de ellos” (Marcos 2,5). Y cuando
Jesús llegó a Nazaret, no hizo allí muchas señales y
prodigios, como lo ha hecho en otros lugares. En
Mateo 13,58 encontramos la razón de esto: “Y no
hizo allí muchos milagros, a causa de la
incredulidad de ellos.”
Vemos con relativa claridad, que la fe es un
requisito necesario para la experiencia de la sanidad
divina. Pero ¿Cómo debe ser tal fe? Cada uno de
nosotros cree que Dios es omnipotente, puede hacer
todo y por lo tanto puede sanar cualquier
enfermedad. Creemos esto en la cabeza con nuestro
entendimiento. Lo creemos teóricamente. Pero esa
no es la fe que Dios quiere ver. Dios quiere ver una
fe práctica. Una fe que toma las promesas de Dios
para sí mismos con seriedad. Que la sostiene
fuertemente y cree que Dios le puede y quiere sanar
de la enfermedad actual que tiene. En los casos
donde la gente es inconsciente, o gravemente
enferma, que no pueden tener los razonamientos
claros, o incluso con niños pequeños, esta fe tiene
que ser aplicada por aquellos que desean y ruegan
por la Sanidad Divina de estas personas. Y así
llegamos al segundo requisito.
Oración En algunos casos, solo esta fe es suficiente para
experimentar la sanidad. En la mayoría de los
casos, se necesita un segundo requisito, la oración.
No solo debemos creer, sino también pedir. La gente
venían a Jesús y le rogaban por la sanidad. Y Jesús
los sanó. Cualquier promesa de Dios será recibida a
través de la fe y en oración. Esto no es diferente con
la promesa de la sanidad divina.
Si reflexionamos sobre la sanidad divina, entonces
también existen dos verdades, las cuales queremos
tratar. La primera es la unción y la imposición de las
manos, la segunda el don espiritual de la sanidad.
No son requisitos directos, sino más bien
posibilidades que Dios nos da.
Imposición de manos y unción Encontramos en las escrituras dos partes, que nos
indican la práctica en la oración sobre la
sanidad divina. En Marcos 16 Jesús dice: “Y estas
señales seguirán a los que creen: [...] sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” Y
Santiago toma el pensamiento y probablemente
también el enfoque habitual de la era apostólica, y
dice: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame
a los ancianos de la iglesia, y oren por él,
ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la
oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo
levantará” (Santiago 5,14-15).
Leemos aquí la imposición de manos y la unción
con aceite. En este caso, estas acciones no tienen
carácter cultual. No es un aceite especial que
contiene ciertos poderes de curación en sí mismo.
Tampoco fluye un poder especial por las manos de
Trompeta Evangelizadora 09/2014
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los oradores sobre los enfermos.
Para los ancianos y los enfermos, es un acto de
obediencia. Ellos se ponen en la voluntad de Dios.
Por lo tanto, el propósito de este tratamiento es la
fortaleza de la fe del enfermo. Una ayuda para él, a
tomar conciencia en el hecho de la eficacia del
poder de Dios.
El don de la sanidad divina Cuando Pablo escribe a los Corintios de los dones
del Espíritu, menciona allí los “dones de sanidades”
(1. Corintios 12,9). Vemos en las Escrituras que
algunos de los apóstoles tenían este don. Incluso en
la historia de la iglesia, algunos hombres nos son
conocidos, que Dios los ha dotado con este don. Se
trata de la capacidad, de rogar por la oración de fe
de los enfermos, para que Dios responda, aun
cuando el enfermo no pueda reunir la fe. Lee esto
por favor en la historia del hombre cojo en la puerta
del templo en Hechos 3.
Sanidad Divina es un regalo de la gracia de Dios.
Podemos venir a Dios en una completa fe con
nuestras dificultades y saber que Él nos escucha y
está dispuesto a glorificarse en nuestra vida.
Robert Witt, Gifhorn (DE)
Experiencias con Dios
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido
consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré”
(Lamentaciones 3,22-24)
Un miércoles, el 19 de enero de 2011, será
inolvidable para mí. Quiero dar testimonio de lo que
el Señor ha hecho por compasión, a mí un anciano
de 80 años. Primeramente no quise escribir, porque
aquí y en otros países, hermanos y amigos ya habían
escuchado lo ocurrido. Pero, mi conciencia me
recordó que aún personas desconocidas deben
conocer lo que la bondad de Dios me ha hecho.
Como ya hacía más de 50 años, conducía en mi auto
todos los miércoles hacia la reunión de oración,
cuando de repente otro auto a velocidad vertiginosa
colisionó conmigo a un costado, me llevó sobre la
acera hasta contra un árbol, cerca de una vivienda.
Un hombre salió apresurado de la casa y vio que el
otro conductor se marchó a gran velocidad. Mi auto
estaba prensado y yo parecía no tener más vida.
Llamó a la policía, quienes me sacaron del coche
con dificultad y fui llevado al hospital. Estaba tan
grave que con urgencia me llevaron al hospital de
Vancouver, que contaba con mayores posibilidades.
El que había causado el accidente era un hombre de
25 años de edad. En la policía era conocido como
alcohólico y en ese momento no tenía licencia de
conducir. Esa noche estaba muy ebrio y momentos
antes había ocasionado otro accidente, esa era la
razón por la que conducía furioso, que casi me costó
la vida. El que veía mi auto después, al igual que los
médicos, que realizaron las muchas y complejas
intervenciones quirúrgicas, estaban de acuerdo en
que en realidad yo debería estar muerto. Fue solo la
gran bondad de Dios, que me dejó con vida y dio a
los médicos el correcto pensamiento y la habilidad
de reconstruirme.
Como fue el accidente y todo lo ocurrido conmigo,
lo sé por los comentarios posteriores. Recobré clari-
dad de mi conciencia después de 3 semanas, de lo
contario no hubiese soportado las molestias y dolor.
Cuando pude comprender poco a poco todo lo que
pasó, y como prácticamente todo mi cuerpo había
sido aplastado, oré mucho para que Dios me lleve a
su hogar. Esto fue en amarga angustia. Más tarde le
pedí perdón y hoy me alegro de estar vivo y le
agradezco.
Trompeta Evangelizadora 09/2014 16
Ya el primer día, los médicos lucharon más de 3
horas tratando de acomodar las vértebras cervicales
y el hombro izquierdo, para que la cabeza tuviera un
apoyo firme. Fue una cirugía compleja y los médicos
no podían prometer que saldría con vida. Mi esposa
los alentaba diciendo que ella cree que el Señor del
cielo, haría un milagro en mí. Uno de los médicos
asintió. Y fue realmente un milagro, porque estaba
completamente paralizado y no podía mover mis
brazos ni mis piernas; Tardó un tiempo hasta que
todo sanó, y mis piernas tuvieron que aprender a
caminar nuevamente.
Mi corazón fue atacado, probablemente por la gran
pérdida de sangre. Los pulmones colapsaron, varias
costillas estaban quebradas, se movían libremente y
empujaban hacia afuera, con el riesgo de perforar
la piel.
Se pensó volver a operar, hasta que uno de los
médicos opinó esperar. Allí intervino nuestro Señor
Jesús y Salvador con la sanidad. Las costillas
encontraron su lugar sin ayuda humana y todo junto
sanó bien. Los pulmones son los que menos
problemas me causan actualmente. Después que
recobré la conciencia tuve fuertes dolores en mi
cuerpo, que gritaba de dolor. Una nueva revisión
dirigió a una intervención quirúrgica urgente. La
cavidad abdominal estaba llena de sangre y las
vísceras estaban inflamadas. Por lo tanto los
intestinos debían ser lavados.
A mí me pareció que recién ahora comenzaban los
momentos difíciles; mi cuerpo tenía múltiples
catéteres conectados, recibía alimentación
parenteral, ni siquiera debía beber algo; no podía
mover ni las manos, ni los pies, solamente podía
estar acostado de espalda, cuya piel se lastimaba. Al
mismo tiempo el médico me explicó que debía
quedarme hospitalizado durante 5 o 6 meses; algo
imposible.
Finalmente llegó el gran día deseado, sacaron los
catéteres de mi cuerpo. Eso me alivió y fue una gran
alegría. Esa fue la primea vez que me dieron algo de
beber. No se puede describir esta alegría. Pero
también había un espíritu emprendedor en mi
corazón: “No quieres estar siempre aquí, debes hacer
algo para movilizar tus extremidades.” ¡¡¡Quiero ir a
casa nuevamente!!!
Los inicios fueron muy duros para mi, ni siquiera
debo pensar en ellos. Habría mucho para escribir, de
como aprendí a caminar, no encontraría fin.
El anhelo por una vida normal estaba creciendo en
mí. Así que hice todo lo que me pidieron y valoraba
su amor y paciencia.
Sí, he pasado hospitalizado, seis meses menos dos
días. De corazón estoy muy agradecidos a todos los
que me recordaron en sus oraciones y han llevado
mis sufrimientos ante el trono de gracia de Dios, de
otro modo, ¿cuándo hubiera vuelto a casa?
Sé que hubo hermanos que oraron por mí, Dios los
bendiga a todos. Les agradezco cordialmente
también a todos los que me visitaron. En esos
momentos uno se percata de como los hermanos
están unidos y preocupados.
Hoy estoy alegre y de corazón agradecido que puedo
estar en casa nuevamente y poder ir a la casa de Dios
con mi esposa.
Ed. Fechner, Chilliwack (CA)
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PÁGINA INFANTIL
El fue examinado
“Mañana temprano iremos a la ciudad. ¡Ven, es hora de
que te vayas a dormir Werner!” “¿Mamá, a quien
visitaremos allí?” “Oh muchacho, tú sabes que con el
psicofísico para la escuela el doctor ha pedido unas
radiografías.”
Werner se quedó muy callado y pensativo. A la tarde
había ido a la hora de los niños. Con mucha seriedad el
maestro había hecho hincapié sobre el Salvador, que
también tuvo que morir y sufrir en la cruz por el pecado
de los niños. Que también el corazón de los niños está
lleno de manchas negras, y solamente pueden ser
limpias por medio de la sangre de Jesús. – Así había
dicho él. “¿Mamá, cómo es esta radiografía? Preguntó
Werner. “Es muy sencillo mi hijo, y no duele nada. El
doctor te para frente a una placa blanca, apaga la luz y
enciende el aparato. Entonces puede ver cómo eres por
dentro.” “Oh mamá entonces no voy”, exclamó Werner
y se echó a llorar. ¿Por qué lloras y no quieres ir? Te dije
que no sientes nada.”
“El doctor podrá ver todas las manchas negras que
tengo en el corazón. ¿O no las podrá ver? Cada mentira
produce una mancha negra, también si nos enojamos o
nos portamos mal, o si nos peleamos con alguien.
Mamá, yo creo que mi corazón está totalmente negro.
Madre, tú ya eres mayor, seguramente tu corazón tiene
manchas mucho más negras. ¿Ya te han hecho una
radiografía?” “El médico no puede ver nada de eso
hijo.” “Oh mamá, pero entonces lo ve el Señor Jesús. Él
puede ver los pecados de toda la vida, dijo el tío. Pero
también dijo que las puede limpiar. Cuando murió en la
cruz por nuestros pecados, vinieron los rudos soldados y
lo apuñalaron con una lanza en su costado. De esa herida
salió sangre y agua. Con su sangre nos ha reconciliado.
¿Mamá, a ti y a papá ya los ha limpiado?”
Se produjo un incómodo silencio. La madre se
conmovió profundamente con estas palabras.
“¿Mamá, no quisieras ir junto una vez al culto?
Entonces podrás escuchar personalmente al predicador.”
A la noche siguiente, Werner estaba sentado en el
servicio religioso junto a papá y mamá. Los padres
fueron atraídos por el evangelio y ex perimentaron como
Jesús perdona todos los pecados: “y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”
(1. Juan 1,7). – también Werner entregó su corazón al
Salvador. Ahora los tres podían cantar:
Los pecados que Dios ha escrito, Han quedado todos en la cruz. Mi corazón está limpio, el cielo es mi hogar. Mi nombre está allí, libre soy.
Querido niño, ¿Cómo están tus manchas negras?
¡Recuerda, solo el Salvador puede limpiarlas y Él quiere
hacerlo!
“
“
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PÁGINA JUVENIL
La definición de omnipresencia, es la capacidad de
estar en todas partes al mismo tiempo. Dios está en
todas partes. Este es uno de los primeros atributos de
Dios y la verdad fundamental acerca de Dios que se
recibe en la escuela dominical. En el Salmo 139
David pregunta al Señor: “¿Adónde me iré de tu
Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere
a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi
estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del
alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me
guiará tu mano, y me asirá tu diestra.” David
reconoció que no existe lugar en el que Dios no esté.
Dios es sobrenatural (trascendente) e inherente (inmanente) La omnipresencia de Dios incluye ambos, su
trascendencia (sobre naturalidad) y su inmanencia
(inherencia).
La Biblia enseña la trascendencia de Dios: Él creó el
universo, pero su esencia va más allá de la creación y
rompe todos los límites del universo y del tiempo.
Visto de este modo, Él no está en cualquier lugar
(Efesios 4,6). Esto no quiere decir que él no existe en
todas partes, sino que su localización no puede ser
sujetada en una ubicación local. No se le puede
restringir porque él no tiene límites.
Durante la inauguración del templo que el rey
Salomón construyó para Dios, exclamó: “Pero, ¿es
verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que
los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden
contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he
edificado?” (1. Reyes 8,27).
La trascendencia de Dios considerada en sí misma,
podría dar lugar a la suposición de que Él existe muy
lejos de nosotros y que no tiene influencia en la
creación ni en nuestra vida; también que puede
desarrollarse incluso la propia naturaleza sin ninguna
intervención. Sin embargo, la omnipresencia de Dios
incluye también su inherencia (inmanencia).
Igualmente que tan lejos e infinito esté Dios por
encima de su creación, al mismo tiempo quería estar
tan cerca e incluido de su creación (Hechos 17,27-28).
En Juan 1,14 leemos que Dios envió a su hijo y
decidió encontrarse con la humanidad perdida en un
limitado cuerpo humano, y revelarles su anhelo lleno
de amor. Por su resurrección y ascensión, Jesús ya no
está limitado en el tiempo y el espacio. La Biblia dice
que Jesús está sentado a la diestra de su Padre (Mateo
26,64; Colosenses 3,1; Hebreos 8,1 y 12,2), pero al
mismo tiempo Jesús prometió a sus discípulos: “Y he
aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo” (Mateo 28,20).
Dios llena el cielo y la tierra, pero él no es cielo y tierra En Jeremías 23, 24 Dios proclama: “¿Se ocultará
alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea?
¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”
La creencia en la inmanencia de Dios, y al mismo
tiempo negar su trascendencia llevaría al panteísmo
(filosofía de que todo es dios). Esto significa que Dios
mismo es cada fibra de la creación, o que Dios lo es
todo. Pero Dios no habita en ningún objeto sin vida.
Él no está en una estatua de oro que se formó para
ídolo. Asimismo, no se encuentra en el cristal, o
incluso equipa el mismo con poderes curativos. No
todo es Dios, ni Dios es todo, y no todas las personas
incluyen deidad. Pablo recuerda en Romanos 1 las
cualidades invisibles de Dios - su divinidad (la
naturaleza divina) y su eterno poder que nos ha
mostrado, pero la impiedad y la injusticia de la
humanidad no le han agradecido ni elogiado, sino que
“ellos han transformado la verdad de Dios en mentira,
honrando y dando culto a las criaturas antes que al
Creador” (Romanos 1,25). Sólo hay “un Dios y Padre
de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en
todos” (Efesios 4,6).
La omnipresencia de Dios consuela Cuando se entiende correctamente la naturaleza de
Dios, su omnipresencia trae consuelo.
Mis colegas de trabajo no pueden dormir por la noche
SERIE: LAS PROPIEDADES DE DIOS
IV SANTIDAD
V AMOR
VI OMNIPRESENCIA
LA OMNIPRESENCIA DE DIOS
Trompeta Evangelizadora 09/2014
19
cuando sus hijos no están en la casa. Yo puedo. El
saber de la omnipresencia de Dios en el universo y el
tiempo, significa que no existe lugar ni tiempo, en el
que mis hijos se encuentren fuera del alcance y la
protección de Dios. Yo confío que él cuida de ellos.
Su omnipresencia le permite estar completamente
presente en todo lugar y todo tiempo. Eso no significa
que Dios se extiende por el universo como una
delgada capa, como cuando untamos nuestro pan con
manteca. Dios no tiene un aspecto físico, es eso, que
está en todo el universo con su completa e íntegra
naturaleza. Él está en cada lugar, inmediatamente al
alcance de cada uno que le llame (Salmos 145,18).
Muchas veces busqué apoyo en familiares y amigos,
pero muchas veces están tan apartados por sus propios
problemas, que a pesar de su mejor voluntad, sólo
oyen con medio oído. Nosotros como personas
estamos limitados en nuestra capacidad de
asimilación y ayuda. No podemos dar nuestra
atención ilimitada a dos cosas a la vez, sin quitar de
ambas posibilidades un poco de atención a expensas
de privar la otra posibilidad. Dios puede hacer esto.
Donde sea que Dios esté, allí está su ser completo y
nosotros tenemos su indivisible amor, atención y su
protección.
La omnipresencia de Dios transfiere Naturalmente, la omnipresencia de Dios significa que
no nos podemos esconder de Dios, aunque
quisiéramos. Jonás se escondió en el fondo de un
barco, para no ser detectado por Dios. Sin embargo,
Dios le mostró, en cuanto lo arrojó al océano y lo dejó
desaparecer en el estómago de un gran pez, que no
existe lugar en la tierra al que podría escapar de la
presencia de Dios. Hebreos 4,13 expresa
precisamente: “Y no hay cosa creada que no sea
manifestada en su presencia; antes bien todas las
cosas están desnudas y abiertas a los ojo de aquel a
quien tenemos que dar cuenta.”
No podemos ni escondernos de Dios, ni huir de su
juicio. Gracias a Dios, podemos escapar de SU juicio
por SU gracia y misericordia, demostrada en su Hijo,
quien tomó sobre sí mismo la limitación de un cuerpo
humano, para traernos a la tierra la gracia de Dios.
Con la trascendencia de Dios, su soberanía y santidad,
se cierra el círculo, incluyendo su inmanencia y
gracia. Todas completan la definición de la
omnipresencia de Dios. El ilimitado Dios está siempre
y en todos lados en el universo. Él está presente en
cada situación y en condición de conceder su fuerza y
gracia a cada persona, en cualquier momento. No
podemos escapar de su juicio, pero tampoco estamos
del otro lado de la posibilidad de tomar sus tiernos
brazos, que están preparados para rescatarnos,
protegernos y proveernos.
Benita Tovstiga, Hamilton (CA)
“Sabes que madre,” dijo un joven, “realmente no
tengo más alegría en la Biblia. Allí hay tantas cosas
incomprensibles y difíciles en ella, allí hay tantas
contradicciones e incomprensibilidades, que este
libro no es de mucho provecho para el hombre
moderno.” La madre sonrió, “Joven, ¡tu lees la
Biblia erróneamente!” “Si, ¿Cómo debo leerla?”
pregunta el joven. La madre apoya dulcemente la
mano sobre su brazo y dice: “Yo te voy a contar un
ejemplo: ¿Te acuerdas cuando estuviste con los
soldados durante dos años, sin vacaciones que te
trajeran a casa? Yo te escribía regularmente de los
acontecimientos en casa. Entonces llegó un día una
carta tuya. Escribiste:
'Yo escucho cosas que se realizan en el hogar las
cuales no conozco. No entiendo correctamente.
¿Cambió todo tanto? ¿Cuánto hace que estoy lejos
de ustedes, que ya no entiendo sus cartas?' Ves, tu
no dijiste: 'Las cartas de mi madre no son
provechosas para el hombre moderno.' No dijiste:
'Hay cosas absurdas y contradicciones en las cartas'
Dijiste sencillamente: '¿Cuánto tiempo estoy lejos
de casa que ya no comprendo las cartas?'
La Biblia también es una carta. Una carta de Dios
desde la morada celestial para ti. Cuando ya no
puedes comprender esta carta, no debes arrojar la
culpa sobre ella. Debes mirarte a ti mismo y decir:
¡Qué espantosamente lejos llegué de mi Padre
celestial, que ya no puedo comprender su carta!
¡Ahora me quiero sumergir en ella, para volver a
conocerla!” El joven no dijo ni una palabra más.
Desde entonces ve la Biblia con otra luz.
UNA CARTA INCOMPRENSIBLE
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PÁGINA FAMILIAR
Estrés
“¡Oh, tengo estrés!” Una exclamación, que indica que alguien vive en la actualidad.
También los jóvenes conocen esto - y si se observa a ancianos, entonces parece ser
imposible, incluso en la vejez, vivir tranquilo y equilibrado.
¿De dónde proviene el estrés, o cual es la razón del estrés?
Se podría mencionar diferentes motivos que causan y
nutren el estrés. Pero cada persona reacciona de
manera diferente en la influencia, depende de cómo se
lo evalúa.
Una causa para el estrés es la tensión del tiempo. La
tensión en el mundo avanzado en que vivimos, puede
tener en algunas personas un impacto negativo. Uno se
siente presionado. Todo marcha más rápido que unos
años atrás. Se podía hacer muchas cosas en poco
tiempo, llegar a un lugar lejano, etc.
Esto a veces produce un efecto agobiante en la
persona y no evita el estrés. Todavía no es lo
suficientemente rápido. Esto se encuentra en el ama de
casa, el estudiante, el hombre de negocios. Trabajamos
y corremos y no alcanzamos nunca lo suficiente en un
día. Parece ser, que el tiempo de la tecnología moderna
no nos ayuda a estar más relajados y contemplativos.
No nos ayuda organizar mejor nuestro tiempo. Es así,
como si alguien nos susurra al oído: “¡Tiene prisa,
tiene prisa! ¡Tú debes, tú debes!” Por ello, uno se lleva
apenas un pequeño momento del día para arrodillarse,
para orar y para la recuperación, o llevarse un
versículo bíblico en la memoria para recibir fuerza del
Señor y estar renovado. Pero esto es tan decisivo para
lograr un trabajo de bendición. Jesús dice: “Pedid, y se
os dará” (Mateo 7,7). Y Pedro exhorta: “Echad toda
vuestra ansiedad sobre él” (1. Pedro 5,7).
El Señor quiere que seamos laboriosos. Pero es
mejor que hagamos una cosa bien y sabiamente, que
precipitadamente. Debido a que existe el peligro, que
más tarde no estemos satisfechos con el trabajo y los
nervios se pongan tensos. Tenemos que practicar la
autodisciplina para dividir nuestro tiempo
correctamente y esto incluye también, es este caso, que
programemos nuestros tiempos de recuperación.
Una segunda causa, pueden ser las fatalidades. Un
pariente que fue llevado de repente a la eternidad, o
nos sobreviene una enfermedad a nosotros o a la
familia. En tales casos debemos tener cuidado de no
preguntar “¿Por qué?” Vivimos en un mundo decaído.
Por medio del pecado, entró la miseria y muerte en el
mundo. Pero nunca debemos tratar de echar la culpa a
Dios. El único y sabio Dios permite las cosas, pero a
pesar de esto, tiene pensamientos de paz para con
nosotros. Él quiere que aprendamos de todo y que cada
situación pueda ser una bendición, cuando se la ve
desde una perspectiva más elevada.
La lista de las causas del estrés podría continuar: Nos
acontecen injusticias – somos difamados – no nos
entienden…
¿Cómo debemos comportarnos en las diferentes
situaciones? En todos los casos y circunstancias, es
recomendable ir en oración a Dios, que nos ayude.
Ante él debemos descargar, estar en silencio, decirle
sencillamente todo y ponernos en la guía de su mano,
no importa cuán pequeño o cuán grande nos parezca el
problema. El señor Jesús nos invita con brazos
extendidos: “Venid a mí todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11,28).
A menudo, procuramos solucionar nuestros
problemas solos, nos esforzamos y creemos que
nosotros ya lo lograremos. Tampoco nos llevamos
suficiente tiempo para preguntar al Señor: “¿Para qué
me sirve esto?” El Señor tiene un plan para con
nosotros y quiere llevarnos más cerca de Él, formarnos
y prepararnos para un propósito particular. El enemigo
sin embargo, está para convencernos de que nuestra
causa para Dios es muy pequeña e insignificante como
para preocuparse. En particular, las amas de casa están
fuertemente tentadas en esa área. Por esta razón se
Trompeta Evangelizadora 09/2014
21
trabaja en el pantano de la cavilación, del que no se ve
salida. Se llega a tal punto, que se deja caer la
esperanza, y algunos se hunden en la depresión.
Una dificultad especial es la depresión, que la
persona con una conciencia débil o propensa a la
melancolía obtiene fácilmente. Si uno se desanima
fácilmente, debe estar alerta, para no caer en dudas,
que es el primer paso a la incredulidad. Debemos
tomar a Dios en su palabra, apropiarnos libremente de
las promesas que nos corresponden como hijos de
Dios. No debemos prestar atención a los sentimientos.
De Abraham dice la escritura: “[…] que creyó en la
esperanza, donde no había nada que esperar”
(Romanos 4, 18-20). Este párrafo ha sido para
fortaleza en mi fe, especialmente en los momentos
difíciles.
Cada hijo de Dios puede a veces pasar por
dificultades, donde piensa: ¡mi situación es muy
difícil, nadie me puede ayudar! o ¡Soy el único a quien
le pasa esto! Al profeta Elías dijo el Señor: “todavía
hay 7000.” Solamente si el alma es obediente a la
palabra de Dios, puede ser sana. Se debe creer y
confiar plenamente en la palabra y estar satisfecho con
su gracia. Llegará el momento en que alabarás a Dios
con alegría.
Aganetha Friesen, México
¿Y dónde queda el devocional?
Querido lector, no sé si conoces al señor Mende. ¿No?
- Te lo presentaré. Quizás entonces sí lo conozcas. El
señor Mende está casado, es padre de dos hijos y
trabaja como empleado en una oficina. En lo del señor
Mende, cada día puedes presenciar la misma escena,
cuando va al trabajo. De pie toma su café, al pasar
apresurado por el pasillo, su esposa le alcanza el saco,
que en el último escalón logra terminar de vestirse,
hasta que llega a cerrar los botones con los maxilares
apretados. Apenas alcanza su repleto colectivo, para
estar a las ocho en punto en su oficina, donde el trabajo
se acumula sobre su escritorio.
A la noche viene cansado a casa, se refugia tras el
periódico, y después de la cena se dedica a terminar el
trabajo que trajo. Él depende de las horas extras para
poder cumplir con todas las obligaciones de pago. Dos
noches a la semana va a lo de un conocido, para quién
realiza además la contabilidad. El domingo duerme
hasta las diez - por lo menos una vez hay que descansar
bien - y por la tarde va al campo de deportes. Pero si se
le pregunta al señor Mende por su esposa e hijos, alza
la mirada completamente sorprendido. ¿La familia?
Ah, claro, ella también está ahí todavía. ¡Sí, sí! Y
seguramente le va muy bien también. Si se le pregunta
al señor Mende ¿Cómo va con los niños en la escuela?,
señala a su esposa. Él no sabe exactamente bien al
respecto, no tiene tiempo para ocuparse de ello, y
además apenas ve a los niños. Pero la pregunta que
desconcertará al señor Mende es, si alguna vez fue con
su familia a un culto o si ha tenido un devocional en el
hogar. ¿Culto? Sí, sin duda.
Para pascua y navidad también va ocasionalmente. ¿Pe-
ro devocional? Con esto no sabe donde empezar, y aun-
que con toda su voluntad, no tendría tiempo para ello.
Así es en lo del señor Mende. ¿Y en tu casa, querido
lector? ¿Quizás eres un señor Mende también? Solo
tienes tiempo para el negocio, pero ¿para la familia?
¿También sales atropelladamente cada mañana de tu
casa y eres un paciente permanente de los médico por
transtornos nerviosos? ¿Tampoco tienes tiempo para el
devocional familiar? ¡Entonces vives equivocadamente!
Aquí falta la verdadera conversión. Todos deberíamos
ponernos bajo la palabra de Dios individualmente y
como familia. Cada día, la familia debe reunirse para el
devocional. Sino ¿Cómo podríamos encontrar nuestro
camino a lo largo del día sin la luz de lo alto? En los
Salmos está la frase: “Abatida hasta el polvo está mi
alma; vivifícame según tu palabra” (Salmo 119,25); y
en el versículo 50 leemos: “Ella es mi consuelo en mi
aflicción, porque tu dicho me ha vivificado.” ¿No es
ésta también tu situación? ¿No están muchas almas “en
el polvo”? La palabra de Dios quiere levantar. Es
maravilloso, cuando se conoce la fuerza que fluye de la
palabra de Dios.
Debemos extender las manos hacia la palabra de Dios
y buscar allí para obtener dirección, fuerza y alegría
para nuestro día. Y quién la toma con seriedad, encuen-
tra en la Biblia, no sólo consejo y ayuda para casos
aislados; él encuentra al ayudante y consejero mismo,
Jesucristo, el Redentor y Salvador, quien nos libera de
nuestros pecados mediante su muerte en la cruz y nos
hace hijos de Dios, que caminan de la mano del Padre.
Trompeta Evangelizadora 09/2014 22
Después de los primeros años en china, Dios hizo volver al joven misionero Hudson Taylor
nuevamente a Londres. Imperceptiblemente durante este tiempo Dios instauró la nueva sociedad
misionera, “Misión al interior de China.” Aunque en un principio nada anunciaba la posterior
extensión de este trabajo, aún así habían dos pilares reconocibles: obediencia y promesa.
Hudson Taylor estaba conciente sobre la gran
magnitud de la tarea de la misión. Pero él vivía
también con otras realidades: los recursos de Dios,
sus objetivos, su fidelidad, sus mandamientos y
promesas. Eso debía ser suficiente, eso por sí solo
debía alcanzar. Su palabra: “¡A mí me es dado toda
potestad…; por lo tanto id…!” Estos principios de la
nueva misión se pueden atribuir a dos razones: A esa
necesidad que se debía remediar, y a Dios. El que
llama a la obra, estará siempre junto a su trabajo. El
dará respuesta a cada grito de ayuda, porque no hay
ninguna necesidad que él no haya convertido.
En numerosos ejemplos son muy evidentes las
experiencias de Hudson Taylor sobre las respuestas
inequívocas de Dios a sus oraciones. De ello
podemos aprender que es sabio seguir adelante por el
camino de la obediencia con así un Dios, porque es el
único camino inteligente y seguro.
Sobre éste período Hudson Taylor dice: “Tuvimos
que considerar si no fuera posible que miembros de
varias iglesias, pudieran trabajar simplemente juntos
bajo los principios del evangelio, sin fricciones por
dificultades de conciencia, y por diferencia de
opiniones. Por medio de la oración recibimos
respuesta afirmativa a esto, y decidimos llamar al
trabajo a los demás cristianos, independiente de su
filiación religiosa, solamente debían estar sujetos a la
inspiración de la palabra de Dios y que estuvieran
dispuestos por ese medio a demostrar su fe, que no
tuvieran otra garantía más que llevar su Biblia y
partir a china. En ella está escrito: ‘Buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia y todas
las cosas (alimento y abrigo) os serán añadidas.’ Si
alguien dudara, que Dios dice la verdad, no partiría a
China para predicar la fe. Pero si cree, entonces la
promesa seguramente sería suficiente. Y nuevamente
está escrito: ‘Él no le dejará faltar ningún bien a los
que andan con sinceridad.’ Quien no tiene intención
de conducirse correctamente, es mejor que se quede
en la casa, pero quien tenga el propósito, posee todas
las garantías que pueda desear. Todo el oro, la plata y
el ganado sobre mil colinas del mundo, pertenecen a
Dios.
También podríamos haber orado por los medios
económicos. Pero sentimos que no necesitábamos y
que podría ser contraproducente. Debemos
protegernos del dinero mal habido, como así también
de aquel que es donado por motivos equivocados.
Podemos permitirnos tener tan poco dinero como el
Señor querrá darnos, pero no podemos permitirnos
tener dinero sucio, o ponerlo en un falso lugar. Mejor
es no tener dinero, ni siquiera para el pan, dado que
hay muchos cuervos en China y el Señor puede
hacernos llegar carne y pan aún hoy a través de ellos.
Nuestro Padre tiene experiencia. Él sabe bien que
sus hijos cada mañana se levantan con hambre, el
provee siempre para su desayuno, y por las noches,
no los deja dormir con hambre. ‘se le dará su pan, y
sus aguas serán seguras’ (Isaías 33,16). El alimentó
durante cuarenta años a tres millones de israelitas en
Hudson TaylorParte 18
EL M ISIONERO EN CHINA
Trompeta Evangelizadora 09/2014
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el desierto. No esperamos que envíe a tres millones
de misioneros a China. Pero si lo hiciera, tendría los
medios necesarios para sustentarlos. ¡Seamos
conscientes de que tenemos a Dios ante nuestros
ojos, de que andemos en sus caminos, de agradarlo
en todo y de esforzarnos para honrarlo en lo grande y
lo pequeño! Si confiamos en ello: Hacer la obra de
Dios según su voluntad, nunca estaremos
desprovistos de su ayuda.”
Así que había hombres y mujeres de fe que
buscaron la Misión al interior de China – que estaban
dispuestos a confiar en Dios, satisfechos con la
pobreza, cuando Dios pensaba que era bueno, y
llenos de confianza en que Dios no quebrará su
palabra.
Los Taylors escribían en ese tiempo folletos:
“Demandas y necesidades espirituales de China.”
Mucho sabemos a través de estas importantes
páginas, pero algo de lo que no se menciona es
precisamente por ello significativo. No hay grandes
nombres y organizaciones que avalen el sustento de
nuestra asociación misionera. Lejos suena cada
llamado por apoyo económico, aun cuando se
menciona que el egreso anual será de cinco mil libras
cuando se agreguen los diez o doce misioneros
nuevos a los que ya están afuera. Se menciona la
dirección del Sr. Berger como representante de
Hudson Taylor en Inglaterra, para que todo aquel que
quiera participar con el trabajo, pueda enviar sus
donaciones allí. Por lo demás era más fuerte el
sonido de las suaves palabras de riqueza, que la
necesidad: “Aunque las demandas sean grandes, no
van a agotar los recursos de nuestro Padre Celestial.”
Al final, la falta de referencia sobre la protección del
gobierno o la seguridad del tratado de paz. En
contraposición vemos muchos ejemplos de la
protección divina en los peligros relacionados con el
trabajo pionero previsto. Desarmados, con la ropa de
los lugareños y sin la ayuda del cónsul, el autor pudo
experimentar personalmente que los momentos de
peligro, siempre traían nuevas pruebas de que Dios
es un mejor refugio que cañones o banderas
europeas. Él es el grande y no el hombre. Los nuevos
folletos encontraron corazones preparados y tuvieron
una intensa aceptación. Llegaron solicitudes de
trabajo de albergues estudiantiles, oficinas y talleres.
La demanda por literatura misionera apropiada era
tan grande, que después de tres semanas salió una
nueva edición.
En ese lapso se organizó la partida de entre diez o
doce misioneros. La carga de trabajo aumentó y se
hizo casi intolerable. La casa en la calle Coborn
resultó ser demasiado pequeña para la creciente
iglesia hogareña, por eso Hudson Taylor alquiló la
casa contigua que estaba desocupada.
¿Sería este el momento para recordar que sobre to-
do el trabajo, la oración no debía ser olvidada? Con
la abrumadora abundancia de trabajo, no habría sido
sorprendente que el pequeño grupo cayera en la ten-
tación de acortar las horas de silencio ante Dios. El
final del año se vio ensombrecido por una gran preo-
cupación, que había obligado a todos a arrodillarse
como nunca antes. En una de las casas, que se había
vuelto muy silenciosa, reposaba agónicamente la Sra.
Taylor. Una grave enfermedad la había debilitado
tanto que había peligro de que no resistiera a la ciru-
gía que necesitaba. En aquellos días escribió a sus
padres: “Ella descansa confiadamente en Jesús rue-
guen por mí para que tenga la gracia de poder decir,
‘¡hágase tu voluntad!’” Pero Dios libró a su amada.
Trompeta Evangelizadora 09/2014 24
INFORME DE VIA JE
Viaje a Pallasovka 2014
“¡Busco a mis hermanos!” Ese fue el mensaje hace
muchos años atrás en Kamenka, Kazajstán, en el
congreso de 1991. Este fue el primer mensaje del
hermano Nimz en Pallasovka. Retrospectivamente
podemos decir con gratitud: “El Señor nos ha
regalado su Gracia en nuestro viaje.”
El hermano Nimz ya hacia un tiempo que tenía el
deseo de visitar a los hermanos en Pallasovka y
Lipovka. Muchos de ellos ya habían estado en
varias ocasiones en el congreso en Kazajstán. Dios
ha abierto las puertas, que durante el periodo entre
el 30/04 al 14/05 fue posible hacer este viaje. Al
hermano Waldemar Raimann de Eppingen y yo, nos
fue posible programar el tiempo para este viaje.
Geográfico A menudo nos preguntaban los hermanos: “¿Dónde
queda Pallasovka?“ Pallasovka se encuentra al este
del Volga, entre Sarátov y Volgogrado, no lejos de
la frontera de los cosacos. Aquí los datos de la
Iglesia: Pallasovka, Óblast Volgogrado, Rusia. Si se
introduce estos datos: 50.050721, 46.899009 en
Google Maps, el punto muestra el patio de la iglesia.
Historia Como toda congregación, la congregación de
Pallasovka tiene su historia. Al comienzo del siglo
XX el hermano Ebel visitó esta región, luego los
hermanos Döbert y Malzon. Hubo una Iglesia de
Dios en Krasny Kut, al norte de Pallasovka y en
otros pueblos. Durante la primera guerra mundial,
varios hermanos de Volhynia se reasentaron en este
área.
Antes que fuera permitido partir a Alemania en los
años 90, habían aquí unas pocas familias, donde el
hermano Viktor Laub estaba al frente. En el año
1994 le pidió al hermano Waldemar Grüner, que
venga a Pallasovka. Era un sacrificio y no fue fácil,
pero el Señor abrió muchas puertas e hizo posible el
traslado de la familia Grüner. También con el
tiempo llegaron otras familias, en la actualidad hay
en el lugar alrededor de 60 hermanos.Los hermanos
Waldemar y Eduard Grüner y el hermano Waldemar
Buch están al frente de la congregación.
El viaje El viaje fue muy bien, en el aeropuerto de
Volgogrado los hermanos nos recibieron
cordialmente. Como llegamos a medianoche y el
hermano Nimz ya tenía tras suyo un largo viaje
desde el oeste de Canadá, nos alojamos esa noche en
un hotel. Por la mañana visitamos a Daniel Grüner
(15 años), que estaba en Volgogrado en el hospital
recuperándose de una difícil cirugía. Alrededor de
las 18:00 hs. Llegamos a Pallasovka. Los feriados
de mayo fueron una buena oportunidad para realizar
el congreso. El sábado y el domingo tuvimos dos
cultos y la noche del domingo reunión de jóvenes.
Durante todo el tiempo que permanecimos allí
Trompeta Evangelizadora 09/2014
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tuvimos 13 cultos. El hermano Waldemar Raimann
ayudó con las traducciones.
Me gustaría en particular informar uno de los
cultos de Lugovskoye. El pueblo está situado a unos
100 Km al norte de Pallasovka, allí se reúne un
pequeño grupo en la casa de la familia Moskalenko.
El miércoles 07/05 fuimos allí por la tarde. La reu-
nión estaba prevista praa las 16:00 hs., en el camino,
por pueblos aledaños, recogimos algunos hermanos.
El hermano Nimz me pidió que trajera un mensaje
de 25-30 minutos, el hermano Raimann un
testimonio de 10 minutos y el traería un corto
mensaje final. El hermano Moskalenko hizo el
inicio, se cantaron muchos himnos, mi mensaje duró
35 minutos, la poesía y testimonio del hermano
Raimann 30 minutos, y el mensaje del hermano
Nimz 50 minutos (con traducción). Después hubo
algunos testimonios, y todo el culto duró 3 horas.
Una hermana dijo que para ella el tiempo pasó
repentinamente. El hambre a la palabra de Dios y la
atención era grande, y se podía sentir la presencia
del Espíritu Santo. Ciertamente esto se debe a las
muchas oraciones y la gracia de Dios.
El segundo fin de semana estuvimos en Lipovka,
en la región de Sarátov. El camino hasta allí se
dirige hacia el norte. Si se conduce a través de los
campos son unos 220 km. Y si se conduce por el
camino normal son 120 km más lejos. El camino
más corto no fue fácil para nosotros. En un pantano
tuvimos que hacer un gran desvío. En Lipovka nos
dieron una cálida bienvenida. Desde mediado de los
años 90, hay allí una pequeña congregación,
consiste principalmente de hermanas. Las hermanas
Karina Movsesjan y Amest Safarjan están al frente
de la congregación. La congregación tiene su propia
casa de oración, y se desarrolla a pesar de la
adversidad. En el lugar escasean fuentes de trabajo.
Las personas deben subsistir con tareas domésticas.
Esta fue mi cuarta vez allí, y tengo buenos
recuerdos de la primera visita con los hermanos
Gutbrot, el hermano Roland Stieben y Viktor
Penner. El señor nos regaló un especial y bendecido
tiempo, había un gran hambre espiritual en Rusia,
debido a las necesidades de aquel tiempo. Pero
también ahora pudimos gozarnos de la presencia y
bendición de Dios. El domingo por la tarde
volvimos a Pallasovka.
Hemos visitado también a varias familias. A veces
se juntaban espontáneamente hermanos y hermanas
y se formaba un hermoso grupo espiritual. No solo
ayudamos espiritualmente, sino también aprendimos
mucho. Los bendecidos devocionales matutinos y
las horas de oración, son inolvidables.
La mano protectora de Dios estaba también con
nosotros en el viaje de regreso a casa. Estamos muy
agradecidos por la hospitalidad que nos brindaron,
también muy agradecidos a todos los hermanos y
hermanas de muchos lugares que han orado por
nosotros. Que Dios siga bendiciendo y fortaleciendo
los lazos entre las congregaciones. A Él sea toda
gloria y gratitud.
Helmut Brose, Herford (DE)
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Experiencias con Dios
“Bendice alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno
de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades”
(Salmo 103, 2-3)
Debo alabar al Señor, porque Él me ha perdonado
todos mis pecados y me regaló gracia, salvación y
redención. Sin embargo varias veces sufrí angustias y
penas; y en muchas oportunidades me encontraba en
peligro de muerte. Sin fuerzas, sumergido en mi dolor
y sentía que la muerte me tragaba. Cuantas veces
clamé a mi Salvador. No siempre como yo quería,
pero en su momento Él me escuchó, sanó todas mis
debilidades y me libró de la angustia.
En agosto de 1969 estaba casi paralizado, solo podía
mover mi cabeza y mis pies. A causa del dolor no
pude dormir toda la noche. Me autoevalué, oré a Dios
y busqué su rostro. Entre las 5 y las 6 de la mañana,
cuando los primeros rayos del sol traspasaron, la voz
del Señor fue muy clara: “Jehová, hasta los cielos
llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las
nubes” (Salmo 36,6). Esta palabra fue tan directa y
personal. Me conmovió tanto que supe, que su bondad
también está extendida para mí. A la mañana
siguiente pedí a algunos hermanos, que me ungieran.
Aproximadamente después de dos semanas,
nuevamente pude caminar. Agradecí y alabé a Dios.
¡Si, el Señor sana! “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y
por los siglos” (Hebreos 13,8).
En 1979 sufrí una gran intoxicación, estaba en
México, la parte baja de mi cintura era de color azul -
grisáceo. Mi esposa dijo sorprendida: “te pareces a tu
abuela antes de morir” Ella había tenido gangrena.
Era domingo por la tarde. A la mañana había predica-
do todavía. Pero era como si ligaduras del infierno me
rodeaban y los lazos de la muerte me abrumaban
(Salmo 18,5). Quería dormir, pero mi cuerpo luchaba
en contra. El martes solamente pude suplicar “¡Señor,
ayúdame!” ¡Mi familia y hermanos en Cristo oraban
por mí! ¡Y Dios tuvo misericordia de mí!
Dos semanas más tarde, cuando llevamos a nuestros
niños al médico mexicano. El Dr. preguntó: “Y usted,
¿cómo está?” Y le mostré como podía retirar la piel
de color gris oscura. Horrorizado exclamó:
“¡Envenenamiento - serpiente cascabel, intoxicación
por pescado, algún aerosol!” - Cada palabra yo
negaba con la cabeza. Y luego pronunció la palabra
española “¡fresa!” - ¡Frutilla! Sí, eso era.
Yo las había comprado en el centro, de un vendedor
ambulante, que habían llegado en tren desde el oeste
del país hacía unos días, y estaban a una temperatura
de 35 grados o más. Cuando mi esposa elegía las
fresas y tiraba aquellas que no se veían frescas, yo
protesté: “¡son tan caras y tú las tiras!” - Y comí 4 o 5
de ellas. ¡Más tarde me dijeron que las frutillas en ese
estado, pasadas de madurez, pueden producir cianuro!
¡Y, si el veneno no hubiera ido a la parte baja, sino
hacia arriba de mi cuerpo, probablemente hubiese
muerto! ¡Oh, alaba a Jehová, alma mía! ¡Él sana
nuestras enfermedades y nos ayuda en la mayor
dificultad!
Sí, sanidad divina pertenece también hoy a las
grandes obras de gracia de Dios. Es un misterio de
Dios, cuando y como intercede. Debemos pedir y
creer. Pero, Dios decide cuando lo ve por bien y
correcto.
Este año, durante la fiesta en Aylmer, también hemos
orado por las peticiones de los que sufren y se les
ungió según Santiago 5 y se les encomendó en la
gracia de Dios. ¡Oh, Bendito sea el Señor! Después de
algunos días hemos recibido el testimonio de uno de
ellos: ¡Dios ha ayudado! ¡El Señor ha escuchado y
sanado!
Dejemos nuestra confianza en Dios y esperemos lo
mejor en Él y así encontraremos gracia y consuelo en
Él.
Vuestro Hno. En el Señor
H. D. Nimz
Trompeta Evangelizadora 09/2014
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La TROMPETA EVANGELIZADORA es una escritura cristiana que se presenta clara y decididamente para la plena salvación en Cristo, la unidad de los hijos de Dios, y revelar todas las verdades de la Santa Palabra. Publicado en intereses de la Iglesia de Dios. Editor responsable: Hans-Dietrich Nimz (CA) Colaboradores: Sieghard Schulz (CA), Ron Taron (CA), Dieter Jeske (DE), Hermann Vogt (DE) Los editores se reservan el derecho de resumir o no publicar los artículos recibidos. Preguntas o sugerencias pueden ser enviadas a: [email protected]
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La Trompeta Evangelizadora es distribuida gratuitamente. Los costos se sustentan por donaciones.
www.trompetaev.com
PIE DE IMPRENTA Año 120
A N U N C I O S
Congresos 2014
C a n a d á
11 al 13 de Octubre 2014 Congreso en Edmonton:
Argen tin a:
Buenos Aires: 16 al 21 de Septiembre 20 14
Oberá - Misiones: 24 al 28 de Septiembre 20 14
N O T I F I C A C I Ó N
Congreso 2015
en Alemania Del 29 de Agosto al 5 de Septiembre 2015 en Blaubeuren
Después de muchos años, en 2015 habrá un congreso de varios días en
Alemania.
Como iglesia en Alemania necesitamos un tiempo así, para una
concentración y orientación espiritual. Necesitamos un tiempo, donde
podemos profundizarnos y ocuparnos en la verdad bíblica. Solamente en el
fundamento de la verdad bíblica, la iglesia tendrá una perspectiva para el
futuro.
Necesitamos la comunión entre hermanos, la unión en la poderosa oración.
Un tiempo para conocernos mutuamente, hablar y alentarnos. Tiempo, en
que podamos cantar de corazón las alabanzas a Dios.
Más Fruto
Cuando el visitante de un jardín se admiró de las uvas que
colgaban de las paredes, el dueño le explicó: “Recibí a un
jardinero nuevo, quien enseguida me dijo que no podría
empezar nada con esta vid, a menos que lo cortara desde la
raíz. Y eso hizo también, hasta que parecía no haber quedado
nada más de la planta. Por dos años no creció ningún fruto,
pero este es el increíble resultado.”
Dios tiene grandes planes para nosotros, y obrará
maravillosamente para dirigir nuestra atención hacia Él. La
hoz es empuñada por la mano de Dios, y dirigida por su
divino amor. Personas que en su vida ya han traído frutos,
traerán “más frutos”. Personas que Dios quiere usar para
tareas especiales, tienen que dejarse podar exhaustivamente
por Él.
José tuvo que sufrir más que sus hermanos. Por ello, más
tarde fue una bendición para muchos pueblos. El Espíritu
Santo dijo de él, a través de Jacob: “Rama fructífera es José,
rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se
extienden sobre el muro” (Génesis 49,22). La gran pregunta
de Dios a nosotros es: ¿Estamos preparados para dejarnos
podar por Él, para que nos pueda poner por bendición, tal
como Él lo ha planeado para nosotros personalmente?
Año 120