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1 ESCUELA DE FORMACIÓN CARISMÁTICA CUARTO NIVEL DE TEOLOGÍA BÁSICA Y VOCACIONAL Construir la Iglesia Discernimiento Ministerial Caminar con San Pablo Proyecciones de la RCC Experiencia cristiana Discernimiento ministerial Conocimiento bíblico Conocimiento de la RCC

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    ESCUELA DE FORMACIN CARISMTICA

    CUARTO NIVEL DE TEOLOGA BSICA

    Y VOCACIONAL

    Construir la Iglesia

    Discernimiento Ministerial

    Caminar con San Pablo

    Proyecciones de la RCC

    Experiencia cristiana

    Discernimiento ministerial

    Conocimiento bblico

    Conocimiento de la RCC

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    Renovacin Carismtica Catlica del Per Coordinacin Nacional Librera La Luz Av. Militar 1550, Lince. Lima. Per Telefax: 471-7006 Email: [email protected] Pg. Web: www.rccperu.org Escuela de Formacin Carismtica Teologa Bsica y Vocacional CUARTO NIVEL 1 Edicin, Lima, Per. 2011. Con la colaboracin de Manuel Tenjo Cogollo Email: [email protected] Blog: manueltenjo.blogspot.com Promovamos la evangelizacin, no la piratera. Este material es utilizado dentro de la Escuela de Formacin Carismtica de la RCC-Per

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    ESCUELA DE FORMACIN CARISMTICA

    CUARTO NIVEL DE TEOLOGA BSICA

    Y VOCACIONAL

    Bienvenidos a la Escuela de Formacin Carismtica de la RCC-Per que busca promover laicos dentro de los ministerios instituidos y no instituidos que necesita la Iglesia para realizar la misin de evangelizar al mundo y transformar con su influjo a la sociedad.

    En el CUARTO NIVEL, buscamos favorecer el discernimiento del llamado ministerial para hacer crecer la comunidad con la fuerza de la evangelizacin, a la vez que proyectar la Renovacin Carismtica para sembrar la cultura de Pentecosts. Los cursos que componen el CUARTO NIVEL, son:

    CONSTRUIR LA IGLESIA DISCERNIMIENTO MINISTERIAL CAMINAR CON SAN PABLO PROYECCIONES DE LA RENOVACIN

    CARISMTICA CATLICA

    La presente cartilla contiene las guas de trabajo para formadores y

    estudiantes, as que no son exhaustivas, pero tiene una bibliografa que para tenerse en cuenta en el proceso de formacin y profundizacin.

    RESTRICCIN: Este material es de uso de la Escuela de Formacin Carismtica de la RCC-Per. Pedimos el favor que no se reproduzca parcial o totalmente, si desea adquirirlo puede comunicarse con la Librera La Luz. Email:[email protected]

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    ESCUELA DE FORMACIN CARISMTICA

    CUARTO NIVEL DE TEOLOGA BSICA Y VOCACIONAL

    CONSTRUIR LA IGLESIA Elaborado por Manuel Tenjo C

    1.

    OBJETIVOS

    Amar a la Iglesia con un conocimiento de lo que ella es y hace, su ser y su misin.

    Asumir compromisos comunitarios que manifiesten concretamente el amor que se vive en la Iglesia para hacerla santa e inmaculada ante Dios.

    Presentar una introduccin a la Eclesiologa y generar sanos ambientes de reflexin eclesial.

    Conocer herramientas para hacer crecer la Iglesia Catlica y buscar nuevos caminos de madurez eclesial.

    CONTENIDOS: 1. Introduccin 2. La Trinidad en la mejor comunidad 3. Construir la Iglesia 4. Qu Iglesia queremos construir? 5. Compromiso eclesial 6. Organizacin eclesial

    BIBLIOGRAFIA:

    ALVAREZ, Carlos. Cuando la Iglesia naci. CCCMD. Coleccin Logos # 6.

    CARRILLO, Salvador. Los Hechos de los Apstoles al impulso del Espritu Santo. Bogot 1983.

    Catecismo de la Iglesia Catlica. Roma, 1992.

    Concilio Vaticano II. Documentos completos. Ed. Paulinas, Bogot, 1965.

    III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en PUEBLA. CELAM, 1979.

    IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en SANTO DOMINGO. CELAM, 1992.

    V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en APARECIDA. CELAM, 2007.

    JARAMILLO, Diego. La Iglesia que amo. CCCMD. Coleccin Crecer # 7.

    PARRA, Alberto. La Iglesia. P.U. Javeriana. Facultad de Teologa. Bogot. 1997.

    1 Maestra en Teologa en la Pontificia Universidad Javeriana. Profesional en Teologa de la Pontificia Universidad

    Javeriana. Estudios en Filosofa y Ciencias Religiosas en el Seminario Valmara de Bogot. Liderazgo y Manejo de Conferencias en el Instituto para el Desarrollo de Lderes Calificados de Rezza Editores S.A. de C.V. en Guadalajara. Miembro Fundador de los Ministerios Apostlicos Minuto de Dios. Profesor de Ciencias Bblicas en UNIMINUTO. Conferencista y Misionero. Email: [email protected] Blog: manueltenjo.blogspot.com

    mailto:[email protected]

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    ESCUELA DE FORMACIN CARISMTICA

    CUARTO NIVEL DE TEOLOGA BSICAY VOCACIONAL

    CONSTRUIR LA IGLESIA Elaborado por Manuel Tenjo C

    2.

    1. INTRODUCCIN PREGUNTAS INICIALES: Qu es la Iglesia? Cmo ha evolucionado la Iglesia? Qu compromisos asumir para hacer crecer la Iglesia? Cmo se organiza la Iglesia?

    La Iglesia es misterio preexistente y revelado en el misterio mismo de Cristo o economa o plan gratuito y misericordioso de Dios para salvar todo el orden creado. La Iglesia es institucin que toma origen histrico, visible y palpable ligada al acontecimiento real e histrico de Jess de Nazaret, fundamentada en los apstoles, enviada en misin, organizada con caractersticas especficas, dotada de medios apropiados a su naturaleza, estructurada jerrquicamente, propagada desde hace veinte siglos en todos los rincones del mundo. La Iglesia es comunidad de personas vivas y reales, histricas y concretas, convocadas y reunidas por pura gracia y misericordioso amor en la institucin de la Iglesia, para realizar sacramentalmente en la sociedad el Plan, Economa o Proyecto de nuestra salvacin, por la entraable misericordia de nuestro Dios. Cul es y cmo es el diseo comunitario de la Iglesia, que pueda ser signo e instrumento para una sociedad diferente, segn el Plan de Dios? Qu es comunidad? Cules son las exigencias y constitutivos de la comunidad? Cul es el modelo eclesial de comunidad? Son las preguntas lgicas de quienes en la sociedad nos sentimos interpelados por la fe teologal y por la realidad histrica a construir un ser de Iglesia y de sociedad, en correlacin con nuestra situacin socio-eclesial y como respuesta a ella3. El trabajo que vamos a realizar en el presente curso tiene como base a la Iglesia sacramento de Cristo y por tanto a los sacramentos de la Iglesia, teniendo en cuenta el sentido teolgico y ritual proyectado en la construccin eclesial y social. Adems vamos a utilizar documentos del magisterio eclesial con talleres para practicar la lectura eclesial y el dialogo grupal. 2 Maestra en Teologa en la Pontificia Universidad Javeriana. Profesional en Teologa de la Pontificia Universidad

    Javeriana. Estudios en Filosofa y Ciencias Religiosas en el Seminario Valmara de Bogot. Liderazgo y Manejo de Conferencias en el Instituto para el Desarrollo de Lderes Calificados de Rezza Editores S.A. de C.V. en Guadalajara. Miembro Fundador de los Ministerios Apostlicos Minuto de Dios. Profesor de Ciencias Bblicas en UNIMINUTO. Conferencista y Misionero. Email: [email protected] Blog: manueltenjo.blogspot.com 3 PARRA, Alberto. La Iglesia. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Teologa. Bogot. 1997.

    mailto:[email protected]

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    2. LA TRINIDAD ES LA MEJOR COMUNIDAD El Concilio Vaticano II (1965) nos presenta al Padre, al Hijo y al Espritu Santo como comunidad ideal, la comunidad en la perfecta relacin de amor. Vamos a mirar la Constitucin sobre la Iglesia (Lumen Gentium 2-5) para mirar la Trinidad en funcin de la Iglesia.

    2.1. LA VOLUNTAD DEL PADRE ETERNO SOBRE LA SALVACION El Padre Eterno cre el universo por designio de su sabidura y de su bondad, decret hacer partcipes de su reino a los hombres y aunque cados por el pecado de Adn, no los abandon, sino que les ofreci la salvacin a travs de la obra redentora Cristo. Determin convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia, que fue ya prefigurada desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en el Antiguo Testamento, manifestada actualmente mediante el poder del Espritu Santo y ser perfeccionada gloriosamente al fin de los tiempos. Entonces, como se lee en el documento de los Santos Padres, todos los justos descendientes de Adn, "desde Abel el justo hasta el ltimo elegido", se congregarn ante el Padre en una Iglesia universal.

    2.2. MISIN Y OBRA DEL HIJO Vino, pues, el Hijo, enviado por el Padre, que nos eligi en El antes de la creacin del mundo, y nos predestin a ser sus hijos. Cristo, pues, en cumplimiento de la voluntad del Padre, inaugur en la tierra el reino de los cielos, nos revel su misterio, y efectu la redencin con su obediencia. La Iglesia, o reino de Cristo, crece visiblemente en el mundo por el poder de Dios. Comienzo y expansin manifestada de nuevo tanto por la sangre y el agua que manan del costado abierto de Cristo crucificado como por las palabras alusivas a su muerte en la cruz: "Y yo, si fuere levantado de la tierra, atraer todos a m" Jn 12,32. Cada vez que se renueva sobre el altar el sacrificio de la cruz, donde Cristo ha sido inmolado, reconocemos la obra de la redencin en nuestras vidas. Al propio tiempo, en el sacramento del pan eucarstico se representa y se produce la unidad de los fieles, que constituyen un solo cuerpo en Cristo. Todos los hombres son llamados a esta unin con Cristo, luz del mundo, de quien procedemos, por quien vivimos y hacia quien caminamos.

    2.3. EL ESPIRITU SANTIFICADOR DE LA IGLESIA Consumada, pues, la obra, que el Padre confi al Hijo aqu en la tierra, fue enviado el Espritu Santo en el da de Pentecosts, para que santificara a la Iglesia, y de esta forma los que creen en Cristo pudieran acercarse al Padre en un mismo Espritu. El es el Espritu de la vida, o la fuente del agua que salta hasta la vida eterna, por quien da vida el Padre a todos los hombres que estaban muertos espiritualmente por el pecado. Rom 8,10-11. El Espritu habita en la Iglesia y en los corazones de los fieles como en un templo y en ellos ora y da testimonio de ser hijos de Dios. Con diversos dones espirituales y ministeriales dirige y enriquece con todos sus frutos a la Iglesia a la que gua haca toda verdad unificndola en comunin y servicio.

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    Hace rejuvenecer a la Iglesia por la virtud del Evangelio, la renueva constantemente y la conduce a la unin consumada con su Esposo. Pues el Espritu y la Esposa dicen al Seor Jess: "Ven!" As se manifiesta toda la Iglesia como "una muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espritu Santo".

    2.4. EL REINO DE DIOS El misterio de la santa Iglesia se manifiesta en su fundacin. Pues nuestro Seor Jess dio comienzo a su Iglesia predicando la buena nueva, es decir, el Reino de Dios, prometido muchos siglos antes en las Escrituras: Vulvanse a Dios, porque el reino de los cielos est cerca. Mt 4,17. Ahora bien, este Reino comienza a manifestarse como una luz delante de los hombres, por la palabra, por las obras y por la presencia de Cristo. La palabra de Dios se compara a una semilla, depositada en el campo: quienes la reciben con fidelidad y se unen al rebao de Cristo, recibieron el Reino; la semilla va germinando poco a poco por su vigor interno, y va creciendo hasta el tiempo de la siega. Los milagros, por su parte, prueban que el Reino de Jess ya vino sobre la tierra: "Si expulso los demonios por el Espritu de Dios, sin duda que el Reino de Dios ha llegado a vosotros" Mt 12,28. Pero, sobre todo, el Reino se manifiesta en la Persona del mismo Cristo, Hijo del Hombre, que vino a servir, y a dar su vida para redencin de muchos. Pero habiendo resucitado Jess, despus de morir en la cruz por los hombres, apareci constituido para siempre como Seor, como Cristo y como Sacerdote y derram en sus discpulos el Espritu prometido por el Padre. Por eso la Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador, observando fielmente sus preceptos de caridad, de humildad y de abnegacin, recibe la misin de anunciar el Reino de Dios, de establecerlo en medio de todas los pueblos, y de constituir en la tierra el germen y el principio de este Reino. La iglesia por su parte, mientras va creciendo poco a poco, anhela el Reino consumado, espera con todas sus fuerzas, y desea ardientemente unirse con su Rey en la gloria.

    3. CONSTRUIR LA IGLESIA Muchas veces tambin la Iglesia se llama "edificacin" de Dios. El mismo Seor se compar a la piedra rechazada por los constructores, pero que fue puesta como piedra angular.

    3.1. VAMOS A CONSTRUIR LA IGLESIA LADRILLO A LADRILLO 1 ladrillo: La vocacin y la misin Vemos en Mt 4,18-22 como Jess llama a Simn Pedro, Andrs, Santiago y Juan para que sean pescadores de hombres. El llamado lleva implcita la misin. Ellos hicieron lo siguiente: Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron. De igual manera debemos responder nosotros al llamado del Seor.

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    Al finalizar la capacitacin de los discpulos y despus de vivir con Jess Resucitado, l los enva a la gran comisin Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y hganlas mis discpulos; bautcenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo, y ensenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estar con ustedes todos los das, hasta el fin del mundo. Mt 28,19 La tarea es clara y contamos con el respaldo y la compaa de Jesucristo. 2 ladrillo: La tradicin y el magisterio La tradicin de la Iglesia es muy grande, va desde el comienzo de la comunidad de los orgenes hasta nuestros das, unos dos mil aos. En la tradicin tenemos el deposito de la fe que nos mantiene en unidad. El Magisterio de la Iglesia nos da lneas de accin para nuestras actividades pastorales y cotidianas. Los documentos del magisterio son muchos, pero el ms importante es el Concilio Vaticano II (1965), donde se encuentra la constitucin y organizacin de la Iglesia Catlica. 3 ladrillo: La palabra y el pan La celebracin de los sacramentos es otro elemento clave en la construccin de la Iglesia. La renovacin de la Alianza del Seor con los hombres en la Eucarista enciende y arrastra a los fieles a la apremiante comunin con Cristo. Por tanto, de la Liturgia, sobre todo de la Eucarista fluye hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la mxima eficacia aquella santificacin de los hombres en Cristo y aquella glorificacin de Dios, a la cual las dems obras de la Iglesia tienden como a su fin.

    3.2. CEMENTO: CARISMAS PARA EL SERVICIO La Biblia nos habla muchas veces de los carismas que deben ser puestos al servicio de la comunidad. Pero todas estas cosas las hace con su poder el nico y mismo Espritu, dando a cada persona lo que a l mejor le parece" (1 Cor 12,11), reparte entre los fieles de cualquier condicin incluso gracias especiales, con que los dispone y prepara para realizar variedad de obras y de oficios provechosos para la renovacin y edificacin de la Iglesia.

    3.3. ARENA: UNIDAD EN LA DIVERSIDAD Todos los hombres son llamados a formar parte del Pueblo de Dios. Por lo cual este Pueblo, siendo uno y nico, ha de abarcar el mundo entero y todos los tiempos para cumplir los designios de la voluntad de Dios. Para ello envi Dios a su Hijo a quien constituy heredero universal para que fuera Maestro, Rey y Sacerdote nuestro, y dando como regalo a la iglesia al Espritu Santo, que la congrega y la une.

    3.4. AGUA: ESPRITU SANTO El Espritu Santo tiene el papel importante en la Iglesia, porque es cofundador, mueve la comunidad y la impulsa a vivir la misin con la fuerza de los carismas y la proyeccin ministerial y apostlica.

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    3.4.1. LA IGLESIA ES HECHA POR EL ESPRITU SANTO

    El Espritu Santo es COFUNDADOR Manifiesta la relacin intima entre el Espritu y la Comunidad Eclesial La Iglesia tiene dos misiones: La misin de Jess: hacernos hijos de Dios: La misin del Espritu Santo, es conducirnos desde nuestro interior, y llevarnos a la estatura perfecta de Cristo con el fin de vivir en fraternidad en un solo cuerpo Gal 4, Jess dice la Palabra, la Palabra llega al corazn de los hombres y obra su poder creador por el Espritu Santo - Amor.

    3.4.2. EL ESPRITU ES EL PRINCIPIO DE COMUNION UNIDAD Dios es todo en nosotros: 1 Cor 15,28 Para lograrlo nos inserta en el Cuerpo de Cristo por medio del Espritu Santo. Da unidad en la diversidad de personas, unifica los pensamientos y forma de vida. Viviendo en unidad y fraternidad es como nos mantenemos en comunin trinitaria pues la Iglesia es imagen de la Trinidad: Ef 4,4-6 La unidad se manifiesta en el amor: Jn 13,35

    3.4.3. EL ESPRITU ES PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD Dar testimonio hasta los confines de la Tierra Hch 1,8 La misin es evangelizar el universo. El Espritu de Jesucristo llega a los rincones de la tierra y a la profundidad de todos los hombres para que se sientan hermanos, hijos del mismo padre y buscando la solidaridad universal.

    3.4.4. EL ESPRITU CONSERVA LA MISIN APOSTLICA ECLESIAL Lo apostlico es el principio y el fin de la misin de Jess El encargo apostlico Mt 28,16-20 Enviados a todas las naciones todos los das Continuar con la misin de Jesucristo Dando testimonio: Jn 15,25-27 Testigo: El Espritu da testimonio de Jesucristo El cristiano da testimonio con la fuerza del Espritu Santo El testimonio se celebra en la Eucarista El Espritu Santo asiste a la Iglesia para conocer la verdad y para que el error no prevalezca

    3.4.5. EL ESPRITU ES PRINCIPIO DE SANTIDAD EN LA IGLESIA La Iglesia es el templo santo de Dios donde, por el Espritu, se celebra el Bautismo y la Eucarista. La Iglesia es lavada por la sangre de Cristo, Ungida por el Espritu Santo, y esposa de Cristo. La Iglesia santa constituida por pecadores, ha tenido errores histricos que no podemos negar, por ello en ocasiones ha entristecido al Espritu Santo. Ef 4,30

    3.5. COLUMNAS: LOS APOSTOLES Y SUS SUCESORES LOS OBISPOS

    3.5.1. LA INSTITUCIN DE LOS APSTOLES El Seor Jess, despus de haber hecho oracin al Padre, llamando a s a los que El quiso, eligi a los doce para que vivieran con El y enviarlos a predicar el Reino de Dios a estos, apstoles los

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    fund a modo de colegio, es decir, de grupo estable, y puso al frente de ellos, a Pedro, sacndolo de en medio de los mismos. A stos envi Cristo, primero a los hijos de Israel, luego a todas las gentes para que con la potestad que les entregaba, hicieran discpulos suyos a todos los pueblos, los santificaran y gobernaran y as dilataran la Iglesia y la apacentaran, sirvindola, bajo la direccin del Seor, todos los das hasta la consumacin de los siglos (Mt 28,20). Los apstoles, pues, predicando en todas partes el Evangelio (Mc 16,20), que los oyentes reciban por influjo del Espritu Santo, reunieron la Iglesia universal que el Seor fund sobre los Apstoles y edific sobre la piedra angular del edificio que es Cristo Jess.

    3.5.2. LOS OBISPOS, SUCESORES DE LOS APSTOLES Esta divina misin confiada por Cristo a los apstoles ha de durar hasta el fin de los siglos, puesto que el Evangelio que ellos deben transmitir en todo tiempo es el principio de la vida para la Iglesia. Por lo cual los apstoles tuvieron cuidado de establecer sucesores. En efecto, no slo tuvieron diversos colaboradores en el ministerio, sino que confiaron a sus cooperadores inmediatos el encargo de acabar y consolidar la obra por ellos comenzada, encomendndoles que atendieran a todo el rebao en medio del cual el Espritu Santo, los haba puesto para apacentar la Iglesia de Dios. Asi pues los obispos, junto con los sacerdotes y diconos recibieron toda autoridad para guiar la iglesia.

    3.6. VIGAS: LA ESPERANZA CRISTIANA Dios nos ensea que nos prepara una nueva morada y una nueva tierra donde habita la justicia, y cuya bienaventuranza es capaz de saciar todos los anhelos de paz que surgen en el corazn humano. Entonces, vencida la muerte, los hijos de Dios resucitarn en Cristo, y lo que fue sembrado bajo el signo de la debilidad y de la corrupcin, se revestir de incorruptibilidad, y permaneceremos gozando de la gloria de Dios

    4. QU IGLESIA QUEREMOS CONSTRUIR? El cristianismo, sin duda alguna, es una forma de vida en relacin consigo mismo, con los dems y con Dios. Sin embargo esta forma de vida necesita ser institucionalizada para que no corra el riesgo de perderse. Esa institucionalizacin del cristianismo la denominamos: Iglesia. A travs de los veinte siglos de historia de la Iglesia, ella ha reflexionado sobre s misma y se ha interpretado de distintas maneras, generando formas de actuar y de responder a las realidades sociales del momento. Esas maneras de entenderse se denominan MODELOS ECLESIALES4. Vamos a mirar los ms relevantes para entender la Iglesia Catlica en nuestros das.

    4.1. IGLESIA CIRCULAR Despus de la experiencia que los discpulos tuvieron con Jess Resucitado, vino la organizacin de la comunidad de creyentes, de manera sencilla fue apareciendo como una secta juda, pero

    4 Orientado por el libro: La Iglesia, del P. Alberto Parra, S.J. Editado por la Pontificia Universidad Javeriana (Facultad

    de Teologa) en Bogot, 1997.

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    las persecuciones y conflictos con la sociedad establecida de estructuras y leyes estticas fueron generando la identidad de la Iglesia, hasta el punto que a los seguidores de Cristo se les llamo cristianos por primera vez en Antioquia (Cfr. Hch 11,26). La Iglesia se entendi a s misma con las siguientes caractersticas de circularidad:

    Se vive una relacin estrecha con el Dios creador del universo y el Padre de Nuestro Seor Jesucristo, que quiere establecer una nueva familia ms all de los lazos consanguneos donde todos somos hermanos (Mc 3,31-35). Es el comienzo del nuevo Israel.

    Se experimenta a Jesucristo como el salvador del pecado y dador de una libertad por encima de la ley juda. Jesucristo es el centro aglutinador de la comunidad cristiana y de la Santa Trinidad que empieza a vivirse cotidianamente en estrecha relacin.

    "Y perseveraban en la doctrina de los apstoles, en la comunin unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y seales eran hechas por los apstoles. Todos los que haban credo estaban juntos y tenan en comn todas las cosas: vendan sus propiedades y sus bienes y lo repartan a todos segn la necesidad de cada uno. Perseveraban unnimes cada da en el Templo, y partiendo el pan en las casas coman juntos con alegra y sencillez de corazn, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Seor aada cada da a la Iglesia los que haban de ser salvos" (Hch 2,42-47)

    Como todas las personas eran igual de importantes, todos los ministerios tambin eran iguales, es decir, haba una jerarqua porque es necesario el orden, sin embargo nadie estaba por encima de otra persona.

    El Bautismo y la Eucarista eran los sacramentos principales, pues el primero incorpora al Misterio de Cristo y de su Iglesia y el segundo fundamenta y cohesiona la comunidad. Por lo mismo, la labor de los hermanos consiste en ejercer todos su sacerdocio, su profetismo y su realeza en el mundo.

    La evangelizacin de una sociedad decadente y avasalladora era la principal tarea de todos los das. Si era necesario dar testimonio de Jesucristo con su propia vida y derramando la sangre, se hacia con total conviccin de la respuesta de Dios. "La sangre de los mrtires es semilla de nuevos cristianos" (San Ignacio de Antioqua). El mundo debe ser conquistado para Cristo.

    Por tal motivo la Iglesia se siente como instrumento de salvacin por la transparencia que realiza de Jesucristo Resucitado.

    Los carismas se organizan por ministerios para que todos los hermanos se sientan tiles y responsables de la salvacin de aquellos que no conocen a Jesucristo.

    Los ministerios eclesiales se fueron organizando de acuerdo a las dificultades presentadas en la comunidad, es decir que eran una respuesta adecuada a los retos del momento.

    4.2. IGLESIA SOCIEDAD PERFECTA

    Despus del siglo III, con la conversin al cristianismo del emperador Constantino, vino la institucionalizacin del cristianismo para todo el imperio, generando bautismos masivos, misiones constantes y organizacin eclesial distinta a la circular y domestica que traa. La Iglesia empieza a releer el Antiguo Testamento y la sociedad imperial para dar comienzo a una organizacin piramidal con moralizaciones judaicas, lecturas tipolgicas, organizacin litrgica y sacerdotalizacin de la comunidad. A partir de entonces, el Obispo queda asimilado en su persona y en sus funciones al sumo sacerdote del Antiguo Testamento. Los Presbteros de la Iglesia son intercambiados en personalidad y en ministerio con los sacerdotes antiguos. Los Diconos vienen a ser los anttipos de los levitas, despojados de su rango sacerdotal durante la monarqua y el postexilio de Israel, dedicados a los oficios menores del santuario antiguo. Los fieles de Jesucristo seran "laicos", es decir los no sacerdotes, los no consagrados, los no

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    llamados, los no activos, los no enseantes, cuya esfera de competencia no es el templo (lugar sagrado) sino el mundo profano o secular5. Las caractersticas de la Iglesia como sociedad perfecta son:

    Piramidalizacin de los ministerios y funciones dentro de la Iglesia, donde los ordenados ocupan la parte superior y los laicos ocupan la base de la pirmide, recibiendo el ttulo de simples bautizados, lo que significa que es mejor estar en los ministerios ordenados. Cuando un clrigo deja el ministerio se denomina "reduccin al estado laical".

    Empieza a identificarse a la Iglesia como a los ordenados, dejando de lado a la gran mayora laical.

    El Sumo Pontfice asume caractersticas de rey y an ms pues es l quien consagra a reyes y emperadores. Al mismo tiempo los obispos se asimilan a prncipes seculares que deben ser tratados como tales.

    Se ensea que Dios ha establecido que unos den y otros reciban los sacramentos. Por ello quienes dan sacramentos y gobiernan la Iglesia se asemejan a Dios, que est por encima de todos, y a todos gobierna.6

    El papel de la mujer se vuelve supremamente secundario y la Iglesia adquiere todas las particularidades patriarcales por ser el plan original de Dios.

    4.3. IGLESIA CUERPO MISTICO

    "Hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que est en los cielos y lo que est en la tierra" (Ef 1,10) es declarar en mbito estrictamente cristolgico y soteriolgico, que el mundo celeste (lo invisible) y el terrestre (lo visible) es Cuerpo de Cristo. Es decir, trmino de relacin y de accin, de presencia y de manifestacin de su accin, tanto creadora como redentora. Pero lleg el momento en que el monarquismo y absolutismo papal, as como tambin las legtimas prerrogativas del Papa en la Iglesia emprica, tuvieron que ser fundamentados. Entonces se hizo un traslado del trmino cabeza para designar al Papa y el trmino cuerpo mstico de Cristo para referirse a la Iglesia Catlica Romana. Las caractersticas de la Iglesia como Cuerpo Mstico de Cristo son:

    La doctrina del cuerpo mstico no tuvo la intencin de enderezar o suplantar la Eclesiologa de Sociedad Perfecta, sin embargo sirvi para equilibrar los desajustes de un modelo juridicista, territorial y burocrtico, de manera que la Iglesia va siendo manejada tericamente ms como una comunidad de hermanos que como una organizacin social.

    Minimizacin del Cuerpo de Cristo y maximizacin del Papa como Cabeza de la Iglesia, graficando la organizacin eclesial con una cabeza grande y un cuerpo pequeo.

    La fuerza e importancia estuvo en ser parte de la cabeza, donde los ministerios jerrquicos ocupaban el principal lugar y el laicado se redujo notablemente.

    Se hizo muy frecuente la frase medieval de que "slo tiene potestad sobre el Cuerpo Mstico el que tiene potestad sobre el Cuerpo eucarstico", la teologa del Orden oriento la capitalidad a fundamentar que slo ella piensa, slo ella decide, slo ella ordena, slo ella juzga, slo ella planifica, slo ella ensea. Los fieles laicos deben "asistir a la jerarqua eclesistica en la expasin del Reino del divino Redentor"7.

    5 "Al sumo sacerdote le han sido encomendados sus oficios; a los sacerdotes se les ha asignado su propio lugar; y

    los levitas tienen sus ministerios. El hombre laico est obligado por reglamentaciones propias de laicos". CLEMENTE ROMANO, Carta a los Corintios 40,1. 6 SANTO TOMAS, Suma contra Gentiles, Libro III; ver captulos 78, 84, a.1-6

    7 PIO XII, Mystici Corporis 14.Carta Encclica sobre el Cuerpo Mstico de Cristo y nuestra unin con l en Cristo, Junio

    29 de 1943.

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    El modelo de Cuerpo Mstico probablemente encaje en los modelos sociales de sistemas representativos.

    4.4. IGLESIA PUEBLO DE DIOS

    El modelo de Iglesia Pueblo de Dios es un ejemplo vivo de las mutuas relaciones y dependencias que se operan entre las concepciones teolgicas y las conductas histricas. Era necesario atenuar los excesos de la concentracin monoplica del poder en el clero, como es propio del modelo Sociedad Perfecta. El Concilio Vaticano II en su Constitucin Dogmtica Lumen Gentium captulo 2 presenta a la Iglesia como comunidad, elegida, santa, sacerdotal, proftica, carismtica, histrica, peregrina, enviada plural, inmersa en las realidades humanas, estructurada jerrquicamente, pero sobre el fundamento primario de la cristiana igualdad y de la comn dignidad y solamente diferenciada por la diversidad de los carismas y ministerios funcionales que opera en ella la fuerza del Espritu. Se realiza una mezcla de avances pastorales y al mismo tiempo mantiene algunos sistemas de modelos antiguos. Las caractersticas fundamentales son:

    Empieza una nueva manera de pensar en la Iglesia abriendo posibilidades de reflexin, autocrtica y superacin interesantes.

    Empieza a entenderse que todos somos Iglesia como Pueblo elegido por Dios y peregrino en la tierra.

    Sin embargo, en ocasiones no se hace una aclaracin suficiente sobre el antiguo y el nuevo Pueblo de Dios fundamentado sobre la Pascua de Jesucristo.

    Todava se conserva cierto masculinsimo (machismo) que se ve palpablemente en la Iglesia y que es antitestimonial para la sociedad.

    Los servicios eclesiales han sido canalizados en funciones litrgicas, que apenas dejan especio para entender la significacin apostlica, misionera y transformadora que pueden y deben tener en la sociedad y en la Iglesia.

    Se manifiestan unas oportunidades mnimas para la emergencia de nuevos cuadros de servicio apostlico y laical.

    Los postulados teolgicos del Pueblo de Dios en el Concilio Vaticano II son altamente tericos y lejanamente prcticos.

    Algunos eclesilogos sealan que an falta mucho para aplicar elementos importantes del Concilio Vaticano II.

    4.5. IGLESIA DE LOS POBRES

    El marco en que surge este modelo eclesial es sombro pero real: hermanos cristianos que padecen hambre, sed, desnudez, desnutricin, ignorancia y marginacin, desempleo y empobrecimiento generalizado en un mundo consumista, injusticia en la relacin capital-trabajo, obrero-patrn, y el terrible desequilibrio entre las sociedades opulentas y el club inmenso de los desheredados de la tierra. El Papa Juan XXIII antes de la inauguracin del Concilio Vaticano II sealo: "Otro punto luminoso: para los pases subdesarrollados la Iglesia se presenta como es y como quiere ser, como Iglesia de todos, en particular como la Iglesia de los pobres"8

    8 JUAN XXIII, Radiomensaje del 11 de septiembre de 1962, Actas Apostlicas Sedis LIV, 682.

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    La lectura honesta del Concilio Vaticano II (Lumen Gentium y Gaudium et Spes) deja en claro los lineamientos sustanciales de un nuevo estilo de ser Iglesia, y de unas nuevas exigencias frente a la realidad:

    Que la pobreza, la Iglesia pobre y la Iglesia de los pobres no es en Vaticano II un tema sino una constante, que se destaca en los contextos ms significativos del Concilio.

    Que la Iglesia pobre y la Iglesia de los pobres no es una Iglesia dentro de la Iglesia, ni un grupo de voluntarios de la Iglesia, sino una caracterstica esencial y constitutiva del misterio de la Iglesia en el misterio de Cristo Pobre.

    Que por pobreza y por pobre no se entiende nicamente una categora social, como si Jess o el Evangelio canonizaran simplemente la clase social de los pobres.

    Pero que sin pobreza real, efectiva, de clase social de los pobres, la pobreza evanglica sera una categora cnica, como son cnicos quienes refieren la bienaventuranza de Jess a los pobres "de espritu" que potencialmente lo seramos todos, para concluir que tambin los ricos son pobres (!).

    Que la Iglesia pobre y la Iglesia de los pobres no se resuelve en un comportamiento tico de "ayuda" al pobre ni de "opcin" por el pobre, hecha por una porcin de la Iglesia instalada y porque Jess eligi y consagr la pobreza real como un medio pascual de liberacin y redencin. La pobreza tiene que manifestarse en la Iglesia como signo real e inequvoco de pertenencia y de seguimiento del Espritu de Jess.

    Que la actitud terica y prctica de la Iglesia respecto a la pobreza debe ser de aceptacin gozosa y voluntaria de ella (pobreza evanglica). Pero, al mismo tiempo, de oposicin frontal a los sistemas, grupos e individuos, que al montar sus dinmicas de desarrollo econmico son culpables de la miseria, de la desocupacin, de las formas inhumanas o infrahumanas de vida, del enriquecimiento de unos pocos y la depauperizacin de las inmensas mayoras.

    Este modelo eclesial de los pobre se ha desarrollado ampliamente en el tercer mundo. En Amrica Latina ha tenido amplio desarrollo y adaptacin a travs del documento conclusivo de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medelln (1968) y posteriormente con la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla (1979). De manera que nuestra Iglesia ha reflexionado y ha trabajado no solo del lado de los pobres sino asumiendo la pobreza como forma de vida en comunin con Jesucristo pobre y misericordioso.

    4.6. IGLESIA LIBERADORA Y POPULAR La Iglesia liberadora, como forma y modelo histrico de la Iglesia, no es diversa al modelo de Iglesia de los Pobres. Es su concrecin y planificacin con miras a una eficacia real en trminos de transformacin y de cambio. Es necesario trazar las metas y estrategias eficaces para un cambio real de nuestra configuracin econmica, poltica y cultural. La Iglesia popular, la Iglesia desde la Base, la Iglesia que nace del Pueblo son modos de concrecin, de explicitacin de varios aspectos escenciales a la Iglesia de los pobres y la Iglesia liberadora:

    El rescate de la comunidad de hermanos, comunin de los santos y congregacin de los fieles con una hermandad total con la jerarqua eclesial.

    El protagonismo histrico del pueblo, de la comunidad tenida como generalmente pasiva y que hoy rescata su dignidad, su responsabilidad y su actividad.

    La organizacin eclesial popular que con base en su concientizacin a travs de la educacin popular despierta hoy para conocer y reclamar sus derechos, trabajar por su propia autorrealizacin, ser autora de sus propios destinos y desde la base tradicionalmente humillada

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    y ofendida dignificar la Iglesia con la eminente dignidad de los pobres y transformar la sociedad con la fuerza evanglica de una liberacin eficaz.

    No se trata de realizar una Iglesia "paralela" a la Iglesia "oficial", o aparate de la jerarqua eclesial sino la Iglesia que vuelve a los orgenes de Jesucristo y a su intencin al conformar un grupo de discpulos que es levadura para transformar la sociedad.

    El Papa Juan Pablo II, en una Homila en Managua deca: "Una Iglesia dividida como ya deca en mi carta a vuestros obispos, no podr cumplir su misin de sacramento de Trinidad en el pas. Por ello alertaba all lo absurdo y peligroso que es imaginarse como al lado (por no decir en contra) de la Iglesia construida en torno al obispo, otra Iglesia concebida slo como carismtica y no institucional, nueva y no tradicional, alternativa, y como se preconiza ltimamente, una "Iglesia Popular". Quiero hoy reafirmar estas palabras aqu delante de vosotros"9

    5. COMPROMISO ECLESIAL

    5.1. EL BAUTISMO Y RESPONSABILIDAD ECLESIAL An cuando la misin de la Iglesia es nica, como es nica la accin salvadora de Jesucristo, sin embargo tradicionalmente y de manera especial en los Documentos del Concilio Vaticano II10, se han venido distinguiendo tres aspectos de la misma accin pastoral: la Palabra, el Sacramento y la Caridad. Estos tres aspectos no han de considerarse independientes entre s, sino profundamente inseparables. La pastoral proftica llamada tambin Pastoral de la fe, tiene por fin proclamar el mensaje de Cristo. Contar a todas las gentes una noticia magnifica: que Dios nos envi a su Hijo para salvarnos. Es lo que llamamos evangelio, que la Iglesia debe proclamar en todos los tonos y formas posibles11. La pastoral litrgica es la resonancia en el tiempo del oficio sacerdotal de Jesucristo, en el cual, participamos todos por el bautismo. Es la Pastoral de la esperanza, de la Palabra celebrada. La liturgia comportar un doble movimiento: por medio de smbolos sensibles, Dios nos santifica y nosotros le tributamos alabanza y adoracin. La pastoral caritativa o social, es la pastoral del amor, es la continuacin de la accin regia del Seor. Por ella la Iglesia concreta el aporte de los cristianos a la transformacin del mundo. Es la Palabra vivida. A esta pastoral pertenece cuanto dice relacin con la organizacin de la Iglesia, con sus apostolados, con las prcticas de la caridad y de ayuda. Ejercicio N 1: Sealar los ministerios y apostolados que se inscriben en cada pastoral de la Iglesia: Pastoral proftica: _______________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

    9 JUAN PABLO II, Homila en Managua, marzo 4 de 1983, AAS.

    10 Concilio Vaticano II, La Constitucin Lumen Gentium ofrece todo el Captulo 4: LOS LAICOS, unas orientaciones

    sobre el apostolado del laico desde el Bautismo. Recomendamos a formadores y estudiantes que lean algo de este Magisterio Conciliar. 11

    Recomendamos leer la Exhortacin Apostlica LOS FIELES LAICOS de Juan Pablo II, Roma, 1988. Numeral 14, donde se explica ampliamente el triple oficio venido por unin con Jesucristo: Sacerdote, Profeta y Rey. De igual manera recomendamos leer el CATECISMO DE LA IGLESIA CATLICA, numerales 1267-1270

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    ______________________________________________________________________________ Pastoral litrgica: ________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ Pastoral caritativa o social: ________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

    5.2. LA CONFIRMACIN Y EL TESTIMONIO ANTE EL MUNDO El Catecismo de la Iglesia Catlica nos ensea: Con el Bautismo y la Eucarista, el sacramento de la Confirmacin constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciacin cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepcin de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal. En efecto, a los bautizados "el sacramento de la Confirmacin los une ms ntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espritu Santo. De esta forma se comprometen mucho ms, como autnticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras12 (CIC 1285). Ejercicio N 2: Leer del CIC 1302 -1305 y sealar los compromisos eclesiales y sociales que adquieren los que celebran y viven el sacramento de la Confirmacin: 1302. De la celebracin se deduce que el efecto del sacramento es la efusin plena del Espritu Santo, como fue concedida en otro tiempo a los apstoles el da de Pentecosts. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1303. Por este hecho, la Confirmacin confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal: - nos introduce ms profundamente en la filiacin divina que nos hace decir Abb, Padre (Rm 8,15); - nos une ms firmemente a Cristo; - aumenta en nosotros los dones del Espritu Santo; - hace ms perfecto nuestro vnculo con la Iglesia; - nos concede una fuerza especial del Espritu Santo para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jams vergenza de la cruz: Recuerda, pues, que has recibido el signo espiritual, el Espritu de sabidura e inteligencia, el Espritu de consejo y de fortaleza, el Espritu de conocimiento y de piedad, el Espritu de temor

    12

    Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 11.

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    santo, y guarda lo que has recibido. Dios Padre te ha marcado con su signo, Cristo Seor te ha confirmado y ha puesto en tu corazn la prenda del Espritu13. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1304. La Confirmacin, como el Bautismo del que es la plenitud, slo se da una vez. La Confirmacin, en efecto, imprime en el alma una marca espiritual indeleble, el carcter14, que es el signo de que Jesucristo ha marcado al cristiano con el sello de su Espritu revistindolo de la fuerza de lo alto para que sea su testigo15. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1305. El carcter perfecciona el sacerdocio comn de los fieles, recibido en el Bautismo, y el confirmado recibe el poder de confesar la fe de Cristo pblicamente, y como en virtud de un cargo (quasi ex officio).16 ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

    5.3. DE LA MISA A LA MISIN EN EL MUNDO Comenzamos reflexionando a partir del pasaje bblico conocido como los discpulos de Emas, para realizar una reflexin eucarstica donde se vive la comunin con Cristo para fortalecerse y luego salir a la misin. El siguiente es el esquema del tema a desarrollar.

    Texto gua: Lc 24,13-35 1. Llegar desilusionado el encuentro con Jess v.v. 13-24

    Aquel mismo da: el primero de la semana

    Dos discpulos desalentados

    Es como el acto penitencial: las penas, las angustias, las esperanzas fallidas, no creer en el testimonio de hombres y mujeres

    Llegamos como si Jesucristo se nos hubiera muerto

    2. El Banquete de la Palabra v.v. 25-27

    Jesucristo explica la Escritura: Moiss y los Profetas

    Da de comer su Palabra, alimenta el corazn con su Palabra

    3. El Banquete del Pan v.v. 28-32

    El v. 30 es eucarstico: se pudo a la mesa con ellos tom re pan, pronunci la bendicin y se lo iba dando.

    Jesucristo resucitado es la Eucarista, est presente en la Eucarista.

    Descubren a Jesucristo resucitado al partir el pan. 13

    San Ambrosio. De Misteriis, 7,42: PL 16,402-403 14

    Concilio de Trento, DS, 1609. 15

    Como lo seala Lc 24,48-49 16

    Santo Tomas de Aquino, Summa theologiae, III, 72,5, ad 2.

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    Viene la reflexin del da domingo, la interiorizacin de la Palabra y del Pan

    4. Salir a dar testimonio v.v. 33-35

    Se levantan al momento para volver a la comunidad

    La comunidad se edifica con el testimonio

    Salir a compartir lo vivido en la Eucarista

    5. Conclusiones

    Ap 10,8-11: recibir la Palabra, comerla, asumirla para ir a profetizar.

    Recibir para dar, compartir las bendiciones que Dios da.

    Salir de la misa para ir a la misin

    El misionero es eucarstico en sentido de Palabra y Pan.

    Tambin el Catecismo de la Iglesia Catlica insiste en que la vida eucarstica se proyecta necesariamente en la misin en el mundo. De manera que la Iglesia vive y se alimenta de la Eucarista para crecer comunitariamente y comprometerse con la transformacin social necesaria para crear un mundo cristificado. Ejercicio N 3: Leer del CIC 1391 - 1405 y sealar los compromisos eclesiales y sociales fruto de la vida eucarstica: 1391. La comunin acrecienta nuestra unin con Cristo. Recibir la Eucarista en la comunin a como fruto principal la unin ntima con Cristo Jess. La vida en Cristo encuentra su fundamento en el banquete eucarstico. Cuando en las fiestas del Seor los fieles reciben el Cuerpo del Hijo, proclaman unos a otros la Buena Nueva de que se dan las arras de la vida, como cuando el ngel dijo a Mara de Magdala: Cristo ha resucitado! He aqu que ahora tambin la vida y la resurreccin son comunicadas a quien recibe a Cristo. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1392. Lo que el alimento material produce en nuestra vida corporal, la comunin lo realiza de manera admirable en nuestra vida espiritual. La comunin con la Carne de Cristo resucitado, vivificada por el Espritu Santo y vivificante17, conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo (). ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1393. La comunin nos separa del pecado. El Cuerpo de Cristo que recibimos en la comunin es entregado por nosotros, y la Sangre que bebemos es derramada por muchos para el perdn de los pecados. Por eso la Eucarista no puede unirnos a Cristo sin purificarnos al mismo tiempo de los pecados cometidos y preservarnos de futuros pecados (). ______________________________________________________________________________

    17

    Concilio Vaticano II, Presbyterorum ordinis, 5

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    1394. Como el alimento corporal sirve para restaurar la prdida de fuerzas, la Eucarista fortalece la caridad que, en la vida cotidiana, tiende a debilitarse; y esta caridad vivificada borra los pecados veniales18 (). ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1395. Por la misma caridad que enciende en nosotros, la Eucarista nos preserva de futuros pecados mortales. Cuanto ms participamos en la vida de Cristo y ms progresamos en su amistad, tanto ms difcil se nos har romper con El por el pecado mortal. La Eucarista no est ordenada al perdn de los pecados mortales. Esto es propio del sacramento de la Reconciliacin. Lo propio de la Eucarista es ser el sacramento de los que estn en plena comunin con la Iglesia. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1396. La unidad del Cuerpo mstico: La Eucarista hace la Iglesia. Los que reciben la Eucarista se unen ms estrechamente a Cristo. Por ello mismo, Cristo los une a todos los fieles en un solo cuerpo: la Iglesia. La comunin renueva, fortifica, profundiza esta incorporacin a la Iglesia realizada ya por el Bautismo (). Si vosotros mismos sois Cuerpo y miembros de Cristo, sois el sacramento que es puesto sobre la mesa del Seor, y recibs este sacramento vuestro. Respondis amn (es decir, s, es verdad) a lo que recibs, con lo que, respondiendo, lo reafirmis. Oyes decir el Cuerpo de Cristo, y respondes amn. Por lo tanto, s t verdadero miembro de Cristo para que tu amn sea tambin verdadero19. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1397. La Eucarista entraa un compromiso en favor de los pobres: Para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregados por nosotros debemos reconocer a Cristo en los ms pobres, sus hermanos. Has gustado la sangre del Seor y no reconoces a tu hermano. Deshonras esta mesa, no juzgando digno de compartir tu alimento al que ha sido juzgado digno de participar en esta mesa. Dios te ha liberado de todos los pecados y te ha invitado a ella. Y t, an as, no te has hecho ms misericordioso20. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

    5.4. EL MATRIMONIO Y EL COMPROMISO FAMILIAR El sacramento del Matrimonio en la Iglesia Catlica conduce a asumir compromisos en torno a la vida familiar y a la transformacin social, pues es la familia la primera escuela de valores y por tanto la iglesia domestica.

    18

    Cocilio de Trento, DS, 1638 19

    San Agustn, Sermones, 272: PL 38, 1247 20

    San Juan Crisstomo, Homiliae in primam ad Corinhtios, 2, 4: PG 61, 229-230

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    El Catecismo de la Iglesia Catlica ofrece unos elementos de reflexin muy interesantes en torno a la vida sacramental matrimonial y los frutos y compromisos que trae. Ejercicio N 4: Leer del CIC 1638 1642. 1655 - 158 y sealar los compromisos eclesiales y sociales fruto de la vida matrimonial: 1641. En su modo y estado de vida, [los cnyuges cristianos] tienen su carisma propio en el Pueblo de Dios21. Esta gracia propia del sacramento del Matrimonio est destinada a perfeccionar el amor de los cnyuges, a fortalecer su unidad indisoluble. Por medio de esta gracia se ayudan mutuamente a santificarse con la vida matrimonial conyugal y en la acogida y educacin de los hijos22. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1642. Cristo es la fuente de esta gracia. Pues de la misma manera que Dios en otro tiempo sali al encuentro de su pueblo por una alianza de amor y fidelidad, ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia, mediante el sacramento del Matrimonio, sale al encuentro de los esposos cristianos23. Permanece con ellos, les da la fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse despus de sus cadas, de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros, de estar sometidos unos a otros en el temor de Cristo (Ef 5,21) y de amarse con un amor sobrenatural, delicado y fecundo. En las alegras de su amor y de su vida familiar les da, ya aqu, un gusto anticipado del banquete de las bodas del Cordero:

    De dnde voy a sacar la fuerza para describir de manera satisfactoria la dicha del matrimonio que celebra la Iglesia, que confirma la ofrenda, que sella la bendicin? Los ngeles lo proclaman, el Padre celestial lo ratifica... Qu matrimonio el de dos cristianos, unidos por una sola esperanza, un solo deseo, una sola disciplina, el mismo servicio! Los dos hijos de un mismo Padre, servidores de un mismo Seor; nada los separa, ni en el espritu ni en la carne; al contrario, son verdaderamente dos en una sola carne. Donde la carne es una, tambin es uno el espritu24.

    ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1656. En nuestros das, en un mundo frecuentemente extrao e incluso hostil a la fe, las familias creyentes tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora. Por eso el Concilio Vaticano II llama a la familia, con una antigua expresin, Ecclesia domestica25. En el seno de la familia, los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la fe con su palabra y con su ejemplo, y han de fomentar la vocacin personal de cada uno y, con especial cuidado, la vocacin a la vida consagrada26. ______________________________________________________________________________

    21

    Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 11 22

    Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 41 23

    Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 48,2 24

    Tertuliano, Ad uxorem, 2,9; cf, Juan Pablo II, exh. ap. Familiaris Consortio, 13 25

    Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 11; cf, Juan Pablo II, exh. ap. Familiaris Consortio, 21 26

    Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 11

  • 21

    ______________________________________________________________________________ 1657. Aqu es donde se ejercita de manera privilegiada el sacerdocio bautismal del padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los miembros de la familia, en la recepcin de los sacramentos, en la oracin y en la accin de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la renuncia y el amor que se traduce en obras27. El hogar es as la primera escuela de vida cristiana y escuela del ms rico humanismo28. Aqu se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdn generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de la oracin y la ofrenda de la propia vida. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1658. Es preciso recordar asimismo a un gran nmero de personas que permanecen solteras a causa de las concretas condiciones en que deben vivir, a menudo sin haberlo querido ellas mismas. Estas personas se encuentran particularmente cercanas al corazn de Jess; y, por ello, merecen afecto y solicitud diligentes de la Iglesia, particularmente de sus pastores. Muchas de ellas viven sin familia humana, con frecuencia a causa de condiciones de pobreza. Hay quienes viven su situacin segn el espritu de las bienaventuranzas sirviendo a Dios y al prjimo de manera ejemplar. A todas ellas es preciso abrirles las puertas de los hogares, iglesias domsticas y las puertas de la gran familia que es la Iglesia. Nadie se sienta sin familia en este mundo: la Iglesia es casa y familia de todos, especialmente para cuantos estn fatigados y agobiados (Mt 1 1,28)29. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

    5.5. EL ORDEN Y EL COMPROMISO SACERDOTAL El Sacramento del Orden en sus distintas maneras de vivirse (Orden de los Diconos, Orden de los Presbteros y Orden de los Obispos), tienen un amplio compromiso eclesial y social que se proyecta en la vida ministerial y apostlica. El Catecismo de la Iglesia Catlica nos conduce a una reflexin profunda sobre la vocacin y misin de los hombres que participan ministerialmente del sacerdocio de Jesucristo. Ejercicio N 4: Leer del CIC 1581 1589 y sealar los compromisos eclesiales y sociales fruto del Sacramento del Orden: 1581. Este sacramento configura con Cristo mediante una gracia especial del Espritu Santo a fin de servir de instrumento de Cristo en favor de su Iglesia. Por la ordenacin recibe la capacidad de

    27

    Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 10 28

    Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 52,1 29

    Juan Pablo II, exh. ap. Familiaris Consortio, 85

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    actuar como representante de Cristo, Cabeza de la Iglesia, en su triple funcin de sacerdote, profeta y rey. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1584. Puesto que en ltimo trmino es Cristo quien acta y realiza la salvacin a travs del ministro ordenado, la indignidad de ste no impide a Cristo actuar30. San Agustn lo dice con firmeza:

    En cuanto al ministro orgulloso, hay que colocarlo con el diablo. Sin embargo, el don de Cristo no por ello es profanado: lo que llega a travs de l conserva su pureza, lo que pasa por l permanece limpio y llega a la tierra frtil... En efecto, la virtud espiritual del sacramento es semejante a la luz: los que deben ser iluminados la reciben en su pureza y, si atraviesa seres manchados, no se mancha31.

    ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1585. La gracia del Espritu Santo propia de este sacramento es la de ser configurado con Cristo Sacerdote, Maestro y Pastor, de quien el ordenado es constituido ministro. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1586. Para el obispo, es en primer lugar una gracia de fortaleza (El Espritu de soberana: Oracin de consagracin del obispo en el rito latino): la de guiar y defender con fuerza y prudencia a su Iglesia como padre y pastor, con amor gratuito para todos y con predileccin por los pobres, los enfermos y los necesitados32. Esta gracia le impulsa a anunciar el Evangelio a todos, a ser el modelo de su rebao, a precederlo en el camino de la santificacin identificndose en la Eucarista con Cristo Sacerdote y Vctima, sin miedo a dar la vida por sus ovejas:

    Concede, Padre que conoces los corazones, a tu siervo que has elegido para el episcopado, que apaciente tu santo rebao y que ejerza ante ti el supremo sacerdocio sin reproche sirvindote noche y da; que haga sin cesar propicio tu rostro y que ofrezca los dones de tu santa Iglesia, que en virtud del espritu del supremo sacerdocio tenga poder de perdonar los pecados segn tu mandamiento, que distribuya las tareas siguiendo tu orden y que desate de toda atadura en virtud del poder que t diste a los apstoles; que te agrade por su dulzura y su corazn puro, ofrecindote un perfume agradable por tu Hijo Jesucristo...33

    ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1587. El don espiritual que confiere la ordenacin presbiteral est expresado en esta oracin propia del rito bizantino. El obispo, imponiendo la mano, dice:

    30

    Concilio de Trento, DS, 1612; Concilio de Constanza, DS, 1154 31

    San Agustn, In Evangelium Johannis tractatus, 5,15 32

    Concilio Vaticano II, Chistus Dominus, 13 y 16. 33

    San Hiplito de Roma, Traditio Apostolica, 3,

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    Seor, llena del don del Espritu Santo al que te has dignado elevar al grado del sacerdocio para que sea digno de presentarse sin reproche ante tu altar, de anunciar el Evangelio de tu Reino, de realizar el ministerio de tu palabra de verdad, de ofrecerte dones y sacrificios espirituales, de renovar tu pueblo mediante el bao de la regeneracin; de manera que vaya al encuentro de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, tu Hijo nico, el da de su segunda venida, y reciba de tu inmensa bondad la recompensa de una fiel administracin de su orden34.

    ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1588. En cuanto a los diconos, fortalecidos, en efecto, con la gracia del sacramento, en comunin con el obispo y sus presbteros, estn al servicio del Pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad35. ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ 1589 Ante la grandeza de la gracia y del oficio sacerdotales, los santos doctores sintieron la urgente llamada a la conversin con el fin de corresponder mediante toda su vida a aquel de quien el sacramento los constituye ministros. As, san Gregorio Nacianceno, siendo joven sacerdote, exclama:

    Es preciso comenzar por purificarse antes de purificar a los otros; es preciso ser instruido para poder instruir; es preciso ser luz para iluminar, acercarse a Dios para acercarle a los dems, ser santificado para santificar, conducir de la mano y aconsejar con inteligencia. S de quin somos ministros, dnde nos encontramos y a dnde nos dirigimos. Conozco la altura de Dios y la flaqueza del hombre, pero tambin su fuerza. [Por tanto, quin es el sacerdote? Es] el defensor de la verdad, se sita junto a los ngeles, glorifica con los arcngeles, hace subir sobre el altar de lo alto las vctimas de los sacrificios, comparte el sacerdocio de Cristo, restaura la criatura, restablece [en ella] la imagen [de Dios], la recrea para el mundo de lo alto, y, para decir lo ms grande que hay en l, es divinizado y diviniza36. Y el santo Cura de Ars dice: El sacerdote contina la obra de redencin en la tierra... Si se comprendiese bien al sacerdote en la tierra se morira no de pavor sino de amor... El sacerdocio es el amor del corazn de Jess37.

    ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

    34

    Liturgia bizantina, Euchologion. 35

    Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 29 36

    San Gregorio Nacianceno, Oraciones, 2, 71: PG 35, 480B, 2, 74: PG 46, 481 B, 2, 73: PG 35, 481A. 37

    B. Nodet, Jean-Marie Vianney, Cur dArs, 100.

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    6. ORGANIZACIN ECLESIAL La Iglesia tiene una organizacin eclesial jerrquica, donde no todo es total democracia ni total dictadura, sino con un orden que busca ser transparencia y por tanto sacramento de Jesucristo. El Papa Juan Pablo II dice: "En varias ocasiones he subrayado que no existe contraste o contraposicin en la Iglesia entre la dimensin institucional y la dimensin carismtica, de la que los movimientos son una expresin significativa. Ambas son igualmente esenciales para la construccin divina de la Iglesia fundada por Jess, porque contribuyen a hacer presente el misterio de Cristo y su obra salvfica en el mundo"38. Nuestra Iglesia est constituida teniendo a los Obispos como sucesores de los Apstoles, los presbteros son representantes de los Obispos cuando desempean cargos parroquiales. Cuando una dicesis es muy grande en el nmero de habitantes de denomina Arquidicesis y el encargado es reconocido como Arzobispo, quien nombra vicarios generales por zonas pastorales para que le ayuden en el pastoreo del Pueblo de Dios, a su vez las zonas pastorales de dividen en arcipestasgos o decanatos que es un grupo pequeo de parroquias cercanas. La organizacin est en funcin del servicio pastoral a los hermanos de la Iglesia. En estos tiempos se intentan varios programas pastorales de organizacin parroquial y diocesana, con sus aportes y posibilidades y con sus puntos dbiles y mejorables. Nuestra Iglesia sigue caminando y mejorando para que todos los bautizados se sientan responsables de la construccin y edificacin del Cuerpo de Cristo. Qu ests haciendo por edificar la Iglesia? 38

    JUAN PABLO II, con motivo de la celebracin de Pentecosts en 1998, ao dedicado al Espritu Santo, se congregaron en Roma, en el Congreso Mundial de Movimientos Eclesiales. Tomado de Los Papas y la Renovacin, tomo II, recopilado por Diego Jaramillo. Coleccin Iglesia 142. CCCMD. Bogot.

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    ESCUELA DE FORMACIN CARISMTICA

    CUARTO NIVEL DE TEOLOGA BSICA Y VOCACIONAL

    DISCERNIMIENTO MINISTERIAL Elaborado por Manuel Tenjo C

    39.

    OBJETIVOS:

    Conocer los elementos bblicos del discernimiento para tener algunos fundamentos teolgicos de juicio espiritual.

    Asumir algunos criterios de discernimiento espiritual para practicar adecuadamente este carisma.

    Aplicar los criterios de discernimiento para descubrir el llamado ministerial y tomar decisiones de acuerdo a la voluntad de Dios.

    Trabajar en el plan de desarrollo del ministerio especfico al que llama Jesucristo.

    CONTENIDOS:

    1. Introduccin: la peticin del rey Salomn 2. Dios habla hoy 3. Fundamentos neotestamentarios del discernimiento 4. Discernimiento y madurez cristiana 5. El llamado al ministerio 6. Discernir el ministerio al que has sido llamado 7. Crecimiento y desarrollo de la propia vocacin 8. Conclusiones

    BIBLIOGRAFIA:

    RUIZ JURADO, Manuel. El discernimiento espiritual40. BAC 544. Madrid 1994.

    RCC de Alemania. Una orientacin teolgica y pastoral. CCCMD. Coleccin Logos. Bogot.

    GOUVERNAIRE, Jean. Guiados por el Espritu a la hora de discernir. Ed. Sal Trrea, Santander. 1984.

    RAHNER, Karl. Lo dinmico de la Iglesia. Ed. Herder. Barcelona. 1963.

    TORNOS, Andrs. Fundamentos bblico-teolgicos del discernimiento. Ed. Manresa 60. 1988.

    Catecismo de la Iglesia Catlica. Nmeros: 799-801, 1780, 2820.

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    Maestra en Teologa en la Pontificia Universidad Javeriana. Profesional en Teologa de la Pontificia Universidad Javeriana. Estudios en Filosofa y Ciencias Religiosas en el Seminario Valmara de Bogot. Liderazgo y Manejo de Conferencias en el Instituto para el Desarrollo de Lderes Calificados de Rezza Editores S.A. de C.V. en Guadalajara. Miembro Fundador de los Ministerios Apostlicos Minuto de Dios. Profesor de Ciencias Bblicas en UNIMINUTO. Conferencista y Misionero. Email: [email protected] Blog: manueltenjo.blogspot.com 40

    Es un texto que nos ha brindado un gua metodolgica y de algunos contenidos.

    mailto:[email protected]

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    ESCUELA DE FORMACIN CARISMTICA

    CUARTO NIVEL DE TEOLOGA BSICAY VOCACIONAL

    DISCERNIMIENTO MINISTERIAL Elaborado por Manuel Tenjo C

    41.

    1. INTRODUCCIN: LA PETICIN DEL REY SALOMN

    Concede, pues, a tu siervo, un corazn que entienda para juzgar a tu pueblo,

    para discernir entre el bien y el mal, pues quin ser capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?

    1 Rey 3,9

    PREGUNTAS INICIALES: Conoces cmo funciona el carisma de discernimiento? Conoces criterios de discernimiento y sabes utilizarlos? Sabes a qu ministerio te llama Jesucristo? Sabes cmo hacer crecer y desarrollar el ministerio al que Jesucristo te llama?

    Salomn, al comienzo de su reinado, va a orar a Gaban, un santuario donde ofrece mil holocaustos, luego duerme y tiene un sueo donde Dios se revela. Este relato se encuentra en 1 Rey 3,4-15 y nos brinda elementos de reflexin sobre la importancia de practicar el discernimiento. Dios dijo pdeme lo ha haya de darte, dice el v. 5. Es interesante ver que Dios se coloca disponible ante la voluntad de Salomn, l est dispuesto a dar al rey de Israel lo que ste le pida. La peticin de Salomn (v.v. 6-9) recuerda la manera como Dios trato al rey David y la eleccin del pueblo de Israel, es decir, que la peticin se une a la historia de los antepasados, ubicando a Salomn como miembro de un pueblo, descendiente de un rey maravilloso y destinatario de la Alianza, es una oracin que tiene en cuenta lo concreto y arraigado en el mbito social. Salomn le pide a Dios un corazn atento para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues el pueblo y el territorio de Israel es muy grande y numeroso. El rey de Israel pide al Creador la facultad para discernir entre lo que viene de Dios como voluntad y lo que viene del mal que causa divisin y violencia. Salomn pide lo que no se puede comprar con oro ni plata: distinguir con claridad la voluntad divina, pues as siempre realizar lo correcto y caminar como David: leal, justo y recto. A Dios le parece bien que Salomn pida inteligencia para atender a la justicia (v.11) y por eso le concede un corazn sabio e inteligente, como ningn otro en la tierra (v.12), adems de las riquezas y gloria como ningn otro hombre. El hombre que busca lo esencial, lo

    41

    Maestra en Teologa en la Pontificia Universidad Javeriana. Profesional en Teologa de la Pontificia Universidad Javeriana. Estudios en Filosofa y Ciencias Religiosas en el Seminario Valmara de Bogot. Liderazgo y Manejo de Conferencias en el Instituto para el Desarrollo de Lderes Calificados de Rezza Editores S.A. de C.V. en Guadalajara. Miembro Fundador de los Ministerios Apostlicos Minuto de Dios. Profesor de Ciencias Bblicas en UNIMINUTO. Conferencista y Misionero. Email: [email protected] Blog: manueltenjo.blogspot.com

    mailto:[email protected]

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    que es ms importante: quedarse con Dios y discernir su voluntad, encuentra aadiduras llenas de prosperidad y grandeza. Existe una condicin para que la promesa de Dios a Salomn sea efectiva: Si caminas por mis sendas, guardando mis preceptos y mandamientos, como hizo David, tu padre, prolongar los das de tu vida (v.14). Las promesas que Dios realiza corrientemente tienen unas exigencias para el ser humano; en este caso pide unidad y adhesin total a Dios y su voluntad. Una persona que permanece en intimidad con Dios Padre, fcilmente discierne la voluntad divina, pues tiene la comunin y sabidura suficientes para juzgas el paso de Dios... La conclusin que nos ofrece el texto bblico (v.15) nos permite ver con claridad varias propuestas de accin:

    Salomn busca vivir en unidad y comunin con Dios para que pueda distinguir con claridad su voluntad sobre cualquier otra mocin.

    Es necesario buscar primero a Dios por lo que l es y las aadiduras no se harn esperar.

    El corazn atento a la voluntad de Dios tiene un propsito claramente definido: servir al crecimiento del pueblo elegido.

    Practicar el discernimiento es una necesidad de todos aquellos que tienen ministerios de gobierno y de pastoreo en particular y de todos los cristianos en general.

    2. DIOS HABLA HOY

    Yo te bendigo Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes

    y se la has revelado a los humildes. Si, Padre, pues tal ha sido tu voluntad.

    (Lc 10,21)

    El objeto fundamental del discernimiento es la voluntad de Dios, y l la manifiesta o revela de distintas maneras.

    2.1. DIOS HABLA Y EL HOMBRE ESCUCHA Antes que un ser humano comunique la Palabra primero tiene que escucharla, comunica lo recibido. De manera que el ser humano es primero oyente y despus comunicador. Analicemos esta idea por partes:

    El hombre como oyente de la Palabra42 tiene la facultad de escuchar el mensaje de Dios, tiene un rgano abierto a toda Palabra que pueda salir de la boca del Eterno, pues se encuentra abierto a la comunicacin de Dios por la gracia. El ser humano es la absoluta apertura a la plenitud. Abierto a la trascendencia; por eso podemos decir que el hombre es espritu, es decir, el hombre vive su existencia en un continuo tender hacia el absoluto, en una apertura hacia Dios. As que presta odo a la revelacin libre de Dios, pues l puede hablar o guardar silencio; de igual manera el hombre es libre de escuchar a Dios.

    El lugar del encuentro con Dios es la trascendencia del hombre en su peculiaridad especficamente humana43, pues Dios es espritu trascendente y nos podemos comunicar con l en Espritu y en Verdad (Jn 4,23). Sin embargo debemos tener en cuenta que el hombre es

    42

    Algunos elementos son tomados del libro de Karl Rahner: Oyente de la Palabra. Fundamentos para una filosofa de la religin. Herder. Barcelona. 1867. 43

    Ibid. Pg. 157.

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    espiritualidad sensible, espritu en la materia y por tanto ocupa un tiempo y un espacio: el ser humano es un espritu encarnado e histrico. Podemos afirmar que el hombre es el ser de naturaleza espiritual receptiva, abierto en cada caso a la historia, donde acontece Dios para revelarse llevndolo a dimensiones ms amplias y trascendentes manifestado en realidades inmanentes, pues El habla "en forma de palabra", es decir, Dios habla aconteciendo en la historia de manera libre y es en esa historia donde el hombre, que por ser espritu trascendente, tiene la capacidad' de escuchar a Dios y ser edificado con su Palabra de poder y vida. Son muchos los textos en que los hombres de Dios se presentan disponibles ante l: "Habla, Seor, que tu siervo escucha " (1 Sam 3,10). "El Seor se dirigi a m y me dijo" (Jer 1,4). Textos que recomendamos leer: 1s 50,4-5; Ez 2,1.22; Eclo 51, 13-30.

    Una vez que el hombre escucha a Dios, tiene la capacidad de comunicar, proclamar o predicar a los dems seres humanos, esa experiencia de dilogo y encuentro con el Seor de la Vida. El Ministerio de la Palabra es realizado y llevado a cabo por hombres y para hombres, por eso el documento de evangelizacin seala vnculos de orden antropolgico, porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a problemas sociales y econmicos44

    De manera que la captacin de la Palabra de Dios es una accin divina que se realiza por medio del Espritu Santo. Como seala el Papa Benedicto XVI: Sin la accin eficaz del Espritu de la Verdad (Jn14,16) no se pueden comprender las palabras del Seor. () Pues slo puede ser acogida y comprendida verdaderamente gracias al mismo Espritu. () Tambin san Jernimo est firmemente convencido de que no podemos llegar a comprender la Escritura sin la ayuda del Espritu Santo que la ha inspirado45. La Palabra recibida tambin debe ser proclamada por la accin del Espritu Santo: El mismo Espritu, que habl por los profetas, sostiene e inspira a la Iglesia en la tarea de anunciar la Palabra de Dios y en la predicacin de los Apstoles46

    2.2. MANERAS COMO DIOS SE REVELA El Papa Benedicto XVI seala que La Palabra de Dios, pues, se expresa con palabras humanas gracias a la obra del Espritu Santo47. As que vamos a sealar esas maneras como Dios se comunica con los hombres a la manera humana.

    A travs de los hechos de la historia personal, familiar, comunitaria, nacional o mundial.

    A travs de las personas, independientemente de su condicin: laicos, religiosos y religiosas, presbteros, obispos.

    A travs de la Biblia, pues es el lugar privilegiado donde encontramos la Palabra de Dios.

    44

    Pablo VI. Exhortacin Apostlica Evangelli Nuntiandii, n. 31. Vaticano, 1975. 45

    Benedicto XVI. Exhortacin Apostlica Verbum Domini, n. 16. Vaticano. 2010. 46

    Ibd.., n. 15. 47

    Ibd.., n. 15.

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    A travs de los carismas de revelacin como: Palabra de Conocimiento, Palabra de Sabidura, Profeca, Mensaje en Lenguas con su correspondiente Interpretacin, Visiones y Sueos, Locucin Interior, etc.

    3. FUNDAMENTOS NEOTESTAMENTARIOS DEL DISCERNIMIENTO

    No extingis el Espritu; no despreciis las profecas;

    examinadlo todo y quedaos con lo bueno. 1 Tes 5,19-21

    3.1. ENSEANZAS PAULINAS

    Leer y analizar el uso del discernimiento segn 1 Cor 11,28-29: _________________________

    Leer y analizar el uso del discernimiento en 1 Tes 5,19-21: _____________________________

    Al leer 2 Cor 11,13-15, observa otro uso del discernimiento: ____________________________

    En Ef 5,10-11 dice un uso ms del discernimiento (se puede complementar con lo que dice Rm 12,2): _____________________________________

    En Gal 6,3-5 seala un elemento personal que debe examinarse, cul es? _______________

    Leer Flp 1,9-10; 1 Cor 1,10; y sealar otros usos del discernimiento espiritual: ___________ ______________________________________________________________________________

    Quines estn en capacidad de discernir adecuadamente?

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    Para responder es necesario leer Heb 5,14. ___________________________________________

    ______________________________________________________________________________ CONCLUSIN Como hemos podido comprobar, son abundantes las exhortaciones de San Pablo a que ejercitemos el discernimiento. Y tambin varios los campos indicados para ejercitarlo: (1) el estado de la propia conciencia, (2) las manifestaciones carismticas o profticas en la comunidad, (3) las doctrinas, (4) la vida corriente en su mezcla de obras de la luz y de las tinieblas, etc. En pocas palabras: lo que es la verdadera voluntad de Dios que pensemos, aceptemos, digamos o hagamos lo que es bueno, agradable y perfecto a los ojos de Dios. Podramos decir que el objeto formal que se busca en cada uno de esos campos del discernimiento espiritual es hallar la voluntad de Dios sobre nosotros: qu debemos hacer o evitar, qu doctrina o direccin aceptar, qu inclinacin debemos seguir y cul debemos evitar. Dios se comunica con el hombre, pero este necesita confirmar y tales mociones vienen de origen divino, humano o diablico.

    3.2. ENSEANZAS DE LOS EVANGELIOS Jess se presenta en los Evangelios como el objeto fundamental, esencial, del discernimiento espiritual. Y tal discernimiento de Jess como el Mesas prometido, el Hijo de Dios, es don de Dios, porque es fruto de su Espritu que ilumina a los que lo reconocen.

    Leer Mt 16,3; Lc 12,56 y responder cul es el reproche que hace Jess a los judos: ______________________________________________________________________________

    Al leer Mt 7,15 Jess exhorta a sus discpulos para: __________________________________

    Un texto representativo es 1 Jn 4,1, insiste en discernir para evitar: ______________________

    3.3. CRITERIOS EVANGLICOS DE DISCERNIMIENTO

  • 31

    Los criterios de discernimientos son herramientas para utilizar el filtro y dejas pasar la voluntad de Dios. Existen pasajes en los Evangelios que ofrecen criterios de discernimiento. Veamos algunos de ellos. 3.3.1. EL PRIMER CRITERIO: POR SUS FRUTOS LOS CONOCERN Lo encontramos referido a los maestros engaosos o falsos profetas en Mt 7-15-20: Por sus frutos los conocern. El consejo es no quedarse en las apariencias con que se presenta un maestro, porque a veces se presentan como buenos pero su conducta es contraria a sus enseanzas, es decir, se debe mirar ms all del disfraz. Gl 5,19-24 nos sealan algunos elementos que nos permiten profundizar en el primer criterio de discernimiento: mirar las obras de la carne nos permite descubrir a los falsos maestros o profetas mentirosos; mirar el fruto del Espritu (Gl 5,22) nos hace evidente que personas viven guiados por el Espritu Santo. Convendr, por tanto, observar la vida de tales hombres que se presentan como profetas o maestros, para ponernos en guardia; pero, sobre todo, atender a su conducta autntica, a veces diversa de la que aparentan, y al resultado de sus enseanzas: porque si conducen al mal, si desvan o contribuyen a desviar de la voluntad de Dios en algn modo, no proceden del buen espritu, no son aceptables. El fruto bueno procede de un corazn qu hace la voluntad de Dios. 3.3.2. EL SEGUNDO CRITERIO: ANSIAR LA VOLUNTAD DE DIOS Podemos encontrarlo en aquella frase dicha por Jess para declarar quines hacen parte de su nueva familia: Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre de los cielos, se es mi hermano, mi hermana y mi madre. (Mt 12,50; Mc 3,31-35; Lc 8,19-21). Nos invita a vivir la docilidad a la voluntad del Padre. Las personas que se dejan guiar por el Espritu Santo, viven haciendo la voluntad del Padre (Rom 8,14). Por tal motivo la persona que vive dejndose mover por Dios puede discernir con claridad. 3.3.3. EL TERCER CRITERIO: BUSCAR LA GLORIA DE DIOS Jess recomienda a sus apstoles que se alejen de toda ambicin y rivalidad mundanas, la humildad y sencillez como necesarias para vivir el Reinado de Dios en el corazn humano. Si no se convierten y se hacen como nios, no entrarn en el Reino de los Cielos. (Mt 18,3-4; Mc 9,35; Lc 9,48). Ser por tanto, una seal de buen espritu la inspiracin o mocin que nos conduzca en la direccin a la honestidad, transparencia, humildad, servicio y autenticidad. As que no debemos buscar los intereses egostas y mezquinos, sino la Gloria del Padre en todo lo que decidimos y hacemos. 3.3.4. EL CUARTO CRITERIO: DOCILIDAD A LA VOLUNTAD DE DIOS Se encuentra en el contexto de la correccin fraterna: Mt 18,17, donde Jess seala que si un hermano no atiende a la observacin hecha en privado por un hermano, ni siquiera ante testigos o autoridades de la comunidad, debe ser considerado como un gentil y publicano. Es claro que Jess seala la correccin fraterna, sobre todo si viene de la autoridad de la Iglesia. Por tanto, la docilidad en general para aceptar las correcciones, especialmente de la autoridad de la Iglesia, ser la actitud de una persona que puede discernir con claridad. La voluntad de Dios

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    puede ser manifestada a travs de los dirigentes de la comunidad y de la Iglesia en general, pues todos buscamos la unidad y el crecimiento de cada hermano de la comunidad. (cf. 17,21) 3.3.5. EL QUINTO CRITERIO: CONFIRMACIN BBLICA El quinto criterio va dirigido a observar la Escritura Sagrada como fuente inagotable de la voluntad divina. Investiguen las Escritura, ya que creen tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de m. (Jn 5,39). La Biblia nos ofrece a nosotros la fuente y la confirmacin de la voluntad de Dios. En Rom 15,4 nos muestra la utilidad de la Escritura para el discernimiento, la edificacin comunitaria, la vida espiritual y la sabidura al tomar decisiones coherentes con la voluntad de Dios.

    3.4. CONCLUSIONES

    El discernimiento no aparece en el Nuevo Testamento como una reflexin jurdico-moral sobre normas o actuaciones, deducidas de un ideal ya sealado y conocido; aunque reconoce la validez de ellas, asumidas en Cristo.

    Se sita, ms bien, en el plano religioso-espiritual del reconocimiento y aceptacin en la propia vida de la voluntad salvfico-santificadora de Dios, manifestada en las circunstancias del hombre concreto.

    En Cristo encuentra el hombre la manifestacin de la voluntad del Padre sobre su propia vida. Y las circunstancias o detalles de su existencia en Cristo no sern sino una actuacin de su docilidad al Espritu, que ha de realizar en fidelidad constante a la voluntad de Dios, mediante el ejercicio del discernimiento espiritual.

    Slo a la luz de la fe en la persona de Cristo y con la docilidad a su Espritu, ejercitada, logra el hombre con la gracia divina la maduracin de una especie de sentido de Cristo, sensibilidad especial, que afecta a las facultades cognoscitivas y sapienciales, para captar y dejarse guiar con suavidad por el Espritu en la prctica del discernimiento.

    Los criterios evanglicos son asimilados por el cristiano a travs de la meditacin y la oracin con Cristo, bajo la accin del Espritu Santo. Ellos van creando esa familiaridad que facilita el discernimiento espiritual.

    Por sus frutos

    La gloria es para Dios

    DocilidadSer como

    niosSeguir la Escritura

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    4. DISCERNIMIENTO Y MADUREZ CRISTIANA

    En cambio, el manjar slido es para los adultos; de aquellos que, por costumbre, tienen las facultades ejercitadas

    en el discernimiento del bien y del mal. (Heb 5,14)

    La madurez cristiana, hace que se desarrolle una sensibilidad espiritual que puede llegar generar un hbito de discernir con claridad la voz de Dios. Es claro que, al hablar de ejercicio que crea hbito, se incluye un nivel de actividad psicolgica; pero no meramente psicolgica, sino una actividad de las facultades humanas sometidas al influjo y gua de la fe, de la gracia y dones del Espritu divino. Es as como va madurando en el hombre la imagen de Cristo que el Espritu quiere lograr en l (cfr. Rom 8,29), lo que llamamos su vocacin personal, su madurez cristiana. Precisamente por ese hbito creado, suscitado sobrenaturalmente en la persona humana, crece su luminosidad y habilidad de penetracin y lectura en las notas que le ofrecen las diversas experiencias de la vida, para captar los mensajes divinos que hay en ellas, distinguirlos de lo que es simplemente espritu natural humano o del mal espritu, y decidir segn el Espritu divino. As va alcanzando la perfeccin y madurez cristiana a que se refiere la carta a los Hebreos (5,14).

    4.1. ELEMENTOS FAVORABLES DEL DISCERNIMIENTO No existe una regla general o un arte comunicable para poder discernir infaliblemente y siempre. Nos movemos en el mbito de la aplicacin humana a las materias de la fe y no de las evidencias fsicas racionales. Pero es claro que la Sagrada Escritura y la psicologa nos brindan herramientas claras para favorecer el discernimiento. Veremos a continuacin algunos elementos favorables para el discernimiento espiritual. 4.1.1. ELEMENTOS QUE FAVORECEN LA MADUREZ ESPIRITUAL San Pablo, en Rom 12,1-2, nos muestra unos elementos que favorecen la madurez espiritual y el conocimiento de la voluntad de Dios: que es buena, agradable y perfecta.

    Ofrecerse como ofrenda viva, santa y agradable a Dios: ser una persona dispuesta a entregarse totalmente para el crecimiento espiritual y humano de los hermanos de la comunidad. El culto que Dios quiere es un ser humano solidario con las necesidades de los ms necesitados.

    No acomodarse al tiempo presente, a las estructuras actuales de pensamiento y accin que llevan a vivir con egosmo y deseo del tener sobre el ser.

    Transformacin mediante la renovacin de la mente, para que exista un cambio de mentalidad positivo de manera que podamos llegar a tener el pensamiento de Cristo (cfr. 1 Cor 2,16). Tener una manera distinta de ver al mundo: con los ojos de Dios y analizar todo con el corazn de la misericordia. 4.1.2. SENCILLEZ Y HUMILDAD Jess nos indica otra condicin favorable para recibir la revelacin del Padre: Bienaventurados los limpios de corazn, porque ellos vern a Dios. (Mt 5,8). Tambin en Mt 11,25 seala que Dios Padre se revela a los pequeos. La sencillez y la humildad disponen a aceptar la luz de Dios con la que ha de discernirse espiritualmente la realidad.

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    La soberbia es una forma particular de la discapacidad que suele afectar a gobernantes, directivos, funcionarios, pero tambin a porteros, conductores de colectivos, empleados pblicos y a casi todos aquellos infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder... La mansedumbre se define como dejarse colocar la mano. El manso es el que se deja tocar por Dios. Esa mansedumbre se asimila a la humildad, que implica descubrir lo que soy delante de Dios Padre. Un ser humano que personifique la humildad har el esfuerzo de escuchar y de aceptar a los dems. Cuanto ms acepte a los dems, ms se tendr a esa persona en gran estima y ms se la escuchar. Una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras. 4.1.3. SER ESPIRITUAL Es necesario llegar a ser espiritual para poder discernir espiritualmente. En 1 Cor 2,9-16 nos muestra varios elementos:

    Dios se revela a travs del Espritu para que el hombre conozca las cosas ms intimas de l.

    El Espritu expresa realidades espirituales en trminos espirituales para que el cristiano que ha madurado espiritualmente las comunique a los hermanos.

    El hombre espiritual juzga todo espiritualmente. Podemos concluir que las facultades para discernir no son algo que se puede improvisar, o que se tiene cuando no se ha adquirido o asimilado. Los elementos que favorecen al discernimiento implican una vida espiritualmente sana, psicolgicamente ecunime y disposicin para arriesgarse en la fe, al mismo tiempo que dejarse sorprender por Dios.

    4.2. DIFICULTADES PARA EL DISCERNIMIENTO Existen dificultades para discernir adecuadamente de distinto orden, teniendo en cuenta que el hombre es un ser integral, lo que afecta una de sus realidades directamente tambin afecta a las dems aunque se