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El Diablo y Satanás Indice Introducción | El enemigo de la humanidad | ¿Quién o qué es el diablo? Lo que dice la Biblia | Satanás: adversario | El diablo El poder del pecado | ¿De dónde viene el pecado? | Los designios de la carne El hombre es responsable del pecado | La serpiente del Edén | El origen del mal Los demonios | El adversario de Job | Lucifer | Angeles caídos "La serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás" | El por qué de la personificación Conclusiones Introducción El cristianismo se basa en la vida, obra y enseñanza del Señor Jesucristo. Sin embargo, no podemos apreciar lo que él realizó si no entendemos lo que la Biblia quiere decir con las palabras diablo y Satanás. El apóstol Juan declaró: " Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo." (1 Juan 3:8) Pablo dice que Jesús compartió la naturaleza de sus hermanos con el fin de " destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo" (Hebreos 2:14). Durante su ministerio, Jesús dio poderes extraordinarios a cierto número de sus discípulos y los envió a predicar el evangelio y curar a los enfermos. Cuando ellos regresaron, llenos de alegría por el éxito de su misión, Jesús les dijo:

El Diablo y Satanas

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Nos hace una comparacion del adversario segun la perspectiva hebrea.

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El Diablo y Satans

Indice

Introduccin |

El enemigo de la humanidad |

Quin o qu es el diablo?

Lo que dice la Biblia |

Satans: adversario | El diablo

El poder del pecado |

De dnde viene el pecado? |

Los designios de la carne

El hombre es responsable del pecado |

La serpiente del Edn |

El origen del mal

Los demonios |

El adversario de Job |

Lucifer |

Angeles cados

"La serpiente antigua, que se llama diablo y Satans" |

El por qu de la personificacin

Conclusiones

Introduccin

El cristianismo se basa en la vida, obra y enseanza del Seor Jesucristo. Sin embargo, no podemos apreciar lo que l realiz si no entendemos lo que la Biblia quiere decir con las palabras diablo y Satans. El apstol Juan declar:

"Para esto apareci el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo." (1 Juan 3:8)

Pablo dice que Jess comparti la naturaleza de sus hermanos con el fin de "destruir por medio de la muerte al que tena el imperio de la muerte, esto es, al diablo" (Hebreos 2:14). Durante su ministerio, Jess dio poderes extraordinarios a cierto nmero de sus discpulos y los envi a predicar el evangelio y curar a los enfermos. Cuando ellos regresaron, llenos de alegra por el xito de su misin, Jess les dijo:

"Yo vea a Satans caer del cielo como un rayo. He aqu os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os daar." (Lucas 10:18, 19)

Estos pasajes indican que el diablo, a pesar de ser muy poderoso, finalmente ser destruido por medio de la obra del Seor Jesucristo.

El enemigo de la humanidad

Un entendimiento de "el diablo y Satans" es necesario no slo para apreciar la misin de Jess sino para comprender el efecto de este poder sobre nosotros. En el Nuevo Testamento, el diablo es representado como el enemigo de la humanidad. Por ejemplo, Pedro exhorta a los creyentes con estas palabras: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como len rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe" (1 Pedro 5:8, 9). Pablo dijo a los creyentes: "Vestos de toda la armadura de Dios, para que podis estar firmes contra las asechanzas del diablo" (Efesios 6:11). Santiago dice que si los creyentes resisten al diablo, ste huir de ellos (Santiago 4:7). Aun Jess mismo sinti la fuerza de este poder adverso, cuando fue guiado al desierto "por cuarenta das y era tentado por el diablo" (Lucas 4:2). Obviamente es muy importante que el siervo de Dios entienda el significado que da la Biblia a las palabras diablo y Satans.

Quin o qu es el diablo?

Cuando se menciona este tema, la mayora de la gente inmediatamente piensa en un espritu malo, un ngel que se rebel contra Dios y cuya meta primordial es hacer que hombres y mujeres desobedezcan a Dios. Los diccionarios modernos concuerdan con esta idea. Satans es definido como el prncipe de los ngeles rebeldes, el principal ngel cado, el principal espritu malo, adversario de Dios y tentador de los hombres. Este es el concepto del diablo que se ha enseado durante siglos entre la cristiandad, fomentando en el corazn de los hombres un terror irracional y ruin. Asociado con el temor al diablo mismo vino por una parte el miedo a sus supuestos ministros, los demonios y espritus inmundos, y por la otra el horror del fuego eterno despus de la muerte, en el infierno donde el diablo y sus ngeles supuestamente reinan supremos. No se puede negar que a travs de los siglos se ha podido mantener la potestad de la iglesia tanto por la propagacin de tales doctrinas como por la esperanza de salvacin.

Muchas personas rechazan ahora tales ideas; pero en general este rechazo no es el resultado de un correcto entendimiento de la enseanza de la Biblia sino la consecuencia de haber aceptado la negacin moderna de todo lo que tiene el ms leve sabor a sobrenatural. Otros se adhieren a la creencia tradicional de que el diablo es un "ngel cado" rebelde, creyendo sinceramente que esta es la nica forma de entender el tema. El objetivo de este folleto es mostrar que la Biblia no ensea nada acerca de tal monstruo maligno, sino que los trminos diablo y Satans son los nombres muy expresivos que frecuentemente se dan al pecado o los que lo practican. Para saber exactamente a qu o a quin se refiere la palabra diablo o Satans en un determinado pasaje bblico, es preciso analizar cuidadosamente el pasaje en su contexto.

Lo que dice la Biblia

Todos los estudiantes de la Biblia deben estar de acuerdo con que el diablo tiene las siguientes caractersticas:

Se opone a Dios Es muy poderoso y se manifiesta en muchas formas. Afecta la personalidad misma de todo hombre y mujer y ha causado estragos a travs de toda la

creacin. Unicamente Cristo pudo vencerlo. La muerte de Cristo fue esencial para esta victoria. Finalmente, el diablo ser destruido por completo.

Para poder entender la enseanza bblica es indispensable conocer el significado propio de las palabras diablo y Satans.

Satans: adversario

La palabra "Satans" es simplemente una adaptacin a la pronunciacin espaola del vocablo satn, del idioma hebreo en que fue escrito el Antiguo Testamento. La palabra hebrea satn no es un nombre, sino simplemente una palabra comn y corriente que significa "adversario" o "enemigo." No siempre aparece en la Biblia castellana en la forma "Satans," sino que frecuentemente es traducida, dndole su correspondiente significado. Por ejemplo, leemos que "Jehov suscit un adversario a Salomn: Hadad, edomita..." (1 Reyes 11:14). Otro ejemplo se encuentra en las palabras de los filisteos cuando tienen miedo de aliarse con David: "...y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo" (1 Samuel 29:4). En ambos casos la palabra hebrea original es satn, y en ambos casos es obvio que el adversario o enemigo a que hace referencia es un ser humano, y no un ngel rebelde. En ninguna parte del Antiguo Testamento se encuentra esta palabra asociada a un ngel cado o ser sobrenatural. Vale la pena notar que fuera del libro de Job, solamente hay tres alusiones a Satans en todo el Antiguo Testamento, y ninguna alusin al diablo. Teniendo en cuenta que el Antiguo Testamento abarca los primeros cuatro mil aos del desarrollo del propsito de Dios con el hombre, esto es inexplicable, si Satans realmente es un ngel que se rebel y es responsable por todo el pecado y mal que ha existido desde entonces.

En las pginas del Antiguo Testamento, los israelitas son continuamente reprobados por sus pecados y repetidamente castigados, pero ellos mismos son responsabilizados por los pecados cometidos. No se culpa a nadie ms. Este es un punto importante que ser ampliado ms adelante. El primer captulo del libro de Job es frecuentemente citado como ejemplo de Satans en accin, pero el relato no nos dice nada acerca de quin era este Satans. Era un adversario, exactamente lo que la palabra significa, pero quin era no se nos dice. No hay razn alguna para creer que era un ser sobrenatural o que tena poderes extraordinarios. Esto tambin ser considerado posteriormente en forma ms detallada.

Dios como adversario (satn)

Es de mucha utilidad estudiar algunos ejemplos del uso de la palabra hebrea satn donde es imposible que haga referencia a un monstruo maligno. En el primer libro de Crnicas se nos dice que "Satans se levant contra Israel, e incit a David a que hiciese censo de Israel" (1 Crnicas 12:1). En el otro relato del mismo incidente registrado en el libro segundo de Samuel, leemos: "Volvi a encenderse la ira de Jehov contra Israel, e incit a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Jud" (2 Samuel 24:1). Entonces, Dios mismo fue un adversario o Satans para su pueblo Israel. Hubo otras ocasiones en que debido a la maldad del pueblo, Dios declar estar en contra de Israel, o dicho de otra manera, fue para ellos un adversario o enemigo (ver Isaas 63:10, Jeremas 30:14, Lamentaciones 2:4 y 5). Tambin tenemos la conocida ocasin en que un ngel de Dios se opuso al profeta Balaam. Este haba sido contratado por los enemigos de Israel para que maldijera al pueblo de Dios. Aunque Dios le advirti que no tratara de cumplir su misin, l persever y lo intent: "Y la ira de Dios se encendi porque l iba; y el ngel de Jehov se puso en el camino por adversario (hebreo satn) suyo" (Nmeros 22:22). Si bien es cierto que en este caso la palabra satn designa un ngel, no se trata en absoluto de un ngel rebelde sino de uno que est cumpliendo fielmente las rdenes de Dios.

Pedro como adversario

Poco despus de que Pedro hiciera su notable confesin de fe de que Jess era "el Cristo, el Hijo del Dios viviente," Jess comenz a advertir a sus discpulos de que haba un aspecto de su misin que ellos todava no entendan. Les dijo claramente que "le era necesario ir a Jerusaln y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto y resucitar al tercer da." Pedro protest: "En ninguna manera esto te acontezca." Pero Jess lo reprendi, diciendo: "Qutate de delante de m, Satans!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres" (Mateo 16:16-23). En esta ocasin Pedro fue un adversario para Jess, porque pensando protegerlo, trat de impedir que su maestro cumpliera el propsito de Dios, entregndose a ser crucificado. Se debe notar en especial que el Satans era Pedro mismo; Jess no dijo que Pedro estaba "posedo de Satans" como si Satans fuera un poder externo.

El diablo

Esta es otra palabra que no es una traduccin del idioma original sino una adaptacin al castellano del vocablo griego dibolos. Esta palabra literalmente significa "acusador" o "calumniador," y as se traduce, por ejemplo, en 1 Timoteo 3:11. Dibolos solamente ocurre en el Nuevo Testamento, y en la mayora de las veces no se ha traducido sino que aparece en la forma diablo, como por ejemplo cuando Jess dijo a sus discpulos: "No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?" (Juan 6:70). Al igual que la palabra Satans, diablo en s no indica en forma precisa a quin o a qu hace referencia. Esto se debe deducir de otros detalles.

"El diablo peca desde el principio"

Al principio hicimos una lista de las caractersticas de este poder maligno. Ahora es til hacer una lista de los pasajes que expresan estas caractersticas. Durante su ministerio Jess estuvo en continuo conflicto con los lderes religiosos de los judos, y en varias ocasiones los critic severamente en muy claros trminos. Por ejemplo, declar: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queris hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en l. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira" (Juan 8:44). El apstol Juan escribi: "El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareci el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo" (1 Juan 3:8). Jess mismo, al comienzo de su ministerio, sinti el efecto de este poder. En las palabras de Mateo: "Entonces Jess fue llevado por el Espritu al desierto, para ser tentado por el diablo" (Mateo 4:1). Jess se refiri a este mismo poder por medio de la palabra Satans (v. 10). Al final del ministerio de Jess, el diablo oper por medio de Judas para traicionarlo: "Y cuando cenaban..el diablo ya haba puesto en el corazn de Judas Iscariote, hijo de Simn, que le entregase..." (Juan 13:2). De nuevo, ms adelante, se hace referencia a este poder en trminos de Satans (v. 27). El apstol Pablo hizo la siguiente advertencia: "Vestos de toda la armadura de Dios, para que podis estar firmes contra las asechanzas del diablo" (Efesios 6:11). Jess mismo exhort a sus seguidores: "No temas en nada lo que vas a padecer. He aqu, el diablo echar a algunos de vosotros en la crcel, para que seis probados..." (Apocalipsis 2:10). Sin embargo, este poder sera completamente destruido, y esto fue hecho posible por medio de la muerte de Jess en la cruz: "As que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, l tambin particip de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tena el imperio de la muerte, esto es, al diablo" (Hebreos 2:14).

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El poder del pecado

Este ltimo pasaje nos ayuda a identificar sin lugar a dudas al gran enemigo de Dios y del hombre. Porque si nos preguntamos qu es lo que tiene el poder de la muerte y qu fue lo que Jess vino a destruir, solamente puede haber una respuesta: el pecado, como se puede apreciar claramente en los siguientes pasajes:

"La paga del pecado es muerte." (Romanos 6:23)

"El pecado rein para muerte." (Romanos 5:21)

"El pecado, siendo consumado, da a luz la muerte." (Santiago 1:15)

"El aguijn de la muerte es el pecado." (1 Corintios 15:56)

La muerte es el resultado directo del pecado, y uno de los pasajes que muestran este hecho con mayor claridad es el siguiente:

"Por tanto, como el pecado entr en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, as la muerte pas a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." (Romanos 5:12)

La muerte es consecuencia del pecado. Si Cristo vino "para destruir al que tena el imperio de la muerte," es decir, "al que causa la muerte," entonces vino para destruir el pecado. Nadie puede poner en duda que ste era el objetivo primordial de su primera venida. Varios pasajes bblicos confirman que esto era la esencia de su misin y muestran claramente que la victoria sobre el pecado fue realizada por medio de su muerte en la cruz:

"Pero ahora, en la consumacin de los siglos, se present una vez para siempre por el sacrificio de s mismo para quitar de en medio el pecado." (Hebreos 9:26)

"Quien llev en l mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero." (1 Pedro 2:24)

"Cristo muri por nuestros pecados, conforme a las Escrituras." (1 Corintios 15:3)

"Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisin de los pecados" (Mateo 26:28).

Por medio de su muerte en la cruz, Jesucristo destruy al que tena el imperio o poder de la muerte, el diablo, es decir, el pecado que causa la muerte. Entonces, si podemos descubrir el origen y naturaleza del pecado habremos descubierto el origen y naturaleza del diablo.

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De dnde viene el pecado?

Esta es la parte crucial de la cuestin, y sobre esto la enseanza de la Biblia es perfectamente clara. El hombre mismo es responsable por la introduccin del pecado en el mundo. No hay lugar o necesidad de otro agente. El hombre introdujo el pecado y es responsable de su continua existencia: "El pecado entr en el mundo por un hombre" (Romanos 5:12). Puesto que la muerte es el resultado inevitable del pecado introducido por el hombre, tambin es cierto que "la muerte entr por un hombre" (1 Corintios 15:21).

El hombre contina siendo una criatura pecadora y en consecuencia sujeta a la muerte, no debido a que est bajo la influencia de un poderoso monstruo del mal, sino simplemente porque se deja llevar por sus propios pensamientos y deseos pecaminosos: "Cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atrado y seducido. Entonces la concupiscencia, despus que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte" (Santiago 1:14-15). Jess expres la misma verdad de la manera siguiente: "Pero lo que sale de la boca, del corazn sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazn salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre" (Mateo 15:18-20). Esto concuerda completamente con la experiencia de todos los que tratan de guardar la ley de Dios. No necesitan que un tentador externo los haga pecar, porque su propia mente y corazn son suficientes para guiarlos fuera del camino. Pablo escribi enfticamente acerca de su propia experiencia:

"Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en m. Y yo s que en m, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien est en m, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en m. As que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal est en m" (Romanos 7:14-21)

Pablo estaba consciente de un conflicto tremendo, no entre s mismo y un monstruo maligno, sino entre la ley de Dios que l quera guardar y una poderosa inclinacin a desobedecer dicha ley. El describe este conflicto como una rebelin: "Porque segn el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley en mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que est en mis miembros" (Romanos 7:22-23).

Entonces tenemos aqu un gran poder en accin, contra Dios y contra el hombre, un poder asociado con el hombre mismo, y sin embargo un poder que l no puede vencer sin ayuda. Unicamente Cristo fue capaz de vencerlo, como Pablo lo apreciaba: "Miserable de m! quin me librar de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Seor nuestro" (vv. 24-25). Este poder, el cual es el pecado que reside en el hombre mismo, es lo que la Biblia frecuentemente llama diablo y Satans.

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Los designios de la carne

Esta caracterstica humana innata est comprendida en una expresin utilizada por el apstol Pablo: "los designios de la carne." Pablo escribi:

"Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden." (Romanos 8:6-7)

La libre expresin de estos designios conduce a "las obras de la carne." Pablo hizo una lista de ellas: "adulterio, fornicacin, inmundicia, lascivia, idolatra, hechiceras, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejas, envidias, homicidios, borracheras, orgas, y cosas semejantes a estas"; y aade: "acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarn el reino de Dios" (Glatas 5:19-21). En un mundo que no reconoce la autoridad de las leyes divinas, estas caractersticas predominan, de manera que la sociedad humana en general, se convierte en una expresin de los designios de la carne: "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo" (1 Juan 2:16). Una sociedad as se constituye enemiga de Dios y de los siervos de Dios. Pablo describe estos "designios de la carne" como "el pecado que mora en m." El hombre es Satans y diablo de s mismo. La tentacin proviene de su interior, de sus propios deseos, y estos deseos son estimulados por un mundo cuyas prcticas son la expresin colectiva de los "designios de la carne." No hay necesidad ni lugar para otra fuente de tentacin.

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El hombre es responsable del pecado

Es de suma importancia reconocer que la Biblia responsabiliza nicamente al hombre mismo por el pecado y sus consecuencias. El hombre y solamente l es responsable ante Dios de sus acciones. Esto se ve claramente en la historia del pueblo de Israel. He aqu una nacin con privilegios especiales y las responsabilidades que dichos privilegios conllevan ante los ojos de Dios. La nacin fracas continuamente en vivir a la altura de sus responsabilidades; una y otra vez fue reprobada y recibi advertencias de un castigo inevitable. Unicamente ellos fueron responsables de su falla. No hay la menor insinuacin de que un monstruo maligno estuviera guiando a la nacin por el camino errado. La palabra diablo no se encuentra en el Antiguo Testamento, y la palabra Satans slo ocurre en tres pasajes fuera del libro de Job. Jeremas expuso claramente la verdadera razn del fracaso de Israel, que al mismo tiempo es la razn del fracaso del resto de la humanidad: "Y no oyeron ni inclinaron su odo; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazn malvado, y fueron atrs y no hacia adelante" (Jeremas 7:24).

Esta es la consistente enseanza de las Escrituras.

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La serpiente del Edn

Frecuentemente se oye decir que la serpiente en el huerto de Edn era la encarnacin del diablo, y que realmente fue ste quien caus la cada de nuestros primeros padres. No hay ninguna razn para suponer tal cosa. El relato del libro de Gnesis es perfectamente claro: la serpiente era simplemente un animal del campo que Dios haba creado. El relato dice que la serpiente era ms astuta que todos los dems animales (Gnesis 3:1), pero fuera de esto no era diferente de ellos. No hay la menor sugerencia de que fuese la encarnacin de un ser espiritual maligno. Comentando este incidente y sacando de l lecciones para los seguidores de Cristo, Pablo dijo simplemente: "Pero temo que como la serpiente con su astucia enga a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad de Cristo" (2 Corintios 11:3).

La capacidad de hablar que demostr la serpiente no es un problema insoluble. El asna de Balaam tambin recibi el poder de hablar para un propsito especial (Nmeros 22:28). Ms an, el castigo que recibi la serpiente se relacionaba simplemente con sus caractersticas animales: "Por cuanto esto hiciste, maldita sers entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andars, y polvo comers todos los das de tu vida" (Gnesis 3:14). La diferencia entre la serpiente y las otras criaturas era que aquella fue dotada con la facultad de comunicarse con la mujer. Entonces se puede preguntar: "Por qu permiti Dios que la serpiente tentara a la mujer en esta forma?" La respuesta es que el hombre tena que ser probado. Tena que desarrollar su carcter aprendiendo por la experiencia a distinguir entre el bien y el mal, y a usar su libre albedro para la gloria de Dios y no simplemente para satisfacer sus propios deseos. Hasta ese momento no se le haba ocurrido desobedecer a Dios. La sugerencia de que la desobediencia podra convenirle sali de una criatura sin sentido o responsabilidad moral. Por medio de esta prueba el hombre desarroll su carcter. El hombre no fue creado para ser una mquina o robot que solamente pudiese comportarse en la forma que quisiera el Creador. Era el deseo de Dios que Adn y Eva escogieran obedecerle voluntariamente. Ellos fracasaron en esta ocasin, y ese fracaso inicial tuvo por resultado la tendencia innata de la naturaleza humana a la rebelin: los designios de la carne. La tentacin que originalmente fue presentada por la serpiente ahora viene del interior del hombre, de su carne, y de influencias exteriores que son la expresin de los mismos designios carnales.

Debido al papel realizado por la serpiente en la introduccin del pecado, posteriormente lleg a ser un smbolo del pecado y todo lo que result de la mentira de la serpiente original. Como tal, muchas veces est asociada con el diablo y Satans. Antes de examinar aquellos pasajes que se citan frecuentemente para apoyar la idea errnea de que el diablo es una poderosa criatura espiritual, debemos completar nuestro estudio de la enseanza de las Escrituras sobre el origen del mal.

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El origen del mal

Aquellos que creen en la existencia de un monstruo sobrenatural del mal generalmente achacan todos los males del mundo-enfermedades, catstrofes naturales, la muerte y hasta los accidentes-a la operacin del diablo y sus agentes. Esto es completamente opuesto a la enseanza de la Biblia. Segn ella, el hombre mismo introdujo el pecado en el mundo, y el mal es el resultado de esa tendencia al pecado. Puede ser un resultado directo, como por ejemplo las guerras y otros males que resultan de la codicia y ambicin del hombre, o puede ser un resultado indirecto, introducido por Dios a manera de castigo y correccin por el pecado. De esta manera las enfermedades y la muerte son el juicio de Dios sobre su creacin. Esto se explica claramente en el relato del libro de Gnesis y es confirmado por pasajes posteriores. Por ejemplo, Dios dijo por medio de Isaas: "Yo Jehov, ninguno ms que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehov soy el que hago todo esto" (Isaas 45:6-7). Tambin dijo a la nacin de Israel: "He aqu yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley" (Jeremas 6:19). Y en otra ocasin: "Habr algn mal en la ciudad, el cual Jehov no haya hecho?" (Amos 3:6). De nuevo, est claro que no hay necesidad ni lugar para un ser sobrenatural maligno que se opone a Dios.

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Los demonios

Hay quienes mantienen que las referencias en el Nuevo Testamento a Jess y sus discpulos echando fuera demonios prueban la existencia de un mundo de espritus malignos. Demonio era el nombre que daban los griegos a seres que, segn ellos se imaginaban, vivan en el aire; seres espirituales intermediarios entre los dioses y el hombre, y que obraban en nombre de los dioses para el bien o para el mal. Pero tales criaturas son el producto de la imaginacin del hombre; no tienen existencia real y no tienen lugar en los planes de Dios. Los ngeles son los nicos seres espirituales, fuera de Dios mismo y su Hijo resucitado. De nuevo se debe enfatizar que el mal en su totalidad es el resultado del pecado y est bajo el control directo de Dios. La enseanza de las Escrituras no deja lugar para un mundo de seres espirituales opuestos a Dios. Si alguien pregunta por qu Cristo muchas veces se refiri a los demonios como si fueran reales, nuestra respuesta es: Qu otra cosa podra haber hecho? Era la forma en que la gente de aquella poca pre-cientfica describa las causas invisibles e incomprensibles de las enfermedades fsicas y mentales. Si Jess hubiera utilizado otra forma de expresin, describiendo sus curaciones en trminos modernos, no le habran entendido. Hoy en da existen ejemplos similares: una persona puede ser llamada "luntica," que literalmente significa "afectado por la luna," pero esto no significa que al utilizar tal expresin estamos de acuerdo con la creencia medieval de que la locura se debe a la influencia de la luna. Es importante notar que las pocas ocasiones en que la palabra demonio ocurre en el Antiguo Testamento son una clara alusin a los dioses falsos de las naciones que no tienen existencia real, y el reconocimiento y adoracin de los tales es firmemente condenado (ver por ejemplo Levtico 17:7, Deuteronomio 32:17, Salmos 106:37).

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El adversario de Job

Ya se ha mencionado que aunque los primeros captulos del libro de Job se citan como ejemplo de Satans en accin, de hecho el relato no nos dice gran cosa acerca de este Satans. Era un adversario, pero quin era no se nos dice. No hay ninguna razn para creer que era sobrenatural o que tena poderes extraordinarios. Por el contrario, es evidente que no tena poder para afligir a Job; tuvo que pedirle a Dios que causara la afliccin, diciendo: "Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene..." (Job 1:11). Job mismo estaba consciente de que Dios, y no el adversario, haba causado sus sufrimientos: "Oh, vosotros mis amigos, tened compasin de m, tened compasin de m! Porque la mano de Dios me ha tocado" (Job 19:21). El tema de discusin a travs de todo el libro, es la razn por la que Dios haba afligido a Job con tal severidad. De manera que si Job realmente fue afligido por el Satans y no por Dios, los argumentos del libro carecen totalmente de sentido. Despus de los dos primeros captulos, no se hace ninguna otra alusin al Satans, y el libro concluye con las siguientes palabras: "Y vinieron a l todos sus hermanos...y se condolieron de l y le consolaron de todo aquel mal que Jehov haba trado sobre l" (Job 42:11). Despus de hacer la sugerencia inicial de que Job deba ser probado, el adversario desaparece del relato. La sugerencia puede haber salido de un conocido envidioso de Job. Quienquiera que haya sido, tena un poder muy limitado y no tena ninguna semejanza con el concepto tradicional de Satans.

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Lucifer

Este ttulo slo ocurre una sola vez en toda la Biblia, y no justifica la exagerada importancia que se le da. En realidad, pocas versiones de la Biblia utilizan la palabra Lucifer; la mayora, como por ejemplo la Biblia de Jerusaln y las versiones Reina-Valera y Dios Habla Hoy, usan la palabra "lucero," la cual es efectivamente la traduccin correcta del vocablo hebreo original. A primera vista, lo que se dice de Lucifer o Lucero parece estar perfectamente de acuerdo con lo que algunos afirman acerca de Satans: "Cmo caste del cielo, oh Lucero, hijo de la maana!...T que decas en tu corazn: Subir al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios...sobre las alturas de las nubes subir, y ser semejante al Altsimo. Ms t derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo" (Isaas 14:12-15). Sin embargo, no hay absolutamente nada en este relato que identifique a Lucero con un ngel cado. Por el contrario, al investigar acerca de quin est hablando el profeta, encontramos la respuesta en el versculo 4: "Pronunciars este proverbio contra el rey de Babilonia." Otros versculos confirman que esto es simplemente una profeca que describe en lenguaje simblico el derrocamiento del rey de Babilonia. Por ejemplo, leemos que l "se enseoreaba de las naciones con ira," y que "debilitaba a las naciones," que "haca temblar la tierra, que trastornaba los reinos," y que al final sera deshonrado en su muerte, al rehusrsele los ritos funerales (vv. 6, 12, 16, y 20). Concluimos entonces que en Isaas 14 no hay el menor vestigio de evidencia que corrobore la existencia de un monstruo sobrenatural.

"Querubn grande"

Esta frase aparece en otro pasaje proftico del Antiguo Testamento, Ezequiel captulo 28. Este captulo contiene las siguientes frases: "En Edn, en el huerto de Dios, estuviste...T, querubn grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios" (vv. 13-16). Pero no hay nada en absoluto que asocie estas palabras con el diablo y Satans. Por el contrario, se nos dice claramente que esto era una "endecha sobre el rey de Tiro" (v. 12). Como en otras partes de la Biblia, la palabra "Edn" no se refiere al huerto original donde Dios puso a Adn, sino a la frtil regin del Lbano donde la ciudad de Tiro estaba ubicada (ver tambin Ezequiel 31:16 y 36:35). No hay necesidad de hacer ms explicaciones o comentarios al respecto.

El hecho de que se recurra a pasajes tan inadecuados como los anteriores para tratar de demostrar que el diablo es un ngel cado es una clara indicacin de la insuficiencia de evidencia bblica genuina para identificar al diablo con un ngel cado.

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Angeles cados

Hay dos pasajes en el Nuevo Testamento que hacen referencia a "ngeles cados," pero ninguno de los dos sirve de base para la idea de que el diablo es un ngel que se rebel contra Dios y fue arrojado del cielo a la tierra, donde ha plagado a la humanidad desde entonces. Estos pasajes son los siguientes:

"Porque si Dios no perdon a los ngeles que pecaron, sino que arrojndolos al infierno los entreg a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio...sabe el Seor librar de tentacin a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el da del juicio." (2 Pedro 2:4 y 9)

"Y a los ngeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran da." (Judas v. 6)

Hay que notar los siguientes puntos:

Estos pasajes no dicen que los ngeles estaban en el cielo. Los ngeles no fueron arrojados a la tierra sino "al infierno," a "prisiones de oscuridad." No quedaron en libertad para ir adonde quisieran y causar problemas a la humanidad, sino que fueron condenados a "prisiones eternas." No se menciona ni al diablo, ni a Satans.

Una vez ms, es evidente que estos versculos no dan ningn apoyo al concepto del diablo como ngel cado; posiblemente aluden al castigo impuesto a los revoltosos Cor, Datn y Abiram en das de Moiss, cuando la tierra se abri y se los trag vivos (ver Nmeros 16:30). (En ms de cien pasajes de la Biblia, las palabras hebrea y griega que se traducen "ngel" se refieren a hombres y no a los ngeles celestiales de Dios.)

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"La serpiente antigua, que se llama diablo y Satans"

Esta es una cita tomada de Apocalipsis 12:9. Sin duda alguna, muchas de las ideas comnmente aceptadas acerca del diablo se han derivado de este solo versculo y de su contexto, que es como sigue: "Despus hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ngeles luchaban contra el dragn; y luchaban el dragn y sus ngeles; pero no prevalecieron, ni se hall ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragn, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satans, el cual engaa al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ngeles fueron arrojados con l" (Apocalipsis 12:7-9).

Si esta descripcin se leyera como historia literal, dara una base para el punto de vista tradicional acerca del origen del diablo y Satans. Pero el Apocalipsis mismo establece claramente que estas palabras no estn destinadas a ser tomadas en sentido literal o histrico. Es ms, a Juan se le dijo que lo que le sera revelado tendra que ver con los acontecimientos desde su propio tiempo en adelante. El primer versculo del captulo 1 se lee como sigue:

"La revelacin de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto."

En el versculo 1 del captulo 4, Juan recibe la siguiente invitacin: "Sube ac, y yo te mostrar las cosas que sucedern despus de estas." La revelacin (este es el significado de la palabra griega "apocalipsis") fue dada por Jess a Juan para manifestar a los siervos de Dios los detalles de los eventos que tendran lugar a partir del siglo primero de la era cristiana hasta la venida de Jess y el establecimiento del reino de Dios en la tierra; tambin da un vistazo a la eternidad subsecuente. As que es altamente improbable que el captulo 12 se refiera a acontecimientos que supuestamente tuvieron lugar antes de la creacin.

Por otra parte, el libro en su totalidad est redactado en un lenguaje sumamente figurado o simblico. Esto es obvio cuando leemos el captulo 12. El primer versculo describe a "una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies." Luego aparece la descripcin del diablo y Satans: "un gran dragn escarlata, que tena siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arroj sobre la tierra" (vv. 3 y 4). Es sta la descripcin de una criatura literal? Claro que no! Todo esto es lenguaje simblico, y ms adelante en el transcurso de la revelacin algunos de los smbolos son interpretados para beneficio nuestro: "Esto, para mente que tenga sabidura: Las siete cabezas son siete montes...y son siete reyes...Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que an no han recibido reino" (Apocalipsis 17:9-12). Es evidente que el dragn es pura y simplemente una criatura simblica. Tambin es evidente que simboliza un sistema poltico, y no es difcil demostrar que las diferentes bestias del Apocalipsis representan el poder del imperio romano, que era el gran adversario de los cristianos. En este mismo libro, los cristianos de Esmirna recibieron la siguiente advertencia: "He aqu, el diablo echar a algunos de vosotros en la crcel, para que seis probados" (Apocalipsis 2:10). Eran las autoridades romanas las que echaban a los cristianos en la crcel. Sin duda alguna, Pedro tambin se refera a las autoridades romanas perseguidoras cuando escribi: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como len rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8).

Por qu fue simbolizado este poder poltico por medio del diablo y Satans y la serpiente antigua? Porque estos representan los designios de la carne, y cuando hombres motivados por los designios de la carne se oponen a los siervos de Dios, actan en la misma forma que la serpiente en el principio. Un ejemplo tpico son aquellos que se opusieron a Cristo cuando predicaba el evangelio en Israel. El dijo a los escribas y fariseos: "Serpientes, generacin de vboras! Cmo escaparis de la condenacin del infierno?" (Mateo 23:33). En otra ocasin les dijo: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queris hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en l...es mentiroso, y padre de mentira" (Juan 8:44). En ambos pasajes Jess se refera claramente a la serpiente del Edn, cuya mentira sembr la semilla del pecado y condujo a la condenacin y muerte del hombre. Todos aquellos que en forma similar obran en contra de Dios son, en sentido figurado, descendientes de la serpiente, o su "simiente," usando la expresin de Gnesis; y estn destinados a ser destruidos por Cristo, la simiente de la mujer (Gnesis 3:15). En todo esto tenemos un lenguaje simblico firmemente basado en los hechos que ocurrieron en el Edn, donde por primera vez el hombre se opuso a Dios y el pecado apareci en el mundo, no a causa de un monstruo inmortal, sino por medio del hombre mismo, instigado por la serpiente. No necesitamos buscar ms all de la raza humana para encontrar al diablo y Satans. En la raza humana tenemos este poder del pecado en nuestro propio corazn y, a nuestro alrededor, en otros individuos, en comunidades y sociedades, y en las autoridades humanas, tanto civiles como eclesisticas. Todo este poder maligno est destinado a ser destruido por Cristo.

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El por qu de la personificacin

Todava se puede hacer la pregunta: por qu tan frecuentemente se hace referencia a la pecaminosidad humana como si fuera una persona? La respuesta es que tal figura de lenguaje, llamada "personificacin," es tpica de las figuras vvidas y poticas de la Biblia; stas causan un mayor impacto y son ms concretas y memorables que una simple descripcin literal de la realidad. Hay muchos ejemplos de personificacin en la Biblia. El pecado, adems de ser representado como un gran adversario, tambin es descrito como amo posesor de esclavos (Juan 8:34 y Romanos 6:16-18), como gobernante (Romanos 5:21) y como engaador y asesino (Romanos 7:11). Al espritu o poder de Dios se le da personalidad (Juan 16:13). La sabidura es representada como una mujer en Proverbios 8 y 9. La nacin de Israel tambin fue comparada a una mujer virgen cuando era fiel a Dios (Jeremas 31:4) y a una ramera cuando era infiel (Isaas 1:21). Lo mismo ocurre con la iglesia de Cristo (2 Corintios 11:2, Apocalipsis 19:7). Estas personificaciones son ms expresivas y pintorescas que las correspondientes descripciones literales. Sucede lo mismo con el diablo y Satans, que simplemente son una forma de personificar la tendencia pecaminosa innata de la raza humana. Los problemas surgen cuando permitimos que estas figuras de lenguaje nos conduzcan a ideas totalmente equivocadas, culpando a un personaje ficticio por nuestras malas acciones cuando en realidad la responsabilidad es completamente nuestra.

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Conclusiones

Esto enfatiza la importancia de conclusiones correctas acerca del tema. "Yo s," escribi Pablo, "que en m, esto es, en mi carne, no mora el bien" (Romanos 7:18). Es sumamente significativo que en los ocho primeros captulos de la carta a los romanos, su obra maestra, Pablo no hace una sola referencia al diablo o Satans. Y esto a pesar de que estos captulos tratan en forma profunda del pecado: su origen, su efecto sobre la humanidad, la misin de Cristo para quitarlo y los resultados de esta gran victoria. Al igual que en el Antiguo Testamento, el silencio de las Escrituras es mucho ms convincente que unos cuantos pasajes aislados que se citan fuera de su contexto. El nfasis del apstol est en "el pecado que mora en m," "porque mientras estbamos en la carne, las pasiones pecaminosas...obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte," y "los designios de la carne son enemistad contra Dios" (Romanos 7:20, 5; 8:7). Aqu tenemos al enemigo verdadero, dentro de nosotros mismos. Este es el diablo al que tenemos que resistir, el adversario que tenemos que vencer. Estamos en batalla mortal contra nuestros propios pensamientos perversos y deseos malos. Si confiamos nicamente en nosotros mismos, fracasaremos. Pero Dios nos ha provisto de un medio de victoria a travs de su Hijo, mediante la creencia en el evangelio que l predic y el bautismo en su nombre. Aquellos que aceptan este camino, aunque estn conscientes, al igual que Pablo, de sus debilidades, pueden decir con l:

"Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Seor Jesucristo." (1 Corintios 15:57)

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Publicado por la Misin Bblica Cristadelfiana