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INTRODUCCIÓN El genocidio o asesinato de masas es un delito internacional que consiste en la comisión, por funcionarios del Estado o particulares, de un exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivos de nacionalidad, etnia, raza o religión. Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio o la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo. Una matanza por motivos de ideologías está en debate, pero no está firmemente considerado como genocidio, aunque a veces se aplica el concepto por analogía. Esa definición es similar a la reflejada en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, y recogida en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, de 1998, pero es objeto de cierta polémica en tanto a los grupos y a las acciones infligidas como a las causas por las que se llevan a cabo.

EL Genocidio

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INTRODUCCIÓN

El genocidio o asesinato de masas es un delito internacional que consiste en la comisión, por funcionarios del Estado o particulares, de un exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivos de nacionalidad, etnia, raza o religión. Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio o la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo. Una matanza por motivos de ideologías está en debate, pero no está firmemente considerado como genocidio, aunque a veces se aplica el concepto por analogía.

Esa definición es similar a la reflejada en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, y recogida en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, de 1998, pero es objeto de cierta polémica en tanto a los grupos y a las acciones infligidas como a las causas por las que se llevan a cabo.

EL GENOCIDIO

El genocidio o asesinato de masas es un delito internacional que consiste en la comisión, por funcionarios del Estado o particulares, de un exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivos de nacionalidad, etnia, raza, ideología o religión. Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio o la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo. Una matanza por motivos de ideologías está firmemente considerada como genocidio.

EL HOLOCAUSTO

El Holocausto (del griego ὁλόκαυστον holókauston, de ὁλον ‘completamente’ y καυστον ‘quemado’, referido a un antiguo ritual religioso), también conocido como o HaShoá (en hebreo: השואה; en idish,האלאקאוסט, Halokaust, o más precisamente חורבן, Jurbán), es el nombre que se aplica al genocidio de aproximadamente seis millones de judíos europeos, y de otros muchos grupos de Europa y el Norte de África, durante la Segunda Guerra Mundial. El Holocausto fue planificado y ejecutado por la Alemania nacionalsocialista, dirigida por Adolf Hitler, como parte de un programa deliberado de exterminio que involucró el asesinato sistemático e industrializado.1

Otros grupos fueron perseguidos y asesinados por el régimen, incluyendo gitanos; soviéticos, particularmente prisioneros de guerra; comunistas; polacos étnicos; otros pueblos eslavos; los discapacitados; hombres homosexuales y disidentes políticos y religiosos.2

Muchos estudiosos no incluyen a estos grupos en la definición de Holocausto, definiéndolo como el genocidio de los judíos o lo que los nazis llamaron la "Solución Final del problema judío." Según el criterio más o menos restringido que se adopte para definir el Holocausto, la cifra de víctimas varía. Algunos historiadores lo circunscriben a lo sucedido entre los judíos y el Tercer Reich (unos 5,8 millones de víctimas). Otros estudiosos consideran que debe aplicarse también a las víctimas polacas, y a otros pueblos eslavos y gitanos. Un tercer grupo amplía el término para que abarque también a los homosexuales, los disminuidos físicos y mentales y los Testigos de Jehová, de modo que se estiman en 11 o 12 millones las víctimas del Holocausto, de las cuales la mitad eran judíos.[cita requerida]

La persecución y el genocidio se llevó a cabo por etapas. Las leyes de Nuremberg fueron promulgadas años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Los campos de concentración nazis fueron establecidos como lugares donde los reclusos eran utilizados como mano de obra esclava hasta que morían por agotamiento o enfermedad. Allí donde la Alemania Nazi conquistaba nuevos territorios al este de Europa, escuadrones especializados llamados

Einsatzgruppen asesinaban judíos y oponentes políticos en fusilamientos masivos. Los judíos y los gitanos fueron encerrados en ghettos antes de ser transportados por centenas o millares por trenes de carga hacia campos de exterminio donde, si sobrevivían al viaje, la mayoría de ellos era asesinada en cámaras de gas. Todo el aparato burocrático alemán estuvo involucrado en la logística del asesinato masivo, convirtiendo al país en lo que un académico ha llamado "un Estado genocida".2

Estos trabajadores esclavos rusos, polacos y holandeses internados en el campo de concentración de Buchenwald, ingresaron con un promedio de 73 kg cada uno al entrar en el campamento. Después de 11 meses, su peso promedio era de 31 kg. (16 de marzo de 1945)

Etimología y uso del término

Centenares de cuerpos de prisioneros muertos por inanición o por disparos de la Gestapo yacen en el suelo tras la liberación del campo de concentración de Nordhausen (12 de abril de 1945)

El término holocausto deriva del griego ὁλοκαύτωμα (holokáutoma), compuesta de ὅλος (hólos) «todo, totalmente» y de καῦσις (káusis) «cremación» refreriendose a Sacrificio de animales que se quemaban como ofrenda a los dioses.

Ya en el siglo XII el monje y cronista inglés Richard of Devizes utilizó la expresión "holocaust" en su narración de la coronación de Ricardo I de Inglaterra (Ricardo Corazón de León), refiriéndose a las matanzas de judíos en Londres, iniciadas por el rumor de que hubiesen sido ordenadas por el Rey, quien según algunos historiadores mandó castigar a los judíos que se atrevieron a hacer reverencias en la coronación del Rey cristiano.

Desde el siglo XVI se utilizó la expresión "holocaust" en el idioma inglés para catástrofes extraordinarias de incendios con gran cifra de víctimas. En el siglo

XVIII la palabra adquiere un significado más general de muerte violenta de gran número de personas.

Antes del genocidio Nazi de los Judíos, Winston Churchill usó la expresión "holocaust" en su publicación ¨El mundo en crisis¨ en referencia al Genocidio armenio en Turquía (The World in Crisis, volume 4: The Aftermath, New York, 1923, p. 158)

El uso de la expresión "holocaust" en referencia al plan de Adolf Hitler para la exterminación de los judíos esta recogido en un artículo de diciembre 1942 del diario ¨News Chronicle¨antes que hubiese conocimiento de los campos de concentración y la ejecución del genocidio.

En la época de post-guerra después de 1945, el término "holocaust" ganó en popularidad entre los historiadores anglo-sajones, convertiéndose en el término principal para el crimen nazi de genocidio.

Durante la Guerra Fría en los años 60, la palabra fue aplicada en referencia a la posible catástrofe de una guerra nuclear. En los años 70, el uso de la expresión "Holocaust" (escrito con H. mayúscula) era más restringida, refiriéndose al genocidio Nazi.

Organizaciones judías exigían la exclusividad de ese término para este ¨singular¨ crimen del genocidio Nazi contra los judíos como la culminación de una larga historia de antisemitismo persecución y criticaban la aplicación de la misma palabra para otros grupos de víctimas no judías como gitanos (Roma y Sinti), prisioneros de guerra, opositores políticos, homosexuales y discapacitados, así como la extensión de su uso para otros genocidios como el genocidio camboyano y el genocidio de Ruanda.[cita requerida]

Sin embargo la aplicación del término para el genocidio judío también provoca reservas y parece inapropiada, ya que el sentido original griego se refiere a rituales de sacrificio a los dioses y podría insinuar algún sentido divino del genocidio.[cita requerida]

Como alternativa de la palabra ¨holocaust¨gana popularidad la palabra hebrea "Shoah" lengua hebrea שואה (shoá), «catástrofe» . La palabra "Shoah" es desde el 12 de abril de 1951 el termino institucionalizado para el ¨Holocaust¨ por la Knéset (Parlamento), de Israel al establecer el día nacional de memoria Yom HaShoah ("Día de la Catástrofe").

Características del Holocausto

Cementerio de Buchenwald.

Se calcula que murieron víctimas de este exterminio 6 millones de judíos, aparte de unos 800.000 gitanos, 4 millones de prisioneros de guerra soviéticos o víctimas de la ocupación (fueron también objeto de exterminio sistemático), polacos e individuos calificados de asociales de varias nacionalidades (presos políticos, homosexuales, discapacitados físicos o psíquicos, delincuentes comunes, etc.). La exactitud de las cifras de muertos es dudosa, pero las aproximaciones oficiales son las siguientes:[cita requerida]

polacos judíos (15,56 %) y no judíos (13,78 %)

alemanes judíos (13,33 %)

eslavos ( 26,66 %)

prisioneros de guerra soviéticos (17,78 %)

gitanos ( 3,56 %), y alemanes «arios» opositores políticos (generalmente personas con ideas de *izquierda y librepensadores) (6,67 %)

discapacitados (1,34 %)

homosexuales (1,12 %)

La eliminación física de los judíos se realizó de forma sistemática, meticulosa y efectiva conforme a una estrategia bien elaborada que a veces se califica de "industrial". Ello no quiere decir, necesariamente, que el Holocausto tuviera un plan definido desde el principio: precisamente este es uno de los puntos que divide a los estudiosos, entre intencionalistas y funcionalistas:

Niños supervivientes del campo de concentración de Buchenwald. Están vestidos con uniformes alemanes debido a la escasez de ropa.

Los intencionalistas consideran que existió un plan calculado minuciosamente de antemano, destinado desde el principio a dar muerte a todos los judíos que estuviesen en la órbita del Tercer Reich. El plan habría sido esbozado por Hitler desde muchos años antes, y ejecutado en sus diferentes etapas por funcionarios y soldados sumisos al líder una vez obtenido el poder. Algunos historiadores hacen mención a comentarios en privado que hizo Hitler antes incluso de publicar Mein Kampf que podrían sugerir la matanza masiva de judíos. Públicamente, la única declaración al respecto del partido nazi se encuentra en el programa del partido, adoptado en febrero de 1920: allí se reclamaban leyes antijudías, que les anulara la ciudadanía, y les impidiera votar o inmigrar, y expulsara a los judíos

llegados con posterioridad a 1914 y se comprometía a castigar con pena de muerte a "usureros y especuladores" y los que cometan "delitos fundamentales contra el Pueblo".

Los funcionalistas sostienen, por el contrario, que cuando el partido nazi llegó al poder ninguno de los dirigentes del Tercer Reich tenían una idea clara de cómo actuar con respecto a los judíos. En su opinión, la idea de la liquidación en masa se fue desarrollando sobre la marcha. Los historiadores que defienden esta postura suelen presentar el asesinato en masa como un proceso de "radicalización acumulativa", a partir de iniciativas individuales de funcionarios del partido, del gobierno y del ejército y en las que Hitler tuvo poca intervención directa, limitándose a trazar las líneas generales sobre el "peligro" que representaban los judíos, pero sin decirles qué hacer para afrontarlo. Eso habría dado lugar a distintas estrategias, a veces incoherentes entre sí, antes de que desembocaran en el exterminio.

En términos generales, la estructura del Holocausto fue la siguiente:

Primero, se creó el concepto de judío de acuerdo a unos criterios muy distintos de los utilizados hasta entonces. Una parte de la población europea quedó así marcada como enemiga según el ideario nazi.

En segundo lugar, se procedió a desposeer a los ciudadanos marcados de sus derechos de ciudadanía y sus bienes, separándolos así virtualmente del resto de la sociedad.

En tercer lugar, se emprendió la separación física de los judíos, con su concentración en guetos o su deportación a otros territorios.

El cuarto paso era solucionar definitivamente el problema judío: se pensó inicialmente en su deportación fuera de Europa y después se optó por su asesinato masivo, fundamentalmente por dos medios: ejecución por unidades militares creadas a tal efecto (en la Unión Soviética ocupada, sobre todo) o ejecución en campos de exterminio también creados al efecto (en el caso de los restantes judíos europeos).

La definición de judío para el nazismo

El Partido Nazi, que tomó el poder en Alemania en 1933, tenía entre sus bases ideológicas la del antisemitismo, profesado por una parte del movimiento nacionalista alemán desde mediados del siglo XIX. El antisemitismo moderno se diferenciaba del odio clásico hacia los judíos en que no tenía una base religiosa, sino presuntamente racial. Los nacionalistas alemanes, a pesar de que recuperaron bastantes aspectos del discurso judeófobo tradicional, particularmente del de Lutero, consideraban que ser judío era una condición innata, racial, que no desaparecía por mucho que uno intentara asimilarse en la sociedad cristiana. En palabras de Hannah Arendt, se cambió el concepto de judaísmo por el de judeidad. Por otro lado, el nacionalismo suponía el Estado nación, es decir, la homogeneidad cultural y lingüística de su población. Los judíos, considerados como personas pertenecientes a otra raza, inferior por lo demás, y por tanto inasimilables a la cultura nacional, sólo podían ser separados del cuerpo social. Frente a la raza judía, extraña a la nación, colocaban los nazis a

la raza aria, que era la que constituía la nación alemana y estaba llamada a dominar Europa.[cita requerida]

Estrella de David con la que se discriminaba a los judíos en la Alemania nazi.

La primera cuestión era determinar quién era judío. Los nacionalistas alemanes no habían logrado establecer una línea divisoria clara entre judíos y no judíos; había en Alemania numerosas personas descendientes de judíos conversos que no tenían ya ninguna relación con la cultura judía, así como numerosas familias mixtas y sus descendientes. En este sentido, la primera preocupación de los nazis fue crear un criterio para basar la posterior segregación.

Las primeras leyes dirigidas contra los judíos no incorporaban todavía una definición del ser judío y se hablaba en general de "no arios". La definición finalmente adoptada fue la siguiente: judío era quien tuviera al menos tres abuelos judíos, fuera cual fuera la religión de la persona interesada. Quienes tuvieran dos o un sólo abuelo judío eran Mischlinge, es decir, medio judíos. Los primeros, con dos abuelos judíos, eran "Mischlinge de segundo grado" y podían ser reclasificados como judíos en función de complejas consideraciones (su religión o la de su cónyuge, por ejemplo). Podían también ser "liberados" de su condición y convertirse en arios en pago a los servicios prestados al régimen, o podían seguir siendo Mischlinge, con lo que estaban sometidos a ciertas restricciones en tanto que "no arios", pero no a las persecuciones dirigidas contra los judíos. Los Mischlinge de primer grado eran los que tenían un único abuelo judío y en general eran tratados como arios plenos. Los Michlinge de uno u otro grado abundaban en Alemania y a menudo lograban ocultar su condición. El dirigente de las SS Reinhard Heydrich, El Carnicero de Praga, era Mischlinge de segundo grado, dato que fue ocultado celosamente por sus superiores nazis.

El Holocausto y el Estado de Israel

Al finalizar la guerra, muchos judíos sobrevivientes del Holocausto no pudieron o no quisieron regresar a sus hogares, habiendo perdido familia, bienes y forma de ganarse la vida. El movimiento sionista alentó su radicación en Palestina, en aquel entonces bajo mandato británico, donde se habían ido formando colonias de

inmigrantes desde fines del siglo XIX hasta llegar a un tercio de la población en 1945. Finalmente, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó el 29 de noviembre de 1947 la partición de Palestina y la creación del Estado de Israel. La declaración de la independencia y la invasión posterior de los países árabes provocaron la huida y, en algunos casos, la expulsión de hasta un 80% de la población palestina de etnia árabe.

Genocidio :Dos elementos distinguen al Holocausto de otros casos de genocidio o asesinatos masivos.

El primer elemento es la ideología nazi, la cual es fervientemente nacionalista, aunque de corte político centralizado con un componente mítico añadido, que divide al mundo en cuatro categorías:

la raza aria, superior al resto de las razas y destinada a dominar el mundo (y los arios que no estuvieran de acuerdo deberían ser eliminados);

el resto de las razas, consideradas inferiores y destinadas a ser dominadas (y aquellos de esas razas que se resistieran deberían ser eliminados);

los «impuros» (gitanos, homosexuales, enfermos, discapacitados, dementes, etc.), que estaban destinados a ser exterminados;

los judíos, considerados la antítesis de la raza aria y encarnación del mal, destinados a la exterminación masiva y sistemática.

El discurso y la estructura ideológica nazi están cargados de significación religiosa y mitológica.

El segundo elemento es la sistematización de los procesos de asesinatos masivos, los cuales comenzaron con la concentración de la población judía en guetos y posteriormente en campos de concentración y culminó con la implantación de la llamada «solución final al problema judío», que consistió en el asesinato masivo y sistemático de la población judía.

El principal elemento de dicha «solución» fueron los campos de exterminio, los cuales funcionaban como auténticas fábricas de muerte, cuya materia prima era la población a ser exterminada.

Durante el Holocausto, unos seis millones de judíos (alrededor de un tercio de la población judía mundial de la época) fueron exterminados. En algunos casos desaparecieron comunidades enteras, entre ellas la floreciente comunidad judía de Polonia (de más de tres millones de miembros) y la comunidad sefardí de Salónica (en Grecia).[cita requerida]

El número exacto de personas asesinadas durante el régimen nazi no se ha podido determinar, aunque se consideran fiables los siguientes números:[cita requerida]

5.600.000 a 6.100.000 de judíos, de los que entre el 49 y el 63 % eran polacos,

3.500.000 a 6.000.000 de civiles eslavos,

2.500.000 a 4.000.000 de prisioneros de guerra soviéticos,

2.500.000 a 3.500.000 de polacos no judíos,

1.000.000 a 1.500.000 de disidentes políticos,

200.000 a 800.000 gitanos,

200.000 a 300.000 discapacitados,

10.000 a 250.000 homosexuales,

En total las víctimas suman una cifra de entre 15.000.000 y 20.000.000 (quince a veinte millones de personas, aproximadamente).

El Holocausto dio el empuje final a la creación del estado de Israel, ubicado sobre parte del territorio del Mandato Británico de Palestina, que acogió a los judíos supervivientes del exterminio.

El genocidio o asesinato de masas es un delito internacional que consiste en la comisión, por funcionarios del Estado o particulares, de un exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivos de nacionalidad, etnia, raza o religión. Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio o la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo. Una matanza por motivos de ideologías está en debate, pero no está firmemente considerado como genocidio, aunque a veces se aplica el concepto por analogía.

Esa definición es similar a la reflejada en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, y recogida en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, de 1998, pero es objeto de cierta polémica en tanto a los grupos y a las acciones infligidas como a las causas por las que se llevan a cabo.

Evolución histórica En la historia han ocurrido muchos genocidios. En el Antiguo Testamento se presenta el genocidio de pueblos enemigos como algo ideal e incluso obligatorio. Por ejemplo:

"16 Pero de las ciudades de estos pueblos que Yavéh tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, 17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Yavéh tu Dios te ha mandado; 18 para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Yavéh vuestro Dios." (Deuteronomio, 20, 16-18)

Tenemos, por ejemplo, el genocidio de Moisés contra los madianitas, el genocidio de Canaán realizado por Josué, el genocidio contra los amalecitas ordenado por el

profeta Samuel y realizado por el rey Saúl, el genocidio contra los ammonitas realizado por David y otros.

En el Antiguo Testamento también aparecen genocidios realizados por judíos contra otros judíos. Por ejemplo, la tribú de Benjamin fue casi totalmente exterminada por las demás tribús judías:

"46 Así todos los que de Benjamín murieron aquel día, fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra. 47 Pero se volvieron y huyeron al desierto á la peña de Rimmón seiscientos hombres, los cuales estuvieron en la peña de Rimmón cuatro meses: 48 Y los hombres de Israel tornaron á los hijos de Benjamín, y pasáronlos á cuchillo, á hombres y bestias en la ciudad, y todo lo que fue hallado: asimismo pusieron fuego á todas las ciudades que hallaban." (Jueces, 20,46-48)

En la Edad Contemporánea, debemos citar el genocidio armenio, los genocidios de Stalin, el genocidio nazi contra judíos y gitanos y el genocidio de Pol Pot, entre otros.

La palabra genocidio fue creada por Raphael Lemkin, judío de Polonia, en 1944, de las raíces genos (término griego que significa familia, tribu o raza) y -cidio (del latín -cidere, forma combinatoria de caedere, matar). Lemkin quería referirse con este término a las matanzas por motivos raciales, nacionales o religiosos. Su estudio se basó en el Genocidio perpetrado contra el pueblo armenio en 1915. Luchó para que las normas internacionales definiesen y prohibiesen el genocidio.

El Acuerdo o Carta de Londres de 8 de agosto de 1945, que estableció el Estatuto del Tribunal de Nuremberg, definió como "crímenes contra la humanidad" los asesinatos y otras agresiones contra cualquier población civil o las persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos. En 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas confirmó los principios de Derecho internacional reconocidos por el Estatuto del Tribunal y proclamó la resolución 96 (I) sobre el crimen de genocidio, que define como "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros", entre ellos los "raciales, religiosos o políticos", instando a tomar las medidas necesarias para la prevención y sanción de este crimen.

Esta resolución cristalizó en la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 260 A (III), de 9 de diciembre de 1948, y que entró en vigor en 1951.

La definición de genocidio plasmada en la Convención de 1948 ha sido acogida en el artículo 4 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, de 1993, el artículo 2 del Estuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, de 1994, y el artículo 6 del Estatuto de Roma de 1998, por el que se creó la Corte Penal Internacional.

Regulación jurídica Según lo dispuesto por la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, se entiende por genocidio cualquiera de los siguientes actos

perpretados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso:

Matanza de miembros del grupo;

Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;

Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;

Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Junto al genocidio se castigan otros delitos conexos, que son la asociación para cometer genocidio, la instigación directa y pública, la tentativa y la complicidad.

Las personas acusadas de genocidio serán juzgadas, de acuerdo con el artículo 6 de la Convención, en un tribunal competente del territorio donde se cometió el delito. No obstante, ha surgido paralelamente un derecho consuetudinario por el que los tribunales de cualquier Estado podrían juzgar casos de genocidio, aunque fueran cometidos por no nacionales y fuera de su territorio. También la Corte Penal Internacional puede conocer de este delito, siempre y cuando sea competente por haberse reconocido su jurisdicción.

La Convención afirma que es irrelevante que el acusado sea gobernante, funcionario o particular y declara que, a efectos de extradición, no se considerará al genocidio como delito político.

Controversia sobre el alcance del concepto [editar]

Se ha debatido mucho sobre el sentido y alcance de la palabra genocidio. No se trata de algo relacionado con la guerra, pues, según Karl von Clausewitz, el fin de la guerra es desarmar al enemigo, no exterminarlo. El genocidio o asesinato en masa también se diferencia del asesinato en serie, que consiste en el asesinato sucesivo y periódico de personas aisladas, mientras que el genocidio es "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros", de acuerdo con la Asamblea General de Naciones Unidas. El genocidio tiene, en este sentido, un carácter masivo, por lo que con frecuencia necesita de la colaboración efectiva de una estructura social.

Algunas de las críticas al alcance del concepto de genocidio se centran en el hecho de que no se considere como tal más que los actos realizados contra grupos nacionales, étnicos, raciales y religiosos, y no los realizados por otros motivos, como los sociales o políticos. Si bien el borrador inicial de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio contemplaba y extendía la definición de genocidio a estas matanzas, posteriormente se eliminó la referencia ante la necesidad de contar con el apoyo del bloque comunista (representado mayoritariamente por la URSS), que objetó esta acepción.

Esta restricción del concepto, afirman estas voces, puede significar la expiación de gobiernos totalitarios que durante el siglo XX llegaron a matar a más de 100 millones de sus propios ciudadanos. En todo caso, estos actos podrían calificarse

como crímenes de lesa humanidad, constitutivos de delito internacional de acuerdo con el artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.

Puede afirmarse que hubo genocidios a consecuencia de choques culturales, como el provocado por las potencias europeas durante la Conquista de América, desde el siglo XV en adelante.

Se discute si puede definirse como genocidio a:

El uso de armas de destrucción masiva por gobernantes.

El uso excesivo de la fuerza contra civiles indefensos.

El asesinato político de masas, como ocurre con el terrorismo político y religioso clandestino o el terrorismo de estado.

Los actos realizados por gobernantes elegidos democráticamente, en cuyo caso se habla de pueblos reos de la Humanidad.

Caso Akayesu Constituye un hito mundial al ser considerada la primera condena internacional por Genocidio y la primera en reconocer la violencia sexual como actos constitutivos de genocidio. El Tribunal Penal Internacional para Ruanda, creado el 8 de noviembre de 1994, en el caso Akayesu, declaró a un acusado culpable de violación por no haber impedido ni detenido una violación en su calidad de oficial, y no por haberla cometido personalmente. El tribunal consideró que la violación constituía tortura y que, dadas las circunstancias, la violación generalizada, como parte de unas "medidas dirigidas a impedir nacimientos dentro del grupo", constituía un acto de genocidio. Por ejemplo, en las sociedades donde la pertenencia a una etnia está determinada por la identidad del padre, violar a una mujer para dejarla embarazada puede impedirle dar a luz a su hijo en el seno de su propio grupo.

Jean Paul Akayesu, antiguo alcalde de la ciudad ruandesa de Taba, fue arrestado en Zambia el 10 de octubre de 1995 y fue transferido a la Unidad de Detención del Tribunal en Arusha el 26 de mayo de 1996. El juicio comenzó en junio de 1997 y el 02 de septiembre de 1998 la Cámara Procesal I lo encontró culpable de genocidio, incitación directa y pública a cometer genocidio y crímenes de lesa humanidad. El 02 de octubre de 1998 fue sentenciado a prisión de por vida. Akayasu cumple condena a cadena - perpetua en una prisión de Malí.

Caso Perú La conquista española del Tahuantinsuyo o Imperio de los Incas es supuestamente un caso de genocidio que supera al holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial. Según el demógrafo David N. Cook señala que hacia 1530 el territorio actual del Perú debía tener una población aproximada de 9 millones de habitantes indígenas que se redujo en cien años a 601,645 indios. Es decir, el holocausto judío representó el exterminio de 6 millones de personas; pero

el exterminio de los indios peruanos entre el S.XVI y el S.XVII fue de más de 8 millones, aunque obviamente también ayudo el hecho de que los europeos trajeran enfermedades nuevas para las cuales los indios no tenían defensas,con lo que no es posible saber el número exacto de indios muertos directamente por los conquistadores.

El Estado peruano, ni los organismos internacionales de derechos humanos no se han pronunciado enfáticamente sobre el exterminio de los indios peruanos durante la conquista española.

Bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki

Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki (ciudades de Japón) fueron lanzados por Estados Unidos el 6 de agosto y el 9 de agosto de 1945, respectivamente. Estas han sido las dos únicas bombas atómicas con uso militar no experimental de la historia mundial. En pocos segundos, ambas ciudades quedaron devastadas. Se calcula que en Hiroshima de una población de 450.000 habitantes, la bomba mató en unos primeros instantes a más de 70.000 personas causando otros 70.000 heridos.1 A finales de 1945 el número de victimas mortales habría ascendido a más de 100.000, pudiendo llegar, pasados cinco años, a más de 200.000 el número de muertes sumadas las causadas por la radiación nuclear.2

En Nagasaki, el número de víctimas causadas directamente por la explosión se estima en 40.000 mortales y 60.000 heridos de una población de 195.000 habitantes. A estas víctimas hay que sumar las causadas por los efectos de la radiación nuclear. De una población de 645.000 habitantes, el número de víctimas pudo sobrepasar las 400.000 o 500.000; de ellas, 250.000 o 300.000 mortales (los datos difieren según diversas fuentes). La gran mayoría de las víctimas fueron civiles.

Estación de Hiroshima. Octubre de 1945.

El proyecto Manhattan El 2 de agosto de 1939, Albert Einstein dirige una carta al presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, reclamando su atención sobre las investigaciones realizadas por los científicos Enrico Fermi y Leo Szilard, por las que el uranio podría convertirse en una nueva e importante fuente de energía susceptible de utilización militar. Calcula que con él se podría construir una bomba de 2.000 megatones o megatoneladas y recomienda la fabricación de uranio e iniciar un programa de investigación sobre el uso militar de la energía atómica.3

Algunas investigaciones realizadas por E. Fermi y L. Szilard, cuyos manuscritos ma han facilitado, me inducen a creer que el elemento uranio puede convertirse en una nueva e importante fuente de energía en un inmediato futuro. Ciertos aspectos de la situación así creada parecen demandar atención y, si fuera necesario, acción rápida por parte de la administración...Carta de Einstein enviada al presidente Roosevelt el 2 de agosto de 1939.4

El 3 de septiembre Francia y el Reino Unido declaran la guerra a Alemania (Segunda guerra mundial) en respuesta a la invasión alemana de Polonia producida dos días antes, el 1 de septiembre.

El 11 de octubre se entrega la carta de Einstein al presidente Roosevelt.5 Se crea el Comité Consultivo del Uranio. Sin los apoyos necesarios y con escaso presupuesto, resulta inoperante. Roosevelt autoriza la fabricación de una bomba atómica.

El 7 de diciembre de 1941 Japón bombardea la base naval estadounidense de Pearl Harbor sin que medie declaración de guerra. El bombardeo produce 2.000 víctimas mortales. Estados Unidos entra en la Segunda Guerra Mundial y el programa atómico adquiere la máxima prioridad. Gran Bretaña y Canadá se suman al programa.

El programa se mantendrá en el más alto secreto bajo el nombre de “Distrito Manhattan” (Proyecto Manhattan). Miles de científicos e ingenieros, con un presupuesto superior a los 2.000 millones de dólares (Equivalente al gasto militar de los dos bandos en la Guerra Civil Española),6 se desplazan a Los Álamos, Nuevo México. Durante más de dos años trabajarán, bajo la dirección científica de Robert Oppenheimer, en dos proyectos de bomba atómica: una basada en el uranio y otra en el plutonio.

El 2 de diciembre de 1942 el científico Enrico Fermi logra la primera reacción nuclear.

El 6 de junio de 1944 los aliados desembarcan sus tropas en Normandía dentro de la denominada Batalla de Normandía.

El 15 de agosto se produce la apertura de un segundo frente en el sur de Francia, en Provenza, con la operación Anvil Dragoon. Alemania intenta una contraofensiva desesperada en la Batalla de las Ardenas en diciembre, donde pierde sus últimas reservas militares. Los aliados avanzan hacia Berlín.

En diciembre de 1944 se acelera el proyecto alargándose los turnos de trabajo en Los Álamos.

El 7 de mayo de 1945 Alemania se rinde. En Europa la guerra ha terminado, sólo queda abierto el frente del Pacífico.

La noche del 15 de julio, Robert Oppenheimer, desde uno de los tres observatorios que se instalaron a 9.100 m del epicentro de la explosión, accionó el mecanismo que detonó la primera bomba atómica. La prueba, bautizada con el nombre de “Trinity” (trinidad), explosionó una de las tres bombas nucleares que el proyecto Manhattan había logrado desarrollar (una de uranio y dos de plutonio). Se eligió el paraje conocido por “Jornada del Muerto”, una zona desértica a 80 km de Alamogordo, el lugar habitado más cercano. El cielo se iluminó para segundos después oscurecerse por el polvo radiactivo. Una enorme nube en forma de hongo ascendió, las montañas del fondo se empequeñecieron, la onda expansiva fue registrada a 400 km de distancia. El proyecto Manhattan había culminado con éxito. Oppenheimer diría: "Recordé una frase de la Bhagavadgita: soy la muerte, el destructor de los mundos".1

Sesenta años después, en la zona, los niveles radiactivos aun son muy superiores a lo normal; pueden encontrarse rocas color verdoso, restos de la explosión, con altos niveles de radiación.

La decisiónEl 12 de abril de 1945 muere F. D. Roosevelt, impulsor del Proyecto Manhattan, y le sucede en el cargo de presidente de los Estados Unidos el hasta entonces vicepresidente Harry S. Truman. Desconocedor del proyecto, es informado de todos sus pormenores: en tres meses Estados Unidos podría disponer de una bomba capaz por sí sola de destruir toda una ciudad. Él será el que deba tomar la última decisión.

En noviembre de 1944 habían comenzado los bombardeos sobre Japón. Durante varios meses, la 20ª Air Force, compuesta por 500 bombarderos B-29, descargó más de 4.000 t de bombas sobre Japón. A finales de febrero de 1945 las defensas aéreas japonesas habían sido prácticamente anuladas y los principales objetivos de interés militar, alcanzados. Durante estos meses las operaciones eran diurnas para localizar el objetivo con precisión, y los vuelos a gran altura (más de 9.000 m) para, en gran parte, impedir la respuesta japonesa (durante estos meses, en proporción decreciente, la Air Force perdió 90 bombarderos B-29 en sus incursiones en Japón).7

El 10 de marzo de 1945 Tokio, la capital de Japón, fue bombardeada. El bombardeo de Tokio marca el cambio de estrategia en los bombardeos sobre Japón. Inutilizados los principales complejos militares cambia la categoría del objetivo. El valor estratégico ya no se asigna a determinadas fábricas, puertos o nudos de comunicaciones; ahora serán ciudades y zonas más o menos extensas las que, determinando su valor estratégico, serán fijadas como objetivo. Tokio y otras muchas ciudades se consideraron de importante valor estratégico. El cambio estuvo marcado por el nombramiento del general Curtis E. Le May como jefe da las fuerzas del Pacífico sur.7

Los nuevos objetivos y la mínima respuesta de las defensas japonesas definieron las nuevas tácticas de las misiones. Los objetivos, menos concretos, requerían menor precisión; por lo que los bombardeos podían ser nocturnos. Y la escasa respuesta japonesa junto a la mayor seguridad de los vuelos nocturnos posibilitó que éstos fuesen a baja altura, ganando en efectividad. El bombardeo de Tokio fue nocturno, a baja altura y los 334 bombarderos que recorrieron los 3000 km que separan las Islas Marianas de Tokio lo hicieron desprovistos de cañones y ametralladoras (fue desmontado todo el armamento excepto el de cola), 2 toneladas de armamento y munición fueron sustituidas por bombas, lo que posibilitó que la carga efectiva de cada bombardero pasara de 4 a 6 toneladas. También se sustituyó el tipo de bombas. Las bombas rompedoras (muy eficaces contra edificios de hormigón y de estructura reforzada) usadas hasta entonces, fueron sustituidas por bombas incendiarias de Napalm (inútiles contra edificios sólidos, pero de efectos más extensos y especialmente mortíferas).

Esa noche, trescientos treinta y cuatro B-29 cargados de Napalm, de los cuales dos llegaron con unos minutos de antelación que los restantes y bombardearon su objetivo marcando una gran X, tras lo cual los aviones restantes, en formación, ocuparon el cielo de Tokio en una extensión de 40 km² aproximadamente, dejando caer 8.250 bombas de 250 kilos que estallaban a 150 m de altura y proyectaban a su vez 50 bombas de 3 kg cargadas de napalm. La ciudad quedó convertida en una enorme antorcha entre la cual, las personas que no habían quedado abrasadas por el primer efecto del napalm, buscaban refugio contra las llamas que hicieron que en la zona atacada la temperatura alcanzase los 700ºC. Según el testimonio de uno de los pilotos:"Tokio estaba iluminado como un bosque de árboles de navidad. Las hogueras aun se podían distinguir unas de otras, pero el fuego comenzaba a extenderse; era como si miles y miles de velas centelleantes resplandecieran hasta formar un sólo foco de fulgor".8

El ataque duró tres horas. A la mañana siguiente, en las calles yacían los cuerpos de aquellos que habían muerto asfixiados cuando los incendios agotaron el oxígeno del aire, y en los puentes de los ríos los de aquellos que fueron arrollados por la avalancha humana que huía del fuego intentando encontrar refugio en los ríos. El agua de las acequias, albercas y piscinas se había evaporado y su fondo se encontraba cubierto por los cadáveres de los que se habían refugiado en ellas. Únicamente el cauce central de los ríos se demostró un refugio seguro; aquellos que buscaron los refugios contra los bombardeos convencionales perecieron asfixiados. Más de 120.000 personas murieron y 40.000 resultaron heridas de consideración. El 50% de la ciudad quedó destruida y el 20% de su industria inutilizada. El fuego arrasó 267.170 viviendas, quedando más de un millón de personas sin hogar. Según el parte oficial en Tokio quedó destruido: "el 18% de sus sectores industriales, el 63% de sus distritos comerciales y el centro de sus barrios residenciales". La Air Force sufrió la baja de 14 bombarderos y la desaparición de ocho tripulaciones.7

Durante los meses siguientes se continuaron los bombardeos sobre Japón descargando más de 30.000 toneladas de bombas con el resultado de más de medio millón de víctimas mortales. Varias ciudades de supuesto valor estratégico que fueron "reservadas" para el lanzamiento de la primera bomba atómica no fueron objeto de estos bombardeos (Hiroshima, Nagasaki, Kokura y Niigata entre otras). Entre noviembre de 1944 y agosto de 1945 se arrojaron sobre Japón 170.000 toneladas de bombas dejando el 80% de su industria devastada, 21 millones de personas perdieron su hogar y ocasionaron cerca de un millón de victimas mortales.7

En la primavera de 1945 los servicios de inteligencia estadounidenses habían descifrado las claves usadas por los japoneses y las “intercepciones mágicas” (así llamadas por los servicios de inteligencia) le llegaban puntualmente al presidente Truman. Por ellas pudo conocer los diversos intentos de Japón para conseguir una rendición negociada.

En junio de 1945 el emperador Hirohito nombra al almirante Kantaro Suzuki como primer ministro y a Shigenori Tōgō como ministro de asuntos exteriores, ambos partidarios de negociar el fin de la guerra.

El ministro Shigenori Togo dio instrucciones a su embajador en Moscú para que la Unión Soviética (única gran potencia que en aquellos momentos se encontraba en paz con Japón como resultado del Pacto de Neutralidad que ambos firmaran en 1941) mediara frente a Estados Unidos una rendición pactada. Esta comunicación fue interceptada por los servicios de inteligencia estadounidenses.9

El Presidente Truman exigió la rendición incondicional a Japón. El ex presidente Herbert C. Hoover, entre otros, le aconsejó, como único medio para conseguir la rendición de Japón, garantizar la figura de su emperador. Es objeto de discusión el que el secretario de estado James F. Byrnes fuese el único que le aconsejara mantener las exigencias de rendición incondicional.

El 4 de julio Churchill comunica a Truman la aprobación de Gran Bretaña para el uso de la bomba. El objetivo sería una ciudad que dispusiera de instalaciones

útiles para la guerra. También, serían ciudades que no hubiesen sufrido los bombardeos a los que estaba siendo sometido Japón para una óptima valoración de los efectos de la bomba.

El 17 de julio de 1945 Truman, presente en la Conferencia de Potsdam, recibe la noticia de los resultados de Trinity: “Baby satisfactorily born” (nacimiento satisfactorio del bebé): Estados Unidos ha probado con éxito la bomba atómica y el ejército dispone de dos de ellas para su uso inmediato.

También en julio, el general Le May informó que los bombardeos aéreos habían paralizado la vida en las 70 principales ciudades de Japón llevandola a una "edad de piedra". Paralelamente, la flota mercante japonesa había sido destruida en su 88%, imposibilitando la importación de productos de primera necesidad. Los Jefes del Estado Mayor Conjunto también informaron que: "Japón se convertirá en una nación sin ciudades, con los medios de comunicación interrumpidos, y tendrá tremendas dificultades para mantener unido a su pueblo para una resistencia continuada".10

En el transcurso de la conferencia de Potsdam, el Emperador Hirohito envía un mensaje personal a Stalin expresándole sus deseos de poner fin a la guerra lo antes posible y envía como emisario a un príncipe miembro de la casa real. Truman y Stalin mantuvieron conversaciones sobre los intentos de rendición de Japón. También se supo que Japón había pedido la mediación de Suecia para acordar los términos de la rendición.11 Truman anotaría en su diario: “Telegrama del emperador japonés pidiendo la paz. Parece que los japoneses se rendirán antes de la entrada de Rusia. Estoy seguro que lo harán cuando Manhattan aparezca sobre su patria". Es tema de discusión si Stalin recibió o no al emisario japonés, el hecho es que Stalin no respondió a la petición de Japón posponiéndola, en un principio, a la conclusión de la conferencia.

El 2 de agosto, la Conferencia de Potsdam concluye con una declaración en la que se exige a Japón la rendición incondicional. A propuestas del secretario de estado James F. Byrnes se retira la cláusula en la que se garantizaba la posición a su emperador.12

Truman, desde Potsdam, no espera a la conclusión de la conferencia y da la orden de lanzar la primera bomba atómica. Japón ignora la resolución de Potsdam no dándose por enterado del ultimátum.

Los bombardeos

Enola Gay, en exhibición

El 2 de agosto de 1945, en la isla de Tinian, en las Islas Marianas, la fuerza aérea de ataque atómico estaba dispuesta para actuar. Durante las últimas semanas sus tripulaciones habían estado entrenándose con vuelos a la altura a la que se iba a realizar el definitivo, a 9.600 m, en misiones a Japón donde dejaban caer una única bomba sobre objetivos muy concretos.

Al B29 que transportaría la bomba se le retiró el armamento, dejando sólo la ametralladora de cola. Su comandante, Paul Tibbets lo bautizó con el nombre de su madre: “Enola Gay”, y a la bomba se la bautizó con el nombre de “Little boy” (Pequeño muchacho).

El 5 de agosto el Enola Gay, con Little boy en sus entrañas despegó de Tinian con destino a Japón escoltado por cinco B29. Uno destacado con misión de comprobar las condiciones meteorológicas, dos para medir las consecuencias del impacto, fotografiar y filmar, y otros dos como escolta. El objetivo era Hiroshima en primer lugar, y si su cielo no estuviese libre de nubes, lo que impediría registrar los efectos de la bomba, Nagasaki, Kokura o Niigata, la que mejores condiciones meteorológicas ofreciera.

El 6 de agosto, sobre Hiroshima el cielo estaba radiante y a las 8,15 el Enola Gay dejó caer la bomba atómica sobre el puente Aioi, centro geográfico de la ciudad. Sus habitantes, acostumbrados a ver pasar los B29 sin descargar sus bombas sobre ellos, se vieron sorprendidos por aquella gran explosión que en escasos segundos arrasó la ciudad en un radio de tres kilómetros.

Mientras el ejército japonés trataba de ocultar el bombardeo a sus ciudadanos, el presidente Truman se dirigió a su población a través de la televisión:

“Hace poco tiempo un avión norteamericano ha lanzado una bomba sobre Hiroshima inutilizándola para el enemigo. Los japoneses comenzaron la guerra por el aire en Pearl Harbor, han sido correspondidos sobradamente. Pero este no es el final, con esta bomba hemos añadido una dimensión nueva y revolucionaria a la destrucción […] Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de fuego que sembrará más ruinas que todas las hasta ahora vistas sobre la tierra.”

Tres días después, el 9 de agosto, el bombardero B-29 apodado "Bock’s Car" dejaba caer sobre el centro de Nagasaki la segunda bomba atómica “Fat Man” (hombre gordo), alcanzando a la fábrica Mitsubishi, pero quedando los astilleros de su puerto a más de 2 km del centro de la explosión. La ciudad quedó igualmente destruida.

El presidente Truman pacta en secreto con Japón la rendición a través de su embajada en Suiza. La figura del emperador Hirohito sería preservada.

El 10 de agosto Japón se rinde incondicionalmente. No obstante, una parte del ejército conspira sin éxito para interceptar la grabación del emperador Hirohito dirigida al pueblo de Japón. El 15 de agosto el pueblo de Japón oyó por primera vez la voz de su emperador y fue para anunciar la capitulación.

El 2 de septiembre, en la bahía de Tokio, en la cubierta del acorazado Missouri, se formaliza la rendición.

Blanco atómico

El salón promocional de Hiroshima y la cúpula de Gembaku, el único edificio que permaneció en pie después de la explosión nuclear.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en las afueras de la ciudad (a varios kilómetros del centro) se encontraban los cuarteles del Segundo Ejército, los cuales defendían el sur de Japón. Allí funcionaba un centro de comunicación, punto de almacenamiento militar y área de concentración de tropas. En las afueras también había algunas plantas industriales y el puerto. Nada de eso fue tocado por la explosión, que sólo destruyó el centro de la ciudad (donde había una inmensa mayoría de civiles).

Hiroshima para el tiempo de la guerra era un puerto militar y no había sido tocado por los bombardeos convencionales, se decía que Harry Truman había perdonado a la ciudad, la población civil colaboraba con el esfuerzo de guerra en fábricas de armamentos, Hiroshima era tácticamente un lugar logístico para la Rengo Kentay. Además en ese lugar se organizaba la defensa de las islas Kyushu.

Según un informe japonés: «Desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, más de mil veces los ciudadanos de Hiroshima habían saludado con gritos de “¡Banzai!” a las tropas saliendo desde el puerto».

El centro de la ciudad contenía un número de edificios de hormigón reforzado y estructuras más livianas. En el área de los alrededores se encontraba un conglomerado de pequeños talleres de madera entre casas japonesas. Las casas eran de madera con techos de tejas. Muchos de los edificios industriales eran también de madera. La ciudad en general era extremadamente susceptible al fuego.

Debido a los peligros de terremoto presentes en Japón, algunos de los edificios de hormigón reforzado eran construcciones mucho más fuertes que las requeridas por los estándares de Estados Unidos. Hiroshima tiene seis brazos del río Ota y está cruzada por muchos puentes. El puente Aioi, con forma de T, fue elegido como blanco de bombardeo por el tripulante (bombardero) del avión que lanzaría Thomas Ferebee. Cerca del puente (a 600 m) estaba la clínica del doctor Shima. Hacía el sector centro de la ciudad, a 900 m se erigía el castillo de Hiroshima, donde estaba el cuartel general del Segundo Ejército. El monte Futaba se encuentra a 2 km, las industrias Mitsubishi a 5 km, en dirección al puerto.

La población de Hiroshima había alcanzado en su mejor momento a más de 480.000 habitantes al comienzo de la guerra, pero previamente al ataque atómico la población fue reducida a aproximadamente a 255.000 habitantes debido a evacuaciones. Este número se basa en la población registrada —que los japoneses usaban para medir la cantidad de raciones de comida necesarias—, pero no son muy exactas las cantidades estimativas de trabajadores y tropas adicionales que se encontraban en la ciudad. Para la designación de los blancos, se tomaron los siguientes criterios: nunca bombardeados convencionalmente antes, de relevancia para el esfuerzo bélico japonés, gran densidad poblacional. Por todos los criterios anteriormente dichos, Hiroshima estaba en la lista de blancos atómicos, estos eran: Kyoto, Niigata, Kokura, Nagasaki e Hiroshima. Kyoto fue sacado a último momento de la lista de blancos por expresa petición de Truman.

El amanecer del 6 de agosto de 1945

La nube resultante de la explosión en Hiroshima

La nube resultante de la explosión nuclear en Nagasaki que se levantó a 18 km por el aire

El 6 de agosto de 1945 Hiroshima sufrió el primer bombardeo atómico del mundo, la bomba atómica que se dejó caer fue la 2ª del mundo (la primera había sido detonada como prueba en Alamogordo, Nuevo México). La escuadrilla 509, compuesta por los tres B-29 Enola Gay, Great Artist y el entonces aún sin nombre Necessary Evil Nº 91 despegaron de la isla de Tinian a las 2:15 (hora japonesa) y tomó rumbo a Iwo Jima. Desde ahí enfilaron hacia Japón.

A las 6:30 la bomba se armó. Se había previsto armarla en vuelo por seguridad. Para evitar una activación no esperada, los circuitos que alimentaban el funcionamiento de la bomba contaban con un seguro eléctrico. Para dejar operativa la bomba, era menester retirar un seguro y luego insertar un dispositivo que permitía que la batería interna de la bomba funcionara. Sólo cuando esta cayera y alcanzara cierta altura determinada (para maximizar el daño) se iniciaría la reacción en cadena. Así, pues, con esos seguros eléctricos se prevenía el riesgo de volar todo Tinian, el islote militar de seis pistas, estadounidense. Cerca de las 7:00, los radares japoneses habían detectado algunas aeronaves estadounidenses en dirección noroeste acercándose al sur de Japón. Se dio la alerta y se interrumpieron las transmisiones de radio en varias ciudades, entre ellas Hiroshima. Los aviones se acercaron a la costa a gran altura (9 km). Cerca de las 8:00, el operador de radar en Hiroshima pudo determinar que el número de aviones acercándose era mucho menor e hizo levantar la alerta antiaérea. Se transmitió por radio una alerta sugiriendo el uso de refugios al avistamiento de los B-29.

Para entonces, el avión meteorológico Straight Flush, comandado por Eatherly (que fue el que provocó la primera alarma antiaérea) después de dos pasadas se había comunicado con el Enola Gay, diciendo que la ciudad estaba cubierta por

nubes, sin embargo, era visible a través de un boquete de claridad de 16 km de diámetro, el Straigth Flush recomendó el objetivo y se retiró de la escena. Tibbets, recibió el mensaje del Straight Flush y dijó a la tripulación: «es Hiroshima». A continuación llamó a Tinian y comunicó en clave: «Primario».

Se aproximaron a la ciudad a 9.460 m de altura, a contraviento y desde el noroeste. En el claro de nubes se perfilaban nítidamente la ciudad y el delta del río Ota.

La explosión y sus consecuencias El Enola Gay se acercó por el norte junto al avión acompañante, a las 8:10, las compuertas se abrieron y un zumbido de advertencia fue escuchado en la cabina, todos los asistentes se colocaron gafas oscuras, tal cual se les había instruido. El bombardero Ferebee localizó el objetivo, el puente en forma de T sobre el río Ota, a un costado de la clínica del Dr. Shima.

A las 8:15:17, el B-29 Enola Gay dejó caer la bomba atómica Little Boy (‘niño pequeño’) --según los escombros de Hiroshima, los relojes estaban parados justamente a las 8:16:15-- sobre el centro de la ciudad y se alejó a gran velocidad, haciendo un brusco giro de 150° hacia el noroeste en forma ascendente. Algunos testigos vieron además caer algunos paracaídas amarillos a lo lejos (eran los aparatos de medición del B-29 testigo, Número 91). La bomba cayó haciendo un ruido sibilante que no se percibió desde tierra. Para aumentar su alcance letal, la bomba estaba programada para iniciar la reacción nuclear a unos 640 m de altura. Esa altura sería determinada barométricamente (calculando la altura por la presión del aire) y —un sistema alternativo— por radar.

A las 8:16:43, la bomba estalló a la altura convenida, con una explosión de la magnitud de 20.000 t de TNT.

A las 16 milésimas de s de la detonación, se desplegó una bola de fuego primero violácea y luego de color blanco intenso y brillante como un flash fotográfico, con una temperatura de 50 millones de grados. Quienes vieron esa luz y vivieron para contarlo, quedaron ciegos permanentemente (muriendo meses después debido a la radiación).

A las 25 milésimas de s, la bola alcanzó un diámetro de 300 m, que vaporizó instantáneamente a todas las personas dentro de la clínica Shima y a miles que circulaban directamente debajo del estallido. La presión ejercida por la onda expansiva inicial fue de varias ton/cm2 y comprimió enterrando varios metros las columnas de la Clínica Shima. En algunos instantes se creó una columna invisible cuya compresión resultó enorme; el calor y la presión instantánea vaporizaron a más de 80.000 personas. De ellos, solo quedaron sus sombras sobre el cemento vitrificado.

A las 60 milésimas de s, la bola se expandió abrasando todo alrededor, a más de 500 m de radio y carbonizando con radiación infrarroja todo ser a 1,5 km del hipocentro.

2 s después de la detonación de la bomba, la onda expansiva comprimida, denominada «soplo de la explosión», había destruido todo alrededor de 2,5 km de distancia, incinerando a quienes se encontraban en ese sector. La onda expansiva de alta temperatura devastó con vientos de 800 km/h, destruyendo totalmente las construcciones ligeras del resto de la ciudad, haciendo que los pedazos de las construcciones ligeras de madera y similares, sirvieran como verdaderas flechas.

En el cuartel del "2º Cuerpo del Ejército", a 800 m del hipocentro, el patio estaba lleno de militares ejercitándose, más un prisionero americano; súbitamente se transformaron en cadáveres humeantes. La batería antiaérea que estaba sobre la montaña Futaba (a 2000 m del centro) quedó parcialmente destruida por la onda expansiva. Pocas semanas atrás, desde allí habían derribado a dos B-24 que habían proporcionado a la Kempei Tai 13 prisioneros de guerra americanos.

En el momento de la explosión, dos de ellos trabajaban en el puerto mismo y cuatro más estaban en las celdas del castillo de Hiroshima; del resto no hay antecedentes.

La bola de fuego comenzó a ascender, consumiendo miles de m3 de oxígeno. Las corrientes ascendentes crearon una columna de vacío que succionó contravientos hacia el hipocentro; se percibía un sabor a plomo en el aire.

En ese momento, observadores hasta a 20 km de distancia de Hiroshima pudieron ver el hongo atómico ascendiendo completamente silencioso (el bramido los alcanzaría un minuto después, debido a que el sonido se mueve a 340,46 m/s).

5 s después del estallido, todo el daño estaba consumado.

El área inmediatamente afectada fue de 5 km² densamente poblados.

La onda expansiva transportó vientos recalentados a más de 500 °C hacia toda la ciudad. Hubo miles de casos de incineración súbita, carbonizaciones parciales y quemaduras de personas expuestas hacia el hipocentro del estallido, a más de 10 km del punto cero.

Prisioneros de guerra estadounidenses En el momento de la explosión había 23 prisioneros de guerra estadounidenses: uno estaba haciendo ejercicios con la tropa, dos estaban en el interior de un carguero en el puerto, tres en las celdas del castillo. 13 de los prisioneros provenían del derribo de dos aviones B-24 sobre Hiroshima en las semanas anteriores. Por lo menos tres de estos supervivientes fueron sacados de sus celdas y ajusticiados bajo un puente a pedradas por la población; de los diez restantes nunca se supo el paradero.

Lluvia negra Pasados los minutos se vieron masas de gente quemada totalmente pero viva con jirones de piel colgando, mutilados por los escombros, algunos quemados parcialmente sólo por el lado expuesto a la explosión. Los incendios se sucedían uno tras otro.

Media hora más tarde empezó a suceder un efecto extraño: empezó a caer una lluvia de color negro. Esta lluvia traía el carboncillo condensado de todo el material orgánico quemado (entre ellos las víctimas humanas), y del material radiactivo de la bola de humo que se había levantado. Esta lluvia causó muchas víctimas días después por anemia, espasmos y convulsiones de origen hasta entonces misterioso.

Efectos de la bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima.El caos, el desconcierto y la ruina fueron totales. El paisaje calcinado adquirió un tono gris uniforme, como si el color se hubiera extinguido, el pasto se volvió rojo grisáceo, el 92% de las edificaciones sólidas de Hiroshima fue arrasado.

Bob Caron, artillero de cola del B-29 n.º82 Enola Gay [fuente: Enola Gay, de Gordon Thomas, pág. 451 y 452] describe así la escena desde 8.000 m de altura:

-"Una columna de humo asciende rápidamente. Su centro muestra un terrible color rojo. Todo es pura turbulencia. Los incendios se extienden por todas partes como llamas que surgiesen de un enorme lecho de brasas. Comienzo a contar los incendios. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... catorce, quince... es imposible. Son demasiados para poder contarlos.

Aquí llega la forma de hongo de la que nos había hablado el capitán Parsons. Viene hacia aquí, es como una masa de melaza burbujeante. El hongo se extiende. Puede que tenga mil quinientos o quizá tres mil metros de altura y unos ochocientos de anchura. Crece más y más. Está casi a nuestro nivel y sigue ascendiendo. Es muy negro, pero muestra cierto tinte violáceo muy extraño.

La base del hongo se parece a una densa niebla atravesada con un lanzallamas. La ciudad debe estar abajo de todo eso. Las llamas y el humo se están hinchando y se arremolinan alrededor de las estribaciones. Las colinas están desapareciendo bajo el humo. Todo cuanto veo ahora de la ciudad es el muelle principal y lo que parece ser un campo de aviación. Eso aún resulta visible. Allá bajo hay aviones".'Bob Caron-artillero de cola/fotográfo del Enola Gay

La lluvia negra empezó a caer al noroeste de la ciudad unos 20 a 30 minutos después de la explosión. Esta lluvia se componía de grandes cantidades de sustancias radiactivas originadas por la fisión nuclear. Los efectos de esta radiación se sintieron en zonas lejanas.

¿Ha sucedido algo en Hiroshima? En ese momento, el operador de control de la compañía de transmisión japonesa en Tokio notó que la estación de Hiroshima quedó fuera del aire. Intentó utilizar otra línea telefónica para restablecer su programa, pero falló también.

Cerca de 20 min más tarde, el centro telegráfico en Tokio notó que la línea de telégrafo había dejado de funcionar al norte de Hiroshima. De algunas estaciones de tren pequeñas a las cercanías de la ciudad llegaron confusos informes oficiosos de una terrible explosión en Hiroshima. Todos estos comunicados fueron transmitidos a los cuarteles generales japoneses. Los cuarteles militares intentaron comunicarse reiteradamente con la estación de control del ejército en Hiroshima.

El absoluto silencio proveniente de la zona confundió a los hombres del cuartel; Algo había sucedido, sabían que ningún ataque enemigo a gran escala podría haber ocurrido, y sabían que en aquel entonces no existían depósitos de explosivos de gran tamaño en Hiroshima. Se le ordenó a un joven oficial el volar inmediatamente a Hiroshima, aterrizar, identificar los daños y regresar a Tokio con información fiable para los miembros del cuartel general.

El oficial se dirigió al aeropuerto y despegó hacia el sudoeste. Tras cerca de 3 h de vuelo, mientras se encontraba todavía a alrededor de 160 km de Hiroshima, pudieron divisar las nubes de humo sobre la ciudad. A media tarde todavía ardían los restos de Hiroshima. Su avión pronto llegó a la ciudad, la cual bordearon sin poder creer lo que veían: todo lo que quedaba de la gran ciudad era una cicatriz sobre la tierra, aún ardiendo, y cubierta por espesas nubes de humo. Aterrizaron al sur de la ciudad y el oficial —después de informar de lo visto a Tokio— comenzó a organizar medidas de ayuda.

En esa época no se sabía que no se debe acercarse a la zona de una explosión nuclear, ya que la radiación continúa durante varios días o meses, generando cánceres de distintos tipos (intestino, pulmón, etc.). Los miles de médicos, soldados y enfermeros voluntarios que llegaron a Hiroshima en los siguientes días, murieron todos de cáncer en los siguientes años.

A la medianoche (16 h después del ataque) las primeras noticias de la causa del desastre en llegar a Tokio provinieron de la Casa Blanca.

Harry Truman a los estadounidenses Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de nuestras fuerzas armadas. En su forma actual, estas bombas se están produciendo incluso están en desarrollo otras más potentes. [...] Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra. [...] El 26 de julio publicamos en Potsdam un ultimátum para evitar la destrucción total del pueblo japonés. Sus dirigentes rechazaron el ultimátum inmediatamente. Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra.El presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman.

Balance de víctimas Se calcula que en Hiroshima de una población de 450.000 habitantes, la bomba mató en unos primeros instantes a más de 70.000 personas produciendo otros 70.000 heridos.1 A finales de 1945 el número de victimas mortales habría ascendido a más de 100.000, pudiendo llegar, pasados cinco años, a más de 200.000 el número de muertes sumadas las causadas por la radiación nuclear.14

En Nagasaki, el número de víctimas causadas directamente por la explosión se estima en 40.000 mortales y 60.000 heridos de una población de 195.000 habitantes. A finales de 1945 el número de víctimas mortales ya podía estimarse en 70.000 pudiendo haber sido de 140.000 pasados cinco años.15

Al día de hoy no es posible conocer el balance exacto de víctimas, las cifras que se dan son aproximaciones, existiendo diferentes cifras según las fuentes.

Críticas al bombardeo Casi de inmediato después del término de la Segunda Guerra Mundial, y persistiendo hasta hoy, se han cuestionado los bombardeos atómicos sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.

EE.UU. violó la convención de La Haya, que fueron los tratados estipulados en 1899, 1907 y 1923 (la ley sobre la guerra aérea), que en su acápite 23 trata sobre normas de bombardeos a objetivos militares y que prohíbe expresamente el bombardeo de ciudades con civiles, aunque haya objetivos militares incluidos en su perímetro.

Se calcula que cada ciudadano japonés muerto por el bombardeo atómico costó inicialmente a los EE.UU. entre 5.000 a 8.000 dólares, esta cifra aun sigue decreciendo.

El uso de armas atómicas ha sido calificado de bárbaro. En la actualidad se dice que el presidente Harry Truman estaba efectivamente informado de que el

emperador Hirohito tenía la intención de rendirse en breve. Se sabe que, durante la conferencia de Potsdam, Truman escribió en su diario “Telegrama del emperador japonés pidiendo la paz. Parece que los japoneses se rendirán antes de la entrada de Rusia." Japón estaba dispuesto a rendirse con la única condición de que se preservara la figura del emperador Hirohito, y a pesar de la insistencia de los aliados en su rendición incondicional, Truman garantizó el cumplimiento de esta condición en el pacto que firmó secretamente con Japón.[cita requerida] Además en el momento del ataque el territorio estadounidense no estaba en peligro.

Justificaciones del bombardeo [editar]

Otros autores especulan que Japón no tenía intención de rendirse, y que ya tenía preparado el contrarresto de la invasión estadounidense, hasta con civiles armados. Por lo demás EE.UU. destruyó una base militar y un centro industrial militar, decenas de miles de civiles fueron asesinados. Algunos sugieren que una sola demostración de una bomba atómica en una región inhabitada hubiera hecho el mismo efecto disuasorio.

Se ha justificado que este bombardeo "ahorró" muertes, ya que una invasión habría costado a EE.UU. un millón de soldados estadounidenses, y muchos más japoneses. Además EE.UU. se justifica al hacer este bombardeo sobre civiles, sin antes pedir una rendición sin respuesta por parte nipona, de vengarse de Japón, ya que atacaron sin aviso Pearl Harbor (Hawaii) produciendo 3.435 bajas, incluyendo 68 civiles . Se dice que los japoneses no se habrían rendido nunca. Y que probablemente habrían muerto millones de civiles si EE.UU. hubiera tenido que invadir Japón por medios convencionales. Para apoyar este argumento, señalan que el gobierno japonés sólo accedió a rendirse después de que se hizo estallar la 2ª bomba nuclear, aún más letal, en Nagasaki. Eso les hizo creer a los japoneses que habría una lluvia de bombas nucleares sobre todas sus poblaciones civiles, (EE.UU. no tenía una 3ª bomba nuclear lista luego de Nagasaki, debido a la dificultad en preparar el material radiactivo, pero había una 3ª en curso, solo faltaba el suficiente material fisionable, posteriormente se hizo detonar en Bikini). Por otro lado, la increíble suma de USD $200.000.000 gastados en el proyecto no se habría justificado si no se hubiese hecho volar una ciudad japonesa.

Albert Einstein quien había escrito la carta a Roosevelt advirtiendo de los trabajos nazis sobre cuestiones nucleares, expresó que se habría quemado los dedos con los que escribió dicha carta ya que alentó a los EE.UU. a la puesta en marcha de proyecto Manhattan.

Otros argumentan que Japón había estado tratando de rendirse desde hacía dos meses, pero Harry Truman se negaba, insistiendo en que sólo aceptaría una rendición absolutamente incondicional (algo que no pudo conseguir), pero de todos modos la prensa mundial presenció el momento en que Truman pidió la rendición; a partir de entonces, pasaron 11 días desde la detonación de la primera bomba sin recibir una rendición por parte nipona, inmediatamente después de la primera bomba tampoco se manifestó una rendición, por lo cual 48 h después se detonó la 2ª bomba.

Una última razón que quiere justificar el uso de estas bombas nucleares es la demostración de fuerza ante la U.R.S.S., en lo que comenzaba a ser la Guerra Fría, tras el fin de la guerra en Europa. Con dicha demostración de fuerza los EE.UU. estarían avisando a la Unión Soviética: cualquier intromisión, más allá de los límites marcados como nuevas fronteras en Europa, del poderoso Ejército Rojo encontraría esta destructiva arma como oposición.

En el 2005 Tras el ataque atómico, Hiroshima fue reconstruida como una ciudad en memoria de la paz. El gobierno japonés continuó pidiendo la abolición de las armas atómicas y a mayor escala por la paz mundial. EE.UU. nunca pidió disculpa alguna por el ataque, basándose en que Japón tampoco pidió disculpas por el ataque sin aviso de Pearl Harbor (del que este ataque nuclear fue la represalia), a pesar de que la diferencia de muertes entre ambos ataques es de varios cientos de miles.

El 6 de agosto de 1995 (en la conmemoración hubo mucha más gente que en otros años) decenas de miles de personas acudieron a Hiroshima por el 50º aniversario del bombardeo nuclear a esta ciudad. En 2005, siguen existiendo personas con enfermedades y problemas físicos que vienen determinados por la bomba atómica y por sus efectos radiactivos.

Las dos posturas enfrentadas. Inmediatamente después de los bombardeos, recién acabada la guerra, las encuestas demostraron que más del 80% de los estadounidenses estaban de acuerdo con los lanzamientos de las bombas atómicas. La versión oficial fue que aquellas bombas habían posibilitado el fin de la guerra y ahorrado muchas vidas japonesas y americanas. Entonces nada se sabía de los intentos de Japón para rendirse, ni de posturas cercanas al gobierno estadounidense que, conociendo las consecuencias de la bomba, recomendaban invitar a una delegación japonesa para presenciar la prueba y así apreciaran sus efectos o lanzarla sobre una zona de Japón deshabitada.

Conforme fueron apareciendo documentos fue creciendo la postura que contradecía las tesis oficiales. Sesenta años después las dos posturas siguen enfrentadas: los que comparten las tesis oficiales y justifican la decisión de Truman y los que desmienten las tesis oficiales y critican la decisión de Truman (estos últimos llamados revisionistas por los primeros).

Ambas posturas son apoyadas por diversos historiadores. Y, también, ambas posturas cuentan con el testimonio y las valoraciones de protagonistas de los dos países: EE.UU. y Japón.

Principales puntos de enfrentamiento : Oficialistas: los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki acortaron la

guerra ahorrando vidas en ambos bandos. El ejército Japonés nunca se

habría rendido si no se hubieran lanzado las bombas. Existían dos posturas enfrentadas en el alto mando japonés a este respecto y fueron las bombas junto con la declaración de guerra por parte de Rusia las que inclinaron la balanza del lado de los partidarios de la rendición.

Revisionistas: la intención de lanzar la bomba alargó la guerra, de no haberse dispuesto de ella, o de no haber existido la firme decisión de lanzarla, los intentos de rendición de Japón habrían sido escuchados.

Oficialistas: los objetivos eran de especial interés militar

Revisionistas: el interés militar fue una excusa. Las víctimas fueron exclusivamente civiles.

Oficialistas: Truman apoyó su decisión en las recomendaciones de la gran mayoría de sus asesores. Las declaraciones de numerosos asesores en contra de la decisión son declaraciones a posteriori.

Revisionistas: los asesores de Truman, excepto el secretario de estado James F. Byrnes, recomendaron negociar la rendición con Japón antes de lanzar las bombas.

Oficialistas: la decisión de lanzar la bomba fue motivada por los deseos de acabar con la guerra.

Revisionistas: en la decisión de lanzar las bombas jugaron muchos intereses, no directamente ligados con el enfrentamiento con Japón. La mejor prueba de las consecuencias de la bomba, un proyecto que había costado miles de millones de dólares, sería lanzarla sobre una ciudad. Un proyecto tan costoso no se habría justificado de no haber servido de forma decisiva para lograr la victoria. Había que frenar el expansionismo soviético,… y en última instancia, fue un acto de venganza por el bombardeo de Pearl Harbor.

Posturas sobre el bombardeo de Nagasaki Oficialistas: el bombardeo sobre Nagasaki fue necesario, el de Hiroshima

no había sido suficiente para forzar la rendición.

Revisionistas: la invasión de Japón estaba proyectada para el otoño, se podía esperar. El bombardeo de Nagasaki se aceleró para impedir que la posible rendición de Japón lo dejara en suspenso.

Derecho internacionalEn el momento de los bombardeos regían las leyes internacionales para tiempos de guerra firmadas en La Haya en 1899, 1907 y la ley sobre la guerra aérea firmada en 1923.

Art. XXIII de la ley de 1899 puede leerse: Los derechos de los contendientes para dañar al enemigo no pueden ser ilimitados (esto ya lo expresó Kant).

Art. XXV de la misma ley: Está prohibido el ataque o bombardeo de ciudades y aldeas indefensas.

Estos artículos se reiteran en la revisión de 1907.

En 1927 en artículo XXII queda como sigue: Queda prohibido el bombardeo aéreo con motivo de aterrorizar a la población civil, así como la destrucción de sus propiedades y la agresión a los no combatientes.

Artículo XXIV 1.- El bombardeo aéreo es legítimo solamente cuando está dirigido a un objetivo militar, es decir, objeto del cual su destrucción o inutilización constituiría una ventaja en la contienda.

2.- Tal bombardeo es legítimo solamente cuando está dirigido exclusivamente en los objetivos siguientes: fuerzas militares, construcciones militares; establecimientos militares o depósitos; fábricas y centros importantes que se acredite trabajan para el ejército fabricando armas, munición o suministros militares; líneas de la comunicación o transporte usados con propósitos militares.

3.- Se prohíbe el bombardeo de ciudades, pueblos, aldeas, viviendas o edificios no inmediatamente próximos a las operaciones militares terrestres. En los casos donde los objetivos especificados en el párrafo 2 estén situados de modo que sea imposible diferenciar a la población civil de la instalación militar, el avión debe abstenerse de bombardear.

4- En las inmediaciones de las operaciones militares terrestres, el bombardeo de ciudades, pueblos, aldeas, viviendas o edificios con la condición legítima de que allí se concentran efectivos militares, se efectuará teniendo respeto al peligro que representa para la población civil.

El 1 de septiembre de 1939, el presidente de EE.UU. Franklin D. Roosevelt envió un escrito de súplica a los estados contendientes en la recién iniciada Segunda Guerra Mundial cuyo primer párrafo es el siguiente:

El presidente de los Estados Unidos a los gobiernos de Francia, de Alemania, de Italia, de Polonia y de su majestad Británica, 1 de septiembre de 1939.

El bombardeo aéreo despiadado contra civiles en poblaciones sin defensas en el transcurso de las hostilidades que han existido en medio mundo durante los últimos años, que ha producido el dolor y la muerte a millares de hombres indefensos, mujeres, y niños, han afectado a los corazones de cada hombre y mujer civilizados, y producido una profunda sacudida en la conciencia de la humanidad.Franklin D. Roosevelt.

En aquel tiempo, los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki ya tenían la consideración de crímenes contra la humanidad. La consideración de si acortaron o no la contienda es irrelevante: los contendientes en una guerra no gozan de derechos ilimitados y las vidas de la población civil es un bien que hay que preservar por encima de cualquier consideración. Aun así, el acto de lanzar las

bombas, aunque es considerado por muchos como crimen de guerra, contra la humanidad y genocidio, sigue hasta la fecha sin ser realmente condenado o castigado.

Tampoco valen los atenuantes, porque en los crímenes contra la humanidad no existen los atenuantes. Hoy, todos los esfuerzos de la comunidad internacional van encaminados a que actos parecidos no se repitan.

Matanza en los penales del Perú

Se conoce como la Matanza de los penales a una serie de acciones militares ocurridas en el Perú entre el 18 y el 19 de junio de 1986, a raíz del amotinamiento de los presos acusados de terrorismo recluidos en las prisiones de San Juan de Lurigancho y El Frontón y en la cárcel de mujeres de Santa Bárbara, ubicadas en las Provincias de Lima y Callao. La respuesta policial y militar con la que se reprimió este motín tuvo como resultado la pérdida de casi 300 vidas entre los amotinados.

En este hecho, que ha sido calificado como de el asesinato masivo más grande durante la lucha contrasubversiva de la década de los años 1980 por parte de las organizaciones políticas, consideradas por los partidarios del ex presidente Alan García como "no neutrales", y por el organismo estadounidense de vigilancia de los derechos humanos Americas Watch,1 estuvo implicado el entonces presidente peruano Alan García, lo mismo que Luis Giampietri, entonces uno de los jefes de la Marina de Guerra del Perú[cita requerida]. Según indica el propio ex presidente, la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú, no ha hallado responsabilidad personal alguna atribuible a su persona habiendo respondido durante más de 20 años a la justicia acerca de esto y en todo momento se le ha encontrado inocente.2

La iglesia Católica peruana en el documento publicado el 19 de junio de 1986 y titulado Masacre de los penales de Lima relata:

En la madrugada del 18, los detenidos de los penales de El Frontón, Lurigancho y Santa Bárbara, en Lima, se amotinan y toman rehenes. El consejo de ministros y el presidente Alan García deciden encargar al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas la restauración del orden. En Santa Bárbara -cárcel de mujeres- interviene la Guardia Republicana. Las rehenes son liberadas. Hay dos reclusas muertas. En Lurigancho intervienen el Ejército y la Guardia Republicana. Al amanecer del 19 un rehén es liberado. Los ciento veinticuatro reclusos -según el informe oficial- son fusilados después de rendirse. En el Frontón, la operación se encomienda a la Marina, que bombardea el Pabellón Azul durante todo el día. Sobreviven treinta internos, que se rinden. Eran alrededor de doscientos detenidos. En todo el proceso se impide el acceso a las autoridades civiles: jueces, fiscales, directores de penales. Tampoco la prensa.3

Según algunas opiniones las acusaciones fueron apoyadas por los gobiernos de los presidentes Alberto Fujimori y Alejandro Toledo [cita requerida].

En la historia moderna del Perú se han dado más casos de víctimas entre los presos, es particular durante todos los gobiernos civiles que sucedieron al régimen del general Juan Velasco Alvarado, pero el elevado número de víctimas de estos sucesos causó gran conmoción tanto en el país como en el extranjero.

Según afirma la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú

En el caso de El Frontón, encargado a la Marina de Guerra, las acciones se extendieron un día más y fueron las mas violentas porque fue el único lugar donde los amotinados tenían tres armas de fuego modernas y muchos proyectiles de fabricación artesanal4

En los hechos acaecidos en el penal de El Frontón hay, al menos dos casos, en que murieron personas que habían sido declaradas inocentes, tal y como la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró en su sentencia del 16 de agosto de 2000.

Antecedentes La sangrienta campaña terrorista del grupo subversivo peruano Sendero Luminoso contra la población civil indefensa, las autoridades, la infraestructura (puentes, postas médicas, torres de alta tensión, etc.) había ido en alza desde 1983 y era responsable de la muerte de miles de habitantes de las regiones rurales del Perú. El Ejército peruano, comisionado por el gobierno para combatir esta amenaza, ocasionó igualmente una dura campaña de represión contra los terroristas, en la que asimismo se vulneraron los derechos humanos de la población campesina, sospechosa de colaborar con los subversivos.

Al inicio de su gobierno, el presidente peruano Alan García mostró interés en cambiar la estrategia contrasubversiva ejecutada por su antecesor, el presidente Fernando Belaúnde Terry, con el fin de reducir las agresiones sufridas por la población rural, llegando a convocar a la sociedad civil para proponer soluciones a este grave problema.

Los sucesos ocurridos en las prisiones, sin embargo, volvieron a poner el tema de la violación de los derechos humanos en el centro de la atención nacional e internacional.[cita requerida]

El Motín [editar]

El 18 de junio de 1986, a las seis de la mañana, durante el transcurso de un congreso de la Internacional Socialista (de la que el Partido Aprista Peruano del entonces presidente Alan García formaba parte) en Lima, los presos por terrorismo de las cárceles de San Juan de Lurigancho (presos comunes), en el Pabellón Azul de la isla penal de El Frontón (terroristas) y Santa Mónica (mujeres), que poseían un control tácito al interior de los centros, se amotinaron en forma coordinada y tomaron como rehenes a los guardias de las cárceles y a tres periodistas.

Exigieron de inmediato la liberación de 500 presos por terrorismo. Alan García y los miembros de su gobierno fueron tomados desprevenidos por el incidente.

A las 10:00 se inició una sesión de emergencia del Consejo de Ministros y de los mandos militares con la participación de Alan García. Tres horas después, finalizada la reunión, el ministro del Interior, Agustín Mantilla, anunció que, de no rendirse los amotinados, los centros penitenciarios serían retomados por la fuerza.

Sendero Luminoso lanzó ese día una ola de asesinatos y atentados terroristas en Lima que costó varias vidas.

Negociaciones :El gobierno envió una comisión negociadora formada por César Samamé, Augusto Rodriguez Rabanal y Fernando Cabieses, que llegó a las 16:30 a negociar a la cárcel de El Frontón. Dichas negociaciones no prosperaron.

El asalto A las 17:15 horas, al no prosperar las negociaciones, el jefe del grupo de Fuerzas de Operaciones Especiales (FOES) de la Marina de Guerra del Peru, a requerimiento del señor viceministro del Interior, Agustín Mantilla, inició las acciones para retomar los penales. Las FOES se encargarían de las demoliciones de algunas paredes de los penales para así posibilitar la intervención de los elementos de la Guardia Republicana del Perú.

El primer ataque se dio en la cárcel de mujeres, en donde la Guardia Republicana (sección en ese momento existente de policía encargada de la vigilancia de las cárceles y de las fronteras) recuperó el control del penal relativamente rápido. Los policías demolieron una pared y lanzaron gases lacrimógenos y paralizantes. En dos horas los rehenes fueron liberados, resultando dos internas muertas.

El asalto contra la cárcel de la isla de El Frontón se inició a las 0:00, estando a cargo de la Marina de Guerra y de la Infantería de Marina peruanas. El director del penal, el juez y el fiscal dejaron finalmente sentada su protesta por la presencia de los marinos, a quienes negaron autorización para actuar dentro del penal, declarando que no se responsabilizaban por los resultados de esta intervención. [cita requerida]

Mientras tanto, desde la isla de El Frontón, el viceministro del Interior aprista, Agustín Mantilla, anunció que la isla se encontraba bajo el control del Comando Conjunto, afirmando que había sido declarada zona militar restringida.

Posteriormente la Marina atacó el Pabellón Azul del Penal de El Frontón, defendiéndose del feroz ataque de los terroristas atrincherados en él. Después, con la ayuda de helicópteros, echaron abajo las paredes.[cita requerida] Durante el asalto murieron tres miembros de las Fuerzas armadas peruanas, resultaron heridos otros 20, fallecieron uno de los rehenes y 135 presos, sobrevivieron treinta y cuatro.

También a las 0:00 llegó a Lurigancho un escuadrón de la Guardia Republicana, que colocó explosivos alrededor de la pared exterior del Pabellón Industrial de la prisión donde los senderistas tenían a un rehén. Entonces se inició el ataque conjunto de tropas de la Guardia Republicana y del Ejército peruano.

A las 3:00 am, después del ataque con fusiles y granadas que ocasionó un duro combate. Horas más tarde, los 124 senderistas atrincherados en el edificio yacían muertos.

El escándalo nacional e internacional frente a este crimen múltiple fue enorme. El presidente García visitó tardíamente el lugar de los sucesos, declarando que sólo cabían dos posibilidades: "o se van ellos (los autores del crimen) o me voy yo". Sin embargo nunca se hizo nada por castigar a los culpables.

COLOMBIA: caso del partido union patriotica (up)Fase del “golpe de gracia” al movimiento y de la normalización social del genocidio, 1992 – 2002

La década de 1990 trajo cambios significativos para el país colombiano . Además de la adopción de una nueva carta constitucional, el gobierno del presidente César Gaviria puso en marcha la ejecución de un conjunto de políticas neoliberales, bajo el nombre de “apertura económica”. Siguiendo las fórmulas de la banca internacional, se proponían medidas como la reducción del Estado y la privatización de las empresas públicas. Los parlamentarios de la UP realizaron frecuentes debates parlamentarios contra estas políticas. Como alternativa a las políticas aperturistas propusieron proyectos de ley tendientes a ampliar las funciones sociales y la cobertura del Estado en campos como la educación, la salud, el trabajo y la cultura (Motta, 1995).

En 1993, miembros de la dirección de la UP se reunieron con varios ministros del gobierno del presidente Gaviria, para denunciar la existencia de una nueva operación en su contra, el “Plan Golpe de Gracia”, elaborado, según sus informaciones, por el alto mando militar. A la salida de la reunión los voceros gubernamentales declararon ante los medios de comunicación que con estas denuncias la izquierda pretendía mejorar los resultados en las elecciones parlamentarias de 1994. Pocos meses después de esta reunión, un equipo mixto compuesto por suboficiales del Ejército y paramilitares asesinó a Manuel Cepeda Vargas, el último parlamentario que le quedaba al grupo político en el Congreso de la República.

En ese mismo período la actividad de los grupos paramilitares alcanzó nuevas formas de legalidad a través de decretos que permitían a civiles el porte de armas y la organización de las cooperativas de seguridad “Convivir”. En el departamento de Antioquia, donde tuvo lugar este experimento de legitimación paramilitar, los frentes guerrilleros intensificaron sus acciones. El escalamiento del conflicto armado en la región trajo como consecuencia la multiplicación de los ataques contra la población civil. Cientos de militantes y simpatizantes de la UP fueron asesinados bajo el llamado “Plan Retorno” (1993), elaborado por el Ejército

Nacional, cuyo propósito era “pacificar” la región. En Urabá, zona perteneciente a ese departamento, quienes no perecieron en los atentados, fueron detenidos y acusados de haber perpetrado la masacre de La Chinita, en la que 36 personas fueron asesinadas, luego de ser acusadas de pertenecer o simpatizar al desmovilizado grupo guerrillero Ejército Popular de Liberación. Varios alcaldes y 20 sindicalistas y miembros de la UP fueron detenidos y sentenciados por “jueces sin rostro” a penas de 40 años de prisión como responsables de ese crimen.

Durante esta misma fase se incrementaron considerablemente las cifras de las poblaciones desplazadas en zonas de influencia de la UP. Adicionalmente, aumentó el número de personas y familias exiliadas. En 1996, luego de un atentado con rocket del que salió ilesa, la presidenta de la Unión Patriótica, Aída Abella Esquivel, tuvo que exiliarse. Según las cifras del movimiento, en esta etapa se refugiaron cerca de 200 familias perseguidas, por el hecho de contar con uno o varios miembros de la organización.

Al lado de estos nuevos golpes, y luego de años de constantes arremetidas, se hizo cada vez más notorio que la sociedad colombiana se fue acostumbrando imperceptiblemente a los hechos cotidianos de violencia dirigidos contra el grupo político. Los asesinatos y atentados contra sus militantes dejaron de ser noticia en los medios de comunicación.

A ello contribuyó el discurso justificatorio del genocidio que alcanzó amplia difusión social. La legitimación de las acciones de terror contra la UP se hizo por medio de declaraciones públicas de funcionarios estatales de todos los niveles, oficiales de alto rango de la Fuerza Pública, líderes políticos y empresariales, jefes paramilitares, miembros de la jerarquía eclesiástica, directores de grandes medios de comunicación, y reconocidos académicos. Las denuncias sobre nuevas amenazas fueron banalizadas por las autoridades, calificándolas como una artimaña publicitaria de los líderes de izquierda, para disimular la decadencia de su proyecto ideológico como consecuencia de la caída del Muro de Berlín.

La estigmatización alcanzó la forma del aislamiento social. En muchas partes del país a los militantes del grupo de oposición les era negado el crédito bancario, el cupo en los colegios para sus hijos y, en ocasiones, se les obligaba a dejar sus sitios de vivienda por temor a que ellos fueran blanco de atentados.

El período del “golpe de gracia” al movimiento se cerró el 30 de septiembre de 2002, cuando el Consejo Nacional Electoral expidió la resolución No. 5659 en la que le retiró el estatuto legal para el funcionamiento. La justificación de esta medida consistió en que el grupo no reunía el número de sufragios electorales necesarios (50.000 votos) para mantener su personería jurídica. Esta medida se constituyó en un impedimento legal para la acción pública de los sobrevivientes del movimiento, y tuvo un alto significado simbólico: después de la aniquilación física y sociológica perpetrada, el poder estatal legalizó su “defunción” con una decisión administrativa.

Fase del exterminio de los sobrevivientes, de 2002 hasta el presenteLa cadena de crímenes y hostigamientos contra la UP no es cuestión del pasado. Hoy en día continúa el exterminio de los sobrevivientes, los familiares, los testigos

de los hechos o sus abogados. Según la Corporación Reiniciar y la Comisión Colombiana de Juristas, durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez han sido asesinados 136 miembros de la Unión Patriótica y del Partido Comunista Colombiano, otros 38 han sido desaparecidos y 28 más sobrevivieron a atentados personales21.

El presidente Uribe Vélez, aseguró durante la campaña electoral para su elección, que el “error” cometido con la UP es comprensible, pues no se puede querer “combinar la política con los fusiles”22. A pesar de haber prometido respetar a la oposición en reiterativos pronunciamientos públicos, bajo la administración Uribe se han presentado nuevas modalidades de persecución contra los sobrevivientes de la diezmada colectividad política: detenciones masivas y arbitrarias, procesos judiciales montados sobre la base de testimonios suministrados por cooperantes anónimos de la llamada “red de informantes”, abusos de toda índole en “zonas de rehabilitación” en las que la autoridad civil es sustituida por mandos militares, etc. Los atropellos se han cometido con especial intensidad en los departamentos de Arauca, Tolima, Meta, Norte de Santander, Cundinamarca, y Caquetá, entre otros. Durante su campaña de reelección para un segundo mandato, el equipo del Presidente utilizó una cuña publicitaria en la que se realizaba una abierta apología al genocidio contra la UP, que dio lugar, como se mencionó anteriormente, a la ruptura de la búsqueda de una solución amistosa en el caso colectivo ante la CIDH.

Al mismo tiempo, se ha desarrollado la persecución selectiva contra los viejos militantes con el fin de extinguir toda fuente de memoria viviente del genocidio, o de la historia del movimiento. También se ha perseguido a los familiares, y en no pocos casos se ha desaparecido a familiares de los desaparecidos, o se ha asesinado a familiares de los asesinados. Esta situación muestra con claridad que la intención genocida busca destruir al grupo político, y su entorno social, hasta las raíces.

Pero es sin duda alguna el control de vastas zonas del territorio nacional por redes paramilitares y mafiosas el fenómeno que configura la nueva etapa de persecución contra la oposición política. Al amparo de un proceso de diálogos con el Gobierno Nacional, cuya supuesta finalidad sería la desmovilización de los grupos paraestatales, en realidad se ha consolidado un poder autoritario que ha recurrido al fraude electoral y a la presión armada para afianzarse localmente y para garantizar una significativa presencia en el Congreso de la República.

Como sustento normativo para la denominada desmovilización de los paramilitares, el gobierno colombiano y el parlamento han adoptado una serie de instrumentos legales, como la Ley 975/05 --llamada ley de “justicia y paz”-- y su reglamentación, así como el Decreto 128/03. Estas disposiciones no garantizan los derechos de las víctimas a la verdad y la justicia, pues no disponen de procedimientos adecuados para esclarecer los crímenes cometidos por los miembros y jefes de los grupos paraestatales. Este marco legal no permite la dilucidación adecuada de la responsabilidad de los agentes estatales implicados. Tampoco proporciona instrumentos para sancionar a los aliados y beneficiarios de la acción paramilitar. Como resultado de estas debilidades esenciales, la ley de

“justicia y paz” no asegura un desmantelamiento exitoso de las estructuras paramilitares, y más bien implica la legalización de sus capitales ilícitos y la legitimación social de su control territorial.

Actualmente, la existencia de esta normatividad que aparenta justicia, pero en realidad auspicia la impunidad, se convierte en un obstáculo que deberá ser removido para la solución del caso del genocidio ejecutado contra la Unión Patriótica.

LA FRANJA DE GAZA: Un Gernika multiplicado

La expulsión del embajador de Israel de la República Bolivariana de Venezuela, es decir, del representante del sionismo genocida, es un gesto digno ante la ferocidad que se comete contra el pueblo palestino.Protegido del imperio norteamericano, Israel es punta de lanza de la geopolítica de Estados Unidos, a quien protege de cualquier sanción en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y ha venido armando hasta con armas nucleares.Miles de personas asesinadas o heridas por los bombardeos, reducida a añicos la infraestructura que sostiene la vida de los sobrevivientes; bloqueo brutal para impedir la ayuda humanitaria a las víctimas de la masacre; desafío a la comunidad internacional..., es lo que ofrecen las noticias tras más de quince días de bombardeos indiscriminados contra Gaza.

Picasso eternizó en su cuadro el bombardeo realizado por la aviación fascista contra la villa vasca de Gernika, el 26 de abril de 1937. Esta masacre cometida contra un poblado indefenso dejó un saldo de unas trescientas víctimas mortales y su casi total destrucción.El genocidio que cometen los sionistas israelíes contra los niños, mujeres y ancianos, a quienes bombardea impunemente ante los ojos de la opinión pública internacional, es una ofensa al mundo entero. Sobre todo cuando el sistema de las Naciones Unidas, se muestra impotente para detener esa agresión y sancionar, como se merece, al gobierno israelí.Los pilotos que tomaron parte en el bombardeo de Gernika, hace más de setenta años, envidiarían a quienes tripulan hoy modernos aviones y emplean el más sofisticado armamento para destruir la martirizada Franja de Gaza. Habría que buscar en este ataque la conexión que existe entre el desprestigiado gobierno de George W. Bush y los sionistas de Israel. Lo que nadie pondría en duda es el conocimiento que el mandatario estadounidense tenía sobre lo que Israel iba a desatar, sin que hiciera nada por impedirlo. Semejante barbarie es de una alevosía tal que estremece la conciencia de los pueblos en cualquier confín del planeta. De ahí el repudio manifestado en muchas ciudades del mundo contra mister Bush y los carniceros de Tel Aviv.Tanta es la masacre, tan evidente el crimen, que esta vez no le quedó otro remedio al gobierno del Imperio que abstenerse cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas examinó la propuesta de sanción de las personas razonables de este planeta al genocidio que se comete contra la población civil en Gaza.Cuando en la memoria histórica se mantiene fresco el holocausto que el fascismo alemán desató contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, en aquella danza de horror que segó la vida a más de 6 millones de personas, la humanidad contempla ahora lo ocurrido en la Franja de Gaza, algo que no será olvidado aun cuando ya no exista el sionismo ni imperio que lo sostenga.

CONCLUSIÓNES

1 HIROSHIMA Y NAGASAKI:El gobierno estadounidense lanzó las bombas atómicas a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki para reafirmarse como los únicos que tenían en sus manos las bombas atómicas de esta manera demostraba a las otras naciones quien estaba llamado a tener la supremacía militar. Las ciudades escogidas para realizar este crimen eran ciudades densamente pobladas que a penas habían sufrido los

daños de los bombardeos, de tal manera que le demostraran al mundo el exterminio que eran capaces de infligir.

Está demostrado que era innecesario el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas militarmente no constituían una pieza clave que aceleraría la rendición, el Japón militarista estaba derrotado, solo era cuestión de tiempo.

Los móviles, por supuesto, fueron políticos económicos. Se buscaba la rendición total del Japón antes de que la Unión Soviética entrara de lleno a la guerra en Asia, y el país socialista fortaleciera su posición sobre esta zona cosa que iba en contra de los intereses del gobierno estadounidense en dominar y expandir su economía, adquirir materias primas y mano de obra, o para dar salida a los excedentes de producción en el Extremo Oriente .

Estados Unidos sabía que si usaba la bomba atómica no sólo incidiría determinantemente sobre la guerra, con el resultado a su favor; sino que la posesión de un arma con la capacidad de exterminio de una bomba nuclear lo colocaba a la cabeza de las naciones del mundo. El uso de la bomba fue una demostración de poder tan efectiva, que sus efectos disuasivos se han prolongan hasta nuestros días.

La destrucción de la primera bomba atómica fue espantosa.  Causó 140 mil víctimas mortales y muchas más en los años siguientes, ya que dos generaciones fueron afectadas por radiaciones que produjeron mutaciones genéticas, microcefalia, leucemia y varios tipos de cáncer. Comparando a Hiroshima y Nagasaki con los horrores del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial; la diferencia es que los perpetradores nazis fueron juzgados y ahorcados, mientras que nadie ha sido llevado a juicio en Estados Unidos por ese gran crimen de guerra, y mucho menos condenado. Por el contrario, los pilotos que lanzaron la bomba atómica fueron muy condecorados.

Terminada La Segunda Guerra Mundial se desató una carrera armamentista que no ha conocido límites, siempre encabezada por los Estados Unidos. Con el pretexto del mundo bipolar, se han desarrollado, bombas de Hidrógeno mas potentes 50 veces que las lanzadas en Hiroshima y Nagasaki, de neutrones, cohetes con ojivas nucleares, proyecto de guerra desde el cosmos, armas químicas como el agente naranja y otras probadas en la guerra de Viet Nam, así nuevas variantes de NAPALM considerada un arma prohibida.

Las guerras más recientes les han servido para seguir probando, y así vemos nuevas modalidades de armas convencionales con uranio empobrecido.

En la actualidad los gastos de defensa de Estados Unidos ascienden al 40,8 % del total de los gastos de defensa del mundo entero. Es decir, casi la mitad. La suma es escalofriante: 359 mil millones de dólares, suficientes para que el hambre en el mundo se acabe. Un país dedicado a la guerra, a la producción de armas, a la investigación científica dirigida a fortalecer el aparato militar. Mercaderes de la guerra y de la muerte.

El 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos fue victima del terrorismo, y si esas imágenes de las Torres Gemelas son terribles, más impactantes han sido las percibidas en el estudio acerca del holocausto atómico de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, acto de terrorismo de estado, programado de manera fría y paciente por el gobierno norteamericano.

Hoy en un mundo unipolar, la justificación encontrada para seguir el armamentismo es la guerra contra el terrorismo, que a su vez es la fachada en ensayos, ya sea en el Golfo Pérsico, Afganistán o Irak para poder seguir con su carrera por la expansión del imperio.

2 EL GENOCIDIO EN EL TAHUANTINSUYO :Lo primero que se sabe sobre la agresión europea a América es la llegada de sus enfermedades, las mismas que llegaron como una vanguardia orientada a preparar el terreno para la llegada de la hueste europea, así la hueste perulera vino precedida de una epidemia que aniquiló a cientos de millares de andinos, entre cuyas víctimas se hallaba el Inca Huayna Capac .

Hacia 1532 la hueste perulera, al mando de Francisco Pizarro, pisó territorio del Tahuantinsuyo iniciando así una historia de genocidios  y aniquilamiento sistemático de de la población a través de las guasabaras, el aperreamiento y los rancheadas .

Entre los ingeniosos métodos de tortura que aplicaban a los inocentes indios, se les untaba el cuerpo de miel para que los picasen los insectos y murieran entre gritos y alaridos... Comúnmente mataban a los señores nobles de la tribu, haciendo unas parrillas de vara a la cual le ponían fuego lento para que, poco a poco dando alaridos en aquellos tormentos desesperados, se les salía el alma... Cuando los alaridos no dejaban dormir al capitán conquistador les metía palos en la boca para que no sonasen... Nunca vi hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias... Sólo por riquezas..! En una búsqueda de experimentar nuevas formas de torturas, trajeron, enseñaron y amaestraron perros bravísimos, que hacían pedazos a un indio y lo comían como cerdo... Si en algún momento un indio mataba a un cristiano, la Ley era matar a cien indios... Un nuevo gobernador llamó a los indios escondidos en la selva, y luego de convencerlos de su buena voluntad, hizo meter en una choza muy grande a 300 señores, y luego encendió fuego quemándolos vivos... Inventar nuevas formas de tortura se convirtió en una competencia entre los que se hacían llamar colonizadores... Los gritos y alaridos de sus victimas medían la intensidad del dolor infringido a los indefensos nativos americanos... Untaban aceite a los cuerpos desnudos y pegaban paja seca en todo el cuerpo. Las risas y el júbilo de los malvados se intensificaban con los alaridos de los inocentes que eran quemados en vida... Miles de nativos eran apresados sólo para cortarles las manos y dejarlos huir hacia los montes, par de esta forma impresionar a los otros que estaban escondidos.

En este periodo de inicial invasión dle Tahuantinsuyo se hallaba en medio de una guerra civil, muchas culturas sometidas por los incas, vieron en el español el medio para liberarse de ellos: " estos caudillos indígenas locales, con su ciega rebeldía, fueron instrumentos inconscientes de los cristianos en la lucha contra los principales centros incaicos".

"Indios contra indios. Tal fue en realidad, el secreto de la rápida conquista del Tahuantinsuyo; porque las guerras de la penetración castellana, eran, esencialmente, sanguinarias campañas de unas confederaciones tribales contra otras. Atroz contienda entre indios. Espantosas guerras civiles que los españoles aprovecharon hábilmente y sin escrúpulos. Anarquía política que los castellanos supieron reforzar a través del atizamiento del espíritu levantisco de numerosos indígenas contra el orden imperial incaico"

En ese contexto la población se ve dividida y diezmada, a todo esto hay que sumarle el fanatismo religioso que llevo a la destrucción de ingentes cantidades de registros históricos y culturales de la región.

3 EL CASO EL FRONTON : Ante las graves acusaciones que se hicieron con respecto a la reacción de las Fuerzas Armadas, el Parlamento peruano, en sesión conjunta, conformó una comisión que tuvo por objetivo la investigación y el análisis de los sucesos ocurridos en los penales.

La comisión, presidida por el entonces senador Rolando Ames, afirmó haber encontrado suficientes pruebas para acusar y exigir una respuesta por las decisiones tomadas por el Presidente Alan García y su Consejo de Ministros y determinar la responsabilidad política por estos actos.

El gobierno de García, sin embargo, otorgó impunidad a los autores de la masacre.[cita requerida] Inclusive, uno de los responsables del operativo llevado a cabo por la Marina de Guerra del Perú en El Frontón, el vicealmirante AP Luis Giampietri Rojas, es el actual Primer Vicepresidente del segundo gobierno de Alan García.

Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú, la matanza de las prisiones marcó un punto de quiebre en la política antiterrorista del gobierno de Alan García, pues si hasta ese momento había mostrado interés en frenar las violaciones a los derechos humanos cometidas por las Fuerzas Armadas del Perú, tras los hechos de junio de 1986, permitió e inclusive alentó la continuación de la represión [cita requerida](de la cual uno de los hechos más sonados de estos años fue la masacre de 30 campesinos en el poblado ayacuchano de Cayara)

4 CASO DE RUANDA :

Los conflictos como el de Ruanda, que resultan del debilitamiento del poder estatal, el cual es el encargado de preservar las leyes y garantizar la justicia, ocurren en medio de Estados fallidos. Esa situación es la incubadora perfecta de la violencia interna generalizada, tanto previo a los conflictos como durante y después de los mismos. Es en acontecimientos como estos donde el Derecho Internacional Humanitario juega un rol preponderante. Sin embargo, no hay formas seguras de aplicarlo ni resguardarlo.

Partiendo del hecho de que los conflictos de esta naturaleza surgen cuando el Estado falla, al investigar con cierta profundidad este tema, entendemos que, se han modernizado muchas cosas en el mundo actual, aun se necesitan grandes esfuerzos para mantener y preservar el Estado como punto de referencia central del sistema internacional. En virtud de que las causas de los conflictos son casi siempre de índole endógena, hay que crear en cada nación las condiciones internas para lograr la recuperación.

A partir del caso de Rwanda, consideramos que si bien es cierto que los conflictos que surgen de esta naturaleza, no anuncian el fin del Estado como tal, no es menos cierto que debemos tomar carta en el asunto para evitar que los mismos sigan surgiendo, o por lo menos cesar los que ya están en proceso.

A pesar de los acuerdos internacionales para detener el surgimiento de diferencias entre seres humanos y de los grandes avances a que ha llegado el hombre para mejorar su calidad de vida y habitar un mundo en paz, aun persisten muchas dudas en torno a la futura paz de la Tierra. En fin, aun nos preguntamos si llegará el momento en que la evolución de las instituciones tenga en cuenta las limitaciones de la raza humana en nuestro tiempo, a la vez que nos ofrezca un Estado moderno, basado en principios de tolerancia y compromiso y fomentando la cultura política y la identificación con la colectividad.

5 GENOCIDIO CONTRA LA UP : Como puede verse, esta periodización ubica el orden y el sentido que ha tenido el genocidio. Los periodos mencionados han coincidido con momentos fundamentales de la implantación de modelos políticos y económicos en el país. El momento del debilitamiento esencial del movimiento --a comienzos de la década de 1990-- coincidió con la irrupción de la llamada apertura económica y del modelo neoliberal. Y en el terreno político significó el deterioro considerable de la democracia local. El genocidio corresponde a la pérdida de espacios políticos después de un primer ensayo de democratización local a través de la elección popular de alcaldes y gobernadores.

Por todas estas razones, el genocidio contra la UP se ha convertido en uno de los factores más poderosos de la clausura de una salida política al conflicto armado en Colombia. Para muchos sectores, su perpetración ha ratificado que los procesos democráticos en Colombia se estrellan inmediatamente con la barrera de la violencia sistemática y el homicidio político como únicas vías para resolver los

conflictos sociales. La suerte que corrieron miles de miembros de la UP, y esto suele olvidarse en el debate sobre la naturaleza del conflicto armado en Colombia, es el mayor argumento que tienen quienes desconfían de la acción política legal.

En consecuencia, un desafío fundamental para la salida de la violencia en Colombia consiste en una reparación plena de la cadena de crímenes políticos cometidos en este caso.

No es posible entender el proceso de reparación de una fuerza política como la simple indemnización económica de los familiares de las victimas directas, ni como un proceso de restitución del número de sus parlamentarios o diputados locales en el momento del exterminio. En el presente caso, una reparación debe partir de la comprensión de que una fuerza política es mucho más que sus miembros individuales, y mucho más que sus representantes en instancias de poder local o nacional. Como se ha expuesto anteriormente, el genocidio contra la UP ha comprendido la destrucción de redes y espacios sociales en los cuales su programa político tenía la posibilidad de desarrollarse. La reparación del daño al proyecto político comprende, por lo tanto, la aplicación de medidas que permitan reestablecer esta visión política alternativa acerca de los cambios que requiere la sociedad colombiana.

Mientras continúe aconteciendo un hecho de la magnitud y el significado del genocidio prolongado de todo un grupo político, la sociedad colombiana no podrá ser considerada una sociedad auténticamente democrática. En este sentido, las políticas de reparación en este caso deben considerar el plano del resarcimiento individual de los miembros del grupo perseguido y sus familias, pero adicionalmente trascender a trasformaciones del sistema político.

Esas trasformaciones atañen directamente a la búsqueda de una salida del conflicto armado. En Colombia es impensable el fin negociado de la violencia sin que el caso del exterminio de la Unión Patriótica sea reparado de una manera satisfactoria, y sin que quede inscrito en la memoria colectiva como algo que no puede volver a ocurrir nunca más.

6 EL GENOCIDIO EN LA FRANJA DE GAZA : Sólo se puede esperar que el genocidio israelí contra Gaza haga al menos imposible en el porvenir que gobiernos sádicos e hipócritas, especialmente los aliados de Israel en Norteamérica y Europa, defiendan la Ocupación de Palestina. Los esfuerzos fingidos de esos gobiernos en pro de un alto el fuego han mostrado la clara voluntad de permitir a los líderes israelíes asesinar a tantos palestinos como quieran. Los grandes medios de comunicación, por una vez, no han tenido otra salida que reconocer el horror que Israel ha perpetrado.

Este horror supera con mucho la pertinencia de las preguntas acerca de la naturaleza y estructura de la protesta y la denuncia. Sin embargo merece la pena

tenerlas presentes. La gente de Europa y Norteamérica se da el lujo de escoger sus alianzas a la carta. A pesar de algunos ataques terroristas ocasionales, no padecen una imposición sistemática de la violencia como la que sufren los palestinos desde hace ya 60 años.

De momento el consenso entre los progresistas parece ser que Hamas tiene derecho a luchar en defensa propia contra la violencia genocida de Israel. Anteriormente el consenso era otro. Lo que ha cambiado desde hace un mes es la escala de los acontecimientos. Incluso los grandes medios de comunicación no pueden esconder los crímenes israelíes contra los palestinos.

Si Hamas tiene derecho ahora a su propia defensa ¿por qué no lo tenía anteriormente? La mayoría de la gente que ahora se escandaliza por el genocidio israelí contra los palestinos era consciente del genocidio israelí de bajo nivel de los meses anteriores y de los años y décadas pasados. La destrucción de los palestinos era más lenta en el pasado, pero igualmente deliberada.

Lo ocurrido en las dos semanas pasadas significa que la gente no puede continuar sus vidas como si nada sin sentirse cómplices del genocidio. Sin embargo, las masacres actuales terminarán en algún momento. La gente dejará sus protestas y volverán a su rutina habitual. A menos que mantengan su exigencia de justicia para los palestinos, lo cierto es que se convertirán en cómplices del genocidio que ha sido apoyado durante muchos años por los aliados de Israel, los gobiernos de la Europa, Estados Unidos y Canadá

La ira actual declinará pronto probablemente. Es casi seguro que la traición internacional a los palestinos por parte de los gobiernos occidentales continuará. La gente de Europa y de Norteamérica puede que proteste y ejerza presión de vez en cuando. Sin embargo, sus protestas, campañas y presiones será inútiles porque sus gobiernos antidemocráticos y contrarios a la humanidad están determinados a no usar la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas, como no sea para decorar la pared. Los palestinos lucharán casi en solitario por su autodeterminación hasta el final a la hora de la verdad.

Esta realidad hace que sea importante, para otros pueblos y sus gobiernos que se enfrentan actualmente a otras formas menos extremas de extorsión imperialista por parte de los gobiernos de Norteamérica y Europa, realizar una reflexión. Les enfrenta la hipocresía total y el sadismo superlativo de los gobiernos occidentales, junto con la marcada complicidad de los grandes medios de comunicación occidentales y sus aliados regionales. También se enfrentan a la ineficacia y abitrariedad de la solidaridad internacional.

El caso de Nicaragua es una demostración de esto.

Una mayoría de los palestinos apoyaba a Hamas desde antes de las elecciones de 2006. Sin embargo, la opinión progresista se inclinó por rechazar el derecho de los palestinos dirigidos por Hamas a su propia defensa armada. En Nicaragua la mayoría de la gente votó por el Frente Sandinista Liberación Nacional en las recientes elecciones municipales, pero la opinión progresista dio crédito a las denuncias de fraude que hizo la oposición aliada con el campo imperialista.

Le Monde Diplomatique publicó un artículo de Mónica Baltodano, uno de los símbolicos izquierdistas de la oposición nicaragüense, en el que atacaba al FSLN y aseguraba que las elecciones fueron fraudulentas. Baltodano, una consumada hipócrita oportunista, ha trabajado de forma consistente con la oposición de derechas en la Asamblea Nacional de Nicaragua para destruir el programa progresista del gobierno del FSLN. A principios de 2008, Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, escribió enérgicamente en defensa de otro hipócrita y malicioso oponente del gobierno del FSLN, el poeta Ernesto Cardenal.

En junio de 2008, líderes de opinión como Noam Chomsky, Mario Benedetti, Ariel Dorfman, Eduardo Galeano y Tom Hayden publicaron una declaración mal informada en apoyo de Dora María Téllez, antigua revolucionaria convertida en demócrata-social. Tellez se quejaba de que el gobierno del FSLN estaba persiguiendo a su partido político. Pero el gobierno no le hacía nada. De hecho, su partido estaba sujeto a una acción legal y administrativa iniciada por el prinicpal partido de oposición derechista nicaragüense, el Partido Liberal Constitucionalista.

En unos pocos meses, Dora María Téllez y sus colegas social-demócratas se alinearon abiertamente con el PLC, justo antes de las elecciones municipales de 2008. Su protesta era una completa farsa. Sin embargo Noam Chomsky y otros apoyaron a Téllez igual que Ignacio Ramonet y otros han apoyado a Cardenal y Baltodano.

Algunos eminentes intelectuales progresistas terminan siendo monstruos sagrados. Entre ciertos sectores es un tabú criticarles. Su influencia desproporcionada hace que exista una cierta reluctancia a denunciar sus insensatos errores y evasivas deshonestas. Sobre Nicaragua, personas como Noam Chomsky e Ignacio Ramonet han escogido ponerse del lado de los compañeros de viaje de los imperialistas como Dora María Téllez, oportunistas deshonestos como Mónica Baltodano y narcisistas amargados como Ernesto Cardenal.

En el fondo todos resultan irrelevantes, de la misma manera que lo son los que juran apoyar a los palestinos pero miran con recelo a Hamas. La gente del pueblo apoya a las organizaciones que se ocupan de sus necesidades y representan sus aspiraciones. En Gaza, los gobiernos de Norteamérica y Europa apoyan a Israel porque quieren destruir el apoyo de los palestinos a Hamas. En Nicaragua, esos gobiernos actúan decididos para destruir el apoyo al FSLN.

Mediante Israel, su aliado, esos gobiernos buscan destruir a los palestinos como pueblo. En Colombia apoyan el régimen narco-terrorista de Álvaro Uribe. Contra Cuba se alían con el bloqueo criminal de Estados Unidos. En Bolivia y Venezuela apoyan a sus aliados locales contra los procesos profundamente democráticos y humanitarios dirigidos por Evo Morales y Hugo Chávez respectivamente.

La respuesta de la gente a esta realidad depende de sus lealtades de clase y del coraje de sus convicciones. En Palestina y Líbano la gente rehúsa a someterse al proyecto imperialista en la región que pretenden imponer los gobiernos norteamericanos y europeos mediante su aliado Israel. Igualmente, en Nicaragua, la gente que ha trabajado contra el imperialismo durante décadas en movimientos

populares continuará haciéndolo, a pesar de las intervenciones insensatas y deshonestas de los monstruos sagrados en apoyo a los aliados locales de los gobiernos de Norteamérica y Euro