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REPÚBLIC A BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA (UBV) FUNDACIÓN MISIÓN SUCRE ALDEA UNIVERSITARIA: DR. CARLOS AROCHA LUNA P.F.G.: ESTUDIOS JURÍDICOS U.C.: EXCLUSION SOCIAL Y GRUPOS VULNERABLES 7MO SEMESTRE SECCIÓN A EL ESTADO SUS POLÍTICAS PÚBLICAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN SU PAPEL COMO FACTOR DETERMINANTE DE LA EXCLUSIÓN INTEGRANTES: MAZZA ITALIA C.I.: V- 10.888.659 AMARO BELTRAN C.I.: V-12.162.388 SILVA MARIA C.I.: V-16.092.331 RAMIREZ WILLIAMS C.I.: V-10.379.945 ROMERO YAHIR C.I.: V-17.007.099 PRIETO YENIFER C.I.: V-9.685.877 IRIARTE JOSÉ C.I.: V-6.499.533 FACILITADORA: ABG. EVIA CARMEN

El Modelo Capitalista UNIDAD IV

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Page 1: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

REPÚBLIC A BOLIVARIANA DE VENEZUELAMINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

UNIVERSITARIAUNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA (UBV)

FUNDACIÓN MISIÓN SUCREALDEA UNIVERSITARIA: DR. CARLOS AROCHA LUNA

P.F.G.: ESTUDIOS JURÍDICOSU.C.: EXCLUSION SOCIAL Y GRUPOS VULNERABLES

7MO SEMESTRE SECCIÓN A

EL   ESTADO SUS POLÍTICAS PÚBLICAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN SU PAPEL COMO FACTOR DETERMINANTE DE LA

EXCLUSIÓN

INTEGRANTES: MAZZA ITALIA C.I.: V- 10.888.659

AMARO BELTRAN C.I.: V-12.162.388 SILVA MARIA C.I.: V-16.092.331

RAMIREZ WILLIAMS C.I.: V-10.379.945 ROMERO YAHIR C.I.: V-17.007.099 PRIETO YENIFER C.I.: V-9.685.877

IRIARTE JOSÉ C.I.: V-6.499.533

FACILITADORA: ABG. EVIA CARMEN

Charallave Enero, 2013

Page 2: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

INTRODUCCIÓN

Actualmente se viven cambios muy profundos en los aspectos fundamentales que

asentaron la sociedad industrial avanzada del siglo XX. No hay sitio donde mirar en

el que no se tenga la sensación que sus habituales instrumentos de análisis y

reflexión se le han quedado obsoletos, tal es la rapidez y la intensidad de los cambios

que se han producido en los últimos tiempos. La realidad se mueve, se transforma y

lo hace a gran velocidad. Este contexto complejo y lleno de preguntas, sin respuesta,

es el nuevo marco en el que se inscribe el concepto de exclusión social. Concepto que

engloba a la pobreza pero más allá; la exclusión social, se define por la imposibilidad

o dificultad intensa de acceder a los mecanismos de desarrollo personal e inserción

socio-comunitaria; y a los sistemas preestablecidos de protección.

La existencia de sectores socialmente excluidos, en el marco de las nuevas

sociedades postindustriales es una realidad ampliamente asumida. Sin embargo, los

niveles concretos de conocimiento sobre esta realidad están todavía hoy claramente

por debajo de lo deseable. Se quiere contribuir, aunque sea de forma somera, a

conocer y establece los diversos conceptos que están inmersos en esta civilización

globalizada.

Desde el punto de vista productivo, el impacto de los grandes cambios tecnológicos

ha modificado totalmente las coordenadas del industrialismo. Se han superado las

estructuras “fordistas”.

Palabras como flexibilización, adaptabilidad o movilidad han reemplazado a

especialización, estabilidad o continuidad. La sociedad del conocimiento busca el

valor diferencial, la fuente del beneficio y de la productividad en el capital intelectual

frente a las lógicas anteriores centradas en el capital físico y humano. Lo que está en

juego es la propia concepción del trabajo como elemento estructurante de la vida, de

Page 3: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

la inserción y del conjunto de relaciones sociales. Y, en este sentido, las

consecuencias más inmediatas de esa reconsideración del trabajo afectan en primer

lugar a lo que podríamos denominar la propia calidad del trabajo disponible.

Page 4: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

LOS COMPONENTE S DE LA EXCLUSIÓN

Desde un punto de vista estructural, se podría ante todo afirmar que la exclusión

social, como realidad de hecho, no es algo básicamente nuevo. Puede inscribirse en la

trayectoria histórica de las desigualdades sociales. Con antecedentes claros –en el

marco histórico de las sociedades contemporáneas- en forma de necesidades

colectivas intensas, en otros muchos momentos y lugares, desde el inicio de los

procesos de industrialización y urbanización masiva, durante los siglos XIX y XX.

Ahora bien, la exclusión social expresa la nueva configuración de las desigualdades

en el contexto actual de transición hacia la sociedad del conocimiento. La cuestión

social se transforma y adquiere una nueva naturaleza en las emergentes sociedades

tecnológicas avanzadas.

La exclusión social es, en buena parte, el reflejo de esa naturaleza. ¿Qué hay

entonces de nuevo? Muy en síntesis, la vieja sociedad industrial en su fase madura

presenta polarizaciones unidimensionales, lineales, generadas por la lógica de clase,

que no llegan a romper los parámetros básicos de la   integración social. La exclusión,

en un contexto de creciente heterogeneidad, no implica sólo la reproducción más o

menos ampliada de las desigualdades verticales del modelo industrial.

Va más allá, la exclusión implica fracturas en el tejido social, la ruptura de ciertas

coordenadas básicas de integración, en consecuencia, la aparición de una nueva

ruptura social en términos de dentro / fuera. Generadora, por tanto, de un nuevo

sociograma de colectivos excluidos.Si atendemos a la exclusión desde la perspectiva

dinámica o temporal, podríamos decir que la exclusión es mucho más un proceso –o

un conjunto de procesos- que una situación estable. Y dichos procesos presentan una

geometría variable. Es decir, no afectan sólo a grupos predeterminados concretos,

Page 5: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

más bien al contrario, afectan de forma cambiante a personas y colectivos, a partir de

las modificaciones que pueda sufrir la función de vulnerabilidad de éstos a dinámicas

de marginación.

De hecho, la distribución de riesgos sociales -en un contexto marcado por la

erosión progresiva de los anclajes de seguridad de la modernidad industrial- se vuelve

mucho más compleja y generalizada. El riesgo de ruptura familiar en un contexto de

cambio en las relaciones de género, el riesgo de descalificación en un marco de

cambio tecnológico acelerado, el riesgo de precariedad e infrasalarización en un

contexto de cambio en la naturaleza del vínculo laboral... todo ello y otros muchos

ejemplos, pueden trasladar hacia zonas de vulnerabilidad a la exclusión a personas y

colectivos variables, en momentos muy diversos de su ciclo de vida. Las fronteras de

la exclusión son móviles y fluidas; los índices de riesgo presentan extensiones

sociales e intensidades personales altamente cambiantes.

La exclusión social es un fenómeno multifactorial y multidimensional. No se

explica con arreglo a una sola causa. Ni tampoco sus desventajas vienen solas: se

presenta en cambio como un fenómeno poliédrico, formado por la articulación de un

cúmulo de circunstancias desfavorables, a menudo fuertemente interrelacionadas.

Tiene un carácter complejo, formado por múltiples vertientes. (Castells, 1998).

La exclusión difícilmente admite definiciones segmentadas. Una sencilla

explotación de las estadísticas nos muestra las altísimas correlaciones entre, por

ejemplo, fracaso escolar, precariedad laboral, desprotección social, monoparentalidad

y género. O bien entre barrios guetizados, infravivienda, segregación étnica, pobreza

y sobre incidencia de enfermedades. Todo ello conduce hacia la imposibilidad de un

tratamiento unidimensional y sectorial de la exclusión social. La marginación, como

Page 6: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

temática de agenda pública, requiere abordajes integrales en su definición, y

horizontales o transversales en sus procesos de gestión. No podemos dejar a la

exclusión al margen de la política.

La exclusión social no está inscrita de forma fatalista en el destino de ninguna

sociedad. Como no lo está ningún tipo de desigualdad o marginación. Al contrario, la

exclusión es susceptible de ser abordada desde los valores, desde la acción colectiva,

desde la práctica institucional y desde las políticas públicas. Más aún, en cada

sociedad concreta, las mediaciones políticas y colectivas sobre la exclusión se

convierten en uno de sus factores explicativos clave. ¿Por qué creemos que es

importante hacer hincapié en todo esto?.

En otros momentos históricos, por ejemplo en las etapas centrales de la sociedad

industrial, el colectivo sometido a relaciones de desigualdad y subordinación había

adquirido subjetividad propia y, por tanto, capacidad de auto organización social y

política. Se había convertido en agente portador de un modelo alternativo, con

potencial de superación de las relaciones de desigualdad vigentes. (Flores ,2000)

Ello no pasa con la exclusión. Los colectivos marginados no conforman ningún

sujeto homogéneo y articulado de cambio histórico, visible, y con capacidad de

superación de la exclusión. De ahí que sea mucho más complicado generar procesos

de movilización y definir una praxis superadora de la exclusión. De ahí también que a

menudo se cuestione la posibilidad de mediaciones políticas emancipatorias sobre la

exclusión. Y se imponga con facilidad, en cambio, una cierta perspectiva cultural que

lleva a considerar la exclusión como algo Inherente a las sociedades avanzadas del

siglo XXI.

Page 7: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

En el terreno conceptual, la idea de síntesis pasaría por considerar la exclusión

social como un fenómeno cambiante, relacional, insertado en el marco de las

transformaciones hacia sociedades postindustriales, y susceptible de mediaciones

políticas colectivas. Sobre esta base, el siguiente paso debería ser la identificación de

los grandes factores generadores de exclusión. (Flores ,2000) En concreto,

proponemos optar por el análisis de tres mecanismos que operan, creemos, como

determinantes clave de la magnitud y estructura de la exclusión. La fragmentación

tridimensional de la sociedad cabe destacar, en primer lugar, la transición hacia una

estructura social mucho más compleja y fragmentada, caracterizada por lo menos en

tres planos:

a) la diversificación étnica derivada de emigraciones de los países más pobres,

generadora a falta de políticas potentes de multiculturalidad e inserción   de un

escenario de precarización múltiple (legal, económica, relacional y familiar) de un

buen número de colectivos inmigrantes;

b) la alteración de la pirámide de edades, con incremento de las tasas de

dependencia demográfica, a menudo ligadas a estados de dependencia física.

c) la pluralidad de formas de convivencia familiar con incremento de la

monoparentalidad en capas medias y populares. La erosión de la familia patriarcal

clásica, junto a la debilidad de las políticas públicas de educación infantil y de

atención a la vejez, y junto a las aún fuertes dificultades de articulación entre esfera

doméstica y empleo de calidad, propician nuevas dinámicas de riesgo social en

amplios colectivos de mujeres. El impacto sobre el empleo de la economía

postindustrial Cabe considerar, en segundo lugar, el impacto que sobre el mercado de

trabajo, el empleo y las relaciones laborales desencadena la transición hacia el

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modelo de economía información al con esquemas de producción posfordistas.

(Rogers, 2000)

Desde luego, los impactos son múltiples y en muchas direcciones. Para sectores

relevantes de la sociedad, el cambio económico puede haber generado un abanico de

nuevas oportunidades impensable en periodos anteriores. Pero no podemos obviar

que todo cambio económico, inscrito en la lógica del capitalismo, genera perdedores

históricos. En este caso, perdedores empujados hacia procesos de exclusión,

plasmados en nuevas realidades conectadas a la esfera laboral: desempleo juvenil de

nuevo tipo, estructural y adulto de larga duración; trabajos de baja calidad sin

vertiente formativa; y empleos de salario muy bajo y sin cobertura por convenio

colectivo. Todo ello nos remite y puede sintetizarse en dos fenómenos.( Wehle,

1999).

a) Las trayectorias lineales y rápidas de los jóvenes hacia el empleo industrial

asalariado son hoy residuales. Han dado paso a un abanico de itinerarios muy

complejos y dilatados en el tiempo. Los itinerarios de inserción recorridos por

jóvenes con intensas carencias formativas y débiles resortes de aprendizaje, que dan

acceso estricto a empleos eventuales, precarios y no generadores de ningún tipo de

vínculo grupal o comunitario, construyen unas condiciones propicias para un nuevo

espacio de exclusión social juvenil.

b) La irreversible flexibilidad de los procesos productivos en la economía

información al ha servido de argumento en algunas sociedades, entre ellas la

española, para impulsar procesos paralelos de destrucción de empleo y de

desregulación laboral, con erosión de derechos laborales y debilitamiento de los

esquemas de protección social tradicionalmente ligados al mercado de trabajo. Ello

ha generado nuevos espacios sociales de exclusión, que afectan no sólo a la población

Page 9: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

más joven, si no también y sobre todo a colectivos adultos con cargas familiares. El

déficit de inclusividad del estado de bienestar. (Wehle, Beatriz,1999:32).

Finalmente, puede sostenerse que el déficit de inclusividad del estado de bienestar

opera como un tercer factor clave. Y lo hace en un mínimo de dos planos. Se han ido

consolidando, por una parte, fracturas de ciudadanía a partir del diseño poco inclusivo

y en ocasiones del fracaso implementador de las principales políticas clásicas de

bienestar: por ejemplo, la exclusión de la seguridad social de grupos con insuficiente

vinculación al mecanismo contributivo, o la exclusión de sectores vulnerables al

fracaso escolar en la enseñanza pública de masas. Se ha ido incrementando, por otra

parte, el carácter segregador de ciertos mercados de bienestar con una presencia

pública estructuralmente débil: por ejemplo, los mercados del suelo e inmobiliario.

Hecho que provoca no sólo la exclusión del acceso a la vivienda de amplios

colectivos sociales, si no también pautas de fractura social en el territorio (barrios en

crisis).

Desde luego, la fragmentación de la sociedad, el impacto sobre la esfera laboral de

la economía postindustrial y el déficit de inclusividad de las políticas clásicas de

bienestar no operan de forma aislada entre sí. Se interrelacionan y, a menudo, se

potencian mutuamente. De hecho, las dinámicas de exclusión social se desarrollan al

calor de estas interrelaciones. Ciertos colectivos inmigrantes, por ejemplo, no sólo

ocupan las posiciones más marginales en la división étnica del trabajo, padecen

también obstáculos de acceso a los sistemas de protección social, y son muy

vulnerables a la discriminación en el mercado de la vivienda. Sectores de población

dependiente, de edad avanzada, quedan con facilidad excluidos de unos servicios

sociales con tasas muy bajas de cobertura. O bien comunidades que habitan barrios

periféricos segregados sufren con mayor intensidad el desempleo de larga duración o

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la inserción laboral en precario. En definitiva, se plasma en la realidad el carácter

multifactorial y multidimensional de la exclusión. (Wehle, Beatriz. (1999):34)

LAS POLITICAS DE RESPUESTA

La complejidad de factores y de dinámicas cruzadas que, como hemos visto, plantea

la exclusión social, sitúa muy alto el listón para combatir ese fenómeno que amenaza

la cohesión social presente y futura de nuestras sociedades. Parece claro que no

podemos aplicar las políticas de bienestar surgidas y coherentes con las situaciones de

desigualdad estable y concentrada de la sociedad industrial a contextos muy distintos.

No nos parece que sea posible tampoco seguir considerando a la exclusión social

como una situación personal, poco o nada arraigada en factores más estructurales.

Desde esta visión, lo que se plantean son respuestas de corte paternalista, asentadas

en el imaginario tradicional: se reacciona ante la pobreza con medidas asistenciales y

paliativas. Y se hace desde una visión clásica de asistencia social. Y esa manera de

abordar la exclusión sólo provoca estigmatización y codificación. Se Cree haber

contribuido a demostrar que cuando hablamos de exclusión social a principios del

siglo XXI estamos hablando de otra cosa. Wehle, Beatriz. (1999):35)

Y ello requiere dar un giro sustancial tanto a las concepciones con las que se

analiza el fenómeno como a las políticas que pretendan darle respuesta. Requiere

buscar las respuestas en dinámicas más “civiles”, menos dependientes de lo público o

de organismos con planteamientos estrictamente de caridad. Requiere armar

mecanismos de respuesta de carácter comunitario, que construyan autonomía, que

reconstruyan relaciones, que recreen personas. Creemos que el factor esencial de la

lucha contra la exclusión hoy día, pasa por la reconquista de los propios destinos

Page 11: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

vitales por parte de las personas o colectivos afectados por esas dinámicas o procesos

de exclusión social.

Lo cual, precisa armar un proceso colectivo que faculte el acceso a cada quién a

formar parte del tejido de actores sociales, y por tanto, no se trata sólo de un camino

en solitario de cada uno hacia una hipotética inclusión. No se trata sólo de estar con

los otros, se trata de estar entre los otros. Devolver a cada quién el control de su

propia vida, significa devolverle sus responsabilidades, y ya que entendemos las

relaciones vitales como relaciones sociales, de cooperación y conflicto, esa nueva

asunción de responsabilidades no se plantea sólo como un sentirse responsable de uno

mismo, sino sentirse responsable con y entre los otros. Queremos plantear algunas

formulaciones que, desde nuestro punto de vista, pueden permitir avanzar, desde estas

perspectivas, en nuevas fórmulas de lucha contra la exclusión. Si la exclusión tiene un

carácter estructural, las acciones públicas, desde lógicas políticas propias y explícitas,

deben tender a ser también estratégicas, y tendentes a debilitar los factores que

generan precariedad y marginación.

No es un problema sólo de empleo, por ejemplo. La inserción a través del empleo

se ha convertido en un elemento clave, y diríamos que inevitable, en la lucha contra la

exclusión. Pero, sin negar que ese es y seguirá siendo un factor muy importante en el

camino para reconstruir un estatus de ciudadano completo, hemos de recordar que si

la exclusión tiene, como decíamos, una dimensión multifactorial y multidimensional,

las formas de inserción han de ser plurales Por otro lado, si la exclusión presenta una

configuración compleja, las políticas que traten de darle respuesta deben tender a ser

formuladas desde una visión integral, y debe plantearse su puesta en práctica desde

planteamientos transversales, con formas de coordinación flexible, y desde la mayor

proximidad territorial posible. En la concepción que defendemos, la inclusión se

Page 12: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

presenta como una dinámica que se apoya en las competencias de las personas. Y que

se hace además en un contexto social y territorial determinado. La inserción se nutre

de la activación de relaciones sociales de los afectados y de su entorno, y tiene

sentido si consigue no sólo dar salidas individuales a este o aquel, sino que sus

objetivos son los de mejorar el bienestar social de la colectividad en general.

Las distintas políticas presentes en el territorio (sanidad, educación, desarrollo

económico, ayuda social, transporte, cultura,) presentan una lógica de intervención

excesivamente sectorializada, cuando son precisamente las interacciones entre esas

políticas y sus efectos las que construyen las dinámicas sociales y económicas en

cuyo seno se dan los procesos de exclusión e inserción, afectando a personas y

colectivos.

En este sentido, se puede decir que la llamada política social, a la que se

acostumbran a confiar las respuestas a la exclusión, es una ficción teórica, ya que son

el conjunto de los distintos aspectos vitales los que contribuyen o no a crear y nutrir

las relaciones sociales que están en la base de las alternativas de inclusión.

Precisamente por todo ello es difícil imaginar que se puedan dar respuestas reales y

en el sentido que aquí defendemos, desde ámbitos territoriales muy amplios en los

que se pierda el sentido de comunidad y de responsabilidad colectiva. Si se habla de

flexibilidad, de integralidad, de implicación colectiva, de comunidad y de inteligencia

emocional, deberemos acudir al ámbito local para encontrar el grado de proximidad

necesario para que todo ello sea posible. (Wehle, 1999:35).

Y es precisamente en el ámbito local en el que es más posible introducir dinámicas

de colaboración público-privado, que permitan aprovechar los distintos recursos de

unos y otros, y generar o potenciar los lazos comunitarios, el llamado “capital social”,

Page 13: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

tan decisivo a hora de asegurar dinámicas de inclusión sostenibles en el tiempo y con

garantías de generar autonomía y no dependencia, aunque ello no tenga porque

implicar la difuminación de responsabilidades de los poderes públicos.

LA TRANSFORMACION DE LA POLÍTICA Y DEL ESTADO. LA

SOCIEDAD RELACIONAL

Pocas dudas existen ya sobre el cambio de época al que hemos ido asistiendo a lo

largo de estos últimos años en el mundo. Innovación tecnológica y mundialización

económica han sido los ejes motrices de ese cambio, que nos ha sorprendido por su

profundidad y por su rapidez. Ni por asomo han cambiado tan rápidamente ni tan

profundamente las formas de gobernar nuestras sociedades. Tenemos “nueva

economía”, pero arrastramos “vieja política”, y ni la economía ni la política saben

muy bien qué papel juega o ha de jugar el privado social o el tercer sector en todo

ello.

Por otra parte, si bien es cierto que nunca como ahora la democracia ha extendido

su influencia y su legitimidad en el mundo como el sistema político más deseado y

aceptado, ello no ha redundado en un aumento de la participación y de la implicación

ciudadana. Se han ido sucediendo los estudios que constatan procesos de alejamiento

entre las instituciones políticas y la población. Las causas de esa “desafección

democrática” pueden ser múltiples, pero todo apunta a que existe un desajuste entre

necesidades sociales y formas de encarar y tratar de resolver esas necesidades desde

las instituciones democráticas clásicas. El sistema que vamos dejando atrás, partía de

la hipótesis que cuanto mayor desarrollo económico consiguiéramos a través de la

economía de mercado, mejor viviríamos. (Wehle, 1999:38).

Page 14: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

Las consecuencias negativas o “no deseadas” del desarrollo capitalista, vendrían

compensadas por el papel de los poderes públicos (representantes de los individuos

que componían la sociedad), que con sus políticas (re)distribuirían bienes y servicios

para evitar exclusiones y situaciones de carencia. Los cambios tecnológicos (que

suponen en muchos casos la despersonalización del trabajo y de sus marcos de

relación tradicional) y la mundialización económica (que supone una creciente

autonomía de las fuerzas económicas en relación a los controles público-estatales),

han supuesto un cambio de escenario, en el que ese equilibrio entre economía de

mercado (libertad) y control público (igualdad) se da cada vez en menor medida.

Desde la sociedad, desde la comunidad, desde el ámbito familiar e informal, se va

dando una reacción que busca en los aspectos relacionales, de conexión social, de

solidaridad (fraternidad), de implicación y corresponsabilidad colectiva, nuevas

formas de responder a las demandas y necesidades sociales.

Lo que está en juego hoy, no es un simple ejercicio de cómo mejorar las relaciones

entre política y sociedad, o como lograr recuperar el control público de una economía

que ha emprendido el vuelo. Las voces y las iniciativas que surgen, de manera aún

fragmentaria y contradictoria, desde lo que no es puramente mercantil o político-

institucional, apuntan a formas de entender la ciudadanía y el protagonismo social

desde nuevas bases. No se trata de seguir confiando en un desarrollo económico

puramente mercantil que sea después compensado por lo social.

No se trata sólo de mejorar los canales de relación entre sociedad y política. Las

insatisfacciones y exigencias apuntan a formas de entender la sociedad de una manera

radicalmente relacional. La actividad económica ha de entenderse siempre

relacionada con el contexto social en el que se da, y por tanto no existe desarrollo

Page 15: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

económico sin desarrollo social. Los poderes públicos no son el centro o el vértice de

las políticas de bienestar. El bienestar de la sociedad y de las personas que la

componen, dependerá de entidades y redes comunitarias, de una pluralidad de

intervenciones, en la que el papel de los poderes públicos vendrá determinado por su

capacidad de relacionar intereses e iniciativas en torno de un “bien común” entendido

como producto de ese mismo entramado relacional. Los seres humanos y sus

relaciones sociales deberán ser cada vez más el centro de atención. La ciudadanía no

podrá ser sólo el resultado de “más y/o mejor mercado” o de “más y/o mejor estado”.

El ciudadano no es sólo un productor con derechos políticos o sociales. Las

personas somos ciudadanos en la perspectiva política, económica, social y cultural, y

en cada una de esas perspectivas la concreción de esa ciudadanía puede ser distinta.

Pero, el punto de conexión será la calidad de vida, el reconocimiento de la persona en

su globalidad, y su concreción en su capacidad de comunicación, en las relaciones

que tenga y pueda tener. La exclusión no puede ser entendida sólo como carencia de

bienes o como desigualdad, sino también y sobre todo como aislamiento, como falta

de entramado relacional, como falta de oportunidades de comunicarse e intervenir.

Somos y seremos ciudadanos por nuestras relaciones, no por mera pertenencia o

concesión. Reforzar nuestros vínculos sociales de confianza, reforzar nuestra

comunicación-participación, nuestra articulación social y nuestra autonomía, nos hará

más fuertes en esas nuevas formas de democracia y participación que se apuntan.

Page 16: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

Exclusión e Inclusión estereotipada de Personas “Afrodescencientes” en Los

Medios de Comunicación

La discriminación contra las minorías raciales, étnicas, políticas, religiosas, de

género, de orientación sexual y de capacidad física en los medios de comunicación,

especialmente en lo relacionado a programas de televisión y de publicidad, ha sido

ampliamente discutida en los Estados Unidos y en el Reino Unido en las últimas tres

décadas. La emergente conciencia de los derechos de las minorías en los años sesenta

y los activismos contra la discriminación a las minorías impulsó los estudios y la

expresión de opiniones públicas para atacar el racismo, sexismo, clasismo y

heterosexismo en los medios de comunicación (Wehle, 1999:40).

En Venezuela, los estudios sobre el racismo en los medios y otros ámbitos   sociales

han sido poco usuales. En cuanto al racismo en los medios sólo podemos nombrar las

publicaciones de Wright (1990) y de Charier (2000).citado por Castells, (1998).

Expresa que Charier, quien trató la actitud de una gran mayoría de venezolanos de

negar la existencia misma del racismo, explica metafóricamente este problema como

un resultado de una “trampa ideológica” del discurso del mestizaje. Esta invisibilidad,

interiorizada también por los propios “negros”, es la causa, según Charier, de la

ausencia del activismo, la investigación y la conciencia sobre/contra el racismo en

Venezuela. Participación de “negros” en los medios de comunicación en Venezuela

(aspecto general) (Wehle, 1999:41).

Nuestro equipo de investigación registró imágenes fotográficas de 253 vallas

publicitarias, de las cuales depuramos 133 variantes con imagen humana. Los sitios

de pesquisa fueron las Avenidas “Francisco de Miranda”, “Sucre” y “San Martín” y

las Autopistas “Francisco Fajardo”, “Prados del Este” y Caracas - La Guaira. Las

Page 17: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

mencionadas son las vías de tránsito más importantes en la Zona Metropolitana de

Caracas y sus adyacencias según el criterio de la empresa Afichera Nacional, C.A.,

una de las principales de anuncios exteriores. Los materiales del certamen de belleza

son los brochures (materiales impresos con fotografías) oficiales publicados para el

evento anual de “Miss Venezuela” de los años 2000 y 2001. Los materiales de

telenovelas son de los brochures oficiales producidos por Venevisión (VV) y Radio

Caracas Televisión (RCTV), los dos principales canales de televisión en Venezuela.

De total 21 telenovelas producidas por los dos canales entre el año 1999 y el 2001,

seleccionamos al azar 3 obras por canal (6 por total). De éstas, analizamos las

fotografías del elenco principal que aparecen en los brochures. (Wehle, 1999:42).

Expresa Wehle, (1999:38).en su artículo un estudio comparativo sobre las

diferentes publicidades analizadas que existió la siguiente caracterización:

1.- Entre 133 vallas analizadas, en 10 piezas participan personajes “negros” según

promedio de observación de 91 informantes.

2.- Entre 116 comerciales de televisión analizados, en 14 piezas participan

personajes “negros” según promedio de observación de 5 informantes.

3 -.Entre 62 comerciantes de cine analizados, en 5 piezas participan personajes

“negros” según promedio de observación de 5 informantes

4-. Entre 53 finalistas del certamen “Miss Venezuela”, 2 fueron percibidas como

“negras” según promedio de observación de 91 informantes- actores fueron

percibidas como “negras” según promedio.

La marginalización de modelos “negro/as” no sólo puede apreciarse en términos

cuantitativos, sino también cualitativos, en múltiples facetas de su vida profesional.

Por ejemplo, los/las modelos “negro/as” participan menos en campañas publicitarias

que los de otros “tipos”. En llamadas telefónicas para las convocatorias de casting en

Page 18: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

publicidad, se suelen escuchar expresiones como “no mande muchos/as negros/as”.

Para un casting de personajes en grupo, casi siempre hay un único cupo para un/a

“negro/a” por lo tanto lo/las modelos “negros/as” no compiten con otros modelos sino

entre ellos/as mismos/as En los actuales tiempos de globalización, la producción

social de representaciones de ideas de “identidad”, “cultura”, “biodiversidad”,

“sociedad civil”, “ciudadanía” y otras que juegan papeles significativos tanto en la

constitución de actores sociales como en la orientación de sus prácticas, se relaciona

de diversas maneras con la participación de esos actores como por ejemplo

organizaciones indígenas, civiles, ambientalistas, etc. en sistemas de relaciones

transnacionales en los cuales intervienen también actores locales de otros países y

actores globales.

A través del aprendizaje de conceptos claves y términos simbólicamente eficaces

dentro de estos procesos globales, los actores afrovenezolanos también adquirieron

prestigio como representante de la “sociedad civil de base” y acumularon poder de

negociación con el sector público, logrando por fin el reconociento de la existencia

del racismo como problema social por parte del gobierno nacional. (Wehle, 1999:42).

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Inicialmente el concepto de exclusión social se utilizó en Europa, primero en

Francia, Italia y los países nórdicos para hacer referencia a los nuevos problemas

sociales y económicos asociados a la globalización, como el empleo precario y el

subempleo, la inserción económica, política y cultural de los inmigrantes o la

desintegración social producto de diferencias étnicas. Específicamente, se definía

exclusión social como los mecanismos a través de los cuales personas y grupos son

despojados de la participación y   titularidad de los derechos sociales, o como un

Page 19: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

proceso que excluye a una parte de la población del disfrute de las oportunidades

económicas y sociales. (Rogers, 2000:126)

En ese contexto, la noción de exclusión social se presentaba más amplia que el

concepto de pobreza ya que representa un fenómeno que corresponde a la exclusión

de los mercados, pero también de las instituciones sociales y culturales. Sin embargo,

también se indicaba que era un concepto complementario ya que permite tratar

aspectos asociados la pobreza que no derivan de la carencia de ingresos.

Simultáneamente, la Organización Internacional del Trabajo ha venido desarrollando

un amplio programa sobre exclusión social. La OIT ha utilizado la exclusión social

como un fenómeno multidimensional de segundo orden que involucra tres

dimensiones: económica; política y cultura,   que se acumulan para dificultar la

capacidad de grupos sociales e individuos para cambiar su posición (en términos de

ingresos y jerarquía social) en la sociedad.

Conceptualmente la perspectiva de la exclusión social representa un modelo

multidimensional y procesal para el entendimiento de los distintos factores que

contribuyen a la generación de pobreza y desigualdad social. En ese sentido, el marco

analítico de la exclusión social permite vincular procesos de acumulación de riesgos

(económicos, sociales, culturales, políticos e institucionales) en una formación social

determinada. (Rogers, 2000:129)

A consecuencia de lo antes expuesto, la exclusión social está definida por los

mecanismos institucionales y procesos que determinan que ciertos sectores sociales

no tengan las mismas oportunidades de integración que otros. La observación previa

tiene una consecuencia de orden metodológico muy importante ya que permite

visualizar las fortalezas y debilidades que tiene la noción de exclusión social.

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Metodológicamente, el marco analítico derivado de la exclusión social se concentra

en los procesos y no solamente en los resultados o situación de depravación que

experimentan los sujetos sociales.

Es decir, el análisis enfatiza el entendimiento de los mecanismos que generan

exclusión. Esto quiere decir que la exclusión social, más que representar un estado,

refleja un proceso que puede llevar a distintos resultados (pobreza, desigualdad,

marginalidad). Venezuela lidera la lucha contra el capitalismo y la exclusión social, y

será el primer país capaz de construir una revolución pacífica, Durante el desarrollo

de la conferencia Construyendo sociedades solidarias, las políticas de inclusión social

y combate contra la pobreza: Misiones sociales bolivarianas, desarrollada en el

contexto de la VII Cumbre Social por la Unión Latinoamericana y Caribeña,

Venezuela utiliza más de 60% de sus ingresos en el diseño y ejecución de programas

sociales.

Page 21: El Modelo Capitalista UNIDAD IV

CONCLUSIONES

El Ejecutivo Nacional creó más de 29 misiones sociales, destinadas a combatir la

exclusión social y garantizar los derechos fundamentales de la población.

mediante la Misión Alimentación, el Ejecutivo Nacional ofrece diariamente

alimentación balanceada y gratuita en las casas de alimentación a más de 100 mil

personas en situación de pobreza extrema, tres millones de personas se benefician con

el suministro de módulos de alimentación, 11 millones se benefician de la venta de

alimentos a precios subsidiados en la red de distribución Mercal y 7 millones

adquieren los productos de la cesta alimenticia a precios regulados en la Productora y

Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval). Venezuela fortalece los programas

de desarrollo integral de los sectores en situación de exclusión o vulnerabilidad y el

cumplimiento de las metas del milenio con misiones como Negra Hipólita, Madres

del Barrio y las educativas, entre otras.

El Gobierno y el pueblo venezolano también avanzan en la construcción de un

modelo socialista que garantice la redistribución de la riqueza “para acabar con el

modelo capitalista que produce en el mundo 3 mil millones de personas con carencias

alimenticias, mientras 8 millones mueren de hambre cada año. Es por ello que sólo la

producción social en armonía con la naturaleza garantiza el desarrollo y la justicia.

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BIBLIOGRAFÍA

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