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La verdad es que no sé cómo empezar el preámbulo para este quinto número, ni siquiera me han venido a la mente (como otras veces) miles de malas ideas. Ahora mismo sostengo en mi mano derecha un vaso preñado con dos cubitos y Jack Daniel's y en la izquierda un cigarro, mien- tras pienso en qué es para mí la poesía observo embriagado la danza que mantiene el humo con el oxígeno aún virgen y me pregunto acerca de los poemas que han lle- gado a nosotros. ¿Cuál es el motivo de intentar reunir a estos malditos hijos del anonimato bajo el ampa- ro de un mismo sueño, un sueño común y mercenario a partes iguales? Pero no apare- ce la respuesta, tan sólo me atacan los ver- sos que leo en este bar mal iluminado mientras recuerdo la sombría desnudez de la muerte. Ha sido tan duro y tan largo por parte de la revista caminar por el angosto camino de la cultura, que tan menospreciada como siempre amanece sólo a las mentes preparadas para recibirla, que aún me pregunto si vale la pena lo andado y si dejase contestar a mi cinismo la negativa sería más que evidente. Pero aquí estamos, como cada vez que nos dejan, para hacer llegar un poco de luz a este bar, un poco de amor donde se requiera, consuelo donde la desesperanza campa a sus anchas y toda esta amalgama de actos heroicos; tan sólo armados con versos, párrafos y trazos a carboncillo que hacen la lucha desigual pero apasionante. http://elpicudoblanco.blogspot.com http://elpicudoblanco.blogspot.com Dirección y maquetación : José Manuel Sanrodri Subdirección y maquetación : Manuel Valero Gómez Consejo de redacción : Pere Vicente Agulló, Antonio Zapata Pérez, Miguel Salinas, Josep E. Rico Sogorb y Eva María Palenzuela Martínez. Diseño de la Portada : Luis Martínez Tortosa. Escritores : Rosa Regàs Pagés Carlos Chaouen Antonio Zapata Pérez Juan Carlos Céspedes Acosta Javier Perales Valdes Francisco Lezcano Lezcano Ma. Josepa Ribera Vallès Manuel Valero Gómez José Manuel Sanrodri Miguel Salinas Eva María Palenzuela Martínez Aurora Pintado Jaime Rodrigo Villanueva Donoso Pere Vicente Agulló Dimas Pardo López Saray Pavón Márquez Juan Antonio Guzmán Pérez Jenn Díaz Ruiz Jaime Vicente Morera Balaguer Alicia Cora Fernández Soledad Cruz Raúl Allaín Daniela Edith Gallardo Zderich Karina García Albadiz Everardo A. Torres González Francisco J. Gómez R. Jose Esteve Rico Sogorb Ana Esmeralda Piña R Ángela Daniela Díaz Rivera Nekane Perianes Jesús Martínez Martínez Walther Espinal Ilustradores : Josep Manel Sánchez Marylina Torres Ottado Silvia Orozco Torres (Irilien) Ana Beatriz Reina Rojas Marilen Pont Font Rocio D. Limón Daniela Edith Gallardo Zderich Roger Pereira María T. Valenzuela Escalona Gloria Mariño Rosana Demichelis Lucena Rodrigo Javier Medrano Mari Paz García Córdoba Eva Vazquez Victoriano Izquierdo Ramirez Isabel Zapata Iborra Gregorio Sánchez José Ramón Lorente Saez Jesús Martínez Martínez ISSN : 1887-973X Patrocinio del Institut Municipal de Cultura : Presentación Presentación MIGUEL SALINAS La revista de expresión creativa en la cultura decadente JOSEP MANEL SÁNCHEZ 2 ELPICUDOBLANCO ELPICUDOBLANCO@ GMAIL GMAIL . COM COM

El Picudo Blanco 5

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La verdad es que no sé cómo empezar elpreámbulo para este quinto número, nisiquiera me han venido a la mente (comootras veces) miles de malas ideas. Ahoramismo sostengo en mi mano derecha unvaso preñado con dos cubitos y JackDaniel's y en la izquierda un cigarro, mien-tras pienso en qué es para mí la poesíaobservo embriagado la danza que mantieneel humo con el oxígeno aún virgen y mepregunto acerca de los poemas que han lle-gado a nosotros.¿Cuál es el motivo de intentar reunir a estosmalditos hijos del anonimato bajo el ampa-ro de un mismo sueño, un sueño común ymercenario a partes iguales? Pero no apare-ce la respuesta, tan sólo me atacan los ver-

sos que leo en este bar mal iluminado mientrasrecuerdo la sombría desnudez de la muerte.Ha sido tan duro y tan largo por parte de larevista caminar por el angosto camino de lacultura, que tan menospreciada como siempreamanece sólo a las mentes preparadas pararecibirla, que aún me pregunto si vale la penalo andado y si dejase contestar a mi cinismo lanegativa sería más que evidente. Pero aquíestamos, como cada vez que nos dejan, parahacer llegar un poco de luz a este bar, un pocode amor donde se requiera, consuelo donde ladesesperanza campa a sus anchas y toda estaamalgama de actos heroicos; tan sólo armadoscon versos, párrafos y trazos a carboncillo quehacen la lucha desigual pero apasionante.

http://elpicudoblanco.blogspot.comhttp://elpicudoblanco.blogspot.com

Dirección y maquetación:José Manuel SanrodriSubdirección y maquetación:Manuel Valero GómezConsejo de redacción:Pere Vicente Agulló, Antonio ZapataPérez, Miguel Salinas, Josep E. RicoSogorb y Eva María PalenzuelaMartínez.

Diseño de la Portada:Luis Martínez Tortosa.

Escritores:Rosa Regàs PagésCarlos ChaouenAntonio Zapata PérezJuan Carlos Céspedes AcostaJavier Perales ValdesFrancisco Lezcano LezcanoMa. Josepa Ribera VallèsManuel Valero GómezJosé Manuel SanrodriMiguel SalinasEva María Palenzuela MartínezAurora PintadoJaime Rodrigo Villanueva DonosoPere Vicente Agulló Dimas Pardo LópezSaray Pavón MárquezJuan Antonio Guzmán PérezJenn Díaz RuizJaime Vicente Morera BalaguerAlicia Cora FernándezSoledad CruzRaúl AllaínDaniela Edith Gallardo ZderichKarina García AlbadizEverardo A. Torres GonzálezFrancisco J. Gómez R.Jose Esteve Rico SogorbAna Esmeralda Piña RÁngela Daniela Díaz RiveraNekane PerianesJesús Martínez MartínezWalther Espinal

Ilustradores:Josep Manel SánchezMarylina Torres OttadoSilvia Orozco Torres (Irilien)Ana Beatriz Reina RojasMarilen Pont FontRocio D. LimónDaniela Edith Gallardo ZderichRoger PereiraMaría T. Valenzuela EscalonaGloria MariñoRosana Demichelis LucenaRodrigo Javier MedranoMari Paz García CórdobaEva VazquezVictoriano Izquierdo RamirezIsabel Zapata IborraGregorio SánchezJosé Ramón Lorente SaezJesús Martínez Martínez

ISSN: 1887-973X Patrocinio del

Institut Municipal de Cultura:

PresentaciónPresentaciónMIGUEL SALINAS

La revista de expresión creativa en la cultura decadente

JOSEP MANEL SÁNCHEZ

2ELPICUDOBLANCOELPICUDOBLANCO@@GMAILGMAIL..COMCOM

El Talento, la voz y el compromiso ROSA REGÀS PAGÉS

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Cuando conocí a Paco Rabal, a finales de los años sesen-ta, ya era un personaje famoso que provocaba admira-ción cuando se lo reconocía en las calles o en cualquierotro lugar público. Recuerdo que los de la editorial SeixBarral habíamos ido a Madrid a presentar un libro o unautor o tal vez el programa de lanzamientos de aquelaño. Y tras el acto y la cena con los críticos, que se cele-bró como casi siempre en el Hotel Suecia, alguien nosllevó a un club de jazz, muy en boga por aquellos años.Íbamos en un grupo cinco o seis personas aunque yosólo recuerdo a Juan García Hortelano y a PepeCaballero Bonald. Nos sentamos a una mesa y pedimoscopas y de pronto lo vi, a Paco, en otra mesa con variosamigos. Tenía los ojos muy oscuros, nada original por-que así se los había visto también en todas las películasy en el teatro, pero en aquella penumbra el brillo de aza-bache se destacaba más sobre la luz opaca del local enaquella hora tardía. Mirada fina y aguda con que tomabanota de los que allí estábamos, mirada acerada y tierna almismo tiempo, cuando selevantó para saludar a Pepe y aotros de nuestro grupo que lehicieron un lugar. Pero antes desentarse se acercó a saludarmey yo, magnetizada por tener tancerca a un actor admirado perosobre todo a un hombre tanatractivo, me permití sonrojar-me aprovechando que la escasaluz no tendría en cuenta laintensidad del rubor. Aún asíno le pasó inadvertida mi turba-ción, y sonrió. Me dio la manoo me besó, no lo recuerdo, por-que lo que ha permanecidoinalterable en la memoriaborrando todo lo que ocurrió enaquel instante fue la voz con laque tal vez quiso romper miazoramiento, o preguntarmequién era yo o más probablemente permitirse una bromaque no entendí, desbordada mi atención por el tono deesa melodía que se movía en los registros mágicos de unbarítono para acabar quebrándose despiadada e irónicacon el temple de un bebedor de cazalla. Pensando luego en aquel encuentro que acabó de madru-gada comiendo conejo asado en una alquería donde nosllevó Paco, seguía oyendo aquella voz como si nunca lahubiera oído antes, como si ese timbre insólito llevaraimpresa una veracidad que en el cine se me habría figu-

rado mero doblaje, esa veracidad indefinible que recono-cemos en un concierto en directo aunque hayamos oídola canción o la música cien veces en disco, radio y tele-visión. Y así fue a partir de entonces, nunca se modificóesa voz desgarrada y musical a un tiempo, que nadielograría imitar, original y personal y con el mérito aña-dido de adecuarse a los cambios que el tiempo iría impri-miendo en su figura, en su rostro, en su manera de deciry de hablar.Desde aquel lejano encuentro he visto muchas veces aPaco y lo he seguido en casi todas las películas que suextrema vitalidad fue acumulando en un curriculum quesorprende por la constancia, el compromiso, la calidad yla belleza. Sin olvidar la variedad de registros que utili-zó para interpretar personajes tan dispares. Nunca su vozchirrió como tampoco lo hizo la mirada de sus ojos dia-mantinos que se abrían paso en un rostro cambiante conla fuerza que da el coraje de querer decir en cadamomento lo que con la expresión se anticipa, y con la

voluntad del actor queescudriña y responde alque tiene enfrente, seahombre o paisaje, de-seo, conflicto, descala-bro o traición.Se puede defender que

el talento se tiene o nose tiene, pero cuando,como en el caso dePaco Rabal, se ha sabi-do desarrollar esa chis-pa inicial que nada essin el esfuerzo, el tesóny la inteligencia, y ade-más se acomoda esetalento y la propia vidaal compromiso políticocon la valentía de andarcon él de la mano ydefender las ideas por

las que uno cree que hay que vivir, entonces sabemosque nos encontramos frente a un hombre que ha dado ala sociedad lo mejor de sí mismo, que esté donde esté,aunque sólo lo guardemos en la memoria, ocupa ya unlugar en la historia de su profesión y de su mundo quetendrá siempre el reconocimiento de expertos, amigos ypúblico, y lo que es mejor aún, que nos ha dejado a todoslos que de una forma u otra conocimos -y conocerán- suvoz, su talento y su palabra, el impagable regalo de suvida entera.

MARÍA TERESA VALENZUELA ESCALONA

ROSA REGÀS (PREMIO NADAL 1994 Y PREMIO PLANETA 2001)

CARLOS CHAOUEN

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Quédate ríosy que cesen los papagayos en sus tertulias,el cielo cambia y cambia, la mentirosa televisión.El tiempo lineal, erróneo, absurdo.Quédate árboles.El tiempo circular, cíclico, oriental.La adicción como salvación frente al condicionamiento masivo.Y el terror del nacimiento y de la muerte.Coloretes para las míseras caras de la palabra, los eufemismos, los buenos modales.El tecnócrata esclavo, el ateísmo como creencia, la fe sin rito, los gimnasios como salas de tortura.Los espejos del ego. Quédate aire.Los rayos del sol, con su natural retardo.Agua cuando llueve,silencio de luz en tu ventana,yo soy eva comiendo manzanasy un bosque de setas si te vienes.Quédate polvo.

A Víctor Jara, una voz que no cesa.

Sé que tus manosse hicieron pájaros antes de la muerte.

No supo el verdugolo imposible que fue matarte.Los asesinos no saben que los cantores no necesitan la vozcuando el pueblo los canta.

Dicen que en el estadio de Santiagopor las noches se escucha tu vozcantando "Te recuerdo Amanda"y una bandada de aplausoscruza la noche oscura buscando el alma.

Memoria contra el olvidoQuédate ríos

ROGER PEREIRA

JUAN CARLOS CÉSPEDES ACOSTA

CARLOS CHAOUEN ES CANTAUTOR Y POETA.

Era tan blanca cuando se desnudaba,que al vestirse, se apagaba la luz.Sólo sus ojos inmarcesibles y ácratasya endulzaban mi paladar licántropo;y cuando la besaba, ¡oh satán!, sentíapor mis labios un hormigueo de mari-quitas rojas. Esa era la mujer, o súcu-bo, que nunca pude hacer amiga demi sombra, aunque la paseara por losparques y orinásemos juntos, contem-plando románticos crepúsculos entredorados ramajes que fulgurabanhechizos.

Recuerdo, mucho más atrás, mi pri-mer encuentro, eran días otoñales, yyo, convertido en muñeco de papelperseguía adolescencias, antes de mitransformación, entonces, ya era terri-ble su mirada y su anatomía imponen-te, que variaba con las fases de laluna, ambos, habíamos habitado lasentrañas de la tierra durante negrossiglos, tal vez por haber compartidoun origen me enamoré de su singularbelleza.

Ahora amo a todas las mujeres comoa una sola; y a mi paso omnipotentede pelvis se desploman palomasensangrentadas sobre mis hombros.No tengo corazón, soy una bestia quepuebla las leyendas más sórdidas dela literatura.

La claridad recorta un escorzo zoo-morfo que vaga errante por los par-ques sin alba, inmerso en caceríasciegas. Pasea por un lago y el aguasalpica su pelaje. Busca un claro deluna. El blanco haz que lo hizo ena-morarse de una lamia. Desde que laperdió está a oscuras, aullando en lapenumbra de su plenilunio.

ISABEL ZAPATA IVORRA

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Amar a una LamiaANTONIO ZAPATA PÉREZ

ANTONIO ZAPATA (FINALISTA DEL PREMIO NACIONAL DE POESÍA “MIGUEL HERNÁNDEZ” 1988)

Al tiempo que se va y nosotros con él ("Miré los muros de la patria mía// si un tiempo fuertes, ya desmoronados") Veocómo muchas personas amadas de mi entorno más cercano están siendo invadidas por las arrugas del tiempo, la enfer-medad y la vejez. Uno mismo tiene como huésped incómodo al dolor en su casa, invitado periódico de mi morada. Elmédico lo ha sentenciado. A partir de ahora sólo queda seguir la ruta trazada. Es lo que hay.("De la carrera de la edad cansados// por quien caduca ya su valentía") Mi buen padre, a quien amo, se está haciendomayor. Sus pasos son más vacilantes, su cuerpo se ha encorvado y le tiembla el pulso pero no deja ni por una apues-ta su tabaquito. Mi tía Fili, a la que adoro, lleva con tesón y toda su dignidad la enfermedad que le ataca su vitalidadmas nunca mermará su bondad de mujer que bendice la tierra que pisa. Mi tía Clarita, mi queridísima tía que tantome quiere y siempre me anima, muestra síntomas de agotamiento óseo. Y me llena de pesar, ella que es toda entregay ternura. Mi buena tía Segunda también aguanta los reveses de la enfermedad que soporta con entereza, ella que estodo corazón y servicio. Todas ellas mujeres excelsas, maravillosas, que demuestran con hechos el enorme amor queatesoran en sus jóvenes corazones.("…Entré en mi casa, vi que amancillada// de anciana habitación era despojos// mi báculo más corvo y menos fuer-te") Mi tío Cristino se ha jubilado después de dedicar su vida a su pasión por el volante y la enseñanza. Mi tío JuanAntonio ha dejado los viveros y también se ha retirado. Mi tío José en el mítico pueblo manchego acaba de apagarsehace poco, igual que sus puros que derramaba sobre su solapa como hacía el admirado profesor "Manchado", mien-tras recuerdaba tardes gloriosas de toros y viajes. Mi tío Paco cada día llora más cuando se despide de mi tío Jesús enel universo que Cervantes creara para el Caballero de la Triste Figura.("Vencida de la edad sentí mi espada// no hallé cosa en que poner los ojos"…) Ya nunca podré hacer el camino inte-rior de Santiago para escuchar al hombre que siempre va conmigo. No podré acompañar a mi Señora desde el Tamarithasta las Puertas Coloradas.Aguantará la vela como pueda. ("Polvo seré mas polvo enamorado") Esto es lo que hay y así habrá que asumirlo. Elamor y el dolor, dos caras de la misma moneda de uso, que es nuestra vida, la más apasionante aventura tras la vivi-da por Alonso Quijano y sus molinos de viento.

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DecliveFRANCISCO GÓMEZ RODRÍGUEZ

VICTORIANO IZQUIERDO RAMIREZ

Quizás el vaso vacío hoy se llene de repentecon la sutileza insurgente de quien calla

mas otorga; un nuevo silencioque cobija una utopía, un te quiero…Quizás la tibieza del ayer hoy sea pira,en la que no tenga cabida otra espera…Tal vez, en el angosto sendero del devenirsea tu alma quien alce su estela…Dime vida mía, ¿cuándo nos llegará la primavera?En la esbeltez hiriente de tu ausencia,giraré de nuevo este reloj de arena.Son mis lágrimas caricias de un exilioque se alza cual feroz condena.Dime, vida mía, si no estás,

¿qué me queda?...

Utopía

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ANA ESMERALDA PIÑA RECUENCO

MARÍ PAZ GARCÍA CÓRDOBA

MARILYNA TORRES OTTADO

¡Ey!,¿ya te vas?DIMAS PARDO LÓPEZ

No hay musas pasajeraspero está bien poder abrirle la ventana cuando quieren irsete sientes más humilde y la ves brillar y volar en un tembloroso zigzag y sonar a campanadejando detrás esquirlas en llamastodo eso cuando se hacencada vez más pequeñita desde la ventana.

¡Ey! Ya no centellearan más para mí tus alas ni dejaras la habitación perdida de purpurinano más limpiar palabras doradasno más clases de baile a horas que desconocía no más vigilar que pierdas tu sonrisa.

Tengo organizar esta habitación de nuevoordenar los papeles, igualar los cuadrosbarrer un poco y preparar cafésentarme en el taller vacíoy sentirme aún más vacío intentar reconstruirme en el sofáy no pensar en los buenos tiempos,ni en lo que nos hicimos pasar.

Pronto vendrá el fríoasí que mejor cerrar la ventana si vuelves, aparta la escarcha y llamasi, bueno, estoy lo suficientemente destruidoy desapareceré esperando el más mínimo ruido pero aún puedo levantarmesi reconozco tras el cristal tu brillo.

RomanceJAVIER PERALES VALDES

Siempre pensé en marcharme con una gran despedida,pero me quedé solo,sin conffeti, sin gorros de papel charolni gritos, adiosa la gran despedida, adios,todos me dieron la espaldamenos mi sombra,aquella que jamás miró mi rostro.Acabé por desmontar los toldos pero la luz había expiradotiempo atrás.

Siempre pensé en marcharme...MIGUEL SALINAS

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Solían pasear juntos de la mano, por las avenidas de unaantigua ciudad, de esas capitales con historia en cada piedray en cada esquina. Conversaban animadamente entre mira-das de complicidad, besos y caricias a plena luz del día yal relente de la noche. También, como no, eran amigos demomentos más íntimos de alcoba y puerta cerrada, secretosde dormitorio. Lo compartían todo incluso con los demás;hemorragias de felicidad y marejadas de plenitud de las quehacían partícipe a todos aquellos a los que se acercaban.Eran el complemento perfecto uno del otro; ella una belle-za natural, cristalina, capaz de llenar con su figura los relie-ves y matices del retrato más exigente, parecía la reencar-nación de una dama blanca, una diosa de la mitología celta.Esta armonía se reflejaba de igual manera en los caracteresde su personalidad cargada de virtudes y destellos a ensal-zar.Él era un virtuoso, un genio de la sofisticación dotado conlas manos de un creador, capaz de hacer realidad el milagrodel pan y los peces, de dar vida a un ídolo de barro o de ani-mar con hipnóticas melodías las paredes inertes de cual-quier estancia.

Nadie sabe lo que pasó, cómo y porqué la luz se fue hacien-do penumbra y después sombra, pero sin remedio llegó eltiempo en el que se distanciaron el uno del otro. En defini-tiva no hay que darle demasiadas vueltas, tan sólo, pensaren que ambos eran de carne y hueso. La ruptura se resolviócomo una maldición para ambos, como si por algún motivoel pecado les hubiera condenado a ser expulsados del para-íso, pero, ¿qué pecado?Cuentan que desde entonces cada uno de ellos vaga eterna-mente en solitario, cada uno en su órbita igual que dos saté-lites incapaces de coincidir jamás. El gira sobre sí mismo,embrujado por cantos de sirena flotando en océanos de ego,ella da vueltas alrededor de otros astros con el alma ahoga-da en llanto. Hay momentos en los que pasan tan cerca unodel otro que alcanzan a verse, ella le mira con los ojos deuna amante despechada, él entre nebulosas ignora su pre-sencia y la de todos los demás, incluso ha olvidado su nom-bre.Esta es una historia más de amantes y condena, impregna-da de leyenda y folclore…

…ella de nombre Modestia, él de nombre Artista.

RODRIGO JAVIER MEDRANO

La noche se desploma como un ácidoen los ojos; mis pies se resbalan sobrela arena, se sienten torpes como si leshubiesen colocado una prótesis depolietileno; no percibo el gruñido delmar que a veces farfulla improperiosdesde el fondo de su garganta; ahorami piel se fusiona con cada átomo dearenilla y entre la penumbra, un rótulotétrico estrangula al viento para que nopueda sentir su brisa.En toda la extensión de la playa seavista una exigua luz como si fueseuna pulverizada mancha en mitad dela oscuridad; ilumina una caja decolor marrón semienterrada y de pla-teado picaporte. Me acerco a ella y laobservo detenidamente, me agacho,la abro, en su interior hay unas foto-grafías, las cojo todas y para mi des-concierto veo que muestran secuen-cias que pertenecen a unos segmen-tos de mi vida, también hay unashojas escritas en bolígrafo añil, y enellas, se podían leer todos mis deseosinconfesables, mis sueños futuros ymis frustradas ilusiones… Nuncahabía visto aquellas fotografías salvoen los fragmentos de mis recuerdosque de vez en cuando salen de micerebro, y nunca había visto aquellascartas escritas. Me inclino y hundomis rodillas sobre la arena, cierro lacaja con todo el contenido que habíaextraído anteriormente y con mismanos realizo un hoyo para enterrar lacaja, la dejo en el agujero, la miro porúltima vez, empujo el montón de arenaque había junto a mis rodillas, con misbrazos y mis manos tapándola íntegra-mente. Me tumbo sobre la sepultura demis recuerdos y me quedo dormida. Una penetrante luz franquea mis ojosy me despierta. Esta luz ha perforadoel cristal de la ventana en la habitacióndonde me encuentro tendida en unaalfombra de friezé, hubiese creído queme había dormido en la playa, el olora mar era tan real que me sorprendíano encontrarme allí, nadie ha deshe-

cho las sábanas de la cama. Tardo unossegundo en incorporarme y al mismotiempo escucho como alguien encajauna llave en la cerradura y abre lapuerta de la habitación, miro atenta-mente la puerta, estoy enajenada y loveo todo turbio, una sombra enorme seprecipita hasta mí y me sacude unpotente puñetazo en mi cara que medeja inconsciente, pero el desfalleci-miento no dura mucho pues el aguafría de la ducha me despierta del tran-

ce abducido de sueño, mi cuerpo des-nudo se humedece, de mi cara un hilode sangre se desliza por mi piel hastael sumidero, una voz de hombreirrumpe en el baño, me pregunta cuan-tas dosis de heroína me he metido estavez… Cierro los ojos, no le contesto, norecordaba lo difícil que era prestar micuerpo por unos cientos de euros, qui-zás la droga me haga olvidar que aque-lla habitación es mi casa y no la de unhotel de carretera, que tiene su cuotade alquiler establecida conmigo, hastaque los primeros pliegues en mi pieldesechen mi alma, soy como esa pieza

de joyería que con el tiempo se deslu-cirá perdiendo todo el valor mercantil.No recordaba haberme desnudadopara meterme en la ducha, pero el aguahacía de aislante a los gritos de unhombre de enormes brazos, de suslabios oigo una mezcla de idiomas,algunas palabras no llego a entender-las, me abstraigo y pienso con tododetalle lo que me ocurrió anoche. Abrolos ojos y junto a mí veo otra caja decolor marrón, es de un marrón más

claro a la otra de la playa, la obser-vo, el agua nos moja a ambas, amedida que pasan los segundos vacambiando de color hasta hacersedel mismo color que la bañera, unblanco perla, parece que con el cam-bio de color se haya hecho invisiblepero realmente está junto a mis pies,me agacho y me pongo de rodillasjunto a ella, la abro muy despacio yvuelvo a encontrar fotografías quenunca había visto, distintas a las quehabía visto en la caja imaginaria dela playa, también habían cartas condeseos distintos a los de la otra, apesar de que el agua nos caía aambas, sólo me mojaba a mí, lasfotografías y las cartas estaban total-mente secas. Pongo el tapón de labañera y espero a que se llene deagua para que sumerja entre sus pro-fundidades la caja, me levanto y

salgo de la bañera, mientras seco micuerpo con una toalla miro como elagua ha cubierto la caja haciéndoladesaparecer. Al salir del baño paraaparecer en la habitación me esperaotro hombre, más pequeño que el ante-rior, de brazos recios, éste, incluso estácalvo y es más viejo, se encuentrasemidesnudo esperándome junto a lacama, donde las sábanas siguen plisa-das, miro para la bañera a la que hedejado el grifo abierto y veo como elagua la desborda, entonces pienso,ojalá pudiese yo también desaparecercomo las cajas de mis recuerdos.Cierro los ojos para no ver el aire.

Sobredosis de EspejismosJOSÉ MANUEL SANRODRI

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ANA BEATRIZ REINA ROJAS

El origen del origenPERE VICENTE AGULLÓ

Creo que ahora pienso, luego,tengo derecho, oiga,pregunta trascendente, ¿de dónde vengo? ¿Qué puñetas soy?

Luego, a ver:yo no estaría aquí, de no haber sido porque ayer mis padres"lo hicieron" "sin protección" ;y no sólo por ellos,también mis abuelos, bisabuelos, tatarabuelos..Y así sucesivamente, hasta llegar a Adán,que, evidentemente, tampoco tomó sus protecciones.

Luego, deduzco, que el origen de crear,o parir, da lo mismo, es el sexo.Luego, estoy, estamos, aquí porque Adán,saboreando las deliciosas manzanas salvajes de Eva,no previó controlar su futura gran familia.

Y, ¿quién parió a la Tierra que parió a Adán?¿Qué carajo fue lo que la creó? Quizá fue fruto de un gran polvo calenturiento del Solcon una bella estrella virgen.

¿Que quién parió a las galaxias y todo eso de allá afuera…?Puede que un Big Bang de polvos cósmicos,estoy segurísimo, oiga.Y que, ¿quién parió a Dios y a los obispos?¡Uuuf! De tanto esforzarme se me está secando el cerebro,y, oiga, justo ahora que estoy a punto de descubrirla gran respuesta que buscan todos los sabios.

Para regar mis esforzadas neuronaspido otra al barman, que escucha mi brillante discurso;él me mira, con ojos cansados,me dice que otra no, que ya bebí suficiente,que deje de decir blasfemias, que es la hora de cerrar.

Acto seguido empieza a apagar las luces del local,se oscurecen los focos, se me van apagando las ideas geniales, antorchas que guían por la oscuridad al explorador… Atino a pagar la cuenta a mi espectador e instantes después salgo al relente de la calle. Camino sin rumbo. El olor a cloaca me devuelve de nuevo a mi mundo(al origen del motivo del porqué de esta carga etílica) y un silencio estrellado preside mis pasos inseguros. Cuando consiga saber a dónde ir volveré a investigar de dónde vengo.

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ROCIO D. LIMÓN

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El que quierasEVA MARÍA PALENZUELA MARTÍNEZ

MARILEN PONT FONT

Eres lengua perversa que contamina cada palabra que nombras, consiguiendo que el aire envuelva mi mirada y se contagie de una ficticia sombra.

Eres lobo hambrientoque agasajas lentamente mi quietuden noches de irreparable abatimiento localizando la guarida a mi plan de fuga.

Y ahora intentas fecundar la sonrisa de mi bocainalterable, impasible, sin advertir la distancia de este cuerpo aletargado por tus manos,y ahora intento recordar, la anatomía de mis ojos abiertos absorbiendo el oxigenoque al mundo le falta en esos días tediosos.

Que no salen del cine, que se quedan ahí frente a la pantalla insomne, frente al movimiento de las criaturas personajes que transitan esas historias que nunca ocurrirán.

¿Qué le han hecho a esos ojos?,que no leen ni los periódicosque sólo se deslumbran con Greta Garboy otras más.¿Qué estarán buscando y no encuentran?,¿pretenderán vivir una vida irreal?,¿se habrán olvidado para siempre de la realidad?

¿Qué le han hecho a esos ojos?Que lloran tanto.¿De qué serán esas lágrimas brillantes que se asoman pálidas por la tenue luz?¿Existirá una música que les interese?

¿Qué le han hecho a esos ojos?Que no se mueven del lugar ni coquetean con nadie,tendría yo que estar en una película para enfrentarlos de verdad, para verlos de frente.¿Habrán visto ya todas las películas del mundo?

¿Qué le han hecho a esos ojos?Que no me pueden mirar.

JAIME RODRIGO VILLANUEVA DONOSO

¿Qué le han hecho a esos ojos?

Gust d'agredolç té la vida i la mort.I el camí que entremig ens apressa.

O ens espera. O ens empenta. O ens crida.

Agredolç...com el teu somriure glaçat.Com la ganyota, que se t'intueix i es desdibuixa.

Agredolçcom el jornal curt,o les expectatives breus.Agredolç.Paraula de doble fil.Llengua de doble sentit.

Punt i a part, de tota la història.

La noche caía húmeda y pesadasobre el valle y los lapachos.

En aquella ciudad que se halla entre cañaverales y naranjospor donde caminábamos admirando sus tarcoscomenzaste a contarme tu penuria.

Era una manada de paísesclamando por tu boca.Era ese barco venido por el lado del Caribea quitarle el algodón al mayatu luna desflorada.

Suplicio del tanino, del aceite y la zafrabuscando el calendario de tu cuerpoy dejándonos un niño máscaído en las fronteras del amoral lado de cien mil niños destruidos por el vientrebajo el peso brutal del imperio del hambre.Veo al intruso llegarse por cien ríos dolientesy abrir un surco en tu penumbrapara después llevarse el trigo y lo demás.

Y lloras porque el díadesnuda los abortos de la cocadejándote el amor sin dios.

Acaso la misma noche de tu entrega*también mi corazón se desnudabajunto a un país violado como vos.

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ANA BEATRIZ REINA ROJAS

AgredolçMA. JOSEPA RIBERA VALLÈS

FRANCISCO LEZCANO LEZCANO

Mujer violada

El asiento es para dosen esta lluvia vespertinacon la ventana astillada en el borde.El viento dilataen el vidriolos reflejos bajo el agua.Y como un piratasin mar nave oropor mi ciudad trasiego.El oído despierto dictando doliendo.Y el bus como una lanchapor donde veo cómo todo pasa.

Pirata a blanco y negrofotógrafo para las despedidasde amor en sepia.Las sirenas vuelven en travestisy por calles jabonosaszumbanlos pegasos hidráulicos.La mesa vacía4 sillas silentesy la cabeza como un sainetede colores.

El PirataWALTHER ESPINAL

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La botiga del PovilJAIME VICENTE MORERA BALAGUER

La botiga del povil estaba muy cerca de mi casa, apenasunas decenas de metros. Bastaba con llegar a la esquina ydar unos pasos más, y ya estábamos allí. Pero, para mí,aquel corto trayecto era un viaje lleno de aventuras. Quizásporque casi siempre íbamos a escondidas pero, sobre todo,porque iba con mi abuelo, auténtico mago capaz de conver-tir la cosa más trivial en una fascinante experiencia. Pero lo mejor estaba al llegar. Ya antes de entrar por lapuerta recuerdo que temblaba de emoción, y casi no teníapaciencia para esperar a que Vicent, el povil, me dijeraaquello de "vols veure el cavall ?" Y es que, detrás dela botiga, el povil tenía un corral y, dentro del corral, uncaballo (seguramente sería un burro o un asno, pero a míme parecía un purasangre). Me abría la puerta del corral yyo me quedaba allí petrificado, sin poder sustraerme por unmomento a la contemplación de aquella imagen fastuosa.No sé cuánto tiempo pasaría así, lo mismo podían ser cincominutos que media horaEntre tanto, mi abuelo tomaba una cerveza, o un vinito,en aquel local que servía para todo. Igual te vendían espa-

radrapo que un kilo de arroz, o te servían un vaso de vinocon unas olivitas, eso sí, en el mismo vaso que despuésusarían los dueños en su mesa. Aquel era un local de los deantes, oscuro y sucio, seguramente, pequeño y sin ningu-na comodidad, en el que se reunían los vecinos (sólo hom-bres) a beber, fumar y echar una parrafada.Cuando mi abuelo terminaba con su vino y su tertulia,venía a convencerme para que nos marcháramos, perotodavía quedaba un momento más en la botiga, para con-tarles a sus amigos, conmigo delante, lo mucho que queríaa su nieto porque era el más simpático, el más guapo y elmás listo.Después volvíamos para casa, contentos, y aún no entien-do cómo aquel trayecto podía dar para tanto. Algunos díasíbamos aún más contentos y, entonces, yo creía notar quea mi abuelo a veces le vacilaban las piernas, y adivina-ba que al llegar a casa le esperaba una reprimenda, aunqueyo no supiera porqué Y cantábamos aquello de " Con un vaso de chervecha queche chube a la cabecha…"

DANIELA EDITH GALLARDO ZDERICH

Ayer, como siempre y desde hace años,mi garganta atesoró la pastilla azul. Un vaso de agua mineral la ayudó a recorrer el camino escarpado hasta la toleran-cia.Es maravillosa y su efecto ayuda a pasar las horas en laoficina, hilvanando sonrisas ante las injusticias más grandes delmundo.

Hoy me toca la roja,esa, la que me da coraje,la maestra preclara que me enseñó a amarte,la única que puede mover el espejo del techo testigo.También puede venderme el sueño de tener tu boca.Cuando la bufanda de tantas mentiras está ahogándome, ella te desata y te recrea en caricias y abrazos.Cuando ya no me queda ninguna en el frasco,

corro desesperada hasta la puerta de tu casa,golpeo una y otra vez y por la mirilla chiquitatu mano me da la mísera ración de rojo amor que te pido.

Mañana, es el turno de la verde.Me la dio una vieja bruja de mirada torvaque se escudaba en las ascuas de fuego de sus ojos.Su boca en un rictus vomitó estas palabras:"esta pastilla verde la debes usar para emprender el viajede tu muerteno te rebeles, ya estarán jugadas las cartas y te habrá gana-do la partida la Reina de Corazones".

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Pastillas

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ALICIA CORA FERNÁNDEZ

MARILYNA TORRES OTTADO

Retrato de una bocaAURORA PINTADO

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"Pero, a la primera palabra, o a la primera señal dejarás de hacer lo que estés haciendo para cumplir con tu primeraobligación, que es la de entregarte."

(Pauline Reage, Historia de O)

Abrir la boca. Levemente. Separar los labios para dejar entrar tus dedos, que empujan con una suave presión, la necesa-ria para que mi lengua los recoja y les dé el húmedo amparo del deseo.

Abrir la boca. Atrapar palabras sucias, declaraciones de sumisión que entregar cuando lo que se firma es un armisticioque no pacifica nación alguna.

Abrir la boca. Sentir cómo se disuelven debajo de la lengua las convenciones que has coleccionado mientras deseabasalgo todavía más sucio, sin saber qué era.

Me amo en tu nombrellevo mis manospor donde irían las tuyasme recorro contigome palpote siento en mía todo galopegozo en solitariocon los oloresque tú desatasviene tu sabora mi bocay me derramocomo cualquier exceso.Me amo en tu nombrepara vengarmede la distancia.

SOLEDAD CRUZ

GLORIA MARIÑO

Los árboles perforan la tierracírculos vacíos

la forma deviene en figuragratuita lejana inútilel mundo de la puntadas sin hilo.

Me amo en tu nombre

PuntilismoKARINA GARCÍA ALBADIZ

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Descubrí tus ojos y fui descubriendo tu cuerpo.

Caí rendida en el azul de tu mirada y en el beso de tu boca.

Me deslicé por tu cuello mientras escuchaba tu risa.

Descansé sobre tu pecho buscando tu cintura y perdiéndome en besos eternos.

Llegué al jardín de mi deseo y me perdí en tu sexo, mientras tus manos jugaban con el mío, y perdida de amor, entre tus piernas, sintiendo el calor y abrasada por la pasión, llegábamos al orgasmo.

Fui volviendo suavemente, subiendo y besando hasta llegar de nuevo a tus ojos.

Tu CuerpoNEKANE PERIANES

SILVIA OROZCO TORRES (IRILIEN)

Veintidós años y ya oigo como dicenque todavía soy demasiado jovenque me queda tanto por vivirme queda tanto por vivirpero tengo una verdad adentro de míque me revela el secreto de lo poco que séno conozco el hambre ni la pena todavíaaunque sepa medir la tristezaen los días de verano que no corre el aireme gusta mirar cómo duerme mi hijohasta que recuerdo que nunca tuve unovoy detrás de mujeres que fueron grandesy tengo como guía un libro y un cuadernodemasiado joven para que pueda disculparmedemasiado joven para que mienta de verdadpara que sepa qué es lo que quieropero sé lo que no quiero y es ser siempredemasiado joven para cualquier cosapara que me sienta extraña entre la gentey me miren como si tuviera que lamentarque mi piel todavía sea lisa y suaveque sea ingenua unas veces y otras tozudaque la enfermedad del tiempo me pisepero no me ahogue con demasiada fuerzadisculparme porque todavía me queda tantopor aprender y que esté dispuestapor creer que sé de dónde vengoaunque no sepa el camino a escogerno voy a decirle nada al mundo que no sepapero voy a hablar aunque sea sordopara decir que veintidós años son los suficientespara saber que todavía no aprendía ser demasiado vieja para no darme cuenta.

JENN DÍAZ RUÍZ

Veintidós años no dan para casi nada

Ansío escribir versos sobre tu piel dulzona con esas plumas que son mis dedosmojados de mi saliva como lasciva tinta.

Deseo poemar todo tu cuerpo rimando tus suaves caderas,creando ripios en tus prietos senos y sonetear tu vientre con líricas apasionadas.

Anhelo enversarte entera a lamidas para juguetear con la métrica de tu pubisconsumando nuestro poema carnal con la fuerza de mi rúbrica erecta.

JOSEP ESTEVE RICO SOGORB

Poemándote

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Poema d´amor per a la intimitatHi ha qui persegueix sotala pluja de Nova Yorkgris com si de la seva ànima es tractés.Hi ha qui es deté als bassals gransamb excusa o sense ella tornant la seva vida al raval.Hi ha qui plora, assassina, corre rere els fanals, deambula i captasota la tartamuda pluja a Nova York.

Però un poeta, amor meu, un poetano es demora en la tíbia matinadani s'arruga en la pluja.

Hi ha qui reté nues els llums en la memòria del camí com una pena aliena al soroll.Hi ha qui acudeix a les mercaderiesamb paraigua de cel per davanti els ulls al contrari de pluja.Hi ha qui de febre sanglota vilmentfins ensordir-se el carrer i el seu plor.Però un poeta, amor meu, un poetadesatén de la nit els seus desvetllamentsencara que la pluja faci entelar la lluna.

Hi ha qui frega dolçament bordells i li sorprèn la pluja a la portaper restaurar de dintre els petons.Hi ha qui desabriga el pas amb sornafent mullar potser una noiao recollint solitud per temps.Hi ha qui queda a casa violantdel banús un violíal costat de la seva pipa d'opi.

Hi ha qui persegueix sotala pluja de Nova Yorkantigues llambordesd'un amor desheretat en la nit.

Però un poeta, amor meu, un poetacorre desafiantels finestrals de nou dibuixatsper a d'amor escriure't un poemaperquè et vol i tantque la pluja de Nova York no importa.

20-4-09, Nova York

MANUEL VALERO GÓMEZ

ROSANA DEMICHELIS LUCENA

Carretera al pasado

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Jacob andaba despreocupado por el arcénde una carretera cualquiera. Ya conocía laprotección de los matorrales a su izquierday decidió cruzarla al ver cierto movimientoal otro lado del arcén. Algo gigante con dosdestelleantes luces blancas se acercabavelozmente. Estaba deslumbrado, le entrópavor y se quedó bloqueado. Aquella cosale esquivó desviando su trayectoria. Lepasó rozando, salió fortuitamente de lacarretera y empezó a dar vueltas hasta quese quedó inmovil, deformado y despren-diendo humo.

Tras unos instantes, el silencio volvió a rei-nar. Jacob perdió el miedo y se acercó porcuriosidad a aquellas luces. En cambioahora no encontraba más que una y, dentrode aquella cosa, un joven bípedo peligroso.Estaba inmóvil. Inerte. Al no ver nada másde interés para él entre aquel humo asque-roso y un molesto sonido artificial a inter-valos, se alejó en busca de comida.

Lo que Jacob no sabía, ni sus largos bigo-tes y ojos brillantes que atravesaban laoscuridad, era que la cosa bípeda, por dine-ro y a sangre fría, le había asesinado en suanterior vida. Acababa de pagar por ello.

JESÚS MARTÍNEZ MARTÍNEZ

JESÚS MARTÍNEZ MARTÍNEZJESÚS MARTÍNEZ ES ESTUDIANTE DE PERIODISMO DE LA UNIVERSIDAD MIGUEL HERNÁNDEZ D´ELX.

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¡Dolor!...qué suspiras palideciendo el sueñode Miró, desangrada la entraña de Olezasobre el abismo gris.

Madrugada sin final, para el poeta en vidaolvidado,

silente muerte que transfiguras más fiel quedesdeñada. Acallan su algarabía los

"niños del cielo", dejan sus juegos los gorrio-nes en el recreo. ¡Mece pastor de

auroras el ensueño ausente!. Nana pobre,hambre de moras blancas, raíces

mojadas de lirio malva que agudiza su des-calzo amargor, floreciendo el verde

limón....¡Miguel, tan lejos y tan cerca!. Elpenal de pena agoniza, garganta de

agua fría que clama.....¡libertad!. "Voz de tie-rra", sin deslumbrarte miras la

infinita frontera, vestido de azul y en lamuñeca el reloj de Aleixandre, que más

que horas cuenta..."pasiones en la tierra".

TransfiguraciónJOSÉ ANTONIO GUZMÁN PÉREZ

EVA VAZQUEZ

SARAY PAVÓN MÁRQUEZ

Poema Tercero

Puedo decir alto y claro:no sé a dónde me dirijo,me pesan los párpados,a veces exploto y, otras,tengo sequía de impulsos;me marean las líneas del metro,estoy harta de las hormonas,los cambios, harta de ser pezón y curva.

Mientes mientras cantasen el cuerpo del amor sin alma, me lo dices por sentirsin confundir la verdad,el placer que llevo míotú lo gastas en la piel,yo te pierdo por tocarcuando pesa el tiempo hermanoen la intriga la confianza;perdiste tu rumbohacia donde siempre

te llevaron tus pasos.

Desde el deseo el ocasode la pendiente profundaen la máxima extrema.Se puede pedir todo y dar nada a cambio?Se puede dar todo y no pedir algo?

A gripe "A"El foco infeccioso se extiendee implosiona la alerta espectralque alardea esputando sangre virulentapues recrudece.

Tras oscilaciones contaminantesse persigue el cadáver endémicoenvolviéndose entre las cortinas de humoque nos recubren desde el nivel del marsobre las olas del vientoseduciendo ideologías contemporáneas a siniestra.

Excelso morbosomuta enfundado en el todo intrínseco de la matriz humanitaria,

y muere por alguna inspiración.Aunque fenezca, transmutará en obscenas formas atribulantes.

El aire de nuestras voceslo comunica, regente y obsesionadopor estas redes menospreciadas, intoxicadasque con humo negro, son devoradassu grandilocuencia es espléndida.

Ambiciona organismo diestro para sostener situaciones corruptasactuando profuso, endemoniado y al tiempo infectado, antihumano, miserable, vencido tiembladejando en claro su tenue mentalidad.

Ilusoria EpidemiaRAÚL ALLAÍN

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Si fuera sombra de las alasme posaría en el arco de tus labios,me impulsaría como corriente-esa corriente que deslava todo-desgajaría mi canto en el estruendode tus formas,en la pendiente de tu corazón …en la batea de tu vientre,en la ilusión de recurrentes sueños .

Viviría en tu cuerpo un déjà visitéya sin remedio.

Y en la sonrisa de la auroravolvería a elevarme para moriren el recuerdo del mañana.

EVERARDO ANTONIO TORRES GONZÁLEZ

Déjá vu

DANIELA EDITH GALLARDO ZDERICH

AbrilJOSEP MANEL SÁNCHEZ

JOSE RAMÓN LORENTE SAEZ

Rebanando este denso calor cual si fuera panalrededor de unas mesas que por excusa nos reúnen como familiares a la hora punta de compartir,vamos ejerciendo nuestra libre elección de estar aquíaunque no somos todos los que estamos,ni sentimos lo mismo aun estando entrelazados,nosotros, un grupo heterogéneo de humanosvamos afilando nuestras lenguas un sábado más,jugando, rebuscando una idea originalpara dejar este sello, personal, inconfundible,expresando las voces de esta variopinta sociedad:mugrienta, milagrosa, sorprendentemente eterna.Somos casi los mismos, pero no los de siempre,y nuestro asunto, en estos días, queda lejos de ser valiente,¿de qué nos sirve la libertad de declarar nuestra verdadsi bien pocos escucharnos quieren?Dejemos que ruede la rueda, mas, no nos callemos jamás.a unos les gusta enseñar el moño, o llevar bufanda,a otros, les agrada lucir sombrero, gorra de marinero, o visera.Con cámaras testigos, entre risas y cervezas,papeles mojados y bolígrafos sus textos almacenany escapan sin quererlo rodando sentimientospor el asfalto y las sucias aceras,imperfectos, obscenos, humanos encadenados al lastre de unos afónicos corazones cantores,a la grupa de cuerpos cansados, que se niegan a pasar página,

ROSANA DEMICHELIS LUCENA

La tertuliaÁNGELA DANIELA DÍAZ RIVERA

GREGORIO SÁNCHEZ

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soportando estoicamente gotero sobre retinas secasde tanto perseguir musas agonizantes de ciudad,mientras nuestra almas buscan el consuelode abrazarse en anhelos comunes,sin que se note mucho que reaparecemosde nuestros respectivos exilios, de nuestras altas torres,o nuestro celoso e íntimo huertoallí donde sembramos nuestros verbosabocando libremente y sin discriminaciónlos frutos de nuestra mente y nuestro corazón.Somos casi los mismos, pero no los de siempre,y nuestro asunto no subraya la palabra que todos saben, que todos callan,en cada beso, en cada abrazocon la partida y a cada llegada;pues nuestra tertulia nos da la magiaque la pasión silenciosa del alma nos serpentea en las miradas…Y nuestro asunto, compañeros, nuestro asunto:es no perder la esperanza aunque hoy no seamos los mismos que mañana.