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La prevalencia de trastornos mentales graves (TMG), inclu- yendo las conductas adictivas, en los individuos adultos de los denominados países desarrollados occidentales es relati- vamente uniforme y afecta, en conjunto, a entre un 12 y un 15% de la población mayor de 18 años, de forma indepen- diente del sexo, religión, nivel cultural y situación socioeco- nómica. Sin embargo, cuando se estudian grupos sociales concretos pueden aparecer sensibles variaciones en los porcentajes de los diversos tipos de enfermedades mentales padecidas por estos colectivos, en función de determinantes inheren- tes al grupo estudiado. El intervalo de edad de los sujetos, el sexo, el grado de habilidad manual y artística o la capacidad intelectual necesaria para acceder al grupo social sesgan, a veces de forma relevante, los resultados obtenidos. Así, en el supuesto de estudiar la prevalencia de TMG en una po- blación bien delimitada como la de los médicos de nuestro país, se encuentran cifras que difieren de la prevalencia de TMG en la población general adulta, debido principalmente a que la edad mínima requerida para obtener el título de li- cenciado (alrededor de los 24 años) o de especialista (alre- dedor de los 28) facilita que la eclosión de algunas enfer- medades de aparición temprana, como la esquizofrenia o los trastornos obsesivo-compulsivos graves, se presenten en el período estudiantil, y que individuos con otros trastornos mentales invalidantes intelectualmente o con abusos de tó- xicos que limitan las denominadas funciones psíquicas bá- sicas no puedan seguir la carrera universitaria. La prevalencia de TMG en el grupo profesional de médicos españoles será asimilable, pues, a la prevalencia de TMG de los médicos de los restantes países occidentales, con pe- queñas desviaciones respecto a la media de la población general adulta. Dado que los médicos constituyen uno de los grupos profesionales bien delimitados en nuestro país (su número se cifra en alrededor de 150.000), una hipotéti- ca afección del 10-15% de estos profesionales supondría que, aproximadamente, unos 20.000 médicos españoles sufrirían en algún momento de su ejercicio profesional un TMG que afectase gravemente a su capacidad para desa- rrollar la profesión. Existen pocos estudios nacionales 1-3 que permitan contras- tar estas cifras con el fin de analizar la relevancia de los TMG en la calidad de la asistencia sanitaria de España. Por ello, es preciso recurrir a datos extrapolados de otros países de la Comunidad Europea, también muy escasos, o prefe- rentemente a datos de los EE.UU. o Canadá, países que han demostrado una gran preocupación por este tema des- de hace más de 30 años 4,5 . En ninguno de ellos, sin embar- go, se ha efectuado un estudio epidemiológico completo que aclare la situación real del colectivo médico en cuanto al padecimiento de TMG. En los últimos años, la mayoría de países europeos, entre ellos España, ha empezado a preocuparse por la salud mental de los grupos profesionales que por las característi- cas de su trabajo interactúan de forma importante con la población general, como pueden ser maestros, fuerzas del orden, conductores de transporte público y, naturalmente, profesionales sanitarios. Han sido estos últimos, segura- mente debido a estar gremialmente más cohesionados a través de sus colegios profesionales y a la tradicional rele- vancia social que se atribuye a su actividad laboral, los que más se han interesado por la salud mental de sus afiliados. Es en este contexto en el que surge la iniciativa del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), inmediatamente secundado por los restantes colegios de médicos catalanes de Girona, Lérida y Tarragona y, en todo momento, apoyada por la Conselleria de Sanitat i Seguretat Social de la Genera- litat de Catalunya, de crear un Programa de Atención Inte- gral al Médico Enfermo (PAIME) con el objetivo de estudiar la prevalencia de TMG en el colectivo de médicos catalanes y ofrecer recursos asistenciales y legales a sus miembros afectados. Relevantes revistas médicas internacionales 6,7 se han hecho eco de esta iniciativa y han publicado reciente- mente comentarios informativos sobre ella. Razones objetivas que justifican la creación de un programa específico Llegados a este punto es obligada la pregunta: ¿qué razones justifican el trato diferencial hacia el colectivo médico? ¿Los programas para médicos enfermos constituyen un lujo para unos privilegiados o contribuyen a garantizar una mejor sa- lud para la población general? Los colegios profesionales deben cumplir una función de garantes de la profesionalidad de sus colegiados. Para ello deben dotarse de instrumentos que les permitan detectar y evitar la mala praxis. Es obvio que cuando ésta constituye un síntoma más de una afección psicológica subyacente la intervención de las instituciones colegiales no debe ser pe- nalizadora sino rehabilitadora. Es más, de no existir una al- ternativa terapéutica es probable que el colegio profesional tenga una cierta tendencia a hacer la vista gorda frente a un problema que, de ser mal abordado, puede comportar per- juicios importantes para el médico afectado. Desde este punto de vista, es evidente que la existencia de alternativas terapéuticas permite a la junta de gobierno y/o comisión deontológica intervenir con mayor decisión, minimizando la tendencia a la inhibición. Este argumento puede justificar la existencia de programas para médicos enfermos, pero no justifica por sí sólo la exclusividad de dichos programas. ARTÍCULO ESPECIAL 785 El programa de atención integral al médico enfermo (PAIME) del Colegio de Médicos de Barcelona Miquel Casas, Antoni Gual, Eugeni Bruguera, Antoni Arteman y Jaume Padrós Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt. Col·legi Oficial de Metges de Barcelona. Palabras clave: Médico. Trastornos relacionados con el uso de sustancias. Diagnóstico dual psiquiátrico. Sociedades médicas. Key words: Physicians. Substance-related disorders. Psychiatric dual diagnosis. Medical societies. Correspondencia: Dr. A. Gual i Solé. Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt (PAIMM). Col.legi Oficial de Metges de Barcelona. Passeig de la Bonanova, 47. 08017 Barcelona. Correo electrónico: [email protected] Recibido el 27-3-2001; aceptado para su publicación el 4-5-2001 Med Clin (Barc) 2001; 117: 785-789 33.616

El programa de atención integral al médico enfermo (PAIME) del Colegio de Médicos de Barcelona

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Page 1: El programa de atención integral al médico enfermo (PAIME) del Colegio de Médicos de Barcelona

La prevalencia de trastornos mentales graves (TMG), inclu-yendo las conductas adictivas, en los individuos adultos delos denominados países desarrollados occidentales es relati-vamente uniforme y afecta, en conjunto, a entre un 12 y un15% de la población mayor de 18 años, de forma indepen-diente del sexo, religión, nivel cultural y situación socioeco-nómica.Sin embargo, cuando se estudian grupos sociales concretospueden aparecer sensibles variaciones en los porcentajesde los diversos tipos de enfermedades mentales padecidaspor estos colectivos, en función de determinantes inheren-tes al grupo estudiado. El intervalo de edad de los sujetos, elsexo, el grado de habilidad manual y artística o la capacidadintelectual necesaria para acceder al grupo social sesgan, aveces de forma relevante, los resultados obtenidos. Así, enel supuesto de estudiar la prevalencia de TMG en una po-blación bien delimitada como la de los médicos de nuestropaís, se encuentran cifras que difieren de la prevalencia deTMG en la población general adulta, debido principalmentea que la edad mínima requerida para obtener el título de li-cenciado (alrededor de los 24 años) o de especialista (alre-dedor de los 28) facilita que la eclosión de algunas enfer-medades de aparición temprana, como la esquizofrenia olos trastornos obsesivo-compulsivos graves, se presenten enel período estudiantil, y que individuos con otros trastornosmentales invalidantes intelectualmente o con abusos de tó-xicos que limitan las denominadas funciones psíquicas bá-sicas no puedan seguir la carrera universitaria.La prevalencia de TMG en el grupo profesional de médicosespañoles será asimilable, pues, a la prevalencia de TMGde los médicos de los restantes países occidentales, con pe-queñas desviaciones respecto a la media de la poblacióngeneral adulta. Dado que los médicos constituyen uno delos grupos profesionales bien delimitados en nuestro país(su número se cifra en alrededor de 150.000), una hipotéti-ca afección del 10-15% de estos profesionales supondríaque, aproximadamente, unos 20.000 médicos españolessufrirían en algún momento de su ejercicio profesional unTMG que afectase gravemente a su capacidad para desa-rrollar la profesión.Existen pocos estudios nacionales1-3 que permitan contras-tar estas cifras con el fin de analizar la relevancia de losTMG en la calidad de la asistencia sanitaria de España. Por

ello, es preciso recurrir a datos extrapolados de otros paísesde la Comunidad Europea, también muy escasos, o prefe-rentemente a datos de los EE.UU. o Canadá, países quehan demostrado una gran preocupación por este tema des-de hace más de 30 años4,5. En ninguno de ellos, sin embar-go, se ha efectuado un estudio epidemiológico completoque aclare la situación real del colectivo médico en cuantoal padecimiento de TMG.En los últimos años, la mayoría de países europeos, entreellos España, ha empezado a preocuparse por la saludmental de los grupos profesionales que por las característi-cas de su trabajo interactúan de forma importante con lapoblación general, como pueden ser maestros, fuerzas delorden, conductores de transporte público y, naturalmente,profesionales sanitarios. Han sido estos últimos, segura-mente debido a estar gremialmente más cohesionados através de sus colegios profesionales y a la tradicional rele-vancia social que se atribuye a su actividad laboral, los quemás se han interesado por la salud mental de sus afiliados.Es en este contexto en el que surge la iniciativa del ColegioOficial de Médicos de Barcelona (COMB), inmediatamentesecundado por los restantes colegios de médicos catalanesde Girona, Lérida y Tarragona y, en todo momento, apoyadapor la Conselleria de Sanitat i Seguretat Social de la Genera-litat de Catalunya, de crear un Programa de Atención Inte-gral al Médico Enfermo (PAIME) con el objetivo de estudiarla prevalencia de TMG en el colectivo de médicos catalanesy ofrecer recursos asistenciales y legales a sus miembrosafectados. Relevantes revistas médicas internacionales6,7 sehan hecho eco de esta iniciativa y han publicado reciente-mente comentarios informativos sobre ella.

Razones objetivas que justifican la creación de un programa específicoLlegados a este punto es obligada la pregunta: ¿qué razonesjustifican el trato diferencial hacia el colectivo médico? ¿Losprogramas para médicos enfermos constituyen un lujo paraunos privilegiados o contribuyen a garantizar una mejor sa-lud para la población general?Los colegios profesionales deben cumplir una función degarantes de la profesionalidad de sus colegiados. Para ellodeben dotarse de instrumentos que les permitan detectar yevitar la mala praxis. Es obvio que cuando ésta constituyeun síntoma más de una afección psicológica subyacente laintervención de las instituciones colegiales no debe ser pe-nalizadora sino rehabilitadora. Es más, de no existir una al-ternativa terapéutica es probable que el colegio profesionaltenga una cierta tendencia a hacer la vista gorda frente a unproblema que, de ser mal abordado, puede comportar per-juicios importantes para el médico afectado. Desde estepunto de vista, es evidente que la existencia de alternativasterapéuticas permite a la junta de gobierno y/o comisión deontológica intervenir con mayor decisión, minimizando latendencia a la inhibición. Este argumento puede justificar la existencia de programas para médicos enfermos, pero nojustifica por sí sólo la exclusividad de dichos programas.

ARTÍCULO ESPECIAL

785

El programa de atención integral al médico enfermo (PAIME) del Colegio de Médicos de BarcelonaMiquel Casas, Antoni Gual, Eugeni Bruguera, Antoni Arteman y Jaume Padrós

Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt. Col·legi Oficial de Metges de Barcelona.

Palabras clave: Médico. Trastornos relacionados con el uso de sustancias.Diagnóstico dual psiquiátrico. Sociedades médicas.Key words: Physicians. Substance-related disorders. Psychiatric dualdiagnosis. Medical societies.Correspondencia: Dr. A. Gual i Solé.Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt (PAIMM).Col.legi Oficial de Metges de Barcelona.Passeig de la Bonanova, 47. 08017 Barcelona.Correo electrónico: [email protected] el 27-3-2001; aceptado para su publicación el 4-5-2001

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¿Cuáles son los argumentos que permiten afirmar la necesi-dad de un programa exclusivo?En primer lugar, la confidencialidad. Es obvio que para unmédico la sala de espera, y mucho más si se trata de la salade espera de una consulta psiquiátrica, comporta dificulta-des distintas que para el resto de la población. La idea decompartir un espacio de espera con pacientes a los queuno ha atendido o podría llegar a atender como médico esevidentemente terrorífica. Si a todo el mundo le resulta difí-cil tomar la decisión de pedir ayuda cuando padece proble-mas psíquicos o adictivos, al médico todavía más.El resultado es que el médico retrasa el momento de iniciarel tratamiento, empezando un largo camino de automedica-ción y sufrimiento que, inevitablemente, comporta evolucio-nes clínicas más complicadas y de peor pronóstico. Frentea esta situación, las instituciones y centros sanitarios sólodisponen de mecanismos penalizadores y excluyentes,como la baja laboral por incapacidad temporal, la invalidezpermanente y el expediente disciplinario, pero no de meca-nismos rehabilitadores para ayudar realmente a estos profe-sionales enfermos.Por todo ello, una estrategia preventiva debe incentivar almédico enfermo y, lo que a veces es incluso más importan-te, a sus compañeros de trabajo y a sus familiares, a pedirayuda cuanto antes mejor. Para ello, es imprescindible queel programa se perciba como estrictamente confidencial yrehabilitador, de manera que, cuando la familia o los cole-gas enfrenten el problema y presionen al médico enfermopara que se enfrente a él, tengan la convicción de que no lecondenan al ostracismo sino de que se le ofrece una alter-nativa verdaderamente constructiva.Así pues, en definitiva, un programa específico para médicosenfermos permite que la población general vea más garanti-zada la buena praxis de sus médicos, al tiempo que el colec-tivo médico se dota de un instrumento que le permite evitar laparadójica situación de desventaja en que se encuentra a lahora de enfrentarse con determinado tipo de enfermedades.

Dificultades para la implantación de un programa de atención integral al médico enfermoAunque existen razones para que los PAIME se implanten,es evidente que todavía existen pocos, y ello debido a las di-ficultades inherentes a su creación y mantenimiento. En pri-mer lugar hay que citar el condicionante económico. Un pro-grama tan específico es necesariamente caro y, por suscaracterísticas, resulta complicado encontrar fuentes esta-bles de financiación. En segundo lugar, el propio colectivomédico puede reaccionar con recelo frente a una iniciativaque, aun siendo un instrumento de protección para la profe-sión, en función de cómo se aplique, puede percibirse comoalgo amenazador en el marco de la actual perspectiva deon-tológica. En tercer lugar, los propios órganos de gobierno delos colegios profesionales pueden mostrarse reticentes a to-mar iniciativas que, de no ser bien aplicadas, pueden resul-tar impopulares entre los médicos que los han elegido. Y fi-nalmente, los problemas psiquiátricos y adictivos todavía sehallan cargados de una fuerte carga estigmatizante, inclusodentro del propio colectivo médico, que favorece en todosuna cierta tendencia a «mirar hacia otro lado».En las líneas que siguen se describe el proceso de creacióny primer año de funcionamiento del PAIME en Cataluña,donde merced a la iniciativa del COMB, con la participacióndel Departamento de Sanidad de la Generalitat de Catalun-ya y del resto de colegios catalanes se ha podido enfrentareste espinoso problema. Como postula el Alabama ImpairedPhysicians Committee, «silence is not always golden»8.

Descripción de los pasos para la creación del programa de atención integral al médico enfermoEl primer paso fue la creación de un comité de expertos delCOMB, que dio lugar al diseño del PAIME con los siguientesobjetivos: a) modelo de procedimiento colegial con una de-cidida orientación preventiva, garantía de calidad asistencialy de confidencialidad, y b) proyecto con una viabilidad eco-nómica coherente.Los siguientes pasos fueron la búsqueda de los compromisosy apoyos institucionales, que se concretaron, en primer térmi-no, con la incorporación del Departamento de Sanidad y Se-guridad Social, que aseguró una cofinanciación muy impor-tante del programa9. Casi sin solución de continuidad, elConsejo de Colegios de Médicos de Cataluña y los colegios delas otras tres provincias catalanas se adhirieron al proyecto.A renglón seguido, se pusieron en marcha, simultáneamente,el programa asistencial y el procedimiento colegial, al pocotiempo de la aprobación del nuevo código deontológico cata-lán, que contempla específicamente este tipo de situacionesy las consecuencias deontológicas que de ellas se derivan,tanto para los afectados como para los colegas conocedoresde su situación (Artículos 91 y 92 del Código de Deontologíadel Consell de Col·legis de Metges de Catalunya10).

Organización del programa de atención integral al médico enfermoEn el PAIME distinguimos dos áreas claramente delimitadasy ubicadas en espacios distintos: el área colegial y el áreaasistencial.El área colegial, ubicada en la sede del propio Colegio deMédicos, es la puerta de entrada al programa, y en ella resi-den los mecanismos de coordinación con las estructurascolegiales y con el área asistencial. Le corresponde tambiénla gestión global del programa, la elaboración de presupues-tos, la coordinación con otros colegios de médicos, la infor-mación a instituciones sanitarias, etcétera.El área asistencial limita su intervención a la atención de losmédicos enfermos en un centro sanitario, que se mantieneen el anonimato para mayor garantía de la absoluta confi-dencialidad del programa. La actividad asistencial se desa-rrolla en dos ámbitos: la unidad de hospitalización, com-puesta por ocho camas, y la consulta ambulatoria, queincluye atención psiquiátrica y psicológica tanto individualcomo grupal o familiar, en función de las características clí-nicas de los médicos enfermos.

Acceso de los pacientes al programa de atención integral al médico enfermoExisten tres vías de llegada al PAIME: a) voluntaria, quepuede producirse también como resultado de la presión dela familia o de los colegas; b) a través de la de la Junta delColegio de Médicos y, eventualmente, de la Comisión Deon-tológica, cuando se ha producido una denuncia formal yexiste evidencia de la posible existencia de un trastornoconductual relevante, y c) mediante el procedimiento deno-minado comunicación confidencial.La demanda voluntaria de tratamiento es, evidentemente, lamás deseable, y en ella la confidencialidad es tan elevadaque ni el propio Colegio de Médicos tiene constancia de laidentidad del interesado, puesto que para ello se ha dis-puesto un sofisticado sistema informático de cambio denombre de los interesados.Cuando el médico niega tener el problema que ha originadouna denuncia sustentada por datos objetivos, el inicio del

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procedimiento, incoado por el Secretario del COMB, essiempre a través de un dictamen donde un psiquiatra eva-lúa la existencia de enfermedad que justifique la inclusióndel médico afectado en el PAIME, como alternativa al pro-ceso sancionador.Por último, el procedimiento de comunicación confidencialal Secretario del COMB se halla a mitad de camino entre losdos supuestos previos y corresponde, por regla general, a laintervención de los superiores jerárquicos del médico enfer-mo, aunque también se reciben comunicaciones confiden-ciales de familiares, amigos y colegas. Cuando los superio-res jerárquicos se hallan ante la existencia de conductassancionables que, a su criterio, obedecen a problemas psi-cológicos del afectado, deciden llamar al PAIME con el ob-jetivo de trocar un proceso sancionador en rehabilitador.Éste es sin duda el supuesto más delicado, donde el PAIMEdebe compatibilizar la doble misión que tiene asignada: porun lado, garantizar que el médico se halla en condicionesde realizar su trabajo, y por otro, garantizar a ese médicoque su tratamiento se mantendrá escrupulosamente bajo laconfidencialidad que requiere el proceso terapéutico.En todos los casos, la entrada en el programa se produce através de la unidad ambulatoria, donde el médico enfermoes evaluado clínicamente; a partir de este momento se dise-ña un programa terapéutico que en algunas ocasiones pue-de incluir el ingreso en la unidad hospitalaria.Para dar respuesta a la demanda asistencial, tanto ambula-toria como hospitalaria, la plantilla asistencial del PAIMEcuenta en la actualidad con 7 psiquiatras, un internista, 3 psicólogas y 5 enfermeras.

Descripción del primer año de funcionamientoLa muestra la componen un total de 101 médicos atendidosen el PAIME desde octubre de 1998 a diciembre de 1999.De ellos, 24 fueron atendidos en los últimos meses de 1998y el resto acudió al PAIME en 1999. También fueron atendi-dos otros 11 médicos, pero se valoró que no existía enfer-medad tributaria de tratamiento en el PAIME y no han sidoincluidos en este informe. Las principales características dela muestra estudiada están resumidas en la tabla 1.La muestra se compone prioritariamente de varones (80,2%),con una edad media global de 47,1 años, ligeramente máselevada en los varones que en las mujeres (48,2 frente a42,4), sin que las diferencias lleguen a ser significativas.La inmensa mayoría de médicos enfermos desarrollan suejercicio profesional en la provincia de Barcelona (80,2%), yel resto se distribuye casi a partes iguales entre las otrasprovincias catalanas (10,9%) y el conjunto de España(8,9%). Para la provincia de Barcelona, el número de médi-cos atendidos en el curso de los primeros 12 meses de fun-cionamiento del PAIME representa una incidencia de 3,6casos por cada 1.000 médicos y año.También resulta interesante el análisis de los desencade-nantes de la petición de tratamiento, así como la vía por lacual este tratamiento acaba realizándose. En este sentido, lapetición de tratamiento se produjo en la inmensa mayoríade los casos a través de la iniciativa personal del afectado(46,7%) o bien mediante la intervención de familiares oamigos (17,1%). Ese conjunto, al que hemos dado en lla-mar «entorno personal», tiene mucho más peso en las mu-jeres (85%) que en los varones (58%; χ2: 5.960; p < 0,05).En el 23,6% de ocasiones ha sido la intervención de los co-legas o compañeros de trabajo lo que ha desencadenado lademanda de tratamiento.Todo ello comporta que la mayoría de tratamientos se desa-rrollen bajo el supuesto de la demanda voluntaria de trata-

miento, que constituyó el 65,3% de los casos. En el 34,7%restante el tratamiento se desarrolló bajo la tutela del Cole-gio de Médicos. En este grupo se halla incluido el 11,9% decasos en los que se había producido el supuesto de trata-miento por la existencia de una denuncia formal. Aunque seha atendido a la mayoría de los médicos enfermos a travésde los servicios clínicos propios del PAIME, en 8 casos eltratamiento fue realizado mediante psiquiatra particular apetición del paciente.Como era de esperar, existe una muy elevada correlación (p < 0,0001) entre las fuentes que son el origen de la infor-mación y la modalidad de tratamiento que se establece. Así,las intervenciones institucionales van con mayor frecuencialigadas a denuncias, procedentes por regla general de losusuarios, mientras que el entorno familiar tiende a generardemandas voluntarias de tratamiento y la intervención delos colegas se asocia frecuentemente a la existencia de in-formaciones confidenciales.Un dato relevante lo constituye el motivo principal de con-sulta o diagnóstico principal. Siguiendo criterios diagnósti-cos CIE-10, hay que señalar en primer lugar la elevada pre-valencia del síndrome de dependencia alcohólica (33,7%),así como el síndrome de dependencia a otras sustanciaspsicotrópicas (21,8%), que sumados constituyen más de lamitad de la muestra estudiada. En el 44,6% de casos eldiagnóstico principal fue un trastorno mental, con claro pre-dominio de los trastornos afectivos (tabla 2).Existen diferencias relevantes en función del tipo de enfer-medad principal que genera la demanda de tratamiento.Así, todos los médicos procedentes del resto de España han

M. CASAS ET AL.– EL PROGRAMA DE ATENCIÓN INTEGRAL AL MÉDICO ENFERMO (PAIME) DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE BARCELONA

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TABLA 1Principales características de la muestra estudiada (n = 101)

Edad, media (DE) 47,1 (10,3) añosSexo (%)

Varones 80,2Mujeres 19,8

Lugar de residencia (%)Provincia de Barcelona 80,2Resto de Cataluña 10,9Resto de España 8,9

Vía de acceso al PAIME (%)Institucional 11,9Entorno personal (familia, amigos) 65,3Colegas, compañeros de trabajo 22,8

Tipo de demanda (%)Voluntaria 66,1Compulsoria 33,9

Diagnóstico principal (%)Trastorno mental 44,6Dependencia alcohólica 33,7Otras drogodependencias 21,8

TABLA 2Trastornos psiquiátricos valorados como diagnósticoprincipal (n = 45)

CIE-10 Diagnóstico principal Porcentaje

F 20 Esquizofrenia 4,5F 21 Trastorno esquizotípico 4,5F 31 Trastorno bipolar 9,1F 32 Episodio depresivo grave 29,5F 34.1 Distimia 11,4F 42 Trastorno obsesivo-compulsivo 6,8F 40-F 41 Trastornos de ansiedad 11,4F 43 Trastorno adaptativo 6,8F 50 Anorexia nerviosa 6,8F 60 Trastorno límite de la personalidad 2,3F 63 Trastorno del control de los impulsos 6,8

CIE: clasificación internacional de enfermedades.

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acudido por problemas derivados del alcohol y de las dro-gas, lo que los diferencia significativamente del resto de lamuestra (p < 0,007). Los problemas de alcohol se hacenpatentes con mayor frecuencia mediante la intervención delos colegas. En cambio, en el caso de las otras drogodepen-dencias éstos no desempeñan un papel tan preponderante,y son las instituciones las responsables de que se inicie unaintervención. Por último, el entorno familiar responde conmayor facilidad a los trastornos mentales con demandas ex-plícitas de ayuda y asesoramiento (tabla 3).De modo coherente con lo que se acaba de explicar, losmédicos afectados de algún trastorno mental acuden conmayor frecuencia por iniciativa propia, mientras que en loscasos de alcoholismo y drogodependencias la informaciónconfidencial aparece con mayor frecuencia de la esperada(p < 0,002). Asimismo, y como era esperable, el alcoholis-mo y las drogodependencias aparecen con mayor frecuen-cia en los varones mientras que las mujeres padecen mástrastornos mentales (p < 0,037). Finalmente, los afectadosde síndrome de dependencia alcohólica se distinguen tam-bién por su edad media (52,8 años) sensiblemente superiora la media de los otros dos grupos (p < 0,0001).Aunque el 53% de médicos enfermos no eran especialistas,el hecho de tener o no una especialidad médica no pareceser especialmente relevante, ni tampoco genera diferenciassignificativas en ninguna de las variables estudiadas.Cuando se analizan los datos correspondientes a 1998 y secomparan con los de 1999, se observa una tendencia clara-mente significativa, tanto a la disminución de las interven-ciones institucionales (p < 0,0001) como al aumento de lasdemandas de tratamiento generadas por el entorno familiar

y que dan lugar a tratamientos voluntarios (p < 0,0001).Así, en términos absolutos, las denuncias han descendidode 11 a una, mientras que las demandas voluntarias de tra-tamiento han pasado de 6 a 60. En términos porcentuales,este incremento supone pasar en el curso de un año de un25% a un 77,9% de demandas voluntarias de tratamiento(tabla 4).Los casos que han precisado tratamiento en régimen de in-greso constituyen el 25,7% de la muestra estudiada (n =26), y no se diferencian del resto en cuanto a sexo, edad nivía de acceso al tratamiento. Sí existen, en cambio, diferen-cias significativas en cuanto al diagnóstico principal, dondese observa una mayor tendencia a precisar ingreso hospita-lario en las toxicomanías no alcohólicas (p < 0,003), sin queexistan diferencias en cuanto a la duración del ingreso, que se sitúa en una media de 30,2 días (36 días para lostrastornos mentales, 30 para las toxicomanías y 26 para los alcohólicos). Cabe añadir que a estas elevadas estanciasmedias hay que añadir los reingresos: siete han reingresadoen una sola ocasión y uno de ellos ha realizado tres ingresos en el curso del período controlado. Como era de esperar, losmédicos procedentes de la provincia de Barcelona ingresancon menor frecuencia (p < 0,037) que los domiciliados enel resto de Cataluña y España.Un último aspecto que cabe señalar, de notable relevanciadesde la perspectiva preventiva, es la asociación entre edady tipo de demanda asistencial. Como se observa en la tabla5, los pacientes que acuden a tratamiento como conse-cuencia de una decisión personal, de su entorno inmediatoo de sus colegas, son casi 10 años más jóvenes que los re-mitidos a través de una institución (p < 0,009).

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Vía Diagnóstico principal Media N Desviación estándar

Institucional Trastorno mental 58,50 4 10,38Otras drogas 45,75 4 4,03Síndrome de dependencia alcohólica 58,00 6 4,15Total 54,64 14 8,33

Entorno personal Trastorno mental 42,81 31 9,55Otras drogas 43,28 18 6,68Síndrome de dependencia alcohólica 53,53 15 10,33Total 45,45 64 9,98

Colegas Trastorno mental 43,70 10 12,03Síndrome de dependencia alcohólica 49,46 13 9,00Total 46,96 23 10,58Total 47,07 101 10,30

TABLA 3Correlación entre tipo de enfermedad y vías de acceso al PAIME (n = 101)

Diagnóstico principal

Vía de acceso al PAIME Trastorno mental Otras drogas Dependencia alcohol Total

n % n % n % n %

Institucional (empresa, colegio profesional, etc.) 4 28,6 4 28,6 6 42,9 20 100Entorno personal (amigos, familiares, iniciativa propia, etc.) 31 48,4 18 28,1 15 23,4 64 100Colegas, compañeros de trabajo 10 43,5 0 0 13 56,5 23 100

χ2 = 13,4; p < 0,009.

TABLA 4Evolución del tipo de demanda de tratamiento

Vía de acceso al PAIME Tipo de tratamiento

Año Institucional Entorno personal Colegas Supervisado por el Colegio de Médicos Voluntario

1998 9 (37,5%) 6 (25%) 9 (37,5%) 18 (75,0%) 6 (25,0%)1999 5 (6,5%) 58 (75,3%) 14 (18,2%) 17 (22,1%) 60 (77,9%)

χ2 = 23,02; p < 0,00002 χ2 = 38,951; p < 0,001

TABLA 5Correlación entre la edad (años) y la vía de acceso al PAIME en función del diagnóstico

Page 5: El programa de atención integral al médico enfermo (PAIME) del Colegio de Médicos de Barcelona

DiscusiónLa experiencia de que disponemos es, evidentemente, de-masiado corta como para extraer conclusiones. De cual-quier forma, disponemos de datos suficientes para realizaruna reflexión sobre el trabajo que hemos realizado hasta elmomento.Inicialmente, nuestra experiencia tiene muchas similitudescon la descrita en la mayoría de estudios internacionales.Así, podemos afirmar que en la población atendida predo-mina la existencia de enfermedad dual y que, a pesar deello, los resultados obtenidos son muy satisfactorios en loreferente a la evaluación subjetiva a corto plazo. A título deejemplo, podemos citar la ausencia de altas voluntarias enel programa de internamiento y el alto nivel de satisfacciónreportado por los médicos enfermos.El hecho de que en el 44,6% de los médicos atendidos eldiagnóstico principal fuera un trastorno psiquiátrico constitu-ye un dato relevante y diferencial con relación a otros progra-mas internacionales, más centrados, por regla general, enlos trastornos adictivos. En este apartado, no obstante, esimportante recordar que hablamos exclusivamente de diag-nóstico principal, puesto que en la realidad clínica de estamuestra de médicos enfermos existe una muy elevada co-morbilidad (enfermedad dual). Por otro lado, el énfasis pues-to en los aspectos preventivos del programa en todo el pro-ceso de divulgación del mismo entre el colectivo médicopuede haber influido en este sentido. Cabe recordar aquíque es precisamente en los trastornos mentales donde se dael mayor porcentaje de voluntariedad en el tratamiento.Un dato relevante que es importante señalar lo constituye elpredominio del programa ambulatorio y los tratamientos vo-luntarios sobre el resto de opciones existentes. Si bien laexistencia de una unidad de ingreso hospitalario es indis-pensable para poder respaldar las intervenciones tanto cole-giales como clínicas, lo cierto es que la mayor parte de acti-vidad asistencial se realiza en el ámbito ambulatorio. Dadoque los médicos que residen fuera de Cataluña no tienenacceso fácil al seguimiento ambulatorio, es lógico contem-plar la conveniencia de que el PAIME se implante con lamayor rapidez posible, a escala ambulatoria, en el ámbitode toda España. En cambio, los condicionantes económicosque pesan sobre el dispositivo de hospitalización desacon-sejan la creación de más de una unidad en el conjunto delterritorio español.Conviene señalar también que la indicación de ingreso hos-pitalario es independiente de la vía de acceso a tratamiento.En otras palabras, los médicos que se tratan bajo algún tipode presión no ingresan con mayor ni menor frecuencia quelos que acuden voluntariamente, lo cual en cierta medidaconfirma la independencia de la unidad asistencial en rela-

ción con los órganos colegiales. En otro orden de cosas, queel 25,7% de médicos hayan precisado ingreso hospitalarioasí como las elevadas estancias medias, dan una idea de lagravedad de las enfermedades atendidas.En este punto, nos parece especialmente relevante el análi-sis de la tendencia experimentada por el propio PAIME des-de su creación. Si bien alguien podría esperar (y objetar)que la creación del PAIME pueda dar lugar a una especiede caza de brujas, la realidad demuestra todo lo contrario.La comparación de las cifras correspondientes a 1998 y1999 demuestra con claridad que el crecimiento del PAIMEse produce a partir del incremento de las demandas volun-tarias de tratamiento, y ello es así tanto en valores relativoscomo absolutos. En ese mismo sentido, es interesante seña-lar que los pacientes remitidos por sus instituciones respec-tivas tienen un promedio de edad de casi 10 años más queaquellos que acuden por voluntad propia o aconsejados porsus colegas. Es obvio que si el PAIME facilita que los médi-cos enfermos puedan ser atendidos con 10 años de antela-ción, cumplirá con creces sus objetivos iniciales.Aunque el período de tiempo analizado es demasiado cortopara extraer conclusiones, los resultados obtenidos parecenindicar que el PAIME constituye una alternativa asistencialválida. En un futuro esperamos disponer de datos prospecti-vos que nos permitan contrastar objetivamente estas impre-siones iniciales.

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M. CASAS ET AL.– EL PROGRAMA DE ATENCIÓN INTEGRAL AL MÉDICO ENFERMO (PAIME) DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE BARCELONA

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