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ENTRE LA MEMORIA Y LA NOSTALGIA
Guillermo Manuel Torres Ruiz
CAJAMARCA
-2014-
Homenaje a los nativos de Bagua
que defendieron con sangre su territorio
y escribieron libertad en sus cuadernos.
-Guillermo Manuel-
I
Otra vez la boca del averno
ha incendiado la mente de los hombres
lanzando su verdad como quemante fuego
regando su clera contra la indolencia
manchando las manos como fieras enjauladas
mutilando brazos y cercenando pequeos cuerpos
otra vez los gobernantes hincaron su rodilla ante el poder
encerrando por siempre entre el lodo y los acantilados
las palabras los gritos y los labios
enmudeciendo la protesta de los pueblos
y engrandecindose con la autocracia
que crece como dominio y ro
Otra vez los dientes sarcsticos han sonredo
mirando la matanza de hermano entre hermano
hurgando a la locura de ver morir como lobos esteparios
luchando como perros hambrientos
asaltando como pumas en el vientre civilizado
de estos pueblos que cantan somos libres semoslo siempre
La noche ha cado silenciosa
dejando en los montes bulliciosos un reguero de dolores
los espritus nativos danzan con pintados guerreros
entre tambores de ilusin
como queriendo medir su miseria en sus sonidos
Los gobernantes traicionaron sus voces de victoria
a travs de la sangre de su mismo pueblo
que pregona paz y no la encuentra
Quin es ese agorero que pregona libertad
descalzando las plazuelas con la sangre de su antigua raza
quin es ese hombre que se silencia
que hace odos sordos a los llantos de sus hijos
por una migaja de bondad
quin es el que con falsas promesas
se erigi un hroe del pueblo y ahora es su enemigo
Quin es aquel que con pauelos al viento
pregona fraternidad por siempre
mientras otros se marchitan por el dolor y la tristeza
que ha generado este incendio bravo de dardos y fusiles
II
En este mes de junio las voces agonizan
en los pueblos de la selva
los gritos de guerra dieron su alerta en el verde cielo
quieren arrebatar nuestra tierra
reclamaban nuestros hermanos
los propios gobernantes
quieren conquistar nuestro territorio decan
tomando su masato en el fragor de la lucha
quieren recortar nuestro espacio exclamaban
reunidos entre el lodo y el quemante calor de la tarde
Los ancestros desataron sus ltigos y castigaron con furia a sus atacantes
hoy la tierra ya no tiene huellas de respeto
hoy la tierra pierde su valor de derecho
hoy el libre albedro es como las alas de la mariposa
una vez tocada la tierra no se desprender de ella
por qu los hombres han rasgado la vestidura del dilogo
acaso ha perdido la comunicacin su vigencia en este siglo
Hoy montamos escenarios vacos
nuestra geografa se quiebra en las profundidades del tiempo
y los titiriteros de siempre danzan en caparazones color purpura
haciendo falsos espectculos en las regiones de nuestro pas
aqu ya no hay perdices que hagan llegar su meloda al ms alto pinar
aqu es la sangre que reclama el monte verde del calvario
que se ha hecho vergenza y soledad entre la humedad de las gotas del roco
III
Ya es hora de reclamar a los vientos la fuerza de los apus
ya es hora de decir a la indolencia basta
a la mansedumbre no matemos los sueos de los pueblos
ya es hora de ensombrecer a la historia con plumas en alto
sentir latir a la vida sin ladinos sufrimientos
hacer crecer al destino con brazos abiertos de justicia
sin crepsculos de hambrunas
En qu hora sin tiempo se escuch su reclamo
con temblorosos quejidos de tarde
con dolorosas hojas como crespones en la noche
los cashivos canivos y aguarunas han acompaado su celo
en la eterna caverna del silencio
gritando por la traicin de los sin rostro
avivando el grito de dolor en cada historia de muerte
estas son sus voces
estos sus brazos quebrados
al enterrar a los suyos
al abrazar el cuerpo de sus hermanos
repartidos en un arco iris de sueos
rezando para ver crecer al recin nacido en pleno fragor de cenizas
encerrados entre voces mgicas
atrapados entre las cadenas de la noche
que dej silenciosos los hogares y sellados los labios
IV
La hora se ha quebrado al comps de un tambor nativo
un decreto mal dado ha ocasionado esta horrible pesadilla
las manos han alzado sus machetes y sus lanzas
y han corrido por las laderas buscando un mendrugo de libertad
los guardianes de la noche arma en ristre
han contagiado de plvora la historia
otra vez la hermandad rota como en antiguas pizarras del pasado
convirtiendo a la tierra en causa de batalla
mientras unos cuidan su hbitat natural por siempre
otros quieren vender al Per a extraas y barbadas razas
otra vez en nuestra regin selvtica la tierra se reviste de rojo indio
mientras el dolor se vuelve penumbra
y el rencor envuelto en confusin
ha motivado el caos en este siglo veintiuno
Los apus han elevado sus voces a los cuatro vientos cardinales
en tanto la embriaguez del poder oscureci la razn de los polticos
y la ambicin ceg la memoria del tiempo
Pero otra vez la calma vuelve al entorno
entre reflexiones y motivos
entre circunstancias y deseos
entre reivindicaciones y compromisos
con sonidos mgicos de victoria
dejando desangrado el corazn de muchos
y un cieno de nostalgia e incertidumbre
V
Hasta cundo ms errores
en el destino de los pueblos
hasta cundo tanta angustia en la garganta de fuego y de veneno
hasta cundo otearemos la vanidad de gobernantes sin conciencia y sin motivo
hasta cundo mataremos la esperanza y los sueos de nuestros hijos
que orgullosos envueltos en bandera bicolor ensean el pecho
hasta cuando el pucu pucu se dejar arrastrar por los zorros del sistema
hasta cuando la meloda de las razas vivir enfermando a la justicia
hasta cuando se oir esta forma de vida de los hombres
hasta cuando la luz envuelta en la armona del arco iris
morar como un depsito de ternura en el pecho de los peruanos
este es nuestro testimonio escrito en el pentagrama de la historia
VI
Asombro
es lo que nuestro silencio ilumina
y el oscuro fondo del abismo se engrilleta
al temor y a las sombras incgnitas
Ellos abrieron sus ventanas como espejos
y empezaron a ver la muerte llegar con fusiles y metrallas a la espalda
pero as son acusados de rebeldes e indignos
sin haberles educado en la escuela de la libertad
sin haberles enseado la miseria del mismo hermano
escuchamos propagandas de identidad que no existen
No es cierto el perdn de los que saben amar
y hieren el corazn del pueblo
con espinas que no se ven y con heridas que no sangran
por qu llenarse la boca de pregones
si el hambre acaba con el tiempo y la memoria
VII
Cay bajo las rfagas gritando mamapacha querida
y cay entregando su cuerpo al abismo
y sus extremidades volaron por los cercos
y nuestro llanto no alcanza para llenar las fosas comunes
y sus hijos salieron huyendo
corriendo detrs de su padre
mas no pudieron alcanzarlo
con un estruendo sordo sus voces se quebraron en el ro
All encontraron el cuerpo paterno
y cogiendo un manto del Tahuantinsuyo
quisieron vengar su ausencia
VIII
Quien no haya sentido el dolor y haya luchado por el triunfo
no entender la razn y el tiempo
muchos que ayer nos tiranizaban tratan de recobrar su historia
y se acercan cortndonos todo
negando nuestras vidas y nuestras palabras
Lucha pelea contra las horas y los miedos
mas no los dejes crecer por siempre en el infinito del silencio
Al encontrarlos incrpalos y que tu temor no los salven
abramos nuestros pechos a la verdad
arranquemos la falsedad de los autoritarios
y sostengamos la justicia entre las voces de la neblina
IX
El gnesis nuevamente creci entre la tormenta
como los aos en la boca del abismo
como la fuerza interior
como la solidaridad rota en el cristal del viento
pero entonces por qu los fusiles retumbaron
por qu los machetes sonaron entre las manos
e hicieron sangrar a las sombras guerreras
por qu las flechas hicieron huir a los animales morenos
arrastrando en su cargamento su mortaja y su tumba
Contemplamos todo esto
y en ello muriendo a la armona
a la ternura quebrada en las manos de los nios
despierta pueblo dormido por el hielo de la montaa
camina
no abandones a tu hermano en su esperanza
no permitas ms guerra entre tus hijos
X
Se enfrentaron por defender su tierra
y fenecieron entre sus brazos mordiendo la soberbia humana
acaso cobijando su eterno sueo de libertad
cuando la tierra se pint con su sangre
as quedaron entre el aroma de los frutos
enterrados en su propia estancia
sus casas fueron su patria
sus casas en donde construyeron sus lechos
que se calcinan cerca de nosotros
que no lo observamos
que no lo sentimos
es algo que llevamos por dentro
que huele a eterna soledad de ro fino
XI
Como nos libraremos de las ataduras del sonido de la metralla
que no logran al trmino el triunfo de los hombres
siervos de su miseria son los pueblos
que eslabonan su libertad a la ambicin
Todos salgamos al ro
transpongamos la montaa
arranquemos de sus manos los fusiles
amarremos las flechas y los machetes a la constelacin ms distante
y construyamos juntos la ansiada paz
XII
Hace largos aos construyeron de pas y tunales sus linderos
lo que antes fue libre
el ro
la empinada
o la montaa
hoy es una frontera
visitada por extraas razas
por seres que no tienen ley
por hombres con distintos uniformes
llevando en sus espaldas cargamentos de miseria
Antes sembrbamos amor
hoy se abren surcos de odio y dolor
se agigantan los linderos en el corazn de aquellos pueblos amigos
y aquellos que pregonan igualdad mueren abrazados a sus fronteras
XIII
Esperamos el futuro para cambiar nuestra vida
negociamos la unidad entre sorbos de masato
pero no escuchamos los consejos de los ancianos
al recordar se nos apaga la sonrisa
que ayer danzaba entre el fuego
el ansia que aorbamos con cada sueo de nuestros hijos
ha perdido su esplendor
es la lnea del tiempo que se repite
en cada comunidad
en cada grupo humano
no hay una continuidad en la memoria
no hay honradez ni elevada gloria
slo un puado de gobernantes aejos
que ocultan sus vergenzas en los caminos
XIV
El cdigo moral ya ha perdido su vuelo de cndor divino
hoy que el mundo ha abierto sus ojos a la humanidad
nuestros recin nacidos reclaman sus derechos
para ingresar a un nuevo desarrollo
ampliando su horizonte a futuras promesas
Nuestro Dios se ha deformado
los mercaderes lo crucificaron
con coronas de espinas
con olor a plvora
con crmenes perfectos
En las calles reclaman su voz y su palabra
y son convertidos en hroes
ignorando su razn
y van escondiendo debajo de las piedras
sus tantos valores que alimentaron su pasado
XV
Hoy nuestras familias sangran
sin pan ni trabajo
desintegrando sus miembros
en tanto como espiral
la delincuencia envuelve nuestras vidas
Nuestras hermanas desviaron su camino por unas monedas
y avergenzan las esquinas de su pueblo
el alcoholismo va matando la mente de los nios
nuestras mujeres se vuelven rebeldes y gritan la miseria de su hogar
Ruedan los hombres por las calles
pidiendo de cuclillas un mendrugo de pan para sus hijos
ojal que la bandera del egosmo desaparezca
y limpiemos nuestras cicatrices en este vano destino
que nos asedia con mil preguntas y mil respuestas
buscando una verdad sin trmino
XVI
Nos vemos oscuros en la claridad
luz en las inocentes noches
contagiados con la nostalgia
cargando nuestras penumbras
paseando en la distancia sin ser vistos
Estamos cansados hasta los talones
de seguir soportando en nuestros das
los zarpazos de la injusticia
que nos acribillan como espinas del mal
estamos cansados de ver la miseria de los hombres
de ver romperse el cristal en las manos del sacrificio
estamos cansados de ver surgir al crimen
en el corazn indolente del que no piensa
estamos cansados de caminar a ciegas
en la oscura senda de la vergenza
estamos cansados de correr tras el arco iris
y descubrir la verdad en los colores
ver llorar al sol cuando mata la vida
y observar desangrarse el corazn de la tierra
por falta de amor encerrado en los monederos
por escasez de ternura
por ausencia de fraternidad
Estamos ocultos en las fauces de los animales que desgarran el alma
que envenenan el corazn de los faltos de esperanza
Estamos cerca de la nada vacos
Intentando entender los pasados aos.
Estamos varados en el desvo de las estrellas
extraando la ruta del futuro
que oscila en el viejo reloj de la historia
Tal vez por ello consternados gimoteemos
al ver escaparse a las pestaas de la luna
que cual aves se estacionan cerca de nuestros ojos
con el orgullo de mostrar el color rojo y blanco
de nuestro pas que envejece de a pocos
cargando mochilas de desesperacin
y que cual humo de cigarrillo se escapa de nuestros dedos
contemplando al viento hacerse brisa
remolino
tempestad
locura
movimiento eterno
y es ah donde nuestra voz se quiebra
nuestros gritos convertidos en zumbidos
se escapan por los rincones
para ser atendidos por la solidaridad de las aves
es por eso que nuestros cuerpos son arrastrados entre alas y trinos
y nuestras ideas cruzan en el espacio
libres
fuertes
sagaces
y difanas
sin ser coactadas
ni arrancadas de su estancia
por ello es que el trueno evoca nuestro sueos
Nos vemos confusos en los brazos del destino
soportando la hediondez del bullicio de la ciudad
cargando sinsabores y delirios a nuestro costado
Estamos debilitados por falta de amor a nuestro hbitat
pero nuestra resignacin crece como enorme cicatriz
que se contagia con el entusiasmo de los aos de los otros
y nuestro corazn se vuelve aparentemente noble
ante el triunfo de los que encuentran su camino
Estamos regocijados ante la inmensa creacin que nos alumbra
cantamos como los gitanos al sol que aviva nuestro encuentro
o nos inclinamos ante ese espritu amarillo
que motiv la vida de nuestros antepasados
con la razn de creer en la memoria de fuego
que abriga nuestros huesos y hace arder las agujas del tiempo
estamos solos y no nos damos cuenta
porque pensamos errneamente
que los nios no crecen
que siguen siendo nios hasta el fin de los siglos
pero los nios se hicieron hombres y crearon una cadena de dolores
eslabonadas a la ira de la tempestad
por ello los relmpagos apagaron su luz en las montaas
y visitaron el desierto de las horas
por ello vivimos escondidos en la arena
que quema nuestros cuerpos
Nos vemos como fortaleza en las alturas
condensando el reloj de las edades
resguardando el tesoro que ms amamos la vida
haciendo crecer nuestros abrazos en el llanto
observado a nuestros hijos en las ventanas de los rboles
ver revestirse a los campos de cabelleras de cario
ver a la tarde jugando con los nimbos y los estratos
ver partir a las pginas de los cuadernos
entre espigas y frutos dibujados
y solo saborear el alimento en la boca de los hambrientos
y solo masticar con los dientes de la alborada
y ver sufrir a los dems sin hacer nada
solo con la oracin que resuena en los odos
solo con el perdn de los hermanos que volvieron a nacer en este mundo
solo mirando de frente ante los puntos cardinales de nuestra cruz
solo abriendo nuestros cerrados puertos al mundo
alejando la maldad de nuestros espacios
solo cumpliendo con la promesa hecha a nuestros padres
solo cumpliendo el juramento de nuestros abuelos
que sigue atizando el fuego de nuestras generaciones
XVII
Estamos colgados en la espiralada memoria del tiempo
mirando resbalarse a la maldad en el corazn humano
el dolor cubre nuestro rostro con agua salada
las distintas muertes se abrazan a las flores en un abismo vaco
ha perdido su nave el amor y pasea en una cncava estrella
el hombre se ha vestido con negro disfraz
Y detrs de la esquina espera a su vctima en la noche
Por qu ha trastocado su victoria haciendo dao sin trmino
por qu se vuelve hroe de pelcula para maltratar a la humanidad
Hemos visto a seres extraos que no quieren cooperar con sus hermanos
asaltando tiendas farmacias bancos y viviendas sin medida
siendo blanco fcil de su destino y estrechando su pecho a favor de la violencia
arrastrados como animales furiosos para ser ovillados entre grilletes
solo dando alaridos como lobos heridos sin ser escuchados
as vemos derrumbarse la estructura social con escaleras rotas
como andamiajes que se pierden en cada lejano rincn de nuestra patria
hasta cundo se vivir crucificando el corazn de las madres
hasta cundo la dignidad ser mancillada por las manos de la maldad
hasta cundo la corrupcin se estrellar en las narices de la comunidad
hasta cundo nos negaremos la vida entre nosotros
XVIII
Recordemos los sonidos de trompeta
besando la lnea del tiempo
este junio que vuela en el almanaque
hace quebrar nuestros silencios
nos envuelve en su nostalgia
los doce acribilla nuestra mente
sacude nuestros recuerdos como sonido de campanilla
la palabra delincuencia nos sacude el alma
las horas aletargan los sentidos
y los sin ley pasean entre las muchedumbres
solo hay rayos de luz que iluminan a las sombras
solo hay estrellas que se escapan como veleros en la noche
ha cado la alborada
y la ausencia de los hijos ha enlutado la maana
el hogar de fantasa se ha estacionado en el parque
y en la estancia se vela el cadver de quien ms se am
el zarpazo insensible de los sin ley
apagaron los ojos de aquel inocente
solo la mirada con plaideros ojos
enciende sus cirios
solo el mudo cadver ha ensombrecido la alegra
solo la sonrisa ha hecho un rictus extrao
en mitad de dos faroles
solo el eterno silencio
ha visto pasear a la carroza entre flores
y un hondo sollozo de madre
ha hecho temblar el corazn de los hombres
XIX
Han cado las horas de rodillas
con sus brazos abiertos y la mirada fija en el firmamento
las ojeras han crecido en mitad de los aos
mas la fresca lluvia ha mojado los labios de la tarde
Han cado las horas en la tempestad de las semillas
en el laberinto de la desgracia
Con sus dedos de carrizo
han sealado el camino
En tanto los prvulos
han paseado por entre las retinas
realizando su mejor salto de invierno
Solo ellos saben cmo se ama la vida
XX
Hoy nuestros suspiros se han vestido de alas
se han sentado en la esquina del alba
y el adormecido dolor en el horizonte
se ha dormido en el cansado invierno
El sol de la tarde ha ido detrs de su semilla
servida en un plato azul
roto por la tristeza de la negra bandera
que envuelve con pesadillas a las sombras de la noche
El gran escombro del da,
se levanta derruido en el corazn de la humanidad
por ocultar su falsa lumbre de cario
mientras las ojeras del verde campo
mueren por falta de agua
Qu reflexionamos sobre estos campos de congoja
que embriagados de coraje gritan
por sus trinos y sus nidos
rodeando la falsa historia
y enfrentando la farsa de las miradas
Qu haremos si nuestros ojos
se han cerrado a las auroras
y nuestros odos no escuchan las clarinadas de costumbre
Por qu perdimos aquel medio da visible
en nuestras horas de cansancio
Hoy nuestros labios se han vuelto desierto
por no haber saboreado las dulces gotas del ro
XXI
El pasado es ms que el recuerdo
para esta comunidad
es origen que sostiene el respiro
fragmentos hecho hilachas por las horas vividas
esperanzas y temores de lo que se suea
Todos los cuerpos mudos de antigua historia
se reconocen en los actos cotidianos
y crecen hasta verse en nuestros ojos
Las alas del viento se destruyen temblando en el espacio
ningn acto de la vida se eterniza en la existencia
lo fecundo se hace leve
la esencia se esfuma
lo durable sangra sin ser visto y se debilita
Cae un Dios
y otros empiezan a construir el mundo
a imagen de lo que estaba fabricado
y estos nuevos creadores
atizan el fuego de los nuevos tiempos
hacen perecer las rutas por donde la humanidad
transportaba tempranamente su corazn al hombre
Y tal vez
ya nadie recuerde el pasado
ni le importe tocar las races
de los nuevos amaneceres
La sangre el dolor el sufrimiento
crecen en los minutos en los segundos
hecho ritmo en los actos de los das
y los olvidos regresan al polvo
y son invocados en los puertos distantes
solo sal de lgrimas en los silencios
condenan a los nufragos en las orillas
hecho besos metrallas flechas y palabras
XXII
Aqu creci el poder de las manos,
encendiendo hogueras de rencor a cada instante
Los tiernos dedos que salan en las alboradas
a cosechar los bienes ya no hacen florecer la estancia
y permanecen inertes en su sitio con todas sus formas y sus buenos das
Vivimos cerca de la sabia que purifica la fuerza
pero la palabra se vuelve dudosa
la moneda crece en su poder
adquiere poder de muerte
y la fuerza es el nico poder que poseen otros
con heridas abiertas en el alma
y con impotencia frente al mandato
La puerta se abri con exigencia
y se cerr para ver pasar al miedo sin tocarnos
No tenemos sombras que acechen
ni cuchillos que esperan del asalto
solo las manos del ladrn que espa en el camino
para acariciar los ptalos de la lluvia
y de las semillas masticadas y desmembradas
que se ahogan en su mansedumbre
XXIII
Si las manos de los hombres
con la fuerza del relmpago
contuvieran esa furia que los abraza
y juntaran los fragmentos parte a parte
observaran voltear las caras y sus monedas
sus escudos y sus rostros como sellos en la moneda
y revertiran el sol en el gesto los labios la bocanada de luz
que transparenta una mscara y grita
debajo de las piedras o entre el vientre de las sombras
instalando la discordia
Si te detuvieras guerra del tiempo
que proyectas el destierro y el nuevo alarido cerca a la orilla
de las armas de la ardiente calma
entonces evitaramos ese hambre de ambicin
que cercena la tregua de los hombres
Ojal que las manos aleteen el polvo de las estrellas
y encuentren la ruta de la noche en nuestro firmamento
XXIV
Otra vez el vientre hecho fuego
mira detrs de las rendijas
cmo crecen nuestras ausencias
en el patio de nuestra existencia
Solo la noche con sus oscuros nidos
alcanzan la fortaleza de vida
en el seno temprano de la dermis
que tizna los cuerpos ms distantes de la tierra
Cicatrices en caminos de humo
que doblegan la victoria
entre arrugadas sbanas verdes
Dejando aliento en ardorosas semillas
exigiendo los espacios en cada noche
cuando regresa a su morada
donde habita la palabra.
Cuando abriendo la boca
nuestras negras sombras se delatan
en los tristes funerales
del abuelo del hermano del hijo
del amigo o del ser que amaste
en las huellas del pasado
Algo muere cuando ya nada tiembla
con las flores entre los dedos
sin ptalos o con corolas marchitas
lanzan por el aire cabellos plateados
en huellas como diluvio
entre los labios besados de un ltimo suspiro
temblando en el transcurso de los vientos
cuando nuestros plidos rostros
se han quedado sin vigor
y slo se sienta el plpito de los msculos
que se agitan en las tumbas
EPLOGO
XXV
A estas alturas las calles echan cenizas
entre las interrogantes de las miradas
que escondidas entre las rendijas
observan la cada de la vida.
Por qu la oscuridad admite la espada
que huele a cadver y desengao mortal
El hombre enemigo de su propia raza
crece en medio de un enjambre de odio
entre cabelleras que se incendian por las noches
hasta cuando los lirios blancos visitarn los cementerios
y las blancas sabanas envolvern los cuerpos de cientos de hermanos
Ha cado la luna conquistada por un amor que no pertenece a nadie
Tal vez este vrtigo haga que nuestros ojos busquen en regiones desconocidas
la tierra tranquila de nuestros antepasados
la hmeda y compleja regin de la selva que baila con pies desnudos
entre la yerba y la verde piel de esta dominada tierra por los mgicos dioses
y por los hombres telricos de occidente
XXVI
Y se esfumaron en las sombras lentamente
creciendo en sus afectos hasta alcanzar el reino del silencio
todo el tiempo se postraron ante los sueos y se matrimoniaron con el enojo
por eso las palabras conmovidas cayeron de hinojos desde la altura de sus ojos
De igual forma se hundieron en las fosas oscuras
XXVII
Y ahora qu escribiremos sobre el libro de la vida
seguro las biografas de tantos hermanos ausentes
Tal vez describamos el suceso del sonido de los rboles
o la sin razn de la cada de las flores
o el vrtice creado de lo que no se ve
por estar oculto entre los puntos suspensivos de la materia
como una lengua de fuego que toca la tarde
como un estigma
como una tortura
como un enigma la muerte
XXVIII
Quiz al final del da nos sentemos en la casa del recuerdo
el huerto que soamos es la casa a la que huimos
en perpetuo exilio jams visto
en aventureras ventanas color ro
en la estacin hmeda de un mes cortado
con tardes que escurren como cuchillos en los brazaletes
y el sonido de portones de los goznes oscuros
que limita los inexistentes muros externos del tiempo
latido de la fantasa y el miedo
de las miradas que taladran las maderas
As los hemos observado cansados en el ngulo de su espacio
y estos nudos de hembra que rasgan la tierra para sembrar semillas
hundiendo el cuerpo a ritmo de coronas
bendicen a tantos que lucharon por la vida
Entonces envejeceremos y caeremos en nuestro olvido
hasta que la existencia hecho polvo retoe en la vigencia de las lluvias
cuando el amor hecho primaveras regrese a buscar nuestros cuerpos
en el inmenso jardn de esta selva virgen
El jardn es nuestra esencia que riega las manos con las lgrimas
de la imaginacin y el ensueo
mientras los testimonios como espinas
ascienden convertidos en ternuras y sangre
en la espesa bruma hecha de los tallos
que llenan los animales en sus lomos
Las espigas dejan huellas en la cada del agua
y nacen
y crecen
y arrancan frutos
con el reflejo de la maana de los rezos
ojal la infancia recorra los caminos
de la herencia dulce de los ancianos
que reflejan la memoria aferrndose al primer temblor del labio
que busca refugiarse en horizontes
de historias rotas y tantas lunas inocentes
XXIX
Tal vez maana nos regalemos cuentos
en la montaa de nuestras vidas
Tal vez nuestras madres resuciten en ese viaje
que viene y va en una balsa de memoria ausente
Tal vez maana las guerras se conviertan en volcanes de paz
en noches de compaa entre tertulias de fraternidad y canticos de identidad
Tal vez maana podamos sembrar rboles de cario y nidos de solidaridad
entre gorriones hechos de cristal y pentagramas de sinceridad
Pintemos la brava del ro con nuestro llanto
los caminos con el amarillo del trigo
y nuestros viajes con el vuelo de nuestras sombras
Tal vez digamos hoy ha llegado la hora
y no esperemos el maana que ahoga nuestras vidas
quiz debamos esparcir nuestras huellas de cario
en el firmamento lejano de nuestro silencio