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ción hay una sentencia absoluta. En Ia segunda opción, podemos juntos (a partir de educaciónprimaria) y desde ahí comprender tivaciones. Y quizá después de ese espacio de escucha podamos tearnos que hemos de cambiar nuestra exigenciao normas te, si comprendemos su motivación. O quizá veamos que ayudarlo a asumir, con todo nuestro cariño y sin represalias, sr.r sabilidad.Pero siempre,acompañándolosen el proceso. 4 LA ENVIDIA Y LOSCELOS rNvrPr¡ Continuaremos abordando estostemas desdela reflexión: ¿es lo mismo i.l.r "ttt¿i" que sentir celos?' ¿son normales?' ¿o sanos?' ¿son preocu- ;;;;t, ¿.rrár,áo comienzan? Bien' durante el desarrollo psicoafectivo- emocional, la envidia'" pota" desarrollar antes q'Úelos celos' ¿Qué esla envidia? Veamos o"a dáfi"itión sin recurrir a términos estrictamente ;;;; b envidia es el deseo de teneralguna cosa o cualidad que tiene otro ,l,o ,o pouo.Es decir, el deseo de ser tan bueno o tan capaz o tan guapo comoel<otro).Podríamosdecirqueenlaenvidiahayunciertocom- ponente de admiració;' E;t; es' se idealiza lo que tiene el otro' sea el coche, la casao la pareia'El problema no es tanto el deseo de poseer lo que eí otro tiene, sino .t itttp"tto destruc-tivo que-puede surgirnos para obtener lo que el otro;";";' Desgraciadamente hay muchos ejemplos de ello a nivel social: á el plano laboral' las llamadas <zancadillas> o rivalidades que esconden envidia' o la insana costumbre de criticar al otro con ánimo de a"sf'e'tigiarlo' etc' Por tanto' el problema radica en eL grado de envidiaqt. '" experimenta y que puede llegar a.desbordar- nos, haciendo daño al otro o sufriendo por sentir tal sentimiento' La envidia existe, esnormal por Io habitual que sepresenta' pero espreocu- pante si condiciona lt"iá", pt¿"ciendo sufrimiento' ¿Cuándo surge la enüdia? Básicamente .rru,'do sepuede <desear lo que el otro tiene y uno üve que no tiene,es decir, siente carencia>'¿De qué siente carenclaf La Iista puede ,., irrt"r*inuUte: juguetes' cariño' ropa' casa'prestigio' etc' Hay autores qo" ru 'it'iu"'uitts de los seis meses' La realidad es que se observa .or, "l i.ti.io áe h primera disputa por los juguetes' Para la envidia, hacen falta ;;"t.; ;;t envidia ael que es envidiado' Para los celos. hacen falta tres. 320 32r

Envidia y Celos en Niños

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Abordaje de Yolanda González al tema de los celos y la envidia de los niños

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Page 1: Envidia y Celos en Niños

ción hay una sentencia absoluta. En Ia segunda opción, podemosjuntos (a partir de educación primaria) y desde ahí comprendertivaciones. Y quizá después de ese espacio de escucha podamostearnos que hemos de cambiar nuestra exigencia o normaste, si comprendemos su motivación. O quizá veamos que

ayudarlo a asumir, con todo nuestro cariño y sin represalias, sr.rsabilidad. Pero siempre, acompañándolos en el proceso.

4

LA ENVIDIA Y LOS CELOS

L¡ rNvrPr¡

Continuaremos abordando estos temas desde la reflexión: ¿es lo mismo

i.l.r "ttt¿i"

que sentir celos?' ¿son normales?' ¿o sanos?' ¿son preocu-

;;;;t, ¿.rrár,áo comienzan? Bien' durante el desarrollo psicoafectivo-

emocional, la envidia'" pota" desarrollar antes q'Úelos celos' ¿Qué es la

envidia? Veamos o"a dáfi"itión sin recurrir a términos estrictamente

;;;; b envidia es el deseo de tener alguna cosa o cualidad que tiene otro

,l,o ,o pouo.Es decir, el deseo de ser tan bueno o tan capaz o tan guapo

comoel<otro) .Podríamosdeci rqueenlaenvid iahayuncier tocom-ponente de admiració;' E;t; es' se idealiza lo que tiene el otro' sea el

coche, la casa o la pareia'El problema no es tanto el deseo de poseer lo

que eí otro tiene, sino .t itttp"tto destruc-tivo que-puede surgirnos para

obtener lo que el otro;";";' Desgraciadamente hay muchos ejemplos

de ello a nivel social: á el plano laboral' las llamadas <zancadillas> o

rivalidades que esconden envidia' o la insana costumbre de criticar al

otro con ánimo de a"sf'e'tigiarlo' etc' Por tanto' el problema radica en

eL grado de envidiaqt. '" experimenta y que puede llegar a.desbordar-

nos, haciendo daño al otro o sufriendo por sentir tal sentimiento' La

envidia existe, esnormal por Io habitual que se presenta' pero es preocu-

pante si condiciona lt"iá", pt¿"ciendo sufrimiento' ¿Cuándo surge la

enüdia? Básicamente .rru,'do se puede <desear lo que el otro tiene y uno

üve que no tiene,es decir, siente carencia>' ¿De qué siente carenclaf La

Iista puede ,., irrt"r*inuUte: juguetes' cariño' ropa' casa' prestigio' etc'

Hay autores qo" ru 'it'iu"'uitts de los seis meses' La realidad es que

se observa .or, "l

i.ti.io áe h primera disputa por los juguetes' Para la

envidia, hacen falta ;;"t.; ;;t envidia ael que es envidiado' Para los

celos. hacen falta tres.

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ción hayuna sentencia absoluta. En la segunda opción,juntos (a partir de educación pri"r*i;t;";;; ahí comtivaciones. y quizá después á".r".riá.i" J. escuchatearnos que hemos de cambiar ntlesff; *¡sr"r¡rl "";íi;,te, si comprendemos su motivación. O q,ir:a-ur"_o, nrl",.1a¡rdarlo a asumir, con todo ,ru.aro .urjño-l, rir, ,.pr.rai*lsabilidad. Pero siempre, acompañándolos en el proceso.

4

TA Y LOS CELOS

temas desde la reflexión: ¿es lo mismo

n ¿son normales?, ¿o sanos?, ¿son preocu-

.Bien, durante el desarrollo psicoafectivo-desarrollar antes qlJe los celos. ¿Qué es la

ión sin recurrir a términos estrictamentefutener alguna cosa o cualidad quetiene otro

de ser tan bueno o tan capaz otan guapoque en la envidia hay un cierto com-

es, se idealiza lo que tiene el otro, sea elroblema no es tanto el deseo de poseer lo

destructiyo que puede surgirnos para,Desgraciadamente hay muchos ejemplos

laboral, las llamadas <zancadillas> oi.lia, o la insana costumbre de criticar al

etc. Por tanto, el problerna radica enta y que puede llegar a desbordar-

g sufriendo por sentir tal sentimiento. Lab habitual que se presenta, pero es preocu-

sufrimiento. ¿Curíndo surge lare puede <desear lo que el otro tiene y uno

wtte carencia>. ¿De qué siente carencia? La¡uguetes, cariño, ropa, casa, prestigio, etc.

P ¡ntes de los seis meses. La realidad es quel* primera disputa por los juguetes. para la

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que envidia y el que es envidiado. para los

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Qurrno y oDro A Mr HERMANTTo

<Mi hijo de cuatro años, pega a su hen.nanito pequeño de dos y medio.Ya no sé qué hacer.><En mi caso es mi hija pequeña de dos años la que pega a su herrnano

de c inco años.)<Pues a mí lo c¡ue me pasa es que no puedo coger en brazos a mi so_brina, porque rni hijo se enÍáda.,<Si yo le doy un beso a mi mujer, mi bebé con t¿ln sólo año )r medio

ise pone en medio l ,Nuevamente' es un tema recurrente tanto en conferencias como en

consulta privada y grupos de padres. y si lo es, tenemos que tratar deentender la causa y el sentido que tienen tanto la envidia .o,oo lor a.lor.Cornprenderlo, antes de responder a la pregunta ¿y qué hago? En oca_siones junto con el tema de ros ceros aparece el de ra envidia. Vamos aempezar por los primeros.

Los crros

¿son no.nales? Nuevamente es una cuestión de grado. Hay celos pato-Iógicos, como los que se reflejan en la des¿rfortunadu .rpr"rión popular<la maté por que era mía>. y hay celos que reflejan la actluaciOn y laconscicncia de 1o que uno quiere. por supuesto que, más allá de estosdos sentirnientos básicos y a través de un trabajo en la edad adulta decorte tcrapéutico y/o espiritual, estas expresiones de la carencia, el te-mor a ia pérdida, o el deseo de posesión, pueden rirnitarse hasta prácti-camente desaparecer. Pero no estamos tratando de procesos evolutivosadultos, sino de la vivencia infantil y el sentido que cumplen.

En realidad, los celos son, en alguna medida, una manifestación de lapercepción de anenaza real o imaginaria con relación alvínculo estable-cido' Es un sentimiento que está basado en el l lamaclo (amor), pero quebusca la posesión del ser anado (hermano, pareja, madre o padre...)marginando o elinrinando cle alguna forma al rival, aunque sea de for-ma irnaginaria. Para sentir celos, es necesario ser tres en ia escena.

Los celos aparecen más tarde en el tiempo que la envidia. Los peque-ños pueden sentir envidia, pero para vivir celos necesitan pasar de la

fase de la relación diádica con la madre de total exclusividad, a ser cons-

cientes de la existencia de un tercero, el papá y primer rival con respecto

a su mamá. Se sienten celos cuando aparece el sentir.niento de amenaza

o pérdida de alguien que da bienestar-seguridad. Y los primeros que

tienen la función del bienestar en la infancia son los padres. Cuqndo

aparece un herntano, este se convierte potencialmente en un rival. Los celos

son mucho más intensos cuanto más pequeños son los niños, pues se sienten

desplazados demasiado pronto del privilegio de ser el centrLt de la atención

de mamú y de papá. Y es que es muy duro compartir a mamá o a papá

con el hermanito demandante y necesitado que acaba de llegar. Y no es

nada fácil poder manejarse con los sentimientos que a esta tiern¿r edad

aparecen, como expresión del cariño y en ocasiones el odio que despier-

tan los nuevos hermanitos, es decir, de la ambivalellcia. Los celos entre

hermanos son molestos también para los padres. En los grupos, la de-

manda más habitual es cómo evitarlos. En el fondo, el deseo que subyace

tras ese interrogante es cómo eliminarlos y borrarlos de la convivenciapara que no existan y tengamos la convivencia en paz. Legítirro deseo,pero ¿es real?

Planteémonos un caso hipotético y posible en nuestra vida personal,que en mayor o fiIenor medida hemos podido sentir alguna vez, másallá de la explicación racional que encontrernos a cada situación: ¿senti-rías celos si tu pareja estuviera <tonteando> con otra persona? ¿Qué sen-tirías si una amiga íntima priorizara otra relación durante un tiempo?

¿Y si tu hijo pequeño ntanifiesta preferencia por otros brazos? Hay per-sonas que quizá no sientan celos en ninguna de estas situaciones, sinembargo otras sí. De hecho hay algún autor que defiende la idea de quelos celos se pueden evitar totalmente, incluso en la primera infancia.Efectivamente, cada caso es único y responde a una constelación famr-liar particular, pero sin entrar en controversias teóricas o en qué consi-deramos deseable, la práctica habitual evidencia que los celos existen.Los celos varían en grado de intensidad en función de muchos factores,como son la edad y distancia de cada hermano con el siguiente, Ia rela-ción de estos con cada progenitor, Ia calidad de la relación vincular y elclima global familiar, entre otros elementos. Además los adultos pode-rnos consciente o inconscientemente incrementarlos o suavizarlos conuna adecuada intervención. Bien, entonces ¿qué hacemos con los celosinfantiles?

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Menores de tres años

Un niño/a de dos o tres años puede sentir celos ante la presencia de rr¡hermano-rival con más frecuencia que los mayores de tres-cuatro años.A menor edad, menor capacidad para compartir a los padres y entender

las emociones que experimentan.

En primer lugar, reconocerlos como un sentimiento humano y acep-tarlo. Nos agrade o no, es importante dar nombre a ese sentimiento

y desarrollar toda la paciencia posible.

En segundo lugar y no menos importante, considerarlo como unaherramienta para comprender qué está necesitando y demandando

ese niño concreto con sus celos. ¿Más atención? ¿Más tiempo? ¿Quémasl

¡ En tercer lugar, es muy importante escuchar a los hijos sobre esfe

sentimiento y establecer, si la edad lo permite, w diáIogo breve no

recriminatorlo, como veremos un poco más abajo.

En el caso frecuente de que los celos se manifiesten entre hermanos muy

pequeños y con escasa diferencia de edad (un año o dos), de poco valen

las expresiones similares a las descritas en el siguiente ejemplo:

Ejemplo

"Dani (dos años y nueve meses), no pegues a tu hermanita que es muy pe.

queñita (un año). La próxima vez, te castigaré sin postre.o De igual manera'

tampoco es educativo el típico tópico de "pobrecita tan pequeñita; anday

vete a ahora mismo a darle besitos a tu hermana y d¡le guapa, guapa". Ni el

castigo ni las recomendaciones de dar besitos para modelar su actltud son

eflcaces porque ninguna de estas medidas está atendiendo a nsu neces¡'

dad,, que no es otra que de atenciÓn.EsIa necesidad de atención es la que

más cuesta entender a padresy profesores. Son los celos los que lo llevan

a agredir al hermano o al compañero de clase y estos celos están señalando

malestary desasosiego en el pequeño que los experimenta. A los padres y

educadores no les agrada esta manifestación de celos en los pequeños'

que se traduce en empujones a sus rivales o en quitarles objetos o mole9

tarles de diversas formas. Es normal que no agrade al adulto' Nos gustaría

^ , r e l o e x p l e s a r a n d e o t r a f o r m a o i n c | u s o q u e n o l o s i n t i e r a n . L a r e a | i d a d

l, Or" ,. niño pequeño no puede decir con claridad nsiento celos porque no

me atiendes ya como antes' Por favor' dedícame esos espacios que tanto

neces ¡ topa raSen t i r t ua fec toyque tan taSegur |dadmedan" .Po r tan tohayqr" lnt"rpt"tur su lenguaje corporal y tratar de comprender por qué ocurre'

ionienOonos en el lugar de quien lo sufre' Con la represiÓn' no se soluciona

e tp ron tema .Másb iena |con t ra r i o , sucedendoscosas :e |n iños igueS in t i en -do rabia y además se siente incomprendido' regañado y solo para poder

manejar todos estos sentimientos' En estos casos' y siempre garantizando

qu" no nuyu daño real para el hermano más pequeño' es importante poder

|ealizar la siguiente intervenciÓn preventiva' desde el primer momenro que

|oobse rvemos .Es fundamen ta |e l t onodecomp | i c i dadya fec toen |aspa |a -bras empleadas, porque es lo que realmente van a captar' El tono emocto-

nal y nuestro afecto que acoge y cont¡ene su emoción y que la interpreta'

devo |v iéndose |aenpa |ab rascon tenedo raspa raqueno |odesbo rdeypocoa poco vaya aslm¡lando sus emociones aprendiendo a darles nombre' con la

segu r i dadc lequenoVaase r rechazado ,po rque t i eneun |uga rp r i v i | eg iadoen el corazÓn de su mamá o su PaPá'

Por ejemplo, podemos realizat una intervención similar a esta mien-

tras le invitamos a nuestros brazos: <Ven Dani con mamá' un momen-

tito. Sé que quieres a tu hermanita, pero veo que a veces también la

molestas. Siento que es muy difícil para ti compartir ahora a mamáy a

papá. Pero quiero qrr" ,"pui que te quiero muchísimo' Y te quiero todo

.l ti.*po, aunque esté cambiando los pañales a tu hermanita' porque

siempre te llevo en mi corazón' Además ¿sabes una cosa? Tú naciste

primero y a ti te conozco hace más tiempo y te cuidé como lo hago

ahora con ella. Mamá no quiere reñirte, ¿sabes?' pero no quiero que tu

hermanita llore, porque es un bebé y no entiende nada' Vamos a lnten-

tar jugar más juntos para que te sientas mej9r, mientras tu hermana por

fin iür-. y nos deja or, "sputio

para los dos solitos' Luego la atende-

ré a ella al desPertar, ¿vale?>.Aviso de qr, ,rto intervención no va a evitarlos celos ni su manifesta-

ción, dado que a esas edades se dejan llevar por el impulso y su emoción

más que po, ,, razón, como hemos visto en capítulos anteriores' Pero

está permitiendo algo muy importante:

324325

Page 5: Envidia y Celos en Niños

a

a

Que el niño/a sienta la atención necesaria del adulto, queusabe, lo que le pasa al empatizar y nombrar su emoción.Que esa emoción se contiene en unos brazos afectivos, queal pequeño recuperar el contacto consigo mismo y con el aduitotenedor y segurizante.

pacio, donde él vuelva a ser el centro.

Que le estamos dando un tiempo especial yprivilegiado para é1.Que le ofrecemos un espacio único. No sólo un tiempo, sino ül

año mientras papá acompaña jugando alotro hijo de tres años' que per'"*on

ru todoi jintitostratando áe evitar las peleas entre los hermanos y

ái'r*ti"n¿o cámo hacerlo' Proponer a un hijo de tres añitos: <¿Quieres

io. -u-¿ (o papá), uuyu to"iigo solo hoy al parque? Así jugaremos

lJitr" q.r. qoi.or. Y luego ut"á"-o' a casa todos juntos>' suele dar

gratifi cantes resultados'" No h"y que temer por la familia <unido' pues estos espaclos tlose-

nnran emocionalmente,sino que cumplen unafunción mientras los niños

ffn"-n,,i[il. ia fur,cion áe la atencion adecuada y en ocasiones ne-

cesariamente exclusiY a'

Siempre habrá tiempo para hacer mrrchas cosas juntos' cuando pa-

sen los momentos más'tensos de los celos' momentos en los que la ra-

zónno está Presente o se ausenta'

Confrecuencia,acostumbroacomentarque'simbólicamente'losmenores de tres añitos necesitarían dos mamás y dos papás anteel naci-

miento del hermano en cada familia' En épocas pasadas' las familias

extensas posibilitaban a los pequeños un cuidado más amplio que in-

cluía a abuelos, u* ¡u *uti"ier otro miembro de la familia' Más allá

de las penuriu, ".onÓ-ituq

tl "lu"

familiar o la tribu cumplía una fun-

ción de protección y "togiiu

mayor que la familia nuclear actual'

Pero la realidad es que estamos en esta sociedad' Y la familia nuclear

o monoparental es Ia q"t i-p*" t:-9 T:9"1o' Este modelo de familia'

además, está estresadJ p"t f" duplicidad laboral de los padres' El estrés

del sistema familiar ."*bi¿,, uf"cta alos pequeños, que continúan con

intacta necesidad de atención' De hecho' partir de esta realidad social

no implica que se h; ;";"ido' enla vivencia infantil' la necesidad

de exclusividad de aánciót Jt o" adulto' preferentemente de mamá y

papá. Por t"rrto, u',"-fit-4"n"*" de.la idea de un hermanito' en la

práctica les cuestacompartir lo que más necesitan para su bienestar-se-

guridad, sin son menores de dos o tres añitos'

pasar de la n"...iáo;á. exclusividad de papá y mamá no es fácil. Por

eso es necesario valorar y no minimizur su' se"iimientos y' desde ahí'

ayudarlos a aceptarlos y superatlos poco a Poco con el tiempo'

Los mayores de cuatro años: a partir de los cuatro años' los niños

pueden disfrutar a"i" pt""t"ia de un hermano' si se han sentido sufi-

cientemente satisfechos en la relación con sus padres' Es decir' si han

podido formar rrn l,át"fo seguro' basado en la confianzay elrespeto a

de que se produzca de forma crónica, pues en caso de ser asl ya re¡senta la expresión de un síntoma de malestar. Los grupos de padres

de reforzar una conducta negativa, como lo denominarían losvistas, sino de anticiparnos y responder a su <llamada de atención>

espacios privilegiados para posibilitar los medios adecuados de anecesaria antes de que ocurran los problemas. Es decir, si vas asegundo hijo, conviene reflexionar y prepararse para atendermente las necesidades del primero. y una de las formas de lograrlotravés de la anticipación. Anticiparnos en base a la observación yformación nos permite evitar que los celos crezcan o se cron

La <pregunta-miedo> habitual que surge es la siguiente: ¿y si ent<hace rabiar siempre a su hermanito para lograr mi atención? No se

¿Cómo? Una medida prácticay muy útil que hemos comprobadomuy viílida en repetidas ocasiones en los grupos de padres es, anteasumir que la idea de <familia feliz y unida> (con los tres o cuatro ipara realizar todas las actividades) no suele ser un hecho muy realsatisfactorio: la comida especial, la salida al campo, el cumcualquier otra situación pueden acabar como <el rosario de la acon un final bañado de llantos en los niños y frustraciones en lostos. Tenemos qve yer la realidad y tratar de ofrecer alternativas queacordes con las necesidades infantiles, sobre todo en edades muvpranas, etapa en la que la razónylalógica adulta están fuera delinfantil y, por tanto, no pueden ser entendidas ni asumidas. Hay qbuscar alternativas desde su lenguaje y posición, porque están baiodominio de la emoción y del egocentrismo (que no del egoísmo)de su fase evolutiva, como hemos visto en el capítulo de las emociinfantiles. Muchas veces es más satisfactorio para todos, en funcióncada dinámica familiar, que mamá dedique un tiempo al pequeño de

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sus necesidades emocionales, el niño está en un momento óptimoapreciar y disfrutar de las ventajas de ser el <primero> en la familia.acude probablemente a la escuela, o tiene amiguitos propios. Ha salide la dependencia total respecto al círculo familiar y sus necesidadesamplían en el horizonte, iniciando el disfrute de la necesaria socialición. A esta edad, la llegada de un hermano ya no suele serPuede tener celos puntuales, pero también va a depender mucho d.edinámica familiar.

En este sentido, es fundamental continuar mantenien do espacios,tiempos privilegiados para el primer hijo, sin detrimento de laal segundo.

La actitud de los padres va a ser clave para la vivencia y manición de los celos a esta edad. Atención a este punto por su importanciasí como por la tendencia a no tenerlo presente suficientemente.

Una familia qLre reconoce el espacio de cada hijo y sus necesidadeswita fomentar Ia competitividad entre los hermanos (<a ver quiénprimero, quién saca mejores notas, quién gana este juego etc.>) es mprobable que tenga un clima de cooperación y armonía suficiente enhogar. Esta misma familia evitará empujar al hijo <primero> afrrnciones de <hermano mayor) (<cuida de tu hermano, ahora tienes qser responsable>, <dale tus juguetes porque eres el mayoo) quesentimientos de desplazamiento, rabia y soledad. por el contrario,tará el surgimiento espontáneo de la necesidad de cuidado en elmayor con respecto al hermano menor, que suele emerger siempreno se fuercen ni deleguen funciones que no corresponden. Todavíatantes hermanos primogénitos ven condicionada su infancia alde hermanos pequeños por requerimiento de los padres o adultos. ;

Una cosa es el cuidado fraterno, surgido del deseo interior de protección, y otra la imposición de los padres o su delegación de funciones.

CoopBn¡cróN o corvrp¡TITTvTDAD

Normalmente, cuando entran en la etapa de la socialización y aparecenlos amigos íntimos, los celos entre hermanos tienden a decrecer, sihabido un buen abordaje preüo basado en todos los criterios que hemo3visto. Los amigos y el exterior comienzan a estar en su foco de atencióú

y los hermanos pequeños ya no producen los mismos celos. Algunos

niños, sin embargo, continúan manifestando celos y una relación com-

oetitiva entre los hermanos. En esos casos, los padres deberían reflexio-

na, robre su actitud durante la interacción familiar. Fomentar la coope'

ración frente a la competitividad es un criterio imprescindible para

reducir o favorecer que los celos no sean el centro de la relación fami-

liar. Muchos padres no son conscientes de que su propia actitud genera

competitividad. Competitividad por su atención' a través de demostrar

que es el mejor en los estudios, o en el deporte o en cualquier habilidad

frente al otro hermano. Tenemos que prestar atención también a los

juegos. Los juegos cooperativos favorecen el encuentro yla solidaridad.

Los juegos competitivos generan agresividad, actitudes insolidarias y

favorecen los celos y el desprecio. Estemos atentos a nuestra actitud en

la dinámica familiar y comprenderemos si estamos fomentando la em-

pafia,la expresión emocional, la cooperación y el amor entre todos los

miembros de la familia, empezando con nuestro propio ejemplo'

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