Extorción. Jurisprudencia y Doctrina

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Extorción. Jurisprudencia y Doctrina en la República Argentina

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FALLO CUERDA STANGEEl tribunal de primera instancia resolvi condenar a los intervinientes por resultar coautores penalmente responsables de los delitos de estafa en concurso real con el delito de extorsin. Se busco la absolucin de los imputados toda vez que con relacin a los hechos encuadrados como extorsin, los jueces se basaron en la solitaria imputacin de un testigo cuya versin habra resultado contradictoria a lo largo del proceso. Se aludi que el tribunal omiti valorar elementos objetivos de relevancia exculpatoria, tales como la falta de probanzas respecto del hecho presuntamente extorsivo; a la vez que consider como elementos de conviccin, circunstancias subjetivas de valoracin.Respecto del delito de extorsin, se aludi que la intimidacin no consiste en cualquier exigencia ms o menos injusta, sino en una de carcter atemorizante y destinada a obrar sobre la voluntad del destinatario para decidirlo a efectuar la prestacin perjudicial a su patrimonio. Se habran vulnerado los principios in dubio pro reo (por producirse una inversin en la carga probatoria) y el principio de presuncin de inocencia, pues sin prueba o prescindiendo de ella, se declar la culpabilidad de los encausados. La extorsin tampoco habra existido puesto que los empleados entregaron los cheques voluntariamente, pero luego se sintieron arrepentidos por haberlo hecho. Por ello, una gran cantidad de ellos reconoci que los entreg para salvar a la firma, pues esto los favorecera a todos. Se atac la versin de Zorrilla. Se cuestion que se haya sentido acorralada cuando ella misma sostuvo que los directivos la trataban de modo cordial, pues entendi incompatible que se la haya intimidado con esa forma de cordialidad. Decisin: Zorrilla no tena cuentas corrientes pero las abri a pedido de la empresa. El objeto de las mismas no fue explicado y tuvo que abrirlas porque estaba atravesando un problema familiar, y tuvo miedo de perder el trabajo. Una vez que sac la cuenta corriente entregaba los cheques en blanco con su firma al seor Gmez Rode, o a su secretaria. Que entreg aproximadamente tres o cuatro chequeras. Que no le dijeron para qu eran esas chequeras, y cuando pregunt le contestaron con un "hay que sacar las cuentas". Ella en un primer momento contest que se lo dejen pensar, pero luego accedi porque no quera perder el trabajo. Que se senta acorralada. Que Gmez Rode le dijo que como la lnea de productos que venda no funcionaba la tena que despedir, luego de lo cual fue a hablar con Hugarte que cuando vuelve le dice que puede haber una solucin consistente en librar cheques que la empresa necesitaba para su giro comercial. Que por tal motivo se sinti acorralada por el planteo que le hacan. Afirm que si no hubiera tenido la presin de llevar el sueldo a su casa porque su padre estaba enfermo no lo hubieran hecho. Se destaca que es importante al valorar la coaccin a la que la vctima ha sido sometida, la falta de vnculo real que tena con la empresa al momento que se le exige la emisin de cheques, por lo que la amenaza del mal (el despido) ha sido un elemento que ha bloqueado su voluntad para aceptar. Tambin se explica que no se verifican vulneraciones a los principios en los trminos alegados por la defensa, y confiri (en todo lo atinente al delito de extorcin) veracidad a los dichos de Zorrilla. El requisito de amenaza o intimidacin; consideraciones sobre la extorcin en Baign - ZaffaroniSe descartaron los argumentos de la defensa con relacin al factor de infundir en la vctima una amenaza "atemorizante". Con cita en la obra de Baign - Zaffaroni, se pone de manifiesto que la intimidacin caracterstica del delito de extorcin consiste en la "accin de infundir o generar temor o miedo a la vctima, mediante el uso de palabras, actos o gestos a travs de los cuales el autor le anuncia, advierte o amenaza con la produccin de un mal, dependiente de su voluntad, que recaer sobre ella, sobre un tercero o sobre afecciones, intereses o bienes para ella valiosos".En cuanto a la naturaleza de tal elemento tpico, se ha sostenido que "no es preciso que la amenaza llegue a crear una situacin de necesidad inevitable. Basta que el delincuente haya logrado hacerse temer, aunque sea con una amenaza relativamente vaga o de importancia relativa", as como tambin "no se requiere que el mal sea grave e inminente, ni que en s mismo el medio revista el carcter de un hecho tpico en razn de que no es el nmero de derechos e intereses que pueden ser vulnerados por el autor lo que interesa, sino la idoneidad para atemorizar o intimidar". FALLO N. F. E.Hechos: la vctima recibi una llamada telefnica donde una voz masculina de un desconocido le refiri que tena secuestrado a su padre, indicndole que deba comprar cinco tarjetas telefnicas de cobro revertido y que en unos minutos se volveran a comunicar con ella. Posteriormente recibi un segundo llamado del mismo individuo, que le paso con un segundo sujeto y que le requiri rpidamente que le pasara las claves de las tarjetas. Al dudar sobre la veracidad del secuestro, le pidi al interlocutor que la dejaran hablar con "Jorge" (nombre inventado por ella a propsito", a efectos de constatar si tenan cautivo a su padre, quien se llamaba H. Se le contest que "Jorge" estaba bien, pero que no iba a poder hablar con l en lo inmediato. Con relacin a los hechos, la defensora oficial declar que el hecho no se habr consumado, quedando en grado de tentativa inidnea, toda vez que el hecho no tuvo entidad suficiente para infundir temor a la vctima de autos, que inmediatamente se dio cuenta de que todo era falso, tornndose as en delito imposible. Adems, busc el cambio de caratula por tratarse de una conducta, en todo caso, configurativa del delito de estafa. Decisin: los hechos se encontraron efectivamente acreditados. Se rechaz el cambio de calificacin del delito y se sostuvo que la vctima cumpli con la requisitoria del imputado porque estaba atemorizada o intimidada y no como sucede habitualmente en las defraudaciones, al pensar que se est obrando debidamente o que con ello obtiene algn beneficio para s o para un tercero. De su lado, cabe decir que la disposicin patrimonial de la vctima en el caso de estafa, y en virtud del engao, es "voluntaria". FALLO C. M. R.Se detuvo a un grupo de personas y se procedi a la realizacin de secuestros de un arma que estaba ubicada en el asiento trasero de uno de los vehculos en los cuales se ubican dos de los intervinientes, al propio tiempo que se secuestraron elementos tales como un manuscrito que contena la leyenda "sale a las 8 hs.", precintos negros, una soga de nylon, etc. Toda esta operatoria se realiz antes de que los sujetos pudieran privar en forma ilegtima de su libertad a la presunta vctima de lo cual iban a requerir rescate en forma posterior. As, uno de los jueces esclareci que para la consumacin del delito basta con la privacin ilegtima de la libertad del sujeto pasivo "para sacar rescate", no siendo necesario que este ltimo evento se consume. La tentativa se da en el marco de aquellos casos en virtud de los cuales se llevan a cabo la realizacin de ciertos actos que trascienden la barrera de la situacin crtica e importan comienzo de ejecucin, siendo que "por circunstancias ajenas a la voluntad del autor", todava no se lleg a la consumacin o caba esperar la consumacin. Quedan en grado de tentativa, pues, todos aquellos actos posteriores al comienzo de ejecucin y que son anteriores al momento en el que se priva en forma ilegtima de la libertad a la vctima. Con arreglo a ello, y si bien el nmero de personas involucradas en el hecho, la ubicacin de los vehculos, las armas, los elementos, etc. permiten inferir la existencia de un plan posiblemente destinado a secuestrar a la persona, conviene destacar que as con todo mientras no se haya realizado el acto de interceptar a la vctima para secuestrarla y exigir el rescate en forma posterior se habrn llevado a cabo actos preparatorios, impunes. Extrado del voto del juez Divito (en disidencia). FALLO AZICSe consider a los intervinientes como autores penalmente responsables de delito de extorcin. El sujeto pasivo habra fijado embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 500 mil pesos en favor de los partcipes. La defensa busc que se determinara que sus pupilos obraron bajo el cumplimiento de las ordenes de superiores militares y que, por tanto, no habran llevado a cabo la realizacin de los actos con culpabilidad, puesto que el Derecho no les poda exigir que llevaran a cabo que ajustaran su conducta de acuerdo con l, y no en su contraposicin, cuando esa posibilidad no se encontraba expedita. El tribunal interviniente entendi que no resulta suficiente para que una persona pueda ampararse en la falta de culpabilidad el afirmar que se obr en cumplimiento de ordenes impuestas por superiores militares, mxime cuando se sabe que aquella conducta que se debe llevar a cabo (y que estara ajustada a tales ordenes) seran consideradas como crmenes. Con relacin al delito de extorcin, se especifico que no obstante que en distintos momentos se la entendi como una ofensa a la administracin pblica o a la libertad, lo cierto es que ataca la libre determinacin de la persona y su propiedad, siendo ofensa a la libertad, slo un medio para consumar la ofensa a la propiedad, bien que se ha tenido en cuenta para elegir el ttulo delictivo correspondiente a este delito.El sujeto pasivo fue privado ilegtimamente de su libertad, sometido a tormentos en un centro clandestino de detencin que funcionaba en el interior de la Escuela de Mecnica de la Armada, hechos que fueron tenidos por probados en oportunidad del dictado de la sentencia. Posteriormente, y en ese contexto, se verifico entre agosto de 1979 y julio de 1981 el desapoderamiento de una finca, en el partido de Lans, provincia de Buenos Aires. Personal de la E.S.M.A. acompa al damnificado al domicilio citado, ocasin en el que aqu el querellante manifest a su madre que se iba a vender la propiedad y que para ello iba a ser acompaada por una persona que la conducira a una escribana, y que el motivo de ello era obtener prontamente su libertad. Se suscribi una escritura traslativa de dominio.Ni Aguirre ni Basterra recibieron monto alguno correspondiente a dicha transaccin, a la cual la primera prest su conformidad con tal que su hijo recuperara la libertad, tal como as le asegurara uno de los intervinientes.Las ilegales detenciones de que fueran objeto los sujetos pasivos, la permanencia en esas condiciones desde prcticamente un ao antes del hecho aqu en tratamiento, el temor por su seguridad, y la presencia de integrantes del grupo de tareas durante sus visitas, mantean esas condiciones de incertidumbre en su futuro, resultando elementos suficientes que permiten ser considerados intimidatorios y capaces de infundir miedo en la vctima y su familia con relacin a su persona, afectando la voluntad del destinatario conforme a la del agente que persigue un beneficio al cual no tiene ningn derecho, coartando a travs de la intimidacin, la libertad de disposicin. Por ello, se confirm el decisorio atacado, atribuyendo responsabilidad personal a los intervinientes por el delito de extorcin agravada por privacin ilegtima de la libertad (secuestro extorsivo).Se aplic la doctrina de PASTOR con relacin a la persecucin a los delitos en los que incurrieron los militares, puesto que mientras ellos seguan formando parte de las autoridades estatales las investigaciones, persecuciones y el posterior castigo que se quisiera entablar contra ellos no iba a ser posible. Por ello, los plazos de prescripcin deben operar recin a partir del momento en el cual opera el restablecimiento del Estado y se retoma la posibilidad de volver a efectuar esas mismas investigaciones, etctera.FALLO HERRERASe considero al imputado como autor penalmente responsable del delito de secuestro extorsivo. El suceso que fund la hiptesis corroborada se construy principalmente a la luz de los testimonios de Hugo Arjona y de su hija. En abril del 2008, mientras la vctima conduca su automvil para ir a buscar a sus nietos al jardn, se coloc a la par de un automotor color celeste, conducido por dos sujetos. Uno de ellos dijo ser polica y tena credencial colgada, se acerc a su automotor y tras ingresar el dijo al damnificado que si no les pagaba la suma de 20 mil pesos lo llevaran preso. Tras ello, ambos sujetos habran obligado a Arjona al asiento trasero del rodado que conducan y a llamar a travs de su propio celular al negocio de su hija, donde lo atendi su nieta, a quien le pidi que le dijera a su hija que sus captores exigan como contrapartida de su liberacin el monto anteriormente apuntado.Se pact el lugar donde deba tener lugar la entrega del "precio". La hija de la vctima divis a uno de los agresores que haba bajado del automvil y esper en el punto acordado y dio aviso a un polica que andaba cerca de la zona para que se reprendiera.Posteriormente, el individuo que tena retenido a Arjona lo liber. Arjona Abord un taxi y par en una cabina telefnica para avisarle a su hija que lo haban liberado.Se consider que toda vez que para la consumacin del delito estudiado basta comprobar el secuestro as como la finalidad perseguida, resulta irrelevante el hecho de que Herrera (el imputado) no hubiera cobrado finalmente el rescate para determinar su imputacin.El abogado defensor se agravi de la tarea de evaluacin probatoria realizada por el juez por entender que no se haba acreditado la materialidad de los elementos que configuran las acciones tpicas a las que alude el artculo 170. En primer lugar seal que no se le incaut a Herrera la credencial que, segn Arjona, habra exhibido para acreditar su calidad de polica; segundo, que resulta sugestivo que no se hubiese desplegado violencia alguna para lograr que el damnificado abordara el vehculo de los secuestradores; tercero, la inverosimilitud de la exigencia del dinero frente al hecho de que, para llevar a cabo las negociaciones, no sacaron al denunciante del radio de la Ciudad de Buenos Aires, pues de haberse verificado los sucesos en orden al relato del nombrado, la detencin de Herrera no se habra producido con la facilidad que se verific.Opin que, en verdad, fue Arjona quien realiz el ofrecimiento de dinero con el fin de desplegar su actividad vinculada con la comercializacin de estupefacientes sin interferencias de terceros, lo cual demuestra, de acuerdo con la presentacin, que no existi ningn pedido de rescate. Subray que frente a este panorama adquiere preeminencia la versin de su defendido, basada en que frente a la grave intoxicacin de un allegado por consumo de "tizas" que contenan veneno para ratas, se concentr en la bsqueda del responsable del suministro de esa sustancia. As lleg hasta Arjona, quien a cambio de no sufrir molestias, ofreci dinero. Por todo ello consider que, en rigor de verdad, corresponde aplicar el artculo 149 bis segundo prrafo, pero no el 170.Lo que puede llegar a estar en duda en el fallo (a mi parecer) es que tenga que aplicarse la agravante correspondiente al inciso que establece que se impondr una pena agravada en aquellos casos en los cuales el autor del hecho fuera miembro de las fuerzas de seguridad, puesto que parte de la doctrina afirma que es necesario que se haya valido o aprovechado de esta calidad inherente a su persona. En los hechos del caso, as habra sido, puesto que Herrera habra amenazado a Arjona con "llevarlo en cana" porque saba que l "andaba vendiendo".Se estableci que no resultaba posible perder de vista que en el caso del imputado fue l quien se subi al auto de Arjona y no viceversa. No se ha llevado a cabo ninguna medida que permita establecer en forma objetiva, si el rodado del damnificado qued estacionado en el lugar en que dijo haber sido "obligado" a subir al de sus captores durante los cuarenta minutos aproximadamente que habra durado, segn su versin, la privacin de la libertad. No se prob que Arjona hubiese sido sustrado, retenido y ocultado, actividades comisivas que exigen respectivamente, apartar a una persona de la esfera en que desarrolla su vida en libertad, aunque el autor no consolide su dominio sobre ella; hacer permanecer a la vctima fuera de la esfera en donde desarrolla su vida en libertad durante un lapso de tiempo ms o menos prolongado; y llevar a cabo cualquier actividad que impida o dificulte la posibilidad de que la vctima sea reintegrada a la esfera de la que ha sido sustrada por medio de la accin de terceros. En consecuencia, no corresponde significar los sucesos a la luz de la figura establecida por el artculo 170. Sin perjuicio de ello, s se entendi que no obstante el hecho de que el caso no pudiera subsumirse bajo los extremos del secuestro extorsivo puesto que no se han dado los elementos configurativos de la conducta tpica en tal caso, s concurren los elementos necesarios (de acuerdo a la manifestacin de los hechos) para que la conducta de los sujetos intervinientes (Herrera entre ellos) pueda verse subsumida bajo el supuesto de extorsin simple, tal y como lo configura el artculo 168 del Cdigo Penal, aunque ello en grado de tentativa.FALLO WIEFLINGHechos: mediante amenazas y el empleo de armas de fuego le sustrajeron pertenencias a la vctima; luego, a cambio de su libertad, los incusos le solicitaron a su hermano el pago de una suma de seis mil pesos, y finalmente, con el dinero en su poder, tambin lo privaron de la libertad al nombrado.Se atribuy responsabilidad penal de acuerdo con el artculo 170, que regula el secuestro extorsivo, de acuerdo con la segunda parte del primer prrafo, que establece un mnimo agravado respecto del supuesto base para los casos en los cuales se hubiere obtenido el rescate. Adems, se agrava el delito de acuerdo con el inciso seis por haberse llevado a cabo la realizacin del hecho con la participacin de tres o ms personas.La defensa busc que se atribuyera responsabilidad a ttulo de robo. Argument que no corresponde la aplicacin de la figura agravada por la obtencin del rescate ni tampoco la agravante por la cantidad de personas intervinientes. Con relacin al primer supuesto, alega que no se tuvo la efectiva posibilidad de disposicin del dinero; y con respecto a la segunda agravante entiende que no se prob el extremo de que intervinieran tres personas o ms. Sin perjuicio de ello, el tribunal de instruccin determin que la figura del delito extorsivo desde el punto de vista objetivo es similar al delito de privacin ilegal de la libertad. Pero lo que caracteriza a esta figura es un especial elemento subjetivo que gua al autor y que consiste en la finalidad de obtener un rescate, y que el tipo se satisface simplemente cuando la vctima de extorsin se desprende de los bienes que componen el precio reclamado".Decisin: Acuerda con lo expuesto anteriormente. En la causa quedaron acreditados los hechos que permiten atribuir responsabilidad penal por los delitos de robo calificado por el uso de arma; secuestro extorsivo, y adicionalmente imput a los encausados privacin ilegtima de la libertad mediante amenaza, puesto que una vez que fue entregado el dinero, se retiene a Lamanna con el objeto aparente de garantizar la huda.En lo nico que discrepan con relacin a la decisin de primera instancia se da sobre la base de la agravante introducida por la obtencin del rescate. Con relacin a ello, aclar que para que proceda el aumento de la escala penal por esta causal debe existir un efectivo poder de disposicin del botn obtenido, aunque sea por breves instantes, circunstancia que no concurre en la causa puesto que quienes secuestraron al sujeto pasivo e incurrieron en las conductas brevemente enunciadas supra estaban siendo vigilados constantemente por personal policial. El voto minoritario adicionalmente entendi que tampoco concurre la agravante en funcin de la intervencin de tres o ms personas. Aclar que no se encontr acreditado el aporte de ese tercer individuo en la comisin del delito del secuestro extorsivo, ya que su participacin por medio de la amenaza telefnica que se le endilga, no reviste de una trascendencia de tal magnitud como para aplicar la figura agravada