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 Pontificia Universidad Católica de Chile Instituto de Estética Arte y Modernidad Trabajo grupal Fausto y la escisión del hombre moderno Alumnos: Mirsa Acevedo Gabriel Kauer Fernanda Montero Carla Vásquez Profesora: Regina Valdés Ayudante: Leonor Soto 10 de septiembre del 2012

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Pontificia UniversidadCatlica de ChileInstituto de EstticaArte y Modernidad

Trabajo grupalFausto y la escisin del hombre moderno

Alumnos: Mirsa AcevedoGabriel KauerFernanda Montero Carla VsquezProfesora: Regina Valds Ayudante: Leonor Soto

10 de septiembre del 2012I. IntroduccinEl presente trabajo intenta hacer una interpretacin de la obra ms trascendental del escritor alemn Johan Wolfgang von Goethe: El Fausto. Para hacerlo, la revisin estar centrada en el anlisis del Prlogo en el cielo, que sintetiza todo el problema del Fausto, y en el contraste que se puede establecer con el monlogo con que se abre el drama: La Noche y el resto del encuentro entre Fausto y Mefistfeles. Aunque ninguno de los autores del trabajo tiene formacin en literatura, se consider que sera ms enriquecedor abordar la obra desde una lectura propia, haciendo un acercamiento desde la experiencia esttica antes de introducir las opiniones especializadas de estudios literarios y filosficos, para lo cual nos hemos basado especialmente en la profesora Dra. Rosa Vlez de Valencia[footnoteRef:1] de la Universidad de Puerto Rico, y en Jorge Santayana[footnoteRef:2], filsofo espaol-norteamericano. Escogimos como fuente textual, la edicin de la Universidad de Puerto Rico, habindola primero contrastado con otras ediciones. [1: VLEZ DE VALENCIA, R. Apuntes para la interpretacin del Fausto, Editorial Universitaria, Universidad de Puerto Rico, 2001 (1 ed. 1952)] [2: SANTAYANA, G. Tres poetas filsofos. Lucrecio, Dante, Goethe. Editorial Losada, Buenos Aires. 3 edicin, 1969 (1 1943).]

No obstante, tambin se presentarn los parmetros contextuales de vida, obra y poca de Goethe; las caractersticas de la poca en que la tragedia es concebida y que de alguna manera se ven reflejadas en el trabajo del autor, y que, al mismo tiempo, sirvieron de apoyo para sistematizar las ideas acerca de las intenciones de la obra. Esta parte del trabajo est basada en la obra clsica de Hauser, y en la introduccin al Fausto de la editorial Libresa (Ecuador, 1990). Ser tambin necesario hacer un repaso por el mito del Fausto, del que la obra de Goethe es solo su versin ms alabada, de manera de entender cmo la tradicin que este mito portaba pudo llegar a ser base para una representacin del hombre moderno.En este trabajo entonces, en primer lugar, se har un acercamiento esttico a la obra de Goethe: Fausto. Y en segundo lugar, una bsqueda de contextualizacin y explicacin de su potica a travs de la obra misma, adems del uso de fuentes secundarias que ayuden a dilucidar estos aspectos.

II. AntecedentesGoethe y su pocaEl siglo XVIII se caracteriza en trminos estticos, hay una reaccin contra el rococ y el gusto cortesanos, tanto desde el emocionalismo y naturalismo representados por ejemplo por Rousseau, como por el racionalismo y el clasicismo de Lessing y Winckelmann. Ambas corrientes oponen a la fatuidad cortesana, la sencillez y seriedad de un concepto puritano de vida. Es un arte de la burguesa, no ya de la corte, el que predomina en Europa[footnoteRef:3]. Por eso, fue adems de Herder y el Sturm und Drang, de gran importancia para Goethe, Winckelmann (Historia del arte en la antigedad) y luego Lessing (1729-1781, Laocoonte). La influencia de Lessing, fue an mayor en todos los tericos del arte y los artistas de la poca. Hay que sumar a este grupo de entusiastas por lo clsico, a Schiller y Hlderlin. [3: Ver HAUSER, A., Historia social de la literatura y el arte, TII, Rococ y Clasicismo. Guadarrama, 14 edicin.]

A esta poca se le ha llamado tambin el Renacimiento alemn, por el clasicismo que domina. Este clasicismo alemn impuls un movimiento ascendente de la cultura alemana, nacido como reaccin contra la cultura francesa y la bsqueda de una identidad propia. Los ideales clsicos y el alma popular alemana son las dos fuentes en donde se inspiran estos movimientos. De todas las influencias que Goethe recibi en su vida, una de las ms significativas es la grecolatina. Varios de los temas que desarroll en sus obras son de inspiracin clsica.Dice el autor del prlogo al Fausto de la editorial Libresa: si bien el clasicismo alcanza su madurez hasta darnos un escritor de talla universal, es tambin el exceso de clasicismo el que va a producir el Romanticismo[footnoteRef:4], dando lugar a lo popular y a lo medieval. As, el movimiento clasicista alemn busc una sntesis entre el mundo grecorromano y la experiencia popular, entre individuo e historia, entre reforma y conservacin de los valores tradicionales, y de todo esto, fue parte Goethe. [4: Prlogo al Fausto Ed. Libresa, ya citada, p.17.]

Dice Hauser que la verdadera diferencia entre los romnticos alemanes y los franceses, es que los primeros realmente crean en la cultura y la educacin, que El ideal educativo de Goethe, sobre todo, solo encuentra realizacin en la cultura de la sociedad, y la capacidad de acoplamiento de una aportacin individual al orden de la vida burguesa se convierten para l en criterio del valor de esta aportacin[footnoteRef:5]. Esta forma de pensar la adjudica Hauser a que l era un poeta de gran renombre, pero no popular, sino restringido a los crculos cultos. Ve Hauser en Goethe, la expresin de una frmula personal de pretensin colectiva, de hacer que el arte fuera la proteccin contra el caos, desde el individuo hacia la sociedad. Porque Goethe crea realmente en el orden, pero a la vez, sigue siendo, una vez pasados sus mayores arrebatos romnticos de la poca en que public El joven Werther, un apasionado enemigo de la opresin y la injusticia, amante de la libertad de conciencia, de pensamiento y de palabra[footnoteRef:6]. [5: HAUSER, op cit., p.137.] [6: Ibid. P.139-140.]

Goethe: Vida y ObraGoethe naci en Franckfurt en 1749. Hijo de Johan Caspar Goethe (abogado) y Katharina Elisabeth Textor (hija de un burgomaestre). Su padre desde muy pequeo fomento en su hijo el hbito de estudio, y el por entonces joven Goethe demostraba habilidades para el estudio y las letras.Estudi al igual que su padre derecho en Leipzig. Empez a ejercer abogaca en Wetzlar, y por entonces colabor a Herder en la redaccin del manifiesto fundador del movimiento Sturm und Drang, el cual es un antecedente directo del romanticismo.Fue finalmente en Weimar donde Goethe vivi hasta su muerte bajo la tutela del prncipe Carlos Augusto.Goethe fue Poeta, novelista, dramaturgo, y cientfico, ya que estudi y escribi acerca de geologa, qumica, osteologa y ptica. Logr gran prestigio y fama en vida y posteriormente, en muerte sigui ejerciendo influencia a travs de su obra. Como hombre de prestigio conoci a figuras como Bonaparte, Schopenhauer, Schiller y Beethoven.Como artista, su vida sufre de un cambio radical entre los aos 1786 y 1788, ya que Goethe hace un viaje a Italia que lo conmueve profundamente. Esta emocin lo hace cambiar su esttica romntica por una equilibrada esttica clsica. Dentro de todas sus obras, Fausto es indudablemente una de las ms notables. En ella podemos ver tanto un Goethe romntico, como un Goethe clsico. La primera parte de Fausto fue escrita antes de su viaje a Italia y se suele decir, por lo mismo, que en ella se encuentra plasmada una visin y una esttica romntica.Goethe termin la segunda parte de Fausto en 1831, un ao antes de su muerte, aunque sta se public pstumamente. Por entonces su mujer, su hijo y su amante haban ya fallecido, y las reflexiones en torno a la vejez y la soledad le inundaban la cabeza. Se suele decir que esta parte de la obra es esencialmente clsica, aunque el contexto en el que fue terminada indica una clara aproximacin romntica hacia la obra por parte del autor. Goethe es considerado uno de los estudiosos ms ilustrados de la historia, y seguramente el escritor ms notable de la lengua alemana.

Obras LiterariasEl capricho del enamorado (1767), comedia en verso de un acto.Los cmplices (1768), tragedia en verso.Gtz von Berlichingen (1773).Las desventuras del joven Werther (1774).Clavijo (1774), drama.Stella (1775), drama.Ifigenia en Tauris (1787), drama en prosa, del que hizo anteriormente una versin en verso ymbico.Egmont (1788).Torquato Tasso (1790).Fausto, fragmento (1790).Ensayo (1790).Elegas romanas (1795).Los aos e aprendizaje de Wilhelm Meister (1796), novela.Hermann y Dorothea (1798), idilio pico en verso.Fausto (1807).Las afinidades electivas (1809), novela.Viajes italianos (1816).Divn de Oriente y Occidente (1819), poemas.Los aos de formacin de Wilhelm Meister (1821), novela.Fausto, segunda versin, pstuma, (1832).Poesa y verdad, su autobiografa (1833)[footnoteRef:7]. [7: http://jwgoethefausto.blogspot.com/2007/09/obras-literarias.html. Tambin ver Fausto, Ediciones Universidad de Puerto Rico, Las obras de Goethe, para un entendimiento ms detallado de la evolucin de su obra.]

III. La leyenda de Fausto hasta GoetheGoethe, como buen romntico, basa su obra en una leyenda de tradicin popular: la leyenda del hombre que a cambio de sabidura, placer y poder, vende su alma al diablo (leyenda que en este sentido est emparentada con las de el mandinga, del folclore chileno). En la Alemania del siglo XVI, esta leyenda cristaliza en la historia del Doctor Fausto, que es probablemente un personaje histrico, de pocas de Lutero en el siglo XVI, aunque es dudoso (pues hay que considerar Fausto coincidentemente significa afortunado). Tambin se dice que se basa en las leyendas acerca del origen de la sabidura de Paracelso y de Giordano Bruno, acusados de brujos y alquimistas en su poca. Cualquiera que sea la verdad acerca del Fausto histrico, es el hecho de buscar el conocimiento por una va profana lo que se consideraba tan inherentemente maligno. Pero la existencia de este personaje, mtico o no, que era un sabio, nigromante y se le acusaba adems de sodomita (y que quizs no fuera ms que un charlatn que pretenda vivir de la credulidad pueblerina de la atrasada Alemania renacentista), trascendi tanto que se comenzaron a hacer representaciones teatrales y a publicar novelas baratas sobre el tema, que tenan en comn que siempre se resolvan con el castigo en el infierno de este depravado, al modo de Don Juan. Sin embargo, se comienza a readaptar y ya en La trgica historia del Dr. Fausto del escritor ingls Marlowe, el personaje es ms complejo y sufre de dudas, pero no de las suficientes como para que se salve. Sin embargo, ya se nota en l un nuevo espritu menos dualista, que daba lugar a otras consideraciones ms all del bien y el mal absolutos[footnoteRef:8]. [8: Ver a SANTAYANA op. cit. y para las diferencias entre el Fausto de Marlowe y el de Goethe, especialmente en lo que concierne al problema de la salvacin del personaje al final.]

Segn el prlogo de la edicin del Fausto de la Editorial Libresa, la leyenda de Fausto que conoci Goethe, fue la del mdico Johannes Pfitzer, de 1674: La vida escandalosa y horrendo fin del muy famoso archinigromante Dr. Juan Fausto, libro encontrado en la biblioteca del duque de Weimar, pero que tambin Lessing escribi su propio Fausto en 1767. Para el autor de este prlogo esta Era una leyenda edificante para que los cristianos evitaran las tentaciones de la ciencia, del placer y de la ambicin, al ver que era el camino del infierno[footnoteRef:9]. [9: Fausto, Ed. Libresa, p. 19 y 20]

Por otra parte, Santanaya plantea una cuestin interesante, que es que desde un principio, en la construccin de toda esta leyenda adversa al Fausto, fatuo y de mal vivir pudo haber un substrato de cierta envidia de su libertad. Era visto como un valiente que prob en esta vida los placeres que son solamente una promesa para la otra. As que en esta leyenda habra no solamente advertencia moral en contra de los ideales renacentistas de sabidura, donde los autores protestantes veran paganismo y papismo, dos de sus mayores enemigos; sino que tambin habra, una vez pasado el primer momento de euforia religiosa en tiempos de Goethe, un poco de envidia hacia esa misma forma de vida de bsqueda y libertad[footnoteRef:10]. [10: SANTAYANA, op.cit., p. 116.]

La herencia de la leyenda de Fausto y del Fausto de GoetheDesde Goethe, el tema de Fausto ha sido reformado, recreado y adaptado, invadiendo todos los campos artsticos y es un tema vigente hasta nuestros das. Podemos nombrar desde la obertura de Wagner y la pera de Gounod, a una sinfona de Liszt, un oratorio de Berlioz inspirado en l (La condenacin del Dr. Fausto), en msica; en plstica, las litografas de Delacroix, La otra Margarita, de Sorolla; en cine, el Fausto de Murnau (1926) y el Mephisto de Istvn Szab (1982, basada en la novela de Klaus Mann), adems de la actual pelcula de Alexander Sokurov; en literatura, la obra de Thomas Mann. Sin embargo, la lista es muy larga y merecera un trabajo en s.

IV. Anlisis de la obraEl Prlogo en el cieloRafael: El sol, segn antigua usanza, entona su cntico en competencia con las esferas hermanas, y con la rapidez del rayo sigue su prescrito curso hasta el fin. Su aspecto infunde fortaleza a los ngeles, aunque ninguno pueda profundizarlo. Las obras sublimes hasta lo inconcebible son esplndidas como en el primer da.Gabriel: Y rpida, con inconcebible rapidez, gira en derredor la magnificencia de la tierra, alternando los esplendores paradisacos con la noche profunda, llena de espantos. Salta espumante el mar en anchas oleadas al batir los profundos cimientos de las rocas, y rocas y mar son arrastrados en el raudo curso eterno de las esferas.Miguel: Y rugen a porfa tormentas desde el mar a la tierra y desde la tierra al mar, formando furiosas en torno a una cadena de la ms profunda accin. Relumbra el rayo devastador precediendo en su va al estampido del trueno. Mas tus mensajeros, Seor, veneran el apacible curso de tu da.Los tres: Tal espectculo infunde fortaleza a los ngeles, aunque ninguno pueda escudriarte; y todas tus altas obras son esplndidas como el primer da[footnoteRef:11]. [11: GOETHE, Fausto, Ed. Universidad de Puerto Rico, p.45-46]

Los arcngeles cantan la eternidad de los movimientos y actividades complementarias de los astros. Primero destacan al sol y su movimiento, un movimiento con sentido, no saben cul es ese sentido, pero existe. Son obras sublimes, ms all de la comprensin, y su caracterstica es la permanencia e igualdad consigo mismas, por lo tanto, su belleza. Luego, la tierra, que al moverse permite que se alternen da y noche, con las connotaciones que cada uno de esos momentos tiene: el da tiene el esplendor del paraso, la noche, profunda est llena de espantos. No se trata de una naturaleza impvida, tranquila, sino una que se mueve terriblemente, que tiene grandeza y accin transformadora: el mar, la roca, la tierra, las tormentas, el rayo, el trueno, todos tienen aqu su grandeza, pero pertenecen a su vez, a algo ms grande. Por ello los ngeles estn tranquilos y veneran el apacible curso de tu da. Los ngeles no esperan saber por qu se produce todo esto, ni conocer la esencia de Dios ni de sus obras, sino que alaban la creacin porque existe, porque es eterna y en su movimiento, permanece. Hay en esta alabanza una actitud de entrega, de suspensin del juicio frente a la totalidad del ser en su expresin sublime. Esta alabanza nos recuerda que hay ciertos momentos en los seres humanos en que se puede dejar de ser seres discontinuos, como lo plantea Bataille[footnoteRef:12] y cantar como los arcngeles, sin preguntas. Estos momentos son los de las experiencias estticas, las del encuentro con la naturaleza y las del encuentro con lo sagrado. No es el camino habitual, para encontrar estos momentos se debe salir de la vida cotidiana, y son momentos fugaces, pero suficientes como para conocer la experiencia de conexin. Y esa conexin, si se piensa un poco, es eterna. En trminos de Heidegger, esto que estara expresando aqu Goethe es la necesidad de ponerse en juego del hombre, para habitar: salvar la tierra, recibir el cielo, esperar a los divinos, acompaar a los mortales [footnoteRef:13]. El juego, agrega Heidegger, es sin por qu. Y refirindose a este sin por qu, cita a Goethe que en su Coleccin de sentencias de 1815 dice: [12: BATAILLE, G., Las lgrimas de Eros. Ed Tusquets, Barcelona 2007, p.88.] [13: En HOLZAPFEL, C., Crtica de la razn ldica. Cita a Heiddegger, SvG, 188, p.48.]

Cmo?, cundo?, dnde? Siguen callados los dioses!T atente al porque y no preguntes: por qu?[footnoteRef:14] [14: En HOLSAPFEL, op.cit., 49.]

As que no solamente se ve aqu una influencia del pensamiento de Goethe en Heidegger, sino que con estas coincidencias se puede pensar que es posible no estar tan alejados de lo cierto en la interpretacin que en el presente escrito se le da al pasaje. Luego de la alabanza de los arcngeles, viene el contrapunto, con la presencia de Mefistfeles, que se opone con sus palabras y actitud cnica a este canto. En primer lugar, despreciando a los arcngeles llamndolos la servidumbre, en base a algo cierto: sirven a Dios, no piensan, aunque es malo esto, o es malo solamente para el que estima la razn y su propia independencia por sobre todo? En segundo lugar, remarca que del sol y los astros nada sabe, sino solamente del hombre y sus fatigas, y de sus malas acciones, encontrando deplorable todo lo de la tierra. Es decir, que mientras se mantenga en el mbito de lo astral, la perfeccin es posible, pero que eso no es todo; ni siquiera tal vez eso sea lo importante, porque quien tiene la chispa de luz divina es el hombre, o al menos, lo nico que mueve a la existencia misma del demonio (espritu de la tierra?), es el hombre. Finalmente utiliza la misma frmula que los arcngeles haban ocupado para alabar a la creacin, para denostarla; as, frente a la frase: y todas tus altas obras son esplndidas como el primer da, l declama irnicamente: El pequeo dios de la tierra sigue siendo de igual calaa y tan extravagante como el primer da[footnoteRef:15]. Contina explicando que la causa de este extravo es justamente la razn, que es la chispa de luz divina que Dios le ha concedido. Es esto lo que lo hace actuar ms bestialmente que las bestias. El demonio entonces, atormenta al hombre, no es l que lo lleva a actuar mal, sino que es el mismo hombre quien tiende al mal, utiliza el don divino de la razn de manera espuria. [15: GOETHE, op.cit, p.46]

Luego se comienza a hablar directamente de Fausto, un perfecto representante de la naturaleza humana, en quien Dios confa. Le permite a Mefistfeles influirlo en la tierra, pero sabiendo que en su oscuro impulso, un hombre bueno sabe discernir el recto camino. Por eso acepta la apuesta de Mefistfeles, y al final, aclara sus razones ms profundas: Harto fcilmente puede relajarse la actividad del hombre, y este no tarda en aficionarse al reposo absoluto. Por esta razn le doy gustoso un compaa que lo seduzca e influya y obre como diablo[footnoteRef:16]. [16: Id., 48.]

Goethe est aqu planteando la escisin tan propia del ser humano, que lo mantiene intentando elevarse, por una parte, y cayendo por otra, cuyo ejemplo es Fausto y sus deseos y tormentos. No explica exactamente en qu consiste la cada, lo que se ver durante la obra, pero quedan claras otras cosas. En primer lugar, hay que recalcar que no se trata aqu del tema de la salvacin del alma despus de la muerte, sino de la propia vida -cuestin que incluso aclara Goethe en las conversaciones con Eckermann a posteriori. Esto lo deja caer a travs de la frase de Mefistfeles: Prefiero las mejillas carnosas y frescas. Para cadveres no estoy en casa. Me pasa lo que al gato con el ratn[footnoteRef:17]. [17: Id.]

En segundo lugar, que hay una coincidencia con el problema planteado en la Biblia a travs del Gnesis y la cada de los primeros padres, el problema de la razn y de su utilizacin, y la llamada prdida de la inocencia. Es justamente la capacidad de discernimiento, la bsqueda del conocimiento, la toma de decisiones, lo que pierde al humano. Si lo comparamos con la actitud de los ngeles, que nada saben y nada temen, que estn entregados y con lo que hemos visto que es la vida cotidiana de los hombres, ajena al todo que es la creacin y que slo en ciertas ocasiones se conecta con su propio ser y por tanto, con el mundo, vemos que por la razn, por el preguntarse por qu y para qu, y sobre todo qu es?, que no puede entregarse. Parece que lo que est mostrando Goethe a travs del contrapunto entre Mefistfeles y su postura sobre el hombre, y los ngeles y el Seor por otro lado, es esta escisin humana. Este punto de vista parece corroborado por el lugar que el autor le da a Mefistfeles, evidenciado tanto por lo que el Seor dice de l: que es necesario, que es el acicate necesario del hombre; como por la familiaridad con que Mefistfeles habla con Dios, al final de la escena en el cielo. Con ello vuelve a plantear la idea de unidad de la creacin, de postura dialctica de necesidad de los contrarios. Utiliza la lectura bblica para mirar el drama humano desde un punto de vista menos dualista y ms complementario, lo que no quita la terrible tarea del hombre frente a su propia existencia. Con esta misma idea finaliza la presencia de Dios en esta escena, diciendo: Lo que deviene en una eterna accin y vida, os circunde con dulces barreras de amor, y a lo que se cierne cual flotante aparicin, afirmadlo con pensamientos duraderos.Ahora s se recurrir a otros anlisis para contrastar con nuestra visin y encontrar algunos puntos que no han sido revisados:Segn George Santayana, Goethe es un filsofo poco sistemtico, porque a pesar de adherir en general a Spinoza y que fue un naturalista y pantesta -lo cual se observa en este pasaje-, por otra parte se aleja de Spinoza cuando se trata de explicar el origen de la naturaleza, planteando un idealismo trascendental, segn el cual, el mundo sera una expresin del espritu[footnoteRef:18]. [18: SANTAYANA, op.cit. 111 y 112.]

Lo que hay en el Fausto, segn este mismo autor, es una filosofa de la vida, especialmente con la influencia de Schiller en el Prlogo en el cielo. Esta expresaba que quien se esfuerza y extrava, encuentra en este extravo su salvacin, sin embargo, es una filosofa implcita, vivencial, que el lector deduce a travs de toda la obra, a travs de la continua experiencia del protagonista. Dice Santayana: Goethe nos da un viaje filosfico y nosotros tenemos que rastrear su meta[footnoteRef:19] y agrega: Es un filsofo de la experiencia, en tanto que la accin, el recuerdo o el soliloquio pueden poner delante de nosotros sucesivamente la vida[footnoteRef:20] [19: Ibid, 114.] [20: Id.]

El Fausto: hombre modernoEl otro lado de la divisin, en oposicin a la creacin divina que se retrata como una totalidad completa que alberga la perfeccin, se encuentra la tierra y la particularidad del hombre. Esta criatura que no participa de esta completitud, y que por el contrario, est constantemente en conflicto, pues la pizca de luz divina que le ha sido concedida no hace sino evitar que el hombre pueda llegar a la entrega que se necesita para alcanzar la felicidad que s promulgan los arcngeles que alaban la creacin. Como contrapunto a la divinidad, el hombre se presenta como un individuo que enfrenta un conflicto eterno[footnoteRef:21], como un alma escindida entre la completitud que lo hace parte de la creacin y la carencia que siempre le significar la razn, pues lo lleva a desear cosas que no puede obtener: este hombre es encarnado en la persona del Doctor Fausto. [21: GERBER-MNCH, I. "Goethe's Faust and de Myth of Modern Man". Psychological Perspectives, 52, 2009, p.147.]

Ah! Filosofa, jurisprudencia, medicina y tambin, por desgracia, teologa, todo lo que profundizado con entusiasmo creciente; y heme aqu, pobre loco, tan estpido como antes! Me titulan de maestro, doctor, y aqu, all y en todas partes, cuento innumerables discpulos que puedo dirigir a mi capricho; pero no lo es menos que nada logramos saber. Esto es lo que me hiere el alma. Sin embargo, s ms que todos cuantos necios, doctores, maestros, clrigos y religiosos se conocen: ningn escrpulo ni duda me atormentan; no temo al infierno ni al diablo; pero merced a esto mismo, no hay para m esperanza ni placer alguno. Siento no saber nada bueno, ni poder ensear a los hombre cosa alguna que logre convertirlos o hacerlos mejores[footnoteRef:22]. [22: GOETHE, op.cit, p.53.]

En este primer monlogo del Doctor Fausto, este personaje expresa todo el drama que l atraviesa y que desencadena la historia del texto, pero por sobre todo, mediante estas palabras se materializa el conflicto del hombre moderno en general. Atrs ha quedado el tiempo en que las respuestas se encontraban en la religin, especialmente desde que ya no puede participar completamente de la creacin, pues posee la razn a travs de la cual puede mirarla desde fuera, es decir, desde que ocurri la divisin sujeto-objeto del pensamiento cartesiano[footnoteRef:23]. Ahora el hombre moderno debe enfrentarse a s mismo, o sea, debe hacerse cargo de la realidad de su racionalidad y de las limitaciones que esta posee. Aparece entonces la pregunta moderna por el conocimiento; su naturaleza, posibilidades y limitaciones. [23: DESCARTES, R. Meditaciones Metafsicas con objeciones y respuestas. Ediciones Alfaguara, Madrid, 1978.]

Se puede decir entonces que Goethe logra capturar el espritu de su poca a travs de su obra. Va ms all del mito en que se basa y abre nuevas dimensiones a la moderna conciencia de s mismo que emerge que el mito de Fausto siempre ha explorado[footnoteRef:24]. El Fausto encarna la problemtica del hombre que ha perdido tanto la verdad de la fe medieval como la fe en la razn renacentista, y se encuentra carente de sentido y en bsqueda de otra fuente de certeza, o como lo plantea Berman: el Fausto de Goethe expresa y dramatiza el proceso pro el cual a finales del siglo XVIII y comienzos de XIX, hace su aparicin un sistema mundial caractersticamente moderno[footnoteRef:25]. Lo radical acerca de esta versin del mito, es que su autor logra llevar al mito temas que se encontraban en el inconsciente de la poca, pero que nadie haba enunciado conscientemente[footnoteRef:26]. [24: BERMAN, M. Todo lo slido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad. Siglo veintiuno editores, Buenos Aires, 2004, p.29.] [25: Ibid, 30.] [26: GERBER-MNCH, op.cit, p.143.]

Entonces, el drama de Fausto ocurre porque, hasta el momento en que pone en palabras su conflicto, toda su vida ha sido guiada por el ideal Iluminista, es decir, ha dedicado sus aos a su realizacin como un hombre ilustrado, con la esperanza de capturar la verdad a travs del intelecto humano. No obstante, a travs del monlogo se muestra cmo se ha dado cuenta que no ha alcanzado ninguna verdad, y lo nico que logra conocer son las limitaciones de la razn humana. En consecuencia, el Doctor Fausto, luego de vivir en la razn, proclama la cada del racionalismo y logra comprender que el intelecto del hombre no puede alcanzar las verdades trascendentales y metafsicas esenciales[footnoteRef:27]; se ve frustrado en su intento de conocer, en vida, una verdad que mejore la vida de los hombres[footnoteRef:28], es decir, constata que la razn no hace sino hacerlo a l, y a todos los hombres, ms miserables. [27: ASPERGER, S. Faust's Deliberations. Croatian Academy of Science and Arts, 3, 2008, p. 525.] [28: GOETHE, op.cit, p.53.]

Este ltimo punto se encuentra en el centro del contraste entre el mundo de la creacin y el hombre. Cuando Mefistfeles ve en la razn lo peor del hombre, lo que lo condena, es porque conoce el conflicto que debe sobrellevar con la carga de poseerla[footnoteRef:29]. Para participar de la creacin es necesario que no haya cuestionamiento, que solamente se viva la experiencia de estar en el mundo. Pero el hombre ha perdido el beneficio de la ignorancia. Desde entonces, el hombre debe encontrar su lugar en el mundo, entre la tensin entre la experiencia de la vida y su propia razn; vivir en esta tensin es lo que le da al alma humana su oportunidad de realizarse, pero al mismo tiempo, lo inevitable de esta situacin es lo que la hace eternamente atormentada e infeliz. [29: VLEZ de VALENCIA, op.cit, p.3.]

Esta polaridad del alma humana tambin se observa en el Fausto mismo; en el monlogo y en su trato con Mefistfeles se muestran sus dos almas: una simplemente quiere vivir, mientras que la otra necesita entender[footnoteRef:30]. Entonces, en ese punto se abre a la posibilidad de otro tipo de conocimiento, esto es, el saber mediante de la experiencia misma de la vida como hombre. Por lo tanto, esto no quiere decir que se abandone la razn para una entrega completa a la experiencia, sino que el Doctor Fausto se abre a otros influjos para expandir la realizacin de su alma. En tanto que la razn es insuficiente para conquista el espritu de la naturaleza, el sabio comprende que hay otros aspectos que ha dejado de lado, y que necesita captar para poder completarse. [30: GERBER-MNCH, op.cit, p.147.]

Ya lo oyes no se trata de gozar. Yo me entrego al torbellino, al placer ms doloroso, al odio predilecto, al sedante enojo. Mi pecho, curado ya del afn de saber, no ha de cerrarse en adelante a ningn dolor, y en mi ser ntimo, quiero gozar lo que de toda la Humanidad es patrimonio, aprender con mi espritu as lo ms alto como lo ms bajo, en mi pecho hacinar sus bienes y sus males, y dilatar as mi propio yo hasta el suyo y al fin, como ella misma, estrellarme tambin[footnoteRef:31]. [31: GOETHE, op.cit, p.95.]

Esto es lo que Fausto le pide a Mefistfeles a cambio de su alma. No pide poder, dinero o fama como lo haban hecho los Faustos del mito anterior; lo que desea es experimentar Lo Eterno en esta vida, no en el ms all[footnoteRef:32]. Pero para lograr la realizacin de su alma, el doctor necesita incorporar esa otra va de conocimiento, la experiencia de la vida, y enfrentarse a las contradicciones que presenta. Mefistfeles entonces no aparece como una figura del mal, sino como el encargado de presentarle la vida a Fausto, y por ende, a toda la humanidad. Es el encargado de instar al hombre a la accin, pero de manera consciente, o sea, el responsable de hacer que el hombre se enfrente a s mismo: razn y experiencia. [32: GERBER-MNCH, op.cit, p.148.]

Y es de este enfrentamiento de donde surge otro conflicto humano que profundiza la escisin del hombre moderno: el problema tico. Con la razn no solo se pierde la pertenencia completa a la naturaleza, sino que al mismo tiempo se gana un conocimiento que tensiona an ms su existencia. Al tener conciencia de los propios actos, de las consecuencias que tiene el hacer y dejar de hacer, el hombre se ve en la obligacin de desarrollar un punto de vista tico desde el cual vivir la vida[footnoteRef:33]. El desarrollo de Fausto a lo largo de la tragedia consiste en la conjugacin de su experiencia de vida con su racionalidad, y por lo tanto, en diferentes estadios de este ser tico: experimenta los vicios de la vida, as como tambin experiencias tan hermosas como el amor, pero su culpa constante radica en que muchas veces no se hace cargo de lo que Mefistfeles est haciendo por l. De la misma forma, la razn humana no asegura que el hombre tenga una visin tica de su vida, pues es un trabajo que debe realizar dentro de la escisin en la que vive el hombre moderno. [33: Ibid, 149 y 161.]

Por otro lado, el conflicto del hombre moderno tambin se relacin con el problema esttico. Baumgarten funda la esttica entendiendo la realidad como una totalidad esttico-lgica, por lo que el hombre requiere no slo de la razn, sino de la experiencia sensible para tener posibilidades de captarla[footnoteRef:34]. De hecho, la aparicin de esta disciplina se funda en el problema que el Fausto plantea, como una forma de enriquecer el saber que se haba alcanzado hasta ese momento mediante el intelecto. Es decir, la tragedia cristaliza el estado del pensamiento de la humanidad que permite que la esttica se considere como un saber que vale la pena explorar. As, Fausto no solo se propone explorar la vida en su viaje con Mefistfeles, sino que tambin la naturaleza del hombre mismo, al adentrarse en su facultad para conocer mediante la sensibilidad, que hasta entonces estaba dejada de lado, tanto para l, como para toda la humanidad[footnoteRef:35]. [34: Ver PRANCHERE, J. Y. La invencin de la esttica, en A. G. Baumgarten, Esthetique, traduccin, presentacin y notas por Jean-Ives Pranchere, L'Herne, Paris, 1988., para una comprensin ms completa acerca de los aportes de Baumgarten.] [35: Ibid, 8.]

Esta facultad del conocimiento, entonces, se iguala en importancia a la facultad de la razn, como lo propone Pranchere estudiando a Baumgarten[footnoteRef:36], porque solo en la combinacin de ambas el hombre puede captar la riqueza de la totalidad de la verdad a conocer. Con todo lo anterior, la tragedia de Fausto se presenta, segn Berman, como la primera y mejor tragedia de desarrollo[footnoteRef:37], en tanto en ella se puede ver una expansin intencionada de la vida y alma del hombre, que al mismo tiempo refleja el desarrollo general que la humanidad est experimentando con la modernidad. Y es en este desarrollo donde Fausto se juega la salvacin de su alma: el principio de mantenerse en accin, viviendo, sufriendo la vida con la polaridad que representa el vivir como humano[footnoteRef:38]; solo en esta instancia de bsqueda y experiencia el alma de Fausto puede ser salvada, as como solo en esta instancia de tensin por el saber de la razn y de la sensibilidad puede el alma del hombre moderno realizarse. [36: Ibid, 7.] [37: BERMAN, op.cit, p.32.] [38: GERBER-MNCH, op.cit, p.147 y 149.]

V. ConclusionesLa principal conclusin que se puede obtener de la investigacin realizada se relaciona con el ttulo de este mismo trabajo: la escisin del hombre moderno. El gran tema de toda la tragedia se plantea en la divisin del hombre que contiene en s mltiples polaridades: se encuentra en el filo entre pertenecer y no pertenecer a la creacin divina, debe desarrollarse en la tensin entre sus impulsos ms animales y su conciencia que lo quiere hacer trascendente, su alma desea vivir al experiencia de la vida, pero tambin desea comprenderla; debe actuar, pero tambin debe responder a la cuestin moral de responder de sus actos. Todas estas tensiones finalmente definen al Doctor Fausto en su viaje, y ms que nada, definen la situacin existencial del hombre moderno; de todos estos conflictos, el alma humana debe desarrollarse como tal. Porque estos cuestionamientos le son exclusivos al hombre, dado que es exclusiva de l la razn, la conciencia de s mismo, el saber que l es un ente separado del resto del mundo. Y es especficamente propio del hombre moderno el problema por el conocimiento, que es la base desde donde se originan todas las polaridades que se han descrito. Por lo mismo, la obra no es de carcter cristiano, porque a pesar de que hay uso de figuras mticas del cristianismo, los problemas que plantea la tragedia son estrictamente humanos: no tienen que ver con el ms all, sino con el camino que los hombres debe recorrer en vida. La salvacin que se plantea en el texto, no si no la realizacin del alma del hombre, en tanto enfrenta sus propias contradicciones.De manera que la obra de Goethe es una fotografa del espritu de una poca en que estaban ocurriendo una serie de transformaciones en el pensamiento del mundo. De la misma forma, la tragedia encarna el espritu del mismo Goethe: se podra decir que hay similitud entre l y Fausto, en tanto ambos son hombres de conocimiento, y tambin porque en vida, Goethe siempre se movi entre polaridades como las que se retratan en la obra. Entre la tradicin del mito y la identidad de alemana, y la modernidad que estaba llegando a toda Europa; entre el clasismo y romanticismo alemanes. Las contradicciones de Fausto son representaciones de las contradicciones de todos los hombres, incluido el Goethe mismo.Por otra parte, la obra cumple con las aspiraciones del autor. Para l esta obra era un tema inconmensurable que incluso dara trabajo a mentes trabajadas, y que adems hara a los lectores remontarse sobre ellos mismos. Y as lo es. La tragedia de Fausto toma incontables temas que no pueden ser parte de este trabajo, e incluso podra llegar a profundizarse aun ms en este mismo. Por otro lado, es inevitable leer el Fausto sin reflexionar acerca de la naturaleza del hombre y de nosotros mismos, y acompaar en pensamiento al protagonista en sus mltiples deliberaciones.Por ltimo, se ha dicho que Goethe finalmente se vuelve clsico: pero es as?, no era ya clsico cuando era romntico y no sigue siendo romntico cuando es clsico?: siempre vivi esta dualidad ya que por la razn encontraba la cosmovisin universal (arcngeles: alabanza), pero por otra parte pensaba que la razn detiene los impulsos primarios, estatiza la vida, pues todo racionalismo es paralizante, los sentimientos en cambio, nos acercan a los impulsos indmitos, dislocados, a veces, de una naturaleza siempre inexplicable y cambiante. El equilibrio entre estas dos tendencias fue el anhelo de la poca en que vivi y desarrollo su obra.

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