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Cátedra de Sociología Rural - Grupo de Estudios Rurales - Ficha Nº 1 CATEDRA DE SOCIOLOGÍA RURAL FICHA DE CÁTEDRA Nº 1 Norma Giarracca Sociología agraria Las teorías sociales y los modelos de interpretación del desarrollo agrario. Las “vías” del desarrollo agrario. Nos proponemos en este trabajo relacionar los temas claves de la Sociología agraria con los principales cuerpos teóricos de la sociología. Los interrogantes básicos de los que parte la Unidad I del programa general conectan al sector agrario con los modos de expansión del capitalismo: ¿Cuál es el papel de la agricultura en el desarrollo del capitalismo? Pregunta que nos remite a la revisión histórica de la transición de una sociedad agraria al capitalismo industrial. Y en segundo lugar, ¿Qué “modos” o “vías” de desarrollo capitalista pueden presentarse en el sector agrario? Pregunta que remite básicamente a lo que en la teoría social, luego de Kaustsky, se conoce como la “cuestión agraria”. Es decir, que existirían elementos particulares, propios de la organización social (en sentido amplio que incluye lo económico y lo político) en la agricultura que llevan a un tratamiento específico para el sector. Antes de avocarnos al tema de las “vías de desarrollo”, vamos a realizar una revisión general acerca de las teorías o modelos de interpretación que se propusieron dar cuenta de los problemas de la transición de las sociedades agrarias al capitalismo industrial. Como sostiene Zemelman (1987) el modo de plantear el problema esta referido a la construcción de la relación con la realidad. “La relación con la realidad debe ser construida. Y esta es una tarea normativa, pero no convencional. Ver la realidad como problema exige desarrollarse como forma crítica: es decir, como capacidad reactiva ante sus propias condiciones” (Pág. 83). Con este enunciado epistemológico queremos advertir que no existe una sola mirada teórica sobre la realidad social. Cada uno de los autores que “problematizaron” sobre la cuestión de la transición dejaron una interpretación derivada de sus propias “construcciones”. Así, vemos que pensadores sociales contemporáneos como Tonnies y Kautsky a fines del XIX o Sorokin y Zimmeman por un lado y Lenin y Chayanov dejaron distintas “problematizaciones” de la misma situación.

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Cátedra de Sociología Rural - Grupo de Estudios Rurales - Ficha Nº 1

CATEDRA DE SOCIOLOGÍA RURAL

FICHA DE CÁTEDRA Nº 1

Norma Giarracca

Sociología agraria

Las teorías sociales y los modelos de interpretación del desarrollo agrario. Las

“vías” del desarrollo agrario.

Nos proponemos en este trabajo relacionar los temas claves de la Sociología agraria con

los principales cuerpos teóricos de la sociología. Los interrogantes básicos de los que

parte la Unidad I del programa general conectan al sector agrario con los modos de

expansión del capitalismo: ¿Cuál es el papel de la agricultura en el desarrollo del

capitalismo? Pregunta que nos remite a la revisión histórica de la transición de una

sociedad agraria al capitalismo industrial. Y en segundo lugar, ¿Qué “modos” o “vías”

de desarrollo capitalista pueden presentarse en el sector agrario? Pregunta que remite

básicamente a lo que en la teoría social, luego de Kaustsky, se conoce como la “cuestión

agraria”. Es decir, que existirían elementos particulares, propios de la organización

social (en sentido amplio que incluye lo económico y lo político) en la agricultura que

llevan a un tratamiento específico para el sector.

Antes de avocarnos al tema de las “vías de desarrollo”, vamos a realizar una revisión

general acerca de las teorías o modelos de interpretación que se propusieron dar cuenta

de los problemas de la transición de las sociedades agrarias al capitalismo industrial.

Como sostiene Zemelman (1987) el modo de plantear el problema esta referido a la

construcción de la relación con la realidad. “La relación con la realidad debe ser

construida. Y esta es una tarea normativa, pero no convencional. Ver la realidad como

problema exige desarrollarse como forma crítica: es decir, como capacidad reactiva ante

sus propias condiciones” (Pág. 83). Con este enunciado epistemológico queremos

advertir que no existe una sola mirada teórica sobre la realidad social. Cada uno de los

autores que “problematizaron” sobre la cuestión de la transición dejaron una

interpretación derivada de sus propias “construcciones”. Así, vemos que pensadores

sociales contemporáneos como Tonnies y Kautsky a fines del XIX o Sorokin y

Zimmeman por un lado y Lenin y Chayanov dejaron distintas “problematizaciones” de

la misma situación.

Page 2: Ficha_Vias_del_desarrollo_final.pdf

1. Tipología de las sociedades agrarias de Max Weber.

Cuando en su “Historia económica general” Max Weber formula dos tipos de

organizaciones feudales que tendrán consecuencias diferenciales en el desarrollo del

capitalismo europeo, su preocupación se centra en “…como se hallan distribuidas,

especializadas y combinadas las prestaciones económicas en una determinada época,

tanto en el aspecto técnico como en el económico, y finalmente en relación con la

ordenación de la propiedad y en combinación con ella” (Weber, M. 1956: 16).

Weber ubica dos sistemas señoriales en el oeste y en el este de Alemania, que luego

fueron generalizados, por otros autores, para toda Europa, e incluso Kay (1980) los

utiliza para comparar el señorío europeo con la hacienda latinoamericana.

El primero Grundherrschaft (territorial rentista según algunas traducciones) el señor

feudal casi nunca se encargaba del cultivo de la tierra, sino que daba tierra a los

campesinos, quienes le pagaban una renta en especie o en dinero. El segundo era el

Gutsherrschaft (hacienda señorial) la economía del “señor” (demesne feudal) constituía

el centro de la organización y se recurría al trabajo servil con predominio de renta en el

trabajo.

“En el Oeste y en el Sur predominaba el sistema de parcelas dispersas;

en el Este existían las grandes haciendas compactas de los nobles. Sin

embargo, en el sur y en el oeste, incluso en los casos en que los nobles

lograron la unificación de sus propiedades, no surgieron grandes

haciendas, porque en ellas, el poder territorial, las facultades

dominicales sobre los siervos y la jurisdicción señorial estaban separadas

y el campesino podía enfrentarlas unas a otras, mientras en el Este

constituían un homogéneo sistema feudal” (…) “la preocupación por el

mercado es un problema central que juega un papel decisivo en este

contraste entre el Este y el Oeste. La hacienda surge allí donde el

mercado local no puede absorber toda la producción de trigo,

debiéndosela exportar a mercados distantes. (…) En cambio el

campesino del Sur y el Oeste tenía cerca una ciudad a la que podía

enviar su producción. De ahí que el señor territorial pudiera explotarle

como fuente de rentas, cuando en el Este solo podía hacerlo como

instrumento de trabajo, con la disminución de las ciudades en el mapa

aumenta la de las explotaciones hacendarias (…) Hay quien afirma que

este desarrollo se debió a la guerra de los campesinos del Oeste y Sur de

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Alemania que si bien terminó con la derrota de los campesinos, obro a

modo de “huelga general perdida”, constituyendo una verdadera

maldición para los señores territoriales” (Weber, 1956: 90)

El sistema de Grundherrchaft predominó en los países al oeste del Elba, mientras que al

oriente de este río predominaba el Gutsherrschaft, en el centro de Europa coexistían

ambos tipos señoriales, esa coexistencia fue transitoria ya que con el correr del tiempo

se impondría uno u otro tipo señorial. El predominio de estos sistemas señoriales

agrarios permite comprender distintos modos de desarrollo no solo de la agricultura sino

también de la estructura económica social y política de cada región.

Plantea Kay (1980) que en las regiones del Grundherrchaft se desarrolló una economía

campesina a pesar de que la mayor parte del superávit caía en manos de los

terratenientes en forma de renta en especie o en dinero. Sin embargo los campesinos

controlaban la tecnología agrícola, la fuerza de trabajo y parcialmente los medios de

producción y fueron adquiriendo cierta experiencia de mercado. Cuando se abolió la

servidumbre en esas regiones hubo mayores posibilidades de organizaciones de

pequeñas empresas que se fueron articulando con el capitalismo naciente.

En Inglaterra a partir del siglo XI coexistieron las dos organizaciones, finalmente los

terratenientes terminarían coexistiendo con una nueva clase que surgiría en esos siglos:

los arrendatarios capitalistas. Algunos autores señalan que en aquellas regiones con

predominio del Grundherrchaft (Francia y suroeste de Alemania) la agricultura recaerá

en manos de sectores campesinos, en tanto la gran propiedad capitalista predominara

allí donde la hacienda de tipo gutsherrschaft impuso la modalidad terrateniente

(Alemania oriental, y en alguna medida Inglaterra).

Las “Vías de desarrollo” agrario capitalista.

El modelo de las vías, usadas por Lenin (1981), como tal, en el programa agrario de la

socialdemocracia en la primera revolución rusa de 1905, permite un marco comparativo

del desarrollo del capitalismo.

Si bien las tres vías surgen de la conceptualizacion de tres procesos históricos concretos,

los modelos comparativos surgen a partir de una determinada perspectiva analítica sobre

ellos. Y esto es posible porque los tres procesos históricos comprometidos –El inglés, el

alemán y el norteamericano- fueron analizados a partir de las mismas categorías

conceptuales derivados de la teoría marxista.

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En efecto, cuando analicemos los textos que dan cuenta de esos procesos: el capítulo de

la acumulación originaria del primer tomo del Capital de Marx (1980); los primeros

capítulos de “la cuestión agraria” de Kart Kautsky (2002) y el desarrollo del capitalismo

agrario de EEUU de Lenin, podemos comprobar que en todos ellos existen referencias

obligadas a la teoría social que atribuyen a los términos de análisis contenidos históricos

específicos. Básicamente tratan de dar cuenta de las formas históricas de acceso a los

medios de producción y sus resultados en el nivel de las relaciones de producción, en el

de las relaciones de propiedad y en el de la estructuración de las clases.

En otras palabras, dentro de la teoría social marxista las formas de acceso al suelo y a

otros medios de producción constituyen la piedra angular de la explicación histórica de

los sistemas agrarios, puesto que son la base de las relaciones de producción en la

agricultura, de la estructura de clase y de la modalidad de articulación con el resto de la

sociedad.

Precisamente a partir de que estos tres autores compartieron una misma mirada teórica,

es posible plantearse las “vías” como modelos comparativos. Sin embargo, alertemos de

entrada que no se trata de simplificaciones comunes a ciertas construcciones de “tipos

sociales” o “tipos históricos”, sino que tal como lo plantean ciertos autores pueden

constituir una herramienta eficaz en los análisis de los desarrollos agrarios, sobre todo

en el plano comparativo.

Como dijimos anteriormente, los análisis históricos específicos se verán en el transcurso

del curso, veamos aquí la utilización de los modelos.

Alfredo Pucciarelli sostiene que el enfoque de las “vías” ha sido utilizado para aceptar

la enorme complejidad de las relaciones que se establecen en el régimen de tenencia de

la tierra, las modalidades de la inversión de capital, la naturaleza del desarrollo

tecnológico, la difusión de nuevas relaciones sociales y la emergencia, como síntesis de

lo anterior, de nuevos sujetos sociales portadores de nuevas estrategias de producción.

En el llamado modelo “clásico” o inglés, se mantiene la relación: terrateniente-

propietario de la tierra (aunque el sentido de la propiedad se modifica) y se transforma

el régimen de tenencia de la tierra. En tanto los campesinos son desalojados

violentamente de la tierra, separados de los medios de producción, los terratenientes

monopolizan la mayor cantidad de tierra agrícola.

Para Kautsky, las fuerzas externas a la agricultura producen la ruptura de las

condiciones iniciales de la producción doméstica, el capital se produce básicamente en

los nuevos sectores urbanos, en las ciudades que pasaron a ser pivotes de la transición.

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La fuerza del mercado quebró de muerte la unidad agrícola-artesanal. Pero, como Marx

analiza en el capítulo XXIV de El Capital, la muerte de este sistema, la ruptura de las

relaciones serviles fueron la precondición para que el nuevo modo de producción se

desarrollara (véase el énfasis que pone Marx en ese punto).

La separación del productor directo de la tierra se produce en forma violenta, la mayor

parte de ellos pasan a engrosar las filas del nuevo proletariado o del vagabundaje rural o

urbano.

El terrateniente seguía ligado a la tierra y recibía una renta, la producción recaía en el

capitalista -de origen rural o urbano- que contrataba trabajo asalariado. La relación

salarial llevaba a un proceso de acumulación donde la plusvalía extraída a los jornaleros

era repartida entre los otros dos actores: arrendatario y terrateniente.

Sostiene Hobsbawn: (…) “para 1750 ya era posible distinguir la estructura característica

de la gran propiedad inglesa: unos cuantos miles de propietarios que alquilaban sus

tierras a unas docenas de miles de arrendatarios, quienes, a su vez, las operaban con el

trabajo de unos cientos de miles de trabajadores agrícolas, sirvientes o parvifundistas

que se hacían contratar gran parte del tiempo” (1969:29)

A comienzos del siglo XIX la proletarización estaba completada y la claridad de este

modelo no se volvía a repetir en ninguna otra región del continente.

Sostiene Pucciarelli con relación al modelo inglés,

De este modo, las posiciones de clase se definen con relativa pureza, debido a que

este tipo de desarrollo evita por su misma naturaleza homogeneizadora, la

posibilidad de nuevas combinaciones. El terrateniente recibe solo renta, y se halla

subordinado a la dinámica del capital. El capitalista se identifica con el

arrendatario, invierte fundamentalmente en la esfera de la producción, extrae

plusvalía y retiene su cuota de ganancia media. El productor directo ya no existe,

ha sido eliminado para dejar lugar al obrero asalariado. La tendencia de desarrollo

de esta estructura marca, a su vez, un progresivo predominio del sector arrendatario

capitalista, el cual por medio de la acumulación y constante reinversión va

disminuyendo paulatinamente el peso relativo de la renta de la tierra y con él, el

peso social de los propietarios terratenientes. Se constituye en esa dirección como

sector hegemónico, y a la vez autogenera la cúspide de un nuevo sistema de clases

en le cual no habrá lugar para sectores especulativos. Además de los asalariados

persistirán los antiguos propietarios de la tierra, siempre y cuando el peso de la

renta que se apropian no se ponga trabas fundamentales al desarrollo progresivo de

la inversión capitalista (Pág. 33)

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Lo que marca éste como otros autores, Murmis por ejemplo, son los conflictos

potenciales que aparecen en el modelo: capitalista-terrateniente; capitalistas no-agrarios-

terrateniente y arrendatarios; y podríamos agregar capitalistas-asalariados. Pucciarelli

supone que los viejos terratenientes persistirán mientras no obstaculicen –mediante la

demanda de la renta- el desarrollo de las fuerzas productivas. Murmis supone que el

terrateniente ha sido desplazado y que la industria se ha convertido en el centro de

acumulación y por lo tanto se ha dado un proceso de subordinación de la agricultura a la

industria.

En trabajos recientes, Perry Anderson cuestiona las hipótesis del desplazamiento de los

Land-lords ingleses y trata de demostrar como su influencia económica, política e

ideológica ha perdurado en Inglaterra. La ausencia en la producción directa, más que un

obstáculo fue una ventaja para influir en la vida política inglesa, tenían tiempo para

dedicarle al parlamento, sostiene Anderson.

La vía Junker o prusiana, históricamente hace referencia al proceso alemán descripto

por Kautsky, pero en el plano teórico hace referencia a una forma particular de

penetración del capitalismo. En ella, las grandes haciendas devienen en grandes

explotaciones capitalistas y, a diferencia de la vía clásica, tierra y capital recaen en el

mismo sujeto social: el terrateniente. Supone la destrucción de la economía campesina y

la separación del productor directo de sus medios de producción. En otras palabras, el

segundo sujeto es el asalariado que es contratado y explotado directamente por el

terrateniente. El tercer sujeto –arrendatario-presente en la vía clásica, no hace falta en

este modelo porque el terrateniente asume las funciones de capitalista, es un

terrateniente capitalista. Es decir, está involucrado directamente en la producción y

reproducción de la explotación. Kautsky, en “la cuestión agraria” explica las ventajas y

desventajas de este tipo de explotación, pero aclaramos de entrada el carácter capitalista

que el modelo supone. Es decir, no debemos confundir al terrateniente capitalista con el

propietario latifundario.

En este caso, el terrateniente obtendrá una ganancia media, como capitalista, pero no

renunciara a la renta que le sería otorgada aun si él no participara directamente en la

producción. Ganancia y renta quedan en una sola mano. Esto lleva a algunos autores a

plantear que la explotación extensiva no soluciona el problema del atraso del desarrollo

de las fuerzas productivas en el sector agrario. Es decir, si el sujeto es capaz de obtener

una ganancia y una sobreganancia –la renta- y esta situación se relaciona con el poder

emanado de la propiedad de la tierra, no le hará falta aumentar su productividad

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mediante la aplicación de los adelantos científicos en el agro. Pero como vimos en

Kautsky, el terrateniente alemán no parece un ejemplo claro de este atraso, y sería

importante para comprender esta variedad de situaciones, preguntarnos acerca de las

relaciones con otros sectores capitalistas no-agrarios, y sobre la función del Estado. Es

decir que las decisiones de inversión tienen que ver no solo con las particularidades del

proceso de producción agraria –tierra mediante- sino con el patrón de acumulación

establecido en el nivel nacional.

Se plantea también que el modelo clásico permitió el surgimiento de una organización

política e ideológica fuertemente democrática (Barrington Moore, 2002) en tanto el

modelo Junker favoreció el surgimiento del “nazismo”, ya que este sector social fue uno

de los principales apoyos de Hitler. No hubo una ruptura clara con las formas de

dominación anterior, lo que daría pie a cierta continuidad de formas no-democráticas,

autoritarias del poder.

Sostenía Lukacs

Resulta visible que el cambio prusiano tiene peculiaridades que van más allá de lo

referente al papel terrateniente. Se trata de un modelo de desarrollo histórico. Al

decir esto no nos referimos a peculiaridades exclusivamente prusianas sino a una

específica forma de vincularse la transformación de la explotación terrateniente con

los alineamientos de clase en el agro y con las transformaciones en el resto de la

sociedad, tanto en su base como en su superestructura. Y esos elementos del

modelo, vistos desde la perspectiva de la democracia burguesa, resultan

limitaciones al desarrollo de ésta (Citado en Murmis, Pág. 16)

El modelo en sus orígenes fue acompañado por una peculiar forma de desarrollo

económico social, con una poderosa industria pesada, con una temprana concentración

de capital y un estado poderoso. Puede sostenerse que este modelo no se ha repetido tal

cual en ninguna otra experiencia histórica; sin embargo algunos elementos del modelo

se han dado en una u otra situación nacional. Y también se han repetido acompañadas

de formas no-democráticas de representación política. Por último, recordemos que la

Alemania de pos-guerra poco tuvo que ver con este modelo inicial.

Por último, encontramos una tercera “vía” llamada “farmer” donde el propietario de la

tierra y del capital, y trabajador recaen en un mismo sujeto. Nosotros incluimos en este

modelo tanto el desarrollo norteamericano, como los desarrollos campesinos europeos

(Francia, Suiza).

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En aquellas regiones europeas en que había predominado el sistema “Grundherrchaft”

las burguesías pudieron terminar (drásticamente en el caso francés) con el poder

terrateniente y hubo un traspaso de la propiedad a los campesinos parcelarios. De este

modo se desarrollaba un tipo de producción familiar, donde existiría un débil proceso de

asalarización en el sector agrario. El campesino y su familia asumen las tareas de la

producción. Frente a la imagen del poderoso Junker alemán, vemos a un atomizado

sector, individualista, poco propenso a las empresas conjuntas, y bastante dependiente

del Estado por el tipo de demanda desarrollada. Atado a la tierra y conservador,

recibiría poca atención de los estudios sociales en tanto representaría más un estorbo

que una contribución al estudio clásico de las estructuras de clases.

En efecto, si todo marchaba como el modelo indicaba, sostenían algunos marxistas, los

farmers y campesinos debían desaparecer y concentrarse la propiedad como en otros

sectores de la economía. Solo después de la posguerra, cuando estos sectores se

fortalecían con sus cooperativas y nada indicaba su desaparición como sector social,

desde el marxismo se cambio de pregunta: ¿Por que persistieron las unidades familiares

en el capitalismo europeo? Hubo una extensa bibliografía interrogándose de este modo

(Sirvolin, Vergoupolous, etc.)

Los otros ejemplos históricos que incluimos en el tipo “farmer”, contienen un elemento

común: no existían ni terratenientes ni campesinos, se trataba de nuevos espacios,

espacios vacíos (ya despojados de sus antiguos propietarios, poblaciones indígenas a las

que se exterminaba y no integraba); mediante la institución de la “colonización” se iba

dando el proceso de apropiación: Canadá, Australia, EEUU. Lenin analiza con una

rigurosidad metodológica mediante el Censo de comienzos de siglo, digna de tener en

cuenta, el proceso norteamericano. En él, como en los ejemplos europeos predomina la

producción intensiva en capital sin la utilización de trabajo asalariado. Hay acumulación

de capital, el excedente se transforma en capital fijo, en innovaciones tecnológicas y

aparece un adecuado desarrollo de las fuerzas productivas. El Estado interviene y regula

el desarrollo del sector mediante políticas de precios, de subsidios, de comercialización.

Es muy común entre estudiosos de la cuestión agraria, asociar la “farmerización” con

mayores posibilidades de un proceso de democracia política. Es decir, estos sectores de

medianos productores capitalistas necesitarían –dentro de este razonamiento- de un

Estado democrático que proteja sus intereses.

Algunos autores sostienen que este sector de colonos o farmers, al no estar en

condiciones políticas de reclamar renta serían funcionales al capitalismo en su conjunto.

Page 9: Ficha_Vias_del_desarrollo_final.pdf

Mantendrían bajos los precios de los alimentos y por ende la de la fuerza de trabajo. Es

decir que en el ingreso del colono estaría excluida la renta y en algunos momentos de

precios bajos hasta se podría reducir su ganancia capitalista.

A modo de síntesis.

Aislados de los contextos históricos en que se dieron, se trata de tomar algunos de los

elementos que posibiliten las comparaciones y algunas hipótesis explicativas sobre los

proceso particulares en que el capitalismo organizó la producción agraria y las

estructuras de clase resultante.

Tomamos algunos elementos que permiten la comparación:

1. Relaciones de propiedad; 2. Organización del proceso de trabajo y relaciones sociales

de la producción; 3. Formas de apropiación del excedente (tal vez el menos desarrollado

en esta exposición); 4. Sujetos sociales emergentes; 5. Relaciones con los otros sectores

capitalistas; 6. Relaciones con el Estado; 7. Tipo de representaciones políticas que

favorecen; etcétera.

En un ejercicio podríamos plantearnos varios de estos puntos de comparación y revisar

la bibliografía histórica. Pero además podemos plantearnos otra cuestión: ¿Se repitieron

estos caminos? ¿Puede sostenerse que el desarrollo latinoamericano o el argentino

adoptaron algunas de estas vías, por ejemplo?

Estos modelos surgieron en el contexto de un proceso donde industrialización y

revolución agrícola tendieron a ser complementarias. La industrialización generaba

empleo a gran escala en las empresas manufactureras que, en sus inicios, tendían a estar

basadas en el trabajo intensivo. Se tendía a crear un mercado interno y una priorización

en la producción de bienes-salarios, así, en la medida en que los salarios iban en

aumento permitía a los obreros una capacidad creciente de comprar lo que producían.

Este modelo articulado sectorialmente entre la esfera de la producción y la circulación,

(o también llamado “fordista”) tanto en la industria como en la agricultura promovió un

proceso de acumulación que tendía a ser autosuficiente (Hobsbawn: 1969)

Se quiere señalar con esto, que para la construcción y utilización de los modelos o

“vías” de desarrollo es necesario contextualizarlos históricamente y marcar la enorme

diferencia que se han dado entre los desarrollos europeos o los de los nuevos países

industrializados, y los de América Latina. Sin embargo, con las reservas marcadas, se

pueden realizar comparaciones entre los procesos a los que se hizo referencia y los de la

América Latina y el del argentino en particular. Esto es lo que haremos en la próxima

clase.

Page 10: Ficha_Vias_del_desarrollo_final.pdf

Bibliografía

- Barrington Moore, Jr. 2002 Los Orígenes Sociales de la Dictadura y de la

Democracia (Barcelona: Península).

- Kautsky, Karl 2002 La cuestión agraria (México DF: Siglo XXI Editores).

- Kay, Cristóbal 1980 El sistema señorial europeo y la hacienda latinoamericana

(México DF: Era).

- Hobsbawm, Eric 1969 Industry and empire. (Harmondsworth: Penguin).

- Lenin, Vladimir Ilich 1981 “El programa agrario de la socialdemocracia rusa” en

Obras Completas (Moscú: Progreso), Tomo 6.

- Marx, Karl 1980 El Capital. Crítica de la economía política. (Madrid: Siglo XXI)

Cap. XXIV.

- Weber, Max 1956 Historia económica general (México DF: Fondo de Cultura

Económica)

- Zemelman, Hugo 1987 "Razones para un debate epistemológico" en Método y teoría

del conocimiento. Un debate. Revista Mexicana de Sociología. Año XLIX/Vol.

XLIX/Núm.1. Enero-Marzo.