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Capítulo III ELMARCO CATEGORIAL DEL PENSAMIENTO NEOLIBERAL ACTUAL Vamos a analizaf [l ..r.o categorial neoliberal a partir de la teoría de Friedrich Hayek,y especialmente nos basaremos en su conferencia pronunciada con ocasión de la recepción del pre- mio Nobel de Economía con el título "La pretensión del cono- cimiento"r. El pensamiento neoliberal esmarcadamente diferente del pen- samiento conservador. Sin embargo, mantiene una continuidad básicacon ese pensamiento. Lo que distingue al pensamiento. neoliberal del pensamiento conservador, es el hecho de que el primero no considera que las diferentes sociedades tengan, cada Llna, su legitimidad específica a partir de su nomosespecífico, El pensamiento conservador no discierne sociedades y no desarrolla ningúrn criteriode juicio sobre las sociedades diversas, El pensamiento neoliberal, en cambio, esun pensamiento de legi- tinración de una sociedad específica en contra de otras socieda- des, Es específicatnente un pensamiento de legitimación de la sociedad burguesa. Pero también el pensamiento neoliberal sedistingue marcada- nrente del peusamiento liberal original. Cuando este pronuncia la legitimidad de Ia sociedad burguesa, lo hace en contrade las ten- dencias hacia la sociedad socialista y en contra de sociedades socialistas existentes. Su legitimación de la sociedad burguesa pasa por la ilegitimación de la sociedad socialista. El pensamiento liberaloriginal, en cambio -si bien también esun pensamiento de l. Hayek,Friedrich A. "La pretensión del conocimiento" entpleo? Uni6n Editorial, Madrid, 7976. en: ¿lnflación o pleno 133

HINKELAMERT, Franz J. Crítica de la Razón Utópica, Ed. Desclée de Bouwer, Bilbao, 2002, cap. III, “El marco categorial del pensamiento neoliberal actual”, pp. 133-181

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Capítulo III

EL MARCO CATEGORIAL DELPENSAMIENTO NEOLIBERAL ACTUAL

Vamos a analizaf [ l ..r.o categorial neoliberal a partir de lateoría de Fr iedr ich Hayek, y especialmente nos basaremos en suconferencia pronunciada con ocasión de la recepción del pre-mio Nobel de Economía con el título "La pretensión del cono-cimiento"r .

El pensamiento neoliberal es marcadamente diferente del pen-samiento conservador. Sin embargo, mant iene una cont inuidadbásica con ese pensamiento. Lo que distingue al pensamiento.neoliberal del pensamiento conservador, es el hecho de que elprimero no considera que las diferentes sociedades tengan, cadaLlna, su legitimidad específica a partir de su nomos específico,

El pensamiento conservador no discierne sociedades y nodesarrolla ningúrn criterio de juicio sobre las sociedades diversas,El pensamiento neoliberal, en cambio, es un pensamiento de legi-tinración de una sociedad específica en contra de otras socieda-des, Es específ icatnente un pensamiento de legi t imación de lasociedad burguesa.

Pero también el pensamiento neol iberal se dist ingue marcada-nrente del peusamiento l iberal original. Cuando este pronuncia lalegitimidad de Ia sociedad burguesa, lo hace en contra de las ten-dencias hacia la sociedad socialista y en contra de sociedadessocialistas existentes. Su legitimación de la sociedad burguesapasa por la i legitimación de la sociedad socialista. El pensamientoliberal original, en cambio -si bien también es un pensamiento de

l . Hayek, Fr iedr ich A. "La pretensión del conocimiento"entpleo? Uni6n Editorial, Madrid, 7976.

en: ¿lnflación o pleno

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Cnfncn o¡ r-a RRzón uróprcn

legitimación de la sociedad burguesa-, se dirige en conrra de lassociedades precapitalistas. Legirima, por ranto, Ia sociedad bur-guesa ilegitimando la sociedad precapitalista, en especial la socie-dad feudal de los siglos XV al XVIII. El pensamiento l iberal ori-ginal es de superación de las sociedades anteriores, El pensamien-to neoliberal del siglo XX, es un pensamiento que busca evitar lasuperación de la sociedad burguesa pcr la sociedad socialista.

Eso Ie da al pensamiento neoliberal un tinte conservador, aun-que efectivamente no sea un pensamiento conservador en el senti-do como lo hemos desarroilado a parrir cie ia teoria de Berger.Pero hay determinados rasgos que el pensamienro neolibe¡al com-parte con el pensamiento conservador. El rasgo central consiste enque tambié4 el pensamienro neoliberal parte de un concepro derealidad precaria, restringiendo la realidad a los elementos insti-tucionales. Sin embargo, no de cualquier institucionalidad y acualquier nivel.

1. El mercado como realidad precaria de partida: la imposibil i-dad de una tendencia al equil ibrio

Orientándose específicamenre hacia la sociedad burguesa,determina esta realidad precaria a partir de la institución bur-guesa central: el mercado. Es u¡r pensamier¡to de mercado, y elnrercado es qu concepto empírico central. Este mercado lo entien-de en el marco de una realidad precaria, La econornía de merca-do está en peligro, y Ios que la amenazan son los mismos que enel pensamie4to conservador: e l egoísmo y la esrupidez. A part i rde este nrercado amenaz¡rdo como concepto empírico central, elperrsanr iento neol iberal e labora su marco .at .gJr i^ l también demanera pola¡ izada. En esta elaboración aparecen conceptos l ími-tes polar izados, que son nuevamente, por un lado, el caos y porel otro, el mprcado perfecto o el modelo de competencia perfec-ta. Son congtruidos de nuevo por una prpyección al infinitomediatizada por un progreso infinito a partir de un rasgo empí-r ico central de la real idad. Siendo amenazqdo el mercado, estaamenaza pupde ser pensada en términos siempre más graveshasta l legar 4l derrumbe de I mercado, que desembocaría en caos

1.34 IJJ,

Er- u¡.rlco cATEcoRTAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL .

y destrucción, apareciendo así el concepto límite negativo del

caos. Por otro lado, imponiéndose el mercado a las amenazas,.este es pensado, igualmente, por un progr€so infinito, en térmi-nos siempre más perfectos, hasta l legar al concepto límite positi ' 'vo de la competencia perfecta, Tanto el caos como la competen-cia perfecta son conceptos no-empíricos, los cuales engloban la

realidad empírica l imitándola. Sin embargo los dos conceptos

límites trascienden esta realidad empírica del mercado y consti 'tuyen, por tanto, conceptos trascendentales, en referencia a los

cuales la realidad empírica es interpretada. Son conceptos imagi'

narios de la realidad y por tanto no factibles, pero de ningunamanera son conseptos arbitrarios. Son empiría idealizada a par-

tir de rasgos generales de la realidad, que es considerada en tér'

minos del mercado amenazado.

¿Por qué la c'ompetencia perfecta (equil ibrio) es un conceptono-empír ico? H4yek no sost iene esto en el sent ido según el ,cualno existe nada pprfecto en el mundo, Sostiene, por un lado, que

el modelo de la competencia perfecta es un rnodelo necesariopara poder interpretar la econonía de mercado y, por orro lado,

desarrolla las razones que hacen imposible realizarlo en térrninos

técnicos. Su necesidad en términos teór icos la argumenta a par-

t i r del hecho de que la inst i tución mercado es un mecanismo de

funcionamiento y que, por ende, t iene que funcionar. La compe'

tencia perfecta dpscr ibe, por lo tanto, los indicadores a part i r de

los cuales se puede af i rmar ta l buen funcionamiento, Estos indr '

cadores los expresa con jutttamcnre por el término eEtil ibrío. El

mercado funciona en cuanto está en equi l ibr io; la preoctrpación

pol í t ica, por tanto, t iene que sel lograr que esté efecr ivamente eñ

eq' . r i l ibr io.Conro Hayek resrr inge Ia real idad empír ica a lo inst i rucional , .

sus cr i ter ios de equi l ibr io del mercado t ienen que ser sólo cr i te-

rios mercantiles. i)ara é1, la satisfacción de necesidades no es cri-

ter io de equi l ibr ip pues no es un elemento relevante de la real i -

dad. Su criterio {e equil ibrio no puede ser sino lomado del mer-

cado mismo, y es, en este sent ido, mercant i l , Se trata del concep-

to de equil ibrio ¡omado de la teoría de Walras y Pareto: en el

mercado ha¡ por un lado, factores de producpión y' Por otro

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CnÍrrcn oe l¡. R¡.2ór..r utóplcn

lado, productos y consumidores; existe equil ibrio cuando todoslos consumidores pueden gastar sus ingresos según sus preferen-cias, cuando las empresas venden todos sus productos (o servi-

, cios) producidos cubriendo por lo menos sus costos, y cuandotodos los factores ofrecidos en el mercado son usados en la pro-ducción de estos productos. Siendo los productos ofrecidos tam-bién los productos demandados, y los ingresos gastados por los

.'conbumidores los ingresos percibidos por los producrores, se da unsistema de ecuaciones con igual número de ecuaciones e incógni-tas. Como no hay raz6n para que aparezcan cantidades negati-vas, se sostiene que el sistema siempre tiene una solución única yóptima.

A partir de este equil ibrio general aparece un doble problema:por un lado, los supuestos reór icos que en pr incipio ta l posibleequi l ibr io impl ica; y por otro lado, los mecanismos sociales quepermiten la aproximación hacia ese equi l ibr io,

En cuanto a los supuestos teóricos implícitos en tal modelo deequil ibrio, se ve claramente que este equil ibrio no puede ser rea-lizado sino teniendo todos los participantes del mercado unconocimiento perfecto de todos los acontecimientos que en élocurren a cada momento, y una capacidad il imitada de adapta-ción de los factores a las situaciones cambiantes (conocimientoperfecto y velocidad infinita de reacción de los factores). A estehecho Hayek se ref iere con las s iguientes palabras:

Es cierto que sus sisternas de ecuacione! qr.re describen el modelo deun equil ibrio del nrercado esrán construidos de tal nranera que, sipudiór'anros rellerrar rodos los cspacios de sus fórrnulas absrractas esdecir , s i conociérarnos todos los parámctros de esas ecuacionespodríanros calcular los precios y cant idades de rodas las mercancí-as y servic ios vendidost.

Hayek se resiste a decir que el modelo de equil ibrio efectiva-mente presupone tal conocimiento perfecto. Sin embargo, no hayduda de que en cuanro modelo tiene tal presupuesro. Eso por els imple hecho de que el equi l ibr io de la comperencia perfecta es un

lJb

2. Ibid., pás. 19.

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Er unnco cATEGoRIAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL ACTUAL

equi l ibr io s imultáneo, s in procesos intermedios de ádaptación.Precisamente por esta razón se trata de un concepto límite que

trasciende la realidad empírica, aunque sea desarrollada a partir

de ella mediante un progreso infinito. En cuanto este modelo deequil ibrio es un concepto límite, es también un concepto no-

empírico y, como tal, irrealizable. Es imposible que haya conoci-

mientos tales y velocidades de reacción infinitas correspondientesala realizaciín de tal equilibrio. No es posible calcularlo. Pero larazón para ello no es teórica, sino fáctica: el equil ibrio no es lógi-

camente contradictorio, sino, de hecho, inalcanzable. Hayek, por

tanto, d ice que nofe t rata de hacer calculable ta l equi l ibr io:

Pero, como demosrró claramente Vilfredo Pareto, uno de los fun-dadores de esta teoría, no se t rata de " l legar a un cálculo numérico

de los precios", ya que, como él decía, sería "absurdo" suponer que

podemos poseer todos los datost .

No siendo posible tal conocimienro perfecto, el equil ibrio noes calculable. De eso se sigue, que en el mercado no puede haberadaptaciones simultáneas, sino que todas las adaptaciones son

necesanamente suceslvas y necesitan tiemPo para l levarse a cabo.Por tanto, el problema teórico l lega a ser ahora de aproximaciónal equil ibrio, preguntándose por los mecanismos sociales que

pueden asegurar ta l aproximación. ¿Cuáles son las condic ionesgenerales del mercado, que permiten tal aproximación al equi l i -brio? La respuesta será que: la condición es el mercado empírico.Es decir , especialmente la l iberrad de contrato y la consiguientegarantía de la propiedad pr ivada. Estos serán declarados ahoracorno condic iones generales del equi l ibr io:

h-rr otras palabras, conocct 'nos las condic iones geuernles en las qrre

pucde establcccrse lo que. no muy accrtadarnenre, l lamamos "equi-

l ibr io"; pero desconocenlos los precios de salar ios part iculares que

se darían si e l nrercado produjera ta l equi l ibr io. Sólo podemos indi-

car ' las condic iones bajo las que podemos esperar que se esrablezcan

en el rnercado los precios y salar ios en los que la dernanda igualará

a la oferta ' .

Idettt.

Ib ic l , pág. 14

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CxÍr lcn or m RRzóN uróplcn

Hayek nos dice que "conocemos las condiciones generales" y

"las condiciones bajo las que podemos esperar" un equil ibrio; nonos da ninguna razón para que ello efectivamente se produzca,Partió del mercado empírico, pasó a consrruir en forma idealizadaun concepto límite del mercado Ilamado comperencia perfecta(equil ibrio), constató que no es calculable y concluye que podemosesperar que el mercado empírico producirá una aproximación aeste equilibrio idealizado. Eso es lo que desde la mano invisible deAdam Smith sostiene la teoría económica burguesa en contra detodas las evi'je¡reias empíricas ciel caso. Se icieaiiza un fenómenoempírico y se concluye que éste se acerca a esa su idealización.

Hayek lendría que demostrar que el mercado, por sus adap-¡aciones sucesivas, se aproxima a una siruapión de equi l ibr io ide-alizado de adaptaciones simultáneas, pero como no puede, ram-poco lo hace. Sus condiciones generales de la tendencia al equil i-brio son simples fi jaciones dogmáticas. Ya en orro escriro anre-rior Hayek se topó con el mismo problema:

Sólo a través de la tesis de que existe esra rendencia (al equil ibrio) lateoría econónrica llega a ser más que un ejercicio de lógica pura y set ransfornta en ciencia empír ica. . . (Traduccrón nuestra)r .

Sin embargo, tampoco logra argumentar tal tendencia, pues lasimple tesis de que exista esta tendencia no consriruye una cienciaempírica. El pronunciamiento de una resis no es prueba de la vera-cidad de esa tesis. Pero Hayek concluye en rérminos ¡otalmentepeslmrstas:

La única di f icul tad es que todavía es[antos bas¡ante a oscuras sobre:

a) las coudic iones en Ias cualcs sc supone la exisreücl 'a de esta re¡r ,

dcncir ; b) la naturalcza del proceso pol e l cual sc ca¡nbia el conoci-

nr ien¡o i r ld iv idual (Traducción nuesrra)" .

Si eso es cierro, la tesis de la tendencia al equil ibrio no es tesisempírica sino una afirmación dogmática. La oscuridad respecto a

Hay-ek, Friedrich A. Incliuidualisnus und"19 52, pág, 28.I dent.

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Wirtsclnftliche Ordnutg. Zürich,

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El pr¡Rco CATEGoRIAL DEL pENSAMTENTo NEoLIBERAL AcruAL

las condiciones de la tendencia al equil ibrio existe desde que AdamSmith afirmaba la existencia de la mano invisible. Hasta ahora nose ha esclarecido y no se esclarecerá jamás.

Sin embargo, a partir de esta opción dogmática por las con-diciones generales del equil ibrio aparece la ideología reoretizadadel neoliberalismo. Es la afirmación irrestricta de las leyes delmercado, racionalizada en nombre de una tendencia al equ.il i-brio absolutamehte inexistente. Se afirma ahora que esta ten-dencia al equil ibrio se producirá más en tanro en cuanto más se 'asegure ia i ibertad de contrato en todos los mercados y en todaslas actividades. Se concibe ahora una aproximación l ineal a lo .que el modelo del equil ibrio describe, por medio de la amplia- ,ción; siempre mayor del ámbiro del mercado. pomo resultado,la ideología resulta anti-intervencionista. Se trata de una carrerade Sísifo, en la gual se persigue un fin infinitamenre lelos por

Pasos nnlros.Tenemos, por ranto, una estructura del pensamiento neolibe-

ral que parre de la realidad precaria del mercado amenazado, queconstruye un concepto límite de este mercado en forma de com-petencia perfecta (equil ibrio) y que a la postre sosriene, por afir-mación dogmática, que la afirmación de las condiciones genera-les de este mercado lo aproxima a su idealización. Se trata de uncírculo vicioso.

2, La competencia perfecta y los conceptos trascendentales

Sin embargor aparece una contradicción adic ional , la cualhemos analizado en el caso del pensamiento conservador. Se rrarade la relación enr¡e Ia función social de legir imación ) , la plausi-bil idad perfecta de un concepto límite, en la cual no lrace falraotra legi t imación aparte de la mera presencia del mundo social .El concepto l ímite de la plausibi l idad impl ica l4 ausencia de lafunción social de legitimación. Por orro lado, la función social delegitimación existe, porque la realidad es precari4 y, por ranro, nose legi t ima conrpletamente por su propla presencla.

Podenros ve¡ ahora como Hayek descubre una relación análo.ga entre la función social del mercado y la compe¡encia perfecta:

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o

Cnfucn oe ln RRzó¡¡ uróptc¡

En general parece exist i r la opinrón de que la denominada teoría de

la cornpetencia perfecta, ofrece el modelo propic io para iuzgar las

funciones de la comperencia en la v ida real y de que la competencia

real en cuanto se aleja de esre ntodelo sería indeseable e incluso

dañosa. Me parece que esta posic ión t iene muy poca iust i f icación-

Yo quiero hacer aquí el intento de demostrar que lo que discute la

teoría de la competencia perfecta, en real idad no debería denomi-

narse competencia y que sus deducciones para la or ientación de la

pol í t ica no t ienen mayor ut i l idad. Creo que la raz6n de el lo es que

esta teoría en general ya supone la existencia de una si tuación qtre,

según ei proceso de la competei ic ia, i iene qi je c ieaÍ i quc s i c/grrrr . ;

uez se dieran cotfio existe,ttes las condiciottes tupuesttts por la teo'

ría de Ia competencia Peíecta, eso no sólo suprimiría todas las acti'

uitlades que describimos con la palabra competencia sino que las

, haría imposibles en su esencia (Subrayado y t raducción nuestros)" .

Sin embargo, Hayek no puede prescindir del modelo. Si é l

sost iene la tendencia al equi l ibr io, t iene que decir lo que es el

eq'ui l ibr io, Eso no puede hacer lo s ino elaborando el concepro del

equi l ibr io en su forma más extrema, para decir después que en

relación a este equi l ibr io cabe solamente una tendencia y no su

real ización. Aunque lo haga solapadamente, s iempre aparece de

nuevo el modelo de la competencia perfecta. Sin embargo, s i la

competencia es perfecta, no hay ni puede haber lo que empír ica-mente se denomina competencia:

La competencia es un proceso dinálnico cuyos rasgos esenciales sesuponen conlo inexistentes s i se hacen los supuesros que están en la

base de la teoría estát ica*.

La naturaleza extraña de los supuestos tcór icos del equi l ibr io de la

comperencia sale a la luz s i preguntarnos qué act iv idades denomi-

nadas corrr t i r rnrente dc competencia scría¡r rodavía posibles s i se die-

ran csos sr.rpuestos. . . Crco que la respuesra es s inrplcmenre ningtt t ra.

Propaganda come rc ial , ofertas con precios Inás bajos, nrejorarrr icn-

to (o di ferenciación) de productos y servicros producidos rodo eso

se excluye por def in ic iórr competencia perfecta s igni f ica realmentc

la fa l ra rotal de las act iv idades co¡ lpet i t ivas (Traducción nuestra) ' .

7. Ibid., pás.27.8. Ident.

9. Ib id. , pág.25.

El u¡.Rco cATEcoRIAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

En competencia perfecta nadie compite. El proceso social de lacompetencia me¡cantil presupone que la competencia no sea per-fecta. Si fuera perfecta la competencia, no habría razón para com-petir. Hayek rendría que discutir a partir de este resultado el carác-ter de la competencia perfecta como concepto límite no-empírico,cuya importancia es categorial y no empírica. Pero dice siempre loque la competencia real no puede, y nunca dice lo que puede. Esoes análogo al concepto de plausibil idad perfecta de Berger. Nodice lo que la función social de legi t imación puede, s ino lo que nopuecie. Pero, el partir de esta iregación, sin einbargo, le perii^ritedecir lo que puede.oPuede muchas cosas, excepro una aproxima-ción l ineal a la pfa'usibil idad perfecta. Lo mismo sucede con elmodelo de la competencia perfecta. La competencia empíricacomo proceso real puede muchas cosas, excepto una aproxima-ción l ineal a la competencia perfecta; es decir, lo que no puede esprecisamente producir una tendencia al equi l ibr io. Como la fun-ción social de legi t imación no produce una tendencia a la plausi-bi l idad perfecta del s istema inst i rucional , así e l proceso social dela competencia no produce una tendencia al equi l ibr io. No puedehaber tal tendencia porque el eqr-ri l ibrio es lo contrario de la com-petencia. Cornpetencia es desequi l ibr io. En este senr ido podemoshablar nuevamente de una negación del proceso social de compe-tencia por el concepto límite de la comperencia perfecta, ¡ portanto, de una contradicción dialéctica de la competencia, tal comoya lo habíamos hecho en el caso de la relación entre función socialde legi t inración y plausibi l idad perfecta.

De hecho, este tipo de contradicción aparece en toda reoríade la inst i rucional idad, en cuanro que su perfección formal esusada conro cr i ter io de iu ic io sobre ta l inst i tucional idad. Portar ' ) to, aparece en la teoría del derecho, en la relación entre pro-ceso social y empír ico del derecho y en el concepto l ímire de underecho perfectanrente acatado. Hans Kelsen lo desarrol la de Iaslgl l lente nlanera:

. , .no es r ' recesar io que haya una concordancia completa y s in excep-

ción enrre un orden nor¡nat ivo y los hechos a los cuales se apl ica.

Por el corr t rar io dcbc haber la posibi l idad de una discoldia. Si no el

ordeu nonnat ivo ya no tendría ningún senf ido. ¿Por qué dar una

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Cnfrrcn oe m nRzóru uróplcn

orden a alguien si puede adnririrse que se conducirá necesariamen-te de la manera deseada? La norma fundamental de un orden socialal cual se obedeciera en toda circunstancia debería legirimar deantemano todo hecho posible prescribiendo la conducta efectiva-mente seguida. Ordenaría hacer lo que se quiere hacer. Un ordensocial de esta naturaleza no tendría más sentido que otro orden encontradicción cor,rpleta con los hechos que regula¡',

En estos términos la ceoría formal del derecho llega al mismoresultado. El. proceso social del derecho presupone, para su exis-tencia, que el dereclio no sea perfecramente acatado. Un periectocumplimiento del derecho implica la inexistencia del procesosocial y emplrico del derecho, El derecho empírico existe precisa-ménte porque su cumplimiento es precario. También en esre casoel concepto de cumplimiento perfecto del derecho dice lo que nose puede, y 4 partir de allí describe el marco de posibil idades deldesarrollo del derecho que se tiene empíricamente.

En todos los casos el concepto límite d.ce lo que no se puedey permite así describir el marco de posibil idades del sistema ins-t i tucional en función del cual e l concepto l ímite es elaborado. Sinembargo, en ningun caso hay una tendencia automática de apro-ximación al concepto l ímite, Lo que existe, en cambio, es unaorientación hacia tales conceptos límites en la acción sobre estossistemas institucionales,

Un proceso social de legi t imación se or ienta en función deuna legi t imación perfecta, aunque no se prgtenda alcanzar la: seor ienta, por tanto, hacia Ia plausibi l idad perfecta. Un procesosocial de de¡echo se orienta, de parte de lqs jueces y policías,hacia un cumpl imiento perfecto de las normas. Y una competen-cia del ¡ r rercado se or ienta, en la s<¡ciedad burguebá, por deternr i -nadas intervencio¡res esratales en función de la conrpetencia per-fecra. Pero en ningún caso hay automatismos que produzcan ten-dencias empír icas a ta les conceptos l ímites. Te ndencias empír icasa conceptos no-enrpír icos del t ipo de los conceptos l ímites no t ie-nen ningún sent ido. Sostener su existencia pigsupone una simpleconfusión er l t re conceptos er lpír icos y couceptos t rascendentales.

10. Kclscn, Ha¡s,Teoría pura del derecho. EUDEBA, Buenos Aires, 1960, pág. 141

El unnco CATEGoRIAL DEL pENSAMTENTo NEoLTBERAL ACTUAL

Sin embargo, el pensamiento neoliberal descansa precisamen-te sobre esta confusión, Sostiene tal tendencia empírica a un con-cepro límite y rrascendental. Si bien Hayek percibe este carácterde concepto límite de la competencia perfecta, no da cuenra deesre carácter del concepto. Solamente de esta manera puedeseguir sosteniendo una tendencia empírica al equil ibrio, cuyaimposibil idad, el reconocimienro del equil ibrio de la competenciacomo concepto trascendental habría demostrado.

3. La alternativa al me¡cado: el socialismo como utopía

Al concepro límite positivo del equil ibrio de la competenciaperfecta corresponde, en el pensamiento neoliberal, un conceptolímite negativo de la destrucrividad y del caos. Como su realidadempírica es el mercado amenazado, se piensa esta amenaza almercado en rérminos de un progreso infinito hasta el conceptolímite negativo de la destrucción y del caos,

Aparece de nuevo una similirud imporrante con el pensa-miento conservador. Este últ imo ya elabora el caos como con-cepto límite negativo del orden y destaca el sueño social utópicocomo el vehículo que hace posible que el hombre -i lusionado-escoja el camino al caos. Esra misma ref lexión la asume el pen-samiento neoliberal, pero la va transformando. En el pensa-miento conserva(or la ¡elación entre real idad piecar ia, utopía ycaos, es estática y simplenrente constatada; en el neoliberalisnrose la anal iza ahora en términos de un mecanismo de acci í ¡n diná-mica en el t iernpo. Aparece toda una secuencia ant iutópica, quese dir ige en contra del intento social ista de sqperación de lasociedad burguesa. Esta secuencia anr iutópicn qúe Hai 'ek usa errsu cr í t ica alsocial ismo es, en la opinión suya a la vez una secuen.-c ia ant isocial ista. Cont iene tres etap.rs, que podríamos descr ib i resquemáticamente de la s iguienre manera:

1) La utopía social ista es el proyecto de un¡ sc 'c iedad sin rela-ciones mercent i les. Est¿r te l rdr ía que detern.r inar los producrosque se producen, los factores qLre se emplean y el abasteci-'miento de las personas sin recnrr i r a l mercado. Eso es sola-

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Cnírlcn o¡ rR nnzóN uróplca

ser aprovechado positivamente y más bien se transforma enpoder pernicioso:

It lent.

Ibid., pás 31.Ibtd , págs, 31-32.

. . . la creencia de que poseemos el conocimiento y el poder necesar iospara nroldear los procesos sociales a nuestro antojo, cuando en rea_l idad no podemos hacer lo, puede tener probablemenre consecuen_clas muy graves",

Esre poder podría ser racional solamente si tuviera los cono-cimientos perfectos correspondientes:

Para que ei hombre, en su empeño por mejorar el orden social, nohaga más daño que bien, habrá de convencerse de que en estecampo, como en todos aquellos en que prevalece un t ipo de organi__zación esencialmente complej a, no puede adquirir el conocimientocotnpleto que le permita dominat los acontecimientos posiblesta.

El hombre, sin embargo, que insiste en su derecho y capaci-dad de poder hacer la historia, se convierte según Hayek en

...cómplice del funesro esfuerzo del hombre por controlar la socie-dad, esfue¡zo que no sólo le converrir ía en un t irano de los demás,sino que incluso podría l levarle a la destrucción de una civi l ización

. que no ha construido ningún cerebro, sino que ha surgido de losesfuerzos l ibres de mil lones de individuos'r.

Es el desenlace en el caos, lo que Hayek vincula con la orien-tación r"rtópica. Pero, no se trata del caos co¡servador así nomás.Hayek siempre t iene enfrente un sociai ismo ya existenre, que noes y no puede ser el caos del conservador, que para él es simple_mente el f in. Su conrraparr ida del concepto I ín l i te del equi l ibr ioes, por tanro, no un caos real izado, s ino una sociedad en la cual

¡,L MARCO CATEGORIAL DEL PENSAMIENTO NEOLIBERAL ACTUAL

el caos. Pero este desenlace está mediatizado por una sociedadespecífica contraria a la sociedad burguea, y que tiene en susentrañas ral f inal caótico. Este análisis de la tendencia al caos víauropía socialista es muy común entre los neoliberales. En térmi-nos muy parecidos a los de Hayek lo encontramos en K. Popper:

Como o¡ros antes qr¡e yo, l legué al resultado de que la idea de unaplanificación social utópica es un fuego fatuo de grandes dimensio-nes, que nos atrae al pantano. La hibris que nos mueve a intentarrealizar el cielo en la tierra, nos seduce a transformar la tie¡ra en uninfierno; un infierno, como solamen¡e lo pueden rea.lizar unos hom-bres contra otros (Traducción nuestra)'t.

Nuevamente tenemos la secuencia antiutópica. Hay una pla-nificación utópica que es no-factible; como trasciende la factibi-l idad humana, eF percibida como el cielo; al intentar hacer lo no-

factible la utopía se convierte en fuego fatuo, y como tal l leva alpantano, siemprery cuando se haga el intento de realizarla. Loque resuha es el i l f ierno, otro nombre para el caos.

Sin embargo, Popper no lo dice todo. Se refiere a otros dicien-

do: "como otros antes que yo...". Sin embargo, el otro anteriormás importante, que ya uti l iza la secuencia antiutópica paradenunciar un movimiento social de cambio y que es realmente el

inventor de esta secuencia, se l lama Hegel. Hegel ya hace este

tipo de crít ica a la revolución francesa. Mientras que para él

Napoleón es el espíritu del mundo a caballo ("\f leltgeist zu

Pferde"), la revolución francesa la ve así:

Desarrol ladas hasta convert irse en fuerza, esas abstracciones hanproducido, realmente, por un lado, el primero y -desde quc tenemos

conocimiento en el género humano- prodigroso especráculo de ini '

ciar comple rarpente de nuevo y por el pensamie¡to la consritución deun Estado real, con la ruina de todo lo que existe y t iene lugar, y de

querer darle corno fundamento la pretendida raciopalidad; por otro

lado, puesto q¡re sólo son abs¡racciones privadas de ideas han hcchode esta tentat iva un acontecinriento demasiado terr ible y cruel ' t .

Poppcr, Kar l , Qas Elend t les Histortz ist¡ t t ts Tübingen 1974, Prefacio dc la edi '

c ión aicmaua, pá9,. VI I I .Hege l, G F,W., Filosofía del derecho, par. 258.

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17.

I

1,47l+o

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Cnfrlcn oE r.¡, RRzó¡r uróplc¡.

Como primer paso de la secuencia aparecen la abstraccionesque prometen una constitución que sustituye todo pasado. Perosiendo estas abstracciones simplemente vacías y faltas de ideas,son netamente irreales y, por tanto, imposibles de hacer. El inten-to de realizarlas desemboca entonces en el terror de la revoluciónfrancesa. Se trata de esta secuencia antiutópica hegeliana, la quePopper y Hayek rransforman adecuadamente para lanzarla ahoraen contra de la revolución socialista, mientras que Hegel la habíaelaborado en contra de la propia revolución burguesa.

4. La inconsistencia de la teoría general del equil ibrio: el salariode subsistencia

En la derivación del marco teórico-categorial de la teoría neo-clásica aparecen dos afirmaciones que son claves para la evalua-ción crít ica de sus resultados:

1) La der ivación del equi l ibr io económico general a parr i rexclusivamente de indicadores mercanr i les. El lo impl ica queeste equil ibrio general está descrito exclusivamente en preciosrelat ivos, Io que permite reducir la descr ipción del equi l ibr io aestos indicadores mercant i les:2) Se sost iene que una just ic ia social enfrentada a las leyes delmercado no se puede realizar racionalmente, a no ser en lostérminos de una plani f icación total , que prescinde de los indi-

' cadores mercant i les. Siendo imposible el conocimienro per-fecto correspondiente, se concluye que la real ización de la jus-ticia social es imposible y utópica, de manera ral, que no hayotra al teruat iva económicamente racional de organización dela economía que no sea la del mercado total .

Estas dos tesis se conectan entre sí y conforman las tesis clavesdel pensamiento neol iberal . Tenemos que ver ahora su grado devalidez, empezando por la crít ica de la reducción del equil ibriogeneral a un equi l ibr io exclusivamente de indicadores nlercanr i les,

Habíanros descr i to 1,a el equi l ibr io general de la teoría neo-clásica en términos de un sistema de ecuaciones l ineales con ielral

EI- N,T,qRco cATEGORIAL DEL PENSAMIENTO NEoLIBERAL ACTUAL

núnrero de ecuaciones e incógnitas. Este equil ibrio existe cuandotodos los consumidores pueden gastar sus ingresos según sus pre:

ferencias; cuando las empresas venden todos sus productos (o

servic ios) producidos cubr iendo por lo menos sus costos; y cuan-do todos los factores ofrecidos en el mercado son efbctivamenteutil izados en la producción de estos productos, seleccionando la

recnología adecuadamente. Teniendo esta información se da unsistema de ecuaciones l ineales, cuya solución permite calcular losprecios relarivos de todos los productos y factores. Esa es la tesisneociásica.

Prescindiendo,,de orras cr í t icas posibles, nos podemos con-centrar en el heCHo de que los precios calculados por la teoríageneral son exclusivamente precios relativos. Para poder sostenerla posibil idad de un cálculo de tales precios relativos, la ieoríageneral t iene que suponer que todos los precios de los productosy factores son completamente variables, por lo menos, entre ceroy alguna cifra positiva cualquiera. Eso implica, especialmente,que esta teoría general del equil ibrio tiene que suponer la com-pleta var iabi l idad del salar io entre cero y alguna cant idad posi t i -va. Es este supuesto de la variabil idad completa de Ios salarios elc¡r-re pernr i te reducir e l pr :oblema económico a un problema dedeterminación de plecios relat ivos y, por tanto, reducir la selec-ción eco¡rómica a un problema de preferencias subjetivas. Eso loexpresa el s logan de Mi l ton Fr iedman: "Libres para elegir" . Sinembargo, este supuesto de var iabi l idad de los salar ios supone, ala vez, que el hombre no tiene necesidades, sino únicamente gus-tos. En este enfoque, el hombre no requiere satisfacer sus necesi-dades de alimentación, vestimenta, etc., sino que únicamentetiene gr.rstos o preferencias que le pernriten preferir la carne alpescado, el a lgodón a la f ibra s intét ica, etc. El problema econó-mico de la teoría neoclásica del equil ibrio se reduce, por tanto, alarrálisis de los precios relativos y de las preferencias. No imporracuál sea el n ivel de ingresos de una persona, s ino únicamente sumanera preferencial de uti l izar el ingreso según sus gustos o pre-ferenci as,

Lo que inrporta ahora, es que esta v is ión del hombre como unser sin necesidades pero con preferencias, es la condición formal e

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. CRÍTIcA DE LA RAZÓN UTóPIcA

imprescindiblc ¡rara que el sisrema de ecuaciones de esta teoría delequil ibrio tenga una solución. La variabil idad de los salarios no esun supuesto marginal de esta teoría, sino que es formalmente

'necesano para que sea posible calcular los precios de los factores.Lo mismo vale para todos los demás precios. Para que sea calcu-lable el equil ibrio, rodos tienen que ser i l imitadamente variables,excluyendo soluciones negatívas.

Podríamos demostrar eso suponiendo, al contrario, que elsalar io no es i l imi tadamenre var iable. Supongamos entonces queel salario siempre es positivo -no puede ser cero ni tampoco puedeacercarse asintóticamente a cero, Tenemos ahora dos determina_ciones del salario. Por un lado, el salario de equil ibrio, como localiula la teoría del equil ibrio a parrir de la interdependencia delos factores, pioductos, preferencias subjetivas, tecnologías y pro-piedad de los factores. Por el otro, la determinación de un míni-mo positivo del salario a parrir de un mínimo de subsistencia. Siintroducimos esta subsisrencia como límite inferior del salario enel sistema de ecuaciones de la teoría del equil ibrio, éste se hacecontradictorio; Contiene ahora dos determinaciones independien-tes del salario y, por ranro, una ecuación más que incógnitas. Els istema de ecuaciones ya no t iene solución, porque deja de serconslstente. Sigue compat ib le para aquel los casos en los cuales elsalpr io de equi l ibr io es igual o mayor que el salar io de subsisten-cias. Sin embargo, es ahora incompatible para todos los casos enlos cuales el salar io de equi l ibr io esrá por debajo del salar io desubsistencia. Pero una teoría general del equil ibrio riene que sos-tener la posibil idad de precios facribles para rodos los casos realespotenciales y r to solanrente para algunos. Por esq, len cuanto reo-ría general, la teoría del equil ibrio se hace conrradictoria, en cuan-to se tiene que aceprar la necesidad de un salario de subsisrenciacomo límite inferior de rodos los salarios posibles.

Dic iendo lo mismo en otros términos, podemos af i rmar queno hay un sistema de precios de equi l ibr io consisrente para el

. caso en que el salar io ter lga en la subsisrencia su l ímite infer ior .Este argumento es obl igator io por el hecho de que la teoría delequi l ibr io es una consrrucción teór ica, y que r lo es posible efec-

Er- lt¡.Rco cATEGoRIAL DEL PENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

tuar cálculos cuantirativos en los términos de esta teoría (dada

la falta de un conocinl¡cltto perfecto). No se puede saber' enton'

ces, s i en determinado caso el salar io de equi l ibr io es de cero o

cercano a cero y, por tanto' por debajo del salario de subsisten-

cia o no, Si la teoría del equi l ibr io no es totalmente general ' no

t iene val idez. Por el lo ' e l hecho de que el salar io de equi l ibr io

pueda estar a veces por arriba y otras veces Por debalo del sala'

rio de subsistencia, no puede salvar a esta teoría' Si es necesario

coherente, pero eso depende ahora de la casualidad' Pues tene-

mos que aceptar igualmente que en otros casos puede no haber

consistencia. Sin la posibil idad de un discernimiento empírico

de estas situacioqes, no Podemos hacer la afirmación generaf

que hace la teorí4 del equil ibrio de que siempre hay un precío

Je equil ibrio factfble y Por tanto' un sistema de precios cohe-

rente.Por esta nz6n, para la teoría del equil ibrio el supuesto de la

var iabi l idad i l imi tada de los salar ios es absolutamente esencial . s i

no hr.¡bier.a ral var iabi l idad, no podría sostenerse dicha teoría, Al

contrar io, podríamos ahora hacer la af i rmación inversa de que en

cualquier caso hay que contar con la posibil idad de que frente a

Lna situación económica determinada no haya ningún sistema de

precios consistente, y ql le ' Por tanto, los precios de equi l ibr io no

podrían indicar una asignación ópt ima de los recursos, ni s iquie-

ra colr co¡tocimiento perfccto.

Un cotrcimien¡o perfecto, entonces' no puede asegurar un sls-

rema de precios de equi l ibr io en todos los casos, s i e l salar io r iene

límite inferior positivo' Así, el conocimiento perfecto no es ul' l

les puedan ser i l imi tadamente var iables'

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Cnfrlc¡, nr LR RnzóN uróplcn

Para que el hombre viva, y por ranro pueda trabajar, necesitauna disponibil idad determinada de bienes y servicios. No haysolamente preferencias, sino que hay también -y ánres que ellas-necesidades, Siendo el hombre un ser narural , pdra él valen lasleyes naturales y éstas determinan que haya necesidades. De esramanera, no hay un sistema de precios consistente para todos loscasos y, por tanto, la reoría general del equil ibrio misma no esconsisrente. Siendo un análisis exclusivamenre en términos deprecios relativos, el equil ibrio que deriva no es factible en gene_rai. Por el hecho cie que exisren necesiciades humanas exisre untérmino absoluto para la determinación de los precios, cuya con-sideración hace inconsistenre un sistema de precios derivado úni-camente de la consideración de precios relativos. Este mismoargumento lo podemos ampliar más todavía. H¿biendo necesi_dades, y por ranto existiendo un mínimo de subsistenc ta oaratodo ser humano, se deriva otra condición de la racronalidad eco-nómica, que un equil ibrio descrito en términos dé precios relati-vos no puede tomar en cuenta. Se rrata del problema del equil i_btio ecológico, que es condición a largo plazo para que el hom_bre pueda satisfacer sus necesidades. La consideración exclusivade precios relat ivos y de la or ientación de la acción humana portales precios, impl ica potencialmente ra desrrucción cle ra natu-raleza. Tampoco puede haber un sisrema de precios consisre ' recon esra condic ión concreta de la v ida humana a largo plazo.Llegamos así a l resr.¡ l tado siguie ' te: s i inrroducimos la necesidadde subsisrencia humana y, por der ivación, de la naruraleza erte-

ET ITRRco CATEGoRIAL DEL PENSAMIENTo NEoLIBERAL ACTUAL

5. La inconsistencia de la teoría general del equil ibriol el supues-to del conocimiento perfecto

Hasta ahora hemos enfocado la reoría general del equil ibriocomo si fuera formalmenre consistente, perdiendo su consistenciarecién cuando se considera la imposibil idad de conservar elsupuesto de la var iabi l idad i l imi tada de los salar ios. Sin embar-go, aunque no se considere esre punto y se acepte el supuestomencionado de la var iabi l idael e l s istema de ecuaciones ! inealesde la teoría del equil ibrio contiene ya una inconsistencia desde suforrnulaciórr puranadnte formal, que por primera vez fue analiza-da por Oskar Morgensrern. Veamos esra problemática.

Mongenstern la enfoca a partir del supuesto de la previsiónperfecta, como él la l lama. Habla refiriéndose al supuesto de laprevisión perfecta en la teoría de la competencia perfecta de una"paradoja insolucionable"rs. Esra paradoja Morgenstern la derivade la tesis de que en una ¡elación competit iva ni el supuesto de laprevisión perfecta puede asegurar un equil ibrio. Como un sujetoreaccionafrentealasreaccionesdeotrosujeto,sedaunregresoad infinitum de estas reacciones mutuas que no tiene solución. Sinembargo, la reoría del equil ibrio se refiere a un equil ibrio compe-tit ivo ¡ por tanto, confl ictivo. En el grado en el cual la forrnula-ción del equil ibrio presuporle la previsión perfecta -o conoci-miento perfecto- este mismo supuesro de conocimiento hace ine-qui l ibrada la relación de compet i t iv idad. Morgenstern da unejemplo muy i lustrar ivo de esre hecho:

Cuando Sherlock Holmes era perseguido por su enemigo Moriarty,partía de Londres a Dover en un tren, que hacía escala en una esta-ción internredia, y él bajo al l í del tren en vez de seguir hasra Dover.Había visto a J\, foriart l ' en la estación (de Londres), le estrmá comornuy irrrel igenre y supone que Moriarty tomará un lren expreso másrápido, para esperarlo en Dover. Esta anticipación de Holmes resul-ta correcta ¿Pero qué habría pasado en el caso de que Moriarty

18. Morgensrern, Oskar, "Vol lkommene Voraussichr und wirrsheft l iches ClechEewichr ' ,(Previs ión perfecta y equi l ibr io económico), en: Theor ie ut t Real i t i i t . Ed. HrnsAlberr , Tübingen, 1964, pág. 258.

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Cnfr¡cn pe lR RnzóN uróplcR

hubiera sido más intel igente, y hubiera estimado las capacidades deHohnes como mayores, y hubiese por ranto previsto tal acción de

I Holmes? Entonces él habría tomado el tren hacia la es¡ación inter-nredia. Eso debería haber calculado Holmes por su partc y tendríaque haber decidido ir direcrarnente a Dover. A lo cual luforiarty porsu parte habría "reaccionado" de otra manera. De puro pensar nohabrían llegado a la acción, o el menos inteligente tendría que haber-se enrregado ya en la esración Victoria (de Londres) al orro, porqueera.imposible cualquier intento de fuga (Traducción nuestra)".

Al¡ora afirma lviorgensrern:

El hecho es, que se efecrúa siempre un cálculo de los efectos delcomportarnie nto futuro propio sobre el comportamiento a jeno

futuro y viceversa, y que eso por tanro es empíricamente observa-ble. Pero la cadena de las "reacciones" mutuas supuestas se rompemuy pronto,., (Traducción nuestra)20.

Sin embargo, si se hace el supuesto de una previsión perfecta

esta cadena no se rompe nunca. Por tanto, no hay decisión posi-

ble, a no ser que se introduzca una razón arbitraria para rom-perla. Pero, de por sí, la previsión perfecta no permite un equil i-

b i io entre los conrpet idores. Por tanto, Morgenstern concluye"que el supuesto de la previs ión perfecta se sale del marco de lareoría " 2r .

Ahora bien, esra argumentación de Morgenstern demuestraque es fa lsa la af i rmación de Hayek de que "s i conocié¡amostodos los parámetros de esas ecuaciones (de la teoría general dcl

equi l ibr io) , podríarnos calcular los precios y cant idades de todas

las mercancías y servic ios veudidos"2: , Si conocj ,é¡amos todo, ten-

dríamos la paral ización total y ningún dato dei 'erminado.

Por otro lado, para poder conceptual izar la racional idad delas decisiones, hay que suponer la transparencia de estas decisio-

l1es. Lo afirma Morgenstern:

19. Ib¡d., pÁgs. 257 -258.2.0. lbid., pág.257.21. Ib id. ,pág.269.22. Hayek, " La pretersión...", op. cit., pág. 79.

El ¡vrnnco CATEGoRIAL DEL pENSAMIENTo NEoLTBERAL AcruAL

La "racionalidad" presupone por su lado, que los suietos económicosrengan claridad sobre relaciones ¡, dependencias y que por eso pene-tren las interrelaciones realmente has¡a cierto grado (Traducciónnuestra )2r.

Sin embargo, para que haya una asignación óptima de losrecursos, no tienen que penetrar estas interrelaciones e interde-pendencias "hasra c ier to grado", s ino completamenre por lainterdependencia de todos los factores. Ni siquiera Morgensternse atreve a sacar las últ imas consecuencias de su propia crírica:

¿Qué es exacramente el grado de suposiciones y previsión quecorresponde a las condiciones del equilibrio descriro por las ecua-ciones de Valras? Es un largo camino, hasta que pueda ser contes-tada esta pregunra satisfacroriamente y quién sabe, si puede seguir-se afirmando la idea del equilibrio (Traducción nuesrra)!'.

De hecho, en cuanto que el equilibrio formal ni siquiera tienesolución con la previsión perfecta, deja de tener consistencia aun-que no tomemos en cuenta los factores reales de la subsistenciahumana.

Pero quizás faltan todavía algunas reflexiones sobre esta pre-visión perfecta. Como lo muesrra el ejemplo de Sherlock Holmes,no se trata de prever nada real del fururo. El problema entreHolmes y Moriarty no es de previs ión, s ino de conocimientomutuo perfecto de sus previsiones hechas en el momento de lareflexión. La previsión de Holmes se agota en el conocimiento belo que Moriarry está calculando en este mismo nro*enro, y Llrevés. Los dos tienen que conocer sus mutuas previsíones en esternornento, sin prever concretamente nada. Por eso el resultsdopuede ser que no se l legue a ninguna acción por el hecho de queel proceso de esras anticipaciones muruas desemboca en un pro-greso infinito del cual no hay salida. Se rrata de intenciones alfuturo, existentes en el presente, Estas intenciones presentes 5econocen muruamgnre en perfección y, por la razón de ias reac-ciones mutuas efectivamente no se l lega a ningún acto real haciael futuro y resulta la paralización.

Morgensrern, op. c i t . , pág.262.Ibid. , pág. 271.

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Cnfucn or lR R¡,2óN uróprcA

Por eso, en el caso de la teoría del equil ibrio no se trata de

tener previsión perfecta -no se debe saber lo que pasará en elfuturo sino del conocimiento perfecto de todos los hechos dados

en el momento de la formación del sistema de ecuaciones. Y si

suponemos una velocidad infinita de reacción de todos los facto-res, el equil ibrio se formula sin ninguna previsión del futuro y

exclusivamente sobre la base del conocimiento perfecto de hechosdel momento. Pero por la raz6n indicada por Morgenstern estaformulación ¡s es consistente. porque impl ica la imposibi l idadde determinadas decis iones. Dejamos aquí abierta la relaciónentre este supuesto del conocimiento perfecto y de la velocidad

'infinita de reacción de todos los factores, El primero es solamen-te la expresión en términos subjetivos de lo que expresa en tér-minos objet ivos el otro.

De esta manera, no es posible formular el equi l ibr io compet i -t ivo o conflictivo ni siquiera en sus términos absolutamente for-males. Como éste implica conocimiento perfecto, no se puedeformular un equil ibrio; y si no se supone tal conocimiento per-fecto, tampoco puede formularse.

Pero esto no signi f ica que cualquier t ipo de formulación deuna teoría del equi l ibr io sea imposible. Lo que el argumento deMorgenstern comprueba es sólo que es imposible formular entérminos compet i t ivos ta l equi l ibr io. Para demosrrar lo, podemosvolver al e jemplo de Sher lock Holmes y su enemigo Morial ty. Sit ieneu conocimiento perfecto de sus reacciones mutuas, uo pue-den l legar a decidir s i v ia jan a Dover o a fa estación intermedia.La raz6n, s in embargo, no reside en el conocirniento perfecto,s ino en la relación conf l ic t iva entre el los. Si se ponen de acuerdo,Ios dos podrían decidir s in ningún pro[r lema qué hacer: pueden

, v ia jar a Dover o a una estación intermedia, o uno a Dover y elotro a una estación internredia. Si actúan de acuerdo, el supues-to del conocimiento perfecto no produce ninguna "paradojai i rsolucionable", Es la conf l ic t iv idad de su relación, la que l leva ala paradoja, si se sustituye la conflictividad por el acuerdomutuo, Ia paradoja deja de exist i r .

El resul tado es que Ia teoría del equi l ibr io se hace inconsis-tente por el hecho de que trata de formular un equil ibrio coffipe-

EI H,T¡Rco CATEGoRIAL DEL PENSAMIENTo NEoLIBERAL ACTUAL

tit iuo. Si en cambio, el equil ibrio no se formula como un equil i-brio competit ivo, sino como un equil ibrio planificado de acuerdomutuo, la paradoja de Morgenstern no aparece. Por tanto, paratener una formulación consistente del equil ibrio económico, tene-mos que pasar al análisis del equil ibrio planificado, Así, la para-dola de Morgenstern demuestra que un equil ibrio competit ivo nopuede pensarse consistentemente. Igualmente demuestra -porder ivación- que el único equi l ibr io consi tentemente pehsable es elequi l ibr io plani f icado.

Con este resul tado podemos pasar seguidamente al anál is is dela secuencia antiutópica de Hayek -compartida por Popper- paraver el resultado y'rlá crít ica de la teoría de la planificación.

Pero antes todavfa podríamos añadir una reflexión sobreSherlock Holmes y su enemigo Moriany. Sherlock Holmes es elpolicía y Moriarty el criminal. En la relación entre ambos no puedehaber conocimiento perfecto. Si lo hubiera, ni el policía ni el crimi-nal podrían actuar. La condición de su posibil idad de acción -encaso de un conocimiento perfecto sería que Moriarty dejara de sercriminal y Sherlock Holmes delara de ser policía. Con conocimien-to perfecto no existe nl policía ni criminal. Pero en realidad no exis-te conocimiento perfecto y, por tanto, hay criminales y policías.

Sin embargo, en la reflexión sobre la relación entre ambosaparece también un concepto límite, análogo a los conceptosl ímites de las c iencias sociales discut idos hasta ahora. Este es eldel c l imen perfecto, El cr imen perfecto no es un cr imen no des-cubierto. Es rrás bien un cr i ¡nen tarr perfectamente hecho, que noes posible descubr i r lo. Al igual que en la competencia perfecta, e lcrimen perfecto presupone conocimiento perfecto. Aparece ahorala misma inco¡rs istencia del concepto l ímite del cr inren perfecto,que descubrinros cor'r la paradoja de Morgenstern en la compe-tencia perfecta. Si suponemos entre pol icía y cr iminal una rela-ción de conocirniento perfecto, el crimen no puede existir.Resul ta, por tanto, qtre bajo la condic ión de posibi l idad del cr i -men perfecto, precisamente, no hay crimen perfecto. El conceptoes igualmente inconsistente. Sin embargo, es el concepto clave,alrededor del cLral ha aparecido desde la segunda mitad del s ig loXIX toda una l i reratura: la de las novelas pol ic ia les. cuya crea-

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Cnfr¡cn oe re nazó¡¡ uróplcR

ción más importante es precisamente Sherlock Holmes. Estanovela gira alrededor del concepto del crimen perfecto, y no esexplicable sin é1. Juega con la apariencia del crimen perfecto ycon la revelación de que lo que parecía perfecto no lo es, y portanto, el crimen es descubierto a partir de alguna imperfección,

. La novela policíaca con el crimen perfecto como su conceptolímite, aparece en el mismo momento histórico en el cual las cien-cias sociales empiezan a desarrollar, en términos más o menosformalizados, sus conceptos límites, en especial el concepto de laccmpetencia perfecta en Ia ieo^-ía econóiirica. Hay anrecedentespara estas elaboraciones que, sin embargo, no llegan a este gradode formalización que se da a partir de esre rnomenro.

La problemática del crimen perfecto tiene una analogía conotra paradoja famosa: la paradoja del mentiroso. Un crerensedice que todós los cretenses siempre mienten. Como él es creten-se, lo que dice tiene que ser mentira. Entonces, no puede ser ver-dad lo contrario: que todos los crerenses siernpre dicen la verdad.Esta paradoj'a tiene una solución en cuante se introducen dosniveles de lenguaie: un lenguaje obleto y un metalenguaje. pero

. también hay otra, la cual nos l leva a nuestra problemática: sitodos los cretenses siempre mienten, entorlces dicen la verdad.Cuando dice¡r que no, hay que entender sí, y cuando dicen sí, hayque entender no. Decir siempre la verdad, o mentir siempre, nohace diferencia, en cuanro se sabe si se dice la verdad o se lainvierte. Por tanro, la afirmación del cretense es implícitamentefalsa y no sofamenre paradoja. Para poder ¡nentir, hay que decira veces la verdad. Se puede decir s iempre la verdad, pero no sepuede mentir siempre. Si la mentira es confiablemente una men-tira, revela cpnfiablemenre la verdad. No puedb,haber situaciónde mentira gpneralizada, Para que exista la mentira, debe haberla seguridad de saber si se trata de una mentira o no.

Este argurnento se puede llevar al nivel mismo del lenguaje. Sipensamos un lenguaje unívoco, lo abstraemos necesariamente dellenguaje cotidiano, que es una relación de aflrmación y r€spuestaequívoca. Pero todos estos mensajes solameqre pueden existir entérminos objetivados marerialmenre. Un le¡rlguaje perfecto, ¿notendría que concebirse de tal forma, que sea irn lenguaje no obje-

158

El unnco CATEGoRTAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

tivado? Si así fuera, también el lenguaje perfecto implicaría laausencia total del lenguaje común, como también la competenciaperfecta implicaría la ausencia de lo que se llama competencia.

6,La ética del mercado: el mercado milagroso, la humildad y elorgullo

Tenemos así un marco categorial completo para enfocar estarealidad empírica, de la cual parte Hayek. Es la realidad de unmercado amenazado, visto en medio de dos conceptos límitesdesarrollados a partir de rasgos generales de esta realidad median-te una proyección imaginaria de progreso infinito. Como concep-to límite positivo aparece la competencia perfecta, y como con-cepto límite negativo el caos. Los dos conceptos límites son idea-lizaciones de la realidad, pero tienen una forma específica que losdistingue del pensamiqnto conservador. El concepto límite positi-vo de la competencia perfecta es la idealización de la sociedad bur-guesa. El concepto límite negativo, en cambio, es la idealizaciónnegativa de la sociedad socialista y, por tanto, no es caos en gene-ral, sino un caos pioducido en la lógica de la constitución de lasociedad socialista (como destrucción de la civil ización).

De esta ubicación de la realidad empírica del mercado ame-nazado entre sus dos conceptos límites, sale ahora un programaespecífico de acción, una especie de ética social obligada. Su cen-tro és, por supuesto, el mercado, al cual Hayek ha imputado unatendencia empírica automática hacia el equil ibrio. Este es el cami-no para salvarse del caos y acercarse al equil ibrio descrito en elmodelo del equil ibrio.

En rérminos éticos Hayek formula ahora la polarización entrela aceptación del mercado como ámbito automático del equil ibrioy la negativa a la seducción utópica de la justicia social, en térmi-nos de humildad y orgullo. Todo su análisis de la secuencia antj-utópica es, de hecho, una preparación de esta acusación del orgu-llo en contra de los socialistas. El método para la constitución deesta ética del mercado a partir de la teoría económica, es la trans-formación del mercado en un ser milagroso, en una entidad que

representa en el mundo aquella fuerza omnisciente, que sólo el uto'

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Cnfrrcn oE ln RRzóN utóprcR

pista puede pretender detener. Lo que el utopistp, en su postura deorgullo, pretende para sí, ya lo posee este mecahismo del mercadomilagroso. Sin embargo, el utopista, en su hibris, no quiere reco-nocer a esta fuerza del mercado como superior a é1. Se opone orgu-llosamente al milagro del mercado, y en su hibtis, va al infierno.

Esta transformación del mecanismo del mercado y de la com-petencia en milagro, parte de la tendencia al equil ibrio queHayek le ha imputado a este mercado. Como tal, lo ve como unmecanismo de asignación óptima de los recttrsos, y en cuantomecanismo anóninO, el mercado puede real izaf a lgo, que el hom"bre, a l p lani f icar, jamás puede real izar, El p lani f icador utópico notiene una calculadora tan potente como para realizar la tarea queél se propone. Sin enbargo no ve, o en su orgullo no quiere ver,que lo que él esta buscando confiado en su propio saber, lo tieneya frente a sí en forma de mercado.

No es solamente una parábola, s i se denomina el s istema de precios

como una especie de máquina de registro de cambios, o conro un

sistema de conmutación a disrancia, que hace po$ible a cada pro-

ductor. . , adaprar su act iv idad a cambios, de los cuales no t iene que

saber más de lo que se ref le ja en el movimiento de los precios(Traducción nuesrra ) : t .

Cada productot por tanto, se puede adaptar a los cambiosque el mercado señala. No hacen falta órdenes ni planes centra-les, porque esta calculadora encarnada en las t 'elaciones mercan-t i les lo hace todo para aquel que está dispuesto a someterse a el la.Y eso es un "mi lagro",

El nt i lagro consiste en que en el caso de escasez dc una nrater iapr inra, decerras de r¡ i les de hombres pueden ser l levados a ahorrarcste ¡rrate¡ ia l y sus producros, cuya ident idad se podría estableccr

solanrente en invest igaciones de largos rneses, y s in,que se den órde-nes algunas y s in que más que un puñado de hombres conozcan lascausas.,. Eso es suficientemenre milagroso...He usado intencionahnente la palabra "nilagro", para arrancar al lec-tor de su apatía con la cual muchas veces aceptamos la acción de esre

' ¡necanismo como algo cot id iano (Subrayado y t raducción nuestros)t ' .

25. Hayek, lndiuidual ismus.. . ,op. c i t . , pág. l1J.26. Ib id. , pág.116.

160

El tr,t¡.nco CATEGoRIAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

Si se hub¡era inventado este mecanismo milagroso,

. . .se proclanaría este nrecanismo como uno de los t r iunfos másgrandes del espíriru hurnano (Traducción nuesrra)27.

Esto desemboca en una verdadera idolarría del mercado. Enrealidad el mercado no tiene nada parecido a una compuradora.Si bien los precios son índices que indican algo, el problema esque el producror nunca puede saber lo que indican. para saberlo,el producror rendría que rener aquel conocimienro perfecto que,cfccr ivamenre, jamás puecie aicanzar. Ei hecho de que la decis ióneconómrca en el mgcado se toma en un ambiente de r iesgo, com-prueba precisamehle que el producror jamás puede saber lo quelos precios indican, El producror atr ibuye a los precios y susmovir¡ientos un dererminado significado, y su riesgo es acertar ono. El ambiente del mercado es de tal inseguridad, que no rienenada parecido a una "máquina de registro de cambios". Al con-trario. La reoría general del equil ibrio de Walras-Pareto estipulaun sistema de ecuaciones simultáneas, Para que el mercado fun-cione como una calculadora, tendría que ser capaz de solucionarsimultáneamenre esras ecuaciones. Pero, dado el hecho de que lassi tuaciones del mercado cambian constantemente, este mercadotendría que solucionar este s istenra de ecuaciones simultáneasinstantáneamenre. Sin enrbargo, el mercado es un sistema deadapraciones sucesivas y un sistema de ecuaciones simultáneas noes solucionable jamás mediante soluciones parciales sucesivas. Nis iquiera un t ienrpo inf in i tar¡ente Iargo es suf ic iente para el lo, s ie l s isrer¡a de ecuaciones cambia de un momel l ro a orro. Si hubie-ra una solución, esta sería s iempre puramente casual .

Esto ya lo habíamos visro como la razón que no hace posiblela renderrc ia al equi l ib l io, Ahora lo enfocamos cor¡ . ro la razón porla que no es posible una asignación óptima de los recursos a tra-vés del auromarismo clel mercado. Sin embargo, la idolatría l ibe-ral del mercado le atr ibuye a ésre ranto la tendencia al equi l ibr iocomo la asignación óptima de los recursos. Lo transforma enron-ces en el lugar de la razón. La razón en la visión neoliberal es

27. lt lent

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, aRfTIcA DE LA RAZóN uróPIcA

t.vista, por tanto, como un mecanismo colectivo de producción de

decisiones, como un resultado del propio mecanismo del merca-

do. La raz6n de este extraño individualismo no es una razón indi-

vidual. Su ser más íntimo es un sacrificium intellectu.s, la renun-

cia al iuicio propio. Se trata de un individualismo que niega al

individuo su razón subjetiva e individual. Este individualismo es

irracional ¡ a la postre, anti-individual:

La razón no exis¡e como singular, como algo dado a la persona par-

- r - - - r - - - - . - - - . : - l i - -^- : - :a- ^^-^ l^ -^--^- - l - -^-- . t i -r rLq¡4rr qqc rsrs 4 q¡ lPgs¡g¡v¡ l r lv¡¡¡v ¡v Pe!!e! rqyv¡¡v¡

miento racional ista, sino quc hay que enrenderla como un proceso

interpersonal en el cual el aporte de cada uno es controlado y corre-

gido por otros (Traducción nuestra)rt ,

Habla, por tanto, del mercado como el lugar de una razón

'¿colectiva y milagrosa". Y como el mercado {omo lugar de este

'proceso interpersonal"- es una institución, la razón verdadera,

que es colecti'va y milagrosa, está en el corazón del sistema insti'

tucional en el grado en el cual lo está el mercado.

i Donde hay milagro, hay fuerza superior. El hombre solamen-

re se puede c4llar, reconocer y adorar. El orgulloso no reconoce el

tinilagro. Ap4rece entonces la virtud central y clave de la ética

neoliberal, derivada de su marco categorial de interpretación del

mundo: la hwmildad. Donde hay orgullo del utopista, que se

lanza en pos de la iusticia social y en contra {cl mercado, allí Íaka

humildad frente al milagro, que solamente lqs corazones sencil los

reconocen. Así lo afirma Hayek:

. . .1a orientación básica del individual is¡no verdadero conslste en una

hunti ldad freute a los procedimientos, a través der los cuales la

humanidad ha logrado obierivos que no fueron ni planif icados ni

entendidos por ningún part icular y que en real idad son más grandes

que Ia razón part icular. La gran Pregunta del rnomento es si se va a

admit ir que la raz6n humana siga creciendo como parte de este pro-

ceso, o si el espíritu humano se deiará encadenar con cadenas que

él mismo forió (Traducción nuestra)!'.

it. bia., pag. zz.29. Ibid.,pág.47.

't62

El uenco cATEGoRTAL DEL pENsAMTENTo NEoLTBERAL AcruAL

Este individualismo, que niega al individuo su razón subjeri-va e individual, tiene que presentarse como "individualismo ver-dadero" para exigir esta humildad del sacrificio de su propiaraz6n en función de esta "tazón humana" anónima consistenteen procedimientos instirucionales.

El reconocimiento de unos límites infranqueables en su capacidad deconocer debe dar al estudioso de la sociedad una lección de humildadque le impida converrirse en cómplice del funesto esfuerzo del hom-bre por controlar la sociedad.,. (Subrayado nucstro)¡.,

Frente al mercado se trata de no

,,,moldear los resgltados en la forma en que el artesano construyesu obra, sino coqo el jardinero acrúa con las planras: ayudando alcrecimiento proporcionando un entorno apropiador' .

La humildad dgl jardinero no falra nunca en la línea conser-vadora en oposición al orgullo del artesano como homo fabenPero esta humildad no se refiere al medio ambiente de la natura-leza. Tal humilda{ Hayek la detesta. Es humildad frenre a suobieto de piedad: el mercado el dinero y el capital. Humildad,según Hayek, es dejar que arrase el capital con el hombre y conla naturaleza. Orgqllo e hibris es, en cambio, defender al hombrey a la naruraleza dp, la amenaza que el capital desenfrenado estápreparando contra ellos. Esta moral de la humildad y del orgullodesemboca en una verdadera mística del mercado, del dinero ydel capital. Mediante esta mística se construye roda una visión dela realidad, que sustituye la realidad inmediata por las relacionesmercantiles. La realidad concreta aparece como un subproductode las relaciones mercantiles, y el hombre es lo que las relacionesmercantiles hacen de é1.

Esto se refiere al propio núcleo de la libertad humana. En Iauisión neoliberal, el hombre es libre en tanto y en cudnto los pre-cios son libres. La liberación del hombre es consecuencia y tam-bién subproducto de la l iberación de los precios. Haciendo libres

Hayek, "La pretensión...", op. cit., pá9s.31-32.lbid., pás.31.

JU.

31.

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Cnfrrcn nE La RRzóN uróplcR

los precios, e l hombre se l ibera. Así , se niega cualquier l ibertadhumana anterior a las relaciones mercantiles o anterior al merca-do. Por lo tanto, se niega también cualquier ejercicio de l ibertaden cuanto éste pueda entrar en conflicto con las leyes del merca-do, Libertad es mercado, y no puede haber intervención esratal enel mercado en nombre de [a l ibertad. Libertad es el sometimienrodel hombre a las leyes del mercado, y no se reconoce ningún dere"cho humano que no se derive de una posición en el mercado. Losderechos humanos se agotan en el derecho de propiedad. Así es lamístic2 de las relaciones n:crcanriles. Esto p..,,.icmos <iemostrariocon una cita de Milton Friedman, extractada de un comentarioque hace de la polít ica económica de Israel en 1978, publicado enNewsweek:

Las medidas de economía polÍt ica de Israel... muestran la nrismacombinación de audacia, agudeza y cora¡e que lá guerra de los 6 díaso la liberación de los rehenes en Entebbe. Y deberlan ser no menosinrportantes para el futuro de Israel, 29 a-nos d'e dbminación socra-l ista.. . Todo esto ha cambiado. Por primera vez, desde la fundacióndel Estado israelita, los ciutlatlanos ahora puetlen comprdr y uenderlibrenente tlolares, sin un timbre de permiso de algún burócrata...En esencia ahora y4 no son tratados como pupilos del Estado, sinocolno utt pueblo l ibre, que puede conrrola¡ él mismo su propia vida...fuera del social ismo, hacia el nrercado l ibre, lracia el capital ismo.Prometen más l ibertad personal.. . promeren una sociedad mejor, mássarra y más fuerte.

' Si este arranque de Israel hacia la I ibe¡tad r iene éxrro, enronces -pr¿-digo yo- acontecerá el mismo milagro econóntico, que un a\¡ance

, comparable de Alemania en 1948 ha producido... Como esrán lascosas en Israel esre ntilagro t'auorecerá en especial a aquellos grupos

'de Ia poblaciótr, nrc,tos fnuore cidos... Y adcn.rás: El sistenra econó-mico ¡ 'polí t ico nlás l ibre atraerá más dinero y ernigranres dc los paí-ses occiden¡ales dcsarrol lados. (Subrayados y rraducción nuesrros) 'r ,

Esta cita es un resumen casi perfecro de lo que es la mísricadel mercado y del dinero en el pensamiento neol iberal. Todo giraalrededor de la l iberación del dólar. Con la l iberación del dólarFr iedman asocia la l iberación de los rehenes en Enrebbe. Cuando

IEr- unnco cATEcoRIAL DEL pENSAMTENTo NEoLTBERAL AcruAL

el dólar no era l ibre, todo el pueblo estaba preso como rehén.

Ahora el dólar está l ibre. y a t ravés de la l iberación del dólar,

rodo el pueblo está l ibre, y puede controlar ahora su propia v ida.A partir de eso, Friedman se presenta como profeta: "Predigo

yo, acontecerá el mismo mi lagro económico.. , " . L iberando al

dólar, el pueblo no solamente es l ibre, sino que además acaeceahora el milagro económico y habrá más dinero y más emigran- j

tes occidentales -ya no solamente orientales-. Aparece todo un,mundo de virrudes del mercado son aquellas que llegan a la l ibe-ración del dólai, dc los precios y cic ias empresas. inversamenteactúan los pecados en contra del mercado, que llevan precisa-

imente al interverlclonismo económico y social del Estado, que

Friedman enfoca sin más como social ismo.A las virtudes del mercado corresponde la l ibertad de los I

hombres, y como premio de la histor ia, e l mi lagro económico, A ]los pecados en contrá del mercado corresponde ser tratado como Ipupilo del Esrado y rehén, y como castigo, el caos. Sin embargo,

se transforma así Mercado mundial, luicio final. Y en términosdel anarco-capiralismo que expresa bien la perspectiva totalitariadel neoliberalismo: Mercado total, Juicio final.

7. La aproximación al equil ibrio: anti-intervencionismo

Dada esta moral básica de humildad y orgul lo, la ideologíane<¡l iberal construye su concepto de aproximación en el t iempoal equil ibrio. Esta teoría de aproximación nos puede explicar por.qué el neol iberal ismo de hoy -de Hayek y de la escuela deChicago- habla muy poco del modelo de competencia perfecta ymucho del modelo del equi l ibr io, s iendo ambos lo mismo,

Inspirado en el modelo de la competencia perfecta, e l l iberal is-nro neoclásico anterior había sostenido un concepto diferente deaproximación a la a la competencia perfecta. Consistía especial-

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Cnfucn oe ¡-¡ R¡zóN uróprcn

mente en una política antimonopólica frente a los monopolios deproducción y distribución y una aceptación de los sindicatos obre-ros como forma legítima de defensa frente a estos monopolios. Esteliberalismo neoclásico rigió especialmente desde fines del siglo XIX

\rasta la década de los sesenta. Era compatible con la política eco-irómica keynesiana, y muchas veces se complementó con ella, man-teniendo determinadas diferencias teóricas. Se pensaba la aproxi-mación a la competencia perfecta en términos de pasos de una politica de competencia, es decir, de una política que intentaba intro-ducir en los mercaCos !a ma;ior coni:pctcncia posible e¡tre lasempresas, admitiendo una protección especial de los obreros fren-te al poder empresarial. Eso era el tiempo de las leyes antimono-pólicas y anti-trust.j Tanto esta política antimonopólica como la política keynesia-na muchas veces vinculada a ella implicaban conceder al Estadouna función ilave en la economía capitalista. La competencia enlos mercados, la polít ica de empleo y una amplia polít ica social fue-

fon asumida$ por el Estado, lo que llevó -junto con el aumentoüertiginoso de la producción de armamentos- a un crecimientogiempre mayor del Estado burgués.

I Si bien la crít ica neoliberal de este proceso se preparó desdelos años cuarenta, sólo l legó a tener mayor vigencia recién a par-tir de la nueva crisis económica mundial de los años setenta, Enesta década rermina el auge económico que habían vivido los paí-ses capitalistas del centro con posterioridad a la segunda guerrartrundial. Este hecho se hizo más notorio con la crisis del petró-leo a partir de 7973.

1 El neoliberalismo surge corno una respuesta ideológica a estalrisis económica. A pesar de que se trata de u¡ra piisis comparablecon otras crisís anteriores del sistema capitalisra mundial, esta res-puesta ideológica es diferente a muchas anteriores. Crisis mundia-les de esta profundidad y duración han habido varias, en especialen los años treinta del siglo XX y en los años treinta-cuarenta ysetenta-ochenta del siglo XIX. En la crisis de los años treinta-cua-renta del siglo XIX aparece como una respuesta ideológica el

Manchesterianismo, una ideología empresarial a ultranza. En losaños setenta-ochenta del siglo XIX aparece más bien una ideolo-

EI- ¡r¿nnco CATEGoRIAL DEL pENSAMIENTo NEoLTBERAL AcruAL

gía de intervención estatal vinculada con la promoción del segurosocial y de la polít ica antimonopólica. En los años treinta delsigloXX la respuesta ideológica a la crisis es un inrervencionismoampliado que implica una política económica activa del plenoempleo (Ke¡,nesianismo/. Sin embargo, en la crisis mundial a par-tir de los años setenta del siglo XX la respuesta ideológica vuelvea ser una ideología empresarial a ultranza, que se parece mucho alManchesterianismo del siglo XIX y que repite hasta cierto puntolos esquemas teóricos de aquéI. En relación con la crisis de losaños treinta la ideología de hoy es nueva y significa una ruptura.Sin embargo, en cuanto a la historia de las crisis capitalistas, estanueva ideología del Chicaganismo es basrante vieja y es una répli-ca del Manchesterianismo. El neoliberalismo es este chicaganismo.

Esta nueva corriente da una interpretación muy especial a laactual crisis económica. La interpreta como una crisis resultantedel capitalismo organizado por el Estado intervencionista, surgi-do de la crisis mundial de los años treinta. En los años cincue¡'tay sesenta se esperaba de este Estado intervencionista la posibili-dad de evitar nuevas crisis mundiales en el futuro. Ahora, el neo-liberalismo invierte simplemente esta tesis y sostiene, en contra detodas las evidencias empíricas, precisamente que es el interven-cionismo estatal la propia causa de esta nueva crisis. Por unavuelta sofista muy audaz, se declara a los inrentos de evitar lascrisis y de superarlas, como la causa misma de estas crisis.

De esta manera se invierten todos los términos. Hay desem-pleo porque la polít ica del pleno empleo y de prorección laborallo provoca. Hay pauperización porque la política de redistribu-ción de ingresos destruye los incentivos y l leva, por tanto, a unproducto social menor que empobrece. El propio subdesarrolloaparece ahora como resultado del intervencionismo desarroll ista,que solamente obstaculiza los esfuerzos de un desarrollo sano dela iniciativa privad¿. Y la crisis del medio ambiente existe, por-que no se ha privatizado suficienremente el medio ambienre.Desde este enfoque neoliberal, el Esrado intervencionista aparececomo el gran culpaple de la crisis económica actual, y la soluciónde la crisis se anuncia por una polít ica de desorganización delcapitalismo organizado.

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Cnfnc¡ p¡ ¡-R RnzóN uróprcn

Pero, aunque esta nueva crisis mundial de ninguna maneratenga su origen y sus causas en el intervencionismo estatal, efecti-vamente el hecho de que haya crisis revela la irtcapacidad de este

intervencionismo frente a ella. Por tanto, a partir de la crisis eco-nómica se da efectivamente una crisis del propio intervencionis-mo estatal. La existencia de la crisis demostró qtre el Estado inter-vencionista no había sido capaz de evitarla. Como los instrumen-tos keynesianos de la política del pleno empleo no surtieron efec-to, el rápido aumento del desempleo producía una avalancha degastos socialcs adici<¡nalcs a lc,s cuales se renía que hacer írenrecon un producto social estancado o disminuido. Dada la incapa-cidad del Estado capitalista intervencionista de asegurar el plenoempleo, el intervencionismo tenía que hacer crisis en el momentoen el cual estallara la crisis económica mundial. En tal situación ose desarrollaba el intervencionismo estatal en un grado tal que sepudiera hacer frente al desempleo, o se renunciaba simplementeal Estado intervencionista dejando el campo libre al desarrollo de

' la crisis. Las soluciones intermedias perdieron mucho de su atrac-tivo y eficacia, Pero el desarrollo de la eficacia intervencionistahabría significado pasar los límites de Ia sociedad capitalista e irhacia soluciones socialistas. Excluyendo el pensamiento burguéstal alternativa, se concentró más bien en el anti-intervencionismofrenético de la Escuela de Chicago.

Aparece así una alternativa burguesa nítidamente empresarialde un capitalismo radical. La empresa capitalista reivindica elmundo como espacio l ibre para sus acciones. Para no dar un pasoadelante, que habría consistido en una amplia planificación delas inversiones y una polít ica efectiva del pleno empleo en la lÍneade un desarrollo socialista se dio un paso atrás dando un giroradical hacia los inicios del capitalismo, anterior al surgimientode los principales mecanismos de intervención del Estado bur-gués. El capitalismo radical es un romanticismo en nombre delcapitalismo inicial, un regreso a los orígenes.

Este anti-intervencionismo necesita, para ser posible, una altaconcentración del poder en el Estado. Para poder destruir al

' Estado intervencionista, hace falta un nuevo poder estatal mayor,que sea capaz de acallar los reclamos de intervenciones estatales.

Er- lt¡Rco CATEGoRTAL DEL pENSAMTENTo NEoLIBERAL AcruAL

Disminuyendo, por tánto, las intervenciones en el campo econó-mico y social, suben más que proporcionalmenre las actividadesrepresivas estatales, los gastos en policía y ejército. La represiónpolicial libera, los gastos sociales esclauizan ese es bl lema delnuevo Estado anti-intervencionista, que resulta ser en muchas par-res simplemente un Estado policíaco. En este contexto Hayek con-sidera inevitable la existencia de poderes absolutos:

Poderes absolutos que deberían usar, justamente, para evitar y l imi-tar todo noder ahsoluto en el fntr t rn l ! ,

8. La aproximacldn al equil ibrio: los sindicatos y los gastossociales del gobierno

En esta visión neoliberal del anti-intervencionismo, apareceuna nueva concepción de la aproximación al equil ibrio económicoque sustituye la aproximación a la competencia perfecta de los libe-rales neoclásicos. La polít ica antimonopólica cambia totalmente sucarácter, mientras aparece como principal elemento de la aproxi-mación lo que Hayek llama las "reglas generales de conducta". Elnúcleo de estas reglas es la orientación por la maximización de lasganancias a partir del reconocimiento irrestricto de la propiedadprivada y del cumplimiento de conrratos esrrictamente individua-les, Por tanto, lo antimonopólico adquiere el carácter de asegurarque efectivamente empresas e individuos concierten contratos entresí sin ninguna injerencia "externa". En esta nueva visión, las con-centraciones empresariales dejan de ser monopolios, mientras losmonopolios externos que se introducen ilegítimamenre en la l iber-tad de contratos resultan ser los sindicatos obreros apoyados ygarantizados por el Estado intervencionisra.

En esta visión, el monopolio es duradero solamenre si el Estadolo sostiene. Una polít ica antimonopólica es ineficaz, y tambiéndañina. Es el mercado quien disuelve los monopolios por su mismadinámica. El mercado mismo se puede encargar de asegurar lacompetencia, si se le deja la l ibertad para hacerlo. Los monopolios

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33. Hayek, Fr iedr ich A., crr t rn, ista en El Mercur io 12-4-81, Sant iago, Chi le.

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CRfTrcA DE LA RAZóN uróprcA

ernpresariales, por tanto, no tienen por qué preocupar a nadie. Lossindicatos, en cambio, son monopolios de la oferta de mano deobra, que cuentan con el reconocimiento y la protección estatal,Hay que asegurar la libertad de contratos en el mercado de traba-jo; esta es la tarea principal para asegurar la libertad de todos losmercados. Milton Friedman lo expresa así:

La primera necesidad... es la eliminación de las medidas que ayudendirectamente al monopolio, ya sea monopolio industrial o mono-pol io laboral, y apl icar la ley con igual r igidez tanto a las empresascoi-ilo ¿ lus sindicaros:',

Esta igualdad de la ley es aquella que prohíbe igualmente alos ricos comp a los pobres dormir debajo de los puentes. Losmonopolios industriales no necesitan reconocimiento legal paraflórecer, sino gue necesitan no-intervencionismo estatal. Los sin-dicatos obreros, en cambio, necesitan reconocimiento públicopara poder existir con fuerza. Aplicando la ley antimonopólica aarhbos por igual, siguen floreciendo los monopolios industrialesy pe destruyen los sindicatos obreros. Eso cop más seguridad, encüanto se interpreta el monopolio como cartel. El neoliberalismopór ranto, se pronuncia más bien en contra de la cartelización delas'industrias y de la oferta de mano de obra. Friedman dice queloS sindicatos obreros funcionan como "empresas que ofrecen los

servicios de cartelizar una industria"rt. De esta manera, los sindi-catos llegan a ser la principal amenaza para l3 libertad de merca-dos. Friedman lleva este criterio al extremg, cuando afirma en

relación al sindicato de servicio doméstico de EE. UU. que

j ...eI servicio doméstico es una indus¡ria mucho m{s*i¡,nportante queI la industria de telégrafos y teléfonosr'.

D

I Con tal crirerio, la polít ica antimonopolio se transforma enuna preferencia neoliberal. Sin embargo, ha sido cambiada en su

contrano:

Friedman, Mifton, Capitalisnto y libertod. Madrid, Ediciones RIALB 1966, pág771.lbid., pás.160.It lem.

Er, ¡rl¡,nco CATEGoRIAL DEL pENsAMTENTo NEoLTBERAL AcruAL

De nuevo aparece aquí un paralelo muy íntimo entre los sindica¡osobreros de un lado y los rnonopolios indusrriales del otro. En amboscasos, los monopolios extensos serán probablemente temporales ysusceptibles de disolución, a no ser que puedan l lamar en su ayudaal poder político del Es¡adot'.

Más que eso, Friedman llega al resultado de gue no hace faltapreocuparse de la competencia entre las empresas. Si bien noexiste competencia perfecta, las industrias se cornportdn como siexistiera:

Claro, que la competencia es un modelo ideal, como una línea o unpunto de Euclides... De la misma forma la competencia "perfecta"no existe.,. Pero il esrudiar la vida económica de los EstadosUnidos, cada vez me impresiona más la enorme cantidad de proble-mas y de industrias que se comportan como si la economía fueracompetitivast.

Y como no se trata de realizar algo perfecto, sino de un com-portamiento como si fuera perfecto, todo es perfecto. Solamenteun problema sigue existiendo y que está en la raíz de los dese-qui l ibr ios de los mqrcados. Se rrara del problema sindical, queprovoca el desempleo. El desempleo no es resultado del mercadocapitalista, frente a cuyos problemas se consrituyen los sindica-tos, sino que es la constitución de los sindicatos lo que produceel desempleo y los dpmás problemas sociales. A Friedman, comoa los neoliberales en general, la realidad empírica no les preocuupa para nada. Antes de existir sindicatos, el desempleo era ran.grande como despufs de su consritución, y seguramente teníaconsecuencias mucho más graves. Pero Ia empiría no es nada, elefecto sofista de ma4ipulación de opiniones lo es todo. Por tanto,explica el desempleo así:

Si los sindicatos suben los salarios en una ocupación o indust¡iaconcreta, la cantidad de empleo disponible en esa ocppación oindustria tiene que disminuir necesariamente -igual que el aumen-to de un precio haca disminuir la cantidad adquiridat',

Frie dman, Mílton, Teoría de los precios. Madrid, Alianza, 1966, pág. 205.Fr iedman, M , Capi to l isno., . , op. c i r . , pág. 157.Ibid-, págs.161-162.

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37.38.1q

34.

35.1Jb.

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t70 17i

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Cnfrrc¡. or ln R¡.2óN uróprcR

Los mineros se beneficiaban mediante salarios más altos lo cual que-ría decir, naturalmente, que había menos mineros empleados'í.

Entre las industrias la competencia es como si fuera perfecra,pero entre los obreros no. Por tanto, hay desempleo y desequil i-brios en el mercado del rabajo. Aparece el salario como un pre-cio de competencia:

.,.se puede fijar por medios directos el salario por encima de su nivelcompetitivo; por eiemplo, con Ia promulgación de una ley de sala-rlos n:íninos. Estc significará nec:sarilmente q'.:: hablá nenospuestos de rrabaio disponibles que antes y menos puestos que per-sonas en busca de trabaio. Este excedente de oferta de trabajo tieneque eliminarse de una manera u otra: los puestos tienen que serracionados entre quienes los pretenden.i.

Friedman basa su argumento en un salario a nivel de compe-tencia, y nos dice que cuando hay desempleo, el salario dif iere deaquel a nivel de competencia. Pero nos dice una simple tautología.El ¡amás podría decirnos cuat es este salario de nivel comperitivo;al contrario, de la existencia del desempleo, deduce que el salariono es competitivo. Así, la referencia al salario comperitivo es roral-menre imaginaria, pero tiene ahora una interpretación que le per-mite deducir del hecho del desempleo la necesidad de bajar lossalarios. Ninguna referencia concrera a la realidad empírica esnecesaria. En donde aparezca desempleo, Friedman puede recetarla reducción de los salarios como solución. Y el FMI le sigue enesta tautología tan cómoda, recetando poi todos lados reduccio-nes de salarios en nombre de esre salario comperit ivo absolura-mente imaginario, que nadie conoce ni puede conocer y que nopuede existir. Pero el argumento funciona perfectamenre, Si unabajada de salarios no conduce al aumento del empleo, Friedmanse lava las manos y pide una reducción aún mayor. Existe sola-rnente un punto en el cual la bajada de salarios l leva al plenoempleo: este punto es el de un salario a nivel de cero. Pero esto noen el sentido de que con la continua reducción de los salarios hayaun continuo aumento del empleo sino en el sentido de que recién

Ibid., pág. 163.Friedman, M., Teoría... , op. ci t . , pág.203

40.a¡.

172

42. Friedman, M., Capitolisno .., op. c¡t., pág.243.

-f-

Er ¡r.tRRco cATEGoRTAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

llegando e[ salario a cero, el empleo puede ser completo. Sin em-bargo, por muerte del obrero, esto ya no es necesario,

La confusión radica en la consideración del salario co?no unprecio igual a los precios de los producfos. Pero el salario es uningreso y no un simple precio. Por eso, los aumentos de salarios rpodrían explicar las tendencias inflacionistas, pero lamás el Idesempleo. Además empíricamente no hay ninguna confirmación,de las tesis de Friedman. En períodos de auge del empleo siempre isuben los salarios, y en períodos de depresión, bajan. I

Sin embargo, este argumento según el cual el nivel de salarios jexplica el empleo, gs la clave del pensamiento neoliberal sobre la l

aproximación al equil ibrio. De allí viene la idea de que la imposi-ción de las reglas generales de conducta -en último término: laorientación por la maximización de las ganancias- es el caminoipara aproximarse al equil ibrio de los mercados. Los desequil i-brios, por tanro se originan en la falra de l ibertad de los mercados. ]Según esta posición neoliberal, la tendencia al equil ibrio se logra jen cuanto se asegura esta libertad de los mercados, en referenciaja todas las actividades económicas y sociales. Se pide la realiza- Ición de todas las actividades por el mercado. Primero, por supues-to, en relación a las actividades económicas. Friedman hace unalista de las intervenciones que deben desaparecer:

... los progranras agrícolas, beneficios generales ala veiez, leyes delsalar io mínimo, legis lación en favor de sindicatos, aranceles, regla-n.renros para concesión de l icencias en los of ic ios y en las profesio-nes, y así sucesivamente, en lo que no parece tener f in,r .

9, La aproximación al equil ibrior el anarco-capitalismo

Lo que no parece tener fin, es a la vez la meta de la aproxi-]mación neoliberal al equil ibrio, es el sometimiento de todas lasjfunciones sociales -y no sólo las propiamente económicas- al cri- jterio de la maximización de las ganancias por parte de las empre-isas pr ivadas.

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Cnfrrcn oe re nazóN utóplct

I En esta línea aparece el autodenominado capitalismo radical,en nombre del cual se pretende poder entregar, inclusive, todaslas funcios públicas a la empresa privada. El capitalismo radicalenfoca ahora lo que él l lama la abolición del Estado, y reivindicala tradición del anarquismo. David Friedman, hijo de MiltonFriedman, ha tratado de indicar los caminos en principio facti-'bles para esta disolución del Esrado por medio de la privatizaciónde sus funciones. No solamente todo el intervencionismo econó-mico, sino rambién las mismas funciones del Estado referentes a!a le6islaciór, !a firriciórr poiiciai y ia miiitar son ahora imagina-dás en términos de las reglas del mercado y de la maximizaciónde las ganancias. Esta anarquía del pcnsamiento burgués habladel anarquismo de Bakunin como un anarquismo romántico, pre-sentándose así como el nuevo anarquismo de la anarquía moder-na. Es la anarquía en nombre del poder total del capital. Esra se

. distingue de 14 anarquía clásica en un punto clave. La anarquíaclásica no quería privatizar las funciones esratales, sino disolver-las juntó con la propiedad privada. Esta anarquía del capitalismoradical quiere instalar el poder absoluto del capital incluso porencima de las funciones esratales. El anarquismo clásico quería

,una situación en la cual ya no hiciera falta ninguna policía. Elanarquismo capi ta l is ta ahora quiere pr ivat iz4r la pol icía, y creehaber abolido el Estado, en cuanro que lo privatiza,

i Si Al Capone y el Padrino toman la función policial en susmános, ejerciéndola en su propio provec[o, está abolido el

. Estado de Chicago. Al Capone se ha transformado en el prorec-tor de los ciudadanos y, por tanto, el Estado ya no existe. Elpoder estatal ya no consiste en la función represiva, sino en lafo¡ma estatal en la cual se ejerce la función. La ldpresión polícialsigue igual o peor, pero ya no hay Esrado, porque Al Capone laejerce legítimamente. La abolición del Estado no se ha hecho entérminos reales, sino por el simple cambio de una definición.Hans Albert propaga esta anarquía en los siguientes rénninos:

I Pero el sueño de la abolición del poder estatal hoy ya no funcionaexclusivamente corro una parte de la visión socialisra del futuro.Por otra parre apareció por el lado derecho del espectro polírico una

' conceptualiz¿ción radical capitalista, que sostione a este respecro

Er lr¡nco cATEGoRTAL DEL pENsAMIeNro I¡eor¡¡ERAL AcruAL

conceptos similares. Es¡a unión de anarquismo y capitalismo es másplausible que cl anarquismo romántico de obse¡vancia socialista,porque en ella se hacen claros los mecanismos de conducción, quecanalizarán el quehacer social en la sociedad libre del Estado. Elmonopolio de la aplicación legírima de la fuerza según esta opinióndebe ser superado aplicando a la sociedad entera los mecanismos deconducción del mercado, con el resultado de que las funciones hastaahora centrales del Estado -especialmenre: la protección del ciuda-dano contra la fuerza en cualquier forma- sean enucgadas a orga-nizaciones privadas y organizadas según reglas mercanti les/c, ,L-- , ,^ l^ ' , ¿-^ )"-- : a^ --- ^---- - \ .1iJuui ; , ¿úú

De esta manerq

...evidentemente se puede hacer plausible, que por la privatizaciónde las hasra ahora funciones del Es¡ado una meta tal (la anarquía)es por lo tnenos efl principio alcanzable (Subrayado y traducciónnuestros)t'.

Fornrulado'así, Rockefeller, Margaret Thatcher y RonaldReagan asumen la pnarquía como su ideal social. Es el anti-inter-vencionismo absoluto, la nueva ideología totalitaria del mercadototal (Henr i Lepage). La pol í t ica neol iberal se ent iende ahora

como aproximación en el t iempo hacia tal anarquía. Pero tam-bién esta anarquía no es más que un concepto límite inalcanza-ble, a pesar de que se dice ahora que es "en principio" aicanza-

ble. El término "en principio" esconde solamente el misticismode la aproximació4 que se promete.

Esta ideología del mercado total permite ahora desentender'se de todas las funciones concretas de la economía. Todo se

disuelve en simples expresiones mercantiles y fuer4 de las funcio'nes mercantiles no queda nada real. En [a visión del mercadototal, toda humanidad se agota en el destino de la maximizaciínde las ganancias. Especialmente, este pensamiento neoliberalpuede desentenderse ahora de cualquier comprornlso con la vida

humana concreta, ta que ya no es más que un subproducto de fa

totalización de las relaciones mercantiles. Toda la moral s'e

43. Albert, Hans, Tra kt at ii b e r rat i on al e Praxis, Túbingen, 197 8 r píg. 97'

44. Ib id. ,pás.98.

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Cnfrrc¡. or re n¡zóN uróprc¡

disuelve en la vigencia de las relaciones mercantiles, y la justicia

social consiste en la adhesión a esta aproximacióh fantasmagóri-ca hacia el mercado total. Desemboca en la negativa más pro-funda delderecho a la v ida de los hombres, Sin embargo,apos-teriori, la ideología neoliberal vuelve a plantear una referencia ala vida humana, pero sólo como subproducto de esta exclusivavigencia del mercado rotal. La vida no aparece en su forma con-creta como vida de cada uno de los hombres sinb como vida dela especie humana, sosteniendo que esta vida como especie está+^ñi^ ñ^:^- ^^^^.---

l^la i i io inc¡üi asct i l iasa cüautü ui iu ¡¡ lcnos se preocupa oe la v lda

concreta de cada uno. Cuanto uno menos se fi ja en la vida con-creta de cada uno, más segura está la vida de todos. Hayek hablaen este contexto de un "cálculo de vidas":

Una sociedad libie requiere de ciertas morales que en última ins-tancia se reducen a la mantención de vidas: no d Ia trattteflción detodas las uidas porque podría ser necesario sacrificar uidds indiui-duales pata preserudr un ntlmero mayor de otras uidas, Por lo tanto

' fas únicas reglas morales son las que llevanal "calculo de uiclas":lapropiedad y el contrato'r,

' Hay que sacrif icar vidas individuales hoy, para que mañanapuedan vivir muchos más. Pero mañana eso valdrá igual: habrá

. que sacrif icar vidas, para que pasado mañana vivan más y asísucesivamente. La aproximación al mercado total se transformaen'un gran sacrificio de uidas humanas.

Este cálculo de vidas de Hayek es en verdad un cálculo demuertes. Le sirve para hipostasiar "propiedad" y "contrato". Elrazonamiento es el siguiente: propiedad y conrrato -es decir, lasrelaciones capitalistas de producción- son la garantía del p¡ogre-so futuro. Cuanto más total es el mercado, mayor es el progreso.Por tanto, asegurándolos, se garanriza la posibil idad de alimen-tar un número siempre mayor de hombres en el futuro. Aunquela garantía de propiedad y contraro signifique en cada momenro

. un sacr i f ic io de vidas humanas indiv iduales, esre progreso garan-tiza poder preservar en el futuro más vidas que las sacrif icadas

El rrl¡nco cATEcoRIAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

hoy. El sacrificio de vidas es ho¡ por tanto, irrelevante para unjuicio sobre propiedad y contrato. Las vidas preservadas en el

futuro compensan con creces el sacrificio de vidas hoy. La espe-

cie humana devora a los individuos de los cuales se compone la

humanidad. Es difíci l encontrar en todo el pensamiento moder-no, un peor y más cínico colect iv ismo que este de Hayek,

Este sacrificio de vidas presentes en pos de un futuro total-

menre fantasmagórico pasa por toda esta ideología del mercadorotal. Todo se puede sacrif icar por este futuro que nunca vendrá.

Es ia ciiaiécrica maiciira que ciestruye ei p.resente en iuncion cie

simples imaginaciones. Y como el presente, el de ayer, de hoy y

de mañana, es todd, l leva a la destrucción de todo. Todo se pro'mete, a condición de que para hoy se acepte lo contrario. Y

mañana se hará lo mismo, y así sucesivamente. Mayores salarios,sí; pero para mañaná. Quien quiere mayores salarios manaña,tiene que aceptar las condiciones de hoy. Sin embargo, el ahorrode hoy es la inversión de mañana y mayor producto pasadomañana; y entonces puede haber mayores salarios. Pero para quehaya mayores ahorros ho¡ los salarios de hoy tienen que bajar.Por tanto, mayores salarios mañana, menores salarios hoy. El

mismo Lazonamiento s i rve para cualquier reiv indicación de hoy.Mañana sí, pero no hoy. Y así sucesivamenle. Es la dialécticamaldi ta que sacr i f ica el presente por algún más al lá, que en elcaso del neoliberalismo es el eterno mañana. El pensamiento neo-liberal no admite ningún presente, sino que sacrif ica cualquierpresente por su mañana respectivo. Las condiciones reales de lavida se pierden por una quimera del futuro.

De esra manera, la l ibertad se encuentra, desde el punto devista l iberal, en contrádicción con las condiciones concretas de lavida. Desde el punto de vista de esta l ibertad, la satisfacción de lasnecesidades concretas de los no-propietarios es una carga pesadade la sociedad, que ésta tiene que llevar hasta cierto grado,

Advierte Albert al Estado burgués:

El t iene que tomar en cuenta también aquel las necesidades e ideas

de el los (dc los no-propietar ios), que bajo c ierras condic iones sola-

mente puede ser sat isfechos a costa de su l ibertad, y por tanto por

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45. Hayek, F. A., entrevista en El Mercurio. op. cit

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Cnfrlcn nr u, nRzóN uróprcl

la limitación de su marco de decisiones autónomas. Obviamentenadie hoy se atrevería a suponer que el poder estatal sea responsa-ble por la suerte de sus sometidos. Pero se puede esperar de él queestablezca un orden de libertad en lo posible arracrivo para los ciu-dadanos, in¡enrando aumentar y explicar el valor de la libertad (tra-ducción nuestra!tt.

La libenad tiene que aceptar ser limitada hasra cieno grado porel hecho de que la gente también tiene que vivir. Para que sea arrac-tiva, no puede sencillamenre prescindir de este hecho. pero se tratade concesiones de !a l¡beitad al cucrpo humano y sus necesiciacies,la manzana amarga que tiene que morder para ser atractiva. Contal concepto burgués de libertad, no hay lugar para una libertadhumana, que nace de la satisfacción de las ngcesidades de todos,trascendiéndola. Esta libertad humana no tiene que saber cómohacer felices a los hombres. Pero sabe lo que los hace infelices qui-tát¡doles su libenad: la imposibilidad de satisfacer sus necesidades.

i La l iberta4 burguesa se realaciona con la satisfacción de las. necesidades de los no-propietarios, cemo el alma con el cuerpo,según Platón. pl cuerpo platónico es la cárcel f lel alma, y la satis-facción de las necesidades de los norpropietarios es la cárcel de lalibertad burguesa. Esta l ibertad sería completa en cuanro ralesnecesidades ne existieran. La l iberrad burguesa es un alma pura

.que quisiera vplar. Pero la satisfacción de las necesidades de losno-propietarios le corta las alas. Nunca es completa, porque elmundo es imperfecto por la razón de las necesidades concretas delos hombres. El cielo de la l ibertad burguesa eE un cielo de almas,que ya no tienen necesidades materiales y que viven por la pura

. cohtemplación de Dios. En la tierra, desgraciadamente, hay quecomer para vivir, lo que es el pecado original alic'üal todos tene-mos que hacer concesiones. Sin embargo, una libertad humanaque nace de tal satisfacción de las necesidades, para el alma purade lq l ibertad burguesa, es metafísica, diabólica.

' Vemos así cómo el pensamiento neoliberaf elabora su marco

teórico-categorial a partir de la realidad empírica del mercadoamenazado, ubicándolo teóricamente entre dos polos trascen-

46. Alberr, Hans, pp. ci t . , págs.157-158.

I

El u¡nco cATEGoRIAL DEL pENSAMIENTo NEbLIBERAL AcruAL

dentales, expresados en términos de conceptos límites. Se tratadel concepto límite positivo de la competencia perfecra y del con-cepto límite negativo del caos, al cual el hombre se encamina porel socialismo. Después vimos cómo se elabora a partir de estemarco reórico-categorial todo un marco ético. Esto se hace trans-formando el mercado amenazado en un objeto de piedad, en fun-ción del cual el hombre ahora toma posición en rérminos rambiénpolarizados de humidad y orgullo. Humildad y orgullo, en tér-minos éticos y teóricos, resultan tener una correspondencia com-pleta con los concÉptos límites positivos y negativos expresadosen términos teóricos. La humildad resulta la virtud cardinal deaquellos que hacen suyos los imperativos del mercado y derivanel conjunto de sus otras virtudes de las exigencias que este mer-cado impone. Se trata en especial de las condiciones generales delequilibrio, es decir, el reconocimiento de la libertad de conrratosy de la propiedad privada. En el otro polo están los orgullosos,que buscan la justicia social desafiando el mercado. El orgulloresulta ser su vicio cardinal, ¡r radica en el hecho supuesro porHayek de que un4 justicia social que desafía al mercado presu-pone un conocimiento perfecto, que ningún hombre puede tenery cuya pretensión precisamente constituye esre orgullo.

Resulta así un mundo absolutamente bien ordenado, en el cuallas clases dominaqtes representan el polo de la humildad y portanto de Ia virtud, y las clases explotadas y dominadas el polo delvicio y del orgullo. Los grandes son humildes y los pequeños orgu-llosos, y los grandes son grandes por su humildad y los pequeñosson pequeños por su orgullo.

Tomando como base el pensamiento neoliberal , la raíz detodos los males es el amor a la iusticia social, per ser implícita-mente la pretensióp del conocimiento total. Por otro lado,la nízde todos los bienes es el amor al dinero, al mercado y al capital.

10. La teología nepliberal: Dios y el diablo

Analizado este marco teórico-categorial y su transfiguraciónética, nos resulta fácil derivar un pensamiento neoliberal propia'

mente teológico. Efectivamente, el pensamiento neoclásico englo'

ii,

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Cnfncn o¡ r,R uzór.l uróplcn-

ba su marco teórico-categorial en términos teológicos, aunqueestén poco desarrollados. Sin embargo, pasando a términos teo-lógicos, identifican por supuesro et concepto línfite positivo conDios y el negativo con el diablo. Hayek introduce a Dios en lossiguientes términos:

. El punto clave (del modelo de un equil ibrio del mercado) lo habían. visto ya aquellos notables anticipadores de la economía moderna

que fueron los escolásticos españoles del siglo XVI, los cuales insis-tían en que lo que ellos llamaban prct¡um mathematicum, el p¡ecio

. matemárico, depende de tantas circunstancias particülares que sólo' Dios puede conocerlo. ¡Oialá que nuesrros economisras matemári-

cos romaran tal afirmación en seriolaT.

Siendo el precio matemático según Hayek simplemente elprecio de la competencia perfecta, su referencia es clara. Sola-mente Dios puede conocer estos precios -siendo omnisciente-

hombre de negocios. Ciertamenre, un Dios de este tipo es el Diosque santif ica el nomos de la sociedad burguesa. Hayek lo con_firma con las siguientes palabras:

Nunca supe el significado de la palabra Dios. Creo, que es de sumarmporrancia en la conservación de las leyes. pero, insisto, corno nosé el signif icado de la palabra Dios, no le puedo decir ni que creo nique no creo en su existencia.,.Pero rambién todos debemos adnrir ir , simultáneamenre, que ningu_no de nosorros está en la posesión de roda la verdad. De .,roda" laverdad, di je. Y si usted me quiere definir a Dios como la verdad, eneste caso estoy dispuesto a usar la palabra Dios. Es más: siempreque usted no pretenda poseer toda la verdad, yo estaría dispuesro atrabajar al lado suyo buscando a Dios a través de Ia verdad{r.

Dios es aquel que lo sabe rodo.

Hayek, F. A., "La prerensión...", op. cit., pá1s.19-20.Hayek, entrevista en El Mercurio. op. cit,

El tuRnco CATEGoRIAL DEL pENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

A partir de allí se hace visible donde está el diablo. Desde el

Paraíso le está insinuando al hombre que comiendo del árbol del

conocimiento, puede ser igual a Dios. El diablo seduce al hombrea la "pretensión del conocimiento", título de la cortferencia de

Hayek al recibir el Premio Nobel. El título es una simple alusión,

al pecado del Paraíso, que es precisamente el pecado del orgullo,del levanramiento del hombre en contra de Dios.

Dios es el sabelotodo. Por tanto, el que pretende el conoci-miento total , quiere ser como Dios. Pero para asegurar la just ic ia l

soclai ciesaÍrancio ei mercacio, iray que saberio tocio. La reivincii-:cación de la jusriciq social, por tanto, es la pretensión de ser como

Dios. En contra 'd'e el Dios recurre al ángel Miguel, que grita: ]

¿Quién es como Dios? Y quien pretendía ser como Dios, eraiLucifer. Lucifer incita al hombre a querer ser como Dlos, a comerdel árbol del conocimiento para saberlo todo. Y Lucifer seduce alj

hombre, presentándole la utopía de la justicia social a través dela cual el hombre reivindica aquel conocimiento que solamenteDios tiene. Este se deja seducir 5 ayudado por Lucifer, construyeiahora el infierno en la tierra, exactamente porque quiere el cieloen la tierra {omo nos comunica Popper- que, además, nos ofre-1ce su democracia como "la l lave para el control de los demonios"l(es decir, como exorcismo). El grito del ángel Miguel se transfor-]ma así: Ninguna libertad para los enemigos de la l ibertad. Tal

como está elaborado, este esquema teológico es absolutamentemaniqueo. Transforma la reivindicación de la vida humana fren-fte al mercado en pecado de Lucifer, y da ala defensa del merca'do la más absoluta legi t imación. Desata la agresiv idad humanasin límites en contra de los dominados, y divide la sociedad en lositérminos más absolutos en una sociedad de lucha de clases a par-t i r de la c lase dominante.

Dios, los hombres humildes y el mercado, se enfrentan aLucifer, a los hombres orgullosos y al reclamo de la justicia social,en una verdadera batalla del Mesías que el neoliberalismo protaigoniza, r

47.48.

180 181

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Cnfrrcn or lR R¡,2óN uróplce

mente posible, s i por Io menos un índiv iduo t iene conoci-miento perfecto del conjunro de todos los acontecimientos,2) Es imposible que alguna persona o insritt lción pueda tenerun conocimiento perfecto que haga posible una planificacióntal que pueda sustituir el mercado en su función de asigna-

' ción de los recursos.3) El social ismo hace el intento de efectuar una plani f icación

. central capaz de sustituir el mercado como ámbito de asigna-ción de los recursos. Por ranto, inrenta lo imposible. Al inten-tar reaiizar lo imposible, el socialismo es irracional, y produ-ce caos, destrucción y tiranía,

Ya habíamos visto como Hayek, por un lado, usa el modelode la competencia perfecta para poder definir lo que él l lamaequil ibrio. Por otro lado vimos, como Hayek lo indica, que esimposible usar lo tecnológicamente para calcular cant idades yprecios, porque es imposible concenrrar los conocimientos

' correspondientes en una persona o insr i tución. Ahora nos dice:para que sea posible el social ismo, esre rendría que poder calcu-lar positivamente el equil ibrio descrito por la teoría de la compe-tencia perfecta; s in embargo, como no puede y a pesar de el lointenta hacer lo, e l social ismo l leva a la i r racional idad económica,alcaos y a la destrucción. El intento del social isnro l leva a la con-centración del poder en una mano, y este poder concentrado est i ránico porque no puede ser racionalmente empleado. Aunque laplani f icación social ista acumule poder, no t iene manera ¡acionalde emplear lo y, por tanto, sus decis iones necesar iamente son i r ra-c ionales y arbi t rar ias. Von Mises habla así en relación al social is-mo de un "caos ordenado".

A part i r de la secuencia arrr iutópica mencionada, Hayek t ieneahora un modelo de acción que inrenta explicar el paso de Ia r-rto-

. pía al caos, que el anál is is conservador de Berger solamenre podíaanunciar s i r r expl icar lo. Lo utópico es lo ant inrercant i l , como ral' lo imposible, y el mot ivo aparentemente humano que conduce alcamino de la inhr.rmanidad toral . Es la inhumanidad camuflada

.como humarr idad; como dice el t í tu lo de un l ibro de Hayek, es el' "camino a la servidumbre".

El ptanco cATEGoRIAL DEL PENSAMIENTo NEoLIBERAL AcruAL

Es la no-fact ib i l idad de la utopía, lo que según Hayek hace

que su humanismo sea aparente y presente en realidad lo inhu-

mano, el caos, la destrucción' la t i ranía, la v io lencia. Su no-fact i -

bil idad, sin embargo, descansa en la imposibil idad de un conoci-

miento correspondiente a una organización social como aquella

anunciada por la utopía. Por tanto, la raíz del mal en última ins-

tancia no es la utopía misma, es la "pretensión del conocimiento"

adecuado a Ia realización de tal utopía. El utopista es portador del

rnal porque pretende un conocimiento perfecto que le es vedado''

Comportánciose como si tuviera tai conocimiento y organizancio

una sociedad que ¡olamenre con tal conocimiento podría ser rea-

lizaáa. produce l 'h'destrucción, el desorden y el caos.

En i{ayek abundan las referencias correspondientes. Veamos

algunas:

Ello significa que esperar de la ciencia -o del control deliberado deacuerdo cou los principios científ icos- más de lo que el método cien-

tí f ico cs capaz de darnos prrede producir unos efectos deplorables"'

Siempre se trata de demostrar lo s iguiente: s i intentamos

hacer más de lo que podemos, vamos a producir e l desastre.

En las cierrcias físicas pocas objeciones pueden hacerse contra el

inteuto dc hacer lo irnposible' . . Pero en las ciencias sociales la falsa

creencia de que el ejercicio de cierto poder podría tener consecuen'

cias benéficas nos conduciría posiblemente a otorBar a alguna auto-

r idad un nuevo poder de coacción sobre orros seres humanos, Aún

cuando senrejante poder ¡ro fuera en sí mismo pernicioso, su ejerci '

cio inrpediría el funcionamiento de aquellas fuerzas espontáneas

que, aunque no las col l tprendamos, tanto nos ayudan en la v ida real

para consegir nt¡estras rnetas'2'

Efec¡ ivar¡ente) para Hayek el problema no es la concentra- l

ción del poder, sino la irrcapacidad del poder concen¡rado de

actuar según cr i ter ios racionales. Como con la ausencia del mer

cado -" fuerzas esponráneas qLle ' aunque no las comprendamos,

tanto nos a),ndan en la v ida real"-el poder concentrado no pl lede

l l Havck, "Ln prctutstón.. " , op' c i t ' pág.23

12, Ib i t l , pág 30.a

'1,44 r45